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mo similar, una especie de precaba- De la abundante literatura sobre la


lismo y que se fundara en doctrinas Cabala nos limitaremos a mencionar:
muy antiguas; las expuestas en el Sé- G. Scholem, artículo "Kabbala', en
Encyclopaedia Judaica, IX (1932), col.
fer Yesirah (véase FILOSOFÍA JUDÍA), 630-732. — íd., id., Major Trends in
a las cuales vinieron a agregarse mu- Jewish Mysticism, 1941, 2a ed., 1946.
chas especulaciones gnósticas, los es- — Íd., id., Zur Kabbala und ihrer
critos talmúdicos y buena parte de Symbolik, 1960. — Georges Vajda,
especulaciones producidas durante el Introduction à la pensée juive du
período judío-árabe (Vajda). En la moyen âge, 1947, págs. 197-210, 238-
40. — Henri Sérouya La Kabbale. Ses
CÁBALA. El término 'Cábala', Cabala propiamente dicha se distin- origines, sa psychologie, sa mystique,
qabbalah, significa, en hebreo, "tra- guen dos corrientes: la contemplativa sa métaphysique, nueva ed., 1957.
dición". Con este término se designa (Abraham Abul-Afiy [nac. en Zaragoza — Leo Schaya, L'homme et l'absolu
una serie de especulaciones que es en 1240]), y la teosófica, expuesta en selon la Kabbale, 1958. — Alexandre
común considerar como parte de "la el llamado Zohar (o "Esplendor"), Safran, La Cabale, 1960.
filosofía judia", aunque se reconocen presumiblemente redactado, o CABANIS (PIERRE-JEAN-GEOR-
en la Cabala elementos muy diver- rehecho, por Moisés de León y GES) (1757-1808), nac. en Salag-
sos; como indica Georges Vajda, la publicado en España hacia fines del nac, parroquia de Cosnac, cerca de
Cabala incluye la meditación de la siglo XIII. Esta última corriente es la Brive (Limosín, Francia), médico y
Escritura y de toda la tradición oral, más interesante desde el punto de vista profesor en la Escuela Central de
de la liturgia, de la práctica, de la filosófico especulativo. La doctrina Medicina, de París, perteneció a la
teurgia, de las supersticiones popula- expuesta en el Zohar —que contiene corriente de los llamados "ideólogos"
res, etc. etc. En el curso de estas me- un comentario al Pentateuco— es en (VÉASE). Cabanis se interesó especial-
ditaciones se llegan a interpretaciones gran parte emanatista (véase EMA- mente en el problema de las relacio-
sutiles de textos, de letras, de anagra- NACIÓN ). Dios es considerado en el nes entre "lo físico" y "lo moral", en-
mas, a interpretaciones de estas in- Zohar como una realidad "sin límite" tre los procesos fisiológicos y las ac-
terpretaciones y de los textos, letras (en sof) cuyas manifestaciones o atri- tividades psicológicas. Como manifes-
y anagramas que contienen, y así su- tó con frecuencia que el pensamiento
butos son los sefiroth. Estos sefiroth
cesivamente, hasta alcanzarse un re- es función de la actividad cerebral,
están representados como círculos al-
finamiento increíble que ha hecho parece que se inclinaba hacia un "re-
identificar el cabalismo con un arte redor de un centro en el orden si-
guiente a partir del centro: Corona duccionismo" fisiologista o materia-
supersticioso o cálculo supersticioso lista. Pero lo que Cabanis pretendía
con el fin de encontrar sentidos tex- Suprema de Dios; Sabiduría o Idea
de Dios; Inteligencia o principio de más bien mostrar es que no hay dos
tuales. De ahí también el sentido or-
organización del mundo; Amor o Mi- series de procesos —lo físico y lo psí-
dinario de "cabalas" como reflexiones
sericordia; Poder o Juicio; Compasión quico— enteramente separados y que
complejas y por lo común carentes de
fundamento — o cuyo fundamento es o Belleza; Duración (eterna); Majes- se conjugan por medio de una oculta
tan remoto que ha sido ya olvidado. tad; Fundamento (de las fuerzas ac- e incomprobable armonía preestable-
Pero al prolongar casi indefinidamente tivas en Dios); Realeza o Presencia cida. Cabanis afirmó que lo físico y
sus meditaciones y las meditaciones divina, arquetipo de Israel. La lista lo psíquico se conjugan en la unidad
sobre las meditaciones, los cabalistas de los sefiroth varía, pero en todos del sistema nervioso, y especialmente
judíos desarrollan muchos temas los casos se hace corresponder los se- del cerebro, que constituye su prin-
filosóficos —o, si se quiere, metafísi- firoth con varias series de diez: los cipio. Puede comprobarse una "in-
co-especulativos—, en el mismo sen- diez mandamientos, las diez palabras fluencia del sistema cerebral, como
tido en que tal ocurrió con la gnosis con las cuales Dios creó el mundo, órgano del pensamiento y de la vo-
mágica (véase GNOSTICISMO), que etcétera. luntad, sobre los demás órganos, cu-
constituye, por lo demás, uno de los Entre los pensadores que se ocu- yas funciones todas puede excitar,
elementos de la Cabala. paron de la Cabala destacamos Pi- suspender y hasta desnaturalizar su
La Cabala surgió hacia el siglo co de la Mirándola (v), Johannes acción simpática" (Rapports, etc. XI,
XIII, en España y en Provenza, como Reuchlin (1455-1522: De verbo mi- § X, ed. Lehec y Cazaneuve, pág. 616).
una doctrina esotérica. Es probable rifico, 1494; De arte cabbalistica, Al actuar como sistema de regulación,
que la hubiese precedido un esoteris- 1517) y Jacob Bohme (v.). el cerebro permite que lo físico "in-
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fluya" sobre lo psíquico y viceversa. su Comentario son: el origen del mun- das o fórmulas bien formadas del
He aquí, por lo demás, todo lo que do; el lugar que ocupa el alma en el cálculo obtenidas por medio de re-
puede decirse sobre la cuestión. El cuerpo; el cielo y la materia. Calcidio glas de formación.
materialismo y el esplritualismo son discute con sumo detalle diversas opi- Entre las expresiones bien forma-
interpretaciones metafísicas que no niones sobre cada uno de estos temas, das del cálculo figuran:
pueden confirmarse nunca mediante en particular las de Platón, Aristóte- (4) Los teoremas del cálculo. Un
los hechos. les, Heráclito, Albino, Numenio, Fi- teorema de un cálculo es definido
Obras filosóficas principales: Rap- lón, Orígenes, "los hebreos", los pi- como la última fórmula bien formada
ports du physique et du moral de tagóricos y "los estoicos", inclinándose de una prueba en un determinado
l'homme, 2 vols. 1802, 2a ed., 1805, en cada caso por lo que considera la cálculo. Para definir en general la
3a ed., 1844 (el tomo I contiene 6 correcta opinión de Platón en el
Memorias leídas en 1796; el tomo II noción de teorema de un cálculo es
contiene 6 Memorias presentadas pos- Timeo, y usando varias interpretacio- necesario introducir las nociones de
teriormente). — Lettre sur les causes nes de otros autores cuando estima axioma ( VÉASE ), regla de inferencia
premieres (ed. por G. de Montpellier, que éstas ayudan a comprender me- (v.) y prueba (v.) en el cálculo.
1824. — Edición de obras en el Corpus jor el texto platónico. Entre los conceptos fundamentales
general des philosophes français: Ediciones: F. W. A. Mullach, Frag- del cálculo se hallan los de consisten-
XLIV, 1. Vol. I (Du degré de certi- menta philosophorum Graecorum, II, cia, completitud, decidibilidad e in-
tude de la médecine; Rapport du phy-
sique et du moral), 1956; Vol. II (Ré- 147-258; J. Wrobel, Platonis Timaeus dependencia. Nos hemos referido a
volutions et réforme de la médecine), interprete Chalcidio cura eisdeum los tres primeros en los artículos so-
1956, a cargo de C. Lehec y J. Caze- commentario, 1876. — Timaeus (a bre las expresiones 'Consistente',
neuve. — C. Roger, Cabanis. — F. Calcidio) translatus commentarioque 'Completo' y 'Decidible'.
Picavet, Les idéologues, 1891. — F. instructus, in societatem operis co-
niuncto P. P. Jensen edidit J. H. Was- El cálculo es el resultado de la
C. d'Istria, "Cabanis et les origines de formalización ( VÉASE) de una deter-
la vie psychologique" (Rev. Met. et zink, 1962 [Corpus Platonicum Medii
de Morale, Año XIX (1911), 177-98. Aevi. Plato Latinus, vol. IV, ed. R. minada parte de la lógica. Los cálcu-
— Íd., L'influence du physique sur le Klibamsky]. — Véase B. W. Swi- los que suelen presentarse en ésta
morale d'après Cabanis et Maine de talski, Des Chalcidius Kommentar son:
Biran", ibid., Año XII (1913), 451- zu Platons Timaeus, 1902 [Beitrage zur (a) El calculo sentencial, cuyos
61. — M. Tencer, La psychophysique Geschichte der Philosophie des signos son letras (véase LETRA) sen
de C. d'après son livre "Rapports, Mittelalters, III, 6]. — E. Stein- tenciales, conectivas (véase CONEC
etc.", 1931 (tesis). heimer, Untersuchungen über die TIVA) y paréntesis ( VÉASE ). En parte
CADENA. Véase ORDEN. Quellen des Chalcidius, 1912 (Dis.).
— J. H. Waszink, "Die sogenannten de la literatura lógica este cálculo
CALCIDIO (fl. 350) es conocido Fünfteilung der Traume bei Chalci- es edificado a base de proposiciones,
sobre todo por un Comentario latino dius und ihre Quellen", Mnemosine en cuyo caso recibe el nombre de
al Timeo platónico que tuvo gran in- (1941). —A. C. Vega, "Calcidio, es- cálculo preposicional.
fluencia durante la Edad Media y critor platónico español del siglo IV. (b) El cálculo cuantificacional,
que representa un punto culminante Valor fundamental del comentario al cuyos signos son letras sentenciales,
en una serie de comentarios a este Timeo", La Ciudad de Dios, CLX letras predicados, letras argumentos,
diálogo redactados por varios filóso- (1943), 219-41, y CLXII (1952), conectivas, paréntesis y cuantificado-
fos, entre los cuales hay que men- 145-64. — J. C. M. Van Winden, res (véanse CUANTIFICACIÓN , CUAN
cionar a Posidonio —cuyo comen- Calcidius on Matter His Doctrines and
TIFICACIONAL y CUANTIFICADOR). Este
Sources. A Chapter in the History
tario sirvió de base a casi todos los of Platonism, 1959 [Philosophia anti- cálculo puede ser (b1) cálculo cuan
posteriores—, Adrasto de Afrodisia, qua, 10]. — Artículo sobre Calcidio tificacional elemental, en el cual se
Teón de Esmirna y Proclo. Las ideas (Chalcidius) por W. Kroll en Pauly- cuantifican solamente las letras argu
de que se sirvió Calcidio para su Wissowa. mentos y (b2) cálculo cuantificacio
comentario son fundamentalmente CALCULO. El cálculo es definido nal superior, en el cual se cuantifican
platónicas y no neoplatónicas, por lo en la lógica como un sistema de sig- también las letras predicados. En la
que no es adecuado incluirlo, como nos no interpretados, a diferencia del literatura lógica se ha llamado tam
se hace comunmente, dentro de la lenguaje (lógico), el cual es definido bién a (bl) cálculo funcional y a
dirección del neoplatonismo. Además, como un sistema de signos interpre- (bl) y (b2) respectivamente cálculo
el uso que Calcidio hizo de concep- tados. El estudio del cálculo pertenece funcional elemental y cálculo funcio
ciones judías y, sobre todo, cristianas a la rama de la metalógica ( VÉASE ) nal superior.
permite considerarlo como un cris- llamada sintaxis (v.). Los elementos Observemos que (bl) es una parte
tiano platónico ecléctico. Según la con los cuales se edifica un cálculo de (b2). (bl) es usualmente llamado
tradición medieval, el comentario de son los siguientes: cálculo cuantificacional monádico de
Calcidio fue dedicado al Obispo Osio, (1) Los signos del cálculo, los primer orden. Hay un número infinito
de Córdoba, de acuerdo con el tí- cuales pueden ser primitivos (véase de cálculos cuantificacionales
tulo de uno de los códices calcidia-nos monádicos que reciben los nombres
SIGNOS PRIMITIVOS) o definidos.
—el codex Excorialensis—: "Osio de cálculo cuantificacional monádi-
(2) Las expresiones o fórmulas de] co de primer orden, de segundo or-
episcopo Calcidius archidiaconus."
cálculo. den, de tercer orden y, en general,
Los principales temas filosóficos y
Entre tales expresiones figuran: de n orden.
teológicos discutidos por Calcidio en
(3) Las expresiones bien forma- (c) El cálculo de identidad, cu-
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yos signos son los de cálculo cuanti- sulta inevitable. Sólo de este modo religiosa. Las severas medidas dicta-
ficacional más el signo de identidad podrá cumplirse con las exigencias das por Calvino suscitaron la oposi-
(VÉASE). que plantea el actualismo de la con- ción de los llamados "libertinos", los
(d) El cálculo de clases, cuyos ciencia en vez de dejarse llevar por cuales consiguieron la expulsión de
signos son las conectivas sentencia falsas objetivaciones. Pero dicho ac- Calvino y sus seguidores. Calvino pasó
les, los símbolos booleanos (véase tualismo significa que la conciencia, a Basilea y luego a Estrasburgo; en
CLASE ) y los símbolos de clases. al no poder objetivarse, no puede 1541 regresó a Ginebra y logró impo-
(e) El cálculo de relaciones, cu tampoco convertirse en objeto de re- ner en esta ciudad un gobierno teo-
yos signos son las conectivas senten flexión teórica. Por lo tanto, lo teórico crático fundado en la Biblia y en sus
acaba cediendo el terreno a lo prác-
ciales, los símbolos booleanos y los tico; un autonomismo práctico abso- propios principios de interpretación y
símbolos de relaciones. luto, que es en ocasiones un "mora- conducta. La oposición de Calvino a
CALEMES es el nombre que de- lismo absoluto" y en otras un "peda- las opiniones antitrinitarias de Miguel
signa uno de los modos (véase gogismo absoluto", representa la Servet (VÉASE) llevaron a éste al jui-
MODO) válidos de los silogismos de culminación de esta filosofía del acto cio y a la hoguera (1553). Calvino
la cuarta figura (VÉASE ). Un ejem- puramente vivido, pero debe adver- se opuso en ciertos puntos a los lute-
plo de Calemes puede ser: Si todas tirse que ello no desemboca en la ranos. A consecuencia de ello se pro-
las nubes son efímeras y ninguna desaparición de la filosofía en tanto dujo una escisión en la "Iglesia evan-
cosa efímera es vulgar, entonces que conjunto sistemático, pues Calo- gélica", la cual se dividió en "lutera-
gero ha intentado justamente rehacer nos" y "reformados". Estos últimos
ninguna cosa vulgar es una nube, tal conjunto, si bien sobre nuevas
ejemplo que corresponde a la si- constituyeron la base del presbiteria-
bases. nismo, el cual trató de situarse a igual
guiente ley de la lógica cuatifica- Obras: I fondamenti della logica distancia del episcopalismo y el con-
cional elemental: aristotelica, 1927. — I primordi della gregacionalismo. Las doctrinas de Cal-
logica antica, 1930. — Studi sull'elea- vino son el fundamento teológico,
tismo, 1932. — Compendio di storia ritual y administrativo de muy diver-
della filosofia, 3 vols., 1933, 2a ed., sos grupos religiosos: los presbiteria-
1936. — La filosofia e la vita, s/f. nos — en particular los que siguieron
y que, usando las letras ‘S’, ‘P’ y (1936). — La logica del giudizio e las opiniones teológicas del reforma-
il suo controtto in Casazione, 1937. —
‘M’ de la lógica tradicional, puede La conclusione della filosofia del co- dor escocés John Know (ca. 1505-
expresarse mediante el siguiente noscere, 1938, nueva ed., 1960. — La 1572), fundador del llamado "presbi-
esquema: scuela dell'uomo, 1939, nueva ed., terianismo escocés"; los hugonotes
1956. — Il metodo dell'economia e il franceses; los puritanos ingleses (de
marxismo, 1944. — Difesa del liberal- la Iglesia anglicana); etc. Entre
donde aparece claramente la secuen- socialismo; con alcuni documenti ine- los filósofos que integraron el calvi-
cia de las letras 'A', 'E', 'E', origen diti, 1945. — Lo democrazia al bivio nismo en su doctrina figura Jonathan
del término Calemes, en el orden e la terza via, 1945 (monografia). — Edwards (VÉASE), con su peculiar
P M - S M - S P. L'abbicci della democrazia, 1946. — combinación de "calvinismo" y "em-
Lezioni di filosofia, 3 vols. (I. Logi- pirismo".
CALOGERO (GUIDO) nac. (1904) ca, gnoseologia, ontologia, 1948; IL
en Roma, profesor en Florencia, Pisa Etica, giuridica, politica, 1946; III.
y (desde 1951) en Roma, se ha dis- Estetica, semantica, istorica, 1947). La doctrina de Calvino ofrece as-
tinguido por sus estudios de historia — Soggi di etica e di teoria del di- pectos extremos y radicales tanto en
de la filosofía —y especialmente de ritto, 1947. — La filosofia di Bernar- la creencia como en la conducta. Cal-
historia de la lógica—; merece desta- dino Varisco, 1950. — Logo e dialo- vino acentuó la absoluta soberanía de
carse al respecto su interpretación del go, 1950. — Ecuoia sotto inchiesta, Dios en la elección y reprobación de
eleatismo como una transposición a la 1957. los salvados y condenados; la "gloria
ontología del plano lógico. Desde el de Dios" predomina absolutamente.
punto de vista sistemático, Calogero Para Calvino el hombre después del
es uno de los principales represen- CALVINO (JUAN [JEAN CAL- pecado original está corrompido por
tantes del grupo de filósofos italianos VIN, originariamente JEAN CHAU- el vicio y la concupiscencia. Pero la
que, partiendo del actualismo, mar- VIN o CAULVIN] (1509-1564), nac. "predestinación (VÉASE) absoluta" que
chó hacia la disolución del mismo en Noyon (Picardía), estudió teología Calvino predicó no se refiere solamen-
por el desarrollo consecuente de sus e ingresó en la carrera eclesiástica. te al hombre después de la Caída; el
propias exigencias internas. En efec- Tras estudiar en París (1531-1533) hombre está para Calvino "preorde-
to, el actualismo "clásico" ha sido in- hebreo y profundizar en los escritos nado" desde siempre por la voluntad
fiel, según Calogero, a su propia ley, de los Padres de la Iglesia, abrazó la de Dios. De la voluntad absoluta de
confiando más de lo debido en con- causa de la Reforma. En 1534 se tras- Dios depende la gracia (VÉASE); más
ceptos que no le correspondían. Por ladó a Angoulème (Angoumois), don- todavía que en Lutero (v.), el albe-
lo pronto, ha operado con conceptos de empezó la redacción de su Institu- drío (véase ALBEDRÍO [LIBRE]) es
(gnoseologias) que no eran realmente tio (véase bibliografía), que terminó para Calvino "siervo". La fe es obra
actualistas por la simple razón de que, en 1536, introduciendo luego revisio- del Espíritu Santo; por ella se puede
según nuestro filósofo, la gnoseologia nes y ampliaciones. En el mismo año alcanzar el estado de "renacimiento"
depende de la ontología y la de 1536 se trasladó a Ginebra, donde que hace posible el vivir sólo por Dios
metafísica. Disueltas estas dos últi- fue llamado para aplicar su reforma y por su gloria. Los hombres se unen
mas, la disolución de la primera re-
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en la comunidad de Jesucristo por me- — C. Calvetti, La filosofia di G. C., subrayan dondequiera el aspecto es-
dio de los sacramentos (bautismo y 1955. — Para la tesis (por lo demás piritual de lo orgánico y hacen del
eucaristía). El principio de interpre- discutida) de la "relación estrecha en- gran organismo de la Naturaleza un
tación de la Biblia es el "testimonio tre protestantismo [especialmente cal- espíritu y un alma del mundo. El
del Espíritu Santo"; sin embargo, no vinismo] y capitalismo [moderno o
'racionalizado'], véanse: Max Weber, sesgo religioso del platonismo es des-
debe confundirse la "inspiración per- "Das protestantische Ethik und der tacado por ellos vigorosamente, hasta
sonal" con la mera "opinión"; no hay Geist des Kapitalismus", Archiv für el punto de que acaba por imperar,
interpretación posible sin el citado Sozialwissenschaft und Sozialpolitik, especialmente en los platónicos "me-
"testimonio". XX y XXI (1904-1905), luego reco- nores", sobre el aspecto puramente
Uno de los problemas capitales que gido en el tomo I de los Gesammelte filosófico. No porque la Escuela de
se plantearon dentro del calvinismo es Aufsätze zur Religionssoziologie Cambridge sea simplemente, como
(1920), de Weber. — Ernst Troeltsch,
el de conocer los "signos de Dios", Die Soziallehren der christlichen Kir- alguna vez se ha dicho, una mez-
esto es, lo que hace posible saber a chen und Gruppen, 1912. — R. H. cla del cabalismo con la especulación
qué está uno "predestinado". Según Tawney, Religion and the Rise of Ca- platonizante. En rigor, lo que buscan
Calvino, y más todavía algunos calvi- pitalism, 1922. — F. Wendel, Calvin. los platónicos de Cambridge es sal-
nistas, estos signos se manifiestan en Sources et évolution de sa pensée reli- var todo abismo entre las diferentes
la "recompensa económica", que "se- gieuse, 1950 [con bibliografía]. — naturalezas, solucionar la separación
ñala" a los "elegidos". Los calvinistas Jean Boisset, Sagesse et sainteté dans cartesiana entre lo pensante y lo ex-
la pensée de J. Calvin. Essai sur l'hu-
acentuaron por ello las virtudes de la manisme du reformateur francais, tenso, y por ello estos pensadores re-
sobriedad, el ahorro, el trabajo esfor- 1959. presentan, como Cassirer ha señala-
zado e intenso, la responsabilidad y el CAMBIO. Véase DEVENIR, MOVI- do, la primera síntesis de un grupo
valor de la palabra empeñada. En las MIENTO. de tendencias que se basan en una
regiones donde imperaron los princi- CAMBRIDGE (ESCUELA DE). filosofía natural vinculada con el di-
pios calvinistas se tendió al desarrollo I. El platonismo e innatismo de la namismo renacentista y ansiosas de
de la industria y del comercio, a dife- Escuela de Cambridge, contra el remontarse a las fuentes platónicas
rencia del "primitivismo agrario" que cual dirigió en parte Locke su En- y neoplatónicas. En todo caso, la Es-
predicaban muchos luteranos. El lla- sayo, tuvo en el siglo XVII diversos cuela de Cambridge se mantuvo en
mado "espíritu de empresa capitalis- notables representantes. Entre ellos el vivo centro de la especulación
ta" se ha asociado por ello con fre- figuran Nathaniel Culverwel ( 1615- filosófica y estuvo relacionada con
cuencia con el calvinismo, el cual 1650): Discourse of theLight of Na- corrientes —coincidentes o contra-
figura en parte prominente en la fa- ture, 1652), Richard Cumberland rias— de la filosofía inglesa del si-
mosa tesis de Max Weber (v.) sobre (1631-1718: De legibus nature disqui- glo XVII : deísmo, antimaterialismo
la estrecha relación entre "protestan- sitio philosophica, 1672), John Smith de Clarke, moral del sentimiento de
tismo" y "capitalismo". (1618-1652: Select Discourses, 1660), Shaftesbury, etc.
La obra capital de Calvino es la Edward Stillingfleet (1635-1699: Ori- El platonismo de Cambridge ejer-
Christianae Religionis Institutio, pu- gines Sacrae, or a Rattional Account ció una influencia notable sobre el
blicada en 1536; la edición definitiva, desenvolvimiento de la filosofía en
de 1559, lleva el título De institutione of the Christian Faith, 1662), Ben-
jamin Whichcote (1609-1683: Ser- la Nueva Inglaterra, especialmente a
christianae. Mencionamos, además: De través de la introducción, por Wil-
necessitate reformandae Ecclesiae, mons and Aphorisms, 1712), pero so-
1544. — Commentaires sur la Con- bre todo Ralph Cudworth y Henry liam Temple, en 1750, del sistema
cordance ou Harmonie des Evangé- More. El artículo consagrado a de Pierre de la Ramee en Cambridge.
listes, 1561, y numerosos Commentarii Cudworth (y en el cual nos referimos Los platónicos de Cambridge o, me-
al Viejo y Nuevo Testamentos. — asimismo a More) permite compren- jor dicho, los puritanos de la Escuela,
Edición de obras: G. Baum, E. Cu- der algunas de las ideas de este movi- constituyeron la base intelectual de
nitz, E. Reuss, J. C. Opera quae su- miento. Una de las características del los estudios filosóficos en la Nueva
persunt omnia, 59 vols., 1863-1900 Inglaterra, donde el ramismo, el pla-
(Corpus Reformatorum, vols. 29 a 87). mismo es que, siguiendo el neoplato-
nismo plotiniano, los platonistas de tonismo de Cambridge y la teología
Ed. del texto francés (de 1541) de la congregacionalista del pacto (Cove-
Institutio por J. Pannier, 4 vols., 1936. Cambridge defienden los distintos
— Biografía: F. Doumergue, J. C. Les grados de espiritualidad creadora del nant Theology) se fundieron en una
hommes et les choses de son temps, mundo corporal y suponen la exis- especulación que formó los cimientos
7 vols., 1899-1927. — R. Freschi, G. tencia de "naturalezas plásticas" (véa- del espíritu filosófico puritano y que
C., 2 vols., 1934. — De las numerosas se PLÁSTICO) que todo lo penetran. sentó los fundamentos de una Tech-
obras sobre C., y en particular sobre los Estas naturalezas son, en realidad, nologia práctico-especulativa no aje-
aspectos más filosóficos de su teología, para los platónicos de Cambridge, na a la ulterior evolución filosófica,
nos limitamos a mencionar: H. Bois, La religiosa y social de Norteamérica.
philosophie de C., 1919. — F. Wendel, las fuerzas formadoras de la Natura-
leza, la cual es concebida como un H. En otro sentido se ha hablado
C.: sources et évolution de sa pensée de una Escuela de Cambridge o, me-
religieuse, 1950. — T. F. Torrance, organismo. Sin embargo, en modo
Calvins Lehre vom Menschen, 1951. — alguno significa esto que el plato- jor dicho, de la Escuela analítica de
M. Marlet, Grundlinien der nismo en cuestión tenga una ten- Cambridge (Cambridge School of
kalvinistischen "Philosophie der dencia "naturalista"; por el contra- Analysis). Ésta no es, en rigor, tanto
Gesetzidee" als christlicher rio, los platónicos de Cambridge una "escuela" con un conjunto de
Transzendentalphilosophie, 1954, tesis comunes como una cierta actitud
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filosófica; según indica Max Black, Escuela de Cambridge a otros grupos pulsado desde Cambridge y ha influi-
así como el positivismo lógico no con- —principalmente al del positivismo do sobre autores de otros lugares, hay
siste —por lo menos según declara lógico— se refiere, pues, al aspecto razón en estimar que la "Escuela de
Carnap— en un conjunto de doctri- metódico y, sobre todo, al propósito Cambridge" no se ha limitado siem-
nas o en un programa determinado, del análisis. Así, es característico de pre a Cambridge. Históricamente, la
tampoco ha habido "un grupo de la Escuela de Cambridge la tenden- "Escuela de Cambridge" puede con-
analistas en Inglaterra suficientemente cia a la "aclaración" (de modo que siderarse como la parte del movimien-
conscientes de un programa común sus componentes pueden ser llamados to de Análisis que ha seguido a Moo-
para que pudiesen constituir una 'es- efectivamente clarificatory philoso- re, a Russell y luego a Wittgenstein
cuela' ". Sin embargo, la actitud co- phers) y el desarrollo del análisis del antes de la aparición de la "Escuela"
mún de los pensadores analíticos de lenguaje en un sentido análogo al de Oxford.
Cambridge parece comportar ciertas propugnado por Wittgenstein, que Sobre la escuela platónica de Cam-
características que de algún modo ha ejercido sobre la Escuela una in- bridge, véase: G. von Hertling: Locke
cabe considerar como "principios": la fluencia considerable. De ahí la in- und die Schule von Cambridge, 1892.
actitud antimetafísica, el propósito clinación cada vez mayor de la Es- — Frederick J. Powicke, The Cam-
bridge Platonists. A Study, 1926. —
de someter cualquier problema al cuela de Cambridge, especialmente G. P. R. Pawson, The ' Cambridge
análisis (VÉASE), el consiguiente re- de los discípulos comunes de Moore Platonists and Their Place in Religious
chazo de toda posición sintetizante o y Wittgenstein, hacia la considera- Thought, 1930. — J. H. Muirhead,
intuitiva, la aplicación del análisis no ción de la filosofía como una acti- The Platonic Tradition in Anglo-Sa-
a un examen conducente a la admi- vidad. Así, los "resultados" del tra- xon Philosophy, 1931. — E. Cassirer,
sión o rechazo de un hecho o de una bajo filosófico de Cambridge son prin- Die platonische Renaissance in En-
tesis filosófica, sino a una fundamen- cipalmente "inconclusivos" y en la gland und die Schule von Cambridge,
1932. — Eugene Munger Austin, The
tal "aclaración" del hecho o tesis pro- distinción establecida por Broad entre Ethics of the Cambridge Platonists
puestos. Por parte de algunos de los filosofía crítica y filosofía especula- 1935 (Dis.). — W. C. De Pauley,
filósofos pertenecientes a la Escuela tiva la tendencia ha sido cada vez The Candle of the Lord. Studies in
de Cambridge se ha examinado el mayor hacia la primera. the Cambridge Platonists, 1937. —
problema de la "verificabilidad", pe- Puesto que la "Escuela de Cam- Rosalie L. Colie, Light and Enlighten-
ro éste pertenece más bien al posi- bridge" no es una "Escuela" en sen- ment; a Study of the Cambridge Pla-
tivismo lógico que al analitismo de tido propio, y puesto que, además, tonists and the Dutch Arminians, 1957.
Cambridge. Aun cuando hay entre Sobre la escuela analítica de Cam-
los simpatizantes con las tendencias en bridge, véase: Max Black: "Relations
ambos grupos tendencias comunes v ella manifestadas no proceden siem- Between Logicai Positivism and the
ambos parecen surgidos de un común pre necesariamente de Cambridge, es Cambridge School of Analysis". The
clima de opinión, las diferencias son, muy difícil indicar cuáles son propia- Journal of Unified Science-Erkennt-
desde muchos puntos, bien marcadas. mente sus "miembros". A veces se in- nis, vol. III, 1-3, págs. 24-35. —
La Escuela de Cambridge fue sobre dica que los "miembros" de la "Es- L. S. Stebbing, Logical Positivism
todo impulsada por los trabajos ana- cuela" son simplemente todos los filó- and Analysis, 1933. — Véanse tam-
líticos de G. E. Moore ( VÉASE ) y, bién obras mencionadas en ANÁLISIS
sofos que se han puesto al lado del (especialmente la historia del movi-
en cierta medida, un "realismo del "Análisis" (VÉASE), y se menciona al miento analítico, de Urmson).
sentido común" parece estar en la respecto, junto a Moore, a Ayer, R. CAMESTRES es el nombre que de-
base de los desarrollos ulteriores. Pero B. Braithwaite, K. Britton, A. E. Dun- signa uno de los modos (véase MODO)
lo característico del grupo de Cam- can-Jones, Margaret MacDonald, C. válidos de los silogismos de la se-
bridge no es, repetimos, una deter- A. Mace, John Wisdom y muchos gunda figura (v.). Un ejemplo de
minada posición filosófica, sino una otros. Algunos incluyen asimismo den- Camestres puede ser: Si todos los
actitud metódica. Esta actitud es dis- tro de la "Escuela de Cambridge" a estoicos son filósofos y ningún
tinta de la que corresponde al método filósofos que, como Gilbert Ryle, si jugador de pelota vasca es
de los Principia Mathematica de bien "analíticos", pertenecen al "gru- filósofo, entonces ningún jugador
Whitehead-Russell, pero al mismo po de Oxford" (VÉASE ). Otros inclu- de pelota vasca es estoico,
tiempo hay entre los dos una continua yen en la "Escuela de Cambridge" ejemplo que corresponde a la si-
anastomosis. Moore ha influido sobre a autores como C. D. Broad y a L. guiente ley de la lógica cuantificacio-
Russell, y a la vez los Principia S. Stebbing. En vista de los proble- nal elemental:
Mathematica han constituido un centro mas que plantean las correspondien-
de atracción para las investigaciones tes inclusiones y exclusiones, es me-
metódicas de la Escuela de jor abstenerse de indicar nombres pre-
Cambridge. Esta última atiende pre- cisos. Sólo podrían considerarse como
ponderantemente al análisis de los cantabrigianos en sentido estricto los y que, usando las letras 'S', 'P' y 'M'
sense data en las diversas relaciones filósofos que han vivido y enseñado de la lógica tradicional, puede expre-
posibles de éstos con el objeto y el en Cambridge, influidos en parte por sarse mediante el siguiente esquema:
sujeto, pero, al mismo tiempo, el exa- Moore, en parte por Wittgenstein (o
men analítico de estos sense data es por cierta fase del pensamiento de
sólo un marco dentro del cual caben Wittgenstein). Pero como, por otro donde aparece claramente la secuencia
los análisis lógicos de los lenguajes lado, una porción considerable del de las letras 'A', 'E', 'E', origen del
de la ciencia. La aproximación de la "movimiento analítico" ha sido im- término Camestres en el orden P M
- S M - S P.

249
CAM CAM CAM
CAMPANELLA (TOMMASO) panella había propuesto una monar- 1950. — Philosophia sensibus de-
(1568-1639) nac. en Stilo (Calabria), quía universal regida por el Papa. monstrata, 1591. — De monarchia
ingresó en el Convento dominico de En 1625, en su De Monarchia. His- christianorum, 1593. — De regimine
Placanica en 1582. En 1591/92 fue pánica, ofreció al Rey de España, Ecclesiae, 1593. — Discorsi ai prin-
cipi d'Italia, 1594. — Città del Sole,
procesado por herejía, como conse- bajo la tutela espiritual del Papa, la Cfr. sapra. — De sensu rerum et ma-
cuencia de un escrito muy laudatorio organización del imperio mundial. gia libri quatuor, 1620. — Theologia,
sobre la filosofía de Telesio. De 1599 En 1635 hizo una proposición análo- 1613-1624. — Metaphysica (termina-
a 1626 estuvo encarcelado, acusado ga al Rey de Francia en su Monar- da en 1623) y Philosophia rationalis
de participar en una conspiración chie delle Nazioni. Todos estos escri- (1613), ambas publicadas en 1638:
contra la dominación española en tos —y las actividades del autor para Universalis philosophia seu Metaphy-
Calabria. Poco después fue condenado apoyar sus tesis— muestran su pre- sicartim rerum iuxta propria dogmata
por la Inquisición a prisión perpetua, ocupación y hasta obsesión por la partes tres. — Philosophia realis (1619,
pero salió libre en 1829 por ser cuestión de una monarquía univer- publicada en 1623 y luego en 1637;
esta última edición incluye Quaestio-
declarado loco. Tras una estancia de sal, por una "Ciudad" capaz de abar- nes). — De praedestinatione, 1636.
unos años en Roma pasó en 1634 a car a todos los hombres y de solu- — Atheismus triumphatus seu reduc-
Francia y falleció cinco años después cionar de un modo radical el pro- tio ad religionem per scientiarum ve-
en París. blema de la concordia entre sus sub- ritates, 1621 (originariamente: Reccg-
Las tendencias filosóficas de Cam- nitio verae religionis, 1607). — La ed.
ditos. El escrito de Campanella más de la Realis philosophia, de 1623 (tí
panella, de ascendencia a la vez pla- importante en este sentido es, sin
tónica, naturalista y animista, se ma- tulo completo: Realis philosophiae
embargo, la Ciudad del Sol (redac- epilogisticae partes IV, h. e. de rerum
nifiestan sobre todo en su metafí-
tado en italiano, con el nombre de natura, hominum, moribus, politica)
sica del conocimiento y en su idea lleva como apéndice el texto latino
de la doble revelación, positiva y Città del Sole, en 1602, revisado en
1613 y publicado, en latín, con el de la Città del Sole: Civitas Solis. —
natural, que permite un saber unita- Como hemos visto en el artículo CO
rio y un tránsito continuo de la Na- nombre de Civitas solis, appendix
GITO, ERGO SUM , León Blanchet (Les
turaleza a la divinidad y de ésta a Politiae, Idea reipublicae philosophi- antécédents historiques du 'Je pense,
aquélla. El conocimiento sensible es cae, en 1623, como apéndice a la donc je sais'", 1920, págs., 171-28)
para Campanella una relación entre Realis philosophiae epilogisticae, etc., ha indicado que hay en la Universalis
el mundo externo y el sujeto, rela- mencionada infra). Se trata de una philosophia (Cfr. supra) —así como
ción en la que ambos términos aca- utopía (VÉASE ) que tiene por fondo en el mencionado De sensu rerum et
ban por ser identificados, de modo una parte ignota de Ceilán. Se des- magia— claros precedentes del Co
cribe en ella una ciudad perfecta gito cartesiano. Por lo demás, aunque
que entonces cada sujeto posee distin- publicada en 1638, la Universalis
to saber de acuerdo con las impre- regida por el Sol, es decir, "el Me- Philosophia (o Metafísica) fue, se
siones recibidas por sus sentidos. La tafísico", con la colaboración de Po- gún Blanchet, escrita en italiano a
identificación, por lo demás, resulta der, Sabiduría y Amor. La organi- fines de 1602 y en 1605; fue reco
posible a causa del carácter "sensible" zación de la Ciudad del Sol sigue, menzada en latín a fines de 1609
del mundo mismo, realidad animada pues, el mismo esquema de la teolo- y en 1610, confiscada en mayo de
y vivificada por la "sensación". En gía y la metafísica de Campanella, 1610, recomenzada de nuevo a fines
cambio, el conocimiento intelectual por lo que el Sol debe interpretarse de 1610 y terminada en 1611. —
tiene su fundamento en el saber que el como un símbolo y no como un ob- Ediciones de obras: Paris, 1637 sigs.;
obras italianas por A. d'Ancona, Tori
alma posee de sí misma, pues el jeto de idolatría. En esta Ciudad rei- no, 1854. — Edición crítica de obras
alma conoce su propio ser y puede na la comunidad de bienes (y hasta en la Edizione Nacionale dei Classici
elevarse desde él hacia la de mujeres), único modo de evitar, del Pensiero Italiano, por Romano
contemplación de las ideas y, final- según Campanella, el instinto de ad- Amerio, y otros, 1949 y siguientes. —
mente, hacia la contemplación de quisición y de rapiña, origen de tan- Trad, esp.: La ciudad del sol, 1954
Dios. Pero el conocimiento de lo di- tas guerras. La ciudad es regida por (también, 1959). — Aforismos políti
vino no es solamente un ascenso del una red de funcionarios cuya prin- cos, 1956. — Bibliografía: L. Firpo,
alma hacia la divinidad, sino también Bibliografía degli scritti di T. C., 1940
cipal misión es la organización y y Ricerche campanelliane, 1947. —
un descenso de la divinidad hacia transmisión del saber y de las técni- Véase Léon Blanchet, Campanella,
el alma, pues las categorías de la cas. Estos funcionarios son a la vez 1920. — C. D. di Arcadia, T. C., 1921.
Sabiduría, el Amor y el Poder, per- sabios y sacerdotes. Hay que obser-
tenecientes a Dios, se proyectan so- — M. Rossi, Campanella, metafisico,
var que esta Ciudad no es cristiana, 1921. — R. de Mattei, Studi Campa-
bre todo ser como el modelo de las pero se halla, según Campanella, na- nelliani con l'aggiunta del testo inedito
cosas. turalmente tan próxima al cristianis- del Discorso dette Fiandre e degli
Esta metafísica y teoría del cono- mo que basta, para que sea plena- Antiveneti di T. C., 1934. — L. Fir
cimiento están en directa relación con mente cristiana, agregarle los sacra- po, Ricerche companelliane, 1947. —
los planes de reforma política y re- mentos. Así, Campanella propuso con R. Amerio, Campanella, 1947. — Id.,
ligiosa forjados por Campanella. En su Ciudad una base de organización id., Introduzione alla teologia di T.
varios escritos, sobre la monarquía C., 1948. — G. di Napoli, T. C.,
regida por la ley natural y por la fe filosofo della restaurazione cattolica,
cristiana y el gobierno eclesiástico, cristiana, las cuales deben, a su en-
redactados entre 1593 y 1595, Cam- 1947. — R. Mondolfo, Tres filósofos
tender, coincidir necesariamente. del Renacimiento, 1947 (Bruno, Gali
Obras: De sensitiva rerum facultate, leo, Campanella). — A. M. Jaco-
250
CAM CAN CAN
belli Isoldi, T. C. La crisi della cos- interpretación del enunciado condi- apostólicas; las decisiones de la Igle-
cienza di sé, 1953. cional en tanto que distinto de la sia; las definiciones conciliares; las
CAMPO. Véase CONTINUO, ESTRUC- relación lógica de implicación, el tra- declaraciones de la Iglesia; las ense-
TURA. tamiento lógico de la relación de ñanzas de los Santos Padres; las doc-
CANNABRAVA (EURYALO), inferencia deductiva, el estudio de la trinas de los doctores escolásticos;
nac. (1908) en Cataguares (Minas función de la hipótesis en el con- las doctrinas de los canonistas; la ra-
Geràes, Brasil), profesa en el Colegio texto de la teoría de nivel superior zón natural; las enseñanzas de la his-
Pedro II de Río de Janeiro. Después (deductiva) y de nivel inferior (in- toria. No todas estas fuentes poseen
de una primera fase que el propio ductiva), y el establecimiento de un el mismo valor demostrativo; ade-
autor califica de dogmática y en la campo común de estudio en el cual más, conviene saber emplearlas. El
que se inclinó hacia una "filosofía ingresan tanto las ciencias naturales examen de su recto uso constituye
concreta" situada entre la fenomeno- como las políticas y sociales. justamente el eje del tratado de
logía y el existencialismo alemán, ha A la fase dogmática pertenecen: Cano, el cual desarrolló así una ló-
pasado a una fase crítica que culmina Seis temas de espíritu moderno, 1941. gica, una metodología y una episte-
en otra sistemática. En la fase — Descartes e Bergson, 1943. — A mología del conocimiento teológico.
crítica —impulsada por el estudio de la fase crítica: Elementos de meto- Véase Fermín Caballero, Vida del
la ciencia contemporánea y por las dologia filosófica, 1956 (ya termina- Ilmo. Melchor Cano, 1871. — A.-M.
do en 1949 y luego revisado). — A Jacquin, O. P., "Melchior Cano et
corrientes actuales de filosofía cien- la fase sistemática: Introduçao a fi-
tífica, pero precedida ya por ciertas losofia cientifica, 1956. — Ensaios fi- la théologie moderne", Revue des
orientaciones presentes en la fase dog- losóficos, 1957. sciences philosophiques et théologi-
mática—, Cannabrava ha intentado ques, IX (1920), 121-41. — A. Lan-
CANO (MELCHOR) (ca. 1509- ge, Die Loci theologici des Melchior
reducir la filosofía al método y el 1560) nac. en Tarancón, estudió en Cano und die Methode des dogma-
método al lenguaje. Partiendo de la la Universidad de Salamanca y en el tischen Beweises, 1925. — M. Sola-
distinción deweyana entre método ma- Colegio de San Gregorio de Vallado- na, Historia de la filosofía española.
temático-formal y método genético- lid, donde, además, profesó desde Època del Renacimiento (Siglo XVI), t.
funcional, el pensador brasileño ha 1536 hasta 1542. En 1542 ganó la III, 1941, págs. 131-50. — E. Mar-
mostrado que el primero (consubs- cotte, La nature de la théologie
cátedra de prima de teología en d'apres M. C., 1949. — Véase tam-
tancial con la axiomática) puede tam-
bién aplicarse a contenidos empíricos, la Universidad de Alcalá, y en 1546 la bién bibliografía de LUGAR.
en tanto que el segundo (reducible de la misma disciplina en la Uni- CANON. En el artículo Canónica
a la técnica inductiva de las cien- versidad de Salamanca. Durante los (v.) nos referimos a la obra que Dio-
cias empíricas) puede ser utilizado años 1551 y 1552 intervino en las genes Laercio atribuyó a Epicuro: El
asimismo por las disciplinas deducti- deliberaciones del Concilio de Tren- Canon. El término 'canon' ha sido
vas, cuando menos en el estadio de to. En 1523 había ingresado en la usado en filosofía en otras ocasiones.
la formación de los conceptos analí- Orden de los Predicadores, de la que Destacaremos cuatro de ellas.
ticos. Pero ello significa que los dos fue Provincial. Se deben a Cano, ade- 1. Según indica C. Prantl (Ge
métodos —que son dos reglas de pro- más de una obra ascética titulada schichte, II, 275), el filósofo bizan
cedimiento— no se hallan enteramen- Tratado de la victoria de sí mismo tino Miguel Psellos empleó el voca
te separados entre sí. De hecho, am- e impresa en 1550, varios escritos blo 'cánones' (kano/nej) en su Sinopsis
bos están íntimamente asociados en procedentes de conferencias o relec- del Organon de Aristóteles (Mich.
el método de la síntesis reflexiva, tiones: De sacramentis in genere, De Pselli Synopsis Org. Arist., ed. Ehin-
propio del objetivismo crítico, el cual poenitentiae sacramento. Su obra ca- ger, I, 8, p. 33) para designar cuatro
permite unificar los conceptos de ver- pital y más influyente es, sin em- reglas que rigen la equipolencia de
dad formal y de verdad empírica sin bargo, el tratado titulado De locis las proposiciones categóricas,
por ello recurrir ni a la esfera tras- theologicis, publicado por vez pri- i(sodunam-
cendental ni a las esencias materiales mera en Salamanca el año 1563. Se ou=sai prota/seij.
ni a ningún supuesto metafísico trata de hacer con la teología lo mis- 2. Kant introdujo el término 'ca
incomprobado. Permite asimismo es- mo que Aristóteles hizo en los Tó- non' en el Cap. II de la Metodología
clarecer la cuestión de la reversibilidad picos con la filosofía o el pensamiento trascendental que figura en la Crítica
en relación con las operaciones lógico- en general: exponer los "lugares" de la razón pura. Por 'canon' entiende
matemáticas y mantener la objetividad (loci) en los cuales se hallan los ar- Kant los principios a priori, del recto
de las formas lógicas sin recaer ni en gumentos más apropiados para de- entendimiento de ciertas facultades
un realismo platónico ni en un mero mostrar las verdades reveladas. El de conocimiento. Por ejemplo, la ló
convencionalismo lingüístico. A base tratado de Cano se divide en catorce gica general es, en tanto que analí
del mencionado método y del citado libros; desde el punto de vista filo- tica, un "canon formal" para las fa
objetivismo puede constituirse, según sófico son especialmente importantes cultades del entendimiento y de la
el autor, una filosofía científica los once primeros. En el curso de los razón. En el mismo sentido la Ana
aplicable a los más diversos dominios, mismos Cano examina diez fuentes lítica trascendental se propone ser un
desde la mecánica cuántica hasta la canon del entendimiento puro, ya que
de autoridad para desarrollar los ar- sólo éste es considerado capaz de
cuestión de la legitimidad del poder gumentos antes indicados. Son las si-
político. Elementos esenciales de tal enunciar conocimientos sintéticos ver
guientes: las Sagradas Escrituras en daderos a priori. Kant señala que no
filosofía son la los libros canónicos; las tradiciones puede existir ningún canon cuando
251
CAN CAN CAN
no es posible emplear de un modo vias, constituye el efecto de ciertos dicaron bastante más atención que
recto la facultad del conocimiento. antecedentes, y resultará que el resi- los de tendencias racionalistas a los
Y como se ha mostrado en la parte duo del fenómeno es el efecto de los problemas de carácter propiamente
anterior de dicha Crítica que el co- restantes antecedentes." El quinto epistemológico (unidos con otros pro-
nocimiento sintético de la razón pura canon (para el método de variacio- blemas de carácter lógico), de modo
especulativa es imposible, hay que de- nes concomitantes) dice así: "El fe- que la canónica debía de aparecer
clarar que no puede existir ningún nómeno que varía de algún modo entre ellos como un estudio especial
canon para el ejercicio especulativo mientras otro fenómeno varía en al- y desempeñar, por lo tanto, un pa-
de esta facultad — un ejercicio es- gún respecto particular es o la causa pel más fundamental que el que ha-
peculativo que es meramente dialéc- o el efecto de ese fenómeno, o está bía tenido en Epicuro.
tico. La conclusión es que la lógica relacionado con él mediante algún Para la Canónica en el sentido de
trascendental es solamente una dis- hecho de índole causal." Adrien Naville, véase CIENCIAS ( CLA-
ciplina y no un canon, y que el único 4. Ogden y Richards han propues- SIFICACIÓN DE LAS ).
modo recto de usar la facultad de la to seis cánones del simbolismo para CANTIDAD. Cantidad se dice, se-
razón pura y tener un canon de tal resolver los problemas que plantea gún Aristóteles, de "lo que es divi-
facultad es el uso práctico de la ra- la relación entre los símbolos y los sible en dos o varios elementos in-
zón y no el especulativo. referentes; hemos resumido dichos tegrantes, cada uno de los cuales es,
3. En el Libro II (Sobre la induc- cánones en el artículo Símbolo y por naturaleza, una cosa única y
ción), capítulo viii, de su Lógica, J. Simbolismo (VÉASE ). determinada". Según ello, una mul-
Stuart Mill propone cinco métodos CANÓNICA. Como hemos visto en tiplicidad es una cantidad si es
para la investigación experimental: el artículo sobre Epicuro, este filó- numerable, y una magnitud si es men-
el método de concordancia, el de di- sofo dividía la filosofía en tres par- surable. La cantidad es lo que respon-
ferencia, el de combinación de con- tes: canónica, física y ética: to\ t de a la pregunta ¿cuánto? (quantum,
cordancia y diferencia, el de residuos y kanoniko\ kai\ fu/siko\n kai\ h)qikon po/son) y constituye, en la concepción
el de variaciones concomitantes. (Diog. Laerc., X, 29-30). La canónica aristotélica, una de las categorías
Cada método tiene un canon que constituía, según Diogenes Laercio, la (Cat., VI 4 b 20 sigs.; Met., D 13,
constituye su principio regulador. El introducción a la filosofía y estaba 1020 a 7 sigs.). El neoplatonismo y
primer canon (para el método de contenida en una obra especial de especialmente Plotino consideran tam-
concordancia) dice así: "Si dos o Epicuro llamada El Canon. Al parecer bién la cantidad como una categoría,
más casos del fenómeno que se in- esta obra se ocupaba sobre todo de pero como una categoría del mundo
vestiga, poseen solamente una cir- las cuestiones de teoría del conoci- sensible (En., VI, i, 4). El análisis
cunstancia en común, la circunstancia miento —origen de nuestras sensa- de las diversas formas de la cantidad
única en la cual concuerdan es la ciones por las imágenes (véase IMA- ha sido llevado a cabo con gran
causa (o el efecto) del fenómeno GEN), diferentes tipos de conocimien- lujo de detalles dentro de la es-
dado." El segundo canon (para el to, etc.— a que nos hemos referido colástica y sobre todo dentro del
método de diferencias) dice así: "Si en el artículo sobre Epicuro tomando tomismo. La cantidad es aquí, por
un caso en el cual tiene lugar el fe- como base la Carta del filósofo sobre lo pronto, medida de la substan-
nómeno que se investiga y un caso la física a su amigo Herodoto, carta cia, extensión de las partes en la
en el cual no tiene lugar el fenómeno contenida en D. Laercio, X, 34-82 misma substancia, o, con mayor ri-
que se investiga poseen todas las (Cfr. H. Usener, Epicúrea, págs. 1- gor, accidente extensivo de la subs-
circunstancias en común excepto una 32). Como hemos visto, casi toda la tancia. Lo que existe propiamente no
que tiene lugar únicamente en el teoría del conocimiento se basaba en es la cantidad sino la substancia en su
primero, la circunstancia única en la consideraciones de carácter quantum o substantìa quanta. Así,
cual difieren los dos casos es el efecto, psicológico. Pero como el estudio del la cantidad no es, en esta concepción,
o la causa, o una parte indispensable organismo fisiológico era a su vez realmente distinta de la esencia de
de la causa del fenómeno." El tercer una parte de la física, no es la substancia. Precisamente en las di-
canon (para el método combinado, de sorprendente leer en Diogenes Laer- ferentes posiciones asumidas al res-
concordancia y diferencias) dice así: cio (X, 37-38) que las doctrinas de pecto se marcarán las diferentes ac-
"Si dos o más casos en los cuales Epicuro se disponían en forma que titudes radicales filosóficas en la baja
tiene lugar el fenómeno poseen la canónica era combinada con la Edad Media y alta Edad Moderna.
solamente una circunstancia en común, física. Por eso algunos autores (Ci- No será ocioso, en efecto, para la
mientras dos o más casos en los cerón, de fin., I, vii, 22) hablan de determinación de tales posiciones, sa-
cuales no tiene lugar no poseen nada que las partes en que los epicúreos ber si la cantidad es o no realmente
en común excepto la ausencia de tal dividen la filosofía son solamente dos: distinta de la esencia de la substan-
circunstancia, la circunstancia única la física (incluyendo, pues, la canó- cia, saber si se trata o no de una
en la cual los dos grupos de casos nica) y la ética. Esta opinión, sin medida predominantemente ontoló-
difieren es el efecto, o la causa, o una embargo, parece describir mejor las gica o matemática, saber cuál es la
parte indispensable de la causa del tendencias racionalistas (el propio relación propia establecida entre can-
fenómeno." El cuarto canon (para el Epicuro, Lucrecio) que las tenden- tidad y cualidad ( VÉASE ). Por lo
método de residuo) dice así: cias empiristas (Filodemo de Gadara) demás, un análisis extenso de la no-
"Sustráigase de cualquier fenómeno dentro de la escuela. En efecto, los ción de cantidad obliga a efectuar
la parte que, según inducciones pre- epicúreos de inclinación empírica de- una serie de distinciones. Así, como
252
CAN CAN CAN
señala Ludwig Schütz (Thomas-Le- quantum, el cual puede ser entendido ción que el concepto-sujeto hace de
xikon, 1881, págs. 284-5), Santo To- de dos modos: (a) como quantum en los objetos en él comprendidos. En la
más sólo distinguía entre las acep- general (distinto de la cantidad y lógica clásica, los juicios se dividen,
ciones siguientes: 1, Quantitas abso- equivalente a magnitud extensiva) y según la cantidad, en universales,
luta y quantitas proportionis (S. (b ) como el espacio y tiempo en tanto particulares y singulares. Los
theol., I, II, q. CXIII, 9c). 2. Quan- que quanta. De ahí que mientras el primeros son aquellos en los cuales el
titas continua y quantitas discretas ( I, quantum sirve no sólo para la mag- concepto-sujeto contiene en toda su
q. III, 5c y I, q. XLIII). 3. Quantitas nitud real, sino también para la ma- extensión su concepto objetivo (todos
continua intrinseca y quantitas temática, la quantitas es un puro los S son P) ; los segundos son los
continua extrínseca (I, q. XLII, l ob. concepto del entendimiento. Desde juicios en donde el concepto-sujeto se
1 ). 4. Quantitas dimensiva y luego, el primado en la significación refiere sólo a una pluralidad parcial de
quantitas pertenece a la cantidad como cate- sus objetos (algunos S son P); los
numerata (I, q. XLII, 3. 2 q). 5. goría, Y, por lo tanto, es el plano últimos son aquellos en que el
Quantitas durationis (III, q. LXXXI, trascendental el que permite un acce- concepto-sujeto toma un solo objeto
2 ob. l). 6. Quantitas habitus (II, so inteligible a su concepto. En cam- (un S es P; este S es P). Véase
II, q. V, 4 c). 7. Quantitas mathema- bio, el concepto de cantidad tiene para cualidad, cuantificación, cuanti-
tica y quantitas naturalis ( III, q. VII, Hegel una clara resonancia me- ficacional y cuantificador, pre-
12 ad l y otros lugares). 8. Quantitas tafísica. No sólo en virtud del co- DICADO.
moles y quantitas virtutis seu vir- nocido principio de que el cambio de O. Sickenberger, Ueber die soge-
tualis ( I, q. XLII, 1 ad 1). 9. Quan cantidad produce un cambio de nannte Quantität des Urteils, 1876.—
titas scientiae (III, q. X, 2 ad 3). cualidad, sino también porque la pro- John M. O'Sullivan, Vergleich der
El predominio de la noción de can- pia cantidad puede ser una caracte- Methoden Kants und Hegels auf
tidad se ha impuesto en varias direc- rística del Absoluto como cantidad Grund ihrer Behandhing der Katego-
ciones filosóficas modernas, donde, pura. Pues la cantidad, dice Hegel, es rie der Quantität (Kantstudien, Er-
por otro lado, se va desvaneciendo la ser puro no determinado, a diferencia gänzungshefte 8), 1908. — Albert
noción de medida ontológica y, de de la magnitud, que es una cantidad Spaier, La Pensée et la Quantité. Essai
consiguiente, la posibilidad misma de determinada (Enz., §§ 99, 100). sur la signification et la realité des
que la cantidad sea mensura Determinabilidad o indeter- grandeurs, 1927. — Anneliese Maier,
substantiae. De no ser realmente minabilidad que no son, por lo tanto, Die Vorläufer Galileis im 14.
distinta de la substancia, la cantidad ajenas a lo cuantitativo, sino, por el Jahrhundert, 1949, págs. 9-215. —
pasa, pues, a ser expresión contrario, aquello que hace o no de la Id., id., Metaphysische Hintergründe
matemática de las relaciones. cantidad un verdadero quantum. der spätscholastischen Naturphiloso-
Todavía Descartes hace de la canti- Las discusiones filosóficas en torno al phie, 1955, págs. 141-223. — Análisis
dad algo realmente igual, aunque concepto de cantidad se han referido sobre el problema de la cantidad en el
conceptualmente distinto, de un tipo sobre todo a los problemas de su juicio se encuentran en la mayor parte
de substancia: la substancia extensa. relación con la determinación, de su de los textos mencionados en los
Pero a medida que la substancia se origen subjetivo, objetivo o artículos sobre lógica y logística.
disuelve, la cantidad permanece trascendental y de su relación con la CANTOR (GEORG) (1845-1918)
como lo que rellena el hueco dejado cualidad. Ahora bien, estas discu- nac. en San Petersburgo, estudió en
por aquélla. Una cuantificación de la siones no han sido ajenas a los pro- Alemania y fue profesor desde 1872
realidad surge entonces como una im- blemas planteados por la matemática hasta 1913 en la Universidad de
posición inevitable. Sin embargo, y por la situación que ha ocupado en Halle. Su más importante e influyente
desde el momento en que se necesita, ella la cantidad. En efecto, la forma- contribución es su teoría de los
a causa de la más radical disolución lización del concepto de cantidad ha números transfinitos a que nos hemos
empirista, una fundamentación filo- podido conducir no sólo a deslindar la referido en el artículo Infinito (véase);
sófica de la cantidad misma, se hace cantidad de la substancia, mas suele ser conocida con el número de
indispensable regresar a la conside- también a deslindarla de toda deter- teoría de los conjuntos. Esta teoría ha
ración de la cantidad como categoría. minación de relaciones. Y, por otro sido objeto de muchos debates entre
Esta categoría no es, empero, ya una lado, se ha llegado a reconocer que la matemáticos y lógicos; después de
categoría de lo real, sino una forma cantidad no puede constituir un objeto haber recibido muy violenta oposición
de la mente. Es lo que sucede en suficientemente preciso de la ha sido aceptada, mas no todavía por
Kant. En este filósofo hay, ciertamen- matemática en virtud de la vaguedad todos los matemáticos. Véase también
te, significados diversos de la canti- del concepto y del hecho de que, continuo.
dad. Heinrich Ratke (Systematisches como dice Russell, la noción principal Obras: Grundlage einer Mannig-
Handlexikon zu Kants Kritik der de la matemática no es la cantidad, faltigkeitslehre, 1883. — Beiträge zur
reinen Vernunft, 1929) señala, por sino el orden. Véase número. Begründung der transfiniten Men-
ejemplo, que la cantidad puede en- genlehre, 2 vols., 1885-1892. — Es-
tenderse ( 1) como cantidad de los En la lógica formal se llama cantidad critos matemáticos y filosóficos re-
juicios; (2) como categoría y (3) co- del juicio al hecho de que, como unidos: Gesammelte Abhandlungen
mo cantidad intensiva o magnitud. señala Pfänder, "el concepto-sujeto mathematischen und philosophischen
Pero, además, hay que agregar el con- del juicio pueda referirse a uno o a Inhalts. Mit erlänternde Anmerkungen
cepto de quantitas como puro esque- varios objetos y someterlos a juicio". sowie mit Ergänzungen aus dem Brie-
ma de la magnitud y el concepto de La cantidad es sólo la men- fwechsel Cantor-Dedekind, 1932, ed.
E. Zermelo, reimp., 1961.

253
CAP CAP CAR
CAPADOCIOS. Se da este nombre CAPREOLO (JUAN). Véase JUAN filosofia di Kant, I, 1927. — Il pro-
a los tres teólogos San Basilio el CAPREOLO. blema della filosofia da Kant a Fich-
Grande, San Gregorio de Nisa y San CARABELLESE (PANTALEO). te, 1929. — 1l problema teologico
Gregorio Nacianceno. En los artículos (1877-1948), nac. en Molfetta (Bari), come filosofia, 1931. — "Il mio onto-
dedicados a los mismos hemos men- discípulo de Varisco, ha centrado su logismo" (en el Giornale critico della
cionado sus principales doctrinas filo- pensamiento filosófico sobre el pro- filosofia italiana, 1936). — L'idealis-
sóficas y teológicas. Nos limitaremos mo italiano, 1938. — 1l circolo vizioso
blema de lo concreto, es decir, de di Cartesio, 1938. — Il diritto natu-
a destacar aquí que la importancia la conciencia concreta, lo que lo ha rale, 1941. — Che cosa è la filosofia?
de los Capadocios —los "tres grandes conducido a transformar el idealismo 1942. — Ontologismo critico, 1942.
Capadocios"— en la historia de la crítico de Varisco en un ontologismo — L'essere e la sua manifestazione,
filosofía consiste esencialmente en su crítico. Carabellese partió de un aná- I, 1944; II, 1947. — Le obiezioni
labor de aclaración y purificación lisis de la conciencia, según el cual al cartesianesimo, 1946-1947. — Da
de la dogmática teológica dentro de el ambiente de la conciencia no es el Cartesio a Rosmini. Fondazione sto
la cual se insertó posteriormente el "mundo", sino la propia concienca. rica dell' ontologismo critico, 1946.
pensamiento cristiano católico. Contra Pero esta conciencia no debe ser —
el excesivo racionalismo que se entendida como una realidad que Edición de obras: Opere complete
infiltraba en algunas de las sectas absorbe a las demás y las transforma (Firenze, 1946 y siguientes ). — Auto-
(tales, el arrianismo), y que reducía a su imagen y semejanza; la concien- exposición en el artículo "La coscien
el valor de la fe en favor de una cia se mueve dentro de un ambiente za" publicado en el volumen de M. F.
Sciacca, Filosofi italiani contempora
comprensión metafísica de los dog- común a todas las conciencias, situado nei, 1944, págs. 165-82. — Véase G.
mas, y contra la acentuación exclu- más acá de sus particulares determi- Fano, "La metafisica ontologica di P.
siva de la pura creencia, que descar- naciones individuales o históricas. El Carabellese", Giornale critico della
taba toda explicación racional, los ambiente común, por otro lado, es fi
Capadocios se propusieron tomar un esencialmente concreto, y por eso una losofia italiana, 2-3 (1937). — G.
camino medio que hiciese justicia a dialéctica de la conciencia y una Tarozzi, "L'ontologismo di P. Carabe
la fe y a la comprensión por razón dialéctica de la realidad pueden coin- llese", Archivio di filosofia, I (1940).
dentro de las posibilidades del hom- cidir bajo la forma de una dilucida- — G. Mattai, Il pensiero filosófico di
bre. Junto a ello, los Capadocios, ción de la acción de la conciencia. P. Carabellese, 1944 (con bibliogra
particularmente San Gregorio de Nisa, El problema de la acción ( VÉASE ), fia). — U. Spirito, R. Assunto, T.
desarrollaron motivos místicos que en un sentido parecido al de Blon- Moretti-Costanzi, artículos en Gior
ejercieron gran influencia sobre la del se insinúa de este modo en la es- nale critico della filosofia italiana,
mística medieval. Especialmente im- peculación de Carabellese, el cual in- 1949. — A. Cioccetti, L' ontologismo
critico di P. C., 1951 (monografia).
portantes, en cuanto a la influencia tenta por todos lados y en todas sus — I. Tebaldeschi, Il problema della
ejercida sobre la Edad Media, son las dimensiones describir el proceso con- natura del pensiero di P. C., 1955
ideas de los Capadocios acerca de creto de la conciencia en su ambien- (monografia). — Roberto Tozzi, P.
la Naturaleza como obra armónica te, único modo de justificar su acción C., 1955.
creada por Dios. El nombre 'Capa- y de eliminar todos los pseudo-proble- CARÁCTER. El término 'carácter'
docios' se debe al lugar de naci- mas producidos por el constructivis- significa marca o nota que señala
miento de San Basilio el Grande y mo autocentralista. El ambiente de la un ser y que por ello lo caracteriza
San Gregorio de Nisa (Cesárea, Ca- conciencia o la conciencia como am- frente a todos los otros. En principio,
padocia) y al lugar de nacimiento de biente puede identificarse con el ser; el carácter conviene, pues, a todo
San Gregorio Nacianceno (Alianza, en cambio, el ambiente determi- ente, pero desde muy pronto, espe-
en Nacianza, Capadocia). nado representa el devenir, así como cialmente con Teofrasto, se aplicó el
Además de la bibliografía de los la individualidad (no finita) de término a los seres humanos. En
tres Capadocios, véase: H. Weiss, Die las conciencias llamadas particulares. el mismo sentido fue tomado por mu-
grossen Kappadozier Basilius, La conciencia no es, pues, ni un foco chos escritores, especialmente por
Gregor von Nazianz und Gregor von creador de toda realidad, ni un mero
Nyssa als Exegeten, 1872. — Id., id., aquellos que, desde la situación de
epifenómeno de lo real; es la propia su época, quisieron revalorizar la
Die Erziehungslehre der drei Kappa-
dozier, 1903 [Strassburger Theolo- realidad en la cual vivimos y por la doctrina de los caracteres de Teo-
gische Studien, V, 3-4]. — K. Un- cual vivimos, y ello hasta tal punto, frasto: La Bruyère (1636-1696) es,
terstein, Die natürliche Gotteserken- que podría inclusive hablarse de una con su obra Les Caracteres, el ejem-
ntnis nach der Lehre der kappado- inmortalidad de la conciencia, plo más notorio de esta tendencia. A
zischen Kirchenväter Basilius, Gregor inmortalidad que no es la eternidad veces se identifica 'carácter' con 'tem-
von Nazianz und Gregor von Nyssa, intemporal ni tampoco la persisten- peramento', pero con más frecuencia
1902-3. — C. Gronau, De Basilio, cia individual, sino la sumersión den- se establece una distinción entre ellos.
Gregorio Nazianzano Nyssenoque Pla- tro de lo viviente.
tonis imitatoribus, 1908. — T. Maier, En este último caso se suele indicar
Die Eucharistienlehre der drei gros- que mientras el primero se refiere
ten Kappadozíer, 1915. — C. Gro- a todas las notas distintivas, el se-
nau. Das Theodizeeproblem in der Obras principales: La teoría della gundo es lo que resulta de alguna
altchristlichen Auffassung, 1922. percezione intellettiva di A. Rosmini, forma de "mezcla". Esta "mezcla"
1907. — L'essere e il problema re- era considerada clásicamente como
ligioso, 1914. — La coscienza morale,
1915. — Critica del concreto, 1921 la que se da en los humores del
CAPELLA. Véase MARCIANO CA- cuerpo dentro de cada individuo. Así,
PELLA. (2a edición, ampliada, 1940). — La
desde Hipócrates se distinguían los

254
CAR CAR
individuos de acuerdo con el predo- Kerschensteiner, Charakter und Cha-
minio de uno de los cuatro humores: rakterbildung, 1915. — Sobre natura-
sangre, flema, büis y atrabilis, que leza y teoría del carácter: Paul Hä-
daba origen a los temperamentos berlin, Der Charakter, 1925. — Hart-
shorne y May, Studies in the Nature
sanguíneos, flemáticos, biliosos y me- of Character, I, 1928. — G. Thibon,
lancólicos. La doctrina de los tem- La théorie du caractère, 1933. — W.
peramentos es considerada hoy desde Boven, Introduction a la caractérolo-
el punto de vista del análisis y gie, 1941. — S. Mounier, Traite du
descripción del tipo (VÉASE) psico- caractère, 1947 (trad. esp. : Tratado del
lógico. A la vez, ha quedado inser- carácter, 1957). — Josef Becker,
tada como uno de los elementos de Einführung in die Charakterkunde,
1947. — Sobre el carácter empírico:
la ciencia de los caracteres o carac- C. Prat, Le caractère empirique et la
terología. Esta última procede sobre personne, 1906. — Sobre tipología
todo de Julius Bahnsen (VÉASE ), caracterológica, véase la bibliografía
quien tomó su doctrina caracteroló- en el artículo TIPO; además: Ph.
gica principalmente de Schopenhauer, Lersch, Charakterologische Typolo-
y F. Paulhan. Sin embargo, ya Ribot gie, 1934.
y John Stuart Mill, y aun antes Her- C AR AMU EL LO BKO W ITZ
bart, habían investigado el problema (JUAN) (1606-1682) nac. en Ma-
desde un punto de vista muy seme- drid, estudió en Madrid y Salaman-
jante. En la actualidad la caracte- ca, ingresó en la Orden cisterciense,
rología no se Umita por lo común a y profesó en Alcalá y en los Países
la descripción de los diferentes ca- Bajos (Lovaina), donde polemizó
racteres individuales, sino que pro- contra Jansenio. Fue asimismo durante
cura establecer, junto a una clasi- un tiempo Vicario general en Praga.
ficación sistemática de los caracte- Caramuel se distinguió por su
res desde un ángulo psicofisiològi- espíritu curioso de todo, aficionado
co, un estudio de las influencias que a los descubrimientos modernos y
los determinan, desde la constitución muy inclinado a la aplicación a todas
orgánica hasta la tradición histórica. las cuestiones de métodos aritméticos
La caracterología utiliza, pues, un y geométricos. El autor tenía concien-
grupo de ciencias, y si por un lado cia de su enciclopedismo al estampar
parece ser un mero capítulo de la en uno de sus libros latinos —la Ma-
psicología general, por el otro —espe- thesis biceps— dos sonetos sobre sí
cialmente cuando tiene en cuenta el mismo en los que se leen los siguien-
conjunto de influencias efectivas y tes versos: "Tu Caramuel, en cien-
posibles— rebasa el marco de la psi- cias prodigioso" y "O Caramuel! que
cología. bien a tus quadrantes / Reduces de
Para Kant, el carácter es una ley las causas los momentos / sin que sus
de causalidad de la causa eficiente. exercicios les estorbes".
Puede distinguirse entre un carácter En su filosofía Caramuel se mos-
empírico y un carácter inteligible. El tró ecléctico. Citando a un antiguo
primero es una manifestación del úl- autor, indicó que no es necesario ele-
timo y por eso el carácter empírico gir entre ninguna de las "sectas" (es-
es designado también como carácter cuelas filosóficas) existentes, sino más
fenomenal, es decir, como carácter bien admitir lo que es verdadero en
cuyas acciones son enteramente de- todas ellas: en "estoicos, platónicos,
pendientes de otros fenómenos de epicúreos, aristotélicos" (Rationalis et
acuerdo con leyes naturales constan- realis philosophia). Deseoso de reno-
tes. El carácter inteligible, en cam- var las ciencias y las artes todas, usó
bio, es aquel por el cual el ser con- con frecuencia términos nuevos y cu-
siderado es causa de sus propias riosos, la mayor parte de ellos pronto
acciones sin que pueda ser estimado caídos en desuso. Fue uno de los pri-
como fenómeno. Una doctrina análoga meros en adoptar el nombre "Onto-
sostiene Schopenhauer, quien con- sofía" (véase ONTOLOGÍA), como de-
sidera que el carácter inteligible es signando una ciencia que se ocupa
un acto voluntario enteramente libre, del ente como tal, a diferencia del
situado más allá de toda fenomena- modo como de él se ocupan otras
lidad de tiempo y de espacio, más ciencias, incluyendo la metafísica, si
allá de todo mero obrar, por cuan- bien la ontosofía es propiamente la
to se trata, en último término, de metafísica en cuanto filosofía primera.
un ser. Trató con detalle de los principios
CAR CAR CAR
de esta filosofía primera, incluyendo epistolario con Atanasio Kircher, S. J.", Villalpando se distinguió por sus ex-
entre ellos, por lo demás, no sólo prin- Revista de filosofía, XII [1953], 102- posiciones y minuciosos comentarios
cipios ontológicos, sino también me- 47). — La observación de A. de obras de Aristóteles, especialmente
todológicos. En ética expuso doctri- Pastore, en: "G. G. di L. e la teoría de las obras sobre cuestiones lógicas,
nas considerablemente anti-rigoristas della quantificazione del predicato". dialécticas y físicas. En sus comenta-
Rivista Classici e Neolatini (1905).
y hasta relativistas; en todo caso, muy rios a las Categorías Cardillo defendió
próximas a un probabilismo criticado CARDANO (GIROLAMO) [Hye- una concepción del ente como equí-
por Pascal. ronimus Cardanus] (ca. 1501-1576),
voco y no equívoco o analógico, pero
nac. en Pavía, se distinguió por sus
Caramuel ha sido atacado a veces trabajos matemáticos. En filosofía de- ello no impide, a su entender, que el
por falta de discernimiento y de ma- fendió una concepción organológica, ente sea objeto de la filosofía prime-
duro juicio. Sin embargo, un examen hilozoísta y panteísta del mundo, in- ra. "El ente es equívoco —comenta
cuidadoso de sus obras revelaría po- fluida por diversas corrientes del Re- Marcial Solana (Cfr. infra)— ab uno
siblemente anticipaciones nada desde- nacimiento ( principalmente Nicolás atque ad unum, es decir, refiriéndose
ñables. Una es la que hemos mencio- de Cusa), así como por el neoplato- a todos los predicamentos a uno de
nado antes a propósito de la filosofía nismo y el neopitagorismo. Cardano ellos: los accidentes a la substancia."
primera. Otra es la que ha subrayado unía a esta concepción, que suponía Cardillo se ocupó asimismo largamente
A. Pastore al mostrar que se halla en la existencia de un alma del mundo, de la cuestión de la inmortalidad del
Caramuel una idea ya bastante clara un mecanicismo panmatemático y una alma, recurriendo a argumentos
de lo que fue luego la doctrina ha- teoría del saber, según la cual éste sacados de Aristóteles para demos-
miltoniana de la cuantificación del es propio solamente de una minoría trarla.
predicado. ilustrada, escéptica y crítica, frente a Obras: Commentarii in quinqué vo-
La lista de obras de Caramuel figura la cual una mayoría debe ser mante- ces Porphirii, 1557. — Summula Sum-
en su Mathesis biceps vetus et nova nida, por conveniencia social y política, mularum, 1557. — Isagoge sive In-
(1670), clasificadas en libri hispanici en la credulidad y en la ignorancia. troductio in Aristotelis Dialecticam,
(como la Declaración mística de las 1557. — Commentanrius in libros de
Como Taurellus, y por motivos Priori Resolutione Aristotelis, 1557. —
armas de España, 1619 y el Arte nueva análogos, Cardano suponía que el co-
de Música, 1669 ) y libri latini. Estos Commentarius in libros Aristotelis de
nocimiento verdadero de las cosas Posteriori Resolutione, 1558. — Com-
últimos incluyen libri critici & eruditi,
que tratan de filosofía, teología, puede darse, en última instancia, me- mentarius in Categorias Aristotelis una
astronomía, matemática, etc. Entre los diante la unión extática con Dios y cum questionibus in easdem, 1558. —
libros más propiamente filosóficos (y el mundo inteligible, pero esta unión Commentarius in librum Periherme-
teológicos) mencionamos: Rationalis no suprimía, sino que implicaba, un neias Aristotelis, 1558. — Summa
et realis philosophia (1642). — Theo- dominio de la Naturaleza y de las Dialecticae Aristoteleae, 1558. —
logia moralis (1643). — Mathesis cosas, demostración del puesto singular Commentarius in Aristotelis Tópica,
audax rationalem, naturalem, superna- y elevado que el hombre, algunos 1559. — Apologia Aristotelis adversus
turalem, divinamque sapientiam, arith- hombres, ocupaban en la jerarquía eus qui aiunt sensisse animam cum
meticis, geometrías, catoptricis. . . del mundo. corpore extingui, 1560. — Commen-
fundamentis substruens exponensque tarius in octo libros Psysicorum Aris-
Obras: De vita propria, 1542. — totelis, 2 vols., 1566-1560. — Dispu-
(1644). — Theologia fundamentalis De subtilitate rerum, 1552. — De
(1651, 1656 & 1657). — Severa ar- tationes adversus Protestationem tri-
varietate rerum, 1556. — Edición ginta quatuor haereticorum Augustae
gumentandi Methodus ( 1643, 1644 &
1654). — Metalogica [Progreditur ul- de Opera Omnia: Lyon, 10 vols,, Confessionis, 1568. — Commentarius
tra Logicae metas, & ex Parallelismis 1663. — Salvatore Fimiani, Note ed in quatuor libros Aristotelis de coelo,
ad res Physicas resolvit Quaestiones appunti su la cultura filosófica del ri- 1568 (1576). — Commentarius in
de Formalitatibus] (1654). — Gram- nascimento. G. Cardano, la vita e le duos libros Aristotelis de ortu atque
matica audax ( 1651). — Herculis Lo- opere, 1904. — E. Rivari, La mente interitu. . ., 1569. — Interrogationes
gici labores tres ( 1654 ). — Apparatus di Girolamo Cardano, 1906. — A. Si- naturales, morales et mathematicae,
philosophicus (1657 & 1665). — Theo- mili, G. Cardano nella luce e nell'om- 1573. — La obra de M. Solana referida
logia (lege, Philosophia) rationalis; cu- bra del suo tempo, 1941 (con biblio- supra es Historia de la Filosofía
jus partes sunt Logica Vocalis, Scripta, grafia ). — Ore Oystein, Cardano, the Española. Época del Renacimiento.
Mentalis: Recta, Obliqua (1654). — Siglo XVI, tomo II (1941), págs. 81-
Gambling Scholar, 1953 (trad, del tra- 123, y especialmente pág. 118.
Theologia fundamentalis ( 1651, 1656 tado sobre los juegos, con introduc-
& 1657). — Teologia intentionalis CARDOSO (ISAAC) (1615-ca.
ción y notas informativas).
(1654). — Paradoxium Physico-Ethi- 1680), nacido en Lisboa (o en Ce-
cum, cujus Tomj sunt tres: Primus. CARDENAL CAYETANO. Véase lorico), estudió medicina en Sala-
Logican realiter, & moraliter examinat CAYETANO ( CARDENAL).
manca y vivió en Valladolid, Madrid
(1668); Secundus. Philosophiam, Ju- CARDILLO DE VILLALPANDO y Valencia. Luego emigró a Vene-
risprudentiam, Astronomian, Medici- (GASPAR) (1527-1581) nac. en Se- eia, donde hizo profesión pública de
nam, & c. realiter et moraliter, discu- govia, estudió teología en la Univer-
tit (s/f.); Tertius. Theologiam analogia judaismo. Es considerado como uno
sidad de Alcalá de Henares. Después de los filósofos eclécticos de la época,
servata realiter, ir moraliter exhi-bet de participar activamente en el Con-
(s/f.). — Mathesis biceps vetus et partidario del atomismo y enemigo
cilio de Trento (años 1562 y siguien- de la física hilemórfica aristotélico-
nova, 2 vols. (1670) (I. Vetus. II.
Nova). — Caramuel sostuvo corres- tes ), fue nombrado ( 1575 ) Canónigo escolástica. Cardoso acusó a esta fí-
pondencia con sabios y filósofos (Cfr. de la Colegial Complutense de los sica de no dar cuenta de la realidad,
al respecto: R. Cenai, S. J., "J. C. Su Santos Justo y Pastor. Cardillo de sino de crear engañosos entes de ra-
256
CAR CAR CAR
zón; el atomismo, en cambio, permite, ciales, según normas tales como "Pro- romanticismo, combatió las tenden-
a su entender, explicar completamente mueve con tu acción la socialidad cias materialistas y naturalistas que
los fenómenos naturales. Este del mundo histórico" o "Promueve se manifestaban sobre todo en el utili-
atomismo estaba basado en una teoría con tu acción la unidad-totalidad de tarismo inglés. Representante de una
del conocimiento sensualista que los valores de la personalidad humana concepción individualista de la his-
reflejaba una completa confianza en en el mundo social" (Cfr. el ar-tículo- toria, atribuyó su proceso y su pro-
la información proporcionada por los autoexposición citado en la bi- greso a la acción e influencia de las
sentidos, siempre que fuera confir- bliografía; Sciacca, p. 195). personalidades geniales, dotadas de
mada por la reflexión. Cardoso admi- Obras: Del sistema filosófico dan- enérgico carácter y de gran voluntad
tió dentro de su atomismo la doctrina tesco nella Divina Commedia, 1902. moral. Estas personalidades son los
de los cuatro elementos fundamentales — Il pensiero filosojico-religioso in
y de los cuatro temperamentos. Obra Francesco Petrarca, 1940. — Le for "héroes" con cuyo tejido se forma la
fundamental: Philosophia libera, in me di governo nello Stato presso i historia. Más que una interpretación
septem libros distributa, in quibus Greci, 1905. — Del carattere come filosófica de la historia, pretendía
omnia, quae ad Philosophum formazione psicologica, 1910. — Fra Carlyle, sin embargo, con su indivi-
naturalem spectant, methodice colli- Michelino e la sua eresia, 1912. — dualismo idealista, apoyar su oposi-
guntur, & accurate disputantur, Opus La mente di G. Bovio, 1914. — Avvia ción al utilitarismo y proporcionar a
non solum Medicis & Philosophis, sed mento allo studio della filosofia, 1914. la juventud inglesa de su tiempo un
omnium disciplinarum studiosis uti- — La filosofia di G. Locke, 2 vols., ejemplario moral.
lissimum, Venetiis, 1763. — Véase dello 1920-1921, 2a ed., 1928. — La vita Las principales obras de interés
O. V. Quiroz-Martinez, La introduc- La nostra spirito, 1921, 2a ed., 1940. — filosófico son: Sartor resartus, 1834,
scuola, 1927, 5a ed., 1946.
ción de la filosofía moderna en Es- — Neoscolastica, idealismo e spiritua y On Heroes, Heroeship and the He-
paña 1949, passim. lismo, 1933 (en colaboración con F. roic in History, 1841. — Edición de
CARIDAD. V. AMOR, COMPASIÓN. Olgiati). — La religiosità dell'arte e obras: Works, 34 vols., Londres,
CARLINI (ARMANDO) ( 1878-, detta filosofia, 1934. — Filosofia e 1870 y siguientes (frecuentemente
reimpresa). — Véase asimismo The
1959) nació en Ñapóles. Profesor religione nel pensiero di Mussolini, Correspondence of Thomas Carlyle
1934. — Il mito del realismo, 1936.
desde 1922 en la Universidad de Pisa, — Introduzione alla pedagogia, 1936, and Ralph Emerson, 1834-1872, 2
fue primeramente un adepto del 4a ed., 1946. — Verso la nuova scuo vols., 1894. — Sobre Carlyle, véase:
actualismo de Gentile (VÉASE), de la, 1941. — Saggio sul pensiero fi J. A. Froude, Th. Carlyle, 1882. —
quien partió para desarrollar un espi- losófico e religioso del fascismo, Wilhelm Dilthey, Th. Carlyle [Archiv
ritualismo realista que concordara con 1942. — Principi metafisichi del mon für Geschichte der Philosophie, IV),
el pensamiento católico. El realismo do storico, 1942. — Il problema di 1891 (reimpreso en Ges. Werke, IV).
Cartesio, 1948. — Perché credo, 1950, — W. J. Johnson, TH. Carlyle,
de Carlini no es, pues, totalmente ajeno 2a ed., 1952. — Atta ricerca di me
a algunos supuestos del idealismo stesso. Esame critico del mio pensie 1912. — Louis Cazamican, Th. Car
hegeliano. Esto se manifiesta de ma- ro, 1951. — Filosofia e storia della lyle, 1913. — F. W. Roe, The Social
Philosophy of Carlyle and Ruskin,
nera muy especial en su concep- filosofia, 1951. — Cattolicesimo e pen 1921. — Wilhelm Vollrath, Th. Car
ción de la religiosidad del arte y de siero moderno, 1953 (trad, esp.: Ca lyle und H. St. Chamberlain, 1985.
tolicismo y mundo moderno, 2 vols.,
la filosofía. En efecto, el arte une, 1960-1961). — Breve storia della — L. Marvin Young, Th. Carlyle
en el plano sensible, al mundo con filosofia, 1957. — Che cos'è la me and the Art of History, 1939. — Er-
Dios. Por eso el artista descubre, en tafisica? Polemiche e ricostruzione, nest Seillière, Un précurseur du Na-
la autoconciencia que sobrepasa a lo 1957. — Studi gentiliani, 1958. — Le tiomal-Socialisme. L'actualité de Car
histórico y determinado, lo trascen- ragioni della fede, 1959. — Autoexpo- lyle, 1939. — Hill Shine, Carlyle and
dente. Lo mismo ocurre con la filo- sición en el artículo "Lineamenti di the Saint-Simonians, 1941. — Una-
sofía; en ella se manifiesta claramente una concezione realistica dello spirito
umano", en Filosofi italiani contem
muno dedicó a Carlyle un ensayo
(Maese Pedro. Notas sobre Carlyle),
la naturaleza de los actos trascendentes poranei, 1944, ed. M. F. Sciacca, págs. del año 1902, recogido en Ensayos,
que conducen hacia lo absoluto y 183-97. — Véase M. F. Sciacca, "Il tomo III, 1916. Sobre Unamuno y
unen el pensamiento filosófico con la pensiero filosófico di A. C.", Archivio Carlyle véase el estudio del mismo
vida religiosa. Todo el esfuerzo de di storia della filosofia italiana, 3 título, de Carlos Clavería (Cuader
Carlini parece dirigido, así, a un re- (1937). —Id., id., Il Secolo XX, 1942, nos Hispanoamericanos, N° 10, 1949,
conocimiento de la trascendencia, sin col. II. — L. Pareyson, "Presisten-
zialismo di A. C.", Giornale critico recogido en Temas de Unamuno,
verse obligado por ello a adherirse a detta filosofia italiana, V-VI (1941), 1953). A la relación entre los dos
un realismo completo. La metafísica 1-2 (1942). — George Uscatescu, escritores se refiere también Alan
critica como metafísica de la "Filosofia italiana contemporànea: A. Carey Taylor en Carlyle et la pensée
problematicidad es la única que per- C.", Revista de Filosofía, XVI (1957), latine, 1937 (tesis).
CARNAP (RUDOLF) nac. (1891)
mite acoger dentro del reino de la 303-19. — M. T. Antonelli, G. Chia en Runsdorf, cerca de Barmen
fe ciertos "mitos" filosóficos. Por eso la vacci, M. Gentile, A. Guzzo et al., nù
mero especial sobre A. C. en Giornale (hoy Wuppertal, Westfalia), ha sido
metafísica crítica es, en el fondo, una di Metafisica, XV, 6 (Nov.-Dic., 1960). profesor en Viena (1926-1931), Pra-
descripción inteligible de los actos de CARLYLE (THOMAS) (1795- ga (1931-1935), Chicago (1938-
trascendencia, inclusive de la 1881) nació en Ecclefechan (Esco- 1954) y Los Angeles (desde 1954).
trascendencia del alma por si misma. cia). Muy influido por la filosofía Cinco aspectos pueden ser subrayados
La idea metafísica puede inclusive idealista alemana y por la poesía del en su trabajo filosófico, lógico y se-
formularse en términos histórico-so- miótico, correspondientes aproximada-
257
CAR CAR CAR
mente a cinco fases: el aspecto crí- La insistencia en el aspecto sintácti- 1934 (El tema de la lògica de la cien-
tico-filosófico, el aspecto del análisis co conducía, sin embargo, a dificulta- cia). — Logische Syntax der Sprache,
de la constitución, el de la sintaxis des que obligaron a Carnap a prestar 1934 (Sintaxis lógica del lenguaje; am-
lógica del lenguaje, el semántico, y el considerable atención a la semántica. pliada en trad, inglesa: The Logicai
del examen de la inducción. Daremos Syntax of Language, 1937 ). — Foun-
Los detallados estudios semánticos de dations of Logic and Mathematics,
breve noticia de ellos, advirtiendo que Carnap han abarcado tanto los pro- 1939 (International Encyclopedia of
se encontrarán informaciones comple- blemas semánticos en general como Unified Science, vol. I, N° 3). — Stu-
mentarias en varios otros artículos, los de la formalización de la lógica. dies in Semantics (I. Introduction to
entre los cuales mencionamos ANALÍ- Importantes son también al respecto Semantics, 1942; II. Formalization of
TICO Y SINTÉTICO, CONSTITUCIÓN , FI- sus estudios acerca de la modalidad. Logic, 1943). Se considera como to-
SICALISMO, INDUCCIÓN, METALENGUA- Durante los útlimos años Carnap se mo III el libro Meaning and Neces-
JE , MODALIDAD , NOMBRE , ONTOLO- ha ocupado intensamente de la ela- sity. A Study in Semantics and Modal
GÍA, PROBABILIDAD, SEMÁNTICA, SIN- boración de un sistema de lógica in- Logic, 1947, 2a ed., 1958. — Logicai
TAXIS, SIGNIFICACIÓN, SIGNO. ductiva a base de un examen de la
Foundations of Probability, I, 1950; 2a
ed., rev., 1962. Se anuncia t. II, del
El aspecto crítico-filosófico se con- probabilidad como grado de confir- cual hay anticipación en el folleto The
centra en su primer análisis del pro- mación y del supuesto de que todo Continuum of Inductive Methods,
blema del espacio. Resuenan en él razonamiento inductivo es un razona- 1932. Los dos tomos tendrán como tí-
las influencias kantianas, si bien de miento en términos de probabilidad. tulo común Probability and Induction.
un Kant interpretado en sentido crí- La lógica inductiva de Carnap es an- El contenido del tomo I fue anticipado
tico-fenomenista y lógico-regulativo. tipsicologista y no presupone ninguna en los artículos "Testability and Mean-
El análisis de la constitución se de las doctrinas que las lógicas induc- ing", Philosophy of Science, III (1936),
basa en una teoría en la cual se or- tivas clásicas estimaban indispensa- 419-71, IV (1937), 1-40, y "On
denan los diferentes sistemas de ob- bles, tales como, por ejemplo, la de
the Application of Inductive Logic",
Philosophy and Phenomenological
jetos o conceptos según grados. 'Cons- la regularidad de los fenómenos natu- Research, III (1947). — Resumen y
tituir' equivale para Carnap a 'redu- rales. Advertiremos que la preponde- refundición por Wolfgang Stegmüller,
cir', pero esta reducción ha de en- rante atención a la elaboración de Induktive Logik und Wahrscheinlich-
tenderse en sentido lógico-sistemático dicha lógica no ha impedido a Carnap keit, 1959. — Einführung in die sym-
y no metafísico. La teoría carnapiana ocuparse asimismo con frecuencia de bolische Logik, 1954, nueva ed., 1960.
de la constitución puede ser consi- problemas lógicos y semánticos y — Sobre la teoría de la constitución
derada como una ontología de base de reiterar ciertos puntos de vista de Carnap: Josef Burg, Konstitution
lógica en el curso de la cual se carac- —tales, la oposición a la ontología; und Gegenstand im logistischen Neu
positivismus R. Carnaps 1935 (Dis.).
terizan los objetos mediante "meras la estricta separación de expresiones — Sobre su teoría de la verdad: D.
propiedades estructurales" o por en analíticas y sintéticas, etc.— que R. Cousin, "Camap's Theories of
"ciertas propiedades lógico-formales se habían ya manifestado en las fa- Truth" (Mind., LXIV, N° 233, 1950,
de relaciones o tramas de relaciones". ses anteriores. págs. 1-22). — Sobre lógica inductiva:
La teoría de la constitución se halla Obras principales: Der Raum. Ein E. H. del Busto, Las teorías moder
dentro de las orientaciones del Círculo Beitrag zur Wissenschaftslehre, 1922 nas de la probabilidad. La probabili
de Viena ( VÉASE ) del que Carnap (El espacio. Contribución a la teoría dad y la lógica inductiva de C., 1955
fue uno de los principales represen- de la ciencia). — Physikalische Be- (monografía). — P. Filiasi Carcano,
tantes. Ligada a la misma se encuen- griffsbildung, 1926 (Conceptuación L. Apostel, G. Petri, L. Geymonat,
fisicalista). — Der logische Aufbau artículos en número especial de Rivis-
tra su elaboración del fisicalismo, su der Welt. Versuch einer Konstitu- ta critica di storia della filosofia,
crítica de la metafísica y la elabora- tionstheorie der Begriffe, 1928 (La Año X, fase, v-vi (1955), dedicada
ción de la sintaxis lógica del lenguaje. estructura lógica del mundo. Ensayo a R. Carnap (bibliografía de y so
Según Carnap, hay que distinguir en- de una teoría de la constitución de bre Carnap por A. Pasquinelli ). —
tre el modo formal y el modo material los conceptos). — Scheinprobleme in Wolfgang Stegmüller, Das Wahrheit
de hablar. Cuando se olvida tal dis- der Philosophie. Das Fremdpsychi- sproblem und die Idee der Semantik.
tinción se recae en la metafísica y, sche und der Realismusstreit, 1928 Eine Einführung in die Theorie von
por lo tanto, en la confusión entre las (Problemas aparentes en la filosofía. A. Tarski und R. Carnap, 1957. —
proposiciones y las pseudo-proposicio- Lo psíquico ajeno y la discusión en Jerzy Pelc, Poglady Rudolfa Carnapa
nes. Las proposiciones metafísicas son,
torno al realismo). — Abriss der 'Lo- na kwestie znazcenia i oznaczania,
gistik, mit besonderer Berücksichti- 1960 (Las ideas de R. C. sobre los
en efecto, a su entender pseudo-pro- gung der Relationstheorie und ihrer problemas del sentido y de la denota
posiciones que parecen tener referen- Anwendungen, 1929 (Compendio de ción). — Nùmero de Synthese, Vol.
tes objetivos, pero no los tienen. Hay logística, con especial consideración XII, N° 4 (Diciembre 1960) dedica
que ver, por consiguiente, de qué de la teoría de la relación y de sus do a R. C. con motivo de su 70°'
modos pueden formularse correcta- aplicaciones). — "Ueberwindung der ani
mente proposiciones, esto es, hay que Metaphysik durch logische Analyse versario [véanse especialmente artícu
examinar en cada caso si las "propo- der Sprache", Erkenntnis, II (1931), los de W. v. Quine, "C. and Logicai
siciones" formuladas obedecen o no 219-41 (trad, esp.: La superación de Truth", y Karl Dürr, "Beleuchtung
a las reglas sintácticas del lenguaje.
la metafísica por medio del análisis von Anwendungen der Logistik in
lògico del lenguaje [Centro de Estu- Werken von R. C."].
La filosofía acaba siendo definida dios filosóficos. Univ. de México,
inclusive como un "análisis lógico del CARNÉADES (ca. 214-129 antes
Cuad. 10; con notas del autor]). — de J. C.) de Cirene fue escolarca de
lenguaje". Die Aufgabe der Wissenschaftslokig, la Academia Nueva, desde 156 hasta

258
CAR CAR CAR
su muerte. Enviado con el estoico Estas últimas tienen que transmigrar niones tanto metafísicas como físicas
Diogenes y el peripatético Critolao hasta purificarse. Junto a estas doc- del filósofo fueron objeto de apasio-
a Roma por los atenienses para de- trinas, Carpócrates mantuvo la tesis nados debates. Éstos no se confinaron
fender ante el Senado la resistencia de que Jesús es el Hombre Per- a los círculos filosóficos, científicos
de Atenas a cumplir un castigo im- fecto, de alma absolutamente pura; o teológicos, sino que penetraron
puesto a la ciudad, la estancia de los por ello es el Redentor de las almas profundamente en los artísticos y li-
tres filósofos en la metrópolis domina- caídas. terarios y hasta en "la sociedad", co-
dora representa uno de los hechos Véase bibliografía de GNOSTICISMO. mo lo muestran los tan frecuentemente
decisivos en la historia de la influen- CARR (HERBERT WILDON) citados versos de Moliere en Les
cia del pensamiento griego sobre el (1857-1931), profesor en King's Colle- femmes savantes (Act. III, esc. ii):
mundo romano. Continuador de Ar- Bélise: Je m'acommode assez pour
cesilao y adversario de todo dogma- ge, de Londres, a partir de 1918, y
de la Universidad de Southern Cali- moi des petits corps / Mais le vide a
tismo, Carnéades sostiene que no hay souffrir me semble difficile, / Et je
posibilidad de distinguir de un modo fornia, desde 1925, se opuso al meca-
nicismo materialista y defendió una goute bien mieux la matiere subtile.
absoluto entre las representaciones — Trissotin: Descartes pour l'aimant
verdaderas y las falsas, por lo cual filosofía neoevolucionista influida
precisa establecer un criterio de ver- por el bergsonismo, por el actualis- donne fort dans mon sens. — Arman-
dad teórica y práctica, que encuentra mo italiano, por ciertas formas de he- de: J'aime ses tourbillons. — Phila-
en las nociones de lo verosímil, lo gelianismo, por el neovitalismo y por minte: Moi, ses mondes tombants,
probable y lo persuasivo. Las ense- ciertas interpretaciones de la ciencia a los cuales podrían agregarse otros
ñanzas de Carnéades —el cual com- moderna, en particular de la teoría testimonios literarios y de descripción
batió sobre todo la doctrina estoica de la relatividad. Muchas de las ideas y crítica de costumbres. El propio
del destino— fueron difundidas por de Carr muestran afinidad con el Descartes dedicó parte de sus escritos
su discípulo Clitómaco. pragmatismo contemporáneo; otras, —públicos, como las Respuestas a
C. Vick, Quaestiones Carneadeae, con las concepciones que defienden las Objeciones a las Meditaciones
1901. — B. Detmer, Kameades und la evolución emergente (VÉASE). El metafísicas, y privados, como las nu-
Hume, ihre Wahrscheinlichkeistheo- desarrollo de todas estas tendencias merosas referencias que hallamos en
rien, 1910. — Véase también V. Bro- y el interés por unir los resultados de la correspondencia— a contestar a
chard, Les sceptiques grecs, 1887 la física con reflexiones metafísicas sus críticos, tanto a los que se opo-
(trad, esp.: Los escépticos griegos, lo condujo a la formulación de una nían a sus tesis (físicas, metafísicas
1944. Libro II, caps, iv y v) y D. teoría monadológica, afín a la leibni- y teológicas) como a los que discu-
Armand, Fatalisme et liberté dans. ziana, pero de carácter más fuerte- tían su originalidad. (Sobre este úl-
l'antiquíté grecque, 1948. — Artículo mente idealista que ésta. timo punto véase ALMA DE LOS BRU-
de H. von Arnim sobre Carnéades Obras principales: The Problem TOS, COGITO ERGO SUM. ) Las referen-
(Karneades) en Pauly-Wissowa. of Truth, 1913. — The General Prin- cias a favor y en contra de Descartes
CARPÓCRATES de Alejandría (fl. cipie of Relativity in Its Philosophi- fueron tan numerosas durante el si-
co. 130) fue uno de los representan- cal and Historical Aspects, 1920. — glo XVII y primera mitad del siglo
tes del gnosticismo (VÉASE) especu- A Theory of Monads. Outlines of the XVIII, que, como lo ha mostrado F,
lativo, aun cuando sus tendencias al Philosophy of the Principie of Re- Bouillier, la historia de la filosofía
lativity, 1922. — The Scientific en esta época coincide en parte con
respecto fueron considerablemente Approach to Philosophy: Selected
más sobrias que las de Valentino o Essays and Reviews, 1924. — Chan- la historia del cartesianismo. Nos li-
Basílides. Se trataba de un gnosticis- ging Backgrounds in Religion and mitaremos a algunos datos esenciales.
mo fuertemente influido por el pla- Ethics, 1927. — The Unique Status Entre los partidarios de Descartes
tonismo ecléctico. Había en él dos of Man, 1928. — The Freewill Pro- figuran ante todo el Padre Mersenne
tesis capitales. Por un lado, Carpó- blem, 1928. — Cogitans Cogitata, y el llamado círculo de Mersenne,
crates afirmaba que el Dios supre- 1930 (obra capital sintética). que veía en el mecanicismo carte-
mo e increado, la máxima Unidad, CARTESIANISMO. La influencia siano una posibilidad de combatir al
había producido los espíritus inferio- ejercida por Descartes (Cartesius) ateísmo. También defendieron mu-
res, los cuales a su vez habían produ- ha sido considerable en toda la época chas tesis cartesianas algunos janse-
cido el mundo. Esta producción se moderna y a ella sobre todo suele nistas —la llamada lógica de Port-
aproxima, según Carpócrates, más a la darse el nombre de cartesianismo. Royal (VÉASE), por ejemplo, es esen-
emanación que a la creación. Por otro Sin embargo, el cartesianismo como cialmente cartesiana—, y especial-
lado, Carpócrates mantenía que las concepto usado en la historia de la mente los oratorianos, quienes, si-
almas humanas han existido con an- filosofía abarca tanto la adhesión a guiendo una tendencia que culminó
terioridad a la producción del mundo las doctrinas de Descartes o el des- en Malebranche, vieron en el carte-
y que han vivido en el seno de la arrollo de alguno de sus pensamien- sianismo una especie de renovación
Unidad Máxima. Desde el mismo han tos fundamentales como las diversas del agustinismo. En los problemas
descendido (o caído) a la existencia manifestaciones de oposición al filó- planteados por Descartes se basaron
terrestre y se esfuerzan por regresar sofo o a sus partidarios, En este se- los filósofos que se reúnen bajo el
a su fuente originaria. Las almas gundo sentido más amplio tomamos nombre de Ocasionalismo y también
más puras poseen el recuerdo de su el término 'cartesianismo' en el pre- —aunque solamente en cierta medi-
existencia anterior; las más impuras sente artículo. da— Spinoza. A fines del siglo XVII
se hallan sumergidas en el olvido. Ya en vida de Descartes las opi- el cartesianismo fue ardientemente
259
CAR CAR CAR
defendido por Sylvain Régis (1632- asimismo a Descartes. Aquí también, los pensadores que de un modo más
1707) en sus obras Systeme de phi- no obstante, se experimentaron cam- explícito han tomado una actitud de-
losophie contenant la logique, la mé- bios notables; después de al parecer finida frente al cartesianismo en la
taphysique, la physique et la morale irreductibles conflictos entre atomis- época actual mencionaremos aquí a
(1690) y Réponte a la Censure (1691), tas y cartesianos, el siglo XVIII vio cuatro: E. Husserl, G. Ryle, Franz
esta última contra D. Huet (1630- varios intentos de conciliar las dos co- Böhm y J. Maritain. Respecto a
1721), el cual fue primero un entu- rrientes, y de encontrar puntos comu- Husserl, se ha hablado inclusive de
siasta cartesiano, pero combatió luego nes entre Descartes y Gassendi. Otra un neo-cartesianismo, aun cuando es
violentamente el cartesianismo, entre oposición a Descartes vino de parte obvio que lo que hay de cartesiano
otros motivos por la oposición de éste de Vico y de quienes rechazaban que en el citado filósofo es casi única-
a la erudición (Censura phi-losophiae el conocimiento de los hechos y de mente el problema y en modo alguno
cartesianae, 1689, y Traite "lo hecho" no tuviera importancia en el método o las soluciones ofrecidas.
philosophique de la faiblesse de l'es- filosofía. Finalmente, hay que contar De todos modos, es significativo el
prit humain, 1723). Es sabido hasta hecho de que una de las obras de
la oposición que en el siglo xvm se
qué punto los problemas dilucidados Husserl haya sido titulada Medita-
manifestó contra el cartesianismo
por Hobbes, Locke, Leibniz y otros ciones cartesianas. Respecto a Ryle
no podrían ser entendidos sin referen- —particularmente contra el sistema
del mundo cartesiano— por parte de y Böhm, se han manifestado en opo-
cia al cartesianismo. Éste se difundió sición a Descartes: Ryle, por motivos
mucho no solamente en Francia, sino los filósofos defensores de la nueva
filosofía natural, centrada en torno a filosófico-psicológicos, tal como lo he-
también en los Países Bajos (Hee- mos visto en los artículos CUERPO y
reboord —"aristotélico-cartesiano"—, la física newtoniana, y del nuevo
empirismo, agrupado principalmente RYLE ( GILBERT); Böhm, por motivos
Lambert Welthuysen, Heidanus, Vol- más bien filosófico-políticos. El anti-
der, Tobie Andre, Ruardus Andala), alrededor de Locke. El antiinnatismo
cartesianismo político de Böhm (Anti-
Inglaterra (Antoine Le Grand), Ale- (véase INNATISMO) desempeñó en
Cartesianismus. Deutsche Philosophie
mania (J. Clauberg), Italia (con el estas últimas tendencias un papel ca- im Widerstand, 1938) se manifiesta,
gran cartesiano Michele Angelo Far- pital. Como señala Bouillier (His- en efecto, en su declaración de que
della [1650-1718], que fue asimismo toire, II, 560), "todo el siglo XVIII "Descartes es nuestro más inmediato
agustiniano y malebranchista, y G. S. repetirá lo que dijo [Voltaire] ) : que enemigo filosófico" cuando lo exa-
Gerdil [1718-1802]). La oposición no la filosofía de Locke es respecto a la minamos desde el punto de vista "his-
fue menos viva que la adhesión: no de Descartes y Malebranche lo que tórico-real" y no simplemente filosó-
solamente hubo numerosas críticas la historia es a las novelas". "Todo fico. Para Böhm, toda la "verdadera"
filosóficas, teológicas, físicas y hasta el siglo xvm" es, con todo, una exa- filosofía alemana es anti-cartesiana y
morales, sino que hubo varias geración notoria; no solamente hay anti-racionalista, opuesta, por lo tanto,
condenaciones públicas, como un todavía cartesianismo en las tenden- al "universalismo vacío" y a la
Decreto de la Congregación del ín- cias eclécticas antes aludidas y en la tendencia a la "desrealización" ca-
dice (como consecuencia de indica- persistencia del "espíritu cartesiano", racterísticos del filósofo francés. La
ciones hostiles sobre el cartesianismo sino también en defensas explícitas filosofía alemana está atenta a la
dadas por la Universidad de Lovai- de la física de Descartes, como las "realidad", lo que significa, al enten-
na), una prohibición verbal del Rey de Bernard Le Bovier de Fontanelle der de Böhm, a la realidad de la
de Francia enviada a la Universidad (1657-1757: Entretiens sur la plura- tradición germánica, único funda-
de París por el Arzobispo de la lité des mondes, 1686; Èloge de New- mento de la filosofía alemana del fu-
misma ciudad en 1671, etc. Todas ton, 1727 y, sobre todo, Theorie des turo. Las implicaciones políticas de
estas prohibiciones, sin embargo, tourbillons cartésiens avec des réfle- este anti-cartesianismo no necesitan
toparon con grandes dificultades a xions sur l'attraction, 1752) y Jean ser demostradas ni han sido, por lo
consecuencia de la difusión no so- Terrasson (1670-1750: Philosophie demás, ocultadas por su propio au-
lamente del cartesianismo, sino tam- applicable a tous les objets de l'esprit tor. En cuanto a Maritain, su oposi-
bién, y hasta podríamos decir es- et de la raison, 1751). ción a Descartes se debe a que este
pecialmente, del espíritu cartesiano, Por otro lado, es comprensible que filósofo cometió, a su entender, el
como se advierte, por ejemplo, en en virtud del carácter fundamental "pecado" específicamente moderno:
Bossuet, cuya oposición a muchas del pensamiento cartesiano y del pa- el endiosamiento del hombre. Esto
de las doctrinas de Descartes no pa- pel desempeñado por él en la histo- puede parecer sorprendente si se tiene
rece incompatible con la aceptación ria de la filosofía moderna, inclusi- en cuenta el papel que desempeña
de tal espíritu. Se opusieron también ve muchos de los pensadores con- Dios en el pensamiento de Descartes.
al cartesianismo muchos aristotélicos Maritain concluye, sin embargo, que
temporáneos hayan manifestado una
y la mayor parte de los jesuítas, si tal endiosamiento es una consecuencia
bien en este último caso la oposición determinada actitud frente al car-
tesianismo de acuerdo con las ten- de la concepción angélica que
no se mantuvo de un modo cons- Descartes se hizo del entendimiento
tante y firme a lo largo de toda la dencias básicas de sus propias filo-
sofías. Esto significa que el carte- del hombre.
época moderna, ya que desde el siglo Véase la bibliografía del artículo
XVIII vemos intentos de conciliar sianismo —como toda gran filosofía
DESCARTES. Además, sobre el carte-
cartesianismo y otras tendencias. Los del pasado, por lo demás— no es sianismo en general y especialmente
empíricos y escépticos se opusieron algo muerto, sino que sigue vigente sobre el cartesianismo en Francia:
aun en quienes lo rechazan. Entre
260
CAR CAR CAS
Bordas-Demoulin, Le Cartésianisme, 1887. — E. J. Dijksterhuis y otros pecto es menor que la de Boecio.
1843. — F. Bouillier, Histoire de la autores, Descartes et le cartésianis- Sus principales obras de interés fi-
Philosophie cartésienne, 2 vols., 1854; me hollandais, 1951 (solamente los losófico y teológico son las Institu-
3a ed., 1868. — E. Saisset, últimos capítulos del libro se refie- tiones theologiae, cuyo libro II, titu-
Précurseurs et disciples de Descartes, ren al asunto anunciado. En la citada lado De artibus ac disciplinis libera-
1862 (trad, esp.: Descartes, sus Histoire de F. Bouillier hay dos
precursores y sus discípulos). — A. capítulos sobre el cartesianismo en lium litterarum es una enciclopedia
Espinas, ''Pour l'histoire du los Países Bajos). — C. Louise de las artes liberales muy usada en
cartésianisme", Revue de Thijssen-Schoute, Nederlands Carté- las escuelas monásticas; el Liber de
Métaphysique et de Morale, XIV sianisme, 1954. — Paul Dibon, La anima, influido por el De statu ani-
(1906), 265-93. — Varios autores, philosophie néerlandaise au siede mae de Claudiano Mamerto y por los
Travaux de Xe Congrès Internatio- d'Or, t. I, 1954. — L. Chmaj, "Kar- tratados sobre el alma de San Agus-
nal de Philosophie (Ètudes carte- tezjanism e Polsce w XVII i XVIII tín, especialmente en lo que toca a
siennes, VII, VIII), 1937. — Véase w." Mys filozoficzna, V (1956), 67- la doctrina de la inmaterialidad del
asimismo la parte sobre el cartesia- 102 (''El cartesianismo en Polonia en alma y a la solución dada a esa cues-
nismo en las historias de la filosofía los siglos XVII y XVIII"). — L. C.
citadas en el artículo FILOSOFÍA Rosenfield, Peripatetic Adversaries of tión tan debatida por los neoplatóni-
(HISTORIA DE LA), especialmente la Cartesianism in Seventeenth Century cos y los Padres de la Iglesia. Ejer-
de Ueberweg (tomo III) y la parte France, 1957. — Sobre las objeciones cieron también considerable influencia
titulada L'età cartesiana, en la Storia al cartesianismo: P. Carabellese: Le sus escritos lógicos gramaticales y
detta filosofia de Guido de Ruggiero. obiezioni al cartesianesimo (vol. II. retóricos.
Además: C. Carbonara, Cartesio e La dualità, 1947). Obras de Casiodoro en Migne,
la tradizione ontologica, 1945 (más CARVALHO (JOAQUIM DE) P. L. LXIX-LXX. Edición de escri-
bien sistemático que histórico: defen- (1892-1958), nac. en Figueira de Foz tos retóricos por C. Hahn, Rhetores
sa de la "metafísica clásica"). — G. (Portugal), profesó en la Universidad latini minores, Lipsiae, 1863. — Véase
Bontadini, Studi su la filosofia dell' A. Franz, M. A. Cassiodorus Senator,
età cartesiana, 1947 (lo mismo que de Coimbra y en la Escuela Normal ein Beitrag zur Geschichte der theo-
el anterior). — A. G. A. Balz, Car- Superior portuguesa. Sus más impor- logischen Literatur, 1872. — G. Mi-
testen Studies, 1951 (sobre Courde- tantes contribuciones lo fueron en his- nasi, M. A. Cassiodoro, Senatore,
moy, Clerslier, Rouhault, L. de la toria de la filosofía a partir de su tra- 1895. — Ph. Lehmann, "Cassiodor-
Chambre, S. Sorbiere, L. de la For- bajo sobre León Hebreo: "Leáo He- studien", Philologus, 1917, págs. 351-
ge, J. Clauberg y varios temas: oca- breu, Filósofo" (1919). 83. — A. Van de Vyver, "Cassiodo-
sionalismo, alma de los brutos, para- Tuvo a su cargo la publicación de re et son oeuvre", Speculum, 1931,
lelismo alma-cuerpo, etc.). — Émile obras de Pedro Nunes (Núñez) y de págs. 244-92. — G. Bardy, "Cassiodo-
Callot, Problèmes du cartésianisme, re et la fin du monde ancien", Année
1956 (especialmente sobre D. Male- Francisco Sanches (Sánchez); de este
último editó las Opera philosophi-ca théologique (1945), págs. 383-425.
branche, Spinoza). — Sobre la in- — L. W. Jones, C. Senator, 1946.
fluencia del cartesianismo en los je- ( 1955 ) con extensa introducción a su
pensamiento. La mayor parte de los CASO (ANTONIO) (1883-1946)
suitas franceses: G. Sortais, "Le car- nac. en la ciudad de México, desta-
tésianisme chez les Jésuites français trabajos de Joaquim de Carvalho
au XVIIe et au XVIIIe siècles, Ar- estuvieron encaminados a preparar cóse filosóficamente en sus confe-
chives de philosophie, IV 3 (1929), los materiales para una historia de la rencias de 1909, en el curso de las
253-61, — Sobre cartesianismo y filosofía en Portugal que incluyera la cuales se enfrentó con el positivismo
jansenismo: J. Kohler, Jansenismus historia de la ciencia. tan arraigado en México desde la
und Cartesianismus, 1905. — Sobre Cruz Malpique, en Miscelanea de época de Barreda. A dicha tendencia
la escolástica cartesiana: J. Bohatec, opuso Caso las nuevas corrientes, par-
Die cartesische Scholastik, 1921. — Estudos a Joachim de Carvalho, N° 2
(1959), 100-43. ticularmente las que, postulando una
Sobre el cartesianismo en diversos ampliación de la experiencia, permi-
países: Ramón Cenai, S. J. "Carte- CASIODORO (FLAVIUS MAG-
sianismo en España. Notas para su NUS AURELIUS CASSIODORUS) tían superar el positivismo sin re-
historia (1650-1750)", Revista de la (ca. 490-ca. 570), nac. en Sylacium trotraerse a posiciones anteriores a
Universidad de Oviedo. Serie de Fi- [Squillare] (Calabria), amigo y discí- él. Tanto en la citada fecha como pos-
losofía y Letras, 1945, págs. 5-97 (hay pulo de Boecio y servidor como él de teriormente Caso procuró dar a co-
tirada aparte). Cenai menciona como Teodorico, fundó el monasterio de Vi- nocer a los interesados en filosofía
cartesianos españoles: Diego Matheo varium, en el sur de Italia, y desarro- de su país y de Hispanoamérica en
de Zapata, Gabriel Álvarez de Tole- lló allí una intensa actividad filosófica general las tendencias que contribu-
do, Miguel Jiménez Melero, Juan yeron a formar el nuevo ambiente
Bautista Corachán, Jaime Serverà, y teológica. La importancia de Casio-
doro consiste principalmente en su filosófico: Boutroux, Meyerson, el
hasta cierto punto Tomás Vicente bergsonismo, la fenomenología de
Tosca, Alejandro de Avendaño, si transmisión a la Edad Media de con-
bien precisando que la mayor parte ceptos procedentes de la cultura an- Husserl, etc. Ahora bien, Caso no se
de ellos fueron maignanistas más bien tigua y en su esfuerzo por armonizar limitó a una labor de difusión, sino
que cartesianos (véase ATOMISMO). — tales conceptos con la teología cris- que trabajó en la elaboración de su
Werner, Die Cartesisch-Malebranchis- tiana. También se le debe la acuña- propio pensamiento. Éste no tiene
che Philosophie in Italien, 1883. — ción de algunos vocablos que luego una forma sistemática, pero sí, en
L. Berthe de Besaucèle, Les Carté- pasaron al vocabulario filosófico es- cambio, un núcleo de motivos e ideas
siens d'Italie, 1920 (tesis). — Scer- relativamente invariables. Lo más im-
bo, G. B. Vico e il cartesianismo a colástico. Sin embargo, la amplitud
de la obra de Casiodoro en este res- portantes son las tendencias plura-
Napoli, 1933. — G. Monchamp, His-
toire du cartésianisme en Belgique,
261
CAS CAS CAS
listas en la concepción de la realidad, y la filosofía de los valores, 1933. — en efecto, ha dejado Cassirer de de-
la preocupación por los impulsos des- La filosofía de Husserl, 1934. — El fender lo que llama la gran tradición,
interesados (frente a la exclusiva in- acto ideatorio, 1934. — Meyerson y del idealismo, de Platón a Kant, pa-
sistencia en el rendimiento), la con- la física moderna, 1940. — La perso- sando por Descartes y Leibniz. El
na humana y el Estado totalitario, interés por la conceptuación, primero
fianza en el poder de la intuición 1941. — Positivismo, neopositivismo
—tanto de las esencias como de las y fenomenología, 1941. — El peli- en las ciencias de la Naturaleza, y
existencias— en la filosofía, la idea gro del hombre, 1942. — Filósofos luego en las ciencias del espíritu, ha
de esta última como una síntesis de y moralistas franceses, 1943. — Mé- de ser entendido desde el citado án-
los resultados, aparentemente opues- xico: apuntamientos de cultura pa- gulo. Cassirer averigua, en efecto, los
tos, de la ciencia, la moral y el arte, tria, 1943. — Ensayos polémicos so- diversos modos de la conceptuación,
así como del mundo físico y el mundo bre la escuela filosófica de Marbur- pero no por medio de una jerarquía
cultural. La síntesis se opera es- go, 1945 (con Guillermo Héctor Ro- platónico-aristotélica de los conceptos,
pecialmente en el mundo concebido dríguez). — Véase A. Gómez Ro- sino mediante el supuesto de la es-
bledo, José Gaos, Oswaldo Robles, tructura funcional de éstos. Los con-
como caridad, pues en ésta llega a L. Zea, R. Moreno, J. Hernández
culminación lo real. Pero la síntesis Luna, E. S. Brightman, D. García ceptos utilizados en la conceptuación
no significa para Caso absorción de Bacca, E. Uranga, S. Ramos, J. M. científica no son, desde luego, "rea-
los otros momentos, los cuales que- Terán, L. Recasens Siches, Homena- les". Pero no son tampoco puras for-
dan justificados en las respectivas es- je a Antonio Caso, 1947. malidades vacías; son conceptos fun-
feras de la realidad. CASSIRER (ERNST) (1874-1945), cionales articulados en series, no co-
Caso ejerció sobre todo influencia nac. en Breslau, profesor en Berlín locados por encima o por debajo de
a través de sus enseñanzas orales; (1906-1919), Hamburgo (1919-1933) los experimentos u observaciones, sino
con razón ha sido considerado como y, desde su exilio (1933), en Göte- formando desde el comienzo la trama
el animador del movimiento filosófi- borg (Suecia) y en EE. UU. (Yale, conceptual de éstos. La conceptua-
co mexicano durante las últimas dé- Columbia), perteneció formalmente a ción científica es por ello la forma-
cadas. Entre los representantes del la dirección neokantiana de la Escuela ción de una serie de instrumentos o
mismo citamos a Samuel Ramos, de Marburgo (VÉASE ), aun cuando la medios —tales como las "entidades'' y
Eduardo García Máynez, Francisco amplitud de sus temas y la las leyes de la física— por medio de
Larroyo, Guillermo Héctor Rodríguez, multiplicidad de sus intereses le hi- los cuales la realidad queda arti-
Adolfo Menéndez Samará, Miguel cieran ensanchar el cauce de dicha culada y aprehendida. Estos instru-
Ángel Cevallos, Leopoldo Zea, Os- Escuela. En todo caso, su filiación mentos, repetimos, no son realidades,
waldo Robles, Antonio Gómez Roble- marburgiana se muestra en su cons- pero tampoco ficciones cómodas; hay
do (Política de Vitoria, 1940. Cris- tante interés por los problemas epis- en ellos por lo menos la objetividad
tianismo y filosofía en la experiencia temológicos, y en particular por su de las referencias y la posibilidad de
agustiniana, 1942. La filosofía en el extenso análisis histórico y sistemático concebir los modos de la conceptua-
Brasil; 1946), E. Uranga. A casi todos del problema del conocimiento en la ción como elementos formales univer-
los mencionados filósofos han sido época moderna. Cassirer estudia, en sales, de acuerdo con los supuestos de
dedicados artículos especiales. A ellos efecto, la cuestión de la conceptua- una filosofía trascendental. De lo con-
hay que agregar otros pensadores —la ción en las ciencias de la Naturaleza trario, no podría predicarse ni su uni-
mayor parte de más recientes gene- (física y química), así como en la ma- versalidad ni su invariabilidad, ni me-
raciones— cuyos nombres han sido temática en tanto sobre todo que re- nos todavía su aprioridad. La objeti-
citados en Filosofía americana ( VÉA- lacionada con dichas ciencias. Ahora vidad de las formas universales no es
SE), así como algunos escritores que, bien, los supuestos idealistas que ya- por ello su realidad, pero tampoco su
aunque no propiamente filósofos, han cen en el fondo de este análisis no arbitrariedad. Con mayor motivo puede
desarrollado temas de filosofía en re- son de un modo estricto los del idea- advertirse esto en los estudios rea-
lación con su disciplina especial; así, lismo de tendencia subjetivista; como lizados por Cassirer sobre conceptua-
Edmundo O'Gorman ( Fundamentos había acontecido ya, por lo demás, en ción en las ciencias del espíritu, y es-
de la historia de América, 1942, y, Cohén, el idealismo subjetivo se pecialmente su investigación de las
sobre todo, Crisis y porvenir de la transforma bien pronto en un idealismo formas simbólicas, complementada
ciencia histórica, 1947). crítico y éste en un idealismo por diversos estudios históricos. Por
Obras principales: La filosofía de objetivo y aun en un radical "obje- un lado, al incluir en sus análisis (y
la intuición, 1914. — Problemas filo- tivismo". No sólo por la afirmación en el concepto de conciencia) el mundo
sóficos, 1915. — Filósofos y doctri- de que sujeto y objeto pueden quedar del arte, del mito, de la religión, del
nas morales, 1915. — La filosofía ligados en la unidad de la experiencia, lenguaje, etc., Cassirer transforma la
francesa contemporánea, 1917. — El sino asimismo por la aceptación de la "crítica de la razón" (que, en prin-
concepto de la historia universal, "objetividad de las formas", cipio, se suele atener sólo a la cien-
1918. — La existencia como econo cia) en "crítica de la cultura" (que
mía, como desinterés y como caridad, objetividad que permite inclusive
1919. — Discursos a la nación me hablar de un realismo de aspecto comprende todas las, manifestaciones y
xicana, 1922. — Ensayos críticos y idealista. Sin embargo, esta tendencia actividades del espíritu humano, in-
polémicos, 1922. — Doctrinas e ideas, no lo confunde con otras direcciones cluyendo la científica). Por otro lado,
1924. — Principios de estética, 1925. contemporáneas, tales como el feno- Cassirer ha llegado a concebir inclu-
— Sociología genética y sistemática, menismo, el positivismo o siquiera sive al hombre como un "animal sim-
1927. — El concepto de la historia el neo-realismo; en ningún instante, bólico" y a incluir todos los modos"de
262
CAS CAS CAS
conocimiento como aspectos de las di- men, 1925 (trad, esp.: Mito u lengua- (Montevideo. Fac. de Humanidades y
ferentes maneras de simbolizar. El je, 1959). — Individuum und Kosmos Ciencias. Cuad. de filosofía del len-
signo y la significación cobran desde in der Philosophie der Renaissance, guaje, 2).
este momento una importancia consi- 1927, reimp., 1962; (trad, esp.: Indi- CASTELLI (ENRICO) nac. (1900)
derable, sobre todo si se tiene presente viduo y cosmos en la filosofía del Re- en Turin, fue en Roma discípulo de
nacimiento, 1951). — Die platonische Varisco (v.) y profesa en la Univer-
que dentro de su órbita está incluso Renaissance in England und die Schule
asimismo el problema del lenguaje. Al von Cambridge, 1932 (El renaci- sidad de Roma. Castelli se ha ocu-
entender de Cassirer, ello permite, en miento platónico en Inglaterra y la pado sobre todo del problema del su-
efecto, no sólo erigir una antropología escuela de Cambridge) — Goethe und jeto gnoseológico con vistas a superar
filosófica, sino también resolver el die geschichtliche Welt. Drei Aufsät- el solipsismo a que conduciría un
espinoso problema del fundamento de ze, 1932 (Goethe y el mundo histórico. idealismo consecuente, pero a la vez
los objetos culturales. El tratamien-to Tres ensayos). — Die Philosophie der el "cosismo" u "objeticismo puro" que
mediante la forma ( VÉASE ) a que nos Aufklärung, 1932 (trad, esp.: Filosofía resultaría de un extremo realismo.
hemos referido en el artículo sobre este de la Ilustración, 1943).—Determinis- Ello lo ha conducido a subrayar la
mus und Indeterminismus in der mo- importancia del sentido común, pero
concepto, representa la respuesta a la dernen Physik. Historische und syste-
cuestión del "origen de la función matische Studien zum Kausalproblem, de un sentido común fundado en una
simbólica". La lógica y la epis- 1936 [Göteborgs Högskolas Arskrift, amplia experiencia y no solamente en
temología de Cassirer, embebidas en XLII] (Determinismo e indeterminis- el reconocimiento de un número limi-
una amplia "fenomenología", rozan mo en la física moderna. Estudios tado de principios supuestamente irre-
de este modo algunos de los proble- históricos y sistemáticos en torno al batibles. El sentido común es para
mas ontológicos fundamentales, si por problema de la causa). El vol. citado Castelli la manifestación de la exis-
ontología' entendemos aquí no una supra Zur Kritik der Einsteinschen R. tencia en cuanto que ésta trasciende
metaphysica generalis, sino la ciencia y Determinismus und Indetermini- de una limitada subjetividad y se hace
smus, en un vol.: Zur modern Physik, consciente no sólo de su ser histórico,
de la estructura teórica última y del 1957. — Descartes. Lehre, Persönlich-
último complejo significativo de todos keit, Wirkung, 1929 (Descartes. Doc- sino también de los fundamentos
los modos de conocimiento y de trato trina, personalidad, influencia). — "teológicos" de este ser. De ahí el
con la realidad. Logos, Dike, Kosmos in der Entwick- "existencialismo teológico" que Cas-
Obras: Leibniz' System in seinen lung der griechischen Philosophie, telli ha desarrollado, juntamente con
wissenschaftlichen Grundlagen, 1902 1941 [Göteborgs Högskolas Arskrift, un análisis y crítica de las épocas mo-
(El sistema de Leibniz en sus funda- XLVII] (Logos, Dike, Cosmos en la derna y contemporánea. La crisis pro-
mentos científicos). — Das Erkennt- evolución de la filosofía griega). — pia de estas épocas no puede supe-
nisproblem in der Philosophie und Zur Logik der Kulturwissenschaften, rarse, según el autor, mediante una
Wissenschaft der neuren Zeit, 4 vols. 1942 (ibid., XLVIII), (trad, esp.: acentuación de la historicidad, sino
(I, 1906; II, 1907; III, 1920; IV, Las ciencias de la cultura, 1951). —
1957) (trad, esp.: El problema del sólo por medio de una completa "ab-
An Essay on Man, 1945 (trad, esp.: sorción" de ésta.
conocimiento, 4 vols.: I, 1953; II, Antropología filosófica, 1945). — The
1956; III, 1957; IV, 1948 [la trad. Myth of the State, 1947 (trad, esp.: Obras principales: Filosofia e apo-
esp. del vol. IV apareció antes que la El mito del Estado, 1947; en ed. ale logetica (Saggi critici di filosofia della
edición alemana]. — Der kritische mana: Der Staatsmythos, 1949). — religione), 1929. — Idealismo e solip-
Idealismus und die Philosophie des Véase Phüosophy and History. Essays sismo e saggi critici, 1933. — Com-
"gesunden Menschenverstandes", presented to Ernest Cassirer, 1926, mentario al senso comune, 1939. —
1906 (Ei idealismo crítico y la filosofía ed. R. Klibansky y H. J. Paton, con Preludio alla vita di un uomo qualun-
del "sano entendimiento humano"). bibliografía. — Alfred Jospe, Die Un que, 1941 (con el pseudónimo "Da-
— Substanzbegriff und Funktionsbe- terscheidung von Mythos und Religion rio Reiter"). — L'esperienza común«,
griff, 1910 (Concepto de substancia y bei H. Cohen und E. Cassirer, 1932. 1942. — Pensieri e giornate, 1945. —
concepto de función). — Kants Leben — Varios autores (D. Gawronsky, Carl Il tempo esaurito, 1947, 2a ed., 1954.
und Lehre, 1918 (trad, esp.: Kant. H. Hamburg, W. C. Swabey, I. K. — Introduzione ad una fenomenologia
Vida y doctrina, 1948). Se trata del Stephens, Felix Kaufmann, H. R. della nostra epoca, 1948. — Existen-
tomo dedicado a Kant en la edición Smart, Kurt Lewin, Robert S. Hart- tialisme théologique, 1948. — Filoso-
de obras del filòsofo a que se ha he- man, Folke Leander, M. F. Ashley fia e dramma, 1949. — II demoniaco
cho referencia en la correspondiente Montagu, S. K. Langer, W. M. Ur- nel arte, 1952. — I presupposti di una
bibliografía. — Zur Kritik der Ein- ban, J. Gutmann, David Bidney, teologia della stona, 1952. — L'inda-
steinschen Relativitätstheorie, 1921 H. Kuhn, D. Baumgardt, K. Gilbert, gine quotidiana, 1956. — Demitizza-
(Para la crítica de la teoría einsteinia- H. Slochower, K. Reichardt, J. H. zione e immagine, 1962. — Autoexpo-
na de la relatividad). — Idee und Ges- Randall Jr., W. M. Solmitz, W. H. sición en el artículo "L'orientamento
talt, 1921, 2» ed., 1924 (Idea y Forma Werkmeister, Fritz Kaufmann), The
[Estructura] ). — Philosophie der Philosophy of Ernst Cassirer, ed. filosófico e il problema del male", en
symbolischen Formen, 3 vols. (I. Die Paul Arthur Schilpp, 1949 ( contiene, el volumen de M. F. Sciacca, Filosofi
Sprache, 1923; II. Das mythische además, recordatorios de Hajo Hol- italiani contemporanei, 1944, págs.
Denken, 1925; III. Phänomenologie born, F. Saxl, E. Case, Charles W. 199-206. — Véase A. Del Noce, Sen-
der Erkenntnis, 1929) (Filosofía de Hendel y bibliografía completa por so comune e teologia della storia nel
las formas simbólicas. I. El lenguaje. Carl H. Hamburg y W. M. Solmitz. pensiero di E. C., 1954. — A. Masto-
H. El pensamiento mítico. III. Feno- — Carl H. Hamburg, Symbol and re, La morte del tempo nel pensiero
menología del conocimiento); 2a ed., Reality. Studies in the Philosophy of filosófico di E. C., 1956 (monog.).
1954, — Sprache und Mythos. Ein E. C., 1956. — Mercedes Rein, La CASUISMO. Véase SENTIDO MO-
Beitrag zum Problem der filosofía del lenguaje de E. C., 1959 RAL.
Götterna- 263
CAT CAT CAT
CATALÉPTICO. Los estoicos grie- katalhptixo/j es como una fuerza física varias listas de éstas. La más cono-
gos emplearon la expresión katalhp- irresistible. " 'Fantasía' significa para cida es la que aparece en Cat., IV 1 b
tikh\ fantasi/a en su "lógica" ( en la ellos [los estoicos] igualmente 26 sigs.: 1. Substancia, ou)si/a,
parte de la "lógica" que correspon- sensación, noción y proposición. Cice- como 'el hombre' o 'el caballo'; 2.
dería hoy a la teoría del conocimien- rón tradujo la catalepsia por compre- Cantidad, poso/n, como 'dos o tres
to). Se trata de un concepto funda- hendibile; pero los filólogos contem- varas'; 3. Cualidad, poio/n, "blanco"; 4.
mental en el pensamiento estoico. poráneos han solido entender este tér- Relación, pro/j ti como 'doble', 'me-
Traducimos la citada expresión grie- mino, a mi juicio erróneamente, como dio', 'mayor'; 5. Lugar, pou=, como
ga simplemente por 'fantasía catalép- 'comprensión', esto es, intelección, 'en el Liceo', 'en el mercado'; 6.
tica', siguiendo a Ortega y Gasset (Cfr. cuando es lo contrario: no el hom- Tiempo o fecha, po te/, como 'ayer'; 7.
op. cit. infra), pero hay otras traduc- bre que 'comprende la cosa', sino la Situación o postura, kei=sqai, como
ciones posibles; por ejemplo, repre- cosa que 'comprime' al hombre, se 'echado', 'sentado'; 8. Posesión o con-
sentación comprensiva, aprehensión 'graba' en él, lo 'sella'" (op. cit., pág. dición, e)/xein, como 'armado'; 9. Ac-
directa, evidencia inmediata, etc. El 295). La catalepsia no es, pues, según ción, poiei=n, como 'corta', 'habla'; 10.
verbo katalamqa/nei puede traducir- ello una facultad inteligente, es una Pasión, pa/sxein, como 'cortado'. Otra
se por 'apoderarse de algo', 'aprehen- "evidencia" que opera por igual en lista, también de 10 categorías, pero
der algo', 'ocupar algo', 'comprimir'. la percepción y en los axiomas; a lo en la cual la expresión ou)si/a es sus-
El nombre kata/lhyij designa la ac- más que se parece es a una "fe" (op. tituida por ti/ e) s ti aparece en Top.,
ción de aprehender, o tomar pose- cit., pág. 298). IX 103 b 23. Y otra lista, de 8 ca-
sión de algo. La katalhptikh\ fantasi/a CATEGOREMÁTICO. Véase SIN tegorías (las antes mencionadas, me-
significa, pues, la fantasía —en el CATEGOREMÁTICO. nos situación y posesión), es presen-
sentido de "aparición", "imagen", "re- tada en Phys., V 225 b 5-9. Esto pa-
CATEGORÍ A. Segú n L. M. de Rijk
presentación"— mediante la cual se rece dar a entender que el Estagirita
(op. cit. infra, pá gs. 89 y si gs.), el
aprehende firmemente algo real. no consideraba la lista de las cate-
sentido de vocablos tales como kath-
Los estoicos (y especialmente Cri- gorías como fijada de una vez para
gori/ a, kath/ g oroj, kathgore/w antes de
sipo) distinguían entre apariencias o siempre y que en principio podía
Aristóteles fue no filosó fico. En Es-
representaciones verdaderas y falsas descubrirse que una categoría era re-
quilo (Siete contra Tebas, 439) y en
(Cfr. Sexto, Adv. math., 1.245 sigs.). ductible a la otra, pero algunos auto-
Hipócrates (De arte, 12) kath/goroj
Hay dos tipos de representaciones ver- res no admiten esta interpretación
significa 'que revela'. En Herodoto
daderas: las causadas por objetos exis- y suponen que las categorías son y
(III.71) el mismo término signifi-
tentes produciendo una imagen co- deben ser precisamente las diez in-
ca 'acusador'. También en Herodoto
rrespondiente al objeto, y las causa- dicadas.
(III. 113), el verbo kathgore/w
das por objetos de un modo externo Mencionaremos a continuación va-
significa "muestro" o "afirmo".
y fortuito. Las primeras representa- rios problemas planteados por la doc-
Con gran frecuencia kathgori/a
ciones llevan en sí la señal de la ver- trina aristotélica de las categorías,
significó "acusación" o "reproche".
dad y el criterio de verdad, dando pero antes advertiremos que es ne-
En este sentido el término kathgori/a
origen a las fantasías catalépticas. Las cesario no confundir las categorías o
se contraponía al vocablo a)pologi/a,
segundas representaciones no llevan praedicamenta (praedicamentum fue
'defensa' o 'alabanza'. Aristóteles fue
en sí tal señal ni constituyen tal cri- el término propuesto por Boecio para
el primero que usó kathgori/a en sen-
terio, dando origen a las fantasías no
tido técnico. A veces puede traducir- traducir kathgori/a y kathgo/rhma ) ni
catalépticas. Las fantasías catalépticas con los predicables ( VÉASE ) ni
se por 'denominación' ( Cfr. Top., 107
constituyen la base del asentimiento tampoco con expresiones tales como
a 3 y 18); a veces (y con mayor fre-
reflexivo y del conocimiento en sen- 'el ser' o 'lo uno', los cuales son tras-
cuencia), por 'predicación' y 'atribu-
tido propio; las fantasías no catalép- cendentales (VÉASE).
ción' (Cfr. Top., 141 a 4: Met., Z,
ticas no desembocan en conocimiento, El primer problema es el de la na-
1.1028 a 28; An. Pr., I 41 b 31).
sino sólo en opinión. turaleza de las categorías. Se han pro-
Lo más corriente es usar simplemen-
Varias son las interpretaciones que puesto varias interpretaciones de las
te el vocablo 'categoría' — que es el
se han dado de la fantasía catalépti- cuales mencionamos: (1) Las cate-
que aquí hemos adoptado.
ca estoica. Algunos suponen que tal gorías son equivalentes a partes de
En el tratado sobre las categorías
fantasía es idéntica a la percepción, la oración y, por lo tanto, deben ser
kata/lhyij. Otros indican que no in- (Cat., I.16 a 15 y sigs.) el Estagirita
interpretadas gramaticalmente (Tren-
cluye todavía el asentimiento. Otros, divide las expresiones en expresiones
delenburg). Esta opinión olvida que
que es el asentimiento expresado por sin enlace —como 'hombre', 'es ven-
unos y otros elementos no son exac-
medio del juicio. Bréhier (Chrysippe, cedor'— y expresiones con enlace
tamente superponibles y que Aristó-
1951, pág. 94) se inclina en favor del — como 'el hombre corre', 'el hom-
teles trata de las partes de la ora-
carácter pasivo de la fantasía cata- bre es vencedor'. Las expresiones
ción —como el nombre y el verbo
léptica, de suerte que no es el sujeto sin enlace no afirman ni niegan nada
( VÉANSE)— separadamente (Cfr. De
que obra sobre el objeto, sino a la por sí mismas, sino solamente
int., I 16 a sigs.). (2) Las categorías
inversa. Ortega y Gasset (La idea de ligadas a otras expresiones. Pero
designan expresiones o términos sin
principio en Leibniz, 1958) subraya las expresiones sin enlace o tér-
enlace que, como el propio Aristóte-
el carácter "sobrecogedor" y "arreba- minos últimos y no analizables se
les señala, significan la substancia, la
tador" de la fantasía cataléptica; lo agrupan en categorías. Aristóteles da
cantidad, la cualidad, etc. Esta opi-
264
CAT CAT CAT
nión (W. D. ROSS ) es basada en la interpretación semántica. Pero al (Ross, Stout) declarando que si bien
una interpretación lingüística o, me- parecer Aristóteles fue muy pronto todas las categorías que no son la
jor dicho, semántica de las categorías más allá de esta fase, y sin llegar a substancia están presentes en un su-
y tiene un muy firme fundamento la concepción puramente ontológica jeto, hay algunas cosas en tales ca-
en muchos textos del Estagirita. (3) que caracteriza la doctrina platónica tegorías —por ejemplo, el conoci-
Las categorías designan posibles gru- de los géneros del ser, advirtió la miento— que son también afirmadas
pos de respuestas a ciertos tipos de necesidad de articular éste por lo de un sujeto, y otras cosas —por ejem-
preguntas: "¿Qué es x?", "¿Cómo pronto en los modos como el ser se plo, una determinada parte de conoci-
es x?", "¿Dónde está x?", etc. Cada dice y luego en las formas como el miento gramatical— que no lo son.
tipo de pregunta "recoge" (como ser aparece. De ahí su estudio de las El tercer problema es el del cono-
señala G. Ryle) ciertos tipos de pre- divisiones del ser como tal, kat' au(to/, cimiento de las categorías. Puede
dicados, de tal suerte que "cuales- y el ser por accidente, kata\ sumbebhko/j. preguntarse, en efecto, si su conoci-
quiera dos predicados que satisfacen Sobre las primeras divisiones del ser miento es empírico o no empírico.
la misma forma interrogativa son de como tal se montaron entonces una La solución de Aristóteles es inter-
la misma categoría". Esta opinión serie de modos que constituyeron media: las categorías son obtenidas
puede ser designada también como predicaciones. De esta forma, los mo- mediante una especie de percepción
semántica, pero como tiene el incon- tivos lingüísticos o lingüístico-lógicos intelectual, distinta de la que descu-
bre el principio de no contradicción,
veniente de no explicar la diferencia se combinaron con los ontológicos. pero distinta también de la que pro-
entre la substancia y el resto de las Es difícil decidirse por una de las porciona el conocimiento sensible.
categorías debe completarse indican- interpretaciones anteriores. A nues- El cuarto problema es el ya men-
do que las categorías no solamente tro entender, la interpretación semán- cionado sobre el número de catego-
expresan grupos de predicados, sino tica y la interpretación ontológica rías. Las soluciones son: (a) Un nú-
también grupos de sujetos. (4) Las tradicional son igualmente válidas, mero indeterminado; (b) Un núme-
categorías expresan flexiones o casos pues las categorías no son solamente ro determinado. Esta última opinión,
del ser y pueden, por consiguiente, para Aristóteles términos sin enlace no que es la tradicional, se atiene a la
ser definidas como géneros supremos ulteriormente analizables, sino tam- lista de diez categorías. Pero a su
de las cosas, suprema re-rum bién diversos modos de hablar del vez esta opinión puede manifestarse
genera. Es la opinión tradicional, la ser como substancia, cualidad, can- de dos modos: (I) Las categorías
cual es admitida no solamente por los tidad, etc., lo cual sería imposible son derivables sistemáticamente; (II).
escolásticos, sino por muchos si el ser no estuviera articulado de Las categorías no son derivables sis-
historiadores modernos (Bréhier, Ha- acuerdo con tales modos de predica- temáticamente. Los partidarios de (I)
melin, etc.). (5) Cualquier interpre- ción. Ello está de acuerdo con otras intentan con su respuesta contestar a
tación dada a las categorías debe te- formas de tratar el Estagirita los pro- la objeción de Kant a que nos refe-
ner en cuenta la evolución del pen- blemas filosóficos: se trata por igual riremos luego, pero sin tener bas-
samiento de Aristóteles al respecto. de hablar del ser y de analizar los tante en cuenta el distinto sentido
Puede suponerse, en efecto, que hay modos como es posible hablar acer- que tienen las categorías kantianas.
una evolución cuyas etapas principa- ca de lo que es. La opinión aquí Para su tesis se basan en el hecho
les y sucesivas están expuestas en los adoptada es también la que propo- de que: (1) El predicado denota el
Tópicos, en la Metafísica y en las nen L. M. de Rijk y J. Owens (art. quid del sujeto (substancia). (2) El
Categorías. K. von Fritz, defensor de cit. infra), si bien estos autores ha- predicado puede estar en el sujeto
esta opinión (art. infra), indica en blan de una doble interpretación ló- en sí mismo invariablemente (can-
su apoyo que el sentido primario de gica y ontológica, y lógica y metafí- tidad) o (3) en sí mismo variable-
kathgorei=sqai se transformó bien sica respectivamente, en vez de la mente (cualidad). (4) El predica-
pronto en Aristóteles: de acusar pasó a semántica y ontológica que propo- do puede estar en el sujeto con res-
significar enunciar (de donde, kath- nemos. pecto a otra cosa (relación). (5 y 6)
gorou/menon , enunciado). Por eso Aris- El segundo problema es el de la El predicado puede estar fuera del
tóteles comenzó por concebir la ca- relación entre la substancia y las de- sujeto como una medida (lugar, tiem-
tegoría como "esquema de la cate- más categorías. Aunque es cierto que po) o (8) de un modo absoluto
goría", sxh/ma th=j kathgori/aj, o "gé- puede contestarse 'Sócrates es una (posesión). (7) El predicado puede
neros de las categorías", ge/nh kathgo- substancia? a la pregunta '¿Qué es referirse al sujeto sin necesidad de
riw=n , según dice en los Tópicos. Ello Sócrates?', siempre resulta que la ca- cópula (situación). (9) El predicado
significa que en los estadios iniciales tegoría de substancia es concebida puede estar en el sujeto en algunos
de su meditación sobre este proble- como más fundamental que las otras, respectos y fuera de él en otros res-
ma el Estagirita no concebía las ca- en virtud de conocidos supuestos fi- pectos: en el sujeto como su princi-
tegorías como "géneros de las cosas" losóficos del Estagirita (véase ARISTÓ- pio (acción) y (10) en el sujeto co-
y mucho menos aun como lo que TELES, SUBSTANCIA). Por otro lado,
mo su fin (pasión). Esta doctrina
serán luego en Kant —categorías del tiene el inconveniente de basarse ex-
mientras la substancia se divide en cesivamente en la relación sujeto-pre-
entendimiento—, sino simplemente substancia primera y substancia se- dicado, que no parece entrar sino
como tipos de enunciados que indi- gunda, en las demás categorías no muy forzadamente dentro de la doc-
can los distintos modos de decir, aparece tal división. Esta dificultad trina de las categorías.
pollaxw=j lego/mena. En ello se es solucionada por algunos autores
basa 265
CAT CAT CAT
Puede preguntarse ahora si hay pre- esta exclusión de lo Uno absoluto o cuando Occam definió los predica-
cedentes para la doctrina aristotélica. primero no implica la exclusión de mentos como términos de la primera
Usualmente se considera que los más la unidad en los géneros; la cosa, intención, incluyendo en ellos prin-
importantes se encuentran en Pla- dice Plotino, debe ser sin necesidad cipalmente la substancia, la cualidad
tón, quien consideró el ser, la igual- de ser lo Uno (Enn., VI, ii). Los gé- y la relación.
dad, la alteridad, el reposo y el movi- neros son distintos entre sí y a veces En la época moderna la doctrina
miento como los géneros supremos —como movimiento y estabilidad, de las categorías siguió, por lo pronto,
(Soph., 254 D) y la igualdad y des- identidad y diferencia— parecen el destino de las sucesivas reelabora-
igualdad, el ser y el no ser, el impar opuestos, pero en rigor pertenecen ciones metafísicas, pues dependía de
y él par, la unidad y el número co- a la unidad suprema y son como par- la con cep ción del ente el hecho
mo propiedades comunes del ser tes y elementos de ella. Cierto que de que éste se articulara o flexiona-
(Theait., 185 A.). Muchos autores, esto ocurre sobre todo con las cate- ra de una determinada manera. De
sin embargo, se niegan a admitir que gorías del mundo inteligible, con las más está decir que en el "raciona-
haya equivalencia entre dichas nocio- prw=ta ge/ nh tw=n nohtw=n. Las lismo" las categorías comprendían
nes y las categorías aristotélicas, aun catego-rías del mundo sensible — generalmente la substancia y sus mo-
cuando es muy posible que el aná- substancia, relación, cantidad, dos. Así, en Leibniz, las categorías
lisis del Estagirita debiera mucho al cualidad y movimiento— pueden ser admitidas son substancia, cantidad,
platónico. El mismo problema puede consideradas hasta cierto punto en sí cualidad, acción o pasión y relación.
plantearse con respecto a las doctri- mismas sin que ello signifique cortar Pero ya en la medida en que el pen-
nas que siguieron a la de Aristóteles sus raíces con lo inteligible, ya que, samiento moderno —racionalista o
en el curso de la filosofía griega. en último término, el ser de éste empirista— se mueve en la dirección
Parece probable que las nociones de explica el de aquél y no a la que habrá de desembocar en Kant,
substancia, cualidad, modo y relación inversa. la categoría se va convirtiendo, como
propuestas por los estoicos fueran El problema de las categorías pasó, en Locke, en "función del pensamien-
una derivación de las categorías aris- desde luego, a la filosofía medieval, to". El intento de salvación de la
totélicas, aun cuando dichos filósofos donde fue amplia e insistentemente validez objetiva de la categoría, ame-
las consideraban como formas de un tratado en tanto que doctrina de lo nazada por la creciente concepción
solo género del ser, pues todo ser que desde Boecio se llamaron los psicologista (y relativista) del pen-
tenía para ellos algo de común, y praedicamenta. Éstos eran también sar, incitó a la escuela escocesa del
toda forma podía ser comprendida géneros supremos de las cosas, su- sentido común a suponer que las ca-
en un común género. Esto era conse- prema rerum genera, por lo cual, co- tegorías son, como las notiones com-
cuencia de su doctrina de la materia mo en Aristóteles, se distinguió entre munes de los estoicos, "principios ra-
o del cuerpo como principio primero, los predicamentos o categorías y los cionales comunes", no sometidos a
doctrina que producía gran asombro predicables o categoremas. En efecto, discusión por constituir los principios
entre los neoplatónicos, los cuales no los predicables ( VÉASE) son las cosas mismos de la mente, a su vez adecua-
podían concebir que fuese primero lo atribuidas al sujeto según la razón dos a la naturaleza de las cosas.
que es en potencia, in-virtiendo así la del género, de la especie, de la dife- Pero la transformación radical apa-
jerarquía de lo en potencia y en acto. rencia, etc., en tanto que los predica- reció solamente con la doctrina kan-
En cambio, es menos probable que la mentos consideran la cosa en sí mis- tiana. Kant formuló en la Analitica
doctrina cate-gorial de los ma, en su ser y no en lo que hay de trascendental una doctrina sistemá-
neoplatónicos sea super-ponible a la ella en la mente y en la intención tica de las categorías en cuanto con-
aristotélica, aun cuando el hecho de de la mente. De ahí que los predica- ceptos puros del entendimiento "que
que criticaran la doctrina estoica y bles sean principalmente objeto de la se refieren a priori a los objetos de
admitieran tantos elementos lógica —aun cuando sus implicacio- la intuición en general como funcio-
aristotélicos en sus doctrinas puede nes ontológicas no puedan ser descui- nes lógicas". Siguiendo algunos pre-
permitir suponer que la relación entre dadas—, en tanto que los predicamen- cedentes modernos, especialmente de
Aristóteles y los neoplatónicos en este tos pueden ser considerados —según origen cartesiano, Kant alega que la
respecto fue bastante grande. Daremos la razón en que se les tome— como enumeración aristotélica carece de
como ejemplo la teoría de las objetos de la lógica o de la metafí- principio, lo que, por lo demás, ha
categorías de Plotino, pero ad- sica. En tanto que géneros, deberán sido siempre rechazado por la tradi-
virtiendo que el aspecto ontológico ser, además, según vimos, distingui- ción escolástica, que insiste en el he-
de la teoría prima casi por entero dos de los trascendentales del ser, cho de que los praedicamenta aristo-
sobre el aspecto semántico. Siguiendo los cuales, como es sabido, se hallan télicos están fundados en la propia
en gran parte a Platón (Cfr. supra), en la filosofía escolástica y en toda naturaleza de las cosas. Pero el au-
Plotino admite, como géneros del ser la ontología "tradicional" más allá tor de las Críticas señala que, ade-
los siguientes: el ser, el movimiento de todo género. Partiendo de esta más de incluir en su enumeración
inteligible, el reposo o estabilidad, la base, los predicamentos eran divididos modos de la sensibilidad pura, Aris-
identidad o lo mismo, y la diferencia o en la escolástica de acuerdo con la tóteles cuenta como conceptos origi-
lo otro. Lo Uno no queda incluido en tabla aristotélica (con algunas varian- narios algunos conceptos derivados.
los géneros, porque se halla por tes, tal como la de Gilberto de la Para remediarlo, establece una tabla
encima de ellos y constituye su co- Porree). Esta teoría de las catego- de categorías deducida del único
mún fundamento y principio. Mas rías experimentó diversas transfor- principio común de la facultad del
maciones ya a partir del siglo
XIV,
266
CAT CAT CAT
juicio; así, llega a un sistema de ca- tivae] - reglas prácticas de excepción Podemos considerar como categorías
tegorías que comprende: las catego- [exceptivae]); relación (con la per- el ser (cualidad, cantidad, medida),
rías de la cantidad (unidad, plurali- sonalidad - con el estado o condi- la esencia (fundamento, fenómeno,
dad, totalidad); las de la cualidad ción de la persona - recíproca, de realidad) y el concepto (concepto
(realidad, negación, limitación); las una persona con el estado o condición subjetivo, concepto objetivo, idea); en
de la relación (substancia y accidente; de otras); modalidad (lo permitido todos los casos se trata de formas de
causalidad y dependencia; comunidad y lo prohibido - el deber y lo con- ser correlacionadas con formas de
o reciprocidad entre agente y trario al deber - deber perfecto y pensar. Schopenhauer reduce las ca-
paciente); las de modalidad (po- deber imperfecto). En esta tabla, tegorías kantianas a la sola categoría
sibilidad-imposibilidad ; existencia-no agrega Kant (K. p. V., 118), la li- de causalidad, única forma verdade-
existencia; necesidad-contingencia ). bertad es considerada como una for- ramente a priori; también aquí hay
Estas son las categorías originarias, ma de causalidad no sometida a los una mezcla de aspectos metafísi-
junto a las cuales cabe mencionar las principios empíricos de determina- cos y epistemológicos. Eduard von
derivadas, llamadas por Kant predi- ción. Hartmann (v.) trata de las catego-
cables del entendimiento puro en La doctrina kantiana de las cate- rías ( l ) en la esfera subjetivamente
oposición a los predicamentos. Las gorías colocó la cuestión en un plano ideal, (2) en la esfera objetivamente
categorías son constitutivas, esto es, distinto del hasta entonces habitual: real y (3) en la esfera metafísica.
constituyen el objeto del conocimiento el plano que puede llamarse "episte- Distingue, además, entre categorías (o
y permiten, por lo tanto, un saber de mológico-trascendental". Hasta Kant funciones intelectuales inconscientes)
la Naturaleza y una verificación de el problema de las categorías había y conceptos de las categorías (o re-
la verdad como verdad trascendental. sido, según los casos, un problema presentaciones conscientes de las fun-
El problema de las categorías como semántico, u ontológico, o metafísico, ciones categoriales inconscientes in-
problema fundamental de la crítica o psicológico, o todos a un tiempo. ductivamente establecidas). En todos
de la razón conduce al problema de la Las categorías habían sido entendidas estos autores tenemos una idea de la
verdad como cuestión fundamental de o lingüística, o subjetivamente u ob- categoría que no es solamente real o
la filosofía. La deducción jetivamente. El plano trascendental solamente conceptual, que no es so-
trascendental (v. ) de las categorías es kantiano no es ni exclusivamente lin- lamente objetiva o solamente subjeti-
"la explicación del modo como se güístico, ni exclusivamente subjetivo va. Sin embargo, en el curso de la
refieren a objetos conceptos a priori, u objetivo, pero es el que, en la in- evolución de las doctrinas categoria-
y se distingue de la deducción tención del autor, puede dar unidad les durante el siglo XIX ha habido
empírica, que indica la manera como y sentido a todos los demás planos. una fuerte tendencia a acentuar el
un concepto se ha adquirido por Las categorías en sentido kantiano carácter "objetivo" de las catego-
medio de la experiencia y de su —en particular las presentadas y "de- rías, inclusive en quienes, como al-
reflexión". El sentido constructivo de ducidas" (o "justificadas") en la Crí- gunos neokantianos, subrayaron su
los conceptos puros del entendimiento tica de la Razón Pura— son conceptos condición "trascendental". Veamos al-
tiene su justificación en que sólo por fundamentales mediante los cuales se gunos ejemplos.
ellos puede el sujeto trascendental hace posible el conocimiento de la Trendeleburg define las categorías
pensar los objetos de la Naturaleza y realidad fenoménica. No se refieren a como conceptos que se originan en
concebir a ésta como una unidad las cosas en sí, puesto que de ellas la reflexión sobre las formas del mo-
sometida a leyes. Pero, a la vez, este no podemos saber (racionalmente) vimiento, concebidas como fuentes de
pensamiento de las intuiciones sen- nada. Después de Kant, y en gran los predicamentos. Pero al distinguir
sibles por medio de las categorías es parte a consecuencia de haberse entre categorías reales y categorías
posible porque hay sujeto trascen- echado por la borda la noción de la modales (estas últimas originadas en
dental, conciencia unitaria o unidad cosa en sí ( VÉASE ), el problema de el pensar) intenta establecer un puente
trascendental de la apercepción. las categorías vuelve a adquirir un as- entre lo objetivo y lo "subjetivo".
Además de la antes citada tabla pecto metafísico, pero debe tenerse Hermann Cohen admite que las ca-
de categorías que figura en la Crítica presente que aun este aspecto se halla tegorías son condiciones del pensar,
de la razón pura, Kant presentó una fundado en una concepción tras- pero condiciones lógicas necesarias,
tabla de categorías de la voluntad cendental de la noción de categoría. de tal suerte que, en último tér-
en relación con las nociones de bien Así sucede en varios autores como mino, no se sabe si pertenecen o no
y de mal en la Crítica de la razón Fichte, Hegel y Schopenhauer. Para realmente al objeto. Todo depen-
práctica. Esta tabla está construida Fichte las categorías son engendradas d e , e n e fe c t o, d e q u e e l m o -
asimismo a base de las formas del por el Yo en el curso de sus activi- mento constitutivo de la categoría
juicio (VÉASE). Tenemos, así, las ca- dades o Handlungen; son, pues, toda- predomine sobre el regulativo, y aun
tegorías siguientes: cantidad (sub- vía trascendentales, pero "trascenden- de que por encima de ellos predo-
jetiva, según máximas [opiniones del tal-metafisicas" y no sólo, o exclusi- mine la instancia reflexiva. Análogos
individuo]) — objetiva, según princi- vamente, "trascendental-epistemológi- caminos hacia intentos de mediación
pios [preceptos] - a priori, principios cas". Hegel distingue entre formas y busca de un nuevo fundamento
de la libertad a la vez objetivos y del ser y formas del pensar: las pri- ontológico pueden rastrearse en las
subjetivos [leyes]); cualidad (reglas meras son ontológicas (o metafísicas) doctrinas categoriales, aparentemente
prácticas de acción [praeceptivae] - ambas quedan arraigadas en un Ab- sólo fenomenistas y relativistas, de
reglas prácticas de omisión [prohibi- soluto y son "momentos" del mismo. Renouvier y Hamelin. Renouvier par-
267
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te de un cuadro de nueve categorías yacente en el espacio y distancia tualidad, idealidad, existencia y Dios.
(relación, número, posición, sucesión, —similaridad y diferencia—, activi- También han presentado sistemas ca-
cualidad, porvenir, causalidad, finali- dad —cambio, tendencia, resisten- tegoriales B. Petronievitch, S. Alexan-
dad y personalidad), a cada una de cia—, causalidad — sistema continuo der y B. von Brandenstein (VÉANSE).
las cuales corresponde una tesis, una del yo. Heinrich Meier presenta una Varios de los sistemas categoriales
antítesis y una síntesis. El propósito tabla categorial de tendencia fuerte- últimamente mencionados son de ca-
de este cuadro no es tanto el de mente objetivista y en la cual se ana- rácter "realista". Las categorías son
establecer el conjunto de las deter- lizan sucesivamente las categorías pre- en tales sistemas modos de ser y no
minaciones por las cuales se rige el sentativas (de la aprehensión y de la formas "subjetivas" (o siquiera "tras-
conocimiento como el de solucionar intuición), noéticas (de la compren- cendentales") impuestas a lo real, co-
los dilemas metafísicos capitales y sión y de la cantidad), abstractivas, mo ocurre en los sistemas categoriales
hacer planear, por encima de todas, la objetivas y modales. Peirce admite de inclinación "idealista" (por ejem-
categoría de la persona, que de forma varios tipos de categorías. Ante to- plo, en los de la mayor parte de au-
del juicio se convierte así en suprema tores neokantianos). Tendencia realis-
do, las categorías fenomenológicas
entidad metafísica. La tendencia al ta manifiestan asimismo varios auto-
o faneroscópicas, que Peirce llama
primado de la noción ontológica de res a los que vamos a referimos de
la categoría se afirma en los trabajos Categoría Lo Primero, Categoría Lo
Segundo y Categoría Lo Tercero. inmediato.
posteriores de este autor, sobre todo Uno de ellos es Husserl — cuando
al reducir el cuadro a las categorías La Categoría Lo Primero o cualidad
menos en una fase de su pensamien-
de relación, lógicas, de posición y de de sensibilidad es "la idea de lo que
to. Husserl y muchos fenomenólo-
personalidad. De un modo semejante, es tal cual es, independientemente
gos admiten la posibilidad de intui-
Hamelin (VÉASE) concibe las catego- de cualquier otra cosa". La Categoría ciones categoriales. Puede distinguir-
rías como "elementos principales de la Lo Segundo o reacción es "la idea se, pues, entre categorías como con-
representación", pero se propone asi- de lo que es tal cual es, siendo Se- ceptos y categorías como contenidos
mismo mostrar cómo el conjunto de gundo respecto a algún Primero, in- de la intuición. Aunque Bergson no
las relaciones categoriales es no sólo dependientemente de cualquier otra ha elaborado ningún sistema catego-
una manera de pensar el mundo, sino cosa". La Categoría Lo Tercero es rial propiamente dicho ( véase, sin em-
lo que el pensamiento descubre sobre "la idea de lo que es tal cual es, bargo, su clasificación de las "ideas"
la constitución última de lo real. siendo un Tercero o medio entre un en el artículo IDEA, clasificación que
Los "elementos" parecen situados Segundo y un Primero". Estas cate- puede tomarse como base de una teo-
también entre las categorías y los gorías son llamadas también Prime- ría de las categorías), puede afirmar-
datos inmediatos, entre lo trascen- ridad (Firstness), Segundidad (Se- se que en su filosofía la articulación
dental y lo fenoménico, pero la sín- condness) y Terceridad (Thirdness). de lo real, en la medida en que la ha-
tesis, que trabaja sobre los dos tér- La Primeridad es el quale o ser tal ya, tiene que brotar del movimiento
minos, tiende a acentuar el momento cual es. La Segundidad es el hecho. de la realidad misma. Un detallado sis-
primero sobre el segundo y, por lo La Terceridad es la ley. También tema categorial se halla en Whitehead.
tanto, a devolver al "elemento" el puede decirse que la Primeridad es Este filósofo admite cuatro tipos de
carácter predicamental que le faltaba la originalidad; la Segundidad, la categorías: 1° Las categorías de lo
en sus comienzos. existencia o actualidad; la Terceridad, último, como la creatividad, la mul-
Los sistemas de categorías han la continuidad. La articulación en tiplicidad y lo uno. 2° Las categorías
abundado a partir de las últimas dé- tres capas se presenta asimismo de existencia, a su vez subdivididas
cadas del siglo pasado y comienzos respectivamente como sensibilidad, en ocho especies: a) entidades ac-
del siglo actual. Según Paul Natorp, esfuerzo y hábito. Junto a las cate- tuales, es decir, realidades finales o
hay tres tipos de categorías básicas gorías faneroscópicas hay las categorías res verae; b) prehensiones o he-
(Grundkategorien): (l) Categorías de metafísicas. Éstas pueden clasificarse chos concretos de la relacionabilidad;
la modalidad (reposo, movimiento, en modos de ser (posibilidad, c) nexos; d) formas objetivas; e) ob-
posibilidad, contradicción, necesidad, actualidad, destino), y en modos de jetos eternos o potenciales puros para
creación, etc.); (2) Categorías de la existencia (azar, ley, hábito). Final- la determinación específica del hecho;
relación (cantidad, cualidad, "figura- mente, hay las categorías cosmoló- f) proposiciones o potenciales impu-
ción", concentración, autoconserva- gicas, que son: azar (lo cual da ros, esto es, teorías; g) multiplicida-
ción, etc.); (3) Categorías de la in- origen al tychismo), evolución (al des o disyunciones puras de entidades
dividuación (propiedad, cuantifica- agapismo) y continuidad (al syne- diversas y h) contrastes o modos de
ción, continuidad, espacio, tiempo, chismo). Estos sistemas categoriales síntesis de entidades en una prehen-
etc.). Estas categorías son "funciones se entrelazan a veces (como se ad- sión. 3° Las categorías de explicación,
productivas de la constitución del vierte, por ejemplo, en las nociones en número de veintisiete, que expre-
ser". William James bosquejó una san, en última instancia, la constitu-
de azar, ley y continuidad, que apa-
trama categorial basada en la rela- ción de lo real bajo la forma de la
ción ( VÉASE) como algo pertenecien- recen en diversos modos categoriales.
Paul Weiss ha formulado una teoría de relación entre las entidades actua-
te a la cosa misma. Así, de menor a les, los objetos eternos, las potencia-
mayor "intimidad", las relaciones o los "modos de ser" que puede
lidades, las prehensiones, los nexos,
categorías son: estar con —simulta- considerarse como una teoría general
las "sensibilidades" y la concreción.
neidad e intervalo temporal—-, ser ad- de las categorías; según este autor, 4° Las obligaciones categoriales, en
hay los cuatro modos siguientes: ac-
268
CAT CAT CAT
nueve tipos: la categoría de unidad ción de las difíciles cuestiones rela- ría', ciertos análisis filosóficos pueden
subjetiva, de identidad objetiva, de tivas a las oposiciones fundamentales, considerarse como de naturaleza ca-
diversidad objetiva, de valoración tales como la forma y la materia, lo tegorial. Así sucede con la teoría de
conceptual, de reversión conceptual, interno y lo externo, la determinación los "modos de ser" de Paul Weiss a
de transmutación, de armonía subjeti- y lo determinado, la cualidad y la que antes nos referimos. Ocurre asi-
va, de intensidad subjetiva, y de li- cantidad; en el segundo se examinan mismo en el estudio de "metafísica
bertad y determinación. lo uno y lo diverso, lo discreto y lo ( VÉASE ) descriptiva" llevada a cabo
Fundamental es la cuestión de las continuo, lo elemental y lo estructu- por P. F. Strawson. Este autor se pro-
categorías en muchas investigaciones ral. Finalmente, las leyes categoriales pone clasificar los entes particulares
de Nicolai Hartmann, quien, por otro son como un resumen de las investi- observables o perceptibles, y propone
lado, no se limita a una simple teoría gaciones ontológicas que, aprovechan- dividirlos en dos grupos: por un lado,
del pensar categorial, sino que intenta do los elementos de la especulación acontecimientos, procesos, estados y
establecer un sistema efectivo de cate- aristotélico-escolástica, aspiran a la condiciones; por el otro, cuerpos ma-
gorías no sólo para el objeto real, mas constitución de una ontología funda- teriales o cosas que posean cuerpos
también, y muy especialmente, para el mental rigurosa. Estos principios son materiales (op. cit. infra., especial-
objeto ideal. Como es típico en los cuatro: el principio de validez, según mente págs. 46 y 167). Desde el pun-
análisis de este filósofo, N. Hartmann el cual las categorías determinan to de vista lógico-gramatical, Straw-
se propone ante todo eliminar las con- incondicionahnente a sus elementos son indica que el modo como puede
fusiones que, no obstante su aparien- concretos; el principio de coherencia, aplicarse el criterio categorial a los
cia formal, imposibilitan una clara según el cual las categorías se en- términos del lenguaje es (Cfr. la inter-
comprensión del problema. Así, en su cuentran sólo en la estructura del pretación de G. Ryle de las categorías
opinión, conviene distinguir, en primer estrato categorial; el principio de la aristotélicas, supra) el modo como un
término, como ya anteriormente se estratificación, que afirma que las término puede convertirse en princi-
había advertido, entre la categoría categorías del estrato inferior se ha- pio de "colección" (o "recolección")
y la esencia, y la categoría y la cosa. llan siempre contenidas en las del de ciertos otros términos.
Urge asimismo evitar la generaliza- estrato superior y no a la inversa, y
ción de las categorías particulares a el principio de la dependencia, para
zonas más amplias de lo real. Si bien el cual las categorías superiores de-
no puede admitirse, como Hartmann penden de las inferiores. Este último
supone frecuentemente, que cuestio- principio, acaso el más importante,
nes de carácter puramente formal trasciende de su apariencia formal,
hayan podido influir de tal manera porque su admisión equivale a la
en cuestiones que, como la formación toma de posición ante las más decisi-
de concepciones del mundo, implican vas cuestiones metafísicas. La teoría
la presencia y aun el predominio de categorial ha recibido también una
otros supuestos, lo cierto es que un original dirección en Emil Lask cuan-
análisis de los problemas formales do, al plantear el problema de las
planteados por las categorías no es categorías, trasciende la meditación
nunca ocioso para el cabal entendi- kantiana mediante una indagación de
miento de la mayor parte de las los mismos supuestos de toda tabla
cuestiones metafísicas. La teoría ca- categorial y de toda deducción a partir
tegorial de N. Hartmann se propone de un principio único. A través de
particularmente eliminar ciertos pre- todas estas teorías se advierte, sin
juicios que obran inconscientemente embargo, la unidad del problema,
en el fondo de casi todos los sistemas que engloba por igual las partes ló-
categoriales y en particular la gratuita gica, ontológica y metafísica y que
suposición de que los principios de- no desvirtúa, a pesar de sus mutuas
ben converger siempre en un prin- diferencias, la primitiva significación
cipio único o de que debe existir aristotélica de los praedicamenta. La
forzosamente un dualismo ontológico. discriminación entre dichas partes
N. Hartmann propone su propio sis- compete sin duda a las esferas a que
tema categorial que, coincidiendo con las categorías se aplican y al punto
la mayor parte de las direcciones de vista desde el cual son investiga-
contemporáneas (véase ORESTANO), das, pero la cuestión principal radica
es, por lo menos en la intención, un todavía en el plano ontológico, pues
"sistema abierto". Así, por ejemplo, entre todas las formas categoriales
hay un grupo de categorías comunes existentes o posibles corresponde, se-
al ser real y al ser ideal y que pueden gún dichos autores, la primacía a las
subdividirse en tres esferas: catego- categorías originarias e irreductibles
rías de la modalidad, de la oposición del ser.
y leyes categoriales. El examen de Debe observarse que aun cuando
las primeras es a la vez la averigua- no se use a veces el término 'catego-
269
CAT CAU
tivar tres términos: 'proposición' (o, CAUSA. El término griego a)iti/a
según los casos, 'juicio'), 'silogismo' traducido por "causa" tuvo origina-
e 'imperativo' (moral). Nos referi- riamente un sentido jurídico y significó
mos a este último en Imperativo "acusación" o "imputación". Ai)t w
(VÉASE); el segundo es analizado en significa "acuso"; y ai)tia/omai., "pido".
Silogismo (VÉASE ). En el presente Algunos autores suponen que el tér-
artículo definimos el significado de mino latino causa procede del verbo
'juicio' y 'proposición' categóricos. caveo, "me defiendo", "paro el gol-
Las proposiciones categóricas son pe", "tomo precauciones" (contra al-
las proposiciones simples de índole guien o algo)", y hasta "no me fío
atributiva o predicativa a las que nos (de alguien)". Parece, pues, que tam-
hemos referido en Proposición (VÉASE). bién el vocablo causa tiene un previo
Las proposiciones categóricas son del sentido jurídico, si bien inverso al del
tipo 'S es P' (proposición categórica griego; en éste se subraya la imputa-
afirmativa) o 'S no es P' (proposición ción mientras que en aquél se destaca
categórica negativa). En la lógica la defensa. En estas acepciones se per-
actual no se hace gran uso del tér- cibe ya —siquiera vagamente— un
mino 'categórico' para designar un significado que luego será considerado
tipo de proposición. Se tiende más como característico de la relación
bien a usar el término en otros sen- causal: el pasar de algo a algo. Sin
tidos, por ejemplo el que propone embargo, el significado de 'causa' tal
Lukasiewicz al llamar categórico a como se ha entendido luego no puede
un sistema en el cual todas las in- derivarse simplemente de las mencio-
terpretaciones verifican y falsifican nadas acepciones jurídicas. Desde el
las mismas fórmulas o son isomorfas. momento en que se empleó la noción
El uso más habitual de 'categórico' de causa filosóficamente se supuso
es el que se da desde Kant al juicio. que no hay sólo "imputación" a al-
Según Kant, los juicios categóricos guien (o a algo) de algo, sino tam-
forman parte de los juicios de rela- bién, y especialmente, producción de
ción (VÉASE). El juicio categórico afir- algo de acuerdo con una cierta nor-
ma o niega simplemente un predi- ma, o el acontener algo según una
cado de un sujeto. Según Pfänder, cierta ley que rige para todos los
el juicio categórico es aquel en el acontecimientos de la misma especie,
cual . "desaparece todo condiciona- o transmisión de propiedades de una
miento de la enunciación, y la fun- cosa a otra según cierto principio, o
ción enunciativa se verifica sin con- todas estas cosas a un tiempo. Como
dición alguna sobre cuyo cumplimien- la causa permite explicar por qué un
to haya incertidumbre". La fórmula cierto efecto se ha producido, se su-
del juicio categórico coincide con la puso muy pronto que la causa era, o
fórmula general del juicio, pero no podía ser, asimismo una razón o mo-
significa lo mismo. Mientras en la tivo de la producción del efecto. Las
última la enunciación permanece in- ideas de causa, finalidad, principio,
diferenciada, en la primera se afirma fundamento, razón, explicación y otras
o no se niega algo: la forma de esta similares se han relacionado entre sí
afirmación es categórica y por eso con mucha frecuencia, y en ocasiones
recibe el mismo nombre todo juicio se han confundido. Además, al tratar
que siga tal esquema. las cuestiones relativas a la causa y a
CATOLICISMO. Véase CRISTIANIS- la acción y efecto de causar algo —la
MO (especialmente ad finem). Véanse causalidad— se ha indicado no pocas
asimismo artículos sobre Padres de la veces qué cosas o acontecimientos, y
Iglesia y Doctores de la Iglesia, fi- hasta qué principio último, podían
lósofos (escolásticos y no escolásticos) ser considerados como propiamente
medievales, y pensadores que se han causas. En todo caso, las nociones de
ocupado de cuestiones religiosas, teo- causa, causalidad, relación causal,
lógicas y filosóficas relacionadas con principio causal, etc. han sido funda-
los dogmas católicos (lista en Cuadro mentales en la filosofía desde los co-
cronológico al final de esta obra), así mienzos.
como sobre diversos conceptos de al- Describiremos en el presente ar-
cance filosófico-teológico, tales como tículo, en orden aproximadamente his-
tórico, diversas nociones de causali-
ALBEDRÍO ( LIBRE), CONCURSO, CON-
dad, así como varias doctrinas sobre-
CATEGÓRICO. El término 'cate- GRUISMO, CREACIÓN, etc.
górico' se usa en filosofía para adje- 270
CAU CAU CAU
realidades o acontecimientos O princi- las causas en cuatro tipos: la causa No pocos pensadores griegos des-
pios que han sido considerados como eficiente, que es el principio del cam- pués de Aristóteles hubieran fácilmente
causas. Veremos de qué modos se ha bio, h( a)rxh\ th=j metabolh=j; ; la causa sido blanco de las mismas críticas que
ido transformando la noción de rela- material, o aquello de lo cual algo sur- el Estagirita dirigió contra sus
ción causal y cómo en diversos perío- ge o mediante lo cual llega a ser, predecesores. Algunos filósofos desta-
dos —entre ellos el contemporáneo— to\ e) c ou= gi/ g netai/ ; la causa caron, en efecto, el papel de la causa
se ha tendido a analizar con la mayor formal, que es la idea o el paradigma, eficiente. Tales fueron los escépticos
precisión posible la naturaleza, impli- to\ ei)/doj kai\ to\ para/deigma y es de tendencia empirista (como, por
caciones y formas de la causalidad. como la esencia en que "es antes de ejemplo, Filodemo de Gadara y, en
Los presocráticos no analizaron a haber sido", to\ ti\ h( =n ai) =n ai; la general, los "médicos-filósofos"). Otros
fondo la idea de causa —el primer causa final o el fin, to\ te/loj, to\ zu)= manifestaron que el efecto es en prin-
análisis detallado se debe a Aristóte- e)/neka, la realidad hacia la cual algo cipio heterogéneo a la causa, y ello de
les—, pero usaron esta idea en sus tiende a ser. Hay, pues, en la un modo radical, de modo que la re-
explicaciones del origen, principio y producción de algo el concurso de lación causal (concebida desde el
razón del mundo físico. Aristóteles varias causas y no sólo de una. Por punto de vista de la causa eficiente)
hizo notar ya ( Met., A. 3.983 b sigs.) otro lado, las causas pueden ser no es en modo alguno racional o,
que los presocráticos hicieron uso de recíprocas, kai\ a)llh/lwn ai)/tia , como cuando menos, no es completamente
todas las concepciones de la causali- ocurre con la fatiga que es causa de racional. Tal sostuvieron algunos es-
dad, pero cada uno de ellos lo hizo la buena salud y ésta lo es de la fatiga, cépticos de tendencia "dialéctica"
de un modo parcial. Por ejemplo, los si bien no del mismo modo, pues "una — lo que aproximó su crítica a la pos-
pitagóricos consideraron los números es fin y la otra principio del mo- terior de Algazel, de Nicolás de Au-
y las figuras geométricas como cau- vimiento". Ahora bien, aunque todas trecourt, de Hume y otros autores
sas. Pero eran sólo causas formales las causas concurren a la producción (véase OCASIONALISMO). Los estoicos
— o mejor, modelos. Empédocles con- de algo —la producción del afecto— desarrollaron una compleja doctrina
sideró el Amor y la Discordia (la la causa final parece tener un cierto causal. Por un lado, defendieron teo-
Unión y la Separación) como causas, predominio, ya que es el "bien" de la rías similares a las antes citadas. Por
pero sólo como causas eficientes. Ana- cosa, y la causa final como tal puede otro lado, hablaron de causas como
xágoras hizo del Nous ( VÉASE) una considerarse como el bien por exce- si fuesen exclusivamente causas cor-
causa, pero sólo una causa final. Los lencia. Cuando Aristóteles afirma que porales. Finalmente, concibieron la
atomistas consideraron que todos los "todo lo que ocurre tiene lugar a partir causa como un proceso originado en
acontecimientos (véase, sin embargo, de algo", pa=n to\ gigno/menon gi/gnetai un cuerpo y que produce una trans-
AZAR) suceden necesariamente, y con ...u(po tinoj (Met., q 8.1049 b 28) y que formación o cambio en otro cuerpo.
ello que hay un principio de necesi- "es menester que todo lo movido se Además, introdujeron la noción de
dad que es la universalidad del nexo mueva a partir de algo",a(\pan to\ kino\- causa mutua (en cuanto que aplicable
causal. Decir que nada procede de la umenon a)na/gkh u(po\ tinoj kikei=sqai por lo menos a individuos per-
nada equivale a decir que todo tiene (Phys.., VII 1.241 b 24) sostiene, en tenecientes a la misma clase de en-
una causa — si bien esta causa puede efecto, que no hay movimiento sin tidades). La doctrina cosmológica es-
interpretarse asimismo como una ra- causa, pero ello no equivale a afirmar toica del mundo como un conjunto
zón. Platón estimó asimismo que un determinismo de tipo mecánico o bien trabado y, en último término,
cuanto llega a ser tiene una causa, puramente eficiente. Por otro lado, al perfectamente continuo llevó asimismo
mas la primera causa no es puramente afirmar que cuanto ocurre, ocurre por a estos filósofos a no admitir que
mecánica, sino inteligible. Platón algo, Aristóteles se refiere explícita- pudiera acontecer ningún cambio en
establece, pues, ya una distinción que mente a la noción de substancia ninguna cosa sin afectar a todas las
luego hizo fortuna: la de la distinción (Met., q 8.1049 b 57). Los supuestos demás cosas. Muchos pensadores se
entre causas primeras, aiti/ai prw=tai del pensamiento causal aristotélico y, inclinaron a afirmar que la causa es
o causas inteligibles (las ideas) y cau- en general, del pensamiento griego no comparable a la generación — no ne-
sas segundas, ai)ti/ai deute/rai o causas son en modo alguno identificables con cesariamente de índole biológica, pero
sensibles y eficaces (las de las reali- los supuestos del pensamiento causal de algún modo análoga a ella: en
dades materiales y sensibles) (Tim., moderno. Xavier Zubiri ha indicado el acto de la generación se produce
46 C). Además, subordinó las últi- que la relación causa-efecto no es en una imitación, la cual tiene que ser
mas a las primeras. Las causas pri- el pensamiento antiguo una mera re- distinta del objeto imitado, pero
meras son modelos o atracciones; cau- lación. Lo que hace que una cosa ten- concebible por analogía con este ob-
san no por su acción, sino por su ga la posibilidad de producir otras no jeto. En sentido eminente la causa
perfección. es en tal pensamiento tanto el hecho es, pues, para estos pensadores causa
Aristóteles trató el problema de la de ser causa como el hecho de ser ejemplar.
causa, de su naturaleza y de sus espe- substancia. Ser substancia significa Plotino siguió esta última doctrina,
cies en varias partes de su obra, pero ser principio de las modificaciones, pues aunque admitía la existencia de
principalmente en Met., A 3.983 b — tanto de las propias como de las eje- diversas clases de causa (Enn., III i
993 a 10; A, 2.1013 a 24 - 1014 a 25; cutadas sobre otras substancias. Las 10) y criticada la noción de causa fi-
y en Phys., II. 3.194 b 29 sigs. La más cuatro causas aristotélicas pueden ser nal, por lo menos en la forma en que
célebre e influyente doctrina aristoté- consideradas como los diversos modos había sido defendida por algunos fi-
lica al respecto es la clasificación de en que se manifiestan las substancias lósofos (Enn., V viii 7), el modo co-
en cuanto substancias.
271
CAU CAU CAU
mo se produce el proceso de emana- como limitada en virtud de cierta consecuencia y causa-efecto, de tan
ción ( VÉASE ) de Io Uno es de ín- "insuficiencia" ontológica de la Na- fundamental importancia en el trata-
dole predominantemente "ejemplaris- turaleza. Causa en sentido propio es miento de la noción de causa y que
ta". Más radicales que Plotino fueron sólo la Causa creadora, la cual opera ha sido obliterada a veces por el ra-
en este respecto algunos autores neo- según las rationes aeternae. Ello no cionalismo extremado. A partir de es-
platónicos (Porfirio, Proclo) al inten- significa que la Causa creadora sea tas definiciones, Santo Tomás —y au-
tar reducir a un mínimo los instru- únicamente como un artífice o de- tores tomistas diversos— han introdu-
mentos necesarios para producir un miurgo que se limita a organizar lo cido numerosas distinciones, algunas
efecto, y al prescindir casi por com- real. La Causa creadora saca la rea- basadas en Aristóteles y otras propias.
pleto de la noción de causa eficiente. lidad de la nada, sin que quepa pre- Desde luego, se ha distinguido entre
Émile Bréhier ("Les analogies de la guntarse por la "razón" de su pro- causas primeras y causas segundas,
création chez Çankara et chez Pro- ducción. Es de advertir a este res- como Platón había ya hecho ( Cfr. su-
clus", Revue philosophique, año pecto que el término causa en San pra). Se ha hablado también de las
LXXVIII [1953], 329-33; reimp. en Agustín (y posiblemente también en siguientes especies de causa: causas
Études de philosophie antique [1955], San Buenaventura) es usado con fre- constituyentes (materia y forma);
págs. 284-88) ha descubierto una cuencia en el mismo sentido que "ra- causas extrínsecas (eficiente, final,
analogía entre la concepción anterior- zón" o "motivo" (como en causa... ejemplar); causas intrínsecas (materia
mente citada y la que, según Olivier voluntatis Dei). Debe también adver- y forma); causas accidentales (véase
Lacombe (L'absolu selon le Védanta tirse que San Agustín usa a veces el AZAR); causas cooperantes o
[tesis, cit. por Bréhier]), hay en el término efficiens en un sentido no concomitantes (concausas); causas
sistema hindú de Sankara. Bréhier exactamente igual al que tiene cuan- instrumentales (subordinadas); cau-
se ha referido al respecto a varios do se habla de "causa eficiente" na- sas ocasionales (véase OCASIONALIS-
textos de Proclo ( especialmente, co- tural en sentido aproximado al aris- MO); causas inmediatas (que produ-
mentario al Timeo) en los cuales, a totélico. cen directa e inmediatamente el efec-
semejanza de otros textos de Sankara, En el pensamiento escolástico, y to). Expresiones en que interviene el
se establecen diferencias entre la especialmente en el tomismo, la doc- término causa en otros sentidos dis-
producción de efectos por parte de trina aristotélica sobre la naturaleza tintos (aunque a veces próximos) a
los artesanos (quienes necesitan ope- de la causa y las especies de ésta se los apuntados y que pueden enten-
rar sobre una materia por medio de precisa y refina considerablemente, y derse claramente en su enunciado son:
instrumentos) y la producción por esta precisión adquiere carácter casi causa adaequata, causa inadaequata,
parte de las potencias creadoras (las infinitesimal en los autores tomistas causa essendi; causa fiendi; causa cog-
que imponen las formas por mera posteriores (y en muchos neotomis- noscendi, causa transiens, causa per se.
"presencia"). Llevado este último caso tas). Cierto número de afirmaciones Cada uno de los cuatro tipos de
a un extremo, puede admitirse que la de Santo Tomás corresponden casi causas ha sido, además, clasificada
actividad del pensamiento puede ser exactamente a las de Aristóteles. Así, por los autores tomistas. Así, tenemos
suficiente para producir lo pensado. por ejemplo: Omne quod fit, habet en la causa eficiente, entre otras, las
La diferencia aludida entre las dos causam (S. theol, I-II.q.LXXV.l sed siguientes especies de causa: primera
formas de producción se encuentra ya contra); Omne quod movetur, ab alio y segunda; principal y subordinada;
destacada en textos de Platón y de movetur (ibid., 1.2,3). En el mis- unívoca y análoga (o "equívo-ca");
Aristóteles, y ha proporcionado materia mo caso está la clasificación de los esencial y accidental; inmanente y
para las distintas interpretaciones tipos de causas (species causarum) en transitiva; inmediata, mediata, remota
dadas a las nociones de creación y de cuatro: causa per modum materiae; y última; total y parcial; universal y
emanación ( VÉANSE ). causa formalis; causa movens, vel ef- particular.
Muchos filósofos de final del mun- ficiens; causa finis (véase in 1.c. lect. En general, los filósofos antiguos y
do antiguo y de la Edad Media tra- 2 e in Phys., II lect. 10). La causa medievales tendieron a considerar la
taron extensamente de la noción de es, para Santo Tomás, aquello a lo relación causa-efecto desde un punto
causa. Destacaremos aquí, por lo cual algo sigue necesariamente. Se de vista predominantemente ontológi-
pronto, dos tendencias. Por una par- trata de un principio, pero de un co. Además, se inclinaron con fre-
te, hallamos el llamado "ejemplaris- principio de carácter positivo que cuencia a considerar la noción de cau-
mo" agustiniano y bonaventuriano. afecta realmente a algo. La causa se sa en estrecha relación con la de subs-
Por otra parte, hallamos una parte distingue en este sentido del princi- tancia (VÉASE). Ello no significa que
considerable del pensamiento escolás- pio en general. El principio es aque- todos los filósofos aludidos estuviesen
tico, en el cual se destaca el tomismo. llo de que procede algo (lo princi- de acuerdo al respecto. Dentro del
En el "ejemplarismo" agustiniano y piado) de "un modo cualquiera"; la estoicismo y del escepticismo se ha-
bonaventuriano no se descarta por en- causa es aquello de que procede algo llan ideas sobre la causa en las que
tero la acción de las llamadas "cau- (lo causado) de un modo específico. se subraya mucho menos los aspectos
sas segundas" — las causas tales como Principio y causa son ambos de al- ontológicos de la relación causal. Por
se supone que operan en la Natura- gún modo "principios", pero mien- un lado, en varios pensadores me-
leza y que son a la vez de tipo efi- tras el primero lo es según el inte- dievales se encuentran análisis de la
ciente y final. Estas causas son ad- lecto, la segunda lo es según la cosa noción de causa distintas tanto de
mitidas al lado de las causas prime- (o la realidad). Así se establece la la concepción "ejemplarista" como
ras, pero su eficacia es considerada diferencia entre la relación principio- de la tomista. En los nominalistas, por
272
CAU CAU CAÜ
ejemplo (especialmente en Guillermo lógica del cambio; se limita a dar una de la relación causa-efecto con la
de Occam), los universales no son razón mensurable del movimiento. Se- identidad de sus términos, de tal
concebidos como causas; la relación gún Xavier Zubiri, "no solamente no suerte que, según el propio Leibniz,
de causa a principio como relación de es la idea de causa la que dio origen la negación de esta identidad es una
especie a género no es admitida. Por a la ciencia moderna, sino que ésta verdadera y auténtica negación de la
otro lado, se reduce (y a veces se su- tuvo su origen en el exquisito cuida- naturaleza de la verdad. Aquí se
prime) el papel desempeñado por las do con que eliminó aquélla". muestra hasta qué punto la concep-
causas finales a favor del de las cau- Durante los siglos XVII y XVIII se ción racionalista de la causa acaba
sas eficientes en los procesos natura- debatió ampliamente la cuestión de por negar la propia naturaleza de la
les. Cierto es que dentro del aristote- la naturaleza de la causa. Dos gran- realidad afirmada. En efecto, el ra-
lismo no se admite tampoco que la des teorías se enfrentaron. Una de cionalismo sostiene que para enten-
explicación de los procesos naturales ellas puede ser calificada de "racio- der el efecto éste ha de estar "inclui-
sea posible sólo por medio de causas nalista" y ha sido representada por do" en la causa. Pero como no distin-
finales; es necesaria asimismo la iner- Descartes, Spinoza y Leibniz (para gue entre diversos modos de quedar
vención de las causas eficientes. Ade- Descartes, véase Princ. phil., II; para "incluido", resulta que si hay algo
más, como indica Anneliese Maier Spinoza, Eth., I viii schol. 2; para distinto no puede entenderse cómo
("Ursache und Kräfte", en Die Vor- Leibniz, Discours de métaphysique, ha sido posible. Lo que haya de no-
läufer Galileis im 14, Jahrhundert, especialmente XIX, XXII [entre otros vedad en el efecto tendrá que ser
1949, pág. 53 [véanse también págs. muchos textos de estos filósofos, pues forzosamente ininteligible, y de ahí
54-78]), las causas formales no tienen de algún modo o de otro la cuestión que el principio según el cual causa
en dicha doctrina importancia para la de la causa se halla entretejida en to- aequat effectum, el principio según
explicación físico-dinámica de los pro- dos sus pensamientos]). Es imposible el cual causa sive ratio y el
cesos naturales, sino sólo para la in- en un artículo como el presente tra- principio de razón suficiente sean
terpretación metafisico-ontològica del tar debidamente el problema de la tres aspectos de una misma frecuente
mundo. Sin embargo, esta interpreta- causa en el racionalismo, y menos to- negación de la distinctio realis entre
ción es siempre de algún modo pre- davía hacer justicia a las diferencias el efecto y la causa. La comprensión
via a la citada explicación. En varios existentes en los citados filósofos (el perfecta y absoluta de la relación
autores medievales, en cambio, espe- hecho, por ejemplo, de que Spinoza causal destruye entonces la posibili-
cialmente en los que elaboraron la distinguiera entre diversos tipos de dad de la propia relación, a menos
noción de ímpetu ( VÉASE), hay un causa; de que Leibniz acogiera en su que ella implique de nuevo —como
decidido interés por averiguar la na- sistema las causas finales no menos ocurre, por lo demás, en Leibniz—
turaleza y el modo de producción de qvie las eficientes y en cierto modo aquellos supuestos ontológicos que
las causas eficientes —y mecánicas— como si las primeras fuesen previas quedan eliminados cuando la noción
con respecto a las otras formas de a las segundas). Nos limitaremos a causal se atiene al puro mundo de
causa. indicar la tendencia capital del tra- los fenómenos. O, dicho de otro modo,
En lo que toca a la investigación tamiento racionalista de la causa: el la comprensión racional de la relación
sobre la causa durante el Renacimien- que ésta fuese identificada con la ra- causal destruye la posibilidad de esta
to y comienzos de la época moderna, zón según la fórmula causa sive ra- relación en sentido fenoménico. La
debe advertirse que hay en diversos tio. Esta identificación —paralela a la identidad de la causa y el efecto
pensadores un gran interés por los reducción de los procesos reales a re- postulada por el racionalismo implica
modos de operación de las causas fi- laciones ideales y matemáticas— es la negación del acontecer y la sumi-
nales. Tal ocurre en las concepciones radical en Spinoza. Es menos acen- sión del acontecimiento a sus rationes
de carácter organológico, como en J. tuada en Leibniz. Sin embargo, a pe- o proporciones matemáticas. Y es
B. van Helmont, Agrippa de Nettes- sar de que Leibniz distingue entre la precisamente esta matematización del
heim y otros autores. Pero puede de- razón como principio y la razón como concepto de causa, ya surgido en Ga-
cirse grosso modo que hay una dife- causa real, aproxima la noción de lileo, lo que ha planteado a la filoso-
rencia de principio entre la mayor causalidad al principio de razón su- fía moderna los mayores problemas
parte de las concepciones antiguas y ficiente o determinante, según el cual en la relación causa-efecto precisa-
medievales, y la mayor parte de las nada acontece sin razón, siendo lo mente porque ha intentado solucionar-
concepciones modernas con respecto acontecido la consecuencia de un es- los pasando de continuo de la esfera
a la idea de causa. El modo de cau- tado anterior al que conviene cabal- de la producción a la de la relación.
salidad que se expresa en la nueva mente el término 'causa'. El su- Junto a esta dirección racionalista,
física (Galileo) constituye una línea puesto que domina esta interpretación las tendencias ocasionalistas y em-
divisoria bien marcada. Antes de Ga- es, aparte la identificación apuntada piristas atacan desde otro ángulo el
lileo la noción de causa tiene por mo- entre la causa y el principio, la tesis problema de la causación. Estas ten-
tivo principal dar razón de las cosas característica de cierta parte de la dencias no son, por lo demás, espe-
mismas; desde Galileo la noción de filosofía moderna que, en oposición a cíficamente modernas ni obedecen
causa de razón de variaciones y des- la cristiana y como continuación de tampoco, en sus primeras formula-
plazamientos en tanto que suscepti- la griega, niega el ex nihilo fit ens ciones, a supuestos empiristas. Es e]
bles de medida y expresables mate- creatimi o lo relega a una forma es- caso de Algazel, en quien se viene
máticamente. La física moderna re- pecial e irracional de producción. Con- reconociendo el primer claro antece-
nuncia a explicar la naturaleza onto- secuencia de ello es la equiparación dente de la crítica de la noción de
273
CAU CAU CAU
causa en el sentido moderno. La distinción entre el mundo real y el nión de Kant) a dejar sin fundamento
oposición al racionalismo de los teó- fenoménico, entre las verdades de la ciencia, y en particular la mecánica
logos y filósofos árabes conducía a razón y las de hecho. newtoniana. Con el fin de sentar las
Algazel a mostrar la contradicción El racionalismo fue restablecido por bases filosóficas de ésta, y de este
de la noción racional de la causa o, Wolff, el cual en su Philosophia pri- modo asegurar la posibilidad de un
mejor dicho, a señalar que tal no- ma sive Ontologia (§ 881) hizo de conocimiento seguro y sólido de los
ción anulaba lo mismo la causa que la causa un principio (principium) y procesos naturales, Kant (VÉASE) hace
el efecto. De hecho, lo que los filó- de lo causado algo principiado (prin- de la noción de causa uno de los
sofos llaman causas son para Algazel cipiatum). Así, en vista de que el conceptos del entendimiento o ca-
meras ocasiones, pues solamente Dios racionalismo volvía siempre, de al- tegorías (véase CATEGORÍA). La cau-
puede ser considerado como gún modo, a la identificación de la salidad no puede derivarse empírica-
verdadera causa eficiente. En un causa con el efecto y de la causa mente, pero no es tampoco una pura
análogo sentido se movieron las es- con la razón, y como el ocasionalis- idea de la razón; tiene un carácter
peculaciones de algunos escolásticos. mo postulaba algo irracional para sintético y a la vez a priori. La ca-
Nicolás de Autrecourt, considerado explicar lo que se suponía necesitar tegoría de causalidad (causalidad y
por varios autores como un "pre- una explicación inteligible, la crítica dependencia; causa y efecto) corres-
cursor" de Hume, realiza una crítica de Hume procedió a una disolución ponde a los juicios de relación llama-
de la noción de causa basada sobre radical de la conexión causal y de dos "hipotéticos". Pero no es el es-
todo en el hecho de haber llevado sus implicaciones ontológicas. Ya Loc- quema "vacío" de un juicio condicio-
a sus últimas consecuencias lo que ke había señalado que la causa es "lo nal. No es tampoco un principio (on-
había de racionalismo en la concep- que produce cualquier idea simple tológico) que se baste a sí mismo, y
ción aristotélico-escolástica. La impo- o compleja" (Essay, XXVI, i), redu- cuya evidencia sea radical. La noción
sibilidad de deducir o derivar el co- ciendo el ámbito dentro del cual se da de causalidad permanece así inataca-
nocimiento de una existencia, del la causalidad al horizonte en el que ble, pues su aceptación no depende
conocimiento de otra a base del puro se producen y originan las "ideas". ni de una supuesta evidencia ontoló-
principio de contradicción, lo obliga Hume llega más lejos: a reducir la gica (que, por lo demás, es vacía de
a romper el vínculo analítico de la causa a la sucesión y a destruir el contenido) ni de la mostración empí-
relación causal y, por consiguiente, nexo ontológico e inclusive meramen- rica (que no llega nunca a resulta-
a negar su racionalidad y a basar la te racional de la relación causa-efecto. dos universales y necesarios). Por su-
relación simplemente en la sucesión. Sólo se descubre, dice, que un acon- puesto, la causalidad en este sentido
Análogamente, Malebranche y los tecimiento sucede a otro, sin poder se restringe al mundo fenoménico; no
ocasionalistas se ven precisados a re- comprenderse ninguna fuerza o poder se puede decir si afecta a las cosas
solver el dualismo entre la substancia por el cual opera la causa o cualquier en sí, porque no se puede tener ac-
pensante y la extensa planteado por conexión entre ella y su supuesto efec- ceso a tales cosas. Toda la "Analítica
Descartes, mediante la suposición de to, de tal modo que los dos términos trascendental" en la Crítica de la ra-
que las causas, cuando menos las se- están unidos, pero no relacionados zón pura, de Kant, es pertinente para
gundas, son ocasiones, y que, por lo — conjoined, but neuer connected. entender la crítica kantiana del
tanto, sólo Dios puede ser verdadera De ahí que pueda definirse la causa racionalismo y del empirismo y la so-
causa eficiente. Pues, evidentemente, como un objeto seguido por otro y lución kantiana al problema. Nos li-
si ya era difícil entender el nexo cau- cuya apariencia implica siempre el mitaremos a citar algunos pasajes que
sal entre substancias homogéneas, la pensamiento de aquel otro (Enquiry, expresan, en el propio vocabulario kan-
dificultad subía al punto al haber VII. 2). tiano, el modo como Kant ha afron-
heterogeneidad entre las substancias. Como en otros puntos, el pensa- tado la cuestión. Estos pasajes pro-
Ahora bien, esto podía solucionarse miento de Kant sobre la noción de ceden de la sección sobre la segun-
de varios modos: (a) o Dios interviene causa y sobre la relación causal cons- da "analogía de la experiencia" en
continua y directamente; (b) o bien tituye un intento de superar las difi- la que se trata del principio de su-
las substancias han quedado de tal cultades suscitadas por el racionalis- cesión en el tiempo según la ley de
modo reguladas que la "interven- mo y por el empirismo. Ambos tie- causalidad: "Percibo que las apa-
ción" ha existido en los comienzos; nen de común suponer que para que riencias se siguen una a la otra, esto
(c) o hay en las substancias algo que pueda afirmarse la relación causal, es, que en un cierto momento del
permite referir sus "movimientos" a ésta debe hallarse "en lo real". Si no tiempo hay un estado de cosas que
manifestaciones de una sola, absoluta se descubre allí, solamente podrá "ha- es opuesto al que fue en el momento
y única substancia. La primera so- llarse" en la "mente". Hasta aquí te- precedente. Así, estoy poniendo en
lución es la de Malebranche; la se- nía razón Hume. Pero el modo como re-lación dentro del tiempo dos
gunda, la de Leibniz; la tercera, la Hume resolvió el problema era para percepciones. Pero la relación no
de Spinoza. Y es curioso comprobar Kant insatisfactorio. En efecto, si la resulta del mero sentido y de la
hasta qué punto Leibniz, que parece relación causal es resultado de "con- intuición, sino que es el producto de
representar, como vimos, uno de los junciones" y no de "conexiones", si una facultad sintética de la
extremos de la tendencia racionalista, es asunto de "hábito" y de "creen- imaginación, la cual determina el
es también tributario del problema cia", entonces no puede concebirse la sentido interno con respecto a la
suscitado por los ocasionistas al ha- causalidad como algo universal y ne- relación temporal" (K. r. V., A 189,
ber establecido una demasiado tajante cesario, y ello equivale (en la opi- B 233). "El concepto que acarrea
consigo la necesidad de la
274
CAU CAU CAU
unidad sintética puede ser solamente en las que han desembocado en un mún había sostenido algo parecido al
un concepto puro radicado en el convencionalismo y ficcionalismo co- suponer, como Reid, que la causa es
entendimiento, no en la percepción, mo en las que han intentado una rein- derivada del poder que sentimos
y en este caso se halla el concepto terpretación real del principio. Así ha de producir ciertos efectos, pero tal
relación de causa a efecto" (Ibid., ocurrido en las direcciones empiristas, filosofía dejaba este concepto dema-
A 189, B 234). No se trata de una como la representada por John Stuart siado a cargo de un principio común
sucesión subjetiva, sino de una suce- Mill, quien hace de la causa un con- no necesitado de explicación en vez
sión objetiva (pero fenoménica). En junto o suma de condiciones negativas de atender, como Maine de Biran,
suma: el entendimiento contiene la y positivas, un "antecedente in- a una radicalización de la experien-
condición a priori de la posibilidad variable", pero quien da a la vez un cia del esfuerzo que produjera el
de determinación de todos los instan- sentido efectivamente real a la con- doble efecto de la disolución y afir-
tes de los fenómenos en el tiempo dición. Así ocurre también en las mación de la causa.
— tal como se expresa por medio de diversas formas del "impresionismo Por su parte, los científicos y fi-
la ley de causalidad en tanto que ley filosófico": la causa queda, como la lósofos que han prestado mayor aten-
universal y necesaria. substancia, pulverizada, ya sea en un ción a la crítica de las ciencias han
Después de Kant han abundado conjunto de condiciones, ya en una intentado aproximar la causa a las
las doctrinas sobre la causalidad. Los simple función, ya en un invariante nociones de condición, relación, ley
idealistas alemanes volvieron a subra- funcional cualquiera. Esto había ocu- y función. Así, por ejemplo, John
yar el carácter metafísico de la causa, rrido ya en una teoría de la causa Stuart Mill, quien, como dijimos, esti-
pero en un sentido distinto del que subrayaba al principio todos los ma la causa como el antecedente
racionalismo pre-kantiano. Schelling momentos condicionistas y fenome- invariable, dando a la causalidad un
emparentó la noción de causa con la nistas. Es el caso de Hamilton. Supone sentido netamente condicionista, que
de fundamento (VÉASE) absoluto. Co- éste (Lec. Met., XXXIX) que hay ha sido recogido por diversos auto-
mo tal fundamento es también libertad ocho teorías posibles acerca de la res neopositivistas. Mach sustituye la
absoluta, se concluye que el problema causa como fenómeno subjetivo, es causalidad por la relación, reducien-
de la libertad y el de la causa se decir, como origen del juicio causal. do con ello la noción de la causa a
hallan estrechamente relacionados — Cuatro de ellas afirman que este juicio un concepto considerado más inteli-
a diferencia de Kant, para quien se es a posteriori, y cuatro que es a priori. gible. Siguiendo estas tendencias, el
hallaban estrictamente separados, El juicio causal a posteriori puede ser positivismo ha ejercido una decidida
correspondiendo cada uno de ellos a original o derivado. El original puede crítica de toda acepción metafísica
un mundo distinto: el inteligible y el ser objetivo-objetivo, con percepción de la causalidad y, de acuerdo con
sensible respectivamente. En Fichte de eficacia causal, extema e interna, y sus principios generales, ha tendido a
la relación entre la causa y el efecto objetivo-subjetivo, con percepción de prescindir de ella y a atenerse a otras
fue vista con frecuencia como rela- eficacia causal interna. El derivado nociones que, como las de función
ción entre la actividad y la pasividad. puede ser objetivo, basado en la o ley, permiten eludir los problemas
En la filosofía de Hegel, la causa inducción y la generalización, o ontológicos que la causalidad plantea.
fue presentada como aquello por lo subjetivo, montado sobre la Sin embargo, otras diversas in-
cual un ser puede producirse a sí mis- asociación, la costumbre, el hábito. El vestigaciones sobre el principio causal
mo (véase CAUSA SUI), producien- juicio causal a priori puede ser han mitigado estas radicales sustitu-
do de este modo todo su interno y también original y derivado. El ori- ciones, llegándose, por un lado, como
propio desenvolvimiento. En una di- ginal puede ser necesario o basado Meyerson, a admitir la causalidad
rección análoga se mueve Schopen- en un principio especial de la inteli- como una tendencia natural de la
hauer al hacer de la causalidad la gencia, o contingente, montado sobre razón a la identificación del ante-
única categoría originaria y al ave- la espera de una constancia en la Na- cedente y del consecuente, y, por
riguar la cuádruple raíz del principio turaleza. El derivado puede estar ba- otro, a las direcciones que, buscando
de razón suficiente ( VÉASE) en una sado en la ley de la contradicción justamente una solución del problema
forma que permite conservar la cau- o en la de lo condicionado. Hamilton sin negación de sus dificultades,
salidad como categoría en sentido se inclina a esta última acepción, desembocan, como la fenomenología,
kantiano y a la vez considerarla como derivada —dice— no de una po- en la admisión de la causalidad como
momento principal del Absoluto, de la tencia, sino de la impotencia de la una relación originaria susceptible de
Voluntad. Desde este instante el pro- mente (loc. cit.). Por el contrario, intuición esencial y, por lo tanto,
blema de la causalidad es objeto de otras tendencias pretendieron funda- como una relación peculiar irreductible
una serie de análisis que van desde la mentar la "verdadera" realidad de la a toda equiparación con las distintas
reducción de la causa a un Absoluto, causa. Estas tendencias se basaron nociones con que ha sido confundida.
a su disolución en una trama fenomé- casi siempre en el examen de las Estas distinciones deben establecerse,
nica y al redescubrimiento, a partir de condiciones en que se desenvuelve la por lo pronto, dentro de la propia
cualquiera de las dos instancias, de su actividad del yo. Es lo que ocurrió noción de causa. Para no referirnos
sentido ontológico primario. La pri- sobre todo con Maine de Biran. Éste sino a algunos de los análisis últimos,
mera tendencia se da en todas las consideraba que el origen de la adviértase, por ejemplo, la diferencia
filosofías de lo Absoluto. La segunda, causa radica en la actividad de la vo- entre lo que Meyerson ha llamado la
en todo intento de "positivización" luntad o conciencia de que somos causalidad teológica y lo que el
radical del concepto de causa, tanto causa. Ya la filosofía del sentido co- propio autor ha calificado
275
CAU CAU CAU
de causalidad científica. La primera tallar un depósito de pólvora. El ter- empírico". En esto concuerda dicho
es aquella forma de causa que se cero está ejemplificado por la dis- autor con R. Hönigswald, pues ambos
revela "cuando, por un acto de vo- tensión gradual del resorte que hace sostienen una definición de la causa-
lición, produzco un cambio exterior o girar al fonógrafo. Para Bergson, lo lidad, no como una ley, sino como
cuando el creyente atribuye un fenó- que distingue los tres casos es la mayor "un punto de vista para poder hablar
meno a la intervención de la divini- o menor solidaridad entre la causa y de leyes". En suma, el enunciado cau-
dad". En esta causalidad teológica el efecto. "En el primero, la cantidad sal sería "una proposición sobre cono-
la noción de causa va más allá de los y la cualidad del efecto varían cimiento" (op. cit., pág. 82) y no sobre
fenómenos de la ciencia, a diferencia según la cantidad y la cualidad de la cosas o acontecimientos. Con ello se
de la causalidad científica, que se causa. En el segundo, ni la cualidad rechaza la concepción de la causa-
aplica a un aspecto de los fenómenos, ni la cantidad del efecto varían con la lidad propia de la física "clásica", la
y a diferencia también de lo que cualidad y la cantidad de la causa: el cual confiaba en la inalterabilidad
puede llamarse la causalidad eficien- efecto es invariable. En el tercero, del principio causal tal como fue ex-
te, causalidad híbrida que participa finalmente, la cantidad del efecto presado en la fórmula de Laplace
de las dos anteriores y que se aplica, depende de la cantidad de la causa, (aun cuando no se sostiene que la
según señala dicho autor, a la parte pero la causa no influye sobre la física estuviese edificada sobre tal
de los fenómenos científicos que es- cualidad del efecto." Sólo en el principio, sino sólo que cuando pre-
capan a la causalidad científica, es primer caso, por consiguiente, la tendía adquirir una claridad sobre
decir, a su aspecto irracional (Iden- causa explica el efecto (L'Évolu-tion sus supuestos llegaba a una fórmula
tité et Réalité, Caps. I, IX). Ya Bren- créatrice, págs. 79-80). No es la parecida a la de Laplace). Pero se
tano había procurado establecer una explicación del efecto por la causa, admite a la vez que tal concepción
conciliación de la racionalidad de sino la idea fundamental de que se tenía su fundamento dentro de tal
la causa con su carácter concreto al deriva la noción de causalidad lo física y en particular dentro de sus
reelaborar algunos de los supuestos que, en cambio, busca Dewey. Para supuestos, ya que toda concepción de
de la ontología aristotélico-tomista en este filósofo, la idea de causa procede la causalidad presentada por una
una doctrina original que compren- de la herramienta y del trabajo que epistemología de la ciencia natural es
día asimismo una teoría de la subs- ella ejecuta sobre otras cosas. Por lo la consecuencia de un determinado
tancia. Brentano rechaza el concepto tanto, no es el resultado de la se- supuesto acerca del concepto
de causalidad establecido por Hume, cuencia de los hechos naturales (como científico-natural de objeto. Rechazar
pero ello no significa, a su entender, diría el científico), ni una categoría el concepto clásico de causalidad
tener que aceptar la causa como "pre- de la razón (como afirmaría el fi- equivale, por lo tanto, a rechazar
juicio" al modo de Reid y de Kant lósofo, idealista o realista), ni algo los fundamentos en que se basaba la
La relación causa-efecto no es, en deducido de la naturaleza autoob- ciencia natural correspondiente. Por
efecto, simplemente la relación pre- servada de la voluntad (como se in- este motivo la crisis del concepto
misa-consecuencia, pero tampoco la clinaría a proclamar el filósofo que causal experimentado en los últimos
relación entre dos fenómenos absolu- partiera de la psicología o del aná- decenios representa, según Cassirer
tamente heterogéneos unidos por el lisis de la existencia). "El primer pen- (que coincide en este punto, sin
hábito o la creencia. Hay siempre, sador que proclama —escribe De- mencionarlo explícitamente, con Pierre
según Brentano, una permanencia wey— que todo acontecimiento es Duhem), la indicación de que está
continua del efecto en la causa, pero efecto de algo y causa de otra cosa, cambiando el mismo objeto de la
sin que ésta contenga absolutamente que toda particular existencia es a la ciencia y, especialmente, el de la
el efecto. Con lo cual se establece vez condicionada y condición, se limitó física. A su vez, muchas de las
una fundamentación de la noción de a expresar verbalmente el proce- direcciones de la llamada filosofía
causalidad que puede seguir siendo dimiento del trabajador, convirtiendo científica, del neopositivismo y, en
estimada racional, pero que no debe un modo de práctica en una fórmula", parte, del neorrealismo, estiman que la
ser considerada como racionalista, por y ello de tal modo que "las artes in- noción de causa no puede quedar
los mismos motivos que no debe ser dustriales son las formas típicas de precisada sin una previa "aclaración" o
considerada como puramente empírica experiencia que aclaran las conexio- análisis de las proposiciones en que
(Cfr. Abajo los prejuicios, en El nes secuenciales de las cosas entre sí" la causalidad va envuelta. Sobre todo
porvenir de la filosofía, trad, esp., (Experience and Nature, 1929, págs. en las tendencias que estiman la
1936, pág. 240). Por su lado, Berg- 84, 85). Para Cassirer (Cfr. Determi- relación subjeto-objeto como de
son ha advertido que es ilegítimo nismus und Indeterminismus, etc., naturaleza últimamente causal (tales,
confundir, como se hace ordinaria- págs. 75 y sigs.), el enunciado causal Ogden y Richards), se ha hecho más
mente, tres sentidos bien diferentes de no es una intelección nueva desde urgente dicho requerimiento. Esto ha
la causalidad. "Una causa —escribe— el punto de vista del contenido, sino conducido la investigación causal a un
puede actuar por impulsión, por dis- sólo desde el punto de vista del mé- estudio próximo a los métodos de J.
paro o por desenvolvimiento." El todo. Desde el ángulo de su conte- S. Mill, y cuando se ha intentado
primer tipo está ejemplificado por la nido, el enunciado causal no dice una definición, a una que se aproxima
bola de billar y es aquel en que se nada más que lo que ya se sabe. De sensiblemente a la noción de causa
piensa ante todo cuando se habla de ahí que, a su entender, la causalidad como antecedente invariable. Ya lo
causa física. El segundo está ejem- pertenezca a los principios modales hemos puesto de relieve al reseñar la
plificado por la chispa que hace es- y sea un "postulado del pensamiento noción de causali-
276
CAU CAU CAU
dad sostenida por Mach y por el una relación que une por su mis- causales sean identificables con la te-
condicionismo. Agreguemos ahora que ma raíz la libertad ( VÉASE ) y el sis de una determinación estricta. Una
la causalidad ha sido también con- fundamento o razón determinante, crítica puramente "nihilista" de la
cebida como un marco lógico que por la cual la libertad se fundamenta causalidad favorece las tendencias
permite ligar las diferentes formas a sí misma en su "estar en el mundo" irracionalistas. Una interpretación rí-
que asumen las proposiciones donde y llega por tal fundamentación a gida del principio de determinación
una relación "causal" está presente. concebir el principio del fundamento conduce, por otro lado, a un supuesto
Toda idea de "actuación", tanto en como una auténtica posibilidad. La determinista incomprobable. La in-
el sentido de una ontología basada esencia del fundamento a que se re- tención de Bunge es mostrar que "co-
en la autoobservación como en el sen- ducen todas las especies de la causa mo cualquier otra categoría de deter-
tido del pragmatismo, ha sido enton- es así la libertad misma, la cual se minación, la causación tiene un al-
ces descartada como conteniendo im- manifiesta justamente en la trascen- cance operativo limitado; que el prin-
plicaciones ontológicas inadmisibles. dencia de la Existencia como una ver- cipio causal ocupa un lugar dentro
Pero no sólo ella, sino la misma no- dadera posibilidad de fundamentar. del contexto más amplio del determi-
ción de causa, por lo menos en el Un análisis adecuado de la noción nismo; y que los fracasos que expe-
sentido tradicional de elemento por de causa requiere no sólo tener en rimenta el principio causal en ciertas
el cual algo es producido. El tránsito cuenta a la vez los problemas filo- esferas no implican de ningún modo
de la causación a la dependencia fun- sóficos y científicos, sino también es- el fracaso del determinismo latu sen-
cional se ha acentuado considerable- tudiar la causalidad en relación con su, o la desintegración del entendi-
mente en estas direcciones. Pero si muchos otros conceptos, tales como miento racional" (op. cit. infra, pág.
bien este análisis permite eliminar la los de determinación, determinismo 351).
hipóstasis de la causa como algo real (v.), función (v.), ley (v.) y otros. Ma-
causante, no suprime la causación de rio Bunge (op. cit. infra) ha llevado
tipo ontológico o la transfiere a una a cabo un análisis detallado de la cau-
teoría funcional y operativa que, salidad, distinguiendo, por lo pronto,
de todos modos, supone una cierta entre tres significados: la causación
ontología. Por eso todas las distincio- (relación causal y tipos de nexo cau-
nes y análisis mencionados son nece- sal); el principio causal o de causali-
sarios, pero sin que con ello pueda dad (enunciado de la ley causal, co-
decirse que queda totalmente elimi- mo en "Las mismas causas producen
nada la cuestión ontológica (soluble los mismos efectos"); y el determi-
o no ) de Ja causa. Y ello hasta tal nismo causal, o causalismo, es decir,
punto, que ha podido llegarse a una causalidad propiamente dicha (doc-
relativa coincidencia respecto al sen- trina de la validez universal del prin-
tido de la relación causal entre quie- cipio causal, como en "Todo tiene
nes han examinado lógicamente la una causa"). El principio causal ex-
noción de causa al hilo de una inves- presa la forma de la causación; el de-
tigación del concepto causal tal como terminismo causal afirma que todo
es empleado en la física contempo- sucede según ley causal. Según Bun-
ránea y los que han tendido a una ge, el principio de determinación es
interpretación ontológica. Mencione- de carácter más amplio que el del
mos al respecto ciertas investigacio- determinismo. El principio de deter-
nes de la relación causal como algo minación incluye leyes deterministas
que permite explicar el concepto de y leyes no deterministas (por ejem-
tiempo ( VÉASE ). Esta descripción plo, estadísticas). La causalidad es
quedaría, sin embargo, incompleta si sólo una clase (bien que muy impor-
no nos refiriéramos también a las di- tante) de determinación. No hay que
recciones en que el problema de la suponer, pues, que la causación es la
causalidad asume un aspecto a la vez única fuente de la producción de cam-
ontológico y metafísico, como conse- bio y de novedad. La determinación
cuencia de la interpretación del pro- puede ser causal y no causal. En esta
pio fundamento en que se apoya el última se incluye la determinación es-
principio de razón suficiente. Así, al tadística, la estructural, la teleológica
examinar la cuestión de este princi- y la dialéctica. Estas distinciones (y
pio único por el cual han de quedar otras introducidas por el citado au-
justificadas todas las especies de cau- tor) están destinadas a evitar confu-
sas en una raíz común, Heidegger siones muy corrientes entre filósofos
ha llegado a una dilucidación del y científicos. Bunge rechaza la inter-
problema de la esencia del fun- pretación puramente empirista o "con-
damento dentro del marco de la juncionista" de la causa. Afirma que
trascendencia en que la Existencia la causa es una producción real. Pero
consiste; de este modo se descubre a la vez no admite que las hipótesis
277
CAU
MERA, SEGUNDA, etc. etc. Véase
CAUSA.
CAUSA SUI. En el artículo sobre
la noción de causa ( VÉASE ) no he-
mos hablado —excepto tangencial-
mente— de la Cuestión de la "causa
de sí mismo", que se expresa mediante
los términos causa sui.
La expresión causa sui parece ha-
ber sido introducida en la literatura
filosófica medieval por medio de tra-
ducciones latinas de Alfarabi (Cfr.
Rudolf Eucken, Ges. der phil. Ter-
minologie, 1879, reimp., 1960, pág.
68). Se ha indicado asimismo que se
usó por vez primera en el siglo XII
— por ejemplo, por Alain de Lille (Cfr.
A. Guzzo-F. Barone, Enciclopedia Fi-
losófica Italiana, I, A-Eq, 1957, s.v.
"Causa sui", pág. 979, col. 1). Al-
berto Magno usó la expresión princi-
pium sui, en su doctrina de la Tri-
nidad el Padre es descrito como prin-
cipium y no causa del Hijo (Eucken,
op. cit., pág. 91, nota 3). Causa sui
ha sido usado por Santo Tomás, Suá-
rez y muchos autores escolásticos, así
como por Descartes y, sobre todo, Spi-
noza.
Originariamente causa sui no se re-
fería a Dios ( Dios era más bien prin-
cipium sui). Causa sui podía aplicar-
se al hombre en cuanto hombre libre,
significándose con ello que se deter-
minaba a sí mismo libremente. Se de-
cía, sin embargo, que nada es pro-
piamente causa sui, pues todo ente
es en cuanto tiene un origen distinto
de sí mismo, esto es, causado.
Dios fue presentado como causa
sui por Descartes en su prueba (lue-
go llamada "ontológica") de la exis-
tencia de Dios. Spinoza comenzó su
Ética (I, def. 1) con una definición
del concepto causa sui: "Por causa
de sí mismo entiendo aquello cuya
esencia envuelve la existencia, esto
es, aquello cuya naturaleza no puede
concebirse si no es existiendo." Puede
decirse que en Descartes y en Spinoza
se da una definición positiva de causa
sui, a diferencia de la definición
escolástica medieval, que era más
bien negativa, por cuanto afirmaba
que un ente es causa sui cuando no
tiene causa (exterior al ente
considerado). La causa sui definida
positivamente se aplica en Descartes
a la substancia, pero como la única
substancia que cumple con todas las
CAUSA ADECUADA, CONCOMI- condiciones requeridas es la substan-
TANTE, EFICIENTE, FINAL, FOR-
MAL, MATERIAL, PER SE, PRI-
278
CAU CAY
cia infinita, Dios acaba por ser de- 1519, obispo de Gaeta en 1519, otra
finido como causa sui por excelencia. vez legado papal en Hungría, Bohemia
Lo mismo en Hegel. y Polonia bajo Adriano IV y, fi-
En su Historia como sistema, Or- nalmente, permaneció en Roma como
tega y Gasset afirma que el hombre Cardenal bajo Clemente VII. No obs-
es causa sui en un sentido todavía tante estas múltiples actividades ecle-
más radical que el tradicional, pues siásticas, desarrolló una importante
el hombre (la vida) tiene que deci- labor filosófica y teológica, especial-
dir constantemente qué "sí mismo" mente en forma de comentarios a
va a causar (O. C., VI, 33). Aristóteles y a Santo Tomás de Aquino,
CAUSALIDAD. Véase CAUSA, CAU- de quien fue uno de los más
SALIDAD (PERCEPCIÓN DE LA), DE- importantes seguidores. Adversario
TERMINISMO, INCERTIDUMBRE (PRIN- moderado del escotismo, se distinguió
CIPIO DE ), LEY. sobre todo por su doctrina de la ana-
CAUSALIDAD (PERCEPCIÓN logía, defendiendo la teoría tomista
DE LA). Un problema que no suele de la analogía de proporcionalidad y
mencionarse en los estudios epis- refinándola considerablemente. Según
temológicos —y que sólo excepcional- Cayetano, esta analogía en su forma
mente está tratado en los análisis no metafórica permite solucionar los
metafísicos— de la noción de causa- problemas clásicos de la comprensión
lidad es el de los modos de percep- de los atributos de Dios partiendo de la
ción causal. Es un problema que ha consideración de predicaciones sobre
sido estudiado por J. Piaget y en par- el hombre sin por ello tener
ticular por A. Michotte van der Berck, necesidad de recurrir al origen
en las investigaciones experimentales psicológico de los conceptos. Tal
llevadas a cabo por el último en Lo- analogía permite, pues, establecer
vaina y resumidas en el libro La per- razonamientos de los cuales se deriva
ception de la causalité ( 1946; 2a ed., que Dios y las criaturas tienen algún
1954). De tales investigaciones se de- predicado en común. Como señala en
riva que hay impresiones causales y su clásico tratado sobre la analogía de
que pueden determinarse las condi- los nombres, el razonamiento "Toda
ciones de su aparición. Los exámenes simple perfección se halla en Dios.
de Michotte incluyen la causalidad La sabiduría es una • simple
llamada cualitativa (la cual se reduce perfección. Por lo tanto, la sabiduría se
a cambios de forma), y la tesis resul- halla en Dios", es de tal tipo que "el
tante de los mismos se opone a la ne- término 'sabiduría' en la menor no
gación de una impresión primitiva de representa esta o aquella noción de
la influencia ejercida por un hecho sabiduría, sino la sabiduría, que es
físico sobre otro — negación común proporcionalmente una, es decir,
a Hume y a los racionalistas continen- representa ambas nociones de
tales. Según ello, habría que reformu- sabiduría, no tomadas en conjunción ni
lar el problema causal tal como ha si- en disyunción, sino en tanto que están
do tratado por los filósofos clásicos proporcionalmente no divididas, en
modernos en términos psicológicos, tanto una es proporcionalmente la
aunque no fuera sino por el hecho de otra, y en tanto que ambas constituyen
que tales filósofos establecen, cons- una noción que es proporcionalmente
ciente o inconscientemente, supuestos una" (de Nomi-num Analogia, Cap. X:
psicológicos en sus análisis aparente- solución a la segunda dificultad). En
mente sólo filosóficos o epistemológi- otros campos filosóficos, Cayetano
cos de la noción de causalidad. señaló la imposibilidad de demostrar
A. Michotte et al., Causalité, per- filosófica y racionalmente ciertos
manence et réalité phénoménales, problemas, tales como los planteados
1963. por los dogmas de la Trinidad y de la
CAYETANO (CARDENAL), el inmortalidad del alma; tales dogmas
nombre bajo el cual se conoce a To- deben ser creídos y son, en todo caso,
más de Vio (1468-1534), nació en objeto de la teología y no de la
Gaeta, ingresó en 1480 en la Orden filosofía racional. Cayetano se ocupó
de Predicadores, estudió en Ñapóles, asimismo de problemas morales,
Bolonia y Padua, profesó en Padua especialmente en su Summula
y Pavia, fue Maestro General de la Peccatorum. Las obras filosóficas
Orden en 1508, cardenal en 1517, principales de Cayetano son: In ¿le
legado papal en Alemania en 1518 y Ente et Essentía
279
CAY CEN
en págs. 84-7 de la traducción inglesa tinuidad rota por el radical dualismo.
de De Nominum Analogia [Duques- En nombre de este platonismo Celso
ne Studies. Philosophical Series, 4, combatió a los cristianos en su obra
1953].
Doctrina verdadera ( )Alhqh\j lo/goj' )
CAYETANO DE THIENE [GAE- partes de la cual nos han sido con-
TANO DA THIENE, Cajetanus Thie- servadas por el escrito que Orígenes
naeus] (ca. 1387-1465) fue discípulo dirigió contra ella.
de Pablo de Venecia (v. ) y enseñó
en la Universidad de Padua desde
1424 aproximadamente. Uno de los
más radicales averroístas de la llama-
da "Escuela de Padua" (v.), Cayeta-
no de Thiene recibió asimismo las
influencias de los físicos de la Escuela
de París (v.), especialmente de
Nicolás de Oresme. Aunque polemizó
contra Swineshead, no fue ajeno al
influjo de los mertonianos, en particu- CELARENT es el nombre que de-
lar de Heytesbury, del cual comentó signa uno de los modos (véase MO-
uno de los tratados y expuso las ideas DO) válidos de los silogismos de la
fundamentales de otro. Esto no quiere primera figura ( VÉASE ). Un ejemplo
decir que Cayetano de Thiene siguiera de Celarent puede ser: Si ningún
literalmente las enseñanzas de los africano es europeo y todos los
físicos de París y de algunos de los abisinios son africanos, entonces
mertonianos. En sus estudios sobre la ningún abisinio es europeo, ejemplo
naturaleza del calor y de la transmi- que corresponde a la siguiente ley de
sión del calor a los cuerpos, Cayetano la lógica cuantificacional elemental:
de Thiene desarrolló una teoría pro-
pia que Samuel Clagett (Cfr. infra)
llama "teoría de la reflexión" y en la
que intenta superar algunas de las y que, usando las letras 'S', 'P' y 'M'
dificultades encontradas en el proble- de la lógica tradicional, puede expre-
ma por Heytesbury y Marsilio de sarse mediante el siguiente esquema:
Inghen. Esta teoría se basa en ciertos
principios que suponía regían la re-
flexión de la luz. Cayetano de Thiene
polemizó contra las ideas acerca de donde aparece claramente la secuen-
"la reacción", de Juan Marliani. En cia de las letras 'E', 'A', 'E', origen
cuanto a sus doctrinas más propia- del término Celarent, en el orden
mente averroístas, defendió la morta- MP-SM-SP.
CELSO (fl. 170) defendió un pla- CENOSCÓPICO. Bentham distin-
lidad del intelecto especulativo en guió entre la ontología cenoscópica y
cada uno de los individuos humanos, tonismo en muchos respectos pareci-
do al de Ático ( VÍASE ), pero aun la ontología idioscópica. La primera
pero afirmó su inmortalidad en cuanto estudia las propiedades comunes a
intelecto común a todos los individuos cuando estaba también penetrado de
motivos estoicos y epicúreos éstos son todos los individuos de la clase de
de la especie humana. La eternidad objetos estudiados por la ontología,
del intelecto común a la especie cons- menos importantes que los que influ-
yeron sobre el citado platónico coe- es decir, las propiedades de todos
tituye, según Cayetano de Thiene, el los individuos. La segunda estudia
fundamento de la verdad de los princi- táneo suyo. La tendencia de Celso
al dualismo lo condujo a una acentua- las propiedades comunes a los indi-
pios de las ciencias y de todas las ver- viduos de clases determinadas de in-
dades justamente llamadas "eternas". ción de la trascendencia divina: Dios
puede solamente relacionarse con la dividuos. La división de Bentham es,
parte superior del alma, y su provi- pues, parecida a la que había sido
dencia se extiende al mundo y no a propuesta por wolffianos y escolásti-
cada uno de los hombres, los cuales cos entre la metafísica general u
poseen en la materia perecedera de ontología y la metafísica especial, o
que están compuestos una realidad a la que posteriormente ha sido es-
que no puede entrar en contacto con tablecida por algunos filósofos (por
la realidad suprema. Ahora bien, para ejemplo, Husserl) entre la ontología
restablecer la separación Celso intro- general y las ontologías regionales.
dujo una doctrina demonológica aná- Recogiendo la sugerencia de Ben-
loga a la de muchos platónicos y tham, Peirce introdujo también en
neoplatónicos del final del mundo sus clasificaciones de las ciencias los
antiguo: una jerarquía de espíritus términos 'cenoscópico' e 'idioscópico'.
es la encargada de restablecer la con- Ambos términos designan respectiva-
280
CEN CER CER
mente dos clases de ciencias de las dumbre roza, hasta coincidir, con el cosa o, para enunciarlo más rigurosa-
tres en que pueden dividirse las problema de la evidencia ( VÉASE ), mente, de una situación objetiva. Esta
ciencias teóricas de descubrimiento y hasta puede decirse que es una de certidumbre puede referirse a toda
(que a su vez son una de las dos las especies de ella. Sin embargo, el clase de verdades o falsedades, tanto
subrramas de las ciencias teóricas). campo de la certidumbre propiamente a las de razón como a las de hecho
La clase primera es la matemática; la dicha es más bien el de la certi- y, por consiguiente, ha llegado a no
segunda (cenoscópica), la filosofía; dumbre objetiva y, dentro de ella, el coincidir o a poder no coincidir exac-
la tercera (idioscópica), las ciencias de la certidumbre verdaderamente tamente con el carácter "claro y dis-
particulares. En tanto que ciencia "subjetiva", es decir, formal. Ésta es tinto" que, según el racionalismo car-
cenoscópica, la filosofía averigua la dividida por los escolásticos, espe- tesiano, estaba todavía indisoluble-
verdad positiva a base de observa- cialmente por los tomistas, en varias mente adscrito a la certidumbre. De
ciones que entran en el horizonte clases, de acuerdo con la razón del ahí que la evolución última experi-
de la experiencia cotidiana de todos objeto y según la razón del funda- mentada por el término haya conse-
los hombres. En tanto que ciencias mento. Aun cuando por la razón del guido alojarla difícilmente entre los
idioscópicas, las ciencias particulares objeto la certidumbre sea llamada diversos tipos de adhesión. La cer-
estudian diversas regiones de la reali- certidumbre de evidencia, aquí se tidumbre no puede ser simplemente
dad a base de observaciones especia- significa por 'evidencia' no tanto el equiparada a la evidencia y, a lo
les. La clase de las ciencias idioscó- aspecto objetivo —la realidad misma sumo, hay que referirla a uno de sus
picas se subdivide en físicas (fisiogno- de la cosa en tanto que posee modos, a aquel que, siendo primaria-
sia) y psíquicas ( psicognosia ). Todos pretensión de evidencia— como la mente subjetivo, mienta una circuns-
los departamentos de la idioscopia se percepción subjetiva de este aspecto. tancia objetiva. No puede tampoco
basan en la celioscopia o filosofía. Por razón del fundamento objetivo, equipararse a la creencia, no sólo
Para una más detallada clasificación la certidumbre es, en cambio, llamada en virtud de los múltiples significados
de las ciencias según Peirce, véase certidumbre de la fe. Las discusiones de este término, sino también porque
CIENCIAS ( CLASIFICACIÓN DE LAS). habidas respecto a la mayor o menor no cabe en ninguno de los dos prin-
CENSURA. Véase PSICOANÁLISIS. perfección de cada una de estas cipales. No puede, finalmente, con-
CERTIDUMBRE. La certidumbre formas esenciales de certidumbre han fundirse con la mera aserción indivi-
tiene casi siempre un matiz subjetivo; sido solucionadas por la escolástica dual de algo sin razones o fundamen-
no puede, pues, confundirse ni con tomista señalando que no hay una tos, pues entonces no se trataría de
los diversos sentidos de la creencia univocidad de la perfección, sino un certidumbre, sino de arbitraria posi-
( VÉASE) ni tampoco con la evidencia grado mayor o menor de ella según ción de cualquier situación objetiva,
(VÉASE). Esta particular condición o el elemento de la certidumbre que se real o imaginaria. Por eso algunos
situación de la certidumbre fue ya subraye. Así, por ejemplo, la certi- autores han intentado reducir la cer-
destacada por los escolásticos. En dumbre de evidencia es más perfecta tidumbre a la certidumbre moral, que
sentido lato, éstos definían la certi- en lo que toca al conocimiento o ra- sería una certidumbre de tipo evi-
dumbre como un "estado firme de la zón del conocimiento. La certidumbre dente por razón de la imposibilidad
mente". Pero esta definición resultaba, de la fe, en cambio, puede ser más de afirmar o demostrar algo contrario
sin duda, insuficiente, y por eso era perfecta en lo que atañe a la fir- a la misma. En todos los casos, la
necesario distinguir entre diversos meza misma de la adhesión, sobre certidumbre no puede dejar de ser
tipos de certidumbre que representa- todo cuando se trata de una certidum- subjetiva, pero sin confundirse ni con
ban, a su vez, diferentes grados de bre sobrenatural y no simplemente la evidencia ni con el mero asenti-
ella. Se habla entonces de certidumbre natural o humana. miento, que no es más que un resul-
subjetiva —que es el significado Esta división de los tipos de la cer- tado de la certidumbre y no la certi-
primario de la certidumbre— y se tidumbre es para los escolásticos una dumbre en cuanto tal.
supone que ésta puede ser o mera- división primaria. No suprime, pero Hugo Dingler ("Probleme des Po-
mente subjetiva o verdaderamente relega a una región accidental, las sitivismus", Zeitschrift für philoso-
subjetiva. La primera es la certidum- divisiones más usuales de ella según phische Forschung, V [1951], 485-
bre que no se funda en una certi- la mayor o menor inmediatez, la ma- 513) ha llamado tendencia certística
dumbre objetiva; la segunda es la yor o menor "ingenuidad", etc. En a la que admite solamente proposi-
que se funda en ella, y por este mo- la época moderna no se ha desmen- ciones completamente seguras como
tivo se califica a veces de formal. tido substancialmente la anterior con- base de la ciencia o de la filosofia.
En cuanto a la llamada certidumbre cepción, pero se ha tendido a des- Para dicha tendencia, debe ser ex-
objetiva, se trata no tanto del asen- arrollar el aspecto "evidencial" de la cluido cuanto no pueda ser riguro-
timiento ( VÉASE ) firme del espíritu certidumbre y se ha procurado esta- samente demostrado. Según Dingler,
como del fundamento mismo de este blecer una división más según los ci- el certismo se basa en un juicio de
asentimiento. La certidumbre es en- tados modos accidentales que según valor: el que otorga carácter positivo
tonces la base objetiva de todo asen- los modos esenciales. La definición solamente a lo "inexpugnable". Ahora
timiento firme, y puede considerarse habitual de la certidumbre ha sido, bien, este juicio de valor procede —
o como una evidencia objetiva o como por lo demás, la definición más lata; también según Dingler— de una
la seguridad derivada de la autoridad según ella, certidumbre es un acto del exigencia de la vida, para cuya con-
de un testimonio. En este punto, por espíritu por el cual se reconoce sin re- servación desempeña un papel fun-
lo tanto, el problema de la certi- servas la verdad o la falsedad de una damental el ideal de la "absoluta se-
281
CES CIB CIB
guridad" (absolute Verlässlichkeit). do semejante a como se prueban los Machine (1949, 2a ed., 1961), Norbert
Pues 'lo inseguro está siempre ace- teoremas en aritmética y geometría. Wiener (t 1964) llamó "cibernética"
chado por la sorpresa, en tanto que lo Leibniz se refirió con frecuencia a (del griego kubernh/r = piloto) a la
seguro tiene sus espaldas libres para semejante característica, y escribió, ciencia que estudia los sistemas de
consagrarse a otras importantes acti- además, una disertación sobre ella control, y especialmente de autocon-
vidades" (op. cit., pág. 487). Las exi- (Philosophische Schriften, ed. Ger- trol tanto en los organismos como en
gencias del certismo sólo pueden ser hardt, VII, 184-301). Esta caracterís- las máquinas. "El control —define
cumplidas, según Dingler, mediante su tica es una especie de simbolismo Wiener (The Human Use of Human
propia filosofía "metódico-operativa". universal —o "spécieuse genérale"— Beings, 1950, pág. 8)— no es sino el
en la cual "todas las verdades de ra- envío de mensajes que efectivamente
zón podrían reducirse a un cálculo" cambian el comportamiento del siste-
(op. cit., III, 605). La característica ma receptor."
universal es considerada a veces co-
mo el lenguaje universal de todas las
ciencias, y a veces como un auxilio Nos hemos referido a algunos de
para el arts combinatoria (VÉASE ), los problemas principales estudiados
esto es, como un lenguaje auxiliar de por la cibernética en el sentido de
un arte absolutamente universal. Tanto Wiener en varios artículos de la pre-
la característica universal como el arte sente obra (véanse especialmente CO-
combinatorio están destinados a dar MUNICACIÓN, INFORMACIÓN). Nos li-
fin a los inútiles debates filosóficos y mitaremos aquí a destacar, o a recor-
teológicos, por cuanto deben hacer dar, que la cibernética —todavía en
posibles las pruebas de una manera formación y, por tanto, sin límites
formal. Se trata, pues, de un intento precisos como ciencia o como disci-
de formalización de todo lenguaje plina científica— se ocupa de temas
cognoscitivo, no sólo el de la muy diversos aunque todos ellos rela-
matemática y las ciencias de la Na- cionados de algún modo entre sí. En-
turaleza, sino también el de la filo- tre estos temas mencionamos los si-
sofía y la teología. La característica guientes: el estudio del control y del
universal se halla, pues, relacionada auto-control, especialmente a base del
con intentos similares, entre los cua- concepto de "retroacción" (feedback)
CESARE es el nombre que desig- les cabe mencionar el del ars magna —por tanto el estudio de los sistemas
na uno de los modos (véase MODO) (VÉASE ) de Llull. Leibniz usa a ve- autorregulativos, orgánicos y mecáni-
válidos de los silogismos de la se- ces la expresión characteristica verba- cos—; el estudio de la transmisión de
gunda figura (VÉASE). Un ejemplo de lis, en tanto que los vocablos son mensajes en cuanto sirven para llevar
Cesare puede ser: considerados como signos de los con- a cabo el control y el auto-control
ceptos (Cfr. Opuscules et fragments citados; el estudio de la información
Si ningún pedazo de hierro es blanco inédits de Leibniz, ed. Louis Coutu- en cuanto transmisión de señales den-
y todos los copos de nieve son rat, 1905, pág. 433; entre otros lugares tro de un sistema de autorregulación;
blancos, entonces ningún copo de en la misma obra sobre el tema véanse el estudio de diversas formas de la
nieve es un págs. 29, 42, 60, 62-92, 94, 98, 99, llamada "conducta con propósito"; el
pedazo de hierro, 129, 181, 267, 274, 275, 284, 326, estudio de los paralelismos entre va-
ejemplo que corresponde a la siguien- 338, 357, 359, 366, 367, 406, 429, rios sistemas en los cuales tienen lugar
te ley de la lógica cuantificacional 433-5, 511, 531, 562). procesos de control y de autorregula-
elemental: Helmut Schnelle, Zeichensysteme ción (como los llamados "servomeca-
zur wissenschaftlichen Darstellung. nismos"). Por lo indicado puede verse
Ein Beitrag zur Entfaltung der Ars la amplitud del campo de la ciberné-
characteristica im Sinne G. W. Leib- tica, en la cual tienen lugar una serie
niz, 1962. de estudios lógicos, matemáticos, físi-
y que, usando las letras 'S', 'P' y 'M'
de la lógica tradicional, puede expre- cos, neurofisiológicos, etc., y la cual
sarse mediante el siguiente esquema: hace uso de conceptos muy diversos,
CIBERNÉTICA. En su Essai sur muchos de ellos procedentes de otras
la philosophie des sciences ou exposi- ramas (entropía, estructura, lenguaje,
tion analytique d'une classification aprendizaje, etc., etc. ). Por esta razón
donde aparece claramente la secuen- naturelle de toutes les connaissances algunos autores consideran que el tér-
cia de las letras 'E', 'A', 'E', origen humaines (1834), Andre Marie Am- mino 'cibernética' es por el momento
del término Cesare, en el orden P M père (VÉASE ) introdujo el vocablo simplemente un vocablo cómodo con
- S M - S P. cybernétique (del griego kubernhrtikh)| el fin de agrupar estudios que oportu-
para designar la ciencia que se ocupa namente se distribuirán entre varias
CHARACTERISTICA UNIVERSA- disciplinas científicas. En todo caso,
de los modos de gobierno. La "ciber-
LIS llama Leibniz a un alfabeto ge- nética" es, según Ampere, una de las la cibernética parece ser una típica
neral o universal de todas las ideas ciencias "noológicas". En su resonante "ciencia-encrucijada" y un conjunto
fundamentales con el fin de poder obra Cybernetics, or Control and Com- de "ciencias limítrofes". En este sen-
probar de un modo formal y calcu- munication in the Animal and in the tido la cibernética puede ser compa-
latorio las verdades filosóficas, de mo-

282
CIC CIC
rada dentro de la ciencia a lo que es turaleza epistemológica, sino más
a menudo la ontología —por lo me- bien moral y social; es necesario, pen-
nos como "ontología crítica y analíti- saba, que haya nociones innatas y
ca"— dentro de la filosofía. consenso universal si se quiere que
Para bibliografía véase la parte co- la sociedad mantenga su cohesión.
rrespondiente en el artículo COMUNI- En la moral Cicerón se inclinó hacia
CACIÓN. las doctrinas estoicas, pero despro-
CICERÓN (M. TULLIUS CICERO) vistas de su extremo rigorismo; los
(106-43 antes de J. C.) nació en las bienes, en efecto, no eran, en su opi-
proximidades de Arpiño. Su carrera nión, enteramente indiferentes a la
como orador y político queda fuera realización y desenvolvimiento de la
de nuestro propósito. Su carrera co- virtud. Parejas formas de eclecticismo
mo filósofo ha sido muy discutida; pueden descubrirse en su filosofía
considerado durante largo tiempo natural y en su filosofía política, la
como una de las más significadas fi- cual parece dominada por una especie
guras del pensamiento antiguo, se CIENCIA. El sustantivo scientia
de "creencia a medias", unida a un procede del verbo scire, que signi-
insistió luego en su falta de origina- realismo político en nombre del cual
lidad y se redujo al mínimo su papel fica "saber"; etimológicamente, 'cien-
defendió los ideales de la República cia' equivale, pues, a 'el saber'. Sin
en la historia de la filosofía. La ver- romana frente a todos los falsos
dad se halla probablemente en el embargo, no es recomendable atenerse
realismos que amenazaban en su a esta equivalencia. Hay saberes que
medio: la filosofía de Cicerón no es, tiempo con destruir lo que él con-
ciertamente, original, pero la influen- no pertenecen a la ciencia; por
sideraba las verdaderas realidades: ejemplo, el saber que a veces se cali-
cia que ha ejercido hace de ella una las tradiciones susceptibles de trans-
pieza indispensable en la historia. fica de común, ordinario o vulgar.
formación continua y sin violencia. Se saben, en efecto, muchas cosas
En efecto, no solamente divulgó para Lo mismo podríamos decir, finalmen-
el mundo romano lo más importante que nadie osaría presentar como si
te, de su filosofía religiosa, pero sería fuesen enunciados científicos. Saber,
de la tradición intelectual griega, sino sin duda una simplificación presentar
que muchas de sus obras fueron leí- por ejemplo, que el Ministro de Obras
esta última como una moderada ra- Públicas de Islandia ha sido operado
das con frecuencia por los filósofos cionalización de las tradiciones. La
posteriores, tanto paganos como cris- de la próstata, es saber algo. Pero
complejidad del cuadro religioso pre- la proposición 'El Ministro de Obras
tianos. A ello debe agregarse la in- sentado en el famoso Sueño de Es-
fluencia ejercida en la formación del Públicas de Islandia ha sido operado
cipión ( VÉASE ) muestra que si tene- de la próstata' no es una proposición
vocabulario filosófico latino — forma- mos que seguir hablando de eclecti-
ción de la cual el propio Cicerón tenía científica. A menos que tomemos el
cismo no podemos reducirlo a una término 'ciencia' en un sentido muy
plena conciencia al indicar que sus composición demasiado simple.
obras filosóficas ofrecían principal- amplio, no podemos, pues, hacerlo
mente al lector "palabras": verba... sinónimo de 'saber'. El propio Platón,
quibus abundo. que distinguía rigurosamente entre el
En lo que toca al contenido, el saber, e)pioth/mh, y la opinión, do/ca,
pensamiento filosófico de Cicerón ha advertía que ésta no es simple no
sido considerado como esencialmente saber; es algo situado entre la
ecléctico, no obstante ser costumbre perfecta ciencia y la absoluta igno-
estimarlo como uno de los miembros rancia. Parece, pues, necesario preci-
de la nueva Academia platónica sar qué tipo de saber es el científico.
(VÉASE). Discípulo del epicúreo Fe- Varias respuestas se nos ocurren. Por
dro, del académico Filón, del estoico ejemplo: que es un saber culto o
Diodoto, del académico Antíoco de desinteresado, que es un saber teóri-
Ascalón, del epicúreo Zenón y del es- co, susceptible de aplicación práctica
toico Fosidonio (cuyas lecciones oyó y técnica, que es un saber riguroso y
en Rodas), se encuentran en sus metódico, etc., etc. Todas estas
obras las huellas de todas estas doc- respuestas nos proporcionan alguna
trinas, más las de las obras de los información sobre el tipo especial del
grandes maestros griegos, Platón y saber científico. Pero no son suficien-
Aristóteles principalmente. En la doc- tes. Tienen, además, un inconveniente,
trina del conocimiento, Cicerón re- en nuestro caso importante: el de que
chazaba el escepticismo, pero el es- no permiten distinguir entre la ciencia
cepticismo extremo, pues el modera- y la filosofía. Durante muchos siglos
do tenía, a su entender, una razón esta falta de diferenciación no ha
de ser como escudo contra el desme- parecido cosa grave: todavía es arduo
dido dogmatismo. Las razones dadas separar lo propiamente científico (sea
por Cicerón contra los escépticos ex- cual fuere su valor actual) de lo
tremos no eran, sin embargo, de na- propiamente filosófico

283
CIE CIE CIE
en la Física de Aristóteles, pero ello cesitadas de un grupo relativamente sito. Por la índole de la presente obra
no nos dificulta más de lo que es considerable de hechos para ser con- interesa más la segunda cuestión: la
razonable la comprensión de sus pro- firmadas; ello se debe a que trazan relación entre ciencia y filosofía.
posiciones; en cierto modo, nos ayuda marcos generales dentro de los cuales Tres respuestas fundamentales son
a comprender el carácter peculiar del pueden reunirse previas agrupacio- posibles al respecto: (1) La ciencia
pensamiento aristotélico sobre la nes teóricas de hechos o bien ciertos y la filosofía carecen de toda relación.
Naturaleza. Pero a medida que se tipos de hechos observados en el (2) La ciencia y la filosofía están tan
fueron organizando las llamadas cien- curso de algún experimentum crucis. íntimamente relacionadas entre sí
cias particulares y se fue haciendo La comprobación y precisión antedi- que, de hecho, son la misma cosa.
más intenso lo que se ha calificado chas dependen asimismo de los mé- (3) La ciencia y la filosofía mantie
de movimiento, de autonomía primero, todos empleados (véase MÉTODO ), nen entre sí relaciones muy comple
y de independencia luego, de las los cuales son también diversos para jas. Señalaremos algunas de las ra
ciencias, la distinción en cuestión se cada ciencia y para partes diversas zones presentadas a favor de cada
hizo cada vez más importante y ur- de la misma ciencia. En general, se una de estas opiniones y concluiremos
gente: no poder trazar una línea di- considera que una teoría científica con unas breves observaciones sobre
visoria entre la contribución científica es tanto más perfecta cuanto más el tipo de relación que consideramos
y la contribución filosófica de Des- formalizada se halla. Esto no signi- más plausible.
cartes o de Leibniz obstaculiza gran- fica, empero, que la única labor del (1). (a 1) La ciencia progresa y
demente, en efecto, la comprensión científico que merezca el nombre de nos informa cada vez más acabada
de tales contribuciones. Es preciso, tal sea la formalización ( VÉASE). En y detalladamente sobre la realidad,
pues, poner en claro en qué consiste rigor, ésta es una de las tendencias mientras que la filosofía no progresa,
el saber científico y cuáles son las de la ciencia: la que adopta cuando porque es un incesante tejer y deste-
principales diferencias existentes entre se halla en un estado de madurez jer de sistemas, (b l) La ciencia es
este saber y el filosófico. relativa. Agreguemos que hasta ahora un modo de conocer, mientras que
La cuestión de la naturaleza del hemos hablado únicamente de la cien- la filosofía es un modo de vivir, (c
saber científico sólo puede ser tra- cia, pero que debe asimismo hablarse 1) La ciencia se refiere al ser; la
tada aquí muy someramente. Nos de Zas ciencias. Éstas son diversas. filosofía, al deber ser o, en general,
limitamos a indicar que la ciencia Lo son tanto, que más de una vez al valor, (d 1) La ciencia es conoci-
es un modo de conocimiento que as- se ha suscitado el problema de si es miento riguroso; la filosofía, concep-
pira a formular mediante lenguajes posible que todas las ciencias posean ción del mundo expresable asimismo
rigurosos y apropiados —en lo posi- algunos caracteres comunes. Ciertos mediante la religión o el arte. Por
ble, con auxilio del lenguaje mate- autores lo han negado; a su entender, eso la ciencia está en un lado, mien-
mático— leyes por medio de las hay por lo menos dos grupos entera- tras la filosofía —con la religión y
cuales se rigen los fenómenos. Estas mente diferentes de ciencias: las cien- el arte— están en otro lado — a veces
leyes son de diversos órdenes (véase cias de la Naturaleza ( VÉASE) y las considerado como opuesto, (e 1) La
LEY ). Todas tienen, empero, varios ciencias del espíritu ( VÉASE ) o de la ciencia es conocimiento limitado;
elementos en común: ser capaces de cultura ( VÉASE ). Otros lo han afir- la filosofía, conocimiento ilimitado,
describir series de fenómenos; ser mado, pero a base de limitar las cien- (f 1 ) La ciencia opera mediante ob-
comprobables por medio de la obser- cias a las ciencias naturales. Otros, servación, experimentación, inferencia
vación de los hechos y de la experi- finalmente, lo han afirmado, haciendo y deducción, en tanto que la filosofía
mentación; ser capaces de predecir de las ciencias clásicamente calificadas opera mediante intuición; a conse-
—ya sea mediante predicción com- de morales, ciencias en el fondo cuencia de ello la ciencia se refiere
pleta, ya mediante predicción esta- naturales, o estableciendo una suerte sólo a lo fenoménico mientras que
dística— acontecimientos futuros. La de pirámide de las ciencias en la la filosofía muerde sobre lo noumé-
comprobación y la predicción no se cual o bien ciertas ciencias sirven nico, etc., etc.
efectúan siempre, por lo demás, de de base a las otras (la matemática, (2). (a 2) La filosofía no difiere
la misma manera, no sólo en cada base de la física; la física, base de la de la ciencia más que por constituir
una de las ciencias, sino también en biología; la biología, base de la un estado primitivo (o preliminar)
diversas esferas de la misma ciencia. psicología, etc.) o bien se supone de la actividad científica: la filosofía
En gran parte dependen del nivel posible reducir las unas a las otras es, pues, una fase de la ciencia, (b 2)
de las correspondientes teorías. En (en general, las menos simples a las La filosofía es una ciencia igual a las
general, puede decirse que una teoría más simples), si no en sus métodos otras en cuanto a la estructura de sus
(VÉASE) científica más comprensiva de detalle, sí cuando menos en las teorías, métodos usados y propósitos
obedece más fácilmente a requeri- estructuras fundamentales de sus res- que la mueven, (c 2) Hay una filoso-
mientos de naturaleza interna a la pectivos lenguajes (véase REDUC- fía que no puede llamarse ciencia,
estructura de la propia teoría —sim- CIÓN ). La diversidad de las ciencias porque no es más que expresión poé-
plicidad, armonía, coherencia, etc.— ha llevado asimismo a muchos intentos tica o concepción del mundo, pero
que una teoría menos comprensiva. de clasificación (véase CIENCIAS que por ello no puede tampoco cali-
Las teorías de teorías (como, por [CLASIFICACIÓN DE LAS ] ). No pode- ficarse seriamente de filosofía; la fi-
ejemplo, la teoría de la relatividad) mos detenernos aquí en estos proble- losofía que merece tal nombre es una
parecen por ello más "alejadas" de mas. Lo dicho debe ser considerado ciencia que se ocupa de ciertos pro-
los hechos o, mejor dicho, menos ne- como suficiente para nuestro propó- blemas principalmente lógicos y se-
284
CIE CIE CIE
mióticos, el análisis de los cuales cons- entre cada una de las opiniones pre- poco mucho acerca de esta última.
tituye un auxilio indispensable para sentadas y los argumentos proporcio- Pero se destaca por lo menos uno de
el desarrollo de las demás ciencias. nados para apoyarla. Es fácil compro- los problemas que se suscitan cada
(3). (a 3) La relación entre la fi- bar entonces que la mayor parte de vez que se enfrentan científicos y
losofía y la ciencia es de índole histó- los argumentos son de carácter par- filósofos. Por lo demás, la informa-
rica: la filosofía ha sido y seguirá cial. Así, por ejemplo, es cierto que ción sobre los problemas de la cien-
siendo la madre de las ciencias, por la filosofía se ocupa del valor, pero cia susceptibles de interés filosófico
ser aquella disciplina que se ocupa de ello no significa que se desentienda son desarrollados en otros artículos;
la formación de problemas, luego to- de la realidad. Es cierto que la cien- véase al respecto el cuadro sinóptico
mados por la ciencia para solucionar- cia progresa mientras la filosofía pa- que contiene este volumen, secciones
los. (b3) La filosofía es no sólo la rece girar perpetuamente en torno a Teoría de la ciencia y Metodología,
madre de las ciencias en el curso sí misma, en el curso de un incesante Filosofía de la naturaleza, y Teoría
de la historia, sino la reina de las tanteo, pero ello no quiere decir que del conocimiento, a completar con las
ciencias en todo instante, ya sea por se halle en estado estacionario; lo secciones Lógica y Metalógica, y Se-
conocer mediante el más alto grado que ocurre es que, como dice San- miótica y Filosofía del lenguaje.
de abstracción, ya sea por ocuparse tayana, "el filósofo contempla astros
del ser en general, ya por tratar de que avanzan lentamente". Es cierto
los supuestos de las ciencias, (c 3) que la filosofía analiza con frecuen-
La ciencia —o las ciencias— consti- cia el lenguaje de la ciencia o lleva
tuyen uno de los objetos de la filo- a cabo investigaciones epistemológi-
sofía al lado de otros; hay por ello cas cuyo objeto principal son las pro-
una filosofía de la ciencia (y de las posiciones científicas, pero ello no
diversas ciencias fundamentales) co- significa que la filosofía sea sólo se-
mo hay una filosofía de la religión, miótica o epistemología. Es cierto
del arte, etc. (d3) La filosofía es que la filosofía es en gran medida
fundamentalmente la teoría del co- una ciencia, pero ello no quiere decir
nocimiento de las ciencias, (e3) Las que sus métodos y finalidades sean
teorías científicas más comprensivas superponibles a los de la física, la
son, como hemos apuntado, teorías de biología, etc., etc. Ahora bien, esta
teorías; la filosofía puede ser consi- parcialidad de los argumentos es de-
derada como una teoría de teorías de bida a un previo supuesto: el de que
teorías, (f 3) La filosofía se halla en ciencia y filosofía son conjuntos de
relación de constante mutuo intercam- proposiciones que se trata de com-
bio con respecto a la ciencia; pro- parar, identificar, subordinar, etc.,
porciona a ésta ciertos conceptos ge- etc. Cuando, en cambio, se insiste en
nerales (o ciertos análisis) mientras examinar los puntos de vista adopta-
que ésta proporciona a aquélla datos dos por la una y por la otra, se advierte
sobre los cuales desarrolla tales con- que es posible afirmar la existencia de
ceptos generales (o lleva a cabo tales relaciones complejas y variables sin
análisis). (g3) La filosofía examina por ello adherirse a argumentaciones
ciertos enunciados que la ciencia pre- parciales o desembocar en un radical
supone, pero que no pertenecen al historicismo. Estos puntos de vista
lenguaje de la ciencia. no necesitan, por lo demás, ser
Podrían agregarse otros argumen- opuestos, pero ello no significa tam-
tos en favor de cada una de las opi- poco que sean totalmente distintos;
niones fundamentales mencionadas. pueden ser en muchos respectos com-
Todos ellos encuentran en la historia plementarios. A ello aspiran cuando
de la filosofía y de la ciencia datos menos muchos filósofos para quienes
para apoyarlos. Ello parece tener la ciencia no es ni un error ni un
que desembocar en la conclusión si- conocimiento superficial ni un saber
guiente: la cuestión de la relación subordinado al filosófico, sino una
entre la filosofía y la ciencia depende de las pocas grandes creaciones hu-
enteramente de la historia y varía manas, y también muchos científicos
en el curso de ésta. Ahora bien, se- para quienes la filosofía no es ni un
mejante opinión (sobre todo si sub- conjunto de sofismas, ni de sistemas
rayamos 'enteramente') ofrece una que emergen y se hunden continua-
grave desventaja: la de que hace ex- mente, ni de más o menos hermosas
cesivamente "fluidos" los caracteres concepciones de índole últimamente
de la ciencia y la filosofía, permitien- poética. Reconocemos que con ello
do transformar fácilmente la una en no se dice todavía mucho acerca de
la otra. Para evitar este inconvenien- las efectivas relaciones entre la filo-
te, es menester distinguir con cuidado sofía y la ciencia y, por lo tanto, tam-
285
286
CIE CIE
—esencial para comprender la cues- Metaphysicorum Aristotelis Stogiri-
tión de la libertad humana—, está, tae, t. I, 1577; II, 1589; III, 1604;
pues, incluida en la scientia Dei. El IV, 1612) y por Luis de Molina
concepto de ciencia media ha sido (VÉASE) en su Concordia (1588),
forjado precisamente para responder hasta el punto de que el llamado
a algunas de las mayores dificultades molinismo tiene como una de sus
planteadas al respecto. Ya hemos visto bases fundamentales la citada doctri-
varias de ellas en nuestra des- na, a la cual se opusieron Domingo
cripción de la noción de futurible Báñez, dominico, y Francisco Zumel,
(VÉASE). Digamos ahora sólo que los agustino, entre otros, dando lugar a
teólogos han distinguido en la cues- la famosa controversia de auxiliis, que
tión que nos ocupa entre la llamada terminó sin que la Congregación for-
ciencia de simple inteligencia o tam- mada a tal fin llegase a ninguna de-
bién ciencia divina, y ciencia de vi- cisión, y, por lo tanto, sin que pudie-
sión. Por la primera se entiende aque- sen considerarse heréticas las doctri-
nas molinistas ni tampoco, por su-
lla forma de inteligencia por medio puesto, las contrarias.
de la cual Dios conoce los entes y Son todavía fundamentales por su
los actos posibles como posibles, amplitud las dos obras de Gabriel
estén o no dentro del ámbito de la de Henao sobre la ciencia media (y
posibilidad. El objeto de esta ciencia a favor de ella): Scientia media his-
son por ello las esencias y los predi- torice propugnata, seu ventilabrum
cados esenciales, las "verdades eter- repurgans veras a falsis novellis na-
nas" — y también, por consiguiente, rrationibus circa disputationes cele-
los propios imposibles. Por la segun- berrimas, 1655, nueva edición, 1685,
y Scientia media theologice defensa,
da se entiende la inteligencia que 2 vols., 1674. Véase, además, la bi-
posee Dios de los existentes como bliografía de MOLINA (LUIS DE).
existentes, incluyendo, naturalmente, CIENCIA UNIFICADA. Véase EM-
al propio Dios. Como ya hemos visto PIRISMO, POSITIVISMO, VIENA (CÍRCU-
en la discusión del concepto de futu- LO DE ).
rible, para algunos tal división es CIENCIAS (CLASIFICACIÓN DE
adecuada; para otros, en cambio, es
LAS). En un sentido estricto la cla-
inadecuada. Estos últimos han intro-
sificación de las ciencias es un tema
ducido precisamente la noción de
específicamente moderno, pues sola-
ciencia media como ciencia de los
mente apareció al reconocerse lo que
futuros condicionados. Como señala
se ha llamado la "independencia de
Ponce de León, la ciencia media de las ciencias particulares con respecto
define de dos modos en el fondo a la filosofía". En un sentido am-
concordantes: es un conocimiento plio, sin embargo, la clasificación de
cierto e infalible de los futuros con- las ciencias es análoga a la clasifica-
dicionados, que antecede a todo de- ción de los saberes (véase SABER) y
creto absoluto de Dios (según afirma a las subdivisiones de la filosofía
Bastida), o es un conocimiento di- frecuentemente discutidas por los fi-
vino de los futuros contingentes con- lósofos antiguos y medievales. En el
dicionados, independiente de todo presente artículo nos referiremos prin-
medio conexo previamente con los cipalmente a las clasificaciones de las
mismos (según sostiene Henao). Por ciencias en la época moderna pro-
CIENCIA MEDIA. Los teólogos eso la ciencia media "conviene con puestas a partir de Francis Bacon,
han tratado el problema de la intelli- la simple inteligencia en que se da pero precederemos esta información
gentia Dei o de la scientia Dei bajo en Dios independientemente de todo con algunos datos sobre las divisio-
el aspecto de los atributos divinos. decreto libre actual, y por lo mismo nes antiguas y medievales.
En tal sentido han entendido ante no se dice ciencia libre, sino natural, Una primera división de los sabe-
todo que Dios posee la ciencia en como la ciencia de simple inteligen- res fue la establecida por Platón
modo perfectísimo. De ahí que el cia", pero a la vez imita la ciencia cuando distinguió entre la opinión
objeto primario de esta ciencia sea de visión por versar "sobre verdades (VÉASE) y el saber propiamente di-
la esencia divina, es decir, el propio contingentes que pueden ser o no
cho. Aristóteles, Eudemo de Rodas
Dios, en tanto que el objeto secunda- ser". El concepto de ciencia media,
y muchos comentaristas posteriores
rio son las ideas divinas. El proble- aunque conocido desde antiguo, fue
del Estagirita dividieron la filosofía
ma de la "relación" entre Dios y las elaborado sobre todo por Fonseca
en teórica y práctica, y consideraron
ideas, así como, y sobre todo, el pro- (en el libro VI de los Commentario-
con frecuencia la lógica como un sim-
blema de lo que se ha llamado "la rium Petri Fonsecae Lusitani Doctoris ple instrumento (y no como una par-
divina presciencia de los futuros" Theologi Societatis Jesu, in libros
287
CIE CIE CIE
te) de la filosofía. Aristóteles, ade- de la demostración probable, y se tóricas y empíricas) y ciencias de ra-
más, clasificó los saberes en tres clases: subdivide en dialéctica y en retóri- zón (o ciencias científico-filosóficas,
teóricos, prácticos y poéticos (o ca, o arte de la demostración so- que tienen por objeto la deducción
productivos). El objeto de los saberes fística), (d) La clasificación de Ro- de lo que el entendimiento sienta
teóricos es la verdad; el de los saberes berto Kilwardby, según el cual la como verdadero). Ampère dividió las
prácticos, la acción encaminada a un filosofía se divide en filosofía de las ciencias en cosmológicas y noológicas.
fin; el de los saberes poéticos o cosas divinas (subdividida en natu- Las ciencias cosmológicas se subdivi-
productivos, un objeto exterior ral, matemática y metafísica) y de den en ciencias cosmológicas propia-
producido por un agente. Una las cosas humanas (subdividida en mente dichas (matemática, física) y
clasificación muy común de la filo- ética, artes mecánicas y lógica), (e) La ciencias fisiológicas (naturales y mé-
sofía en la edad antigua es la que clasificación de un autor desconocido dicas ). Las ciencias noológicas se sub-
fue popularizada por los estoicos: la del siglo XIII, presentada por M. dividen en ciencias noológicas propia-
filosofía se divide, según éstos, en Grabmann y que consiste en dividir mente dichas ( subdivididas en filosó-
lógica, física y ética — división que la filosofía en tres ramas: natural, ficas —psicología, ontología, ética—
todavía Kant consideraba como ade- práctica o moral, y racional. La filo- y nootécnicas — tecnestesia, glosolo-
cuada "a la naturaleza de las cosas". sofía natural se subdivide en meta- gía) y ciencias sociales (subdivi-
Una variante de esta división es la física, matemática (astronomía, geo- didas en etnológicas —etnología, ar-
epicúrea: la división de la filosofía metría, aritmética, música) y física. queología, historia— y política — de
en canónica, física y ética. Entre las La filosofía práctica o moral se sub- los medios de gobierno o cibernética,
clasificaciones propuestas durante la divide en teología sobrenatural, hi- del Derecho de gentes o etnodicea
Edad Media, unas están basadas en pótica (probablemente, economía), y de la diplomacia). Schopenhauer
la organización de la enseñanza (es política y ética. La filosofía racional dividió las ciencias en puras y empí-
el caso de la división de las artes se subdivide en retórica, gramática ricas. Las ciencias puras comprenden
liberales en el Trivium y el Quadri- y lógica. A estas clasificaciones po- la teoría del principio del ser y la
vium) y otras siguen precedentes an- drían agregarse otras. Por ejemplo, teoría del principio del conocer. Las
tiguos, especialmente aristotélicos. En fue común en la Edad Media la ar- ciencias empíricas comprenden la teo-
lo que toca a las últimas menciona- ticulación jerárquica del saber en ría de las causas, la teoría de las ex-
remos las siguientes: (a) La clasifi- teología, filosofía y ciencia (inclu- citaciones y la teoría de los motivos.
cación de Avicena, el cual, siguiendo yendo arte mecánica), así como la Comte erigió una jerarquía de las
a Aristóteles, dividió las ciencias en clasificación de los saberes según di- ciencias de acuerdo con el grado de
especulativas y prácticas, y las pri- versos tipos de "luces": luz superior su "positividad", ordenándolas en una
meras en ciencia superior (metafísica, e inferior, luz exterior e interior (co- serie que comienza con la matemática
filosofía primera o ciencia divina), mo ocurre en San Buenaventura). Con y sigue con la astronomía, la física, la
ciencia media (matemática) y ciencia frecuencia se tendió a organizar las química, la biología y la sociología,
ínfima (física), (b) La clasificación ciencias (según hemos visto en algu- con la filosofía como la ciencia más
de Domingo Gundisalvo, el cual, nos ejemplos anteriores) de acuerdo comprensiva en virtud de la con-
siguiendo la tradición aristotélica con los grados de abstracción; lo cepción comtiana del filósofo como
árabe, dividió las ciencias en ciencia usual fue entonces presentar la serie: "el especialista en generalidades". W.
humana o filosófica y ciencia divina o matemática, física y metafísica. Whewell presentó varias clasificacio-
de la revelación. La ciencia humana se La clasificación más conocida en los nes de las ciencias. Según R. Bianche,
subdividía en ciencia de la comienzos de la época moderna es la en los manuscritos cantabrigienses del
elocuencia, ciencia media y ciencia de Francis Bacon. Éste clasificó las citado filósofo aparece una parte de-
de la sabiduría. La ciencia de la ciencias según las facultades: memo- dicada a las ciencias puras, otra a las
sabiduría tenía dos aspectos: la filo- ria, razón y fantasía. La memoria da ciencias de observación y otra a
sofía teórica y la filosofía práctica. origen a la Historia, la cual se sub- las ciencias reflejas (reflex sciences).
La filosofía teórica era subdividida en divide en sagrada, civil y natural. La Estas últimas son las "fundadas en
física, matemática y teología o filo- razón da origen a la ciencia, la cual nuestro conocimiento de las acciones
sofía primera — de acuerdo con los se subdivide en teología natural, en y sentimientos de nuestras individua-
grados de abstracción ( VÉASE). La ciencia de la Naturaleza y en ciencia lidades y no meramente en observa-
filosofía práctica era subdividida en del hombre. La ciencia de la Natu- ciones extemas"; se trata, pues, de las
política (o arte del gobierno civil), raleza se subdivide en metafísica o ciencias morales, llamadas asimismo
economía (o arte del gobierno fami- estudio de las causas formales y fi- subjetivas. En su obra sobre la filoso-
liar) y ética, (c) La clasificación de nales, y física, o estudio de las cau- fía de las ciencias inductivas, Whe-
Hugo de San Victor, según el cual sas materiales y eficientes. La ciencia well eliminó las ciencias reflejas o
la filosofía se divide en ciencia teó- del hombre se subdivide en lógica o subjetivas y se atuvo a una clasifica-
rica (teología, matemática y física, ciencia de la razón propiamente di- ción basada en un cierto número de
por un lado, y aritmética, música, geo- cha, ética o ciencia de la voluntad, ideas fundamentales (tales como el
metría y astronomía por el otro), en y ciencia de la sociedad. La fanta- espacio, el tiempo, el número, la cau-
ciencia práctica (ética), en ciencia sía da origen a la poesía, subdividida sa, la polaridad, la simetría, la causa
mecánica (artes mecánicas) y lógica según las normas de la poética clásica. final, etc.). De ello resulta una cla-
(subdividida en gramática y ciencia Hobbes subdividió las ciencias en sificación de las ciencias en: cien-
disertiva — la ciencia disertiva trata ciencias de hechos (o ciencias his- cias puras, ciencias mecánicas, cien-
288
CIE CIE CIE
cias mecánicas secundarias, ciencias tica, ética y lógica) y metafísica (que cias de reglas o normativas, es decir,
mecánico-químicas, química, morfo- incluye ontología, metafísica religiosa a la canónica. Las ciencias de leyes
logía, ciencias clasificatorias, biología y metafísica física). La idioscopia comprenden la nomología, la mate-
y ciencias paleotiológicas (o basadas tiene dos grandes subdivisiones: cien- mática, la físico-química, la biología
en la llamada causación histórica). cias físicas (física general, física cla- somática, la psicología y la sociolo-
Balmes afirmó que hay cuatro espe- sificatoria, física descriptiva) y cien- gía, cada una de las cuales es más
cies de seres y que hay una ciencia cias psíquicas (física nomológica o compleja que la anterior. Las cien-
especial que se ocupa de cada una psicología, física clasificatoria o et- cias de hechos comprenden cuatro
de ellas: la filosofía natural, que trata nología, física descriptiva o Histo- clases de ciencias históricas: la del
de los seres sometidos al orden ria). Esta clasificación prosigue me- mundo inorgánico (astronomía, geo-
natural establecido por Dios; la filo- diante numerosas subdivisiones. Re- logía, mineralogía, etc.), la del mundo
sofía moral, que trata de los seres mo- nouvier clasificó las ciencias en lógi- vegetal, la del mundo animal con
rales sometidos a un orden moral cas y físicas. Las ciencias lógicas com- exclusión del hombre, y la Historia
constituido por las leyes que, sin for- prenden la poiología o investigación del hombre. La canónica se divide en
zar al hombre, le obligan para que de la cualidad (subdividida en lógica canónica de la voluntad o teleoca-
use rectamente de la razón y del libre formal y gramática general) y la po- nónica, y teoría de la acción buena
albedrío que Dios le ha otorgado; la sologia o investigación del número, o praxicanónica. Stumpf formula di-
filosofía de la historia, que trata de posición, sucesión y devenir (subdi- versas clasificaciones según varios
los seres históricos o sociales, seres vidida en álgebra y aritmética, geo- principios. Por los objetos las cien-
que pertenecen al orden de la metría, dinámica y estática, y cálculo cias se dividen en ciencias de fun-
sociedad humana, y la filosofía reli- de probabilidades). Las ciencias físi- ciones y ciencias de fenómenos psí-
giosa, que trata de los seres que cas abarcan la Historia natural (sub- quicos. Las primeras comprenden las
se refieren a una providencia extra- dividida en cosmología y geología, ciencias del espíritu (subdivididas en
ordinaria y estudia los hechos y re- que comprenden geografía, mineralo- psicología como ciencia de las fun-
velaciones de un orden superior al gía, geología propiamente dicha y me- ciones elementales, y ciencias del es-
natural y social. Spencer propuso una teorología, botanología o botánica, píritu en general en tanto que cien-
división de las ciencias en ciencias de análisis vegetal; y zoología, antropo- cias de funciones complejas). La
formas de los fenómenos o abstractas logía y análisis animal) y la física ciencia natural y sus derivaciones co-
(que comprenden la lógica y la ma- (subdividida en astronomía, físico- rresponden al grupo de ciencias que
temática) y ciencias de los propios química o física especial, química y estudian los objetos deducidos de los
fenómenos, las cuales se subdividen análisis matemático físico-químico, fenómenos. Las segundas compren-
en ciencias abstracto-concretas (co- biología). A las ciencias lógicas y fí- den la fenomenología, la eidología y
mo la física, la química y la mecá- sicas se agregan las ciencias "imper- la ciencia de las relaciones. La meta-
nica) y en ciencias concretas (como fectas" o morales, agrupadas bajo el física averigua la mutua dependencia
la biología, la psicología y la socio- nombre general de Critica. Ésta se entre estos tipos de objetos. Según
logía). Wundt dividió las ciencias en subdivide en crítica tética (que com- otros criterios las ciencias se dividen
formales y reales. Las primeras com- prende la tética del conocimiento en en individuales (ciencias de hechos) y
prenden la matemática pura; las se- general o análisis de las categorías generales (ciencias de leyes); en ho-
gundas se subdividen en ciencias de de las funciones humanas y de los mogéneas (como la matemática) y
la Naturaleza y ciencias del espíritu, elementos de la síntesis cósmica; la heterogéneas (como las ciencias res-
debiendo ser estudiadas en sus tres tética de las ciencias o tética de las tantes); en ciencias de lo que es
aspectos: el fenomenològico, el gené- ciencias lógicas y físicas; y la tética (como la física) y ciencias de lo que
rico y el sistemático. Peirce se ocupó de las nociones morales o ética, es- debe ser (como la ética). Para Dil-
mucho de clasificaciones de las cien- tética, economía, política) y en crí- they hay dos grandes grupos de
cias. En lo fundamental dividió las tica histórica (o crítica antropológica, ciencias: las ciencias naturales y las
ciencias en dos grandes ramas: cien- etnología, lingüística, arqueología e ciencias del espíritu (que a veces se
cias teóricas y ciencias prácticas. Las Historia; crítica especialmente in- llaman culturales, humanísticas o mo-
ciencias prácticas comprenden las telectual o moral o Historia de las rales y políticas). Según Windel-
ciencias de descubrimiento y las cien- ciencias, de la filosofía, de la moral, band (VÉASE ), las ciencias se divi-
cias de revisión (entre estas últimas de las religiones, del arte, del Dere- den en nomotéticas e idiográficas.
figura la teoría de las clasificaciones cho, económico y político, etc.). Según Rickert (VÉASE), hay ciencias
de las ciencias). Las ciencias de des- Adrien Naville (1845-1930) clasificó generalizantes y ciencias individuali-
cubrimiento se subdividen en tres cla- las ciencias de acuerdo con las res- zantes. Algunos autores proponen di-
ses: matemáticas, filosofía (la cual puestas a tres cuestiones fundamen- vidir las ciencias en ciencias de obje-
tiene carácter cenoscópico [VÉASE] ) e tales. La pregunta por lo que es po- tos ideales y ciencias de objetos rea-
idioscopia. La matemática se subdi- sible y lo que no es posible da les; otros, en ciencias normativas, y
vide a la vez en matemática de la lugar a las ciencias de leyes o teo- no normativas (fácticas). Una de las
lógica, matemática de las series dis- remática. La pregunta por lo que es más recientes clasificaciones es la de
cretas y matemática de lo continuo real y lo que no es real da lugar a L. Tatarkiewicz. Según este autor,
y pseudo-continuo. La filosofía se las ciencias de hechos o Historia. La todas las ciencias comienzan por tener
subdivide en fenomenología (VÉASE), pregunta por lo que es bueno y lo carácter idiográfico (en el sentido de
ciencia normativa (que incluye esté- que no es bueno da lugar a las cien- Windelband y Rickert), de
289
CIE CIN
modo que la división entre ciencias cha" su mensaje. La cifra o símbolo
idiográficas y ciencias nomotéticas no es "el modo más penetrante de estar
es aceptable. Ahora bien, las ciencias presente lo que es". Desde luego, hay
que no son nomotéticas aspiran sobre que evitar lo que podría llamarse la
todo a agrupar los fenómenos, a esta- "depreciación" de las cifras, convir-
blecer sus diferentes tipos. Al final tiéndolas en alegorías, figuras estéti-
tenemos dos grupos de ciencias: cien- cas, ideas metafísicas dogmáticas, se-
cias nomotéticas, que establecen le- res mágicos, etc. La cifra o símbolo
yes, y ciencias tipológicas, que es- en su plenitud es trans-parencia de lo
tablecen tipos de fenómenos. Entre trascendente; hay que saber "leer" el
las últimas figuran las ciencias his- "lenguaje cifrado" para saber lo que
tóricas. Pero hay, según Tatarkiewicz, lo trascendente comunica. La lectura
ciencias que son tipológicas y no son puede hacerse de diversos modos, por-
históricas (como la geografía y la que hay diversas clases de cifras de
botánica). En cuanto a las ciencias acuerdo con el contenido de lo que se
de la Naturaleza, se dividen en no- interprete. En "la ascensión" hacia la
CIFRA. Karl Jaspers (v.) ha usado
mológicas y tipológicas; estas últi-
lectura del lenguaje cifrado se pasa
el término 'cifra' (Chiffer) como tér-
por una serie de estadios, tales como
mas se subdividen en sistemáticas mino técnico en su metafísica. Entre
la investigación (ciencia), ilumina-
(como la botánica) e históricas (co- los lugares en los que dicho autor ha
ción", reflexión y afirmación, hasta
mo la geología histórica). tratado con detalle de la noción de
hallar la objetividad que la cifra re-
Un rasgo común a todas las cla- cifra —y de la de "escrito cifrado"
vela.
sificaciones de las ciencias es su ca- (Chifferschrift)— figuran Philosophie,
ducidad. Ello es comprensible: las II (1932) (trad, esp.: Filosofía, II CINCO VOCES. Véase PREDICA-
[1959], págs. 407-622) y Von der BLES.
ciencias están continuamente en for-
Wahrheit. I: Philosophische Logik CINICOS. La llamada escuela cí-
mación; ciertos territorios límites dan
(1947), págs. 632 y sigs, (et al). nica recibe, según algunos autores, su
lugar con frecuencia a ciencias nue- nombre del vocablo 'perro' ( ku/wn),
vas; ciertas ciencias pueden insertar- En sustancia, la idea de Jaspers es
la siguiente. La realidad empírica entendiéndose que los cínicos consi-
se en dos o más casilleros, etc., etc. deraban este calificativo como un
Ahora bien, tales inconvenientes no (Realität) no se basta a sí misma. Por
otro lado, la realidad esencial (Wirk- honor. Según Diogenes Laercio, pro-
significan que las clasificaciones en cede del hecho de que Antístenes
cuestión sean inútiles; representan es- lichkeit) o realidad trascendente pa-
rece inaccesible. En vista de ello, se —usualmente estimado como el "fun-
fuerzos para sistematizar y ordenar dador" de la "escuela"— daba sus
cuerpos dispersos de conocimiento, y han ensayado varias soluciones, como
la de imaginar la existencia de una enseñanzas en el Cinosargo, un gim-
pueden aceptarse siempre que quie- nasio situado en las proximidades de
nes las propongan tengan presentes facultad especial capaz de aprehender
la realidad esencial. Aparte de que Atenas. El sentido peyorativo que ad-
dos límites inevitables: el primero es quirió la palabra muy posteriormente
su inagotabilidad; el segundo, su pro- imaginar una facultad especial del tipo
indicado no garantiza la existencia de se debe, en gran parte, al desprecio
visionalidad. en que tenían los cínicos las conven-
esta facultad, resulta que en muchos
casos se requiere dar de lado la ciones sociales, y en parte a los ad-
existencia del sujeto como existencia versarios de la escuela, sobre todo
única y concreta para hacer de él una desde que algunos de sus "miembros"
entidad no existencial. Mantener la abandonaron el rasgo ascético y se
realidad del sujeto como existencia inclinaron al hedonismo. Pero, en ge-
única y concreta y a la vez afirmar la neral, el cínico era estimado como el
trascendencia exige, pues, pensar un hombre a quien las cosas del mundo
modo de relacionar el sujeto con lo eran indiferentes. Epicteto llega a
trascendente a él. La noción de cifra decir que es difícil ser un cínico.
es una respuesta al problema. Por me- Y Juliano el Apóstata establecía una
dio de ella Jaspers aspira a solucionar distinción entre los verdaderos cíni-
el dualismo sujeto-objeto y a la vez cos, a quienes hay que imitar, y los
evitar la fusión de sujeto y objeto en falsos cínicos, a quienes hay que com-
una sola entidad. En efecto, la cifra batir. Más que una filosofía, el ci-
es el modo como se "da" el objeto nismo es, por supuesto, una forma
como objeto puro, lo trascendente, el de vida — e)/ntasij bi/ou, la llamó ya
Ser o realidad esencial. La cifra no es, Diogenes Laercio— forma "esforza-
pues, la trascendencia misma, pero es da" surgida en un momento de crisis
el "lenguaje" en el cual nos habla la y que, como luego veremos, transfor-
trascendencia. Puede decirse que el ma la corrección en desgarramiento
ser esencial se revela como cifra o y aun, en casos extremos, en "rela-
símbolo. Por eso la cifra no es propia- jación".
mente conocida; solamente se "escu- Se ha discutido mucho quiénes fue-
290
CIN CIN CIR
ron los fundadores del cinismo. La a la realidad histórica. D. R. Dudley para poner de relieve que las su-
opinión tradicional —mantenida to- y F, Sayre llevaron tal opinión hasta cesiones de los filósofos todavía tra-
davía por E. Zeller— es que hay una sus últimas consecuencias. Resultado dicionales en las historias de la filo-
línea continua de transmisión del pen- de su investigación es que Antístenes sofía ofrecen considerables dificulta-
samiento cínico que va de Antístenes no tuvo ninguna conexión con los des cuando son sometidas a crítica.
a Diogenes y de éste a sus discípu- cínicos y, por consiguiente, que no Ahora bien, el hecho de que el ci-
los, tanto directos (Crates de Tebas, puede decirse que los cínicos sean nismo no hubiera partido histórica-
Onesicrito) como indirectos (Móni- descendientes de los socráticos. La mente de Sócrates no permite con-
nò de Siracusa). Esta línea fue pro- relación Antístenes-Diógenes fue, se- cluir que hubiese sido posible sin Só-
seguida, de acuerdo con la mencio- gún ello, inventada por cínicos poste- crates. Por este motivo, nos atenemos
nada opinión tradicional, por los cí- riores que tenían interés en mostrar a la tesis expresada en otro lugar (E¡
nicos de los siglos III y II antes de que su actitud era una secuela del hombre en la encrucijada, 1952, pá-
J. C. (Bion de Borístenes, Menipo socratismo. Así, pues, Diogenes fue gina 31), según la cual "la serie Só-
de Gadara y otros). Tras una cierta el verdadero fundador de la escuela crates-Antístenes-Diógenes, que algu-
interrupción, el cinismo (siempre y de él dependieron, en mayor o me- nos historiadores consideran históri-
considerado como la "escuela cíni- nor medida, todos los que posterior- camente inadmisible, resulta psicoló-
ca") resurgió a fines del siglo I y mente han sido calificados de cíni- gicamente verdadera". En todo caso,
durante el siglo II después de J. C., cos, cualesquiera que hayan sido sus es muy difícil escribir una verdadera
cuando florecieron Dion Crisòstomo, propósitos: favorecer la "educación" historia del cinismo, sobre todo cuan-
Oinomao, Demonax, Peregrino Pro- y servir de modelos, predicar la igual- do lo consideramos como una acti-
teo, y se extendió con mayores o me- dad social o el retorno a la Natura- tud vital última y lo examinamos,
nores vicisitudes hasta el propio final leza, destacar la autarquía y la fi- como es plausible hacerlo en el cinis-
del mundo antiguo, cuando influyó lantropía, desarrollar la forma litera- mo antiguo, como una reacción ante
sobre algunos autores cristianos (cuan- ria de la diatriba o la vida mendi- una situación histórica de acentuación
do menos desde el punto de vista del cante y, sobre todo —lo que era co- de una crisis ( VÉASE ). El aspecto
uso metódico de la "diatriba") o mún a todos los cínicos—, despreciar más destacado, y antes ya apuntado,
hasta fue adoptado por autores cris- las convenciones. de los cínicos, el anticonvenciona-
tianos, como sucedió con Salustio Las mencionadas opiniones últimas lismo, puede entenderse desde este
el filósofo y Máximo de Alejandría. respecto a los orígenes del cinismo ángulo. Pero como la oposición a las
Esta opinión tradicional, que hace no han sido, sin embargo, aceptadas convenciones se matiza de acuerdo
del cinismo casi exclusivamente una por todos los autores, Así, R. Hoistäd con las convenciones de que se trate,
escuela filosófica, está basada, desde ha manifestado que la imagen de la una historia del cinismo está proba-
luego, en testimonios antiguos. La sucesión tradicional Sócrates-Antíste- blemente más entretejida con la his-
relación entre Antístenes y Diogenes nes-Diógenes es todavía la más ade- toria general que la de cualquiera
sobre todo tiene su fundamento en cuada. Las tesis de Dudley y Sayre de las otras escuelas filosóficas an-
escritores de la Antigüedad, especial- se deben a haber prestado excesiva tiguas.
mente en Diogenes Laercio, del cual atención al carácter anecdótico y
parece resultar que Antístenes fue el legendario de Diogenes con detri-
fundador de la escuela y Diogenes mento de su carácter histórico y de
de Sínope su más popular seguidor su valor intelectual. Esto obligó a
y propagador. Ahora bien, todas estas Sayre —indica Hoistäd— no sola-
opiniones han sido puestas en duda mente a rechazar la conexión de Dio-
por recientes investigaciones. Ya an- genes con Antístenes, sino a negar al
tes de discutirse el papel desempeña- primero toda posibilidad de fundar
do por Antístenes en la formación la escuela cínica. En efecto; acentuar
de la escuela cínica hubo una serie demasiado lo anecdótico de Diogenes
de trabajos en favor del reconoci- equivale a dudar que sea un verda-
miento de la importancia de dicho dero filósofo y a negar lo que se
pensador como antiplatónico y como había justamente pretendido demos-
fundador de una rama particular y trar: que Diogenes y no Antístenes
original del socratismo (F. Dümmler, fue el fundador del cinismo. En vista
K. Joël, H. Kesters). A estos trabajos de esta dificultad, Sayre se vio
siguieron otros en los cuales se obligado a atribuir la fundación de
pretendía reducir la importancia de la escuela cínica a Crates, quien ha-
Antístenes y acentuar la de Diogenes bría tomado a Diogenes como mode-
(E. Schwartz, U. von Wilamowitz- lo, pero no como maestro.
Moellendorff). Como consecuencia de Nos hemos extendido sobre la cues-
ello se fue abriendo paso la opinión tión de los orígenes del cinismo por
de que la relación estrecha entre dos motivos: primero, para mostrar
Antístenes y Diogenes mantenida por que se trata de un movimiento que
los escritores antiguos y sostenida por solamente hasta cierto punto puede
algunos modernos no correspondía ser llamado una Escuela; segundo,
291
CIR CIR cm
dad en sentido metafísico. Se dice en- CIRCUNSTANCIA. Este término hombre porque ha menester de ella
tonces que tal realidad opera de modo ha sido empleado ya desde la anti- como contraposto salvador a su inelu-
circular. Ejemplo de ello es el pro- güedad latina para designar lo que dible circunstancia."
ceso de emanación ( VÉASE ) y retor- se llalla alrededor — por ejemplo, el En el "Prólogo" a la Historia de la
no o conversión de lo espiritual en aire como algo que se halla alrede- Filosofía, de Émile Bréhier (Dos Pró-
algunos autores neoplatónicos (Ploti- dor de la Tierra. Si se parte de una logos, 1942; O. C. VI, 391) se lee:
no y Proclo principalmente) o influi- cosa determinada, la circunstancia "He aquí el primer principio de una
dos por el neoplatonismo (Juan Es- (circum-stantia) es lo que rodea a 'nueva filología': la idea es una acción
coto Erigena). El punto de partida esta cosa en tanto que pertenece de que el hombre realiza en vista de una
y el punto de llegada coinciden, ma- algún modo a lo que se ha llamado determinada circunstancia y con una
nifestándose a veces, como en Nico- luego "horizonte" (VÉASE). 'Circuns- precisa finalidad... Toda idea está
lás de Cusa, una coincidentia opposi- tancia' ha significado asimismo "de- adscrita irremediablemente a la situa-
torum. También en Hegel hay la idea rredor, circuito o contorno de una ción o circunstancia frente a la cual
del círculo, bien que el carácter a la cosa"; en este caso la circunstancia representa su activo papel y ejerce su
vez idealista y a la vez dinámico-his- es lo que rodea a la cosa en relación función."
tórico del sistema hegeliano represente con ella, pero sin pertenecer a su En un "Comentario al 'Banquete'
una idea distinta de la circulari-dad. esencia. de Platón" [en estos instantes en im-
Esta última se acentúa, además, en El vocablo 'circunstancia' ha ad- presión dentro de las "Obras inédi-
quirido un sentido determinado en el tas"] Ortega dice: "Este carácter en
Hegel por la importancia que adquiere
pensamiento de Ortega y Gasset. En que, por lo pronto, consiste el mundo
la "circularidad" de cada tríada.
las Meditaciones del Quijote (1914; —su ser-me— y, consecuentemente,
Como hemos visto en otro lugar O. C. I, 322) Ortega escribió: "Yo
(véase PERIFILOSOFÍA) se ha podido el estar radicalmente referido a mí, me
soy yo y mi circunstancia". Esto sig- llevó, hace más de treinta años, a
presentar inclusive la filosofía hege- nifica no sólo que el sujeto humano buscar otro término con que desig-
liana como el ejemplo más perfecto se halla rodeado de circunstancias, narlo, ya que el vocablo 'mundo' ha-
del modo de pensar designado por sino que se constituye como tal su- bía significado siempre en filosofía 'lo
Hans Leisegang como "el círculo de jeto con sus circunstancias. La cir- que no consiste en referencia a mí (o
círculos". cunstancia en este sentido es lo que Yo)'. Lo llamé circunstancia. Tiene,
2. En las expresiones "círculo en el sujeto vive como situación vital, y además, esta palabra otra ventaja. El
la prueba" (circulus in probando) y dentro de ella se halla el mundo. El conjunto de lo que nos está afectando
"círculo vicioso" (circulus vitiosus). mundo físico u orgánico se incorpora y nos está importando —positiva o
El círculo en la prueba es un sofisma de este modo a la circunstancia hu- negativamente— y en afrontar lo cual
del que pueden constituir ejemplos mana, como ingrediente suyo. No es consiste nuestra vida de cada instante,
tanto el círculo vicioso como la lla legítimo identificar circunstancia y es lo que el hombre cualquiera llama
mada "petición de principio" (petitio mundo físico u orgánico. De hecho, 'las circunstancias' o 'la circunstan-
principii) (véase SOFISMA). El círculo lo que llamamos el sujeto humano o cia." O sea: "el mundo es quien se
vicioso es identificado a veces con la el yo es, junto con la circunstancia, da en la circunstancia (no la circuns-
petición de principio, pero la mayor un "ingrediente" de una realidad más tancia en el mundo); el mundo con-
parte de autores distinguen ambos, radical, llamada por Ortega "mi vi- siste en la circunstancia".
considerando que en el círculo vi da" (Historia como sistema, 1941; O. Julián Marías (Introducción a la fi-
cioso hay dos proposiciones que se C., VI, 34). Es desde este ángulo que losofía, 3a ed., 1953, § 52, págs. 235-
"prueban" una por la otra y vice debe comprenderse la tesis orteguiana 41) ha elaborado la doctrina orteguia-
versa, en tanto que en la petición de que el hombre vive sub specie ins- na de la circunstancia como "todo lo
de principio se trata de una misma tantis y de que es necesariamente "cir- que se encuentra en mi horizonte vi-
proposición formulada de modos dis cunstancial". tal". La circunstancia puede tener di-
tintos. Lo usual es denunciar el círcu He aquí tres citas, en orden crono- versos ingredientes: el contorno físico;
lo vicioso como un sofisma, pero al lógico, que permiten comprender me- mi cuerpo; otros cuerpos que son,
gunos autores (K. Jaspers, Jeanne jor la compleja naturaleza de la no- por lo pronto, cosas, pero que se
Hersch, Francisco Romero, Badi Kasm ción de circunstancia: presentan como otros tantos centros
[L'idèe de preuve en métaphysique, En el "Prólogo" a la edición de de otras vidas; la realidad social con
1959, págs. 224-5] ) han señalado que, Obras (1935) (1935; O. C., VI, 348) la que tengo que habérmela; los pro-
en metafísica cuando menos, ciertos Ortega escribió: "Siendo, pues, la vi- ductos humanos de naturaleza mate-
llamados "círculos viciosos' son inevi da en su sustancia misma circunstan- rial o artefactos; la historia vivida co-
tables y, por lo tanto, tolerables en cial es evidente que, aunque creamos mo "mundo histórico"; los fallecidos;
"ciertos casos extremos". lo contrario, todo lo que hacemos lo el repertorio de creencias en las que
3. En expresiones que designan un hacemos en vista de las circunstancias. se está (véase CREENCIA); las viven-
grupo de personas que, sin constituir Inclusive cuando nos hacemos la ilu- cias (deseos, emociones, etc.); el ho-
formalmente una escuela en sentido sión de que pensamos o queremos algo rizonte de la vida individual y, final-
tradicional, trabajan filosóficamente sub specie aeternitatis, nos la hace- mente, el horizonte escatològico o "las
mos por necesidad circunstancial. Es ultimidades".
según supuestos comunes; así, por
más: la idea de eternidad, del ser in- En ciertos respectos la noción orte-
ejemplo, el "Círculo de Viena" (VÉA
condicionado, ubicuo, brota en el guiana de circunstancia es similar a
SE ) [Wiener Kreis]. Véase SECTA.
292
CIR CIU CIU
la de situación. Sin embargo, no de- le fonti antiche, trad, y estudio preli- ritual (civitas terrena spiritualis) y de
ben simplemente confundirse ambos minar de Gabriele Giannantoni, 1958 una ciudad terrena camal (civitas te-
conceptos; nos hemos referido a este (Pubblicazioni dell'Instituto di Filoso- rrena carnalis). La primera parece
punto en el artículo sobre situación fia della'Università di Roma, 5). — equivaler a lo que San Pablo llama
(ad finem), Aristippi et Cyrenaicorum fragmenta, la Jerusalén superior; la segunda, a lo
CIRENAICOS. Se considera a los 1961, ed. Erich Mannebach, 1961. — que el Apóstol llama la Jerusalén ac-
drénateos —así llamados a causa de Véase también bibliografía de ARÍSTI- tual; la última, a la ciudad (o ciu-
la ciudad de Cirene, donde nació y po y SOCRÁTICOS. Además: A. Wendt, dades) de los paganos. La ciudad
vivió Arístipo— como una de las es- De philosophia cyrenaica, 1841. — H. celeste espiritual es llamada asimismo
cuelas socráticas (véase SOCRÁTICOS), de Stein, De philosophia Cyrenaica, ciudad santa, civitas sancta o comu-
1855 (trata sobre todo de Arístipo). nidad de los santos. La ciudad terrena
por cuanto forjaron su doctrina fi- — G. V. Lyng, Om den Kyrenaiske
losófica a base del desarrollo de uno espiritual es ejemplificada en Sara e
Skole, 1868 ( principalmente sobre Isaac. La ciudad terrena carnal es
de los rasgos del socratismo — inter- Aniceris y Teodoro el Ateo). — Ar-
pretando éste sobre todo corno una representada por Agar e Ismael. San
tículo sobre los Cirenaicos (Kyrenai- Agustín habla también de la ciudad
guía moral para la conducta del sa- ker) por J. Stenzel en Pauly-Wis-
bio. Los cirenaicos coincidían con terrena como una sombra, umbra, de
sowa. la ciudad de Dios o, mejor dicho,
otras escuelas socráticas, tales como CIUDAD DE DIOS. Aunque la
la de los cínicos (VÉASE) y la de los de la ciudad de Dios en el cielo.
idea de la Ciudad de Dios y su oposi- Una de las interpretaciones es la que
megáricos (v.) en el supuesto de que ción a la ciudad del diablo fue ex-
la felicidad consiste en la tranquilidad relaciona el esquema de San Agustín
presada con anterioridad a San Agus-
del ánimo y de que esta tranquili- tín (por ejemplo, en Ticonio —"Ecce con un esquema platónico. Así, Hans
dad se consigue por medio de la duas civitates, unam Dei et unam Leisegang indica que la Ciudad de
autarquía (v.), es decir, del impe- diaboli"—, de quien San Agustín la Dios en el cielo es paralela al reino
rio del hombre sobre sí mismo, único tomó probablemente), solamente en de las ideas, la Ciudad de Dios en
modo de dominar las cosas (y las los libros De civitate Dei escritos por la tierra o ciudad terrena espiritual
circunstancias) que le rodean. Dentro el Padre de la Iglesia se planteó y a la imagen, ei)kw/n, de la idea, y la
de estos supuestos comunes los desarrolló con toda amplitud el pro- ciudad terrena carnal o ciudad del
cirenaicos mantenían varias doctrinas blema. Se trata de un problema que diablo, a la imagen de la imagen, es
particulares. De ellas mencionamos puede ser relacionado con el de la decir, a la sombra, umbra, ski/ a de
tres. La primera se refiere a la de- contraposición, subrayada ya por al- la Ciudad de Dios celeste, la cual se-
finición del bien (v.). Como éste gunos estoicos, entre el ser ciudadano ría el verdadero prototipo. En un es-
era para los cirenaicos el placer in- de un Estado-Ciudad (o aun del Im- píritu parecido Alfabari había habla-
mediato, suele calificarse su doctrina perio) y ser ciudadano del mundo o do de una Ciudad modelo o ciudad
de hedonismo. La segunda concierne del cosmos, pero que no es simple- ideal.
al método de alcanzar el bien. In- mente reductible a ella. En efecto, el Otra interpretación es la que sub-
fluidos no solamente por el socratis- cosmos no es, propiamente hablando, raya el contraste entre la Ciudad de
mo, sino también por la sofística una Ciudad, de modo que ser ciuda- Dios como representada por el poder
(véase SOFISTAS), los cirenaicos usa- dano del cosmos equivale más bien espiritual de la Iglesia y la ciudad
ban a este respecto una dialéctica a sentirse parte o miembro de la Na- del diablo como representada por el
encaminada a mostrar de qué modos turaleza, la cual se supone ser la poder terrenal ( especialmente el del
pueden utilizarse las circunstancias realidad que absorbe últimamente a Imperio). Las luchas entre el Papado
para conseguir el placer y al mismo todos los individuos. Así, la contra- y el Imperio en el curso de la Edad
tiempo liberarse de los deseos in- posición establecida por San Agustín Media han sido con frecuencia inter-
quietadores producidos por la aspira- entre la Civitas Dei y la Civitas dia- pretadas en este sentido. Muchos his-
ción al mismo. La tercera toca a la boli puede entenderse solamente den- toriadores y filósofos presentan esta
teoría del conocimiento, la cual esta- tro de una concepción que acentúa interpretación en su descripción de
ba basada en el primado de la sen- el carácter único de la historia y que la idea agustiniana del contraste en-
sación —y con frecuencia de la sen- hace del cosmos un escenario sobre tre las dos ciudades.
el cual se desarrolla el drama de la Otra interpretación, debida a Gil-
sación individual, irreductible a todas
historia universal. Sin embargo, las son, y probablemente la más correcta,
las otras—, de modo que los cirenai- expresiones 'Ciudad de Dios" y 'Ciu-
cos desembocaban por ello muchas es la que destaca el carácter teoló-
dad del diablo' han sido interpreta- gico y místico de la doctrina agusti-
veces en un radical subjetivismo y das de varios modos, particularmente
sensualismo (v.). Ahora bien, no to- niana. Según ella, la Ciudad de Dios
en lo que toca a sus relaciones mu-
dos los miembros de la escuela cire- es la ciudad de los elegidos y la ciu-
tuas. Daremos primero una breve ex-
naica defendían exactamente las mis- plicación del vocabulario usado por dad del diablo la de los reprobados.
mas doctrinas. Hemos reseñado las San Agustín y procederemos luego a Por consiguiente, la Ciudad de Dios
opiniones principales de los más des- mencionar tres distintas interpretacio- no puede identificarse con la Ciudad
tacados cirenaicos en los artículos so- nes de los citados conceptos. en esta tierra ni siquiera con la Igle-
bre Aniceris, Arístipo, Hegesías y San Agustín habla de una ciudad sia. En efecto, aun dentro de la
Teodoro el Ateo. celeste espiritual (civitas coelestis spi- Iglesia hay hombres que son reproba-
Ediciones: I Cirenaici. Raccolta del- ritualis), de una ciudad terrena espi- dos y que no pertenecen a la Ciudad
de Dios. Gilson se basa para su in-
293
CIU CIU
terpretación en el sentido que da San longación y transformación de la con-
Agustín al término 'ciudad': es aquella cepción agustiniana en el curso de
congregación de hombres que re- la historia. Gilson ha hablado de las
conocen unas creencias comunes. 'Ciu- metamorfosis de la Ciudad de Dios,
dad' es, pues, un término que tiene incluyendo entre ellas las ideas de la
en San Agustín un sentido místico. Respublica christiana, de Roger Ba-
Así, los nombres de Ciudad divina y con, de la Monarchia o Imperio uni-
Ciudad terrena son designaciones sim- versal, de Dante, de la paz de la fe
bólicas que pueden expresarse de (pax fídei) de Nicolás de Cusa, de la
otros modos: por ejemplo, Jerusalén o Città del Sole de Campanella, de la
visio pacis y Babilonia o confusio. La idea de la unidad de Europa tal como
civitas terrena es la ciudad de los se ha manifestado en varios momen-
hombres que tienen el amor a Dios. tos de la época moderna, de la ciu-
Las dos ciudades se hallan confun- dad leibniziana de los filósofos del
didas en esta tierra, pero separadas siglo XVIII y de la ciudad de los sa-
en los designios de Dios. Son dos bios de los positivistas comtianos. No
ciudades místicas "y sus pueblos res- ha incluido, en cambio, entre dichas
pectivos son el de los elegidos y el metamorfosis ni el mesianismo marxis-
de los condenados". Por eso la ciu- ta (por razones que indica expresa-
dad terrestre no es la ciudad tem- mente) ni las ideas de Marsilio de CIVITAS DEI. Véase CIUDAD DE
poral y política, sino la ciudad de Padua (sin indicar razones). Por otro DIOS.
la perdición. lado, C. L. Becker había hablado ya CLAREMBAUD de Arras (Claren-
de "la Ciudad de Dios de los filósofos baldus) (fl. ca. 1155), arcediano en
Dos problemas pueden plantearse del siglo XVIII". Contra ello podría la catedral de Arras, en la Picardía,
con respecto a la noción de la Ciu- argüirse que desde el estricto punto fue discípulo de Thierry de Chartres
dad de Dios. de vista místico agustiniano solamente y de Hugo de San Victor. Uno de los
Uno es el de la relación entre la algunas de dichas metamorfosis entran representantes de la llamada "Escuela
idea de la Ciudad de Dios y la idea en el marco de la idea de la Ciudad de de Chartres" ( VÉASE ), Clarembaud de
de la República ideal o utopía ( VÉA- Dios y que si, para evitar este Arras defendió, como Thierry, una
SE ). Si consideramos la Ciudad de inconveniente, se amplía el citado doctrina realista de los universales, y
Dios agustianiana como un prototipo punto de vista no hay motivo para concibió a Dios como pura forma y
de carácter platónico, las relaciones no incluir otras visiones, acaso con puro acto — como "forma de ser" o
entre las dos ideas son innegables. Si una sola condición: la de que no fue- forma essendi. Esta última fórmula ha
la estimamos, en cambio, como una sen exclusivamente inmanentes a este inducido a algunos historiadores a ha-
realidad mística nos será difícil apro- mundo. blar del panteísmo de Clarembaud,
ximar las dos concepciones. Las re- pero se ha observado (É. Gilson) que
laciones entre la idea de la Ciudad no hay tal panteísmo; decir que Dios
de Dios y la de la República ideal se halla dondequiera por esencia no
pueden estudiarse, además, contras- es la mismo que afirmar que todo es
tando ciertas analogías y diferencias Dios. Junto a la idea de Dios como
entre San Agustín, Platón y Cicerón. forma pura, Clarembaud presentó la
Es lo que ha hecho Domenico Pesce
idea de materia como pura posibili-
(op. cit. infra). Según este autor, San
dad. Los autores antiguos influyentes
Agustín y Platón coinciden en ser
pesimistas (y aun "radicalmente pe- en el pensamiento de Clarembaud pa-
simistas") en su concepción del hom- recen haber sido Boecio y los neopla-
bre y de la sociedad, en tanto que tónicos, especialmente a través de la
Cicerón es optimista y "humanista", interpretación de Calcidio.
pues sostiene que el carácter altruista
del hombre se manifiesta a través de
la historia. Por otro lado, mientras
Platón y Cicerón se basan en el con-
cepto "antiguo" del Estado-ciudad
San Agustín sostiene que hay una
diferencia entre lo temporal y lo es-
piritual, entre lo político y lo ético
— diferencia ya entrevista por Sócra-
tes. Finalmente, mientras Platón pa-
rece ocuparse primariamente de la so-
ciedad de los filósofos, Cicerón tiene
en vista la sociedad de los ciudadanos,
y San Agustín la de los santos. Otro
problema es el de la pro-
2
94
CLA CLA CLA
CLARKE (SAMUEL) (1675-1729), dones intrínsecas, permitiendo cono- los siglos XVII y XVII lo tuvieron de
nac. en Norwich, fue a la vez un cer su naturaleza íntima. Idea confusa algún modo en cuenta. La claridad
defensor de la física de Newton y es la que distingue el objeto mediante fue con mucha frecuencia equiparada
de la religión natural racional —que denominaciones extrínsecas. Aun al conocimiento completo, adecuado,
para él coincidía con la revelada— cuando en las ideas confusas hay al- directo, intuitivo, etc. — así, en Locke,
contra el materialismo y el determi- gunas que descubren ciertas notas quien afirma que el espíritu tiene una
nismo mecanicista. El carácter po- íntimas, no lo hacen de un modo ac- percepción completa y evidente de
lémico del pensamiento de Clarke, tual y explícito, sino virtual e im- las ideas claras, siendo las ideas dis-
que tuvo en su tiempo gran resonan- plícito. Las ideas distintas son por tintas aquellas en las que el espíritu
cia, se advierte sobre todo en su ello claras y las oscuras son confusas. percibe una diferencia respecto a
doble movimiento de apología y de La cuestión de la claridad (y dis- cualquier otra idea. Spinoza hablaba
crítica: la primera en favor de la física tinción) en las ideas desempeña un sobre todo de ideas adecuadas (véase
de Newton, de la química de papel fundamental en la filosofía car- ADECUADA) e ideas mutiladas o
Boyle, de la inmortalidad e inmate- tesiana. La primera de las reglas del confusas (Eth., III, prop. I, dem.).
rialidad del alma; la segunda, contra método ( Discours, II ) es la de no ad- Afirmaba asimismo que el espíritu
Collins, Spinoza, Hobbes, Leibniz, mitir nada a menos que se presente a puede tener ideas claras y distintas,
Locke. Pero esta polémica no tiene, la mente tan clara y distintamente que e ideas confusas (ibid., prop. IX).
en el fondo, otro sentido que el de no haya ocasión de ponerlo en duda En su escrito Meditationes de cog-
la confirmación de su pensamiento (Cfr. también Med., III). "Las cosas nitione, veritate et ideis, de 1684
moral y religioso, cuyo supuesto últi- que concebimos muy clara y distin- (Gerhardt, IV. 422-26), Leibniz in-
mo es la conformidad del sentido tamente —escribe Descartes— son to- dica que el conocimiento puede ser
moral del hombre con la voluntad das ellas verdaderas" (Med., IV). En oscuro o claro. Las ideas claras pue-
de Dios y el orden de la Naturaleza. las Regulae (III), Descartes habla de den ser indistintas o distintas; las ideas
De ahí que las diversas actitudes "intuición clara y evidente". En los distintas, adecuadas o inadecuadas,
morales del hombre según las ocasio- Princ. phil. (I. 45), de "conocimiento simbólicas o intuitivas. El conocimiento
nes y los seres sean expresión de claro y distinto". En este mismo perfecto es el que es a la vez adecuado
armonía y no de contradicción inso- pasaje el filósofo da una definición e intuitivo. "El conocimiento es
luble; las diferencias se deben no de estos términos tan usados en su claro —escribe Leibniz— cuando es
tanto a la arbitrariedad del sentido obra: "Llamo claro al conocimiento suficiente para permitirme reconocer
moral como a la necesidad que tiene que se halla presente y manifiesto a las cosas representadas." En el
el hombre de conformar su acción un espíritu atento, como decimos que Discours de métaphysique (XXIV)
según la estructura de los seres na- vemos claramente los objetos cuando, Leibniz escribe que un conocimiento
turales. hallándose presentes a nuestros ojos, es confuso cuando se puede reconocer
obran asaz fuertemente sobre ellos, y una cosa entre otras sin poder decir
en cuanto éstos están dispuestos a en qué consisten sus diferencias o
mirarlos. Llamo distinto al conoci- propiedades. Así, se puede percibir
miento que es tan preciso y diferente (y juzgar) algo claramente sin poder
de todos los demás que no abarca en poner de manifiesto las marcas o signos
sí sino lo que aparece manifiestamente que lo caracterizan. "Contra Locke, el
a quien considera tal conocimiento cual llama clara a la percepción
como es debido." Aunque fundada en evidente, y distinta a la que sirve para
concepciones escolásticas, la doctrina distinguirla de otras, Leibniz sostiene
de Descartes al respecto no coincide que las ideas distintas son distingui-
con ellas. Por eso admite Descartes das" (Pierre Burgelin, Commentaire
(Princ. phil., I. 46) que un du Discours de Métaphysique de
conocimiento puede ser claro sin ser Leibniz, 1959, pág. 236).
distinto, pero no a la inversa. Se puede No obstante las diferencias entre
advertir que los criterios de claridad y los mencionados autores todos pare-
distinción en Descartes son no cen tender a considerar la claridad
solamente criterios lógicos o criterios como una especie de transparencia y
epistemológicos, sino también criterios la distinción como una "precisión"
ontológicos. Ello se debe a que (en el sentido etimológico de "preci-
CLARO. Los escolásticos distin- Descartes considera que la idea es la so", esto es, "separado").
guían entre las ideas claras y las cosa misma en tanto que es vista Común a todos ellos parece ser,
oscuras, las distintas y las confusas. (directamente intuida), de modo que la además, la idea de que la claridad y
Idea clara es la que distingue o dis- claridad y distinción en las ideas es a distinción pertenecen a algo simple
cierne un objeto de otros; idea os- la vez la claridad y distinción en las — como las naturae simplices carte-
cura, la que no efectúa este discer- cosas. sianas. Parece que nos hallamos aquí
nimiento. Idea distinta es la que El problema que nos ocupa no fue ante un doble condicional: (1) Si lo
manifiesta las notas del objeto por las tan fundamental en otros filósofos mo- simple es verdadero, y lo verdadero
cuales se constituye, o sea la que dis- dernos como lo fue en Descartes, pero es claro, lo simple es claro y (2) Si
tingue el objeto mediante denomina- la mayor parte de los pensadores de lo simple es claro, y lo claro es verda-
295
CLA CLA CLA
dero, lo simple es verdadero. En todo captada por intuición. La primera es- la verdad, la claridad y la precisión"
caso, se afirma que la claridad y la pecie de claridad no ofrece dudas; la (en Filosofía de la persona, 1944). —
verdad van parejas. Así lo expresó inteligencia se mueve en un terreno Hans König, Der Begriff der Hellig-
Vauvenargues en varios apotegmas: familiar y pasa de lo menos conocido keit. Studie über seine Wandlung
und seine Formen (prefacio de F.
"La oscuridad es el reino del error", a lo más conocido. La segunda espe- Gonseth), 1947. — Antonio Millán
"No habría errores que, convertidos cie de claridad es negada con gran Puelles, La claridad en filosofía y
en claros, no perecieran por sí mis- frecuencia; como dicha idea nueva otros estudios, 1958.
mos", "La claridad es la buena fe de es simple y no puede descomponerse CLASE. I. Concepto lógico. Se ha
los filósofos" (Réflexions et máximes, en otras, parece por lo pronto in- definido a veces la clase como una
V, VI y CCCLXIV respectivamente). comprensible. Sin embargo —dice serie, grupo, colección, agregado o
Otros autores, en cambio, han tratado Bergson—, tan pronto como la adop- conjunto de entidades (llamadas
de enfocar el problema de la claridad tamos provisionalmente y la "aplica- miembros) que poseen por lo menos
de otros modos. Léase, por ejemplo, mos" a territorios distintos de los una característica común. Ejemplos
lo que escribe Kant en el Prefacio a del conocimiento, descubrimos que tal de clases pueden ser: la clase de los
la primera edición de la Crítica de la idea, ella misma oscura, sirve para hombres, la clase de objetos cuya
razón pura: "En cuanto a la claridad, disipar oscuridades. Hay, pues, que temperatura en estado sólido es infe-
el lector tiene el derecho de pedir, distinguir entre ideas que son lumi- rior a 10° centígrados, la clase de las
ante todo, claridad discursiva (lógi- nosas en sí mismas e ideas que ilu- voces que empiezan con la letra V
ca) por medio de conceptos, y segun- minan. A cada especie de ideas co- en esta página, etc., etc. Sin embargo,
do claridad intuitiva (estética) por me- rresponde una especie de claridad: como la definición anterior, bien que
dio de ilustraciones." No se puede de- la "interna" y la "irradiante" respec- útil como una primera introducción
cir que baste el esfuerzo de ser claro: tivamente. La observación de Berg- a la noción de clase, es a la vez poco
algunos libros, dice Kant, hubieran si- son plantea un problema. En efecto, rigurosa e incompleta, es menester dar
do sido mucho más claros si no se hu- las ideas que no son claras en sí al respecto mayores precisiones. Lo
biese hecho tal esfuerzo de ser claro. mismas, pero que iluminan el pensa- haremos siguiendo una línea histórica;
De la claridad, como de Dulcinea se- miento, pueden ser interpretadas de empezaremos con un resumen de las
gún Don Quijote, hay, pues, "mucho varios modos: (a) o como ideas que contribuciones de Boole y Schröder a
que hablar". penetran "el fondo de lo real", (b) o la lógica de las clases, seguiremos
En la filosofía contemporánea se como ideas que regulan nuestro co- con las definiciones proporcionadas
ha puesto de nuevo sobre el tapete nocimiento de lo real, (c) o como por Whitehead y Russell y termina-
la cuestión de la claridad con las ten- ideas que carecen de toda significa- remos con una exposición de la no-
dencias llamadas "analíticas". La cla- ción por no poder ser comprobada ción de clase tal como es admitida
ridad ha sido entendida por los fi- su verdad en lo real. A cada una de por la mayor parte de los lógicos
lósofos de dichas tendencias sobre to- estas concepciones corresponde una contemporáneos.
do como claridad en los enunciados. distinta filosofía. La concepción de Boole estableció en 1854 un
Las nuevas "naturalezas simples" no Bergson oscila probablemente entre cálculo lógico de clases basado en las
son ya entidades —ni siquiera enti- (a) y (b); Bergson no osa señalar leyes a que son sometidos los sím-
dades en tanto que intuitiva y direc- que tales ideas son algo más que re- bolos que representan "cosas", tales
tamente vistas o concebidas—, sino gulativas, pero el resto de su filoso- como "todos los x" o "la clase x".
"hechos atómicos" en el sentido que fía permite interpretarlas como intui- Si x representa, por ejemplo, eosas
tiene esta expresión en el atomismo ciones que permiten descubrir la en- buenas, y si y representa hombres,
lógico (VÉASE). Gran parte de las ten- traña de la realidad. xy representará la clase de los hom-
dencias en cuestión han realizado gran Antonio Millán Puelles (op. cit. bres buenos. Podemos agregar otros
esfuerzo para dilucidar o aclarar el infra, págs. 19 y sigs.) distingue en- símbolos para ir precisando la noción
significado de expresiones lingüísticas. tre las siguientes especies de claridad: de clase. Así, si z representa suecos,
"Todo lo que se puede decir —escri- (1) Claridad radical; (2) Claridad xyz representará la clase de los hom-
bió Wittgenstein— se puede decir formal; (3) Claridad instrumental (o bres suecos buenos. Las leyes que
claramente." Este apotegma o princi- "claridad en sentido ordinario [co- regulan la formación de tales símbo-
pio puede ser aceptado por muchos rriente]". La claridad radical y la los son, como dice Boole, leyes del
filósofos analíticos y lingüísticos, in- formal se caracterizan por el rigor, pensamiento y no de las cosas. Pero,
cluyendo muchos que se han apartado pero se distinguen entre sí por cuanto además, tales símbolos son conmu-
diametralmente de la "primera fase" la primera presenta la verdad obje- tativos, como los símbolos del álgebra,
del pensamiento de Wittgenstein — y, tiva en su completa transparencia, y y, por lo tanto, puede construirse un
por supuesto, el propio Wittgenstein la segunda se manifiesta en la per- álgebra de signos que representen
(véase VAGUEDAD ). fección de la exposición. La claridad clases. Esta álgebra está regida por
Según Bergson (La pensée et le instrumental es una claridad auxiliar. ciertas leyes, a algunas de las cuales
mouvant, 1934, págs. 31-2) hay dos A su vez, la claridad formal puede nos referiremos posteriormente. Boole
especies de claridad: (1) la de la ser sistemática (o discursiva) y con- formuló algunas de las leyes funda-
idea que nos presenta dispuestas en ceptual (o intuitiva). mentales del álgebra de clases; ade-
un nuevo orden ideas elementales ya Véase también el artículo VAGUE - más, determinó el valor lógico de los
poseídas, y (2) la de la idea radical- DAD y su bibliografía. — Cfr. Fran- símbolos '0' y '1', que representan
mente nueva y absolutamente simple, cisco Romero, 'Teoría y práctica de
396
CLA CLA CLA
respectivamente las clases nula y uni- plir un símbolo para operar o servir ción señala: 'Si f es una función que
versal de que también nos ocupare- como clase. Estas condiciones son las puede tomar un objeto dado, a, como
mos luego. siguientes: (1) Toda función prepo- argumento, y t es el tipo mencionado
En 1890 Ernst Schröder desarrolló sicional debe determinar una clase en el axioma anterior, decir que la
asimismo el cálculo de clases a base que puede ser considerada como la clase determinada por f tiene la pro-
de las investigaciones de Boole y otros colección de todos los argumentos piedad f será decir que hay una fun-
autores. El cálculo de clases presen- que satisfacen la función en cues- ción del tipo t formalmente equiva-
tado en los tratados lógicos posterio- tión. (2) Dos funciones preposicio- lente a f y que posee la propiedad
res recibe por ello con frecuencia el nales formalmente equivalentes de- f." Así, una clase, F, será la totali-
nombre de álgebra de Boole-Schrö- ben determinar la misma clase, y dos dad de los objetos que poseen una
der (aun cuando el nombre de Au- que no son formalmente equivalentes cierta propiedad f, es decir, la tota-
gustus de Morgan debería agregarse deben determinar diferentes clases. lidad de los objetos x para los cuales
también al de ellos). Según Schröder, La clase queda determinada, pues, será verdadera la expresión 'f(x)'
las clases se refieren a cualesquiera por la calidad de miembro (o hecho (Cfr. Introduction to Mathematical
cosas u "objetos del pensar", inclu- de pertenencia). A la inversa, dos Philosophy, 1919, págs. 184 y sigs.).
yendo, por lo tanto, la posibilidad de funciones proposicionales que deter- Nos hemos extendido sobre las
su interpretación como clases de nú- minan una misma clase deben ser
anteriores definiciones y precisiones
meros. Las clases son especies de por ser consideradas como la base,
formalmente equivalentes. (3) Hay
individuos, y en particular también ya tradicional, sobre la cual se apo-
que poder definir no sólo clases, sino yan las posteriores investigaciones
conceptos considerados según su al-
clases de clases. (4) En todos los acerca de la noción de clase. Ahora
cance (Umfang). Cada clase es re-
presentada mediante una letra. Esta casos debe carecer de significación bien, la lógica contemporánea consi-
representación se utiliza igualmente (lo que no equivale a ser falso) su- dera que varias de las anteriores for-
para lo que Schröder llama territorios poner que una clase es miembro de mulaciones adolecen de falta de ri-
(Gebiete) o multiplicidades de ele- sí misma o no es miembro de sí gor. Procederemos, pues, según anun-
mentos, conceptos considerados en su misma (véase PARADOJA). (5) Debe ciamos al comienzo, a exponer los
contenido, juicios o enunciados, infe- ser posible —aunque muy difícil— rasgos fundamentales de la actual ló-
rencias y grupos. formular proposiciones sobre todas gica de las clases.
En los Principia Mathematica (I. las clases compuestas de individuos, Si consideramos el enunciado:
Int. Cap. iii y Parte I, Sec. C, 20), o sobre todas las clases compuestas Osear es colérico,
de Whitehead-Russell, se procede a de objetos de cualquier tipo ( VÉASE)
lógico. Esta última condición ha sido observaremos que 'es colérico' puede
presentar la noción de clase en la ser leído de dos modos: (1) 'tiene
forma siguiente. "En virtud del axio- muy discutida en la lógica contem-
poránea, sobre todo en la medida en la propiedad de ser colérico'; (2) 'es
ma de reducibilidad—escriben dichos un miembro de la clase de las enti-
que se ha puesto en tela de juicio el
principio russelliano de reducibilidad. dades coléricas' o 'pertenece a la cla-
Las clases son consideradas por se de las entidades coléricas'. En el
Whitehead y Russell como "ficciones primer caso, el enunciado en cues-
lógicas" y como "símbolos incomple- tión puede ser expresado mediante
tos". "La siguiente teoría de las cla- 'Fx' (véase CUANTEFICACIÓN, CUAN-
TIFICACIONAL y CUANTIFICADOR),
clase puede ser definida mediante ses —escriben dichos autores—, aun-
que proporciona una notación para donde 'F' es una letra predicado que
una función predicativa. De ahí que se lee 'es colérico'. En el segundo
la totalidad de las clases a las cuales representarlas, evita el supuesto de
que hay cosas que pueden llamarse caso, el enunciado en cuestión puede
puede decirse significativamente que
pertenece o no pertenece un término clases... Los símbolos incompletos ser expresado mediante: x e A,
dado, es una totalidad legítima, aun- que ocupan el lugar de las clases sir- donde Y (abreviatura de 'esti/' pro-
que la totalidad de funciones a las ven para proporcionar técnicamente puesta por Peano) se lee 'es un miem-
cuales puede decirse significativamente algo idéntico en el caso de dos fun- bro de la clase' y 'A' es una letra que
que pertenece o no pertenece un ciones que poseen la misma exten- representa una clase (en el ejemplo
término dado, no es una totalidad sión; sin algo que represente clases en cuestión la clase de las entidades
legítima. Las clases a las cuales un no podemos, por ejemplo, contar las coléricas). La expresión 'x e A' es
término dado, a, pertenece o no per- combinaciones que pueden ser for- empleada para sustituir un abstracto
tenece son las clases definidas por madas a base de una serie dada de o nombre de clase. En la lógica de
funciones a; hay también las clases objetos." las clases los abstractos designan, en
definidas por funciones predicativas Según Russell, la teoría de las cla- efecto, las clases de todas las entida-
a. Las llamaremos clases a. Entonces ses se reduce a un axioma y a una des que tienen ciertas propiedades.
las clases a forman una totalidad le- definición. El axioma enuncia: "Hay La expresión:
gítima, derivada de la de las funcio- un tipo, t, tal que si f es una fun-
nes predicativas a." ción que puede tomar un objeto dado,
Con el fin de aceptar la anterior a, como argumento, habrá una fun-
definición es necesario, empero, indi- es un abstracto, que se lee 'la clase de
ción, y, del tipo t que será formal- todos los x tales, que Fx'. El sig-
car las condiciones que debe cum- mente equivalente a f." La defini-
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En el álgebra de Boole-Schröder
se asumen un cierto número de ideas
elementales (símbolos de clases, ne-
gación, igualdad, producto, clase nu-
la), se construyen algunas definicio-
nes (clase universal, suma lógica,
inclusión ) y se proponen varios postu-
lados (operaciones con clases). De
las definiciones y los postulados se
deducen todas las leyes del álgebra
de clases. Todo ello recibe el nombre en el cual se representa gráficamen-
de cálculo de clases. Algunos autores te la clase A. El diagrama:
distinguen entre relaciones de unas
clases con otras (identidad, inclusión,
exclusión, intersección) y operaciones
con clases o cálculo de clases
propiamente dicho (suma, producto).
Nosotros nos limitaremos a mencionar
las nociones fundamentales del
álgebra de clases y a formular algunas
leyes de tal álgebra.
Las nociones fundamentales de re-
ferencia son la de complemento, la representa la inclusión de una clase,
de inclusión, la de identidad, la de A, en una clase, B; todos los miem-
suma, la de producto, la de clase bros de A son, pues, miembros de B.
universal y la de clase nula. Excepto El diagrama:
Las letras 'A', 'B', 'C', etc. son em- las dos últimas, las demás han sido
pleadas, pues, para expresar 'la clase presentadas y definidas en los ar-
A', 'la clase B', 'la clase C', etc. Ob- tículos correspondientes (véase COM-
servemos que algunos autores prefie- PLEMENTO, INCLUSIÓN, IDENTIDAD ,
ren las minúsculas latinas cursivas 'a', SUMA, PRODUCTO). Nos confinaremos,
'b', 'c'; otros, las letras 'K', 'L', etc.; pues, aquí a las nociones de clase
otros, finalmente ( como Whitehead y universal y clase nula e indicaremos
Russell) las minúsculas griegas 'a', a continuación las representaciones
'b', etc. Nosotros nos atendremos al gráficas usuales de algunas de las no-
primer uso. ciones anteriores. representa la suma de dos clases, A
La noción de clase ha sido confun- La clase universal es la clase de y B; hay, pues, una clase compuesta
dida a veces con las nociones de todos los miembros en el universo de todas las entidades que pertenecen
agregado o de todo. Esta confusión del discurso. Esta clase es simboli- a A o a B o a las dos. El diagrama:
debe evitarse, pues de lo contrario zada por 'V' (algunos autores usan
se corre el riesgo de equiparar una 'I'). La clase universal es definida
entidad concreta con una entidad del modo siguiente:
abstracta. Las clases son entidades
abstractas, aun cuando los miembros
de que se componen sean entidades
concretas. También se ha equiparado
la noción de clase con la de propie-
dad. Esta última equiparación tiene
mayor fundamento. Como dice Car- representa el producto de dos clases,
nap, dos clases —correspondientes a A y B; el área marcada con una cruz
dos predicadores; por ejemplo, 'P' y representa la clase de todas las enti-
'Q'— son idénticas si tienen los mis- dades que pertenezcan a la vez a
mos elementos, es decir, si 'P' y 'Q' A y a B. El dia gra ma :
son lógicamente equivalentes. La in-
tensión del predicador 'P' es la propie-
dad P; su extensión es la clase co-
rrespondiente. 'Intensión' y 'propie-
dad' son usados aquí en sentido ob-
jetivo y no mental. Por su lado, Quine
señala que clase y atributo son ambas
entidades abstractas, designadas por
términos abstractos.
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de la clase de los nobles, de la de los donde los medios económicos y las
guerreros, de la de los burgueses, de relaciones económicas han ido adqui-
la de los artesanos. Así definida, la riendo cada vez mayor importancia
clase es la denominación común para (como ha ocurrido en la sociedad mo-
toda suerte de agrupaciones sociales: derna) se haya subrayado la impor-
estados, estamentos, oficios, etc. De tancia del "constitutivo" económico
un modo estricto se da, sin embargo, para la formación de la clase. Mu-
el nombre de clase sólo a aquellas chos autores (marxistas y no marxis-
agrupaciones humanas caracterizadas tas) están en favor de ello; en buena
por ciertos "constitutivos" sociales. parte el marxismo no ha hecho sino
Éstos pueden ser los medios de rique- sistematizar y llevar a consecuencias
za (especialmente la posesión de los últimas dichas ideas, considerando
medios de producción), los modos de las clases sociales como el tejido fun-
vivir, la estima social en que se tenga damental de la historia y definiendo
a sus miembros, etc. Por lo general ésta (antes de la supresión definitiva
representa la identidad de dos clases, se reserva el nombre de clase del Estado por medio de la dictadura
A y B; los miembros de la clase A solamente a las agrupaciones que han del proletariado) como una lucha de
son los mismos que los miembros de surgido en la época moderna. En clases. La simplificación a que ello ha
la clase B y viceversa. efecto, aunque en muchos puntos aná- dado lugar en numerosos
Las leyes del álgebra de clases son logos a los modernos, los órdenes so- comentaristas ha engendrado diversas
expresadas mediante fórmulas boo- ciales de otras épocas tienen que reacciones contra el concepto econó-
leanas, muchas de las cuales son pa- definirse mediante otros "constituti- mico-objetivo de la noción de clase
ralelas a las tautologías o leyes de la vos". Así, en el vocabulario socioló- y ha inducido a subrayar otros fac-
lógica sentencial. He aquí algunas gico actual se tiende a emplear el tores, como el de estima o modos de
de las leyes del álgebra de clases: vocablo 'clase' únicamente en fór- vivir, que durante un tiempo fueron
mulas tales como "la clase proleta- muy desatendidos. Como los temas
ria", "la clase burguesa" (y, en otras sociológicos stricto sensu no son de
épocas, "la clase de los nobles", "la la incumbencia de este Diccionario,
edad de los patricios", etc.), pero no nos limitamos a mencionar la exis-
en fórmulas tales como "la clase de tencia del problema. Desde el punto
los sacerdotes", "la clase de los in- de vista filosófico, lo que más interesa
telectuales", etc. Los historiadores en la cuestión es el papel que la
tienden también a distinguir entre noción de clase puede desempeñar en
la clase y el estado o rango. Para el la filosofía de la historia, la función
último vale, en efecto, la expresión de la ideología (VÉASE) y el
"haber nacido en tal o cual estado", problema de la llamada conciencia
lo que no ocurre para la primera. de clase. Lo primero afecta al pro-
Se distingue asimismo en sociología blema de la relación entre los facto-
entre clase y grupo. En algunos casos res reales y los factores ideales a
se prefiere eliminar por completo la que hemos aludido en el artículo
noción de clase para sustituirla por Historia (VÉASE). Lo segundo está
la de grupo, hablándose de "agrupa- ligado al problema de la relación entre
mientos sociales" (G. Gurvitch, P. So- el valor de verdad de una doctrina y
La lectura de estas leyes resultará rokin y otros), los cuales pueden cla- la forma en que concretamente se
fácil con ayuda de los signos pre- sificarse de muy distintas formas (véase engendra. Lo último abarca la
sentados en este artículo, más los con- G. GUBVITCH, Vocation actuelle de la cuestión de las diversas formas de
tenidos en los artículos ya citados: sociologie). Los autores marxistas, en conciencia, en el sentido en que esta
COMPLEMENTO, INCLUSIÓN, IDENTI- cambio, proclaman que la noción de expresión fue empleada por Hegel y
DAD, SUMA y PRODUCTO. Algunas de clase es primaria (véase, por ejemplo, por muchos filósofos y sociólogos de
estas leyes reciben nombres. Así, AC1, LUCIEN GOLDMANN, Sciences humaines los siglos XIX y XX. Muy debatida al
AC2 y AC3 se llaman respectiva- et philosophie, 1952, págs. 94 y sigs.) respecto ha sido la posición de Georg
mente leyes de identidad, de contra- y que sólo ella tiene un carácter Lukács (VÉASE), el cual desarrolló el
dicción y de tercio excluso; AC8 es histórico y, por lo tanto, dinámico, a problema desde el punto de vista del
una de las leyes de asociación; AC9 y diferencia de la noción de grupo, que marxismo ( del marxismo que Merleau-
AC10 son llamadas leyes de De es esencialmente estática. Las Ponty llama "occidental") en su libro
Morgan. discusiones sobre el concepto de Geschichte und Klassenbewusstsein
clase en la época moderna se han (ed. alemana, 1923); según Lukács,
II. Concepto sociológico. En sen- referido sobre todo a dos puntos. El la conciencia de la realidad (histórica)
tido sociológico 'clase' designa, de un primero es el concepto mismo de clase. —conciencia dialéctica de una reali-
modo amplio, una agrupación de in- El segundo, el problema de si tal dad en proceso dialéctico— no refleja
dividuos que poseen el mismo grado, concepto es subjetivo u objetivo. Es simplemente, sino que colabora a la
o la misma calidad (social), o el mis- comprensible que en una sociedad formación y desarrollo de tal realidad.
mo oficio. Se puede hablar entonces
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CLASS (GUSTAV) (1836-1908) bre Cleantes (Kleanthes, 2), por J.
nac. en Niesky (Oberlausitz), pro~ von Arnim en Pauly-Wissowa.
fesor en Tubinga y Erlangen, siguió CLEARCO de Soloi (nac. ca. 340
una meditación sensiblemente análoga antes de J. C.), uno de los llamados
a la de Eucken, con influencia de antiguos peripatéticos, se dedicó a la
Lotze y de la tradición espiritualista interpretación de obras platónicas
teísta. El objeto propio de la refle- (Diógenes Laercio lo menciona [III,
xión filosófica es, para Class, la "vida 2] como autor de un Encomio ¿le
espiritual", autónoma y subsistente Platón, pero se le debe además una
respecto a las otras formas de exis- obra sobre los números y la estruc-
tencia, y susceptible de ser fenome- tura numérica del alma del mundo
nológicamente descrita. La fenomeno- tal como aparece en la República),
logía y la ontología del espíritu así como a la composición de numero-
humano constituyen de este modo el sos tratados sobre diversas ciencias,
acceso a un pensamiento metafísico en el espíritu de Teofrasto y aun
de carácter espiritualista y persona- llevando más allá que Teofrasto, se-
lista, y, sobre todo, a la fundación de gún manifiesta Fritz Wehrli, la ten-
una doctrina del pneuma o pneuma- dencia a la investigación monográ-
tología que puede representar el pun- fica. Clearco escribió obras sobre va-
to de unión de lo personal con lo rios afectos (amor, pánico, etc.), so-
objetivo, de lo eterno con lo tem- bre la vida y sobre muchos aspectos
poral y del ideal con el hecho. de la ciencia natural ( óptica, la luna,
las plantas, los minerales).
La más reciente edición de textos
y comentarios es la de Fritz Wehrli
en el Cuaderno III de Die Schule des
Aristoteles: Klearchos, 1948. —
CLAUDIO PTOLOMEO. Véase Además véase: J. J. Schweighäuser,
PTOLOMEO ( CLAUDIO ). Animadversiones in Athenaei Deip-
CLEANTES (331/0-233/2 o 232/1 nosophistas post Isaacum Casaubo-
antes de J. C. ), nac. en Assos, pasó num conscripsit, 1905-6. — J. B.
a Atenas, donde encontró a Zenón Verraert, Diatribe acad. inaug,. de
de Citio, con quien estudió y de quien Clearcho Solensi, 1828. — M. Weber,
es considerado discípulo. Parece ha- De Clearchi Solensis vita et operibus,
ber seguido con gran fidelidad las 1880 (Dis.). — Art. por W. Kroll
CLAUBERG (JOHANN) (1622- sobre Clearco (Klearchos, 11) en
1665) nac. en Solingen, profesor en doctrinas de Zenón y haber grande- Pauly-Wissowa.
Herborn y Duisburg, recibió la in- mente influido en la propagación de CLEMENS. Véase NEOESCOLÁSTICA.
fluencia de Descartes y fue uno de ellas sobre otros estoicos, en particu-
lar sobre Crisipo, y sobre Esfero de CLEMENTE (ca. 150 - ca. 215), de
los principales defensores del ocasio- Alejandría, maestro de la escuela para
nalismo (VÉASE) moderno. Según Bosporo, ambos discípulos de Clean-
tes. Se atribuye a éste una clasifica- catequistas de la misma ciudad, se
Clauberg, en efecto, la intervención esforzó ante todo en asimilar la tra-
ción de la filosofía en seis partes (a
diferencia de las tres partes propug- dición filosófica griega dentro del
nadas por Zenón de Citio, por mu- cristianismo, el cual es considerado
chos estoicos y otros filósofos de di- por él como una verdad total frente
ferentes escuelas): la dialéctica, la a una verdad parcial, como un saber
retórica, la ética, la política, la física completo frente al saber incompleto,
y la teología; Diógenes Laercio (VII, fragmentario y frecuentemente falso
174-6) le atribuye numerosos escri- del helenismo. En el helenismo, y es-
tos sobre todas las partes de la filoso- pecialmente en los pitagóricos, Pla-
fía, pero principalmente sobre ética y tón y algunos estoicos, se encuentran,
política. Su Himno a Zeus influyó, al según Clemente, verdades encubier-
parecer, consideradamente, sobre la tas por el gran error del paganismo,
constante de Dios es necesaria para religiosidad del estoicismo. anticipaciones que hacen de la filo-
entender la relación entre los movi- sofía no algo opuesto a la fe cristiana,
mientos anímicos y los procesos cor- sino una preparación para la fe
porales; lo que llamamos causas en concedida por Dios a quienes no
estos últimos son, pues, más bien constituían hasta el Nuevo Testamento
ocasiones que permiten al alma po- el pueblo elegido. La revelación del
seer las correspondientes "ideas". Verbo es el verdadero saber, pero
Clauberg desarrolló asimismo la me- un saber que, bien que conocido por
tafísica en el sentido de la ontolo- la fe, conduce a un asentimiento de
gía formal y fue el primero en usar carácter evidente, a la manera de
los términos 'ontología' y 'ontosofía'
para designar la metaphysica de ente.
300
CLI CLI
la "fantasía cataléptica" de los estoi-
profesor (1871-1879) en el University
cos. Esta revelación fue dada antes
Collège, de Londres, y habitualmen-
parcialmente a los judíos, pero tam-
te considerado como uno de los re-
bién a los griegos en la figura de
presentantes del evolucionismo natu-
sus sabios, de todos los sabios y no
ralista inglés de las postreras décadas
sólo de los de una determinada escue-
del pasado siglo, defendió en filosofía
la. La asimilación de la tradición
un sensacionismo para el cual todo
griega es para Clemente total, y con-
objeto es, en último término, un com-
tituye en su conjunto lo que llama
plexo de sensaciones. En este senti-
filosofía, esto es, aquello que puede
do, su doctrina puede ser calificada
preparar para la fe y a la vez con-
de empirista-fenomenalista y se en-
vertir la fe en conocimiento. Entre
cuentra en la línea que va de Hume
la fe y el saber filosófico no hay, así,
a Mach. La reducción del ser a im-
contradicción, pues ambos se com-presiones no es, empero, para Clif-
plementan y encuentran su verdad ford, una mera psicologización del CLINAMEN. Aristóteles objetó a
en la verdad única de lo revelado.
objeto. En rigor, objeto y sujeto per- Demócrito ( VÉASE ) que los átomos
Pero ello no equivale a una completa
tenecen al mismo orden de realidad, que se mueven con la misma velo-
racionalización de la fe, pues en ésta
y su única diferencia consiste en que cidad en dirección vertical no pue-
hay verdades que sobrepasan la mientras el segundo es "sentido", el den encontrarse nunca. Para respon-
comprensión, y por ello la filosofía
primero es una ejection o proyección der a esta objeción, se supone que
no puede, por ejemplo, llegar a un
del complexo de impresiones del yo. Epicuro forjó la doctrina llamada por
conocimiento positivo de la esencia
Esta realidad "eyectiva" posee, de Lucrecio del clinamen o inclinación
todos modos, una cierta objetividad. de los átomos. Consiste en suponer
En efecto, las impresiones del "yo" que los átomos experimentan una
no permanecen nunca aisladas, sino pequeña "desviación" que les permite
en indisoluble conexión con otros encontrarse. El peso, pondus, de los
complexos de impresiones. En primer átomos los empuja hacia abajo; la
lugar, y ante todo, hay los "objetos desviación, el clinamen, les permite
sociales" dentro de cuya trama está moverse en otras direcciones. Así, el
dado todo yo individual; en segundo clinamen es considerado como la
término, hay un mundo sin el cual inserción de la libertad dentro de un
el yo quedaría substancializado y, mundo dominado por el mecani-
por consiguiente, eliminado. Los pro- cismo. La doctrina en cuestión se
cesos "eyectivos" están sometidos, por halla expresada claramente en Lucre-
lo demás, a una evolución que recorre cio, De rerum natura, II, 289-93:
todos los órdenes de la naturaleza y sed ne mens ipsa necessum
que permite concluir que el último intestinum habeat cunctis in rebus
estadio es un complexo de impresio- agendis
nes conscientes. De ahí la teoría del et devicta quasi cogatur ferre pra-
"tejido mental" (mind-stuff) que tique,
constituye la trama última de la id facit exiguum clinamen princi-
realidad y que está destinado, al en- piorum
tender de Clifford, a resolver el dua- nac regione loci certa nec tempore
lismo de sujeto y objeto, de espíritu certo
y cuerpo, de conciencia y materia. (ed. Bailey, I, 250), es decir: "Mas
Lo que hay, así, últimamente, es lo que el espíritu mismo no haya de
"sentido", y lo "sentido" es lo en sí, estar dominado haciéndolo todo por
de lo cual emergen todos los dualis- una necesidad interna, y que no haya
mos, concebidos como divisiones arti- de estar obligado, como cosa con-
ficiales practicadas por la inteligen- quistada, a soportar pasivamente los
cia, pero sin que respondan a la acontecimientos, ello es efecto de esa
realidad de la cosa. Materia y psi- exigua desviación de los elementos
quismo son, por lo tanto, dos dife- principales, que no tienen que ir a un
rentes aspectos de "lo real". Pero lugar determinado en un tiempo fi-
como Clifford se inclina más a de- jado." El vocablo clinamen fue for-
terminar los caracteres de lo psíquico jado por el propio Lucrecio, y es en
por medio de los rasgos pertenecientes su texto uno de los a(/p ac lego/mena.
a lo físico que a la inversa, su Algunos autores creen que la doc-
metafísica es, en el fondo, un pampsi- trina en cuestión se hallaba ya en los
quismo con una base ontológica ma- textos esotéricos de Aristóteles, como
CLIFFORD (WILLIAM KING- terialista y evolucionista estrechamente respuesta que dio el Estagirita a sus
DON) (1845-1879) nac. en Exeter, afín a la doctrina de Spencer. propias objeciones contra el atomis-
y atributos de Dios. 301
CLI CLI COG
mo democriteano. Sin embargo, la que, según el filósofo francés (que pienso, luego existo (Je pense, donc
opinión hasta ahora más difundida seguía en este punto a Boutroux), se je suis; en el texto latino: Ego co-
es la que la hace proceder de Epi- halla en el fondo de todas las reali- gito, ergo sum sive existo], era tan
curo o de algún epicúreo. Cierto que dades. Otra defensa de la "consis- firme y estaba tan bien asegurada,
no se halla en la Carta a Herodoto tencia intelectual" de la doctrina del que no podían quebrantarla las más
donde se expone la doctrina física clinamen se halla en la obra de Cyril extravagantes suposiciones de los es-
(Cfr. H. Usener, Epicúrea, págs. 1-32), Bailey sobre Epicuro y los atomis- cépticos, juzgué que podía admitirla
pero C. Bailey señala que puede tas, al decir que los epicúreos lucha- sin escrúpulo como el primer prin-
ron consistentemente contra la con- cipio de la filosofía que buscaba."
haber estado en el comienzo del pá- cepción de un "destino opresor" y no
rrafo 43 —que no se ha conservado En las Meditaciones metafísicas (II;
sólo del "destino religioso", sino del A. T. VII 25) escribe: "De modo
por entero— o en algún otro párrafo "destino determinista" propugnado
perdido y que, en todo caso, hay por muchos filósofos naturales. Por que después de haber pensado bien
pruebas de ello en otras partes (por este motivo, intentaron buscar una en ello, y de haber examinado cui-
ejemplo, en Diogenes de Oinoanda, brecha que permitiese salvar la liber- dadosamente todas las cosas, hay que
fragmento XXXII, ed. Williams, col. tad del hombre sin por ello negar la concluir y tener por constante que
II, fin. El término griego es e) kklisij, validez de las leyes de la Naturaleza. esta proposición: Yo soy, yo existo,
y a veces pare/gklisij ). En época La opinión de Guyau se halla en La es necesariamente verdadera cada vez
reciente, Ettore Bignone, investiga- morale d'Épicure, 1878, Cap. II (págs. que la pronuncio o la concibo en mi
dor del "Aristóteles perdido", ha ma- 85-91). Hay trad, esp.: La moral de espíritu." Y en los Principios de la
nifestado que la formación de tal doc- Epicuro, 1907. — Las explicaciones de filosofía (I 7; A. T. VIII 7) indica
trina requirió un cierto tiempo, y Bailey, en The Greek Ato-mists and que "no obstante todas las suposi-
que se formó a base de la conjun- Epicurus, 1928, págs. 316 y sigs. — ciones más extravagantes, no podría-
ción de dos tesis afines: la doctrina El folleto de E. Bignone referido en el mos dejar de creer que esta conclu-
aristotélica, según la cual el movi- texto es: La dottrina epicurea del sión: Yo pienso, luego yo existo, no sea
miento de los cuerpos es de la misma "clinamen", sua formazione e sua verdadera, y, por consiguiente, la
especie que el movimiento del alma; y cronologia, in rapporto con la primera y más cierta que se presenta
polemica con le scuole avversarie. a quien conduce ordenadamente sus
la doctrina de Heráclides Pon-tico, Nuoce luci sulla storia dell'atomismo
según la cual los átomos son de pensamientos". Ahora bien, por la
greco, 1940. Las obras del mismo importancia de dicha tesis y por las
naturaleza psíquica y poseen movi- autor sobre la formación filosófica de
miento por sí mismos. Entre la atri- Epicuro y el llamado "Aristóteles muchas discusiones que se han
bución de espontaneidad completa a perdido" se hallan mencionadas en la suscitado en torno a ella dare-mos
los átomos y la completa negación bibliografía de Epicuro ( VÉASE ). algunas aclaraciones complementarias.
de ella, los epicúreos consideraron Unas (I) se refieren a sus antecedentes
CLITÓMACO de Cartago (187/6-
la doctrina del clinamen como una ra- 110/9) (escolarca de la Academia históricos, otras (II) a su significación
zonable tesis intermediaria, que per- nueva desde 129 ó 126 hasta 110 ó y a las dificultades que su aceptación
mitía conservar el materialismo —o, 109) tenía como nombre verdadero, ofrece.
mejor, dicho, corporalismo— del ato- según Diogenes Laercio (IV, 67), (I). Ya en época de Descartes
mismo democriteano, sin caer en las el de Asdrúbal. Hacia los cuarenta —como lo han investigado minucio-
dificultades de un determinismo com- años de edad, y tras haber profesado samente É. Gilson y L. Blanchet, a
pleto. en su ciudad natal, se trasladó a quienes seguimos en gran parte a
La teoría del clinamen ha sido juz- Atenas, donde fue discípulo de Car- este respecto— se hizo observar al
gada de muy diversas maneras. Ya néades, cuyas opiniones parece ha- filósofo que la proposición en cues-
Cicerón, en De fato, 45, De fin, I ber comentado extensamente. Sus es- tión tenía numerosos antecedentes. En
19 y De nat. deor, I 69 la consideró critos parecen haber proporcionado la época actual se ha llegado inclu-
como un expediente arbitrario, co- mucho material a Cicerón y a Sexto sive a hablar de una posible fuente
mo una "ficción pueril" —res ficta el Empírico y aun haber influido so- aristotélica del Cogito; Émile Bréhier,
pueriliter—, según dice en esta úl- bre ellos. Egon Braun, Rodolfo Mondolfo y Pie-
tima obra ( aunque en De fato, I, 23, H. Diels, Doxographi Graeci, 1879. rre-Maxime Schuhl se han referido a
reconoce que posee algún valor). En- Artículo de J. v. Arnim. sobre Clitó- varios textos de Aristóteles (por ejem-
tre los historiadores modernos, Ze- maco ( Kleitomachos, 1) en Pauly- plo: De sensu, VII 488 a 25 y Phys.,
ller (Geschichte, III, 3) contribuyó Wissowa. VIII 3, 254 a 22) en donde el Esta-
a difundir la opinión —que se halla COGITO, ERGO SUM. En el ar- girita mantiene que la autopercepción
en la mayor parte de tratadistas— tículo sobre Descartes hemos visto es acompañada del conocimiento de
de que la doctrina del clinamen tiene que la proposición usualmente cono- la propia existencia, y que la opinión
poca consistencia intelectual o se cida bajo la expresión Cogito, ergo (eleática) de que el movimiento no
desvía de la concepción general de- sum, y con frecuencia bajo el sim- existe implica una opinión —y, por
mocriteana (Cfr., por ejemplo, Win- ple término Cogito, es una de las consiguiente, un movimiento—, que
delband, Ges. der Phil, § 15, 4). tesis centrales de dicho filósofo. En existe. Sin embargo, los propios his-
Contra tales opiniones declaró Gu- el Discurso del Método (IV; A. T. toriadores citados (acaso con la excep-
yau que con la doctrina del clinamen VI 32) escribe, en efecto, Descartes: ción de Mondolfo) no han insistido
los epicúreos mostraron una profunda "Y observando que esta verdad: yo demasiado en la importancia para
comprensión del contingentismo Descartes de estos antecedentes. En
302
COG COG COG
cambio, los destacados ya en la época no sabe; si duda, juzga que no con- que el Cogito agustiniano no sea algo
de Descartes son importantes. El más viene dar temerariamente su consenti- accidental en su obra, sino que, co-
resonante de ellos es el de San Agus- miento. Quienquiera, pues, duda de mo señala Gilson, se haya repetido
tín. El P. Mersenne indicó a Descar- todo lo demás, no puede dudar de nada menos que cinco veces en sus
tes cuán parecido era su argumento al todas esas cosas, pues si no existiesen libros (además de los pasajes cita-
que consta (según el propio Descar- no podría dudar de nada." dos, otros dos a que Gilson se re-
tes precisó luego; Cfr. A. T., III 261) En diferentes respuestas a estas fiere en su Introducción a l'étude de
en De civitate Dei, de San Agustín, observaciones, Descartes no indicó Saint Augustin, 3a ed., 1949, págs. 53
Libro XI, cap. 26. San Agustín escri- si había ya encontrado tales pasajes y sigs.; De vita beata, II, 2, 7 y Do
bió allí lo siguiente: "Quid si falleris? anteriormente a sus propias fórmulas, vera religione, XXXIX). (3) El he-
Si enim fallor, sum", "Pues, ¿qué si sino que se limitó a poner de relieve: cho de que la doctrina agustiniana
te engañas? Si me engaño soy", una (a) Que mientras San Agustín se sir- no se hubiese interrumpido durante
proposición conocida usualmente bajo ve de sus argumentos para probar la la Edad Media (Juan Escoto Eri-
la expresión "Si fallor, sum", "Si certidumbre de nuestro ser —y, en el gena, Enrique de Auxerre, Hugo de
yerro, existo". Una observación aná- pasaje citado de De emítate Dei, San Victor, Guillermo de Occam,
loga se hizo al filósofo por autor hoy para mostrar que hay en nosotros Guillermo de Auvernia, Juan de Mi-
desconocido (A. T., III 247-8). En una imagen de la Trinidad—, él, recourt, Pedro de Ailly) y durante
las Cuartas Objeciones a las Medi- Descartes, se sirve de los suyos para el Renacimiento y comienzos de la
taciones Metafísicas (A. T., VII 197), dar a entender que el yo que piensa Edad Moderna (Pico della Mirandola,
Arnauld se refirió a otro texto de San "es una substancia inmaterial", "lo Gómez Pereira, los apologistas
Agustín en De libero arbitrio, Libro II, que —agrega— son dos cosas muy cristianos anti-escépticos y, sobre to-
cap. 3, n. 7, en el cual, a raíz de diferentes" (Carta fechada el 2 de do, como indica L. Blanchet, Cam-
preguntarse el Santo, como exordio noviembre de 1640; A. T., III 247-8). panella en su De sensu rerum y en
para la prueba de la existencia de Por lo tanto, San Agustín no hace la Universalis Philosophia), por no
Dios, si uno mismo existe, contesta: del principio "el mismo uso" que él, hablar de algunos árabes, como Avi-
"A» tu fortasse metuis, ne in hac inte- Descartes, hace (Carta a Mersenne cena, bien conocidos de los filósofos
rrogatione fallaris, cum utique si non del 25 de mayo de 1637; A. T., I, cristianos. De algunos de estos pre-
esses, falli omnino non posses", es de- 376). (b) Que no deja de alegrarle cedentes puede, ciertamente, afirmar-
cir: "¿Y si acaso temes engañarte en coincidir con San Agustín aun cuan- se casi con entera seguridad que no
esta pregunta? Pero si tú no existieras, do no sea sino para cerrar la boca eran conocidos de Descartes. Un
no podrías en modo alguno engañar- a los petits esprits que han tratado ejemplo es la frase "Nosco me ali-
te." Como indica Gilson, Arnauld apro- de "poner quisquillas a este princi- quid noscere, et quidquid noscit est;
ximó este texto a uno que se halla en pio" (Cfr. A. T., III 248 y Respues- ergo ego sum", "Conozco que co-
las Meditaciones metafísicas (II, A. T. tas a las Cuartas Objeciones, A. T., nozco algo, y todo lo que conoce
VII 25) sobre el problema de la 219). Todo ello ha dado motivo para es; por lo tanto, soy", que se halla
distinción entre el alma y el cuerpo. plantearse varios problemas. Unos son en la Antoniana Margarita, de
El mismo Arnauld, en carta a Des- netamente históricos y pueden cen- Gómez Pereira, y que ha sido citada
cartes del 3 de junio de 1648 (A. T., trarse en torno a la pregunta: ¿Cono- a este mismo respecto por Blanco Soto
V 186), indicó otro texto del agus- cía (o tenía presentes) ya Descartes (Festgabe Cl. Baeumker, 1913, pág.
tiniano De Trinitate, Libro X, cap. los pasajes en cuestión de San Agus- 371) y por L. Blanchet (obra citada
10, n. 12, donde, entre otros argu- tín y no hizo en su respuesta más en la bibliografía al final de este
mentos, consta el siguiente: "Vivere que seguir siendo, como ha dicho artículo). Pues aunque Menén-dez y
se tarnen et meminisse, et intelli-gere, Ortega y Gasset, "gran borrador de Pelayo señaló (Heterodoxos, Epílogo)
et velie, et cogitare, et scire, et sus propias huellas" (O. C., VI [1953], que Gómez Pereira "se adelantó al
judicare, quis dubitet? Quandoqui- 169 nota)? Los otros son sistemáti- entimema famoso", ello no implica
dem etiam si dubitai, vivit ; si dubitat cos y pueden centrarse en torno a la que haya habido directa influencia ni
unde dubitet, meminit; si dubitai, cuestión: ¿Cuál es el significado ver- siquiera que el "entimema" tuviera el
dubitare se intelligit; si dubitat certus dadero de la proposición cartesiana? mismo sentido en ambos autores. (Para
esse vult; si dubitat, cogitai; si Debatiremos brevemente el últi- una cuestión paralela, véase ALMA
dubitat, scit se nescire; si dubitat, mo punto en la sección (II) del pre- DE LOS BRUTOS.) De otros
judicat non se temere consentire op- sente artículo. En cuanto al prime- precedentes, en cambio, no puede
portere. Quisquis igitur aliunde du- ro, las opiniones están divididas en- afirmarse con el mismo grado de
bitat, de his omnibus dubitare non tre quienes hacen francamente de certeza la ignorancia de Descartes.
debet: quae si non essent, de ullat Descartes un agustiniano, por lo me- (4) El hecho de que Descartes se
re dubitare non posset"; es decir: nos en este punto capital, y quienes hallara en estrecha relación y aun
"¿Quién puede dudar que vive, re- declaran que no hay vínculos de nin- bajo la influencia del P. Mersenne y
cuerda, comprende, quiere, piensa, guna clase entre las dos doctrinas. del Cardenal de Bé-rulle y, por lo
sabe y juzga? Tanto más cuanto que Los primeros se apoyan en varias tanto, ligado a las tendencias
si duda, vive; si duda por qué duda, razones. Mencionaremos cinco. ( 1) claramente agustinianas del Oratorio.
recuerda; si duda, comprende que La citada tendencia, que consideran (5) El hecho de que argumentos
duda; si duda, quiere estar cierto; sospechosa, de Descartes, a no indi- semejantes fueran empleados con
si duda, piensa; si duda, sabe que car sus "fuentes". (2) El hecho de frecuencia para rebatir opinio-
303
COG COG COG
nes de los escépticos (el propio San esta fundamental concepción pueden de yo o reflexivo o cogito al de la
Agustín empleó también el Cogito acentuarse aspectos distintos. Mer- existencia: Santo Tomás de un modo
con este propósito). Los segundos, leau-Ponty, por ejemplo (Cfr. Bulle- claro y directo; Descartes, de un mo-
en cambio, es decir, los que nie- tin de la Société Française de Phi- do mediato.
gan que haya vínculos entre San losophie, 1947, 129-30), ha indicado Las objeciones suscitadas por el
Agustín u otros precedentes, y Des- que ofrece los tres siguientes: (1) El principio cartesiano son múltiples.
cartes, señalan —como ya hizo Pas- Cogito equivale a decir que cuan- Muchos escolásticos argüían que el
cal— que el uso hecho del Cogito do me aprehendo a mí mismo me Cogito no puede ser un primer prin-
por los dos pensadores es tan distinto, limito a observar un hecho psíqui- cipio en el sentido en que pueda
que no puede hablarse de coin- co. Esta significación predominante- serlo el principio de contradicción,
cidencia ni de influencia. Esta es, mente psicológica es la que aparece sobre todo a la luz de una de las
por ejemplo, la opinión de Ortega en el propio Descartes al decir éste pretensiones del principio cartesiano:
y Gasset cuando indica (op. cit., que estoy cierto de existir todo el el ser apodíctico. Otros señalaban que
168-9, nota) que las coincidencias tiempo que pienso en ello. (2) El en el razonamiento de Descartes hay
entre Descartes y el Padre de la Igle- Cogito puede referirse tanto a la una falla: la supresión de la premisa
sia permiten ver "con mayor eviden- aprehensión del hecho de que pienso mayor. 'Todo lo que piensa, existe',
cia que se trata de dos tesis filosófi- como a los objetos abarcados por este a la cual debería seguir la premisa
cas completamente distintas". "Bas- pensamiento. En tal caso el Cogito menor, 'Yo pienso', y la conclusión,
taría para rechazar esa filiación ha- no es más cierto que el cogitum. Esta 'Por lo tanto, yo existo'. Descartes
cerse cargo de que las frases de San significación aparece en Descartes mismo contestó ya a las dos objecio-
Agustín estaban ahí desde hacía tre- cuando considera en las Regulae el nes, las cuales son de naturaleza for-
ce siglos patentes a todos, sin que se esse como una de las verdades evi- mal, y siguen siendo empleadas por
de esa fuente manase el Cogito dentes simples. (3) El Cogito puede los escolásticos. Hay otras objeciones
—¡qué casualidad!— hasta el dece- entenderse como el acto de dudar de distinta índole de las cuales nos
nio de 1620." Como se advierte, los por el cual se ponen en duda todos limitaremos a mencionar tres. La pri-
primeros aducen sobre todo testimo- los contenidos, actuales y posibles, mera es la de que podría decirse con
nios históricos; los segundos (siguien- de mi experiencia, excluyéndose de la misma justificación, "Yo respiro,
do al propio Descartes) se apoyan la duda al propio Cogito. Es la sig- luego yo existo" que "Yo pienso,
en razones de contenido de la doctri- nificación que tiene el Cogito corno luego yo existo". La respuesta dada
na. Frente a unos y a otros hay auto- principio de la "reconstrucción" del a ella consiste en mostrar la ilegitimi-
res que buscan una tesis intermedia, mundo. Aunque todos estos sentidos dad de considerar el respirar como
sosteniendo (como Gilson) que aun- aparecen en Descartes (3) es el prin- una operación tan irreductible como
que no puede negarse la importancia cipal y el que la tradición sobre to- el pensar. La segunda es la de que
de los argumentos agustinianos y de do ha subrayado. Junto a la distin- no es legítimo pasar de la afirma-
quienes los adoptaron o transforma- ción entre estos sentidos del Cogito ción, "Yo pienso", a la afirmación,
ron, hay de todos modos diferencias ergo sum hay que mencionar la dis- "por lo tanto, yo soy una cosa pen-
entre los dos grandes filósofos. Por tinción entre los diversos sentidos sante", es decir, de un acto a una
lo pronto, las hay en la propia fór- del cogitarse. Usualmente se inter- substancia. El motivo de ese paso
mula empleada. Luego, en el hecho preta en un sentido intelectual. Pero ha sido atribuido al supuesto subs-
de que los supuestos teológicos que en el espíritu de Descartes —y en la tancialista de la filosofía de Descar-
habían orientado a San Agustín pare- raíz etimológica del vocablo— tes. La tercera se refiere principal-
cen casi completamente ausentes en cogitare significa cualquier acto psi- mente al alcance del Cogito. Se ha
Descartes. Finalmente, en el hecho cológico, con tal que pertenezca de hecho observar, en efecto, que la
de que la metafísica de Descartes es un modo directo a la realidad de lo seguridad de mi existencia dada por
una metafísica de lo inteligible, que íntimo, como distinta a la realidad el mismo es válida únicamente en
desemboca en el mecanicismo, mien- de las substancias extensas. En este tanto que y mientras pienso. Esta
tras la de San Agustín es una meta- sentido puede admitirse la tesis de condición ya fue indicada por Des-
física de lo concreto, que desemboca J. de Finance, cuando compara el cartes al escribir en la Meditación
en el "animismo", esto es, en el "in- Cogito de Descartes con la reflexio Segunda: "Otro [atributo del alma]
timismo". de Santo Tomás. Ambos son actos es el de pensar; y aquí hallo que el
(II) Esto nos lleva a dilucidar el mediante los cuales se afirma y re- pensamiento es un atributo que me
significado del Cogito antes de in- conoce el pensamiento, en su natura- pertenece; sólo él no puede ser des-
dicar algunas de las objeciones susci- leza propia, como algo distinto de ligado de mí. Yo soy, yo existo: esto
tadas. Hemos visto ya cuál es la opi- los demás entes. Pero mientras en es cierto, mas, ¿para cuánto tiempo?
nión del propio Descartes al respec- Descartes —escribe de Finance— la A saber, tanto tiempo como pienso,
to: no se trata sólo, en efecto, de distinción es ontológica y se hace del pues podría acaso ocurrir que si de-
hallar una proposición apodíctica que yo una substancia separada, en Santo jara de pensar dejaría al mismo tiempo
sirva de firme roca al edificio de la Tomás el yo sigue vinculado an- de ser o de existir." Pero Descartes
filosofía, sino también de probar "la tològicamente al resto de los entes. no consideraba que esto destruía su
distinción real entre el alma y el El punto común que hay entre ellos conclusión principal: el afirmar que
cuerpo", como dice en el título a es, pues, que tanto Santo Tomás soy una cosa pensante.
la Meditación Sexta. Pero dentro de como Descartes pasan del concepto Nietzsche decía (Jenseits, § 16)
304
COG COH
que en la sola afirmación "Yo pien- cial. No se trata, consiguientemente,
so' hay un mundo de problemas que como Cohen hace notar con frecuen-
el metafísico no puede resolver; se cia, de una negación del mundo exter-
supone que soy yo el que piensa, no. Esta negación, que es una posi-
que debe haber por fuerza alguien ción metafísica, no entra dentro del
que piensa, que el pensar es una marco de la teoría idealista del cono-
actividad realizada por un ser que cimiento más que cuando, partiendo
suponemos es la causa del pensa- de un inexistente dualismo entre la
miento, que hay un 'ego' y que sé COHEN (HERMANN) (1842- conciencia y el ser, se pasa al idea-
lo que es. Por lo tanto, la afirmación 1918) nac. en Coswig, profesó en la lismo subjetivista. La filosofía de
'Yo pienso' supone tantas cosas que Universidad de Marburgo, donde Cohen es formalmente enemiga de la
no puede ser considerada como una sucedió, en 1876, a F. A. Lange. metafísica; el hecho de que muchas
certidumbre inmediata, de tal modo Trasladado a Berlín en 1912, resi- proposiciones metafísicas se hayan in-
que el filósofo a quien se le afirma dió en la capital hasta su muerte. sertado dentro de ella no es recono-
tal cosa no tendrá más remedio que Fundador de la llamada Escuela de cido por su autor, quien estima su
admitir que cuando otro dice 'Yo Marburgo ( VÉASE ) y figura máxima objetivismo como el mayor ataque
pienso' está probablemente en lo del neokantismo, sus primeros trabajos que se haya dirigido contra toda pre-
cierto, pero que no puede suponerse consistieron en exposiciones y acla- tensión trascendente. Basado en esta
que esto sea forzosamente algo cierto. raciones de la doctrina kantiana. La posición, Cohen hace girar todo su
aparición, en 1902, de la primera sistema alrededor de la noción de la
parte de su Sistema de filosofía, par- conciencia pura y divide el conjunto
cialmente anticipado en sus anteriores en una lógica del conocimiento puro,
obras, constituyó la consagración del que es primordialmente una elabora-
neokantismo en su aspecto idealista ción de las categorías del conoci-
objetivo o idealista crítico. Cohen se miento físico-matemático y una reafir-
propone desarrollar hasta sus últimas mación del ideal de la ciencia como
consecuencias el método trascendental conocimiento infinito; en una ética
kantiano y atenerse, por lo tanto, más de la voluntad pura, apoyada en la
al espíritu que a la letra del idea kantiana del deber, y en una
kantismo; su orientación fundamental estética del sentimiento puro, es decir,
se halla determinada por el propósito en una dilucidación de las catego-
de considerar filosóficamente el rías correspondientes a las formas
conjunto de la cultura, que para emotivas de la conciencia. La ló-
Cohen se cifra en la ciencia —por gica es a la vez la teoría del conoci-
la cual entiende principalmente el miento; es una lógica gnoseológica
saber natural, físico y matemático—, y en parte metafísica que supone, de
en la ética y en la estética, reli- acuerdo con su pensamiento funda-
gadas por la unidad de la concien- mental, la absoluta y perfecta ra-
cia. El idealismo de Cohen no equi- cionalidad de lo real; la ética es una
vale a un mero idealismo subjetivo; ciencia formal de las categorías mora-
de acuerdo con su interpretación de les; la estética, una ciencia formal
Kant, Cohen hace del idealismo una de las categorías del sentimiento
dirección enteramente objetiva, una puro. La unificación de estos tres
filosofía en la cual el problema de la territorios por la psicología no debe
dualidad del pensamiento y del objeto ser entendida como un intento de
queda resuelto por su identificación. englobar las tres partes en una cien-
Mientras Kant había distinguido entre cia superior, pues la psicología es
lo dado y lo puesto, Cohen admite concebida simplemente como la cien-
solamente lo puesto, pero éste cia del hombre "en la unidad de su
equivale, más bien que al acto conciencia cultural". De este modo,
subjetivo del pensar, al contenido el sistema de Cohen se halla pene-
objetivo del pensamiento, que de trado enteramente por un racionalis-
este modo se convierte en fundamento mo que no sólo rechaza la sensibili-
del objeto. El pensamiento no es para dad y la intuición como órganos del
Cohen el producto de una actividad conocimiento, sino que efectúa con
subjetiva; es la estructura interna del frecuencia un tránsito de la pura
objeto de la ciencia, el contenido de afirmación de la necesaria racionali-
la conciencia y a la vez el del ser. Por dad del conocimiento científico a la
lo tanto, si el ser es el pensamiento, necesaria racionalidad de lo real. Por
también el pensamiento es aquello una de sus partes esenciales, la filo-
que se halla puesto en el ser por sofía de Cohen se enlaza, pues, con
constituir su contenido esen- el viejo racionalismo; por otra, se
305
COH COH COH
vincula con el naturalismo y, a través COHEN (MORRIS RAPHAËL) para la adscripción de algo a la rea-
de él, con el positivismo (véase (1880-1947), nac. en Minsk, trasla- lidad. Una especie de teoría de la
NEOKANTISMO). Las orientaciones de dado muy joven a EE. UU., profesor compensación, unida a una doctrina
Cohen, que fueron proseguidas, cier- en el City Collège de Nueva York, re- de las composibilidades, en el sentido
tamente con mucha libertad, por sus chazó tanto el dogmatismo apriorista de Leibniz, parece estar en la base
discípulos de la Escuela de Marburgo, como el escepticismo empirista. Ni del mencionado polarismo. A ellas se
representan el punto culminante del uno ni otro pueden, a su entender, agregan un "tychismo" de signo
intelectualismo naturalista. De acuer- dar razón tanto de la regularidad de parecido al de Peirce (véase AZAR) y
do con ello, los trabajos realizados los procesos reales como de la posi- un pluralismo por medio del cual la
por el propio Cohen y sus continua- bilidad de su inteligibilidad. El puro existencia de las invariantes lógicas
dores en la esfera de la historia de ¡nacionalismo debe, sin embargo, ser no significa la supresión de las
la filosofía y de la crítica de las cien- también rechazado; si se admite la novedades contingentes. Naturalismo
cias tienden a mostrar cierta conti- existencia de algo irracional será sólo, y racionalismo se unen siempre, en
nuidad del idealismo objetivo a través afirma Cohen, como uno de los polos todo caso, para no disolver lo real
de la historia del pensamiento occi- necesarios de la realidad. De lo con- ni en lo formal ni en lo místico,
dental, y particularmente desde Pla- trario, todo lo real sería puramente para centrarlo en "lo natural", y ello
tón, enderezada a la formación de la formal y se eliminaría la relativa im- no sólo en lo que toca a la realidad
"verdadera ciencia", es decir, de la penetrabilidad de lo existente. El pen- física y mental, sino también a la
ciencia natural matemática. samiento de Cohen se va acercando realidad social y legal, que ha consti-
de este modo, a través de un proceso tuido una de las preocupaciones cen-
casi dialéctico de admisiones y ne- trales de M. R. Cohen.
gaciones, a una actitud que él mismo
ha calificado de realismo lógico, de
racionalismo realista, de relativismo
relacionista y, finalmente, de natura-
lismo racionalista. Lo característico
de esta posición es la afirmación de
las invariantes constituidas por las
puras relaciones lógicas y matemá-
ticas. Mas esta invariabilidad, con la
que se destruye el empirismo escép-
tico, no apoya el apriorismo clásico
de la "autoevidencia" de las verdades.
Por eso puede decir Cohen que 'las
relaciones matemáticas y lógicas for-
man la substancia inteligible de las
cosas" (Reason and Nature, 1931,
pág. 230) sin por ello suponer que las
cosas son racionalmente engendradas.
Se trata, pues, en último término, de
un naturalismo de carácter funciona-
lista, de un realismo logicista más
bien que de un logicismo formalista.
A ello contribuye también la defensa
del llamado principio de polaridad,
el cual no consiste, sin embargo, ni
en una dialéctica del concepto, ni en
un proceso puramente empírico, ni
en un vago eclecticismo. El prin-
cipio de polaridad afirma que ni la
causalidad ni la razón suficiente bas-
tan para la determinación por lo
menos conceptual de los fenómenos; COHERENCIA (LEY O PRINCI-
toda determinación supone la contra- PIO DE). Véase CATEGORÍA.
posición o, mejor dicho, la confluencia COHN (JOÑAS) (1869-1947) nac.
de elementos opuestos. Estos elemen- en Görlitz, profesor en Friburgo i.
tos no engendran por sí mismos la B., ha trabajado al principio en es-
realidad ni tampoco, a diferencia de trecha relación con las orientaciones
Hegel, los contrarios llegan a ser ab- de la escuela de Badén (VÉASE), espe-
sorbidos y superados. Lo que sucede cialmente las de Rickert, pero su cre-
más bien es que la persistencia mis- ciente aproximación a los supuestos
ma de la contrariedad es necesaria del pensamiento hegeliano lo ha co-
306
COH
locado cada vez más fuera del marco
de una investigación filosófica de ín-
dole preponderantemente metodológi-
ca y axiológico-crítica. Esto se revela
ya en su idea de la lógica. Como el
propio Cohn señala en la autoexposi-
ción de su pensamiento (págs. 69 y
siguientes), ha habido en su trabajo
dos intereses principales. Por un lado,
ha intentado mostrar que toda cien-
cia del valor tiene que buscar su
camino mediante la lógica, y esto,
señala Cohn, por dos razones: porque
la lógica —en la cual está incluida
la teoría del conocimiento— es la
única ciencia que puede demostrar
por sí misma su propia validez, y
también porque toda ciencia del valor
debe aclarar su propio fin y sus pro-
pios límites, esto es, su propia lógica.
Por otro lado, ha intentado analizar
el sentido de la época, lo que ha im-
plicado el examen general de cues- CO-IMPLICACIÓN, COMPLICA-
tiones histórico-filosóficas y última- CIÓN. Ortega y Gasset ha introdu-
mente valorativas. De ahí una serie cido estos términos (en particular el
de investigaciones relativas al juicio, último, usado como contracción del
al pensamiento, al valor y, finalmente, primero) para designar un modo de
a lo que Cohn llama el "yo ideal". En COIMBRA (LEONARDO) (1883- relación entre pensamientos distintos
lo que toca al juicio, su investigación 1936), nac. en el distrito de Felguei- del de la implicación ( VÉASE ). Se-
lo condujo a lo que llamó la doctrina ras (Portugal), profesó en la Universi- gún dicho autor (Cfr. Origen y epí-
del "utraquismo", según la cual la dad de Oporto. En oposición al ma- logo de la filosofía, 1960, especial-
disociación producida en el juicio terialismo y al formalismo, Coimbra mente págs. 15-6), hay dos modos
entre la forma y el contenido del concibe el pensamiento no como una de estar ligados los pensamientos con
pensar, entre lo perteneciente al forma ni como una substancia, sino evidencia: el modo por el cual un
pensamiento y lo ajeno o extraño a como una actividad que engendra al pensamiento está implícito en otro
él, queda resuelta por medio de la mismo tiempo la forma y la materia, —lo cual significa que este último
síntesis unificante de la verdad. Pero, como un absoluto cuyo ser consiste implica el primero—; y el modo por
a su vez, la unidad radical de tal en su capacidad de creación. El crea- el cual un pensamiento co-implica (o
dualidad es lo que constituye, según cionismo muestra, según Coimbra, la complica ) otro. En el primer caso, te-
Cohn, "el fenómeno primario del insuficiencia de toda concepción ate- nemos una implicación lógica (en un
conocimiento". Por eso la base de nida únicamente a la experiencia o a sentido muy amplio de esta expre-
toda unificación es el yo que conoce. la idea, pues la tesis del pensamiento sión); en el segundo caso, tenemos
Ahora bien, este yo debe ser consi- como absoluto creador del mundo, una complicación. El primer modo de
derado, al entender de Cohn, como como fundamento de toda oposición pensar es analítico; el segundo es sin-
algo distinto de una realidad meta- entre el sujeto y el objeto, entre el tético o dialéctico. "En una serie dia-
física. O, mejor dicho, lo metafísico espíritu y la Naturaleza, permite re- léctica de pensamientos —escribe Or-
que en él haya no pertenece a la ducir a unidad lo que se presenta tega—, cada uno de éstos complica e
naturaleza de la cosa y de lo estático, en apariencia como antinómico y mu- impone pensar el siguiente", sin que
sino a la del poder y de lo dinámico. tuamente irreductible. Pero el pensa- ello signifique que implica lógica-
En la unidad del yo se unifican a su miento creador no es únicamente la mente el siguiente. Ejemplo de pen-
vez la verdad y el valor, y ello de conciencia, sino lo que da su origen sar sintético o dialéctico en el cual
tal modo que su existencia real es a la conciencia, aquello que, unido hay complicación es éste: si pensa-
una existencia dialéctica. La dialéc- indisolublemente a la vida, hace que mos un esferoide, no tenemos más re-
tica concreta y no, como en Hegel, todo ser, aun el que más sumido esté medio que pensarlo con el espacio en
lógica, de la realidad representa la en la materia, pueda cobrar concien- torno, aunque la idea de "espacio en
culminación de este proceso, el cual cia de sí mismo y, con ello, conciencia torno" no estuviese lógicamente im-
abarca de esta manera toda la reali- de su radical unidad, de su simpatía plicada en la idea de esferoide.
dad, incluyendo la concreta y la vital y amorosa con el resto del Según Julián Marías (Introducción
ideal; su raíz última será por ello, universo. a la filosofía, 3a ed., 1953, § 41, pág.
más que la realidad en el senti- Obras principales: O Criacionismo, 166), el pensamiento mediante com-
do habitual del término, la auten- 1902. — O pensamento criacionista,
1914. — A morte, 1913. — A luta plicación aparece claramente en la
ticidad. idea husserliana de esencia. "Las
pela immortalidade, 1916. — A Ale-
307
COI COL COL
esencias' —escribe dicho autor— es- Whewell un mero resultado de la salis apareció en 1713, pero ya en
tán constituidas por la totalidad de observación; se requería una interpre- 1703, escribe Collier, llegó a las mis-
las notas unidas entre sí por Funda- tación —una interpretatio naturae, en mas conclusiones, las cuales, como es
ción o Fundierung, es decir, de tal el sentido de F. Bacon— atenta a probable, fueron notablemente influi-
suerte que una nota complica la otra, los hechos. Usando la comparación das por Malebranche. Éstas indican
la requiere para ser, pero sin impli- establecida por R. Bianche en la que la materia no tiene existencia in-
caría, esto es, sin que la segunda este obra sobre Whewell mencionada en dependiente del espíritu, de tal mo-
incluida en la primera." Ejemplo: la la bibliografía sobre este pensador, do que nuestras percepciones son
extensión no está implicada por el diremos que el científico se sitúa efectos de la voluntad de Dios. Col-
color, pero está "complicada" con él. ante los hechos como el paleógrafo lier no quiere adherirse al escepti-
COINCIDENTIA OPPOSITORUM. ante una inscripción cuyo sentido ig- cismo del que sostiene que las cosas
Véase CUSA ( NICOLÁS DE ), OPOSI - nora. La inscripción aparece por lo vistas no existen (Clavis, Introduc-
CIÓN. pronto como un conjunto de pro- ción), y afirma que su investigación
COLECTIVO se llama al concepto cesos físicos que se convierten en no concierne a la existencia, sino a la
que se refiere a un conjunto o clase enunciados con sentido solamente extra-existencia de ciertas cosas y ob-
(VÉASE) de objetos, es decir, al con- cuando el espíritu del paleógrafo se jetos: "lo que afirmo y defiendo —es-
cepto "que se refiere a un todo cons- pone en actividad. Esta actividad es cribe— no es que los cuerpos no exis-
tituido por una pluralidad de objetos la coligación, la cual, sin embargo, ten o que no existe el mundo externo,
homogéneos" (Pfänder). Lo colecti- no se reduce a los procesos superio- sino que ciertos cuerpos que se supo-
vo es, pues, una totalidad o un con- res del espíritu, sino que tiene lugar nen existentes no existen eternamente
junto en el que concurren la singula- en la simple percepción, en la cual o, en términos generales, que no hay
ridad y la generalidad. El término se religan o coligan grupos de impre- un mundo exterior" ( loc. cit. ). La vi-
'colectivo' y sus derivados —colec- siones. En cierto modo cabe compa- sión de los cuerpos, su "cuasi-
tivismo, colectivización, etc.— se em- rar, pues, la doctrina de Whewell exterioridad" es, así, tanto efecto de
plean sobre todo en psicología y sobre la coligación con la doctrina de la voluntad de Dios como condición
sociología, ya sea para designar la Kant sobre la actividad categorizado- necesaria de su visibilidad. La depen-
llamada conciencia colectiva o con- ra del entendimiento, especialmente dencia en que los cuerpos se hallan
ciencia de un conjunto de individuos en lo que ésta tiene de unificadora. del espíritu humano es entonces el
unidos por caracteres comunes o, A diferencia de Kant, sin embargo, reflejo de esta su situación en Dios.
mejor dicho, dotados de reacciones Whewell concibe la coligación como Por eso dice Collier que pueden existir
comunes, o bien para expresar una algo que se forma en el proceso de mundos infinitos aun sin existir un
forma de socialización que tiende a la actividad del científico y no como solo espíritu; tal existencia, empero,
dar importancia a las manifestacio- un sistema categorial que puede des- es una existencia completamente
nes y aun al ser de la comunidad cubrirse en el sujeto trascendental. distinta de la de la pura exterioridad.
sobre los que corresponden a los in- Como indica Lalande en la obra Collier examina en una primera
dividuos componentes. La investiga- sobre la inducción y la experimenta- parte de la obra el problema del
ción sobre lo colectivo en dichas ción citada en la bibliografía sobre mundo visible y de su significación,
ciencias se basa, por lo pronto, en este pensador, la coligación se en- respondiendo a varias objeciones que
el concepto de totalidad, complejo o tiende con frecuencia en el sentido manifiestamente ignoran el sentido
estructura, según el cual la reunión de una inducción completa. Este uso del problema. En una segunda parte
de individuos en un todo no es sólo no corresponde al sentido que daba intenta demostrar, en nueve
un agregado, sino un conjunto orgá- Whewell a la coligación, sino que argumentos, la imposibilidad de la
nico. En la filosofía política el colec- procede de la interpretación dada a exterioridad pura del mundo. El
tivismo se opone frecuentemente al ella por J. S. Mill, el cual criticó en pensamiento de Collier estaba vincu-
individualismo, oposición sin duda su Lógica (III, i y ii) muchas de lado, desde luego, al problema de la
vaga donde no se tienen en cuenta las ideas de Whewell acerca de la relación entre las realidades pensantes
las múltiples significaciones de cada inducción científica, pero a la vez y extensas, y entre ellas y Dios, tal
uno de los términos y que designa se apropió varias de ellas. Para J. S. como había sido planteada por Des-
habitualmente una actitud polémica Mill, como señala Lalande, la coliga- cartes y, sobre todo, por Malebran-
acerca de los valores más estimables ción no se reduce a la inducción che, así como por el defensor de
dentro de una sociedad. completa, pues mientras la coligación Malebranche contra Locke, John No-
COLIGACIÓN (colligation) llama- no es siempre una inducción, toda rris, contemporáneo de Collier y a
ba W. Whewell en el Novum Orga- inducción es una coligación. quien éste se refiere en su citado
num Renovatum (II, iv, 1), o segun- COLLIER (ARTHUR) (1680- escrito.
da parte de la tercera edición de su 1732), nac. en Langford Magna, o El título completo de la obra de
obra sobre la filosofía de las ciencias Collier es: Clavis Universalis or a
Steeple Langford, cerca de Salisbury, New Inquiry ofter Truth, Being a
inductivas, al acto intelectual por me- defendió, aparentemente con inde- Demonstration of the non-Existence,
dio del cual se establece "una co- pendencia de Berkeley —cuyas ideas, or Impossibility, of an Esternal World,
nexión precisa entre los fenómenos señala Collier, fueron conocidas por 1713. En 1756 fue traducida al ale-
dados a nuestros sentidos". La coli- él sólo posteriormente—, un inmate- mán por Eschenbach; una edición,
gación —o, más exactamente, coliga- con otros folletos de la época, se
rialismo muy parecido al del autor de hizo en 1837 por S. Parr. Edición con
ción de los hechos— no era para
Hylas y Filonous. La Clavis univer-
sos
COL COM
realidad; la religión, en la ignorancia parte de su pensamiento. Pero lo
del pensamiento; la ciencia, en la ig- histórico no se detiene, desde luego,
norancia del hecho. Pero con el reco- en la historia propiamente tal, en la
nocimiento del hecho se reconoce metafísica y en la vida "circular" y
todo lo que es real en algún sentido. "dialéctica" del espíritu; ella alcanza
El hecho, tal como está histórica- asimismo, y en proporción considera-
mente determinado, es el objeto ab- ble, a la misma idea de la Natura-
soluto" (op. cit., VI, 3; pág. 218). leza. Ésta no es entonces simplemente
Ahora bien, si lo Absoluto aparece el conjunto de las cosas naturales; en
bajo la forma del universal concreto, todo caso, estas cosas no pueden ser
el conocimiento histórico será un co- vistas ni comprendidas si no es desde
nocimiento de un mundo infinito de una idea de la Naturaleza que resulta
hechos y, por ende, un conjunto infi- ser a su vez una idea histórica. Con lo
nito de pensamientos. La dialéctica cual, según Collingwood, en lugar de
nos conduce, una vez más, a la im- relativizarse, la naturaleza adquiere
posibilidad de lo que parecía eviden- una mayor objetividad y plenitud. En
COLLINGWOOD (ROBIN GEOR- otros términos, la idea de la
GE) (1889-1943) nac. en Cartwell te. Pero sólo la busca del funda-
mento del conjunto infinito concreto Naturaleza no se da si no es a
Fell (Inglaterra), "Fellow" en Pem- través de una concepción histórica, no
broke Collège (Oxford) y luego pro- nos permite superar el estadio ante-
rior. Esta busca nos conduce justa- habiendo, por consiguiente, una
fesor de Metafísica en Magdalen Co- Naturaleza idéntica, previa a toda
llège (también en Oxford), inició su mente a la filosofía, donde el ciclo
consideración de ella y de la cual
meditación filosófica con lo que lla- dialéctico se cierra, no por agota- sus posibles ideas no fueran sino de-
maba una revisión crítica de las prin- miento de todos los objetos, sino por terminados y parciales puntos de vis-
cipales formas de la experiencia hu- el conocimiento de ellos a través del ta. Por eso la historicidad es un ca-
mana. Un "Nuevo tratado de la na- autoconocimiento del espíritu. Este rácter fundamental de lo real, y por
turaleza humana" debía constituir, espíritu no es, sin embargo, una idea, eso sólo a través de una idea o inter-
pues, su fundamento. Tal revisión se sino, a su vez, una radical experien- pretación histórica es accesible, y no
realizó al hilo de un nuevo idealismo cia. De ahí que su descripción equi- sólo cognoscitivamente, la realidad.
(bien que el autor desdeñara tal nom- valga a su vivencia; de ahí que el
bre); no sólo rechazaba Collingwood conocimiento de sí mismo sea la re-
las tesis realistas, sino que intentaba petición del vivir de sí mismo.
mostrar los endebles supuestos de Una metafísica, una filosofía de la
ellas. En verdad, el examen de las Naturaleza, de la historia, del arte y
formas de la experiencia humana de la vida social humana son con-
—examen más descriptivo que pro- secuencias inevitables de ese mo-
piamente especulativo— nos conduce vimiento cognoscitivo y vivido del
a considerar circularmente y, hasta espíritu. Collingwood admite la me-
cierto punto, dialécticamente la vida tafísica, pero no como una ciencia
del espíritu y, por lo tanto, el "mapa del puro ser, no como una ontología,
del conocimiento". Collingwood con- sino como saber de algo concreto.
sidera que el campo de la experiencia Esta realidad concreta son las supo-
se divide en varias zonas: arte, reli- siciones, presuposiciones o supuestos
gión, ciencia, historia, filosofía. Cada (véase SUPUESTO), y ello de tal modo
zona es una "actividad del espíritu que la metafísica se convierte en
cognoscitivo" (Spéculum mentis, II "ciencia de las presuposiciones abso-
lutas" (An Essay on Metaphysics COMO SI. Véase FICCIÓN, VAIHIN-
pág. 39). Cada una es un "error", esto GE R ( HAN S ),
es, un momento parcial de la verdad. pág. 32). Collingwood combate desde
este punto de vista el neo-realismo COMPARACIÓN. Véase METÁFO-
Cierto que al alcanzar la historia pa- RA.
recemos llegar a un punto donde la y el analitismo, señalando que el
pensar sobre el cual éstos ejecutan COMPASIÓN. Este término tiene
unificación se hace posible. En efecto,
sus análisis es un pensar de grado una significación afín a varios otros
la historia es una forma de experiencia
inferior, y que todo análisis es, en vocablos: 'piedad', 'misericordia',
cuyo objeto es la realidad concreta.
último término, análisis metafísico. 'conmiseración', 'clemencia' y hasta
"El objeto de la historia —escribe
Ahora bien, tales supuestos son, en 'simpatía' y 'benevolencia', en tanto
Collingwood— es el hecho en cuanto
rigor, supuestos "históricos", por lo que todos se refieren a un sentimiento
tal" (op. cit., VI, 2; pág. 211). Y, a su
cual la propia metafísica se hace en común en el cual se participa de
vez, el mundo del hecho es el objeto
"ciencia histórica" (op. cit., pág. 49). una emoción ajena, y en la mayor
absoluto. Ninguna actitud del espíritu y
La consideración de lo histórico se parte de los casos de una emoción
ninguna faceta de la experiencia
va convirtiendo de este modo en el suscitada por un dolor o una pena.
serían, así, ajenas a la historia. O, para
tema central de la filosofía de Coll- No pueden usarse indistintamente.
decirlo en la misma concentrada
ingwood, cuyas obras propiamente Sin embargo, en una historia del
fórmula del filósofo: "El arte se basa
históricas llegan también a formar concepto de compasión podrían
en la ignorancia de la
309
COM COM COM
incluirse varios de los demás concep- mo y para la compasión como mise- conduce a la negación de la voluntad
tos citados, especialmente los de pie- ricordia. de vivir, siendo el acto que precede
dad, misericordia, conmiseración y, en Descartes examinó la compasión a la negación misma. La compasión
parte por lo menos, benevolencia. He- (la pitié) como una de las "pasiones supone la identidad de todos los se-
mos consagrado un artículo especial del alma". "La piedad es una espe- res, el hecho de que el dolor produ-
al concepto de simpatía ( VÉASE ). cie de tristeza mezclada de amor o cido por la Voluntad en su camino
Aquí nos limitaremos a señalar varios de buena voluntad hacia los que ve- hacia la Conciencia última y defini-
significados básicos de 'compasión' mos sufrir algún mal del que los con- tiva no sea un dolor perteneciente ex-
teniendo en cuenta que se han usado sideramos indignos" (Les passions de clusivamente al que lo padece, sino
también para estos significados otros l'âme, § 185). La simpatía (o pie- a todo ser.
términos, especialmente piedad (pie- dad) es lo contrario de la envidia. En la mayor parte de los autores
tas) y conmiseración (commiseratio). Los más dignos de piedad son los se ha tendido a dar una definición,
La compasión —o, mejor, piedad más débiles, y los más piadosos son más o menos compleja, de la noción
(e)/leoj)— era para algunos autores los más generosos (ibid., 5§ 186-7). de compasión sin intentar desdoblar-
griegos una participación en el dolor La piedad (commiseratio) es, según la en varios aspectos, que pueden
ajeno que hacía del "otro" en cierta Spinoza, "la tristeza nacida del mal ser muy distintos y hasta contrarios.
manera un "prójimo", aun sin existir ajeno" (ex alterius damno [Eth., III Nietzsche (Jenseits, § 225) denun-
lazos concretos de proximidad, tales prop. xxii, sch.] ). Es curioso que Spi- ció la compasión (en cuanto padeci-
como los lazos familiares. Los estoi- noza no encuentre nombre para de- miento junto con el prójimo y amor
cos latinos, y en particular Séneca signar la alegría nacida del bien aje- al prójimo) como un modo de en-
(en su De clementia) se ocuparon con no ("Quo autem nomine appelanda mascarar la debilidad humana. Ello
frecuencia del sentimiento de compa- sit laetitta, quae ex alterius bono ori- no lo llevó, sin embargo, a criticar
sión, piedad o conmiseración (commi- tur, nescio" [loc. cit.]). En todo caso, toda compasión; hay, en efecto, una
seratio). En general, no lo estimaron la piedad o compasión no es para compasión "superior" en la cual y por
altamente; la compasión era conside- Spinoza una virtud superior ni siquiera la cual se puede hasta imponer al
rada como una debilidad. Ello no sig- indispensable; el hombre que vive de hombre "la disciplina del sufrimien-
nifica en modo alguno que los estoi- acuerdo con la razón ni la necesita ni to". De Nietzsche puede pasarse a
cos se opusieran a hacer el bien, y siquiera puede considerarla en sí una fenomenología de la compasión
menos todavía que predicaran la du- misma un bien. en la cual se distinga entre ésta y el
reza con respecto a los semejantes. Nos hemos referido brevemente a amor, la piedad, la conmiseración, la
Pero hacer el bien a los semejantes la idea de compasión en varios filó- justicia, etc. Puede decirse, por ejem-
era para ellos algo parecido a un sofos del llamado "sentido moral" plo, que la compasión es distinta del
deber, y no el resultado de una (por ejemplo, Francis Hutcheson) en amor, por cuanto en éste no se con-
compasión. Como escribió Montaigne el artículo sobre la noción de simpa- sidera la persona como "digna de lás-
(Essais, I, 1), "la piedad es para los tía. Ésta puede ser considerada como tima", y de la justicia por cuanto en
estoicos pasión viciosa; quieren que una especie de benevolencia y, por ésta se reconoce simplemente a la
se preste socorro a los afligidos, pero lo tanto, ser tratada como si fuese la persona "lo que le es debido". Max
no que uno se ablande y los compa- compasión o, cuando menos, una for- Scheler ha elaborado con detalle di-
dezca". Así, la oposición de los es- ma de ella. La compasión (en cuanto cha fenomenología. En ella aparecen
toicos a la compasión iba ligada a su benevolente) es para Hutcheson un ciertas concepciones de la compasión
oposición a la blandura. Cierto que no "instinto" promotor del bien ajeno y —por ejemplo, la de Schopenhauer—
todos los estoicos se manifestaron por constituye el fundamento del "senti- como uno solo de los aspectos de la
igual hostiles a la compasión y a la do moral". "simpatía": el que corresponde al sen-
piedad; hay, por ejemplo, en Marco Algunos autores pre-románticos y timiento de la unidad psicovital (Ein-
Aurelio no pocas frases que expresan "románticos" (como, por ejemplo, fühlen) con el prójimo y aun con to-
la compasión — si bien ésta carece de Rousseau) subrayaron la identifica- dos los hombres y hasta con todo lo
valor a menos que el que compadece ción del que compadece con el com- existente. Puede considerarse la com-
haya templado su corazón en las ad- padecido en el acto de la compasión, pasión no como un sentimiento inten-
versidades. hasta el punto de hacer de la perso- cional único y unívoco, sino como un
La idea de compasión como amor na compadecida el centro del cual sentimiento que se "extiende" por así
(o caridad) adquirió madurez sola- la compasión surge. Cuando se sos- decirlo en varios grados, desde la pro-
mente dentro del cristianismo, cuan- tiene que en la compasión —como, yección sentimental hasta el acto del
do se consideró que toda auténtica por lo demás, en la simpatía— hay amor.
compasión afecta a la raíz de la per- una especie de fondo común a todos Wilhelm Stern, Das Wesen des
sona — del compadecido tanto como los hombres, e inclusive a todos los Mitleids, 1903. — Gerhardi, Das We-
del que compadece. En el cristia- vivientes, la compasión deja de ser un sen des Mitleids, 1906. — K. v. Orei-
nismo, y especialmente en el agusti- acto intencional para convertirse en li, Die philosophische Auffassung des
nismo, el amor de Dios al hombre es Mitleids, 1912. — Max Scheler, Zur
una especie de participación en el to- Phänomenologie und Theorie der
la condición necesaria para el amor do. Así ha sucedido en la idea scho- Sympathiegefühle und von Liebe und
del hombre a Dios, y éste la condi- penhaueriana de la compasión (Mit- Hass, 1913; 2a ed., con el título:
ción necesaria para el amor al próji- leid). Schopenhauer reduce el amor a Wesen und Formen der Sympathie,
compasión. Ésta es fundamental, pues 1923 (trad, esp.: Esencia y formas
310
COM COM COM
de la simpatía, 1943). — Matthias genes del espacio y del tiempo (y conocimiento perfectamente definido
Auerbach, Mitleid und Charakter, las intuiciones ligadas al lenguaje or- acerca de los objetos. Con lo cual el
1921. — Para la historia de la no- dinario) a los procesos microfísicos. punto de vista de la complementari-
ción de compasión, véase: O. Her- Las descripciones habituales fallan, a dad puede convertirse en una "gene-
wegen, Das Mitleid in der griechi- ralización racional" del ideal de cau-
schen Philosophie bis auf die Stoa, su entender, completamente, cuando
se presentan problemas tales como el salidad, de tal modo que el ideal
1912 (Dis.). tradicional resultaría uno de los casos
COMPLEJO o complexo es, en ge- de la "adopción" de la teoría cor-
puscular o de la teoría ondulatoria, posibles, propio de los procesos ma-
neral, un conjunto de objetos deter- croscópicos. Bohr rechaza la frecuente
minados por caracteres comunes. El o bien el de la incertidumbre expre-
sada en la fórmula: "No podemos aplicación de una lógica trivalente a
complejo equivale en este sentido a los problemas de referencia (a la que
la clase, totalidad, estructura o con- conocer a la vez la posición y la ve-
locidad [cantidad de movimiento] de algunos físicos y filósofos, como
junto; a él se atribuye habitualmente Reichenbach, se han inclinado) para
un sistema de relaciones internas que un electrón." Louis de Broglie había
precisado ya (sobre todo en su Phy- señalar que, aun inanalizables en tér-
lo convierten en un todo cerrado y minos de la física clásica, los proce-
autónomo y que permiten hablar de sique et Microphysique, 1948) que
sos microfísicos pueden ser expresa-
complejo físico, psicológico, socioló- sólo la enorme cantidad de observa- dos dentro de la lógica bivalente. Es
gico, causal, de sentido, etc. En psi- ciones sobre las cuales está basada la interesante destacar que Bohr propone
coanálisis se llama complejo al con- física clásica permite hablar de esos una aplicación universal del principio
junto de representaciones unidas en procesos en el lenguaje ordinario y de complementaridad; así, este
una totalidad específica y sumidas según las imágenes intuitivas habi- principio seria válido y fecundo, se-
en la subconsciencia por efecto de la tuales. Por lo tanto, únicamente cuan- gún el autor, en las discusiones sobre
censura; el complejo es de este modo do se elude tal lenguaje puede ad- mecanicismo y vitalismo dentro de
la causa mediata o inmediata de las quirir sentido la expresión de que un la biología (que serían aspectos com-
manifestaciones psíquicas exterioriza- corpúsculo no está localizado en un plementarios). Algunos autores, como
das en innumerables actos —torpe- punto del espacio, sino que está po- Philipp Frank (Modem Science and
zas, movimientos de diversa índole, tencialmente en todo un campo es- Its Philosophy, 1949, págs. 179 y si-
sueños, perturbaciones patológicas, pacial. Cierto que se pueden dar guientes) prefieren señalar que se tra-
etcétera—, comprensibles cabalmente interpretaciones de la mencionada ta de un uso de los mismos términos
a partir de la referencia del acto al relación de incertidumbre; a algunas según "diferentes reglas sintácticas",
complejo, única que permite otorgarle de ellas nos hemos referido en el ar- por lo cual al hablarse, por ejemplo,
un sentido. En lógica se llama propo- tículo citado. Pero toda interpreta- de "partículas sin posición definida"
sición o término complejo al que está ción debe basarse en un cierto prin- no se hablaría en modo alguno de
constituido por diversos miembros cipio, que había sido ya anticipado objetos "misteriosos", como propen-
simplemente aludidos en la expresión por de Broglie, pero que solamente den a hacerlo el filósofo, o el cientí-
o mencionados explícitamente en ca- ha adquirido madurez en el princi- fico cuando usa un lenguaje calcado
lidad de explicación complementaria. pio de complementaridad de Bohr. sobre la sintaxis del lenguaje ordinario.
Esta explicación queda, sin embargo, En varios escritos (y últimamente en
casi siempre implícita en el término,
de modo que basta la simple enun- sus artículos incluidos en el volumen
ciación del mismo para que se sobre- Nature des Problèmes en Philosophie,
entiendan las circunstancias que en referido en el artículo DETERMINISMO,
él concurren necesariamente en vir- y en el tomo Einstein: Philoso-pher
tud de su propia estructura. Scientist, 1950) Bohr ha señalado, en
'Complejo' (o 'complexo') se usa efecto, que los conceptos "posición de
también en historia de la filosofía una partícula" y "cantidad de
para designar lo que se llama un movimiento de una partícula" son
complejo doctrinal. Ejemplo del mis- expresiones que sólo pueden usarse
mo es el agustinismo (VÉASE) en la en ciertas condiciones experimentales.
Edad Media. Entonces, y sólo entonces, pueden
COMPLEMENTARIDAD ( PRIN- aparecer como mutuamente exclusi-
CIPIO DE). Una contribución im- vas (el propio término 'partícula' re-
portante al problema del principio o sulta, por lo demás, ambiguo ). Así, la
relación de indeterminación (o incer- complementaridad expresa un nuevo
tidumbre), es la del físico danés tipo de relación que no tiene análogo
Niels Bohr, primero en su princi- en la física clásica y que permite
pio de correspondencia y luego —y "resolver" las dificultades insupera-
sobre todo— en su famoso principio bles de la cuestión causal situándola
de complementaridad. Niels Bohr ha en un marco conceptual distinto del
intentado, en efecto, manifestar los ordinario. Los distintos "aspectos"
pseudo-problemas que surgen cada (aparentemente exclusivos) de un fe-
vez que se aplican las usuales imá- nómeno describen, según Bohr, as-
pectos igualmente esenciales de un
311
COM COM
von Strauss y Torney, "Das Komple- ron a dicha tesis Roberto Holkot (v.),
mentaritätsprinzip der Physik in phi- Marsilio de Inghen (v.) y otros auto-
losophischer Analyse", Zeitschrift für res occamistas y nominalistas, pues
philosophische Forschung, X (1956), aunque Gregorio de Rimini es consi-
109-29. — Adolf Grünbaum, "Com-
plementarity in Quantum Physics and derado como un occamista y un nomi-
Its Philosophical Generalization", The nalista, en la doctrina a que aquí nos
Journal of Philosophy, LIV (1957), referimos se aparta completamente de
713-26. — Patricia J. Doty, "Com- estas tendencias.
plementarity and Its Analysis", The En su libro Le complexe significa-
Journal of Philosophy, LV (1958), bile (1937), Hubert Élie indica que
1089-1104. — Norwood Russell Han- la doctrina de Gregorio de Rimini so-
ton, "Copenhagen Interpretation of bre el complexe significabile es similar
Quantum Theory", American Journal a la propuesta por Meinong (v.)
of Physics, XXVII (1959), 1-15,
reimp. en A. Danto, S. Morgenbesser, sobre el llamado Objetiv — con la
Philosophy of Science, 1960, págs. sola diferencia de que Gregorio de COMPLETO. El vocablo 'completo'
450-70. — A. Lande, From Dualism Rimini trató la cuestión mucho más es uno de los conceptos fundamentales
to Unity in Quantum Mechanics, 1960. detallada y sutilmente que Meinong. usados en metalógica. Se llama ,
— Véase también bibliografía del ar- En efecto, el Objektiv —u "objeti- completo a un cálculo C si, dada
tículo INCERTIDUMBRE ( RELACIONES vo"— de Meinong no es un objeto, una fórmula bien formada, f, de
DE ). sino un "significado", es decir, una C, o esta fór mula o su ne ga ció n
COMPLEXE SIGNIFICABILE. En especie de "objeto de segundo gra- (~ f) es un teorema de C. Se llama
Cat., 10, 12 b 6-15, Aristóteles escribió do". Como el complexe significabile, también completo a un cálculo C
que la afirmación es una proposición el Objektiv no es algo que existe o cuando hay otro cálculo C' tal, que
afirmativa y la negación una proposi- no existe, sino algo significado por un C es inconsistente (véase CONSISTENTE )
ción negativa. En cuanto a lo que cae conjunto de términos que constituyen cuando C' es igual a C excepto por
bajo la afirmación o bajo la negación, una afirmación o una negación. contener una fórmula que no es
no es una proposición, sino una cosa, Puede decirse que la doctrina de susceptible de prueba en C. Las dos
pragma.. Al comentar este pasaje en Gregorio de Rimini es similar a la de anteriores definiciones corresponden a
I Sent., D 2, q. I, a. 1, Gregorio de todos los autores que han intentado dos tipos de completitud y son
Rimini (v.) indicó que la "cosa" a la buscar un cierto tipo de entidad como aplicadas, según los casos, a diversas
cual se refiere Aristóteles no es pro- objeto de conocimiento distinta por clases de cálculos.
piamente una realidad —una "cosa un lado de la cosa misma y por el Como ocurre con el concepto de
externa"—, sino algo significado por otro lado de la expresión que se refie- consistencia, el de completitud es
la proposición entera. Como la propo- re a la cosa, y del concepto envuelto también un concepto sintáctico, pero
sición es un conjunto o "complejo", lo en la expresión. Esta entidad no pa- se tienen en cuenta en su formula-
que cae bajo la proposición puede lla- rece poder ser otra que "algo signifi- ción y desarrollo consideraciones de
marse complexe significabile, "lo sig- cado"; el reino de los "significados carácter semántico. Referencia a la
nificable mediante un complejo" como tales" es, así, similar al reino relación entre consistencia y comple-
(complexum). de los "significados mediante comple- titud, en el artículo GÖDE L ( PRUE -
El complexe significabile es, según jos". Por eso la noción de complexe BA DE ).
Gregorio de Rimini, el objeto propio significabile se parece no sólo a la Descartes: "Por una cosa completa
del conocimiento. En efecto, el objeto noción de Objektiv en Meinong, sino no entiendo otra cosa que una subs-
del conocimiento no puede ser la de- también a la noción de Sachverhalt tancia revestida de formas o atributos
mostración entera (lo que exigiría usada por Husserl — un "hecho" que que bastan para hacerme saber que
conocer toda la demostración mediante no es la "cosa", sino "aquello de que es una substancia." (Respuestas a las
un solo acto cognoscitivo), pero se trata". "Aquello de que se trata" Cuartas Objeciones; AT, IX, 172.)
tampoco puede ser la conclusión de —el complexe significabile— es, en A. Robinson, Complete Theories,
la demostración (ya que entonces el efecto, distinto de "aquello" o "la 1958.
acto de conocimiento adquirido por cosa". COMPLUTENSE. Entre los traba-
una demostración implicaría un acto
jos filosóficos y teológicos llevados
por el cual se conoce la conclusión de
a cabo en España durante el si-
la demostración). Por otro lado, el
glo XVII con el propósito de revivi-
objeto del conocimiento no puede ser
ficar la tradición escolástica y, den-
la cosa exterior, ya que en tal caso los
tro de ella, la tomista, se encuentra
objetos de los conocimientos serían
la obra Collegium Complutense phi-
realidades singulares y no entidades
losophicum discalceatorum fratrum
universales y necesarias. Queda sólo,
Ord. B. M. de monte Carmeli debida
pues, el complexe significabile como
a frailes carmelitas de Alcalá y pu-
objeto propio de conocimiento.
blicada en 4 volúmenes, el primero
La tesis de Gregorio de Rimini so-
de los cuales apareció en 1624 y el
bre el complexe significabile fue obje-
último en 1647. Se habla a este pro-
to de muchas discusiones. Se opusie-
pósito de una escuela complutense
312
COM COM COM
de filosofía y teología que compartió no da ningún ejemplo suficientemente por comprensión el acto por el cual
la influencia, en cuanto a la difusión ilustrativo e inequívoco de tal cri- se aprehende lo psíquico a través
del tomismo, con el llamado Colle- terio y que es legítimo admitir que de sus múltiples exteriorizaciones. Lo
gium Salmanticense (véase SALA- la noción de composibilidad es sola- psíquico, que constituye un reino
MANCA [ESCUELA DE] ) y con los Cur- mente un caso especial de la noción peculiar y que posee una forma de
sos de Juan de Santo Tomás —para de posibilidad en general, de tal suer- realidad distinta de la natural, no
referirnos solamente a obras del si- te que, en último término, la idea puede ser objeto de mera explica-
glo XVII—, y que tuvo que de lo composible no distingue esen- ción. Como total y cualitativa, la
afrontar la influencia paralela —y cialmente el principio leibniziano de vida psíquica se resiste a toda apre-
creciente— ejercida en Europa por el razón suficiente, de la idea spinozia- hensión que no apunte al sentido
trabajo filosófico y teológico de los na de necesidad universal. de sus manifestaciones, de su propia
jesuítas, especialmente las obras de COMPOSICIÓN. Véase SOFISMA. estructura. Al exteriorizarse, la vida
Pedro Fonseca, Francisco Suárez y el COMPRENSIÓN de un concepto psíquica se convierte en expresión o
curso de los Conimbricenses se llama a su contenido, por el cual en espíritu objetivo. Este último, que
(VÉASE). debe entenderse "el hecho de que un constituye la parte fundamental y
COMPOSIBILIDAD. Entre las te- concepto determinado se refiera jus- esencial de las ciencias del espíritu
sis más típicas de la filosofía de tamente a este objeto determinado" propiamente dichas, consiste en exte-
Leibniz encontramos las siguientes: (Pfänder), "el hecho de que el con- riorizaciones relativamente autóno-
(1) Todo lo que existe debe ser po- cepto se refiera a un objeto y lo mas de la vida psíquica, exteriori-
sible, es decir, no contradictorio con- compongan las referencias mediante zaciones que poseen en su propia es-
sigo mismo; (2) Todo lo que es po- las cuales el concepto expone su ob- tructura una dirección y un sentido.
sible, es decir, no contradictorio con- jeto, las constancias mentales que en El método de la comprensión, que
sigo mismo, tiende a existir. Las di- el concepto responden a las notas es originariamente psicológico, se con-
ficultades que ofrece (1) pueden constitutivas del objeto" (Romero). vierte, pues, para Dilthey en un
ser resueltas mediante un análisis del Comprensión o contenido difieren, procedimiento más amplio, en una
concepto de posibilidad ( VÉASE ). pues, de la mera suma de las notas hermenéutica encaminada a la inter-
Las dificultades que ofrece (2) re- del objeto y, desde luego, del objeto pretación de las estructuras objetivas
quieren la introducción de otro con- propio en cuanto término de referen- en cuanto expresiones de la vida psí-
cepto: el de composibilidad. En efec- cia de dichas notas. Este nuevo sen- quica. Comprender significa, por lo
to, mientras todas las posibilidades tido de la comprensión o contenido, tanto, pasar de una exteriorización
o esencias son compatibles entre sí, que ha puesto en circulación la ló- del espíritu a su vivencia originaria,
las realidades o existencias no son gica fenomenológica, está destinado a es decir, al conjunto de actos que
todas compatibles entre sí; de lo con- evitar las confusiones de ciertas ló- producen o han producido bajo las
trario, habría que suponer que todo gicas entre el concepto y el objeto, formas más diversas —gesto, lenguaje,
lo que es posible es real, con la con- así como entre el concepto y el ob- objetos de la cultura, etc.— la
secuencia de que el mundo no podría jeto formal; de este modo se llega mencionada exteriorización. Lo que
contener la plétora de las esencias a una distinción rigurosa entre con- se comprende es, por una parte, el
actualizadas. Ello explica por qué hay tenido del concepto, objeto formal y espíritu objetivo propio en cuanto,
una infinidad de mundos posibles, objeto material, cuya correlación no por así decirlo, "solidificación" de las
pero solamente un mundo real. Este equivale forzosamente a una identifi- expresiones, pero es también y muy
mundo real fue creado por Dios y cación. Un esfuerzo parejo para evi- especialmente la propia expresión en
es, como dice Leibniz repetidamente, tar tales confusiones es realizado por su actualidad. Espíritu subjetivo y
el mejor de todos los mundos posi- algunas otras direcciones lógicas; así, espíritu objetivo constituyen de esta
bles. De este modo, la noción de com- por J. S. Mill en su definición de suerte las dos zonas vinculadas entre
posibilidad explica no solamente el 'connotación' (VÉASE). sí, pero separadas por la considera-
ser del mundo, mas también su per- Véanse también EXTENSIÓN, IN- ción científico-espiritual, a las cuales
fección — incluyendo su perfección TENSIÓN. conviene por igual el método de la
moral. Sin embargo, una vez admiti- En otro sentido muy distinto se comprensión.
da la noción de referencia se plan- llama comprensión (Verstehen) a una A los rasgos apuntados pueden agre-
tea un problema: el del criterio de forma de aprehensión que se refiere garse al concepto de comprensión las
la composibilidad. Este problema a las expresiones del espíritu y que notas que se refieren a su carácter in-
puede ser solucionado de varios mo- se opone, como método de la psico- tuitivo y las que apuntan al sentido
dos: (a) Indicando —como parece logía y de las ciencias del espíritu, al en cuanto visión de la relación en que
hacer Leibniz— que tal criterio se método explicativo propio de la cien- un miembro se halla con respecto a
halla en la mente divina, (b) Seña- cia natural. Aunque la idea de la la totalidad que lo engloba. La discu-
lando —como hace Russell en su in- comprensión se halla ya más o menos sión en torno a la comprensión se
terpretación de la filosofía de Leib- claramente formulada en el romanti- ha referido hasta el momento a su
niz— que el criterio consiste en la cismo alemán y ha sido aplicada por misma justificación en cuanto medio
sumisión de las existencias a leyes Eucken, se debe a Dilthey su ela- peculiar e irreductible de conoci-
uniformes, (c) Apuntando —como boración precisa y consecuente. Dil- miento o bien a las distintas clases
hace Lovejoy en su obra sobre la they (Cfr. Ges. Schriften, V, 144, de comprensión existentes o posibles.
idea de plenitud o "la gran cadena 172, 328; VII, 220 sigs.) entiende En el primer caso se ha negado la
del Ser"— que, de hecho, Leibniz
313
COM COM COM
peculiaridad de la comprensión o COMPRENSIVO (LO) (das Um- estricto, como designación de un
bien se ha indicado que la explica- greifende) es un concepto introducido constitutivo fundamental del filósofo.
ción equivale en muchos casos a ella; por Karl Jaspers (v.) en varias obras Estos dos sentidos no pueden se-
en el segundo, se ha intentado la (Vernunft und Existenz, 1933; Philo- pararse por entero; de hecho, están co-
erección de una teoría diferencial de sophische Logik [I, 1947]; Der phi- implicados, por cuanto el estar
los actos comprensivos, que abarcan losophische Glaube, 1948). Este con- comprometido, propio de toda exis-
procesos de muy diversa índole, desde cepto surge como consecuencia de un tencia humana, revierte sobre el estar
la llamada "comprensión histórica" y examen de la noción de horizonte comprometido del filósofo, y a la vez
la "comprensión metafísica" hasta la (v.). Ninguno de los horizontes abarca éste encuentra en el horizonte de su
"comprensión existencial". Una el Todo; cada horizonte es limitante pensamiento filosófico la noción de
teoría general de la comprensión, y limitado. Puede preguntarse compromiso que, según algunos, co-
basada en las investigaciones de entonces si hay una especie de "ho- rresponde a toda existencia humana.
Dilthey y su escuela, pero atenta rizonte de los horizontes" que lo com- Sin embargo, aquí nos referiremos
también a la relación íntima en que prenda o abarque todo. Jaspers res- brevemente sólo al compromiso en el
se halla de hecho con otros métodos ponde negativamente, pero afirma sentido más estricto; lo que hemos
y procesos de conocimiento, podría que hay lo comprensivo dentro de lo dicho en parte del artículo Existencia
aportar mayores luces a esta discu- (VÉASE) y en nociones emparentadas
cual se halla todo horizonte particu-
sión. con la de compromiso, tales como la
lar, pero que no es visible como ho-
rizonte. Lo comprensivo no es sólo de decisión (v.) y, en parte, la de
vocación (v.) puede ser utilizado
sujeto o sólo objeto, sino que se halla
para comprender el citado sentido
a ambos lados de la división sujeto-
amplio.
objeto. Por eso lo comprensivo puede Comprometerse como filósofo sig-
considerarse de dos modos: como el nifica primariamente ligar estrecha-
ser en sí mismo que nos rodea o mente una proposición filosófica con
como el ser que somos. En cuanto ser lo que se hace con esta proposición;
en sí mismo que nos rodea (o que en términos corrientes, vincular ínti-
está fuera de nosotros) lo compren- mamente la teoría con la práctica.
sivo aparece en dos niveles: el mundo Rehusar comprometerse significa
como totalidad (no un objeto, sino adoptar la actitud opuesta: suponer
una idea) y la trascendencia (el ser que lo que se hace con una proposi-
que habla como si fuera a través del ción no tiene en principio nada que
ser que se halla en el mundo, esto es, ver con la afirmación de tal proposi-
el término de la existencia (Existenz) ción. A estas dos actitudes —com-
que se hace libre cuanto más religada promiso y rechazo de compromiso—
se halla a la trascendencia). En cuanto se unen dos modos de juzgar las pro-
ser que somos, lo comprensivo aparece posiciones filosóficas: una según la
en tres niveles: la existencia como ser- cual tales proposiciones son conside-
ahí (Dasein [nivel de lo sensible, en radas juntamente con lo que el filó-
donde la verdad es de índole sofo hace con ellas, y otra según la
pragmática]); la conciencia en general cual las proposiciones son juzgadas
(nivel de lo objetivo, de lo por motivos extrapersonales: por su
obligatorio [zwingend], en donde la consistencia interna, por su adecua-
verdad es científica y "objetiva"); y ción con la realidad objetiva, etc.,
el espíritu (Geist) (la vida de las etc. Advertimos que tales modos de
ideas, las generalizaciones). juzgar afectan no sólo a la relación (o
COMPROBACIÓN. Véase VERIFI - falta de relación) de la proposición
CACIÓN. con el filósofo que la formula, sino
COMPROMISO. La noción de com- también a la significación de la pro-
promiso, como acción y efecto de posición de referencia: los partida-
comprometerse, tan utilizada por mu- rios de la primera actitud mantienen
chas filosofías de corte existencialis- que la significación de la proposición
ta, está relacionada estrechamente está unida al hecho de que el filósofo
con la noción de decisión (VÉASE ). se comprometa (o se niegue a
No es, sin embargo, exactamente comprometerse, lo que es también
equivalente a ella, por lo que le de- para ellos una forma de comprome-
dicamos unas líneas aparte. terse) con respecto a ella, mientras
En dos sentidos puede emplearse la que los partidarios de la segunda
noción de compromiso: en un sen- actitud sostienen que la significación
tido amplio, como designación de un de cualquier proposición filosófica es
constitutivo fundamental de toda exis- independiente de todo compromiso.
tencia humana, y en un sentido más A su vez, los partidarios de la pri-
314
COM COM COM
mera actitud distinguen entre filó- de la sociedad implica necesariamente de la fase crítica intermedia; el poder
sofos que se comprometen (como, la reforma del saber y del método, espiritual pasa entonces a manos de
por ejemplo, Sócrates, Kierkegaard) pues lo que caracteriza a una socie- los sabios, y el poder temporal a
y filósofos que no se comprometen dad es justamente para Comte la al- manos de los industriales. El saint-
(como, por ejemplo, Aristóteles, He- tura de su espíritu, el punto a que simonismo resurge claramente en esta
gel), mientras que los partidarios de ha llegado en su desarrollo intelec- fase última de la historia, pero la era
la segunda actitud rechazan tal dis- tual. De ahí que el sistema de Comte industrial que Saint-Simon anunciaba
tinción por considerarla poco o nada comprenda tres factores básicos: en queda completada y perfeccionada
informativa sobre las respectivas fi- primer lugar, una filosofía de la por el positivismo de la ciencia, que
losofías. Observemos, empero, que historia que ha de mostrar por qué renuncia a todo lo trascendente,
en lo que toca a esta división entre la filosofía positiva es la que debe que se reduce a la averiguación y
clases de filósofos, se trata en la imperar en el próximo futuro; en se- comprobación de las leyes dadas en
mayor parte de los casos de un mero gundo lugar, una fundamentación y la experiencia, y ello no sólo para los
argumento en favor o en contra de la clasificación de las ciencias asentadas fenómenos físicos, sino también para
noción de compromiso. De hecho, ni en la filosofía positiva; por último, los puramente espirituales, para el
los "compromisarios" ni los "anti- una sociología o doctrina de la socie- mundo de lo social y de lo moral.
compromisarios" deberían de admitir dad que, al determinar la estructura Lo positivo no es, pues, solamente una
ninguna división: los primeros, por- esencial de la misma, permita pasar forma de organización de las
que terminan por afirmar que todo a la reforma práctica y, finalmente, ciencias; es un estado total que re-
filósofo (quiéralo o no) se compro- a la reforma religiosa, a la religión quiere ante todo un orden y una je-
mete —a menos de carecer de todo de la Humanidad. rarquía. El paso por los tres estadios
sentido su filosofía—; los segundos La significación de 'positivo' resalta en cada una de las ciencias es para
porque acaban por declarar que nin- inmediatamente de la filosofía de la Comte perfectamente demostrable,
gún filósofo (en cuanto filósofo) se historia de Comte, resumida en la ley pero lo que caracteriza a las ciencias
compromete — a menos de carecer de los tres estadios: el teológico, el no es su rigurosa vinculación de todas
de todo sentido sus proposiciones fi- metafísico y el positivo, que no son y cada una de ellas al período social
losóficas. simplemente formas adoptadas por el correspondiente, sino cabalmente su
Alberto Caturelli, El filosofar como conocimiento científico, sino actitu- gradual anticipación en el camino que
decisión y compromiso, 1958. des totales asumidas por la humani- conduce a lo positivo, el hecho de
COMTE (AUGUSTE) (1798-1857) dad en cada uno de sus períodos his- que su jerarquía coincida con su
nació en Montpellier. Secretario de tóricos fundamentales. El estadio teo- mayor o menor estado de positiviza-
Saint-Simon y colaborador en el ór- lógico es aquel en el cual el hombre ción. Esta jerarquía forma, por así
gano del saint-simonismo, Le Pro- explica los fenómenos por medio de decirlo, una pirámide en cuya base
ducteur, rompió con él para dictar seres sobrenaturales y potencias di- se encuentra la matemática y en cuya
libremente su primer curso de filoso- vinas o demoníacas; a este estadio, cúspide se encuentra la sociología;
fía positiva. Repetidor de matemáti- cuyas fases son el fetichismo, el poli- entre una y otra, y apoyándose cada
cas en la Escuela Politécnica, no teísmo y el monoteísmo, corresponde una de las ciencias en el conoci-
pudo conseguir un nombramiento ofi- un poder espiritual teocrático y un miento de los principios de la pre-
cial y vivió desde 1823 hasta su poder temporal monárquico, unidos cedente, se encuentran la astronomía,
muerte de la protección de sus adep- en un Estado de tipo militar. Le si- la física, la química y la biología.
tos. La ruta de su doctrina siguió gue un estadio metafísico, que arranca Lo que las diferencia entre sí no es
un curso sensiblemente distinto al del monoteísmo como compendio de tanto su mayor o menor carácter po-
conocer a Clotilde de Vaux, quien, todas las fuerzas divinas en un solo sitivo esencial, sino la comprobación
según propia manifestación, le ins- ser y que, al personalizarlas en una de que lo positivo ha irrumpido en
piró su religión de la humanidad. unidad, permite al propio tiempo su ellas en épocas distintas y progresi-
Comte ha dado a su filosofía el nom- despersonalización. Las causas de los vamente más avanzadas de la histo-
bre de positiva; sin embargo, el pos- fenómenos se convierten entonces en ria. Por la simplicidad de su objeto,
terior positivismo, que cuenta a Com- ideas abstractas, en principios ra- las matemáticas son las ciencias en
te como su fundador, no equivale cionales. Es un período crítico, nega- donde lo positivo ha sido adquirido
exactamente a dicha filosofía. Proce- tivo, una desorganización de los po- con anterioridad a las demás; ya en
dente, en su parte afirmativa, del deres espirituales y temporales, una la Antigüedad han sido tratadas posi-
saint-simonismo, y, en su parte nega- ausencia de orden que tiende conti- tivamente. Pero la mayor complica-
tiva, de la aversión al espiritualismo nuamente a la anarquía, pues en el ción gradual que ofrecen los demás
metafísico, el positivismo de Comte estadio metafísico irrumpen todas las saberes, el predominio en ellos de lo
constituye una doctrina orgánica, no fuerzas disolventes de la inteligencia. concreto y de lo inductivo hace que
sólo en el aspecto teórico, sino tam- Finalmente, sobreviene el estadio po- su positivismo sea progresivamente
bién y muy especialmente en el prác- sitivo, que sustituye las hipótesis y más tardío. Así ocurre con la astro-
tico. El propósito de Comte no es, las hipóstasis metafísicas por una in- nomía; así también y en grado mayor
por lo pronto, erigir una nueva filo- vestigación de los fenómenos limi- con la física, la química y la bio-
sofía o establecer las ciencias sobre tada a la enunciación de sus rela- logía. Por último, la ciencia cuyos
nuevas bases; es proceder a una re- ciones. A esta altura del progreso in- objetos son más concretos, la socio-
forma de la sociedad. Pero la reforma telectual corresponde una superación logía, es la que con más retraso pe-
315
COM COM COM
netra en el dominio de lo positivo. ge un objeto enteramente positivo, todo, Richard Congreve (1818-1899),
Justamente la inclusión de la socio- una entidad no trascendente, sino que formó a su vez varios discípulos
logía en este dominio es lo que ca- perfectamente cognoscible y cercana, entusiastas del comtismo en Wadham;
racteriza, en el fondo, el adveni- como lo es la Humanidad revelada entre ellos se distinguieron Frédéric
miento del estadio positivo total, de por la historia. La Humanidad, en el Harrison (1831-1923), autor entre
la fase en la cual la sociología como conjunto de todos sus esfuerzos, aun otros libros de Creed of a Layman
ciencia del hombre y de la sociedad de los meramente posibles, constituye (1907), The Philosophy of Common
podrá, finalmente, ser convertida, por el objeto inevitable de un culto que Sense (1907), The Positive Evolution
el método naturalista, en una estática se niega a Dios como ser trascen- of Religión (1913) y sus Autobio-
y en una dinámica de lo social. dente. Lo positivo penetra de este graphie Memoirs (2 vols., 1911);
El tema de la nueva época es, modo en la propia religión que, va- John Henry Bridges (1832-1906), que
por lo tanto, la conversión de la ciada del contenido dogmático del en su The Unity of Comte's Life and
sociología en ciencia positiva de cristianismo, puede llegar, sin em- Doctrine (1866) combatió la usual
acuerdo con la irrupción de un nuevo bargo, a producir en la sociedad los escisión entre el positivismo científico
estadio que supere la destrucción del mismos efectos de orden y organiza- y la religión de la Humanidad, y en
último gran período orgánico, la Edad ción. Esta religión, a la cual dedicó sus Five Discourses on Positive
Media, y sustituya los factores anár- Comte los últimos años de su vida, Religion (1882) insistió en la
quicos del protestantismo, del libera- tiene por objeto la Humanidad en su importancia de esta última; y Edward
lismo y del Estado jurídico por un pasado, presente y futuro como el Spencer Beesly (1831-1915), autor
nuevo orden de factura medieval, Gran Ser. Los sabios, que retienen de Comte as a Moral Type (1885). El
pero sin la dogmática católica. Por el poder espiritual, son ahora los sa- grupo de Wadham fundó en 1867 la
eso la nueva época exige que la ex- cerdotes del nuevo culto y por ello London Positivist Society, afiliada a la
plicación dinámica de la sociedad, pueden vencer, si la ciencia positiva organización positivista que tenía su
que culmina en la ley de los tres no bastara, la insurrección de la in- sede en Francia. La escisión aquí
estadios, sea reemplazada por una teligencia contra el corazón. producida entre Lafitte y Littré
explicación estática. La estática so- La influencia de Comte ha se- repercutió también en la Sociedad
cial se enlaza a su vez con la religión guido aproximadamente el mismo inglesa, que se adhirió casi
de la Humanidad, pues sólo cuando curso que el destino del positivismo íntegramente al primero. The Posi-
se hace posible la sociología como ( VÉASE ), el cual, en su aspecto de tivist Review, que se transformó
ciencia positiva puede el nuevo orden reacción contra la especulación del en Humanity (1923) y desapareció en
espiritual y temporal tener un fun- idealismo romántico, ha recogido 1925, fue fundada en 1893.
damento religioso. La filosofía de la principalmente de Comte su posición
historia, de Comte, explica, así, el antimetafísica. Aparte la influencia
esfuerzo realizado por cada época perceptible de Comte en todas las di-
en su camino hacia la fase positiva. recciones positivas imperantes en la
Los estadios teológico y metafísico segunda mitad del siglo XIX y pres-
representan, ciertamente, una busca, cindiendo de la formación de nume-
pero una busca infructuosa. El último rosos grupos y asociaciones positivistas
y definitivo estadio se presenta de que se propagaron particularmente en
este modo como el hallazgo de lo que, la América del Sur (sobre todo en el
en su fondo último, ha sido siempre Brasil), donde el positivismo de
la aspiración de la Humanidad: la procedencia europea se encontró con
ciencia positiva, que rechaza toda so- lo que Alejandro Korn ha llamado el
brenaturalización y toda hipóstasis y "positivismo autóctono", el pensa-
que convierte al filósofo en un "es- miento de Comte ha influido de un
pecialista en generalidades"; el poder modo más directo en E. Littré ( 1801-
espiritual en manos de los sabios; el 1881: La science au point de vue
poder temporal en manos de los in- philosophique, 1873; Fragments de
dustriales; el pacifismo, el orden y philosophie positive et de sociologie
la jerarquía, y, como atmósfera que lo contemporaine, 1876), que rechazó,
envuelve todo, una moral del altruis- sin embargo, la religión de la Huma-
mo basada en la estática esencial de nidad, y en Pierre Laffite (1823-
la vida social, o, como resume Comte, 1903: Les grands types de l'Huma-
"el amor como principio, el orden nité, 1875; Cours de philosophie pre-
como base, el progreso como fin". mière, 1889), que acentuó justamente
El paso a la religión de la Huma- su adhesión a esta última fase de la
nidad es una consecuencia necesaria filosofía comtiana. En Inglaterra pro-
de la negación de la "rebelión de la pagaron la doctrina de Comte, ade-
inteligencia contra el corazón" propia más de John Stuart Mill, G. H. Lewes
del estadio metafísico; es también (VÉANSE), Harriet Martineau (1802-
una derivación del mismo carácter 1876), que tradujo, resumió y co-
positivo de la estática social, que exi- mentó el Curso de filosofía y, sobre
316
COM COM
cialmente una ontología— que posea La comunicación en sentido lin-
suficiente poder explicativo para po- güístico ha sido objeto de investiga-
der alojar en sí ambas formas de co- ción no solamente por filósofos; hom-
municación sin necesariamente con- bres de ciencia ( especialmente ma-
fundirlas. La opinión del autor favo- temáticos y técnicos e ingenieros
rece esta última actitud, pero no es especializados en comunicaciones)
aquí el momento de hacerla explícita. han contribuido grandemente a esta
I. Aspecto lingüístico. La comuni- rama de estudios. Como ejemplo pue-
cación lingüística es transmisión de de mencionarse la transmisión de sig-
información — en un sentido muy nos en una red telefónica. El estudio
amplio de 'información'. Es una co- de esta transmisión plantea el pro-
municación de tipo simbólico o, me- blema de hasta qué punto puede
jor dicho, semiótico. Tiene, pues, establecerse una comunicación com-
cuando menos dos formas fundamen- pleta. El estudio de las llamadas "in-
tales de todo nivel semiótico: la se- terferencias" —inevitables en toda
mántica y la pragmática. Hemos tra- comunicación— desempeña en este
tado este problema en varios artícu- respecto un papel importante. De al-
los de este Diccionario (por ejemplo: gún modo relacionado con el anterior
LENGUAJE, SIGNO, SÍMBOLO). Los fi- grupo de problemas son las cuestio-
lósofos que se han ocupado de la co- nes estudiadas por la llamada ciber-
municación desde este punto de vista nética. Este nombre se debe a Nor-
COMUNICACIÓN. El problema de se han interesado especialmente por bert Wiener (véanse obras cit. infra).
la comunicación puede ser tratado las nociones de signo, de deno-tatum La cibernética es la ciencia que es-
por la psicología, por la antropología de un signo, y del llamado tudia los problemas que plantea el
filosófica, por la filosofía del lenguaje "intérprete" del signo ("intérprete" envío, retención, transmisión y tra-
y por la semiótica. Es, pues, un = "cualquier organismo para el cual ducción de mensajes. Estos proble-
problema sumamente complejo. Aquí algo es un signo"). Las relaciones en- mas pueden estudiarse en dispositi-
nos referiremos a dos aspectos del tre intérprete y signo, y entre signo vos capaces de auto-regulación, los
mismo: al que llamaremos "lingüísti- y denotatum del signo han planteado cuales pueden ser organismos vivos
co" y al que calificaremos de "exis- muy diversos problemas. Especialmente (especialmente los dotados de un sis-
tencial". Estos dos aspectos parecen, importante es el problema de la tema nervioso cerebro-espinal) o es-
a primera vista, irreconciliables: el adecuación entre cada uno de los ci- tructuras físicas artificiales. El ejem-
sentido lingüístico de la comunicación tados elementos y los otros. Junto a plo más simple de estas últimas es el
no puede reducirse al sentido existen- las nociones mencionadas, los filóso- termostato; los ejemplos más abun-
cial y viceversa. Quienes afirman la fos de referencia se han interesado dantemente estudiados son las máqui-
posibilidad de una cualquiera de se- por la naturaleza del "discurso" ( VÉA- nas calculadoras electrónicas, tanto
mejantes reducciones se limitan a sos- SE ) y por los posibles tipos de dis- las llamadas analógicas como las nu-
tener su tesis de un modo muy gene- curso. Ejemplo al respecto lo halla- méricas. No podemos detenernos aquí
ral. Así, los "lingüistas" sostienen que mos en varias de las obras de Char- en un asunto sobremanera complejo,
toda comunicación es, en el fondo, les W. Morris. Pero hay pensadores por lo que remitimos a la bibliogra-
transmisión de información y, por con- cuya orientación filosófica no ha si- fía (sección I). Nos limitaremos a
siguiente, transferencia de símbolos, do única y exclusivamente "lingüisti- mencionar una de las cuestiones que
de modo que la llamada comunica- ca", que se han ocupado también del ha sido debatida con más frecuencia
ción existencial tiene que ser asimis- problema de la comunicación en el en relación con la cibernética. Es la
mo simbólica. Los "existencialistas", sentido ahora dilucidado. Los llama- cuestión de si puede establecerse una
por otra parte, mantienen que toda dos "filósofos del simbolismo" (como analogía, comparación (o hasta iden-
comunicación lingüística y simbólica Ernst Cassirer) pueden ser citados a tificación) entre los procesos que tie-
se da dentro de un contexto existen- este respecto. En efecto, lo importante nen lugar en los organismos biológi-
cial, dentro de una actitud, de una en este aspecto de la comunicación es cos con un sistema nervioso y los lla-
situación, de un "horizonte", etc. Pero que ésta es siempre de alguna manera mados "servomecanismos". La cues-
ninguna de estas tesis es plausible si simbólica: lo que se transmite y lo tión es especialmente interesante
no es probada. Ahora bien, esti- que se interpretan son símbolos. Estos cuando se tiene en cuenta que en los
mamos que no puede darse ninguna símbolos no necesitan reducirse a centros nerviosos aparecen "circuitos
prueba si se parte simplemente de sistemas tales como los lenguajes reactivos" que parecen ejercer funcio-
una o de la otra tesis. No quedan, naturales o los lenguajes artificiales nes comparables a las de las "correc-
pues, sino dos soluciones. Una con- formalizados. Pueden ser también ciones" o "auto-correcciones" que
siste en negar totalmente la tesis su- gestos, elementos de la obra de arte, efectúan los servomecanismos. Tres
puestamente contraria o en decir que etc. Sin embargo, la mayor parte de opiniones se han destacado al respecto.
el que sostiene esta última no usa los problemas relativos a la comuni- Según ciertos autores, los dos me-
el término 'comunicación' en forma cación simbólica se han planteado canismos son substancialmente idénti-
apropiada. Otra consiste en edificar con respecto a los lenguajes natu- cos en estructura: el estudio de un
un pensamiento filosófico —y espe- rales. tipo de mecanismo arroja mucha luz
317
COM COM COM
sobre el otro tipo. Esta opinión ha sido mos "aprenden". Ahora bien, ello no en el artículo OT RO ( E L ); la cues-
corroborada por los resultados ob- debe llevar a la opinión de que no tión del "otro" implica asimismo, en
tenidos en los mencionados estudios hay en el pensamiento ninguna base efecto, la de la comunicación con "el
de comparación, pero la cuestión es física y fisiológica. El dualismo no es otro". Nos limitaremos a destacar aquí
saber si un paralelismo significa una aquí menos inadmisible que el reduc- algunas de las ideas propuestas sobre
identificación. Según otros autores, cionismo. La opinión más plausible nuestro tema.
hay diferencia esencial y óntica entre consiste en sostener que hay una ana- Sartre se ha ocupado del asunto en
lo orgánico y lo mecánico, entre lo logía, y que ésta se manifiesta en la su análisis del lenguaje. Según este
psíquico y lo no psíquico. Esta opi- representabilidad — representabilidad autor, el lenguaje "no es un fenómeno
nión tiene la ventaja de que destaca por los servomecanismos, mediante sobrepuesto al ser-para-otro: es
ciertas diferencias que la opinión an- ciertas operaciones físicas, de ciertas originalmente el ser-para-otro, es de-
terior desatiende, pero es impotente operaciones mentales. Tenemos enton- cir, el hecho de que una subjetividad
para explicar los efectivos paralelis- ces un isomorfismo, pero no necesa- se experimente a sí misma como ob-
mos. Según otros autores, finalmente, riamente una identidad. jeto para otro". No hay necesidad de
hay una relación entre los dos tipos II. Sentido existencial. Jaspers ha "inventar" el lenguaje en un mundo
de "mecanismos", pero debe enten- consagrado especial atención a la co- de puros objetos. Tampoco hay nece-
derse en función de una analogía más municación en este sentido. La co- sidad de "inventarlo" en la inter-sub-
bien que de una identificación. Esta municación existencial se halla, según jetividad de los "para-otro", mas ello
última opinión tiene un aire más plau- dicho autor, en el "límite de la co- es porque se halla ya dado en el re-
sible, pero no ha sido todavía pro- municación empírica". Ésta se mani- conocimiento del otro. Puede, pues,
fundizada suficientemente. Para que fiesta en diversos grados: como con- decirse que "soy lenguaje" (en un
lo sea es menester: primero, ser lo ciencia individual coincidente con la sentido semejante a como Heidegger
más radical posible en la extensión conciencia de pertenencia a una co- podría emplear la fórmula —propues-
de lo "mecanizable" a las operacio- munidad; como oposición de un yo ta por Alphonse de Waelhens—:
nes humanas, único modo de que los a otro (con diversas formas de apre- "Soy lo que digo." El lenguaje es
límites oportunamente descubiertos lo hensión del "ser otro": en cuanto ob- "originalmente la experiencia que un
sean efectivamente; segundo, exten- jeto, en cuanto sujeto, etc.); como para-sí puede hacer de su ser-para-
der lo más posible lo "humano" a los aspiración a una trascendencia obje- otro ... no se distingue, pues, del re-
servomecanismos, a fin de ver asi- tiva. La comunicación existencial no conocimiento de la existencia del
mismo si hay límites infranqueables. es el conjunto de dichas formas de otro".
Aun así, la tercera opinión será sufi- comunicación empírica, aunque se También Martin Buber ha exami-
cientemente plausible solamente cuan- manifiesta mediante ellas y las des- nado el problema que aquí nos ocu-
do alcance bastante poder explica- cubre a todas y a cada una como in- pa; remitimos a este respecto al ar-
tivo. suficientes. La comunicación existen- tículo DIÁLOGO . En parte semejante
Mario Bunge (op. cit. infra) se apro- cial, única e irrepetible, tiene lugar a la doctrina de Buber es la de Ber-
xima a esta última opinión. Los ser- entre seres que son "sí mismos" y no diaev sobre la comunicación. En una
vomecanismos no piensan; ocurre sólo representan a otros — a comunidades, de sus obras (cit. infra), este autor
que tienen lugar en ellos operaciones ideales o cosas. Sólo en tal comu- distingue entre comunicación, comu-
físicas que representan símbolos. Los nicación "el sí-mismo existe para el nión y participación. La primera es
procesos físicos en cuestión se hallan otro sí-mismo en mutua creación". Ser simbólica y propia de la vida social.
correlacionados con procesos menta- sí-mismo no es ser aisladamente, sino La segunda es intra-personal e im-
les, pero éstos no se reducen a los serlo con otros "sí-mismos" en liber- plica reciprocidad en la relación "Yo-
primeros (ni, por supuesto, a la in- tad. De este modo se supera tanto el Tu", encaminándose al "mundo extra-
versa). El servomecanismo constituye solipsismo como el universalismo de natural de la existencia auténtica".
un eslabón en una cadena que va del la existencia empírica; no hay que in- La tercera es una penetración en
pensamiento de ciertos objetos ideales terpretar, en efecto, la comunicación "la realidad primaria".
al pensamiento de otros objetos existencial como un modo de soledad Para el sentido (I), véanse las obras
ideales: traduce los primeros a cier- o de comunidad empíricas. Tal comu- de Morris sobre lenguaje y teoría de
tas operaciones físicas, las cuales son nicación puede formarse y romperse. los signos mencionados en el artículo
traducidas a los segundos. Inclusive Jaspers ha analizado estas formas (así sobre este filósofo. Las obras de Og-
como las que llama "situaciones co- den y Richards, de S. K. Langer y
cuando los servomecanismos "seleccio- de E. Cassirer mencionadas en SÍM-
nan" y "abstraen", estas operaciones municativas") con gran detalle a fin BOLO y SIMBOLISMO pueden asimis-
no son mentales, sino físicas. Consi- de desentrañar lo que haya en ellas mo usarse a este efecto. Los libros
derar la "abstracción" producida por de propiamente existencial. de N. Wiener a que hemos aludido
un servomecanismo como idéntica a El problema de la comunicación en son: Cybernetics, or Control and Com-
la abstracción llevada a cabo por el sentido existencial (y, en general, in- munication in the Animal and in the
pensamiento humano es comparable, terpersonal) ha sido tratado de un Machine, 1949, 2a ed., ampliada, 1961,
indica Bunge, a admitir que el campo modo o de otro por la mayor parte y The Human Use of Human Beings,
gravitatorio "abstrae" ciertas propie- de los filósofos que es usual (aunque 1950 (trad, esq.: Cibernética y socie-
no siempre correcto) llamar "existen- dad, 1958). — El trabajo de Mario
dades de los objetos. Análogas obje- Bunge es: "Do Computers Think?",
ciones pueden formularse contra la cialistas". Nos hemos referido a algu- The British Journal for the Philosophy
pretensión de que los servomecanis- nos de los análisis de estos filósofos of Science, VII (1956), 139-212, reimp.
318
CON
tanto, en el sentido de un commer-
cium por el que se conciben tres
relaciones dinámicas originarias, lla-
madas de influencia, de consecuencia
y de composición real.

COMUNIDAD. Tônnies ( VÉASE)


llama comunidad al conjunto social
orgánico y originario opuesto a la so-
ciedad. En su artículo "Gemeinschaft
und Gesellschaft" publicado en el
Handwörterbuch der Soziologie, edi-
tado por A. Vierkandt (1931), y en
el cual resume las doctrinas expuestas
en su libro del año 1887, Tônnies
define la comunidad (Gemeinschaft)
como el tipo de asociación en el cual
predomina la voluntad natural. La
sociedad (Gesellschaft) es, en cam-
bio, aquel tipo de comunidad formado
y condicionado por la voluntad
racional. Tônnies señala que no se
trata de realidades, sino de tipos idea-
les, pues toda agrupación humana
"participa" por así decirlo de los dos
caracteres mencionados en proporcio-
nes diversas y cambiantes. Y en el
primer capítulo de su citado libro
Tônnies había "opuesto" la comuni-
dad en tanto que agrupación caracte- CONATO, conatus, significa "es-
rizada por su vida real y orgánica, a fuerzo", "empresa" y de ahí "poten-
la sociedad en tanto que agrupación cia (activa)". Este concepto ha des-
o estructura de carácter mecánico. La empeñado un papel importante en
contraposición entre lo orgánico y lo varios autores modernos, entre los que
mecánico está, así, en la base de la destacamos Hobbes, Leibniz y Spi-
sociología de Tônnies, pero el des- noza. Hobbes usó el término conatus
arrollo en detalle de sus tesis no principalmente en sentido mecánico.
permite suponer que se trata de una En De corpore el conatus es presen-
contraposición abstracta; sólo los he- tado como un movimiento determi-
chos histórico-sociológicos permiten nado por el espacio y el tiempo y
dar, a su entender, un contenido sig- mensurable numéricamente. En De
nificativo a dicha concepción. homine el conatus aparece como un
Kant llama comunidad de acción movimiento voluntario o "pasión" que
recíproca a una de las categorías de precede la acción corporal y que, aun-
la relación. La comunidad es "reci- que sea "interno", posee determina-
procidad de acción entre el agente y ciones y propiedades expresables me-
el paciente" y corresponde al juicio cánicamente. Leibniz concibió el co-
disyuntivo. Como analogía de la ex- natus como una fuerza (vis) activa y
periencia, la comunidad queda expre- no simplemente como una condición
sada en el siguiente principio: "To- por medio de la cual opera la fuerza.
das las substancias, en tanto que El conatus no es mera potencialidad,
pueden ser percibidas como simultá- ni siquiera mero principio de opera-
neas en el espacio, están en una ción, sino la operación misma. La
acción recíproca general." Kant em- fuerza que implica el conatus no es
plea este término en el sentido de simplemente mecánica, sino dinámi-
"una comunidad dinámica sin la cual ca. Para Spinoza, cada cosa, en cuanto
la propia comunidad local no podría es, se esfuerza por perseverar en su
ser conocida empíricamente" y, por ser (Eth., III, prop. vi) y el esfuerzo
319 (conatus) mediante el cual ca-
CON CON CON
da cosa se esfuerza en perseverar en los metafísicos y los axiológicos y, relaciones (por ejemplo, igualdad,
su ser es la esencia actual de la cosa por lo tanto, los propios conceptos. semejanza; la cópula del juicio como
(ibid., prop. vii). La noción de co- En este último caso no se cumple la sujeto de un juicio), que son objetos
nato tiene en Spinoza una función falta de semejanza entre el concepto ideales y, por lo tanto, objetos menta-
más central que en Hobbes y aun y su objeto. El carácter "objetivo" dos por un concepto. Los conceptos
que en Leibniz. El conato aparece de la idealidad, el ser objeto de las de objetos se clasifican a su vez en
como voluntad cuando se refiere so- ideas requiere también, por otro lado, conceptos de individuo, de especie
lamente al espíritu (o"mens") y co- una distinción entre los conceptos y y de género: los primeros se refie-
mo apetito (v. ) cuando se refiere al las ideas, pues hay, al parecer, con- ren a seres singulares y, por lo tanto,
espíritu y al cuerpo; en ambos casos ceptos de los objetos ideales. Siendo a objetos "reales"; los dos últimos, a
son modos de ser del conato o es- todo objeto, por consiguiente, un co- objetos ideales. Esta clasificación es,
fuerzo como determinación ontológica rrelato intencional del concepto, ha- según Pfänder, ontológica y no pura-
general. brá que distinguir entre el objeto mente lógica, pues "se hace según
CONCEPTO. I. Según Pfänder, los como es en sí y el objeto como es la clase de objetos a que se refiere".
conceptos son los elementos últimos determinado por el concepto. El pri- La relación entre estos conceptos es
de todos los pensamientos. En esta mero se llama objeto material, es una relación de subordinación, de tal
caracterización del concepto va im- decir, objeto material del concepto; manera que el concepto individual
plícita, según la definición hecha del el segundo, objeto formal. Según la está subordinado al específico y éste
pensamiento (VÉASE), una radical concepción anterior, la lógica trata al genérico. Cuando hay subordina-
distinción entre el concepto entendido predominantemente del objeto formal. ción de varios conceptos individuales
como entidad lógica y el concepto Todo concepto tiene comprensión a un mismo concepto específico o de
tal como es aprehendido en el curso de o contenido y extensión. La primera conceptos específicos del mismo gra-
los actos psicológicos. La doctrina del consiste, tal como se ha definido do a un mismo concepto genérico,
concepto es en este caso únicamente (véase COMPRENSIÓN), en "el hecho no se habla de subordinación entre
una parte de la lógica y nada tiene de que un concepto determinado se los inferiores, sino de coordinación.
que ver como tal con la psicología. El refiera justamente a este objeto de- Coordinación y subordinación son así
concepto queda así distinguido de la terminado", siendo diferente de la las formas de relación de todos los
imagen, tanto como del hecho de su mera suma de las notas del objeto; conceptos entre sí.
posibilidad o imposibilidad de la segunda consiste en los objetos Además de la clasificación apun-
representación. Mas, por otro lado, que el concepto comprende, en los tada puede hablarse de "conceptos
debe distinguirse rigurosamente entre objetos que caen bajo el concepto. generales". Éstos son, en primer lu-
otras instancias que ha-bitualmente La extensión no puede determinarse, gar, los conceptos de especie y género,
vienen siendo confundidas por el sin embargo, simplemente por el nú- que se oponen a los individuales, pero
hecho de presentarse juntas en los mero de los objetos que el concepto hay también conceptos generales en
pensamientos de conceptos: el comprende. La constancia de la ex- el sentido de los conceptos plurales,
concepto, la palabra y el objeto. tensión de un concepto, su indepen- esto es, de "aquellos conceptos que
Si los conceptos pueden ser, según el dencia con respecto al número de se refieren al mismo tiempo a una
citado autor, "el contenido significati- objetos reales efectivamente existen- pluralidad de objetos separados"; en el
vo de determinadas palabras", las tes, exige que se atribuya extensión sentido de los conceptos universales,
palabras no son los conceptos, mas únicamente a los conceptos de espe- es decir, de "aquellos conceptos que
únicamente los signos, los símbolos cie y género, dependiendo, por lo primeramente delimitan una
de las significaciones. Ello queda de- tanto, la extensión del carácter espe- pluralidad de objetos y luego se
mostrado por el hecho de que hay o cífico o genérico del concepto y, den- refieren a todos los objetos del
puede haber conceptos sin que existan tro de ellos, de la índole ínfima o círculo así delimitado"; y en el
las palabras correspondientes, así suprema de la especie o del género. sentido de colectivos, o sea los con-
como palabras o frases sin sentido, Así debe distinguirse entre una ex- ceptos "que se refieren a un todo
sin que correspondan a ellas signifi- tensión empírica, que es aquella a constituido por una pluralidad de
caciones. También debe tenerse en que se ha referido en algunos casos objetos homogéneos". Junto a ello
cuenta que la palabra no es la única la lógica tradicional, y la extensión se habla de conceptos abstractos y
instancia por la cual pueda mentarse puramente lógica, que excluye los concretos, según los objetos mentados;
un concepto; al lado de ella existen conceptos individuales. de simples o compuestos, de acuerdo
los números, los signos, los símbolos En lo que se refiere a su clasifi- con la estructura de su exposición
de toda clase. El concepto se dis- cación, los conceptos se dividen pri- verbal o simbólica, de conceptos a
tingue también del objeto; si es verdad mariamente en objetivos y funciona- priori y a posteriori, según se deduzcan
que todo concepto se refiere a un les. Los primeros son los conceptos o no de la experiencia. En cuanto a los
objeto en el sentido más general de de objetos propiamente dichos, los conceptos llamados funcionales,
este vocablo, el concepto no es el que tienen como correlato intencional pueden ser objetivos cuando cons-
objeto, ni siquiera lo reproduce, sino un sujeto o un predicado de un jui- tituyen el sujeto o el predicado de
que es simplemente su correlato in- cio. Los segundos son los conceptos un juicio, y funcionales propiamente
tencional. Los objetos a que pueden que relacionan (por ejemplo, la có- dichos, que Pfänder divide en aper-
referirse los conceptos son todos los pula del juicio), los cuales no deben ceptivos y mentales. Los primeros se
objetos, los reales y los ideales, confundirse con los conceptos de las subdividen en designativos (este, ese,
320
CON CON CON
aquel), retrospectivos (que, cual, rías tienen, sin embargo, implicacio- un concepto formal, y el mismo
cuyo), anticipantes (aquel que), li- nes que no aparecen en la fenome- triángulo como término al cual se
gativos equivalentes (y, además), nològica, procedemos en esta segunda refiere el concepto formal es un con-
ligativos condicionantes (con), liga- sección a reseñarlas brevemente. Lo cepto objetivo. Por eso el concepto
tivos de referencia (es), separativos haremos siguiendo un amplio hilo formal es de alguna manera una cosa
de simple separación (no, ni... ni), histórico. mientras que el concepto objetivo no
separativos de exclusión (menos, apar- La filosofía antigua centró la dis- es siempre cosa en sentido positivo,
te, excepto), aislativos (sin... ni, cusión en torno al problema de la pues puede ser una privación o un
solo), subrayadores (especialmente), noción, del término, del lo/goj , pero ens rationis. El concepto posee, en
sustitutivos (en vez de), directivos es evidente que, sobre todo este últi- todo caso, una similitud respecto a
(ahora bien, pues). Los segundos se mo, es mucho más que lo que mo- la cosa, y de ahí que sea siempre
subdividen en interrogativos, afirma- dernamente se llama concepto, de tal alguna forma o, a lo sumo, alguna
tivos, optativos, deprecativos, moniti- modo que para una dilucidación de cualidad.
vos, imperativos, etc. (que se expre- este problema deberíamos referirnos Durante la época moderna, el pro-
san por la entonación del lenguaje), a lo que hemos dicho ya acerca del blema del concepto en el sentido
conceptos que debilitan un acto ló- logos y de la idea ( VÉ AN SE ). Pues, apuntado siguió vinculado al proble-
gico (quizá), que lo robustecen en rigor, el concepto, tal como ha ma del desarrollo de la idea. Seña-
(necesariamente), condicionantes (en sido empleado en la lógica formal de lemos, sin embargo, que en la medida
caso de que), disyuntivos (o... o), inspiración aristotélica, no representa en que el empirismo predomina, el
explanativos (es decir), determinati- solamente los caracteres comunes a concepto se convierte en una reali-
vos (precisamente), explicativos (esto un grupo de cosas, sino la forma o dad psicológica y aun meramente
es), condensativos (en resumen) am- ei) = d oj mismo de ellas. El concepto designativa, y en la medida en que
plificativos (generalmente), limitati- es, en suma, el órgano del conoci- predomina el realismo vuelve a con-
vos (solamente), de asentimiento miento de la realidad, porque se vertirse en una esencia. Sin embargo,
(evidentemente), de oposición (pero, supone que no corta arbitrariamente la esencia designa entonces menos la
no obstante), deductivos (por con- las articulaciones de ella; las formas forma aristotélica que la idea
siguiente, por lo tanto) y funda- en que la realidad se distribuye y pla-tónica interpretada en el
mentativos y probativos (pues, ya de que metafisicamente brota co- sentido de la matemática. El
que). rresponden exactamente a los con- idealismo platónico —o, mejor
II. El análisis anterior de la noción de ceptos que la mente forja, y por eso, dicho, el platonismo interpretado en
concepto ha sido realizado a la luz de como lo expresa acertadamente Ernst sentido idealista— pretende entonces
la lógica de inspiración fenome- Cassirer (Substanzbegriff und Funk- desahuciar tanto el concepto
nològica. El motivo de haber dedi- tionsbegriff, 1910, I, § 1), los huecos conseguido por medio de la
cado a esta dirección en el presente que la lógica de Aristóteles ha de- abstracción aristotélica como el tér-
caso más espacio del que tiene ha- jado en la realidad al ejecutar una mino forjado mediante la reflexión
bitualmente en otros artículos sobre abstracción sobre ella han sido auto- empírica sobre la cosa: ambos apa-
términos lógicos se debe a que se ha máticamente rellenados por su me- recen para esta dirección —que tiene
considerado la noción de referencia tafísica. Lo mismo sucede con los sus momentos principales en Descar-
con particular atención y detalle. En escolásticos; éstos emplearon el voca- tes, Leibniz y Kant y que se prolon-
los textos de lógica simbólica, por blo 'conceptus' expresando con él algo ga a través de varias escuelas neo-
ejemplo, encontramos muy escasas re- semejante a la notio, pero con ciertos kantianas— como empobrecimiento
ferencias al término "concepto'. Por matices que conviene destacar. Así, de la realidad o como falsificacio-
otro lado, algunos de los "conceptos" se habla del concepto formal y del nes de ella. De ahí que esta con-
mencionados al final de la sección concepto objetivo de un ente, signi- cepción, sobre todo cuando asume un
anterior son considerados por tal ló- ficando por ellos, en el primer caso, aspecto "óntico", pueda ser conside-
gica desde muy distintos puntos de el ente tal como está expreso en la rada como mediadora. Kant, que
vista. Asi, por ejemplo, los que Pfän- mente y por la mente, y en el se- efectuó esta mediación, representa,
der llama conceptos condicionantes gundo el ente al que corresponde la como es sabido, un esfuerzo vigoro-
y disyuntivos son examinados por la noción mental. Como Suárez señala, so para hacer del concepto algo vin-
lógica simbólica como conectivas mientras el concepto formal es aquel culado a una intuición y, por lo
(véase CONECTIVA). Las diferencias que es la última forma de la mente, tanto, para no dejarlo a merced de
entre una y otra lógica al respecto o porque representa formalmente la una mera absorción metafísica o
se deben en gran parte a la diferen- mente de la cosa conocida, o porque de una disolución psicológica. La
cia de grado en la unificación y for- es el término formal de la concep- conocida tesis de que los concep-
malización del lenguaje: escaso en ción mental, el concepto objetivo es tos sin intuiciones son vacíos y de
la lógica fenomenològica; considera- aquella cosa misma u objeto que que las intuiciones sin conceptos son
ble en la lógica simbólica. Mayor re- es propio e inmediatamente formal ciegas, muestra suficientemente tal
lación tiene la doctrina fenomenolò- por el concepto y es conocido o propósito. El sentido metafísico del
gica con algunas de las teorías clási- representado formalmente en el mis- concepto se reitera, sin embargo, y
cas, especialmente las escolásticas, no mo concepto (disp. met., 2, s. 1). de un modo especialmente insisten-
obstante las críticas a que las ha Así, por ejemplo, el triángulo como te, en la filosofía de Hegel y en los
sometido. Como varias de estas teo- expreso por la mente y en ella es partidarios del idealismo lógico. Para
Hegel, el concepto (Begriff) es un
321
CON CON
tercer término, un Drittes, entre el no substantes" defendidos por varios
ser y el devenir, entre lo inmediato terministas; otros señalan que se trata
y la reflexión, de modo que en su primariamente de sermones cuya
proceso dialéctico (universalidad, característica principal es la significa-
particularidad, individualidad) se ma- ción. No menos debatido ha sido
nifiesta no solamente el desenvolvi- el problema del tipo de relación que
miento del ser lógico, sino también mantienen tales conceptos generales
el del ser real. El proceso dialéctico con las entidades concretas designa-
del concepto llega así, a través de los das; puede estimarse, por ejemplo,
momentos del concepto subjetivo y que designan tales entidades o que
objetivo, hasta la Idea, que es su sín- las denotan. Las diferentes respuestas
tesis y que representa la completa dadas a estas cuestiones han hecho
verdad del ser después de su auto- que en algunos casos el concep-
manifestación total, de tal suerte que tualismo se haya aproximado al realis-
la contradicción y la superación de mo moderado y que en otros, en
las contradicciones del concepto equi- cambio, se haya confundido con el
valen a la contradicción y a la supe- nominalismo (por lo menos con el
ración de las contradicciones del ser. nominalismo moderado). Esto explica
Solución, desde luego, contraria a la que autores como Pedro Auriol hayan
sustentada por ciertas direcciones del podido ser llamados —por unos— con-
empirismo realista, el cual elimina ceptualistas y —por otros— nomina-
el concepto en sentido tradicional listas (y hasta terministas). Es, pues,
en la medida en que, siendo una recomendable que en cada ocasión
relación, tiene que ser distinto de la en que se use el vocablo 'conceptua-
cosa relacionada, pero lo admite en lismo' se defina lo más exactamente
la medida en que el concepto pue- posible qué se entiende por él. Lo
de ser como el reverso de la per- más común es usarlo como posición
cepción. El paso del percept al con- intermedia entre el realismo modera-
cept, para emplear la terminología do y el nominalismo y como una
de James, es así, la consecuencia de tesis que acentúa el motivo epistemo-
una noción claramente empírica del lógico (o criteriológico) sobre el mo-
concepto, el cual sería entonces una tivo ontológico, predominante en la
de las realidades percibidas por el cuestión de los universales. No re-
"acontecimiento percipiente". Por lo sulta, pues, sorprendente que los neo-
demás, ha sido inevitable que en escolásticos traten asimismo la posi-
el intento de alianza del empirismo ción conceptualista dentro de la cri-
con el logicismo efectuado a través teriología y que haya podido consi-
del neopositivismo el concepto haya CONCEPTUALISMO. En los ar- derarse a Kant (y a algunos neokan-
sido entendido cada vez más en un tículos Nominalismo, Realismo y Uni- tianos, como Cassirer) como concep-
sentido operativo y que, al final, y con versales ( VÉANSE ) nos hemos referi- tualistas.
el fin de solucionar las dificultades do ya a la posición llamada concep- CONCIENCIA. El término 'con-
planteadas, se haya distinguido, como tualismo. Resumiremos aquí algunas ciencia' tiene en español por lo me-
hace Carnap, entre conceptos semán- de las opiniones ya mantenidas al nos dos sentidos: (1) percatación o
ticos y conceptos absolutos. Los con- respecto y proporcionaremos varias reconocimiento de algo, sea de algo
ceptos absolutos son empleados cuan- informaciones complementarias. exterior, como un objeto, una cuali-
do la verdad no se refiere solamente El conceptualismo es definido co- dad, una situación, etc., sea de algo
a las expresiones, sino a sus designate, mo aquella posición en la cuestión interior, como las modificaciones ex-
con lo cual todas las modalidades de los universales según la cual los perimentadas por el propio yo; (2)
quedan reducidas a formas de con- universales existen solamente en tanto conocimiento del bien y del mal. El
ceptos absolutos, los cuales corres- que conceptos universales en nuestra sentido (2) se expresa más propia-
ponden a las proposiciones. mente (conceptos que poseen esse mente por medio de la expresión 'con-
obiectivum) o, si se quiere, en ciencia moral', por lo que reservamos
tanto que ideas abstractas. Los un artículo especial a este último con-
universales o entidades abstractas no cepto. En el artículo presente nos re-
son, pues, entidades reales, pero tam- feriremos solamente al sentido (1).
poco meros nombres usados para En algunos idiomas se emplean tér-
designar entidades concretas: son minos distintos para los dos sentidos
conceptos generales. El status preciso mencionados: por ejemplo, Bewusst-
de tales conceptos ha sido muy de- sein, Gewissen (en alemán), cons-
batido. Algunos autores indican que ciousness, conscience (inglés) respec-
se trata de conceptos "ya hechos", tivamente. El vocablo 'conciencia' se
para distinguirlos de los "conceptos deriva del latín conscientia —cuyo
322
CON CON CON
sentido originario fue (1)— , el cual ciencia como una "cosa" entre las "co- nales y no intencionales de la con-
es una traducció n de los vocablos sas" han negado la intencionalidad o ciencia. Así ha ocurrido en el idealis-
griegos sunei/dhsuj, suneido/j o sunai/sqhsij. no la han tenido en cuenta. En efec- mo alemán (a que nos referimos más
El primero de dichos vocablos fue usa- to, aunque se admita que tal "cosa" abajo). La acentuación de su carácter
do, al parecer, por Crisipo por vez pri- es comparable a un espejo más bien psicológico (y a veces psico-gnoseoló-
mera (Eucken, Ges. der phil. Termi- que a las realidades que refleja, se gico) ha llevado a considerar la con-
nologie [1879], reimp., 1960, pág. supone que el "espejo" en cuestión ciencia como una facultad junto a
175). tiene una realidad, por así decirlo, otras facultades, y también a identifi-
El sentido (1) puede desdoblarse substancial. La conciencia es enton- car la conciencia con un tipo deter-
en otros tres sentidos: (a) el psico- ces descrita como una "facultad" que minado de actividades psíquicas o
lógico; (b) el epistemológico o gno- posee ciertas características relativa- psico-gnoseológicas. Así, por ejemplo,
seológico, y (c) el metafísico. En sen- mente fijas. Las operaciones de tal algunos filósofos han destacado en la
tido (a) la conciencia es la percep- conciencia se hallan determinadas por conciencia las operaciones intelectua-
ción del yo por sí mismo, llamada sus supuestas características. En cam- les; otros, las volitivas; otros, las per-
también a veces apercepción ( VÉASE). bio, los filósofos que han tendido a ceptuales. Ciertos tipos de metafísica
Aunque puede asimismo hablarse de no considerar la conciencia como una han determinado muy precisamente la
conciencia de un objeto o de una si- "cosa" —ni siquiera como una "cosa idea de conciencia. Así, las metafísi-
tuación en general, éstos son conscien- reflejante"— han afirmado o han su- cas voluntaristas de Maine de Biran
tes en tanto que aparecen como mo- puesto de algún modo la intenciona- y, por razones muy distintas, de
dificaciones del yo psicológico. Se ha lidad de la conciencia. La conciencia Wundt, han llegado a identificar con-
dicho por ello que toda conciencia es es entonces descrita como una fun- ciencia y voluntad. Las metafísicas
en alguna medida autoconciencia y ción o conjunto de funciones, como orientadas hacia el empirismo, por
aun se han identificado ambas. En un foco de actividades o, mejor di- otro lado, han tendido a reducir el pa-
sentido (b) la conciencia es primaria- cho, como un conjunto de actos en- pel de la conciencia, según veremos
mente el sujeto del conocimiento, ha- caminados hacia algo — aquello de más adelante.
blándose entonces de la relación que la conciencia es consciente. Kant estableció una distinción entre
conciencia-objeto consciente como si Muchos filósofos griegos se inclina- la conciencia empírica (psicológica) y
fuese equivalente a la relación sujeto- ron a una concepción no intencional la conciencia trascendental (gnoseoló-
objeto (véase CONOCIMIENTO). En y "cosista" de la conciencia, si bien gica) (Cfr. K.r.V., B 131 y sigs.). La
sentido (c) la conciencia es con fre- en algunos pensadores —como en primera pertenece al mundo fenomé-
cuencia llamada el Yo ( VÉ ASE). Se Plotino— el carácter puramente "in- nico; su unidad sólo puede ser pro-
trata a veces de una hipóstasis de la terno" de la conciencia la distingue porcionada por las síntesis llevadas a
conciencia psicológica o gnoseológica de las "otras" realidades, las cuales cabo mediante las intuiciones del es-
y a veces de una realidad que se su- son, en cierto modo, distensiones de pacio y el tiempo y los conceptos del
pone previa a toda esfera psicológica la pura tensión en que la conciencia entendimiento. La segunda es la po-
o gnoseológica. consiste. Muchos filósofos cristianos sibilidad de la unificación de toda
En el curso de la historia de la fi- han subrayado el carácter intencional conciencia empírica y, por lo tanto,
losofía no solamente ha habido con de la conciencia. Este carácter inten- de su identidad — y, en último térmi-
frecuencia confusiones entre los sen- cional se ha manifestado en las notas no, la posibilidad de todo conocimien-
tidos (1) y (2), sino también entre de intimidad y autocertidumbre de to. La identidad de la persona no es
los sentidos (a), (b) y (c). Lo único que ha hablado San Agustín. Santo asunto empírico, sino trascendental
que parece común a estos tres senti- Tomás y no pocos escolásticos se han ( VÉASE). Cierto que es posible "un
dos es el carácter supuestamente uni- inclinado hacia una concepción "rea- tránsito gradual de la conciencia em-
ficado y unificante de la conciencia. lista" de la conciencia; muchos filóso- pírica a la conciencia pura [trascen-
Dentro de cada uno de los senti- fos modernos —como, por ejemplo, dental]" (ibid., B 208). Pero la con-
dos (a), (b) y (c), y especialmente Descartes— se han inclinado hacia ciencia pura sin material a la cual
dentro de los dos primeros, se han una concepción de naturaleza inten- aplicarse no es sino una condición for-
establecido varias distinciones. Se ha cional e intimista. Cuando esta con- mal. Para que sea "material", la con-
hablado, por ejemplo, de conciencia cepción se ha llevado a sus últimas ciencia pura tiene que aplicarse al ma-
sensitiva e intelictiva, de conciencia consecuencias se han cortado inclusive terial empírico proporcionado por las
directa y de conciencia refleja, de los hilos que ligaban la conciencia a percepciones del mundo fenoménico.
conciencia no intencional e intencio- aquello de que es consciente — sobre Ahora bien, tan pronto como se echó
nal. Esta última división es, a nuestro todo cuando aquello de que es por la borda la noción de cosa en sí,
entender, fundamental. En efecto, casi consciente no es, a su vez, un acto de la conciencia pura (trascendental)
todas las concepciones de la conciencia naturaleza espiritual. Paradójicamen- kantiana pasó de ser principio de uni-
habidas en el curso de la historia te, la conciencia ha sido vista enton- ficación de un material empírico dado
filosófica pueden clasificarse en unas ces como una realidad completamente (bien que no organizado) a principio
que admiten la intencionalidad y independiente de la realidad por ella de realidad. Tal sucedió con los idea-
otras que la niegan o que simple- aprehendida. listas postkantianos. En Fichte y He-
mente no la suponen. Los filósofos La acentuación del carácter meta- gel tenemos un paso de la idea de
que han tendido a concebir la con- físico de la conciencia se ha llevado a conciencia trascendental (gnoseológi-
cabo dentro de concepciones intencio- ca) a la idea de la conciencia metafí-
323
CON CON CON
sica. Fichte hace de la conciencia el más propiamente psicológico, girando dos concretos sintéticos) y también a
fundamento de la experiencia total y desde entonces la discusión en torno las unas con respecto a las otras. Uni-
la identifica con el Yo que se pone a al carácter activo o pasivo, dependien- camente el poner en claro la índole
sí mismo. Hegel describe los grados o te o independiente, actual o substan- propia de la síntesis hace fructífero
figuras de la conciencia en un proceso cial, de la conciencia. Cada una de el mostrar en el cogito, en la vivencia
dialéctico en el curso del cual el estas concepciones representa a su intencional, una conciencia de, o sea,
despliegue de la conciencia es identi- vez un nuevo tipo de psicología, hace fructífero el importante descu-
ficado con el despliegue de la reali- combinándose, por otro lado, la no- brimiento realizado por Franz Bren-
dad. Aunque en la Fenomenología del ción de actividad con las de inde- tano, de que la intencionalidad es el
Espíritu la conciencia aparece como pendencia y substancialidad, o la de carácter descriptivo fundamental de
el primer estadio, la autoconciencia pasividad con las de actualidad y los 'fenómenos psíquicos'; y única-
como el segundo y el espíritu en tanto dependencia. mente ello deja efectivamente en
que libre y concreto como el tercero Decisiva ha sido la concepción de franquía el método de una teoría
(desenvolviéndose en razón, espíritu y Brentano que, aplicada al campo de descriptiva de la conciencia, una teoría
religión y culminando en el saber la psicología, ha sido desenvuelta por tanto psicológico-natural cuanto
absoluto), la conciencia puede ser la fenomenología en la teoría del co- filosófico-trascendental" (Meditaciones
concebida como "la totalidad de sus nocimiento y en la metafísica como cartesianas, trad. J. Gaos, § 17). Si-
momentos", y "los momentos" de la una doctrina destinada a superar las guiendo a Husserl, y apoyándose en
noción del saber puro "adoptan la anteriores oposiciones. Brentano con- algunos resultados de la psicología
forma de figuras o modos de la con- cibe la conciencia como intenciona- estructuralista (véase ESTRUCTURA),
ciencia". En Hegel la conciencia lidad y, por lo tanto, hace de la Aron Gurwitsch (op. cit., infra) ha
abarca, pues, la realidad que se des- conciencia algo que no es continente emprendido un detallado análisis fe-
pliega a sí misma, trascendiéndose a ni contenido, sino mera proyección y nomenològico de la conciencia — co-
sí misma y superándose continuamente referencia a aquello que es mentado mo "campo de la conciencia". Gur-
a sí misma. Dentro del proceso dia- (véase INTENCIÓN, INTENCIONAL, witsch ha descubierto tres zonas o
léctico de la conciencia aparecen cier- INTENCIONALIDAD ). Apoyándose en partes estructurales en el campo cons-
tas figuras de conciencia particular- Brentano, Husserl discute en la "pri- ciente: el tema —que forma la con-
mente interesantes o reveladoras. mera fase" de su pensamiento, en las ciencia atencional (véase ATE N -
Mencionamos a este respecto la con- Investigaciones lógicas, la significación CIÓN )—, el campo temático —que
ciencia infeliz, la conciencia desgarra- de la conciencia entendida: (1) "como designa todo lo presente a la concien-
da. La "conciencia infeliz" (Cfr. Fe- la total consistencia fenomenològica cia al mismo tiempo que el tema— y
nomenología, B.4 B.3; Filosofía de la real del yo empírico", como el en- el margen — que incluye elementos
Historia, IV, sec. 2, caps. 1 y 2) es trelazamiento de las vivencias psí- copresentes al tema, pero no relacio-
"el alma alienada [enajenada] que es quicas en la unidad de su curso; nados directa o intrínsecamente con
la conciencia de sí como dividida, un (2) como percepción interna de las vi- él (en un sentido que parece próximo
ser doblado y meramente contradicto- vencias psíquicas propias, y (3) como a uno de los elementos de la circuns-
rio". La conciencia aparece entonces nombre colectivo para toda clase de tancia [VÉASE] ). En términos feno-
como el mirar de una autoconciencia "actos psíquicos" o "vivencias inten- menológicos, el tema constituye el
a otra, siendo ella misma las dos y cionales", dando a la discusión de la núcleo noemático, y el margen consti-
siendo "la unidad de ambas su propia conciencia como vivencia intencional tuye el sentido de la realidad subya-
esencia, pero objetiva y conscien- la mayor amplitud. A través de las cente a la conciencia. El campo temá-
temente no es todavía esta misma fases ulteriores de la fenomenología tico ofrece una estructura muy
esencia, es decir, no es todavía la uni- la concepción husserliana de la con- compleja, donde se integran todos los
dad de ambas". Algunos autores (por ciencia experimenta varias modifica- elementos que resulten pertinentes pa-
ejemplo, J. Hyppolite, op. cit. infra, ciones, pues la mera síntesis vivencial ra una determinada actitud atencional
págs. 184) y Franz Grégoire (op. cit. se convierte en un punto de referencia de la conciencia. Partiendo asimismo
infra, pág. 47, nota) llegan a afirmar y, finalmente, en un yo puro cuyo de Husserl, J. P. Sastre ha insistido en
que la dialéctica hegeliana de la con- fundamento se halla constituido por la el carácter intencional de la concien-
ciencia es, en el fondo, la de la con- temporalidad y la historicidad. De esta cia, en la imposibilidad de definirla
ciencia desdichada. Hyppolite afirma manera y particularmente al distinguir por medio de categorías pertenecientes
que en la Fenomenología se encuentra los diversos modos de la conciencia, a las "cosas". Siendo la conciencia un
sin cesar "el tema de la conciencia Husserl llega a una concepción de la "dirigirse a", su relación con la "reali-
desdichada en diferentes formas". misma de ascendencia cartesiana. dad" no es la relación que haya entre
Grégoire señala que "la Fenomenolo- Así, Husserl señala explícitamente que una "naturaleza" y otra "naturaleza".
gía describe el itinerario de la con- la descripción concreta de la Por eso puede haber conciencia de lo
ciencia desdichada y de su progresivo conciencia abre enormes perspectivas "ausente" o hasta de lo "inexistente".
apaciguamiento hasta el estado de sa- de hechos, antes jamás investigados. Y por eso también para comprender
tisfacción que es el 'saber absoluto'". "Todos ellos —escribe Husserl— la relación entre la conciencia y las
La mayor atención prestada después pueden ser designados como hechos de cosas (existentes o no existentes, pre-
del idealismo a la psicología, y la la estructura sintética, que dan unidad sentes o ausentes) hay que descartar
irrupción del positivismo, han dado al noético-noemática a las distintas toda idea de relación causal, como
término 'conciencia' un significado cogitationes (en sí, como to- la que sostenían las teorías "clásicas"
324
CON CON CON
— y las que mantienen, dicho sea de que más insistentemente destacan los objetivo de categorías. La interpreta-
paso, algunas doctrinas contemporá- mencionados autores en la noción de ción realista del kantismo se aproxi-
neas sobre la percepción (VÉASE ). conciencia parecen ser, pues, éstas: maba a las ideas de algunos realistas
No habiendo, según Sartre, relación temporalidad, historicidad, totalidad, ingleses y norteamericanos: la con-
causal, la conciencia puede, pues, pre- memoria, duración, cualidad. Y como ciencia puede ser, en último término,
sentarse como libertad. estas notas han sido usadas también un "acontecimiento percipiente" (per-
Con independencia de Husserl, pero para caracterizar lo real —o "lo más cipient event). En suma, la concien-
en una dirección análoga, Dilthey y real"—, se ha llegado a veces a iden- cia no es conciencia: es el nombre
Bergson coinciden sobre la noción de tificar conciencia con existencia. que se da a uno de los aspectos de "lo
conciencia en varios puntos impor- En cambio, algunos filósofos de dado", del "tejido mental", de las par-
tantes. El yo puro de Husserl, que tendencia fenomenista y empirista ra- tes integrantes de la reducción ( VÉA-
tiene tiempo e historia, corresponde, dical acabaron por disolver la noción SE), de los "gignomene", etc., etc.
en parte, al concepto dilthe-yano de conciencia. Todavía en muchos au- (Avenarius, Schuppe, Schubert-Sol-
de la conciencia como historicidad y tores naturalistas del siglo XIX la con- dern, Rehmke, Ziehen, etc.).
totalidad, lo mismo que al concepto ciencia, sin ser negada, era entera- Influido en parte por las tendencias
bergsoniano de la memoria pura, de mente subordinada a la realidad antes aludidas, William James terminó
la duración pura y de la pura — esto es, a la Naturaleza. Marx afir- por negar la conciencia. En su artículo
cualidad. Conciencia, dice ex- mó que la realidad determina la con- "¿Existe la conciencia?" (1904) —y
plícitamente Bergson, significa por lo ciencia y no a la inversa. Aunque es prosiguiendo los análisis de pensadores
pronto memoria, pues la inconciencia posible encontrar en el marxismo cierta que, como Ward, Baldwin, G. E.
puede definirse justamente como una tendencia a identificar —cuando Moore, dudaban de la posibilidad de
conciencia que no conserva nada de menos en el campo histórico— la rea- un empleo de la noción de conciencia
su pasado, que se olvida incesante- lidad social con la conciencia de esta como entidad "subsistente"— James
mente a sí misma. Pero la conciencia realidad, muchos autores marxistas señalaba, en efecto, que estos autores
significa asimismo anticipación, es de- (por ejemplo, Lenín) han defendido "no son bastante osados en sus
cir, posibilidad de elección. De ahí el una teoría del conocimiento "fotográ- negaciones" y que hay que reducir
dualismo de la materia y de la con- fico" según la cual la conciencia se la conciencia a sus equivalentes "rea-
ciencia, dualismo que se expresa en limita a reflejar lo real. No pocos filó- lidades de experiencia". La concien-
la fórmula: "La materia es necesi- sofos naturalistas concibieron la con- cia no es así entidad, sino función.
dad; la conciencia es libertad." Pero ciencia como un epifenómeno de la Lo cual no implicaba (paradójica-
este dualismo no permanece siempre realidad — como una especie de "fos- mente) negar el "papel desempeñado
irreductible. Por un lado, la vida en- forescencia", según decía, para criticar por la conciencia" sino reafirmarlo. En
cuentra medio de reconciliarlas. Por esta tesis, Bergson. Pero en todos estos la trama de la experiencia pura —lo
otro lado, Bergson se inclina hacia la casos se otorgaba todavía un cierto único existente— se dan, según James,
idea de la materia como duración mí- sentido a la noción de conciencia. En por lo menos dos funciones: una de
nima y hacia la idea del universo co- cambio, ciertos filósofos empi-ristas, ellas es la "conciencia"; la otra, "las
mo organismo del cual no puede eli- fenomenistas, inmanentistas y cosas". La relación del conocimiento
minarse la conciencia. "Que estas dos "neutralistas" (Mach, Schuppe) fue- —una de las relaciones que la con-
existencias —material y conciencia— ron tan lejos en su negación de ca- ciencia se había ya reducido— se da,
derivan de una fuente común, no me rácter "subsistente" de lo real que pues también dentro del complexo
parece dudoso. Anteriormente he in- envolvieron en ella la noción de con- único de la experiencia pura. De ahí
tentado mostrar que si la primera ciencia. No se puede decir, según estos que la experiencia pueda ser indis-
es la inversa de la segunda, si la filósofos, que hay por un lado la tintamente cosa y pensamiento, y de
conciencia es acción que sin cesar realidad y por el otro la conciencia. ahí que "la separación entre concien-
se crea y se enriquece mientras la Tampoco se puede decir que hay sólo cia y contenido se realice, no me-
materia es acción que se deshace y la realidad o sólo la conciencia, y que diante sustracción, sino mediante
gasta, ni la materia ni la conciencia cada una de ellas únicamente puede adición".
se explican por sí mismas" (L'energie comprenderse en función de la otra. Dentro de la conciencia como "ser-
spirituelle, 1919, págs. 18-9). La ad- Realidad y conciencia son como dos consciente" pueden distinguirse tres
misión de la coextensión de la con- caras de un mismo modo de ser, el elementos: el objeto de que la con-
ciencia con la vida es aceptada por cual es ontológicamente "neutral". ciencia es consciente, la conciencia del
varios autores, aun cuando en algunos Los problemas acerca de la naturaleza objeto, y la conciencia de sí mismo
casos, como por ejemplo en Scheler, y realidad de la conciencia se con- (incluyendo la conciencia de sí mismo
la noción de conciencia sea aplicada vierten de este modo en pseudo-pro- en cuanto hay conciencia de un obje-
sólo a ciertas formas superiores de la blemas. Curiosamente, algunos pensa- to). Estos tres elementos no son for-
vida orgánica. Por eso la conciencia, dores neokantianos contribuyeron a la zosamente "reales", es decir, no se
que, según Scheler, caracteriza, junto elaboración de doctrinas similares. La hallan necesariamente "separados" uno
con otras notas, al espíritu, es una interpretación idealista-objetiva del de otro. El objeto de que la concien-
conversión en objeto de la primitiva kantismo, propia de la llamada "Es- cia es consciente es el término del acto
resistencia (VÉASE ) al impulso que cuela de Marburgo", cuando era lle- consciente. La conciencia del objeto
sólo con muchas reservas puede seguir vada a un extremo, acababa por iden- es el acto. La conciencia de sí
llamándose "conciencia". Las notas tificar la conciencia con el sistema mismo es una reflexión sobre el propio
325
CON CON
conjunto de los actos, una inversión aparece como algo procedente del
en las direcciones habituales de los sentido (VÉASE) moral; la conciencia
actos conscientes. Tal inversión tiene moral se identifica frecuentemente
lugar probablemente, como ya apuntó en los textos del Estagirita con la
Maine de Biran, en virtud de una re- fro/nhsij estoicos acentúan la na-
sistencia ofrecida por el objeto, pero turaleza racional de la moral; como
esta resistencia no ha de entenderse, consecuencia de ello, la conciencia
según creía el pensador francés, como moral es para ellos la voz racional de
el choque producido por el esfuerzo la naturaleza. Muchos Padres de la
del yo psicofísico al proyectarse contra Iglesia y muchos escolásticos entien-
el obstáculo, sino más bien, según ha den la conciencia moral como una sin-
concebido Scheler, como "la refle-xio déresis ( VÉASE). Además, Santo To-
primitiva de la sensación en ocasión más habla de la conciencia moral
de las resistencias que se oponen al como un spiritus corrector et paedago-
movimiento espontáneo primitivo". La gus animae societatis, espíritu que in-
conciencia sería en este caso, como dica si un acto es justo o no. Varios
subraya el último autor, un padecer, filósofos modernos, especialmente en-
y la absoluta conciencia de sí mismo tre los llamados continentales (Des-
sería el padecimiento absoluto, el ab- cartes, Spinoza), han hablado de un
soluto dolor producido por la con- morsus conscientiae, de un mordisco
ciencia plena e inequívoca de la propia de la conciencia. Otros filósofos mo-
intimidad. Pero, a diferencia de la dernos, como los ingleses, cuando
tesis schopenhaueriana de la nece- menos desde Locke, se han referido
sidad del paso de la conciencia de la a la conciencia moral como una san-
Voluntad a la autoaniquilación, el pa- ción correctora de nuestros actos (o
decer de la conciencia no conduce como la idea anticipada de tal san-
a la pasividad, sino que es expresión ción). Desde Wolff y Kant la con-
de la más alta actividad. Sin embar- ciencia moral ha sido interpretada
go, esta significación de la conciencia cada vez más como una facultad que
como resistencia y padecimiento per- juzga de la moralidad de nuestras
tenece más bien a la metafísica y no acciones. Kant sobre todo ha enten-
coincide con el significado gnoseoló- dido esta facultad de juicio como una
gico, donde la conciencia es pura y facultad que se dirige al propio su-
simplemente conciencia que conoce, CONCIENCIA INFELIZ. Véase jeto que juzga. Este aspecto de in-
sujeto cognoscente o trascendental. CONCIENCIA. mediatez de la conciencia moral ha
CONCIENCIA MORAL. Esta con- sido llevado a sus últimas conse-
ciencia se distingue de la conciencia cuencias por Fichte y —con más
en sentido psicológico, en sentido atención a lo ético propiamente di-
gnoseológico o epistemológico y en cho— por Hegel. Varios autores (es-
sentido metafísico a que nos hemos pecialmente Francis Hutcheson, Ri-
referido en el anterior artículo. El chard Cumberland, Adam Smith) han
sentido de la expresión 'conciencia tendido a identificar la conciencia
moral' ha sido popularizado en las moral con el sentido moral. En autores
frases ' llamado de la conciencia' del siglo XIX ha sido frecuente
'voz de la conciencia', etc. Pero en acentuar no la admonición de la con-
su sentido más común la conciencia ciencia moral respecto al futuro, sino
moral aparece como algo demasiado sobre todo respecto al pasado (es el
simple; los filósofos han investigado, caso de Schopenhauer, como ya lo
en efecto, en qué sentidos se puede había sido el de Spinoza). En los
hablar de una voz de la conciencia últimos cien años la concepción de la
y, sobre todo, cuál es —si lo hay— conciencia moral ha seguido muy fiel-
el origen de tal "voz". En lo que mente las líneas generales de las co-
toca al primer punto, muchas son las rrespondientes doctrinas éticas: los
definiciones dadas por los filósofos. neokantianos han definido la concien-
Para unos (como Sócrates), la con- cia moral al hilo de la idea del deber;
ciencia moral puede ser uno de los los partidarios de la ética material de
aspectos del "demonio" ( VÉASE) que los valores la han definido como el
interviene en momentos decisivos de producto de las exigencias planteadas
la existencia humana (y aparece, con- por éstos; los intuicionistas éticos la
viene notarlo, no indicando lo que se han basado en la llamada intuición
debe hacer, sino lo que se debe omi- moral; los utilitaristas la han definido
tir). Para otros (como Aristóteles) en función del bienestar del ma-
326
CON CON CON
yor nùmero, etc. No han faltado ciencia moral pseudo-moral (egoísta ral puede ser atribuido a una entidad
quienes han acentuado el carácter o individual-eudemonista, y heteró- divina. La moral resultante es enton-
estrictamente social de la conciencia noma o autoritaria) y de la concien- ces heterónoma o, más propiamente,
moral, o su carácter estrictamente cia moral auténtica (moral del gusto teónoma. Se supone en tal caso que
natural (marxismo, darwinismo éti- o de los principios morales estéticos, Dios ha depositado en el hombre la
co) o quienes han intentado "des- moral del sentimiento, moral de la scintilla conscientiae, la "chispa de
enmascarar" la conciencia moral co- razón o de los principios morales la conciencia", por medio de la cual
mo una traición a la "vida" (Nietzs- racionalistas). El segundo se ha se descubre si un acto es justo o in-
che). Scheler ha considerado que la atenido a una fenomenología de la justo.
noción filosófica de conciencia moral conciencia moral según la cual los (4) El origen de la conciencia mo
es un eco dejado por la creencia reli- diversos modos de aparición de tal ral puede atribuirse a una fuente hu
giosa; como tal eco es algo de natura- conciencia condicionan las diversas mana. A su vez, esta fuente humana
leza "crepuscular" y que no puede teorías. Nosotros adoptaremos aquí puede concebirse o como natural, o
adquirir vida de nuevo sin sumergirse una clasificación que se atiene más como histórica, o como social, con lo
otra vez en dicha creencia. Heidegger bien a las concepciones sobre los cual esta posición se combina con
ha examinado el problema de la con- orígenes de la conciencia moral, con la (2). También puede estimarse que
ciencia moral en un sentido parecido el fin de tocar la cuestión a la cual esta fuente es o individual o social.
al de las otras manifestaciones de la se ha aludido ya al comienzo de este (5) El fondo del cual procede la
Existencia (VÉASE), es decir, desde un artículo. Según ello, encontramos conciencia moral puede ser racional
punto de vista existenciario ( VÉASE). las concepciones siguientes (que en o irracional. Estas dos posiciones se
La conciencia moral es un llamado, un gran parte coinciden con las presen- combinan frecuentemente con cuales
"vocar" que revela a la existencia tadas en el artículo sobre la noción quiera de las antes mencionadas, de
su vocación (Ruf), lo que ella es en de sentido moral). pendiendo de la idea que se tenga
su autenticidad. Es una "voz" que no ( 1 ) La conciencia moral puede ser de la estructura racional o irracio
dice nada, que permanece silenciosa, concebida como innata. Se supone nal de las fuentes respectivas.
porque no viene de fuera, sino de en este caso que, por el mero hecho (6) El fondo del cual procede la
dentro de la Existencia. Es, para uti- de existir, todos los hombres poseen conciencia moral puede ser personal
lizar los términos de la versión de una conciencia moral, en un sentido o impersonal. También estas posicio
José Gaos, un "avocar" al "ser sí análogo a como se supone que poseen nes se combinan frecuentemente con
mismo" de la Existencia para que ciertos principios intelectuales. Puede las otras, aunque algunas de ellas
salga de su estado de pérdida en el hablarse así de un innatismo moral quedan excluidas; por ejemplo, la
"uno" (o en el "se"). La conciencia como se habla de un innatismo idea de que la conciencia moral tie
moral es, pues, para Heidegger, un ( VÉASE ) intelectual. Ahora bien, co- ne un origen natural excluye su ori
fenómeno existenciario que parte de mo este último, el primero puede gen personal.
la Existencia y se dirige a la Exis- entenderse en dos sentidos: (a) la (7) Finalmente, el fondo del cual
tencia. En suma, la Existencia en el conciencia moral es algo que se tiene procede la conciencia moral puede
fondo de su estado de "inhospitali- siempre y efectivamente; (b) la con- ser auténtico o inautèntico. Si ocurre
dad" en el mundo es el verdadero ciencia moral es algo que se tiene la lo primero, pueden admitirse muchas
"vocador de la vocación de la con- posibilidad de poseer siempre que se de las concepciones anteriores. Si tie
ciencia moral". Por eso la conciencia suscite para ello una sensibilidad mo- ne lugar lo segundo, las concepciones
moral se revela como el llamado (o ral adecuada. usualmente admitidas son las de su
"vocación") del cuidado (VÉASE) en (2) La conciencia moral puede ser origen natural y puramente social. La
tanto que ser de la Existencia. Como concebida como adquirida. Puede es- conciencia moral es entonces desen
la Existencia, la conciencia moral es timarse que se adquiere por educa- mascarada como un sentido que el
siempre la mía; ningún hombre pue- ción de las potencias morales ínsitas hombre ha adquirido en virtud de
de pedir auxilio a otro (o a otros) en el hombre, en cuyo caso esta ciertas conveniencias sociales o de
para determinar cuál es el llamado posición se aproxima a la última men- ciertos procesos naturales y que pue
o vocación que le es propio y que se cionada (1b), o puede suponerse de desaparecer tan pronto como tales
manifiesta por el "decir callando" de —más propiamente— que se adquiere conveniencias no sean ya vigentes.
su conciencia moral. en el curso de la historia, de la La mayor parte de las obras sobre
La descripción anterior sigue grosso evolución natural, de las relaciones Ética y Moral ( VÉANSE ) tratan el
modo la línea histórica. Es posible sociales, etc. Una consecuencia de problema de la conciencia moral.
presentar también la cuestión de un esta teoría es la de que la conciencia Indicamos aquí (en orden cronológi-
modo sistemático ateniéndose a los moral no solamente puede surgir o co) varias obras (algunas sistemáti-
grandes principios según los cuales puede no surgir en el hombre, sino cas, otras históricas) sobre la noción
de conciencia moral: W. Dilthey,
es definida la conciencia moral. Es también la de que su contenido de- "Versuch einer Analyse des moralis-
lo que han hecho Eduard von Hart- pende a su vez del contenido natu- chen Bewusstseins", 1864 (Ges.
mann y H. G. Stoker. El primero ha ral, histórico, social, etc. Las teorías Schriften, VI, 1924). — J. Jahnel,
clasificado las diversas teorías sobre naturalistas, historicistas, social-his- Ueber den Begriff Gewissen in der
la conciencia moral según el carácter toricistas, etc., entran dentro de este griechischen Philosophie, 1872. —
de los principios morales sustenta- grupo. J. Hoppe, Das Gewissen, 1876. —
dos. De ahí su descripción de la con- ( 3 ) El origen de la conciencia mo- E. von Hartmann, Phänomenologie
327
CON CON CON
des sittlichen Bewusstseins. Prolego- Se habla también de concepto concreto lo abstracto, una que se ha manifes-
mena zu jeder küunftigen Ethik, (el que designa un atributo en cuanto tado contra el supuesto universo abs-
1879, 2a edición, con el título: Das pertenece real o efectivamente a un tracto y "monolítico" hegeliano: el
sittliche Bewusstsein, 1886. — P. sujeto) y de término concreto (que pragmatismo pluralista dé William Ja-
Rée, Die Entstehung des Gewissens, nombra un sujeto, o una forma en
1885. — Eisenhans, Wesen und Ent- mes. En época más reciente, sin em-
stehung des Gewissens, 1894. — H. tanto que se halla en un sujeto). bargo, se ha "vindicado" a Hegel de
Friedmann, Die Lehre vom Gewissen Hegel llama universal concreto al la acusación de "abstraccionismo" y
in den Systemen des etischen Idealis- concepto por cuanto, trascendiendo de se ha visto cuán fuerte era la tenden-
mus, 1904. — P. Carabellese, La su pura formalidad, constituye la sín- cia hegeliana a lo concreto. Se han
coscienza morde, 1915. — H. G. tesis del ser y de la esencia; el con- ahondado en las raíces hegelianas del
Stoker, Das Gewissen. Erscheinungs- cepto como universal concreto es el existencialismo —y también en las raí-
formen und Theorien, 1925. — G. ser una vez se ha autodesplegado com- ces hegelianas del marxismo— con la
Madinier, La conscience morale, 1954 pletamente y ha manifestado la uni- consecuencia de que se ha obtenido
2a ed., 1958. — Philippe Delhaye, Le versalidad, la particularidad y la in-
problème de la conscience morale una imagen más rica de la noción de
chez S. Bernard, 1957 [Analecta med. dividualidad. El concepto es, en lo concreto.
namurcensia, 9], — J. Rudin, H. cuanto ser en y para sí mismo, un En muchas direcciones del pensa-
Schär, R. I. Z. Werblowsky, H. Bin- universal concreto en el sentido miento actual puede rastrearse esta
den, Das Gewissen, 1958. — Zbinde, de que representa la individualidad nueva tendencia hacia lo concreto,
Schär et al., Das Gewissen, 1958 (trad, concebida como universalidad parti- pero no ya en virtud de un vago irra-
esp.: La conciencia, 1961). — J. M. cular, de un modo análogo a como, cionalismo, sino como expresión de un
Hollenbach, Sein und Gewissen. Über según Kant, la categoría de la to- deseo de explicar lo real en vez de
den Ursprung von Gewissenregungen. talidad es la pluralidad considerada limitarse a especular sobre él o en vez
Eine Begegnung zwischen Heidegger como unidad. Lo universal concreto
und thomistische Philosophie, 1959. — de "reducirlo" a una trama categorial.
Rodolfo Mondolfo, Moralisti greci. La participa, pues, igualmente de lo sin- La "lógica de lo concreto", la 'lógica
coscienza morale da Omero a Epi- gular y de lo universal por ser, de de la vida" tienen numerosos antece-
curo, 1960. — Id., id., La conciencia acuerdo con el método dialéctico, dentes, pero nunca como ahora ha-
moral, de Homero a Demócrito y Epi- negación de una negación. bían sido tan insistentemente predica-
curo, 1962. Según Husserl, las esencias son to- das. De este modo se intenta unir la
CONCLUSIÓN. Véase ARGUMEN- talidades concretas en virtud del he- razón con la realidad; la primera es
TO, SILOGISMO. cho de la participación de lo indi- considerada como surgida de la se-
CONCOMITANTE. Véase PREDI- vidual en lo universal; como tales gunda, pero a la vez como una expli-
CABLES. no son susceptibles de abstracción cación de ella.
CONCORDANCIA (MÉTODO más que cuando se efectúa una se- La tendencia a lo concreto a que
DE). Véase CANON , M ILL (J. S.). paración de un elemento que no acabamos de referirnos se ha expresado
CONCRETO se opone a abstracto puede subsistir por sí mismo, elemen- en diversas corrientes: pragmatismo,
(véase ABSTRACCIÓN y ABSTRACTO); to al cual corresponde justamente, instrumentalismo, fenomenología,
las definiciones dadas de este último por esta incapacidad de subsisten- personalismo, existencialismo, etc. En
concepto pueden aplicarse, mediante cia propia, el nombre de abstracto. la mayoría de ellas la expresión 'lo
inversión, al primero. Como lo abs- La tendencia a lo concreto, esto es, concreto' designa la realidad de que
tracto es puesto aparte (abs-traído) a considerar lo concreto como el objeto se ocupan principalmente. Puede ha-
para considerarlo separadamente, lo propio de la reflexión filosófica ha blarse también de una tendencia a lo
concreto no es puesto aparte: es surgido diversas veces en el curso de concreto en cuanto al lenguaje adop-
lo que es en su realidad completa y la historia de la filosofía. Tal tenden- tado para expresar tesis filosóficas (o,
actual. Lo concreto es identificado con cia se ha manifestado a menudo en la si es menester, antifilosóficas). Desde
frecuencia con lo particular y lo indi- forma de una reacción contra el lla- este último ángulo hay una tendencia
vidual, mientras lo abstracto es iden- mado "predominio de lo abstracto". a lo concreto en el último Wittgens-
tificado con lo general y lo universal. En el siglo XIX se destacan dos reac- tein y en la mayor parte de los filóso-
El término 'concreto' se aplica asimis- ciones de este tipo, ambas relaciona- fos oxonienses del lenguaje corriente.
mo a lo que es experimentado como das de algún modo con el sistema Se ha dicho por ello que, a pesar de
efectivamente real, pero como 'efecti- hegeliano. Una es la de Kierkegaard las divergencias en el contenido, hay
vamente real' puede ser definido de (VÉASE) y su defensa de la "subjetivi- algo común en tales filósofos y en fe-
varios modos, algunos pensadores con- dad radical". Otra es la de Marx y nomenólogos y existencialistas: el pa-
sideran que debe limitarse a lo sensi- Engels al considerar (como escriben pel desempeñado por los ejemplos y
ble, a lo físico, etc. Esta última propo- en La ideología alemana) que el ma- los casos en todos ellos es mucho más
sición no es, sin embargo, tan clara co- terial de la historia son "los individuos fundamental que el que se encuentra
mo parece. En efecto, las cualidades, reales, su actividad y condiciones ma- en filosofías (por lo menos filosofías
en cuanto son experimentadas sensible- teriales en que viven". Ambas reac- modernas) de corte más "clásico".
mente, pueden ser consideradas como ciones consideraron que Hegel había Albert Spaier, La pensée concrete.
concretas, pero a la vez puede decirse hecho de la realidad —especialmente Essai sur te symbolisme intellectuel,
de la realidad humana— una abstrac- 1927. — Carmelo Ottaviano, Meta-
que las cualidades son universales. física del concreto, 1930. — Aimé
Por eso lo concreto es con frecuencia ción. En el siglo actual, ha habido Forest, La réalité concrète et la dia-
identificado con algo compuesto. asimismo, entre las reacciones contra lectique, 1931. — Id., id., La struc-
328
CON CON CON
ture métaphysique du concret selon mistas; lo segundo, por los molinis- Otro problema suscitado por la
Saint Thomas d'Aquin, 1931 [Études tas, los cuales hablan de concurso noción de condición es el del papel
de philosophie médiévale, t. 14). — simultáneo. Los tomistas consideran, que ésta desempeña en la metafísica.
A. Rebollo Peña, Abstracto y concre- en efecto, el concurso inmediato si- El par de conceptos usualmente em-
to en la filosofía de Sto. Tomás, 1955. multáneo como insuficiente y procla- pleado al respecto es el de Incon-
— Jean Wahl, Vers te concret, 1932
(sobre James, Marcel, Whitehead). — man la necesidad de una premotio dicionado-Condicionado. 'Condiciona-
Pantaleo Carabellese, Critica del con physica (véase PREMOCIÓN) prima- do por' es entonces equivalente a
creto, 1921, 2a edición, amp., 1940. ria. Los molinistas, en cambio, re- '(metafisicamente) dependiente de'.
— August Seifert, Concretum, Gegen- chazan la doctrina de la premoción Un problema final es el del papel
benheit, Rechtmässigkeìt, Berichtig física y estiman suficiente el concur- que desempeña el pensamiento y, en
ung, 1962 [Monographien zur philoso so simultáneo. A su modo de ver, general, el sujeto en el condiciona-
phischer Forschung, 27]. ello no equivale a negar que la ener- miento de la realidad en tanto que
CONCURSO. En la teología católi- gía de la operación tiene su origen conocida. Este sentido de 'condición'
ca se entiende por "concurso" (con- en Dios, y en cambio permite soste- es a la vez epistemológico y metafí-
cursus) o "concurso divino" una ayu- ner que el acto de la criatura es li- sico, pues aun cuando la condición
da dada por Dios inmediatamente a bre — lo que no acontecería, apuntan, sea concebida al comienzo solamente
las operaciones de las criaturas; por si Dios lo predeterminara físicamente, desde el ángulo cognoscitivo es
medio de esta ayuda, la energia de es decir, determinara de un modo difícil admitir la adopción de una
Dios fluye en tales operaciones. Con- irresistible la voluntad en un sentido posición epistemológica (realista, idea-
cebido en toda su generalidad el con- determinado. lista, etc.) sin adoptar al mismo
curso es llamado concurso general CONDICIÓN. El sentido lógico de tiempo algunos supuestos metafísi-
(concursus generalis) o concurso co- la noción de condición ha sido exa- cos sobre la realidad.
mún (concursus communis). La noción minado en el artículo sobre el térmi- En vista de las diversas cuestiones
de concurso es considerada necesaria no 'condicional' ( VÉASE ). En el pre- que suscita la noción de condición,
porque sin ella habria que admitir que sente artículo nos referiremos princi- y de los varios significados que tiene
las acciones de las criaturas surgen de palmente al significado de 'condición' en cada caso, puede preguntarse si
la nada y que, por consiguiente, la cuando se trata de una "condición es posible proceder a un análisis de
criatura es creadora. Ello plantea un real", aun cuando no siempre es po- dicho concepto dentro de un
problema: el de si, una vez admitido sible distinguir rigurosamente entre marco único. Entre los autores que
el concurso, no habrá que suponer el sentido real y el sentido no real han contestado en sentido afirmativo
a la vez que Dios es también el de la relación que liga a un condicio- a esta pregunta figura Franz Gré-
autor del mal (VÉASE). Los teólogos nante con un condicionado. goire. Señala éste que el sentido más
suelen responder a esta cuestión in- Uno de los problemas más persis- general de 'condición' se expresa di-
dicando que aunque Dios coopera a tentes suscitados por la noción de ciendo que un término es condición
la acción de la criatura no coopera condición ha sido el de la relación de otro cuando éste depende de aquél
a la malicia de la misma. El acto de que esta noción mantiene con la de en alguna medida y en cualquier res-
la criatura por sí mismo es indife- causa. Algunos autores han indicado pecto. El término condicionado sería,
rente; la maldad reside en querer li- que se trata de dos nociones distintas: pues, en un sentido muy amplio,
bremente el mal. Así, el concurso no la causa tiene un sentido positivo, función del término condicionante,
suprime, sino que constituye la base siendo aquello por lo cual algo es o Ahora bien, la condición puede en-
de la libertad. sucede, mientras la condición tiene tenderse de varios modos. El primer
El concurso puede ser en acto pri- un sentido negativo, siendo aquello término puede envolver o implicar
mero (in actu primo) o en acto se- sin lo cual algo no sería o sucedería. necesariamente el segundo. Entonces
gundo (in actu secundo). El concurso Otros autores, en cambio, han esti- tenemos la llamada condición sufi-
en acto primero es equivalente al de- mado que no hay posibilidad de dis- ciente. Esta condición suficiente pue-
creto eterno de Dios por medio del tinguir entre causa y condición. Más de ser absoluta (cuando un término
cual se presta el citado auxilio a la todavía: lo que llamamos causa es, implica, por sí solo, el otro) y re-
criatura. El concurso en acto segundo a su entender, reducible a conjunto lativa (cuando el término primero
es equivalente al acto de llevar a de condiciones. Esta última posición implica el segundo una vez presu-
cabo en los casos concretos tal de- ha sido defendida por varias direc- puestas otras condiciones). Si la de-
creto. Se habla asimismo de concurso ciones filosóficas que han recibido pendencia entre dos términos es tal
mediato y concurso inmediato. El por ello con frecuencia el nombre de que el primero es necesitado forzo-
concurso mediato es a su vez un condicionistas. Como ejemplos de samente para la condición del se-
concurso primero que otorga (y con- éstas pueden mencionarse varios de gundo, se llama condición necesa-
serva) el poder de operación de las los sistemas inmanentistas, en particu- ria. Queda entonces entendido que
criaturas. El concurso inmediato es lar los de Schuppe y Verworn. Este la condición suficiente expresa, no
como un concurso secundario que último autor sobre todo basa la ma- simplemente lo que hace posible la
permite a la criatura actuar en cir- yor parte de sus reflexiones episte- existencia de una cosa, sino lo que
cunstancias concretas. El concurso in- mológicas y filosófico-naturales en el hace imposible su no existencia. Por
mediato puede ser concebido como supuesto de una identificación de la eso la condición suficiente puede ser
anterior o como simultáneo al acto. causa con la condición (o serie de llamada también condición necesitan-
Lo primero es afirmado por los to- condiciones ). te, y ello de tal modo que la rela-
329
CON CON
ción de condición necesaria deriva 'Hegel es un filósofo' implica 'Baude-
de uno de los casos de la relación laire es un poeta'
de condición suficiente, la cual a su es una implicación falsa. El motivo
vez es la misma categoría de necesi- de ello es que, a diferencia del con-
dad. Grégoire establece, basándose dicional, en el cual se usan enuncia-
en el análisis anterior, una serie de dos, en la implicación se usan nom-
relaciones posibles entre términos. bres de enunciados. Solamente cuan-
Estas relaciones son, abstracción he- do un condicional es lógicamente ver-
cha de su compatibilidad, implica-
dadero hay implicación del conse-
ción y conversión, las siguientes: (1)
La existencia de A es condición su- cuente por el antecedente. Ejemplo
ficiente de la existencia de B. (2) de este último caso es: Si Hegel es
La existencia de A es condición su- un filósofo, y Baudelaire es un poeta,
ficiente de la no-existencia de B. entonces Baudelaire es un poeta,
(3) La no-existencia de A es con- que, siendo lógicamente verdadero,
dición suficiente de la no existencia permite enunciar:
de B. En tal caso se dirá, por equi- 'Hegel es un filósofo, y Baudelaire es
valencia, que la existencia de A es un poeta' implica 'Baudelaire es
condición necesaria de la existencia un poeta'.
de B. (4) La no existencia de A En la lógica tradicional las propo-
es condición suficiente (relativa) de
siciones condicionales son considera-
B. En este caso se dirá que la exis-
tencia de A es condición necesaria das como una de las clases en que
de la no existencia de B. A su vez, se dividen las proposiciones formal-
estas mismas relaciones pueden enun- mente hipotéticas, distinguiéndose,
ciarse en orden inverso, de B a A. por lo tanto, entre proposiciones (for-
De ahí una mayor precisión en la malmente) hipotéticas en general y
definición de la condición necesaria proposiciones condicionales. El es-
y de la condición suficiente, defini- quema que suele darse de estas úl-
ción posible desde el momento en timas en la citada lógica es:
que se hace posible enlazar los dos Si P es S, entonces P es Q.
tipos de condición en las mismas re- El término 'condicional' ha sido
laciones. Así, "un elemento se dice usado también con frecuencia en los
condición necesaria de la existencia de últimos años en relación con los lla-
otro cuando su no existencia es con- mados condicionales contrarios a los
dición suficiente de la no existencia hechos o condicionales contrafácticos
de este otro". Y será "condición nece- (contrary-to-fact conditionals, counter-
saria de la no existencia de otro si su factual conditionals). Las numerosas
no existencia es la condición suficiente formas adoptadas por estos condicio-
de la no existencia de este otro".
nales y los problemas que plantean
Max Verworn, Kausale und kondi-
tionale Weltanschauung, 1912. — han sido examinados por numerosos
Gustav Heim, Ursache und Bedin- autores; se destacan al respecto Nel-
gung; Widerleguns des Konditionis- son Goodman (quien ha formulado
mus und Aufbau der Kausalitäslehre la cuestión con particular precisión
auf der Mechanik, 1913 (contra Ver- y amplitud), Roderick Chisholm, C.
worn y von Hansemann). — El tra- I. Lewis, K. R. Popper, Stuart Hamp-
bajo de Grégoire reseñado es: "Con- shire, R. Weinberg, A. P. Ushenko.
dition, conditionné, inconditionné", A ello hay que agregar los estudios
Revue philosophique de Louvain, Serie sobre los llamados términos disposi-
III, XLVI (1948), 5-41. cionales o disposiciones, tales como
han sido llevados a cabo, entre otros,
por R. Carnap y C. D. Broad. Aquí
nos limitaremos a dar sobre dichos
condicionales algunas breves indica-
ciones.
Un condicional contra-fáctico (que
podemos llamar simplemente un
contra-fáctico) es definido como un
enunciado condicional en el cual in-
terviene la noción de posibilidad, ex-
presada gramaticalmente por la in-

330
CON CON
traducción del subjuntivo. Ejemplos (a) Parece imposible. Sin embar-
de contra-fácticos son: go, puede contribuirse a la mencio-
nada reducción estableciendo suma-
Si Julio César no hubiera cruzado el
rias clasificaciones de tipos de contra-
Rubicón, otra hubiera sido la suer
fácticos, como las sugeridas en los
te de Roma ( 1 ),
ejemplos ( l ) - ( 6 ) . (b) Ha sido
Si el vaso se hubiese caído, se ha intentado por varios autores, especial-
bría roto mente en los casos en que parece
(2) fácil transformar un contra-fáctico
. en ejemplo de una ley general, como
Como, de acuerdo con la interpreta- sucede en (2), el cual puede deri-
ción material del condicional de que varse de: 'Los vasos que se caen, se
hemos hablado antes, un condicional rompen', siempre que podamos afir-
es verdadero cuando su antecedente mar 'Para todo x, si x es un vaso que
y consecuente son falsos, habrá que se cae, entonces x se rompe'. El ar-
concluir que (1) y (2) son verdaderos. gumento usualmente aducido para
En vista de las dificultades que ello intentar (b) es que de lo contrario
plantea se ha sugerido (por Nelson los contra-fácticos serían incompro-
Goodman) que lo importante no es bables. (c) Se halla todavía bajo exa-
examinar (1) y (2) —y otros ejem- men; se trata de una cuestión suma-
plos análogos— en tanto que funcio- mente compleja, por cuanto requiere,
nes de verdad, sino aclarar el tipo entre otras cosas, un análisis de las
especial de relación que liga el ante- condiciones bajo las cuales un contra-
cedente con el consecuente. Ahora fáctico resulta como tal admisible.
bien, tan pronto como procedemos a (d) Es considerado (cuando menos
realizar un estudio de este tipo, nos por Goodman) como una interesante
sorprende la variedad de formas de simplificación del problema de los
los contra-fácticos. A las formas antes contra-fácticos y, además, como un
marco que proporciona muy necesa-
citadas pueden agregarse otras, tales
rias aclaraciones sobre los mismos.
como: En efecto, las disposiciones no se re-
Inclusive si hubiera tomado la me fieren solamente a términos como
dicina, no habría sanado (3), 'irrompible', 'soluble', etc., sino a
Si Fichte fuera Hegel, habría cualquier predicado que describa un
escrito la Fenomenología del modo de ser (tal como 'rojo', tradu-
Espíritu (4), cible a 'color visible dadas ciertas
Si supiera mucho, sería secretario condiciones') y, por consiguiente, a
perpetuo de la Academia (5), todo predicado excepto a los que
Si el átomo de calcio tuviera 36 describen acontecimientos ('se rom-
electrones, no ocuparía el pe', 'se disuelve', 'está apareciendo CONDILLAC (ETIENNE BON-
vigésimo lugar en la tabla periódica rojo', etc.). Aun así, el problema de NOT DE) (1715-1780), nació en
de los elementos (6). los contra-fácticos (problema impor- Grenoble y después de ingresar en un
Siguiendo a Goodman, (3) tante, pues, como señala Goodman, seminario abandonó los estudios sa-
puede ser considerado como ejemplo puede aclarar cuestiones relativas a cerdotales, relacionándose con signi-
de con dicional semi-fáctico; (4), las nociones de ley, confirmación y ficadas personalidades del enciclope-
como ejemplo de condicional significación de la potencialidad) se dismo, entre ellas Diderot y Rous-
contra-idéntico; (5), como ejemplo halla todavía en proceso de análisis. seau. Preceptor del hijo del duque
de condicional contra-comparativo; Puede así calificarse, como ha hecho de Parma, se retiró finalmente de la
(6), como ejemplo, de condicional Quine, de una "cuestión abierta", vida pública en 1772. Condillac se
contra-legal. "llena de perplejidades para el inves- consagró especiamente al análisis de
Ahora bien, los problemas que se tigador". los problemas psicológicos, empezan-
plantean con respecto a los contra- do con una severa crítica del ra-
fácticos en general son varios. Enu cionalismo y del innatismo de los
meraremos los siguientes: (a) Posi filósofos del siglo XVII, a los cuales
bilidad de reducir las diversas formas acusaba de insuficiencia en la explica-
de los contra-fácticos a una forma ción del origen de los conocimientos
común; (b) Posibilidad de expresar intelectuales. Siguiendo en parte a
los contra-fácticos en modo indicati Locke, de quien discrepó, por otro
vo; (c) Tipo de conexión a estable lado, en muchos puntos, Condillac es-
cer entre el antecedente y el conse timó toda noción intelectual superior
como un compuesto de nociones o
cuente de los contra-fácticos; (d)
ideas simples en el sentido de las re-
Posibilidad de analizar los contra-
presentaciones. Para descubrir el trán-
fácticos en términos de las ya cita sito de unas a otras es preciso un
das "disposiciones".
331
CON CON CON
riguroso análisis no tanto psicológico Abona nuestro orden, además, el he- cuadas. Una ciencia adecuada —o un
como lógico. La noción o idea simple cho de que bajo el nombre 'teoría del "lenguaje bien hecho"— presenta los
es para Condillac lo que permanece lenguaje' puedan agruparse varias in- caracteres de simplicidad, "analitici-
en todas las nociones en general, la vestigaciones semióticas de que Con- dad" y exactitud que son propias de
que ejerce, por así decirlo, el oficio dillac siguió ocupándose después de las matemáticas. Para llevar a todas
de una constante o función de todas desarrollar la doctrina de las sensa- las ciencias a este estado de perfec-
ellas. Esta idea es la sensación ( VÉA- ciones. ción es menester construir una teoría
SE). De la sensación brotan todas las Condillac estimó que una sensación general de los signos y de la relación
demás nociones por medio de una se- determinada no constituye todavía de éstos con los conceptos, y ver si
rie de transformaciones sucesivas. La una "idea" (en el sentido lockiano de la ciencia examinada cumple con las
mostración de esta primacía de la este término). Para que haya una condiciones semióticas establecidas.
sensación se efectúa por la conocida idea es menester que una sensación Aunque Condillac no empleó estos
imagen de la estatua de mármol ca- se vincule a otras (del mismo o de términos, puede decirse que hay en
rente de toda facultad de pensamiento distinto carácter) por medio de un su teoría semiótica elementos de sin-
y sin comunicación con el mundo signo o símbolo. El sistema de estos taxis, de semántica y de pragmática.
externo. Si se concede a dicha esta- símbolos es el lenguaje. Esta es la tra- La semiótica de Condillac influyó
tua uno cualquiera de los sentidos, ma dentro de la cual se forman los grandemente en Destutt de Tracy, en
por ejemplo el sentido inferior del conceptos y los juicios, haciendo po- Laromiguière, en Degérando y, en ge-
olfato, se verá cómo, partiendo de él, sible, propiamente hablando, el cono- neral, en los llamados "ideólogos"
se originan todas las facultades su- (VÉASE).
cimiento.
periores: en primer lugar, la sensa- La mayor parte de los lenguajes
ción olfativa como tal; la atención existentes (por ejemplo, los llamados
como la aplicación exclusiva a esta "lenguajes naturales") son inadecua-
sola sensación; la memoria como su dos, por no haber correspondencia
persistencia después de la desapari- perfecta entre el signo y lo significa-
ción de la sensación primaria; la do. Pero es posible construir lengua-
comparación cuando a la sensación jes donde tal correspondencia se haga
olfativa de un objeto se sobrepone cada vez más estrecha. Cuando el
otra; el juicio como la relación entre lenguaje construido es perfecto, tene-
las sensaciones, etc. Pero no sola- mos una ciencia perfecta. Condillac
mente se originan así las facultades llegó inclusive a definir la ciencia co-
de la memoria, de la comparación mo "un lenguaje bien hecho". Esto no
y del juicio, sino también las voli- significa que los lenguajes se basten
tivas, derivadas del agrado o des- a sí mismos; la correspondencia de los
agrado de su sensación y de la ten- términos del lenguaje con los fenóme-
dencia a la persistencia o eliminación nos es indispensable para que haya
de la sensación correspondiente. Cada ciencia. Por eso Condillac rechazó las
sensación supone, por consiguiente, construcciones sistemáticas de filóso-
todas las facultades superiores, inclu- fos racionalistas para su gusto dema-
yendo las abstractivas, y éstas no son siado especulativos (como Descartes o
por su parte sino transformaciones Spinoza), alegando que tales cons-
de las sensaciones originarias. trucciones eran aplicaciones erróneas
La teoría condillaciana de las sen- de la idea del lenguaje "bien hecho".
saciones es una de las dos principales El método que debe usarse para la
contribuciones filosóficas de nuestro formación de un lenguaje satisfactorio
autor. La otra es su teoría del lenguaje. es el método analítico, en el cual ( co-
Cronológicamente, el orden de las mo en Locke y en los empiristas) se
contribuciones de Condillac es inverso parte de un fenómeno, se descompone
al aquí indicado: Condillac llevó a en sus partes integrantes y se recons-
cabo primeramente un análisis del sig- truye luego sintéticamente. Hay que
nificado del lenguaje como sistema de rechazar, pues, los sistemas que son
símbolos en la formación del conoci- sólo pseudo-sistemas (véase SISTEMA),
miento, y sólo luego pasó a ocuparse pero hay que formar sistemas adecua-
de la cuestión de la naturaleza y ori- dos a la naturaleza de lo que se pre-
gen de las sensaciones. Sin embargo, tende investigar.
aquí alteramos el orden de presenta- La llamada "lengua de los cálcu-
ción, porque el propio Condillac re- los" constituye un buen ejemplo de la
conoció que la doctrina de las sensa- teoría semiótica de Condillac. En
ciones es básica. El principio del co- cuanto "lenguajes bien hechos", los de
nocimiento son las sensaciones; el len- las ciencias no exhiben ningún térmi-
guaje se constituye en una etapa más no arbitrario. Cuando exhiben térmi-
avanzada en el proceso cognoscitivo. nos semejantes, las ciencias son inade-
332
CON CON CON
dillac, 1945. — M. del Pra, Condillac, tecido, si no media el esfuerzo de Silverio lee o va al cine. La
1947. — Giovanni Solinas, Condillac aclaración del saber y la moralidad conectiva 'o.. .o', llamada dis-
e l'illuminismo. Problemi e documen- que impone la verdadera filosofía.
ti, 1955. — Pasquale Salvucci, Lin- yunción exclusiva y simbolizada por '
Edición de obras completas en 21 ≠ '. Así,
guaggio e mondo umano in Condillac, vols., 1804, nueva edición, 12 vols.,
1957. — Pasquale Salvucci, C., filo- 1847-48. — Véase Mathurin Gillet, p ≠
sofo della comunità umana, 1961. L'Utopie de Condorcet, 1883. —
CONDORCET (JEAN ANTOINE, q se lee:
E. Madelung, Die Kulturphiloso-
MARQUÉS DE) (1743-1794), nac. phische Leistung Condorcets, 1912 o p o q y
en Ribemont (Picardía), intervino en (Dis.). — F. Buisson, Condorcet, puede tener como ejemplo:
la política activa en tiempos de la Re- 1930. — J. B. Sévérac, Condorcet.
volución como partidario de los gi- — Jacobo Salwyn Shapiro, Condor- O Mercedes gasta mucho o
rondinos, y fue condenado a muerte cet and the Rise of Liberalism, 1934. trabaja poco.
por los jacobinos. En su Bosquejo de — Gaston Granger, La matématique
un cuadro histórico de los progresos sociale du Marquis de C., 1956. —
del espíritu humano (Esquisse d'un Alberto Cento, C. e l'idea de progres
tableau historique des progrès de l'es-
so, 1957.
prit humain, 1794) Condorcet des- CONDUCTISMO. Véase BEHAVIO-
RISMO.
arrolló una teoría de la historia, en
la cual concibió a ésta como una CONECTIVA. Conectivas (sustan- si p, entonces q y
evolución, a veces regresiva, pero tivación del adjetivo 'conectivas' en
siempre encaminada, finalmente, ha- 'partículas conectivas') es el nombre puede tener como ejemplo:
cia el imperio de la razón, de la que reciben en lógica ciertas conjun- Si Newton trabaja, la
naturaleza humana susceptible de ciones que gobiernan las fórmulas física progresa.
progreso indefinido a partir de la lógicas. Seis conectivas son presenta-
conquista de la cultura científica y das, por lo pronto, en la lógica sen- La conectiva 'si y sólo si', llamada
técnica manifestada desde el Rena- tencial: una que se refiere a una fór- bicondicional (VÉASE) y simbolizada
cimiento. El espíritu humano no mula, y es llamada conectiva singu- por ' ≡ '. Así,
puede, según Condorcet, alcanzar lar, y cinco que se refieren a dos p ≡ q se
todo el saber, pero puede progresar fórmulas, y son llamadas conectivas
de un modo continuo hacia la ob- binarias. Las enumeraremos breve- lee:
tención del mismo mediante una mente, reservando para los artículos p si y sólo si q y
sucesiva reducción de los fenómenos correspondientes más amplias expli-
a leyes generales y cada vez más caciones sobre algunas de ellas. puede tener como ejemplo:
simples. Para este fin se precisa una La conectiva singular es 'no', lla- Francisco gana si y sólo si
educación intelectual y moral que mada negación ( VÉASE ) y simboli-
conduzca el espíritu a la conciencia Ricardo pierde.
zada por ' ~ '. Así,
de ese progreso y le facilite todo el Como puede observarse, ' ≠ ' es
saber accesible dentro de la mayor ~ p la negación de ' ≡ '. Es frecuente
generalidad posible. El esquema de se lee: por ello presentar ' ≠ ' al final de las
Condorcet es, a la vez, la expresión no p citadas conectivas, inmediatamente
del deseo de superación de una crisis y puede tener como ejemplo: después de ' ≡ '.
que llegaba entonces a su culmina- Aunque las conectivas en cuestión
ción y la busca de una naturaleza Zacarías no habla finlandés.
son presentadas usualmente al co-
humana que compendie todo lo que Las cinco conectivas binarias son: mienzo de la exposición de la lógica,
en el curso de la historia se ha La conectiva 'y', llamada conjun- en el pórtico de la lógica sentencial,
mostrado como permanente; el resi- ción ( VÉASE ) y simbolizada por '.'. recibiendo con ello el nombre de co-
duo de las diferentes religiones, de Así, nectivas sentenciales, se usan asimis-
las múltiples éticas, de las contra- p . q mo en las otras partes de la lógica.
dictorias filosofías es lo que consti- se lee: Así, las conectivas de referencia fi-
tuye la naturaleza humana, la cual p yq guran entre los signos de los dife-
podrá seguir adquiriendo experien-
y puede tener como ejemplo: rentes cálculos lógicos mencionados
cias, pero sólo para confirmar lo que
es en el fondo cuando haya sido en cálculo ( VÉASE ).
Roberto y Antonia corren. Las conectivas pueden representarse
podado de ella todo lo inesencial.
La confianza de Condorcet es, sin La conectiva 'o', llamada disyun- gráficamente. He aquí las repre-
embargo, una confianza situada en- ción (VÉASE) inclusiva y simbolizada sentaciones gráficas propuestas por
tre dos límites: por un lado supone por ' v ' . Así, F. Gonseth (apud Bochénski, Précis,
que el hombre debe progresar siguien- 3.91).
p V q Si dividimos el área de un cuadra-
do el curso de su propio destino; se lee:
por el otro, advierte que el progre- do en cuatro partes, dando a cada
so puede detenerse y aun regresar, p o q una de ellas los valores que se asig-
como en algunas ocasiones ha acon- y puede tener como ejemplo: nan en la siguiente figura:

333
334
CON CON CON
rencias inductivas válidas e inferen- confirmación de (1). En otros térmi- 'es verul' parte de la corroboración
cias inductivas no válidas. nos, cualquier enunciado como: que ha recibido al predecir (o "pro-
El problema de la confirmación C es un gato pardo, yectar") 'es verde'. Otros, en cambio,
puede formularse como el problema C es una piedra preciosa, mantienen que la paradoja es una pa-
de la relación que hay entre dos C es un libro sobre lógica inducti- radoja auténtica y que se pueden pre-
enunciados, E 1 y E 2, tales que E 1 es va, etc., etc., decir dos predicados incompatibles a
un enunciado que confirma E 2. tendrán que ser confirmaciones del base de la misma cantidad de corro-
Ahora bien, cuando se intentó for- enunciado: boración recibida.
mular con toda precisión las condi- Todos los cisnes son blancos. El concepto de confirmación es, en
ciones necesarias para que un enun- Se ha intentado resolver la paradoja todo caso, sumamente complejo. Por
ciado pudiera ser considerado como —que se debe a C. G. Hempel— de lo pronto, puede distinguirse (con
confirmación de otro enunciado, se diversos modos. Algunos (como Carnap) entre un concepto semántico
descubrieron varias paradojas, usual- Reichenbach) han indicado que aun- y un concepto lógico de confirma-
mente llamadas "paradojas de la con- que la paradoja en cuestión no es ción, y dentro del primero entre un
firmación". soluble dentro de la teoría de la con- concepto clasificatorio, un concepto
Una de las paradojas es la siguien- firmación, es soluble —o, mejor, des- comparativo y un concepto cuantitati-
vo de confirmación. Luego, puede
te. Si un enunciado, E1, es consecuen- aparece— tan pronto como se intro-
ducen probabilidades. El cálculo de distinguirse entre diversos grados de
cia del enunciado E 1 y de la unión confirmación (o confirmabilidad). A
de E 1 con cualquier otro enunciado, probabilidades debe, según Reichen-
bach, poseer todos los medios necesa- este efecto pueden usarse diversos
En y, por tanto, si un enunciado, E 1 términos o expresiones tales como 'A
confirma EI y la unión de E 1 con rios para dar cuenta de la inferencia
que se presente y, por consiguiente, es confirmado por B', 'A es apoyado
cualquier otro enunciado, En, resultará por B', 'B proporciona una prueba po-
que E1 y En tendrán como conse- no es menester recurrir a leyes de
una supuesta "lógica inductiva inde- sitiva de A', etc. Pueden también
cuencia también En. Por tanto, cual- darse valores numéricos a los grados
quier enunciado confirmará cualquier pendiente". Otros (como Hempel)
han intentado despejar la paradoja de confirmación. Algunos autores (co-
enunciado. mo Popper) han indicado que es mejor
Esta paradoja se resuelve recono- dentro de la propia teoría de la con-
firmación, restringiendo las reglas por emplear el término 'corroboración' que
ciendo que dado un enunciado, H1, 'confirmación' o que, en todo caso,
que representa una hipótesis, todos medio de las cuales se afirma que un
enunciado dado confirma o no confir- debe distinguirse entre 'corroborar'
los enunciados, En, que confirman H1 (bewähren) y 'confirmar' (bestä-tigen,
son consecuencias de H1, pero que no ma una hipótesis dada.
erhärten). Puede usarse entonces la
todas las consecuencias de E 1 confir- Otra paradoja —debida a Nelson
Goodman— es la siguiente. Supóngase expresión 'grado de corroboración'.
man H1. En rigor, solamente confir-
que todas las esmeraldas examinadas
man H1 los enunciados que son con-
antes de la medianoche de hoy sean
secuencia de H1 y a la vez son ejem- verdes. Al llegar la medianoche
plos de H 1 . concluiremos que todas las observa-
Otra de las paradojas es la siguien- ciones llevadas a cabo acerca del co-
te. Si suponemos el enunciado: lor de las esmeraldas confirma que
Todos los cisnes son blancos (1), todas las esmeraldas son verdes. Su-
el enunciado: póngase ahora que se introduce el
A es un cisne blanco (2), predicado 'verul' y que este predica-
será una confirmación de (1). do se aplica a todas las cosas exami-
nadas antes de la medianoche de hoy
Supongamos ahora el enunciado: si son verdes y a otras como si son
B es un cisne no blanco (3). azules. Al llegar la medianoche ten-
Este enunciado no parece ni con- dremos para cada enunciado afirmando
firmar ni desconfirmar (1). que una esmeralda dada es verde otro
Consideremos ahora el enunciado: enunciado paralelo afirmando que tal
Todas las cosas no blancas son esmeralda es verul. A base de lo
observado se podrá predecir, al pare-
no cisnes (4). cer, tanto que las esmeraldas que se
El enunciado: examinen después de la medianoche
C es un no cisne no blanco (5) serán verdes como que serán verules.
está relacionado con (4) del mismo Pero si una esmeralda examinada des-
modo que (2) está relacionado con pués de la medianoche es verul, es
(1). En efecto (1) y (4) son lógica- azul y, por tanto, no verde.
mente equivalentes, es decir, expre- Esta paradoja ha dado lugar, y si-
san la misma ley si bien difieren en gue dando lugar, a muchos debates.
el modo de formularla. Algunos sostienen que Goodman ha
Por tanto, toda confirmación de eliminado al predecir (o, en su len-
(4) tendrá que ser una confirmación guaje [véase INDUCCIÓN] "proyectar")
de (1). Pero entonces (5) será una 335
CON CON
tracto; hay en él una mezcla de es- Jen o la reciprocidad de conducta.
cepticismo moderado y de buen sen- Es la "regla de oro" confuciana y que
tido. puede expresarse del siguiente modo:
Los términos más fundamentales "No trates a los demás en la forma en
del pensamiento de Confucio (no ex- que no quisieras que los demás te tra-
clusivos de Confucio y del confucia- taran" — "los demás" significa aquí,
nismo, pero elaborados por éstos con en particular, los inferiores en rango
gran detalle dentro de un conjunto social.
doctrinal relativamente coherente) son I y Jen representan dos lados opues-
los siguientes: tos, y complementarios, de la misma
El Tao (camino o senda [para el regla de conducta: I se refiere a la
sentido de Tao en el Taoísmo, véase relación del inferior al superior; Jen,
el artículo sobre este concepto]). Se a la relación del superior al inferior.
trata de la senda más conveniente, Chün-tzu o esquema de la persona
propia o decorosa, la cual se descubre ideal. Los sabios fueron todos Chün-
por medio del conocimiento de la tra- tzu. A medida que se acentúa el sen-
dición, esto es, de lo que pensaron los tido ético del confucianisme, el ideal
"Sabios". El Tao confuciano es, en ri- en cuestión adquiere mayor importan-
gor, el "Camino de los Sabios". cia. La persona ideal no está determi-
El Te ( que puede traducirse grosso nada por el nacimiento, por la posi-
modo por 'virtud'). El Te es un poder ción social, etc., sino por su valor
o cualidad inherente al individuo y se (moral).
halla asociado con el "nombre". Este Los partidarios del confucianismo
último es probablemente el "nombre" fueron Damados con frecuencia fu, es-
que llevan los individuos que son ca- to es, letrados. El confucianismo ha
paces de seguir el Camino de los tenido una larga historia y ha dado
Sabios. lugar a muy diversas interpretaciones.
CONFUCIANISMO es el nombre El I o el sistema de derechos y de- Una de las más importantes es la de
que se da a la "escuela filosófica" chi- beres de las diversas capas de la so- Mencio ( VÉASE,). También el sistema
na presumiblemente fundada por Con- ciedad, estructuradas de un modo de Mo-tse ( VEA.SE) debe mucho al
fucio (K'ung Fu-tse o "el Maestro análogo al feudal. Sin embargo, en confucianismo. Después de un período
Kung", nac. ca. 551 antes de J. C. en Confucio el I (como todos los con- de relativo estancamiento intelectual,
el Estado de Lu [el actual Shantung]). ceptos anteriores) tiene un sentido que no impidió su influencia política
Confucio fue en China uno de los "sa- predominantemente ético y equivale y educativa ya desde el Emperador
bios" que durante el período llamado al sentido de derecho y justicia inde- Wu (136 antes de J. C.), el
de "los Estados contendientes" (ca. pendiente de cualquier orden social. confucianismo renació dando lugar al
650-221 antes de J. C.) se ofrecían, El li o forma decorosa de conducta, llamado "neoconfucianismo". Impor-
mediante remuneración, como conse- esto es, de hacer las cosas. Se halla tante sobre todo es el desarrollo neo-
jeros de los jefes de los distintos Es- estrechamente vinculado a las cere- confuciano que tuvo lugar durante los
tados chinos. Ha sido comparado por monias (y a la complicada etiqueta siglos XII y XIII. Destacamos la
ello con uno de los sofistas ( VÉASE) que fue objeto de ataque de los pri- figura de Chu Hsi (a veces comparado
griegos. Sin embargo, la finalidad de meros taoístas). La forma decorosa de con Santo Tomás de Aquino). El
Confucio no era simplemente pedagó- conducta es principalmente social y confucianismo que encontraron los
gica, enciclopédica o erística. De modo se refiere al modo de regir el Estado europeos que viajaron por China
análogo a Sócrates —según apunta y de restablecer el orden social. durante los siglos XVII y XVIII fue
Fung Yu-lan— Confucio se consagró a El Cheng-ming o "la rectificación principalmente el de Chu Hsi y su
la enseñanza con un propósito práctico de los Nombres". Es expresado en las escuela. En el neoconfúcianismo
y moral. Enemigo de toda especulación frases: "El rey es el rey, el padre es encontramos desarrollados los motivos
sin alcance inmediato sobre la vida el padre, etc.' Significa que no hay éticos del antiguo confucianismo y
humana, Confucio pretendió sobre que dejar despistarse por los sofismas y también especulaciones sobre la
todo establecer reglas de conducta que hay que reconocer el lugar propio realidad natural que este último no
social. Es muy probable que tuviera la de cada cosa y de cada hombre. Me- había tratado o que no había
intención de ayudar al res- diante la Rectificación de los Nombres destacado suficientemente. En el
tablecimiento del orden y de la uni- se puede restablecer el I y seguir el Te. neoconfúcianismo pueden rastrearse
dad del país por medio de reglas de Hsiao o la piedad filial, ligada al influencias diversas no confucianas
comportamiento y no (como los 'le- respeto a los antepasados, a la tradi- (por ejemplo, taoístas y budistas). La
galistas" o "realistas") por una ac- ción y a los Sabios. cosmología y metafísica cosmológica
ción política directa y de carácter Li-yüeh o el ejercicio de la música, neoconfuciana afirma una especie de
violento. En todo caso, el pensamiento pero de ciertas clases de música (so- dualismo (de ch'i o materia [o éter] )
de Confucio —expresado por medio lemne, sacrificial), justamente la que y li (o principio [o ley]) — sin
de diálogos o conversaciones con sus permite practicar el li, seguir el Te, embargo, ciertos neoconfucia-nos,
discípulos— no es de carácter abs- comprender el Tao, etc. como Lu Hsiang-shan, se declararon
monistas. El neoconfúcianismo
336
CON CON CON
de Chu Hsi debe mucho a las ideas cuencia) que el congruismo es la Jesu in universam dialectecam Arit
confucianas presentadas algunos si- for ma dada por Suá rez ( y por Stag. (1607). Algunos volúmenes se
glos antes por Han Yü (768-824), Belarmino) al molinismo. Lo más imprimieron en Lyon; otros, en Coim-
quien ya intentó hacer revivir el con- plausible es distinguir entre diversas bra; uno, en Lisboa. Los volúmenes
fucianismo contra el budismo y el formas de congruismo según la na-
taoísmo y se inclinó hacia la interpre- fueron reimpresos varias veces. Como
tación dada por Mencio a las doctri- turaleza de las circunstancias adapta- se puede advertir por los títulos, el
nas de Confucio. En algunos casos, el das (o congruas) a la operación de grueso de los Conimbricenses consiste
dualismo neoconfuciano (por ejem- la gracia. Dos de estas formas son en comentarios a textos físicos (in-
plo, el del Yang, Yin ( VÉ ASE) estaba importantes: la que define tales cir- cluyendo los psicológicos) y lógicos
fundido en un monismo previo: el del cunstancias en términos de tempera- del Estagirita. La parte moral está
Polo o Principio Supremo (el No-lí- mento, inclinaciones, tiempo, lugar, reducida a un mínimo. En cuanto a
mite). Importante elemento de la doc- etc., y la que acentúa el motivo del la metafísica, se considera que las
trina neoconfuciana en general fue la consentimiento de la voluntad. Lo explicaciones al respecto de Pedro
afirmación del li como componente primero es má s propio de Molina; Fonseca completaban el cuadro filo-
esencial del hombre (y acaso de to- lo segundo, de Suárez. sófico del Curso en lo que éste tenía
das las cosas en cuanto cumplen una de básico. En muchos casos, el Cur-
función esencial en el universo). Den- CONIMBRICENSES. Las enseñan-
tro del li humano hay el sistema de zas de los profesores de filosofía per- sus incluye los textos griegos comen-
virtudes: la benevolencia, el sentido tenecientes a la Sociedad de Jesús tados y su traducción latina. Puede
dadas, a partir del año 1555, en la
moral, las normas éticas y la sabiduría. decirse en general que alienta en los
De la abundante literatura sobre Facultad de Artes de la Universidad Conimbricenses, por debajo del len-
Confucio y el confucianisme destaca- de Coimbra, constituyeron la base guaje tradicional escolástico, una
mos las obras siguientes: Richard del Cursus philosophicus conimbri- fuerte voluntad de colocar la tradi-
Wilhelm, Kung-tse, 1925 (trad, esp., censis o Cursus conimbricensis, que ción escolástica dentro de los proble-
1926). — Liu Wu-chi, A Short His- ejerció gran influencia en los medios mas de la filosofía moderna. En este
tory of Confucian Philosophy, 1955. filosóficos y teológicos no solamente respecto hay en los Conimbricenses
— Étiemble, Confucius, 1956. — de Portugal y España, sino también un espíritu de renovación — y a la
Jeanne Gripekoven, Confucius et son de Europa, principalmente el Centro vez de refundamentación y totaliza-
temps, 1955. — C. Chang, The De y Centro-Oeste de Europa. Se da con ción— del saber filosófico análogo
velopment of Neo-Confucian Thought, frecuencia a este curso y al conjunto
1958. al que se encuentra contemporánea-
de las opiniones filosóficas y teológi- mente en las Disputationes de Suárez
CONFUSIÓN. Véase SOFISMA. cas mantenidas en el mismo el sim-
CONGRUISIMO. En el artículo so- ple nombre de Conimbricenses o los ( VÉASE ).
bre la noción de gracia ( VÉ ASE) nos Conimbricenses. Colaboraron al cur- CONJUNCIÓN es el nombre que
hemos referido a las diversas especies so, entre otros, los Padres Manuel recibe la conectiva ( VÉ ASE ) binaria
de ella admitidas por los teó logos de Goes, Cosme de Magallanes, Bal- 'y', simbolizada mediante el signo '.'.
— especialmente por los teólogos ca tasar Alvarez y Sebastián de Couto, Según ello,
tólicos. Consideremos ahora dos los cuales se inspiraron grandemente p . q se
especies de gracia: la gracia eficaz en las enseñanzas de Pedro Fon-seca lee:
y la gracia suficiente. Varios debates ( VÉ AS E ). El Curso consta de ocho p y q. Ejemplo
se han suscitado respecto a la rela volúmenes, cuyos títulos y fechas de de 'p . q' puede ser:
ción entre ellas. Según algunos auto publicación son: I. Comenta- Pablo y Virginia son tímidos,
res, hay diferencia esencial ontológi
ca entre las dos citadas especies de forma idiomática del enunciado:
gracia; la primera, además, va acom Pablo es tímido y Virginia es tímida.
pañada de la premoción ( VÉ AS E ) fí
sica. Según otros autores, no hay di Algunos autores sustituyen '.' por
ferencia esencial ontológica entre las la simple conjunción de las fórmulas;
dos especies de gracia: lo que hace escriben, pues, 'p q' en vez de 'p . q'.
eficaz la gracia es una esp ecie d e En la notación de Hilbert-Acker-
ayuda con grua, adaptada a las cir mann, ' . ' es representado por ' & '.
cunstancias favorables para su opera En la notación de Lukasiewicz, ' . '
ción. La primera opinión es propia es representado por la letra 'K' ante-
de muchos tomistas y agustinianos; puesta a las fórmulas; así, 'p . q' se
la segunda — que recibe el nombre escribe 'K p q'.
de congruismo— ha sido defendida Como hemos visto en el artículo
por varios teólogos, entre los cuales sobre las Tablas de verdad, la tabla
figuran Suárez, Belarmino y Luis de para 'p . q' da efes para todos los
Molina. Cierto que a veces se distin valores de 'p' y de 'q' excepto cuan-
gue entre molinismo y congruismo, do 'p' es verdadero y 'q' es verda-
indicándose, o bien que son muy dero.
distintos entre sí o (con mucha fre- La conjunción es llamada a veces
función copulativa. En la lógica tra-
337
CON CON
dicional se habla de proposiciones aquellos que significan algo de un
conjuntivas (y también de proposi- modo principal y algo de un modo
ciones copulativas), esquematizadas secundario. Ejemplo de un nombre
mediante: connotativo es álbum, pues, como
P es S y Q. dice Occam, tal nombre puede defi-
Tales proposiciones son considera- nirse in modo recto (como en ali-
das como una de las clases de propo- quid informatum albedine) o in mo-
siciones manifiestamente (o eviden- do obliquo (como en aliquid ha-
temente) compuestas, es decir, como bens albedinem). Otros ejemplos de
una de las clases de las llamadas nombres connotativos son: nombres
proposiciones formalmente hipotéti- concretos, tales como iustus, anima-
cas. tus, humanitum; nombres relativos
También se habla en lógica clásica de como simile, pater. Los nombres
silogismos conjuntivos. Estos silo- connotativos tienen solamente defi-
gismos constituyen una de las clases niciones nominales. Hay que obser-
de los silogismos hipotéticos. Muchos var, sin embargo, que mientras "blan-
autores estiman que los silogismos co' es connotativo, "blancura" es abso-
conjuntivos pueden reducirse a los luto. Y hay que advertir que nom-
silogismos condicionales. bres tales como verum, bonum,
CONJUNTIVO. Véase CONJUNCIÓN. unum, potentia, actus, intellectus,
CONJUNTO. En el artículo Infinito voluntas, etc., son, de acuerdo con
( VÉASE) hemos hecho referencia a la la anterior definición, connotativos.
teoría cantoriana de los conjuntos. En Juan Buridán señaló que algunos
el artículo Paradoja (v.) hemos nombres no connotan nada más allá
indicado que las teorías axiomáticas de lo que "suponen" (véase SUPOSI -
de los conjuntos constituyen una de CIÓN), llamando apelativos a los nom-
las dos grandes clases de soluciones bres que connotan algo. Connotar
dadas a las paradojas lógicas. Aquí equivale, según ello, a id quod appe-
nos limitaremos a señalar en qué lât, pudiéndose llamar denotar a ici
principio se basan los cálculos lógicos pro quo supponit. Con esto introdu-
establecidos a base de dichas teorías cimos dos términos —'connotación' y
axiomáticas. 'denotación'— que han sido muy fre-
Hemos visto en el artículo Tipo cuentemente usados en la literatura
(v.) que las teorías de los tipos no lógica moderna y contemporánea.
admiten como bien formadas fórmulas Ahora bien, el problema que se plan-
en las cuales dos variables unidas por tea es el de si el uso moderno y el
el signo 'e ' pertenezcan al mismo medieval coinciden. La respuesta no
tipo lógico: la variable a la derecha CONMUTACIÓN. Véase TAUTOLO- puede ser demasiado tajante ni en
de Y debe pertenecer a un tipo GÍA. sentido afirmativo ni en sentido ne-
lógico inmediatamente superior si CONNOTACIÓN. En su Summa gativo. En efecto, en la literatura
quieren evitarse las paradojas. Las logicae (pars prima, ed. Ph. Boeh- lógica moderna suele equipararse el
teorías axiomáticas de los conjuntos ner, O. F. M., 1951, cap. 10), Occam término 'connotación' a los términos
admiten, en cambio, como bien for- introdujo una distinción entre los 'intensión' y 'comprensión' ( VÉANSE ),
madas las fórmulas en cuestión. Ahora nombres que ha sido muy discutida. y el término 'denotación' al término
bien, admitir estas fórmulas no quiere Es la distinción entre nombres con- 'extensión' (v.). Si así lo considera-
decir operar simplemente con ellas; notativos y nombres absolutos. Los mos, deberemos adherirnos a la tesis
para efectuar operaciones con fórmu- nombres absolutos son, según Occam, de H. W. B. Joseph (An Introduc-
las de la clase citada es necesario aquellos que no significan algo de tion to Logic, 1906, págs. 140 sigs.; 2a
considerar que 'e' puede leerse 'e' un modo principal y otra cosa de ed., 1946, págs. 156 sigs.), el cual, a
idéntico a' y transformar los indivi- un modo secundario, sino que lo base de la información proporcionada
duos en clases unimembres (de un significan todo del mismo modo. al respecto por Prantl (Geschichte,
solo miembro). Ejemplo de un nombre absoluto es II, 364, III, 386), señala que las
La primera teoría axiomática de animal, el cual significa hombres, mencionadas equiparaciones carecen
los conjuntos se debe a Ernst Zer- asnos, bueyes, etc., y no significa a de sentido en el lenguaje de los ló-
melo ("Untersuchungen über die unos primaria y a otros secundaria- gicos medievales. Mas por otro lado
Grundlagen der Mengenlehre", Ma- mente. Esto quiere decir que 'animar hay que tener presente que algunos
thematische Annalen, LXV [1908], puede ser predicado de muchas cla- autores modernos parecen no olvidar
261-81). A base de investigaciones ses de individuos, como lo muestran las definiciones medievales, en par-
de J. von Neumann y K. Gödel, Paul los ejemplos homo est animal, canis ticular la de Occam, en sus análisis
Bernays presentó luego una teoría est animal. Los nombres absolutos del significado de 'connotación'. Dos
axiomática completa ("A System of tienen definiciones reales. Los nom- ejemplos que confirman este punto
bres connotativos son, en cambio, son los de James Mill y J. S. Mill.
338
CON CON CON
James Mill, en efecto, consideraba ferencia de la comprensión, que in- símbolos como si fuesen símbolos
que la expresión 'caballo blanco' de- cluiría las notas no necesarias. Las completos. Pues tales autores suponen
nota dos cosas: caballo y blanco, dificultades en el empleo de la con- que las únicas entidades que hay en el
pero denota el color blanco prima- notación en el sentido de Mill pare- mundo son propertied things, sólo
riamente y el caballo secundaria- cen obedecer, en todo caso, a una simbólicamente distinguibles en
mente. O, más rigurosamente, la men- insuficiente profundización en la teo- propiedades y cosas (Cfr. The Mea-
cionada expresión nota la significa- ría de las clases lógicas. Así, la rela- ning of Meaning, Cap. III). L. S.
ción primaria y connota la secundaria. ción simple entre extensión y com- Stebbing (A Modern Introduction to
Por consiguiente, la diferencia entre prensión, lo mismo que la relación Logic, Cap. III, § 4) señala, por otro
un modo de decir recto y un modo de simple entre denotación y connota- lado, que el rechazo de la noción de
decir oblicuo son admitidas por el ción, no tendría en cuenta la funda- connotación en el sentido de Mill,
autor de referencia. En cuanto a J. S. mental distinción entre la relación de así como, y a mayor abundamiento,
Mill, elaboró una distinción entre una clase con una subclase, y la rela- el rechazo de la distinción clásica
connotación y denotación sen- ción de una clase con sus miembros entre extensión y comprensión evitan
siblemente parecida a la hoy usada, componentes. Lo mismo ocurriría en confusiones, como las procedentes de
pero se basó para ello en el análisis la distinción entre denotación y exten- los siguientes hechos: 1. De que
de James Mill. Así, según J. S. Mill sión, pues mientras la primera de- algunos nombres carecen de
la connotación es la nota o conjunto signaría individuos, la segunda se connotación (tales como los símbolos
de notas que determinan el objeto referiría a variedades de clases. Por demostrativos, los nombres propios
al cual un nombre, término o símbolo lo tanto, la denotación no podría lógicos y los nombres de cualidades
se aplican, como cuando decimos que tampoco equipararse a la mera de- simples). 2. De que hay diferentes
una circunferencia es una figura plana signación, no obstante que, en un clases de nombres, o palabras que
curva cuyos puntos equidistan de un uso amplio del lenguaje, pudiese tienen connotación (como nombres
punto interior, llamado centro, y la decirse que ambas tienen una fun- propios ordinarios y frases des-
denotación es el objeto u objetos a ción designativa. La distinción es- criptivas). 3. Que algunos nombres
los cuales el nombre, término o tablecida por Frege entre el sentido carecen de denotación (como las fra-
símbolo se aplican, como cuando (Sinn) y la referencia o denota- ses descriptivas que no describen
admitimos que todas las circunferen- ción (Bedeutung) de una proposi- nada: montaña de cristal, centauro,
cias son la denotación del término 'cir- ción está asimismo encaminada a etc.). Y, finalmente, C. I. Lewis
cunferencia'. Una conclusión razona- evitar las mentadas confusiones. Hay (An Analysis of Knowledge and
ble es, pues, la de suponer que las expresiones, en efecto, que tienen Valuation, 1946) sistematiza las no-
significaciones actuales de 'connota- idéntica denotación, pero distinto ciones de denotación, connotación,
ción' y 'denotación' son distintas de las sentido o connotación, como ocurre, comprensión y significación, señalando
medievales, pero han sido estableci- por ejemplo, siempre que el objeto que hay cuatro modos o clases de
das teniendo en cuenta los análisis referido es el mismo, pero expresado significación en cada término, por el
medievales del notar y del connotar. mediante distintos términos (en el cual entiende dicho autor la expre-
Hay que advertir, con todo, que las ejemplo dado por Frege: "el lucero sión lingüística que se aplica a una
equiparaciones modernas antes men- vespertino" y "el lucero matutino", cosa o cosas de alguna clase, exis-
cionadas no son admitidas por todos que denotan por igual a Venus. tentes o pensadas: (1) La denotación
los autores. Algunos lógicos rehusan Cfr. "Ueber Sinn und Bedeutung", o extensión, o sea la clase de todas
hablar de sinonimia y prefieren ha- Zeitschrift für Philosophie und phi- las cosas existentes a las cuales se
blar de similitud. En el caso de la losophische Kritik, C [1892]). Auto- aplica. (2) La comprensión, que in-
comprensión se reconoce, por ejem- res como Ogden y Richards rechazan cluye, además de los elementos de su
plo, que hay en el concepto reso- por motivos diversos la distinción extensión, todas las cosas no existen-
nancias de carácter psicológico y no clásica entre denotación y conno- tes, pero pensables, a que el término
sólo una significación de orden estric- tación por cuanto, a su entender, puede aplicarse. (3) La significación
tamente lógico; por eso la compren- ni el denotar ni el connotar pueden o carácter, cuya presencia en una
sión solamente sería connotación en ser usados como si fuesen una re- cosa es necesaria y suficiente para
el caso de una previa objetivación lación simple o una relación funda- la correcta posibilidad de aplicación
de lo significado en el término. Ya mental. Por ejemplo, en lo que toca del término a la cosa. (4) La con-
el propio Mill estima que la connota- a la denotación observan que nin- notación (la llamada también inten-
ción y la significación son idénticas, guna palabra tiene denotación aparte sión [VÉASE ]) de un término como la
y en este caso no habría dificultad en de alguna referencia que simboliza, conjunción finita de todos los térmi-
efectuar otra identificación entre la pues las relaciones entre la palabra y nos connotados por él.
connotación y la comprensión objeti- la cosa son indirectas' y casuales. CONOCIMIENTO. Preguntas co-
va. Pero la dificultad o imposibilidad En cuanto a la connotación, las mo: "¿Qué es el conocimiento?", "¿En
de efectuar tal objetivación en los propiedades de que se habla no se qué se funda el conocimiento?", "¿Có-
objetos no susceptibles de una des- encuentran, señalan, en ninguna mo es posible el conocimiento?", etc.,
cripción lógica completa, hace que parte, por ser entidades ficticias pertenecen a una disciplina filosófica
algunos lógicos admitan la connota- simuladas por la influencia que ejerce llamada de varios modos: "teoría del
ción como la característica o conjun- la mala analogía con la cual tratamos conocimiento", "crítica del conoci-
to de características necesarias, a di- ciertas partes de nuestros miento", "gnoseologia", "epistemolo-
339
CON CON CON
gía". No nos ocuparemos aquí del central —si bien no único— en el quiera interpretaciones del conoci-
significado de los diversos nombres pensamiento filosófico. La constante miento y cualesquiera explicaciones
de esta disciplina; remitimos para ello preocupación de los autores aludidos que puedan darse de las causas del
al artículo GNOSEOLOGÌA. De momento y citados por el "método" y por la conocer. Por tanto, la fenomenología
la llamaremos "teoría del conoci- "estructura del conocimiento" es en del conocimiento no es una descrip-
miento" y usaremos los términos este respecto muy reveladora. Pero ción genética y de hecho, sino "pura".
'gnoseologico' y 'epistemológico' como todavía no se concebía el estudio del Lo único que tal fenomenología aspira
adjetivos. conocimiento como pudiendo dar im- a poner en claro es lo que significa ser
Las preguntas antes formuladas, no pulso a una "disciplina filosófica es- objeto de conocimiento, ser sujeto
obstante su generalidad (o quizás a pecial". Desde Kant, en cambio, el cognoscente, aprehender el objeto,
causa de ella), no agotan los proble- problema del conocimiento comenzó etc., etc.
mas que se suscitan en la teoría del a ser objeto de "la teoría del conoci- Un resultado de tal fenomenología
conocimiento. En el curso de la pre- miento". La filosofía de Kant no pue- parece obvio: conocer es lo que tiene
sente exposición examinaremos algu- de reducirse, como lo han pretendido lugar cuando un sujeto (llamado
nas cuestiones más específicamente, algunos neokantianos, a teoría del co- "cognoscente") aprehende un objeto
pero un recuento suficiente de ellas nocimiento. Pero es indudable que (llamado "objeto de conocimiento" y,
será posible sólo agrupando los di- esta teoría ocupa un lugar muy des- para abreviar, simplemente "objeto").
versos artículos de la presente obra tacado en el pensamiento de dicho Sin embargo, el resultado no es ni
que figuran en el "Cuadro sinóptico" filósofo. Desde Kant, además, se ha obvio ni tampoco simple. Por lo pron-
al final de ella bajo el título "Teoría manifestado con frecuencia en el pen- to, la pura descripción del conoci-
del conocimiento (Gnoseologia, Epis- samiento filosófico moderno y con- miento o, si se quiere, del conocer,
temología)" — artículos como A PRIO- temporáneo una cierta "epistemofilia", pone de relieve la indispensable co-
RI, CATEGORÍA, EMPIRISMO, INNATIS- que contrasta con la "ontofilia" de los existencia, co-presencia y, en cierto
MO, UNIVERSALES, VERDAD y otros. griegos y de muchos autores medie- modo, co-operación, de dos elementos
El problema —y los problemas— vales. En vista de ello, algunos auto- que no son admitidos, o no son admi-
del conocimiento han sido tratados res han llegado a la conclusión de tidos con el mismo grado de necesi-
por casi todos los filósofos, pero la que la teoría del conocimiento es la dad, por todas las filosofías. Algunas
importancia que ha adquirido la teoría disciplina filosófica central. Otros han filosofías insisten en el primado del
del conocimiento como "disciplina intentado mostrar que es una discipli- objeto (realismo en general); otras,
filosófica" especial es asunto rela- na independiente, o relativamente in- en el primado del sujeto (idealismo
tivamente reciente. Los griegos intro- dependiente. Las cosas, sin embargo, en general); otras, en la equiparación
dujeron en la literatura filosófica, y no son tan claras como se pretende. "neutral" del sujeto y objeto. La fe-
con un sentido preciso, los términos Es probable que, como ha indicado nomenología del conocimiento no re-
que nos sirven todavía para designar repetidamente Nicolai Hartmann, los duce ni tampoco equipara: reconoce
nuestra disciplina: los vocablos gno=sji problemas gnoseológicos se hallen es- la necesidad del sujeto y del objeto
("conocimiento") y e(pisth/mh ("saber", trechamente coimplicados (o compli- sin precisar en qué consiste cada uno
traducido a veces asimismo por "cien- cados) con problemas ontológicos (y de ellos, es decir, sin detenerse en
cia"). Con frecuencia trataron proble- viceversa). Es casi seguro que mu- averiguar la naturaleza de cada uno
mas gnoseológicos, pero solieron chos problemas epistemológicos se ha- de ellos o de cualquier supuesta rea-
subordinarlos a cuestiones luego lla- llan estrechamente relacionados con lidad previa a ellos o consistente en
madas "ontológicas". La pregunta: cuestiones lógicas. En todo caso, pue- la fusión de ellos.
"¿Qué es el conocimiento?" fue a me- de seguirse reconociendo a la teoría Conocer es, pues, fenomenològica-
nudo formulada entre los griegos en del conocimiento un puesto destacado mente hablando, "aprehender", es de-
estrecha relación con la pregunta: sin por ello separarla de otras disci- cir, el acto por el cual un sujeto apre-
"¿Qué es realidad?" Algo parecido plinas filosóficas. hende un objeto. El objeto debe ser,
sucedió con muchos filósofos medie- En el presente artículo trataremos pues, por lo menos gnoseológicamen-
vales. En modo alguno quiere decir de los siguientes aspectos del proble- te, trascendente al sujeto, pues de lo
esto que los filósofos aludidos no tra- ma del conocimiento: la descripción contrario no habría "aprehensión" de
taran el problema del conocimiento del fenómeno del conocimiento o fe- algo exterior: el sujeto se "aprehen-
con detalle: no se puede decir que, nomenología del conocimiento; la dería" de algún modo a sí mismo.
por ejemplo, los escépticos o San cuestión de la posibilidad del conoci- Decir que el objeto es trascendente al
Agustín no dedicaran muchos esfuer- miento; la cuestión del fundamento sujeto no significa, sin embargo, toda-
zos a esclarecer la posibilidad (o im- del conocimiento; la cuestión de las vía decir que hay una realidad inde-
posibilidad) del conocimiento y los formas posibles del conocimiento. pendiente de todo sujeto: la fenome-
tipos de conocimiento. Sin embargo, Fenomenología del conocimiento. nología del conocimiento, decíamos,
es plausible sostener que sólo en la Entendiendo el término 'fenomenolo- no adopta por lo pronto ninguna po-
época moderna (con varios autores gía' en un sentido muy general, como sición idealista, pero tampoco realista.
renacentistas interesados por el método "pura descripción de lo que aparece", Al aprehender el objeto éste está de
y con Descartes, Malebranche, la fenomenología del conocimiento se alguna manera "en" el sujeto. No está
Leibniz, Locke, Berkeley, Hume y propone describir el proceso del co- en él, sin embargo, ni física ni meta-
otros) el problema del conocimiento nocer como tal, es decir, independien- físicamente: está en él sólo 'represen-
se convierte a menudo en problema temente de, y previamente a, cuales- tativamente". Por eso decir que el su-
340
CON CON CON
jeto aprehende el objeto equivale a diversas teorías gnoseológicas (y a un lenguaje psicológico o, en todo
decir que lo representa. Cuando lo menudo psicológicas y hasta metafísi- caso, tienden a examinar las condicio-
representa tal como el objeto es, el cas) acerca de la naturaleza de las nes "concretas" del conocimiento. Así,
sujeto tiene un conocimiento verdade- "ideas" — teorías desarrolladas por la por ejemplo, los límites de que se
ro (si bien posiblemente parcial) del mayor parte de autores racionalistas y habla son límites dados por la estruc-
objeto; cuando no lo representa tal empiristas modernos. También han tura psicológica del sujeto cognoscen-
como es, el sujeto tiene un conoci- sido esfuerzos en esta dirección los te, por las ilusiones de los sentidos, la
miento falso del objeto. intentos de concebir la aprehensión influencia de los temperamentos, los
El sujeto y el objeto de que aquí representativa del objeto desde el pun- modos de pensar debidos a la época o
se habla son, pues, "el sujeto gnoseo- to de vista causal (como ha sucedido a las condiciones sociales, etc., etc.
lógico" y el "objeto gnoseológica", no en las llamadas "teorías causales de Cuando lo que resulta es sólo un co-
los sujetos y objetos "reales", "físicos" la percepción"). nocimiento probable, el escepticismo
o "metafísicos". Por eso el tema de la Finalmente, hay el problema de la moderado adopta la tesis llamada
fenomenología del conocimiento es la proporción de elementos sensibles, in- "probabilismo". Los dogmáticos mo-
descripción del acto cognoscitivo co- telectuales, emotivos, etc., etc. en la derados, en cambio, usan un lenguaje
mo acto de conocimiento válido, no la representación de los objetos por el predominantemente "crítico-racional":
explicación genética de dicho acto o sujeto. De acuerdo con los elementos lo que tratan de averiguar no son los
su interpretación metafísica. que se supongan predominar se pro- límites concretos del conocimiento,
Sin embargo, aunque la fenomeno- ponen muy diversas teorías del cono- sino sus límites "abstractos", es decir,
logía del conocimiento aspira a "po- cimiento. Puede verse, pues, que tan los límites establecidos por supuestos,
ner entre paréntesis" la mayor parte pronto como se va un poco lejos en finalidades, etc., etc. Es fácil ver que
de los problemas del conocimiento, ya la fenomenología del conocimiento se mientras los escépticos moderados se
dentro de ella surgen algunos que no suscitan cuestiones que podrían lla- ocupan predominantemente de la
pueden ser ni solucionados ni siquiera marse "metafenomenológicas". cuestión del origen del conocimiento,
aclarados por medio de una pura Posibilidad del conocimiento. A la los dogmáticos moderados se intere-
descripción. Por lo pronto, hay el pro- pregunta "¿Es posible el conocimien- san especialmente por el problema de
blema del significado de 'aprehender'. to?", se han dado respuestas radicales. la validez del conocimiento.
Se puede "aprehender" de muy diver- Una es el escepticismo, según el cual Los autores que no se han adherido
sas maneras un objeto. Así, por ejem- el conocimiento no es posible. Ello ni al escepticismo ni al dogmatismo
plo, hay una cierta aprehensión —y parece ser una contradicción, pues se radicales y que, por otro lado, no se
aprehensión cognoscitiva, o parcial- afirma a la vez que se conoce algo, es han contentado con adoptar una posi-
mente cognoscitiva— de un objeto decir, que nada es cognoscible. Sin ción moderada, estimada como "me-
cuando se procede a usarlo para cier- embargo, el escepticismo es a menu- ramente ecléctica", han intentado des-
tos fines. No puede descartarse sin do una "actitud" en la cual no se cubrir un fundamento para el conoci-
más este aspecto de la aprehensión de formulan proposiciones, sino que se miento que fuese independiente de
objetos por cuanto un estudio a fondo establecen, por así decirlo, "reglas de cualesquiera límites, supuestos, etc.,
del conocimiento requiere tener en conducta intelectual". Otra es el dog- etc. Tal ocurrió con Descartes, al pro-
cuenta muy diversos modos de "cap- matismo, según el cual el conocimiento poner el Cogito, ergo sum ( VÉASE) y
turar" objetos. Sin embargo, es carac- es posible; más aun: las cosas se con Kant, al establecer lo que puede
terístico de la fenomenología del co- conocen tal como se ofrecen al sujeto. llamarse el "plano trascendental"
nocimiento el limitarse a destacar la Las respuestas radicales no son las (véase TRASCENDENTAL). En el pri-
aprehensión como fundamento de un más frecuentes en la historia de la mer caso, conocer es partir de una
enunciar o decir algo acerca del obje- teoría del conocimiento. Lo más co- proposición evidente (que es a la vez
to. Por este motivo la aprehensión de mún es adoptar variantes del escepti- resultado de una intuición básica).
que aquí se habla es una representa- cismo o del dogmatismo: por ejemplo, En el segundo caso, conocer es sobre
ción que proporciona el fundamento un escepticismo moderado o un dog- todo "constituir", es decir, constituir
para enunciados. matismo moderado, que muchas ve- el objeto en cuanto objeto de conoci-
En segundo lugar, hay el problema ces coinciden. En efecto, en las for- miento. Nos hemos referido con más
de cuál sea la naturaleza de "lo apre- mas moderadas de escepticismo o de detalle a estos puntos en los artículos
hendido" o del objeto en cuanto dogmatismo se suele afirmar que el dedicados a los autores mencionados
aprehendido. No puede ser el objeto conocimiento es posible, pero no de y a varios conceptos fundamentales,
como tal objeto, pero entonces hay un modo absoluto, sino sólo relativa- por lo que no estimamos necesario
que admitir que el objeto se desdobla mente. Los escépticos moderados sue- volver sobre ellos.
en dos: el objeto mismo en cuanto tal len mantener que hay límites en el Fundamento del conocimiento. Una
y el objeto en cuanto representado o conocimiento. Los dogmáticos mode- vez admitido que el conocimiento
representable. La clásica doctrina de rados suelen sostener que el conoci- (total o parcial, ilimitado o limitado,
las "especies" —especies sensibles, es- miento es posible, pero sólo dentro de incondicionado o condicionado, etc.)
pecies intelectuales— constituyó un ciertos supuestos. Tanto los límites es posible, queda todavía el problema
esfuerzo con vistas a dilucidar el pro- como los supuestos se determinan por de los fundamentos de tal posibilidad.
blema del objeto en cuanto represen- medio de una previa "reflexión críti- Algunos autores han sostenido que
tado o representable. Han sido asi- ca" sobre el conocimiento. Los escép- el fundamento de la posibilidad del
mismo esfuerzos en esta dirección las ticos moderados usan con frecuencia conocimiento es siempre "la realidad"
341
CON CON CON
— o, como a veces se dice, "las cosas estructuras no son ni empíricas ni entenderlo en sentido subjetivista u
mismas". Sin embargo, la expre tampoco racionales: son estructuras objetivista, crítico, lógico, etc., etc.
sión la realidad' no es en modo algu puramente formales, sin contenido. En otros casos, el partir del objeto
no unívoca. Por lo pronto, se ha Tal ocurre con Hume y diversas for- puede dar lugar a lo que se ha llama-
hablado de "realidad sensible" a di mas de positivismo lógico. Puede do "realismo fotográfico", pero en
ferencia de una, efectiva o supuesta, abrazarse también un empirismo que muchas ocasiones el admitir que el
"realidad inteligible". No es lo mismo parte del material dado a las impre- fundamento del conocimiento se halla
decir que el fundamento del conoci siones sensibles, pero admite la posi- en el objeto no equivale a hacer del
miento se halla en la realidad sensible bilidad de abstraer de ellas "formas"; sujeto un mero "reflejo" del objeto.
(en las impresiones, percepciones sen es el empirismo de sesgo aristotélico No todas las actitudes adoptadas en
sibles, etc.), como han hecho muchos y los derivados del mismo. En cuanto el problema que nos ocupa pueden
empiristas, que decir que tal funda al llamado grosso modo "racionalis- clasificarse en posiciones como las re-
mento se halla en la realidad inteligi mo", ha adoptado asimismo muy di- señadas. En rigor, todas estas posicio-
ble (en las "ideas", en sentido más o versas formas de acuerdo con el sig- nes tienen en común el dar de algún
menos platónico), como han hecho nificado que se haya dado a expresio- modo el conocimiento por supuesto.
muchos racionalistas ( especialmente nes tales como 'realidad inteligible', Además, casi todas tienden a conce-
los que han sido al mismo tiempo 'ideas', 'formas', 'razones', etc., etc. bir el conocimiento no sólo como una
"realistas" en la teoría de los univer No es lo mismo, en efecto, un racio- actividad intelectual, sino también co-
sales). Por otro lado, aun adoptándo nalismo que parte de lo inteligible mo una actividad fundada en motivos
se una posición empirista o raciona como tal para considerar lo sensible intelectuales, aislados, o aislables, con
lista al respecto, hay muchas maneras como reflejo de lo inteligible, que un respecto a cualesquiera otros motivos.
de presentar, elaborar o defender la racionalismo para el cual el conoci- En cambio, ciertas posiciones, espe-
correspondiente posición. Así, por miento se funda en la razón, pero en cialmente desarrolladas en la época
ejemplo, el empirismo llamado a me donde ésta no es una realidad inteli- contemporánea, pero precedidas por
nudo "radical" propone que no sólo gible, sino un conjunto de supuestos ciertas corrientes (entre las cuales cabe
el conocimiento de la realidad sensi o "evidencias", una serie de "verda- mencionar a Nietzsche y a Dilthey),
ble está fundado en impresiones, sino des eternas", etc., etc. han intentado preguntarse por el
que lo está también el conocimiento Las posiciones empiristas y racio- fundamento del conocimiento en
de realidades (o cuasi-realidades) no nalistas, y sus múltiples variantes, son distinto sentido: en función de una
sensibles, tales como los números, fi sólo dos de las posiciones fundamen- más amplia "experiencia". Como re-
guras geométricas y, en general, to tales adoptadas en la cuestión del sultado de ello la teoría del conoci-
das las "ideas" y todas las "abstrac fundamento del conocimiento. Otras miento no ha consistido ya en una
ciones". Pero el empirismo "radical" dos posiciones capitales son las cono- "filosofía de la conciencia" como
no es ni mucho menos la única forma cidas con los nombres de "realismo" e "conciencia cognoscente". Ejemplos
aceptada, o aceptable, de empirismo. "idealismo". Nos hemos referido a de estos intentos los tenemos en va-
Puede adoptarse un empirismo a ve ellas con más detalle en los artículos rios autores: pragmatistas (Dewey,
ces llamado "moderado" —que a me correspondientes. Indiquemos aquí James), existencialistas (Sartre) y
nudo coincide con el racionalismo únicamente que lo característico de otros no fácilmente clasificables, como
también llamado "moderado", tal co cada una de estas posiciones es la in- Ortega y Gasset, Heidegger, Gilles-
mo sucede, por ejemplo, en Locke—, sistencia respectiva en tomar un punto Gaston Granger, etc. Nos limitaremos
según el cual el fundamento del co de partida en el "objeto" o en el a subrayar aquí la doctrina de Ortega
nocimiento se halla en las impresiones "sujeto". Aun así, no es fácil esclare- en la cual el conocimiento es exami-
sensibles, pero éstas sólo proporcio cer el significado propio de 'realismo' nado como un saber: el "saber a qué
nan la base primaria del conocer y de 'idealismo' en virtud de los mu- atenerse". Se niega con ello que el
— una base sobre la cual se montan chos sentidos que adquieren dentro conocimiento sea connatural y con-
las ideas generales. Puede adoptar de estas posiciones los términos 'ob- sustancial al hombre, es decir, que el
se un empirismo que a veces se ha jeto' y 'sujeto'. Así, por ejemplo, en lo hombre sea últimamente "un ser pen-
llamado "total": es el empirismo que que toca al "sujeto", la naturaleza de sante". Esto no equivale a defender
rehusa atenerse a las impresiones sen la posición adoptada depende en gran una teoría "irracionalista" del conoci-
sibles por considerar que éstas son parte de si el sujeto en cuestión es miento; equivale a no dar el conoci-
sólo una parte, y no la más importan entendido como sujeto psicológico, co- miento por supuesto y a preguntarse
te, de la "experiencia". La "experien mo sujeto trascendental en el sentido por el modo como "se funda".
cia" no es únicamente para este em kantiano, como sujeto metafísico, etc. Formas del conocimiento. Nos he-
pirismo experiencia sensible: puede En algunos casos el partir del sujeto mos referido ya al conocimiento como
ser también experiencia "intelectual", puede dar lugar a un subjetivismo, y conocimiento sensible y conocimiento
o experiencia "histórica", o experien hasta a un solipsismo ( VÉASE ). Pero inteligible. En muchos casos se admite
cia "interior", o todas esas cosas a un en otros casos el término 'sujeto' de- que ambas formas de conocimiento
tiempo. Puede adoptarse asimismo un signa más bien una serie de condicio- son intuitivas, pero a veces se esta-
empirismo que no deriva de las im nes del conocimiento como tal, que blece, o propone, que el conocimiento
presiones sensibles el conocimiento de no son precisamente "subjetivas". Por intuitivo es distinto de todas las de-
las estructuras lógicas y matemáticas eso cuando se habla, por ejemplo, de más formas de conocimiento. Tal ocu-
justamente porque estima que tales idealismo ( VÉASE ), no es lo mismo rre especialmente cuando la intuición
342
CON CON CON
es entendida como un acceso a la distintos (y emplear, por tanto, con- por el Instituto Internacional de Filo-
realidad absoluta. ceptos distintos) de los seguidos por sofía y publicados en Dialéctica, XV,
Puede hablarse asimismo de cono- el conocimiento del hombre y de los 1/2 (1961).
cimiento inmediato, equivalente a una "objetos humanos" (acciones, valora- Además de las obras anteriores hay
intuición o aprehensión directa del ciones, experiencias individuales e his- que tener en cuenta otras muchas
tóricas, etc. ). El problema de las for- que, sin referirse explícita o princi-
objeto conocido o cognoscible; y de palmente al problema del conocimien-
un conocimiento mediato, equivalen- mas de conocimiento se halla en este to, o sin llevar el término 'conoci-
te a una serie de inferencias y razo- caso relacionado con el problema de miento' en el título, son importantes
namientos. la clasificación de los saberes a que como teorías o partes de teorías del
Otras formas de conocimiento de nos hemos referido en el artículo conocimiento. Tal ocurre con obras
que se ha hablado con frecuencia son CIENCIAS ( CLASIFICACIÓN DE LAS). procedentes de las direcciones feno-
el conocimiento a priori y el conoci- menológica, lógico-positivista, neokan-
miento a posteriori. Nos hemos refe- tiana, actualista, pragmatista, etc.
rido a este punto con más detalle en También deben tenerse presentes las
exposiciones de teoría del conocimiento
el artículo A PRIORI . procedentes de escuelas bien deter-
Puede asimismo hablarse de cono- minadas, o relativamente bien de-
cimiento de acuerdo con el tipo de terminadas; tal sucede con las expo-
realidad que se trate de conocer. En siciones de teoría del conocimiento (o
este caso vuelve a hablarse de cono- de criteriología) en manuales neoes-
cimiento sensible y conocimiento in- colásticos, y especialmente neotomis-
teligible (o a veces intelectual), pero tas, y con exposiciones de gnoseología
hay otras clasificaciones posibles. Así, en textos escritos por materialistas
dialécticos. Véanse para ello bibliogra-
por ejemplo, puede hablarse de una fías de MARXISMO, MATERIALISMO,
diferencia entre el conocimiento de la NEOESCOLASTICISMO, NEOTOMISMO.
realidad y el conocimiento del valor.
A la vez, este último conocimiento
puede ser de tipo intelectual o de tipo
emotivo.
También puede hablarse de cono-
cimiento por contacto o presencia di-
recta y conocimiento por descripción
del objeto que se propone conocer.
Estos dos tipos de conocimiento coin-
ciden a veces respectivamente con el
conocimiento inmediato y mediato,
pero no se identifican siempre con
ellos. En efecto, la mediatez del co-
nocimiento que supone la inferencia
es muy distinta de la mediatez que
supone la descripción.
Algunos autores han distinguido
entre "conocer que" y "conocer co-
mo"; otros han considerado el "cono-
cer que" como un caso especial del
"conocer como". Puede asimismo dis-
tinguirse entre conocer algo y conocer
que algo es esto o aquello. En gene-
ral, un análisis de los diversos con-
textos en los cuales se usan 'conocer'
(y 'saber') puede hacer comprender
aspectos del problema del conocimien-
to no siempre puestos de relieve por
las teorías del conocimiento "tradicio-
nales".
Finalmente, puede hablarse de ti-
pos de conocimiento de acuerdo con
ciertas divisiones introducidas en la
realidad misma y en el modo do con-
siderarla. Así, por ejemplo, se ha pro-
puesto a veces que el conocimiento
de la Naturaleza y de los objetos na-
turales tiene que seguir por caminos

343
CON de un razonamiento', por ejemplo en
Schaerer, Étude sur les notions de un silogismo. (3) Como expresión
connaisance (Episteme) et d'art (Tech- de un consecuente en un condicional,
ne) d'Homère à Platon, 1930. — Pa- tal como 'q' en 'si p, entonces q'.
ra la llamada sociología del conoci- (4) Como vocablo técnico de la ló-
miento, véanse los artículos SABER y gica medieval en la teoría llamada
SOCIOLOGÍA. de las consecuencias. En el sentido
CONRAD-MARTIUS (HEDWIG) (1) la consecuencia es fáctica; en los
nac. (1888) en Bergzabem, fue dis- sentidos (2)-(4), es lógica. De estos
cípula de Husserl en Göttinga y es tres últimos sentidos interesa aquí es-
uno de los más significados exponen- pecialmente el (4), por cuanto hay
tes de la llamada "vieja escuela feno- ya otros términos que sirven en la
menológica". Desde 1949 profesa en expresión de los sentidos (2) y (3).
la Universidad de Munich. Conrad- Diremos, pues, unas palabras sobre la
Martius se ha interesado especialmente misma, a base de las investigaciones
por los problemas ontológicos, tratando de I. M. Bochenski, Ph. Boehner y
de extender la fenomenología E. A. Moody,
husserliana a una "fenomenología to-
tal" del mundo. Aunque Conrad-Mar- La doctrina de las consecuencias
tius concibe la fenomenología como parece haberse originado como un
ciencia de esencias, estima que no se desarrollo de algunos pasajes del pri-
limita a una descripción pura de tales mer libro de los An. Pr. y del segun-
esencias; la fenomenología no es sólo do libro de los Top., donde se esta-
descripción, sino también especula- blecen las llamadas reglas tópicas. Es
ción. En este espíritu Conrad-Martius probable que hayan servido también
ha estudiado los problemas ontológi- de base para la doctrina las conside-
co-formales relativos al espacio, al raciones que hay en el tratado de
tiempo, y al ser y sus formas. Según Boecio sobre los silogismos hipotéti-
nuestro autor, el ser tiene "analogías". cos y algunos elementos de la lógica
Puede distinguirse entre diversas for- estoico-megárica. Entre los autores
mas de ser sin quebrarse la unidad que con mayor amplitud y precisión
del ser. Nos hemos referido a este elaboraron la doctrina figuran Juan
punto en los artículos IDEAL, y OBJE - Buridán en su De consequentiis, Al-
TO Y OBJETIVO. berto de Sajonia en su Perutilis Lo-
CONSECUENCIA. El término 'con- gica, Guillermo de Occam en su
Summa logica, Ralphus Strodus en
su Tractatus de consequentiis, Pablo
de Venecia en su Lógica, Gualterio
Burleigh en su De puritate artis logi-
cae, Pedro Hispano en las Summu-
lae, y el desconocido autor de las
Quaestiones in librum primum Prio-
rum Analyticorum Aristotelis durante
mucho tiempo atribuidas a Juan
Duns Escoto. Común en casi todos
ellos es considerar la consecuencia
como una proposición condicional o
una proposición hipotética compuesta
cuando menos por dos enunciados
unidos condicionalmente, de tal suerte
que es declarada verdadera cuando el
antecedente implica el consecuente,
esto es, cuando del antecedente
puede inferirse el consecuente. Una
vez convenientemente elaborada la
doctrina de las consecuencias
proporciona un conjunto muy
completo de reglas que gobiernan las
secuencia' es empleado en varios sen- inferencias válidas o por medio de
tidos: (1) Como equivalente a 'efec- las cuales pueden ejecutarse tales in-
to', tal como en la expresión: 'La re- ferencias. Ejemplos de reglas conse-
ducción de volumen de un gas es cuenciales son: "De lo verdadero
consecuencia de su compresión'. nunca se sigue lo falso", "Una pro-
(2) Como equivalente a 'conclusión
344

CON
CON CON CON
posición conjuntiva implica cualquiera consecuencias que no fueron cono- CONSISTENTE. El vocablo 'con-
de sus componentes", "Una pro- cidas de los lógicos tradicionales; la sistente' designa uno de los concep-
posición disyuntiva es implicada por formulación de las consecuencias en tos fundamentales usados en metaló-
cualquiera de sus componentes". Las lenguaje ordinario en vez del lenguaje gica. Se llama consistente a un cálcu-
reglas consecuenciales son, pues, en simbólico explica en buena parte esta lo C cuando, dada una fórmula bien
muchos casos equivalentes a tauto- limitación. formada, f, de C, no es el caso que
logías de la lógica sentencial, y en f y la ne ga ción de f (~ f) sean a
otros casos son equivalentes a reglas la vez teoremas de C. Se llama tam-
metalógicas de inferencia. La distin- bién consistente a un cálculo C cuan-
ción entre ambas no es siempre clara do hay por lo menos una fórmula
entre los escolásticos, pero algunos bien formada de C que no es un
autores —como Alberto de Sajonia teorema de C. Las dos anteriores de-
y Juan Buridán— parecen haberla finiciones corresponden a dos tipos
tenido muy en cuenta. En cambio, de consistencia y son aplicadas, según
los escolásticos citados dedicaron los casos, a diversas clases de cálculos.
gran atención a la clasificación de El concepto de consistencia es un
los tipos de consecuencias. Éstas concepto sintáctico (véase SINTAXIS).
pueden ser fácticas o simples, for- Ello no significa que se prescinda en
males o materiales, etc. Importante su formulación y desarrollo de toda
es sobre todo la distinción entre con- consideración semántica ( VÉASE). Tal
secuencia formal y material. Conse- CONSENTIMIENTO. Véase OCA- consideración es especialmente obvia
cuencia formal es aquella que vale SIONALISMO. cuando se trata de cálculos cuyas
para todos los términos según la dis- CONSISTENCIA. 'Consistencia' fórmulas, al ser interpretadas, se con-
posición y forma de los mismos, es puede emplearse en tres distintos vierten en enunciados y pueden ser
decir, la que vale para todos los tér- contextos. (1) En expresiones tales declaradas, por lo tanto, verdaderas
minos con tal que retengan la misma como 'prueba de consistencia' por o falsas. Puede decirse entonces que
forma. Consecuencia material es medio de la cual se prueba si un un cálculo C es consistente cuando
aquella en la que no se cumple tal cálculo dado es o no consistente. Nos no hay en C ninguna fórmula que,
validez, esto es, aquella que no vale hemos referido a este sentido de una vez interpretada, sea un enuncia-
para todos los términos aun reteniendo 'consistencia' en el artículo sobre el do falso. Se comprenderá, pues, que
la misma forma. La consecuencia término 'consistente'. (2) En expre- para que haya consistencia en la re-
formal, en suma, es lógicamente vá- siones metafísicas en las cuales se lación entre dos enunciados es me-
lida por sí misma sin depender de describe la completa subsistencia de nester que la conjunción de estos
nada más que de la disposición de una realidad y se describe tal sub- enunciados no sea contradictoria.
los términos. Lógicamente hablando, sistencia en términos de "real consis- Dentro de la metalógica ha susci-
las reglas consecuenciales más impor- tencia". Desde este punto de vista tado varias discusiones la llamada
tantes son las que se refieren a con- suele decirse que solamente realida- prueba de consistencia, elaborada
secuencias formales, pues la validez des tales como lo Absoluto y lo Incon- por varios autores de acuerdo con la
(lógica) de una consecuencia material dicionado son verdaderamente consis- Beweistheorie, de David Hilbert. Nos
depende de la posibilidad de encajarla tentes. Este uso de 'consistencia' es, referiremos sólo a tres de ellas.
dentro de una consecuencia formal. sin embargo, vago y poco recomen- Han alegado algunos autores que
De las consideraciones anteriores dable. (3) En expresiones —usual- la prueba de consistencia resulta in-
hemos excluido las proposiciones mo- mente metafísicas— en las cuales la necesaria, porque sólo puede ser em-
dales. Ahora bien, las llamadas con- consistencia es equiparada a la esen- pleada una vez que se sabe si el cálcu-
secuencias modales fueron asimismo cia, por declararse que la esencia de lo al cual se aplica es o no consistente.
dilucidadas por los escolásticos. Aris- algo es aquello en que este algo Aunque esta opinión es rechazada
tóteles había desarrollado algunos de "consiste". La consistencia se contra- por la mayor parte de los lógicos, su
los teoremas de la lógica modal en su pone en tal caso a la existencia. Pue- examen ha tenido como consecuen-
tratado De int. Estos teoremas fue- de preguntarse entonces por qué es cia la introducción de precisiones y
ron presentados por los escolásticos necesario introducir un vocablo nue- restricciones en la prueba de consis-
en la forma de consecuencias moda- vo para designar lo mismo que se tencia.
les, tales como las siguientes: "Ab designa mediante el término 'esen- Se ha debatido si la prueba de con-
esse ad posse valet consequentia" cia' (VÉASE). La respuesta a esta pre- sistencia puede o no ser dada en el
("Puede concluirse del ser al poder"), gunta se reduce por lo usual a afir- mismo lenguaje del cálculo al cual
"A posse ad esse not valet consequen- mar que los significados de 'esencia' se aplica. Hoy se admite, de acuerdo
tia" ("No puede concluirse del po- y 'consistencia' no se superponen con los resultados de Gödel, que la
der al ser"), "Ab non posse ad non exactamente; mientras 'esencia' co- prueba de consistencia para cualquier
esse valet consequentia" ("Puede rresponde a la essentia tradicional, lenguaje tiene que darse en un meta-
concluirse del no poder al no ser"), 'consistencia' se halla más cercana a lenguaje que posea medios lógicos
etc. Todas ellas pueden traducirse en otros tipos de esencia, entre los cua- más ricos que el citado lenguaje. El
forma de teoremas de la lógica modal les cabe contar la esencia en el sen- teorema de Gödel afirma al respecto
simbólica. Ahora bien, hay muchas tido de la fenomenología. en substancia que una prueba de
345
CON CON CON
consistencia para un sistema logisti- te en predicado por medio de la hay constantes hay que definir pre-
co cualquiera no puede ser formali- anteposición de 'es' al nombre o su viamente lo que se entienden por
zada dentro de tal sistema. sustitución por una forma verbal. La ellas, y a la vez las constantes sola-
Finalmente, se ha suscitado la cues- ventaja de tal eliminación reside en mente pueden ser definidas inducti-
tión de la relación entre los concep- la reducción de las proposiciones pri- vamente a base del material histórico.
tos de consistencia y de completitud; mitivas necesarias para la lógica. Su- Se trata de uno de esos grupos de
estudiamos la misma en varios otros primidos los nombres propios, que- cuestiones en las que parece inevi-
lugares de esta obra, especialmente dan sólo variables. table el círculo vicioso. Ocurre, pues,
en el artículo GÖDE L ( PRUE BA DE ). II. En filosofía de la historia. Pue- con el problema de las constantes
CONSTANTE. I. En lógica. El tér- de llamarse constante a cualquier fe- históricas lo mismo que sucede cuan-
mino 'constante' empleado como sus- nómeno o complejo de fenómenos do se comparan los hechos históri-
tantivo ("una constante") puede ser históricos que se repitan siguiendo un cos con los sociológicos: los "mode-
considerado (1) como específico de cierto modelo o esquema. El filósofo los" sociológicos se basan en un exa-
una ciencia o (2) como un vocablo de la historia puede limitarse a des- men del material histórico, mas para
de la lógica. En el sentido ( 1 ) se cribir tales modelos y a observar su hallar tales modelos hay que adoptar
habla, por ejemplo, de constantes reiteración en la historia o bien for- un punto de vista sociológico. La co-
físicas, tal como la velocidad de la mular una ley relativa a ellos. En nexión entre los dos problemas es,
luz, la constante h de Planck, etc. este último caso es necesario intro- por lo demás, muy grande. En efec-
En el sentido (2) se habla de expre- ducir el concepto de condición his- to, una de las constantes que han
siones constantes, tales como 'y', 'si... tórica y averiguar hasta qué punto sido subrayadas con más frecuencia
entonces', 'todos', 'algunos', etc. Las puede establecerse una comparación, es la constante sociológica. Así enten-
constantes o expresiones constantes y hasta una identificación, entre dida la cuestión, la noción weberia-
se distinguen de las expresiones va- leyes históricas y leyes naturales. El na del "tipo ideal" puede ser equipa-
riables. Así, concepto de constante en filosofía rada a la de constante. A nuestro
(Todos) los hombres (son) mortales de la historia puede, así, ser estima- entender, el problema debe plantearse
do como uno de los tipos de "cons- sin pretender alcanzar una solución
es una proposición donde los térmi tantes específicas de una ciencia" a tajante y definitiva. Por otro lado,
nos denteo de '( )' son constan que antes nos hemos referido. es conveniente señalar qué tipos
tes, y los términos fuera de '( )' La noción de constante —a veces determinados de constantes puede
son variables. Hay que advertir que sin darle exactamente este nombre— haber en la historia. Ciertas condi-
el vocablo 'variable' no tiene el mis ha sido utilizada con mucha frecuen- ciones, originadoras de tipos deter-
mo sentido cuando se aplica a los cia en filosofía de la historia. Sin minados de constantes, pueden ser de
términos de una proposición que embargo, en ciertos tipos de filosofías índole muy general; otras pueden ser
cuando se aplica a la proposición. de la historia ha predominado mu- específicas de ciertas culturas o pe-
Aquí lo usamos en el primer sentido. cho más que en otros. Por ejemplo, ríodos.
Para el segundo sentido, véase el es fácil descubrir el concepto de cons-
artículo sobre la noción de variable. CONSTANTINO. Véase EJECUTIVO.
tante en Vico, pero no lo es descu- CONSTITUCIÓN Y CONSTITUTI-
El vocablo 'constante' se usa tam brirlo en San Agustín. Vico puede
bién en la expresión 'constante ar VO. El término latino constitutio sig-
ser considerado, además, como el fi- nifica "arreglo", "disposición", "or-
gumento'. Se trata de argumentos lósofo que más conscientemente ha
que aparecen en las expresiones co den", "organización", y también, en
empleado y analizado tal concepto; sentido jurídico, "ley", "estatuto",
mo términos invariables. 'Felipe II' sin éste sería imposible entender su
o 'El Partenón' son ejemplos de tales "edicto", "decreto". Desde el punto de
teoría cíclica de la historia. Otros fi- vista filosófico es importante advertir
constantes argumentos. Sin embargo, lósofos que han empleado el concep-
dentro de ellas hay unas que son que constitutio ha sido utilizado para
to de constante histórica han sido traducir el griego katabolh/, en tanto
individuos (o nombres propios), co Herder y Spengler: el primero en
mo 'Felipe II', y otros que son des que significa fundación, principio o
un sentido histórico-cultural; el se- comienzo, acción de echar los cimien-
cripciones (véase DESCRIPCIÓN), co gundo, en un sentido histórico-bio-
mo 'El Partenón'. En muchos casos tos de algo. Como katabolh/, constitu-
lógico. Eugenio d'Ors ha hablado de tio puede ser empleado, pues, en el
se tiende a la eliminación de nom constantes históricas o eones. A su
bres propios y a su sustitución por sentido de la fundación o creación
entender, el Barroco puede ser con- (VÉASE) del mundo. En el romano, la
descripciones. La eliminación de los siderado como una de las principales.
nombres propios, sin embargo, no es creación tiene, ante todo, una signifi-
En general, toda "recurrencia" pue- cación jurídica, pero ello se debe a
siempre fácil. El modo más habitual de ser equiparada a una constante.
de eliminarlos consiste en definir el que la constitutio no es, a su vez, una
Los problemas que plantea la no- mera norma, sino la forma concreta de
nombre propio mediante algún pre ción de constante histórica son dos:
dicado que sólo a él corresponda. engendrar la realidad por excelencia:
(a) si hay constantes; (b) qué son la sociedad. En cambio, dentro del
Por ejemplo, 'Felipe II' puede ser las constantes. Es difícil atacar el
sustituido por 'El Rey de España que cristianismo el hecho del constituere
uno sin que implique el otro. No puede significar no sólo el fundar o
lanzó a la Armada Invencible a lu puede decirse que el primero se re-
char contra Inglaterra'. En caso ne el establecer, sino el crear propia-
suelve empíricamente y el segundo mente dicho; de ahí que pueda ha-
cesario, el nombre propio se convier- analíticamente, pues para saber si blarse de la constitutio mundi. En
346
CON CON CON
todo caso, el vocablo 'constitución' mento de una dialéctica del yo que se nado a su vez por el hecho de que
arrastra significados muy diversos pone a sí mismo y que pone a la vez los objetos de cada grado están 'cons-
que, aunque centrados en la acción el no-yo. El problema de la constitu- tituidos' a base de los objetos de gra-
de fundar, oscilan entre la creación ción y de lo constitutivo se ha con- do inferior" ( Der logische Aufbau der
y la simple ordenación de lo dado. vertido desde entonces en un pro- Welt, 1928, pág. 34). A este fin con-
Ahora bien, la citada oscilación blema capital para muchas direccio- viene ante todo, señala dicho autor,
dentro de un mismo núcleo signifi- nes filosóficas, aun para aquellas que atacar cuatro problemas fundamenta-
ficativo transparece en los usos más han rechazado explícitamente las ba- les: 1. Elegir un punto de partida, un
filosóficos que se han hecho poste- ses constructivas del idealismo. Por primer grado, sobre el cual puedan
riormente de este vocablo y de sus ejemplo, las investigaciones de Hus- fundarse los demás. 2. Determinar las
derivados. Esto ocurre sobre todo serl tienen en cuenta la cuestión del formas recurrentes dentro de las cua-
cuando el acto de constituir y el significado del "establecimiento" del les se realiza el paso de un grado al
carácter constitutivo se refieren a objeto en la conciencia y, por consi- siguiente. 3. Investigar de qué modo
ciertas formas de relación entre el guiente, destacan el problema que son constituidos los objetos de dife-
entendimiento y el objeto aprehen- plantea la constitución de la realidad. rentes especies por la aplicación gra-
dido por éste. Kant llama, por ejem- Y ello hasta tal punto que el Libro dual de las formas. 4. Precisar la
plo, constitutivos a los conceptos pu- II de las Ideas (Husserliana, IV, forma general del sistema. Estos cua-
ros del entendimiento o categorías, 1952) está consagrado a una serie tro problemas son los de la base, de
por cuanto constituyen (fundan, es- de "investigaciones fenomenológicas las formas graduales, de las formas
tablecen) el objeto del conocimiento; para la constitución" en el curso de objetivas y de la forma del sistema.
la función de las categorías es, por las cuales se procede a una descrip- Con lo cual 'constituir' equivale, en
lo tanto, la de hacer de lo dado algo ción de la constitución de la natura- el fondo, a 'reducir' (op. cit., pág. 2),
constituido (dispuesto, ordenado) en leza material, de la naturaleza ani- pero sin que esta reducción deba en-
objeto de conocimiento en virtud de mal, de la realidad anímica a través tenderse como derivación ontológica
lo que en él es puesto. En cambio, del cuerpo, de la realidad anímica de objetos, sino como proceso de
las ideas —en sentido kantiano— son en la empatia, y del mundo espiri- transformación de proposiciones sobre
regulativas; no constituyen el mencio- tual. El problema de la constitución unos objetos en proposiciones so-
nado objeto por funcionar en el va- ha sido examinado también —aunque bre otros. Así se efectúa el tránsito a
cío, pero son directrices mediante las en un sentido predominantemente los análisis posteriores de Carnap,
cuales puede proseguirse hasta lo in- epistemológico— en los debates en en los cuales las "formas de determi-
finito la investigación. Las categorías torno al primado de lo constitutivo o nación" de las proposiciones sobre ob-
se hallan situadas entre las "intuicio- de lo regulativo que han tenido lu- jetos se convierten en las "reglas de
nes" y las "ideas"; las primeras le son gar, explícita o implícitamente, en formación de sistemas sintácticos".
necesarias al conocimiento, porque varias direcciones filosóficas contem- Xavier Zubiri ha introducido el tér-
son su condición; las segundas no poráneas, desde las neokantianas mino 'constitución' como término fi-
facilitan conocimiento, por cuanto no hasta las pragmatistas, dando con losófico técnico — junto con expresio-
son leyes de la realidad, pero permi- ello origen a dos opiniones contra- nes tales como 'tipo constitucional',
ten que el conocimiento pueda plan- puestas: el realismo metafísico-gno- 'notas constitucionales', etc.). Según
tearse sus problemas y solucionarlos seológico de la constitución y el no- Zubiri, hay ciertas notas que forman
dentro del marco trazado por el uso minalismo casi radical de la pura re- parte de la índole de una cosa; estas
regulativo. Esta significación prima- gulación y convención. notas son notas constitucionales, a di-
riamente gnoseológica del constituir, Carnap ha utilizado el término ferencia de otras notas que no forman
de lo constitutivo y de la constitución 'constitución' en un sentido distinto, parte estrictamente hablando de la ín-
plantea, sin embargo, problemas de aunque en parte emparentado con dole de una cosa y que son notas ad-
tal índole, que a partir de Kant, y los anteriores, ya que inclusive pre- venticias. La constitución de que ha-
especialmente dentro del llamado tende con su Konstitutionstheorie bla Zubiri es "física" y no "lógica";
idealismo postkantiano, la cuestión se desbrozar el camino que conduzca a es, además, individual. "El 'modo' in-
hace decididamente metafísica. En una superación definitiva de la cues- trínseco y propio de ser [algo] física e
efecto, en la medida en que prime tión del dilema entre el ser "engen- irreductiblemente 'uno' es justo lo que
el constructivismo del yo trascenden- drado" y el ser "conocido" del objeto. llamo filosóficamente 'constitución'"
tal y en que se acentúe, como en A este efecto estima que el hecho del (Sobre la esencia [1962], pág. 140).
Fichte, el primado de lo puesto sobre constituir debe ser considerado desde La riqueza, solidez y "estar siendo",
lo dado, el constituir no será ya sola- un punto de vista puramente neutral, que son dimensiones de la cosa real,
mente el establecer el objeto en tanto y debe utilizarse un lenguaje neutral deben buscarse, según Zubiri, en las
que ente susceptible de ser conocido, que no prejuzgue cuestiones de índole notas de carácter constitucional. Es
sino inclusive el formar el objeto en metafísica. Por eso dice que "la por tales notas que una cosa es más
tanto que objeto. En este sentido po- finalidad de la teoría de la constitu- o menos sólida, más o menos rica, etc.
demos decir que el constructivismo ción consiste en la erección de un sis- y, de consiguiente, es por tales notas
idealista ha hecho aproximar la cons- tema de constitución, es decir, de un que se determina el "grado de reali-
titución a la "creación". Pues no se sistema de objetos (o conceptos) orde- dad" de una cosa "física". La unidad
trata ya de iluminar inteligiblemente nado de acuerdo con diferentes gra- estructural de una cosa es "su consti-
el ser, sino de convertirlo en un mo- dos; el orden gradual está determi- tución física individual". "Aquello a
347
CON CON
que primariamente afecta la tridimen- limita a la idea de qewri/a como con-
cionalidad es a la constitución. La templación intelectual de esencias o
unidad estructural de lo real es, pues, modelos eternos; la contemplación
concretamente 'constitución'" (ibid., es entendida muchas veces como un
pág. 142). contacto directo con lo verdadera-
La unidad constitucional de que mente real (con las Formas eternas).
habla Zubiri no es aditiva, sino "sis- El verdadero saber del filósofo con-
temática": las notas constitucionales siste en haber visto o contemplado
forman un sistema, y los individuos (op. cit., págs. 216-17), con lo cual
así constituidos son "sistemas de no- CONTACTO. Véase CONTINUO. la contemplación designa un contac-
tas". El carácter constitucional en to místico del Ser en su existencia
cuanto sistema es lo que Zubiri llama CONTEMPLACIÓN. Contemplar verdadera. En este caso la contem-
"substantividad" (VÉASE SUBSTANTIVI - es, originariamente, ver; contempla- plación corre parejas con la inefa-
DAD, SUBSTANTIVO); la constitución
ción es, pues, visión, es decir, teoría bilidad.
constituye una substantividad (ibid., (VÉASE). Según los datos proporcio- La identificación de 'teoría' con
pág. 146). La realidad en cuanto nados por A.-J. Festugière (Contem- 'contemplación' no se ha conservado
"realidad esenciada" (véase ESENCIA) plation et vie contemplative selon siempre en los lenguajes modernos,
es la suficiencia en el orden constitu- Platon, 2a ed., 1950), qewri/a es un pero no obstante la creciente diver-
cional. compuesto de dos temas que indican gencia de significados han subsistido
Zubiri distingue asimismo entre igualmente la acción de ver: qe/a y varios elementos comunes. Las dife-
esencia constitutiva y esencia quiddi- Fop (o(ra/w). La raíz 'Fop' désigna la rencias aparecen cuando considera-
tativa; esta última es —desde el punto acción de "prestar atención a", "cui- rnos la teoría como una actitud que
de vista de la esencia "física"— "un dar de", "vigilar a" y, por ende, "ob- arraiga cada vez más en la esfera
'momento' de la esencia constitutiva" servar" (Cfr. F. Boll, Vita contempla- intelectual, y aun en la esfera del
(ibid., pág. 225). tiva, 1922). Por eso se empleó mucho llamado saber ( VÉASE ) culto, en tan-
qewei/a en el sentido de división de to que concebimos la contemplación
Sobre el sentido de 'constitución'
en Kretschmer véase KRETSCHMER algún espectáculo, del mundo, etc. en un sentido más amplio, englo-
(ERNST). (Cfr. Herodoto, I, 30, 4-5). bando aquel primitivo significado de
Sobre la teoría de la constitución En la Antigüedad se dieron varias la "existencia contemplativa" que ya
en Carnap: Josef Burg, Constitution interpretaciones de la voz qewri/a la teoría parece haber perdido com-
und Gegenstand im logistischen Neu- Plutarco y otros relacionaron (equivo- pletamente — un sentido que no
positivismus R. Carnap, 1935 (Dis.). cadamente) qewri/a con qeo/j excluye forzosamente la acción, sino
CONTA (BASILIUS) (1846-1882), (Dios). Los latinos relacionaron qewri/a que la comprende como uno de sus
nac. en Ghisdaoani, a orillas del con contemplatio, dando a contemplar momentos necesarios. Tal acepción
Moldava, profesó en Bucarest. In- un sentido religioso (relativo a tem- de la noción de contemplación, a
fluido por el positivismo, el mate- plum) como se advierte en el Som- primera vista paradójica y sin duda
rialismo alemán y el evolucionismo nium Scipionis, 15-17 (véase SUEÑO un tanto confusa, se comprueba par-
inglés, no rechaza, sin embargo, la DE ESCIPIÓN). Según ello, la qewri/ a o
ticularmente cuando referimos el tér-
metafísica, sino que la considera contemplatio designa el hecho de es- mino a aquella experiencia que ha
ineludible en todo sistema que pre- tar en comunidad en el templum y, permitido desarrollar todas sus posi-
tenda explicar el universo sin con- por lo tanto, el hecho de la visión en bilidades: a la mística. Para los mís-
tradicciones desde un punto de vista común de algo que se halla en su ticos, en efecto, la contemplación no
materialista. Esta metafísica no ha de ámbito. es precisamente inactividad, sino ejer-
ser, por otro lado, según Conta, el La qewri/a como contemplación cicio. Cierto es que lo mismo ocurre
producto de una especulación racio- constituye un tema central para con la contemplación intelectual, con
nalista, sino que debe estar apoyada Platón (y luego, en un sentido muy el antiguo bio/j qew=rhtiko/j o con la "vi-
en las tareas particulares de la cien- parecido, para Plotino y los da filosófica" en el sentido tradicio-
cia. La metafísica se constituye así, neoplatónicos). Platón entiende la nal de esta expresión. Por lo tanto,
como en la metafísica inductiva de qewri/a por un lado como la teoría en el sentido actual y la
Wundt y la "poesía de los conceptos" conocimiento de cosas celestes y de contemplación en el sentido tradi-
de Lange, por reunión sintética y poé- fenómenos de la Naturaleza, y por el cional no pueden radicalmente distin-
tica de los elementos científicos. otro como contemplación religiosa de guirse, porque mientras la primera es
una estatua divina o de una fiesta de habitualmente una de las maneras de
los cultos. Muy frecuente es en él, ser de la existencia contemplativa, la
como ha mostrado Festugière (op. segunda no puede en modo alguno
cit., pág. 15), la unión de los dos eludir los elementos intelectuales y
sentidos de examen científico y aun racionales de la teoría. Si se
contemplación religiosa. Esto había si- quiere establecer alguna distinción
do anticipado por algunos presocráti- entre ambas conviene, pues, referir
cos (como Anaxágoras) y por el ideal, la teoría al conocimiento y vincu-
desarrollado por órficos y pitagóricos, lar la contemplación a una de las
de la "vida contemplativa". Sin em- especies de la acción o, si se quiere,
bargo, la concepción platónica no se
348
CON CON
a una de las formas de una "prác- del sentido lógico) lo contingente es
tica". La teoría sería así algo opuesto aquello que puede ser y no ser. En
a la práctica, mientras la contem- este sentido el ens contingens se con-
plación sería una de las formas trapone al ens necessarium. Metafí-
—sino la forma más alta— de la sicamente, el ente contingente ha sido
vida activa. Así la han entendido, considerado como aquel que no es
corno antes se indicó, los místicos en sí, sino en otro, y ello de tal for-
cuando han considerado la contem- ma que todo ens contingens es un
plación como el grado supremo de ens ab alio. Estas definiciones plan-
la actividad espiritual, como la ac- tearon toda suerte de problemas, es-
ción más elevada que engloba al pen- pecialmente cuestiones relativas a la
samiento y pone en presencia de relación entre el Creador y lo creado.
Dios. Conviene, no obstante, insistir CONTIGÜIDAD (LEY DE). Véase Mencionaremos solamente una de
una vez más en que semejante dis- ASOCIACIÓN y ASOCIACIONISMO. ellas a guisa de ilustración. Se indica,
tinción tiene un alcance casi única- CONTINGENCIA. En el lenguaje- en efecto, que los escolásticos, sobre
mente terminológico, no sólo por la de Aristóteles, lo contingente, to\ e) x todo los que defendían la separación
común raíz de la contemplación y men on se contrapone a lo necesario, en la criatura y en todo lo creado
la teoría, sino porque, como se ha to\ a)nagkai=on . La expresión 'Es contin- entre la esencia y la existencia, acen-
señalado, aun cuando se lleve la di- gente que p' (donde 'p' representa tuaban el carácter contingente de todo
vergencia a sus últimas consecuen- una proposición) es considerada en lo creado, con el fin de mostrar más
cias, cada una de ellas posee una lógica como una de las expresiones fácilmente que éste —y en particular
cantidad considerable de elementos modales a que nos hemos referido el hombre— dependían del Creador.
pertenecientes a la otra. Pues, sin con más detalle en el artículo Moda- Así, la separación completa entre un
duda, la teoría moderna se halla tan lidad (VÉASE). El sentido de 'Es con- ser necesario y los seres contingentes
vinculada a la acción, que precisa- tingente' es discutido. Algunos con- sería un supuesto indispensable para la
mente una de las características de sideran que 'Es contingente que p' demostración de la existencia de Dios.
la razón moderna, a diferencia de la es lo mismo que 'Es posible que p'; Santo Tomás estaba, al parecer,
antigua, es el ser decididamente "ac- otros estiman que 'Es contingente enteramente dentro de esta vía. Sin
tivista". Llevando un poco estas fór- que p' es equivalente a la conjun- embargo, hay que tener en cuenta que
mulas a la paradoja podría decirse ción: 'Es posible que p' y 'Es posible el uso de 'contingens', aun en Santo
que mientras la teoría moderna es que no p'. En la literatura lógica clá- Tomás, es mucho más complejo de lo
pensamiento activo, la acción anti- sica es frecuente definir la contin- que se deriva de los análisis anteriores.
gua y tradicional es acción contem- gencia como la posibilidad de que Santo Tomás afirma, en efecto, como
plativa. Tal vez sólo así puede en- algo sea y la posibilidad de que algo apuntamos, que contingente es "lo
tenderse la "oposición" entre dos con- no sea. Si el término 'algo' se refiere que puede ser y no ser" (S. theol, I,
ceptos que raramente pueden estar a una proposición, la definición co- q. LXXXVI, 3 c), a diferencia de lo
completamente separados. rresponde efectivamente a la lógica; necesario que por su causa no puede
si 'algo' designa un objeto, correspon- no ser. Pero cuando el filósofo llega a
de a la ontología. La referencia no la demostración de la existencia de
aparece siempre clara en la mencio- Dios, sostiene que hay algo necesario
nada literatura, pero es obvio que en las cosas. Esta necesidad no es,
cuando se habla de proposiciones con- ciertamente, una necesidad absoluta;
tingentes, su análisis entra siempre es una necesidad per aliud, que
dentro de la lógica modal. Nosotros implica otro ser, pero que no hace de
hemos examinado el problema lógico la criatura algo enteramente
en el citado artículo sobre la mo- dependiente en su ser de otra realidad
dalidad y en el artículo sobre la como si no tuviera ninguno realidad
Oposición (v.) de las proposiciones propia. Pues el ser contingente puro,
modales. Hemos examinado también siendo corruptible, no puede ser
el sentido de 'contingente' en la doc- aplicado sin más al alma humana, que
trina kantiana en los artículos Mo. no es corruptible. Así, la
dalidad y Problemático (v.). En el contingencia radical de lo creado es
presente artículo nos referiremos casi admitida solamente por algunos
exclusivamente al aspecto ontológico autores que previamente han esta-
del problema, especialmente desde el blecido una separación completa en-
punto de vista de los filósofos me- tre lo creado y Dios.
dievales y del llamado filósofo de la Los citados problemas no fueron
contingencia: Boutroux. totalmente abandonados en la filo-
Las definiciones medievales de sofía moderna, y algunos filósofos,
'contingente' pueden resumirse en la como Leibniz, prestaron a ellos aten-
tesis de Santo Tomás, según el cual ción considerable. Así, la conocida
(como hemos visto antes a propósito distinción entre verdades de razón y
349
CON CON CON
verdades de hecho puede ser equi- contingencia coincidirá, pues, en este sophischen Terminus contingens. Die
parada a una distinción entre lo ne- caso con la máxima libertad, la má- Bedeutung vom "contingere" bei
cesario y lo contingente. Sin embar- xima conciencia y la máxima reali- Boethius und ihr Verhältnis zu den
go, solamente un filósofo —Bou- dad. Ahora bien, esta libertad y rea- aristotelischen Möglichkeitsbegriffen,
1938.
troux— tomó el concepto de contin- lidad máximas no son tampoco, como
gencia como base para una completa pudiera suponerse a primera vista, CONTINUO. Según Aristóteles, al-
filosofía. Por este motivo, describi- la arbitrariedad completa. En verdad, go es sucesivo, e)fech=j, de algo cuando
remos sus tesis con algún detalle. dice Boutroux, la libertad y la ne- se halla después de él en algún
Boutroux manifiesta, en efecto, que cesidad llegan a coincidir cuando "el respecto sin que haya nada más en
las diversas capas de lo real son con- ser está libre en lo absoluto y el orden medio de la misma clase (Phys., V 3,
tingentes unas con respecto a las de sus manifestaciones es necesario" 226 b 34 - 227 a 1). Cuando se trata
otras. Si no hubiese tal contingencia, (op. cit., págs. 146-7). De ahí que la de cosas, el hecho de estar una suce-
supone Boutroux, no podría haber en idea de necesidad no sea, en última diendo a la otra produce la contigüi-
el mundo novedad y, de consiguiente, instancia, más que la traducción a dad, el ser contiguo, e)xo/me no/n, o con-
no podría haber realidad. Si afirma- un lenguaje abstractísimo, de la ac- tacto. Dos cosas están en contacto
mos la necesidad absoluta nos vere- ción ejercida por el ideal sobre las cuando sus límites exteriores coinci-
mos obligados, dice Boutroux, a "eli- cosas y por Dios sobre las criaturas. den en el mismo lugar. Cuando hay
minar toda relación que subordina la Y de ahí también que la pura contin- contacto, hay contigüidad, pero no a
existencia de una cosa a la de otra, gencia desemboque en una forma de la inversa (como sucede con los nú-
como condición suya", es decir, nos ser que, por ser enteramente libre, meros, que son contiguos, pero no se
veremos obligados a suponer que "la se crea su propia ley, se realiza má- hallan en contacto). La contigüidad
necesidad absoluta excluye toda mul- ximamente a sí mismo y alcanza con es una especie de la que la continui-
tiplicidad sintética, toda posibilidad ello un modo de "necesidad" que es dad es un género. "Los extremos de
de cosas o de leyes" (De la contin- el cumplimiento de sí y de todas sus cosas pueden estar juntas sin necesa-
gence des lois de la nature [1874], 10a posibilidades de autorrealización. riamente ser una, pero no pueden ser
ed., 1929, pág. 7). La pura necesidad una sin estar necesariamente juntas"
sería, en última instancia, la pura (ibid., 227 a 22-24). Dos cosas son
nada. Ya la necesidad "relativa" obli- continuas cuando sus límites son idén-
ga a admitir la contingencia. Esta ticos, e(/n, a diferencia de dos cosas con-
aparece, pues, desde el instante en tiguas, cuyos límites están juntos. En
que se admite la síntesis. Ahora bien, otro lugar (Met., A 1069 a 1-2) Aris-
la síntesis surge ya en la propia apa- tóteles define lo continuo, to\ sunexe/j
rente igualdad analítica que descom- como aquella magnitud cuyas partes
pone un todo en sus partes. La rela- están unidas en un todo por límites
ción entre el todo y las partes puede comunes. El Estagirita realiza, en todo
ser, dice Boutroux, analítica. La de caso, un esfuerzo para distinguir entre
las partes con el todo es, en cambio, varios conceptos: el ser sucesivo,
sintética. Como señala Boutroux, en e)fech=j, el ser continuo, sunexe/j el ser
una fórmula central para la compren- contiguo, e)xo\meno/n el hecho de
sión de su tesis acerca de la con- tocarse, a(\pthtai, pero al mismo
tingencia, 'la multiplicidad no contie- tiempo intenta examinar qué relaciones
ne la razón de la unidad". Pero aun existen entre tales conceptos. Los
en el caso de que una unidad contu- escolásticos que se inspiraron
viese la razón de una multiplicidad, grandemente en Aristóteles, y en
no podría contener la propia multi- particular Santo Tomás, estudiaron
plicidad. Suponer otra cosa significa asimismo estos conceptos con la
confundir la condición, y la condi- intención de analizar su significado
ción lógica, con el fundamento real y los diversos modos de su
de la existencia de algo. No podre- significado ( así, por ejemplo, al
mos, pues, como la teoría determinista estudiar el concepto de contacto, con-
(o "necesitaria") radical postula, de- tactus, Santo Tomás lo divide en cor-
ducir lo real partiendo de lo posible. poral o corpóreo y espiritual, en
Para que haya realidad hay que ad- contacto cuantitativo y contacto vir-
mitir algo nuevo que no se halla con- tual, ec.). Analizar la historia de to-
tenido en la posibilidad. Esta novedad dos y cada uno de estos conceptos
contingente es lo que permite com- sería cosa larga. Además, uno de es-
prender la articulación del ser en rea- tos conceptos —el de contacto— ha
lidades "ascendentes": del ser se pasa, experimentado numerosas vicisitudes
en efecto, a los géneros, de los géne- en el curso de la época moderna,
ros a la materia, de ésta a los cuerpos, cuando científicos y filósofos se ocu-
de los cuerpos a los seres vivos, y de paron del problema de cómo es posi-
los seres vivos al hombre. La máxima ble, o de si es posible, la producción
de efectos en los cuerpos sin contac-
350
CON CON CON
to, del problema de si puede conce- el universo es, como lo ha indicado plo, entre la semilla y el fruto, o entre
birse una "acción a distancia". En el S. Sambursky, "un continuo dinámi- diversas formas geométricas, tales
presente artículo tendremos, pues, co", en el cual no hay hiatos o vacíos como la parábola, la elipse y la hipér-
que imponernos muy severas limita- de ninguna especie — excepto el va- bola) son diferencias puramente ex-
ciones. Nos limitaremos a bosquejar cío que rodea a dicho continuo. ternas. En efecto, tan pronto como
una historia de lo que podría llamar- También se inclinaba en favor de descubrimos clases de seres interme-
se el debate entre los "continuistas" lo continuo el pensamiento medieval, diarias que se introducen entre las
y los "discontinuistas", es decir, entre aunque también en éste se insertan dos diferencias, advertimos que po-
quienes consideran que la realidad concepciones que tienden cuando me- demos ir "llenando" los aparentes va-
—la realidad física primariamente, pe- nos a un discontinuismo de tipo diná- cíos, de tal suerte que llega un mo-
ro también toda realidad como tal— mico. Pues en ningún momento puede mento er¿ que vemos con perfecta
es continua o discontinua. En el curso prescindirse, al atacarse el problema claridad que un ser lleva continua-
de este debate se han dado, además, del continuo, de la cuestión de las mente al otro. Los ejemplos de esta
numerosas opiniones sobre la natura- partes. La definición aristotélica la continuidad son, según Leibniz, nu-
leza de la continuidad. menciona explícitamente. Lo mismo merosos: no solamente en las figuras
Ya en la filosofía antigua el proble- ocurre en la definición de Santo geométricas, sino también en la Na-
ma del continuo (o de lo continuo) Tomás, quien señala que es continuo turaleza. Todo está ligado en la reali-
fue uno de los problemas filosóficos el ente en el cual están contenidas dad de un modo continuo, porque
capitales; en efecto, estaba esencial- muchas partes en una, y se mantienen todo está "lleno" — y a la inversa.
mente vinculado al problema de la simultáneamente. Sin embargo, ya El principio de continuidad (o ley de
comprensión racional de lo real, y es- desde antiguo se barruntaba que el continuidad) está perfectamente acor-
pecialmente de "lo lleno" (véase problema de lo continuo ofrecía un dado con el principio de plenitud.
ESPACIO), y por este motivo presentó aspecto distinto según se aplicase a Ambos dependen, por lo demás, del
ya desde los comienzos de la refle- la materia o al espíritu. Y lo que ofre- principio de razón suficiente. Cuando
xión filosófica algunas graves aporías cía, desde luego, dificultad era la se niega este último principio se ha-
(VÉASE). Las más conocidas son las continuidad primera, pues debido a llan en el universo "hiatos" y discon-
expresadas en las paradojas de Zenón la perfecta simplicidad atribuida a tinuidades. Pero estos "hiatos" y dis-
de Elea: la infinita divisibilidad del lo espiritual, se podía suponer que continuidades no pueden entonces ex-
espacio requiere la anulación del mo- éste era la extrema concentración de plicarse, a menos que se haga por
vimiento y de la extensión. Demócri- toda continuidad. En el caso de la medio de milagros o por el puro azar.
to intentó hallar una solución postu- materia, en cambio, la dificultad subió El principio de continuidad garantiza
lando la existencia de entes indivisi- de punto cuando en la época moderna el orden y la regularidad en la
bles, donde la racionalidad no pe- se replantearon todas las cuestiones de Naturaleza, y es a la vez la expresión
netraba: eran islas irreductibles, ro- fondo acerca de su constitución. Des- de tal orden y regularidad. El poder
deadas de discontinuidades y conte- cartes sostenía una concepción de la de la matemática radica en el hecho
niendo en sí mismas, absolutamente materia continua y la identificaba con de que es capaz de expresar la conti-
compacta y por ello indivisible, una el espacio. Sin embargo, ello no signi- nuidad de la Naturaleza; la Geome-
continuidad. La solución de Aristóte- ficaba negar un dinamismo en el fon- tría es la ciencia de lo continuo, y
les es célebre: consiste en mediar do de lo material, dinamismo manifes- "para que haya regularidad y orden
en esta dificultad por medio de las tado en la elasticidad. La física en la Naturaleza, lo físico debe estar
nociones de la potencia y del acto, cartesiana y la teoría de los "torbe- en constante armonía con lo geomé-
las cuales solucionan el problema llinos" se hallan estrechamente vin- trico" (loc. cit.). Todo está ligado;
al permitir que un ser pueda ser di- culadas con el problema de la conti- todo es continuo; todo está "lleno"
visible en potencia e indivisible en nuidad y son uno de los intentos de (Cfr. Principes de la nature et de la
acto sin tener que afirmar unívoca- solucionarlo. Más fundamental toda- grâce, § 3; Monadologie, § 54; Nou-
mente su absoluta divisibilidad o in- vía es la idea de la continuidad en veau Systeme, § 11 et al). Pero Leib-
divisibilidad. Sin embargo, puede de- Leibniz, quien convierte lo que lla- niz no se limitó a reiterar la idea de
cirse que, con excepción de Demó- ma el principio de continuidad o continuidad, sino que indicó que pue-
crito y de algunas direcciones "plu- también la ley de continuidad en uno de descubrirse la ley de lo continuo.
ralistas", el pensamiento antiguo se de los principios o leyes fundamen- Del mismo modo que se puede ex-
inclina casi enteramente hacia la afir- tales del universo. Esta ley de con- presar algebraicamente la ley de una
mación de lo continuo. Tanto los neo- tinuidad exige que "cuando las de- curva, por complicada que ésta sea,
platónicos como los estoicos coinci- terminaciones esenciales de un ser se puede también descubrirse mediante
dían en este punto, aun cuando difi- aproximan a los de otro, todas las leyes la continuidad en la Naturaleza.
rieran en el modo como entendían la propiedades del primero deben en Y, en último término, podría descu-
continuidad. Los neoplatónicos enten- consecuencia aproximarse asimismo a brirse una ley que sería la ley de la
dían, en efecto, la continuidad meta- las del segundo" (Opuscules et frag- realidad entera y que por el mo-
físicamente, como algo fundado en la ments inédits, ed. Couturat, 1903, mento solamente podemos expresar
tensión infinita de lo Uno, del cual pág. 108; de una Carta a Varignon, señalando su existencia en el prin-
emanan ("continuamente") las de- 1702). La ley en cuestión permite cipio universal de continuidad. Esta
más realidades. Los estoicos entendían comprender que las diferencias que idea no ha sido, sin embargo, acep-
la continuidad físicamente: para ellos, observamos entre dos seres (por ejem- tada por todos los filósofos; muchos
351
CON CON CON
han estimado que parece imposible Consideremos ante todo la física. guíente, que no es legítimo transplan-
escapar a las antinomias que Zenón Hay en esta ciencia una noción —la tar a los físicos las preocupaciones
de Elea puso de relieve por vez pri- noción de campo— que supone la que solamente son propias de los
mera. Así, Kant ha tratado el pro- idea de continuidad, pues no se trata filósofos. Sin embargo, no es éste el
blema de lo continuo dentro de la de explicar un fenómeno por la ac- caso. Aunque los físicos están poco
segunda antinomia ( VÉASE). La tesis ción de partículas, sino por la estruc- inclinados a plantear tales problemas
afirma la imposibilidad de una divi- tura total de un conjunto físico. Esta en los mismos términos usados por
sibilidad infinita, pues de lo contra- noción no es una novedad en la fí- los filósofos y se resisten a una in-
rio el ser se disolvería en una nada. sica contemporánea. Estaba ya latente terpretación precipitada de los re-
La antítesis sostiene la infinita di- en la llamada física clásica a partir sultados de su ciencia, lo cierto es
visibilidad de una parte dada, pues del siglo XVII a consecuencia de la que buscan ciertas soluciones que
de lo contrario no habría extensión. tesis de la "acción a distancia". Pero pueden inscribirse en la cuenta de
Ahora bien, la antinomia se debe, como constituía una especie de "cuer- alguna de las concepciones mencio-
según Kant, a que en la tesis el es- po extraño" dentro de la física y, nadas o en la síntesis de ellas. Pode-
pacio es considerado como algo en sí, además, algo inexplicable, se con- mos mencionar a este respecto la
y en la antítesis como algo fenomé- sideró que llegaría un día en que proposición de Heisenberg de una
nico. Con ello parece haberse descu- podría ser arrumbada. No ocurrió "longitud mínima" de la cual todas
bierto la raíz de la dificultad. Pero así. Por el contrario, la teoría electro- las longitudes serían múltiplos, lo
a la vez la solución se basa en un magnética de Maxwell precisó la no- que equivaldría a reconocer la posibi-
supuesto que no es forzoso aceptar ción de referencia en la cual se in- lidad de "dividir" la longitud en can-
ni siquiera es plausible: la división sertaron luego las concepciones rela- tidades discretas. Podemos señalar
de lo "real" en fenómeno y noúmeno. tivas a las radiaciones, que aparecie- asimismo el hecho de que Louis de
Suprimido el supuesto, el problema ron como perturbaciones del campo Broglie ha insistido en que no sólo
tradicional vuelve a introducirse. En electromagnético. Tales concepciones todo fenómeno macroscópico observa-
vista de ello, algunos pensadores han chocaron con el discontinuismo ato- ble corresponde a un número enor-
considerado o que no tiene solución mista. Se reprodujeron así, pero agu- me de transiciones cuánticas elemen-
o que solamente la tiene adoptando dizadas, cuestiones que se habían tales, sino que esto muestra hasta
—o por convención o por convic- planteado anteriormente en el proble- qué punto las dificultades y antino-
ción— alguna posición metafísica ma de la naturaleza —ondulatoria o mias surgidas por el problema de la
última. Esta posición puede consis- corpuscular— de la luz. En vista de divisibilidad infinita de un segmento
tir o en hacer de la continuidad el ello las concepciones continuistas y de espacio o de tiempo y, de con-
producto de una yuxtaposición de discontinuistas chocaron entre sí con siguiente, toda la cuestión del 'labe-
discontinuidades, o en considerar la gran frecuencia. Durante algunos ins- rinto del continuo" se desvanece o
discontinuidad como un corte en la tantes pareció triunfar el continuis- atenúa en la escala microfísica. (Ob-
continuidad (si se quiere, como un mo: las físicas cualitativistas y conti- servemos, empero, que L. de Broglie
momento de "degradación", de "des- nuistas de Mach, Ostwald y (en parte) propuso en 1956 la teoría según la
censo" de una simplicidad originaria, Duhem realizaron en este sentido un cual corpúsculos y cuantos de ener-
de tal suerte que espacio y tiempo gran esfuerzo. Luego —sobre todo gía pueden ser considerados como de-
serán algo "engendrado" por la dis- con la teoría de los cuantos— pareció formaciones ondulatorias de un cam-
tensión de un ser absolutamente ten- imponerse el discontinuismo. Y po único: el espacio.) Cierto que la
so, continuo e impenetrable). Tales buena parte del trabajo en la física última fórmula einsteiniana (que no
posiciones son —explícita o implíci- durante los últimos treinta años puede es todavía susceptible de comproba-
tamente— bastante frecuentes en los ser estudiado desde el punto de ción física) para la unificación de
metafísicos que han intentado dar una vista de la oposición —y esfuerzos de la luz, el magnetismo, la radiación
solución al problema; resulta sospe- conciliación— de las dos concepciones. y la gravitación en un "continuo" pue-
choso, sin embargo, que la primera Así, por ejemplo, la mecánica de poner en tela de juicio la entera
posición se base en la simple "afirma- ondulatoria mostró la posibilidad de teoría de los cuantos (a causa del ca-
ción" de que hay entidades discretas unir las nociones de campo y de rácter no discreto de la gravitación).
y en la metáfora de la yuxtaposición, partícula en la noción de la onda- Pero no hace mucho tiempo que J.
y la segunda se edifique sobre la corpúsculo (partícula a la cual está Schwinger presentó un sistema de
simple "afirmación" de que hay una asociado un campo ondulatorio). Esto ecuaciones del cual parece poder de-
—o varias— entidades simples y en no significa, ciertamente, que haya ducirse la "existencia" de "partículas
la metáfora de la "distensión". diferencias entre la onda y el mínimas de espacio-tiempo" de las
corpúsculo; de hecho ocurre sólo que cuales todos los "segmentos espacio-
Aunque es difícil separar el pro- cada uno obedece a una estadística temporales" serían múltiplos. En su-
blema filosófico del continuo de los diferente (las ondas, a la estadística ma, aunque el físico, y en ocasiones
problemas que plantea la noción de Bose-Einstein; los corpúsculos elemen- el filósofo, se resistan a interpreta-
continuidad en la física y en la ma- tales, a la estadística Fermi-Dirac). ciones demasiado intuitivas y, por
temática, nos referiremos ahora más Se dirá que las mencionadas nocio- ende, peligrosas de las teorías de la
especialmente a esta última noción, nes tienen poco que ver con lo que física ( V É A S E ), y se a firme que,
que ha sido muy insistentemente di- los filósofos entienden por continui- en ausencia de una representación
lucidada por físicos y matemáticos dad y discontinuidad y, por consi- In t uiti va, n o s e pue de de cir q ue
durante los últimos siglos.
352
CON CON CON
haya un giro hacia el continuismo o inclusive en su forma generalizada, Schilling, Aristotelis de continuo doc-
hacia el discontinuismo en dicha cien- es consistente con los demás axiomas trina, 1840 (Disc.). — Aldo Masu-
cia, no se puede evitar dar una inter- de la teoría de los conjuntos si estos llo, La problematica del continuo nel
pretación a ciertas soluciones. Y aun axiomas son consistentes. Esto no pensiero di Zenone di Elea e di Aris-
totele, 1955 (Atti dell'Acc. di Scien-
si adoptamos para el presente proble- constituye una prueba efectiva de la za mor. e pol. [Ñapóles]).
ma el principio de complementaridad hipótesis del continuo, pero sí la
(v.) y hacemos de la continuidad y prueba de que tal hipótesis, aun ge- CONTRACTUALISMO. Véase
CONTRATO SOCIAL.
de la discontinuidad algo así como neralizada, no puede ser refutada.
"conceptos-límites", estos conceptos Añadamos que esta hipótesis es re- CONTRADICCIÓN. Hemos estu-
siguen operando si se quiere que po- conocida por muchos matemáticos diado el sentido que tiene la expre-
sean alguna significación y, por lo como extremadamente importante no sión 'proposiciones contradictorias' y
tanto, no son enteramente eliminables. solamente en teoría de los conjuntos, las relaciones entre las mismas en los
Examinemos ahora la matemática. sino también en la fundamentación artículos Contradictorio, Oposición y
Durante mucho tiempo fue considera- de la matemática. Según Hermann Proposición. En el primero de los
da como el reino de lo continuo. No Weyl, la moderna fundamentación citados artículos nos hemos referido,
solamente —como suele decirse— del análisis por medio de la teoría de además, a la relación de oposición
desde Leibniz. Aparte los problemas los conjuntos permite inclusive "sal- contradictoria en las funciones de
planteados por Zenón, se habían sus- var" el continuo en el sentido plató- verdad. En las siguientes líneas nos
citado en la Antigüedad cuestiones nico del vocablo. referiremos a la noción de contradic-
tales como la de la naturaleza de las ción en los varios sentidos que ha
series numéricas, con soluciones de recibido.
naturaleza continuista, como las pro- Dicha noción es estudiada tradi-
porcionadas por algunos filósofos y cionalmente bajo la forma de un
matemáticos neoplatónicos ( Proclo) principio: el llamado principio de
al imaginar cada número como un contradicción (y que más propiamen-
corte en el continuo de los números te debería calificarse de principio de
luego llamados reales. Pero en algu- no contradicción). Con frecuencia tal
nos instantes se puso en duda la principio es considerado como un
tesis de la matemática como reino de principio ontológico, y entonces se
lo continuo. Ocurrió esto especialmen- enuncia del modo siguiente: "Es im-
te cuando Weierstrass descubrió la posible que una cosa sea y no sea
existencia de funciones discontinuas al mismo tiempo y bajo el mismo
y de funciones continuas sin deriva- respecto." Otras veces es considerado
das. Ahora bien, el abandono de se- como un principio lógico (en un
mejante tesis no significa que se amplio sentido de este término), y
prescinda en matemática de la noción entonces se enuncia del modo siguien-
de continuidad. Muchos ejemplos te: "No a la vez p y no p", donde
pueden mostrarse al respecto; elegi- 'p' es símbolo de un enunciado de-
rnos aquí el que proporciona la llama- clarativo.
da hipótesis del continuo, de Georg Algunos autores han sugerido que
Cantor. Como hemos indicado en el hay asimismo un sentido psicológico
artículo Infinito (VÉASE) hay un nú- del principio, el cual se enunciaría
mero infinito de números cardinales entonces: "No es posible pensar al
transfinitos, siendo el menor el car- mismo tiempo p y no p" (si el con-
dinal No de los conjuntos denume- tenido del pensar es lógico) o bien
rablemente infinitos. Por consiguien- "No es posible pensar que una cosa
te, todo número cardinal, N, distinto sea y no sea al mismo tiempo y bajo
de N o debe ser tal que N o < N. el mismo respecto" (si el contenido
Ahora bien, siendo No < N1, puede del pensar es ontológico). Nosotros
preguntarse si hay algún cardinal, N, consideramos que el "sentido psico-
tal que N o < N < N 1 > o bien si lógico" debe ser eliminado; la im-
N 1 es el próximo cardinal que sigue posibilidad de pensar algo es un he-
en la serie a No . Según Cantor, su- cho y no un principio. Mayor jus-
cede lo último. Pero Cantor no pudo tificación tendría considerar el prin-
probarlo. También fracasó en la prue- cipio desde el punto de vista episte-
ba Hilbert. Tanto o más difícil pa- mológico, en tanto que ley "mental",
recía probar la llamada hipótesis "subjetiva" o "trascendental" que
generalizada del continuo, que in- conformaría todos nuestros juicios so-
cluye la hipótesis del continuo como bre la experiencia, pero estimamos
un caso particular. Solamente K. Gö- que ello equivaldría a introducir su-
del logró demostrar por lo menos que puestos que no son necesarios en un
la hipótesis del continuo cantoriana, análisis primario del significado y
CON CON CON
sentido fundamentales del principio. es "contradictoria" o que en el pro- Según la información proporcionada
Observemos que la expresión 'al mis- ceso dialéctico de su evolución la por N. Lobkowicz (Cfr. infra), mien-
mo tiempo y bajo el mismo respecto' realidad "supera", "trasciende" o "va tras ciertos autores mantenían las le-
mencionada al referirnos al sentido más allá" del principio de contra- yes dialécticas "clásicas" con todo
ontológico del principio es absoluta- dicción. Típica es al respecto la po- radicalismo y todas sus consecuencias,
mente necesaria para que el princi- sición de Hegel al hacer de la con- otros (como el citado Kolman) seña-
pio sea válido; la ausencia de seme- tradicción una de las bases del laron que, si bien hay contradicciones
jante restricción abre el flanco a fáci- movimiento interno de la realidad, en la realidad, ello no significa que
les objeciones contra el mismo. aun cuando debe tenerse en cuenta deban concebirse igualmente en el
El primer pensador que presentó que en la mayor parte de los casos pensamiento. En éste el principio de
el principio en forma suficientemente los ejemplos dados por el filósofo no contradicción (o no contradicción) es
amplia fue Aristóteles. Varias partes se refieren a realidades contradicto- correcto. Se indicó asimismo que la
de sus obras están consagradas al rias, sino contrarias. Cuando ha pre- llamada "contradicción" se refiere, en
tema; citamos, entre las más destaca- dominado el lado lógico y metalógi- rigor (véase supra], a "contrarios" y
das, De int., 17 a 34, 17 b 16 y sigs.; co, en cambio, se ha tratado sobre no a "contradictorios". Es plausible
An. post., 77 a 10 sigs., 88 a 35 y todo de saber si el principio debe ser suponer que estos debates han sido
sigs.; Met., G 1005 b 15 y sigs., e considerado como un axioma evidente suscitados en parte por la importancia
ibid., 30 y sigs. No siempre es for- por sí mismo o bien como una adquirida por la lógica formal y la
mulado el principio del mismo modo. convención de nuestro lenguaje que imposibilidad de encajar dentro de ésta
A veces se presenta como una de las nos permite hablar acerca de la las "leyes dialécticas" clásicas.
"nociones comunes" o "axiomas" que realidad. Para la noción de contradicción
sirven de premisa para toda demos- Fundándose, por un lado, en Hegel, desde el punto de vista lógico y me-
tración sin poder ser ellas mismas y por el otro en el examen de la rea- talógico, consúltense los manuales de
demostradas. A veces se presenta co- lidad social e histórica (y en la ac- lógica indicados en LÓGICA y LOGÍS-
TICA. — Indicamos a continuación al-
mo una "noción común" usada para ción a desarrollar sobre esta realidad), gunas obras y trabajos principalmen-
la prueba de ciertas conclusiones. A Marx propuso una dialéctica ( VÉASE) te sobre los problemas ontológicos
veces se presenta como la tesis según en la cual el principio o ley de con- de la noción de contradicción: G.
la cual si una proposición dada es tradicción quedaba desbancado. Más
verdadera, su negación es falsa, y si sistemáticamente, Engels formuló co-
una proposición es falsa su negación mo dos de las tres "grandes leyes dia-
es verdadera, es decir, como la tesis lécticas" la "ley de la negación de la
según la cual dos proposiciones con- negación" y la "ley de la coincidencia
tradictorias no pueden ser ambas ver- de los opuestos". Estas leyes asimis-
daderas o ambas falsas. Ahora bien, mo, y muy determinadamente, pare-
todas las formulaciones pueden redu- cían negar el principio lógico de con-
cirse a las tres ya citadas interpre- tradicción. Por lo común, tanto los ma-
taciones: la ontológica, la lógica y la teriales dialécticos que pueden llamar-
metalógica. En el primer caso el se "clásicos" (hasta la Revolución so-
principio se refiere a la realidad; en viética de 1917) como los marxistas-le-
el segundo, se convierte en una fór- nistas y los materialistas dialécticos de
mula lógica o en una tautología de las últimas generaciones, especialmente
la lógica sentencial, que se enuncia los soviéticos, han mirado con des-
del modo siguiente: confianza el principio de contradic-
~(p.~p) ción por suponer que no da cuenta del
y que se llama usualmente ley de "movimiento dialéctico de la reali-
contradicción. Siendo una tautología, dad". De vez en cuando, sin embar-
su tabla de verdad da ves para todos go, se han suscitado debates al respec-
los valores de verdad de 'p'. En el to. Algunos autores han declarado
tercer caso el principio es una regla que mientras el principio "clásico" de
que permite ejecutar inferencias ló- contradicción debe mantenerse en la
gicas. lógica y hasta en el lenguaje de las
Las discusiones habidas en torno al ciencias, hay que adoptar principios
principio de contradicción han dife- dialécticos distintos al tratar de la
rido según se haya acentuado el realidad humana y social. Otros han
aspecto ontológico (y principalmente intentado derivar leyes lógicas de las
metafísico) o el aspecto lógico y leyes dialécticas que rechazan el prin-
metalógico. Cuando ha predominado cipio clásico o lo ponen entre parén-
el lado ontológico se ha tratado so- tesis. Interesante es al respecto la dis-
bre todo de afirmar el principio co- cusión que tuvo lugar en Moscú, en
mo expresión de la estructura cons- 1958, entre varios materialistas dia-
titutiva de lo real, o bien de negarlo lécticos soviéticos (aunque alguno de
por suponerse que la propia realidad ellos, como E. Kolman, era checo).
354
CON CON
exclusivas, no pudiendo ser las dos examinamos su dependencia en lo
verdaderas, e implicando la verdad que toca a los valores de Verdad
de una la falsedad de la otra, y vi- (V), Falsedad (F) e Indetermina-
ceversa. ción (I), obtendremos el cuadro si-
Para la concepción hegeliana de lo guiente:
contradictorio y la no distinción por p.q
Hegel postulada entre lo contradictorio V
y lo contrario véase CONTRARIO,
F
DIALÉCTICA, HEGEL.
~ p.~q.~r
CONTRAPOSITIVO (del condicio-
CONTRADICTORIO. Hemos estu- nal). Véase CONDICIONAL. F
diado la contradicción como princi- CONTRARIEDAD (LEY DE). I
pio lógico y como regla metalógica Véase ASOCI ACI ÓN y ASOCI ACI O - donde se muestra que dichas funcio-
en Contradicción (VÉASE ). Nos refe- NISMO. nes son mutuamente exclusivas, no
rimos en el presente artículo a la re-
CONTRARIO. La relación de opo- pudiendo ser ambas verdaderas, pero
lación de oposición entre proposicio-
sición entre las proposiciones A y E pudiendo ser ambas falsas.
nes contradictorias y entre funciones
(véase PROPOSICIÓN), tal como ha Para Hegel (Enz., § 165; Glöckner,
de verdad contradictorias.
sido expuesta en Oposición (v. ), se 6.133-34), la diferencia entre "con-
La relación de oposición entre pro-
llama relación de contrariedad, y di- trario" y "contradictorio" (así como
posiciones contradictorias (v. PROPO-
chas proposiciones son, por lo tanto, entre "afirmativo" y "negativo") es
SICIÓN) es la que se da entre las pro-
llamadas contrarías. En la lógica clá- una mera selección de acuerdo con
posiciones A - O y E - I, tal como
sica, la relación de contrariedad afir- las determinabilidades (contingentes)
se ha mostrado en el cuadro de Opo-
ma que dos proposiciones contrarias del pensar pertenecientes a la esfera
sición (v.), donde también se ha
no pueden ser al mismo tiempo ver- del ser o de la esencia, y nada tiene
hecho referencia a la relación de con-
daderas, pero pueden ser al mismo que ver con la esfera conceptual
tradicción entre proposiciones moda-
tiempo falsas. Así misma. Las determinaciones (lógi-
les. Según la relación de oposición
cas) son unilaterales (Logik, I Abt.
contradictoria, dos proposiciones con- Si A es verdadera, E es falsa. Si II Kap; C.c; Glöckner, 5.107), y
tradictorias no pueden ser a la vez ver- A es falsa, E puede ser falsa. Si su unidad como verdad reside en el
daderas ni pueden ser a la vez falsas. E es verdadera, A es falsa. Si E 'o...o' del juicio disyuntivo. Como
Por lo tanto, es falsa, A puede ser falsa. puede advertirse, la concepción he-
Si A es verdadera, O es falsa. En la lógica clásica, la distinción geliana encaja difícilmente en las
Si A es falsa, O es verdadera. de la materia de la proposición en concepciones usuales lógicas y es un
Si E es verdadera, I es falsa. materia necesaria y materia contin- resultado de la idea metafísica de la
Si E es falsa, I es verdadera. gente introduce una restricción en lógica, característica de dicho filó-
La relación de oposición contra- la afirmación 'Si A es falsa, E puede sofo.
dictoria se refiere usualmente a las ser también falsa'. En efecto, se John Peter Anton, Aristotle's Theo-
proposiciones y no a los términos estima que cuando la materia es ne- ry of Contrariety, 1957.
(sobre esta última, véase OPOSICIÓN). cesaria, o sea cuando P pertenece a CONTRASTE (LEY DE). Véase
Por este motivo, la contradictoria de la esencia de S, dos proposiciones ASOCIACIÓN y ASOCIACIONISMO.
'Sap' es la negación de 'Sap', de tal contrarias no pueden ser a la vez CONTRATIPO. Véase TIPO.
modo que 'Sap' puede formularse falsas. La relación de contrariedad
también '~ Sap'. se da también en los términos y en CONTRATO SOCIAL. La teoría
La relación de oposición contradic- las proposiciones modales, según he- según la cual la sociedad humana debe
toria en las funciones de verdad es mos visto en Oposición. En el mismo su origen (o, mejor, su posibilidad en
una de las formas de relación entre artículo nos hemos referido a los dos cuanto sociedad) a un contrato o
tales funciones. Si tomamos las fun- tipos de proposiciones contrarias (con- pacto entre individuos suele llamarse
ciones ' ~ p . — q . ~ r ' y '~ (~ trarias simples y contrarias oblicuas) (por el título de la obra de Rousseau
p .~ q . ~ r) ' y examinamos su de- resultantes del cubo de oposición a que nos referiremos luego) "la teoría
pendencia en lo que toca a los valo- propuesto por Hans Reichenbach. del contrato social" y también
res de Verdad (V) y Falsedad (F) En la lógica moderna, la interpre- "contractualismo". Los defensores de
obtendremos el cuadro siguiente: tación no existencial de A y E hace esta teoría no suelen sostener que la
~p. ~q . ~r inválidas, según los lógicos, las in- sociedad se originó efectivamente
ferencias antes mencionadas. Los ló- cuando los hombres, o, mejor, un grupo
V gicos clásicos objetan a ello con los de hombres se reunió con el fin de
F argumentos que hemos puesto de re- llegar a un acuerdo sobre fines comu-
~ (~ p . ~ q . ~ r) lieve en Oposición. nes; afirman simplemente que, sea
Los lógicos modernos estudian cual fuere el origen de la sociedad, su
F también la relación de contrariedad fundamento y su posibilidad como so-
V en las funciones de verdad. Si toma- ciedad se halla en un pacto. El con-
en el cual se muestra que las funcio- mos 'p . q' y ' ~ p . ~ q . ~ r' y tractualismo considera, pues, la socie-
nes contradictorias son mutuamente dad como si en un momento histórico
355
CON CON CON
(o pre-histórico) hubiese tenido lugar ejemplos de este último tipo de rela- hombres han llegado a ese punto en
un pacto o contrato. ción es el contractualismo, estrecha- donde los obstáculos que perjudican
Es posible que algunos sofistas hu- mente ligado con el llamado "jusna- su conservación en el estado natural
biesen desarrollado una teoría con- turalismo". Entre los autores que vencen, por medio de su resistencia,
tractualista de la sociedad, a juzgar elaboraron esta teoría se hallan Gro- las fuerzas que cada individuo puede
por lo que afirma Platón (Rep., II. cio, Pufendorf y Locke. Pero los auto- emplear para mantenerse en ese esta-
359 A) —con el fin de rebatirlo— de res contractualistas modernos más co- do. Entonces ese estado primitivo no
quienes sostenían que para evitar las nocidos son Hobbes y Rousseau, a puede ya continuar por más tiempo,
injusticias y daños que unos hombres cuyas doctrinas nos referiremos acto y el género humano perecería de no
se infligían a otros, decidieron que era seguido con más detalle. cambiar su modo de ser" (I.6). Y
más provechoso entenderse para no Como indica Richard Peters (Hob- también: "Hallar una forma de aso-
cometer ni sufrir la injusticia. De ahí bes, 1956, pág. 194), "la concepción a ciación que defienda y proteja con
nacieron, escribe Platón, los pactos que se adhirió Hobbes, según la cual toda la fuerza común proporcionada
(sunqh/kh = pacto, tratado, convención). la sociedad civil se basaba en alguna por la persona y los bienes de cada
Para los autores a que Platón se refiere, forma de contrato o pacto, era cosa asociado, y mediante la cual cada
la justicia no es ( como para el corriente en su época". Se admitían uno, uniéndose a todos, no se obedez-
filósofo) algo absoluto, un valor por dos clases de pacto: el pactum unio- ca sino a sí mismo, y quede tan libre
sí mismo, sino que es resultado de un nis, considerado como origen de la como antes"... es "el problema fun-
acuerdo, de un compromiso. En la sociedad civil y basado en la acepta- damental del cual el Contrato social
obra platónica la teoría contractualis- ción por la mayoría de las decisiones da la solución". Las cláusulas del con-
ta es puesta en boca de Trasímaco y tomadas, y el pactum subjectionis, por trato se reducen a una: "La total
de Glaucón. Aristóteles (Pol., III. 1280 el cual la comunidad se sometía a una enajenación de cada asociado con to-
b 10) atribuye la teoría a Licofrón forma particular de gobierno civil dos sus derechos a toda la comuni-
(un sofista). Epicuro y los epicúreos (Peters, loc. cit.). Hobbes trató del dad" (loc. cit.). La esencia del con-
parecen haber defendido asimismo el contrato social como pactum unionis; trato social es: "Cada uno de nosotros
contractualismo, al cual se refiere Ci- su explicación del contrato social "fue pone en común su persona y todo su
cerón en su diálogo De respublica. un intento de aplicar el método reso- poder bajo la dirección suprema de la
Durante la Edad Media el contractua- lutivo-compositivo de Galileo a la so- voluntad general, y nosotros recibimos
lismo fue tratado por varios autores, ciedad civil, de revelar los principios cada miembro como parte indivisible
y defendido y elaborado por algunos básicos presupuestos por su existencia del todo" (loc. cit.). El contrato so-
(como, por ejemplo, Marsilio de Pa- de modo que pudiese llevarse a cabo cial explica el paso del estado de na-
dua), sin que ello signifique que el una reconstrucción racional de sus turaleza al estado civil. Fundamental
contractualismo medieval fuera idén- rasgos más conspicuos" (op. cit., pág. en la concepción de Rousseau es la
tico al antiguo, pues el primero se 201). Se trataba en Hobbes de una idea de voluntad general (volonté gé-
halla con frecuencia condicionado por hipótesis explicativa, no de una hipó- nérale) , o voluntad del cuerpo civil
el modo como se planteó en la Edad tesis relativa a efectivos acontecimien- (o mayoría de sus miembros), la cual
Media el conflicto entre el poder tem- tos históricos. Importantes pasajes al "es siempre justa y tiende siempre a
poral y el poder espiritual, conflicto respecto se hallan en Leviathan (I. la utilidad pública" (II. 3). Cosa que
inexistente, o de escasa monta, en el 14): "La transferencia mutua de de- no significa que la voluntad general
mundo antiguo. En el siglo xv se ha- rechos es lo que los hombres llaman se exprese siempre correcta o adecua-
llan elementos de la teoría del contrato contrato. Hay una diferencia entre la damente, pues "aunque se quiere
social en varios autores, entre ellos transferencia de derechos a la cosa, y siempre el propio bien, no siempre se
Nicolás de Cusa. la transferencia de la tradición, es de- lo ve; nunca se corrompe al pueblo,
Sin embargo, esta teoría se desarro- cir, entrega de la cosa en sí misma." pero con frecuencia se lo engaña, y
lló sobre todo en la época moderna en Y también: "Los signos del contrato entonces es cuando parece querer lo
parte como consecuencia de la secu- son o expresos o por inferencia." que es malo" (loc. cit.).
larización creciente del Estado y en Rousseau, por su lado, afirmó que Las teorías modernas del contrato
parte como resultado de una concep- el orden social no se halla fundado en social, especialmente las expresadas
ción de índole "atomista", según la la naturaleza, sino en "convenciones" por Rousseau, influyeron sobre nume-
cual el Estado se halla compuesto pri- (Contrat social, I. 1). La sociedad más rosos pensadores (por ejemplo, Kant
mariamente de individuos cuyas rela- antigua y natural es la familia (I. 2). y Fichte). En Rousseau se halla, por
ciones entre sí son comparables a las El primer modelo de las sociedades lo demás, la posibilidad de combinar
relaciones entre partículas — bien que políticas es aquel en el cual el jefe el contractualismo con una teoría or-
no necesariamente reducibles a asume la imagen de un padre. Ahora ganicista de la sociedad, lo que no
ellas. Mientras muchos autores es- bien, el más fuerte, con el fin de se- sucede en los contractualistas ante-
colásticos (como Santo Tomás y Suá- guir siéndolo, transforma la fuerza en riores a dicho filósofo.
rez) fundan el Estado en el bien co- derecho y la obediencia en deber (I. A. Atger, Essai sur l'histoire des
mún (VÉASE), del cual participan los 3). En todo caso, hay que remontarse doctrines du contrat social, 1906. —
diversos miembros, muchos autores siempre para explicar la sociedad, a G. W. Gough, The Social Contract. A
una primera convención ( I.5 ). Así se Criticai Study of Its Development,
modernos se inclinan hacia un tipo de 1936. — M. D'Addio, L'idea del con-
relación de carácter menos "organicis- forma el "pacto social", del cual es- tratto sociale dai Sofisti alla Riforma
ta" y más "mecanicista". Uno de los cribe Rousseau: "Supongo que los
356
CON CON CON
e il "De principatu" di Mario Salamo- y de la sociedad. Las leyes-conven- se prueba que cada clase puede ser
nio, 1954. — J. W. Gough, The So- ciones responderían entonces a la bien ordenada. Pero el principio de
cial Contract. A Critical Study of Its estructura propia de la Naturaleza, convencionalidad establecido en la
Development, 1957. pues ésta sería el origen y la fuente sintaxis (VÉASE) pura no es sólo de
CONVENCIONALISMO. Aunque la principal de la constitución del hom- índole matemática, sino que puede
tesis de que las construcciones teó- bre. En cambio, el convencionalismo aplicarse a cualquier lenguaje. Más
ricas son últimamente convenciones de tendencia apriórica llegaría a con- todavía: sucede, según Carnap, que
ha sido consecuentemente desarrolla- clusiones muy parecidas a las idea- la
da sólo en fecha reciente, ya desde listas en la medida en que considera- convencionalidad de un sistema
la Antigüedad, sobre todo por parte se las convenciones como algo si- matemático o lógico se desvanece
de los sofistas, se había distinguido tuado en el plano trascendental. En- cuando se compara con la "eleccio-
entre lo que es por naturaleza y lo tonces las leyes-convenciones podrían nabilidad" de un sistema metasin-
que existe por convención. Estas dis- a veces no limitarse al campo de táctico puro. Dado un sistema semán-
cusiones, sin embargo, han llegado a lo fenoménico y alcanzar la realidad tico, por lo tanto, lo que de él se
ser decisivas para la teoría del cono- misma. En tal caso, el convenciona- sigue no es convención. Por eso dice
cimiento sólo cuando, a partir de lismo "regresaría" a la posición del Carnap (Studies in Semantics, I, §
Kant, se ha planteado con toda con- idealismo, y aun a la de un idealismo 36) que "mientras al construir un
secuencia la cuestión de la diferen- absoluto, según el cual no sería la cálculo podemos elegir las reglas ar-
cia entre lo regulativo y lo consti- ley, sino la naturaleza, lo conven- bitrariamente, al construir un cálculo
tutivo. Así, las direcciones de tipo cional. K de acuerdo con un sistema semán-
convencionalista —economía del pen- Muy discutido ha sido el problema tico dado S no poseemos entera liber-
samiento en Mach y Avenarius, doc- del convencionalismo en algunas de tad", de modo que "en algunos res-
trina de Poincaré, de Duhem, inclu- las direcciones del positivismo o em- pectos esenciales las características de
sive de Edouard Le Roy, ficcionalis- pirismo lógicos y en la mayor parte S determinan las de K, aunque, por
mo de Vaihinger, etc.— son en de las discusiones acerca de la fun- otro lado, hay todavía libertad de
muchos respectos una acentuación damentación de la lógica y de la elección con respecto a otras ca-
del momento regulativo sobre el cons- matemática. De un modo general, racterísticas". Así, "la lógica —con-
titutivo y, además, una acentuación tales discusiones han seguido las lí- siderada como un sistema de deduc-
del momento regulativo como algo neas antes indicadas, bien que apli- ción formal; en otros términos, como
que afecta a toda la realidad, inclu- cadas a un campo particular. La po- un cálculo— es convencional en un
yendo la fenoménica, o, mejor dicho, sición más frecuentemente adoptada sentido, y no lo es en otro". Lo'
que afecta a toda la realidad en ha sido la que ha admitido el convencional retrocedería siempre a
tanto que exclusivamente fenoméni- convencionalismo en el establecimien- lo más formal, y se manifestaría sin
ca. El convencionalismo afirma, por lo to de las reglas de un cálculo (grosso residuo en el caso de una sintaxis,
pronto, que los principios ideales y no modo, los axiomas y las reglas de pura. Lo mismo opinan en último
menos las leyes por medio de las inferencia), pero lo ha negado en lo término los defensores del operacio-
cuales el hombre conoce la Natura- que toca a las operaciones efectuadas nalismo (VÉASE), así como quienes,
leza son, en última instancia, con- de acuerdo con dichas reglas. Hay como Ernest Nagel, admiten el con-
venciones cómodas. Esto quiere decir que advertir, sin embargo, que el vencionalismo para el conjunto de
—en lo que toca singularmente a las mencionado convencionalismo no tie- los postulados, pero, en cambio, re-
leyes— que son algo que un sujeto ne —como lo tenía todavía, en parte, chazan una interpretación "arbitra-
propone a la Naturaleza, de tal suerte en Poincaré— un sentido psicológico. ria" de ellos en la medida en que no
que ésta responde más o menos ade- Sería largo describir las opiniones que son simplemente "términos", sino, en
cuadamente a tal proposición, pero dentro de la citada posición se han todo caso, términos que funcionan
sin significar que el comportamiento manifestado en la lógica y la mate- en el curso de un tratamiento expe-
real de la Naturaleza equivalga al de mática —o, más propiamente, en rimental. En efecto, Nagel señala
las mencionadas leyes. Así, el con- la metalógica y la metamatemáti- ("Logic without Ontology", en Na-
vencionalismo queda vinculado, cuan- ca—, por lo que nos limitaremos a turalism and the Human Spirit, ed.
do menos en lo que respecta a la las consideraciones más conocidas. Y. H. Krikorian, 1944, pág. 211 [trad,
teoría de la verdad, con el pragmatis- Entre ellas cabe mencionar las de esp.: "Lógica sin ontología", en An-
mo. Sin duda, el convencionalismo Carnap. Este autor indica que el prin- tología semántica, 1960, ed. Mario
puede ser considerado desde diversos cipio, de tolerancia (VÉASE) (Cfr. Lo- Bunge] ) que no se puede dar cuenta
ángulos, según se atenga más o me- gische Syntax der Sprache, § 17) adecuada de los principios empleados
nos al elemento empírico o al ele- puede ser también calificado de prin- en el conocimiento si se supone que
mento apriórico. El convencionalismo cipio de convencionalidad. De acuer- éstos son meras generalizaciones de la
empírico acaba por sostener que las do con ello, es puramente conven- experiencia, pero que, al mismo tiem-
leyes como convenciones son el ins- cional la construcción misma del po, no se pueden aplicar estos princi-
trumento adecuado de comprensión cálculo y la elección de sus caracte- pios si un cierto "funcionalismo" no se
de lo real, pues tales convenciones no rísticas particulares. Se trata, pues, coloca en su base. Puesto que la ló-
son la creación de un sujeto trascen- de algo análogo a lo supuesto en el gica y la matemática son usadas en
dental, sino el resultado de la orga- axioma o "principio de elección" "contextos específicos" y por "vías
nización psicofisiològica del hombre (Auswahlprinzip), de Zermelo, donde identificables", convendrá entonces
357 "comprender el significado de los
CON CON COP
conceptos y principios lógico-mate- franqueza' a 'Todos los que hablan de la cual depende toda la vida mo-
máticos en términos de las operacio- con franqueza son bondadosos'. ral: la libertad, la responsabilidad y
nes asociadas con ellos en tales con- La conversión es estudiada en la el deber." Estas nociones son usadas
textos, y rechazar interpretaciones lógica no solamente en las proposi- también por la conciencia empírica,
acerca de su significación última". ciones puras, sino también en las mo- pero en sentido distinto y sin tener
dales (como hizo ya Aristóteles en en cuenta el eje —y al mismo tiempo
An. Pr., I 24 a sigs.). Hay que adver- el propósito— de toda "conversión
tir que la doctrina tradicional de la auténtica": la "transfiguración de los
conversión no ha sido aceptada en valores".
todos sus puntos por los lógicos mo- CONVERSO. Hay que tener cuida-
dernos, especialmente los del siglo do en no confundir el término 'con-
XIX. Varios de estos lógicos conside- versión' con el término 'converso' en
ran la conversión como un ejemplo la lógica. Este último se usa en la
de la inferencia inmediata. lógica de las relaciones. En ella se
El significado anterior de 'conver- llama converso de una relación R, en
sión' es lógico. Hay también (y, se- símbolos: R, a la relación de todos
gún algunos, sobre todo) un sentido los x a todos los y, tales que y R x.
espiritual —las más de las veces, me- Por ejemplo, el converso de la rela-
tafísico— de la conversión. Destaca- ción mayor que es la relación menor
remos aquí cuatro aspectos del mismo. que. Hay varias leyes de la lógica de
En primer lugar, puede entenderse las relaciones en las cuales interviene
la noción de conversión como una la noción de converso de una rela-
noción contrapuesta a la de proce- ción. Mencionamos solamente a guisa
sión (VÉASE). Es el sentido más co- de ilustración la simple ley que se ex-
mún entre los neoplatónicos, y en presa del modo siguiente:
particular en Plotino (VÉASE).
En segundo término, puede estu-
diarse la conversión como la trans- y que muestra que una relación es
formación espiritual que hace posible idéntica al converso del converso de
un "hombre nuevo". Ejemplo de este esta misma relación.
sentido es la conversión religiosa y Otras leyes en las que aparece la
más específicamente la cristiana tal noción de referencia, así como una
CONVERSIÓN. En la lógica clásica
como ha sido descrita en San Pa- definición más formal de 'converso'
la conversión es un modo de inversión
de proposiciones, de tal suerte que sin blo. se hallan en los manuales de lógica
En tercer lugar, la noción de con- matemática (Cfr. J. Ferrater Mora y
alterar la verdad de una proposición
versión es empleada al referirse a la H. Leblanc, Lógica matemática,
dada, 'S es P' pueda colocarse 'S' en
convertibilidad mutua de los trascen- 1955, § 29).
el lugar de 'P' o 'P' en el lugar de 'S'. dentales (VÉASE).
Se han admitido al respecto tres CONVERTIBLE. Véase CONVER-
Finalmente, la noción de conver- SIÓN, PREDICABLE.
modos principales de conversión. ( 1 ) sión puede considerarse como la base
La conversión simple, en la cual CÓPULA. En un sentido general
de una metafísica. Mencionaremos a se llama cópula al verbo que en una
sujeto y predicado conservan la este respecto la distinción establecida
cantidad o la extensión. (2) La oración une el sujeto con el atributo.
por Georges Bastide (nac. 1901 en En un sentido estricto se llama có-
conversión por accidente, en la cual Cournonterral [Hérault], profesor des-
se conserva solamente la extensión. de 1941 en la Universidad de Tou- pula a las partículas 'es' y 'son' que
(3) La conversión por contraposición, louse) entre conversión falsa —tal, unen en una oración el sujeto con el
en la cual sujeto y predicado se la carnal bajo el aspecto de la espi- atributo. Según la lógica calificada
convierten por medio de la ritual, la mera introspección psicoló- de tradicional, todo enunciado puede
anteposición de la negativa a cada 010 gica, etc.— y la conversión auténtica. convertirse en otro en el cual la có-
de los términos invertidos. Los lógicos Esta última puede fundarse, según pula en sentido estricto desempeña
establecen a tal efecto varias reglas Bastide, en una materia empírica sub- el papel de medio unificador entre
para la conversión, basadas en la jetiva, pero tiene que orientarse hacia el sujeto (S) y el atributo o predi-
conservación por un término, en "principios de comunión" y "valores cado (P). En efecto, enunciados co-
tanto que sujeto, de la misma exten- de universalidad" mediante un "com- mo:
sión que tal término tenía como pre- promiso heroico" (La conversion spi- Serafín fuma, (1),
dicado. Cuando no se cumple con rituelle, 1956, págs. 42-3). "En la Soledad vive (2)
esta condición se producen sofismas. conversión —escribe Bastide a la luz pueden ser traducidos, de acuerdo
Así, por ejemplo, es admisible la con- de su 'idealismo auténtico', 'idealismo con dicha lógica, por los enunciados:
versión de 'Ningún animal es racio- moral o axiológico" y 'esplritualismo
nal' a 'Ningún ser racional es animal', personalista'— se experimentan en su Serafín es fumador, (3),
pero no lo es la conversión de 'Todos esencia profunda las tres nociones Soledad es un ser viviente, (4),
los hombres bondadosos hablan con fundamentales que forman la tríada y aun el enunciado:
358
COP COP COR
Yo soy, (5) do se refiere al 'ser' y mienta el Louis de la Forge — quien se limitaba
puede traducirse por: hecho de que "el ser es") un triple a hacer intervenir a Dios una sola vez
sentido. Por un lado, es paso del en la serie de las interacciones entre
Yo soy un ente existente. (6). atributo al sujeto por ponerse el pen- las sustancias pensante y extensa. En
En virtud de ello se declara que samiento su propia forma, expresando efecto, Cordemoy señaló que la inter-
el verbo 'ser' es el verbo copulativo entonces el ser el atributo mismo. vención de Dios tiene lugar en cada
por excelencia. En (1) y (2) 'ser' Por otro lado, es paso del sujeto al una de las interacciones y que es, por
manifiesta la función copulativa in- atributo, donde el ser se pone a sí consiguiente, continua y constante.
directamente; en (3) y (4), directa- mismo como sujeto y como esencia, Además de ello, Cordemoy se inclinó
mente o in actu signatu. En (5) y manifestándose luego fuera de sí por a la tesis, también descrita en el ar-
(6) se indica que el verbo 'ser' ejerce el atributo de la esencia. Finalmen- tículo citado, según la cual la coope-
a la vez la función de cópula y te, es algo que se manifiesta en la ración humana a la operación divina
predicado. Los enunciados que po- cópula como el reconocimiento de va acompañada de cierto afecto o to-
seen un verbo-cópula, corno (3), que "el ser es existente". nalidad, es decir, de cierta inclinación
(4), (6) son llamados enunciados de Los inconvenientes que ofrece la a su aceptación o no aceptación, único
tertio adjacente. Los enunciados que doctrina tradicional acerca de la com- modo de poder dar un sentido al
poseen un verbo-predicado, como posición de los enunciados no son término 'libertad' y, por lo tanto, de
(1), (2), (5), son llamados de se- los más importantes que afectan al no considerar el hecho de ser espec-
cundo adjacente. Por medio de estas problema de la cópula, tomada ésta tador en el mundo y no actor como
distinciones los autores escolásticos en el sentido estricto señalado de las identificable con un objeto inanima-
responden a las objeciones que sue- partículas 'es' y 'son'. En efecto, tan do cualquiera.
len formular los lógicos contemporá- pronto como examinamos diversos
neos y a las cuales nos hemos refe- enunciados en los cuales interviene
rido en el artículo CUANTTFICACIÓN , 'es', advertimos que las funciones de
CUANTIFICACIONAL y CUANTlFICADOR estas partículas pueden ser varias. Si
al presentar la composición de los consideramos los enunciados:
enunciados. Es posible, pues, indicar
Descartes es francés (7),
que dentro del campo estrictamente
lógico los autores tradicionales no ne- Los madrileños son españoles (8),
cesitan siempre hacer depender su La nieve es blanca (9),
lógica de una metafísica basada en Dante es el autor de La divi
la relación substancia-accidente o bien na Comedia (10)
edificar su metafísica a base de una descubriremos que la cópula 'ser' (es
"mala gramática". Ahora bien, tan decir, 'es' o 'son') tiene en cada caso CORNELIUS (HANS) (1863-
pronto como se procede a presentar un sentido distinto. En (7) expresa 1947) nac. en Munich, profesor desde
los enunciados en forma simbólica se pertenencia de un miembro a una 1894 en Munich y desde 1910 en
advierte que no es necesario admitir clase (VÉASE ); en (8) expresa inclu- Frankfurt, considera la psicología, en
que el verbo 'ser' sea el verbo copu- sión de una clase en otra; en (9) ex- la forma que él mismo le dio, como el
lativo por excelencia. Por este motivo presa predicación; en (10) expresa fundamento de la filosofía. Ahora
seguimos considerando que en la com- identidad (v.). Es necesario, pues, bien, esta psicología, aunque "cien-
posición de los enunciados es mejor en cada caso en que así no ocurra, cia empírica", no convierte a la filo-
adherirse a lo que hemos indicado hacer explícito el sentido de la có- sofía en una ciencia psicologista; el
en el citado artículo. pula, lo que se consigue indicando el nombre que mejor le convendría es,
Advertiremos que la función pre- correspondiente signo. pues, según Cornelius, el que Hus-
eminente desempeñada por el verbo COPULACIÓN (COPULATIO). serl y Rehmke dieron a sus respec-
'ser' es destacada no solamente por Véase PROPIEDADES DE LOS TÉRMI - tivas disciplinas fundamentales: "fe-
muchos autores tradicionales, sino NOS. nomenología pura" o "ciencia fun-
también por numerosos filósofos de COPULATIO. Véase PROPIEDADES damental filosófica". Con ello quiere
tendencia idealista. En rigor, estos DE LOS TÉRMINOS. dar a entender Cornélius que su filo-
últimos insisten todavía más que los COPULATIVO. Véase CONJUN - sofía es análoga a la de dichos pensa-
primeros en la preeminencia de 'ser' CIÓN, CÓPULA. dores, bien que construida con inde-
tanto lógica como, y en particular, pendencia de ellos. Lo mismo podría
metafísica. Así ocurre, por ejemplo, CORDEMOY (GÉRAUD DE) decirse de la relación entre Cornélius,
con Bradley cuando indica que la (1620-1684), nacido en París, fue tu- y Mach y Avenarius. Generalmente
cópula unifica el that (que) del su- tor del Delfín y miembro de la Aca- se le considera influida por estos
jeto con el what (qué) del predicado demia Francesa. Cordemoy fue uno pensadores, especialmente en su doc-
y, por lo tanto, representa el medio de los más conocidos cartesianos fran- trina de la economía del pensamiento;
por el cual el juicio llega a anularse ceses (véase CARTESIANISMO) y uno sin embargo, Cornélius rechaza estas
a sí mismo y a superponerse entera- de los representantes del ocasionalis- influencias directas y señala que fue
mente con la realidad. Así sucede mo (v.). Como hemos indicado en el conducido a teorías análogas par-
también con Lachelier cuando señala artículo sobre este último concepto, tiendo de una elaboración indepen-
que hay en el 'es' (sobre todo cuan- Cordemoy parece haber sido el prime- diente de las ciencias naturales. De
ro en ampliar la tesis ocasionalista de
359
COR COR COR
todos modos, la filosofía de Cornelius Kant). — Autoexposición en: Die Corpus Hermeticum. El dios Thoth
es una de las filosofías típicas del deutsche Philosophie der Gegenwart al cual se refieren tales escritos es
tránsito del positivismo empirista al in Selbstdarstellungen, t. II, 1921. — el Gran Thoth, por lo que el Her-
descripcionismo neutral, en parte in- Véase art. de J. Leszcynski sobre la mes correspondiente es llamado
manentista y en parte también psi- "teoría del mundo" de Cornélius en Hermes Trimegistos (trisme/gistoj
Kwartalnik filosoficzny, de Cracovia,
cológico-genético. Su crítica del neo- XVIII (1949). — Tambié n, C. A. ) o Hermes Tres Veces Grande, equi-
kantismo sigue la misma vía: opuesto Emge, "Hans Cornelius (1863-1947)", valente a la expresión antes usada
a la cosa en sí y a la interpretación Zeitschrift für philosophische For- por los griegos de Grande, Grande y
idealista crítica de Kant, admite, sin schung, IV (1949), 164-70. Grande: me/gistoj kai/ me/gistoj kai/
embargo, un kantismo de sesgo fe- CORNUTO (L. ANNAEUS COR- me/gis-toj. Según ha indicado A.-J.
nomenalista en el cual se intenta una NUTUS) de Leptis o Testis (Libia), Festu-gière, el Corpus Hermeticum no
indagación de la significación de los filósofo del llamado estoicismo nue- es, como algunos autores (por
conceptos que no sea puramente vo, desterrado por Nerón a una isla ejemplo, R. Reitzenstein) han
idealista, pero tampoco estrictamente hacia el año 66 después de J. C., se supuesto, un escrito usado por
causal-genética. En todo caso, lo ge- destacó por sus escritos de interpre- cofradías herméticas (como la llamada
nético-causal pertenece, según Cor- tación alegórica de la mitológica he- "cofradía de Poi-mandres"), sino un
nélius, a la descripción pura de los lénica. Cornuto empleó a tal efecto conjunto muy variado de escritos de
fenómenos y no a la mera reconstruc- los conceptos de la filosofía — espe- astrología, medicina astrológica,
ción empírica de ellos. Como dice cialmente de la cosmología y de la recetas de magia, obras de alquimia,
el propio filósofo, "la significación psicología— estoica. Así, Zeus era in- tratados de filosofía, cuestiones de
de todos los conceptos debe ser mos- terpretado como el Alma del mundo; astronomía, física, psicología,
trada en última instancia por medio Atenas, como la Inteligencia (de tal embriología, etc., puestos bajo el
de los elementos inmediatamente da- Alma), etc. No se trataba de una patrocinio de Hermés y que
dos" (Die deutsche Philosophie der innovación, pues existía ya una tra- comenzaron a ejercer influencia en el
Gegenwart, etc., t. II, pág. 13). En dición exegética en tal sentido (par- momento en que se produjo un
otros términos, Cornélius admite el ticularmente en las interpretaciones retroceso de la tradición racionalista
valor pleno de la experiencia como griega y en que toda la anterior mez-
fuente de conocimiento, pero da a alegóricas de Hornero; el propio Cor-
nuto declara que su obra es un com- cla fue considerada como "el verda-
esta experiencia un sentido amplio y dero conocimiento". Los escritos en
total, no restringido a una forma par- pendio del peri\ qew= n , de Apolodo- cuestión contienen una parte de edifi-
ticular psicologista. De ahí la supe- ro). Pero hay en Cornuto, cuando cación moral y religiosa, pero nin-
ración del fenomenismo desde dentro menos implícitamente, ciertas ideas guna referencia a prácticas del culto
por medio del reconocimiento de con- — por ejemplo, de una cierta "ema- o rituales. Ahora bien, el hermetismo
ceptos de validez universal, y la ad- nació n" de una realidad respecto a posee dos formas de acuerdo con el
misión de los juicios de valor, únicos la otra— que podían considerarse aspecto que haya sido subrayado por
que pueden fundamentar la acción como distintas de las tradicionales. los correspondientes escritos
libre del hombre, y con ello el reino La obra exegética alegórica de herméticos. Por un lado hay un
del espíritu bajo la forma de la his- Cornuto se titula )Epidromh\ tw=n kata\ hermetismo que puede llamarse filo-
toria y de la cultura. th\n (Ellhvikh\n qeologi/an
paradedome/nwn (citada como De sófico, más griego que egipcio (no
natura deorum, o t a mb ié n obstante las referencias constantes a
Co mp e n d i u m t h eo l o gi a e los mitos egipcios y el propósito de
graecae). Edición por C. Lang unir la religión griega con la egip-
(Teubner, 1881). — Véase Martini, cia). Los escritos de varios autores
De L. Annaeo Comuto, 1825. — R. sobre los mitos egipcios y sobre los
Reppe, De L. A. Cornuto, 1906 misterios egipcios (Plutarco, Ascle-
(Dis.). — Artículo de H. von Arnim píades, Jámblico, etc.) están dentro
sobre Cornuto (Annaeus 5) en Pauly- de esta dirección. Pero los ejemplos
Wissowa.
clásicos de ella son los Tratados her-
CORPUS ARISTOTELICUM. méticos atribuidos a Poimandres y a
Véase ARISTÓTELES. Asclepio, tratados de origen intelec-
CORPUS GALENICUM. Véase GA- tual griego en los cuales se desarro-
LENO. lla, bajo la forma de una revelación
CORPUS HERMETICUM. En cier- de Hermès, una cosmogonía, una an-
tos medios filosóficos (neopitagóricos, tropología y una escatología, con nu-
platónicos, eclécticos, etc.) ejerció in- merosas doctrinas análogas a las del
fluencia un conjunto de escritos atri- gnosticismo: formación del mundo en
buidos al Dios egipto Thoth (o el Primer Padre, origen del Hombre
Tot), que se suponía equivalente al Arquetípico, pérdida del alma en el
dios griego Hermès (en tanto que cuerpo y divinización del alma en su
dios de la comunicación e inventor ascenso por los círculos planetarios.
de ciertas técnicas, como la escritu- Por otro lado hay un hermetismo que
ra y la aritmética) y que por este puede llamarse astrológico (o mágico-
motivo se reúnen con el nombre de astrológico), menos interesado por
360
COS COS COS
la especulación teosófica que en cier- distinción (v.) de razón raciocinante. cuando menos de primera intención,
tas prácticas basadas en supuestas En cambio, el concepto de cualquiera posibilidad de reducción de la noción
correspondencias entre fenómenos te- de los otros trascendentales no es en de persona a la de cosa y viceversa; lo
rrestres y fenómenos celestes, y entre modo alguno sinónimo con el concep- que más bien hay es una contraposición
las partes de la Naturaleza y las del to de ente. irreductible y, como lo ha puesto de
cuerpo humano. En otros términos, y A veces se considera que las cosas manifiesto Charles Renouvier, un
como indica Festugière, mientras en son las entidades individuales, y en dilema — uno de los dilemas, po-
un sentido el hermetismo desemboca particular las existencias materiales siblemente el más fundamental, de
en una pura contemplación espiritual, individuales. Estas definiciones tienen la "metafísica pura". Para resolver este
en el otro conduce a una compleja de- el inconveniente de ser demasiado va- dilema hay que tomar una decisión. Es
monología que ofrece rasgos primiti- gas (pues el concepto de entidad in- una decisión similar a la que tomó
vistas. No es infrecuente que los dos dividual no es en modo alguno preci- Fichte al pronunciarse en favor del
tipos de hermetismo se combinen en so) o demasiado restringidas (pues el idealismo para salvar la libertad. Re-
una sola doctrina y que en algunos concepto de cosa en tanto que uno de nouvier tomó decisión en favor de la
casos —como en el de Juliano el los modos de ser del ente tiene mayor persona — lo que suponía, a su enten-
Apóstata— haya habido una singu- extensión que el concepto de cosa ma- der, una serie de posiciones metafísicas.
lar mezcla de mística intelectual y terial). Otros autores se inclinan a considerar
de magia naturalista,, Más aceptable —aunque no exento que la noción de cosa no excluye la de
de dificultades— es ligar el concepto persona, ni la de persona la de cosa;
de cosa con el de substancia. En nu- ambas se refieren a realidades
merosas ocasiones al hablar de la una fundamentales cuya relación es me-
hablamos de la otra, como cuando se nester entonces explicar, y cuya inter-
dice, por ejemplo, "la cosa con sus acción presenta problemas particular-
propiedades". En todo caso, una vez mente espinosos — aunque, según
que se ha introducido el concepto de ciertos autores, lamentablemente arti-
cosa es menester indicar todavía de ficiosos.
qué cosas se trata cuando se aplica Los conceptos de cosa y de per-
aquel concepto. Puede hablarse, así, sona pueden considerarse, desde el
como ha hecho Spinoza, de cosas par- punto de vista histórico, como con-
ticulares, exteriores, físicas, creadas, ceptos en los cuales se expresan ciertas
etc., etc. Si se pretende que tenga al- "concepciones del mundo" previas a
guna aplicación, el concepto de cosa las varias filosofías alojadas en cada
(a menos que se identifique pura y una de ellas. En un cierto sentido del
simplemente con el concepto de ser) vocablo 'cosa' puede decirse que el
necesita una cierta determinación. pensamiento griego clásico tendió ha-
Uno de los modos de entender el cia el "predominio de la cosa". Esto
concepto de cosa consiste en contra- equivale al predominio de un pensar
ponerlo al concepto de persona. Se- de tipo "cosista" y substancialista.
gún algunos autores, esta contraposi- Aunque se admitiera que la realidad
ción es meramente mental o concep- verdadera no es de naturaleza sensi-
tual. Ciertos pensadores (llamados ble, sino inteligible, se hablaba con
"impersonalistas") consideran, en frecuencia de ésta en un lenguaje cal-
efecto, que la noción de persona puede cado sobre "las cosas" (Bergson ale-
siempre reducirse (ontológica o ga, por lo demás, que este es el len-
metafísicamente) a la de cosa. Otros guaje de la inteligencia, a diferencia
pensadores (llamados "personalistas") del lenguaje de la intuición). El con-
consideran que la noción de cosa pue- cepto de persona, en cambio, va in-
de siempre reducirse (ontológica o troduciéndose a medida que se reco-
metafísicamente) a la de persona. En nocen tipos de realidad no réductibles
ambos casos, sólo una de las nociones a lo fijo, a lo estático, a lo exterior, a
corresponde a una realidad. Los auto- la figura, etc. Entre estos tipos de
COSA. Los escolásticos consideran res impersonalistas han sido por lo realidad destacan lo que se llama "vi-
el concepto de cosa (res) como uno común (metafísicamente) realistas; los da íntima" o "espíritu". El cristianis-
de los conceptos trascendentales (v.) autores personalistas han sido por lo mo contribuyó a destacar dichos tipos
— siendo los otros conceptos el de al- común ( metafísicamente ) idealistas. de realidad al invertir las ideas "clási-
go (aliquid), lo uno (unum), lo ver- La expresión 'por lo común' es aquí cas" sobre la relación entre el alma
dadero (verum) y lo bueno (bonum). necesaria, pues es posible encontrar (VÉASE) y la Naturaleza. Mientras era
La cosa es uno de los cinco modos de doctrinas realistas que destacan la rea- corriente en la antigüedad clásica con-
ser (modi essendi) y su modo de ser lidad y el valor de la persona, y doc- cebir el alma —o el espíritu, la razón,
corresponde, en general, al de todo trinas idealistas que pueden destacar etc.— como una especie de culmina-
ente (ens). El concepto de cosa se la realidad y el valor de la cosa. Al- ción del movimiento de la Naturale-
distingue del de ente sólo por una gunos autores rechazan que haya, za, el cristianismo insistió en que
la
361
COS COS COS
Naturaleza estaba, por así decirlo, "en nombre de "Cosa en sí", Ding an zón pura entre la suposición de que
el alma". Hay, desde luego, muchas sich) pueden ser pensadas —mejor di- las cosas (en sí) afectan la sensibili-
excepciones en las dos "tendencias". cho, puede pensarse el concepto de dad produciendo representaciones, y
Por un lado, muchos neoplatónicos, una cosa en sí en tanto que es posible, la idea de que el conocimiento se halla
al hacer de la Naturaleza una emana- o no envuelve contradicción—, pero limitado al mundo fenoménico.
ción de lo inteligible, se niegan a con- no conocidas. Una cosa es pensar un Salomón Maimón puso de manifiesto
siderar que éste es una culminación concepto; otra es adscribir al mismo la contradicción que implica pensar
de aquélla; más bien ocurre que validez objetiva, esto es, posibilidad algo que no sea pensado en la con-
aquélla es una especie de "degrada- real y no meramente lógica. ciencia, y admitir algo (aunque sea
ción" de éste. Por otro lado, no pocos Las cosas en sí se oponen a las apa- sólo como posible) que se halle fuera
elementos del tipo de pensar "cosis- riencias (en el sentido kantiano de de la conciencia, afectándola de
ta" se introducen en el pensamiento "Apariencia" (véase este término] ). algún modo. Ya los primeros kantia-
personalista de muchos eminentes fi- Kant muestra que ni el espacio ni el nos intentaron resolver el problema
lósofos cristianos, en particular esco- tiempo son propiedades de cosas en planteado por la cosa en sí eliminando
lásticos. Pero, en general, puede sí. Muestra asimismo que los concep- la noción de ésta como un inadmisible
decirse que en la medida en que pre- tos del entendimiento son trascenden- residuo realista. Algunos, como J.
domina la idea de ser como ser en sí, tales (véase TRASCENDENTAL) y no Segismund Beck, declararon que el
predomina asimismo la noción de co- estructuras ontológicas propias de una concepto de cosa en sí resulta simple-
sa, y en la proporción en que predo- realidad en sí. mente de la "forma de exposición"
mina la idea de un ser como ser para La naturaleza y función del con- kantiana. Otros manifestaron que
sí, predomina la noción de persona. cepto de cosa en sí en la filosofía crí- plantea un dilema que debe resolverse
Heidegger ha tratado del problema tica de Kant ha sido objeto de nume- por medio de una decisión. Esta
de "la cosa" en una conferencia así rosos debates, algunos de ellos incita- última posición fue adoptada por
titulada ( "Dais Ding", en Gestalt und dos por el carácter vacilante del Fichte. Los neokantianos han recha-
Gedanke, ed. Academia Bávara de vocabulario kantiano. A veces Kant zado asimismo la noción de cosa en
Bellas Artes, 1951, págs. 128-48; trad, distingue entre cosa en sí y objeto sí. Lo mismo hizo Bradley al afirmar
esp. por Rafael Gutiérrez Girardot: trascendental (en la primera edición que las cosas en sí son incognoscibles,
"La cosa", Revista de la Universidad de la primera Crítica); a veces los y que no se puede conocer ni siquiera
Nacional de Córdoba, XI [1953], 3- identifica o deja simplemente de ha- que existen. En general, han rechazado
20). Heidegger se refiere a varios blar del último (en la segunda edi- la noción de cosa en sí tanto los
sentidos etimológicos de "la cosa" y ción). A veces la noción de cosa en sí fenomenistas como los idealistas obje-
especialmente al sentido de "lo que parece distinta de la de noúmeno; a tivos. En cambio, algunos autores han
importa a los hombres" o "el asunto", veces, prácticamente idéntica. Como afirmado que la cosa en sí es accesi-
"el caso" (como en "Sabe sus cosas", nos hemos referido a estos problemas ble, si bien no por medio del intelec-
es decir, lo que interesa, lo que im- en el artículo NOÚMENO, remitimos a to. Es lo que sucedió con Schopen-
porta). Se refiere asimismo a la sig- él para un mayor esclarecimiento del hauer, quien identificó la cosa en sí
nificación habitual de 'cosa' en la me- problema de la cosa en sí kantiana. con la Voluntad. Ello resultaba posi-
tafísica occidental como "lo que en En el mismo artículo hablamos de las ble dentro de su pensamiento, por
general de algún modo es" y también razones que llevaron a algunos autores cuanto dicho autor sostenía que entre
"el objeto", y concluye que el primer (casi todos los idealistas postkantianos) el noúmeno y el fenómeno, entre lo
sentido es más esclarecedor que el a rechazar la cosa en sí (y el inteligible y lo sensible no existe
segundo. Pues toda cosa es el presen- noúmeno), así como a las dos distintas necesariamente relación causal.
tarse de "lo-que-se-presenta" en el interpretaciones —fenomenista e
modo de ser un algo determinado. La idealista trascendental— que cabe dar
cosa opera en el modo de cosificar, y a la filosofía kantiana según el papel
cosificar es trazar y "afianzar el mar- menor o mayor que tiene la noción
co" por el cual el mundo es mundo. de cosa en sí. Pueden completarse
"Los hombres en cuanto mortales ob- estas informaciones con las proporcio-
tienen el mundo en cuanto mundo, nadas en el artículo ANTINOMIA. Nos
habitándolo. Sólo lo que es eslabonado limitaremos aquí a completar la in-
en el mundo [por medio de las formación ofrecida en dichos artícu-
cosas] llega a ser, de una vez, cosa." los con una breve reseña de lo que
COSA EN Sí. Kant llamó "cosas se ha llamado "el destino de la cosa
en sí" (Dinge an sich) a las realida- en sí" en algunas filosofías postkan-
des que no pueden conocerse por ha- tianas.
llarse fuera del marco de la experien- Jacobi sostuvo que "sin la cosa en
cia posible, esto es, que trascienden sí no se puede penetrar en el recinto
las posibilidades del conocimiento tal de la crítica de la razón pura", pero
como han sido delineadas en la Crí- que "con la cosa en sí no se puede
tica de la razón pura. Las cosas en sí permanecer en él". De este modo sub-
(compendiadas con frecuencia con el rayaba dicho autor el conflicto que
se manifiesta en la Crítica de la ra-
362
COS COS
de los cuerpos en tanto que presenta car la presencia permanente de ésta en
problemas de naturaleza racional. Los los lugares del universo que deberían
términos 'cosmología' y 'cosmológico' estar vacíos a causa de la expansión;
son usados, pues, casi siempre, con otros, como Gamow, presentan la teo-
referencia a tales cuestiones, y del ría según la cual de un estado pri-
sentido que les corresponde derivan mordial de la materia se produjo, en
los problemas de las antinomias cos- menos de media hora, la serie de los
mológicas, así como el problema de elementos existentes en el universo:
la llamada prueba cosmológica de la desde su "origen" el universo ha es-
existencia de Dios (véase Dios; II. tado en continua expansión, pero lle-
PRUEBAS DE SU EXISTENCIA). gará un momento de máxima rare-
En la actualidad la cosmología facción en el cual el universo se
—llamada con frecuencia cosmología desintegrará, produciéndose de nue-
COSMOLOGÍA. En sentido general teórica— es considerada como una vo un estado primitivo que, a su vez,
se llama cosmología a toda doctrina disciplina científica, íntimamente li- engendrará una nueva expansión. Es
acerca del mundo (VÉASE), concebido gada con la astronomía, la física teórica fácil ver que todas estas teorías, aun-
como una totalidad. La cosmología y la matemática, pero distinta en que apoyadas en observaciones astro-
se ocupa, por lo tanto, del conjunto principio de ellas. Su principal tema nómicas y empleando el instrumental
del mundo, de su origen y de sus consiste en la construcción de "mo- matemático, se plantean problemas
leyes. El término ha sido utilizado delos de universo" que sean a la vez que habían sido tratados ya por las
sobre todo por los escolásticos y por lógicamente coherentes y no incom- antiguas cosmologías y que inclusive
la escuela de Wolff, que han incluido patibles con los datos fundamentales algunas de sus soluciones se parecen
dentro de la cosmología las inves- de la ciencia experimental de la Na- extraordinariamente a varias de ellas.
tigaciones relativas al "sistema del turaleza. Las características generales Es el caso de la concepción de una
mundo" tal como fueron realizadas del universo, su extensión en el "materia primordial", o de una eterna
por los antiguos y proseguidas, con espacio, duración en el tiempo y, expansión y concentración del uni-
supuestos distintos, por los filósofos ocasionalmente, origen y desarrollo, verso, o de una creación continua de
y cultivadores de la moderna ciencia constituyen las principales preocupa- la materia. Así, como la teoría del
de la Naturaleza. Esto no quiere de- ciones de los cosmólogos. Los trabajos conocimiento, la cosmología muestra
cir que otros autores, aun no em- realizados al respecto se han in- muchos puntos de intersección entre
pleando el término, no hayan tam- tensificado durante los últimos cuatro el lenguaje científico y el filosófico.
bién justificado la posibilidad de doc- decenios, siguiendo los progresos de la Para la cosmología en sentido tradi-
trinas cosmológicas, ya sea basadas física teórica y las nuevas ob- cional: J. de Tonquédec, Questions de
en datos científicos o bien por medio servaciones físicas y astronómicas. cosmologie et de physique, 1950. —
de una previa ontología de la Natu- Ahora bien, las respuestas dadas a
raleza. En todo caso convendría ate- las anteriores cuestiones son muy va-
nerse para la significación tradicio- riadas. Para algunos, el universo es
nal del término 'cosmología' al uso estático y cerrado; para otros es di-
que hoy día es ya clásico. Wolff de- námico y abierto; para algunos, tiene
finía la cosmología general como una forma esférica; para otros, cilindrica
scientia mundi seu universi in genere o hiperbólica; para algunos la curva-
(Cosmologia, § 1). Esta scientia podía tura del espacio es positiva; para
ser "científica" o "experimental" otros, negativa. Los principales mode-
(ibid., § 4). La cosmología general los de universo propuestos son: el de
era llamada también trascendental. En Einstein (cerrado, esférico, estático,
el uso escolástico —formalmente muy finito), el de De Sitter (estático, va-
próximo al anterior— la cosmología cío), el de Friedmann y Lemaître (di-
aparece como una parte de la námico, abierto, expansivo). La cues-
metafísica especial, al lado de la tión de la expansión del universo,
psicología y de la teología natural. suscitada por el desplazamiento de
La cosmología trata entonces del las rayas espectrales de las galaxias
mundo en general, como omnitudo distantes hacia el rojo, ha dado lugar
realitatis, incluyendo en este estudio a muchos debates cosmológicos. En
el examen de la naturaleza de los general, la expansión es admitida,
cuerpos y de las leyes universales por pero las dificultades que ofrece son
las cuales se rigen. Las cuestiones solucionadas de diversas maneras.
relativas al origen del mundo y, sobre Algunos cosmólogos, como Lemaítre,
todo, a la cuestión de si el mundo admiten un "átomo primitivo" que al
existe por sí o ha sido creado, son "explotar" ha engendrado el universo;
cuestiones centrales cosmológicas. Lo otros, como Bondi, Gold y Hoyle, pro-
mismo ocurre con la cuestión de la ponen la tesis de la creación (v.) conti-
composición última nua de la materia, con el fin de expli-
363
COS COU COU
Felix Schmeidler, Alte und moderne significado kantiano de Sitten; la "me- a principios más simples y más com-
Kosmologie, 1962 [Erfahrung und tafísica de las costumbres" y la moral prensivos, como en física se unifican
Denken, 9]. — Historia: A. Koyré, son entonces una y la misma cosa. las diversas relaciones en leyes únicas
From the Closed World to íhe Infinite Aunque no es siempre fácil distinguir que abarcan campos aparentemente
Universe, 1957.
entre el plano empírico-antropológico distintos. Cuanto más amplia y gene-
COSMOLÓGICA (PRUEBA). Véa- y el plano ético-teórico, convendría o ral es una ley tanto más cercana se
se Dios (III), FÍSICO-TEOLOGÍA. distinguir en cada caso en qué sentido encuentra al límite jamás alcanzable
COSTUMBRES se llaman los hábi- se usa el término 'costumbres' o em- que proporciona la esencia de las co-
tos adquiridos por el hombre, hábitos plear dos distintos términos para ca- sas. De ahí que la filosofía tenga por
por medio de los cuales se desarrollan da uno de los dos citados tipos de misión elaborar una teoría de las ca-
de un modo peculiar todos sus actos investigación. Como en la actualidad, tegorías o ideas fundamentales desti-
o una parte de ellos. La significación el vocablo 'costumbres' tiene escasa nadas a producir enlaces cada vez
psicológica de las costumbres se circulación dentro del pensamiento más estrechos entre relaciones feno-
refiere principalmente al carácter ético, puede estimarse que dicho vo- ménicas distintas hasta llegar a una
adquirido de estos actos en el curso cablo ha adquirido predominantemente ley general y universal que pueda
de sucesivas acomodaciones o por un sentido empírico-antropológico. comprenderlas a todas. La justifica-
mera repetición de acciones es- En otro sentido, Hume habla de ción en el empleo de cada una de las
pontáneas libres; la significación ética, la costumbre o hábito como el fun- ideas fundamentales radica en su ma-
más general, se refiere al carácter damento de las inferencias derivadas yor o menor adecuación a los fenó-
moral de las costumbres por el cual de la experiencia. La costumbre se mentos sobre los cuales se aplica;
su doctrina ha llegado a adquirir el opone aquí, por lo tanto, al razona- esta separación entre los distintos gru-
sentido de ciencia de la moralidad. miento, y aun cuando el propio Hu- pos de saberes no equivale, sin em-
Según esto, las costumbres son el con- me indica taxativamente que con este bargo, para Cournot, a una distinción
junto de actos que se organizan ob- término no pretende haber dado ra- entre regiones ontológicas. Por eso las
jetivamente como producciones del zón última de tal propensión humana, categorías aplicadas a la matemática
espíritu subjetivo y que llegan a el hecho es que la misma constituye vuelven a cobrar en cierto modo vi-
erigirse en un sistema de normas vá- "el único principio que hace útil gencia cuando se pasa a los fenóme-
lidas para este mismo espíritu. La dis- nuestra experiencia y nos hace espe- nos sociales superiores, donde el es-
cusión en torno a la idea de las cos- rar en el futuro una serie de efectos píritu y la razón triunfan sobre la
tumbres en su acepción ética ha similares a los que han tenido lugar oscura zona de la vitalidad. Este
girado casi siempre alrededor de di- en el pasado" (Enquiry, V, 1). empirismo en el empleo de las ideas
cha validez objetiva y de su depen- Lucien Lévy-Bruhl, La morale et fundamentales conduce a Cournot,
dencia con respecto al reino de los la science des moeurs, 1903 (trad, finalmente, a la aceptación de la po-
valores, ya sea que la propia moral esp.: La moral y la ciencia de las sibilidad de un dominio religioso de
haya sido definida como simple teoría costumbres, 1929). — F. Tönnies, lo sobrenatural "como consecuencia
de las costumbres, de acuerdo con el Die Sitten, 1909. — C. Constantin necesaria de la inclinación del hom-
significado originario que tenía la Pavel, L'irréductibilité de la morale bre" y, por consiguiente, como un
palabra e)/qoj, ya sea que se haya à la science des moeurs, 1935. —
Georges Gurvitch, Morale théorique hecho efectivo, para explicar el cual
mantenido una oposición entre la es preciso utilizar distintas ideas fun-
ciencia de las costumbres propia- et science des moeurs, leurs possibili-
tés, leurs conditions, 1937, 2a ed., damentales.
mente dicha y la moral llamada rev. y corregida, 1948, 3a ed., 1961. Obras: Recherches sur les principes
teórica en sus más diversos aspectos COURNOT (ANTOINE AUGUS- mathématiques de la théorie des ri-
(formal, material, axiológica, etc.). TIN) (1801-1877), nac. en Gray chesses, 1838. — Exposition de la
En suma: investigación sobre las (Garona), prof, en Lyon y en Gre- théorie des chances et des probabili-
costumbres se ha hecho, por un lado, tés, 1843. — Essai sur les fondements
noble (desde 1854) y rector de la de la connaissance et sur les caractères
de un modo empírico (J. J. Bachofen, Academia de Dijon, se inclina en sus
E. Durkheim, E. Westermack, B. Ma- de la critique philosophique, 2 vols.,
reflexiones sobre el conocimiento a 1851, 2a ed., 1912, 3a ed., 1922. —
linowski, etc.); el problema de las una posición que puede llamarse re- Des méthodes dans les sciences de rai-
costumbres es en este respecto un te- lativista o probabilista, pero no en un sonnement, 1865. — Considérations
ma de la llamada "antropología" ("an- sentido escéptico, sino crítico, enten- sur la marche des idées et des événe-
tropología social"). Algunos autores diendo por 'relativismo' la afirmación ments dans les temps modernes, 1872
estiman que pueden derivarse normas de que solamente son cognoscibles las (Historia de los movimientos intelec-
éticas del estudio de las costumbres, relaciones fenoménicas; y por 'pro- tuales y de las instituciones en los
pero la mayor parte de los antropólo- tiempos modernos, 1946). — Matéria-
babilismo' la definición del juicio del lisme, Vitalisme, Rationalisme, 1875.
gos y sociólogos actuales ponen toda conocimiento como una probabilidad
cuestión ética entre paréntesis o admi- — Traité de l'enchaînement des idées
que tiende a aproximarse a un límite fondamentales dans les sciences et
ten que hay tantas "éticas" posibles representado por el saber de lo que
como "sistemas de costumbres" o co-
dans l'histoire, 1881 (hay trad, esp.:
la cosa es en sí. El ideal del conoci- Tratado del encadenamiento de las
munidades humanas. Por otro lado, el miento consiste, según Coumot, en ideas fundamentales en las ciencias y
examen de las costumbres ha tenido efectuar esta aproximación en una en la historia, 1946).—Véase F. Men-
un significado primariamente ético o medida cada vez mayor, reduciendo tre, Coumot et la Renaissance du
moral. Así ocurre, por ejemplo, en el sucesivamente las hipótesis y teorías probabilisme au XIXe siècle, 1908.
364
cou
mino, hay el sensualismo, que quiere
explicar por la sensación todos los
fenómenos o, mejor aun, que consi-
dera aquélla como el único orden de
fenómenos existente en la conciencia.
A su lado, el idealismo atiende a
otra realidad descuidada por el sen-
sualismo, pero a su vez descuida
la sensación y olvida la coexistencia
de idea y sensación en la conciencia.
Luego, el escepticismo refuta los dos
dogmatismos anteriores, pero toma
por error total lo que no es sino error
parcial, acabando en un dogmatismo
de nuevo cuño. Finalmente, para
salvar las dificultades anteriores, la
reflexión se inclina a la espontaneidad
y, situándose más acá de todo aná-
lisis, se convierte en misticismo. Estos
cuatro sistemas "han sido; por lo
tanto, tienen su razón de ser; por lo
COUSIN (VICTOR) (1792-1867), tanto, son verdaderos cuando menos
nac. en París, profesó en la Universi- en parte", si uno de ellos perece
dad de París y en la Escuela Normal "toda la filosofía está en peligro"
Superior. Su posición es usualmente (Hist. gén. de la phil, Lee. I). Según
calificada de ecléctica y de espiritua- Cousin, la observación directa de la
lista. Influido por la escuela escocesa realidad, tal como es dada a la con-
en las direcciones que desde los ideó- ciencia, permite advertir el origen de
logos condujeron a la reacción acti- los datos que el análisis de Condillac
vista y voluntarista de Maine de Bi-ran había descompuesto artificialmente
y Royer-Collard, así como por la en sensaciones, y permite, al propio
filosofía del idealismo alemán, con tiempo, que sean aceptadas como pri-
cuyos principales adalides, Schelling mitivas las facultades activas del espí-
y Hegel, mantuvo relaciones perso- ritu y las mismas condiciones de la
nales, pretendió conciliar en un sis- posibilidad del conocimiento universal
tema poco definido lo que estimaba de las cosas. Dicha razón de origen
verdadero en todos los sistemas, con- equivale a reconocer como verdaderos
siderados como manifestaciones par- los principios negados o dejados en
ciales de una verdad única y más suspenso por el análisis es-céptico y a
amplia. Relacionado con esta tenden- afirmar las entidades que, como la
cia se halla su interés por la historia substancia y la causalidad, y en
de la filosofía, en la que con sus dis- cuanto soporte de ellas, Dios, son
cípulos realizó amplias investigacio- disueltas o relegadas a lo inconcebible
nes, y que, de modo parecido a He- por la crítica. La filosofía de Cousin,
gel, concibió como la manifestación que coincidió con la situación política
de sucesivas etapas del espíritu, pero conciliadora de su época, ha sido casi
que, en oposición a él, no entendió siempre combatida como superficial;
como una revelación o autodesplie- en todo caso, se extendió rápidamente
gue del Espíritu absoluto en el pro- por algunos países, sobre todo en
ceso de la historia, sino como formas España, Italia y en algunos países
del espíritu susceptibles de regresión hispano-america-nos, particularmente
e indefinidamente repetidas. Estas en Cuba, donde dio lugar a ardientes
formas pueden reducirse, según Cou- polémicas (véase LUZ Y
sin, a cuatro. Ellas son, por así de- CABALLERO ). En Francia se formó
cirlo, los diferentes aspectos de una bajo la influencia de Cousin una
historia de la filosofía que no puede escuela llamada ecléctica o
sustituir a la propia filosofía, porque espiritualista que constituyó, por así
hay en ésta, como conciliación supe- decirlo, la filosofía oficial desde la
rior, algo más que en su historia: revolución de julio de 1830 hasta
"la historia de la filosofía no lleva la caída de la monarquía constitu-
en sí misma su claridad y no cons- cional de Luis Felipe en 1848. Entre
tituye su propio fin". En primer tér- sus adhérentes mencionamos a Jules
365
COU CRA
des orientales, 1861. — Réformateurs (en colaboración con M. Léau). —
et publicistes de l'Europe. l.Moyen âge Véase C. C. Dassen, Vida y obra de L.
et Renaissance, 1863. 11. Le XVIIe Couturat, 1939.
siècle, 1881. — Philosophie du Droit CRANTOR (ca. 340-290 antes de
pénal, 1863. — La philosophie mys- J. C.) nac. en Soli, pasó a Atenas,
tique en France à la fin du XVIIIe donde escuchó, según Diógenes Laer-
siècle. Saint Martin et son maître cio (IV, 24), las lecciones de Jenó-
Martinez Pasqualis, 1866. — Philo- crates y Polemón. Miembro de la
sophie et religion, 1869. — Essais antigua Academia platónica ( VÉASE),
de critique philosophique, 1885. — se ocupó principalmente, como Crates
Philosophie du Droit civil, 1886. — y Polemón, de cuestiones éticas.
Nouveaux Essais, 1890. — Franck También como los citados autores in-
fue, además, redactor y director del sistió en la conveniencia de una sabia
Dictionnaire des sciences philosophi- mezcla de las pasiones, las cuales
ques, 6 vols., 1844-52; 2° ed. en 1 deben ser medidas y aprovechadas y
vol., 1875). Todos ellos se distinguie- no, como predicaban los cínicos y es-
ron no sólo en la elaboración de la fi- toicos, suprimidas. Se debe a Crantor
losofía "espiritualista", sino también una obra Sobre la pena, Peri\ pe/nqouj
y muy especialmente en los estudios así como un comentario al Timeo.
de historia de la filosofía. Pero sobre Por lo demás, Crantor parece haber
todo hay que mencionar como proce- sido el primero de la larga serie de
dentes de la "escuela" a E. Vacherot comentaristas de este diálogo pla-
( VÉASE) y a Paul Janet (1823-1899: tónico.
La Famille, 1855. — Histoire de la
philosophie morale et politique dans COUTURAT (LOUIS) (1868-1915)
l'antiquité et dans les temps moder- nac. en París, profesor desde 1895
nes, 2 vols., 1858. — Études sur la en la Universidad de Toulouse, desde
dialectique dans Platon et dans He- 1895 a 1899 en Caen y a partir de
gel, 1860. — La philosophie du bon- 1905 en el Collège de France, fue
heur, 1863. — La morale, 1874. — uno de los más constantes defenso-
Les causes finales, 1874. — Saint-Si- res en Francia de la investigación
mont et le saint-simonisme, 1878. — lógica simbólica y uno de los que
La philosophie contemporaine fran- propugnaron la formación de una
çaise, 1879. — Les origines du so- mathesis universalis y de una lengua
cialisme contemporain, 1883. — V. universal. Según Couturat, sólo la
Cousin et son oeuvre, 1885. — La consecuente aplicación del simbolis-
philosophie de Lamennais, 1890. — CRATES, de Atenas, llamado el
mo puede permitir que la filosofía platónico para distinguirlo de Crates
Principes de métaphysique et de psy- salga del reino de la vaguedad a
chologie, 2 vols., 1897), que desarro- de Tebas, el cínico, y de Crates de
que le condena la imprecisión del Tarso (asimismo platónico, pero de
lló el eclecticismo en el sentido de lenguaje cotidiano. Couturat polemizó
una teoría pura de la ciencia dentro la Academia nueva), fue escolarca
contra Poincaré, el cual se oponía al de la Academia platónica desde
de la cual se da no solamente la rea-
movimiento de la lógica matemática, 270/69 hasta 268/4 antes de J. C.
lidad, sino también la posibilidad de
conciliar sus contradicciones. e investigó los precedentes modernos Sus doctrinas coinciden en gran parte
de este movimiento, especialmente con las de Polemón, pues también
en Leibniz, cuya lógica comentó ex- como éste se dedicó principalmente a
tensamente y algunos de cuyos escritos la ética. Según Diógenes Laercio (IV,
inéditos de índole lógica publicó por 22), Crates había estudiado con Teo-
vez primera. Nos hemos referido a frasto antes de pasar a la Academia
algunas de las ideas de Couturat en ( VÉASE ), en donde mantuvo relacio-
los artículos sobre antinomia y sobre nes muy estrechas con Polemón, con
infinito ( VÉANSE ). En lo que toca a Crantor y con Arcesilao, de quien
este último problema, hay que fue, al parecer maestro. Fue también
tener en cuenta que Couturat pasó maestro del cínico Bion de Boríste-
del finitismo al infinitismo en la nes, y esta relación personal permite
matemática, defendiendo las doctrinas ver la conexión que hay en las doc-
de Cantor. trinas éticas entre algunos de los an-
tiguos académicos y los primeros
cínicos.
Véase artículo sobre Crates de Ate-
nas (Krates, 8), por J. von Arnim
en Pauly-Wissowa.
CRATES de Tebas (fl. 326 antes
de J. C. ) fue, según Diógenes Laer-

366
CRE CRE CRE
cio (VI, 85), uno de los discípulos capaz de producir cosas finitas, por producción original de algo, pero a
de Diógenes el Cínico, y según Hi- valiosas y hasta sublimes que fue- base de alguna realidad preexistente
poboto discípulo de Brisón el Aqueo. sen. Puede hablarse en este respecto fue ampliamente tratada por los grie-
La primera opinión es la más plausi- de una "gran analogía" (véase M. C. gos. Éstos no podían admitir —y, de
ble. Autor de un poema burlesco, Nahm, op. cit. infra) como conse- hecho, concebir— otra forma de crea-
Pai/gnia, en el cual parodió la epo- cuencia de los intentos de explicación ción, de acuerdo con el principio ex
peya, la elegía y la tragedia, Crates de la actividad estética a base de una nihilo nihil fit. A esa producción lla-
de Tebas defendió por el sarcasmo comparación de esta actividad con la maron los griegos poi/hsij , "poesía",
y la ironía los puntos de vista cínicos divina. Esta explicación ha sido do- obra, producción. Podía tener lugar
contra las opiniones de otros filóso- ble: por un lado, se ha comparado al de diversas formas y en diversas rea-
fos. Su actuación como filósofo cínico artista y a Dios como creadores en el lidades — como producción del uni-
se manifestó, entre otros modos, en su sentido (4); por el otro, se los ha verso, de los seres orgánicos, de objetos
costumbre —relatada por Diógenes comparado con "productores" o "ha- ingeniados por el hombre, etc. Cuando
Laercio— de "abrir las puertas" de cedores" en el sentido (3). Los pro- la producción tenía lugar en el
las casas y exhortar a sus moradores. blemas que ha suscitado la noción de pensamiento se topaban con ciertas
Su desprecio de las convenciones se creación en el sentido ( 1 ) han sido dificultades: producir un pensamiento
manifiesta en la respuesta que, al pa- múltiples, pero se han centrado por lo no parece ser lo mismo que producir
recer, dio a Alejandro Magno cuando común en los niveles siguientes: psi- un objeto. Sin embargo, los griegos
éste le preguntó si desearía que re- cológico, estético (y axiológico) y procuraron entender un modo de pro-
construyera su ciudad: "¿Por qué es teológico. Filosóficamente, la estética ducción a partir del otro. Algunos
necesario reconstruirla?" En esta ten- (VÉASE) es la disciplina que se ocupa —epicúreos, en parte estoicos— trata-
dencia le siguió Mónimo de Siracusa preferentemente de la cuestión de la ron de explicar la producción del
(discípulo asimismo de Diógenes el creación artística, estableciéndose con pensamiento por analogía con la pro-
Cínico). Como Crates de Tebas, Mó- frecuencia analogías entre este tipo de ducción de "cosas". Otros —los neo-
nimo escribió versos burlescos, dos li- creación y otros tipos de creación: la platónicos principalmente— siguieron
bros Sobre los impulsos ( Peri\ o(rmwn científica, la política, la filosófica, etc. el camino inverso. Esta última con-
de Tebas defendió por el sarcasco Dentro del presente sentido de la cepción se extendió rápidamente al
y un Protréptico ( Protreptiko/n) o creación puede incluirse asimismo el final del mundo antiguo, hasta el punto
Exhortación (a la filosofía). concepto existencial de la creación de de que a veces ha sido considerada
Artículo de J. Stenzel sobre Crates la propia existencia en el curso de de- como la típicamente helénica. Aunque
de Tebas (Krates, 6) en Pauly-Wis- cisiones últimas. no puede generalizarse demasiado en
sowa. El sentido (2) ha sido usado espe- este terreno, es justo reconocer que
CREACIÓN. El término 'creación' cialmente por autores que han dado hubo durante la época del helenismo
puede entenderse filosóficamente en ciertas interpretaciones a la evolución una fuerte tendencia a representarse
cuatro sentidos: (1) Producción hu- del mundo y especialmente de las es- las causas eficientes bajo la especie de
mana de algo a partir de alguna reali- pecies biológicas. Es lo que sucede los modos causales imitativos o finales.
dad preexistente, pero en tal forma con la noción de "evolución creadora" Ello desembocó en una idea de la
que lo producido no se halle necesa- en Bergson, pero también en muchos producción o "creación" como emana-
riamente en tal realidad; (2) Produc- de los autores que han desarrollado ción (v.). Desde Aristóteles a Plotino
ción natural de algo a partir de algo el concepto de evolución emergente se abrió paso el modo de considera-
preexistente, pero sin que el efecto (VÉASE). ción de la causalidad ejemplar —y, a
esté incluido en la causa, o sin que El sentido (3) es el que tiene la la vez genética— en la representación
haya estricta necesidad de tal efecto; creación cuando se interpreta en la de la producción de las realidades a
(3) Producción divina de algo a partir forma de un demiurgo (v. ) de tipo partir de un primer principio, de un
de una realidad preexistente, resultan- platónico. También se puede incluir primum mobile, de Lo Uno. Veremos
do un orden o un cosmos de un ante- en este sentido la noción de emana- luego una importante diferencia entre
rior caos; (4) Producción divina de ción (v.), pero entonces hay que in- estos modos de producción y la crea-
algo a partir de la nada o creatio ex troducir modificaciones sustanciales. ción en sentido cristiano. De momento,
nihilo. En cuanto al sentido (4) es el que baste consignar que el pensamiento
El sentido ( 1 ) es el que se da ha sido considerado más propio den- griego, particularmente en su última
usualmente a la producción humana tro de la tradición hebreo-cristiana y época, realizó muchos esfuerzos para
de bienes culturales, y muy en parti- a él nos referiremos con particular de- explicar la producción metafísi-
cular a la producción o creación artís- talle en el curso del presente artículo. camente, pero sin llegar nunca a la
tica. Este sentido ha estado ligado Nos ocuparemos en éste sobre todo idea hebreo-cristiana de creación como
con frecuencia, cuando menos en la de las discusiones en torno al concepto creatio ex nihilo.
historia de la filosofía occidental, y en de creación de la nada, y del conflicto Esta última idea no debe, pues, na-
particular a partir del cristianismo, a entre las posiciones helénica y cristiana da al pensamiento griego, si bien lue-
los sentidos (3) y (4). El creador, y al respecto, y terminaremos planteando go se haya utilizado ampliamente éste
más específicamente el artista, han algunos problemas en relación con con el fin de explicitarla. En cambio,
sido a veces comparados con un do- varios modos contemporáneos de en la tradición hebreo-cristiana la
miurgo y a veces con un Dios — con entender esta noción. idea de creación como creación de la
un Dios, sin embargo, finito, y sólo La creación en el sentido de una nada es central. Se halla expresa ya
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en parte en las Escrituras (Gen., I 1; la noción de creación tal como fue to, el "extraer" es aquí solamente una
Ecc., XVIII 1) si bien se discute mu- propuesta dentro del judaismo y tal metáfora) no es comprensible por
cho todavía si los términos usados ex- como ha sido llevada a madurez analogía con ninguna de las realida-
presan lo que posteriormente se en- intelectual dentro del pensamiento des que pueden servir para entender
tendió por creación desde la nada. Al cristiano, admite de nuevo una cau- una producción no creadora; no es, en
traducirse las Escrituras al griego, en salidad eficiente de naturaleza absolu- efecto, una materia, pero tampoco es
todo caso, no se pudo encontrar otro ta y divina. un instrumento y menos todavía una
término que el de "producción" al Las cuestiones relativas a la eter- causa. Por eso dice Santo Tomás que
decirse que Dios hizo, produjo, "creó" nidad del mundo resultan dentro de en la creatio ex nihilo, el ex expresa
e)poi)hsen — el mundo. El propio Fi- este concepto de creación menos deci- únicamente orden de sucesión y no
lón de Alejandría no encontró otro sivas de lo que podría parecer a pri- causa material: non causam materia-
término que el verbo kti/cein "cons- mera vista cuando se admite, siguien- lem, sed ordinem tantum ( S. theol., I,
truir", "fundar", pero parece que lo do al autor citado, que lo que importa q. XLV, a. 1, ad 3). Por lo demás,
empleó en el sentido de "crear de la es la forma de relación entre Dios sólo así puede admitirse la idea de
nada", por cuanto indica expresamente y el mundo — relación bilateral y creación continua, que ha sido afirma-
que Dios hizo no solamente todas las recíproca en el helenismo; relación da por la mayor parte de los grandes
cosas, sino también algo que antes unilateral y subordinante en el ju- filósofos cristianos, desde Santo To-
absolutamente no existía. Desde este daismo y el cristianismo. Cierto es más a Descartes y Leibniz. Según este
momento se contrapusieron las nocio- que, no pudiendo la razón decidir último la criatura depende continua-
nes de emanación y creación, y ello sobre esta cuestión de la eternidad mente de la operación divina, de modo
de tal modo que el aceptar una o la —inclusive de la eternidad como que no seguiría existiendo si Dios no
otra representaba una verdadera divi- contingente—, habrá que atenerse, continuara obrando (Theod., I, 385).
soria. La relación entre Dios y lo según la concepción cristiana, a la Santo Tomás sostenía ya que la
creado por Él no era ya en el pensa- revelación. Y ésta manifiesta la crea- conservación de las cosas por Dios no
miento filónico y luego en el pensa- ción del mundo con el tiempo y no se efectúa por ninguna nueva acción,
miento cristiano la relación entre una la eternidad —ni siquiera contingen- sino por la continuación de la acción
causa ejemplar y lo engendrado por te— de aquél. Así lo admitió explí- que da el ser (S. theol., I, q. CIV, a.
ella. Tampoco era la relación entre citamente San Agustín en muchos 1, ad 4). Y Descartes proclamaba
dos formas de ser en principio distin- puntos de su obra (Cfr. sobre todo (Medit., III) la momentaneidad esen-
tas. Era la "relación" —si puede se- Conf., XI, 31 y De civ. Dei, XII, 25) cial de cada instante del tiempo y
guir usándose este vocablo cuando al revés de lo que había manifestado del mundo, sostenidos siempre por la
uno de los términos de tal "relación" Orígenes (De Princip., I, 2, 10). incesante operación divina. Sin em-
ha sido propiamente creado totalmente Pero la teología no pudo limitarse bargo, como ha observado Gilson en
por el otro— entre el Creador y lo simplemente a aceptar la creatio ex el comentario a su edición del Dis-
creado. Lo creado no es una nada, nihilo; necesitó precisar hasta lo máxi- curso del método (2a edición, 1930,
pero no lo es justamente porque ha mo esta noción frente a las que po- pág. 341), mientras, según Santo To-
sido "extraído" de la nada por Dios. drían confundirse con ella. De ahí un más, "Dios conserva el ser de un
En último término, el emanatismo análisis cada vez más detallado de la mundo de formas substanciales y
neoplatónico se limitaba a transponer creación como una forma radical de esencias", esencias que "definen se-
a la realidad lo que es simple opera- producción a diferencia de la proce- res en movimiento" (y movimiento
ción del espíritu. Como dice a este sión, de la emanación o de la simple que es a su vez una realidad con-
respecto Jean Guitton, "si esta imagen transformación. En el artículo sobre la creta, bien que de orden imperfecto,
es una imagen dinámica, se adoptará emanación (VÉASE) hemos puesto de que constituye la substancia misma
con toda naturalidad el procedimiento relieve que tanto ésta como la crea- de la duración), según Descartes
o proceso de la inteligencia humana ción son distintas maneras de produc- "Dios conserva simplemente estados
como mecanismo de la acción creado- ción de un ser, aun cuando en el caso sucesivos de un mundo donde nin-
ra". Por eso la "procesión" de Plotino presente la distinción no sea simple- guna realidad substancial permanente
no es una operación misteriosa; es algo mente la que hay entre dos especies se interpone entre la acción de Dios
"concebido según el tipo de la pro- de un género común. De acuerdo con y el estado actual de cada ser". O,
ducción intelectual, mediante trastorno ello, el modo de producción por crea- dicho de otro modo, mientras en la
del movimiento del silogismo en el ción aparece como el propio y exclusi- opinión de Santo Tomás "Dios con-
cual la conclusión recoge lo que se vo de un agente que en vez de ex- serva el hombre, y la permanencia
prepara en las premisas. En el mundo traer de sí una substancia parecida substancial del hombre asegura la
inteligible, la conclusión es lo que se y, a la vez, separada, o en vez de continuidad de su pensamiento", en
presenta primeramente; el alma y la hacer emerger de sí un modo de ser la de Descartes "Dios conserva a cada
Naturaleza la desarrollan. Este antro- nuevo y distinto, lleva fuera de sí instante un pensamiento cuyo ser no
pologismo formal, más sutil e insi- a la existencia algo no preexistente. puede franquear el instante presente
dioso que el otro, conduce insensi- Ningún panteísmo y ningún dualis- sin que lo renueve la creación con-
blemente a confundir la producción mo pueden entonces aceptarse. Pues, tinua". Lo cual explica hasta qué
con la intelección" ( Cfr. Le temps et como Santo Tomás ha precisado, la punto la concepción moderna de la
l'éternité chez Plotin et Saint Augus- nada de la cual se extrae el algo que creación, surgida ya de Duns Escoto
tin, 1933, págs. 154-5). En cambio, se lleva a la existencia (y, por supues- y Occam, ha acelerado la ruptura,
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tan esforzadamente combatida por ca que la razón no puede solucionar, sición a cosas ya existentes de cosos
Santo Tomás, entre el ser de Dios pero que no dejará jamás de acuciar que no existían. Lo que hay entonces
y el ser del mundo. El contacto di- al espíritu humano y que tal vez pue- es algo parecido, aunque jamás igual,
recto e inmediato entre ambos, que da resolverse por el primado de la ac- a la creación artística. Esta última
parecía subrayar la nihilidad del mun- ción, de la razón práctica, etc. (agnos- es siempre, por extrema que sea
do y la omnipotencia absoluta de ticismo parcial, superación de las su pureza, una plasmación y, por lo
Dios, no hizo más que separar a Dios antinomias racionales por vías ajenas tanto, mera "creación humana". En
del mundo y hacer emerger de su o sobrepuestas a la razón pura, etc.) la creación radical o divina no hay,
propio fondo, previamente divinizada, (2) La de quienes han intentado ata- en cambio, simple transformación,
a la Naturaleza. Es lo que ocurrió ya car el problema de un modo radical. sino auténtico originarse frente a un
en Spinoza, quien desarrolló una cierta Esta última posición se ha unido fre- radical y absoluto no ser. La creación
forma de panteísmo a la vez que cuentemente a la de quienes han con- podría ser así un "crecimiento"; "Dios,
siguió utilizando los conceptos de cebido la cuestión como algo que así definido —dice Bergson— no tie-
creación y de creación continua. Es lo trasciende de la razón pura y puede ne nada de completamente hecho; es
que ocurrió sobre todo desde el mo- ser viable por otros caminos. En rigor, vida incesante, acción, libertad. La
mento en que la postulada arbitrarie- toda la filosofía occidental, muy par- creación así concebida no es un mis-
dad de la voluntad de Dios obligó a ticularmente a partir del cristianismo, terio; nosotros la experimentamos en
considerar bajo un ángulo distinto las podría concebirse como un intento de nosotros mismos tan pronto como
leyes por las cuales rige la Naturaleza. saltar la valla que erigió Parménides. obramos libremente. Hablar de cosas
Esta situación permite entender por Ahora bien, esta valla solamente puede que se crean equivaldría a decir que
qué en algunas direcciones de la filo- ser saltada cuando se amplía de alguna el entendimiento se da más de lo que
sofía actual se ha llegado inclusive a manera el marco del principio de se da — afirmación contradictoria
aplicar el concepto tradicional de identidad para dar lugar a toda una consigo misma, representación vacía y
creación al modo supuestamente pe- diferente serie de principios, desde los vana. Pero que la acción crezca avan-
culiar de la vida humana. Cierto es que buscan, partiendo del propio prin- zando, que crezca a medida que tenga
que esta creación no ha sido siempre cipio de identidad, una comprensión lugar su progreso, eso es lo que cada
aceptada como una verdadera creatio de lo real, hasta los que pretenden uno de nosotros comprobamos cuando
ex nihilo. En efecto, la creación por el ir "a las cosas mismas". La amplia- nos venios actuar".
hombre de sus propias posibilidades ción del marco de la lógica de la Entre los filósofos contemporáneos
de existencia no significa siempre la identidad en una lógica del devenir, que han admitido la noción de crea-
creación radical de su propia vida; lo una lógica de la vida, etc., es el ción —cuando menos como una de
que habría en el hombre no sería resultado de un esfuerzo que alcanza, las categorías posibles (véase CATE-
creación, sino, a lo sumo, cuasi-crea- por ejemplo en Hegel, una cima deci- GORÍA)— figura Whitehead. Según este
ción. Mas por poco que se extreme siva. Posiblemente por eso señala Xa- autor, la creación es una categoría
esta idea se hallará que el proceso vier Zubiri que el proceso filosófico de última destinada a superar las dificul-
histórico que condujo, primero a la San Agustín a Hegel es una misma tad es ofre ci das p or l a va cie dad
concepción de la omnipotencia "arbi- marcha hacia un pensamiento del cris- —reductible últimamente al raciona-
traria" de Dios y luego a la separación tianismo, es decir, hacia un pensa- lismo— de la clásica noción de subs-
entre Dios y mundo, ha podido con- miento de lo que con el cristianismo tancia y de todas aquellas que, sin ser
ducir inclusive a la teologización y advino : el paso de la fórmula que más explícitamente substancialistas, tien-
divinización del hombre. Desde este se aproxima a la identidad —de la na- den a lo estático. La creación como
ángulo puede decirse, pues, que no da, nada adviene— a aquella que más categoría no es una determinación más
solamente en el pensamiento tradicio- se aleja de ella — de la nada advie- de los fenómenos, sino su raíz última
nal está vivo el problema del signifi- ne el ser creado; el mundo ha sur- y el fundamento general de lo real.
cado de la creación. gido por un acto de pura y radical Esto no equivale a reducir toda rea-
Si volvemos ahora al problema de creación. lidad a un absoluto hacerse, pues la
la comprensión intelectual de la crea- Pero la noción de creación parece creación es para Whitehead un pro-
ción, al hilo de la clásica oposición eludir tenazmente toda dilucidación ceso que arraiga en un pasado y tien-
entre el ex nihilo nihil fit y el ex propiamente intelectual. Por eso algu- de a un futuro.
nihilo fit omne ens qua ens, en- nos autores han negado al intelecto, En ciertas teorías cosmológicas con-
contraremos varias opiniones, que a la inteligencia, a la razón el poder temporáneas se admite la noción de
compendiaremos en las posiciones si- de enfrentarse con el problema. Tal creación. Ejemplo eminente de tales
guientes: (1) La de quienes, advir- ocurre en Bergson, cuando afirma teorías es la llamada "teoría del uni-
tiendo la imposibilidad de un trata- que la realidad no es una "cosa", sino verso en estado estacionario", pro-
miento conceptual de la cuestión (a) una acción, un ímpetu, y que sólo puesta por H. Bondi, T. Gold y F.
la han relegado a un artículo de fe puede aprehenderse mediante intui- Hoyle. Según ella, se crea continua-
(escisión del saber y de la creencia); ción ( VÉASE ). Desde este ángulo pue- mente materia del espacio vacío — un
(b) la han negado formalmente como de comprenderse la creación y el átomo de hidrógeno en una superficie
incompatible con el saber racional o "gesto creador". En efecto, ya no hay de varios metros cúbicos en el curso
empírico (eliminación de la creen- necesidad de pensar que hay una de millones de años, lo que hace im-
cia por el saber) o (c) la han con- cosa que crea cosas y, por consi- posible por el momento una compro-
siderado como una cuestión metafísi- guiente, una incomprensible yuxtapo- bación experimental. Parece, pues,
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que algunos cosmólogos contemporá- de las paradojas que suscitan las no-
neos reintroducen en la ciencia la no- ciones de referencia. En efecto, cuando
ción de creación que la física —si- intentamos entender la creación en
guiendo el principio del ex nihili nihil su sentido más radical, tenemos que
fit, expresado en el principio de con- concluir que no consiste solamente
servación de la materia y de la ener- en crear algo, sino también en crear la
gía— no había nunca admitido. Hay posibilidad de algo — y acaso la
que tener en cuenta, sin embargo, que posibilidad de esta posibilidad, y así
la actual noción cosmológica de crea- sucesivamente. Por otro lado,
ción no es superponible a la idea teo- cuando procuramos entender la no-
lógica. Se trata de una teoría que ción de producción sin ningún ele-
sacrifica cierto principio —el de con- mento de creación propiamente dicha,
servación— por estimar que de este se desvanece toda posible novedad y,
modo se obtiene una imagen del uni- por lo tanto, la idea de producción
verso más simplificada y a la vez de misma. Es posible, por supuesto, ad-
mayor poder explicativo. Bondi ha in- mitir ciertos "intermediarios" — que,
dicado que, al fin y al cabo, el prin- en ciertas teorías, suelen ser los "mo-
cipio de conservación se basa, como delos" o las "ideas". Pero entonces
todos los principios físicos, en la ob- hay que suponer el primado de se-
servación, y que las observaciones mejantes modelos o ideas por encima
efectuadas al respecto son solamente del acto creador o productor. Tam-
aproximadas. Además, ningún princi- bién es posible tratar la creación y la
pio debe considerarse como escapan- producción como la aparición de algo
do a la posibilidad de ser vulnerable. "emergente" ( VÉASE ), es decir, de al-
Hacer lo contrario, sería tomar un go nuevo con respecto a lo anterior,
principio como un prejuicio. La no- pero al mismo tiempo procediendo
ción cosmológica de creación no es, de lo anterior. Sin embargo, esta última
pues, una cuestión de fe, sino la con- posición tiene el inconveniente de ser
secuencia de ciertos cambios efectua- más una descripción de hechos que
dos en la estructura de las teorías una teoría explicativa, por lo que
cosmológicas. preferimos la antes formulada.
Considerando ahora de nuevo la
noción de creación tal como ha sido
tratada por filósofos y teólogos, y re-
firiéndonos especialmente a la cues-
tión de la relación entre una creación
divina y una humana —o, si se quiere,
entre creación y producción—,
estimamos que hay entre estas dos
nociones una relación que podría lla-
marse dialéctica. Tan pronto como in-
tentamos comprender una, caemos fá-
cilmente en la otra. De algún modo
la creación humana sólo puede ser
comprendida cuando hay en ella algo
de lo que puede considerarse como
creación divina, esto es, cuando esti-
mamos que algo realmente se crea en
vez de limitarse a plasmarse o a
transformarse. La creación artística
proporciona el mejor ejemplo de esta
relación. Al mismo tiempo, la crea-
ción divina de la nada no parece en-
tenderse bien si no la consideramos a
la vez desde el punto de vista de una
plasmación o producción. En conse-
cuencia, parece legítimo ir de la no-
ción de producción a la de creación
y viceversa para entender cualquiera
de ellas.
Este procedimiento tiene la venta-
ja de que permite esquivar algunas
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te, y a la doctrina según la cual el Por el otro, se ha sustentado que
mundo es eterno, ya sea que se su- todo saber y, en general, toda afir-
ponga sustancialmente invariable, o mación tiene en su base una creencia.
bien que se imagine sometido a evo- Es obvio que en cada caso se ha en-
lución continua o siguiendo un movi- tendido por 'creencia' una realidad
miento cíclico según el eterno (v.) distinta. Entendida como fe, la creen-
retorno. (2) Como afirmación de un cia ha suscitado en el curso de toda
cierto modo de producción de las al- la Edad Media las conocidas formas
mas humanas. En este último sentido de relación con el conocimiento. El
ha sido empleado el término con más motivo capital de las especulaciones
frecuencia que en los otros. Daremos filosóficas medievales ha sido con fre-
sobre él unas breves aclaraciones. cuencia el de que la creencia como
Según los partidarios del creacio- posesión de la fe constituye el pro-
nismo, las almas humanas han sido pio punto de partida de toda com-
creadas y están siendo creadas de un prensión. La conocida frase )Ea\n mh\
modo inmediato por Dios. No son, pisteu/shte, ou)de\ mh\ sunh=te, Nisi cre-
pues, preexistentes (como Platón diteretis, non intelligetis (Is., VII, 9)
afirmaba), o resultado de una ema- está, efectivamente, en el frontispicio
nación; no son las consecuencias de de una buena parte del pensamiento
una generación física (como opina medieval y, en general, del pensa-
el traducianismo (v.) o el generacio- miento cristiano. El Credo ut intelli-
nismo), ni son el producto de la evo- gam y el Fidens quaerens intellectum
lución emergente (v.). Por consi- que resuenan desde San Agustín a
guiente, el creacionismo supone la San Anselmo, representan, por lo de-
directa intervención de Dios en la más, la situación del pensar filosófico
creación de cada alma humana. Aho- dentro del horizonte de la fe sin po-
ra bien, ello no significa que haya sibilidad de una separación. Ésta se
que olvidar las condiciones necesa- manifiesta cuando se sustenta la doc-
rias para que tal creación tenga lugar. trina de la "doble verdad" pero en-
En efecto, se planteó bien pronto a tonces comienza a plantearse el pro-
los Padres de la Iglesia y a los teó- blema de la creencia no sólo como
logos que discutieron el problema del fides supernaturalis, sino como algo
origen de las almas la cuestión del que puede afectar últimamente a la
momento en el cual las almas hu- estructura de todo juicio. Las distin-
manas eran engendradas. La respuesta ciones establecidas parecen entonces
más generalmente admitida, y la que querer situar el problema de la creen-
ha sido claramente precisada por cia distinguiéndolo no solamente de
Santo Tomás, es la siguiente: hay la fe, sino también de la ciencia y
creación del alma cuando existen las de la opinión ( VÉASE ). Así, en la
condiciones naturales —vitales y fi- medida en que se aproxime a la fe,
siológicas— suficientes para ello. Así, la creencia designará siempre una
pues, las causas segundas no son ol- confianza manifestada en un asenti-
vidadas, pero no tienen la significa- miento subjetivo, pero no enteramente
ción casi absoluta que ofrecen en el basada en él. En efecto, por lo que
traducianismo, en el generacionismo y respecta cuando menos a la idea de
menos todavía en el emergentismo. creencia dentro del cristianismo,
Para el creacionismo de L. de resulta incomprensible si no se une
CREACIONISMO. Nos hemos re- Coimbra, véase el artículo sobre este a ella la realidad del testimonio y
ferido en alguna ocasión (por ejem- filósofo. precisamente de un testimonio que
plo, véase ALMA) a la doctrina lla- CREDO QUIA ABSURDUM. Véa- posee la autoridad suficiente para
mada creacionismo. Este término pue- se TERTULIANO ( QUINTOS SEPTTMIUS testimoniar. En cambio, en la medida
de entenderse en dos sentidos. (1) Co- FLORENS TERTULLIANUS ). en que se aleje de la fe estricta, la
mo afirmación de que la creación (v.) CREDO UT INTELLIGAM. Véase creencia gravitará siempre más hacia
del mundo ha tenido lugar ex nihilo AGUSTÍN ( SAN ), ANSELMO ( SAN ),
el lado del asentimiento subjetivo y
por la obra de Dios. En este sentido CREENCIA , FE .
cortará toda la trascendencia indis-
el creacionismo se opone a la doctri- pensable para la constitución de la fe.
CREENCIA. El problema de la na- En el sentido más subjetivo de la
na según la cual la realidad ha sur- turaleza de la creencia ha suscita-
gido por emanación (v.) de lo Uno expresión, la creencia aparecerá, por
do en el curso de la historia múlti- lo tanto, como algo opuesto también
o realidad suprema, a la doctrina se- ples dificultades. Por un lado se ha
gún la cual el mundo ha sido forma- al saber y, en cierta medida, a la
identificado la creencia con la fe opinión, pero al mismo tiempo como
do por Dios —o un demiurgo (v.)— ( VÉ ASE ), y se ha opuesto al saber.
a partir de una materia preexisten- algo que puede fundamentar cuando
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menos de un modo inmanente todo al primero dentro del marco trazado acto inmanente, aunque dirigido a
saber. Estos dos sentidos de la creencia por la última. La conversión del Yo un objeto. Dentro de esta última
se entrelazan en el curso de toda la en un absoluto constituía la condición acepción, conviene distinguir entre
época moderna. Como opuesta al primaria para ello. Esta fue la tesis la creencia como acto por medio
saber y a la opinión, la creencia parece de Fichte. Pero también Jacobi afir- d el cua l u n s ujet o de con oci -
entonces responder a la idea for- maba, desde otro ángulo, la creencia miento efectúa una aserción, y un
mulada por Hugo de San Victor y al confirmar el carácter condicionado acto limitado a la esfera de las ope-
por Santo Tomás, según la cual la de la razón. El nacimiento de una raciones psíquicas, principalmente
creencia se halla supra opinionem et Glaubensphilosophie podía ser, así, voluntarias. Y dentro de esta últi-
infra scientiam. Pero, en verdad, la el resultado de una Philosophie y ma significación puede establecerse,
misma fórmula significa aquí algo no lo opuesto a ella. En efecto, se- como ha hecho D. Roustan (Leçons
esencialmente distinto. Mientras allí gún Jacobi, la razón (considerada de Psychologie, Lib. III, cap. ix),
la situación al parecer intermedia primordialmente como entendimien- una distinción entre tres sentidos de
de la creencia estaba, por así decirlo, to) es algo vacío; necesita tener una la palabra creencia: (1) Adhesión a
desubjetivada y podía responder al fuente que sea un conocimiento di- una idea, persuasión de que es una
contenido de la fe estricta, en la época recto. A esto llamaba Jacobi el sentido idea verdadera. Todo juicio plantea
moderna, siguiendo algunos prece- (Sinn), ya que "separados el en- entonces algo a título de verdad.
dentes del voluntarismo escotista, la tendimiento y la razón de la facultad (2) Oposición a certeza pasional, como
creencia no podrá salir del ámbito reveladora, del sentido, como facultad el caso de las creencias religiosas,
inmanente en que se han encerrado de las percepciones, carecen de metafísicas, morales, políticas: por lo
los actos enunciativos, aun en el caso contenido y son meros entes de fic- tanto, asentimiento completo, con
de que se suponga que estos actos ción" (Sämtliche Werke, 1815, II, exclusión de duda. ( 3 ) Simple proba-
tienen como contenido los principios 284). De este modo, el proceso de bilidad, como en la expresión "creo
supremos del pensamiento. De ahí subjetivación radical de la creencia que lloverá". Según Roustan, sólo la
una igual tendencia a la subjetiva- operada en el curso de la época mo- primera acepción, usual en la psico-
ción voluntarista de la creencia en derna desemboca en la fundamenta- logía, puede admitirse como defini-
las dos direcciones fundamentales del ción de ella mediante la absolutiza- ción propia de la creencia.
pensamiento moderno. Para el llamado ción de la entidad creyente. Ortega y Gasset ha dado un sen-
racionalismo, la creencia será la Una dilucidación de la naturaleza tido distinto a la voz 'creencia', que
evidencia de los principios innatos, de la creencia necesita distinguir le permite iluminar a la luz de ella la
de tal suerte que creer será entonces entre todos los aspectos mencionados. metafísica de la existencia humana.
la forma en que se dará el funda- La noción vaga de creencia, tal como Al examinar la estructura de la vida
mento del saber. Para el llamado em- la que ha sido sustentada por los filó- humana, advierte que no es lo mis-
pirismo, la creencia será también fun- sofos del sentido común, abarca un mo pensar una cosa que contar con
damento de todo conocimiento, pero número demasiado grande de signifi- ella. El "contar con" es justamente
en cuanto se sustenta, en última ins- caciones. La creencia no puede ser, lo típico de la creencia, pues si el
tancia, en la vivacidad de las impre- pues, simplemente, como señala Reid hombre puede llegar hasta a morir
siones sensibles. Así, en Hume la no- (Int. Pow., essay II, cap. 20: Inquiry, por una idea, solamente puede vivir
ción de causalidad adquirirá para el cap. 20, sec. 5) una operación simple de la creencia. Tal distinción está si-
hombre su validez en virtud de esta del espíritu que, como tal, ha de te- tuada más acá de toda mera diluci-
creencia natural que, al mismo tiempo ner un objeto, ni, como señala Hamil- dación psicológica; la diferencia entre
que destruye su universalidad a priori, ton (Lec. Met., III), algo que precede ideas y creencias no debe enten-
la hace independiente de toda crítica al conocimiento en el orden de la derse desde el punto de vista parti-
de la razón. Lo más que podemos Naturaleza. Tampoco puede ser úni- cular de la psicología, sino desde el
hacer en filosofía, dice Hume (Enqui- camente, según opina Balfour ( VÉA- punto de vista total, y metafísico,
ry,V,2), "es afirmar que la creencia SE), la trama de la tradición histórica de la vida. Las creencias son de este
es algo sentido por el espíritu, que que, al hacer sociológicamente posible modo el estrato más profundo de la
distingue las ideas de los juicios, de el saber, pretende una fundamenta- vida humana o, si se quiere (pues
las ficciones de la imaginación". ción unívoca de éste, o bien, como ello no prejuzga nada sobre un fondo
En el siglo XVIII y comienzos del afirma Peirce, el mero "estableci- último metafísico), el terreno sobre
XIX el problema de la creencia fue miento de un hábito", de modo que el cual la vida se mueve. Pero creen-
discutido sobre todo a propósito del las diferentes creencias se distingan cia no es un mero creer, sino un
dilema planteado entre el determinis- entre sí por "los diferentes modos de "estar en" y un "contar con" que
mo de la Naturaleza y la libertad del acción a que dan origen" (How to ma- engloban asimismo la duda. Esta úl-
espíritu. La afirmación de esta últi- ke Our Ideas Clear", Popular Scien- tima es también un estar, aunque
ma parecía ser asunto de mera creen- ce, Monthly, Enero, 1878; reimp. un estar en lo inestable, una perple-
cia, pero Kant señaló con su crítica Chance, Love and Logic, ed. M. R. jidad que se revela sobre todo en los
la posibilidad de crear un ámbito Cohen, 1923, pág. 41). De ahí la ne- momentos de crisis. Desde este punto
donde la libertad pudiese ser afir- cesidad de distinguir entre la creen- de vista ha de entenderse, según
mada. Entonces no solamente "se cia como algo que trasciende los ac- Ortega, la afirmación de que la idea
aparta el saber para dar lugar a la fe", tos mediante los cuales se efectúa su es aquello que se forja el hombre
sino que se puede intentar colocar asentimiento, y la creencia como un cuando la creencia vacila: las ideas
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CRE CRE CRI
son las "cosas" que de manera cons- (Disc.). — Para el concepto de creen- tencia de un Primer Motor por la
ciente construímos precisamente por- cia y fe en Jacobi: A. Frank, F. H. imposibilidad de regreso al infinito,
que no creemos en ellas (Ideas y Jacobis Lehre von Glauben, 1910 Crescas afirmó la existencia de lo in-
creencias, 1940, pág. 37). De ahí lo (Dis.). — Concepto empirista de finito — de algo infinito fuera del
creencia: R. B. Braithwaite, An Em-
que el mismo autor llama la articu- piricist's View of the Nature of Reli- mundo. Crescas se opuso asimismo a
lación de 'los mundos interiores", es gious Belief, 1955 (The Ninth A. S. Maimónides sosteniendo que pueden
decir, la articulación de aquellas Eddington Memorial Lecture, 22-XI- darse a Dios atributos positivos, entre
interpretaciones humanas de lo real 1955). los cuales figura su unicidad y
que son —aun las más evidentes— CREMONINI (CESARE) [Caesar simplicidad. En el desarrollo de su
creaciones en un sentido análogo al Cremonius] (ca. 1550-1631) nac. en pensamiento filosófico —o, mejor,
de la creación poética. Ciencia, filo- Cento (Ferrara, Italia), profesó en teológico— Crescas se apoyaba fre-
sofía, religión y arte aparecen así la Universidad de Padua, en la cá- cuentemente en la autoridad bíblica,
como "reacciones" del hombre ante tedra que había regenteado Zabarella pero trataba a la vez de dar un fun-
una situación vital, como instrumen- (v.). Uno de los miembros de la lla- damento racional o cuando menos
tos que maneja la vida humana ante mada "Escuela de Padua" (v.), desa- convincente a esta autoridad no sólo
la realidad problemática: "comparado rrolló la doctrina aristotélica subra- en lo que se refiere a la naturaleza
con la realidad", el mundo de la cien- yando en ella lo que hay de llamado de Dios, sino también a su acción
cia "no es sino fantasmagoría" (ibid., a la experiencia en tanto que ésta es providente así como al papel capital
Pag. 54). accesible al análisis racional. Sin em- desempeñado por la profecía.
bargo, Cremonini concedió escasa im-
portancia a la matemática en el aná-
lisis racional de la experiencia y tomó
más bien como modelo las descrip-
ciones y clasificaciones de seres orgá-
nicos. Apoyándose en parte en la in-
terpretación aristotélica de los ale-
jandrinos, Cremonini afirmó no sólo
el carácter "ultramundano" del cono-
cimiento de la realidad física, sino
también la neta separación entre fi-
losofía y teología. Ésta puede tratar
de Dios como causa final, pero no
como causa eficiente del cosmos.
Obras: Explanatio prooemii libro-
rum Aristotelis De physico auditu,
1956. — Disputatio de caelo, 1613.
— De calido innato et semine, 1634.
— De imaginatione et memoria, 1644.
— Tractatus tres: De sensibus exter-
nis, de sensibus internis, de facúltate
appetitiva, 1644, ed. Troylus Lancet-
ta. — Véase D. Berti, Di C. C. e délia
sua controversia con l'inquisizione di
Padova e di Roma, 1878. — G. Sait-
ta, Il pensiero italiano nell'Umanesi-
mo e nel Rinascimento, 1950. — John
Hermann Randall, Jr., The School of
Padua and the Emergence of Modern
Science, 1961.
CRESCAS (CHASDAI) [Hasdai
ben Abraham Crescas] (1340-1410)
nac. en Barcelona, se opuso a lo que
consideraba como excesivo racionalis- CRISIPO (ca. 281-208 antes de
mo e intelectualismo de Maimónides J. C.) de Soli (Cilicia) fue discípulo
y otros aristotélicos, en defensa de la de Zenón de Citio y escolarca, como
tradición judía y de la espiritualidad sucesor de Cleantes, desde 232 hasta
de esta tradición. Sin embargo, llevó su muerte. Su vasta producción
a cabo sus ataques no en la forma escrita, de la que se conservan po-
poética y emotiva de Yehuda Ha-Le- cos fragmentos, su gusto por la dia-
ví, sino usando en muchos casos ar- léctica, su afán de convencer y re-
gumentos y razonamientos fundados futar sin preocuparse por el estilo,
en el Estagirita. Contrariamente a su consiguiente prolijidad eran céle-
Maimónides y a su prueba de la exis- bres en la Antigüedad. Diógenes
373
CRI CRI CRI
Laercio señala que Crisipo fue de que una crisis de senectud es perni- las notas específicas de cada crisis
tal manera laborioso, que sus trata- ciosa. Una característica común a to- debe preceder, pues, a todo análisis
dos alcanzaban la cifra de 705. A da crisis es su carácter súbito y, por de ella y en particular a toda expli-
él se debe la fundamentación de la lo usual, acelerado. La crisis no ofre- cación de orden causal.
mayor parte de las cuestiones debati- ce nunca un aspecto "gradual" y Se ha dicho a veces que el hom-
das en el antiguo estoicismo, hasta "normal"; además, parece ser siempre bre es un ser constitutivamente crí-
tal punto que, según el citado Laer- lo contrario de toda permanencia y tico. Esto es cierto si se quiere dar
cio indica, de no haber existido Cri- estabilidad. a entender con ello que el hombre
sipo no existiría tampoco la Stoa. Entre las múltiples manifestacio- vive —personal o históricamente— en
Su propósito esencial era de carácter nes de la crisis nos interesan aquí un estado último de inseguridad, es
dialéctico; lo que importaba era me- dos, por lo demás íntimamente rela- decir, que el hombre es siempre un
nos edificar un sistema acabado con cionadas entre sí: la crisis humana problema para sí mismo. Pero sería
independencia de los otros que defen- (individual) y la crisis histórica (co- excesivo suponer que las crisis que
der las propias opiniones contra las lectiva). Ambas designan una situa- aparecen en la existencia humana no
sectas contrarias. ción en la cual la realidad humana son más que acentuaciones de su per-
emerge de una etapa "normal" —o manente vivir crítico. En efecto, en
pretendidamente "normal"— para in- tal caso prescindiríamos de lo que es
gresar en una fase acelerada de su indispensable para la comprensión de
existencia, fase llena de peligros, pero las citadas crisis: las circunstancias
también de posibilidades de renova- que las desencadenan y que otorgan
ción. En virtud de tal crisis se abre a cada una su sabor específico. Con-
una especie de "abismo" entre un viene, por consiguiente, dar a la
pasado —que ya no se considera vi- crisis humana en cuanto tal un nom-
gente e influyente— y un futuro pre cuidadosamente entre tal crisis
— que todavía no está constituido. y las crisis. Sin la primera no exis-
Por lo común, la crisis humana indi- tirían las segundas, pero éstas no
vidual y la crisis histórica son crisis son simplemente el desarrollo de
de creencias (véase CREE NCI A) y, aquélla.
por lo tanto, el ingreso en la fase En lo que toca a las crisis históri-
crítica equivale a la penetración en cas, destacaremos dos puntos: uno,
un ámbito en el cual reinan, según el de la conciencia de tales crisis;
los casos, la desorientación, la des- otro, el de ciertos rasgos generales
CRISIS. El sentido originario de confianza o la desesperación. Ahora de ellas.
'crisis' (kri/s ij) es 'juicio' (en tanto bien, puesto que es característico de La conciencia de una crisis histó-
que decisión final sobre un proceso), la vida humana el aspirar a vivir rica no es igual en todos los hombres
'elección', y, en general, terminación orientada y confiada, es usual que que la experimentan. Nos interesa
de un acontecer en un sentido o en tan pronto como esta vida entra en aquí advertir que con gran frecuencia
otro. Dicho sentido se halla todavía crisis busque una solución para salir tal conciencia se ha expresado con
en expresiones tales como 'la enferme- de la misma. Esta solución puede máxima intensidad en los filósofos.
dad hace crisis', 'el gobierno ha en- ser de muy diversos tipos; en ocasio- De ahí el aspecto "solitario" que ha
trado en crisis', etc. La crisis "resuel- nes es provisional —como cuando ofrecido muchas veces el filósofo den-
ve", pues, una situación, pero al mis- la vida se entrega a los extremos tro de la historia humana. Ello se
mo tiempo designa el ingreso en una opuestos del fanatismo o de la ironía debe a que el filósofo ha sido el pri-
situación nueva que plantea sus pro- desesperada—; otras veces es defi- mero que ha expresado la desorienta-
pios problemas. En el significado más nitiva — como cuando la vida logra ción de la época, pero a la vez el
habitual de 'crisis' es dicha nueva si- realmente sustituir las creencias per- primero que ha ensayado soluciones
tuación y sus problemas lo que se didas por otras. Podemos decir, pues, intelectuales para salir de la misma.
acentúa. Por este motivo suele enten- que la crisis y el intento de resolverla Por eso algunas veces se ha definido
derse por 'crisis' una fase peligrosa de son simultáneos. Sin embargo, dentro la filosofía como la hiperconciencia
la cual puede resultar algo beneficioso de estos caracteres comunes hay múl- de las crisis históricas. Hay que ad-
o algo pernicioso para la entidad que tiples diferencias en las crisis. Algu- vertir al respecto, sin embargo, que
la experimenta. En general, no puede, nas son, por así decirlo, más "norma- esto no explica por entero ninguna
pues, valorarse a priori una crisis les" que otras: son las crisis típicas filosofía —y menos aun el contenido
positiva ni negativamente, ya que para las cuales hay soluciones "pre- "técnico" de ella—, sino únicamente
ofrece por igual posibilidades de bien fabricadas". Otras son de carácter el sentido histórico de ciertas filo-
y de mal. Pero ciertas valoraciones único, y exigen para salir de ellas sofías. Así, la filosofía de Platón po-
anticipadas son posibles tan pronto un verdadero esfuerzo de invención see, además de su contenido doctrinal
como se especifica el tipo general de y creación. Algunas son efímeras; específicamente filosófico, un sentido
la crisis. Por ejemplo, se supone que otras son, en cambio, más "perma- histórico que consiste en hallar una
una crisis de crecimiento (de un nentes". Unas son parciales; otras son solución para un cierto estado de
organismo, de una sociedad, de una —por lo menos relativamente— to- desorientación crítica sufrido por la
institución) es beneficiosa, en tanto tales. Una cuidadosa descripción de sociedad de su tiempo.
374
CRI CRI
Los rasgos generales de las crisis rados como aspectos diversos de una
históricas —cuando menos de las de misma realidad, en donde coexiste,
Occidente— son, a nuestro entender, con el afán de salvación del alma, la
los siguientes, especialmente cuando necesidad de salvar las apariencias,
consideramos tales crisis desde el ni- y en donde el mundo sensible o "lo
vel filosófico: hiperconciencia; au- de aquí abajo" es entendido como
mento de posibilidades (por lo tanto, algo dependiente de lo divino. Sin
no forzosamente decadencia); perple- embargo, las analogías no deben ser
jidad; desarraigo; desvanecimiento de tampoco extremadas. Como dice Gil-
ciertas creencias firmes, usualmente son, "el cristianismo es una religión;
inadvertidas; inadecuación entre lo al usar a veces ciertos términos filosó-
vivido y lo vagamente anhelado; in- ficos para expresar su fe, los escrito-
adecuación entre la teoría y la con- res sagrados cedían a una necesidad
cepción del mundo; proliferación de humana, pero substituían el sentido
"salvaciones parciales" (y por ello de filosófico antiguo de estos términos
sectas, grupos, etc.); antropologismo por un sentido religioso nuevo". "Este
y a veces antropocentrismo (preocu- sentido —sigue diciendo dicho au-
pación primaria por el ser y destino tor— es el que debe atribuírseles
del hombre); exageración —por reac- cuando se les encuentra en los libros
ción— de tendencias anteriores ("re- cristianos", y esto constituye una nor-
tornos a lo antiguo"); tendencia a la ma que puede comprobarse frecuen-
confusión y a la identificación de temente en el curso de la historia del
lo diverso; penetración recíproca pensamiento cristiano y que "es siem-
de toda clase de influencias; particu- pre peligroso olvidar" (La philoso-
lar inclinación a ciertos saberes que CRISTIANISMO. El cristianismo phie au moyen âge, 3a edición,
inmediatamente se popularizan —psi- presenta un doble problema. Por un 1947, Introducción). No se puede,
cología, sociología, pedagogía o sus lado se trata de averiguar su signi- pues, simplemente asimilar con ense-
equivalentes—; ironía; caricatura de- ficación como religión positiva. Por ñanzas filosóficas el fundamento de
formadora; intervención frecuente de el otro, se trata de examinar sus la religión cristiana, la "buena nue-
las masas, muchas veces a través relaciones con la filosofía. Aunque va". Pero, al mismo tiempo, sería
de un cesarismo; aparición de creen- no pueden trazarse fronteras defini- erróneo considerar que la enseñanza
cias todavía no bien formadas que das entre ambas cuestiones, la última cristiana, la predicación de la "nueva"
se disputan el predominio en forma es la única que aquí nos interesa. Por y aun la condenación frecuente de la
de ideologías; estoicismo en grupos lo pronto, el cristianismo parece pre- sabiduría griega equivale en los co-
selectos; trascendencias provisionales; sentarse en el mundo como algo muy mienzos a una condena de la razón.
deshumanización unida a la sensible- distinto de una doctrina filosófica, De hecho, ocurrió todo lo contrario.
ría; irracionalismo (exaltación de lo como una predicación de amor y de Pero aun en principio podría consi-
irracional, distinta de su reconoci- salvación del hombre. No es extraño, derarse que la "oposición" entre fe
miento ontológico); descubrimiento pues, que muchas veces haya sido cristiana y razón griega es cualquier
de verdades inmediatamente exagera- considerado como opuesto a la filo- cosa menos radical. Lo que, en rigor,
das y que sólo la época estable redu- sofía. Sin embargo, el citado rasgo, sucede, pues, es que no hay ni sepa-
cirá a justas proporciones; a la vez, que hubiese debido oponerlo a la ración estricta ni tampoco asimilación
descubrimiento de nociones en ger- tradición intelectual griega, no lo hizo completa; hay una diferente signifi-
men que sólo dicha época explorará ni mucho menos "independiente" de cación de los pensamientos en cada
en todas sus posibilidades; aparición ella. Por una parte, esta tradición no caso (aun adoptando fórmulas muy
de grupos aparentemente irreducti- está constituida exclusivamente por parecidas). El ejemplo de la doctri-
bles, pero separados por diferencias el afán racional de conocimiento; so- na del Logos ( VÉASE ) es significa-
muy leves; predominio del hombre bre todo en su última fase la volun- tivo. Pero lo mismo podría decirse de
de acción; retiro del intelectual a una tad de salvación se manifiesta en nu- la doctrina del mundo y del alma. Sin
soledad no sólo espiritual, mas tam- merosos aspectos. Ya en Sócrates se duda habrá, antes de que la ciencia
bién social; "traición de los intelec- notó, desde luego, un giro muy radi- pagana pueda ser admitida, fronteras
tuales"; utilitarismo y pragmatismo; cal hacia esta voluntad. Dicha tenden- que no podrán traspasarse. En efec-
aparición del dinamismo sin doctrina; cia socrática, que se repite en las to, no habrá modo de conciliar, por
conflicto entre la moral individualista escuelas socráticas y en los estoicos ejemplo, la creación con la emana-
y las ideologías en pugna; "realismo ción, o la idea de Dios como Padre
y que late asimismo con fuerza en
romántico" y "pesimismo realista"; con la idea de Dios como principio.
historicismo o sus equivalentes; pro-
las grandes construcciones intelectua-
Pero, una vez más, tal oposición y
fusión de consolaciones y guías de les del neoplatonismo, representa ya,
aun contrariedad se revelará sobre
descamados; aparición de un sistema cuando menos formalmente, un punto todo cuando se consideren desde el
metafísico que es habitualmente una de coincidencia con la religión cris- mismo punto de vista ambos elemen-
"recapitulación" (Plotino, Santo To- tiana. Y ello hasta el punto de que, tos, pero no, o mucho menos, cuando
más, Hegel) y luego una filosofía desde el ángulo histórico, cristianismo cambie la significación de cada uno;
y helenismo han podido ser conside-
375
CRI CRI CRI
cuando, por ejemplo, el helenismo, ta, cristianismo y filosofía aparece- de tal actividad pensante por cual-
es decir, la filosofía helénica, sea rían como insertados dentro de un quiera de los dos polos. Por eso se
considerada, desde este punto de vis- ámbito único que haría posible la ha sostenido lo que podría parecer
ta, como un instrumento conceptual unidad de la fe y de la razón. Sólo a primera vista una perogrullada,
posible, y, en cambio, el cristianismo cuando se resquebrajara este ámbito pero que resulta, en último término,
sea visto como un "horizonte", como se produciría la concepción de la fe algo sin lo cual no podría darse una
una "actitud" que no posee un len- y de la razón como dos instancias filosofía dentro del cristianismo (ya
guaje propio y que por tal motivo heterogéneas, con las diversas conse- sea como un simple "elemento" suyo,
puede valerse sin contradicción de la cuencias que ello implica (primado o como un principio intelectual o co-
"sintaxis" filosófica. de la fe; primado de la razón; doc- mo una "conclusión" racional) : que
Los problemas relativos a la rela- trina de la doble verdad). De ahí la supresión de cualquiera de los dos
ción entre cristianismo y filosofía están, la dificultad de hablar de una "filo- términos suprimiría toda posibilidad
por lo tanto, estrechamente ligados con sofía cristiana" y al mismo tiempo la de una filosofía cristiana. La filosofía
la cuestión mencionada. Lo mismo relativa inevitabilidad de emplear no sería indispensable para el cris-
podría decirse de la relación entre el esta expresión. Todos los debates ha- tianismo y aun constituiría un ele-
cristianismo y su figura histórica o, si bidos al respecto suponen el plantea- mento extraño a él si el cristianismo
se quiere, entre el cristianismo como miento de dicho problema. A base de fuese un absoluto, es decir, algo que
depositum y como posi-tum de la ello es posible otorgar un sentido claro no sólo fuese depositum de la histo-
historia. En verdad, estas cuestiones a las varias posiciones adoptadas. Una ria, sino un depositum que no necesi-
vuelven una y otra vez siempre que de ellas supone que filosofía cristiana tara ningún positum. Pero la filosofía
se intenta hacer una "filosofía" del es el pensamiento filosófico que no sería algo incorporado al cristianismo
"hecho cristiano". La palabra 'hecho' contradice esencialmente las verdades cuando consideráramos a éste, sin
no es aquí inútil. En rigor, solamente del cristianismo e inclusive las apoya. dejar de concebirlo como verdad ab-
su concepción como un hecho La filosofía cristiana sería entonces soluta, como un hecho que se des-
apoyado en hechos hace posible la especialmente la filosofía medieval y arrolla en la historia. Y, a la vez, el
eliminación de su consideración una cierta parte de las corrientes cristianismo le sería indispensable a
simbólica. Todos los debates en modernas. Otra posición supone que la filosofía si lo concibiéramos como
tomo al problema de la "filosofía filosofía cristiana es toda la filosofía un "hecho" que nos dice algo acerca
cristiana" —la cuestión que aquí nos que de algún modo o de otro se del hombre y, a través de él, de la
interesa más directamente— se ven mueve dentro del ámbito del propia Naturaleza. Sólo mediante el
obligados a tener en cuenta los cristianismo como su supuesto úl- entrecruzamiento de ese doble sen-
mencionados elementos. Como es na- timo. En este caso sería filosofía cris- tido podría tener un significado la
tural, aquí no podremos hacer sino tiana toda la filosofía occidental a expresión 'filosofía cristiana'.
mencionar esquemáticamente ciertos partir del derrumbamiento del hele- Otras dos posiciones sobre la rela-
grupos de soluciones. En lo que toca nismo. Otra posición admite que la ción entre cristianismo y filosofía son
a la relación entre filosofía y cristia- filosofía cristiana es la elaboración las dos siguientes —ambas basadas
nismo, convendría tal vez previamente filosófica de un cierto "contenido" en un examen de la historia, aunque
distinguir, como hace Jean Guitton, religioso. En tal caso, la filosofía cris- posiblemente influidas por conside-
entre dos nociones distintas: la de la tiana sería una propedéutica para la ciones análogas a las antes reseña-
filosofía cristiana, y la de una in- fe, o una apologética. Lo que nos das—: según una, las enseñanzas
fluencia del cristianismo sobre la filo- importa declarar en todos estos casos, cristianas fueron fundamentalmente
sofía. La primera supone la posibili- sin embargo, es sólo el hecho de que modificadas por la filosofía griega, y
dad de fundar una filosofía cuyo con- cualquiera de estas posiciones supone especialmente por la platónica, de
tenido conceptual sea el cristianismo; la adopción de una actitud ante las modo que la llamada "filosofía cris-
la segunda supone que la filosofía ha cuestiones apuntadas. Por otro lado, tiana" es una especie de "degenera-
pasado, o pasa todavía, por una "etapa" ha habido una posición según la ción" del cristianismo (Adolf Har-
—que, en principio, puede ser cual la expresión 'filosofía cristiana' nak); según la otra, fue connatural
"interminable"— en la cual ciertos carece de sentido a menos que sea al cristianismo asimilarse la filosofía
elementos —ya sean problemas o bien la traducción de una cierta actitud griega. De acuerdo con la última opi-
soluciones— se insertan en el cuerpo vital correspondiente a una existencia nión —que puede verse expresada
de la filosofía y substancialmente lo que discurre según la philosophia en G. L. Prestige (God in Patristic
modifican. Ambas concepciones supo- Christi, más o menos equivalente a la Philosophy [1936], 2a ed., 1952, pág.
nen que cristianismo y filosofía son imitatio Christi. Parece, en todo caso, xiv)— ninguna idea filosófica fue
dos "elementos" analíticamente sepa- que la expresión 'filosofía cristiana' "importada" sin recibir substanciales
rables y que de alguna manera se ha oscilado casi siempre entre dos po- modificaciones, de modo que "la idea
conjugan. Frente a ellas se podría los, uno de los cuales ha estado cons- fue cortada al patrón de la fe cris-
concebir la "relación" entre filosofía tituido por la filosofía y otro por el tiana, y no ésta ajustada al modelo
y cristianismo de otro modo: como cristianismo o, mejor dicho, uno de de la concepción importada".
una "relación interior", esto es, como los cuales ha sido la "razón filosófica" Las innumerables discusiones ha-
algo descomponible por medio de un y otro la "actitud cristiana". Ahora bidas sobre la "esencia del cristianis-
análisis artificial, pero no en su pro- bien, la mayoría de los autores se mo" obedecen, según Romano Guar-
pia realidad. Desde este punto de vis- ha inclinado a rechazar la absorción dini, a que se ha intentado con de-
376
CRI CRI CRI
masiada frecuencia, o bien deducir general), luteranismo, calvinismo, etc. excluido, cuando era menester, datos
la realidad cristiana de premisas pro- en tanto que se han suscitado al res- basados en opiniones, tesis y argu-
fanas, o bien determinar su esencia pecto cuestiones filosóficas. mentos procedentes de otras confe-
mediante categorías naturales. Pero Sin embargo, no hemos confeccio- siones.
ninguno de estos procedimientos nado tales artículos, por dos motivos. Hemos llevado a cabo lo segundo
puede producir, según Guardini, más En primer lugar, porque los "elemen- en artículos tales como los dedicados
que un conjunto de proposiciones tos filosóficos" en los correspondien- a Deísmo, Gnosticismo, Jansenismo,
abstractas. Por medio de ellos se tes cuerpos de creencia y doctrina son Pelagianismo, Quietismo, Socinianis-
llega, en efecto, a proposiciones que conocidos de sobra por la mayor parte mo, etc., así como en artículos tales
no por ser "verdaderas" dejan de de los lectores. En segundo lugar, como los dedicados a los Cuáqueros.
ser contrarias a otras. Unos definen, porque el tratamiento adecuado de las La selección efectuada al respecto
en efecto, el cristianismo por la re- "relaciones" entre catolicismo y filoso- ofrece un aspecto un tanto arbitrario,
velación de Dios como Padre o por fía, protestanismo (en general) y pues podrían haberse compuesto otros
la adquisición de una conciencia re- filosofía, luteranismo y filosofía, cal- muchos artículos; as!, por ejemplo,
ligiosa individual. Otros, en cambio, vinismo y filosofía, etc., resultaría sobre el arianismo, el docetismo, el
lo definen como una religión en la excesivamente largo y no siempre su- monofisismo, el nestorianismo, etc.,
cual, siendo Dios inaccesible, la me- ficientemente filosófico para los pro- por un lado, y sobre los adventistas,
diación es necesaria, o bien en la pósitos de este Diccionario; en efecto, anabaptistas, baptistas, congregacio-
cual la individualidad de la concien- obligaría a dilucidar un tanto a fondo nalistas, fundamentalistas, metodistas,
cia cede el paso a la comunidad su- materias de fe y cuestiones teológicas presbiterianos, puritanos, etc., por el
perindividual. Todas estas definicio- — las cuales han sido introducidas en otro. Hemos procurado reducir la in-
nes olvidan el carácter eminentemente la presente obra sólo en la medida en evitable dosis de arbitrariedad eli-
concreto de la realidad cristiana, en que han sido tratadas, o pueden ser giendo artículos cuyo tratamiento no
la cual aparece el orden "natural" tratadas, filosóficamente. nos alejaba demasiado de los temas
del mundo trastornado por la "pa- Reconociendo, empero, que las au- filosóficos y artículos que considera-
radoja" que representa la ordenación sencias indicadas pueden resultar eno- mos importantes por referirse a movi-
y subordinación de la Creación a la josas, hemos procurado remediarlas de mientos religiosos que, aunque no es-
Encarnación del Hijo de Dios, y el tres maneras. pecíficamente "filosóficos", fueron
consiguiente abandono de la (apa- Primero, nos hemos referido a opi- ampliamente discutidos en alguna
rente) autonomía de lo creado. Por niones de las principales iglesias cris- época por filósofos.
eso dice Guardini que toda la crea- tianas sobre ciertos puntos de religión Hemos llevado a cabo lo último en
ción recibe la potencia actuante del y teología, sobre todo en cuanto han artículos sobre figuras como Calvino,
Salvador y asume con ello una nueva sido objeto de debates filosóficos. Lutero, Melanchton, Zwinglio, etc., en
forma. En suma, según esto no ha- Segundo, hemos dedicado artículos los cuales, además, se puede introdu-
bría posibilidad de determinar abs- especiales a ciertas tendencias o movi- cir alguna información que algunos
tractamente la esencia del cristianis- mientos dentro del cristianismo que se lectores echarían de menos por el he-
mo, como si la doctrina cristiana o su han singularizado por haber puesto cho de no haber dedicado artículos
sistema de valores pudieran ser desli- sobre el tapete ciertas cuestiones filo- especiales a Calvinismo, Luteranismo,
gados de la persona de Cristo. Pero sóficas, teológicas y teológico-filosófi- etc. Además, con tales artículos se
a la vez, tal persona, al trascender cas fundamentales, y por haber dado completan ciertas informaciones que
lo histórico, no sería tampoco suscep- lugar a polémicas en las que han par- pueden hallarse en los artículos con-
tible de una determinación descripti- ticipado filósofos y teólogos de nota. sagrados a diversas figuras de impor-
va, al modo del historicismo. Con ello Tercero, hemos dedicado artículos tancia dentro del catolicismo por su
quedarían eliminados en la conside- especiales a ciertas figuras de interés contribución a ulteriores desarrollos
ración del cristianismo tanto el histo- a la vez teológico y filosófico. filosóficos.
ricismo como el naturalismo, estima- Hemos llevado a cabo lo primero En la bibliografía de los artículos
dos ambos como abstracciones de la en ciertos artículos tales como Albe- ESCOLÁSTICA, FILOSOFÍA MEDIEVAL y
realidad. drío (Libre), Ángel, Ciencia Media, PATRÍSTICA hemos indicado los textos
Creemos que, tanto si se acepta Creación, Dios, Logos, etc. (véase la fundamentales para el estudio de cier-
como si no se acepta la existencia de lista de artículos bajo el epígrafe "Fi- tas épocas de la "filosofía cristiana".
una "filosofía cristiana" —esto es, de losofía de la religión y teología" que Para la historia del cristianismo, en
una filosofía específicamente adjeti- su relación con la historia de la Igle-
figura en el "Cuadro sinóptico" al sia, véase: Adolf Harnack, Lehrbuch
vada como tal— es razonable admitir final de esta obra; a ellos deben agre- der Dogmengeschichte, 4 vols., 3a
por lo menos que las doctrinas y la garse varios de los que figuran bajo ed., 1893-1897 (los dos primeros to-
historia de las diversas iglesias cristia- los epígrafes "Metafísica y ontología", mos se citan con el título de Die Chro-
nas se hallan a menudo estrechamente "Antropología filosófica y filosofía del nologie).— L. M. O. Duchesne, His-
relacionadas con doctrinas filosóficas espíritu" y "Ética"). Nos hemos refe- toire ancienne de l'Église, 2 vols.,
y con la evolución de estas doctrinas. rido muy en particular a los debates 1908-10. — The Beginnings of Chris-
Por tanto, podría completarse la in- de interés filosófico que se han susci- tianity, ed. por F. J. Foakes-Jackson y
formación proporcionada en el pre- tado dentro del catolicismo, cuya "re- Kisopp Lake, I, vols, i al vi, 1920-23.
sente artículo con artículos especiales — Eduard Meyer, Ursprung und
lación" con ideas filosóficas ha sido Anfänge des Christentums, 3 vols., 4a
sobre catolicismo, protestantismo (en abundante y constante, pero no hemos y 5a eds., I, 1924; 4a y 5a, II, 1925;
377
CRI
CRITERIO. Por 'criterio' se entiende
generalmente el signo, marca, ca-
racterística o nota mediante la cual
algo es reconocido como verdadero.
Criterio es, pues, en este sentido el
criterio de la verdad. En el vocabu-
lario tradicional, el criterio se aproxi-
ma a lo que los escolásticos llamaban
el objeto formal. El criterio sería, por
consiguiente, algo distinto no sólo del
objeto propio conocido, sino también
de la facultad cognoscitiva, que exi-
giría un criterio para determinar lo
verdadero. El problema del criterio
ha sido examinado por un lado en
estrecha relación con el problema de
la verdad (sobre todo por las direc-
ciones que han supuesto que sólo la
verdad puede ser el criterio para lo
verdadero), y por otro lado en rela-
ción con las cuestiones suscitadas por
el grado de veracidad de las distintas
fuentes del conocimiento, en particu-
lar los llamados sentidos externos.
Las soluciones al problema del cri-
terio han dependido casi siempre de
las correspondientes soluciones a la
cuestión del conocimiento (VÉASE).
Según haya sido la posición última
adoptada, y en particular según se
haya adoptado el idealismo o el rea-
lismo gnoseológicos, ha sido distinto
el criterio de la verdad. Ahora bien,
aun dentro de cada una de estas po-
siciones extremas, ha habido múlti-
ples definiciones del criterio y, de
consiguiente, diversos sentidos dados
a la llamada criteriología. Esto se
manifiesta sobre todo dentro de la
tendencia del realismo ( VÉASE ), y
ello hasta tal punto que el destino de
la propia criteriología depende en
gran parte de la admisión o no ad-
misión de un realismo más o menos
directo o más o menos intelectua-
lista. Así se advierte en quien, como
Désiré Mercier ( VÉASE) elaboró con
particular detalle el aspecto crite-
riológico del problema del conoci-
miento. Su actitud ante el conocer
explica su tesis de la criteriología
como el estudio reflejo de nuestro
conocimiento cierto y de los fun-
damentos en que se basa su certi-
dumbre. El criterio de verdad, dice
Mercier, es la prueba por la cual
distinguimos entre verdad y error. La
criteriología coincide, pues, casi en-
teramente con la epistemología, por
lo menos en tanto que previamente
concibamos a ésta como una teoría
de la certidumbre. Por eso la crite-

378
CRI CRI CRO
riología no es una parte de la lógica; aspira entonces a iluminar totalmente de su actividad crítica y filosófica,
no es una lógica real, como creía las raíces de la existencia humana y es considerado como el más eminente
Kant poder edificarla, pues la lógica aun basar el existir en tal iluminación. representante del neohegelianismo y
real implica una contradictio in ter- También en Kant se halla este criti- del neoidealismo italiano, pero en mu-
minis. La criteriologia estudia, en cismo al decir que "la indiferencia, chos puntos su posición filosófica fue
suma, la certidumbre, es decir, una la duda y, por último, una severa crí- mucho más allá de la neohegeliana.
propiedad del acto del conocimiento. tica son más bien muestras de un pen- No sólo por haber recibido otras di-
Está relacionada con la ideología y, samiento profundo. Y nuestra época es versas influencias —entre ellas, y sobre
de consiguiente, con la psicología. la propia de la crítica, a la cual todo todo, las positivistas y las histori-cistas
Ahora bien, hay, según Mercier, dos ha de someterse. En vano pretenden de la tradición de Vico—, sino
aspectos fundamentales de la inves- escapar de ella la religión por su también, y muy especialmente, por-
tigación criteriológica. Primeramente, santidad y la legislación por su ma- que el modo mismo de plantear sus
la criteriologia general, que estudia jestad, que excitarán entonces moti- problemas centrales mostraba la insu-
la certidumbre en sí misma. En se- vadas sospechas y no podrán exigir ficiencia del neoidealismo. No es me-
gundo lugar, la criteriologia especial, el sincero respeto que sólo concede nos cierto, con todo, que la influencia
que estudia la certidumbre en dife- la razón a lo que puede afrontar su del neohegelianismo (VÉASE) de la Ita-
rentes zonas o partes del conocimiento público y libre examen". lia del ochocientos, particularmente a
humano. CRITERIOLOGÍA. Ver través de Bertrando Spaventa, parece
CRITERIO. determinar el origen de la filosofía
CRITICISMO se llama en particu- crociana. En efecto, Croce se propo-
lar a la doctrina de Kant en cuanto ne, por lo pronto, aprovechar la ri-
hace de la crítica del conocimiento queza del pensamiento de Hegel, pero
el objeto principal de la filosofía. En desprovisto de lo que, a su entender,
general es toda doctrina que sostiene era inesencial al mismo: el espíritu
la superioridad de la investigación especulativo encamado en la orgía de
del conocer sobre la investigación del una filosofía a priori de la Naturaleza y
ser, y la necesidad de reducir esta de una construcción puramente
última a la primera. El criticismo es, artificiosa de la historia. Esto es "lo
pues, por una parte, una dirección muerto" de la filosofía de Hegel,
especial de la gnoseología, consistente frente a lo cual subraya Croce "lo
en la averiguación de las categorías vivo", la dialéctica, la primacía del
o formas aprióricas que envuelven lo pensamiento en la comprensión de la
dado y permiten ordenarlo y cono- realidad y el descubrimiento del
cerlo; mas, por otra, es una teoría Espíritu. Los aspectos y los grados
general filosófica que coincide con del Espíritu —a que luego nos refe-
el idealismo en sus diversos aspectos riremos— representan la mejor con-
y que invierte la dirección habitual firmación de esta posibilidad de una
del conocimiento mediante una refle- CRITOLAO, de Faselis, en Licia dialéctica realmente viva, frente a la
xión crítica sobre el propio conoci- (t ca. 156 antes de J.C.), fue el su- cual desaparezca toda rigidez y me-
miento. cesor de Aristón de Queos en el Li- canización, no solamente de lo real,
En un sentido más general, el cri- ceo. Formó parte, con Carneades y sino de los propios conceptos. Esto
ticismo es entendido como aquella Diógenes Seleucida en una embajada es, por otro lado, lo que explicará
actitud que afronta el mundo con de filósofos a Roma en 155 antes de la posibilidad de las síntesis, así co-
una propensión exageradamente crí- J.C. Aunque en la cosmología se opuso mo, y muy especialmente, la posibi-
tica o, más comunmente, como aque- a los estoicos, defendiendo la doctrina lidad de un acceso intuitivo a lo sin-
lla actitud que considera que ningún de la persistencia y eternidad del gular que no necesite disolverse en
conocimiento auténtico es posible sin cosmos, admitió en ética ciertas el antirracionalisrno de las intuiciones
que sus caminos queden previamente doctrinas estoicas y cínicas. Cristolao románticas. Pues el acceso intuitivo
desbrozados por la crítica. En tal consideró que tanto los dioses como tal como lo entiende Croce es, según
caso el criticismo no es sólo una po- las almas proceden de una quinta- se revela en la estética, no una ine-
sición en la teoría del conocimiento, esencia: el éter. fable contemplación, sino una volun-
sino una actitud que matiza todos los Textos en Fritz Werli, Die Schule tad de expresión, una intuición en
actos de la vida humana. La época des Aristoteles. X: Hieronymos van la cual la expresión constituye la
moderna, que ha sido considerada Rhodos. Kritolaos und seine Schüler, principal de las caras. Así, cabe ha-
habitualmente como una "época crí- 1959. — Véase F. Oliver, De cer en la actualidad lo que Hegel
tica", revela el carácter de este cri- Critolao peripatético, 1895 (Dis.). — hizo para su tiempo: una fenomeno-
ticismo que pretende averiguar el Art. sobre Critolao (Kritolaos aus logía del Espíritu, pero una fenome-
fundamento racional de las creencias Phaselis) por H. von Arnim en Pauly- nología en donde la absorción de los
Wissowa. diferentes grados por una síntesis no
últimas, pero no sólo de aquellas
creencias que son explícitamente re- CROCE (BENEDETTO) ( 1866- equivalga a una supresión, sino jus-
conocidas como tales, sino inclusive 1952), nac. en Pescasseroli (Los tamente a una afirmación de lo dis-
de todos los supuestos. El criticismo Abruzzos), residente en Ñapóles, tinto. La necesidad de la síntesis y
donde ha desarrollado la mayor parte
379
CRO CRO
la consiguiente afirmación del carácter formalidad del concepto lógico; más
abstracto y negativo de los opuestos aun, el pensamiento es forzosamen-
no equivalen, según Croce, a una te, en cuanto pensamiento, la plena
supresión de la autonomía de las rea- verdad que comprende todos los mo-
lidades diferentes. Sólo así es posible, mentos, inclusive el error, el cual se
según este pensador, evitar la absor- integra con la verdad y no pue-
ción de todo lo real en lo idéntico de, consiguientemente, cuando menos
en que desemboca frecuentemente el desde el punto de vista rigurosamente
idealismo romántico. La fenomenolo- teórico, ser nada positivo.
gía del Espíritu de Croce, en que En la filosofía práctica, Croce vuel-
puede resumirse su filosofía, tiene, ve repetidamente sobre su primera
con todo, una apariencia decidida- adscripción de plenitud al pensamien-
mente constructiva, aun cuando se to; contra toda filosofía del senti-
sostenga en todas partes la necesidad miento, sostiene Croce que la emo-
de recurrir a la realidad irreductible, ción no existe sino como vacilación
a una realidad que tiene siempre la entre la actividad teórica y la prác-
racionalidad como fondo y la con- tica. Contra todo pragmatismo y todo
creción como contenido. Los diferentes vitalismo activista afirma Croce que
grados del Espíritu se hallan im- sólo la plenitud del pensar puede dar
plicados entre sí; mejor dicho —de un sentido a la vida. Mas esta afir-
acuerdo con las últimas prolongacio- mación no equivale a negar la vida
nes del pensamiento de Croce—, misma; por el contrario, Croce intenta
constituyen una especie de círculo en continuamente establecer una síntesis
el cual no puede indicarse cuál es de vida y pensamiento, en la cual
la realidad primaria, porque cual- cada uno de estos dos elementos
quier grado se apoya en los restantes otorgue sentido al otro. Semejante
y a la vez los completa. Según Croce, evasión de toda amenaza formalista
el Espíritu puede ser considerado en queda confirmada por la tendencia
su aspecto teórico o en su aspecto "histórica" de Croce, que se ha
práctico: en el primero cabe consi- manifestado concretamente en la pre-
derarlo como conciencia de lo indi- ocupación por la historia y la cultura
vidual, y este es el tema de la esté- no sólo en el aspecto teórico, mas
tica, o como conciencia de lo universal también prácticamente. La historio-
concreto, y este es el tema de la grafía teórica y práctica de Croce es
lógica; en el segundo cabe conside- así la coronación de una filosofía
rarlo como querer de lo individual o que se halla enteramente penetrada
economía o como querer de lo uni- por la convicción de la universalidad
versal o ética. Cada una de estas concreta de lo espiritual, convicción
partes de la filosofía del Espíritu ha que, en el mismo sentido que
sido desarrollada por Croce con es- inspiró a Hegel, lo hace sentirse
pecial detalle, buscando en todo mo- enemigo irreductible de quienes, en
mento aquello que podía enlazarla nombre de lo racional puro,
con los grados restantes. Croce afirma desconocen el valor y la función de
así, en lo que toca al arte, su carácter la evolución espiritual y, sobre todo,
de comprensión intuitiva de lo singu- de la evolución histórica, cuya riqueza
lar. Mas esta intuición no es la toma solamente puede ser entendida, se-
de contacto inmediato con una natu- gún Croce, desde el punto de vista
raleza simple, al modo cartesiano, del Espíritu concreto y absoluto.
sino lo que el propio autor llama
"intuición lírica", el hecho de expresar
creadoramente una impresión. De ahí
la identificación del arte con una
"lingüistica general" que es, en el
fondo, una teoría general de las ex-
presiones. En la lógica, Croce pro-
cura ampliar el marco tradicional al
buscar, como Hegel, lo concreto en
el concepto y al sostener la posibili-
dad de una comprensión conceptual
de lo singular. El pensamiento es de
este modo una plenitud que jamás
puede ser confundida con la pura

380
CRU
del principio de contradicción, que
en Wolff funcionaba como una ins-
tancia suprema y efectiva; un saber
positivo debe basarse, según él, en
lo que llama el "principio de los inse-
parables" o principio por el cual
existen verdaderos "fundamentos" ta-
les como el principio de que cuanto
acontece tiene causa suficiente. La
insuficiencia de la "forma del cono-
cimiento" exige, en efecto, una "ma-
teria del conocimiento". Crusius tenía
presentes no solamente las dificulta-
des que plantea la explicación de
ciertos hechos positivos por la mera
referencia al principio de identidad,
sino especialmente el problema del CUADRO DE OPOSICIÓN. Véase
libre albedrío, problema que provo- OPOSICIÓN.
caba por lo menos una escisión entre CUALIDAD. Consideramos en este
la razón pura y la práctica y, como artículo las siguientes cuestiones: (1)
aconteció luego en Kant, el primado Definiciones tradicionales de la no-
de la última para resolver las anti- ción de cualidad. (2) Distinción en-
nomias de la primera. La influencia tre varios aspectos de la cualidad y
de Crusius sobre Kant es patente y especialmente entre la cualidad y la
honda, y el escaso reconocimiento no cualidad. (3) Posiciones funda-
de la significación de Crusius se debe mentales sobre el concepto de cuali-
justamente en gran parte a que ha dad. Agregaremos unas palabras so-
oscilado tradicionalmente, para los bre (4) la cualidad en el juicio.
historiadores de la filosofía, entre un Para la cuestión ( 1 ) nos basare-
"adversario de Wolff" y un "precur- mos principalmente en las definicio-
sor de Kant". Kant criticó a Crusius nes de Aristóteles. Según este autor,
después de haberlo elogiado en su la cualidad es una categoría (VÉASE):
Principiorum primorum cognitionis es aquello en virtud de lo cual se
metaphysicae nova dilucidatio (1755), dice de algo que es tal y cual (Cat.,
pero la crítica kantiana afecta más a VIII 8 b 25). Ahora bien, como to-
las ideas morales y metafísicas de dos los términos usados por el Es-
Crusius que a sus opiniones episte- tagirita, el término 'cualidad' no es
mológicas y ontológicas, las cuales unívoco: 'cualidad' se dice de varios
desarrolló Crusius por veredas muy modos. Por ejemplo, la cualidad puede
similares a las de Kant. ser un hábito (VÉASE) o una dispo-
sición — siempre que se tenga en
cuenta que los hábitos son a la vez
disposiciones, pero no todas las dis-
posiciones son hábitos. Puede ser tam-
CRUSIUS (CHRISTIAN AUGUST) bién una capacidad — como el ser
(1715-1775), nac. en Leuna (Merse- buen corredor o el ser duro o blando.
burg), profesor en Leipzig, fue por Puede ser algo afectivo, como la dul-
lo pronto radical adversario de la zura (o un resultado de una cuali-
llamada escuela de Leibniz-Wolff, dad afectiva, como el ser blanco).
cuyo racionalismo llegaba a la afir- Puede ser, finalmente, la figura y la
mación de que lo lógico es funda- forma de una cosa, como la curvatu-
mento de lo ontológico. Por el con- ra. Ciertas propiedades tales como
trario, Crusius sostiene enérgicamente la densidad no son consideradas por
que no puede admitirse confusión Aristóteles como cualidades, sino co-
entre ambas instancias y, por lo tanto, mo resultado de relaciones (ibid.,
que lo primero no puede ser sin más 10 a 18). Característico de las men-
la plenaria "razón de ser" de lo cionadas clases de cualidades —a las
segundo. No se trata de un escepti- cuales podrían agregarse otras— es
cismo sobre el poder de la mente, el tener contrarios y el admitir varia-
sino de una reflexión sobre la irre- ciones de grado, aunque hay algunas
ductibilidad lógica de ciertas entida- excepciones a esta última regla, co-
des. Lo que Crusius pone sobre todo mo lo muestra el ejemplo de la cua-
de manifiesto es la pura formalidad
CUA CUA CUA
lidad de triangularidad. De hecho, átomos en el vacío— y lo que es con- mo primarias cuatro: dos cualidades
las únicas características verdadera- vencional — los colores, sabores, so- activas (lo cálido y lo frío) y dos
mente propias de la cualidad son, nidos, etc. Esta tesis influyó sobre cualidades pasivas (lo húmedo y lo
según Aristóteles, la semejanza y la muchas de las concepciones meca- seco). Éstas, que Aristóteles llama
desemejanza. En otro lugar (Met., nicistas de la Naturaleza. Pero, ade- primeras diferencias, prw=tai
L 14, 1020 a 33 sigs.) Aristóteles más de ella, hay otras que parecen diaforai/ (De gen. et corr., II 229 b
define la cualidad de cuatro mane- marchar en una dirección análoga. 17-18), se contraponen a las
ras: (a) como la diferencia de la Mencionaremos varias, (a) La dis- cualidades restantes. No se trata, sin
esencia (el hombre es un animal tinción de Aristóteles entre los sen- embargo, de "diferencias"
que posee cierta cualidad, porque tidos comunes, aisqhta\ koina/, y los psicológicas, sino físicas. A ellas se
es bípedo); (b) como propiedad de sentidos particulares, ai/sqhta\ i/dia. reducen las restantes cualidades, con
los objetos inmóviles matemáticos Como los primeros constituyen la lo cual se produce una distinción entre
(lo que hay en la esencia de los nú- base de la percepción de cualidades lo primario y lo secundario en ellas.
meros además de la cantidad); (c) tales como la forma, la extensión, el Esta teoría aristotélica fue expuesta y
como propiedades de las substancias movimiento y el reposo, tenemos discutida por algunos filósofos
en movimiento (calor y frío, blancu- aquí una distinción entre cualidades cristianos medievales (Alberto Magno,
ra y negrura); (d) como algo res- que serán luego consideradas como Santo Tomás de Aquino, Roger Bacon)
pecto a la virtud y al vicio y, en no sensibles, y cualidades sensibles en y por varios filósofos árabes (por
general, al bien y al mal. Estas cua- sentido estricto, (b) El concepto de ejemplo, Averroes), especialmente a
tro significaciones se reducen a dos: cantidad cualitativa, desarrollado por través de comentarios a De
(x) la cualidad como diferencia de Juan Duns Escoto, es decir, la idea generatione et co-rruptione.
la esencia (a la cual pertenece tam- de la posibilidad de medición de Bauemker menciona a tal efecto la
bién la cualidad numérica) y (y) la la cualidad, (c) El concepto de mag- expresión 'qualitates primae' que
cualidad como modificación de las nitud intensiva tratado por muchos aparece en Alberto Magno (De gen.
cosas que se mueven en tanto que escolásticos del siglo XIV y que puede et corr., II tr. c. 7), y que designa lo
se mueven, y las diferencias de los ser relacionado con el anterior, (d) mismo que las primae sen-sibilia, a las
movimientos. La concepción de Roberto Grossetes- cuales se reducen las secundae
Podemos decir que el modo bajo el te de que las sensaciones subjetivas sensibilia. El mismo Alberto, en otros
cual la cualidad existe es distinto no pueden ser sometidas a tratamiento textos (Phys., V tr. 1 c. 4;
según se trate de la propia cualidad matemático —una concepción que si Philosophia pauperum sive Isagoge
poi/thj, o de aquello por lo cual parece oponerse a (b) y (c) no deja in libros Aristotelis Physico-rum, De
algo es concretamente tal cosa, de suscitar, como ellas, el problema cáelo et mundo, De generatione et
poio/n, quale. La cualidad es por ello, que aquí nos interesa: el de la rela- corruptione —en otro pasaje distinto
como dicen los escolásticos, un ción entre cualidades, o entre cuali- del mencionado—, Me-teorum, de
accidente modificativo del sujeto, dad y cantidad. (II) El otro origen anima, III, c 3), usa no sólo
pero del sujeto en sí mismo. La cla- es la distinción aristotélica entre di- 'qualitates primae', sino también
sificación de cualidades adoptada por versas cualidades y las elaboraciones 'qualitates secundae' y hasta 'quali-
muchos escolásticos es sensiblemente escolásticas de la misma. Como ve- tates secundariae'. La expresión 'qua-
parecida, por lo demás, a la de Aris- remos luego, Locke y otros filósofos litates primae' fue utilizada asimismo
tóteles: la cualidad puede ser enten- modernos rechazaron en buena parte por Santo Tomás (De gen. et corr.,
dida como hábito y disposición, po- las investigaciones aristotélicas y es- II lect 2 d) y por Roger Bacon
tencia e impotencia, forma y figura. colásticas a este respecto, pero sí» (Opus maius, V [Perspectiva) dist. 1 c.
Las cualidades pueden ser defini- ellas no se hubiera desarrollado se- 3). Y San Buenaventura habló de
das, en suma, como formas acci- guramente la concepción moderna y qualitates primariae (Itinerarium men-
dentales. Como tales, son simples, y menos aun se hubiese adoptado una tis ad Deum, c. 2, n. 3). Ahora bien, la
por eso se planteó muy pronto el muy parecida terminología. Proce- expresión 'qualitates secundae', que
problema de su cambio y de su cre- deremos ahora a trazar brevemente tuvo tan buena fortuna, apareció por
cimiento. la historia de esta segunda distinción. vez primera, según Baeumker, en
Discutiremos ahora con algún de- Su origen se encuentra, como ha un autor menos conocido, Enrique de
talle la cuestión (2). Es común citar observado Clemens Baeumker (véase Hessen (t 1397), quien la usó en
como la distinción más importante artículo citado en la bibliografía), en un escrito aún inédito titulado De
e influyente la que presentó Locke la distinción aristotélica entre el sen- reductione effectuum in causas
entre las cualidades primarias y las tido del tacto (VÉASE) y las diversifi- communes. Desde entonces fue em-
secundarias. Nos referiremos luego caciones operadas sobre el mismo. En pleada frecuentemente para designar
más extensamente a ella. Por el mo- el tacto aparecen, según el Estagiri- las cualidades sensibles réductibles a
mento es preciso advertir que esta ta, diversas cuah'dades polares (lo las cuatro "primeras diferencias" aris-
distinción tiene una larga historia. cálido y lo frío, lo húmedo y lo seco, totélicas. Las cualidades primarias
Podemos fijar dos distintos orígenes lo pesado y lo liviano, lo duro y lo designan, pues, en estas concepciones,
de la distinción de Locke. (I) Uno blando, lo recio y lo frágil, lo rudo las cualidades fundamentales e irre-
es la tesis de Demócrito sobre la dis- y lo liso, lo compacto y lo mullido). ductibles; las cualidades secundarias,
tinción entre lo que es real —la for- De estas cualidades se destacan co- las cualidades accidentales y réducti-
ma, disposición y situación de los bles.
382
Los autores modernos mantuvieron
CUA CUA CUA
dos tesis: una, defendida principal- comerlo, y así con todas las cosas que el estudio del problema de la cuali-
mente por Francis Bacon en el No- vemos o que sentimos.. . Hablan de dad y una mise au point de la doc-
vum Organum (I, 66), según la cual, las cualidades sensibles como si fue- trina moderna con ayuda del vocabu-
de un modo parecido a los escolásti- ran sensaciones". Pero desde Descar- lario escolástico.
cos, hay dos tipos de cualidades, am- tes —agrega— sabemos que los tér- La doctrina anterior no pasó, cier-
bas reales, pero unas más patentes minos sensibles mediante los cuales tamente, sin objeciones. Entre las más
o visibles que las otras; la otra, de- se describen usualmente las cualida- destacadas se halla la de Berkeley.
fendida por Gassendi, Galilei, Hobbes des del fuego, de la hierba, etc., son En los Tres Diálogos, indica dicho
y otros, según la cual hay por un equívocos. Consideraciones semejan- pensador que, "según los filósofos",
lado una materia sin cualidades, o tes, pero con un mecanicismo aun más las cualidades primarias son: exten-
bien una materia con propiedades acentuado, se hallan en Hobbes, De sión, figura, solidez, gravedad, mo-
puramente mecánicas, que es objetiva corpore, II, 2. Estas tesis fueron re- vimiento y reposo, y las secundarias
(en el sentido moderno de esta ex- asumidas de un modo particularmente son "todas las cualidades sensibles
presión), y por otro lado ciertas cua- claro y radical por Robert Boyle en junto a las primarias". En los Princi-
lidades —que también pueden dis- sus Considerations und Experi-ments pios (Int. sec. 9-15) señala que las
tribuirse en primeras y segundas o touching the Origin of Forms and llamadas cualidades primarias son:
primarias y secundarias en la signifi- Qualities (1666) y especialmente en extensión, figura, movimiento, repo-
cación aristotélico-escolástica—, que su History of Particular QuaUties so, solidez, impenetrabilidad y núme-
son subjetivas (en el sentido moder- (1671) al distinguir entre las ro; y las secundarias: colores, soni-
no de esta expresión). Esta última cualidades reales —que llamó modos, dos, etc. Pero la distinción —decla-
tesis fue la predominante a medida afecciones primarías o atributos me- ra— es inadmisible, como el lector
que se fue extendiendo la concep- cánicos— y las cualidades subjetivas puede comprender si se atiene a lo
ción mecánica de la Naturaleza. Co- — que llamó simplemente cualidades que hemos dicho en el artículo sobre
mo dice Galilei en Il Saggiatore, hay y que consideró susceptibles de ser Berkeley acerca del cualitativismo ra-
por un lado primi accidenti y por divididas en primarias y secundarias. dical de este filósofo, para el cual ser
el otro qualita. (Il Saggiatore, Opere En resumen, vemos en ese período es percibir y ser percibido. En ge-
complete, Firenze, 1842 sigs., IV, 333 la tendencia a distinguir entre lo pri- neral, todas las filosofías cualitativis-
sigs.) En otros términos, lo que antes mario o mecánico y lo secundario o tas rechazan la distinción. Por lo de-
eran formas substanciales es sensible. Ahora bien, mientras los más, hay que advertir que la misma
rechazado para ser sustituido por las filósofos citados parecen apartarse puede entenderse o como una des-
propiedades mecánicas, y lo que eran cada vez más de la terminología es- cripción de lo real o como un prin-
cualidades de diversas especies es colástica, al reservar el nombre de cipio fundamental de la teoría del
rechazado para ser sustituido por per- cualidades para todas las propiedades conocimiento. Los dos sentidos no
cepciones subjetivas. Podemos men- reductibles a otras propiedades más aparecen siempre bien claros en los
cionar a este respecto a Descartes. fundamentales, Locke siguió una ten- escritos de los filósofos de los siglos
En las Meditaciones (II) encontra- dencia parecida, si bien adoptando el XVII y XVIII, aunque puede
mos el famoso ejemplo del pedazo de vocabulario escolástico. Así, en el decirse que en gran número de casos
cera que, al acercarse al fuego, pierde Essay (II viii 11-12) introdujo la cé- la distinción en sentido gnoseológico
todas sus cualidades menos las fun- lebre distinción entre cualidades pri- se apoya en una distinción en sentido
damentales: flexibilidad, movimiento marias u originales, es decir, cualida- ontológico. En cambio, después del
y, sobre todo, extensión. En los Prin- des de los cuerpos completamente in- siglo xvm la distinción en sentido
cipios habla de que las magnitudes, separables de ellos, "y tales que en gnoseológico es la que ha predomi-
figuras y otras propiedades semejan- todas las alteraciones y cambios que nado entre los filósofos. Una excep-
tes se conocen de modo distinto que el cuerpo sufre" se mantiene como es, ción notable a este respecto la re-
los colores, sabores, etc. (I, 69), y y cualidades secundarias, es decir, presenta Samuel Alexander al distin-
que nada hay en los cuerpos que cualidades que no se hallan, en ver- guir entre cualidades primarias o
pueda excitar en nosotros ninguna dad, en los objetos mismos, sino que cualidades en general (forma, tama-
sensación excepto el movimiento, la son posibilidades (powers) de produ- ño, número, movimiento de varias
figura o situación y la magnitud de cir varias sensaciones en nosotros me- clases) y cualidades secundarias (co-
sus partes (IV, 198). Podemos men- diante sus cualidades primarias. Ejem- lor, temperatura, gusto, etc.). Las
cionar también a Malebranche cuan- plos de las primeras son: solidez, cualidades primarias no son, según
do indica en su Recherche (Libro extensión, figura y movilidad. Ejem- Alexander, propiamente cualidades,
IV, Parte II, cap. 2) que "cuando plos de las segundas son: colores, so- sino "determinaciones de las cosas".
los filósofos dicen que el fuego es nidos y gustos. A estos dos tipos de En cuanto a las secundarias, pueden
caliente, la hierba verde, y el azúcar cualidades —dice Locke— puede entenderse en dos sentidos: como cua-
dulce, etc., entienden, como los ni- añadirse una tercera, que son las meras lidades secundarias estrictas o como
ños y el común de los hombres, que posibilidades, "aunque ellas son cualidades secundarias en general.
el fuego contiene lo que experimen- cualidades tan reales en la cosa como Estas últimas son "objetivas y per-
tan cuando se calientan, que la hierba las que llamo, según el vocabulario manentes", y sirven, en tanto que
tiene sobre ella los colores que en usual, cualidades". Vemos, pues, que "disposiciones", de enlace entre las
ella creen ver, que el azúcar contie- la distinción de Locke es a la vez la cualidades primarias en general y las
ne la dulzura que experimentan al culminación de una larga historia en cualidades secundarias estrictas.
383
CUA CUA CUA
Pasemos ahora a discutir breve- afirmativos y negativos; la cualidad
cada uno de ellos puede ser simbo-
mente la cuestión ( 1 ). Podemos con- se refiere a la cópula en la cual se
lizado mediante una cualquiera de
siderar que las posiciones posibles expresa 'S es P' o 'S no es P'. Pro-
las letras sentenciales 'p' , 'q', 'r', etc,
sobre la noción de cualidad son fun- piamente no existen según la cualidad
En cambio, cuando consideramos su
damentalmente las siguientes: más que estas dos clases de juicios;
composición no podemos simbolizarlos
(a) Las cualidades son concebidas sin embargo, para los efectos de la
mediante letras sentencíales, sino que
como las únicas propiedades especí formación sistemática de la tabla de
tenemos que averiguar de qué
ficas de las cosas (sofistas, Berkeley, categorías, y, por lo tanto,
elementos se compone y usar para
etc.). únicamente en su referencia a la
cada uno de ellos una determinada
(b) Las cualidades son concebi lógica trascendental, Kant agrega a
serie de símbolos. Ahora bien, cual-
das como propiedades de las cosas, los juicios afirmativos y negativos los
quiera de los citados enunciados pue-
pero no como propiedades únicas. limitativos o indefinidos. El juicio in-
de descomponerse en dos elementos:
Pueden ser, en efecto, o propieda definido consiste simplemente en ex-
el argumento —o sujeto— y el pre-
des accidentales que modifican el cluir un sujeto de la clase de los
dicado — o verbo. En (1) el ar-
objeto, o formas accidentales (Aris predicados a que la proposición se
gumento es 'Pantagruel'; en (2) es
tóteles, muchos escolásticos). refiere. Así, hay que distinguir según
'Hesíodo'; en (3), 'La Tierra'. En
(c) Las cualidades son concebidas Kant entre "el alma no es mortal" y
(1) el predicado es 'come mucho';
como propiedades réductibles a otra "el alma es inmortal". "Por la propo-
en (2) es 'es un poeta griego'; en
propiedad o a otra serie de propie sición 'el alma no es mortal' he
(3), 'gira en torno a sí misma'. Se
dades (mecanicismo). Las cualida afirmado realmente, según la forma
advertirá que esta división entre ar-
des son entonces subjetivas. Si se lógica, poniendo al alma en la ili-
gumento y predicado, empleada en
conserva el nombre 'cualidad' tam mitada circunscripción de los seres
la lógica simbólica actual, no coincide
bién para las cualidades objetivas, se inmortales. Porque como lo mortal
exactamente con la división que suele
introduce entonces la citada distin constituye una parte de toda la ex-
llamarse tradicional. Consiste ésta en
ción entre cualidades primarias y se tensión de los seres posibles, y lo
suponer que en todo enunciado hay
cundarias. inmortal la otra parte, con mi pro-
tres elementos: el sujeto, el verbo —
(d) Las cualidades son concebi posición no se ha dicho otra cosa
llamado también cópula— y el
das como entidades irreductibles. Esta sino que el alma es una de las mu-
predicado o atributo. Así, los sujetos
posición se aproxima a (a) y tiene chas cosas que permanecen cuando
de (1), (2) y (3) son respectivamente
muchas variantes (Bergson y su doc se ha quitado de ellas todo lo que es
'Pantagruel', 'Hesíodo' y 'La Tierra';
trina de los datos inmediatos; Mach mortal" (K.r.V., A 72, B 97). Las
los verbos son 'come', 'es' y 'gira'; los
y el fenornenismo; ciertas partes de categorías correspondientes a la cua-
predicados, 'mucho' ('muchas cosas'),
la fenomenología de Husserl; Ale- lidad son la realidad, la negación y
'poeta griego' y 'en torno a sí misma'.
xander y varios de los partidarios de la limitación. Para Kant sólo puede
En muchos casos se prefiere reducir
la evolución emergente). conocerse a priori en las cantidades
el verbo a la cópula 'es' (véase
Las posiciones anteriores se presen- en general una sola cualidad, "es
CÓPULA ). En este caso ( 1 ) se
tan muchas veces mezcladas entre sí. decir, la continuidad, y en toda cua-
traduce por 'Pantagruel es un
Ello se advierte sobre todo cuando lidad (en lo real del fenómeno) sólo
comilón'; (3) por 'La Tierra es una
nos referimos al carácter réductible puede conocerse su cantidad intensiva,
entidad que gira en torno a sí
o irreductible de las cualidades. Hay perteneciendo todo lo demás a la
misma'; (2) se deja tal como está.
quienes, en efecto, sostienen la redu- experiencia". Si así es, los predicados de ( 1 ) y
cibilidad (la cualidad es reducida a (3) se convierten en 'un comilón' y
la cantidad o la cualidad secundaria 'una entidad que gira en torno a sí
a la primaria). Hay quienes sostienen misma'. Nosotros seguiremos el uso
la irreducibilidad (como el actual y nos las habremos solamente
cualitativismo y el fenomenismo ). con los dos mencionados elementos
Hay quienes, finalmente, afirman a del enunciado: argumento y pre-
la vez la reducibilidad y la irredu- dicado.
cibilidad (algunos escolásticos, Ale- Simbolizaremos los argumentos me-
xander, Nicolai Hartmann). Es típico diante las letras 'w', 'x', 'y', 'z', 'w' ',
de muchas de estas últimas concep- 'x´ ´, 'y ´´, ' z´´, etc., llamadas letras
ciones el afirmar que las cualidades argumentos, y los predicados median-
"emergen" mediante la producción de CUANTIFICACIÓN, CUANTIFI- te las letras 'F´, 'G', 'H', 'F' ', 'G'
complejidades nuevas en el proceso CACIONAL y CUANTIFICADOR. ', ' H' ', etc., llamadas letras predica-
evolutivo (Lloyd Morgan, Alexan- Los enunciados atómicos: dos. Anteponiendo las letras predica-
der) o mediante la distribución de dos a las letras argumentos, simbo-
la realidad en distintos niveles del Pantagruel come mucho (1), lizaremos (1) mediante:
ser (N. Hartmann). Hesíodo es un poeta griego (2),
La Tierra gira en torno a sí Fx,
(4) En la lógica se llama cualidad
del juicio a una de las formas en misma, (3) si 'x' se lee 'Pantagruel' y 'F' se lee
que puede éste presentarse. Según pueden ser considerados sin tener en 'come mucho'. (Aunque es usual co-
su cualidad, los juicios se dividen en cuenta su composición. En este caso locar la letra —o letras— argumento
384
CUA CUA CUA
entre paréntesis, tal como 'F(x)', nos- Consideremos por el momento sólo Si ahora tomamos el esquema:
otros los suprimimos para mayor sim- la cuantificación de letras argumen- Fx . Gx
plicidad. ) Análogamente podemos tos. Tomemos los siguientes enun-
simbolizar (2) y (3) mediante 'Fx' ciados: podremos leerlo:
si en el primer caso V se lee 'Hesío- Todos los hombres son mortales (5), x es griego y x es filósofo ( 11)
do' y 'F' se lee 'es un poeta Ningún hombre es unicelular (6), Sustituyendo V por un término sin-
griego", y en el segundo caso V se Algunos griegos son filósofos (7), gular, tal como en:
lee 'La Tierra' y 'F ' se lee 'gira en Algunos griegos no son atletas (8). Sócrates es griego y Sócrates es fi-
tomo a sí misma'. Advirtamos que En el artículo sobre la noción de lósofo,
'Fx' puede simbolizar enunciados con proposición hemos visto que (5), (11) se convertirá en un enunciado.
más de un predicado gramatical. (6), (7) y (8) son respectivamente Pero si no sustituimos 'x' por un tér
Tal ocurre en: ejemplos de las proposiciones de tipo mino singular, (11) no será un enun
Julio César fue asesinado por Bru- A (universal afirmativa), E (univer- ciado. Con el fin de convertir (11)
to (4), sal negativa, I (particular afirmati- en un enunciado, habrá que cuantifi
si 'Julio César' se simboliza por 'x' va) y O (particular negativa). (5) y car particularmente 'x'. La cuantifi
y 'fue asesinado por Bruto' por 'F'. (6) están cuantificados umversalmen- cación particular dará por resultado:
Sin embargo, (4) puede simbolizarse te; (7) y (8) lo están particular-
mente — o existencialmente. Proce- Para algunos x, x es griego y x es fi
asimismo por: lósofo (12),
Fxy damos ahora a explicar cómo se for-
man los esquemas cuantificacionales equivalente a:
si ´x' se lee 'Julio César', 'y' se lee de l os cuale s (5), (6), (7) y ( 8) Algunos griegos son filósofos.
'Bruto' y 'F' se lee 'fue asesinado son ejemplos.
por'. Análogamente, 'Para algunos x' es simbolizado me-
Si tomamos el esquema: diante '(x)', llamado cuantificador
Miguel recorre lentamente la ruta particular
que va de Córdoba a Madrid puede
(12) será entonces simbolizado por:
simbolizarse mediante 'Fx' si 'x' se podremos leerlo:
lee 'Miguel' y 'F' se lee 'recorre ( x) (Fx . Gx).
Si x es hombre, entonces x es mor- La negación de tal cuantificación
lentamente la ruta que va de Córdo- tal (9)
ba a Madrid'; mediante 'Fxy' si 'x' particular se lleva a cabo afirmando
se lee 'Miguel', 'y' se lee la ruta que Sustituyendo 'x' por un término sin- que para algunos x, x es F y x no
va de Córdoba a Madrid' y 'F' se gular, tal como en: es G. Esquema de tal negación es,
lee 'recorre lentamente'; mediante Si Sócrates es hombre, entonces Só- pues:
'Fxyz' si 'x' se lee 'Miguel', 'y' se crates es mortal (x) (Fx . ~ Gx),
lee 'la ruta de Córdoba', 'z' se lee que puede leerse:
'a Madrid' y 'F' se lee 'recorre len- (9) se convertirá en un enunciado.
tamente' Se observará que el adver- Pero si no sustituimos 'x' por un tér Algunos griegos no son atletas
bio 'lentamente' se incorpora al pre- mino singular, (9) no será un enun si 'F' se lee 'es griego' y 'G' se lee
dicado. ciado. Con el fin de convertir (9) en 'es atleta'.
'Fx', 'Fxy', 'Fxyz' reciben el nom- un enunciado, habrá que cuantificar Observemos que '(x)' puede leerse
bre de esquemas cuantificacionales umversalmente 'x'. La cuantificación de varios modos: 'Para algunos x',
atómicos. Éstos esquemas u otros universal dará por resultado: 'Hay un x tal, que' 'Hay por lo me-
análogos pueden unirse mediante co- Para todos los x, si x es hombre, en nos un x tal, que', 'Hay a lo sumo
nectivas y formar esquemas cuantifi- tonces x es mortal (10) un x tal, que', etc. La indicación de
cacionales moleculares. Así ocurre equivalente a: 'Hay por lo menos n x tales, que',
con los esquemas: 'Hay a lo sumo n x tales, que', 'Hay
Todos los hombres son mortales. exactamente n x tales, que' se expresa
'Para todos los x' es simbolizado me- por medio de los cuantificadores nu-
diante '(x)', llamado cuantificador méricos. El análisis de éstos se efec-
cuyos ejemplos pueden ser: universal túa por medio de la introducción del
Si Antonio lee, entonces Desideria signo de identidad ( VÉASE ), ' = '.
cose, Pueden cuantificarse universal o
Si Antonio lee y Desideria cose, en- particularmente cualesquiera letras
tonces la casa está silenciosa. La negación de tal cuantificación
argumentos. Sin embargo, no en to-
Procedamos ahora a la cuantifica- universal se lleva a cabo afirmando
das las fórmulas cuantificacionales
ción de los enunciados. Esta cuanti- que si para todos los x, x es F, en-
están cuantificadas todas las letras
ficación puede afectar solamente a tonces no es el caso que x sea G.
Esquema de tal negación es, pues: argumentos. Las letras argumentos
los argumentos o también a los pre- cuantificadas se llaman ligadas; las
dicados. En el primer caso la lógica no cuantificadas, libres. Los esque-
de que se trata es una lógica cuanti- mas que poseen todas las letras ar-
ficacional elemental. En el segundo (10) será entonces simbolizado por: gumentos cuantificadas se llaman es-
caso la lógica de que se trata es una que puede leerse: quemas cerrados; los que poseen
lógica cuantificacional superior. Ningún hombre es unicelular si cuando menos una letra argumento
'F ' se lee 'es un hombre' y 'G' se
lee 'es unicelular'.
385
CUA CUA CUD
no cuantificada se llaman esquemas El fundador del cuaquerismo fue el Preached by the People Called in
abiertos. predicador laico inglés George Fox Scorn Quakers ( 1678 [en latin, en
Pueden cuantificarse asimismo no (1624-1691), nac. en Drayton (Lei- 1676]), de que es autor el escocés
solamente, como se ha hecho antes, cestershire ). Fox clamó haber tenido Robert Barclay (1648-1690). La prin-
esquemas cuantificacionales molecu- visiones místicas en las cuales Dios le cipal doctrina expuesta en esta obra
lares, sino también esquemas cuanti- reveló que debía seguir directamente, es la de la "luz interior". Otras doc-
ficacionales atómicos. Así, por ejem- y únicamente, la palabra de Cristo. trinas son: la oposición a la predesti-
plo 'Fx' en '(x) Fx', que puede Fox predicó que todos los hombres nación ( VÉASE ); la idea de que el
leerse: 'Algo es agradable'. deben guiarse únicamente por una hombre puede vencer el pecado si
Consideremos ahora brevemente la "luz interior" (inner light) y alejarse sigue por sí mismo la revelación cris-
cuantificación también de letras pre- de todo dogma y de toda iglesia (en tiana; la idea de que la creencia reli-
dicados y el uso de las letras predica- su caso y tiempo, especialmente del giosa cuáquera es asunto de responsa-
dos como argumentos. Estas dos po- presbiterianismo ). El nombre 'cuáque- bilidad personal exclusivamente. Junto
sibilidades, que quedaban excluidas ros' (quakers) fue dado a Fox por el a ello los cuáqueros defendieron el
en la lógica cuantificacional elemen- juez Gervase Bennet cuando el prime- valor de la palabra empeñada y la
tal, son admitidas en la lógica cuan- ro le advirtió que debía "temblar" completa sinceridad. Al período de
tificacional superior. En esta última ante la palabra de Dios. Los propios "entusiasmo" y de "temblores" siguió
lógica se incluyen, por consiguiente, cuáqueros se llamaron a sí mismos un período de sinceridad y vida sim-
fórmulas como: primero "Hijos de la Luz" (Children ple. Luego, sobre todo entre los cuá-
(F) (Fx . Fy), F of Light), luego "Amigos de la Ver- queros más "liberales", el contenido
(G) dad" (Friends of Truth) y, finalmen- teológico se fue esfumando para ser
te, "Amigos" (Friends). El nombre sustituido por reglas morales y de con-
que pueden leerse respectivamente: más propio de los cuáqueros es "So- vivencia: los cuáqueros se han carac-
El hombre y el animal tienen un ras- ciedad de Amigos" (Society of terizado por su seriedad, actividad,
go común, Ser racional es una Friends) establecida en 1668 por Fox espíritu de ayuda al necesitado, paci-
cualidad deseable. y William Dewsbury a base del escri- fismo e interés por la educación. Estas
to de Fox titulado "Paper of Advice" reglas morales y de convivencia se
En virtud de ello, la lógica cuantifi- (1668 [otros escritos de Fox, publica- pusieron ya en práctica inclusive en
cacional superior permite presentar dos postumamente, son Great Journal, el período de mayor fervor religioso,
en lenguaje lógico un número consi- 1694; A Collection of Epistles, 1698 y y fue posiblemente por este y análo-
derablemente mayor de enunciados Gospel Truth, 1706]). Desde 1669 gos motivos que Voltaire y otros pen-
del que era permitido en la lógica Fox y sus seguidores —incluyendo la sadores describieron a los cuáqueros
cuantificacional elemental. Sin embar- mujer de Fox, Margaret Fell (1614- como modelos de tolerancia contra
go, como la lógica cuantificacional su- 1702)— iniciaron un intenso trabajo todo dogmatismo y espíritu inquisito-
perior aloja en su interior un cierto de predicación y misión, especialmente rial. Las diferencias "teológicas" entre
número de paradojas lógicas, es ne- por las Indias occidentales, los Países los grupos cuáqueros son, en efecto,
cesario modificarla con el fin de eli- Bajos y los Estados alemanes. El insignificantes; además, desde 1946 se
minarlas. Nos hemos referido a este cuaquerismo se extendió principal- reunieron en Filadelfia los "Amigos"
punto en el artículo sobre la noción mente por los que iban a ser los Esta- de los diversos grupos, desvanecién-
de paradoja. dos Unidos; considerable número de dose con ello todavía más las diferen-
Hemos empleado hasta aquí el tér- cuáqueros ingleses emigraron y se es- cias en materia de "doctrina" o
mino 'cuantificador'. Algunos auto- tablecieron en dichos Estados, espe- "creencia".
res, empero, prefieren el vocablo 'ope- cialmente en los de New Jersey y De las numerosas obras sobre los
rador'. Entre estos autores figura H. Pennsylvania (Filadelfia ha sido lla- cuáqueros destacamos: T. E. Harvey,
Reichenbach, el cual señala que no mada "the Quaker City") desde las The Rise of the Quakers, 1905. —
se puede usar 'cuantificador' para las últimas décadas del siglo XVII. Rufus M. Jones, I. Sharpless y A. M.
operaciones destinadas a la unión o Gummere, The Quakers in the Ameri-
En 1827 se produjo en los EE. UU. can Colonies, 1911. — Rufus M. Jo-
vinculación de variables por cuanto una escisión capitaneada por Elias nes, The Later Periods of Quakerism,
los enunciados universal o particular- Hicks (1748-1830), nac. en 2 vols., 1921. — Elbert Russell, The
mente cuantificados son cualitativos Hempstead, Long Island (New York), History of Quakerism, 1942.
y no cuantitativos. el cual negó la autenticidad y la CUANTIFICACIÓN DEL PREDI-
CUÁQUEROS (Quakers). Nos re- autoridad divina de la Biblia y del CADO. Véase PREDICADO.
feriremos brevemente a los cuáqueros Cristo histórico. A los seguidores de CUBO DE OPOSICIÓN. Véase
y al cuaquerismo a causa del interés Hicks se opusieron los que se OPOSICIÓN.
que mostraron hacia ellos algunos fi- llamaron "Amigos ortodoxos", pero CUDWORTH (RALPH) ( 1617-
lósofos (deístas del siglo XVIII, espe- dentro de éstos se produjo otra 1688) nac. en Aller (Sommerset-
cialmente Voltaire en su Lettre sur les escisión: la de los "Amigos shire), maestro desde 1645 en Cam-
Anglais; teólogos llamados "liberales" ortodoxos conservadores", que predi- bridge, fue uno de los principales
de los dos últimos siglos y, en gene- caban el "retorno a las fuentes". representantes de la llamada Es-
ral, muchos de los que han defendido La principal obra teológica de los cu ela de Ca mbrid ge ( V É A S E ) e n
la completa tolerancia en materia re- cuáqueros es el escrito titulado An en el siglo XVII. Como los demás
ligiosa ). Apology for the True Christian Divi- miembros del grupo, y de un modo
nity, as the Same is Held Forth and
386
CUD CUE
aun más acentuado, Cudworth con- inteligible se aplica a veces también al
sideraba necesario acudir en defensa concepto de cuerpo ( Cfr., por ejemplo,
de la religión amenazada por el ma- En., IV, vii, viii). En este sentido, el
terialismo y el mecanicismo, pero esta neoplatonismo se opone com-
defensa debía efectuarse, a su enten- pletamente al concepto unívoco y aun
der, en un sentido enteramente ra- unilateral que sobre este punto dominó
cional. El llamado platonismo de las teorías estoicas y epicúreas, las
la Escuela de Cambridge puede so- cuales afirmaban a veces que el
bre todo entenderse desde este punto cuerpo es "todo lo que hay". La
de vista. De ahí la necesidad de posible inteligibilidad o espiritualidad
fundamentar un "verdadero sistema del cuerpo se acentúa, por lo demás,
intelectual del universo" basado en dentro del cristianismo; recordemos
ideas claras y distintas y especial- que uno de los motivos de la Patrística
mente en las nociones primeras tal es la distinción entre el cuerpo y la
como han sido dadas al alma y que
materia, y que cuando algunos
solamente necesitan ser extraídas y
reveladas. La perfección podría ser, Padres de la Iglesia hablan del mal
pues, deducida de la idea de perfec- se refieren más bien al puro no ser
ción, de modo que en este punto, que al propio cuerpo, el cual hace
por lo menos, Cudworth parece in- ascender entonces hacia sí la materia
clinarse a una especie de "ontologis- (VÉASE) de que está formado, de tal
mo". No menos afanoso de claridad y suerte que esta última puede parti-
distinción se manifiesta Cudworth en cipar del orden y de la forma en la
la descripción del mundo. La sumi- medida en que se hace buen uso de
sión de sus procesos a un puro me- ella. Por lo demás, ya San Pablo
canicismo, señala, representa una re- (I Cor., XV, 44) había hablado taxa-
ducción de los hechos a una especie tivamente del cuerpo espiritual, y la
particular de ellos. Los movimientos noción del "cuerpo glorioso" no so-
de las substancias vivientes quedan metido a las leyes generales de !a
inexplicados. Por eso Cudworth sos- CUERPO. El concepto de cuerpo materia es uno de los temas preferidos
tiene la posibilidad de concebir ra- ha sido tratado desde diversos puntos de la especulación teológica cristiana.
cionalmente un movimiento del ser de vista, pero en la mayor parte de De ahí los conceptos desarrollados en
viviente por analogía con las volicio- los casos se ha referido a lo que el curso de la escolástica. El cuerpo
nes. De ahí su famosa teoría de las aparece como un modo de la exten- no es entonces, una vez más, la
"naturalezas plásticas" o fuerzas for- sión. Para Aristóteles, el cuerpo es materia, sino a lo sumo una materia
madoras de la Naturaleza, los verda- una realidad limitada por una super- formada; el cuerpo es por sí mismo
deros principios "orgánicos" situados ficie; el cuerpo tiene, pues, efectiva- unión de forma y materia, y la
entre lo material y lo puramente es- mente extensión: es un espacio y, en corporeïtas como tal es una forma
piritual. Esta concepción organológica la medida en que sea algo, una subs- accidental. En la cosmología racional
no elimina totalmente los procesos tancia. El cuerpo no es una pura ma- se trataron, además, todos los pro-
mecánicos, pero los "envuelve", por teria o potencialidad; tiene un ser, es blemas relativos a la naturaleza del
así decirlo, en una concepción más decir, es de alguna manera "informa- cuerpo bajo el aspecto de la discusión
amplia. En un sentido análogo se do" (Cfr. Physica, IV 4, 204 b, 205 b; de los sistemas atomistas y los sistemas
movía el pensamiento de Henry More V 1, 208 b; VIII 2, 253 a). Las dinamistas, los cuales eran casi
(1614-1687, nac. en Grantham, Lin- discusiones en torno a la noción de siempre rechazados por la doctrina
colnshire, maestro en Cambridge), cuerpo en la Antigüedad se han refe- hilemórfica.
aun cuando éste se oponía más re- rido casi siempre a esta penetración En la época moderna los proble-
sueltamente a las concepciones mecá- o no penetración del cuerpo por una mas referentes al cuerpo fueron tra-
nico-racionalistas y llegaba a negar forma: mientras Aristóteles se inclina tados sobre todo al hilo de las cues-
la propia subsistencia ontológica de a suponer que hay inevitablemente tiones relativas a la materia como
los procesos a que tales concepciones en toda corporeidad una formación, objeto de la ciencia física y a la
aludían. Aunque más interesado que extensión como problema a la vez
algunas direcciones platónicas y pi-
Cudworth en la defensa racional de físico y metafísico. Es sabido que
la religión y en la elaboración de la tagóricas tienden, en cambio, a con-
ética, More no dejó de intentar, desde siderar el cuerpo como el sepulcro del para Descartes el cuerpo no es, en
el punto de vista metafísico, la ela- alma ( VÉASE ) y, por consiguiente, último término, sino un espacio lleno:
boración de una doctrina resuelta- como algo que en principio no tiene siendo la res extensa últimamente es-
mente organológica-espiritualista para forma, ya que el alma no está en pacio, el hecho de que éste se llenara
la cual lo que aparece como natural él como un elemento informador, no podía ser más que la corporeidad
no es, en último término, sino senso- sino como un prisionero. En el neo- de la extensión. La característica geo-
rium de Dios. platonismo el cuerpo es concebido metrización de las propiedades corpó-
Obras de Cudworth: The True en último término como una de las reas se mantiene asimismo en Spino-
Intellectual System of the Universe, series de la emanación ( VÉASE ), mas za; el cuerpo es para él una cantidad
la distinción entre lo sensible y lo de tres dimensiones que adopta una
337
CUE CUE CUE
figura, es decir, un modo de la ex- cuerpo ha aparecido como una "re- cuerpo — es decir, en tanto que estoy
tension. Sin embargo, las dificultades sistencia" opuesta al esfuerzo y vo- encarnado" (Journal Métaphysique, 3a
planteadas por el dualismo cartesiano luntad del yo íntimo (Maine de ed., 1927, pág. 261; Cfr. también Le
entre el cuerpo extenso y la mente Biran), como la cara externa de la mystère de l'être, I, 1951, págs. 119-
inextensa se desvanecen en Spinoza; vida (Fechner), como la distensión 20). El cuerpo propio es, por con-
al ser el cuerpo "objeto de la mente de una reah'dad que, en su verdad siguiente, algo muy distinto de "un
humana" o "cierto modo de y autenticidad, es puramente tensa cu erp o li gad o a otr os cuer p os ";
extensión existente en acto" (Eth., II, (Bergson). Las cuestiones relativas a la relación entre mi cuerpo y yo
prop. XIII) puede ya anunciarse la naturaleza del cuerpo han vuelto es, según Marcel, de naturaleza ab-
que el hombre "consta de mente y a plantear, por lo tanto, todos los solutamente singular. De hecho, la
cuerpo" sin por ello tener que resolver problemas relativos a la naturaleza relación entre el alma y el cuerpo
previamente los problemas de su de la materia y del espacio y, con (o, más exactamente, la relación
correlación. Por otro lado, el cuerpo ello, a la naturaleza últimamente me- entre yo y mi cuerpo) no es un
humano se compone, según Spinoza, tafísica de lo real. Ello ha ocurrido problema, sino un misterio. El cuerpo
de varios individuos (de diversa en varias tendencias recientes de la puede ser, ciertamente, "objetivado",
naturaleza ) y estos "individuos" son o filosofía que se han ocupado muy en convertido en objeto de conocimiento
fluidos, o blandos, o duros. Leibniz, particular del problema del cuerpo. científico. Pero entonces no es ya
en cambio, concibe el cuerpo físico Así, Husserl ha indicado que el cuerpo propiamente "mi cuerpo" (no es el
como un conjunto o aggre-gatum de desempeña fenomenológicamente un cuerpo de "nadie"). Es una simple
mónadas, con lo cual el cuerpo físico papel muy fundamental. Cuerpo y muestra. Pues lo que se me da
es la manifestación del cuerpo alma forman el mundo circundante del primariamente no es tanto él
inteligible. El dinamismo y la espíritu (que es la verdadera concreta cuerpo como mi cuerpo, y esto cons-
teoría del impetus residente en el individualidad y personalidad). Ello tituye una realidad "misteriosa". Por
interior del cuerpo puede conducir, quiere decir que cuerpo y alma son otro lado, J. P. Sartre ha elaborado
pues, tanto a una renovación de la determinantes para el espíritu, pero una minuciosa fenomenología del
doctrina del cuerpo inteligible como no que el espíritu no pueda mover cuerpo en tanto que "lo que mi cuerpo
—si se suprime la trascendencia del el cuerpo; lo hace, en efecto, "en su es para mí", a diferencia de la
ser y, con ella, la inteligibilidad de libertad" (Ideen, III. Hus-serliana, "objetividad" y "alterabilidad" en
lo superior— a la suposición de que 282). Ahora bien, el cuerpo es, dice principio de cualquier cuerpo como
el propio cuerpo posee un poder Husserl, una realidad bilateral cuando tal. Mejor dicho, el cuerpo aparece
activo, una facultad, una fuerza. la consideramos como cuerpo, es bajo tres dimensiones ontológicas. En
Locke se inclinaba a esta última opi- decir, cuando prescindimos de que la primera, se trata de un "cuerpo
nión, pero la necesidad de no sentar es una cosa y, con ello, algo para mí", de una forma de ser que
ninguna tesis trascendente le hacía determinable como naturaleza física. permite enunciar "yo existo mi cuer-
radicar la fuerza del cuerpo en la De este modo se constituye ( 1 ) el po". Dentro de esta dimensión, el
idea. Kant separó, en cambio, el cuerpo estesiológico, que en tanto cuerpo es siempre "lo trascendido".
cuerpo en fenoménico y dinámico, que sintiente depende del cuerpo Pues el cuerpo que "yo existo" es lo
y la monadologia physica que ela- material, pero no es iden-tificable con que yo trasciendo continuamente
boró en su primera época, lo mismo él; (2) el cuerpo volitivo, que se hacia nuevas combinaciones de com-
que la necesidad de salvar la libertad mueve libremente y es algo idéntico plexos (L'Être et le Néant, 5a ed.,
y la unidad intuitiva de la Natura- con respecto a los distintos 1945, pág. 390) y por eso mi cuerpo
leza que constituyó una obsesión de movimientos posibles que el espíritu pertenece "a las estructuras de la con-
su época última, lo condujeron a un realiza en él libremente (ibid., 284). ciencia no-tética (de) sí mismo"
primado no explícitamente declarado Husserl concibe, pues, como posible (op. cit., pág. 394). En la segunda
del cuerpo en tanto que dinámico- no reducir enteramente el cuerpo a lo dimensión, el cuerpo es para otro
inteligible sobre el cuerpo como pura natural, sin por ello negar su (o bien el otro es para mi cuerpo);
extensión fenoménica. Desde enton- vinculación con lo material. Gabriel se trata entonces de una corporeidad
ces, la concepción del cuerpo ha Marcel (VÉASE) considera que todo radicalmente diferente de la de mi
dependido de la mayor o menor im- existente aparece como prolongando cuerpo para mí. En este caso se puede
portancia otorgada al aspecto "inter- "mi cuerpo" en una dirección decir que "mi cuerpo es utilizado y
no" de lo real. Mientras en las ten- cualquiera — entendiendo por la ex- conocido por otro". "Pero en tanto que
dencias que han intentado reducir presión 'mi cuerpo' algo radicalmente yo soy para otro, el otro se revela a
toda realidad a lo "exterior", el mío y no algo "objetivo" (en virtud mí como el sujeto para el cual soy
cuerpo ha sido concebido como una de la distinción marceliana entre objeto. Entonces yo existo para mí
pura extensión mecánica o como algo "objetividad" y "existencia"). Según como conocido por el otro, en
que posee por sí mismo, sin poderse ello, "mi cuerpo" es el existente-tipo particular en su facticidad misma.
explicar metafísicamente el "hecho", y el jalón principal de los existentes. Yo existo para mí como conocido por
y su causa, una fuerza o potencia "El mundo existe para mí —escribe otro en forma de cuerpo" (op. cit.,
activa, en las tendencias que han Marcel— en el sentido riguroso del págs. 418-19). Tal es la tercera dimen-
reconocido la existencia de una reali- término 'existir', en la medida en sión ontológica del cuerpo dentro de
dad "interior" y aun han supuesto que mantengo con él relaciones del la fenomenología ontológica del ser
que tal realidad era la primera, el tipo de las que mantengo con mi para otro y de la existencia de esta
388
CUE CUE CUE
alteridad. También M. Merleau-Ponty mo un "ser-en-el-mundo". Mas la trina como la otra promueven una
ha analizado in extenso el problema negación de la dualidad puede efec- concepción del cuerpo distinta de las
del cuerpo y de su percepción. El tuarse por otros caminos y desde su- habituales en las teorías "clásicas",
resultado de este análisis no es, sin puestos muy distintos. Es lo que y con ello una más rica fenomenolo-
embargo, como lo era aún en Ernst ocurre en el libro de Gilbert Ryle, gía de las actividades psíquicas. En
Mach o en Bertrand Russell, la The Concept of Mind (1949). Ryle rigor, tanto en Merleau-Ponty como
"disolución" de las imágenes percibi- se opone a lo que llama la teoría en Ryle, el aspecto fenomenológico
das en complejos de sensaciones, sino del "espectro en la máquina" — la (el que Ryle llama el "cómo") pre-
una serie de imágenes fenomenoló- "doctrina oficial" de toda la psico- domina sobre cualquier anterior su-
gicas que dejan subsistente, por así logía moderna basada en el "mito puesto o cualquier ulterior inter-
decirlo, la "consistencia" del cuerpo. cartesiano" de la separación entre pretación. Véase también PARALE -
Pues el cuerpo —el "propio cuer- pensamiento y extensión. En último LISMO.
po"— no es un objeto. El cuerpo término, esta separación se basa en
como objeto es, a lo sumo, el resultado la hipóstasis realista del "espíritu" o
de la inserción del organismo en el del "alma" como algo en principio
mundo del "en sí" (en el sentido de separado de las actividades psíqui-
J. P. Sartre). Tal modo de con- cas. Se trataría, pues, de un error
sideración es, por supuesto, legítimo. de lenguaje o, como dice Ryle, de
Pero no puede ser considerado como un "error categorial". Pero una vez
exhaustivo ni mucho menos como pri- mostrada la falacia de la disociación
mario. Ahora bien, esta anterioridad hay que evitar caer en uno cual-
de la descripción fenomenológica del quiera de los monismos (materia-
cuerpo lleva, según Merleau-Ponty, lista o espiritualista) que se basan
a un terreno previo al que llevó a justamente en la disociación previa
Bergson la sumisión del análisis a la e incomprobable. La denuncia del
descripción de los "datos inmediatos". "mito cartesiano" implica la nega-
La peculiar unidad del cuerpo, dis- ción tanto del materialismo como del
tinta de la unidad del cuerpo como idealismo, tanto del mecanicismo co-
objeto científico (Phénoménologie de mo del para-mecanicismo — todos
la perception, 1945, págs. 203 y si- ellos consecuencia de una falsa "ló-
guientes), no conduce a la "reduc- gica" del problema. Por eso hay que
ción del cuerpo" ni en el sentido disipar el contraste entre espíritu y
del sensacionismo ni en el del idea- materia sin admitir la absorción de
lismo. En verdad, parece que la fe- un elemento por el otro — absorción
nomenología del cuerpo en el sen- que implica la admisión de que am-
tido de Merleau-Ponty da como re- bos pertenecen al mismo tipo lógico.
sultado cerrar el ciclo abierto por Las dos expresiones tradicionales, di-
Descartes con la separación entre ce Ryle, no indican dos diferentes
cuerpo y alma y solucionar todos los especies de existencia, sino dos sen-
debates habidos durante la época tidos distintos de 'existe'. Con esto,
moderna acerca de esta cuestión (de- Ryle anula toda distinción entre lo
bates en los cuales participaron tanto "público" y lo "privado" en las ac-
los "espiritualistas" como los "ma- tividades psíquicas, lo cual equivale
terialistas" por haber todos ellos plan- a aproximar cuerpo y subjetividad en
teado el problema en los mismos un sentido parecido (aunque, repe-
términos). Así, "la unidad del alma timos, desde distintos supuestos) al
y del cuerpo —dice el mencionado establecido por Merleau-Ponty. Aun-
autor— no queda sellada por medio que Ryle parece inclinarse al beha-
de un decreto arbitrario entre dos viorismo (teoría que Merleau-Ponty
términos exteriores, uno objeto y el rechaza) y él mismo señala que pro-
otro sujeto. Se realiza a cada instante bablemente su doctrina será califi-
en el movimiento de la existencia" cada de este modo, no es legítimo
(op. cit., pág. 105). Con ello, Merleau- equipararla simplemente a un con-
Ponty confirma la imposibilidad de ductismo como el ya tradicional en
establecer una dualidad entre "mi la "psicología objetiva". Pues Ryle
cuerpo" y "mi subjetividad", dualidad insiste de continuo en que no por
que, según lo ha hecho observar negarse que el espíritu sea un "es-
Alphonse de Waelhens ("La pectro en la máquina" hay que ad-
Phénoménologie du Corps", Revue mitir una "degradación" del hombre.
philosophique de Louvain, XLVIII Ahora bien, lo importante en nuestro
[1950], 371-97), desaparece tan pronto caso era mostrar que tanto una doc-
como se concibe la existencia co- CUESTIÓN (QUAESTIO). Véase
389 DISPUTACIÓN, EXPRESIÓN.
CUE CUL CUL
CUESTIONES DISPUTADAS y ligado al pre-ser-se (sich-vorweg-sein) sal, pues la Naturaleza era para ellos
CUESTIONES QUODLIBETALES. de la Existencia, y por eso puede algo más que el conjunto de los ob-
Véase DISPUTACIÓN. declararse que en la "definición" del jetos naturales. La lucha contra la
CUIDADO. El vocablo Sorge, que ser de la Existencia como sich-vor- cultura como la lucha contra lo arti-
aquí traducirnos por 'cuidado', que a weg-schon-sein-in [der Welt] als sein- ficioso y antinatural era más bien la
veces se traduce por 'preocupación' bei, (en la versión de Gaos: "pre-ser- lucha contra aquel mundo cultural
y que algunos autores (siguiendo a se-ya-en [el mundo] como ser-cabe"), que rebasaba Jas posibilidades del
Gaos) vierten por 'cura', desempeña es decir, como un ser cuya existencia hombre, que, en vez de cumplir la
un papel fundamental en la filosofía está siempre en juego, a cuyo ser le misión de salvarle, lo ahogaba y
de Heidegger, por lo menos en la va siempre su ser (dem es in seinem lo atenazaba. En las actuales consi-
expuesta en la Primera Parte de Ser Sein um dieses Selbst geht), y cuya deraciones, en cambio, la separación
y Tiempo. Heidegger declara, en realidad consiste en anticiparse sobre entre la Naturaleza y la cultura es,
efecto, que el cuidado es el ser de sí misma, se halla el significado por lo pronto, el resultado de una
la Existencia (v. EXISTENCIA, DA- propio del término 'cuidado'. Desde el investigación ontológica de dos regio-
SEIN). Tal cuidado debe ser entendi- punto de vista del cuidado se puede nes a las cuales pertenecen determi-
do, ante todo, en un sentido existen- entender, así, el famoso análisis naciones propias o peculiares sin
ciario (VÉASE); no se trata, pues, de heideggeriano del proyectarse a sí que ello implique la falta de un
analizarlo óntica, sino ontológicamen- mismo (Entwurf) y del poder ser juicio de valor sobre su convenien-
te. Cierto que hay una comprensión (Sein-können). Ahora bien, el cia o inconveniencia para la vida
preontológica del cuidado, que se ex- fenómeno del cuidado no posee, humana. La actual teoría de la cul-
presa en tales ejemplos como la fábula según Heidegger, una estructura tura se ha desarrollado al hilo de la
de Hyginus donde se dice que el simple. Así como la idea del ser no es filosofía del espíritu y cuenta, por
cuidado, Cura, dio forma al hombre una idea simple, no lo es tampoco la lo tanto, entre sus cultivadores a
y que por ello la Cura debe poseer al del ser de la Existencia y, por quienes más han contribuido a una
hombre mientras viva, o en un pasaje consiguiente, la del sentido del dilucidación de la esencia y formas
de Séneca en el cual se afirma que el cuidado, el cual está articulado es- de la vida espiritual; la filosofía del
bien del hombre se realiza en la Cura, tructuralmente. La posterior investiga- siglo XVIII en primer término;
en el sentido que tiene el término ción de la temporalidad está preci- Hegel y el romanticismo; Nietzsche,
me/rimna entre los estoicos griegos y samente encaminada a mostrar que Dilthey; Windelband, Rickert;
aun en el Nuevo Testamento (en la el cuidado no es por sí mismo, a pe- Simmel, Spen-gler; Spranger, Litt,
Vulgata me/ r imna es traducido por sar de su fundamental carácter, un Frischeisen-Köhler, Hans Freyer,
sollicitudo). A ello podríamos agre- fenómeno radicalmente original. Scheler, N. Hartmann, etc. La cultura
gar otros testimonios; así, por ejem- CULTURA. Aunque la reflexión se diferencia de la Naturaleza por no
plo, un texto de Abenazam (Ibn sistemática sobre la cultura y la fi- ser, como ésta, por decirlo así, mera
Hazm), donde se indica que todo lo losofía de la cultura propiamente presencia o, como dice Rickert, "el
que hace el hombre lo hace para evi- dicha son relativamente recientes, no conjunto de lo nacido por sí, oriundo
tar la "preocupación" (en un sentido ha faltado en ninguna ocasión, en de sí y entregado a su propio creci-
casi idéntico al que aquí tiene 'cuida- todo el curso de la historia de Occi- miento", sino objeto o proceso al cual
do'), lo cual muestra que tal preocu- dente, la conciencia de la existencia está incorporado un valor, que tiende
pación está en la raíz de la existencia de dos mundos distintos y peculia- a un valor y está subordinado a él.
humana, o bien los textos de Quevedo res: el mundo de la Naturaleza y el De ahí que un objeto natural pueda
relativos al cuidado, tal como han mundo de la cultura. Durante la so- ser también un objeto de la cultura
sido presentados y comentados por fística griega fue ya familiar la dis- y viceversa: la estatua, que es, desde
P. Laín Entralgo en su "Quevedo y cusión en torno a la superioridad de el punto de vista de la Naturaleza, un
Heidegger", Jerarquía (1938), 199- uno u otro mundo, pero las ideas trozo de mármol cuyos caracteres es-
215 [también en "La vida del hombre de la cultura y de la Naturaleza, del tudia la física y la mineralogía, es,
en la poesía de Quevedo", 1947, estado natural y del civilizado se desde el punto de vista de la cultura,
Vestigios, 1948, 17-46] Pero la inter- presentaban sobre todo como dos va- una forma valiosa, un objeto al cual
pretación ontológica-existenciaria de lores entre los cuales era preciso está incorporado el valor de la belle-
la cura no es una simple generaliza- elegir. Así, los cínicos proclamaron za o el valor de la utilidad. Los
ción de la comprensión óntico-exis- su oposición a todo lo que no fuera objetos de la cultura son así objetos
tencial; si hay generalización, es on- la llamada simplicidad natural, a formados —o transformados— por el
tológica y apriórica. Sólo así se en- todo lo que se apartara de la Natu- espíritu. Pero los objetos culturales
tiende, según Heidegger, que el cui- raleza, considerando la cultura como no necesitan ser forzosamente obje-
dado no pueda reducirse a un impulso el signo de la corrupción y de la tos de la Naturaleza elaborados y
—a un impulso de vivir—, a un decadencia. Sin embargo, estos jui- cultivados, como lo es el campo la-
querer y, en general, a una vivencia. cios de valor no tendían a una deter- brado o el trozo de mármol esculpi-
Todo lo contrario: las citadas viven- minación de las esencias respectivas do; pueden ser también, y son en
cias —y otras— tienen su raíz en el de la Naturaleza y de la cultura, la mayor parte de los casos, obje-
cuidado, que es ontológicamente an- máxime cuando, como en los estoicos, tos no representados a través de
terior a ellas. Por eso el cuidado está el vivir según la Naturaleza era tam- una entidad natural: mitos, leyen-
bién el vivir según la razón univer- das, creencias religiosas, organizacio-
390
CUL CUL CUL
nes políticas, ideas científicas, prác- Los problemas que afectan a la cia, tendría que desplegarse hetero-
ticas morales, costumbres. Toda esa estructura interna de la cultura son géneamente en el curso del tiempo,
gran cantidad de objetos, que pue- multiples. Señalemos sólo por el mo- siendo entonces el "tiempo del pe-
den o no estar encarnados en un mento uno de muy particular interés: ríodo histórico" algo distinto del
objeto natural, pero que en todos el de la unidad intrínseca de las tiempo extrínsecamente cronológico.
los casos hacen referencia a un valor diversas ramas de la cultura, espe- Jasinowski explica la raíz de la citada
o disvalor, constituyen el mundo de cialmente del arte, de la filosofía ley por la mayor cercanía res-
la cultura, cuya diferencia (por lo y de la ciencia. Las tendencias in- pectivamente del arte, la filosofía
menos conceptual) con respecto al ternas de cada una de estas activida- y la ciencia a las capas profun-
mundo simplemente natural comienza des parecen negar de continuo la das de la vitalidad anímica del
a reconocerse hoy con todas sus posibilidad de toda unidad entre hombre.
consecuencias y en toda su amplitud. ellas. Pero, al mismo tiempo, la uni- La cultura es el mundo propio del
Pero la cultura no es solamente lo dad parece imponerse tan pronto hombre, lo cual no significa que el
creado, lo formado y lo transforma- como las contemplamos desde el pun- hombre no viva también dentro de
do; es también el acto de esta trans- to de vista de su desarrollo histórico, la Naturaleza y dentro o bajo lo tras-
formación, el proceso de la actividad sin necesidad por esto de adherirnos cendente. Lo que caracteriza al hom-
humana que se objetiva en los bie- de un modo estricto a la noción he- bre es el espíritu ( VÉASE), y éste puede
nes. A este proceso se llama habi- geliana del desenvolvimiento del Es- ser entendido no sólo como una es-
tualmente espíritu subjetivo, a dife- píritu. Así lo indica taxativamente pontaneidad, sino también como un
rencia del espíritu objetivo, de la Bogumil Jasinowski (véase también conjunto de formas que fueron antes
vida humana objetivada, que consti- DIALÉCTICA, HISTORIA) cuando seña- vivas y espontáneas y que poco a
tuye el orbe de los objetos culturales. la que la afirmación de la unidad poco se transforman en estructuras
Los problemas de la filosofía de la de la historia de la cultura como uni- rígidas, en modelos. Cultura es, como
cultura se refieren principalmente, dad de las diversas ramas de la cultura dice Scheler, humanización, pero esta
en primer lugar, a la creación y trans- espiritual no significa que tales ramas humanización se refiere tanto al "pro-
formación de los bienes culturales; tengan en común algo parecido a un ceso que nos hace hombres" como
en segundo término, a los propios contenido meramente conceptual — al hecho de que los productos cultu-
bienes culturales, a su estilo, forma y lo que, al entender de Jasinowski, rales queden humanizados. La his-
estructura en cuanto se han inde- equivaldría a una desfiguración toria del hombre como historia de la
pendizado de la vida humana y cons- intelectualista de algunas de ellas, cultura es así el proceso de la trans-
tituyen, como dice Simmel, "la pro- como el arte. La unidad se refiere, formación de su mundo y simultá-
visión de espiritualidad objetivada por para dicho autor, a un subsuelo de neamente de la transformación del
la especie humana en el curso de la carácter valorativo (o valorice) hombre. Por eso la filosofía de la
historia"; finalmente, se refieren a subyacente al arte, a la filosofía y a la cultura no es meramente el conjunto
la mutua relación entre los espíritus ciencia. Sólo de este modo la historia de investigaciones que tienden a la
subjetivo y objetivo, a la formación de las ciencias, de la filosofía y del clasificación y ordenación de los ob-
o alteración de este último por el arte se integraría en la historia del jetos culturales, sino también y muy
primero y a las formas de la vida Espíritu, lo que sería especialmente especialmente uno de los capítulos
humana adoptadas de acuerdo con el importante para una nueva fundamentales de la filosofía de la
mundo cultural preexistente. Si la comprensión de la ciencia exacta. existencia humana. La cultura debe
vida humana es continuamente una En todo caso, el desarrollo de las ser, en fin de cuentas, algo que tiene
formación y transformación de bienes citadas ramas culturales como sentido para el hombre y sólo para
culturales según su espontaneidad manifestaciones de la misma aptitud el hombre. La filosofía de la cultura
originaria, es también, al mismo tiem- axiológica no se presenta, según Ja- implica así la discusión del sentido
po, un vivir dentro de los bienes sinowski, como una simultaneidad de de la propia cultura como algo que
transmitidos o reconocidos, un existir fenómenos, sino que obedece a una acontece en la vida humana, como
dentro de la continuidad histórica y cierta ley de sucesión determinada: algo que esta vida crea, transforma
de la tradición. La primera de el arte precede axiológicamente a la y se apropia. La cultura es, en el
dichas investigaciones supone una filosofía y ésta a la ciencia. Se trata fondo, como dice Ortega y Gasset,
teoría de la vida, una determinación de una "ley de correspondencia dis- "un movimiento natatorio", un bra-
de la esencia del hombre en el marco crónica" — o, mejor, diacrónica, si cear del hombre en el mar sin fondo
de una antropología filosófica; la con ello queremos aludir a un orden de su existencia con el fin de no
segunda comporta un examen del determinado de sucesión entre diver- hundirse; una tabla de salvación por
espíritu objetivo, de sus estilos efec- sas ramas de la cultura. Un ejem- la cual la inseguridad radical y cons-
tivos y posibles, de sus formas y cla- plo particularmente iluminador de titutiva de la existencia puede con-
sificaciones; la tercera es, como cul- este orden de sucesión es el hecho vertirse provisionalmente en firmeza
minación de toda filosofía de la de que el arte griego hallara su ex- y seguridad. Por eso la cultura debe
cultura, el resultado de las anteriores presión máxima en el siglo v antes ser, en última instancia, lo que salva
investigaciones parciales y supone, de J. C., la filosofía clásica en el IV al hombre de su hundimiento, una
entre otras cosas, una dilucidación y la ciencia en el III. Según esto, po- salvación que no debe ser, por otro
de las distintas formas del saber y dría decirse que para que un período lado, "excesiva", porque "el hombre
una completa filosofía de la existencia. histórico fuese homogéneo en su esen- se pierde en su propia riqueza, y su
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CUL CUR
propia cultura, vegetando tropical- Einführung in die Meontologie, 1955.
mente en tomo a él, acaba por aho- — Miguel Bueno, Reflexiones en tor
garle". La cultura podría definirse no a la filosofía de la cultura, 1956.
así como aquello que el hombre hace, — Eugenio d'Ors, La ciencia de la
cuando se hunde, para sobrenadar cultura, 1963.
en la vida, pero siempre que en este CURA. Véase CUIDADO.
hacer se cree algún valor. CURRY (HASKELL B[ROOKS]),
nacido (1900) en Millis (Massachu-
setts, EE. UU.), ha sido profesor desde
1941 en Penn State Collège, ac-
tualmente Penn State University
(University Park, Pennsylvania). Cu-
rry se ha distinguido por sus trabajos
de fundamentación de la matemática,
y dentro de ellos por su contribución
a la formación y desarrollo de la lla-
mada "lógica combinatoria" (véase
LÓGICA, ad finem). En los trabajos
indicados Curry ha insistido en la no-
ción de "sistema formal", a diferencia
del "sistema axiomático". Un sistema
axiomático puede constituir el punto
de partida para un sistema formal,
pero con el fin de elaborar este últi-
mo es menester eliminar la idea de
que la validez de las reglas lógicas es
intuitivamente evidente. Importante
es en Curry la idea de aceptabilidad
de un sistema formal, esto es, la idea
de que un sistema formal dado es
aceptable para determinados propósi-
CUSA (NICOLÁS DE). Véase Ni-
tos. Ello no significa que la acepta-
COLAS DE CUSA.
bilidad sea la única característica
CUSANO. Véase NICOLÁS DE CUSA.
digna de tenerse en cuenta en los sis-
temas formales. Pueden destacarse CZOLBE (HEINRICH) (1819-
asimismo características tales como la 1873), nac. en Danzig, partió de
mayor o menor simplicidad, la mayor Feuerbach y de Bruno Bauer, y se
o menos relación que pueda estable- inclinó al materialismo, al cual quiso
cerse con otros sistemas formales, etc., proporcionar una base filosófica ri-
etc. En todo caso, la aceptabilidad no gurosa por medio de una teoría sen-
es equiparable simplemente a la vali- sualista del conocimiento. Los su-
dez. Curry ha puesto de relieve que puestos metafísicos solamente pueden
el hecho de proceder a la "represen- eliminarse, según Czolbe, mediante
tación" de un sistema formal, es decir, una consideración estrictamente sen-
el hecho de asignar cosas (símbolos, sualista de la realidad. Pero esta con-
entidades reales, números, etc.) a los sideración se ve a su vez obligada
"objetos no especificados" de un sis- a rechazar el materialismo tal como
tema formal no hace a éste menos era representado, entre otros, por
formal, pues el sistema es indepen- Büchner y Moleschott, como una hi-
diente de la "representación". pótesis sin fundamento y sin posibi-
lidad de demostración, pues el ma-
terialismo no parte menos que el
espíritualismo de principios trascen-
dentes. El análisis consecuente del
conocimiento según normas sensua-
listas llevó a Czolbe últimamente a
una especie de materialismo espiri-
tualista, que reconocía una ordena-
ción teleológica del universo y otor-
gaba a lo espiritual una realidad
espacial, la cual constituía, en última
instancia, el fundamento de todos los
atributos materiales y psíquicos.
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