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Filosofía.

Cátedra: Tomás Abraham


Docente: Gustavo Romero
Alumna: Luz Belén Caldas Guadalupe
DNI: 43-723426
Segundo Trabajo Práctico Parcial
Tema 1
1) Para Byung-Chul el siglo XIX se caracterizó por ser una época bacterial, donde
enfermedades como, por ejemplo, la sífilis y la tuberculosis provocaban que muchas
personas murieran por no haber un tratamiento para estas enfermedades bacteriales.
Byung-Chul Han plantea que en esta época bacterial entraba en nuestro cuerpo un
organismo extraño y no había forma de combatirlo, el organismo se ponía en
defensa (los anticuerpos) pero sin la ayuda de un antibiótico la persona podía llegar
a morir. Esta época bacterial llega a su fin con los antibióticos. Luego el siglo XX se
caracterizó por la época viral, donde las enfermedades producidas por un virus
entraban en nuestro cuerpo y no había forma de combatirlas hasta que se produjeron
las vacunas con técnicas inmunológicas. La vacuna consiste en poner al enemigo
dentro de nuestro cuerpo para producir una cantidad de defensas contra el propio
enemigo, que son los anticuerpos que ayudan a que el virus no entre por su propia
cuenta en nuestro cuerpo. Por ejemplo, ponerse la vacuna del sarampión, es
introducir en nuestro organismo restos de la enfermedad del sarampión para que
después el virus no pueda ingresar a nuestro cuerpo, porque es como si ya
hubiéramos tenido la enfermedad. Por ultimo Byung-Chul Han plantea que el siglo
XXI, es decir la actualidad se caracteriza por ser una época neuronal, donde
predominan las enfermedades neurológicas como la depresión, el trastorno por
diáfisis de atención, hiperactividad, el síndrome de desgaste ocupacional, la fatiga,
etc. Son todas enfermedades producto del cansancio producidas por nuestro propio
cuerpo. En este caso el enemigo somos nosotros mismos porque las enfermedades
neurológicas no son producidas por un organismo extraño, sino producidas por
nuestro propio cuerpo, con lo cual no hay una cura específica para combatir ciertas
enfermedades neurológicas. La diferencia con el virus y la bacteria es que el
tratamiento seria contra nosotros mismos, ya no con un enemigo extraño que nos
invadió, entonces el tratamiento seria contra nuestra propia exigencia.

En la actualidad desaparece la extrañeza y la otredad porque ya no es un organismo


extraño que invade nuestro cuerpo, sino que el problema somos nosotros mismos,
porque el enemigo está dentro de nuestro cuerpo, no es un extraño que nos invadió y
entro a nuestro cuerpo, somos nosotros mismo el enemigo. Nuestra época se
caracteriza por la dialéctica de la positividad, donde sigue habiendo dos enemigos,
pero en este caso esos dos enemigos somos nosotros mismos. En este sentido de
positividad nos enfrentamos a nosotros mismos porque queremos cada vez más
hacer más cosas que no podemos hacer, es decir que el enfrentamiento no está
porque otro me invadió o nos impida hacer las cosas que queremos como un virus o
bacteria que nos enferman. Si no somos nosotros que nos proponemos hacer muchas
cosas que no podemos hacerlas, el exceso de positividad nos muestra, nuestra
impotencia y poder, porque cuanto más nos exigimos es más probable que nos
enojemos porque no podemos y nunca vamos a estar satisfechos. Byung-Chung Han
plantea que exceso de positividad, quiere decir que nos exigimos demasiado, y ya
no porque nos exigen otros, sino porque somos nosotros mismos los que nos
exigimos.
2) Cioran caracteriza el “ansia de primar” como el deseo de dominar y mandar a los
demás, de imponerse sobre todos, y lo que esto provoca son desgracias en la historia
humana. El problema es cuando el fanático se despierta y empieza a confeccionar
trampas, a seducir al resto, mandarlos y dominarlos, el fanático se impone sobre el
resto como si fueran sus súbditos que lo siguen a él. El fanático es como un pastor
que tiene una multitud que son las ovejas que lo siguen, y cuando se encuentra con
una oveja descarriada, el fanático va a tratar de que esa oveja vuelva al rebaño y si
no quiere la va a calificar como oveja descarriada, es decir que es una oveja rebelde
que hay que negarle sus derechos, y que es nuestra enemiga. Cioran dice que en
cada uno de nosotros duerme un fanático, el tema es que no se despierte porque si
eso pasa va a depender de la intensidad del fanatismo de cada uno, y es ahí cuando
empiezan las farsas sangrientas o “serie de calamidades”. El fanático que se
despierta siempre tiene esa voluntad de querer mandar, dominar y de querer primar,
es decir que el instinto de dominio está en cada uno de nosotros y cuando se
despierta, no importa que o a quien queremos mandar, como dice Cioran ya sea “en
un imperio, una tribu, una familia o un criado” siempre aparecen “las series de
calamidades que provienen de la necesidad de primar” no importa donde y cuando
tenemos el instinto de dominar y mandar.

Cioran con la historia se refiere a ese pacto con los monos, porque el ser humano es
un mono social, con leyes, con instituciones, etc. La historia fue ese pacto entre
monos, entre crímenes y sueño porque los fanáticos nos dan sueños e ilusiones, pero
también hay crímenes que van de la mano de esos sueños, nadie puede detenerla
hasta ahora, inclusos los que se oponen, como los escépticos que participan porque
no pueden vivir por fuera de la sociedad, esto quiere decir que los escépticos
también participan de algún modo porque no pueden escapar. Por eso no nos queda
más que vivir en sociedad, porque no podemos huir, la sociedad termina siendo una
prisión, que por más que queramos huir no tenemos a donde ir porque no podemos
vivir más que en sociedad. Entonces la sociedad termina siendo como un juego de
gente que manda y otra que obedece con relaciones de poder, donde se encuentra el
problema. Cioran apunta a que, si la historia fue ese ese pacto de monos que sigue
su curso horda jadeante a una multitud de personas que persiguen crímenes y
sueños, también la historia fue una sucesión de fanatismo de crímenes y sueños y
que tal vez se pueda hacer una nueva historia, pero ya no de crímenes y sueños sino
de vida, de esperanzas o realidades, esa vida presente supone aceptar la posición del
otro del saber compartir opiniones e ideas distintas, y este es el desafío de la
humanidad.
3) Corine Pelluchon afirma que estamos en guerra contra los animales porque los
explotamos como si fueran objetos o cosas disponibles para que el ser humano haga
con ellos lo que quieran, el ser humano se considera superior a las otras especies
animales y por ello considera tener poder sobre ellos, los animales son explotados
como objeto de espectáculos, también se los utiliza como vestimenta, como
alimentación y como objeto de experimentación, es decir que el sistema económico
se sostiene a partir de la explotación animal. El ser humano es tan soberbio que no
le importa nada ni nadie, como en este caso los animales. Por ejemplo, la extinción
de ciertos animales en el mundo, la escaza vegetación, el calentamiento global, los
cambios de clima que también afecta al ser humano y no solo a los animales y a la
naturaleza. Pelluchon plantea que no nos damos cuenta que todo el daño que le
provocamos a los animales, es un daño contra nosotros mismos también, no
entendemos que hacerles la guerra a los animales es hacernos la guerra a nosotros
mismos, no solo porque también somos animales, sino porque estamos destruyendo
el lugar que compartimos con ellos. También estamos en guerra entre nosotros
porque un grupo de seres humanos trata a otro grupo de humanos como animales.
Animalizan a otros seres humanos para explotarlos. Por ejemplo, trabajar como
perro, esto quiere decir trabajar como un animal, se está animalizando al ser
humano, se lo trata como un animal, y a los animales se los explota, con lo cual esta
frase termina siendo como una explotación hacia el ser humano.
En la búsqueda del máximo beneficio y máxima ganancia lo que se establece es la
crueldad, que es provocar dolor y sufrimiento sin necesidad a otro ser vivo. La
crueldad y la explotación lleva a la guerra contra la naturaleza, los animales, contra
nosotros y entre nosotros. La crueldad y el maltrato hacia los animales en lugar de
tener límites predomina la ley de máximo beneficio, donde se le hace un daño
innecesario a los animales siempre en un sistema de modo de producción, siendo un
sistema económico que se sostiene de la explotación y el maltrato a los animales.
Este tipo de economía siempre busca la máxima ganancia apoyándose en la
crueldad hacia los animales. Al sistema no le importa si nos alimentamos bien o
mal, si los suelos se destruyen por cultivar mucha soja para dale de comer a los
chanchos en China, o las enfermedades que los animales trasmiten a los humanos
por la mala condición en la que viven, lo que realmente le importa es obtener la
máxima ganancia. El sistema económico se basa en la explotación de seres vivos
buscando la máxima ganancia y el máximo beneficio, incluso a costa de aquellos
seres humanos que cómplices del sistema terminan pagando los efectos de esto
como, por ejemplo, la actual pandemia (Coronavirus). Lo que va a plantear Corine
es que, si la crueldad tiene que ver con un sistema económico que busca el máximo
beneficio y la máxima ganancia, no le importa explotar al máximo a la naturaleza de
los animales. Para pensar otro modelo de economía tenemos que partir de la piedad,
que implica reconocer que el otro es un ser vivo que puede sufrir tanto igual o tanto
más que nosotros, la piedad es reconocer que el otro es un ser sufriente que merece
respeto por el solo hecho de ser un ser vivo.
SATISFACTORIO
Las respuestas son claras, precisas y completas. Si tuviera que poner una nota
numérica sería de 8 (ocho) para arriba.

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