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Serie: Apocalipsis, un quinto evangelio que vuelve a proclamar las buenas noticias ante las nuevas

circunstancias de nuestra era.


Tema: La quinta trompera - Sin puntos medios (8:13-9:12).
Lectura bíblica: Apocalipsis 8:13-9:12.
13
Entonces miré, y oí volar a un águila en medio del cielo, que decía a gran voz: ¡Ay, ay, ay, de los que habitan en la
tierra, a causa de los toques de trompeta que faltan, que los otros tres ángeles están para tocar!
1
El quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que había caído del cielo a la tierra, y se le dio la llave del pozo del
abismo. 2Cuando abrió el pozo del abismo, subió humo del pozo como el humo de un gran horno, y el sol y el aire se
oscurecieron por el humo del pozo. 3Y del humo salieron langostas sobre la tierra, y se les dio poder como tienen poder
los escorpiones de la tierra. 4Se les dijo que no dañaran la hierba de la tierra, ni ninguna cosa verde, ni ningún árbol, sino
sólo a los hombres que no tienen el sello de Dios en la frente. 5No se les permitió matar a nadie, sino atormentarlos por
cinco meses; y su tormento era como el tormento de un escorpión cuando pica al hombre. 6En aquellos días los hombres
buscarán la muerte y no la hallarán; y ansiarán morir, y la muerte huirá de ellos. 7Y el aspecto de las langostas era
semejante al de caballos dispuestos para la batalla, y sobre sus cabezas tenían como coronas que parecían de oro, y sus
caras eran como rostros humanos. 8Tenían cabellos como cabellos de mujer, y sus dientes eran como de leones. 9También
tenían corazas como corazas de hierro; y el ruido de sus alas era como el estruendo de carros, de muchos caballos que se
lanzan a la batalla. 10Tienen colas parecidas a escorpiones, y aguijones; y en sus colas está su poder para hacer daño a los
hombres por cinco meses. 11Tienen sobre ellos por rey al ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón, y en
griego se llama Apolión.
12
El primer ¡ay! ha pasado; he aquí, aún vienen dos ayes después de estas cosas. Apocalipsis 8:13-9:12 LBLA
Introducción
Parábola de los dos hermanos (Víctor Gaviria)1 Los asesinos fueron a su vez asesinados,
sorprendidos por los segundos hombres cuando
Había una vez dos hermanos que negociaban con menos lo esperaban. El hermano menor descansó
ganado robado. Vaya a saber sus razones. aliviado, pero los segundos asesinos eran todavía más
Descontento de cuentas, el menor se peleó pobres y más despiadados, y pidieron dinero por su
con su hermano mayor y contrató unos hombres para doble silencio.
que lo mataran. Entonces el hermano buscó entre la gente a otros
Un niño, como siempre, fue testigo del crimen y los hombres peores, habló de paso con ellos, pero los
hombres fueron descubiertos. El hermano menor segundos hombres desconfiaron a tiempo y lo
huyó de su casa. Los asesinos de su hermano huyeron mataron frente a su casa, la que era apenas su casa
también, rastreando su pista, hasta hallarlo en otra transitoria, y fue hallado su cuerpo entre el rastrojo,
vereda cercana, tan mísera y tan próspera como la frío y tieso como un palo.
anterior. Los segundos hombres se dispersaron en el acto
Pidieron plata por su silencio, él les envió dinero en y se disolvieron entre la gente. Los terceros hombres
un sobre. La lengua les picaba y les daba vuelta en la son cualquiera, nosotros, los justos, todavía más
boca por decir el hecho escandaloso. Entonces el pobres y más despiadados.
hermano menor contrató a otros hombres para que
mataran a los primeros hombres.
No sé qué sentimientos le pueda producir una parábola como el que acabo de leer. Probablemente la
indignación sería una buena palabra para describir esos sentimientos. Los seres humanos pueden caer tan bajo
como ellos mismos nunca lo imaginarían. El ser humano podría llegar a personificar el mal en carne propia.

1
Parábola publicado por la revista Arcadia, https://www.revistaarcadia.com/libros/articulo/16-poemas-sobre-la-violencia-en-
colombia/76081
Sin embargo, todavía hay seres humanos, sin que necesariamente confiesen tener fe en Dios, que tienen un alto
sentido de la filantropía y se muestran tan sensibles que están dispuestos a dedicar su vida entera para reducir
las consecuencias de la maldad humana. Se espera que los cristianos todos puedan manifestar este tipo de
preocupación.
Barrancabermeja es una ciudad que ha experimentado en carne propia los vejámenes que la maldad humana
puede producir. Descuartización de hombres y mujeres (las mal llamadas “casas de piques”), desapariciones
forzadas, asesinatos selectivos, robos, violaciones, la mal llamada limpieza social (con la que muchos cristianos
han estado de acuerdo), injusticia social, corrupción (y la frase célebre es, “que roben, pero dejen robar
también”), IMPUNIDAD. Las víctimas todavía recuerdan y esperan con ansias que llegue un día de justicia.
Este es el día que se anuncia para las tres próximas trompetas que están por sonar. Hoy veremos cómo el
apóstol Juan describe al ser humano que encarna la maldad en su máxima expresión y veremos cómo el Señor,
en medio de tanta barbarie, continúa guardando a su pueblo santo. Veremos que frente al problema de la maldad
el Señor demanda una decisión de parte del ser humano. Por eso no existen puntos medios, no existe una
posición neutral: o estamos sellados por Dios o hacemos parte del ejército que dirige el ángel del abismo.

1. (vv.8:13-9:1).
Los eventos que Juan va a escribir son anunciados por un agila que va volando. Probablemente este es un ángel.
Lo que anuncia es que se avecinan tres ayes sobre los habitantes de la tierra. Si recordamos las primeras cuatro
tromperas afectaron la naturaleza no humana (plantas, tierra, mar y animales). Ahora, las próximas tres
trompetas afectarán a la humanidad. Aunque no se nos dice, la aparición de la estrella que está cayendo y que
recibe las llaves del pozo del abismo, es la quinta trompeta y el primer “ay”. Así como las trompetas son alertas
para el juicio que llega, los ayes en la Escritura anuncian lamento y juicio. Esta estrella es un ángel que muchos
han relacionado con Satanás. Sin embargo, tampoco se nos dice que este ángel que abre el pozo del abismo sea
el mismo ángel del abismo. Por lo tanto, no diremos hoy que ambos sean el mismo personaje. Además, si
tomamos en cuenta que todo lo que está pasando está siendo regulado por el Señor, quien impone límites a la
acción de las langostas, probablemente sea un ángel distinto el que abre el pozo al ángel del abismo. Me gusta
pensar que el ángel del abismo, que después será identificado como el diablo, la serpiente antigua y Satanás, no
puede por sí solo ejecutar sus planes y necesita contar con la aprobación de Dios.
¿En qué sentido este mensaje se relaciona con la iglesia del primer siglo y con la iglesia del presente?
La iglesia cristiana históricamente ha enfrentado la oposición de las fuerzas del mal. Sin embargo, la iglesia
debe tener presente que nada acontece sin que el Señor Todopoderoso les anuncie y les garantice su presencia
como acompañante en el proceso. La garantía de su presencia no es una promesa de no sufrimiento, pero sí es
una promesa que garantiza la fe y la perseverancia necesarias para no sucumbir ante la duda, el temor y las
mentiras del adversario, y continuar firmes en su fidelidad a Dios.
Hoy es menos frecuente, en el mundo occidental, experimentar la amenaza de la persecución. Pero la iglesia
debe mirar siempre a sus hermanos sufrientes y aprender a padecer con ellos. Los que estamos en calma
debemos buscar las formas para ayudar a quienes padecen. Esto nos prepara por si algún día nos llega la hora de
la prueba a nosotros.
2. (vv. 2-3)
¿Qué es el pozo del abismo? Algunos han relacionado este abismo con las prisiones que escribe Pedro (2 P 2:4)
y Judas (v.6). Esta forma de entender el abismo nos obliga a pensar que las criaturas que Juan describe son
demonios que estuvieron durante siglos encarcelados y que ahora salen a dañar a la humanidad. El abismo en la
cosmovisión judía del Antiguo y Nuevo Testamento está siempre relacionado con el mar y el océano. El abismo
es el lugar del caos, de la oscuridad total, el lugar donde no está la presencia de Dios. Por esta razón cuando
Jonás quiere huir de la presencia de Dios se va al mar (Jon 1:3-4). Por esa misma razón los discípulos se
sorprenden tanto de que Jesús pueda calmar el mar en medio de una tormenta (Mr 4:41).
Probablemente esto es lo que tiene en mente Juan cuando habla del pozo del abismo. No necesariamente es el
mar, pero sí le dice a la iglesia que el juicio que está por desatarse viene un agente totalmente distinto a Dios.
No será Dios quien sea el agente del mal. Lo que es malo no procede de la presencia de Dios y es su enemigo.
Por eso, lo que sale del pozo es descrito por Juan como una nube de langostas con el poder que tienen los
escorpiones. Es una combinación bastante interesante y que nos advierte de entrada que no podemos interpretar
estas criaturas de forma literal. Las plagas de langostas, comunes en aquellas regiones, eran símbolo de ruina
porque acababan las cosechas y los pastos para los ganados. Y los escorpiones eran temidos por su veneno y el
dolor que causaban. Aunque difícilmente un escorpión mataría un ser humano.
La iglesia que está experimentando persecución y violencia es desafiada a reinterpretar el mal. Esta
representación de los agentes del mal despierta el interés por identificar quién o qué se oculta detrás de estas
extrañas criaturas.
3. (vv. 4-6)
Antes de describir las extrañas langostas-escorpiones que han salido del pozo del abismo Juan nos da detalle del
propósito por el cual fueron liberadas. No pueden dañar nada que no sea humano y tampoco pueden matar. Pero
solo pueden herir a los seres humanos que continúan en abierta rebelión con Dios, los que no tienen su sello.
Muchos han dicho que este pasaje se refiere al periodo después del rapto de la iglesia y que este ataque está
dirigido hacia aquellos que se quedaron. Sin embargo, serán protegidos los 144 mil sellados, todos judíos,
porque serán ellos los que luego evangelizarán al resto del mundo para salvar a algunos durante el periodo de la
gran tribulación. Aunque es una interpretación muy llamativa, yo estoy seguro que Juan no pensaba en eso. Para
Juan y las iglesias que han experimentado el sufrimiento en carne propia es más que obvio que el que no está
con el Señor está en su contra. Por eso no existen los puntos medios en toda la Escritura. No hay la posibilidad
de decir que uno es neutral o que solo es un espectador. Sea por acción u omisión uno está con Dios (sellado por
él) o en contra de Dios (sellado por la bestia).
El v. 6 representa todo un desafío de interpretación. Algunos han dicho que si en ese tiempo intentas el suicidio
será inútil. Leía un comentario que decía lo siguiente, “si intentas dispararte, el arma no funcionará; si te arrojas
de un edificio, caerás como una pluma; si intentas colgarte de un árbol, la rama se quebrará”. Se requiere una
gran imaginación para explicar un pasaje como este de esta manera. Pero no entiendo cuál sería el propósito de
hacer semejante cosa. ¿De qué sirve evitar la muerte en medio de este juicio? Parece ser que la intención de
Juan en este pasaje no es afirmar que el que quisiera suicidarse no lo conseguiría. Ya nos ha dicho cuál es el
propósito de estas criaturas extrañas y cómo se les ha prohibido matar. Sin embargo, pueden causar tanto dolor
como el que causan los escorpiones. Pero el dolor es causado a quienes no tienen el sello. Por esta razón, el v. 6
lo que hace es magnificar el daño que causan estas criaturas. El sufrimiento será tal que se preferirá la muerte
antes que padecerlo, pero debido a que se les prohibió matar, no se les concede el alivio de ella.
No sé si usted alguna vez habrá experimentado tal grado de sufrimiento que ha pensado que es mejor morir.
Pero no es que usted se quiera quitar la vida, es que usted desea cerrar los ojos y nunca más volver a abrirlos.
Esto puede ayudarnos a entender el v. 6.
4. (vv. 7-12)
Por fin llegamos al momento esperado por todos: ahora sí Juan nos dirá quienes son en realidad estas extrañas
langostas-escorpiones. Pero en lugar de decírnoslo claramente nos lo describirá por sus acciones. Por eso
debemos prestar atención a los detalles para poder entender de quiénes se trata.
Lo primero que nos dice es que se asemejan a caballos dispuestos para la guerra. Esto sí que es más extraño
aún. Sin embargo, les repito nuevamente, Juan los está describiendo por sus acciones y no su apariencia. El
caballo listo para la guerra representa poder y hostilidad. Las guerras desde siempre han sido símbolos de
muerte, destrucción y opresión del débil.
El segundo dato que Juan nos da es que parecen tener coronas de oro. Esto representa poderío económico, poder
sobre otros, dominio.
El tercer dato son sus rostros. Este es un detalle sumamente importante, pero que fácilmente puede ser
menospreciado frente a los otros rasgos más incognitos. Tienen rostro de hombre. Esto nos indica de inmediato
que son seres humanos. Lo que Juan ha visto salir del pozo del abismo son seres humanos que debido a la
maldad tan cruelmente revelada por ellos mismos han sido deshumanizados.
Juan continúa describiéndolos y nos dice que tienen cabello como de mujer. Esta expresión podría aludir a
alguna forma de explotación femenina. El cabello era considerado un elemento erótico en la mujer y por eso, en
la cultura grecorromana la mujer casada se cubría la cabeza. De este modo la deshumanización producida por la
maldad también es un ataque directo hacia la mujer que históricamente ha padecido por una cultura
objetivizadora.
Los dientes de león apelan a su carácter despiadado, las corazas indican que serán imparables y por lo tanto
lograrán su cometido (dentro de lo que Dios les ha permitido obviamente). El ruido de sus alas indica que están
listos para iniciar y la cola de escorpion ya la hemos descrito antes.
Otro detalle que es importante en esta descripción es su dirigente. Como les he repetido varias veces y así es el
tema de nuestra predicación, no existen puntos medios. Los sellados por Dios lo tienen a él como rey, pero los
que no están sellados por Dios forman parte del bando de Apolión o Abadón: el destructor.
A estas alturas podemos hacer una síntesis. Ya les he dicho que estas langostas son seres humanos,
probablemente en la próxima predicación esta idea quede mucho más clara. Si esto es así, son seres humanos
que no han querido participar de la presencia de Dios y han amado la maldad. Por esta razón Juan les ve salir
del abismo, del lugar donde Dios no está, del lugar sin la presencia de Dios. Estos seres humanos que encarnan
la maldad en sí mismos son crueles y despiadados y sobre todo autodestructivos. Entre ellos mismos ejercen el
poder venenoso de causarse daño. Oprimen al débil, comenten toda clase de injusticias, pero no matan porque
sus mismas leyes se los prohíben. Sin embargo, el daño que causan es peor que la muerte. Dios los ha escogido
como agentes de sus juicios porque ellos mismos son capaces de autodestruirse.
No necesitamos esperar que el mal venga de demonios. Si creemos que las acciones crueles y pecaminosas son
causadas por demonios o personas demonizadas entonces no podemos acusar de ningún pecado a los humanos
que son controlados por ellos. Pero la Escritura nos presenta al ser humano como un ser caído y capaz de hacer
el mal. Tan capaz que es autodestructivo. Sin embargo, en medio de toda su autodestrucción Dios ha decidido
proteger a quienes lo tienen a él por rey.
La iglesia no puede olvidar cosas como las que se predicaron hace dos domingos cuando se habló de las
oraciones de los santos y cómo estas tienen el poder de transformar la historia. Aunque el panorama sea
sombrío la iglesia todavía puede orar y esperar que sus oraciones serán contestadas. La iglesia todavía tiene un
mensaje que puede transformar a los seres humanos deshumanizados que encarnan el mal. Esto es solo el
primer ay.

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