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Guías
silviculturales
para el manejo de especies forestales
con miras a la producción de madera en
la zona andina colombiana

El Guayacán
rosado o Roble
Tabebuia rosea (Bertol) DC.
Por:

Carlos Mario Ospina Penagos


Raúl Jaime Hernández Restrepo
Silvana Edith Yandar Erazo
Fabio Alonso Aristizábal Valencia
Eliana Andrea Rincón
Zulma Nancy Gil Palacio
Juan Carlos García López
Nelson Paternina Guevara
COLABORACIÓN Y REVISIÓN
Diego Obando Bonilla - Cenicafé
Néstor Miguel Riaño Herrera - Cenicafé
Carlos Alberto Rivillas Osorio - Cenicafé

EDICIÓN DE TEXTOS Y COORDINACIÓN EDITORIAL


Sandra Milena Marín López - Cenicafé

DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN
Carmenza Bacca Ramírez - Cenicafé

FOTOGRAFÍA
Gonzalo Hoyos S. - Cenicafé
Carlos Mario Ospina P. - Cenicafé Argemiro Moreno B. - Cenicafé
Raúl Jaime Hernández R. - FNC Fabio Alonso Aristizábal V. - (q.e.p.d.)-Cenicafé
Luis Alberto Ramírez - Ing. Forestal Alejandro Madrigal - Universidad Nacional de Colombia, Sede Medellín
Juan Carlos García L. - Cenicafé Diego Obando B. - Cenicafé
Víctor Manuel Nieto - Conif Eliana Andrea Rincón - Cenicafé
Javier Rodríguez - Conif Juan Carlos Ortiz - Cenicafé

Impreso por:
BLANECOLOR
ISBN: 958 97441-7-6
©FNC-Cenicafé - 2008

Los trabajos suscritos por el personal técnico del Centro Nacional de Investigaciones de Café
son parte de las investigaciones realizadas por la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia. Sin embargo, tanto en este
caso como en el de personas ajenas a este Centro, las ideas emitidas por los autores son de su exclusiva responsabilidad y
no expresan necesariamente las opiniones de la Entidad.
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Presentación
Para la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia los recursos
naturales y en especial los árboles, han sido de gran importancia
para el manejo de las cuencas hidrográficas y la sostenibilidad del
ambiente. Hoy, el reto es lograr que algunos de esos árboles también
sean importantes para la producción de madera como alternativa
económica para los agricultores en la zona andina.

Por esta razón, estamos entregando a usted, señor agricultor, la


quinta de las guías para el manejo silvicultural de una especie forestal
potencialmente importante para la producción de madera como es el
guayacán rosado, Tabebuia rosea (Bertol) W. Hill ex Maiden. resultado
de los trabajos de investigación forestal realizados por Cenicafé con
el apoyo del Ministerio del Medio Ambiente, Vivienda y Desarrollo
Territorial, Proexport y el Kreditanstalt Für Wiederaufbau – KfW
Bankengruppe.
El Guayacán
rosado o Roble
Tabebuia rosea (Bertol) DC.

Familia: Bignoniaceae.
Sinónimos:
Tabebuia pentaphylla (L.) Hemsl.
Tabebuia heterophylla (A. DC.) Britt.
Tabebuia mexicana (Mart. ex A. DC.) Hemsl.
Tabebuia pallida Miers.
Tabebuia leucoxylon var. pentaphylla Bur. et K. Schumm.
Tabebuia punctatissima (Krentzl.) Standl.
Tecoma rosea Bertol
Tecoma mexicana Mart. ex A. DC.,
Tecoma pentaphylla Juss.
Tecoma punctatissima Krentzl.
Tecoma evenia Don.-Sm.
Bignonia pentaphylla L.
Figura 1. Árbol de T. rosea en
Apartadó (Urabá - Antioquia)

Nombres regionales: Guayacán, guayacán rosado, guayacán lila (Antioquia, Caldas, Quindío, Risaralda), flor morado
(Cundinamarca), ocobo (Tolima, Huila), guayacán morado, ocobo (Valle del Cauca), roble (Córdoba, Sucre, Magdalena,
Bolívar, Magdalena medio), garza (Nariño), roso (Santander y Norte de Santander).
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a b
GENERALIDADES DE LA ESPECIE
El guayacán rosado crece desde el sur de México hasta el norte de Suramérica
(Colombia, Venezuela y Ecuador), en un rango que va desde 0 hasta 23° de
latitud Norte. Se desarrolla naturalmente en las zonas cálidas de las Antillas
mayores y menores, y desde allí se ha difundido a toda Centroamérica.

En Colombia esta especie está distribuida en áreas de clima cálido y medio,


desde el nivel del mar hasta los 1.500 m, e incluso hasta los 1.700 m.
c d Puede encontrarse próxima a corrientes de agua o sobre suelos húmedos,
pantanosos o anegados, y no es común observarla en sitios con baja retención
de humedad ni con pendientes superiores al 75%.

Se adapta bien en zonas con precipitación anual entre 1.100 y 3.000 mm,
con un período seco marcado hasta de 3 meses, y un rango de temperatura
anual entre 20 y 27°C; no tolera temperaturas por debajo de 16°C. Es una
e especie que exige luz desde temprana edad. El guayacán rosado logra su
mejor desarrollo en suelos con texturas francas a franco - arcillosas, y tolera
inundaciones ocasionales.
f
MORFOLOGÍA
Figura 2. Detalles de la
fisionomía de T. rosea. a. tallo; Es un árbol que puede superar los 35 m de altura y alcanza entre 50 y 60 cm
b. y c. bifurcación temprana a de diámetro. Posee un sistema radical profundo. Su tallo es recto, ligeramente
corta altura; d. y e. forma de acanalado, con raíces salientes en forma de aletones1, pero pobremente
copa; f. disposición de ramas
en un solo plano (dística).
1
Raíces laterales modificadas en forma de ala.
a
b
desarrollados. Con frecuencia el tallo se ramifica o bifurca cerca de la
base, lo que disminuye su altura comercial; la ramificación no presenta
dominancia apical definida y está concentrada al final del fuste.
La corteza externa posee fisuras, es pardo grisácea, con lenticelas
escasas y poco notorias. Las ramas de la copa son relativamente
c delgadas y livianas. La copa tiene forma de sombrilla o es ligeramente
d redondeada y con follaje disperso, es estratificada, abierta e irregular
en los árboles adultos, con una amplitud de 12 a 15 m. Esta especie
pierde completamente el follaje al iniciar la época de floración.

Las hojas se separan en forma de dedos (digitado – compuestas),


son opuestas, decusadas, generalmente grandes, de 13 a 48 cm de
e
f largo y de 17 a 50 cm de ancho, constan de cinco hojuelas (folíolos)
y raramente tres, todas poseen diferentes tamaños; en éstas, las
hojuelas basales o externas son las más pequeñas y la hojuela central
es la de mayor tamaño de forma lanceolada a obovada, de 5 - 20
cm de largo por 3 - 12 cm de ancho y con nerviación prominente
por el envés. El folíolo terminal de 8-30 cm de largo, coriáceo y algo
Figura 3. Diferentes matices de elíptico, sin pubescencia, verde oscuros por la haz, verde opaco y
color, que presenta guayacán
rosado de los cuales se cubierto de pequeñas escamas blanquecinas por el envés. Los folíolos se ubican al final de un
derivan sus nombres largo pecíolo acanalado 8 - 25 Figura
cm de1.largo.
Árbol de T. rosea
regionales. a. lila intenso,
casi morado, (Ocobo o flor
morado); b. y c. rosado
Las flores son grandes, de 5 a 10 cm de largo, en forma campanulada, son moradas, lilas claras
(Guayacán rosado); d. rosa o rosadas, y algunas veces casi blancas. El cáliz es persistente, de hasta 2 cm de largo, con dos o
claro (Roso); e. casi blanca más lóbulos irregulares. La corola tiene forma de embudo, la garganta es blancuzca o amarilla,
(Garza). con cinco lóbulos de apariencia crespa, muy llamativos, además con cinco estambres, cuatro de
f. detalle de hojas de
guayacán rosado. ellos dispuestos en dos pares y el restante es infértil. Las flores se reúnen en pequeñas panículas
terminales y caen, casi al mismo tiempo, para dar inicio a la producción de hojas nuevas.
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Los frutos son cápsulas alargadas, cilíndricas, angostas, hasta 40 cm de largo y 1 a 1,5 cm de diámetro, en forma de vaina.
Inicialmente son verdes y al madurar se tornan marrones claros. Tienen dos suturas laterales que se abren al comenzar el
proceso de dehiscencia, en el cual se liberan numerosas semillas. El número de frutos por kilogramo es de 49, y el número
de semillas por fruto está entre 165 y 220.

Las semillas del guayacán rosado son blandas, comprimidas en forma de disco y permeables, de 0,7 - 1,0 cm de largo y
3,0 - 4,5 cm de ancho, provistas de dos alas membranosas, brillantes, blanquecinas y translúcidas, y se tornan pardas claras
cuando maduran; algunas semillas se quedan adheridas al fruto, incluso días después de que éste se abre. Las semillas poseen
una alta cantidad de lípidos, los cuales sufren un rápido deterioro por oxidación, que provoca la muerte de la semilla. El
número de semillas por kilogramo es de 35.000 a 63.000, con un promedio nacional de 38.790; en el Valle del Cauca el
número de semillas por kilogramo es de 30.000, en Magdalena (Monterrubio) de 35.952
y en Quipile (Cundinamarca) de 47.429. En Centroamérica las semillas son de menor
a tamaño y son aproximadamente 48.076 semillas por kilogramo.

La madera es moderadamente dura y pesada, con una densidad básica que oscila entre
0,48 y 0,65 g/cm3.Posee una durabilidad natural alta a moderada, de fácil secado, fácil
de trabajar y con baja respuesta a la impregnación con tratamientos de preservación. La
albura es blanco-amarillenta a marrón pálido con vetas oscuras, el duramen es castaño
oscuro y una vez seco al aire se torna amarillo-rojizo con vetas marrones. Posee un veteado
b c pronunciado en arcos superpuestos con bandas oscuras, satinado por el contraste de los
radios.

SELECCIÓN DE ÁRBOLES SEMILLEROS


Figura 4. Detalle de la madera El guayacán rosado se encuentra ampliamente distribuido en el país, y de acuerdo a cada
de guayacán rosado. a. rodaja; oferta ambiental presenta variaciones morfológicas, como las diferentes tonalidades de
b. corte longitudinal;
c. corte radial (Fotografía
Rodríguez y Síbile, 1996).
la flor, que en algunos casos puede inducir a creer que es otra especie, como el caso de las flores rosadas pálidas casi
blancas. Su distribución y adaptación a amplios rangos altitudinales, permite tener poblaciones abundantes, en las cuales
es necesario seleccionar los árboles semilleros más adecuados.

Dado que su madera es apreciada en la industria de muebles finos, ebanistería en general, construcción, chapas decorativas
e instrumentos musicales, entre otros, los criterios de selección de árboles semilleros deben estar orientados hacia la obtención
de madera con las siguientes características:

• Fuste cilíndrico, recto, sin rajaduras ni acanalamientos.


• Ramas delgadas.
• Vigor y dominancia sobre los demás individuos de la población.
• Libre de plagas y enfermedades.
• Altura de la bifurcación cercana o por encima de la parte media de la altura total.

El tamaño del árbol no necesariamente es la respuesta a una mejor genética, por tanto, no es recomendable tener en cuenta
sólo esta característica al momento de seleccionar individuos.

a b c d e

Figura 5. Árboles semilleros de guayacán rosado seleccionados. a. fuste recto y copa bien distribuida; b. Altura de bifurcación por
encima de 6 m; c.Copa pequeña y bien distribuida d. y e. fuste recto y sin sinuosidades.
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RECOLECCIÓN, SECADO Y ALMACENAMIENTO DE SEMILLAS


Recolección. Los frutos deben recolectarse antes de la dehiscencia, es decir, cuando tienen una coloración verde - amarillenta.
Posteriormente, deben colocarse a secar sobre periódicos, en un área ventilada hasta que los frutos se abran y liberen las
semillas.

La recolección de las semillas debe hacerse después de 2 ó 3 días de la apertura del fruto; éstas también pueden tomarse
directamente del árbol, después del período de dehiscencia, cuando las semillas queden expuestas. No es recomendable
recolectar las semillas que permanecen adheridas a los frutos después de 4 ó 5 días de la apertura, debido a que éstas
son más pequeñas y tienen baja capacidad de germinación. No es recomendable recolectar semillas del suelo, ya que son
semillas que han perdido su viabilidad.

Secado. Una vez liberadas las semillas, éstas se


a b c deben esparcir sobre papel periódico, en mallas o
zarandas que permitan la circulación de aire entre
las diferentes capas de semilla. Para que el secado
sea más uniforme se deben utilizar ventiladores
y deben mezclarse periódicamente las diferentes
capas de la semilla. En días soleados, el secado
puede demorar 8 días, con lo que se logran
contenidos de humedad del 8 al 10%.

Almacenamiento de semillas. Para T. rosea las


condiciones óptimas de almacenamiento son:
Figura 6. a. Flores y frutos de T. rosea próximos a contenido de humedad de 7 a 8%, temperatura de
madurar; b. apertura de frutos y liberación de la
semilla; c. semillas de T. rosea.
4 a 6°C, empaque en bolsas plásticas de grueso
calibre (calibre 3), selladas herméticamente y
a
guardadas en recipientes de vidrio herméticos; en estas condiciones el
porcentaje de germinación después de un año de almacenamiento es
superior al 50%.

b Almacenar semillas con contenidos de humedad superior al 10% y en


condiciones ambientales, puede reducir la viabilidad de las semillas hasta
en un 85% después de 8 días.

c VIVERO
c
Propagación por semilla
d
Germinadores. Se recomienda construir los germinadores elevados del suelo,
para evitar los ataques del nematodo nodulador de las raíces y la presencia
del hongo que ocasiona el mal del tallito o damping-off. El germinador
debe tener una altura de 80 cm, tomada desde el suelo hasta donde inicia
el piso del germinador (Figura 8a), la profundidad del sustrato debe ser
de 20 cm; así la altura total del germinador es de 1 m. El ancho no debe
ser mayor a 1 metro para facilitar las labores de manejo de las plántulas,
pero su longitud puede ser variable, y depende de los requerimientos de
producción de plántulas.
Figura 7. Proceso de secado y almacenamiento de
semillas. a. secado de semillas sobre zarandas, con
ayuda de ventiladores; b. semilla seca y empacada Sustrato. Para garantizar un buen drenaje se recomienda emplear un
para el transporte desde el sitio de secado hasta sustrato compuesto por tres partes de arena, una de tierra y una de micorriza
el de almacenamiento; c. semilla en bolsa plástica comercial, con material previamente cernido y luego mezclado para lograr
gruesa; d. almacenamiento en nevera a 4°C en
un sustrato homogéneo.
envases con sello hermético y “confiteros”.
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Con el fin de prevenir problemas fitosanitarios es necesario aplicar el hongo Paecilomyces lilacinus, en cualquiera de sus
presentaciones comerciales (Fungiplant o Paeciloplant), en dosis de 8 g/L, dos días antes de sembrar las semillas. Para el
caso de que hayan existido problemas del mal del tallito, en lugar de Paecilomyces se debe aplicar el hongo Trichoderma,
en su presentación comercial Tricho D, siete días antes de sembrar las semillas. Si no se dispone de alguno de los productos
anteriores, se debe desinfestar el sustrato con un fungicida de amplio espectro como orthocide (Merthec 450 S.C.), a razón
de 5 cc/L/m2 de germinador, dos días antes de sembrar las semillas.

Siembra. La semilla no requiere


a b c de tratamientos pregerminativos,
sin embargo con un remojo en
agua a temperatura ambiente,
la germinación es más
homogénea y el inicio de la
germinación puede alcanzarse
Figura 8. Construcción de germinadores a 0,8m del en menor tiempo. Antes de la
suelo. a. y b. soportes y esterilla; c. en cemento y a
siembra y de manera preventiva
0,50 m del suelo.
deben sumergirse las semillas

a b c d e f

Figura 9. a. Detalle del trazado en surcos para la siembra de semillas; b. y c. inicio de germinación;
d. y e. presencia de hojas cotiledonares y primeras hojas verdaderas; f. plántulas
de T. rosea listas para transplante a bolsas o cubetas plásticas.
en una solución de insecticida (Lorsban) y fungicida (Vitavax), a razón de 1,0 g y 1,5 g/L, respectivamente; éstas deben
secarse a la sombra en un lugar ventilado.

Germinación. Para evitar deformaciones de las plántulas se recomienda hacer surcos cada 2 cm, colocar las semillas a una
distancia de 5 cm entre éstas, a 0,5 cm de profundidad, para obtener una densidad aproximada de 1.200 semillas/m2. De
acuerdo con el vigor y viabilidad de la semilla, la germinación inicia después de 10 a 12 días de la siembra, y se prolonga
hasta 35 días; no se recomienda usar plántulas que germinen después de este período debido a su bajo vigor. Al analizar
un total de 15 lotes de semillas nacionales y centroamericanas, se encontró que en promedio T. rosea emerge entre los
días 22 y 26 después de la siembra, en condiciones de Chinchiná. En la costa Caribe la germinación se inicia al día 5 y se
extiende hasta el día 15.

Una vez inicia la germinación, debe hacerse una vigilancia permanente con el fin de evitar la presencia del mal del tallito
o “damping- off”, para lo cual es recomendable además de la desinfestación del sustrato la aplicación de benomil en
concentraciones de 0,6 m/L y mancozeb (4 g/L), en forma alternada cada 15 días dependiendo de la frecuencia de aparición
de la enfermedad. En la costa Caribe el control del mal del tallito se hace con la aplicación de Previcur o su equivalente a
razón de 6cc/4L por m2 de germinador, dirigido a la raíz.

Transplante. El transplante del germinador a la bolsa o al contenedor plástico, se debe hacer cuando la plántula tenga el
primer par de hojas verdaderas y unos 5 cm de altura, lo cual ocurre entre los días 25 y 35 días después de la siembra de la
semilla. Para disminuir las pérdidas por transplante se recomienda impregnar las plántulas con micorriza comercial, previamente
humedecida; si no dispone de ésta se recomienda sumergir las plántulas antes de la siembra, en una solución de fungicida
benomil más enraizador comercial (Hormonagro N°2) a razón de 0,4 g y 3,0 g/L, respectivamente. En la costa Caribe el
transplante se inicia el día 15 hasta el día 25, con un porcentaje de sobrevivencia al transplante superior al 90%.

Durante los 3 a 4 meses que permanece en vivero, el guayacán rosado desarrolla un sistema radical de 25 cm de largo y
abundantes raíces secundarias. La bolsa cafetera de 17 cm x 23 cm es el recipiente más adecuado para el desarrollo de las
plántulas de T. rosae. También pueden utilizarse contenedores plásticos de 24 conos, cada cono de 6,0 cm de diámetro
superior, 2,0 cm de diámetro inferior y 15 cm de profundidad. Estos conos favorecen la formación radical, por la presencia
13
a b c
de venas verticales que direccionan las raíces hacia abajo, y
previenen las malformaciones o “entorchamientos”. En Córdoba
y Sucre, se produce material vegetal de buena calidad entre los
60-90 días posteriores al transplante utilizando bolsa plástica de
6,4 cm de diámetro por 14 cm de altura (Paternina, 2007).

d e f El sustrato recomendable para llenar las bolsas está compuesto


por una parte de arena, una de suelo y una de micorriza
comercial. Es importante que el producto comercial tenga
dentro de sus micorrizas especies del género Glomus, como
G. fistolusum o G. fasciculatum (Fungifert y Micorrizar), en los
cuales se tienen hasta 15 esporas por gramo de suelo. En caso
g h de no conseguir la micorriza, ésta puede reemplazarse con pulpa
descompuesta o lombrinaza, la cual se mezcla con el suelo o la
arena para lograr un sustrato homogéneo.

Algunas especies vegetales como los besitos (Impatiens


balsamina) son indicadores de la presencia de nematodos, por
tanto, es necesario evaluar, aunque sea en forma cualitativa, la
presencia de nematodos en el sustrato.

El sustrato puede desinfestarse por dos métodos: el primero


Figura 10. Transplante y desarrollo de plántulas. consiste en que 6 días después del transplante y una vez la
a. plántula lista para el transplante; b. transplante plántula se haya establecido, se debe aplicar Paecilomyces
a la bolsa, impregnándola con mezcla de
enraizador y fungicida; c. plántula lista para lilacinus en dosis de 10 g/L por 100 bolsas o por 4 contenedores,
llevarla al campo (120 días); d. desarrollo radical para una descarga de 10 cc de producto. Si no se dispone de
a los 120 días; e. transplante a contenedores este producto, puede emplearse carbofuran (Furadan), el cual
plásticos; f. plántula de 60 días en conos plásticos;
g. plántula de 120 días; h. desarrollo radical de
se aplica en las bolsas o cubetas 5 días antes de la siembra, en
una plántula de 120 días. dosis de 1 a 2 g por bolsa ó 1 g por cono del contenedor.
a
b En la costa Caribe, donde la incidencia de nematodos es baja,
se trabaja con un sustrato limoso, adicionando cascarilla de
arroz, previamente desinfestada con Orthocide, en proporción
3:1, adicionando 4 kg de NPK (10-30-10) por m3 de sustrato,
preparado 5 días antes del llenado de las bolsas.

c Fertilización y manejo en el vivero. Durante la permanencia


de las plántulas en vivero, se deben controlar las arvenses.
De acuerdo con el desarrollo de las plántulas se debe hacer
una fertilización foliar 20 días después del transplante, con un
producto como Tottal a razón de 0,7 cc/L, aplicado sobre las
hojas, para una mayor formación de área foliar. Después de 60
días de la primera fertilización se aplica sobre el sustrato fosfato
d diamónico (DAP), disuelto en agua 24 horas antes, a razón de
2,5 g/L; esta aplicación debe realizarse con bomba de espalda
y evitar al máximo el contacto con las hojas de la plántula.
Después de la aplicación del fertilizante es recomendable lavar
las hojas de las plántulas con abundante agua, con el fin de
Figura 11.Desarrollo de
material. a. en contenedores
prevenir problemas de intoxicación y quemazón de ellas.
plásticos; b. en bolsa cafetera;
c. comparativo entre plántulas Plántulas listas para sembrar en el campo. En condiciones
propagadas en contenedores normales de desarrollo se obtienen plantas listas para sembrar
plásticos (izq) y bolsa cafetera
(der); d. raíz de plántulas de en el campo entre los 90 y 120 días después del transplante en
120 días con nematodos. la bolsa. En la costa Caribe, el tiempo óptimo para la obtención
de plantas listas para sembrar, es de 60-90 días, luego de un
período de exposición directa a la acción del sol de 15 días, lo
que se denomina fase de “endurecimiento”.
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a Propagación vegetativa

Por estacas. La mejor época para recolectar las estacas es después de la producción de
semillas, poco antes del inicio de las lluvias, época en la cual se considera que las yemas
tienen la mayor reserva nutritiva y la probabilidad de sobrevivencia es mayor. Las ramas
de donde se recolectarán las yemas deben ser las más bajas y que tengan una inclinación
perpendicular a las ramas principales basales; la estaca seleccionada debe tener por lo
b menos cuatro hojas abiertas y tres yemas latentes (entrenudos), el corte debe realizarse
por debajo del nudo más inferior, en horas de la mañana, para evitar su deshidratación.
Las estacas deben envolverse en papel húmedo para transportarlas al vivero, allí se les
debe aplicar un cicatrizante hormonal en la parte apical.

Las estacas deben conservar dos hojas, que posteriormente se cortan a la mitad para
c reducir transpiración y evitar su deshidratación. Luego, la estaca debe desinfestarse,
d
por 10 segundos, sumergiéndola en una solución con un fungicida (Orthocide) a razón
de 0,5 cc/L. Una vez desinfestadas, éstas deben impregnarse con un enraizador (ácido
indolbutírico- AIB) mezclado con talco industrial en concentraciones de 0,8 a 1,6%
de AIB. Para una correcta impregnación debe sumergirse la base de la estaca (5 cm),
durante 3 a 5 segundos, e inmediatamente sembrarlas (Conif, 2002). Para obtener
porcentajes de enraizamiento cercanos al 82%, debe emplearse una concentración
de auxina (AIB) del 0,6%; concentraciones superiores inhiben el desarrollo de raíces
Figura 12. Propagación de (Conif, 2002; Inderena 1992).
guayacán rosado por medio de
estacas. a. selección de estacas;
b. en germinador de 25 cm de El sustrato para el enraizamiento de las estacas, debe drenar adecuamente para
espesor; c. estaca enraizada en el facilitar la formación de las raíces. La profundidad del sustrato debe ser al menos de
germinador; d. estacas enraizadas 25 cm, y estar compuesto por una capa de 10 cm de piedra grande y mediana (de
en bandeja (a. fotografía Conif,
3 a 6 cm de diámetro) y luego, otra capa de 10 cm de arena fina de río “llamada
2002).
arena de pega” y los últimos 5 cm constan de una mezcla de micorriza comercial y suelo, en proporción 1:1. Esta
mezcla facilita la acción de la micorriza una vez las estacas enraícen.

El sustrato para el llenado de las bolsas o cubetas plásticas, para transplatar las yemas una vez hayan enraizado, es el
mismo que se emplea para las plántulas en el almácigo y está compuesto por una parte de arena, una de suelo y una de
micorriza comercial (Fungifert o Micorrizar). Las estacas pueden sembrarse en bolsas cafeteras de 17 x 23 cm o en cubetas
plásticas de 12 x 17 cm. Las estacas enraizadas deben fertilizarse mediante la aplicación de fósforo, ya sea como fosfato
diamónico (DAP) o superfosfato triple (SPT), a razón de 2 a 3 g por bolsa, cada 45 días aproximadamente.

Por injertos. En T. rosea es posible utilizar la injertación como método para conservar la información genética de los
individuos de interés y, además, disponer de una semilla seleccionada en buena cantidad ya que con el injerto se aceleran
los procesos de floración y puede obtenerse semilla en un período más corto que lo estimado. Por lo general, T. rosea
florece entre los 3,0 a los 3,5 años aproximadamente, en zonas por debajo de los 1.200 m de altitud, y entre 4,0 y 4,5 años
cuando crece en zonas por encima de los 1.200 m, con la injertación este proceso ocurre entre los 18 y 24 meses.

Para obtener un buen injerto se debe partir de un buen patrón y una buena yema. Para ello, el patrón debe propagarse
en bolsas de 5 kg (bolsa de cítricos), con igual sustrato al detallado anteriormente, y una edad máxima de 6 meses. La
yema debe tener de 15 a 20 cm de longitud, un diámetro mayor a 3 mm, poseer tres yemas latentes, sin hojas para evitar
la deshidratación, ni desgarres o lesiones internas (producidas por insectos u hongos), y debe desinfestarse con benomil,
para evitar su pudrición. Para el transporte de las estacas, desde el sitio de la recolección hasta el lugar de injertación,
las yemas deben envolverse en papel absorbente (previamente humedecido) y transportarlas en una nevera portátil de
icopor, a temperaturas de 4 a 6°C. También puede emplearse parafina derretida sobre las dos puntas de las yemas para
prevenir la deshidratación de éstas (Conif, 2002).

El guayacán rosado puede injertarse por dos métodos: Injerto de tope lateral y de púa terminal. Las evaluaciones
realizadas por Conif y Cenicafé han permitido identificar que el mejor método de injertación para la especie, en cuanto
a la sobrevivencia y desarrollo del injerto, es el de púa terminal.
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PLANTACIÓN
Establecimiento

Sitio. El guayacán debe sembrarse en suelos profundos y con buen drenaje. No se desarrolla bien en suelos con baja
retención de humedad, en aquellos con déficit hídrico marcado o en pendientes superiores al 60%. Es una especie exigente
en luz, aunque en sus primeros estadios de desarrollo tolera la sombra parcialmente. Es sensible a las variaciones en las
condiciones edáficas y puede presentar diferencias notorias de crecimiento en un mismo lote.

a c d e
b

f g h i

Figura 13. Injertos en T. rosea. a. estado del árbol para recolectar las yemas; b. corte en bisel de la yema; c. y d. corte
en el patrón para inserción de yema; e. injerto en púa terminal; f. protección y microclima al injerto; g. adecuación del
umbráculo; h. desarrollo del injerto; i. huerto clonal de T. rosea en San Antero (Córdoba) (Fotos a y b, Conif, 2002).
En las zonas que han sido sometidas a ganadería extensiva, donde se evidencia un grado de compactación, la preparación
del sitio requiere de un subsolado profundo (mayor a 50 cm), para romper la capa endurecida, favorecer el anclaje del
árbol, permitir la disponibilidad de agua y mejorar el crecimiento de la plantación inicial. Sobre el subsolado se realiza el
hoyado y se planta el árbol. Una semana antes de plantar los árboles, se hace una aplicación de glifosato sobre la línea
para eliminar gramíneas (pastos), que compiten fuertemente con los arbolitos.

Trazado. El guayacán rosado puede sembrarse en asociaciones agroforestales, silvopastoriles o en plantaciones homogéneas;
para estas últimas se recomienda una distancia de 3 m entre calles y 3 m entre plantas (1.100 árboles/ha). En la costa
Caribe, las plantaciones de guayacán usualmente están establecidas a 2,5 m x 2,5 m ó 3 m x 2 m, para tener una densidad
de 1.600 árboles/ha; esta densidad induce a una mayor competencia entre individuos con el fin de mejorar la formación del
fuste y que la bifurcación se presente a una mayor altura, para aumentar de esta forma la proporción de fuste aprovechable.
Para los sistemas agroforestales las distancias de siembra más utilizadas son de 4 m x 4 m (625 árboles/ha) y de 5 m x 5 m
(400 árboles/ha). Para asociaciones con café se recomienda sembrar entre 100 y 150 árboles/ha.

Ahoyado. Para sembrar guayacán rosado, en cualquier arreglo, es necesario establecer un plato de por lo menos 40 cm
de diámetro y erradicar las gramíneas. Después del plateo debe hacerse un hoyo de 30 ó 40 cm de profundidad si el
material vegetal que se va a sembrar fue producido en bolsa cafetera (17 cm x 23 cm) o de 20 a 25 cm si éste se produjo
en contenedores plásticos (12 cm x 17 cm). Si la especie va a establecerse en un potrero es necesario repicar el fondo y
las paredes laterales del hoyo, con el fin de remover el suelo compactado por el ganado; también debe aplicarse entre 1 y
1,5 kg de materia orgánica o entre 100 y 150 g de micorriza comercial por hoyo.

Siembra. Luego de mezclar bien el sustrato en el hoyo, se procede a la siembra de los árboles, con el máximo cuidado
requerido (evitando desmoronamiento del pilón), para la correcta ubicación del material vegetal.

Mantenimiento. Una vez establecida la plantación se requiere efectuar el mantenimiento periódico de las áreas, mediante
el control y eliminación de las arvenses. Se recomienda implementar el “Manejo Integrado de Arvenses”, consistente en
permitir el desarrollo de especies “no agresivas” que convivan con la plantación sin ser competidoras. Igualmente se pueden
establecer coberturas como maní forrajero (Arachis pintoi) que limiten la aparición de nuevas especies competidoras.
19

a b En zonas bajas, se requiere un control intensivo de arvenses los


primeros seis meses, a través de plateo o limpieza continua de
línea de 1,2-1,5 m de ancho. Estas limpias se realizan cada dos
meses aproximadamente o con menor intensidad dependiendo de
la agresividad de las arvenses. Después de seis meses, se puede
continuar con control químico (cuando hay gramíneas) y las limpias
se reducen a 2 ó 3 por año, los dos primeros años.
c d
Nutrición y fertilización. T. rosea requiere de buenas condiciones
de fertilidad en el suelo para un adecuado desarrollo y
crecimiento. Al momento de la siembra se recomienda una
aplicación de fertilizante, que incluya sulfato de amonio (100 g/
árbol), superfosfato triple – SPT (40 g/árbol), boronat (3 g/árbol)
e y sulfato de Zn (10 g/árbol). Si no dispone de estos fertilizantes
f g también puede aplicar 120 g de NPK, 20 g de elementos menores
(microcoljap) y 250 g de calfos. Este último debe mezclarse con el
sustrato para evitar el contacto directo de las raíces con la cal.

El guayacán rosado es susceptible a las bajas concentraciones de


fósforo en el suelo. Las deficiencias de este elemento se observan
como un amarillamiento de toda el área foliar o como una
coloración marrón – rojiza y pérdida el brillo característico. Cuando
Figura 14. Adecuación de lote para trazado y posterior la deficiencia es muy acentuada, se observan coloraciones rojizas
siembra de guayacán rosado en zona cafetera (a. b. y c.) amarillentas y zonas necróticas en los bordes, en las extremidades
en la Costa Caribe (d. e. f. y g.). a. remoción general de
vegetación competidora; b. y c. trazado; d. subsolado o en el interior del limbo de las hojas; igualmente, se retarda el
con Bedding; e. y f. detalle del subsolado; g. trazado. crecimiento de la planta debido al poco desarrollo del sistema
radical.
Para suplir la deficiencia de fósforo pueden aplicarse fertilizantes como el fosfato diamónico (DAP), en dosis de 80 a 120 g/
árbol; sin embargo, este producto en algunos suelos tiene problemas de fijación del elemento. Por tanto, en lugar de utilizar
DAP, es preferible un producto de mayor asimilación como el superfosfato triple (SPT), en dosis de 100 a 120 g/árbol.

En el caso de no contar con este tipo de productos químicos, la aplicación de micorrizas arbusculares del género Glomus, y
específicamente G. manihotis y G. fasciculatum (Micorrizar o Fungifert), en dosis de 250 a 350 g/árbol para árboles pequeños,
o de 500 a 1.000 g/árbol para árboles adultos, puede ayudar a una mayor disponibilidad del fósforo cuando los contenidos
de este nutriente son bajos (por debajo de 5 ppm).

Podas. No hay recomendaciones específicas sobre las podas en T. rosea, pero si éstas deben realizarse es necesario garantizar
un fuste recto y sin torceduras, con una altura de la bifurcación que no limite la altura comercial del fuste. Algunos autores

a b c d e

Figura 15. Establecimiento de plantación de


guayacán rosado. a. plateo químico (radio de f g h
50 cm); b. plántula propagada en semillero
plástico lista para la siembra; c. siembra;
d. plántula de 0,5 años de establecida;
e. plantación de 1,5 años en Ciudad Bolívar
(Antioquia); f. plantación de 1,70 años en
Pueblo Bello (Cesar); g. plantación de 4 años en
San Antero (Córdoba); h. plantación de 7 años
en Chinchiná (Caldas).
21

afirman que debido a su ramificación y bifurcación temprana es


necesario hacer podas de formación, pero igualmente reportan
que, una vez hecha la poda el árbol se recupera por sí mismo, y en
medio de la bifurcación brota una nueva yema, que se encargará
de proyectar el árbol verticalmente y que inducirá a mantener la
Figura 16. Síntomas de deficiencia de fósforo en bifurcación que se deseaba suprimir.
hojas de Guayacán rosado.
La poda de realce debe hacerse de manera que no afecte
el crecimiento del árbol, ya que éste tiende a producir una
ramificación opuesta, es decir, una rama en frente de la otra
y disponer las ramas superiores en forma perpendicular a la
inmediatamente inferior (decusadas). Es así como al eliminar una
de las ramas se genera un desbalance en el árbol, el cual intenta
recuperarse produciendo una sinuosidad en sentido contrario a
la rama eliminada y que puede convertirse en una torcedura, de
acuerdo al grosor de la rama que ha sido retirada.

Cabe anotar que no hay inconvenientes en realizar la poda de


realce cuando la ramificación del árbol no se observa en forma
Figura 17. Poda
realizada en una a b c
plantación de
2 años de edad
(obsérvense torceduras,
además del desbalance
de la copa).

Figura 18. Podas mal realizadas para eliminar sombrío a café. a. se observan horquetas dejadas
a lo largo del fuste para facilitar ascenso de podador; b. “Chuponeo” excesivo debido a que no se
eliminaron las horquetas; c. torceduras en el tallo debido a podas mal realizadas.
a

decusada, sino que éstas se distribuyen aparentemente en un primer plano, con una rama
de mayor grosor que la que tiene enfrente. Al eliminar la rama más delgada no se crea
desbalance en el árbol ni se produce alguna torcedura, solo una curvatura muy suave.
Al momento de realizar la poda para obtener una madera libre de nudos, la rama o las
ramas a retirar deben tener 5 cm de diámetro; por encima de este diámetro la rama deja
nudos en la madera. El corte de la rama debe realizarse a ras del tallo, sin ocasionar heridas
b que faciliten la entrada de patógenos. Se recomienda aplicar un cicatrizante en los cortes,
el cual puede ser pintura blanca a base de agua, pasta bordelés o cicatrizante hormonal,
para evitar la incidencia y el desarrollo de hongos vasculares.

Generalmente a los árboles sembrados como sombrío de café se les realiza una remoción
excesiva del área foliar, para facilitar la entrada de luz al cafetal. Para ello se elimina la casi
totalidad de ramas que conforman la copa, dejando una fracción de copa muy pequeña y
“horquetas” a lo largo del fuste para facilitar el ascenso del podador. Las podas excesivamente
altas pueden desbalancear el árbol y que por la acción del viento se produzcan torceduras
c o se quiebre el tallo; además, los restos de las ramas (a manera de “horquetas”) a lo largo
del fuste, producen una alta emisión de rebrotes y retardan el crecimiento del árbol y restan
valor comercial al fuste.
En algunas ocasiones esta especie puede emitir un par de chupones al perder su dominancia
apical como producto de las podas o de un daño mecánico. Cada chupón tiene dominancia
apical, lo cual permite manejar el mejor de ellos y obtener una altura de bifurcación
Figura 19. a. rebrote de individuos
mayor.
de T. rosea por daño mecánico
(despunte de meristema apical);
b. distribución de las ramas en
forma alterna, que permita la poda
basal; c. detalle de la rama basal
que puede removerse.
23

PLAGAS Y ENFERMEDADES

Plagas asociadas al guayacán rosado

El guayacán rosado posee algunas características biológicas que pueden confundirse con problemas fitosanitarios causados
por un insecto plaga o un patógeno. El guayacán se defolia dos veces al año antes de la floración, y en este proceso las
hojas antes de caer se tornan amarillentas. Igualmente en el árbol es común observar varios ejes de ramificación, lo que
da la impresión de varios tallos, pero con dominancia de uno de ellos, además algunos factores abióticos también pueden
propiciar bifurcaciones tempranas indeseables como el perder el meristema apical por la acción del sol.

En esta cartilla se hará énfasis en los aspectos de mayor relevancia en la fase de vivero, en plantaciones homogéneas
establecidas o manejadas bajo regeneración natural, y en árboles individuales como ornamentales.

Plagas asociadas al guayacán rosado en su fase de vivero

La garantía de éxito en una plantación forestal está fundamentada por la calidad del material vegetal con que se produzca
en vivero. Un material enfermo, poco lignificado, tiene una alta probabilidad de fracasar en el campo.

PERFORADORES DE LA HOJA DEL ROBLE


(Walterianella sp. y Omophoita sp.) (Coleoptera: Chrysomelidae)

Tipo de daño. Es común encontrar estas dos especies realizando agujeros en la hoja del guayacán, con lo que disminuyen
su área fotosintética y pueden causar defoliaciones parciales en el árbol, especialmente en sus primeros estadios de
desarrollo.

Descripción y hábitos de Walterianella sp. Son cucarroncitos pequeños que se alimentan de la lámina foliar, produciendo
raspaduras alargadas, de 10 mm x 2 mm, en la cutícula de las hojas. El número de insectos por hoja es alto y puede variar
entre 1 y 4 individuos, lo que hace el efecto mucho más notorio ya que perfora la totalidad de las hojas. En evaluaciones
realizadas en el vivero del Centro Nacional de Investigaciones de Café - Cenicafé en 150 plántulas, se observó que la
especie afecta entre el 2 y el 3% de la población evaluada y el porcentaje de área foliar afectada fue del 25%. En la misma
evaluación se observó que un promedio de precipitación superior a 1.800 mm y temperatura anual de 20,9°C favorecen el
crecimiento y la dispersión del insecto.

Descripción y hábitos de Omophoita sp. Los adultos son pequeñas “mariquitas” amarillas con dos puntos y una línea
característica de color marrón en los élitros y patas traseras de color pardo, miden 6 mm de longitud y se alimentan del
follaje causando pequeñas perforaciones circulares a lo largo de la hoja, entre las nervaduras secundarias. Estas lesiones
por la cantidad, convergen hasta lograr la perforación total de la hoja y por consiguiente, su muerte. En las plantaciones los
daños se concentran en focos.

Descripción del daño y control. Aunque ambas especies, no


representan un peligro para el guayacán rosado, su permanencia
a b en la etapa de vivero retrasa el desarrollo y no permite obtener un
material vigoroso para sembrar en el campo, por lo que es necesario
controlar estos defoliadores con la aplicación de un insecticida
de contacto, de baja toxicidad, como son: el aceite parafinado
emulsificante (Cosmoil 100) o el ácido fosforotioico – diazinón
(Basudin EW).
c d e f

Figura 20. a. lesión producida por el defoliador del roble (Walterianella sp.); b. y c. adulto de Walterianella sp.; d. lesión producida por el
defoliador del roble (Omophoita sp.); e. y f. parte dorsal y ventral de Omophoita sp.
a
25

Plagas asociadas a T. rosea en la plantación comercial

EL PEGADOR DE HOJAS DEL ROBLE


(Eulepte gastralis (Guenée)) (Lepidoptera – Crambidae)
b
Sinónimos: Acrospila gastralis (Guenée)
Mesocondyla concordalis (Hbn)
Mesocondyla gastralis (Hbn)

Es un insecto comúnmente asociado con Tabebuia rosea. Algunos reportes como el de


Madrigal y Puja de Villar (2002), en la costa Atlántica colombiana, indican que el ataque
c de este insecto llega a ocasionar una defoliación severa. También puede encontrarse este
insecto en otras especies de la familia Bignoniaceae, como chingalé (Jacaranda copia) y
totumo (Amphitecna cujete).

Daños. Las hembras depositan los huevos por el envés de las hojas o en sus pecíolos. Luego
de la eclosión de los huevos, las larvas buscan las hojas más tiernas y se enrollan en ellas del
borde hacia el centro, semejante a la forma de un tabaco. En estas hojas pueden encontrarse
d hasta 8 larvas, las cuales saltan ágilmente al disturbarlas, y allí pueden permanecer hasta
el período pupal. Las larvas se alimentan del parénquima, desde el interior de la hoja
hacia afuera, sin dañar las nervaduras. Las hojas tiernas atacadas se necrosan y parecen
quemadas, debido a la delgada película que dejan las larvas. Finalmente, las hojas quedan
esqueléticas parcial o totalmente; cuando el ataque es severo se observan hasta 98 larvas
por árbol (Madrigal, 2002).
Figura 21 a. hojas pegadas por la
acción de Eulepte gastralis;
Descripción y hábitos. Los huevos son aplanados, casi circulares, ubicados en grupos
b. hojas esqueléticas debido a de 30 a 50, en forma imbricada. Las larvas pueden alcanzar hasta 30 mm de largo, son
la alimentación del pegador; c.
larva de E. gastralis; d. adulto
del pegador de hojas de roble.
eruciformes con tres pares de patas torácicas, cuatro pares abdominales y un par anal, su
cabeza es café y clara, el cuerpo tiene una apariencia brillante como húmeda, es blanco
sucio con un integumento muy transparente, con cuatro puntos cafés formando un cuadrado
en la parte dorsal. Las pupas son marrones claras, brillantes, miden 15 a 20 mm de largo
por 4 a 6 mm de diámetro, se encuentran en capullos formados con varias hojas pegadas
por su parte interna.
Figura 22. Pupa de E. gastralis
parasitada por Apantheles sp. El adulto tiene una envergadura alar de aproximadamente 25 a 30 mm, un cuerpo de 12
a 15 mm de largo. Las alas anteriores son de color crema con manchas oscuras, una en
forma de ocho sobre el borde superior hacia el centro, y la otra en el ápice. Poseen líneas sinuosas de puntos finos que se
extienden hasta las alas posteriores, que también son de color crema. Los adultos poseen hábitos nocturnos, son difíciles de
encontrar en el campo, debido a que se camuflan posándose sobre hojas secas o en el suelo.

Control y manejo. Como las larvas son fáciles de encontrar resulta eficiente recolectarlas manualmente; éstas pueden dejarse
dentro de jaulas para permitir que los parasitoides presentes en ellas completen su ciclo y escapen de nuevo al campo. Los
adultos podrían evaluarse y controlarse utilizando trampas de luz.

Se han encontrado algunos controladores biológicos, entre ellos Apantheles sp., el cual en algunos ensayos de laboratorio
ha controlado hasta en un 5% las larvas. También se tienen reportes sobre liberaciones de Trichogramma pretiosum, que
sincronizadas con los picos de oviposición muestran un buen control de este insecto. Así mismo, aplicaciones de Bacillus
thuringiensis pueden ser de gran ayuda en la regulación de poblaciones de E. gastralis.

EL PERFORADOR DEL ROBLE


(Lepidomys sp.) (Lepidoptera: Pyralidae)

En Colombia el primer reporte lo realizó Madrigal (1986), en plantaciones de guayacán de la costa Atlántica colombiana,
con porcentajes de infestación del 100%. Esta especie puede considerarse como una plaga potencial, ya que perfora los
brotes terminales, ocasiona la muerte de la yema principal y estimula la proliferación de brotes y ramas.
27

Descripción del daño. Las hembras depositan sus huevos sobre el tallo o las ramas. Las larvas socavan un túnel a lo largo
del eje del fuste o de la rama hasta llegar a la médula, abren un orificio de 1 a 1,5 mm de diámetro y galerías de 4 a 6 cm
de longitud. Éstas se alimentan del tejido parenquimatoso que conforma la médula, el cual es rico en materiales orgánicos
y agua. Al alimentarse de este tejido poco lignificado, la zona afectada se debilita hasta secarse o quebrarse por la acción
del viento (Madrigal, 2003). Cuando el perforador ha cumplido parte de su ciclo de vida en dicho túnel, éste es utilizado
por las hormigas para hacer sus nidos.

El ataque de Lepidomys sp. puede detectarse cuando se presenta


a b c alguna de las siguientes situaciones:

• Muerte del árbol o de la porción de la rama por destrucción


física de tejidos vitales externos a la médula, como xilema,
cámbium vascular y floema. Si hay deterioro del cámbium
vascular, la planta (o la rama) puede morir rápidamente.

d e • Bifurcación del fuste en plantas juveniles, si sólo es afectada


parcialmente la médula. Hay que advertir que no todas las
bifurcaciones tempranas del guayacán obedecen a un ataque
de Lepidomys sp., también influyen factores de heredabilidad
inherentes a la arquitectura dicotómico - monopodial de la
Figura 23. Acción de
ramificación propia de la especie.
f Lepydomis sp. en roble.
a.y b. barrenado del brote
terminal; c. barrenado de Descripción y hábitos. Son polillas pequeñas, de 7 a 11 mm de
la rama principal; d. larva longitud, cubiertas generalmente con escamas negras, grises o
de Lepydomis sp.; e. adulto blancas, con predominio del color café - pajizo muy claro en los
macho; f. hembra adulta.
machos y café grisáceo en las hembras. Posee antenas filiformes
ubicadas sobre los ojos que son casi esféricos y negros, la parte
a
frontal de la cabeza posee abundantes escamas en forma de pelos que se proyectan hacia
adelante simulando grandes mandíbulas cubiertas de escamas de color castaño claro.

Las hembras tienen alas anteriores de color café, con tenues manchas de color ceniza
b c paralelas al margen distal, el cual es bordeado por un fleco de pelos cortos. Los machos
son de color castaño claro y brillantes, algunos con una pequeña mancha oscura en forma
de paréntesis abierto hacia atrás (Madrigal, 2003).

Control y manejo. Las galerías se mantienen limpias debido a que las larvas acumulan
sus excrementos y residuos de alimentación en la entrada de las mismas, lo cual facilita la
localización de las larvas en el campo y su posible control. En estos orificios puede colocarse,
d con la ayuda de una jeringa, una solución con Bacillus thuringiensis, Beauveria bassiana o
un insecticida (selectivo).

SALTADOR DE HOJAS Y ROEDOR DE FOLLAJE Y TALLO


(Alagoasa sp.) (Coleoptera: Alticinae: Chrysomelidae)
e
Daños. Las larvas de estas especies perforan y roen las hojas tiernas y diferenciadas de
individuos de distintas edades, con prelación de las hojas de árboles juveniles, y dejan en
ellas manchas translúcidas que posteriormente se tornan café oscuras, antes de su caída. Los
adultos se alimentan del tallo y de las hojas, éstos consumen pequeños trozos de la corteza
Figura 24. Daños producidos por y de las hojas, y hacen cortes de forma redondeada e irregular. Cuando las lesiones son
Alagoasa sp. en plantaciones frecuentes a lo largo de todo el tallo y de las ramas, éstas comienzan a unirse, y provocan
juveniles de T. rosea. a. hojas un anillado y caída prematura de las ramas o un anillado del tallo, el cual interrumpe la
perforadas; b. desprendimiento comunicación de las raíces y las hojas, y finalmente el árbol muere. Cuando las poblaciones
de pedazos de la corteza
del insecto son altas puede llegar a defoliar completamente los árboles. Por lo general,
(anillado); c. raspado de las
hojas; d. vista superior del son especies diurnas y voladoras, pero esta capacidad no está muy desarrollada ni pueden
adulto; e. vista frontal del adulto. emplearla durante mucho tiempo.
29

Descripción y hábitos. El adulto es un coleóptero de 5 a 6 mm de largo x 2,5 a 3,5 mm de ancho, azul oscuro, con 6-8
manchas rojas y ovaladas en cada élitro, perfectamente diferenciadas, las manchas de la parte central de los élitros no se
juntan, pero las de la parte superior (pronoto) y las de la parte basal que son de menor tamaño y ovoides, se juntan formando
una especie de triángulo con las del otro élitro. Es un ágil saltador y se localiza normalmente por la haz de las hojas. En las
plantaciones ubicadas en Belén de Umbría (Risaralda), en Líbano (Tolima) y en Montería (Córdoba) y sus áreas aledañas,
fue muy común encontrar este insecto que no se había encontrado antes alimentándose en otras especies forestales.

Plagas en T. rosea, cuando se desarrolla en forma individual o en pequeños grupos

LORITO O SALTAHOJAS DEL GUAYACÁN ROSADO


(Rhabdotalebra sp. (ca signata) (Hemiptera: Cicadellidae)

Daños. En Brasil y Venezuela es conocido como el “Saltahojas del Apamate”. Para alimentarse prefieren los tallos o los
brotes tiernos, donde introducen su aparato bucal para extraer la savia. Al alimentarse de las hojas, reducen el contenido de
clorofila, y en algunos casos los tejidos conductores son bloqueados, produciendo daños como deformaciones, coloraciones
amarillas, necrosis en las partes apicales de las hojas, inhibición del crecimiento de la capa inferior de las hojas e incluso
caída prematura de las hojas donde se están alimentando. La sintomatología puede confundirse con síntomas de virus, o
deficiencias de potasio o de boro. Es un insecto plaga de común ocurrencia en verano, que provoca una tonalidad amarillenta
en los árboles y la posterior caída de las hojas afectadas.

Descripción del insecto. Las ninfas pasan por cinco estados ninfales, son muy similares a los adultos, pero con coloraciones
más claras, a veces casi translúcidos y sin alas o con pequeños rudimentos, se alimentan de las mismas plantas y de la
misma manera que los adultos. Pueden vivir desde unas semanas hasta unos meses. Los adultos son “cigarras” amarillas,
de 2,5 mm a 3,5 mm de largo por 1 mm de ancho, con la cabeza en forma de punta de lanza, los ojos son muy grandes
y ocupan dos terceras partes de la cabeza, poseen antenas setáceas ubicadas debajo de los ojos. Las alas anteriores son
semitransparentes con tres líneas muy definidas de color café oscuro, que alcanzan dos terceras partes de su longitud. Se
caracterizan por poseer aparato bucal picador-chupador y una o varias hileras de espinas en las tibias posteriores. Las
hembras tienen un ovipositor fuerte que emplean para perforar los tallos o las hojas donde insertan los huevos.
Estos insectos se reproducen rápidamente y pueden tener 8 ó más generaciones por año. Al disturbarlas, tanto ninfas como
adultos, se desplazan rápidamente caminando de lado.

Control y manejo. Se han identificado las especies Anagrus sp. o Gonateocerus sp. del orden Hymenoptera, como parasitoides
de huevos, así como controladores de ninfas de la familia Dryinidae y depredadores de adultos de la familia Reduviidae.
Como control cultural es conveniente mantener la plantación con especies arbustivas y de porte bajo que hagan efecto
distractor. Cuando las poblaciones son altas es necesaria la aplicación de insecticidas sistémicos.

a b c d

Figura 25. Detalle del ataque del


e f g h loritos a las hojas del guayacán
rosado adulto. a y b. puntuaciones
y decoloración ocasionados por la
ausencia de clorofila; c. pequeñas
lesiones irregulares producto del
raspado de las hojas; d y e. ninfas en
diferente estados larvales; f. g. y h.
adultos del saltahojas del guayacán
rosado.
31

a ENFERMEDADES

Enfermedades asociadas a T. rosea en su fase de vivero

NEMATODOS NODULADORES DE LA RAÍZ


El complejo Meloidogyne incognita y M. javanica.
b
Antecedentes. En Colombia, el ataque de nematodos del género Meloidogyne en raíces
de guayacán rosado se registró en el año de 1977, en el departamento del Tolima (Triviño,
1997). Luego, estos mismos daños se reportaron en Cundinamarca, Cauca, Antioquia y
Santander, hasta el punto de ocasionar pérdidas totales en la producción de plantas en
vivero. Los nódulos radicales producidos por Meloidogyne spp., son uno de los problemas
fitosanitarios más importantes en la etapa de vivero, no solo en el país sino en el mundo,
c dicho efecto se ve agravado por la presencia del patógeno en casi todo tipo de suelo,
por su carácter polífago, por su alto poder patogénico y por la gran capacidad de
reproducción.

Descripción de daños. Las especies M. incognita y M. javanica atacan las raíces de


las plantas de guayacán rosado principalmente durante la fase de vivero (germinador y
almácigo). La hembra inmadura o los juveniles de Meloidogyne penetran en el tejido de
las raíces, donde se alimentan del sistema vascular o de las células del hospedante sin
matarlas. Las hembras se agrandan enormemente y se vuelven sedentarias, con una fuente
Figura 26. a. y b. plántulas de de alimento seguro que les permite incrementar la producción de huevos.
T. rosea, atacadas por
Meloidogyne spp. desde la fase Las nudosidades en la raíz se forman debido al incremento en el tamaño y el número
de germinador; c. sistema radical
afectado por el nematodo. de células del tejido radical, que pueden o no ocurrir en los sitios de alimentación del
nematodo.
Los síntomas característicos del ataque son las nudosidades en la raíz, individualmente o en un complejo, que se establecen
en las raíces secundarias. En estados avanzados de la infección el nematodo ataca la raíz principal y forma nudosidades a
lo largo de la raíz pivotante y en el punto de crecimiento de las raíces secundarias, atrofiando su crecimiento. En un mayor
nivel de infección ocurre bifurcación en la raíz pivotante. Como consecuencia del daño de la raíz, las plantas afectadas son
de menor tamaño, presentan clorosis, defoliación, síntomas de deficiencia de elementos menores, eventual pudrición radical
y decaimiento o muerte de la planta.

Descripción y hábitos. Los nematodos son organismos multicelulares, la gran mayoría microscópicos que viven en finas
películas de agua que rodean cada partícula de suelo, y pueden ser transportados a grandes distancias en el suelo o en la
superficie del agua. El ciclo de vida de las especies de Meloidogyne spp., se inicia con un huevo depositado por una hembra,
en una masa de aproximadamente 500 huevos. El desarrollo del huevo comienza pocas horas después de su deposición,
con la formación de dos, cuatro, ocho células, y así sucesivamente, hasta la formación de un estado infectivo completamente
desarrollado con su estilete visible, que corresponde al primer estado J1. El ciclo total es aproximadamente de 48 a 52 días.
Castaño (1983) identificó a M. incognita como la especie asociada a las raíces de guayacán rosado.

a b c d e

Figura 27. Daño de Meloidogyne incognita y M. javanica en guayacán rosado. a. y b. nudosidades en las raíces secundarias
y en la raíz principal; c. muerte de raíces secundarias y nudosidades en la raíz principal; d. bifurcación de la raíz principal;
e. nódulos en el punto de crecimiento de la raíz secundaria.
33

Manejo y control. La principal dificultad para el control radica en la identificación de los


síntomas y signos en las raíces y en el suelo. La rotación de cultivos es poco eficaz en el caso
de Meloidogyne, ya que sus especies son polífagas, mientras que en zonas en barbecho el
nematodo puede morir por inanición y por calor. Algunos trabajos han reportado una acción
Figura 28. Hembras de controladora de las enmiendas orgánicas sobre los nematodos, y el potencial nematicida
M. incognita y M. javanica,
encontradas en raíces de
de algunos extractos de plantas como caléndula, ajo, cebolla, ruda y neem.
T. rosea.

a La solarización también es eficaz para el control de nematodos,


b
mediante el aprovechamiento de la energía solar para aumentar
la temperatura del suelo, el cual previamente se ha cubierto con
una lámina de plástico, hasta alcanzar temperaturas letales para
muchos organismos patógenos del suelo.

Una vez los nematodos se han establecido en las raíces de


las plántulas de guayacán es difícil su control.
c d La aplicación de nematicidas como carbofuran
(Furadán), directamente al suelo, tiene muy poco
efecto debido a que los nematodos están enquistados
Figura 29. Detalle del en los nódulos de las raíces de las plántulas y no
desarrollo del material
sembrado en el campo
se verán afectados por el nematicida. Igual efecto
con nematodos en se tendría con el uso del hongos antagónicos
su sistema radical. como Paecilomyces lilacinus, con el cual se podría
a. disminución en el reducir en algo la acción de los nematodos,
número de foliolos
(3); b. deficiencias pero sin un efecto muy notorio. En este sentido la
nutricionales; c. y inoculación temprana de organismos benéficos,
d. susceptibilidad al como las micorrizas arbusculares, ha estimulado
ataque de defoliadores
(Chrysomelidos).
a

notoriamente el crecimiento de plantas de guayacán rosado, a través del mejoramiento de


su nutrición, compensando el daño producido por el nematodo M. incognita y M. javanica,
debido a la tolerancia adquirida por las plantas, generada de la asociación simbiótica.

MAL DEL TALLITO EN GERMINADORES DE GUAYACÁN ROSADO

El damping off es una enfermedad común ocasionado por el hongo Rhizoctonia solani,
que afecta semillas y plántulas jóvenes de guayacán rosado. Se reconocen dos tipos de
damping off: el pre-emergente, que afecta semillas antes de que ocurra la emergencia, y el
b postemergente, que afecta plántulas jóvenes antes de que sus tallos se lignifiquen.

Descripción de daño. Los síntomas del damping off incluyen la pudrición del hipocótilo
de la plántula a ras del sustrato, y causa la postración de la misma. Su efecto siempre se
caracteriza por la presencia de tejido en estado de pudrición, que se observa como una
mancha negra, húmeda y hundida, que avanza hasta rodearlo completamente. Luego, la
plántula se vuelca y muere. En ataques severos es posible observar los síntomas en hojas
cotiledonares de hasta tres meses de edad. Aparecen como manchas necróticas, redondeadas
y húmedas, que se unen y pueden necrosar todo el tejido foliar; posteriomente, la lesión
c
avanza hasta el hipocótilo y afecta la totalidad de la plántula causando la muerte (Gaitán,
2003). Algunas veces, la semilla puede morir luego que la radícula ha emergido de ésta. En
ataques tempranos la semilla no alcanza a emerger por el daño causado en el cuello.
Figura 30. Muerte de plántulas
de guayacán rosado en
Desarrollo de la enfermedad. Tradicionalmente, Rhizoctonia ha sido considerada como la
germinadores a. por acción mayor causa de damping off en viveros ornamentales, pero además de éste otros géneros son
de Rhizoctonia solani; b. por potencialmente causantes de daños, como son Pythium, Fusarium, Phytophthora, Sclerotium
acción de Curvularia sp. en y Curvularia.
germinador; c. por acción de
Curvularia sp. en el almácigo.
35

Control y manejo

Cultural. La contaminación por hongos es más común en lotes de semilla que no está limpia y semillas de mala calidad producen
plántulas débiles que son particularmente susceptibles al hongo patógeno. Para los germinadores es necesario utilizar como
sustrato de siembra arena de río lavada y construir germinadores elevados del suelo, para evitar el contacto de la semilla y las
plántulas con el suelo y/o residuos orgánicos que puedan contener el hongo (Gaitán, 2003). Si se utilizan contenedores plásticos
para la germinación, éstos deben limpiarse para reutilizarlos, con el fin de prevenir que el inóculo de los hongos pase de un
cultivo al siguiente. Un pH elevado, tanto en el sustrato como en el agua de riego, puede favorecer la enfermedad.

Manejo químico. Debido a que muchos de los hongos responsables del damping off nacen en las semillas, éstas deben tratarse
antes de la siembra. Existen varios tratamientos como remojar en agua limpia y tratamientos químicos con blanqueador, peróxido
de hidrógeno o con fungicidas. Para evitar las pérdidas del material en el germinador, en caso de presentarse un foco, se
recomienda eliminar las plantas enfermas y algunas más a su alrededor, y aplicar un fungicida como tiabendazol (Mertect), en
dosis de 10 mL por 2 L de agua por metro cuadrado de germinador. La aplicación del fungicida debe hacerse 2 días antes de
la siembra ó 15 días después de la siembra y debe dirigirse directamente a los focos, ya que de aplicarse a plántulas sanas
puede presentarse fitotoxicidad (Gaitán, 2003). El hongo Trichoderma sp. incorporado en dosis de 9,2 x 105 U.F.C. (Unidades
Formadoras de Colonia) al suelo previamente infestado con el patógeno, reducen la enfermedad en más del 80%, resultado
similar al obtenido con los fungicidas (Leguizamón, 1996).

Enfermedades asociadas a T. rosea en plantaciones establecidas en el campo


En plantaciones establecidas en el campo las principales enfermedades que afectan las plantaciones de guayacán rosado son
las siguientes:

LA ROYA DEL GUAYACÁN

Esta enfermedad es causada por dos especies del género Prospodium, (Uredinales:Uropyxidaceae), diferenciada como P.
cadenae Salazar y Buriticá, sp. nov, en aquellas plantaciones o individuos desarrollados en la zona cafetera, y P. bicolor Ferreira
& Hennen (Sin. P. suppressum Arthur) se encuentra en plantaciones ubicadas en los departamentos de la costa Atlántica
(Córdoba, Magdalena, Bolívar, Cesar y Sucre). Esta enfermedad fue reportada por primera vez en Colombia por Ramírez,
en el año de 1990, en plantaciones de 9 años de edad en la costa Atlántica (Pivijay ‑ Magdalena) en un área de 1.700
ha, y posteriormente fue registrada por Salazar y Buriticá en el año de 2002, quienes confirmaron una nueva especie, y su
denominación la dedicaron al Fitopatólogo Gabriel Cadena Gómez. Recientemente, se ha reportado su presencia tanto en
árboles juveniles como adultos en Brasil, Colombia, Trinidad y Tobago y Venezuela.

Daños y síntomas. Para el caso de P. bicolor, la enfermedad inicia


a b con la aparición de puntos o pequeñas agallas de color verde claro,
en los terminales de las ramas, los pecíolos, las hojas y los frutos;
posteriormente, estos puntos se tornan necróticos y prominentes, se
dispersan en toda la hoja y forman agallas o tumores anteriores,
inicialmente con pequeñas puntuaciones oscuras y en estado más
avanzado cubiertos por una esporulación pulverulenta y marrón. Como
estado final de estas agallas se presenta un secamiento total de la
d hoja. En los órganos de la planta donde se encuentran las agallas o
tumores se presentan deformaciones. Cuando en el vivero se observa
una esporulación de color rosa - anaranjado, generalmente se debe a
c la presencia del hongo hiperparásito.

Para el caso de P. cadenae se presentan en el árbol lesiones generalizadas,


irregulares, visibles por la haz y por el envés, inicialmente son cloróticas
y al avanzar se tornan necróticas rodeadas por un halo clorótico; por la
Figura 31. Detalle del ataque de Prospodium haz se pueden observar los cuerpos fructíferos oscuros del patógeno
cadenae en hojas de guayacán rosado. a. y b.
inicio de lesiones amarillo naranjas por la haz Descripción del patógeno. Prospodium bicolor se adapta al ciclo
de las hojas; c. y d. detalles del avance de la
lesión por la haz y el envés de las hojas.
fenológico del guayacán rosado, antes de la caída de las hojas. Produce
estructuras reproductivas (uredosporas) que permanecen viables y
37
a
germinan sobre las hojas que han caído al suelo, allí producen los cuerpos fructíferos
(basidiosporas), que son diseminados a los órganos tiernos de la planta, por la acción de la
lluvia, sin necesidad de aberturas naturales, iniciando nuevamente el proceso de infección.
Las estructuras reproductivas de P. bicolor son de color castaño- parduzco a amarillentas,
b y las de P. cadenae son globoides a elipsoides, radialmente asimétricas, poseen pared
bilaminar, la anterior marrón canela y la exterior hialina con espinas grandes.

Figura 32. Detalle del ataque


Control y manejo. En el campo el daño no se considera grave, excepto cuando afecta rebrotes
de tocones que se utilizarán para el enraizamiento de estacas. El material afectado en el vivero
de la acción de Prospodium
bicolor en hojas de guayacán debe rechazarse para la plantación en el campo. Cuando se presente la enfermedad en los
rosado a. inicio de las pústulas viveros o en los rebrotes de tocones, deben hacerse fumigaciones alternas con fungicidas a base
por el envés de las hojas; de triadimenol (Baytan ® 150 FS) + mancozeb (Dithane). En plántulas con más de seis meses
b. detalles de las pústulas en las
de edad, después de remover hojas afectadas, se deben realizar aspersiones con mancozeb
hojas y otros tejidos como raquis
y pecíolos de las hojas (Fotos (Dithane) a razón de 160 g de producto activo por 100 litros de agua, o triadimenol (Baytan
Alberto Ramírez, 1997). ® 150 FS) u oxicarboxin (Plantvax 75%).

MANCHA FOLIAR
Cephaleuros sp. (Chlorophycota: Trentepohliaceae)

Forma y descripción del daño. En el follaje de los árboles es posible observar manchas circulares con márgenes difusas,
al inicio de color verde - amarillento y posteriormente de color naranja claro. Las machas se observan únicamente por la
haz de la hoja y su ataque reduce el área fotosintéticamente activa de las hojas, lo que disminuye el crecimiento normal del
árbol. Cuando el ataque del patógeno es severo ocasiona defoliación prematura. En algunos casos, cuando la humedad es
alta, se observan cuerpos fructíferos de color verde, concentrados en las hojas del tercio inferior.

Descripción del agente causal. El hongo responsable de estas manchas presenta esporangioforos y esporangios, mediante
los cuales produce zoosporas unicelulares flageladas de color naranja, lo que permite que la mayor parte de la superficie
foliar se cubra con estas manchas y que ocasione la caída de las hojas.
a b c d

Figura 33 a. b y c. lesiones foliares en guayacán rosado ocasionadas por Cephaleuros sp.; d. cuerpos fructíferos.

Control y manejo. Se deben podar las partes afectadas y recolectar las hojas caídas en el plato del árbol, y eliminarlas
posteriormente. Si hay exceso de humedad se debe mejorar el drenaje del suelo. Aquellos árboles muy enfermos se deben
ralear y eliminar. Si el ataque es muy severo es conveniente aplicar fungicidas que contengan cobre (Cu), cada 15 ó 20
días.

EL SECAMIENTO DE LA HOJA DEL ROBLE


Cercospora sp. (Deuteromycete: Dematiaceae)

Descripción del daño. La lesión se presenta por la haz y por el envés de las hojas. Ésta inicia con la presencia de pequeños
puntos cloróticos que crecen formando machas irregulares algo redondeadas, blanco plateadas, con su parte central blanco
grisácea. Luego, estas lesiones se tornan de pardo - rojizas a tonalidades pardo oscuras casi negras, con un halo externo de
color amarillento, las cuales se distribuyen a lo largo de las hojas y convergen entre sí formando lesiones mucho mayores,
que finalmente reducen la capacidad fotosintética de la planta y ocasionan la caída de la hoja.

Descripción del patógeno. Cercospora es un hongo imperfecto. Sobre las lesiones producidas en las hojas afectadas pueden
observarse diminutas ramificaciones grisáceas, que contienen las estructuras reproductivas (conidióforos y conidias). Este
hongo presenta conidióforos oscuros y simples, y las conidias son hialinas, elongadas y con 3 a 4 celdas. La producción de
39

esporas es permanente, de aquí su poder de infección. El hongo penetra por la cutícula de la epidermis de la hoja (por la
haz) o por los estomas en el envés, dicha infección ocurre durante el día a plena exposición solar.

Incidencia: La enfermedad se encontró en una plantación de 5,3 años de edad, de 3,5 ha, en la finca San Miguel ubicada
en Ciudad Bolívar (Antioquia), con una incidencia del 50%. También se registró en 6 árboles, de 10 años de edad, en el
área de Ingeniería de Cenicafé, ubicado en Chinchiná (Caldas), con una incidencia del 100%.

a b c

Figura 34. Acción de


d e f Cercospora sp. en T. rosea.
a. inicio de la lesión foliar;
b. formación de lesiones
blanco grisáceas; c. d. y e.
ampliación y convergencia
de las lesiones con necrosis
de casi la totalidad de la
hoja; f. estromas.
MANCHA ROJIZA
Phaeophleosphora (Pheoseptoria) sp.

Descripción del daño. Es una enfermedad asociada a deficiencias nutricionales, se presenta en todos los estados de desarrollo
del árbol, tanto en plantaciones como en vivero, y afecta hojas maduras y viejas. Sus síntomas en el campo se asemejan
o confunden con la deficiencia de fósforo o de potasio, pero a diferencia de éstas se observa simetría de las lesiones, que
se originan en el sitio donde penetra la espora. La acción del hongo se caracteriza por las lesiones localizadas, púrpuras –
rojizas e irregulares por la haz de las hojas.

Las estructuras reproductivas se observan formando una especie de fumagina en el envés de la hoja. La presencia de esta
enfermedad es frecuente en plantas en la fase de vivero o en plantaciones recién establecidas, especialmente en condiciones de
humedad. Su acción puede ocasionar pérdidas de plantas en el vivero por defoliación prematura, o retraso en el crecimiento,
ya que induce en las plántulas viejas (de tiempo prolongado en el vivero) defoliaciones continuas, y sólo permanecen en
estas plántulas uno o dos pares de hojas apicales, en las cuales persisten los síntomas. En árboles adultos es poco probable
que prospere la acción de este patógeno y rara vez induce una defoliación significativa.

Descripción. Es un hongo clasificado en el orden Sphaeropsidales, tiene picnidios oscuros, esféricos, separados, ostiolados.
Los conidióforos son simples y cortos, y los conidios son elongados o filiformes, de una a varias celdas. En el envés de las
hojas las manchas son cloróticas, aunque las estructuras reproductivas del hongo las hagan ver oscuras, son irregularmente
circulares, de 1 a 20 mm de diámetro. Generalmente se forman varias manchas por folíolo, y varias de ellas pueden unirse
y lesionar gran parte del limbo. La sintomatología típica es una mancha oscura y rojiza por la haz, con un pequeño centro
blanco. Este hongo puede permanecer como saprófito de material en descomposición.

Control y manejo. En el vivero debe evitarse la permanencia y el almacenamiento de plántulas por un período prolongado
(mayor a seis meses) y eliminar las plántulas viejas. En el campo a raíz de que el árbol se defolia cada seis meses antes de
la floración no es necesario ningún método de control. Es necesario implementar un sistema de fertilización acorde con las
necesidades de la especies y con el respectivo análisis de suelos. Igualmente, es necesario realizar podas de realce para
41

a b c d

Figura 35. Lesiones foliares. a. inicio de las lesión; b. avance de la lesión y presencia de áreas necróticas; c y d. avance de la lesión
y especie de “fumagina”.

incentivar la formación de nueva área foliar. Ninguna otra medida de control ha sido recomendada en países donde esta
enfermedad es problema, como en Brasil.

Incidencia. Las plantaciones afectadas pueden presentar una alta incidencia de esta enfermedad. En una plantación de 5,3
años de edad en Ciudad Bolívar (Antioquia), se registró una incidencia del 50%, mientras que en un árbol de 10 años de
edad ubicado en Cenicafé- Chinchiná, la incidencia fue del 100%.

CRECIMIENTO Y APROVECHAMIENTO
Como población base para la obtención de modelos de crecimiento y rendimiento para Tabebuia rosea, se dispone de
plantaciones establecidas por Cenicafé en los municipios de Pueblo Bello (Cesar), Floridablanca (Santander), Fredonia
(Antioquia), Chinchiná (Caldas) y Líbano (Tolima), además de otras plantaciones establecidas en los municipios de San
Antero (Córdoba) por la empresa Reforestadora Palermo en asocio con CONIF y otras de propietarios particulares en las
fincas Guayaquil, Santa Helena, Guacharacal, Campo Bello, Brasilia, Rollo Arena, Comején y hacienda San José, en el
Municipio de Montería (Córdoba), y la finca Villa Blanca, ubicada en el municipio de Palmito (Sucre). En estas plantaciones
se realizaron los estudios de biomasa dentro del Proyecto “Cuantificación del efecto de sumidero de Carbono por especies
forestales nativas e introducidas”, en convenio con CONIF y cofinanciado por el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural,
los cuales son la base para la elaboración de los modelos de predicción que a continuación se analizarán.

Adicionalmente se tuvieron en cuenta los trabajos del Ingeniero Forestal Ignacio del Valle, quien evaluó el crecimiento de
T. rosea, en la zona de Urabá.

Altura total en función del diámetro. Una herramienta sencilla para obtener la altura en metros, de un árbol de guayacán
rosado, es relacionar la circunferencia del árbol o el diámetro normal (d) en centímetros medido a 1,3 m de altura, mediante
la siguiente ecuación lineal.

Altura (h)=0,0232*d2+0,2594*d+1,4244 (Ecuación 1)

Altura de bifurcación. Una de las características que limita el uso de esta especie es la bifurcación natural, que reduce la
altura y la cantidad de madera aprovechable comercialmente. La información obtenida permite construir la siguiente relación
entre la altura total y la altura de bifurcación, la cual coincide con el inicio de la copa:

(hb)=0,0279*(h2)+0,0807*(h)+1,2688 (Ecuación 2)

Volumen del árbol (m3/árbol). Con la información obtenida en los muestreos de biomasa, se cubicaron y pesaron un
total de 27 árboles de T. rosea, con los cuales se estimó la productividad, expresada en volumen (m3/árbol), a través de
las ecuaciones de volumen con corteza (vcc), volumen sin corteza (vsc) y peso fresco total del tallo (pft), para árboles con
diámetros inferiores a 25 cm y altura menores de 20 m.

Ln vcc= bo+b1* Ln (d+1) + b2*Ln (h); donde d= diámetro normal en cm a 1,3 m de altura, h= altura total en m y e = es
la base del logaritmo natural y su valor es 2,71828183.
43

vcc=e(-9,836+2,301*Ln(d+1)+0,526*Ln(h)) (Ecuación 3)
a
Ln vsc= bo+b1* Ln (d) + b2*Ln (h); donde d= diámetro normal en cm a
1,3 m de altura, h= altura total en m (h) y e= es la base del logaritmo
natural y su valor es 2,71828183.

vsc=e(-8,957+2,303*Ln(d)+0,048*Ln(h)) (Ecuación 4)

Peso total del tallo en fresco (kg/árbol). Con el análisis de esta


información se determinó la relación que existe entre el volumen (m3/
árbol) y el peso del tallo en fresco (kg), mediante la siguiente ecuación:

Peso en fresco con corteza (pfcc)=3,6299+849,94*vcc (Ecuación 5)


b
Con esta relación puede inferirse que 1 m3 de madera de guayacán
rosado en estado verde pesa 853,6 kg (0,85 toneladas); este valor es
importante cuando se está haciendo la cubicación de madera apilada,
antes de transportarla, y es igualmente útil si la comercialización de la
madera va a realizarse en peso, aunque ésta es una actividad poco común
para la especie.

Una vez se ha cortado y aprovechado la madera, ésta inicia un rápido


proceso de pérdida de humedad. El estimativo de pérdida de peso de una
madera recién cortada, hasta lograr contenidos de humedad cercanos
al 12% (madera seca al aire), implica una reducción en el peso cercano
al 42%, lo que indica que 1 m3 de madera seca tiene un peso de 0,405
Figura 36 a. estimación de la altura total (h) en
función del diámetro normal (d); b. estimación de toneladas, de acuerdo con la siguiente ecuación.
la altura de bifurcación (hb) en función de la altura
total en metros (h).
a (pscc) = 407,02 * vcc- 1,68 (Ecuación 6)
250
pftallo = 832,34* vcc + 4,0367
R2 = 0,9936
Al realizar los estimativos de producción, es importante conocer
P eso fresco t ot al del t allo ( kg/ árbol)

200

y descartar el volumen de la corteza, ya que es un porcentaje


150 considerable dentro del volumen total del árbol y no tiene ningún
uso comercial reportado.
100

50
vsc= 0,7928 *vcc - 0,0018 (Ecuación 7)

0 De acuerdo con la Ecuación 7, se puede deducir que el espesor de


0 0,05 0,1 0,15 0,2 0,25
corteza representa apróximadamente el 20,1% del volumen total.
Volumen total con corteza vcc (m3/árbol)

b Relaciones entre el tamaño del árbol y la madera producida en


0,2
pie. Para determinar la productividad de un individuo es necesario
0,18
vsc = 0,7928*(vcc) - 0,0018
R 2 = 0,9972
evaluar el sistema de plantación en el cual se desarrolló, sea manejo
0,16 de regeneración natural o plantación homogénea. Los individuos
Volumen sin cort eza ( m 3/ árbol)

0,14
desarrollados en plantaciones homogéneas, al crecer en competencia
directa con otros individuos, tienen una forma cilíndrica, una copa
0,12

0,1

0,08
de menor tamaño y un menor grosor en sus ramas; mientras que
0,06 los individuos que crecen en una plantación sin manejo, como es
0,04 el caso de la regeneración natural, poseen ramas bajeras de mayor
0,02
grosor, bifurcación a menor altura, copa de mayor tamaño y mayor
conicidad de la proporción de madera aprovechable.
0
0 0,05 0,1 0,15 0,2 0,25
3
Volumen con corteza (m /árbol)

Figura 37 a. relación entre el peso fresco y el volumen Crecimiento y producción en plantaciones manejadas bajo
con corteza; b. relación entre el volumen total con regeneración natural. No existe claridad suficiente en el manejo de
corteza y el volumen sin corteza.
la especie, debido a que la mayoría de las plantaciones establecidas
45

con T. rosea, se han manejado a través del concepto de regeneración natural. El manejo de la sucesión vegetal en áreas
pastoriles se hace mediante la conservación y mantenimiento de las plántulas de guayacán rosado, y la erradicación de las
demás especies invasoras por medio de los métodos manuales (machete), evitando las prácticas tradicionales como quemas,
desyerbas mecánicas y aplicación de herbicidas. Varias especies forestales son diseminadas por el ganado después de ser
consumidas y otras son dispersadas a través del viento, como el caso de Tabebuia rosea.

Las ventajas de este tipo de sistema es que además de la reducción de costos de mantenimiento e insumos, el ganadero
obtiene productos como postes, madera, vareta y leña; el ganado consume los frutos y el follaje, y la fauna silvestre encuentra
nuevas oportunidades para su multiplicación. El inconveniente de este tipo de manejo es que se acentúa la ramificación
simpódica y la bifurcación a baja altura, con pocas ramas gruesas, lo que se considera como un defecto de la especie
desde el punto de vista silvicultural.
Del Valle (1989), en la región de Urabá, realizó un estudio de crecimiento en plantaciones de T. rosea manejadas bajo
regeneración natural y de la misma edad, empleando el método de los tiempos de paso, el cual consiste en mediciones
periódicas de los árboles para estimar el tiempo requerido por un árbol promedio para pasar a través de una clase diamétrica
previamente establecida. Este cálculo repetido en clases diámetricas sucesivas dará una curva completa de crecimiento del
diámetro en función de la edad. Para ello se establecieron parcelas permanentes en el año de 1977 y se midieron hasta el
año de 1984. Las siguientes ecuaciones expresan las relaciones encontradas.

Altura en función del diámetro: ht=1,698*d0,6127 (Ecuación 8)


Donde:
h= altura de los árboles
ht= altura total
hf = altura del fuste libre de ramas

y la altura de bifurcación o altura de fuste en este caso está representado por la ecuación

hf=2,8140*d0,3414 (Ecuación 9)
Para la determinación de volúmenes de árboles individuales, la ecuación de mejor ajuste es la propuesta por Clutter et al.
(1993), de la forma

vcc=b0+b1*(d2*hf)+b2*d2+b3*hf

Donde:

vcc=0,01195+0,000051*(d2*hf)+0,00009*d2+0,00211*hf (Ecuación 10)

La Tabla 1 representa el volumen de madera de un árbol que ha crecido bajo regeneración natural, expresado en unidades
comerciales como la pulgada cuadrada, el pie tablar o la rastra, y su relación con el peso total en kilogramos, empleando
las Ecuaciones 8, 9 y 10.

Para ello se mide la circunferencia del árbol a 1,3 m de altura, y si se supone que el valor sea 51 cm y se divide éste por π
(3,14159265), se calcula el diámetro normal que equivale a 16,2 cm. Con el valor del diámetro se obtiene la altura total empleando
la Ecuación 8, que para el ejemplo es de 9,4 m. Con este valor de la altura y con base en la Ecuación 9 se obtiene la altura de
fuste o de bifurcación, que para nuestro ejemplo es de 7,3 m.

Con estos dos valores de diámetro normal y altura total y al emplear la Ecuación 7, se obtiene el volumen con corteza del árbol
que es de 0,179 m3/arbol. Una vez obtenido este valor y de acuerdo a la unidad de comercialización en la región, se calcula
el número de unidades a las cuales corresponde el volumen calculado, de este modo 0,179 m3/árbol equivalen a 92,43 pies
tablares, 1,16 rastras y 75,8 pulgadas cuadradas.

Crecimiento y producción en plantaciones. Las experiencias reportadas en Colombia con plantaciones de esta especie,
no son del todos exitosas, principalmente por los rendimientos, considerados como bajos (menos de10 m3/ha/año) y la
susceptibilidad a problemas fitosanitarios básicamente en hojas, que si bien no le causan la muerte a los individuos sí retrasan
mucho su crecimiento. Presentamos a continuación información obtenida, sobre el crecimiento y producción de esta especie,
recalcando la expectativa de desarrollo que se proyecta con la especie y que además de la única plantación de la cual se
47

Tabla 1. Relaciones entre el tamaño del árbol y la madera producida en pie, medida en volumen comercial y peso en fresco, para individuos de T. rosea
desarrollados bajo regeneración natural.

Parametros
Equivalencias dasométricas y comerciales
dasómetricos
Circunferencia del
3,0 6,0 9,0 12,0 15,0 18,0 21,0 24,0 27,0 30,0 33,0 36,0 39,0 42,0 45,0 48,0 51,0 54,0 57,0 60,0 63,0 66,0 69,0 72,0 75,0 78,0 81,0 84,0 87,0 90,0 93,0 96,0 99,0 102,0 105,0 108,0
árbol en (cm)

Diámetro (cm) 1,0 1,9 2,9 3,8 4,8 5,7 6,7 7,6 8,6 9,5 10,5 11,5 12,4 13,4 14,3 15,3 16,2 17,2 18,1 19,1 20,1 21,0 22,0 22,9 23,9 24,8 25,8 26,7 27,7 28,6 29,6 30,6 31,5 32,5 33,4 34,4

Diámetro (m) 0,01 0,02 0,03 0,04 0,05 0,06 0,07 0,08 0,09 0,10 0,11 0,11 0,12 0,13 0,14 0,15 0,16 0,17 0,18 0,19 0,20 0,21 0,22 0,23 0,24 0,25 0,26 0,27 0,28 0,29 0,30 0,31 0,32 0,32 0,33 0,34

Altura (m) 1,7 2,5 3,2 3,9 4,4 4,9 5,4 5,9 6,3 6,8 7,2 7,6 7,9 8,3 8,7 9,0 9,37 9,7 10,0 10,3 10,7 11,0 11,3 11,6 11,9 12,2 12,4 12,7 13,0 13,3 13,5 13,8 14,1 14,3 14,6 14,8

Altura de
2,8 3,5 4,0 4,4 4,8 5,1 5,4 5,6 5,9 6,1 6,3 6,5 6,6 6,8 7,0 7,1 7,3 7,4 7,6 7,7 7,8 8,0 8,1 8,2 8,3 8,4 8,5 8,6 8,7 8,8 8,9 9,0 9,1 9,2 9,3 9,4
bifurcación (m)
Volumen con
0,02 0,02 0,02 0,02 0,03 0,03 0,04 0,05 0,06 0,07 0,08 0,09 0,10 0,12 0,14 0,16 0,18 0,20 0,23 0,26 0,29 0,32 0,35 0,39 0,43 0,47 0,51 0,56 0,61 0,66 0,71 0,77 0,83 0,89 0,96 1,03
corteza (m3/árbol)

Pie tablar 8,1 9,3 10,8 12,5 14,7 17,3 20,5 24,2 28,6 33,7 39,6 46,2 53,7 62,0 71,2 81,3 92,43 104,6 117,7 132,0 147,3 163,8 181,4 200,3 220,3 241,7 264,3 288,2 313,5 340,1 368,2 397,6 428,6 461,0 494,9 530,3

Rastras 0,1 0,1 0,1 0,2 0,2 0,2 0,3 0,3 0,4 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1,0 1,16 1,3 1,5 1,6 1,8 2,0 2,3 2,5 2,8 3,0 3,3 3,6 3,9 4,3 4,6 5,0 5,4 5,8 6,2 6,6

Pulgadas
6,6 7,7 8,8 10,3 12,0 14,2 16,8 19,9 23,5 27,7 32,5 37,9 44,0 50,8 58,4 66,7 75,8 85,8 96,6 108,3 120,8 134,4 148,8 164,3 180,8 198,3 216,8 236,5 257,2 279,1 302,1 326,2 351,6 378,2 406,0 435,1
cuadradas

Bajo las siguientes relaciones: 1 m3 = 6,46 rastras; 1 m3 = 424 pies tablares; 1m3 = 516,8 pulgadas cuadradas.
*Estos valores calculados son de la madera en pie y no tienen las pérdidas por aprovechamiento, que en algunas mediciones que se han hecho pueden estar entre 30 y 40%.
Cuando los árboles son menores a 6 cm de diámetro, el modelo no funciona para estimar la altura.

tiene referencia, en edades superiores a 10 años es la establecida por la reforestadora de la costa – Refocosta. Esta empresa
logró establecer un total de 3.800 ha, manejadas bajo sistema silvopastoril, de la cual se tienen reportes de crecimiento
en promedio de 5 m3/ha/año.

Para el caso de plantaciones homogéneas, la Tabla 2 permite obtener el volumen en madera de un árbol, expresado en
unidades comerciales, empleando las Ecuaciones 3,4, 5 y 7. El uso de esta tabla es similar a la descrita para la Tabla 1.

Obtención del volumen a través del factor de forma. Para obtener el volumen por árbol con base en su forma puede utilizarse
la fórmula para el cálculo del volumen de un cilindro, vcilindro= π/4*(d2*h), afectado por un factor de corrección llamado factor
de forma o coeficiente mórfico, el cual se obtiene al dividir el volumen real entre el volumen calculado, a través de la fórmula
del cilindro (Lema, 1995). Los trabajos de investigación han determinado este factor como 0,51 para la estimación del volumen
con corteza, permitiendo así construir la siguiente ecuación:

vcc=π/4*((d2*h)*0,51), donde d=diámetro normal en cm a 1,3 m de altura, h=altura total en m (Ecuación 11)

Tabla 2. Relaciones entre el tamaño del árbol y la madera producida en pie, medida en volumen comercial y peso en fresco, para individuos desarrollados
bajo plantación homogénea.

Parametros
dasómetricos
Equivalencias dasométricas y comerciales
Circunferencia del 3,0 6,0 9,0 12,0 15,0 18,0 21,0 24,0 27,0 30,0 33,0 36,0 39,0 42,0 45,0 48,0 51,0 54,0 57,0 60,0 63,0 66,0 69,0 72,0 75,0 78,0 81,0 84,0 87,0 90,0 93,0 96,0 99,0 102,0 105,0 108,0
árbol en (cm)
Diámetro 1,0 1,9 2,9 3,8 4,8 5,7 6,7 7,6 8,6 9,5 10,5 11,5 12,4 13,4 14,3 15,3 16,2 17,2 18,1 19,1 20,1 21,0 22,0 22,9 23,9 24,8 25,8 26,7 27,7 28,6 29,6 30,6 31,5 32,5 33,4 34,4
(cm)
Altura 1,4 1,8 2,3 2,7 3,2 3,8 4,3 4,8 5,4 6,0 6,6 7,3 7,9 8,6 9,3 10,0 10,8 11,5 12,3 13,1 13,9 14,8 15,7 16,5 17,4 18,4 19,3 20,3 21,3 22,3 23,3 24,4 25,5 26,6 27,7 28,8
(m)
Altura de 1,5 1,6 1,6 1,7 1,8 1,9 2,0 2,2 2,4 2,7 2,9 3,2 3,6 4,0 4,5 5,0 5,5 6,1 6,8 7,6 8,4 9,3 10,3 11,3 12,5 13,7 15,0 16,4 18,0 19,6 21,4 23,3 25,3 27,4 29,6 32,0
bifurcación (m)
Volumen con 0,00 0,00 0,00 0,00 0,01 0,01 0,01 0,02 0,03 0,03 0,04 0,05 0,07 0,08 0,10 0,12 0,14 0,17 0,20 0,23 0,26 0,30 0,34 0,39 0,44 0,49 0,55 0,62 0,69 0,76 0,84 0,92 1,01 1,11 1,21 1,32
corteza (m3/árbol)
Volumen sin 0,00 0,00 0,00 0,00 0,01 0,01 0,01 0,02 0,03 0,03 0,04 0,06 0,07 0,08 0,10 0,12 0,14 0,16 0,19 0,22 0,25 0,29 0,32 0,36 0,41 0,46 0,51 0,56 0,62 0,69 0,75 0,83 0,90 0,98 1,07 1,16
corteza (m3/árbol)
Peso fresco 3,9 4,4 5,3 6,6 8,6 11,3 14,9 19,4 25,0 31,9 40,0 49,7 61,0 74,1 89,0 106,0 125,3 146,8 170,9 197,7 227,3 259,9 295,6 334,7 377,3 423,6 473,7 527,9 586,2 649,0 716,4 788,5 865,6 947,9 1035,5 1128,7
en kilogramos
Pie tablar 0,2 0,5 1,0 1,8 3,0 4,7 6,8 9,6 13,0 17,2 22,1 28,0 34,9 42,8 51,9 62,3 74,0 87,1 101,7 118,0 136,0 155,8 177,6 201,3 227,2 255,4 285,8 318,8 354,3 392,4 433,4 477,2 524,1 574,1 627,4 684,1

Rastras 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,1 0,1 0,1 0,2 0,2 0,3 0,4 0,4 0,5 0,6 0,8 0,9 1,1 1,3 1,5 1,7 1,9 2,2 2,5 2,8 3,2 3,6 4,0 4,4 4,9 5,4 6,0 6,6 7,2 7,8 8,6

Pulgadas 0,1 0,4 0,8 1,5 2,5 3,8 5,6 7,9 10,7 14,1 18,2 23,0 28,6 35,1 42,6 51,1 60,7 71,4 83,5 96,8 111,6 127,8 145,7 165,2 186,4 209,5 234,5 261,5 290,6 322,0 355,6 391,5 430,0 471,0 514,8 561,2
cuadradas
Bajo las siguientes relaciones: 1 m = 6,46 rastras; 1 m = 424 pies tablares; 1m = 516,8 pulgadas cuadradas; 1m = 0,854 toneladas
3 3 3 3

Manejo de plantaciones: El análisis del crecimiento de las plantaciones, permite inferir que T. rosea es una especie de crecimiento
inicial rápido, pero que una vez comienza la etapa de competencia éste se hace más lento, siendo necesario realizar una intervención
o entresaca. El número de árboles con que debe iniciarse la plantación, al igual que la intensidad y la frecuencia de las entresacas,
no están definidos. La Figura 38 representa el promedio del crecimiento en área basal, en relación con el tiempo.
49

Crecimiento en área basal: Para las poblaciones manejadas bajo


35
regeneración natural se obtuvo un crecimiento en área basal de
25
15 m2/ha, a los 5 años. Este valor es indicativo de ocupación del
Área basal (m2/ha)

20
sitio, por lo que es necesario realizar la primera entresaca (por
15
lo bajo) entre los 5 y 6 años, para maximizar el crecimiento en
10
área basal, con una intensidad del 33% aproximadamente, que
5
implique la eliminación de los individuos de menor dimensión,
0
aquellos torcidos y enfermos, y además, para una adecuada
0 0 4 6 8 10 12 14 distribución de los árboles remanentes (750 aproximadamente)
Edad de la plantación en años (t) (Del Valle, 1989).
Figura 38. Crecimiento en área basal (m2/ha) en función
del tiempo (t), para Tabebuia rosea.

Los datos obtenidos hasta el momento no permiten definir con claridad el tiempo para la segunda y la tercera entresaca, de
ser esta última necesaria, antes del aprovechamiento del árbol. El análisis realizado en las plantaciones ubicadas en Urabá
y manejadas bajo regeneración natural, permitió definir que la segunda entresaca puede realizarse a los 12,5 años, cuando
el área basal esté cercana a los 20 m2/ha. Para la segunda entresaca el porcentaje de intervención es del 50%, con lo que
se esperaría un aumento de 23,5 a 27,2 cm en el promedio del diámetro proyectado (Del Valle, 1989).

Para las plantaciones establecidas por siembra se analizó la información y se graficó el área basal en función de la edad
(Figura 38). El modelo que permite estimar el área basal en función de la edad es de tipo exponencial, de la forma

G=a*(1-e -b*t), y sus parámetros son G=25,3555*(1- e -0,1366*t ) (Ecuación 12)

donde: t= edad de la plantación en años y e= es la base del logaritmo natural y su valor es 2,71828183.
Al tomar como referencia el análisis realizado a las poblaciones
r 2= 0.60
2 34 obtenidas bajo regeneración y al analizar el modelo de la Ecuación
V olume n con c or te z a m3 / ha ( v c c)
19
5 12 y la Figura 39, puede deducirse que la especie disminuye su tasa
6
de crecimiento cuando se acerca a un área basal de 20 m2/ha, y la
15
edad en la cual se obtiene este valor es a los 12 años, que es también
7
11
el momento oportuno para realizar la segunda entresaca, con un
78
porcentaje de intervención del 50%, con lo cual el número de árboles
39 remanentes será de 375 árboles/ha.
0
0 2 4 6 8 10 12 14 16 18 20

Edad de la plantación en años (t)


Crecimiento en volumen. El modelo que mejor permite estimar
el crecimiento en volumen con respecto al tiempo es la función
20
Crecimiento corriente 20 exponencial modificada, de la forma:
18 anual en m3/ha (CCA) 18

Crecimient o medio anual ( m / ha)


vcc= a* eb/t, y sus parámetros son vcc=193,2207*e-6,0824/t (Ecuación 13).
16 16
Crecimient o corrient e anual

3
14 Crecimiento medio anual 14
en m3/ha (CMA)
12 12
( m / ha)

Al obtener y graficar la primera derivada del modelo puede concluirse


10 10
3

8 8

6 6 que el crecimiento corriente máximo se presenta en el año 3 y el máximo


4

2
4

2
crecimiento medio en volumen ocurre en el año 6. Este valor ratifica
0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20
0 que para maximizar el área basal y el volumen es necesario que la
Edad de la plantación en años (t) primera entresaca se realice preferiblemente entre los 5 y 6 años.
Crecimiento corriente anual - CCA (m3/ha) Crecimiento medio anual (m3/ha)

El momento de la segunda entresaca se confirma al determinar en


Figura 39. Crecimiento en volumen (m3/ha) para la ecuación de crecimiento corriente (primera derivada) el punto de
Tabebuia rosea respecto al tiempo (t).
inflexión, es decir donde la gráfica cambia su curvatura, y se observe
que el incremento en volumen del año de referencia (t) con respecto
al anterior (t-1) es menor a 5 m3/ha; este descenso en el valor ocurre
cuando la plantación tiene 12 años, lo cual ratifica que la edad para
la segunda entresaca es a los 12 años.
a
51

Sistemas agroforestales

Asociaciones agroforestales. El guayacán puede establecerse en


asocio con cultivos transitorios como maíz, con cultivos anuales
como yuca y con cultivos semipermanentes como banano o plátano,
los cuales deben rotarse con períodos de descanso del lote (rastrojo),
b con el fin de ayudar al árbol a reducir la bifurcación y mejorar la
forma. Las distancias de siembra pueden ser 3 x 3 m, 4 x 4 m, y 5 x
5 m, intercalando los cultivos entre los árboles. Bajo esta modalidad
las labores de manejo de los cultivos favorecen el desarrollo de los
árboles (Conif, 1996).

Asociación guayacán- café. T. rosea se emplea para el sombrío de


cafetales y cacao. Esta práctica se observa con frecuencia en sitios
con períodos secos prolongados donde es necesario el sombrío
c para establecer el cafetal.

Un ejemplo de esta asociación se encuentra en el municipio de


Quipile (Cundinamarca), en la finca La Teresa ubicada a 1.445 m
de altitud y con una extensión de 9,3 ha. En esta finca el cafetal es
tradicional, variedad Típica, está envejecido (25 años de edad), y
los árboles de T. rosea están dispuestos en varios niveles, ya que
han sido manejados a través de regeneración natural. El café
está sembrado a una distancia de 2,5 x 2,5 m y fue descopado a
una altura de 2,5 m para facilitar las actividades del cultivo, los
árboles de sombrío de guayacán en número de 1.400 a 1.450 por
Figura 40. Guayacán rosado asociado a café. a. Mesitas del ha, presentan una condición de desarrollo aceptable. En el suelo
Colegio; b. manejado bajo regeneración natural (Quipile);
c. asociado a café en la zona de El Socorro (Santander).
se observa gran cantidad de hojarasca que lo protege de la erosión y no permite el desarrollo de arvenses y vegetación
competidora.

Cada año se aprovechan de 10 a 15 árboles, de 20 años de edad aproximadamente, con un promedio de producción de
800 pulgadas cuadradas ó 10 rastras (50 piezas de 10 cm x 10 cm x 3 m de largo). Una pieza en los depósitos de madera
de Bogotá cuesta $45.000, y la madera es vendida a las fábricas de enchapes en Bogotá. La producción de café es de
aproximadamente 70 a 80 @ de café pergamino seco por hectárea.

Sistemas silvopastoriles

T. rosea es ampliamente utilizado en asocio con ganado, en los departamentos de la costa Caribe colombiana (Córdoba,
Bolívar, Sucre, Magdalena y Cesar), donde además del componente forestal, hay mejoramiento en la calidad de suelos y
recuperación de áreas degradadas.

a b c

Figura 41. a. sistema silvopastoril de ganado con T. rosea en Pivijay (Magdalena); b. sistema silvopastorilen
Momil (Córdoba); c. sistema silvospatoril en Planeta Rica (Córdoba).
53

La Reforestadora de la costa – Refocosta, en Pivijay (Magdalena), cuenta con 3.800 ha bajo la asociación ganado (razas
Brahman y Cebú) y T rosea. La capacidad del sistema es de 1,3 cabezas/ha en época de invierno y de 1,0 cabeza/ha en
verano. La utilidad real sólo del ganado es de 58,47% y este porcentaje cubre el 48% de los costos totales de mantenimiento
de la plantación forestal (Corpoica, 1996). Las distancias de siembra inicial son de 3 m x 2,5 m, y una vez la plantación
cumple tres años el ganado comienza a pastar. El otro arreglo común en la zona es establecer líneas de plantación a 3 m
y estas líneas distanciadas 5 m entre sí.

USOS
La madera puede secarse al aire relativamente rápido, posee pocos o ningún defecto de agrietamiento y sólo presenta ligeros
problemas de torceduras. Es muy apreciada en ebanistería por su buena estabilidad dimensional, el buen acabado final y un
color natural. Las propiedades mecánicas superan el promedio de la mayoría de especies que tienen una densidad similar.
El duramen, en general, se considera resistente al ataque de hongos, y se reporta que la madera más oscura y pesada es
más resistente que aquella más clara y liviana.

a b c d e f

Figura 42. Diferentes usos de la madera de T. rosea. a. alacenas; b. y c. gaveteros;


d. puertas y cielos rasos; e. chapas decorativas; f. muebles modulares para cocinas integrales.
a

Se deja trabajar en aserrío, molduras, puede taladrarse y tornearse con


muy buenos resultados, con un acabado muy fino. Esta madera también
se considera fácil de encolar (Arevalo y Londoño, 2005). Se utiliza en la
fabricación de muebles decorativos, interiores, en ebanistería fina para
b la fabricación de puertas, ventanas, gabinetes, paneles y entrepaños,
adornos interiores, construcción de pisos, parqué, construcciones livianas,
construcción de botes, artículos deportivos, instrumentos musicales,
embalajes y cajas, partes para vehículos, ruedas para carretas y moldes
para la fundición.

En contacto con el suelo es susceptible al ataque de hongos e insectos.


La madera es moderadamente fácil de preservar por los sistemas de baño
caliente – frío, donde la absorción es de 142 kg/m3 y vacío presión con
sales CCA, donde presenta absorción de 235 kg/m3 con penetración
c total (Arevalo y Londoño, 2005).

Permite la extracción de chapas decorativas utilizadas en la elaboración de


tableros contrachapados, tableros de partículas (no es apta para tableros
de madera cemento), cabos para herramientas (incluye mangos para
hachas), cabos para implementos agrícolas (incluye aperos agrícolas),
leña y carbón.

Otros usos no maderables


Figura 43. Otros usos de T. rosea. a. y
b. como ornamental; c. como barrera
En Costa Rica la infusión de las flores, hojas o raíces se utiliza como
rompevientos
antídoto para las mordeduras de serpientes y contra la fiebre. En El
55

Salvador la utilizan contra la malaria. En México la corteza se utiliza contra el cáncer uterino y las úlceras (Bernal y Correa,
1989).

Es de gran valor para la producción de miel, también está muy difundida como ornamental por la forma del árbol y por su
llamativa floración y fructificación. En áreas urbanas no presenta problemas por sus raíces, ya que desarrolla un sistema
radical profundo, pero por la altura que alcanza conviene alejarla de tendidos de cables aéreos y para permitir un desarrollo
normal de la copa se recomienda sembrarla mínimo a 5 m de distancia de construcciones civiles. También es una especie
utilizada para la recuperación de terrenos degradados y como barrera rompevientos (Inderena, 1992).
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