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G1 - El Razonamiento Logico y Sus Bases Conceptuales
G1 - El Razonamiento Logico y Sus Bases Conceptuales
CURSO:
➢ LOGICA JURIDICA
DOCENTE:
➢ DR. DEIVER VILCHERREZ VILELA
TEMA DE TRABAJO:
➢ EL RAZONAMIENTO LOGICO Y SUS BASES CONCEPTUALES
CICLO:
➢ XI
ALUMNOS:
1
INDICE
INTRODUCCION………………………………………………………………………………………………………3
1.RAZONAMIENTO LOGICO………………………………………………………………………………………4
1.1. Clases………………………………………………………………………………………………………………..5
1.1.1. Deductivo……………………………………………………………………………………………………....5
1.1.2. Inductivo…………………………………………………………………………………………………….….5
1.2. Lógica formal y lógica material……………………………………………………………………………6
2.ORDENAMIENTO JURIDICO……………………………………………………………………………..…….8
2.1. Diferencia entre ordenamiento jurídico y orden jurídico…………………………………..11
5.CONCLUSIONES……………………………………………………………………………………..…………….22
6.REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS…………………………………………………………….………………23
2
INTRODUCCION
3
RAZONAMIENTO LOGICO Y SUS BASES CONCEPTUALES
1. RAZONAMIENTO LOGICO:
c. Juan José Sanguineti define la inferencia como el " ... paso de las premisas a la
conclusión ese paso no es más que "la derivación" de un juicio de otros, pero el
razonamiento no es solamente eso, sino que es un complejo pensamiento compuesto
de varios juicios.3
a. Luis Alberto Padilla: "El razonamiento es una operación lógica por medio de la cual, a
partir de uno o más juicios, se deriva la verdad o falsedad ... de otro distinto4
edición, página: 14
3 116 Sanguineti, Juan José. Op. cit., página: 128.
4 Padilla M., Luis Alberto. Op. cit., página: 52.
5 Campagna, María Cristina; y Adriana Lazzeretti. Op. cit., página: 55
4
c. Mario Moro: "El razonamiento es el acto con el cual el entendimiento parte de unos
conocimientos, para llegar a otros nuevos6y,
1.1.1. Deductivo
1.1.2. Inductivo
Es el tipo de razonamiento que Aristóteles describe así: " ... De la experiencia o sea de
todo lo universal que se ha depositado en el alma, unidad que subsiste siempre, además
de los objetos múltiples, y que es una e idéntica en todos estos objetos, viene el principio
del arte y de la ciencia; del arte, si se trata de producir las cosas; la ciencia, si se trata de
conocer las cosas que existen ... Por tanto, estos conocimientos de los principios no
están en nosotros completamente determinados; no proceden tampoco de otros
conocimientos más notorios que ellos; vienen únicamente de la sensación ... Desde el
momento en que una de estas ideas, entre las que no hay ninguna diferencia, se detiene
6Moro, Mario. Op. cit., página: 37. 120 Benlloch Ibarra, E., y C. Tejedor Campomanes. Op. cit., página:
44.
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en el alma, en seguida ésta concibe lo universal; hay sensación del ser particular, pero
la sensibilidad se eleva hasta lo general.
y una vez obtenido dicho pensamiento, se puede aplicar o predicar de modo deductivo
a los individuos contenidos en el mismo, por ende, los tipos de razonamientos aludidos
se complementan. Por ejemplo:
b.2.1. Los ángulos interiores del triángulo equilátero suenan dos rectos (180 grados);
b.2.2. Los ángulos interiores del triángulo isósceles suman dos rectos (180 grados); y,
b.2.3. Los ángulos interiores del triángulo escaleno suman dos rectos (180 grados). De
los juicios singulares referidos por los enunciados anteriores, se abstrae lo común entre
ellos, y se concluye el siguiente juicio universal declarado con la proposición: Los ángulos
interiores de todos los triángulos suman dos rectos (180 grados). El juicio significado en
la conclusión anterior constituye el punto de partida en un razonamiento deductivo,
porque se puede aplicar a cualquier triángulo en particular, y predicar del mismo que
sus ángulos interiores suman dos rectos (180 grados).
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en el ámbito de la lógica aristotélica, con la de los Primeros Analíticos, ocupada de
elaborar la teoría del "silogismo correcto". La lógica formal estudia así los contenidos
del pensamiento según su interna estructura (como conceptos, juicios y raciocinios) y
sus recíprocas y necesarias relaciones (leyes lógicas); leyes lógicas que aseguran la
rectitud o corrección del razonamiento. La lógica formal tiene pues por objeto la
corrección de la trabazón de las proposiciones del razonamiento, mostrando "cómo
debe efectuarse dicha trabazón para que el razonamiento sea correcto y riguroso".
Kalinowski denomina a la lógica, así entendida, lógica formal deductiva. A este respecto
dice: "la lógica ciencia enuncia leyes comparables por una parte a las tesis matemáticas
y por la otra parte a las leyes de la física o de la sociología, por ejemplo, con la diferencia
de que las leyes lógicas expresan las relaciones que existen entre entes de razón, o entre
los signos lingüísticos que los representan (en lo que la lógica se parece a las
matemáticas) y no entre entes reales (...). La lógica, entendida de esta manera —
añade—, puede ser llamada lógica formal y deductiva. En efecto, se trata de una ciencia
formal (...), pues la lógica sólo estudia las relaciones formales entre proposiciones con
valor lógico. Es al mismo tiempo lógica deductiva, porque sus leyes fundamentan las
reglas de los raciocinios deductivos”.
b) La lógica material —también denominada lógica mayor (lógica maior)— se ocupa del
razonamiento desde el punto de vista de su adecuación o correspondencia con la
realidad de lo pensado. Esto es, la lógica material es la que define la forma que debe
adoptar el pensamiento teniendo en cuenta los objetos a que se puede aplicar. Se trata
de un estudio de naturaleza filosófica encaminado a mostrar las condiciones de validez
de la actividad racional y de los productos objetivados de la misma; esto es, del
conocimiento científico—filosófico y de su verdad ontológica. La lógica material, a partir
del estudio de la materia del razonamiento (naturaleza de las proposiciones), se ocupa
de mostrar "cuáles deben ser las proposiciones para que el razonamiento no sólo sea
riguroso, sino también demostrativo o científico". Según Maritain la Lógica mayor o
lógica material "muestra a qué condiciones deben responder los materiales del
razonamiento para que se tenga una conclusión sólida en todos los aspectos —no sólo
del lado de la forma, sino también del lado de la materia—, es decir, una conclusión
verdadera y cierta". La ciencia se adquiere por demostración, y toda demostración es un
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raciocinio donde hay que distinguir materia (los elementos que en el raciocinio se
ordenan) y forma (ordenación o modo de disponer dichos elementos para alcanzar un
resultado científico).
La lógica no se ocupa sólo de la forma (lógica formal), sino también de la materia (lógica
material), estudiando de un modo lógico cómo ha de ser la materia para que, con el
concurso de la forma adecuada, se llegue a una conclusión científicamente verdadera.
La lógica material se ocupa —dice Jolivet— de "determinar la forma que debe adoptar
el pensamiento, según los diversos objetos a los que se puede aplicar" (38), siendo pues
competencia de la misma "el estudio de todas las condiciones y propiedades lógicas que
se requieren, en general, para obtener una conclusión científicamente verdadera”.
Maritain se refiere a ella con las expresiones de Lógica mayor o Lógica de la Razón
verdadera. Caracterizada así la lógica material se corresponde, en el ámbito de los
estudios lógicos de Aristóteles, con los Segundos Analíticos ocupados de elaborar la
teoría del "silogismo demostrativo que engendra la ciencia porque su conclusión es
verdadera"
2. ORDENAMIENTO JURIDICO
El profesor Gregorio Peces Barba, en el libro El curso de teoría del derecho, sostiene: “el
derecho es, en definitiva, una técnica de organización de las conductas humanas que
pretende conseguir sus objetivos a través del establecimiento de determinados modelos
o patrones de conducta, expresados a través de normas. Pero esas normas, las normas
jurídicas, no existen aisladas e independientes. Al contrario, se agrupan en lo que
denominamos ordenamiento jurídico”. (2000, Pág. 23) Por su parte, Antonio E. Peréz
Luño en el libro teoría del derecho considera que: “Las normas jurídicas no están
aisladas, sino que, como constituyen un sistema”. (2012, Pág. 203)
Se partirá aquí de considerar las relaciones entre normas como relaciones nodales de
todo ordenamiento jurídico. Esto presupone, cuando menos, dos premisas: a) que las
normas constituyen los elementos o unidades mínimas del Derecho (asunción que es
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ampliamente compartida por la teoría jurídica contemporánea de cualquier signo u
orientación); y b) que es justamente en las relaciones internormativas donde se genera
el «sistema jurídico». A partir de ello se abre una perspectiva que podernos llamar
«formal» acerca del Derecho.
Una característica sobresaliente del ordenamiento jurídico, bajo esta óptica, es que las
normas jurídicas se remiten de hecho unas a otras, y esto determina que la normatividad
jurídica tenga, efectivamente, una dimensión «metalingüística» o autor reflexivo, por
cuanto que cualquier norma jurídica está necesariamente referida, y se refiere
regulativamente, a otras normas jurídicas en un proceso continuado. Éste sería un rasgo
que diferencia decisivamente al Derecho de cualesquiera otros sistemas de normas. Es
decir, el Derecho constituiría una práctica que regula la producción de normas y una
práctica que produce nuevas normas con arreglo a dicha regulación.
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concepto de orden normativo sistémico y aunque pudiera eventualmente criticarse que
ésta sea una tesis positivista, convenimos con Norberto Bobbio en que el ordenamiento
jurídico goza de 3 caracteres esenciales: unidad, coherencia y plenitud. De unidad, por
cuanto las decenas de miles de normas y leyes existentes, sin contar otros tantos
dispositivos reglamentarios, forman un todo armónico con la Constitución, en el sentido
de que todas esas reglas, aun las que pudieran en determinado momento colisionar con
la misma, forman una unidad representativa, en la cual en la cúspide de esa pirámide,
la Constitución no es solo una norma más, sino la norma que realmente vincula a todos
los poderes y por consiguiente, a todas las normas con rango de ley y administrativas.
El Juez podrá advertir, frente a determinado caso, que si bien no hay una norma-regla
aplicable al caso que debe resolver, o que no existe una ley o reglamento que pueda
resolver la controversia, no por esta razón habrá de excusarse de solucionar el caso. En
tal sentido, tendrá que invocar principios, entendidos como mandatos de optimización,
para poder dar solución al conflicto o controversia materia de análisis. Y más aún cuando
se trata de derechos fundamentales, pues en rigor éstos tienen la premisa de optimizar
los contenidos de pretensiones hasta donde sea racional y razonable tutelar un derecho
iusfundamental frente a una afectación manifiesta a su contenido.
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De ahí que podamos entender, también, la teoría del Derecho Constitucional, como una
teoría de la integración, en el propósito de que siendo insuficiente resolver los conflictos
con la ayuda de las normas-regla, deba acudirse a los contenidos de las normas-principio
como manifestaciones de optimización de los derechos fundamentales. En
consecuencia, todo ordenamiento jurídico puede a su vez ser entendido como un
ordenamiento constitucional en el cual la Constitución regula como un todo armónico,
coherente y pleno las relaciones entre los derechos fundamentales de los ciudadanos
del Estado constitucional
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2.3. El ordenamiento jurídico como sistema
Menciona que las normas interactúan entre sí, y si están interconectadas basándose en
principios de aplicación general, se habla de sistema jurídico. Según el jurista inglés
Herbert Hart, el derecho está formado por dos tipos de reglas jurídicas:
Para el ordenamiento jurídico las normas deberían tener coherencia y que no sean
incompatibles entre sí. Los ordenamientos jurídicos realmente existentes no son
totalmente coherentes. De ahí que nos encontremos con el problema de las antinomias
jurídicas a las contradicciones entre las normas de un mismo ordenamiento jurídico, o
sea, al caso en que dos o más normas apliquen para un mismo caso indicando conductas
o resoluciones distintas o incluso contradictorias.
Dicha antinomia puede ser total (cuando debe elegirse entre una de las dos normas para
aplicar) o parcial (cuando el asunto del que una norma se ocupa está incluido también
en el de otra distinta en otro sentido). Un ordenamiento jurídico coherente y bien
diseñado, en primer lugar, debería carecer totalmente de antinomias jurídicas.
Lagunas
La laguna es una falta, una insuficiencia de regulación jurídica dentro del ordenamiento.
La doctrina establece, entre otros, dos principales tipos de lagunas
- Lagunas de Ley: Significa que no existe una ley que pueda resolver el supuesto
planteado.
- Lagunas de Derecho: No existe ni ley, ni costumbre, ni principio general que
pueda resolver ese caso.
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2.5. Importancia del ordenamiento jurídico
Evita que las leyes se contradigan, se antepongan o que existan situaciones imposibles
de juzgar. Sin una jerarquización firme y un sistema jurídico orgánico, se da lugar a la ley
del más fuerte y a otras formas de imposición que resultarían en violencia social.
Dentro de la secuencia del análisis lógico del razonamiento jurídico existe un fenómeno
importante a explicar, y como tal, resulta relevante su delimitación, a efectos de que, en
el ejercicio lógico a desarrollar, diferenciemos en qué medida, en la valoración lógica,
los contextos de descubrimiento y justificación, van a relacionar nuestras ideas sobre el
esclarecimiento de la incertidumbre jurídica a dilucidar. ¿Cuándo existe contexto
de descubrimiento? Releyendo las ideas que expresa Manuel Atienda, podemos inferir
que el contexto de descubrimiento no necesita una justificación o explicación. En vía de
ejemplo, podemos manifestar que al juez no le van a exigir, dentro del análisis del
problema, por qué escogió tal o cual interpretación. Es decir, si existe un conflicto a
resolver, no a va a requerírsele al juzgador por qué optó por determinada posición.
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reside en que, en el contexto de justificación, el juez va a necesitar fundamentar su
decisión, explicando cuál es la justificación para expresar el fallo en el sentido que el
mismo ha adoptado.
7 ATIENZA, Manuel. “Las Razones del Derecho”. Palestra Editores. Lima 2004. Pág. 28. Pág. 32.
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medio lleno? El contexto de descubrimiento no asume relevancia en la argumentación
constitucional en tanto no es exigible, racionalmente, la explicación de por qué se
adoptó una u otra posición interpretativa pues en gran medida, este tipo de contexto
tiene lugar respecto a los criterios de valoración del juez, a su formación, a su propia
idiosincrasia frente a determinados problemas, a cómo ve un determinado problema
con relevancia constitucional, entre otros fundamentos de su fuero interno. En otra vía
de ejemplo, los jueces de las zonas alejadas de la Costa, en donde las poblaciones –léase
Comunidades Nativas– conservan valores distintos a los de las zonas urbanas en temas
de represión de conductas antijurídicas, podrían asumir que constituya una conducta
permitida que ciertos sectores de la población nativa puedan comprometerse y procrear
familia desde temprana edad, en tanto que un juez de la Costa, más ceñido a valores de
protección vertical de la indemnidad sexual de menores, sí consideraría la apertura de
un proceso penal por cuestiones vinculadas a la protección estatal en caso de la unión
marital con una persona menor de edad. En el caso en comento, el contexto de
descubrimiento del juez del entorno rural, expresado como su formación moral, social y
de valores, informaría que no habría mérito para la imposición de una sanción penal, y
en rigor el contexto de descubrimiento no es un ítem susceptible de examen pues el
fuero interno obedece a un conjunto de razones determinadas para apuntar a una
solución del conflicto.
El contexto de justificación es aquél en el cual se pasa a dar las razones que fundamentan
una decisión judicial tomada. Las condiciones en este asumen relevancia jurídica en
tanto el juez debe explicar, sustentar y argumentar por qué su decisión asume el sentido
finalmente adoptado.
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los seres humanos con capacidad de raciocinio, siguiendo la noción hâberleana, nos
vemos en la necesidad, exigencia y requerimiento de fundamentar nuestras decisiones,
a diferencia del contexto de descubrimiento, el cual solo enuncia nuestra posición. Es
en ese sentido cuando cobra una dimensión jurídico garantista la decisión del juez que
debe sustentar una posición y las implicancias constitucionales son de suyo relevantes.
Bajo los alcances del contexto de descubrimiento, no se le requerirá al juez por qué
adoptó una decisión, o de qué manera se expresó ese fuero interno propio del mismo
para entender que en un caso determinado, verbigracia, no adoptó una posición de
tutela o de improcedencia. Tampoco sería viable, bajo las reglas del contexto de
descubrimiento, por qué el juez partió de determinados supuestos para señalar que la
pretensión constitucional sí debía declararse fundada. Sin embargo, en el contexto de
justificación el juez se ve impelido para expresar, una a una, las razones, normativas,
fácticas o de principios, que le conceden fuerza a su decisión y que propiamente
satisfacen la exigencia de una justificación.
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finalmente, se toma en cuenta la impresión inicial, esto es, los prejuicios del juez o del
jurado que pueden provenir tanto de condiciones situacionales (por ejemplo, su estado
de humor en el momento del juicio), como de condiciones asociadas con su personalidad
(por ejemplo, prejuicios raciales o religiosos).
Parten del hecho de que las decisiones jurídicas deben ser y pueden ser justificadas y,
en ese sentido, se oponen tanto al determinismo metodológico (las decisiones jurídicas
no necesitan justificación porque proceden de una autoridad legítima y/o son el
resultado de simples aplicaciones de normas generales), como al decisionismo
metodológico (las decisiones jurídicas no se pueden justificar porque son puros actos de
voluntad) (cfr. Neumann, 1986, pp. 2 y 3). La primera de estas dos posturas parece
insostenible, especialmente en el contexto del derecho moderno, en el que la obligación
que se establece de motivar —justificar— las decisiones, no sólo contribuye a hacerlas
aceptables (y esto resulta especialmente relevante en sociedades pluralistas que no
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consideran como fuente de legitimidad o de consenso cosas tales como la tradición o la
autoridad), sino también a que el derecho pueda cumplir su función de guía de la
conducta humana. Por otro lado, justificar una decisión en un caso difícil significa algo
más que efectuar una operación deductiva consistente en extraer una conclusión a
partir de premisas normativas y fácticas. Y otro tanto ocurre con la segunda postura,
esto es, con la opinión de que los jueces —o los jurados— no justifican (ni podrían
justificar propiamente) sus decisiones, sino que las toman de forma irracional —o
arracional—, y posteriormente las someten a un proceso de racionalización. Así, algunos
representantes del realismo americano han mantenido, en efecto, que las sentencias
judiciales “son desarrolladas retrospectivamente desde conclusiones tentativamente
formuladas” ,que no se puede aceptar la tesis que representa al juez “ aplicando leyes y
principios a los hechos, esto es, tomando alguna regla o principio... como su premisa
mayor, empleando los hechos del caso como premisa menor y llegando entonces a su
resolución mediante procesos de puro razonamiento” y que, en definitiva, las “
decisiones están basadas en los impulsos del juez” , el cual extrae esos impulsos no de
las leyes y de los principios generales del derecho fundamentalmente, sino sobre todo
de factores individuales que son todavía “más importantes que cualquier cosa que
pudiera ser descrita como prejuicios políticos, económicos o morales”
La justificación interna debe ser compatible con el uso de las reglas de la lógica, y la
justificación externa, debe desarrollar la explicación material de las premisas, que habrá
de observarse la importancia de construir buenos argumentos, buenas razones y buenas
justificaciones, a propósito de la decisión que cierra el conflicto o que, en su caso, implica
un análisis razonado de la decisión.
El punto de partida de la justificación interna son las premisas, las cuales en la decisión
judicial vienen a ser la premisa normativa y la premisa fáctica. La premisa normativa
debe tener un supuesto normativo, una consecuencia jurídica y ser válida conforme al
ordenamiento jurídico. La premisa fáctica es una afirmación acerca de aquello que
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aconteció en el plano de los hechos. Se ha expresado entonces, que la justificación
interna hace alusión a un procedimiento de tipo deductivo, en el cual se parte de una
premisa mayor, una premisa menor y se obtiene una conclusión, lo cual implica que la
premisa mayor viene a coincidir con una norma jurídica, la premisa menor con los
hechos, y la conclusión con la sentencia judicial. Ahora bien, la sentencia judicial estará
argumentada racionalmente, desde el punto de vista de la justificación interna si existe
reciprocidad lógica entre las premisas y la decisión. Por ende, si dicha relación se
presenta de manera adecuada la argumentación ganará en calidad y racionalidad; si no
es así la argumentación jurídica pierde solidez. Como menciona Wróblewski, una
decisión se encuentra justificada internamente “si ha sido inferida de las premisas
aceptadas por quien toma la decisión según las reglas de la inferencia que él considera
válidas. Una injustificación de una decisión consiste en hacer explícitas esas premisas y
reglas” (Wróblewski, 2003).
La tarea del juez, en estos casos, es acometer con mucho cuidado su tarea de
construcción de argumentos y no podrá, en vía de ejemplo, resolver de forma
desestimatoria una pretensión vinculada al derecho fundamental a la salud, unida a la
norma-principio del derecho a la vida, si ya existe un antecedente jurisprudencial que
sienta doctrina constitucional respecto a una tutela 8.
8Vid. STC 2945-2003.AA/TC caso Azanca Meza, sobre atención médica integral para pacientes con
VIH/SIDA
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muchas veces constituye un conjunto considerable de premisas mayores o principios,
valores y directrices, a cuyo ámbito se remiten igual número de hechos o circunstancias
fácticas vinculadas a vulneraciones. En tal sentido, podemos apreciar un número
considerable de razones que exigen ser delimitadas a través de un ejercicio lógico que
denote que efectivamente hay una secuencia de congruencia, de íter procedimental
lógico y que no se han producido cuando menos contradicciones entre las premisas
mayores y las premisas fácticas, o entre los principios rectores de tutela y las
circunstancias de hecho expuestas.
La tarea del juez constitucional, en estos casos, es acometer con mucho cuidado su tarea
de construcción de argumentos y no podrá, en vía de ejemplo, resolver de forma
desestimatoria una pretensión vinculada al derecho fundamental a la salud, unida a la
norma-principio del derecho a la vida, si ya existe un antecedente jurisprudencial que
sienta doctrina constitucional respecto a una tutela. El juez no podrá alegar que conoce
el antecedente pero que considera restarle validez. ¿Por qué? Porque en caso de una
sentencia denegatoria, en la cual desestima la pretensión, cuando menos una de las
construcciones lógicas – que no existe tutela del derecho fundamental a la salud cuando
sí existe en otro caso resuelto por el supremo intérprete de la Constitución– devendría
falsa. Veamos esto con objetividad: creeríamos que el juez, al denegar el caso, infringiría
un principio de la lógica formal: daría como cierto un hecho falso. En consecuencia, se
consolida una manifiesta contradicción en su razonamiento y esa decisión es susceptible
de ser atacada por un problema de justificación interna. En otro ámbito, la justificación
externa se acerca mucho más a una justificación material de las premisas: implica un
ejercicio de justificación que bien podría ser óptimo, cuando justifica su decisión en base
a la ley, la doctrina y la jurisprudencia, o bien cuando recurre a un ejercicio mínimo
suficiente de la justificación, es decir, aporta cuando menos una sustentación que
satisface los requisitos liminares de una justificación suficiente.
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suficiente de la justificación, es decir, aporta cuando menos una sustentación que
satisface los requisitos liminares de una justificación suficiente.
En la justificación externa, los casos en sede constitucional, los principios que justifican
la decisión deben ser óptimamente delimitados, y que los hechos que rodean el caso,
hubieren correspondido a una adecuada enunciación fáctica. Solo en esos casos, puede
entenderse debidamente cumplido el ejercicio de justificación externa.
Por tanto, toda decisión judicial debe satisfacer los estándares de justificación interna y
externa, en tanto la ausencia de una u otra, no permite la validez de la misma,
asumiendo que la validez es en rigor, un ejercicio de compatibilidad con la Constitución,
es decir, con los principios, valores y directrices de la Carta Magna.
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5. CONCLUSIONES
➢ La justificación interna debe ser compatible con el uso de las reglas de la lógica,
y la justificación externa, debe desarrollar la explicación material de las premisas,
que habrá de observarse la importancia de construir buenos argumentos,
buenas razones y buenas justificaciones, a propósito de la decisión que cierra el
conflicto o que, en su caso, implica un análisis razonado de la decisión.
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6. REFERENCIA BIBLIOGRAFICA
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