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1861
1
BIBLIOTECA
DE
EL DIARIO MERCANTIL.
AVENTURAS
DE ARTURO GORDON
PYM,
POR EDGARDO POE.
TRADUCIDA ESPRESAMENTE
PARA LA BIBLIOTECA DEL DIARIO
MERCANTIL.
TOMO I.
2
VALENCIA: 1861.
Imprenta de José Rius, plaza de San Jorge, núm. 3.
ÍNDICE.
Prólogo
............................................. III
I. .Aventuras
. . . . . . . . . precoces
.............................. 1
II. .El
. . escondrijo
..................................... 18
III. .Tigre
. . . . .rabioso
.................................. 44
IV. .Motín
. . . . . .y. degollacion
................................ 59
V. .La
. . .carta
. . . . .de
. . .sangre
............................ 72
VI. .Vislumbre
. . . . . . . . . de
. . .esperanza
........................... 85
VII. .Plan
. . . . de
. . . rebelion
................................ 101
VIII. .El
. . apareado
..................................... 113
IX. .La . . .pesca
. . . . . de
. . .víveres
............................ 127
X. .El . . brick
. . . . . misterioso
................................ 141
XI. .La . . .botella
. . . . . . de
. . .Oporto
........................... 150
BIBLIOTECA
DE
EL DIARIO MERCANTIL.
3
AVENTURAS
DE ARTURO GORDON
PYM,
POR EDGARDO POE.
TRADUCIDA ESPRESAMENTE
PARA LA BIBLIOTECA DEL DIARIO
MERCANTIL.
TOMO II.
VALENCIA: 1861.
Imprenta de José Rius, plaza de San Jorge, núm. 3.
4
ÍNDICE
I. .La
. . .paja
. . . . mas
. . . . corta
............................ 3
II. .¡Al
. . .fin!
.................................... 17
III. .El
. . albatro
. . . . . . . y. .el. .pajaro
. . . . . . bobo
.................... 35
IV. .Las
. . . islas
. . . . .desconocidas
............................... 50
V. .Esploración
. . . . . . . . . . . hácia
. . . . . .el. .polo
.................... 58
VI. .¡Tierra!
....................................... 68
VII. .Hombres
. . . . . . . . nuevos
............................... 78
VIII. .Klock-Klock
....................................... 91
IX. .¡Enterrados
. . . . . . . . . . . vivos!
............................ 161
X. .Cataclismo
. . . . . . . . . . artificial
............................. 113
XI. .¡Tekeli-li!
....................................... 122
XII. .El
. . laberinto
..................................... 134
XIII. .La
. . .evasion
.................................... 145
XIV. .El
. . gigante
. . . . . . . blanco
.............................. 157
XV. .Congeturas
....................................... 167
5
PRÓLOGO.
6
para poder ofrecer entero carácter de verdad, de la cual seria
sin embargo la espresion, no llevando consigo mas que la
exageracion natural, inevitable, á que todos tendemos
cuando relatamos sucesos cuya influencia ha sido poderosa
y activa sobre las facultades de la imaginacion. Otra razon
era que los incidentes que se trataba de referir eran de una
naturaleza tan positivamente maravillosa, que no teniendo
necesariamente mis aserciones otro apoyo que el de ellas
mismas (no hablo del testimonio de un solo individuo, y ese
medio indio), no podria esperar fe si no en mi familia, y en
aquellos de mis amigos que en el curso de la vida habían
tenido ocasion de conocer mi veracidad; pero segun todas
las probabilidades, la masa del público miraría mis asertos
como una impudente é ingeniosa mentira. Debo decir
tambien que la desconfianza en mi propio talento de escritor
era una de las causas principales que me impedian ceder á
las sugestiones de mis consejeros.
7
tenia, seria la mejor razon para que fuese aceptado como
verdad.
8
Despues de esta esposicion de hechos se verá á primera
vistalo que me pertenece y es de mi mano en la narracion
que sigue, y se comprenderá tambien que ningun hecho se
ha desnaturalizado en las páginas escritas por Mr. Poe.
Hasta para los lectores que no han visto los números del
MENSAGERO seria superfluo indicar dónde acaba su parte y
dónde comienza la mia: la diferencia de estilo lo hará notar.
9
I.
AVENTUREROS PRECOCES.
10
tambien en New-Bedford y estoy seguro de que tiene
muchos parientes en Edgarton.
11
su asunto favorito, (Era la una poco mas ó menos cuando se
retiró la concurrencia). Podria haber trascurrido media hora
desde que nos habíamos acostado, y yo iba á quedarme
dormido, cuando Augusto se despertó de repente y soltando
una gran blasfemia, juró que no se sujetaria á dormir por
todos los Arturos Pym de la cristiandad, cuando soplaba tan
hermosa brisa de sur-oeste. Mi asombro fue grande no
sabiendo qué quería decir y pensando que los vinos y
licores le habían puesto absolutamente fuera de sí. Se puso,
sin embargo, á hablar muy tranquilamente diciendo que
bien sabia que yo le creia borracho, pero que en su vida
habia estado mas sereno: que estaba fatigado de verse en la
cama como un perro, haciendo tan buena noche y que
estabạ reşuelto á levantarse; á vestirse y á dar un paseo en
canoa.
12
Nos vestimos apresuradamente y corrimos hácia la canoa
que estaba amarrada al muelle viejo y arruinado, junto á la
cantera de construccion de Pankey y compañia, batiendo
horrorosamente las vigas rústicas, Augusto entró y se puso
á vaciar lą barca; porque estaba medio ļlena de, agua.
Hecho esto izamos el foque y la vela mayor, tomamos de
lleno el viento y nos lanzamos con audacia mar adentro.
13
El viento acababa de refrescar de repente, y nos empujaba
vigorosamente lejos de la costa; sin embargo yo me
avergonzaba de manifestar el menor temor y por espacio de
una hora próximamente, guardé resueltamente el silencio.
Sin embargo, no pude soportar por mas tiempo esta
situacion y hablé á Augusto de la necesidad de volver á
tierra. Como la vez anterior se estuvo cerca de un minuto
sin responderme y sin hacer caso de mi consejo.
14
Entonces vi toda la verdad: corri á levantarle. Estaba
borracho, bestialmente borracho; no podia ni tenerse en pie,
ni hablar ni ver. Sus ojos estaban vidriosos. En el colmo de
mi desesperacion le solté y rodó como un leño por el agua
del fondo de la canoa, de donde lo habia sacado. Era
evidente que durante la noche habia bebido mucho mas de
lo que yo sospechaba y que su conducta en la cama habia
sido el resultado de una de esas borracheras profundamente
concentradas, que, como la locura, dan á veces a la víctima
la facultad de imitar el estado de las personas que gozan de
la integridad de sus facultades intelectuales. La atmósfera
fria de la noche habia producido muy pronto su efecto
acostumbrado; la energía espiritual habia cedido á su
influencia y la percepcion confusa que sin duda alguna
habia tenido entonces de nuestra peligrosa situacion no
habia servido mas que para apresurar la catástrofe. Estaba
ya completamente inerte y no habia ninguna probabilidad
de que saliese de aquel estado en algunas horas.
15
Estas reflexiones y otras infinitas igualmente terribles,
cruzaron por mi mente con terrible rapidéz, y por espacio de
algunos instantes me paralizaron hasta el punto de quitarme
la posibilidad de hacer el menor esfuerzo. La canoa volaba
en direccion del viento, cabeceaba y bogaba con terrible
celeridad, sin llevar un rizo en el foque ni en la vela mayor,
y sumergiendo completamente la proa en la espuma. Como
Augusto habia soltado la barra era un milagro de milagros
que no se pusiera de través y yo estaba harto agitado para
pensar en acudir al timón. Pero afortunadamente la
embarcacion se mantuvo al viento y poco á poco recobró en
parte mi presencia de ánimo.
16
Augusto yacía aun insensible en el fondo de la canoa, y
como se hallaba en peligro inminente de quedar ahogado,
porque habia cerca de un pie de agua en el sitio donde
estaba, me ingenié para levantarlo un poco y mantenerle en
la posicion de un hombre sentado, y le sujeté la cintura con
una cuerda que até á una anilla del puente del camarote.
17
alternativamente la risa y las lágrimas de los hombres de
rudo semblante que nos rodeaban. Pronto me fue esplicado
el misterio de nuestra conservacion.
19
sus marineros que nadasen á la cola. No decia otra cosa y
gritaba sin cesar con impaciencia: ¡Nadad á la cola! ¡nadad
á la cola! Los marineros nadaban tan rápidamente como les
era posible; pero entretanto el buque habia dado la vuelta y
comenzaba á navegará pesar de que todos los brazos que
habia á bordo se ocupaban en amainar velas. A pesar del
peligro de la tentativa el segundo se encaramó á los
obenques así que los tuvo á su alcance. Otra gran sacudida
sacó entonces el costado de estribor fuera del agua casi
hasta la quilla, y al fin se hizo visible la causa de su
ansiedad. Apareció el cuerpo de un hombre sujeto del modo
mas singular en el fondo pulido y brillante (el Pingonin
estaba forrado y claveteado en cobre) y daba violentamente
contra el buque á cada movimiento del casco. Despues de
algunos esfuerzos ineficaces renovados á cada sacudida del
buque, á riesgo de aplastar la canoa, fui secado al fin de mi
peligrosa situacion é izado á bordo; porque aquel cuerpo era
el mio. Parece que usa de las cabillas del casco que habia
salido abriéndose paso por el cobre, me habia detenido al
pasar por debajo del buque, sujetándome al fondo del modo
mas singular. La cabeza de la cabilla habia agujereado el
cuello de mi chaqueton de tela grosera y la parte posterior
de mi cuello y se habia clavado entre dos tendones, hasta la
oreja derecha. Inmediatamente me acostaron, aunque no
daba señales de vida. No había médico a bordo y el capitan
me prodigó toda especie de atenciones sin duda para
enmendar á los ojos de la tripulacion la conducta atroz que
habia seguido en la primera parte de la aventura.
20
Entretanto Henderson se había alejado otra vez del boque, á
pesar de que el viento iba tomando la impetuosidad del
huracan. Al cabo de algunos minutos dió con algunos restos
de nuestra embarcacion y poco despues uno de los hombres
le afirmó que percibía de vez en cuando un grito entre los
mugidos de la tempestad. Esto animó á los marineros á
perseverar en sus pesquisas por espacio de mas de media
hora á pesar de las repetidas señales del capitan Block que
les mandó volver al buque, y de que cada minuto que
pasaban en aquella frágil barca era para ellos un peligro
mortal é inminente. Es en efecto difícil concebir como su
pequeña canoa pudo librarse de la destruccion ni el espació
de un minuto. Estaba además construida para el servició de
la pesca de la ballena y tenia, como despues tuve ocasion de
observar, cabidádes para respirar á imitacion de algunas
canoas de salvamento de la costa del pais de Gales.
22
Mientras hubiera podido conservar esta posicion, hubiera
sido casi imposible que se ahogase. Un golpe de mar le
arrojó entonces enteramente al centro del puente, y
esforzóse por conservar esta nueva posicion, gritando de
vez en cuando: — ¡Socorro! Precisamente en el punto en
que fue descubierto por Mr. Henderson se habia visto
obligado á soltar la presa á causa de su debilidad, y
volviendo á caer en el mar se creyó perdido.
23
arreglamos para entrar en casa de Mr. Barnard á la hora del
almuerzo, que felizmente se habia retardado un poco á
causa de la reunion de la noche anterior. Supongo que todas
las personas que estaban á la mesa se hallaban demasiado
cansadas para observar nuestra escuálida fisonomía, porque
no hubiera sido necesaria una gran atencion para ver el
trastorno. Por otra parte son capaces, de hacer milagros en
materia de engaños y no creo que se le ocurriera á uno solo
de nuestros amigos de Nantucket que la terrible historia que
contaron en la ciudad algunos marinos diciendo que habian
echado á pique un buque en la mar y ahogado á treinta ó
cuarenta pobres diablos, pudiera referirse al Ariel, á mi
camarada y á mí. El y yo hemos hablado despues mas de
una vez de la aventura, pero nunca sin estremecernos. Ea
una de nuestras conversaciones Augusto me confesó
francamente que en su vida habia esperi, mentado tan atrós
sensacion de espanto como cuando á bordo de nuestra
barquilla habia comprendido de repente toda la intensidad
de su embriaguéz y se habia sentido dominado por ella.
24
II.
EL ESCONDRIJO.
25
mitad de las cuales por lo menos sospecho ahora que eran
para imaginacion, muy capaz de obrar sobre su
temparamento entusiasta como el vino y sobra una
imaginacion algo sombría, pero siempre ardiente.
26
estoy engañado) tuvo la idea de reparar y equipar el brick
Grampus para una pesca á la ballena. Era un casco viejo
apenas capáz de sostenerse en la mar, aun despues de haber
hecho todo lo posible para recomponerlo. Por qué razon fue
escogido con preferencia á otros buenos buques
pertenecientes á los mismos propietarios, no lo sabré decir;
pero el hecho es que fue escogido. Mr. Barnard quedó
encargado del mando y Augusto debia marchar con él.
27
para llevar á efecto mi proyecto, hipocre sía que por tanto
tiempo inspiró mis palabras y mis acciones, no pude
hacérmela soportable si no merced á la ardiente y estraña
esperanza con que contemplaba la realizacion de mis
sueños de viage, tan asiduamente acariciados.
28
hubiera hecho suficiente camino para imposibilitar la
vuelta, entraña yo en pleno goce del camarote; y en cuanto
á mi padre se reina con gusto de la jugarreta. Por lo demás
era seguro que econtraríamos muchos buques por medio de
los cuales conseguirla enviar una carta á mis padres para
explicarles la aventura.
31
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