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TEMA 2 Especies Cinegeticas. Caza Mayor
TEMA 2 Especies Cinegeticas. Caza Mayor
CAZA MAYOR
Introducción
Actualmente en España, los animales que pueden ser aprovechados desde el punto de vista
cinegético y en el grupo denominado de «caza mayor» se encuentran relacionados en el Real
Decreto 1118/1989 de 15 de Septiembre, por el que se determinan las especies objeto de
caza y de pesca comercializables. Son ocho:
Familia Especies
La mayoría de las hembras son fértiles al tercer año de su vida, algunas al segundo y,
excepcionalmente, unas pocas, al primero. La gestación abarca un periodo de unos 8 meses,
aunque algunos estudios la fijan en 236 días. Los partos se observan desde la tercera
semana de Mayo hasta la segunda de Octubre, resultando una sola cría, aunque en
ocasiones se presenten dos gemelos.
En cuanto a la alimentación, estudios llevados a cabo en el bosque mediterráneo dieron como
resultado que las especies herbáceas consumidas por los ciervos forman un pasto,
comúnmente de gramíneas y leguminosas, en porciones diversas; que las especies
arbustivas utilizadas son, entre otras, el lentisco (Pistacia lentiscus), la encina (Quercus ilex),
el alcornoque (Quercus súber), el labiérnago (Phillyrea angustifolia) y el quejigo (Quercus
faginea); que los frutos forestales más apetecidos son las bellotas, procedentes de las
distintas especies de Quercus, además del madroño y el trompo de jara; que durante el
verano la dieta está compuesta de un 25 por 100 de material herbáceo y un 75 por 100 de
matorral, incluyendo biomasa vegetal y frutos forestales; que durante el otoño e invierno,
cuando se dispone de bellota, ésta puede constituir casi el 50 por 100 de la dieta y la biomasa
herbácea más del 30 por 100; y que, en primavera, la biomasa herbácea constituye el 75 por
100 de la dieta.
En el buen tiempo, esta especie es más bien nocturna en sus costumbres y suele pasar casi
toda la noche en los pastos. En invierno es más diurna y le gusta de calentarse al sol, inmóvil,
durante horas, acostada sobre una lastra.
Las cabras monteses van en grupos, desde uno hasta treinta y cuarenta ejemplares, cuando
son abundantes. Los machos forman también hatos de muy distinta 'composición, pero es
muy típico el caso del macho viejo con uno o dos jóvenes de compañeros. Estos machos
andan siempre separados de las hembras, excepto en los últimos días de Noviembre y los
meses de Diciembre y Enero, en los cuales ocurre el celo.
La cubrición se verifica en el mes de Diciembre y parte de Enero. Los transtornos nerviosos
que sufren los machos durante el celo se traducen en una fuerte violencia. Se vuelven
peligrosos y se atacan unos a otros con ferocidad. Los choques de sus cornamentas se oyen
desde lejos. Su excitación les hace andar errantes y prácticamente dejan de comer. Cuando
un macho llega a donde hay un grupo de cabras lucha por su posesión si se las disputan y
anda con ellas hasta que quedan cubiertas, marchando entonces en busca de otras.
La gestación es de unas veintitrés semanas y el parto se produce desde finales de Marzo a
finales de Julio resultando, por lo general, una sola cría. La madre la esconde en los primeros
días de vida y la amamanta hasta que se queda nuevamente preñada. A partir de entonces,
dicha cría puede quedarse en compañía de las madres si es hembra; pero si es macho, al no
ser bien recibido por los grupos formados por ejemplares de su propio sexo, termina, por lo
general, acompañando a algún individuo viejo que se siente ya débil para andar con los otros.
La cabra montes come prácticamente de todos los vegetales. Muestra una gran predilección
por roer ramas verdes y en particular sauces, tal como Salix capraea, debido a la necesidad
que siente de sustancias acidas, sobre todo, durante el crecimiento del pelo en épocas de
muda.
Las tres cuartas partes de la alimentación de esta especie en sus lugares de origen, la
componen hojas, tallos y cortezas de plantas leñosas, mientras que el resto la forman plantas
herbáceas, heléchos, setas, musgos y liqúenes. No obstante se adapta muy bien a todo tipo
de dietas, siendo difícil encontrar un animal, entre los de su categoría, tan rústico, frugal y
austero como el muflón.
Altura a la cruz de 100 cm, con pesos para el macho de hasta 150 kg y para la hembra de
hasta 70 kg. La característica más importante del arruí es la presencia de melenas o crines
que recorren el pecho desde la parte baja de la garganta y que se prolongan por la porción
frontal de las patas delanteras. Los pelos de estas crines crecen con la edad, llegando a
sobrepasar los 25 cm de longitud y extendiéndose en los machos, hasta las pezuñas. La
coloración general es pardo arenosa, marrón claro o color ladrillo, palideciendo hacia las
partes inferiores. La cola es muy larga y espesamente velluda.
Los cuernos se hallan presentes en los dos sexos, si bien en los machos están bastante más
desarrollados (hasta 90 cm de longitud). Notablemente más gruesos, contactan en la base,
son de sección circular y se dirigen hacia atrás y hacia afuera con las puntas orientadas hacia
abajo y hacia adentro.
Vive en agrupaciones familiares formadas por un macho adulto, algunas hembras y crías. El
tamaño medio del grupo es de 3 a 6 individuos, aunque pueden observarse manadas de 20 o
más ejemplares al final de la estación seca.
Los machos viejos y las hembras preñadas se aislan frecuentemente. Su sentido más
desarrollado es el oído, siendo ágiles saltadores y trepadores. Pasan la mayor parte de las
horas del día en los refugios, bajando al valle durante la noche para alimentarse.
Una típica costumbre de este animal consiste en que, durante la época calurosa, busca
lugares frescos donde, arrodillado, escarba en el suelo húmedo con sus cuernos, fosas
dobles y paralelas. Esta operación la realiza al objeto de refrigerarse, ya que parece
demostrado que los cuernos actúan como radiadores o refrigeradores de su temperatura
interna. Por ésta misma razón, suele exponer dichos cuernos al sol cuando hace frío.
En Sierra Espuña, la época de cubrición tiene lugar durante los meses de Octubre y
Noviembre; la paridera en Marzo y Abril, con un periodo medio de gestación de 155 días y
con un 35 por 100 de dobles alumbramientos.
En cuanto a la alimentación es muy poco exigente: prefiere el ramoneo aunque no desprecia
la vegetación herbácea, tiene facilidad de encaramarse a troncos de árboles para ingerir hojas
y frutos. En Sierra Espuña causa daños en plantaciones de almendros y en la Isla de la Palma
muestra una gran preferencia por Cistus symphytifolius, Teline stenopetala y Adenocarpus
viscosus. Si no hay agua disponible, el arruí está facultado para pasar periodos extensos sin
beber (incluso, varios meses seguidos).
El jabalí se comporta como un animal social. Al grupo que forman los distintos individuos se
les llama piara, compuesta por una o varias hembras adultas y su descendencia. La célula
familiar sólo se romperá, en condiciones naturales, cuando la madre vuelva a parir al año
siguiente. Los machos suelen dejar el grupo tan pronto como alcanzan la pubertad; a partir de
entonces llevan una vida predominantemente solitaria, si bien los ejemplares viejos van con
frecuencia acompañados por un macho más joven, el «escudero».
Durante el día, se encuentran descansando en sus camas o encames que ellos mismos
fabrican. Cada individuo o grupo de individuos poseen varios encames diferentes en su
parcela, seleccionados habitualmente por su emplazamiento, al abrigo de los vientos
dominantes, la lluvia o los potenciales predadores.
La actividad de bañarse la llevan a cabo a lo largo de todo el año. Ha sido puesta de
manifiesto la función higiénica y sanitaria de esa costumbre, rebozándose en barro consiguen
dos objetivos: desembarazarse de los molestos y numerosos parásitos externos y mantener la
piel en un perfecto estado de salud. Parecen elegir los revolcaderos, bañiles o bañaderos por
su tipo de barro (composición en sales minerales y sustancias orgánicas). Al baño suele
seguir el frotamiento contra un tronco previamente seleccionado y fácil de distinguir en el
campo por aparecer descortezado, manchado de barro y con pelos del animal entre sus
grietas.
Las hembras adultas entran en celo antes que las jóvenes, encontrándose receptivas hacia
Diciembre, si bien en Octubre y Noviembre ya lo están las más maduras. Estas hembras
alcanzan la plenitud sexual hacia los 8-10 meses. El número de fetos parece aumentar con la
edad de la madre, influyendo también el clima y la alimentación. Las primalas suelen parir de
2 a 4 crías como media y las adultas de 4 a 6.
Se conocen casos de hembras preñadas dos veces en el mismo año. Los machos son
capaces de fecundar a la edad de dos años, pero no suelen cubrir hasta el año siguiente y su
celo se alarga desde Octubre a Mayo, siendo Diciembre el mes más propicio seguido de
Noviembre y Enero.
Los enfrentamientos entre machos que tratan de ganarse el favor de una misma piara de
hembras son más frecuentes en los meses de finales de otoño y comienzo del invierno.
Tratan de morderse mutuamente de abajo a arriba, con el fin de permitir la actuación de las
cortantes defensas. Como cada cual ataca desde más abajo que el enemigo, el efecto
consiste en un refregamiento lateral, en el que cada contrincante aprieta su ladeada cabeza
contra la cabeza o los flancos del contrario, hiriéndolo con frecuencia en los lados del pecho.
Las heridas no son graves, ya que el engrosamiento de la piel en ésta época del año actúa
como un eficaz escudo protector. Una vez zanjadas las diferencias, el ganador se dispone a
cortejar a las hembras, persiguiéndolas y empujándolas. Un macho cubre aproximadamente
entre 2 y 3 hembras..
La gestación unos 4 meses. Antes de parir, la madre se separa del resto de la piara y busca
un matorral donde construye la paridera. La mayoría de los partos se producen en Abril, no
siendo raros en Marzo y Mayo y bastante escasos en Enero y Febrero.
Durante sus primeros días de vida las crías permanecen en el lecho. Hasta los 5-6 meses
lucirán unas rayas marrones claras sobre un fondo pardo-amarillento (de aquí, el nombre de
rayones). Pasada una semana desde su nacimiento, los rayones siguen a la madre, que se
asociará a una o dos familias, manteniendo lazos bastante flexibles. Pierden su librea hacia
los 5-6 meses, sustituyéndola por un pelaje de tono rojizo, por lo que toman la denominación
de bermejos. Al cumplir el año mudarán nuevamente, obteniendo ya el color castaño oscuro
propio de la especie.
Al jabalí se le puede considerar como el perfecto omnívoro, como lo acredita su dentadura
adaptada para aplastar y triturar.