Está en la página 1de 18

Composición

Turística
César Palominos
-El Aire Sopla Poemas Escondidos-
Los países celebran a sus cuentistas, El aire sopla poemas escondidos,
cronistas, aquello es el secreto de Chile.
prosistas, El país de grandes olas trae rumor de versos,
a sus grandes relatores de historias fantásticas o comunes; mi patria de árboles edénicos tiene tatuada la mano de Dios.
describen el mundo con ojos de paroxismo La patria de minas fecundas
con aromas de cedrón y menta. regala gemas y trovas.
Chile es la poesía hecha territorio.
El mundo es una pequeña fabula de amores y melancolía,
de olas rabiosas y refrescantes rocíos,
de minerales cromáticos y noches botánicas.
No en vano la historia es cíclica
como el viaje de las aguas desde el cielo al mar.

Yo nací separado del mundo por una


geografía erizada,
altos picos de algodón,
cincuenta colores del desierto,
fiordos eternos y prístinos
y una estepa blanca de mantel bordado.

En mi patria nacieron poetas como musgos


de rocas siemprevivas y fértiles,
polen esparcido por Alonso de Ercilla.

Es mi tierra inspiración infinita,


es una ventana para observar el mundo,
es un altar antropológico,
una cornisa de reflejos marinos.
-Arauco-

Los pueblos y ríos bautizados


de araucananos onomásticos,
Letras con sabor a merkén y piñon:
Nahuelbuta, Malleco, Lonquimay Pitrufquén.
Son coronados en profanos kultrunes celestiales.
Bóveda tatuada con la chakana del sur.

Verdes praderas y verde lluvia,


verdes vertiente de tu alma acorralada
verdes trajes coercitivos
de criollos que olvidaron
quienes siempre estuvieron aquí.

Te coronan araucarias desnudas con sombreros de otoño


son Centauros y gárgolas del peñasco arbolado,
torcida escultura del Lago azul,
Calafquen, rosa lluviosa de Cautín.
-Iquique-
Iquique, una ráfaga de viento Baquedano, la madera que te recubre
furioso azotó tus costas trae aromas del mar mediterráneo
y como un soplo de bestia huracanada y los caminos por donde transita mi alma
formó en ti el andamio de arena se incendian en la combustión del salitre.
que te fortifica.
Tus majestuosas Humberstone y Santa Laura,
Tus pájaros de caras iracundas son fantasmas con tropeles de oro
son jotes que bautizan tus cielos y sus vestidos de camanchaca lloran un montón de lagrimas,
y en sus nidos de ciénagas abandonadas en los estantes vacíos de las pulperías.
barren con la muerte que deambula en tus
calles.
-Despejaré las Nubes con
mis Manos (Machu Picchu)-

Despejaré las nubes con mis manos


desdibujando la pena de tus ojos perpetrados.
Entregaré mi extremaunción
como ofrenda a tus dioses
amortajado en milenarios aguayos.

Infinitas sierras y babeles altiplánicos


rodean tu madre selva.
Un Urubamba descarrilado
en corrientes confrontadas por rieles furiosos
despertando alabanzas.

Escaleras hacia al magno astro,


alfombras de musgos y helechos.
Pasos gigantes,
reminiscencia de nuestros ancestros.

Morena tristeza de inteligentes terrazas,


regadas y manchadas de evangelios y espadas.
¡La suerte está echada! – gritan y reclaman.
Decadencia impuesta desde una España lejana.
-Rio De Janeiro-
La bahía camuflada de mar, es un rio.
Uno que fluye en serpenteantes calles
abrazadas a las aguas.
Rio de Janeiro son arquitectónicas tus miles de
cúpulas,
terrones que endulzan las insípidas nubes de la costa
de oro.

La ciudad de samba y forró


Tiene aromas perennes de selva viva,
de colores topacios y de longitudinales mosaicos
bicolor.

Tu favelas resuelven la angustia en los dorados y


platinados vestidos
asomados en carnaval.
Ciudad cristiana y pecaminosa,
sombra del sagrado corazón, La noche mágica enciende las luces de tus joyas escondidas.
celador de tus días de sol y mar. Tus favelas impenetrables,
como centinelas de las olas
El ruido caótico de tus terminales y avenidas, -son colosos de piedra-
ensordece las palabras que silban tu lengua hermana, Marginadas de capital, marchitas de calor.
pero distante en sus sonidos selváticos.
Es difícil retratarte sin usar las tonalidades de tu idioma.
Sin las expresiones cariocas del malecón.
Hércules, Adonis y Afrodita
caminan en sandalias alquilando sus cabellos al viento.
Como pintura fresca del renacimiento.
-Canto a Bogotá-
Vengo a estas tierras A ti te canto Colombia
colmada de aire, a tu tierra,
colmada de verde frío cuna del áfrica maltratada,
humedad de musgos Y en sus brazos,
e imponentes nubes. - los crisoles de tonadas
y arpegios multicolores -
Capital de Bolívar, sincretizaron tu bandera de música, canto y baile.
a ti te canto
patria grande A ti te canto Bogotá
del sueño de un dorado a ti te abrazo San Andrés
eterno y resplandeciente. y en ti Medellín,
dejo un semilla de mi alma
A ti te canto hermanos de la gran Colombia, para que florezca al cauca con mi canto y poesía…
a ustedes que me reciben en sus tierras y en su viaje infinito
con acento tropical y andino, atraviese el Orinoco y el Magdalena
con sus frutas cromáticas y selváticas, y llegue a todos vuestros corazones
con sus penas atávicas, de carteles y guerras. de ensueño bolivariano.
y con la esperanza tatuada en la frente
como bindi de la india.

Aquí nacen Los Andes que en mi patria austral


veo morir,
aquí se aromatizan los aires con los valles y las llanuras.
El Mar Caribe trae su ardor de verano eterno,
y sus murallas fortificadas inoculan
un aliento de amor y cólera.
Las serranías aportan la altura
y un vapor de bostezo nocturno.
-Titicaca-
Vuelo sobre el lago en las alturas,
En mi vuelo por la puna,
en su remanso
mis manos besan los cielos
las aguas como mar infinito
y mi corazón se entibia en su cercanía al sol.
dibujan un puma andino
abajo continúan los paramos
en las montañas del mundo.
interrumpidos por pequeñas casas
en las faldas del continente
Y como herida abierta en las sierras,
sacadas de los ruidos del mundo,
el Titicaca guarece a los hombres flotantes,
de la cólera y de la pestilencia.
en sus islas de totoras -que flotan-,
como almas errantes,
Aquí todo decidió ser humilde,
vestidos de serpentinas multicolores
no hay grandes árboles,
arrojadas por el Titicaca
ni altos hombres de maíz,
como fulgores del cosmos,
sólo la quínoa en su verde violáceo,
como estrellas fugaces que juegan a ser
es sembrada en la grandeza de su versatilidad.
pirotecnia del cielo.

En sus redes taciturnas


se posan los peces
que vendrán a la mesa,
como regalos de los hijos de Viracocha.

Las sonrisas andinas son una explosión de


challas policromáticas
y en sus ojos rasgados quedan dormidas las
ciudades de piedras y terrazas.
-San Andrés me da la bienvenida-
Al abrir los ojos
Piso cada pedazo de arena
cientos de cangrejos me observan
y marco mi conquista sus miradas
cada centímetro nuevo son indiferentes,
es la tierra que se vuelve mía. su postura es marcial
y excavan para mi
Aquí en el caribe, el viento la tumba
es el aliento de una bestia volcánica de aguas turmalinas.
y en sus aguas turquesas
me despojo de tu olor a primavera. Y mis manos blancas de arena
se estiran para alcanzar las vuestras.
Hay veces que la marea
He llegado a las Antillas Y me ofrecen amores de divisas
y erigen con su léxico me trae el sonido de tus pasos
a olvidar tu boca que aromó la mía
los placeres que la carne y como el niño que penaba
y en su espera diviso islotes extraños en mi alcoba
y un rostro resurge de la arena. confunde con amor.
A veces pienso que no hay nada, se esfuma tu presencia
nada que cure la pena… con el viento que deja su estela.
Estoy triste,
Es que talaron en mí
no hay duda. el espeso bosque de esperanza En estos días
pero a cada instante que había cultivado mi alma. mi sombra se aleja del mundo
la alegría lucha una batalla perpetua. y voy encontrando cada respuesta
Así que busco lugares secretos que se clavaron como espinas
Sin embargo, esquinas solitarias en tu partida atestada de preguntas.
germinan las dudas: y planto cocoteros votivos
que recitarán mis versos. Desde donde me encuentro sentado
fueron míos tus besos?
el mar con ahínco
fuiste mío alguna vez? quiere besar mis dedos
Y el sol sigue confundido
en un camino oscilante, quiere tocar mi frente,
Tus nuevos amores empapando su agua bendita
naciendo donde muere
se acostarán bajo las sombras en este cuerpo mutilado de amor.
y renaciendo incesante
del árbol que regué. de las tinieblas.
-Barco sumergido en Rocky Cay-
Suena el reggae
y se alzan sonidos tricolores,
en la isla que escogí para regar mis
penas.
Las palmeras alojan la melancolía
y sus aguas de hielos caribeños
empapan toda mi alma.

A lo lejos!
se atisba un navío,
cementerio de atolones,
arrecife de oxido
y corales multicolores,
porque aquí...
ha crecido la vida!
y como loto…
emerge de la ensenada.

Yo aleteo en las aguas


soy un pez de amapola
busco y veo sumergido el hogar
del que fui despojado
y respiro por mis branquias
los recuerdos que invaden las olas.

En la arena recostado
he esparcido mis crónicas de amor,
en su blanca espesura
he cavado tu cuerpo celeste
de nubes enclavadas
en los cielos antillanos.
-Gratitud a la Isla-
Soy ese yo…
De este misma isla ese que se va,
convertida en refugio ese que fue y que no volverá.
comienzo el adiós. Ese alguien que cayó
Un último atardecer me corona, y reflejó en las aguas
las últimas olas besan mi alma sus penas
tan infinita como el horizonte, ahora escondidas por siempre
-aquel- en su novicia espuma.
que dibuja un cayo
enclavado y solitario. Vuelvo a casa,
vuelvo renovado
Desde este tronco azul como una sinfonía de arpas,
veo morir la tarde como un canto de sirenas en la brisa.
la silueta bailarina de los cocoteros
se despiden. Ya en la noche la mar amenaza
Porque sé que no volveré… y no besa mi alma,
mis pies no vuelven a tocar la misma tierra, más bien toca mis glúteos
es que el recuerdo se vuelve perenne con su sexy tonada,
en este corazón peregrino cristaliza el aliento
y sus besos quedarán congelados con lúgubres susurros
en el tiempo y la memoria. de pasión y violencia.

Del mismo sitio que regué mil lamentos, Como un marino del aire
renace para mi como un trofeo navego en los puertos
la nueva vida, de los cuales se divide mi alma.
y su soplo reencarnado Y como nubes esparcidas
me trae paz y sosiego. que abrazan al mundo,
me proclamo soberano del
firmamento.
-Puerto de los poetas-
¿Qué es un poeta sin esperanza?
ahí queda,
ahí está
y es una tímida flor,
el ancla de que aferrarse.

Cómo hablamos sin hablar,


nos conectamos a la distancia,
te llamo,
te busco desde lejos
desde estas luces implacables de la ciudad.

Y ahí estás tú…


en tu puerto
en tu puerto viejo,
en tu puerto tío y abuelo.

Porque fuiste la perla más sublime


anfiteatro de plata
guareces a mi noble amor budista.
y tus olas, tus suaves y furiosas olas
contemplan sus labios de raíz
y en su meditación
un hálito de paz
inciensa el camino a sus brazos.
-Pichilemu-
La inmensidad del ancho mar
brisa, bruma, bramidos de sol.
Polvoreada de besos y oleaje,
traen recuerdos de niñez.

Costa inquieta bronceada de surf.


Salinidad de besos y cochayuyo,
Docas perennes que enmantelan tu arenal
junto a florecillas amarillas sin nombre.

Roquedad de quebradas
y botellas al mar.
Cigarrillos, cerveza y música
acompañan mi vigilia.

Colores arrebol de horizonte roquerío


Una amistad de cactus y algas anfibias.
Gaviotas albas y toda clase de malacología,
luchecillos, patos y graznidos de pelicanos.

Trinidad de viento, olas y rocas.


Gama de colores en piedras multiformes.
Pichuelos de ave corren despavoridos,
marcando pequeñas agujas en la orilla del mar.
-Santiago De Chile-
Desde el sur me da la bienvenida a la metrópolis,
dos imponentes tambores cisterninos de ajedrez.
Parece que en verano Santiago invita al sol atacameño
y en los inviernos recibe al frío patagónico.

Santiago es un casco oblicuo, un valle descalabrado.


Un arpegio de sirenas, bocinas y miradas ofuscadas,
un encanto de callecitas recónditas y extravagantes.

Una Paris y Londres que desordena el damero de los


alrededores.
Un escondido Barrio Concha y Toro qué permanece
congelado en el tiempo.
La avenida independencia es una cola de novia
interminable que recorre telas, fieltros y tapices.
Patronato es la amalgama cultural de inmigrantes y
bisuterías.
En algún rincón de ésta ciudad aún vaga mi inocencia
perdida
y el recuerdo de tu amor errante.
-Rocas de Santo Domingo-
Y la mar constante Y llegan una -a- una
lanza sus olas desde la peculiar Asia, y militarmente
viajan centenares de millas aceleradas e imponentes
-lento, lentamente… olas titánicas con rumor a besos
bendecidas por la luna. y acarician la orilla en su Ilíada eterna
saludan a los hombres
En su viaje de órbitas eclípticas finalizando su peregrinación sagrada
algo religioso espera que conecta dos mundos.
algo que han soñado día a día
toda la vida,
toda la eternidad.

Y van arrojando y llevando consigo


las piedras ordinarias
las de poca monta
esas que trajeron los ríos.

Porque la mar es orgullosa


es una señora de estirpe
y repite su utopía inacabada
de pisar la tierra de los hombres,
la tierra de marinos
y sus historias de pescadores
y sus amores,
esas que pregonan mar adentro
sus propias lenguas,
sus labios de fuegos atávicos.
-Misiones (Tierra Roja)-
Tú camino deja rastros en mis pies cansados Los supermercados lejanos,
Tinte rojo carmín de batallas que resisten su fin eran huellas en las selvas,
Mariposas de oleo pintan tu virginidad, oasis del desierto capitalista.
en telares perenes dispuestos en cautividad. Un par de besos
rondaban bizarros en la noche de centinelas y almohadas,
de abanicos, mosquitos y diademas.
Volver a ti, volver a la tierra roja,
al asentamiento de mi vida
a las aguas azules,
a las luces de la aurora.
Es volver a la soledad perpetua,
a los terminales,
hormigas
y a la fauna infinita.

Para mí era todo tan distante,


distinto y delirante.
La lluvia, truenos
y relámpagos
eran amigos de la tierra
y los insectos amigos de los montes.

En tu mundo se besan hormigas gigantes y luciérnagas.


Las cucarachas saludan a la Anahí;
mientras los macacos se esfuman de pavor.
La lluvia inesperada pretende inútilmente borrar,
la sangre que manchó para siempre tú tierra voraz.
-Tus Picos Omnipresentes-

No existe un sillón para descansar mi alma.


La que a kilómetros de distancia
derrocha desolación
y añora tu presencia.

Los recuerdos como compañía


y mi sombra como enemiga;
insultan a las manillas del reloj.
Aquel que retrocede viviendo el insomnio de despertar
encerrado en éste pequeño edén.

Veía cada día tu imponente vigilia,


tu línea divisora entre ésta patria y la mía.
Después de verte desnuda y perpetrada
te volviste más que una figura digna de admiración.
Te transformaste en la muralla que separa el abrazo de los
míos
y el indicio de las lágrimas de dicha.

También podría gustarte