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COMUNIDAD CATÓLICA “BODAS DE CANÁ”

Evangelización Matrimonial Carismática


COORDINACION NACIONAL

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO”

TEMA 1: EL MUNDO, PALABRA DE DIOS

TEMA 2: LA CREACIÓ N DEL HOMBRE

TEMA 3: EL PECADO EN EL MUNDO

TEMA 4: ABRAHAM PADRE DE LOS CREYENTES

TEMA 5: TRANSMISIÓ N DE UNA BENDICIÓ N

TEMA 6: LIBERACIÓ N DE UN PUEBLO: É XODO

TEMA 7: CONSAGRACIÓ N DE UN PUEBLO: LA ALIANZA

TEMA 8: LAS PRUEBAS DE UN PUEBLO EN EL DESIERTO

TEMA 9: DEL DESIERTO A LA CONQUISTA

TEMA 10: UN PUEBLO EN BUSCA DE SU UNIDAD

TEMA 11: SAMUEL Y SAÚ L, UNA É POCA DE TRANSICIÓ N

TEMA 12: DAVID, EL REY SEGÚ N EL CORAZÓ N DE DIOS

TEMA 13: LOS LÍMITES DE UNA SABIDURÍA

TEMA 14: CUANDO LA POLÍTICA DIVIDE

TEMA 15: LOS PROFETAS, CONCIENCIA DE ISRAEL

TEMA 16: UNA ESPERANZA REDUCIDA: EL REINO DE JUDÁ

TEMA 17: LA CAÍDA DE JERUSALÉ N,FIN DRAMÁ TICO DE UNA EPOCA

TEMA 18: EL EXILIO, DRAMA DE UN PUEBLO SIN TIERRA

TEMA 19: UN PEQUEÑ O RESTO DE POBRES

TEMA 20: DE BABILONIA A JERUSALÉ N, EL CAMINO DE LA


RESURRECCION

TEMA 21: DE LOS PROFETAS A LOS SABIOS,DIOS SIGUE HABLANDO

TEMA 22: EL FRACASO NO SIEMPRE ES CASTIGO


CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 1
TEMA 23: FE Y TRADICIÓ N Y UN MUNDO NUEVO-DANIEL
TEMA 24: LA HORA DE LOS MÁ RTIRES: LOS MACABEOS

TEMA 25: UNA VOZ EN EL DESIERTO :JUAN

TEMA 26: BAUTIZADOS EN EL JORDAN

TEMA 27: LAS ULTIMAS PREPARACIONES

TEMA 28: JESUS EN GALILEA

TEMA 29: EL MAESTRO Y SU DOCTRINA

TEMA 30: LOS MILAGROS DE JESUS

TEMA 31: LA AUTORIDAD DE JESUS


TEMA 32: DE GALILEA A JERUSALEN

TEMA 33: LAS DESPEDIDAS DE JESUS

TEMA 34: LA PASIÓ N DE JESUS

TEMA 35: MUERTE ¿DÓ NDE ESTA TU VICTORIA?

TEMA 36: EL ESPIRITU PROMETIDO Y RECIBIDO

TEMA 37: LA IGLESIA DE AYER Y DE SIEMPRE

TEMA 38: PABLO EL APOSTOL DE LOS PAGANOS

TEMA 39: EL EVANGELIO Y LOS EVANGELIOS

TEMA 40: DEL APOSTOL JUAN A NOSOTROS

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 2


COMUNIDAD CATÓLICA “BODAS DE CANÁ”
Evangelización Matrimonial Carismática
COORDINACION NACIONAL

CURSO BIBLICO:“LUZ EN MI CAMINO”

TEMA 1: EL MUNDO, PALABRA DE DIOS


Desarrollo:

A. EL MUNDO, PALABRA DE DIOS:

El primer libro de la Biblia se llama el Génesis segú n un término griego que significa
origen, ya que en ese libro Dios nos dice algo muy importante sobre el origen del
mundo, del hombre, del mal, pero también de la esperanza (en los primeros 11
capítulos) y sobre el origen del pueblo elegido (del capítulo 12 al 50)

DOS RELATOS:

El Génesis tiene dos relatos de la creació n. El primero va del capítulo 1, versículo 1,


hasta el capítulo 2, versículo 4. El segundo abarca el resto del capítulo 2(4-25). Léalos
con atenció n y respeto. Son muy distintos, ¿verdad? Destaquemos las principales
diferencias:

 El primer relato es muy solemne. Está en forma de estrofas construidas segú n


fó rmulas parecidas, repetidas seis veces: “Dijo Dios… Y Dios vio que era bueno.Hubo
tarde y mañ ana: primer día, segundo día, tercer día,…” Se parece a un himno en el cual
un cantor entona la estrofa, mientras la asamblea contesta el mismo coro.

En cambio el segundo relato es una historia popular narrando hechos concretos de la


vida de un campesino.

 El primer relato da la impresió n de que al principio todo era agua y que la obra del
Creador consistió en separar las aguas para que saliera la tierra como una isla. Esto
puede recordar la patria de Abraham, Mesopotamia, tierra constantemente
amenazada de inundaciones. El segundo relato da la impresió n contraria de que
primero todo era seco y á rido. En su bondad Dios hace brotar un manantial y así nace
un oasis, luego aparecen á rboles y ríos. Es el contexto geográ fico de Palestina, donde
las escasas lluvias son bienvenidas como una bendició n divina.

El primer relato presenta la obra del Creador dentro de una semana completa de
trabajo, mientras que el segundo relato no indica ninguna manera de duració n de la
creació n.

El primer relato hace aparecer al hombre al final de la creació n, al sexto día, mientras
que en el segundo relato el hombre ya está al principio.

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El primer relato hace actuar a Dios con majestad, con su Palabra grandiosa y
todopoderosa. En cambio en el segundo relato Dios actú a en forma humana, como si
fuera alfarero (Génesis 2,7) o agricultor (v. 8) o cirujano (v.21)

YA PODEMOS SACAR UNAS PRIMERAS CONLUSIONES:

Después de una lectura atenta de los dos relatos podemos concluir que no han sido
escritos en la misma época. El má s antiguo debe ser el segundo, ya que su concepto de
Dios no tiene todavía la profundidad que tiene el primero. La mayoría de los
especialistas del Antiguo Testamento opinan que el primer relato ha sido escrito por
un grupo de sacerdotes inspirados, durante o después del exilio a Babilonia (6 siglos
A.C.) y que el segundo lo fue por unos profetas o escribas de Jerusalén, en tiempos de
Salomó n (siglo 10 A.C.). Sin embargo ambos relatos tuvieron como base tradiciones
orales, es decir enseñ anzas transmitidas de padres a hijos por añ os y siglos.

Ya veremos que el Génesis ha sido escrito por varias personas y en tiempos distintos.
Es una primera dificultad para el estudio de este libro. Vemos también que la Biblia
se expresa a través de distintas formas o géneros literarios. Aquí por ejemplo tenemos
dos formas: un himno y una historia popular; fuera de estas dos, hay muchas formas
de hablar y de escribir en la Biblia, muy

diferentes de las nuestras y eso es otra dificultad. (Léase B, 1-3)

LAS PRINCIPALES ENSEÑANZAS DE GÉNESIS 1 – 2:

En aquellas pá ginas sagradas hay enseñ anzas muy importantes no solamente para
nuestros antepasados del Antiguo Testamento, sino también para los cristianos de
todos los siglos.

1. Existían cuentos que relacionaban la creació n del mundo y del hombre con una
lucha sangrienta entre dioses y diosas ambiciosas. Contra esas creencias la Biblia nos
enseñ a estas verdades fundamentales: HAY UN SOLO DIOS, ES ETERNO, LO CREÓ
TODO CON AMOR, POR SANTA PALABRA. (Léase C, 1-2)

2. La gente acostumbraba adorar animales, por ejemplo vacas, toros, pá jaros. Contra
tales desviaciones la Biblia afirma que TODOS LOS SERES VIVIENTES SON
CRIATURAS DE DIOS; por lo tanto, NO SON DIOSES, no tienen derecho a recibir un
culto de parte del hombre.

3. Se adoraba al sol, la luna y las estrellas. Ante ello, la Biblia dice que TODOS LOS
ASTROS SON OBRAS DE DIOS Y ESTAN AL SERVICIO DEL HOMBRE, es decir
marcan los tiempos, alumbran sobre la tierra.

4. El mundo pagano tenía a menudo el universo por malo y se lo imaginaba como el


campo de luchas entre potencias buenas y malas. La Biblia lo niega terminantemente,
repitiendo seis veces que DIOS VIÓ QUE SUS OBRAS ERAN BUENAS.

5. Al hacer de Dios el autor de la semana de seis días de trabajo y un día de descanso,


el primer relato quiere fundamentar la santificació n del tiempo, a través del SÁ BADO,

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como era costumbre en el pueblo de Dios del Antiguo Testamento. (Má s adelante
veremos por qué nosotros los cristianos hemos pasado del sá bado al domingo).

6. Hay otras enseñ anzas importantes, sobre el hombre y la mujer que se estudiará n en
el .

MENSAJE ACTUAL:

Hoy día pocos hombres siguen creyendo que Dios es el sol o algú n animal; sin
embargo, el hombre moderno sí continú a creá ndose ídolos o falsos dioses, sean ellos
el poder y el dinero, el placer desordenado del sexo o del alcohol. Sabemos también
que los “ídolos” siempre encuentran sus fieles servidores. (Má s adelante veremos que
son “Poderes Endiosados” que niegan los valores del evangelio y có mo los espíritus
del mal se han apoderado de estructuras e instituciones a las que han contaminado y
se ha encarnado en ellas de modo que el sujeto en sí no logra discernir la situació n.
Véase Efesios 6,12)

A todos nosotros la Biblia nos dice aquí y para siempre que HAY UN SOLO DIOS,
CREADOR DE TODOS Y DE TODO. Entonces todo fuera de É l es creado y debe ser
tratado como criatura y no como Dios.

Recomendamos la lectura y la meditació n de los pasajes que está n en C, 3-5.

B. LECTURAS COMPLEMENTARIAS:

PRINCIPIOS GENERALES PARA INTERPRETAR LA BIBLIA:

1. Puesto que Dios, en la Sagrada Escritura, ha hablado por medio de hombres a la


manera de hombres, es necesario que quien la interpreta, para ver con claridad lo que
el mismo Dios ha querido comunicarnos, busque atentamente lo que los autores
Bíblicos han pretendido realmente decir y lo que Dios ha querido expresar mediante
la palabra de ellos… hay que tener en cuenta los géneros literarios. Porque la verdad
se expone y se expresa en formas muy diferentes en diversos textos histó ricos, en
textos proféticos o poéticos o en los demá s modos de expresió n (Concilio Vaticano 2,
La revelació n, 12).

2. Todo lenguaje simbó lico exige ser descifrado… Hacer de él una lectura al pie de la
letra equivale a quedar condenado a no entender nada del sentido profundo
escondido bajo la letra. Como dice San Pablo, “la letra mata, el Espíritu da Vida” (2
Corintios 3, 6).

Para saborear ciertos frutos o simplemente para digerirlos, es preciso despojarlos de


la corteza inasimilable. Para que la Palabra nos de vida, es necesario interpretar los
pasajes que lo necesitan. Este delicado trabajo se podría descomponer en dos tiempos:
[EL MUNDO, PALABRA DE DIOS]

a) Una fase “negativa”: sin destruir su sabor poético, hacer una lectura crítica del texto
y de las representaciones simbó licas en las que está encerrado el mensaje.

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b) Una fase “positiva”: descubrir el espíritu, la intenció n del autor, la verdad oculta
bajo las

apariencias. No se trata, claro está , de reducir a meros símbolos todos los sucesos
histó ricos, sino de hallar la significació n de los acontecimientos del pasado, su sentido
para el hombre de hoy.

3. Cierto que cada palabra de la Biblia es tan Palabra de Dios como las otras. Pero la
Biblia no es só lo Palabra de Dios, sino Palabra de Dios por boca de hombres y para
hombres. Y así como a una persona só lo la comprendemos perfectamente en funció n
de su ambiente, así también a los escritores bíblicos… cada época tiene su propia
problemá tica respecto de Dios, ya sí los escritores inspirados que Dios enviaba a su
pueblo en diferentes tiempos, querían dar respuestas a las preguntas planteadas en la
respectiva época.

La Sagrada Escritura tiene un cará cter que trasciende el tiempo, por lo cual el mensaje
vale invariablemente para los hombres de todos los tiempos. Pero no es menos cierto
que los autores bíblicos querían contestar a las preguntas que les hacían sus
contemporá neos y no a las que nosotros les proponemos. Una de las leyes
fundamentales de toda recta interpretació n de la Escritura nos dice que no debemos
buscar en ésta, una respuesta que los escritores bíblicos no conocían o que no les
interesaba.

C. TEXTOS PARA MEDITAR Y REZAR:

1. DIOS ETERNO EXISTIA ANTES DE SUS OBRAS:

Antes que los montes fuesen engendrados, antes que naciesen la tierra y el mundo,
desde siempre hasta siempre Tú eres Dios. (Salmo 90,2)

2. DIOS LO HIZO TODO CON SABIDURIA:

Cuando creó el Señ or sus obras desde el principio, desde que las hizo, les asignó su
puesto. Ordenó para la eternidad sus obras, y desde sus comienzos para todas sus
edades. Ni tiene hambre ni se cansan, y eso que no abandonan su tarea. Ninguna choca
contra otra, jamá s desobedecen su Palabra. (Eclesiá stico 16, 26-29)[EL MUNDO,
PALABRA DE DIOS]

3. LA PALABRA QUE CREÓ SE HIZO CARNE:

En el principio la Palabra existía… y la Palabra se hizo carne, y puso su morada entre


nosotros, y hemos visto su Gloria, Gloria que recibe del Padre como Hijo ú nico, lleno
de gracia y de verdad. (Juan 1, 1 y 14)

4. DIOS SIGUE CREANDO:

Mi Padre trabaja siempre, y Yo también trabajo. (Juan 5,17)

5. NUESTRA FE DEBE TRADUCIRSE EN ALABANZA:

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Alabad a Dios, porque es bueno, cantadle salmos porque es suave…Todo cuanto
agrada a Dios lo hace en el Cielo y en la tierra, en los mares y en todos los abismos. El
trae las nubes de los extremos de la Tierra, saca de sus depó sitos el viento…

Señ or, tu nombre viva para siempre. (Salmo 135, 3, 6, 7,13)

6. CANTO DE SAN FRANCISCO DE ASÍS:

* Alabado seas, mi Señ or, con todas tus criaturas, especialmente el hermano sol, el cual
hace el día y nos da la luz. Y es bello y radiante con gran esplendor.

* Alabado seas, mi Señ or, por la hermana Luna y las estrellas; en el cielo las has
formado claras, y preciosas, y bellas.

* Alabado seas, mi Señ or, por el hermano viento, y por el aire, y nublado, y sereno, y
todo tiempo, por el cual a tus creaturas das sustentamiento.

* Alabado seas, mi Señ or, por la hermana agua, la cual es muy ú til, humilde, preciosa y
casta.

* Alabado seas, mi Señ or, por el hermano fuego, con el cual alumbras la noche, y es
bello, y jocundo, y robusto, y fuerte.

* Alabado seas, mi Señ or, por nuestra hermana madre tierra, la cual nos sustenta y
gobierna y produce diversos frutos con flores y hierbas…

Y tú , hermano, ¿en qué forma expresas tu gratitud y alegría al Creador?[EL MUNDO,


PALABRA DE DIOS]

D. CUESTIONARIO:

1. ¿Có mo se llama el primer libro de la Biblia?


2. ¿Por qué se llama así?
3. ¿Piensa usted que este libro ha sido escrito por la misma persona?
4. ¿Cuá ntos relatos de la creació n hay en el primer libro de la Biblia? Indique los
capítulos y versículos correspondientes a cada uno.
5. ¿Cuá l de los relatos de la Creació n puede ser el má s antiguo?
6. ¿Por qué? (explique su respuesta anterior)
7. Indique dos diferencias que existen entre los relatos de la Creació n.
8. Diga en pocas palabras en qué consiste el mensaje fundamental de esos relatos
para nosotros.

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TEMA 2: LA CREACIÓN DEL HOMBRE


Desarrollo:

A. LA CREACION DEL HOMBRE:

Ya sabemos que la Biblia empieza en el Génesis con dos relatos de la creació n. Ambos
textos hablan de la creació n del hombre, pero cada uno a su manera. Empezaremos
con el segundo, por ser el má s antiguo.

DEL POLVO DE LA TIERRA:

El versículo 7 del capítulo 2 presenta a Dios como alfarero modelando al hombre con
tierra. No cabe duda, es una manera de hablar. ¿Qué significa? Busquemos la respuesta
en la misma Biblia, es el mejor método, explicar la Biblia con la Biblia.

Leamos primero lo que dicen Eclesiá stico 33, 13 y Romanos 9, 20-21. De estos textos
resulta bastante fá cil descubrir qué es lo que quiere decir el narrador. A través del
ejemplo corriente del alfarero quiere enseñ ar algo profundo y grande sobre Dios: su
soberana libertad. En otros términos, Dios dio al hombre la forma que É l quiso darle.

Este mismo ejemplo nos dice algo también sobre el hombre, hecho con el “polvo de la
tierra”.

Entre el hombre y la tierra siempre ha existido una relació n estrecha: La tierra es


cultivada por el hombre De ella saca su sustento. Cuando el hombre muere, regresa a
la tierra. El campesino de Palestina encontraba en su idioma un motivo má s para ver
dicha relació n. De hecho, “hombre” en hebreo se dice adam, y “tierra” adama.

La Biblia nos enseña así:

La debilidad del hombre, su fragilidad (Job 33, 6);Su total dependencia de Dios (Isaías
64, 7).El v.7 añ ade: “… insufló en su nariz un aliento de vida”. Otra vez la Biblia nos
dirá có mo interpretar estas palabras. A la luz de algunos pasajes de Job (12, 10; 33,4;
34, 14-15) queda bien claro que no solamente la vida viene de Dios, sino también el
mantenimiento de esta misma vida. El salmo 104, 29-30 nos da la misma idea.

La lecció n que podemos sacar de todo esto es que debemos tener un gran respeto por
la vida del hombre (Exodo 20, 13) y una gran confianza en el cuidado que Dios tiene
de todas las cosas y cada una de las criaturas (Mateo 6, 15).

NO ES BUENO ESTAR SOLO:

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A continuació n, el relato dice que Dios colocó al hombre en un jardín fértil (v. 8-9)
regado por cuatro ríos (v. 10-14). Se afirma así la bondad del Creador y la vocació n del
hombre al trabajo, pero sobre todo la dicha del primer agricultor: el agua no era
problema, la tenía en grandísima cantidad. Sin embargo algo le faltaba. Porque para
ser feliz, el hombre necesita ayuda y amor, amar y ser amado. Por eso Dios creó los
animales y los hizo desfilar ante el hombre (v. 19-20); éste les puso nombre, pero no
encontró una ayuda adecuada. ¿Qué enseñ a la Biblia en este pasaje? Primero, afirma la
superioridad del hombre sobre todos los animales. La creació n está subordinada al
hombre, pero éste a su vez está subordinado a Dios, a quien debe obediencia (v.
17).Indirectamente y en segundo lugar, el final del v. 20 condena la bestialidad.

LA MUJER REGALO DE DIOS:

Los versículos 21-24 narra en forma viva y concreta la creació n de la mujer, el má s


misterioso de los dones de Dios al hombre. “Dios hizo caer un profundo sueñ o sobre el
hombre”. Esto significa que el hombre no fue espectador de có mo nació la primera
mujer. El misterio que da por completo. Luego Dios, como un cirujano, formó una
mujer con una costilla del hombre. ¿Por qué el autor eligió el símbolo de la costilla?
Contestar en pocas palabras no es fá cil. Parece bien acertado ese comentario de unos
maestros judíos: “Dios no creó a la mujer de la cabeza del hombre, para que lo
mandase; ni de los pies, para que fuese su esclava sino de un costado, para que
permaneciese cerca de su corazó n”. (leer Efesios 5, 28). De todo modo, la imagen de la
costilla: Recalca la dignidad de la mujer, en un mundo y una época en que se la solía
despreciarla. Se nos dice que la mujer no se puede comparar con los animales, los que
son objetos de posesió n o dominació n por parte del hombre. Afirma que el hombre y
la mujer tiene la misma naturaleza.

Por ú ltimo, el v. 24 recuerda que el amor de los esposos debe ser má s fuerte que el de
los hijos hacia los padres. Agrega también una enseñ anza de gran importancia: en una
sociedad en que era legal la poligamia (por ejemplo Salomó n tenía muchísimas
esposas: 1 Reyes 11, 3), es notable que el autor inspirado presente como modelo del
matrimonio humano la pareja monó gama, es decir tener una sola esposa. Es también
lo que Cristo presentará como ideal y exigencia del matrimonio cristiano (Mateo 19, 1-
9)

IMAGEN DE DIOS:

El v. 26 nos enseñ a que el hombre y la mujer, la pareja, han sido creados por una
intervenció n especial de Dios. Dice ademá s que ambos fueron creados a imagen de
Dios. ¿Qué significa esto? Basá ndonos en el contexto de los v. 26 y 28, el hombre es
imagen de Dios en el sentido de haber recibido del Creador una funció n real; recibe
una delegació n de poder para dominar sobre los animales (no sobre el hombre) y
ocupar un lugar elegido en el mundo. Debemos notar que el hecho de ser imagen de
Dios es para el hombre un bien que permanece siempre y que no se quita por el
pecado (Génesis 5, 1 y 3; 9,6). El borracho que encontramos tirado en la calle sigue
siendo la imagen de Dios por eso debemos seguir respetá ndolo, pero ¡qué imagen tan
deformada!

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El v. 27 enseñ a que la sexualidad deriva de Dios y que es buena (v. 31), así que todo
desprecio del cuerpo es contrario a la Sagrada Escritura, pero es creada, no es divina,
y así toda idolatría del cuerpo o del sexo contradice la Biblia. Por ú ltimo, notemos que
mientras el segundo relato de la creació n insiste en el mutuo

apego de los esposos, el primer capítulo pone de relieve la fecundidad, que es un don
de Dios y el fruto de su bendició n. La procreació n, la generació n humana continú a la
creació n.

B. LECTURAS COMPLEMENTARIAS:

4. “Dominad La Tierra…” (Génesis 1,28)

El hombre está situado en el centro, entre Dios y el mundo: sobre el hombre, Dios;
bajo el hombre, toda la creació n. Só lo hay una criatura sobre la cual Dios no ha
conferido dominio al hombre y es el mismo hombre, sus semejantes. Es que también
éstos son imá genes de Dios. El ú nico que tiene dominio sobre el hombre es Dios.
Nunca está permitido a un hombre dominar a otro hombre. Con esto se pronuncia la
sentencia sobre todos los grandes tiranos de la historia universal, pero también contra
los pequeñ os tiranos de la sociedad humana, con los que a cada paso topamos.
Sabemos de tales tiranías, como la de un esposo con su mujer e hijos, entre hermanos,
de una madre con sus hijas o aun entre amigos y parejas de novios.

Nunca puede un hombre ser propiedad de otro. Cierto que en la tierra existen poderes
de jurisdicció n, en la Iglesia como en el Estado: hay quien manda y quien obedece.
Pero tal poder de jurisdicció n só lo tiene por objeto facilitar el desarrollo ordenado y
razonable de las sociedades humanas. El superior puede dar ó rdenes a sus sú bditos,
pero no puede dominarlos

5. Una sola pareja?

Las ciencias naturales plantean hoy la pregunta de si todos los hombres provienen de
una sola pareja de progenitores o si ha habido diferentes comienzos de la
humanidad… El relato bíblico (el primero) no le da respuesta. En todo el relato só lo se
habla de la creació n de las especies, no de los individuos. Tampoco respecto al hombre
se hace excepció n en esto: só lo se dice que Dios creó al hombre, y que los creó en dos
sexos. É l procedió en la creació n del hombre. Al autor lo que le importa es indicar que
el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios (Génesis 1), que es materia frá gil
y animada por un há lito de vida procedente de Dios (Génesis 2); el texto no es un
relato para indicar de có mo vino a ser hombre.

6. EL PARAISO:

La descripció n del paraíso ha sido originada evidentemente por la sicología y las


experiencias del nó mada del desierto, habituado a los calores y a la sed. Como para
dicho hombre la idea del oasis o jardín regado por copiosas aguas concentra en sí la
felicidad y la paz, la seguridad y la falta de cuidados, el autor sagrado representa la

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felicidad espiritual y religiosa de los primeros hombres, sirviéndose de la imagen de
un fértil oasis.

El paraíso está descrito como una imagen de contraste con el mundo real. El paraíso
no es ante todo un lugar geográ fico determinado, una especie de “parque cerrado”.
Siendo un estado de felicidad espiritual y religiosa del hombre, el paraíso estaba en
cualquier lugar donde el hombre habitara. La unidad y la paz del hombre con el
universo. La imagen del paraíso no quiere decir sino que el hombre vivía muy cerca de
Dios; la expulsió n del paraíso só lo significa el alejamiento de Dios, la pérdida de la
amistad con Dios a causa del pecado.

Por eso no tiene el menor sentido preguntar dó nde estaba situado el paraíso terrenal.
A lo sumo podemos preguntar dó nde se lo imaginaba el narrador bíblico. Y por eso
también, el á rbol de la vida y el de la ciencia del bien y del mal, solo han de concebirse
como realidades espirituales

C. TEXTOS PARA MEDITAR Y REZAR:

7. El hombre está en las manos de Dios

Oh hombre! Pero, ¿quién eres tú para pedir cuentas a Dios? Acaso la pieza de barro
dirá a quien la modeló : “¿Por qué me hiciste así?” O es que el alfarero no es dueñ o de
hacer de una misma masa unas vasijas para usos nobles y otras para usos
despreciables? (Romanos 9, 20-21)

8. El Hombre y toda la Creación dependen de DIOS:

Cuá n numerosas tus obras, oh Yahvé! Todas las has hecho con sabiduría, de tus
criaturas está llena la tierra. Escondes tu rostro y se anonadan, les retiras su soplo y
expiran y a su polvo retornan. Envías tu soplo y son creadas, y renuevas la faz de la
tierra. (Salmo 104,24 y 29-30)

9. El Hombre en la Creación:

De la tierra creó el Señ or al hombre, y de nuevo lo hizo volver a ella. Días contados le
dio y tiempo fijo, y le dio también poder sobre las cosas de la tierra. De una fuerza
como la suya los revistió , a su imagen los hizo. Sobre toda carne impuso su temor,
para que dominara a fieras y volá tiles .Les formó boca, lengua, ojos, oídos y un
corazó n para pensar. De saber e inteligencia los llenó , les enseñ ó el bien y el mal. Puso
su luz en sus corazones para mostrarles la grandeza de sus obras. Por eso su Santo
nombre alabará n, contando la grandeza de sus obras. (Eclesiá stico 17, 1-8)

10. Alabanza al Creador, Nuestro Padre:

Oh Dios, Señ or nuestro, qué glorioso tu nombre por toda la tierra. Quiero cantar Tu
Majestad que se alza por encima de los cielos…Al ver tu cielo, hechura de tus dedos, la
luna y las estrellas que Tú fijaste, qué es el hombre para que de él te acuerdes? el Hijo
del Hombre para que de É l te cuides? Apenas inferior a un dios lo hiciste, coroná ndole
de gloria y de esplendor; todo fue puesto por Ti bajo sus pies: Ovejas y bueyes, todos

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juntos, y aú n las bestias salvajes, y las aves del cielo, y los peces del mar, que surcan
las sendas de las aguas. Oh Dios, Señ or nuestro, qué glorioso tu Nombre por toda la
tierra (Salmo 8)

D. CUESTIONARIO:

1. Génesis 2,7 presenta a Dios como alfarero, ¿Qué significa esta comparació n?
( ) La sabiduría de Dios
( ) La soberana y total libertad de Dios
( ) La habilidad de Dios
2. Adam, es una palabra hebrea. ¿Qué significa o có mo se traduce al españ ol?
3. Es VERDADERO o FALSO la siguiente afirmació n: “El símbolo de la costilla
enseñ a y recuerda la dignidad de la mujer que tiene la misma naturaleza que el
hombre”
4. Qué se quiere enseñ ar en la Biblia cuando dice que el hombre fue creado a
imagen de Dios?
5. Conteste Verdadero o Falso a las siguientes afirmaciones:
( ) El primer relato de la creació n de la pareja humana, hace hincapié en la
fecundidad.
( ) El segundo relato de la creació n del hombre y de la mujer, insiste má s en el
mutuo apego de los esposos.
6. Cuá l de los dos relatos de la creació n prefiere usted? Y Por qué? (Medite)

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TEMA 3: EL PECADO EN EL MUNDO


Desarrollo:

A. EL PECADO EN EL MUNDO (Génesis 3):

Si Dios lo ha creado todo bueno, ¿de dó nde proceden el mal, el dolor y la muerte?. Esta
no es una nueva pregunta puesto que ya se planteaba en el siglo X antes de Cristo,
cuando se pusieron por escrito esos capítulos má s antiguos de la Sagrada Biblia. Hoy
en día seguimos preguntá ndonos:

a) Ya que el hombre tiene la vocació n de cultivar la tierra que el Creador hizo buena,
¿por qué trabajarla cuesta tanto y en ocasiones rinde tan poco?

b) Si el hombre necesita de ayuda y de amor, ¿por qué existen el odio, la codicia, la


envidia, la lujuria y la violencia en el mundo?

c) Si Dios da la vida al hombre, ¿Por qué éste no logra escapar a la muerte?Ya en


tiempos anteriores a Abraham, ciertos cuentos muy antiguos echaban la culpa a unos
dioses envidiosos. Hoy en día no faltan hombres que culpan a Dios ante los desastres y
las muertes trá gicas. Algunos llegan a perder toda fe porque llegan a concluir que si
Dios existiera, no permitiría el mal.

La Biblia también, a partir del capítulo 3 del Génesis, da su punto de vista al respecto.
No se trata de una explicació n cualquiera, sino la que Dios quiso revelar para nuestra
fe y salvació n, por intermedio de los profetas y sabios.

En resumen nos dice lo siguiente:

Todo lo que existe es obra de Dios y por lo tanto es bueno. Es el mensaje central de
Génesis 1-2.

Pero desde el principio, la obra de Dios ha sido trastornada por la culpa de sus
criaturas dotadas de completa libertad; lo que conocemos como “libre albedrío”.

Así se explica la presencia del mal y de la muerte en el mundo. Es lo que dice Génesis
3. (Lea también C 11)

LAS LECCIONES DE LA HISTORIA:

Todo israelita sabía muy bien có mo había empezado la historia de su pueblo, el pueblo
escogido, Israel:

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 13


 Dios había liberado a los antepasados de la esclavitud de Egipto, por pura
bondad y misericordia.
 En el Sinaí les había dado la Alianza con los diezmandamientos.
 Pero enseguida el pueblo desobedeció al primero de ellos fabricando el
becerro de oro.
 Todo esto fue castigado por una demora de cuarenta añ os en el desierto.
 Pero Yavé entregó la tierra prometida, a la generació n siguiente, por
misericordia yfidelidad a sus promesas.
 También los autores del Génesis 3 tenían presente la historia todavía reciente
de David, padre del rey Salomó n.
 Su escogencia había sido un don gratuito de Dios (1Samuel 16).
 Pero el rey pecó con Betsabé, esposa de Urías, al que mandó a matar (2 Sam
11), despreciando a la vez dos mandamientos: “No matará s y No cometerá s
adulterio” Luego vino el castigo: el niñ o murió (2 Sam 12,14).
 Pero Dios, siempre fiel a las promesas, amó al otro hijo que nació
después,Salomó n (2 Sam 12,24).

De estos dos ejemplos podemos destacar cinco elementos: a. Don Gratuito, b. El


mandamiento o precepto, c. La transgresió n o pecado, d. El castigo, e. El perdó n y la
fidelidad de Dios a las promesas.

Los autores del Génesis tenían, pues, un esquema para reconstruir el drama inicial de
la humanidad. Ya en el capítulo 2 habían descrito el don gratuito, es decir, el Paraíso
(a); el mandamiento también en el v.17: “Del á rbol del bien y del mal no comerá s
porque el día que comieres de él, morirá s” (b). Quedaban para el capítulo 3, el pecado
(c), el castigo(d) y el perdó n de Dios (e).

UNA ENORME DESOBEDIENCIA:

El primer pecado aparece como una enorme desobediencia al Señ or, cuya raíz es el
orgullo. Conocer el bien y el mal, no significa simplemente tener conocimiento de lo
que es bueno o malo para el hombre, sino que se trata de “decidir por uno mismo lo
que está bien y lo que está mal, y obrar conforme a eso.” (Ejemplos actuales, la
aprobació n del aborto, eutanasia, matrimonios homosexuales, penas de muerte, etc.)”.

Dentro de los símbolos del relato de Génesis 3, “contradecir al precepto divino y


comer del á rbol del bien y del mal significa una reivindicació n de independencia ante
Dios, por lo cual el hombre reniega su estado de criatura e invierte el orden
establecido por Dios

Adá n defiende celosamente su autonomía, no quiere depender má s de Dios, rechaza


su palabra, juzgando equivocadamente que puede arreglá rselas por sí mismo sin
hacerle caso al Creador y que encontrará la felicidad a su manera, segú n sus propios
criterios.

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 14


Cuando la serpiente les insinuó que comieran del fruto y serían como dioses, se refería
exactamente a lo que acabamos de afirmar; puesto que si tú está s dispuesto a decidir,
bajo tu propia voluntad, lo que es bueno o malo, está s simplemente jugando a ser Dios.

Por eso ese pecado cometido es tan grave y dejó consecuencias tan nefastas para la
humanidad; solo basta mirar el mundo para darnos cuenta que no estamos para nada
bien

¿CASTIGOS O CONSECUENCIAS?:

Pero el actuar así, resulta que “Adá n” lo confunde todo, se debía del buen camino, se
encierra en sí mismo, lejos de Dios. Entonces, en vez de vivir en plenitud, engendra la
divisió n, la mentira, el odio, en resumen los frutos de la muerte: Porque la muerte que
advierte el Génesis, que ocurre luego de comer de dicho fruto, no es una muerte física,
sino la muerte del alma, es decir, la condenació n eterna.

Era tan fá cil haber obedecido, pero en consecuencia el hombre es quien se castiga a sí
mismo.

 Creado para conocer y amar a su Dios, el hombre huye de su presencia, se


esconde de su vista (Gen 3,8).
 Rota la armonía del hombre con Dios, todas las relaciones humanas se ven
alteradas, perturbadas:
 Relaciones de los hombres entre ellos: “Tienen vergü enza de su desnudez”
(v.7), tienen miedo de ser vistos tales como son; por eso llevan má scaras,
establecen relaciones ambiguas, viven en la mentira (Sal 4,3; 12,3; 116,11).
 Por eso Caín llega a matar a su hermano, Lamec busca venganza 77 veces, la
torre de Babel manifiesta la falta de comunicació n entre los hombres…
Relaciones de hombre consigo mismo. Conoce un desorden interior que lo lleva
a no hacer lo que quiere y a hacer lo que aborrece (Rom 7,15)
 Relaciones del hombre con la naturaleza. El trabajo es nuestra misió n y es
bueno (Gen 2,15), pero en adelante nos resulta pesado (Gen 3,17). La mujer da
a luz, pero con dolor (Gen 3,16). La misma vida conyugal está afectada por la
dominació n del varó n sobre su compañ era creada igual que él (Gen 3,16). Las
aguas del diluvio destruyen la vida (Gen 6 – 8)

Todo esto nos dice que por el pecado el mundo actual es distinto de lo que El Creador
quiso primero. En adelante el sufrimiento acompañ ará los pasos del hombre.

EL TRIUNFO DE LA MISERICORDIA:

Pero nuestro Dios es misericordioso, perdonó el pueblo rebelde del Sinaí y a David.
Los autores del Génesis lo sabían. Por eso el capítulo 3 y los demá s capítulos terminan
con una nota de esperanza:

 Caín recibe en la frente una señ al de protecció n. (Gen 4,15)


 El diluvio hizo excepció n de Noé. (Gen 6, 8 y 14)

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 15


 En la dispersió n de los pueblos, Dios llamó a Abraham para poner los
fundamentos de su pueblo. (Gen 11,26)

En otros términos, el Génesis anuncia aquí, si bien oscura y misteriosamente, que Dios
tendrá la ú ltima palabra, una palabra de perdó n. El Creador será también el Salvador.

B. LECTURAS COMPLEMENTARIAS:

7. ¿Una Serpiente que Habla?

Los autores hicieron uso de una forma de enseñ ar que se parece bastante a las
pará bolas de Jesú s en el evangelio: ejemplo concreto, historia viva, fá cil de entender,
para decir cosas profundas, difíciles, pero sumamente verídicas e importantes para
nuestra fe.

Uno de los elementos que má s no llama la atenció n es esta historia así reconstituida es
la serpiente, una serpiente que habla, engañ osa y que es juzgada y condenada por
Dios.

Pero ¿por qué una serpiente?

Nosotros sabemos que la serpiente es un animal astuto y peligroso: toparse con una
puede significar la muerte.

Pero los israelitas algo má s sabían de la serpiente. Tenía un significado religioso.

Los capítulos má s antiguos del Génesis fueron escritos durante el reinado de Salomó n,
el hijo de David. Fue el má s sabio de todos los reyes de la tierra (1Reyes 5, 9-14). Pero
tenía un nú mero grandísimo de esposas (1Reyes 11), muchas de ellas siendo
princesas paganas. En la ancianidad del rey, sus mujeres inclinaron el corazó n de
Salomó n tras otros dioses (v.4). Por supuesto, el mal ejemplo de Salomó n contagió al
pueblo, quien se olvidó de su Dios para volverse idó latra.

La diosa Astarté, divinidad cananea de la fertilidad y de la fecundidad femenina,


recibía un culto del rey y del pueblo. Ahora bien, la serpiente era el símbolo de aquella
falsa diosa, como el becerro o toro era el símbolo de otro dios pagano de los cananeos,
llamado Baal.

Así que ahora entendemos mejor el porqué de la serpiente en la historia del Paraíso:
ella representa una falsa divinidad, y por tanto era la má s indicada para substituir su
palabra engañ adora a la Palabra de Dios.

Esto nos ayuda también a comprender má s el drama del Paraíso.

Así como Salomó n, el má s sabio de los reyes, fue llevado a pecar por sus mujeres que
servían los falsos dioses, así también Adá n, el má s sabio de todos los hombres, fue
llevado a pecar por Eva, su esposa quién escuchó la voz de la serpiente, el falso dios
por excelencia.

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 16


Es inú til pues preguntar qué idioma hablaba la serpiente o si antes de su castigo tenía
patas y andaba como un garrobo (especie de iguana). Inú til también preguntar si la
fruta era una manzana o una papaya. Son detalles de la pará bola que no resultan
trascendentales, pero lo esencial está en otros elementos y en su enseñ anza
primordial en indicar que por el pecado de uno el mal entró en el mundo y con el
pecado entró la muerte.

El primer pecado nos contagia a todos nosotros. Es como si alguien hubiera echado
veneno en un pozo: toda el agua resulta envenenada todos los que toman de ella
quedan afectados. En el pecado somos todos primos hermanos, de una misma familia,
enferma…

Pero, gracias a Dios, vendrá el Médico, el Salvador, el segundo y nuevo Adá n, JESUS.
(Romanos 5, 12-21)

C. TEXTOS PARA MEDITAR Y REZAR:

11. El mal no viene de Dios:

No fue Dios quien hizo la muerte, ni se recrea en la destrucció n de los vivientes; É l


todo lo creó para que subsistiera (Sabiduría 1, 13-14)

12. Adán y Jesucristo, dos Familias:

Así como por un solo hombre entró el pecado en el mundo, y con el pecado entró la
muerte, así la muerte pasó a todos los hombres porque todos pecaron…

Pero con el don no sucede como con el delito. Si por el delito de uno solo murieron
todos, ¡cuá nto má s la gracia de Dios y el don otorgado por la gracia de un solo hombre
Jesucristo, se han desbordado sobre todos!

Así pues, como el delito de uno solo atrajo sobre todos los hombres la condenació n, así
también la obra de justicia de uno solo procura toda la justificació n que da la vida.

En efecto, así como por la desobediencia de un solo hombre, todos fueron constituidos
pecadores, así también por la obediencia de uno solo todos será n constituidos justos…

Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia (Rom 8, 12, 15, 18-20)13. Cristo,
vencedor de la muerte

Enseguida vendrá el fin, cuando Cristo entregue a Dios Padre, El Reino, después de
haber destruido todo dominio y poderío enemigo. Porque É l tiene que reinar hasta
que haya puesto bajo sus pies a todos sus enemigos. El ú ltimo enemigo destruido será
la muerte, segú n dice la escritura: “Dios ha sometido todo bajo sus pies… Muerte,
¿dó nde está ahora tu victoria? ¿dó nde está , muerte, tu aguijó n? La muerte se valía del
pecado para inyectar su veneno… Por eso, demos gracias a Dios, que nos da la victoria
por Cristo Jesú s nuestro Señ or. (1Cor 15, 24-27 y 55-57)

14. Somos hijos de Adán, pero con la esperanza:

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 17


Estimo que los sufrimientos del tiempo presente no son comparables con la Gloria que
se ha de manifestar en nosotros… Sabemos que en todas la cosas interviene Dios para
el bien de los que le aman, de aquellos que han sido llamados segú n su plan… Ante
esto,¿qué diremos? Si Dios está por nosotros, ¿quién contra nosotros?

D. CUESTIONARIO:

1. En qué época o siglo fue escrito el relato del pecado de la primera pareja
humana?
2. Los sabios o profetas que escribieron el capítulo 3 del Génesis lo hicieron
basá ndose en lo que sabían de la historia de su pueblo. Indique si es Falsa o
Verdadera esta afirmació n.
()F
()V
3. La historia del pueblo de Dios, puede resumirse en un esquema de 5 elementos.
¿Cuá les son?
4. Diga en pocas palabras, có mo el Génesis explica la presencia del mal en el
mundo.
5. Complete las siguientes afirmaciones:
- Debido al pecado del hombre, Dios el Creador, será también un
Dios_________________________________.
- Dios tuvo compasió n de Caín y le puso en la frente una ________________.
- En medio de la corrupció n y de la maldad general que ocasionaron el
diluvio, una familia halló gracia los ojos de Dios. Era la familia
de______________________.
- Después del fracaso de Babel y de la Dispersió n de los pueblos, Dios
eligió a ___________________________ para prepararse un pueblo.
6. El relato del primer pecado deja abierta la puerta de la esperanza; medite y
analice en qué consiste esa esperanza?

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TEMA 4: ABRAHAM PADRE DE LOS CREYENTES


Desarrollo:

A. ABRAHAM, PADRE DE LOS CREYENTES:

Abraham ocupa un lugar fundamental en la historia de la salvació n: ha sido llamado


“padre de todos los que creen en Dios” (Romanos 4,11), “amigo de Dios” (Santiago
2,23) y el Génesis habla de él del capítulo 12 al 25. ¿De dó nde le viene tanta
importancia?

UNA VOCACION:

La importancia de Abraham le viene de su vocació n. Pero ésta le viene de Dios, quien


lo llamó no por algú n mérito propio y personal, sino por la gracia. „Quién era Abraham
antes de ser llamado por Dios? La Biblia no dice nada, salvo que: Era descendiente de
Noé y Sem, personas que se salvaron del diluvio por pura misericordia divina. Era hijo
de Téraj, cuyo nombre aparece en Génesis 11,26, después de fracasar la empresa
impía de Babel. Nació en Ur, pero se trasladó a Jará n con sus padres y Sara, su esposa
estéril, sin hijos: 11, 30-31. Los padres de Abraham adoraban varios dioses, eran
idó latras, como lo dice Josué 24,2

Pero, ¿por qué motivo Dios llamó a Abraham? No hay otra respuesta que ésta: Porque
así lo quiso Dios. Dios es totalmente libre.El relato del llamado de Abraham (Gen 12, 1-
4) es fundamental (ver C 15). Es el inicio de la historia de la salvació n. Consta de dos
elementos: una orden, una promesa.

UNA ORDEN:

“Vete de tu tierra”. Dios exige de Abraham una ruptura con lo que un hombre quiere
má s, su país, la casa de su padre. Abraham debe alejarse de los santuarios paganos
donde se buscaba a Dios como a tientas (Hechos 17,27). Debe desprenderse de toda
seguridad humana para apegarse al Dios todopoderoso y ú nico. De hombre tranquilo,
sin historia y seguro, como era antes, llega a ser un errante, un vago, segú n dice un
texto muy antiguo (Deuteronomio 26,5). Es la condició n para lograr una mayor
libertad y disponibilidad en el servicio de Dios. Jesú s pondrá la misma condició n:

“El que ama a su padre o a su madre…. a su hijo o a su hija má s que a mí no es digno de


mí” (Mateo 10,37)

UNA PROMESA:

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 19


El llamado de Dios no se limita a ser una orden, una ruptura; es ante todo una
promesa. Si Dios exige tanto es para dar. Lo que Dios promete a Abraham es
fundamentalmente una bendició n. Fíjese cuá ntas veces las palabras “bendecir” y
“bendició n” aparecen en el Génesis 12, 1-4. Pero para un hebreo la bendició n debe
abarcar unos bienes muy concretos.

Por ejemplo la bendició n que El Creador impartió a la primera pareja tenía dos
elementos: la fecundidad y el dominio de la tierra (Gen 1,28). Lo que Dios prometió a
Abraham era algo parecido: una tierra y una descendencia. Só lo con el andar del
tiempo se descubrió el significado pleno de las promesas, la verdadera Tierra
prometida, la verdadera descendencia de Abraham.

UN MODELO DE RESPUESTA: LA FE:

La respuesta de Abraham (Gen 12,4) no consiste en palabras (ni una sola pregunta!),
sino en hechos. Salió hacia lo desconocido sin má s seguridad que la Palabra de Dios.
Así nos enseñ a que la fe es mucho má s que rezar el “Creo en Dios”, o saber la doctrina.
Es ante todo aceptar la Palabra de Dios tal como se presenta, dejarla transformar
nuestras vidas segú n el plan de Dios, aun cuando éste contradiga nuestros proyectos,
y andar en presencia del Señ or (Génesis 17,1).

Abraham confió en la Palabra de Dios a pesar de que ella le hacía promesas


humanamente imposibles de realizar. Ya le había pasado la edad de tener hijos cuando
salió de Jará n (segú n v.4 tenía 75 añ os) y a Sara también, quien ademá s era estéril. Y
como si esto fuera poco, cuando llegó como errante a la tierra de Canaá n encontró
escasez (12,10) y la guerra (cap. 14). Eran motivos má s que suficientes y razonables
para regresar a su lugar de origen; pero nada de eso ocurrió . Después de vencer a sus
adversarios, ofreció el diezmo a Melquisedec, sacerdote y rey de Salem o Jerusalén,
misteriosa figura del Mesías (Hebreos 5-7)

LA ALIANZA:

En los capítulos 15 y 17 del Génesis, Dios le repite a Abraham las promesas del
principio: “Mira el cielo y cuenta las estrellas, si puedes contarlas. Así será tu
descendencia y Abraham creyó ”. Entonces Dios confirmó sus promesas con un pacto
solemne, una alianza. Lo hizo a la manera antigua de aquel tiempo. Cortaban un
animal en dos partes y los contratantes pasaban por entre ellas, anunciando así có mo
iba a ser tratado quien no respetara las condiciones. Pero aquí solo Dios pasa (Gen 15,
17), y esto nos enseñ a que la Alianza, igual que la vocació n, es un don gratuito; una
iniciativa divina, una gracia. Ademá s Dios pasa en forma de fuego, símbolo de la
presencia divina (por ejemplo la zarza ardiendo, la luz de la Transfiguració n, el fuego
de Pentecostés: É xodo 3,2; Mateo 17,2; Hechos 2,3).El capítulo 17, que es del mismo
grupo de sacerdotes que escribieron Génesis 1 (lea B 9), añ ade dos cosas:

a. Dios le cambió el nombre a Abram: le puso Abraham, lo que significa “Padre de


muchos pueblos” (v. 5). Es la confirmació n de las promesas. Abraham tenía entonces
99 añ os (Gen 17,1)… y seguía esperando

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 20


b. Dios dio a Abraham la circuncisió n, como señ al y recuerdo de la alianza, para que
todo varó n de su descendencia tuviera presente la misericordia y fidelidad de Dios
para con el antepasado y actuara como hijo agradecido.

LAS PRUEBAS DE LA FE:

Dios le volvió a repetir las promesas seis veces, de tal modo que pasaron 25 añ os
antes que naciera Isaac (lea B 8): Gen 21, 1-7. Pero al cumplirse la promesa de Dios, la
pareja de ancianos pudo darse cuenta de que para el Señ or no hay nada imposible
(18,14). Má s de 1800 añ os después, no habrá otro motivo, desconcertante para
nuestra sabiduría humana, para explicar que la Virgen María diera a luz a Jesú s sin
tener relaciones con un hombre (Luc 1,37) En el importantísimo capítulo 22, Dios
pidió a Abraham que le sacrificara a Isaac (má s detalles en lecció n siguiente).

Por fin, el ú nico pedacito de tierra que Abraham logró conseguir (lo compró ) fue el
lugar de su sepultura (Gen23). Pero murió lleno de días (Gen 25, 8) y de esperanza
(Juan 8,56), padre de todos los que creemos en Dios. (lea C 17-18)

B. LECTURAS COMPLEMENTARIAS:

8. ¿Proyecto de Abraham o Plan de Dios?

El capítulo 16 del Génesis cuenta có mo Abraham, al no tener un hijo de su esposa Sara,


tuvo uno de una sierva egipcia, llamada Agar (la cual era esclava de Sara). Segú n lo
permitían las antiguas leyes de la patria de Abraham, una esposa estéril podía dar a su
marido una sierva como mujer y reconocer como suyos a los hijos nacidos de esta
unió n.

Abraham tuvo con Agar a Ismael, el cual recibiría la bendició n de su padre (herencia).
Algo parecido se repetirá en el caso de Raquel (Génesis 30, 1-6) y de Lía (Génesis 30,
9-13). Pero el hombre propone y Dios dispone. En el capítulo 17, Dios le manifestó su
disconformidad a Abraham y le dijo que el hijo de la promesa tenía que ser de la
esposa estéril, no de la esclava (v.19). Abraham hizo otro acto de fe.

Esto nos enseñ a que “todos los planes, los cá lculos y las previsiones humanas nada
cuentan si no coinciden con los designios divinos”. Cuando uno deja de escuchar la
Palabra de Dios y quiere hacer su propio plan sin tener en cuenta el plan de Dios, se
condena al fracaso. “Si Yavé no construye la casa, en vano se afanan los constructores”
(Salmo 127,1

9. La Composición del Génesis:

En la primera lecció n hemos visto que había dos relatos de la creació n, que el primero
era de unos sacerdotes en tiempos del Exilio a Babilonia o quizá s después, mientras el
otro se remontaba a la época de Salomó n. Los primeros once capítulos del Génesis se
reparten entre los dos autores o, mejor dicho, los dos grupos de autores. Hay algunos
criterios para distinguirlos.

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 21


a. Cada uno tiene un nombre propio, distinto para llamar a Dios: El segundo
relato habla de Yavé Dios (en hebreo: Yavé Elohim). Es por este motivo que ya desde
el siglo pasado se puede llamarlo “Yavista” o “Tradició n Yavista”. En cambio en el
primer relato de la creació n, el nombre puesto al Creador es Dios (en hebreo: Elohim).
Ya que sus autores eran sacerdotes, se habla de tradició n o corriente sacerdotal.

b. Cada uno tiene su modo de hablar de Dios:

- La tradició n yavista, en términos humanos y familiares; pero tras su lenguaje sencillo


se esconde un mensaje muy profundo (como se puede leer en B 10

- La tradició n sacerdotal, en términos solemnes, elevados, espirituales.

c. Cada uno tiene centros de interés particulares:

- El yavista narra hechos, anécdotas, historias;

- El sacerdotal da lista de familias, indicaciones de tiempo, explica el origen de las


instituciones del pueblo israelita (por ejemplo, el sá bado, la circuncisió n, la Alianza,
etc.)

Teniendo en cuenta estas características de cada una de las tradiciones, podemos


atribuir a la yavista la creació n (Gen 2), la caída (Gen 3), la historia de Caín (Gen 4), los
hijos de Noé (Gen 9, 19-27), la torre de Babel (Gen 11, 1-9); a la sacerdotal: el primer
relato de la Creació n, la lista de los descendientes de Adá n (Gen 5), de Noé (Gen 10, en
gran parte), de Sem ( Gen 11, 30-32) y el mundo nuevo después del diluvio (Gen 9, 1-
17)

C. TEXTOS PARA MEDITAR Y REZAR:

15. LA VOCACION DE ABRAHAM

En el Génesis ir al capítulo 12v.1 “Yavé dijo a Abraham: Vete a tu tierra, de tu patria, y


de la casa de tu padre, a la tierra que yo te mostraré.v.2 “De ti haré una nació n grande
y te bendeciré, engrandeceré tu nombre que servirá de bendició nv.4 Marchó pues
Abraham como se lo había dicho Yavé, y con él marchó Lot. Tenía 75 añ os cuando salió
de Jará n.

16. LA FE DE ABRAHAM:

Por la fe, Abraham, al ser llamado por Dios, obedeció y salió para el lugar que había de
recibir en herencia, y salió sin saber a dó nde iba. Por la fe peregrinó por la Tierra
Prometida como en tierra extranjera, habitando en tiendas, lo mismo que Isaac y
Jacob, coherederos de las mismas promesas. Pues esperaba la ciudad asentada sobre
cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Dios. Por la fe, también, Sara recibió , aú n
fuera de la edad apropiada, vigor para ser madre, pues tuvo como digno de fe al que se
le prometió . Por lo cual también de uno solo y ya gastado, nacieron hijos, numerosos
como las estrellas del cielo, incontables como las arenas de la orillas del mar.

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 22


En la fe murieron todos ellos, sin haber conseguido el objeto de las promesas:
viéndolas y saludá ndolas desde lejos y confesá ndose extrañ os y forasteros sobre la
tierra. Los que tal dicen, claramente dan a entender que van en busca de una patria;
pues hubiesen pensado en la tierra de la que habían salido, habrían tenido ocasió n de
retornar a ella.Má s bien aspiran a una mejor, a la celestial. Por eso Dios no se
avergü enza de ellos, de ser llamado Dios suyo (Dios de Abraham, Isaac y Jacob), pues
les tiene preparada una ciudad…

Por la fe, Abraham, sometido a prueba, presentó a Isaac como ofrenda, y el que había
recibido las promesas, ofrecía a su hijo ú nico: “Por Isaac tendrá s descendencia de tu
nombre”. Pensaba que poderoso era Dios aú n para resucitar entre de los muertos. Por
eso lo recobró para que Isaac fuera también figura. (Hebreos 11, 8-19)

17. HASTA DONDE LLEGÓ LA ESPERANZA DE ABRAHAM:

Vuestro padre Abraham se regocijó pensando ver mi día; lo vio se alegró . (Juan 8,56)

18. PODEMOS SER HIJOS DE ABRAHAM:

Así Abraham creyó en Dios y le fue reputado como justicia. Tened, pues, entendido
que los que viven de la fe, esos son los hijos de Abraham… Los que viven de la fe son
bendecidos con Abraham el creyente. (Gá latas 3, 6-9

D. CUESTIONARIO:

1. ¿Cuá ntas veces aparecen las palabras “bendecir” y “bendició n” en Génesis 12,
1-3?
2. Diga en dos palabras qué elementos contiene la bendició n prometida a
Abraham.
3. Busque en el primer capítulo del evangelio segú n San Lucas dos versículos que
hablan de Abraham.
4. ¿Qué aspecto tienen en comú n el nacimiento de Isaac y el nacimiento de Jesú s?
(Véase Génesis 18,14 y Lucas 1,37)
5. Complete las siguientes frases:
a.(segú n Santiago2,23) Abraham fue llamado: ___________________________
b. (segú n Romanos 4,11) Abraham es el ___________________________de todos los
creyentes
6. A la luz del ejemplo de Abraham, diga en qué consiste la fe.
7. Y usted ¿qué opina de Abraham? Dígalo en pocas palabras. (medite)

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TEMA 5: TRANSMISIÓN DE UNA BENDICIÓN


Desarrollo:

A. TRANSMISIÓN DE UNA BENDICIÓN:

En el capítulo anterior hemos estudiado en qué consistieron las promesas de Dios a


Abraham. Ahora vamos a ver có mo se transmitieron a Isaac y Jacob.

ISAAC:

Isaac es, hasta cierto punto, un personaje de transició n entre dos grandes hombres de
la Biblia: Abraham, su padre, y Jacob, su hijo. Los capítulos del Génesis que hablan de
él no hacen el retrato completo de su personalidad, y lo poco que dicen parece la
repetició n de lo que se había dicho de Abraham.

Igual que su padre, tuvo una esposa estéril, Rebeca, quien tuvo hijos por la gracia y el
favor de Dios. Igual que su padre, estuvo a punto de perder a su esposa mientras
viajaban fuera

de Canaá n. Igual que su padre, luchó para conseguir agua para sus animales .Pero lo
que má s llama la atenció n en el caso de Isaac es que él sea el bendito de Dios(Gen
26,29). Y toda su personalidad está caracterizada por la fidelidad con que cuida la
bendició n recibida y que tiene misió n de transmitir a otro.

En el Nuevo Testamento también son pocos los versículos que hablan de Isaac, pero lo
que dicen de él es muy importante. Lo presentan con estos rasgos:

El hijo de la promesa (Gá latas 4,28)


Un héroe de la fe (Hebreos 11,20)
Nuestro padre (Rom 9,10)
Una figura de Cristo (Gá latas 3,16 y Hebreos 11,19)
Con respecto a este ú ltimo aspecto, podemos hacer una comparació n muy
iluminadora:

ISAAC JESUS:

El Nacimiento:
Fue esperado largo tiempo. Fue anunciado por los profetas durante siglos.
Se explica por un milagro. (Gén 18,14) Se explica por un milagro. (Lucas 1,37)
Fue motivo de gran alegría. (Gén 21,6) Fue motivo de gran alegría. (Luc2,10)

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El Sacrificio:

Isaac, el hijo ú nico, querido por su padre. (Gén 22,2) Jesú s, el Hijo ú nico y amado del
padre. (Lucas hasta el Calvario. (Juan 19,17) Se dispone interiormente a ser víctima.
(Gen 22, 7-8) Se hace obediente hasta la muerte en cruz. (Filipenses 2,8)“Dios pondrá
el cordero”, le dice Abraham. (Gén 22,8)“Jesú s es el Cordero de Dios” se proclama en
todo el Nuevo Testamento .Es salvado de la muerte por la intervenció n del Á ngel de
Yavé. (Gen 22, 11-12) “A este Jesú s inmolado, Dios lo ha resucitado de entre los
muertos. (Hechos 2,32)

JACOB:

De Jacob, el Génesis dice mucho. Lo presenta sucesivamente como hijo de Isaac,


hermano de Esaú , sobrino y yerno de Labá n, esposo de Lía y Raquel, padre de doce
hijos, entre ellos José (Vr. B11) y Judá .

Pero lo primero que llama la atenció n es que toda la acció n se desenvuelve en un


ambiente muy humano, bien distinto del clima altamente espiritual que acompañ aba
la historia de Abraham e Isaac. Es un mundo muy semejante al nuestro lleno de
maniobras, peleas, engañ os, hasta quizá s mentiras. El lector superficial no ve el plan
de Dios en todo ello. Sin embargo es É l quien dirige los destinos, y su bondad se
manifiesta a través de algunos episodios.

NACIMIENTO: Rebeca era estéril. Pero por el favor de Dios llegó a ser madre (Gén 25,
21-26). Sin embargo antes de nacer, los gemelos se entrechocaban en el seno materno,
lo que Dios explicó así: “El mayor servirá al menor”.

Fue Esaú el que nació primero, y por lo tanto él tenía derechos especiales, los de la
primogenitura. Pero Dios amó má s a Jacob, siendo menor que Esaú (Malaquías 1,5).
¿Por qué? Es el secreto y voluntad de Dios. Má s aú n, Dios, tiene indiscutiblemente una
preferencia por el menor, el má s débil, el que de por sí no tiene derechos segú n la
manera humana de ver las cosas. Veamos por ejemplo:

- Dios prefirió a Abel y no a Caín (Gen 4), a David, hijo de Jacob, y no a sus hermanos
mayores (1 Samuel 16, 11-13);

- Dios prefiere al pecador que se reconoce pequeñ o ante É l y no al soberbio que se


cree (Lucas 18, 9-14);

- Dios declara que los primeros será n los ú ltimos y los ú ltimos los primeros (Mateo 20,
1-16) e invita a quien quiera ser primero a que se haga el ú ltimo, es decir el servidor
de todos (Mateo 20, 26-27). Para profundizar este aspecto léase (C 19 y Romanos 9,
11-12).

LA BENDICIÓN USURPADA: Todos sabemos có mo Jacob llegó a quitar a su hermano


la bendició n paterna. Esa historia de Jacob será siempre un misterio; pero podemos
dar algunas explicaciones:

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 25


Esaú estaba seguro de tener un derecho hereditario, por ser el mayor. Pero en la
historia de la salvació n, no hay derechos estrictos ante Dios, todo lo de Dios es don
gratuito. (ver Mateo 20,15)

Jacob es presentado con toda su debilidad humana y la Biblia no intenta callarla. Los
patriarcas no estaban sin pecado, nosotros tampoco y má s aú n, ni la propia Iglesia
(Léase Juan 8,7). Sobre todo, no juzguemos a Jacob como si fuera un cristiano del
presente siglo. Lea C 20.

EL DIOS DE JACOB: El capítulo 28 relata que Jacob huyendo de su tierra natal por
miedo a Esaú soñ ó con una escalera apoyada en la tierra y cuyo extremo tocaba el
cielo por donde los á ngeles subían y bajaban. Comprendió que su Dios entra en
relaciones con los hombres; es un Dios personal, ú nico y presente. A Jacob, vagando y
temeroso, Dios le renueva las promesas, demostrando que es un Dios fiel y generoso,
que se preocupa por los hombres. Es el Dios de los vivos, no de los muertos (Mat
22,32)

LUCHA Y ESPERANZA: En el capítulo 32, Jacob, aprende que si bien la bendició n es un


don gratuito, hay que trabajar para conservarla. Al término de su misteriosa lucha con
Dios (vv. 23-33), Jacob recibe un nombre nuevo, ISRAEL (lea B 12), porque ha sido
“fuerte contra Dios” (v. 29).

Al bendecir a sus hijos, muchos añ os después (Gén 49), Jacob hace hincapié en el
futuro papel de Judá . El anuncio de Aquel que ha de venir (v.10) demuestra que el
Génesis es só lo un principio, una siembra. De esta manera llegamos al Exodo.

B. LECTURAS COMPLEMENTARIAS:

10. EL DIOS SALVADOR SEGÚN EL YAVISTA:

La tradició n yavista, la má s antigua de las fuentes escritas del Génesis, y que está
también en É xodo y otros libros del Antiguo Testamente, “parece sintetizar lo que la
Biblia entera dice de Dios. En efecto, se ocupa ú nica y exclusivamente de la cuestió n
central de la Biblia: có mo obra Dios con el hombre, có mo obra el hombre con Dios? El
Dios del yavista es un Dios que quiere la salvació n del hombre y que al fin la realiza,
aun cuando el hombre no cesa de poner obstá culos a los planes de Dios.

El pecado de Adá n destruye la felicidad del paraíso; y las consecuencias del pecado,
que provocan el diluvio, ponen en peligro la creació n entera.

Abraham e Isaac reciben la promesa de una descendencia numerosa, pero sus


mujeres son estériles.

Jacob hereda las promesas, pero como es el má s joven, no puede hacer valer sus
“derechos”. Tropieza su matrimonio con Raquel. Su retorno a Canaá n, la tierra
prometida, parece imposible.

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 26


José, el elegido, es vendido a extranjeros y encarcelado. Moisés es llamado por Dios a
salvar a los hebreos, pero resiste al llamado; cuando por fin acepta su misió n, só lo
encuentra resistencia.

El mar Rojo es, para los israelitas pró fugos, como un obstá culo insuperable que los
pone a merced de los egipcios.

En el desierto se subleva el pueblo y ansía volver a Egipto, de cuya servidumbre había


por fin escapado.

Finalmente hace la primera tentativa de conquistar la tierra de Canaá n, pero fracasa

“En cada una de estas situaciones la historia de Israel parece llegar a su término. Pero
en el ú ltimo momento, Dios toma el timó n en su mano e imprime nuevo rumbo a la
historia.

Para el yavista la historia está sujeta a la vez a la justicia y a la misericordia de Dios,


pero al fin acaba por triunfar la misericordia” (H. HAAG, Evolució n y Biblia, p.43)

11. LA HISTORIA DE JOSÉ:

Los capítulos 37-50 del Génesis, salvo el 38 y el 49, forman una unidad, donde se
describe lo que debe ser el hombre de Dios: hombre sabio, prudente, superior a los
demá s gracias a los dones que Dios le presta. José, vendido por sus hermanos, sube a
los oficios má s altos de Egipto, pero nunca se enorgullecerá (Gen 45,8); Dios sabe
convertir los males en bienes.

12. ISRAEL:

Primero, es el nombre que le fue dado a Jacob después de sostener una lucha con un
ser misterioso durante la noche y que significa “El que lucha contra Dios” (Gen 32,28)

Luego el nombre viene a designar al pueblo de Dios, el que hizo la conquista de


Canaá n.

Con David empieza el reino de Israel, cuya capital es Jerusalén y abarca a las 12
tribus. (Las 12 tribus de Israel)

Con la muerte del rey Salomó n el reino se divide. Hasta la caída de Samaria, Israel
significa el reino del Norte, en contraposició n a Judá (Sur).

Para San Pablo (Gá latas 6,16; Romanos 9,6) Israel significa también la Iglesia, el nuevo
Pueblo de Dios.

C. TEXTOS PARA MEDITAR Y REZAR:

19. DIOS ESCOGE LIBREMENTE:

Hermanos, fíjense a quienes llamó Dios. Entre ustedes hay pocos hombres cultos
segú n la manera comú n de pensar; pocos hombres poderosos o que vienen de familias

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 27


Famosas. Bien se puede decir que Dios ha elegido lo que el mundo tiene por necio, con
el fin de avergonzar a los sabios; y ha escogido lo que el mundo tiene por débil, para
avergonzar a los fuertes. Dios ha elegido a la gente comú n y despreciada; ha elegido lo
que no es nada para rebajar a lo que es, y así nadie ya se podrá alabar a sí mismo
delante de Dios.” (1 Corintios 1, 26-29

20. EL DIOS DE ABRAHAM, ISAAC Y JACOB, ES UN DIOS FIEL:

Abraham es el padre sublime de una multitud de naciones; nadie lo igualó en gloria.


Observó la Ley del Altísimo e hizo alianza con É l.El Señ or estableció esta alianza en su
carne, y en el día de la prueba fue hallado fiel. Por lo cual, Dios le prometió bajo
juramento que bendeciría en su descendencia a todas las naciones, que las
multiplicaría como el polvo de la tierra, que exaltaría su posteridad como las estrellas,
y les daría el país en herencia. A Isaac, a causa de Abraham su padre, le renovó su
elecció n. Hizo reposar en la cabeza de Jacob la bendició n de todos los hombres y la
alianza. Le reafirmó sus bendiciones y le dio el país en herencia; lo dividió en lotes y lo
repartió entre la doce tribus. (Eclesiá stico 44, 20-26)

21. EL DIOS DE JACOB ESTA CON NOSOTROS:

Con nosotros el Señ or del universo, nuestra defensa el Dios de Jacob. (Salmo 46,4)

22. DIOS PRUEBA EL CORAZÓN DE SUS AMIGOS:

Debemos dar gracias al Señ or, nuestro Dios, que ha querido probarnos como a
nuestros padres. Recuerden lo que hizo con Abraham, las pruebas por las que hizo
pasar a Isaac, lo que sucedió a Jacob en Mesopotamia de Siria, cuando pastoreaba el
rebañ o de Labá n. Có mo los colocó en el crisol para probar sus corazones. Así el Señ or
nos hiere a nosotros, los que nos acercamos a É l, no para castigarnos, sino para
instruirnos. (Judit 8, 25-27)

D. CUESTIONARIO:

1. ¿Qué es lo que má s llama la atenció n de Isaac?


2. Como llama San Pablo a Isaac en su carta a los Romanos?
3. Có mo se llamaba la esposa de Isaac y la suegra de ésta?
4. En el Evangelio de Juan se dice que Jesú s cargó la cruz hasta el calvario. Cuá l es el
símil a esta situació n en la vida de Isaac?
5. Porqué Dios amó má s a Jacob que a Esaú ?
6. Enumere varios calificativos del Dios de Jacob.
7. Qué actuació n tuvo Jacob en el capítulo 27 del Génesis y que opina usted al
respecto?

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TEMA 6: LIBERACIÓN DE UN PUEBLO: ÉXODO


Desarrollo:

A. LIBERACION DE UN PUEBLO: EL EXODO:

Los israelitas recordaron siempre el éxodo, es decir la salida de Egipto, como un


suceso fundamental de su historia, el acontecimiento que dio inicio a su existencia
como pueblo.

LA OPRESIÓN DE UN PUEBLO:

La historia de los patriarcas termina en Egipto, a donde el hambre los había


conducido. Esa emigració n parecía un fracaso. Pero no lo era. No existen datos claros
en la Biblia en cuanto a la duració n de la estadía en Egipto de los hijos de Jacob (Lea
B13). De todos modos los hebreos se hicieron muy numerosos (Exodo 1,7), segú n la
promesa hecha a Abraham (Génesis 12,2; 15,5)De repente Egipto se transformó en
potencia de opresió n para los hijos de Jacob, los “hebreos”:

- Segú n fuente yavista, fueron condenados a trabajos forzados, como esclavos: (Exodo
1, 8-12; 2, 11-15)

- Segú n la fuente elohista (Vea B14), un decreto de exterminio amenazaba a los niñ os
(Exodo 1, 15-22)

Mientras tanto, Dios no se olvidaba de los descendientes de su amigo Abraham, y


proyectaba una serie de intervenciones para rescatarlos. Pero no lo iba a hacer
directamente, sino por un hombre especialmente llamado y preparado: Moisés.

MOISÉS:

Su Infancia: El pasaje de Ex 2, 1-10 ilustra el plan de Dios en favor de Moisés. Lo salva


no só lo del decreto contra los recién nacidos, sino también de los trabajos forzosos.
Moisés nunca fue esclavo. Ningú n esclavo puede salvar a los demá s: hay que ser libre
para poder librar, como Jesú s, libre de pecado y de muerte.

SU HUIDA: Criado en la corte, Moisés no se desvinculó de sus hermanos hebreos.


Sufría ante la situació n inhumana de ellos y quiso librarlos. Entró en escena con un
acto de violencia, matando a un egipcio injusto (Ex 2, 11-22). Pero no halló ningú n
apoyo en los que intentaba socorrer: al contrario lo trataron de intruso (v.14). Tuvo
que huir al desierto. Allí lo esperaba Dios

SU VOCACION: Hay dos relatos de la vocació n de Moisés: Exodo 3,1 al 4,17 y del 6,2 al

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 29


1. Un encuentro personal con Dios: (Ex 3, 1-6 y 13-14)

a. A través del fuego de la “zarza ardiendo” Dios se manifestó a Moisés y se presentó


como el Dios de los padres, uniendo el presente con el pasado. El mismo Dios que
había hablado a Abraham 500 ó 600 añ os antes, iba a salvar a los hebreos.

b. Ademá s ese Dios tiene un nombre, Yavé el cual ha recibido varias interpretaciones:
el Viviente, Aquel que es, Aquel que está .

2. Una misió n: (Ex 3, 7-12 y 15)

a. Dios quiere librar a los oprimidos. Por eso llama a Moisés a quien le tocará sacar a
sus hermanos de la esclavitud para llevarlos libres a una tierra de la cual será n, por
fin, los dueñ os.

b. Pero Moisés tiene miedo. Su experiencia anterior le enseñ ó que no es fá cil mover a
una gente aplastada por la opresió n. No quiere comprometerse (Ex 3,11). Pero la
promesa de Yavé le da valor: estaré contigo (Ex 3,12)

LA LIBERACION:

La liberació n de Egipto fue preparada, acompañ ada y seguida de signos en los cuales
los hebreos descubrieron la mano poderosa de Dios, es decir: Las plagas, el paso entre
el mar, la marcha por el desierto.

Las Plagas: El Salmo 78 menciona siete plagas; el Salmo 105 habla de ocho, pero en
orden distinto. En el relato del Exodo hay repeticiones, variaciones, amplificaciones,
exageraciones (Compá rese Exodo 9,6 con 9,20). Es que tenemos fusionados aquí tres
relatos que posiblemente existieron primero en forma separada. Pero la coincidencia
de fondo de tantos textos comprueba que algo pasó . Una gran cantidad de plagas
naturales de excepcional gravedad se sumaron para manifestar al rey opresor, es
decir al faraó n, que la voluntad de Dios era la de liberar a los hebreos de la esclavitud
a que habían sido sometidos. Sin embargo, los hechos histó ricos recibieron después
una forma literaria especial. Se aumentó su contenido y se expresó a través de una
narració n hasta cierto punto artificial. No conviene siempre, pues, tomar cada detalle
al pie de la letra. Lo má s importante está en otra parte, es decir en el doble efecto
producido por las plagas:

1. Los opresores reciben el castigo merecido y


2. Los elegidos son salvados por Dios.
La Pascua: La muerte de los primogénitos egipcios, la má s decisiva de las plagas (Ex
12, 29-30), fue precedida por la Pascua. Los hebreos habían marcado sus puertas con
la sangre de un animal sin mancha. Así Yavé y el Á ngel pudieron ubicarlos y no les
hicieron dañ o, mientras iban a herir a los egipcios. Al celebrar cada añ o la Pascua, los
israelitas recordaban ese “paso de YAVÉ ”.

También para nosotros, cristianos, la nueva y verdadera Pascua celebra el paso de


este mundo a su Padre que hizo Jesú s, Cordero pascual sin mancha, cuando murió y
resucitó para nuestra liberació n total. (Reforzar en B16)

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 30


El paso del mar: Aunque no lo narran de la misma manera, los autores bíblicos
concuerdan en afirmar que hubo un acontecimiento providencial cuando llegaron al
mar los hebreos, perseguidos. Que haya sido un terremoto, un maremoto, un fuerte
viento, o la mera Palabra de Dios, eso no importa mucho, hasta cierto punto. Lo
principal es que sucedió algo. Un acontecimiento fue signo, del cual nació la fe (Ex
14,31 y véase C 23-25).

Los hebreos se dieron cuenta entonces de que estaban con ellos Yavé, el Dios
Salvador.Y ese mismo Dios estará siempre con nosotros también, los cristianos, que
hemos pasado por las aguas del bautismo.

B. LECTURAS COMPLEMENTARIAS

13. Los Hebreos en Egipto:

No hay en la Biblia datos claros y fijos sobre la duració n de la permanencia de los


hebreos en Egipto. En Exodo 12,40 se habla de 430 añ os y en Génesis 15,13 de 400
añ os. Pero en Génesis 15,16 se habla de cuatro generaciones (un promedio de 40 añ os
para cada una da un total de 160 añ os)

De esta confusió n de datos podemos sacar una conclusió n general: las cifras de la
Biblia deben ser tratadas siempre con mucha cautela. En la transmisió n del texto,
muchos errores han sido posibles. Ademá s, muchos nú meros tienen en la Biblia un
significado simbó lico, cuya clave no tenemos siempre.

14. La tradición Elohista:

Una de las principales fuentes que han producido los primeros libros de la Biblia es
nombrada “elohista” porque llama a Dios, “Elohim” hasta Exodo 3, 13-15 donde Dios
manifiesta a Moisés que su nombre es Yavé. En cambio la tradició n yavista usa este
nombre “Yavé” ya desde el principio.

La tradició n elohista se formó en el reino de Samaria en el siglo VIII antes de Cristo.*


Contiene má s leyes que la tradició n yavista; por ejemplo el Có digo de Alianza (Ex
20,22 hasta 23,33)

* Subraya má s que el yavista la grandeza, la trascendencia divina, ya que no presta a


menudo a Dios modos humanos de actuar y hablar. Este Dios no se manifiesta dentro
de una conversació n amistosa (como en la yavista), sino por dos medios: los sueñ os
(por ejemplo en la historia de José) y las visiones (por ejemplo la aparició n de Yavé a
Moisés en medio de la zarza ardiente: Exodo 3)

15. Las Plagas, fenó menos naturales, mensajes de Dios“Cuando en agosto el rio Nilo
alcanza su má s alto nivel, sus aguas adquieren un color rojo. En determinadas
circunstancias el agua podría corromperse rá pidamente, haciéndose imbebible.
Invasiones de ranas a menudo se han comprobado, generalmente por septiembre, y se
dice que una plaga de esta clase sería todavía frecuente si no existiera el ibis, un
pá jaro que se alimenta de ranas, librando el país de ellas. La putrefacció n de las ranas
muertas explica fá cilmente la 3ra y 4ta plaga de los mosquitos y de los tá banos que, a

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 31


su vez, producen la peste del ganado y del hombre (5ta y 6ta plagas). También las
tempestades de granizo se presentan, si bien raras veces, en Egipto, y los enjambres
de langostas han producido en esa zona dañ os como para tomar el aspecto de una
plaga. Las tinieblas (Novena plaga) pudieron fá cilmente identificarse con la tempestad
de arena y de polvo producida por el “chamsin”, el viento abrasador del desierto, que
constituye uno de los peores inconvenientes de la primavera egipcia, y que sopla 2 ó 3
días (Ex 10,22). Estas plagas naturales de Egipto, presentá ndose en un momento dado
con una violencia excepcional, deben haber aparecido tanto a Moisés como al Faraó n
como auténticos signos de ira divina” (G.E. Wright, Biblical Arqueology, p. 47)

C. TEXTOS PARA MEDITAR Y REZAR:

23. LA ALEGRIA DE LOS RESCATADOS:

Los carros y los caballos del faraó n habían entrado en el mar. Pero Yahvé había hecho
volver sobre ellos las aguas del mar, mientras los israelitas pasaban por lo seco en
medio del mar. Entonces María, la profetiza, hermana de Aaró n, tomó en sus manos un
instrumento, un tímpano y todas las mujeres la seguían con tímpanos y danzando en
coro. Y María les cantaba: Cantemos a Yahvé, pues se cubrió de gloria, arrojando al
mar el caballo y su jinete. (É xodo 15, 19-21

24. DEL HECHO HISTORICO A LA FE EN DIOS:

Aquel día, Yavé liberó a Israel del poder de los egipcios; e Israel vio a los egipcios
muertos en la orilla del mar. Israel vio los prodigios que Yavé había obrado contra
Egipto. El pueblo temió a Yavé. Creyó en Yavé y en Moisés, su siervo. (É xodo 14, 30-
31)

25. HAGAMOS NUESTRA, LA ACCION DE GRACIAS DE ISRAEL:

Cantaré a Yavé que se cubrió de gloria, arrojando en el mar el caballo y su jinete.


YAVE! Mi Fortaleza! A É l le cantaré. É l fue mi salvació n, É l es mi Dios y yo lo alabaré. El
Dios de mi padre, lo ensalzaré. YAVE es un guerrero, YAVE es su nombre. Precipitó en
el mar los carros del faraó n y sus soldados .Lo mejor de sus guerreros se los tragó el
mar. El abismo los cubrió , hasta el fondo cayeron como piedra.

Has revelado, Yavé, la fuerza de tu brazo. Tu diestra, Yavé, aplasta al enemigo. Por el
poder de tu gloria derribas a tus adversarios…Mandaste tu soplo y el mar les cubrió , y
se hundieron como plomo en las aguas majestuosas. Quién como Tú , Yavé, entre los
dioses?

Quién como Tú , glorioso y santo, terrible en tus hazañ as, autor de maravillas?

Extendiste tu mano y los tragó la tierra. Guiaste por tu gracia al pueblo que rescataste.
Lo llevaste por tu poder, hacia tu santa morada. (Exodo 15, 1-13

1. D. CUESTIONARIO:
2. Có mo se llama el segundo libro de la Biblia y porqué ese nombre?
3. Moisés fue esclavo?

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 32


4. Por qué cree usted, que Moisés no encontró apoyo alguno de parte de los que
intentaba socorrer?
5. La vocació n de Moisés consta de dos elementos, cuá les son?
6. Con que nombre se le reveló Dios a Moisés? Y qué significado tiene ese nombre?
7. En qué consistió la ú ltima plaga enviada por Dios al faraó n?
8. Qué conmemoraban los israelitas al celebrar la pascua? Y qué significa dicha
palabra?

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TEMA 7: CONSAGRACIÓN DE UN PUEBLO: LA ALIANZA


Desarrollo:

A. CONSAGRACION DE UN PUEBLO: LA ALIANZA:

El Exodo transformó una multitud de grupitos divididos y una masa de esclavos en un


pueblo libre bajo la guía de Moisés. La alianza o pacto del Sinaí lo va a consagrar como
el pueblo de Dios.

Mas aú n, la institució n de un pacto permanente entre Dios e Israel aparece como la


meta y la coronació n de la salida de Egipto (Ex 3,18; 5,1). La ayuda y la fidelidad de
Yavé les son otra vez ofrecidas, siempre que se conformen con ciertas exigencias
determinadas.

Vamos a ver có mo el pueblo se preparó a un acontecimiento tan grande, en qué


consiste el contenido de La Alianza y có mo se realizó el pacto del Sinaí.

LA PREPARACION:

Para un acontecimiento y un compromiso tan importante, los hebreos se prepararon


de dos maneras.

1. Lavaron su ropa (Ex 19,10). De este modo hacían visible la purificació n de sus
corazones.

2. Por tres días se abstuvieron de toda relació n sexual; no porque fuera pecado, sino
para manifestar una actitud interior que consiste en darle la prioridad a Dios (Ex
19,15).

FORMA Y CONTENIDO DE LA ALIANZA:

Con acierto se ha destacado la semejanza que hay entre la estructura de la Alianza y la


de los contratos entre reyes de desigual importancia tal como se hacían entre el añ o
2000 y 1000 A.C. Esto recalca la antigü edad de la narració n bíblica y confirma su valor
histó rico. El rey principal se presentaba al principio con la lista de sus títulos. Luego
contaba todo cuanto había hecho en favor del soberano que buscaba protecció n y
ayuda.

A continuació n venían las clá usulas del pacto: primero, una declaració n de principios;
después, las estipulaciones particulares.

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 34


Este esquema antiguo de contrato se halla en el relato de la Alianza del Sinaí. En el
preá mbulo, Dios se presenta con su ú nico título: “Yo, Yavé, soy tu Dios”. (Ex 20,2)

Luego viene el pró logo histó rico: “Te he sacado del país de Egipto, de la casa de
servidumbre”. Es la gran afirmació n del Antiguo Testamento.

A continuació n viene el Decá logo (Ex 20, 3-17) y el “Có digo de la Alianza” que va de
(Ex 20,22 hasta 23,33

EL DECALOGO:

Consiste en las diez palabras, los diez mandamientos (lea C 26). “Diez má ximas que se
cuentan en los dedos de la mano, contienen resumida toda la conciencia de la
humanidad”. Los primeros cuatro resumen el amor a Dios; los ú ltimos resumen el
amor al pró jimo (Mat 22,40). Observar la ley es dar una respuesta de amigo a Dios
quien nos ha amado primero (Lea C)

Veamos los mandamientos y un pequeñ o comentario a cada uno (Abrir la Biblia en


É xodo 20 e ir verificando el Decá logo)

1. El primer mandamiento constituye la gran declaració n de principios; NO HABRÁ


PARA TI OTROS DIOSES DELANTE DE MI. Un solo Dios, pero que difícil no tener
ídolos.

2. El segundo mandamiento prohíbe la imá genes (vv. 4-6). Yavé quería así proteger a
su pueblo contra la idolatría y recordarle que la verdadera imagen de Dios es el
hombre. Esa imagen fue llevada a su perfecció n por Jesú s de Nazaret, Dios hecho
hombre. Sucedió , sin embargo, que los cristianos, ya desde los primeros siglos de la
Iglesia, juzgaron que no violaban el Decá logo al pintar o esculpir imá genes del Señ or.
Lo hicieron con fe y amor, como nosotros cuando miramos con cariñ o la foto de
nuestros padres y hermanos.

3. El tercer mandamiento prohíbe toda blasfemia y todo atentado al honor de Dios


(v.7), ya que el nombre de Dios es Santo.

4. El cuarto mandamiento ordena el respeto del sá bado, en recuerdo de la creació n


(vv. 8-11). Es también lo que celebra el domingo: nuestra liberació n en Cristo y la
nueva creació n que empezó cuando É l resucitó .

5. El quinto mandamiento recuerda que la familia es una institució n divina (Génesis


1,27ss; 2,24). Pablo dirá que toda paternidad viene de Dios (Efesios 3,14). Cristo nos
enseñ ará a ser verdaderos hijos (Juan 14,31; 15,10)

6. El sexto mandamiento recuerda la prohibició n de matar dada a Noé después del


diluvio (Génesis 9,5s). Pero, dirá Jesú s, todo aquel que se enoje con su hermano, ya es
asesino (Mat 5, 21-27; vea también 1Juan 3,15)

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 35


7. El séptimo mandamiento prohíbe el adulterio y toda fornicació n (v. 14). Pero el
adulterio nace primero en el corazó n. Por eso Jesú s recomienda usar medios radicales
para no caer en la tentació n (Mateo 5, 27-30)

8. El octavo mandamiento prohíbe robar, directa e indirectamente. La justicia será uno


de los grandes temas de los profetas (por ej.: Amó s 2, 6-8; 8, 4-10); lea también lo que
dice Santiago 5,4 al respecto). Zaqueo, el ladró n arrepentido, devuelve el fruto de sus
robos (Luc 19). La corrupció n, pagar mal, ser usurero, desempeñ ar mal nuestras
labores, etc., aplican a este mandamiento.

9. El noveno mandamiento prohíbe el falso testimonio. Hay que decir “si, si, no, no; lo
que se añ ada sobra” (Mateo 5, 33-37)

10. El décimo mandamiento ha sido explicado ya por el séptimo y el octavo

EL CODIGO DE LA ALIANZA:

Este conjunto de leyes desarrolla los mandamientos del Decá logo, aplicá ndolos a lo
civil y a lo criminal. No se trata de un ideal muy elevado, no está destinado a unos
pocos privilegiados, a unas personas selectas. La Biblia, el Evangelio es para todos. El
Có digo dice en un lenguaje de campesinos y de trabajadores que se vive segú n la
Alianza cuando uno, en fidelidad a Dios y su Ley, es bueno, honesto, respetuoso de la
persona humana, de sus derechos y su dignidad.

EL RITO DE LA ALIANZA:

La Alianza se realizó a través de dos ritos muy antiguos. Primero una comida en
presencia de Dios, segú n la tradició n yavista (Ex 24, 1-2 y 9-11). Significa que una
comunió n se estableció entre los israelitas. Luego hubo una aspersió n de sangre, la de
un animal ofrecido en sacrificio (vv. 3-8, de la tradició n elohista). Una mitad se
derramó sobre el altar, que representaba a Yavé, y la otra mitad sobre la asamblea. Así
se creó una comunió n entre los hombres y Dios.

El rito de la Nueva Alianza, La Eucaristía, no tendrá otra finalidad: unir los hombres
con Dios, en la comunió n y unirlos entre ellos, en la comunidad.

B. LECTURAS COMPLEMENTARIAS:

16. La Evolución de La Pascua:

En sus orígenes, la Pascua es una fiesta familiar.

- Se celebra de noche, aprovechando el plenilunio del equinoccio de la primavera.

- Se inmola un animal nacido en el añ o (cordero o cabrito), sin romperle los huesos. Es


para atraer bendiciones divinas sobre el rebañ o.

- Con su sangre se marcan las puertas de la casa (o de la tienda), como señ al de


preservació n.

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 36


- La carne se come con rapidez y en traje de nó madas, de viajeros. (Léase Exodo 12, 1-
14).

- Una fiesta muy antigua pues; fiesta de primavera, para los pastores. Con el Exodo, la
pascua entra en la historia de la salvació n.

La gran primavera para los hebreos fue la de aquella noche en que Dios liberó a los
oprimidos del yugo egipcio, mediante una serie de intervenciones, de las cuales la má s
decisiva fue la muerte de los primogénitos

A partir desde aquel añ o, la pascua fue el recuerdo, el memorial, digamos “el


sacramento” de la salida de Egipto: castigo para los opresores, salvació n para los
oprimidos.

La misma Biblia relaciona la palabra Pascua con un verbo que significa saltar, pasar: la
Pascua es el paso de Dios, cuando Yavé pasó de largo las casas de los hebreos,
mientras hería las de los egipcios.

Con la reforma religiosa del rey Josías (Siglo VII antes de Cristo) y bajo la influencia de
algunos profetas, tales como Jeremías, la Pascua se transforma en una fiesta del
Templo (Deuteronomio 16, 1-8). El rito se adapta: por ejemplo la sangre se derrama
sobre el altar, y, los sacerdotes son los actores principales.

Después del Exilio, la Pascua es la fiesta por excelencia de los judíos. Se convierte en
una de las peregrinaciones má s grandes del añ o. Por ejemplo la Sagrada Familia hacía
el viaje a Jerusalén todos los añ os. Al recordar la liberació n se despertaba un
nacionalismo político (Luc 13, 1-2) contra todo yugo impuesto a Israel. Los judíos
esperaban al Mesías en tiempo de pascua, má s que todo. Se entiende por qué Jesú s
nunca insistió para autodefinirse como “Mesías”; É l prefería llamarse “El Hijo del
Hombre”, frase menos “explosiva” y sin embargo capaz de presentarlo como Mesías
(Daniel 7,13). Así también se entiende el diá logo de los judíos unos pocos días antes
de la Pascua de la Pasió n de Jesú s. (Léase Juan 11, 45-54, sobre todo v.48)

Nosotros, Los Cristianos, al celebrar la Pascua, en todas partes del mundo, y todos los
domingos, recordamos nuestra liberació n del mal, del pecado, de la muerte, por el
sacrificio de Jesú s, el verdadero Cordero de Dios. Con su resurrecció n nos libera de la
muerte eterna y nos introduce en la verdadera tierra prometida, es decir, su Reino.
Hay continuidad entre las dos pascuas, la antigua y la nueva, pero cambiaron de plano.

C. TEXTOS PARA MEDITAR Y REZAR:

26. LOS DIEZ MANDAMIENTOS, EL DECALOGO:

Yo soy el Señ or Dios tuyo que te ha sacado de la tierra de Egipto…

1. No tendrá s dioses delante de Mi.

2. No hará s para ti imagen de escultura…

3. No tomará s en vano el nombre del Señ or tu Dios.


CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 37
4. Acuérdate de santificar el día sá bado…

5. Honra a tu padre y a tu madre…

6. No matará s.

7. No fornicará s.

8. No robará s.

9. No levantará s falso testimonio

10. No codiciará s la casa de tu pró jimo ni deseará s su mujer, ni esclavo, ni esclava,


nibuey, ni asno, ni cosa alguna de las que le pertenecen. (Exodo 20, 2-17)

27. OBSERVAR LA LEY ES RESPONDER AL AMOR DE DIOS:


Pregunta a los tiempos pasados. Investiga desde el día en que Dios creó al hombre
sobre la tierra. Pregunta desde un extremo a otro del cielo. Hubo jamá s una cosa tan
extraordinaria como ésta?...

Nunca hubo un Dios que haya ido a buscar un pueblo de en medio de otro pueblo, a
fuerzas de pruebas, de milagros y de guerras… Nunca hubo hechos tan grandes como
los que Yavé es hizo por ustedes en Egipto y que ustedes vieron en sus propios
ojos.Ustedes vieron esto para que sepan que Yavé es el verdadero Dios y que no hay
otro fuera de É l… Porque amó a tus padres, eligió a su descendencia, te sacó de Egipto
con su asistencia y su poder. Arrojó ante ti pueblos má s numerosos y má s fuertes que
tú . Te hizo entrar en su tierra y te la dio en herencia hasta hoy.

Por tanto, reconoce ahora y trata de convencerte que Yavé es el ú nico Dios del cielo y
de la tierra, y que no hay otro.

Guarda las leyes y los mandamientos que yo te ordeno hoy. Así será s feliz tú y tus hijos
después de ti. Así vivirá s largos añ os en la tierra que Yavé, tu Dios, te da para siempre.
(Deuteronomio 4, 32-40)

28. TU LEY ES MI LUZ, SEÑOR:

Tus instrucciones son maravillosas, por eso mi alma las guarda. La explicació n de tus
palabras ilumina y enseñ a a los sencillos… Endereza mis pasos con tus leyes, y que
nunca me domine la malicia. Líbrame de los opresores, y cumpliré tus mandamientos.

Señ or, que mi plegaria llegue hasta tu presencia; líbrame segú n tus promesas. Que de
mis labios salga un canto, cuando tú me enseñ es tus decretos. Que tu mano me asista y
me socorra porque he elegido tus preceptos. Señ or, de Ti ansío mi salvació n y tu Ley

constituye mis delicias. (Salmo 119

D. CUESTIONARIO:

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 38


1. Complete la siguiente frase: “El Exodo transformó una masa de esclavos en
un_____________________. La Alianza lo va a consagrar como el__________________________
2. Antes de celebrar la Alianza, los hebreos lavaron su ropa. ¿Por qué?
3. ¿Qué significa la palabra “Decá logo”?
4. ¿Dó nde aparece el Decá logo en el libro del Exodo? Capítulo y versículos.
5. ¿Có mo Jesú s comenta el sexto mandamiento?
6. ¿Qué recomendació n da Jesú s en relació n con el séptimo mandamiento?
7. En la celebració n de la Alianza del Sinaí hubo dos ritos; diga en qué consistieron.
8. A estos ritos antiguos corresponde en la Nueva Alianza un rito nuevo, un
sacramento:
¿Có mo se llama y qué finalidad tiene?

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 39


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TEMA 8: LAS PRUEBAS DE UN PUEBLO EN EL DESIERTO


Desarrollo:

A. LAS PRUEBAS DE UN PUEBLO: EL DESIERTO:

La historia de la salvació n no termina en la salida de Egipto y en la Alianza del Sinaí.


No basta con pasar el mar y celebrar la pascua. Hay que encaminarse, sin perder
tiempo, hacia la tierra prometida. Pero antes de llegar a ésta, hay que pasar por el
desierto. No se puede pasar sin sacrificio de la servidumbre a la libertad.

UN PUEBLO REBELDE:

Para el pueblo de Israel, el desierto fue ante todo un tiempo de prueba, durante el cual
no supo confiarse totalmente en su Dios. En cambio para Yavé fue el lugar donde
manifestó sin cesar su presencia y su gloria, su bondad y su fidelidad. Algunos sucesos
ocurridos antes o después de la Alianza nos demostrará n a la vez el pecado del pueblo
y la misericordia del Señ or. Léase C29.

LAS AGUAS AMARGAS: Después de andar tres días sin beber nada, llegaron a un lugar
donde había agua. Pero aquella agua no se podía tomar, por lo amargo que era. Fue la
primera decepció n de los israelitas en el desierto, su primera prueba, su primera
tentació n. Y cayeron.

La vida en el desierto no fue fá cil. Ser el pueblo de Dios no es siempre có modo. Jesú s
dirá : “Entren por la puerta angosta, porque la puerta ancha y el camino amplio
conducen a la perdició n” (Mat 7, 13-14). Es el drama de toda vocació n, de la nuestra
en particular:

Dios quiere que nos contentemos con É l.Pero ahí donde parecía imposible conseguir
agua potable, la hubo gracias a Moisés, gracias a Yavé, fiel y misericordioso; las aguas
endulzaron (Ex 15,24). Má s aú n al llegar a Elimn (ver mapa), los israelitas hallaron
doce manantiales de agua y setenta palmeras (v.27). Así es Dios: permite la prueba,
pero no permite nunca que seamos tentados sobre nuestras fuerzas, da siempre
medios para triunfar (1Cor 10,13)

EL MANA: De nuevo empezó a murmurar el pueblo, cuando se trasladaba de Elim al


Sinaí (Ex 16,6). Pero Yavé manifestó de nuevo su presencia en medio del pueblo
incrédulo y rebelde, le dio un alimento misterioso, “bajado del cielo” (v.4), el maná (Ex
16, 7, 10ss).

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 40


Jesú s también alimentará al pueblo en el desierto al multiplicar los panes; le
prometerá el “pan bajado del cielo”, su propia carne, verdadera comida, dada para por
la vida del mundo. (Juan 6).

EL AGUA DE LA PIEDRA: A un pueblo rebelde que seguía murmurando por falta de fe,
Yavé le regaló agua en otras oportunidades, por ejemplo en Masá y Meribá (Ex 17;
Num 20). El pueblo había exigido a Yavé que actuara: “¿Está o no está con nosotros?”
Poco faltó para que mataran a Moisés. Pero éste no se desanimó , porque tenía
presente la promesa que Yavé le hizo cuando lo llamó a ser el líder del pueblo: “Estaré
contigo” (3,12). Conformá ndose, pues, a la orden de Dios, golpeó la roca y de ella salió
agua.

En la primera carta a los Corintios, Pablo comenta esos acontecimientos del desierto y
dice: “La roca era Cristo” Lea C 30.

Quizá sea oportuno recordar aquí lo que dice San Juan (19,34): un soldado traspasó el
costado del cuerpo de Jesú s con una lanza, y al instante salió sangre y agua. Son
hechos muy misteriosos.

Para entenderlos mejor haría falta leer la conversació n de Jesú s con la samaritana
(Juan 4): “El que beba del agua que yo le dé no tendrá sed jamá s, sino que el agua que
yo le dé se convertirá , en él, en fuente de vida que brota para vida eterna”.

En otra oportunidad dijo Jesú s: “Si alguno tiene sed, venga a mí, y beba el que crea en
mi” (Juan 7,37)

Agua y pan: Dos realidades de la vida diaria, pero también dos signos que prefiguran,
anuncian algo, má s grande que Cristo tenía reservado para la Nueva Alianza: El
Bautismo y La Eucaristía.

PORQUE ES ETERNO SU AMOR:

Las infidelidades de los hebreos que hasta el momento hemos recordado ocurrieron
antes que llegaran al Sinaí. Pero aú n después de comprometerse solemnemente a ser
el pueblo de Dios, los israelitas continuaron pecando.

EL BECERRO DE ORO: Moisés acababa de pasar cuarenta días y cuarenta noches en


compañ ía de Yavé y de recibir las tablas de la Ley. De repente Dios le avisó que el
pueblo estaba pecando contra el segundo mandamiento.

Los especialistas discuten si ese becerro era un ídolo, un pedestal para la divinidad o
un símbolo de la fuerza divina. La comparació n con los becerros fabricados por
Jeroboam (1 Rey 12, 28-29) favorece la segunda explicació n: no se trataba
directamente de ídolos sino de un pedestal para Yavé. Aú n en este caso los hebreos se
exponían a caer en la idolatría y esto constituía un pecado.

Por esa primera gran desobediencia se rompió la Alianza con Yavé. Por eso Moisés
rompió también las tablas que contenían la Ley. (Ex 32, 15-19).

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 41


Pero Moisés siguió solidarizá ndose con sus hermanos. Comprendió que todo el
misterio de la salvació n descansa sobre la fidelidad de Yavé, y en esto encontró el
apoyo má s firme de su plegaria. Dios lo escuchó , perdonó al pueblo y volvió a contraer
la Alianza (Ex 34).

MIEDO Y DESCONFIANZA: El oasis de Cadés fue el teatro de otro gran pecado (Num
13-14). Por miedo a los ocupantes de Canaá n, los israelitas no quisieron iniciar la
conquista de la tierra prometida. De ahí má s murmuraciones, quejas, deseo de volver
a Egipto. Fue un pecado colectivo, comunitario. El castigo lo fue también: en vez de
unos pocos meses, la estadía en el desierto iba a durar cuarenta añ os. Pero Dios, que
saca bien del mal, no abandonó su plan de salvació n. Siempre hace resplandecer su
santidad, su fidelidad y su gloria (Num 20,13). Esta se mostrará sobre todo cuando
con Josué entre en la tierra santa un verdadero pueblo. Será entonces el triunfo del
amor de Dios (Lea C 31-32).

B. LECTURAS COMPLEMENTARIAS:

RUTA DEL EXODO: En la salida de Egipto, en la marcha en el desierto hasta la llegada


a Jericó en la tierra de Canaá n, la Tierra Prometida.

¿QUIÉN ERA MOISÉS?

a) Su Temperamento:

Moisés era sin duda un gran colérico. La muerte violenta del egipcio (Ex 2,12) y la
reacció n cuando becerro de oro (Ex 32,19) lo demuestran. Sin embargo, la
responsabilidad frente a su obra y las horas de dolor frenaron hasta tal punto su
temperamento, que aparecía como el má s manso de los hombres. Pero esta
mansedumbre no era en él cosa innata y lo colérico seguía teniendo poder tentador;
así lo demuestra la reacció n junto a las aguas de Meribá , que le fue considerada como
pecado y le hubo de costar personalmente la entrada en la tierra prometida (Nú meros
20, 10-12).

Tuvo que morir a las puertas de la tierra prometida, sobre el monte Nebo
(Deuteronomio 34,5b) Testimonio de la Escritura:

No ha vuelto a surgir en Israel profeta semejante a Moisés. Con él, Yavé había tratado
cara a cara. Cuá ntos milagros y maravillas hizo en Egipto contra el faraó n, sus gentes y
todo el país! Qué mano tan poderosa para obrar prodigios a los ojos de todo Israel”
(Deuteronomio 34, 10-12)

No seré yo quien los acuse ante el Padre. Los acusa el mismo Moisés en quien ustedes
han confiad. Si le creyeran a Moisés, me creerían a Mí también, porque de mí hablaba
Moisés al escribir. Pero si no creen lo que escribió Moisés, ¿có mo van a creer lo que yo
les digo? (Juan 5, 45-47

C. TEXTOS PARA MEDITAR Y REZAR:

29. LA PRUEBA DEL DESIERTO:

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 42


Acuérdate de todos los caminos por donde Yavé te ha conducido, en el desierto, por
espacio de cuarenta añ os, para probarte y humillarte y conocer lo que había en tu
corazó n, si ibas o no a guardar sus mandamientos.

Te hizo pasara hambre, te dio a comer maná , que ni tú ni tus padres habían conocido,
para mostrarte que no só lo de pan vive el hombre, sino de todo lo que sale de la boca
de Dios. (Deuteronomio 8, 1-3)

30. NO IMITEMOS LA INFIDELIDAD DE LOS ISRAELITAS:

Les recordaré, hermanos, que nuestros antepasados estuvieron todos a la sombra de


la Nube y todos pasaron el Mar. De alguna manera fueron bautizados en la Nube y en
el mar para ser el pueblo de Moisés y todos comieron del alimento espiritual y todos
bebieron la misma bebida espiritual, pues bebían de una roca espiritual que los seguía,
y la roca era Cristo. Sin embargo, la mayoría de ellos no agradaron a Dios pues
quedaron muertos en el desierto. Todo sucedió como ejemplo para nosotros, a fin de
que no nos abandonemos a malos deseos. (1 Cor 10, 1-6)

31. INVITACION A LA ALABANZA:

Vengan, cantemos alegres al Señ or, aclamemos a la Roca que nos salva; con acciones
de gracias vayamos ante É l, aclamémosle con salmos.

Porque el Señ or es un Dios grande, un Rey grande sobre todos los dioses; en sus
manos está n las honduras de la tierra, y suyas son las cumbres de los montes; suyo es
el mar, pues É l mismo lo hizo, y la tierra firme que sus manos formaron.

Entremos y adoremos prosternados, de rodillas ante Dios que nos ha hecho! Porque É l
es nuestro Dios, y nosotros el pueblo que É l cobija, el rebañ o que guía su mano.

32. DIOS PROTEGE A LOS SUYOS:

Alzo los ojos a los montes: ¿de dó nde vendrá mi auxilio?Mi auxilio viene del Señ or, que
hizo el cielo y la tierra.

El Señ or te custodia y te da sombra, está siempre a tu diestra

Te protege de cualquier mal, É l te cuida al salir y al regresar, ahora y para siempre.

(Salmo 121)

D. CUESTIONARIO:

1. Qué significó el desierto para el pueblo de Israel y que comportamiento tuvo?


2. Qué quería Dios al permitir la prueba del desierto?
3. Segú n San Pablo, quién era la roca del desierto?
4. Hasta qué punto permite Dios que seamos tentados?
5. Qué alimento misterioso fue dado por Yavé al pueblo en el desierto? Qué puede
significar este alimento?
6. (Medite)

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7. Qué sacramentos de la Nueva Alianza anunciaban el agua y el pan del desierto?
8. Describa tres características de la oració n segú n el modelo que nos deja Moisés en
Exodo 32, 11-14
9. Haga un resumen sobre có mo se comportó Dios con su pueblo en el desierto.

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TEMA 9: DEL DESIERTO A LA CONQUISTA


Desarrollo:

A. DEL DESIERTO A LA CONQUISTA:

La infidelidad de Israel en el desierto y la misericordia de Yavé, recordadas en el


capítulo anterior, continú an en el cuarto libro de la Biblia, los Nú meros, del cual
vamos a ver los pasajes má s significativos que tratan de la marcha hacia Canaá n.
Luego llegaremos al libro de Josué que habla de la conquista de la tierra prometida.

LOS NUMEROS: El libro de los nú meros lleva ese nombre porque contiene muchos
datos numéricos y varias descripciones con cifras y medidas exactas. Veamos dos
ejemplos:

1. El Censo: Los primeros 4 capítulos narran el censo que se llevó a cabo antes de salir
del desierto. Es una larga secció n, algo aburrida. Pero lo que narra es un acto
esencialmente religioso, cuyo significado es marcar el dominio de Dios sobre su
pueblo y demostrar que Israel es mucho má s que una masa de tribus y de hombres: es
un pueblo definido y organizado, una comunidad que tiene servidores y animadores,
los sacerdotes y levitas.

2. Las 40 Etapas: En el capítulo 33 del mismo libro, hay otra lista, también un poco
aburrida; enumera las distintas etapas o paradas del viaje de los israelitas desde
Egipto hasta el umbral de la tierra prometida. Son 40 etapas. Pero para llegar a este
nú mero “redondo” se omitieron algunas etapas, las del capítulo 21, del versículo 16 al
19, y se añ adieron otras no mencionadas en el resto del libro. Así es que 40 es un
nú mero artificial y simbó lico, frecuente en la Biblia.

El diluvio dura 40 días (Génesis 7,17)

Isaac se casa cuando tiene 40 añ os (Génesis 25,20)

Moisés pasa 40 días en el Sinaí antes de recibir las tablas de la Ley (É xodo 24, 18) y el
pueblo pasa 40 añ os en el desierto (Nú meros 14,33)

Elías camina 40 días antes de llegar a Horeb

Jesú s pasa 40 días en el desierto antes de empezar su predicació n (Marcos 1,13)

Resucitado, se manifiesta a sus discípulos durante 40 días antes de subir al cielo.

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 45


Cuarenta es un nú mero que en la Biblia, indica un período bastante largo, cuya
amplitud exacta se ignora, y que abarca todo el tiempo de preparació n a un evento
importante de la historia de la salvació n. Las 40 etapas de la marcha de Israel
significan su larga preparació n hasta llegar a su tierra. Má s aú n, al decir en el v.2 que
“Moisés, por orden de Yavé, escribió los puntos donde partían, etapa por etapa”, el
capítulo 33 quiere enseñ arnos que a pesar de tantos desvíos y tantas crisis era Dios
quien conducía el destino de su pueblo. San Pablo dirá : “En todas las cosas interviene
Dios para el bien de los que le aman” (Rom 8,28)

EL CAMINO DE LA ESPERANZA:

Sería demasiado largo detenernos a estudiar cada una de las “40” etapas. Ya hemos
visto algunas de ellas en el capítulo anterior.

FRACASO: Cuando los israelitas quisieron iniciar la conquista de la tierra prometida,


no estaban de acuerdo sobre qué camino tomar. Algunos querían subir directamente
al norte por la costa occidental; otros preferían pasar por el oriente, rodeando el país
de Edom.

Había pues, una divisió n entre ellos. Jesú s dirá : todo reino dividido contra sí no puede
subsistir.A pesar de la oposició n de Moisés, un grupo se lanzó al ataque de la ciudad
cananea de Jormá ; pero fueron derrotados por los amalecitas, tal como Moisés se lo
había dicho (Num 14,45). Israel iba a saber una vez má s que su propia fuerza no le
viene de su potencia militar sino de su confianza total en Yavé (Léase Salmo 127, 1).
En otra oportunidad, pero lleno de confianza en Dios, Israel volvió a atacar a Jormá y
triunfó : Nú meros 21, 1-3.

SERPIENTES: Luego se enojaron de nuevo con Moisés por la falta de agua y alimentos.
Fue en aquellas circunstancias que hubo una plaga de serpientes. Mucha gente murió .
El pueblo reconoció su culpa (Num 21,7). En su bondad Yavé dijo a Moisés: “Haz una
serpiente de bronce, ponla en un palo y todo el que la mire sanará ”. Segú n explicará el
libro de la Sabiduría (16, 6-7) el que se volvía hacia ella se salvaba no por lo que
contemplaba, sino por Dios, Salvador del universo. Nosotros también, para ser
salvados, debemos mirar, en la fe, hacia Cristo elevado en la Cruz. (Juan 3, 14-15)

LOS VENCIDOS: A continuació n se habla de las primeras victorias de Israel, contra


Sijó n, rey de los amorreos (Num 21, 21-32) y Og, rey de Basá n (21, 33-35). Con estas
victorias los israelitas pudieron ocupar la regió n que está al oriente del mar Muerto y
del Jordá n, la Transjordania. En cuanto a Balaq, rey de Moab, no se atrevió a atacar
directamente a Israel; mandó traer al “profeta” Balaam para que maldijera al pueblo
de Dios. Pero Balaam, aprisionado por el Espíritu de Dios, tuvo má s bien que
bendecirlo. Estos nos enseñ a que los enemigos de Yavé no pueden contra É l y su
pueblo. (Lea Mateo 16,18)

DE MOISES A JOSUE

De victoria en victoria los israelitas llegaron al monte Nebo, desde cuya cima Moisés
pudo contemplar ese país que durante tantos añ os había tenido presente como meta

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 46


de su obra. Lo tenía en su extensió n a sus pies. Pero le fue negado el consuelo de llevar
a su pueblo hasta él. Segú n Deuteronomio 34, fue allí donde murió (Lea B17). Los
líderes no siempre ven los frutos de sus sacrificios y lucha. Jesú s dirá : “Uno es el que
siembra y otro el que cosecha” (Jn 4,37)

El que introdujo a Israel en el país fue Josué, el gran sucesor de Moisés. A él también
Yavé le Dijo: “Estaré contigo”. Como Moisés, tropezó con la falta de fe desus hermanos.

Como él, fue testigo de grandes milagros: el paso del Jordá n, la toma de Jericó . Se daba
cuenta de que en verdad Dios los asistía en la lucha (Lea B 18 y C 33-35)

Pero Josué no solamente recuerda a Moisés, sino también anuncia, hasta cierto punto,
a Jesú s. En el idioma hebreo sus nombres, Josué y Jesú s, suenan y significan igual: Dios

Salva. Por su bautismo en el Jordá n, Jesú s nos introducirá en la verdadera Tierra


Prometida.

B. LECTURAS COMPLEMENTARIAS:

18. LOS MILAGROS EN JOSUE Y LOS JUECES:

Para entender algo de los milagros que se narran en los libros de Josué y de los Jueces
(como también los del Exodo) es preciso tener presente lo que la fe de Israel quiere
afirmar, es decir, la presencia salvadora de Yavé. Tenemos por ejemplo el milagro del
sol, en Josué 10, 10-15. Es un pasaje muy difícil. Veamos có mo el Diccionario de La
Biblia resume las diversas interpretaciones (en el artículo “sol”).“Cuando los enemigos
iniciaban la bajada del monte, les sobrevino una fuerte granizada que causó en ellos
má s víctimas que la espada del adversario. Y aquí el autor sagrado cita un texto del
Libro del Justo, hoy perdido. Josué habría gritado: “Sol, detente en Gabaó n, y tú , luna,
en el valle de Ayyaló n; y detú vose el sol y la luna se paró hasta que el pueblo se hubo
vengado de sus enemigos”.“Antes de ser universalmente admitido el sistema de
Copérnico (el sol como centro del universo y no la tierra), se tomaba al pie de la letra
el paro del sol (y de la luna). El sol se había detenido con el fin de que Josué tuviera
má s tiempo para aniquilar a sus enemigos.

Esta es también la interpretació n que da la misma Biblia en Josué 10, 13b (que ya no
pertenece a la cita del libro del Justo): “El sol se paró en medio del cielo y no se dio
prisa a ponerse durante un día entero”. Pero, al admitirse universalmente el sistema
de Copérnico, se vio la imposibilidad de conservar esta interpretació n y se procuró
explicar el hecho referido en Josué por algú n fenó meno natural que habría dado la
impresió n de que aquel día había sido má s largo que cualquier día ordinario. Las
explicaciones forman una

verdadera legió n; todas ellas son insuficientes, por cuanto no conservan el debido
valor del texto. Hay que distinguir muy bien entre la cita del libro del Justo y la
interpretació n que da el autor al insertarla en su obra.

“Como no tenemos el contexto original de la cita, es difícil determinar qué es lo que el


poeta entendía por el verbo hebreo que usó (daman), cuyos sujetos son el sol y la luna.

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 47


El verbo no significa necesariamente “pararse”; puede traducirse también por “quedar
estupefacto” (la estupefacció n provocas la detenció n del paso y de la palabra) y
aplicarse a seres inanimados (Jeremías 47,6; Lamentaciones 2,18). Si el poeta había
dado este sentido al verbo que usó , la cita no hablaría de una detenció n física del sol y
de la luna; tendríamos aquí una figura poética por la que el poeta se dirige al sol y a la
luna invocá ndolos como testigos que se han quedado ató nitos ante la carnicería
lograda en el campo enemigo.

“Pero el autor que citó ese pasaje poético lo entendió de otra forma y vio en él un
milagro físico en el sol y la luna. Su fe en el poder de Dios era suficientemente grande
para creer que esa interpretació n era posible

C. TEXTOS PARA MEDITAR Y REZAR:

33. YAVE, FIEL CUMPLIDOR DE SUS PROMESAS:

Yavé dio a los israelitas toda la tierra que había prometido con juramento dar a sus
padres.

Yavé entregó a todos sus enemigos en sus manos. No falló una sola de todas las
espléndidas promesas que Yavé había hecho a la casa de Israel. Todas se cumplieron.
(Josué 21, 43-45)

34. GRANDEZA DE JOSUE:

Esforzado en la guerra fue Josué, hijo de Nun, sucesor de Moisés como profeta… É l
invocó al Altísimo Soberano, cuando los enemigos por todas partes le estrechaban, y le
atendió el Gran Señ or lanzando piedras de granizo de terrible violencia. Cayó de golpe
sobre la nació n hostil, y en la bajada aniquiló a los adversarios, para que conocieran
las naciones la fuerza de sus armas, porque era frente al Señ or la guerra de ellas.
(Eclesiá stico 46, 1-8)

35. LETANIA DE ACCION DE GRACIAS:

Den gracias a Yavé, porque es bueno, porque es eterno su amor.Hirió en sus


primogénitos a Egipto, porque es eterno su amor; y sacó a Israel de entre ellos, porque
es eterno su amor; con mano fuerte y brazo tenso, porque es eterno su amor.

El mar de las Cañ as partió en dos, porque es eterno su amor; y por medio a Israel hizo
pasar, porque es eterno su amor; y hundió en él faraó n con sus huestes, porque es
eterno su amor.

Guió a su pueblo en el desierto, porque es eterno su amor; hirió a grandes reyes,


porquees eterno su amor; y dio sus tierras en herencia, porque es eterno su amor, en
herencia a su siervo Israel, porque es eterno su amor.

En nuestra humillació n se acordó de nosotros, porque es eterno su amor; y nos libró


de nuestros adversarios porque es eterno su amor. (Salmo)

D. CUESTIONARIO
CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 48
1. ¿Có mo se llama el cuarto libro del Antiguo Testamento?
2. ¿Por qué se llama así?
3. El censo de Nú meros 1-4, ¿Qué tiene como meta?
4. De varios ejemplos del uso del nú mero 40 en la Biblia
5. Muy a menudo “40” es un nú mero convencional en la Biblia. ¿Qué significa?
6. Por qué los israelitas fracasaron en su primera tentativa de conquistar la ciudad de
Jormá ?
7. ¿Có mo se llaman los primeros reyes vencidos por Israel?
8. ¿Quién introdujo el pueblo de Dios en la tierra prometida?, ¿Qué significa su
nombre? Y ¿Con qué personaje central del Nuevo Testamento se le puede
relacionar?

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TEMA 10: UN PUEBLO EN BUSCA DE SU UNIDAD


Desarrollo:

A. UN PUEBLO EN BUSCA DE SU UNIDAD: (De Josué a Los Jueces)

El libro de Josué y el de los Jueces tratan ambos de la conquista de la tierra prometida,


pero no concuerdan en la forma que ésta se llevó a cabo. Segú n Josué, la conquista fue
rá pida, global, triunfal, y fue la obra de las doce tribus de Israel bien unidas bajo el
mando de un solo jefe, Josué.

UNA HISTORIA EMBELLECIDA:

Segú n toda probabilidad, el libro de Josué fue escrito alrededor del añ o 620, cuando el
rey Josías estaba promoviendo en Jerusalén una gran reforma de la religió n. Los
autores de Josué eran profetas que escudriñ aban el pasado con el fin de sacar
lecciones para el momento presente. A partir de relatos má s o menos antiguos y otros
recuerdos no escritos (las tradiciones orales) presentaron de la conquista una
descripció n simplificada e idealizada.

1. SIMPLIFICADA: Atribuyeron a Josué éxitos conseguidos en añ os y siglos


posteriores. En otros términos, proyectaron hacia el tiempo de Josué la realizació n
final que fue lograda só lo en tiempos de David, 200 añ os después. Lo hicieron porque
para ellos las victorias de Josué, de David o de cualquier otro eran, en definitiva, las
victorias de Yavé (Josué 10,42). De esta manera destacan la eficacia de la protecció n
divina y la fidelidad de Dios en cumplir con sus promesas: entregó la tierra tal como lo
había prometido a su pueblo (Josué 21, 43ss)

2. IDEALIZADA: Presentaron a Israel como el pueblo ideal, muy unido bajo su jefe y
fiel cumplidor de la Ley de Dios, por lo tanto, só lo podía atraer bendiciones divinas y
la victoria en la guerra santa. Esta manera de presentar la historia era una invitació n
para que los israelitas volvieran a una vida conforme al compromiso de la Alianza del
Sinaí renovada en Siquén (Josué 24)

DEL IDEAL A LA REALIDAD:

El libro de los Jueces dice, en cambio, que la conquista fue lenta, difícil, una labor que
terminó al cabo de dos siglos. Cada tribu actuaba por su cuenta (Jueces 1, 1-2,5) y no
siempre logró mantenerse firme en su propio territorio (Josué 15,63). Esta
descripció n corresponde má s a la realidad. Después de apoderarse de Jericó , los
israelitas no dominaron todo, só lo las zonas montañ osas:

Al norte: Dan, Aser, Neftalí, Zabuló n, Isacar; En el centro: Manasés, Efraím, Benjamín;

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Al sur: Judá y Simeó n (Gad y Rubén ya se habían establecido en el oriente del Jordá n:
Nú meros 32, 34ss)

LUCHAR PARA SER FIELES:

La Biblia enumera varios pueblos que molestaron a Israel en aquel período difícil. Los
má s importantes fueron los cananeos, los madianitas y los filisteos.

LOS CANANEOS: Fueron los primeros ocupantes de la tierra que Yavé tenía reservada
para la descendencia de Abraham. Tenían ciudades-fortalezas, pero ante todo eran
agricultores y vivían en las tierras bajas, principalmente en el valle de Jezreel que
constituía una frontera entre las tribus del norte y las del centro. Su potencia militar
estaba representada por sus carros.

LOS MADIANITAS: Eran pastores á rabes del Sinaí que llegaron a la tierra de Canaá n
por el sur. Su fuerza militar consistía en que usaban el camello y así podían realizar
invasiones rá pidas.

LOS FILISTEOS: Llegaron de Europa por el mar, en el siglo 12. Se establecieron en las
tierras planas de la costa del país, al suroeste, pero trataron de extenderse hacia las
montañ as de los israelitas. Eran fuertes porque habían traído de su patria armas de
hierro.

Si Dios dejó subsistir varios pueblos paganos en medio de Israel, fue sobre todo para
probar su fidelidad (Jueces 2,22). Jesú s dirá : “No he traído paz, sino espada”, y en su
oració n hablará así: “No te pido que los saques del mundo, sino que los guardes del
malo”. Para cada uno de nosotros, la fidelidad al Evangelio y a Cristo significa una
lucha (1Cor 9,25), ya que el trigo crece con la mala hierba (Mateo).

El libro de los Jueces describe có mo se portaron los israelitas en medio de los


paganos: muy mal! Se alejaban de Dios, hacían lo que le desagradaba, sirviendo a los
baales, divinidades locales vinculadas con la naturaleza (por ejemplo la fertilidad).Al
olvidarse de Dios se volvían débiles, sufrían derrotas: Jueces 3, 8, 12; 4,2 y 6,1En la
derrota se acordaban de repente de Dios, clamaban hacia Dios: Jueces 3,9,15; 4,3; etc.
Entonces Yavé les otorgaba un juez, un salvador.

Pero de nuevo empezaba el ciclo pecado, derrota, conversió n, salvació n. Misterio de la


debilidad humana, la nuestra! Misterio de la paciencia de Dios, nuestro Dios! (Ver C
36)

LOS JUECES:

Los Jueces eran líderes que poseídos por el Espíritu de Yavé hablaban y actuaban má s
allá de sus capacidades normales. Su misió n duraba el tiempo necesario para librar tal
o cual tribu oprimida. Veamos cuatro ejemplos.

Débora y Baraq: Libraron a Israel de los cananeos. Con 10.000 hombres fueron al
encuentro del potente enemigo que contaba con 900 carros. Pero una lluvia fuerte

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desbordar el Quisó n y los carros se trabaron en el lodo. Hasta el General Sísara huyó a
pie pero fue asesinado por una mujer, Jael! Dios luchaba con Israel: Jueces 4,14

GEDEON: Aplastó a los madianitas. Dios le mandó rebajar el nú mero de combatientes


de 22,000 a 10,000 y, al fin, a 300. La victoria no viene del nú mero de combatientes,
sino de la fe y de la unió n con Dios. Jesú s dirá : “No temas, pequeñ o rebañ o” (Lucas 12,
32), “he vencido al mundo” (Juan 16,33)

SANSON: Trató de vencer a los filisteos en una acciones aisladas, pero no tuvo
éxito.Tenía una fuerza extraordinaria atribuida a un voto. Pero su pasió n incontenida
por las mujeres filisteas lo llevó a romper su voto. Fue su perdició n (B19). Jesú s dirá :
“Sin Mí no pueden hacer nada” (Juan 15,5), una verdad eterna que la historia de los
jueces ya demuestra a su manera.

B. LECTURAS COMPLEMENTARIAS:

19. SANSON, UN HOMBRE QUE SUSCITA ESPERANZA A SUS HERMANOS:

Sansó n estuvo atento a la situació n de sus hermanos; cumplió un papel efectivo ante
éstos y se convirtió entonces en una luz de esperanza para ellos.El mundo de hoy
ofrece momentos que reclaman actitudes similares a las de Sansó n. En efecto: cuando
una persona sufre, la esperanza en su vida y en su futuro se va evaporando. Es allí
donde se precisa de un nuevo Sansó n (el cristiano de hoy) para que haga suyo el dolor
del hermano hasta disiparlo a sabiendas que un episodio de sufrimiento que se borre
en una existencia humana es un nuevo há lito de vida que Dios infunde en ella (Cfr.
Génesis 1).

Ser pues Sansó n no es só lo empresa cumplida por un hombre de ayer; ser Sansó n es
entender la vida como un esfuerzo de fe religiosa que se vuelve esperanza eficaz en la
vida de los hombres

C. TEXTOS PARA MEDITAR Y REZAR:

36. CONFESION DE UN PUEBLO:

Hemos pecado como nuestros padres, hemos faltado, nos hemos hecho impíos;
Nuestros padres, en Egipto, no comprendieron tus prodigios. No se acordaron de Tu
inmenso amor, se rebelaron contra el Altísimo…Luego se vincularon a Baal peor y
comieron sacrificios de muertos .No exterminaron a los pueblos que Yavé les había
enseñ ado, má s se mezclaron entre las naciones, aprendieron sus prá cticas. Sirvieron a
sus ídolos que fueron un lazo para ellos; sacrificaban a sus hijos y sus hijas a
demonios.

Así se manchaban con sus obras, y se prostituían con sus prá cticas.Entonces se
inflamó la có lera de Yavé contra su pueblo, y abominó de su heredad. Los entregó en
poder de las naciones, y los dominaron los que los odiaban; sus enemigos los
tiranizaron, bajo su mano quedaron humillados. Muchas veces los libró , má s ellos,
indó ciles, se hundían en su culpa; y los miró cuando estaban en angustia, escuchando
su clamor.

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Se acordó en favor de ellos de su alianza, se enterneció segú n su inmenso amor; hizo
que de ellos se apiadaran aquellos que cautivos los tenían.

SALVANOS, SEÑ OR, DIOS NUESTRO,… para dar gracias a tu santo nombre, y gloriarnos
en su alabanza!

BENDITO SEA YAVE, DIOS DE ISRAEL, por los siglos de los siglos. Amén (Salmo 106)

37. ELOGIO DE LOS SERVIDORES DE DIOS:

Por la fe se derrumbaron los muros de Jericó , después de ser rodeados durante siete
días. Por la fe, la ramera Rajab no pereció con los incrédulos, por haber acogido
amistosamente a los exploradores.

Y ¿a qué continuar? Pues me faltaría tiempo si hubiera de hablar sobre Gedeó n, Baraq,
Sansó n, Jefté, David, Samuel y los profetas. Estos, por la fe, sometieron reinos, hicieron
justicia, alcanzaron las promesas, cerraron la boca a leones, apagaron la violencia
delfuego, escaparon del hilo de la espada, curaron ejércitos extranjeros… Unos fueron
torturados, rehusando la liberació n por conseguir una resurrecció n mejor; otros
soportaron burlas y azotes, y hasta cadenas y prisiones; apedreados, torturados,
aserrados, a espada; anduvieron errantes cubiertos de pieles de ovejas y de cabras;
faltos de todo oprimidos y maltratados, hombres de los que no era digno el mundo!
(Hebreos 11, 30-38)

D. CUESTIONARIO:

1. Có mo fue la conquista de la tierra de Canaá n, segú n el libro de Josué?


2. Diga có mo debe ser el pueblo ideal de Dios, segú n lo imaginan en el libro de Josué?
3. Dó nde se renovó la Alianza del Sinaí al terminarse la conquista segú n el libro de
Josué?
4. Qué tribus de Israel se establecieron en las montañ as del Norte, del Centro y del
Sur?
5. En qué consistía la potencia militar de los cananeos, madianitas y filisteos? Indique
las de cada una.
6. Resuma en 4 palabras la historia de Israel en el período de los Jueces.

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TEMA 11: SAMUEL Y SAÚL, UNA ÉPOCA DE TRANSICIÓN


Desarrollo:

A. SAMUEL Y SAUL, UNA EPOCA DE TRANSICION:

Israel, por su vocació n, no podía ser un pueblo cualquiera, sino el Pueblo de Dios. Lo
fue ya desde el desierto, pero tenía que serlo sobre todo en la tierra prometida. La
Alianza del Sinaí era la base sobre la cual los israelitas podían y debían apoyarse para
seguir siendo fieles a su vocació n.

Es por este motivo y con esta finalidad que Josué, aprovechando un tiempo de paz, citó
a la comunidad a Siquém, donde todos tenían que pronunciarse en pro o en contra de
Yavé, renovar o rechazar el compromiso tomado por sus padres. Esto nos enseñ a que
cada generació n de hombres debe afirmar su fe, en las circunstancias concretas de su
vida.

SILO, CENTRO DE REUNION:

El pueblo de Israel tenía entonces el aspecto de una asociació n o confederació n de


doce tribus unidas en torno a la Ley del Señ or, cuyo gobierno era los jefes de tribus y
de grupos y los concejos locales de “ancianos”. Pero no había autoridad suprema,
porque era Dios quien debía de ser el jefe má ximo de su pueblo.

A este respecto la tribu de Leví, que no recibió territorio propio, desempeñ ó un papel
importante. Los levitas tenían a su cargo todo lo referente al culto y a la religió n en los
santuarios. Des éstos se destacaba el de Silo, ubicado en la zona central del país. Bajo
su techo se guardaba el Arca de Yavé o Arca de la Alianza, armario construido por
orden de Moisés (Deut 10, 1-15) que contenía las dos tablas de la Ley, un vaso de
maná y la vara de Aaró n. Eran recuerdos elocuentes de la misericordia y del amor de
Yavé manifestado en el desierto y del compromiso tomado por los padres después de
su libració n de Egipto. Por todos estos motivos el Santuario de Silo llegó a ser el centro
de reunió n de la comunidad israelita (Josué 18,1; Jueces 18,31)

DECADENCIA DE LA FE Y CRISIS NACIONAL:

Pero a pesar de sus peregrinaciones repetidas a Silo u otro Santuario, el pueblo de


Israel no se reportó siempre bien: “En aquel tiempo no había rey en Israel y cada uno
hacía lo que mejor le parecía”. Esta frase del libro de los Jueces (17,6) da una idea de
la situació n crítica que prevalecía en aquel entonces, es decir un poco antes del añ o
1000 antes de Cristo.

La dispersió n de las tribus de Israel fomentaba el individualismo y las rivalidades.

Los hombres se casaban con mujeres cananeas y adoptaban sus costumbres paganas.

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Una gran parte del pueblo adoraba a los falsos dioses de los paganos: Baal, Astarté,
entre otros.

Sacerdotes aprovechados cometían abusos en los sacrificios de animales

La amenaza de los filisteos se hacía cada vez má s grande. Llegaron a ser


prá cticamente los dueñ os del país, la tierra prometida. Má s aú n, capturaron el Arca y
se la llevaron al templo de su dios, Dagó n.

El pueblo se encontraba tan desorganizado que no hubiera podido subsistir si Dios no


hubiera actuado de nuevo para salvarlo.

SAMUEL:

Y para salvarlo, Dios se valió , como siempre, de un hombre: eligió a Samuel, un


israelita que fue a la vez sacerdote, profeta y juez.

SACERDOTE: Su madre, Ana, no tenía hijos; pero Dios oyó su oració n, le dio un hijo y
ella se lo consagró . Por lo tanto, fue criado en el santuario de Silo, donde vivía el viejo
Elí con sus hijos. El agradecimiento de Ana se tradujo en un canto muy parecido al de
la Virgen María: ambas mujeres celebran el amor de Dios por los pequeñ os (C40). Por
su padre, Samuel era sacerdote de nacimiento (1 Cró nicas 6,18)

PROFETA: Samuel recibió su vocació n en Silo, en la noche. Dios lo llamó por us


nombre, así como lo había hecho con Abraham, con Moisés: el amor de Dios es
siempre un amor personal. La respuesta espontá nea de Samuel nos debe servir de
modelo: “Habla, que tu siervo escucha” (1Samuel 3,10). Dios le mandaba decir cosas
terribles a su viejo protector Elí: “Le dirá s que yo condeno para siempre su casa
porque sabía que sus hijos ofendían a Dios y no los ha corregido”. Al día siguiente, a
pesar del miedo que sentía, Samuel se lo dijo todo, sin ocultarle nada. Así fue siempre
Samuel, fiel servidor de Dios: recto, íntegro, franco (Lea C38).

JUEZ: En las circunstancias difíciles el pueblo solía acudir a él. Fue la esperanza de sus
hermanos en tiempo de crisis, fue un juez, un liberador. Sus armas eran el llamado a la
conversió n y la oració n. Por ejemplo, mientras el pueblo derrotaba a los filisteos en
Mispá , él rezaba, tal como Moisés lo había hecho.

GRANDEZA Y FRACASO DE SAUL:

En su vejez ungió a Saú l como primer rey de Israel, por petició n del mismo pueblo que
quería ser como las demá s naciones (1 Samuel 8,5). Samuel vio en ello un atentado
contra Yavé, el ú nico y verdadero Rey de Israel (Lea B20). Sin embargo Dios le dijo:
“Haz como quieran”. Qué palabras má s incomprensibles para el anciano! Pero un día
Yavé dará a la monarquía principiante de Israel todo sentido: vendrá un Rey, un
Ungido, el verdadero, quien salvará a todos los hombres. Esto Samuel no lo sabía…

El nuevo rey, Saú l, provenía de la tribu de Benjamín, la má s pequeñ a de todas. El


espíritu de Dios tomó posesió n del él (1Sam 10,10). Conoció muchos éxitos (1Sam 11).
Pero luego empezó a fracasar, porque no quiso ser en todo rey a la manera indicada

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 55


por Yavé Usurpó la dignidad sacerdotal en Guilgal (1 Sam 13) Después de vencer a los
amalecitas se aprovechó del botín que debía destruir, transformando su poder real en
ambició n personal (1Sam 15)Se apegó al poder, pero Yavé ya no estaba con él. Su
envidia enfermiza le hizo cometer crímenes que la segunda parte del primer libro de
Samuel describe con detalles. Se volvió loco (1 Sam 16,14) y se suicidó después de
presenciar la derrota de su ejército en manos de los filisteos, en el cerro de Guelboé.
Así terminó Saú l, triste figura de una vocació n malgastada. (Lea B21 y C39)

B. LECTURAS COMPLEMENTARIAS:

20. ESTABLECIMIENTO DE LA MONARQUIA: DOS TRADICIONES:

El primer libro de Samuel da dos tradiciones muy diferentes de la institució n de la


monarquía.

a) Una está en contra de la monarquía. La encontramos en 1 Samuel 8; 10; 12. El


personaje principal de esta secció n es Samuel, quién actú a como juez. Es el pueblo
quien pide un rey al viejo Samuel, para ser como los demá s pueblos, lo cual es un
¡Atentado contra Dios!

En esta primera versió n, Saú l es designado rey mediante la suerte ante el pueblo
reunido por Samuel en Mispá .

b) La segunda tradició n, en pro de la monarquía está en 1 Samuel 9; 10, 1-16; 11. La


historia queda centrada en Saú l, y a Samuel se lo presenta má s bien como profeta, a
quien Saú l encuentra por pura casualidad. Dios quiere la realeza.La narració n en
contra de la monarquía debe ser posterior; presupone la experiencia del fracaso de la
monarquía. La tradició n en favor de la monarquía, por otra parte, está má s pró xima a
los sucesos; su estilo popular es un dato de autenticidad. De hecho la monarquía es el
fruto natural de la unidad que se había estado consiguiendo en la terminació n del
período de los Jueces, porque la unidad era algo imperativo frente al peligro creciente
de los filisteos.

El ú ltimo juez ungió al primer rey, y este rey tuvo muchos aspectos de juez. El rey fue
elegido por Dios, poseído de su espíritu; fue su espíritu el que le impulsó a grandes
hazañ as.

Así aparece por primera vez el concepto de monarquía nacional. El reino de Israel fue
modelado conforme a los de Amó n, Moab y Edom, establecidos poco tiempo antes de
la conquista, y de los reinos arameos de Siria. Má s que una imitació n es un desarrollo
paralelo entre los pueblos de la misma raza y que hacía poco se habían hecho
sedentarios (= agricultores)

21. EL RECHAZO DE SAUL, UN MISTERIO:

La historia de Saú l deja al lector cristiano en una cierta perplejidad, ya que le pone
ante la inflexibilidad de los consejos de Dios. Con una explícita alusió n a la
inmutabilidad de Dios, la Biblia dice: “La gloria de Israel no miente ni se arrepiente,
porque no es él un hombre para arrepentirse” (1 Samuel 15,29). Hay textos que abren

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 56


los amenos horizontes de la bondad y de la misericordia divina. Pero sobre la historia
de Saú l pesa un cielo tempestuoso.

Saú l, a quien un día eligió Dios, viene a ser al fin un rechazado y un renegado del amor
divino, que cae de error en error para hundirse definitivamente en una oscuridad
como privada de gracia.

De la vida de Saú l se deduce que el entendimiento humano no puede penetrar los


designios divinos. Dios se revela ocultá ndose… La Sagrada Escritura deja abiertos y
sin resolver muchísimos problemas, entre los cuales está también el de saber por qué
Dios no ha perdonado a Saú l.

C. TEXTOS PARA MEDITAR Y REZAR:

38. Samuel, Hombre recto, servidor de Dios:

Amado fue su Señ or Samuel, profeta del Señ or fundó la realeza, y ungió a los príncipes
puestos sobre su pueblo.

Segú n la Ley del Señ or juzgó a la asamblea. Por su fidelidad se acreditó como profeta,
por sus orá culos fue reconocido fuel vidente. Invocó al Señ or Todopoderoso cuando
los enemigos por todas partes le estrechaban, ofreciendo un cordero lechal.Y tronó el
Señ or desde los cielo, con gran ruido hizo resonar su voz; aplastó a los jefes
adversarios y a todos los príncipes de los filisteos. (Eclesiá stico 46, 16-21)

39. Saúl Rechazado por Dios:

…Saú l dijo a Samuel: “He pecado traspasando la orden de Yavé y tus mandatos, porque
tuve miedo al pueblo y le escuché. Ahora, pues, perdona mi pecado, por favor y ven
conmigo para que adore a Yavé”. Pero Samuel respondió a Saú l: “No iré má s contigo;
ya que has rechazado la Palabra de Dios, Dios te ha rechazado para que no seas rey de
IsraelY como Samuel se volviera para marcharse, le asió Saú l el extremo del manto,
que se desgarró , y Samuel dijo: “Hoy te ha desgarrado Yavé el reino de Israel y se la ha
dado a otro mejor que tú ”. (Y la Gloria de Israel no miente ni se arrepiente, porque no
es un hombre para arrepentirse). Saú l dijo: “He pecado, pero, con todo, te ruego que
me honres delante de los ancianos de mi pueblo y delante de Israel y vengas conmigo
para que adore a Yavé tu Dios”. Volvió Samuel con Saú l y éste adoró a Yavé. Después…
partió Samuel para Rama y no vio má s a Saú l hasta el día de su muerte. Y lloraba
Samuel por Saú l, pero Yavé se había arrepentido de haberlo hecho rey de Israel.(1
Samuel 15, 24-31; 34-35)

40. Canto de Ana, la madre de Samuel:

Mi corazó n exalta en Dios… porque me he gozado en tu socorro. No hay Santo como el


Señ or, ni roca como nuestro Dios.

Los arcos de los fuertes se han quebrado, los que tambalean se ciñ en de fuerza. Los
hartos se contratan por pan, los hambrientos dejan su trabajo. La estéril da a luz siete
veces, la de muchos hijos se marchita.

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 57


Yavé da muerte y vida, Yavé enriquece y despoja, abate y ensalza. Levanta del polvo al
humilde, para hacerle sentar junto a los nobles, y darle en heredad trono de gloria,
pues de Dios son los pilares de la tierra y sobre ellos ha sentado el universo. (1Samuel
2, 1-8)

D. CUESTIONARIO:

1. Dó nde estaba ubicado el Santuario má s importante en tiempos de Samuel? Decir la


ciudad y la regió n.
2. Qué nos enseñ a la renovació n de la Alianza en Siquén?
3. Diga en qué consistía el Arca de la Alianza y qué contenía.
4. El pasaje de Jueces 17,6 ¿Có mo describe la situació n de anarquía que prevalecía en
aquel tiempo?
5. En qué consistían las armas de Samuel en la lucha contra los filisteos?
6. Có mo reaccionó Samuel cuando la gente le pidió un rey?
7. Saú l, ¿en qué pecó ?
8. Qué opina usted de Saul

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TEMA 12: DAVID, EL REY SEGÚN EL CORAZÓN DE DIOS


Desarrollo:

DAVID, EL REY SEGÚN EL CORAZON DE DIOS:

A. DAVID, EL REY SEGÚN EL CORAZÓN DE DIOS:

Incapaz de elegir entre la voluntad de Dios, los deseos del pueblo y su ambició n
personal, Saú l ya no servía para el plan del Salvador. Yavé se buscó un hombre segú n
su corazó n para hacerlo rey de su pueblo (1 Samuel 13,16). Lo encontró en David.

De David se sabe muy bien que nació en Belén de Judá , ahí mismo donde iba a nacer
Jesú s mil añ os después. Pero có mo, cuá ndo y por quién fue ungido? El libro de Samuel
presenta dos puntos de vista:

Segú n el primero, David, el menor de los hijos de Jesé, nieto de Rut, fue ungido por
Samuel (1 Sam 16). Pero el resto del libro parece ignorar el episodio.

Segú n el otro punto de vista, David fue ungido primero por la gente de Judá (2 Samuel
2,4) y luego por los ancianos de Israel (2 Samuel 5,3).

Esta diversidad de informació n no debe extrañ arnos, ya que muchos libros de la Biblia
han sido escritos por etapas y varias personas. El libro de Samuel, dividido en dos
partes, es uno de ellos. (Lea C 41).

UN JOVEN CANTANTE QUE TIENE VALOR:

Encontramos la misma diversidad para explicar la aparició n de David en la vida del


rey Saú l:

 Segú n una tradició n, se llama al joven David a tocar mú sica en la corte de Saú l,
porque éste, después de ser rechazado por Yavé, “fue posesionado por un espíritu
malo” (es decir, en lenguaje má s moderno, se volvió neuró tico). La mú sica de David lo
tranquilizaba (1 Sam 16, 14-23). Como cantante y mú sico acompañ ó al rey a la guerra
de liberació n contra los filisteos y así fue posible su encuentro con el campeó n Goliat:
1 Sam 17, 1-11 y 32-53.

Segú n la otra tradició n David era un joven pastor desconocido; vino a visitar a sus
hermanos mayores en el ejército precisamente cuando Goliat estaba haciendo su reto:
1 Sam 17, 12-30 y de 17,55 al 18,2.

Ambas tradiciones concuerdan al afirmar que David participó en un combate singular.


Las tropas israelitas, compuestas de hombres de pequeñ a estatura y armados de
bronce, se encontraban frente a los filisteos, altos y macizos, armados de hierro. Para
evitar un derramamiento inú til de sangre existía en aquel tiempo una costumbre

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 59


segú n la cual cada ejército designaba uno o má s soldados especialmente entrenados
para una lucha individual que decidiría la guerra. Los filisteos ya habían seleccionado
su representante:

Goliat, un gigante (1 Sam 17, 4-7). Los israelitas tenían miedo, todos, menos David,
quien iba preguntando: “Quién es ese filisteo incircunciso para injuriar al ejército del
Dios vivo?” (1 Sam 17, 26). El niñ o fue a combatir contra el filisteo y lo venció porque
“Yavé estaba con él” (1Sam 17,37). San Pablo dirá : “Si Dios está por nosotros, quién
contra nosotros?” (Rom 8,31) y, en otro pasaje: “Dios ha elegido lo débil del mundo
para confundir lo fuerte” (1 Cor 1,17). Los caminos de Yavé son así.

AÑOS DE CLANDESTINIDAD:

Después de tal hazañ a, las mujeres de Israel gritaban: “Saú l mató a mil y David a diez
mil”. Los éxitos de David convencieron a Saú l de que el joven hondero era su rival. Y
trató de eliminarlo. David tuvo que huir, tal como lo había hecho Moisés cuando mató
al opresor egipcio: cuando alguien empieza a trabajar por el bien comú n de sus
hermanos, encuentra a menudo incomprensió n y persecució n. Es lo que Cristo
prometerá también a sus discípulos.

Después de huir de Saú l, David aparece como jefe de una banda en el desierto de Judá ,
y llega hasta ponerse al servicio de los filisteos. Sin embargo, poco a poco, gracias a su
há bil comportamiento, gana la confianza de las familias de Judá y así escapa a la
persecució n de Saú l. Después de la muerte de éste, puede imponerse como rey a Judá
en Hebró n. Al cabo de 7 añ os de guerra civil, los demá s israelitas se deciden a
reconocerlo ellos también como su rey. Estamos en el añ o mil antes de Cristo. Empieza
entonces la época má s brillante de la historia de Israel: el reino unido.

JERUSALEN:

Una de las hazañ as má s grandes logradas por David fue la toma de la antigua ciudad
de Jerusalén. Así fue movida la cuñ a que los filisteos habían metido en el interior de la
tierra de Canaá n; por el triunfo de David se abría el camino a una mejor comunicació n
y unió n entre las tribus del sur y las demá s.

Otra proeza de David fue de hacer de aquella Jerusalén, la antigua ciudad de


Melquisedec (Génesis 14), la capital de su reino, evitando de tener que elegir entre
Hebró n, tradicional cabecera de Judá y Siquén, centro de las demá s tribus. La decisió n
de David fomentaba la unidad entre las doce tribus.

El rey trasladó su residencia a Jerusalén que llegó a ser “la ciudad de David”. Poco
después trasladó también el Arca de la Alianza, haciendo así de Jerusalén el centro de
la religió n israelita, la Ciudad Santa, la Ciudad de Dios. Jesú s derramará se sangre en
Jerusalén mil añ os después. De Jerusalén también saldrá n los Apó stoles a predicar el
Evangelio, a la espera de la Jerusalén celestial (Apocalipsis 21).

NACE UNA GRAN ESPERANZA:

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 60


El pueblo conoció entonces una era de felicidad y de prosperidad. Formaban una
nació n numerosa y bien unida, poseían una tierra propia. Se habían cumplido a la letra
las promesas de Yavé hechas a Abraham, Isaac y Jacob. Pero ¿era esto por lo que Dios
había hablado a los padres de la fe? Los profetas supieron ver má s allá de la
satisfacció n popular. En ese momento encontramos a Natan (Lea C 42) quien anunció
al rey una profecía que iba a dar un impulso extraordinario a la esperanza. A David
que proyectaba construir una casa a Dios, un templo, Dios le respondió que era má s
bien É l quien quería construirle una descendencia: “Yo te edificaré una casa” (es decir,
una dinastía): 2 Samuel 7,27. De esta manera Dios orientaba de nuevo hacia el
porvenir la mirada de su pueblo. (B22)

La antigua promesa de la Alianza del Sinaí: “Ustedes será n mi pueblo, y yo seré su


Dios” se concertó en la persona del rey (2 Samuel 7,14): “El será para mi un hijo, y seré
para él un padre”. En adelante Dios, presente en su pueblo, lo iba a guiar por la casa o
familia de David, hasta que llegue un misterioso “Hijo de David” (Mt 22, 42ss). Pastor
de Israel, JESUS.

B. LECTURAS COMPLEMENTARIAS:

22. GRANDEZA DE DAVID:

a) Presencia permanente de David:

La figura de David, como hombre y como rey, tiene un relieve tal que no cesa de ser
para Israel el tipo de Mesías que debe nacer de su raza. A partir de David, la Alianza
con el pueblo se hace a través del rey (Eclesiá stico 47, 2-11). Así el trono de Israel es el
trono de David (Isaías 9,6; Luc 1,31): sus victorias anuncian la que el Mesías, lleno del
Espíritu que reposa sobre el hijo de Jesé (1 Samuel 16,13; Isaías 11, 1-9), reportará
sobre la injusticia. Por la victoria de su resurrecció n cumplirá Jesú s las promesas
hechas a David (Hechos 13, 32-37) y dará a la historia su sentido (Apocalipsis 5,5).
¿Có mo logró el personaje David este puesto distinguido en la historia de la salvació n?

b) El elegido de Dios:

David, llamado por Dios y consagrado por la unció n (1 Samuel 16, 1-13), es
constantemente el “bendito” de Dios, al que Dios asiste con su presencia; porque Dios
está con él, prospera en todas sus empresas (1 Samuel 18, 14ss) y en las que él mismo
emprenderá como rey y liberador de Israel (2 Sam 8,14).David, encargado como
Moisés de ser el pastor de Israel, hereda las promesashechas a los patriarcas, y en
primer lugar la de poseer la tierra de Canaá n. Es el artífice de esta toma de posesió n
por la lucha contra los filisteos, inaugurada en tiempos de Saú l y proseguida durante
su propio reinado. La conquista definitiva es coronada por la toma de Jerusalén (2
Sam 5, 6-10) David y toda la casa de Israel no forman sino un solo pueblo en torno a su
Dios.

c) El héroe de Israel:

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 61


David responde a su vocació n con una profunda adhesió n a Dios. Su religió n se
caracteriza por la espera de la hora del Señ or; así se guarda de atentar contra la vida
de Saú l, incluso cuando tiene ocasió n de deshacerse de su perseguidor (1 Samuel 24;
26). Es el humilde servidor, confuso por los privilegios que Dios otorga (2 Samuel 7,
18-19), y por esto es el modelo de los “pobres” que, imitando su abandono a Dios y su
esperanza llena de certidumbre, prolongan su oració n en las alabanzas y en las
sú plicas de los salmos.

La gloria religiosa de David no debe hacer olvidar al hombre; tuvo sus debilidades y
sus grandezas; rudo guerrero, astuto también (1 Sam 27, 10ss), cometió graves faltas
y se mostró débil con sus hijos ya antes de su vejez. Pero, qué magnanimidad en su fiel
amistad con Jonatá n, en el respeto que muestra siempre hacia Saú l. Algunos detalles
revelan su nobleza de alma: respeto del Arca, respeto de la vida de sus soldados (2
Sam 23, 13-17), generosidad (1 Sam 30, 21-25) y perdó n (2 Sam 19, 16-24). Texto
tomado del Vocabulario de Teología Bíblica, articulo “David”.

C. TEXTOS PARA MEDITAR Y REZAR:

41. DAVID, ESCOGIDO Y UNGIDO:

Cuando los hijos de Jesé se presentaron, Samuel vio a Eliab, el mayor, y se dijo: “Sin
duda éste será el escogido”. Pero Yavé dijo a Samuel: “No mires su apariencia ni su
gran estatura, porque lo he descartado. Pues el hombre mira las apariencias, pero
Yavé mira el corazó n”. Jesé llamó a su hijo Abinadab y lo hizo pasar ante Samuel, que
dijo: “Tampoco a éste ha elegido Yavé”. Jesé hizo pasar a Sama, pero Samuel dijo:
“Tampoco es éste el que ha elegido Yavé”. Jesé hizo pasar a sus siete hijos ante Samuel,
pero éste dijo: “A ninguno de éstos ha elegido Yavé”.

Samuel, pues, preguntó a Jesé: “Está n aquí todos tus hijos?” É l contesto: “Falta el má s
pequeñ o que está cuidando las ovejas”. Samuel le dijo: “Anda a buscarle, pues no nos
sentaremos a comer hasta que él no haya venido”.Jesé mandó a buscar a su hijo
menor. Era rubio, de buen aspecto y de buena presencia. Y Yavé dijo: “Levá ntate y
consá gralo con aceite porque es éste”… Samuel lo ungió … Y el Espíritu de Yavé
permaneció sobre David desde ese día. (1 Samuel 16, 6-13)

42. LA GRAN PROMESA HECHA A DAVID, POR NATAN:

… Así dice Yavé: “Yo engrandeceré después de ti a tu descendencia, a tu propio hijo, y


afirmaré su poder.

É l me construirá una casa y yo afirmaré su poder para siempre. Yo seré para él un


padre y él será para mí un hijo. Si hace mal, yo lo castigaré y corregiré con castigos de
hombres, pero no le retiraré mi favor. No lo mataré como a Saú l, a quién eliminé
delante de ti. Tu descendencia y tu reino me servirá n para siempre. Tu trono estará
firme hasta la eternidad. (2 Samuel 7, 12-16

43. EL PECADO DE DAVID:

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 62


Natá n entró donde el rey y le dijo: “… había dos hombres; uno era rico y el otro, pobre.
El rico tenía muchas ovejas y ganado; el pobre tenía solo una ovejita que había
comprado.

La había criado personalmente y la ovejita había crecido junto a él y a sus hijos… Un


día, el rico recibió una visita y no queriendo matar ninguno de sus animales, robó la
oveja del pobre y con ella atendió al que lo visitaba”.

David al escucharlo, se enojó mucho con el hombre rico y dijo a Natá n: “Vive Yavé. El
que tal cosa hizo, merece la muerte; pagará 4 veces el precio de la ovejita, por haber
actuado así sin ninguna compasió n”.

Natá n le respondió : “TU ERES ESE HOMBRE… Tú mataste a Urías… y tomaste a su


esposa para ti. Pues bien, ya que me has despreciado (dice Yavé) y te has apoderado
de la esposa de Urías jamá s se apartará la espada de tu casa”. (2 Samuel 12, 1-10)

44. LA ORACION DE DAVID ARREPENTIDO:

Piedad de mí, Señ or, en tu bondad, por tu inmensa ternura, borra mi pecado.Lá vame a
fondo de mi culpa y de mi pecado purifícame. Crea en mí, Oh Dios, un puro corazó n…
(Salmo 50)

D. CUESTIONARIO:

1. ¿Dó nde nació David y de qué tribu era?


2. ¿Có mo se llamaba su padre y su bisabuela?
3. ¿Cuá ntas veces se menciona la unció n de David en el libro de Samuel?
4. ¿Aproximadamente, en qué añ o empezó el reino de David?
5. Hablando de David a Saú l, Samuel ha dicho que iba a ser un rey segú n
___________________de Dios. (Complete).
6. ¿Por qué Jerusalén fue llamada “Ciudad Santa”?
7. ¿En qué consiste el mensaje central de la profecía de Natá n?

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Evangelización Matrimonial Carismática
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TEMA 13: LOS LÍMITES DE UNA SABIDURÍA

A. LOS LIMITES DE UNA SABIDURIA (De David a Salomón):

Todo lo que hemos estudiado de David en la lecció n anterior constituye el aspecto


positivo de su personalidad. Pero el retrato resultaría incompleto al no mencionar su
lamentable pecado: el adulterio con Betsabé, esposa de Urías, el má s fiel de sus
guardias, y su responsabilidad criminal en la muerte de éste. (2 Samuel 11- 12)

A partir de entonces se produjo una vuelta definitiva en la vida de David. La luz de la


felicidad se apagó en su corazó n. Después de ser el favorito del pueblo pasó a ser
despreciado. Por cierto tiempo ni se atrevió a permanecer en Jerusalén, su propia
ciudad, y tuvo que buscar refugio en Transjordania (2 Samuel 15-20). Sus hijos se
mataban mutuamente y uno de ellos, Absaló n, lanzó el grito de una rebelió n que fue
sofocada en la sangre.

David supo reconocer su error y orientarse hacia la voluntad del Señ or, a costa de su
dignidad personal. Así es como nosotros debemos actuar después de ofender a Dios y
al pró jimo. Varios Salmos manifiestas la humildad del rey, su paciencia, su fe que iba
creciendo a través de las pruebas. (Unidad 4, capítulo 1)

LOS FRUTOS DE LA VIOLENCIA:

Sin embargo tuvo que aguantar las consecuencias de su crimen, porque, segú n el
Evangelio dice, el que siembra violencia cosecha violencia (Mt 26,52)

David fue testigo de có mo se cumplieron al pie de la letra las graves palabras de


Natá n: “Ya que has despreciado a Yavé y te has apoderado de la esposa de Urías, jamá s
se apartará la espada de tu casa” (vea texto completo C 43). El segundo libro de
Samuel, del capítulo 11 al 24, narra la lhistoria sangrienta en la cual se desenvolvió la
etapa final de la vida de David. En sus ú ltimos días lo vemos que envejece
rá pidamente, mientras varios de los de su edad está n todavía vigorosos y activos. En
este contexto se ubica la transmisió n del poder a Salomó n.

UNA PADRE HABLA A SU HIJO:

“Guarda las observaciones de Yavé, tu Dios, yendo por su camino… segú n está escrito
en la Ley de Moisés para que tengas éxito en cuando hagas y emprendas” (1 Reyes 2,3)

El que así hablaba era David, poco antes de morir. La vida le había enseñ ado que
existen un poder superior al del rey, una voluntad divina que gobierna y juzga las
acciones humanas, las del rey como las nuestras (Lea C 44). Y el destinatario de estos
consejos era el joven Salomó n, segundo hijo que David tuvo con Betsabé. Pero
Salomó n no tomó siempre en serio las palabras de su padre.

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 64


Dos fuentes principales cuentan la vida y la obra se Salomó n: el primer libro de los
Reyes, del capítulo 1 al 11, y el segundo libro de las Cró nicas, del capítulo 1 al 9.
Cró nicas, escritos entre 350 y 300 antes de Cristo, no intentaban dar un relato
completo de la historia de los reyes, sino sacar enseñ anzas para la vida.

Para levantar al á nimo al pequeñ o grupo de fieles, el autor les dice: “Vuelvan a David, a
su fe, vuelvan al templo levantado por su hijo!” De ahí la necesidad para el autor de no
decir todo lo que sabía de Salomó n, de presentar só lo su cara positiva, de alabarlo má s
de lo que merecía. Es por eso que menciona solo dos elementos ya conocidos por el
libro de los reyes escrito varios siglos antes. Los dos datos son: La construcció n del
templo (2 Cró nicas 2-8; 1 Reyes 5-9). Dio lugar a una gran actividad comercial y
econó mica: compra de cedros y otras maderas preciosas del Líbano, creació n de una
flota. Iniciados en 969 antes de Cristo, los trabajos finalizaron siete añ os má s tarde
(má s detalles en B22).

La Sabiduría. Salomó n la había pedido a Dios, no para sí mismo sino para la buena
administració n del reino (2 Cró nicas 1,10; 1Reyes 3, 5-14: Vea C45 y 46). Todos
acudían a él, desde las má s humildes amas de casa (1 Reyes 3, 10-28) hasta la reina de
Sabá (2 Cró nicas 9; 1 reyes 10). Así debemos hacer nosotros con Cristo, quien es má s
grande que Salomó n (Mt 12,42)

GRANDEZA A COSTA DEL PUEBLO:

A estos datos, el libro de los Reyes agrega otros elementos que dan una idea distinta
de lo fue Salomó n. Nos dice primero que la sucesió n al trono de David no se hizo sin
derramamiento de sangre.

Por ser Adonías el mayor de los hijos de David que quedaban, creía tener derechos al
trono (pensaba como Esaú : Unidad 1 cap. 5). Pero una intriga de palacio fomentada
por Betsabé, la mujer preferida de David, logró que el rey se pronunciara en favor de
su hijo Salomó n (1 Reyes 1,30).

Este llegó al trono por un golpe militar (1 Reyes, 38-40), y para consolidar su poder
personal eliminó a todos sus rivales: Adonías, fue asesinado; Joab, el ex general de
David, también asesinado; Abiatar, el sacerdote legítimo, destituido y desterrado a un
pueblo sin importancia, Anatoto, futura patria de Jeremías. A continuació n reorganizó
y modernizó el ejército, dotá ndolo de carros tirados por caballos (1 Reyes 10, 26-27).

También fundó fortalezas y ciudades-campamentos para la caballería (1 Reyes 9, 15-


19).Pero era el pueblo quien tenía que pagar tantos gastos (1 Reyes 10, 28-29).
Salomó n había nombrado 12 administradores cuyo principal cometido era la entrega
regular de las cargas e impuestos, para que no faltara nada al rey ya sus amigos (1
Reyes 4, 22-23 y 27-28). Creó ademá s un servicio de trabajo obligatorio para construir
el templo, los palacios y otros edificios. El pueblo volvió a vivir bajo la opresió n, como
en Egipto. Yavé no podía estar de acuerdo con tal dictadura

Salomó n hizo de la monarquía una ambició n personal, al igual que Saú l. Se convirtió
en uno de los hombres má s ricos de la tierra (1 Reyes 10, 23)… pero Jesú s dirá que a

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 65


pesar de todo el esplendor de su gloria Salomó n no logró vestirse tan bello como un
lirio del campo (Mt 6,29). Vivía como un monarca pagano, rodeado de una corte
brillante, sin proporció n con los modestos recursos del país. Se casó con la hija del
faraó n y con muchas otras princesas paganas que alejaron su corazó n de Yavé (1
Reyes 11, 1-8).

Salomó n había dejado de ser un sabio (medite C 47). Este cambio de actitud del rey no
podía quedarse sin consecuencia. Es lo que explicaremos en el pró ximo capítulo.

B. LECTURAS COMPLEMENTARIAS:

22. EL TEMPLO DE JERUSALEN:

Entre los edificios que se construyeron durante el reinado de Salomó n, el má s célebre


y el má s costoso fue el Templo de Jerusalén. David había determinado el terreno en
que se levantaría, pero su hijo Salomó n debía construirlo. Los trabajos duraron 7 añ os
y 5 meses, un tiempo excepcionalmente largo para aquella época. Fue terminado y
solemnemente consagrado el añ o undécimo del reinado de Salomó n (1 Reyes 6,38)

El propio y verdadero Templo, que era ante todo una capilla real y, como tal, el
santuario principal del pueblo de Israel, se elevaba sobre una terraza cuadrangular
orientada en el sentido de este a oeste. Comprendía 3 ambientes generales:

 El Atrio

 El Santo

 El Santo de los Santos

El Santo de los Santos era el ambiente má s importante. Contenía el Arca de la Alianza,


rodeada de una oscuridad cargada de misterio. Era el corazó n de la religió n de Israel.
Só lo una vez al añ o, en el día de la Expiació n, el sumo sacerdote, en su calidad de
representante de todo el pueblo, podía entrar en el Santo de los Santos y allí cumplir
para sí y para todos la misió n de reconciliació n.

Cuando murió Jesú s en la cruz, la cortina que cerraba la entrada del santo de los
santos, se rasgó (Mt 27,51). Es que Jesú s, verdadero Sumo Sacerdote, había por fin
reconciliado de verdad a los hombres con Dios, segú n explica largamente la carta a los
Hebreos. Por la muerte de Jesú s, por la santificació n y purificació n debida a su sangre,
tenemos enadelante libre acceso al Trono de Dios y estamos en paz con É l (Romanos
5, 1-11)

C. TEXTOS PARA MEDITAR Y REZAR:

45. SUEÑO DE SALOMÓN, CUANDO JOVEN:

En Gabaó n Yavé se apareció a Salomó n en sueñ os por la noche. Dijo Dio: “Pídeme lo
que quieras”. Salomó n respondió : “Tú has tenido gran amor a David, mi padre, ya que
él te servía fielmente, como es debido y con sinceridad. Tú lo has seguido
favoreciendo, dá ndole un hijo que le suceda sobre su rostro. Ahora bien, Yavé, mi Dios,
CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 66
me has hecho rey en el lugar de David; pero yo soy muy joven aú n y no sé conducirme.
Estoy en medio del pueblo que has elegido, pueblo tan numeroso que no se puede
contar. Dame, pues, a mí, tu servidor, capacidad de juzgar bien y de decidir entre lo
bueno y lo malo, porque si no, có mo podría gobernar este pueblo tan grande?”

Agradó a Yavé esta sú plica de Salomó n y le dijo: “No has pedido para ti una vida larga,
ni has pedido riquezas, ni la muerte para tus enemigos. Má s bien has pedido sabiduría
para poder juzgar. Por eso, te doy lo que pides: tendrá s sabiduría e inteligencia como
nadie tuvo antes de ti ni la tendrá después. Ademá s te daré lo que no has pedido,
riquezas y gloria tales que mientras vivas no habrá rey alguno como tú . Si sigues mis
caminos, cumpliendo mis leyes y mandamientos, como lo hizo David, tu padre, te daré
larga vida”(1 Reyes 3, 5-14)

46. ORACION DE SALOMON (en la consagración del Templo):

Yavé, Dios de Israel, no hay Dios parecido a ti, ni en el Cielo ni en la tierra. Tú eres fiel
a tu alianza y tienes compasió n con tus siervos cuando te sirven con sinceridad. Tú
habías anunciado este día a mi padre, David tu servidor. Hoy vemos que has sido fiel a
tu promesa y la has cumplido bien. Y ahora, oh Yavé, Dios de Israel, cumple bien esta
otra promesa que le hiciste a David, diciendo: Siempre habrá uno de tus hijos para
servirme y reinar sobre Israel, siempre que tus hijos se porten bien y me sirvan como
lo has hecho tú . Cumple, pues, la palabra que le dijiste a David, mi padre. (1 Reyes 8,
23-26)

47. PARA MEDITAR LA CAIDA DE SALOMON:

Si Salomó n, el sabio, ha caído y se ha olvidado de Dios, tengamos presente que lo


mismo nos puede ocurrir. Meditemos estos varios consejos de Jesú s y de los apó stoles:
Quédense despiertos y oren, para que no caigan en tentació n (Mt 26,41) El que cree
estar firme tenga cuidado de no caer (1 Cor 10,12)Castigo mi cuerpo y lo someto, no
sea que habiendo predicado a los otros, venga a ser eliminado (1 Cor 9,27).
Amadísimos míos, les ruego que sigan procurando su salvació n con temor y temblor
(Filipenses 2,12)

Tengo en contra tuya el que has perdido tu amor del principio. Mira, acuérdate de
dó nde has caído y arrepiéntete, volviendo a hacer lo que antes sabías hacer. En caso
contrario iré a ti y removeré tu candelero de donde fue colocado: eso, si no te
arrepientes (Apocalipsis 2, 4-5)

El que siga firme hasta el fin, ese será salvado (Mt 10,22)

D. CUESTIONARIO:

1. ¿En qué consistió el gran pecado de David?


2. ¿Có mo se portó David después de su pecado?

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 67


3. Complete la siguiente frase (de Natá n a David): “Ya que has despreciado a
__________________ y te has apoderado de la esposa de _________________, jamá s se
________________________ la espada de tu ______________________”.
4. El libro de las Cró nicas destaca dos elementos de la vida de Salomó n: ¿Cuá les son?
5. Segú n Mateo 12,42, ¿quién es má s grande que Salomó n?
6. ¿Qué tienen en comú n Salomó n y Saú l?
7. Diga con sus propias palabras qué opina usted de Salomó n.

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TEMA 14: CUANDO LA POLÍTICA DIVIDE


Desarrollo:

A. CUANDO LA POLITICA DIVIDE: ISRAEL Y JUDA:

Cuando murió Salomó n, en el añ o 931 antes de Cristo, su hijo Roboam fue proclamado
rey y aceptado sin oposició n por los habitantes de Judá . Luego el nuevo monarca subió
a Siquém, convencido de que allá también iba a ser reconocido por las demá s tribus de
Israel. Pero al contrario de lo que el nuevo rey pensaba, los sú bditos del norte, es decir
Siquém, le dijeron: “Tu padre nos ha hecho pesado nuestro yugo; ahora tú has má s
leve la dura esclavitud de tu padre y el yugo que puso sobre nosotros, y te serviremos”
(1Reyes 12,4)

Estas palabras expresaban una petició n justa y manifestaban la buena voluntad de las
tribus que le rey anterior había explotado con impuestos agobiadores y las demá s
cargas.

El pueblo siempre está dispuesto a aceptar sacrificios, muchos sacrificios, para el bien
comú n y la patria, pero no acepta nunca perder su libertad.

VICTIMA DE SU AMBICION:

Roboam exigió un plazo de tres días antes de dar su respuesta. Mientras tanto pidió
consejos, primero a los ancianos que asesoraban a su padre, luego a unos jó venes,
compañ eros de su infancia.

Los primeros hablaron el lenguaje de la sabiduría má s elemental: “Si ahora te haces


servidor de este pueblo y le das buenas palabras, ellos te servirá n para siempre”
(1Reyes 12,7). En otros términos, los ancianos le recordaban que la autoridad es un
servicio y que no tiene otra finalidad (Lea C 48).

Los jó venes en cambio hablaron el lenguaje de la insensatez y propusieron esta


respuesta insolente a Roboam para que la transmitiera al pueblo: “Mi padre los trató
duramente, yo los trataré peor” (v.11)

Roboam prefirió seguir los consejos tontos de jó venes sin madurez. Su ambició n del
poder era tan grande como para cerrarle los oídos y el entendimiento ante las justas
exigencias de los ciudadanos. No quiso cambiar nada de la política opresiva de
Salomó n.

Má s bien, en una asamblea dijo esta provocació n: “Mi padre los azotaba con lá tigos;
pues yo los azotaré con escorpiones” (v. 14) Podemos imaginar cuá l fue la reacció n de
la gente. Los israelitas contestaron: “No tenemos nada que ver contigo, hijo de David
(v.16)”. Fue la señ al de la revolució n.

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 69


Con el fin de buscar una solució n al conflicto, el rey les envió a Adorá m, el odiado jefe
de los trabajos obligatorios, pero lo apedrearon (v.20). En su desesperació n Roboam
pensaba valerse del potente ejército que su padre le había dejado, para aplastar a los
rebeldes. Pero el profeta Semeías lo disuadió de la guerra civil y le hizo ver que la
revolució n contra la dominació n de Judá era legítima (v.24

JEROBOAM, INSTRUMENTO DE DIOS:

Ya durante la vida de Salomó n se había manifestado, si bien discretamente, un


movimiento de resistencia a su política, pero no había tenido éxito debido a la
incapacidad del pueblo ante un sistema policial y militarista tan fuerte. Sin embargo el
primer libro de los Reyes (11, 26-40) menciona a los dos principales agentes
involucrados la resistencia: un líder obrero y un profeta, Jeroboam y Ajías.

Jerboam era del centro del país, de la tribu de Efraím. No ignoraba có mo el favoritismo
de Salomó n para con Judá perjudicaba a las demá s tribus. Pero ese joven fuerte y
valiente llamó la atenció n del rey que lo puso de director de trabajo en la construcció n
del muro Jerusalén (vv. 27-28).

Entonces Jeroboam pudo ver con má s claridad hasta qué punto el pueblo era oprimido
por los trabajos forzados al servicio de Salomó n y de su orgullo. ¿Có mo podía ser? Ese
pueblo que Yavé había librado de la esclavitud de los egipcios tres siglos antes se
hallaba nuevamente esclavizado, pero ahora por el propio hijo de David casado con la
hija del faraó n! Esta situació n no podía durar, porque nadie puede esclavizar al
hombre, ni siquiera en nombre de la religió n.

Jeroboam pensaba en esto cuando se encontró con el profeta Ajías, quien también era
del centro del país, precisamente de Silo. El hombre de Dios anunció al joven su futuro
reinado sobre las diez tribus de Israel, mediante actos simbó licos y orá culos de Dios
(vv.29-31; lea texto C 49). Pero cuando empezó la persecució n de Salomó n en contra
suya, no le quedaba otra alternativa que la de huir a Egipto, a la espera de su hora, la
hora de Dios, tal como Moisés lo había hecho anteriormente, en un contexto muy
parecido.

POR FIDELIDAD A DAVID:

La divisió n del reino que David había unificado con muchos sacrificios, bien hubiera
podido suceder durante el reinado de Salomó n, el gran responsable del
descontentopopular y de la tensió n nuevamente agudizada entre las tribus del norte y
la del sur. Pero, ¿por qué el reino no le fue tomado directamente a él, sino a su hijo
Roboam?

Aquí entramos en un misterio tan grande como Dios, el misterio de su amor y de su


fidelidad. Si Dios actuó así fue en atenció n a David, su fiel servidor, del cual había
elegido la familia. Por amor al padre tuvo compasió n del hijo, a pesar de su infidelidad
(lea C 50). Por el mismo motivo se explica que Yavé no le haya quitado a Roboam todo
el territorio: le dejó una tribu, para que así quedara en Jerusalén un descendiente de

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 70


David (vv. 32 y 36). Y esa tribu que quedaba era la de Judá , de la cual Jacob había
previsto tiempo atrá s el misterioso destino (Génesis 49, 10

LA UNIDAD PERDIDA:

Pero cuando murió Salomó n, todo lo predicho se cumplió . El pueblo de Dios se dividió
en dos reinos que muchas veces entrarían en competencia, el de Judá y el de Israel
(má s detalles en B 23). La unidad tan difícilmente lograda no había durado cien añ os.
Nunca má s volvería.

La unidad es un don que Dios quiere y crea para la fraternidad, no para la opresió n.
Fue lo que Salomó n no quiso entender. Pero la voluntad de liberació n del pueblo
prevaleció .

Sin embargo el deseo de volver a vivir unidos permaneció en el corazó n de muchos


israelitas como una meta ideal, pero una meta que los pecados de los individuos y del
pueblo hacían retroceder cada vez má s. El hombre só lo no puede rehacer la unidad
perdida. Por eso había que esperar al Mesías, cuya muerte santa reconciliaría y
reuniría en uno a los hijos de Dios dispersos por el mundo (Juan 11,52)

B. LECTURAS COMPLEMENTARIAS:

23. COMPARACION ENTRE EL REINO DE ISRAEL Y EL DE JUDA:

ISRAEL JUDA:

* Má s grande y má s rico. Abarca diez tribus: Efraim-Manses, Rubén, Gad, Dan, Neftalí,
Aser, Zabuló n, Isacar, parte de Benjamín

* Má s pequeñ o y má s á rido. Abarca la tribu de Judá y parte de Benjamín.. Hacía tiempo


que Simeó n había sido asimilado por Judá (Josué 19,1)

* Tiene relaciones comerciales con los fenicios y los sirios.

* Sin puerto ni vías comerciales, vive bastante cerrado en sí mismo.

* Encuentra difícilmente su equilibrio interior: Cincuenta añ os sin capital fija


(Samaria), no tiene dinastía só lida; no forma un conjunto bien unido

* El reino recibe las estructuras establecidas por David y Salomó n, por ejemplo una
capital bien ubicada, Jerusalén, y una dinastía estable, la de David. Así que forma un
conjunto fá cil de unificar.

* No tiene verdadero templo nacional. Las religiones del dios cananeo, Baal, entran en
competencia con la religió n de Yavé

*La capital, Jerusalén, es también la Ciudad Santa. A pesar de las influencias cananeas,
la religió n de Yavé queda como la má s importante, gracias a los sacerdotes del Templo

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 71


* Toma conciencia sobre todo de la perpetua infidelidad del hombre para con su Dios,
y de la fidelidad de Yavé quien perdona sin cesar.

* Toma conciencia sobre todo de la esperanza mesiá nica: un día surgirá de la “Casa de
David”, es decir de su descendencia, un ungido, un mesías (palabra que viene del
idioma hebreo, se dice cristos en griego, y significa “ungido”). Esa persona reinará
para siempre y traerá la salvació n que Yavé ha preparado para los hombres.

* Allí nace el movimiento profético, con Elías, Eliseo, Amos y Oseas. Ese movimiento
influirá en las tradiciones elohista duteronó mica (má s detalles en capítulo 5, en B 25)

* Allí nacen las tradiciones yavista en tiempos de Salomó n y la sacerdotal. Esta da


mucha importancia a las ceremonias del santuario nacional de Jerusalén, el Templo de
Yavé

C. TEXTOS PARA MEDITAR Y REZAR:

48. ASI DEBEN SERVIR LOS JEFES:

Jesú s reunió a sus discípulos y les dijo: “Ustedes saben que los jefes de las naciones se
portan como dueñ os de ellas y que los poderosos hacen sentir su autoridad. Entre
ustedes, NO SERÁ ASÍ; al contrario, el que aspire a ser grande entre ustedes, se hará el
servidor de ustedes. Y el que quiere ser el primero, debe hacerse esclavo de los demá s.
A imitació n del Hijo del Hombre, que no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar
su vida como precio por la salvació n de muchos”. (Mt 20, 25-28)

49. EL PROFETA Y EL PORVENIR DE SALOMON:

Un día que salió Jeroboam de Jerusalén, el profeta Ajías de Silo lo encontró en el


camino. Este iba cubierto con un manto nuevo y estaban los dos solos en el campo.
Ajías tomó el manto nuevo que llevaba, lo rasgó en doce pedazos y dijo a Jeroboam:
“Tó mate diez pedazos porque así dice Yavé, Dios de Israel: Voy a quitarle el reino a
Salomó n. A ti te daré diez tribus y a Salomó n le dejaré solamente una tribu en atenció n
a mi siervo David y a Jerusalén, la ciudad que elegí entre todas las tribus de Israel. Esto
sucederá porque me ha abandonado y ha adorado a Astarté, diosa de los sidonios, a
Camos dios de Moab y a Milkom, dios de los amonitas. No ha seguido mis caminos ni
ha hecho lo que me parece justo ni ha observado mis leyes y mis mandamientos como
lo hacía su padre, David.

Pero no le quitaré todo el reino; lo mantendré como rey hasta el fin de su vida en
atenció n a David, mi siervo, a quien elegí y que guardó mis mandamientos y preceptos.
Pero sí, tomaré el reino de manos de su hijo y te daré diez tribus, reservando
solamente una tribu para su hijo para que quede una lá mpara en mi presencia, en
Jerusalén, la ciudad que yo elegí para poner allí mi nombre. Te tomaré a ti y te haré
reinar sobre cuanto desees y será s rey de Israel. Si escuchas todo cuanto te ordene, y
andas por mis caminos, y haces lo que me agrada, guardando mis decretos y
mandamientos como hizo David mi siervo, yo estaré contigo y te edificaré una casa

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 72


estable como se la edifiqué a David. Te entregaré a Israel y humillaré a los
descendientes de David, pero no para siempre”. (1Reyes 11, 29-39)

50. CANTEMOS LA MISERICORDIA Y LA FIDELIDAD DE DIOS:

Como un padre se compadece de sus hijos, así el Señ or se apiada de los que le
temen.É l sabe de qué barro fuimos hechos, É l recuerda que somos polvo. La vida del
hombre dura lo que dura la hierba; florece como la flor silvestre

En cambio permanece la misericordia del Señ or, dispuso su salvació n para los hijos de
tus hijos. Para los que son fieles a su alianza, que recuerdan sus mandamientos y los
cumplen. (Salmo 103)

D. CUESTIONARIO:

1. Cuando murió Salomó n, el reino unido se dividió en dos reinos; ¿Có mo se llamaban
y dó nde estaban ubicados?
2. ¿Roboam fue rey del norte o del sur?
3. ¿Qué consejo dieron los ancianos a Roboam?
4. ¿Cuá l es la finalidad de la autoridad segú n la Biblia?
5. Nombre a dos personas que resistieron a Salomó n
6. ¿Por qué fracasó su resistencia?
7. ¿Por qué Dios no le quitó todo su reino a Roboam?
8. ¿Qué dice San Juan (11,52)

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CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 73


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TEMA 15: LOS PROFETAS, CONCIENCIA DE ISRAEL


Desarrollo:

A. LOS PROFETAS, CONCIENCIA DE ISRAEL:

El reino de Israel duró apenas doscientos añ os, del añ o 931 al 721. Fue gobernado por
diez y nueve monarcas, de los cuales algunos reinaron por un brevísimo tiempo,
siendo derrocados por otros. En total nueve familias distintas ocuparon
sucesivamente el trono de Israel, lo que indica lo inestable que fue su historia así
como se puede ver a partir del capítulo 12 del primer libro de los Reyes.

LA ECONOMIA: Por su extensió n, su ubicació n y la calidad de su tierra, Israel tenía


má s posibilidades que Judá . La decadencia momentá nea de Egipto y Asiria, una
relativa la paz interior y los pactos con los pueblos vecinos llevaron al país a conocer
una prosperidad material bastante grande bajo la administració n de Omri y de Acab,
su hijo, y sobre todo de Jeroboam II que dio a Israel la ilusió n de volver a los tiempos
de Salomó n; pero la riqueza no se repartía y el pueblo explotado seguía viviendo en la
miseria.

LA RELIGION: Poco después de constituirse el reino de Israel, el rey levantó dos


santuarios a Yavé y organizó el culto: en Dan, en el norte, y en Betel, en la frontera sur.
Su Intenció n era política: contrarrestar la influencia de Jerusalén (1 Reyes 12, 26-33).
En cada uno fueron colocados toros de oro (v.28), que no eran ídolos, sino pedestales
sobre los cuales se imaginaban que Yavé invisible estaba de pie. Sin embargo el
símbolo del toro se parecía demasiado a los del culto pagano de la fertilidad, y así se
abrió una puerta a la idolatría y a la apostasía. Cuando Acab se casó con Jezabel,
princesa paga de Tiro, se introdujo oficialmente el culto de Baal en Samaria, la nueva
capital: se construyó un templo pagano, hubo sacerdotes y profetas paganos y se
celebró un culto pagano como en tiempos de los cananeos. Incluso, se decía que el rey
Acab había aceptado el dios desu mujer. Era una gran confusió n. ¿Qué pasaría?

Como de costumbre, Yavé intervino para salvar a su pueblo. Lo hizo por los profetas.
Lo había hecho anteriormente mediante hombres como Samuel, Natan, Ajías y algunos
otros. Pero a partir del siglo nueve se puede hablar de un movimiento profético: Dios
tiene sus portavoces oficiales que recuerdan al pueblo y a las autoridades las
exigencias de la Alianza, denuncian los abusos del momento presente y anuncian la ira
venidera de Yavé, juez y salvador. Eran la conciencia de Israel. Los cuatro grandes
profetas del norte fueron Elías, Eliseo, Amos y Oseas (Lea B 24). El má s grande fue
Elías.

ELIAS, DEFENSOR DE DIOS:

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 74


En los cerros de Galaad, su tierra natal, Elías había oído hablar de la prosperidad
lograda por Omri. Pero sabía también que esas riquezas, ese lujo, esa nueva capital
ocultaban un creciente desinterés por la religió n de Yavé. El pueblo se dejaba llevar
sin mayor resistencia por la corriente de una religió n fá cil que adoraba un dios natural
a quien se le atribuía la fecundidad. Entonces el celo de Elías por el honor de Yavé no
pudo aguantar má s: dejó a su familia, su tierra, cruzó el Jordá n y se fue a pregonar por
las aldeas y ciudades de Israel y hasta ante el rey el mensaje de su fe inquebrantable:
“Vive Yavé, Dios de Israel, a quien sirvo” (1 Reyes 17,1)

Ese grito de fe molestó la propaganda de la faná tica Jezabel, por lo cual ésta declaró
abiertamente la guerra al Dios de Israel. Mandó derribar los altares de Yavé y matar
todos sus profetas (1 Reyes 19,10). Elías tenía que huir, pero primero envió al rey un
terrible recado: “No habrá estos añ os lluvia ni rocío mientras yo no mande” (1 Reyes
17,1). Y hubo sequía, que afectó a Israel y al país de Sidó n (1 Reyes 17,14; 18,5). Yavé
demostró a todos que la lluvia y la fertilidad dependen de É l, Señ or del universo, y que
los “baales”no son nada!

EL SACRIFICIO DEL CARMELO:

En otra oportunidad Yavé volvió a demostrar su indiscutible superioridad sobre Baal.

Sucedió en el monte Carmelo ante todo el pueblo reunido. Acab por fin había aceptado
la proposició n del profeta: un reto a Baal (Lea 1 Reyes 18, 20-40). Elías solo desafiaba
a cuatrocientos cincuenta profetas y los poderes del mundo! Así había hecho Moisés
peleando contra el faraó n y los mangos y David luchando contra Goliat. Pablo dirá :
“Todo lo puedo en Aquel que me conforta” (Filipenses 4,13; lea también Mateo 17,
20).

Ese día Elías demostró que Baal no es nada, y la matanza de sus profetas anunciaba la
victoria final de Dios sobre sus enemigos.

UNA FE PARA NUESTROS TIEMPOS:

La cruel Jezabel empezó de nuevo a perseguir a Elías, quien tuvo que huir otra vez,
ahora hacia Judá . Cuando llegó a Berseba se le ocurrió seguir hacia el Horeb o monte
Sinaí, cuna de la Alianza con Yavé (lea sin falta C 51). Pero en camino se cansó , o mejor
dicho se desanimó , deseaba la muerte… Elías desanimado!.Sí, Dios permite esas crisis
de la fe, para purificarla, y esto puede pasar con usted también…

Pero Dios es má s fuerte que las crisis. Elías recibió el pan del cielo, tal como sus
antepasados habían recibido el maná . Pudo llegar a la montañ a santa y empezó a
buscar a Yavé allí donde É l se había manifestado a Moisés y al pueblo: en el viento, el
trueno, el fuego. Pero Dios dejado de manifestarse en esas formas. Por eso Elías no le
encontraba.

Dios no cambia, pero sí cambia el mundo, y Dios escoge libremente el modo de darse a
conocer. Elías lo encontró inesperadamente en el susurro de una brisa suave. Y usted,
¿có mo y dó nde busca a Dios?

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 75


De vuelta a Israel, el defensor de Yavé se hizo también el defensor de los oprimidos,
porejemplo del pobre Nabot, víctima de Jezabel que codiciaba su viñ a (1 Reyes 21).
Las palabras de Elías a la pareja criminal recuerdan las de Natá n a David culpable,
pero con una diferencia esencial: mientras David conservaba la promesa, no le
quedaba nada a la familia de Acab: iba a ser barrida!

EN EL CALLEJON DE LA INFIDELIDAD:

En la realidad Israel se había metido en un callejó n. Nada logró convertirlo: ni las


exhortaciones de Eliseo, ni las luchas de Amos en favor de los explotados, ni la
predicació n de Oseas que cargaba sobre Israel la suprema infidelidad de quien se ha
comprometido al amor, ha conocido el amor y se ha retirado del amor, (lea C 52-53).
Por eso desapareció ante la fuerza militar de Asiria, en el añ o de 721 antes de Cristo.

B. LECTURAS COMPLEMENTARIAS:

24. LOS PROFETAS MENCIONADOS EN LA BIBLIA:

a. Entre los numerosos profetas que menciona la Biblia, merecen una especial
atenció n los hijos de profetas: son aquellos que, sin haber sido llamados en forma
personal, escogieron libremente su forma de vivir y formaron cofradías religiosas que
radicaban en los santuarios (Rama, Betel, Guilgal…) y datan de la época de los jueces
(lea por ejemplo 1 Samuel 19, 20-24; 10, 5-6). Hay que considerarlos en funció n de su
tiempo, de su medio y del conjunto de sus actividades. Si bien es cierto que algunos
“hijos de profetas”perdieron la conciencia de la institució n a que pertenecían, también
es verdad que los demá s, con su ejemplo, enfervorizaron al pueblo en el culto de Yavé,
de tal modo que fueron perseguidos y asesinados por Jezabel por predicar contra el
culto de Baal en calidad de profetas del Señ or.

b. También se encuentran en la Biblia numerosos profetas falsos o mentirosos, y son


aquellos hombres que profetizan en nombre de Dios sin que tal misió n les haya sido
asignada o, lo que es peor, que falsifican el mensaje divino (Jeremías 14,14). Combaten
a los verdaderos profetas (Jeremías 28, 1-7). Se les reconoce al su no-complimiento de
su palabra (Deuteronomio 18,22) y a su infidelidad a Yavé (Deuteronomio 13, 2-6)

c. En fin hallamos un 3er grupo de profetas, los profetas de vocació n, designados


personalmente por Dios para cumplir una misió n en medio del pueblo.Al hablar hoy
de profeta, se piensa en un hombre capaz de predecir el futuro. Pero esto es un
aspecto solamente de su misió n. El profeta es esencialmente el que habla en nombre
de otro, y en el caso del profeta israelita, es aquel que habla en nombre de Yavé, es
como “la boca de Yavé” (Jeremías 15, 19). La vocació n es el punto de partida de su
misió n, que consiste a recordar sin cesar las exigencias de la Alianza. Son los
campeones de la causa de Yavé, y anuncian la Nueva Alianza y al Salvador. Así van
formando el alma de Israel y prepará ndola para recibir el Verbo Encarnado. (Fuente:
P. de Surgy: Las grande etapas de la historia de la salvació n, pp. 88-90)[

25. LA TRADICIÓN DEUTERONOMICA:

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 76


Es esencialmente un có digo formado en el reino de Israel antes del añ o 721 A.C., bajo
la influencia de Oseas, segú n se opina. Luego fue proclamado en Jerusalén por el rey
Josías en tiempos de Jeremías, y terminado al comienzo del exilio de Babilonia. La
encontramos en el Deuteronomio, pero también en Josué, Jueces, Samuel y Reyes. Su
mensaje o teología de base es ésta: Dios ha escogido a Israel gratuitamente
(Deuteronomio 4, 32s), lo protege (Deuteronomio 17-23) y derrama sobre él,
bendiciones temporales (Dt 7, 13s). Al recibirlas, el hombre tiene que observar los
mandamientos: el amor a Dios (Dt 6, 5-9) y al pró jimo, sobre todo el que está sin
defensa (Dt 15, 7-8)

C. TEXTOS PARA MEDITAR Y REZAR:

51. ELIAS: EL CAMINO PARA ENCONTRAR A DIOS:

Acab contó a Jezabel todo lo que había hecho Elías y có mo había dado muerte a
cuchillo a todos los profetas de Baal. Jezabel entonces, mandó decir a Elías: “Que yo
muera si mañ ana a esta hora no te trato como has tratado a los profetas de Baal”. Elías
tuvo miedo y huyó para salvar su vida. Al llegar a Bersebá de Judá dejó allí su
muchacho. Caminó por el desierto todo un día y se sentó bajo un á rbol. Allí quiso
morir y dijo: “Basta ya, Yavé, toma mi vida, porque no soy mejor que mis padres!”
Después se acostó y se quedó dormido debajo del á rbol.

Un á ngel vino a tocar a Elías y lo despertó diciendo: “Levá ntate y come”. Elías miró y
vio a su cabecera un pan cocido sobre piedras calientes y un jarro de agua. Después
que comió y bebió se volvió a acostar. Pero por segunda vez el á ngel de Yavé lo
despertó diciendo: “Levá ntate y come, sino el camino será demasiado largo para ti”. Se
levantó pues a comer y beber y con la fuerza que le dio aquella comida, caminó
cuarenta días y cuarenta noches hasta llegar al cerro de Dios…

Cuando llegó allí, pasó la noche en una cueva. Le fue dirigida la Palabra de Yavé, que le
dijo: … “Sal y quédate en el cerro porque Yavé va a pasar”. Y he aquí que Yavé pasó .

Hubo un huracá n tan violento que hendía los cerros y quebraba las rocas delante de
Yavé. Pero Yavé no estaba en el huracá n. Después del huracá n hubo un terremoto,
pero Yavé no estaba en el terremoto. Después del terremoto, fuego, pero Yavé no
estaba en el fuego. Después del fuego, el susurro de una brisa suave. Elías al oírlo, se
tapó la cara con su manto, salió de la cueva y se paró a su entrada. Entonces oyó una
voz que dirigiéndose a él le decía: “Qué haces aquí? (…) Vuelve por donde viniste y
anda hasta Damasco…” (1Reyes 19, 1-15)

52. AMOS: A NADIE LE GUSTAN LOS PROFETAS…

El sacerdote de Betel, Amestas dijo a Amos: “Vete, vidente, huye a la tierra de Judá ;
come allí tu pan y profetiza allí. Pero en Betel no has de seguir profetizando, porque es
el santuario del rey y la Casa del reino”.

Respondió Amos y dijo a Amasías: “Yo no soy profeta ni hijo de profeta, sino un pastor
que vivía descortezando los sicó moros, pero Yavé me vino a buscar detrá s de mi

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 77


rebañ o y me dijo: Anda y habla de mi parte a Israel. Pero, ya que tú ahora me lo
prohíbes, escucha estas palabras que te digo en nombre de Yavé: “Un día tu esposa se
prostituirá en plena calle; tus hijos e hijas morirá n en la guerra. Los vencedores se
repartirá n tus bienes, tú mismo morirá s en tierra extranjera, e Israel será llevado lejos
de su país”.(Amos 7, 10-17)

53. OSEAS: EL AMOR DE DIOS TRIUNFARÁ:

Su madre se ha prostituido, se ha deshonrado… cuando decía: “Me iré detrá s de mis


amantes, los que me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mis bebidas”.
No reconoció ella que era yo quien le daba el trigo, el vino y el aceite… Pero yo la voy a
seducir: la llevaré al desierto y hablaré a su corazó n… Y ella me llamará “Marido mío”,
no me llamará má s “Baal mío”. No ejecutaré el ardor de mi có lera, porque soy Dios, no
hombre… y no me gusta destruir. (Oseas 2, 7, 10, 16; 11,9)

D. CUESTIONARIO:

1. ¿Cuá nto tiempo duró el reino de Israel?


2. ¿Por qué motivo Jeroboam estableció santuarios en Dan y Betel?
3. En qué parte del país se encontraba Dan? Y en qué parte se encontraba Betel?
4. JEZABEL: ¿De dó nde venía?, ¿De quién era esposa?, ¿Cuá l era su religió n?, ¿Có mo
trató a Nabot?
5. Moisés y Elías tienen muchos puntos en comú n. Destaque algunos.
6. “Todo lo______________________ en aquel que me conforta. Complete esta frase de San
Pablo y lea en la carta a los Filipenses los capítulos del 1 al 4.
7. Diga con sus propias palabras qué provecho puede sacar usted para su fe del
ejemplo de Elías.
8. Compare las palabras de Natá n a David culpable, con las de Elías a Acab culpable.
(2 Samuel 12,13 y 1 Reyes 21, 19 y 22)

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TEMA 16: UNA ESPERANZA REDUCIDA: EL REINO DE JUDÁ


Desarrollo:

A. UNA ESPERANZA REDUCIDA: EL REINO DE JUDA:

Cuando Samaria cayó en manos de Asiria, en el añ o 721 A.C., el reino de Israel quedó
definitivamente borrado del mapa. De esta forma se cumplieron todas las amenazas
de los profetas que habían anunciado del día de Yavé, es decir el día que visitaría a su
Pueblo para tratarlo como uno de sus enemigos (Amos 5, 18-20)

La mayor parte de la població n fue deportada a Nínive, a la orilla del Tigris. En su


lugar se instalaron varios grupos de colonos procedentes principalmente de
Mesopotamia que dieron origen al pueblo samaritano, tan aborrecido por los judíos
hasta en los tiempos de Jesú s (Lc 9, 52-56; Jn 4,9; 8,48).

En adelante el porvenir de la fe y de la esperanza quedaba ligado directamente a Judá ,


ese pequeñ o y pobre reino del Sur. Pero esto ya no debe extrañ arnos puesto que Dios,
como lo hemos visto, tiene una preferencia marcada por el má s débil, el que no tiene
importancia segú n la manera comú n y corriente de apreciar las cosas y las personas.

¿SEGURIDAD O RESPONSABILIDAD?

En contraste con Israel, el trono de Judá fue ocupado siempre por un descendiente de
David. Aun cuando algunos de sus diez y nueve reyes fueron asesinados, el heredero
legítimo subía normalmente al trono; no se deshizo nunca la línea del hijo de Jesé.
¿Por qué? Porque así lo había prometido Yavé a David mediante el profeta Natá n: “Tu
trono estará firme para siempre” (2 Samuel 7,16). Esta promesa no fue borrada ni por
los pecados de David, ni por los de su hijo Salomó n, como lo hemos visto en la profecía
de Ajías (lea 1 Reyes 11, 36). Así que no hay otra explicació n que la fidelidad de Yavé:
cuando promete, cumple. Qué aliento para los cristianos, ya que el Señ or nos ha
prometido también a nosotros algo muy grande: “Estaré con ustedes todos los días
hasta que se termine este mundo” (Mt 28, 20).

Sin embargo esta escogencia de Judá podía ser una trampa para él y fomentar una
falsa seguridad, como si Yavé hubiera prometido cerrarse los ojos ante las
infidelidades de su pueblo. Es falsa la confianza en Dios que no va acompañ ada de una
verdadera obediencia a sus mandamientos (Mt 3, 9). No basta con ser bautizado para
estar en armonía con Dios y los hombres!

Para proteger a su Pueblo contra las desviaciones y las falsas garantías de la religió n,
Yavé le mandó a sus santos profetas. Lo había hecho primero para Israel; lo hizo

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 79


también para Judá , en cada época de su historia. Los primeros que se destacaron en
Jerusalén son Miqueas e Isaías, ambos del siglo 8 (A.C.) (Lea B 26)

LA ESPERANZA DE UN CAMPESINO:

Miqueas nació en una aldea de la costa, territorio ocupado anteriormente por los
filisteos. Ejerció su misió n profética durante los reinados de Ajaz y Ezequías.
Campesino como Amó s, denunció los mismos abusos: las injusticias sociales, la
idolatría, la hipocresía y la rutina del culto celebrado en Jerusalén (Miqueas 2, 1-6; 6,
9-11; 7, 1-7; etc.). Como Amó s, anunció el día de Yavé, ese juicio de Dios que iba a caer
primero sobre Samaria, pero también sobre Jerusalén al no convertirse el pueblo de
Judá (Miqueas 1, 2-9; 3, 9-12). En sus palabras francas y a veces duras se descubre, sin
embargo, el amor del profeta hacia los pequeñ os y su gran esperanza: Miqueas no se
cansó nunca de anunciar la salvació n:De las ovejas cojas, Dios hará una nació n fuerte.
(Miqueas 4, 6ss) Yavé se prepara un resto (Miqueas 2, 12-13) Dios será el pastor de su
Pueblo y lo introducirá de nuevo en la Ciudad santa, en torno a la Casa del Dios de
Jacob, para un período de paz, cuando se cambien espadas en arados y lanzas en hoces
(Miqueas 4, 1-4)

Ese reinado, Dios lo ejercerá por medio de su Mesías o Ungido, es decir Cristo,
descendiente de David, que nacerá en Belén, humilde ciudad de Judá llamada a una
vocació n tan grande (Miqueas 5, 1-5)

Entonces Yavé purificará toda la tierra santa y las demá s naciones (Miqueas 5, 10-14)
Así soñ aba Miqueas, ese campesino que vivía en contacto íntimo con Dios y fue, en su
mundo, el testigo de una confianza inquebrantable, de una esperanza que no quedó
defraudada (Lea B 27).

ISAIAS, EL PROFETA DE EMMANUEL:

Mientras tanto, Dios llamó a Isaías, un hombre de la capital que tenía acceso a la corte
real. La mayor parte de sus orá culos o profecías está n en los primeros treinta y nueve
capítulos del libro que lleva su nombre; los demá s capítulos, es decir del 40 al 55 y del
56 al 66, son de sus discípulos cercanos o lejanos. Ademá s, los capítulos de la primera
parte (1-39) no corresponden siempre al orden segú n las palabras pronunciadas; de
ahí que su lectura no resulta siempre muy fá cil. Por ejemplo, el relato de su vocació n
no está en el primer capítulo, como lo esperaríamos, sino en el sexto.

Su llamado tuvo lugar en el añ o 740 (A.C.), es decir unos veinte añ os antes de la caída
de Samaria. Sucedió en el Templo de Jerusalén (Isaías 6, 1-13). El hombre tenía
entonces alrededor de treinta añ os, la edad mínima para tener derecho a ser
escuchado y tomado en serio por los israelitas. Dios se le apareció bajo la forma de un
rey, el Rey universal y santo. La reacció n de Isaías fue la de todo hombre recto que
tiene la fe: se sintió indigno y pecador en presencia de un Dios tan santo (Isaías 6, 5;
compare con Lucas 5, 8 y 18,13)Isaías en todo y siempre se mostró un consejero
seguro porque era fiel a Yavé y lleno de esperanza. Así, por ejemplo, ante la amenaza
de dos pueblos ligados en contra de Judá , animó al rey Ajaz, para que no buscara su
apoyo en pactos con las potencias vecinas sino en Yavé. Para confirmar sus palabras,

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 80


anunció al rey el nacimiento de un príncipe, a quien le dio anticipadamente el nombre
simbó lico de Emmanuel es decir, Dios con nosotros: ¿có mo no tener esperanza si Dios
está en medio de su pueblo y con la familia del rey? (Lea C 54-56). El niñ o que nació
recibió , en realidad, el nombre de Ezequías, que significa “Yavé es mi fortaleza”. En el
capítulo siguiente se nos mostrará la gran labor de ese hombre piadoso, digno
antepasado de Jesú s, hijo de la Virgen María, cuyo nacimiento cumpliría a la
perfecció n la profecía de Isaías (Mt 1, 23)

B. LECTURAS COMPLEMENTARIAS:

26. PROFETAS MENORES Y PROFETAS MAYORES:

Miqueas es uno de los doce profetas menores, mientras Isaías es uno de los tres
mayores. Esta divisió n sin embargo no es importante, ya que en ambos grupos de
profetas es Dios quien nos habla, pero se hizo por razó n de la extensió n má s o menos
grande de los textos transmitidos bajo el nombre de cada uno de los portavoces de
Yavé. Miqueas pertenece a los menores porque el libro que lleva su nombre contiene
siete breves capítulos, e Isaías pertenece a los mayores porque son sesenta y seis
capítulos puestos bajo su nombre, siendo el libro má s largo de toda la Biblia, a
excepció n del libro de los Salmos.

27. DEL REY DE ISRAEL AL REINO DE DIOS:

En el siglo 19 la Alianza se había consolidado y concretado en la idea del Reino. Tras el


ensayo infructuoso de Saú l consagrado por Yavé (1 Sam 10), David logró la fundació n
del Reino aprovechando la ruina de los grandes imperios contemporá neos y se
estableció en una nueva capital, Jerusalén, destinada a ser el centro religioso y político
de la nació n. Su éxito había sido ratificado por Yavé. Este había sido ratificado por
Yavé. Este había hecho con el rey una alianza eterna (2 Sam 23, 5; Salmo 89, 4, 35;
Isaías 55,3) al anunciarle por medio del profeta Natá n: “Tu casa y tu reino será n para
siempre asegurados, tu trono será afirmado para siempre” (2 Sam 7, 16). Yavé había
sido hasta aquí el rey de Israel sin intermediario (1 Sam 8, 7); desde ahora tiene un
lugarteniente encargado de la custodia de su pueblo (Salmo 2,6)

Son conocidas las desilusiones que siguieron… Los reyes no fueron perfectos ni desde
el punto de vista moral ni desde el punto de visto religioso. En los libros proféticos
resuenan las amonestaciones apasionadas que se les dirigen (p.e. Jeremías 22, 13, 17)
y un día el Eclesiá stico, al mirar retrospectivamente la historia santa, constatará con
melancolía: “Fuera de David, Ezequías y Josías, todos han cometido iniquidad”

La experiencia del reino se saldrá con un fracaso y si su desaparició n en al añ o 587


(A.C.) constituyó un motivo de escá ndalo, los profetas no tardaron en darle sentido
religioso: la mano de Dios había caído sobre Israel al colmarse las medidas del pecado
nacional. Un día, cuando la prueba purificadora haya sido vivida, Dios podrá volver a
tomar la idea de su Reino, para incluirla a un nuevo plan (lo mismo con la idea de
Alianza)Por lo demá s ¿no habían ya soñ ado los profetas un Reino má s excelente, que
el mismo Dios en persona había de establecer? Su sueñ o se había formado a la luz de
la experiencia, por contraste con la realidad grosera que tenían ante los ojos. Yavé

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 81


hará otro nuevo. ¿No es el Dios justo (Amó s), tierno (Oséas), Santo (Isaías), universal
(Isaías), y la realidad por él creada podrá no dar testimonio de esos atributos
esenciales? Se soñ ó pues un reino má s digno de él, má s religioso, má s moral, má s
verdaderamente universal.

La paz y la justicia (Salmo 72), el conocimiento de Dios (Isaías 11, 9), la santidad de los
sú bditos (Daniel 7, 22), su simple cualidad de hombres (Salmo 87), todos estos trazos
componen un cuadro del reino futuro, bastante diferente del viejo reino. (A. Glein: Las
Ideas Fundamentales del Antiguo Testamento, pp 53-55)

C. TEXTOS PARA MEDITAR Y REZAR:

54. EN TIEMPO DE CRISIS, UNA ESPERANZA:

Yavé por medio de Isaías, se dirigió otra vez a Ajaz y le dijo: “Pide a Yavé, tu Dios, una
señ al, aunque sea en las profundidades de la tierra o en las alturas del
cielo”.Respondió Ajaz: “No la pediré, no quiero poner a prueba a Yavé”. Entonces
Isaías le dijo: “Casa de David, escuchen: ¿No les basta cansar a los hombres? ¿También
quieren cansar a mi Dios? El Señ or entonces les dará una señ al: Miren que la virgen
está embarazada y da a luz un hijo varó n a quien le pondrá por nombre Emmanuel
(que significa: Dios está con nosotros). El niñ o se alimentará de leche cuajada y miel
hasta que tenga la edad de distinguir lo malo de lo bueno. Porque antes que el niñ o
sepa rechazar lo malo y elegir lo bueno, los territorios de los dos reyes que ahora te
amenazan (es decir Israel y Damasco) será n destruidos. (Is 7, 10-16)

55. LA MANIFESTACION DE EMMANUEL:

El pueblo que andaba en las tinieblas vio una luz intensa, y su resplandor iluminó a los
que vivían en el país de las sombra… Miren los zapatos que hacían retumbar la tierra y
los mantos manchados de sangre. Van a ser quemados, el fuego los devorará .

UN NIÑO NOS HA NACIDO, un hijo se nos ha dado. Sobre sus hombros descansa el
imperio y los llamará n: Consejero admirable, héroe divino, Padre para siempre,
Príncipe de la paz.

Grande es el imperio, la paz no tiene fin para el trono de David y su reino. Lo establece
y lo sostiene por el derecho y la justicia, desde ahora y para siempre.El amor celoso de
Yavé hará esto. (Is 9, 2-7)

56. EL PRINCIPE DE LA PAZ:

Una rama saldrá del tronco de Jesé, un brote surgirá de sus raíces. SOBRE É L
REPOSARÁ EL ESPÍRITU DE YAVÉ , Espíritu de sabiduría e inteligencia, Espíritu de
consejo y fortaleza, Espíritu de ciencia y temor de Yavé.

No juzgará par las apariencias, ni se decidirá por lo que se dice. Juzgará con justicia a
los débiles y dictará sentencias justas a los pobres.

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 82


Su palabra herirá al que oprime, el soplo de sus labios matará al malvado. La justicia
será su cinturó n, la lealtad el ceñ idor de sus caderas. (Isaías 11, 1-5)

1. D. CUESTIONARIO:
2. Diga có mo Amos se imaginaba que iba a ser el día de Yavé.
3. ¿Qué actitud tenían los judíos para con los samaritanos?
4. ¿Por qué todos los príncipes de Judá fueron de la familia de David?
5. ¿Qué anunciaba la profecía má s importante de Miqueas en cuanto al Mesías?
6. Dé dos términos que traducen la palabra Mesías.
7. Complete lo siguiente: La vocació n de Isaías, cuyo relato está en el capítulo ______
de su libro, ocurrió en ______________________. Dios se le apareció bajo la forma de un
___________________.
8. Haga una comparació n entre la reacció n de Isaías en presencia de Dios, el
publicano de la pará bola de Luca 18, 13 y lo que debe ser la actitud del cristiano.
9. ¿Qué significa “Emmanuel”? y ¿qué aliento tiene para nosotros?

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 83


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TEMA 17: LA CAÍDA DE JERUSALÉN,FIN DRAMÁTICO DE UNA EPOCA


Desarrollo:

A. LA CAIDA DE JERUSALEN, FIN DRAMATICO DE UNA EPOCA:

El pueblo de Dios, limitado en adelante al reino de Judá , tenía la posibilidad de sacar


consecuencias importantísimas de la ruina definitiva de Samaria en el añ o 721 (A.C.).
Ya que Dios habla mediante los hechos de la historia, se podía ver en las desgracias de
los hermanos del norte una oportunidad má s de conversió n. Así lo entendieron, con
los profetas, dos reyes piadosos que se destacaron entre los que reinaron en
Jerusalén: Ezequías, en el siglo 8, y su bisnieto Josías, en el siglo 7.

LA VOLUNTAD DE EZEQUIAS:

Se puede decir que la mayor preocupació n de Ezequías, hijo de Ajaz fue la de reformar
la religió n, lo que está descrito en 2 Reyes 18-20 y 2 Cró nicas 29-32.

El rey luchó contra todas las formas de idolatría. Por ejemplo “Rompió la serpiente de
bronce que Moisés había hecho, porque los israelitas le habían quemado incienso” (2
Reyes 18, 4). Esto demuestra que una cosa, buena en un tiempo, puede resultar mala
en otro, por los abusos que se cometen.

Centralizó el culto en Jerusalén, porque los pequeñ os santuarios rurales fomentaban


má s la religiosidad popular que la verdadera fe. Ademá s limpió el Templo, reorganizó
el clero e hizo muchas otras cosas por el estilo.La Biblia poco habla del papel de los
profetas en esta empresa honesta de Ezequías. Parece que no se mostraron muy
interesados en reformas que tocaban só lo al culto. Ellos, por lo contrario, sabían que lo
má s importante es la vida, y lo que hace falta es primero la conversió n del corazó n,
luego la prá ctica de la justicia, y que al no cumplirse estos requisitos, la religió n no
sirve para nada: lea detenidamente Isaías 1, 11-17.

LA SUPREMA AGONIA DE JUDA:

Desgraciadamente cuando murió Ezequías, subió al trono su hijo Manasés, cuyo largo
reinado de cuarenta y cinco añ os fue desastroso para la fe. Es que las reformas de su
padre no habían sido populares: a mucha gente no le gustan los cambios en la religió n,
aun cuando son buenos y necesarios. Volvieron a los ídolos y a la superstició n. La
misma degradació n continuó bajo el rey Amó n, que fue asesinado después de

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 84


gobernar só lo dos añ os. La ú nica excepció n que hubo en esa triste serie de reyes
infieles del siglo 7 fue el joven Josías, quien trabajó en la línea de Ezequías.

En el añ o de 622 (A.C.) empezó a arreglar el Templo, completamente descuidado por


los reyes anteriores. Fue entonces cuando se descubrió “el Libro de la Ley”, es decir
esa parte del Deuteronomio desde el capítulo 12 al 26, traído a Jerusalén por
sacerdotes de Samaria cuando cayó el reino del norte cien añ os antes (2 Reyes, del
22,3 al 23,25). El hallazgo causó un gran impacto de Judá . Josías encontró en él la base
de su reforma: 1) Un solo Dios; 2) Un solo Templo; 3) Má s justicia y comprensió n para
los desamparados, los pobres y los esclavos (Deuteronomio 15; 16,18).

Se renovó la Alianza, como en tiempo de Josué, con la impresió n de empezar una


nueva era. Se celebró la Pascua segú n un rito nuevo y con mucho entusiasmo (2 Reyes
23, 21-23).

Pero todas las esperanzas se desvanecieron cuando murió Josías en el añ o 609. Era el
fin de la reforma y el colapso de un ideal. En los veintidó s añ os siguientes, cuatro
descendientes de Josías llevaron sucesivamente el título de rey. Esa inestabilidad
recuerda los ú ltimos añ os del reino del norte y el desenlace iba a ser muy parecido,
só lo cambió el nombre del “azote”: en vez de Asiria fue el nuevo imperio caldeo,
Babilonia.

Jerusalén fue conquistada por Nabucodonosor, primero en el añ o de 598 (A.C.). El rey


Joaquín no pudo resistir y fue desterrado a Babilonia con los notables y un total de
diez mil personas (2 Reyes 24, 1-16). Ezequiel, el futuro profeta, iba con ellos.
Mientras tanto, el vencedor eligió como rey a otro hijo de Josías, Matanías,
cambiá ndole su nombre en Sedecías.

Pero Sedecías, ú ltimo rey de Judá , se sublevó con el pueblo contra Babilonia. La
reacció n de Nabucodonosor fue implacable: después de un largo asedio, Jerusalén fue
nuevamente tomada, el Templo quemado, los hijos del rey ejecutados en presencia de
su padre; a éste le sacaron los ojos y lo llevaron encadenado a morir a Babilonia. La
mayor parte de la població n fue deportada. El reino de Judá había llegado a su fin.
También se había acabado, para los israelitas, una época de su historia iniciada por
David: la de la independencia política.

JEREMIAS EN LA TORMENTA:

Pero el fin de Judá no significaba el fin del plan salvador. El amor de Dios es má s fuerte
que todos los pecados del mundo: tal era la convicció n de los profetas de ese tiempo,
Sofonías, Nahum, Habacuc y, sobre todo, Jeremías. Este era un joven de veinte añ os
cuando sintió que Dios lo llamaba a hablar en su nombre (lea B 28). Lo hizo durante
cuarenta añ os, los ú ltimos de Judá .

Al principio, es decir del añ o 626 a 609, su misió n no le costó mucho, ya que se trataba
sobre todo de apoyar la labor de Josías (1-7). Pero a partir de la muerte del rey hasta
la catá strofe de Jerusalén (añ o 587), Jeremías encontró resistencia y hostilidad de
todos:

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 85


De los sacerdotes (Jeremías 20, 1-6), porque no dejaba de denunciar las falsas
garantías que a menudo hacen de la religió n un tranquilizante: el culto (Jeremías 6,
20), el Templo (Jeremías 7, 4), la Ley (Jeremías 8, 8-9), la circuncisió n (Jeremías 9, 24),
los sacrificios (Jeremías 14, 12): lea C 57;

De los reyes (Jeremías 36), porque se atrevió a enjuiciar a los hijos de Josías (Jeremías
22, 10-30);

De los falsos profetas que engañ aban al pueblo, porque él, en cambio, anunciaba
desgracias y castigos (Jeremías 23, 9-40; 27-28). Todo le parecía podrido (17, 1-2),
por lo cual la misma institució n tenía que desaparecer (19, 11). La ú nica posibilidad
de escapar vivos era entregarse al enemigo (27, 12).

Por todo esto Jeremías fue acusado de traició n y de subversió n, fue despreciado,
golpeado, encarcelado, abandonado por los suyos, imagen viva del futuro Mesías y de
Jesú s en su Pasió n.

Y sin embargo, ese hombre que parecía apagar la esperanza siguió creyendo en el
futuro de su nació n. Má s allá del castigo creyó en el perdó n (Jeremías 30). Má s allá del
destierro creyó en el retorno a la patria: por eso compró un campo en Anatot, su
pueblo (Jeremías 32). Má s allá de la perversió n creyó en la Nueva Alianza, cuando
Yavé escriba su Ley ya no en las tablas de piedra sino en el corazó n de sus hijos,
Alianza que se hizo realidadpara nosotros (Lea C 58)

B. LECTURAS COMPLEMENTARIAS:

28. VOCACION DE JEREMIAS:

En el lenguaje corriente, tener una vocació n es sentir una cierta tendencia o tener
aptitudes para determinadas funciones. En este sentido, es má s preciso reconocer que
Jeremías no tuvo jamá s la vocació n de profeta, menos todavía Eliseo, sorprendido por
Elías en el momento en que conducía su yunta o que Amó s, cogido por Dios en el
momento en que criaba bueyes y cultivaba sicó moros.

Ciertamente, Jeremías era de familia sacerdotal. Pero, en la aldea de Anatot, junto a un


santuario de poca importancia, cuá les podían ser las ambiciones o las perspectivas de
un modesto ministro? Jeremías parecía destinado a llevar una vida sin historia. A
juzgar por las apariencias humanas, nadie habría sospechado en Jeremías una
vocació n de profeta.

LA LLAMADA DE DIOS:

Pero Dios decidió de otro modo, al elegirle para asociarlo a su obra. Estamos, pues, en
presencia de una “vocació n” en el sentido preciso de la palabra, es decir, de una
llamada venida de Dios.

“Antes de formarte en el vientre de tu madre, te conocí, antes que salieras del seno, te
consagré, profetas de las naciones te constituí”.

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 86


Lejos de sentirse tranquilizado, Jeremías tiembla ante tal misió n. Trata de sustraer
anteponiendo no su repugnancia, sino su incapacidad:“Ah, Señ or Yavé, mira, yo no sé
hablar, que soy un niñ o” (Jeremías 1, 6)Yavé insiste: Jeremías hablará en nombre del
Señ or, y por ello ya no será un niñ o. La ayuda de Dios debe inspirarle confianza:“No
digas: “Soy un niñ o”, porque a todos los que te envíe irá s, y todo lo que te ordene les
dirá s. No tengas miedo de ellos, porque estoy contigo para librarte” (Jeremías 1, 7-8)

LA MISION:

Como en todas las vocaciones proféticas, esta misió n es simbolizada por un gesto.
Isaías había visto có mo un á ngel le purificaba los labios con una brasa candente. A
Ezequiel Dios le presentará un libro, del que el profeta tendrá que alimentarse. Para
Jeremías el gesto es má s simple: ve una mano que le toca los labios, que pone palabras
en su boca.

En adelante, ya no será n sus propias palabras las que pronunciará el profeta, será n las
palabras de Dios. Es terrible la obra que se le encomienda: “Mira. En este día te
constituyo sobre naciones y reinos, para arrancar y deshacer, para destruir y derribar,
para edificar y plantar” (Jeremías 1, 10). En este día de su vocació n, Jeremías recibe de
una vez esta doble misió n: de destrucció n y de construcció n. La Palabra de Dios se
basta para conseguir de Jeremías la obediencia. (Fuente: La Biblia y su Mensaje, No.46
pp, 7-8)

C. TEXTOS PARA MEDITAR Y REZAR:

57. JEREMIAS DENUNCIA LAS FALSAS SEGURIDADES:

Yavé se dirigió a Jeremías: “Pá rate en la puerta de la casa de Dios y publica allí
estapalabra: “Escuchen, hombres de Judá , que entran por esta puerta a adorar a Yavé”.
Asíhabla Yavé, Dios de Israel: Mejoren su proceder y sus obras, y yo me quedaré con
ustedes en este lugar. No confíen en palabras mentirosas como éstas: templo de Yavé,
templo de Yavé, templo de Yavé es éste.Pero si mejoran su proceder y sus obras, si
hacen justicia entre unos y otros, si no oprimen al extranjero, al huérfano y a la viuda,
si no derraman sangre inocente en este lugar, si no van en pos de otros dioses, para
desgracia de ustedes, entonces yo los mantendré en este lugar, en el país que di a sus
padres desde hace tiempo y para siempre.

Pero ustedes se fían en palabras engañ osas que de nada sirven. Ustedes roban, matan,
toman la esposa del pró jimo, juran en falso u ofrecen sacrificios a otros dioses que no
les di a conocer. Y luego vienen a presentarse ante mí, en este templo que lleva mi
nombre, y dicen: “Aquí estamos seguros”, cuando acaban de hacer todas estas cosas
malas.

Mi casa, que lleva mi nombre, ¿acaso la toman por una cueva donde se reú nen
ladrones? Yo no estoy ciego, palabra de Yavé! Vayan pues, a mi santuario de Silo en el
país de Israel; ésta era mi casa, al principio. Y miren como la destruí, por los crímenes
de Israel a pesar de que también ellos eran mi pueblo… Por eso, lo que hice con mi

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 87


santuario de Silo, lo haré también con este Templo por el que se sienten seguros. Lo
destruiré a pesar de que lleva mi nombre. (Jeremías 7, 1-14)

58. JEREMIAS Y LA NUEVA ALIANZA:

Vendrá n días, palabra de Yavé, en que Yo pactaré con el pueblo de Israel y con el de
Judá una nueva alianza.No será como esa alianza que pacté con sus padres, cuando los
tomé de la mano, sacá ndolos de Egipto. Ellos quebraron mi alianza, siendo Yo el Señ or
de ellos.Esto declara Yavé: Cuando llegue el tiempo Yo pactaré con Israel esta otra
alianza:

Pondré mi Ley en su interior, la escribiré en sus corazones, y Yo seré se Dios y ellos


será n mi pueblo. Ya no tendrá n que enseñ arse mutuamente diciéndose el uno al otro:
“Conozcan a Yavé”. Pues me conocerá n todos, del má s grande al má s humilde. Porque
Yo hablaré perdonando su culpa y no me acordaré má s de su pecado. (Jeremías 31, 31-
34)

D. CUESTIONARIO:

1. ¿Cuá l fue la mayor preocupació n del rey Ezequías?


2. ¿Por qué el rey Ezequías, rompió la serpiente de bronce que Moisés había hecho?,
¿Qué puede demostrar eso? Analice.
3. ¿Por qué los profetas, segú n parece, no se interesaron mucho por la reforma
iniciada por el rey Ezequías?
4. Enumere las tres ideas fundamentales del Deuteronomio.
5. Diga en qué Jeremías se parece a Jesú s (A partir de sus conocimientos personales y
de lo

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TEMA 18: EL EXILIO, DRAMA DE UN PUEBLO SIN TIERRA


Desarrollo:

A. EL EXILIO, DRAMA DE UN PUEBLO SIN TIERRA:

No es difícil imaginar cuá les eran los sentimientos de los presos políticos cuando en
julio de 587 emprendieron el sombrío camino del exilio: confusió n, pesar,
desesperació n y, sobre todo, la convicció n de haber contribuido, cada uno a su
manera, al suicidio de la nació n elegida.

En adelante no cabía posibilidad alguna de engañ arse: habían dejado de existir como
pueblo, ya no tenían líderes como en tiempos de Moisés o de los Jueces, por eso
estaban condenados a desaparecer como colectividad, lo mismo que había pasado con
los deportados de Samaria. No eran má s que los desafortunados sobrevivientes de un
pueblo muerto… Así pensaban ellos al recorrer los agotadores mil doscientos
kiló metros que hay desde Jerusalén a Babilonia.

EXAMEN DE CONCIENCIA COLECTIVO:

Si bien se les ocurría a unos pocos echar la culpa a los demá s, la mayoría prefería má s
bien hacer su propio examen de conciencia, individual y colectivo. Unos
remordimientos candentes invadían las mentes y los corazones: “¿Por qué hemos
despreciado las amenazas de Jeremías? ¿Por qué no hemos respondido a tiempo a sus
desesperados llamados?” Todos pensaban en él. Y ese hombre que tanto había sido
perseguido, vino a ser el má s apreciado de los profetas. No estaba con ellos en
Babilonia, porque había sido autorizado para quedarse en Judá (lea B 29). Sin
embargo su influencia iba creciendo a medida que recordaban su mensaje. A la luz de
sus palabras comprendieron, por fin, que cuando se olvida a Dios y se menosprecia su
santa voluntad, el hombre se destruye a sí mismo, los hogares se vienen abajo por la
infidelidad, la violencia arruina la sociedad. Los exiliados reconocieron sus pecados y
los confesaron (lea C 59).

Pero lo má s importante quedaba pendiente: la reconciliació n, el perdó n que só lo viene


de Dios. ¿Era acaso posible que Yavé los abandonara a su suerte y los tratara como
había tratado a los pecadores de Sodoma y Gomorra o, má s cerca, los de Samaria? De
nuevo fue Jeremías quien les abrió la puerta de la esperanza, porque se bien había
profetizado castigos, había hablado también de conversió n y de la posibilidad del
perdó n, ya que Dios es un padre cuyas entrañ as se conmueven ante las quejas y
gemidos del niñ o castigado (Jer 31, 20).

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 89


Má s aú n, Jeremías había escrito una carta a los exiliados de la primera deportació n
(añ o 598), para decirles que el castigo iba a ser largo, pero no definitivo: “Cuando se
cumplan los setenta añ os de Babilonia, los visitaré y cumpliré mi promesa de hacerlos
volver a su patria” (Jer 29, 10).

EZEQUIEL Y SU MIRADA AL FUTURO:

Cuando los recién desterrados se juntaron con los primeros, se dieron cuenta de que
las pruebas de diez añ os de exilio habían producido ya ciertos frutos de renovació n
espiritual (lea B 30). Privada de todo, esa gente había escogido cuidadosamente los
recuerdos y las tradiciones de su fe, para meditarlos en bú squeda de conversió n ye
fidelidad. Un grupo de sacerdotes les recordaba su historia, desde la conquista de la
tierra con Josue y los tiempos heroicos de los Jueces hasta Samuel y los Reyes. Todo
ese pasado fue pensado e interpretado a la luz del pensamiento y del ideal de Moisés
tal como está expresado en el “Libro de la Ley” o Deuteronomio. Remontaron hasta los
recuerdos má s antiguos de los Patriarcas y descubrieron en esta herencia espiritual la
Palabra de Dios que se dirige a todo hombre y exige una respuesta.

Entre los promotores de este movimiento se destacó un hombre de una imaginació n


tremenda y capaz de comunicar su entusiasmo a los demá s: Ezequiel, sacerdote de
Jerusalén desterrado en el añ o de 598; cuatro o cinco añ os después, Yavé hacía de él
uno de los profetas má s grandes.

Ya en su primera visió n, la de su vocació n, Ezequiel contempló la gloria de Yavé que se


trasladaba de Jerusalén a Babilonia (Ez 1): Dios va al encuentro del hombre. En
adelante, los exiliados podían contar con la presencia de Dios y darle “un culto en
espíritu y en verdad” (Lea Juan 4, 20-26)

En visiones posteriores, Ezequiel vio un campo cubierto de huesos humanos secos


que de repente se animaron por el soplo de Dios, como en la creació n (Ez 37), y una
corriente de agua que salía del Templo y bajaba a comunicar vida al Mar Muerto (Ez
47). Las dos visiones simbolizaban y anunciaban que Yavé iba a resucitar a su pueblo
muerto, pero también algo aú n má s profundo, es decir esa vida nueva que Cristo nos
comunicará por el don de su Espíritu la en este orden: Jn 2, 19-22; 19, 34; 7, 37-39).

De ese pueblo Yavé será el pastor que reú ne a sus ovejas para entregarlas después a
un hijo de David (Ez 34; lea también Lc 15, 4-7 y Jn 10, 11-16).

Un día Yavé contraerá una nueva alianza con su pueblo (Ez 36, 24-28), obra de Jesú s,
como lo sabemos.

UN SEGUNDO ISAIAS:

Sin embargo, a pesar de los sueñ os de Ezequiel quien, en su imaginació n veía el futuro
Templo y el nuevo culto hasta en sus detalles, el pueblo desterrado seguía
desanimado, afligido y humillado.

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 90


Entonces Dios llamó a otro profeta, del cual ni siquiera se sabe el nombre, pero desde
algú n tiempo se lo ha apodado Deutero-Isaías o Segundo Isaías, ya que su mensaje se
halla en el actual libro de Isaías (Is 40 – 55).

El matiz propio de este profeta viene indicado en las primeras palabras que tenemos
de él: “Consuelen a mi pueblo” (Is 40, 1). Es el libro de la consolació n de Israel: el exilio
está por acabar, la orgullosa Babilonia será destruida (Is 47). De hecho fue
conquistada en el añ o de 539 por Ciro, emperador de los persas. Yavé, el Señ or de
todos los pueblos, librará a Israel, y el retorno a Jerusalén será como un nuevo É xodo
(Is 40, 3; 43, 16-17).

El Deutero-Isaías contiene cuatro cantos o poemas importantísimos sobre el siervo de


Yavé, sus sufrimientos, sus triunfos (Is 42, 1-9; 49, 1-6; 50, 4-11; 52, 13 hasta 53, 12).
El cuarto, una de las pá ginas má s bellas de la Biblia, describe có mo ese Siervo de Dios
expió los pecados de los demá s por sus dolores; pero cuando murió fue glorificado, y
entonces su fecundidad espiritual empezó (lea C 60).

¿Quién era ese siervo de Yavé? ¿El pueblo exiliado? ¿Jeremías? ¿Otro profeta?, no se
sabe exactamente. Pero lo que sí sabemos es que má s de quinientos añ os después,
Jesú s iba a leer en esos versos del libro de Isaías el plan de su Padre sobre É l (Lc 24,
25, 27; Hechos 8, 32-35)

B. LECTURAS COMPLEMENTARIAS:

29. EL FIN DE JEREMIAS:

Nabucodonosor, que no deseaba la desaparició n de Judá , colocó allí como gobernador


a Godolías, un amigo de Jeremías. Este apoyó por su parte la nueva política: sumisió n
al caldeo, tranquilidad y trabajo. Godolías tenía su residencia en Misfa, antigua ciudad
al norte de Jerusalén. Hubo por entonces un período de conflictos, y Godolías fue
asesinado por un faná tico, miembro de la familia derrocada (Is 40-41). Un gran
nú mero de judíos quedaron completamente abatidos por estos sucesos. No habiendo
podido coger al asesino y temiendo ser acusados de complicidad, huyeron a Egipto,
llevá ndose consigo al profeta, que no tardaría mucho en morir. En el capítulo 44 de su
libro, se hallan sus ú ltimas palabras conocidas: una diatriba contra la idolatría,
siempre pronta a renacer. La leyenda dice que murió má rtir en Tafne, lapidado por
sus conciudadanos, que estaban hartos de sus amenazas. (A. Gelin, Figuras Bíblicas, p.
72)

30. EL EXILIO Y EL CRISTIANO:

Los pasajes bíblicos dedicados al exilio recuerdan al cristiano un importante período


del plan de Dios y, por este solo motivo, deberían leerse asiduamente. Sin embargo,
son de un interés inmensamente mayor que el de una documentació n histó rica,
aunque de orden religiosa: todo cuanto es positivo en la predicació n de los profetas,
habrá de tenerlo en cuenta el cristiano durante su vida, especialmente cuanto se
refiere a la Nueva Alianza y al Siervo de Yavé, lo cual le concierne directamente y se le

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 91


aparece en toda su riquezaporque vive en esta Alianza y conoce la Pasió n y la
Resurrecció n de Cristo.

Ademá s, el exilio, en sí mismo, es ya una enseñ anza, ante la conducta de Dios respecto
de su pueblo: no quiere É l la muerte del pecador, sino que se convierta y viva, y si
envía las pruebas o el castigo, es só lo para el progreso espiritual de sus hijos. Al Dios
del exilio se referirá San Pablo cuando escriba: “Sabemos también nosotros que en
todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman, de aquellos que has sido
llamados segú n su decreto” (Rm 8, 28); y la lecció n del exilio anticipa la futura lecció n
del misterio del sufrimiento y de la cruz que conducirá n a la vida: “¿Acaso no era
necesario que el Cristo padeciera todas estas cosas y entrara así en su gloria?” (Lc 24,
26). (P. de SURGY, Las Grandes Etapas del Misterio de la Salvació n, pp. 115-116)

C. TEXTOS PARA MEDITAR Y REZAR:

59. LA ORACION DE ISRAEL ARREPENTIDO:

Me corregiste y corregido fui, como un novillo no domado; Ayú dame a volver y


volveré, pues Tú , Yavé, eres mi Dios.

Porque luego de desviarme, me arrepiento, y luego de darme cuenta, me golpeo el


pecho, estoy avergonzado y confundido… (Jer 31, 118-19)

60. CUARTO CANTO DEL SERVIDOR DE YAVE…

He aquí que prosperará mi Siervo, ocupará un alto puesto, seguirá subiendo y se hará
famoso.Así como muchos quedaron espantados al verlo, pues su cara estaba
desfigurada que ya no parecía un ser humano, así también numerosos pueblos se
asombrará n y en su presencia los reyes no se atreverá n a abrir la boca cuando vean lo
que nunca se había visto, y observen cosas que nunca se habían oído.

Quién podrá creer la noticia que recibimos y la obra de Yavé? A quién se la reveló Este
hombre creció ante Dios como un retoñ o, como raíz de tierra seca. No tenía gracia ni
belleza, para que nos fijá ramos en él, y no tenía aspecto que pudiéramos estimar.
Despreciado y tenido como la basura de los hombres, hombre de dolores y
familiarizado con el sufrimiento, semejante a aquellos a los que se les vuelve la cara,
estaba despreciado y no hemos hecho caso de É l. Sin embargo, eran nuestras
dolencias las que É l llevaba, eran nuestros dolores lo que le pesaban, y nosotros lo
creíamos azotado por Dios, castigado y humillado.

Ha sido tratado como culpable a causa de nuestras rebeldías y aplastado por nuestros
pecados. El soporta el castigo que nos trae la paz y por sus llagas hemos sido sanados.

Todos andá bamos como ovejas errantes, cada cual seguía su propio camino, y Yavé
descargó sobre É l la culpa de todos nosotros.

Fue maltratado y É l se humilló y no dijo nada; fue llevado cual cordero al matadero,
como una oveja que permanece muda cuando la esquilan. Fue detenido y enjuiciado
injustamente sin que nadie se preocupara por É l.

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 92


Fue arrancado del mundo de los vivos, y herido de muerte por los crímenes de su
pueblo.

Fue sepultado junto a los malhechores y su tumba quedó junto a los ricos a pesar de
que nunca cometió una violencia ni nunca salió una mentira de su boca.

Quiso Yavé destrozarle con padecimientos, y É l ofreció su vida como sacrificio por el
pecado. Por esto, verá a sus descendientes y tendrá larga vida, y por É l se cumplirá lo
que Dios quiere.

Después de las amarguras que haya padecido su alma, verá la luz y será colmado. Por
su conocimiento, mi Siervo justificará a muchos y cargará con todas sus culpas. Por
eso lle daré en herencia muchedumbres y recibirá los premios de los vencedores. Se
ha negado a sí mismo hasta la muerte, y ha sido contado entre los pecadores, cuando
en realidad llevaba sobre sí los pecados de muchos e intercedía por los pecadores.
(Isaías 52, 13 hasta 53, 12)

D. CUESTIONARIO:

1. ¿Quién abrió a los desterrados de Babilonia la puerta de la esperanza?


2. Complete la frase: Dios es un ____________________ cuyas entrañ as se ________________ las
quejas y los gemidos del __________________ castigado.
3. ¿Qué enseñ anza sacó Ezequiel de su primera visió n?
4. ¿Qué mensaje contiene la visió n de los huesos secos?
5. ¿Por qué el profeta sin nombre del siglo 6 se llama “Segundo Isaías”?
6. ¿Có mo se llama el mensaje central del Segundo Isaías?
7. El segundo Isaías contiene los cantos del Siervo de Yavé: ¿Cuá ntos Son? Diga a qué
capítulo y versículos corresponde cada uno de ellos. ¿De qué hablan los poemas?
¿Qué relació n existe entre el Siervo de Yahvé y Jesucristo?

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 93


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CURSO BIBLICO:“LUZ EN MI CAMINO”

TEMA 19: UN PEQUEÑO RESTO DE POBRES


Desarrollo:

A. UN PEQUEÑO RESTO DE POBRES:

Los cincuenta o sesenta añ os que duró el exilio de Babilonia constituyeron una etapa
importantísima en la preparació n del Pueblo de Dios. Las pruebas, la meditació n del
pasado y la labor de los profetas suscitaron tiempos después la formació n de un grupo
selecto de fieles, un “residuo” que practicaba una religió n despojada de toda falsa
seguridad y era animado por una fe cada vez má s sencilla y viva.

NO TODOS, SINO UN PEQUEÑO RESTO:

Ya desde los tiempos má s antiguos los sabios de Israel habían tenido la firme
convicció n de que frente a una amenaza de destrucció n o una catá strofe cualquiera
siempre iba a sobrevivir un resto, una pequeñ a porció n que sería depositaria de las
promesas y de la esperanza. Tal era por ejemplo la lecció n que todos sacaban de la
historia de Noé y su familia, ese residuo de humanidad que se salvó del diluvio. Má s
cerca tenían el caso de los hebreos que se habían rebelado casi todos contra Yavé en el
desierto, cuyos hijos sin embargo escaparon a la muerte y entraron en la Tierra
Prometida. Muchos profetas hablaron del “pequeñ o resto de Israel”; lo hicieron en
contextos diversos y cada uno a su manera, pero sus aportes respectivos aclararon el
concepto de “resto”.

ELIAS: Vivió en medio de la apostasía del siglo 9, en el norte. Pero Yavé le prometió :

“Dejaré en Israel a siete mil hombres los que se arrodillaron ante el dios Baal” (1
Reyes 19, 18)

AMOS: Profeta del norte durante el siglo 8, él también habló de la salvació n de un


“resto”: “Como el pastor salva de la boca del leó n dos patas o la punta de una oreja, así
se salvará n los hijos de Israel” (Amos 3, 12). Con su lenguaje figurado, anunció que así
como un colador retiene las piedras y deja pasar la arena fina, así también los juicios
divinos dejará n que se pierdan los pecadores y só lo se conserven los buenos.

ISAIAS: A pesar de amenazas de guerra y no obstante la falta de fe de muchos, Isaías


estaba tan convencido de que un grupito iba a permanecer fiel a Yavé, que a su hijo le
puso el nombre de “Shear Yashub”, lo que significa “Un resto volverá ”, es decir unos
pocos se convertirá n a Dios y escapará n a la destrucció n gracias a la misericordia de
Dios (Is 10, 20)

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 94


MIQUEAS: Al mismo tiempo, Miqueas anunciaba que Dios se estaba preparando un
resto entre su pueblo infiel (Miqueas 2, 12-13), un grupo purificado (Miqueas 4,7),
heredero del papel que había sido asignado a Abraham (5, 6-7), es decir se fuente de
bendició n o de maldició n segú n la actitud adoptada (Génesis 12,3). Así, la
descendencia del “padre de los creyentes”, numerosa como las estrellas del cielo, se
reducía de crisis en crisis a un pequeñ o nú cleo caracterizado por su fe y su santidad,
portador de las má s grandes esperanzas.

JEREMIAS: Para este gran testigo de la catá strofe de Judá no cabía duda: el resto lo
formaban los desterrados de Babilonia que un día iban a volver (Jer 24 y 29).

LOS POBRES DE YAVE:

Pero uno de ellos, el profeta Ezequiel, pronto se dio cuenta de que los sobrevivientes
de Babilonia no eran mejores que los que habían muerto (Ez 6, 8; 12, 15s). así que las
pruebas del exilio no le garantizaban a uno que perteneciera de verdad al “germen”
del pueblo nuevo, ese nú cleo limitado en nú mero pero llamado por Dios a continuar la
historia de la salvació n. Esta misió n estaba reservada a un grupo aú n má s purificado,
los pobres de Yavé.

Ya cerca del añ o 630 Sofonías había hablado en este sentido: “Yo dejaré en medio de ti
un pueblo humilde y pobre, y en el nombre de Yavé estará la esperanza del resto de
Israel” (Lea C 61).

Sin embargo le tocó al Segundo Isaías declarar que el pequeñ o resto del Pueblo de
Dios coincidía con los pobres de Yavé: “Alégrate, tierra… porque Yavé ha consolado a
su Pueblo, y de los pobres se ha compadecido” (Is 49, 13).Pero, ¿quiénes eran esos
pobres de Yavé? Eran efectivamente unos pobres, pero no todos los pobres.

Pobres lo eran de veras. El exilio de Babilonia les había quitado todos sus bienes de
Judá : tierra, casa, Templo, patria. No les quedaba nada. Había motivos para
desanimarse y perder la fe, y es posible que varios se hayan alejado de Dios por eso…

Aquí precisamente está la característica de los pobres de Yavé: en vez de rebelarse


contra Dios, se volvieron hacia É l y a los hermanos. Eran humildes ante Dios, le
confesaban sus pecados, aceptaban su voluntad sin reclamar. Tenían confianza en É l,
porque sabían que es un Padre fiel y bondadoso. Se sentían solidarios de los demá s
pobres y estaban siempre dispuestos a ayudar y defenderlos. Sobre todo esperaban la
salvació n del Mesías, pobre É l también, que vendría no como un conquistador, sino
montado modestamente en un burrito (Zacarías 9, 9).

Así eran los pobres de Yavé. Estas disposiciones de corazó n, que nosotros también las
debemos tener, las conservaron aun cuando volvieron a la normalidad, es decir a
poseer algunos bienes propios en Babilonia o de vuelta a la patria.

LOS SALMOS, ORACION DE LOS POBRES:

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 95


Para conocer mejor e imitar la mentalidad de los pobres de Yavé, debemos rezar y
meditar los salmos, que son la expresió n de su humildad, de su fe y anhelo de
salvació n.

Hay varias clases de salmos, y los ciento cincuenta no está n todos en relació n directa
con los pobres de Yavé, ni tampoco son todos del tiempo del exilio de Babilonia, ya
que algunos se remontan hasta David (má s detalles en B 31). Pero no cabe la menor
duda:

fue la piedad de los pobres la que inspiró una gran cantidad de esas oraciones de
perseguidos, de afligidos y de indigentes (lea C 62-63). Esas personas aparecen todas
como amigos y servidores de Dios (Sal 86, 1-2), en quien se refugian con confianza
(Sal 34, 5-11).

Los salmos fueron la oració n del pequeñ o resto que acogió al Mesías, como lo
demuestra el canto de María (Lc 1, 46ss); fueron la oració n de Jesú s, desde el
comienzo hasta el final en la cruz (Hebreos 10, 5ss; Lc 23, 46); fueron la oració n de los
primeros cristianos (Efesios 5, 19): por todos estos motivos deben ser nuestra oració n
también, para que, ojalá ! Tengamos un verdadero corazó n de pobre.

B. LECTURAS COMPLEMENTARIAS:

31. LOS SALMOS:

1) División y Numeración:

Los salmos se dividen en cinco libros: 1-40, 41-71, 72-88, 89-105 y 106-150. Cada
uno de los cinco libros termina con una alabanza especial llamada doxología: las
encontramos en Salmo 40, 13; 71, 18s; 88, 52; 105, 48; y el salmo 150 cierra no
solamente el libro quinto, sino todo el conjunto de los salmos.

Hay ciento cincuenta salmos, tanto en el texto original hebreo como en las
traducciones, la de “Los Setenta” (griega) y la de San Jeró nimo, llamada “Vulgata” (en
latín). Pero la numeració n es algo diferente. La diferencia se ha producido cuando los
traductores griegos (seguidos por Jeró nimo) dividieron en dos, ciertos salmos que en
hebreo eran un salmo y cuando hicieron de un solo salmo en su texto griego dos
salmos en el hebreo. Lo podemos representar en la forma siguiente:

Texto Hebreo Griego y Latín Texto Hebreo Griego y Latín

1-8 1-8 116, 1-9 114


9 9, 1-21 116, 10-19 115
10 9, 22-39 117 – 146 116 – 145
11 – 113 10 – 112 147, 1-11 146
114 113, 1-8 147, 12-20 147
115 113, 9-26 148 – 150 148 – 150

Así que hay coincidencia entre la numeració n hebrea y la griega y latina só lo en once
salmos: los primeros ocho y los ú ltimos tres. Es por eso que la mayoría de las biblias

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 96


indican con dos nú meros cualquiera de los salmos salvo los once que acabamos de
indicar, el primer nú mero correspondiendo al texto hebreo. (En algunas Biblias
aparece entre paréntesis el nú mero del salmo, correspondiente al griego). En este
curso hacemos referencia al sistema hebreo.[

2) Clasificación de los salmos: Varios estudiosos han propuesto la clasificació n de


los 150 salmos. Veamos la del alemá n Gunkel:

1. Himnos o cantos de alabanza: es la forma má s frecuente: por ejemplo


2. Salmo 8; 19,24; 29,113; 150.
3. Lamentaciones comunitarias ante peligro político o natural: por ejemplo
4. Salmo 44; 74; 79.
5. Salmos para el rey: Salmo 2; 20; 21; 45; 47; 110.
6. Lamentaciones personales: por ejemplo 109.
7. Acció n de gracias: 65; 66; 116; 136, entre otros.
8. Bendiciones (67) y maldiciones (109).
9. Salmos para el viaje a Jerusalén: 120 – 134.
10. Acció n de gracias de todo el pueblo, y no só lo de un individuo: 46 y 48 por ejemplo.
11. Salmos histó ricos: 77; 78; 105; 105, etc.
12. Salmos relacionados con la Ley; por ejemplo el 119, que es el má s largo y menos
poético.
13. Salmos proféticos (es decir parecidos a la predicació n de los profetas): 50; 83; etc.
14. Salmos de sabiduría, meditaciones sobre temas presentados por los sabios: 1; 36;
37.
Nó tese que los má s frecuentes son los primeros cinco tipos de salmo. Para el Nuevo
Testamento tendrá n mucha importancia los salmos 2; 16; 22; 41; 72; 89; 110 y 118
(Léelos).

C. TEXTOS PARA MEDITAR Y REZAR:

61. LOS POBRES DE YAVÉ, EL HUMILDE RESTO DE ISRAEL:

Yo dejaré en medio de ti un pueblo pobre y modesto y en el nombre de Yavé estará la


esperanza del resto de Israel.

No cometerá n má s injusticias ni dirá n mentiras, y no má s se encontrará en su boca


lengua engañ osa.

Hija de Sió n alégrate, lanza, Israel, gritos de gozo. Alégrate y exulta de todo corazó n,
hija de Jerusalén!.

Yavé ha retirado la condenació n que pesaba sobre ti. Ha alejado a tus enemigos. Yavé,
Rey de Israel, está en medio de ti, no temerá s ya ningú n mal!

Yavé, tu Dios, está en tu seno, Poderoso Salvador! (Sofonías 3, 12-17)

62. LA LIBERACION DE UN POBRE DE DIOS:

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 97


Quiero darte gracias, Señ or, Rey, y alabarte, oh Dios mi Salvador; a tu nombre doy
gracias. Pues Tú has sido para mí un protector y un apoyo y Tú libraste mi cuerpo de
la ruina, de lazo de la lengua malvada y de los labios que forjan la mentira. Frente a
mis adversarios fuiste mi apoyo y me libraste de un rey malvado y de una lengua
injusta. Me salvaste de las fuerzas oscuras de la muerte.

Me libraste de los falsos testimonios. Entonces me acordé de tu misericordia y de tu


manera de obrar desde el principio del mundo, y de có mo salvas, Señ or, a los que en
tiesperan… El Señ or escuchó mi oració n. Tú me salvaste de la ruina y me libraste del
momento malo. Por eso te daré gracias y te alabaré, y bendeciré el nombre del Señ or.
(Eclesiá stico o Sirá cida 51, 1-17)

63. UN SALMO DE LOS POBRES DE YAVE (Salmo 23):

El Señ or es mi pastor, nada me falta. A verdes pastos me lleva a reposar y a donde


brota agua fresca me conduce. Fortalece mi alma. Por el camino del bueno me dirige
por amor de su nombre. Aunque pase por quebradas muy oscuras no temo ningú n mal
porque Tú está s conmigo. Tu bastó n y tu vara me protegen. Me sirves a la mesa frente
a mis adversarios; con aceites tú perfumas mi cabeza y rellenas mi copa. Me acompañ a
tu bondad y tu favor mientras dura mi vida; mi mansió n será la casa del Señ or por
largo tiempo, largo tiempo.

D. CUESTIONARIO:

1. ¿Qué lecció n sacó el Antiguo Testamento de la historia de Noé salvado del diluvio
con su familia?
2. ¿Qué nombre le puso Isaías a su hijo? ¿Qué significa dicho nombre? y, ¿Por qué
cree usted que le puso ese nombre?
3. ¿Con quiénes identificó Jeremías al “resto” de Israel?
4. Lea y analice Sofonías 3, 12
5. “Alégrate, tierra, porque Yavé ha consolado a su Pueblo, y de los pobres se ha
compadecido”. ¿Quién dijo estas palabras en nombre de Dios? Ademá s, indique el
Libro (A.T.), capítulo y versículo(s).
6. Mencione cuatro características de los “pobres de Yavé”

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TEMA 20: DE BABILONIA A JERUSALÉN, EL CAMINO DE LA


RESURRECCION
Desarrollo:

A. BABILONIA – JERUSALEN, EL CAMINO DE LA RESURRECCION:

La historia de Israel enseñ a que Dios no se olvida nunca de su Pueblo. En la crisis


anterior a lasalida de Egipto, Yavé oyó el clamor de los hebreos oprimidos. Lo mismo
pasaría siglos después, cuandolos israelitas en exilio le dirigieron su plegaria sincera.

Pero mientras Yavé había elegido a Moisés, un descendiente de Abraham, para


encabezar el primer éxodo, se sirvió de Ciro, rey de los persas, un conquistador
pagano, para hacer posible el segundo éxodo, es decir la vuelta a Jerusalén. Así vemos
que Dios elige a quien quiere y puede valerse incluso de personas que le desafían o
sencillamente lo desconocen. Cristo dirá : “El que no está contra nosotros, está por
nosotros”, palabras que prohíben que el cristiano y su comunidad se encierren dentro
de sí (C 64).

LIBERTAD PARA TODOS:

Ciro fue un soberano inteligente y tolerante. Una de sus primeras medidas fue dar la
libertad a todos los desterrados de Babilonia. En el primer añ o de su gobierno (538)
promulgó un decreto que autorizaba la vuelta de los judíos a Jerusalén, les permitía
reconstruir el Templo, les aseguraba los fondos para hacerlo, les devolvía los vasos
sagrados que Nabucodonosor había trasportado a su capital para depositarlos como
trofeos en el templo de su dios, y de los cuales Baltasar había abusado en un festín
sacrílego (Daniel 5; Esdras 1, 1-4; 6, 3-5).

El decreto había de despertar grandes esperanzas: significaba la liberació n y una


nueva serie de hazañ as de Yavé comparables a las de Egipto… Pero la realidad no fue
tan bella. Muchos israelitas habían sido ganados por la civilizació n de Babilonia y
preferían quedarse allá . Otros habían tenido éxitos, y por lo tanto no quisieron
abandonar las tierras fértiles del Eufrates: estaban dispuestos a cooperar con dinero,
pero hasta ahí no má s (Esdras 1, 6). En el añ o 538 só lo un puñ ado de hombres
salieron rumbo a Jerusalén con Sesbasar, príncipe de la familia de David (Esdras 1, 11)

UNA LENTA Y PENOSA RECONSTRUCCION:

La llegada a la Ciudad Santa resultó aú n má s decepcionante. No hubo milagros en el


camino, ni gritos de gozo al término del largo viaje, sino má s bien mucha desilusió n

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 99


ante las ruinas y la hostilidad de “la gente del país”, es decir los israelitas que no había
sido deportados, los nuevos habitantes llegados durante su ausencia y los
samaritanos.

Estos ú ltimos ofrecieron su ayuda para la reconstrucció n del Templo, pero era una
maniobra con el fin de extender se dominio sobre él. Por este motivo y también por
desprecio a ese pueblo considerado como traidor e impuro, su colaboració n fue
rechazada. Pero así todo quedó estancado: só lo se logró restaurar el altar y colocar la
primera piedra (Esdras 3, 2-8); después cada uno se fue por su lado (Ageo 1, 9).[

Alrededor del añ o 522 llegó otro grupo má s numerosos de repatriados, conducidos


por Zorobabel, otro príncipe de David, y el sumo sacerdote Josué. Ambos se dedicaron
con empeñ o a la edificació n del Templo, pero nuevas dificultades de los samaritanos,
convertidos en enemigos, causaron la suspensió n de los trabajos y el desá nimo de la
comunidad (Esdras 4, 6-24)

PROFETAS PARA TIEMPOS NUEVOS:

Los samaritanos no tenían la culpa. No todos los israelitas que se habían quedado en el
país después del añ o 587 o que llegaron de Babilonia eran movidos por la fe o
conservaron el fervor de su conversió n. Muchos cayeron en el individualismo y el
materialismo, cada uno pensando primero en sus propios intereses y dejando para el
mañ ana los asuntos de la religió n y las necesidades de la comunidad. Decían: “Todavía
no ha llegado el momento de reedificar la Casa de Dios” (Ageo 1, 2). Se ve que siempre
hubo pretextos para no tomar en cuenta los llamados de Dios y del pró jimo (Lc 9, 29-
62).

Mientras tanto, el añ o 52 resultó desastroso para la economía de Judá : sequía, mala


cosecha, sueldos bajos, hambre (Ageo 1, 6, 9-11; 2, 15-19). En este contexto Dios llamó
al profeta Ageo, quien empezó por denunciar la indiferencia del pueblo respecto del
Templo (1, 4). Vio en esto la causa del desastre econó mico, ya que Dios no fecunda el
trabajo hecho sin É l (1, 9-1; lea también el salmo 127, 1-2.)

El pueblo dio buena acogida a sus palabras y recomenzó inmediatamente la


reconstrucció n. El profeta Zacarías intervino para apoyar el movimiento. La obra fue
llevada a término a principios del añ o 515. No tenía la riqueza del edificio hecho por
Salomó n, pero Ageo aseguró que un día Yavé lo llenaría con su Gloria (Ageo 2, 3-7). Su
dedicació n o consagració n tuvo lugar durante o cerca de la pascua del mismo añ o
(Esdras 6, 16-17), en medio de entusiasmo y esperanzas que los capítulos 60, 61 y 62
de Isaías recuerdan (lea también el salmo 126 en C 65).

Ciertas profecías sobre Zorobabel y Josué hacían pensar que Dios estaba por
restablecer el trono de David y que entonces el Mesías haría de Jerusalén el centro del
mundo (Ageo 2, 6-9, 23; Zacarías 3, 6, 12). Nosotros sabemos que faltaba todavía
lucho tiempo para que llegara el Príncipe de la PAZ Y Sumo Sacerdote encargado de
levantar el nuevo Templo (Jn2, 19).

HACIA LA COMUNIDAD ORGANIZADA:

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 100


Pero los hermosos sueñ os se acabaron luego. Terminado su mandato oficial,
Zorobabel desapareció de la escena. Empezó entonces una época oscura en la que no
faltaron sufrimientos y luchas. Jerusalén ni siquiera tenía muros para protegerse
contra los ladrones y los samaritanos. Unos setenta añ os después, llegaron a Jerusalén
dos personajes influyentes de Babilonia, llamados por Dios y autorizados por el rey
persa:

Nehemías, un laico. Fue el organizador político. Levantó los muros de Jerusalén; luchó
contra los abusos sociales y religiosos, por ejemplo la usura y los matrimonios entre
judíos y paganos; dio al pequeñ o territorio nacional el rango de provincia, Judea.

Esdras, un sacerdote. Era Secretario de Estado para los asuntos judíos en el imperio
persa. Entre el añ o 458 y 398 promulgó como constitució n de Judea la Ley del
Pentatéuco, fijada probablemente por él y sancionada por la autoridad de Nínive (B 32
y C66). Israel se convertía en una comunidad administrada por el sumo sacerdote,
régimen que duró hasta el añ o 167.

A esta época pertenecen los libros de Rut, bisabuela de David y de origen pagano y
Joná s, misionero involuntario de Nínive: Jerusalén levanta muros, pero Dios no se deja
encerrar!

B. LECTURAS COMPLEMENTARIAS:

32. EL PENTATEUCO:

1) El nombre:

Los cinco volú menes de la ley judía (Génesis, Exodo, Levítico, Nú meros y
Deuteronomio) forman un todo, cuya unidad era reconocida tanto por los judíos, que
le dieron el nombre de Torá (= Ley), como por los griegos, que lo llamaron
PENTATEUCO (= el libro dividido en cinco estuches, por constar de cinco rollos o
volú menes). (Fuente: Diccionario de la Biblia, columna 1492).

2) Elementos:

Sabemos ya que los primeros cinco libros del Antiguo Testamento, el Pentateuco,
constan de cuatro grandes tradiciones:

La Yavista (J), que se formó en Jerusalén, en tiempo de Salomó n y en adelante;

La Elohista (E), que se formó en el reino del norte tal vez un poco antes del siglo 9;

La Deuteronómica (D), fue escrita probablemente en tiempos del rey Josías, pero a
partir de un material má s antiguo procedente del norte;

La Sacerdotal (S), escrita en gran parte durante el exilio en Babilonia, pero con la
probabilidad de que se le hayan añ adido elementos después del exilio, por ejemplo
importantes partes del Levítico: la ley de los sacrificios (Lev 1-7), la ley de la pureza
(Lev 11-16), la ley de las tarifas (Lev 27) etc.

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 101


En otros términos:

Génesis, Nú meros y Exodo son una mezcla de las tres tradiciones J, E y S. Levítico es
solamente de la tradició n S.[ Deuteronomio es solamente de la tradició n D.

3) De las tradiciones al pentateuco: Historia:

Podemos tratar de reconstruir la formació n del Pentateuco por el siguiente esquema.

Poco después de la caída de Samaria un redactor unió las tradiciones yavistas y


elohista . Después del exilio Esdras agregó , la tradició n deuteronó mica y la sacerdotal
, para lograr el Pentateuco, o sea la Ley (Génesis, Exodo, Levítico, Nú meros y
Deuteronomio) tal como existe ahora en la Biblia. (Ver Esquema)

C. TEXTOS PARA MEDITAR Y REZAR:

64. DIOS LLAMA A QUIEN QUIERE:

Así habla Yavé a Ciro, su elegido (o “mesías”): “Yo te he llevado de la mano para que
las naciones se rindan a tu paso, y para que desarmes a los reyes. Hice que las puertas
de la ciudad se abrieran ante ti, y que no volvieran a cerrarse.

Yo iré delante de ti, y aplanaré las alturas, destrozaré las puertas de bronce, y romperé
los troncos de hierro.Te daré los tesoros escondidos y las riquezas secretas, para que
sepas que soy Yavé, el Dios de Israel, que te llamó por tu nombre.

Por amor a mi servidor Jacob, a Israel, mi elegido, te he llamado por tu nombre y te he


dado un título de nobleza sin que tú me conocieras.

Ya soy Yavé, y no hay igual, fuera de mí no hay ningú n otro Dios. Sin que me
conocieras te hice tomar las armas para que todos sepan, del oriente al poniente, que
nada existe fuera de mí. (Isaías 45, 1-6)

65. HACIA JERUSALÉN, CON ALEGRÍA:

Cuando el Señ or cambió la suerte de Sió n creíamos soñ ar. Se nos llenaba la boca de
risa y los labios de alegría.

Las naciones decían de nosotros: “Maravillas del Señ or” El Señ or hizo en nosotros
maravillas; rebosá bamos de gozo.

Haz que cambie, Señ or, nuestra suerte cual los ríos del desierto. Los que en lá grimas
esparcen su semilla en gozo segará n. Se va, con lá grimas se aleja, el que lleva la
simiente. Ya viene!, con jú bilo regresa, trayendo sus gavillas. (Salmo 126)

66. LA LEY DEL SEÑOR ES MI LUZ:

La Ley de Dios es buena, Consuelo para el alma: (…)

Los mandamientos del Señ or son rectos y al corazó n alegran. Todo precepto del Señ or
es puro y es luz para los ojos…

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 102


Guá rdame de la soberbia, que nunca instale en mí su dominio. Entonces seré un
hombre perfecto y limpio del pecado grave. (Salmo 19)

D. CUESTIONARIO:

1. ¿Quién era Ciro? ¿Qué tiene de comú n y en qué se diferencia de Moisés?


2. ¿Qué enseñ anza nos da la vocació n de Ciro alrededor de Dios?
3. ¿En qué añ o fue promulgado el decreto de Ciro? Enumere los primeros tres puntos
que contiene.
4. Complete las frases siguientes: En el añ o _____ só lo un puñ ado de hombres salieron
rumbo a _____________ con ____________________, príncipe de la familia de David.
Alrededor del añ o ________ llegó otro grupo má s numeroso de repatriados,
conducido por ___________, otro príncipe de _________________________ y el
_____________________________ Josué.
5. Diga có mo se manifestaban el individualismo y el materialismo de numerosos
judíos que volvieron a su patria.
6. Compare la actitud de esa gente con la de los hombres de hoy.
7. Diga có mo la construcció n de los muros de Jerusalén y el mensaje de Rut y Joná s se
complementan.

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TEMA 21: DE LOS PROFETAS A LOS SABIOS,DIOS SIGUE HABLANDO


Desarrollo:

A. DE LOS PROFETAS A LOS SABIOS, DIOS SIGUE HABLANDO:

En los ú ltimos siglos del Antiguo Testamento, es decir entre la reconstrucció n del
Templo y la venida de Cristo, fueron muy pocos los profetas que hablaron al Pueblo de
Dios.Después de Ageo y Zacarías fueron só lo cuatro: Abdías, Malaquías, Joel y otro,
llamado “Segundo Zacarías” (má s detalles en B 33). Después de éste no hubo otro por
má s de trescientos añ os.

El libro primero de los Macabeos, terminado unos cien añ os antes de Cristo, insiste en
esa interrupció n de la profecía (1 Macabeos 4, 46; 9, 27), pero también es testigo de
que se esperaba a un profeta digno de fe (1 Macabeos 14, 41). Esto explica por qué
má s de un siglo después los judíos preguntaban ansiosamente a Juan Bautista si él era
el profeta esperado (Jn 1, 21).

EL OTRO LENGUAJE DE DIOS:

El silencio de los profetas no significaba sin embargo que Dios había dejado de hablar
a su Pueblo. Só lo cambió su modo de hacerlo y de intermediarios. Dios habla no
solamente por los profetas y los sacerdotes, sino también y sobre todo por medio de la
vida, ese bien que todos tenemos en comú n.

Pero la vida no entrega su mensaje así no má s: es como la tierra, que es rica pero sin la
lluvia no aparecen sus riquezas y bellezas. Para que la vida diga algo y sea má s fértil y
hermosa, es preciso mirarla bien, interrogarla, escucharla. De lo contrario nunca se
llegará a saber qué especie de semillas Dios depositó y sigue depositando en ella.

Ese esfuerzo de reflexió n y de bú squeda para encaminar la vida y organizarla con


miras a un futuro mejor ha recibido en la Biblia el nombre de sabiduría, y los libros
que la contienen directa o indirectamente se llaman libros sapienciales, es decir los
Proverbios, Job, Qohelet (o Eclesiastés), Ben Sirac (Sirá cida o Eclesiá stico) y la
Sabiduría. Cabe mencionar también algunos Salmos, por ejemplo 1, 36, 37 y otros, y
también partes de Tobías y Baruc. Se les añ ade, pero impropiamente, el Cantar de los
Cantares.

UNA CORRIENTE INTERNACIONAL:

Pero la sabiduría no es un bien propio y exclusivo de la Biblia. Mucho antes que


aparecieran los libros del Antiguo Testamento, ya existía en otros pueblos.

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 104


Egipto produjo muchos escritos de sabiduría, de los cuales se destacan las
instrucciones de Amen-emopé, redactados a fines del primer milenio antes de Cristo.
Se presentan en forma de proverbios: “Vale má s pan seco con corazó n alegre que
riquezas con pesar… No escojas por amigo a un hombre infrenable ni te acerques a
hablarle… Si un arquero se adelanta demasiado, su escuadró n lo abandona…”.

Se trataba de una reflexió n prá ctica acerca del mundo y del hombre. Esas reglas de
conducta desempeñ aban un papel importantísimo en las escuelas para letrados y
escribas donde se reclutaban los funcionarios de la corte real. Al enseñ ar a leer y
escribir, los viejos sabios comunicaban a los jó venes lo que habían aprendido por su
experiencia acerca de có mo un hombre debe comportarse.

En Mesopotamia también aparecieron varios escritos de sabiduría, en forma breve de


proverbios, pero sobre todo en forma de historias o fá bulas má s desarrolladas: la
sabiduría de Ajicar, canciller de Senaquerib que prepara a su sobrino para que lo
suceda, y varios poemas babilonios sobre el justo doliente, es decir sobre el
sufrimiento de los inocentes.

Podemos decir que todos los pueblos poseen su propia sabiduría nativa, constituida
de dichos populares y cuentos que sintetizan la experiencia de las generaciones
pasadas transmitidas de padres a hijos a través de fó rmulas bien acuñ adas que se
graban en la memoria y llaman a la reflexió n. Su origen ú ltimo es la educació n familiar
(lea B 34 y C37; también B36 en el capítulo 4 de la Unidad 4).

Para comprender el mensaje de los proverbios de la Biblia y los demá s, es mucho má s


importante escudriñ ar la propia vida de hoy que estudiar el pasado. Nuestros
antepasados interrogaban la vida, y las respuestas que nos entregaron brotaron allí
donde estaba y está el corazó n de la vida: la familia, la casa, el trabajo, los vecinos, los
amigos, la plaza, el mercado… (lea C 68 y 69)

VOZ DEL PUEBLO, VOZ DE DIOS:

Una gran parte de esa reflexió n humana pasó a la Biblia en alguna forma. De Salomó n
se dice que su sabiduría era mayor que la de todos los hijos de Oriente y de Egipto, lo
que supone que los israelitas conocían algo de aquel arte de vivir de los pueblos
vecinos (1 Reyes 5, 10). Aunque resulta difícil determinar en detalle su influencia
sobre los libros sapienciales de la Biblia, se pueden dar algunas indicaciones:

Por ejemplo no cabe duda de que el autor de Tobías conocía la sabiduría de Ajicar.
(Tobías 1, 21; 2, 10; 11, 18)

Los poemas babilonios del “justo doliente” se han comparado acertadamente con el
libro de Job.

El Cantar de Los Cantares, segú n opinan varios, fue primero una serie de canciones de
amor, adaptadas luego al amor de Yavé hacia su Pueblo, en la línea de Oseas.

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 105


Los Proverbios contienen las palabras de unos sabios á rabes (Proverbios 30, 1-14; 31,
1-9) y no está n sin contacto con la sabiduría egipcia, por ejemplo en la secció n que va
del 22, 17 al 24, 22 que recuerda a Amen-emopé.

Las secciones má s antiguas de los libros sapienciales de la Biblia hablan poco de Dios
y mucho del hombre. El Eclesiá stico por ejemplo trata los siguientes temas:
amistadlimosna, buen uso de la lengua, respeto a la mujer, paciencia, bondad,
obediencia a los padres, sabia desconfianza de los demá s, elecció n de los consejeros,
prudencia con las autoridades, justicia, libertad, salud, hipocresía, falta de suerte,
préstamo, sueñ o, luto, etc.

Todo esto está en la Biblia, y a veces nos preguntamos por qué Dios se dio el trabajo
de inspirar cosas ya conocidas. Pero si está n en la Biblia, es que algo tienen que ver
con Dios y nuestra fe. En otros términos, esa sabiduría que hoy llamaríamos
educació n, formació n, alfabetizació n, concientizació n, promoció n, todo esto tiene
mucho que ver con Dios y la salvació n del hombre. En consecuencia, el lugar para
encontrar a Dios no es só lo la iglesia y la Biblia, sino también el mundo, que es Palabra
de Dios y el hombre, su imagen.

DIOS FUENTE DE SABIDURIA:

La reflexió n de los sabios de Israel les llevó a resultados inesperados. Al llegar al


punto final vieron que su sabiduría era só lo el reflejo de la de Dios, quien desde el
principio está hablando a través de la vida (lea C 70). Es por este motivo que los
ú ltimos libros sapienciales de la Biblia, por ejemplo Proverbios 1-9 y Sabiduría hablan
má s de Dios que los primeros. Es sabio quien teme al Señ or y toma en serio su Santa
Palabra expresada en la Ley de Moisés y en los profetas.

B. LECTURAS COMPLEMENTARIAS:

33. LOS ULTIMOS PROFETAS DEL ANTIGUO TESTAMENTO:

El profeta Abdías predicó acerca del añ o 450. Era un judío poco abierto, con una
mentalidad que recuerda Joná s antes de su conversió n. Su brevísimo libro recalca un
tema conocido: Yavé juzgará a todas las naciones.

Má s o menos al mismo tiempo, pero antes de Nehemías, aparece otro profeta,


Malaquías, que denuncia las fallas cometidas en el culto (Ml 1, 6 – 2,9), la negligencia
del pueblo en pagar los diezmos al Templo (Ml 3, 6-12) el escá ndalo de los
matrimonios mixtos y los divorcios (Ml 2, 10-16). Sobre todo anuncia un sacrificio
perfecto, obra del Mesías (Ml 1, 11), cuya venida será preparada por un enviado
misterioso (Ml 3, 1), que el Nuevo Testamento reconocerá en Juan Bautista (Mt 11).

Tal vez hacia el añ o 400, el profeta Joel ejercita su misió n. El libro que lleva su nombre
empieza con una liturgia de penitencia motivada por una plaga de langostas (Joel 1-2).
En la segunda parte hace hincapié en el don del Espíritu que será derramado sobre
todo el Pueblo en los días del Mesías (Joel 3), lo que se cumplió el día de Pentecostés
(Hechos 2, 16-21).

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 106


Por ú ltimo, otro profeta, pero sin nombre, habló alrededor del añ o 330. Su mensaje
está en Zacarías 9-14; por eso se lo llama “Segundo Zacarías”. Anuncia que el Mesías
será pacífico y humilde (Zacarías 9, 9-10) y traspasado (12, 10). Estas palabras
proféticas del Antiguo Testamento se cumplieron a la perfecció n en Jesú s. Pobre de
Yavé y perfecto Siervo de Dios (Mt 21, 5; Jn 19,34).

34. COMO NACE UN PROVERBIO:

El pueblo de la Biblia, en el comienzo de su existencia, era un pueblo muy simple. Se


reunía para conversar y hablar de la cosas de la vida. Se contaban casos y
comunicaban experiencias. Así cierta vez, alguien expuso a los demá s el siguiente
problema: “En mis andanzas por la vida, percibí lo siguiente: A veces me levanto bien
dispuesto. El campo me parece má s verde, el ganado má s gordo… Converso con todos,
y todo va bien. Día feliz, parece una fiesta. Otro día, me levanto con la cabeza pesada y
malhumorado. Yenseguida comienzo a discutir con quien se me cruza por delante.
Salgo de casa y nada está bien. El campo me parece má s ralo, el ganado má s flaco… Día
malo, no da ganas de nada. Y sin embargo era un día exactamente igual al otro. ¿Có mo
me explican ustedes esto?”

Comienza la discusió n. Quieren saber por qué sucede eso, pues todos ya tuvieron la
misma experiencia. El fulano só lo consiguió expresar lo que todos ya sentían. Al fin,
descubre: depende de la gente! “Depende de usted, fulano! Si usted estuviera contento
y feliz por dentro, entonces por fuera las cosas serían mejores. Si usted está triste e
infeliz por dentro, entonces, por fuera, todo estará peor: el campo menos verde, el
ganado menos gordo”. Fue un descubrimiento muy simple, pero muy importante para
la vida.

Todos deberían conocerlo. Uno de los presentes consiguió formular y expresar lo que
le grupo descubrió , en el siguiente proverbio: “Para el hombre triste, todos los días
son tristes; para el corazó n contento, todo es una fiesta sin fin” (Proverbios 15, 15).

C. TEXTOS PARA MEDITAR Y REZAR:

67. UN PADRE HABLA CON SU HIIJO:

Hijo mío, no te olvides de mis enseñ anzas, guarda en tu corazó n mis mandamientos.
Porque ellos te colmará n de largos días, de añ os de vida y de buena salud.

No se aparte de ti la misericordia y la verdad, ponlas como collar en tu cuello y


escríbetelas en las pá ginas de tu corazó n. Así hallará s gracia de buena acogida a los
ojos de Dios y de los hombres

Confía en Yavé con todo tu corazó n; no te apoyes en tu propia inteligencia. En todas


tus empresas tenlo presente y É l dirigirá todos tus pasos. (Prov. 3, 1-6)

68. LA AMA DE CASA IDEAL:

En ella se confía su marido… Se levanta cuando aú n de noche, da de comer a los de su


casa, y (…) tiende tu mano al desamparado y al pobre… Teje telas de lino y las

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 107


vende.Aparece fuerte y digna y mira confiada el porvenir. Habla con sabiduría y
enseñ a la piedad. Está atenta a la marcha de su casa, y nunca ociosa.

Sus hijos se levantan y la llaman dichosa, su marido la elogia diciéndole: “Muchas


mujeres han obrado maravillas pero tú las superas a todas”.

Engañ osa es la gracia, vana la hermosura; la mujer que tiene la sabiduría, esa será
alabada. Que pueda gozar el fruto de su trabajo y que por sus obras todos las celebren.
(Proverbios 31, 10-11, 15, y 20, 24-31)

69. LOS PROVERBIOS Y LA VIDA:

Los tesoros mal adquiridos no aprovechan, pero la justicia libra de la muerte (10, 2).

El odio enciende peleas, el amor cubre todas las faltas (10, 12)

El hablador revela los secretos, el de espíritu seguro oculta las cosas (11, 13)

Por falta de gobierno cae un pueblo; donde hay numerosos consejeros hay éxito
(11,14)

El pueblo maldice al que acapara el trigo, y bendice al que vende sus semillas (11, 26)

Una pena íntima deprime el corazó n, mientras que una palabra amable lo alegra (12,
25).

70. AL ORIGEN DE TODO YA ESTABA LA SABIDURIA DE DIOS:

Por la Sabiduría Yavé fundó la tierra, formó los cielos por la inteligencia. Por su saber
se

abrieron los mares y las nubes filtran el rocío. Hijo mío, que nunca se alejen de ti
reflexió n

y prudencia: que inspiren tus actos. Será n vida para tu alma y adorno para tu cuello.
Así

irá s tranquilo por tu camino y tu pie no tropezará (Prov. 3, 19-23

D. CUESTIONARIO:

1. ¿Có mo se llaman los cuatro ú ltimos profetas del Antiguo Testamento?


2. Diga en una palabra qué contiene los libros sapienciales de la Biblia.
3. Complete: “Para que la vida___________ algo y se haga má s____________ y
4. hermosa, es preciso______________ bien e interrogarla”. “Es sabio quien______ al Señ or
y toma en serio se santa___________________ expresada en la____________________ y en
los___________________”
5. ¿Cuá les son los cinco principales libros sapienciales de la Biblia?
6. Escriba uno de los proverbios egipcios de Amen-emopé.

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 108


7. ¿Qué actitud debe adoptar el cristiano para comprender el mensaje de los
proverbios
8. de la Biblia?
9. A la luz de los sabios de Israel, diga dó nde se puede encontrar a Dios.

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TEMA 22: EL FRACASO NO SIEMPRE ES CASTIGO


Desarrollo:

A. EL FRACASO NO SIEMPRE ES CASTIGO (Job y Qohelet):

Por mucho tiempo los sabios de Israel enseñ aron que Dios premiaba la virtud y
castigaba la maldad inmediatamente en este mundo. Así lo dicen los escritos má s
antiguos, como los Proverbios y varios salmos, pero también otros má s recientes,
como el Eclesiá stico (añ o 250). Por ejemplo, en el Salmo 1 podemos leer: “Dichoso el
hombre que se complace en la Ley del Señ or… pues todas sus empresas triunfan… No
pasa así con los impíos” (vv. Salmo 1-4; también Salmo 37,25; Proverbios 3,33).

Al hablar así, los sabios expresaban la doctrina comú n y corriente; su ú nico aporte
consistía en aplicar al individuo lo que otros decían de toda la nació n.

El libro de los Jueces había sintetizado la historia de Israel de la manera siguiente:


para el pueblo fiel a Yavé, la paz y la prosperidad; para el pueblo infiel, las crisis, la
guerra, el fracaso.

Reconocemos en esta simplificació n el pensamiento fundamental del Deuteronomio,


má xime en su capítulo 28 que se puede resumir así: si Israel se porta bien, Yavé le
manda a tiempo la lluvia, llena sus graneros y multiplica su ganado; pero si no
obedece, es golpeado con plagas como lo fue Egipto, siembra pero no cosecha y pasa
hambre.

Esta manera de pensar se halla también en el libro de los Reyes, donde la caída de
Samaria y la de Jerusalén aparecen como las consecuencias ú ltimas de los pecados
anteriores, sobre todo de los reyes. Las generaciones azotadas se creían castigadas
por las faltas de sus padres y jefes.

Esta manera de analizar e interpretar la vida nos parece demasiado simple, porque
contradice lo que vemos a menudo. Por ejemplo hay pueblos ricos y pueblos pobres,
pero los primeros no son má s piadosos que los ú ltimos; hay personas que amontonan
riquezassin que sean má s amigas de Dios que las demá s. En cambio hay campesinos
honrados y trabajadores que pierden sus cosechas; hay mamá s muy buenas que
mueren en el parto; hay niñ os que nacen con defectos físicos o mentales: sería un gran
equivocació n ver un castigo de Dios en todo esto (lea al respecto Juan 9, 1-3)Pero
antes de nosotros, algunos israelitas también se chocaron con esa doctrina tradicional
de la retribució n terrenal que veía las catá strofes como castigos por faltas propias o
ajenas. He aquí tres ejemplos.

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 110


El rey Josías había sido un hombre muy bueno, fiel y piadoso; sin embargo murió
cuando tenía apenas treinta y nueve añ os: ¿castigo de Dios?

El profeta Jeremías se había dedicado por completo a la Palabra de Dios; sin embargo
su vida fue un largo calvario: ¿castigo de Dios?

Los desterrados se preguntaban có mo era posible que el imperio pagano de Babilonia


tuviera tanto éxito y que israelitas siendo inocentes pagaran por las culpas de sus
padres. Ezequiel había aportado una respuesta que, en parte, rompía con la
explicació n tradicional, diciendo que en adelante cada uno sería castigado o premiado
segú n sus propias obras pero en este mundo (Ez 18). Hablaba así porque no tenía
ideas claras sobre una posible felicidad eterna de los justos después de la muerte.
Todavía el problema del inocente que sufre quedaba intacto.

EL MAL ES UN MISTERIO:

Fue un sabio anó nimo del siglo 5 quien abordó este problema candente y dio un paso
decisivo en el progreso de la revelació n. Lo hizo mediante uno de los libros má s
grandiosos del Antiguo Testamento y de la literatura universal, el libro de Job. Sobre la
base de un cuento oriental, construyó su obra maestra, que podríamos resumir de la
forma siguiente.

EL DRAMA: Job, el personaje principal, es un hombre recto que teme a Dios. Es muy
rico, tiene miles de animales, es padre de siete hijos y tres hijas. Yavé, en el cielo, se
enorgullece de tener un servidor tan bueno, pero Sataná s que viene llegando de la
tierra le replica: “Es verdad, Job es piadoso, pero es porque es rico; que sufra, y ya
veremos!” -“De acuerdo”, le contesta Dios, “haz como quieras con él, pero déjalo vivo”
(Job 1, 6-12).

De inmediato las calamidades caen sobre Job: sus animales perecen en un incendio o
son robados, sus hijos mueren todos aplastados al caerse un techo. Job sigue
bendiciendo a Dios. Luego cae en grave enfermedad, pero otra vez su paciencia queda
invicta (lea C 71). Mientras tanto llegan tres sabios, amigos de la víctima. Primero no
lo reconocen, por lo desfigurado que se encuentra (como el Siervo de Yavé en Isaías
52, 14: lea B 35). Quedan siete días y siete noches sin hablar ante tanto dolor.

EXPLIACION INACEPTABLE: Después de una lamentació n de Job (3), se entabla un


largo diá logo en tres series de discursos: 4-14; 15-21; 22-31. Cada uno de los sabios
toma la palabra, por orden de ancianidad, y luego contesta Job. El primero y el
segundo lo acusan, pero en términos generales, y lo invitan a convertirse. El tercero lo
acusa de tonto y le ruega ser má s sabio (11, 13), pero Job niega toda culpabilidad. En
la segunda y tercera serie de discursos, los sabios vuelven a los mismos argumentos,
los de la doctrina tradicional: el dolor es castigo; si Job sufre es porque él o su familia
ha pecado. Pero Job insiste en no ser culpable. En el ardor de su defensa eleva el tono y
lanza a Dios un reto: que É l le explique por qué lo trata como enemigo (Job 29-31).

RESPUESTA DE YAVE: Dios contesta a Job para invitarlo iró nicamente a que le
explique las maravillas de la naturaleza (C 72). Hay en el mundo cosas que el hombre

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 111


no entiende ni puede entender. Así es también el mal: es un misterio. La ú nica actitud
del hombre debe ser un acto de humildad ante un Dios que es bastante poderoso y
sabio para administrar un mundo en el cual ha tanto desorden. Esta respuesta de Yavé
no satisface nuestro orgullo; sin embargo Job se conforma, adora la divina sabiduría y
presiente un aspecto de Dios desconocido por los sabios, de ese Dios que, un día, como
lo sabemos, se haría obediente hasta la muerte en cruz para salvarnos del mal (C73

Luego Yavé condena las palabras de los tres sabios, así que no debemos ver castigos
en las catá strofes naturales o personales: huracá n, sequía, plaga, terremoto,
enfermedad. Yal rehacer la fortuna de Job, Dios nos deja una esperanza: con la fe en É l,
triunfaremos(Job 42, 7-16).

¿ES VERDAD QUE LOS RICOS SON FELICES?

Dos siglos después, Qohelet o el Eclesiastés meditó la otra cara del problema de Job y
nos recuerda que el hombre, incluso el justo, no está contento aú n cuando lo posee
todo, ya que placeres, riquezas, todo es vanidad (C 74). Dice la Biblia de Jerusalén:
“Antes que uno pueda comprender “Felices los pobres” era necesario haber
reconocido que “Felices los ricos” no era verdad.

B. LECTURAS COMPLEMENTARIAS:

35. JOB Y EL SIERVO DE YAVE:

El Siervo de Yavé aparece como un maravilloso, misterioso e increíble fenó meno. Pues
este siervo, elegido del Señ or, se ve privado de todo atractivo humano, hasta ser
reducido a la insignificancia. Los hombres se apartan de él con terror y con miedo… la
mano del Señ or había dejado sobre el Siervo una intolerable carga de sufrimientos,
tan grande que finalmente sucumbe bajo ella. El leguaje del profeta supone que el
siervo sufre violencia de manos de los hombres, y esto no es una novedad: los siervos
del Señ or en el Antiguo Testamento frecuentemente tuvieron que enfrentarse con la
violencia, o con la amenaza de violencia. Sea como fuere, lo cierto es que el Siervo
muere lleno de dolores y de infamia, y nadie le presta atenció n.

Pero el profeta ve que ésta es la obra del Señ or y que la muerte del Siervo está llena de
un tremendo significado. Pues su muerte ha traído medicina, salvació n para muchos,
aunque éstos sean inconscientes de ello. En su fracaso está su victoria. Su muerte es
una muerte expiatoria, un acto de sumisió n al Señ or que Este acepta por aquellos que,
de una forma misteriosa, participan en ella. Y la muerte del Siervo no es tan
desesperada como la muerte que Job prevé para sí mismo; de una forma que el profeta
no explica, el mismo Siervo verá los frutos de su muerte expiatoria. El Siervo, como
Jeremías, no puede hacer nada con el mal que le amenaza, sino someterse a él,
sucumbir; y es el mal mismo quien se encarniza en él. Este no es personalmente
culpable; la “ira” del Señ or no se dirige hacia él, como se dirigía hacia el pueblo
pecador de Israel. No obstante, Dios le trata como si estuviera enojado con él, como
dijo Job de sí mismo, y él es reconocido entre los malvados. Pero sometiéndose al mal,
cumple la misió n que el Señ or le había dado; a través de su muerte llega a la salvació n.
El Siervo de Yavé como es concebido por el profeta, es la ú ltima respuesta del

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 112


Antiguo Testamento a la pregunta de có mo los hombres pueden afrontar el mal que
no pueden superar si no es sometiéndose a él,haciéndose sus víctimas. (J. McKENZIE,
Espíritu y Mundo del Antiguo Testamento, p 339s)

36. LOS JOVENES TAMBIEN SON LLAMADOS A LA SABIDURIA:

Los sabios hebreos dicen que el temor de Dios es sabiduría, “el principio” de la
sabiduría; quizá lo que nosotros llamaríamos la “esencia” de la sabiduría. No es sabio
quien no teme al Señ or, y quien no ordena su vida y negocios en el espíritu de tal
amor. La sabiduría es propiamente la prerrogativa de la generació n má s vieja; es algo
que el padre debe poseer, y debe enseñ ar a su hijo. Un hombre joven, para la sabiduría
hebrea, es un tonto por definició n; pero, si él escucha a sus mayores, aprenderá la
sabiduría a su debido tiempo.

Si no lo hace, será tonto toda su vida, y no hay nadie que sea má s tonto que un viejo
tonto.Estaban convencidos de la importancia de una decisió n definitiva en la vida
humana,en cualquier momento que ésta venga: la decisió n que orienta la vida de un
hombre en una direcció n o en otra, una vez realizada, es irreversible. Creían que era
de mucha importancia que el joven supiera que se enfrentaba con tal decisió n
definitiva y que debía enseñ á rsele a ver sus consecuencias irremediables. Pero es
característico del joven ser descuidado del futuro, despreocupado del hecho de que
una decisió n precipitada tiene efectos permanentes… Pero los sabios no estaban para
instruir a los jó venes acerca de có mo tenían que reparar sus vidas, sino có mo tenían
que orientarlas para que permaneciesen enteras y completas, sin necesidad de
remiendo.

C. TEXTOS PARA MEDITAR Y REZAR:

71. LA FE HEROICA DE JOB:

Desnudo salí del seno de mi madre, desnudo allá volveré. Yavé me lo dio, Yavé me lo
ha quitado, que su nombre sea bendito. Si aceptamos de Dios lo bueno, por qué no
aceptamos también lo malo? Job 1, 21; 2, 10

72. NO PODEMOS PEDIR CUENTAS A DIOS:

Yavé contestó a Job en medio de la tempestad para decirle: Prepá rate, voy a
interrogarte y tú me enseñ ará s: (…) ¿Tiene tu brazo la fuerza de Dios y sabes tronar
como É l? Con una mirada derriba a todo ser soberbio, aplasta, donde se encuentren, a
los impíos. Job 40, 6-12

73. FE, PERO HUMILDAD TAMBIÉN:

Y Job respondió a Yavé: Reconozco que lo puedes todo, y que eres capaz de realizar
todos tus proyectos. Hablé sin inteligencia de cosas que no conocía, (…)Yo te conocía
só lo de oídas; pero ahora te han visto mis ojos. Por eso retiro mis palabras y hago
penitencia sobre el polvo y la ceniza. Job 42, 1-3 y 5-6

74. TODO ES VANIDAD:

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 113


Hay un tiempo para cada cosa y un momento para hacerla bajo el cielo: Hay tiempo de
nacer y un tiempo para morir, tiempo para plantar y un tiempo para arrancar lo
plantado.

Un tiempo para dar muerte y un tiempo para sanar, un tiempo para destruir y un
tiempo para reconstruir.

Un tiempo para reír, un tiempo para llorar; un tiempo para los lamentos y otro para
las danzas. Un tiempo para lanzar piedras y otro para recogerlas; un tiempo para
abrazar y otro para abstenerse de hacerlo.

Un tiempo para buscar y otro para perder, un tiempo para guardar y otro para tirar
fuera.

Un tiempo para callarse y otro para hablar. Un tiempo para la guerra y otro para la
paz.Vanidad de vanidades, todo es vanidad.

Qué provecho saca el hombre de todas sus fatigas? Se va una generació n y viene otra
pero la tierra permanece siempre.

Pensé para mí: Probaré la alegría y el gozo y la felicidad. Pero advertí que esto
también es vanidad. La risa me parece locura, y el placer, cosa que no sirve…(Qohelet
o Eclesiastés 3, 1-8; 1, 2; 2, 1-2)

D. CUESTIONARIO:

1. Diga en qué consistía el pensamiento fundamental del Deuteronomio en cuanto a


las bendiciones o maldiciones.
2. Indique en dos palabras có mo apareció a las generaciones posteriores esa manera
del Deuteronomio de analizar e interpretar la vida
3. ¿Cuá l fue el aporte de Ezequiel en cuanto a la retribució n esperada de Dios?
4. En el capítulo 42 de Job, Dios condena las palabras de los tres sabios. ¿Qué
indicació n nos da esto?
5. En el mismo capítulo, Dios rehace la fortuna de Job. ¿Qué enseñ anza nos da este
pasaje?

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TEMA 23: FE Y TRADICIÓN Y UN MUNDO NUEVO-DANIEL

Desarrollo:

A. FE TRADICIONAL Y MUNDO NUEVO (Daniel):

En el añ o 333 antes de Cristo se produjo en el mundo un cambio radical que iba a


tener efectos sumamente importantes. Al imperio persa, que duraba desde dos siglos,
sucedía el de Alejandro Magno, joven príncipe griego que en menos de cuatro añ os
conquistó todo el Medio Oriente, desde Egipto, Siria, Mesopotamia, hasta los límites de
la India.

Quería seguir avanzando, pero sus tropas cansadas se negaron. Se estableció entonces
en Babilonia y se dedicó a organizar su inmenso territorio (lea B 37).

La principal consecuencia de esta marcha triunfal fue la rá pida difusió n de una nueva
civilizació n llamada helenismo, es decir: 1) Una nueva manera de hablar: el idioma
griego; 2) Una nueva manera de pensar: la filosofía y la religió n griega; 3) Una nueva
manera de vivir: comercio, artes, gimnasios y deportes griegos. En todas partes del
imperio, Alejandro fundó ciudades modernas, a las cuales puso el nombre de
Alejandría.

Ejercieron mucha atracció n en los pueblos conquistados, por ejemplo en los judíos.
Así se explica lo que se llama la diá spora, esa dispersió n de los judíos que facilitaría el
anuncio del Evangelio (lea B 38).

La Alejandría de Egipto vino a ser una de las colonias judías má s importantes fuera de
Palestina. Fue allí donde, hacia el añ o 250, se tradujo al griego el Antiguo Testamento
hebreo que entonces existía casi en su totalidad. Esa traducció n ha recibido el nombre
de Setenta, con base en una leyenda segú n la cual setenta y dos judíos habrían hecho
el trabajo en setenta y dos días! La Palabra de Dios llegaba así al alcance de todos los
pueblos, ya que el griego se había convertido en lengua universal. Varios paganos se
convirtieron al Dios de Abraham; la Biblia los llama los temerosos de Dios. Otros,
ademá s de adoptar la fe en Yavé, pasaron a ser judíos por la circuncisió n: son los
prosélitos.

Alejandro estaba proyectando hacer nuevas expediciones pero murió , en el añ o 323, a


la edad de treinta y tres añ os. Como no tenía hijos, se imperio fue repartido entre sus
principales generales. Después de largas disputas internas, se logró un cierto
equilibrio en torno a tres dinastías o familias: la de Grecia, la de Siria con los príncipes
Seléucidas y la de Egipto con los Tolomeos.

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 115


EL DESTINO DE JUDEA:

La comunidad judía de Palestina no pudo escapar a esas crisis en la política


internacional. En el reparto del imperio griego, le correspondió depender primero de
los príncipes egipcios, desde el añ o 300 hasta el 198; luego pasaron a los príncipes
sirios.

Los Tolomeos respetaron la constitució n que Esdras había dado a Judea con la
aprobació n de los persas. Bajo su gobierno, los judíos vivieron cien añ os de paz que
fomentaron la reflexió n de los sabios y la religió n popular que tenía como enfoque
principal el celo por la Ley y el Templo.

En el añ o 198 los príncipes de Siria quitaron Palestina a los egipcios. Al principio el


pueblo judío no sufrió cambio. La paz interna se vio turbada por un solo incidente,
cuando Seleuco 4, en apuros de dinero, mandó saquear el tesoro del Templo de
Jerusalén. Después de unos pocos añ os, ese rey fue asesinado y su hermano subió al
trono, el tirano Antíoco Epífanes 4. Segú n una costumbre frecuente en los estados
totalitarios paganos, Antíoco se consideraba como una manifestació n de la divinidad,
es decir del dios griego Zeus olímpico; de ahí su apodo Epífanes,que significa
manifestació n.

Quiso someter a toda costa el pueblo judío al modo de vivir griego. Por esa razó n en el
añ o 168: Suprimió la Ley de Moisés, que era le Ley del Estado, y la reemplazó por la
ley comú n del imperio; Prohibió la religió n judía, castigaba a los que seguían las
observancias y dictó pena de muerte contra quien practicara la circuncisió n; Hizo
instalar en el Templo, en lugar del altar de los sacrificios, una imagen de Zeus,
profanació n que la Biblia llama abominació n de la desolació n (Daniel 9, 27; Mateo 24,
15);

Levantó en Jerusalén una ciudadela destinada a la guarnició n griega encargada de


vigilar el Templo, el cual finalmente fue dedicado y consagrado a Zeus Olímpico.

ASIMILARSE O RESISTIRSE:

Ante la cultura nueva los judíos habían manifestado ya desde el principio dos
actitudes opuestas. Algunos, sobre todo de la clase alta, buscaban có mo adaptar su fe
con los valores nuevos; otros rechazaban todo diá logo. Entre las dos tendencias había
una masa de indecisos.

La persecució n de Antíoco aumentó y agudizó esas tendencias. Algunos abandonaron


la fe de sus padres y pasaron a ser paganos. Otros, en cambio, resistieron, algunos
hasta la muerte. Sucede a veces que Dios permite que se separe la mala hierba del
trigo (Mt 13, 24ss). Pero, ¿có mo resistieron los fieles? Aquí también encontramos dos
maneras: hubo una resistencia pasiva, y otra, activa. Ambas cabían en el plan de Dios.
Los de la primeramanera huyeron al desierto o a los cerros a la espera de una
intervenció n directa de Dios, la ú nica salida segú n ellos. Los de la otra manera
huyeron ellos también a los cerros pero con el fin de preparar la guerrilla. El libro de
Daniel representa la resistencia pasiva, los Macabeos (pró ximo capítulo), la activa

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 116


EL HIJO DEL HOMBRE Y EL REINO DE DIOS:

El libro de Daniel contiene dos partes: 1-6 y 7-12. En la primera se habla de Daniel, en
la otra habla Daniel. Este fue un personaje histó rico, pero vivió en otra época, durante
el exilio de Babilonia, donde logró un alto cargo en la corte de Nabucodonosor. El libro
que lleva su nombre fue escrito durante la persecució n de Antíoco, pero antes de la
victoria de los Macabeos, es decir entre los añ os 167 y 164. Daniel es el héroe, no el
autor.

En la primera parte, vemos que Daniel y sus tres compañ eros siguen cumpliendo
fielmente la Ley de Moisés, a pesar de las amenazas del rey pagano y opresor. Por
ejemplo rehú san comer alimentos prohibidos, se niegan a adorar al rey y sus ídolos.

Siempre salen victoriosos y hasta los paganos alaban al Dios de Israel que salva a sus
fieles amigos (C 75). Qué aliento para los judíos sometidos a la persecució n de
Antíoco; ese otro Nabucodonosor! Es también el mensaje de Judit, libro escrito a la
misma época, y de Ester, escrito cien añ os antes. En cuanto a Nabucodonosor, pierde
su razó n por motivo de su orgullo; así tratará Dios a quien se levante contra É l!

En la segunda parte, Daniel recibe revelaciones y las transmite mediante símbolos que
recuerdan a Ezequiel y anuncian el ú ltimo libro de la Biblia, en el Nuevo Testamento,
al Apocalipsis: se acerca el día en que Yavé en persona, misteriosamente parecido a un
hijo de hombre establecerá su Reino en medio del pueblo de los santos (C 76).
Estamos a un paso del Nuevo Testamento.

B. LECTURAS COMPLEMENTARIAS:

37. LOS DISTINTOS DUEÑOS DE PALESTINA:

La tierra prometida fue sucesivamente invadida por los asirios, los babilonios, los
griegos y los romanos. Ademá s cuando los persas vencieron a los babilonios,
extendieron consecuentemente su dominació n sobre el territorio de los israelitas. A
continuació n viene un esquema para resumir 700 añ os de historia de Israel.
(Adaptado de A. Lapple, El Mensaje Bíblico para nuestro tiempo, II, p. 193)

o Invasió n asiria y conquista del reino del Norte por Sargó n (Añ o 721)
o Invasió n Babiló nica y conquista del reino del Sur por Nabucodonosor (Añ o
587)
o Palestina, estado dependiente del Imperio persa (desde 538 hasta 333)
o Invasió n de Alejandro Magno y de sus sucesores: los Tolomeos egipcios y los
Seléucidas sirios (333-164)
o Invasió n de los romanos y conquista de Jerusalén por Pompeyo, en el añ o 63
A.C. Palestina viene a ser una provincia del Imperio Romano

38. LA DIASPORA:

En el esquema anterior vemos có mo varios imperios han extendido su dominació n


sobre Israel. Vamos a ver ahora có mo muchos israelitas o judíos salieron de su tierra

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 117


para extender su presencia por todo el mundo. Esta dispersió n forzada o voluntaria se
llama la diá spora.

Su Extensió n: Ya antes de las grandes deportaciones antiguas, motivos comerciales


pudieron impulsar a los judíos a emigrar de Palestina. La primera colonia importante
surgió en Babilonia. La mayoría de los deportados permaneció allí fija aú n después del
decreto de Ciro. Esta colonia se mantuvo hasta la Edad Media. Son particularmente
conocidas, ademá s, la colonia de Elefantina y otros centros de Egipto, que tienen por
nú cleo Alejandría; éstos pudieron mantenerse hasta la época romana. El centro de la
diá spora de Siria era Antioquía. En tiempos de los apó stoles, la diá spora contaba con
unas ciento cincuenta colonias judías. Con sus cuatro millones y medio, los judíos
forman el 8% de la població n total del imperio romano (50 millones de habitantes).

Influencia de la diá spora: La diá spora influyó en la evolució n del judaísmo, sobre todo
al desaparecer el templo de Jerusalén en el añ o 70 después de Cristo. Por el contacto
de los judíos de la diá spora con las costumbres extranjeras, sus ideas eran menos
estrechas que las de los judíos de Palestina. Así pudo imponerse la idea de un Dios
universal de todos los pueblos. La diá spora facilitó la rá pida propagació n del
cristianismo. En la versió n de los Setenta, que había de convertirse en la Biblia de los
cristianos y pronto fue por ello condenada por el judaísmo oficial. (Adaptado del
artículo Diá spora del Diccionario enciclopédico de la Biblia)

C. TEXTOS PARA MEDITAR Y REZAR:

75. SEPAN QUE TU ERES EL UNICO DIOS Y SEÑOR:

Oh Dios!, no nos abandones para siempre, por amor de tu nombre; no rechaces tu


Alianza, no nos retires tu misericordia, por Abraham tu amado, por Isaac tu siervo, por
Jacob tu santo, a quienes Tú prometiste multiplicar su raza como las estrellas del cielo
y como la arena de la orilla del mar!

Señ or, somos má s pequeñ os que todas las naciones, que hoy estamos humillados en
toda la tierra…Pero… no hay confusió n para los que en ti confían. Y ahora te seguimos
de todo

corazó n, te tememos y buscamos tu rostro.

No nos dejes en la confusió n, trá tanos conforme a tu misericordia. Líbranos segú n tus
maravillas, y da, Señ or, gloria a tu nombre.

Sean confundidos los que a tus siervos hacen dañ o: queden cubiertos de vergü enza,
privados de todo poder, sea aplastada su fuerza. Y sepan que Tú eres el ú nico Dios y
Señ or, glorioso por toda la tierra. (Daniel 3, 34-37, 41-45)

76. EL HIJO DEL HOMBRE:

Estaba observando y vi esto: Pusieron unos tronos y un Anciano se sentó . Su vestido


era blanco como la nieve: Su pelo, albo como la lana. (…)

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 118


Miles y miles le servían. Una gran muchedumbre estaba de pie en su presencia. Los del
tribunal se sentaron y abrieron los libros (los de la historia).

Ya recordaba las palabras orgullosas del Cuerno con ojos y boca de hombre, que había
visto antes, y mientras miraba, este animal fue muerto, y su cuerpo destrozado y
quemado. A los demá s animales se les quitó el poder, aunque se les dejó una
prolongació n de vida por un tiempo y un período. Seguí contemplando la visió n
nocturna:“EN LA NUBE DEL CIELO VENIA UNO COMO UN HIJO DE HOMBRE”Se
dirigió hacia el Anciano y fue llevado en su presencia. A É l se le dio poder, honor y
reino; y todos los pueblos y naciones, de todos los idiomas le sirvieron.Su poder era
para siempre y que nunca pasará ; Y SU REINO jAMAS SERA DESTRUIDO. (Daniel 7, 9-
14)[FE TRADICIONAL Y MUNDO NUEVO - DANIEL]

D. CUESTIONARIO:

1. ¿Qué cambio se produjo en la política mundial en el añ o 333 antes de Cristo?


2. Explique quiénes eran los “temerosos de Dios” y los “prosélitos”
3. ¿Por qué Antíoco 4 se llamaba también Epífanes?
4. En Mateo 24, 15 Jesú s habla de la “abominació n de la desolació n”; ¿qué significa
esta expresió n?
5. El libro de Daniel representa la resistencia ___________________________, mientras los
Macabeos representan la otra resistencia, la____________________________.
6. Daniel es el autor o el héroe del libro que lleva su nombre.
7. El libro de Daniel recuerda un libro del Antiguo Testamento y anuncia otro del
Nuevo; ¿Cuá les son?
8. En el libro de Daniel encontramos un título que el Nuevo Testamento aplicará a
menudo a Jesú s: ¿Cuá l es?

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TEMA 24: LA HORA DE LOS MÁRTIRES: LOS MACABEOS


Desarrollo:

A. LA HORA DE LOS MARTIRES: Los Macabeos

Mientras toda una corriente de judíos optaba por la resistencia pasiva ante las
medidas opresivas del rey Antíoco Epífanes, otro grupo, animado también por el amor
a las tradiciones de los Padres y el celo por la Ley tomaba las armas para derrocar al
tirano y liberar al Pueblo de Dios.

Dos libros del Antiguo Testamento nos comentan los sucesos de esa época heroica:
elprimer libro de los Macabeos, y el segundo. Notemos, de paso, que éste ú ltimo no es
la continuació n del primero: son má s bien dos relatos paralelos, como los libros de los
Reyes y las Cró nicas que tratan de los mismos hechos pero cada uno a su manera. En
el caso de los Macabeos, el primero es la obra de un historiador que sintetiza cuarenta
añ os de historia,, mientras que el segundo es la obra de un predicador que se limita a
presentar quince añ os de aquel tiempo tan difícil para los amigos de Dios vivían en
Jerusalén.

LA FIDELIDAD ES UNA LUCHA:

El ejemplo de los Macabeos es muy alentador y la lectura de esos dos libros puede
estimular la fe de los que han descubierto que la fidelidad a Dios y a su compromiso en
el mundo es una lucha. Por el momento leamos un resumen de esa historia, tal como lo
hace un especialista de la Biblia, Pierre Grelot.

“En 166, el sacerdote Matatías da en Modín la señ al de la rebelió n. Refugiado en


lugares fuertes de la montañ a, reú ne a su alrededor a los fieles que se oponían al rey
Antíoco.

Después de su muerte, la acció n es conducida por su hijo Judas, llamado Macabeo, es


decir (probablemente) “martillo”. Este multiplica los golpes de mano contra las tropas
reales y los judíos que han abandonado la fe. La guerrilla derrota sucesivamente a
varios ejércitos sirios. Luego Judas se fortifica al sur de Jerusalén, y las autoridades se
resignan a tratar con él. Libre de volver a entrar en la capital, purifica el Templo, cuya
dedicació n se celebra solemnemente en diciembre de 164, justo en el momento en que
Antíoco acaba de morir… Judas sigue haciendo la guerra contra vecinos inquietos por
el renacimiento judío, y finalmente obtiene para su pueblo un decreto de tolerancia.
Pero la guerra vuelve a encenderse en 160, y a pesar de nuevas proezas, Judas
encuentra la muerte.

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 120


“Su hermano Jonatá n lo sucede a la cabeza de los judíos. Utilizando há bilmente las
rencillas entre los pretendientes al trono de Siria, concluye con ellos ventajosos
tratados. Políticamente, el país ahora es autó nomo. En octubre de 152, Jonatá n es
nombrado sumo sacerdote por uno de los pretendientes, apartando así a la
descendencia de Sadoc que había ocupado el lugar desde el tiempo de Salomó n… Pero
en 143 Jonatá n perece a su vez en una emboscada. Simó n, el ú ltimo de los hijos de
Matatías, prosigue la misma política; arroja a las tropas sirias de la ciudadela de
Jerusalén, mantiene relaciones diplomá ticas con el Senado de Roma, y finalmente se
hace reconocer por el rey sirio como sumo sacerdote, príncipe y comandante,
concentrando en sus manos los poderes religiosos, civil y militar. También él acaba
trá gicamente, asesinado con dos de sus hijos

Bajo su gobierno ha empezado para los judíos una era de independencia que duró
hasta 63 antes de Cristo” (Introducció n a los libros sagrados, p. 188)

RESPUESTA A JOB Y QOHELET:

Tantos sucesos violentos y sangrientos dejaron poco tiempo a los sabios para pensar.
Pero Dios siguió hablando a través de los episodios de la vida nacional. Como aporte
importantísimo de esa época, hay que destacar las luces nuevas traídas sobre los
problemas que tanto preocupaban a Job y Qohelet: la retribució n y el má s allá . El mal
quedará siempre un misterio, pero las revelaciones nuevas que contienen los libros de
Daniel, de los Macabeos y de la Sabiduría lo hacen má s aguantable, dando al destino
humano su ú ltimo significado.

Para Daniel: “Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra se despertará n, unos
para la vida eterna, otros para el rechazo y la pena eterna. Los justos brillará n como el
resplandor del firmamento… por toda la eternidad (Daniel 12, 23).

Con los Macabeos se afirma a la resurrecció n de los cuerpos (2 Macabeos 7, 9) y los


méritos de los má rtires (2 Macabeos 6,18 al 7,41); se recomienda la oració n por los
difuntos (2 Macabeos 12, 41-46) y se enseñ a que los santos intervienen eficazmente
ante Dios en favor de los vivos (2 Macabeos 15, 12-16): (lea C77).

Para la Sabiduría, ú ltimo libro del Antiguo Testamento escrito alrededor del añ o 50
en Alejandría (Egipto), no cabe duda: las almas de los justos está n en manos de Dios y
gozan en la paz (Sabiduría 3, 1-3; lea C78)

HACIA LOS FARISEOS Y LOS SADUCEOS:

Los descendientes de Simó n reinaron durante cien añ os (162-63). Al principio se


destacaron por su entusiasmo y su fervor, pero después de algú n tiempo pasaron a
adoptar muchas de las ideas que sus padres habían combatido: que traició n! Sus
preocupaciones, má s políticas que religiosas los alejaron de los que habían apoyado la
lucha contra Antíoco. Esto dio origen a dos tendencias opuestas que, má s tarde,
formarían dos importantes sectas o grupos: los fariseos y los saduceos.

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 121


Los fariseos eran laicos, especialistas de la Ley. Organizados en cofradías, observaban
rigurosamente la Ley, pero poco se preocupaban por adaptar sus exigencias a las
necesidades de la vida.

Sin embargo aceptaban los má s recientes progresos de la doctrina, como la


resurrecció n de los muertos.

Daban una interpretació n al pie de la letra de los profetas y esperaban al Mesías Rey
destinado, segú n pensaban, a librar a Israel del yugo de los paganos.

Los saduceos eran ante todo sacerdotes o aristó cratas. Muy conservadores en cuanto
a la doctrina, no aceptaban innovaciones y fueron hostiles a los progresos doctrinales
de los ú ltimos siglos (Lea por ejemplo Marcos 12,18).

No aceptaban otros libros religiosos que los cinco de la Ley de Moisés; esto explica que
su esperanza del Mesías haya tenido pocas raíces.

Con tal que se cumpliera a la Ley y pudiera celebrarse el culto, se adaptaban a las
condiciones políticas en que les correspondía vivir.

BAJO LA TUTELA DEL CESAR:

Pronto una nueva potencia, Roma, aprovechó algunas disputas internas para
intervenir en Palestina y hacer de Judea un Estado tributario bajo su tutela (Lea B 39).
En 63 antes de Cristo, los judíos dejan de ser un pueblo independiente. Pero la historia
de la salvació n seguirá . Un días se oyeron, en el desierto, voces que gritaban:
Conviértanse!! Llegamos así al NUEVO TESTAMENTO (Lea B 40)

B. LECTURAS COMPLEMENTARIAS:

39. PALESTINA BAJO EL YUGO DE ROMA:

En su marcha incontenible hacia el Oriente, Roma, poderosa e imperial, decide ocupar


Palestina con ocasió n de luchas entre los hijos de la familia de Simó n Macabeo. Los
legionarios, al mando de Pompeyo, tras violentas luchas, ocupan Jerusalén en el añ o
63 antes de Cristo. Otra vez, el pueblo judío yace bajo el yugo de un nuevo opresor.
Palestina es gobernada directamente por Roma.

Con la ayuda del Senado Romano, Herodes el Grande, el idumeo, se posesiona de


Palestina con el título de rey. Era un hombre valeroso, astuto y diplomá tico: tuvo la
habilidad de conservar su poder durante los reinados de César, Marco Antonio y
Octavio; pero tirano y sanguinario, aun con su misma familia, como lo prueban la
historia profana y el relato evangélico sobre la matanza de los niñ os inocente (Mt 2,
16-18). El emperador Augusto llegó a decir: “Es mejor ser un cerdo de Herodes que
hijo suyo”, pues la religió n judía prohibía comer carne de cerdo. No obstante,
embelleció la ciudad y también el Templo. A pesar de todo, los judíos le aborrecían y
se resistían a la “romanizació n”, lo mismo que antes de la civilizació n helenística (es
decir griega). A su muerte, el reino se divide entre sus hijos en cuatro distritos,
mencionados en el Evangelio (Lc 3, 1), bajo la jurisdicció n de Roma… Esta

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 122


descomposició n del reino en cuatro partes anunciaba el preludio de su desaparició n.
(Fuente: J. de San Clemente I., Iniciació n a la Biblia para seglares, p. 119s)

40. ISRAEL EN EL UMBRAL DE UN NUEVO TESTAMENTO:

El riesgo de toda tradició n, a la larga, es la pará lisis. En la época de Cristo, el judaísmo


está en una situació n no muy clara a este respecto.

En primer lugar, el culto de la ley má s de una vez va a parar a un legalismo seco. La


atenció n a la letra de los preceptos, sobrecargada aú n por tradiciones de todo tipo,
acaba por ocultar su espíritu y su sentido profundo. Queda entonces ahogado el gran
impulso de los profetas, del Deuteronomio y de los maestros de Sabiduría, y el
formalismo invade las prá cticas religiosas; se olvida que “el Sá bado está hecho para el
hombre y no el hombre para el Sá bado” (Mc 2, 27). Es el precio de cinco siglos de
luchas por guardar fidelidad a la ley.

El segundo término, el sentido de la vocació n nacional, se endurece a menudo en un


nacionalismo religioso. A fuerza de repetir que Israel es el pueblo de Dios, los judíos
está n tentados de anexar Yavé a Israel, y de confundir su gloria con la de su pueblo…

En semejantes condiciones, no es extrañ o que el mesianismo se deforme


peligrosamente en un sentido nacionalista y temporal… muchos judíos esperan el
reinado de Dios y la salvació n de Israel, pero con una expectació n afiebrada donde las
pasiones humanas se mezclan peligrosamente a la esperanza religiosa.

Sin embargo, no hay que exagerar este cuadro. El mismo Evangelio nos muestra almas
sencillas y profundas, en las cuales la fidelidad a la Ley es totalmente interior, y cuya
expectació n del Mesías es muy pura y muy elevada. Tales son Zacarías, Isabel, María,
José, Simeó n y la profetisa Ana. Los casos similares no eran raros. En esas almas
encontrará su acabamiento el Antiguo Testamento, habiendo cumplido su funció n
educadora. (Pierrre Grelot, Introducció n a los Libros Sagrados, pp 222-223)

C. TEXTOS PARA MEDITAR Y REZAR:

77. LA MUERTE NO ES EL PUNTO FINAL:

* En el momento de entregar el ú ltimo suspiro, uno de los hermanos dijo: “Asesino,


nos quitas la presente vida, pero el Rey del mundo nos resucitará . Nos dará la vida
eterna a nosotros que morimos por su Ley.

* Bajo la tú nica de cada muerto encontraron objetos consagrados a los ídolos de


Jamnia, prohibidos por la Ley de los judíos… Oraron al Señ or que aquel pecado fuera
totalmente perdonado a los compañ eros muertos… El valiente Judas… efectuó una
colecta que reunió dos mil monedas de plata. Las enviaron a Jerusalén, a fin de que ahí
se ofreciera un sacrificio por el pecado. Todo esto lo hicieron muy bien inspirados por
la creencia de la resurrecció n. Pues si no hubieran creído que los compañ eros caídos
iban a resucitar, habría sido cosa vana y estú pida orar por ellos. Pero creían
firmemente en una valiosa recompensa para los que mueren en gracia de Dios; de ahí

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 123


que su inquietud era buena y santa. Judas ofreció este sacrificio por los muertos a fin
de que fueran perdonados de su pecado. (2 Macabeos 12, 40-45)

78. LA ULTIMA PALABRA DEL ANTIGUO TESTAMENTO:

Las almas de los justos está n en manos de Dios, donde no los alcanzará ningú n
tormento.Para los insensatos, ya nos son má s que muertos; su salida de este mundo es
tenida como una desgracia, y su alejamiento de entre nosotros como una calamidad,
pero ellos está n gozando en la paz.

Aunque, segú n piensa la gente, sufrieron muchos padecimientos, la otra vida era
preparada para recibirlos. Por unos pocos sacrificios recibirá n una gran recompensa,
pues Dios los probó y los halló dignos de É l. Los probó , como se prueba el oro en el
horno donde se funde el metal, y los aceptó como víctimas consumidas por el fuego.

En el día de su visita, ellos brillará n y saltará n como chispas en un pajar encendido.


Gobernará n a las naciones y dominará n a los pueblos, y el Señ or será su Rey para
siempre.

Los que confían en É l conocerá n la verdad y los que le son fieles estará n con É l en el
Amor, porque sus elegidos hallan en É l su bondad y misericordia.

Dios creó al hombre para que no pereciera, y lo hizo inmortal igual como es É l… Los
justos viven para siempre y su premio está en las manos de Dios. El Altísimo es quien
les cuida. Del Señ or recibirá n el reino de la gloria y la corona hermosa, pues los
protegerá con su mano y los amparar

con su brazo. (Sabiduría 3, 1-9; 2,23; 5,15-16)

D. CUESTIONARIO:

1. Compare entre ellos el primer y el segundo libro de los Macabeos, es decir 1


Macabeos y 2 Macabeos.
2. Complete la siguiente frase: En ____________ el sacerdote ______ da en Modin la señ al
de la rebelió n. Cuando muere, su hijo _________________, llamado Macabeo (lo que
significa ___________________) continú a su acció n, reemplazado después de su
hermano _____________________, quien a su vez es reemplazado por otro hermano
________________. Este ú ltimo concentra en sus manos los poderes __________________.
Bajo su gobierno empieza la independencia de los judíos, que durará hasta el añ o
_____ antes de Cristo.
3. ¿Qué enseñ anza nueva contiene 2 Macabeos 7,9?
4. ¿Qué tipo de Mesías esperaban los fariseos?
5. ¿Por qué los saduceos no creían en la resurrecció n de los muertos?
6. Diga en qué ambientes se reclutaban lo saduceos y los fariseos.
7. Al terminar la primera parte de este curso, diga qué provecho ha sacado de él
(respuesta muy personal)

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TEMA 25: UNA VOZ EN EL DESIERTO :JUAN


Desarrollo:

A. UNA VOZ EN EL DESIERTO: JUAN

“En el añ o quince del imperio de Tiberio César, siendo Poncio Pilato procurador de
Judea, y Herodes príncipe de Galilea; Filipo, su hermano, príncipe de Iturea y de
Traconítide, y Lisanias príncipe de Abilene; en el pontificado de Aná s y Caifá s, fue
dirigida la Palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto” (Lc 3, 1-2)

Los historiadores calculan que ese añ o quince del imperio de Tiberio corresponde al
añ o 27 ó 28 de nuestra era. Esto quiere decir que desde los tiempos de los Macabeos
-contexto histó rico de los dos capítulos anteriores- había transcurrido mucho tiempo,
durante el cual varios cambios se produjeron en el mundo y en la patria de los judíos.

A nivel internacional, Roma había sustituido a Grecia como gran potencia


imperialista.

En Palestina, la familia de Simó n Macabeo había sido reemplazada por la de un


extranjero ambicioso, Herodes “El Grande”, quien antes de morir en el añ o 4 antes de
Cristo repartió su reino entre sus hijos: Herodes Antipas, Filipo, Lisinas y Arquelao.
Este fue gobernador de Judea por diez añ os, pero fue destituido por ser demasiado
cruel (Mt 2,22); su territorio fue administrado por un procurador romano, siendo
Poncio Pilato el má s conocido (del añ o 26 al 36).

El citado pasaje del evangelio llama la atenció n por su solemnidad. Lucas quiere
presentar un acontecimiento muy significativo para el Pueblo de Dios y el mundo.

Consiste en que la Palabra de Dios fue dirigida a Juan. Esta fó rmula, comú n en el
Antiguo Testamento sirve para indicar la vocació n de un profeta, por ejemplo
Jeremías 1, 2 y 4; Ezequiel 1,3; Oseas 1,1; Miqueas 1,1. Así que el gran acontecimiento
ocurrido en el añ o 15 del imperio de Tiberio fue el llamado del hijo de Zacarías a la
misió n de profeta.

Juan volvía a tomar el hilo de los profetas, que había sido interrumpido má s de
trescientos cincuenta añ os antes. El ú ltimo profeta se llamaba Zacarías, como el padre
de Juan.

Mientras la corriente popular esperaba un mesías “triunfalista” llegando al poder por


un golpe de estado, él había anunciado un mesías manso y pacífico (Za 9,9). Cien añ os
antes, otro profeta, Malaquías, había hablado de un misterioso mensajero de Dios que
iba a preparar el camino al Mesías (Mal 3,1), aparentemente el mismo Elías (Mal 3,23).

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 125


Así que cuando Juan empezó a hablar en nombre de Yavé, muchos se daban cuenta de
que pasaba algo importantísimo y se preguntaban se ése no era Elías o el profeta,
prometido por Deuteronomio 18,15 que había de venir (Jn 1,21)

JUAN, UN NUEVO ELIAS:

En realidad tenía muchos motivos para asimilarlo con Elías, el gran profeta de
Samaria, a que los dos hombres tenías varios rasgos comunes:

Los dos aparecieron de repente en la historia, sin explicació n previa: Marcos 1,4 y 1
Reyes 17.

La ropa de Juan recordaba la de Elías: vestido de pelo y faja de piel, signos de


penitencia, sin lujos. (Mt 3,4; 11,8s; 2 Reyes 1,8; lea C 79)

Ambos denunciaron abusos cometidos por las autoridades: la injusticia de Acab


(1Reyes 21) y el adulterio de Herodes (Marcos 6,18), lo cual acarreó el desprecio hacia
Juan por parte de dos crueles mujeres, Jezabel y su hija Herodías.Juan aparecía, pues,
como un nuevo Elías. Esto no significa que haya sido una reencarnació n del profeta del
siglo 9 (Jn 1,21). Sin embargo desempeñ ó el papel de precursor que Malaquías
asignaba a Elías. Así lo entendió el mismo Jesú s, quien ademá s hizo de él este elogio:
“Entre los nacidos de mujer no ha nacido uno mayor que Juan” (Mt 11,11).

EN LAS HUELLAS DE AMOS Y JEREMIAS:

Para tener una idea del mensaje que Juan predicó , hay que leer Mateo 3, 5-12; Marcos
1, 4-8; Lucas 3, 7-18; y Juan 1, 19-36. Se puede resumir así: Primero Juan anuncia que
el Reino de los Cielos está cerca, Dios viene a establecerlo en la tierra, el “día” de la
visita de Yavé se aproxima.

Ese día, Juan lo describe como un día de có lera y de juicio, segú n lo había enseñ ado
Amó s cuando anunció la ruina de Samaria, o Jeremías cuando habló de la destrucció n
de Jerusalén. Juan presenta a Dios como el leñ ador que pone el machete a la raíz del
á rbol y como el agricultor que aporrea el trigo: para los hombres de paja, el fuego (Mt
3,7 y 10)

La ú nica solució n para escaparse de la có lera que viene es una conversió n sincera.

- Esto significa ante todo perder toda falsa seguridad: no basta con ser “hijos de
Abraham” para tener derecho a un trato especial, como lo pensaban los judíos (Mt 3,
8-9). Así se pone de manifiesto la fragilidad de muchas de nuestras garantías: “soy
bautizado, soy cató lico”! Dios ve hasta lo secreto del corazó n y juzga cada hombre por
sus obras.

- La conversió n a la cual Juan llama es algo má s que un mero cambio interior: es una
orientació n nueva de la vida, de toda la vida, es una vuelta hacia Alguien, Dios, para
cumplir con su voluntad. Por eso el cambio interior debe manifestarse por la prá ctica
de la justicia: es la condició n para acoger a Dios.

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 126


Como consecuencia, Juan no pide a la gente apartarse del mundo para vivir en el
desierto, sino apartarse del desorden establecido por una sociedad injusta: (Lc 3, 11-
14; má s detalle B 41)

EL TESTIGO DEL MESIAS:

El otro elemento de la predicació n de Juan es el anuncio del Mesías, como se ve sobre


todo en el evangelio segú n Marcos y Juan. El profeta insiste para afirmar que no es el
Mesías sino su testigo y servidor: “Detrá s de mí viene él que es má s fuerte que
yo”(Marcos 1,7). Má s aú n, el Mesías ya está presente, y el papel de Juan consiste en
revelarlo y presentarlo (Juan 1,15). Juan es solamente una voz (Juan 1,23), una
lá mpara que arde e ilumina (Juan 5,35), pero que luego se apaga, cuando el Sol sale
(Lc 1,78). Asus propios discípulos Juan tendrá el valor y la grandeza de declarar sin
rodeos: “Es preciso que É l (es decir Cristo) crezca y que yo disminuya” (Juan 3,30). El
que ha sido llamado “profeta del Altísimo” no le quita a su Maestro su lugar: qué gran
hombre! (Lea C 80-81)

B. LECTURAS COMPLEMENTARIAS:

41. CONVERSION Y REFORMA SOCIAL:

El evangelio segú n San Lucas tiene en propio cuatro versículos que describen má s en
detalle la predicació n de Juan Bautista dirigida a ciertos grupos en particular.
Recordemos aquí esos versículos.

- La gente le preguntaba: “Qué debemos hacer? É l les contestaba: “Que el que tenga
dos tú nicas dé una al que no tiene y quien tenga que comer haga lo mismo”.

- Vinieron también los cobradores de impuestos para que los bautizara. Le dijeron:
“Maestro, qué tenemos que hacer? Respondió Juan: “No cobren má s de lo debido”

- A su vez unos soldados le preguntaron: “Y nosotros, qué debemos hacer? Les


contestó : “No molesten a nadie, no hagan denuncias falsas y conténtense con lo que
les pagan”. (Lc 3, 10-14)

De estas recomendaciones destaquemos una primera idea: Juan no le pide a nadie


dejar su trabajo para dedicarse a la penitencia en el desierto (como él). La conversió n
no consiste en abandonar su trabajo cotidiano, sus obligaciones ni sus
responsabilidades. Es dentro de su propio trabajo, sin renunciar a sus obligaciones,
que cada uno debe renovarse, convertirse y preparar el camino al Señ or. El cambio
significa llevar una vida conforme a la voluntad de Dios.

Una segunda idea nos llama la atenció n. Como todo profeta, Juan denuncia. Lo que
éldenuncia es una sociedad que poco a poco se ha vuelto mediocre, una sociedad que
ha perdido el espíritu que tenía al comienzo. El Bautista se eleva contra un orden falso,
el desorden establecido en que todos viven y se han acostumbrado a vivir. El muro
que separa al hombre de su Dios no se encuentra só lo en la mala voluntad individual,
tiene un cará cter colectivo, manifiesta su presencia en la sociedad a través de una gran
cantidad de malos comportamientos y malas costumbres. Es por eso que toda

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 127


sociedad debe constantemente efectuar su propia reforma; si no lo hace, si lo deja por
un tiempo, prepara indirectamente la revolució n violenta.

Juan denuncia tres tipos de males que desfiguran la sociedad:

1. La desigualdad econó mica y la injusta distribució n de los bienes, tan contraria al


espíritu de la Alianza que hizo de Israel un pueblo de hermanos destinados a cultivar
la tierra que Yavé dio a todos.

2. Los pequeñ os robos, fraudes, tan frecuentes que llegan a ser considerados como
algo normal.

3. Los abusos del poder, tentació n muy grande para los que ejercen la autoridad, como
si fueran inseparables del mismo poder…

La llegada del Señ or pone de manifiesto estas desviaciones y exige rupturas para que
los corazones vuelvan a la fidelidad total de la Alianza. No hay dos religiones, la del
hombre privado y la del hombre pú blico. El hombre es uno. No puede derrumbar el
muro que lo separa de Dios sin derrumbar, simultá neamente, el muro que lo separa de
sus hermanos.

San Juan, el otro Apó stol de Jesú s dirá : “Quien no ama a su hermano, a quien ve, no
puede amar a Dios a quien no ve”. (1 Juan 4,20). Hagamos nuestras las
recomendaciones del Bautista: nos protegerá n contra toda falsa seguridad y toda
religió n fá cil.

C. TEXTOS PARA MEDITAR Y REZAR:

79. EL VESTIDO DE ELIAS Y JUAN BAUTISTA:

Les preguntó el rey: ¿Qué aspecto tenía el hombre? Le respondieron: Era un hombre
con un manto de pelo y con una faja de piel ceñ ida a su cintura. É l dijo: “Es Elías” (2
Reyes 1,7-8)Juan vestía un manto de pelo de camello, con un cinturó n de cuero, y se
alimentaba con langostas y miel silvestre. (Mt 3,4)

Una vez que se fueron los discípulos de Juan, Jesú s comenzó a hablar de É l a la gente:
¿Qué fueron a ver ustedes al desierto? ¿A una cañ a agitada por el viento? ¿Qué fueron
a ver? ¿A un hombre vestido elegantemente? Pero los que visten con elegancia viven
en los palacios de los reyes. Entonces, ¿qué fueron a ver? ¿A un profeta? Eso sí. Yo les
aseguro que Juan es má s que un profeta. Este es de quien está escrito:

He aquí que yo envío mi mensajero delante de ti, el cual te preparará por delante el
camino. En verdad les digo que no ha surgido entre los nacidos de mujer uno mayor
que Juan Bautista…Si quieren entender, él es Elías, el que iba a venir. (Mt 11, 7-11 y
14)

80. EL DESTINO DE JUAN ANUNCIADO A SU PADRE:

No temas, Zacarías, porque tu oració n ha sido escuchada, y tu esposa Isabel te dará un


hijo al que llamará s Juan. Será para ti motivo de felicidad y muchos se alegrará n con su
CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 128
nacimiento. Será grande ante el Señ or y no beberá vino ni licor. Estará lleno del
Espíritu Santo, ya desde el seno de su madre. Hará que muchos hijos de Israel vuelvan
al Señ or, su Dios. Irá delante de Dios y tendrá el Espíritu y el poder del profeta Elías
para reconciliar a los padres con los hijos. Hará que los rebeldes vuelvan a la sabiduría
de los buenos, con el fin de preparar al Señ or un pueblo bien dispuesto. (Lc 1, 13-17).

81. UN POBRE DEL ANTIGUO TESTAMENTO RECIBE AL SEÑOR:

Bendito sea el Señ or, Dios de Israel, porque ha visitado y liberado a su Pueblo, no ha
dado un Salvador de entre los hijos de David su servidor y se han cumplido las
palabras del Señ or que en tiempos pasados prometía por la boca de sus santos
profetas librarnos de nuestros enemigos y del odio de nuestros opresores. Ahora nos
manifiesta su bondad con nuestros padres y se acuerda de su Alianza con ellos, pues
juró a nuestro padre Abraham concedernos la liberació n de las manos de nuestros
enemigos para que sin temor le sirvamos todos los días de nuestra vida…

Y tú , niñ ito, será s llamado profeta del Altísimo porque irá s delante del Señ or para
prepararle el camino, para enseñ arle a su Pueblo la salvació n, por el perdó n de los
pecados.

D. CUESTIONARIO:

1. ¿A qué añ o, de nuestra era, corresponde el añ o 15 del imperio de Tiberio César?


2. ¿Quién era Herodes (Antipas) y có mo se llamaba su padre?
3. ¿Qué significa en el Antiguo Testamento la fó rmula “la Palabra de Dios fue dirigida
a…”
4. ¿En qué consistía el vestido de Elías y de Juan? ¿Qué significado tenía?
5. ¿En qué sentido Jesú s pudo decir de Juan: “É l es Elías, el que iba a venir”?
6. Juan describe el “Día de Yavé” a través de dos imá genes de vida del campo: diga
cuá les.
7. ¿Có mo puede la conversió n personal afectar la sociedad?
8. Diga qué valor puede tener el mensaje de Juan para el cristiano de hoy (Respuesta
personal)

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TEMA 26: BAUTIZADOS EN EL JORDAN


Desarrollo:

A. BAUTIZADOS EN EL JORDAN:

El Cambio de vida exigido por Juan se manifestaba a través de un doble gesto: los que
se arrepentían confesaban sus pecados y eran bautizados en el Jordá n (mc 1,5). Por la
confesió n de sus pecados renunciaban a su orgullo personal, se reconocían clientes y
deudores de Dios. Por el bautismo en el agua, manifestaban su deseo de purificació n y
de vida nueva (má s detalles en B 42).

Por supuesto, los llamados de Juan quedaron sin efecto para los que se creían buenos,
esos fariseos y otros parecidos que no sentían necesidad de Dios. Por lo general las
autoridades judías permanecieron desconfiadas ante Juan y no recibieron su bautismo
(Mt 21, 24-26). Al contrario en los ambientes populares se produjo un movimiento de
conversió n caracterizado por la oració n, el ayuno y la justicia (Lc 11, 1; 5,33; 3,11-14)

JESUS CON LOS PECADORES:

Mientras la gente desfilaba, Juan la miraba detenidamente en bú squeda de Aquel que


había de venir. Tenía la firme convicció n de que iba a llegar algú n día. Y de hecho, un
día de primavera, se presentó Jesú s de Nazaret, humildemente, como cualquiera, entre
los pecadores. Juan descubrió algo especial en la mirada de ese hombre de unos
treinta añ os (lea B 43). Por eso no quería bautizarlo (Mt 3,14). Pero Jesú s insistió : así
conviene cumplir todo lo ordenado por Dios (Mt 3,15). Juan obedeció .

Entonces Yavé dio señ ales a Jesú s, tal vez a Juan: los cielos se abrieron, el Espíritu
Santo bajó sobre Jesú s como una paloma y se oyó una voz del cielo (Mc 1, 10s; Mt 3,
16s; Lc 3, 21s). Estos hechos enseñ an muchas cosas sobre la persona y la misió n de
Jesú s. Busquemos a la luz de las Escrituras.

LOS CIELOS ABIERTOS:

El Antiguo Testamento menciona dos veces la apertura o ruptura de los cielos: en


Ezequiel 1,1 donde se trata de la vocació n del profeta y en Isaías 63, en medio de una
oració n que pide a Dios librar a su pueblo tal como lo hizo en tiempos de Moisés
(Isaías63, 11-14), lo que lleva al profeta a decir: “Ah, si rompieses los cielos y bajases”
(Is 63,19)

El bautismo de Jesú s no corresponde propiamente a una vocació n de profeta como en


Ezequiel 1,1. Faltan dos elementos: el llamado de Dios y la respuesta del hombre. La
reflexió n posterior del Nuevo Testamento colocará la vocació n de Jesú s en el mismo
momento de su concepció n (Hb 10, 5-7). Aquí se trata má s bien del comienzo de su
ministerio pú blico.

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 130


Por otra parte, la posible alusió n a Isaías 63 hace del bautismo de Jesú s una etapa
esencial de la historia de la salvació n, comparable al milagro que preparó la creació n
del Pueblo de Dios: el paso del Mar. Jesú s aparece como un nuevo Moisés que lleva a
cabo las aspiraciones y esperanzas del Antiguo Testamento.

En la persona de Jesú s, Dios ofrece al nuevo Pueblo que va a nacer la posibilidad de


comunicarse con É l.

EL DON DEL ESPIRITU:

En el Antiguo Testamento, cuando el Espíritu tomaba posesió n de algunos personajes,


era con el fin de comunicarles la fuerza divina para que cumplieran bien un papel
especial en favor del pueblo de Israel. Su bajada sobre esos hombres marcaba el punto
de partida de su misió n liberadora, por ejemplo la del juez Gedeó n, del rey Saú l, del
profeta Eliseo (Jueces 6, 34; 1 Samuel 10, 6; 2 Reyes 2,9). Se sabía también que el
Mesías, má s que cualquier otro, tenía que recibir en plenitud el don del Espíritu. El
libro de Isaías lo afirma en varios textos (léalos en C 82) que atribuyen al Mesías:

El Espíritu de los profetas: Is 11,2; 61, 1ss

El Espíritu del Siervo de Yavé: Is 42, 1ss

El Espíritu liberador que acompañ ó a los hebreos en el paso del Mar: Is 63, 13s.

Al bajar sobre Jesú s, el Espíritu lo revela como lleno del poder de Dios (Hc 10, 38), el
Mesías anunciado por los profetas, a punto de empezar su misió n liberadora. Pero
esto no es todo, hay que interrogar el tercer elemento.

LA VOZ CELESTIAL Y SU MENSAJE:

“Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco”. Así habló la voz celestial. Estas palabras
recuerdan principalmente dos pasajes del Antiguo Testamento muy importantes a los
ojos de los apó stoles y de los primeros cristianos para aclarar el misterio de Jesú s:
Salmo 2,7 e Isaías 42,1.

Las palabras “Tú eres mi Hijo” son del Salmo 2 y se remontan a la profecía de Natá n,
cuando Yavé prometió a David un reino sin fin para uno de sus descendientes (2 Sam
7,14): el resto del Antiguo Testamento comprendió que se trataba del Mesías. Por eso
se relaciona el Salmo 2 con el Mesías. Después de la Resurrecció n los apó stoles
descubrieron que esas palabras convenían muy bien a Jesú s: Hechos 13,33 y Hebreos
1,5.

Las demá s palabras son de Isaías 42, 1 y hablan del Siervo de Yavé quien por sus
humillaciones y sufrimientos llevó los pecados del mundo. De nuevo fue a la luz de la
Resurrecció n que los Apó stoles le aplicaron a Jesú s los pasajes de Isaías: Hechos 3,13
y 26; 4,27 y 30; Mateo 12, 18-21. Se acordaron de que Jesú s se había presentado como
Siervo, por ejemplo cuando dijo: “El Hijo del Hombre no ha venido a ser servido sino a
servir” (Mc 10,45)

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 131


Ahora sí descubrimos el significado profundo del bautismo de Jesú s, tal como lo
entendieron los Apó stoles y Evangelistas que nos informaron para nuestra fe:

Jesú s da inicio a su misió n, que es la del Mesías.

Ese Jesú s Mesías o Jesucristo no es un hombre cualquiera, sino el propio Hijo de Dios.

Aunque no tiene pecado, se somete a un rito destinado a los pecadores, por


solidaridad con ellos.

Al llevarlo a tomar el camino de las humillaciones y luego, del sufrimiento, el Espíritu


de Dios lo invita a cumplir el programa del Siervo de Yavé y a salvar el mundo por la
“locura de la cruz”.

El episodio ya contiene, como una semilla, el anuncio de la Pasió n de Jesú s (Lc 12,50) y
de su Resurrecció n (Hc 13,33). Es, resumido, todo el Evangelio, la Buena Nueva de
nuestra salvació n.

B. LECTURAS COMPLEMENTARIAS:

42. EL BAUTISMO DE JUAN:

1. Su Origen:

Algunos pasajes del Antiguo Testamento mencionan el simbolismo del bañ o de agua
para significar una purificació n del corazó n: Isaías 1,16; Ezequiel 36,25; Zacarías 13,1.

A partir del siglo 2 antes de Cristo hasta el inicio del siglo 4 después, hubo en
Palestina un movimiento de bautismo que pertenecía a distintas corrientes. La secta
de los esenios, que vivían en el desierto, representa una de esas corrientes.

De este movimiento amplio se destaca, inmediatamente antes de Cristo, la figura de


Juan a quien sus contemporá neos dieron el significativo nombre o apodo de Bautista.

2. Sus características:

Se administra una sola vez, mientras los esenios multiplicaba las abluciones o bañ os
con un fin de limpieza moral.

Todo el pueblo ha de someterse a él, no só lo un grupo determinado.Tiene que ser


administrado por el mismo Juan, el profeta de los ú ltimos tiempos.Señ ala que los
“ú ltimos tiempos” han llegado.

3. Sus Límites:

Como el bautismo cristiano en Hechos 2, 38, el bautismo de Juan también es llamado


“bautismo de penitencia para la remisió n de los pecados” (Mc 1,4). Sin embargo
ambos bautismos se distinguen con precisió n: el bautismo de Juan no basta para
alcanzar el reino de Dios y participar de la comunicació n del Espíritu Santo (Hc 19, 1-

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 132


6). De aquí resulta que el bautismo de Juan era de categoría inferior al bautismo
cristiano, como también el Precursor era de categoría inferior al propio Mesías.

43 LA “EDAD” DE JESUS:

Los Evangelios no dicen con precisió n la edad que tenía Jesú s en los distintos
momentos de su ministerio. Lucas 3,23 dice que “tenía Jesú s unos treinta añ os al
comenzar”. En medio de su actividad, los fariseos le dicen a Jesú s: “Aú n no tienes 50
añ os…” (Jn 8,57).Lo que es seguro es que Jesú s no nació en el añ o 1 de la era cristiana.
El sabio Dionisio el Exiguo que por primera vez, en 525, empezó a contar los añ os a
partir del nacimiento de Jesú s, se equivocó en 6 ó 7 añ os; hizo coincidir el 01 de enero
del añ o 1 con el 01 de enero del añ o 754 de la fundació n de Roma, en vez del añ o 748
ó 749 considerado hoy como má s exacto. Jesú s debe haber nacido en 6 ó 7 antes de
nuestra era. Y esto conviene con lo que sabemos de Herodes, quién murió en el añ o 4
antes de Cristo, pero cuando murió , Jesú s debía tener por lo menos dos añ os (Mt 2,20
y 16).

En la primavera del añ o 28, cuando fue bautizado por Juan, Jesú s tenía
aproximadamente 34 ó 35 añ os.

¿Cuá ntos añ os tenía Jesú s cuando murió ? La respuesta depende de la duració n de su


ministerio. Segú n la impresió n que dan los tres primeros evangelios, su ministerio
duró un añ o y algunos meses, ya que mencionan una sola fiesta de Pascua, mientras
Juan menciona tres o cuatro. En el primer caso Cristo hubiera muerto a la edad de 35 ó
36 añ os; en el segundo caso, a la edad de 37 ó 38 añ os. En todo caso, una vida tan
breve logró cambiar la faz de la tierra!.

C. TEXTOS PARA MEDITAR Y REZAR:

82. EL MESIAS, EL SIERVO DE YAVE Y EL ESPIRITU:

Una rama saldrá del tronco de Jesé, un brote surgirá de sus raíces. Se posará sobre É l
el Espíritu de Yavé: Espíritu de sabiduría e inteligencia, Espíritu de sabiduría e
inteligencia, Espíritu de consejo y fortaleza, Espíritu de ciencia y temor de Yavé…No
juzgará por las apariencias, ni se decidirá por lo que se dice. Juzgará con justicia a los
débiles, y sentenciará con rectitud a los pobres de la tierra. (Is 11, 1-4)

El Espíritu del Señ or Yavé está sobre mí, por cuanto que me ha ungido Yavé. A
anunciar la buena nueva a los pobres me ha enviado, a sanar a los corazones heridos, a
anunciar a los desterrados su liberació n y a los presos su liberad; a pregonar un añ o
de gracia de Yavé. (Isaías 61, 1-2) (Lc 3, 18-19).

He aquí mi Siervo a quien yo sostengo, mi elegido en quien se complace mi alma. He


puesto mi Espíritu sobre él: dictará ley a las naciones. No calmará , no gritará , ni alzará
en las calles su voz. No romperá la cañ a quebrada ni aplastará la mecha que está por
apagarse. (Isaías 42, 1-3) (Mt 12, 18-20). Las misericordias de Yavé quiero recordar, …
por la gran bondad que tuvo con nosotros y por la abundancia de sus bondades.

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 133


É l dijo: “De cierto que ellos mi Pueblo son, hijos que no engañ ará n”.Y fue su Salvador
en todas sus angustias. No fue un mensajero ni un á ngel: É l mismo en persona los
liberó . Por su amor y su compasió n É l los rescató … Má s ellos se rebelaron y
contristaron a su Espíritu Santo, y É l se convirtió en su enemigo y les hizo la guerra.

Entonces se acordaron de los días antiguos, de Moisés su siervo. ¿Dó nde está el que
sacó del Mar al pastor de su rebañ o? ¿Dó nde el que puso en É l su Espíritu Santo, el que
lo hizo que su brazo fuerte marchase al lado de Moisés?...Tú , Yavé, eres nuestro Padre.
¿Por qué nos dejaste errar fuera de tus caminos, endurecerse nuestros corazones lejos
de tu temor?

Vuélvete, por amor de tus siervos… Somos desde antiguo gente a la que no gobiernas…
AH SI ROMPIESES LOS CIELOS Y DESCENDIESES, los cerros se derretirían al verte!
(Isaías 63, 7-19)

D. CUESTIONARIO:

1. ¿Por qué los fariseos no respondieron a los llamados de Juan?


2. Complete la frase: “Los que se arrepentían _______________________ y ___________________
en el Jordá n”.
3. Después de su bautizo, Jesú s recibió de Dios tres señ ales: ¿Cuá les son?
4. ¿Qué pasajes del Antiguo Testamento recuerda el mansaje de la voz celestial en el
bautizo de Jesú s?
5. Complete la frase: “El Hijo del Hombre no ha venido a ______________________, sino a
___________________________ y a dar su __________________________ en rescate por muchos”.
6. Ya que Cristo no tenía pecado, ¿Por qué se sometió al bautismo, un rito destinado a
los pecadores?
7. ¿Qué luz podemos sacar del bautismo de Jesú s para aclarar el significado de
nuestro propio bautismo? (Esta pregunta supone una reflexió n personal o en
grupo)

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TEMA 27: LAS ULTIMAS PREPARACIONES


Desarrollo:

A. LAS ULTIMAS PREPARACIONES:

El estudio del bautismo de Jesú s nos ha enseñ ado importantes aspectos de la


personalidad y de la misió n de Quien es hoy nuestro Señ or. Algo parecido pasó con
Jesú s cuando salió del Jordá n: las señ ales que recibió en ese momento le dieron
nuevos conocimientos de sí mismo y de su vocació n.

Esto no quiere decir que todo lo ignoraba antes. Ya desde su infancia sabía que era
pariente de Dios y tenía alguna idea de su futuro papel (Lc 2,49). Pero ya que era
hombre como nosotros, se sometió a la ley del crecimiento, y ésta incluye el progreso
den los conocimientos (lea B 44). La voz celestial oída a la orilla del Jordá n le confirmó
que su misió n de Mesías lo asemejaría al Siervo de Yavé descrito en el libro de Isaías. Y
esto era toda una novedad para él.

EL TRIUNFO DEL DESIERTO:

Podemos imaginar qué fuerte impacto recibió Jesú s entonces en su corazó n. ¿Quién de
nosotros podría enterarse de una responsabilidad tan grande y de un destino tan
trá gico sin sentirse conmovido profundamente? No debe extrañ arnos que, como paso
siguiente, Jesú s se haya retirado al desierto, donde estuvo cuarenta días, para ser
tentado por el demonio: Marcos 1, 12s; Mateo 4, 1-11; Lucas 4, 1-13

Por el estudio del Antiguo Testamento sabemos que el desierto era ante todo el lugar
de encuentro con Dios y de la preparació n para las grandes misiones. Fue ahí donde
Moisés conoció a Yavé; fue ahí donde Elías lo encontró en el susurro de una brisa
suave. Jesú s también se dirigió al desierto antes de comenzar su misió n. Necesitaba
meditar, rezar, escudriñ ar la voluntad de su Padre y encontrar la mejor manera de
cumplirla. Durante toda su labor pú blica le gustará retirarse a un lugar solitario y
tranquilo, para reflexionar, conversar con Dios y buscar có mo no desviarse de la línea
indicada en su bautismo (lea C 83-84). Esto nos debe servir de ejemplo: sin la
reflexió n y la celebració n de la Palabra de Dios, ¿có mo podríamos cumplir el
compromiso de nuestro propio bautismo? (lea C 85-86).

El desierto fue ademá s un lugar de prueba y de tentació n. Lo vimos en los libros de


Exodo y Nú meros. Jesú s fue tentado en el desierto, como lo fue también fuera del
desierto, por ejemplo:

Cuando la gente lo quiso llevar para hacerlo rey: (Juan 6,15)

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 135


Cuando los fariseos le pidieron un milagro que llamara la atenció n: (Mateo 12,38)

Cuando Pedro trató de desviarlo del camino de la Pasió n y de la Cruz: Mateo 16, 22-23.

Estas tentaciones tenían todas algo que ver con su vocació n. Y Jesú s triunfó cada vez,
porque ya antes de manifestarse en pú blico se había decidido con energía a seguir la
línea humilde indicada por Dios su Padre. Tal es el sentido de su victoria en el
desierto.

DEL HECHO A SU NARRACION:

Jesú s fue el ú nico testigo de sus tentaciones. Si hoy sabemos algo de ellas, fue porque
habló de ellas a sus amigos, como por ejemplo, cuando les invitaba a velar y rezar para
no caer en la tentació n, o cuando les contaba pará bolas como ésta: “Nadie puede
entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes si no mata primero al
fuerte; entonces podrá saquear su casa” (Mc 3,27). Jesú s era libre y por eso podía
actuar, porque ya tenía atado a su enemigo, el enemigo de todos los hombres, Sataná s,
la serpiente del Génesis y el Dragó n del Apocalipsis.

Esa victoria decisiva de Jesú s se comentó luego entre los primeros cristianos que nos
entregaron los evangelios. Para describirla, se valieron de símbolos bíblicos altamente
significativos.

Marcos, en su breve relato, dice que Jesú s estaba entre los animales del campo y que
los á ngeles le servían (Mc 1,12s). Es como si fuera hablando del Paraíso
reconquistado, y Jesú s aparece como un nuevo Adá n, un Adá n que supo resistir y
triunfar ahí donde el primero había fracasado y caído. San Pablo presentará así a
Cristo como un nuevo Adá n. Su victoria, que significa la derrota de Sataná s, el antiguo
adversario, tiene consecuencias para todos los hombres.

Mateo y Lucas, en sus relatos má s amplios, describen la tentació n de Jesú s en sus tres
etapas. Cada una recuerda un episodio de la historia del antiguo Pueblo de Dios en el
desierto, con citas explícitas del Antiguo Testamento: Deuteronomio 8,3; 6,16 y 13
(lea estos textos). Por su victoria Jesú s triunfó no só lo como individuo sino también
como líder y representante del nuevo Pueblo que formamos. Ese Jesú s, libre de
pecado, puede guiarnos hacia la verdadera Tierra prometida, el Reino de Dios (lea B
45)

APOYO AL BAUTISTA:

Después de los cuarenta días del desierto, Jesú s pasó algú n breve tiempo en Judea,
administrando el bautismo a los que acudían a É l (Jn 3,22). Juzgó que lo mejor que
podía hacer por el momento era aprestar todo su apoyo a la campañ a de Juan y
dedicarse con él a la preparació n de un Pueblo bien dispuesto. Pasaba por un profeta
del Reino de Dios, como Juan, y llegó a hacer má s discípulos y bautizos que el Bautista
(Jn 4, 1-2). No era todavía el bautismo en el Espíritu, sino un bautismo semejante al
que Juan administraba.

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 136


Un día, sin embargo, pasó de Judea a Galilea, con el fin de dar oficialmente inicio a su
misió n. ¿Por qué Galilea?

Como lo explica el evangelio segú n Juan, Jesú s se marcha a Galilea porque se ha


enterado de que los fariseos está n al tanto de su éxito. Judea era el territorio principal
de los saduceos y fariseos. Ellos no aceptaban competencias y tenían por adversario
quien no hubiera estudiado en sus escuelas. Así que Jesú s prefirió alejarse de ellos y
regresar a Galilea, su tierra, donde ellos no tenían tanta influencia.

Marcos da otro motivo: la detenció n de Juan (Mc 1,14). Este había criticado la
conducta escandalosa de Herodes (Mc 6, 17-29). El historiador judío Flavio Josefo
añ ade otra explicació n: el rey tenía miedo de que Juan usara su influencia para
impulsar a la gente a rebelarse. De todos modos, en la cá rcel, el Precursor conoció una
muerte violenta, como todos los profetas. Esto le sirvió a Jesú s de señ al, se dio cuenta
de que la etapa de la preparació n se había acabado, el tiempo se había cumplido (mc
1,15). La misió n de Juan había llegado a su fin; la de Jesú s empezaba: no terminará
nunca.

B. LECTURAS COMPLEMENTARIAS:

44. LOS CONOCIMIENTOS DE JESUS:

Afirmar que Jesú s aprendió algo que ignoraba antes nos cuesta bastante. Sabemos
muy bien segú n enseñ a una fó rmula del “Creo en Dios” que Jesucristo es verdadero
Dios y verdadero hombre. No vemos claramente donde se podría poner una frontera
entre lo divino y lo humano que se unieron en su persona, una persona ú nica. Pero
vale la penaescuchar al respecto lo que dice el Nuevo Testamento: nos invita a tomar
en serio la realidad de la Encarnació n, con todo lo que ella significa para Dios.Siendo
rico, se hizo pobre (2 Cor 8,9), se despojó a sí mismo (Filipenses 2,7), se hizo carne
(Juan 1,14), es decir “débil” (Mateo 26,41); fue probado en todo igual que nosotros,
excepto en el pecado (Hebreos 4,15); se sometió a la ley humana del desarrollo por
etapa, como dice directamente Lucas: “Jesú s progresaba en sabiduría, en estatura y en
gracia ante Dios y ante los hombres” (2,52). Aun siendo hijo aprendió por su Pasió n lo
que es obedecer (Hebreos 5,8).

Todos estos textos nos llevan a pensar que Jesú s como cualquier otro hombre tuvo
que estudiar, ensayar, preguntar para saber. Aprendió de José a ser carpintero (Jn 5,
19-20 puede ser interpretado en este sentido). Sobre todo pudo aprender de la voz
celestial, en el momento de su unció n en el Espíritu Santo, que no solamente era Hijo
de Dios, sino también el Mesías llamado a ser Cordero de Dios, Siervo de Yavé,
Salvador del mundo anunciado por el profeta Isaías.

45. LA TENTACION DE JESUS Y LAS NUESTRAS:

La petició n del Padrenuestro “no nos dejes caer en la tentació n (Lc 11,4; Mt 6,13)
encierra una tremenda y dura realidad con la que tuvo que enfrentarse el mismo
Jesú s. Siendo la tentació n patrimonio del hombre, es evidente que la posibilidad e

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 137


incluso el hecho de la tentació n afectó también a la verdadera humanidad de Jesú s.
(…)

Los tres relatos sobre la tentació n prueban ya de por sí, con solo su presentació n
externa, que el sobrio relato de Marcos (2 versículos: 1, 12-13) tuvo adiciones
importantes: 11 versículos en Mateo 4, 1-11 y 13 en Lucas (4, 1-13). Para dar con el
exacto sentido religioso, doctrinal del pasaje es importante saber que en él no hay una
mera acta histó rica, un informe material tal como lo haría un periodista moderno. Esto
no quiere decir, sin embargo, que se trate de un hecho imaginado, de un “cuento”. Má s
bien hay que familiarizarse con el pensamiento de que la probabilidad de ser tentado
Jesú s y la realidad de sus tentaciones que tuvieron lugar en diversos tiempos y en
ocasiones distintas, fueron presentadas y explicadas en una sola explicació n
catequística.

Es comú n sentir de los intérpretes modernos que sería una falsedad histó rica
aferrarse en el episodio de la tentació n a la idea de un demonio que aparece en forma
corporal y a la idea de un cambio triple de escenario: se trata má s bien de un influjo
misterioso sobre el espíritu de Jesú s. Satá n quería conocer con certeza si Jesú s era el
“Hijo de Dios”, el “ungido del Señ or” o “Mesías”, para luego hacer imposible su misió n.
Pero el tentador fracasó .

Es un consuelo para el cristiano saber que también el Señ or sufrió tentaciones. De esta
verdad saca el cristiano aliento y energías para sus propias luchas y confía sin
desmayos en la gracia del Señ or, que no permite que el hombre sea tentado por
encima de sus fuerzas (Santiago 1,12). (Adaptado de A. LAPPLE. El Mensaje de los
Evangelios hoy. pp. 374 y 375)

C. TEXTOS PARA MEDITAR Y REZAR:

83. JESUS, EL SILENCIO Y LA ORACION:

Jesú s reza después de su primera actuació n: De madrugada, cuando estaba todavía


muy oscuro, se levantó , Salió y fue a un lugar solitario, donde se puso a orar (Mc 1,35).
Su fama se extendía cada vez má s y una numerosa multitud afluía para oírle y ser
curados de sus enfermedades. Pero É l se retiraba a los lugares solitarios, donde oraba
(Lc 5,16)

Jesús ora después de obrar milagros:

Inmediatamente (después de la multiplicació n de los panes) obligó a los discípulos a


subirse a la barca y a ir por delante de É l a la otra orilla, mientras É l despedía a la
gente. Después de despedir a la gente, subió al monte a solas para orar. Al atardecer
estaba solo allí (Mt 14, 22s).

Jesús ora antes de llamar a sus apóstoles:

Por aquellos días se fue al monte a orar, y se pasó la noche en la oració n de Dios.
Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió doce de entre ellos, a los que
llamó también apó stoles (Lc 6, 12-13).

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 138


Jesús prepara su entrada a Jerusalén:

Desde este día (es decir de la resurrecció n de Lá zaro), (las autoridades) decidieron
darle la muerte. Pero Jesú s no andaba ya en pú blico entre los judíos, sino que se retiró
de allí a la regió n cercana al desierto, a una ciudad llamada Efraím, y se quedó allí con
sus discípulos (Juan 11, 53s)

84. JESUS ORA ANTES DE LA HORA DECISIVA (SU PASIÓN):

Entonces Jesú s se va con ellos a una propiedad llamada Getsemaní, y dice a los
discípulos: “Siéntense aquí, mientras voy allá a orar”. Y tomando consigo a Pedro y a
los dos hijos de Zebedeo, comenzó a sentir tristeza y angustia. Entonces les dice: “Mi
alma está triste hasta el punto de morir; quédense aquí y velen conmigo”. Y
adelantá ndose un poco, cayó rostro en tierra, y suplicaba así: “Padre mío, si es posible,
aparta de mí este cá liz, pero no sea como yo quiero, sino como quieras Tú ”. Viene
entonces donde los discípulos y los encuentra dormidos; y dice a Pedro: “¿Conque no
han podido velar unahora conmigo? Velen y oren, para que no caigan en tentació n;
que el espíritu está pronto, pero la carne es débil” (Mt 26, 36-41)

85. BUSCAR EL SILENCIO PARA REZAR:

Y cuando oren, no sean como los hipó critas, que gustan de orar en las sinagogas y en
las esquinas de las plazas bien plantados par ser vistos de los hombres; en verdad les
digo que ya recibieron su recompensa. Tú , en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu
cuarto y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre que está allí, en lo secreto; y tu
Padre que ve en lo secreto, te recompensará . (Mt 6, 5-6)

86. CON LOS DISCIPULOS PIDAMOS A JESUS:

Maestro enséñ anos a orar (Lc 11,1)

D. CUESTIONARIO:

1. ¿Qué cosa aprendió Jesú s de la voz celestial que oyó al salir del Jordá n?
2. ¿A dó nde fue Jesú s después de su Bautismo?
3. El “Desierto” significa dos cosas en el Antiguo Testamento: diga cuá les son?
4. Complete la frase: En el relato de las tentaciones de Jesú s, Marcos representa al
Señ or como un nuevo ______________ mientras Mateo y Lucas lo representan como un
nuevo ______________ y un nuevo _________________.
5. En el relato segú n Mateo (4, 1-11), Jesú s rechaza la tentació n con tres citas del
Antiguo Testamento: bú squelas en el texto mencionado y escríbalas.
6. ¿Cuá l fue la señ al que llevó a Jesú s a empezar su ministerio pú blico, segú n Marcos?
Buscar en Marcos 1
7. ¿En qué, la victoria de Jesú s sobre la tentació n, constituye un aliento para el
cristiano? (Dé una respuesta personal)

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TEMA 28: JESUS EN GALILEA


Desarrollo:

A. JESUS EN GALILEA:

Después de la detenció n de Juan, Jesú s inició oficialmente su misió n. Lo hizo en su


patria, Galilea, gobernada por Herodes, el perseguidor del Bautista. Con una
energíaincansable “recorrió todo el país, predicando en las sinagogas y expulsando los
demonios (Mc 1,39; lea B46)

De todas partes la gente acudía a É l para escucharlo. Los primeros milagros


confirmaban sus palabras, y con gran entusiasmo los pobres comentaban có mo había
liberado a un poseído (Mc 1,23-28) y sanado a la suegra de Pedro y muchos enfermos
má s (Mc 29-34).

Todo le salía bien a Jesú s en esos comienzos prometedores. Era una verdadera
primavera, la primavera de Galilea. No sabemos cuá nto tiempo duró ese período
maravilloso. Lo que sí sabemos por Marcos, Mateo y Lucas es que a ese ministerio de
Galilea pertenece lo esencial de los hechos y dichos de Jesú s anteriores a su Pasió n.

EL REINO DE DIOS:

La predicació n de Jesú s en Galilea está centrada sobre un tema fundamental: el


Reino,Reino de Dios, segú n la fó rmula de Marcos y Lucas, Reino de Los Cielos, segú n la
fó rmula equivalente de Mateo quien, como muchos judíos, no se atrevía a pronunciar
el santo nombre de Dios. La expresió n “Reino de Dios” estaba en la boca de todos, y el
pueblo pudo entenderla cuando Jesú s, a continuació n la usó solemnemente en su
predicació n.

La imagen del Reino de Dios tiene raíces profundas en el Antiguo Testamento. Así
Gedeó n Samuel rechazan la idea de tener un rey como las demá s, porque Yavé es el
Rey de Israel (Jueces 8,23; 1Samuel 8,7)

- Varios pasajes de los profetas y de los salmos afirman que Yavé es Rey de Israel, Rey
de todas las naciones, Rey de la naturaleza, por ejemplo Isaías 6,5; Jeremías 10,7 y 10;
Salmos 93, 1s y 95,3ss.

- Los profetas y los salmos presentan a Yavé también como un Rey guerrero y un juez,
porque así eran los reyes en el antiguo mundo oriental: Jeremías 25, 30-38; Salmos 2 y
60.

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 140


Sin embargo, bajo la influencia de los profetas, sobre todo Isaías, el concepto de Reino
de Dios toma un aspecto má s moral que político. Es por el fiel cumplimiento de la Ley
del Sinaí que los hombres deben reconocer la realeza de Yavé (Is 32, 15-17; 32,33).
Tendrá n acceso a É l los humildes y los que tengan un corazó n arrepentido.

Pero los demá s pueblos, por ser paganos, no reconocen la soberanía de Yavé. má s
aun, cuando el mismo Israel deja de ser un Estado, varios se preguntan có mo Yavé
puede ser el rey de un pueblo que ya no existe… Algunos profetas y má xime la opinió n
popular empiezan a creer que el Reino de Dios exige primero una liberació n de la
tierra santa, una restauració n del Estado de Israel, una intervenció n extraordinaria de
Yavé para aplastar los paganos y hacer de Jerusalén el centro del mundo.

Cuando Jesú s sale de Nazaret, en la primavera del añ o 28 ó 29, el prestigio del pueblo
judío, dominado por los romanos, está muy bajo y la expectació n del Reino de Dios
está muy viva. Pero, por lo general, se espera de Dios un liberador político que traiga
la prosperidad y el bienestar material a los descendientes de Abraham. Esto explica en
algo la petició n de la madre de los hijos de Zebedeo (Mt 20,21) y la pregunta de los
apó stoles antes de la Ascensió n: “Señ or, ¿es ahora cuando vas a restablecer el Reino
de Israel? (Hechos 1,6). Para muchos, el “Reino de Dios” era un mero medio para
lograr las ambiciones de Israel.

LA BUENA NUEVA DE JESUS:

Es por eso que Jesú s, ya desde el comienzo, rectifica las mentalidades por lo que al
Reino de Dios se refiere y recoge el tema allí donde las enseñ anzas má s puras lo
habían dejado, para llevarlo a su perfecció n. No dice bruscamente a sus oyentes que
está n equivocados: sencillamente propone el Reino como algo nuevo, pero en la línea
del verdadero Reino anunciado por los profetas (Lea B 47 y C 87).

Ante las primeras palabras de Jesú s en las sinagogas de Nazaret y Cafarnaú m la gente
se pregunta: “¿Qué es esto? Una doctrina nueva, expuesta con autoridad!” (Mc 1,27).
Sin embargo lo esencial de su mensaje se halla en esas sencillas palabras: “se ha
cumplido el tiempo y ha llegado el Reino; arrepiéntanse y crean en el Evangelio” (Mc
1,15).

SE HA CUMPLIDO EL TIEMPO: Al decir que “el tiempo se ha cumplido el día de la


visita de Yavé anunciado por los profetas hasta Juan. La presencia de Jesú s es un
evento decisivo, no hay que esperar otro. Con ella el plan de Dios y las esperanzas de
su Pueblo llegan a su verdadero cumplimiento.

Es lo que también recalca el episodio de la primera visita de Jesú s a Nazaret después


de su bautismo (Lc 4, 16-22). Para la celebració n de la Palabra de aquel día, É l mismo
escoge un pasaje bien conocido de Isaías (61, 1-2), pero la novedad consiste en el
comentario que hace: “Hoy se ha cumplido esta Escritura que acaban de oír”. Así que
Jesú s es el Profeta que trae la salvació n al Pueblo de Dios.

HA LLEGADO EL REINO DE DIOS: Los milagros de Jesú s son signos de que el Reino de
Dios está llegando, y esto condena el dominio de Sataná s, del pecado y de la muerte a

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 141


desaparecer (Mt 12,28). Con Jesú s empieza un orden nuevo y definitivo, que
corresponde a la voluntad soberana de Dios, Creador y Salvador. Este mundo nuevo:

 Crece como una semilla depositada en la tierra: seguirá creciendo hasta la


cosecha: Mc 4, 26-29.
 A pesar de los humildes comienzos contiene una fuerza secreta que lo llevará
hasta su perfecta realizació n
 Actú a como un fermento en la masa: Mt 13-33.
 Encuentra obstá culos, es una lucha: Mt 13, 24-30.
 Cuenta con los esfuerzos de todos los hijos del Reino: má s que meros
receptores de los dones divinos, debemos ser agentes mediante los cuales Dios
actú a: Mt 25, 14-30.
 Llegará a su plenitud cuando el Hijo del Hombre vuelva en gloria: Mt 25, 31-46
(lea C88 y 89).

CONVIERTANSE Y CREAN EN EL EVANGELIO: Conversió n y fe son las dos partes de


la decisió n que cada hombre debe tomar frente a la proclamació n del Reino de Dios.
Las Bienaventuranzas y el Sermó n de la Montañ a explican en qué consisten; son
pasajes que el cristiano debe siempre volver a leer: Mt 5-7 y Lc 6, 20-49.

B. LECTURAS COMPLEMENTARIAS:

46. CONTEXTO DEL MINISTERIO DE GALILEA:

Galilea es la patria de Jesú s y de la mayoría de los apó stoles. Frente al seco,


montañ oso y estéril paisaje de pastores de Judea, es alabada como encantadora
comarca cerealista. El lago de Genesaret (llamado también lago de Tiberíades y mar de
Galilea) yace entre sus colinas ondulantes. Se halla a unos 200 metros bajo el nivel del
mar (Mediterrá neo) y tiene una profundidad media de unos 50 metros. Tiene 21
kiló metros de largo y 11 de ancho. Ya era entonces famoso, por su riqueza en pesca y
por la suavidad de su clima. Sus orillas presentaban el aspecto de un fértil jardín. Los
cereales se desarrollaban vigorosos y ya se podían segar aspecto de un fértil jardín.
Los cereales se desarrollaban vigorosos y ya se podían en abril. Rutas comerciales
cruzaban la poblada regió n y ponían a los judíos en contacto con el mundo pagano (lea
el texto de Isaías citado por Mateo en 4, 15-16).

Cafarnaú m era una ciudad fronteriza entre los territorios de Herodes (Antípas) y de
Filipo y tenía una guarnició n romana. Estaba situada en importante vía de
comunicació n que unía Mesopotamia con Egipto pasando por Damasco. Jesú s la eligió
como punto central de su actividad y, segú n Mateo 4, 13, se fue a vivir allá . Era “su”
ciudad.

La sinagoga era un lugar de reunió n que, ademá s de los bancos, contenía un armario
para los rollos de la Escritura y un atril para el lector. El acto de culto consistía en la
lectura de la Escritura y el canto de los Salmos. El presidente de la sinagoga podía
invitar a predicar a todo judío que tuviese 30 añ os.

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 142


En los endemoniados el espíritu maligno dominaba a un hombre de una manera
misteriosa, de forma tal que era él quien hablaba y actuaba en el hombre. No era
necesariamente por culpa del endemoniado, pero si siempre un signo del oscuro
poder de Sataná s.

El descanso del sá bado duraba desde el atardecer del viernes al atardecer del sá bado
(los judíos no tenían relojes; para ellos el día terminaba con la puesta delsol y, con ella,
empezaba el día siguiente). El descanso del sá bado exigía una abstenció n completa de
todo trabajo (lea Juan 5,10). Só lo se permitían unos 900 metros de camino (con esto
se puede entender lo que dice Jesú s en Mateo 24,20).

47. EL REINO DE DIOS COMO VOLUNTAD DE DIOS:

El reino es el cumplimiento de la voluntad de Dios y Jesú s proclamó que este


cumplimiento han de realizarlo Dios y el hombre. Dios permite al hombre cumplir su
voluntad de un modo nuevo. El judaísmo exigía que los judíos cumplieran la voluntad
de Dios observando la Ley. Jesú s anuncia que el hombre debe cumplirla sometiéndose
a una renovació n de sí mismo.

Hay un combate en la realizació n del Reino, pero no se trata de un combate… contra


los poderes de este mundo. El enemigo que se opone al Reino es el pecado, y el pecado
en concreto es cada hombre. El Reino no libera al hombre del mundo sino de su propio
pecado. Aquí Jesú s revitaliza las partes de la enseñ anza profética que se había
oscurecido por acentuar la importancia de la Ley con un entusiasmo excesivo… Los
profetas, en particular los de antes del destierro, predicaban sobre la culpa de Israel:
no hay esperanza fuera de una conversió n total, un corazó n nuevo, un alma nueva.
(J.L. McKenzie, El Poder y La Sabiduría Pp., 63-64)

C. TEXTOS PARA MEDITAR Y REZAR:

87. JESUS INAUGURA EL REINO DE DIOS:

Le dijeron a Jesú s: “Juan el Bautista nos ha enviado para que te preguntemos: ¿”Eres tú
el que ha de venir o debemos esperar a otro?” En aquel momento curó a muchos de
sus enfermedades y dolencias, de malos espíritus, y dio vista a muchos ciegos. Y les
contestó : “Vayan y cuenten a Juan lo que han visto y oído: los ciegos ven, los cojos
andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, se anuncia
a los pobres la Buena Nueva: y dichoso aquel que no se escandalice de mí!” (Lc 7, 20-
23)

88. EL REINO DE DIOS CRECE LENTAMENTE:

El Reino de los Cielos es semejante a un grano de mostaza que tomó un hombre y lo


sembró en su campo: Es ciertamente má s pequeñ a que cualquier semilla… pero
cuando crece es mayor que las hortalizas, y se hace á rbol, hasta el punto de que las
aves del cielo vienen a anidar en sus ramas. (Mt 13,31)

El Reino de los Cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su


campo. Pero, mientras se gente dormía, vino su enemigo, sembró encima cizañ a entre

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 143


el trigo y se fue. Cuando brotó la hierba y echó luego espiga, apareció entonces la
cizañ a.

Los siervos del amo fueron a decirle: “Señ or, ¿no sembraste semilla buena en tu
campo? ¿Có mo es que tiene cizañ a?” É l les contestó : “Algú n enemigo ha hecho esto”.
Le dicen los siervos: ¿Quieres, pues, que vayamos a recogerla?” Les dice: “No, no sea
que, al recoger la cizañ a arranquen a la vez el trigo. Dejen que ambos crezcan juntos
hasta la siega. Y al tiempo de la siega, diré a los segadores: Recojan primero la cizañ a y
á tenla en gavillas para quemarla, y el trigo recó janlo en mi granero”. (Mt 13, 24-30)

89. EL REINO VENDRA EN PLENITUD AL FINAL DE LOS TIEMPOS:

Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria acompañ ado de todos sus á ngeles, se
sentará en su trono de gloria. Será n congregadas delante de É l todas las naciones, y É l
separará a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos.
Pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces dirá el Rey a los
de su derecha: Venid benditos de mi padre... recibid la herencia del Reino preparado
para vosotros… (Mt 25, 31-34; Buscar cita en la Biblia y leerla)

D. CUESTIONARIO:

1. Complete la frase siguiente de Marcos 1,39: Jesú s recorrió todo el país


2. _____________ en las sinagogas y expulsando los _______________
3. ¿Cuá l fue el tema principal de la predicació n de Jesú s en Galilea?
4. ¿Por qué Mateo dice “El Reino de los Cielos” en vez de “Reino de Dios”, como lo
dicen Marcos y Lucas?
5. ¿Por qué Gedeó n y Samuel se opusieron a la idea de proclamar un rey para Israel?
6. ¿Qué es lo que la gente esperaba de Dios en tiempos de Jesú s?
7. ¿Cuá les son los elementos del mensaje de Jesú s contenido en Marcos 1,15?
8. ¿Qué comentario hizo Jesú s después de leer Isaías 61, 1-2 en la sinagoga de
Nazaret (Lc 4, 16-22)?
9. ¿Qué lecció n para la vida de hoy contiene la pará bola del trigo mezclado con la
cizañ a: Mateo 13, 24-30? (Respuesta personal)

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TEMA 29: EL MAESTRO Y SU DOCTRINA


Desarrollo:

A. EL MAESTRO Y SU DOCTRINA:

Jesú s actuó primero como predicador ambulante que anunciaba el Reino de Dios de
pueblo en pueblo. Hablaba un lenguaje muy sencillo, con pará bolas o comparaciones,
porque no se dirigía a un grupo selecto sino a todo el pueblo galileo que comprendía
campesinos, pastores, artesanos, pescadores y soldados. Sin embargo, gracias a sus
dones excepcionales y a la calidad insuperable de su mensaje no tardó mucho en ser
rodeado de discípulos, convirtiéndose en un rabbi, es decir maestro (lea B 48)

DISCIPULOS Y APOSTOLES:

En realidad, de esa gente numerosa que acudía a oír sus palabras por motivos muy
diversos, se destacó luego un grupo de hombres y mujeres que se dejaron guiar por
sus enseñ anzas.

Lo acompañ aban en sus recorridos (Lc 8, 1-3), lo seguían, corriendo los mismos
riesgos y encarando las mismas injurias y persecuciones (Juan 15,20). En otros
términos se ligaron a su persona que, en adelante, era para ellos má s que padre y
madre (Mt 10,37).

A veces adelantaban al Maestro a distintos lugares a donde É l iba, a prepararle


elcamino, como lo hicieron los setenta y dos mencionados por Lucas (10,1)

Para ser del grupo de los discípulos era preciso ser llamado personalmente por Jesú s y
aceptar las condiciones puestas por É l. Sabemos que los llamados no respondieron
todos, principalmente por apego a las riquezas o a la familia (Mt 19,21; Lc 9, 57-62).
En cambio, otros que no habían sido llamados quisieron en balde acompañ ar a Jesú s,
por ejemplo, el poseso de Gerasa que en la alegría de su liberació n, quería ser
admitido en su compañ ía (Lc 8, 38-39).

De entre los discípulos de la primera hora, Jesú s se escogió un equipo de doce


compañ eros. Lo hizo con una libertad total que Marcos así describe: “Subió al cerro y
llamó a los que É l quiso, y vinieron a É l. Así constituyó a los Doce, para que estuvieran
con É l y para enviarlos a predicar, dá ndoles poder para echar a los demonios” (3, 13-
15).

LOS PESCADORES DEL ISRAEL NUEVO:

¿Quiénes eran esos hombres antes de ser llamados?

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 145


Socialmente no pertenecían a la clase de los que tenían influencia en el país. Pero
tampoco eran indigentes. Algunos de ellos eran pequeñ os empresarios: tenían una
barca y contrataban peones para la pesca. Otro Leví, también llamado Mateo, era
empleado pú blico.

Espiritualmente, varios de ellos habían sido discípulos de Juan Bautista, y esto indica
qué tipo de hombres eran: habían tomado en serio los llamados a la conversió n,
habían creído que el Reino estaba cerca, en resumen eran verdaderos israelitas de
corazó n sencillo, como dijo Jesú s de uno de ellos (Juan 1,47).Ahora, lo má s importante
es saber qué es lo que Jesú s hizo con ellos. Dos

indicaciones, elegidas entre varias, nos lo dirá n: el nú mero doce determinado por
Jesú s y el nombre de apó stoles que É l les dio (segú n Lucas 6,13).

DOCE: Para todo judío, el nú mero doce recordaba naturalmente las doce tribus de
Israel. La intenció n de Jesú s aparece clara: hacer de los Doce el fundamento del nuevo
Israel, es decir La Iglesia (Mt 19,28). Uno de ellos, Simó n, siempre primero en la lista
(Mateo 10,2; Lucas 6,14 y Hechos 1,13) haría el papel de piedra angular, la que da
unidad a la base y a toda la construcció n (Mt 16, 18-19).

APOSTOLES: En general, el término apó stol significa enviado. Mucho má s que un


simple mensajero es un delegado autorizado, un representante legal que puede hablar
y actuar en nombre de otro que está ausente. Los Doce fueron llamados para ser los
representantes oficiales de Jesú s (Mc 6, 6-13). Por eso fueron revestidos de su
autoridad (Mt 10, 40; Lc 10, 16). Su misió n se desenvolvió en dos etapas:

Primero fueron enviados a los israelitas (Mt 10,5), para presentarles la doctrina de su
Maestro.

Después de recibir al Espíritu Santo fueron mandados hacia todas las gentes, paraser
ademá s testigos de la Pasió n y Resurrecció n del Señ or (Hechos 1,8 y 22).

En ambos casos tenían que ser pescadores de hombres, es decir reunirlos en nombre
de Jesú s para el Reino de Dios “que se parece a una red que se echa al mar y recoge
peces de todas clases” (Mt 13,47).

LA FUERZA DE LA BUENA NUEVA:

Pero, ¿cuá l era el secreto de Jesú s para atraer las masas y ganarse definitivamente la
confianza de doce apó stoles y de un buen nú mero de discípulos? Pocos pasajes
contestan con tanta fuerza como éste: “Vengan a mí los que se sienten cargados y
agobiados, porque los aliviaré. Carguen con mi yugo y reciban mi enseñ anza, porque
soy manso y humilde de corazó n, y encontrará n alivio. Pues mi yugo es suave y mi
carga ligera” (Mt 11, 28-30). Sí ¡qué diferencia entre el mensaje liberador de Jesú s y
las obligaciones que los maestros judíos echaban sobre las espaldas de la gente! (Mt
2,4).

Jesú s reveló que Dios, es nuestro Padre, un Padre que conoce todas nuestras
necesidades, y es bueno, bueno para con todos, incluso para el hijo pró digo que vuelve

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 146


a É l (Mt 6, 9,32; 7,11; 5,45; Lc 15, 11-32). Tiene una preferencia para los pequeñ os y
abre su Reino a los que se asemejan a los niñ os, los que actú an sin hipocresía y no
piden cuentas a Dios (Mt 11,25; 10,15; 18,3; 6, 1-18; 20, 9-16). Por eso, felices son los
que tienen un corazó n de pobre, los mansos, los puros, los que tienen hambre de
justicia (Lea C 90).

Ahora, ¿có mo responder a esta revelació n sobre el Padre? Jesú s dejó al hombre la
mayor iniciativa posible para determinar los modos concretos para hacerlo. No añ adió
nuevas leyes, y si bien no cambió las que existían, declaró solemnemente que “el
sá bado es para el hombre, no el hombre para el sá bado” (Mc 2,27), dando así la
prioridad al hombre, algo que los fariseos no hacían. Propuso un solo mandamiento,
que resume todo el Antiguo Testamento., el del amor: Amar a Dios sobre todas las
cosas y amar al pró jimo como así mismo (Mt 22, 34-40). Esto significa: amar sin límite,
hasta los enemigos (Mt 5,44ss); perdonar setenta veces siete (Mt 18,22), porque el
que no perdona se excluye de la familia de Dios(Mt 6,15); y actuar siempre segú n
indican las circunstancias, como lo hizo el buen samaritano (Lc 10, 29-37). El que así
vive imita a Dios (Mt 5, 48), ya que, como buen hijo, hace lo que el Padre hace. (Juan
5,19) (Lea y medite C 91)

B. LECTURAS COMPLEMENTARIAS:

48. LAS PARABOLAS DEL EVANGELIO:

Al igual que los profetas hebreos, Jesú s recurre en su enseñ anza a la técnica de la
pará bola. La pará bola es una comparació n, uno de cuyos términos es una
realidadsensible, experimental, accesible a todos, verificable por la experiencia
comú n, siendo el otro término una realidad espiritual, la que precisamente se quiere
dar a conocer. Para enseñ ar las cosas espirituales, las cosas del Reino en trance de
formació n, es decir, las condiciones de la creació n de una humanidad nueva, santa,
habitada por la vida divina, Jesú s procede a partir de las realidades experimentales
presentes en la vida diaria. Nodesemboca en lo espiritual a través de lo abstracto, sino
que parte de lo concreto sensible para llegar a lo concreto espiritual. Este método se
justifica porque toda la creació n es obra de Dios, efectuada por la palabra y la
sabiduría eterna de Dios. Es normal pues el recurso de los elementos sensibles, el pan,
el vino, el agua, la tierra, el aceite, la sal, el fuego, y de las realidades de la vida
cotidiana, para enseñ ar realidades de orden espiritual.

LAS CARACTERISTICAS DE LA PARABOLA:

 La pará bola es un relato breve, pero completo, tomado de la vida diaria.


 Este relato, sin embargo, no debe entenderse al pie de la letra en cada uno de
sus detalles, sino en un sentido global y espiritual.
 Con el relato de un hecho natural se simboliza una verdad religiosa o moral, de
modo que la pará bola puede llamarse un símbolo. La pará bola es como una
ventana que nos permite contemplar el panorama de verdades y realidades
nuevas.

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 147


 En el relato de la pará bola no toda palabra es símbolo; se llega, má s bien, a
laspalabras decisivas, al “punto culminante”, en el cual deben ser comparados
lo ideal y lo real.
 Con un solo punto de comparació n, bien comprendido, queda ilustrado un solo
pensamiento fundamental. La pará bola tiene una clara meta, un solo
pensamiento fundamental.
 De este ú nico pensamiento fundamental se saca una consecuencia prá ctica de
clara aplicació n al terreno religioso o moral.
 La pará bola no es un relato para distraer a los oyentes.Para la lectura e
interpretació n de las pará bolas, lo interesante es oír y escuchar bien (Mc 4, 21-
25; Lucas 8, 16-18).
 Quien quiera llegar hasta lo íntimo de las pará bolas, hasta el misterio y las
verdades que ellas encierran, debe “encender la luz”, o, mejor dicho, la gracia
de Dios es quien ha de encenderle esa luz: “El que tenga oídos para oír, que
oiga!”

La humilde disposició n para oír lo que Dios quiere decir a los hombres, es la ú nica
llave con la cual se puede abrir el misterioso tesoro de las pará bolas de Jesú s.

C. TEXTOS PARA MEDITAR Y REZAR:

90. LOS PRIVILEGIADOS SEGÚN EL EVANGELIO (Las Bienaventuranzas):

o Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los


Cielos.
o Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerá n en herencia la tierra.
o Bienaventurados los que lloran, porque ellos será n consolados.
o Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos será n
saciados.
o Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzará n misericordia.
o Bienaventurados los limpios de corazó n, porque ellos verá n a Dios.
o Bienaventurados los que buscan la paz, porque ellos será n llamados hijos de
Dios.
o Bienaventurados los perseguidos por causa de la Justicia, porque de ellos es el
Reino delos Cielos.
o Bienaventurados será n cuando los injurien, los persigan y digan con mentira
toda clase de mal contra ustedes. Alégrense y muéstrense contentos, porque su
recompensa será grande en los cielos… (Mt 5, 3-12)
 Dichoso ese servidor a quien su señ or, cuando llegue, encuentre vigilando! (Mt
24, 46)[
 Dichosos… los que oyen la Palabra de Dios y la guardan! (Lc 11,28)
 Dichosos los que creen sin haber visto! (Jn 20,29)
 Dichosos los que guarden las palabras proféticas de este libro! (Apocalipsis
22,7)

91. IMITAR AL PADRE CELESTIAL:

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 148


Traten a los demá s como quieren que ellos les traten a ustedes. Porque si aman a los
que los aman, ¿qué mérito tienen? Hasta los malos aman a los que los aman. Y si hacen
bien a los que les hacen bien, ¿qué mérito tienen? También los pecadores obran así. Y
si prestan algo a los que les pueden retribuir, ¿qué méritos tienen? También los
pecadores prestan a pecadores para recibir de ellos igual trato.

Por el contrario, amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar algo en
cambio. Entonces la recompensa será grande, y será n hijos del Altísimo, que es bueno
con los ingratos y los pecadores. Sean compasivos, como es compasivo el Padre de
ustedes. No juzguen y no será n juzgados. No condenen, y no será n condenados.

Perdonen y será n perdonados. Den y se les dará ; recibirá n una medida bien apretada
y colmada; porque con la medida que ustedes miden será n medidos. (Lc 6, 32-
38)Nadie puede obedecer a dos patrones, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o
apreciará al primero y despreciará al otro. Es imposible servir a Dios y a las riquezas.
(Mt 6,24)

D. CUESTIONARIO:

1. ¿Qué significa la palabra “Rabbí”?


2. ¿Có mo se podía integrar el grupo de los discípulos de Jesú s?
3. Complete la siguiente frase (Marcos 3): “Subió al cerro y __________________ a los que
É l ____________________, y vinieron a É l. Así constituyó a los Doce para que
___________________ con _________________ y para _______________ a predicar, dá ndoles
_____________________ para echar a los ____________________”. (Tenga encuenta que si bien
en todas las Biblias se dice lo mismo, no se expresa con las mismas palabras,
depende de quién hizo la traducció n al españ ol: Solo asegú rate de tener una Biblia
Cató lica)
4. ¿Cuá l era la intenció n de Jesú s cuando eligió doce hombres?
5. ¿Qué papel principal destinó Jesú s a Simó n en Mateo 16?
6. ¿Qué significa en general el término apó stol?
7. ¿Qué significa perdonar “siete veces siete”? (Mt 18) ¿Por qué hay que perdonar
“siete
8. veces siete”?
9. Diga, con sus propias palabras, quién y có mo es Dios (a la luz de lo que Jesú s dijo
de É l)

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TEMA 30: LOS MILAGROS DE JESUS

A. LOS MILAGROS DE JESUS:


No se puede presentar la doctrina de Jesú s sin hablar al mismo tiempo de sus
milagros.
Para Jesú s, palabra y obra van siempre unidas; ambas manifiestan el Reino de Dios
que se inicia con É l. Así lo han entendido los autores del Nuevo Testamento, como
hacen constancia los tres ejemplos siguientes.
-En Marcos 1, 15 Jesú s afirma que el Reino de Dios está cerca y, en 1, 23-28, lo
demuestra al curar al endemoniado de Cafarnaú m.
-En Mateo 5-7 se halla una serie de dichos de Jesú s, pero en Mateo 8-9 sigue el relato
de diez milagros.
-En Hechos 10, 37-38 Pedro resume la actuació n de Jesú s de la forma siguiente:
“Ustedes saben lo sucedido en toda Judea, comenzando por Galilea, después que Juan
predicó el bautismo, có mo Dios consagró a Jesú s de Nazaret con el Espíritu Santo y
con poder, y có mo É l pasó haciendo el bien… porque Dios estabacon É l”.

EL PODER DE DIOS EN ACCION:


El Evangelio no narra todos los milagros de Jesú s: lo dice Juan (20, 30; 21, 25). A veces
los evangelistas se limitan a mencionarlos en términos generales, por ejemplo Marcos
1, 34 y Mateo 9, 35. Pero en varios otros casos los describen con detalles y podemos
agruparlos en cuatro categorías (hay ejemplo de cada una en C 92-95).
 Expulsiones de demonios: son seis casos en total.
 Curaciones de enfermos: Aproximadamente veinte casos.
 Milagros sobre la naturaleza, por ejemplo, la tempestad calmada, la conversió n
del agua en vino, la multiplicació n de los panes: se cuentan nueve casos.
 Resurrecció n de muertos: Tres casos. Habría un cuarto caso, esencialmente
distinto de los tres anteriores, por tratarse de una resurrecció n definitiva, la
clave de todo: la resurrecció n del Señ or Jesú s.

VENCEDOR DEL MAL:


Los milagros no se encuentran só lo en el Nuevo Testamento. Ya en el Génesis, al
comienzo, la creació n aparece como la victoria de Yavé sobre el vacío y el desorden. La
salida de Egipto ocurrió en medio de signos que causaron la derrota de los opresores y
la liberació n de los hebreos. Los tiempos del desierto y de la conquista de la tierra
prometida fueron el teatro de otras tantas maravillas de Dios que seguía salvando a
los suyos. Los profetas Elías y Eliseo obraron cosas extraordinarias que
permanecieron vivas en la memoria del Pueblo de Dios. En resumen, los milagros del
Antiguo Testamento demostraban la presencia salvadora de Yavé en medio de su
Pueblo y acreditaban a sus santos profetas.
Los milagros de Jesú s no son meros gestos de compasió n en presencia del sufrimiento
(si bien lo son también). Pertenecen, en realidad, a la gran historia de la salvació n,

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 150


como los del Antiguo Testamento. Pero tienen un sentido especial y ú nico: atestiguan
que el Reino de Dios ha llegado mediante la persona de Jesú s. Al mismo tiempo los
milagros constituyen una revelació n de quién es ese hombre de Nazaret y llevan a la
gente a
hacerse la pregunta decisiva: ¿Quién es É l?
El mismo Juan Bautista se hizo la pregunta. Desde la cá rcel de Herodes donde estaba
detenido, mandó preguntar con sus amigos a Jesú s: “¿Eres Tú el que ha de venir o
debemos esperar a otro?” (Mt 11, 3). Pero Jesú s, en vez de contestar directamente,
só lo dijo: “Vayan a anunciar a Juan lo que han visto y oído: los cielos ven y los
paralíticos caminan; los leprosos son curados y los sordos oyen; los muertos resucitan
y la Buena Nueva es anunciada a los pobres. Y feliz aquél para quien yo no seré
ocasió n de escá ndalo” (Mt 11, 4-6). Por estas palabras Jesú s aludía a un grupo de
textos del profeta Isaías que anunciaba el papel del Mesías (Is 61, 1; 26, 19; 29, 18s;
35, 5s). Juan tenía que sacar la conclusió n: el que hacía esas cosas era el Mesías.
Por otra parte, segú n dice Marcos 1, 23-28, Jesú s comienza su actividad en Galilea con
la expulsió n de un demonio (Satá n, en hebreo; diablo, en griego). El programa del
Mesías está indirectamente relacionado con la derrota de Sataná s. Para establecer el
Reino de Dios, Jesú s debe primero liquidar el imperio del primer opresor y adversario
de los hombres y del mundo. “Si es verdad que yo arrojo los demonios por el Espíritu
de Dios, es señ al de que el Reino de Dios ha llegado a ustedes” (Mt 12, 28). Triunfa el
má s fuerte, Cristo.

JESUS NUESTRO MEDICO:


Pero no só lo las expulsiones de los demonios sino todos los milagros de Jesú s indican
que con É l se da inicio al Reino de Dios anunciado por los profetas. Las curaciones, las
resurrecciones y hasta los milagros sobre la naturaleza manifiestan cuá l era la
extensió n y la amplitud del reino de sataná s (Génesis 3, 16-19) y, por contraste, en
qué consiste el Reino de Dios.
El relato del pecado de Adá n y Eva había vinculado el sufrimiento, la muerte y el
desorden en la naturaleza con la entrada del pecado en el mundo. El Nuevo
Testamento en general y los evangelios en particular aceptan la creencia popular de
una conexió n entre pecado,
sufrimiento y muerte. Jesú s reaccionaría contra los abusos de esa teoría, por ejemplo
cuando en presencia de tal enfermo se le echaba la culpa a él o a sus padres (Juan 9, 2-
3). Sin embargo la creencia popular contenía una verdad fundamental: la enfermedad
bá sica del hombre es el pecado. La presencia de Jesú s daba a conocer la fuerza que
destruiría el pecado y la muerte. Por su acció n, las fuerzas oscuras que arruinan almas
y cuerpos son vencidas. Y los hombres, una vez liberados por É l, se hallan
transformados. Jesú s es nuestro médico, nosotros sus pacientes. (Lea B 93).

LOS BIENES DEL REINO:


La llegada del Reino de Dios a la tierra no significa solamente el derrocamiento de
Sataná s. Esto es el aspecto negativo. La parte positiva consiste en los bienes que trae
el Mesías, bienes que los profetas habían anunciado y que los milagros de Jesú s
manifiestan a nuestra fe. Esto aparece sobre todo en el evangelio segú n Juan:

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 151


 Jesú s multiplica los panes (6, 1-15) y al mismo tiempo se presenta a sí mismo
como el Pan de Vida (6, 35).
 Jesú s cura al ciego de nacimiento (9, 1-41) y mediante esto se revela a sí mismo
como Luz del mundo (9, 5).
 Jesú s resucita a Lá zaro (11, 1-44) y esto es señ al de que É l mismo es la
Resurrecció n y la Vida (11, 25).
Ante tantas obras que hablan de por sí y confirman las palabras de Jesú s, hay que
tomar una decisió n: creer en É l. Pero los hombres se dividen (Juan 12, 37-50). Jesú s
será siempre signo de contradicció n (Lc 2,34)

B. LECTURAS COMPLEMENTARIAS:
49. EL GRITO DEL CIEGO: LUCAS 18, 35-43
El ciego al costado del camino quiere aprovechar la ú nica oportunidad que tiene para
poder ver y vivir como la gente. No cuesta nada, no pierde nada. Es só lo cuestió n de
gritar: “Jesú s, hijo de David, ten compasió n de mí!” Los que acompañ aban a Jesú s
alegremente, creían que le ciego estropeaba la fiesta: “Cá llate!”. Pero el pobre,
consciente de su pobreza y miseria, cuando ve una camino para su liberació n no hay
quien pueda impedirle seguir y entrar por él. El mismo perturba la fiesta, se vuelve
insolente, reclama impone su voluntad, y grita má s alto: “Jesú s, ten piedad de mí!”
Era la fe y la esperanza que lo llevaron a este acto de aparente desesperació n, a
desafiar todo el mundo… Y entonces no valen reclamos y amenazas. Estas solamente
exasperan má s aú n al pobre ciego. Grita má s alto. Los que impedían al pobre gritar…
fueron ellos que, con sus amenazas, provocaron al clamor cada vez má s insistente y
fuerte del miserable, llevando así la voz del pobre hasta los oídos de Jesú s. Y aquello
que ellos querían impedir, sucede: Jesú s se detiene. En medio de toda aquella
confusió n, É l oye justamente la voz que todos querían acallar.
Jesú s no presta atenció n a los que lo aclamaban alegremente, pero presta atenció n al
pobre del cual todos protestaban. Todos dan paso a este ú nico hombre que no tiene
nombre… Y Jesú s pregunta: “Qué quieres?” No sirve solamente el gritar. Con Jesú s hay
que sabe por qué se grita. Y él sabe: “Quiero ver!” Es llevado al lado de Cristo por
aquellos que no querían que él se liberara. Y Jesú s lo libera. Puede ver y vislumbrar,
vivir como la gente. Fue la fe la que lo salvó .
Y la iglesia, qué pretende? Trata de ayudar a los ciegos, a los pobres. Trata de permitir
que griten, pidiendo su liberació n… Trata de que sepan por qué está n gritando. Trata
de que griten con esperanza.
A muchos no les gusta este griterío de los pobres. Arruina la alegría de la fiesta,
incomoda, estropea la vida. Era tan lindo, antiguamente en la iglesia, su culto
majestuoso, ritos misteriosos y aclamaciones festivas. Por qué la Iglesia no lo hace?
Por qué ella comienza a prestar atenció n a los pobres? Por qué ella deja de pensar en
los que la aclaman triunfalmente para pensar en los que no tienen nombre?... Y en los
diarios aparecen los gritos: “Cá llate!” “Para qué aumentar aú n má s los gritos de los
pobres?”… la Iglesia, no obstante, quiere ponerse junto a los pobres, precisamente
para poder prestarles toda su atenció n como lo hizo Jesú s. Y la Iglesia somos nosotros.
La Iglesia no es para nosotros, sino que todos somos Iglesia para los pobres.
Jesú s, atendiendo a los pobres y no prestando mucha atenció n a los que lo aclamaban
por egoísmo, desagradó a mucha gente. Por eso, decidieron matarlo y tapar así la boca

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 152


de este profesor ambulante. Jesú s sabía eso, peor no tenía miedo. Iba tranquilo a
Jerusalén. Iba también para morir, como lo afirma claramente el Evangelio (Lc 18 31-
34).
Creía que valía la pena morir por este ideal, pues resucitando habría de continuar vivo
para hacer entre nosotros la misma cosa. Y hoy, a través de la Iglesia que se renueva,
Jesú s se detiene de nuevo, junto al pueblo marginado al costado del camino y
pregunta:
“Qué quieres tú ?” Y con Jesú s hay que saber por qué se grita. La Iglesia ayuda para eso
y enseñ a: “Quiero ver! Quiero ser gente!” A muchos no les gusta eso. Decidirá n acallar
la boca de esta Iglesia
En todo el mundo constatamos la reacció n para detener a todos aquellos que
promueven al pobre, que tratan de transformar la sociedad y darle la forma de una
gran fraternidad.
Pero no lo consiguen. Los cristianos irá n hacia adelante, como Jesú s, aunque sea para
morir. Pero, ay de aquellos que acallan el grito del pobre! (Fuente: C. MESTERS, La
Palabra de Dios en la historia de los hombres, pp. 66-68)

C. TEXTOS PARA MEDITAR Y REZAR:


92. CRISTO, VENCEDOR DE SATAN:
(El poseso de la sinagoga de Cafarnaú m; el de Gerasa; el endemoniado mudo de Mateo
9, 32-34, y otro, ciego y mudo de Mateo 12, 22-32; la hija de una cananea, y el
muchacho poseso de Marcos 9, 14-29).
En la sinagoga de Cafarnaú m había un hombre que tenía un espíritu malo, y se puso a
gritar: “¿Qué quieres de nosotros, Jesú s de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé
que tú eres el Santo de Dios”. Jesú s le ordenó : “Cá llate y sal de este hombre”. El
espíritu malo sacudió al hombre violentamente y salió de él gritando. (Mc 1, 23-26)

93. CRISTO, SALVADOR Y MEDICO DE LOS HOMBRES:


(La suegra de Pedro; un leproso; el siervo del centurió n; un paralítico; el hombre con
la mano seca; la hemorroísa; dos ciegos; el sordo que era tartamudo; el ciego de
Betsaida y el de Jericó ; la mujer encorvada; el hidró pico; diez leprosos; Malco con su
oreja cortada; el hijo de un oficial real; el enfermo de la piscina de Bezata y el ciego de
nacimiento).
Enseñ aba un sá bado en una sinagoga. Había justamente ahí una mujer que hacía 18
añ os estaba poseída de un espíritu que la tenía enferma, tan encorvada que de
ninguna manera podía enderezarse. Al verla, Jesú s la llamó y le dijo: “Mujer, quedas
libre de tu mal”, y puso sus manos sobre ella y en el mismo momento se enderezó ,
alabando a Dios.
Pero el jefe de la sinagoga se enojó porque Jesú s había hecho una curació n en día
sá bado, y le dijo a la gente: “Hay 6 días en los que se puede trabajar; vengan, pues, en
esos días para que los sanen, pero no en día sá bado”. El señ or le respondió :
“Hipó critas, ustedes mismos, ¿no desatan del pesebre en día sá bado a su buey o a su
burro para llevarlos a beber? Aquí hay una hija de Abraham que Sataná s la tenía atada
desde los 18 añ os. Y a ella, ¿no se le podía desatar un día sá bado? (Lc 13, 10-17).

94. CRISTO, SEÑOR DE LA NATURALEZA:

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 153


(Conversió n del agua en vino, dos pescas abundantes, la tempestad calmada, dos
multiplicaciones de los panes, Jesú s camina sobre las aguas, pago del tributo al
Templo de Mateo 17, 24-27 y la higuera inú til).
Subió después a la barca y sus discípulos le siguieron. De pronto se levantó en el mar
una tempestad tan grande que las olas llegaban a cubrir la barca; pero É l estaba
dormido. Acercá ndose le despertaron diciendo: “Señ or, sá lvanos, que perecemos!” Les
dijo: ¿”Por qué está n con miedo, hombres de poca fe?” Entonces se levantó , increpó a
los vientos y al mar, y todo quedó tranquilo. (Mt 8, 23-26)

95. CRISTO, VENCEDOR DE LA MUERTE:


(Resurrecció n de la hija de Jairo, del muchacho de Naím, de Lá zaro, y, sobre todo del
mismo Jesú s).
Llegó un jefe de los judíos, se postró delante de Jesú s y le dijo: “Mi hija acaba de morir,
pero ven a mi casa, tó cala y resucitará ”. Jesú s se levantó y lo siguió en compañ ía de sus
discípulos… Jesú s, al llegar a la casa del jefe, viendo los mú sicos que tocaban mú sica
fú nebre y a la gente que metía ruido, dijo: “Vá yanse, porque la niñ a está dormida y no
muerta”. Ellos se burlaban de Jesú s; pero El entró cuando salieron, tomó a la niñ a por
la mano, y ella se levantó ”. (Mt 9, 18ss)

D. CUESTIONARIO:
1. Complete la siguiente frase de Hechos 10: “Ustedes saben lo ocurrido en toda
Judea, comenzando por ______________________, después que Juan predicó el bautismo,
có mo _____________________ a Jesú s de Nazaret con el ____________________ y con poder, y
có mo É l pasó ____________________ el bien… porque ____________estaba con É l”.
2. Enumere las cuatro categorías de milagros de Jesú s y dé un ejemplo de cada una.
3. Diga cuá les son los dos papeles que desempeñ an los milagros de Jesú s.
4. ¿Qué es lo que Juan Bautista mandó preguntar a Jesú s? Y ¿Qué conclusió n podía
5. sacar de la respuesta de Jesú s?
6. ¿Qué verdad fundamental contenía la creencia popular que vinculaba enfermedad
y
7. pecado?
8. Complete la frase a la luz de lo mencionado en este capítulo:
Jesú s multiplica los panes, y así demuestra que es __________________.
Jesú s cura al ciego de nacimiento, y así demuestra que es ____________.
Jesú s resucita a Lá zaro, y así demuestra que es _______

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TEMA 31: LA AUTORIDAD DE JESUS


Desarrollo:

A. LA AUTORIDAD DE JESUS:

Ante Lo que hacía y decía Jesú s y en presencia de su persona, la gente no podía


quedarse indiferente. Desde sus parientes y amigos hasta las autoridades civiles y
religiosas, todos llegaban tarde o temprano a preguntarse: “¿Quién es ese hombre?”
No era só lo para saber: la respuesta de cada uno era una toma de posició n en pro o en
contra de É l, una decisió n que comprometía el momento presente y el futuro.

LO QUE JESUS NO QUISO HACER:

Como lo hemos visto en el capítulo anterior, la gente tuvo que cuestionarse ante los
milagros de Jesú s. Cabe recordar sin embargo que éstos no eran ninguna novedad
para los judíos. Ellos conocían bien el Antiguo Testamento, que está lleno de hazañ as
impresionantes, tales como los prodigios que acompañ aron el éxodo, la toma de Jericó
y la conquista de la tierra prometida. Comparados con las plagas de Egipto, el paso del
Mar Rojo o la parada del sol con Josué, los milagros de Jesú s debían aparecer como
cosas muy sencillas: curar cierto nú mero de enfermos, expulsar algunos demonios. Así
se pueden comprender ciertas reacciones que pueden extrañ arnos.

Por ejemplo después de la multiplicació n de los panes, la gente dijo: “¿Qué señ al vas a
realizar ahora para que creamos en ti? Nuestros padres comieron el maná en el
desierto” (Jn 6, 30s). Es como si dijeran: “Nos has regalado el pan só lo para el día de
hoy, no es mucho… Moisés lo hizo durante cuarenta añ os; has tú lo mismo y
creeremos en ti!” (Volveremos a este episodio en el capítulo 1 de la unidad 6).

En otra oportunidad los escribas y los fariseos le exigieron un prodigio grandioso en el


cielo (Lc 11, 16), tal vez algo parecido al milagro de Josué parando el sol, de todo
modo algo superior a sus milagros habituales. Pero Jesú s contestó : “A esta gente
malvada no se le dará otra señ al má s que la de Joná s” (v. 29), es decir la señ al de su
propia resurrecció n después de pasar tres días muerto en el seno de la tierra.

UN PODER PERSONAL PARA ACTUAR:

La grandeza de los milagros de Jesú s hay que buscarla má s bien en su manera de


hacerlos. Es lo que otras comparaciones con el Antiguo Testamento hacen resaltar.

En los prodigios del É xodo, Moisés se limitaba a anunciar que Dios mandaría tal o cual
plaga y a ejecutar las ó rdenes de Yavé. los milagros eran de Dios. En cambio Jesú s
actuaba por su propio poder, los milagros eran de É l, ya que sacaba de sí mimo la

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 155


capacidad para hacerlos (Lc 8, 46), y al mismo tiempo eran de Dios (Juan 8, 28; 10, 37-
38).

Elías y Eliseo también hicieron milagros. Se les atribuye resurrecciones de muertos;


pero las lograron con grandes esfuerzos, practicando la respiració n artificial y, sobre
todo, a raíz de muchas oraciones (1 Reyes 17; 2 Reyes 4). Jesú sen cambio lo hizo con
la sola fuerza de su palabra: “Muchacha, levá ntate; Lá zaro, sal fuera!” (Mc 5, 41; Jn 11,
43).

Así que no era el hecho material sino la autoridad de Jesú s la que llamaba la atenció n
cuando obraba milagros. De ahí el comentario de la gente: “Manda a los espíritus
malos y le obedecen” (Mc 1, 27). Los mismos apó stoles decían: “¿Quién es éste que
hasta el viento y el mar le obedecen?” (Mc 4, 41: lea C 96). Pero la mejor percepció n la
tuvo el oficial romano que pidió la intervenció n de Jesú s en favor de su hijo o siervo
enfermo: “Má ndalo de palabra y el muchacho sanará ; porque yo mismo, aunque soy
un subalterno, tengo autoridad sobre mis soldados…” (Mt 8, 5-10; Lc 7, 2-9). El
hombre razonaba así: “Si yo, que soy un oficial, puedo dar ó rdenes, es porque
obedezco a mis superiores. Así también Jesú s: si tiene autoridad, es que la recibió de
arriba” (Lea Juan 8, 28). Esta conclusió n acertada estaba al alcance de todos, pero
pocos la sacaron. Por eso Jesú s admiró tanto la fe de aquel extranjero (Mt 8, 10)

AUTORIDAD PARA HABLARUna igual autoridad demostró Jesú s al hablar. Ya desde


el principio la gente se preguntaba en la sinagoga de Cafarnaú m: “¿Qué es esto? Una
doctrina nueva, expuesta con autoridad!” (Mc 1, 27)

ESPERIENCIA DE DIOS: Jesú s llamaba la atenció n no por decir cosas extraordinarias,


sino por su manera personal de hablar de Dios y de su Reino. A Yavé le decía
cariñ osamente “Abba”, es decir “Papá ”, siendo el primero en hablar así. En las
Bienaventuranzas, en el “Padre Nuestro”, en todo lo que decía de Dios se sentía algo
nuevo y ú nico: tenía experiencia de Dios, lo conocía íntimamente, sacaba de sí mismo
lo que decía, y cada cual se daba cuenta o podía darse cuenta de que allí estaba la
verdad, la respuesta a lo que uno busca en los momentos má s sinceros de la vida.
Nosotros creemos a Cristo cuando dice de sí mismo: “Yo soy el Camino, la Verdad y la
Vida. Nadie va al Padre sino por mí” (Juan 14, 6; lea C 97).

INTERPRETE DE LA LEY: Jesú s no vino a abolir el Antiguo Testamento sino a darle


pleno cumplimiento (Mt 5, 17). Sin embargo se colocó a sí mismo por encima de
Moisés en varios casos, por ejemplo, en el Sermó n de la Montañ a (Mt 5, 21-48) y al dar
nuevas interpretaciones sobre el sá bado (Mc 2, 27), las tradiciones referentes a lo
puro e impuro (Mc 7) y el divorcio (Mt 19, 1-9). Y cuando los fariseos estaban por
apedrear a la mujer adú ltera condenada por la Ley, Jesú s hizo prevalecer la
misericordia de Dios con una autoridad ú nica (Vea C 98).

PERDONO LOS PECADOS: Jesú s llamó la atenció n má s que todo al perdonar los
pecados, lo que só lo Dios puede hacer. Nunca antes se había oído voz humana que
dijera con autoridad propia: “Tus pecados son perdonados” (Mt 9, 2). Los fariseos
sacaban la conclusió n de que blasfemaba (v.3), pero el pueblo alababa a Dios por
haber dado tal poder a los hombres (v.8; Lea Mt 16, 19; Jn 20, 23).
CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 156
MUY EXIGENTE: Por fin Jesú s llamaba la atenció n por las exigencias que ponía a sus
discípulos. Tenían que dejarlo todo para seguirlo, amarlo má s que a los padres (Mt 10,
37), confesarlo ante los hombres (v. 32), estar dispuestos a dar testimonio de É l hasta
la muerte (v. 28) y, para algunos, renunciar al matrimonio (Mt 19, 10-12). Sin
embargo no trataba de presionar ante una negativa: su autoridad respetaba la libertad
del otro: “Si quieres… (19, 21-23).

Qué personalidad la de Jesú s! (lea B 50). ¿No sería acaso el Hijo de Dios, así como
Pedro llegó a creerlo un día de entusiasmo? (Mt 16, 15-17). Pero, en cambio, muchos
habían decidido que estaba loco y poseído por un demonio (Mc 3, 21-22). La hora
crítica se aproximaba.

B. LECTURAS COMPLEMENTARIAS:

50. LA IMAGEN DE JESUS:

1. El aspecto externo:

Los Evangelios no nos han dejado ninguna descripció n del aspecto externo de Jesú s.
Nosotros debemos conformarnos con suposiciones y conclusiones puesto que no nos
ha llegado ningú n retrato suyo.

El señ or es un verdadero hombre; por lo tanto debía tener los rasgos de su pueblo y
especialmente los de su Madre, María.

El color de la piel de los judíos de entonces era moreno, el color de los ojos
generalmente castañ o, aunque los ojos azules no eran raros. David era pelirrojo, pero,
por lo general, el cabello de los judíos era moreno oscuro; lo llevaba largo hasta los
hombros, con raya en medio y ungido con aceite fino. La barba y el bigote eran el
orgullo de los judíos.

Los ojos y la mirada de Jesú s debían ser notables, pues los Evangelios hablan
frecuentemente de ellos. Jesú s debía tener unos ojos claros y una mirada noble en la
que se reflejaba su alma con todas las variaciones de sentimientos. Pero en su mirada
debía haber también una gran fuerza y una atrayente majestad (Mt 6, 22; Mc 3,5; 5,
30-32; 10, 21,23; Lc 22, 61-62.

2. Su personalidad:

Jesú s tiene una gran personalidad, rica y atractiva. Ya desde su primera aparició n
acude el pueblo desde lejos para escuchar sus palabras. Tan grande es su impresió n
sobre los hombres, que aquellos a quienes llama le siguen inmediatamente: Marcos 1,
16-20; 2, 14. Siempre que obra un milagro, es poderoso como un rey y llena a los
hombres de entusiasmo y admiració n: Marcos 2, 10-12; 4, 35-41.

No vino para ser un general, un rey, un inventor o un investigador, pues lo ú nico


imprescindible para los hombres es el Reino de Dios y É l era el ú nico que podía
predicarlo y traérnoslo. A su lado, palidecen todas las hazañ as de la historia de los
hombres. Jesú s tiene todavía una importancia mayor; enseñ ó en su mima persona

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 157


có mo debe ser el ciudadano del Reino de Dios. Esta dignidad religioso-moral es el
nú cleo de su personalidad y nadie se le acerca en ello ni de lejos.

Cuanto má s leamos el Evangelio, mejor comprenderemos que el alma de Jesú s tiene


una enorme gama de cualidades y una rica plenitud y que su maravillosa profundidad
y armonía no tiene ningú n fallo ni ningú n aspecto dominante:

 Es soberano y poderoso, pero lava humildemente los pies a sus discípulos.


 Pulveriza la sabionda agudeza de los escribas y fariseos, pero sabe también
hablar llanamente al pueblo.
 Tiene una voluntad enérgica y exige de sus discípulos decisiones radicales,
pero no apaga la “lucecilla vacilante”.
 Es puro, sin pecado, y persigue al pecado hasta su má s recó ndito escondite,
pero se sienta a la mesa con los pecadores.
 No se aparta de los ricos, pero dirige su amor a los afligidos.
 Amenaza a los incrédulos con un juicio tremendo, y sin embargo llora sobre
Jerusalén.

Jesú s tiene una personalidad grande e inimitable. Es inexplicable y no se puede


comparar con nadie. Los suyos le llamaban “Maestro” e intuían que era má s que un
hombre y que la grandeza de su ser se fundaba en el misterio de su divinidad. (B.
BRUGGEBOES, Jesucristo, pp 59-64)

C. TEXTOS PARA MEDITAR Y REZAR:

96. JESUS ACTUA CON AUTORIDAD:

Al atardecer de ese mismo día, Jesú s dijo a sus discípulos: “Pasemos a la otra orilla”.
Ellos despidieron a la gente y lo llevaron así como estaba en la barca. Otras barcas lo
acompañ aban. Entonces se levantó un gran temporal y las olas se lanzaban contra la
barca, que se iba llenando de agua. Mientras tanto, Jesú s dormía en la popa, sobre un
cojín. Lo despertaron, diciéndole: “Maestro, ¿no te preocupa que nos ahoguemos?”El
despertó , se encaró el viento y dijo al mar: “Cá llate, cá lmate!” El viento se calmó y vino
una gran bonanza. Después les dijo: “¿Por qué tienen tanto miedo? ¿Por qué no tienen
fe?” Los discípulos se asustaron mucho y se preguntaban unos a otros: “¿Quién es éste,
que hasta el viento y el mar le obedecen?” (Mc 4, 35-41)

Al regresar de la ciudad, muy de mañ ana, sintió hambre. Divisando una higuera cerca
del camino, se acercó pero no encontró sino hojas, y le dijo: “Jamá s volverá a dar
fruto”. Y al instante se secó la higuera. Al ver esto, los discípulos dijeron maravillados:
“¿Có mo se secó de repente la higuera?” Jesú s les contestó : “En verdad os digo, si tienen
realmente fe y no vacilan, no solamente hará n lo que acabo de hacer con la higuera,
sino que dirá n a ese cerro: Quítate de ahí y échate al mar, y así sucederá . Todo lo que
pidan con una oració n llena de fe, lo conseguirá n”. (Mt 21, 18-22)

97. JESUS TIENE EXPERIENCIA DE DIOS:

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 158


Nadie va al Padre sino por mí. Si me conocieran a mí, también conocerían al Padre. En
realidad, ya lo conocen y lo han visto.

Felipe le dijo: “Señ or muéstranos al Padre y eso nos basta”. Jesú s respondió : Hace
tanto tiempo que estoy con ustedes y ¿todavía no me conoces, Felipe? El que me ha
visto a mí ha visto al Padre. ¿Có mo puedes decir: Muéstranos al Padre? ¿No crees que
yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que yo les he dicho no
vienen de mí mismo. El Padre que está en mí obra por mí. Créanme: Yo estoy en el
Padre, y el Padre está en mí. (Jn 14, 6-11)

98. JESUS NOS MANIFIESTA EL CORAZÓN DE DIOS:

Los maestros de la Ley le trajeron una mujer que había sido sorprendida en adulterio.
La colocaron en medio y le dijeron: “Maestro, has sorprendido a esta mujer en pleno
adulterio. La Ley de Moisés ordena que mujeres con ésta deben morir apedreadas.
“Tú , ¿qué dices?” Contestó querían ponerlo en dificultades para poder acusarlo.

Jesú s se inclinó y se puso a escribir en el suelo con el dedo. Como le seguían


preguntando, se enderezó y dijo: “El que no tenga pecado lance la primera piedra”. Se
inclinó de nuevo y siguió escribiendo en el suelo. Y todos se fueron retirando uno a
uno, comenzando por los má s viejos. Jesú s quedó solo con la mujer que seguía de pie
en el mismo lugar. Entonces se enderezó y le dijo: “Mujer, ¿dó nde está n? ¿Ninguno te
ha condenado?” Ella contestó : “Ninguno, Señ or”. Jesú s le dijo: “Yo tampoco te condeno.
Vete y no vuelvas a pecar”. (Jn 8, 3-11)

D. CUESTIONARIO:

1. ¿Có mo aparecían los milagros de Jesú s en comparació n con las plagas de Egipto, el
paso del Mar Rojo y otros por el estilo?
2. Cuando Jesú s habla de la “señ al de Joná s” (Lc 11, 29), ¿qué quiere anunciar?
3. Complete la siguiente frase: Cuando Jesú s obraba milagros, lo que llamaba la
atenció n
4. no era el ___________________________, sino su ___________________________.
5. ¿Có mo traduce al españ ol la palabra Abba? Y diga a quién la aplicaba Jesú s.
6. Complete la frase: “En todo lo que Jesú s decía de Dios se sentía algo nuevo y
______________: tenía ________________________ de Dios, lo conocía
7. ____________________, sacaba de _____________________lo que decía”.
8. Dé tres ejemplos de interpretaciones nuevas que Jesú s dio a la Ley o a las
tradiciones
9. de los judíos.
10. Complete esta frase de Juan 14, 5: “Yo soy el Camino, la ______________ y la Vida
.Nadie va al _________________ sino por _____________”

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TEMA 32: DE GALILEA A JERUSALEN


Desarrollo:

A. DE GALILEA A JERASULEN:

Cuando Juan escribió su Evangelio, mucho tiempo después de Pentecostés, pudo


resumir en una breve frase todo el drama de Jesú s: “Vino a su casa y los suyos no lo
recibieron” (1, 11). El que pasó haciendo el bien y traía la esperanza a todos fue
rechazado por sus propios paisanos y parientes y el pueblo galileo antes de serlo en
Jerusalén por los judíos y los romanos.

LA FALTA DE FE DE LOS SUYOS:

Una de las primeras oposiciones se manifestó en Nazaret, el pueblo donde Jesú s se


había criado y donde era conocido como carpintero e hijo de carpintero (Mc 6, 3; Mt
13, 55; lea B 51).

La gente no creía en É l. Por eso Jesú s no hizo allí ningú n milagro, viendo con tristeza
que un profeta só lo en su tierra no tiene acogida (Mc 6, 1-6).

La incredulidad d sus paisanos se convirtió en odio: “Lo arrastraron fuera de la ciudad,


llevá ndolo hasta un barranco… para arrojarlo ahí. Pero É l, pasando en medio de ellos,
siguió su camino” (Lc 4, 16-30). Es la anticipació n del Calvario, pero también el
anuncio indirecto de la Pascua del Señ or.

La misma desconfianza se manifestó también entre sus parientes, sus “hermanos” (lea
B 52). Un día algunos de ellos llegarían a ser sus discípulos; pero, por el momento, no
creían en É l, se mostraban preocupados ante la amplitud de su actividad pú blica y lo
trataban de loco (Mc 3, 21). Un día le llevaron a María, su madre, con el fin de
convencerlo de que cambiara de actitud y se callara (Mc 3, 32-35). Pero Jesú s, fiel a su
misió n, les explicó que lo má s importante es buscar la voluntad de Dios (también
Lucas 2, 49). Su nueva familia la forman en adelante los que escuchan la Palabra y la
cumplen (Lucas 8, 21). En realidad es así que María vivió siempre, buscando la
voluntad de Dios, como se puede ver en la Anunciació n (Lucas 1, 38 y 45), en las bodas
de Caná (Juan 2, 5), al pie de la cruz (Juan 19, 25) y en espera del Espíritu (Hch 1, 14).

EL FRACASO DE GALILEA:

La ruptura de Jesú s con muchos de sus familiares y paisanos anunciaba y daba una
idea de la trá gica separació n que sucedería un día con su propia nació n, es decir con
las clases dominantes y el pueblo.

Ante todo hablemos de Herodes, príncipe de Galilea de quien Jesú s dependía


directamente. Era un hombre supersticioso, creía en los espíritus (Mt 14, 2). Deseaba
ver a Jesú s, pero no era por fe, sino primero por curiosidad, luego con la intenció n de
matarlo (Lc 9, 9 y 13, 31).

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 160


Los escribas eran otros elementos de las clases dominantes. Eran laicos versados en
la Ley de Moisés, al igual que los fariseos. Se les daba el título de doctores de la Ley, lo
que hacía de ellos los guías espirituales del pueblo. Desde un principio se opusieron a
Jesú s, porque perdonaba los pecados, convivía y comía con los pecadores, no ayunaba
(… en pú blico), no observaba el sá bado a la manera de los hipó critas (Mc 2, 1 hasta
3,6).

Un día llegó a Galilea una comisió n de fariseos de Jerusalén encargados de investigar


el “caso Jesú s”. La conclusió n de esos faná ticos e hipó critas fue tajante: Jesú s está
poseído por el demonio, hay que eliminarlo (Mc 3, 22-30). Desde aquel día, los
escribas, los fariseos y los amigos de Herodes buscaron có mo matarlo (Mc 3, 6).

LAS ILUSIONES DE UN PUEBLO HAMBRIENTO:

En cuanto a las masas, su ruptura con Jesú s se produjo a raíz de la multiplicació n de


los panes (Jn 6, 66). Se habían equivocado totalmente en la interpretació n del suceso
(Mc 6, 52) pensaban haber hallado por fin a su Mesías, el hombre fuerte que botaría a
los romanos fuera del país y regalaría pan a todos. Juan dice que querían llevarlo por
la fuerza y proclamarlo rey de los judíos (Jn 6, 15). Era una tentativa de insurrecció n
popular o de golpe de Estado por las fuerzas vivas del pueblo galileo y en el cual
trataban de comprometer al joven Maestro de Cafarnaú m.

Pero hacía tiempo que Jesú s había renunciado a ser un Mesías conforme al gusto de
los judíos. En el desierto no quiso cambiar las piedras en panes y rechazó el poder
humano. No quiso jugar el papel que los hombres esperaban de É l para reconstituir
milagrosamente una especie de paraíso terrenal. Cristo no le quita al cristiano de hoy
su papel y su responsabilidad en la sociedad y en lo político.

Ante la situació n crítica creada por los cinco mil galileos que habían comido el pan
multiplicado, ahora decididos a una acció n de fuerza contra el gobierno, no había otra
solució n que la huida. Jesú s obligó a sus discípulos a irse a otra parte, trató de
convencer a la gente a dispersarse en orden y se fue a rezar, solo (Mc 6, 45s).

A partir de ese día todo cambió . Jesú s se alejaba a menudo de Galilea, territorio de
Herodes. Evitaba las sinagogas, para no estar con los escribas. Viajaba fuera de
Palestina, no para predicar a los paganos, sino para dedicarse con má s calma a la
preparació n de los Doce llamados a continuar su misió n (Mc 7, 24, 31).

Fue también un tiempo de reflexió n para Jesú s antes de dar otro paso en su vocació n.
Entonces empezó a pensar en Jerusalén, la ciudad santa tan importante en la historia
del Pueblo escogido, pero ciudad que mató a tantos profetas (Lc 13, 34). Pero si una
muerte voluntariamente aceptada fuese el medio má s grande de convencer al mundo
del amor de Dios, Jesú s no se negaría (Lc 13, 33; Jn 3, 16; 15, 13). Tres veces seguidas
habló de su muerte y resurrecció n a los Doce apó stoles (Mc 8, 31s; 9, 30ss; 10, 32ss).
La Transfiguració n que ocurrió en ese contexto jugó el papel de aliento para Jesú s y
los apó stoles. (Lea C 99 y 100).

LA MARCHA HACIA JERUSALEN:

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 161


Con todo conocimiento y en plena libertad Jesú s tomó la decisió n de subir a
Jerusalén(Lc 9, 51). Iba para cumplir su misió n de Servidor: dar su vida en rescate por
muchos (Mc 10, 45). Los discípulos tenían miedo, pero Jesú s caminaba adelante (v.
32). Su entrada dio lugar a dos gestos simbó licos: se dejó aclamar por el pueblo como
hijo de David mientras venía montado en un pollino o asno, para cumplir la profecía
de Zacarías (Mt 21, 15); luego se dirigió al Templo para expulsar a los que habían
convertido la religió n en comercio, mientras anunciaba un culto nuevo en torno a su
Cuerpo (Mt 21, 12ss; Juan 2, 19-22). Pero sus adversarios sacaron la conclusió n de que
Jesú s hacía competencia al César y a Yavé. Habían hallado los pretextos para matarlo.

B. LECTURAS COMPLEMENTARIAS:

51. JESUS, EL CARPINTERO:

Jesú s era carpintero (Mc 6, 3) e hijo de carpintero (Mt 13, 55), de la misma manera
que Juan y Santiago eran pescadores e hijos de pescador (Mt 4, 21). En aquel tiempo
esos oficios eran habitualmente hereditarios.

El Evangelio contiene una pará bola que habla de un hijo que aprende su profesió n
mirando trabajar a su padre: “El hijo no puede hacer nada por su cuenta, sino lo que
vehacer al padre; lo que hace él, eso también lo hace igualmente el hijo. Porque el
padre quiere a su hijo y le muestra todo lo que él hace” (Jn 5, 19-20). Jesú s se valió de
esta comparació n para revelarnos el misterio de sus relaciones personales con Dios
Padre. Sin embargo posiblemente estemos aquí en presencia de una alusió n al taller
de Nazaret. Fue allá donde Jesú s aprendió su profesió n de carpintero y de constructor.

Otra pará bola alude a un incidente de taller: dos compañ eros está n trabajando juntos
cuando de repente a uno le cae aserrín en el ojo, mientras el otro se golpea la cabeza
en una viga (Mt 7, 3-5). En otra pará bola se critica al hombre poco listo que construye
su casa a la ligera, sin preocuparse por la base (Mt 7, 26-27). Otra destaca la
importancia de hacer los planos y los cá lculos antes de empezar la obra (Lc 14, 28).

De todo esto podemos concluir que Jesú s no só lo miró la vida desde lejos, sino que
primero participó en ella. Se ganó la vida por el trabajo de sus manos hasta que Juan
empezara a predicar. (Adaptació n de un texto de C.H. DODD, The Founder of
Christianity)

52. LOS HERMANOS DE JESUS:

El Nuevo Testamento habla a menudo de los “hermanos y hermanas de Jesú s” (Mt 12,
26-50; 13, 5s; Mc 3, 31-35; 6,3; Lc 8, 19-21; Jn 2, 12; 7, 3-5; y 9-10; Hch 1, 14; Gal 1, 19;
1 Cor 9, 5). Se mencionan cuatro hermanos por sus nombres: Santiago el Menor (Mc
15, 40), José, Simó n y Judas (Mt 13, 55; Mc 6, 3), pero ignora el nú mero y los nombres
de las hermanas. El problema que se plantea es éste: ¿quién fue la madre de esos
“hermanos”?

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 162


Protestantes y Cristianos Cató licos discrepan en sus respectivas respuestas. Segú n los
primeros, es María, la Madre de Jesú s; y segú n la tradició n y la fe Cristiana Cató lica,
esto no puede ser, por los siguientes motivos:

 Segú n el relato de la Anunciació n, María no había tenido otro hijo antes de


Jesú s

(Lc 1, 27 y tenía el propó sito de permanecer virgen (1, 34).

 Al pie de la cruz estaba la madre de dos hermanos de Jesú s, María, la “otra


María (Mt 27, 61; 28, 1), distinta de María, Madre de Jesú s (Mc 15, 40).
 En Juan 19, 25 se menciona una María, mujer de Cleofá s. Es posible que los
mencionados hermanos de Jesú s, hijos de la “otra María” sean al mismo tiempo
hijos de Cleofá s. (Un historiador antiguo de la Iglesia, Eusebio, afirma que
Cleofá s era el hermano de San José y, por lo tanto, tío de Jesú s).
 El Nuevo Testamento no habla nunca de los hijos de José o los hijos de María,
siempre se refiera a Jesú s como el Hijo de María, en singular. (Mc 6,3). En
ninguna parte aparece que María tuvo má s hijos.
 El idioma hebreo (y el arameo), y esto es muy importante recalcarlo, la ú nica
palabra con que cuentan en su lenguaje para referirse a los parientes pró ximos
o lejanos, es la palabra “hermano”. Abraham le dice “hermano” a su sobrino Lot
(Gen 13, 8; 14, 14-16; también Jacob llama “hermano” a su tío Labá n).

Pensar que María tuvo má s hijos, es un verdadero error y este tipo de errores,
cambian el contexto real de las Escrituras.

Es en la comunidad cristiana primitiva de Palestina que se acostumbró a hablar así de


los “hermanos de Jesú s”, frase que pasó luego al idioma griego y posteriormente a los
nuestros, a pesar de que éstos poseen un vocabulario má s extenso y preciso. Así que
resulta difícil determinar qué parentesco tenían con Cristo los “hermanos de Jesú s”;
pero, por los motivos alegados, es seguro de que se trata de parientes en un sentido
amplio.

C. TEXTOS PARA MEDITAR Y REZAR:

99. LA CONFIANZA DE JESUS ANTE SUS ADVERSARIOS:

Oh Dios! Cuá ntos son mis enemigos, cuá ntos los que se alzan contra mí, cuá ntos los
que dicen de mi vida: “Dios no puede ser su salvació n”.

Má s Tú , mi Dios, escudo que me ciñ es, mi gloria, que sostienes mi cabeza. A voz de
cuello clamo a mi Señ or y É l me responde de su monte santo. Yo, sea que me acueste,
que me duerma, o me levante, sé que Dios me ayuda. No temo a los millares de esa
gente, que vienen contra mí de todas partes. Levá ntate, Señ or, sá lvame, oh Dios! Tú ,
les pegas en la cara a mis contrarios… La salvació n es cosa del Señ or! Manda tu
bendició n sobre tu pueblo. (Salmo 3)

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 163


El Señ or es mi luz y salvació n, ¿a quién puedo temer? Amparo de mi vida es el Señ or,
¿de quién puedo temblar? Cuando los malos contra mí se lanzan, ellos, mis enemigos y
contrarios resbalan y sucumben. Si me sitia un ejército contrario mi corazó n no teme;
si se levanta contra mí la guerra aú n tendré confianza. Una cosa al Señ or, só lo, le pido,
la cosa que yo busco, es habitar en cas del Señ or mientras dure mi vida, que yo pueda
gozar de su dulzura y contemplar su templo. Porque É l me dará asilo en su cabañ a en
día de desgracia; me guarda en el secreto de su tienda, me alza sobre la roca. Y ahora
mi cabeza se levanta sobre mis enemigos que me cercan. Ofreceré en su templo
sacrificios, sacrificios gloriosos. (Salmo 26)

100. POR EL CAMINO DE LA CRUZ CON JESUS:

Entren por la puerta angosta, porque la puerta ancha y el camino amplio conducen a la
perdició n, y muchos entran por ahí. El camino y la puerta que conducen a la salvació n
son estrechos, y son pocos los que dan con él. (Mt 7, 13-14)

No es digno de Mí el que ama a su padre o a su madre má s que a mí; no es digno de mí


el que ama a su hijo o a su hija má s que a mí. No es digno de mí, el que no toma su cruz
y me sigue. El que procure salvar su vida la perderá , y el que la pierda por amor a Mí,
la hallará . (Mt 10, 37-39)

D. CUESTIONARIO:

1. ¿Por qué Cristo no hizo (o hizo muy pocos) milagros en Nazaret? Marcos 6.
2. Segú n Lucas 8, 21, ¿quiénes son los que en adelante forman la familia de Jesú s?
3. ¿Por qué motivos Herodes deseaba ver a Jesú s?
4. ¿Quiénes eran los escribas?
5. Juan 6, 15 dice que la gente trató de llevar a Jesú s por la fuerza y proclamarlo rey.
6. Explique en otros términos ¿qué quisieron hacer los galileos?
7. ¿A qué se dedicó principalmente Jesú s cuando viajaba fuera de Palestina?
8. ¿Qué papel jugó la Transfiguració n en la vida de Jesú s y de los apó stoles?
9. ¿Por qué motivo Jesú s subió voluntariamente a Jerusalén?

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TEMA 33: LAS DESPEDIDAS DE JESUS


Desarrollo:

A. LAS DESPEDIDAS DE JESUS:

Cuando Jesú s entró en Jerusalén un poco antes de la fiesta de la Pascua, sus enemigos
formaban un frente unido y estaban decididos a matarlo. Sin embargo, por el
momento no se atrevían a hacerlo, porque tenían miedo al pueblo. En realidad había
otro motivo, má s importante que el primero, un motivo que los escribas y fariseos
ignoraban, y era éste:

Jesú s, verdadero dueñ o de sus actos, juzgaba que su hora no había llegado todavía,
como lo recalca San Juan a menudo (Jn 7, 30; 8, 20; 10;39; etc.).

Mientras tanto, los adversarios llegaron há bilmente a cambiar la opinió n pú blica: un


poco de demagogia y ya estuvo! Entonces los días de Jesú s eran contados. Y É l lo sabía.
Por eso se despidió de sus adversarios, de Jerusalén y de sus amigos. Tres despedidas,
pero, ¡qué diferencia entre ellas!

DE LA DEFENSIVA A LA OFENSIVA:

Los fariseos y sus có mplices tenían lista una serie de trampas en las que querían hacer
caer a Jesú s: el tributo a César, la cuestió n de la resurrecció n de los muertos y el
primero de los mandamientos (Mc 12, 13-34). Pero en ningú n caso pudieron
sorprender a Jesú s.

Má s aú n, cuando É l empezó a interrogarles sobre Juan Bautista y sobre si el mesías era


hijo de David o hijo de Dios, fueron incapaces de contestarle, y desde ese día ninguno
de ellos se atrevió a preguntarle má s (Mt 22, 41-46).

Fue Jesú s quien entonces pasó a la ofensiva, por tres distintos caminos: un gesto
simbó lico, nuevas pará bolas alusivas y una serie de críticas directas y fuertes.

 El gesto simbó lico consistió en la maldició n de una higuera que a pesar de


tener muchas hojas no daba frutos (Mt 21, 18-22). Comparado con el tema de
una pará bola parecida pronunciada tiempo atrá s (Lc 13, 6-9), el gesto tenía un
sentido nuevo y muy claro: se había acabado el tiempo de la paciencia de Dios
con Israel, pueblo rebelde que no daba los frutos esperados de fe y conversió n.
 A ese mismo contexto pertenecen algunas pará bolas que hablan del juicio de
Dios para con los incrédulos. Una de ellas, la de los viñ adores asesinos, es un
verdadero resumen de la historia de la salvació n: la escogida de Israel, su falta
de fe en los profetas, la venida del propio Hijo de Dios, su rechazo violento. La
pará bola añ ade que la culpa de la muerte del Hijo y Heredero, que es Jesú s,
caerá sobre los sumos sacerdotes de Jerusalén y los fariseos. (Mt 21, 33-46; lea
C 101).

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 165


Por su parte, la pará bola de los invitados a las bodas reales anuncia que los asientos
reservados a los descendientes de Abraham pasará n a ser ocupados por extranjeros:
Israel es rechazado y Dios formará un pueblo nuevo con los paganos Mt 22, 1-14).
Para nosotros hay aquí una lecció n muy importante: no endurezcamos nuestro
corazó n, no despreciemos los llamados de Dios.

 Las palabras de Jesú s contra sus enemigos cuentan entre las pá ginas má s duras
de la Biblia (lea por ejemplo Mateo 23). Ellas se parecen má s al mensaje de los
profetas del Antiguo Testamento, cuando éstos denunciaban los males de sus
tiempos y anunciaban los castigos de Dios, que a ese Jesú s tan bueno que no
condenó a la mujer adú ltera, visitó al ladró n Zaqueo en su casa y creyó en la
sinceridad de la pecadora arrepentida (Juan 8, 1-11; Lc 19, 1-10 y 7, 37).
Cuando Jesú s denunció la mala fe de los fariseos y escribas, los llamó
hipó critas, guías ciegos, raza de víboras, sepulcros blanqueados (Mt 23, 13, 16,
33, 27). Y como castigo anunció la destrucció n de Jerusalén y su Templo,
orgullo de los judíos (Mc 13, 1-2; Mt 23, 33-36). El profeta Jeremías había
hablado del mismo modo en su tiempo (Jer 7) y sus palabras se habían
cumplido al pie de la letra en el añ o 587(A.C.). La catá strofe anunciada por
Jesú s también se cumplió , en el añ o 70, menos de cuarenta añ os después de
haberse pronunciado , es decir dentro de la misma generació n (Mc 13, 30)

NO QUISITES, JERUSALEN!

Como todo judío, Jesú s amaba apasionadamente a Jerusalén. Hizo todo lo posible para
salvarla, pero ella no quiso. Por eso Dios se retiró de ella, la dejó vacía, sin su
presencia (Mt 23, 37-38). Su destrucció n resultaba inevitable, ya que una ciudad santa
sin Dios no es nada. De ahí el gran discurso de Jesú s sobre la ruina de Jerusalén y del
mundo incrédulo, tremendo juicio de Dios (Mt 24), pero felices los que el Juez
encuentre listos (Mt 25). Jesú s lloró por esa Jerusalén ciega e ingrata que no supo
acoger a tiempo la visita de su DIOS (Lc 19, 41-44).

HAGAN ESTO EN MEMORIA MIA:


La despedida de Jesú s con sus discípulos se hizo dentro de una cena en las cercanías
de la fiesta de Pascua. Fue La Ú ltima Cena del Señ or. Comieron juntos el cordero
pascual con el pan y el vino, en recuerdo de la salida de Egipto. Pero a las palabras,
oraciones y gestos que habían de hacerse dentro de esa comida especial, Jesú s añ adió
otros elementos que dieron al banquete un sentido nuevo.

 Habló mucho de Dios, su padre y nunca antes se había declarado su propio Hijo
con tanta fuerza (Jn 14).
 Describió los lazos íntimos y misteriosos que existen entre É l y sus discípulos,
como si É l fuera la vid y nosotros los sarmientos (Jn 15, 1-8).
 Profetizó el odio del mundo para con sus amigos, pero les prometió la
asistencia de su Espíritu para fortalecer su fe y su amor (Jn 15, 18-27).

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 166


 Declaró solemnemente que había llegado la hora de su glorificació n, es decir de
su elevació n en la cruz y en el cielo, y rezó por todos nosotros, los miembros
del nuevo Pueblo de Dios (Jn 17)
 También hizo dos gestos altamente significativos:
1. Lavó los pies a los Doce (Jn 13, 4-5). Era un acto de humildad que anunciabasu
sacrificio voluntario al morir en la cruz (6-11). Era también un ejemplo de servicio
fraternal, ilustració n viva del mandamiento nuevo que el Maestro dejaba a sus
discípulos (12-15: lea B 53).

2. Bendijo el pan y el vino, pero al hacerlo los convirtió en su Cuerpo y su Sangre, su


Cuerpo que sería entregado por nosotros, su Sangre que sería derramada como sangre
de la Alianza Nueva (lea C 102 y B 54). Tal era el poder de quien anteriormente había
multiplicado el pan y cambiado el agua en vino (Jn 6 y 2). Así instituyó la Eucaristía
que nosotros los cristianos celebramos con fe hasta que É l vuelva, segú n nos lo
mandó : “Hagan esto en memoria mía” (Lc 22, 19)

B. LECTURAS COMPLEMENTARIAS:

53. EL MANDAMIENTO NUEVO:

La misió n y la obra de Jesucristo son expresió n del infinito amor de Dios, y en el don
de la verdad y de la vida permite al hombre corresponder a ese amor. Que otro
precepto podía dar Jesú s a sus discípulos sino el del amor: “Un nuevo mandamiento
les doy: que se amen los unos a otros como Yo os he amado… En esto reconocerá n
todos que ustedesson mis discípulos: si se aman unos a otros” (Jn 13, 34s). En el
Antiguo Testamento existía también un precepto de amor fraternal: “No aborrezcas en
tu corazó n a tu hermano… Amará s a tu pró jimo como a ti mismo” (Levítico 19, 17s). El
precepto del amor fraterno dado a los apó stoles es un mandamiento nuevo por las
siguientes razones:

o Porque constituye el signo distintivo de la Nueva Alianza y de los que


pertenecen a ella, lo que claramente reiteraron los discípulos después de la
Ascensió n del Maestro y que es punto primordial del cristianismo (1 Corintios
13; San Juan; Santiago).
o Porque descansa sobre un principio nuevo, no solamente el amor de Yavé
rescatando de Egipto a Israel, sino el amor de Jesucristo hasta morir por todos
nosotros, los hombres, lo que constituye el fundamento de la caridad cristiana.
o Porque Jesucristo lo ha elevado a la mayor perfecció n en su objeto y en su
medida. El precepto del Antiguo Testamento, afectaba a los israelitas y a los
extranjeros que convivían con ellos, pero el de Cristo concierne a todos. El
mandato del Antiguo Testamento exigía amar al pró jimo como a sí mismo, pero
el de Jesú s exige amar al pró jimo como É l le ha amado. (P. de SURGY, Las
grandes etapas del misterio de la Salvació n, pp. 162-163)

54. LA ULTIMA CENA:

El gesto que Jesú s hizo sobre el pan coincide con la bendició n que el padre de familia
recitaba sobre el pan antes de comer el cordero pascual. Jesú s toma el pan y pronuncia
CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 167
la bendició n. Esta bendició n es un acto de acció n de gracias a Dios… Del verbo griego
“Dar gracias” se originó el nombre EUCARISTIA dado al Sacramento.

Después de la bendició n, Jesú s parte el pan para darlo luego a sus discípulos. Este pan
“partido” es todo un símbolo, cuyo significado es revelado por la palabra de
interpretació n:

“Tomad y comed, éste es mi cuerpo que es entregado por vosotros”. Se entiende


claramente el pensamiento de Jesú s: entrega su propio cuerpo como sacrificio en
favor de los hombres.

El gesto de Jesú s sobre la copa coincide probablemente con la tercera copa, la cual se
bebía después de comer el cordero. Cuando Jesú s dice: “Esta es mi sangre de la
Alianza”, se sitú a en la perspectiva bíblica de los ritos de alianza que siempre se sella
con sangre de víctimas (por ejemplo Noé: Gen 8, 20; 9, 9; Abraham: Gen 15, 10, 18;
Moisés en Exodo 24, 5-8). La cena pascual recordaba justamente la liberació n de
Egipto y la Alianza del Sinaí, por tanto, es suficientemente claro que Jesú s tenía en su
mente ese recuerdo al hablar de “la sangre de la Alianza”. Pero, con la precisió n “Mi
Sangre de La Alianza”, dejaba entender que el sacrificio de antañ o iba a ser
reemplazado por uno nuevo, el de É l mismo, y que con ello fundaría una Alianza
nueva, la que Jeremías había anunciado (Jer 31, 31-34). Esta Alianza nueva no es otra
cosa que el Reino de los Cielos, inaugurado por Jesú s en su persona y que ahora É l va a
establecer de manera definitiva (Mc 14, 25).

Pablo y Lucas nos han transmitido, junto con los gestos y palabras de Jesú s, la orden
de repetir ese su rito propio. Si nuestros primeros hermanos en la fe repitieron lo que
Jesú s hizo, fue porque el mismo Maestro debió insinuá rselo, y comprendieron que era
má s que el recuerdo de un amigo desparecido: era y es la renovació n del gesto por el
cual el sacrificio del Maestro vivo se hace actual bajo el pan y el vino.

C. TEXTOS PARA MEDITAR Y REZAR:

101. LOS VIÑADORES ASESINOS:

Había un jefe de familia que plantó una viñ a, le puso cerca, cavó un lagar, levantó una
torre, la alquiló a unos trabajadores y se fue a un país lejano. Cuando llegó el tiempo
de la vendimia, el dueñ o mandó a sus servidores donde los trabajadores para que
cobraran su parte de la cosecha. Pero, los trabajadores atacaron a los enviados,
apalearon a uno, mataron a otro, y a otro apedrearon.

El propietario volvió a enviar a otros servidores má s numerosos que la primera vez,


pero los trataron de la misma manera. Por ú ltimo envió a su Hijo, pensando:
Respetará n a mi hijo. Pero los trabajadores, al ver al Hijo, se dijeron: Este es el
heredero, matémosle y nos quedaremos con su herencia. Lo tomaron, pues, lo echaron
fuera de la viñ a y lo mataron.

Ahora bien, cuando venga el dueñ o de la viñ a, ¿qué hará con ellos? – Los oyentes de
Jesú s le contestaron: “Hará morir sin compasió n a esa gente tan mala y arrendará la

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 168


viñ a a otros que le paguen a su debido tiempo”. Jesú s agregó : “¿No han leído nunca lo
que dice la Escritura?: La piedra que los constructores desecharon llegó a ser la piedra
angular del edificio. Esa es la obra del Señ or y quedamos maravillados”. “Por eso les
digoque El Reino de Los Cielos les será quitado a ustedes para dá rselo a gente que
rinda frutos; y en cuando a la piedra, el que se estrelle con ella será hecho pedazos y si
la piedra cae sobre alguno de ellos lo hará polvo”. Al oír este ejemplo de Jesú s, los jefes
de los sacerdotes y los fariseos comprendieron que ser refería a ellos. Pero no
pudieron arrestarlo por miedo a la gente que lo miraba como un profeta. (Mt 21, 33-
46)

102. Los Textos Eucarísticos:

Marcos 14, 22-25 Mateo 26, 26-29 Lucas 22, 19-20 Pablo (1Cor 11, 23-26)Y mientras
comían tomó el pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio diciendo: “Tomad este es mi
cuerpo”.

Durante la cena Jesú s tomó un pan, lo bendijo, lo partió y lo dio a sus discípulos
diciendo: “Tomad y comed. Este es mi cuerpo.”

Luego tomó pan, dio gracias, lo partió y se lo dio diciendo: “Este es mi cuerpo que por
vosotros es entregado; haced esto en recuerdo mío.”

El Señ or Jesú s en la noche en que fue entregado tomó pan y habiendo dado gracias, lo
partió y dijo: Este es mi cuerpo que se da por vosotros; haced esto en memoria mía.

Tomando luego un cá liz, dio gracias, se lo dio a ellos y bebieron de él todos. Y les dijo:
“Esta es mi sangre del testimonio, que va a ser derramada por muchos.

Y tomando un cá liz dio gracias y se lo dio diciendo: Bebed todos de él, que ésta es mi
sangre del Nuevo Testamento, que será derramada por muchos, para remisió n de los
pecados.

Y de la misma manera el cá liz, después de la cena, diciendo: “Este cá liz es la nueva


alianza en mi sangre, la que es derramada por vosotros.”

Y asimismo también el cá liz después de cenar diciendo: “Este cá liz es el N.T., en mi


sangre. Cuantas veces lo bebiereis, haced esto en memoria mía.

En verdad os digo que ya no beberé má s del fruto dela vid hasta el día en que lo beba
de nuevo en el Reino de Dios.

Y os digo que ya no beberé del fruto de la vid hasta el día en que lo beba con vosotros
de nuevo, en el reino de mi Padre

Cuantas vece comá is este pan y bebá is este cá liz, anunciá is la muerte del Señ or hasta
que venga.

D. CUESTIONARIO:

1. ¿Por qué los fariseos no se atrevían a llevar preso a Jesú s?

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 169


2. ¿Qué sentido tuvo el gesto de Jesú s cuando secó la higuera que no daba frutos?
3. Complete la frase: La pará bola de los invitados a las bodas reales anuncia que los
asientos reservados a los ____________________ pasará n a ser ocupados por _______.
4. ¿En qué añ o ocurrió la destrucció n del ú ltimo Templo de Jerusalén anunciada por
Jesú s? Y diga por qué la destrucció n de la Ciudad Santa no se podía evitar.
5. ¿Con qué comparació n Jesú s describió los lazos misteriosos y profundos que
existen entre É l y sus discípulos (Jn 15)?
6. La Glorificació n de Jesú s significa su doble elevació n, es decir: En la ____________ y en
el_________________.
7. ¿Qué hizo Jesú s al bendecir el pan y el vino de la Ú ltima Cena?

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TEMA 34: LA PASIÓN DE JESUS


Desarrollo:

A. LA PASION DE JESUS:

Los relatos de la Pasió n del Señ or abarcan una serie de hechos conocidos que van
desde el momento en que Jesú s llega con sus discípulos a Getsemaní, en el monte de
los Olivos, hasta el momento en que es depositado en el sepulcro (Mt de 26, 36 al 27,
66); Mc del 14, 32 al 15, 47; Lc del 22, 39 al 23, 56 y Jn 18-19). Ocupan apenas
trescientos sesenta y cuatro versículos, para informarnos sobre la cumbre má s alta de
la misió n de Jesú s y de nuestra salvació n.

Una lectura detenida de estos pasajes tan importantes conduce a dos comprobaciones.
Primero hay muchas diferencias en los detalles, de un relato a otro. Pero esto no debe
extrañ arnos, ya que esas narraciones, así como todo el Evangelio, has sido
transmitidas oralmente por mucho tiempo en la Iglesia antes de recibir su forma
escrita definitiva. Por otra parte hay una asombrosa coincidencia entre los elementos
principales, y esto se debe a que tienen como base la predicació n viva de los apó stoles,
testigos autorizados del Señ or y garantía de nuestra fe.

EL COMBATE DE GETSEMANI:

Dos episodios tienen como teatro el lugar llamado Getsemaní. El primero es la oració n
de Jesú s que, por su contenido y cará cter trá gico, se diferencia mucho de la gran
plegaria con la cual terminaba la Ú ltima Cena. Lucas la describe como una agonía,

término que significa lucha y caracteriza la angustia del luchador ante un combate
pró ximo (Lc 22, 44). Sí, había llegado la hora del gran sacrificio, y como todo hombre
sano que ama la vida, Jesú s tuvo miedo a la muerte. Má s aú n llegó a preguntarse si
valía la pena sufrir tanto por un mundo pecador e ingrato (lea B55 y C103). A esta
suprema prueba lo llevó Sataná s, al cabo de una serie de tentaciones iniciadas en el
desierto (Lc 4, 13). La lucha, interior pero físicamente agotadora, duró una hora,
quizá s dos (Mc 14, 37ss) pero fortalecido por la asistencia de Dios representada por la
aparició n de un á ngel, Jesú s dijo un sí generoso y definitivo, y caminó hacia la muerte
como un héroe que acepta morir por una noble causa (Lc 22, 43).

Su decisió n firme y serena aparece también en el otro episodio ocurrido en Getsemaní,


el prendimiento, donde se ve que el verdadero dueñ o de las circunstancias no es el
grupo armado, sino É l.

 Con las palabras de dolor y de compasió n acoge a Judas, uno de los Doce, que
esconde su vergonzosa traició n en un beso, signo inocente de la amistad.

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 171


 Con una autoridad absoluta pone fin a la tentativa de resistencia ofrecida por
sus compañ eros y cura la oreja derecha del servidor del Sumo Sacerdote.
 Con una calma sobrehumana contesta a los que lo buscan: “Yo soy”, palabras
que suenan como “Yavé” y que repite tres veces (Jn 18, 4-9).
 Ante tanta grandeza, el grupo que viene a detenerlo retrocede y cae por tierra.
Sin embargo Jesú s se entrega, pero exige primero la liberació n física de sus
amigos, signo visible de su salvació n espiritual.

EN MANOS DE LOS MALVADOS:

A partir de aquí no se puede determinar con tanta precisió n có mo sucedieron los


hechos en todos los detalles. Se propone, só lo como probable, el orden siguiente:

 Jesú s fue conducido de Getsemaní a la casa de Aná s, antiguo Sumo Sacerdote,


suegro de Caifá s, el nuevo jefe, donde fue detenido toda la noche.
 Allí, siempre de noche, compareció ante Aná s, pero puesto que éste ya no tenía
má s autoridad, fue un acto privado sin valor oficial y un pretexto para burlarse
de Jesú s y maltratarlo como al Siervo de Yavé (Lc 22, 63-65; compare Jun 18,
22-23 con Isaías 50, 6).
 Mientras tanto Pedro negó a su Maestro. Así se portó el jefe de los Doce que
había jurado seguir al amigo Jesú s hasta la muerte, pero, ¡Cuidado!, no lo
juzguemos (Jn 8, 7). Una mirada de Jesú s llena de compasió n y de amor fue el
punto de partida de su arrepentimiento y de una conversió n sincera que lo
llevaría un día a morir como su Maestro (Jn 21, 18-19).
 En la mañ ana hubo dos procesos seguidos: uno ante las autoridades judías, por
atentado contra la religió n; otro ante la autoridad romana, por delito político.

MENTIRAS Y COBARDIA:

En el primer caso, la suerte de Jesú s estaba decidida de antemano; só lo faltaba un


testimonio “legal” en contra suya, aunque fuera falso (Mt 26, 59). Por encontrarlo se
desempeñ aron Caifá s y el Sanedrín, consejo supremo de la nació n compuesto de
setenta y uno sacerdotes y laicos. Se presentaron falsos testigos que deformaron
algunas palabras de Jesú s y lo acusaron de querer destruir el Templo de Jerusalén (Jn
2, 19-21).

Ante el silencio de Jesú s, Caifá s lo obligó a declarar si É l era el Mesías. La respuesta


clara de Jesú s combinó dos textos del Antiguo Testamento que hablan del Mesías: el
salmo 110, v.1, y Daniel 7,13. Jesú s se declaraba Mesías, pero un mesías de origen
celestial y de rango divino que recibe el Reino de las manos de Dios (Mc 1, 62). Así lo
entendió también Caifá s quien vio en esas palabras una blasfemia que merecía la
muerte.

El Sanedrín y el pueblo estaban de acuerdo (Lea b 56).Pero, segú n parece, los judíos
necesitaban entonces la confirmació n del gobernador romano para ejecutar la pena de
muerte.

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 172


De ahí la necesidad de otro juicio, de cará cter político, para conseguir la condenació n
de parte de Poncio Pilato. Presentaron tres cargos en contra de Jesú s: sublevar al
pueblo, impedir pagar el impuesto al César y declararse rey (Lc 23, 2), pero no
convencieron al gobernador (23, 4). Sin embargo éste, por falta de personalidad y
para no tener problema con sus superiores, lo entregó a la muerte, tal como se lo
reclamaban los gritos de la gente manejada por los adversarios de Jesú s.

NUESTRO REY CRUCIFICADO:

Nuestro Rey fue condenado a la crucifixió n, suplicio romano que era anticipado por la
flagelació n (lea B 57-58). Tuvo también que cargar con su cruz, como era costumbre,
pero probablemente só lo el palo transversal. Los evangelios recuerdan sus ú ltimas
palabras; fueron conformes a lo que É l había enseñ ado: perdonó a sus enemigos y se
entregó a Dios (Lea C 104).

Estuvo consciente hasta el ú ltimo momento, cuando entonces dijo: “Todo se ha


cumplido”Sí, en É l se cumplieron todas las profecías del Antiguo Testamento, desde el
sacrificio lejano de Isaac hasta los sufrimientos del Siervo de Yavé, de Jeremías y del
Justo doliente descrito en los salmos y en el libro de Job. En É l también se cumplió la
Ley, llevada para siempre a su perfecció n por una vida y una muerte que fueron el
acto de amor má s grande de toda la historia del mundo: amó hasta el fin. (Jn 13, 1; 15,
13).

B. LECTURAS COMPLEMENTARIAS:

55. ORACION Y SUFRIMIENTO EN GETSEMANI:

La intensa oració n de Jesú s y su sufrimiento espiritual en Getsemaní fueron causados


por dos motivos. En primer lugar sufrió “con pavor” al presentir su muerte pró xima,
que pondría término violento a su vida humana. Pero, ademá s y sobre todo, su oració n
y sufrimientos tuvieron un cará cter redentor. Jesú s sabía, en efecto, que su Padre le
había confiado una misió n dolorosa, figurada en el Siervo de Yavé: Isaías 53; Mateo
8,17; Lucas 22,37. En varias ocasiones, el Maestro había presentido ese destino de
dolor y lo había predicho (Mc 8,31; 9, 9-10 y 31-32; 10, 32-34) y en los ú ltimos días
ese sentimiento se había agudizado: Marcos 12, 1-12; 14, 8 y 17-31.

Al orar, Jesú s emplea la imagen del cá liz; y el cá liz es en el Antiguo Testamento una
figura que sirve para describir el castigo de la có lera divina. Pues bien, cuando Jesú s
alude al cá liz y lo acepta se esa es la voluntad de su Padre, está aceptando
voluntariamente que recaiga sobre É l el juicio que normalmente debería caer sobre
sus hermanos los hombres a causa de sus pecados. Si Jesú s está exento de pecado, y
sufre por los pecados de los demá s, su sufrimiento es un sufrimiento redentor (Mc 10,
45; 2 Cor 5, 21; Gá latas 3, 13; Romanos 8, 3; Hebreos 4, 15).

56. EL “SANEDRIN” Y EL RECHAZO DEL MESIAS:

Podemos afirmar que fue durante el proceso ante el Sanedrín (o sumprema autoridad
administrativa) cuando el pueblo judío, por la voz autorizada de sus dirigentes

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 173


calificados, rechazó a su Mesías y lo declaró reo de muerte. Jesú s murió por haber
declarado ante las Supremas Autoridades del Judaísmo lo que era: el Enviado de Dios,
el Mesías trascendente, de origen misterioso y de rango divino.

Una investigació n histó rica de los relatos evangélicos puede mostrar que Jesú s fue
víctima del Judaísmo oficial de entonces, el cual lo entregó al poder político romano.
Pero,la raíz profunda y la explicació n ú ltima del proceso de Jesú s pertenecen a los
designios ocultos de Dios, al misterio de su Providencia, y se sitú an en el nivel
trascendente de la fe.

57. LA FLAGELACION:

Hay que distinguir entre los ultrajes a Jesú s Rey (Jn 19, 1-3) y la flagelació n (Jn 19, 1;
Mc 15, 15; Mt 27, 26). Los primeros tuvieron lugar durante el proceso; ésta, al final,
como preludio normal de la crucifixió n. Ningú n evangelista nos describe la dolorosa
escena, que debió debilitar en extremo a Jesú s.

Para la flagelació n romana se empleaban azotes compuestos de varias cadenas o


correas con bolas y huesecillos en las extremidades; el “flagellum” era un azote de
material má s delgado y, por consiguiente, má s doloroso, ya que desgarraba la carne
má s fá cilmente. La flagelació n era un castigo cruel e inhumano, que con frecuencia
acarreaba la muerte de la víctima. Así fue flagelado Jesú s.

58. LA CRUZ Y LA CRUCIFIXION:

La cruz constaba de dos elementos:

1) Un palo vertical, ya fijado en el lugar del suplicio;

2) Un palo horizontal, transversal: era la parte que el condenado llevaba al lugar de la


crucifixió n, fuera de la ciudad. Jesú s llevó su cruz, es decir la viga transversal, hasta el
calvario o Gó lgota (lugar de la calavera). Sus brazos iban atados a ella con cuerdas.

Llevaba al cuello la tablilla que indicaba el motivo de la sentencia; en hebreo, griego y


latín (INRI: Iesus Nazaraeus Rex Iudeorum; Jesú s de Nazaret, rey de los judíos).

Echado en tierra, fue fijado al palo horizontal con un clavo en cada una de sus manos;
levantado luego, fue clavado sobre el palo vertical. Allí murió Nuestro Señ or. (Fuente:
S. CARRILLO, El Misterio Pascual II y Diccionario de La Biblia, artículo Crucifixió n)

C. TEXTOS PARA MEDITAR Y REZAR:

103. CRISTO, NUESTRO SALVADOR:

Cristo ha llegado como el Sumo Sacerdote que procura los beneficios del mundo
nuevo.Atravesó un Santuario má s noble y má s perfecto, no hecho por mano de
hombres. No llevaba sangre de chivos ni novillos, sino su propia sangre, su propia
sangre, y con ella entró de una vez por todas al Santuario, consiguiendo rescatarnos
por siempre. En efecto, la sangre de los chivos y de los toros y la ceniza de ternera con
que se rociaba a los que tenían alguna culpa, los hacían santos y puros, segú n criterios
CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 174
humanos. Pero Cristo hizo mucho mejor cuando, movido por el Espíritu Santo, se
ofreció a Dios como víctima sin mancha, y su sangre nos purifica interiormente de
nuestras obras malas anteriores para que en adelante sirvamos al Dios que vive.

Cuando todavía no podíamos hacer nada vino Cristo en el tiempo fijado, y entregó su
vida por nosotros que está bamos alejados de Dios.

Ya es difícil encontrar alguien que acepte morir por una persona justa. Si se trata de
un hombre realmente bueno, quizá s alguien se atreva a morir por él. Pero Cristo
murió por nosotros cuando todavía éramos pecadores. Qué prueba má s grande del
amor de Dios para nosotros! Ahora que por su sangre hemos sigo constituidos santos,
con mayor razó n nos veremos libres gracias a É l, de la condenació n. Si cuando éramos
enemigos fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, cuá nto má s ahora,
ya reconciliados, seremos salvados por su vida. Y por eso nos sentimos seguros en
Dios, gracias a Cristo Jesú s, nuestro Señ or, por quien fuimos reconciliados. (Rom 5, 6-
11)

104. LAS SIETE PALABRAS DE CRISTO EN LA CRUZ:

“La contemplació n que los Evangelistas han hecho de Jesú s en Cruz es sobria, pero rica
en penetració n religiosa. Cada uno ha percibido un rasgo o un detalle particular.

 Lucas ha recogido, brotadas de labios de Jesú s, dos palabras de perdó n y de


misericordia:

1. “Padre, perdó nales”

2. “Hoy estará s conmigo en el Paraíso”

 Juan ha transmitido el testamento del corazó n de Jesú s a su madre y al


discípulo amado:

3. “He ahí a tu hijo! He ahí a tu madre!”

 Marcos y Mateo han descubierto el desamparo del alma de Jesú s:

4. “Dios Mío, Dios Mío! ¿por qué me has abandonado?

 Juan ha intuido la plena realizació n del plan divino de salvació n, al recoger dos
palabras má s:

5. “Tengo sed!”

6. “Todo está cumplido!”

 Finalmente, Lucas ha penetrado en la actitud confiada y filial que tuvo Jesú s al


instante de expirar:
 7. Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu!

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 175


SIETE PALABRAS que brotaron, má s que de los labios, del corazó n de Jesú s,
Sacerdote y Víctima a la vez, que por el Espíritu Santo se ofreció inmaculado a Dios”.
Adorá moste, Cristo,Y te Bendecimos;Que por tu Santa Cruz Redimiste al Mundo.

D. CUESTIONARIO:

1. ¿Qué capítulos, en el Evangelio segú n San Juan, hablan de la Pasió n de Jesú s?


2. ¿Cuá les fueron los dos episodios de la Pasió n de Jesú s que ocurrieron en
Getsemaní?
3. ¿Qué significa la palabra “agonía”?
4. Complete la frase: “En la mañ ana hubo dos ______________; uno ante las autoridades
5. ____________, por atentado contra la _____________; otro ante la autoridad ____________,
por ________________.”
6. ¿De qué fue acusado Jesú s ante el Sanedrín? (Lea Marcos 14)
7. Explique la respuesta de Jesú s a Caifá s.
8. ¿De qué acusaron a Jesú s ante Pilato?
9. Diga brevemente qué opina usted de la muerte de Jesú s, haga un aná lisis breve y
medite en có mo reacciona usted, frente a la muerte de nuestro Divino Salvador.

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TEMA 35:MUERTE ¿DÓNDE ESTA TU VICTORIA?


Desarrollo:

A. MUERTE, ¿DÓNDE ESTA TU VICTORIA?

La muerte de Jesú s es un hecho histó rico atestiguado por muchas personas que la han
presenciado: algunas eran de sus amigos, como su Madre, un grupito de valientes y el
apó stol Juan; otras eran de sus adversarios. El mismo Pilato, quien había pronunciado
la condenació n, mandó llamar al capitá n romano encargado de la ejecució n para que
le confirmara de la muerte tan rá pida de Jesú s.

La lanzada del soldado, que debía ser el golpe de gracia, fue un gesto inú til, ya que el
cuerpo de la víctima colgaba sin vida en la cruz (Juan 19, 34-35). Pero para Juan,
testigodel hecho, la sangre que brotó del costado abierto tenía mucho significado: ella
afirmaba la realidad del sacrificio del Cordero de Dios y anunciaba el sacramento de la
Eucaristía(Juan 6, 53-56); el agua que salió era símbolo del Espíritu Santo prometido
y, como consecuencia, símbolo del Bautismo que comunica la vida nueva que viene de
Dios (Juan 3, 5; 4, 10; 7, 37-39; también Ezequiel 47)

FUE SEPULTADO:

La sepultura es otro hecho histó rico só lidamente comprobado. Los Evangelios han
retenido hasta el nombre del judío que reclamó el cuerpo de Jesú s. Se llamaba José de
Arimatea, miembro del Sanedrín, pero uno de los buenos que no estaba de acuerdo
con el crimen cometido por sus compañ eros. Se menciona también a Nicodemo, un
fariseo que había conocido a Jesú s personalmente y había tenido con É l una amena
conversació n (Juan 3). Este llegó con una gran cantidad de aceites aromá ticos para
embalsamar el cuerpo del Maestro, lo que había sido anunciado unos días antes por
laacció n generosa de María de Betania, hermana de Marta y Lá zaro, fieles amigos de
Jesú s. Tanto perfume, considerado como un gasto inú til por Judas (Juan 12, 1-8),
convenía muy bien al Sacrificio de Jesú s cuyo aroma espiritual llenaría el mundo
entero (Efesios 5, 2).

Después cubrieron el cuerpo con una sá bana limpia que acababan de comprar (segú n
Mateo y Marcos) o lo envolvieron en trozos de tela (segú n Juan). Algunas mujeres
sentadas frente al sepulcro miraban con cuidado dó nde lo colocaban, como con la
intenció n de volver, una vez pasada la fiesta de Pascua. Luego los varones cerraron la
entrada del sepulcro con una piedra redonda. Mateo añ ade que los saduceos y fariseos
mandaron sellar la piedra y colocar una guardia de soldados, para evitar que se
robaran el cadá ver.

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 177


“RESUCITO SEGÚN LAS ESCRITURAS”:

Todo parecía ser el punto final del “caso Jesú s”. Así pensaba Pilato, con gran alivio, y
los jefes judíos, con una satisfacció n diabó lica. Así también pensaban los discípulos,
con desilusió n y gran tristeza (Lucas 24, 21).

Pero no fue así! El Evangelio no termina con la muerte de Jesú s, ni la Semana Santa
termina con el Viernes Santo. Porque pasó algo después. Mateo, Marcos y Lucas
escribieron un capítulo má s cada uno, y Juan escribió dos, para anunciar la noticia má s
sensacional de todo el pasado, el presente y el futuro de la humanidad: La
Resurrecció n del Señ or, “segú n las Escrituras” (1 Corintios 15, 4).

Así es que “Joná s” no se quedó en el seno de la tierra que se lo había tragado (Lucas
11, 29). La piedra desechada por los constructores se convirtió en piedra angular
(Mateo 21, 42). El templo destruido se levantó en tres días (Juan 2, 19). El buen pastor
que se entregó por sus ovejas está vivo a la cabeza de su grey (Juan 10).

El Cordero Pascual inmolado está de pie (Apocalipsis 5, 6). (lea C 105-108).¿Có mo


sucedió ? Aquí estamos en presencia del misterio má s completo. No hubo testigos
oculares. Es inú til buscar en la Biblia, no encontraremos respuesta a nuestra
curiosidad.

La ú nica pregunta que podemos hacer a la Biblia es la siguiente: ¿có mo los apó stoles
llegaron a convencerse de que ahora está vivo el Maestro que murió el Viernes Santo?

El Nuevo Testamento da una doble respuesta al respecto.

NO ESTÁ AQUÍ:

En primer lugar nos dice que el sepulcro de Jesú s fue hallado abierto y vacío. A pesar
de varias diferencias en los detalles, los cuatro Evangelios concuerdan para afirmar el
hecho (Mt 28, 1-8 y 11-15; Marcos 16, 1-8; Lucas 24, 1-12; Juan 20, 1-10). Se propone
la siguiente reconstitució n de los sucesos ocurridos en la mañ ana del primer día de la
semana:

 María Magdalena y otras mujeres van al sepulcro; lo encuentran abierto y


vacío.
 Regresan a dar aviso a Pedro y los demá s apó stoles.
 Pedro y Juan, quizá s algunos má s, corren al sepulcro. Constatan que está vacío,
pero allí está n los trozos de tela y el sudario doblado, difícilmente puede ser un
robo!
 Pedro regresa perplejo; Juan afirma creer.

Sin embargo, haber descubierto el sepulcro vacío, por importante que fuera, no
constituía una prueba directa y absoluta de que el Señ or estaba vivo, porque quedaba
la posibilidad de que el cuerpo haya sido robado mientras los guardias dormían. Tal
fue la versió n oficial que dieron los adversarios de Jesú s, sin darse cuenta de lo
ridículo que es tener fe en testigos dormidos (Mt 28, 13-15). Hacía falta otro elemento
para explicar la ausencia del cuerpo.

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 178


“ES EL SEÑOR!”:

Este otro elemento consiste en las apariciones del Señ or vivo (lea B 59). La afirmació n
escrita má s antigua del Nuevo Testamento está en 1 Corintios 15, 5-8. Cuando Pablo
escribió este pasaje, la mayoría de los testigos oculares del resucitado estaban vivos
todavía, así que quien tuviera duda podía acudir a ellos.

Las manifestaciones del Señ or Jesú s fueron hechos momentá neos, misteriosos, pero
reales. Se hacía presente en cualquier lugar donde estuvieran sus discípulos: en un
jardín, en el camino, en una sala, en un cerro, a la orilla del mar. Nosotros también lo
podremos encontrar en cualquier lugar. La reacció n de los que lo veían era siempre la
misma: primero la sorpresa, luego la duda, por fin la certeza: “Es El Señ or” Y era É l en
realidad (lea B 60). Lo reconocían a la fracció n del pan, como los discípulos de Emaú s,
o por la voz, como María Magdalena y los pescadores de Galilea.

La convicció n de haber encontrado al Señ or cambió totalmente a esa gente que creyó ,
“resucitaron con Cristo”, dice san Pablo (Colosenses 3, 1), se transformaron en
hombres nuevos para un mundo nuevo, pilares de una comunidad que no tardaría
mucho en nacer, la Iglesia.

B. LECTURAS COMPLEMENTARIAS:

59. LAS APARICIONES DE JESUS RESUCITADO:

Las apariciones de Jesú s pueden catalogarse segú n diferentes consideraciones.

APARICIONES A LOS APOSTOLES Y APARICIONES PRIVADAS:

 A Los Apó stoles: A Pedro: Lucas 24, 34; a los apó stoles reunidos la tarde del
domingo; a los apó stoles ocho días después de la resurrecció n; a los once en
Galilea; a los siete Discípulos en el mar de Tiberíades.
 Privadas: A María Magdalena, a las mujeres, a los viajeros de Emaú s.

APARICONES DE RECONOCIMIENTO, DE MISION Y DE ASCENSION:

 De Reconocimiento: Unas insisten en la realidad física de Jesú s resucitado,


como son la manifestació n a las mujeres (Mt 28, 9-10), la aparició n a los
discípulos la tarde del domingo (Lucas 24, 36-43) y (Juan 20, 19s); la confesió n
de Tomá s (Juan 20, 24-29). Y otras afirman que Jesú s es el mismo, pero ahora
vive en diferentes condiciones, en otra dimensió n, en otro mundo: la aparició n
a la Magdalena (Juan 20, 11-18); a los viajeros de Emaú s (Lc 24, 13-35); la
pesca milagrosa (Jn 21, 1-14)
 Las apariciones de misió n tienen como finalidad enviar a los apó stoles a la
conquista espiritual del mundo. Son las siguientes: aparició n a los apó stoles la
tarde del domingo (juan 20, 21-23); la misió n universal consignada bajo
diferentes aspectos en Mateo 28, 16-20; Marcos 16, 9-18; Lucas 24, 44-49; la
misió n de Pedro, pastor y má rtir: Juan 21, 15-19

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 179


 Tres apariciones narran la Ascensió n del Señ or Jesú s: Marcos 16, 19-20; Lucas
24, 50-52 y Hechos 1, 4-12; se podría también añ adir la pequeñ a nota de Juan
20,17, cuando Jesú s anuncia a Magdalena que va a subir a su Padre.

60. LA RESURRECCIÓN, DENTRO DEL EVANGELIO:

El Evangelio de Dios aparece en Galilea, pero al final queda claro que su centro es el
Calvario y la Resurrecció n. Porque Jesucristo no vino só lo a predicar el Evangelio, sino
a ser el Evangelio, y es realmente el Evangelio de Dios en todo lo que hizo por la
liberació n de la humanidad.

La Buena Nueva que proclamaba Jesú s era la llegada del Reino de Dios. El Reino había
llegado. Tanto la enseñ anza como las obras milagrosas del Mesías así lo atestiguaban.

Su enseñ anza iba extendiendo la justicia del Reino de Dios e invitaba a los hombres a
recibirlo. Sus obras milagrosas afirmaban que el Reino reclamaba su dominio sobre
toda la vida humana. La curació n de los enfermos, la expulsió n de los demonios, la
recuperació n de los tullidos, los sordos, los mudos y los ciegos, la alimentació n de los
hambrientos, el perdó n de los pecadores, todas estas cosas tenían su lugar entre las
obras del Reino. Pero aunque el Reino estaba ciertamente aquí, en medio de los
hombres, ni la enseñ anza ni los milagros podían hacerlo venir en toda su plenitud.
Porque los enemigos clá sicos, es decir el pecado y la muerte, só lo podrían ser
reducidos por un golpe má s decisivo, un golpe que só lo podría dar la muerte del
Mesías.

Pero cuando se cumplió no hubo só lo un Evangelio de palabras predicadas por Jesú s,


sino un Evangelio de obras encarnadas en Jesú s mismo, en su vida, su muerte y su
conquista de la muerte.

C. TEXTOS PARA MEDITAR Y REZAR:

105. EL SALMO PASCUAL:

Má s vale refugiarse en el Señ or, que fiarse en el hombre; Má s vale refugiarse en el


Señ or, que fiarse en los poderosos; Los paganos todos me rodeaban, en nombre del
Señ or los destrocé. Me rodeaban y cercaban, en nombre del Señ or los destrocé. Me
rodearon como avispas y se apagaron como fuego de espinas; en nombre del Señ or los
destrocé. Me empujaron para abatirme, pero el Señ or vino en mi ayuda. Mi fuerza y mi
alegría es el Señ or, salvació n fue para mí.

Te doy gracias, Señ or, porque me oíste, y fuiste para mí la salvació n. La piedra que los
constructores rechazaron llegó a ser piedra angular: esa es la obra del Señ or y se
maravillaron nuestros ojos. Este es el día que hizo el Señ or, día de jú bilo y de gozo.

Señ or, danos, danos tu salvació n; Señ or, danos, danos la victoria. (Salmo 118, 8-14 y
21-25)

106. MUERTE Y GLORIFICACION DE JESUS, UN SOLO MISTERIO:

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 180


Cristo Jesú s, É l que era de condició n divina, no se aferró celoso a su igualdad con Dios.
Sino que se aniquiló a sí mismo, tomando la condició n de esclavo, y llegó a ser
semejante a los hombres. Se humilló , obedeciendo hasta la muerte, y una muerte de
cruz. Por eso Dios lo engrandeció y le concedió un nombre que está sobre todo
nombre. Para que ante el nombre de Jesú s todos se arrodillen en los cielos, en la tierra
y en los abismos. Y que toda lengua proclame que Cristo Jesú s es el Señ or, para la
gloria de Dios Padre. (Filipenses 2, 6-11)

107. ALABANZA AL SEÑOR TRIUNFADOR:

Eres digno, Señ or y Dios nuestro, de recibir la gloria, el honor y el poder, porque Tú
has creado el universo…

Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos, porque fuiste degollado y con tu sangre
compraste para Dios hombres de toda raza, lengua y nació n; y has hecho de ellos para
nuestro Dios un Reino de Sacerdotes, y reinan sobre la tierra. (Apocalipsis 4, 11; 5, 9,
10)

108. EL PRIVILEGIO DE LA FE:

Ocho días después, los discípulos estaban de nuevo reunidos dentro y Tomá s con
ellos.

Se presentó Jesú s a pesar de estar las puertas cerradas, y se puso de pie en medio de
ellos. Les dijo “la paz sea con ustedes”. Después dijo a Tomá s: “Ven acá , mira mis
manos; extiende tu mano y palpa mi costado. En adelante no seas incrédulo, sino
hombre de fe”. Tomá s exclamó : “Tu eres mi Señ or y mi Dios”. Jesú s le dijo: “Tú crees
porque has visto. Felices los que creen sin haber visto”. (Juan 20, 26-29

D. CUESTIONARIO:

1. ¿Qué significados tienen, en el Evangelio segú n San Juan, la sangre y el agua que
salieron del costado traspasado de Jesú s?
2. Cristo había anunciado su Resurrecció n por medio de diversos símbolos o signos:
menciones tres de esos símbolos o signos.
3. ¿Cuá les fueron los dos argumentos que convencieron a los discípulos de la
Resurrecció n del Señ or?
4. Describa con tres palabras la reacció n de los discípulos ante las apariciones del
Señ or Resucitado.
5. Diga, en sus propias palabras, ¿qué importancia tiene la Resurrecció n del Señ or en
su fe y en su vida?

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TEMA 36: EL ESPIRITU PROMETIDO Y RECIBIDO


Desarrollo:

A. EL ESPIRITU PROMETIDO Y RECIBIDO:

En La lecció n anterior, hemos visto que los Apó stoles llegaron a convencerse de la
Resurrecció n de Jesú s por dos caminos: el hallazgo del sepulcro abierto y vacío y las
mú ltiples apariciones del Señ or. Ahora hay que añ adir un tercer elemento, tal vez el
má s importante: el don del Espíritu Santo tantas veces anunciado y prometido como
señ al y efecto de la glorificació n de Jesú s (Lea C 109).

Segú n el cuarto evangelio, los Apó stoles reciben el don del Espíritu en la tarde del día
de la Resurrecció n (Juan 20, 21-23). Jesú s sopla sobre ellos, gesto que recuerda lo que
hizo Yavé al principio cuando creó al hombre (Génesis 2,7). Mediante este “soplo”
Jesú s transforma a los Apó stoles en hombres nuevos, dotá ndolos del poder real de
perdonar y retener los pecados, tal como se lo había prometido durante su vida (Mt
18, 18). Desde siempre la fe cató lica ha visto en este episodio la institució n del
sacramento de Penitencia (Lea C 110)

LA PREPARACION DE UN GRAN EVENTO:

San Lucas tiene, en cambio, dos maneras de presentar los hechos. En su relato del
evangelio coloca la Ascensió n en el mismo día de la Resurrecció n (Lc 24, 50-52), de
acuerdo con Marcos (16,19). Pero cuando empieza la segunda parte de su obra, es
decir los Hechos de los Apó stoles, vuelve a hablar de la Ascensió n y la describe como
la ú ltima aparició n del Resucitado, su ú ltimo mensaje. Lo má s importante del pasaje
puede ser la recomendació n hecha a los Apó stoles de no alejarse de Jerusalén antes de
recibir la Promesa del Padre, es decir “El Bautismo en el Espíritu Santo” (Hechos 1,5),
que hará de ellos testigos de Jesú s en el mundo entero (Hechos 1, 8). Y a continuació n
Lucas describe el misterio de la Ascensió n, lo reconstituye por medio de símbolos
bíblicos y textos inspirados.

Podemos destacar cinco elementos:

 La menció n de los cuarenta días: simbolizan el tiempo necesario para llevar a


cabo la ú ltima preparació n de los Once Apó stoles.
 La menció n del Monte de los Olivos: recuerda un pasaje de Ezequiel (10, 18-22)
diciendo que la gloria de Yavé, al abandonar Jerusalén en tiempos del exilio de
Babilonia, se detuvo un momento en ese lugar ubicado frente a la Ciudad Santa,
y una profecía de Zacarías (14, 1-5) anunciando que Yavé, al fin de los tiempos,
posará sus plantas sobre ese mismo monte.

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 182


 La menció n de la nube es siempre señ al de la presencia de Dios en la Biblia,
tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento (por ejemplo, en el Monte
Sinaí: É xodo 24, 15-18 y en la Transfiguració n: Marcos 9,7). Un texto comú n a
ambos Testamentos describe al Hijo del Hombre rodeado de nube: es un ser
divino (Daniel 7, 13 y Marcos 14, 62): Jesú s es DIOS hecho carne.
 Los á ngeles: son ministros de Dios, sirven para traer a los hombres mensajes
sobrenaturales. En el relato de la Ascensió n anuncian que Jesú s que se va
volverá un día: la vida cristiana es esperanza.
 La insistencia de Lucas para decir que los Apó stoles miraban subir al Señ or (vv.
9-11): una clara alusió n a la despedida del profeta Elías, cuando Eliseo le pidió
partes de su espíritu (Lea 2 Reyes 2, 1-18, sobre todo v. 11). Los Apó stoles,
porque han visto subir a Jesú s, recibirá n a su Espíritu, será n sus continuadores
y los depositarios de su mensaje.

Tal parece ser, en sus grandes líneas, el significado del misterio de la Ascensió n del
Señ or descrito por Lucas al comienzo de los Hechos de los Apó stoles. Es, ante todo, la
preparació n de un gran evento anunciado por los profetas del Antiguo Testamento y
por Jesú s: el misterio de Pentecostés.

VIENTO Y FUEGO:

La venida del Espíritu sobre los Apó stoles ocurrió el día de la fiesta de “los primeros
frutos”, llamada también fiesta de “las siete semanas”, lo que en la Biblia griega fue
traducido por “Pentecostés”, término que significa “El 50° día”. Era una de las tres
fiestas de peregrinació n de los judíos a Jerusalén, junto con la de las Tiendas y La
Pascua. Esta ú ltima se celebraba la noche luna llena del primer mes del añ o judío
(marzo-abril), costumbre que está siempre en vigencia y explica que la fecha de
nuestra Pascua cambie de un añ o a otro. Siete semanas después era Pentecostés.

Lucas describe en cuatro pequeñ os versículos la bajada del Espíritu Santo ocurrida
ese día (Hechos 2, 1-4: lea C 111). Es muy importante notar aquí el uso de la palabra
“como” que está escrita dos veces en este pasaje, pero bastante frecuente en los
escritos de Lucas (por ejemplo 3,22; 9,14; 22,31, 44; y Hechos 2,41; 6,15), palabra que
matiza la descripció n y es una pauta para no tomar todos los elementos al pie de la
letra. El Espíritu Santo se manifestó como una rá faga de viento, y esto significa que É l
es fuerza de Dios, como lenguas de fuego, y esto anuncia el testimonio ardiente que É l
haría brotar de los labios de los Apó stoles.

Esta descripció n recuerda el cuadro de la antigua Alianza del Sinaí, la que también se
celebró en medio de truenos, relá mpagos y humo porque “Yavé había bajado en forma
de fuego” (É xodo 19, 16-20)

DE BABEL A LA IGLESIA UNIVERSAL:

Como primer resultado de tal evento milagroso, los Apó stoles empezaron a hablar en
otras lenguas, gracias a un don o carisma del Espíritu. Los judíos piadosos acudidos de
distintos países a Jerusalén por motivo de la fiesta oyeron proclamar las grandezas de
Dios en sus propios idiomas. La predicació n del Evangelio volvía a hacer la unió n

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 183


entrelos hombres, unió n que había sido quebrada dese el episodio de la Torre de
Babel (Génesis 11, 1-9)Luego, segú n parece, los Doce comenzaron a pronunciar
sonidos incomprensibles, como lo habían hecho antiguos profetas (por ejemplo en
Nú meros 11, 25 y 29; 1 Samuel 10, 5s). Era otro don del Espíritu, un efecto del
entusiasmo y de la alegría que llenaban los corazones de los Apó stoles; se lo llama
“glosolalia” (má s detalles en B 61). Pero algunos testigos empezaron a burlarse de los
Apó stoles y decían: “Está n borrachos” (Hechos 2, 13).

Entonces Pedro tomó la palabra. Rechazó la acusació n mediante una profecía de Joel
(3, 1-2): todo lo ocurrido, lo explicó má s bien por la intervenció n de Jesú s, perseguido
por los judíos, crucificado por un misterioso designio divino, pero ahora vivo y
constituido Señ or y Mesías.

Al escuchar estas palabras de Pedro, tres mil personas se convirtieron y fueron


bautizadas en nombre de Jesucristo. La Iglesia había nacido. Y ella existirá hasta que el
Señ or vuelva al final de los tiempos (B 62)

B. LECTURAS COMPLEMENTARIAS:

61. IDIOMAS EXTRANJEROS Y DON DE LENGUAS:

En Nuevo Testamento hay tres series de textos relativos a la locució n en lenguas.

 En Hechos 2, 4-11, hay una insistencia marcada para subrayar que se trata de
idiomas extranjeros (vv. 4,6,8). Y esta locució n tiene como objeto “proclamar
las grandezas de Dios”.
 En Hechos 10, 44-47 y 11, 15 (conversió n de Cornelio en Cesá rea) y 19, 6
(bautismo en É feso). Hay semejanza con lo que pasó en Pentecostés, pero los
dos pasajes se parecen má s a la glosolalia del que trata Pablo.
 En 1 Corintios 14, Pablo habla de la glosolalia en Corinto. Aquí la glosolalia es
un carisma de otra naturaleza y de un orden inferior al prodigio de
Pentecostés; consistía en pronunciar discursos extá ticos que, siendo
incomprensibles, necesitaban a su vez intérpretes inspirados.

Entre los fenó menos de Corinto, Efeso y Cesá rea por una parte, y el milagro de
Pentecostés en Jerusalén hubo semejanza bastante acentuada, pero una diferencia
todavía má s impresionante. La semejanza consiste en que el Espíritu puso a los
Apó stoles fuera de sí mismos como a los convertidos de Cesá rea y É feso y los de
Corinto. El entusiasmo de los Doce era tal que Pentecostés, para atraer a los judíos y
constituir la Iglesia naciente, junto a ese éxtasis colectivo, el milagro de los idiomas
extranjeros escuchados por la multitud. En los otros casos, el texto no habla de nada
semejante. Nadie niega, sin embargo, que le milagro de idiomas extranjeros se haya
reproducido algunas veces en provecho de la evangelizació n (segú n Marcos 16, 17).

62. LA IGLESIA, CRIATURA DEL ESPIRITU SANTO

La Iglesia, nueva creació n, no puede nacer sino del Espíritu Santo, del que tiene
nacimiento todo lo que nace de Dios. Los Hechos son como un “Evangelio del Espíritu”.

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 184


En la acció n del Espíritu se observan dos rasgos. Por una parte, prodigios y gestos
excepcionales: hombres inspirados, objetos de transportes, enfermos y posesos
liberados, heroica intrepidez de los discípulos. Por otra parte, estas maravillas, signos
de la salvació n definitiva, testimonian que es posible la conversió n, que se perdonan
los pecados, que ha llegado la hora en que, en la Iglesia, derrama Dios su Espíritu
(Hechos 2, 38; 3, 26; 4, 12; 5, 32; 10, 43).

Este Espíritu es el Espíritu de Jesú s: hace repetir los gestos de Jesú s: anunciar su
Palabra, repetir su oració n, perpetuar su acció n de gracias en la fracció n del pan;
mantiene entre los hermanos la unidad que agrupa a los discípulos en torno a Jesú s.

El Espíritu es la fuerza que lanza a la Iglesia naciente hasta la extremidades de la


tierra; una veces se posesiona directamente de los paganos, probando así que es
derramado sobre toda carne , otras veces envía en misió n a los que É l mismo elige, a
Felipe, a Pedro, a Pablo, a Bernabé. Pero no só lo se halla en el punto de partida:
acompañ a y guía la acció n de los Apó stoles, da sus decisiones su autoridad. Si la
Palabra crece y se multiplica, la fuente interior de este ímpetu gozoso es el Espíritu
(Hechos 13, 52).

C. TEXTOS PARA MEDITAR Y REZAR:

109. EL ESPIRITU PROMETIDO:

En el Antiguo Testamento: De nuevo soplará sobre nosotros un viento que viene


desde arriba;… Entonces el desierto se transformará en un jardín. Derramaré agua
sobre el suelo sediento y haré brotar torrentes en la tierra seca. Derramaré MI
ESPIRITU sobre tu raza y favoreceré a tus descendientes. (Isaías 32, 15; 44, 3)

Después de esto, yo derramaré mi Espíritu sobre todos. Tus hijos y tus hijas hablará n
de parte mía, los ancianos tendrá n sueñ os y los jó venes verá n visiones. En aquellos
días, hasta sobre los siervos y siervas derramaré mi Espíritu. (Joel 3, 1-2)

En el Nuevo Testamento: Cuando venga el Defensor que yo les enviaré, y que vendrá
del Padre, É l dará pruebas en mi favor. Es el Espíritu de la Verdad y que sale del Padre
Les conviene que yo me vaya. Porque si no me voy, el Defensor no vendrá a ustedes.

Pero si mi voy, os lo mandaré… Yo rogaré al Padre y les dará otro Defensor que
permanecerá siempre con ustedes. Este es el Espíritu de Verdad que el mundo no
puederecibir, porque no le ve ni lo conoce. Pero ustedes los conocen porque
permanece con ustedes y estará en ustedes. (Juan 15, 26; 16, 7; 14, 16-17)

110. EL ESPIRITU RECIBIDO:

La tarde de ese mismo día, el primero de la semana, los discípulos estaban a puertas
cerradas por miedo a los judíos. Jesú s se hizo presente allí, de pie en medio de ellos.
Les dijo: “La paz sea con ustedes”. Después de saludarlos así, les mostró las manos y
elcostado. Los discípulos se llenaron de gozo al ver al Señ or. É l les volvió a decir: “La
paz esté con ustedes. Así como el Padre me envió , así yo los envío a ustedes”.

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 185


Dicho esto, sopló sobre ellos: Reciban El Espíritu Santo. Queden perdonados a quienes
ustedes perdonen, y a quienes no libren de sus pecados, queden atados. (Juan 20, 19-
23)

111. EL MILAGRO DE PENTECOSTÉS:

Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. De


pronto vino del cielo un ruido, como el de una violenta rá faga de viento, que llenó toda
la casa donde estaban. Se les aparecieron una lenguas como de fuego, las que
separá ndose, se fueron posando sobre cada uno de ellos; y quedaron llenos del
Espíritu Santo y se pusieron a hablar idiomas distintos en los cuales el Espíritu les
concedía expresarse. (Hechos 2, 1-4)

112. NUESTRA VIDA EN EL ESPIRITU:

Pues todos aquellos a los que conduce el Espíritu de Dios, esos son hijos de Dios.
Ustedes no recibieron un espíritu de esclavos para volver al temor, sino que
recibieron al Espíritu que nos hace hijos adoptivos, y que los mueve a exclamar:
“Abbá , Padre!”

El mismo Espíritu le asegura a nuestro espíritu que somos hijos. Y si somos hijos,
somos también herederos… Ademá s el Espíritu nos viene a socorrer en nuestra
debilidad; porque no sabemos qué pedir ni có mo pedir… Pero el propio Espíritu ruega
por nosotros, con gemidos y sú plicas que no pueden expresarse (Romanos 14-17 y
26)

D. CUESTIONARIO:

1. ¿En qué consiste la tercera señ al que convenció a los Apó stoles de la Resurrecció n
del Señ or?
2. Qué pasa del Génesis recuerda el gesto de Jesú s cuando sopló sobre los Apó stoles
en Juan 20,22? Y qué significado tiene este gesto de Jesú s?
3. La “nube”: ¿Qué significa en la Biblia y qué papel juega en el relato de la Ascensió n
de Jesú s?
4. ¿Qué mensaje anuncian los á ngeles en el relato de la Ascensió n?
5. Diga qué significan las palabras “como una rá faga de viento” y “como lenguas de
fuego”
6. ¿Cuá l fue el resultado del primero discurso de Pedro en Hechos 2,41?
7. ¿Qué papel debe jugar el Espíritu Santo en la vida del cristiano? (Medite al
respecto)

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TEMA 37: LA IGLESIA DE AYER Y DE SIEMPRE


Desarrollo:

A. LA IGLESIA DE AYER Y DE SIEMPRE:

La Iglesia, que nació el día de Pentecostés, es un regalo de Dios. Como lo enseñ an los
Hechos de los Apó stoles, la acció n del Espíritu Santo ha sido decisiva para que
surgiera una comunidad permanente destinada a reemplazar al antiguo pueblo de
Israel, en la continuidad de la historia de la salvació n iniciada con el llamado de
Abraham. Pero, ¿qué es la Iglesia?

ANTE TODO, UN MISTERIO:

La Iglesia es ante todo una realidad invisible, misteriosa, que só lo con la fe se puede
mirar correctamente (lea B 63). Fue al recordar ciertas palabras de Jesú s que los
Apó stoles descubrieron lo que ella es. Lo expresaron con imá genes del Antiguo
Testamento y nuevos símbolos que encontramos ahora en los escritos del Nuevo
Testamento.

 Segú n Pedro, la Iglesia es el nuevo Pueblo de Dios, anunciado por Jesú s (Mateo
16, 18; 19, 28). Se aplica a la comunidad de los que fueron bautizados en
nombre de Jesú s lo que el É xodo decía de Israel: un pueblo de sacerdotes, una
nació n santa, una raza elegida (1 Pedro 2, 9-10; lea B 64).
 Pablo presenta a la Iglesia primero como Cuerpo de Cristo, siendo Este la
cabeza, nosotros los miembros. Y esto recalca la unidad de la Iglesia y la
solidaridad mutua que existe entre ella y su Jefe y la comunidad de los
miembros entre sí (Romanos 12, 4-5; 1 Corintios 12, 12-30; Efesios 4, 15-16).
La idea de cuerpo lleva a Pablo a presentarla, en otros pasajes, como la Esposa de
Cristo,imagen que sugiere el amor, la unió n íntima y la fidelidad que existe entre É l y
ella (2 Corintios 11, 2; Efesios 5, 23-32). Los profetas habían presentado como
relació n matrimonial los lazos que existían entre Yavé y su Pueblo. Al aplicar esta
imagen a la relació n del Señ or con la Iglesia, Pablo afirma que Cristo la amó hasta
entregarse a sí mismo para santificarla, alimentarla y cuidarla con cariñ o.
 Juan se vale de otras imá genes bíblicas que confirman lo que dicen Pedro y
Pablo. Su Evangelio utiliza el símbolo de rebañ o que recalca la idea de
Pueblo(10, 1-16; vea Ezequiel 34) y el de viñ a, que se asemeja a la idea de
cuerpo (15, 1-6; vea Isaías 5, 1-7). En el Apocalipsis, Juan designa a la Iglesia
como Esposa del Cordero, lo que nuevamente recuerda la doctrina de Pablo
(Apocalipsis 19, 7; 21, 2, 9). También la presenta como la nueva Ciudad Santa,

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 187


La Nueva Jerusalén, es decir el lugar donde Dios habita (Ap 21, 2; lea C 113-
118).

PERO TAMBIEN ES UNA COMUNIDAD VISIBLE:

Pero la Iglesia no existe só lo como un misterio invisible, es también una realidad


externa, concreta, histó rica, encarnada como lo fue el Hijo de Dios. Los Hechos de los
Apó stoles narran su nacimiento, sus primeras luchas, sus crisis de crecimiento, sus
problemas, su extensió n fuera de Jerusalén, es decir en Judea, en Samaria y hasta los
confines de la tierra con la llegada de Pablo a Roma. Son textos fá ciles de leer y de gran
provecho para todos, porque demuestran que el Señ or está siempre con su Iglesia, hoy
como ayer y mañ ana.

Tres pasajes de los Hechos merecen una atenció n especial: (lea Hechos 2, 42-47; 4, 32-
35; 5, 12-16). Son breves descripciones de lo que fue, en todo el fervor de sus
comienzos, la comunidad de Jerusalén. La característica principal de esos primeros
cristianos consistía en cuatro fidelidades: 1) Acudían asiduamente a la enseñ anza de
los Apó stoles;

2) A la convivencia; 3) A la fracció n del pan; 4) A las oraciones.

LA ENSEÑANZA DE LOS APOSTOLES: El anuncio del Evangelio por los Apó stoles se
hacía en dos etapas principales: la proclamació n o predicació n y la enseñ anza.

o La primera partía de un hecho que no se puede explicar humanamente, por


ejemplo, el don de lenguas, la curació n de un tullido, la visió n de Pedroo y de
Cornelio. Contiene tres elementos íntimamente relacionados que constituyen el
mensaje central de nuestra fe: a) Un hecho pasado: El Señ or Jesú s ha
resucitado; b) Una realidad actual: Su Espíritu está en nosotros; c) Un misterio
futuro: El Señ or volverá en gloria.La meta de la predicació n o proclamació n es
la conversió n y el bautismo de los oyentes (Hechos 2; 3; 10).
o La enseñ anza, en cambio se dirige a los convertidos. Su meta es instruirlos má s
sobre Cristo y su doctrina, no por la mera satisfacció n de saber má s, sino para
comprometerlos a imitar al Señ or.

LA CONVIVENCIA: Los primeros cristianos eran fieles también a la convivencia o,


mejor dicho, a la unió n fraterna: “Tenían un solo corazó n y una sola alma” (Hechos 4,
32), es decir, se amaban como hermanos. Antes que Pablo lo expresara, formaban un
solo cuerpo, así como hay un solo Espíritu, una sola esperanza, un solo Señ or, una sola
fe, un solo Dios y Padre de todos (Efesios 4, 4-6).

El vínculo de amor que les unía era tan fuerte que llegaron a compartir su pan. Lucas
añ ade que vendían sus bienes y entregaban el dinero para ser repartido segú n las
necesidades (Hechos 2, 44; 4, 34) y señ ala el caso de Bernabé que lo hizo (Hechos 4,
35s). Pero esta prá ctica no era obligatoria, como Pedro lo recordó a Safira y Ananías
que trataron de engañ ar al Espíritu Santo (lea Hechos 5). Esta triste pareja pudo
constatar que el dinero malversado echa a perder las relaciones humanas y tiene el
poder de matar hasta dentro de las comunidades cristianas.

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 188


FRACCION DEL PAN Y ORACION: La Fracció n del Pan significa primero, en el
lenguaje hebreo, el comienzo de una comida. Después de la bendició n, el padre de
familia rompía el pan con sus manos (Jeremías 16, 7; Mateo 14, 19; Mateo 15, 36;
Mateo 26,26). Pero, por ser el pan el principal o el ú nico alimento, romper el pan
podía significar también tener una comida en comú n. Pero en el lenguaje cristiano, la
fracció n del pan se refiere a la Eucaristía, como se ve en 1 Corintios 10,16, en Hechos
20, 7, 11 y tal vez en Lucas 24, 30 y 35. Se celebraba en casa particulares, el primer día
de la semana (Hechos 20, 7-11), es decir el día del Señ or o domingo (Apocalipsis 1, 10)
que poco a poco fue imponiéndose como día de reunió n de los cristianos (lea B 65).
Para las oraciones cotidianas, acudían tanto al Templo como a casa particulares
(Hechos 1, 13; 2, 46; 12,12; 5,42), hasta que rompieran definitivamente con la religió n
judía.

Se ha escrito con razó n que cada comunidad cristiana local es toda la Iglesia ya que
puede tener todos los elementos de la vida cristiana. De hecho, si hay perseverancia
en la celebració n de la Palabra y de la Eucaristía, en la oració n en el amor fraternal,
nuestras comunidades son ya desde ahora Pueblo de Dios, Cuerpo de Cristo, Viñ a del
Señ or, y por lo tanto pueden y deben ser signos visibles de esperanza y de salvació n
en medio delmundo por el cual Dios entregó a su Hijo ú nico.

B. LECTURAS COMPLEMENTARIAS:

63. ¿Es Santa la Iglesia?

Lo que escandaliza al que no es creyente y se enfrenta con la Iglesia, son las


imperfecciones y los pecados que descubre en los cristianos. La Iglesia es Santa por la
santidad de Cristo que le comunica la gracia; Santa por los sacramentos que
administra y por la Palabra que transmite; Santa por los esfuerzos y los frutos de
santidad que en ella suscita continuamente el Espíritu. Pero la Iglesia militante está
formada por hombres regenerados mediante el bautismo cuya libertad está sometida
todavía al pecado y que deben luchar sin tregua para mantenerse fieles a Jesucristo:
hombres que han sido justificados, pero que aú n no son “impecables”. No es que ellos
justifiquen la aceptació n, por parte del cristiano, de su propia mediocridad, pero tiene
que tenerse en cuenta al juzgar a la Iglesia. Lamentar que los cristianos no sean todos
santos o que la obra de la Iglesia no haya avanzado má s en el mundo después de má s
de veinte siglos de cristianismo, es natural y legítimo, siempre y cuando se tenga en
cuenta que la causa, en las mismas proporciones, han sido el pecado y la omisió n
personal de cada cristiano.

64. LA FORMULA DEL BAUTISMO:

Se plantea un problema… ya antiguo al querer averiguar las palabras que usaba la


Iglesia primitiva en el bautismo. La fó rmula trinitaria de Mateo 28, 19 ha venido a ser
la fó rmula oficial no só lo del catolicismo sino también de todas las comunicaciones
cristianas. Sin embargo el Nuevo Testamento tiene esta fó rmula solamente en este
pasaje. En todos los demá s suele decirse que el bautismo se hizo en nombre de Jesú s.
Ambas fó rmulas son antiguas y, aunque es muy probable, no es seguro que cada una

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 189


de ellas sea realmente una fó rmula, es decir que reproduzca exactamente las palabras
empleadas.

Ahora se sabe que el Nuevo Testamento contiene gran nú mero de alusiones a


fó rmulas litú rgicas, pero es dudoso que la Iglesia primitiva atribuyera a una fó rmula
exacta la importancia que tiene en la teología actual. Así la institució n de la Eucaristía
es ciertamente una fó rmula litú rgica, pero admitía variaciones. Ambas fó rmulas
expresan el efecto del bautismo que era identificar al cristiano con Jesú s: La Iglesia
primitiva no hubiera encontrado la menor diferencia entre bautizar en el nombre de
Jesú s o en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

65. DEL SABADO AL DOMINGO:

“El día del Señ or o domingo es algo tan natural en la vida de la primitiva Iglesia que
hay que pensar que fue instituido por los Apó stoles” (J. Bauer). En efecto es el día de la
Resurrecció n, el día de las apariciones del Resucitado a las mujeres, a Pedro y Juan, a
los discípulos de Emaú s, a diez Apó stoles y, una semana después, a los Once.

En Tró ada, los cristianos se reú nen por la tarde del primer día de la semana para
celebrar la “fracció n del pan” (Hechos 20,7) y es el día que los corintios entregan su
ofrenda en favor de la comunidad de Jerusalén, así que era un día de reunió n (1 Cor
16,2). En Apocalipsis 1,10, Juan tiene ese día una visió n, mientras la comunidad
celebra la fiesta del Resucitado.

Eran motivos má s que suficientes para que la Iglesia primitiva hiciera del primer día
de la semana el día del Señ or, el Domingo; mientras el sá bado era día de descanso , el
domingo era la fiesta de la Resurrecció n del que se había presentado como “dueñ o del
sá bado” (Lc 13, 15ss).

C. TEXTOS PARA MEDITAR Y REZAR:

113. PUEBLO DE DIOS:

Ustedes, al contrario, son una raza elegida, un reino de sacerdotes, una nació n
consagrada, un pueblo que Dios eligió para que fuera suyo y proclamara sus
maravillas.

Ustedes estaban en las tinieblas y los llamó Dios a su Luz admirable. Ustedes antes no
eran su pueblo, pero ahora son el pueblo de Dios; ustedes no habían alcanzado su
misericordia, mas ahora han conocido su misericordia. (1 Pe 2, 9-10)

114. CUERPO DE CRISTO:

Del mismo modo que el cuerpo es uno y tiene muchas partes y todas las partes del
cuerpo, aun siendo muchas, forman un sol cuerpo, así también Cristo. Todos nosotros,
ya seamos judíos o griegos, esclavos o libres, hemos sido bautizados en un mismo
Espíritu, para formar un ú nico cuerpo. Y a todos se nos ha dado a beber del ú nico
Espíritu.

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 190


El cuerpo no se compone de una sola parte, sino que de muchas… Cuando uno sufre,
todos los demá s sufren con él. Ustedes son el cuerpo de Cristo, y cada uno en
particular es parte de É l. (1 Cor 12, 12-14 y 26s)

115. ESPOSA DE CRISTO:

Maridos, amen a sus esposas como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por
ella. Quería que esta esposa suya fuera santa y por eso la limpió con el bautismo de
agua junto a la palabra santa. Deseaba presentá rsela a sí mismo muy gloriosa, sin
mancha ni arruga, ni nada parecido, sino santa e inmaculada. (Efesios 5, 25-27)

116. UNICO REBAÑO DEL SEÑOR:

Yo soy el Buen Pastor, conozco mis ovejas y mis ovejas me conocen. Así como me
conoce el Padre también yo conozco al Padre, y yo doy mi vida por mis ovejas. Tengo
otras ovejas que no son de este redil. A ellas también las llamaré y oirá n mi voz: habrá
un solo rebañ o y un solo Pastor. (Jn 10, 14-16)

117. LA VID DEL SEÑOR:

Yo soy la Vid y ustedes las ramas. Si alguien permanece en mí, y Yo en él, produce
mucho fruto: pero sin Mí no pueden hacer nada.

El que no se quede en mí, será arrojado afuera y se secará como ramas muertas: hay
que recogerlas y echarlas al fuego, donde arden. Si se quedan en mí, y mis palabras
permanecen en ustedes, todo lo que deseen, lo pedirá n y se les concederá . (Jn 15, 5-7)

118. ESPOSA DEL CORDERO:

Entonces vi la Ciudad Santa, la Nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, del lado de Dios,
embellecida como una novia engalanada en espera de su prometido. Oí una voz que
clamaba desde el trono: “Esta es la morada de Dios entre los hombres: fijará desde
ahora su morada en medio de ellos y ellos será n su pueblo y É l mismo será Dios con
ellos” (Apocalipsis 21, 2ss)

D. CUESTIONARIO:

1. A la luz del numeral A del presente documento, diga có mo la Iglesia está


representada en los escritos de Pedro, Pablo y Juan.
2. Busque y escriba el pasaje Hechos 2, 42
3. ¿Cuá les son los tres elementos de la proclamació n de los Apó stoles?
4. ¿Cuá l era la meta de la proclamació n y de la enseñ anza?
5. Complete esta frase de Hechos 4: “Tenían un solo __________ y una ________ alma”.
6. ¿Qué significa en el lenguaje cristiano la frase: “la fracció n del pan”?
7. ¿Có mo deben ser nuestras comunidades cristianas de hoy para que sean fieles al
Espíritu que animaba la Iglesia primitiva de Jerusalén?

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TEMA 38: PABLO EL APOSTOL DE LOS PAGANOS


Desarrollo:

A. PABLO, APOSTOL DE LOS PAGANOS:

La Iglesia no estaba destinada a quedarse en Jerusalén ni a limitarse al mundo judío:


El Señ or Jesú s la mandó a llevar el Evangelio a todas las naciones de la tierra (Hechos
1,8). Y para concretar esa nueva etapa de la historia de la salvació n, el Resucitado
llamó a un hombre que sería el instrumento indicado: Saulo.

UNA PREPARACION PROVIDENCIAL:

En efecto, todo contribuyó a que Saulo recibiera una preparació n especial que lo
capacitara para su gran misió n. Nació entre el añ o 5 y 10 en la ciudad del Medio
Oriente, Tarso, que era un centro de cultura griega (Hechos 21,39). Era de raza y
religió n judía y fue circuncidado ocho días después de nacer; recibió el nombre hebreo
de Saú l y el nombre romano de Paulos o Pablo (Hechos 13,9; Filipenses 3,5). Ya que su
padre era ciudadano romano, él también lo fue, por nacimiento (Hechos 22, 25-29).
Ademá s del arameo, hablaba griego y hebreo (21,37; 22,2). Aprendió también a
fabricar tiendas de campañ a para ganarse la vida (1 Cor 4,12; 9,15).

A los quince añ os fue enviado a Jerusalén donde estudió a fondo el Antiguo


Testamento con Gamaliel, hombre piadoso y abierto (Hechos 22,3; 5, 34-39). Mientras
tanto se convirtió en fariseo (26,5) y cuando oyó hablar de los discípulos de Jesú s se
convenció de que eran impíos y blasfemadores y que había que combatirlos para
defender el honor de Dios (26,9). Así debía pensar cuando presenció y aprobó la
muerte de Esteban, el primer má rtir de la Iglesia (7, 58; 8,1).

Pero poco después Saulo fue “alcanzado por Cristo” (Filipenses 3,12), cuando viajaba a
Damasco en busca de discípulos para entregarlos a las autoridades de
Jerusalén. Tenía entonces cerca de treinta añ os. Fue en ese momento que nació
a la fe cristiana, “como un abortivo” (1 Corintios 15,8), es decir bruscamente.
Muchas veces Pablo recordaría su conversió n milagrosa (Hechos 9, 1-19; 22, 5-
16; 26, 10-18).

 Vio a Cristo resucitado, y esto hizo de él un testigo dotado de la misma


autoridad que los demá s apó stoles (1 Cor 9,1; 15, 5-11)
 Oyó una voz que decía “Por qué me persigues?” (Hechos 9,4) y comprendió que
Jesú s es el Hijo de Dios que forma con los suyos un cuerpo vivo e inseparable.
(Lea B 66)

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 192


Pablo dedicó el resto de su vida a predicar ese mensaje que Dios le seguía revelando
(Lea B 67). Recorrió varias veces el Medio Oriente y pasó a Europa, es decir Grecia,
Macedonia, Roma y tal vez hasta Españ a (Rom 15, 24 y 28). Dejó trece cartas
importantísimas en las cuales la Iglesia reconoce la Palabra de Dios (Lea B 68).

LAS DIVISIONES DE UN MUNDO VIEJO:

El mundo en el cual nació y vivió Pablo estaba marcado por tres grandes oposiciones o
divisiones, que habían llegado a ser consideradas como necesarias o normales.

 Una divisió n cultural y racial. El griego reconocía dos tipos de hombres: los
griegos y los bá rbaros, los cultos y los incultos. El israelita, por su parte, dividía
la humanidad entre judíos y paganos, y la Ley era como una muralla para
protegerlos.
 Una divisió n social. El estado reconocía dos formas de ser hombres: el
ciudadano romano, libre y dotado de muchos derechos, y el esclavo, sin
derecho, puro instrumento de su amo. En aquel tiempo Corinto contaba con
cuatrocientos mil esclavos y dos cientos mil hombres libres. Muchos judíos
tenían esclavos (Lev 25,46).
 Una divisió n sexual. Las leyes de Roma, Grecia e Israel mantenían a la mujer en
un estado de inferioridad frente al varó n. Si bien el Génesis hacía hincapié en la
igualdad de los sexos, el varó n judío era el dueñ o de su esposa, como lo era de
su burro, de su buey, de su casa y de su campo (Ex 20,17)

LA RECONCILIACION QUE TRAJO CRISTO:

Convertido a Cristo, Pablo descubre y anuncia que estas divisiones del mundo viejo
tienen que desaparecer (1 Cor 7,31), porque “ya no hay judío ni griego; ni esclavo ni
libre; ni hombre ni mujer” (Gá latas 3,28).

Luchó primero para derrumbar el muero entre judíos y extranjeros. El Antiguo


Testamento había anunciado la salvació n de los paganos, por ejemplo en los libros de
Joná s y Rut, pero hubo muchos problemas y muchas sorpresas cuando los primeros
paganos pasaron de hecho a la Iglesia (Hechos 11). Grupos de judíos querían forzarlos
a hacerse judíos, querían imponerles la Ley de Moisés. La asamblea de Jerusalén llegó
al acuerdo de que no había tal obligació n (15, 5-12), lo que Pablo explicaría en sus
grandes cartas (Romanos, Gá latas y Corintios).

Pero la resistencia al cambio duró mucho tiempo, como lo podemos ver a través de las
recomendaciones que Pablo da al respecto en una de sus ú ltimas cartas: Tito 3,9.

No se le ocurrió a Pablo luchar directamente contra la institució n de la esclavitud,


pero sí hizo todo lo posible para darle un rostro má s humano, abriendo así una brecha
para una verdadera revolució n. Por ejemplo cuando le rogó a Filemó n queacogiera
como hermano a su esclavo Onésimo que fue bautizado mientras andaba pró fugo,
Pablo anunciaba que todos los hombres tienen derecho a una igualdad profunda, para
estar todos unidos en el servicio del Señ or.

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 193


Al hablar de la mujer, Pablo conservó ciertas ideas de su tiempo que nos chocan hoy
día, por ejemplo: “La cabeza de la mujer es el hombre” (1 Corintios 11, 3)! Pero
añ adió : “Ya no hay hombre ni mujer, ya que todos son unos en Cristo”(Gá latas 3,28).
Era afirmar que todo ser humano, varó n o mujer, puede alcanzar en Cristo el término
de su vocació n propia.

Así que Cristo ha suprimido todas las barreras. Un militar romano, un esclavo de
Corinto y una dama de la sociedad como Lidia podían fraternizar ya que todos los
hombres, reconciliados entre sí por Cristo, son hermanos. Má s aun, son reconciliados
con Dios y pueden decirle: “Padre”! (Romanos 8,15)

LIBRES PARA AMAR:

Pero si Jesú s nos ha reconciliado, es porque primero no libró de la raíz de todas las
divisiones, el pecado. Pablo recuerda que el pecado es mucho má s que una falta
individual, es una fuerza que entró en el mundo al comienzo, afecta la libertad del
hombre, lo lleva a hacer el mal aborrecido, no el bien apetecido (Romanos 5,12; 7, 17-
22). Y puesto que la carne es có mplice, ¿quién libra al hombre? (Romanos 7, 23s). Só lo
el amor de Dios lo puede hacer, ese amor que se manifestó en la cruz de Jesú s, cuando
Cristo nos libró de la raíz del mal (Rom 8, 2-4; Gá latas 2, 20). El Bautismo nos une con
su muerte y su resurrecció n, y el Espíritu Santo nos enseñ a có mo ser de verdad hijos
de Dios y vivir libres para servir y amar (Rom 6, 8-11); 5,5; 8, 15-16; 1Cor 13). A
través de luchas y dolores un hombre nuevo se va formando para un mundo nuevo
(Efesios 6, 12-17; Romanos 8, 18-23 y Lea C 119-122)

B. LECTURAS COMPLEMENTARIAS:

66. EL “EVANGELIO” DE PABLO:

Desde el llamamiento inicial que trastorno la vida de San Pablo, aparecen los rasgos
principales de su predicació n.

 La gloria del Señ or, el misterio de la Cruz. Jesú s está vivo; es el jefe. El que
mataron ha triunfado de la muerte, de ahí la importancia de la predicació n de
la Resurrecció n.
 El lugar central de la persona de Jesú s en la fe cristiana: “Quién eres,
Señ or?”Amistad para con los suyos: “Para mí vivir es Cristo!”.
 La unidad de Cristo y su Iglesia: “Por qué me persigues?” Pablo perseguía a los
cristianos. Jesú s se identifica con los que creen en É l.
 La primacía de la gracia y la fe. “Este hombre es el instrumento que he
elegido”.
 La universal vocació n de todos los paganos: “Llevará mi nombre a todas las
naciones”.
 Importancia de la predicació n, del testimonio y de la palabra de Dios. Pablo
será , toda su vida, el testigo y el mensajero del acontecimiento de la aparició n
de Jesú s Resucitado.

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 194


 Necesidad del sufrimiento: “Le enseñ aré cuá nto habrá de padecer por mi
nombre”: el misterio de la Cruz es misterio del apostolado.

67. EL METODO APOSTOLICO DE PABLO:

 PABLO va por las rutas principales y se detiene en las ciudades principales.


Apunta al nú cleo.
 Empieza por el barrio judío y la sinagoga. Es ló gico, puesto que el Mesías
fueanunciado a Israel.
 Sin embargo no se ata a la comunidad judía: trabaja manualidades para suplir
sus gastos. No tiene má s que un fin: anunciar a Cristo. Va a lo esencial: el
misterio pascual. Su estancia en la ciudad es activa mientras no lo saquen de
ella.
 Se dirige a los paganos, desde que nota una oposició n entre los judíos.
 Deja ancianos o presbíteros que será n los cuadros de la nueva comunidad.
 Escoge colaboradores y compañ eros: trabaja en equipo y, por decirlo así, no
está nunca solo.
 Queda en contacto con las comunidades por las visitas, las cartas, los
mensajeros que lo preceden o permanecen algú n tiempo a su lado.

68. LAS CARTAS DE PABLO:

I. 1ra y 2da Carta a los Tesalonicenses (Añ o 51)

II. Carta a los Filipenses (Añ o 56)

III. 1ra y 2da Carta a los Corintios (Añ o 57)

IV. Cartas a Gá latas y Romanos (Añ o 57 s)

V. Cartas a Colosenses, Efesios y Filemó n (Añ o 61 ss)

VI. 1 carta a Timoteo y Carta a Tito (Añ o 65)

VII. 2 carta a Timoteo (Añ o 66)

Su Clasificación:

 Las grandes: Romanos, 1 y 2 a los Corintios, Gá latas y Filipenses.


 Las cartas escatoló gicas (es decir las que hablan de los ú ltimos tiempos y de la
segunda venida de Cristo): 1 y 2 a los Tesalonicenses.
 Las epístolas de la cautividad: Colosenses, Filemó n y Efesios.
 Las pastorales: 1 y 2 a Timoteo y Tito
El esquema habitual de las cartas:
 Introducció n: Nombre, saludos, destinatarios; habitualmente una alabanza y
una acció n de gracias.
 Cuerpo de la carta: Parte doctrinal: ¿qué creer? Parte moral: ¿có mo vivir?
 Conclusió n: Recomendaciones y saludos.

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 195


C. TEXTOS PARA MEDITAR Y REZAR:

119. PABLO CONVENCIDO DEL AMOR DE DIOS:

Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? Dios, que no “perdonó ” a su
propio Hijo sino que lo entregó por todos nosotros ¿có mo no nos va a conceder con É l
cualquier cosa? ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Las pruebas o la angustia, la
persecució n o el hambre, la falta de ropa, los peligros o la espada? Como ya dice la
Escritura: Por tu causa, nos arrastran continuamente a la muerte; nos tratan como
ovejas destinadas a la matanza.

No, en todo esto triunfaremos por la fuerza del que nos amó . Estoy seguro que ni la
muerte, ni la vida,… ni el presente, ni el futuro, ni las fuerzas del universo … ni
creatura alguna, podrá apartarnos del amor de Dios, que encontramos en Cristo Jesú s,
nuestro Señ or. (Romanos 8, 31-32 y 35-39)

120. ASI FUE EL GRAN APOSTOL DE CRISTO:

Nací de la raza de Israel, de la tribu de Benjamín, y fui circuncidado a los ocho días.
Soy hebreo e hijo de hebreos; con referencia a la Ley, soy fariseo; mi celo lo demostré
persiguiendo a la Iglesia; en cuanto a ser justo de la manera que dice la Ley, fui
hombre irreprochable.

121. CONSEJOS DE UN SANTO:

Te ruego delante de Dios y de Cristo Jesú s que vendrá a juzgar a los vivos y a los
muertos; te pido en nombre de su venida gloriosa y de su reino: predica la
Palabra,insiste a tiempo y a destiempo, rebatiendo, amenazando o aconsejando,
siempre con paciencia y preocupado de enseñ ar. Pues, vendrá un tiempo en que los
hombres ya no soportará n la sana doctrina, sino que se buscará una multitud de
maestros segú n sus deseos. Estará n á vidos de novedades y se apartará n de la verdad
para volverse hacia puros cuentos.

Por eso, tú , sé prudente, no hagas caso de tus propios sufrimientos, dedícate a tu


trabajo de evangelista, cumple con perfecció n tu ministerio.

Para mí ha llegado la hora del sacrificio y se acerca el momento de mi partida. He


combatido el buen combate, he terminado mi carrera, siempre fiel a la fe. Por lo
demá s, ya me está preparada la corona de los santos con que me premiará el Señ or en
aquel día; É l, como juez justo me la dará junto a todos aquellos que has deseado su
venida gloriosa. (2 Timoteo 4, 1-8)

122. LA VIDA EN CRISTO:

Con Cristo estoy crucificado, y ahora no soy yo el que vive, sino que es Cristo el que
vive en mí. Sigo viviendo en la carne, pero vivo con fe en el Hijo de Dios que me amó y
se entregó por mí… (Gá latas 2, 19-20)

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D. CUESTIONARIO:

1. Complete lo siguiente:
a. Pablo pertenecía por la fe al mundo _____________________________; por la cultura
2. al mundo __________________________________; por la ciudadanía al mundo
3. ________________________.
4. Pablo recibió dos nombres, uno hebreo y otro romano. ¿Cuá les eran?
5. ¿Por qué motivos Pablo perseguía a los discípulos de Cristo?
6. ¿Qué comprendió Pablo cuando Jesú s le dijo: Por qué me persigues?
7. ¿A qué acuerdo llegó la asamblea de Jerusalén?
8. ¿Por qué dice san Pablo que “ya no hay hombre ni mujer”? (Gá latas)
9. ¿Có mo describe Pablo el pecado?
10. ¿Cuá l es el papel del Espíritu Santo en el cristiano segú n san Pablo?

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TEMA 39: EL EVANGELIO Y LOS EVANGELIOS


Desarrollo:

A. EL EVANGELIO Y LOS EVANGELIOS:

Cuando Jesú s se fue, no dejó ningú n manual o texto escrito a sus Apó stoles, sino la
orden de predicar, es decir anunciar oralmente el Evangelio. También les prometió
laasistencia del Espíritu Santo para que a la luz de la Resurrecció n pudieran recordar
fielmente sus palabras y hechos (Marcos 16,15; Juan 14,26).

Pedro empezó a predicar el mismo día que nació la Iglesia (Unidad 7, capitulo 1) y
sabemos que los primeros cristianos acudían siempre a la enseñ anza de los Apó stoles
(Unidad 7 capitulo 2). El Evangelio de nuestro Señ or, es decir el mensaje cristiano,
estaba en los labios y en los corazones. Pero todavía no existían los Santos
Evangelios,esos cuatro libros que encontramos ahora en el Nuevo Testamento junto
con los Hechos de los Apó stoles, las trece cartas de Pablo, la carta a los Hebreos, las
siete epístolas cató licas o universales y el Apocalipsis. Esto demuestra que el
cristianismo no viene primero de un libro, por muy santo que sea, sino de la Palabra
viva transmitida por los testigos del Señ or (lea B 69)

DE LA PALABRA AL TEXTO:

Los cuatro Evangelios se encuentran al comienzo del Nuevo Testamento, en el orden


actual de la Biblia, pero esto no quiere decir que hayan sido los primeros escritos
cristianos. La mayor parte de las cartas de Pablo, quizá s todas, fueron redactadas
antes, probablemente a partir del añ o 51. Só lo después aparecieron los cuatro
evangelios, empezando con el de Marcos (añ o 64 ó 67) y terminando con el de Juan,
entre el añ o 95 y 100. Hablemos de Juan en la pró xima y ú ltima lecció n.

Ninguno de los evangelistas firmó su obra, por la siguiente razó n: es la Iglesia quien en
definitiva fue la autora de los evangelios. Una creencia antigua que se remonta a
comienzos del siglo 2 los atribuye a Mateo, Marcos, Lucas y Juan, pero esto no tiene
mayor importancia porque, de todos modos, no fueron autores independientes, sino
que hablaron en representació n de la Iglesia y só lo escribieron lo que se predicaba y
enseñ aba en ella: La Tradició n. (lea B 70).

Como punto de partida tenían la predicació n oral de los Apó stoles Pedro, Pablo y los
demá s. Tenían también todo el material que se había juntado en la Iglesia a partir
deltestimonio de los Apó stoles: colecciones de palabras del Señ or, agrupamientos de

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 198


los hechos, de milagros, de pará bolas, series de textos del Antiguo Testamento
destinados a rechazar los ataques de los judíos o a comprobar que Jesú s es el Mesías
anunciado por los profetas y el Hijo de Dios. Por ú ltimo tenían los primeros ensayos
escritos que se hicieron y a los cuales Lucas alude al comienzo de su obra (Lc 1,1)

LOS SINOPTICOS:

Los primeros tres Evangelios, es decir Mateo, Marcos y Lucas se parecen mucho. Só lo
treinta versículos de Marcos no se encuentran en Mateo, Lucas o en ambos. Tienen un
plan muy parecido y tienen en comú n una gran cantidad de episodios. Si los
colocamos en tres columnas, podemos descubrir sus diferencias y semejanzas de un
solo vistazo.

De ahí el nombre de sinó pticos que han recibido, porque así se puede tener una visió n
de conjunto de ellos (hay por ejemplo en Unidad 6, capítulo 2, Numeral 102, pá gina 5).
Sin entrar en los detalles, vamos a destacar a continuació n las características de cada
uno de los tres sinopticos

MARCOS:

Cristianos del siglo 2 atribuyen el evangelio segú n Marcos al intérprete del apó stol
Pedro, Juan Marcos (1 Pedro 5,13). El examen del contenido del libro de diez y seis
capítulos no contradice esta afirmació n: es Marcos quien habla má s del jefe de los
Doce, y su disposició n de la materia recuerda el plan de los discursos de Pedro
(Hechos 1, 21-22; 10, 37-43: lea C 123). Marcos era judío y conocía bien Jerusalén
(Marcos 11, 16; 12,41; 13,3). Se dirige a cristianos que no eran judíos; de ahí su
preocupació n por explicarles expresiones y costumbres israelitas que no podían
entender o ignoraban (5,41; 7, 3-4; 14,12).

Los pocos discursos de Jesú s que contiene son muy breves. En cambio los relatos de
milagros son numerosos y juegan un papel muy importante: demuestran la divinidad
del Maestro. Por otra parte Marcos no trata de ocultar el aspecto humano de Jesú s,
quien hace preguntas (Marcos 9, 16, 33), se enoja (10, 14), se entristece (3,5). En
resumen, es el Evangelio del Dios-Hombre: Jesú s de Nazaret es el Hijo de Dios (Marcos
1,1)

MATEO:

El evangelio segú n Mateo fue escrito por un judío: por ejemplo dice “Reino de los
Cielos” en vez de “Reino de Dios”, segú n la costumbre judía de no pronunciar el
nombre de Yavé.

Sus relatos son breves pero solemnes, no tienen el estilo popular de Marcos. En
cambio los discursos de Jesú s ocupan un lugar muy importante. Cinco grandes
discursos constituye la característica principal de este evangelio: el sermó n de la
montañ a (Mt 5-7), la misió n de los Apó stoles (Mt 10), las pará bolas (Mateo 13), la
comunidad (Mt 18) y los ú ltimos tiempos (Mt 24-25). Podemos decir que Mateo es el

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 199


má s doctrinal de los tres sinó pticos. Ya que se dirige en primer lugar a los cristianos
judíos de Palestina, insiste para demostrar tres ideas bá sicas:

 El Evangelio es la nueva Ley;


 Jesú s es el heredero de las promesas hechas a Abraham y David (Mt 1,1), es el
Mesías: má s de cincuenta citas o alusiones al Antiguo Testamento hacen ver
que en É l se han cumplido las profecías
 La Iglesia es el nuevo Israel.

LUCAS:

Médico y compañ ero de Pablo, autor del tercer evangelio y de los Hechos de los
Apó stoles, Lucas es el ú nico evangelista que no era judío. Tampoco escribió para los
judíos, sino para la gente culta del mundo griego. Mientras Marcos presenta a Jesú s
como el Dios-Hombre y Mateo como el Mesías, Lucas lo presenta como el Salvador del
mundo entero sin distinció n entre judíos y paganos (segú n la doctrina de Pablo:
lecció n 38).

Es el Evangelio de la misericordia del Señ or. En él se hallan las má s bellas pará bolas, la
del hijo pró digo (Lucas 15, 11-32), de la oveja perdida (Lucas 15, 4-7), del buen
samaritano (Lucas 10, 29-37). La ternura de Dios se manifiesta hacia los pecadores:
por ejemplo Zaqueo (19, 1-10), el 43); las mujeres: por ejemplo la viuda de Naim
(Lucas 7, 11-17), la pecadora arrepentida publicano de la pará bola (18, 9-14), el buen
ladró n (23, 39- (7, 36-50), la mujer encorvada (13, 10-17), Israel la estéril (1, 36); y
los pobres (1, 51-53; 6,20; 16, 19-31; también 4,18).

Como los vemos hay un solo Evangelio, pero se expresa en cuatro formas; hay un solo
Señ or, pero tenemos de É l cuatro retratos vivos que exigen una respuesta, la nuestra!
(lea C 124-126).

B. LECTURAS COMPLEMENTARIAS:

69. IMPORTANCIA DE LA TRADICION:

En primer lugar, la tradició n tiene por fin la transmisió n intacta de un depó sito
recibido (1 Timoteo 6,20; 2 Timoteo 1,14). Lo que Jesú s hizo y dijo, el sentido de su
vida y de su muerte percibido a la luz de la resurrecció n, y el sentido de todo el
Antiguo Testamento descubierto gracias a la fe en É l: tal es el contenido de ese
depó sito intocable. Desde este punto de vista, la fe es conservadora, y los dirigentes de
la Iglesia tienen la misió n de velar por ese depó sito; esto nos garantiza la fidelidad de
las colecciones evangélicas.

Por otro lado, sin embargo, a medida que pasa el tiempo, la Iglesia se enfrenta con
problemas nuevos que se ve obligada a decidir, por ejemplo el problema planteado
por la conversió n de los paganos. Entonces penetra má s adelante en la inteligencia de
las Escrituras, concernientes a Jesú s; comprende má s profundamente el sentido de sus
actos y el misterio de su persona; expresa con má s precisió n los puntos esenciales de
su fe. En consecuencia, bajo la guía primero de los Apó stoles y luego de los

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 200


responsables dejados por ellos, se va realizando un progreso doctrinal. Mientras está n
en vida los Apó stoles, testigos de Cristo, la revelació n se completa y se acaba.

Conservació n y progreso se condicionan. La conservació n sin progreso concluirá en el


cristianismo seco y sin vida de los “judeo-cristianos”. La pretensió n de progresar sin
aferrarse al depó sito recibido dará nacimiento a las herejías. (P. GRELOT,
Introducció n a los Libros Sagrados, pá g. 263)

70. LOS EVANGELIOS NACIERON EN LA IGLESIA:

Nadie ignora que entre todas las Escrituras, incluso del Nuevo Testamento, los
evangelios ocupan, con razó n, el lugar preeminente, puesto que son el testimonio
principal de la vida y doctrina del Verbo Encarnado, nuestro Salvador.

La Iglesia siempre ha sostenido y sostiene que los cuatro evangelios tienen origen
apostó lico. Pues lo que los Apó stoles predicaron por mandato de Cristo, luego, bajo la
inspiració n del Espíritu Santo, ellos y los varones apostó licos nos lo transmitieron por
escrito, fundamento de la fe, es decir, el Evangelio en cuatro redacciones, segú n Mateo,
Marcos, Lucas y Juan.

La Santa Madre Iglesia firme y constantemente ha creído y cree que los cuatro
referidos evangelios comunican fielmente lo que Jesú s, Hijo de Dios, viviendo entre los
hombres, hizo y enseñ ó realmente para la salvació n de ellos, hasta el día en que fue
levantado al cielo (Hechos 1, 1-2). Los Apó stoles ciertamente después de la Ascensió n
del Señ or predicaron a sus oyentes lo que É l había dicho y obrado, con esa
comprensió n cada vez má s grande de que ellos gozaban, amaestrados por los
acontecimientos gloriosos de Cristo (juan 14,26; 16,13) y por la luz del Espíritu de
Verdad (Juan 2,22; 12-16). Los autores sagrados escribieron los cuatro evangelios
escogiendo algunas cosas de las muchas que ya se transmitían de palabra o por
escrito, sintetizando otras, o explicá ndolas atendiendo a la condició n de las Iglesias,
reteniendo por fin la forma de proclamació n, de manera que siempre nos comunicaba
la verdad acerca de Jesú s. Escribieron, pues, sacá ndolo ya de su memoria o recuerdos,
ya del testimonio de quienes “desde el principio fueron testigos oculares y ministros
de la Palabra” para que conozcamos “la verdad” de las palabras que nos enseñ an. El
Señ or Jesú s, pues, estuvo con los Apó stoles como había prometido (Mateo 28,20) y les
envió el Espíritu Consolador, para que los introdujera en la verdad completa (Juan
16,13). (CONCILIO VATICANO 2, Texto sobre la Divina Revelació n, 18, 19 y parte de
20.)

C. TEXTOS PARA MEDITAR Y REZAR:

123. EL EVANGELIO QUE LOS APOSTOLES PREDICARON:

Entonces Pedro tomó la palabra y dijo: “Verdaderamente reconozco que Dios no


hacediferencia entre las personas, sino que acepta a todo el que le honra y obra
justamente,sea cual sea su raza. É l ha enviado su palabra a los hijos de Israel,
anunciá ndoles la paz por medio de Jesucristo que es el Señ or de todos.”

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 201


“Ustedes saben lo sucedido en toda Judea, comenzando por Galilea, después que Juan
predicó el bautismo. Có mo Dios consagró a Jesú s de Nazaret con el Espíritu Santo,
comunicá ndole su poder. Este pasó haciendo el bien y sanando a cuantos estaban
dominados por el diablo, porque Dios estaba con É l. Nosotros somos testigos de todo
lo que hizo en la provincia de los judíos en incluso en Jerusalén. Al final ellos lo
mataron colgá ndolo de un madero. Pero Dios lo resucitó al tercer día y le concedió que
se dejara ver, no por todo el pueblo, sino por los testigos que Dios había escogido de
antemano, a nosotros, que comimos y bebimos con É l después que resucitó de entre
los muertos. Ynos mandó a predicar al pueblo y a dar testimonio que É l fue puesto por
Dios como juez de vivos y muerto. A É l se refieren todos los profetas, al decir que
quien cree en É l recibe por su nombre el perdó n de los pecados” (Hechos 10, 34-43)

124. HAY UN SOLO EVANGELIO:

Me extrañ a que tan pronto hayan abandonado a Dios, que segú n gracia de Cristo los
llamó , para seguir otro evangelio. En realidad, no hay otro evangelio, sino que hay
entre ustedes algunos perturbadores que quieren trastornar el Evangelio de Cristo.
Pero aunque viniéramos nosotros o viniera del cielo algú n á ngel para anunciarles el
Evangelio de otra manera que lo hemos anunciado, sea maldito! Ya se lo dijimos antes
pero ahora lo repito: si alguien viene con un evangelio que no es lo que ustedes han
recibido, sea maldito! Pero sepan, hermanos, que el Evangelio que les prediqué no es
doctrina de hombres, y tampoco lo recibí o lo aprendí de un hombre, sino por una
revelació n de Cristo Jesú s. (Gá latas 1, 6-9 y 11-12)

125. LA FINALIDAD DEL EVANGELIO:

Muchas otras señ ales milagrosas hizo Jesú s en presencia de sus discípulos que no
está n escritas en este libro. Estas han sido escritas para que crean que Jesú s es el
Cristo, el Hijo de Dios, y que por esta fe tengan la vida que É l solo puede comunicar.
(Juan 20, 30-31)

126. EL EVANGELIO, PALABRA VIVA DE DIOS:

Si alguien me ama, guardará mis palabras y mi Padre le amará y vendremos a él para


hacer nuestra morada en él. El que no me ama, no guarda mis palabras; pero
estemensaje que oyen no es mío, sino del Padre que me envía.

Les he hablado mientras estaba con ustedes; en adelante el Espíritu Santo Defensor,
que el Padre les enviará en mi nombre les va a enseñ ar todas las cosas, y les va a
recordar todas mis palabras… (Juan 14, 23-26)

D. CUESTIONARIO:

1. ¿Qué diferencia ve usted entre “El Evangelio” y “Los Evangelios”?


2. ¿Cuá ntos libros contiene el Nuevo Testamento y Cuá les son?
3. Diga cuá l de los evangelios sinó pticos responde a las siguientes afirmaciones:
a. Es el má s doctrinal:
b. Sus relatos tiene un estilo popular:

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 202


c. Contiene las má s bellas pará bolas:
d. Habla del Reino de los Cielos:
e. Es el má s corto de los Evangelios:
f. Habla de Isabel:
g. Demuestra que la Iglesia es el nuevo Israel:
h. Hace hincapié en la misericordia:

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 203


COMUNIDAD CATÓLICA “BODAS DE CANÁ”
Evangelización Matrimonial Carismática
COORDINACION NACIONAL

CURSO BIBLICO:“LUZ EN MI CAMINO”

TEMA 40: DEL APOSTOL JUAN A NOSOTROS


Desarrollo:

A. DEL APOSTOL JUAN A NOSOTROS:

Para terminar este estudio de la Biblia, veremos lo que dice el ú ltimo de los testigos
oculares del Señ or Jesú s, el Apó stol Juan, a quien se atribuye el cuarto Evangelio, tres
cartas y el Apocalipsis.

LA IGLESIA A FINES DEL PRIMER SIGLO:

El Evangelio segú n Juan se distingue netamente de los primeros tres. Esto no debe
extrañ arnos, ya que Juan escribió entre el añ o 95 y 100, es decir unos treinta añ os
después de los demá s Evangelistas. En otros términos, se dirigió a otra generació n de
cristianos, la segunda. De esta constatació n se pueden sacar dos consecuencias.

Primero, Juan no tenía que repetir lo que Mateo, Marcos y Lucas habían dicho
anteriormente y que los cristianos ya sabían. Tomemos el caso de los milagros. De los
siete que hay en el cuarto Evangelio, só lo dos se hallan también en los sinó pticos: la
multiplicació n de los panes y la marcha de Jesú s sobre las aguas. Los demá s son
propios de Juan: el milagro de Caná , la curació n del hijo del funcionario de Cafarnaú m,
de un paralítico de Jerusalén y del ciego de nacimiento, y la resurrecció n de Lá zaro.

Por otra parte, Juan tenía que tomar en cuenta la situació n de la Iglesia a fines del
primer siglo. En aquellos tiempos, así como pasa hoy, dos clases de peligros
amenazaban al Pueblo de Dios. Algunos venían de adentro: la ausencia de fervor y la
aparició n de las primeras doctrinas falsas o herejías. Otros venían de afuera: las
persecuciones.

DENUNCIAS Y EXHORTACIONES:

Las siete cartas que está n al principio del Apocalipsis nos informan sobre ese contexto
en el cual vivió la segunda generació n de cristianos.

En varias comunidades se había perdido el entusiasmo del comienzo. Las cartas a las
Iglesias de É feso, Sardes y Laodicea son muy reveladoras al respecto (Ap 2, 1-7; 3, 1-6;
y 14-22). Jesú s había insistido: “El que persevere hasta el fin, ése se salvará ” (Mateo
10,22). De ahí las exhortaciones de Juan, que las debemos tener presente: “Date
cuenta de dó nde has caído, arrepiéntete y vuelve a tu conducta primera… Reanima lo
que te queda y está a punto de morir” (Ap 2,5; 3,2).

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 204


Ese ambiente de tibieza (Ap 3, 15s) fomentaba la difusió n de errores. Cuando uno no
está firme en la fe, se deja engañ ar fá cilmente (lea 2 Timoteo 4, 3-4; Mateo 7, 24-27;
15, 14). Juan menciona la acció n dañ osa de falsos apó stoles (Ap 2,2), de una falsa
profetisa (Ap 2,20) y de la secta de los nicolaitas (Ap 2,6 y 15).

Por otra fuente sabemos que discípulos de Juan Bautista no reconocieron a Jesú s y
seguían sembrando la confusió n (Hechos 19, 1-7). Era necesario recordar a todos las
palabras del mismo Bautista: “Es preciso que É l crezca y que yo disminuya” (Juan
3,30). Era bueno también hacer comentarios como éste: “No era él (Juan Bautista) la
luz, sino quien diera testimonio de la luz” (Juan 1,8).

También sabemos que en aquel tiempo había herejes que tenían el cuerpo humano
por malo; por lo tanto negaban la Encarnació n de Dios y sacaban la conclusió n de que
Jesú s no podía ser Hijo de Dios. Otros decían que Jesú s había tenido só lo un cuerpo
aparente, no un cuerpo real de carne y huesos.

Frente a estas desviaciones, Juan no podía quedarse callado, porque negar la


Encarnació n equivalía a negar el plan salvador de Yavé. La primera carta de Juan, tan
linda e importante, y sobre todo la segunda ponen en guardia contra los anti cristos.
De ahí la afirmació n del Apó stol: “El que reconoce que Jesucristo ha venido en carne
humana es de Dios” (1Juan 4,2; también 1, 1-4). El Evangelio manifiesta la misma
insistencia, por eso habla mucho de la carne: el Verbo o la Palabra de Dios se hizo
carne (Juan 1,14), Jesú s da su carne en alimento (Juan 6, 51-54), Tomá s toca el cuerpo
real del Resucitado (Juan 20,27; lea C 127s).

FRENTE A LA PRESECUCIÓN, LA ESPERANZA:

La persecució n es la otra serie de males que afectaban a la Iglesia en los ú ltimos añ os


de Juan. No era la primera vez que los cristianos sufrían por el nombre de Jesú s
(Hechos 5,41). El Señ or, que fue insultado, burlado y condenado, lo había anunciado
claramente (Mateo 10,25). La persecució n empezó el día que nació la Iglesia y
terminará al final de los tiempos (Hechos 2,13; Mateo 10,35). El que no sufre nunca
por ser cristiano, ¿será cristiano de verdad? (juan 15, 18-27).

A fines del primer siglo, en tiempos del emperador Domiciano, una persecució n muy
violenta se extendió a todas partes del imperio romano. Lo mismo había pasado
treinta añ os antes (64), bajo Neró n, cuando Pedro y Pablo dieron el testimonio
supremo de su fe.

La persecució n era inevitable porque los cristianos, por su manera de actuar y hablar,
denunciaban la opresió n de la Roma imperial, la cual exigía, entre distintas otras
cosas, que todos rindieran culto a sus dioses y a la persona del emperador. Los fieles,
una vez má s, habían de elegir entre la idolatría y el martirio.

Tal fue el contexto en el cual Juan escribió el Apocalipsis, su primera obra, pero la má s
difícil, ya que las alusiones al Antiguo Testamento, son muy numerosas y no siempre
podemos interpretar los símbolos que llenan el libro. Pero la idea general sí se puede
captar bien. Es una profecía, es decir ante todo un juicio sobre el presente: las

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 205


persecuciones pertenecen a la gran pugna que existe entre Dios y las fuerzas del mal,
entre el Cordero (Jesú s) y la Bestia (el Estado totalitario, la Roma Imperial) que actú a
a instigació n del Dragó n (Satá n). Es también una predicció n del futuro: los adversarios
de Dios será n derrotados, luego vendrá una era de paz y felicidad para los fieles y su
triunfo definitivo, cuando reciban de Cristo la corona de Vida en la Jerusalén celestial.
Así que el Apocalipsis es el gran poema de la esperanza cristiana (má s detalles en B
71); también medite C 129.

LUZ Y VIDA:

Por nosotros, cristianos, los escritos de Juan, má xime su Evangelio, será n siempre el
testimonio má s profundo sobre el Señ or. En ningú n otro documento Jesú s revela tan
directa y claramente el misterio de su persona. Es la Luz del mundo (Juan 12, 46s). Es
el Pastor que da su Vida, esa Vida que viene de Dios, para que sus amigos vivan (Juan
10,11). Es el Hijo de Dios y su perfecta imagen (Juan 5, 17-20; 8,18s; 14, 10). Existía
antes de Abraham y todo fue creado por É l (Juan 8,58; 1,10). Así que Jesú s es Yavé
hecho hombre, hay que adorarlo como lo hizo Tomá s: es la meta del Evangelio (Juan
20,28 y 30s).

El Señ or Jesú s, vivo para siempre y presente por su Espíritu, nos llama ahora a todos
para ser hoy lo que fueron Pedro, Andrés Juan, Santiago y los demá s: Los Testigos de
su Amor.“Tus palabras, Señ or, eran para mi gozo y alegría” (Jeremías 15,16)

B. LECTURAS COMPLEMENTARIAS:

71. EL APOCALIPSIS, MENSAJE DE ESPERANZA:

La palabra “Apocalipsis” es la transcripció n de un término griego que significa


“revelació n”. todo apocalipsis supone, pues, una revelació n hecha por Dios a los
hombres de cosas ocultas y solo conocidas por É l, en especial de cosas referentes al
futuro. Los apocalipsis tuvieron gran éxito en algunos ambientes judíos en los dos
siglos que precedieron a la venida de Cristo. El género apocalíptico preparado ya por
las visiones de profetas como Ezequiel o Zacarías se desarrolló en la obra de Daniel y
en numerosas obras no bíblicas escritas hacia el tiempo de la era cristiana.El Nuevo
Testamento ú nicamente ha mantenido en la lista oficial de sus libros un apocalipsis,
cuyo autor se llama a sí mismo Juan (1,9), desterrado en el momento en que escribe en
la isla de Patmos, por su fe en Cristo. En cuanto a la fecha, se admite ordinariamente
que fue compuesto durante el reinado de Domiciano (hacia el añ o 95); algunos, y no
sin cierta probabilidad, creen que ciertas partes fueron redactadas ya en tiempo de
Neró n, poco antes del añ o 70. Sea que optemos por el tiempo de Domiciano, o por el
de Neró n, es indispensable, para comprender debidamente el Apocalipsis, volver a
situarlo en el ambiente histó rico que lo vio nacer: un período de perturbaciones y
persecuciones violentas contra la Iglesia naciente. Es ante todo un escrito de
circunstancias, destinado a levantar y afianzar el á nimo de los cristianos,
escandalizados sin duda de que se pudiera desencadenar una persecució n tan violenta
contra la Iglesia del que había dicho: “Tengan á nimo, yo he vencido al mundo” (Juan
16,33). Para realizarsu plan, Juan vuelve sobre los grandes temas proféticos
tradicionales, especialmente el del “Gran Día de Yavé” (Amos 5,18): los profetas
CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 206
anunciaban al Pueblo santo, dispersado y casi destruido por las persecuciones, el día
cercano de la salvació n en que Dios vendría a liberar a su Pueblo de manos de sus
opresores.

Cuando Juan escribía, la Iglesia, el nuevo Pueblo elegido, acababa de ser diezmada por
una sangrienta persecució n (Apocalipsis 13; 6,10-11; 16,6; 17,6), desencadenada por
Roma y el imperio romano (la bestia), pero a instigació n de Sataná s (Ap 12; 13,2,4), el
Adversario por excelencia de Cristo y de su Pueblo.

Una visió n inicial describe la majestad de Dios que reina en el cielo, dueñ o absoluto de
los destinos humanos, y que entrega al Cordero (Cristo) el libro que contiene el
decreto de exterminio de los perseguidores (Ap 5). La visió n prosigue con el anuncio
de una invasió n de pueblos bá rbaros, con su tradicional cortejo de guerra, hambre y
peste (Ap 6). Pero los fieles de Dios será n preservados (Ap 7, 1-8; también 14, 1-5) en
espera de gozar del triunfo en el cielo (Ap 7, 9-17; también 15, 1-5). Sin embargo Dios,
que quiere la salvació n de los pecadores, no va a destruirlos inmediatamente, sino que
les enviará una serie de plagas para prevenirles, como lo había hecho con Faraó n y los
egipcios (Ap 8-9; también 16). Esfuerzo inú til: a causa de su endurecimiento, Dios
destruirá a los impíos perseguidores (Ap 17) que trataban de corromper la tierra
induciéndola a adorar a Sataná s (alusió n al culto de los emperadores de la Roma
pagana). Siguen una lamentació n sobre Babilonia (Roma) destruida (Ap 18) y cantos
triunfales en el cielo (Ap 19, 1-10). Una nueva visió n vuelve sobre el tema de la
destrucció n de la Bestia (la Roma perseguidora), esta vez realizada por Cristo glorioso
(Ap 19, 11-21). Entonces se abre un período de prosperidad para la Iglesia (Ap 20, 1-
6) que terminará con un nuevo asalto de Sataná s contra ella (Ap 20, 7s), la destrucció n
del enemigo, la resurrecció n de los muertos y su juicio (Ap 20, 11-15) y finalmente el
establecimiento definitivo del Reino de Dios, en el gozo perfecto, después de haber
sido aniquilada la muerte (Ap 21, 1-8)

C. TEXTOS PARA MEDITAR Y REZAR:

127. LA PALABRA DE DIOS SE HIZO CARNE:

La Palabra era la luz verdadera, que ilumina a todo hombre que viene a este mundo.
En el mundoestaba, y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la conoció . VINO A
SU CASA, Y LOS SUYOS NO LA RECIBIERON. Pero a todos los que la recibieron les dio
poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre… Y la Palabra se hizo
carne, y puso su morada entre nosotros, y hemos visto su gloria, gloria que recibe del
Padre como Hijo ú nico, lleno de gracia y de verdad. (Juan 1, 9-12 y 14)

128. LOS CONSEJOS DE UN AMIGO DE JESUS:

Queridos míos, amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios. Todo el
que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios: pues
Dios es AMOR.

Envió Dios a su Hijo ú nico a este mundo para darnos la Vida por medio de É l; así se
manifestó el amor de Dios entre nosotros. No somos nosotros los que hemos amado a

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 207


Dios sino É l que nos amó primero y envió a su Hijo como víctima por nuestros
pecados: en esto está el amor. Queridos, si tal fue el amor de Dios, también nosotros
debemos amarnos mutuamente… Nosotros hemos encontrado el amor que Dios nos
tiene, y hemos creído en su amor. DIOS ES AMOR.El que permanece en el Amor, en
Dios permanece y Dios en él. (1 Juan 4, 7-11 y 16)

129. CANTEMOS CON EL CORDERO DE DIOS:

Grandes y maravillosas son tus obras, Señ or y Dios, Señ or del Universo. Justicia y
Verdad guían tus pasos, Oh Rey de las naciones.

Señ or! Quién no daría honor y gloria a tu Nombre?

Porque Tú solo eres Santo, y las naciones todas vendrá n y se postrará n ante ti, pues
ahora han visto tus justos designios. Apocalipsis (15, 3-4)

130. ORACION FINAL:

Te seguimos, Señ or Jesú s, pero, para que te sigamos, llá manos, porque sin ti nadie
avanza.Que só lo Tú eres el camino, la verdad y la vida.Recíbenos como un camino
acogedor recibe. Aliéntanos como la verdad alienta. Vivifícanos, puesto que Tú eres la
Vida (San Ambrosio)

D. CUESTIONARIO:

1. ¿Cuá ntos “libros” del Nuevo Testamento son de Juan?


2. Tres peligros amenazaban a la Iglesia a fines del primer siglo ¿cuá les eran?
3. ¿Por qué Juan insiste tanto en la carne de Jesú s?
4. En el Apocalipsis, ¿Quiénes son, El Cordero, La Bestia y El Dragó n?
5. Medite en qué es lo má s importante que ha aprendido con este curso que ahora
6. finaliza.
7. Clasifique los Libros de la Biblia:
8. ANTIGUO TESTAMENTO
a. Pentateuco
b. Sapienciales
c. Histó ricos
d. Proféticos
9. NUEVO TESTAMENTO
a. Evangelios
b. Histó rico
c. Cartas
d. Profético+

CURSO BIBLICO: “LUZ EN MI CAMINO” Pá gina 208

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