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"Año del Bicentenario del Perú: 200 años de Independencia"

MADRE DE DIOS CAPITAL DE LA BIODIVERSIDAD DEL PERU


UNIVERSIDAD NACIONAL AMAZONICA DE MADRE DE DIOS

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“CARRERA FISCAL Y CARRER JUDICIAL”

DOCENTE:

Prof. ERWIN ENCISO LECAROS

ESTUDIANTE:
DEL AGUILA SAAVEDRA, Alessandra Mishell.

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INDICA
1. LEY DE LA CARRERA FISCAL..............................................................................................4
II. PRINCIPIOS RECTORES DE LA CARRERA FISCAL....................................................7
2. LEY DE LA CARRERA JUDICIAL..........................................................................................9
III. PRINCIPIOS RECTORES DE LA CARRERA JUDICIAL..........................................13
3. CONCLUSION..........................................................................................................................15
4. BIBLIOGRAFIA........................................................................................................................17

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I. PRESENTACIÓN

La política institucional del Ministerio Público tiene como una de sus principales
metas la de ofrecer a la ciudadanía un servicio fiscal eficiente y oportuno. Para ello,
es preciso que se apruebe una Ley de la Carrera Fiscal que permita a nuestra
institución contar con profesionales preparados para afrontar adecuadamente los
requerimientos de la ciudadanía, brindando un apoyo fundamental a la
administración de justicia. Por ello, mediante Resolución de la Fiscalía de la Nación
Nº 639-2008-MPFN, de 22 de mayo de 2008, se conformó una comisión de trabajo,
integrada por fiscales de todos los niveles así como por funcionarios administrativos,
que se encargó de elaborar el proyecto de Ley de la Carrera Fiscal que ahora se
publica. El proyecto se basa en un moderno enfoque de administración de personal
por competencias, estableciendo pautas para el ingreso, permanencia, desarrollo y
conclusión de la carrera fiscal. Ello ha sido posible gracias al asesoramiento del
doctor Enrique Louffat Olivares, Profesor del Área Académica de Administración de
la Universidad ESAN. Para elaborar el proyecto de la Ley de la Carrera Fiscal, la
comisión de trabajo ha revisado la legislación nacional vinculada a la función fiscal y
judicial, legislación comparada, así como los modelos organizacionales que podían
aplicarse al Ministerio Público. Asimismo, analizó detenidamente las propuestas
legislativas que sobre la materia han sido presentadas en el Congreso de la
República. Confío en que este proyecto pueda convertirse en ley, pues a diferencia
de otras iniciativas legislativas sobre la materia, se ha elaborado tomando en cuenta
las características particulares y diferenciadas de las funciones constitucionalmente
asignadas al Ministerio Público.

El artículo 138 de la Constitución vigente señala que "La potestad de Administrar


Justicia emana del pueblo" y que el pueblo usa como intermediario para Administrar
Justicia al Poder Judicial, por lo tanto, la Justicia en el Perú no es sólo un tema de
discusión para abogados, para fiscales o para jueces. La Administración de Justicia
en nuestro país es un problema del ama de casa, es un asunto del vendedor
ambulante, es un dilema del carpintero, del artesano, es un tema de la sociedad en
su conjunto, y, es por eso que, cuando deseamos realizar un diagnóstico objetivo
del Poder Judicial, tenemos inevitablemente que remitirnos a la opinión de todos
estos ciudadanos. Deseo plantear como premisa de análisis lo que piensa hoy esa

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ama de casa, el vendedor ambulante o el ciudadano común, sobre la Administración
de Justicia en el Perú.

1. LEY DE LA CARRERA FISCAL

En el Título I se define el Modelo de la Carrera Fiscal, estableciendo sus


componentes: planeamiento, organización, dirección y control; las competencias
institucionales y personales; las funciones técnicas de personal: reclutamiento,
selección, socialización, capacitación, evaluación del desempeño, remuneraciones y
beneficios, así como conclusión de la carrera; y, los indicadores para medir el grado
de eficacia y eficiencia de los diversos componentes.

El Título II relacionado a la Administración de la Carrera Fiscal desarrolla cada uno


de los elementos del proceso administrativo. En primer lugar, el Planeamiento,
establece los criterios estratégicos para la selección, permanencia y culminación del
servicio; considera el acceso abierto, la promoción basada en la experiencia y los
méritos. En segundo término, la Estructura Organizacional, obedece a un modelo
funcional que privilegia la especialización, pero se permite el cambio en el mismo
nivel o de un nivel a otro. En tercer lugar, en la Dirección, se considera
imprescindible el rol de los fiscales mentores, quienes por sus cualidades propias y
previa capacitación en técnicas de liderazgo, motivación y comunicación, se
encargan de monitorear el desarrollo permanente de otros fiscales; todo lo cual
estará supervisado por una Unidad Especializada dependiente de la Fiscalía de la
Nación. Esta Unidad Especializada se encargará de supervisar, a través de
indicadores cualitativos y cuantitativos, el grado de eficacia y eficiencia en los
procesos de planeamiento, organización, dirección y control de la carrera, así como
de las funciones técnicas de personal; constituyendo un sistema integrado de
gestión, que asegure una información veraz y oportuna para la toma de decisiones.

En el Título III referido a las Competencias Institucionales y Personales, se


desarrollan las particularidades tanto a nivel organizacional como personal, con el
objeto de identificar y homogeneizar los valores básicos que distinguen al Ministerio
Público. Dentro del primer tipo de competencias, se destacan aquellas que
diferencian institucionalmente al Ministerio Público de las entidades que conforman
el sistema de administración de justicia. En el segundo tipo, tomándose como base

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las competencias de la institución, se incide en el conjunto de conocimientos,
habilidades y actitudes que caracterizan al fiscal, para el ejercicio eficaz y eficiente
de sus funciones, en cada uno de los niveles de la carrera.

El Título IV está referido a las Funciones de la Administración de Personal


Integradas a la Carrera Fiscal, que son: el reclutamiento de postulantes, la
selección, socialización, evaluación del desempeño, capacitación, remuneraciones y
beneficios, así como la conclusión de la carrera fiscal. Mediante el reclutamiento el
Consejo Nacional de la Magistratura convoca a los candidatos potenciales que
reúnan las competencias de conocimientos, habilidades y actitudes requeridas por
el Ministerio Público para ejercer las funciones de manera eficaz y eficiente, en sus
diferentes niveles y especialidades. La selección de los candidatos reclutados se
basa en un concurso de méritos por competencias. El examen comprende la
evaluación de conocimientos, psicométrica y psicológica, según la especialidad. Se
evalúa también la hoja de vida que refleja el desarrollo profesional. El nombramiento
del fiscal seleccionado se produce en estricto orden de méritos y conforme a la
votación señalada en nuestro ordenamiento jurídico. En caso de apartarse del
cuadro de méritos, la decisión del Consejo Nacional de la Magistratura debe ser
motivada y constar en el acta respectiva, en cuyo caso se elegirá al siguiente
candidato. El Fiscal de la Nación juramenta el cargo ante el Presidente de la Junta
de Fiscales Supremos o quien haga sus veces. La juramentación de los fiscales
titulares de todos los niveles se realiza ante el Consejo Nacional de la Magistratura.
El ingreso a la carrera fiscal es abierto en cualquiera de sus niveles. Sin embargo,
en caso de ascenso, se produce de nivel en nivel, esto es, al cargo inmediato
superior al que postula el fiscal. En este Título, se detallan los deberes que
corresponden a los fiscales. Se pone especial énfasis en la capacitación y
actualización permanente, con la réplica de los conocimientos y experiencias
académicas adquiridos; así como en la evaluación del desempeño funcional por
competencias. Se señalan los derechos que alcanzan a todos los fiscales,
estableciéndose una relación ordenada con el propósito de hacerlos exigibles frente
a arbitrariedades o amenazas que podrían poner en riesgo su carrera.

Respecto a las prohibiciones e incompatibilidades, se establecen los supuestos en


los cuales no debe incurrir el fiscal, los que guardan relación directa con el ejercicio
de la defensa pública o privada, la aceptación de favores materiales por parte de los

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justiciables, la práctica de actividades lucrativas, la asociación sindical y política; así
como las incompatibilidades por razones de parentesco, matrimonio y unión de
hecho, pues tales supuestos no concilian con la naturaleza de la función que
desempeñan. Las responsabilidades civiles y penales se rigen por las leyes de la
materia. El régimen administrativo disciplinario estará a cargo del Órgano de Control
Interno, y se caracteriza por la descripción típica de las infracciones, la
determinación de las sanciones imponibles y el procedimiento aplicable en el caso
de la determinación de una queja maliciosa. Las especificidades legales practicadas
permitirán ponderar la aplicación de las sanciones correspondientes por inconducta
funcional, siempre bajo las garantías de un “debido procedimiento”. El proyecto ha
considerado la abstención como medida cautelar en el ejercicio de la función fiscal,
se adopta en situaciones excepcionales y de suma gravedad que comprometan la
dignidad del cargo y desmerezcan al fiscal en el concepto público. De otro lado, el
modelo integrado de la carrera fiscal prevé una etapa de socialización, que consiste
en la integración de los fiscales con la misión institucional, competencias, objetivos,
políticas, líneas de mando y principales normas internas relacionadas con su
función, sustentadas en la administración del clima laboral y cultural institucional,
cuyo seguimiento estará a cargo de los fiscales mentores. El proyecto considera la
capacitación especializada de los fiscales a cargo de la Escuela del Ministerio
Público, en coordinación con la Academia de la Magistratura. La capacitación tiene
por finalidad perfeccionar y actualizar sus conocimientos, así como desarrollar
habilidades y actitudes requeridas según niveles y especialidades de la carrera
fiscal.

La evaluación del desempeño fiscal, es sin duda el elemento más novedoso de la


administración de carrera fiscal que trae el presente proyecto. Mide el nivel de
eficacia y eficiencia del trabajo fiscal a través de indicadores cuantitativos y
cualitativos, requeridos por el perfil fiscal institucional, según competencias y
productividad por niveles y especialidad de la carrera. En este sentido, se ha
previsto dos tipos de evaluación del desempeño funcional, una interna y otra
externa. La evaluación interna de los fiscales estará a cargo de la Unidad
Especializada de la Fiscalía de la Nación, será permanente, los resultados se
expedirán cada dos años y se anotarán en el cuadro de méritos correspondientes
con conocimiento del Consejo Nacional de la Magistratura. En caso de no superar la

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evaluación interna por competencias, el nuevo proyecto contempla la separación por
falta de idoneidad. La evaluación externa corresponde al Consejo Nacional de la
Magistratura como consecuencia del proceso de ratificación, el que por mandato
constitucional se realiza cada siete años. Esta evaluación también alcanza a los
fiscales supremos. Resulta indispensable referirnos a la remuneración integral que
debe percibir el fiscal, en tanto que forma parte de las funciones del modelo de
administración de la carrera fiscal y tiene estrecha relación con los niveles
jerárquicos en la estructura organizacional. El fiscal debe percibir dieciséis (16)
remuneraciones al año en atención a la exclusividad y responsabilidad del cargo
que desempeña. A su vez, el estímulo por competencias se otorgará cuando
contribuya al incremento de la productividad y al logro de las metas institucionales;
así como los demás beneficios que conforme al presente proyecto debe percibir el
fiscal. Finalmente, se establecen las causales por las cuales se concluye la carrera
fiscal como son: muerte, cesantía o jubilación, renuncia aceptada, destitución, no
ratificación, separación, incompatibilidad, y sentencia condenatoria o con reserva del
fallo por delito doloso.

II. PRINCIPIOS RECTORES DE LA CARRERA FISCAL

 Artículo I. Autonomía, independencia e imparcialidad


El Ministerio Público es un organismo constitucionalmente autónomo, ejerce
sus funciones de manera independiente y objetiva, con arreglo a la
Constitución Política y a la ley.
 Artículo II. Ingreso y desarrollo de la carrera fiscal
El ingreso a la carrera fiscal es voluntario, su desarrollo guarda relación con
las competencias institucionales y personales requeridas por la presente ley.
 Artículo III. Permanencia e inamovilidad de los fiscales
La carrera fiscal garantiza la permanencia de los fiscales en la función que
ejercen, sin perjuicio de la ratificación a la que están sujetos por el Consejo
Nacional de la Magistratura de conformidad con el artículo 154, numeral 2, de
la Constitución Política y lo establecido en la presente ley en cuanto al
régimen disciplinario. Asimismo, garantiza el derecho de los fiscales a no ser

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trasladados de su cargo sin su consentimiento, salvo por necesidad del
servicio debidamente comprobado.
 Artículo IV. Mérito
El ingreso, la permanencia y la promoción en la carrera fiscal, y cualquier
beneficio distinto a los de naturaleza económica que se otorgue a los fiscales,
se rigen por un sistema de méritos que reconozca y promueva a quienes
demuestren capacidad e idoneidad. Los fiscales están sujetos a ratificación
por el Consejo Nacional de la Magistratura de conformidad con el artículo
154, numeral 2, de la Constitución Política.
 Artículo V. Eticidad y probidad
La ética y la probidad son componentes esenciales de los fiscales en la
carrera fiscal.
 Artículo VI. Capacitación permanente
La carrera fiscal garantiza y propicia la permanente y óptima capacitación de
los fiscales.
 Artículo VII. Especialización
La carrera fiscal garantiza y preserva la especialización de los fiscales, salvo
las excepciones de Ley.
 Artículo VIII. Debido proceso, legalidad, proporcionalidad y
razonabilidad
La carrera fiscal asegura que las decisiones que afecten la permanencia de
los fiscales en sus cargos se adopten previo procedimiento, en el que se
observen las garantías del debido proceso; y, en el caso de que se trate de la
imposición de una sanción, los principios constitucionales de legalidad,
proporcionalidad y razonabilidad.
 Artículo IX. Unidad de actuación institucional
Los fiscales actúan en concordancia con los lineamientos y los criterios
institucionales para el logro de sus objetivos, emitidos por el órgano
competente.
 Artículo X. Rol social
El Ministerio Público es una institución de servicios que ejerce sus funciones
y actúa en representación de la sociedad en juicio con el propósito de
establecer el orden legal quebrantado, defiende a la familia, a los niños, a las

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niñas y a los adolescentes incapaces; previene, investiga y persigue el delito.
Sus decisiones causan impacto en la sociedad y asume la responsabilidad de
estas.

 Artículo XI. Eficiencia y eficacia


El Ministerio Público adopta una administración moderna para brindar a la
sociedad un servicio eficaz y
eficiente que contribuya al cumplimiento de sus fines institucionales, con una
cultura humanista.
 Artículo XII. Responsabilidad
Los fiscales actúan bajo responsabilidad administrativa, civil y penal.

2. LEY DE LA CARRERA JUDICIAL

Apartir de la Constitución de 1993, el control de las principales etapas de la carrera


judicial (nombramiento, evaluación/ratificación, control disciplinario) se torna
autónomo y cae en manos de un órgano externo al PJ, el Consejo Nacional de la
Magistratura (CNM). Sin embargo, esto se materializa apenas en 1995, cuando se
establece un CNM conformado por siete consejeros. Lamentablemente, el periodo
fujimorista limitó las funciones de este órgano tanto en el ámbito legislativo como en
el político, a través de la manipulación de órganos y poderes del Estado. Solo a
partir del 2001 se le devolvieron atribuciones de control (ley 27368): el CNM dio
comienzo al primer proceso de ratificaciones e inició con ello un periodo de
consolidación de sus funciones, y se delimitaron y pulieron sus atribuciones y
facultades.
No obstante, los parámetros metodológicos de las etapas de la carrera judicial
encargada al CNM se encontraban poco desarrollados. No existían referentes
legislativos adecuados que garantizaran su idoneidad y objetividad. Si bien la Ley
Orgánica del PJ ofrecía algunas pautas, el CNM tuvo que desarrollar un
procedimiento reglamentario que, por su jerarquía normativa, no garantizaba
resultados estables.

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El 2003 se implementó la Comisión Especial para la Reforma Integral de la
Administración de Justicia (Ceriajus), en la que participaron representantes de las
principales instituciones de la administración de justicia (PJ, Ministerio Público,
CNM, Ministerio de Justicia, entre otros) y representantes de la sociedad civil. Uno
de los temas abordados por la Ceriajus fue justamente el de la carrera judicial.

Como parte de sus documentos, la Ceriajus aprobó una serie de recomendaciones


sobre las que debía cimentarse la carrera judicial, que debería estar a cargo del
CNM (se consideró que resultaría más eficiente y transparente): a) Sobre “selección
de magistrados”, se estableció un sistema de doble selección, cerrada para los dos
primeros niveles de jueces (solo participan jueces que busquen ascender) y abierta
para los dos últimos (también pueden participar abogados externos), se elimina la
figura de juez suplente para frenar la excesiva provisionalidad en el PJ; b) Sobre
“evaluación de magistrados”, se plantea la eliminación de la ratificación cada siete
años, y se implementa una evaluación periódica cuya consecuencia sea la
destitución; c) Sobre “control disciplinario”, se establece la tipificación de las faltas y
sanciones respectivas, así como la exclusividad del CNM en este tema.

El largo camino de la Ley de Carrera Judicial

Debido a que los aspectos mencionados requerían una reforma constitucional


(posibilidad lejana), se planteó una Ley de Carrera Judicial (ley) que estableciera
criterios específicos para el desarrollo de las etapas a cargo del CNM, sin extender
las facultades de éste y respetando los límites constitucionales. En ese sentido, el
28 de mayo del 2004 se conformó la Comisión de Carrera Judicial en el PJ, cuya
función consistiría en formular los proyectos de ley correspondientes y las medidas
de su implementación (resolución administrativa 069-2004-P-PJ). Casi un año
después, en febrero del 2005, la Comisión Especial de Estudio para Impulsar las
Propuestas de la Ceriajus, del Congreso, puso a consideración un proyecto de ley.
El 12 de mayo, un grupo de congresistas presentaron una propuesta alternativa
cuyo texto era más fiel a la Ceriajus, y, en junio, la Comisión del PJ presentó por
primera vez una propuesta legislativa de carrera judicial que no pasó a mayor
debate. Finalmente, el debate no siguió.

El 12 de septiembre del 2006 el congresista Raúl Castro Stagnaro presentó un


proyecto de ley, y el 12 de diciembre la Comisión de Justicia y Derechos Humanos

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aprobó un dictamen para ser debatido en el Pleno del Congreso. Ese mismo mes
culminó el periodo legislativo correspondiente, sin el debate del citado dictamen. En
abril del 2007 el Pleno aprobó la autógrafa de la ley y la derivó al Ejecutivo para su
observación o promulgación; en este documento se estableció principalmente una
evaluación de magistrados parcial (antes de los siete años en que la Constitución
ordena que se ratifique), además de la simple ratificación. Se estableció como su
órgano principal al CNM, y se fijaron criterios objetivos para evaluar. Ante esto, el PJ
arguyó una intromisión ilegítima en su autonomía, y el 13 de abril envió un
documento en el que atribuía una supuesta inconstitucionalidad del CNM para ser el
órgano encargado de la evaluación parcial del desempeño de magistrados.
Asimismo, el 26 de abril el Ejecutivo presentó una serie de observaciones a la
autógrafa aprobada por el Congreso, y no se publicó.

Si bien existían cuestionamientos menores a la ley, el principal giraba alrededor de


la facultad del CNM para realizar la “evaluación parcial de desempeño” (que no es
otra cosa que evaluar a la mitad del periodo de ratificación, siete años, para realizar
mejor dicha ratificación), ya que se discutía si esta figura era o no una nueva
facultad del CNM, además de las listadas en el artículo 154.º de la Constitución. En
octubre del 2007, un nuevo dictamen absolvió las observaciones del Ejecutivo, y
estableció esta vez una “comisión de evaluación mixta” conformada igualitariamente
por el CNM y el PJ. La legislatura llegó a su fin en diciembre sin la aprobación de
una nueva autógrafa.

El 23 de abril se presentó un dictamen cuyo texto sustituiría al anterior, y el 29 de


mayo la Comisión de Justicia y Derechos Humanos hizo lo mismo. Finalmente, el 25
de septiembre el Congreso aprobó la Ley de Carrera Judicial, en la que la
evaluación parcial de desempeño queda a cargo de una comisión mixta (CNM y PJ),
adscrita al CNM, y cuyo presidente debía ser de esta institución. Se publicó el 7 de
diciembre; su vigencia fue postergada por seis meses, y luego extendida por 45
días, solo para la “evaluación parcial”.

El 5 de marzo del 2009 el PJ presentó un proyecto de ley para modificar la actual


ley. En relación con las facultades del CNM respecto de la evaluación parcial de
desempeño (la facultad de “ratificación” nunca fue cuestionada), se pretendía que
dicha evaluación fuera realizada exclusivamente por el PJ. El 16 de marzo el

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Ministerio Público presentó una demanda de inconstitucionalidad contra la ley en
relación con este tema, entre otras cosas. Esta demanda fue impulsada por el PJ,
que no tiene legitimidad para presentarla por sí mismo. El PJ aún no había realizado
ningún plan de implementación de la nueva ley.

¿Inconstitucionalidad de la “evaluación parcial de desempeño”?

El 22 de marzo de este año el Tribunal Constitucional (TC), luego de más de siete


meses desde la audiencia pública (11/8/09), emitió la sentencia 00006-2009-PI/TC,
en la que declaró la inconstitucionalidad de la “evaluación parcial de desempeño”,
según como está señalada en la ley. Sus argumentos son:

Asume que la evaluación constante es legítima, pero que debe hacerse a través de
los mecanismos de control interno del PJ y, por lo tanto, no por externos
(fundamentos 56, 57 y 66).

El TC dice que la evaluación parcial es una atribución nueva y distinta de la


ratificación que señala la Constitución, por lo que no puede ser constitucional. Así,
rechaza la “teoría de los poderes implícitos” que él mismo ya había reconocido,
como se verá más adelante (fundamentos 61 y 62).

El TC utiliza la sentencia como una forma de crítica al CNM. Señala que incluso si la
evaluación parcial fuese constitucional, éste no podría realizarla por falta de
capacidad. Para ello recuerda la anulación del concurso público 003-2009-CNM
para la selección de magistrados supremos (fundamentos 60, 65 y 67).

En la misma línea, se victimiza al PJ afirmando que todas las intervenciones


mediante normas se han producido siempre para socavar su independencia y anular
su autonomía, sin lograr el propósito de reformarlo para el mejor cumplimiento de
sus funciones (fundamento 64).

Si bien la Constitución usa el término “ratificación”, el TC (al igual que la Defensoría


del Pueblo, diversos juristas y la CIDH) ha aclarado, a través de su jurisprudencia
(caso Álvarez Guillén), que ésta debe ser motivada, objetiva, con criterios de
evaluación concretos y resultados previsibles. Es decir, la ratificación no es otra
cosa que una adecuada evaluación de desempeño, que puede desarrollarse
legítimamente a través de una evaluación parcial que culmine con las ratificaciones
cada siete años. Por lo que la función que se atribuye al CNM es constitucional, ya

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que complementa el texto de la Constitución. La atribución del CNM de “ratificar”,
más allá de los términos, es la atribución de “evaluar” la idoneidad de los
magistrados tal como establece el inciso 3 del artículo 146.º de nuestra
Constitución.

De acuerdo con la “teoría de los poderes implícitos”, acogida por el propio TC, un
poder implícito se entiende como: “[…] una facultad absolutamente necesaria para
que tal órgano constitucional pueda desempeñar de la mejor forma las funciones
señaladas en la Norma Fundamental” (sentencia del expediente 013-2002-AI/TC). Y
añade que: “No es exacto que, cuando la Constitución no lo haya previsto, el
legislador ordinario se encuentre vedado de asignar competencia a un órgano
constitucional o de relevancia constitucional” (sentencia del expediente 013-2002-
AI/TC). Marcial Rubio señala, a su vez, que el TC (sentencia del expediente 0013-
2002-AI/TC) autoriza la inclusión de competencias por la ley, en adición a las que la
Constitución haya establecido.

El TC hace una dura crítica a la capacidad del CNM para administrar sus propias
funciones; no obstante, parece pasar por alto que bajo la misma lógica, las mismas
objeciones se encuentran en el PJ. Por ello, sería interesante recordar que el PJ
tiene una pobre experiencia en materia de evaluación de sus propios magistrados,
ya que muestra una lenta y difícil implementación de la ley 28367 (del 2004), que
ordenó que los ascensos provisionales de jueces se realizaran a partir del criterio de
mérito y no de antigüedad. Se estableció que el PJ debía elaborar, para ello, un
cuadro de mérito, cuya versión preliminar respecto de jueces superiores fue puesta
en consulta en febrero del 2009, después de cuatro años. Asimismo, los últimos
presidentes de la Corte Superior de Lima han sido investigados por casos de
corrupción (Ángel Romero y César Vega Vega), y recientemente hemos sido
testigos de la desactivación de una Unidad de Ética creada por el propio Villa Stein y
que parece haber averiguado demasiado, a lo cual se suma la aparente
desaparición de material probatorio en el mayor caso de corrupción de este
Gobierno (caso BTR).

III. PRINCIPIOS RECTORES DE LA CARRERA JUDICIAL

 Artículo I.- Independencia e imparcialidad de la función jurisdiccional

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Los jueces ejercen sus funciones jurisdiccionales con independencia e
imparcialidad, sujetos únicamente a la Constitución y a la ley.

 Artículo II.- Permanencia e inamovilidad de los jueces


La carrera judicial garantiza la permanencia de los jueces en la función que
ejercen; así como el derecho a no ser trasladados sin su consentimiento.

 Artículo III.- Mérito


El ingreso, la permanencia y la promoción en la carrera judicial y cualquier
beneficio que se otorgue a los jueces se rigen por un sistema de méritos que
reconozca y promueva a quienes demuestren capacidad e idoneidad.

 Artículo IV.- Eticidad y probidad


La ética y la probidad son componentes esenciales de los jueces en la
carrera judicial.

 Artículo V.- Capacitación permanente


La carrera judicial garantiza la permanente y óptima capacitación de los
jueces.

 Artículo VI.- Especialización


La carrera judicial garantiza y preserva la especialización de los jueces, salvo
las excepciones de ley.

 Artículo VII.- Debido proceso, tipicidad y legalidad

 Artículo VII.- Debido proceso, tipicidad y legalidad La carrera judicial


asegura

Que las decisiones que afecten la permanencia de los jueces en sus cargos
se adopten previo procedimiento en el que se observen las garantías del
debido proceso; y, en el caso que se trate de la imposición de una sanción,
los principios constitucionales de tipicidad y legalidad. Artículo VIII.-

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Organización funcional Los niveles y el ejercicio de la función jurisdiccional de
los jueces se sujetan a lo dispuesto en la Constitución y la ley.

3. CONCLUSION

 La existencia de una carrera fiscal viene a ser un factor determinante para


garantizar la independencia tanto del juez como del fiscal, y porque la
INDEPENDENCIA es factor, Porque Tanto el Juez y el fiscal tienen roles
distintos, sus funciones son diferentes unos jueces no podría hacer las
funciones de un fiscal, ni el fiscal podría hacer funciones de juez. E ahí la
independía por los roles y funciones que ocupan, enmarcadas dentro de un
sistema con reglas claras, competitivo y transparente para la selección,
designación de sus cargos, sin embargo, el fin de ambos es lo mismo, son
carreras paralelas, persiguen un mismo fin que es de logar un servicio de
justicia razonable para todos.

 Es por ello que tanto jueces como fiscales deben trabajar en conjunto y sin
rivalidades para que el sistema opere correctamente. Es real, se ve jueces y
fiscales en estas situaciones, rivalidades, muy aparte que denigran sus
imágenes como profesionales, obstruyen el sistema de justicia.

 Es por eso que El Ministerio Público tiene roll importante, que como titular de
la acción penal debe perseguir cualquier conducta delincuencial de oficio,
incoar la acción penal, aportar elementos probatorios y solicitar la aplicación
de la ley penal para el imputado del delito, dada la imposibilidad de perseguir
todos los delitos y a todos los delincuentes y los problemas que puede traer
una congestión procesal, se debe hacer una selección y una excepción al

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principio de legalidad, esto a través del principio de oportunidad. Este
principio también requerirá mucha prudencia, pues podría inclusive evitarse
que se llegue a abrir el proceso.

 Al igual que el juez el fiscal también deberá estar en condiciones de mantener


siempre su autonomía, en su caso tanto respecto del Poder Judicial como del
Poder Ejecutivo, debiendo sostener también una conducta imparcial en la
resolución o dictamen fiscal, es decir, una ausencia de interés subjetivo u
objetivo en el caso. Por su parte, el principio de unidad que busca la
unificación de criterios en la función fiscal reafirma la importancia de la
jerarquía de la que hablábamos anteriormente, pues para la unidad de
criterios se requiere de cierta dependencia, sin que esto signifique
obviamente pérdida de independencia.
 En otras realidades el Ministerio Público personifica el interés público pero
también cumple funciones administrativas al ser el representante del
Ejecutivo cerca del Poder Judicial, y en este sentido su autonomía e
independencia pueden ponerse a prueba; sin embargo, más importante es su
función de promover la actuación judicial defendiendo los derechos
ciudadanos, estando ahora más próximo al Poder Judicial que al ejecutivo.
En realidad, su lugar ideal seria ubicarse en medio del Poder Judicial y el
Ejecutivo, ejerciendo la tarea de nexo comunicador entre ambos.
 El Poder Judicial, al igual que el Legislativo y el Ejecutivo, es un poder
autónomo e independiente. Su función principal es la administración de
justicia en todo el Perú. El objetivo: garantizar la defensa de los bienes y
derechos de todos los peruanos.

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4. BIBLIOGRAFIA

 https://www.mpfn.gob.pe/escuela/contenido/publicaciones/proy_ley_carrera_fiscal.pdf
 http://spijlibre.minjus.gob.pe/content/noticia/pdf/LEY-30483.pdf
 https://www2.congreso.gob.pe/sicr/cendocbib/con4_uibd.nsf/A651B93DA446C52005257A7
F006BD604/$FILE/Ley_de_la_carrera_judicial.pdf
 https://revistaideele.com/ideele/content/ley-de-carrera-judicial-vida-pasi%C3%B3n-y-
%C2%BFmuerte
 https://sisbib.unmsm.edu.pe/bibvirtual/libros/csociales/ep_desarrollo/necesidad.htm

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