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PROLOGO

"Incrementan los casos de pedofilia en el mundo."


"Neko Corporation lanzó su nueva línea de juguetes sexuales."
"Los juguetes están haciendo revolución."
"Al fin, la organización de protección al menor logró su cometido."
"Neko Corporation lleno de demandas."
"Empresa famosa por sus juguetes sexuales humanos queda en la quiebra."
"La pedofilia aumenta considerablemente en los países Asiáticos."
Y así fue, el proyecto de juguetes sexuales humanos había desaparecido por
completo. Las personas alrededor del mundo estuvieron todo el tiempo al
pendiente de las noticias sobre esto.
¿De qué trataba dicho producto? En los países Asiáticos trataron de eliminar
todo el rastro de pedofilia que pudieran, en base a este experimento. ¿Alguna
vez se han cuestionado cuál es el trabajo de una prostituta? Muchos piensan
que no es ni siquiera un trabajo digno, que esas mujeres no deberían existir.
Pues bueno ¿Lo han considerado? ¿Qué tal si ninguna mujer vendiera su
cuerpo? ¿Qué tal si esos hombres solitarios y calientes no tuvieran dónde
defogar todos esos deseos sexuales? Simple, las violaciones, los maltratos
sexuales o la pedofilia aumentaría considerablemente. Los hombres solteros
o urgidos son eso, personas que buscan un agujero dónde meterla.
Y eso les proporcionaba "Neko Corporation", un agujero donde dar hasta que
se te acabaran las ganas, pero aún mejor, podías tener tu prostituta personal
y no solo para lo sexual, ella debía hacer lo que tú desearas, servirte como
quisieras y respetarte como su dueño. Todo en base a una gran cantidad de
dinero para la compra.
Lo más cuestionable de todo esto, era el simple hecho de que no eran
prostitutas normales, eran infantes, menores de los dieciocho años en su
mayoría. Y no solo niñas, también pequeños chicos con cuerpos frágiles y
delgados, carne fresca para cualquier persona con seria necesidad de follar.
Nunca ninguna queja por parte del infante, ni de unos padres buscando
desesperadamente a sus hijos, jamás Neko Corporation recibió ninguna
demanda, hasta que fue la organización de protección al menor la que
consiguió hundirla.
Y todavía había más ¿Qué era lo que atraía de dichas prostitutas? Es decir,
cualquier hombre puede coger un huérfano de la calle y conseguirse su
muñeco ¿Por qué pagar tantos millones por los pequeños de esa empresa?
Era gracias a una pequeña alteración genética que habían realizado en cada
pequeño, unas esponjosas orejas de minino, junto con diferentes variaciones
de colas del mismo animal. Reales, o como les suene, esos niños tenían en su
sangre una gran cantidad de genes felinos. Algunos hablaban, otros no,
algunos solo contaban con la capacidad de maullar, mientras que los más
grandes podían decir lo que cualquiera deseara, con solo enseñárselos.
Enfermo o no, las ventas iban en aumento. Enfermo o no, ya era normal en
Asia y en distintas partes del mundo ver a pequeños con orejas y cola de gato
vagando por los parques, siempre acompañados, vamos, eran como minas de
oro en infantes que al desconocer en su mayoría lo que era la vida, no se
quejaban por los distintos tratos que les eran realizados.
Pero bueno, experimento completamente retorcido había sido dado de baja.
¿O no?
CAPITULO 1
Ya era como la séptima... Octava, quizás novena puerta que tocaba y tal vez
también ésta se la tirarían en la cara, sin importarles que golpearan su
pequeña nariz. La verdad, debería haber aprendido hace rato que nadie lo
querría en su casa, pero su estómago rugía, hacía soniditos a los que estaba
un poco acostumbrado, aunque ahora eran mucho más fuertes.
Un vaso de leche, un pan, jugo, que lo sea, lo que tengan ayudaría a que ese
pobre gatito no se muriera de hambre, Harry sacaba la lengua, pasándola por
sus labios secos mientras acariciaba su vientre, tratando de calmarlo un poco.
Tocó de nuevo otra de las puertas, esperando a una señora amargada que de
seguro le diría algún insulto como lo deforme que es por esas raras orejas y
esa esponjosa cola meneando la punta de un lado a otro. Ya estaba cansado,
aburrido y sentía que sus ojos se llenaban de lágrimas, mas no podía llorar.
Harry tenía una teoría, si dejaba que el agua de sus ojos saliera, tendría más
sed ¿Verdad que era muy listo? Él lo pensó solito y se alabó con lindos
halagos mentales por como quince minutos.
Esperó, esperó, y al fin abrieron. Lo que Harry no sabía, era como su mundo
daría un giro de 180% grados a causa de esos ojos azules que ahora lo
miraban con curiosidad y una pisca de pena.
-
Estaba aburrido cambiando de canal a canal, ya había pasado como tres
veces por todos los canales de su paquete de cable y seguía ahí. Maldecía el
momento en que había pedido un mes de vacaciones en su trabajo, según
Zayn era bueno que se desestrese, tenía apenas veinte años y desde sus
dieciocho que no pedía vacaciones, las merecía.
Sí, las merecía, pero ¿En qué demonios gastaría todo su tiempo? Nada bueno
en la televisión y aunque quería al raro del Malik, verlo unas cuantas horas en
la tarde no era lo mismo que las otras más de diez horas en las que estaba
aburrido. Tampoco podía dormir, tenía miedo de alterar su horario de sueño,
así que con dormirse a las doce y despertar a las nueve era más que
suficiente para su persona.
De repente, para su suerte, escuchó el timbre, quizás a su mejor amigo se le
había ocurrido visitarlo un poco antes. Genial, ya que se estaba resignando a
ver otra vez el especial de todas las películas de Crepúsculo. Se levantó con
pesadez, peinando un poco su cabello por si llegaba a no ser Zayn y sin
pensar mucho, abrió la puerta, sorprendido con lo que encontró del otro lado
de esta.
A sus quince años, Louis vivía con sus padres, recordaba todas sus noches el
estar sentado junto a ellos y sus hermanitas pequeñas, cenando. La típica
comida de familia estadounidense, esas charlas de "¿Qué novedades en el
trabajo?" y las respuestas de "Nada nuevo ¿A ustedes como les fue en el
colegio?" Todo eso, esa rutina. Pero lo que más recordaba de dicha edad, era
cuando se sentaba en una de las sillas que daba directa vista a la televisión, y
empezaba el noticiero, informando sobre el caso de moda en ese momento,
esas noticias mundiales, esos niños que tenían detalles felinos. Siempre le dio
curiosidad, mucha curiosidad dicha noticia, de hecho, hasta hizo su reporte
final de literatura con su opinión sobre aquello.
Y ahora, volviendo a la actualidad, tenía a uno de esas prostitutas en la
puerta de su casa. ¿Qué edad tendría aquel niño? ¿Quince? ¿Catorce quizá?
Más de quince no podía, simplemente no, era un pequeño que lo miraba
hacia arriba, delgado, de piel pálida, ojos verdes esmeralda, grandes, pero
cansados, del mismo modo que unos hermosos rizos oscuros revueltos,
despeinados, quizás más de lo permitido en un cabello ruloso. Podía observar
claramente el miedo en los ojos de ese pequeño, la duda, y como su labio
inferior temblaba, quién sabe si por el frío o por la incertidumbre, esperando
una respuesta coherente de Louis, un movimiento de cabeza, una palabra,
algo, lo que sea.
-Meow...
Y en ese instante, algo en el corazón de Louis hizo una especie de clic, porque
fue el maullido de aquel niño lo que faltaba para perderse entre tanta
ternura, tanta inocencia, tantas ganas de abrazar a aquel gatito que seguía
parado en la puerta de su casa.
-¿Quieres pasar?
Fue lo primero que se le ocurrió decir, y lo siguiente que vio, fueron las orejas
algo sucias del pequeño moverse, quizás trataba de procesar lo que Louis le
había dicho. No faltó mucho para que el pequeño entrara en su casa y esa
nueva historia comenzara.
Lo primero que hizo el minino fue caminar hasta el sofá de Louis y subirse a
este, encogiendo sus piernas, abrazándolas, observaba cada parte de la gran
casa, aunque para Louis era una simple vivienda cualquiera, era grande para
Harry, mucho más grande que los callejones donde llevaba durmiendo los
últimos cuatro días.
Después de unos segundos, de nuevo, sus miradas se conectaron, Louis se
había perdido observando cada movimiento del pequeño gatito, su cola que
se movía sin detenerse, apenas la punta, pero no descansaba en ningún
momento, incluso al mayor se le ocurrió que desearía agarrarla y detenerla,
era divertido ¿Cómo reaccionaría el gatito si le agarraban la cola? ¿Cómo los
gatos reales? ¿Se enojaría y arañaría el rostro de Louis igual que ese gato gris
al que le jaló la cola a sus seis años?
Negó con la cabeza, tratando de dejar de divagar, era un experto en hacer
eso, sin
embargo, debía volver a la realidad, el pequeño tenía hambre, de eso no
cabíaduda, así que con cuidado de no hacer ningún movimiento brusco, se
sentó a su lado, mirando a Harry con una pequeña sonrisa, intentando darle
confianza.
-Ey... ¿Cómo te llamas? -Le preguntó después de unos segundos.
El gatito, lo miró y quizás pensó un poco, separando sus labios un par de
veces, volviéndolos a juntar sin decir nada aún, al parecer era del tipo que no
sabía hablar, pensó Louis, mientras esperaba impaciente alguna señal o algo
que le indicara como se llamaba ese niño.
-H-Haaaaa... -Lo vio claramente, aquel gatito abrió sus labios y por raro que
parezca, a pesar de su corta edad, tenía una voz un poco más ronca de lo que
pensaba, más que cuando maulló en la entrada, sin embargo, igual de
encantadora o incluso más, porque tal vez y solo tal vez, Louis sintió su piel
erizarse al escuchar al pequeño. -Haaa -Volvió a repetir, gruñendo un poco.
-Ry...
-¿Ha... Ry? ¿Harry? -Dijo rápidamente Louis, siguiendo al chico de ojos
verdes.
Sintió de nuevo esa opresión en su corazón cuando el pequeño afirmó con la
cabeza, emocionado, moviéndose un poco en su lugar, batiendo sus orejas un
poco, asintiendo de nuevo, rápidamente.
-¡Harry! -Dijo el niño. -¡Harry! ¡Harry! ¡Harry!
La sonrisa de Louis que siguió después de eso, fue sin lugar a dudas, una de
las más sinceras que había tenido en lo que llevaba de vida ¿Cómo podía ese
gatito emocionarse tanto solo por haber dicho una palabra? Estaba claro que
no sabía hablar pero ¿A qué grado llevaba su inocencia que su nombre era
digno de emoción?
-Bueno, Harry -Dijo, ahogando una risita en su garganta, no quería que él
pensara que se estaba burlando, claro que no, no podía burlarse de lo más
tierno que había visto en su vida. -¿Quieres algo de comer? ¿Hamburguesa?
¿Carne? ¿Leche? ¿Pan?
El cambio en las expresiones de Harry fue lo que sí logró hacerlo reír. Como
por ejemplo, cuando mencionó lo de comer, el pequeño volvió a la acción de
asentir con la cabeza, frenéticamente, mientras que cuando dijo
hamburguesas, Harry negó; al mencionar carne, no cambió de expresión,
pero cuando dijo leche, los ojitos verdes se iluminaron como la esmeralda
más brillante de todas y bueno, pan ni al caso, no mostró ningún efecto.
-Leche entonces. -Dijo, con la misma sonrisa, levantándose del sofá,
caminando a paso algo rápido hacía la cocina. La verdad, si se permitía ser
sincero consigo mismo, esa situación le estaba trayendo algo de emoción a su
vida, así que bienvenido sea Harry, que se quede cuanto tiempo desee,
porque al menos ahora tendría un poco de compañía de alguien que no sea
Zayn y solo le hable de chicas aun sabiendo que Louis era gay y en el
momento, no tenía intención alguna de enamorarse.
Regresó después de unos minutos con el vaso y la leche tibia, sentándose
otra vez al lado de Harry, sonrío al ver la feliz mirada del pequeño, aceptando
el vaso, agarrándolo con las dos manos. Pero lo siguiente que sucedió, no
pasó antes por ningún rincón de la mente de Louis.
-
Para Harry habían cosas que eran normales, y otras que no. Ese lugar de
dónde venía, le habían enseñado muchas cosas, como las formas de
agradecer a una persona si hacía algo bueno por él ¿Qué iba a saber el
pequeño Harry que eso no se hacía con todos sino solo con la persona que lo
compraba? Él quizás no había prestado atención a la siguiente parte de la
lección, pero lo hecho, hecho estaba.
Ahora, sin previo aviso, se había acercado al rostro de Louis con sumo
cuidado de no botar nada de la leche, no quería que Louis lo golpee por ser
tonto, solo quería demostrarle cuanto le agradecía por hacer algo que
ninguna persona casas más abajo había aceptado hacer. Harry terminó de
cortar la distancia y unió sus labios con los del mayor, no fue un beso rudo, ni
profundo, mucho menos con gran cantidad de sentimientos, simplemente un
choque de sus labios, en dónde el Tomlinson tuvo la oportunidad de sentir el
delicioso sabor dulce de esos gruesos pero pequeños labios.
Después un maullido y ya tenía a Harry sentado sobre sus piernas, tomando
tranquilamente la leche, con sus orejitas peludas bien levantabas y su cola
estiraba por lo que quedaba de sofá. Incluso podía sentir su ligero ronroneo,
quizás por la felicidad de tener un vaso de leche, sí, seguro era eso.
¿Y Louis? Bueno, Louis acababa de ser besado por lo más cercano a un
pequeño ángel, así que se podía decir que aún continuaba en un pequeño
estado de shock.
CAPITULO 2
Después de quedarse minuto tras minuto simplemente acariciando las orejas
del gatito, Louis comprendió que al pequeño minino le agradaba ese gesto,
cerraba sus ojos y ronroneaba un poco más fuerte, aún sobre su regazo y si el
mayor podía ser sincero, en realidad Harry tenía muchas cosas de felino, pero
no le molestaba, eso no quitaba que fuera, para él, la criatura más hermosa
del planeta.
Con simplemente verlo, esos ojos color esmeralda tan preciosos y brillantes,
grandes, llenos de vida, de inocencia, esa piel suave, como de un niño Bueno,
Louis, es que es un niño. -Pero definitivamente se podría conseguir una nueva
adicción con el simple roce de su piel. Más de una vez ya había sentido a
Harry estremecerse cuando tocaba un punto en sus orejitas que le agradaba,
y Louis no evitaba sonreír ante eso.
Bajando la vista, observaba la traviesa cola del menor, y si bien estaba
relajado, la punta de esa larga extremidad se movía de lado a lado, en lo que
Harry continuaba sosteniendo el vaso con las dos manos, sin querer derramar
nada, ya lo habían golpeado mucho por eso y aunque se consideraba un poco
torpe, aprendía la lección a la tercera o a la cuarta vez.
De hecho, aún había cosas que el gatito no entendía, como la razón por la
cual Louis le estaba acariciando las orejas de esa manera tan delicada, quizás
era porque había podido pronunciar su nombre y ahora merecía su premio,
un perfecto premio lleno de caricias. La gran mano del Tomlinson se pasaba
de una a otra sin ningún problema, causándole cosquillitas de vez en cuando.
Y no era que se quejara, eso se sentía extremadamente bien.
Pasados unos minutos más, Harry aún tenía el vaso a medio tomar, pero lo
alejó de sus labios para luego relamerlos, quitándose todos los restos de
leche. Miró hacía su cola, subiendo luego la vista a Louis. Ese chico había sido
muy amable con él ¿Cómo podía agradecerle? No, el pequeño Harry sentía
que ya no era suficiente un simple beso en la boca, así que miró a Louis y sin
decir más, volvió a cortar la distancia entre sus rostros, atrapando los labios
en un lento contacto.
Harry jamás había besado a nadie antes. Por raro que parezca, siempre lo
tenían encerrado en una zona diferente a los demás gatos. Él creía que era
porque se comportaba muy mal, ya que lo que si solían hacer, era golpearlo
sin piedad alguna hasta dejarlo en el suelo, lleno de moretones y largas tiras
de sangre. Claramente nunca su rostro, jamás en la cara, y según escuchó
decir a uno, era porque tenía que mantenerse bonito, como una puta sin
estrenar. Sin embargo, Harry aprendía. A diario veía a los otros ser sacados de
sus jaulas a tirones de cabello, los escuchaba llorar, gritar, algunos maullar,
otros decían palabras cortas, quizás fue de ahí que aprendió a decir "Sí" y a
decir "No", también supo decir su nombre por las miles de veces que al
golpearlo, con esas sonrisas oscuras y feas, gritaban el "Harry, eres un buen
gato" ya que nunca ponía resistencia a los golpes, y de hecho, supuso que de
eso se trataba su vida, no tenía que hacer nada, porque ese era su mundo, un
lugar del que nadie lo salvaría.
También supo que los besos son por agradecimiento cuando esos hombres
grandes se encargaban de moler su boca contra la de alguno de sus
compañeros, quizás amigos, si Harry comprendiera mejor el significado de
amistad. Pero con este chico era diferente, él no sentía miedo, mucho menos
chillaba como los otros cuando sus labios impactaban contra los del mayor.
Podía hasta romper el beso cuando él deseara, cosa que no sucedía en el otro
caso ¿Por qué este tipo era tan raro?
-Meow. -Soltó un pequeño maullido al separarse de los labios del Tomlinson,
mirándolo a los ojos, Harry le sonrío y entonces Louis hizo lo mismo.
Para Louis, todo esto era una tremenda locura, tenía tantas preguntas en la
cabeza en aquel momento, pero aunque quisiera, ese niño frente a sus ojos
no podía responderle a nada, ya que lo único que salía de sus labios eran esos
pequeños, tiernos y definitivamente encantadores maullidos.
Volvió a la realidad, viendo a Harry con una pequeña mueca de conflicto.
Increíble pensar que hasta en eso se veía tan tierno, más sin ya ningún temor,
le acarició la mejilla, susurrándole suavemente.
-¿Qué pasa, minino? -Murmuró, Harry lo miró e hizo un pequeño puchero,
soltando unos cuantos maullidos, como intentando decirle algo a Louis, pero
obviamente, él no entendía ni la primera palabra.
Y por primera vez en lo que llevaba vivo, el gatito se enojó, refunfuñó un poco
al no poder decirle a Louis lo que deseaba, así que mordió su labio inferior,
cuando se le ocurrió otra idea. Sin pensarlo dos veces, listo para poner en
práctica su plan, dejó el vaso un poco alejado de ellos, se colocó mejor sobre
las piernas de castaño, ahora con una de sus rodillas a cada lado de este, se
veían directo a los ojos, así que ahí el gatito aprovechó.
-Ha... Harry. -Dijo, señalándose con ambas manos, para luego llevar estas
mismas al pecho de Louis, esperando que comprendiera lo mucho que
deseaba saber su nombre también.
Louis meditó un poco, era divertida y extremadamente tierna la mirada que
le lanzaba el pequeño ahora. Harry podía hacer de todas las expresiones del
mundo un completo encanto, incluso ahora, observaba a Louis con los ojos
entrecerrados, esperando su respuesta, removiéndose un poco sobre sus
piernas. Definitivamente parecía que no podía dejar de ser adorable.
-¡Oh! -Exclamó el Tomlinson, dando a conocer que ya había comprendido,
aunque llevaba rato sabiéndolo, pero ver a Harry levantar ambas orejitas,
parándolas bien sobre sus rizos color chocolate, mientras abría los ojos
emocionado; definitivamente valió la pena. -Yo soy Louis. -Sonrío
tranquilamente. -Pero puedes llamarme Lou, creo que se te hace un poco
más fácil.
El gatito lo miró y asintió suavemente. Bajó la mirada, cosa que preocupó al
mayor ¿Había dicho algo malo? Pero si apenas y dijo algo. Aún peor ¿Por qué
le preocupaba tanto lo que un niño que acaba de conocer hace máximo una
hora pensara de él?
-¿Qué pasa?
Louis observaba atentamente, cuando comprendió todo al escuchar a Harry
murmurar suaves "L.. Lo... Lo..." sin poder decirlo completo. Otra de esas
sonrisas completamente sinceras apareció en el rostro del mayor, así que
tomó al pequeño de la barbilla para que supiera su mirada, encontrándose
con sus hermosos ojitos llenos de decepción.
-Vamos, dilo después de mí ¿De acuerdo? -Harry asintió.
-L-Lo...
-No, Harry. Tienes que pasar directo a la U, no trates de hacerlo idéntico a mí,
no sabes hablar, así que te debe ser un poco difícil, pero con el tiempo saldrá
bien, además, si me quieres llamar "Lo", no hay problema.
Acarició la mejilla del pequeño con uno de sus dedos y este cerró el ojo de
ese lado, estremeciéndose un poco ¿Y los golpes? Ahora Louis debería
golpearlo por no haber sido capaz de pronunciar su nombre, él sabía que
cuando hacía algo mal debía recibir golpes y no le molestaba recibirlos de
Louis, era un chico que en definitiva le agradaba demasiado.
-Lou.
Dijo al fin, sorprendiéndose no solo él, sino que ambos se miraron a los ojos,
emocionado, Harry abrazó a Louis con fuerza, apegando más su cuerpo al del
mayor, causando un estremecimiento en este, uno que definitivamente Louis
tenía que ignorar.
Se separaron apenas un poco para luego tenerlos atrapados en otro de esos
castos besos. Pero Louis ya tenía suficiente, la vida le estaba jugando una
mala pasada que simplemente no soportaba mucho más, y sin pensarlo,
empezó a corresponder al acto, sintiendo un estremecimiento por parte de
Harry.
Llevó sus manos a las caderas del más pequeño, mientras este continuaba
con sus manitos en los hombros del Tomlinson. La lengua de Louis repasaba
los labios de Harry, y besaba cada parte de estos, el superior, el inferior,
disfrutando del sabor dulce que traían junto con el sabor de la leche. Harry
temblaba un poco, de hecho, hasta presionaba más sus manos sobre Louis
cada que él atrapaba uno de sus labios y lo mordía suavemente.
Aprovechando uno de estos momentos, el castaño ingresó su lengua en la
cavidad bocal del minino, definitivamente dejándose embriagar por tan
perfecto sabor.
De repente, Harry se separó de golpe, colocando sus manos ahora en el
pecho del Tomlinson, alejándolo apenas un poco.
¿Por qué mierda había hecho eso? Sentía el bulto en su entrepierna
despertar. Joder, que era un maldito enfermo, se estaba excitando no solo
con un simple beso con lengua, sino ante la imagen frente a sus ojos. El
pequeño Harry jadeaba una y otra vez, tratando de recuperar su propia
respiración, tenía los labios un poco rojos y más húmedos de lo que los tenía
antes. Las mejillas con ese pequeño rubor, mientras llevaba una de sus
pequeñas manos a su labio inferior, tocándolo un poco, seguro sintiéndolo
caliente.
-L-Lou...
Escuchó ese pequeño jadeo entre tantas respiraciones profundas y entonces
Louis comprendió que se estaba volviendo loco, o mejor dicho, que Harry
terminaría volviéndolo loco.

CAPITULO 3
¿Cómo había terminado así? Bueno, si este chico normal llamado Louis
Tomlinson, se dedicaba a recapitular cada momento de su vida desde la
llegada del pequeño minino, todo había sido muy fácil de explicar, claro, si
estás metido en una película de ciencia ficción en donde es posible que los
cerdos vuelen y que las jirafas conduzcan autos.
Realmente le parecía muy fascinante como ahora podía decir que sentía una
especie de adoración por aquel gato, sí, porque le era imposible tomar a
Harry como una persona normal, cuando en ese preciso instante lo tenía
durmiendo sobre él, hecho un ovillo, con su larga y peluda cola enredada en
la parte superior de la pierna del susodicho Tomlinson. El minino respiraba
pacíficamente, calmado, clara señal de la gran confianza depositada en Louis,
a pesar de haber estado ahí menos de dos días.
¿No se supone que los perros eran los fieles? ¿Por qué Harry no se iba
después de haber arrasado casi con toda la leche de la casa de Louis? El
mayor había intentado hacer dormir al pequeño gatito en su cama, mientras
él dormía en el sofá esa primera noche juntos, pero después de menos de
media hora, sintió a Harry venir caminando a paso suave, acercarse para
asegurarse de que Louis estuviera "dormido" y acostarse en su pecho como
ahora lo hacía. El castaño tuvo que levantarse y decirte "Ven, vamos a la
cama" porque era ilógico el terminar durmiendo ambos en ese estrecho sofá.
Y fue así como Louis Tomlinson, este don nadie que estaba sintiendo cosas
raras por el gatito Harry, pasó su primera noche.
+
A la mañana siguiente, la situación mejoró un poco, se había quedado
dormido más que nada por el cansancio que por otra cosa, y su temor de que
la frase conocida en donde hablan de que los gatos solo nos usan y luego se
van, se pusiera en práctica con Harry, pero no, el niño rizado aún dormía
sobre su cuerpo al despertar.
Una sonrisa llena de calidez se hizo notar y dejó que su brazo se posara sobre
los esponjosos rizos del más pequeño, empezando a acariciarlos, admirando
lo bien que se veía desde ese ángulo. Harry al instante comenzó a ronronear,
clara señal de que estaba despertando. Abrió sus hermosos ojos color
esmeralda y subió la vista, encontrándose con esos mares perfectos, los ojos
de la persona que más quería, de su salvador, de aquel por quién su corazón
latía con tanta felicidad.
-Lou. -Saludó el pequeño híbrido, desperezando sus orejas también, las
sacudió un poco. Actos como este, hacían sorprender al Tomlinson por su
gran capacidad de no lanzarlo contra la cama y comérselo a besos,
literalmente.
-Buenos días, pequeño. -Louis continuó acariciando sus rizos un poco más,
mientras Harry estiraba su cabeza para hundir más la suave y pequeña mano
de su salvador entre su gran cantidad de cabello.
Luego de eso, no pasó gran cosa que no haya ocurrido ya la noche anterior,
Harry acercó más su rostro y ¿A quién mierda le importa el aliento
mañanero? Fundió sus labios con los del mayor, siendo correspondido al
instante. La noche pasada, después del profundo beso, se podía decir que el
cerebro de esponja del minino había aprendido otras formas de besar que
dar simples piquitos en los labios. Ahora no. Le era más fácil abrir apenas un
poco la boca para darle paso a la lengua traviesa de Louis, y aunque al
comienzo se sentía desfallecer, poco después ya le correspondía y permitía
que sus lenguas jueguen de ese modo, causándole esa conocida sensación de
mariposas en el estómago, aunque según Harry, era hambre. Sí, él tenía
hambre siempre que Louis y él se besaban.
Harry no sabía qué era excitarse, de hecho, él seguía creyendo que era
hambre, pero cuando su cuerpo se sentía caliente y su pequeño miembro
empezaba a ponerse duro, jamás se había puesto así por el hambre, era algo
que solo le causaba Louis.
-Ahh. -Un pequeño gemido salió de su boca cuando sin desearlo, su
entrepierna
rozó una de las piernas de Louis, en lo que terminaban de acomodarse en esa
nueva posición. Se separó de los labios del Tomlinson y un diminuto puchero
apareció en sus ahora enrojecidos labios. -Lou. -Murmuró en un quejido
suplicante.
Sí, ni el mejor premio del mundo podía ganarle a aquella imagen, Louis
siempre terminaba fuera de sí, y también eso era algo que solo causaba
Harry.
Soltó un pequeño quejido cuando sus labios se separaron, pero no duró
mucho porque otro largo y profundo beso se inició. Louis no comprendía
como, pero ya había volteado las cosas, teniendo el cuerpo de Harry
tumbado en la cama, con él casi sobre este, acariciando su cuello, sintiendo
sus rizos en el dorso de su mano y las pequeñas manos del niño aferrándose a
su espalda, acariciándola, creando esos deliciosos espasmos en su cuerpo.
-Tranquilo, bebé. -Susurró sobre sus labios, dejando que una de sus manos
pase por el desnudo pecho de Harry, estaba tan agradecido de haberle
quitado la playera durante la noche cuando el minino tenía calor. - ¿Qué
tienes?
Harry mordió su labio con impotencia, no solo no sabía cómo explicar lo que
tenía, sino que tampoco podía hacerlo, él no sabía hablar ¿Cómo decirle a
Louis que le estaba empezando a molestar su entrepierna? Entonces, en su
inocente mente, se le ocurrió. El pequeño minino sonrió cuando tomó la
mano de Louis que estaba sobre su pecho y la guió a su miembro, aún sobre
el pantalón y la ropa interior que tenía, fue entonces cuando el Tomlinson
comprendió.
El pequeño miembro de un niño de trece años despierto, estirado y duro,
listo para ser atendido por el causante de tal grado de excitación. Louis sintió
como la saliva pasaba por su garganta, tragando duro, impresionado porque
bueno, no pensaba que el cuerpo de Harry reaccionara del mismo modo que
el de él.
-Lou. -Harry insistió, queriendo volver a sentir esa corriente de cuando colocó
la mano del Tomlinson en su miembro.
Louis entonces, perdido de él mismo, volvió a cazar los labios de su pequeño,
con hambre, con ansias, con deseo, distrayendo la atención de la pequeña
mente del minino, quién ahora se dedicaba a corresponder lo mejor posible,
sentía que esta vez las cosas iban diferentes, el beso no era con delicadeza,
Louis mordía sus labios, acariciaba su lengua y exploraba cada espacio de su
boca con insistencia, demandante, controlándolo y Harry no tenía ningún
problema con eso.
La traviesa mano del mayor empezó entonces a delinear el delgado cuerpo de
Harry, su pecho, tan suave, una piel tan delicada, tan tierna, una que algún
lado de su ser deseaba marcar, llenarlo de sus mordidas, de sus moretones,
dejar en claro que le pertenecía algo que ni siquiera sabía si le pertenecía,
pero que lo ansiaba más que a cualquier otra cosa. Louis pudo sentir su tacto
tocar el inicio del pantalón ancho que usaba Harry, y cuando su mano se
empezaba a adentrar bajo este, escuchó el molesto sonido del timbre sonar,
retumbando por toda la casa.
-Mierda.
+
Después de tranquilizarse un poco, se alejó de Harry, no como si este
quemara porque tampoco deseaba hacerle creer a Harry que lo que estaban
haciendo estaba mal, aunque lo estuviera. Dejó su cuerpo en la cama y llenó
de pequeños besos todo el rostro del minino, dejando un pequeño pico en
sus labios, susurrándole un cálido. - Ponte la playera y bajas ¿Si, amor?
Bajó con pereza las escaleras, intentando arreglar el desastre que seguro
estaba su cabello, y de hecho, cuando se observó en el espejo de la escalera,
si lo estaba. Abrió la puerta y gruñó una maldición ¿En serio? ¿Justo ahora?
-Oh, a mí también me da gusto verte, Louissssa.

CAPITULO 4

Louis se sentó con pereza en el sofá, dejando que el idiota de Zaynie -Como le
gustaba llamarlo. -Se sentara justo a su lado. No era que no amara al Malik,
de hecho, era su amistad más cercana junto con Liam y no sabía que haría sin
ese par, ellos eran los únicos que podían comprenderlo a totalidad y que le
abrieron las puertas de su casa cuando todos sus demás "amigos" le dieron la
espalda.
No, así que no era eso, pero ¿Por qué llegar justo cuando estaba tan
entretenido con su pequeño gatito? ¿Suyo? Sí, ya, suyo. Después de descubrir
y aceptar esa atracción magnética que tenía por aquel minino, no le costó
mucho decidir que cuando pudiera, hablaría con Harry y le pediría que no se
vaya, que se quede en su casa a vivir con él; al fin y al cabo, Louis podía
cuidarlos a ambos, y sería como su novio, si es que se le puede llamar novio a
un chico con orejitas y cola que no sabe decir más que cuatro o cinco
palabras.
-Oh, que feliz te ves de verme, Louisa. -Sonrió Zayn, molestando a Louis como
solo a él le gustaba hacerlo.- ¿Te arruiné alguna conquista o algo así?
-No, Zaynie. -Gruñó Louis, tirando su cabeza hacía atrás en el respaldar del
sofá, cerrando sus ojos, soltando un aburrido suspiro de resignación.
- ¿Entonces?
Cuando Louis pensaba responder, a lo lejos se escuchó un pequeño maullido,
junto con unos pasitos que lentamente bajaban las escaleras de la casa. Louis
se estiró casi al instante, observando tiernamente como Harry bajaba,
pegando sus manos a la pared para tener más cuidado, y estaba en una
especie de posición defensiva, mirando fijamente al intruso, o mejor dicho, a
Zayn.
El Malik también volteó, pensando que quizás su mejor amigo había
descubierto que ser soltero no era tan malo y que ya que se iba a quedar así
toda la vida, se había comprado un gato, pero lo que vio le respondió
completamente ¿Un niño? No, no cualquier niño; este pequeño era de esos
juguetes sexuales que salieron a la venta hace cierto tiempo ¿Cómo no
recordarlo? Si incluso él cuestionó su sexualidad cuando pensó que desearía
tener a alguno de esos pequeños en su cama, gimiendo de placer.
- ¿Qué...?
Zayn no sabía bien que decir, volteó su cabeza hacía Louis y este le dio una
mirada de reproche, indicándole que se callara, y tampoco es que el Malik
fuera del tipo de persona que habla mucho. Louis se levantó del sofá y
caminó hasta el pequeño de trece años, según se veía, mientras el pelinegro

lo observaba sin poder creerlo. ¿Louis se había follado a ese gato? Porque el
niño apenas traía una playera puesta y definitivamente se la había visto
puesta al Tomlinson algunas veces.
Por su parte, Harry estaba igual o más confundido que Zayn, él no era bueno
con las personas, siempre le habían dado miedo, pero esto se debía
únicamente a la cantidad de cosas que le habían hecho a él y a sus demás
amigos de donde venía; así que con el tiempo había descubierto que no, los
humanos eran malos. Pero Louis era diferente, Louis era como un rayito de
luz para Harry, él amaba a Louis, por raro que suene, ese instinto animal hacía
que su corazón agradecido sienta ganas de quedarse con Louis, la única
persona que le abrió las puertas de su casa y lo alimentó, además de que
hace que sienta muy bonito cuando lo besa o cuando toca su cuerpo de esa
manera.
-Hola amor. ¿Estás bien? -El Tomlinson envolvió en un protector abrazo a
Harry y este asintió con la cabeza, abrazándolo también, empezando a
ronronear contra su pecho, causándole a Louis una agradable sonrisa. -Ven,
tengo que presentarte a alguien ¿De acuerdo? -Intentó romper el abrazo para
guiar al más pequeño, pero este lo abrazó más fuerte, demostrando que no
se quería mover de ahí.
Otro pequeño maullido escapó de sus labios y subió la vista para mirar a Louis
a los ojos, negando lentamente con la cabeza. Louis en aquel instante empezó
a debatirse entre que era más tierno, si la carita del gato con botas en esa
rara película de Disney, o el rostro de Harry en ese momento. Y como antes,
no le costó tanto decidir.
-Oye, está bien. -Se inclinó para quedar a la altura del más pequeño y le
sonrió tiernamente. -Estás conmigo, no voy a dejar que nadie te haga daño
nunca, Harry ¿Entendiste?
Besó la frente del pequeño Harry y este al fin se dejó guiar por Louis, hasta
que el mayor se sentó en el sofá y el minino en sus piernas. Zayn, quién hasta
aquel instante ya empezaba a cuestionarse si se había equivocado de casa,
sonrió tiernamente al ver a su mejor amigo caminar hasta el sofá junto con
aquel minino, parecía un pequeño gatito con cuerpo de un infante de trece
años ¿Cómo era eso posible?
-Bueno, Zayn, este es Harry. Harry, él es Zayn, es mi amigo, así que no te hará
nada ¿De acuerdo? -Le habló tiernamente el Tomlinson al oído al gatito, y
este, tras un pequeño estremecimiento, asintió con la cabeza, manteniendo
siempre su mirada en Zayn.
La curiosidad del Malik no faltaba y estiró su mano lentamente hasta Harry.
Zayn nunca fue malo con los animales, de hecho, era muy fan de ellos, tenía
un pequeño perrito en su casa que se había encontrado en la calle, al cual le
llamaba Hachi, porque sin duda alegraba los días de aburrimiento de su vida.
Harry entrecerró los ojos y acercó su rostro a la mano de Zayn, olfateándola
un poco, después se inclinó del lado de esta y dejó que el pelinegro paseara
su mano por sus rizos, causándole esas pequeñas caricias que tanto le
encantaban. Una sonrisa de tranquilidad se hizo presente en Louis cuando vio
que su mejor amigo se llenaba bien con el pequeño minino, pero eso no pudo
evitar que una punzada de celos golpeara su corazón y
automáticamente, poco después, abrazó con algo más de fuerza a Harry por
la cintura, logrando captar de nuevo la atención de su pequeño gatito.
-¿Meow? -Volteó el minino, preguntándole a Louis que había ocurrido. Louis
le sonrió y besó tiernamente su mejilla, causándole una sonrisa llena de
felicidad a Harry, y un movimiento alegre de su cola, que logró caer sobre el
sofá, sorprendiendo a Zayn por lo larga que era.
-Y... -Habló el Malik, concentrado en la longitud de esa cosa sobre el sofá.
¿Me piensas explicar o seguiré admirando lo violablemente tierno que es ese
pequeño?
Louis lo miró arqueando una ceja y Zayn le mandó una de sus miradas
prepotentes, logrando que el Tomlinson dejara su sesión de mimos a Harry y
se volviera a concentrar en su mejor amigo.
-Vino a casa, no tenía a donde ir y durmió aquí. El resto es historia, se va a
quedar, ya lo decidí. -Habló Louis, volviendo su mirada a Harry, quién ahora
tomaba su cola y empezaba a peinarla, logrando que otra sincera sonrisa
apareciera en el rostro de Louis.
-Pero, sabes que no es tuyo. Y ¿Tienes idea de lo caros que son, Louis? Debe
tener un dueño y pueden estarlo buscando por ahí. Sé que es tierno y todo y
puede hacer dudar de su sexualidad hasta a Chuck Norris pero algún día
alguien lo pedirá y tendrás que devolverlo, Tommo.
¿Por qué Zayn tenía que ser un amigo tan realista? Era verdad, sí, pero ¿Por
qué bajarlo de su nube de esa manera? Louis quería que Harry se quede a su
lado el mayor tiempo posible ¿Era tan difícil aceptar eso? No pensaba
devolverlo, primero porque le encantaba su compañía y segundo porque algo
le hacía pensar que su Harry no era feliz en el antiguo lugar de donde venía.
-Bueno, pero por ahora es mío. -Murmuró, aunque él deseaba que ese "por
ahora" se alargara el mayor tiempo posible. -Ya no quiero que hablemos de
eso ¿Bien? Apenas lleva poco tiempo aquí y ya quieres que lo devuelva. No
seas envidioso.
El último comentario fue sin dejes de hacerlo enojar, simplemente deseaba
ya cambiar de tema y hablar de otra cosa. Zayn rió y asintió con la cabeza,
aceptando la propuesta de su mejor amigo. -Ahorraré para comprarme uno.
Rió, aligerando el ambiente tenso que habían formado.
Harry solo entonces levantó la vista de su cola y les sonrió a ambos, aunque
no había prestado ni la más mínima atención, Louis le sonreía así que sabía
que todo estaba bien. En aquel instante, aprovechando la calma, se acercó un
poco más al Tomlinson y capturó sus labios en un suave beso, logrando
sorprender a los dos mayores, mientras el gatito solo enredaba su cola en la
pierna de Louis.
Cuando se separaron, Harry se acurrucó en su pecho, mientras el Tomlinson
lo abrazaba. Louis miró a Zayn y quiso matarlo por la risa burlona de sus
labios, pero no era eso lo que más le preocupada, sino que apenas notaba el
peso del trasero del menor sobre sus piernas, exactamente en su
entrepierna. Aquel beso fue un recuerdo de lo sexualmente frustrado que se
había sentido desde el primer contacto con esos gruesos pero suaves labios.
Louis suspiró y tomando el valor suficiente, antes de que Zayn o quizás Harry
sintiera el bulto que se hacía presente entre sus piernas; se levantó, dejando
a Harry sentado en el sofá, sin comprender que había pasado. Caminó a paso
rápido hasta la cocina y le gritó a Zayn que serviría para comer algo.
Zayn rió, él sí había notado la incomodidad sexual de su amigo, sobre todo
porque no era la primera vez que sucedía, también cuando terminaban
viendo películas porno o algo parecido y un cuerpo le llamaba la atención a
Louis, él terminaba burlándose a carcajadas hasta que su mejor amigo lo
botaba a patadas de su casa, seguro para aliviar ese dolor en su miembro.
Pero para Harry eso era nuevo, y el pequeño creyó que quizás había hecho
algo malo.

CAPITULO 5

Harry ya no se sentía tan seguro de lo que hacía como antes. Él sabía, bueno,
él sentía en su pequeño corazoncito gatuno que había hecho sentir mal a
Louis por algo y el pequeño minino no quería eso. Él quería a Louis feliz, no
deseaba que terminara corriéndolo de su casa o dejando de darle los besos y
mimitos que tanto le gustaban.
También quería seguir durmiendo en su cama. Oh sí, adoraba la cama de
Louis, pero por sobre todo, le gustaba acostarse sobre este y escuchar los
latidos de su corazón. También sabía que el castaño olía muy bonito, porque
al olfatear a Louis todo su cuerpo se relajaba, eso era bueno. O cuando Louis
lo besaba, no, definitivamente los besos y cariños del Tomlinson eran la parte
favorita de la nueva vida de Harry. Y él no quería acabar con eso.
Por su pequeña mente pasaron tantas imágenes de Louis echándolo de la
casa, quizás su amigo Zayn le había dicho algo como que Harry era feo o que
tenía piojos. Él no tenía piojos, lo sabía porque además de vivir en la calle por
un tiempo, él cuidaba mucho sus rizos, ya que eran lo único bonito que
encontraba en su anormal forma.
O tal vez... Tal vez Louis ya no lo quería por ser diferente. Lo diferente es raro,
lo raro es feo y lo feo no le gusta a nadie, así lo entendía Harry.
+
Una vez Zayn se fue de la casa, quedaron solo el Tomlinson y su gatito en el
sofá, Louis estaba algo sorprendido porque Harry no había querido sentarse
en sus piernas cuando lo llamó, o no le había sonreído en todo el tiempo que
Zayn estaba ahí, pero eso no era lo importante, seguro era por eso mismo,
por la presencia de alguien que simplemente no era de la confianza del
pequeño niño y por ello se sentía un poco incómodo.
Cuando el mayor al fin se sentó en el sofá, jaló a Harry del brazo y lo sentó a
horcajadas sobre sus piernas, logrando que el gatito lo mire algo confundido,
hasta que Louis atrapó sus labios en un profundo beso y el menor no dudo ni
dos segundos en corresponderle. Harry amaba con locura a Louis, pero Louis
era extraño y la mente del minino no lograba comprender la mayoría de
acciones de su dueño.
¿Entonces Louis no estaba enojado? Porque lo estaba besando, y lo estaba
haciendo tan bien. Harry sintió su cola menearse y sus orejas menearse
debido a los estremecimientos de todo su cuerpo, la lengua de Louis se movía
ya de manera experta por toda su cavidad bocal, por cada rincón de esta,
escuchando sus pequeños jadeos, sintiendo las vibraciones de su cuerpo y, si
se atrevía a entreabrir los ojos, podía observar con claridad el temblar de las
cejas del pequeño. Tan hermoso, tan precioso, tan malditamente violable.
-Ñam. -Un pequeño maullido salió de los labios de Harry una vez colocó una
de sus manos en el pecho de Louis, alejándolo un poco para poder respirar.
Las mejillas del menor estaban rojas, ni siquiera rosadas, simplemente rojas,
mientras este tenía la punta de la lengua fuera y jadeaba ante la mirada llena
de lujuria de Louis. Harry ya sentía su entrepierna juguetona de nuevo y sabía
y comprendía, por los ojos azul ahora oscuro de su amor, que esta vez esto
sería diferente que todas las otras veces.
No pudo respirar mucho porque antes de siquiera imaginarlo, ya Louis volvió
a cazar sus labios con hambre y el minino se derritió por completo, dejándose
llevar. Respira por la nariz, amor. -Le dijo el mayor cuando se separó
únicamente para mordisquear un poco el labio inferior de Harry, y tras un
asentimiento de este, lo besó otra vez, dejando que sus manos bajen hasta el
pequeño y duro trasero del menor, acercándolo más a su cuerpo.
En ese instante Harry pudo sentir con más claridad que no solo su cosita se
ponía juguetona en esos momentos, sino también había algo entre las
piernas de Louis, ese mismo algo que tenía él y que al rozarlos como lo
acababan de hacer, creaba que unas fuertes corrientes atravesaran todo su
cuerpo. Eso estuvo bueno, y Harry quería más.
El pequeño, sin dudarlo ni un poco, volvió a mover sus caderas al ritmo que
Louis lo había hecho la primera vez cuando estrujó su trasero, dejando que su
miembro y el del mayor se rocen de nuevo, soltando un fino jadeo, mientras
se apoyaba bien en los hombros de Louis y seguía el ligero movimiento. Y si
hay algo más malditamente caliente que el pequeño y violable Harry,
definitivamente era el pequeño y violable Harry masturbando su miembro
contra el de Louis, haciendo esos gestos llenos de inocente placer ante los
ojos atentos del mayor. No, no podía ser posible tal erótica escena.
-Ya-Ya, amor. -Louis detuvo el movimiento de su minino, ante la mirada del
más pequeño, que al instante hizo un puchero, sintiendo su cosita mil veces
más grande y dura que antes. - ¿Quieres que te haga sentir bien, bebé?
¿Quieres jugar conmigo?
Harry asintió, sin saber muy bien a que se refería, pero eso en realidad no
importaba, él quería jugar con Louis y si Louis decía que se iba a sentir bien,
no tenía ningún problema con eso. Los fuertes brazos del Tomlinson se
encargaron de sacarle la polera al pequeño, dejándolo únicamente con ese
pequeño boxer que le había conseguido. El cuerpo de Harry era el deseo de
cualquier hombre, homosexual, heterosexual y una mierda, cualquiera
desearía tener ese pequeño cuerpo bajo el suyo, gimiendo y gritando por
placer.
-Ahh. -Un pequeño gemido escapó de sus labios cuando Louis acercó su
rostro a uno de sus pezones, empezando a jugar con este, pasando su lengua
sobre la sensible piel. Las manos de Harry al instante fueron a parar en el
cabello del mayor, acariciándolo, mientras se arqueaba un poco, soltando
más de esos agudos sonidos que prendían cada parte del cuerpo del ojiazul.
-Lou. -Jadeo el más pequeño.
Un maullido escapó de los gruesos y rojizos labios de Harry cuando sintió la
leve mordida de Louis sobre su pequeño pezón derecho. Tironeó un poco de
los suaves cabellos castaños de su amo y luego jaló su rostro para atrapar sus
labios en un beso. Harry se sentía extraño y le gustaba, pero a la vez estaba
nervioso, quizás tirar del cabello de Louis no era bueno y tenía miedo de
arruinarlo, así que un beso seguro le diría cuanto lo sentía.
El mayor no perdió oportunidad y acomodó a Harry sobre el sofá, dejándolo
con cuidado, sin despegar sus labios de esa pequeña lucha entre sus lenguas,
entre caricias y ligeras mordidas. La verdad, los pequeños colmillitos de Harry
le dolían cuando el gatito se atrevía a morderle su labio inferior, pero esa
sensación de dolor aumentaba la excitación de su cuerpo ¿Qué tal se sentiría
eso alrededor de su miembro?
Una de sus traviesas manos bajó hasta el pequeño bóxer de su minino y
acaricio por sobre la tela el duro miembro de este, causando que Harry
maullara de nuevo, en otro tipo de encantador sonido. - ¿Te gusta, amor? -Le
preguntó con la voz ronca, observando el rostro del gatito llenarse de placer,
mientras su mano seguía acariciando el sensible bulto, aún sobre la tela de lo
único que lo alejaba de ese hermoso pedazo de carne.
-Meooow. -Los maullidos de la boca de Harry eran tan fuertes, tan inocentes,
tan encantadores, era como escuchar a un ángel gemir, uno que no
comprendía el significado del autocontrol, de callarse o de bajar la voz, uno
que simplemente se dejaba llevar por las sensaciones y si quería gritar, lo
haría, porque eso sentía. Lentamente, las caderas del menor empezaron a
tomar vida propia, moviéndose hacia arriba, empujando su miembro más
hacía la gran mano de Louis, que lo acariciaba con firmeza sin dejar de
observar su rostro. Las mejillas de Harry sonrojadas, mientras algunos de sus
rizos le cubrían sus ojos fuertemente cerrados por el mar de sensaciones que
estaba atravesando su cuerpo.
Harry era tan malditamente hermoso y puro, que la simple idea de ser el
primero en corromperlo lo fascinaba y hacía que su miembro vibrara más
adolorido aún debido a estar atrapado bajo ese ajustado jean; pero primero
lo primero, darle el placer que necesitaba su pequeño niño en ese momento.
-L-Lou. -Harry lo llamó, atreviéndose a entreabrir sus ojos mientras meneaba
sus orejitas, tratando de relajarse ante la sensación, hasta el momento, no
sabía qué hacía Louis para hacerlo sentir tan bien, pero le bastaba con
observar esa sonrisa para saber que al mayor le gustaba hacerlo sentir bien,
así que todo estaba en su lugar. Harry lamió tiernamente la barbilla de Louis
antes de darle un juguetón mordisco, logrando sacarle otra sonrisa al
Tomlinson y luego un beso se hizo presente entre ambos.
La cola del minino se meneaba de un lado a otro, pero esta pasó a segundo
plano al igual que sus sensibles orejitas estiradas hacía atrás, mientras sus
rizos se pegaban a su frente debido al sudor que se empezaba a hacer
presente. Luego de eso, todo se volvió blanco. Harry sintió la mano de Louis
meterse bajo el bóxer y luego esa misma mano tomar su miembro,
empezando a estimularlo, empezando a moverlo de arriba a abajo.
Los gemidos de Harry se hicieron presente, mientras una de sus manos iba
hacía la de Louis, tratando de apartarla, eso era mucho, se sentía tan
malditamente bien que no parecía correcto, no podía ser posible una
sensación tan profunda, el pequeño minino sentía que se terminaría
ahogando en sí mismo si Louis continuaba de esta forma.
-Louuuuu. -Los maullidos de su boca eran de súplica, pero ni siquiera él sabía
si suplica por más o porque Louis se detenga, solo sabía que eso estaba
causando que su pequeña cabeza le diera vueltas. Escuchaba la voz de Louis
decirle cosas tiernas cerca del oído. Le decía lo hermoso y perfecto que era, y
lo mucho que amaba escuchar su voz de esa manera, pero Harry estaba
perdido en sí mismo y su propio placer.
-Así, mi amor, sigue así. Estás siendo un buen niño, Harry. -El corazón de
Harry seguía lamiendo a mil por hora, pero esas palabras habían ayudado
mucho a que continuara apretando con fuerza el brazo de Louis ante cada
oleada de placer, a que no callara esos sonidos que escapaban de sus labios
junto al nombre de su dueño, una y otra vez, repitiéndolo constantemente.
La mano de Louis era traviesa, era ágil, Louis no comprendía porque, tampoco
es que fuera de practicar muy seguido el masturbar a alguien más, de hecho,
no recordaba haberlo hecho, pero solo le hacía a Harry lo que le gustaba
cuando se lo hacía a él mismo y ahora era mejor, porque el delgado miembro
del menor encajaba perfectamente con la palma de su mano. Aumentó el
ritmo sin pensarlo, bajando su vista a la punta del miembro del pequeño que
sobresalía de debajo del bóxer. Con su mano libre, dejando de apoyarse en
esta por un instante, le bajó la
odiosa tela por sus delgadas piernas, para apreciar mejor como la punta del
miembro del más pequeño goteaba un poco, indicándole que Harry estaba
cerca de llegar al final.
Todo encajaba tan perfectamente. Harry susurraba su nombre y solo su
nombre mientras se estremecía de placer bajo el simple tacto de su mano.
Mierda, si eso solo era el nivel uno, no quería ni imaginarse todo lo que
pasaría cuando aumentaran los niveles.
-Ahmm Lou. -Harry lo llamó, logrando juntar sus labios un poco al menos para
que Louis pudiera observar su infantil puchero antes de volver a separar sus
labios y continuar gimiendo, arqueando su espalda de tal modo que esta se
despegaba de la tela del mueble. Harry entreabrió sus pequeños ojos
esmeraldas con pequeños lagrimones a los lados de estos, a causa del placer,
mientras Louis se acercaba a besarlos, quitando todo rastro de lágrimas de
sus ojos.
-Está bien, amor. Quiero que llegues. Vamos, Harry, córrete para mí ¿Si? -Y
otro beso más en su rostro. Harry no comprendía muy bien a que se refería
Louis, pero lo hizo cuando tras sentir un fuerte apretón de la mano de Louis,
un líquido color blanquecino salió con fuerza de su miembro, manchando
todo su pecho, observando claramente como tira tras tira escapaba de la
punta de su cosita, como Harry le decía, mientras este sentía su cuerpo vibrar
y su cabeza llegaba a tal punto de placer que no recordaba ni siquiera su
nombre.
Y cuando Louis también se sintió llegar simplemente con observar como
Harry, aún ido por el placer, llevaba su mano contra su estómago, pasando
sus dedos por lo que quedó de su esencia y llevándose eso a la boca,
lamiéndolo un poco, entre pequeños jadeos, tratando de recuperar su
respiración normal.
Ahora Louis comprendía porque los gatos como Harry eran considerados los
mejores juguetes sexuales de todo el mundo y sabía mejor porque el cuerpo
de Harry era tan perfecto, pero por sobre todo, ahora comprendía que
cuerpo quería tener bajo el suyo para siempre, porque eso deseaba y eso
tendría, Harry sería suyo para siempre.

CAPITULO 6

Louis se despertó lentamente, aún en medio de la oscuridad de la habitación,


abrió sus ojos de esa forma perezosa, aunque ya debía hacerlo, por alguna
razón se sentía como que hubiera dormido una eternidad o que hubiera
estado en modo de hibernación. Se estiró un poco y solo entonces notó el
cuerpo que estaba acurrucado al lado del suyo, y esas pequeñas manos
abrazándolo cálidamente, mientras él tenía sus brazos alrededor de la cintura
del pequeño gatito más hermoso y perfecto que podía existir.
Lentamente los recuerdos del día anterior invadieron su mente, logrando que
una tranquila sonrisa se dibuje en su rostro, ahora tenía muy presente el
cómo terminaron acostándose temprano debido a que Harry no podía con su
alma después de su tremendo quizás primer orgasmo. Y aunque al comienzo
su plan original era solo observar a su precioso minino dormir, al final terminó
dejándose llevar por la paz y la comodidad y se quedó inconsciente más o
menos alrededor de las ocho de la noche.
-Loummm. -Escuchó al pequeño Harry decir entre sueños, mientras abrazaba
más fuerte el cuerpo de Louis, ahora enredando sus piernas alrededor de las
del mayor, logrando que una pequeña y silenciosa risa escapara de los labios
de este. Harry tenía las orejas tan relajadas como lo estaba él, además de la
larga cola que ocupaba la mayor cantidad de la cama, porque ambos estaban
acurrucados en un lado.
Bueno, quizás dormir un poco más no los mataría.
+
Al fin, cuando la relación de ambos estaba dando sus buenos frutos, Louis y
Harry tuvieron que pasar por su primer problema: Las reservas de Louis se
estaban agotando. Si bien el Tomlinson era precavido y hacía las compras por
semana, ahora se le hacía increíble el no desear salir de su casa por el simple
hecho de no querer dejar a Harry solo.
Louis había descubierto muchas cosas gracias a esas páginas que ahora ni
actualizaban sobre los gatos de Neko Corporation, por ejemplo ahora sabía
que Harry podría aprender a hablar, solo era cosa de tenerla una paciencia
extrema y enseñarle palabra por palabra. Comprendía también que el
cerebro de su minino era como una esponja, todo lo que observaba, lo
grababa de una forma automática; otra cosa importante estaba en la
verdadera utilidad de estos juguetes sexuales, y es que, Harry tenía la
sensibilidad de un animal en celo, por tanto, era esa la razón por la cual
reaccionaba tanto ante el más mínimo roce, y también la causa de su extrema
sensibilidad cuando le hizo lo que le hizo hace unos días, y es que estos
gatitos se entregaban completamente al placer, como animalitos, según el

artículo. Otra cosa importante estaba casi al final, donde le explicaban al


dueño del gatito, que cuando el niño-animal se encariñe con él,
automáticamente lo amaría, era cosa de su instinto animal doméstico, porque
así era con los perros o los gatos, al verte a los ojos, era equivalente a la
forma como tú miras a alguien cuando estás enamorado. Así que sí, una
sensación de calidez invadió al mayor cuando supo que Harry estaba
enamorado de él, porque era de él ¿No? Harry no quería a su verdadero
dueño, sea quien sea, si el gatito estaba con él, significaba que había elegido
a Louis y punto.
Había otra cosa más, pero esa parte del artículo no estaba disponible, solo le
explicaban a Louis que al final, antes de que la empresa cierre, habían creado
unos últimos modelos de juguetes sexuales, con algo nuevo en ellos, pero era
de extremo secreto y ni siquiera los que informaban sobre los niños sabían la
verdadera nueva función adquirida por los gatos.
A Louis la mayor parte del tiempo no le gustaba tener que leer de Harry como
si fuera simplemente un juguete, porque él quería al pequeño como algo
más, como alguien con quien deseaba permanecer toda su vida; pero si debía
de entrar a esas páginas para saber más del minino de rizos, lo haría.
+
-Harry, amor, tienes que quedarte quieto. -Louis soltó un largo suspiro
mientras observaba a Harry jugar con las burbujas de la tina llena de agua, le
estaba dando su baño del día y ya su gatito empezaba a encariñarse con el
agua, porque cada vez le era más y más difícil hacer que logre prestarle la
debida atención.
"Cuidado con las orejas de los gatos, si les entra agua, pueden perder el
sentido del oído" recordó, pasando sus manos llenas de shampoo con
cuidado por los rizos del más pequeño, logrando que este le regale un ligero
ronroneo y se estire un poco, tratando de alcanzar más de esos mimos.
Meow. -Harry maulló, subiendo su vista a Louis, regalándole una de sus
hermosas sonrisas con esos preciosos dientesitos blancos.
Louis continuó bañando al minino, mientras este hacía soniditos raros,
jugando a hundir su pequeño patito de hule que Louis tenía guardado, seguro
de cuando él era pequeño y se lo había traído en unas cajas de la casa de su
madre al mudarse a su departamento, pero vaya que ahora le servía, porque
Harry empezaba a amar ese gatito amarillo chillón.
-Bebé, quiero que me escuches. -Lo llamó el Tomlinson, logrando que Harry
suba la vista, mirándolo algo dudoso, meneando las orejas, prestándole total
atención. Louis sonrió y le dio un ligero beso en los labios, antes de seguir
hablando. -Mañana temprano debo salir a hacer unas compras. Tengo que
buscar comprarte ropa, pequeño, y además comida. También se me está
acabando la leche y la necesitas para dormir. -Sí, Louis también había
descubierto eso por su cuenta, ya eran cinco días en los que a Harry le
gustaba dormir después de un pequeño vaso de leche, claro, luego de
paseársela por toda la casa, porque era de tomarla muy, muy lento.
Harry meneó un poco la cabeza y Louis rió, quizás hablarle directamente no
servía de mucho, porque parecía que el minino no entendía la gravedad del
asunto. -Te quedarás solo por un par de horas, mi amor. -Dijo al fin, y al
instante la vista de Harry se agudizó y luego, lágrimas.
El pequeño Harry no quería quedarse solo, y definitivamente Louis no
deseaba dejarlo solo. Luego de eso, el mayor cargó con sumo cuidado a su
pequeño mientras secaba su cuerpo y se encargaba de regalarle una larga y
tierna sesión de besitos por todo su rostro, para distraerlo y que deje de
llorar, susurrándole muchas veces como lo quería.
Esa noche de nuevo se acostaron abrazados, mientras diferentes cosas
pasaban por la mente de cada uno. Louis recordó otra parte de los artículos,
donde dejaban en claro que una de la cosas más difíciles era el dejar solos a
los gatos después de apegarse mucho a ellos, porque si de por sí era difícil
para el dueño que comprendía la situación y lo extrañaba, el pequeño podía
hasta entrar en una depresión si no se le explicaba todo con cariño.
¿Cómo haría Louis ahora? ¿Y su trabajo? ¿Y el dinero? No quería perder a
Harry, no después de los cinco más hermosos días que recordaba haber
tenido junto a su niño.
- ¿Hm? -Harry subió la vista una vez Louis apretó con más fuerza su
cuerpocontra el del menor, logrando que sus ojos se encuentren y vea la
mirada llena de curiosidad de esos hermosos ojos esmeralda, aun brillando a
pesar de la oscuridad.
-Te amo, mi amor. -Le susurró Louis, besando sus labios con ternura,
logrando que Harry meneara las orejas y enrollara su cola en la pierna del
Tomlinson, correspondiéndole al beso al instante, pasando sus manos hasta
abrazar el cuello de este, mientras Louis volvía a tener todo el control de la
situación, colocándose sobre el minino.
-¿Lou? -Harry volvió a preguntar, una vez sus labios se separaron, y tras una
sonrisa traviesa de Louis, comprendió mejor lo que sucedería después. Luego
un fuerte apretón en la zona de su entrepierna y definitivamente, esa no sería
una noche de plena paz para el corazón del pequeño Harry, pero él tampoco
sería tonto para desaprovechar el sentirse tan mimado, amado y feliz junto al
dueño de su corazón y de su vida. - ¡Lou! -Arqueó un poco su espalda cuando
la mano del Tomlinson empezó a bombear su miembro de arriba abajo,
rápidamente.
Louis se encargaba de dejar marcas por todo el cuello de Harry, escuchando
sus fuertes gemidos salir de sus labios mientras su mano continuaba con la
traviesa idea de masturbarlo lentamente, aumentando el ritmo y luego
bajándolo otra vez. Sentía las uñas de las manos del menor arañar
suavemente la piel de su espalda, mientras lo abrazaba y movía su cuerpo al
compás de los dedos de Louis.
-Ñaw~~~~
+
Louis soltó el milésimo suspiro de la madrugada, observando el techo de la
habitación, mientras la cabeza de Harry descansaba sobre su pecho y sus
brazos se enrollaban alrededor de la fuerte cintura del Tomlinson. Si Louis se
concentraba, podía escuchar el ligero ronquito escapar de los labios de su
pequeño mientras este soñaba con lo que sea, porque después de venirse en
su mano, el rizado cayó dormido al instante.
Su poca resistencia también era algo adorable, a decir verdad, y Louis había
decidido que iría con calma en el descubrimiento sexual de Harry, al fin y al
cabo, tenía muchísimo tiempo para irle enseñando nuevos trucos al minino, y
él no tenía problema tampoco porque lograba llegar simplemente
escuchando esos indecorosos sonidos proviniendo de los labios del más
pequeño.
Pero eso no era lo importante ahora.
Si bien tenía un plan, no esperaba que funcionase del todo, ahora sabía que
Harry estaba lo suficientemente cansado como para dormir gran parte de la
mañana del día siguiente, y él podría escaparse para hacer las compras,
volviendo antes siquiera de que el pequeño despierte, pero ¿Y si no
funcionaba? ¿Y si Harry despertaba? ¿Podría perdonarle a Louis el hecho de
haberlo dejado solo de esa forma sin siquiera avisarle o algo parecido? Igual
el Tomlinson había intentado explicarle a Harry el porqué de cada cosa, pero
era una completa misión fallida cuando observaba esos ojitos que lo traían
loco.
Y bueno, sea como sea, estaba seguro de que tendría que intentarlo, porque
dejar a Harry con Zayn no era una opción, conociendo a su amigo se
desesperaría apenas Harry se pusiera a llorar, y bueno, podía pedirle a
alguien más pero no, no quería que otra persona que no fuera alguien
cercano a él descubriera que tenía uno de los pocos especímenes restantes
de la empresa ya muerta Neko Corporation durmiendo en su casa.
Así que, bueno o malo, tendría que intentarlo.

CAPITULO 7

Sentía el cuerpo caliente de Louis sobre el suyo, con el gran miembro de este
golpeando con fuerza cada detalle de su interior, cada centímetro,
volviéndolo completamente suyo, profanando todo espacio virgen de sus
paredes internas. Harry solo sabía gemir, siendo un completo lío, no sabía por
dónde llegaba más placer, si por la traviesa mano del Tomlinson acariciando
su miembro con tal velocidad y dulzura, o la forma como entraba y salía de su
cuerpo, llenándolo con esa sensación de fogoso amor que lograba hacer que
su mente se pusiera en blanco y todo el placer corrompiera su corazón, su
mente y su cuerpo.
-¡Ah! ¡Lou! -Soltó un fuerte gemido al sentir otro de esos toques en un punto
de síque lo llevaba al placer más profundo. Vio claramente la sonrisa del
mayor antes de tocar de nuevo ese lugar con su miembro. Harry sentía que ya
no podía más, que terminaría muriendo o algo parecido porque no era
posible tanto en su cuerpo, tantas sensaciones ¿Cómo era que aún estaba
vivo? Arqueaba su espalda, deseando poder resistirlo, no quería terminar, no
cuando él y Louis estaban tan unidos como en ese momento.
- ¿Te gusta, pequeño? ¿Más rápido? ¿Más profundo? -Escuchaba la voz
de Louis algodistante, pero sin embargo estaba ahí. Él solo asentía con la
cabeza, relamiendo sus labios, perdiéndose en todo lo que el más alto le
proporcionaba, hasta que de un momento a otro, colapsó.
Y el gatito Harry se levantó.
-
Removió sus esponjosas orejas, abriendo sus ojos tan rápido que quizás hasta
le dolieron, pero no importó, se encontró a sí mismo en la cama donde
dormía con Louis, pero faltaba algo ahí: Louis. Meneo su cola un poco y se
sentó despacio, estirándose, sintiendo todo su cuerpo un poco más rígido de
lo normal, y entonces lo vio, ahí bajo sus pequeños boxers, su miembro
totalmente despierto creando una pequeña carpa con su ropa. Harry gruñó
ante eso, recordando lo que había soñado y meneo la cabeza, era injusto que
haya sido solo un sueño, él quería que en serio Louis le estuviera haciendo
todo eso.
El minino sabía de sexo, sí, no sabía que se llamaba sexo porque para él no
tenía nombre, pero sabía del acto porque lo había visto muchas veces entre
gatitos como él y los señores que los "cuidaban" por decirlo de una manera.
Como siempre, Harry se preguntaba qué era eso que hacía que los iguales a
él se llenaran de placer, porque a él nunca se lo hicieron y de hecho, en
medio de su ignorancia, siempre pensó que sus compañeros exageraban, no
podía ser algo bueno aquello que al inicio les dolía tanto, porque él lo veía,
esa expresión llena de dolor y las lágrimas cuando eran poseídos de esa
manera por las personas sin orejitas ni cola.
Pero ahora, estaba soñando con Louis haciéndolo suyo ¿Eso estaba bien?
¿Qué tal si Louis se enojaba por su culpa? No debía de pensar en esas cosas,
pero su cuerpo lo demandaba, y aunque el minino Harry no se imaginaba
cuanto el mayor lo deseaba, ahora se estaba regañando a sí mismo por haber
tenido lo que el humano común denominador conoce como "sueño
húmedo".
Sin pensarlo mucho, y simplemente pensando que Louis estaría en el primer
piso o más bien en la cocina preparando algo, Harry se tomó su tiempo para
estirarse y peinar sus orejas con su colita, porque él quería verse hermoso
para su dueño Lou. Una vez terminó, se levantó de la cama y caminó
tranquilamente hasta el primer piso, bajando con cuidado las escaleras, ya se
había caído una vez y aunque calló de pie, se había golpeado la nariz ese día,
y también Louis lo había sermoneado por no tener el cuidado suficiente.
Sonrió al recordar que después del sermón, Louis lo cargó y lo trató como un
bebé todo el tiempo, llenándolo de besitos y pequeños mimos. Louis era
perfecto y él amaba a Louis. Con esa misma sonrisa encantadora y
enamorada, caminó hasta la cocina, pero para su mala suerte, no encontró a
Louis.
Sus orejas se movieron un poco, parándose bien, tratando de identificar el
menor ruido posible de la casa y saber dónde estaba su Louis, pero no oía
nada más que a sí mismo, respirando algo agitado por el susto.
Asegurándose, buscó por cada rincón de la casa y al final, cuando se dio por
vencido, automáticamente se acercó a la puerta de entrada, observando por
el ojito mirador, viendo la calle tal cual como tantas veces con su curiosidad lo
había hecho, pero ahora era diferente, ahora solo buscaba a Louis, y tampoco
estaba.
Mientras sus ojitos se aguaban, Harry subió corriendo a la habitación y se
metió bajo las frazadas, sacando su cabeza por el lado de la cabecera y
empezó a llorar, lágrimas y lágrimas escapaban de sus ojitos mientras
maullaba fuerte y repetía tantas veces como pudiera el nombre de su Louis.
No importaba si no podía oírlo, no importaba si Louis no estaba, él lo
continuaría llamando hasta escuchar de nuevo su hermosa voz o sentir otra
vez esos fuertes brazos rodeándolo.
-
Para Louis esto de estar lejos de Harry tampoco era nada sencillo. Se suponía
que solo tardaría dos horas a lo mucho en lo que sería las compras para el
mayor tiempo posible, pero encima que tuvo un problema en el súper, su
carro no traía la gasolina y encima no encontraba ropa disponible para el
nuevo guardarropa de su bebé, al final, tuvo que comprarle cosas un tanto
infantiles, pero estaba bien, porque Harry era un niño y todo le quedaría
completamente adorable.
Al final, quizás tardaría más cuando observó las cajas completamente llenas y
las largas colas de gente, pero esperaba que su bebé no se hubiera levantado
y continuara tan tranquilamente dormido como lo había dejado aquella
mañana. Miró su celular y cuestionó un poco, quizás hubiera servido que le
enseñara a Harry a contestar el teléfono de la casa, así ahora estarían
hablando; y quizás si todo salía bien, Harry pudiera marcar a Louis,
teniéndolo como número rápido, solo para escuchar su voz y tranquilizarse
un poco.
Escuchó su celular y observó el nombre, en letras grandes y claras decía: Liam
Payne. Sonrió y atendió, hacía muchísimo tiempo que no hablaba con su
amigo, y eso que antes él y Zayn se la pasaban metidos en su casa, pero por
cosas de la mudanza de Liam a un lugar mucho más lejos, ya no se le hacía
tan fácil visitarlo.
- ¡Hey! Payne, al fin te acuerdas de los amigos. -Escuchó la risa de su amigo y
sonrió también, observando que la fila avanzaba al menos, un par de
personas. Suspiró, volviendo a la llamada. - ¿Cómo has estado, Liam?
-Bien, sí. De hecho te llamaba para decirte que al fin tengo mis semanas de
vacaciones en mi trabajo, así que estaré visitando a mis padres y me quedaré
en mi antigua casa, por eso, podemos vernos el día que tengas libre, así que
tú solo dime. Te extraño Tommo.
Louis sonrió de nuevo, recordando que eran Zayn y Liam los que le llamaban
como sus pequeñas hermanas, eso antes de que el Malik comprendiera que
Louis odiaba su nombre en versión femenina en una chica, así que el apodo
de Louisa quedó desde entonces.
-Bueno, la verdad estoy de vacaciones, pero no creo poder ir a verte porque...
Las palabras del Tomlinson quedaron en el aire, observando a un punto fijo
de la entrada al gran establecimiento una carita demasiado conocida para él.
Sin pensarlo mucho, colgó el teléfono y dejó la cola, acercándose al pequeño
cartel de papel que colgaba en la zona de anuncios, sorprendiéndose al saber
que era aquella persona que tanto amaba, y ese alguien a quién jamás
hubiera esperado encontrar más que dentro de su casa.
La hermosa carita de su pequeño Harry en un cartel de "SE BUSCA" no es algo
que le agrade ni mucho menos que le cause una sonrisa, una amarga mueca
se formó en su rostro cuando arrancó la hoja de la pared y se aseguró de que
no había ninguna otra. Eso, era la única imagen de su gatito, por suerte.
"Se busca. Responde al nombre de Harry. Favor de llamar al siguiente número
en caso de encontrarlo, de verdad estamos muy preocupados por él y les
daremos una buena recompensa si encuentran a nuestro pequeño animal."
Decía en letras muy grandes junto al número correspondiente. No,
simplemente eso no debía estar pasando. Ahora las palabras de Zayn le
regresaban a la mente sin poder imaginar que tan pronto como hubieran
pasado ahora ya seis hermosos días, tenía que suceder esto y devolverlo
automáticamente a la realidad. No podían estar buscando a Harry, Harry era
completamente suyo, y fuera de eso, ¿Cómo que pequeño animal? Arrugó el
papel y lo metió al bolsillo de su chamarra, regresando a la cola, ahora ya no
importaba Liam ni lo que se le había ocurrido al Tomlinson de quizás salir a
pasear con Harry. Ahora nadie podía verlo, y no dejaría que absolutamente
nadie tocara a su pequeño.
-
Cuando volvió a su casa, Louis abrió la puerta tan rápido como pudo y dejó la
gran cantidad de bolsas en el sofá, corriendo hasta la habitación, gritando el
nombre de su minino, hasta que lo encontró, ahí, en la cama, siendo otra vez
la imagen más adorable de su vida.
Harry estaba abrazando una de las poleras de Louis, y quizás de tanto
removerla, ahora estaba totalmente arrugada en su tacto mientras sus ojitos
se empezaban a abrir perezosamente. El Tomlinson comprendió que Harry si
se había levantado cuando observó en los lados exteriores de los ojos del
pequeño restos de lágrimas, unos lagrimones dejando en claro que había
llorado esperando al mayor.
-Amor, ya llegué. -Le susurró Louis, sentándose a su lado, mientras pasaba su
mano por la mejilla de su bebé, asegurándose de quitarle todo rastro de
lágrimas. Vio a Harry estirarse y luego de una curiosa mirada, ya tenía a su
minino llorando en sus brazos, enrollando su pequeño cuerpo contra el de
Louis, maullando miles de cosas que él no entendía pero que importaba,
hasta sermonéandolo, Harry siempre sería adorable. -Ya, ya, lo siento, Harry.
Pero te traje muchas cosas que te gustarán, ya verás.
Harry se apartó solo entonces para darle otro puchero y dejando de llorar, al
fin unió sus labios con los tan ansiados labios de su amado, regalándole todos
sus sentimientos en ese beso. Louis lo recibió gustoso, abrazando bien a su
pequeño por su cintura, escuchando el ligero ronroneo del minino, soltando
una pequeña risita en medio del beso.
-Lou. -Ronroneo el menor contra sus labios, antes de alejarse y continuar con
ese diminuto puchero, se supone que estaba molesto pero no servía de nada,
él estaba feliz y lo estaría siempre que tuviera a su Louis a su lado.
Meneo sus ojeras cuando se removió un poco y Louis sintió claramente algo
que no era normal ahí, bajando su vista hasta más abajo del vientre del
pequeño de rizos, sorprendiéndose un poco por el ya pequeño bulto en sus
pantalones. Pequeño, pero estaba ahí, una clara y notable pequeña erección.
- ¿Y esto? -Sonrió, bajando su mano para que rozara esa zona, logrando que
Harry jadeara un poco y sus mejillas se tiñeran de nuevo de ese rojo tan
característico de él. - ¿También me ha extrañado tu cosita, bebé? -Le susurró
el mayor en su felpuda orejita, logrando que Harry se estremeciera antes de
alejarlo para que lo viera y simplemente asentir con la cabeza, acercándolo
otra vez ahora para besarlo. -Eres insaciable, Harry.
Pero Louis no tenía ningún problema con ayudar a su pequeño amor, mucho
menos cuando ambos disfrutaban de bajarle las erecciones al minino.

CAPITULO 8
Esa mañana, Harry ya cumplía dos hermosas semanas viviendo en la casa de
Louis, y este no podía estar más feliz. Si bien no era del todo fácil criar al
pequeño Harry, definitivamente tenía sus hermosas ventajas, como por
ejemplo, despertarse todos los días al lado del cuerpo más tierno y precioso
que la humanidad y unos cuantos experimentos ha podido crear.
-Mmm. -Louis se logró estirar un poco en su cama, sonriendo al sentir como
los delgados brazos de su gatito se enredaban más alrededor de su cintura, y
un ligero sonidito escapaba de los labios de un aún dormido Harry.
El Tomlinson se volteó un poco, para quedarse observando desde un poco
más arriba esa cantidad de rizos revueltos color chocolate que tanto amaba
acariciar ¿Era normal que Harry tuviera el cabello tan malditamente suave?
Una vez Louis se puso a pensar que era bueno que a Harry no se le callera el
pelo como a los gatos, odiaría que esos rizos se fueran de a pocos, y aunque
crecieran más, definitivamente su bebé era perfecto a su manera. Observó
claramente sus esponjosas orejas menearse y sonrió, inclinándose un poco,
presionó la más cercana a sus labios con estos, sin usar los dientes, logrando
que su minino se estiraba, y volviera a menear esos dos triángulos de pelo.
-Bebé. -Lo llamó, tratando de despertar a Harry, eso era un poco difícil para él
absolutamente todo el tiempo, pero tenía que hacerlo, aunque su minino
siempre le hacía un reto eso, aún peor desde que hace ya más de una semana
habían empezado sus juegos sexuales que dejaban al pequeño gatito
totalmente cansado. -Amor, recuerda que quedamos que hoy haríamos algo.
-Volvió a hablar, sabiendo que Harry lo escuchaba por la mueca de disgusto
que tenía en su rostro.
De nuevo Harry estaba siendo un mal gatito, un gatito rebelde y eso era algo
que Louis no podía permitirle. Sonrió con malicia y lentamente se liberó de
los brazos de su niño, incorporándose apenas un poco para lograr meterse
bajo las frazadas, en lo que Harry se acurrucaba de nuevo abrazando la
almohada, quizás creyendo que se trataba del Tomlinson.
Louis rió y rápidamente le bajó al pequeño sus ligeros calzoncillos rojos,
logrando que Harry soltara un respingo, pero antes de que las manos de este
se cubran su zona sensible, Louis tomó con firmeza el miembro de este,
escuchando claramente un gemido ronco escapar de los labios de su minino.
- ¡Ah! -Harry se erizó por completo, encogiendo las piernas un poco, mientras
sus manos bajaban para tocar ese cabello suave que ya conocía tan bien.
Meneó las orejas y removió su cola, acariciando las hebras de su Tomlinson y
jadeando cuando la mano de Louis empezó a moverse por su miembro, de
arriba abajo.
Pero esta vez hubo algo diferente, algo que el minino no se esperó y que
logró hacer que su espalda se arqueara completamente, Harry sintió con
claridad una calidez húmeda que rodeaba la punta de su miembro, antes de
sentir la lengua de Louis pasaban por la punta de este, logrando hacer que
dejándose llevar por esa deliciosa sensación, Harry tomara con fuerza los
mechones de cabello del mayor y lo empujara un poco más hacía su
entrepierna.
Louis sonrió al sentir los constantes empujones hacía el miembro del más
pequeño y obedeció, separando más sus labios, permitió que toda la longitud
de este ingresara en su boca, empezando a hacer un pequeño vaivén,
asegurándose de lubricar bien cada detalle de este, escuchando complacido
todos los sonidos que escapaban de la boca de Harry.
Encogía los dedos de sus pies tratando de aguantar lo más posible el
orgasmo, pero es que Louis movía su lengua por todo el largo de su miembro
y se sentía tan malditamente bien. Harry incluso creía de nuevo que toda la
resistencia que había cogido en la última semana con la cantidad de veces
que Louis había jugado con su cosita se había ido por el caño, porque eso no
se comparaba en lo más mínimo a cuando su miembro tocaba el fondo de la
boca del Tomlinson, disfrutando de estar encerrado en esa cavidad. Joder,
como lo amaba.
-Lou... Lou. -Harry intentaba avisarle que ya estaba cerca, quería que Louis se
aparte, porque bueno, ya la primera vez el minino había probado su propia
esencia, pero no le había agradado tanto el sabor, era demasiado salado para
su gusto, y quizás al Tomlinson tampoco le guste. Y aunque incluso Harry ya
había superado la mayor parte de sus miedos de que el mayor lo deje, aún
temía hacer algo que hiciera que Louis se enojara y se librara de él. -Meoow.
Y tras un fuerte maullido, sin poder aguantar más, se corrió con fuerza en la
boca del más alto, sintiendo claramente como este trataba de tragar todo ese
líquido.
Una vez Louis creyó que ya tenía todo, se apartó del miembro de Harry,
dejándole un último besito de despedida para subir y atrapar ahora los labios
de este, disfrutando de aún tener sus manos en su propio cabello, sintió las
tímidas caricias del gatito sobre sus hebras. - ¿Ya obedecerás o tendré que
seguir convenciéndote? -Y Harry no sabía si responder un sí o un no.
-
Después de esa agradable mañana, Louis se encargó de bañar a su pequeño
niño y luego tomaron desayuno juntos, ese día Harry quería desayunar en la
mesa con Louis, así que mientras este comía sus panes con huevo, Harry tenía
su taza con leche y meneando sus orejas cada vez que veía a Louis comer.
¿Era normal eso? Harry amaba con devoción cada acto del Tomlinson. Le
encantaba el Louis alegre, el Louis enojado, el Louis meloso, el Louis gruñón.
Amaba cada vez que Louis bostezaba, sonreía, gruñía; hasta incluso adoraba
cuando comía o ese cabello alborotado con el que se despertaba y andaba
hasta que recordaba que también debía peinarse. A veces el pequeño estaba
seguro de que Louis se preocupaba mucho más por él que por su propio
cuidado, ya que una vez escuchó a Louis hablando por teléfono, diciendo algo
como que ya no iría a su trabajo y eso sin contar con la gran cantidad de cosas
que le había comprado la última vez que salió.
Todo ese tema estaba un poco solucionado ahora, Louis terminó
convenciendo a Zayn de que hiciera sus compras y las llevara a su casa
semanalmente. La realidad económica de ellos era simple, Louis no
estudiaba, pero venía trabajando desde que terminó la escuela, así que al no
tener que hacer gastos realmente importantes, la mayoría iban para sus
ahorros, lo cual fue lo más sensato ahora que lo pensaba porque podía darse
el lujo de renunciar y esperar un poco antes de tener necesidad de buscar
otro empleo en donde pudiera llevar a Harry o algo parecido. Zayn era Zayn,
también venía trabajando desde hace mucho, pero con eso se pagaba sus
estudios en Bellas Artes, así que no contaba con demasiado dinero. Liam sí
tuvo la suerte de nacer en cuna de oro, como quien dice, porque sus padres
una constructora muy poderosa en el país, así que el apellido Payne estaba
muy bien puesto económicamente. Sin embargo, desde que Zayn y Louis lo
sabían, jamás aceptaron trabajar para el padre de Liam o alguna caridad
monetaria de este, de hecho era curioso cómo ni siquiera el mismísimo Payne
tenía una gran casa tal como la mansión de sus padres. No, él vivía en una
pequeña casa de dos pisos y pocos cuartos tal y como sus otros dos mejores
amigos.
-Amor, ven. -Louis llamó al pequeño gatito una vez vio que se había acabado
la leche de su taza, Harry obedeció sin dudarlo y se levantó de su sitio para
sentarse sobre las piernas del Tomlinson, apoyándose bien con una de sus
rodillas a cada lado de esas, meneó su cola, moviendo su cabecita hacía un
lado, esperando que Louis hable, mientras colocaba sus manos en los
hombros de este, ronroneando ligeramente. - ¿Recuerdas en qué quedamos
hoy?
-Mmm. -Harry emitió un sonidito y escondió rápidamente su cabeza en el
hombro del mayor. No, no le agradaba lo que se supone que harían, tenía
tanto miedo que la verdad de no ser por el juego de la noche pasada, quizás
no hubiera podido dormir en toda la noche. Negó con la cabeza, queriendo
evitar el tema, pero unos fuertes brazos lo rodearon por la cintura,
acariciando su espalda.
-Sí, bebé y verás que te irá excelente. Hoy aprenderás a hablar, Harry.
-
Se sentó en el sofá con Harry entre sus piernas, observando la gran cantidad
de rizos hermosamente despeinados, mientras el minino jugaba con los
dedos de la mano de Louis, este sonrió, besándole tiernamente la cabeza.
Harry en serio tenía miedo, lo sabía, pero si no practicaban, no había forma
de que aprendiera a decir algo, y según lo que había entendido, para que
esos niños-gato hablen, tenían que practicar muchísimo, como bebés.
-Ahora ¿Qué te gustaría aprender primero? Son tantas cosas, puedes decir
"Hola", "gracias", "Adiós" "Espera" "No" "Sí". -Louis sonrió ante la cantidad de
ejemplos, mientras su pequeño gatito negaba con la cabeza, soltando un
largo suspiro. Louis acarició tiernamente el estómago de Harry, aun dejando
que su otra mano continuara entre las del pequeño, mientras este analizaba
sus deditos, uno a uno. - ¿Entonces, amor?
La mente de Harry voló un poco, solo un poco, recordando cada detalle de su
vida desde que tocó la puerta de la casa de Louis, y supo entonces que no
había palabras que desee más aprender, que aquellas dos que el mayor le
dijo esa vez, antes del incidente de quedarse absolutamente solo en la casa.
Él recordaba las palabras, sin embargo, no tenía idea de cómo pronunciarlas,
y tampoco entendía la forma de explicarle a Louis que era exactamente lo
que deseaba aprender.
-T... -Louis lo observó, sorprendido al escuchar que Harry murmuraba algo,
muy bajito, sin embargo, no dijo nada, mientras continuaba repartiendo
pequeñas caricias a su minino, tratando de darle confianza de esta forma. -T-
T... -Harry estaba metido en su mundo, observando la mano de Louis, gruñía,
tratando de que su lengua deje de enredarse al querer moverla de la forma
como Louis había movido sus labios aquel día. -Te...
Meneó un poco su cola al descubrir que sí, ese sonido era igual al que había
dicho Louis, pero sin embargo, faltaba la otra parte, y la consideraba peor
porque Louis movió sus labios dos veces en lo siguiente. Harry hizo una
pequeña "o" con la boquita, tratando de articularlo, pero no le salía
exactamente igual. Negó con la cabeza, gruñendo, intentó de nuevo con los
labios un poco más cerrados, logrando que la primera bocal saliera de estos,
emocionándose.
Louis estaba realmente hipnotizado por la belleza del pequeño, por su
inocencia y por su perseverancia porque esa palabra le saliera bien. Y bueno,
él no era tonto, comprendía que deseaba decir Harry, y anhelaba eso también
como nadie se podía imaginar.
-Mo. -Susurró cerca del oído del más pequeño, logrando que este se
estremeciera y subiera su mirada, haciendo un pequeño puchero, dejando
que su nariz roce la barbilla del Tomlinson. -Sí puedes, sabes que sí. Es "mo",
juntas la eme, con la o y saldrá, mi bebé, inténtalo.
Louis trató de articular lo mejor posible las palabras, ante la mirada curiosa
de Harry, quién después volvió a bajar su rostro y continuó con sus pequeños
susurros, tratando de que le saliera el sonidito que Louis había hecho.
No fue hasta el cuarto intento que lo logro. Se sentó más estirado y levantó
sus esponjosas orejas castañas, aclarando su garganta, trató de juntar todas
las sílabas y bingo. Lo había aprendido. Volteó por completo, hasta quedarse
apoyado en sus rodillas, aún entre las piernas de Louis y bateó su cola un
poco, mirándolo fijamente, mientras este le regalaba una cálida sonrisa a su
pequeño minino.
- ¿Algo que decir, pequeño? -Susurró, a lo que Harry sonrió.
-Te a...mo. -Dijo despacio, sonriendo al notar que le había vuelto a salir y
ahora un poco más rápido. Louis no lo dudó ni un poco y jaló el rostro de su
niño, atrapando sus labios en un tierno beso, escuchando y sintiendo el ligero
ya conocido ronroneo del menor.
-Yo también te amo muchísimo, Harry.

CAPITULO 9

-Espera ¿Qué? -Pregunté de nuevo, sin entenderlo.


-Oh vamos ¿Eres o te haces? ¿Cuánto me costará quedarme a dormir aquí
está noche? Prefiero ahorrarme las pláticas estúpidas y acabar con esto sí al
menos quiero mi trasero en tu mueble hoy, así que dime ¿Qué quieres que
haga?
Todo en mi cabeza hizo clic y pode soltar un: -Oh, Jesús. -Mientras estiraba mi
cuerpo. No era porque no me hubiera gustado que me besara o que se
intentara frotar contra mi miembro, quizás si no hubiera estado tan
malditamente sorprendido hasta me hubiera puesto duro o algo así. Vamos,
nunca he sido del tipo que juzga por si eres gay o algo y si se me presentaba
la oportunidad la tomaría pero ¿En serio era eso lo que tenía que hacer este
chico para poder dormir en una casa decente? ¿Desde cuándo venía
haciéndolo? ¿Por cuántas cosas habría tenido que pasar?
-No tienes que hacer nada de esto ¿Sabes? -Al fin volví mi vista hacía él,
observando un pequeño puchero en sus labios, logrando que una leve sonrisa
se formara en los míos. -Quiero decir, no te avergüences, no es que no me
parezcas adorable, cogible y todos los adjetivos que se le parezcan, pero no te
traje a mi casa para follarte, solo quería darte un techo por una noche, quién
sabe si más. No todos somos personas como las que sea que te haya tocado
conocer ¿Comprendes eso?
Observé su rostro algo sorprendido, pero al instante su expresión volvió a la
de amargura que tenía un poco antes, incluso se intentó bajar de mis piernas,
pero no lo permití, manteniéndolo en ese mismo lugar. Era curioso, pero
hasta podía observar con más detalle como su mente procesaba cada cosa
que le había dicho.
- ¿Por qué? -Preguntó, en un hilo de voz, al parecer realmente asustado.
-Le dije a ese cerdo gigante que ya no molestarías su tienda, y creo que para
encargarme de que no lo hagas tengo que vigilarte de cerca ¿Está bien?
-Observé sus hermosos ojos azules volverse más cristalinos hasta el mismo
momento en que unas pequeñas lágrimas se empezaron a formar en las
esquinas, para luego derramarse por su pequeño rostro. Mi corazón se
encogió de una manera increíble y llevé una de mis manos a su mejilla,
acariciándola con total ternura. -No tienes que llorar, niño. -Él no dijo nada,
solo se inclinó y se acercó un poco, logrando que su nariz se roce con la mía,
mientras esas pequeñas lagrimitas salían y salían. ¿Quién era yo para privarlo
de llorar? Ni siquiera imaginaba cuando había sido la última vez que aquel
pequeño había soltado lágrimas, así que si deseaba liberarse, aquí me tenía,
para asegurarme de que ahora todo esté bien. -Puedes empezar por decirme
tu nombre si gustas.
Lo observé temblar un poco, seguro debido al llanto, pero después de un
rato, meneando un poco las orejitas rubias de su cabeza, murmuró un suave:
-Niall. Empezando con unos sollozos mucho más fuertes y ruidosos,
acercándose lo Suficiente como para rodearme en un fuerte abrazo por el
cuello, llorando contra este, casi gritándome en el oído.
Pero estaba bien, no me importaba. Y puede que si Louis o Liam incluso me
ven en esta situación, se sorprendan mucho de mi actitud pero les podría
asegurar de que no habría nadie más sorprendido que yo. Y quién lo diría, al
final parece que hacerle las compras a Louis podía traer buenas cosas, como
un pequeño gatito rubio de ojos azules llamado Niall.

CAPITULO 10

Tres semanas y contando. A veces, Louis se levantaba en la madrugada solo


para asegurarse de saber que no estaba soñando, porque tenía la vida
completamente hermosa y era algo que no solía suceder más que en los
cuentos de hadas o de Disney, esas películas que causaban que su minino
sonriera cuando terminaba bien y en los momentos de los besos, incluso
Harry se acercaba a Louis y lo besaba suavemente, quizás imaginando que era
él quien estaba dentro de la película. Para el Tomlinson, definitivamente no
existía criatura ni persona en el mundo más hermoso y tierno que el minino
que ahora descansaba con su cabeza sobre sus piernas. Harry le estaba
hablando, bueno, le maullaba un montón de cosas mientras pasaba sus
manitos por el rostro de Louis, así que este supuso que estaba diciéndole algo
sobre su rostro, dejándolo expresarse aún sin entenderlo.
-Te amo. -Susurró Harry, logrando que otra cálida sonrisa se forme en el
rostro del mayor, inclinándose hacia adelante para atrapar los labios de su
gatito, capturándolos en un suave beso, disfrutando del tierno ronroneo de
Harry.
Una vida tan tranquila, hermosa y perfecta no podía tener nada de malo.
O quizás sí.
No, definitivamente sí.
Louis estaba frustrado... Sexualmente.
-
Soltó un suspiro resignado cuando terminó de ponerle el pijama a Harry,
acariciando sus preciosas orejas, logrando que su bebé se acercara y besara
suavemente sus labios, pero la cabeza de Louis estaba en otro lugar ahora. Él
jugaba con Harry cada dos días, y eso estaba bien, porque tampoco quería
exigirle mucho a su pequeño niño, y sabía, por las reacciones de este, lo
mucho que le encantaba cuando él tomaba su miembro de esa manera y se
lo llevaba a la boca. Oh sí, los gemidos de Harry eran el detonante para
cualquier persona, pero aunque le encantaban, estaba el detalle de que Louis
quería ese algo más del menor y sabiendo que podía tenerlo, su cuerpo ya no
reaccionaba con la misma ansiedad que al inicio. Él deseaba más, y todo su
ser se lo pedía a gritos.
Tuvo largas noches en las que se cuestionaba si debía hacerlo o no, e incluso
en una de esas jugaditas, logró que uno de sus dedos roce la pequeña y
virgen entrada de Harry, y no estuvo nada mal, los espasmos que pasaban por
el cuerpo del minino eran tantos que juro poder correrse simplemente con
eso. Pero... Iba a doler.
Ahí era cuando moría toda la pasión. Louis si bien sabía de eso, no recordaba
con mucho recelo su primera vez porque había sido con una persona tan
irrelevante en la actualidad que no le interesaba, Harry tenía el poder de
llenarle su mundo y hacerle olvidar hasta la capacidad de respirar. Harry era
vulnerable, era un niño indefenso e inseguro que ante cualquier cosa,
pensaba haber cometido un error, y ese era el principal problema. Louis
quería que Harry disfrute de esta primera vez tanto como sabía Louis que lo
haría él, pero ¿Cómo hacerlo cuando al principio duele como el peor dolor
que puede ser provocado en una zona tan sensible? No es que Louis fuera
egocéntrico, no es que sintiera que tuviera su miembro tan enorme, pero sí
sabía que Harry era tan puro como un ángel en este mundo lleno de
impurezas. Y la idea de desvirgar ese agujerito lo excitaba a tal manera.
Incluso había instantes en que el Tomlinson llegaba a sentirse un demonio o
el mismo diablo por querer hacerle esas cosas al gatito que ahora lo abrazaba
mientras meneaba la cola y movía sus orejitas debido a que corría una ligera
brisa por la habitación por la ventana abierta.
Definitivamente tenía que solucionar ese problema o terminaría mal en
cualquiera de los casos. Él volvió a la realidad tan pronto como escuchó un
maullido de su gatito, divisándolo bien, observó esa mirada llena de
preocupación de los hermosos ojos esmeralda. Harry meneó la cabeza, no era
la primera vez que se encontraba con Louis tan concentrado que lo ignoraba.
Una de las orejas del minino se inclinó y antes de pensar mucho en ello, ya
Louis estaba totalmente sobre el gatito, con este a espaldas de la cama,
devorando sus labios con la misma necesidad de siempre.
-Meow. -Otro maullido escapó de los labios de Harry, pero este mucho más
ronco, más excitado, mientras este flexionaba sus piernas y las separaba
mejor para recibir el cuerpo de Louis entre estas, tratando de corresponderle
al húmedo beso tan bien como el mismo Tomlinson le había enseñado. -Lou.
-Jadeo en el instante en que ambos se separaron para respirar, mirándolo a
los ojos con las mejillas sonrojadas y sus constantes respiraciones aceleradas.
Louis no tardó mucho, de hecho, ya estaba tan acostumbrado a ese simple
acto que despojó a Harry de su gran chamarra verde, quitándole el pequeño
short también, tratando de no despegar mucho sus cuerpos, logrando
observar con más detalle cada rincón de esa hermosa y pálida piel. Ahí
estaban, Louis relamió sus labios al observar una a una todas las marcas que
le dejaba entre besos cuando jugueteaban. Harry era tan suyo que dolía,
claro, un dolor malditamente agradable.
Hacía unos días, Louis había tomado la decisión de hacer que Harry deje de
usar ropa interior y solo utilice los diminutos y pegados shorts que compró
para él ese día que salió. Le costó un poco al minino adaptarse a eso, pero
definitivamente servía cada que terminaban en la cama, ya que de un solo
tirón, toda la parte inferior del menor se mostraba como una hermosa obra
de arte ante los ardientes ojos azules.
-Ah. -Escuchó un gemido de Harry mientras este pasaba sus manitos por sus
pezones, acariciándolos con sus pequeños deditos, como ya alguna vez Louis
le había dicho que hiciera y al parecer le había fascinado tanto la sensación
que se buscaba siempre ese placer, mientras movía sus caderas al ritmo de
las de Louis, que se encargaban de moler su cuerpo contra el de Harry,
simulando un vaivén profundo y rudo. - ¡Oh! -Harry gimió, mientras su
miembro rozaba el jean del Tomlinson, logrando que la sensación sea
dolorosa, pero le agradaba, porque Harry tenía en sus venas ese instinto
masoquista, más si se terminaba adaptando junto con el placer que le
proporcionaba el amor de su vida.
Y entonces, gracias a esos estimulantes sonidos, a Louis se le ocurrió algo que
quizás ayudaría a que Harry no sintiera tanto dolor en el mismo momento en
que comenzaran el acto, porque él estaba seguro de que después de que se
acostumbrara, el minino en celo amaría jugar de esa nueva manera con él.
-Amor. -Dejó de moverse contra el cuerpo del menor, logrando que este
llevara una de sus manos a su rostro, quitando los rizos que caían sobre sus
ojos para abrirlos, lentamente, tratando de observar bien a Louis, intentando
prestarle toda su atención, y tras un ligero y ronco maullido, Louis continuó.
Voy a intentar algo nuevo hoy ¿Si? Si no te gusta, me dices que pare. -Harry
asintió, aunque sabía que no lo haría, todo lo que Louis hacía era tan
malditamente perfecto, absolutamente todo. Louis era todo ante los ojos del
minino.
Los se separó del cuerpo de su pequeño para poder levantarse de la cama,
empezando a despojarse una a una de sus prendas, ante la mirada curiosa de
su gatito. ¿Cómo había podido controlarse tres malditas semanas? Harry era
la reencarnación de la palabra lujuria y de la ternura también. Incluso ahora
lo tenía tendido completamente desnudo retorciéndose con sus piernas
juntas, tratando de esconder su despierto miembro entre estas, y mientras
meneaba la cola de un lado a otro, mirando atentamente cada detalle del
mayor. -Eres completamente hermoso.
Harry maulló en respuesta y una vez terminó Louis de desvestirse se lanzó
sobre el cuerpo del más pequeño, no dándole tiempo de contemplar con
detalle su anatomía, devorando sus labios de nuevo, mientras el gatito se
derretía tratando de corresponderle lo mejor posible. A veces Harry llegaba a
pensar que podía morir una de las veces que Louis juegue con él, porque lo
llevaba a puntos de placer en que su cuerpo se calentaba tanto que no había
palabras para describir esos instantes.
Pero algo lo sorprendió e hizo que se separe de los labios del Tomlinson,
jadeando, miró asustado a Louis, observando esa media sonrisa que siempre
le veía en sus momentos de juegos, junto a sus hermosos ojos azul cielo tan
oscuros que hasta se perdía el color y llegaban a un tono parecido al negro.
Harry hizo una mueca y chilló un poco, sin saber que estaba pasando cuando
el dedo de Louis rozó una zona muy sensible de su trasero, sintiendo como
ese lugar se contraía un poco.
-Solo déjame rozarlo ¿Está bien? No va a pasar nada. -Dijo el mayor al mismo
tiempo que llenaba de pequeños besos las mejillas y la frente de Harry. Este
respiró hondo y asintió, llevando sus manos a las frazadas, las apretó con
fuerza, cerrando sus ojos y gruñendo bajo cuando de nuevo aquel dígito rozó
un punto entre sus nalgas que lo hacía estremecer ferozmente. Louis se quitó
de encima del minino y por un segundo este se asustó, pensando que quizás
había hecho algo malo, pero cuando luchó por abrir los ojos, observó al
mayor inclinado con su cuerpo de rodillas en el suelo y la parte superior de
este sobre la cama, analizando con detalle el trasero de Harry.
Escuchó un fuerte maullido de vergüenza del oji-verde y sonrió, Harry se
volvió a tumbar bien en la cama, dejándose convertir en un lío de gemidos,
sintiendo con claridad el dedo de Louis sobre aquella parte, pero eso no era
todo, la mirada de este lo encendía, saber que Louis estaba viéndolo así
aumentaba más su placer y sus ganas de demostrarle cuanto le gustaba esa
sensación. -Ñam. -Maulló de nuevo entre gemidos, enterrando sus uñas en la
tela de la cama, como ya estaba acostumbrado a hacer. Sus orejas se
inclinaron y todo su cuerpo saltó cuando algo más pasó por entre su trasero,
juntando sus piernas, tratando de cubrir su miembro tan duro que lograba
golpear su estómago por la rigidez de este. -Lou. -Harry no sabía que sucedía,
y tampoco podía tomarse el rato de ver, sentía algo húmedo hundirse entre
sus pequeñas nalgas, mientras las manos del mayor se encargaban de
separarlas lo más posible.
Louis estaba usando su lengua. Sabía que de seguro el lubricante que había
comprado ese mismo día que salió, serviría mucho más, pero no se privaría
de tener la deliciosa experiencia de llevar a Harry a tal nivel de placer.
Hmmm. -Subió la vista y logró observar parte del rostro del minino, con unos
pequeños lagrimones a los lados de sus ojos mientras llevaba una de sus
pequeñas manos a su miembro, queriendo masajearlo tal cual Louis lo hacía,
porque le empezaba a doler, y supuso que era debido a que en otras
ocasiones el Tomlinson solo se ocupaba de este, y ahora estaba entretenido
jugando con su agujerito. Louis hundió más la lengua y otro fuerte gemido
provino de la boca de Harry, gruñendo, empezando a estimularse tan rápido
que su miembro le dolió aún más.
El ojiazul sonrió enternecido, llevando una de sus manos al pene del minino,
bombeando sobre este como era debido, causando que Harry volviera su
mano a la tela, arqueando la espalda de nuevo gracias a ambas sensaciones,
los dedos de Louis alrededor de la longitud de su miembro y saber que su
agujerito, ese pequeño espacio estaba siendo abierto poco a poco por la
traviesa lengua de este mismo.
-Oh, Lou ¡Lou! -Harry no encontraba otra cosa que hacer que no fuera gemir
debido a todo eso. Incluso aunque deseara ver, le era imposible incorporarse
cuando sentía sus brazos y sus piernas volverse gelatina, sin obedecerle,
rindiéndose y tensándose tanto que no podía ni moverlos, manteniéndolos
como fuera posible para obstruir menos el trabajo de Louis.
La entrada de Harry era tan estrecha, aun dedicándose principalmente a esta,
le costaba mucho lograr que esas paredes se abrieran para que pasara la
punta de su lengua, aunque poco a poco, sentía más y más profundidad.
Louis llevó su mano libre a su miembro, empezando a masturbarse con la
misma velocidad con la que lo hacía con Harry, no podía resistir tanto, de
verdad merecía todos los malditos premios del mundo por aguantar todo ese
tiempo sin lanzarse sobre el gato con su instinto animal y follárselo tan fuerte.
Pero como era de esperarse, Harry no pudo aguantar tanto como hubiera
deseado, y una vez sintió que Louis dejó en libertad su miembro para hundir
un dedo profundamente en su trasero, se corrió en un fuerte grito, jadeando
mientras tira tras tira de su esencia manchaba su estómago. -Ahh... Lou. -Con
su dedo aún hundido en el agujero de Harry, Louis soltó un gruñido sintiendo
las paredes de este contraerse con tanta fuerza. Si hubiera sido su miembro,
el Tomlinson estaba seguro de que hubiera muerto de placer en ese mismo
instante.
-Hmm. -Harry soltó un quejido, removiéndose un poco en su lugar, mientras
su cuerpo trataba de expulsar el dedo del mayor dentro de él. Lo normal era
que ellos acabaran de jugar una vez Harry se corría, pero ahora él podía ver
en los ojos de Louis que no habían terminado, y que de hecho faltaba mucho,
mucho más. Meneó sus orejas mientras quitaba esos mechones de su frente
debido al sudor y logró apoyarse en sus codos con sumo esfuerzo, buscando
los ojos del Tomlinson.
Mantente despierto, amor. Sigo queriendo probar algo nuevo hoy. -Dijo
Louis, tan bien como le era posible hablar con semejante erección
muriéndose por profundizarse en ese cuerpo tan delicado. Louis incluso
trataba de pensar en otra cosa, pero eran los levemente exagerados gemidos
de Harry los que lo volvían a la realidad cada segundo. -Mierda, Harry.
-Gruñó. -Separa más las piernas, príncipe. -Y el gatito así lo hizo, tumbándose
de nuevo, respiraba hondo separando las piernas, dándole a Louis una mejor
visión de su dedo aún enterrado en la entrada apretada del oji verde. El
mayor sonrió y sin decir mucho, hundió un segundo dedo acompañando el
primero, logrando otro gemido más fuerte de parte de su bebé. -Amor, tienes
que ser bueno y aguantar.
Harry asintió, cerrando sus ojos con fuerza, sentía esos intrusos dentro y era
tan raro, el primero ya no dolía pero cuando se le sumó un segundo, sentía la
presión en su interior y eso no podía ser normal. -Ñam. -Otro maullido
escapó de Harry cuando Louis empezó a mover sus dedos por la entrada, al
comienzo simplemente girándolos, observando con detalle las expresiones
del menor para saber a qué grado de incomodidad o dolor llegaba, pero al
ver que este aún podía aguantar, los sacó un poco antes de meterlos más
profundamente.- ¡Ah!
Tras unos cuantos más de esos movimientos, el pequeño Harry empezó a
sentir como sus paredes cedían un poco, ansiando de nuevo ese toque
profundo cada que Louis los sacaba, gimiendo más fuerte una vez entraban,
deseando y anhelando saber que tan dentro podían estar. Louis supo que
todo marchaba perfecto cuando las caderas de Harry bajaban cada que sus
dedos entraban, buscando más de estos. Se arriesgó, metiendo un tercer
dedo en la pequeña entrada, escuchando otro gemido, un poco más fuerte.
Poco, falta poco. Su mente trabaja de ayudarle, ya llevaba rato que había
dejado su miembro en libertad porque no quería correrse antes de tiempo y
sonrió aún más cuando vio el de Harry totalmente estirado de nuevo, en
busca de atención. Soltó un largo suspiro y no resistió tanto con la presión de
tres dedos, porque tras separarlos unas cuantas veces en el agujero, los sacó,
sorprendiendo muchísimo al menor.
- ¿Lou?
-Tienes que ayudarme, amor. -Louis habló, con la misma voz ronca de antes.
Se levantó del suelo, con sus rodillas entumidas por todo el tiempo que pasó
ahí y se sentó en la cama, tomando la mano de Harry y jalándolo, Dios, el
pequeño parecía un muñeco de trapo por lo rápido que pudo colocarlo a
horcajadas sobre sus piernas, sonriendo al ver la expresión de Harry cuando
sintió su gran miembro rozando su trasero. -Lo siguiente quiero que lo hagas
tú ¿De acuerdo? -Le susurró juguetonamente cerca del cuello, logrando un
estremecimiento por parte del menor cuando su pene golpeó entre el
estómago de Louis y el suyo. -Está bien, amor, vamos a encargarnos de eso
ahora mismo. -Besó sus labios en un suave piquito, alzando un poco el cuerpo
de Harry, ante la curiosa mirada de este, observando con detalle cada acción
del mayor. Harry meneaba la cola de un lado a otro, cuando se erizó al sentir
la punta del gran miembro de Louis rozando justo el mismo lugar donde
habían estado sus dedos antes.
-Hmm. -Otro sonidito de queja escapó de los labios del gatito,
comprendiendo mejor que se supone que tenían que hacer ahora. Estaban
jugando a tener sexo desde hace rato, pero lo peor era que no se imaginó que
terminarían haciendo todo el procedimiento. -Lou. -Lo miró a los ojos, sin
saber muy bien si debían hacerlo o no.
-Vamos bebé si lo haces bien, te prometo que te dejaré dormir hasta más
tarde. -Algo infantil en ese preciso momento, pero las orejas de Harry se
estiraron mientras este sonreía, emocionado ante la idea. Definitivamente
Louis estaba a punto de hacerle el amor a un niño de trece años, un niño
malditamente sexy y que lo habían creado de tal manera que era única y
exclusivamente para eso.
Harry, emocionado, llevó su pequeña mano al miembro de Louis, logrando
que este gruña, eran muy pocas las veces en las que Harry lo tomaba a él,
pero sin duda sentir una mano tan delicada, pequeña y suave hacía que la
rigidez de su longitud sea mucho mayor. El Tomlinson se moría por tumbarse
y disfrutar de la sensación, pero quería andar al pendiente de cada
movimiento, era ahora cuando Harry se aseguraba de alinear bien el pene del
ojiazul con su entrada y asegurándose de que estuviera bien colocada, llevó
sus manos a los hombros de Louis, tomándolos de impulso, bajó su cuerpo
tan rudamente cuando sintió que no entraba que sus labios se separaron,
pero fue un sensación tan punzante que hasta su voz se le quebró antes de
siquiera salir de sus labios.
-Oh mierda, mierda, mierda. -Louis no podía creer que al fin esté dentro de
esa estrechez tan malditamente deliciosa que hasta pudo sentir su
respiración y su corazón detenerse. Harry ahora abrazaba fuerte a Louis por el
cuello, mientras pequeñas lágrimas escapaban de sus ojos, se sentía tan raro,
doloroso y, quizás se pasó un poquito, porque la cosa de Louis, que era como
el doble de grande que la suya, estaba totalmente enterrada en su entrada,
hasta tal punto en que podía sentir los testículos de este rozando su trasero.
-Por Dios y todos los santos. Harry, bebé.
El gatito lamió suavemente el cuello de Louis, tratando de decirle de alguna
forma que lo sentía, se había puesto a llorar debido al dolor y no había
pensado en Louis, quien al parecer le pasaba algo por toda la sarna de
palabras que se puso a decir en ese instante. - ¿Lou? -Lo llamó el menor, con
su voz algo quebrada, sintiendo las grandes manos del mayor posarse sobre
su cintura, mientras hacía un movimiento guiaba las caderas de Harry para
que se movieran de atrás hacia adelante, causando un poco más de
estremecimientos en Harry. -Oh, meow. -Se aferró mejor al cuello de Louis,
dejándose guiar por este.
Louis gruñía cada que su miembro se movía de lado a lado en la estrechez de
Harry debido al movimiento, pero tampoco podía hacer gran cosa hasta que
el cuerpo de su gatito se acostumbre con naturalidad, y tras unos cuantos
movimientos circulares, quizás eso se estaba aproximando más rápidamente.
Escuchó un gemido del menor y fue él quien se apoyó en el abrazo que
mantenía en Louis para alzarse un poco, dejándose caer de nuevo sobre ese
gran miembro, gimiendo un poco más fuerte debido a eso.
-Oh bebé. -Escuchar los gemidos del más pequeño lo estaba matando, y Louis
no tardó mucho en tratar de tomar el control, yendo a un ritmo mucho más
acelerado. Debía de estar mal que los ruiditos combinados entre dolor y
placer de Harry lo excitaran tanto, pero incluso estando terriblemente mal,
Harry trataba de moverse al mismo ritmo de la velocidad que Louis le estaba
imponiendo. -Así, amor. Oh Harry, tan bueno.
-Aaah, Lou, Lou. -Harry arqueó la espalda, apartándose un poco del abrazo
del Tomlinson para poder impulsarse mejor, colocando sus manos en los
hombros de este de nuevo, cabalgando literalmente sobre ese gran miembro.
Cerró sus ojos y se dejó llevar, concentrado en continuar dándose ese
delicioso y doloroso placer que lo estaba volviendo loco. Quería más, más
profundo, más rápido, más Louis. Necesitaba más. -Oh, Lou.
Montaba el cuerpo de Louis como si fuera un profesional, y el Tomlinson
sabía que no aguantaría mucho si Harry continuaba a esa constante
velocidad, apretando su miembro entre el cuerpo de ambos cada que se
movía. -Espera, bebé, dé-déjame a mí. -Dijo, con dificultad, volviendo a
imponer presión en las caderas del menor, guío su cuerpo para que se alce lo
más posible, sin que su miembro saliera por completo de su interior y luego
lo guío para que bajara con tanta fuerza que tocó un lugar en Harry que nadie
nunca antes podía haber tocado. Todo el cuerpo del ojiverde convulsionó y
tras un par más de esos golpes, Harry se derramó entre su pecho y el de
Louis, sin poder aguantar tal nivel de éxtasis incontrolable. Sin embargo, él se
siguió moviendo para Louis, gruñendo ligeramente antes de dejar su cabeza
caer en el hombro del Tomlinson, sintiendo el miembro de este apretarse en
su interior y luego tras un fuerte grito del mayor, lo siguiente que sintió fue
como su interior era llenado por la esencia del amor de su vida.
Su cuerpo temblaba, recibiendo por completo las tiras y tiras de líquido en su
interior, mientras Louis trataba de controlarse de semejante orgasmo,
escuchando los ligeros jadeos del más pequeño, intentando buscar aire de
donde sea que pudiera encontrarlo.
Hicieron falta un par de minutos para que Louis pudiera razonar mejor,
sabiendo que al fin había logrado lo que tanto se moría por hacer y con su
miembro aún enterrado en lo más profundo del minino, acarició su espalda,
volteando su rostro para darle un lento y cansado beso, que a duras penas
era correspondido por el rendido Harry.
-Estuviste increíble, mi niño. -Harry hizo un sonidito y cerró sus ojos,
totalmente cansado. Otro quejidito cuando el miembro de Louis salió de su
interior y uno último al sentir la esencia de este resbalar por su entrada antes
de caer profundamente dormido.
Y fue Louis quien se aseguró de acostarlo y limpiarlo como era debido antes
de colocarse su ropa a un absolutamente soñoliento Harry, bañándose y
vistiendo su pijama de nuevo, Louis luego se tumbó en la cama, recibiendo
entre sus brazos la calidez de su pequeño, estrechándolo en un abrazo
mientras el oji verde se acurrucaba contra el mayor, enredando su larga cola
en una de las piernas de Louis, como ya había hecho antes.
Ahora Louis estaba totalmente seguro de que podía contarles a todos que
había conocido el cielo, porque la sensación de estar dentro de Harry era mil
veces mejor que este mismo, de eso estaba seguro, era imposible tanta
perfección en un pequeño niño. Y lo principal era que Harry era
completamente suyo, porque después de esto, a él le importaba una mierda
lo demás, se aseguraría de que absolutamente nadie toque a ese pequeño
minino, eso mientras estuviera vivo, y muerto quizás también. Amaba a
Harry, lo amaba con cada pequeña centímetro de su ser y aún más.

CAPITULO 11
A la mañana siguiente, Louis cumplió con su promesa y dejó que Harry
durmiera incluso siendo ya las doce del día, él no podía estar de mejor
humor, sentía de alguna forma que todo su cuerpo había liberado una
tensión tan inmensa y no cabía dudas de que había sido así, literalmente.
Observó el cuerpo durmiente de su pequeño minino y acarició sus rizos
despeinados, sintiendo los brazos de Harry abrazarlo con más fuerza por la
cintura, causándole una suave risita.
Se acercó para besarle esa melena de rulos al menor, cuando escuchó el
sonido proveniente de su celular, soltando un gruñido de fastidio. Él se soltó
lentamente de los brazos de Harry aunque en realidad el gatito luchó un poco
pero al final terminó cediendo, abrazando una de las almohadas como si se
tratase del recuerdo de Louis. El mayor tomó el teléfono y observó el nombre
de uno de sus mejores amigos en la pantalla, sonriendo un poco, sí, no había
forma de que su bonito día se arruinara.
- ¿Liam? -Preguntó, aunque estaba muy seguro de la respuesta.
-Lou, hola. Siento estarte llamando recién, desde ese día que hablamos no sé
nada de ti y me quedé un poco preocupado, pero todas las obligaciones, ya
sabes. -Louis asintió, aun sabiendo que Liam no podía verlo.
-Sí, está bien. Igual no es nada preocupante, amigo. ¿Tú cómo has estado? -El
Tomlinson volvió a la cama, empezando a repartir caricias por la zona de las
orejas felpudas de Harry, logrando ligeros ronroneos por parte de este.
-Bien, por suerte. ¿Sabes? He estado pensando en algo y creo que eres la
persona indicada para preguntarle sobre el tema. No es que quiera que me
digas que hacer, solo necesito un consejo, sé que si llamo a Zayn lo más
probable es que... -...Se ría de ti, sí. Entiendo.
Ellos tres eran amigos de hace mucho tiempo, sí, pero sin duda entre ellos
compartían unas personalidades totalmente opuestas. Liam y Zayn eran
como las dos caras respectivas de una moneda, algo tan curioso, porque
mientras Liam se comportaba como la típica persona amante de los
sentimientos y de la paz, para Zayn el mundo era tan caótico que de no ser
por el arte, seguro hubiera terminado siendo uno de esos drogadictos que se
mantuviera a base de vivir de casa en casa entre Louis y Liam. Pero aunque
ambos sabían que dentro del Malik había un corazón de oro, este lo cubría
con tantas capaz que la metáfora de Shrek no estaba tan alejada de él.
-Bueno, y dime ¿Qué ha pasado?
-Es... Un poco complicado ¿Sabes? He estado, uhm, bueno. -Liam
tartamudeó, sin saber muy bien por dónde empezar, mientras Louis se
acomodaba mejor en su cama, dejando que Harry volviera a la tarea de
abrazarlo por la cintura, con una ligera y calmada sonrisa en esos tiernos y
gruesos labios. Louis sonrió orgulloso cuando notó que aún se veían algo
rojos, quizás por las veces que el pequeño los había mordido la noche
anterior. Louis tosió, esperando que Liam comprendiera la indirecta y
continúe. -Es que últimamente he estado viendo en los periódicos algo
sobre un niño, de esos de Neko corporation ¿Recuerdas? -Todo su cuerpo se
tensó y de nuevo se encontró estúpidamente asentando con la cabeza, aun
sabiendo que Liam no lo vería. -Claro que lo recuerdas, nosotros solíamos
hablar mucho de eso hace años. -Rió el Payne, sin imaginarse lo rígido que
estaba Louis en ese momento. -El punto es que le pregunté a mi padre sobre
eso y dijo que hay una organización ilegal que está subastando unos últimos
prototipos de esos niños. Y bueno, sé que no está bien apoyar a ese tipo de
cosas pero, umm. -Louis incluso podía sentir el
sonrojo en las mejillas de su mejor amigo en ese momento.
-Liam, espera, detente. -Dijo, levantándose de la cama tan rápido que logró
asustar a Harry, haciendo que este abriera los ojos, mirando a Louis aún a
través de los nublados que estaban debido a la luz.
- ¿Meow?
-Espera, amor.
El mayor se disculpó con Harry dándole un suave beso en la punta de los
labios, mientras caminaba fuera de la habitación, asegurándose de cerrar la
puerta bien, suspirando antes de volver al teléfono con Liam.
-Espera ¿Dijiste amor? ¿Estás viendo a alguien y no nos has dicho nada,
Louis?
-Zayn sabe... -Dijo, aunque tampoco fue muy inteligente de su parte, porque
estaba seguro de que era ahora Liam quien se encontraba confundido.
-Escucha, no es que no te tenga confianza, es que Zayn viene todos los días
y... Oh mierda ¿Qué hago hablando de esto? ¡Liam! Dime como es el niño que
sale en los periódicos. -Casi gruñó contra el auricular del teléfono, mientras el
otro chico tardaba un poco en recordar la descripción de ese pequeño.
-Sí, bueno, no lo recuerdo bien Louis, pero he visto como dos veces esos
mensajes de se busca. Creo que es castaño, y tiene rizos. Oh cierto, también
unos grandes ojos verdes, y parecía un niño, decía que en promedio debía
tener menos de quince años, además de...
-Lo siento, Liam, debo...
La frase del Tomlinson quedó totalmente en el aire en el mismo momento en
que tocaron su timbre. Todo su cuerpo se quedó tan helado que sabía que
podía sentir y escuchar cada uno de los latidos de su corazón. Él nunca recibía
visitas, menos cuando no se anunciaban. A él solo lo visitaban Zayn, Liam y su
madre dependiendo si se le ocurría visitar la ciudad.
Escuchó el ligero maullido de Harry abriendo la puerta y de nuevo reaccionó,
por suerte, logrando abrazar a su minino mientras este se acurrucaba contra
su pecho, ronroneándole. Nadie le quitaría a Harry, absolutamente nadie lo
haría, no importaba lo que ocurriera.
-Amor, escúchame, es la puerta. Entra al cuarto y quédate en la cama hasta
que yo regrese ¿Entendiste? Obedece y te prometo que pasamos todo el día
acostados mientras acaricio tus rizos ¿Si? -Habló un poco rápido, pero tras un
asentimiento por parte del gatito, lo observó volver y sentarse en la cama,
recogiendo su cola mientras la acariciaba, dándole una tierna sonrisa a Louis.
Nadie le iba a quitar a su bebé.
Bajó las escaleras tan lentamente como le era posible y cuando escuchó de
nuevo el timbre ya se encontraba frente a la puerta, observando a través del
ojo de esta, vio a un hombre vestido completamente de negro, era alto,
muchísimo más que él, pero sin embargo más delgado. Tenía el cabello corto,
negro, del mismo todo de
sus ojos, pero por sobre todo, podía sentir malicia simplemente mirando esas
perturbantes orbes.
¿Quién es? -Gritó desde entro. Sí, quizás estaba siendo jodidamente
paranoico pero no podía darse el lujo de dejarse ver por un hombre que
según sus instintos, no estaba ahí precisamente para vender maquillaje.
-Buenos días. Disculpe, estoy buscando a mi mascota, la última vez me
dijeron que lo vieron vagando por esas calles y ando preguntando de casa en
casa si lo han visto ¿Podría abrirme para enseñarle una foto de él?
A pesar de la amabilidad, se escuchaba un cierto rasponeo en la voz del otro
lado y la piel de Louis se erizó cuando vio al pequeño Harry asomarse desde
el segundo piso.
- ¡No! -Gritó, exaltando al minino, que por esa mirada de susto, Louis hubiera
deseado poder lanzarse y subir para llenarlo de abrazos. Harry no había
hecho nada malo, era realmente normal en él el tener curiosidad pero no
podían verlo, no había forma. Tosió, recordando a la otra persona tras la
puerta. -Disculpe, pero apenas me he bañado y no estoy disponible, además
no he visto a ningún animal por aquí. -Gruñó, refiriéndose al término
mascota, como le dijo a Harry.
-Creo que no me entiende, es que no es un animal cualquiera. Es un niño-
gato, ya sabe, de esos que ya no se venden. Le dejaré un cartel por debajo de
la puerta, cualquier cosa llame, prometo que tendrá una recompensa jugosa,
porque es gato es muy importante para mí.
"Ni por todo el dinero del mundo te entregaría a Harry" pensó, pero luego
solo escuchó unos cuantos pasos caminar lejos. Soltó un largo suspiro y se
derribó en el suelo, tratando de recuperar su ritmo cardiaco normal. El menor
vino corriendo hacía Louis y se arrodilló frente a él, entre sus piernas,
mirándolo preocupado.
Louis subió la vista encontrándose con la hermosa imagen de su bebé
meneando las orejitas un poco, mirándolo totalmente angustiado y todo
encajó mejor, como siempre, él no dejaría que nadie le quite a Harry. -Hola,
mi amor. -Susurró, acariciando su mejilla. El minino acercó más su rostro a la
mano del Tomlinson, ronroneando y moviendo su cola.
Abrazó al pequeño, recibiéndolo gustoso entre sus brazo, mientras este se
acurrucaba y se sobaba cariñosamente contra Louis. Este solo cerró sus ojos y
presionó más a Harry contra su pecho. Tenía miedo, estaba malditamente
asustado y no sabía que hacer al respecto.
Pero por lo otro solo tenía una idea en la cabeza.
Tenían que salir de ese lugar.
Tomó su celular que mantenía en su mano derecha desde que cortó a Liam y
marcó el primer número en su lista de llamadas recientes, esperando apenas
un poco, luego escuchó la voz de su amigo y suspiró. -Liam, necesito ir a tu
casa hoy mismo en la noche, tengo un problema.

CAPITULO 12

Meneó las ojeras como por milésima vez. No, bueno, habían sido cinco, pero
Harry no terminaba de entender porque Louis caminaba de cuarto en cuarto
por toda la casa, metiendo cosas en dos grandes maletas, mientras le decía al
minino que se quede quieto en la cama y no diga nada. Soltó otro maullido
estirando sus manitos hacía el Tomlinson, queriendo abrazarlo, y es que Harry
sabía que nada estaba bien después de que fue a abrazar a Louis en la puerta
aquella mañana, pero no comprendía el porqué, y estaba seguro de que el
mayor no entendería cuando se lo preguntara.
Cuando Louis alzó su vista y vio que su bebé lo necesitaba, soltó todo lo que
tenía en sus manos, corriendo practicando a abrazarlo. Harry se acurrucó
contra el cuerpo de Louis, encajando su cabecita en su cuello mientras el
Tomlinson lo agarraba con firmeza por la cintura.
-Lou. -Maulló el pequeño, frotando su nariz contra la sensible piel del cuello
del más alto, logrando que este se estremeciera y besara sutilmente la cien
de Harry. -Lou. -Volvió a insistir, tratando de darle todo el apoyo moral que
podía. -Te amo, Lou.
Llevaba poco desde que Harry había aprendido a decir eso, pero ambos
estaban contentos de que fueran entre sus primeras palabras, Harry porque
sabía que no había nada que le gustara más que demostrarle a Louis cuanto
lo amaba con palabras; y Louis porque sin esas palabras, seguro en aquel
momento seguiría hecho un manojo de nervios.
No era para menos, el padre de Liam tenía sus trabajos buenos, así como sus
trabajos malos, como todo buen millonario se conocía muchas industrias
ilegales en el país y de hecho, estaba seguro de que en el extranjero también,
pero era obvio que si le pedía ayuda para capturar a esas personas antes de
que supieran donde estaba Harry, el señor se reusaría ya que no le incumbía
y siempre es mejor mantenerse lejos de cualquier cosa ilegal.
Pero entonces ¿Por qué permitían que anuncios como ese aparezcan en el
periódico? ¿Era que los diarios se vendían a tan poco que aceptaban que
cualquier persona publique en estos? ¿Qué pasaba si los denunciaba? ¿Y si
todo salía mal? ¿Perdería a Harry para siempre? No, no y no. Esas preguntas
rondaban por su cabeza porque ilegales o no, Harry les pertenecía y acá el
que estaba secuestrándolo era él, no ellos. Si Louis no lograba demostrar que
aquellos hombres aún seguían creando más de esos niños-gato, él quedaría
como un gran mentiroso y estaba seguro de que con un buen dinero, aquellas
personas rastrearían de donde fue la llamada de denuncia. Sí, bien, quizás
estaba siendo paranoico o había visto demasiadas películas ¡Pero eran
mafiosos! Y con los mafiosos nadie se mete, porque siempre uno termina
mal. Sin embargo ahí estaba, alistando todo para llevar a Harry a la casa de
Liam hasta que se le ocurra algo mejor que hacer.
No, corrección, ahí estaba, abrazando a su mundo como si su vida dependiera
de ese pequeño con orejitas y cola de gato, de hecho, así era. Louis no
comprendía si era debido a la mutación o alguna cosa en el ambiente, lo que
sea, pero desde que vio a Harry, se pudo decir que se enamoró
instantáneamente de él, y en el momento en que lo hizo suyo, sintió esas
chispas y ese mar de emociones en el estómago. Louis jamás se había
enamorado, jamás había creído en esas cosas de mi otra mitad y en las
parejas que dicen aquel "Yo moriría si no estás a mi lado", pero ahora él
estaba seguro de que lo que sentía por el minino era mucho más fuerte que
cualquier palabrería de un poema, desde el más conocido, hasta el más
barato. Harry era su mundo, y no lo perdería por nada, ni nadie.
-Te amo tanto, bebé. -Estrechó mejor al minino, sentándolo sobre sus piernas
mientras entrelazaba sus dedos con los de Harry y lo atraía en un beso, un
suave beso en el que ambos se sumergieron en cuestión de segundos. El
ligero ronroneo del minino se hizo presente, y tras una mordida, volvieron a
besarse ahora de una forma más profunda. Louis conocía de memoria cada
rincón de la boca del gatito, él sabía hasta por cuales zonas pasar su lengua
para recibir un estremecimiento, sabía dónde tocar para ganarse un jadeo y
sabía muy bien donde besar para llevar al menor al borde de la excitación.
Lo conocía, porque Harry era suyo, en tan poco tiempo, ya el chico de ojos
verdes le había entregado su vida completa a Louis, y este no la
desperdiciaría, porque él también le entregaba su alma, su cuerpo y su
corazón a Harry tantas veces como él lo deseara.
-Escúchame, amor. -Separaron un poco sus labios para que Harry recupere
energías, jadeando contra la boca de Louis, mirándolo intensamente a los
ojos, meneó las orejas, clara señal de que lo estaba escuchando. -Te amo, y te
amo como no te imaginas. Sé que quizás no entiendas la gravedad de estos
sentimientos aún, pero te amo, Harry. Quiero vivir mi vida a tu lado para
siempre, y si es posible, después de la muerte sé que seguiría estando a tu
lado pase lo que pase. -Bien, Louis, estás siendo un poco dramático, pensó.
Pero, a lo que me refiero es que si fuera por mí, nos casaríamos en este
mismo momento y nos encerraríamos en un lugar bajo tierra para que nadie
nos encuentre. Bebé, eres todo lo que necesito, más que al oxígeno, más que
a mi vida, más que a nada, sé que moriría si no cuento con tu cuerpo cerca al
mío, tus labios en los míos y tu corazón perteneciéndome como lo hace
ahora.
Dejó otro besito sobre los gruesos y suaves labios del minino, observando
como los ojos esmeraldas de este se llenaban de lágrimas, Louis no
necesitaba preguntar, porque podía ver esa pequeña sonrisa en los labios del
amor de su vida, mientras que un par de preciosos hoyuelos se le formaban
en las mejillas. Harry soltó las manos del Tomlinson solo para tomarlo de las
mejillas y atraerlo hacía él, besándolo tan profundamente como su capacidad
se lo permitía.
Entonces Harry pensó que Louis podía hacerlo morir de amor y revivir al
instante siguiente, porque estaba seguro de que con esas palabras, había
muerto, y volvió para besarlo después. Meneó su cola un poco, enredándola
alrededor de una de las piernas del más alto, sin dejar en libertad sus labios,
no quería, aunque le hiciera falta respirar, no quería.
-Es hora de irnos, amor.
+
Liam miró extrañado a Louis una vez abrió la puerta de su casa, era tan raro lo
que le había pedido esa mañana, sobre todo porque le dijo que no le
comente a nadie que iría esa misma noche para quedarse unos días. Pero en
definitiva, la parte más rara de todas fue ese pequeño encapuchado que
venía tomado de la mano con el mayor, ni siquiera se le podía ver el rostro
por la gran capucha roja, además de que no era que se quisiera dejar ver, el
niño aquel se escondía detrás de Louis, como temiéndole a Liam.
- ¿Nos vas a dejar mojándonos aquí afuera o ya podremos pasar?
La voz del Tomlinson sacó al más alto de sus pensamientos y se hizo a un
lado, permitiéndoles ingresar. Una vez ambos dentro, junto con las maletas,
Liam cerró la puerta y observó mejor a su mejor amigo. Louis no traía nada
llamativo, como siempre iba más de negro que de otros colores, pero ahora
tanto sus jeans como su playera era de un negro azabache, peor que en un
velorio.
Siguió los pasos de este hasta que llegaron a la sala, y solo entonces Louis se
sentó sobre el sofá, empujando su flequillo hacía un lado, empezó a quitarle
la capucha roja al niño, ante los ojos de Liam. El ojimiel se sorprendió mucho
cuando las manos del Tomlinson llegaron a lo que supuso, las mejillas del más
pequeño y dejó un suave beso sobre sus labios; pero Liam no dijo nada, él
sabía que tenía que esperar para pedir cualquier tipo de explicación.
- ¿Es uno... De esos niños?
Louis y el pequeño voltearon rápidamente su mirada a él, pero a diferencia de
Louis, que asintió tranquilamente y luego continuó con su tarea de quitarle
las ropas extras al menor, este entrecerró los ojos, mirando con cautela al
Payne.
-Sí, y no es "Esos niños", es Harry, Liam. Harry, amor, él es Liam, es como
Zayn, es mi mejor amigo, así que tú tranquilo ¿De acuerdo? No te hará daño.
-Es hermoso.
El comentario salió sin siquiera ser procesado con totalidad. Liam dibujó una
sonrisa nerviosa cuando una de las cejas del Tomlinson se alzaron, al parecer
queriendo saber a qué se refería con ese comentario. Quiero decir, nunca
había estado tan cerca de uno, Louis ¿Puedo tocarlo?
Después de meditar un poco y de ya terminar de sacarle las prendas odiosas
al más pequeño, solo lo dejó con un pantalón algo suelto que le llegaba hasta
terminar las rodillas y su playera larga roja que tanto amaba Harry. El minino
se subió sobre las piernas de su Louis y se acurruco contra este, meneando la
larga cola que apenas se hizo presente. Liam tragó en seco, tratando de no
demostrar en su rostro su sorpresa ante ese detalle.
-Puedes sí, pero despacio. Es todo.
-Ya está, bebé, sé que es fastidioso pero tienes que llevarlo cuando salimos a
la calle. -La gorra de la capucha cayó y el cuerpo de Liam se congelaron
cuando observó una gran cantidad de rizos, pero por sobre todo, dos
pequeñas y esponjosas orejas sobre la cabeza de aquel pequeño. El niño
meneó la cabeza, al parecer sacudiéndose un poco, y entonces también Liam
pudo notar esos hermosos verdes que brillaban en sus ojos. Luego un ligero
maullido, no cabía duda alguna. 
Solo bastaron unos pasos para que el Payne ya estuviera al lado de Louis en el
sofá. Harry no le daba la cara, la tenía totalmente enterrada en el cuello del
Tomlinson, pero algo le decía a Liam que por algún lugar, lo estaba viendo.
Una tierna sonrisa se formó en el rostro del más alto de los tres y llevó su
mano a los rizos de Harry, decidido, empezó a acariciarlos, observando como
el gatito se tensaba.
-Lo siento. -Dijo, apartando su mano.
-No, está bien. -Louis le sonrió, besando la cien del minino, pasando su mano
ahora él por los rizos suaves de Harry. - ¿Ves? No fue tan malo ¿O sí? -Ahora
fue a Liam a quien le tocó sonreír cuando el minino negó con la cabeza
lentamente. -Eres un buen niño, bebé.
-Louis, ¿Ya me vas a decir qué demonios está ocurriendo?
-No, no aún, espera a que Harry se duerma, ya es algo tarde y debe estar
cansado ¿Tienes leche?
-Sí, pero...
-Trae un vaso con leche tibia ¿De acuerdo? Lo acostamos y te explicaré todo,
Liam.
No le quedó de otra más que asentir, caminando hasta la cocina. Louis era su
mejor amigo y la verdad no tenía idea de que en se había metido el
Tomlinson, pero si desde siempre habían estado juntos en las buenas y en las
malas, definitivamente esta no sería una diferencia.
+
-Ya se durmió.
Habrían pasado menos de cuarenta minutos cuando se escuchó por toda la
sala unos ligeros ronquitos provenientes del gatito. Louis lo acurrucaba en sus
brazos con una de sus más cálidas sonrisas, y Liam entonces comprendió que
ese era el pequeño al que le dijo "mi amor" en el momento en que hablaron
por teléfono.
-Puedes ir a acostarlo ahora si quieres, tengo una habitación disponible
arriba.
-Lo haré luego, ahora tengo que pedirte un favor. -Respondió el Tomlinson
rápidamente.
-¿Qué sucede?
-Al salir de casa, un par de mis vecinas me vieron caminando con Harry,
supongo que pensaran que es un niño cualquiera, pero si vuelven a ir a
buscarme por alguna razón y no me encuentran ahí, sabrán que yo lo tengo,
Liam.
-Espera, no me has explicado nada ¿Es el gato de los periódicos?
-El mismo.
-¿Y por qué lo tienes tú, Louis?
-Porque es mío ahora, Liam.
-No es tuyo, sabes eso.
-Liam, ¿Crees que pienso devolver a Harry? Me conoces desde que tengo
memoria ¿En serio pasa por tu cabeza que voy a entregarlo si estoy viniendo
hasta aquí a estas horas de la noche pidiéndote de favor que cuides al amor
de mi vida?
Hubo un pequeño silencio, y luego un largo suspiro por parte del Payne.
-No, creo que eso no suena mucho al Louis Tomlinson que conozco.
-Gracias.
-Entonces ¿Estás huyendo?
-No. -Louis pasó su dedo por el rostro de Harry, quitando un mechón travieso
de su cabello que había caído sobre uno de sus ojos, dándole un suave beso
en la frente a este minino en sus brazos. -O sí, no lo sé. Solo quiero
asegurarme de que nadie note que me estoy yendo de mi casa por un
tiempo, y tengo las vecinas suficientemente chismosas como para llamar a
esos hombres por un par de dólares.
- ¿Qué harás, en todo caso?
-Iré a casa esta noche, y fingiré que ese niño era mi hermana o no lo sé, algún
pequeño que cuidé, haré como que todo está normal para que ellas me
noten, y a la tarde siguiente saldré cuando no estén husmeando para
chismosear lo primero que vean. Después ya tengo un plan, solo necesito que
me ayudes esta noche y luego te prometo que Harry y yo no te molestaremos
más.
-Eso lo entiendo, Louis, pero. -Liam mordió su labio. - ¿Y si se despierta y no
te encuentra aquí? ¿No crees que se asuste?
Liam observó como el rostro de Louis se contrajo un poco, y cerró sus ojos
con fuerza, mientras la sonrisa en los labios de Harry se notaba más en el
mismo instante en que se acurruco mejor contra el cuerpo del Tomlinson.
-Por eso, tenemos que encerrarlo en la habitación hasta que yo vuelva.

CAPITULO 13
Esa noche Zayn tenía qué estudiar para su práctica del día siguiente y estaba
sentado en la pequeña mesa de estudio que había puesto en su sala. Su casa
no era demasiado grande, y de hecho el espacio más grande lo había cogido
el gran televisor que se compró por capricho, así que no tenía un comedor y
siempre terminaba comiendo sobre el sofá, observando lo que sea que esté
en la programación, porque tampoco tenía un horario para su hora de
almorzar.
Escuchó de nuevo las grandes explosiones de la televisión y soltó un gruñido,
prácticamente estampando su frente contra la mesa, suspirando, estaba
realmente estresado porque lo que deseaba leer no le entraba en la cabeza y
él pagaba todo, si reprobaba tendría que dar un dinero extra para presentar
el examen otra vez.
Maldijo en voz baja, tratando de quitar esos hermosos ojos azules de su
mente. El problema era que seguían ahí, todo el tiempo, y recordándolos
mejor a cada tonta explosión.
Se levantó de esa silla, soltando un rechinido y caminó lo poco que le faltaba
a la sala, observando ahí al causante de ese mar de sentimientos que estaba
atravesando desde que empezaron a vivir juntos. Estúpido Niall, era lo que
pasaba por su mente cada que su corazón se detenía y luego latía a mil por
hora, todas las veces que sus hermosos y tiernos ojos se conectaban con los
del Malik, estos feos y perversos azules.
- ¿Puedes bajarle un poco a la televisión? Estoy estudiando. ¿No se supone
que los gatos tienen buen oído o algo así?
-Hm. -El más pequeño volteo en el sofá, recargando sus manos contra el
respaldar para regalarle una traviesa mirada al Malik, logrando que este
suspire, no iba a caer de nuevo en los tontos juegos del rubio, peor cuando
había logrado pasar tanto tiempo sin ponerle si quiera una mano encima.
-Podemos hacer más ruido de otra forma, Zaynie.
-Eres un caso perdido, Niall. ¿Qué ves?
Ya restándole importancia a su examen, Zayn se sentó junto al pequeño rubio
en el sofá, causando que este al instante se acueste a lo largo del gran
mueble, apoyando su cabeza en las piernas del Malik, cogiendo la mano de
este, se alzó la playera y la colocó ahí, mirándolo con un puchero.
-Sóbame la panza ¿De acuerdo? Me gusta cuando haces eso.
Un simple meneo de orejas y ya tenía al mayor en la bolsa, básicamente
sobándole el estómago como tanto lo deseaba Niall. La relación de ambos era
realmente algo de que reírse. Desde el primer beso, cuando el Malik le dijo
que no debía hacer ese tipo de cosas para vivir en su casa, Niall no ha dejado
de insinuársele de una y mil maneras. Según como el minino le había
contado, ellos eran prototipos como animales en celo, así que aunque no
quisieran, su cuerpo siempre terminaba ardiendo en busca de un poco de
placer. Y eso buscaba el rubio de Zayn: Placer.
Pero para el más alto, eso era completamente diferente, desde que esos
tiernos ojos lo cautivaron de alguna manera, Niall no solo despertaba el
miembro del mayor, sino lugares en su cuerpo que hacía mucho no sentía,
además de reacciones de una colegiala de catorce años al ver al chico del que
ha estado enamorada, o así lo definía el Malik.
Zayn sabía que le gustaba Niall, no había que ser experto en la materia para
notarlo, pero no quería terminar realmente enganchado de un mocoso con
orejas y cola de animal del que no sabía absolutamente nada, porque aunque
lo había intentado más de una vez, Zayn no había obtenido información del
rubio.
-¿Por qué no quieres follar conmigo?
En ese momento, el Malik hubiera preferido tener en su boca algún líquido
para escupirlo como en esos comics que se pasaba muchas horas leyendo en
sus ratos libres, pero no, nada, solo entrecerró los ojos y luego dirigió una
mirada al pequeño felino, quien simplemente lo miraba a los ojos, sin ningún
rastro de broma en estos, solo serio. Niall hablaba en serio.
-¿Por qué no aprendes a controlar tus palabras?
-Follar, tener sexo, hacer el amor, hacerlo, coger, joder, no sé, tu pene en mi
trasero,
Zayn ¿Por qué? Ni siquiera me tocaste la vez que fui a tu cama y casi te hago
un-
Niall se calló cuando la mano del más alto se colocó en su boca, soltando un
gruñido y luego cruzándose de brazos, frunciendo el ceño. ¿Cómo podía ser
tan asqueroso, gruñón, decir tantas palabrotas además de tener un carácter
de mierda y ser tan adorable al mismo tiempo? Zayn quería besarlo, Zayn se
moría por besarlo, pero Zayn no lo iba a besar.
-¿Pomme?
Escuchó el balbuceó del mínimo, provocado por la mano en sus labios y río,
quitándola para devolverla al estómago del rubio, acariciando con la yema de
sus dedos esa zona, logrando que todo el rostro del menor se tranquilice
notablemente. - ¿Qué?
-Por qué. -Dijo de nuevo Niall, con los ojos cerrados. - ¿Es porque soy
callejero? ¿Tienes miedo de que tenga alguna enfermedad o algo así?
Podemos ir a revisarme si quieres, o hacerlo con condón, no tengo problema
con eso Zayn, pero anda, hazme tuyo ¿Si?
La insistencia del minino estaba rematando los límites consientes de Zayn, y
en ese momento ni imaginar a la criatura más horrible del mundo lograba
ahuyentar la hermosa imagen de ese rubio de ojos azules mirándolo de forma
tan suplicante. Tragó en seco, tratando de mantener un poco de la cordura
que aún deseaba quedara en él.
-No, Niall.
-Mierda ¿Por qué? ¡No te entiendo!
Ya dando a notar su tan conocido humor, Niall iba a levantarse de las piernas
del mayor pero este lo retuvo en su sitio pensando en la mejor forma de
poder cambiar de tema antes de que las cosas terminen mal. Él no quería que
Niall se enojara y se fuera, Zayn ya no podía imaginarse su vida sin llegar de
clases y encontrar al rubio minino quemando la cocina cuando intenta
cocinarle algo, o simplemente acostado en el sofá viendo televisión. Zayn
deseaba vivir con ese "Bienvenido a casa" toda su vida.
-Te propongo algo. -Dijo, estirando un poco más el alcance de su mano en el
estómago del menor, logrando que este empiece a ronronear. -Cuéntame
más de dónde vienes, y te prometo que te daré un premio si lo haces ¿Está
bien?
El nuevo puchero que se formó en los finos labios del rubio causó otro mar de
emociones en Zayn, pero trató de ignorarlo, manteniendo su mirada con la de
Niall, mostrándole que iba en serio con ese tipo de trueque de información. Y
cuando pensó que ya lo tenía solucionado y Niall no diría nada, escuchó su
hermosa voz empezar a hablar.
-Vengo de un laboratorio. -Dijo el rubio, llevando una de sus manos a su
frente, soltando un largo suspiro antes de continuar. -Un laboratorio de
dónde venimos todos, o algo así. La verdad supongo que vengo de otro lado,
ya sabes, antes de estar ahí, pero no recuerdo absolutamente nada; solo sé
que un día desperté y estaba encerrado junto a otros iguales a mí. Uno a uno,
nos sacaban de los contenedores donde nos tenían y nos tomaban muchas
fotografías. A algunos, incluyéndome, nos tocó la parte dura. -Una triste
sonrisa se formó en sus labios. Las mismas personas que nos crearon,
supongo, se encargaban de follarnos para asegurarse de, ya sabes, "La
garantía" de que el producto está en buen estado antes de subastarlo en la
red. -De un momento a otro, la mirada de Niall se fue hacía la pared frente a
él, recordando cada detalle de esos momentos. -Por suerte, supongo, luego
crearon otro grupo de prototipos donde ya no era necesario hacerles esto, y
esos fueron los más vendidos de todos, porque ¿Quién no deseaba quitarle lo
virgen a un buen culo? Pero ¿Y los que ya no tenían esa virginidad?
-Prácticamente nos regalaban porque necesitaban los contenedores para los
nuevos niños, ya sabes, un negocio ilegal no puede ser tan grande o
despertaría sospechas. Me regalaron a la primera persona que les dio unos
malditos centavos por mí. No sé nada de ese lugar, lo último que supe fue
que estaban trabajando en Zayn no iba a llorar, no debía llorar, Niall era quien
ya lo estaba haciendo involuntariamente. De hecho, parecía tan perdido en su
mundo, en su infierno, en sus recuerdos. Estaba a punto de pedirle que
parara, que deje de contar detalles tan feos que un niño no debió vivir, pero
continuó tan mudo como siempre, tan asombrado como nunca. Dejó que su
mano prosiga con las caricias que se habían detenido en el momento que
Niall mencionó lo de la garantía, y entonces el rubio prosiguió hablando.
otro prototipo aún más mejorado, pero eso no me importa; cuando me
llevaron, ni te imaginas todo lo que tuve que pasar con ese viejo estúpido. -En
ese instante, por primera vez los ojos azules se juntaron con los negros,
regalándole una diminuta sonrisa, pero definitivamente, para nada sincera.
-Cuando se consiguieron un mejor juguete, me botaron a la calle ya que era
una boca más que alimentar. Al final, terminé convirtiéndome en lo que ya
conoces. Si sé hablar así, es por todo lo que me han dicho alguna vez. Zayn...
La calle es dura. Todos son duros conmigo, ahora con tanta carne fresca por
ahí ¿De qué les sirve un estúpido idiota como yo? -Sus ojos de nuevo se
llenaron de lágrimas, y el corazón del ojinegro se volvió a quebrar. -Nadie
jamás se fijaría en mí porque no soy como los otros, soy una falla, debí haber
muerto en algún momento, pero... Llegaste tú y me salvaste ¿Te das cuenta?
El menor no pudo continuar hablando, porque en menos de lo que había
podido imaginar tenía los labios del mayor sobre los suyos, encargándose de
besarlo profundamente, sorprendiéndolo por completo. Niall llevó una de sus
manos al pecho del mayor, apartándolo, jadeando un poco gracias a lo cerca
que estuvo Zayn de entrar entre sus labios.
-Basta, no tienes que sentir pena por mí, idiota.
-Cállate y escucha ¿Puedes hacer eso, Niall?
-No, no escucho nada. Eres un idio- ¡Ah!
Todo el cuerpo del ojiazul se erizó, arqueando su espalda cuando la mano de
Zayn bajó con tal velocidad que no pudo detenerlo, y ahora tenía los dedos
del mayor rodeando la longitud de su miembro por debajo del pantalón y de
la ropa interior. Zayn no lo agarraba despacio, no, ese fue un claro "Cierra la
maldita boca" y la orden ahora era cumplida.
-Sa-Saca tú... Hmm. -Niall mordió su labio con algo de fuerza, jadeando ahora
ante los movimientos lentos de la mano sobre su miembro, sentía los dedos
de Zayn pasearse por el tronco de su pedazo de carne y por todos los cielos,
él en serio había anhelado tanto que esos dedos lo toquen de esa manera.
-Para... Zayn pa- Oh mierda. -Llevó una de sus manos a la muñeca del mayor,
pero sin tener la capacidad de jalar con demasiada fuerza de esta, cerrando
sus ojos, tratando de no rendirse ante el placer. Por su pequeña mente solo
pasaba la idea de que todo esto era por pena, pena provocada por todo lo
que le había contado y no quería estar con el mayor de esa manera, no así.
-Ahh... Basta. -Gimoteó, siendo ignorado completamente.
Los dedos se movían sin mayor problema, de hecho parecían unos expertos
porque de tanto en tanto chocaban con los dos testículos del menor,
logrando sacarle roncos gemidos. - ¿Ya vas a escuchar? -Niall asintió con su
cabeza, relamiendo sus labios, llevando su mano libre contra sus rubios
cabellos, jalándolos un poco, con las orejas ligeramente inclinadas. -Me
gustas, Niall. Me gustas mucho. Y no me importa si no me crees pero me
gustas tanto que no quiero que esto sea solamente por tu exceso hormonas o
lo que sea que te hayan puesto para que actúes como un animal en celo.
Quiero que entiendas esto, estás jodido.
- ¿Qué? -La mano del más alto se encargaba de apretar de tanto en tanto la
punta del miembro de Niall, logrando hacer que este dude de su capacidad
por aguantar el orgasmo, pero trataba de mantener todos sus sentidos en
Zayn, en sus palabras, y al mismo tiempo controlar su corazón para que no
saliera de su pecho.
-Estás jodido porque ahora eres y serás siempre completamente mío. Novio,
la mierda que quieras llamarle. Tú, esto -Hizo presión de nuevo en el
miembro, logrando otro quejido de placer y dolor por parte del rubio. -Y
también cada detalle de tu cuerpo me pertenece, así que me vale una
grandísima mierda si te ha follado medio Londres, porque eso fue antes, y yo
me encargaré de hacerte mío tantas veces que cada rincón de tu interior
entenderá a quien le perteneces ahora ¿Comprendes eso?
Aceleró el movimiento de su mano, disfrutando de cada mueca de placer y
dolor que aparecía en el rostro del más pequeño, joder, claro que lo
disfrutaba. Niall se encontraba con las mejillas sonrojadas, de hecho, hasta
sus orejas se teñían de un tierno rojo, mientras su cabello rubio, ahora
totalmente despeinado, era tirado por su mano y sus dos esponjosas orejas
se meneaban cada cierto tiempo. Tener ese cuerpo bajo suyo podía ser la
mejor situación a la que tuviera que acostumbrarse.
Sentía las gotas de pre-semen escurrir por la punta del miembro de Niall, y
sin dudarlo mucho dejó que su pulgar cubriera era zona, evitando que lograra
correrse. Le gustaba ver ese pequeño cuerpo retorcerse debajo suyo, con
lagrimones en las esquinas de sus ojos, pero ya no era de tristeza, sabía que
ahora se debía a sus actos y eso le gustaba.
-Za-Zayn... -Chilló Niall, entreabriendo los ojos. -Sa-Saca tu... ¡Saca tu dedo!
-Aún no has aceptado ser mío, Nialler.
-Pe-Pero sabes que- Oh por la grandísima virgen, sácalo, quiero correrme,
Zayn ¡Quiero correrme!
Esperó un par de segundos y liberó la punta sensible, bombeando un par de
veces más, y solo eso bastó para que el boxer y su mano se llenó de aquel
espeso líquido. Una larga y profunda corrida que llenó de espasmos al más
pequeño, haciéndolo gritar. Niall llevó sus manos a su rostro, cubriéndolo
completamente. Meneó su cola y bateo sus orejas un poco, sin dejar de
jadear, sintiéndose terriblemente mareado.
-Soy tuyo. -Dijo, separando un par de sus deditos de una de sus manos para
mirar por ese pequeño espacio...-" el rostro de Zayn, sin dejar de jadear. -Soy
tuyo, soy tuyo desde el primer día.
Después de eso, Niall ya tenía los labios del mayor sobre los suyos de nuevo.
Ronroneando, lo rodeó con sus brazos y enredó sus dedos en su nuca para
profundizar aquel contacto. El minino supo muy bien todo lo que sintió desde
la primera vez que vio al mayor, sabía todo lo que sentía en ese momento y
todo lo que sentiría con el pasar de los días, pero Zayn no tenía que enterarse
de ello, no, eso era demasiado para su orgullo felino.

CAPITULO 14
Como ya se le había hecho costumbre, Harry estaba teniendo un hermoso
sueño con Louis, porque para el pequeño minino, no solo en sus días siempre
se encontraba al lado del mayor, sino que también en todas sus fantasías y
sueños estaba a su lado, siempre de la mano con ese castaño que para él ya
era el completo amor de su vida.
-Mmm. -Se acurrucó mejor en el gran espacio de la cama, cuando reconoció
que algo en esta no andaba bien. ¿Desde cuándo tenía un gran espacio en la
cama? No, hacía falta un bulto a su lado y unos fuertes pero delgados brazos
rodeándolo por la cintura. - ¿Lou? -Preguntó casi por inercia, estirándose en
su lugar y abriendo lentamente los ojos. Pero toda pereza quedó extinguida
cuando no solo no encontró al dueño de su corazón a su lado, sino que se vio
a sí mismo en un lugar que no conocía, un cuarto con las paredes diferentes,
con el piso diferente y esa no era su cama, esa no olía a Louis.
Se estiró apenas un poco y bajó al suelo, apoyando sus pies con lentitud,
mordiendo su labio inferior, desde que no vio a Louis ya se le había formado
un horrible nudo en el estómago, pero aun así tenía la confianza de que lo
encontraría pronto, o eso quería creer. Se acercó a la puerta a pasos lentos,
en silencio, y todo su mundo se acabó cuando al girar la manija, esta no se
abrió, ni para adelante, ni para atrás.
-¿Lou? -Un pequeño susurro escapó de sus labios, ahora llevando
ambasmanos a la manija de ese lugar, girándola tanto como se podía, pero
sin ningún éxito. Sus pequeños ojitos ya se le habían llenado de pequeñas
lágrimas, y de hecho no tardaba mucho en llorar, pero no, no debía llorar, él
tenía que encontrar a Louis.- ¡Lou! -Empezó a gritar, sin soltar la perilla y sin
dejar de darle vueltas en ningún momento. - ¡Lou! ¡Lou!
Mientras, en el primer piso Liam soltaba un suspiro, sentado en su sofá
principal, dirigiendo su mirada a la puerta por donde Louis había salido esa
madrugada, y aún no regresaba. Escuchar los fuertes llantos del minino
encerrado en su habitación no estaba ayudando, parecía un pequeño
abandonado que no se cansaba de girar la perilla de la puerta, pronunciando
el nombre de su mejor amigo una y otra vez.
+
-Zayn ¿Ya estás llegando? Dios, hermano, necesito tu ayuda de una
malditavez, no sé qué hacer. -Louis hablaba por su celular casi gritando,
caminando de lado a lado por su sala, como si incluso pudiera hacer una
zanja sobre su piso, no se detenía, preocupado ya que ya era medio día y aún
su mejor amigo no había llegado.
-Tuve unos problemas, pero, uhm, Louis. -La voz nerviosa del Malik hizo que
Louis se detuviera, esperando que él continuara. -Voy acompañado, y no te
he contado esto pero...
-¡Mierda, Zayn! ¡La puta luz roja cambió hace tres horas!
-¡Cierra la maldita boca, Niall! -Louis se vio obligado a cerrar el ojo más
cercano a su oreja debido al grito de Zayn contra el celular.
-¿Niall?
-Sí, de eso se trata. Como sea, debo seguir conduciendo, llego en diez,
hermano, espérame y por favor, no entres en pánico.
-Entré en pánico desde los primeros diez minutos, idiota.
-Sí, bueno. Adiós.
Después de cortar, Louis soltó un profundo suspiro, tumbándose sobre su
sofá, apoyando su codo en el brazo de este y cubriendo sus ojos con su mano,
chasqueo la lengua, pensando que debía hacer, tampoco es como si se
pudiera simplemente ir, eso levantaría todas las sospechas posibles, pero no
podía quedarse a más de la tarde, sabía que Harry podía ya estar despierto en
ese momento y si no lo encontraba ahí seguro se pondría muy mal.
Ese tipo de dependencia puede ser muy juzgada por la mayoría de personas,
pero no era que la relación con un niño-gato se considere normal, era mucho
más posesiva e intensa, porque Harry no podía simplemente dividir
sentimientos, él amaba a Louis con todo su corazón y era reciproco, Louis se
volvía el dueño más posesivo del mundo si se trataba del minino que le dio
luz a su vida de nuevo.
Tomó su celular, pensando si debía llamar para saber que tal estaban las
cosas, pero justo cuando estaba buscando el número de Liam, escuchó el
timbre, asustándose un poco hasta que escuchó unos susurros de Zayn y se
tranquilizó, levantándose para poder abrir la puerta.
Lo siguiente que vio no se lo esperaba, era su mejor amigo como siempre,
vestido con unos jeans negros y su playera del mismo color, con algún logo
que simplemente no le importaba, pero lo más importante ahí era el
pequeño niño parado a su lado, casi apenas rozando la altura del hombro de
Zayn, un poquito más alto que Harry aproximadamente, un rubio de ojos
azules, brazos cruzados y mirada molesta observaba directamente al Malik, al
parecer asesinándolo con los ojos.
-Eh. -Louis no sabía muy bien que decir en ese momento, así que solo atinó a
moverse hacia un lado, dejando que su mejor amigo y aquel niño entren a la
casa, cerrando después, aún sin comprender que ocurría.
-Ya, Niall, ya puedes quitártelo.
Apenas el Malik dijo esas palabras, el rubio sonrió frente a Louis y se quitó de
encima la gorra de la polera que traía, dejando ver así un par de esponjosas
orejas rubias y sacó de debajo de su ropa también una larga y ondeaba cola,
al parecer la había tenido enredando su dorso para no que no se la
descubrieran, puesto que la polera le quedaba lo suficientemente grande y
holgada. Los ojos de Louis se abrieron como platos, impresionado, pero no
dijo nada, intentó mantener la compostura, tampoco es como que no hubiera
estado en contacto con uno de esos pequeños antes, Harry era uno.
-Louis, él es Niall. Niall, Louis.
Antes de que incluso Niall pudiera decir una palabra, el mayor de entre los
tres interrumpió, arqueando una ceja para mandarle una mirada confusa al
Malik, pidiendo una explicación.
- ¿Qué? Te dije que me llamaba la atención comprarme uno. -Se encogió de
hombros Zayn.
-Sí, pero no me comentaste que ya lo tenías.
-No me compraste, tarado. Me encontraste en la calle y te enamoraste de mí.
Un placer Louis. Ahm ¿Tienes algo de comer?
-Sí... En la cocina...
Las palabras del Tomlinson salieron un poco vagas, pero fue lo
suficientemente claro como para que el minino saliera casi corriendo en
busca de la cocina y luego de la comida, meneando su cola de lo más feliz, de
lado a lado. Después de que lo perdió de su campo de visión, Louis volvió
hacia su mejor amigo.
-Raro ¿No? No es nada parecido a Harry. -Agregó Zayn antes de que Louis
pudiese siquiera decir algo.
-Estoy sorprendido, Zayn. ¿Dónde lo encontraste?
-Pues ya lo escuchaste. -La sonrisa de autosuficiencia en el rostro del
pelinegro dejó muy en claro toda la situación, Louis comprendía a la
perfección a sus amigos y sabía que Zayn se enorgullecía de tener a ese
pequeño gato con él.
- ¿Tú le enseñaste a hablar?
-No, vino con el paquete, me ahorré llevarlo a la escuela ¿Lo notaste?
Por irónico que suene, y aún a pesar de la situación en la que se encontraban,
Louis rió, acompañado por la risa de su mejor amigo, sentándose en el sofá
ahora ambos, soltando un largo suspiro después de esos segundos entre
risas.

-Tengo problemas, Zayn.


-Eso ya lo sé, Tommo. Explícate.
+
Mientras Louis se encargaba de explicarle a Zayn con lujo de detalles lo que
había sucedido y sus planes para después, en la casa de Liam las cosas no
habían mejorado. Alrededor de dos horas habían pasado desde que Louis no
volvía y los primeros sesenta minutos fueron un tormento para el Payne, no
porque Harry le causara algún problema, simplemente porque había tenido
que aguantar escuchar los gritos y sollozos escandalosos del pequeño minino
encerrado en su habitación, arañando la puerta y jalando del picaporte tantas
veces como su voluntad se lo permitía.
Liam aún no comprendía como el corazón no se le había roto en todo ese
transcurso, era como escuchar a un pequeño animalito ser torturado, porque
esa era la magnitud de los llantos del menor. Liam se contuvo mucho de
llamar a Louis para decirle que se apurase, tenía miedo de hacer cualquier
especie de ruido o de interferir con algo que su mejor amigo estuviese
haciendo.
-Ya lleva mucho tiempo callado. -Murmuró para sí mismo, subiendo la mirada
hacía la habitación donde Harry se encontraba, el Payne estaba asustado de
no escuchar nada de él en los últimos veinte minutos, así que algo dudoso
subió las escaleras, colocando su mano sobre el mango de la puerta, soltando
un suspiro, la giró, quitando el seguro exterior y abriéndola.
Lo siguiente que pasó fue demasiado rápido, Liam apenas estaba abriendo la
puerta cuando el pequeño cuerpo de Harry salió a todo lo que le daban sus
piernas, tumbando al mayor al suelo por la fuerza con la que emprendió su
corrida hacía el primer piso y luego hasta la puerta, abriéndola y saliendo de
la casa en menos de diez segundos.
Liam no podía creer lo que estaba ocurriendo, acababa de escaparse el gatito
de su mejor amigo y ¿Cómo mierda se lo diría a Louis? Aún peor ¿Qué tal si
alguien encontraba a Harry? Tomó su celular y marcó el número del mayor,
escuchando su voz algo alarmada, creyendo que era una emergencia, cosa
que sí era, y una muy grande.
-Lou... Lo siento...

CAPITULO 15

¡Quería matarlo! No, definitivamente eso era muy poco para las miles de
ideas de lo que le podía hacer a Liam en ese momento. Matarlo sería muy
fácil, quizás torturarlo un poco arrancándole cada uno de sus dedos hasta
verlo llorar y después cosérselos. Y no, Louis no era un seguidor de esas
películas donde todo es sadismo, pero en este momento sabía que podía
moler a golpes al Payne si lo tuviera frente a sus ojos.
Era la tercera, quizás cuarta vez que recorría las mismas calles cercanas a la
urbanización donde vivía uno de sus mejores amigos, Harry no aparecía por
ningún lado y ya se había hecho de noche. Louis se encontraba pasando por
cada etapa de la locura hasta este momento, donde sus sentidos se
encontraban agudos, intentando escuchar hasta el más mínimo ruido por si
alguno de esos se parecía al maullido de un gatito.
No era que fuera llorón, él podía justificar las lágrimas que no dejaban de
caer de sus ojos con el simple hecho de que se le había escapado el amor de
su vida, no encontraba a su pequeño niño y si no aparecía era capaz de
golpearse la cabeza contra la pared hasta que reventase, claro, eso después
de hacerle lo mismo a Liam.
Una vez el castaño lo había llamado, Louis cortó el teléfono sin siquiera
escuchar lo que seguía después del "Harry se escapó, Lou." Salió de la casa,
sin importarle absolutamente nada, solo buscar al pequeño, que no había
estado en la calle nunca desde que lo conocía, que estaba lejos de la casa de
Louis y por sobre todo, al que estaban buscando unos hijos de puta para
hacerle sabrá Louis que cosas.
Claro, se había asegurado de dejar a Zayn y a Niall en su casa, con la intensión
de que si alguien volvía a pasar preguntando por Harry, supieran que sí había
un adolescente y un gato ahí, pero no eran los que ellos estaban buscando; y
bueno, Zayn servía de mucho, ya Louis se encargaría de quitar las manchas de
evidencia de los actos sexuales entre esos dos de su sofá, esa no era su
prioridad ahora.
-Maldición, Harry, dónde estás. -
Quería sacar la cabeza fuera de su auto y gritar a los cuatro vientos el nombre
de su bebé, pero a la vez sabía que era ya tarde y si lo hacía, al menos una
persona terminaría llamando a la policía por un loco psicópata que se le
ocurre hacer un teatro de gritos en la calle a esa hora.
Lo peor de todo era que su mente le jugaba muchas malas pasadas. Él podía
hasta ya imaginarse a Harry siendo raptado fuera del país con tal de que no
se escape de nuevo, o a personas haciéndole tantas que cosas al pequeño
minino por ser tan malcriado y huir. No quería, Louis jamás se perdonaría la
vida si perdía al dueño de su mundo una vez lo había encontrado.
Detuvo su auto en un semáforo en rojo y golpeó su cabeza contra el volante.
Dolía, sí, pero nada se comparaba a la opresión en su pecho por la simple
idea de perder a Harry y a esa amarga sonrisa en su rostro. ¿Cómo podía
cambiar tanto su vida de un momento a otro? Louis había pasado desde ser
un chico totalmente normal, con un trabajo casual y una vida monótona, a un
ladrón del pequeño que le robó el corazón y no iba a dejar que esos que se
decían sus dueños pusieran una mano sobre lo que le pertenecía, porque
Harry era suyo, completamente suyo. Él sabía que no podría vivir nunca sin
volver a escucharlo.
-Meoooooow~
Exacto. Sin volver a escuchar esos maullidos hermosos que le hacían sentir
como su corazón bailaba en su pecho y las mariposas de su estómago le
informaban que todo, todo estaba bien, él había caído en una especie de
hechizo desde la primera vez que Harry dijo su nombre.
- ¡Lou!
Esa vocecita tan hermosa, esos labios tan suaves que-
¿Qué?
Levantó su cabeza del volante, sin importarle el dolor que sintió por la rapidez
con la que lo hizo, o que ahora tenía toda su frente marcada con el diseño
que cubría la parte del auto donde antes había reposado, pequeños puntos
que, en una situación diferente, él se habría burlado del idiota que dejase
que eso le pase a su rostro. Giró la cabeza lo más que le fue permitido y
estacionó su auto a un lado, bajándose, él lo había escuchado, estaba
completamente seguro de que esos eran los maullidos y la voz de su
pequeño.
Empezó a caminar por todas las casas, en cámara lenta, esperando alguna
otra señal, pero todas parecían casas de los suburbios realmente normales.
Oh, menos una, y ahí fue donde detuvo su vista. Una casa abandonada
arruinaba todo el estereotipo perfecto lugar, ésta estaba demolida, sabrá Dios
porqué nadie se preocupaba en reconstruirla, parecía un bonito espacio, pero
las maderas que cubrían su puerta se encontraban ligeramente abiertas, y
Louis pensó de que nadie le diría nada si echaba un vistazo en ese lugar.
Una vez ya tocando las maderas, observó hacía adentro del lugar, todo estaba
destruido, pero a pesar de eso las paredes continuaban algo estables, así que
estaba seguro de que esa sería una buena casa para cualquier vagabundo que
pasara por ahí, de no ser porque el espacio que permitía entrar entre los
maderos era muy pequeño y peligroso, la mayoría se encontraban partidos,
cualquiera que intentara entrar ahí, se llevaría más de dos raspones como
mínimo, por suerte su pequeño no...
-Meoooooow.
Oh mierda, tiene que ser una broma. Cambiando su ángulo de visión, Louis se
encontró con Harry dentro de ese lugar, claro, un cuerpo de un niño de trece
años podía pasar por ese espacio casi sin ningún problema, y ese niño ahora
estaba ahí, había encontrado a su pequeño, entero, aunque llorando y
encogido en un rincón del lugar, ahí estaba Harry, y Louis por fin pudo sentir
como su corazón volvía a latir con tranquilidad.
-Harry, amor. ¡Oh por la...! Dios, no puedo creer que estés aquí.
El minino levantó la mirada, apartando sus manitos de sus ojos, observando
el rostro del Tomlinson del otro lado de todos esos maderos. La mirada de
Harry se suavizó, al parecer lo reconoció, sin embargo, no hizo el menor
intento por moverse de su lugar, maullándole a Louis una y otra vez, mientras
las lágrimas no dejaban de salir de sus preciosos ojos azules.
-Vamos, mi amor, tienes que venir, yo no puedo pasar por este lugar.
Pero Harry seguía ahí, acurrucado en ese pequeño rincón del lugar, mientras
le seguía maullando a Louis su nombre una y otra vez, pidiéndole a gritos que
pase y que lo cargue. Y aunque la idea resultaba malditamente adorable,
Louis no sabía si su pequeño tenía un tipo de parálisis por miedo, si estaba
herido o simplemente cansado, solo reconocía lo necesario, Harry no se
quería mover.
Soltando un dramático suspiro lleno de resignación, Louis volvió a analizar
uno a uno los maderos, inclinándose un poco, de verdad se le haría un
mundo pasar por ese espacio y eso que él era pequeño para su edad, sin
embargo esta fue la única vez en su vida que hubiera deseado serlo incluso
más, con tal de entrar a salvar del miedo a su ángelito.
Se arrodilló en el suelo y empezó a gatear entre los maderos, sintiendo al
instante como algunas puntas rozaban su piel, chasqueó la lengua, no iba a
ser fácil, en lo más mínimo. Pero como bien idiota valiente, continuó
empujando su cuerpo hasta el lado que tuviera menos puntas rotas, aunque
aun así, sentía como si ropa se raspaba y tenía que poner un poco más de
fuerza para lograr entrar, rasgándola o quizás rompiéndola, eso no importaba.
Una vez su cuerpo estuvo más o menos adentro, su cabeza chocó contra sus
manos, que estaban apoyadas en el suelo y no por la posición
comprometedora en la que se encontraba, con el trasero más hacía fuera que
para adentro y la otra mitad tan cerca de su pequeño bebé, sino por el
pedazo de madero que le impedía continuar avanzando, justo haciendo
presión en su cadera derecha. Escuchó el maullido de Harry a lo lejos y lo
observó menear la cola, mientras continuaba llorando, pidiendo a gritos por
Louis. Louis quería detener esas lágrimas, quería besarlo, quería decirle que
todo estaría bien y llevarlo a algún lugar donde absolutamente nadie pudiera
encontrarlos.

Y con ese pensamiento motivanete, empujó su cuerpo hacía adelante,


logrando entrar a ese espacio que cada vez se le hacía más insoportable, a la
mierda si era un lugar bonito para construir, le había costado la vida entrar y
estaba seguro de que le saldría el doble de caro salir. Ya sin pensar en eso,
corrió hasta su pequeño, lanzándose al suelo sin importarle el golpe en sus
rodillas, atrayendo el cuerpo de Harry a sus brazos, rodeándolo con fuerza,
sintiendo las manos de este aferrarse a su remera, mientras la respiración del
minino chocaba contra su cuello, y sus llantos se hacían incluso más fuertes.
-Ya, ya mi amor, aquí estoy. -Una de sus manos subió hasta los rizos
despeinados del minino, acariciándolos, mientras Harry lloraba contra su
cuello, maullando infinidad de cosas, entre estas el nombre de Louis, seguro
su bebé estaba regañándolo por haberlo dejado solo en la casa de un
desconocido, pero como sea, Louis estaba feliz de ser retado, y porque ahora
que lo tenía entre sus brazos, absolutamente nadie los separaría. -No lo
volveré a hacer ¿De acuerdo? Tenía que arreglar unas cosas y a partir de hoy,
tú eres todo mío, bebé.
De hecho, lo era desde que había entrado a su casa, desde el primer vaso de
leche, o desde el primer beso, Harry era de Louis, porque Louis se había
entregado por completo a Harry.
Al fin, después de un par de minutos así, aferrándose el uno al otro hasta
saber que eran reales y que estaban juntos, Harry apartó su rostro del cuello
de Louis, observándolo directamente, maullando mientras dejaba que sus
ojitos hinchados analicen cada espacio del rostro de su Louis, meneando sus
orejitas y llevando una de sus manitos a su mejilla, acunándola con ternura,
mientras se acercaba un poco más, eliminando la distancia con labios del
mayor, demostrando toda la necesidad por este que sentía en ese momento.
Louis no dudó ni un segundo y le correspondió, incluso sintió su propio
ronroneo cuando sus labios encajaron a la perfección con los de Harry,
demostrándole que no había persona que pudiera ser tan perfecto para él
como lo era su minino.
Sus manos bajaron a la cadera del felino, buscando cambiar de posición o sus
piernas luego le fallarían, y lo logró, con el cuerpo de este de rodillas frente a
él, Louis separando sus piernas, una a cada lado de Harry, mientras disfrutaba
del ronroneo suave en lo que sus lenguas se encontraban, y aunque una de
las manos del menor continuaba colocada sobre su mejilla, la otra quería
impulsarse un poco
hacía adelante para acortar mucho más su distancia, así que Harry apoyó esta
en el muslo de Louis y recibió un quejido por parte del mayor, rompiendo el
beso ante la preocupación de ambos, porque ni el mayor sabía que le había
sucedido.
Bajó la mirada, encontrándose con su remera mojada y una vez la alzó para
ver que sucedía, su cadera, justo en ese espacio por donde había pasado el
madero, tenía una línea recta algo grande, de la cual salía pequeñas gotas de
sangre y habían sido estas las causantes del punzante dolor, además de
ensuciar su ropa. Louis sabía por una frase que la mente podía controlar más
el dolor físico de lo que muchos creían, siempre había escuchado "El dolor
está en la mente" pero ahora podía confirmarlo, él estaba tan sumergido en
que al fin tenía a Harry en sus brazos, que ni siquiera se había percatado de
ese arañón algo profundo en su piel.
Harry lanzó un maullido hacía Louis, con el ceño fruncido y la barbilla un
poquito arrugada, en lo que hacía su tan conocido puchero, Louis rió ante esa
mirada conflictiva en su minino, así que sin dudarlo se acercó y le dio un
rápido beso, en la punta de los labios.
-Está bien bebé, es solo un rasguño. -Intentó calmarlo, pero Harry apartó su
rostro de la mano de Louis, y aún con esa mueca disgustaba dibujada en su
angelical carita, se inclinó hasta que su rostro estuvo a la altura de la herida,
olfateándola un poco primero, terminó pasando la punta de su lengua sobre
la piel lastimada, causando que una corriente de dolor y placer hiciera jadear
al mayor. -Amor, no... No hagas eso.
Pero Harry lo ignoró, apoyándose en los muslos de Louis ahora, volvió a lamer
sobre la herida, llevándose parte de la sangre de Louis consigo, pero eso no
importaba, él quería detener y curar al mayor, y Harry sabía, por todas las
heridas que se había hecho en la calle, que esa era una buena forma de
hacerlo, lamiendo hasta que la sangre se detenga.
Pero lo que el minino desconocía, era que si bien es bueno para sí mismo por
todas las propiedades curativas que tiene la saliva misma, como la de un
felino, no causa el mismo efecto reconfortante en otra persona, de hecho,
causa algo mucho, mucho mejor. Y Harry estaba a punto de averiguarlo.

CAPITULO 16
Después de como la doceava lamida, Harry ya había perdido la cuenta de
cuantas veces soltaba un gruñido al ver que continuaba saliendo sangre de la
herida a pesar de sus intentos por detenerla, pero el fin, luego de todo ese
proceso, la herida se veía mucho mejor que antes y ya no salía nada de ella,
así que el pequeño, orgulloso de su trabajo, dejó un último beso sobre esta
antes de intentar levantar su cabeza, pero la mano de Louis que descansaba
sobre sus rizos le impidió levantarse más.
— ¿Meow?
—Quieto ahí. ¿Si, bebé? —La voz de Louis era ronca, suave y raspada a la vez,
y Harry conocía muy bien en qué momento se ponía de esa forma. Con esa
actitud dominante, esa forma de expresarse como si fuera una orden, pero a
la vez con la sutileza suficiente para que Harry no se sintiera asustado. Sí,
Louis solo se ponía así cuando jugaban juntos.
Sin necesidad de decir más, Louis bajó su mano libre hasta sus pantalones,
empezando a desabrochar el botón de este y luego bajar su cremallera,
alzando un poco su cuerpo, aunque su herida aún se encontraba resentida y
le causaba un pequeño dolor, eso no le podía importar menos, necesitaba
lograr deslizar su pantalón y su ropa interior lo suficiente como para que su
miembro saliera fuera de este, dejándose ver, erguido por completo, con un
pequeño brillo por las primeras gotas de pre-semen que escapaban desde la
punta.
Harry, aún con la cara inclinada hacia abajo, subió su mirada para observar a
Louis, encontrándose con este mordiendo su labio, apoyando su espalda justo
en la pared donde Harry antes había estado acurrucado y tras regalarle una
mirada, suspiró, llevando su propia mano sobre su miembro, tomándolo por
el medio de su longitud y empezando a masturbarlo, de arriba a abajo, con
movimientos lentos.
—Lou.
—Amor, quiero que lo chupes. —
Después de esas palabras, Harry llevó su mirada hasta el largo miembro casi
al lado de su rostro, volviendo a confirmar que era eso lo que Louis quería,
obedeció, permitiendo que el Tomlinson guie la longitud hasta su boca y
entonces pasó la punta de su lengua sobre esta, logrando que todo el cuerpo
de Louis se estremeciera por semejante espasmo. —Oh mierda.
El pequeño al instante subió la vista, sin estar seguro de si eso era bueno o
malo, pero al encontrarse con el mayor inclinado hacia atrás y los labios entre
abiertos, Harry relamió los suyos, apartando la mano de Louis de su pene
para ahora ser él quien lo sostuviera, con mucho cuidado de no apretarlo
muy fuerte. El minino meneó sus orejas justo antes de volver a pasar su
lengua por el largo, examinando el sabor, le gustaba, le agradaba tener el
control, aunque sea por una vez, y podía acostumbrarse a esa amarga y
agradable sensación cuando su lengua pasaba por la piel de ese miembro,
definitivamente el doble de grande que el suyo, o tal vez más.
Harry entonces se concentró en su tarea, volviendo a pasar su lengua por
esta, ya más repetidas veces, repartiendo besos y largas lamidas en todos los
lugares que podía, sintiendo aún la mano de Louis sobre sus rizos,
acariciándolo, pasando por detrás de sus orejitas, entonces Harry supo que
estaba haciéndolo bien.
—Be-Bebé. —Louis tiró suavemente de los rizos entre sus dedos, atrayendo la
atención de su minino, quien continuaba con su lengua sobre el miembro,
esperando que el mayor le dijera que sucedía. — Llévalo a tu boca. —Ordenó,
imaginando esos gruesos labios y esa pequeña boquita tragándose toda la
punta de su erección. —Lo más que puedas, y ju-juega con él, como yo
contigo ¿De acuerdo?
—Meow. —Fue el único sonido que emitió el pequeño, asintiendo con la
cabeza e inclinándose de nuevo, hasta que escuchó la voz de su dueño otra
vez.
—Oh, y nada de dientes, mi amor.
Después de eso, Louis solo se dedicó a disfrutar, con los ojos entreabiertos,
observando las expresiones inexpertas de su pequeño, mientras seguía
pasando su lengua lentamente por su erección, mojándolo todo lo que podía,
hasta que, sin decir más, separó sus labios y se lo engulló en la boca, logrando
escuchar un fuerte y ronco gemido proveniente desde lo más profundo de la
garganta de Louis.
Louis arqueó la espalda, él intentaba continuar masajeando los mechones de
cabello entre sus dedos, empujándolo un poco hacía abajo, más hacía su
miembro, deseando que la boca virgen de Harry trague todo lo posible, y
aunque sabía que jamás podría con todo el largo, Harry ya empezaba a darle
la mejor mamada de su vida, succionando mientras cerraba sus ojos y sus dos
manitos mantenían la base del pene quieto, disfrutando del como este se
agrandaba incluso más en su boquita.
Harry gemía, aún sin poder soltar los sonidos con totalidad como deseaba,
gemía cada que la punta del miembro tocaba el inicio de su garganta y
trataba de alejarlo, para hundirlo de nuevo de la misma forma, aunque sabía
que se podía atorar, trataba de la mejor forma de respirar por la nariz, porque
el placer que sentía era bueno, y su cosita estaba despertándose también, sin
necesidad siquiera de que Louis la toque, eso era nuevo.
Louis soltó una especie de grito cuando pudo sentir con claridad como los
pequeños colmillos extremos de la boca de Harry rozaban la piel sensible de
su miembro, era algo tan dolorosamente excitante, aún mejor cuando su
minino inclinó el rostro, enredando su lengua en toda la longitud, mientras
empujaba más de esta dentro de su boca, todo lo que podía, quería tragarla
toda, él quería pero le era imposible.
Una vez Louis sintió un tirón pasar por toda su columna hasta centrarse en su
miembro, indicándole lo ya obvio, él se inclinó hacia adelante, colocando sus
manos en los hombros del más pequeño, empujándolo hacía atrás, obligando
a Harry a apararse de su miembro, recibiendo una especie de gruñido por
parte del gatito.
—Lo siento, bebé. —Louis sonrió, no podía creer lo malditamente sensual y
sexual que podía ser su pequeño, tal adorable hace menos de una hora. —
Otro día me correré en tu boca, lo prometo. —Acercó sus labios hasta besar
los de Harry, disfrutando del sentirlos tan húmedos. —Ahora necesito hacerte
mío, Haz.
Harry asintió, él comprendía mejor lo que Louis le decía ahora, y se sentía
bien por eso, así que sin dudarlo, llevo sus manos a sus pantalones,
empezando a deshacerse de ellos con rapidez, demostrando que él también
quería que Louis juegue con él. Era ahora cuando volvía a ser el pequeño
adorable, desnudándose completamente para el Tomlinson.
—No, espera amor. —Lo detuvo, incorporándose a la par como Harry lo había
hecho, evitando que se quite la parte superior de sus ropas. —Hace frío, vas a
tener esto puesto, tranquilo. —Y aunque el más pequeño no entendió,
espero a que Louis se quite su remera y se dejó llevar por los hambrientos
labios de su amor, capturando los suyos con intensidad.
A él realmente no le costó nada tomar el cuerpo de Harry y guiarlo hasta
apoyarlo contra la pared ahora y mientras dejaba sin aliento al más pequeño,
pensó la posición más exacta para poder hacer el amor, sí, quizás un
pensamiento responsable sería al menos esperar hasta llegar al auto, pero a
la mierda, él necesitaba poseer a Harry en ese maldito lugar de una vez por
todas. Y no, no era su culpa, fue culpa del minino que lo calentó simplemente
con ese acto lleno de inocencia lamiéndole la herida en la cadera, tan cerca
de la "V" que guiaba hasta su miembro. Louis solo estaba siendo justo, era
eso.
Una vez Harry colocó sus manos sobre el pecho del mayor, rompiendo el beso
y pidiendo un poco de oxigeno como siempre hacía cuando ya no podía
respirar, jadeó contra la boca de Louis, maullando suavemente, mirándolo
directamente a los ojos, con ese verde oscuro que Louis conocía muy bien, la
vista de Harry se encontraba llena de deseo, ansiando que Louis jugara con él
a su antojo, y Louis iba a complacer a su pequeño.
—Ven aquí. —Sin decir más, cargó el cuerpo de Harry, alejándolo del suelo,
logrando que este lleve sus manos a sus hombros y una vez su espalda se
apoyó de nuevo contra la pared, las piernas de minino abrazaron las caderas
de Louis, sintiendo la erección de este chocar contra la suya. Harry gimió,
presionando con algo de fuerza la piel de los hombros del Tomlinson. —Si
quieres gritar, muérdeme ¿De acuerdo? —Ordenó, besándolo después.
Harry asintió con la cabeza, irregularmente, en ese momento él estaba en su
mundo, sentía la punta de la gran erección que antes había estado en su
boca, justo rozando su entrada, y sabía lo que vendría, su cuerpo quemaba
pidiendo a gritos que sucediera, así que movió un poco sus caderas,
intentando acelerar el proceso. — Ah... Lou.
No hizo falta que dijera nada más, la punta del miembro de Louis se alineó y
lo siguiente fue sentir como se abría paso por su canal. Harry iba a gritar, iba
a gritar a todo lo que daba su voz pero a lo lejos, en algún rincón de su mente
recordó las palabras del Tomlinson, así que sin dudarlo se acercó al cuello de
este y hundió sus colmillos y dientes en la piel, logrando escuchar un gemido
ronco por parte de Louis.
Con toda su erección ya sumergida en ese pequeño cuerpo, el castaño se
mantuvo quieto, sintiendo la cola de Harry, antes tan ignorada, rodeando una
de sus piernas, mientras el minino continuaba acostumbrándose a las
sensaciones. Pasaron unos segundos así, con Louis repartiendo pequeños
besos por el hombro de su gatito. — Estás siendo bueno, amor. —Susurró,
cerca de su orejita derecha. — Estás recibiéndolo todo, ese es mi bebé.
—Meoow. —Con su maullido ahogado contra la piel de su cuello, Louis
comprendió que su bebé se sentía orgulloso de sí mismo por recibir la
felicitación de este. Harry movió un poco sus caderas y entonces iniciaron,
empezó los empujes contra el pequeño cuerpo y este aún apoyado en la
pared, mientras su miembro exploraba ese espacio ya tan conocido para él.
— ¡Ah!
Las embestidas iban aumentando cada vez más, el cuerpo de Harry se
golpeaba contra la pared de su espalda, sin embargo, gracias a su ropa no se
arañaba ni nada por el estilo, y tampoco pasaba frío, pero eso no era por su
ropa, Harry sabía quién era el único causante de que su cuerpo esté tan
caliente. Louis continuó empujando, aumentando la velocidad del vaivén,
mientras los gemidos del minino llenaban absolutamente todo ese espacio,
toda esa casa abandonada, esperando que ningún vecino cercano quiera salir
a averiguar que era tanto escándalo.
—Más bajito, bebé. —Murmuró Louis, mordiendo el cuello de Harry,
escuchando como este le lanzaba un maullido de protesta, pero continuaba
con su rostro hundido en su cuello, tratando de callarse. Y ese pequeñito lado
cruel del mayor salió a la luz, así que mientras le decía a Harry que se callara
un poco, aumentaba el ritmo de su cuerpo contra el del menor, logrando
hacerle imposible el cumplir la orden al pequeño niño. —Dios, Harry.
Pero aunque le encantaba divertirse con las sensaciones y el cuerpo de su
bebé, Louis se conocía muy bien y sabía que estaba cerca del final, así que,
con cuidado, quitó una de las manos con las que sostenía los glúteos de Harry
para evitar que caiga y la guio hasta el miembro de este, presionándolo con
su palma, entre sus dedos y empezando a bombear sobre la longitud,
recibiendo otro fuerte gemido de parte del menor.
Harry arqueó su espalda cuando Louis tocó su próstata, no era la primera vez
que lo hacía, pero siempre era igual o más placentera que la vez anterior, así
lo veía Harry. Él volvió a enterrar sus colmillos sobre la piel de Louis, tratando
de callarse mientras su cuerpo se inclinaba hacía adelante, alejándose por
completo de la pared detrás suyo, simplemente siendo cargado por el brazo
de Louis, abrazando su cuello para empezar a saltar, una y otra vez, tratando
de que el miembro de Louis toque de nuevo su punto exacto que lograba
quitarle la cordura.
Uno, dos, tres veces más, solo tres bastaron para que Harry, en un grito
incontenible pronuncie el nombre de su dueño y se corra con fuerza,
soltando tira tras tira de su esencia, manchando su ropa, el pecho y la mano
de Louis. Sus paredes abrazaron con más fuerza el miembro enterrado entre
sus nalgas y aunque lo intentó, Louis no pudo aguantar más de dos
embestidas, terminando por correrse en el interior de Harry, en lo más
profundo, disfrutando de los espasmos causados por semejante clímax.
—Meow. —Maulló el minino, apoyando su espalda en la pared de nuevo,
dejándose retener por Louis y con su cuerpo flojo, cansado y relajado,
mientras su respiración intentaba volver a la normalidad, tratando de
capturar todo el aire posible para sus pulmones. —Lou...
— ¿Te amo? —La voz del mayor también sonaba cansada, pero sabía lo que
su pequeño trataba de decirle, a lo que Harry asintió con la cabeza, con una
pequeña sonrisa, sintiendo como el miembro de su Louis salía lentamente de
su interior.
—Te amo. —Murmuró débilmente, dejando un pequeño beso sobre las
marcas de mordidas en el hombro de Louis.
—Ese es mi niño. —Fue lo último que Harry escuchó, quedándose dormido
después.

CAPITULO 17

Durante la noche, Louis se quedó junto a Harry en ese horrible lugar, de algún
modo había logrado vestir a su pequeño cuando este estaba ya dormido. Una
vez lo logró y lo sentó entre sus piernas, con el cuerpo de Harry casi hecho un
ovillo sobre el suyo, se quedó dormido, pasando la noche entera ambos
enroscados en ese rincón de la casa abandonada. A la mañana siguiente el
mayor estuvo muy feliz de ver a su pequeño despertar sin un horrible
resfriado y él, sin contar con la herida que le fastidiaba, estaba bien también.
Sacó su celular, marcando el número de Zayn, realmente no tenía ganas de
hablar con Liam, y seguro no lo haría en muchísimo tiempo.
-¿Por qué mierda me llamas si no son ni las seis de la mañana, Louis?
-¿Quizás porque estás durmiendo en mi cama? O tal vez ¿Por qué estoy
encerradoen un estúpido lugar a punto de morir de hipotermia con una
maldita herida abierta? -Zayn se terminó de despertar cuando escuchó los
casi gruñidos por parte de su amigo, quitando el brazo del cuerpo dormido de
Niall, sentándose en la cama, dejando que el frío del suelo roce sus pies.
-Sí, son buenas razones. -El Malik se levantó, tomando su pantalón y
colocándoselo. - ¿Encontraste a Harry?
-Por suerte sí, está aquí conmigo. -
Quizás a Zayn le sorprendería un poco el cambio en el tono de voz de Louis,
de gritarle hasta parecer la voz de los orcos en El Señor de los Anillos, a esos
idiotas enamorados de las películas como Tres metros sobre el cielo o sabrá
Dios qué, a Zayn solo le gustaba el Señor de los Anillos. Escuchó el pequeño
gruñido de su rubio en la cama, estirándose y meneando la cola a la par con
sus esponjosas orejas rubias. Zayn se acercó, cubriéndolo bien con las
frazadas de la cama y dejando un suave beso en la cien de su gruñón novio.
-¿Y está bien? -Terminó con el jean, buscando donde sea que haya dejado su
camisa roja a cuatros. -Quiero decir, ¿Estás bien? ¿Te duele mucho? ¿Llevo
una ambulancia?
-No, estoy bien. -El cálido tono de Louis le hizo saber a Zayn que seguro
estaba admirando a su minino dormir, porque era lo más probable, Harry era
un gatito, los gatos no suelen levantarse tan temprano, o Niall era el único
vago, quien sabe. Solo necesito que me ayudes a salir de aquí, el lugar por
donde entré me raspó la piel y bueno, ya no sangra, Harry se encargó de eso,
pero no quiero salir con otro igual, así que si puedes traer un fierro o algo
para ayudarme, te lo agradecería.
-Como los viejos tiempos, eh. -Ambos sonrieron, recordando sus travesuras
de más jóvenes. - ¿Puedo dejar a Niall aquí o eso cuenta como un "Desalojen
mi casa y no se olviden de limpiar"?
-No, por mí no hay problema. Tengo mi auto cerca, solo quiero salir, Zaynie.
Te dije que tengo planeado llevarme a Harry a un mejor lugar, pero por ahora
mientras más alejado esté de la zona donde se supone que está Harry, mejor.
Iré a ver a mi madre.
-¿Con Harry? ¿Estás loco?
-¿Una mejor idea que aportar, Malik?
-¿Y Liam?
-Tengo llamadas perdidas de él, no le he contestado, creo que con esto
sabemos que no puede con la responsabilidad, así que iré con la mujer que
sabe mantener a seis hijos sin contarme a mí y no perder la cabeza, seguro
Harry le encantará.
-Tu mamá es grosa.
-Sí, bueno, tiene que pagar por sus años ninfómanos.
Ambos soltaron grandes carcajadas, pero Louis se calló cuando sintió a su
pequeño removerse en su regazo. Él no tenía problema con bromear de esa
forma sobre su madre, ya se lo había dicho a la cara muchísimas veces, y es
que tres compromisos diferentes y siete hijos no era algo que cualquier mujer
en Londres pudiera hacer, encima continuar siendo tan fuerte, paciente y
luchadora. Sus seis hermanos menores aún vivían con su madre y vaya que
los amaba, pero ir a esa casa era literalmente visitar una guardería, de no ser
por Lottie y Fizzy, que estaban entrando a su etapa de rebeldía.
-Espero que estés en camino, Zayn.
-Sí, sí. Yo espero que Niall no se despierte mientras no estoy.
-Estará bien, creo que se sabe cuidar solo.
-No tienes idea. -Zayn sonrió, recordando la nevera de Louis totalmente
nacía. Terminó de hablar con Louis para pedirle en un mensaje que le diga la
dirección exacta y ya entonces pudo coger un taxi, asegurándose de darle las
indicaciones al hombre para que llegue lo más pronto posible.
+
Cuando Harry abrió los ojos, este ya se encontraba en la parte trasera del
auto de Louis, acostado con una manta encima como si fuera su frazada, y
una vez se aseguró que el conductor era su Tomlinson, Harry se tomó su
tiempo para desperezarse y estirarse antes de maullar, llamando la atención
del más alto.
-Hola, bebé. -La cálida voz de Louis le removió el corazón, de la buena
manera, claro. Harry se estiró hasta que sus manos estuvieron una sobre el
asiento de Louis y la otra sobre el del copiloto, dándole un rápido beso a
Louis en la mejilla.
-Meoow. -Maulló feliz, dirigiendo ahora su vista hacía las ventanas,
reconociendo que se encontraban en una carretera, con muy pocos autos
alrededor.
Logró hacer las suficientes maniobras para pasarse al asiento de adelante, y
no fue hasta que Louis comprendió lo que quería que bajó la manija del
asiento y le ayudó, evitando así que su cola termine enredada con la palanca
de cambios del auto. El minino se colocó el cinturón como tanto había visto
en sus programas infantiles. "Usa el cinturón de seguridad, para que estemos
seguros" era lo que decía el mono gris ese que acompañaba siempre a la niña
de ojos gigantes pero que nunca veía nada. Giró su rostro hacía Louis,
preguntándole el un maullido a donde iban.
-Lou.
- ¿Si? ¿Qué pasa, mi amor?
-Ñam. -Harry ladeó su rostro de modo que señalaba hacía el camino y no fui
difícil para Louis comprender a lo que se refería.
-Oh. Vamos a casa de mi madre. -La interrogante mirada de su pequeño le
hizo entender que en definitiva, Harry no sabía a qué se refería. -La casa de
mi madre, amor. Escucha, tengo una idea de a donde llevarte para que
estemos los dos juntos sin problemas y que nadie nos moleste, pero para eso
tenemos que ir primero a la casa de mi madre, ella podrá cuidarte y después
de regañarme, seguro me ayudará manteniéndonos ahí un par de días en lo
que acabo con algunas cosas.
-Hmm.
Harry bajó la vista hasta su cola, tomándola con sus pequeñas manos y
empezó a acariciarla, Louis comprendía que su niño no entendía a qué se
refería, pero de igual forma se le veía algo nervioso, tal vez porque Harry
presentía, por esa corta explicación, que estaban yendo a un lugar que no era
su casa, y quizás Louis lo dejaría encerrado otra vez, absolutamente solo.
Por la mente del minino solo pasaba el creer que su dueño y amor se estaba
aburriendo de él, aunque no comprendía porque, Harry estaba siendo un
buen niño, o eso pensaba, aunque ya empezaba a dudar un poco. Peinó su
cola con sumo cuidado y luego sus orejitas, acomodando cada uno de sus
cabellos, fijándose en el espejo del lado en el auto, alguna parte de su
cerebro le decía que si se veía más bonito para Louis, quizás así él no lo
volvería a dejar solo en algún lugar y serían muy, muy felices juntos.
-Bebé. -El minino giró su rostro rápidamente cuando sintió la mano de Louis
colocada sobre la suya, entrelazando sus dedos, mientras el mayor intentaba
ponerle total atención a la carretera, a pesar de hacerle caso a su gatito
también. Harry no se sentía bien, así que en un intento por liberar su mano,
la jaló más hacía su cuerpo, pero Louis afirmó el agarre, demostrándole que
no pensaba soltarlo. Amor, no te apartes de mí, eso duele.
No quería que doliera, no deseaba hacer sufrir a Louis, y no era su culpa no
ser perfecto, él solo quería que Louis lo ame, vivía por eso, sonreía por él. Sin
pensarlo ni quererlo, lágrimas escaparon de sus orbes y se encogió en su
asiento, obligando al castaño a estacionar el auto a un lado de la carretera y
jalar a su minino sobre sus piernas, mientras este se acurrucaba contra su
pecho y continuaba llorando, abrazando su propia cola en un intento por
darse confort, a veces Louis no comprendía como Harry podía ser tan
adorable, al punto de usar su colita como un peluche o un juguete.
-Lo siento tanto, mi pequeño. -Sus brazos atrajeron más el cuerpo del menor,
acomodándolo en su pecho, dejándolo llorar mientras repartía pequeños y
dulces besos en toda esa cantidad de rizos. -Hay cosas que no entiendes, es
todo.
-Lou... -Harry habló entrecortadamente, dejando que su voz se le fuera cada
que el llanto aumentaba, pero Louis le tuvo paciencia, esperando que
continuara explicándole de alguna forma lo que sentía. Y por algún rincón de
la mente del Tomlinson pasó el necesitar a Niall, quizás ese rubio raro podía
comprender y ayudarle a tener mejor comunicación con su pequeño. -No...
Lou no te amo Harry.
-Oh no, bebé ¿Cómo puedes pensar eso? -
Bien, tenía que ser un completo fracaso como dueño y novio si su pequeño
gatito pensaba eso de él, así que sintiendo la impotencia por sus venas, tomó
el rostro del más joven con todo el cuidado del mundo y llenó sus suaves
labios con pequeños besos, besos que fueron bien recibidos por el menor.
-Te amo, Harry. Te amo con mi vida y más. Sé que desde un punto de vista de
alguien más, puedes amarme más porque te hicieron cosas y es como "Tu
función" el amarme, pero bebé, no te miento cuando te digo que me creo
capaz de amarte más que eso. Eres mi vida, mi corazón sin ti ya no latería,
todo lo que hago es por ti, sé que no entiendes, y no encuentro forma de
explicártelo aún, pero te amo y no quiero separarme de ti, mi inocente gatito.
Lo siento. -Louis tuvo que cerrar sus ojos, en un intento desesperado por no
llorar, no sabía que así de mal se sentía cuando dañabas a la persona que
amabas, porque él jamás había amado a nadie como amaba a Harry, y sabía
tampoco amaría tanto a alguien, cuando Harry ya era su todo. -Perdóname
¿Si? He estado tan sumergido en protegerte que ni siquiera me he fijado en lo
que sientes... Bebé. -Tomó con cuidado una de las manos del menor,
acercándola a su boca, llenando su palma de pequeños besos, manteniendo
su mirada ya con rastros de lágrimas en los ojos atentos del minino. Te amo,
no quiero que lo dudes nunca, por favor.
A Harry no le gustaba ver llorar a Louis, era la primera vez desde que se
conocieron que veía como por las mejillas del mayor caían líneas de agua,
desde sus ojos hasta que se perdían en alguna parte entre su cara y su cuello.
Negó, él no quería que Louis llore, sentía un fuerte dolor en su pecho cuando
eso pasaba, así que se incorporó lo suficiente y a pesar de la incomodidad
que les proporcionaba el timón del auto, Harry logró quedar sobre el
Tomlinson, con una pierna a cada lado de su cuerpo, porque el pequeño
deseaba verlo de frente para poder llenar su rostro de besos, llevándose
consigo cualquier rastro de las lágrimas, que por cierto, sabían bien, eran
saladas y tenían un buen sabor ¿Por qué no lo había notado antes?
-Amor. -Louis soltó una pequeña risita, llamando la atención del minino,
quien se apartó lo suficiente y le correspondió la sonrisa a Louis, dejando que
ahora sean los besos del Tomlinson los que aparten todo rastro de tristeza de
su rostro. -Muy pronto seremos tú y yo, te lo prometo ¿Si?
-Meow. -Harry apoyó su cabeza en el pecho de Louis, meneando su cola de
lado a lado, dejándola reposar sobre el timón, mientras ronroneaba,
sintiendo las caricias del mayor sobre sus rizos, rozando y acariciando el inicio
de sus orejas. Cerró sus ojos suavemente y él confió en Louis, porque amaba
a Louis, y Louis nunca le mentiría. -Harry te amo Louis.
-Louis te amo Harry, bebé, muchísimo, y no habrá persona en este mundo
que no ame a un pequeño tan hermoso como lo eres tú. Incluida mi familia.
Porque sí, Louis no dudaba de que Harry se ganaría el corazón de todas sus
hermanas e incluso de sus dos pequeños hermanitos, o de su madre. Su casa
de toda su infancia no quedaba ya tan lejos, pero él se mantendría ahí,
mimando a su pequeño hasta que este se sintiera lo suficientemente seguro
para continuar. Ninguna de las palabras dichas anteriormente era algo de la
boca para afuera o parecido, lo amaba, lo amaba con cada partícula de su ser
y lucharía por tenerlo consigo, nadie se llevaría a Harry, podía jurarlo por su
vida en ese preciso momento.

CAPITULO 18

Una vez Louis estacionó su auto frente a la casa de campo que tenía su
madre, se dirigió hacia la puerta del copiloto para bajar a su pequeño gatito.
Harry tenía aún la vista algo inflamada y sus mejillas sonrojadas después de
todo el llanto de hace poco menos de una hora, pero para Louis aún se veía
como el ser más adorable de la tierra. Besó la palma de su mano un par de
veces, con ternura, escuchando las suaves risitas de su pequeño niño,
indicándole que todo marchaba bien.
-Tú solo tienes que ser igual de adorable que siempre, mi amor. -Le susurró
cerca de su orejita derecha, besando su mejilla y después sus labios, tomando
su mano para caminar hasta la entrada de la casa.
La madre de Louis trabajaba como enfermera en un hospital muy reconocido,
eso desde que tuvo sus veinte años cumplidos y era solo una practicante.
Actualmente, con ya más de cuarenta, contaba con una variedad de opciones
de dicho hospital, como el poder trabajar únicamente los fines de semana o
en las madrugadas, para así ver a todos sus hijos en los horarios necesarios y
que la niñera que contrataba no se volviera loca cuidando demasiado tiempo
a actualmente seis menores de edad. Eso muy por separado del dinero
mensual que recibía de parte del padre de Louis y del padre de sus otras
hermanas, además de su actual pareja que se encontraba de viaje
constantemente, pero era un buen empleo, al menos dinero era lo que
menos les faltaba y ojalá el tiempo se pudiera comprar, así no andaría tan
atareada.
Cuando Louis decidió dejar su casa, apenas terminados sus estudios, ella no
estuvo de acuerdo, realmente adoraba a su pequeño, además de todo lo que
Louis le ayudaba con las niñas. De algún modo cedió, pero ella continuaba
estando al pendiente del mayor de sus hijos, después de todo era su bebé y
siempre lo sería, según la agradable Johannah. Luego llegaron los gemelos, y
Louis se cuestionó si su madre era un ángel por poder tener todo bajo
control.
Despejando su mente de los recuerdos de su infancia, tocó el timbre de la
gran casa de campo y sintió la mano de su gatito tensarse sujetando la suya.
Harry le maulló roncamente y él se inclinó para besar la punta de su nariz,
observándolo menear las orejas.
-¡Enseguida voy! ¡Phoebe, deja de molestar a Ernest! -Sí, Louis incluso
podíaimaginar a sus pequeñas gemelas celosas de esos encantadores bebés.
Una vez la puerta se abrió, ante los ojos de ambos apareció una mujer muy
atractiva, ni muy delgada ni de cuerpo demasiado proporcionado, ella podía
llenar el perfil de la madre común, con esos ojos caídos y hermosos, de un
azul brillante, Harry sonrió un poco, esos ojos le recordaban mucho a su
Louis, eran idénticos. Detrás de ella apareció una pequeña, agarrándose de
las faldas de su madre y asomando la cabecita, mientras la mujer mayor
observaba atónita al chico frente a ella.
-¡Louis Tomlinson, dichosos los ojos que te ven! -La voz de regaño y
emociónsorprendió al pequeño minino, sintiendo luego como Louis era jalado
hacía la mujer y apartado de su lado, mientras la mujer abrazaba con fuerza
al mayor. Harry soltó su mano, quedándose paradito donde estaba, tomando
al instante su larga cola entre sus manos, jugando un poco con ella, tratando
de no alzar la mirada, aún le intimidaban las personas y no quería ponerse a
llorar cuando Louis ya le había dicho muchas veces que todo saldría bien.
-Mamá... Tengo que respirar. -La mujer soltó a Louis después de escuchar la
voz estrangulada de su hijo y tomó su rostro, llenándolo de besos. Harry
sintió esa punzada de celos en su pecho y un maullido escapó de su boca,
llamando la atención de Johannah junto con la pequeñita detrás de ella,
quien hasta el momento se mantenía callada.
-¡Gatito!
Daisy corrió para tocar a Harry pero fue detenida por los brazos de Louis
antes de siquiera rozar al minino, quien por cierto retrocedió unos cinco
pasos aproximadamente cuando vio a esa pequeña desconocida acercándose
peligrosamente a él. Subió la mirada hacía Louis y le pidió ayuda con los ojos.
Harry no se sentía seguro, él quería irse a su casa.
-Quieta, princesita. -Louis alejó su mirada de su pequeño para dirigirse a su
hermana, ahora cargada en sus brazos. - Harry es muy tímido y no le gustan
las personas, no debes acercarte así o lo asustas ¿Entiendes? Y tú no quieres
hacer llorar al gatito ¿Verdad? -La pequeña Daisy negó con la cabeza,
abrazando a su hermano, mientras dirigía su mirada al minino, observándola
asustado, aún con su cola en manos y sus orejas inclinadas hacía abajo,
temeroso.
-Perdón, gatito. -Susurró ella, recibiendo una caricia en su cabello por parte
de su hermano mayor, quien la bajó después, observando la mirada curiosa
de su mamá, enarcando una ceja; estaba seguro de que su madre no
entendía absolutamente nada, pero tal como solían ser cuando Louis estaba
en casa, ella dejaba que él controlara la situación.
-Ahora ve adentro ¿Si, princesa? Dile a Phoebe que no moleste a los bebés
porque ya estoy aquí, y a Lottie y Fizzy que bajen a saludarme ¿Puedes
cumplir con esa misión? -Louis le hizo una pequeña caricia en el cuello a su
hermanita, logrando que esta se estremezca por la cosquilla, encogiéndose y
escondiendo su cuello alzando su hombro.
Una vez la niña asintió con la cabeza y entró corriendo a la casa gritando el
regreso de su hermano, Louis le pidió un segundo a su madre en lo que se
acercaba a su pequeño minino, arrodillándose en el suelo para quedar más a
la altura del gatito. Con cuidado, acarició los suaves rizos, recibiendo un
quejido de Harry, no el típico ronroneo, así que definitivamente no todo
andaba perfecto, pero Louis se lo debió imaginar, sus hermanas eran
demasiado cariñosas e impulsivas para alguien tan temeroso y cuidadoso
como lo era su bebé.
- ¿Estás bien, amor? -Harry negó con la cabeza, con sus ojitos brillando a
causa de sus prontas lágrimas.
A Louis le tomó unos segundos pensar en alguna forma para ayudar a su
minino, pero después de meditarlo, se estiró de nuevo, parándose y tomando
con cuidado a Harry en sus brazos, dejando que el pequeño enrede sus
piernas alrededor de su cintura y sus brazos en su cuello, sintiendo al instante
como su bebé escondía su rostro en su cuello y sus rizos le picaban un poco la
barbilla.
-Iremos así ¿De acuerdo? Te prometo que nada malo te pasará mientras estés
conmigo. -Se aseguró de rodearlo bien, con sus manos en los muslos del
menor y escuchó un suave maullido, luego Harry asentó con la cabeza, solo
entonces Louis camino hasta encontrarse con su mamá, quien continuaba
mirándolo sin decir absolutamente nada.
Johannah confiaba muchísimo en su joven hijo, toda su vida, desde que nació
Lottie, Louis había sido de los mejores hermanos que podían existir, por ello a
sus cortos doce años, ella ya solía dejarle toda la casa a cargo de su hijo
mayor y él tenía que arreglárselas, tal fue su sorpresa esa primera vez que
dejó a su hijo solo con una pequeña bebé, que Louis fue capaz hasta de
preparar la cena en su espera, diciéndole que todo estaba en orden. Ella
confiaba más en su hijo que incluso en su capacidad de tener paciencia, y
cuando lo vio hablar tan pacíficamente con ese pequeño niño con orejitas y
cola, supo que la paciencia de Louis hacía este era por toda la práctica que
había tenido hasta hace poco, cuidando a absolutamente todas sus
hermanas.
-Mamá. -Louis tosió, aclarando su garganta para que su madre baje de su
nube y lo observe, ya parado frente a ella, con un niño meneando la cola
siendo cargado por su hijo, aunque el más pequeño no se atrevía a mirarla. -
Él es Harry. Amor, creo que ya la viste, así que ella es mi madre, Jay
¿Recuerdas que te dije que ella nos iba a ayudar? Bueno, no te preocupes
¿Si? Es la misma mujer que antes me llamaba a mi departamento para sacar
los ratones de la casa porque no quería llamar a un exterminador y que los
mate; es adorable.
Jay sonrió ante ese recuerdo, después se enteró de que los exterminadores te
daban la opción de sacar a los animales sin necesidad de matarlos, pero sí se
recordaba a ella llamando a su hijo a altas horas de la madrugada, y es que
teniendo una casa entre tantos árboles, era absolutamente normal que
algunos animales se metieran a ella cuando encontraban la oportunidad.
-Bueno. -Al fin Louis escuchó la voz de su madre, regalándole una tranquila
sonrisa. -Es un milagro que estés aquí, que necesites de mi ayuda y que
traigas compañía, creí que morirías solo y con gatos, amor, pero no por eso
debes tener un niño-gato, la idea no era esa. -Louis rió, negando con la
cabeza con suma resignación. Sí, esa era Johannah Poulston. -Ven, entren.
Harry se sostuvo con más fuerza de Louis cuando escuchó el "Entrar" y tensó
todo su cuerpo, mientras sentía los suaves besos del mayor en su cien, en lo
que caminaban hasta dentro de la casa. El minino no podía observar con
detalle porque no se atrevía a voltear, pero lo poco que notaba estando de
espaldas y solo ojeando las zonas donde Louis ya había pasado, era ese lugar
absolutamente enorme. La casa estaba pintada de un agradable color crema
y tenía muchos muebles por todos lados, o así lo veía Harry.
- ¿Verdad que es hermoso? -Escuchó la voz de Louis y giró su rostro, lo
suficiente como para encontrarse con la mirada del mayor, transmitiéndole
seguridad, logrando sacar una pequeña sonrisa del gatito y una afirmación
con la cabeza. -Todo saldrá bien, mi pequeño. Si algo no te agrada, solo
llámame y yo estaré a tu lado antes de que termines de decir Lou, recuerda lo
que hablamos, no pienso dejarte solo, príncipe mío.
Harry dejó un pequeño beso en los labios del mayor, cuando escuchó a una
persona contener el aliento dramáticamente, así que otra vez tensó su
cuerpo, con temor de voltear.
-Iugh, se besaron. -Era una voz parecida a la de la pequeña de la entrada,
porque no era la misma, Harry podía encontrar esa ligera diferencia entre la
niña anterior y la que acababa de hablar.
- ¡Oh por Dios! ¡Es un niño de esos de la televisión! -
Una voz mucho más madura se fue acercando a ellos, pero antes de que
llegase, Louis se dejó caer en uno de los muebles individuales de la casa y
sentó al minino sobre sus piernas, con las de Harry a un lado, aun
acurrucándolo contra su pecho, pero al menos ahora los grandes y temerosos
ojos del menor podían ver por el rabillo de estos como eran las personas que
hablaban.
-Fizzy, él le tiene mucho miedo a los ruidos fuertes y no conocidos, no grites
¿De acuerdo? -La niña ante ellos era mucho más grande que la rubia pequeña
que los fue a recibir, además de que ella tenía el cabello castaño, del mismo
color del cabello de Louis. Harry soltó un suspiro cuando observó a la niña
obedecer, sentándose en uno de los asientos frente a ellos, aunque ese era
para muchas más personas.
+
Una vez ya todos estuvieron sentados en la sala, Harry ya reconocía mejor a
cada una de las chicas, o al menos así le parecía. La mayor bajó mucho
después que las demás, con unos audífonos puestos y su celular en mano,
pero tuvo la misma reacción que la mayoría, de no ser por la pequeña que le
dijo Iugh a su beso. Incluso Lottie -Porque así había escuchado Harry que
Louis llamó a la rubia mayor. -Se había vuelto loca con él, a tal punto de
ignorar cuando su celular casi cae al suelo, pidiendo a Louis que le permita
cargar a Harry, pero el minino estaba seguro, aún mejor cuando el abrazo de
Louis lo atrajo más a él y dijo un "No, mío" que aceleró el corazón del
pequeño.
Después estaba la niña con el cabello bonito, ella se llama Fizzy, o así la
reconocía Harry; luego eran Phoebe y Daisy, ambas tenían mucho parecido,
de no ser porque una tenía un ganchito de cabello en forma de conejo hacía
la derecha, y la otra pequeña hacía la izquierda, y las voces, pero ese era un
detalle que solo las sensibles orejitas de Harry podían notar. También, y por
último, dos pequeños gateaban en el suelo, en uno de sus tantos susurros
dándole confort, Louis le explicó a Harry que la niña se llamaba Doris y el otro
bebé era Ernest.
-Louis, por favor. Queremos tocarlo. -Insistía la niña de cabello bonito. Harry
ronroneó en el pecho de su Louis, quizás dejaría que ella si lo toque, el
minino quería tener la oportunidad de sentir el cabello de la niña ¿Sería tan
suave como el de Louis? ¿Olería tan bien también? Sin embargo, comprendía
que si dejaba que una de ellas se acerque, todas lo harían a la vez también, y
eso le daba aún algo de miedo.
-Solo si Harry quiere. -Louis les sonrió, volteando a ver a su minino aún
sentado en sus brazos. -Amor ¿Ves allá? -Señaló a un lado de la sala, donde
había una conexión directa con el comedor. -Ahí voy a estar yo hablando con
mi madre, te dejaré en este mismo sofá y su no quieres que ellas se
acerquen, solo tienes que decir "No" ¿De acuerdo? O si algo anda mal, me
llamarás y vendré corriendo. Podrás verme desde aquí, así te aseguras de que
no me iré a ningún lado ¿Te parece?
Harry soltó otro quejido cuando escuchó la propuesta, analizando que tan
lejos estaba en lugar que Louis le había señalado, por si al final tendría que ir
corriendo evitando que el mayor se fuera. Él quería obedecer a Louis y
confiar en él, así que haría lo posible y esperaba no terminar metiendo la
pata o las cuatro patas con todo y cola con sus errores. Una vez afirmó con la
cabeza, Louis lo dejó cuidadosamente sobre el sofá. Harry encogió las piernas
y las abrazó casi al instante, ante la mirada ansiosa y curiosa de las demás
pequeñas.
-Charlotte, nada de fotos. -Casi gruñó Louis cuando observó a su hermana
apuntado con su celular al pequeño. -Nadie debe saber que Harry está aquí
¿Entiendes? -La voz autoritaria con la que su Louis le hablaba a la niña mayor
rubia sorprendió a Harry, a él nunca le había hablado de esa manera, estaba
seguro de que si lo hacía, se pondría a llorar, para Harry, Louis era un ángel de
la paciencia y no quería dejar de verlo así. -Ahora, ya me escucharon, se
acercan una por una hasta que coja confianza, si es posible dejan que las
huela primero, le gusta hacer eso, y se quedan quietas si dice algún "No", ya
saben que si no se comportan no lo verán de nuevo, además de que su
hermano aquí, al que obligan a vestirse de Santa todas las navidades les
traería carbón y se los meterá en los calzones ¿Entienden?
Todas las pequeñas afirmaron, Louis le regaló una encantadora sonrisa al
minino, inclinándose hacía él para dejar otro pequeño beso en sus labios,
escuchando los Iughs de las gemelas rubias. Harry rió, ya se estaba
acostumbrando a esos sonidos, y de hecho si los iban a soltar cada que se
dieran un beso, sonaban bonito para sus orejitas.
Una vez estuvo donde le indicó a Harry, llamó a su madre, quien se
encontraba en la cocina preparando la cena. Ella salió limpiándose las manos
con uno de sus trapos y primero se aseguró de sus hijas, para luego observar
al Tomlinson parado frente a ella.
-Má... Creo que tienes que sentarte.
La suave voz de Louis le recordó a Jay las veces cuando él hacía sus
travesuras, esos días en que fueron solo ellos dos contra el mundo, y el
encantador pequeño niño de apenas unos cuantos años contándole a su
madre que cometía errores, porque ella crio a un pequeño muy sincero, que
no podía dormir por las pesadillas de su subconsciente diciéndole que
confiese sus malos actos ante su madre, así de adorable fue y seguía siendo
Louis.
Jay obedeció, sentándose en una de las grandes sillas del comedor, mientras
Louis hacía lo mismo y al instante le tomó la mano, colocándola sobre la
mesa.
-Hijo, me asustas ¿Qué sucede?
-Estoy en problemas.

CAPITULO 19

Harry observaba a Louis hablar con su madre, así que asegurándose de


mantenerlo en su campo de visión, pasó a enfocarse en su problema
principal, en ese grupo de niñas al frente suyo, que lo miraban peor que a
algo raro, aunque tenían unas sonrisas como las de las muñecas, de lado a
lado, casi de oreja a oreja.
- ¿Meow? -Maulló suavemente, sin saber cómo comunicarse con las cuatro
pequeñas, observando la mirada de cada una, se supone que tenían que
acercarse, pero Harry prefería oler primero a la niña de cabello bonito, Fizzy,
antes que a las demás. Soltó otro maullido, tratando de mantener el contacto
visual con el azul de los ojos de la pequeña, aunque ese color no era tan claro
como el azul de su Louis.
Una vez Fizzy entendió, tuvo una pelea con Lottie porque ella era la mayor, y
quería ir primero, pero luego de que la niña de cabello bonito le dijera a su
hermana que llamaría a Louis, ambas se callaron. Fizzy se acercó a paso lento
hasta el sofá donde se encontraba Harry, aún con sus piernas encogidas hacía
su pecho y sus manos descansando sobre sus rodillas. La pequeña niña
acercó su mano relajada hasta el rostro del gatito, obedeciendo lo que su
hermano le había dicho sobre primero dejarlo olerlas, y Harry olfateó con
sumo cuidado, hasta que hizo lo que antes con Zayn, acercó su cabeza de tal
modo que la mano quedó sobre sus rizos, y Fizzy comprendió que podía
acariciar, así que lo hizo.
Las cuatro niñas se cubrieron la boca para callar sus gritos llenos de emoción,
mientras Fizzy soltaba un "Yaaass" en un susurro, tratando de no asustar a
Harry. Para el minino estaba bien, la niña tenía manos pequeñas y se sentía
genial cuando sus deditos pasaban por su cabello, o por el inicio de sus
orejitas.
-Lottie, ahora acércate tú. -
Parecía que todas hacían una travesura juntas, puesto que susurraban para
mantener la calma de Harry, en lo que este ronroneaba, disfrutando de las
caricias, luego sintió otra mano cerca de su rostro y al abrir los ojos se
encontró con otros azules parecidos a los de Louis y una sonrisa amable.
-Hola, yo soy Charlotte, pero todos me dicen Lottie. ¿Tú cómo te llamas?
Harry abrió la boquita, separando bien los labios y las pequeñas tuvieron que
aguantar otro grito al notar los adorables colmillitos superiores e inferiores en
la boca del menor, antes de escucharlo hablar con la voz ronca e infantil.
-Harry.
Otra mano se posó sobre su cabeza y ahora fueron el doble las caricias
agradables, Harry no tardó en cerrar los ojos y entregarse a las sensaciones,
con suaves ronroneos, escuchando las risitas de las niñitas. Todo iba a estar
bien, se dijo, meneando la cola de un lado al otro con tranquilidad.
+
Louis observaba con una gran sonrisa como ahora sus cuatro hermanas
tenían sus manitos sobre el cabello de Harry, aunque luego tendría que
lavarlo, no quería que su bebé tuviera sus rizos sucios, eso contando las cosas
que sus hermanas podían haber estado tocando antes, aún peor conociendo
lo mucho que a Harry le gustaba verse bien, porque no era algo anormal el
encontrar a su pequeño cuidando sus rizos, al parecer le gustaban mucho.
-Louis ¿Estás siquiera escuchándome?
Jay llevaba dándole el sermón de su vida desde que la puso al tanto de todo,
y el Tomlinson ya había recorrido toda su casa con la mirada, fingiendo
escuchar, y no era que fuera mal hijo, sino que todo lo que le pudiera decir su
madre ya se lo habían dicho, y por otro lado, el pensar en el "Hubieras" era
algo que a él no le gustaba, ya estaba ahí, tenía al amor de su vida y un plan
para estar juntos al menos por unos cien años. A él no le importaba mucho
que tanto sermón pudiera hacerle su mamá.
-Sí, má. Fuerte y claro. -Suspiró, apoyando su codo sobre la mesa y su barbilla
sobre la mano de ese brazo, admirando a su madre.
-De verdad que eres imposible. -Ahora fue ella quien soltó todo el aire de sus
pulmones en un largo suspiro. - ¿Cuál es tu plan entonces?
-¿Recuerdas la casa de papá, en la playa?
La sonrisa de Louis se ensanchó cuando Jay empezó a negar repetidas veces,
con las manos y con la cabeza. Oh, claro que recordaba esa casa. Su padre,
cuando estaba casado con su madre, era un hombre de mucho dinero, la
verdad Louis nunca se lo cuestionó antes, pero si le hubiera tocado hacerlo,
seguro su papá debía haber estado en algo ilegal para tener la fortuna que
tenía, y esa casa de playa era, por decirlo, el nidito de amor donde Louis fue
procreado. Sirvió de lugar para la luna de miel de su matrimonio, y tarde Jay
comprendió que tantas atenciones eran nada más y nada menos por la
cantidad de cuernos que le metía su esposo con un sinfín de mujeres que
conocía durante su trabajo. Su matrimonio no duró ni dos meses más de esa
luna de miel, pero la casa de playa quedó totalmente abandonada, aún peor
considerando que se encontraba en una zona algo excluida de la ciudad.
Oh sí, una casa oculta en la genial Weymouth Beach sonaba como música
para sus oídos, y el mejor lugar para iniciar su nidito de amor junto con su
pequeño minino.
-Ni siquiera haz llamado a tu padre para preguntarle. -Se defendió la mayor.
-¿Para qué? Creo que está muerto ese viejo, el punto es que tú tienes las
llaves, melo dijiste una vez cuando te saqué a fuerza la historia con mi papá.
-¿Y qué te hace pensar que te la daré? Louis, ese lugar está abandonado hace
másde diez años.
-¡Louis!
-Lo sé, mamá pero escucha-
-¡Louis! -El segundo grito lo hizo reaccionar.
Ambos Tomlinson voltearon la cabeza para observar a la pequeña Daisy,
mientras las otras tres niñas e incluso Harry miraban en dirección a los
mayores. Louis le regaló una hermosa sonrisa a su pequeño, y Harry supo que
era para él, porque al instante meneó las orejas y mostró sus dientes en una
inmensa sonrisa, dejando notar los hermosos hoyuelos en sus mejillas.
-¿Qué pasa, princesa?
-¿Harry no sabe hablar?
-No, solo unas cuantas palabras.
Después de decir eso, Louis continuó concentrado en hablar con su madre, de
una u otra forma tenía que convencerla de darle las llaves de ese lugar, así lo
podía arreglar un poco y luego listo, su vida estaría solucionada por mucho
tiempo más. Observó a Johannah y entrecerró los ojos, analizando cada una
de las muecas que hacía su madre, al parecer ella estaba en una constante
pelea interna por saber si hacer lo mejor para su hijo y decirle que no
participaría en algo que podía meterlo en problemas o hacer lo que a su
pequeño lo hiciera feliz.
-¿Entonces? -Cuestionó ella. - Necesitas las llaves, de acuerdo, pero ¿Podrás
volvera poner esa casa en buen estado? Te recuerdo que no ha sido habitada
por muchos años.
-Necesitaré unos cuantos días, quizás una o dos semanas porque tengo que
hacer mucho y no sé si permitas que nos quedemos aquí, pero igual puedo
hospedarme en un hotel o algo parecido por este tiempo, solo... Necesito
esas llaves, mamá.
La voz suplicante de su hijo causó que ella solo soltara un suspiro lleno de
resignación, Louis era increíble, era terco, testarudo y siempre pretendía
tener la razón, bueno, al fin y al cabo era su hijo, y lo amaba, Jay quizás no
había pasado la mejor infancia de su vida, ni adolescencia tampoco, cuando
decidió casarse con el padre de Louis, su familia le dio la espalda, y aún
embarazada y sola, le continuaron dando la espalda; ella no cometería esos
mismos errores.
-De acuerdo, las buscaré.
-¿En serio? -Louis se levantó de la silla, tirándola hacía atrás sin
desearlo,golpeando sus palmas contra la mesa, casi lanzándose sobre su
madre para abrazarla hasta dejarla sin aire. - ¡Oh por Dios! Mamá, eres un
ángel. -Y lo hizo, la abrazó fuerte después de que ella asintió con la cabeza,
mientras le repetía una y otra vez lo agradecido que estaba.
-Y no seas idiota, tú y Harry están invitados a quedarse el tiempo que sea
necesario, una, dos semanas, no importa, son bienvenidos.
-¡Gracias má! Gracias, gracias, gracias.
-¡LOUUUUUUU~!
Louis se incorporó casi pegando un salto, incluso Jay se sorprendió por lo
fuerte que sonó el grito grave de un pequeño que le llegaba a menos del
hombro en cuanto al tamaño. El Tomlinson giró su cabeza y se encontró con
su bebé, con los ojitos llorosos y mirándolo suplicante, las orejitas inclinadas
hacía atrás, estirando sus brazos y sus manos, esperando que Louis fuera por
él. Las niñas se miraban entre ellas, culpándose y dándose leves empujones
unas a otras, discutiendo, mientras Harry solo repetía una y otra vez el
nombre del mayor.
Cuando Louis se acercó y lo tomó en brazos, dejó que Harry lo abrace con
fuerza por el cuello y sus piernas se enreden alrededor de su cintura,
mientras escondía su rostro e inspiraba el dulce y agradable olor del castaño,
eso siempre lograba calmarlo.
-De acuerdo ¿Qué sucedió? -
Las niñas se observaron entre ellas y todas empezaron a hablar a la vez, a
Louis normalmente le causaba ternura cuando se comportaban de esa
manera, y normalmente era algo sin importancia, incluso sabía que Harry
solo se había asustado por alguna razón, pero tenía que comprender lo que
no le agradaba a su minino para evitarlo, al fin y al cabo estarían ahí por una
o dos semanas, y él no deseaba que su pequeño la pasara mal.
-Chicas, ya, cállense. -Las cuatro obedecieron, aunque aún se miraban entre
ellas con el ceño fruncido, culpándose las unas a las otras con la mirada. -
Lottie ¿Qué pasó?
-Todo es culpa de Daisy y Phoebe.
-¡Claro que no! ¡Es tu culpa! -Gritó impulsivamente Fizzy.
-¡Fue ella! -Phoebe señaló a Daisy y curiosamente Daisy hizo lo mismo con
Phoebe.
Sí, adorables.
Louis las dejó que discutan un rato más, girando su rostro para dejar tiernos y
suaves besos en la cien de su pequeño, mientras lo atraía mejor contra su
cuerpo, dejando que Harry se relajara en sus brazos, mientras lo escuchaba
maullar una y otra vez.
-¿Estás bien, mi amor?
-Meoow.
Harry asintió débilmente, dejando suaves besos en el cuello de Louis, riendo
cuando sintió el estremecimiento del cuerpo del mayor, hasta que sus labios
se encontraron y fue suficiente para calmarse, Harry besó a Louis con
suavidad, como tanto había ansiado hacerlo desde que llegaron, aunque solo
habían podido darse besos pequeños y cortos.
-Entonces. -Louis volvió a sus hermanas, pisando algo fuerte el suelo para que
todas se callaran otra vez, y sus pares de ojos fueran directamente hacía su
hermano. - Probemos de nuevo. -Suspiró. -Fizzy ¿Qué ocurrió?
-Intentamos enseñarle a Harry nuevas palabras, y... Supongo que nos
pasamos un poco, le repetíamos una y otra vez nuestros nombres y él se
asustó, como no nos hacía caso, una que otra empezó a alzar la voz, bueno...
Sé que dijiste que nada de eso, la cosa es que luego vi que sus ojitos estaban
llorosos y segundos después te llamó. ¿Puedes decirle que lo sentimos? No
fue nuestra intención, es solo que nos agrada y espero no nos odie ahora.
Louis le sonrió a su pequeña hermana y pasó su mano por su cabello,
despeinándoselo mientras Fizzy cerraba los ojos con fuerza, esperando a que
su hermano se detuviera, y no es que le molestara demasiado, podía peinarse
luego, ella estaba feliz porque Louis siempre hacía eso cuando se encontraba
orgulloso de alguna de ellas. Quizás ellos no eran una familia modelo, tal vez
demasiados niños con una sola persona mayor, pero no era sorpresa para
nadie que las cuatro hermanas querían y admiraban mucho a Louis, él nunca
había sido de ese tipo de chicos retraídos, a Louis le gustaba demostrar su
carácter, eso a ellas les encantaba, y soñaban algún día defender sus ideales
como él, por sobre lo que cualquier persona diga, como Louis defendiendo
sus preferencias sexuales, por ejemplo.
-Harry, amor. ¿Puedes responderme algo?
-Meoow. -
Las cuatro hermanas se quedaron calladas cuando Harry dejó de esconderse
y aun abrazando a Louis, volvió a mirarlas, con los ojitos algo vidriosos,
observando luego al mayor, esperando que hablase.
-Las chicas me preguntaron si las odias ¿Las odias?
Harry volvió a mirarlas y negó con la cabeza, meneando sus orejas, para luego
apoyar su cabeza en el hombro de Louis, dejando que sus rizos le hicieran
cosquillas en su mejilla y en su cuello. Las pequeñas sonrieron, soltando
algunos suspiros, y Louis supo entonces que su mamá estaba criando a cuatro
señoritas muy pero muy buenas.
-Harry solo sabe decir "Sí", "No", "Lou" y "Te amo", no le he enseñado más
porque le cuesta un poco, y si no le sale bien, es normal que se frustre o llore.
Seguro se aprenderá sus nombres luego, o quizás diminutivos como "Lot",
"Fiz", "Dai" o "Phoeb" pero tienen que tenerle muchísima paciencia ¿Si? Lo
tendrán aquí dos semanas y no quiero que se repita lo de hoy, chicas. Si todas
le enseñan a decir Lot, luego Fiz, Phoeb y Dai, se enredará menos que cada
una gritándole su nombre y esperando que lo diga, no es una grabadora, es
como un bebé, bueno, es mi bebé, de hecho.
- ¿Se van a quedar? -Preguntó la pequeña Phoebe, esperanzada.
-Sí, nos entran unos días por aquí.
+
Cuando Louis entró a su habitación, contuvo todo el aire posible al observarla
tal y como la había dejado al irse de su casa, aunque sorprendenmente
estaba limpia, y era algo que se lo agradecería a su madre al día siguiente.
Dejó a su pequeño minino en la cama, imaginándose durmiendo acurrucado
con Harry, porque sí, solo una plaza y tendrían que compartirla ambos.
- ¿Te gusta?
Harry admiraba cada rincón de la habitación, pintada de un azul oscuro, con
muchos posters de marvel pegados en las paredes, además de una estantería
llena de juguetes, vaya que Louis estaba feliz de su loca idea de nunca tirar
sus cosas de pequeño, eso que tener cuatro hermanas, causaba que por su
mente pasara el pensamiento de jamás tener un hermano varón al cual
heredarle su fortuna en juguetes, pero ahora, muy aparte de ya tenerlo, sabía
cuánto le gustaría a su pequeño Harry todo eso.
Harry estiró su mano señalando uno de los peluches de cuando Louis era un
bebé, un conejo grande y naranjo, con algunas partes amarillas. El Tomlinson
solo le sonrió y se acercó al peluche para tomarlo, entregándoselo,
observando enternecido al pequeño abrazar el muñeco casi al instante.
-Creo que tomaré eso como un sí.
Se sentó al lado de Harry y se mantuvo observándolo, mientras el minino
analizaba detalle a detalle del peluche. A Harry le gustaba que tuviera orejitas
como él, pero era diferente en la parte de la cola porque la del muñeco solo
era un círculo pequeño, y la suya era muy pero muy larga.
-Bebé ¿Y si me miras?
Harry dejó de observar su peluche y volteó a ver a mayor, meneando la
cabeza, sin saber que deseaba el Tomlinson. Iba a soltar un maullido cuando
sintió la mano del más alto en su barbilla y luego sus labios capturando los
suyos. Cerró los ojos, sí, eso era mil veces mejor que cualquier juguete nuevo.
Soltó un dulce gemido cuando los dedos del más alto acariciaron su vientre,
por debajo de la remera que traía y solo entonces se descubrió ya acostado
en la cama, con el cuerpo de Louis casi por completo sobre el suyo,
observando la oscuridad de los ojos azules del mayor. - ¿Lou?
-Te necesito, amor.
Harry sintió la mano de Louis sobre su entrepierna y no preguntó más, ni
siquiera se molestó en oponerse, él también necesitaba mucho a Louis,
quería sentir su amor a través de las caricias, de los besos y de cómo lo
llevaba al cielo teniéndolo dentro suyo, corriéndose en su interior.

CAPITULO 20

Louis toda su infancia y su adolescencia amó su habitación. Cuando pequeño,


en la secundaria, a él y a un grupo de amigos se les ocurrió la idea que pasa
por la mente de todo chico adolescente: Tener una banda. Louis no cantaba
bien, para él su voz era demasiado aguda siquiera para ser de un chico, eso
sin considerar que no entonaba como él deseaba, y aunque nunca se
acomplejó con eso, el sueño de ser cantante se vio interrumpido
innumerables veces. Aunque claro, en su momento fue su mayor capricho, a
tal punto de gastar todos sus ahorros en su primera batería, bajo y guitarra,
puesto que su papá le pasaba una buena cantidad de dinero mensual y así
podía practicar con la mayoría de sus amigos que se encontraban en baja
económica. El segundo problema que atravesaron fue la necesidad de un
lugar donde practicar, siendo música pop/rock lo que ellos más tocaban, y ese
un lugar lleno de ancianas renegonas quejándose de las diferencias de
generaciones, Louis casi tiene que arrodillarse frente a su mamá para que los
deje ensayar en su casa. Pero Jay no soportó ni una semana con tremendo
ruido proveniente de la habitación de Louis, donde tenía metidos a cinco
chicos con instrumentos en un lugar con tan poco espacio, así que eso tenía
que cambiar.
Espuma acústica, esas dos palabras que solucionaron su vida, la música
saliente de su habitación ya no fue tan potente como para romperle los
tímpanos a Jay o a sus hijas que se quejaban del ruido al no poderse
concentrar en nada que no fuera la música, ahora el ruido salía con menos
potencia y si cerrabas los ojos, podías hasta imaginar que escuchabas la radio,
o veías un programa de talentos, porque bueno, tan bien no se escuchaban,
pero Jay siempre le dio su apoyo a su hijo mayor.
Pero ahora Louis conocía otra buena función de la espuma acústica, y vaya
que adoraba su habitación.
- ¡Ahh!
Tomó con firmeza la cintura de su bebé mientras lo mantenía estable,
embistiendo lenta pero profundamente contra el cuerpo de su pequeño,
alzando las caderas cada que Harry bajaba y hundiendo lo más posible su
miembro, hasta el punto de tocar la próstata del menor, lo sabía porque
Harry arañaba su pecho cada que esto pasaba, observando con detalle el
rostro de su minino, sus mejillas sonrojadas, sus orejitas estiradas mientras
disfrutaba del leve cosquilleo de su cola moviéndose sobre sus piernas. Harry
tenía la boca abierta, en una "0", moviendo su cuerpo por inercia propia,
entregándose completamente al mayor mientras llegaba de sus dulces
gemidos toda la habitación.
-Así, eso bebé... Ya casi. -Louis tomó con firmeza su miembro y empezó a
bombear sobre este, masajeando con velocidad, desde la base hasta su
glande, sintiendo las gotas de pre-semen escurriendo desde la punta,
ayudándose con eso para tener más facilidad al masturbar al minino.
-Lou. - Harry jadeo, impulsándose hacia adelante para atrapar los labios del
mayor, besándolo con anhelo, con necesidad, dejando que sus lenguas bailen
juntas tanto dentro como fuera de sus bocas, mientras movía sus caderas de
adelante hacía atrás, presionando sus pequeñas uñas contra la piel del
Tomlinson. - Louu. -
Louis mordió la barbilla de Harry, presionando la punta de su miembro con su
pulgar, evitando que este pudiera llegar, logrando sacar un lamento de los
gruesos y rojos labios del minino. Harry abrió los ojos, intentando
mantenerlos así para observar con suplica al Tomlinson, sabiendo que no
debía detener el movimiento de sus caderas, pero quería correrse, su cuerpo
le pedía liberarse y el dedo de Louis se lo impedía.
- ¡Lou! ¡Ah! -Louis volvió a impulsar sus caderas hacía arriba, tocando otra vez
ese punto que logró hacer que Harry arquee la espalda.
-Dilo, bebé, vamos... Dilo que ya no aguanto. -Sabía que también estaba en su
límite, pero había estado practicando con Harry un par de nuevas palabras o
más, y no había mejor momento que ese para obligar a su bebé a sacar lo que
tanto habían enseñado y que no solía decir por temor a hacerlo mal.
-Lo-Lou...
Louis con decisión tomó las caderas del menor y lo tumbó en la cama,
tratando de en el proceso no salirse de su interior, dejó a Harry con su cabeza
apoyada a los pies del colchón y sus piernas separadas, reteniendo el cuerpo
del mayor entre estas. Harry jadeó y casi gritó cuando inició de nuevo con las
embestidas, profundas y certeras, además de rápidas tocando una y otra vez
su punto, y él sin poderse venir.
-Vamos, bebé. -Louis dejó un rápido beso en la frente del minino, sintiendo
las piernas de este rodear su cuerpo, intentando que Louis empuje más
profundo, en definitiva Harry podía ser la cosa más tierna del mundo, pero en
la cama... Era una historia totalmente distinta.
-Po. -Harry cerró sus ojos, llevando sus manos a los hombros de Louis,
presionando sus uñas con fuerza en su piel, sin tomar en cuenta las marcas
en el cuerpo del Tomlinson para después. - Porrrrr. -Alargó la "r" en un sonido
parecido a un ronroneo, llevando incluso más al límite al mayor, si es que era
posible, admirando con detalle el rostro lleno de placer de Harry. - ¡Por! ¡Por
fa...! -Otro empuje más y Harry ya sentía el líquido fuera, pero no salía, y vaya
que lo necesitaba. - ¡Por favor... Ahhh!
Sin poder aguantarlo más, Louis se corrió en una profunda embestida,
soltando su esencia en el interior de su minino, mientras liberaba el pequeño
miembro y dejaba que Harry manche sus pechos con ese líquido tan conocido
para ellos. Harry arqueó la espalda, dejando su cuerpo rendido, recibiendo
todos los espasmos de semejante corrida, mientras Louis besaba sus rendidos
labios, en un beso lento y largo, entregándose por completo al mayor.
-Te amo, Lou. -Ronroneó Harry, sintiendo sus ojos pesados, encogiéndose en
la cama, soltando un quejidito cuando el miembro de Louis resbaló fuera de
su interior, él quería que se quede ahí, se sentía cálido y lleno.
-Te amo, bebé. Descansa, mi amor, yo me encargo del resto.
Louis quitó algunos mechones de cabello de la frente de Harry y se incorporó,
listo para limpiar a su pequeño, vaya que disfrutaban de su tiempo juntos, y
vaya que la espuma acústica era muy buena, llevaban dos semanas con el
mismo proceso y hasta el momento ninguna queja de su madre sobre los
gemidos de Harry en la mañana y en la noche.

Dos largas semanas viviendo con su madre y Louis no se podía sentir más
feliz, las niñas y Harry se llevaban muy bien, él ya había aprendido a decir
"Fiz" y aunque Louis no entendía, a Harry parecía agradarle mucho su
hermana Fizzy, además de que su minino siempre le andaba tocando el
cabello a la pequeña, y a pesar de las constantes quejas de las demás niñas,
ellas con el tiempo dejaban de tratar a Harry como un extraño o un ser que
admirar por horas de horas, a veces Phoebe y Daisy jugaban con los mellizos
en la sala y Harry los observaba desde el sofá, todo empezaba a encajar como
era debido; e incluso Lottie había vuelto a su etapa de chicos, amigas, salidas,
y más, ignorando en gran parte al pequeño minino.
Pero como siempre, después de toda tormenta viene la calma, sí,
lamentablemente luego tiene que volver la tormenta. Louis ya tenía lista la
casa, había estado monitoreando todo a base de los arquitectos y sus gráficas
de cómo estaba quedando, sin salir de casa, le había prometido a Harry que
no lo dejaría solo, y aunque no dudaba que su minino amaba a su familia,
jamás había intentado irse, temía de lo que pudiera pasar, no cometería el
mismo error, además dejarle toda la responsabilidad a su madre y a sus
hermanas no era buena idea tampoco.
-¿Diga? -Habló la gruesa voz del otro lado de la línea.
-Hey, Zaynie. Estoy con mi madre, sí, todo perfecto. No mucho, ando
arreglando la casa y esos detalles, así que aún no estamos allá y Harry anda
bien, perfecto, diría yo
-¿Entonces qué sucede?
-¿No puedo llamarte solo para saludar?
-No.
-Bien, tú ganas. -Rió el Tomlinson, volteando a observar a su minino
sosteniendo una de las muñecas de Daisy, maullando, mientras acercaba esa
Barbie a la de Phoebe y juntaba sus cabezas, en lo que las niñas reían con él.
Necesito ir a revisar los últimos detalles de la casa, resulta que tengo que
irme mañana desde temprano y no puedo llevar a Harry. -Susurró, esperando
que su minino no lo esté escuchando.
-De acuerdo, ese es un problema. -Suspiró Zayn del otro lado de la línea.
¿Quieres que vaya? Sé que le caigo bien, pero no creo poder aguantar un par
de gatos locos, además, estoy en parciales y debo pasar tiempo estudiando,
Louis.
-Lo sé, algo así me imaginaba, en realidad quería pedirte a Niall.
- ¿Niall? Oh bro, él aún no conoce a Harry ¿Crees que se lleven bien?
-¡Louis! Oh mierda, idiota ¡Te has desaparecido! ¿Dónde estás? ¿Anda todo
bien? ¿Qué ha pasado? ¿Ya tienes el lugar para ti y Harry? ¿Cómo está ese
pequeño? 
-La verdad no tengo idea, pero es todo lo que me queda, mañana es
domingo, no habrá nadie en mi casa hasta altas horas de la tarde porque
mamá tiene que trabajar, Daisy y Phoebe estarán en casa de la abuela y Fizzy
y Lottie estudiarán en casa de sus amigas hasta que mamá las recoja en la
noche, porque adivina, exámenes también.
-¿Y los mellizos?
-Ese es otro problema. -Rió Louis, nerviosamente. -Le he dicho a mamá que
vendrás tú a cuidar a Harry y a los mellizos.
-Déjame ver si entiendo. -Zayn aclaró su garganta. -Me estás diciendo que me
harás llevar a Niall, la persona menos adorable del mundo para que cuide de
Harry y de un par de bebés llorones. Louis, lo de los porros fue una sola vez,
te dije que no haríamos esas mierdas de nuevo.
-¡No estoy drogado, Zayn!
-Bueno... No sé qué planeas, pero supongo que eres mi amigo, y tengo que
ayudarte.
-Ajá, eres el mejor.
-Llevaré a Niall mañana en la mañana, déjame ver si puedo convencerlo de
hacer esto. -Suspiró el Malik. -Me debes una grande, prófugo de la ley.
-Claro, claro. Mañana nos vemos, Zaynie.
Una vez Louis cortó el teléfono, suspiró largamente, no sabía que tan bien
terminaría todo eso, solo esperaba que Niall supiera explicarle a su pequeño
que debía salir únicamente por un día, después solo ellos por el resto de sus
días, o eso esperaba, no, definitivamente eso pasaría. Intentando ocultar su
preocupación, se acercó al sofá donde descansaba Harry y besó su cabeza,
recibiendo después los dulces labios de su pequeño, mientras escuchaban el
típico "Iugh" de Phoebe y Daisy.
+
Louis se levantó muy temprano a la mañana siguiente, encargándose de
embarcar a su mamá y a sus hermanas, mientras le aseguraba a ella que él no
se iría de ahí hasta que llegue Zayn, y vale que no mentía, llegaría Zayn, solo
no se quedaría. Una vez tuvieron la casa sola para ambos, solo con los
pequeños durmiendo en el piso de arriba, Louis subió a la habitación para
despertar y vestir a su pequeño, como todos los días. Era encantador ver a
Harry vestirse solito, sin embargo, a veces no sabía meter su cola en el hueco
que le había hecho a absolutamente todos sus pantalones con un parche para
que no se abriera de más la tela; incluso habían momentos que Harry no
encontraba el agujero de los brazos en las remeras, o dejaba la parte trasera
de estas toda doblada, sin poder encontrar como bajarla por su piel.
Una vez lo alistó, le colocó la gran cantidad de pulseras al pequeño, todas
regaladas por sus hermanas, y a Harry le gustaban, él no podía estar tranquilo
después de bañarse, hasta que tuviera esa lista de como diez o más
decorativos en su brazo. Harry y Louis bajaron a tomar desayuno con
tranquilidad, a Louis le servía los biberones guardados que tenía su madre, de
Daisy y Phoebe, porque incluso aunque Harry ya tuviera el físico de un
pequeño de trece o doce años, a veces le gustaba engreírlo y darle cosas
como esa, porque su bebé era eso, un bebé ante sus ojos.
-Amor, escucha, hoy vamos a conocer a alguien. -Habló Louis, mientras
tomaba una de las manos de su bebé, logrando hacer que deje su mamadera,
mirándolo con los ojitos llenos de curiosidad, meneando las orejas. - Es un
amigo mío y seguramente tuyo también, se van a llevar muy bien, mi
pequeño.
En el mismo instante en que Harry iba a decir algo, o maullar quizás, tocaron
la puerta con fuerza, casi como si fueran patadas, o quizás lo eran, sobre todo
escuchando el grito grave del otro lado de la puerta.
-¡Mierda, Niall! ¡Respeta!
-¡Es una casa gigante, Zayn! ¿Me vas a decir que nunca has querido
patearuna puerta de una familia rica?
-¡Claro que no, tarado!
El minino se paró al instante, acercándose a los brazos de Louis, subiéndose
sobre sus piernas, mientras el mayor lo abrazaba con cuidado y dejaba
tiernos besos en su cien, tratando de tranquilizarlo.
-No es nada malo, amor, solo un par de idiotas. -Suspiró el castaño, tomando
la fuerza suficiente para cargar a Harry y acercarse a la gran puerta,
esperando que esas patadas no hayan despertado a los pequeños, de verdad
esperaba poder explicarle todo a Harry para que entendiera que debía
cuidarse él y cuidar a los otros dos bebés del piso de arriba.
Una vez abrió, lo primero que observó fue al Malik con sus manos en su
caras, suspirando, en realidad a Louis le divertía todo eso, Zayn no era alguien
con mucha paciencia, y que se enamore de un pequeño que requería de
mucha, mucha más incluso que Harry, era divertido ante sus ojos. Lo
siguiente fue el minino ya conocido para él, Niall venía con un short de más
debajo de sus rodillas, y una remera larga manga cero, además de una gorra
colocada hacía atrás, siendo lo único que lo delataba su esponjosa y larga cola
meneándose en su retaguardia.
-Bueno, aquí estamos. -Saludó Zayn, observando el cuerpo de Harry
prácticamente colgado del de Louis, abrazándolo con sus brazos y piernas, sin
querer voltear. -Hola Harry, es lindo verte. -Bromeó el Malik, recibiendo una
mirada de enojo de parte de su mejor amigo, e incluso del rubio a su lado.
- ¿Harry? -Preguntó Niall. - Me dijiste que Louis nos iba a dar comida.
Louis observó a Zayn y este solo se encogió de hombros, estaba claro que
eran mejores amigos, sus mentiras eran igual de mal ejecutadas, o quizás
peor con forme avanzaban en ellas. Harry al fin suavizó su agarre del cuello
del mayor y se volteó, encarando a Zayn, entregándole una suave sonrisa y
luego observó al minino a su lado. La vista de Harry se agudizó y volvió a
tensar su cuerpo, él no había visto a otro de ellos desde que se escapó de ese
horrible lugar.
¿Acaso Louis iba a remplazarlo? Observó al Tomlinson y este le dio un suave
beso, bueno, eso contaba como un no ¿Verdad? Él lo había hecho nada malo,
y aprendió palabras nuevas, tomaba toda su leche, incluso dormía las horas
que Louis le decía y no ponía caras desde hace mucho ¿Por qué iría a
reemplazarlo?
-Amor, él es Niall, es el gatito de Zayn.

CAPITULO 21
-Así que... ¿Ese es Harry?
El ambiente se puso tenso mientras Niall analizaba con detalle al gato que
colgaba del cuerpo de Louis, observando su cola y sus pequeñas orejas
meneándose y revolviéndose entre tanto rizo, no estaba mal, aunque para
Niall nunca le ganaría a su cabello rubio y sus ojos azules, pero Harry tenía
toda la madera de ser un material digno para cualquier viejo verde que
deseara satisfacer sus necesidades en algún prototipo de Neko Corporation.
Louis bajó a Harry con mucho cuidado, y aunque Harry se mantenía
sosteniendo la mano del Tomlinson, se acercó sin temor al rubio frente a sus
ojos, olfateando cerca de este, con su par de orejas más alzadas de lo normal,
analizando el olor del rubio, aunque no, no lo reconoció. Niall hizo lo mismo,
solo que menos exagerado, meneó su cola una vez notó que Harry era de su
mismo tamaño.
-Hmm. -Niall volteó hacía el pelinegro, que se mantenía igual que Louis,
esperando su primer comentario, en lo que Harry admiraba la cola más
esponjosa que la suya meneándose de un lado a otro.- ¿Y la comida, Zayn?
-Louis aclaró su garganta, llamando la atención del rubio y de su pequeño.
-Hay toda la comida que quieras en la cocina, Niall, pero necesitamos que
noshagas un favor.
-Favor por comida, que novedad. -Rodó los ojos el minino, recordando cómo
había vivido toda su vida y se cruzó de brazos en una clara acción de defensa,
retrocediendo unos pasos, apegando más su cuerpo al de Zayn.- Te advierto
que ya no hago nada sexual, Louis, Zayn dijo que esas cosas están mal y me
siento tranquilo entregándole mi culo solo a él, así que si es algo de eso, no.
¡Zayn, dile! Habló infantilmente el pequeño de ojos azules, mientras Zayn
observaba el marco de la puerta, preguntándose si era posible golpearse
hasta perder la conciencia, ojalá algún día Niall aprendiera a hacerle caso a
esa estúpida voz de tu cabeza que te dice "No digas eso, suena mal", sí, ojalá
algún día.
-Eh... No es eso, Niall, Zayn, mejor pasen ¿Si? Ahora les explico todo.
+
-¿QUÉ?
Tanto Louis, como Zayn y Harry cerraron los ojos y se apartaron un poco
cuando escucharon el fuerte grito del minino, sentado frente a ellos en el
sofá individual, mientras Harry estaba arrodillado a su lado, con sus manos en
el brazo del sofá, admirando esas felpudas orejas rubias que meneaba el gato
que ahora se estiraba hacia adelante.
-Déjenme ver si comprendo lo que me están diciendo. -Niall gruñó, hasta que
observó a Harry demasiado cerca y soltó una maldición, levantándose del
sofá para alejarse del minino.- ¡Con un demonio! ¡Harry, mierda! Ya deja de
olerme, puta madre.
-¡Meooow! -Muy por el contrario de lo que Louis pensaba, de imaginarse a
supequeño corriendo a sus brazos después de semejante grito, Harry solo se
levantó del suelo y le maulló a Niall, captando su atención, logrando que el
otro felino meneara las orejas y girara su rostro con totalidad al pequeño de
rizos.
-¿Cómo pretendes que no le grite? ¡Me ha dicho que tengo que cuidar de ti y
de dosmocosos! Encima ¿Por qué mierda no sabes hablar? Pareces un bebé
más, Harry.
Muy por el contrario de lo que ahora Zayn y Louis se esperaban, Niall estaba
calmado o más de lo que ellos se esperaban, manteniendo una conversación
con el pequeño felino a su lado, claramente ambos no se acercaban,
continuaban con su espacio y no tenían ninguna intención de lanzarse sobre
el otro, pero era sorprendente la forma como el rubio entendía cada maullido
de Harry, los ojos de Louis brillaban emocionados, él sabía que tenía un buen
pequeño, pero no al punto de escucharlo, aún sin entenderlo, tratar de
calmar a la fiera frente a ellos, o protegiéndolo a él, sí, Harry estaba
protegiendo a Louis y a Zayn de los gritos de Niall.
-Calmados mis huevos, Harry ¿Cómo quieres que me calme? ¡Estos imbéciles
me han traído aquí a base de mentiras! En fin, a ti puedo aguantarte si te
amarro a una silla o te encierro en un cuarto, pero dos mocosos ¡Son esos
mini humanos que cagan y comen y lloran! No, no lo acepto.
Niall se volvió a tumbar en el sofá, rendido, mientras Harry se mantenía
parado, incluso llevó su mirada a Louis, esperando que este dijera algo al
respecto, Harry en realidad estaba totalmente excluido del tema, lo único que
sabía era que tenían que cuidar a Doris y Ernest, pero no comprendía el
porqué, Louis y él se podían encargar perfectamente de ambos pequeños, no
era la primera vez tampoco.
-Niall, escúchame. -Habló Louis, oyendo el claro gruñido del rubio mientras
apartaba sus manos de su rostro, al parecer tratando de relajarse y no
continuar mandando a la mierda a todos.- No solo te trajimos para que los
cuides, eres el único que puede entender a Harry, y al que Harry puede
entender con facilidad, necesito que de alguna forma le expliques que no
será para siempre, ya tuvimos problemas antes porque lo dejé solo, y yo... Te
lo pido, solo este día, luego te prometo darte lo que quieras, por favor.
Niall escuchó cada palabra saliente de la boca del ojiazul, llevó su mirada a
Zayn y recibió una sonrisa leve, comprensiva, Zayn era justo, él no iba a
obligar a Niall a que acepte semejante cosa, peor aun cuando por culpa de
sus parciales no le estaba prestando la debida atención a su pequeño minino.
El rubio comprendía que si decía que no, Zayn hablaría con Louis para dejar
en claro eso, su última palabra. Luego de ver al Malik afirmar con la cabeza,
Niall llevó su mirada a Harry, observándolo caminar lentamente hasta el
regazo de Louis, acurrucándose sobre sus piernas, escondiendo su rostro en
su cuello, observando como el Tomlinson rodeaba al pequeño con sus brazos,
repartiendo dulces caricias en su costado.
Soltó un largo suspiro, admirando la escena, Louis y Harry eran muy parecidos
a Zayn y a él, porque a pesar de su mal genio, de sus muchas discusiones,
ellos tenían sus fines de semana, cuando se acurrucaban juntos en el sofá a
ver las películas de súper héroes que tanto le gustaban a Zayn. Niall sabía que
su favorito era Linterna Verde, y que Zayn soñaba dibujar como en esos
comics de donde hacían las películas, para Niall no era imposible, una vez
había descubierto un cuaderno de bocetos de Zayn, con muchos dibujos de él
en caricaturas, a Niall le gustó verse en aquellas imágenes, pero más aún le
agradó ser lo principal dibujado en aquel cuaderno.
Él no tenía razón para odiar a Harry, de acuerdo, quizás era un pequeño
sumamente desesperante porque parecía hacer vomitar arco iris a cualquiera
que lo viera, Harry reflejaba esa inocencia que él ni siquiera recordaba haber
tenido e incluso le sorprendió el notar que Harry no sabía hablar, entonces
pensó que era parte de los nuevos prototipos, esos separados de los demás,
esos especiales, los puros, aquellos que nadie tocaba, que no los follaban,
que no los hacían sentir la mayor escoria del mundo. Pero aun así, no tenía
por qué odiarlo, Harry no le había hecho nada e incluso era agradable
encontrarse con uno igual a él, sabía Harry sentía lo mismo hacía su persona,
ambos se compadecían, porque ambos habían encontrado a ese alguien que
los salve, a alguien que los saque de su oscuridad.
-De acuerdo. -Suspiró el rubio. -Lo haré, solo espero que no se acabe la
comida antes de que regresen porque de lo contrario me comeré a Harry, y
literal, el canibalismo no suena tan malo.
Louis soltó un largo suspiro de tranquilidad, relajándose mientras continuaba
mimando el cuerpo del pequeño en sus brazos, y con su mano libre chocaba
los puños con Zayn, quien después se levantó y caminó hasta su rubio,
acariciándole los cabellos, dejando un suave beso en su frente.
-Sabía que lo harías.
-Sí, sí, bésame bien, imbécil.
Niall llevó su mano a la playera del mayor y lo jaló, aplastando sus labios
contra los del moreno, dejando que esos se movieran tan acostumbrados,
entregándose ambos en ese acto, mientras Harry meneaba la cola,
observando desde su escondite en el cuello de Louis, curioso, hasta que se
alejó del pecho del mayor y le hizo un puchero.
- ¿Qué pasa, mi bebé? ¿Quieres un beso también?
El castaño acarició dulcemente por detrás de la orejita al minino,
observándolo afirmar con la cabeza y entonces lo besó, sin cohibirse ni un
poco, no vería a su pequeño por unas largas horas, aún se preguntaba como
sobreviviría sin aquellos labios que lo llevaban al mismo cielo, o sin ese
encantador ronroneo cuando estaban juntos.
+
-Meoow.
Louis y Zayn tomaron el auto de la madre del primero mencionado, Louis se
aseguró de hacerle saber a Niall que dejaría al Malik en su casa y lo encerraría
con llave para que estudie como era debido sin detenerse, ya después iría
camino a la casa de playa para hacer sus respectivas supervisiones, mientras
tanto, Harry le preguntaba por milésima vez a Niall si Louis volvería, en lo que
ambos observaban e el auto marcharse por la carretera, alejándose más cada
vez.
-Por no sé qué número de vez, Harry, Louis vuelve antes de que anochezca,
cuando entres cierras ¿Vale? -Niall movió su mano, restándole importancia y
entrando a la casa, dirigiéndose directo a la cocina. Harry se mantuvo unos
minutos más observando el auto alejarse, sintiendo sus ojitos aguarse, él
confiaba en Niall, al final no tenía porque no creerle, Niall era el gatito de
Zayn, y no era una amenaza para él, además de todo, quería confiar en que
Louis volvería, sin embargo, ya sentía un vacío en su pecho solo por su
ausencia.
-¡Harry! ¡Esta familia de ricos tiene la nevera más grande que he visto! ¡Ven a
ver!
Escuchó los gritos emocionados del rubio y rió, volteándose para cerrar la
puerta, pasando sus manitos por sus ojos, eliminando las lágrimas, cuando
sintió el claro olor de comida proveniente de la cocina, una punzada nació en
su estómago y subió por su garganta, obligándolo a hacer una mueca de dolor
y presionar su abdomen y sus labios, encorvándose un poco, justo en ese
instante Niall salió de la cocina con pollo recién descongelado en sus manos,
sin cubiertos, sin nada, traía las dos piernas del pollo entre sus cortos deditos.
-¡Mira! ¿A poco alguna vez has visto unas piernas tan grandes? No es por
presumir,pero he robado comida de los mejores restaurantes de Londres y...
Niall rompió la oración a la mitad cuando observó al minino ante sus ojos con
una mueca de dolor, dejó las piernas sobre la mesa y corrió hasta el gatito,
llevando una de sus manos sobre las de Harry en su vientre y la otra en su
frente.
-Hey, vamos, apenas se ha ido Louis, no me hagas sentir mal niñero ¿Qué
tienes? ¿Te duele? -Harry negó con la cabeza, aunque su rostro aún mostraba
aquello, en realidad esa punzada estaba bajando su intensidad, hasta que casi
solo le quedó un dolor resentido sobre esa zona.- ¿Qué sentiste?
-Meoow. -Maulló unas tres o cuatro veces, explicándole a Niall lo que
sucedió.
-Oh, eso se llama nauseas, pasa cuando hueles algo asqueroso o no sé, quizás
comiste algo en mal estado ¿Nunca has tenido nauseas? -Harry negó con la
cabeza.- Vaya gato mimado, yo he sabido vomitar hasta mi estómago un par
de veces, y mierda, no tienes idea de cuan horrible es.
Sacudió los rizos de Harry y lo dejó, permitiendo que el minino se componga
y empiece a caminar tranquilo, aún con sus manos sobre su vientre,
acariciándolo dulcemente, pidiéndole mentalmente a su cuerpo que se
calmara, que solo eran nauseas, como lo había nombrado Niall.
+
-Oh Dios ¡Cállalos, Harry! ¿Qué tienen?
Harry alzó los hombros y maulló un par de veces, habían pasado apenas tres
horas juntos, quizás un poco más, todo había estado tranquilo con Harry
jugando con las muñecas y Niall comiendo, hasta que se hizo la una de la
tarde, y sorpresivamente escucharon fuertes sollozos provenientes del
segundo piso, cuando ambos subieron, se encontraron con los bebés llorando
en sus cunas, así que después de una discusión en la que solo Niall le indicaba
a Harry que hacer, los bajaron al primer piso, sentándolos sobre la alfombra
de la sala, en medio de todos los muebles, pero aún estos siguieron llorando.
-¡Juro que voy a estrellar mi cabeza contra la pared! ¡Mátalos! No sé ¡Que
paren! Niall sostenía sus orejas pegándolas a su cráneo, tratando inútilmente
de no escuchar los llantos de ambos bebés, mientras Harry intentaba
distraerlos con su cola, moviendo la punta de lado a lado sobre estos, otras
veces había funcionado, pero ahora Doris y Ernest no dejaban de llorar, ya
con sus voces a todo lo que daban, gritando y llorando, con sus pequeñas
manitos en puños, sin prestarle atención a nada más.- Listo, se acabó, voy por
el cuchillo.
Niall se levantó, obviamente no iba a matar a nadie, pero estar sentado en
uno de los sofás no ayudaba, así que en su desesperación se mantuvo de pie,
mientras Harry estaba arrodillado al lado de los bebés, ambos pequeños
acostados sobre la acolchonada alfombra.
-Meooow.
-¿Cómo que por qué lloran los bebés? ¿No te digo que cagan, comen y lloran?
Oquieren cagar, o quieren comer y si no lo hacen, lloran.
-Ñaaam. -Harry meneó sus pequeñas orejitas, Niall hablaba muy gracioso, y
aunque no comprendía del todo muchas de las expresiones usadas por este,
él deseaba algún día hablar tan fluidamente como lo hacía Niall, seguro así
podría decirle a Louis todo lo que pensaba, o lo mucho que le aceleraba el
corazoncito.
-Pues, cuando cagan, se les tiene que... -Niall se calló un momento,
sonriendo.¡Harry, eres un genio!
-¿Meow?
-¡Hay que... Oh, mierda. -
La cara de Niall cambió de felicidad por encontrar la solución, a un total
tormento imaginándose lo que tendrían que hacer ambos con esos bebés
que solo eran unos megáfonos, gritando cada vez más fuerte.
-Harry... Tenemos que cambiarles el pañal, eso o dejar que se ahoguen en sus
lágrimas y mocos.

CAPITULO 22

-Bueno, creo que podremos hacer esto ¿Listo?


Niall observó al pequeño Harry parado frente a él, sosteniendo a uno de los
bebés, mientras el otro se encontraba apoyado en su pierna, los bebés aún
gimoteaban, pero se habían calmado mucho en comparación con los gritos
de antes, y aunque Niall había mencionado el dejarlos así hasta que lleguen
Zayn o Louis, cuando le explicó a Harry que los bebés se habían hecho popo
en su pañal y eso les molestaba, tuvo que aguantar unos minutos de quejas
del minino, diciéndole que si fuera al revés, a ellos no les gustaría tener popo
molestándoles el trasero, así que al final colmó la paciencia de Niall, y los iban
a cambiar.
Bueno, después de ser convencido, Niall dijo que no tocaría mierda de bebé,
sí, esa fueron sus palabras, así que junto a Harry caminaron hasta la cocina
para buscar cosas que les sirvieran y de algún modo evitaran que se ensucien,
Niall encontró en uno de los cajones unos guantes de látex nuevos, y le
ordenó a Harry que usara los que ya estaban utilizados y secos al lado del
fregadero, también Niall, en su intento por calmar la peste que sabía habría
apenas abrieran esos pañales, caminó fuera de la casa y tomó un par de
ganchos pequeños para colgar ropa, entregándole uno al minino de rizos y
ordenándole que se lo pudiera en la nariz, después de eso y que Niall se
colocara el delantal de cocina de la madre de Louis, ya estaban listos, o eso
decía el rubio.
Subieron a la habitación de los pequeños y dejaron a Ernest en su cuna,
mientras tomaron a Doris, y ya que no encontraron una superficie sólida,
Niall abrió una de las puertas y de esta cayó la base recta para planchar la
ropa. Perfecto, pensó él, colocando a la bebé, mientras esta se chupaba el
puño y los observaba, con sus ojitos llenos de lágrimas y su naricita con
mocos caídos.
-Bueno, Harry, esto es simple, le sacamos esto. -Señaló el pañal una vez le
alzaron el pequeño vestido rosa a la bebé.- Y tenemos que limpiarle el
trasero, sino ensuciará el nuevo pañal ¿Entiendes? -El otro minino asintió,
pasando su mano por su nariz por milésima vez, el gancho le fastidiaba
mucho, además de hacerlo respirar dramáticamente por la boca, pero si Niall
lo decía, él lo haría, al final Louis había dejado al rubio a cargo, y Niall le caía
bien.
Una vez sacaron el pañal, la bebé movió sus pequeños piecitos, en lo que
Niall le entregaba el pañal sucio a Harry, diciéndole que lo vaya a botar a
algún tacho de por ahí, y que le trajera ese papel higiénico gigante que había
visto en la cocina, Harry le preguntó por qué no el del baño, si ese era más
suave, pero Niall solo contestó que como era más pequeño, tenía miedo de
mancharse con la mierda de la bebé, así que mejor prevenir que lamentar.
Durante el proceso de limpiar a la niña, Niall estuvo obligando a Harry a ir y
venir cada que tiraba el papel sucio, ya que a ninguno se le había ocurrido la
idea de una bolsa, hasta que al final le dijo a Harry que trajera el tacho de
basura entero, aunque luego lo hizo devolverlo porque traía el olor de la
popo de la bebé, y no es que fuera muy fuerte, pero sus narices estaban más
desarrolladas de lo normal, así que para ambos era insoportable, aún con los
ganchos tapando sus fosas nasales.
Harry le hablaba a la pequeña mientras Niall terminaba de ponerle el pañal, y
aunque nunca supo si estaba al revés o no, el rubio se sintió orgulloso cuando
ya tenía a la pequeña como nueva, y esta estiraba su manito, queriendo tocar
las rubias orejas en la cabeza del ojiazul. Niall por un momento iba a acceder,
pero bastó que Harry le dijera un comentario lleno de ternura para que casi
tire a la bebé al suelo, entregándosela al otro minino, diciendo que se lleve a
esa cosa que solo sabe llorar, comer y hacer mierdas.
El procedimiento se repitió con el otro bebé, y de algún modo ambos mininos
sobrevivieron al mayor caos de todos, cambiar el pañal.
+
Después de eso, Niall encontró una de las películas que Zayn le gustaba en la
televisión, y le ordenó a Harry que la viera con él, pero antes de que esta
terminara, otra vez se escucharon los llantos de los dos bebés acostados en la
alfombra del suelo, porque sí, decidieron dejarlos en el suelo así los vigilaban,
y el piso era cómodo, Harry muchas veces quiso acostarse sobre esa cálida
alfombra de color vino.

-¿¡Ahora que mierda quieren!? -El casi chillido del rubio se escuchó tanfuerte,
que ambos bebés terminaron gritando más entre sus llantos, al parecer a
todo lo que daba su voz. Harry miró con reproche a Niall, pero solo gateó
hasta quedar junto a los bebés, preguntándoles entre maullidos que
deseaban, para Niall no fue difícil adivinarlo, los pequeños se comían sus
manitos entre babeos con pocos dientes como si pudieran arrancarlas de sus
brazos, así que estaba claro que tenían hambre; ahora la pregunta era si
indicarle a Harry que vayan a buscarles algo de comer o fingir no saber hasta
que las neuronas del otro pequeño gatito comprendieran lo que era obvio.
-Ven, Harry. -Niall se levantó, suspirando cuando Hulk agarró a Loki y lo
estampó contra el suelo como un juguete, esa era su parte favorita, la pelea
del final, pero se la estaba perdiendo por un par de mocosos que no sabían ni
caminar solos.
Una vez Harry lo siguió, llegaron hasta la cocina y Niall buscó algo para los
bebés, según sabía ellos tomaban solo leche, él prefería mil veces una
CocaCola, pero le pareció gracioso como apenas sacó la leche, las orejas de
Harry se menearon e incluso pudo ver sus ojitos brillar ante la caja.
- ¿Te gusta? -Movió la caja hacía un lado y la cabeza de Harry la siguió, al
igualque la mirada, hizo lo mismo hacía otro lado y Harry continuó, así que
riendo ante su inocencia, Niall se alejó poco a poco, hasta estar cerca de la
puerta de entrada a la cocina. Harry maulló, anticipándose y preguntándole a
donde iba, pero antes de que pudiera dar un paso más, Niall ya estaba
corriendo hacía la sala. - ¡Meow! -
-¡Si me atrapas te sirvo un poco! -Rió el rubio entre gritos, siendo
perseguidopor toda la casa por el otro minino, jugando y riéndose de la
mirada preocupada de Harry, además de sus maullidos advirtiéndole que no
corra, que podía tirar la leche.
Alrededor de las cinco de la tarde y los dos mininos correteándose como si su
vida dependiera de eso, Niall jugaba con Harry mientras el otro intentaba
quitarle la leche, hasta que en su milésima corrida alrededor de la mesa
principal del comedor, Niall se tropezó con una de las patas de la silla de un
extremo y cayó al suelo, tirando la leche a un lado, derramándose gran parte
de esta, pero lo peor no fue eso, sino que Harry iba con tanta velocidad
detrás de él que al final cayó sobre el rubio, arrastrándolo lo suficiente en el
suelo para que el rostro de Niall se manche con leche mientras su nariz se
golpeaba contra el piso, debido al peso de Harry cayendo sobre su cuerpo.
- ¿Meow? -Harry le preguntó si estaba bien, levantándose al instante
delcuerpo de Niall, arrodillándose en el suelo.
-Mierda, mi nariz. -Niall se levantó lentamente, llevando al instante su mano
hacía la parte herida, dejando que su rostro se contraiga por el dolor en esa
zona. - Puta, Harry, tenías que tener cuidado. -Gruñó, cerrando sus ojos
cuando las lágrimas los inundaron, deseando escapar, él no quería llorar, él
lloraba solo cuando Zayn le decía cosas bonitas, o de placer también, pero no
por el olor, no le dolía, nunca le dolía nada, sin embargo no podía evitar sus
ojos enrojeciéndose hasta que una lágrima resbaló por su mejilla. - Agh,
quiero a Zayn.
Harry no sabía qué hacer para calmar a su pequeño amigo, así que cuando
observó unas gotitas de leche cayendo por la barbilla del rubio, se acercó y
pasó la lengua por esa zona, logrando recibir un manotón de Niall,
empujándolo para que se aleje.

-Puagh, Harry ¡No hagas eso! -Gruñó, pasando su antebrazo por su barbilla,
volteando al instante a observar al minino, regalándole una calmada sonrisa,
tratando de tranquilizarlo. - Estoy bien, solo que cuando te golpean aquí. -Le
señaló la nariz a Harry, quien ya tenía los ojos llorosos, temiendo haber hecho
algo mal. - Pues las lágrimas salen porque quieren, el cuerpo es raro, no es mi
culpa.
Niall me mostró la misma sonrisa al minino, pero la borró cuando observó
que las pequeñas lágrimas de Harry se escapaban por sus mejillas, cayendo
sobre sus rodillas apoyadas en el suelo, Niall enfocó su mirada en el lugar
hacía donde Harry miraba y se encontró con la mayor parte de la leche
derramada en el suelo, y el minino ya comenzando a hipar debido al llanto,
llevando sus manos hasta sus ojos, inclinando sus orejitas a los lados.
- ¿Es por la leche? -Harry asintió, aun llorando, sentándose al fin sobre su
trasero para alzar sus piernas y apoyar su frente en sus rodillas, abrazándose
a sí mismo. Niall frunció el ceño, no le gustaba ver a Harry así. - ¿Te van a
gritar?
-Meooow... ¡Meow!
Harry tenía miedo, por suerte al fin existía una persona que lo comprendía,
así que entre gritos y llanto, le contó a Niall que no quería que Louis ya no lo
ame por botar la leche, él decía que le causaba muchos problemas a Louis, y
que prefería que lo golpee antes de ya no amarlo. "Harry te amo Louis",
"Louis no te amo Harry", eran entre esas y sus "defectos físicos" las cosas que
Niall escuchaba gritar al minino, aún encogido en una bolita, sintiéndose tan
desprotegido, incluso su cola la había escondido y la mantenía sujeta entre
sus manitos, escondidas detrás de sus piernas.
-¿Louis te ha golpeado antes? -Niall se acercó hasta sentarse al lado
delpequeño minino, abrazándolo con ternura, dejando que Harry apoye su
cabeza en su pecho y continuara llorando cerca del minino rubio, incluso Niall
intentó con su cola darle ánimos, así que la acercó para que Harry pudiera
presionarla también, tal y como estaba haciendo con su propia esponjosa
cola marrón oscuro.
Una vez Harry negó con la cabeza ante la pregunta de Niall, el rubio
comprendió que quizás y solo quizás, los nuevos prototipos no la pasaban tan
bien como él creía, y se sintió mal por haber juzgado a Harry simplemente
por ser diferente a él. El pequeño rubio se quedó ahí junto al minino,
acariciándole los rizos hasta que el llanto cesó un poco, al menos lo suficiente
para que la voz de Niall se escuche con claridad.
-Harry, no fue tu culpa, yo te estaba molestando con la leche, y si Louis
pregunta le diré eso. -Harry subió la mirada, observando atentamente los
ojos azules del rubio, recordándole esos ojos azules que amaba con todo su
corazón. - Y otra cosa, no seas menso, Louis no te va a dejar de amar nunca,
ni siquiera creo que quiera no amarte, yo pienso que te ama mucho, así como
tú a él o yo a Zayn.
-¿Meow?
-En serio, ahora deja de llorar ¿Quieres? Tengo que lavarme y estoy aquí
viéndote tirar moco, te digo que eres como un bebé.
Después de pasado el mal momento, Niall llevó a Harry a que cuide a los
bebés mientras terminaba de relajarse, claramente ninguno limpió la lecheby
justbromance derramada, pero Niall usó su remera para colocarla sobre la
mancha, él podía haber usado algo de la ropa tendida afuera, pero ya no
quería causar más problemas, quizás el haber hecho mierda los guantes,
gastado todo el papel higiénico y derramado leche era más que suficiente
para que Zayn lo regañe, y por Harry se calmaría un poco.
Sirvió lo que quedó de leche en tres biberones, claramente Niall no sabía que
la leche debía regularse con agua, así que solo lo dividió lo más preciso que
pudo y llevo los biberones a los bebés en el suelo, alimentándolos a ambos a
la vez, usando sus dos manos, Harry le decía que no fuera muy rápido, pero él
solo quería que Doris y Ernest se durmieran, así que no se detuvo hasta que
los bebés se terminaron la última gota de sus biberones, cayendo dormidos al
poco tiempo después.
Harry al final se tumbó en medio de ambos bebés, con sus pies apoyados en
el sofá personal, le gustaba estar en la alfombra, era cómoda, así que
mientras los pequeños dormían, él tomaba su leche tranquilamente, jugando
con el chupón del biberón, mordiéndolo, observando el techo y de vez en
cuando alzando la mirada hasta poder divisar a Niall sentado en el sofá
opuesto hacía donde él estaba mirando, así que tenía que hacer esfuerzos
para observar al rubio, pero Harry ya estaba tranquilo y feliz.
-Harry, tengo una pregunta.
Cuando de nuevo alzó la vista lo suficiente para aplastar sus pequeñas
orejitas, pero también para ver al rubio, Harry esperó pacientemente la
pregunta, meneando su cola de lado a lado, tomando otro poco más de su
leche en el biberón.
- ¿Cómo era ahí? -Después de verlo menear la cabeza, Niall rodó los ojos,
resignado, pensando una mejor forma de ser específico. - Antes de Louis, ese
lugar donde estabas ¿Cómo era? ¿Qué te hacían?
-Meoow. -Harry encogió sus piernas por un momento, antes de relajarse de
nuevo y alejar el chupón del biberón de su boca, para responderle. -Meooow,
meow, ñaw.
Harry empezó a describir una escena para Niall, él le contó que antes estaba
en una jaula negra, y habían otros como él, pero no dejaban que nadie se
acerque a él y a otros cinco que estaban dentro de su jaula, Niall pensó que
esos cinco y Harry debían ser los prototipos, pero no dijo nada, solo lo
escuchó atentamente. El minino castaño le contó también que a veces se
llevaban a algunos a una habitación blanca, pero que ninguno volvía a la jaula
después de eso, y él fue el último que quedó; cuando lo llevaron a la
habitación, era un cuarto blanco, donde le amarraban las manos y los pies,
con una gran luz sobre todo su cuerpo, él no comprendía que pasaba, solo
que pasó tanto tiempo ahí, hasta que un día uno de los señores vestidos de
blanco le acarició las orejas, era la primera caricia que recibía en tanto, antes
de eso todo era inyecciones, por su pancita. -Harry señaló para que Niall
comprenda mejor. -Y después de eso, él fue el único que volvió a la jaula. Niall
iba a preguntar, pero primero Harry terminó su historia, contándole que
después de eso, un día cuando todos dormían, Harry logró escaparse gracias
a que su reja de seguridad no estaba bien cerrada, huyó, corrió y tocó puerta
por puerta, hasta que vio por primera vez a Louis, y él le dejó entrar a su casa,
incluso le dio leche, Louis siempre fue bueno con él.
-Es genial, Harry. -Niall se acomodó mejor en el sofá, soltando un largo
suspiro mientras Harry volvía a llevarse el chupón del biberón a la boca,
observando sus pies moverse de lado a lado sobre el sofá. Niall pensó que
quizás Harry tenía razón, y no solo Louis, sino que Zayn también era como un
ángel, los habían salvado.
+
Una vez ya en casa, Louis casi corrió fuera del auto para llevar a la puerta y
tocar algo desesperado esta, eran las siete y media de la noche y esperaba sí
o sí haber llegado incluso antes que su madre, sino tendría problemas, pero
más allá de eso, estaba tan ansioso que su cuerpo quemaba, sus manos
sudaban y no dejaba de pasarse estas por su cabello como un reflejo, quería
ver a su pequeño, quería asegurarse de que todo estaba bien, contarle a
Harry que la saca quedó perfecta y besarlo, mimarlo, cargarlo, dormir con él,
necesitaba a Harry incluso más de lo que era racionalmente posible.
Niall abrió la puerta como a la tercera tocada de Louis y este entró como alma
que lleva el diablo, buscando con la mirada a Harry, sin siquiera saludar al
minino, ignorando por completo que este se encontraba sin remera.
-Niall ¿Y Harry? -Casi gruñó cuando no lo vio salir a saludarlo, temiendo que
hubiera pasado lo mismo que aquella vez con Liam.
-Tranquilo, idiota. Está dormido en la sala. -
Niall suspiró con una pequeña sonrisa cuando Louis caminó a paso rápido a la
sala y vio claramente la tensión disminuir de los hombros del mayor al ver a
su minino durmiendo en el suelo, abrazando a uno de los bebés, mientras el
otro se apoyaba en la espalda de Harry y la cola de este caía sobre la pequeña
Doris, usándola como una manta pequeñita. Louis sonrió, enternecido con
esa escena, volteando al fin para prestarle atención al rubio.
- ¿Y tú remera?
-Derramé leche en el comedor, no sabía con qué limpiar así que solo la puse
ahí, antes de que digas algo, Harry no tiene nada que ver, fue mi culpa.
-Oh, vamos, está bien. -Louis se encogió de hombros. - ¿No tienes frío?
Puedes subir a mi habitación y tomar algo, Zayn me dijo que llega en diez o
veinte minutos, dice que te extraña mucho.
-No lo dudo, no puede vivir sin mí, que vergüenza.
Louis rió, acercándose al cuerpo dormido de su bebé junto a los dos
pequeños, admirando con detalle todo el cuerpo de Harry, asegurándose de
que no tuviera absolutamente nada malo, sonriendo cuando vio el biberón a
un lado de su minino.
-Oh, antes de que se me olvide. -Niall estaba a punto de subir las escaleras,
pero se detuvo antes de impulsarse para el primer escalón. - Creo que Harry
está enfermo, no se ha quejado, pero en la tarde le dieron ganas de vomitar,
fíjate que le das de comer.
- ¿De acuerdo? -Louis cuestionó, mentalizándose que de malo podía haberle
dado a su minino. - ¿Crees que este enfermo?
-Quizás debas llevarlo al médico.

CAPITULO 23

-¿Te divertiste?
Niall soltó un suspiro después de escuchar la pregunta de Zayn, no sabía si
todo lo que había pasado en la casa de ricos de Louis contaba como
diversión, pero la pregunta hubiera sido mejor formulada, seguro él habría
dicho que no se había sentido tan comprendido en todos los años que llevaba
vivo, ya a esas alturas quería mucho a Harry, el otro minino se había ganado
un espacio en su corazón desde la primera vez que lo enfrentó, hasta cuando
Niall, antes de irse, a modo de despedida le tiró una almohada en la cara para
despertarlo, burlándose cuando Harry se sentó sobresaltado, buscando con la
mirada a Louis y gritando su nombre entre maullidos.
-Nah, estuvo aburrido. Llévame a comer, Zayn.
-Niall, aún tengo que estudiar historia del arte ¿Sabes? Y por mucho que ame
el arte, me vale una mierda su historia.
-¿Entonces para qué estudias eso?
-Para terminar la universidad, necesito eso.
-Boberías ¿Para qué estudias? Para trabajar, ¿Para qué trabajas? Para morir
igual que todos en una caja, mejor vivamos la vida loca. Vamos a comer, me
follas toda la noche y mañana te quedas a dormir conmigo hasta las seis de la
tarde.
-No tienes remedio.
-No, tú eres quien se complica la vida por tonterías como el estudio y esas
porquerías.
Niall suspiró, inclinándose hacía el lado para tomar la Coca-Cola que Zayn le
había comprado, la abrió, buscando la pajilla en la bolsa y luego la metió en la
botella, mordiéndola, Niall amaba morder la pajilla, así sentía que no se le
escapaba de la boca cuando tomaba su gaseosa, además de que a veces sus
pequeños colmillos le hacían hueco a esa cosa plástica, y más bebida entrada
a la vez entre sus labios.
-Niall... Solo... Solo vamos a casa ¿Quieres?
Zayn ya llevaba un buen tiempo conociendo a su felino, así que sabía que
cuando Niall se cerraba en que sus creencias eran lo correcto, nadie podía
hacerle cambiar de idea, y estaba bien, porque hasta el pelinegro comprendía
que si alguna vez la humanidad pensara como su gatito, sería un estrés
menos en más de la mitad de la población.
-No, quiero ir a comer hamburguesas, Zayn.
-No he leído ni una hoja de las separatas de historia, Niall ¿Sabes qué es lo
peor? El examen es oral, encima de sacar mala calificación, me humillaré
frente a mi grupo de cincuenta personas.
-Deja la universidad.
-No.
-Llévame a comer una puta hamburguesa, Zayn.
Zayn gruñó, presionando con más fuerza el volante del auto, observando al
pequeño rubio con mirada retadora, volviendo después su vista al frente,
encontrándose cerca del desvío hacía Burger King, donde sabía estaban las
hamburguesas que tanto le gustaban a Niall, pero tampoco podía dejarse
someter de esa forma por su novio, ni aunque lo amara tanto, o supiera que
si iban a su casa, Niall no le hablaría hasta que él tuviera que salir en las
madrugadas a comprarle su antojo solo porque el rubio lo quería así y ya,
sino la ley del hielo eterna.
-Es injusto. -Escuchó un lamento del pequeño, observándolo por el rabillo del
ojo. Si Harry le pide algo a Louis, él sale a comprarlo a la hora que sea.
-Harry no habla, idiota.
-¡Ese no es el punto, imbécil! -Niall gritó, aunque después volvió a tumbarse
sobreel asiento, jugando con la pajilla de su gaseosa, soltando un largo y
melancólico suspiro, con uno de esos pucheros que se le hacían irresistibles a
Zayn, y a cualquier persona con capacidad de reconocer lo adorable. - Louis
hace eso porque lo ama, yo quisiera que tú. -El rubio llevó su mano sobre la
que Zayn mantenía en la palanca de cambios, inclinándose hacia adelante,
pestañando repetidas veces, meneando sus orejitas y al final dejándolas caer
hacía los lados. - Quisiera que me ames al menos un poquito de lo mucho
que yo te amo... Y haría todo por ti.
-Por tu puta madre, Niall, para. Bien, iremos por tus malditas hamburguesas.
Zayn dobló en la vuelta debida para dirigirse al Burger King, nunca le
confesaría a Niall que había reducido un poco la velocidad con tal de no pasar
esa curva, porque al final, sin ponerse tan melodramático seguro lo hubiera
convencido, eso o un par de besos no habrían estado nada mal.
-Gobernado. -Susurró el minino.
-¿Qué?
-Que te amo, Zaynie.

Una vez el Malik abrió la puerta, Niall entró caminando tranquilamente, con
su quizás quinta hamburguesa comida en apenas la noche, a medio terminar
en su boca. Zayn soltó un suspiro al ver por fin la comodidad de su casa,
además de su preciosos sofá llamándolo para recostarse en él, con el cuerpo
de Niall al lado del suyo, Dios, eso era vida. Pero luego, girando apenas un
poco más la cabeza a la mesa central de su sala, observó las diez separatas
que tenía que leer para su examen oral del día siguiente, de las cuales había
repasado lo que se dice... Nada.
-Hoy estuve viendo Los Vengadores ¿Te conté? -Escuchó la voz alegre de su
minino, observándolo sentarse con tranquilidad en el sofá, y vaya que Zayn se
moría por ver esa película.
Niall colocó su cola sobre su regazo y continuó comiendo su hamburguesa,
olvidándose del mundo mientras meneaba las orejas ante cada brisa que
entraba por la ventana abierta y apoyaba sus pies sobre la mesa de noche,
incluso sobre las hojas que Zayn tenía que repasar. Si se tuvieran que
entregar, el Malik lo hubiera regañado, pero como solo eran impresiones para
repasar, incluso él había dibujado miles de veces a Niall ahí, en dibujito, claro,
en un modo de comic que tanto se moría por perfeccionar.
-Tengo que estudiar aquí en la sala ¿Por qué no ves televisión en el cuarto?
-Niall asintió, levantándose y caminando a paso tranquilo a su habitación,
preguntándole a Zayn donde estaba su Coca-Cola, cuando se la dio, se fue
con tranquilidad, como el buen niño que era, siempre que estaba comiendo
algo, claro.
+
Había pasado menos de dos horas y Zayn tenía su frente apoyada sobre su
escritorio en la sala, absolutamente nada de lo que leía le entraba en el
cerebro, y la parte más desesperante de esto era que escuchaba las
constantes risas de su pequeño gatito desde su cuarto, burlándose por
algunos vídeos graciosos que estaban pasando en el noticiero. Niall había
salido un par de veces para ir a buscar algo de comer, por suerte aún
quedaban sobras del día anterior cuando pidieron pizza, eso sí sobras se les
puede decir a los pedazos que Zayn escondió para que Niall no arrasara con
todo y después tuviera hambre de nuevo.
- ¡ZAYN! ¡Zayn, corre! ¡Mira esto!
Escuchar los gritos alarmados del minino fue suficiente para despertar al
mayor, casi corriendo hacía la habitación, y soltando el aire de sus pulmones
cuando se encontró con Niall sentado al borde de la cama, manteniendo su
mirada en la tele, moviendo su vista solo lo suficiente para encontrarse con
Zayn y señalar al aparato.
-Es Harry.
Zayn caminó a paso tranquilo hasta sentarse al lado de Niall, admirando las
figuras que aparecían en la televisión, un hombre de poco más de treinta
años en un canal de noticias, presentando la imagen del pequeño Harry en
sus manos, y otra más grande al lado de él, colocada en la pantalla. Era Harry,
de eso no cabía duda, sus ojos esmeralda apagados, y sus rizos chocolate
desordenados, además de que ese Harry no sonreía, pero era él, no cabía la
menor duda. El anuncio fue el típico del que Louis le había hablado, al
parecer ese sujeto era muy reconocido en Tokio como un empresario de una
tienda de juguetes infantiles, él decía haber perdido a su gatito en un viaje de
negocios que hizo hacía Londres, así que necesitaba que se lo regresen
porque lo extrañaba mucho, además de ofrecer una gran suma con muchos
ceros, que apareció en la pantalla.
-Zayn... Yo lo conozco.
La voz aterrada de Niall le erizó la piel al pelinegro, quien volteó alarmado,
encontrándose con su pequeño temblando, sin despegar su vista de la
televisión, aunque el anuncio ya había desaparecido y el programa se fue a
comerciales.
-Yo-Yo... Ese hombre, Zayn.
Zayn atrajo a su minino contra su pecho, cargándolo con cuidado, hasta
sentarlo sobre sus piernas, dejando que el gatito enredara su cola alrededor
de la pierna del mayor y sus brazos los mantuviera en su cuerpo, en un fuerte
abrazo mientras se aferraba a la tela de su remera. Zayn acarició dulcemente
los cabellos de Niall, sintiéndolo temblar aún, repitiendo una y otra vez que
conocía a esa persona.
El mayor perdió la cuenta del tiempo que mantuvo a Niall en brazos, solo
sabía que ya se habían recostado, realmente a él no le importaba su examen
si su minino se encontraba mal, porque Niall era la única prioridad de su vida,
su gran amor, su pequeño niño malcriado y en ese mismo momento tan
vulnerable como un bebé recién nacido.
-¿Por qué quiere a Harry?
Escuchó la voz aguda y temblorosa de su novio, separándose lo suficiente
para observar el rostro lleno de lágrimas de Niall, sintiendo los pequeños
dedos del gatito aferrarse más a su remera, temiendo que Zayn fuera a
apartarse.
-Estoy aquí, mi amor, no me iré a ningún lado. -Niall asintió con la cabeza,
acurrucando su rostro contra el pecho del mayor.
-¿Por qué quiere a Harry? -Repitió el minino.
-No lo sabemos. Louis solo me comentó que cuando Harry huyó, ese sujeto se
encargó de buscarlo hasta bajo las piedras, por eso nos quedamos unos días
en casa de Louis, para ayudar a eliminar los rastros de otro minino, con mi
minino. Acarició dulcemente la espalda del pequeño rubio, escuchándolo
sorber por la nariz.
-Re-Recuerdas... Hmm. ¿Recuerdas lo que te conté el otro día? -Niall respiró
profundamente, llevándose el olor del Malik, su perfume, su aroma,
queriendo relajarse con lo único bueno que le había pasado en la vida, con la
persona que lo estaba cuidando en ese momento. - Nadie quiere a los gatos
que no son vírgenes.
Sabes que yo te amo, Niall. únicamente por las preciosas palabras de Zayn. -
No me refiero a eso... ¿Lo recuerdas?
Lo sé. -El gatito suspiró, sintiendo como la tensión bajaba de sus hombros
solo y -Sí, Niall, no es lindo recordarlo, me dan ganas de matar a todos los
desgraciados que... Les hicieron eso. -Ni siquiera Zayn tenía la capacidad de
decir con totalidad lo que había sucedido, era la cosa más horrible del
mundo, el acto más desagradable e inhumano.
-Ese hombre es mi desgraciado.
A Zayn le tomó menos que un par de segundos comprender lo que Niall le
estaba diciendo, y entonces pudo dejar imaginarse el rostro del ser más
despiadado que podía existir, ya tenía la imagen de la persona más
desgraciada, inhumana e imperdonable de la humanidad, presionó su puño,
sintiendo sus ojos arder de la impotencia, y esas ganas de levantarse solo
para ir y golpear a ese maldito desgraciado, pudo hasta ver a un Niall,
idéntico al que estaba admirando en ese momento, el mismo Niall, un
inocente pequeño que le tocó vivir la noche más desagradable para cualquier
ser viviente, esa donde te quitan una parte importante de ti, y te vuelven, te
vuelven alguien completamente diferente, roto, destrozado, Niall estaba tan
roto, y él lo curaría, le sanaría una a una las heridas hasta que solo sean
cicatrices, pero Zayn comprendía muy bien que ninguna cicatriz profunda se
iba para siempre.
-Zayn. -
Escuchó el llamado del pequeño, regresándolo a la realidad, quitando la
tensión de su cuerpo cuando observó a su Niall ya apartado meneando las
orejitas rubias de su cabeza, mirándolo atentamente a los ojos con ese azul
encantador, y sus mejillas cubiertas de rastros de lágrimas secas.
-Hazme el amor ¿Si? Por favor. Dame tu amor, dime... Dime que soy tuyo y
que nadie nos separará nunca ¿Puedes? Te lo ruego.
Y Zayn accedió, porque él también quería hacerle el amor a su minino, quería
que Niall comprendiera cuanto lo amaba, y todo lo que haría por él, incluso
dar su vida todas las veces que fueran necesarias, se mataría con tal de
cambiarle el pasado a su gatito, aunque eso significase nunca haberlo
conocido, aunque eso quisiera decir no tener a Niall, el ángel de su mundo, él
deseaba poder rectificar el pasado, por primera vez en su vida, quería volver
el tiempo, con tal de un Niall feliz.
Le sacó con sumo cuidado la remera, y luego bajó su short, dejándolo
únicamente con esa ropa interior pequeña, de un color gris, mientras se
levantaba de la cama y se colocaba frente al cuerpo de Niall, quitándose su
remera por sobre sus hombros, tirándola a un lado, desabrochando el botón
de su jean para arrodillarse en la cama y gatear hasta colocarse sobre el
cuerpo del más pequeño, con sus rodillas y manos a los lados de su minino.
-Te haré el amor. -Le murmuró cerca de su cuello, besando la clara piel de
Niall, sintiendo la tensión de este alrededor de su cuerpo, no era su primera
vez, pero considerando que para Niall, follar y hacer el amor eran
completamente iguales, que le esté rogando porque hiciera uno y no otro,
hacía de esta vez una completamente diferente. - Quiero que gimas mi
nombre, bebé, y que se quede marcado en tu ser. Para mí eres la criatura más
hermosa sobre la faz de la tierra.
Las dulces palabras de Zayn lo volvían a la vida, sintiendo la calidez de sus
besos bajando por su pecho, llevando sus manos para arañar su espalda,
gimiendo a causa de las dulces mordidas del mayor sobre sus tetillas,
besándolas, succionando en esa piel sensible, llevándolo a alzar sus caderas,
siendo la suficiente ayuda para que Zayn le quitara el bóxer, dejándolo
completamente desnudo.
-Zayn. -Niall gimió cuando el más alto molió sus caderas contra su cuerpo,
sintiendo la áspera tela del jean sobre su erección, jadeando de otro roce de
ese rudo vaivén. - Oh Zayn. -Una de las manos del minino arañó la espalda del
mayor, pidiendo más, deseando recibir todo de su novio.
El rubio jadeó, sintiendo como una de las manos del Malik tomó su miembro,
estimulándolo firmemente, hasta tenerlo lo suficientemente duro para poder
continuar, observando el rostro de Niall, sin perderse ninguna de sus
expresiones, de sus gemidos llenando la habitación. La mano larga de Zayn se
sentía tan bien, como siempre, su miembro siendo bombeado por esos dedos
de este, presionados por su palma.
-No... No toques mucho... Me voy a correr. -Niall hizo un puchero, observando
la sonrisa traviesa en los labios del mayor, inflando las mejillas, aunque un
fuerte apretón en su pene logró hacer que soltara el aire, liberando una
especie de maullido. Sorprendido, Niall se cubrió la boca con sus dos manos,
pero luego alejó una para colocarla sobre la boca de Zayn, eso cuando vio que
esté quería decir algo. - No-digas-nada-o-te-la-corto, Malik.
-Maullaste.
- ¡Cállate!
-Quiero escucharlo de nuevo.
-En tu puta tumba lo vas a escuchar.
-Oh, parece que mi novio no comprende aún en qué situación se encuentra.
La sonrisa burlona de Zayn se agrandó, dejando que uno de sus dedos roce la
pequeña y contraída entrada del minino bajo su cuerpo, sintiendo la tensión
aumentar en pequeño, encogiendo sus piernas, sintiendo los dulces besos de
Zayn por todo su rostro. El Malik dibujó pequeños círculos alrededor del
agujero, hasta que sin decir nada, hundió uno de sus dedos, observando a
Niall bajar sus manos, aferrándose a las frazadas de la cama, enterrando sus
diminutas uñas en esta.
-Mierda, Zayn. -Niall arqueó su espalda, sintiendo con claridad el dedo del
más alto moviéndose en su entrada, abriéndolo para él, y la intensa mirada
de este sobre su rostro, obligándolo a cerrar sus ojos, sabiendo que se estaba
sonrojando en ese instante. - Eres un... Eres un hijo de...
-Me amas. -Zayn ingresó otro dedo, separándolos en ese estrello lugar, con su
propio miembro haciendo presión contra su bóxer, él aún conservaba la parte
inferior de sus ropas, solo dejando que su pequeño esté listo para él. - Me
amas mucho, y me extrañaste todo el día.
-Mierda, sí, sí... Dios ¡Sí! Te amo. -Niall movía sus caderas al ritmo de los
dedos, necesitando de más, quería a Zayn haciéndolo suyo.
Después de prepararlo lo suficiente, Zayn se terminó de quitar la ropa, al
menos hasta más abajo de las rodillas, alineando su miembro a la altura de la
entrada, sacando sus dedos y apoyando de nuevo sus dos manos a los lados
de la cabeza del minino. Niall estaba hecho un mar de sensaciones,
dejándose hacer como Zayn desease, a él no le molestaba si era él, de hecho,
Niall jamás se había sentido bien teniendo sexo, de no ser por Zayn.
- ¿Listo? -Mordió juguetonamente la barbilla del pequeño, recibiendo
unaafirmación con la cabeza de los ojos llorosos del rubio, meneado sus
pequeñas ojeritas, observándolo con un puchero. - Eres tan hermoso. -Besó
los labios de Niall con desespero, devorándolos hasta que en un fuerte
movimiento se hundió con profundidad entre las piernas del pequeño,
volviéndose uno, sintiendo esas paredes abrazar su miembro, obligándose a
aguantar un orgasmo debido a tal estrechez.
-Mué-Muévete. -Las manos de Niall abrazaron la espalda de este, arañando
su piel, dejando sus huellas como cada vez que lo hacía suyo, a Niall le
gustaba marcar a su pelinegro novio. - Vamos, Zy, dámelo todo.
-Tus deseos... Son ordenes, bebé.
-¡Ah! -Zayn inició con las embestidas, rápidas, profundas, golpeando una y
otra vezel interior de su pequeño, que importaba si al día siguiente tenía dos
exámenes, de los cuales solo había estado estudiando para uno y del otro no
sabía ni una mierda, a él solo le importaba darle amor a su pequeño gatito, y
que mejor que hacerlo de esa forma, todo sea por el bien de Niall.
+
-Niall... Reprobé historia del arte.
-Eso te pasa por idiota.

CAPITULO 24
Con un demonio ¡Sí, Zayn! Entiendo eso pero...
Louis dejó la oración a la mitad, acariciando con más cuidado la espalda de su
minino, observándolo agarrar fuertemente su mano libre, mientras su otra
manita se encontraba en el protector de asiento del escusado, con Harry casi
apoyando su barbilla, jadeando una vez Louis jaló la palanca, le gustaba ver el
agua limpia llevarse eso asqueroso que salía de su boca, además de los dulces
mimos del mayor, con su celular pegado al oído, hablando con Zayn.
-Él está mal, Zayn, es la tercera vez que vomita y siempre es lo que come o
cuando está en la cocina, también se queja de dolor de estómago y mierda, te
juro que no sé qué hacer.
Al Malik se le partía el alma al escuchar a su amigo de esa forma, observando
a Niall sentado a su lado, en la cama, el minino llevaba buscando una mejor
forma de escuchar lo que Louis decía, hasta que el mayor se compadeció de
él y colocó el altavoz.
-Louis ¿Cómo está Harry? -La voz preocupada del rubio sorprendió a ambos
chicos, pero ninguno dijo nada al respecto, no era el momento.
-No está bien, Niall. Tengo que llevarlo al médico.
-Pero no puedes, sabes qué pasará si lo llevas al médico. Louis, lo hemos
visto, ese sujeto sigue buscando a Harry y hay mucho dinero en juego,
cualquiera puede darle una pista si lo ven llegando al hospital, sea el que sea.
- ¡Te dije que ya lo sé! Zayn... Lo sé.
Harry se alejó del retrete para acurrucarse con el mayor, quien al instante se
levantó, junto con su pequeño, llevándolo al caño para ayudarle a cepillar sus
dientes, y luego cargarlo con mucho cuidado, directo a la cama, mientras oía
los preocupados maullidos del minino, acariciándole la mejilla a Louis,
queriendo que se calme.
¿Cómo hacerlo si veía a su pequeño Harry pálido? No estaba bien, menos de
un día así y ya sentía que su corazón se le saldría si no hacía algo para
cambiar eso.
Sus planes de mudarse se vieron interrumpidos cuando Harry pasó una mala
noche con dolores estomacales, por órdenes de su madre Louis se quedó con
ellos, al día siguiente empezaron las náuseas y vómitos, hasta la actual
madrugada, cuando su cabeza estaba reventando sin saber qué hacer.
-Louis, Harry dice que por favor te calmes, no le gusta verte así. -Louis
escuchó la voz de Niall a través del auricular del celular y acarició los suaves
rizos de su gatito, él lo sabía, nadie conocía a Harry como él, Louis podía
reconocer esa mirada llena de preocupación, pero si seguían así él podía
perderlo, Harry era frágil, pequeño, delgado, quizás había engordado un poco
después de todo, pero su cuerpo aún parecía hecho de trapo, esos
muñequitos que quieres cuidar y proteger hasta de la más mínima caída.
-Yo sé, es solo que... Tengo miedo.
Zayn y Niall oyeron el sollozo de Louis, y Harry pudo ver esas pequeñas
lágrimas escapar de los hermosos ojos, resbalando por sus mejillas, Harry se
incorporó en la cama, sentándose para acurrucarse contra el cuerpo del
mayor, sintiendo sus ojitos aguarse ahora, él no quería ver a Louis llorar, y
verlo era más doloroso que cuando su pancita lo molestaba, mucho peor,
Harry pediría mil dolores de pancita más fuertes, todo porque Louis deje de
llorar.
-Chicos... No quiero... -Louis abrió los ojos, ya rojos por las lágrimas y la
presión que ejercía en estos por mantenerlos secos, admirando el suave
rostro de Harry, sus preciosos esmeralda brillando aún entre tanta oscuridad,
oyendo los dulces "Meow" tan preocupados, tan suaves, sintiendo los labios
del minino darle tiernos besos. - No puedo perderte, Harry. -Juntó su frente
con la del gatito, sintiendo sus rizos hacerle cosquillas en esa zona, no podría
vivir sin eso, era imposible.
- ¿Amor?
Louis se tensó, estirándose en su lugar, girando la mirada hasta la puerta de la
habitación, observando a su madre ahí, acercándose preocupada cuando se
encontró con su hijo llorando, escuchando los maullidos de Harry, aún sin
entender, supuso que el minino intentaba explicarle lo que había sucedido.
Louis cortó el teléfono y pasó sus manos por sus ojos, quitando las lágrimas
antes de que llegue su madre y se siente a su lado, acariciando la mejilla de
su hijo.
-Siento si te desperté, mamá. -Louis gimió, aun sintiendo como las lágrimas
de impotencia querían seguir escapando de sus ojos. - Es solo que... Hablaba
con Zayn y...
-No me despertaste, Louis. Vine a ver como estaba Harry.
-Meoow. -Jay acarició con ternura detrás de la dulce oreja del más pequeño,
sintiendo el rostro de Harry sobándose contra su brazo, escuchando el suave
ronroneo ¿Para qué mentir? Ella, al igual que cada persona en esa casa le
había agarrado un cariño increíble al pequeño minino, Harry era la inocencia
pura, y Jay aún se sentía culpable porque el primer vomitó del gatito fue
cuando le estaba ayudando en la cocina, aunque no comprendía que ocurría,
Harry comía saludable, de hecho lo alimentaban con lo mismo que a sus hijas,
y hasta la misma leche cuando deseaban engreírlo, cosa que terminaban
haciendo toda la familia.
-Vomitó de nuevo hace un rato. -Murmuró Louis.
-¿Lo llevarás al médico?
-No puedo, mamá, si ni tú sabes que tienes, tendrían que analizarlo y si
alguien más lo ve... Pueden llamar a los hombres esos, Zayn me dijo que lo
vio ayer, sigue buscándolo... El maldito desgraciado no ha parado de buscar a
Harry ni aunque ya ha pasado más de un mes.
-Pero debes.
-¡Lo sé, mamá! ¡Lo sé! -De nuevo su vista se llenó de agua, pero ahora a
Louisno le importó no llorar, estaba enojado, dolido, se odiaba por no poder
comprender que era lo que le ocurría a Harry, pero más se odiaba por no
querer llevarlo al médico, sabiendo que era lo mejor, aunque podía perderlo
para siempre.
-Louis, espera, creo que tengo una solución.
Louis alzó la mirada a su madre de nuevo, observándola salir de la habitación,
mientras Harry meneaba la cabeza, inclinando una de sus orejitas, volteando
después a observar al mayor, quien tampoco comprendía mucho de lo que
estaba ocurriendo. Acarició con dulzura detrás de la oreja del minino y le
acomodó algunos rizos despeinados, besando sus labios suavemente, en lo
que esperaba a que vuelva su madre, aunque estaba seguro de que no
encontraría solución que él ya no la hubiera pensado y descartado.
-¿Cómo te sientes?
Harry se arrodilló en la cama, bajando la mirada a su pancita y alzándose la
remera de Marvel que se había puesto, junto con unos pequeños bóxers. El
minino tocó su pancita y gruñó, indicándole a Louis que su estómago hacía
ese ruido, el mayor rió, llevando su mano hasta la suave piel del abdomen del
pequeño, suspirando.
-Me encantaría saber que tienes... Y pasarme ese dolor, Harry.
Harry maulló, negando con la cabeza, hasta que ambos observaron a Jay
entrar a la habitación con el teléfono inalámbrico de la casa y un cuaderno en
su otra mano, ella le entregó el teléfono a Louis, revisando entre cada página,
repitiendo un nombre entre sus labios, en un susurro, para no olvidarlo: Anne
Cox.
-Aaaa. -Harry alargó la "A" del nombre de esa mujer, llamando la atención de
Louis, quien le sonrió, besando la punta de su nariz.
-Sí amor, es "A" de "Amo", pero luego viene la "ne" ¿Puedes decirla?
-Hmm. -Harry bajó la mirada, empezando a luchar contra su lengua para que
le saliera la sílaba que Louis había pronunciado, mientras este acariciaba su
dulce cabello y observaba la cola de Harry menearse, bajándole la remera
que hasta ese momento aún la tenía algo alzada. Louis rió cuando Harry dijo
una sílaba equivocada y besó su entrecejo, eliminando así el gracioso sello
fruncido del minino. - Aaaaanne. No es tan difícil amor.
-¡Aquí está!
-¿Aaaaa...nne?
-Sí, Harry, Anne. -Habló Jay.
El minino sonrió, sintiendo los brazos de Louis cargarlo y colocarlo sobre sus
piernas, mientras le llenaba el rostro de pequeños y dulces besos, con el
gatito riendo a causa de las cosquillas de los labios del mayor, ronroneando
contra este.
-Ese es mi pequeño.
-Louis, te digo que la encontré. -Jay suspiró, observando a su hijo engreír a su
bebé, y no era para menos, en ese tiempo en casa, Harry ya había aprendido
a decir su nombre y el de sus hijos, Louis no podía estar más emocionado,
aunque el minino aún lo decía con su cierta paciencia, suavemente y lento,
igual se le entendía, las niñas reaccionaban más rápido a sus llamados que a
los de su misma madre.
-Mamá, no tengo ni idea de quién es esa mujer.
-Anne Cox. -Habló Jay, como si no fuera lo más obvio del mundo. - Es una
amiga mía, Louis, ella trabajaba junto a mí como enfermera en el hospital,
hace ya muchos años, casi quince, creo. - Suspiró ella, observando con
nostalgia el número garabateado en la hoja que sostenía firmemente, para
que no se le perdiera de nuevo. - No estoy segura de que fue de ella, un día
solo abandonó el empleo, fue después de la muerte de su hijo.
-¿Falleció su hijo? -Louis dejó de besar a Harry, prestándole atención a
sumadre.
-Recién nacido, los doctores dijeron que nació muerto. La recuerdo porque
Anne nunca dejó de decir que ella escuchó a su pequeño llorar antes de
quedar dormida, sin embargo nunca pudo comprobarlo, al final solo
abandonó el hospital cuando le mostraron el cadáver de su bebé.
-Wow... Debió ser duro.
-Por suerte nunca he pasado por eso. -Jay estiró su mano hasta alcanzar la de
su hijo, dándole un suave apretón. - Creo que si hay alguien que puede
ayudarnos, es ella, solo espero continúe conservando el número celular que
me dio.
-¿Por qué podría ayudar ella? Sin ofender mamá, pero si tú no pudiste
encontrar lo que tiene Harry ¿Por qué ella sí?
-Hace un par de años, ella me llamó y hablamos después de muchísimo
tiempo, me dijo que luego de sobrellevar lo de su hijo, ella y su hija mayor se
unieron a un programa de protección infantil, con la finalidad de salvar las
vidas de niños traficados o robados.
-¿Y?
-Es una organización que está en contra de todo lo que tenga que ver con la
fabricación de... -Jay miró a Harry, pensando bien que palabra usar.
Pequeños, iguales a Harry. -Louis iba a hablar, pero de nuevo su madre lo
interrumpió, notando su impaciencia. - Louis, te estoy diciendo que ella y el
lugar donde trabaja están en contra de todo maltrato a los niños, me dijiste
que Harry tenía marcas de golpes cuando lo conociste ¿Verdad? -El castaño
asintió. - Puedo decirle eso a ella, y llevar a Harry a ese lugar, supongo que
deben tener su propio hospital en sus instalaciones, así se evitan la
exposición de niños en algún lugar público.
- ¿Y dices que ella puede ayudarnos? Mamá, Harry no es mío con papeles y
eso, bien puede ayudar o puede llamar a ese hombre para que vaya por él
más rápido.
 -Si le explicamos tu situación, sé que ella ayudará, no es como que tú
maltrates a Harry, ese sujeto sí lo hacía, sin contar lo que me dijiste de Niall.
-Zayn ya me dejó en claro que Niall no hará nada por dañar a ese hombre,
mamá, y es la palabra de un gato contra la suya.
-Pero Anne confiará en ti.
-¿Por qué lo haría? No la conozco.
-Porque eres mi hijo.
Louis bajó la mirada, se había distraído de su pequeño y este ya estaba
descansando en sus brazos, acurrucado contra su pecho, con sus piernas
encogidas y abrazando su larga y castaña cola. Acarició los dulces rizos del
minino, meditando un poco, su mamá tenía un punto y él no lo había
pensado, sin embargo también tenía las de perder, una cosa era una vieja
amistad de su madre y otra muy diferente toda una organización que no
querría meterse en problemas con un millonario solamente por un gato, uno
de los muchos que debían existir en el planeta. Pero Jay no estaba diciendo
que Louis les fuera a pedir ayuda, solamente necesitaba que revisen a Harry y
volver, incluso si convencía a su madre o esa señora, podían usar su sala de
enfermerías o lo que fuera y luego irse, sin hacer mayor escándalo.
-¿Ese es su número?

CAPITULO 25

Louis estacionó el auto fuera de un gran edificio abandonado, lo que sí un


edificio inmenso. En realidad no era difícil darse cuenta que estaba
abandonado, la pintura se había descascarado en muchas partes de este y los
colores apagados, eso sin contar las ventanas sucias. No entendía porque
Anne los había citado en ese sitio, pero si fue una estrategia para que sepan
que ningún viejo millonario estaría esperándolo, era una muy buena, porque
no creía capaz a ese enfermo de llegar hasta ese lugar tan muerto, además de
que aparte de su choque detenido con Harry adentro, ningún otro se podía
observar a muchas cuadras a la redonda.
Suspiró, dejando la puerta abierta mientras esperaban a la mujer, no estaba
del todo de acuerdo con lo que haría, pero pasar la noche con su madre y
luego lo largo del siguiente día solo viviendo uno a uno los dolores de Harry
lo iba a terminar matando, él tenía que hacer que si niño comiera algo más
que no fuera leche, o Harry podía terminar con alguna enfermedad por falta
de proteínas y nutrientes en su cuerpo.
Observó a su minino, lo hubiera llevado durante el día pero tenía miedo de
que alguien en las calles lo reconociera, así que citó a Anne a las diez de la
noche, y fue bueno, ni un alma caminaba por esas calles tan desiertas, sin
embargo tenía a su bebé más dormido que despierto, cabeceándose en el
asiento trasero del auto, observando por segundos a Louis y regalándote una
sonrisa cansada, junto con unos cuantos maullidos.
-Puedes dormir, mi amor, no has estado durmiendo bien en los últimos días.
-Las palabras preocupadas del Tomlinson no le gustaban a su minino, él de
por sí odiaba preocuparlo, sentía y sabía que todo lo que estaba pasando era
por su culpa, pero en sus conversaciones con su pancita no lograba hacerle
entender que tenía que dejar de doler, incluso le hacía mimitos para que no
ande enojada, porque Harry comprendía esos dolores como que su estómago
estaba enojado, y por eso hacía que le doliera tanto y quisiera vomitar.
Negó con la cabeza, llevando una de sus manitas a su ojo derecho, sobándolo
suavemente para quitarse el sueño y menear las orejas, intentando
despertarse, no quería dejar a Louis solo. Pasaron alrededor de diez minutos
en los que Louis le acariciaba los dulces rizos a su pequeño, ya había acostado
por completo el asiento del conductor, y de esta forma llegó hasta Harry,
recostándolo sobre sus piernas, con la puerta entreabierta, acariciando los
traviesos rizos, escuchando el dulce ronroneo del minino.
Louis escuchó un ruido algo fuerte, de metal raspando y giró su cabeza hacía
la entrada del gran edificio, observando como la puerta principal se abría, y
de ahí provenía el molestoso sonido, incluso la entrada parecía de lo más
oxidada con su metal negro y sucio. Vio aparecer a una señora, quien salió y
se acercó directo al auto del castaño.
Ojos bonitos, una sonrisa encantadora y su rostro con algunas pequeñas
arrugas, la mujer le recordó mucho a su madre, y estaba seguro de que esa
era una buena señal. Ella se acercó tranquila, paseando su mirada desde
Louis hasta el pequeño que descansaba en sus piernas. Al comienzo, el
instinto del mayor fue abrazar a Harry, pero ella no parecía peligrosa, esos
ojos tristes no podían hacerle daño a nadie.
-¿Eres el hijo de Jay?
-Louis. -Él extendió su mano hasta la señora, y ella la tomó, pero al hacerlo
Harry soltó un sonidito parecido a un maullido, él solo sabía que Louis había
dejado de hacerle caricias, y quería más. -Y él es Harry.
Anne asintió, admirando al pequeño de rizos por unos segundos, era
adorable, demasiado, ella había visto muchísimos de esos mininos a lo largo
de su vida y sin duda ese era uno de los más preciosos ante sus ojos,
provocaba llenarle el rostro de besos por su ternura, incluso dormido, ahora
comprendía porque ese gatito era tan especial.
-¿Pasamos ya? Corre aire y no creo que eso sea bueno para Harry.
Louis supuso que ella no había dicho su nombre porque él ya lo sabía, así que
asintió con la cabeza, pidiéndole a Anne que por favor coja una manta que
había traído, grande, de un suave color rosa, mientras tomaba el cuerpo
dormido de su pequeño y lo cargaba tal cual bebé en sus brazos, colocándole
la manta encima, evitando así que se resfríe por el aire. Lástima que no
encontró un color más masculino, pero era de una de sus hermanitas cuando
fueron bebés, y a Harry le gustó mucho, mucho el color.
Caminaron hasta entrar en ese enorme lugar, a Louis no le molestó tanto,
aunque se sorprendió por el hecho de que alguien pudiera vivir en ese sitio
de mala muerte, apenas la puerta principal se cerró, después de ese
insoportable chirrido que soltaba al moverse, Anne prendió una luz que le dio
cabida a un enorme corredor, con las paredes blancas y pequeñas lozas rojas
por las partes bajas. Él siguió a la mujer, admirando lo que se dice "Nunca
juzgues un libro por su portada" porque increíblemente, mientras avanzaba el
lugar lo sorprendía más y más.
Un pasillo lleno de puertas a los lados, dándole paso a enormes habitaciones
captó toda su atención, suspirando cuando observaba los pequeños
ventanales con niños dentro, aunque todos estaban dormidos y con las luces
apagadas, bueno, era entendible, Anne había tardado aproximadamente
media hora en salir, así que los pequeños debían estar durmiendo a las casi
once de la noche.
Caminaron hasta llegar a una habitación un poco más grande, y la única con
las luces prendidas, ella y Louis entraron, cuando la mayor le indicó a Louis
que deje a Harry en una camilla, rodeada de aparatos raros. A él se le puso la
piel de gallina, vaya que había olvidado que su odio a los hospitales era por
eso, tantas máquinas que no conocía, con personas que sabían mucho más
que él podía ser insoportable.
-Tiene el sueño profundo. -Habló la mujer, captando su atención, observando
con detalle al pequeño dormido, quien apenas sintió cama se acurrucó en
esta, encogiendo su cola y maullando, con el ceño fruncido. Louis sonrió,
acercándose al minino para tomar su mano y besarla, dibujándose una
sonrisa en su rostro cuando Harry cambió de expresión, a una ligera sonrisa,
quitando toda tensión de su cuerpo.
-No duerme si no está conmigo. -Giró su rostro a Anne, pidiéndole disculpas
con la mirada por no contestarle a su pregunta.-Y sí, si me siente, suele
dormir mucho, aunque últimamente no lo ha hecho, por sus dolores
estomacales.
-Háblame de eso, Jay me adelantó un poco pero duerme contigo ¿No? Tú
debes saber de eso.
Louis acarició con su pulgar el torso de la mano de su pequeño, mientras
suspiraba, observándolo dormir tranquilo, eso porque no había comido nada
desde a mañana, en realidad estaba esperando que le dieran lo que
necesitaba para los náuseas y luego llenarlo de comida, porque no lo había
alimentado como se debía y eso hacía que sintiera una fuerte opresión en su
pecho.
-Comenzó el domingo que acaba de pasar, yo tuve que salir y lo dejé con un
amigo, en la noche cuando llegué él me avisó que Harry había sentido
nauseas, pero pensé que quizás se debía a que ese amigo mío le dio leche sin
calentar, incluso los bebés que tenemos en casa pasaron una noche llena de
diarreas por eso, pero nada preocupante, supuse que con Harry pasaría lo
mismo, pero ya al día siguiente, cuando estaba ayudando a mi mamá con la
cocina solo vomitó, ni siquiera tuvo tiempo suficiente de avisar, es un niño,
supongo que no sabe contenerlas muy bien. -Anne asintió, dejándole en claro
que estaba escuchando atentamente toda la historia. -Ese día lo hizo tres
veces, esa primera, después de comer y luego de la cena, ahí fue cuando mi
madre la llamó, ha pasado un día y solo ya vomitado una vez, pero es debido
a que solo le he dado de comer una vez hoy.
Anne asintió, mordiéndose el labio al observar la preocupación en el joven
chico frente a ella, Louis se veía tan cansado, él tenía unas ojeras
considerables y ni siquiera hablaba de su falta de sueño, su mundo se
resumía en la impotencia que sentía de no poder ayudar al pequeño minino,
e incluso ella admiró esos ligeros temblores de su cuerpo, lleno de rabia,
angustia.
- ¿Algo más?
-No que yo sepa, Harry no habla, entonces no puede decirme si comió algo
malo, además de que cuando vomita solo llora y llora, hasta que lo calmo.
-De acuerdo. -Ella se acercó hasta Louis y colocó amistosamente una mano
sobre el hombre del castaño, regalándole otra sonrisa.- No hay problema,
Harry es un bebé un poco grande, podemos hacerle análisis sin temor a que
no los resista, y de eso me encargaré yo ¿Está bien? Tú solo mantente a su
lado y ayúdame calmándolo, es mejor cuando está dormido, así no se queja o
no se mueve si algo le asusta.
-Sí, yo me encargo.
Anne le tendió una silla a Louis y este se mantuvo al lado de su pequeño,
Louis besó los pequeños nudillos de su pequeño, observándolo dormir
tranquilamente, mientras a su lado Anne se vestía como era debido, con los
implementos médicos, iniciando por sacarle una muestra de sangre al
pequeño, si algo iba mal en su sistema, lo sabrían por ello, además de si tenía
las defensas bajas, tres días sin comer bien no eran algo bueno para alguien
tan pequeño como Harry.
El minino gimió en sueños cuando lo pincharon, pero no hizo nada, solo
continuó durmiendo, hasta que Anne tomó las muestras necesarias de sangre
y asintió con la cabeza hacía Louis, entregándole el algodón para que coloque
en el brazo del minino, limpiándolo.
Ella dejó las muestras de sangre del pequeño a un lado y le indicó a Louis que
colabore para que Harry acueste su cuerpo recto, con toda la espalda
apoyada en la camilla. Lo hicieron con algo de esfuerzo, mientras ella alzaba
la remera del pequeño y tocaba en distintas zonas de su abdomen, iniciando
desde la parte más baja, observando atentamente el rostro de Harry.
-A veces. -Inició ella. -No hace falta que un bebé hable para comprenderlo, su
rostro dice muchas cosas. -Continuó tanteando con sus dedos en distintas
partes, pero ninguna le causaba mayor dolor o un cambio en la expresión al
minino que dormía tranquilamente, disfrutando de los mimos de Louis sobre
sus rizos.
Anne frunció el ceño, esperaba encontrar que fueran simples gases o algo
menor dependiendo de la zona donde tocaba, pero al no recibir ninguna
señal de Harry, esperó que en las pruebas de sangre que le había sacado
pudiese encontrar que sucedía exactamente con él.
-Bueno, es todo.
-¿Qué? ¿Eso y ya?
-No, Louis, debo analizarlas.
Louis volvió a arropar a su pequeño, soltándole la mano solo para cargarlo en
sus brazos, pero ahora en una posición diferente, necesitó despertar a Harry,
sí, pero le
ayudó porque el pequeño gatito enredó sus piernas alrededor de la cintura
del Tomlinson, ocultando su cabeza en su cuello, rodeándolo con sus brazos,
dejando un dulce besito sobre la piel del cuello del castaño.
-¿Y cuándo tendrá la respuesta?
-Si todo sale bien, mañana ¿Pueden volver mañana a esta hora?
-¿No puede decirme lo que tiene y lo que debe tomar por teléfono? Es que
eso de estar sacando a Harry a tan altas horas de la noche no me parece bien.
-De acuerdo, tienes razón. -Anne suspiró, pensando por unos segundos antes
de asentir. - Hagamos esto, si no es nada grave, te lo diré por teléfono, pero si
pienso que es necesario, te pediré que vengas y traigas a Harry, quizás el
análisis de sangre no sirve de nada, así que necesitaré hacerle radiografías,
quizás tenga algún hueso de su cuerpo dañado que le esté causando ese
malestar en el abdomen.
-¿Es posible eso?
-¿Se ha caído o golpeado a gravedad?
-No, estoy casi seguro que no. -Louis suspiró, ese día con Niall no podía
contar como un día lleno de la seguridad de que su pequeño no se había
golpeado. - Odio el "casi" -Dijo, con una amarga sonrisa.
-Todos, Louis. En cualquier caso, yo te avisaré ¿De acuerdo? Por ahora solo
dale lo que puede pasar, sea lo que sea, tiene que tener algo en el estómago,
no puede seguir así.
Una vez el mayor asintió, ambos caminaron de nuevo por todo el recorrido
cuando entraron, una vez afuera, Louis le dio las gracias a Anne y le pidió que
por favor lo llame lo antes posible. Cuando se dio la vuelta, Harry abrió sus
pequeños ojos y alzó su rostro, observando el lugar y a la mujer que estaban
dejando en este. La mayor sintió una corriente recorrer su cuerpo cuando
esos hermosos ojos verdes llenos de sueño se mantuvieron observándola por
segundos, hasta que el minino se arrulló de nuevo contra la piel de Louis, y el
corazón de Anne dejó de latir tan fuerte.
Ella no sabía porque, pero ese gatito y su bienestar se habían vuelto una
prioridad.
+
El día siguiente transcurrió con normalidad, Harry pasó la mañana y la tarde
jugando con Phoebe y Daisy, maullando cuando tocaba que su Ken hablara,
haciendo reír a las dos pequeñas. Por su parte, Louis había obedecido a Anne,
y después de contarle a Jay todo lo ocurrido, él ya tenía una gran confianza en
la amiga de su madre, al fin y al cabo todo salió bien, no vio a absolutamente
ninguna otra persona despierta durante toda la noche, y comprendía mejor
por qué Anne le había pedido que fuera a tan altas horas de la noche, para
que nadie descubra que estaba analizando a Harry. Jay y él se encargaron de
darle leche a Harry cada que los mellizos tomaran su leche, también darle a
Harry hasta llenarlo, después de todo la leche de bebés tenía más vitaminas
que la normal.
Pero todo se puso turbio cuando llamó Anne, diciéndole a Louis que tenía
que ir a la noche siguiente, y aunque él intentó sacarle a ella que tenía su
bebé, no hubo forma. Su mente estuvo torturándolo durante todo lo que
restó del día hasta la hora citada, aunque por otro lado intentaba calmarse,
ya que apenas Harry sentía su preocupación, su expresión cambiaba a una
llena de tristeza, y él odiaba hacer sentir de esa forma a su pequeño.
Llegaron las diez y si se contuvo de ir hacía la gran puerta de metal y patearla
para que Anne saliera, fue simplemente por ese lado de él que le decía que
quizás no era nada grave, quizás solo algo que saldría en la radiografía y tras
un poco de descanso su pequeño estaría bien, sí, debía ser eso.
+
-En la camilla, Louis. -Él dejó con cuidado a Harry sobre el lugar ya
acostumbrado, Anne no le había dicho mucho desde que entró, solo le
explicó que si lo citaba a las diez y abría la puerta a las diez y media era
porque hacía dormir a todos los pequeños de ese establecimiento, además
de que se aseguraba de que todo esté perfectamente apagado.
Louis tomó de nuevo la mano de Harry, aunque ahora este estaba despierto,
Anne por segundos se perdía en el hermoso verde de los ojos de aquel
minino, sin embargo, le alzó la remera tal y como la última vez, encendiendo
uno de los aparatos de los que Louis no comprendía nada, calentándolo
mientras tomaba una crema y la colocaba con cuidado sobre el abdomen de
Harry, escuchándolo reír y estremecerse.
En ese momento, Anne hizo la señal de silencio, llevando uno de sus dedos a
sus labios y con un claro "Shh" para que Harry entienda, él miró a Louis y lo
observó haciendo el mismo gesto, así que también lo hizo después, soltando
un "Shh" mientras sus orejitas se meneaban y recibía de premio un cálido
beso del castaño.
Anne colocó el transductor sobre el abdomen del minino, empezando a
moverlo de lado a lado, observando atentamente el monitor a un lado. Louis
y Harry también podían verlo, pero no comprendían nada de esas rayas
blancas, negras, lo que fuera, solo observaban como este se movía mientras
Jay moviera ese aparato sobre el pequeño minino.
-Lo tengo.
Louis no supo interpretar la mirada de Anne, ni mucho menor el tono de voz
que había usado para dar por resuelta la situación de Harry, pero una vez la
vio limpiando el abdomen del más pequeño, ella suspiró, observando a este
acostado en la cama, sabiendo muy bien que Harry no comprendería los
términos que usaría en ese momento.
-Louis, quizás te suene muy loco lo que te voy a decir, pero es necesario que
mantengas la calma y me dejes explicarte todo ¿Entendido?
El Tomlinson asintió, presionando con algo más de fuerza la mano del minino,
teniendo miedo de que hubiera encontrado algo de mucha gravedad en su
pequeño.
-Harry... Harry está embarazado, Louis.

CAPITULO 26

-Harry está embarazado.


Las palabras salieron tan lentas de la boca de Anne, aunque ella las dijera en
un ritmo normal, para Louis aquello se le hizo tan imposible y a la vez tan
probable, que su cabeza le dio vueltas por unos segundos, presionando con
algo más de fuerza la mano de su pequeño minino, manteniendo aún su
mirada sobre la de la mujer, aunque su mente divagaba entre todos los
recuerdos de los síntomas de su pequeño, y absolutamente todo encajaba
perfectamente, si vaya que él había aprendido a soportar los síntomas del
embarazo, su madre tuvo a sus hermanas y él era quien estaba la mayor parte
del tiempo para apoyarla, sin embargo, por ningún rincón de su cabeza se le
pasó que Harry pudiera estar embarazado, eso no era naturalmente posible,
pero ¿A quién engañaba? Ni siquiera la apariencia de Harry era naturalmente
posible, sin embargo ahí estaban, unas esponjosas orejitas y una larga cola
dejaban en claro que lo natural se había ido a la mierda hace muchísimo
tiempo.
Sintió su garganta seca, y no fue hasta el quinto o sexto maullido de Harry
que volvió a la realidad, observando el rostro preocupado del minino, él ya no
estaba acostado en la camilla, Harry rodeaba el cuerpo de Louis con sus
delgados brazos, escondiendo su cabeza en su cuello, mientras el mayor
sentía su remera mojarse, había asustado a su minino por ese lapso en que su
mente se perdió en los recuerdos.
Anne tampoco estaba donde él la había dejado mirándola fijamente, ahora la
mujer colocó su mano sobre el hombro de Louis y este la miró, mientras sus
brazos rodeaban con ternura a su pequeño, escuchando los suaves sollozos
del gatito. Louis colocó una de sus manos sobre sus rizos, acariciándolo,
estremeciéndose cuando reconoció que el abdomen de Harry estaba
chocando contra el suyo ¿Había un pequeño bebé ahí? ¿De verdad él se había
encargado de embarazar a Harry?
-Yo. -Su voz salió rasposa e incluso sintió la garganta seca, sin embargo buscó
a Anne, relamiendo sus labios antes de hablar.- ¿Él está... bien? -Sus labios
pasaron a besar los suaves rizos de su pequeño, murmurándole dulces
palabras cerca de sus orejitas, calmando poco a poco al menor, quien iba
tranquilizando los temblores de su cuerpo gracias a las palabras de Louis.
-Era un proyecto secreto, Louis. -Las suaves palabras de Anne lo
tranquilizaron, ella no estaba preocupada o alterada, al contrario, podía sentir
la paz en su voz y de algún modo eso ayudó a que supiera que Harry no tenía
nada malo, aunque lo sabía, eso nunca podría ser algo malo para ellos. Llevo
estudiando muchísimo de los niños alterados genéticamente por Neko
Corporation y te aseguro que Harry es el primer pequeño que ha sido capaz
de lograr esto, es peligroso, sí, pero puedo decirte que actualmente él se
encuentra fuera de peligro.
A pesar de no comprender nada, la sinceridad en los ojos de esa mujer, ayudó
a calmarlo lo suficiente para que se siente sobre la camilla, colocando a su
pequeño sobre sus piernas, acurrucó a Harry en sus brazos, depositando un
dulce beso en sus labios antes de volver su atención a la mujer, mientras el
minino se sobaba contra su pecho, meneando sus orejitas, con sus ojitos aún
rojos a causa de las lágrimas.
-Uno de los detalles principales de los "Nekos" es su capacidad de tener un
apetito sexual parecido o igual al de una hembra en celo ¿Sabes eso? -Louis
asintió, acurrucando más a su pequeño contra su cuerpo.- Eso es debido a
que durante su mutación genética, a los niños se les inyecta genes felinos,
pero felinos hembra, no machos. Algo salió mal con uno de los niños hace
muchísimos años, y cuando examinaron al pequeño, encontraron algo
parecido a un feto muerto en descomposición, que había causado un
derrame interno, lo que causó su muerte. Bueno, fue una perdida, pero sabes
que esos sujetos solo piensan en ganancias, después de aquello iniciaron con
unos nuevos prototipos de Nekos, esta vez, en palabras crudas y entendibles,
causaría que los gatos tuvieran lo necesario para poder preñarse.
Las palabras entraban en la cabeza de Louis e intentaba procesarlas de la
mejor manera, aunque realmente nunca fue bueno en la escuela, sabía que
Anne se lo estaba planteando lo más fácil y menos completo posible, y aun
así, solo había comprendido que debido a una deformidad en uno de los
niños-gato, a esos locos se les había ocurrido el embarazar a los nuevos niños
alterados que crearan.
-Entiendo, más o menos, pero... ¿Por qué es la primera vez que ve uno? ¿Qué
no hay otros como Harry?
-Me temo que no, Louis.
Anne se quitó los implementos médicos y se aseguró de colocar todo en su
lugar antes de sentarse en una banca apartada y continuar explicando, a Louis
no le agradaban esos momentos de suspenso en donde ella lo tenía
completamente en sus manos, pero también comprendía que debía ser difícil
para ella explicar algo tan científico con una persona que desconocía todo por
completo, y aun así ¿Por qué Anne sabía tanto del tema?
-El implantar en el organismo de un niño, la cantidad de células para que
pueda embarazarse es altamente complicado y riesgoso, estás creando
básicamente las partes necesarias del aparato reproductor femenino en un
cuerpo pequeño, como jugar a expandir una bolsa en un espacio tan
minúsculo, que con un simple error en que la bolsa crezca demasiado, causa
un colapso total, y seguramente la muerte, pocos cuerpos son capaces de
resistir tantos cambios genéticos, pocos o ninguno.
Louis otra vez ejerció presión sobre su pequeño, hasta que lo escuchó casi
gruñir, y cuando bajó su mirada Harry ya se encontraba dormido, con el ceño
fruncido al sentir a Louis casi queriendo fundirlo contra su pecho, pero el
mayor no podía evitarlo, escuchar hablar sobre aquello le ponía la piel de
gallina, eso e imaginarse todo lo que había pasado Harry en ese lugar sacado
de película de ciencia ficción y de tortura total a unos pequeños niños
inocentes.
-Monitorear todo el tiempo los cambios en los prototipos debió costar tantos
cuerpos, tantos sacrificios y tanto dinero, hasta donde sé, ese proyecto jamás
se concluyó, incluso antes de que sucediera, Neko Corporation se extinguió
gracias a esa organización que acabó con todos esos daños... Y ahora no me
explico cómo... Harry...
-¿Está segura de que él está...? Si todo lo que me ha dicho es cierto ¿Qué
pasasi algo sale mal con lo que sea que le hayan colocado en su cuerpo? ¿Él
puede morir? ¿Puedo perderlo?
La rapidez con la que las palabras salieron de su boca sorprendió a Anne,
además de lo crudas que fueron, pero solo bastó observar esos ojos rojos,
aguados y asustados del castaño para comprender el miedo que recorría todo
su cuerpo, mientras él no alejaba ni un poco al minino en sus brazos, el cual
descansaba tranquilamente, sin comprender nada de lo que estaba
sucediendo.
-Louis, tienes que calmarte.
-¿Calmarme? Con un demonio Anne ¡Él...!
-¡Louis!
Anne alzó la voz también, sorprendiendo al ojiazul frente a ella, Harry se
removió en los brazos del Tomlinson, pero no despertó, él estaba muy
ocupado en recuperar aún el sueño que le faltaba de las últimas noches en
vela por los vómitos y los dolores en su pequeño estómago. Louis mordió su
labio lleno de impotencia, sin embargo se calló, observando a la mujer sobar
sus cienes, intentando darse paciencia y comprender al joven frente a ella.
Dejaron que unos cuantos segundos pasaran para poder continuar hablando,
Louis sorbía por su nariz como todo un niño pequeño, calmándose las ganas
de llorar él mismo, Anne incluso sintió el impulso de querer abrazarlo,
recordando a su hija Gemma cuando ella pasaba por algo parecido, aunque la
joven ya tenía sus veinticinco años, de niña era increíblemente fuerte y
caprichosa, no dejaba que nadie le ayudase, siempre prefería lograr hacer
todo absolutamente sola.
-Entonces. -Anne escuchó hablar a Louis y le regaló una cariñosa mirada,
dándole la confianza suficiente para hablar.- Harry, mi Harry ¿Está esperando
un hijo mío?
-Sí, Louis. -Ella asintió.- No te tienes que asustar, debido a que no cuenta con
una vagina, y que su cuello uterino está conectado directamente a su ano,
para el nacimiento del bebé tendríamos que practicarle una cesárea, él no
sufrirá absolutamente nada, claro, solo los cambios de su organismo debido
al nuevo huésped que crecerá en su interior.
¿Los dolores ? -Ahora que sabemos la causa, no es nada preocupante, ese es
él acostumbrándose a el embrión, seguro los dolores pasaran en una o dos
semanas más, claro que te recetaré unas pastillas si es demasiado
insoportable para él, y bueno, los cólicos y las náuseas creo que ya conoces la
causa.
-Harry ha sido capaz de engendrar un embrión de actualmente dos semanas,
él ya tiene su útero, sus ovarios, su cuello uterino y sus trompas de Falopio
formados si fue capaz de embarazarse, no hay nada de lo que debas
preocuparte ¿Acaso él ha mostrado algún síntoma de dolores de estómago
antes de estos últimos días? -Louis negó con la cabeza.- Ahí lo tienes, Harry se
encuentra en perfecto estado de salud, sorprendente y milagroso quizás,
pero lo está, no te debes preocupar. 
-¿Durará durante todo el embarazo? Espera ¿Estará embarazado
nuevemeses? ¿Cómo una persona normal? No estoy diciendo que mi bebé no
sea normal, él es jodidamente especial pero... No lo sé, solo ¿Es igual?
-Te puedo decir que actualmente el embrión se encuentra en perfecta salud,
al igual que Harry, sin embargo lo he encontrado un poco más grande de lo
normal, pero esa no es mi área, así que tendría que consultar con algunas
compañeras para que me informen si su tamaño está dentro del promedio.
Muy aparte de eso, puedo hacerle ecografías cada semana o cada dos
semanas, eso para estar al tanto del crecimiento y de cualquier irregularidad
que presente, así podré darte con certeza el tiempo que tardará el huésped...
-Bebé.
-¿Qué?
-Bebé, dígale bebé, por favor.- Louis le regaló una cálida mirada a su pequeño
dormido, apartándolo apenas un poco para alzar la remera de Harry, lo que
su posición se lo permitiera, observando su pequeño y plano abdomen,
pasando la yema de sus dedos por ahí, ya con el susto fuera, le era mucho
más fácil de procesar la idea de un embarazo, e incluso su corazón se iba
acelerando más y más cada que Anne hablaba, explicándole con detalle cómo
serían sus días de ahí para adelante, mencionando al pequeñito que crecía en
su Harry, su Harry le iba a dar un bebé, un hijo... Iban a tener un hijo, juntos.
Louis mordió su labio inferior, de nuevo sintiendo sus ojos llorosos, aunque
ahora por una razón muy diferente.
-¿Louis? ¿Estás bien?
Anne, ya con más confianza, se acercó al Tomlinson y se sentó a su lado en la
camilla, colocando su mano sobre el hombro del joven, dándole su apoyo en
esa situación, aunque no lo vio mal cuando Louis subió la mirada,
mostrándole una pequeña sonrisa escondida tras su mordida de labios, y sus
ojos tan rojos que las lágrimas no soportarían por mucho tiempo más.
-Vamos a ser papás, mi amor. -Bajó de nuevo la mirada al cuerpo dormido de
Harry y le acarició la mejilla, dejando un suave beso en la punta de la nariz del
minino, escuchándolo ronronear, mientras se volvía a acurrucar contra el
cuerpo de Louis.- Sé que duermes... Y no me escuchas, pero no tienes idea de
lo jodidamente feliz que me haces, que estoy... Un mini tú, bebé, o una, no lo
sé, solo... Dios.
Louis llevó su muñeca a sus ojos para limpiarse las lágrimas, no quería que
estás cayeran sobre el minino y lo asustaran. Rió un poco, sin razón, o con la
razón que acababa de llenarle el corazón, iba a ser papá, ya era papá de un
pequeñito bebé de apenas dos semanas.
-¿Será como un embarazo normal? ¿Cambios de humor, cólicos,
antojos,sueño y chequeos?
-Así tal cual. -Anne le sonrió, feliz de la forma como Louis tomó semejante
noticia.- Claro que por ser pequeño, tendrá que tomar muchas medicinas y
comer lo debido, una dieta balanceada sin demasiados dulces. Además del
hecho de que no podrás saber lo que tiene a la primera, ya que no habla
¿Quieres ayuda con eso? Tengo unos vídeos que pueden servir para que
Harry aprenda a hablar.
-No, está bien. -Louis apartó unos cuantos rizos de la frente de su pequeño,
sonriendo de nuevo, sin poder ni querer evitarlo.- Él es como es, no quiero
cambiarlo. Pero, tengo otra pregunta.
-Claro, dime.
-Bueno, de hecho son dos. -Anne asintió, dejándolo proseguir.- Nuestro hijo o
hija, tendrá, ya sabe ¿Orejitas y cola? Como Harry.
-El plan es ese. -Hasta el momento Louis no sabía si la idea le agradaba o le
disgustaba, pero no era algo tan importante como para quitarle esa alegría de
su pecho, solo de saber que su pequeño estaba esperando un bebé suyo.Pero
Harry es el primer pequeño que ha podido embarazarse, Louis, no tengo la
menor idea de si esa parte saldrá bien, si sus genes podrán más que los tuyos,
por decirlo de una manera "tendrán más potencia", supongo que para los
experimentos ellos usarían un donante de esperma elegido especialmente
para que predominen los genes de felino, en tu caso, no tengo idea de la
potencia de tus genes, así que puede pasar, como puede que no, en cualquier
caso mientras más crezca el fe... bebé. -Se corrigió.- Más lo sabremos gracias
a las ecografías.
-De acuerdo.
-¿Y la otra pregunta?
-¿Por qué esos locos hicieron todo eso con los niños? ¿Cuál es el fin de
embarazarlos? ¿No era suficiente con modificarlos genéticamente para el
parecido felino?
-No.
El cuerpo completo de Louis se tensó cuando alzó la mirada y se encontró con
otra persona intrusa en la habitación, él no tenía ni la menor idea de cómo
ese hombre había entrado sin ser descubierto o hacer el menor ruido, pero al
ver a Anne pararse, reaccionó él también, subiéndose sobre la camilla con
totalidad para caer del otro lado, aún con su pequeño en brazos, alejándose
lo suficiente de aquella persona desconocida, de ese sujeto que le mostraba
una media sonrisa, y al que Anne se quedó estática solo con verlo.
-Embarazar a los Nekos, Louis, es el mejor avance posible, para lograr crear ya
niños alterados genéticamente desde nacimiento, sin la necesidad de seguir
robando bebés apenas nacidos en los hospitales.

CAPITULO 27

Simon... ¿Qué haces aquí?


Anne giró su rostro hacía Louis, encontrándose con el castaño casi matando
con la mirada a aquel hombre presente, al instante ella se acercó a él y negó
con la cabeza, colocando su mano sobre su hombro y dándole un suave
apretón, tratando de tranquilizar al ojiazul, viendo como Harry se había
despertado a causa del rápido y fuerte movimiento.
-Chicos, él es Simon, en realidad es el dueño de todo esto. Simon, ellos son...
-Louis y Harry, sí. -El hombre mayor dio unos cuantos pasos al frente, pero
eso no puso menos alerta al Tomlinson, quien cargaba a su pequeño niño,
mientras Harry meneaba las orejitas y observaba de re ojo a aquel extraño.-
Escuché que los llamaste así.
-Entonces llevas rato oyendo.
-Bueno, querida Anne, ustedes no son precisamente las personas menos
ruidosas del mundo ¿Lo notaste?
Ella notó eso, desde los gritos de Louis durante su conversación había temido
que alguien los escuchara; Anne estaba usando las instalaciones sin el
permiso de Simon, de hecho de nadie en todo el lugar, y eso que ella misma
se consideraba una simple enfermera, pero desde que Jay le pidió discreción,
Anne sintió que debía hacerle ese favor a la mujer que estuvo apoyándola
siempre durante los peores días de su vida, así que corrió el riesgo, ahora con
Simon presente, no sabía cómo reaccionaría este.
-Louis, puedes dejar a Harry sobre la camilla de nuevo, Anne puede
confirmarte que no pienso hacerle absolutamente nada.
El hombre parado frente a ellos alzó las manos en señal de paz, mostrando
sus palmas, encogiendo sus brazos, mientras Louis le lanzaba una mirada a
Anne y ella asentía, así que con mucho cuidado sentó a su pequeño minino
en la camilla, pero para su lado, son sus piernas rodeando su cintura,
observando la miradita curiosa de Harry.
- ¿Meow? -Harry ladeó la cabeza, mientras Louis tomaba sus mejillas y le
dejaba unsuave beso en los labios, sonriendo cuando sintió la cola de su
pequeño rozar su pierna, Harry estaba bien, su bebé no tenía ni idea de lo
que ocurría pero con Louis ahí, no tenía miedo.
-Creo que es hora de irnos. -Habló Louis después de un largo silencio
incómodo. Anne lo miró y asintió, pero cuando el castaño se dispuso a cargar
a su pequeño de nuevo, el otro hombre ahí se acercó otro paso más,
captando toda su atención.
- ¿Me dejas darte una charla antes que te vayas? Prometo que serán
solo unosminutos y luego te retiras con Harry.
La actitud reacia de aquel sujeto no le gustaba para nada, se sentía
acorralado, puesto que Anne no decía absolutamente nada ante la mirada
penetrante y prepotente que aquel hombre le mandaba a su pequeño Harry y
a él, además ese tal Simon se encontraba parado justo frente a la puerta, salir
de ahí sin terminar cayéndose o golpeándose, encima con Harry en brazos era
casi imposible, Simon no pasaba de los sesenta años, tan lento no podía ser.
- ¿Y qué si no lo hago? -Respondió Louis, desafiando sus límites.
-Anne será despedida y nadie podrá ayudarte a llevar el chequeo del
embarazo de Harry, no quiero que lleguemos a eso porque Anne lleva
trabajando aquí años de años, pero es ilegal utilizar las instalaciones de su
trabajo para uso personal sin consentimiento de sus jefes, y es lo que ha
estado haciendo esta noche.
-Simon, Louis solo está atendiendo a Harry aquí, no está...
-Anne, por favor, retírate.
La mujer se mordió la lengua para no continuar hablando, la mirada dura del
mayor ahí presente calló cualquiera de sus fundamentos, y después de
mantener sus ojos fijos en Louis, pidiéndole disculpas solo con este gesto,
pasó por el lado de Simon, saliendo de la habitación, quedándose en el
pasillo, esperando.
Louis soltó un suspiro cuando eso pasó, su mente estaba maquineando que
debía hacer para ese momento, Harry no era suyo, ese tipo se notaba más
encabronado que anciano con vejez solitaria y él tenía a Harry consigo, con su
pequeña cabecita apoyada sobre su pecho, mientras le acariciaba los rizos,
sin detener el movimiento, queriendo no asustarlo. Para este momento, Louis
sabía que tenía todas las de perder.
- ¿Qué quiere? Hable ya.
Después de que Simon caminó hasta sentarse en el mismo lugar que Anne
cuando le explicaba todo sobre el embarazo de su pequeño, Louis soltó aire
que ni siquiera había notado estaba conteniendo, al ver que entre él y la
puerta de salida no había un gran espacio de diferencia, así que si algo salía
mal, podía siquiera intentar huir de ahí, de la forma que fuera, no le
importaba si se encontraba con más hombres tras esa puerta, nadie lo
apartaría de Harry.
-Mi nombre es Simon Cowell, Louis, como ya escuchaste, soy el dueño
principal de todo esto, y ex trabajador de Neko Corporation.
De nuevo el aire no llegaba a sus pulmones, ahora comprendía mejor porque
aquel sujeto le daba tan mala espina, claro, esos aires de superioridad y
aquella mirada fría solo podían significar un pasado tan oscuro que no
cualquiera reconocía ¿Qué ganaba Simon contándole eso? ¿Causar temor?
Porque lo que Louis sentía eran unas increíbles ganas de golpearlo, no le
tenía miedo, solo temía por la seguridad de Harry.
Harry soltó un maullido que calmó aquel ambiente tenso, mientras miraba a
Louis suplicante, llevando una de sus manitos a su abdomen para acariciarlo,
el castaño sabía lo que significaba, Harry tenía hambre, sin embargo no pudo
evitar la sonrisa enorme que apareció en sus labios pensando en que no solo
era Harry quien tenía hambre, sino un pequeño bebito que estaba creciendo
en la misma zona donde su bebé se acariciaba en ese momento. Escuchó la
puerta y alzó la mirada, tensando su vista cuando vio a Simon abrir,
asomando la cabeza hacía el pasillo externo.
-Anne, trae un biberón de los de repuesto, con leche, por favor.
Louis no supo si la mujer la había obedecido, pero imaginó que si para
cuando Simon entró y cerró la puerta de nuevo, caminando tranquilamente
de regreso a su lugar.
- ¿Lou? -Harry meneó las orejitas, observando a su amor con esos ojitos
llenos de súplica, tomando una de las manos del mayor para colocarla sobre
su pancita, soltando otro maullido, un poco más bajo que el anterior. - ¿Por
favor?
-Sí, amor, ya la están trayendo ¿De acuerdo? Mucha leche para ti, bebé. -Besó
la frente de su niño y escuchó su suave ronroneo, sonriendo tranquilamente
de nuevo, no sabía cómo, pero la paz que le transmitía Harry parecía mágica.
- ¿Te duele la pancita?
Cuando el minino negó con la cabeza, Simon tosió, llamando de nuevo la
atención de ambos chicos, mientras Harry volvía a apoyar su cabecita sobre el
pecho de Louis y este continuaba repartiendo dulces caricias por cada parte
posible del gatito, escuchándolo ronronear, lleno de tranquilidad.
-Trabajé ahí, y yo fui de los primeros en revelar secretos importantes de la
corporación a esa organización de protección al menor para que ese lugar
fuera cerrado y demolido casi a las horas siguientes, asegurándose de con eso
exterminar todos los restos de los experimentos que se realizaban ahí.
-Pero, según recuerdo, Neko Corporation estuvo andando y en su época de
oro por muchísimos años ¿Por qué no fue cerrada antes?
-Cometieron un error, los empleados juramos ser confiables y no comentar de
eso a nadie, claro que creo ciegamente en que un juramento elimina otro, y
yo juré hundir esa empresa hasta que dejaran de hacerle ese daño a los
niños.
- ¿Qué error cometieron? -Louis estaba realmente metido en el tema como
tal, hasta que escuchó unos suaves golpes a la puerta y luego vio a Anne
aparecer tras ella, con una mamadera nueva y llena de leche. Simon caminó
hasta encontrarse con la mujer y después de agradecerle, le entregó el
biberón a Louis, aunque siempre con cuidado, el hombre comprendía muy
bien la poca confianza que aún le tenía el ojiazul.
Louis revisó la temperatura de la leche antes de entregarle el biberón a Harry,
casi riendo encantado por la ternura de su pequeño cuando por poco se lo
arrebató de las manos y empezó a tomar, recostándose en la camilla,
estirando sus piernas y acercando su cabeza hasta que tuviera contando con
el muslo de Louis, para ese entonces ya el castaño podía quitar sus manos de
encima del menor, solo acariciando sus rizos o sonriéndole, observando como
Harry disfrutaba del contenido del biberón, entrecerrando sus ojos,
capturando su cola con su otra mano, sosteniéndola sobre su pecho, lo más
cerca que llegara esa larga extremidad para empezar a acariciarla con la mano
que no sujetaba el biberón.
-Louis, ellos se estaban quedando sin niños para experimentar con ellos. -La
voz de
Simon lo devolvió a la realidad, volviendo a observar al hombre mayor
hablando. La idea principal era recoger niños de la calle y usarlos a ellos, les
daban alimento, casa, todo con tal de experimentar con sus cuerpos, pero
muchos pequeños no tenían la resistencia adecuada por la falta de nutrientes
para la alteración genética, y terminaban muriendo en el proceso o días
después, cuando su cuerpo no se terminaba de acostumbrar a las nuevas
células. Sin mentir... He visto a más niños inocentes morir que un soldado en
una guerra ve morir a sus compañeros... Y no me siento orgulloso de eso.
Louis sabía que estaba mal vivir en el pasado, ya no había lugar a
remordimientos o dolor por tantos niños que estuvieron muriendo a causa de
los desgraciados que experimentaban con ellos a base de engaños,
obteniendo pequeños que a nadie le importaban, creyendo que hacían un
buen en la humanidad buscándoles una finalidad o un propósito en la vida,
claro, eso si ser un juguete sexual a fuerza cuenta como algo bueno en la vida.
Pero alejándose de ese increíble odio que le tenía a cada persona de esa
corporación, algo en la voz de Simon le hizo saber que él realmente estaba
arrepentido, así que no dijo absolutamente nada, no le sacó en cara sus
errores, porque Louis sabía que la conciencia del hombre frente a él se
encargaba de carcomerlo por dentro, comprendiendo mejor ese aspecto
demacrado y con unas ojeras demasiado grandes.
-Cuando Neko Corporation estuvo en su mejor momento, las organización de
protección al menor trabajaron a la par con ellos, si sabían que Neko
Corporation recogía niños de la calle, ellos se encargaban de recoger
pequeños con la finalidad de llevarlos a un lugar seguro, eso, más las pérdidas
que ya mencioné estaban llevando la corporación a la ruina, tenían que hacer
algo, un paso arriesgado, pero que podía ayudarles a tener muchos mejores
prototipos y probar su último avance en otros niños.
-Embarazarlos.
-Sí, Louis, embarazarlos. -Simon suspiró, observando al pequeño Harry
mordisqueando el chupón de la mamadera, dejando que así de esta saliera
más leche a causa de la fuerza de sus pequeños colmillos. - Esos sujetos...
Empezaron a robar recién nacidos de los hospitales.
Louis recordó que fue una frase parecida la que Simon dijo cuándo hizo acto
de presencia, pero no se imaginaba que pudiera ser cierta ¿Robar niños de
los hospitales? ¿Y nadie hacía absolutamente nada por evitarlo? ¿Acaso era
tal fácil sacar a un pequeño de un hospital sin que absolutamente nadie se dé
cuenta?
-Los hospitales también se manejan en esas cosas, les das dinero que
favorece el hospital, ellos te entregan el decir que un bebé nació muerto y
usar un cuerpo cualquiera para eludir a las madres o a la policía, es más fácil
de lo que te imaginas si las personas están tan dolidas que no se toman la
molestia de hacer ninguna prueba para asegurarse de que sea su hijo tal cual.
- ¿Y eso fue lo que contaste para que hundieran la empresa?
-Bastó que robaran un solo niño y ya tuve a las autoridades comprobando las
palabras de esta fuente "anónima", una corporación de casi treinta años de
trabajo se fue a la ruina gracias a ese paso en falso, y no me pude sentir más
orgulloso, al menos hice algo para evitar más pérdidas.
-Sigo sin entender. -Al fin, después de que Simon terminó de hablar, Louis
pudo preguntar aquello que le atormentaba desde la explicación de Anne. -
Anne dijo que nunca se completó eso de los niños embarazados ¿Qué pasó
con Harry, entonces? ¿Por qué ese hombre que lo persigue sale en la
televisión sin ningún temor de ser capturado? Maltrataba a Harry, y un amigo
mío también fue maltratado y cosas peores por ese sujeto.
-Ese sujeto se llama Richard Griffiths, es uno de los hombres más reconocidos
a nivel nacional y quizás internacional, tiene un socio, Harry Magee, y dentro
de sus trabajos, nunca se les ha encontrado nada ilegal, eso que han habido
muchas personas intentaron hundirlos de diferentes maneras,
lamentablemente nunca se tienen las pruebas necesarias para que el dinero
no pueda comprar una buena libertad. -Louis iba a volver a decir su pregunta
sobre Harry, pero al parecer Simon
lo entendió y continuó hablando.- Cuando cerraron y demolieron Neko
Corporation, quiero dejar en claro que estoy hablando de la sede principal de
la compañía, la que se encontraba en Japón, sin embargo eso no quiere decir
que radicaron las sedes construidas en otras partes del mundo. Inglaterra -
Londres, por ejemplo.
-Entonces Neko Corporation no se acabó con totalidad.
-Lo hizo, pero a un ritmo lento, lo suficientemente lento para que salven lo
necesario del experimento para continuarlo de un modo completamente
ilegal, y doy fe en que es de ese modo ilegal que Harry surgió.
Harry meneó su orejita cuando de nuevo las miradas fueron hacía él,
alejando la mamadera de su boca para observar a ambos hombres, sin saber
que estaba ocurriendo, meneó la cola y se tumbó por completo otra vez,
acurrucándose más contra Louis, ya casi terminando el contenido del
biberón.
- ¿Lo dice por el embarazo?
-Sí, Louis. Harry es un milagro de Neko Corporation, para que un niño logre
soportar toda la alteración genética que conlleva el lograr que procree, no
puede haber sido un pequeño que encontraron en las calles, Harry tiene que
haber sido robado, de grande, de bebé, no lo sé, pero estoy seguro de que lo
han robado.
-Y para que eso suceda, significa que ese tal Richard Griffiths está alterando
niños aún en la actualidad ¿Verdad?
-Exacto.
No hizo falta que Louis fuera un maestro en toda esa ciencia para
comprender los puntos de Simon, y encontrar una respuesta a todas las
dudas que atormentaban su cabeza sobre Harry, aunque en realidad nunca
fueron algo primordial, él sabía que amaba a Harry con todo su corazón y era
lo que bastaba. Sin embargo, si todo era cierto, no iba a poder librarse de ese
hombre con facilidad.
- ¿Cuál es el punto de contarme todo esto, Simon? -Soltó en un suspiro,
mientras tomaba el biberón que Harry le entregaba, ya vacío.
-Que quiero que sepas que cuentas con todo nuestro apoyo, mío y de toda la
compañía, no dejaremos que Harry caiga en las manos de ese hombre nunca
más, Louis. Están a salvo.
Y aunque esas palabras habrían calmado el corazón de cualquier persona,
algo en Louis le dijo que Simon no estaba siendo del todo sincero con su
finalidad de contarle toda la historia sobre Neko Corporation.

CAPITULO 28

- ¿Listo?
Harry asintió, emocionado. Louis dejó un pequeño beso en sus labios antes
de abrirle la puerta del copiloto, dejando que su minino baje, dándole la
mano, el lugar era inmenso, además no muy lejos se podía observar el muelle
y el mar, con la marea tan relajada, junto con un hermoso atardecer. El
pequeño se mantuvo observando el lindo paisaje, llamando la atención de
Louis con un maullido, mientras este le pedía a Harry que se agarrara de su
remera, ya que él tenía que sacar unas cajas de la parte trasera del auto.
-Lou. -Harry le señaló con insistencia la playa, captando la atención del mayor.
-Te prometo que terminando de conocer la casa, iremos a ver el agua ¿Qué te
parece? No sé si te guste mucho, pero quizás te agrade remojar tus pies ahí.
Después de una afirmación por parte de su pequeño, caminaron hasta la
puerta principal de la preciosa casa de playa, dos pisos, con una azotea
inmensa, además de contar con tres habitaciones, dos baños, la cocina, y
también el comedor y la sala prácticamente juntos, dándole ese toque
hogareño. Sí, Louis se sentía orgulloso de haber gastado centavo por centavo
en la reconstrucción de ese lugar, ahí podría pasar días hermosos junto con su
pequeño, alejados de absolutamente todos, cualquier preocupación o temor,
se había quedado en la ciudad.
Una semana había pasado desde el descubrimiento de Harry embarazado,
ahora con tres semanas de embarazo, el pequeño minino tenía una pancita
casi ni visible, sin embargo, si te dedicabas a admirarlo, podías notar el
pequeño bulto en la zona de su abdomen. Anne le dijo que no tenía que
preocuparse, con el permiso de Simon, ella iría semana a semana a hacerle
las revisiones necesarias al pequeño Harry, afortunadamente ya para ese
momento existían ultrasonidos portables, conectados con cable USB, además
de muy fiables, la mujer insistió en que Louis no debía preocuparse por
ningún gasto, todo quedaba en manos de Simon y de ella. Jay había tomado
la noticia con muchísima inquietud los primeros días, pero después de
reconocer por sí misma cada uno los síntomas primerizos en Harry, abrazó
fuerte a su hijo mayor hasta llorar, demasiado feliz por ser abuela, aunque
niños era lo que le sobraba a esa mujer.
Louis había decidido que ya después de toda la conmoción, se llevaría a Harry
a su casa, y por culpa de sus hermanas, quienes faltaron a clase para
despedirse de Harry, terminó partiendo muy tarde, ya casi anochecía y
apenas le mostraría a su pequeño el interior de su nuevo hogar.
Una vez abrió la puerta, encendió las luces del lugar y Harry admiró con
detalle cada espacio, se veía muy bonito, las paredes pintadas de un color
crema claro, quizás no tenía tantos detalles como la casa de Jay, pero contaba
con una mesa pequeña para el comedor, unas sillas del mismo color de la
mesa, y unos tres sofás de diferentes tamaños, junto con una pequeña mesita
en medio. El minino miró a Louis, cuestionando con sus ojitos si podía
observar con más detenimiento.
-Claro, bebé, solo ten cuidado, yo voy a dejar tus cosas en el cuarto.
Harry asintió, meneó sus orejitas antes de tomar vuelto y correr como
desesperado rumbo a los sofás, lanzándose sobre uno, no era raro para Louis
ver como su pequeño olfateaba el espacio, y estaba bien, el dulce meneo de
la cola de Harry le indicaba que el minino se sentía seguro. Harry debía
reconocer cada espacio del lugar, al fin y al cabo era su nuevo hogar.
Louis subió las escaleras para llegar a la que sería su habitación, le había
costado mucho saber cómo decorar esa parte, y aunque anteriormente el
lugar ya estaba amueblado, él se encargó de contratar a alguien para que
vendiera las cosas, y comprar otras, Louis deseaba decorar su nuevo hogar, al
fin y al cabo su pequeño Harry y su hijo o hija vivirían con él de ese momento
en adelante, no iba a dejar que en un futuro, cuando hablara con su pequeño
o su pequeña, decirle que el desgraciado de su padre compró y amuebló esa
casa para mantener tranquila a su esposa mientras la engañaba, ya era
suficiente con saber que ese lugar anteriormente era de ese hombre.
Al final, Louis se decidió por arreglar la habitación tal y como recordaba su
cuarto en su casa anterior, quizás este era mucho más grande, pero los
colores de las paredes y hasta el diseño de la cama era igual, las colchas y
frazadas también, parecidos a los que él solía usar, esperaba que eso le dé un
poco más de seguridad a su pequeño.
Dejó las cajas sobre la cama, empezando a colocar las ropas de Harry en los
cajones, las suyas ya las había traído, las pocas que conservó y usó en la casa
de su madre eran de cuando él vivía ahí, de acuerdo, no le motivaba saber
que no había crecido absolutamente nada, pero detalles eran detalles, al
menos era más grande que Harry.
+
-¿Terminaste ya de ojear todo?
Pasadas las siete de la noche, Louis ya le había dicho a Harry que dejarían su
salida al muelle para el día siguiente, así que ahora se estaba encargando de
prepararle su mamadera nocturna, viéndolo entrar a la cocina, observándola
también con detenimiento. Harry maulló, corriendo para envolver sus brazos
alrededor de Louis, meneando su cola lentamente, sobando su rostro
suavemente contra el costado del mayor.
-¿Qué pasó, nene? ¿Viste algo malo?
-Lou...
Louis dejó de calentar la leche para prestarle total atención a su niño,
observándolo morderse el labio, con nerviosismo. Harry inclinó una de sus
orejas y bajó la mirada, así que al ya no tener contacto directo con sus ojos,
Louis terminó colocándose de cuchillas, para estar a la altura exacta,
buscando el verde esmeralda de los ojos de su niño.
-¿Quieres algo? ¿Y si me lo señalas?
Harry negó con la cabeza, sin dejar de mordisquear su labio inferior, hasta
que un dedo de Louis apartó el labio de los colmillitos de su niño, no quería
que se hiciera daño, y después de acariciarlo con su pulgar, continuó
observando a su minino, todo eso iba a ser tan complicado, él había
rechazado la ayuda de Anne para que Harry hablase, pero en momentos
como ese deseaba un traductor, no sabía si su niño sentía algún dolor o tenía
un antojo. Pasados un par de segundos, Harry meneó su cola y suspiró,
estirando su brazo hasta que uno de sus deditos señaló directamente la
entrepierna de Louis.
Louis, aún sin comprender, siguió el camino en la dirección que le mostraba
Harry y se observó a sí mismo, captando después de un par de segundos,
dibujándosele automáticamente una media sonrisa en el rostro, cuando
disimuladamente notó que Harry tenía un pequeño problema en su
entrepierna también.
-¿Qué pasa, bebé? ¿Las hormonas de nuevo? -Su dedo fue a colocarse
justosobre el bulto del minino, escuchándolo maullar y viéndolo cerrar sus
ojos, mientras inclinaba esas dos felpudas orejas de su cabeza, mordiéndose
el labio otra vez.- ¿Quieres que te haga el amor, Harry? ¿Aquí? -Harry asintió
repetidas veces, sintiendo como las manos de Louis lo tomaban y con sumo
cuidado lo cargaban, colocándolo sobre la cubierta de la cocina, sentándolo al
borde, observando la mirada ya oscura de su pequeño.- ¿Vas a abrir las
piernas para mí, mi amor?
Harry afirmó con la cabeza, obedeciendo, separó sus piernas a los lados de
Louis, dejando que el cuerpo del mayor entre en medio de estas, jadeando de
anticipación cuando Louis tomó su barbilla y capturó sus labios en un
profundo beso, intenso, comiéndose los labios del minino, sintiendo las
pequeñas manos de Harry abrazarlo por el cuello, ladeando su cabeza y
entregándose completamente al castaño.
No tenía nada de malo, según lo que Louis había investigado y lo que le había
dicho Anne, mientras Harry estuviera dispuesto, no tenía por qué
preocuparse por el pequeño bebé en el vientre del minino, es más, mientras
más contento se le tuviera a Harry, el feto tendría un mejor crecimiento, así
que durante toda esa semana en casa de su mamá, su vida sexual no había
disminuido en ningún momento.
Manteniendo el contacto con los labios de Harry, se encargó de bajarle con
mucho cuidado su pantalón, hasta que se lo sacó por completo y no es que
Louis sea un pervertido ni nada parecido, pero desde que vistió a Harry antes
de salir de la casa de su madre, no le había puesto roba interior al minino
¿Para qué? Estorbaba mucho en momentos como ese.
Observó el palpitante miembro de Harry cuando sus labios se separaron,
admirando las hermosas mejillas sonrojadas del pequeño, al igual que su
respiración entrecortada, Harry meneó las orejas, murmurando un "Lou"
antes de soltar un fuerte gemido cuando la palma del mayor tomó con
firmeza su miembro, empezando a estimularlo, con movimientos rápidos, de
arriba abajo, robándole jadeos a Harry, mientras este contraía su espalda.
Los labios de Louis besaban cada espacio del cuello del pequeño, Harry
estaba lleno de marcas, "marcas de amor", como les decía Louis, pero esas
eran mucho más bonitas, al pequeño Harry le gustaba quedarse en el espejo
mirando su cuerpo, todo lleno de marcas de amor de Louis, esas no eran a
causa de golpes, sino de besos, Louis lo marcaba a besos, y eso hacía al
corazón de Harry muy feliz.
-¡Ah! -Sintió otra mordida en su cuello y tironeó del cabello del
castaño,sabiendo la huella que quería después aquel acto de Louis, mientras
los dedos de este jugaban con el glande del pene de Harry, tirando de su
miembro de arriba hacia abajo.- Lou... Lou.
Harry llevó una de sus manos hasta su entrada, pasando sus pequeños
deditos por esa zona, captando la atención del mayor, quien jaló un poco de
Harry, teniendo una mejor vista de su agujero, asegurándose de que su
pequeño se sentara bien sobre la cubierta, aunque más al borde, no quería
dañar su espalda. Una vez lo hizo, Louis apartó sus dedos y sin cuidado
alguno metió uno de los suyos en el pequeño agujero, profundo, jadeando al
sentir la presión de las paredes de Harry.
-¿Así, mi amor? ¿Te gusta? -Harry asintió con la cabeza, tirándola después
hacía atrás, gimiendo e intentando aferrarse inútilmente a algo en la cubierta,
aunque la superficie lisa le impedía poder aferrarse a algo para callar un
poco.- ¿Quieres otro, Hazz?
-S-Sí, Lou. Mmm. -Harry mordió su labio, llevando una de sus manitos al
hombro de Louis, tomando con firmeza este, enterrando sus pequeñas uñas
en la remera de Louis, mientras recibía sin compasión otro dedo en su
interior, gimiendo ante el movimiento brusco de los dígitos, abriéndolo,
preparándolo para el duro pene de Louis.
La cocina se llenaba de los gemidos de Harry, su cuerpo se entregaba
completamente al placer que Louis le proporcionaba, sintiéndose preparado,
murmuró un "No" para que Louis lo entendiera, y entonces Louis sacó los dos
dedos, no sin antes hundirlos profundamente, rozando la próstata del
pequeño, escuchándolo casi gritar.
-Meoow. -Todo el cuerpo del menor se relajó, apoyando su cabeza en el
pecho de Louis, ronroneando, con sus manos sobre los hombros del mayor,
escuchándolo abrir la cremallera de sus pantalones y bajar el cierre,
terminando por bajarse por completo el jean. Una de las orejitas de Harry
tintineó cuando su entrada vibró por el contacto con la punta del pene de
Louis, ya listo, trató de relajar cuerpo, esperando la penetración.
-Esta es nuestra casa, amor. -Le susurró el mayor, cerca de su orejita
izquierda.- Quiero que grites y gimas todo lo que quieras. Di mi nombre
mientras te hago mío, Hazz. -Harry no tuvo tiempo ni de responder cuando
sintió como de una embestida todo el miembro de Louis se abría paso entre
sus paredes, llevándolo a gemir, sintiendo su vista nublarse por el dolor y el
placer de la penetración, era increíble, pero ese tipo de dolor le gustaba.
-Lou. -Harry se removió, esperando el movimiento de Louis cuando este inició
con las acometidas, una tras otra, golpeando contra Harry, embistiendo
rápidamente, sacándole fuertes gemidos al pequeño, en lo que Louis se
apoyaba en la cubierta, empujando contra el delicado cuerpo frente a él.
Cuando notó que la posición no le estaba favoreciendo en lo más mínimo, le
ordenó a Harry que lo rodee con sus piernas, quitándole completamente el
pantalón primero, y colocando sus manos sobre los glúteos del menor, lo
cargó, aún con su pene introducido en Harry, volteando para apoyarlo contra
la pared al lado de la puerta de la cocina, empezando a empujar con más
fuerza y decisión. - ¡Nhya! ¡Lou! ¡Lou!
Las piernas de Harry se aferraban a él, los gemidos se volvieron más fuertes,
Louis empujaba su pene con rudeza, una y otra vez, buscando volver a rozar
el punto que enloqueciera al más pequeño. Las manos de Harry intentaban
aferrarse a los hombros de Louis, mientras este besaba y marcaba la piel del
minino, escuchándolo maullar, gritar, repetir su nombre una y otra vez.
- ¿Así, amor? -Louis empujó con más fuerza, evitando que así Harry pudiera
decir algo y solo gimiera otra vez, más fuerte, más ronco, tirando su cabeza
hacía atrás, entregándole su cuello a Louis para que marque a su total antojo.
Un par de golpes profundos más y Harry dejó que una lágrima escapara de
uno de sus ojos, gritando el nombre de Louis cuando esté tocó ese punto que
lo enloquecía, su pene vibró con más fuerza entre el cuerpo de ambos, y
cuando Louis supo que había encontrado el lugar, se dedicó a empujar una y
otra vez contra este. Los labios de Harry buscaron los suyos y los besó con
pasión, con deseo, con amor. Embistió una y otra vez, mientras su lengua
jugaba con la de Harry, continuando aun cuando el beso se había roto.
Harry se dejaba hacer, aferrándose a Louis, ayudándole con los empujes,
usando sus pequeñas piernas, marcando sus hombros, besándolo, dejando
que todo se volviera Louis y Louis, y más Louis en su corazón, en su cuerpo,
hasta que no lo resistió y se corrió, tira tras tira de su esencia marcó los
abdómenes de ambos, e incluso después, continuaba gimiendo sin control,
dejando que su respiración se vuelva una contra la de Louis, disfrutando de
las embestidas, hasta que el mayor no pudo más y lo llenó completamente,
bañando las paredes internas de Harry, permaneciendo inmóviles, mientras
los delgados brazos de Harry lo abrazaban y Louis se sujetó de la pared, así
intentando evitar que sus músculos flaqueen ante los espasmos de semejante
orgasmo.
-Meow. -Harry ronroneó cuando se sintió lo suficiente capaz de hacerlo,
dejando suaves besos en el cuello de Louis, junto con pequeñas lamiditas.
¿Lou?
El mayor tomó aire y se apartó de su pequeño, al menos lo suficiente para
observarlo de frente, disfrutando de la tranquila sonrisa en los labios de
Harry, de cómo sus orejitas se menearon y el gatito besó dulcemente los
labios de Louis, sintiéndose feliz, siempre que jugaba con Louis se sentía muy
feliz, aunque luego extremadamente cansado.
-Ven. Vamos a darte una ducha y luego a la cama, mi amor.

CAPITULO 29

-Cómo está?
Louis se acercó a su pequeño, con mucha calma, mientras le limpiaba el
abdomen y le acomodaba su polera, no eran buenos días para estar en la
playa, el aire corría con demasiada fuerza y él temía que Harry se enferme,
así que lo mantenía con distintas poleras con diseños infantiles, esas que a su
pequeño le encantaban tanto. Besó la nariz del minino, quien solo se
acurrucó en el pecho de Louis, aunque él continuaba sin entender nada, solo
obedecía las palabras de su Louis porque sabía que luego le tocaban muchos
besitos como recompensa.
-Está bien, el feto se encuentra bien, solo...
Anne cortó la oración, sentándose en una de las bancas que Louis le había
indicado podía, no era la primera vez que hacían eso, de hecho era la
segunda, Harry acababa de cumplir cuatro semanas de embarazo, cuatro
semanitas donde su estómago había crecido y Louis no podía sentirse más
como un novio y padre orgulloso, inflándosele el pecho cada que observaba
al minino menear las orejas cuando se encontraba frente al espejo, seguro
preguntándose el porqué de su pancita grande.
-¿Solo qué? Anne, la última vez que viniste dijiste que tenías que confirmar
algohoy, dime si algo le está pasando a Harry o al bebé, por favor.
-No es nada malo, Louis. El cuerpo de Harry se ha adaptado excelentemente
al cambio con un feto creciendo en su vientre, sin embargo, tienes que saber
que el tamaño del feto no es el tamaño que debería tener cuando está
cumpliendo apenas los veintiocho días.
-¿Está muy pequeño? Harry es un niño, es normal que lo esté ¿No?
-Ese es el problema. Está muy grande.
Anne soltó un suspiro, mientras sacaba del maletín una placa y le mostraba
una fotografía de la ecografía anterior que le había sacado a Harry, Louis
realmente no entendía mucho de esas cosas, sin embargo, a juzgar por
ambos, sí era visible como en el estómago de Harry se encontraba un bebé
mucho más grande que en la placa del costado.
-Esas son dos ecografías de fetos a sus veintiún días. Como notarás, el de
Harry es considerablemente grande, además de que ahora, confirmándolo
con esta ecografía, el bebé sigue creciendo más y más.
-¿Qué significa eso?
-¿Sabes cuánto dura el embarazo de un felino, Louis?
+
-Hey, amor. ¿Cómo estás?
Louis había terminado de lavar los trastes de su comida y de la de Harry,
estaba algo nervioso, así que más de una vez se había quedado sin
movimiento, dejando que el agua corra mientras su mente se llenaba de
imágenes, de pensamientos, de ideas de cómo hablar con Harry sobre todo lo
que estaba ocurriendo, porque no era una tarea sencilla.
Después de haber terminado, subió las escaleras hasta la habitación que
compartía con el minino y lo encontró ya con su pijama, le había comprado
un conjunto, una pijama blanca con pequeños ositos, y la parte superior en
forma de camisa de manga larga, hasta con el cuello doblado, bueno, todo
eso más el agujero por donde salía la larga cola de su bebé, Harry se veía tan
adorable como absolutamente cualquier día, y si Louis podía decir algo,
estaba mucho más radiante a cada segundo que pasaba.
-¿Lou? -Harry alejó la mamadera de su boca, meneando las orejas mientras
veía almayor sentarse en la cama a su lado, así que automáticamente tomó
lugar sobre su cuerpo, sentándose encima del regazo de Louis, mientras este
lo acurrucaba en sus brazos, peinando un poco los rizos rebeldes que Harry
despeinada cada que se vestía, porque no importaba que esa pijama fuera
con botones, de algún modo Harry siempre se despeinaba, o también podía
terminar colocando el botón en el agujero indebido, aunque esta vez no fue
una de esas.
-¿Terminaste tu leche, nene? -Harry observó el biberón, moviéndolo de lado a
lado,viendo que aún contenía algo de líquido y negó con la cabeza,
llevándoselo de nuevo a la boca, tomando su larga cola para atraparla entre
sus manos y empezar a peinarla, Louis había descubierto que ese era un tic
de Harry, o una forma de darse auto-apoyo, y de nuevo, él pensó que su niño
no podía ser más adorable.- Bueno, tengo que hablarte de algo. Escucha
¿Recuerdas a Doris y Ernest? -Harry asintió energético ¿Cómo no olvidar a
esos pequeños que, según Niall, solo cagan, comen, lloran y duermen?-
Bueno, bebé ¿Sabes que ellos estuvieron en la pancita de mi mamá, verdad?
Harry meneó la cabeza, tratando de ordenar las ideas, no era tan difícil para
él imaginar que un bebé tan pequeño como lo eran los mellizos entrara en la
panza de alguna mujer, él había visto mujeres muy, muy gordas a lo largo de
sus días en la calle, aunque no fueron muchos, habían algunas señoras que le
asustaban y él creía que lo golpearían con su barriga o algo, sin embargo no
sabía cómo entraban dos nenes, como lo eran Doris y Ernest, uno estaba bien
¿Pero dos?
-¿Auch? -Harry colocó su mano sobre su abdomen, sobándoselo de imaginar
que sería doloroso tener dos bebés en la panza, y pensar como salieron de
ahí, sin embargo se calmó cuando sintió un dulce beso de Louis en su frente.
Y sí, Harry aprendió a decir "Auch" solito, gracias a una vez durante la semana
cuando a Louis se le habían caído unas cajas sobre el dedo gordo del pie, y él
gritó algo parecido, junto con otra palabra que Harry le prometió a Louis no
repetir.
-No, mi vida. No Auch. -Louis sonrió, pasando sus dedos por la suavidad de
los rizos de su pequeño, encontrándose con el inicio de sus esponjosas orejas,
acariciando en esa zona.-Es bonito, amor. Mamá tuvo dos hijos a los que ama
mucho, mucho, mucho. ¿Imaginas eso? ¿Tener en tu pancita una pequeña
parte tuya, y de alguien más que vas a amar mucho pero mucho, mucho?
Louis colocó su mano sobre la de Harry y acarició también el abdomen algo
abultado de su pequeño, hasta él había perdido la idea de a donde quería
llegar, solo suspiraba enamorado, encantado con la fascinante noticia de
tener un hijo, no podía bajarse de esa nube desde hace ya dos semanas que
se había enterado, y sabría jamás podría hacerlo.
-Amo. -Harry repitió, refiriéndose a la palabra "Amor" y captando de nuevo la
atención del mayor.
-Sí, amor, bebé. ¿Quieres tener una parte tuya y mía en la pancita? -La mirada
de Harry bajó a su vientre y Louis le ayudó, desabotonando un par de los
botones de la zona interior de la camisa para liberar la piel, y que Harry
observaba su abdomen, ladeando una de las dos orejitas de su cabeza,
alejando su cola para prestarle atención a la zona de la que estaban
hablando.
-Meoow. -Harry le maulló a su abdomen, Louis creyó que su niño le estaba
cuestionando a esa parte de su cuerpo si quisiera tener un pedacito de
ambos, como él le había dicho, y por ello el castaño tuvo que contenerse de
llenar de besos a su pequeño. Una vez Harry se aseguró de no sentir ningún
dolor, es decir, de que su vientre no proteste ante la idea, subió la mirada a
Louis y le regaló una enorme sonrisa, afirmando con la cabeza, acurrucándose
más contra Louis mientras este besaba sus labios, sintiendo como si le
sacaran el peso más grande de sus hombros.
Louis llenó de besos los labios de Harry como si apenas se hubiera enterado
del embarazo, aunque realmente estaba igual de feliz que en ese momento.
Harry lo amaba, Harry quería tener un hijo con él y Harry ya tenía un hijo con
él creciendo en su vientre ¿Qué podía ser mejor que todo eso? Estaba tan
feliz, debía llamar a Jay y a Anne para contarles, pero por mientras, todo
marchaba perfectamente bien.
-Es bueno eso, amor. -Harry lo miró con cierta duda, sin embargo se limitó
solo a acariciar la mejilla de Louis, regalándole una pequeña sonrisa, viendo
como Louis tomaba su pequeña mano y la llevaba de besos, de mimos, de
caricias.- Tienes un mini tú y yo creciendo en tu pancita, bebé.
- ¿Lou? ¿Harry? -Louis afirmó, Harry vio como los ojos del mayor se llenaban
de lágrimas, pero por primera vez, no le asustó, él veía la sonrisa de Louis y
quiso compartirla, quiso llorar con él, quiso sentir siempre que Louis llorara
solo esa comezón en su pancita diciéndole que todo está bien, que esas
lágrimas no eran tan malas como las otras.- ¿Meow? -Harry señaló su
estómago y Louis volvió a asentir, así que el minino simplemente se limitó a
mirar su pancita, y entonces comprendió porque había engordado, y no era la
leche, o que su estómago esté haciendo huelga, él tenía un mini Lou en ese
jugar, así que era como tener dos Louis, y eso lo hacía doblemente feliz.
Louis volvió a besar sus labios y Harry meneó sus orejas, entregándose al
cálido beso que le estaba regalando su Louis, mientras encogía sus piernas,
ronroneando cuando sintió las caricias del mayor en su pancita. Un Louis,
había un pequeñito, muy pequeñito Louis ahí.
+
Después de que Harry se quedó dormido en sus brazos, Louis no pudo pegar
un ojo en toda la noche, aunque no era la primera vez que le ocurría, esta vez
fue diferente porque Harry ya se encontraba al tanto de su embarazo, así que
la realidad lo golpeó con fuerza: Harry iba a tener un hijo más pronto de lo
que él imaginaba.
Tomó su celular, marcando un número ya conocido para él, tecleando
solamente los primeros tres números cuando ya le apareció el nombre, así
que dio al botón verde, pegándose el aparato al oído, escuchándolo timbrar
y no ser contestado en
ninguno de los cinco timbres. Repitió ese proceso otras tres o cuatro veces,
hasta que al fin lo atendieron.
- ¿Hmm? -Louis mordió su labio, sin querer carcajearse muy fuerte por la voz
dormida de su mejor amigo de otro lado.- ¿Te das cuenta que son...? -Zayn
cortó su voz para seguramente buscar un reloj, y entonces volvió al teléfono.-
¿Las dos y
media de la madrugada de un lunes? Me voy a levantar en menos de tres
horas para ir a clases, Louis.
-Lo sé, no diré que lo siento porque no lo hago, pero necesitaba hablarte,
Zaynie. -El tono feliz de su amigo, hizo que Zayn comprendiera que debía
escuchar, así que después de despabilarse lo suficiente, se sentó en la cama,
quitando con mucho cuidado el brazo de Niall que descansaba sobre su
pecho, entregándole una almohada para que su pequeño rubio se acurruque
hacía esta.
-Y bueno ¿Qué ocurre?
-Harry está embarazado. -Louis, en las dos semanas que llevaba sabiéndolo,
no había tenido la confianza de contárselo a nadie que no fuera su familia, e
incluso la mayoría de sus hermanos menores no sabían, de no ser por Phoebe
y Fizzy que se quedaron escuchando detrás de la puerta cuando se lo dijo a su
madre. Louis no iba a decírselo a nadie hasta que el mismo embarazado lo
supiera, y ahora con todo aclarado, no pudo contenerse más de contarle la
noticia a alguien tan importante para él.- Tiene cuatro semanas, Zayn.
-Eso es realmente inesperado, pero felicidades, Lou.
- ¿No te sorprendes?
-Louis, dejaste embarazado a un niño alterado genéticamente para que
parezca más un gato pidiendo ser violado que un niño normal de los que te
patean cuando no les das lo que quieren ¿Crees que a estas alturas algo me
sorprenda?
-Bueno, hombre, pero tampoco esperé que lo tomaras con tanta naturalidad.
-Louis se encogió de hombros, como si el mismo Zayn pudiera verlo, aun
acariciando los rizos de su pequeño. Zayn soltó un largo bostezo y entonces
Louis se preguntó si Zayn estaba o sonámbulo o aún medio dormido, porque
su amigo parecía más una computadora arrastrando las palabras, con voz
ronca.- Creo que te volveré a llamar mañana en la tarde también.
-Harías bien. -Louis sonrió y Zayn también lo hizo, entonces sintió como su
amigo se aclaró la garganta, esperando que hablara.- Louis, escucha, sé que
nos hemos
separado mucho este tiempo, tú sabes, Universidad, o lo que sea, yo
realmente lamento no poder estar contigo todo el tiempo que hubiéramos
deseado. Tú, Liam, Niall, Harry y yo ¿Te imaginas? Sería bueno vivir esta etapa
juntos, pero yo tengo cosas que hacer y quizás... Quizás este ciclo me salga
una beca para Estados Unidos. Niall entiende, él me apoya mucho y sé que tú
también, solo... Quiero seguir el camino que me haga feliz ¿Sabes? No sé
porque te digo esto ahora, si dependiera de mí, continuaría trabajando
contigo en la tienda de antes ¿Recuerdas? Nosotros tres, me encantaría
seguir y vivir con ustedes todos los momentos que se vienen, pero por
primera vez, estoy haciendo algo que me gusta, es cansado, trabajoso y
créeme que hay días que quiero lanzarlo todo y volver el tiempo pero...
-Oye, oye, está bien. -Louis mostró una enorme sonrisa, negando con la
cabeza, aunque Zayn no pudiera verlo, ese era su mejor amigo, esa persona
que en la madrugada se ponía a pedirle perdón por no continuar con la vida
que ellos habrían deseado tener, aunque ese sueño no era el de Zayn
también, y ahora se enteraba de que posiblemente... Se alejaría por mucho,
muchísimo tiempo.- Liam y yo, aunque ya no sé mucho de Liam, vamos a
estar bien mientras tú estés bien ¿De acuerdo? Te queremos a nuestro lado y
sabes que siempre tienes las puertas abiertas para volver con nosotros, para
que consigamos un empleo o al final aceptar la oferta de Liam y su padre,
pero por sobre todo, hermano, si quieres estudiar y la Universidad te lleva a
abandonar el nido, oye, me sentiré la madre por orgullosa de ti al ver que
eres feliz en lo que te gusta. Te apoyo, Zayn. Niall, Liam e incluso Harry que no
entiende nada, también lo hacen. No te sientas mal por tomar tus decisiones,
eres jodidamente valiente, y me tienes orgulloso hasta los huesos. Todas las
personas que te amamos te comprendemos y apoyamos, no sirve de nada ser
egoísta y pedirte que te quedes, si no eres feliz.
-Parecemos dos maricones hablando de un adiós para siempre.
Louis rió, negando con la cabeza.- No es un adiós, no importa que tan lejos te
mande tu camino, jamás será un adiós, porque decir adiós significa olvidar y
nunca olvidaremos todo lo que hemos pasado juntos, lo sabes ¿Verdad?
-Compañeros del crimen, tendremos que hacer nuestras fechorías un poco
más alejados ahora.
-Te entrego Estados Unidos, sé que sabrás hacerlo.
-Te quiero, Louis.
-Ahora sí te escuchas maricón, Zaynie.
Louis y Zayn rieron después de eso, mientras cambiaban de tema al embarazo
del pequeño Harry. Louis limpió con sumo cuidado una lágrima que escapó
de su ojo izquierdo, riendo cuando Zayn le contó que Niall al enterarse de la
posible beca empezó a medir su tamaño para ver en que maleta podía caber
y ser llevado al otro país junto a Zayn. Era increíble como la llamada había
ocurrido con el fin de hablar de Harry, pero al final, ellos se habían dicho
cosas que ambos guardarían en su corazón por mucho tiempo o para
siempre.
+
En otro lugar, no muy lejos de la playa, Anne le mostraba con orgullo a Simon
las placas de las ecografías de Harry, mientras este sonreía emocionado,
ambos estaban felices de saber que no tendrían que esperar mucho, el
embarazo de un felino dura aproximadamente de sesenta y dos a sesenta y
siete días, así que tendrían al hijo de Harry con ellos muy pronto. Aunque, tal
vez ambos estaban emocionados por acontecimientos muy diferentes que
traería consigo ese pequeño ser en el estómago del minino.
CAPITULO 30

Un mes embarazado, exactamente un mes según la última ecografía que le


hizo Anne. Harry apenas se había enterado hace unos días que iba a ser papá,
y que tenía a un mini Louis en el pancita, pero no pudo tomarlo de una mejor
manera, él hablaba mucho con su pancita desde entonces, e incluso en
momentos, Louis se había encontrado con su pequeño acostado, solo
admirando o acariciando su abdomen, acurrucado en sí mismo.
Su vientre había crecido apenas un poco más, Louis no sabía cómo era
posible, pero desde que se enteró que sería cosa de solo menos de setenta
días y que aproximadamente le quedaba un mes y una semana para que
Harry le entregara el maravilloso regalo que era un hijo; él había notado que
la pancita de Harry crecía y considerablemente también.
Jay iba a visitarlo con frecuencia, incluso Zayn y Niall pasaban agradables días
en su casa, Louis y Zayn no habían vuelto a tocar el tema de la beca, eso
gracias a que el pelinegro le pidió que no hablaran de aquello frente a Niall, el
rubio aún estaba algo sensible, aunque intentara no demostrarlo.
- ¡Oh, vamos, Zayn! ¡Yo también quiero cerveza!
Niall meneó su cola con insistencia. Louis, Zayn, Harry y él habían decidido
pasar ese día juntos en la playa, en esa parte alejada que era más que nada
privada para las personas que tenían sus casas ahí, aunque realmente la única
que se podría apreciar a kilómetros de distancia era la de Louis, y eso
ayudaba muchísimo a que el pequeño Harry no tuviera que esconderse. Louis
y Zayn llevaron dos six packs de cerveza, al igual que un poco de leche para
Harry y mucha más comida para Niall, colocando unas toallas sobre la arena,
se sentaron a apreciar el mar, esperando la hermosa puesta de sol, Louis le
había hablado a Zayn muchísimo sobre ella, y Zayn deseaba ver si se podía
inspirar alguna forma con la imagen.
-Ya te dije que eres muy pequeño, idiota. -Zayn gruñó, harto de la insistencia
del pobre felino. Niall entrecerró los ojos, alzando una ceja después.
-Oh, claro imbécil. Ahora soy "pequeño" pero cuando estoy entre tus piernas
chupándote la Hmmm... ¡Mmm!
Zayn cubrió con una de sus manos los labios del ojiazul y este pasó
descaradamente su lengua por sobre la palma de la mano del mayor,
causando que la alejara al instante, ante la mirada atenta de Harry y Louis.
-Polla. -Dijo el rubio, con una victoriosa sonrisa.
-Ugh ¡Eres un puerco, Niall!
Harry rió fuerte al observar la sonrisa burlona en el rostro de Niall, clara señal
de victoria, captando así la atención de todos los demás. El minino cubrió sus
labios, inclinando sus orejas hacía abajo, él no había querido hacer tanto
ruido, solo la risa salió. Louis dejó un dulce beso sobre su mejilla,
acomodándolo mejor entre sus piernas, porque sí, el cuerpo de Harry se
encontraba descansando entre las piernas de Louis, con su espalda pegada al
pecho del mayor y este inclinado hacia atrás, apoyado en la palma de sus
manos.
-¿Qué es gracioso, Harry? ¿Acaso no te gustaría saber a qué sabe la cerveza?
Harry negó con la cabeza, y soltó un par de maullidos, mientras Niall bufaba y
se cruzaba de brazos, volteando el rostro para ya no verlo.- Eres tan idiota, no
hace daño si se toma solo una vez, esto de que estés embarazado te hace tan
aburrido.
Harry subió la mirada hasta arriba, alto, alto, queriendo encontrarse con los
ojos de Louis, así que se dejó caer un poco más, hasta que por fin sus dulces y
grandes ojos conectaron con los del mayor, y le hizo un puchero, recibiendo
un beso por parte de este.
-No, nene, no eres aburrido. -El minino sonrió, moviendo un poco su cola,
otra vez levantando algo de arena, sintiendo como le hacía cosquillas a su
piel, volviendo a reír, llevando ambas manos a su aún pequeña pancita,
acariciándola por mero instinto. - ¿Hambre?
Negó con la cabeza, tomando la mano de Louis para colocarla sobre su
vientre y moverla suavemente, indicándole que deseaba mimos, así que Louis
no tardó en alzarle su pequeña remera, empezando a acariciar con ternura la
suave piel de su pequeño, ahora siendo ambos el centro de atención de sus
otros dos amigos.
-¿Siempre hace eso? -Cuestionó Zayn. -Creo que deberías estar orgulloso
deHarry, hermano, se ha tomado bien el tener a una persona creciendo en su
estómago. -Louis asintió, mientras el pequeño Harry cerraba sus ojos y se
dejaba hacer entre las caricias de Louis, soltando unos cuantos ronroneos, en
lo que la sombra de su amor se encargaba de evitar que los últimos rayos del
sol caigan directo sobre su rostro.
-Harry dice que es un mini Louis. -Habló Niall, encogiéndose de hombros.Está
muy emocionado. Ni crean, yo también pensé que él no tomaría bien la
noticia, por eso le dije a Zayn para venir lo más pronto posible, pero cuando
lo vi, me abrazó y me dijo "¡Niall! ¡Tengo a un Louis creciendo en mi pancita!
Se mueve y hace grr como nosotros"-Niall sonrió instintivamente, observando
el suave movimiento de la punta de su cola sobre la arena.
-Ow ¿Quieres un hijo, Niall?
-Claro, Zayn, ven, lléname de tu leche.
-¡Niall! ¡No seas puerco!
-Gato, Malik, gato.
Louis rodó los ojos ante la pelea que su mejor amigo y su novio habían
empezado a tener, y aún más cuando al final terminaron besándose, les dio
su respectivo espacio, permitiendo que sean ellos los que compartieran una
escena cursi, mientras sus caricias continuaban haciendo dormir al minino
entre sus brazos, soltando un largo suspiro, lleno de tranquilidad.
-Si tomas cerveza y te beso... ¿Estaría tomando cerveza yo también?
-No te voy a besar mientras tomo cerveza, rubio.
-¿Estás seguro de eso?
-¡Ni se te ocurra, Niall!-La sonrisa pícara que se formó en los labios del
rubiole hizo saber a Zayn que estaba en un problema muy serio, aún peor
cuando Niall tomó la lata que Zayn acababa de abrir y se lanzó encima,
moviendo el embace de lado a lado, obligando a Louis y a Harry a pararse
antes de terminar llenos de ese meloso líquido, tal y como Zayn había
acabado en ese momento.
+
-Toma, mi amor. -Harry recibió gustoso la mamadera llena de leche caliente,
acomodándose mejor en el sofá para empezar a tomarla, mientras Niall
estaba sentado en el sofá personal y Louis se sentaba al lado de Harry, hasta
que este se acomodó y tumbó su cabecita sobre el regazo del mayor. - ¿Sabe
bien? -El minino asintió, concentrándose en el contenido de la leche,
volviendo a su estado de calma total, ronroneando para Louis. -Hablando de
otra cosa, Niall ¿Zayn no tenía un perro?
-Oh, sí ¿La rata esa?
-Sí, la de su ex novia.
-Bueno, después de unos cuantos besos, una mamada y un buen sexo, lo
convencí de que se deshaga de ese animal de porquería, no hacía más que
chillar, ya que lo que salía de su boca no eran ladrillos ¡Chillaba, Louis! No sé
qué habrá sido de esa rata con pelo luego.
- ¿Qué tal estuvo la ducha?
-Estupenda. Gracias, hermano, aunque sigo sintiendo que apesto a cerveza, y
ahora no solo es el aliento. -Niall se levantó del sofá personal para que Zayn
se sentara y luego se acurrucó sobre sus piernas, sin decir o hacer ningún tipo
de comentario, Louis tampoco lo hizo, para él su amigo y Niall hacían una
gran pareja, se compenetraban muy bien, y sí, por los dos sentidos que pueda
tener dicha palabra.
-Hay una pregunta que me está atormentando. -Ahora le prestaron atención
al rubio minino, que meneó sus orejas cuando los tres pares de ojos se
colocaron sobre él ¿Le pondrán nombre? ¿O solo será "Engendro uno"?
Déjenme decirles que es buena opción, así no se me olvida luego. Creo que le
pondremos nombre. -Dijo Louis y Zayn bufó ante las tontas ideas de su
pequeño minino, sin embargo lo agarró con firmeza de la cintura,
acurrucándolo más contra su cuerpo, aún sentado sobre su regazo.- Solo que
aún no sabemos si será niña o niño, según entiendo Anne nos dirá eso dentro
de unos días, pero tenemos que ir a las instalaciones esas porque con un
aparto tan pequeño, es difícil saberlo totalmente.
- ¿Cómo vas con ese tema, Louis? ¿Aún no te dice nada ese tal Simon?
-Me siento mal por desconfiar de ellos siendo que han dado mucho por
nosotros, Zayn. Pero hay algo en Simon que no me cabe todavía, no me
agrada esa mirada sin escrúpulos, simplemente siento que no puedo leer en
-Se la regalé a mi hermana. -Zayn entró por fin al living, cambiado con ropa
de Louis y con una toalla sobre su cabeza, terminando de secarse sus negros
cabellos. Niall lo observó por unos segundos, buscando el enojo en su mirada,
pero al no encontrarlo, le mandó un beso al pelinegro, uno que no pasó
desapercibido por Louis. Niall meneó las orejas, estirándose para que uno de
sus dedos toque la planta del pie de Harry, causándole cosquillas al pequeño,
que no hacía más que reír aún con el chupón del biberón en su boca. 
sus ojos lo que planea o si lo que dice es real.
-Amigo, trabajó en esa empresa de porquería, es normal que no le des el
100% de tu confianza. -Harry encogió sus piernas, mientras miraba al techo,
escuchando la conversación, aunque como siempre, él no entendía mucho de
lo que estaba ocurriendo. Louis asintió, Zayn tenía razón, él nunca había sido
de las personas que juzgaban a otros por su pasado, pero Simon no le
cuadraba en lo más mínimo, tantas atenciones sin mayor fin o sin siquiera
cobrarles era algo demasiado bueno para el mundo actual.
- ¿El tipo ese ha vuelto a salir en las noticias?
-Sí, Niall y yo lo vimos antes de ayer. No se rinde, Louis, Harry es demasiado
importante para él, lo sabes. -Louis dejó que su mano izquierda, justo del lado
contrario de Harry, se presione en un puño, gruñendo ante las palabras de su
amigo, odiaba tanto esa situación, ni siquiera podían salir del país porque
cualquiera descubriría que Harry era mitad gato. Zayn y Niall notaron la
tensión sobre los hombros de Louis, y soltaron un suspiro, lo comprendían
perfectamente.
-Harry se pone nervioso, Louis. -Escuchó la voz de Niall y volvió a la realidad,
notando que ya su minino no descansaba en su regazo como antes, sino que
Harry se había sentado en el sofá, colocando su mano sobre el muslo del
mayor, mirándolo, totalmente preocupado.- Él siente lo que sientes, si te
pones así, lo sentirá, y creo que no es bueno para ninguno, ahora están a
salvo, solo deben dar un paso a la vez y tener mucho cuidado.
-Lo siento, bebé. -Louis dejó que su pequeño se siente sobre sus piernas, tal
cual Niall en el regazo de Zayn y luego lo rodeó por su cintura, dejando un
dulce beso en sus labios antes de que el minino se acomode en su pecho, y
enrede su larga cola en una de las piernas de Louis, quedando bien sentado
ahí, asegurándose de estar por si Louis se ponía malito de nuevo, como en
ese momento.
-Niall tiene razón, Louis. -Ahora el que habló fue Zayn.- No lo hagas por ti,
hazlo por Harry, tienes que estar a la defensiva pero nunca olvidas que él te
necesita ¿De acuerdo? -Louis asintió, acariciando dulcemente los rizos de su
pequeño, permitiendo que ahora Harry continúe tomando su leche con
tranquilidad.
+
Esa noche, después de que Zayn y Niall se fueron a su casa, Louis arropó a
Harry hasta acostarlo, y ¿A quién iba a mentir? Tuvieron una amorosa y
agradable sesión de buen sexo, claro, con mucho cuidado de no aplastar la
pequeña pancita del minino, para después caer rendidos en la cama, dejando
que los segundos pasen, mientras Harry se acurrucaba en su pecho y
descansaba, disfrutando de esa tranquilidad que solo el latir del corazón de
Louis le entregaba.
Louis escuchó el timbre de su celular y supuso que era su madre, ella a veces
llamaba a esas horas para saber cómo iban las cosas con Harry y su futuro
nieto, sí, porque últimamente Louis había notado que su madre ya ni
preguntaba por él, y le causaba gracia, él había pasado a ser el hijo menos
consentido en la historia de los hijos.
Pero al ver un número desconocido, tensó su cuerpo, manteniéndose
mirando como el teléfono sonaba y sonaba, hasta que Harry se movió entre
sueños y automáticamente contestó, esperando que sea la voz del otro lado
la que empiece a hablar.
- ¿Bueno? -Escuchó una gruesa voz ya conocida, aunque de igual forma, el
miedo que corría por su cuerpo en ese instante, perduraba.- ¿Louis
Tomlinson?
-Hola, Simon. -Aclaró su garganta después de escuchar ese irregular timbre
de su voz, para luego volver a afirmar, creyendo que el mayor no lo había
escuchado.- Sí, soy yo.
-Hola, niño. -Louis suspiró, definitivamente era Simon.- Lamento llamarte a
estas horas, intenté un poco más temprano pero no me contestabas el celular
y Anne me confirmó que aún no instalan una línea en el nuevo lugar donde
vives.
-Sí, lo siento, salí a la playa con Harry y unos amigos, dejamos los teléfonos.
-Ya veo. -Se hizo un corto silencio incómodo y luego Simon aclaró su garganta,
volviendo a hablar.- ¿Y cómo está Harry? Vendrán el sábado ¿Verdad? Tengo
todo listo para que Anne se encargue de revisar el sexo del bebé, aunque
también tengo algunas preguntas para ambos.
- ¿Preguntas sobre qué?
-Lo inusual, si Harry ha tenido mareos, náuseas, antojos.
-Todo eso puede decírtelo Anne, se lo he informado cada vez que ha venido
aquí.
-Lo sé, chico, no te pongas nervioso, es lo habitual. ¿Vendrán?
-No lo sé, Simon.
CAPITLO 31

Louis estacionó el auto en las afueras de la corporación de Simon, soltando


un largo suspiro lleno de resignación, Harry descansaba en la parte trasera
del vehículo, y él solo intentaba repasar las mil y un razones que le dio Anne
para convencerlo de ir, diciéndole que ya habían estado ahí, que no había
pasado absolutamente nada malo y que con una máquina mucho más
grande, podría observar con mayor detalle el creciendo del pequeño bebé,
que ya estaría cumpliendo sus cinco semanas en el vientre del minino.
-A ver, nene, ponte la capucha y vamos ¿Si? Te revisan y de regreso a casa te
compro leche con chocolate ¿Te parece? -Harry asintió emocionado,
colocándose el sombrero de la capucha, tal como le indicó Louis y tomando
su mano, saliendo del auto para tocar la gran puerta principal del lugar,
siendo abierta prácticamente al instante por Anne, mostrándoles una gran
sonrisa de bienvenida.
-Me alegra mucho que al final hayan decidido venir. Louis, Harry, adelante.
Louis se tragó un "Como si hubiéramos tenido otra opción", sin embargo no
lo dijo, dejando que sea Harry quien pase primero y después que Anne se
encargue de cerrar la gran y oxidada puerta. Muy al contrario de las veces
anteriores, ahora no eran ni las seis de la tarde y ya estaban en tal sitio, así
que Harry y Louis no debieron sorprenderse al observar tanto niño-gato
caminando por todas las instalaciones del lugar, desde por el corredor
principal hasta sus habitaciones, todas con las puertas abiertas, e incluso
Anne les iba informando que los pequeños tenían un patio enorme con gras
artificial donde pasaban sus horas, leyendo, conversando o simplemente
jugando entre ellos.
Niños de todos tamaños, muchos se quedaron segundos observando a Louis,
siendo él y el personal del lugar los únicos que no contaban con orejitas y
colas largas, cortas, anilladas, bicolores, wow, había definitivamente variedad
de pequeños.
- ¡Hola! -Louis y Harry se detuvieron cuando justo frente a sus ojos se
paró un niño,un poco más pequeño que Harry, pero sus ojos se veían
diferentes, no sabía porque, Louis no encontraba el mismo rastro de
inocencia que en su pequeño, era como una especie de Niall, aunque tenía el
cabello casi del mismo color que Harry.¡Me llamo George! -Meneó sus dos
grandes y esponjosas orejas. Se veían bien, el niño era considerablemente
adorable, o eso creyó Louis, hasta que sintió como los pequeños brazos de su
bebé rodearon su cuerpo, escuchando un sonido diferente a cualquiera que
hubiera oído de Harry antes.- Uh, uhm. -George retrocedió unos pasos, hasta
que llegó Anne y al verla, automáticamente se escondió detrás de la señora,
sacando su cabeza e inclinando sus orejas, manteniendo su mirada fija en
Harry.
- ¿Qué pasa, nene? -Harry no apartaba la mirada de George, con sus
orejastotalmente levantadas, gruñendo después de que George volvió a
esconder su cabeza detrás de la mujer presente.
-Está celoso. -Habló la voz dulce de Anne, volteando para dirigirse a George,
colocándose en cuclillas, quedando a una altura más reconfortante para el
pequeño.- George, Louis es el novio de Harry, sabes que no debes mirar
mucho a los novios de los demás.
-Yo no sabía. -George movió sus pies como pataleando, recibiendo una caricia
sobre sus ondulados cabellos, sonriéndole después a la madura mujer.-
¿Puede decirle que lo siento?
-Él lo sabe. Ahora ve a jugar ¿De acuerdo? Encárgate que nadie mire mucho a
Louis, se bueno y podrás ver tu programa ese de bichitos raros aunque lo
pasen muy tarde.
- ¡Pokémon, Anne! ¡Se llama Pokémon!
Mientras Anne veía a George alejarse y cumplir con sus palabras, Louis bajó la
mirada, observando como Harry no lo soltaba a pesar que la "amenaza" ya se
había ido, el minino subió su mirada y le maulló a Louis, mostrándole sus
ojitos llorosos. Louis no iba a admitir en ese momento lo adorables que eran
los celos de Harry, en aquel instante solo se inclinó y besó con mucho cuidado
y ternura los deliciosos labios de su pequeño, haciéndolo sonrojar, sabiendo
que habían muchos pares de ojos admirando la hermosa escena.
-Ven, mejor así. -Louis estiró sus brazos para que Harry hiciera lo mismo,
cargándolo hasta que el minino enredó sus piernas alrededor de su cintura y
sus brazos alrededor de su cuello, sosteniéndolo desde la parte trasera de sus
muslos, para evitar que Harry caiga, sintiendo su corazón emocionarse al
notar el peso que Harry había aumentado desde que empezó todo aquello
del embarazo.
-Todos los niños de aquí han sido rescatados, Louis. -Le habló Anne,
caminando con más lentitud, cuidando de no tropezar con alguno de los
pequeños que correteaban por ahí.- George fue recogido hace dos años de
las calles también, es un buen niño, no sabemos mucho de su historia porque
aún no se abre a nosotros, sin embargo cuando lo encontramos tenía
múltiples quemaduras sobre su cuerpo, esas que son realizadas cuando con
el extremo encendido del cigarro, lo colocas contra la piel.
Louis presionó con algo más de fuerza el cuerpo de su pequeño, si esa era la
historia de solo uno de los tantos, no quería ni imaginar lo que podía haber
pasado cada uno de los niños que ahora correteaban y reían por ahí, como si
todo dolor fuera borrado, aunque él sabía que eso era prácticamente
imposible.
Cuando estaban ya a poco de llegar a la habitación donde atendieron a Harry
las últimas dos veces, Louis encontró una habitación cerrada, y desde el gran
ventanal, observó un bulto en medio de la oscuridad, deteniéndose un
momento, dejando que Harry también se alejé de su cuerpo para observar
por el vidrio, era una persona, un niño, mejor dicho.
- ¿Y él? -Anne detuvo su andar cuando escuchó la pregunta, retrocediendo,
Louis observó como el rostro de la mujer se contrajo con pesar, admirando
también al pequeño de dentro.
-Él se llama Agustín, lo encontramos en un prostíbulo hace menos de cuatro
meses. Aún no logramos que haga amigos y aún tiene sus momentos donde
no quiere comer o le dan unos ataques de ansiedad terribles, parece que hoy
tampoco ha sido un buen día, luego me informaré con las demás enfermeras
que ha sucedido con él.
El pequeño Harry colocó una de sus manitos sobre el cristal, meneando sus
orejitas, él no entendía mucho de lo que hablaba Anne, pero él sabía
reconocer cuando alguien estaba triste, y el niño de dentro de ese cuarto
estaba muy, muy triste, como él antes de encontrar a su Lou.
Louis, Anne e incluso Harry se sorprendieron cuando el infante de dentro de
la habitación se acercó a paso acelerado hasta el ventanal y colocó su manito
sobre este, aunque del lado opuesto del cristal, justo donde Harry la había
dejado, soltando un maullido que no se escuchó, pero se entendió, o al
menos eso pasó con Louis y Harry.
-Meoow. -Harry maulló igual, regalándole una pequeña sonrisa al niño,
siendo correspondida por este, el pequeño era un poco mayor que Harry, sin
embargo Louis notó en esos parpados cansados y en esas ojeras debajo de
sus ojos que no la tenía fácil con sus demonios, era una situación
completamente estresante y agobiante no poder hacer mucho para ayudar a
tan pobres criaturas, que habían tenido la mala suerte de nacer en el
segundo equivocado, ya que nada de lo que les había pasado era
exactamente su culpa.
Después de despedirse ambos gatitos con sus pequeñas manitas, Louis y
Harry continuaron el recorrido hasta que por fin entraron a la habitación,
servía como una enfermería, solo que mucho más equipada. El cuerpo de
Louis se tensó un poco cuando notó que ya Simon los estaba esperando en
esa habitación, y no se animó a bajar a Harry hasta colocarlo sobre la camilla,
parándose a su lado, como las primeras dos revisiones que ya le habían hecho
a su pequeño. Ya conociendo el procedimiento, le alzó la remera a su niño,
mientras Harry entrelazaba sus dedos con los de Louis y soltaba un gemidito
a causa de la crema fría que le colocaron sobre su vientre, ahora el pequeño
de rizos andaba mucho más despierto, revisando con cuidado que
absolutamente nada le pareciera lo suficientemente amenazante para
apartarlo, nadie le haría daño a su pancita, mucho menos al mini Louis que
estaba creciendo dentro de esta.
Louis le acarició con ternura los rizos a su pequeño, dejando un suave beso en
sus labios, mientras Anne observaba ya la imagen de la ecografía en una
pantalla mucho más grande de lo que Louis recordaba. Se veía bien, él no
comprendía mucho de eso pero su corazón se aceleraba al lograr observar
por segundos a su hijo o hija en posición fetal, moviéndose regularmente,
mientras Harry inclinaba una de sus orejas, él sí definitivamente no veía nada
ahí, solo manchas negras y líneas blancas.
-Hola, Louis, Harry. -Simon hizo un pequeño movimiento de cabeza,
saludando básicamente mucho después del tiempo normal, hasta antes solo
se había mantenido ahí, observando todo movimiento de ambos chicos.- Te
agradezco que hayas venido, Louis, quería poder observar con mis ojos el
milagro de la vida. -La voz ronca del mayor le hizo saber a Louis que estaba
emocionado, pero muy por el contrario de agradarle, le causó un pequeño
escalofrío todo eso.
-Simon, mira esto, por favor. -Anne llamó la atención del mayor y este dejó de
observar al pequeño Harry con tanto detenimiento, acercándose a la altura
que estaba la mujer, admirando el monitor.- ¿Tú qué opinas? Creo que es un
varón, sin embargo se mueve un poco.
Louis suspiró, mienTras Harry lo miraba y le dio un suave apretón a sus manos
entrelazadas, regalándole una sonrisa, recordándole que todo iba a salir bien
si se mantenían así de unidos como hasta ese momento. Después de que
Harry sonriera para él, ambos escucharon al mayor aclarar su garganta,
captando su atención.
-Definitivamente es un varón.
Harry meneó la cabeza, sin entender mucho de lo que sucedía, pero antes de
maullar, sintió un suave empujón desde su abdomen, sonriendo, llevó su
pequeña manito sobre la zona, aunque aún tenía el líquido, la acarició con la
yema de sus deditos, maullándole, diciéndole a su pequeño Louis que no se
preocupe, que todo estaba bien.
Anne, después de ver como Harry se ensuciaba su pequeña manito, tomó un
trapo limpio y se lo pasó a Louis para que se encargue de su niño, limpiándole
el abdomen y también su mano, dejando un dulce beso en la palma de Harry,
sonriendo a la par que su minino sonreía y meneaba esas esponjosas y
hermosas orejitas. Iban a tener un niño, un hermoso pequeño que esperaba
sea tan precioso como lo era Harry. Louis se moría por salir de ese lugar y
contarle a su madre, a Zayn, a Niall e incluso a sus hermanas que pronto
serían tías de un pequeño fruto de su amor con su niño.
Sin embargo, Louis sabía que la cosa ahí no había acabado aún.
-Simon ¿Puedo hablar contigo un momento, por favor?
La voz serena de Louis le sirvió para que el hombre asintiera al instante,
aunque ninguno hizo ni el más mínimo ademán de moverse, Louis no dejaría
solo a Harry ahí y salir para ser escuchado por los niños que correteaban
afuera, no era una opción, así que después de un debido intercambio de
miradas, fue Anne de nuevo la que salió de la habitación, dejándolos a los
tres completamente solos.
-Soy todo oídos, muchacho. -Simon se sentó sobre una de las bancas del
lugar, mientras Louis terminaba de acomodarle la remera al pequeño Harry,
quien al instante estiró sus bracitos, queriendo que de nuevo Louis lo cargue,
aunque esta vez no pasó, Louis le dio un beso en la frente y le susurró un
"Luego" para después acomodar la cabecita de su pequeño sobre su pecho,
teniéndolo aún sentado sobre la camilla.
-Sé que suena muy desconsiderado de mi parte, pero lamentablemente
nunca me han enseñado a callarme las cosas y necesito saber cuál es la
verdadera razón por la que nos estás ayudando tanto, cuando no tendrías
razón para hacerlo.
-Tu madre es una gran amiga de Anne, ella lleva trabajando conmigo mucho
tiempo ¿No es suficiente razón?
-Lo siento, pero no creo que la caridad, esas cosas no existen, así que para mí
no es suficiente razón. -Louis habló, ya con más autoridad en su tono de voz,
logrando que el hombre frente a él se levante, estirándose, pero sin avanzar
ni un solo paso. -Escucha, muchacho.-Simon de nuevo aclaró su garganta,
dando dos pasos al frente.- Tengo mis razones por las cuales quiero arruinar a
Richard, por lo tanto no me conviene que él consiga lo que quiere, te estoy
ayudando para hacerme un favor a mí mismo, realmente.
-¿Ves? Eso suena mucho más creíble. -Louis mostró una media sonrisa,
empezandoa comprender y a encajar las piezas del porque tanta amabilidad
de un completo desconocido.- Sin embargo aún no me explicas porque la
ayuda, con las primeras dos revisiones y con no decirle nada a Richard sobre
nuestra ubicación es más que suficiente, de hecho si comprendo bien, te
conviene que Harry sufra un accidente o algo por el estilo, así Richard jamás
lo encontraría.
Simon no pudo evitar sorprenderse por lo cruel y sincera que sonaba la voz
de aquel joven frente a sus ojos, ese chico que lo estaba retando con la
mirada, intentando penetrar en su ser para descubrir cuál era el secreto
detrás de tanta hospitalidad. El mayor suspiró, Louis tenía un punto,
definitivamente era un chico muy listo.
-Louis, a la investigación le conviene que el bebé nazca, es algo revolucionario
para...
-¿Para qué? ¿Me estás insinuando que cuando nazca mi hijo vas a traer un
montónde cámaras para que le hagan el seguimiento al nuevo avance de la
ciencia? Estás de coña, Simon.
-Debes comprender que todo tiene un fin, si demostramos que Harry ha sido
alterado genéticamente después de que Neko Corporation haya sido cerrada,
ya que es un prototipo nuevo ¿Te das cuenta de lo que implica? Iniciarían de
nuevo las investigaciones sobre el caso, Louis, esto puede significar que
Richard y su cómplice yendo por fin presos ¿Entiendes la situación?
-Estás demente, Simon. No vas a utilizar a Harry ni a mi hijo en ninguna de tus
porquerías ¿Te das cuenta que Harry no es mío? Mostrarle al mundo el
nacimiento de mi hijo significa que ese hombre, en la cárcel o no, tiene el
poder legal de quitármelo.
-Louis yo... Yo no había pensado en eso.
-Te agradezco toda la ayuda, Simon, pero a partir de ahora ya no aceptaré
nada de tu parte, ni de la de Anne.
Pero a pesar de la firmeza y seguridad en su voz, Louis comenzó a temer no
poder salir de ese lugar de nuevo cuando la penetrante mirada de Simon no
se doblegó ante sus palabras.

CAPITLO 32

Y me fui de ahí.
Louis terminaba de explicarle la situación a su madre, mientras cambiaba de
expresión con forme la historia iba avanzando, para Jay era común tener a su
hijo de ese modo, Louis no se dejaba doblegar por nadie, o al menos por
nadie que no tuviera un par de orejas de gato, una cola, cuerpo de niño y
responda al nombre de Harry.
-O sea que te pudieron hasta matar por enfrentarte de esa forma a ese señor
¿Me estás hablando en serio, Louis William Tomlinson?
-Sí, mamá, pero vamos, estar en peligro ya es algo que me pasa todos los
días.
Dejando que su madre se tome el tiempo para procesar absolutamente todo
lo que le había contado, Louis se giró sobre su lugar y admiró como su
pequeño jugaba con Phoebe y Daisy. Después de dos largas noches en las que
Louis no pegó un ojo, pensando que quizás muy pronto el idiota ese de Simon
le caería quizás con una sorpresa, decidió que lo mejor era alejarse de su casa
de playa, ahora que Anne conocía su ubicación. De acuerdo, era un completo
idiota por haber dejado que esa mujer conociera el lugar sin antes tener una
conversación profunda con Simon, pero ya estaba pagando por su idiotez,
ahora su nidito de amor que compartía con Harry, se había vuelto el lugar
más peligroso en toda la ciudad, así que al final terminó volviéndose con su
madre, eso al menos hasta pensar que otra cosa podía hacer.
-¿Qué harás ahora que no tienes la ayuda de Anne para los chequeos
deHarry? Louis, ella me ha estado llamando preocupada ¿No crees que
vengan a buscarte aquí?
-Es lo más probable, por eso no es permanente, mamá, solo hasta conseguir
un mejor lugar donde quedarnos. Y sobre los chequeos, ya sé que Harry
tendrá que ser intervenido en más o menos cuatro semanas, después... La
cesárea... ¡No lo sé, madre! No es tan simple como parece, cuando algo me
da miedo, tiendo a huir, y aunque deba cambiar, no cambiaré en esto, pueden
quitarme a Harry si me continúo quedando en manos de esa señora y de ese
viejo loco.
-Entonces me estás diciendo que de nuevo fue tu instinto el que actuó
¿Verdad? -Louis afirmó, resignado. Él no era un niño, ya tenía más de
dieciocho años, pero de verdad esperaba que su madre tenga una respuesta
para su problema.- Sabes muy bien que yo puedo encargarme de la cesárea,
pero necesito más manos, Louis, no es una operación cualquiera, un mal
cálculo y algo malo podía salir de todo esto.
-¿Qué estás insinuando?
-Hablemos con Anne.
-¡Claro que no, mamá!
-Mira, Louis, piensa un poco las cosas, aún tienes cuatro semanas antes de
que llegue la hora, pero también intenta considerar que por el hecho de que
ese viejo loco haya querido hacer eso, no quiere decir que Anne esté
enterada de cómo son las cosas, ella jamás aceptaría que te separen de Harry
como a ella "la separaron" -Jay usó las comillas con los dedos para este
punto. -De su hijo. Considéralo, si me contaste que les tiene tanto amor a
todos los niños de ese lugar, no es una mala mujer, ella sigue órdenes, como
tú, como yo. Mira, ahora me vienes a contar tú que hasta en el hospital
donde he trabajado prácticamente toda mi vida, es probable que hayan
raptado niños en algún punto de mi carrera y yo ni siquiera estaba enterada.
No culpes a los peones, culpa a quien los controla. Te conozco, Louis, nunca
juzgarás a alguien sin tener las pruebas suficientes. Eres mi hijo, al fin y al
cabo. -Jay colocó una mano sobre el hombro del castaño antes de dejar un
beso en su frente, caminando de nuevo en dirección a sus hijas, explicándoles
que por unos días Harry y Louis estarían de visita.
+
Las siguientes dos semanas pasaron tan rápido que Louis ni siquiera las vio
venir, faltaban menos de tres semanas para que Harry le entregara un
hermoso pequeño, y su niño no podía ser más mimado porque ya era
imposible. Las primeras noches Louis no había pegado el ojo, pensando que
quizás podían ir a buscar a Harry en cualquier segundo, aunque después
empezó a dormir con tranquilidad y luego descubrió que la casa de su familia
se había vuelto su nuevo hogar, él y su bebé no podían estar más cómodos.
Sus hermanos tomaron muy bien la noticia, incluso los bebés parecían sentir
a su hijo, porque no dejaban de corretear a Harry entre gateos y risas
ruidosas de su pequeño de rizos. Lottie, Fizzy, Daisy y Phoebe se encargaban
de mimarlo como si fuera un pequeño recién nacido, incluso más que a sus
hermanos bebés, ellas solo tenían ojos para Harry y su futuro hijo, diciéndole
nombres todo el tiempo, al final parecía que el nuevo Tomlinson iba a tener
más de quince nombres con todo lo que se le ocurría a las pequeñas.
-Chicas, ya les dije que basta, lo sacuden mucho. -Louis tomó entre sus brazos
a su pequeño, alejándolo de sus hermanas menores, observando el puchero
que se formó en los labios de las cuatro. Harry al instante enredó sus piernas
alrededor del cuerpo de Louis y le dio un suave beso, maullándole, seguro
diciéndole que no se preocupara, que él se sentía muy bien. Louis aún no
comprendía como, pero cada día podía entender a su niño un poquito más,
sin la necesidad de que este hable.
- ¡Queremos ir al bosque con él! -Dijo Daisy, aunque al instante su voz bajó, a
un tono mucho más dulce, tratando de convencer a su hermano mayor.
¿Podemos?
-No, nena, Harry tiene que comer ahora.
Después de que sus hermanas suspiraron con resignación, Louis llevó a su
pequeño a la habitación que compartían, recostándolo, colocándose a su lado
mientras admiraba el voluptuoso vientre de su niño, había crecido tanto. - ¿Te
duele algo, mi amor?
No era cierto que Harry tenía que tomar su biberón, además de que ya
habían pasado dos largas horas desde la hora del almuerzo, pero sus
hermanas le quitaban muchos tiempos con su bebé, y al final, solo tenían las
noches juntos, minutos antes de que Harry quede completamente rendido
del cansancio y se acurruque en su pecho. Louis suspiró, no podía creer que
sentía celos de sus hermanas, ese era un nuevo nivel de posesión, pero todo
se le olvidó cuando vio a Harry negar con la cabeza, mostrándole esa
adorable sonrisa de siempre, meneando las orejas mientras acercaba más su
cuerpo al de Louis.
-Eso es bueno, mi vida. -Llevó una de sus manos a la mejilla del pequeño y
este al instante cerró los ojos, entregándose a la dulce caricia, soltando un
dulce gemido que no pasó desapercibido por el mayor. - ¿Está despierto?
Harry se puso serio y bajó su miradita a su abdomen, pasando sus manitos,
colocándolas ambas sobre su vientre para respirar profundo, mientras el
mayor lo observaba atento, sin decir absolutamente nada, las expresiones
llenas de gestos de su Harry siempre lo tenían completamente embobado,
dispuesto a verlo por días completos si se pudiera. Después de que Harry
suspiró y negó con la cabeza, regalándole una dulce sonrisa, Louis se estiró
para atrapar sus labios, colocándose poco a poco sobre el cuerpo del más
pequeño.
El minino se estremeció cuando una de las piernas de Louis quedó justo entre
las suyas, sintiendo como la rodilla del castaño empujaba hacía arriba,
rozando toscamente su entrepierna, llevándolo a cubrir su boca cuando otro
gemido mucho más alto escapó de esta, rompiendo el beso debido a ese
delicioso sonido ansiando ser escuchado.
-Estás sensible, mi niño. -Harry sintió su rostro enrojecer, asintiendo
suavemente con la cabeza, acomodándose mejor en la cama, mientras la
punta de la nariz de Louis no dejaba de acariciarle cada pequeño rincón de su
bonito rostro, tan suave. - ¿Extrañas que te haga mío, amor?
Louis y Harry no habían dejado de hacer el amor a pesar del embarazo, no era
tanto el tiempo que llevaban el uno sin el otro, sin embargo, algo había
cambiado desde hace semana y media, más o menos, Harry empezó a sentir
con más frecuencia a su pequeño bebé, incluso cuando hacía el amor con
Louis, lo sentía moverse, y eso le avergonzaba, una vez se negó a hacer el con
el mayor y de no ser porque Louis notó la mirada llena de inseguridad,
inocencia y excitación en su pequeño, hubiera entrado en una crisis
existencial por temor a pensar que su bebé ya no lo deseaba de esa manera.
Después de muchísimas señales, Louis comprendió que porque su hijo estaba
despierto, Harry sintió vergüenza y no quería hacer esas cosas. Louis entendió
y de hecho le pareció algo demasiado tierno, aunque disminuiría mucho sus
encuentros sexuales, porque su bebé parecía un jugador de fútbol pateando
una y otra vez a su infantil papá. Harry soltó un gemido cuando los dedos de
Louis tironearon sobre su pezón, devolviéndolo a la realidad, quería tener a
Louis consigo, e incluso la boca se le secó al mayor cuando sin previo aviso,
Harry se empezó a quitar su ropa, abriéndose de piernas para él.
-Mierda, Harry. -Louis gruñó, admirando el cuerpo desnudo de su pequeño,
esperaba que Harry no tuviera inseguridad alguna sobre su cuerpo, porque
aún con esa pancita ya notable, para Louis su minino seguía siendo igual de
adorable y excitante, eso definitivamente nunca cambiaría. - Eres tan
perfecto, bebé. -Besó sus labios, colocando cada una de las piernas de su
niño a los lados de su cuerpo, empezando a desvestirse también, no tenían
tiempo que perder, y si su hijo despertaba, esperaba tener tan hundido en el
placer a Harry como para que no lo detenga.
-Lou. -Harry gimió solo de observar el erecto pene del castaño,
estremeciéndome, lo quería tanto en su interior haciéndole el amor, estaba
rogando mentalmente porque el pequeño Louis siguiera durmiendo, él no
debía escuchar o sentir a sus padres jugando de esa manera, eso estaba mal
¿Por qué? No sabía, pero él pensaba que estaba mal. -Ahm. -Mordió su labio
inferior cuando la polla palpitante de Louis se colocó en posición, rozando su
entrada, lubricándola con las gotas de pre-semen que se escurrían desde la
cabeza del ancho miembro. - Por-Por favor. -Insistió el minino, moviendo sus
caderas impaciente, ganándose una risita por parte del mayor.
- ¡Louis!
Ambos escucharon la voz aguda de Jay y un gemido de susto escapó de los
labios de Harry, quien al instante pasó a cubrirse la boca, mirando asustado a
Louis. Empezó a cerrar sus piernas, lentamente, dándole tiempo a Louis para
que se levante y se vista, cuando en un rápido movimiento, Louis colocó sus
manos sobre los muslos del pequeño, abriéndolo para él y hundiéndose en su
interior de una sola embestida.
- ¡Oh! -Harry sintió su cosita querer estallar en ese momento, y como
unas lágrimas se formaban en sus ojos. Dolor, pero más placer al sentirse
completamente lleno de nuevo. La voz no salía de su garganta, incluso
cuando estuvo a punto de gemir, entreabriendo sus pequeños ojos
esmeralda, tratando de encontrar respuestas en el rostro del mayor.
Louis se inclinó hacia adelante, pasando sensualmente su lengua por el dulce
cuello del pequeño, disfrutando de otro estremecimiento, sintiendo su
miembro ser estrujado por las paredes de Harry, tan intenso, quería moverse,
quería hacer suyo a su niño y ni la voz de su madre o que viniera el mismo
papa en ese instante lo iba a detener.
-No hagas ruido. -Le ordenó, Harry iba a reprochar, pero no tuvo tiempo
alguno, las embestidas empezaron, y su cuerpo se entregó por completo,
como absolutamente siempre hacía, dejándose llevar por los movimientos
del mayor. - ¿Qué pasa, mamá?
-Llevaré a Lottie de compras, te quedas a cargo.
Harry no supo porque, no quiso saberlo tampoco, pero la excitación en su
cuerpo y en todo su ser aumentó de saber que Jay estaba a solo una puerta
de distancia, presionando sus manos contra sus labios, sin importarle si se
arañaba la cara, no debía gemir, mientras su cuerpo se entregaba al de Louis y
la cama empezaba a rechinar por el hambriento vaivén de las embestidas
taladrando su pequeño agujero. Harry quería besar a Louis, deseaba callarse
y callarlo con sus labios, pero también sabía que Louis no podía inclinarse
hacia adelante o aplastaría al pequeño Louis, y ambos debían cuidar al
pequeño Louis.
- ¡De acuerdo! -La ronca voz de Louis hizo gemir a Harry y más aún cuando
Louis cambió el ángulo de las penetraciones. Fuerte, constante, profundo. El
pequeño y sensible cuerpo de Harry se movía al ritmo que el ojiazul marcaba.
Harry volvió a gemir, las manos de Louis habían bajado a presionar sus
pequeñas nalgas, separándolas, estirando más su agujero para que su
miembro entrara más y más profundo a cada embestida.
¡Ah! -Apenas a lo lejos la puerta de la calle se cerró, Harry apartó sus manosy
gimió, gimió a todo lo que daba su voz, dejó que sea la espuma la que lo
callara si es que aún había alguien más en la casa, porque no podía,
simplemente no podía con tanto.
-Es tu culpa. -Gruñó Louis, observando las orejitas de su pequeño moverse a
ritmo de todo su cuerpo siendo embestido con persistencia, mostrando una
media sonrisa, aunque no estuvo seguro de si Harry pudo verla o no. - Te voy
a hacer mío todo el día, bebé.
- ¡Lou! Ah... Lou.
Golpeó profundamente y Harry vio todo blanco, una lágrima escapó de su
mejilla mientras Louis golpeaba una y otra vez contra su próstata, llevándolo
al cielo, a donde sea, Harry solo sabía que tanto placer no era algo de este
mundo. Su esencia se derramó desde la cabeza de su pene, manchando su
pequeño vientre, gimiendo con persistencia cuando Louis continuó
empujando contra él hasta llenarlo.
Y quizás después de eso también.

CAPITULO 33

Louis suspiró, pasando sus manos por milésima vez sobre sus cabellos,
observando el cuerpo dormido de su pequeño al lado, en su cama. Una
semana, faltaba una semana, quizás podía esperar un poco más, tal vez
podría llamar en los próximos días, pero no tendría el valor de hacerlo
después, así que con decisión, tomó en número que le dejó su madre hace
unos días sobre su escritorio y cogió su celular, colocando número por
número, acercando el aparato a su oreja para esperar mientras los pititos de
llamada entrante sonaban, impaciente porque la mujer del otro lado atienda.
- ¿Louis? -Escuchó un susurro desde el otro lado de la línea, y cuestionó
si la mujer que le hablaba estaría en un buen lugar para hablar. - Cariño ¿Eres
tú?
-Ujum. -Digo, como afirmación, mientras las palabras luchaban por salir de su
boca, aunque se le hacía extremadamente difícil. - ¿Tienes tiempo, Anne?
-Sí, ya salí. -Escuchó la voz mucho más tranquila de la mujer y ambos
suspiraron al unísono, su mirada viajó al pequeño que descansaba sobre la
cama, abrazándole la cintura. Con mucho cuidado de no hacer ningún
movimiento brusco, quitó las frazadas del cuerpo del minino de rizos,
admirando lo grande y hermosa que estaba su pancita, y sí, con el pasar de
los días Louis había logrado convencer a Harry de dormir sin remera, porque
él amaba hablar con su pequeño hijito cuando Harry miraba e incluso cuando
no. - Lo siento, a estas horas ya debería estar descansando
en mi casa, pero Agustín tuvo una crisis nerviosa, tuvimos que quedarnos
todas las enfermeras.
- ¿Está bien ahora?
-Sí, no te preocupes. -La pacífica voz de la mujer le hizo cuestionar a Louis su
desconfianza ante ella, aunque al instante se resistió al pensamiento de creer
en su ingenuidad, Anne era demasiado buena para ser verdad. - ¿Cómo están
ustedes? Lamento si mis llamadas a tu madre te han incomodado, no me
sentía capaz de llamarte directamente después de lo que pasó ese día.
-No, está bien, gracias por respetar mi decisión.
-Cariño, quiero que entiendas que yo no tenía idea de...
-Lo sé, lo sé, de los planes de Simon, yo entiendo, Anne. -Louis bufó,
aclarando su garganta antes de continuar. - Espero también me entiendas a
mí y sepas que todo lo estoy haciendo por proteger a Harry y a mi hijo. Cuido
a mi familia.
-Louis, no te reprocho nada, tu madre y yo hablamos, ella no puede estar más
orgullosa y si fueras mi hijo, yo también lo estaría.
El castaño sintió una punzada en su pecho, recordando que la mujer del otro
lado de la línea había perdido a un ser demasiado importante para ella, él no
se imaginaba que sería de su vida si las cosas con su hijo o con su razón de
sonreír, salían mal; solo por ello era esta conversación, solo por ello daría su
brazo a torcer una última vez.
-Lamento lo de tu hijo, nunca tuve la oportunidad de decírtelo. -Fue sincero,
estar en los zapatos de Anne debía ser una tortura constante.
-Tengo la esperanza de que sea feliz, donde sea que esté, eso motiva mucho,
creo yo. -Louis asintió, aunque la mujer del otro lado no pudo verlo, él dejó
que pasen
unos cuantos segundos de consuelo para la amiga de su madre, imaginando
lo simple que era decir esas cosas, cuando el corazón de la señora podía
estarse despedazando ante cada recuerdo de haber perdido a un ser que
amó, durante nueve largos meses. - ¿Qué necesitas, Louis?
-Que me ayudes a no perder a mi familia, Anne.
+
Gemma Styles, la hermosa hija de Anne, estaba a punto de llegar y él solo
quería que todo saliera bien, después de una conversación intensa con la
mamá de aquella chica, Anne le dijo que como mínimo necesitaban una
tercera persona para ayudarle con la cesárea, así que Gemma se encargaría
de ir y revisar al pequeño Harry. Aunque al comienzo él no estuvo del todo
seguro, Anne le explicó que había pasado muchísimos años solo con su hija y
ella sabía utilizar bien el ultrasonido portable, porque para asegurarse de la
fecha exacta cuando deban intervenir a Harry, tenían que saber la posición
del bebé en aquel momento.
El pequeño minino estaba sentado sobre el sofá, con sus piernitas estiradas,
alejándolas del suelo para moverlas cada cierto tiempo, observando a Louis
parecer un león hambriento casando a su presa, porque no dejaba de
moverse de lado a lado, mirando por la ventana. Para rematar la tensión, las
niñas estaban en clases y su madre había tenido un turno sorpresa por falta
de enfermeras en el hospital, así que estaban completamente solos, aparte
de sus mellizos hermanos que descansaban en sus cunas, en el piso de arriba.
Louis observó aparcar un auto en la entrada y en aquellos segundos él se
convenció de que haber llamado a Anne fue la peor idea que pudo tener en la
vida, de ese mismo auto podía salir el tipo Richard ese y Louis estaba
completamente acabado; aunque el alma le volvió al cuerpo cuando de ese
hermoso Ferrari solo salió una chica, con un raro gorro de lana en pleno sol y
unos cabellos rubios, largos. Louis prefirió no cuestionar la rara vestimenta de
la joven, con la ropa de unos colores negros, al igual que su gorrita y unas
botas de tacón ancho, demasiado gótica para su gusto.
Después de escuchar el timbre, le indicó a su pequeño que se quede ahí y
Harry asintió, simplemente meneando las orejas y tumbándose en el sofá,
estirando sus pies hasta que se colgaron del espaldar, tirando su cabeza hacía
atrás, observando el nervioso andar de Louis. Louis es muy bonito, pensaba
Harry, aunque parece que
quiere ir al baño¿Tú qué opinas? Llevó su mano a su vientre y acarició su gran
abdomen, sonriendo cuando su pancita le contestó con un empuje y un
"Grr", entonces Harry supo que su pequeño Louis pensaba exactamente lo
mismo.
El castaño abrió la puerta y se encontró con la rubia acomodándose el gorrito,
cuando sus miradas se conectaron, Louis observó en ella el rostro de su
pequeño Harry, aunque al final se dijo que era una locura, lo único que
podían tener de parecido era que ambos contaban con unos preciosos ojos
verdes, y vale aclarar que jamás en su vida los ojos de una chica le habían
parecido preciosos, así que la ojiverde en su delante tenía un punto de
confianza por tener la mirada tierna y dulce de su pequeño desparramado en
el sofá.
-Hola. -Habló ella, regalándole una sonrisa, dejando mostrar esos profundos
hoyuelos de sus mejillas. - ¿Eres Lewis?
-Louis. -Corrigió el castaño al instante, odiaba la similitud en la pronunciación
de ambos hombres.
-Claro, lo siento. -Gemma soltó un suspiro y entonces hizo el ademán de
mirar hacia adentro, para después golpear con algo de fuerza sus pies sobre
la entrada, algo incómoda con la mirada interrogante que le lanzaba el mayor.
- Oye, si quieres puedes revisar mi mochila, no hay armas, drogas, quizás
encuentres un gas pimienta, pero aun no aprendo a usarlo.
Sí, porque muy por el contrario de cualquier chica extravagante, la rara hija
de Anne llevaba una mochila de colgar, del mismo color oscuro y con un
montón de parches de diferentes muñecos coloridos y raros. Louis rió,
haciéndose a un lado para dejarla pasar, suspirando después de eso, por
alguna razón, esa chica le daba incluso más confianza que Anne y Simon
juntos.
Después de que Gemma ingresó, no se tomó tanto tiempo en mirar el interior
del lugar, solo hizo falta dar unos pasos y mirar a un lado, observando a un
bonito pequeño de rizos que la mirada curioso, desde el sofá. Harry meneó su
cola, ladeando su cabeza aunque la estaba observando de cabeza para ese
momento y Gemma rió. El minino se incorporó para observarla mejor, y por
primera vez, desde que conoció a Louis, él no sintió miedo de una persona.
- ¿Meow? -Maulló apenas la imagen de Louis apareció detrás de la chica.
-Se llama Gemma, bebé, es la hija de Anne. Gemma, él es Harry, supongo que
tu mamá ya te habrá explicado la situación.
-Lo hizo, pero oye, que bonito amiguito eres, Harry. -Gemma también se
sentía en un ambiente muy familiar, no iba a admitirlo, pero nunca había sido
muy devota de todo el trabajo que hacía su madre, ella comprendía a la
mujer, pero su obsesión con salvar a otros por haber perdido a su hermano,
no tenía sentido alguno; Gemma nunca tuvo una infancia normal después de
lo que sucedió con su pequeño hermano, ella hubiera deseado que Anne
note eso en vez de cerrarse en sus creencias. - ¿Puedo acercarme? -Pero esta
vez, vio en los ojos verdes de aquel pequeño algo que no había visto en
ningún otro niño, y eso que visitaba el trabajo de su madre muy a menudo. Lo
que ella vio, no supo cómo explicarlo.
Harry asintió suavemente, meneando la punta de la cola para volverse a
sentar de forma decente, tanteando con su manito en el sofá, a su lado,
indicándole que se siente ahí, aunque por pura precaución sus dos brazos
cubrieron su pequeño estómago. Louis sintió un poco de celos al observar la
rápida conexión que habían hecho ambos chicos, pero no podía culpar a su
bebé, en serio esa joven tenía algo especial.
Sonrió cuando Gemma se fue acercando hasta sentarse, y una vez sentada,
Harry se paró al instante, caminando para tomar la mano de Louis y jalarlo,
pidiéndole que se siente, cuando Louis obedeció, Harry se sentó sobre sus
piernas, acurrucándose en Louis, listo para escuchar lo que le tuviera que
decir la rubia de ojos bonitos, incluso más bonitos que los de Fizzy, pero
nunca más hermosos que los de Louis.
¿Sabes por qué estoy aquí, Harry? -El minino negó con la cabeza, y Gemma
tuvo
-
que aguantar una risita cuando, por la agresividad del movimiento de lado a
lado, las orejas de Harry se movieron al compás de él, dándole otra imagen
demasiado adorable. -Bueno ¿Recuerdas que mi mamá te ponía algo frío en
la pancita y luego veían al bebé? -Harry asintió. - Haré eso ¿De acuerdo? ¿Me
dejas asegurarme de que tu hijo este bien?
Harry cuestionó un poco, dirigiendo su mirada a Louis, sin saber que decir,
pero no obtuvo respuesta de ese lado tampoco, Louis le dejó un suave beso
en la mejilla y acarició su cintura, Harry escuchó como decía: - Es tu elección,
mi pequeño. -Y entonces él se acurrucó en el pecho de Louis, atrapando su
cola entre sus manos para empezar a peinarla, asintiendo con la cabeza,
aunque no tan seguro como creía, una cosa era que la chica le agradara, pero
no le gustaba que tocaran a su pequeño Louis, era suyo, y de Louis, claro.
+
Después de que Gemma se aligeró con la ropa y sacó la "cremita fría" como le
había dicho a Harry, junto con el ultrasonido portable, Harry se acostó,
alzándose su remera para dejar ver ese abultado vientre. Ella no reparó en
cuestionar algo, se notaba lo mucho que Harry amaba a su pancita, así que
tendría muchísimo tacto con él.
Le colocó la crema, mientras Louis tomaba la mano de Harry y empezó a
analizar con sumo cuidado, concentrándose en ello, Louis buscaba en las
expresiones de la rubia señales de cómo iban las cosas, aunque no dudaba
que bien, Harry no había tenido dolores desde sus semanas de nauseas, todo
había sido pequeños antojos, cambios de humor, risas y la experiencia más
hermosa de su vida.
Él recordó por un momento los antojos de su bebé, y como con el pasar de
los días tuvieron que recurrir a una pizarra de juguete que Phoebe le regaló a
Harry, era de esas que funcionaban a base de imanes, después de que el
pequeño minino logró comprenderlo, dibujaba lo que deseaba comer y entre
todos sus hermanos y él, se encargaban de adivinar que era el raro y deforme
dibujo en la pizarra.
-Uhm. -Salió de su nube de recuerdos cuando la rubia dio un comentario en
voz alta, analizando bien lo poco que la pantallita le permitía observar. Louis
de nuevo, algo exagerado, se imaginó la peor de las situaciones y pensó que
quizás fue un idiota al no insistirle a su madre en que compren un ultrasonido
y ella se encargue de revisar semanalmente al bebé, pero no era el área de
Jay, ella se lo había dicho. Creo que tengo que llamar a mi mamá.
Harry se tensó cuando el agarre de la mano de Louis se volvió más fuerte, le
causó un poco de dolor, pero más le asustó la expresión del mayor, su Louis
estaba preocupado, y Harry empezó a estarlo, no quería que nada malo le
sucediera a Louis pequeño.
- ¿Qué pasa? -Al fin las palabras salieron de su garganta.
-Parece que se ha enredado con su cordón. -Gemma sacó su celular,
buscando el número de su madre, acercando al el aparato a su oído, observó
por fin la expresión de ambos chicos y le sorprendió ver tanta preocupación
en dos personas que antes se estaban dando miraditas de amor y emoción. -
Wow, Louis, Harry, tranquilos, no es tan grave.
- ¿Tan? -Cuestionó Louis, algo enojado.
-Desde esta máquina no puedo observar bien cuantas vueltas le ha dado el
cordón al bebé ¿Entiendes?
- ¿Tiene que ver la cantidad de vueltas?
-Sí. Aló ¿Mamá? -Gemma se levantó del suelo para empezar a caminar por la
casa, al parecer escuchando o esperando que Anne esté disponible del otro
lado de la línea. - Sí, estoy con ellos ahora. -Otro largo silencio, mientras Louis
colocaba su mano sobre la pancita de su pequeño, odiaba ese ambiente tan
tenso ¿Por qué Gemma no le decía que ocurría y ya? - De acuerdo, pero trae
los que tienes en casa, no queremos que ese sujeto se dé cuenta ¿Vale? Te
espero aquí.
Ella cortó la comunicación, de nuevo enfrentándose a la mirada de ambos
chicos. Hey, está bien.
-¿Qué tiene que ver cuantas vueltas se ha dado con el cordón? ¿Se está
asfixiando?
-No lo sé. -La rubia soltó un suspiro, sintiéndose impotente en ese momento.
Escucha, el cordón no es como una soga, no te va a apretar hasta matarte,
según entiendo, pero si da muchas vueltas, tiene que ser intervenido porque
puede empezar a estarle faltando el aire al bebé ¿Entiendes?
-¿Y cuántas vueltas ha dado ahora?
-Eso es lo que no te puedo afirmar porque por un monitor de este tamaño no
puedo observar nada, lo acerco pero, se ve mal.
-¿Qué haremos ahora?
-¿Yo? Esperar a mi mamá ¿Tú? Deberías estar llamando a tu madre ahora
mismo,Louis. -La voz a modo de orden de la rubia logró que Louis reaccione
con totalidad, dejando un beso en los labios de Harry, susurrándole unas
cuantas palabras de aliento antes de levantarse a ir por su celular. - Dios, voy
a hacer mi primera cesárea y hoy quería ir a la Disco con unos amigos, vaya
que mi mamá me complica mi vida.
-Escuchó hablar a la hija de Anne.
El bebé ya iba a nacer.

CAPITULO 34

Hey, Niall.
Zayn entró a su casa después de hacer las compras de la semana, había
aprendido, por Louis, que esa era una mejor manera de evitar salir de casa
diariamente, encima con tremenda temporada en Londres, si bien no hacía
demasiado calor, para él era insoportable salir a las calles simplemente para
hacer compras, así que, llegó con un montón de bolsas, llevándolas todas
directo al refrigerador. Cuando no oyó respuesta de su novio, una parte de él
se preocupó, aunque seguramente al final Niall debía de estar tomando solo
una siesta como siempre hacía, eso para después levantarse al sentir el olor
de comida llenar la habitación.
Cuando llegó a su cuarto, observó al pequeño rubio jugando con su cola, Niall
la movía de lado a lado, y su mirada perseguía el movimiento, meneando las
orejas cada que su cola se mantenía quieta, no era la primera vez que lo
hacía, pero tampoco Niall solía sacar ese lado suyo con tanta frecuencia.
-Te hablé al entrar, Niall ¿Estás sordo? ¿De nuevo no te lavaste bien las
orejas?
Niall negó con la cabeza, encontrándose con la mirada penetrante del mayor
y entonces Zayn pudo ver en esos preciosos y tiernos ojos, que algo no
andaba bien. Zayn caminó hasta sentarse a su lado, notando apenas que el
rubio tenía un sobre abierto en su regazo, un sobre grande, todo arañado,
seguro Niall había perdido la paciencia cuando el material no cedía.
- ¿Qué es eso? -Zayn tomó el papel y por un momento Niall quiso
detenerlo,quiso que no leyera, deseó haber tenido la fuerza para ser egoísta y
romper en mil pedazos ese papel o arrojarlo a la basura, solo... No pudo.
-Tu boleto de avión, el ciclo acaba en una semana ¿No? Eso dice ahí... Y
quieren que te vayas adaptando al cambio, así que está programado para la
semana que viene, todo pagado, Estados Unidos.
Zayn comprobaba con sus ojos lo que su pequeño le decía, se sentía feliz, su
universidad le estaba dando la oportunidad de llevar su amor por el arte a un
nuevo nivel, de explorar horizontes que nunca antes se hubiera imaginado,
pero cuando quiso abrazar a su novio, este se negó, tirándose hacia atrás,
colocando su mano sobre el pecho del mayor, deteniéndolo.
- ¿Qué pasa, Niall? -Gruñó, no le gustaba que su novio se niegue a
besarlo,intentaba comprender pero una parte de su corazón se encogía y
enojaba al ser rechazado de esa manera. Niall negó con la cabeza y se acercó
a él, quitándole el sobre para sentarse sobre las piernas de Zayn, y después
de colocar sus manos sobre sus mejillas, atrajo su rostro al propio para
besarlo, un beso al que definitivamente Zayn no se resistiría ni por muy
enojado que esté.
El pequeño rubio empezó a mecer sus caderas hacía adelante y hacía atrás,
mientras las manos del mayor tomaron su trasero, presionándolo entre sus
dedos, robándole un gemido, erizando su larga cola ante el placer que le
proporcionaba que Zayn lo cogiera así, demandante, con fuerza y posesión.
-Fóllame. -Ronroneó el minino apenas sus labios se separaron, Zayn por esa
fracción de segundo pudo observar los ojos azules de su novio, brillando,
llenos de un sentimiento que podía confundirse con lujuria, pero no era eso,
lo sabía, Niall le estaba ocultando algo y no se lo planeaba decir. Sintió las
manos hábiles del menor empezar a desabrochar su pantalón, teniendo el
miembro de Zayn fuera de la tela, iniciando con un rápido movimiento de sus
dos manos sobre toda la longitud en cuestión de segundos, robándole varios
jadeos al mayor, olvidándose por completo de como inició ese juego.Fóllame,
Zayn.
-Niall.
Pero Zayn no se resistió, como siempre, se entregó al inmenso placer que le
causaba el cuerpo de su novio, los gemidos y cada centímetro de él, al igual
que la conexión que sentía al hundirse en su interior, y disfrutaba de Niall
perdido entre tantos sentimientos juntos, hasta que en unas últimas
embestidas, ambos llegaban juntos al clímax, siempre tomados de la mano,
descansando el uno contra el otro.
+
Después de unas largas horas de sueño, Zayn se despertó en medio de la
penumbra de su habitación, vaya que Niall lo dejaba completamente
exhausto. Sonrió, complacido con pasar tan buen tiempo con su bebé,
girando su cuerpo para poder atrapar el pequeño y delicado cuerpo de su
rubio, cuando en el intento, su brazo cayó directamente sobre la cama,
indicándole lo solo que estaba en toda la habitación. Bufó, pensando que de
nuevo Niall estaba asaltando la cocina, por suerte ahora había comprado
unos cuantos bocadillos en la panadería, seguro le agradarían mucho. Espero
unos minutos, intentando hacer más sensible su oído para escuchar algún
ruido proveniente de fuera de la habitación y nada, así que, ya algo dudoso se
atrevió a pararse, comprobando así que no solo estaba solo en el cuarto, sino
también en todo su departamento.
Era la segunda vez en el día que se equivocaba sobre las costumbres de su
minino, pero ahora era algo mucho peor, Niall se había salido de la casa sin
decirle nada. Él se vistió, tomó su chaqueta y abrió la puerta de salida,
cuando su mente reaccionó antes de dar un paso más y se preguntó ¿Qué
estaba haciendo? ¿A dónde iría? ¿Por dónde buscaría? Niall no era Harry,
Niall sabía cómo volver a su casa y no se había perdido en un intento de huir,
como aquella vez con Liam, Niall era un chico que conocía mejor las calles
que el propio Zayn y solo se fue, sin decir nada.
Pasó sus manos por su cabello, metiéndose de nuevo a la casa, bufando
molesto, le mandó una patada al sofá y al instante su rostro se contrajo en un
gesto de completo dolor, horrible lugar donde le había dado al sofá, justo en
medio de uno de los soportes de los lados. Maldijo, incluso mencionó a la
madre de sabrá Dios quien y se sentó sobre el maldito sofá, cuando escuchó
la puerta abrirse, girando su rostro rápidamente hacía el rubio que entraba al
departamento tal cual ladrón, de puntillas, mostrando que había salido con
una chaqueta que cubría sus orejas con la gorra y un short más abajo de las
rodillas, también cubriéndole o escondiéndole la larga extremidad gatuna.

- ¿Puedo saber por qué entras a tu hogar como si no fuera tuyo?


En otra oportunidad, a Zayn le pudo haber parecido extremadamente cómica
la forma como los hombros de Niall se tensaron e incluso todo su cuerpo se
puso rígido en un momento, divisando el cuerpo y luego el rostro del mayor,
teniendo un total contacto entre sus miradas, en lo que el pequeño rubio
trataba de relajarse.
-Mierda, Zayn ¿Por qué andas en la oscuridad? No te vi.
-Te pregunté algo, Niall.
El rubio dio pasos torpes por la casa, pasando desde el corredor hasta el sofá
donde Zayn estaba sentado, colocándose al otro extremo, dejando caer su
peso muerto, soltando un largo suspiro lleno de cansancio ¿Cansancio de
qué? Pensó Zayn, si Niall se rascaba la panza veinticinco horas al día. Claro, si
eso fuera posible.
-Solo salí un rato a tomar aire y no quería despertarte, por eso caminé así.
Joder, Zayn, actúas como una vieja paranoica ¿Quieres ponerme un
transmisor en el culo o algo?
-No sé, dime tú, Niall ¿Debo ponerte un tapón en el culo?
El minino frente al mayor arqueó una ceja, le tomó cosa de segundos
entender lo que insinuaba Zayn y se levantó del sofá, soltando un gruñido, tal
cual animal, moviendo su cola de lado a lado, erizada, como haciendo
latigazos al aire con su larga extremidad. Zayn se sintió mal, cuando Niall
comprendió él pudo ver el enojo y la rabia en la mirada del pequeño frente a
sus ojos.
-Eres un hijo de tu puta madre, Zayn.
-No, Niall, espera, no quise...
Pero a pesar de sus intentos por atraparlo, Niall le dio un manotón a la mano
del Malik y esquivó su cuerpo, saliendo de la casa, dejando que la puerta
sonara con un fuerte estruendo gracias a ese portazo. Zayn se quedó
observando la puerta cerrarse, él quería seguirlo, quería ir y abrazar a Niall,
pedirle perdón de rodillas, pero ¿Cómo hacerlo cuando la había jodido en
grande?
+
-Verga, Niall, esa caja iba del otro lado, idiota.
Niall soltó un suspiro, mandándole una mirada de disculpa al hombre parado
frente a él y mordiéndose los labios para evitar alguna ofensa, apenas llevaba
tres días ahí y ya quería largarse, pero la pelea con Zayn solo le demostró que
necesitaba el empleo, él necesitaba dinero, para la razón que fuera, tenía que
trabajar.
Después de salir corriendo de la casa del mayor, Niall corrió hacía el trabajo
que había obtenido después de insistir mucho y casi colgarse de la pierna del
dueño del servicio de cargas, él era muy pequeño y tierno para mover cajas,
pero unas manos nunca estaban de más, así que después de ser tan
persistente y fastidioso como un grano en el culo, el hombre aceptó, eso hace
tres noches, y a pesar que le pareció raro que el rubio minino quiera trabajar
en las madrugadas y no durante el día, no se quejó después de la primera
noche, porque Niall no había robado nada y movió más cajas de las que se
esperaba.
- ¿Qué te pasa? -Gruñó el tipo alto y rudo, cruzándose los brazos, sin la
suficiente paciencia para aguantar a un empleado que tuviera la cabeza en
otro lado, no importa que tan cogible sea ese chico.
-Nada, estoy distraído, es todo.
-Escucha, niño ¿Por qué no vas a casa? Me sirves más sin hacer nada que
jodiendo el trabajo que ya hicieron los demás. Vete, es una orden, vuelve
mañana o renuncia, vas a terminar chaparro si sigues cargando cosas que
pesan más que tú.
- ¡Necesito dinero, yo...!
Niall suspiró, no iba a contarle sus problemas a un tipo cualquiera, ni mucho
menos contradecir a la única persona en toda la ciudad que le había dado un
trabajo estable, uno donde no le dijeran bájate los pantalones o arrodíllate, él
ya no hacía eso, él amaba a Zayn y le dolía solo pensar que Zayn lo continuara
considerando un puto de las esquinas, ese ya no era él.
-Bien.
+
Niall había dejado que las horas pasen y pasen, él caminaba por las calles, ya
había amanecido y ni siquiera pegó un ojo durante toda la noche. Alrededor
de las doce del día, caminaba pensando en que haría para comer, quizás, si la
suerte le sonreía, podría ir al mismo restaurant donde conseguía sobras y
cosas pequeñas robadas. Está bien que ya no entregue su trasero, pero aún
tenía la capacidad de conseguir su propia comida.
Decidido, corrió rumbo al restaurant donde conoció a Zayn, tratando de
ignorar el pensamiento del mayor, solo corrió, hasta que antes de llegar al
puesto, observó a un chico sentado en la misma entrada del restaurant.
Zayn, su Zayn estaba ahí, con sus piernas encogidas mientras fumaba un
cigarro, y por lo que Niall logró ver, él tenía la ropa del día anterior. Una vez,
hace tiempo, el pelinegro le confesó a Niall su ansiedad extrema, y como el
cigarrillo lo calmaba mucho, pero desde que su extraña relación comenzó,
Niall solo había visto a Zayn fumar tres veces, y esas tres fueron a petición de
él, queriendo ver ese lado rudo y sexy de su idiota.
Empezó a caminar más calmado, hasta que sus pies casi tuvieron contacto
con los zapatos de Zayn, y entonces sintió un escalofrío cuando la mirada del
mayor se enfocó en él, Niall sintió temor, temor de saber que pasaría después
de eso.
- ¿Ansiedad? -Cuestionó.
No alcanzó a decir nada más cuando Zayn le tomó la mano y lo jaló para que
se arrodille en el suelo, atrayéndolo a su cuerpo, abrazándolo con tanta
fuerza que sintió le faltó el aire por un momento, sin embargo, después del
shock, él hizo lo mismo con Zayn, agarrándolo con tal fuerza que temió
romper la chaqueta del hombre con sus pequeñas uñas. Niall dejó que las
lágrimas salgan, él se volvió el niño indefenso que solo Zayn conocía, Niall le
demostró lo débil que era ante su amor.
-Temía no volver a verte nunca. -Escuchó la calmada voz de Zayn. Meneando
sus orejas, escondiendo más su rostro en su cuello, acomodándose mejor
entre las piernas del mayor. - Después de pensarlo unos dos minutos, salí a
buscarte, pero ya no estabas, no quería volver a la casa porque sería darme
por vencido.
- ¿Pasaste la noche aquí? -Niall se apartó para mirarlo a los ojos, y Zayn
tuvola oportunidad de limpiar las pequeñas lágrimas de su niño, mirándolo
con tanta preocupación. - Eres un idiota, pudo darte algo o pudieron hacerte
algo, Zayn.
- ¿Crees que regresaría a casa cuando no estás tú en ella?
Niall sintió su corazón bombear con fuerza ante las palabras del mayor y sus
mejillas calentarse, odiándose a sí mismo por seguro verse tan ridículo.
Ambos se contemplaban, Zayn ya había dejado el cigarrillo a un lado y ahora
todo su mundo era el pequeño entre sus brazos, cuando una corriente de
realidad golpeó contra el pequeño minino.
-Bueno... Así será después ¿No?
- ¿Por qué? ¿Me vas a dejar? -Las cálidas yemas de los dedos del
ojinegro leestremecían la piel al pequeño, al sentirlas sobre su mejilla,
acariciándolo. No me dejes, Niall.
- ¡Idiota! ¡Yo no quiero dejarte! Eres tú quien me dejará a mí para irte a
vivirfuera de Londres. -El cuerpo de Niall tembló de pensar de nuevo en
aquello que no dejaba de rondar por su cabeza, se sentía tan mal por ser tan
inútil. Pero no te creas que te dejaré irte y tener sexo por ahí, empecé a
trabajar, quizás demore más de lo debido pero te voy a alcanzar y nunca te
librarás de mí, Zayn.
Zayn entonces comprendió porque las cosas habían estado tan tensas
últimamente, él jamás viajaría sin Niall, eso ya lo tenía decidido y de hecho, la
llegada de su boleto solo significaba que ya podía asegurarse de comprar el
de Niall para la misma fecha, sin embargo, ellos nunca habían hablado al
respecto porque Zayn lo daba por hecho y Niall siempre intentaba cambiar de
tema. Ahora las salidas nocturnas y la inseguridad del pequeño fueron
comprendidas, aunque eso no evitó que una corriente de culpabilidad azote a
Zayn, él no estaba siendo ni buen novio, ni buen dueño al no demostrarle a
Niall que no pensaba dejarlo solo nunca.
-Te amo, Niall.
Él colocó su mano en la suave y pequeña nuca del menor, jalándolo para unir
sus labios en un dulce beso, ya luego tendría tiempo de explicarle detalle a
detalle a Niall que estaba demente si pensaba que se separarían, pero ahora
Zayn estaba ocupado, la boca de su chico era el paraíso.
CAPITULO 35

Para Jay no fue nada sencillo salirse de su turno en el hospital, aunque le


hubiera encantado hacer la escena de película y escaparse por más que la
amenazaran con despedirla, su familia necesitaba ese trabajo eterno, así que
tuvo que calmar a su hijo como por quince minutos, hasta que los gritos de
Louis llegaron a su compañera de turno y la mujer aceptó hacer todo el
trabajo, le dijo que parecía que su hijo estaba dando a luz, si tan solo supiera.
Jay subió a su auto y casi voló rumbo a su casa, esperando que sus hijas se
pudieran quedar en la casa de una de las vecinas, era un lugar pequeño, entre
todos se conocían al menos por el nombre y no era la primera vez que sus
pequeñas eran cuidadas por esa amiga, además, Jay no quería tener cuatro
pares de ojos viendo todo lo que iba a suceder en el cuarto de Louis. Cuando
la mujer llegó a su casa, abrió y corrió directo a la habitación de su hijo,
encontrándolo ya preparado para la operación. La cama de Louis la habían
movido un poco, de tal modo que las tres mujeres tuvieran fácil movilidad
por toda la habitación, también ya tenían preparada la tina donde lavarían el
pequeño cuerpo del bebé, claro, usando una de las de sus mellizos. Ella dejó
de analizar todo cuando se encontró con la mirada de Harry y de Louis,
ambos estaban hechos un par de nervios, lo podía notar por la agitada
respiración del más pequeño y por como su hijo tenía los hombros algo
encogidos.
-Hola, Jay. -Oyó la voz de su gran amiga desde hace muchos años y le mostró
una sonrisa agradecida. - Lamentamos haberte sacado de tu turno, sabes que
esto no es fácil y hay que ser muy rápidos.
-Lo sé, gracias a ti por venir después de todo lo que ha ocurrido. -Gemma se
presentó ante la madre de Louis y después de eso, las tres rodearon el
pequeño cuerpo de Harry. - ¿La anestesia? -Habló ella, desparasitándose las
manos, colocándose los guantes de igual forma y las batas descartables que
trajo Anne entre las cosas, al igual que unos cubre boca, pidiéndole a Louis
que hablara lo más bajo y lo menos posible, ya de por si se estaban
arriesgando con la contaminación de la habitación.
Louis odiaba no poder tener a su pequeño en un hospital normal, bueno,
quizás la palabra normal esté sobrevalorada, él jamás se imaginó a sí mismo
en una situación como esta, él jamás pensó estar a punto de tener un hijo
con un niño mitad gato que lo enamoró desde el primer maullido, parado en
la puerta de su casa, meneando las orejas por el frío, pidiéndole un vaso de
leche. Louis jamás se pensó a si mismo teniendo todo esto, y sin embargo, ahí
estaba, tomando la mano del amor de su vida mientras la anestesia hacía
efecto en el pequeño cuerpo de Harry. Entre él y Gemma habían hecho ya esa
pequeña carpa a base de trapos, e incluso la hicieron un poco más grande de
lo que Anne les pidió, para así evitar que Harry tuviera vista de lo que estaba
pasando en la parte inferior de su cuerpo, no querían asustarlo, puesto que él
se mantendría despierto.
- ¿Nervioso? -Louis se arrodilló, dándole un dulce y rápido beso en los labios
a su minino, escuchándolo suspirar, Harry tenía lagrimones en los ojos a
causa del susto de la inyección, pero se mantenía fuerte, mirando a Louis con
esos asustados ojos esmeralda, queriendo lanzarse a sus brazos y pedirle que
no sigan, que tenía mucho miedo, Harry quería llorar por no ser fuerte, pero
Louis se encargaba de recordarle que ya lo era. - Eres el niño más especial del
mundo, Harry, tú vas a poder y luego tendremos a nuestro pequeño en los
brazos ¿De acuerdo? -Harry asintió, estirando sus labios para pedir otro beso,
que fue concedido por Louis.
Harry suspiró, él quería menear su cola pero no podía, de hecho no sentía
que pudiera mover absolutamente nada de la parte inferior de su cuerpo, y
aun así intentó estar tranquilo, él podía, claro que podía, lo haría por el
pequeño Lou y por su Lou.
Louis se incorporó firme para observar lo que le hacían a su pequeño,
tomando su mano, entrelazando sus dedos con Harry, sintiendo su estómago
querer vomitar la comida de hace quince años de su vida cuando, sin hacer
mucho preparativo, después de calcular el espacio, Anne cortó sobre la piel
de su pequeño, un corte pequeño, pero considerable, y al instante Louis supo
que se iba a terminar desmayando. Oh sí, lo haría.
Anne empezó a darle indicaciones a Gemma, palabras clave, no quería
asustar a Harry con oraciones demasiado largas de lo que estaban haciendo
en ese momento; Jay se dedicó a limpiar y lavar el corte, dejando que los
segundos pasen y Louis intentara despegar sus ojos de esa escena, ver la
sangre de Harry le hacía mal, no importaba si era por el nacimiento de su
pequeño, temía que algo saliera mal, que las cosas se complicaran.
-Lou. -Escuchó un pequeño llamado con esa adormecida y gruesa voz, una
voz que en definitiva era tierna, aunque no cabía en el cuerpo tan pequeño
de su bebé. -
¿Lou? -Él de dedicó una suave mirada, acercándose para llenar de besos todo
el rostro de su niño, hubiera deseado comerlo a besos como siempre hacían,
pero temía hacer que algo saliera mal. Pasó sus dedos por los rizos del
pequeño, acariciando detrás de sus esponjosas orejas, sonriendo cuando
Harry cerró los ojos, encantado con el gesto. - Te amo, Lou.
-Te amo, mi pequeño. -La mente de Louis en ese momento se llenó de tantas
promesas, él no sabía que sucedería después de eso, de hecho hacer planes
de vida en este punto no tenía ni el más mínimo sentido; su plan de vida
desde que tenía memoria era tener la vida aburrida con una adolescencia
llena de amigos, hasta que encuentre a alguien con quien complementarse y
se casen, para luego cruzar los dedos a ver si su matrimonio duraba, todo eso
podía irse directo a donde debía, porque la vida le había dado el mejor regalo
del mundo, le entregó al amor de su vida y el destino se había encargado de
mantenerlos juntos, a pesar de todas las adversidades. - Quiero casarme
contigo, Hazz. -Susurró, besando la frente de su minino, escuchándolo
maullar, ambos dejando que sus rostros se llenen de caricias, de dulces besos.
Las tres mujeres intentaba decirse todo con la mirada, no querían interrumpir
ese momento ni tampoco alarmar a ninguno, la siguiente parte era cosa de
menos de dos minutos, tenían que hacer todo lo más rápido posible, así que
Anne, con decisión se encargó de todo, ante la mirada atenta de Gemma y
Jay, por si Harry sufría de algún tipo de hemorragia.
Dos segundos pasaron, cuando Harry ya sentía que no podía más con aquella
incertidumbre y después de eso solo un llanto, un llanto agudo y fuerte que
llenó absolutamente toda la habitación. Los ojos del pequeño se abrieron
más cuando su mirada bajó y Gemma tenía entre sus brazos a un bebito, él
sabía que era un bebito, aunque tenía un color muy rosado y era muy
pequeñito. Harry se preguntó si ese era pequeño Lou, él esperaba que dejara
de llorar, no quería que su hijito llore, pero era algo contradictorio porque él
estaba llorando, y al subir su mirada a Louis, él también estaba llorando,
Harry no supo en que momento las lágrimas salieron pero ahora tenía sus
mejillas empapadas, mientras Jay cortaba con sumo cuidado el cordón y
Gemma tomaba al pequeño bebé llorón, Niall hubiera dicho que era un bebé
muy llorón, pero Harry estaba seguro de que por ser un pequeño Lou, era
completamente hermoso.
- ¿Está bien? -El pequeño escuchó la dulce voz de Louis, y sonrió al ver la
sonrisa sincera de Gemma cuando asintió con la cabeza, tomando mejor al
bebé en brazos para lavarlo y cubrirlo con todas las mantas que habían
podido encontrar. Anne no podía festejar como era debido, ella y Jay estaban
aún sumergidas en cerrar punto por punto la herida de Harry, las capas de
piel tenían que unirse para coser sobre ellas, y si dejaban que el tiempo
pasara, el efecto de la anestesia podía jugar en su contra, Harry jamás
aguantaría tanto dolor.
A Louis no le hizo falta que dijeran más, él quería ver a su hijo, ansiaba ver a
su pequeño, pero a la vez deseaba quedarse justo donde estaba y no alejarse
de su pequeño Harry, el niño más fuerte sobre la faz de la tierra, Harry podía
ser increíblemente adorable, pero jamás nadie comprendería con sus propios
ojos lo luchador que era, ante todas sus adversidades. Ya sin preocuparse
tanto, lo besó, besó los labios de Harry hasta dejarlo sin aire, incluso a pesar
del regaño que escuchó de Jay, él no dejaba de llorar, Harry no dejaba de
llorar mientras sus frentes estaban juntas y apartaba los rastros de lágrimas
de las mejillas de su niño, muy en vano porque salían más.
-Mierda, bebé. -Louis sonrió, incluso más de lo que ya lo había hecho en todo
este tiempo. - Harry, amor... Somos papás. -Harry asintió emocionado,
inclinando una de sus orejitas cuando la mano de Louis acarició sobre estas,
sin dejar de mirarlo a los ojos.
-Lou. -El pequeño minino se acercó y lo besó, ambos se besaron de nuevo,
escuchando el suspiro lleno de resignación de Jay, para luego oír como
Gemma aclaraba su garganta, trayendo entre sus brazos un pequeño bulto
envuelto en muchas mantas pequeñas.
-Lamento interrumpir, ya saben.-Bromeó ella, ahora que la situación se había
relajado muchísimo y Anne estaba terminando ya con la herida de Harry. -
Pero su pequeño hijo también quiere amor ¿O lo dejo tirado por ahí?
-Tonta.
A pesar de apenas conocerla, Louis le mostró una sincera sonrisa y tomó el
montón de mantas entre sus brazos, observando un pequeño bebé cuyo
cuerpo debía alcanzar en su mano, claro, sin contar los brazos y las piernas;
estaba tan envuelto que parecía de esos muñequitos que usan para hacer de
"niño Jesús" en los nacimientos, además de tener los ojos cerraditos, y estar
completamente tranquilo cuando se mantuvo mirándolo, inclinándose y
parando al pequeño entre sus brazos, para que Harry también pueda darle
una buena mirada.
Meoow. -Harry soltO un maullido algo fuerte, y al instante el pequeño bebé
entre Los brazos de Louis se removió un poco, luchando por abrir sus
pequeños ojitos, mientras Louis se limitaba a observar la tierna reacción que
tuvo su hijo ante el maullido ya conocido para él, seguramente. - ¿Lou?
-Creo que tenemos que ponerle nombre, amor, o me voy a confundir cuando
nos llames Lou a los dos. -Harry sonrió, y Louis se enamoró de él, al igual que
lo hacía día a día, flechado por la perfección de sus ahora dos hermosos
pequeños.
Después de un suave beso, él sintió que todo en su vida encajaba como
debía, su corazón ahora se había dividido en dos, o mejor dicho, crecido el
doble, porque se encargaría de cuidar y proteger con su vida a sus dos
amores, pase lo que pase. +
-Sí, Harry está muy bien, Niall.
A penas todo terminó, Jay, Gemma y Anne se encargaron de limpiar la
habitación de Louis, mientras arropaban al pequeño Lou en una de las cunas
de los gemelos, Louis no había tenido tiempo ni dinero para comprar todo lo
que se requería para el nacimiento de un niño y de no ser por la felicidad que
recorría su cuerpo en ese momento, se habría sentido el peor padre del
mundo, por suerte contaba con dos hermanos pequeños que podían prestar
sus cosas mientras tanto. Oh sí, al fin servía de algo tener una madre
ninfómana.
Harry se acostó en la cama ya con las frazadas cambiadas y un algo
insoportable dolor en su parte baja, Anne le explicó a Louis que en un
hospital, le pondrían un suero para poder disminuir el dolor y ayudar a que el
sueño llegue rápido a su pequeño, pero como se venían recordando, ellos no
estaban en el hospital y el molesto dolor que iba aumentando cada que la
anestesia terminaba de dejar su cuerpo, iba a poner a llorar a Harry en
cualquier momento. Al final, por decisión de todos, le dieron al pequeño un
sedante para dormirlo, al menos en lo que conseguían suero y un soporte,
porque lo demás ya venía trayendo Anne en la gran maleta con la que entró a
la casa.
Harry descansaba tranquilo, con la cuna de su hijo al lado y Louis ya estaba
solo con él en la habitación, les había tomado más de hora y media preparar y
calmar el mar de sentimientos encontrados, y fue entonces cuando se le
ocurrió llamar a Zayn y a Niall para contarles la noticia. Al inicio habló con
Zayn, pero apenas escuchó la pesada y ruidosa voz de Niall del otro lado,
después unos golpes y ya tenía al rubio al teléfono.
- ¿Y puedo hablar con él? ¿Cómo es su engendro? ¿Harry lloró mucho? -Louis
sonrió por inercia ante la preocupación del pequeño rubio, y estaba seguro
que Zayn del otro lado también lo hizo. - Uh ¿Seguro que todo bien?
-Sí, Niall, todo salió perfecto, pero ahora Harry duerme, tratamos de evitarle
el dolor de la cicatriz, al menos hasta conseguir suero ¿Quieres que le diga
algo de tu parte?
-Claro que no, idiota. -Niall suspiró, alejándose del teléfono y entregándoselo
a Zayn, caminando para sentarse sobre el sofá y empezar a ver la televisión.
-Quería hablar con Harry. -Dijo el pelinegro, observando a su novio cruzarse
de brazos, colocando las luchas en la televisión. - No tienes idea de lo ansioso
que
estaba con tu llamada ¡Me jaló de los cabellos! Hermano, eso puede pasar
como maltrato doméstico.
-Sí Zayn, cuéntale a todos que un niño que te llega al hombro te golpea, yo
seré el primero en reírme de ti.
Ambos mejores amigos rieron ante sus palabras, la felicidad no cabía en Louis
y sabía, de alguna forma, que Zayn le estaba entregando todo su apoyo sin
necesidad de decir las palabras exactas, al final todo salió bien, Harry estaba
bien, y su hijo no podía ser más hermoso.
- ¿Sabes? Siempre creí que yo tendría hijos primero que tú, quiero decir...
Eras más solterón que las viejas de cincuenta años buscando citas por
internet. -Louis rió, no hacía falta negar algo que era completamente obvio,
hasta él se imaginaba como esos sujetos sin un futuro que al final terminan
adoptando muchos gatos para no sentir la soledad de su casa.
-Me casaré con Harry, Zayn. Ya sé, tampoco tengo idea de cómo hacer, pero
me voy a casar con Harry apenas se recupere.
-Felicidades, Boo bear, espero ser el padrino.

CAPITULO 36

— ¿Amor?
Louis entró a la habitación después de darse una merecida ducha,
observando a su pequeño recostado en la cama, de lado, mirando al pequeño
Ian durmiendo en la cuna del lado de su cama. Sí, al final, después de tanta
crisis sobre el nombre, su pequeño nacido un seis de diciembre obtuvo el
nombre de Ian, fue una crisis total y llena de conflictos, nadie aceptaba
ningún nombre hasta que Harry soltó un maullido, "Ian" suena muy parecido
a los ligeros "Nhya" que liberaba el minino de vez en cuando, por ello la idea
surgió en base a eso y la tomaron; además el nombre provenía del hebrero y
significaba "Aquel dado por el señor" quizás no valía mucho creer en Dios en
aquellas épocas, pero el nacimiento de Ian fue un milagro, y a alguien había
que agradecerle, claro, aparte de Harry.
Ian nació con orejitas y una cola que se fue haciendo más larga con el pasar
de los días, llevaba una semana exacta de vida, y ahora contaba con una fina,
delgada y larga cola de color castaño, casi rubio, al igual que sus pequeños
cabellitos y unas poco visibles orejitas en la parte superior de su cabeza, del
mismo rubio semi-oscuro. Louis no podía expresar lo que sintió cuando Anne
le confirmó que su hijo tenía los genes felinos, al igual que Harry, él solo
sonrió en el momento en que todos lo observaron, pero una parte de su
corazón se sintió asustado, temía que las cosas no salieran bien si salía a la
calle con lo que sería conocido como el primer bebé con genes felinos
existentes en el mundo, eso no podía significar algo bueno, sin embargo,
trataba de no quejarse cuando los preciosos ojos azules de su bebé lo
observaban; sí, sacó los ojos de Louis y según su madre le había dicho, pronto
también tendría los rizos de Harry en esa cabellera rubia.
¿Por qué rubio? Bueno, no entendía, pero al investigar un poco, descubrió
que la mayoría de bebés nacientes de castaños, tenían sus primeros días
rubios, eso hasta cierta edad que el cabello conseguía tener el tono de alguno
de sus dos progenitores. En fin, su pequeño hijo era el niño más hermoso
existente y Harry y él no podían estar más orgullosos.
—Lou. —Harry le sonrió y estiró sus manitos hacía Louis cuando lo vio por fin
en la habitación, ellos se habían vuelto mucho más unidos en ese tiempo,
mejor aún que la mayor parte del día no salían de la habitación porque no
deseaban dejar al pequeño Ian solo. Louis le mostró una amorosa sonrisa a su
minino antes de acercarse y besarle el rostro, escuchándolo ronronear, atrapó
sus labios en un tierno besito, tumbando por completo el delicado cuerpo de
su niño, colocándose sobre él.
Según había entendido, el tiempo normal para que el cuerpo de Harry esté
completamente recuperado, eran cuarenta días, pero al no ser
completamente normal el origen de esa operación, ni Anne ni nadie
comprendiera cual era la velocidad con la que las células de Harry se
regeneraban, así que le dijo a Louis que apenas su pequeño se sintiera bien,
que iniciara con sus actividades normales, aunque definitivamente deberían
de estar al menos por dos semanas sin sexo, eso según lo que Jay le obligó a
Anne a decirle, porque para ella no era un secreto la muy viva vida sexual que
tenía su hijo con Harry.
Suspiró cuando sus labios se separaron de los del minino, en un húmedo
sonido que los hizo reír a ambos, Louis observó los hermosos ojos de Harry,
sintiendo como, definitivamente cada que esos preciosos esmeralda lo
observaban, él terminaba mucho más enamorado, si es que era posible no
haber llegado al tope desde su primer beso.
—Estuve hablando con mi padre ¿Sabes? —Harry meneó sus orejitas,
escuchando atentamente. — Él sabe más de procesos legales y esas cosas,
supongo, creo que si todo sale bien, o como él me ha dicho, puedo iniciar con
los trámites para ponerte un apellido ¿Qué opinas?
El pequeño minino no entendía mucho de lo que Louis decía, sin embargo
estiró una de sus manos y acarició la mejilla de Louis, acunándola, dejando
que el mayor acercara más su rostro al dulce tacto. Harry podía sentir a Louis
feliz por eso del apellido, así que si le hacía feliz a Louis, él también estaba
feliz, era su psicología y le había funcionado muy bien hasta el momento.
—Una vez tengas apellido, puedo sacarte tus papeles y si existe la suficiente
discreción posible, saldremos del país, Hazz. —Dejó un suave beso en la
punta de la nariz de Harry. — Sé que no entiendes mucho esto, pero al salir,
seremos libres, quizás no completamente, pero mucho más libres que aquí.
Tú, Ian y yo, nos iremos al otro lado del mundo con tal de que dejen de
molestar y me casaré contigo ahí, supongo que se puede hacer eso ¿No?
Louis sabía que estaba fantaseando mucho, sabía que soñar no costaba nada
pero las cosas legalmente no eran tan simples como esa, además del hecho
de que con solo una persona avisando de Harry intentando hacer trámites
para ser una persona con documentos, solo un codicioso que deseara la
fortuna que ofrecía Richard y ellos estaban acabados, así que todo era
extremadamente complicado.
— ¿Quieres casarte conmigo, amor?
Harry separó los labios para responder cuando escucharon unos suaves
golpes en la puerta, Louis se giró, sentándose al lado de Harry, observando
que su pequeño Ian no se hubiese levantado y murmuró un "Adelante", sin
sorprenderse cuando la pequeña Phoebe abrió y con mucho cuidado entró, la
niña ya estando acostumbrada, puso su dedito sobre sus labios, en señal de
silencio y caminó en una exagerada forma sigilosa, o de puntitas, como ellos
le decían. Llegó hasta la cuna de Ian y lo observó, soltando un "Oww" cuando
el pequeñito se removió en su lugar, pero sin despertarse completamente.
—Quiero darle su leche. —Dijo infantil la pequeña.
—Tomó hace menos de una hora, Phob, no podemos llenarlo de leche. —Ella
asintió, comprendiendo lo que su hermano decía, regalándole una sonrisa a
Harry después de eso.
— ¿Y Harry ya puede jugar con nosotras como antes? Le compramos nueva
ropa a Ken, y aunque mamá lo intentó, nadie lleva tan bien a Ken como Harry.
Louis se preguntó mentalmente como es que Harry interpretaba a un muñeco
cuando su niño no llegaba a decir veinte palabras, sin embargo dejó eso al
criterio de sus pequeñas hermanas, observando al pequeñito acostado, este
hizo un puchero y Louis comprendió a la perfección.
—Quizás mañana ¿Si? Hazz se muere por jugar con ustedes, preciosa, pero
aún no se siente del todo bien. —Ella asintió, algo triste, se disponía a irse
cuando por la cabeza de Louis pasó una curiosa idea, tomando la mano de su
hermanita, deteniendo su andar. — Nena ¿Por qué no nos haces un favor que
hará que Harry se sienta mucho mejor?
Phoebe asintió emocionada, lista para la misión que le encomendaría su
hermano. Después de las palabras de Louis, ella corrió fuera de la habitación,
casi golpeándose con el mango de la puerta, pero tras dar unos algo hábiles
movimientos, salió, y ambos chicos sonrieron cuando escucharon el golpe de
las rodillas de la niña, seguro cayendo al suelo por correr a velocidad sobe la
alfombra. Ella entró al cuarto que compartía con su otra hermana, mientras
Daisy la observó alarmada y vio a Phoebe volcar su baúl de juguetes.
— ¡Le diré a mamá que tú desordenaste todo! Sino luego me hace limpiar a
mí también. —Daisy le sacó la lengua, continuando peinando la cabeza de su
muñequita, ya que deseaba ponerle una gorrita de lana que le había hecho su
mamá en su tiempo libre.
—Es para una misión ultra secreta que me dejó Louis, tonta. —Dijo la otra
pequeña, arrodillándose y buscando como loca entre sus juguetes.
— ¿Misión? —Daisy dejó de hacer lo que hacía, acercándose a su otra
hermana, arrodillándose y observando todo, ella no sabía lo que su Phoebe
buscaba, pero siempre que jugaban con Louis, él hacía que todo fuera
extremadamente divertido. — ¿Qué misión? ¿Puedo buscar también?
—Síp, ayúdame y le digo a Louis que nos despeine a las dos. —Las pequeñas
sonrieron con complicidad, siguiendo con su búsqueda.
+
Después de unos largos minutos, Louis y Harry escucharon pasitos correr
hacía su habitación y la puerta abriéndose sin avisar, esta vez Louis no tuvo
reparo en decirles a sus hermanas que recuerden sus modales, él solo se
enterneció por como las pequeñas llegaron con todos sus largos cabellos
desordenados, y no quería ni imaginarse como había quedado su habitación.
—Lou, le traje esto a Ian. —Dijo Daisy, entregándole a Louis el gorrito de lana
que le pertenecía a su muñeca, de un suave color lila. Louis cálculo,
observando la cabecita descubierta de su pequeño hijo, y tras meditarlo un
poco, se levantó, tomando la manito de Daisy para que rodeen la cuna. — ¿Le
gusta?
—Claro que le gusta, bebé, mira.
Con sumo cuidado, Louis levantó la cabecita de su hijo dormido, colocándole
la gorrita de lana, asegurándose que no le diera mucho calor, por suerte era
una lana no demasiado gruesa. Daisy chilló de felicidad e intentó aplaudir
cuando se auto recordó a ella misma no hacer ruido, llevando su dedito a su
boca, tal cual Phoebe minutos antes.
—Lou. —Interrumpió la otra hermana.
—Oh, claro. —Louis despeinó cariñosamente a Daisy antes de volver a
sentarse al lado de Harry, tomando la mano de su niño, amaba esa mirada
curiosa del pequeño de rizos, ante cada uno de los movimientos de las
hermanitas de Louis e incluso del Louis mismo. El castaño no se contuvo, dejó
un beso en la punta de la nariz de Harry y luego enfocó toda su atención en la
pequeña Phoebe, quien tenía sus dos manitos cerradas, hasta que las estiró
hacía su hermano, mostrándole los dos anillos de color dorado con
brillantina, el material de los anillos era claramente de plástico. Ella le sonrió
a su hermano, entregándoselos. Louis no se contuvo y la atrajo a sus brazos,
presionando el delicado cuerpo de su hermanita, dejándole un beso en su
cuello que la hizo reír. — Gracias, Phob.
Tomó los anillos, ahora mirando a su pequeño minino acostado en la cama,
cogió la mano derecha de este y dejó un dulce beso en sus nudillos,
mirándolo a los ojos, escuchando un maullido del felino, mientras Harry se
mantenía contemplándolo, sin comprender que pasaba.
—Sé que nos casaremos de verdad algún día. —Empezó Louis, aclarando su
garganta para continuar hablando. — Ya que no pienso separarme de tu lado
nunca, pero hoy mismo, aquí, frente a dos de mis princesas, quiero pedirte a
ti, Harry, que seas mi esposo y solamente mío, porque prometo amarte por el
resto de mis días, e incluso después de mi muerte.
Harry escuchó las traviesas risitas de las pequeñas mientras él solo se
enfocaba en las palabras y en los ojos de Louis mirándolo, el pequeño sintió
su corazón tan acelerado, Louis le estaba diciendo algo importante que quizás
él no comprendía con totalidad o desconocía muchos significados, sin
embargo, él sabía que Louis le abría su corazón ¿Cómo lo sabía? Solo con
mirar el destello encantador en esos ojos color mar, él estaba feliz de ser el
elegido por Louis, no había palabras para describir lo emocionado que se
sentía.
—Meow. —Le pidió a Louis que siga, él sabía que aún Louis no había
terminado por la manera nerviosa como separaba y juntaba sus labios de
nuevo. — ¿Lou?
—Lo siento, nene, es que no recuerdo como son las palabras de los
matrimonios, eso pasa cuando durante toda tu vida piensas que son una
tontería, hasta que llega alguien a cambiar tu mundo, poniéndolo de cabeza.
—Harry sonrió, eso sí lo entendía, a él le había pasado exactamente eso
cuando conoció a Louis, literalmente, Louis le salvó la vida y le entregó la
razón para sonreír. — Era algo, no sé... En fin, Harry, yo, Louis Tomlinson, te
tomo como esposo, prometo amarte, respetarte y cuidarte, en la salud y en la
enfermedad, en la tristeza y en la pobreza, y cada uno de los días de mi vida,
sin que ni la muerte pueda separarnos.
Mientras hablaba, Louis le colocó con mucho cuidado el anillo de plástico a su
pequeño, intentando quitar ese lado llorón de su cabeza, o que por lo menos
su corazón dejara de latir como un loco cuando no estaban haciendo nada
real, y sin embargo, lo que él sentía era lo más real que le había tocado vivir
en sus veinte años.
Harry observó su dedo decorado con ese anillo lleno de brillitos, mientras su
mirada viajó a las pequeñas que no dejaban de saltar, emocionadas, para
luego dirigirse directo al amor de su vida, comprendiendo un poco, tomó el
otro anillo y al ver que no calzaba en el dedo gordito de Louis, lo probó en
cada uno, hasta que justo en el más pequeño entró, y él se emocionó,
intentando sentarse, abrazando a Louis mientras llenaba su rostro de
pequeños y dulces besos, moviendo su cola frenéticamente, sintiendo
encantado como los brazos del castaño rodeaban su cuerpo, fascinado con tal
seguridad que le otorgaba. Harry ahora estaba casado, aunque mucho no
entendía, él deseaba estar eternamente con Louis porque lo amaba, lo
amaba muchísimo.
+
— ¿Esa es?
Richard observaba, desde su auto escondido entre los arbustos, la enorme
casa perteneciente a la madre de Louis, él encendió su cigarro, aunque al
instante, su compañero, Harry, le quitó el cigarrillo, apagándolo para lanzarlo
al piso del auto, bufando.
—No puedes fumar en un auto, idiota, se supone que no tenemos que estar
aquí. —Se quejó el otro hombre, aunque nunca había sido el que daba las
órdenes, él y Richard se conocían desde hace más tiempo del que podían
recordar, así que se tenían una plena confianza a pesar de todo. Richard
gruñó, sacando de su bolsillo una cajetilla de cigarro, llevándose otro a la
boca y encendiéndolo, ante la furiosa mirada de Harry.
—Te pregunté si esa es.
—Lo es. —Suspiró Harry lleno de frustración. — Los muchachos han estado
observándola desde hace tres días. —Señaló a los dos hombres grandes y
musculosos sentados en el asiento del piloto y del copiloto del auto. — Una
mujer, cuatro niñas de diferentes edades, hasta dos bebés, y claro, el chico y
el prototipo que no han salido de la casa durante todo este tiempo. Ahora no
hay nadie, solo las dos pequeñas que se las acaba de llevar su niñera y los dos
bebés, siempre se mantienen en casa, ya sabes, aparte del objetivo y el
muchacho del que nos hablaron.
—De acuerdo. —Richard apagó el cigarro, acomodándose mejor en el asiento
del auto, suspirando como si tuviera toda la pesadez del mundo. — Les doy
quince minutos, chicos, luego entraré yo.

CAPITULO 37

En realidad, uno nunca sabe las sorpresas que nos tiene la vida, hasta que
ocurren. Para nuestra desgracia, no siempre son sorpresas buenas. Louis
jamás se esperó que lo que había comenzado como una perfecta mañana en
la que contrajo matrimonio con el amor de su vida, se vuelva el día más
horrible que le había tocado experimentar, si es que continuaba vivo para
contarlo.
Llamaron a la puerta unos minutos después de que una mujer de edad, su
vecina de unas casas más abajo, viniera a llevarse a Daisy y Phoebe, después
de todo Fizzy y Lottie tenían clases de inglés en la tarde y su mamá no
regresaría hasta altas horas de la noche. Él pensó que sus hermanas habían
olvidado algo importante, así que dejando solos al pequeño Harry y a su hijo
por un momento, bajó las escaleras a trote, aunque lo que se encontró del
otro lado no fue nada de lo que se pudiera esperar, ni en sus peores
pesadillas.
En menos de dos segundos su cuerpo rebotó contra el suelo cuando uno de
los gigantescos hombres golpeó no su rostro, sino impactó el puño justo
sobre la parte superior de su cráneo, mientras el otro se encargó de taclearlo
y dejar que el cuerpo del castaño caiga, con un ruido sordo. Dolor, mucho
dolor se juntó en su cabeza mientras presionaba sus ojos y una de sus manos
se dirigió a esta, pero le costó otros dos segundos recordar que estaba
ocurriendo, así que muy a su pesar, estiró su brazo para tomar a uno de los
sujetos de la pierna, intentando utilizarla para levantarse.
Una patada directo hacía su columna vertebral y otra vez su cuerpo fue de
lleno contra el sueño, golpeándose el rostro, sintiendo un metálico sabor en
su boca cuando uno de esos dos sujetos lo volteó de lado, con suavidad, para
que después el otro le dé un golpe de lleno en su estómago, haciéndolo
escupir y retorcerse en el suelo.
Otras muchas patadas dieron justo contra su cuerpo, no había forma de
retorcerse, porque incluso los golpes iban sin cuidado alguno contra su rostro,
Louis se hizo un ovillo, tratando de cubrir su cabeza, no se podía permitir caer
inconsciente, sino todo estaba acabado. Sus ojos se llenaron de lágrimas
cuando el miedo inundó su cuerpo, la figura del pequeño Harry apareció en
su mente justo antes de volver a separar los labios y escupir otra buena
cantidad de sangre.
Sus ojos se abrieron en el segundo en el que subió la mirada y detrás de la
silueta del semejante monstruo que lo golpeaba, apareció Harry, su Harry,
observando a su niño admirar la escena desde arriba de las escaleras, con los
ojos llenos de lágrimas, Louis escuchó a Harry llamarlo y quiso ir, quiso
abrazarlo, quiso que al cerrar los ojos en alguno de esos golpes, todo fuera
una maldita pesadilla.
— ¿Ese es? —Gruñó uno de los mastodontes que al parecer sabían hablar,
volteando después para sonreír divertido ante la expresión de susto del
minino en la parte superior de la casa. — Seguro es, mira nada más que lindo.
— ¿Crees que el jefe nos deje follarlo cuando todo esto acabe?
La sangre de su cuerpo hirvió y Louis se removió en el suelo, estirando su
pierna para darle una potencial patada en la canilla a uno de los tipos,
logrando que este se doblegue de dolor y enfoque de nuevo esa mirada
matadora sobre el cuerpo tendido en el suelo.
—Hijos de puta, a sus madres me follaré cuando todo esto acabe.
Louis supo que había dado en el blanco cuando el rostro de ambos sujetos se
endureció más, y luego le dio una mirada al pequeño Harry, le pidió que huya,
le dijo que corra, pero las palabras no salían lo suficientemente fuerte antes
de que otra patada diera justo sobre su pierna, haciéndolo gritar de dolor,
mientras el minino quiso bajar un paso, cuando otra silueta mucho más
pequeña se dejó notar desde la puerta, y Harry palideció del miedo,
retrocediendo, subiendo otra vez los apenas dos escalones que había bajado.
—Hola, Harry. —La voz taladró en los oídos de Louis y entreabrió uno de sus
ojos, todo su cuerpo dolía peor que cualquier dolor que hubiera
experimentado, pero pudo recobrar al menos algo de su aliento para
observar al hombre que ahora hablaba con los dos monstruos. — ¿Aún no
acaban con él? ¿Qué tanto hacen?
—Es resistente, jefe, delgado y todo, parece que no aprende.
—Bueno, pues háganlo aprender y vayan por Harry, tenemos que irnos antes
de que alguien vuelva.
Richard salió de la casa de nuevo, no sin antes darle una mirada de completa
victoria a Louis, y entonces lo dejó solo de nuevo con los dos hombres,
mientras ya el minino no estaba, solo escuchó el golpe sordo de la puerta de,
seguro, su habitación, con Harry escondido en ella. Los tipos patearon el
cuerpo tumbado en el suelo unas cuantas veces más, riendo, escupiéndole,
Louis solo se dedicó a protegerse la cabeza.
—Mierda que es resistente.
— ¿Si? Ya veremos.
Uno de los tipos sonrió encantado con la mirada del otro, cuando el sujeto
tomó la pierna de Louis, Louis cerró sus ojos con fuerza y se permitió llorar,
pensando únicamente en sus dos pequeños en el piso superior, y en que
deseaba poder salir vivo de esa. Un "Crack" sordo sonó y entonces el agudo
dolor en su pierna, junto con un sonoro grito de su parte, escuchando a los
tipos reír, antes de que todo se apagara y ya nada se escuchara.
Lo último que Louis escuchó, fue llanto y gritos, gritos que no venían de él,
llanto que no era el suyo y la dulce voz de su amado mientras repetía su
nombre, junto a los forcejeos de la puerta de su habitación., Una y otra vez
"Lou, por favor", pero Louis... No pudo ir.
+
❝Harry, yo, Louis Tomlinson, te tomo como esposo, prometo amarte,
respetarte y cuidarte, en la salud y en la enfermedad, en la tristeza y en la
pobreza, y cada uno de los días de mi vida, sin que ni la muerte pueda
separarnos.❞
+
—Niall ¿Puedes dejar de acosar a ese niño?
Zayn gruñó, su vuelto rumbo a estados Unidos se había atrasado muchísimo y
mientras él perdía la paciencia, Niall molestaba a un pequeño de no más de
diez años, acercando su mejilla tanto a la del niño, intentando ver encantado
el movimiento de los gráficos en el Nintendo DS que cargaba aquel mocoso, y
tenía que estar muy bueno para que Niall acepte tener contacto con alguien
más, peor ahora que ambos estaban tan estresados.
No fue cosa fácil sacarle los papeles a Niall, ya que también era un niño de la
calle,
Zayn necesitó ayuda de su madre para que legalmente la familia Malik adopte
a Niall y les conceda su apellido, solo de esa forma el rubio minino podría
viajar como una persona normal, y aunque el aeropuerto le dio a Zayn la
opción de llevarlo como un animal, este se rehusó mil veces, incluso
queriendo golpear al practicante imbécil que le había insinuado eso.
Al final, atrasó un poco el viaje, pero por fin viajarían, no se había
comunicado con Louis, prefería hacerlo ya estando en Estados Unidos, él
quería evitar cualquier tipo de despedida dramática, sobre todo porque se
conocían lo suficiente como para saber que ambos tenían sus cosas que
hacer, él nunca olvidaría las palabras que Louis le dijo esa madrugada.
Zayn escuchó su celular sonar, increíble porque segundos antes había
pensado en apagarlo y en la persona dueña del nombre que apareció en la
pantalla del aparato, sin embargo contestó, con una gran sonrisa en su rostro,
lo había extrañado tanto.
—Hombre, joder, Liam ¿Dónde mierda te habías metido?
—Sí, Hola, Zayn. —El pelinegro sonrió, oh sí, ese era su amigo Liam. — Lo
siento, yo... Después de la metida de pata tremenda que me pegué, creí que
ni tú ni Louis querrían verme, así que esperé que me llamaran, creo que al
final fui yo quien rompió la ley del hielo.
Zayn reconoció en la voz de su amigo que realmente estaba arrepentido, él
comprendía a Liam, el castaño era un chico con demasiado corazón como
para perdonarse el haber perdido a alguien tan importante para Louis, pero
ya había pasado un tiempo, no tenía por qué castigarse de una manera tan
cruel.
— ¿Zayn? —Niall se sentó a su lado, observando al mayor hablar con
teléfono. — ¿Es Louis? ¿Puedo hablar con Harry?
—No, es Liam. —Murmuró Zayn, colocando su mano sobre el teléfono, para
evitar que el castaño escuche, él quería explicarle de una mejor forma como
estaban las cosas, que tenía pareja y estaba a nada de viajar fuera del país, sí,
había que ser sutil.
— ¿Quién es Liam?
—Ya te dije, Niall, mi amigo, como Louis ¿Recuerdas?
El rubio intentó recordar, pero al realmente no haberle tomado importancia a
muchas palabras que Zayn le decía, comprendía que aunque lo intentara, no
entraría en su cabeza o no recordaría quien era ese sujeto, sin embargo, se
sentó tranquilo al lado de Zayn, escuchándolo renegar cuando aterrizó un
avión y el sonido evitó que escuche la voz del otro lado.
—Bueno ¿Qué te decía, Payno?
—No lo sé, la verdad no te escucho bien ¿Podemos reunirnos para hablar o la
universidad no te da tiempo? Aunque según entiendo, ya están de vacaciones
de fin de ciclo.
—Sí, sobre eso. —Zayn disimuladamente tomó la mano de su pequeño rubio,
entrelazando sus dedos con este, suspirando. — Me voy del país, Li.
— ¿Qué? —El desconcierto era notable en la grave voz del castaño del otro
lado.
—Eso, me surgió una beca y me estoy yendo justo ahora, lamento no
habértelo dicho antes, creí que no tenías tiempo para nosotros, pero es lo
que hay ¿No?
—No puedo creerlo, Zayn, felicidades ante todo pero... Me hubiera gustado
enterarme un poco antes ¿Sabes?
Mientras Zayn atendía su llamada, Niall observaba el aburrido televisor
gigante de la sala esa, esperando, en la imagen salió de nuevo aquel hombre,
Richard, mostrando la imagen de Harry en todas las pantallas, ante las
miradas atentas de todas las personas. Niall bufó, queriendo tomar el
Nintendo del niño y lanzarlo contra la pantalla para quitar la imagen de su
amigo de esta, él solo quería paz para Louis, Harry y su engendro ¿Era tan
difícil que ellos pudieran conseguir eso?
Gruñó meneando sus orejas, cuando oyó que el vuelo rumbo Estados Unidos
y una parte de Estados Unidos que le era difícil mencionar, estaba a punto de
despegar y que era el último llamado para que lo abordaran los pasajeros
¿Cuánto habían estado ellos en la nada? El pequeño felino sacudió a Zayn,
pidiéndole que escuche, y entonces Zayn se puso alarma, levantándose, aún
con sus dedos entrelazados con los de Niall, caminando hacía la puerta que la
computarizada voz indicaba.
—Liam, lo siento, tengo que colgar, es tarde y ya deberíamos estar en el
avión. — Zayn no le dio tiempo a Liam de seguirle contando más de su vida,
solo cortó la llamada, saludando a las señoritas que verificaron sus boletos,
indicándoles cuales eran sus asientos.
— ¿Ya me dirás quién es Liam?
—Claro, es...
Escuchó su celular sonar de nuevo y gruñó ¿Qué parte de que ya iba a volar
Liam no entendía? Amaba a su amigo, pero seguro luego las aeromozas se la
agarrarían con él por no cumplir con sus instrucciones, y no es que no ame
ser rebelde, pero quería que durante el viaje, las bebidas o lo que sea que
pida, no le llegue con algo de baba o lo que sea que esas mujeres altamente
estresadas por volar veinticinco horas al día, quieran darle.
—Solo apágalo.
—Sí Niall, eso hago.
Zayn ni siquiera tomó en cuenta que el nombre que iluminaba su pantalla no
era el de Liam, ni siquiera le prestó atención al "Louissssa" cuando su celular
se apagó y se acomodó mejor en su asiento, con Niall al lado, lo que fuera,
seguro podría
esperar, se dijo a si mismo antes de relajarse.
Pero a Louis, le hubiera servido que su mejor amigo contestara antes de caer
completamente inconsciente.

CAPITULO 38

El dolor punzante que tenía sobre su cabeza ya no estaba, de hecho, aún


sentía molestia pero podía al menos moverla, lo que sí, aún sus ojos no se
abrían como tanto venía insistiéndoles. Se sentía pesado, relajado y muy
tranquilo, aunque su corazón estuviera latiendo con fuerza dentro de su
pecho, y lo sabía por el constante pito que sonaba a su lado izquierdo, según
él y las películas que había visto, además de los documentales, esa cosa se
encargaba de monitorear los latidos de su corazón.
Pasaron largos minutos en los que se tomó la molestia de despertar cada una
de sus extremidades, aunque su pierna derecha no le funcionó, no le
importó, una vez sus manos y sus parpados se movieron considerablemente,
él abrió los ojos, encontrándose a sí mismo en una habitación
completamente blanca, llena de aparatos que no conocía. Sí, un hospital, y él
estaba acostado sobre una cama de metálico material con solo un colchón
separándolo del frío de este.
Escuchó la puerta abrirse, así que al instante sus ojos pesados se movieron
hacía ese lugar, observando a su madre entrar y como la mirada preocupada y
cansada de la mujer mostró una alegría indescriptible cuando llamó entre
gritos al doctor, acercándose a su hijo, tomando su mano, escuchando una
queja de Louis ante el agresivo movimiento antes de dejarla sobre su lugar,
disculpándose.
El doctor llegó apenas unos minutos después, Louis admiró la mirada llena de
satisfacción del desconocido hombre, mientras las enfermeras le indicaban
datos como la velocidad del pulso de Louis, todos con grandes sonrisas en sus
rostros, pero Louis... Él seguía sintiéndose en un tipo de transe, observando
todo, hasta que su mirada se dirigió de nuevo a la puerta.
El doctor, las enfermeras e incluso Jay miraron hacía esa zona, aunque solo
estaba la puerta cerrada, entre tanto color blanco, Louis no despegó su
mirada de ese lugar incluso a pesar que el doctor le explicaba que tuvo
suerte, que los múltiples golpes y la pierna rota, además de los daños en sus
costillas e incluso el fuerte dolor de cabeza pudieron matarlo.
Pero Louis... Él seguía mirando hacía la puerta, esperando.
+
Él no lo sabía, Louis no sabía lo que ocurrió después de llamar a Zayn en un
último hilo de resistencia contra la inconsciencia y caer desmayado después,
todo lo que había pasado era mucho más de lo que se podría imaginar.
Después de que Zayn no atendió el teléfono, él cayó y un par de horas
después, Lottie regresó de su clase de inglés, hablando con Fizzy sobre sus
calificaciones altas y presumirle a su hermana que podía tener novio y ser
estudiosa a la vez. Las chicas palidecieron cuando encontraron el cuerpo de
su hermano en el suelo, rodeado de grandes manchas de sangre, así que,
aunque primero ambas quisieron tumbarse y llorar, Fizzy se encargó de
llamar a Jay mientras subía las escaleras con Lottie, asegurándose de que
Ernest y Doris estén bien, ambas eran hijas de una enfermera muy buena, Jay
les había explicado que en esos casos, lo peor que podían hacer era mover a
Louis si tenía algún tipo de contusión, después pasaron a la habitación de su
hermano, escuchando al pequeño Ian llorar entre tantos gritos, la voz del
pobre bebé ya ronca, llorando a todo pulmón con el rostro tan lleno de
lágrimas que parecía pedir auxilio, o que lo estuvieran torturando, cuando
solo quedaba él en la habitación. Harry ya no estaba.
Jay llegó en menos de veinte minutos, la mujer, al contrario de sus hijas y de
lo que cualquiera se imaginaría, se desplomó en el suelo, llorando, queriendo
mover el cuerpo de su hijo, aunque no lo hizo hasta que los paramédicos se
llevaron a Louis en una ambulancia.
Mientras Louis estuvo en la sala de emergencias, pasaron horas de horas en
lo que los doctores la mantuvieron sin información, luego Jay recibió una
llamada al celular de su hijo, era Zayn, quería saber la urgencia de llamarlo en
aquel momento; cuando ella le contó todo, Zayn cortó y maldijo de las mil y
un formas posibles, golpeó su puño contra la pared hasta que Niall tuvo que
detenerlo y luego de que el rubio minino se enterara, entendió que habían
tomado la peor decisión del mundo al no contestar la llamada antes del
vuelo, ahora debían volver, pero sabría Dios cuando tendrían el dinero para la
posibilidad del viaje de regreso a Londres, sin el permiso de la Universidad del
pelinegro.
Una semana después, en todos los televisores del país, se podía observar la
noticia:
"CAPTURAN AL ÚLTIMO TRABAJADOR DE NEKO CORPORATION,
DEMOSTRANDO QUE CONTINUABA EXPERIMENTANDO CON INFANTES"
Adjuntas muchas imágenes de Richard siendo sacado de su enorme mansión
para ser llevado a prisión. Jay no sabía nada de Harry, nunca se habló de él en
las noticias y las veces que llamó al canal para información, le dijeron que los
niños estaban siendo llevados a un lugar seguro, un centro de adopción muy
conocido en Londres.
Zayn y Niall llegaron un par de días después, el mayor tuvo que mover cielo,
mar y tierra para conseguir que le hicieran un préstamo y pagar ambos el
vuelo de regreso. Con ellos ahí, fueron al centro de adopción para saber si

Harry se encontraba entre los niños, pero no existía ningún registro del
pequeño minino, ni por su nombre ni por sus conocidos rasgos.
Ni siquiera existían palabras para expresar la impotencia que sentía la madre
de Louis, Zayn y Niall, Zayn se juró encontrar a Harry antes de que su mejor
amigo despierte, sin embargo, a estas alturas, la esperanza en su corazón se
perdía más y más; muy por el contrario de Niall, quien día a día salía a
recorrer las calles, deseando que Harry haya escapado y esté cerca de algún
lugar ya conocido, la casa antigua de Louis, la de playa o incluso la de Jay,
pero absolutamente nada.
Louis despertó exactamente dos semanas después de lo ocurrido, veintisiete
de diciembre, ya habiendo pasado su cumpleaños y las fiestas, eso era lo
último que pasaba por la mente de todos, ellos no lograron recuperar a Harry,
Zayn no tuvo fuerzas para mirar a los ojos a su amigo después de eso. E
incluso Liam, que iba a visitarlo cada cierto tiempo, pero sin ingresar en la
habitación, podía observar la mirada muerta del castaño al que consideraba
su mejor amigo, ese mismo chico lleno de decisión que le pidió el favor de
cuidar a Harry, hace ya mucho tiempo.
+
Louis no comía como debía, de hecho a veces lo hacía, cuando nadie lo veía,
él tampoco miraba a nadie, se despertaba cada día solo para que sus ojos se
conecten con la puerta blanca, o de lo contrario se enfoquen en el anillo de
plástico que empezó a decorar de nuevo su dedo una vez despertó. Para
nadie era fácil, cada persona que quisiera a Louis se destrozaba al verlo de
esa manera, era como tener a un chico muerto en vida, postrado en una
cama con la pierna enyesada.
Louis, vamos amigo, ya va a cumplirse un mes ¿Puedes mirarme ya? Zayn se
encontraba sentado al lado de la cama de Louis, en una pequeña silla,
observando el almuerzo que le habían traído a su mejor amigo y continuaba
estando intacto, por suerte mantenían nutrido al castaño también a base de
suero que tenía inyectado en la vena, y por otro lado, contaban con la suerte
de que Louis no se había puesto histérico o intentando quitarse algo, pero
verlo solo ahí sin hacer nada, no era una imagen que alguien disfrutara. Louis
se mantenía vivo por su cuenta, hacía sus cosas solo, cuando alguien
intentaba ayudarlo ni siquiera lo observaba, su corazón estaba roto, parecía
que solo la esperanza se encargaba de decirle "No te mueras".
-Por tu puta madre, Louis.
El pelinegro apoyó sus codos sobre sus piernas y pasó sus manos por su
cabello, tirando con fuerza de estos, se sentía como la peor mierda del
mundo por no haber estado ahí para Louis, si él hubiera contestado, nunca
habría tomado el vuelo y quizás, solo quizás, con su presencia moviéndose y
siguiendo el caso de cerca, él habría podido encontrar a Harry.
-Louis, no tienes una idea de cuanto lo siento, yo...
Zayn sintió como sus ojos se llenaron de lágrimas, mientras soltaba un
sollozo, desgarrado, arruinado, él no estuvo para Louis, nadie lo estuvo, su
amigo luchó completamente solo por cumplir su sueño junto a la persona que
amaba y a pesar de todo, lo perdió ¿Qué sentido tenía todo ahora? Zayn
comprendía a Louis, él sin Niall, estaría muerto en vida también, pero al
menos Niall no era un niño inocente, él conocía el camino de regreso, Harry
no, Harry debía estar asustado, llorando en algún lugar, quizás con la cicatriz
de la cesárea doliéndole, llamando a Louis, pidiendo a gritos a Louis en
alguna parte del mundo, eso si no es que ya no estaba en este mundo.
Los ojos de Louis se dirigieron a su amigo, vio a Zayn llorando y quiso decirle
que todo estaba bien, que no era su culpa, que deje de agobiarse cuando él
no tenía idea de porque la llamada en ese momento, pero Louis no tenía
fuerzas, él no era capaz de consolar a nadie cuando sentía su alma tan
inexistente, o a veces, se preguntaba si eso que tenía eran solo las sobras de
todo lo que se habían llevado esos malditos cuando se fueron con su Harry,
porque él sin Harry era eso... Sobras de lo que fue una persona.
-Maldita sea, Louis, piensa un poco, ¡Mierda! ¿Vas a rendirte así como así?
¿Puedes dejar de ser un puto egoísta y pensar en Harry al menos?
En un cambio total de actitud, Zayn se levantó de la silla y la pateó con fuerza
contra una de las paredes blancas, moviéndose de lado a lado en la
habitación, como un animal encerrado, él miró con profunda seriedad a su
mejor amigo y Louis supo que había algo más en esa oscura mirada:
Decepción.
- ¿Y tu hijo? ¿Has siquiera pensado en Ian, Louis? ¡Ian está en tu
casaextrañándolos a ambos y tú te encuentras aquí haciendo el papel de la
más puta víctima que he visto en mi vida! -Escupió Zayn, sacando todo lo que
estaba conteniendo. - Harry, por si piensas en algo más que no sea tu dolor,
está en algún lugar llorando mientras le hacen sabrá Dios que cosas y tú
andas aquí de quejica queriendo que todos los problemas se solucionen
¿Quieres que entre por esa puta puerta? NO LO HARÁ, LOUIS, HARRY-
NOESTÁ.
Louis sintió sus ojos llenarse de lágrimas y por primera vez, Zayn vio que su
mirada se conectó con la de su amigo, ambos se observaban de la misma
forma, desafiantes, tal cual animales, él tenía que hacer entrar en razón al
castaño o moriría en el intento, no importaba si luego Louis no le dirigía la
palabra en toda su vida, debía hacerlo.
-Harry no está aquí. -Murmuró Zayn, soltando un largo suspiro, intentando
calmarse. - Pero eso no significa que no pueda estarlo, si vas a dejar que lo
hagan mierda por ahí mientras te hundes y te vuelves la peor basura que he
visto, no digas amarlo, porque es una puta mentira un amor que sabe
abandonar, tú no lo amas, no te mereces a Harry, idiota.
- ¡Ya cállate, imbécil!
Un mes, un mes de Louis siendo un completo vegetal y por primera vez en
todo ese tiempo, habló, en un grito ahogado y profundamente ronco debido
a lo poco que había usado su voz en todo ese tiempo, mientras le lanzaba el
botón de emergencias a Zayn y aunque este logró esquivarlo, Louis le tiró su
almohada, cayendo de lleno en el rostro del pelinegro.
Zayn no pudo contener una enorme sonrisa cuando los ojos enojados de su
amigo le mostraron más vida en él de la que había visto en todo ese mes,
incluso valoró el llamar a Jay o a Niall para que vieran eso, pero se mantuvo
ahí, observando a Louis removiéndose, sacándose con algo de impaciencia el
suero inyectado, bajando su pierna del lugar alto en que la mantenía.
-Espera que te agarre, hijo de puta.
Louis gruñía, removiéndose en la cama a pesar del aún notable dolor en su
pierna, había sido rota internamente, según lo que sabía de medicina por su
mamá, no debía usarla hasta dentro de un mes más, pero una pierna rota no
le impediría golpear a Zayn hasta sacarle un diente, había tenido suficiente, y
no solo suficiente de esas palabras, sino del antiguo estado en el que se
encontraba.
- ¿Y luego?
Zayn poco a poco se iba acercando más a la puerta, sabía que su buen amigo
estaba con una pierna rota y seguramente no podría hacerle nada malo, pero
conocía lo suficiente a Louis como para saber también que cuando estaba
enojado, ni una pierna rota podría detenerlo, como estuvo seguro que esos
sujetos que lo golpearon debieron sorprenderse, Louis no era ningún
debilucho.
Pero por otro lado, Zayn sabía que todo eso no era únicamente para
golpearlo, y que esa rabia en los ojos de Louis no era tampoco dirigida para
él, era para su persona, algo de todo lo que dijo hizo clic en Louis, y se sintió
bien cuando las siguientes palabras de su mejor amigo sonaron muchísimo
más claras.
-Vamos a buscar a Harry.

CAPITULO 39

Si se me olvidó alguien pues me matan, gente, creo que son todas las que
pidieron:(.
+
—Bueno Zayn, no sé qué hiciste, pero te debo la vida por traerme a mi hijo de
regreso.
Jay apoyó su codo en el sofá y su barbilla suavemente sobre su mano,
observando a Louis jugar con Ian, dándole tiernos besitos en la pancita,
mientras el pequeñito de ojos azules lo observaba y sonreía cada tanto,
estirando sus manitos pequeñitas para tener contacto directo con el rostro de
Louis, acariciándolo, llenándolo de las pocas caricias que podían dar esos
deditos tan delgaditos. Según lo que Louis había sospechado, los hombres no
se llevaron a Ian por lo mismo que llenaba la gorrita de lana impidiendo que
sus orejas se notasen, además de que su cuerpo estaba cubierto, por tanto su
larga cola no se lograba observar con facilidad, así que ellos fueron directo a
su Harry, sin tomarle importancia al bebé que en realidad, si lo veían, debía
valer más que una mina de oro para ese desgraciado.
La idea de que Richard no supiera de su hijo, significaba que la persona que
fuera que le había dado la información, no tenía entre sus planes hacer
prosperar a Richard, de lo contrario le hubiera pedido más dinero a cambio
de esa información adicional. Louis besó con ternura los labios de su pequeño
en brazos, cuando escucharon el timbre de la casa de Jay, y todos se pusieron
alerta. Niall gruñó en el regazo de Zayn, mientras Johannah se levantó para
abrir, sorprendiéndose de la chica que vio parada justo frente a sus ojos:
Gemma, Gemma Styles.
—Buenas. —Murmuró ella, claramente dudosa, jugando con la tira de su
cartera. — ¿Se encuentra Louis? Yo, uh, apenas llego de un viaje que tuve,
recién me enteré de lo ocurrido por mi madre y tengo información que
seguro él querría saber, claro... Si me permite pasar, lo busqué en el hospital
pero me dijeron que ya le habían dado de alta y...
— ¿Qué sucede?
Detrás de Jay apareció Louis, con sus dos muletas, ayudándole a no apoyar su
pierna en el suelo, observó a Gemma, eso no le hizo ningún bien, en los ojos
esmeralda de la chica pudo encontrar la hermosa mirada que aún recordaba
de su niño, fue demasiado para él. Evitó la mirada de la joven, que ahora
tenía el cabello de color naranjo. Ella mordió su labio, sin saber bien que decir
o hacer, aparte de entrar a la casa cuando Jay le cedió el paso.
—Louis, yo... Realmente siento lo que ha pasado, cuando mi mamá me contó,
me dijo que lo sentía, que ella...
— ¿"Lo sentía"? —Louis olvidó por un momento el mal de su corazón,
enfocándose en la chica de nuevo, observando a Gemma retroceder
lentamente, de seguro la mirada que le lanzó no fue para nada agradable. —
¿Cómo sabes que ha pasado aquí, Gemma? Esto no salió en las noticias.
—Lo sé. —Afirmó ella, con más seguridad. — Por eso te digo que tenemos
que hablar.
Pasados unos minutos, Louis guio a Gemma a la sala, donde se encontraban
Zayn y Niall besándose, ambos se alejaron un poco después de eso, aunque
eso no estaba entre los planes del rubio minino, hasta él sabía que no podía
comportarse de esa forma y presumir que todo andaba muy bien con Zayn
cuando aún tenían que encontrar a Harry para traerlo de regreso con ellos.
Gemma se sentó con cuidado, sin dejar de apretar su cartera entre sus
manos, hasta que todo se volvió silencio y ella entendió que tenía que hablar,
que los dos chicos de más y Jay no se moverían de ahí.
Y era así, nadie dejaría solo a Louis nunca más.
—Quiero primero dejar en claro que yo estaba de viaje todo este tiempo, me
fui a ver a mi padre, un muy buen amigo suyo falleció hace un mes, entonces
lo acompañé desde tiempo antes, para estar a su lado. —Louis asintió, "hace
un mes", el mismo tiempo que él había estado internado en el hospital. — La
cosa es que cuando volví, la casa que comparto con mi madre era un
completo desastre, la encontré a ella al borde de... No lo sé, estaba muy mal,
Louis ella... ¿Sabes? La última vez que la vi de esa forma fue con la muerte de
mi hermano, ella parecía que le habían roto el corazón y me dispuse a
preguntarle cuando la tuviera sobria, supongo. Después de eso, ya estable,
me contó lo que sucedió con el lugar donde trabajaba.
Louis, Jay e incluso Niall y Zayn prestaban total atención a la historia de
Gemma, Louis no sabía porque, pero le creía, de verdad creía en lo que la
chica le estaba diciendo, al menos en su rostro, ella dejaba en claro que
estaba demasiado preocupada por la salud de su madre, en general, y que su
cargo de consciencia le estaba haciendo decir todo lo que sabía.
—Cuando mi madre y yo vinimos a ayudarte con la cesárea de Harry, él la
siguió hasta conocer la ubicación de esta casa, sé que quizás puedes creer
que ella tuvo algo que ver, pero te juro que no sabía nada, yo no hubiera
permitido que ella...
—Sigue, jovencita. —Habló Jay, interrumpiendo el semi-ataque de
inseguridad que le estaba dando a la joven de ojos verdes, a lo que Gemma
se calmó, volviendo a intentar relajarse sobre el sofá. —Lo haya sabido Anne
o no, créeme que es lo que menos nos importa, queremos saber que ocurrió.
—De acuerdo. —Gemma suspiró. —Simon ya sabía el lugar exacto donde se
estaban quedando ustedes. Mi madre lo descubrió una vez, cuando él estaba
dándole la información al otro sujeto, el que quería a Harry.
—Richard.
—Sí, él. —La joven pasó uno de sus brazos por el otro, como empezando a
sentir frío, suspirando. — Mi madre nunca lo encaró, personalmente creo que
es por eso que está tan destruida, ella no lo hizo sino hasta que ya habían
encerrado a Richard. Simon le confesó que le dio indicaciones a Richard de
este lugar, claro, como fuente anónima, él sabía que era cuestión de días para
que el hombre viniera por Harry, así que cada vez él... Bueno, vino y espió la
casa, al igual que unos hombres de ese tal Richard, analizaron la hora en que
entraba y salía cada quien... Hasta estar seguros de que no se encontraba
nadie más en esta casa.
Louis soltó un sonido parecido a un gruñido, todo tenía mucho sentido en su
cabeza si lo pensaba como era debido, Simon no había querido continuar con
eso ni se mantuvo insistiendo porque planeaba entregar a Harry desde un
inicio, era por eso que los dejó tan tranquilos y permitió que Anne les
ayudara, o fingió no notarlo, cuando era más que claro que él la necesitaría
en algún momento, por ello también quería comprobar el tiempo de
embarazo del bebé y por ello los había citado en su establecimiento. El puto
cabrón tenía todo perfectamente planificado con un plan B incluido, y ahora
había cumplido con su cometido.
—Louis, mi mamá está realmente mal, ella...
—Simon.
Louis se levantó del sofá, tomando sus muletas, las colocó como era debido
para acercarse a la cómoda y le lanzó las llaves de su auto a Zayn. Este las
tomó antes de que vayan directo contra su cuerpo y se levantó, con Niall
junto a él.
—No, Niall, tengo que ir solo con Zayn.
— ¿Qué? ¿Por qué? —Gruñó el minino, moviendo sus orejas, ofuscado ante
la idea de dejar ir al mayor, de por sí ya estaba teniendo que acostumbrarse a
alejarse un poco de Zayn a causa de que su novio se encontraba apoyando a
su mejor amigo, pero le costaba mucho no besarlo o insinuársele en público
¿Y ahora esto? —Louis, estás de coña, voy con ustedes.
—Niall, no es fácil, necesito hablar con el hijo de puta de Simon, y no es por
nada,pero si algo pasa, necesito a Zayn que me cubra la espalda, tú solo
estorbas.
— ¡Oye!
Niall iba a decir algo más cuando Zayn le tomó el brazo y el minino rubio se
giró hacía él, Zayn pudo notar el pequeño puchero que se formó en el rostro
de su minino, Niall sabía que Louis tenía razón, pero odiaba esa impotencia
que sentía de no poder ayudar más a sus amigos. Y sí, en tan poco tiempo,
Niall había aprendido a querer a Louis y a Harry como dos buenos amigos,
odiaba ser un estorbo en toda esa situación, lo frustraba.
—Ya vuelvo ¿De acuerdo?
—Si los matan, los revivo para matarlos después.
Zayn comprendió eso como un "Cuídense" y le sonrió a Louis, abriéndola la
puerta de la casa para que ambos salieran y subieran al auto del castaño.
Gemma soltó un largo suspiro, cuando sintió la mano de Jay en su hombro y
se giró a verla.
—De verdad, lamento mucho todo esto.
—Está bien, Gemma, tu mamá no tuvo la culpa de nada, más bien, mis hijos
están en el colegio ahora, y los mellizos los cuida una vecina, iré por Ian y
¿Puedo ir a verla?
—Yo iré con ustedes. — Dijo el pequeño rubio, meneando la punta de su cola,
intentando no dar a notar ese leve sonrojo en sus mejillas ante esa actitud
tan infantil. — No quiero quedarme solo.
+
Louis tocó como un desesperado la puerta de ese lugar, utilizando su pierna
buena, apoyándose por momentos en la mala, hasta que Zayn le dijo que
deje de hacerlo y como buen amigo, se dedicó a patear el metal oxidado
repetidas veces, si no querían abrirles, pues lo terminarían haciendo porque
ese sonido asustaría a todos los niños dentro del lugar. Y si llamaban a la
policía, al demonio, Louis volviera cada día de su vida hasta que ese maldito
hombre se atreva a dar la cara, escucharlo y responderle unas preguntas, eso
después de partirle el rostro.
—Señor, no puede... —Al parecer, una de las enfermeras del lugar se tomó el
atrevimiento de abrir y fue suficiente para que Louis y Zayn empujaran sus
cuerpos contra el espacio de la abertura, terminando de abrir la puerta,
entrando y caminando rápidamente por el amplio pasillo. Habitación por
habitación, nada más pequeños asustados en sus cuartos, y al contrario de
calmarlo, eso le dio mucha más rabia, su Harry podía estar de una manera
peor en sabrá Dios que lugar y él no estaba para cuidarlo. Gruñó cuando se
encontró con Simon a mitad del pasillo, el hombre mostraba sus manos en
señal de calma, pero Zayn y Louis no estaban precisamente relajados.
—Está bien, está bien. —Simon suspiró, observando a todos los pequeños del
lugar temblando de puro terror, sacando sus cabecitas para ver lo que
ocurría. — Aquí estoy, hablemos en mi oficina, pero por favor, deja de hacer
eso, los asustas.
— ¿Y qué, maldito? ¿Te crees que Harry no estaba asustado, imbécil?
—Louis.
Louis escuchó la voz de su mejor amigo segundos antes de que una pequeña
mano lo tome de la remera, tironeándola un poco, llamando su atención.
Bajó la mirada apenas un poco para encontrarse con un par de ojos ya
conocidos para él, además de otro pequeño un poco más alejado. George y
Agustín, según los recordaba.
— ¿Algo le pasó a Harry? —Preguntó el pequeño detrás de George, según le
había dicho Anne, él se llamaba Agustín. — ¿Algún día vendrá a jugar con
nosotros? Cuando lo vi, él me dijo "Tú puedes" y yo pude... Quiero
agradecerle ¿Cuándo lo trae, señor?
El corazón de Louis se tranquilizó cuando recordó aquel día, ese en el que
Harry tuvo contacto con el pequeño durante su etapa de encierro, Harry
tomó su mano, aún detrás de un vidrio y le maulló algo, ahora Louis
comprendía exactamente que era. Él se arrodilló, aún con su pierna rota, él lo
hizo, a pesar de las palabras de Zayn diciéndole que no, Louis quería estar a
esa altura para que los pequeños lo observen mejor y mordió su labio,
regalándoles una pequeña sonrisa.
—Él pronto estará bien, y vendrá a jugar con ustedes ¿De acuerdo?
Les removió los suaves cabellos a ambos niños y luego ellos se alejaron,
dejando que el ambiente se relaje un poco, mientras Louis con muletas y
Zayn seguían a Simon hacía su oficina, como él le llamó.
Una vez entraron, Louis y Zayn no perdieron tiempo, importándole poco su
pierna rota, le lanzó un puñete justo contra el rostro, haciéndolo tambalearse
hacia atrás, logrando así que Zayn tome al hombre por las manos,
colocándolas en su espalda. En cuestión de segundos Simon estaba tan
inmovilizado como lo estuvo Louis, y él por primera vez en su vida, sintió
tanta sed de venganza que estaba feliz de tener a Zayn ahí para recordarle la
finalidad de ver a Simon, y no, la principal no era matarlo a golpes por ser un
hijo de puta, totalmente enfermo, no.
—De acuerdo. —Louis se acomodó las muletas, haciendo tronar sus nudillos
mientras veía como un lado del rostro de Simon se veía rojo, eso seguro por
el puñetazo que le metió apenas pudo. — Ahora vas a contarme como y
donde encuentro a Harry, Simon, o te juro que no me importa irme preso,
pero te mataré a golpes.
—No lo harías. —Gruñó Simon cuando Zayn presionó más el agarre de sus
manos, haciéndole doler sus brazos y antebrazos. — Mierda, suéltame.
—No deberías retarlo ¿Sabes? —Habló Zayn, volviendo a tirar de los brazos
del hombre. — Literalmente, por tu maldito plan, le quitaste su vida, créeme
que a Louis no le importa ir preso en este momento si es que no le
respondes, al final, ya no tiene por qué vivir y tú eres el único causante de
eso.
Simon se tomó unos segundos para meditar, su mirada viajó a los ojos de
Louis, tratando de leerle el alma a través de estos, pero nada, ese no era el
chico que conoció hace más de un mes, Louis no era ese Louis, y él sabía que
las personas sin una chispa de vida en sus ojos, eran capaces de todo, como
él, por ejemplo.
—La verdad no me importa morir ahora que ya cumplí con vengarme de
Richard. — Dijo el hombre, con una media sonrisa en su rostro. — Pero solo
para disfrutar más de esto, te mostraré donde estaba Harry.
Louis y Zayn se lanzaron unas miradas, cuando el hombre mayor volvió a
aclarar su garganta, estirándose aún con los brazos como los tenía.
—Oh pero, Louis, créeme que no te gustará lo que verás.

CAPITULO 40 FINAL.

¿A qué te refieres?
Las cosas se fueron de las manos de ambos chicos cuando Simon sonrió
perversamente, o mejor dicho
, tan frívolo como solo era él, ignorando su propio dolor para mostrar aquella
sonrisa desquiciada, dejándoles en claro lo mucho que iba a disfrutar de lo
que estaba por decir.
—Subastas, niño. —Gruñó, mientras buscaba con la mirada por su habitación,
encontrando su notebook sobre su escritorio. — Ahí ¿Quieres ver a Harry?
Abre la notebook, entra al navegador y escribe modestcorporation.com, con
así como suena.
Louis, muy a su pesar, obedeció sabiendo que Zayn tenía bien sujeto al
hombre y que no intentaría nada malo. Él se sentó en la silla corrediza de
Simon y abrió la notebook, siguiendo paso por paso, ingresó la dirección url y
dejó que la página cargue lo suficiente, encontrándose con una red de
subastas, tal y como dijo el mayor, el mismo título central de la página lo
decía, aunque al observar los "objetos subastados", sus ojos se abrieron
llenos de sorpresa cuando no eran cosas, sino niños, niños parte gato, tal y
como todos aquellos que estaban correteando fuera de esa habitación. Louis
mordió su labio, observando las imágenes totalmente pornográficas de los
pequeños posando, al lado cierta cantidad de dinero junto a una breve
descripción y más abajo el botón de "Subir apuesta", en cada uno de los
niños del listado.
— ¿Qué mierda es esto? —Casi gritó con un hilo tan agudo de su voz que no
reconoció más que de susto y asco, ante la mirada preocupada de Zayn. —
Zayn, son niños, como Harry, Niall o cualquiera de los pequeños de afuera, los
están vendiendo como si fueran juguetes o muñecos, y apuestan por ellos de
manera online ¿Qué es esto?
—Ese es el verdadero trabajo de Richard y su compañero, Louis. Es para eso
para lo que continuaron con Neko Corporation, la subasta de niños nuevos y
vírgenes para entrega en cualquier parte del mundo.
Louis empujó su silla hacía atrás con sus pies, mientras pasaba sus manos por
su rostro, todo encajaba, quizás debió haber investigado todo esto mucho
antes, pero jamás pensó que la cosa se resumiera a subastas ilegales por
internet, sin un dueño en específico.
— ¿Y cómo sabes quién es el comprador? —Gruñó Louis, empezando a sentir
como todo su cuerpo temblaba ante las ideas que estaban pasando por su
cabeza. — Porque lo sabes ¿No? Internet tiene todo un sistema para
encontrar la ubicación exacta de cualquier computador, aunque el usuario de
este sea anónimo.
—Claro. —Habló Simon, encogiéndose de hombros. — Pero los compradores
son suficientemente inteligentes y millonarios como para perder su IP en la
red, o en todo caso, hacer la compra desde un lugar que no tenga nada que
ver con el verdadero lugar donde viven. Son ricos, Louis, no estúpidos, por
algo llegaron a tener los millones para entrar a esas subastas ¿Vas visto
cuánto cuestan los niños ahí? Son... La mejor inversión a largo plazo.

Louis gruñó cuando notó que él no había pensado en eso, suspiró,


inclinándose de nuevo hacía la notebook, cuando su mente voló hacía el par
de ojos verdes más hermoso de su vida y entonces, tuvo miedo, el miedo
creciendo en su cuerpo cada vez más, ni siquiera quería hacer la pregunta
pero debía hacerla al fin y al cabo.
—Busca a "Harry", así tal cual, Harry. Seguro te aparecen muchos pequeños
que se llamen así, pero a ti solo te interesa uno ¿No? Después de todo lo que
ellos necesitaban de Harry solo era una muestra de sangre por ser "especial"
luego, él es solo un jodido mutante igual que todos.
El castaño obedeció, dejándose llevar por la incertidumbre, entró a la parte
de "Buscar" en la página y colocó el nombre de su pequeño. "Se han
encontrado 30 resultados", bajó entre las fotos, subastas aún abiertas,
algunas aún terminas, niños desnudos, pequeños siendo vendidos en internet
con el nombre de "Harry" y luego Harry, su Harry estaba...
(VENDIDO EL 24 DE DICIEMBRE).
+
Cuando volvían a casa, Zayn conducía el auto mientras Louis se encontraba a
su lado, con la cabeza apoyada en el cristal de la puerta, sin decir
absolutamente nada. Todas las esperanzas se habían ido cuando encontró la
foto de su pequeño, desnudo, posando para la cámara de cualquier
desgraciado siendo vendido a sabrá Louis cuánto dinero, a algún degenerado
en el mundo, porque ahora su Harry podía estar en absolutamente cualquier
lugar del mundo.
Zayn observó los nudillos casi sangrando de su amigo, suspirando, recordó
que tuvo que alejar a Louis de Simon antes de que termine matándolo a
golpes, porque así fue, después de enterarse de todo, Louis caminó por
inercia hacía el hombre y se lanzó encima, golpeándolo sin piedad alguna,
mientras lágrimas llenas de frustración, ira y tristeza escapaban de sus ojos
ante cada golpe.
Después de unos segundos, Zayn aclaró su garganta.
—Nunca me dijiste porque el anillo en tu dedo. —Murmuró, hablando del
anillo que Louis tenía en su mano izquierda, ese anillo de plástico de color
dorado que ya había perdido todo el brillo con el pasar del tiempo, nunca se
lo sacaba, ni siquiera para darse sus respectivas duchas en las mañanas,
aunque bueno, su higiene no estaba siendo demasiado buena cuando
realmente no le importaba ser atropellado por un auto en ese mismo
momento.
—Me casé con Harry. —Susurró, sin observar a su amigo. — El mismo día que
se lo llevaron, me casé con él, le dije que estaríamos juntos para siempre, y él
me puso el anillo en ese dedo porque no cabía en los demás, es solo parte de
un pack de matrimonio que le compramos a Phoebe para la navidad del año
pasado.
—Entiendo, Lou.
Otro largo silencio se hizo presente, ninguno dijo absolutamente nada más en
el camino de regreso a la casa de la familia de Louis. Louis pensaba, pensaba
y no encontraba una respuesta de alguna forma para encontrar a Harry, solo
tenía presente en su corazón y en su mente que no podía rendirse, sin
embargo era como buscar una aguja en un pajar, Harry se encontraba
perdido en alguna parte del mundo y él estaba más que perdido sin su
pequeño niño, sin su voz, sin sus "Te amo", sin cada palabra que pudiera salir
de la boca de ese pequeñito niño gato que había crecido a su lado por tanto,
tanto tiempo.
+
Un mes después de eso, Zayn tuvo que volver a Estados Unidos para
continuar con sus estudios, él no veía a Louis bien, de hecho, nadie veía bien
a Louis. El castaño había pasado por muchas etapas de depresión en los
últimos tiempos, al final, solo optó por encerrarse en su habitación, él no
recibía la visita de absolutamente nadie y no esperaba que alguien lo visitara
tampoco. De vez en cuando revisaba la página de subastas esa, para
asegurarse de que Harry no volviera a aparecer entre las opciones, aunque
estaba seguro de muchas cosas, primero de que quien sea que tenga a Harry,
no lo devolvería, nadie podía devolver a Harry, nadie que tuviera corazón de
apreciar como su pequeño se estaba consumiendo, al fin y al cabo, ninguno
de los sujetos que pueden comprar niños subastados tiene corazón. Louis
sentía que Harry pasaba días aún más feos que los suyos, donde sea que esté;
por otro lado, si Harry aparecía de nuevo en esa cosa de las subastas, estaba
claro que ni aunque le vendiera su vida al diablo conseguiría dinero para
pagar por su bebé, jamás Harry le pertenecería con papeles, él nunca tendría
la fortuna de tenerlo entre sus manos y poder salir de la mano con Harry,
orgulloso de decir que le pertenecía completamente.
Louis observó a su pequeño hijo durmiendo en la cuna al lado de su cama,
por suerte, su madre entraba de vez en cuando a ver a Ian, aunque él se
encargaba de alimentar bien a su pequeño Ian, como por ejemplo, amaba el
ligero ronroneo que soltaba su bebé cuando tomaba la leche, o que separaba
sus labios para soltar soniditos parecidos a maullidos ¿Le costaría aprender a
hablar luego?
Se mantuvo mirando a su hijo cuando tocaron la puerta, suspiró, acercándose
a esta y abriéndola, encontrándose con su madre del otro lado, trayéndole
unas galletitas con leche en una bandeja.
—Hola, amor. —Saludó la mujer del modo más amigable posible, pero Louis
solo le dedicó una pequeña sonrisa, permitiéndole pasar mientras se sentaba
en su cama y Jay dejaba las cosas sobre la cómoda al lado de la cama,
colocándose ella después al lado de su hijo, admirando al pequeño Ian
dormido, acurrucado mientras meneaba sus orejitas cada tanto, al parecer
teniendo sueños cortos. — Está muy bonito ¿No?
—Sí. —Suspiró Louis, admirando también a su pequeño hijo. — Maulla... Su
voz es bonita.
—Lo imagino, amor.
Pasaron unos minutos en los que ninguno dibujo absolutamente nada, Louis
no tenía nada que decir y sabía que si su madre se estaba sentando a su lado,
era porque ella quería decirle algo a su hijo, solo buscaba las palabras
adecuadas, hasta que tomó la mano del castaño, soltando un largo suspiro
antes de hablar.
—Estoy muy orgullosa de ti ¿Lo sabes?
— ¿Por qué? Mamá, no puedo ni siquiera traer a casa al amor de mi vida
¿Qué hay de admirable en este desastre? —Louis podía ser sincero con su
madre, él de alguna forma, se sentía así. Observó los suaves dedos de su
mamá y
suspiró, él deseaba que otra mano esté entrelazada con la suya en ese
instante, y para el resto de su vida. — Yo le prometí que estaríamos juntos
para siempre.
—Es por eso que estoy tan orgullosa. —Lo interrumpió Jay, tirando
suavemente del brazo de su hijo para que este le preste la debida atención.
— Louis ¿Recuerdas como eras antes de Harry? Antes de que ese pequeño
toque T u puerta pidiendo un vaso de leche, tu vida no tenía sentido alguno,
no existía motivación, tenías amigos, un trabajo, casa y dinero, sin embargo
Nunca fuiste realmente feliz, y tú y yo lo sabemos. —Louis suspiró, su mamá
tenía muchísima razón. — De un día para otro ese niño con ojos esmeralda
tocó a tu puerta y tomaste una responsabilidad demasiado grande, lo amaste,
lo cuidaste y por sobre todo lo defendiste de cada cosa posible, pasaste los
días más mortificantes de tu vida y sin embargo tus deseos eran ir más y más
adelante, por ti, por él, por tu hijo. E incluso ahora... No podría estar más
orgullosa de ti, Louis.
Después de dichas palabras, Jay no tardó nada en atraer a su hijo a sus
brazos, escuchándolo romper en llanto en cuestión de segundos, mientras
dejaba que los sonidos se ahoguen en el cuello de su madre y se aferraba a la
blusa de ella, Louis se sentía como un niño pequeño, ya no podía ocultar más
esa parte de su corazón que se estaba consumiendo, su madre orgullosa de él
era algo hermoso, y todo lo que ella había dicho era cierto, pero nada podía
hacer para sentirse feliz de nuevo, su vida se estaba cayendo a pedazos cada
vez más, con el pasar de los días, y vivirlo y verlo era lo más doloroso que él
podía sentir e incluso aguantar. Terminaría muerto, él lo sabía.
Su llanto cesó cuando escuchó su celular sonar e instantáneamente lo agarró,
antes de que el tono molestara a su pequeño. Leyó el nombre de "Payno" e
iba a cortar, no tenía ganas de hablar con nadie, menos con Liam, quien no lo
había llamado en todo este tiempo, y aunque agradecía no sentir la
compasión de las personas, ahora menos que nada deseaba tener a alguien
diciéndole lo que ya sabía, o intentando comprender lo que sentía su corazón
cundo absolutamente nadie podría hacerlo nunca, porque cada corazón es
diferente, cada quien ama y sufre a su forma y él... Él ya no tenía fuerzas para
nada.
— ¿Por qué no contestas? —Escuchó la voz de su madre, suspirando mientras
el nombre de su amigo continuaba en su celular, aunque ya lo había puesto
en vibrador para evitar más del sonido molesto y que molestara a su hijo.
—No tengo ganas de hablar con nadie, de hecho.
—Vamos hijo, al menos para que sepa que estás vivo. —Jay le dio un dulce
beso en la mejilla a su niño antes de salir de la habitación, dejándolo
completamente solo, con su bebé y el celular vibrando constantemente.
Suspiró, apretando la tecla con el signo verde, acercó el auricular a su oreja.
— ¿Liam? —Esperó la voz del otro lado.
—Hey, Louis. —Liam se escuchaba demasiado alegre para su tristeza, así que
casi gruñó contra el teléfono, deseando que el castaño solo comprenda que
Louis esperaba que continuara hablando. — ¿Puedes venir a mi casa hoy? Mi
papá acaba de llegar de viaje y los invitó a Zayn y a ti, sé que Zayn no está en
el país, pero tú sí.
—La verdad, Liam, no creo estar de humor.
—Venga, Louis, te extraño mucho.
—Liam, en serio. —Suspiró el castaño, tumbándose en su cama. — No sé si
Zayn te haya contado, pero no me encuentro en mi mejor estado en este
momento.
—Sí, me ha contado. —Louis escuchó unas voces de fondo en el celular,
suponiendo que se trataba de los padres de Liam. — De verdad que deberías
venir, vamos, son pocas las veces que mi papá está en la ciudad.
Y a pesar de su mal ánimo, Louis se cuestionó si podía al menos salir una vez
de casa, miró a su hijito durmiendo, quizás, solo quizás, despejarse un poco
de esas cuatro paredes le serviría para organizar sus ideas y que se le ocurra
una mejor forma de conseguir encontrar a Harry, porque en este punto, solo
había pensado en vender su alma, pero para conseguir viajar por todo el
mundo, casa por casa, preguntando si sabían de un pequeño minino hermoso
de ojos verdes, que respondía al nombre de Harry y era el amor de su vida.
—De acuerdo, voy para allá.
Cortó la llamada antes de escuchar la respuesta de su amigo, levantándose de
la cama, bajando las escaleras para pedirle a Jay que cuide a Ian, ignorando la
emoción de su madre cuando le dijo que iba a salir a tomar aire, a la casa de
Liam.
Caminó tranquilamente por las frías calles de Londres, se había puesto su
chaqueta color gris con la frase "British Rogue", ni siquiera se tomó la
molestia de colocarse una remera decente debajo de esta, y sus pantalones
de buzo algo ajustados a su cuerpo. Soltó aliento sobre sus manos,
calentándolas cuando tocó un par de veces la puerta de la casa de Liam, la
conocía de memoria, toda su vida con Zayn y Liam, habían pasado por
muchas cosas en ese lugar.
Liam abrió la puerta apenas unos segundos después, sorprendiendo a Louis
cuando lo abrazó fuerte, y él correspondió al abrazo, aunque más como
cortesía que porque realmente tuviera ganas de recibir o darle un abrazo a
algún ser vivo. Entró a la casa, quitándose la gorra de la polera, observando el
lugar completamente vacío, arqueando una ceja.
— ¿Qué es esto? ¿Y tus papás?
—Salieron al cine, ya sabes, tiempo de pareja. —Liam encogió los hombros,
caminando hasta dentro, mientras Louis continuaba mirándolo con la
indignación en su rostro.
— ¿Entonces que mierda hago aquí? —Gruñó, con ese tan no lindo humor
que lo caracterizaba desde la partida de Harry.
—Bueno, siempre te dije que lamentaba haber metido la pata hace unos
meses al no saber cuidar a Harry, o no te lo dije, pero lo pensé, y me prometí
que algún día mejoraría eso, así que tengo algo para ti.
Liam se tomó su tiempo para caminar hacía la habitación más cercana al
living, abriendo la puerta con cuidado y con lentitud, se metió en el cuarto
para luego salir tomado de la mano con alguien.
Un par de orejas felpudas quedando casi escondidas entre una mata de rizos,
unos preciosos ojos verdes y una boquita tan roja en un pequeño de no más
de quince años. Los ojos de Louis y su corazón no pudieron con tanto cuando
frente a él apareció, entregándoselo Liam, el amor de su vida. Harry vio a
Louis y la conexión que existió en aquel momento fue algo que simplemente,
absolutamente nadie puede describir.

— ¡Lou!
El encantador grito felino de Harry llegó a sus oídos y el corazón de Louis se
encogió de felicidad, mientras se curaba, pedazo a pedazo se restauraba en lo
que sus brazos rodeaban el delgado cuerpo de su niño, su pequeño, su
esposo, Harry estaba entre sus brazos y ambos no hacían más que llorar,
dejar que las lágrimas expresen lo que sus palabras no podían.
—Hazz. Oh mierda, mi amor, no puedo... No puedo creerlo, tú... Aquí... Harry.
—Las manos de Louis pasaban repetidas veces por el dulce rostro de su niño,
acariciándolo, comprobando que era real, que no estaba viviendo el más
inimaginable sueño, tenía a Harry con él, entre sus brazos, era su Harry.
—Te amo, Lou. —Fue lo único que dijo el minino, con una sonrisa que
marcaba los preciosos hoyuelos de sus mejillas
Ninguna espera valió tanto la pena. Ningún amor fue tan puro y verdadero
como el de ese chico que adoptó a un pequeño infante mitad gato que tocó la
puerta de tu casa un día cualquiera, pidiendo un vaso de leche.
EXTRA
— ¿Aló?
— ¿Hola, Louis? ¡Hey, amigo! Soy Zayn ¿Cómo estás?
—Oh, uhm... Bien, sí.
—Verga, hombre, pero que ánimos son esos, Liam me contó lo que ocurrió,
no puedo creer que el padre de Liam se haya dado la página esa para que
elija al niño que quería de regalo para su cumpleaños. ¿Cómo Liam pudo
esconder tanto tiempo que había visto a Harry ahí? —Zayn tardó unos
segundos en continuar
hablando cuando notó que Louis no le respondía, quizás estaba ocupado. —
Aunque... Bueno, tiene sentido que no haya querido despertarte falsas
esperanzas hasta asegurarse que tendría a Harry consigo pero... Es algo
realmente loco ¿No? Cosa de suerte. ¿Te imaginas al padre de Liam? Debe de
estar cabreadísimo con su hijo encaprichado con que compre Harry solo para
regalártelo.
—Mierda, sí...
—Louis ¿Estás bien?
—Sí, sí, excelente... ¿Cómo está uhm, Niall? —Zayn escuchó un "Looou" de
fondo y entonces todo se acomodó en su cabeza, cubriéndose la boca para
no soltar un grito, suspiró contra el teléfono.
— ¿Te lo estás montando, verdad? —Zayn ¿Me crees capaz de...? (¡Ah, Lou!)
—Te llamo luego... Niall me habla.
—Buena cogida, Zaynie.
Una vez Louis cortó la llamada, observó el ceño fruncido de su pequeño, pero
solo capturó sus labios en un profundo beso, mientras cambiaba las
posiciones sobre la
cama, acostando a Harry y empezaba con las penetraciones más rápidas,
profundas, tomando el pequeño miembro del minino para masturbarlo,
mientras Harry se deshacía en gemidos bajo su cuerpo, arañando
profundamente la espalda de Louis
—Ah... Lou... ¡Lou!
Harry se derramó sobre su pecho y el de Louis, mientras el mayor le daba las
últimas embestidas antes de correrse en su interior, empujándose contra el
pequeño culo de su esposo, llenándolo completamente de su esencia. Oh sí,
Harry y él iban a tener muchos, muchísimos bebés más.
Louis salió con mucho cuidado del pequeño cuerpo de su minino,
escuchándolo maullar a modo de queja, mientras Harry meneaba sus orejitas
y se acurrucaba más contra el pecho de Louis, siendo atraído por este,
acomodándose entre sus brazos. Se habían mudado, ahora sí,
definitivamente a la casa de playa, junto con Ian, claro, el mismo pequeño
que dormía en la habitación de al lado en ese segundo.

El castaño admiró con detalle el anillo en el delicado dedo de su minino,


besándole la palma de la mano, observando los preciosos ojos de Harry
admirándolo, antes de atrapar sus labios en un dulce y profundo beso,
ronroneando a la par que el gatito, Louis no era un felino, pero podía hacerlo,
no era tan difícil y le causaba risitas a su niño, risitas que nunca pasaría por
alto o las escucharía cuantas veces pudiera.
Dicen que cuando una persona está destinada a estar con otra, no importa si
la vida se encarga de separarlos, o si alguno es mitad gato y no sabe hablar,
no, lo único que importa es que tarde o temprano el destino mueve sus
cartas y se encarga de unir dos corazones que estuvieron hechos para ser
uno, desde siempre, en esta vida, en la anterior, en la próxima y seguramente
en muchas más.

EPILOGO
TRES AÑOS DESPUÉS.
— ¡Lou! ¡Lou! ¡Lou!
—Mmm.
Solté un ligero gemido de disgusto cuando escuché esa hermosa, ronca pero
en este momento fastidiosa voz llamándome. Recordaba haber cerrado los
ojos hace menos de cinco minutos y ya me despertaban como si fuera de
mañana, merecía descansar al menos hasta el año tres mil cinco o yo que sé,
alguno por ahí.
— ¡Looooou!
—Ya, ya, estoy despierto, mira. —Sonreí aún con los ojos cerrados, sabiendo
muy bien que él se encontraba mirándome, como si buscara alguna señal en
mi rostro que confirmara mis palabras.
—No despierto.
— ¿Sabes, Harry? Extraño cuando no podías hablar y te dormías en mi pecho
hasta las doce del mediodía ¿No quieres volver a esos días, bebé?
Reí apenas escuché un ligero gruñido por su parte, luego como la cama se
movía, así que abrí mis ojos tan rápidamente como pude cuando lo vi
levantarse de esta, meneando su larga cola de lado a lado, removiendo cada
uno de sus rizos perfectamente despeinados.
Desapareció al doblar fuera de la habitación y solté un suspiro, sentándome
al fin en mi cama, estirando mis músculos para admirar como los cálidos
rayos del sol dejaban en claro que no había dormido tan poco como me
imaginaba, quizás era el medio día o algo más.
No tuve que esperar ni cinco minutos cuando Harry volvió a entrar a la
habitación, él no había cambiado nada, absolutamente nada. Mi pequeño
continuaba igual de adorable que siempre, con esa sonrisa deslumbrante que
dejaba admirar sus preciosos hoyuelos y las orejitas felpudas moviéndose
ante cualquier corriente. Sus ojos esmeraldas brillaban y por si alguna vez
tuve miedo de que sucediera, no, aún sigo siendo unos cuantos centímetros
más grande que él, para la suerte de mi hombría y orgullo.
La única diferencia de antes a ahora, es que esta vez Harry cargaba a un
precioso pequeño en sus brazos, Ian estiró sus manos hacía mí, moviendo sus
casi rubias orejas mientras se intentaba lanzar desde los brazos de su papá a
la cama. Harry no lo permitió hasta que estuvo lo suficientemente cerca y
entonces recibí gustoso a nuestro pequeño de ojos claros. Ian se me acercó
hasta que rozamos nuestras narices como saludo y después de menear su
larga cola, se frotó contra mi pecho, abrazándome con todas las fuerzas que
poseían sus pequeños bracitos.
— ¡Papá Lou! —Dijo con un muy alegre tono, comprendí mejor el plan de
Harry al traer a nuestro hijo, él siempre lograba despertarnos, no es por
presumir pero tiene baterías incorporadas y son interminables, no dudaba
que Ian se corriera todo el largo de la playa y aún deseara jugar a las luchas
conmigo.
— ¿Dormiste bien, campeón?
—Nop. —Me respondió casi al instante, haciendo un gesto lleno de disgusto.
— Ruido. —La forma como Ian no sabía pronunciar la "erre" y que la
nombrara como una "ere" era también muy tierna, aunque debía admitir que
de no ser por eso, hasta diría que podía hablar mejor que su padre.
— ¿Ruido? ¿Fue mi culpa, entonces?
—Síp.
La sonrisa orgullosa en el rostro de mi hijo me hizo sentir más que feliz,
escuché atentamente como me contaba o se quejaba sobre su falta de sueño
mientras Harry se acercaba y me permitía robarle un largo beso, dejando que
Ian nos llame la atención con el pasar de los segundos, era normal, él odiaba
cuando lo ignorábamos.
Hablando un poco de lo que sucedió en estos tres años, la vida nos ha tratado
convenientemente bien desde que Liam me entregó a Harry aquel día. Harry
y yo, ya teniendo los papeles necesarios y con la plena seguridad de que
Richard y su compañero estaban fuera de esto, volvimos a la casa de playa
para iniciar nuestra vida familiar por nuestro lado. Ya llevamos tres años aquí
y todo ha salido más que perfecto.
En cuanto a cómo nos mantenemos, debo decir que Liam tuvo muchísimo
que ver en esto. Un par de meses después de lo sucedido, Zayn volvió a
visitarnos por una semana, nos juntamos los tres mientras Niall se quedaba
con Harry e Ian. Resulta que Liam deseaba hacer su propia empresa por su
lado, independizarse para no ser toda su vida solo reconocido como hijo del
dueño de una famosa constructora, así que después de mucho hablarlo, Zayn
nos dio la idea de hacer una empresa publicitaria tanto para Inglaterra como
para Estados Unidos, ahora que podíamos cubrir ambos países, o sus
capitales, mejor dicho. El dinero de inversión lo teníamos y Liam podía
cumplir con hacer los viajes necesarios, mientras Zayn y yo en nuestra mayor
parte, nos enfocábamos en el trabajo desde casa, puesto que ahora las
normas, medidas, requisitos, especificaciones y todo lo necesario era enviado
completamente digital.
Debo decir que al comienzo no tenía idea de cómo hacer trabajos
publicitarios, pero después de un par de largos meses pasando horas y horas
en clases en línea, todo se volvió muy entretenido. Este trabajo me permite
liberar mi creatividad y ganar por eso, además de lo principal, no tenía que
salir de casa para nada que no fuera pasear con Harry y hacer las compras.
Un año después, los tres concordamos con que fue una buena inversión, a la
empresa le iba bien y yo me sentía muy orgulloso de encontrarme con mis
diseños en distintos anuncios de las calles, e incluso Zayn colaboraba
muchísimo con lo que era edición de comerciales o de publicidades a marcas
en hologramas o vídeos. Liam era el que más viajaba y el que administraba
del dinero, en realidad no soy de preocuparme poR eso, así que mientras él
me pague lo suficiente para mantener a mi familia, todo continuaría yendo
perfecto.
Harry también cambió un poco en estos años, aunque nada físicamente,
como ya lo dije antes, solo creció poquito, MUY poquito. Él se arriesgó a
aprender a hablar gracias a las insistencias de Niall cuando le llamaba por
teléfono a larga distancia y apenas entendía los maullidos de mi bebé; luego
de mucho, mucho insistir, Harry se aventuró al mundo de las palabras y ahora
puedo decir que le va bastante bien, su voz es mucho más grave de lo que
imaginé, aunque igual es lenta y me transmite una paz sorprendente. A veces
se confunde en los verbos, pero al menos le sigue ganando a Ian porque él sí
sabe pronunciar la erre.
A veces Harry y yo visitamos a Agustín y a George, además de los otros
pequeños en el ex refugio de Simon. Digo ex porque él abandonó ese lugar
casi a los nueve o diez meses después de lo sucedido, justo al mismo tiempo
que Anne aceptó sus disculpas por ser un idiota repulsivo y volvió a trabajar.
Resulta que tanto legal como moralmente, Simon le entregó el lugar
completo a Anne. Gemma, Harry y yo tuvimos que insistirle mucho para que
lo acepte, para nuestra suerte lo hizo, porque jamás había visto a esa mujer
más motivada que ahora, ayudando a pequeños con problemas.
Liam, Zayn y yo estuvimos de acuerdo con, mensualmente, pasarle una buena
suma de dinero a Anne, de forma anónima, conociéndola es capaz de
insistirme para que como mínimo, baje la cantidad y realmente todos
sabemos que ella lo necesita, no hay muchas personas que donen para los
híbridos. Actualmente Liam se encuentra ayudándola para hacer los trámites
legales necesarios y reconocer su organización de ayuda como una oficial que
le brinde apoyo y hogar a cualquier pequeño niño-gato que se encuentre en
apuros o sufra de algún caso de violencia.
Además de ello, hacía falta un nombre, y para mí fue una gran sorpresa
enterarme que Anne deseó llamarle Neko Corporation, como la organización
causante de todo esto. Si lo pensamos un poco, es algo loca la idea, pero
también muy motivante, así que apenas el nuevo nombre esté registrado,
Neko Corporation pasaría de ser una empresa creadora de juguetes sexuales
y niños con partes felinas, a ser una empresa de ayuda para esos mismos
niños con partes felinas.
Creo que eso es todo, Zayn y Niall no tienen mucho que reportar,
actualmente descubrimos que con Zayn ya estando en un mejor estado
monetario, Niall es un chico que ama ser engreído, sobre todo comprándole
una cantidad interminable de juguetes. La última vez que hablé con ellos, que
fue hace dos días, Niall le presumía a Harry su nueva colección de trenes a
batería, de los coleccionables que salieron en el año 2015.
Harry y yo no nos podemos casar hasta que él no tenga legalmente dieciocho
años, ya habiéndolo registrado con apellido y todo, se podría decir que
actualmente Harry es padre teniendo apenas diecisiete años. Él cumplirá 18
muy pronto, el primero de febrero según la fecha de cumpleaños que le
establecimos. Así que si todo sale bien, en menos de seis meses, tomando en
cuenta los preparativos y todo de lo que mi mamá se encargaría porque yo no
sé ni una mierda, podría bien estar legalmente casado con Harry.
Creo que es todo, a menos que se me esté olvidando un detalle importante.
— ¡Lou!
Escuché el grito de mi Harry y segundos después un potente y agudo llanto
resonando por toda la casa. Intenté abandonar el mar de pensamientos y
recuerdos en el que me había hundido y solté un largo suspiro mientras
bajaba a Ian de la cama y este salía corriendo de la habitación, en otras
circunstancias seguro me hubiera metido a la ducha con mi novio y jugado un
momento con él pero... Bueno, la razón de mi insomnio me llamaba.
Caminé a paso rápido hasta unas tres habitaciones al lado y sonreí al ver ya a
Ian a los pies de la cuna, señalándome hacía dentro de esta, para luego ir y
subirse casi trepándose por el lado de su cama, sentarse al borde con sus pies
al aire y esperarme ahí, mientras yo sacaba a su pequeña hermanita de la
cuna y la mecía suavemente, hasta que Diana se calmó y abrió sus ahora
húmedos ojitos, removiendo las pequeñas orejitas en su cabeza.
Oh, claro, quizás se me olvidó comentar que Harry y yo tuvimos otra pequeña
hija hace más o menos seis meses; chiquita, de tez clara, ojos verdes y cabello
rizado, la viva imagen de mi ángel, además de sus cabellitos ondulados en la
parte inferior, como un Harry pequeño en versión femenina y con pañales y
vestidos.
— ¿Qué pasa, Diana? ¿Ya tienes hambre de nuevo? —Mi preciosa hija pasó
su pequeña manito por su rostro, removiéndose hasta que me senté al lado
de Ian y la acomodé sobre mis muslos, ambos la miramos enamorados,
porque sabía muy bien que Ian caía encantado con ella, él la amaba
muchísimo y también desarrolló un gran sentido protector hacía Diana, uno
completamente adorable considerando que él apenas estaba empezando los
tres añitos.
—Lou siempre tiene hambre.
Escuché la voz ronca de mi Harry y al levantar la cabeza sonreí, admirándolo
parado en el marco de la puerta, ya estaba bañado y vestido, además de que
traía la mamadera para Diana, ni siquiera noté cuanto tiempo pasamos Ian y
yo simplemente haciéndole muecas a nuestra bebé.
—Si es hambre de ti, por supuesto.
— ¡Louis!
Solté una carcajada cuando noté como el bonito color rojizo se le subía a las
mejillas, y al verme reír, Ian hizo lo mismo, removiendo sus pies mientras me
observaba y se aseguraba de que el chiste continuara, entonces sus risas
también lo hacían, como un efecto espejo.
Harry se sentó a mi lado y le entregué con sumo cuidado a nuestra pequeña,
ella estiró sus manitos y meneó sus orejitas, emocionada al observar los rizos
de su padre, siempre hacía eso, le gustaba intentar tocárselos e incluso en
ocasiones había logrado jalárselos, cerrando su manito con fuerza, sin
soltarlos.
—Siempre quiere mi cabello. —Harry hizo un puchero. Puchero que besé y
mordí sin cohibición, nuestros dos hijos ya estaban acostumbrados a nuestras
muestras de amor, además, siendo completamente sincero, jamás podría
sobrevivir sin besar los gruesos pero finos labios de mi minino.
—Es que es hermoso ¿Puedo morderlo yo? —Dije.
—No.
Rocé mi nariz con la de Harry antes de que él empiece a alimentar a Diana e
Ian gatee por la cama hasta llegar al otro lado de su padre, le gustaba admirar
como su hermanita entrecerraba los ojos y se relajaba con el sabor del cálido
líquido.
— ¿Qué quieres que hagamos hoy, Haz?
— ¿No trabajo?
—No, por suerte. —Relajé mis hombros, los últimos días había estado
demasiado estresado con la entrega de un proyecto, encima con Diana
despertándose en la madrugada, se supone que Harry y yo compartíamos ese
tiempo para ir una vez yo y otra él, pero últimamente mi bebé andaba con
mucho más sueño que antes.
—Mmm... Hagamos un... Ahmm... —Esperé tranquilamente a que Harry
encuentro la palabra, aún le era algo difícil y no me molestaba, su carita llena
de confusión y ese ceño fruncido que ponía al no poder recordar, era un
rostro digno de ver por horas de horas. — ¿Playa?

— ¿Quieres que vayamos a la playa? ¿De nuevo?


—Vivimos en la playa. —Hizo un puchero otra vez. Lo mordí, sin dudarlo.
—Entonces vamos a la playa.
—No agua.
—Ya sé, nada de agua, amor, solo en la arena.
La suave y larga cola de Harry pasó a acariciar mi piel por debajo de mi
remera, sonreí, arqueando una ceja ante su clara provocación, él sabía muy
bien lo nervioso que era en mi columna y se lo estaba buscando, además su
hermosa sonrisa lo delataba.
—Oh no. —Reí, negando con la cabeza. — Solo espera que Ian tome su siesta
y Diana duerma al menos por treinta minutos, es más que suficiente para
acabar con usted, amado minino mío.
—Tuyo.
Sin aguantarlo más, besé sus tiernos labios mientras Ian se levantaba de la
cama para buscar su pelota para nuestra salida a la playa, él amaba corretear
su pelota de fútbol, me prometí ver cómo hacer para construirle un pequeño
campo al menos para que se entretenga, considerando que estábamos
rodeados de arena; pero lo valía, la sonrisa que una de mis razones de vivir,
valía hasta que entregue mi vida por él.
Como dije, todo encajó exactamente donde debía después del accidente, y de
la tensa situación que me tocó vivir cuando conocí al amor de mi vida.
Aunque si me preguntan, definitivamente no cambiaría por nada cada paso
que di, si sé que al final terminaré como ahora, teniéndolo en mis brazos,
devorando sus labios, siendo el único dueño de él, tal cual a él le pertenece
mi vida.
Ian y Diana son mis hijos legalmente, así que nadie puede tocarlos aunque
sean los únicos niños híbridos existentes hasta el momento, eso en cuando a
lo legal, pero igual no los llevamos mucho a la ciudad a menos que sea para
visitar a mi madre o a los pequeños del refugio, incluso en las compras, ellos
esperan en el auto.
Tengo una familia muy diferente, pero lo diferente es raro, y lo raro es
hermoso.
No se lo he contado a Harry, porque ni yo logro entenderlo aún, pero hay
noches en las que tengo sueños muy cálidos, sueños donde nos veo a ambos,
a él y a mí tomados de la mano, o encontrándonos después de muchísimo
tiempo. Siempre, cuando despierto después de alguno de esos fragmentos
que no he vivido, tomo la mano de mi bebé y observo el anillo de plástico en
ella, solo así me confirmo que absolutamente todo lo que hemos pasado es
100% real, que no importa cada adversidad que enfrentamos juntos, al final
el destino logró juntarnos de nuevo.
—Uhm... Lou...
— ¿Qué pasa, amor?
— ¿Cómo se dice cuando... Todo da vueltas y la cabeza da vueltas?
—Mareos, Harry.
— Yo hoy tuve mareos en el baño.
¿Qué?.

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