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bienes de la iglesia en México, 1856-1875
LA OCUPACIÓN EXTRANJERA Y LA
REPÚBLICA LIBERAL, 1863-1875
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al afirmar que
... la circulación legalizada de los pagarés, legitima los valores bas-
tardos que, al partir, arrojó sobre México D. Benito Juárez; la alza
de suspensión en materia de arrendamientos es un reconocimiento de
dominio en los detentadores de las fincas eclesiásticas, 5
el arzobispo sin duda dijo la verdad. Pero Bazaine pasó por alto al
ar.wbispo y logró que la Regencia ordenara el 9 de noviembre a los
z Véase el Informe <le Binel citado más arriba; VFM, 111, p. 376.
3 Zamacois, op. cit., t. XVI, p. 818.
' lbid., p. 823.
;; Ibid., p. 826.
o Ibid., p. 832.
1 Ibid., p. 845.
8 Parra, Sociología de la Refonna, p. 221.
0 Bravo U., Historia de México, t. 111, p. 291.
10 Ibid., p. 292.
11 Historia documental de México, México, 1964, UNAM, t. 11, pp. 324-326.
20 VFM, t. IV, p. 5.
27 Ibid., p. 81.
28 Segura, Leyes, t. IV, p. 198; el decreto se resumió en la MH 1870, p.
. . . dijo que aceptaba tal encargo porque creía con ello hacer un po-
sitivo servicio a la multitud de interesados y personas liberales a
quienes un jefe hostil podría haber perjudicado notablemente . . . En
obsequio de la verdad y la justicia es menester decir que sin él, üúi-
nidad de personas habrían sido despojadas, aun cuando más tarde
hubiesen podido recobrar sus derechos a la vuelta del gobierno cons-
titucional. 4 3
que, por tanto, vieron sus intereses identificados con los de la Igle-
sia, no lograron imponerse durante el imperio. La explicaci6n de este
fenómeno, ya mencionada con anterioridad, es que los principales
capitalistás conservadores habían hecho cuantiosas compras en 1861-
62; como conservadores, estas personas ocuparon automáticamente
un distinguido lugar en la sociedad impt>rial y como compradores
bloquearon al mismo tiempo el intento de la Iglesia por recobrar
sus bienes.
Al derrumbarse el imperio en junio de 1867, el archivo de la ofi-
cina con los expedientes y las manifestaciones cayó en las manos del
gobierno republicano. Al establecerse la nueva administración de
bienes nacionalizados, se dispuso el 12 de agosto de 1867 que se re-
visaran los expedientes con el fin de aprovechar la información con-
tenida en ellos. 45 Payno informó al año siguiente que este trabajo
no se había realizado por falta de tiempo y de personal y que, ade-
más, el archivo era incompleto y se hallaba en desorden.'° Sea como
fuere, hoy día este archivo ya no existe y por tanto es imposible
desenredar las operaciones de la oficina imperial de bienes na -
cionales.
En los protocolos de 1856-57 de la notaría capitalina de F. Pérez
de León, se encuentran de vez en cuando anotaciones al margen o
anexos certificados del Consejo de Estado, firmados por J. M. La-
cunza, de 1865-66, declarando subsistente, esto es válida, cierta
compra de los bienes eclesiásticos. 47 En los. protocolos hay propor-
cionalmente sólo muy pocas declaraciones de insubsistencia de una
transacción con bienes nacionalizados. Lo anterior está enteramente
de acuerdo con el dato de Payno sobre el escaso producto de la
oficina de bienes nacionalizados: las compras declaradas insubsisten-
tes, esto es nulas, se podían rehabilitar mediante una multa del 25%
sobre su valor. Si el director de la Administración de Bienes Nacio-
nalizados y el presidente del Consejo de Estado hubieran sido ene-
migos de la nacionalización, la proporción entre las ventas subsis-
tentes y las insubsistentes habría sido seguramente inversa y por
tanto, mucho mayor el producto de la revisión. Sólo una minoría de
las escrituras tiene nota de 1865-66 o anexo un certificado respec-
tivo; la mayor parte de las escrituras no contienen nada. Esto no
significa que las ventas correspondientes no hayan sido manifesta-
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DATOS DE LA REVISIÓN
lar hoy estos valores, de modo que es preferible limitarse a los bie-
nes raíces.
De los inmuebles clericales vendidos en 29 millones de pesos,
$ 23 636 627 eran fincas urbanas y sólo $ 5 772 109 fincas rústicas.
Los d-ltos de 1843 sobre los bienes de las órdenes monásticas 53 ilus-
tran esta diferencia con mayor precisión: los monjes poseían 201
fincas rústicas -entre haciendas y ranchos- valuadas en $ 2 460 000,
o sea más de $ 10 000 cada una. Las monjas que no tenían propie-
dades en el campo, poseían 2174 casas valuadas en $12 516 400; la
cifra correspondiente a los monjes es 1 740 casas valuadas en
$ 3 385 920 (las fincas de las monjas eran mucho más valiosas que
las de los monjes ) ; en total, los regulares tenían en 1843 fincas ur-
banas valuadas en $ 15 902 320; sus casas valían aproximadamente
seis veces más que sus haciendas y ranchos. Por supuesto, las sumas
de 1866 incluyen no sólo los inmuebles de los conventos sino tam-
bién los de otras ramas eclesiásticas.
El valor de las haciendas y ranchos nacionalizados y vendidos
no llegó a 6 millones de pesos, pequeño porcentaje de los $ 173 mi-
llones en que se estimó en 1870 el valor de todo el inmueble rústico
en el país. 54 La Iglesia era relativamente pobre en propiedades
rústicas.
La cifra de 33 millones de pesos, correspondiente a hipotecas, se
subdivide en 26 millones en números redondos entre hipotecas a
favor de "corporaciones y varios" y 7 millones a favor de capella-
nías. La última cantidad parece demasiado pequeña, pero se ignora
en qué forma se clasificaron los datos. Con seguridad, los 33 mi-
llones no representaban la mayor parte de la riqueza mobiliaria
nacional, pues la circulación monetaria se calculó en 1856 en 100 mi-
llones Y' la de libranzas (letras de cambio), en $ 30-40 millones de
pesos. 55
Las ventas totales en el Distrito de México ascendieron, según
el mismo cuadro, a $ 19 744 420. Según otros datos ya citados, las
transacciones ascendieron en esta entidad a 24 millones en números
redondos, pero esta discrepancia bien pudiera explicarse por la su-
posición de que los 24 millones incluyeran ventas hechas en la capi-
tal de los bienes situados fuera de ella; esto se hizo en 1862 en la
Memoria de desamortizaci6n. Las operaciones en Jalisco ascendie-
ron a $4 606 732, en Michoacán a $4 551842, en Puebla a $10 658 111,
LA INDEPENDENCIA RECONQUISTADA
contra la t"evisión imperial; s:; quizás habría sido más sencillo basar-
se en el decreto del 13 de diciembre de 1862, que declaró nulos
todos los actos de las autoridades invasoras o colaboracionistas como
también todos los contratos celebrados con ellas. 86
Sin embargo, estos casos fueron al parecer excepcionales, en pri-
mer lugar, porque, una vez restablecido en la capital, el gobierno
no quiso continuar aplicando las medidas expedidas durante la gue-
rra; 87 a la orden del día estaba una conciliación nacional. En se-
gundo lugar, en la práctica se mostró difícil castigar a quienes ha-
bían trat.ado con el imperio pues, por lo regular, eran capitalistas y
en ausencia de préstamos externos, el gobierno hasta cierto punto
dependía de ellos. Por estos motivos, el 12 de agosto de 1867 se ex-
pidió una ley que conmutaba la confiscación, por regla general, en
multas. En algunos casos más graves, las multas ascendieron a cua-
tro quintos de los bienes de la persona inculpada pero, naturalmente,
era difícil si no imposible averiguar la fortuna de un individuo. 88 El
gobierno prefirió llegar a un arreglo. En uno de tales arreglos se
basó probablemente la ley del 27 de noviembre de 1867, que indultó
a la compañía del ferrocarril de Veracruz de la pena de caducidad
en que había incurrido por su colaboración con los ocupantes, y le
otorgó una concesión casi idéntica a la de 1861.89
En realidad se hizo imposible anular los intereses creados du-
rante ·el Imperio, así como éste no había podido anular los intereses
creados en 1861-63; de hecho, los mismos intereses habían influido
en los destinos de México desde los tiempos muy anteriores. Tam-
bién en el caso del comprador del convento Enseñanza Antigua
hubo un arreglo: cuatro años después, en 1871, el gobierno le ce-
dió el ex convento Regina Coeli, valuado en $ 46 000, compen-
sándolo así por la pérdida de la Enseñanza Antigua que le había
costado aproximadamente la misma suma en dinero efectivo.110 Pa-
rece posible que el gobierno se arregló también con Cayetano Rubio:
las hipotecas que él había adquirido por $ 222 947, fueron puestas a
remate el 17 de marzo de 1868, dándose a los interesados un plazo
de quince días.111 Aproximadamente medio año después, el 13 de
octubre, la Secretaría de Hacienda convocó a otro remate de las es-
85 Diario Oficial del Supnmo Gobiem-0 de la República, 25 de marzo 1868,
pp. 2-3.
so Labastida, op. cit., p. 485.
s1 MH 20 feb. 1868, pp. 49-53.
88 lbid.
so MH 1870, p. 743.
90 Anexos a la MH 1874, p. 161. Obregón era importador en Tampico.
01 DO, 25 marzo 1868, pp. 2-3.
105 Ibáñez era despensero del mismo colegio y compadre de su rector. Bra-
vo u., op. cit., ll,p. 358.
106 MH 1873-74, doc. 15, p. 117 de los anexos y MH 1874-75, pp. 147-9.
io; Macedo, Tres monografías, p. 488.
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