PRÍNCIPE Y MECENAS

LORENZO
DE MÉDICIS
Sin ser un rey, Lorenzo de Médicis supo hacer de Florencia
la corte más brillante de Europa en el siglo XV. Gracias a su
mecenazgo, poetas, pintores, escultores y arquitectos
llevaron las artes del Renacimiento a su cumbre

JOSEP PALAU
DOCTOR EN HISTORIA

ocos hombres consiguen cumplir los sueños de su

generación. El florentino Lorenzo de Médicis (1449-
1492) fue uno de ellos. Llamado «el Magnífico» por
sus contemporáneos, completó en su propia persona el ideal
del hombre del Renacimiento. Astuto diplomático y prínci-
pe de Florencia, supo aprovechar hábilmente el poder para
alcanzar sus ambiciones políticas. Poeta, filósofo y mecenas
reconocido, Lorenzo cultivó desde joven el arte de la palabra
con maestría y propició con su mecenazgo el lanzamiento al
estrellato de algunos de los más grandes artistas de su tiempo.
Joven dulce y refinado, de tez blanca y mirada astuta, con
buen porte y talle, elegantemente vestido a lomos de un ca-
ballo blanco: así dibujó el pintor Benozzo Gozzoli a un joven
Lorenzo en un espléndido fresco de la capilla de los Magos
del palacio Medici-Riccardi, la residencia de la familia en su
 LORENZO DE MÉDICIS
Un pensativo Lorenzo el Magnífco
aparece representado en este retrato
realizado por Bronzino entre 1565 y
1569. Galería de los Uffzi, Florencia.
SCALA, FIRENZE

LA CAPITAL DEL
RENACIMIENTO
Bajo el gobierno de
los Médicis, Florencia
alcanzó un enorme
esplendor artístico y
cultural. En la imagen,
una panorámica de la
ciudad con el palacio
de la Señoría en el
centro y la catedral de
Santa María del Fiore
a la derecha.
C R O N O LO G Í A
PRÍNCIPE,
POLÍTICO Y
MECENAS
PEDRO DE MÉDICIS, PADRE DE LORENZO, POR BRONZINO. GALERÍA NACIONAL, LONDRES.
ciudad, Florencia. La obra representa la comi-
tiva de los tres reyes magos. Gozzoli utilizó
este tema como pretexto para encarnar en el
papel de reyes al patriarca de la familia, Cos-
me de Médicis, a su primogénito Pedro y al
nieto preferido de Cosme: Lorenzo, llamado
a continuar la grandeza del linaje.
La educación de un príncipe
Lorenzo vivió desde su más tierna infan-
cia rodeado de cultura y esplendor.
La gran fortuna familiar, amasada por
su abuelo Cosme en las mesas de
cambio de media Europa, no só-
1449
Nace Lorenzo de Médicis
en Florencia, hijo primogénito
de Pedro de Médicis,
señor de Florencia, y de la
poetisa Lucrecia Tornabuoni.
Durante su infancia recibe
una esmerada educación.
S
lo abrió a los Médicis los resortes del poder
en la ciudad florentina, sino que también les
permitió convertirse en afamados coleccio-
nistas y extraordinarios mecenas. Cosme de
Médicis tuvo bajo su protección a numerosos
artistas, como Fra Angelico, Donatello o Paolo
Uccello, al tiempo que cultivó la amistad y
compañía de humanistas de la talla de Niccolò
Niccoli, Poggio Bracciolini o Marsilio Ficino.
A este último, Cosme le encargó en 1459 la
fundación, en la villa medicea de Careggi, de
una academia a imagen y semejanza de
la antigua Academia de Platón en
Atenas. Florencia se convirtió en el
1469
Muere a los 53 años
Pedro de Médicis, hijo de
SCALA, FIRENZE
Cosme de Médicis, el artífce del
encumbramiento de la familia.
Deja a sus hijos Lorenzo y Juliano
una próspera banca y el poder
en las instituciones forentinas.
SYLVAIN SONNET / GETTY IMAGES

SYLVAIN SONNET / GETTY IMAGES

más importante cenáculo de artistas, filólogos
e intelectuales del humanismo italiano, y el
joven Lorenzo no desaprovechó este legado.
Bajo el pupilaje de su estimado preceptor,
Gentile Becchi, Lorenzo recibió una educación
humanística que encauzó sus habilidades e
intereses. Siguiendo los preceptos de los «estu-
dios de humanidad» típicos del Renacimiento,
el joven Lorenzo se adentró en el estudio de
los clásicos, de la retórica y de la dialéctica, así
como en las enseñanzas de la historia y de la
filosofía. Completaron su formación cortesana
lecciones de baile y de música. En esta última
disciplina lo adiestró Antonio Squarcialupi,
organista de Santa María del Fiore y uno de LORENZO, DUEÑO
los músicos más reconocidos de su tiempo, DE FLORENCIA
que consiguió desarrollar en el joven Médicis La moneda que se
reproduce bajo
el gusto por distintos instrumentos –espe- estas líneas
cialmente el laúd, que tocaba con soltura– conmemora el
e incluso por el canto, aunque su voz dema- aplastamiento de la
siado ronca no era precisamente la más ade- revuelta de los Pazzi,
en la que murió el
cuada para esta disciplina, como reconocían
hermano pequeño
los contemporáneos. El estudio de las be- de Lorenzo, Juliano.
llas artes no impidió a Lorenzo disfrutar de Museo del Bargello,
los placeres que le deparaba la ciudad, como los Florencia.
bailes de Carnaval o los torneos caballerescos,
que eran particularmente de su agrado y en los
que participó victorioso en más de una ocasión.

1478 1480 1492

Juliano, hermano menor de Lorenzo estrecha su control Muere Lorenzo, apodado
Lorenzo, cae asesinado en sobre Florencia e instituye el el Magnífco, a quien
la catedral de Santa María Consejo de los Setenta, el el dominico Savonarola
del Fiore en el curso de una máximo órgano de gobierno, critica ferozmente.
conjura tramada por miembros compuesto por miembros del En 1494, los franceses
de la familia Pazzi, enemigos círculo más íntimo de la expulsan de Florencia
acérrimos de los Médicis. familia Médicis. a Pedro, su heredero.
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 CANTOS DE CARNAVAL

LA CONSIGNA:
GOZAR DE LA VIDA

O
ué hermosa la juventud, / que se escapa, sin
embargo! / Quien quiera ser feliz, lo sea: / de
mañana no hay certeza». Escrito poco antes
de su muerte, en 1490, así empieza Lorenzo
de Médicis su Canzona di Bacco, expresión del hedonis-
mo que empapaba la vida florentina durante el Carnaval.
«Todos abran bien las orejas, / del mañana nadie se cuide,
/ sean hoy, viejos y jóvenes, humor de Lorenzo también
/ alegres todos, mujeres y aparece en otras obras suyas,
hombres», seguía diciendo como el Simposio, en el que
esta pieza que quedó incluida presenta a sus amigos vol-
en la colección de canciones viendo a la ciudad después de
de Carnaval de Lorenzo, Canti pasar un día en el campo, en
carnascialeschi. Estas compo- plena vendimia, más que
siciones, llenas de dobles sen- entonados por el vino. Uno
tidos sexuales, eran poemas de ellos, Piovanno Arlotto,
para ser declamados durante pretende recobrar la sed, para
las fiestas del Carnaval por lo cual se ha puesto un collar
grupos de enmascarados que de cecina, un arenque, un
los dirigían a sus amadas, o a aro de queso, una salchicha
cualquier joven dama que les y cuatro anchoas «que se
saliera al paso. El sentido del cocían con el sudor».

DEA / SCALA, FIRENZE

LORENZO, Asimismo, desde muy temprana edad culti- del amor cortés en la que el rudo campesino
EL POETA vó con maestría la literatura en italiano, o más Vallera busca infructuosamente los favores
Al fnal de su vida, bien en toscano, pues el dialecto florentino, de la dulce pastorcilla Nencia. Eran obras de
Lorenzo compuso
obras de inspiración afinado por autores de la talla de Dante o Pre- tono desenfadado y de erotismo a flor de piel.
clásica, como la tarca, se convirtió durante el Renacimiento Il Giacoppo, en concreto, contaba una historia
égloga Apolo y en modelo de la lengua literaria en toda Italia. burlesca de amores licenciosos escrita al es-
Pan. El manuscrito En 1465, a los quince años, un Lorenzo clara- tilo de los versos vulgares del poeta florenti-
original (arriba)
mente inspirado en Petrarca ya había escrito no Luigi Pulci. Éste, entonces protegido de la
está bellamente
decorado. Biblioteca su primera obra poética en lengua vernácula: madre de Lorenzo, Lucrecia, ejerció una enor-
Laurenciana, Corinto, un conjunto de rimas sobre el amor me influencia sobre el joven, que no tardó en
Florencia. platónico del pastor Corinto por la ninfa Ga- incorporarlo a su fiel círculo de amigos.
latea. De esta época también datan sus pri-
meras novelas cortas –La Ginevra (1468) e Il Florencia, nueva Atenas
Giacoppo (1469)– y su mejor obra en verso, La También desde muy joven, Lorenzo compuso
Nencia da Barberino (1468), una divertida sátira sonetos y canciones al estilo de su admirado
Petrarca, elección que no era demasiado ha-
bitual entre los poetas de su tiempo. Como
Petrarca, que cantó a Laura, también Lorenzo
tuvo una amada ideal: Lucrecia Donati, dama
A la manera de Petrarca, Lorenzo vivió de excepcional belleza a la que cortejó tanto
un amor cortés con la bella Lucrecia en sus poesías como en las numerosas fiestas
Donati, a la que dedicó muchos poemas y bailes que organizaba, pese a que ella estaba
casada y él muy pronto contraería un enlace
de conveniencia con Clarisa Orsini, una noble

romana. Al parecer, este amor no pasó de lo cor-
tés, a diferencia de sus múltiples devaneos
con cortesanas florentinas, que le valieron las
censuras de su preceptor y de muchos otros.
El joven y precoz Lorenzo también participó
tempranamente en los debates filosóficos y
literarios de los académicos en Villa Careggi.
El contexto cultural era propicio. En 1453,
cuando Lorenzo contaba cuatro años, los tur-
cos conquistaron Constantinopla, la capital del
Imperio bizantino. Este hecho convirtió los
territorios italianos en un hervidero inte-
lectual. Estudiosos bizantinos exiliados en
la bella y rica Florencia, como el filósofo
Georgios Gemistos, trajeron consigo sus
amplios conocimientos, lo que permitió
la consulta y estudio de las fuentes grie-
gas originales. Bajo el mecenazgo de los
Médicis y la influencia de Gemistos,
Marsilio Ficino tradujo al latín la obra
entera de Platón y de otros filósofos
griegos posteriores, como Plotino,
Porfirio o Proclo. Todo ello convirtió
la nueva Academia de Florencia en
PATIO INTERIOR DEL PALACIO MEDICI-RICCARDI, EN FLORENCIA,
RESIDENCIA DE LA FAMILIA MÉDICIS EN LA CIUDAD.
OTTO STADLER / FOTOTECA 9X12
POETAS Y cuna moderna del neoplatonismo, esto es, en
FILÓSOFOS heredera filosófica de Platón y de las inter-
EN LA CORTE
pretaciones posteriores que de él hicieron
Lorenzo de
Médicis protegió a Plotino y su escuela de seguidores.
grandes fguras del Así pues, en Villa Careggi, Lorenzo coinci-
humanismo como dió con figuras de la talla del filósofo Pico della
Marsilio Ficino, Pico Mirandola, del polifacético humanista Leon
della Mirandola y Battista Alberti o del poeta Angelo Poliziano,
Angelo Poliziano,
abajo en un fresco a quien acogió en su casa y convirtió en su
de la iglesia de secretario personal, y luego en preceptor de
San Ambrosio. su primogénito. Rodeado de estímulos y ávido
SCALA, FIRENZE
de conocimiento, el Magnífico no dudaba en
entablar discusiones con todos ellos. Éste
es el caso de las controversias filosóficas
con el propio Ficino, que tanto influyeron
en su gusto artístico. El ascendente del
filósofo sobre Lorenzo es notorio en
alguna de las obras que éste escribió,
como De summo bono (1473), en la
que se reproduce una discusión
entre ambos sobre el peso de la
razón y de la voluntad en la con-
secución del bien absoluto. El
influjo de Ficino sobre el joven
Historia de Furio Camilo. Esta escena decora un panel de madera, realizado hacia
1465, que se cree que formó parte de un cofre de bodas. Quizá se inspiraba en hechos
contemporáneos de Florencia, pues se sabe que bajo Lorenzo el Magnífico se hizo en
Florencia un desfile que recreaba un triunfo de Paulo Emilio, y a principios del siglo XVI se
celebró otro protagonizado justamente por Furio Camilo. Museo de Bellas Artes, Tours.

Médicis llegó incluso a repercutir en las pri-
meras decisiones políticas y personales que
tomó, como la expulsión de Florencia de su
antiguo amigo el poeta Luigi Pulci, a quien
Ficino consideraba un licencioso perturbador
de la moral pública.
El ascenso al poder
La muerte de su padre Pedro de Médicis, en
diciembre de 1469, trastocó repentinamen-
te la vida hasta entonces despreocupada del
joven heredero. Con apenas veinte años, tuvo
que ponerse al frente de los Médicis y pro-
PATRONO «¡Viva el pueblo!», pues los Médicis siempre
Y MÚSICO se habían presentado como protectores de las
Se sabe que clases bajas de la ciudad. Sus rivales fueron
Lorenzo de Médicis
condenados al exilio, aunque su amenaza no
tocaba varios
instrumentos, desaparecería en ningún momento.
entre ellos el Lorenzo buscó primero el consejo de los que
laúd. Abajo, laúd lo rodeaban, como Ficino, pero rápidamente
del siglo XVI. demostró su valía como gobernante y aprendió
Museo del castillo
Sforzesco, Milán. a dominar las riendas del poder por él mismo.
En más de una ocasión consiguió escapar de
las conjuras que organizaron sus enemigos y
supo aprovechar el giro de los acontecimien-
tos para su propia causa, aplicando guante de
NZE

teger los intereses y posición de su familia, seda o puño de hierro. En 1478, por ejemplo,
ALA , FIRE

que tenía no pocos enemigos entre la no- Lorenzo consiguió convencer de un modo es-
DEA / SC

bleza de Florencia. Éstos incluso intentaron
impedir la sucesión de Lorenzo con el pre-
texto de que había que restablecer la libertad
de la República. Pero los partidarios de los
Médicis convocaron una gran asamblea en la
plaza frente al palacio de la Señoría, circun-
dada por 3.000 hombres armados a cuyo
frente iba el propio Lorenzo, a caballo y ar-
mado con una coraza, profiriendo gritos de
pectacular a Fernando I, rey de Nápoles, para
que retirara su declaración de guerra contra
los florentinos. Partió de Florencia para Ná-
poles de improviso, solo y desarmado, con el
peligro de ser descubierto por sus enemigos.
Logró alcanzar al príncipe napolitano, conven-
cerlo y lograr la paz entre ambos territorios.
También ese mismo año pudo escapar de la
conspiración organizada por el papa Sixto IV

y la familia florentina de los Pazzi para asesi-
narlo a puñaladas. Dos años después, en 1480,
sus informadores consiguieron descubrir y
capturar a un supuesto eremita que tenía por
objetivo asesinarlo. Lo mismo sucedió en 1481
cuando las autoridades florentinas arrestaron,
juzgaron y ejecutaron a tres destacados ciu-
dadanos de la República florentina, enemigos
acérrimos de Lorenzo, que, según los autos del
juicio, pretendían asesinarlo.
Príncipe y poeta
Pese a esas preocupaciones, Lorenzo man-
tuvo su gusto cortesano y humanista por
las bellas artes. Desde su posición privile-
giada al frente de la familia más rica y pode-
rosa de la República florentina, el Magnífico
se convirtió en gran protector de las artes, el
mecenas por antonomasia del Renacimiento.
Mostró un particular interés por la literatu-
ra en lengua toscana. Hasta el final de su vi-
da siguió componiendo poesías que reunió
en un Cancionero, al modo de su admirado
Petrarca, por lo que el historiador florentino
BRIDGEMAN / ACI
Guicciardini no dudó en calificarlo de «poeta TORNEOS EN
universalísimo». Además, en 1476 impulsó FLORENCIA
una recopilación de obras de los más grandes Lorenzo de Médicis
participó en
poetas en lengua toscana desde el siglo XIII, numerosas justas
la denominada Raccolta aragonese, entre las caballerescas en
que hizo que se incluyeran algunas propias. Florencia, como
Su intención era reivindicar la importancia del la que se representa
en esta pintura,
toscano en el campo universal de la poesía y,
que trata un tema
por extensión, el papel principal de Florencia de la historia de la
y su región en los territorios italianos. antigua Roma.
Además de destacado escritor y literato,
Lorenzo fue también un afamado coleccio-
nista. El dinero de los negocios familiares le
permitió amasar una colección extraordinaria
de códices y libros antiguos, que años después
Al morir su padre, Lorenzo de Médicis
se presentó a caballo en una asamblea
popular y gritando: «¡Viva el pueblo!»
 EL TESORO DE LOS MÉDICIS

LA COLECCIÓN
DE UN BANQUERO

E
n 1471, llegaron a Florencia el duque de Milán, Ga-
leazzo Maria Sforza, y su esposa Bona de Saboya,
con el propósito de cumplir un voto en la basílica de
la Santísima Anunciada, aunque el extraordinario
boato de su comitiva –los escoltaban 2.000 jinetes– indicaba
la voluntad del duque de impresionar al nuevo príncipe
de Florencia. Lorenzo no quiso quedarse atrás, y como
por entonces era Cuares- los agentes de la banca medi-
ma y no podían organizarse cea en Roma negociaban con
grandes actos públicos, lle- el nuevo pontífice Sixto IV
vó a los visitantes al palacio la renovación de la ingente
Médicis para enseñarles su deuda del papado, a cambio
colección artística y de joyas. de lo cual Lorenzo recibió co-
Aquel tesoro privado era el mo regalo –por eso los hace
producto de sistemáticas pasar en sus Ricordi– «dos
adquisiciones, realizadas antiguos bustos de Augusto
directamente por el mismo y Agripa», un plato de calce-
Lorenzo o por sus numero- donia tallada (la excepcional
sos agentes. También podría pieza helenística conocida
decirse que era resultado de hoy como Tazza Farnese)
una cierta extorsión financie- «y muchas otras gemas y
ra. En ese mismo año, 1471, monedas antiguas».

SCALA, FIRENZE

EN EL GABINETE se incorporaron a la Biblioteca Medicea Lau- concurrieron sobresale Miguel Ángel, que
DE LORENZO renziana, y de piedras preciosas, colgantes, cautivó rápidamente el interés de su protec-
Esta pintura de camafeos, vasijas y otras piezas decorativas tor, y a quien años después se le encargaría la
Amos Cassioli,
realizada en y escultóricas. Mediante intermediarios que realización de las esculturas de la capilla de
1863, muestra a operaban en la Roma natal de su esposa, Lo- los Médicis en la sacristía Nueva de la basílica
Lorenzo de Médicis renzo adquirió una ingente colección de es- florentina de San Lorenzo.
enseñando su culturas clásicas que hizo exhibir al aire libre,
colección de joyas
en el jardín de San Marcos, en una suerte de Un círculo selecto
y obras artísticas
a Gian Galeazzo museo. Al lado del jardín, Lorenzo mandó El patronazgo de Lorenzo se ejerció sobre mu-
Sforza, duque construir el edificio de lo que sería la primera chos de los artistas que protagonizaron la fase
de Milán. academia de bellas artes de toda Europa. En- de plenitud del Renacimiento italiano: Andrea
tre sus paredes convivieron grandes figuras del Verrocchio, Antonio Pollaiuolo, Filipi-
del Renacimiento italiano que aprendieron no Lippi, Domenico Ghirlandaio, Giuliano
a estudiar y a copiar los modelos clásicos. Sangallo, Sandro Botticelli... A todos ellos los
De los estudiantes más destacados que allí trataba no como a criados, sino con «la afec-
tuosa familiaridad que permite a un protegido
permanecer en pie al lado de su protector, de
hombre a hombre». Su verdadera ambición
El dominico Savonarola era que Florencia se convirtiera en capital de
denunció la corrupción del «todas las artes y de la virtud».
régimen de los Médicis Uno de los artistas que se benefició de la
protección de Lorenzo fue Leonardo da Vinci.
SAVONAROLA EN UNA MEDALLA DE 1502. BARGELLO, FLORENCIA. En la década de 1470, cuando tenía poco más
de veinte años y estaba empleado en el taller
AKG / ALBUM
 DEA / SCALA, FIRENZE

del escultor Verrocchio, fue introducido en la Hacia 1490 parecía que Lorenzo había con- UNA VILLA PARA
corte de Lorenzo, para quien se dice que tocaba seguido culminar todas sus ambiciones. El LOS MÉDICIS
la lira y cantaba. Cuando en 1476 fue denun- esplendor intelectual y artístico de Floren- En 1480, Lorenzo
de Médicis encargó
ciado por homosexualidad, seguramente por cia nunca había rayado tan alto y, tras años al arquitecto
algún enemigo de los Médicis que envidia- de guerra y confabulaciones, la paz parecía Giuliano da Sangallo
ba a aquel atildado y presuntuoso joven, fue haber vuelto a la ciudad del Arno. Pero fue la construcción de
Lorenzo quien intervino para que los jueces entonces cuando diversos predicadores em- una lujosa villa de
recreo en la localidad
rechazaran los cargos. pezaron a soliviantar al pueblo criticando el
de Poggio a Caiano
Sin embargo, cabe pensar que Leonardo no lujo y la ostentación de los Médicis. Al frente (arriba). En ella
acababa de encajar en el ambiente de la corte de ellos, el dominico Girolamo Savonarola destacan la galería y
medicea. No sabía latín ni griego y sus inte- encauzó la indignación contra quienes, a su los dos brazos de la
reses se dirigían en gran medida a cuestiones juicio, encarnaban la completa corrupción de escalinata señorial.
científicas y técnicas que no eran apreciadas las costumbres y el mal gobierno. A comien-
por los gobernantes florentinos. Quizá por zos de 1492, Lorenzo decidió desplazarse a su
eso, cuando en 1482 el Magnífico lo envió a querida villa de Careggi en busca de sosiego.
Milán para que hiciera entrega al duque Lu- Y en ese apacible retiro, lejos de las prédicas y
dovico Sforza de una lira de plata con cabe- diatribas de Savonarola, le sobrevino la muerte
za de caballo realizada por el mismo artista, el 8 de abril de 1492.
Leonardo decidió instalarse en la ciudad del
norte para no volver a Florencia hasta diecisiete ENSAYO
Para Lorenzo el Magnífco
años más tarde. Un hecho que le ha valido a saber Jack Lang. Destino, Barcelona, 2007.
Lorenzo el reproche, sin duda excesivo, de no más NOVELA
Quattrocento
haber sabido reconocer el genio de Leonardo Susana Fortes. Planeta, Barcelona, 2009.
e incluso de rodearse sólo de mediocridades.
LA BELLEZA
NACIDA DE
LAS AGUAS
Encargado tal vez con ocasión del
matrimonio de un miembro de la
familia Médicis, este célebre óleo
del pintor florentino Sandro Botticelli
ilustra la afición renacentista por los
asuntos mitológicos. En este caso se
trata de Venus Anadiomena, la diosa
de la belleza nacida en el océano a
partir de los órganos genitales del
dios Urano, al que el titán Cronos,
su hijo, había castrado. VENUS
Al término de su travesía
por el mar sobre una
concha gigante, Venus se
dispone a poner pie en la
orilla de Pafos, en Chipre.

CÉFIRO Y CLORIS
Céfiro, el dios del viento del
oeste, acompañado por su
esposa Cloris, impulsa con su
hálito a Venus hacia la costa.

UNA ALEGORÍA FILOSÓFICA

Es probable que los intelectuales florentinos interpretaran este óleo
según los principios de la filosofía neoplatónica, viendo en Venus un
símbolo de la belleza espiritual. En una de sus obras, Marsilio Ficino
escribió: «El espíritu divino se vierte en el alma (el mar), y cuando
ésta es fecundada crea la Belleza en sí misma [...] Esta conversión
en la belleza y su nacimiento a partir del alma es llamada Venus».
 NINFA
Una ninfa, con un vestido
floreado y una guirnalda
de mirto en torno al cuello,
recibe a Venus y se adelanta
a cubrirla con una túnica roja.

SCALA, FIRENZE