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1. CONSIDERACIONES GENERALES
Mercaderías 500
a Acreedores varios 500
___________________ ______________________
Caja 55
a Ventas 55
___________________ ______________________
Costo de ventas 50
a Mercaderías 50
___________________ ______________________
Por la compra:
___________________ ______________________
Mercaderías 1.000
a Bancos 1.000
___________________ ______________________
___________________ ______________________
Mercaderías 450,45
Resultado financiero 49,55
a Acreedores varios 500
___________________ ______________________
Mercaderías 467,29
Resultado financiero 32,71
a Acreedores varios 500
___________________ ______________________
___________________ ______________________
Caja 550
a Ventas 550
___________________ ______________________
CUADRO DE RESULTADOS
Ventas 550,00
Costo ventas 467,29
82,71
Resultado por financiamiento 32,71
50.00
___________________ ______________________
Mercaderías 450,45
Resultado financiero 49,55
a Acreedores varios 500.00
___________________ ______________________
500
2. Venta al contado a 550.
500
___________________ ______________________
Caja 550
a Ventas 550
___________________ ______________________
450,45
CUADRO DE RESULTADOS
Ventas 550,00
Costo ventas 450,45
99,55
Resultado por financiamiento - 49,55
50,00
Por consiguiente:
Bancos 100
Resultado financiero 20
a Acreedores varios 120
___________________ ______________________
___________________ ______________________
Bancos 10.000
Resultado financiero 1.000
a Acreedores varios 11.000
___________________ ______________________
Mercaderías 10.100
a Bancos 10.100
___________________ ______________________
Al verificarse la venta a crédito, a un valor nominal de $ 11.120,
la registración sería:
___________________ ______________________
Bancos 10.100
A esta altura del trabajo podría -tal vez- delinearse con mayor
claridad una idea subyacente.
Cuando los bienes ingresan al activo de la empresa, deben
hacerlo a su valor actual, o sea, despojándoselos de todo componente financiero que
pudiera hallarse incluido en el precio, para lo cual debe, necesariamente, definirse
una cierta tasa. Por razones ya explicadas, creemos que dicha tasa debe ser la
media del mercado.
De manera que supuesto un mercado al que concurren diversos
oferentes, donde para un mismo producto existen distintas combinaciones de precio y
plazo, el valor de activación sería el menor valor actual que resulte de descontar a la
tasa de mercado los precios futuros.
El valor de activación será, entonces, el menor de todos ellos, y
éste será el que se puede considerar como valor de mercado o, simplemente, valor
del bien.
La validez de esta afirmación queda, sin embargo, supeditada a
un cierto carácter -difícil de precisar- de "normalidad" de la operación.
Determinadas circunstancias podrían permitir, en ciertos casos
(por ejemplo, un remate judicial) la compra de un lote de productos a un cierto precio.
Si el mismo -como es probable- es inferior a los normales de operación del mercado,
no parece razonable proponer que sea tomado como referencia por otras empresas
en sus operaciones.
Aún más, en tanto el "valor de mercado" sea de determinación
suficientemente confiable deberíamos pensar que esa compra excepcional ha
generado de por sí un beneficio (dejando de lado las consideraciones sobre la
posibilidad y la conveniencia de su registración contable) ya cristalizado por haber
pagado por un bien un precio inferior a su valor.
Esta idea del valor de activación queda subsistente cuando se
plantean circunstancias en las que la empresa paga un precio que, bajo esta
perspectiva, se juzgue excesivo.
Tal caso se presentaría cuando se den situaciones semejantes
a las del siguiente ejemplo.
Si los datos de mercado con que se cuenta son que un mismo
producto puede ser adquirido a $ 100 pagaderos dentro de treinta días o a $ 90 al
contado, siendo la tasa de mercado del 7 % mensual vencido, la opinión del
responsable de Comercialización sería adquirirlo al contado, opción que daría el
menor valor de activación y, por ende, el mejor resultado al concretarse la venta.
Esto coincide con la reflexión formulada anteriormente respecto
del valor de los bienes, como así también en el supuesto inverso que el descuento
por pago al contado fuese inferior a la tasa media de mercado donde, optando por el
menor valor actual, se efectúe la compra a plazos con interés implícito.
Sin embargo, la decisión de la empresa no puede basarse en la
tasa media de mercado sino que deberá atender exclusivamente a su tasa marginal.
Si en los ejemplos presentados introducimos la hipótesis que la
tasa marginal de la empresa es del 9 % tendremos una conjunción de intereses: la
opción más conveniente para la empresa coincide con la de Comercialización. El
bien es adquirido y activado al menor valor actual determinado a tasas de mercado,
lo que es, por definición, el valor del bien.
Podrá, sin embargo, darse una circunstancia menos clara.
Si la tasa de corte de la empresa es del 12 % a la empresa le
resultará más favorable pagar $ 100 a 30 días, ya que si debe tomar $ 90 para pagar
al contado su costo final será de $ 100,80, pero el valor de activación no puede
exceder el valor de mercado (90 según las pautas señaladas) en lugar de $ 93,45
(valor actual de $ 100 pagaderos a 30 días descontados al 7 %) como sería la regla
general.
En consecuencia, toda la diferencia entre ese valor del activo y
el rnonto nominal del pasivo expresará el genuino resultado financiero emergente de
la operación.
En términos más generales, puede afirmarse que la inducción
de un valor de activación a través del cálculo del valor actual de una compra a
crédito, empleando la tasa de mercado, si bien configura una pauta aceptable, debe
ceder ante otras pautas más confiables o de mayor fundamento.
Piénsese en la adquisición, con pago a plazo, de un bien cuyo
valor de mercado sea ampliamente conocido e indiscutido, por ejemplo, una compra
de oro. Si, a través del cálculo del valor actual, empleando la tasa de mercado, el
precio de contado inducido fuera distinto al valor indiscutido, será éste el que deberá
prevalecer a los efectos de su activación, computándose la diferencia como beneficio
o pérdida de la gestión financiera.
Un caso particular de esta situación está dado por las
operaciones de préstamos de dinero.
Si pensamos que se trata de una operación esencialmente
semejante a las aludidas (cambio de un bien presente por moneda futura) se podría
postular su tratamiento bajo idénticas pautas.
Supongamos que una empresa que opera en un mercado con
una tasa media del 10 % obtiene un préstamo de $ 100 a 30 días a un interés del 5 %
anticipado. El valor actual de la deuda de $ 100 pagadero a 30 días es de $ 90,90 (y
ese sería el valor de activación de cualquier bien adquirido con ese tipo de
financiamiento).
Mas ocurre que resulta muy difícil proponer que $ 95 en efectivo
sean activados a $ 90,90 por convincente que fuere el razonamiento seguido.
Podría pensarse que esa operación ha generado un beneficio
de $ 4,10 originado en el mayor valor recibido respecto del valor actual de la deuda, y
en alguna medida es así (como veremos al analizar el caso de financiamientos que
cubren varios periodos). De modo que registraríamos:
___________________ ______________________
Caja 95.00
Resultado financiero 9,11
(diferencia entre el valor actual y el
nominal de la deuda, o costo normal
del uso del dinero)
a Acreedores varios 100,00
a Resultado financiero 4,10
(diferencia entre el valor actual de la deuda
y el valor del bien recibido, o resultado de la
habilidad de la gestión financiera)
___________________ ______________________
8. EL DIFERIMIENTO DE INTERESES