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Argumento sobre las estrategias nacionales


Los esfuerzos de planificación nacional no están aislados del contexto internacional. Ecuador ha
logrado posicionarse como un referente en planificación para el desarrollo, en tanto que vincula su
agenda de gobierno a la garantía de los derechos humanos como un medio para servir a la
población, y que los problemas de desarrollo ocurren cuando tales derechos no son satisfechos.
Hace poco más de treinta años, la Asamblea General de las Naciones Unidas –con el voto favorable
de Ecuador– reconoció el desarrollo como un derecho humano. Según se plasmó en dicha
resolución, se trata de un proceso integral de carácter económico, social, cultural y político, cuyo
objetivo es la mejora constante del bienestar de todas las personas, sobre la base de su participación
activa, libre y significativa en el desarrollo y en la distribución justa de los beneficios.
Alcanzar el efectivo cumplimiento de esta tarea, en consecuencia, depende de una planificación que
organice de manera coherente un proceso gubernamental integral, explícito y participativo, que
permita determinar los cursos de acción que un país debe emprender para el logro de objetivos de
corto, mediano y largo plazo. La Declaración y Programa de Acción de Viena hizo un llamado a
los diferentes Estados a elaborar estrategias nacionales que incluyeran el disfrute de los derechos.
Esto derivó en la formulación global de un sinnúmero de instrumentos estatales, conocidos como
planes nacionales de derechos humanos. Sin embargo, su nivel de cumplimiento no fue el deseado:
a menudo el ámbito de acción correspondía a las especificidades aisladas de cada cartera de Estado.
Por años, Ecuador ha trabajado para integrar la visión de la Carta Internacional de Derechos
Humanos dentro de la planificación nacional para el desarrollo. De esta forma, el cumplimiento de
los derechos ha llegado a darse de manera progresiva en el marco de la implementación de normas,
jurisprudencia y políticas públicas para dicho efecto. El Estado, en consecuencia, ha asumido su rol
como garante constitucional de derechos, en tanto, debe avalar los mecanismos para exigirlos e
implementarlos con justicia en corresponsabilidad con la sociedad en su conjunto.
La planificación ha permitido establecer estrategias conjuntas a nivel regional y global para atender
las problemáticas comunes de los diferentes países. Por lo tanto, está pensada también como un
“instrumento técnico-político que permite empatar agendas nacionales para la consolidación de una
agenda regional”. De esta forma se ha propuesto la planificación nacional para el desarrollo de
manera integral, en un contexto amplio que proyecte a los pueblos hacia el futuro, hacia un
horizonte común: la garantía plena de derechos para todos durante la vida, considerando los
diversos contextos y situaciones del desarrollo de los individuos y sus expresiones organizativas.
[ CITATION Tod \l 2058 ]

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