Comparto plan de acción de acuerdo a la enfermedad crónica trabajada en la
actividad pasada el asma.
El asma es un grave problema de salud por su prevalencia, morbimortalidad y
consumo de recursos sanitarios. Afecta a personas de cualquier edad, si bien proporcionalmente, es más frecuente en la edad infantil. La definición de asma más reciente es la propuesta, en 2002, por la iniciativa GINA («Global iniciative for asthma»), que también se recoge en la guía española GEMA («Guía española para el manejo del asma»), publicada en 2003 (3, 4). Según estos documentos, el asma es un desorden inflamatorio crónico de la vía aérea, en el que participa una gran variedad de células y mediadores.
La inflamación mantenida da lugar a un incremento asociado de la
hiperreactividad bronquial, lo que conduce a la aparición de episodios recurrentes de sibilancias, disnea, opresión torácica y tos, que aparecen preferentemente por la noche o a primeras horas de la madrugada. Estos episodios se asocian normalmente a una obstrucción variable al flujo aéreo, que es reversible de forma espontánea o con tratamiento. El desarrollo del asma depende de la susceptibilidad individual, íntimamente relacionada con la herencia, y de factores ambientales (6-12). Factores genéticos cuando se compara la incidencia del asma en la población general con la observada en individuos con familiares en primer grado que padecen asma, la probabilidad de desarrollar la enfermedad se multiplica por cinco, cuando uno de los progenitores es asmático, y por ocho si ambos padres la padecen y los factores ambientales la exposición a alérgenos ambientales (pólenes, epitelios de animales, hongos, ácaros del polvo, etc.) es un factor de riesgo 5 para la sensibilización alérgica y constituye, en muchos casos, el detonante de los fenómenos inflamatorios del asma.
Los trastornos respiratorios actualmente no se ha podido demostrar la
influencia etiopatogénica en la enfermedad respiratoria de los factores psicológicos, pero sí se acepta la posible influencia de los factores psicosociales sobre la evolución del asma bronquial o en el mantenimiento de algunos de los síntomas. Así, existen múltiples estudios metodológicamente rigurosos que demuestran el importante papel que la ansiedad asociada a las crisis de asma desempeña sobre la evolución del asma bronquial y de la enfermedad respiratoria en general (Bosley, Corden & Cochrane, 1996). La ansiedad de algunos pacientes se asocia a una peor evolución de la enfermedad, al aumentar la sintomatología y transmitir una mayor sensación de gravedad, lo que lleva a tratamientos más urgentes, frecuentes, agresivos y costosos.
La depresión también puede influir negativamente sobre la evolución del
paciente asmático, conduciendo a un autocuidado pobre, con incumplimiento de las prescripciones médicas y tendencia a la indiferencia ante los síntomas respiratorios (M. I. Vázquez, Romero-Frais & Sández, 2003).Núñez Martín, M., & Castillo Gualda, R. (2019). Por otro lado, la relación entre las habilidades emocionales y la enfermedad cardiovascular considerando las diferencias entre hombres y mujeres. El hallazgo más relevante es que los déficits en regulación emocional suponen un factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares tanto en los hombres como en las mujeres.
Teniendo en cuenta estos resultados, se propone la integración de programas
de intervención específicos para el desarrollo de habilidades emocionales en los tratamientos de 6 pacientes con problemas cardiovasculares. En función del sexo. Específicamente, se hipotetiza que la regulación emocional, por su amplio apoyo empírico en la salud cardiovascular, predícela ECV, considerando los factores de riesgo clásicos (tabaquismo y antecedentes familiares de ECV), tanto en hombres como en mujeres. En concreto, parece que la comprensión intrapersonal, es decir, la capacidad para tomar consciencia de las causas y de las consecuencias de determinadas emociones, atribuir un significado que describa la experiencia de manera precisa, permitiendo una comunicación más adecuada y facilitando un manejo más adecuado, también es relevante en el padecimiento de ECV en las mujeres. Estos datos van en la línea de investigaciones previas que muestran que el estrés, la ansiedad y la depresión afectan de forma más intensa al funcionamiento cardiovascular de las mujeres.
Muñoz, E. (2009). Estimulación cognitiva y rehabilitación neuropsicológica
. Barcelona: Editorial UOC; ¿Recuperado de http://bibliotecavirtual.unad.edu.co:2460/lib/unadsp/detail.action? docID=3207684
Paredes Rosales, C. (2016).Bienestar Psicosocial y Calidad de Vida.
Colombia: Universidad nacional abierta y a Distancia- UNAD. [Archivo de video]. Recuperado De http://hdl.handle.net/10596/10028
Paredes Rosales, C. (2018).Neuroplasticidad.Colombia: Universidad nacional
abierta y a Distancia- UNAD. [Archivo de video]. Recuperado dehttp://hdl.handle.net/10596/22493
Núñez Martín, M., & Castillo Gualda, R. (2019). El papel de la inteligencia
emocional en laenfermedad cardiovascular. Gaceta Sanitaria, 33(4), 377– 380.Recuperado de file:///C:/Users/ASUS/Downloads/S0213911118301031.pdf