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Cuántas veces oímos a los niños decir: “Es que no se me da bien, lo que a Raquel le costó
aprenderlo cinco minutos a mí me lleva toda la tarde”; o a las madres: “Si es que a mi hija le
cuesta mucho estudiar, la pobre se tira toda la tarde, desde que llega a casa hasta la hora de
cenar”. Muchas veces, lo que falla en el estudio de nuestros hijos son unas buenas técnicas de
estudio que les faciliten todo el proceso. ¿Has probado a hacer una tortilla de patatas sin sartén?,
tienes todos los ingredientes, pero te faltan las herramientas que te ayudarán a cocinarla. A
continuación, os proponemos una serie de herramientas (y cómo usarlas) que ayudarán a
vuestros hijos con los estudios.
Los títulos
Lo primero en lo que hemos de fijarnos a la hora de estudiar es en los títulos, que nos
dicen qué es lo que tenemos que aprender. Nada más leerlos y antes de seguir con el
texto, dedicad un minuto a averiguar de qué va a tratar el texto y qué cosas que no
conocemos nos gustaría aprender, también para qué nos puede servir lo que vamos a
aprender (así mejorarás su interés y motivación).
Primera lectura
Echad un vistazo rápidamente a todo lo que el chico tenga del tema. Así veremos cómo es
de largo, de qué trata en general y de qué materiales disponemos para estudiarlo
(apuntes, libros, una enciclopedia…).
La primera lectura del tema debe ser rápida, que no le lleve mucho tiempo, para que coja
una idea general.
Fichas
Doblad un folio varias veces, y luego recortadlo para obtener así pequeñas fichas. En ellas
podéis ir apuntando las palabras que no entiende para después buscarlas en el diccionario
y aprenderlas.