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Presentado por:
Director de grado:
OSCAR ARBELÁEZ
BOGOTÁ D.C.
2016
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CONTENIDO
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RESUMEN ..................................................................................................................................... 8
INTRODUCCIÓN ........................................................................................................................ 10
1.2 Ámbito de la economía solidaria como alternativa frente al mundo globalizado ............... 21
3. NORMATIVIDAD ................................................................................................................ 70
4.1 Estrategias para la implementación de la educación solidaria desde las normas vigentes
................................................................................................................................................... 98
4.1.1 Exploradores solidarios una propuesta de educación solidaria desde los gremios..... 100
4.1.2 Programa de Educación Solidaria: la estrategia que propone el Estado ..................... 108
Anexo 5 Propuesta idea de proyecto Portal empresarial, social y educativo solidario. .......... 172
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LISTA DE TABLAS
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LISTA DE ANEXOS
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RESUMEN
Fruto de la labor adelantada se pudo establecer que la economía solidaria constituye una
alternativa encaminada a solventar los principales problemas que genera el neoliberalismo y la
economía global. Por su parte, la revisión del marco jurídico legal, especialmente en lo
concerniente con la normatividad sobre educación solidaria, permitió contar con un referente sobre
la relevancia que para el Estado ha tenido el sector solidario y la educación que lo sustenta y que
pretende difundir los principios y valores cooperativos que, se supone, rigen el modelo de la
economía solidaria, planteado éste como una alternativa de desarrollo y cambio social.
Dentro de los hallazgos se encontró, además, que falta voluntad política, tanto del Estado
como de los líderes del sector solidario, para hacer de la educación solidaria una herramienta que
haga posible impulsar el modelo de economía solidaria como lo establece la Directiva 031 de 2000,
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Finalmente, se pudo evidenciar, a manera de conclusión, que hay necesidad de una mayor
articulación de la educación solidaria con disciplinas como la comunicación para lograr que el
modelo de la economía solidaria se divulgue suficientemente, pues una de las falencias es su
desconocimiento y la concentración de saberes sobre el tema en un reducido círculo de personas,
lo cual constituye una limitante para hacer de la educación solidaria un compromiso social y de
Estado para propender por el desarrollo sostenible bajo principios de equidad y justicia social.
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INTRODUCCIÓN
Por esto enseñar y difundir la economía solidaria es una tarea fundamental, pues al
contrario de la economía tradicional o de mercado, la solidaria implica en su ejercicio profundos
cambios en las relaciones sociales, políticas y culturales, y primordialmente, demanda
transformaciones en la práctica de los valores.
Para emprender esta misión surge la educación solidaria, basada en la formación social y
humana desde los valores y en la búsqueda por construir ciudadanos más participativos,
autogestionarios, respetuosos y solidarios. Y desde la dimensión económica, centrada en la gestión
y promoción empresarial.
La educación solidaria fue definida por la Directiva 031 de 2000 del Ministerio de
Educación Nacional y el Departamento Administrativo Nacional de la Economía Solidaria como
el proceso permanente orientado a fortalecer la práctica de valores de solidaridad, cooperación y
ayuda mutua, con el fin de generar actitudes y conductas que permitan consolidar un compromiso
social frente a la misión que deben cumplir las organizaciones.
Para la Universidad Santo Tomás, en otras épocas muy interesada por el tema de la
educación solidaria, este trabajo propone retomar la discusión a nivel académico haciendo uso de
la experiencia obtenida desde cuando la Institución fundó el primer Instituto de Educación e
Investigación Cooperativa del país, hoy desaparecido.
La razón por la cual esta investigación comprende el 2000 como su fecha de partida
responde a la expedición de la Directiva 031 del 7 de julio, que establece qué es la educación
solidaria, sus principios, sus sujetos y sus ámbitos. Establece, además, directrices específicas para
que las organizaciones desarrollen sus programas educativos.
Objetivo general
Analizar el contexto y los desafíos que enfrenta la economía solidaria como alternativa de
desarrollo social a partir de un proceso educativo en el marco de la legislación colombiana vigente.
Objetivos específicos
que incorporó varias técnicas de recolección de información tales como revisión bibliográfica,
entrevistas en profundidad, revisión de vídeos y memorias de eventos académicos, además de la
experiencia del investigador dado su quehacer como director de comunicaciones, por más de 6
años, de la Entidad del Estado encargada de la economía solidaria en Colombia.
Una vez se contó con toda la información documental y se definieron los vacíos y el poco
análisis en ésta se estructuró un cuestionario de 13 preguntas que pretendía recoger las opiniones
de los actores y contar con los insumos necesarios para dar respuesta a la pregunta formulada en
la presente investigación.
Las entrevistas se adelantaron a 9 expertos entre funcionarios del Estado, líderes del sector
solidario, académicos e investigadores de la economía solidaria: Juan Fernando Álvarez, Luis
Emiro Valencia, Ángel Yesid Amado, Carlos Acero, Julio Alberto Pinzón, Ricardo Dávila, José
Efraín Cuy, Marisol Viveros y Marcelino Turga, que fueron escogidos por su contribución al tema
estudiado o porque su quehacer académico y laboral permiten identificarlos como referentes.
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Para el análisis de las entrevistas se elaboró un instrumento que definió categorías que
permitieran establecer acuerdos, discrepancias y puntos de mayor tensión con el fin de identificar
temas de discusión y profundizar en ellos.
Momentos y escenarios de la
Preguntas para Instrumento de Recolección de Información
entrevista
¿Cuál podría ser la manera de articular al gobierno nacional con los gremios del
sector solidario para fortalecer la educación solidaria en Colombia?
¿Cuál es el papel de los gremios del sector solidario frente a la educación solidaria?
Propuesta
¿Considera necesario que la educación solidaria haga parte del currículo de las
instituciones educativas en Colombia y por qué?
¿Qué le aporta o aportaría al país o al sistema educativo del país?
y memorias, la gran mayoría documentos únicos que no fueron editados en forma de libros o
publicaciones periódicas.
Los videos y presentaciones en eventos fueron otra fuente importante de información, que
recogen la historia de congresos, conferencias, encuentros y otros eventos académicos donde los
protagonistas de la educación solidaria en Colombia plantean las problemáticas y propuestas en
diferentes momentos y coyunturas. Infortunadamente la mayor parte de este material permanece
inédito.
Las entrevistas que se hicieron a los expertos incluían preguntas que buscaban conocer
elementos esenciales para la investigación, por ejemplo, la opinión sobre la necesidad de más leyes
sobre educación solidaria, el concepto sobre si las organizaciones efectivamente adelantan una
verdadera educación solidaria y si debe el Estado promoverla o son las organizaciones de economía
solidaria -dados los principios que las rigen- las únicas responsables de consolidarla.
La pregunta número 8: ¿Cuáles son las experiencias de educación solidaria que usted
considera más importantes en Colombia?, permitió ratificar las dos experiencias que en el marco
de la investigación se habían identificado como ejemplos para profundizar en el trabajo.
utópica. Ellos eran pacifistas y creyeron que la persuasión por la palabra y el ejemplo sería
suficiente para cambiar la sociedad. En este sentido, la asociación y la cooperación serían
componentes clave en esta transición del modelo (Wautier, 2004).
El término "socialismo" fue utilizado por primera vez a principios del Siglo XIX, sin
embargo, ya tenía una historia de estas aspiraciones éticas colectivistas en el diálogo "La
República" de Platón, en "Utopía" de Tomás Moro y "The New Atlántico", de Francis
Bacon. Concepto definitivamente incorporado como forma de cambio hacia un modelo
fundamentado en el trabajo y no en el capital; el socialismo se utilizó para oponerse liberalismo y
capitalismo, y también para enfrentar elementos ideológicos que contribuyen a la represión del ser
humano como la religión, la familia patriarcal, el Estado, etc. El socialismo abogó por la abolición
de la propiedad privada y el pacifismo fue proclamado como un ideal internacional de los pueblos
(Galaz & Prieto, 2006).
Pudieran señalarse algunas acotaciones positivas tan diversas al respecto como las realizadas
por los clásicos del marxismo sobre la economía cooperada y otras más recientes de la presidenta
de la Alianza Cooperativa Internacional. Estas últimas de corte moderado y no necesariamente
socialista, sirven para dar cuenta del alcance de sus proporciones. Marx, en varios análisis sobre
la Comuna de París formuló que el trabajo libre asociado -cooperado- es el trabajo socialista -no
asalariado ni, por lo tanto, subordinado al capital ni a burocracias; las cooperativas articuladas a
toda la sociedad sustituyen las formas organizativas del viejo Estado y nacen en el interior del
sistema capitalista y con ello crean las bases de la nueva sociedad. Por su parte, Engels y Lenin
hicieron referencias parecidas en varios de sus trabajos sobre las cooperativas en Inglaterra y en
Rusia, respectivamente.(Veronese, 2011)
La historia del cooperativismo y las diversas formas de economía social es muy amplia y
se encuentra extendida por todos los países, proviene de las formas precapitalistas de regímenes
ancestrales, así como del auge de experiencias conocidas del llamado socialismo utópico, o del
desarrollo de los procesos cooperativos -aunque no se limita a estos- que dura hasta el presente.
Sin embargo, esta interdependencia se ha centrado, mayormente desde los Años Setenta, en
las dimensiones económicas y políticas, que incumben al ámbito mundial, buscando con ello
favorecer el libre mercado: el acceso a la materia prima, la fuerza laboral, el proceso de producción
y el comercio. Dicha situación deja en desventaja y en constante crisis a los países pobres, que
políticamente son vulnerados a favor de los países ricos, debido a que se crean leyes que los
favorecen para la privatización de bienes y servicios, recortes del gasto social, liberación y
desregulación general, y en consecuencia, se genera desempleo y se disparan los precios, lo que
se traduce en un estilo de vida precario.(Gómez & Maldonado Alcudia, 2014)
Son diversas las tendencias que han surgido a partir del Siglo XIX, siendo la primera de ellas la
economía social y la forma organizacional más reconocida: la cooperativa. Posteriormente, han
surgido otras tendencias entre las que la economía solidaria es una propuesta de la sociedad civil
y de movimientos sociales, que luego agregan la participación del Estado.
También se ha destacado el tercer sector que es más identificado para describir al sector privado
no lucrativo anglosajón, este representado por fundaciones y asociaciones, cuya característica
fundamental es que se integran por organizaciones no lucrativas, las que no distribuyen beneficios
entre sus miembros, no obstante en Europa la expresión tercer sector se ha utilizado como sinónimo
de economía social, por tanto incluye un espectro más amplio de organizaciones.(Parra & Porta,
2011)
únicamente en el crecimiento económico y que plantea un nuevo rol de la economía como ciencia,
más articulada con la sociedad y en diálogo fructífero con otras ciencias sociales.
Los efectos del neoliberalismo y la economía de mercado han dejado consecuencias muy
marcadas en términos de inequidad y subdesarrollo en el mundo actual, sobre todo en países en
vías de desarrollo como Colombia. La economía social y solidaria surge como resultado del
agotamiento y crisis del modelo de economía capitalista, que pone de relieve la falacia del
crecimiento económico como un concepto análogo al desarrollo.
Es importante diferenciar en una economía societaria las diversas formas y connotaciones que ha
adquirido, manifestándose en lo que algunos llaman la economía social, economía solidaria o
tercer sector.
La economía social es un modelo de desarrollo que emergió durante el Siglo XIX, como
una respuesta a las carencias de la economía dominante, especialmente de las necesidades
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La economía solidaria en el Siglo XVIII como una nueva propuesta que procede
principalmente de iniciativas de la sociedad civil y de movimientos sociales, donde posteriormente
se incluye la participación del Estado, estableciendo así la dimensión política de lo que se ha dado
por llamar la otra economía.
Desde el punto de vista práctico, absolutamente todas las organizaciones que son
contempladas como parte integrante de la economía solidaria también forman parte inequívoca de
la economía social. Lo mismo puede decirse de otros desarrollos teóricos como los del tercer sector
de utilidad social, la empresa social, o la nueva economía social. Todos ellos, al igual que la
mayoría de las experiencias asociativas incluidas en la economía alternativa o la economía popular,
constituyen elementos parciales pertenecientes a un mismo conjunto, ciertamente de carácter
polifacético, pero con un núcleo de identidad común y una personalidad diferenciada del resto de
sectores institucionales que conforman el sistema económico.
El denominado “tercer sector” suscita intensas polémicas en los países desarrollados, pues
su conformación oculta las relaciones sociales conformadas en torno al trabajo asalariado y estaría
generando un mercado de trabajo sui generis con actores precarios, en una sociedad donde el
Estado ha perdido su capacidad para generar empleos estables. El tercer sector aparece, entonces,
como una alternativa “benévola”, que incluso genera asociaciones con fines no lucrativos que
facilitan tener una “buena imagen” a empresas capitalistas duras (muchas de ellas contaminantes,
que emplean trabajadores precarios, con salarios bajos, etc.) (Valle, 2013)
Este es un concepto que emerge como forma integrada entre la economía social y la
solidaria. Algunas denominaciones cercanas al uso son: economía social, economía popular,
economía del trabajo, la otra economía, nuevo cooperativismo, formas asociativas y
autogestionarias populares, entre otros. Algunas de las definiciones más repetidas apuntan a que
esta economía no es más que un conjunto de emprendimientos productivos -unidades domésticas,
entre otras- de iniciativa colectiva, con cierto grado de autonomía de gestión y democracia interna,
distribución equitativa de ingresos, sistemas de autorregulación y planeamiento, proyección
comunitaria y sustentabilidad, entre otros, que se pueden visualizar en cooperativas de producción
y servicios, asociaciones de productores (cuentapropistas, pymes), agrupaciones familiares,
asociaciones de consumidores y movimientos sociales.(D'Angelo Hernández, 2015)
Con este panorama , la economía solidaria se constituye en una alternativa que puede dar respuesta
a la actual crisis del desarrollo en el mundo, el cual ha puesto de manifiesto un conjunto de
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problemas que se asocian al proceso de crecimiento económico, tal como se ha verificado en las
últimas décadas del siglo pasado: aumento de la pobreza, desocupación creciente, desarticulación
del orden social, violencia e inseguridad ciudadana, deterioro del medio ambiente,
desmejoramiento de la calidad de vida, irracionalidad demográfica.(Razeto, 2006)
Para entender los permanentes desafíos que enfrenta la economía solidaria en un mundo
globalizado, donde las relaciones de los países trascienden las fronteras de lo económico, lo
político, lo social, lo cultural y lo medioambiental, es necesario identificar los principales
problemas que vive la humanidad para poder así focalizar soluciones desde una perspectiva de la
economía de lo posible, y es la economía solidaria un modelo capaz de resolver las principales
necesidades y problemáticas que vive la sociedad.
Dentro de la economía solidaria cabe señalar algunas categorías de análisis para efectos de
su comprensión, alcance y prospección como alternativa de desarrollo social y humano. En primera
instancia, se hace necesario diferenciar el concepto de bienes y necesidades, puesto que si se
analiza desde la mirada netamente de la economía de mercado, tiene una connotación muy
diferente con respecto a la economía social y solidaria.
La llamada pirámide de Maslow categoriza en una escala de menor a mayor las diferentes
tipologías de necesidades: fisiológicas, que comprenden las necesidades vitales del ser humano,
como la respiración, alimentación, descanso, sexo, etc.; de seguridad, que comprenden seguridad
física, de empleo, de recursos, seguridad moral, familiar, de salud, de propiedad privada, etc. En
tercer lugar están las necesidades de afiliación, como la amistad, el afecto, la intimidad sexual,
entre otras; luego están en la escala las necesidades de reconocimiento, como el auto
reconocimiento, la confianza, el respeto, el éxito, etc. y finalmente, en la cúspide de la pirámide,
están las necesidades de autorrealización, como la moralidad, creatividad, responsabilidad, falta
de prejuicios, aceptación de hechos, resolución de problemas, entre otras.
Analizar las necesidades desde otra perspectiva, por ejemplo, desde el desarrollo a escala
humana planteado por Manfred Max-Neef, en su taxonomía propuesta, diferencia el concepto de
necesidades, satisfactores y bienes económicos. Para este autor las necesidades no son solo
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La taxonomía de necesidades propuesta por Max-Neef está plasmada en una matriz que
relaciona las necesidades según categorías existenciales (ser, tener, hacer, estar) y necesidades
según categorías axiológicas (subsistencia, rotación, afecto, entendimiento, participación, ocio,
creación, identidad y libertad). Ahora bien, la satisfacción de necesidades, en sus dimensiones
existenciales y axiológicas se realizan a través de satisfactores, los cuales son de cinco tipos:
violadores o destructores; seudo-satisfactores; satisfactores inhibidores; satisfactores singulares y
satisfactores sinérgicos. (Max-Neef, 1992)
Otra mirada con respecto al análisis de las necesidades es aquel que señala entre
necesidades contingentes (las que persiguen fines contingentes) y necesidades básicas o esenciales
(cuando los fines son tan fundamentales que sin ellos se extinguiría la vida humana o perdería su
estructura característica: en cierto sentido, lo humano no desaparecería). Las necesidades básicas
se vinculan con la integridad física y psíquica de los seres humanos, con la evitación de daños
graves. Lo necesario es aquello que, cuando falta, nos daña; y ello de modo objetivamente
comprobable. Las necesidades básicas serían entonces, los factores objetivos indispensables para
la supervivencia y la integridad psicofísica de los seres humanos. (Riechmann, 1998)
sino de continuidad de la voluntad política y de la validez de los esquemas mentales que orientan
los procesos de cambio.(Coraggio, 2007)
Durante la década de los años 50 y los 60 del pasado siglo el objetivo fundamental del
desarrollo económico era el crecimiento, por lo que se le concede una importancia casi exclusiva
a la acumulación de capital. Crecimiento y desarrollo económico se identifican, siendo la eficiencia
económica el objetivo a cubrir en la producción. El desarrollo era medido en aquel entonces por
el Producto Interno Bruto (PIB) y aún se considera un parámetro. Otro índice económico de
desarrollo ha sido la tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto per cápita. Estas ideas eran
erróneas, pues no necesariamente todo crecimiento del Producto Nacional Bruto per cápita puede
ser sinónimo de desarrollo.
Estudios han demostrado que el incremento del Producto Interno Bruto no siempre es
sinónimo de desarrollo, puesto que muchos países tanto desarrollados como en vías de desarrollo
han logrado un aumento considerable del mismo, sin embargo no han podido eliminar, tan siquiera
disminuir, los índices de pobreza de su población. (Fernandez, 2015).
Hablar de desarrollo desde una perspectiva de la economía solidaria, es una categoría que
implica no solo el desarrollo en términos económicos sino también en términos sociales, humanos
y axiológicos, por aquello de sus principios: autoayuda o esfuerzo propio, responsabilidad,
democracia, igualdad, equidad y solidaridad sin desconocer sus valores éticos tales como
honestidad y transparencia, responsabilidad y vocación social que son principios y aspectos
inherentes a la economía social y solidaria.
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Para (Sen, 2009) el desarrollo humano es un paradigma de desarrollo que va mucho más
allá del aumento o la disminución de los ingresos de un país. Comprende la creación de un entorno
en el que las personas puedan desarrollar su máximo potencial y llevar adelante una vida
productiva y creativa de acuerdo con sus necesidades e intereses. Las personas son la verdadera
riqueza de las naciones. Por lo tanto, el desarrollo implica ampliar las oportunidades para que cada
persona pueda vivir una vida que valore. El desarrollo es entonces mucho más que el crecimiento
económico, que constituye solo un medio -si bien muy importante- para que cada persona tenga
más oportunidades.
Para que existan más oportunidades lo fundamental es desarrollar las capacidades humanas:
la diversidad de cosas que las personas pueden hacer o ser en la vida. Las capacidades esenciales
para el desarrollo humano son disfrutar de una vida larga y saludable, haber sido educado, acceder
a los recursos necesarios para lograr un nivel de vida digno y poder participar en la vida de la
comunidad. Sin estas capacidades se limita considerablemente la variedad de opciones disponibles
y muchas oportunidades en la vida permanecen inaccesibles (Sen, 2009).
La medición que habitualmente realiza el PNUD se realiza a través del Índice de Desarrollo
Humano (IDH), que consta de tres dimensiones: una vida saludable, el acceso al conocimiento y
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otros aspectos del bienestar. Para su construcción emplea formas reducidas de estas dimensiones,
específicamente la esperanza de vida al nacer en representación de una vida saludable; medidas
del nivel educativo (alfabetización y escolarización), como indicadores de acceso al conocimiento;
y el coeficiente de la renta per cápita como sustituto de otros aspectos del bienestar no directamente
relacionados con la salud o la educación. Estas dimensiones se combinan mediante una media
geométrica a fin de obtener una medida sintética, dado que todas las dimensiones son consideradas
indispensables y se les asigna ponderaciones iguales. (PNUD, 2013)
Como un complemento del análisis sobre desarrollo humano inherente a la economía social
y economía solidaria también es importante definir el concepto de bienestar, que se conoce como
el estado de la persona en el que se hace sensible el buen funcionamiento de su actividad somática
y psíquica. El término hace referencia a un estado de satisfacción personal, o de comodidad que
proporciona al individuo satisfacción económica, social, laboral, psicológica, biológica, entre
otras. Habitualmente, los economistas estudian el bienestar en términos de Producto Interno Bruto
(PIB) per cápita. Sin embargo, el bienestar puede considerarse un fenómeno multidimensional que
no se ve afectado exclusivamente por la disponibilidad de bienes materiales, sino por otros muchos
factores, incluyendo la salud, la educación, la representación política, el medioambiente y la
seguridad personal. Existen tres enfoques diferentes acerca del bienestar: el de la economía del
bienestar, que pondera las distintas dimensiones no monetarias de la calidad de vida; el del
bienestar subjetivo, que se centra en la satisfacción vital, y el de las capacidades, que hace depender
el bienestar de una combinación de actuaciones o logros y de capacidades (esto es, la libertad de
elegir entre formas de actuar alternativas) (Prados de la Escosura, 2014)
Dentro del ámbito de los propósitos y alcance que busca la economía solidaria, otros
autores reconocidos a nivel latinoamericano como Coraggio, afirma que el sistema económico es
social y solidario, esencia de la economía solidaria, porque reconoce al ser humano como sujeto y
fin; propende por una relación dinámica y equilibrada entre sociedad, Estado y mercado, en
armonía con la naturaleza; y tiene por objetivo garantizar la producción y reproducción de las
condiciones materiales e inmateriales que posibiliten el buen vivir, el cual incluye entonces asumir
y disfrutar de conductas que son solidarias con las condiciones de buena vida de los otros,
rechazando la indiferencia individualista que propician el utilitarismo posesivo estrecho, así como
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las tendencias a una diferenciación destructiva del otro, si es que no autodestructiva (Coraggio,
2011).
Por su parte, desde el punto de vista etimológico, el concepto valor proviene del latín
“valere”, que significa estar en forma, ser fuerte, ser capaz de algo, valerse por sí mismo. Virtud
viene de “vis” que quiere decir fuerza, y las virtudes en realidad son fuerzas que llevan la persona
a la excelencia, a la perfección moral, a ser capaz establemente (hábito) de hacer algo bueno,
mediante el obrar personal. El valor puede ser mirado como un ideal deseable (civismo,
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generosidad...), sin referirlo a nadie en concreto, pero el valor que interesa realmente es el que se
incorpora a la vida, no el que se queda en la aspiración, en el deseo, en el ideal general. (Yarce,
2012)
PRINCIPIOS COOPERATIVOS
Primer Principio: Membresía abierta y voluntaria. Las cooperativas son organizaciones voluntarias abiertas para
todas aquellas personas dispuestas a utilizar sus servicios y dispuestas a aceptar las responsabilidades que conlleva
la membresía sin discriminación de género, raza, clase social, posición política o religiosa.
Segundo Principio: Control democrático de los miembros. Las cooperativas son organizaciones democráticas
controladas por sus miembros quienes participan activamente en la definición de las políticas y en la toma de
decisiones. Los hombres y mujeres elegidos para representar a su cooperativa, responden ante los miembros. En
las cooperativas de base los miembros tienen igual derecho de voto (un miembro, un voto), mientras en las
cooperativas de otros niveles también se organizan con procedimientos democráticos.
Tercer Principio: Participación económica de los miembros. Los miembros contribuyen de manera equitativa y
controlan de manera democrática el capital de la cooperativa. Por lo menos una parte de ese capital es propiedad
común de la cooperativa. Usualmente reciben una compensación limitada, si es que la hay, sobre el capital suscrito
como condición de membresía. Los miembros asignan excedentes para cualquiera de los siguientes propósitos: El
desarrollo de la cooperativa mediante la posible creación de reservas, de la cual al menos una parte debe ser
indivisible; los beneficios para los miembros en proporción con sus transacciones con la cooperativa; y el apoyo a
otras actividades según lo apruebe la membresía.
Cuarto Principio: Autonomía e independencia. Las cooperativas son organizaciones autónomas de ayuda mutua,
controladas por sus miembros. Si entran en acuerdos con otras organizaciones (incluyendo gobiernos) o tienen
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capital de fuentes externas, lo realizan en términos que aseguren el control democrático por parte de sus miembros
y mantengan la autonomía de la cooperativa.
Quinto Principio: Educación, formación e información. Las cooperativas brindan educación y entrenamiento a sus
miembros, a sus dirigentes electos, gerentes y empleados, de tal forma que contribuyan eficazmente al desarrollo
de sus cooperativas. Las cooperativas informan al público en general, particularmente a jóvenes y creadores de
opinión, acerca de la naturaleza y beneficios del cooperativismo.
Sexto Principio: Cooperación entre cooperativas. Las cooperativas sirven a sus miembros más eficazmente y
fortalecen el movimiento cooperativo trabajando de manera conjunta por medio de estructuras locales, nacionales,
regionales e internacionales.
Séptimo Principio: Compromiso con la comunidad. La cooperativa trabaja para el desarrollo sostenible de su
comunidad por medio de políticas aceptadas por sus miembros
1. Participación. Los miembros de las organizaciones de la ESS tienen la oportunidad de participar activa y
equitativamente en la toma de decisiones, poniendo en práctica el principio de una persona, un voto
2. Solidaridad e innovación. Las metas de las organizaciones de la ESS, no están circunscritas a acumular capital
o generar utilidades, sino utilizar recursos para lograr sus objetivos que beneficiarán a los fundadores, trabajadores
y usuarios. El objetivo central es encontrar soluciones y satisfacer las necesidades, por lo tanto, se trata de ser
incluyentes.
3. Participación voluntaria y autonomía. Las personas no están obligadas a participar, sino por su libre albedrío,
no obstante se puntualiza que en algunos gobiernos las organizaciones de la ESS han sido utilizadas para organizar
a la población de manera obligatoria.
4. Dimensión colectiva. La cohesión social y la identidad colectiva están vinculados con esta tendencia económica,
por lo que la integración de empresas y otras organizaciones de la ESS es el resultado de la voluntad de las personas
o grupos que unen sus esfuerzos para la satisfacción de sus necesidades o las de otros.
5. Recursos. El origen de los recursos es diverso, pues en ocasiones se utilizan recursos públicos, o generados por
el comercio y el mercado, o bien por la participación voluntaria y el trabajo.
Por su naturaleza como organismo internacional la OIT ha resumido los principios del
cooperativismo en cinco principios desde el punto de vista operativo funcional, por cuanto el
trabajo como categoría generadora de riqueza y sustento histórico de la humanidad contribuye de
manera significativa a la consolidación de las organizaciones de economía solidaria, donde su
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Algunos de los servicios que prestan las entidades públicas son el seguro social, la salud, la
educación y los procesos de planificación, que de alguna manera constituyen acciones colectivas
y solidarias. En segunda instancia, está la economía empresarial- privada, incluyendo tanto
empresas extranjeras como empresas de capital nacional. Dentro de este grupo también están las
empresas público-privadas o de economía mixta, donde interviene capital del Estado junto con el
capital privado.
La economía solidaria hace parte importante de las organizaciones que producen bienes y
servicios en una economía, que interactúa con otro tipo de organizaciones como la empresa
privada, las empresas de economía mixta y las entidades públicas, solo para citar los más
importantes.
Con las consideraciones anteriores se puede afirmar que la economía solidaria representa un
paradigma diferente, un “otro” modelo civilizatorio, que se construye desde otra matriz, desde la
propia experiencia de las organizaciones y de los pueblos, considerando sus entornos históricos
culturales y ambientales. También es un proceso, presente desde siglos, que emerge hoy con raíces
ancestrales fortalecido desde las diversas prácticas socioeconómicas de familias, organizaciones y
pueblos (Vásquez, 2012).
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a) La Dimensión Política: esta dimensión se refiere a los elementos del marco legal e institucional que se dan al
interior del territorio o fuera de él, que influyen sobre las actuaciones sociales y económicas. En este sentido,
se deben considerar las distintas formas de gobierno (local, regional, nacional), los mecanismos administrativos
de orden institucional a nivel de los servicios públicos, etc.
b) La Dimensión Ambiental: está referida a las características del territorio en el ámbito geográfico y físico. Esto
implica el respeto y relación con la naturaleza, observar las potencialidades y límites del ambiente, las
características climáticas, el uso del suelo y del agua en esas regiones.
c) Dimensión Económica: es la primera función que cumple la Economía Solidaria en los diversos territorios:
desarrollar la dimensión económica. Está referida a las relaciones económicas que se dan en el territorio y que
son particulares a él. Esto implica observar: los rubros o actividades económicas, los flujos de bienes y servicios
y las fuentes de empleo y los intercambios de fuerza de trabajo.
d) Dimensión Cultural: este es quizás el componente más característico de las experiencias solidarias; en ella se
expresa la preservación de saberes tradicionales y el patrimonio cultural de los pueblos. Hace referencia a la
identidad de los grupos o comunidades, sus usos y costumbres, como también la capacidad de entrar en
diálogos con otras culturas
Después de abordar el contexto del economía solidaria, su pasado histórico, situación actual
y contribución como forma de organización alternativa frente a la crisis económica y social de la
globalización, en este capítulo se aborda de manera más puntual, la economía solidaria en
Colombia y su contribución como agente al desarrollo económico y social del país, haciendo
énfasis en la necesidad de la educación como estrategia para generar cultura solidaria y formas
asociativas de trabajo mancomunado en pro de la equidad y el desarrollo sostenible.
En este mismo año Teresa Montes de Oca Sánchez publica Educación para la ciudadanía
en el mundo global y aprendizaje cooperativo en las aulas de educación básica (Revista Tavira
No. 24). Este ensayo expone la necesidad involucrar la educación ciudadana en comunidades que
sobresalen por su individualismo y la competitividad que surge gracias a los modelos económico
tradicionales. Propone entonces incluir la educación solidaria para fomentar el diálogo, la equidad,
la solidaridad, el respeto y la democracia.
Ese mismo año se publica la Cartilla exploradores solidarios, un ejercicio que por medio
de actividades didácticas buscó la formación integral en lo social y empresarial, permitiendo el
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crecimiento de la base social del sector solidario mediante una formación dirigida a niños y
jóvenes, coherente con el contexto económico y social de las comunidades del sur de Santander.
(Fundación COOMULDESA y Unidad Administrativa Especial de Organizaciones Solidarias).
Para el año 2010 se dio cita en la ciudad de Medellín un selecto grupo de expertos y
estudiosos de la economía solidaria en el Primer encuentro nacional de educación con enfoque
solidario “Hacia la construcción de una ruta pedagógica para el fomento de la cultura solidaria”.
En este evento se expusieron proyectos y experiencias de todo el país y varias extranjeras.
En noviembre de 2013, y con el ánimo de establecer una unidad entre los organismos que
tienen que ver con la educación solidaria y defender su importancia, el Consejo Pedagógico Zona
Centro, la Federación Nacional de Entidades Acreditadas para impartir Educación Solidaria
“FENALSE”, la Federación Nacional de Cooperativas del Sector Educativo en Colombia
“FENSECOOP” y la Central de Integración y Capacitación Cooperativa “CINCOP, adelantaron,
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Este Congreso, que tuvo lugar en la ciudad de Bogotá, debatió en torno a la necesidad de
articular los esfuerzos de los diferentes actores de la educación solidaria para evidenciar sus
debilidades y fortalezas en aras de construir un modelo pedagógico propio para este tipo de
educación en Colombia, además de proponer la optimización de los recursos del Decreto 2880 de
2004, por medio del cual las organizaciones de la economía solidaria aportan para la educación
formal.
Son variadas las concepciones de desarrollo, que especialmente durante los 30 años
posteriores a la Segunda Guerra Mundial, le apuntaron a explicar casi exclusivamente las
características económicas, que con el mismo rasero medían las disímiles tipologías de todas las
naciones del mundo.
Un elemento común fue la noción de desarrollo como un proceso constituido por etapas
que todos los países debían alcanzar y superar para lograr ese nirvana que ya denotaba marcadas
diferencias entre países “desarrollados” y países “subdesarrollados”, lo que pronto puso la realidad
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sobre la mesa: los ricos e industrializados saciaban el hambre de sus máquinas poderosas con las
materias primas de los países pobres.
En esa dinámica que mostraba el desarrollo económico como la panacea para la solución
de todos los problemas y donde crecimiento era igual a riqueza y consumir era la tarea más
importante, Occidente se constituyó en el modelo para mostrar y la madurez de una sociedad fue
sinónimo de crecimiento sin límites.
Para Boni (2012) la década de los noventa trajo consigo una nueva mirada del desarrollo y
el PIB permitió un respiro para incluir la noción de desarrollo humano. Se habló entonces del ser
humano como centro del proceso, ya no solo como un instrumento para alcanzar el desarrollo (pág.
8).
Estas nuevas posturas que hoy hablan de desarrollo local, endógeno, regional y territorial,
que incorporan variables hasta ahora no tenidas en cuenta como la tecnología y la cultura, y las
relaciones de estos aspectos con otros factores como lo político, lo social y lo ambiental, sin duda
representan otra forma de concebir el desarrollo que, como lo expresa Razeto debe repensarse,
pero más que sus modelos y estrategias, sus objetivos, porque “el desarrollo que conocemos no ha
traído al mundo la paz que se suponía hace pocas décadas que debía asegurar, ni ha proporcionado
a los hombres el bienestar y realización que se esperaba” (Razeto L. , 2001).
Como desarrollo significa ya casi cualquier cosa, desde levantar rascacielos hasta
instalar letrinas, desde perforar por petróleo hasta perforar por agua, es un concepto de
un vacío descomunal…Es testimonio del poder de las ideas que un concepto tan
50
carente de contenido haya dominado el debate público por medio siglo (Wolfgang,
2008; en Esteva, 2009)
De acuerdo a Mahbub (S.F.) En esta dinámica el desarrollo humano debe buscar ampliar
las oportunidades de la gente, no necesariamente medidas en cifras, valores y crecimiento, ya que
las personas aprecian de manera inmediata otras cosas como la calidad del tiempo libre, la
participación en espacios culturales y comunitarios, la disminución de la violencia, el acceso a la
salud, y en general todos aquellos aspectos que crean un ambiente para disfrutar de una vida mejor
(pág. 8).
Para Sen (2010) los temas más relevantes en esta concepción de desarrollo humano están
centrados en el desarrollo social, visto como oportunidades para educarse, alimentación y salud;
reducir las desigualdades económicas; mejorar el uso y disponibilidad de los recursos; ejercicio
pleno de la ciudadanía con los elementos que esta conlleva de participación, democracia, libertad,
etc.; sostenibilidad ambiental; y seguridad humana en todos los sentidos (guerras, hambrunas,
desempleo, etc.) (pág. 19).
La necesidad de un enfoque más humano del desarrollo cobra especial sentido si, como se
evidencia, la pobreza se ha incrementado en el mundo, así como el desempleo, la precariedad de
los puestos de trabajo, las desigualdades económicas y la desintegración del orden social, la
delincuencia, el deterioro medio ambiental y en general, el deterioro de la calidad de vida
Razeto asegura incluso que los vínculos de comunidad y convivencia social se deterioran
con la industrialización que trae el desarrollo. “La actividad industrial que separa la actividad
productiva del entorno familiar y comunitario y la concentra en la fábricas y empresas, es una de
las causas del debilitamiento de los vínculos humanos primarios” (Razeto L. , 2001).
Con lo anterior es claro que encaminar el desarrollo hacia el ser humano sin dejar de lado
la innegable importancia de que las personas se vinculen a las fases de la economía, que
presuponen la producción, la circulación, el consumo y la acumulación, es una tarea que se debe
adelantar de la mano de modelos alternativos de economía, pues como lo afirma Razeto “otro
desarrollo, supone otra economía” (Razeto L. , S.F.).
La economía solidaria bien puede entenderse como esa forma distinta de pensar el
desarrollo, en este sentido Arango considera que “si se plantea la economía solidaria como
propuesta de desarrollo, este tendrá, necesariamente naturaleza y objetivos diferentes a la
capitalista” (Arango, 2005).
Este tipo de economía, como se vio en el capítulo anterior se conoce también como tercer
sector, economía social, economía social y solidaria, economía de solidaridad, economía popular,
e incluso economía de comunión. En Colombia se utiliza mayormente el término economía
solidaria, tal como está establecido en la Ley 454 de 1988.
Esta “nueva” economía social evidencia, efectivamente una economía al servicio del
hombre y de la sociedad, integrando dos elementos fundamentales: la eficiencia económica y el
bienestar social.
Hay que ver la economía como arte de crear las condiciones para vivir en armonía». Asegura el
autor que el desarrollo sea considerado como el arte de florecer, avivar y multiplicar el potencial
que cargamos cada uno dentro. «Aquí nadie desarrolla a nadie y nadie explota a nadie» (Arruda,
2010).
Como se comentó en el capítulo anterior, estos principios, con pocas modificaciones, han
dirigido el accionar, no solo de las cooperativas, sino de todas las organizaciones de economía
solidaria.
A fin de retro traer lo comentado en el capítulo anterior, los principios solidarios, las
organizaciones de economía solidaria basan sus actividades en los valores cooperativos, que
permiten a los asociados cumplir con los postulados de este tipo de empresas.
Estos valores han acompañado la labor de las organizaciones solidarias desde sus inicios y
fueron ratificados como elementos fundamentales en el andamiaje de éstas en la Declaración sobre
identidad cooperativa adoptada por la II Asamblea General de la Alianza Cooperativa
Internacional en 1995, los cuales ya fueron definidos y explicados en el capítulo anterior, sin
embargo, a manera de síntesis se pueden mencionar así:
55
Para Colombia, la Ley 454 de 1998 establece los fines que debe perseguir la economía
solidaria, los cuales están establecidos en el artículo 5, así:
Fuente: Elaboración propia a partir de la ley 454 (Colombia. Congreso de la República, 1998)
56
Las diferentes empresas existentes se pueden agrupar en tres sectores de acuerdo con sus
propias características económicas, sociales y culturales. Las empresas estatales se agrupan en el
sector público, las empresas con ánimo de lucro en el sector privado y aquellas que se caracterizan
por el trabajo asociativo y redistribución de sus excedentes en beneficio de sus asociados con
prácticas basadas en la solidaridad, se agrupan en el sector solidario.
Las organizaciones solidarias, que conforman el sector solidario, son empresas que aun
cuando tienen iniciativa privada, encaminan sus esfuerzos en beneficio colectivo o social y no en
el enriquecimiento del capital económico.
Las organizaciones de economía solidaria, fueron definidas por la Ley 454 de 1998 y son
las cooperativas, los fondos de empleados y las asociaciones mutuales, entidades que, según cifras
del Registro Único Socio Empresarial (RUES) de las cámaras de comercio, a julio 2015 habían
renovado su matrícula 8.074, de las 34.123 activas (Colombia. Congreso de la República, 1998).
57
Corporaciones económico.
Fuente: Elaboración propia a partir de la Ley 454 (Colombia. Congreso de la República, 1998) y Curso Básico de
Economía Solidaria (Departamento Administrativo Nacional de la Economía Solidaria, 2005).
Las organizaciones solidarias vivencian en su accionar los valores y principios que las
identifican, por esto se diferencian claramente de las empresas de capital. Desde su creación se
enfocan en un objetivo común en donde todos los asociados contribuyen con la causa (autoayuda
–responsabilidad social); formulan sus propias reglas de juego donde todos tienen el mismo poder
58
Son organizaciones en las que prima lo que Max-Neef (1993) llama los recursos no
convencionales, como la solidaridad, la conciencia social y la capacidad de gestión, entre otros, y
que se distinguen ampliamente de los recursos convencionales (los meramente económicos, de
capital y trabajo) en que no se agotan cuando se utilizan: la solidaridad que se entrega es la
solidaridad que crece.
Las cooperativas son entendidas como las empresas asociativas sin ánimo de lucro, en la
cual los trabajadores o los usuarios, según el caso, son simultáneamente los aportantes y los
gestores de la empresa, creada con el objeto de producir o distribuir conjunta y eficientemente
bienes o servicios para satisfacer las necesidades de sus asociados y de la comunidad en general.
En Colombia las cooperativas representan cerca del 80% de las organizaciones solidarias
y de estas el 97 por ciento son micro y pequeñas empresas, que participan en diferentes sectores
económicos, como el agropecuario; aseo; mantenimiento y reciclaje; comunicaciones; consumo
(comercio); educación; hotelería y turismo; industria; inmobiliarias; intermediación financiera;
minería; obras públicas; organismos de presentación; salud; seguros; servicios de ahorro y crédito;
servicios funerarios; silvicultura: transporte; vigilancia y seguridad; y vivienda. (Unidad
Administrativa Especial de Organizaciones Solidarias 2011. Plan Estratégico Prosperidad
Solidaria 2012 2014)
Para otros autores la raíz del sistema cooperativo se encuentra en la edad antigua en los
llamados pósitos, que eran grandes depósitos de cereales que se prestaban a las personas a precios
módicos, las mismas alhóndigas en Arabia y en España, los frutieres en la Francia de la Edad
Media, las granjas en Dinamarca, las comunas en Suecia o las Guildas en la Gran Bretaña (Limas,
S y Ramírez, A 2012).
(Servicio Nacional de Aprendizaje -SENA-, 1985) Dado que los dueños de las máquinas
impusieron sus reglas en detrimento de las condiciones laborales de los obreros - que debían
trabajar más de 18 horas-, éstos últimos, siguiendo las ideas de defensores de los trabajadores como
Robert Owen, William King, Charles Fourier y Felipe Buchez, entre otros, comenzaron a
organizarse para defender sus derechos (pág. 50).
61
El movimiento se extendió luego por toda Gran Bretaña y Europa y surgen con esta
expansión nuevas formas asociativas. En Alemania, por ejemplo, nacen las cooperativas del sector
campesino y posteriormente las cooperativas de ahorro y crédito, que prestaban a los artesanos; en
Francia, las cooperativas de producción y trabajo y en los países escandinavos cooperativas de
consumo, vivienda y seguros.
Aunque con la llegada de los europeos la ayuda mutua tradicional de los indígenas
disminuyó en gran medida hoy se pueden apreciar estas formas asociativas en los países con mayor
número de estas comunidades, como Guatemala, Ecuador, Perú y Bolivia.
En América del Sur emigrante suizos, alemanes, alemanes y franceses introdujeron las
formas cooperativas propias de sus países, especialmente en Argentina y Brasil, y de allí se
dispersaron por todo el continente
62
Las formas de cooperación en Colombia surgieron desde los mismos pueblos primitivos,
para los que el concepto de propiedad privada era desconocido y sus costumbres estaban ligadas a
la ayuda mutua y la solidaridad (Limas y Ramírez, 2012).
Los pueblos indígenas que habitaban Colombia, como los chibchas, caribes, quechuas y
arhuacos, consolidaron la cooperación gracias a formas de organización como la tribu y el clan, en
donde para emprender las faenas de trabajo comunitario o familiar se desarrollaban el convite, la
ronda, la minga, la mano prestada, etc. (Restrepo y Caballero, 2000).
Para Restrepo y Caballero (2000), estos pueblos no acumulaban porque tenían rudimentaria
tecnología para la recolección y que la tierra no tenía valor monetario. Para ellos el intercambio
era simétrico, lo que significó la ausencia de diferencias sociales o clases. Así, el trueque se
realizaba por necesidad, no por ostentación, fue la manifestación de la verdadera cooperación.
En las tres primeras décadas del Siglo XX, dada la producción de ideas sociales, que
mostraban la necesidad de los colombianos de definir qué modelo de sociedad deseaban y el
devenir del pensamiento socialista y cooperativo, ocurrieron dos momentos que marcan de forma
relevante la historia del país, la Guerra de los Mil Días y la separación de Panamá, que dejaron al
país en ruinas (Quijano y Reyes, 2004): Esto instó al general Uribe Uribe, en un célebre discurso
que tuvo lugar en el Teatro Municipal de Bogotá en 1904, a proferir las primeras palabras en apoyo
del modelo cooperativista:
(…) Creemos que la benevolencia de los poderes públicos debe mostrarse para
con los débiles; creemos que la intangibilidad de la propiedad es uno de los
principios tutelares de la civilización, pues que constituye el amparo de la vida de
familia y es como la coraza de la libertad personal, garantía, independencia y
fuente de energía humana; pero creemos también que si el salario moderno
señala un evidente progreso sobre la esclavitud antigua, quizás no es el último
peldaño de la evolución, porque en lugar de la producción de tipo monárquico y
paternal, vendrá un día la de tipo cooperativo, más eficaz y justa por cuanto
entrega a los obreros mismos, esto es, a los que ejecutan el trabajo y crean el
producto, la parte proporcional que les corresponde; creemos en las virtudes del
corporativismo, de las cooperativas, de los sindicatos, y de todas las formas
nuevas de agremiación, nacidas del contacto permanente de los trabajadores y en
un gran estado de desesperanza… (Llano, 2010. Pág. 179)
Posterior a este hecho el sacerdote Jesús Fernández edita el libro Manual de sociología
práctica que trae un modelo de estatutos para cooperativas de crédito y en 1915 Benjamín Herrera
presenta en el Congreso el primer proyecto de ley para cooperativas. El proyecto fue rechazado.
(Quijano y Reyes, 2004):
En la Década de 1920, por intervención de la Iglesia, y de la mano del sacerdote Adán del
Carmen Puerto Sánchez, que escribió abundantemente en el boletín de la Arquidiócesis de Tunja
sobre esta forma asociativa, viajó a Europa para conocer el modelo y presentó proyectos de ley
influenciado por los planteamientos de democracia cristiana del papa León III, se dio impulso a lo
que finalmente concluyó en la primera ley cooperativa, la 134 de 1931.
64
Para 1933 existían en Colombia 4 cooperativas que asociaban 1.807 personas, para 1962
las cooperativas eran 759 con cerca de 450 mil asociados. (Álvarez, 2012)
Según datos del Registro Único de Empresarial y Social (RUES) de las cámaras de
comercio de Colombia a septiembre de 2015 existían en Colombia 7.977 entidades de naturaleza
cooperativa con cerca de 6 millones de asociados y activos del orden de los 22 billones de pesos.
(Superintendencia de la Economía Solidaria)
Para 2013 las cooperativas reportaron más de 454 mil empleos. Los puestos de trabajo del
cooperativismo representaron 2,0% del promedio de la población económicamente activa del país
y 2,2% del promedio de la población ocupada. (www.dinero.com)
Que tanto, el ingreso de los asociados como su Que el número de asociados sea variable
retiro sean voluntarios. e ilimitado.
Que el número de asociados sea variable e Que realice de modo permanente
ilimitado. actividades de educación cooperativa.
Que garantice la igualdad de derechos y
Que se integre económica y socialmente al
obligaciones de sus asociados sin
sector cooperativo.
consideración a sus aportes.
Que su patrimonio sea variable e ilimitado; no
Que establezca la irrepartibilidad de las
obstante, los estatutos establecerán un monto
reservas sociales y en caso de
mínimo de aportes sociales no reducibles
liquidación, la del remanente.
durante la existencia de la cooperativa
Que se promueva la integración con
Que tenga una duración indefinida en los otras organizaciones de carácter popular
estatutos que tengan por fin promover el
desarrollo integral del hombre
Fuente: Elaboración propia a partir de la información dispuesta en la página web de la Unidad Administrativa Especial
de Organizaciones Solidarias (Unidad Administrativa Especial de Organizaciones Solidarias, 2014)
Otra de las organizaciones de economía solidaria son las asociaciones mutuales, personas
jurídicas de derecho privado, sin ánimo de lucro, constituidas libre y democráticamente por
65
Estas organizaciones tienen sus primeros antecedentes en el año 3000 antes de Cristo,
cuando los agricultores de las riveras del Nilo en Egipto se unieron para ayudarse recíprocamente
ante las inundaciones del río y surgieron como respuesta a las enfermedades, las tragedias y la
muerte. El mutualismo como institución es el sistema más antiguo conocido en el mundo.
Se sabe que Senefru, hijo de Hera, soldado del faraón, tuvo una sepultura digna gracias a
que su abuela y unas tías pertenecían a una asociación de albañiles de cementerios. Esto también
permite apreciar la participación de la mujer ya desde el comienzo y la organización por gremios.
Estas ideas viajaron de Egipto a Grecia y a Roma. En Grecia hubo tres clases de entidades: las
thiasoi, las eranoi y los orfeones. Estas, con distintas variantes, tenían fines religiosos, sociales y
económicos y funcionaban democráticamente admitiendo tanto a hombres como mujeres, de
cualquier clase social, nativos o extranjeros, con la sola condición de la aprobación de sus
antecedentes morales. Para su sostenimiento, dependían de las cuotas de ingreso, donaciones e
intereses de inversiones y préstamos. (Moirano, S.F.)
También en Roma se conformaron organizaciones cuyos fines eran los de prestar ayuda a
los afiliados, ante riesgos de enfermedad y muerte. En estos grupos se establecía que, si la
organización se terminaba, los bienes de ésta pasaban al Estado y no podían ser distribuidos entre
los integrantes. Principio fundamental de las organizaciones sin ánimo de lucro que hoy
conocemos.
En Roma existieron, además los colegios, que atendían a distintos grupos sociales,
inclusive ricos que aspiraban a tener en la muerte sus propios columbarium, algo parecido a los
66
actuales panteones; y los más pobres recibían un funeratium, un recurso para solventar los gastos
de la sepultura de sus seres queridos. (Moirano, S.F.)
El mutualismo en Colombia fue traído por los misioneros españoles que constituyeron un
auxilio mutuo, que se trataba de una cuota que los pobres pagaban para un fondo común para ser
usado ante la enfermedad o la muerte de alguno de ellos. La idea comenzó a ser utilizada por las
comunidades más pobres que comenzaron a crear fondos para ayudarse mutuamente, con especial
énfasis en los auxilios funerarios creándose entre otros, la Sociedad Católica, fundada en Bogotá
en 1838; la Congregación de Obreros de San José, fundada en Medellín en 1946; la Sociedad Santa
Cruz fundada en Caldas (Antioquia) y el Coro Andante del Corazón de Jesús, fundado en Rionegro
(Antioquia).
Promover la participación e
Tienen una duración El patrimonio y número de
integración con otras entidades que
indefinida en los estatutos. asociados es variable e
tengan como fin motivar el
ilimitado.
desarrollo integral del hombre.
Fuente: Elaboración propia a partir de la información dispuesta en la página web de la Unidad Administrativa Especial
de Organizaciones Solidarias (Unidad Administrativa Especial de Organizaciones Solidarias, 2014)
Los fondos de empleados son empresas asociativas, de derecho privado, sin ánimo de lucro,
constituidas por trabajadores dependientes, trabajadores asociados o servidores públicos. Se trata
de una forma asociativa que únicamente se encuentra en Colombia y que permite, entre otros, el
acceso a servicios de ahorro y crédito a los asociados, que muchas veces no pueden obtenerlos en
la banca tradicional.
Actualmente los fondos de empleados, no solo prestan servicios de ahorro crédito, sino que
brindan la posibilidad a sus asociados de acceder a servicios de recreación, capacitación, turismo
y actividades de bienestar social.
Fuente: Elaboración propia a partir de la información dispuesta en la página web de la Unidad Administrativa Especial
de Organizaciones Solidarias (Unidad Administrativa Especial de Organizaciones Solidarias, 2014).
Tanto los fondos de empleados, como las cooperativas y las asociaciones mutuales, centran
su accionar en el ser humano y su labor busca, además de brindar bienestar a sus asociados y
crecimiento económico para fortalecer la misma organización, divulgar el modelo asociativo
solidario y sus bondades a través de la educación solidaria, basada en los valores y principios
cooperativos.
Pero, como se insistirá a lo largo de este trabajo, las formas asociativas solidarias que
promulga la educación solidaria no son únicamente agentes de generación de ingresos, aportan a
construir individuos capaces de la toma de decisiones, de trabajar en equipo, de reconocer sus
capacidades, etc. Son entonces espacios de encuentro de dos dimensiones (social y económica)
que juntas se potencializan para satisfacer las necesidades del individuo y la comunidad.
69
En este sentido Sen (2000) señala que el mercado es una condición necesaria para
establecer relaciones de libre intercambio, entendiendo que negar el mercado puede ser equivalente
a negar la necesidad y la aspiración del ser humano de realizar transacciones o intercambios, de
relacionarse para tener la oportunidad de mejorar sus libertades (entre las cuales se cuenta la
elección sobre el trabajo y las relaciones laborales) y sus capacidades.
Así, en el marco del desarrollo, Sen (2000) entiende que como medida de eficiencia en el
mercado, así como no es posible mejorar el mecanismo para que aumente la utilidad de todo el
mundo o aumentar la de un individuo sin que disminuya la de los demás, en términos de libertad,
tampoco es posible aumentar la de algunos individuos sin afectar la de los demás, razón por la cual
la economía solidaria como estrategia para aportar al desarrollo de las comunidades exige afectar
las relaciones de mercado en términos de equidad y mercados justos.
Esto es justamente lo que proponen las formas asociativas solidarias, como una alternativa
a la economía tradicional y un camino para el desarrollo y el cambio social, que contemple,
inicialmente al individuo, y posteriormente su articulación con otros para satisfacer necesidades
comunes, que sin dejar de lado la importancia de generar recursos económicos trascienda al
desarrollo integral.
3. NORMATIVIDAD
Si bien el presente estudio se enmarca entre el 2000, año en el que se expide la Directiva
031 de 2000 del Ministerio de Educación Nacional y el Departamento Administrativo Nacional de
la Economía Solidaria, que pretendía dotar a las organizaciones de la economía solidaria de
directrices específicas, para el desarrollo de los programas educativos que adelantan, y el 2014, se
hace necesario un repaso descriptivo de las principales normas que sobre economía solidaria y
educación solidaria se han dictaminado.
La que se conoce como la primera ley del cooperativismo, la Ley 134 de 1931 (Diario
oficial No. 21866 del 15 de diciembre de 1931) reunió todo el desarrollo histórico anterior de este
modelo solidario, que ya había tenido algunos eventos significativos, especialmente desde 1926,
cuando respondiendo a la crisis económica que atravesaba el país se aprobó una legislación de
emergencia que entre otros dictámenes estableció una comisión para presentar, en 1927,
recomendaciones para el fomento de las cooperativas de producción y consumo. (Curso básico
actualizado de economía solidaria. Centro de Estudios Especializados Lexcom. Bogotá, pp. 22)
71
Esta primera ley de cooperativismo dio el inicio legal del desarrollo de este modelo en
Colombia en un ambiente de profundas transformaciones económicas y políticas del país, donde
la noticia eran las medidas que debían tomarse para contrarrestar la recesión económica del año
1929 y el cambio de un gobierno hegemónico conservador para abrir las puertas a leyes con más
sentido social. La Ley 134 de 1931 reconoció las formas asociativas nacientes impulsadas por
trabajadores, como cooperativas, fondos de empleados y mutuales, que con esto esperaban afrontar
la crisis y evitó que estas asociaciones resultaran en ruedas sueltas en el nuevo engranaje
económico del país. (Zabala 2008)
La Ley 134 contempla disposiciones sobre la formación de las sociedades cooperativas, los
tipos de cooperativas, el régimen de funcionamiento, el carácter de los socios y la administración,
entre otros. Ese mismo año surge, con la Ley 57 la Caja de Crédito Agrario.
Para Zabala (2008) antes de esta ley no había real interés en el cooperativismo ni en legislar
para éste. Luego de su promulgación se legisló, no por el gusto hacia las fuerzas cooperativas, sino
para tratar de alinearlas hacia la estrategia de desarrollo capitalista del Estado. Así, a partir de esta
ley las formas asociativas fueron reconocidas como empresas privadas protegidas por éste.
Un año después, en 1932, el gobierno nacional expidió el Decreto 1339. Por medio de este,
que es reglamentario de la Ley 134 de 1931, se establecen medidas para el fomento de las formas
asociativas solidarias, con un elemento de exceso de paternalismo por parte del Estado (Arango,
2005) y se crea la Superintendencia Nacional de Cooperativas.
72
El mismo año el Decreto 874 declara a las cooperativas como entidades de utilidad pública
para el país, dado los aportes que podían representar para el mejoramiento de la calidad de vida de
los trabajadores. A pesar del impulso que la legislación les pretendió agregar el crecimiento de las
cooperativas en los primeros años fue lento: dos años después de la Ley 134 solo funcionaban 4
cooperativas con 1.807 asociados, diez años después habría 250 con 45.457 socios (Arango, 2005).
En los Años 30 sobresalen otros dos decretos, por un lado, está el Decreto 666 de 1936,
que señala las funciones de la Superintendencia Nacional de Cooperativas, y el Decreto 2392 de
1938 que traslada a esta entidad del Ministerio de Industria y Trabajo al Ministerio del Trabajo.
Solo dos años duró la Superintendencia Nacional de Cooperativas haciendo parte del
Ministerio del Trabajo. Con el Decreto 1460 de 1940 se traslada nuevamente, esta vez para el
Ministerio de Economía Nacional (seis años más tarde pasaría al Ministerio de Fomento).
En 1948 el Decreto 357 aprobó los estatutos del Fondo Cooperativo Nacional y el Decreto
2462 del mismo año le dio personería jurídica, se daba el impulso para la conformación de
entidades cooperativas agropecuarias, de consumo, artes y oficios y de habitaciones campesinas.
Para resaltar de ese decreto es el impulso al cooperativismo rural por parte de Estado.
También ese año el Ministerio de Obras Públicas fundó el Fondo Cooperativo de esa
entidad que apoyaba la creación de cooperativas de trabajadores de obras públicas del país,
también dispuso el fomento de cooperativas de producción y consumo de productos de primera
necesidad en beneficio de los trabajadores de obras públicas en el país.
73
Como se convirtió en una dinámica constante, una vez más, por medio del Decreto 2312
de 1955 la Superintendencia Nacional de Cooperativas volvió a ser trasladada y por segunda vez
pasa al Ministerio del Trabajo, para fortalecerla.
En 1958, en el marco de la Ley 19 sobre acción comunal, el artículo 23, que direcciona lo
que será el impulso por parte del Estado de la cooperación entre vecinos, se dispuso la organización
de cooperativas de producción, distribución y de consumo.
Ocho años después de su último traslado al Ministerio del Trabajo, el Decreto 1587 de 1963
le otorgan funciones a la Superintendencia Nacional de Cooperativas y deja, a partir de esta norma,
de ser una simple división de este Ministerio. Así, con el Decreto 1629 de ese mismo año son
74
Este decreto surgió en el marco de una nueva etapa de desarrollo en Colombia en la que se
establecía una estrategia de recomposición de las estructuras y reordenamiento de la vida
económica de Colombia. Se trataba de unir esfuerzos para reconstruir al Estado y a la Nación y
evitar el fortalecimiento de fuerzas populares y campesinas. (Zabala 2008)
Esencialmente este decreto está dividido en dos grandes partes, por un lado, lo concerniente
a los fines de las sociedades cooperativas, las formas de organización y los requisitos para
constituirse, la clasificación de las cooperativas, cómo afiliarse, etc. La segunda parte trata de la
relación de las organizaciones cooperativas con el Estado, esto es, formas de vigilancia e
inspección, exenciones que el Estado ofrecía a estas organizaciones y las sanciones a las que se
hacía acreedoras por malas prácticas.
Se resalta en este año, 1963, el Decreto 1598, con el cual surge el verdadero piso jurídico
de la educación solidaria en Colombia. Es a partir de aquí que la educación cooperativa es ley y se
constituye en un requisito para crear una organización cooperativa. El decreto establece los
requisitos para impartir este tipo de educación (Agenda pública para el sector social y solidario,
2004. Dansocial. Pág. 43)
En 1968 el gobierno de Carlos Lleras Restrepo expidió el Decreto 3134, donde una vez
más se toman medidas para reorganizas la Superintendencia Nacional de Cooperativas. En esta
oportunidad se le encargó a la entidad la dirección y ejecución de la política cooperativista y la
inspección y vigilancia de las sociedades cooperativas, mutualistas, fondos de empleados y cajas
de compensación familiar.
Estas dos décadas, como dijimos arriba representaron grandes e importantes cambios en el
sector solidario colombiano, pues surgieron con fuerza nuevos tipos de cooperativas, ya no solo
de asalariados, sino de profesionales como médicos y abogados. Las cooperativas dejaron de ser
entes para únicamente administrar un porcentaje de la nómina de las empresas y se comenzó a
hablar de cooperativas de seguros (Dávila, 2003)
La empresa asociativa sin ánimo de lucro, en la cual los trabajadores o los usuarios, según
el caso, son simultáneamente los aportantes y los gestores de la empresa, creada con el
objeto de producir o distribuir conjunta y eficientemente bienes o servicios para satisfacer
las necesidades de sus asociados y de la comunidad en general. (Ley 79 de 1988).
La norma estableció las características que debe reunir una cooperativa, las prohibiciones,
los sujetos de la ley, la forma de constituirse, su reconocimiento jurídico, las clases de
cooperativas, el número mínimo de fundadores, los puntos que deben contener los estatutos de la
cooperativa, quiénes pueden ser sus asociados, su administración y vigilancia y dictó las
disposiciones sobre sobre educación cooperativa, entre otras. Cabe resaltar que en esta Ley no se
habla únicamente de cooperativas, se incluyen en la normativa a las asociaciones mutualistas y a
los fondos de empleados.
La Ley 79 de 1988 sigue siendo, conjuntamente con la Ley 454 de 1998 el marco legal de
las cooperativas, y en general de las organizaciones de la economía solidaria.
El Decreto 1480 del 7 de julio 1989 determinó la naturaleza de otra de las formas
asociativas de la economía solidaria; las asociaciones mutuales. Este Decreto normó su
constitución, sus regímenes internos y sus responsabilidades y sanciones, entre otros puntos.
77
El Decreto 1480 pretendió dar a las mutuales un régimen jurídico propicio para su
desarrollo y fomento asegurando el apoyo del Estado. En la norma se reconoció a las mutuales
como personas jurídicas de derecho privado, sin ánimo de lucro, constituidas libre y
democráticamente por personas naturales, inspiradas en la solidaridad, con el objeto de brindarse
ayuda recíproca frente a riesgos eventuales y satisfacer sus necesidades mediante la prestación de
servicios de seguridad social.
Otro de las formas asociativas perteneciente al sector de la economía solidaria son los
fondos de empleados. En 1989, con el Decreto 1481 se determinó su naturaleza, características,
constitución, regímenes internos de responsabilidad y sanciones, y se dictaron medidas para su
fomento.
Los primeros años de esta década estuvieron enmarcados por la creación de bancos
cooperativos y de cooperativas financieras. Fue una importante etapa para el cooperativismo
financiero, que vio una prosperidad que no duró mucho y que se derrumbó a partir de 1996 cuando
los problemas de supervisión de estas entidades llevaron a una enorme crisis (Padilla, M y León,
A (2005).
De las normas más importantes de comienzos de este período se puede citar el Decreto
3081 de 1990, que estableció el límite para reajustar los aportes sociales de los asociados a las
cooperativas. Ya el Artículo 47 de la Ley 79 de 1988 había estipulado que los aportes sociales
ordinarios o extraordinarios que hicieran los asociados a las cooperativas podrían ser en dinero, en
especie o trabajo y que se podía establecer en los estatutos de la empresa un procedimiento para
mantener el poder adquisitivo constante de los aportes sociales.
La nueva norma dictaminó que estos aportes sociales podrían incrementarse anualmente en
un límite no superior al índice nacional de precios al consumidor elaborado por el DANE.
78
Para 1991, la nueva Constitución Política de Colombia reconoció por primera vez la
existencia de la asociatividad solidaria, ya en el artículo primero, establece que Colombia es un
Estado social de derecho, organizado en forma de república unitaria y fundada en el respeto de la
dignidad humana, en el trabajo y la solidaridad de las personas.
En el artículo 58 de la Carta Magna que trata sobre el derecho de las personas de participar
de forma individual o asociada en la vida económica de la Nación se establece claramente que “El
Estado protegerá y promoverá las formas asociativas y solidarias de propiedad.”
En el mismo tenor, el Artículo 333, que versa sobre la actividad económica y la iniciativa
privada se lee que “El Estado fortalecerá las organizaciones solidarias y estimulará el desarrollo
empresarial.”
Se reconoce por primera vez en la historia de los planes de desarrollo del país el papel integrador
de la economía solidaria, su capacidad de unir voluntades e intereses económicos y sociales y su
potencial para participar, con criterios equitativos, en procesos que conduzcan a mejorar la calidad
de vida de los colombianos.
El desarrollo de la economía solidaria permitirá ampliar la base productiva del país y facilitar a
sectores pobres de la población el acceso a los recursos productivos y sociales mediante la
organización empresarial asociativa. Estos procesos de democratización de la propiedad, requieren
la participación del sector solidario en general, porque son expresiones empresariales que combinan
la eficiencia y eficacia del sector privado con el interés social… (Departamento Nacional de
Planeación. Conpes 2823)
Con esta Ley se determinó el marco conceptual que hoy regula la economía solidaria, se
transformó una vez más a la entidad que por el Estado se encarga de la economía solidaria: el
79
Es de resaltar que a partir de la Ley 454 de 1998 se comenzó a hablar de un sector solidario,
ya no solo de un sector cooperativo, como lo establecía la Ley 79 de 1988, conformado ahora por
organizaciones solidarias: cooperativas, fondos de empleados, asociaciones mutuales,
precoperativas e instituciones auxiliares de la economía solidaria.
Lo anterior, entre otras razones, porque a partir de la Ley 100 de 1993 los costos de la
nómina subieron por la cotización necesaria para pensión, salud y riegos profesionales y los
empleadores quisieron recortar costos, lo que se vio reflejado en la proliferación de CTA que
contrataban empleados para colocarlos, especialmente en empresas de salud (Confecoop, 2009).
Dentro de la normatividad que destacamos en el período 2000 -2014, está una nueva
restructuración del Departamento Administrativo Nacional de la Economía Solidaria – Dansocial
en 2003, con el Decreto 1798, que modificó su estructura, ajustando algunos grupos internos de
trabajo y sus funciones.
Tres años después de este Decreto llegó la primera norma para las cooperativas y
precooperativas de trabajo asociado del período señalado, se trató del Decreto 4588 de 2006, que
reglamentó su organización y funcionamiento.
Son organizaciones sin ánimo de lucro pertenecientes al sector solidario de la economía, que
asocian personas naturales que simultáneamente son gestoras, contribuyen económicamente a la
cooperativa y son aportantes directos de su capacidad de trabajo para el desarrollo de actividades
económicas, profesionales o intelectuales, con el fin de producir en común bienes, ejecutar obras o
prestar servicios para satisfacer las necesidades de sus asociados y de la comunidad en general
(Decreto 4588 de 2006. Artículo 3).
Se destaca de esta norma la clara prohibición para las CTA de ser intermediarias o empresas
de servicios temporales, ni suministrar personal a terceros.
Reforzó, además, la prohibición tajante que hizo el Decreto 4588 de no servir como
intermediarias ni realizar tercerización laboral.
En 2008 se expidió otra ley que vinculó a las cooperativas de trabajo asociado, la 1233. Por
esta se crean las contribuciones especiales a cargo de las cooperativas y precooperativas de trabajo
asociado, con destino al Servicio Nacional de Aprendizaje, Sena, al Instituto Colombiano de
Bienestar Familiar, ICBF, y a las Cajas de Compensación Familiar.
Luego del Conpes 2823 de 1995 Política de modernización y desarrollo del sector de
economía solidaria, en 2010 se aprobó el Conpes 3639 Política de desarrollo empresarial para el
sector de la economía solidaria, que estableció como tareas pendientes para el sector la regulación
para el desarrollo empresarial; el ajuste institucional del sector para el desarrollo empresarial; la
simplificación y racionalización de los trámites para el registro y la supervisión de la forma
solidaria; prevenir el uso inadecuado de las cooperativas y precooperativas de trabajo asociado;
optimizar los esquemas de regulación y supervisión para la prestación de servicios financieros;
facilitar el acceso a instrumentos de fomento; y fortalecer el suministro de información y
estadísticas del sector.
82
En 2011 se volvió a legislar para las cooperativas de trabajo asociado con el Decreto 2025,
que reglamentó parcialmente la Ley 1233 de 2008 y el artículo 63 de la Ley 1429 de 2010, arriba
reseñados, acerca de la contratación de trabajadores a través de cooperativas y pre cooperativas de
trabajo asociado.
Ocho años después, la Ley 9 de 1971, decretó que, para favorecer la democracia de
participación en el sector educativo, generar oportunidades educativas especialmente para los más
pobres y abaratar los costos de la educación, el Estado fomentaría los institutos docentes de
carácter cooperativo o mutuario. Nacieron entonces los colegios cooperativos.
La ley plantea, además beneficios como financiamiento por parte de las entidades del
Estado encargadas del crédito educativo como el Banco Popular, el Instituto de Financiamiento
Cooperativo y el Fondo de Progreso Educativo.
La Ley 79 también establece como requisito para reconocer la personería jurídica a las
cooperativas que sus fundadores acrediten capacitación en educación cooperativa de más de 20
horas y asigna al Departamento Administrativo Nacional de Cooperativas la responsabilidad de
impartir esta educación a los sectores indígenas y agropecuarios (Ibíd.).
Asimismo, el artículo 54 de la mencionada ley dice que de haber excedentes del ejercicio
de la cooperativa se deberá utilizar mínimo el 20 por ciento para el fondo de educación (Ibíd.).
Para las cooperativas de educación establece esta ley en su artículo 68 que serán
constituidas por sus usuarios y trabajadores y podrán atender todos los grados de enseñanza,
incluyendo la educación superior.
consumo y demás servicios tendrán una finalidad educativa y se adelantarán a través de talleres
cooperativos que serán reglamentados por el Ministerio de Educación y el Departamento
Administrativo Nacional de Cooperativas (Ibíd.).
En 1994 se expidió la Ley 115 o Ley general de educación. Esta ley señala las normas
generales para regular el servicio público de la educación. En esta norma se establece la
obligatoriedad de la educación cooperativa desde el preescolar hasta la secundaria:
En todos los establecimientos oficiales o privados que ofrezcan educación formal es obligatoria en
los niveles de la educación preescolar, básica y media cumplir con: d) La educación para la justicia,
la paz, la democracia, la solidaridad, la confraternidad, el cooperativismo y, en general, la
formación de los valores humanos (Colombia. Congreso de la República, 1994).
La Ley 454 de 1998, que conjuntamente con la Ley 78 de 1988 representa la base normativa
de la economía solidaria en Colombia, promueve la consolidación de la cultura solidaria en las
85
Uno de los principales aportes de la Ley 454 de 1998 fue la creación del Departamento
Administrativo Nacional de la Economía Solidaria (Dansocial) como ente rector de la economía
solidaria en el país, como se vio arriba.
De acuerdo a la Ley 454 de 1998 entre las tareas que en materia de educación solidaria la
ley le otorga a la nueva entidad están las de coordinar redes para su promoción, fomento,
protección y desarrollo empresarial, adelantar investigaciones sobre el tema y llevar las estadísticas
sobre las organizaciones solidarias y su realidad (Colombia. Congreso de la República, 1998).
También dispone que Dansocial promoverá la creación y desarrollo de las diferentes formas
asociativas y asistirá técnicamente a las comunidades que deseen asociarse solidariamente.
En educación solidaria la Entidad debe divulgar los principios, valores y doctrina de las
organizaciones de la economía solidaria y promover la educación solidaria, así́ como la relacionada
con la gestión socioempresarial para este tipo de entidades. Debe también organizar los procesos
de inducción y educación en la práctica de la economía solidaria y expedir certificados de
acreditación sobre educación en teoría y práctica de economía solidaria.
La Ley 454 de 1998 en su artículo 63 define que para registrar el acto de constitución de
las organizaciones de economía solidaria es necesario el certificado de acreditación sobre
educación solidaria que debe expedir el Departamento Administrativo Nacional de la Economía
Solidaria (Ibíd.).
Fue solo hasta el año 2000 cuando tanto el Ministerio de Educación Nacional como el
Departamento Administrativo Nacional de la Economía Solidaria vieron la necesidad de orientar
los lineamientos para la promoción de la educación solidaria y emitieron conjuntamente la
Directiva 031.
86
Asimismo, define los principios de la educación solidaria por los que se deben regir las
organizaciones, esto son:
87
Fuente: Elaboración propia de acuerdo a lo establecido en la Directiva 0031 (Departamento Administrativo Nacional
de la Economia Solidaria; Ministerio de Educación Nacional, 2000).
La Resolución también establece quiénes serán los sujetos de la educación solidaria: comité
de educación; asociados; órganos de administración de vigilancia y control; empleados; personas
naturales o jurídicas que imparten educación a las organizaciones solidarias; organismos de
Integración del sector y las entidades gubernamentales y no gubernamentales que coadyuven al
logro de los fines del Proyecto Educativo Social y Empresarial de la organización.
La norma exige que toda organización solidaria debe tener un plan de desarrollo que
permita cumplir con sus necesidades y que éste deberá estar sustentado en un Proyecto Educativo
Socio Empresarial PESEM, que es “el proceso permanente que orienta la ejecución del plan de
desarrollo a través de actividades educativas enmarcadas en los ámbitos de investigación,
promoción, formación, capacitación y asistencia técnica” (Ibíd.).
88
Dos años después esta resolución fue modificada por la Resolución 602 de 2003, dejó
vigente algunos artículos, derogó y modificó apartes de otros, y estableció nuevas disposiciones
que no contenía la resolución anterior, quedando vigentes dos resoluciones que regulan el proceso
de acreditación.
En 2006 vio la luz el documento del Plan Decenal de Educación 2006 -2016, que pretendía
ser un pacto social que contenía los lineamientos para el desarrollo educativo en Colombia.
Significó un insumo fundamental para los planes de desarrollo tanto nacionales como territoriales.
Macro metas y
metas
Capítulo.
Mecanismos de Macro
Título Macro metas y Macro objetivos y
Macro metas y metas Macro metas y metas Acciones participación Objetivos y
metas objetivos
del sector Objetivos
productivo y
solidario
3. Educación en valores,
4.Estructura y organización Políticas
6. perfil del estudiante 5. currículo participación y convivencia
escolar públicas
democrática
sostenible y el de
mundo laboral. Colombia
19. Fortalecer
Proyecto Nación. 2. Lograr una
las escuelas de
educación que contribuya a la
padres como
construcción de un país
espacios de
productivamente competitivo, pero
formación en
más equitativo en términos de la
derechos
redistribución de las riquezas,
humanos,
democrático e inclusivo, con justicia,
Acciones
solidaridad social, amor y convivencia;
convivencia
una cultura de respeto hacia el otro y
pacífica,
cooperación hacia los demás, con
solidaridad y
miras a la construcción de un proyecto
democracia,
de sociedad y de un sujeto más integral,
con el apoyo de
conocedor de sus derechos y
las JAC y otras
políticamente más activo
organizaciones
Fuente: Elaboración propia de acuerdo a lo establecido en Plan Decenal de Educación 2006 -2016 (CIFE; Universidad de los Andes, 2007)
92
Se destacan en el documento del Plan Decenal varios apartes en donde, bien sea como
objetivos, metas o acciones, aparecen nombrada la solidaridad y la economía solidaria, es el
caso de una de las metas del Capítulo X, titulado Otros actores en y más allá del sistema
educativo, que dice: “Incrementar la fundamentación teórica y práctica de la solidaridad, el
cooperativismo y la economía solidaria en los establecimientos educativos de Colombia”
(CIFE; Universidad de los Andes, 2007).
Otra de las metas del Plan apunta a que: “El 25% de los establecimientos educativos
ejecutan proyectos pedagógicos relacionados con solidaridad, cooperativismo y economía
solidaria y Educar en los principios de la Constitución Política de Colombia, sobre todo en
lo referente a la solidaridad y la mutualidad” (Ibíd.).
Finalmente, cabe señalar que una de las metas del Plan Decenal de Educación para
2016 es el desarrollar paquetes educativos institucionales dentro de planes tutor, curriculares,
centrados en el desarrollo humano, en el desarrollo de pensamiento, del emprendimiento y la
economía solidaria.
Un año después una nueva resolución, la 426 de 2008 establece los requisitos para
impartir cursos de inducción y educación en economía solidaria y la expedición de
certificados de acreditación sobre este tipo de educación en Colombia.
Lo anterior desconoce las potencialidades que tiene la economía solidaria para aportar en
temas sociales y económicos, en el desarrollo regional, en el cambio y sociales y en todos los
espacios que se enunciaron en el capítulo anterior.
4. EDUCACIÓN SOLIDARIA
Ese sistema inicial de principios, que logró ubicar a la cooperativa como un modelo
eficiente y viable, y al cooperativismo como una importante fuerza social, fue reformulado y
adoptado por la II Asamblea General de la ACI (Alianza Cooperativa Internacional) en 1995.
La nueva propuesta define como valores cooperativos los siguientes: ayuda mutua,
95
Estos valores y principios que rigen a las cooperativas en el mundo fueron adoptados
también para las organizaciones de economía solidaria en Colombia (cooperativas,
asociaciones mutuales y fondos de empleados), y por ende, a la propia economía solidaria.
Así, la importancia de la educación solidaria radica entonces, desde el punto de vista social
y humano, en la formación con valores, en la construcción de mejores ciudadanos, y en la
dimensión económica en la gestión y promoción empresarial.
Para Vallladares (2008) con la enseñanza de los valores, principios y de las formas
asociativas de la economía solidaria, es posible formar niños y jóvenes que tengan una
conducta democrática, que acepten las opiniones ajenas, que se preocupen por los demás,
que piensen en la comunidad, que tengan un sentido de justicia, vocación solidaria, con
tendencia al trabajo en equipo, incluyendo a todos sin discriminación alguna, que sepan que
deben afirmar su actividad en la cooperación, la solidaridad, la ayuda mutua y el esfuerzo
propio. Que actúen debatiendo hasta lograr al consenso. Que compartan ideales y que los
reflejen y concreten en acciones.
Es justamente es allí donde la economía solidaria y educar para ésta marcan una
notable diferencia en contraposición a lo que se aprende y practica en el marco de la economía
tradicional o capitalista, cuyos principios están definidos en la propiedad privada, el interés
propio, la competencia, el mercado y el individualismo.
(…) las estructuras de poder egoísta y brutal viven muy bien sin necesidad de cualidades
morales. En cambio, cualquier estructura que anhela ser humana, justa y fraterna, tiene,
necesariamente, engranajes delicados y frágiles. Se presta a los abusos y a los fraudes. Esta
necesidad de formar a los hombres, si no se la quiere reconocer, constituye un punto débil de
la idea cooperativa. En cambio, si se encuentra y se aplican los medios para hacer frente a
ella se transformará en la honra de las estructuras cooperativas que llevan al hombre hacia
arriba, mientras el capitalismo lo llevara hacia abajo (Lasserre, 2009).
En la medida en que a las personas se les pueda orientar para que entiendan que
cooperar también es racional y que confiar en el otro también tiene sentido van a entender su
rol dentro de la organización solidaria.
La educación no sólo se constituye como un principio cooperativo sino como la virtud más
compleja, importante y decisiva del modelo cooperativo. Es a partir de la educación como los
individuos pueden llegar a comprender que la cooperación es una herramienta eficiente para
generar mejores condiciones de vida y para prosperar colectivamente; de manera adicional,
es a partir de los procesos de educación y formación como los asociados pueden comprender
de mejor forma su propia propuesta de cooperación, la necesidad de mantener un equilibrio
permanente entre las relaciones sociales y económicas y la necesidad de proteger elementos
como la democracia, la participación y la equidad, aspectos fundamentales de la cooperación
a partir de una organización productiva. (Silva, 2010)
Educación solidaria en la *Unidad Ley 115 de 1994 (Ley General La Unidad Administrativa
educación formal: Administrativa de Educación) Especial de Organizaciones
Programa de Educación Especial de formuló el Programa de
Solidaria Organizaciones Ley 454 de 1998 Educación bajo los criterios
Solidarias del Ministerio de
Plan Decenal de
Educación en lo
*Ministerio de concerniente al
Educación 2006 - 2016
Educación Nacional emprendimiento.
Actualmente se encuentra
*Instituciones
en una primera fase de
educativas
implementación con
recursos y cobertura
mínimos.
4.1.1 Exploradores solidarios una propuesta de educación solidaria desde los gremios
Este módulo, como los anteriores, incluye talleres y actividades para hacer en grupo
como maquillarse conforme a las tribus indígenas asentadas en la región donde hoy se
encuentra el departamento de Santander y el Desafío de la solidaridad, una competencia que
lleva un día en donde cada equipo debe enfrentan varias pruebas, cada una de ellas representa
un valor cooperativo. Al final se suman los puntos obtenidos en cada prueba y registra en un
cuadro como el siguiente:
Tabla 14 Ejemplo actividad exploradores solidarios
DESAFÍO DE LA SOLIDARIDAD
Somos iguales
Los títulos principales de este módulo son: Ser emprendedor; Organizando nuestras
ideas para el emprendedor solidario; Nuestra idea empresarial; Nuestra planeación
empresarial y Construyendo nuestro ideal empresarial solidario.
En cada uno de los módulos que comprende esta herramienta, así como en la misma
concepción de la experiencia de Exploradores solidarios la idea de lo regional y lo autóctono
cobra gran significado. Para destacar que es el Jeque quien direcciona el accionar de cada
uno de los clanes y que cada actividad concluye con una reflexión conjunta que tiene lugar
en La Minga. Se rescatan así las formas de organización y jerarquías de los indígenas que
poblaron esta región.
de calle de San Gil y apoyarlos para que obtuvieran alimentación, servicio de baño, atención
en salud y compartir con ellos, ofreciéndoles momentos de recreación.
Dado el impulso que los jóvenes le dieron a esta primera campaña los medios de
comunicación regional le dieron gran despliegue y la población se sumó a la causa. El
entusiasmo fue tanto que los niños y adolescentes por iniciativa propia comenzaron a elaborar
manillas para la venta y la financiación de nuevas campañas, como el arreglo de parques y la
construcción de viviendas. Nació así un movimiento al que la Fundación Coomuldesa le dio
una estructura.
Para Amado (2015) los más “agradecidos” fueron los padres de estos jóvenes, algunos
afiliados a la cooperativa, otros no. Pues sintieron un cambio importante en sus hijos “en la
mañana ya no dejaban tirado el desayuno, trataban mejor a la persona que los ayudaba en
casa y valoraban lo que les ofrecían”.
A los jóvenes les gustó mucho lo que estaban haciendo, que para ellos era Explorar
el mundo”. El término “explorador” los definía muy bien, y “solidario” porque sus acciones
fueron de corte social y de apoyo humanitario. Surge así Exploradores Solidarios, que se
formalizó con una asamblea, un consejo de administración, un gerente, unos grupos de apoyo
de acuerdo con los intereses de los jóvenes (ecología, niños, producción de televisión).
El eduentretenimiento
Exploradores solidarios cuenta con varios grupos, algunos de los cuales realizan
producción de piezas comunicativas, otros trabajan el tema medioambiental, o el tema de la
dignificación de los animales. Otros, por el contrario, han dirigido sus esfuerzos al
emprendimiento. Todo lo anterior con el acompañamiento y la asistencia de entidades
cooperativas que patrocinan algunas de sus campañas.
Los diferentes grupos utilizan términos como jeques, caciques, tribus y clanes hacen
parte del lenguaje de exploradores solidarios. Jeque es la persona que dirige la tribu (el grupo
106
Los clanes son cinco, cada uno con un objetivo diferente: el clan Solidario, que
representa la solidaridad y la cooperación y se encarga de apoyar el mejoramiento de las
condiciones de vida de la comunidad por medio de jornadas de salud y visitas a comunidades
vulnerables.
Los líderes de cada grupo se reúnen cada año en encuentro para dar la línea del trabajo
del año siguiente y proponen las fechas y lugares y temas para otros encuentros locales y
regionales.
Los jóvenes y niños que se encuentran vinculados en el proceso formal superan los 7
mil en Santander, y no formal 22 grupos con un promedio de 20 a 25 jóvenes cada uno
Surge una propuesta de Escuela de liderazgo cooperativo, que inicia con Exploradores
solidarios, que entrega en grado once un proceso de certificación y formación. A estos
jóvenes vinculados al proceso de formación, que no necesariamente son los mejores
estudiantes pero que se reconocen como líderes se les ofrece una beca para iniciar un proceso
siguiente en un instituto de formación técnica que ofrece programa para capacitar a los
futuros empleados del sector cooperativo.
Pero ser empleado es solo una opción, además de la línea cooperativa, que va
encaminada a formar el talento humano que necesitan las cooperativas de ahorro y crédito,
existe la línea empresarial que tiene el objetivo de generar en los jóvenes la reflexión acerca
de lo que pueden lograr con una unidad empresarial. Hoy se cuenta con 22 de estas unidades,
que reciben apoyo de cooperativas ya sea con créditos o asistencia técnica.
Una alumna de séptimo grado del Colegio Cooperativo de San Gil dice que Exploradores
solidarios es algo inolvidable porque somos niños cooperativistas aprendiendo a ahorrar para
un viaje, para comprarse algo, pero con la plata de uno. Realmente hemos compartido mucho
108
en familia, digámoslo así porque vamos a jornadas juveniles y culturales, novenas solidarias
(Castro, 2015).
“Las actividades que hacemos son lúdicas pero muy buenas para el aprendizaje, nos
educan tanto moralmente como cómo cuidar el planeta y campañas de aseo. Son clases
recreativas y hay compañerismo” (Pardo, 2015).
Las clases que realizamos con Exploradores solidarios son lúdicas, se hacen fuera del aula, a
través de juegos, en salidas al municipio. El fin es fomentar en los chicos la solidaridad y el
respeto mutuo. En los niños se promociona mucho el ahorro, a través de un programa que se
llama súper junior se motiva a los niños a que abran su cuentica y que sigan ahorrando para
un mejor futuro, para cuando terminen su bachillerato ojalá ya tengan algo de ingresos para
iniciar su carrera universitaria o cualquier tecnología (Camacho, 2015).
“Queremos formar mejores personas, mejores seres humanos, personas de bien, que
para ellos el valor y la solidaridad no sea algo etéreo sino algo tangible, que lo practiquen día
a día en su cotidianidad” (Pereira, 2015).
Divulgar los principios, valores y doctrina por los cuales se guían las organizaciones
solidarias y promover acciones para la educación solidaria, así como también la
relacionada con la gestión socioempresarial para este tipo de organizaciones.
Organizar los procesos de inducción y educación en la práctica de la economía
solidaria y expedir certificados de acreditación sobre educación en teoría y práctica
de economía solidaria, de acuerdo con las orientaciones del Ministerio del Trabajo.
109
El curso en mención está diseñado para una intensidad de 20 horas y el fin es el de cumplir
con el requisito para constitución de organizaciones de economía solidaria. La Unidad
Administrativa acredita a organizaciones para que impartan este curso a nivel nacional. La
Resolución 426 de 2008 establece los contenidos mínimos que las entidades acreditadas
deben tener en cuenta.
Según datos publicados en el Informe de Rendición de Cuentas 2015, las 243 entidades
acreditadas existentes capacitaron en economía solidaria a 13.117 personas entre 2010 y
2014.
Dentro de las metas del Plan Nacional Decenal de Educación se estableció que:
(…) En el 2016 deberán construirse paquetes educativos institucionales dentro de planes tutor,
curriculares, centrados en el desarrollo humano, en el desarrollo del pensamiento, del
emprendimiento, de la economía solidaria, con cohesión de contenidos pertinentes al ámbito
laboral, y en concordancia con las comunidades y los contextos (CIFE; Universidad de los
Andes, 2007).
Lo anterior proyectaba ser una estrategia para cumplir con la misión institucional en
términos de la promoción de la cultura de la asociatividad y la solidaridad y la generación de
conocimiento para el sector solidario desde la educación formal, siendo estas acciones
materializadas en la implementación del proyecto “Actualización, diseño e implementación
de herramientas de educación en y para la solidaridad en Colombia” (Unidad Administrativa
Especial de Organizaciones Solidarias, 2013). Del cual se deriva el diseño e implementación
del programa de educación solidaria para las instituciones educativas del país.
vincular a la escuela al sector productivo. Previo a esto todos los docentes recibieron el Curso
básico de Economía Solidaria.
Dado que algunas de las instituciones que participaron en esta fase contaban con
organizaciones solidarias como fondos de empleados o cooperativas, el Programa quiso
vincularlas al proceso para que trabajaran articuladamente con la institución y compartieran
la implementación del Programa desde el conocimiento de cada una.
Proyectos transversales. Aquí dos o más áreas unen esfuerzos para incorporar
explícitamente el trabajo sobre las competencias.
Concluida la estructuración del Programa, durante las fases I y II, la tarea siguiente
es la de implementarlo en las escuelas y realizar su evaluación permanente en articulación
con las directrices que sobre emprendimiento dio el Ministerio de Educación Nacional, a
113
Dado que entre las acciones pendientes de estas dos primeras fases quedó la de dar
continuidad a los diferentes procesos educativos que se desarrollaron en las instituciones
participantes en la construcción del Programa, en 2013 y 2014 se continuó su implementación
en 100 instituciones educativas de 18 departamentos, escogidas aleatoriamente.
La Guía del maestro explica el Programa paso a paso y direcciona a los profesores en
la implementación de acuerdo a las líneas escogidas por la institución. Presenta dinámicas,
actividades lúdicas y ejemplos sobre economía solidaria.
Los ciclos explican con ejemplos prácticos qué es la economía solidaria, sus valores
y principios, el emprendimiento, la innovación y el liderazgo, entre otros temas. El Ciclo 1,
por ejemplo, cuenta con cuatro momentos: Estrategia diagnóstica o de reflexión; Estrategia
de apropiación; Estrategia de gestión asociativa o de acción; y Estrategia de evaluación
formativa.
Después de analizar los contenidos de cada uno de los ciclos que componen el
Programa de Educación Solidaria, fue claro identificar que éstos responden a un paso a paso
que debe llevar al estudiante desde el conocimiento de los valores y principios solidarios y
115
Dado que en el nuevo Plan Nacional de Desarrollo 2014 – 2018 existe un pilar
denominado Educación, y que dentro de éste la asociatividad solidaria es nombrada como
una estrategia viable para aportar al desarrollo, se abren oportunidades para que el Programa
de Educación Solidaria pueda vincularse a las políticas que buscan un país más educado.
La herramienta está dividida en dos partes: Manual del multiplicador y Guía del
facilitador, con siete capítulos para cada una: El árbol de la cultura solidaria y la convivencia;
Liderazgo transformador; Trabajo en equipo; Manejo de conflictos; Eje cultura solidaria y
convivencia; Comunicación pública asertiva y Planeación participativa.
El esfuerzo se quedó allí, en un texto que hoy está archivado en los armarios del centro
documental de la Unidad Administrativa Especial de Organizaciones Solidarias y que nunca
se implementó ni se dio a conocer. Únicamente fue la evidencia contractual del convenio
firmado entre las partes.
118
Lo anterior representa una de las razones por las cuales el tema de la economía
solidaria y sus bondades siga en el anonimato para la gran mayoría de los colombianos, que
no entienden de qué trata este modelo que pretende ser una alternativa de desarrollo y una
forma diferente de hacer economía.
Valencia (2014) asegura que más que hacer leyes sobre economía solidaria se debe
apoyar este modelo, ya que no se puede normativizar la producción de conocimiento. Las
leyes no aseguran nada. Se trata de que el Estado apoye la educación solidaria, pero con un
acuerdo establecido con el sector solidario.
Para Dávila (2014) el problema radica en el desconocimiento que sobre el tema tienen
los mismos legisladores, que, desde su ignorancia, inclusive, legislan en contra de este tipo
de educación.
Tanto Dávila (2014) como (Fajardo 2015) señalan como ejemplo de lo anterior el
Decreto 2880 de 2004 que establece la utilización del 20 por ciento de los excedentes del
ejercicio de las organizaciones de economía solidaria para la educación formal como apoyo
a la política educativa del Estado.
Así, una responsabilidad que es enteramente del Estado pasa a ser compartida por
organizaciones privadas. El Decreto 2880 no aclara que los recursos de educación basados
en los excedentes cooperativos deben ser para educar en el modelo solidario y no para la
educación en general, con lo que se perjudica la posibilidad de fortalecer la educación
solidaria.
Otro tanto ocurre con lo establecido en el Plan Decenal de Educación 2006 – 2016,
que fue un aporte del sector solidario al documento, allí se establece que se deben
implementar programas de capacitación en asociatividad, cooperativismo y en generación de
proyectos productivos, flexibles, con el fin de disminuir la deserción escolar debido a la
necesidad de los estudiantes de generar ingresos para su manutención y la de sus familias.
Con este panorama es claro que falta voluntad y compromiso para fortalecer la
educación solidaria en la educación formal. La Unidad Administrativa Especial de
Organizaciones Solidarias, encargada de esta misión en Colombia, contó con un presupuesto
de 100 millones de pesos en 2014 para atender a todo el país. Con este recurso, que incluía
la elaboración de material educativo, el resultado fue la visita a 100 instituciones educativas
para llevar información sobre educación solidaria. No hubo recursos para hacer seguimiento
ni para establecer planes de acompañamiento para aquellas instituciones interesadas en
implementar la educación solidaria en sus currículos.
en el país, debería ser éste quien asegure que los temas sobre economía solidaria se incluyan
en la educación formal como lo establece la normatividad.
Fajardo (2015) argumenta que, si bien el Estado se muestra poco interesado en hacer
más por la educación solidaria, los mismos asociados a las diferentes organizaciones del
sector solidario no realizan su tarea:
Tampoco estamos haciendo todo lo que necesitamos hacer y todo lo que debemos hacer para
que haya una consciencia solidaria más clara. O sea: cooperativas grandes que crecen
financieramente, que crecen económicamente, pero cuyos asociados no militan en las causas
cooperativas, cómo logramos que cada asociado a una cooperativa, a una mutual, a un fondo
de empleados, o a cualquier organización solidaria no sea simplemente un socio más, sino
que sea un militante de la economía solidaria, entonces en los dos terrenos hay deficiencias,
hay tareas incumplidas. (Fajardo, 2015 entrevista propia).
En esa misma línea Dávila (2014) asegura que no solo el Estado tiene responsabilidad
en el fomento y fortalecimiento de la educación solidaria, el sector solidario está llamado a
exigirle a éste el cumplimento de la Constitución de 1991 que establece que el Estado
protegerá y promoverá las formas asociativas y solidarias de propiedad (art 58) y que
fortalecerá las organizaciones solidarias y estimulará el desarrollo empresarial (art 333).
Para Dávila (2014) los principales responsables de la educación solidaria deben ser
los mismos gremios del sector solidario, con lo que aseguran mantener la autonomía y la
posibilidad de desarrollar el autocontrol. Por esta razón les corresponde la tarea de educar,
formar, capacitar e informar alrededor de una propuesta que plantea otra manera de hacer
economía.
Valencia (2014) afirma que apartando la responsabilidad que el Estado tiene para
fomentar la educación solidaria se hace necesario que la misma comunidad se empodere de
estos procesos, pues no se trata solo de exigir privilegios, es necesario integrarse en
verdaderas fuerzas políticas bajo los principios de participación comunitaria, donde se logre
estar presente en los diferentes planes de desarrollo, en el presupuesto participativo y en los
planes de ordenamiento territorial.
El sector solidario colombiano está llamado a participar con propuestas en todos los
ámbitos. Ante una crisis como la ambiental, por ejemplo, no se conoce una sola propuesta
del sector solidario. (Valencia, 2014 entrevista propia).
Pinzón (2014) dice que la responsabilidad de la educación solidaria debe recaer sobre
el mismo sector, que debe darle la importancia, desarrollando programas de impacto. Para
este estudioso del tema si se quiere mejorar la situación de Colombia se requiere un
movimiento solidario fuerte con capacidad de autogestión, que impulse integradamente su
desarrollo y consolidación.
Acero (2014) asegura que muchas veces las organizaciones solidarias se dejan
deslumbrar por las cifras financieras y abandonan lo esencial, que es la educación
cooperativa,
La respuesta es una sola y está dada desde el mismo origen del modelo cooperativo:
¡educación! Si la educación, la formación e información/comunicación, quinto elemento
cooperativo, es considerado el principio de principios, nos preguntamos ¿Por qué no
planeamos, dirigimos, ejecutamos, evaluamos, controlamos y mejoramos a partir de este
principio?
(…) Debemos ¡volver a lo esencial! Y lo esencial es lo que nos hace una forma poderosa de
desarrollo y nos asegura la sostenibilidad socioeconómica y cultural. (Acero, 2014)
Para Cuy (2015) hoy la mayoría de las organizaciones de economía solidaria acuden
a la educación únicamente para cumplir un requisito legal que las obliga a cierto número de
horas de capacitación en temas solidarios con lo cual pueden constituirse empresarialmente,
pero la esencia de la que hablaba Acero (2014) no existe.
124
Una de las discusiones que propuso el desarrollo de esta investigación hace referencia
a la necesidad o no de incluir la educación solidaria en la educación formal como una manera
de fomentarla desde la Escuela y asegurar que la economía solidaria perdure y pueda brindar
a las comunidades todas sus ventajas.
Pero el aspecto negativo para Dávila (2015) es que no existen en Colombia los
suficientes docentes preparados, que entiendan esta “otra manera de hacer”, y las diferencias
entre la economía de mercado y la solidaria.
Una propuesta bien intencionada puede causar un daño gigantesco, pues si los actores y
sujetos sociales responsables de esa actividad (profesores y maestros) no están bien
calificados en el tema, esto puede conducir a una confusión inmensa, como la que se aprecia
entre líderes, directivos, gerentes, empleados y funcionarios del Estado, hoy en día (Dávila
2014).
Por su parte Pinzón (2014) señala que por más de 40 años los representantes e
investigadores del sector solidario han venido solicitando y luchando porque se implemente
la educación cooperativa y solidaria en todos los niveles del sector educativo colombiano.
Para él el futuro del sector solidario y del país está en las manos de la niñez y la juventud y
son quienes deben estar preparados para enfrentar un mundo cambiante y complejo.
La segunda etapa que tendrá lugar a partir de 2016 será la implementación del
Programa de Economía Solidaria propiamente dicho.
Con este horizonte, en donde solo 23 instituciones educativas de más de 22 mil que hay en
Colombia según el Sistema Nacional de Información de Educación Básica -Directorio Único
de Establecimientos Educativos – DUE, podrán acceder a la educación solidaria, por carencia
de presupuesto, compromiso y desconocimiento del modelo asociativo solidario, inclusive
desde Estado y las mismas organizaciones de economía solidaria, la posibilidad de incluir la
educación solidaria en los currículos de la educación formal parece lejana.
En el momento actual, crear un clima propicio al posconflicto, a dejar los odios y las
venganzas atrás, a vivir en paz. (Dávila, 2014).
Esto, lejos de ser solo una falencia en la normatividad, es un elemento que aporta a
desdibujar lo que es realmente la economía solidaria, ya que estas organizaciones son las
encargadas de brindar las horas de capacitación exigidas en economía solidaria, y si sus
docentes no comprenden a cabalidad lo que es este modelo se impulsan nuevas
organizaciones en donde los valores y principios cooperativos y solidarios no son el centro
de su accionar.
En la Resolución 194 de 2001 expedida por el Dansocial, por la cual se establecen los
fundamentos, criterios, parámetros y requisitos de los procesos de inducción y educación en
economía solidaria, y la expedición de los certificados de acreditación sobre educación en
teoría y práctica se define los contenidos mínimos:
Por otro lado, la Unidad Administrativa establece para cada vigencia un número de
organizaciones acreditadas, lo que mide con indicadores de producto, sin tener en cuenta la
calidad de estas entidades. Para 2014 la entidad del Estado contaba con cerca de 240
acreditadas, de las cuales solo 40 reportaron información.
Para generar mecanismos de interacción entre las entidades acreditadas para impartir
economía solidaria y la Unidad Administrativa Especial de Organizaciones Solidarias en la
misma Resolución 426 se estableció la función de esta entidad de promover la creación de
consejos pedagógicos del sector solidario. Un año después, la Circular 06 les otorgó las
funciones de asesoría en el diseño de la política educativa del sector solidario, articulando y
apoyando su implementación, además de ser promotores para la divulgación e impulso de la
educación solidaria en los distintos territorios.
del papel del Estado y no aportan propuestas ni definen planes de acción para mejorar la
educación solidaria desde ellos mismos.
oportunidades que conllevan los cambios socioeconómicos en el país y que, por supuesto,
afectan a las organizaciones, y mucho menos orientan hace los valores y principios solidarios.
Falencias por parte del Estado, que legisla sin conocerlo y al desconocerlo no lo apoya
suficientemente. Falencias por parte de las organizaciones que ven en la educación solidaria
un espacio para organizar actividades que en nada aportan a mostrar la verdadera esencia del
modelo y se limitan a cumplir lo establecido en la normatividad en cuanto a requisitos
mínimos, pero se quedan allí.
Esto no solo perjudica el conocimiento que la gente pueda tener acerca de la economía
solidaria y sus ventajas, sino que pone en peligro la perdurabilidad misma del modelo ante
las dinámicas del modelo dominante, este sí reconocido y apoyado ampliamente.
una de economía solidaria, o simplemente “recitan” los valores y principios cooperativos sin
vivenciarlos, sin interiorizarlos.
Ante este horizonte, se antoja que el país está desaprovechando una oportunidad única
para generar cambios que permitan a muchas comunidades, no solo a las más pobres, mejorar
sus condiciones de vida a través de una herramienta, que como lo vimos arriba, funciona
perfectamente para fomentar los valores, formar mejores ciudadanos, alejar el
asistencialismo de los programas del Estado, reconstruir el tejido social, construir propiedad
colectiva, unir capacidades para satisfacer necesidades comunes, disminuir el individualismo
y generar ingresos económicos: la economía solidaria.
Como se pudo evidenciar a lo largo de este trabajo, uno de los grandes problemas de
la economía solidaria es el desconocimiento que sobre ella existe en Colombia, un reto
interesante para la comunicación, que debería aportar en la divulgación de sus contenidos y
resaltar sus particularidades y casos de éxito. No hablamos aquí de las grandes empresas de
divulgación de información (aunque no se excluyen), sino de las mismas organizaciones del
133
sector solidario, que cuentan con emisoras comunitarias, canales locales de televisión,
periódicos regionales y páginas de internet, entre otros.
Son estos los canales llamados a difundir la economía solidaria, por lo menos en un
primer momento. Hoy vemos muchas de las parrillas de programación de estos medios
alternativos y la gran mayoría replica los mismos contenidos de los grandes canales, sin
marcar la diferencia.
En últimas, las organizaciones del sector solidario permean todos los sectores de
bienes y servicios y muestran interesantes cifras económicas y sociales, como las que vimos
en los primeros capítulos, pero, en palabras de (Benitez, 2013) “simplemente tienen que
aprender a contarlo, porque la gente no se vinculará a un modelo que desconoce, por muy
bueno que sea”.
Teniendo como referencia los textos consultados, las entrevistas y, especialmente las
experiencias de educación solidaria analizadas, es claro que este tipo de educación brinda
una alternativa para emprender, para satisfacer las necesidades comunes de una comunidad
desde lo meramente económico y de mercado. Sin embargo, su verdadera fortaleza y real
diferencia con el modelo capitalista, es el componente social.
CONCLUSIONES
Los principios y valores planteados por la génesis del cooperativismo a través de los pioneros
de Roschdale y luego adoptados en su versión ampliada por la Alianza Cooperativa
Internacional ACI, siguen teniendo vigencia y ha permeado la economía social y solidaria en
el mundo, cuyo cumplimiento han generado la fortaleza para la consolidación del tercer
sector como alternativa de desarrollo frente al mundo globalizado. La comprensión, análisis,
promoción y patrocinio desde el Estado por el despliegue de los principios y valores de la
economía solidaria a través de la educación y el marco normativo, constituyen premisas
importantes que deben orientarse por parte de los líderes, la academia y las instituciones que
buscan en el tercer sector, el soporte fundamental para el cambio social con equidad, justicia
y desarrollo integral de las personas y las comunidades.
- La economía solidaria es desconocida por la mayor parte de los colombianos, inclusive entre
sus mismos protagonistas (cooperativistas, asociados a organizaciones de este tipo, líderes
del sector solidario, funcionarios del Estado encargados de promulgarla, etc.). De allí que sea
más compleja su puesta en práctica y continúe siendo un tema de segundo orden en espacios
donde podría demostrar toda su riqueza, como en la implementación de políticas públicas, la
formación de mejores ciudadanos desde los primeros años de vida, la reconstrucción del
tejido social luego de eventos traumáticos como la guerra, la generación de empleo e ingresos
en poblaciones vulnerables, la inclusión social y el desarrollo de las regiones, entre otros
muchos. Es por tanto, como se pudo demostrar en la investigación, una alternativa real de
desarrollo integral, gracias a que armoniza sus dos dimensiones: social y económica. Los
valores que, por lo menos en teoría, rigen a las organizaciones de economía solidaria, tales
como autoayuda; democracia; igualdad; equidad; solidaridad; honestidad; transparencia;
responsabilidad social y vocación social, representan una riqueza incuestionable, que puede
ayudar a formar ciudadanos más conscientes de su papel en la sociedad (participación activa,
compromiso, respeto a las normas, ayuda al otro, etc.) y pueden ser estimulados desde los
primeros años a través de la educación solidaria.
Otros ejemplos significativos de este tipo de educación son las experiencias de la Fundación
Coomuldesa y la formación que ofrecen a sus asociados Confecoop Antioquia, Utrahuilca,
Asocooph y la Fundación Coofinal.
Por parte del Estado, el Programa de educación solidaria es una estrategia completa y bien
estructurada para difundir la economía solidaria desde la Escuela, construida colectivamente
con la anuencia de profesores, directivos de instituciones educativas, investigadores y
funcionarios expertos en el tema. El Programa recoge lo más relevante del tema, valores,
principios, teorización y actividades que le apuntan a llevar a la práctica este modelo. Sin
embargo, el esfuerzo se está desperdiciando toda vez que la falta de recursos y voluntad
política han hecho que todo se quede en el papel y no llegue a consolidarse como sería lo
ideal. El hecho de que solo 100 instituciones educativas en todo el país hayan conocido el
Programa es una muestra de que la tarea de difundir la economía solidaria es muy compleja.
Dado que la Ley 79 de 1988 establece que las organizaciones de economía solidaria deben
contar con un comité de educación que asegure que se destinen recursos y se proyecten
programas educativos para difundir el modelo solidario, la mayor parte de éstas lo conforman
únicamente por cumplir con la norma, su labor se centra en actividades y cursos pero la
verdadera sensibilización y experiencia de los valores y principios cooperativos se pierde o
se desconoce, pues gran parte de las organizaciones del sector solidario adelantan eventos,
jornadas académicas y de discusión sobre educación solidaria y algunas realizan
investigaciones y publicaciones sobre el tema, inclusive invitan al país investigadores
139
El Proyecto Educativo Socio Empresarial (PESEM), que debe recoger las necesidades de los
asociados para orientar las actividades de la organización en cuanto a educación,
investigación, promoción, capacitación y asistencia técnica para cumplir con las metas
sociales que los asociados desean para su empresa, es formulado por las cooperativas, fondos
de empleados y asociaciones mutuales y presentado a la Superintendencia de Economía
Solidaria. Sin embargo, solo lo hacen por requisito normativo. No tiene relevancia para las
organizaciones.
La normatividad sobre economía solidaria está muy dispersa. El Estado ha legislado para
cada tipo de organización (cooperativas, fondos de empleados y asociaciones mutuales) por
separado, desconociendo que todas estas hacen parte del mismo modelo asociativo solidario
y se basan en los mismos principios. Las leyes, decretos, resoluciones y directivas en materia
de educación solidaria vigentes son desconocidos por las mismas organizaciones del Estado
y muchas veces por los integrantes del sector solidario, lo que hace más complejo la
implementación de este tipo de educación. Los mismos legisladores redactan normas sin
conocer su esencia, que no se equipara con el modelo capitalista. Esto redunda muchas veces
en la implementación de acciones que van en contra de las organizaciones solidarias,
evitando que éstas se dinamicen.
Las organizaciones solidarias son las primeras responsables de promulgar los valores y
principios que las rigen, inicialmente entre sus asociados, y luego entre la ciudadanía en
general, evitando que el modelo se desvirtué y se convierta en un simple instrumento para la
consecución de recursos económicos, alejándose de su principal riqueza: el ser humano. Esto
en la actualidad no lo comprenden muchos dirigentes de organizaciones de economía
solidaria, que se perpetúan en sus cargos, con lo que se arriesga la identidad del modelo, que
debe promulgar, por lo menos en la teoría y de acuerdo con la normatividad, que este tipo de
empresas pertenecen a todos sus asociados por igual y se diferencian de la empresa de
economía tradicional en que estos pueden participar activamente en las decisiones que se
tomen.
Los gremios que reúnen a las organizaciones solidarias no participan activamente en la vida
política nacional, no hacen propuestas en los planes y políticas del Estado, no se hacen
presentes en las discusiones locales que influyen directamente en los ciudadanos, sus
asociados pues, generalmente, se centran en criticar las políticas del Estado para con éste y
141
en quejarse de las políticas públicas, pero sin hacer propuestas claras. Problemas como celos,
envidias, anhelos de lucro, entre otros, hace que las organizaciones de economía solidaria no
puedan presentarse como unidas y sólidas, lo que repercute en que su representatividad no
sea vista con atención por parte de los entes encargados de las políticas públicas que los
afecta.
invitar a los asociados a participar en ellos, pero no aportan a la difusión de los valores y
principios cooperativos, con lo que inclusive van en contra de éstos, especialmente del quinto
principio: Educación, formación e información. De allí que los procesos de comunicación y
divulgación sean tan importantes para este sector.
RECOMENDACIONES
Se deben promover por parte del Estado y los mismos gremios del sector solidario los
colegios cooperativos, que cumplan verdaderamente con la esencia del modelo. La educación
solidaria debe incluirse en la educación formal (primaria, secundaria y universitaria), aunque
no necesariamente como una asignatura del pensum. Debe ser transversal al currículo. La
inclusión de la educación solidaria en la educación formal aportaría significativamente a la
construcción de mejores ciudadanos, más interesados en el otro, capaces de reconocer las
diferencias y respetarlas, preocupados por ayudar y participar activamente en la solución de
las problemáticas comunes y en general en vivir en armonía bajo los principios y valores del
cooperativismo. Para el logro de lo anterior, y en general, para la implementación solidaria
en Colombia, se hace indispensable la formación de los docentes y directivas de las
instituciones educativas en economía solidaria, pues como se pudo evidenciar en los
resultados de la investigación, el conocimiento acerca de la economía solidaria se encuentra
concentrado en unos pocos actores, que en su gran mayoría no están vinculados a la
educación formal.
144
Las organizaciones del sector solidario y sus gremios deben impulsar su integración
y la práctica de la verdadera solidaridad, además de promover la educación solidaria, no
como un requisito, sino como una forma de vivenciar el modelo solidario.
invitar a sus entidades a hacer parte de esta red o a conformar nuevas, lo que permitiría
compartir contenidos, divulgar experiencias exitosas, presentar el modelo asociativo
solidario a la comunidad en general, y en últimas, aportar a que más colombianos conozcan
la economía solidaria.
Para aprovechar las ventajas de la comunicación digital, tanto gremios del sector
solidario como el Estado podrían crear una plataforma (Portal de internet), administrada
conjuntamente y que se constituya en el referente de la economía solidaria en el país. Este
portal incluiría: qué es la economía solidaria, sus ventajas, principios y valores; historia de la
economía solidaria en Colombia y en el mundo; tipos de organizaciones del sector solidario
y sus características; cómo crear una organización de este tipo; experiencias de éxito;
investigaciones y documentos sobre la economía solidaria; enlaces a páginas referentes al
tema solidario; bienes y servicios que ofrecen las organizaciones solidarias; directorio de las
organizaciones solidarias en el mundo; normatividad; y cursos virtuales sobre educación
solidaria, entre otros temas.
Dicho portal sería promocionado por los gremios del sector y el Estado como el sitio
“oficial” de la economía solidaria en Colombia y contaría con divulgación en medios de
comunicación tradicional y códigos cívicos, lo que permitiría que las personas que tienen
acceso a la televisión pública y privada conocieran del tema.
Este proyecto está claramente sustentado en el aporte que puede hacer el modelo
asociativo solidario, fortalecido, al desarrollo de las comunidades, más aún en dinámicas
como la actual, donde las políticas asistencialistas del Estado han demostrado pocos
resultados.
Lo anterior se explica en que son las organizaciones solidarias (presentes en todas las
regiones del país) las que mejor conocen los territorios, sus problemáticas, sus comunidades
y las capacidades instaladas, lo que podrían utilizar los programas y proyectos del Estado
para una mejor implementación y optimización de recursos y resultados, con un ingrediente
adicional: el control social que harían las comunidades organizadas por estar asentadas en
los territorios donde se desarrollan dichos proyectos.
148
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ANEXOS
Anexo 1 Cuestionario educación solidaria
2. ¿Cuáles son las fortalezas que tiene la normatividad sobre educación solidaria en el país?
3. ¿Cuáles son las debilidades que a su juicio tiene la normatividad colombiana en materia
de educación solidaria?
4. ¿Qué causas identifica para el hecho de que la educación solidaria no tenga el suficiente
reconocimiento y difusión en Colombia?
5. ¿Cuál podría ser la manera de articular al gobierno nacional con los gremios del sector
solidario para fortalecer la educación solidaria en Colombia?
7. ¿Cuál es el papel de los gremios del sector solidario frente a la educación solidaria?
8. ¿Cuáles son las experiencias de educación solidaria que usted considera más importantes
en Colombia?
9. ¿Considera necesario que la educación solidaria haga parte del currículo de las
instituciones educativas en Colombia y por qué?
10. ¿Partiendo de que la educación solidaria es la base del modelo asociativo solidario,
considera que es necesario normativizarla?
Por otra parte unos esfuerzos aislados en las regiones nos es muy complicado, difícil generar
espacios, de digamos de nuevos escenarios de capacitación y formación cooperativa, uno ve
también en este mismo escenario complejo algunas innovaciones, a través de las
organizaciones acreditadas por la Unidad Especial de Economía Solidaria del Ministerio del
Trabajo, uno ve que están surgiendo nuevas cosas como la educación de los jóvenes, como
el edu-entretenimiento, como la educación a través de los medios de comunicación. Entonces
es un panorama yo lo llamaría complejo.
Y por otra parte hay una preocupación de algunas universidades, que están pensando en los
nuevos actores, en los nuevos líderes de la nueva economía social y solidaria, pero que
todavía los pasos son muy pequeños, osea de las doscientas ochenta y tantas universidades
solamente unas doce o unas quince tienen programas de formación en economía solidaria,
entonces yo diría, estamos haciendo cosas, están habiendo proyectos innovadores, pero
todavía nos falta en gran medida desarrollar más una capacidad de formar nuevas
generaciones para la economía solidaria.
— ¿Usted cree que la normatividad que sobre economía solidaria hay en Colombia es
suficiente? ¿Le falta? ¿Hay que transformarla? ¿Hay que hacer más leyes?
—Yo creería que por una parte el sistema, la responsabilidad del estado si cumple la
constitución de promover y proteger la economía solidaria, el estado colombiano se ha
quedado corto, hay que señalarlo con toda claridad, no está haciendo todo lo que es necesario
para que haya una economía solidaria fuerte, pero miremos la otra cara, miremos los que
160
El decreto no señala propiamente que saquen todo del fondo, sin embargo muchas
cooperativas los están haciendo de esa manera.
— ¿Qué debería hacer el estado para garantizar que efectivamente la educación solidaria y
lo que está estipulado en la normatividad se cumpla?
—Mire, yo he pensado con algunas cooperativas, pensamos que en primer lugar el auto
control, la auto evaluación deberíamos empezar la a hacer desde las cooperativas, si nosotros
tenemos un nombre hagamos honor a ese nombre, si nosotros decimos que tenemos una ética
diferente a la ética del capitalismo, un modelo empresarial diferente al modelo empresarial
capitalista, pues los primeros que deberemos darnos a cumplir la tarea somos nosotros
161
Por otra parte si nosotros formamos parte de una masa empresarial importante en el país,
pues creemos nuestra propia cámara de control, cámara de la economía solidaria y desde ahí
generemos apuestas de capacitación y finalmente yo creo que el estado puede ser en este
momento a través de la Unidad o a través de un ministerio, o a través de un organismo de
economía solidaria más fuerte que el que tenemos cree un mecanismo de acreditación en
calidad, osea busquemos cómo creamos por ejemplo: sellos cooperativos, sellos de economía
solidaria. Y busquemos estándares que nos permitan medirnos, auto medirnos para decir
estamos haciendo las cosas bien, y ahí tenemos que actuar conjuntamente, las organizaciones
solidarias por su parte, pero también mejorando los sistemas de acompañamiento y control
de calidad por parte del estado. Es decir, fortaleciendo lo que hoy tenemos creándolo un poco
más grande si se quiere tanto en los mecanismos de promoción, como los mecanismos de
control.
—Según su opinión ¿cuáles son las experiencias más importantes, más significativas de
educación solidaria que existen hoy en Colombia?
—Bueno, hay unas experiencias desarrolladas por las fundaciones, yo solamente conozco lo
que están haciendo en Antioquia que me parece bueno, lo que está haciendo Crediservir en
Ocaña, y bueno mal es hablar de nosotros mismos, lo que estamos haciendo en San Gil con
un grupo de exploradores solidarios, con un proyecto de comunicadores solidarios, con un
proyecto de educación de jóvenes para la solidaridad y de la solidaridad, yo creo que habrá
muchas experiencias, muchas más experiencias en este sentido, algunas más grandes, otras
más pequeñas, pero no son suficientes para lograr lo que tenemos que lograr
—A nivel Latinoamericano me parece muy interesante lo que está haciendo Brasil en materia
de educación de la economía solidaria, tratando de producir una economía bajo la pregunta,
162
—Es una excelente pregunta, porque frente a eso yo no tengo una posición totalmente clara,
lo que he visto es que la formalización lleva a hacer academia de contenidos, pero si hacemos
el proyecto desde las prácticas desde los movimientos creo que nos va mejor, de hecho voy
a presentarle lo que hemos hecho en San Gil con respecto a exploradores solidarios, son
alrededor de seis mil niños que están matriculados en secundaria, pero que a través del
proyecto de exploradores solidarios los hemos vinculado y hemos logrado vincular a una
buena cantidad de docentes para que voluntariamente desarrollen la capacitación.
Claro tener una cátedra cooperativa, o una cátedra de economía solidaria es importante
porque va quedando algo en la mente, pero lo más importante en educación solidaria, en
promoción solidaria debería salir de las mismas organizaciones solidarias de manera
voluntaria con proyecto innovadores, y no tan establecidos formalmente, sino establecidos a
partir de pactos voluntarios con la comunidad
163
Por cuanto hay respaldo constitucional, leyes de cooperativismo, Economía Solidaria, ley
general de educación, normas de formación en producción agropecuaria, plan general de
educación y normatividad especifica. Solo falta que el ICFES reconozca la importancia de
los programas en el nivel superior.
2. ¿Cuáles son las fortalezas que tiene la normatividad sobre educación solidaria
en el país?
Debilidades:
Falta establecer la obligatoriedad de la Formación Solidaria en todos los niveles del sector
educativo formal.
Las organizaciones no le han dado la importancia que tiene y nombran comité de Educación
por llenar el requisito.
Falta de evolución por parte de las instituciones y formadores en los métodos de desarrollar
la educación solidaria.
5. ¿Cuál podría ser la manera de articular al gobierno nacional con los gremios del
sector solidario para fortalecer la educación solidaria en Colombia?
Todas las entidades que promuevan la educación solidaria estén ligadas en programas
concretos con las diferentes instituciones encargadas de la educación en Colombia.
8. ¿Cuáles son las experiencias de educación solidaria que usted considera más
importantes en Colombia?
Las desarrolladas por las cooperativas de Educadores en todo el país casos CIEC –
CANAPRO Bogotá- INCECOL etc.
9. ¿Considera necesario que la educación solidaria haga parte del currículo de las
instituciones educativas en Colombia y por qué?
Desde hace cuarenta años hemos venido pidiendo y luchando porque se implemente la
educación cooperativa y solidaria en todos los niveles del sector educativo colombiano.
Porque el futuro del Sector y del país está en las manos de la niñez y juventud, y son quienes
deben estar preparados para enfrentar un mundo cambiante y complejo.
Es conveniente por cuanto sin educación no hay economía solidaria, no hay empresarialidad
y asociatividad, no hay desarrollo y no se consigue el cambio hacia una nueva sociedad justa
equitativa y solidaria.
Generar una educación humana, solidaria, transformadora, liberadora que rompa las cadenas
que nos atan y nos impiden ser creadores, autogestionarios y libres en un mundo que cada
vez nos aplasta.
167
Un ejemplo claro es el decreto 2880 que obliga a las cooperativas a entregar el 20% de sus
excedentes para apoyar la política educativa del gobierno, decreto que no entiende que los
recursos de educación basados en los excedentes cooperativos son para educar en el modelo
cooperativo y no para la educación en general (ignorancia, desconocimiento y desprecio, en
un solo decreto)
2. ¿Cuáles son las fortalezas que tiene la normatividad sobre educación solidaria en el
país?
5. ¿Cuál podría ser la manera de articular al gobierno nacional con los gremios del
sector solidario para fortalecer la educación solidaria en Colombia?
Partir primero de un diálogo que no sea de sordos, en el sentido que los funcionarios de
gobierno y los representantes del sector, entiendan y comprendan que la propuesta de la
economía solidaria y cooperativa es una propuesta que se fundamenta en una corriente de
pensamiento que plantea “Otra manera de hacer economía, sociedad, empresa, gestión y
organización”, ya que propone una racionalidad y una lógica de operación diferente a la del
“homo oeconomicus” que subyace en la propuesta del capital. Si el funcionario de gobierno
y/o el representante del sector ignora, desconoce o desprecia este planteamiento, es imposible
lograr una articulación.
Y, en cuanto al sector, este tiene que entender que su papel tiene que dejar de ser demandante,
de estar siempre demandando al estado una serie de compromisos y aportes y de pasar a ser
oferente de propuestas al estado para realizar actividades conjuntas donde el que jalona es el
sector. El sector tiene que dejar de lado su estrategia de ser invisible frente a la sociedad, al
estado y al sector privado.
No, el principal responsable de la educación solidaria debe ser los mismos gremios del sector,
si quiere mantener la autonomía, y la posibilidad de desarrollar el autocontrol
7. ¿Cuál es el papel de los gremios del sector solidario frente a la educación solidaria?
169
Propiciar una acción conjunta con la academia para producir un conocimiento a partir de las
prácticas sociales y culturales que se viven en cada entidad del sistema de la economía
solidaria. Y a partir de ese conocimiento producido, impulsar una política educativa al
interior de cada entidad y del sector que consolide el modelo en la realidad nacional y
planetaria
8. ¿Cuáles son las experiencias de educación solidaria que usted considera más
importantes en Colombia?
1
- RED UNIVERSITARIA DE LAS AMERICAS EN ESTUDIOS COOPERATIVOS Y ASOCIATIVISMO
(UNIRCOOP) por Ricardo Dávila pag19
Pero, insisto, en el país hay muchísimas experiencias interesantes, como las que llevan a cabo
las Fundaciones creadas por las cooperativas financieras y de ahorro y crédito en el páis.
9. ¿Considera necesario que la educación solidaria haga parte del currículo de las
instituciones educativas en Colombia y por qué?
Esta pregunta es difícil de responder. Hoy en día existe en el país y el mundo una tendencia
a plantear que el tema debe hacer parte de los currículos de la educación básica, media o
universitaria, lo cual tiene mucho sentido si se quiere dejar de ser invisible, ignorado,
desconocido o despreciado. Aquí está el sentido positivo de esta propuesta.
10. ¿Partiendo de que la educación solidaria es la base del modelo asociativo solidario,
considera que es necesario normativizarla?
El que existan normas y leyes sobre el tema no asegura nada y como evidencia están todas la
leyes y normas que en el país existen sobre el tema de la protección ambiental, como evitar
la corrupción y el lavado de activos, el juzgar a los ladrones, asesinos y corruptos y, la
pregunta sería, de que ha servido esas normas y leyes para detener los “falsos positivos”, el
carrusel de la corrupción, la corrupción de la justicia, el desplazamiento y robo de tierras a
sus dueños legítimos ¿.
Un mejor país, una posibilidad de invertir los valores dominantes hoy en día en la sociedad
colombiana; el dinero fácil, el que no robe es un bobo ya que el mundo es el de los vivos,
llegar a la política y a los cargos importantes del estado pensando en el beneficio propio y no
en el bienestar general.
En el momento actual, crear un clima propicio al posconflicto, a dejar los odios y las
venganzas atrás, a vivir en paz.
172
Información General:
Teléfono: 3275251
Línea del Banco de Proyectos a la cual se piensa desarrollar la Idea (ver manual del BPOS):
Nombre de la Idea-Proyecto:
Aprovechando los servicios y beneficios que prestan los medios y tecnologías de la información y
comunicación a nivel mundial, las entidades y empresas del sector solidario utilizan estas herramientas para
publicar y establecer canales de comunicación que permiten el intercambio de información entre usuarios,
asociados, academia y entidades gubernamentales para el beneficio de su actividad empresarial y/o social.
En nuestro país, hay diversos sitios WEB que proveen acceso a datos empresariales, académicos y
normativos del sector solidario, cada uno maneja la información de acuerdo a un interés o tema en particular.
El sector genera un gran volumen de datos, los cuales en algunos casos no se acceden por desconocimiento
o un inadecuado proceso de búsqueda; así mismo, se cuenta con la realización de una variedad de eventos
académicos, empresariales y sociales, a los cuales asiste las personas que están directamente vinculadas con
los organizadores de estas actividades, dejando por fuera a una gran cantidad de participantes que pueden
dinamizar estos ejercicios. Lo anterior, crea demasiada información, dispersa, de interés común que es
importante para el desarrollo empresarial y social de las organizaciones solidarias y del sector.
Se ha identificado un inadecuado manejo de información entre organizaciones y actores del sector solidario
en el país, el cual agrupa diversas formas asociativas que se crean de manera voluntaria con un fin socio-
empresarial o altruista; cuenta con una heterogeneidad en su normatividad, registro y supervisión,
dependiendo del tipo de organización, la clase de bien o servicio que ofrecen; involucra directamente e
indirectamente a diferentes entidades del sector público, privado y ciudadanía en general.
Se hace necesario contar con una herramienta de apoyo digital que permita el acceso e intercambio de
información en el sector solidario, así como la promoción de la cultura y educación asociativa solidaria; el
intercambio de bienes y servicios; divulgación de modelos y experiencias exitosas; y uso de medios y
tecnologías de la información y comunicación.
Objetivo General:
Objetivos Específicos:
Justificación:
175
Brindar una herramienta de apoyo para el desarrollo académico, social y empresarial de las organizaciones
del sector solidario.
El proyecto beneficia a:
- Asociados.
- Empresas de economía solidaria.
- Empresas solidarias en desarrollo.
- Docentes e investigadores.
- Entidades acreditadas.
- Entidades gubernamentales.
- Comunidad en general.
- Facultades de economía.
El producto principal es el diseño, construcción y puesta en marcha de una herramienta digital que integre
sitios web existentes del sector solidario a nivel nacional. Entre los servicios a desarrollar están:
- Brindar un punto de acceso y encuentro virtual entre actores y organizaciones del sector solidario.
- Acceso a recursos (enlaces, documentos, aplicaciones).
- Ofrecer un portafolio de bienes y servicios.
- Directorio de organizaciones del sector solidario.
- Correo electrónico.
- Socializar eventos empresariales, sociales y académicos.
- Acceso a cursos virtuales
- Vitrina comercial (productos y servicios de las organizaciones solidarias)
176
Desfavorable __
No priorizado __