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EL CASO DE LA LOTERÍA DE LA VIDA Y DE LA MUERTE1

El Líder había anunciado en su campaña electoral que, si resultaba elegido, disolvería


el Congreso y el Poder Judicial, declararía sin vigencia la Constitución y asumiría
personalmente todos los poderes del Estado, con el objeto de crear una nueva sociedad. Las
bases de esta nueva sociedad estarían dadas por un mayor acercamiento a Dios y una
reivindicación social de aquellos que se encontraban económicamente postergados y
explotados por la actual clase propietaria.

Luego de una intensa campaña, el Líder obtiene una votación verdaderamente


abrumadora y resulta elegido Presidente de la República. Inmediatamente, de acuerdo a su
programa, disuelve el Congreso y da al país una nueva Constitución en la que los poderes
Ejecutivo, Legislativo y Judicial quedan concentrados en sus manos sin limitación alguna.
Además, para facilitar la labor de transformación social, la nueva constitución establece que
las leyes podrán ser retroactivas que no se necesita su promulgación para que entren en
vigencia, sino que basta que sean firmadas por el Líder.

Desarrollando las líneas de su filosofía política, considera que los hombres no son
suficientemente religiosos porque se han sobrevalorado a sí mismos: encandilados por los
progresos materiales de la humanidad en los últimos tiempos, han olvidado que todo hombre
es limitado y mortal, que el único poder absoluto es Dios. Por consiguiente, la actividad del
gobierno destinada a incrementar la religiosidad deberá consistir en formar a los ciudadanos
a tomar conciencia de su condición contingente; hay que recordarles vívidamente lo que en
otros tiempos era evidente: que todo hombre debe morir, que nadie sabe cuándo y que
ninguna persona puede llevarse sus bienes al otro mundo.

Para ello, bajo custodia permanente de la División Blindada, se instala en la Plaza


Principal una gigantesca urna giratoria, donde se encuentran desglosadas las hojas del
Registro Electoral. Esta urna fue oficialmente bautizada como la “Lotería de la Vida y de la
Muerte” en una ceremonia solemne a la que asistió el Líder su Consejo de Asesores. Cada
mañana un funcionario hace girar varias veces la urna y extrae una hoja del registro: las
personas cuyos nombres se encuentran en dicha hoja, deben ser fusiladas dentro de las 48
horas siguientes. Así, todo hombre tendrá más vivamente presente que cualquier mañana
puede ser decretada su muerte y vivirá de manera más coherente con esta condición humana;
según el líder, la única actitud consecuente de los ciudadanos es centrar sus vidas en algo
que esté más allá de la vida y de la muerte, es decir, en Dios.

Por otra parte, hay personas que no pueden llegar a Dios porque nunca se liberan
suficientemente de sus inferiores necesidades materiales, la tarea de subsistir les ocupa todo
su tiempo y no les queda oportunidad para pensar en la divinidad. Estos son los pobres. Es,
pues, preciso otorgarles los medios materiales que les permitan abrir sus vidas a la
trascendencia. Y mejor aún si con las mismas medidas se contribuye a intensificar el
sentimiento de riesgo y la conciencia de su propia contingencia en los burgueses, demasiados
confortables y seguros.

Para eso se coloca una segunda urna en la Plaza Mayor, a la que se denomina la
“Lotería de los Pobres”. En ella se encuentra copia de todas las declaraciones juradas de
impuesto sobre el patrimonio. Cada día se extrae al azar una de estas declaraciones y el
propietario correspondiente se les confiscan sus predios rústicos o urbanos, cualquiera que
sea su extensión o valor. Esos predios son adjudicados a no-propietarios, seleccionados
igualmente al azar.

Sin embargo, pronto el líder advierte que existen ciertas personas que colaboran
decididamente con la tarea del gobierno y sin cuyo apoyo intelectual, moral o económico, no
sería posible alcanzar los objetivos propuestos. Esta situación se hace patente cuando el más
importante de los asesores del Líder resulta sorteado para el fusilamiento. Si se cumple la
ley, toda la política futura del gobierno se encuentra comprometida. El líder considera que a

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Caso elaborado por Fernando de Trazegnies Granda.
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ese tipo de personas debe corresponderle los últimos turnos a fin de no paralizar la
transformación; no se trata de favoritismo sino de estricta consecuencia con los objetivos
generales del Estado. Por eso, da una ley con carácter retroactivo por la que los nacidos en
luna llena no están sometidos a la lotería. El asesor es el único de la lista de ese día que nació
en luna llena, y por lo tanto, sale libre. Al día siguiente, esta ley de excepción es derogada,
pero cada vez que resultan sorteadas las personas con posiciones claves para la Revolución,
se dan nuevas leyes retroactivas de excepción que se derogan inmediatamente después de
que han tenido la virtud de liberar a una determinada persona. Un procedimiento similar de
excepción se crea en base a las mismas razones de Estado, respecto de la Lotería de los
Pobres.

Sin embargo, esta Lotería de los Pobres redistribuye la propiedad en forma demasiado
lenta para las aspiraciones del Gobierno y los deseos de los presuntos favorecidos. Por otra
parte, las excepciones frecuentes distorsionan el sistema y crean focos de frustración entre
los no-propietarios. Por eso, el líder comprende la necesidad de acelerar el proceso. En
consecuencia firma leyes que no son promulgadas y que sólo conocen las dependencias
estatales encargadas de la redistribución de propiedad, en las que se establecen nuevas
causales de confiscación; éstas operan como “directivas secretas” que sólo se dan a conocer
cuando se produce el hecho mencionado por ellas. Así, por ejemplo, una persona pinta su
casa de amarillo, al día siguiente su casa es confiscada porque una ley no promulgada
sancionaba ese color con la expropiación. Otra persona omitió colocar en su fábrica el cartel
que indicaba el nuevo horario de trabajo para el verano; la fábrica es confiscada porque una
ley establecía que no cumplir con las obligaciones laborales es causal de confiscación y un
Decreto Supremo “secreto” reglamentaba esa ley interpretando que la simple omisión del
cartel del horario configuraba ya la causal. Algún tiempo después, se modificaron las antiguas
sanciones legales para reducirlas a dos: muerte y confiscación de todos los bienes en algunos
casos; confiscación de ciertos bienes en otros casos
Pronto el líder reinó sobre un pueblo descontento, constituido por parientes de
muertos o confiscados. Incluso los adjudicatarios de la Lotería de los Pobres temían caer
algún día en la Lotería de la Vida y de la Muerte o que el Líder inventara en el futuro algún
otro tipo de Lotería que los perjudicara.

TAREAS

1. El gobierno del Líder ha sido derrocado. Tanto el Líder como sus principales asesores
se encuentran presos, aún cuando todavía no existe acusación formal contra ellos. El
país entero, enfurecido por los actos del gobierno anterior, pide las más severas
sanciones para el Líder y sus asesores y que se regularice la situación de la propiedad,
pues la aplicación de las leyes del Líder ha dado origen a una tal confusión de
derechos. Con ese motivo, surge un debate público sobre las medidas a adoptar, en el
que usted tiene que tomar parte.

2. Ud. es el Líder y debe organizar su defensa en el Juicio. ¿Cuáles son los argumentos
sobre los cuales basaría su defensa?.

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