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César Palominos
Sinfonías Marinas
Rumor De Ballenas
Esnorqueleando bajo mares prístinos Todo ha cambiado,
de bivalvos y gastropodos, un susurro de muerte azota como un vendaval,
sumerjo mi alma en arcoíris de peces, inanición,
rondas de cardúmenes, ahogo,
fulgor de un sol marino. caza,
calentamiento global.
Soy un pez doncel de las aguas,
niño de branquias,
ágil sireno,
he viajado en manadas de ballenas
amigas de los cantos y las sinfonías.
Viajé eternidades de kilómetros buscando comida,
advertí aguas polares y antárticas,
costas atlánticas,
golfos,
estrechos,
penínsulas
y observé tierras de fuego.
Fogatas de espíritus de hombres olvidados,
amigos de mis ancestros.
Algarrobos y cormoranes
coronaron nuestro amor,
aceptaron nuestras diferencias
para darle los sonidos a las sinfonías del mar.
Surfistas
Los surfistas se van a la mar
porque han decidido ser anfibios
y como tortugas humanas
nadan en sus abdómenes
como escudos a las olas,
y se posan al cielo
para coronarse de espuma;
cuan cardumen de bronquios.
En las aguas,
peces voladores
se clavan al aire
como espinas marinas
y regresan al agua
abrazando el sol que se duerme.
Mientras tanto…
-el arrebol-
que es la agricultura del cielo
sembradas por nubes de hortalizas,
donde cosecharán de ellas,
un rabo de nubes rojas.
El Mar Está Lejos…
El mar está lejos,
pero engañaré a los sentidos frente a
esta pileta.
Cerraré los ojos
y escucharé las olas con estas
caracolas.
Tocaré la bruma de tus cabellos
y recorreré tu cuerpo de sirena.
Remolino de belleza,
son tus miradas
tritones de seducción.
Me sumerges en hechizos y cantos
ribereños,
en mantos de estrellas que cobijan
nuestro atardecer.
Corrosiva perfección,
posees lunas plateadas en tus pupilas.
El Mar
Barcos mercantes y volantines de oro, Y yo sólo quiero verme en los demás,
casas cayendo de cerros en vida; copiar pasos,
como lágrimas de un sollozo feroz. imitar ademanes,
vacilar en el viento de la espera de trenes.
El mar, el mar y sus gaviotas planeadoras,
volantines que no se cansan de volar. Alguna vez vi mi alma en los ojos pardos de un vagabundo.
Adiviné rasgos de poeta furtivo,
El mar, el mar y su salinidad perenne, de educador de sueños y una semilla de paz.
su receta cobija peces grises uniformados. Antes de llegar a ti,
simularé aquella belleza anacoreta.
El mar, el mar y sus mariscos,
eternas rocas del fondo del mar.