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acalculia (al. Akalkulie; fr. acalculie; ingl. acalculia; it.

acalcolia) La acalculia se refiere a la


imposibilidad de realizar cálculos por ausencia o pérdida de la capacidad de representación
numérica. Se distinguen dos tipos de acalculia: 1] primaria, cuando no se tiene la capacidad de
identificar y diferenciar los símbolos aritméticos (acalculia asimbólica), o cuando no son posibles
operaciones de cálculo (anaritmética), identificación de una cifra de más de un número,
comprensión del significado del cero (acalculia asintáctica); 2] secundaria, cuando se verifica junto
con otras formas de afasia (v.), alexia (v.), trastornos de la atención y de la memoria. acatafasia (al.
Akataphasie; fr. acataphasie; ingl. acataphasia; it. acatafasia) Trastorno del lenguaje (v. afasia) que
se presenta en quien no encuentra la expresión ade6 ACALCULIA / ACATAFASIA cuada para sus
propios pensamientos, de manera que las frases resultan confusas por la incorrecta sucesión de
las palabras (desplazamiento) o por la escasa conexión entre la intención del pensamiento y las
palabras adoptadas (descarrilamiento). Algunos autores clasifican la acatafasia entre las formas de
paralogía (v.). acatisia (al. Akathisie; fr. acathisie; ingl. acathisia; it. acatisia) Incapacidad de
permanecer sentado, frecuente en algunos pacientes parkinsonianos (v. Parkinson, mal de), en
otras circunstancias hipoquinéticos, que por agitación se ven obligados a continuos cambios de
posición o a un ininterrumpido sentarse y pararse. Este síntoma también se manifiesta como un
efecto colateral de los neurolépticos (v. psicofarmacología, § I, 1, a). BIBLIOGRAFÍA: Jaspers, K.
(1913-1959). acceso (al. Anfall; fr. accès; ingl. attack; it. accesso) Manifestación imprevista y aguda
de una sintomatología morbosa. El término se aplica con frecuencia a las crisis histéricas y
epilépticas. accesos delirantes agudos (it. Bouffées deliranti acute) Formas episódicas
caracterizadas por manifestaciones delirantes, disociaciones del pensamiento, aspectos confusos,
acompañados a veces por alucinaciones. La importancia del reconocimiento de estas formas,
identificadas por la psiquiatría francesa, radica en que pueden mejorar con las terapias
antidepresivas, cosa que no sucede en las esquizofrenias a las que estos síntomas podrían remitir.
accidente (al. Unfall; fr. incident; ingl. accident; it. incidente) Acontecimiento inesperado con
consecuencias dañinas para el sujeto. Existe una inclinación a los accidentes interpretada por el
psicoanálisis como una necesidad de castigo, realizado inconscientemente por el sujeto, según la
dinámica que S. Freud describe a propósito de la neurosis de destino (v. destino, § 2). acción (al.
Handlung; fr. action; ingl. action; it. azione) Movimiento deliberado que tiene como finalidad una
intervención en el ambiente; como tal, se diferencia del movimiento reflejo o automatismo, que es
una respuesta a determinadas estimulaciones (v. movimiento, § 1, a). El amplio uso del término
requiere una especificación en los diversos contextos. 1] FILOSOFÍA. Acción es una categoría
aristotélica que tiene su contrario en la pasión (v.). Para Aristóteles la acción prevé un agente y por
lo tanto es el predicado de un sujeto. La acción humana, si se coloca al inicio de alguna cosa
objetiva que tiene su propia autonomía respecto al agente, es llamada por Aristóteles πο′ισις; si en
cambio es un comportamiento que no se resuelve en la producción de objetos es llamada ποαξις ˜
, y se le atribuyen todas las calificaciones morales positivas o negativas que están en la base de la
ética. Opuesta a la concepción aristotélica es la romántica, expresada en literatura por J.W.
Goethe y en filosofía por J.G. Fichte, según la cual la acción es lo originario, y el yo, lejos de ser una
sustancia, como pensaba Aristóteles, se resuelve completamente en su actividad. 2]
NEUROFISIOLOGÍA. El término aristotélico praxis fue adoptado por la neurofisiología, que llama
praxia al movimiento intencional dirigido al objeto externo en contraposición al automatismo del
movimiento reflejo. Para esta diferenciación consúltese la voz movimiento (v., § 1, b), donde la
acción está considerada desde el punto de vista neuromotor, psicomotor, cognoscitivo y
expresivo. Las estructuras neurológicas que están en la base de la acción se tratan en la voz
motricidad (v.), mientras los trastornos de la acción se clasifican en la voz apraxia (v.). En este
terreno nos limitaremos a los lugares en los que la neurofisiología habla explícitamente de acción
en su doble acepción del potencial de acción y de la teoría de la acción de masa. ACATISIA /
ACCIÓN 7 a] El potencial de acción, que no debe confundirse con el potencial específico de acción
del que habla la psicología del comportamiento (v. § 3, f), es la perturbación electroquímica que se
propaga a lo largo del axón de una neurona. Éste representa la unidad fundamental de la
transmisión de la información desde un punto a otro del sistema nervioso, que se debe a la
diferencia de potencial que existe a ambos lados de la membrana neuronal (v. conducción
nerviosa). Cuando una célula es estimulada se despolariza hasta un valor crítico denominado
“umbral”. Cuando se supera el umbral se produce una inversión temporal de polaridad del
potencial, con excitación de la célula. Esta variación del potencial eléctrico de la membrana
(potencial de reposo), que se anula rápidamente (fase de despolarización) para después invertirse
(fase de inversión) y al final regresar más lentamente a la norma, está en la base de todos los
procesos de excitación. Por ejemplo, el potencial de acción que se propaga a lo largo de la
membrana del axón (v. neurona) es el impulso nervioso que sigue la ley del todo o nada, es decir
que la respuesta del sustrato excitado tiene siempre la misma intensidad, independientemente de
la intensidad del estímulo. Esta ley es válida también para todas las fibras musculares (no para el
músculo entero) y para el músculo cardiaco (v. impulso, § 1). b] La teoría de la acción de masa
prevé que amplias áreas del tejido cerebral, las llamadas “áreas de asociación” (v. corteza cerebral,
§ 6), funcionan como un todo. Esta teoría, formulada por K. Lashley basándose en la observación
de que en las lesiones cerebrales la disminución depende más de la masa de corteza cerebral
destruida que de la integridad de un área particular, se opone a la de P. Broca, según el cual
existen áreas diferentes para las funciones específicas (v. localización). 3] PSICOLOGÍA. En este
ámbito se suele definir la acción como un comportamiento motivado y voluntario, acompañado de
emociones y controlado socialmente en su planificación consciente y dirigida a un fin. La diferencia
entre las diversas posiciones depende de las diferentes acentuaciones de conceptos como fin,
plan, decisión, resolución, identidad, autonomía, capacidad, involucramiento emotivo, que
intervienen en la formulación de la definición de base. a] Desde el punto de vista cognoscitivo se
tiende a analizar la acción en orden secuencial y sobre varios niveles jerárquicos, como lo
propusieron en 1960 G.A. Miller, E. Galanter y K.H. Pribram, que diferencian la imagen, depósito
general de conocimientos utilizados como base para el desarrollo de un plan, el plan, “jerarquía de
instrucciones” o informaciones que dirigen el comportamiento, dispuestos jerárquicamente sobre
niveles tácticos y estratégicos subordinados, el TOTE (v.) (Test-Operate/Test-Exit), la unidad
fundamental del comportamiento, que funciona como un circuito de retroalimentación (feedback)
(v. retroalimentación). b] Desde el punto de vista motivacional los estudios más significativos son
los de H. Heckhausen, para quien la motivación es el resultado de un cálculo más o menos racional
por lo que, entre diferentes alternativas de acción, se prefiere la que maximiza los resultados y las
probabilidades de éxito. En este análisis se tiende a abandonar el antiguo concepto de “voluntad”
(v.) sustituyéndolo por el de “energía mental”, que hace referencia a la función directiva de la
motivación, olvidando la activante. c] Desde el punto de vista del control social las teorías más
articuladas de la acción son las presentadas por G. Mead y E. Goffman, que elaboraron el concepto
de interacción simbólica (v. interacción, § 3), según el cual la sociedad trasmite a sus miembros
conocimientos de objetos, situaciones, acciones, que constituyen la base sobre la cual interactuar
y, al mismo tiempo, controlar las acciones propias y de los otros, favoreciendo un control indirecto
y difuso respecto al directo e impositivo. De aquí la conclusión de R.P. Abelson según el cual,
puesto que las acciones están completamente preescritas en un “guión”, la acción del agente
consiste esencialmente en la selección y ejecución de cuanto ha sido ya preescrito. d] La psicología
del trabajo ha hecho de la acción su campo privilegiado de investigación, con W. Hacker, que ha
centrado la atención en la regulación del motivo pulsional (Antriebsregulation), y en la de la
ejecución (Ausführungsregulation). La representación consciente de la regulación sucede en tres
niveles: el nivel del análisis intelectual, en el que se elaboran estrategias y planes; el nivel
perceptivo, en el que se preparan esquemas de acción, y 8 ACCIÓN el nivel sensomotor, que
orienta el movimiento que puede ser más o menos consciente. Una vez interiorizados, estos
niveles permiten la autorregulación del trabajo en la que el agente sabe cuánta influencia cree
poder tener, cuánta libertad, cuántos medios y materiales compatibles con la situación dada y con
los objetivos por alcanzar. e] La investigación de mercado estudia las acciones sociales más
difundidas para planificar una intervención. Con esta finalidad promueve una investigación de las
acciones que prevé una recolección sistemática de datos en función de un objetivo, una
retroalimentación de los clientes con modificación de algunas variables incompatibles con la
finalidad, y finalmente la planificación de las intervenciones basándose en la evaluación de los
resultados recolectados y en la manipulación de las variables de sistema que están bajo el control
del investigador. Se procede, por último, a un control, para examinar los efectos de la
intervención. f] La psicología del comportamiento introdujo dos nociones valorativas de las
acciones, expresadas con el potencial específico de acción y con el cociente de acción. El primero
designa, en la investigación conductista, el potencial que se necesita obtener para iniciar una
determinada acción (v. instinto, § 1). Con este concepto se relaciona el introducido por K. Lorenz y
llamado energía específica de acción, a propósito de las acciones instintivas que dependen de
factores internos (v. etología, § 1). Según Lorenz se determina una acumulación de energía cada
vez que una acción no es ejercida por mucho tiempo, con los consiguientes trastornos del
comportamiento. El cociente de acción, en cambio, es un índice elaborado por A. Busemann que
mide, en relación con la edad, las llamadas “fases accionales” detectables con base en el número
de verbos empleados en el lenguaje corriente (fase accional) respecto a los adjetivos (fase
cualitativa). 4] SOCIOLOGÍA. En este ámbito se ha puesto atención en proporcionar un esquema
conceptual que determine las constantes de la acción. É. Durkheim insistió en los aspectos
objetivos e institucionales de la acción social, que a su parecer consisten “en modos de actuar,
pensar y sentir externos al individuo y dotados de un poder coercitivo en virtud del cual se le
imponen” (1895: 31). En el lado opuesto, M. Weber insistió en los aspectos subjetivos de la acción
social y en el cálculo racional de adecuación de los medios a los fines. Weber, además, diferenció
entre una acción social tradicional determinada de un hábito adquirido con el uso y con la
costumbre, una acción social afectiva, típica de los momentos de intensa participación individual y
colectiva, y una acción social racional, evaluada con miras a los fines por alcanzar, teniendo en
cuenta los conflictos entre diversas racionalidades, que limitan las posibilidades de decidir entre
fines contrastantes en referencia a un valor. Entre la posición de Durkheim y la de Weber se ubica
T. Parsons, para quien “dentro del área de control del actor, los medios empleados no pueden ser
considerados, en general, como elecciones al azar o dependientes exclusivamente de las
condiciones de la acción, sino que de algún modo tienen que estar sujetos a la influencia de
determinado factor selectivo independiente, cuyo conocimiento es necesario para la comprensión
de la marcha concreta de la acción” (1937: 44- 45). En otros términos, la fuerza de las acciones
sociales está en la integración entre motivaciones psicológicas y relaciones sociales establecidas en
instituciones como el matrimonio, la familia, las organizaciones que manifiestan valores, normas y
símbolos con los que se identifican los agentes individuales. El desarrollo de la teoría clásica de la
acción encontró su más reciente vía en la teoría de los sistemas sociales preparada por N.
Luhmann y J. Habermas; para ellos la acción no sucede según criterios de eficiencia que prevén la
movilización de los recursos indispensables para un determinado fin, sino según criterios de
eficiencia que prevén una correspondencia del fin alcanzable con los recursos disponibles. 5]
PSICOANÁLISIS. Con el término acción el psicoanálisis entiende cosas bastante diferentes, entre las
que pueden especificarse: a] Acción repetida o de evitación. Absuelve a la función de resistencia
ante el afloramiento de recuerdos que perturban (v. actuación). A este propósito S. Freud escribe:
“El analizado no recuerda absolutamente nada de los elementos que ha olvidado y removido, él
más bien los lleva a cabo. Reproduce estos elementos no en ACCIÓN 9 forma de recuerdos sino en
forma de acciones; las repite, obviamente sin darse cuenta. Por ejemplo: el analizado no dice
recordar haber sido soberbio y desconfiado hacia la autoridad de los padres, pero se comporta de
esta misma manera con el médico” (1914 [1976: 154-155]). b] Acción forzada. Ejecución de un
acto contrario a la intención consciente o que va más allá de ésta, que tiende a repetirse
acompañado de estados ansiosos que reflejan el esfuerzo del sujeto por impedirlo. Se trata
generalmente de acciones estilizadas y rituales con un gran componente obsesivo, que dejan ver
motivos o ideas inconscientes que se desean contener (v. obsesión). c] Acciones sintomáticas. Se
refiere a gestos frecuentes y habituales, aparentemente carentes de significado, que se achacan a
tendencias inconscientes. Freud los diferencia de los lapsus (v.) porque se trataría de síntomas
reveladores de fantasías particulares, y no del resultado de un conflicto entre dos intenciones
contrarias, de las que sería resultado el lapsus (v. acto, § 2, c). d] Acción específica. Es la acción que
resuelve una tensión interna creada por una necesidad que espera una satisfacción. “Este alivio
psíquico –escribe Freud– sólo es posible por el camino que designaré acción específica o
adecuada. Tal acción adecuada consiste, para la pulsión sexual masculina, en un complicado acto
reflejo espinal que tiene por consecuencia el aligeramiento de aquellas terminaciones nerviosas, y
en todos los preparativos que se deben operar en lo psíquico para desencadenar ese reflejo. Algo
diverso de la acción adecuada no tendría ningún punto, pues la excitación sexual somática, una
vez que alcanzó el valor del umbral, se traspone de continuo en excitación psíquica;
imprescindiblemente tiene que ocurrir aquello que libera a las terminaciones nerviosas de la
presión que sobre ellas gravita, y así cancela toda la excitación somática existente por el momento
y permite a la conducción subcortical restablecer su resistencia” (1894 [1976: 108-109]).
BIBLIOGRAFÍA: Abelson, R.P. (1976); Aristóteles (1973); Busemann, A. (1925); Durkheim, É. (1895);
Fichte, J.G. (1794); Freud, S. (1894); Freud, S. (1914); Goffman, E. (1959); Habermas, J. (1963);
Hacker, W. (1978); Harré, R. y P.F. Secord (1972); Heckhausen, H. (1987); Heider, F. (1958);
Lashley, K. (1929); Lorenz, K. (1963); Luhmann, N. (1980); Mead, G.H. (1934); Miller, G.A., E.
Galanter, y K.H. Pribram (1960); Muralt,

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