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“Año del Bicentenario del Perú: 200 años de Independencia”

UNIVERSIDAD NACIONAL DE PIURA

CURSO:

➢ LOGICA JURIDICA

DOCENTE:
➢ DR. DEIVER VILCHERREZ VILELA

TEMA DE TRABAJO:
➢ EL RAZONAMIENTO LOGICO Y SUS BASES CONCEPTUALES

CICLO:
➢ XI

ALUMNOS:

➢ MEJIA CHINCHAY GIANELLA LISBETH


➢ PACHERRES VELASQUEZ ERICKA JASMIN

1
INDICE

INTRODUCCION………………………………………………………………………………………………………3
1.RAZONAMIENTO LOGICO………………………………………………………………………………………4
1.1. Clases………………………………………………………………………………………………………………..5

1.1.1. Deductivo……………………………………………………………………………………………………....5
1.1.2. Inductivo…………………………………………………………………………………………………….….5
1.2. Lógica formal y lógica material……………………………………………………………………………6

2.ORDENAMIENTO JURIDICO……………………………………………………………………………..…….8
2.1. Diferencia entre ordenamiento jurídico y orden jurídico…………………………………..11

2.2. Estructura del ordenamiento jurídico:……………………………………………………….……..11

2.3. El ordenamiento jurídico como sistema ………………………………………………………..…12

2.4. Problemas en el ordenamiento jurídico………………………………………………………….…12

2.5. Importancia del ordenamiento jurídico……………………………………………………….……13

3. CONTEXTO DE DESCUBRIMIENTO Y CONTEXTO DE JUSTIFICACIÓN……………………...13

3.1. Contexto de descubrimiento………………………………………………………………….……….. 14

3.2. Contexto de justificación……………………………………………………………………………..…..15

3.4. La distinción entre contexto de descubrimiento y contexto de justificación nos


permite, a su vez, distinguir dos perspectivas de análisis de las argumentaciones…..16

4.JUSTIFICACIÓN INTERNA Y JUSTIFICACIÓN EXTERNA……………………………………..…….18

4.1. Justificación interna……………………………………………………………………………………….18

4.2. Justificación externa…………………………………………………………………………………………20

5.CONCLUSIONES……………………………………………………………………………………..…………….22

6.REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS…………………………………………………………….………………23

2
INTRODUCCION

El presente trabajo se va a basar en el razonamiento lógico y sus bases conceptuales,


sus clases y la relación que tiene con el ordenamiento jurídico que también es otro punto
a tratar y que los contextos de descubrimiento y de justificación, así como las nociones
de justificación interna y externa, son temas que se interrelacionan. Dentro de la
secuencia del análisis lógico del razonamiento jurídico existe un fenómeno importante
a explicar, y como tal, resulta relevante su delimitación, a efectos de que, en el ejercicio
lógico a desarrollar, diferenciemos en qué medida, en la valoración lógica, los contextos
de descubrimiento y justificación, van a relacionar nuestras ideas sobre el
esclarecimiento de la incertidumbre jurídica a dilucidar.

En el derecho, el juez al analizar el caso concreto, justifica internamente controlando las


premisas y la inferencia que de ella ha realizado, a través de la lógica formal, cuya
conclusión puede ser verdadera o falsa, pero no necesariamente justa o injusta. Con
esta operación, el juez agota su interpretación y no da mayores razones sobre su
decisión, resultando esta insuficiente y por tanto limita una adecuada justificación
interna.

Con la justificación externa, a diferencia de la justificación interna, lo que busca


es descubrir, examinar y exponer con razones suficientes para entender una premisa
como válida. La justificación externa tiene como objetivo corregir las premisas arribadas
deductivamente por la justificación interna, por consiguiente, el juez al momento de
decidir debe justificar tanto interna o como externamente; de esta manera, se garantiza
que los enunciados y la normativa aplicada en el caso concreto hayan cumplido con una
óptima evaluación, análisis y estudio de todas las fuentes que el derecho le ofrece.

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RAZONAMIENTO LOGICO Y SUS BASES CONCEPTUALES

1. RAZONAMIENTO LOGICO:

Es la forma del pensamiento más compleja, y la misma también se deferencia de otras


nociones: a. Benlloch Ibarra y Tejedor Campomanes manifiestan que el razonamiento
no es el acto de la inteligencia por el cual de uno o varios juicios conocidos inferimos
otro desconocido, porque el razonamiento es el producto de dicho acto, llamado
razonar, y no el acto mismo. 1

b. José A. Diez Calzada, a pesar que no le interesa discernir entre razonamiento,


argumentación o inferencia, expresa que argumento es un tipo especial de acto de
habla, de carácter pragmático, con una determinada pretensión: una secuencia de
proposiciones 2 ; a partir de dicha definición es claro que el argumento no es lo mismo
que razonamiento, porque éste es un elemento del pensamiento y no un acto del habla;

c. Juan José Sanguineti define la inferencia como el " ... paso de las premisas a la
conclusión ese paso no es más que "la derivación" de un juicio de otros, pero el
razonamiento no es solamente eso, sino que es un complejo pensamiento compuesto
de varios juicios.3

La naturaleza del razonamiento se ha determinado de la siguiente manera:

a. Luis Alberto Padilla: "El razonamiento es una operación lógica por medio de la cual, a
partir de uno o más juicios, se deriva la verdad o falsedad ... de otro distinto4

b. María Cristina Campagna y Adriana Lazzeretti: "El razonamiento es la operación en la


que, a partir de dos o más proposiciones, se afirma, se infiere otra proposición a modo
de conclusión5

1 Razonar es objeto de estudio de la psicología y el razonamiento de la lógica. Benlloch Ibarra, E., y, C.


Tejedor Campomanes. Op. cit., página: 44.
2 Diez Calzada, José A. Iniciación a la lógica. España. Editorial Ariel, Sociedad Anónima, 2002, primera

edición, página: 14
3 116 Sanguineti, Juan José. Op. cit., página: 128.
4 Padilla M., Luis Alberto. Op. cit., página: 52.
5 Campagna, María Cristina; y Adriana Lazzeretti. Op. cit., página: 55

4
c. Mario Moro: "El razonamiento es el acto con el cual el entendimiento parte de unos
conocimientos, para llegar a otros nuevos6y,

d. Benlloch Ibarra y Tejedor Campomanes: "El razonamiento es un pensamiento


complejo que consta de juicios ya conocidos para obtener otro nuevo "

En consecuencia, el razonamiento es un elemento general del pensamiento conformado


de juicios, de los cuales uno es inferido de otros que le sirven de fundamento por su
relación. La relación o el enlace lógico entre todos los juicios que integran el
razonamiento constituyen la forma del mismo, y su materia los juicios y los conceptos.

1.1. Clases o tipos

Aristóteles en su obra llamada El órganon ya había desarrollado dos tipos de


razonamientos, el deductivo y el inductivo.

1.1.1. Deductivo

Es el tipo de razonamiento que de una verdad universal se infiere una particular o


singular, o que del género se deriva algo respecto a la especie o el individuo, o que del
todo se infiere algo respecto a sus partes, en fin, es un tipo de razonamiento que parte
de algo general para concluir algo menos general.

1.1.2. Inductivo

Es el tipo de razonamiento que Aristóteles describe así: " ... De la experiencia o sea de
todo lo universal que se ha depositado en el alma, unidad que subsiste siempre, además
de los objetos múltiples, y que es una e idéntica en todos estos objetos, viene el principio
del arte y de la ciencia; del arte, si se trata de producir las cosas; la ciencia, si se trata de
conocer las cosas que existen ... Por tanto, estos conocimientos de los principios no
están en nosotros completamente determinados; no proceden tampoco de otros
conocimientos más notorios que ellos; vienen únicamente de la sensación ... Desde el
momento en que una de estas ideas, entre las que no hay ninguna diferencia, se detiene

6Moro, Mario. Op. cit., página: 37. 120 Benlloch Ibarra, E., y C. Tejedor Campomanes. Op. cit., página:
44.

5
en el alma, en seguida ésta concibe lo universal; hay sensación del ser particular, pero
la sensibilidad se eleva hasta lo general.

y una vez obtenido dicho pensamiento, se puede aplicar o predicar de modo deductivo
a los individuos contenidos en el mismo, por ende, los tipos de razonamientos aludidos
se complementan. Por ejemplo:

b.2.1. Los ángulos interiores del triángulo equilátero suenan dos rectos (180 grados);

b.2.2. Los ángulos interiores del triángulo isósceles suman dos rectos (180 grados); y,

b.2.3. Los ángulos interiores del triángulo escaleno suman dos rectos (180 grados). De
los juicios singulares referidos por los enunciados anteriores, se abstrae lo común entre
ellos, y se concluye el siguiente juicio universal declarado con la proposición: Los ángulos
interiores de todos los triángulos suman dos rectos (180 grados). El juicio significado en
la conclusión anterior constituye el punto de partida en un razonamiento deductivo,
porque se puede aplicar a cualquier triángulo en particular, y predicar del mismo que
sus ángulos interiores suman dos rectos (180 grados).

1.2. Lógica formal y lógica material.

En el razonamiento cabe distinguir dos aspectos o dimensiones: la materia y la forma.


La forma hace referencia a "la trabazón de las proposiciones"; la materia se refiere a "la
naturaleza de las proposiciones". Esta distinción es importante porque no debe
confundirse la validez lógica de un razonamiento (su estructura o forma) con la
veracidad del mismo (su materia o contenido). Un razonamiento puede ser correcto
desde el punto de vista lógico y falso en su contenido, por falta de adecuación o
correspondencia con la realidad de lo pensado. Así pues, tenemos que "en razón de su
forma el razonamiento es correcto o incorrecto; en razón de su materia dice verdad o
falsedad”.

a) La lógica formal -también denominada lógica menor {lógica minor)— es la ciencia de


las leyes del pensamiento, en sí mismo considerado. Esto es, la lógica formal trata "de
definir las condiciones del pensamiento coherente consigo mismo
(independientemente de toda materia determinada)". Maritain se refiere a ella con las
expresiones de Lógica menor o Lógica de la Razón correcta. Esta lógica se corresponde,

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en el ámbito de la lógica aristotélica, con la de los Primeros Analíticos, ocupada de
elaborar la teoría del "silogismo correcto". La lógica formal estudia así los contenidos
del pensamiento según su interna estructura (como conceptos, juicios y raciocinios) y
sus recíprocas y necesarias relaciones (leyes lógicas); leyes lógicas que aseguran la
rectitud o corrección del razonamiento. La lógica formal tiene pues por objeto la
corrección de la trabazón de las proposiciones del razonamiento, mostrando "cómo
debe efectuarse dicha trabazón para que el razonamiento sea correcto y riguroso".
Kalinowski denomina a la lógica, así entendida, lógica formal deductiva. A este respecto
dice: "la lógica ciencia enuncia leyes comparables por una parte a las tesis matemáticas
y por la otra parte a las leyes de la física o de la sociología, por ejemplo, con la diferencia
de que las leyes lógicas expresan las relaciones que existen entre entes de razón, o entre
los signos lingüísticos que los representan (en lo que la lógica se parece a las
matemáticas) y no entre entes reales (...). La lógica, entendida de esta manera —
añade—, puede ser llamada lógica formal y deductiva. En efecto, se trata de una ciencia
formal (...), pues la lógica sólo estudia las relaciones formales entre proposiciones con
valor lógico. Es al mismo tiempo lógica deductiva, porque sus leyes fundamentan las
reglas de los raciocinios deductivos”.

b) La lógica material —también denominada lógica mayor (lógica maior)— se ocupa del
razonamiento desde el punto de vista de su adecuación o correspondencia con la
realidad de lo pensado. Esto es, la lógica material es la que define la forma que debe
adoptar el pensamiento teniendo en cuenta los objetos a que se puede aplicar. Se trata
de un estudio de naturaleza filosófica encaminado a mostrar las condiciones de validez
de la actividad racional y de los productos objetivados de la misma; esto es, del
conocimiento científico—filosófico y de su verdad ontológica. La lógica material, a partir
del estudio de la materia del razonamiento (naturaleza de las proposiciones), se ocupa
de mostrar "cuáles deben ser las proposiciones para que el razonamiento no sólo sea
riguroso, sino también demostrativo o científico". Según Maritain la Lógica mayor o
lógica material "muestra a qué condiciones deben responder los materiales del
razonamiento para que se tenga una conclusión sólida en todos los aspectos —no sólo
del lado de la forma, sino también del lado de la materia—, es decir, una conclusión
verdadera y cierta". La ciencia se adquiere por demostración, y toda demostración es un

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raciocinio donde hay que distinguir materia (los elementos que en el raciocinio se
ordenan) y forma (ordenación o modo de disponer dichos elementos para alcanzar un
resultado científico).

La lógica no se ocupa sólo de la forma (lógica formal), sino también de la materia (lógica
material), estudiando de un modo lógico cómo ha de ser la materia para que, con el
concurso de la forma adecuada, se llegue a una conclusión científicamente verdadera.
La lógica material se ocupa —dice Jolivet— de "determinar la forma que debe adoptar
el pensamiento, según los diversos objetos a los que se puede aplicar" (38), siendo pues
competencia de la misma "el estudio de todas las condiciones y propiedades lógicas que
se requieren, en general, para obtener una conclusión científicamente verdadera”.
Maritain se refiere a ella con las expresiones de Lógica mayor o Lógica de la Razón
verdadera. Caracterizada así la lógica material se corresponde, en el ámbito de los
estudios lógicos de Aristóteles, con los Segundos Analíticos ocupados de elaborar la
teoría del "silogismo demostrativo que engendra la ciencia porque su conclusión es
verdadera"

2. ORDENAMIENTO JURIDICO

Según Ramón Soriano lo define como “sistema de normas e instituciones jurídicas


vigentes en un grupo social homogéneo y autónomo”, destacando como caracteres del
mismo la unidad, la plenitud y la coherencia.

El profesor Gregorio Peces Barba, en el libro El curso de teoría del derecho, sostiene: “el
derecho es, en definitiva, una técnica de organización de las conductas humanas que
pretende conseguir sus objetivos a través del establecimiento de determinados modelos
o patrones de conducta, expresados a través de normas. Pero esas normas, las normas
jurídicas, no existen aisladas e independientes. Al contrario, se agrupan en lo que
denominamos ordenamiento jurídico”. (2000, Pág. 23) Por su parte, Antonio E. Peréz
Luño en el libro teoría del derecho considera que: “Las normas jurídicas no están
aisladas, sino que, como constituyen un sistema”. (2012, Pág. 203)

Se partirá aquí de considerar las relaciones entre normas como relaciones nodales de
todo ordenamiento jurídico. Esto presupone, cuando menos, dos premisas: a) que las
normas constituyen los elementos o unidades mínimas del Derecho (asunción que es

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ampliamente compartida por la teoría jurídica contemporánea de cualquier signo u
orientación); y b) que es justamente en las relaciones internormativas donde se genera
el «sistema jurídico». A partir de ello se abre una perspectiva que podernos llamar
«formal» acerca del Derecho.

Por «formal» entenderemos aquí una aproximación «estructural» en el sentido en que


Bobbio (1955, 8 y 35) usa este concepto para referirse a la Teoría General del Derecho.
Es decir, interesará una aproximación a las normas no tanto desde un punto de vista
material, o en función de las relaciones por ellas reguladas, sino en su aspecto
estructural, que refiera las relaciones internas de la regulación normativa misma. Se
trata de indagar no tanto en las relaciones de contenido entre las normas y sus objetos
de referencia, cuanto en las relaciones estructurales entre las propias normas
abstractamente consideradas (como formas o procedimientos). Ello nos conduce a
plantear algo así como una «geometría» de la estructura del ordenamiento jurídico.

Una característica sobresaliente del ordenamiento jurídico, bajo esta óptica, es que las
normas jurídicas se remiten de hecho unas a otras, y esto determina que la normatividad
jurídica tenga, efectivamente, una dimensión «metalingüística» o autor reflexivo, por
cuanto que cualquier norma jurídica está necesariamente referida, y se refiere
regulativamente, a otras normas jurídicas en un proceso continuado. Éste sería un rasgo
que diferencia decisivamente al Derecho de cualesquiera otros sistemas de normas. Es
decir, el Derecho constituiría una práctica que regula la producción de normas y una
práctica que produce nuevas normas con arreglo a dicha regulación.

El ordenamiento jurídico puede ser entendido, así como un «sistema correlacional», en


el cual sus términos o elementos, las normas, se definen por las posiciones y relaciones
recíprocas que mantienen con otros términos y elementos, otras normas.

El ordenamiento jurídico en la concepción de Norberto Bobbio, los contextos de


descubrimiento y de justificación, así como las nociones de justificación interna y
externa, conceptos todos estos que se interrelacionan en tanto exigimos un
ordenamiento que evite incoherencias y lagunas para que en el mismo los intérpretes
desarrollen la justificación de sus pretensiones, las cuales deben respetar, del mismo
modo, reglas mínimas de no contradicción y desarrollo material de las premisas. En su

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concepto de orden normativo sistémico y aunque pudiera eventualmente criticarse que
ésta sea una tesis positivista, convenimos con Norberto Bobbio en que el ordenamiento
jurídico goza de 3 caracteres esenciales: unidad, coherencia y plenitud. De unidad, por
cuanto las decenas de miles de normas y leyes existentes, sin contar otros tantos
dispositivos reglamentarios, forman un todo armónico con la Constitución, en el sentido
de que todas esas reglas, aun las que pudieran en determinado momento colisionar con
la misma, forman una unidad representativa, en la cual en la cúspide de esa pirámide,
la Constitución no es solo una norma más, sino la norma que realmente vincula a todos
los poderes y por consiguiente, a todas las normas con rango de ley y administrativas.

De coherencia, en razón de que el todo armónico que acabamos de reseñar en realidad


puede presentar en algún momento contradicciones respecto a sus contenidos, esto es,
normas que pudieran eventualmente contradecirse cuando de pretensiones judiciales
contrarias pudiera tratarse, y sin embargo, esas incoherencias son resueltas por los
jueces del Estado constitucional de diversas formas: sea por los métodos de solución de
antinomias bajo los criterios ley superior derogat inferior, ley posterior derogat anterior
o lex specialis derogat generalis cuando se trata de conflictos normativos, o sea bajo
otros parámetros como la ponderación y el principio de proporcionalidad, entre otros,
si se trata de colisiones de principios, también denominados derechos fundamentales,
o por extensión, normas-principios. Y de plenitud, en vista de que las lagunas o vacíos
del ordenamiento jurídico necesariamente y sin excusa, deben ser colmados. Es decir
que, ante los conflictos normativos o las colisiones de principios, no pueden prevalecer
vacíos más allá del simple examen inicial de la pretensión.

El Juez podrá advertir, frente a determinado caso, que si bien no hay una norma-regla
aplicable al caso que debe resolver, o que no existe una ley o reglamento que pueda
resolver la controversia, no por esta razón habrá de excusarse de solucionar el caso. En
tal sentido, tendrá que invocar principios, entendidos como mandatos de optimización,
para poder dar solución al conflicto o controversia materia de análisis. Y más aún cuando
se trata de derechos fundamentales, pues en rigor éstos tienen la premisa de optimizar
los contenidos de pretensiones hasta donde sea racional y razonable tutelar un derecho
iusfundamental frente a una afectación manifiesta a su contenido.

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De ahí que podamos entender, también, la teoría del Derecho Constitucional, como una
teoría de la integración, en el propósito de que siendo insuficiente resolver los conflictos
con la ayuda de las normas-regla, deba acudirse a los contenidos de las normas-principio
como manifestaciones de optimización de los derechos fundamentales. En
consecuencia, todo ordenamiento jurídico puede a su vez ser entendido como un
ordenamiento constitucional en el cual la Constitución regula como un todo armónico,
coherente y pleno las relaciones entre los derechos fundamentales de los ciudadanos
del Estado constitucional

2.1. Diferencia entre ordenamiento jurídico y orden jurídico

El primero comprendería el gran conjunto de normas jurídicas vigentes en un lugar y en


una época concreta, mientras el orden jurídico sería solo aquel conjunto normativo que
rige una determinada área del ordenamiento jurídico. De alguna manera, uno y otro
guardarían una relación género-especie. Para otros juristas, el orden jurídico es lo
establecido en una sociedad y el ordenamiento son las normas que hacen al orden
jurídico. Alchourrón y Bulygin, además, distinguen el "sistema jurídico" que es más
estático, del "orden jurídico" que es más dinámico.

2.2. Estructura del ordenamiento jurídico:

Todo ordenamiento jurídico se estructura en base a un criterio jerárquico en las leyes.


Así se construye un sistema de predominancia entre las de más amplio rango sobre las
más locales o específicas.

Dicha jerarquía se comprende a partir de la llamada Pirámide de Kelsen, una forma de


representación gráfica que organiza los distintos tipos de leyes y normativas del
ordenamiento jurídico.

En la cima se encuentran las leyes constitucionales y los tratados internacionales


firmados por los países, y en la base las leyes e instituciones locales o parroquiales,
pasando por diversos peldaños. Cada ordenamiento jurídico establece su propia
Pirámide de Kelsen.

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2.3. El ordenamiento jurídico como sistema

Menciona que las normas interactúan entre sí, y si están interconectadas basándose en
principios de aplicación general, se habla de sistema jurídico. Según el jurista inglés
Herbert Hart, el derecho está formado por dos tipos de reglas jurídicas:

• las reglas jurídicas primarias que imponen obligaciones de conducta (por


ejemplo, la regla por la cual es obligatorio pagar impuestos)
• las reglas jurídicas secundarias confieren potestades para que algunas personas
introduzcan reglas primarias

2.4. Problemas en el ordenamiento jurídico

Para el ordenamiento jurídico las normas deberían tener coherencia y que no sean
incompatibles entre sí. Los ordenamientos jurídicos realmente existentes no son
totalmente coherentes. De ahí que nos encontremos con el problema de las antinomias
jurídicas a las contradicciones entre las normas de un mismo ordenamiento jurídico, o
sea, al caso en que dos o más normas apliquen para un mismo caso indicando conductas
o resoluciones distintas o incluso contradictorias.

Dicha antinomia puede ser total (cuando debe elegirse entre una de las dos normas para
aplicar) o parcial (cuando el asunto del que una norma se ocupa está incluido también
en el de otra distinta en otro sentido). Un ordenamiento jurídico coherente y bien
diseñado, en primer lugar, debería carecer totalmente de antinomias jurídicas.

 Lagunas

La laguna es una falta, una insuficiencia de regulación jurídica dentro del ordenamiento.
La doctrina establece, entre otros, dos principales tipos de lagunas

- Lagunas de Ley: Significa que no existe una ley que pueda resolver el supuesto
planteado.
- Lagunas de Derecho: No existe ni ley, ni costumbre, ni principio general que
pueda resolver ese caso.

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2.5. Importancia del ordenamiento jurídico

El ordenamiento jurídico es fundamental para la construcción de una sociedad en paz,


con estado de derecho, capaz de regirse a sí misma mediante una serie estructurada y
coherente de normas.

Evita que las leyes se contradigan, se antepongan o que existan situaciones imposibles
de juzgar. Sin una jerarquización firme y un sistema jurídico orgánico, se da lugar a la ley
del más fuerte y a otras formas de imposición que resultarían en violencia social.

3. CONTEXTO DE DESCUBRIMIENTO Y CONTEXTO DE JUSTIFICACIÓN

Dentro de la secuencia del análisis lógico del razonamiento jurídico existe un fenómeno
importante a explicar, y como tal, resulta relevante su delimitación, a efectos de que, en
el ejercicio lógico a desarrollar, diferenciemos en qué medida, en la valoración lógica,
los contextos de descubrimiento y justificación, van a relacionar nuestras ideas sobre el
esclarecimiento de la incertidumbre jurídica a dilucidar. ¿Cuándo existe contexto
de descubrimiento? Releyendo las ideas que expresa Manuel Atienda, podemos inferir
que el contexto de descubrimiento no necesita una justificación o explicación. En vía de
ejemplo, podemos manifestar que al juez no le van a exigir, dentro del análisis del
problema, por qué escogió tal o cual interpretación. Es decir, si existe un conflicto a
resolver, no a va a requerírsele al juzgador por qué optó por determinada posición.

Sucede lo mismo en el análisis científico moderno: el contexto de descubrimiento va a


implicar, en el estudio de un fenómeno, que el estudioso opte por adoptar una
determinada posición en el objetivo de dar una explicación a una teoría determinada. Y
sobre tal manifestación, no le es exigible una explicación justificadora. Atienza refiere
que, respecto de este tipo de contexto, se descubre o sostiene una solución jurídica para
un determinado conflicto y es aplicable a todas las disciplinas.

Distinto es el fenómeno respecto al contexto de justificación. Aquí el juzgador va a


resultar exigido para determinar las razones por las cuales expresa su decisión en tal o
cual sentido. Atienza se refiere a este contexto como “aquel en el cual se pasa a dar
razones que fundamentan una decisión judicial tomada, inculcándola a una cuestión de
aceptarla o rechazarla. Aquí la diferencia sustancial con el contexto de descubrimiento

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reside en que, en el contexto de justificación, el juez va a necesitar fundamentar su
decisión, explicando cuál es la justificación para expresar el fallo en el sentido que el
mismo ha adoptado.

La distinción entre contexto de descubrimiento y contexto de justificación no coincide


con la distinción entre discurso descriptivo y prescriptivo, sino que, tanto en relación
con uno como con otro contexto, se puede adoptar una actitud descriptiva o
prescriptiva. Por ejemplo, se puede describir cuáles son los móviles que llevaron al juez
a dictar una resolución en el sentido indicado (lo que significaría explicar su conducta);
pero también se puede prescribir o recomendar determinados cambios procesales para
evitar que las ideologías de los jueces —o de los jurados— tengan un peso excesivo en
las decisiones a tomar (por ejemplo, haciendo que tengan más relevancia otros
elementos que forman parte de la decisión, o proponiendo ampliar las causas de
recusación de jueces o jurados). Y, por otro lado, se puede describir cómo, de hecho, el
juez en cuestión fundamentó su decisión (se basó en el argumento de que, de acuerdo
con la Constitución, el valor vida humana debe prevalecer sobre el valor libertad
personal); o bien, se puede prescribir o sugerir —lo que exige a su vez una justificación—
cómo debiera haber fundamentado el juez su decisión (su fundamentación tenía que
haberse basado en otra interpretación de la Constitución, que subordina el valor de la
vida humana al valor libertad personal)

3.1. Contexto de descubrimiento

El contexto de descubrimiento es aquél en el cual se descubre o se crea una solución


jurídica para un conflicto sometido a la jurisdicción. Según Manuel Atienza, este
contexto de descubrimiento no necesita una justificación o explicación 7.

En relación al contexto de descubrimiento, podemos esbozar un ejemplo conforme a un


ejemplo clásico de García Figueroa en el sentido siguiente: ¿podríamos exigirle a alguien
explicar por qué le gusta el helado de vainilla? Podría en nuestro caso interrogársenos
¿tiene relevancia jurídica por qué hemos estudiado Derecho? O una pregunta más aún
de contexto general ¿por qué unos vemos el vaso medio vacío y otros solemos verlo

7 ATIENZA, Manuel. “Las Razones del Derecho”. Palestra Editores. Lima 2004. Pág. 28. Pág. 32.

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medio lleno? El contexto de descubrimiento no asume relevancia en la argumentación
constitucional en tanto no es exigible, racionalmente, la explicación de por qué se
adoptó una u otra posición interpretativa pues en gran medida, este tipo de contexto
tiene lugar respecto a los criterios de valoración del juez, a su formación, a su propia
idiosincrasia frente a determinados problemas, a cómo ve un determinado problema
con relevancia constitucional, entre otros fundamentos de su fuero interno. En otra vía
de ejemplo, los jueces de las zonas alejadas de la Costa, en donde las poblaciones –léase
Comunidades Nativas– conservan valores distintos a los de las zonas urbanas en temas
de represión de conductas antijurídicas, podrían asumir que constituya una conducta
permitida que ciertos sectores de la población nativa puedan comprometerse y procrear
familia desde temprana edad, en tanto que un juez de la Costa, más ceñido a valores de
protección vertical de la indemnidad sexual de menores, sí consideraría la apertura de
un proceso penal por cuestiones vinculadas a la protección estatal en caso de la unión
marital con una persona menor de edad. En el caso en comento, el contexto de
descubrimiento del juez del entorno rural, expresado como su formación moral, social y
de valores, informaría que no habría mérito para la imposición de una sanción penal, y
en rigor el contexto de descubrimiento no es un ítem susceptible de examen pues el
fuero interno obedece a un conjunto de razones determinadas para apuntar a una
solución del conflicto.

3.2. Contexto de justificación

El contexto de justificación es aquél en el cual se pasa a dar las razones que fundamentan
una decisión judicial tomada. Las condiciones en este asumen relevancia jurídica en
tanto el juez debe explicar, sustentar y argumentar por qué su decisión asume el sentido
finalmente adoptado.

La dimensión del problema, en términos de justificación, es otra cuando nos referimos


al contexto de justificación. Las condiciones en este caso sí son diferentes pues el
contexto de justificación asume relevancia jurídica en tanto el juez debe explicar,
sustentar y argumentar por qué su decisión asume el sentido finalmente adoptado. En
rigor, en el contexto de justificación, la sociedad abierta de intérpretes que somos todos

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los seres humanos con capacidad de raciocinio, siguiendo la noción hâberleana, nos
vemos en la necesidad, exigencia y requerimiento de fundamentar nuestras decisiones,
a diferencia del contexto de descubrimiento, el cual solo enuncia nuestra posición. Es
en ese sentido cuando cobra una dimensión jurídico garantista la decisión del juez que
debe sustentar una posición y las implicancias constitucionales son de suyo relevantes.
Bajo los alcances del contexto de descubrimiento, no se le requerirá al juez por qué
adoptó una decisión, o de qué manera se expresó ese fuero interno propio del mismo
para entender que en un caso determinado, verbigracia, no adoptó una posición de
tutela o de improcedencia. Tampoco sería viable, bajo las reglas del contexto de
descubrimiento, por qué el juez partió de determinados supuestos para señalar que la
pretensión constitucional sí debía declararse fundada. Sin embargo, en el contexto de
justificación el juez se ve impelido para expresar, una a una, las razones, normativas,
fácticas o de principios, que le conceden fuerza a su decisión y que propiamente
satisfacen la exigencia de una justificación.

3.3. La distinción entre contexto de descubrimiento y contexto de


justificación nos permite, a su vez, distinguir dos perspectivas de análisis de las
argumentaciones.

Por un lado, está la perspectiva de determinadas ciencias sociales, como la psicología


social, que han diseñado diversos modelos para explicar el proceso de toma de
decisiones al que se llega, en parte, por medio de argumentos. En el campo del derecho,
uno de esos modelos es el de la información integrada, elaborado por Martín F. Kaplan
(cfr. Kaplan, 1983). Según él, el proceso de toma de decisión de un juez o un jurado es
el resultado de la combinación de los valores de información y de impresión inicial.

El proceso de decisión comienza con la acumulación de unidades de prueba o


información; a ello le sigue el proceso de evaluación en el que a cada ítem informativo
se le asigna un valor en una escala específica para el juicio que se está desarrollando; el
tercer paso consiste en atribuir un peso a cada información; luego se integra la
información evaluada y sopesada en un juicio singular como, por las razones del derecho
no sirven para entender por qué se realizó una acción o eventualmente para predecir la
ejecución de una acción, sino para valorarla, para determinar si fue buena o mala desde
distintos puntos de vista” (Nino, 1985, p. 126). ejemplo, probabilidad de culpabilidad; y,

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finalmente, se toma en cuenta la impresión inicial, esto es, los prejuicios del juez o del
jurado que pueden provenir tanto de condiciones situacionales (por ejemplo, su estado
de humor en el momento del juicio), como de condiciones asociadas con su personalidad
(por ejemplo, prejuicios raciales o religiosos).

El modelo no sólo pretende explicar cómo se decide —y se argumenta— de hecho, sino


que sugiere también qué se podría hacer para reducir el peso de los prejuicios (dar un
mayor peso a los otros elementos), o bien bajo qué condiciones los juicios con jurado
(lo que implica también las argumentaciones de los jurados que conducen a una
determinada conclusión) podrían ser tan fiables como los juicios con jueces
profesionales. Por otro lado, está la perspectiva de otras disciplinas que estudian bajo
qué condiciones un argumento puede considerarse justificado. Aquí, a su vez, cabría
hablar de una justificación formal de los argumentos (cuándo un argumento es
formalmente correcto) y de una justificación material (cuándo puede considerarse que
un argumento, en un campo determinado, resulta aceptable). Ello permitiría distinguir
entre la lógica formal o deductiva, por un lado, y lo que a veces se llama lógica material
o informal (en donde se incluirían cosas tales como la tópica o la retórica), por el otro.
La teoría estándar de la argumentación jurídica se sitúa precisamente en esta segunda
perspectiva, esto es, en el contexto de justificación de los argumentos y, en general,
suele tener pretensiones tanto descriptivas como prescriptivas. Se trata, por tanto, de
teorías (como las de Alexy o MacCormick, que pretenden mostrar no únicamente cómo
se justifican de hecho las decisiones jurídicas, sino también (y al mismo tiempo, según
ellos, ambos planos coinciden en general) cómo se deberían justificar.

Parten del hecho de que las decisiones jurídicas deben ser y pueden ser justificadas y,
en ese sentido, se oponen tanto al determinismo metodológico (las decisiones jurídicas
no necesitan justificación porque proceden de una autoridad legítima y/o son el
resultado de simples aplicaciones de normas generales), como al decisionismo
metodológico (las decisiones jurídicas no se pueden justificar porque son puros actos de
voluntad) (cfr. Neumann, 1986, pp. 2 y 3). La primera de estas dos posturas parece
insostenible, especialmente en el contexto del derecho moderno, en el que la obligación
que se establece de motivar —justificar— las decisiones, no sólo contribuye a hacerlas
aceptables (y esto resulta especialmente relevante en sociedades pluralistas que no

17
consideran como fuente de legitimidad o de consenso cosas tales como la tradición o la
autoridad), sino también a que el derecho pueda cumplir su función de guía de la
conducta humana. Por otro lado, justificar una decisión en un caso difícil significa algo
más que efectuar una operación deductiva consistente en extraer una conclusión a
partir de premisas normativas y fácticas. Y otro tanto ocurre con la segunda postura,
esto es, con la opinión de que los jueces —o los jurados— no justifican (ni podrían
justificar propiamente) sus decisiones, sino que las toman de forma irracional —o
arracional—, y posteriormente las someten a un proceso de racionalización. Así, algunos
representantes del realismo americano han mantenido, en efecto, que las sentencias
judiciales “son desarrolladas retrospectivamente desde conclusiones tentativamente
formuladas” ,que no se puede aceptar la tesis que representa al juez “ aplicando leyes y
principios a los hechos, esto es, tomando alguna regla o principio... como su premisa
mayor, empleando los hechos del caso como premisa menor y llegando entonces a su
resolución mediante procesos de puro razonamiento” y que, en definitiva, las “
decisiones están basadas en los impulsos del juez” , el cual extrae esos impulsos no de
las leyes y de los principios generales del derecho fundamentalmente, sino sobre todo
de factores individuales que son todavía “más importantes que cualquier cosa que
pudiera ser descrita como prejuicios políticos, económicos o morales”

4. JUSTIFICACIÓN INTERNA Y JUSTIFICACIÓN EXTERNA

La justificación interna debe ser compatible con el uso de las reglas de la lógica, y la
justificación externa, debe desarrollar la explicación material de las premisas, que habrá
de observarse la importancia de construir buenos argumentos, buenas razones y buenas
justificaciones, a propósito de la decisión que cierra el conflicto o que, en su caso, implica
un análisis razonado de la decisión.

4.1. Justificación interna

El punto de partida de la justificación interna son las premisas, las cuales en la decisión
judicial vienen a ser la premisa normativa y la premisa fáctica. La premisa normativa
debe tener un supuesto normativo, una consecuencia jurídica y ser válida conforme al
ordenamiento jurídico. La premisa fáctica es una afirmación acerca de aquello que

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aconteció en el plano de los hechos. Se ha expresado entonces, que la justificación
interna hace alusión a un procedimiento de tipo deductivo, en el cual se parte de una
premisa mayor, una premisa menor y se obtiene una conclusión, lo cual implica que la
premisa mayor viene a coincidir con una norma jurídica, la premisa menor con los
hechos, y la conclusión con la sentencia judicial. Ahora bien, la sentencia judicial estará
argumentada racionalmente, desde el punto de vista de la justificación interna si existe
reciprocidad lógica entre las premisas y la decisión. Por ende, si dicha relación se
presenta de manera adecuada la argumentación ganará en calidad y racionalidad; si no
es así la argumentación jurídica pierde solidez. Como menciona Wróblewski, una
decisión se encuentra justificada internamente “si ha sido inferida de las premisas
aceptadas por quien toma la decisión según las reglas de la inferencia que él considera
válidas. Una injustificación de una decisión consiste en hacer explícitas esas premisas y
reglas” (Wróblewski, 2003).

Se debe apreciar si el juez ha seguido un ejercicio de sindéresis lógica y se revisa, con


insistencia, si el juez ha seguido las reglas de la lógica formal. Luego se verifica si el fallo
ha sido cuidadoso en no entrar en contradicciones manifiestamente incongruentes. Las
premisas fácticas de vulneración de un derecho fundamental se deben adecuar y
tipificar dentro de la norma tutelar constitucional.

La tarea del juez, en estos casos, es acometer con mucho cuidado su tarea de
construcción de argumentos y no podrá, en vía de ejemplo, resolver de forma
desestimatoria una pretensión vinculada al derecho fundamental a la salud, unida a la
norma-principio del derecho a la vida, si ya existe un antecedente jurisprudencial que
sienta doctrina constitucional respecto a una tutela 8.

por la justificación interna, apreciamos si el juez ha seguido un ejercicio de sindéresis


lógica y revisamos, con insistencia, si el juez ha seguido las reglas de la lógica formal.
Analizamos en el plano de justificación interna, si el fallo ha sido cuidadoso en no entrar
en contradicciones manifiestamente incongruentes. Verificamos si las premisas fácticas
de vulneración de un derecho fundamental se adecuan y tipifican dentro de la norma
tutelar constitucional o infra constitucional. En realidad, la decisión constitucional

8Vid. STC 2945-2003.AA/TC caso Azanca Meza, sobre atención médica integral para pacientes con
VIH/SIDA

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muchas veces constituye un conjunto considerable de premisas mayores o principios,
valores y directrices, a cuyo ámbito se remiten igual número de hechos o circunstancias
fácticas vinculadas a vulneraciones. En tal sentido, podemos apreciar un número
considerable de razones que exigen ser delimitadas a través de un ejercicio lógico que
denote que efectivamente hay una secuencia de congruencia, de íter procedimental
lógico y que no se han producido cuando menos contradicciones entre las premisas
mayores y las premisas fácticas, o entre los principios rectores de tutela y las
circunstancias de hecho expuestas.

La tarea del juez constitucional, en estos casos, es acometer con mucho cuidado su tarea
de construcción de argumentos y no podrá, en vía de ejemplo, resolver de forma
desestimatoria una pretensión vinculada al derecho fundamental a la salud, unida a la
norma-principio del derecho a la vida, si ya existe un antecedente jurisprudencial que
sienta doctrina constitucional respecto a una tutela. El juez no podrá alegar que conoce
el antecedente pero que considera restarle validez. ¿Por qué? Porque en caso de una
sentencia denegatoria, en la cual desestima la pretensión, cuando menos una de las
construcciones lógicas – que no existe tutela del derecho fundamental a la salud cuando
sí existe en otro caso resuelto por el supremo intérprete de la Constitución– devendría
falsa. Veamos esto con objetividad: creeríamos que el juez, al denegar el caso, infringiría
un principio de la lógica formal: daría como cierto un hecho falso. En consecuencia, se
consolida una manifiesta contradicción en su razonamiento y esa decisión es susceptible
de ser atacada por un problema de justificación interna. En otro ámbito, la justificación
externa se acerca mucho más a una justificación material de las premisas: implica un
ejercicio de justificación que bien podría ser óptimo, cuando justifica su decisión en base
a la ley, la doctrina y la jurisprudencia, o bien cuando recurre a un ejercicio mínimo
suficiente de la justificación, es decir, aporta cuando menos una sustentación que
satisface los requisitos liminares de una justificación suficiente.

4.2. Justificación externa

Esta justificación es más cercana a la justificación material de las premisas: implica un


ejercicio de justificación que bien podría ser óptimo, cuando justifica su decisión en base
a la ley, la doctrina y la jurisprudencia, o bien cuando recurre a un ejercicio mínimo

20
suficiente de la justificación, es decir, aporta cuando menos una sustentación que
satisface los requisitos liminares de una justificación suficiente.

En la justificación externa, los casos en sede constitucional, los principios que justifican
la decisión deben ser óptimamente delimitados, y que los hechos que rodean el caso,
hubieren correspondido a una adecuada enunciación fáctica. Solo en esos casos, puede
entenderse debidamente cumplido el ejercicio de justificación externa.

Por tanto, toda decisión judicial debe satisfacer los estándares de justificación interna y
externa, en tanto la ausencia de una u otra, no permite la validez de la misma,
asumiendo que la validez es en rigor, un ejercicio de compatibilidad con la Constitución,
es decir, con los principios, valores y directrices de la Carta Magna.

Según Marina Gascón Abellán señala:


Los argumentos que sostienen la justificación externa de la premisa normativa pueden
ser de tres tipos:
- respeto a la ley (las definiciones legislativas, las leyes interpretativas y los métodos de
interpretación)
- los argumentos de la dogmática
- el recurso a los precedentes.

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5. CONCLUSIONES

➢ La lógica es una de las herramientas fundamentales para poner en ejercicio el


Derecho: ayuda a buscar soluciones coherentes, proporcionadas, adecuadas a
los problemas y a los actores.

➢ En el razonamiento cabe distinguir dos aspectos o dimensiones: la materia y la


forma. La forma hace referencia a "la trabazón de las proposiciones"; la materia
se refiere a "la naturaleza de las proposiciones".

➢ El ordenamiento jurídico puede ser entendido, así como un «sistema


correlacional», en el cual sus términos o elementos, las normas, se definen por
las posiciones y relaciones recíprocas que mantienen con otros términos y
elementos, otras normas.

➢ El contexto de descubrimiento es aquél en el cual se descubre o se crea una


solución jurídica para un conflicto sometido a la jurisdicción.

➢ El contexto de justificación es aquél en el cual se pasa a dar las razones que


fundamentan una decisión judicial tomada. Las condiciones en este asumen
relevancia jurídica en tanto el juez debe explicar, sustentar y argumentar por qué
su decisión asume el sentido finalmente adoptado.

➢ La justificación interna debe ser compatible con el uso de las reglas de la lógica,
y la justificación externa, debe desarrollar la explicación material de las premisas,
que habrá de observarse la importancia de construir buenos argumentos,
buenas razones y buenas justificaciones, a propósito de la decisión que cierra el
conflicto o que, en su caso, implica un análisis razonado de la decisión.

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6. REFERENCIA BIBLIOGRAFICA

➢ Montoro Ballesteros, Alberto. ""Notas sobre el razonamiento jurídico y la


posibilidad, significación y límites de la lógica jurídica"". Persona y Derecho,
12 (1985): 67-109.

➢ JUECES Y ARGUMENTACIÓN Edwin Figueroa Gutarra Revista Oficial del Poder


Judicial: Año 6 - 7, N° 8 y N° 9 / 2012-2013

➢ MANUE ATIENZA,” LAS RAZONES DEL DERECHO” teorías de la argumentación


jurídica MÉXICO, 2005

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