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El documento debate si la docencia es una profesión u oficio, señalando que una profesión requiere formación formal mientras un oficio se aprende en el trabajo. También discute si la docencia surge de la vocación o no, y cómo el concepto de vocación se usó para criticar las demandas de los docentes por mejores condiciones laborales. Finalmente, concluye que la docencia es una profesión que requiere apoyo político para brindar condiciones dignas a los docentes y atraer a los jóvenes más talentosos.
El documento debate si la docencia es una profesión u oficio, señalando que una profesión requiere formación formal mientras un oficio se aprende en el trabajo. También discute si la docencia surge de la vocación o no, y cómo el concepto de vocación se usó para criticar las demandas de los docentes por mejores condiciones laborales. Finalmente, concluye que la docencia es una profesión que requiere apoyo político para brindar condiciones dignas a los docentes y atraer a los jóvenes más talentosos.
El documento debate si la docencia es una profesión u oficio, señalando que una profesión requiere formación formal mientras un oficio se aprende en el trabajo. También discute si la docencia surge de la vocación o no, y cómo el concepto de vocación se usó para criticar las demandas de los docentes por mejores condiciones laborales. Finalmente, concluye que la docencia es una profesión que requiere apoyo político para brindar condiciones dignas a los docentes y atraer a los jóvenes más talentosos.
Este texto me conecta con aquella idea instalada en el último tiempo, la
cual dio lugar al debate (ya histórico) sobre si la docencia debe
considerarse como un oficio o como una profesión. La diferencia radical entre estos es que la primera se aprende mientras se está trabajando directamente en la materia, mientras que la segunda requiere de una formación más “formal”, por así decirlo.
Otro punto a remarcar, es el cuestionamiento de si esta profesión surge
de la vocación. Esa última asociación de la “vocación” con el sacerdocio (como si los sacerdotes no vivieran de manera digna) surgió posteriormente a las reformas educativas cuasi destructivas del sistema de educación, como así también como producto de la aparición de los gremios docentes. La fórmula era simple: ante cualquier crisis o protesta de los docentes para la mejora de sus condiciones laborales, se acudía y se atacaba a la misma idea “la vocación de los docentes”. Cerrando un poco la idea, la docencia es una profesión y como cualquier otra requiere de cierta contención por parte de las medidas políticas de turno, las cuales deberían asegurarles condiciones dignas para el ejercicio, medios apropiados para desarrollarse como docentes, etc. El hecho de que estas cuestiones enunciadas no se estén dando en nuestro país, o en Latinoamérica en general, es un factor clave para que esta carrera no atraiga a aquellos jóvenes más talentosos y motivados de la sociedad. Pues en muchos casos, ejercer la docencia no conlleva asegurarse un nivel de vida como muchos suelen creer, y no es coincidencia que quizás mucho de esos jóvenes opten por otras carreras a los fines de buscar asegurar su futuro .
A modo de conclusión, y para disipar los vagos conceptos que rodean a la
idea de la vocación docente, cito una frase de un escritor que además es docente, Walter Lezcano, que dice : “La Vocación es aquello que te importa hacer bien más allá de los tiempos, los espacios y el dinero, sin que esas cuestiones dejen de ser importantes.”
informe de lectura sobre: “Carr, D. (2005). El sentido de la educación: una introducción a la filosofía y a la teoría de la educación y de la enseñanza. Barcelona: Graó. (Cap.1 Educación, escolarización y personas. Cap. 3 El complejo papel del maestro, pp. 17-37 y pp. 59-79).”