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Variadas son las razones que llevan al hombre a interactuar con sus semejantes. Bien
decía Aristóteles1 que, por naturaleza, era un ser social. Esta sociabilidad humana
justifica en gran medida la necesidad de someter al individuo a una serie de normas
de conducta que posibiliten el surgimiento de un ambiente propicio encaminado al
logro de determinados fines y a la satisfacción de ciertas necesidades; en suma, se
requiere un entramado de circunstancias que abran paso triunfal a la realización del
bien común, orientadas todas ellas por la justicia. Así pues, “…el Estado como forma
de organización soberana y autárquica, inevitablemente – ubi societas ibi ius – necesita
de unas normas jurídicas, es decir, de un Derecho.”2
“…puede ser que hoy usted se haya contenido de ejercitar su agradable voz bajo la
ducha, recordando que vecinos con poca sensibilidad artística podrían hacer valer ciertas
ordenanzas contra los ruidos molestos; seguramente usted se habrá vestido al salir de
su casa, porque entre otras razones, usted sabe bien que hay regulaciones jurídicas que
desalientan una excesiva ligereza en el vestir; probablemente usted haya celebrado un
contrato tácito de transporte al ascender a un ómnibus público o, si ha conducido su
automóvil, habrá seguido, o simulado seguir, algunas reglamentaciones y habrá hecho
uso de la facultad jurídica de transitar por la vía pública; es casi seguro que usted debe
haber celebrado hoy varios contratos verbales de compraventa (al adquirir, por ejemplo,
el periódico o cigarrillos) y de locación de obra (al llevar, por ejemplo, sus zapatos a
arreglar); aunque usted no tenga un físico imponente, usted tiene alguna confianza en
que probablemente no será golpeado, insultado, vejado o robado gracias a la “coraza”
normativa que le proporciona el derecho; la organización donde usted trabaja o estudia
(es de esperar que usted no sea un miembro de una asociación ilícita) está seguramente
estructurada según una serie de disposiciones legales; si usted tiene que hacer un
trámite quizá no advierta que cada uno de sus intrincados pasos está prescrito por
normas jurídicas. Todos estos contactos con el derecho le ocurrirán a usted en un día
normal; piense en cuánto más envuelto en el derecho estará usted cuando participe en
algún suceso trascendente, como casarse, ser demandado judicialmente.” 4
Sumados a otros ejemplos, los que vienen de ser referidos claramente nos permiten
inferir que el derecho regula casi que en su totalidad los actos humanos, cada una de
las etapas de la vida de una persona: su nacimiento, la imposición del nombre, la
mayoría de edad, el matrimonio, el divorcio, inclusive la muerte, son abordados
minuciosamente por el derecho y en razón de ello comportan la asignación de unas
consecuencias jurídicas.
1 La Política. “…El hombre es por naturaleza un ser social y el que vive fuera de la sociedad por
naturaleza y no por efecto del azar es, ciertamente, o un ser degradado, o un ser superior a la especie
humana…".
2 MARTÍNEZ ROLDÁN, Luis y FERNÁNDEZ SUÁREZ, Jesús. Curso de Teoría del Derecho. Ariel.
Así por ejemplo, en lo que al nacimiento se refiere, dispone nuestro Código Civil:
ART. 90. EXISTENCIA LEGAL DE LAS PERSONAS. La existencia legal de toda persona
principia al nacer, esto es, al separarse completamente de su madre.
La criatura que muere en el vientre materno, o que perece antes de estar completamente
separada de su madre, o que no haya sobrevivido a la separación un momento siquiera,
se reputará no haber existido jamás.
Con el nacimiento surge el estado civil de las personas, y en los términos del artículo
1º del Decreto 1260 de 1970, aquél se define como “…su situación jurídica en la familia
y la sociedad, determina su capacidad para ejercer ciertos derechos y contraer ciertas
obligaciones, es indivisible, indisponible e imprescriptible, y su asignación corresponde
a la ley.”, y en ese mismo cuerpo normativo encontramos ampliamente desarrollado
todo lo que se refiere al registro civil, en el que deben ser inscritos todos los “…hechos
y los actos relativos al estado civil… especialmente los nacimientos, reconocimientos de
hijos naturales, legitimaciones, adopciones, alteraciones de la patria potestad,
emancipaciones, habilitaciones de edad, matrimonio, capitulaciones matrimoniales,
interdicciones judiciales, discernimientos de guarda, rehabilitaciones, nulidades de
matrimonio, divorcios, separaciones de cuerpos y de bienes, cambios de nombre,
declaraciones de seudónimos, manifestaciones de avecindamiento, declaraciones de
ausencia, defunciones y declaraciones de presunción de muerte, así como los hijos
inscritos, con indicación del folio y el lugar del respectivo registro.”, así como también
“…las providencias judiciales y administrativas que afecten el estado civil o la
capacidad de las personas…”.
1. Por nacimiento:
a) Los naturales de Colombia, que con una de dos condiciones: que el padre o la madre
hayan sido naturales o nacionales colombianos o que, siendo hijos de extranjeros, alguno
de sus padres estuviere domiciliado en la República en el momento del nacimiento y;
b) Los hijos de padre o madre colombianos que hubieren nacido en tierra extranjera y
fuego se domiciliaren en territorio colombiano o registraren en una oficina consular de la
República.
2. Por adopción:
a) Los extranjeros que soliciten y obtengan carta de naturalizaci6n, de acuerdo con la
ley, la cual establecerá los casos en los cuales se pierde la nacionalidad colombiana por
adopción;
b) Los Latinoamericanos y del Caribe por nacimiento domiciliados en Colombia, que con
autorización del Gobierno y de acuerdo con la ley y el principio de reciprocidad, pidan
ser inscritos como colombianos ante la municipalidad donde se establecieren, y;
c) Los miembros de los pueblos indígenas que comparten territorios fronterizos, con
aplicación del principio de reciprocidad según tratados públicos. Ningún colombiano por
nacimiento podrá ser privado de su nacionalidad. La calidad de nacional colombiano no
se pierde por el hecho de adquirir otra nacionalidad. Los nacionales por adopción no
estarán obligados a renunciar a su nacionalidad de origen o adopción. Quienes hayan
renunciado a la nacionalidad colombiana podrán recobrarla con arreglo a la ley.”
Los anteriores, solo por citar algunos ejemplos, pues de detenernos en todos no
agotaríamos la finalidad de este curso, no hacen sino reafirmarnos, como ya se anotó
supra, la omnipresencia del derecho, puesto de relieve a través de normas que vienen
a ser su vehículo de expresión, al amparo de las cuales “…podemos exigir de otros una
Siendo así, nuestra existencia como miembros de una sociedad superior nos indica
que el derecho, como fuerza normativa de las actividades sociales, está implícito en la
idea de sociedad y es, por lo tanto, tan viejo como ésta. Derecho y sociedad son
realidades individuales pero inseparables.
En ese orden de ideas, el grupo social se vale del derecho para conseguir sus fines y
evitar caer en la anarquía o el despotismo. Para lograr estos objetivos el derecho limita
la voluntad de los individuos y frena el poder del estado, a través de un sistema de
reglas de conducta de obligatoria y general observancia, las cuales buscan imponer el
orden en la sociedad, solucionar conflictos, propiciar la convivencia pacífica, el libre
ejercicio de sus derechos y, en general, armonizar todas las actividades de la
colectividad.
Art. 2. Son fines esenciales del Estado: servir a la comunidad, promover la prosperidad general y
garantizar la efectividad de los principios, derechos y deberes consagrados en la Constitución; facilitar
la participación de todos en las decisiones que los afectan y en la vida económica, política, administrativa
y cultural de la Nación; defender la independencia nacional, mantener la integridad territorial y asegurar
la convivencia pacífica y la vigencia de un orden justo.
Las autoridades de la República están instituidas para proteger a todas las personas residentes en
Colombia, en su vida, honra, bienes, creencias, y demás derechos y libertades, y para asegurar el
cumplimiento de los deberes sociales del Estado y de los particulares.
Art. 228. La Administración de Justicia es función pública. Sus decisiones son independientes. Las
actuaciones serán públicas y permanentes con las excepciones que establezca la ley y en ellas
En ese orden de ideas, y siguiendo a los profesores Luis Martínez y Jesús Fernández,
en su obra Curso de Teoría del Derecho, podemos señalar que entre las múltiples
funciones que cumple hoy en día el derecho, se destacan:
Función de orientación social. Toda norma jurídica, bien sea de tipo permisivo o
imperativo, tiene siempre… un carácter persuasivo, en cuanto que al estar dirigidas a
personas libres, éstas pueden orientar sus conductas y expectativas de acuerdo a un
cuadro normativo que les puede reportar certeza y seguridad y evitar ciertos perjuicios.
Art. 229. Se garantiza el derecho de toda persona para acceder a la administración de justicia. La ley
indicará en qué casos podrá hacerlo sin la representación de abogado.
Art. 230. Los jueces, en sus providencias, sólo están sometidos al imperio de la ley.
Función educativa. Podríamos decir que todas las normas sociales aunque no sean
jurídicas cumplen siempre una función educadora, sin embargo el Derecho – sin duda
por su vinculación consustancial con la ética – ha cumplido y cumple esa función de
forma especial. Tengamos en cuenta que ya en Grecia y en Roma el Derecho iba dirigido
principalmente a formar buenos ciudadanos, es decir, ciudadanos virtuosos. Esto
explica que la finalidad principal del Derecho se concretase en esos tres clásicos
principios: vivir honestamente (honeste vivere); no dañar a nadie (neminem laedere), y
dar a cada uno lo suyo (suum cuique tribuere). Bien es cierto que en las sociedades
occidentales desarrolladas, en las que las concepción político-liberal se asienta sobre el
reconocimiento de la autonomía racional y volitiva del individuo, esta función educativa
se difumina o se diluye necesariamente, máxime cuando ya se ha hecho mención a la
función orientadora social.
2. EL CONCEPTO DE DERECHO.
Definir el derecho sigue siendo, aún hoy, una dificultad no superada. Tal situación
obedece a varios factores, entre los que se cuentan:
Los diferentes miradores desde los cuales puede estructurarse una definición
de derecho.
8 Debe entenderse aquí que no se trata de trabajadores declarados en huelga sino de personas
desempleadas.
Giorgio Del Vecchio, sostuvo que el carácter de intuición simple e inmediata con el
derecho se manifiesta en la conciencia, es la razón de que, de ordinario, no se sienta
la necesidad de definir metódicamente su significado. La idea del derecho es de las
que aparecen inteligibles por sí mismas, pero el caso es que, como apuntaba
Rousseau, no se puede dar definiciones sin palabras.
La pregunta que muchos se plantean es: ¿qué ventaja puede obtenerse de un riguroso
examen del derecho, si la ciencia del derecho ha podido desenvolverse a partir de ese
conocimiento intuitivo y genérico del derecho?
Como respuesta a esta pregunta podría afirmarse que los grandes problemas del
derecho no pueden resolverse a partir del conocimiento vulgar, sino a partir de su
ubicación en el orden de los conocimientos, de sus fundamentos y de su relación con
otros objetos análogos según su esencial naturaleza.
Las dificultades para la definición del derecho han llevado a afirmar, en sentir de
algunos juristas, la imposibilidad de definir el derecho. Eduardo García Maynez,
jurista mexicano, sostiene que el problema está en pretender encerrar en una sola
definición de derecho, objetos diferentes entre sí como son:
El derecho positivo.
Cada uno de estos objetos corresponde a un punto de vista sui generis del fenómeno
jurídico y sólo puede ser conocido a través de un método específico.
Dos eran los términos que usaban antiguamente para designar al derecho.
En primer lugar, el término IUS, el cual data del siglo IV a.C., era usado por los
romanos y aparece en la Ley de las Doce Tablas. Según las teorías antiguas, el término
IUS derivaría de Iustitia – Iustum. Otros, por el contrario, consideran que proviene de
Iubeo (mandar), o de Iuvo (ayudar) o de Iugo (uncir, untar, juntar). Ius significó entre
los romanos lo justo o lo que es justo. Y atendiendo a que lo justo lo define la ley, paso
a representar el conjunto de normas y enseguida las facultades o poderes que ellas
confieren a sus destinatarios para actuar o proceder rectamente.
Esos principales significados que tuvo el derecho en sus inicios se mantienen aún en
la actualidad:
Como sinónimo de ciencia del derecho: tal sucede cuando se dice doctor en
derecho, facultad de derecho o estudiante de derecho. Debería decirse: doctor,
facultad o estudiante de ciencia del derecho.
Nótese como en los diferentes empleos del término derecho, el sentido no es unívoco
ni equívoco, sino analógico. Ello se debe a que en ninguno de los casos referidos se le
emplea ni en el mismo sentido ni con sentidos totalmente diversos, sino en sentidos
similares. Dicho en otras palabras, no se expresa en el mismo sentido, pero tampoco
en sentidos del todo diferentes.
El derecho subjetivo es la facultad jurídica que tiene una persona, bajo la protección
legal, de realizar determinados actos libremente y con exclusión de los demás. Ej. El
derecho de testar, el de transitar, el de votar, etc. Utilizamos, pues, expresiones tales
como “mi derecho” o “los derechos del hombre”. En esta acepción la palabra derecho
no da generalmente lugar a equívocos bien sea porque:
Entre estas dos acepciones del término derecho existe una correlación perfecta,
debido a que tanto el derecho objetivo es la norma que permite o prohíbe y el derecho
subjetivo es el permiso o la facultad derivada de la norma.
Estas dos expresiones suelen ser utilizadas como sinónimas, sin embargo no lo son
en realidad puesto que ni todo el derecho vigente es positivo ni todo el derecho positivo
es vigente. Veamos las definiciones de cada uno.
El derecho legislado: el cual está sujeto a los siguientes requisitos que la misma
ley enumera: aprobación por ambas cámaras (Senado y Cámara de
Representantes), sanción por el ejecutivo (Presidente de la República) y
publicación en el Diario Oficial.
El derecho natural vale por sí mismo, en cuanto intrínsecamente justo. Afirma lo que
debe ser, aunque de hecho no sea. Existe en cuanto tiene vigencia ideal e idealmente
está en vigor aunque de hecho haya sido violado, incluso por el legislador.
Derecho civil (ius civile): era el derecho vigente, en el caso concreto de Roma,
era privativo de los ciudadanos romanos.
Para los defensores del positivismo jurídico sólo existe el derecho que efectivamente
se cumple en una determinada sociedad y en una cierta época. Para ellos es un
derecho cuya validez solo depende de la validez formal, sin entrar a indagar por la
justicia o injusticia de su contenido.
Lecturas complementarias:
HERVADA, Javier. ¿Qué es el Derecho? Temis, 2ed. Bogotá, 2009. Pág. 1-12.
o Cap. 1: Toda la verdad sobre la carrera de derecho.
o Cap. 2: ¿Por qué existe el arte del derecho?