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Tema: La Eutanasia

La Eutanasia debe ser legalizada porque es una decisión escogida por voluntad propia de la
persona.
En términos generales, la Organización Mundial de la Salud (OMS), así como la Asociación Médica
Mundial (AMM), acepta la definición de eutanasia como: “el acto deliberado de poner fin a la vida,
a petición propia o de algún familiar”
De un modo más específico, también se la ha definido como “la muerte indolora infligida a una
persona humana, consciente o no, que sufre de gran manera, a causa de enfermedades graves e
incurables, sean estas dolencias congénitas o adquiridas, llevada a cabo de manera deliberada por
el personal sanitario o al menos con su ayuda, mediante fármacos o con la suspensión de curas
vitales ordinarias, porque se considera irracional que prosiga una vida que, en tales condiciones, se
valora como ya no digna de ser vivida”
Una vez un filosofo llamado John Stuart Mill dijo; “los humanos estamos envueltos de unas
esferas, unas esferas de individualidad donde nadie ni nada puede interferir ni intervenir. Esta
esfera de individualidad solo debe ser interferida cuando una persona quiera cometer algún acto
que pueda suponer un mal para el bien común.” Relacionando esto con la eutanasia, una persona
que sabe y conoce que sufre una enfermedad incurable, la cual le provoca sufrimiento, agonía y no
se espera una muerte natural e inminente, (ya sea por enfermedades muy desarrolladas o
personas que han quedado incapacitadas para llevar una vida normal por algún accidente) merece
la libertar de poder tomar la decisión de seguir viviendo o no. O en caso que una persona esté en
estado vegetativo, la familia también debería decidir si acabar con su vida, si al fin y al cabo, están
ayudando a poner fin a ese sufrimiento.
El derecho a la eutanasia, el derecho a morir dignamente, y que esta sea legal, es muy necesario,
porque esta decisión de poner fin a la vida no hace daño a nadie; solamente a la Iglesia y/o a una
religión, que nos ha inculcado unos valores caducados que se basan en que "solo Dios" puede dar
o quitarnos la vida. Pues no. Hay que dejar decidir a la persona. Dejarla morir dignamente si está
comprobado que seguirá sufriendo. Siguiendo con el debate ético, la felicidad, suele ser la
"ausencia de dolor", entonces ¿Qué mejor felicidad sería, esa de poner fin a una vida dolorosa e
indigna? ¿Quién es la Iglesia u otra persona para impedirlo?

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