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[*]
Giuseppantonio De Vincentiis
SUMARIO:
1. Introducción.
2. El origen del concepto de desarrollo sostenible.
3. Los cuatro pilares del desarrollo sostenible.
4. Los principios rectores del desarrollo sostenible.
5. Críticas al concepto de desarrollo sostenible: la teoría del decrecimiento.
6. Europa 2020: “Una estrategia para un crecimiento inteligente, sostenible e integrador”.
7. Los reflejos económicos y sociales positivos de la política europea de crecimiento sostenible.
8. Conclusión.
Bibliografía
1.Introducción.
En los últimos años, en el debate internacional sobre el progreso económico futuro, el concepto de desarrollo sostenible se
ha convertido en un elemento central. Nuestro estilo de vida ha cambiado muy rápidamente en este siglo a causa de los
grandes avances de la ciencia y de la tecnología y temas como los problemas ambientales son cada vez más importantes en
el debate sobre la definición de modelos de desarrollo futuro.
La conservación de los recursos naturales, la racionalización de la producción agrícola o el control de contaminantes, son
temas que vienen tratados por su importancia todos los días por los gobiernos (nacionales y sobranacionales), economistas y
grupos de presión medioambiental, que encuentran el apoyo de un segmento de la población cada vez más amplio.
El concepto de desarrollo sostenible no es percibido en el mismo modo por parte de cada “stakeholder”: si todos están de
acuerdo en que el modelo de desarrollo que se adopte tiene que ser sostenible, de alguna manera, este término genera
ideas y valores diferentes de persona a persona. El mismo término desarrollo, por ejemplo, se puede entender de diferentes
maneras, a según de las creencias éticas, los convencimientos y los objetivos de las personas.
El propósito de este trabajo es definir y delimitar el concepto de desarrollo sostenible a través del análisis de los principales
acuerdos, de los principios y de las medidas de aplicación.
Leyendo el contenido de este artículo se dará cuenta de que el concepto de desarrollo sostenible no sólo está relacionado
con aspectos de tipo jurídico-ambientales y económicos, sino también con una multitud de disciplinas, que cada día más,
ponen en evidencia problemas e intentan de encontrar posibles soluciones.
Estos fueron los años en que las diferentes colonias europeas en Asia y, especialmente, en África recuperaron su
independencia y, con ello, la soberanía completa - por lo menos, desde el punto de vista formal - sobre sus recursos
naturales.
Entre estos estaban, por supuesto, las reservas de caza mayor establecidos en el curso de las décadas por los gobiernos
coloniales como fuente de ingresos de la explotación de los derechos de caza para el turismo internacional de alto nivel.
Este hecho, unido a la necesidad de los nuevos gobiernos nacionales, de asegurar una valiosa fuente de ingresos de divisas,
llevó a la formación del concepto de desarrollo sostenible, entendido como la única forma de poner en marcha un desarrollo
económico en las zonas rurales de África y Asia.
La necesidad era encontrar una base cultural y conceptual que incluya el regreso a las grandes tradiciones del África rural y
también la explotación ,con nuevas políticas de conservación que se estaban introduciendo en los países occidentales.
Una actitud de Europa, - en particular – y de América del Norte, que ciertamente, no era caracterizada por un exceso de
generosidad y comprensión respecto a las poblaciones africanas: por el contrario, seguía imponiendo, con métodos pacíficos
y no violentos, el modelo colonial.
El término “desarrollo sostenible” hace su primera aparición en un documento oficial en el texto de acuerdo firmado por treinta
y tres países africanos en 1969, bajo los auspicios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Aunque
fue esta la primera forma de aplicación concreta de este concepto, su historia se remonta muchos años antes. Desde la
última década del siglo XIX se encuentran huellas en los debates y discusiones entre Thomas Malthus - defensor de la “teoría
apocalíptica”[1] sobre el futuro de la especie humana - y Marie Jean Antoine Condorcet[2], quien teorizó, al contrario, una
época caracterizada por seres humanos capaces de garantizar a las generaciones futuras felicidad y no solo la mera
existencia.
Entre los precursores de un desarrollo económico y social compatible con el medio ambiente hay que contar un filósofo
natural y escritor italiano, Alfredo Oriani, sostuvo durante los años treinta, del fascismo y el comunismo de la misma manera,
pero completamente olvidado por la historia, la filosofía y la literatura italiana de la posguerra. Sin embargo, Oriani, en su libro
“La rivolta ideale” de 1908, esbozó la base de los principios de igualdad y solidaridad entre las generaciones que son la base
del desarrollo sostenible:
“Bisogna affermare che l’amore è motivo della generazione e gli sposi debbono sparire nei genitori, sacrificandosi alla
devozione pei figli; bisogna affermare che tutto quanto forma il nostro spirito è un legato della storia per le generazioni future,
quindi il nostro interesse nel presente soltanto un’eco del passato, che ridiventerà voce nell’avvenire”[3].
En el mismo año 1969, América dio vida a la Environmental Protection Agency (Agencia de Protección Ambiental), cuyas
directrices han, desde el principio, influido de manera fundamental todos los desarrollos de las teorías y prácticas de las
políticas ambientales en todo el mundo. En la ley que constituyó la NEPA, (el National Environmental Policy Act de 1969), el
desarrollo sostenible se define como un: “desarrollo económico que pueda llevar beneficios para las generaciones actuales y
futuras sin dañar a los recursos o los organismos biológicos en el planeta”.
Estos dos aspectos fundamentales han caracterizado el llamado “Informe Brundtland” conocido también como “Our Common
Future”) , el informe elaborado por la Comisión de Naciones Unidas encabezada por Gro Brundtland, publicado en 1987
después de varios años de estudios, debates y reuniones. Aunque no pueda reclamar el derecho de primogenitura, el
Informe Brundtland de 1987 sin duda ha tenido el mérito de traer a primer plano y con fuerza a la opinión pública en todo el
mundo problemas de desarrollo económico e industrial.
En la definición, que se encuentra en este informe, en realidad no se habla del concepto de medio ambiente como tal, sino se
refiere al bienestar, y por lo tanto a la calidad del medio ambiente, destacando así el principio ético principal entendido como
responsabilidad por parte las generaciones de hoy hacia las generaciones futuras, y evidenciando los dos aspectos de la
sostenibilidad ambiental: el mantenimiento de los recursos y el equilibrio ambiental de nuestro planeta.
En el mismo documento hizo hincapié en la protección de las necesidades de todos los individuos, con el fin de legitimidad
universal para aspirar a mejores condiciones de vida, así como subrayar la necesidad y la importancia de una mayor
participación de los ciudadanos, para implementar un proceso, de hecho aumenta las posibilidades democráticas en el
ámbito internacional.
El desarrollo sostenible requiere satisfacer las necesidades básicas de todos y extender a todos la oportunidad de poner en
práctica sus aspiraciones a una vida mejor. La satisfacción de las necesidades esenciales requiere no sólo una nueva era de
crecimiento económico para las naciones que la mayoría de los habitantes son pobres, sino también la garantía de que los
pobres tengan una participación justa de los recursos necesarios para sostener este crecimiento. La equidad debería ser
apoyada tanto por los sistemas políticos que garanticen la participación efectiva de los ciudadanos en la toma de decisiones,
tanto por una mayor democracia en las decisiones internacionales.[4]
Para el bienestar humano y lo del medio ambiente es necesario que continúe a proporcionar los recursos y a
absorber los desechos, proporcionando las funciones básicas de “soporte vital”, como el mantenimiento de la
temperatura y protección contra las radiaciones. Ninguna combinación de beneficios puede compensar la pérdida de
un aire suficientemente limpio para respirar, beber suficiente agua, de suelos y climas que nos permitan nuestras
necesidades alimentarias básicas.
2. Sostentabilidad social, o sea la capacidad de garantizar las condiciones para el bienestar humano (seguridad, salud,
educación), distribuidos uniformemente entre las varias clases de géneros sociales.
Es fundamental mantener la cohesión social para trabajar juntos y lograr objetivos comunes, y de forma paralela,
satisfaciendo derechos básicos de los seres humanos como la salud y el bienestar, la nutrición, viviendas
adecuadas, la libertad de expresión y la identidad política y cultural.
3. Sostenibilidad económica como capacidad de generar ingresos y empleo para el sustento de la población. Además,
los interventos de política económica tienen que favorecer la distribución equitativa de cargas y beneficios en el
tiempo y el espacio.
4. En el 2010, Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU), la asociación de ayuntamientos más grande del mundo,
fundada en mayo de 2004 para defender la democracia y la autonomía local, en su declaración establece que: << la
misión de la Comisión de cultura de CGLU para 2011-2013 es promover la cultura como el cuarto pilar del desarrollo
sostenible a través de la difusión internacional y la implementación local de la Agenda 21 de la cultura>>[5].
La cultura, determina la forma de actuar de las personas en el mundo y es entonces fundamental para que el
desarrollo sostenible se realice.
En el art. 15 de la Declaración se establece que: <<Con el fin de proteger el medio ambiente, el enfoque de precaución debe
ser ampliamente utilizado por los Estados de conformidad con sus capacidades. Cuando haya peligro de daño grave o
irreversible, la falta de certeza científica absoluta no debe ser razón para postergar la adopción de medidas adecuadas y
eficaces, incluso en relación con los cargos, destinadas a impedir la degradación del medio ambiente>>.
En Europa, este principio se ha incorporado en el Tratado de Maastricht y actualmente está establecido en el art.191 del
Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea.[6]
El principio de precaución por lo tanto, legítima las autoridades para la utilización de medios cautelativos con el objetivo de
evitar fenómenos que puedan afectar negativamente el medio ambiente.
La intervención de las autoridades nacionales, en este sentido, implica la limitación de algunos derechos fundamentales
(como la iniciativa económica privada) con el fin de preservar las peculiaridades de los bienes como la salud y el medio
ambiente, que no se pueden reparar adecuadamente a través de una intervención posterior.
Hay que establecer entonces una previsión del daño ante la posibilidad de consecuencias negativas importantes. Los daños
tienen que ser “graves e irreversibles”. El daño es grave o serio cuando presenta posibilidad de consecuencias negativas
importantes; es irreversible cuando las consecuencias sobre el medio ambiente y la salud no son renovables o recuperables.
El daño entonces para ser significativo tiene que afectar la vida y la salud de los individuos y de los recursos naturales para
incluirse en el concepto de serio e irreversible y los efectos a corto y largo plazo deben ser evaluados.[7]
El principio de precaución en el ámbito aplicativo debe observar algunos “subprincipios”:
Principio de transparencia
El principio de transparencia tiene el objetivo de permitir a los involucrados en el proceso de evaluación que tengan
acceso a las informaciones necesarias para la toma de decisión. Según la “Comunicación de la Comisión sobre el
Principio de Precaución” de 2000 del Consejo Europa, adoptar transparencia es también permitir la participación de
los interesados.
Dice textualmente el documento que: <<El procedimiento de toma de decisión debe ser transparente, y en él
deberán participar todas las partes interesadas lo antes posible y en la medida en que sea razonablemente
viable.>> La transparencia respalda las acciones de las autoridades públicas y garantiza el interés general de la
sociedad. El ámbito de aplicación del principio de transparencia es amplio. La “Comunicación de la Comisión al
Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social Europeo y al Comité de las Regiones”, de 12 de
mayo de 2004 afirma textualmente:
<<El principio de transparencia es un concepto clave para la elaboración y aplicación de las políticas públicas
relativas a los servicios de interés general. Asegura a las autoridades públicas la posibilidad de ejercer sus
responsabilidades y garantiza que se puedan efectuar y respetar decisiones democráticas. Este principio debería
aplicarse a todos los aspectos del proceso de aplicación y englobar la definición de las misiones de los servicios
públicos, la organización, la financiación y regulación de los servicios, así como su producción y su evaluación,
incluidos los mecanismos de tratamiento de las denuncias.>>[8]
Muchos son los asuntos en que los ciudadanos, por las más variadas razones y a lo mejor cuando están
directamente involucrados o afectados, quieren estar informados respecto a una determinada actividad o producto e,
incluso, participar de las decisiones correlacionadas. El principio de transparencia permite esta participación.
Principio de proporcionalidad
El principio de proporcionalidad ha sido incorporado al principio de precaución con el objetivo de adecuar las
medidas decisorias a la dimensión de los hechos en análisis. Una evaluación proporcionada busca el equilibrio entre
las opciones posibles según explica el “Informe del Grupo de Expertos sobre el Principio Precautorio” de la
UNESCO[9]:
<<Las medidas consideradas deben permitir alcanzar el nivel de protección adecuado. Las medidas basadas en el
principio de precaución no deberían ser desproporcionadas con relación al nivel de protección buscado ni pretender
alcanzar un nivel de riesgo cero, que raramente existe. Sin embargo, en algunos casos, una estimación incompleta
del riesgo puede limitar considerablemente el número de opciones disponibles para los gestores del riesgo. En
ciertos casos, la prohibición total puede no ser una respuesta proporcional a un riesgo potencial, mientras que otras
veces puede ser la única respuesta posible>>.
Principio de no discriminación
Normalmente el principio de no discriminación es aplicado en relación a los seres humanos.
Dentro del ámbito del principio de precaución, el principio de no discriminación requiere que las situaciones
comparables no sean tratadas de manera diferente, y que las situaciones diferentes no se traten del mismo modo, al
menos que tal tratamiento esté justificado objetivamente.
Las medidas adoptadas en virtud de la precaución deben aplicarse de forma que se alcance un nivel de protección
equivalente sin que el origen geográfico y la naturaleza de una producción puedan alegarse para aplicar de manera
arbitraria tratamientos diferentes.
Principio de coherencia
El principio de coherencia se caracteriza por la inexistencia de contradicciones o incompatibilidades intolerables
cuando se aplica el principio de precaución en situaciones similares. Este aspecto ha sido abordado por la
Comunicación de la Comisión Europea del año 2000 que, en síntesis, establece que para situaciones similares las
medidas deben ser comparables:
Las medidas deben ser coherentes con las ya adoptadas en situaciones similares o que utilizan enfoques similares.
Las evaluaciones de riesgos implican una serie de elementos que deben tenerse en cuenta para una evaluación lo
más completa posible.
Si la ausencia de ciertos datos científicos no permite caracterizar el riesgo, habida cuenta de las incertidumbres
inherentes a la evaluación, las medidas de precaución adaptadas deberían tener un alcance y un carácter
comparables a las medidas ya adoptadas en ámbitos equivalentes en donde se cuenta con todos los datos
científicos[10].
La coherencia no es absoluta. El análisis y las decisiones pueden sufrir algún cambio por influencia de la cultura. El
Informe sobre el Principio Precautorio de la UNESCO recomienda que las tradiciones y diferencias culturales deban
ser tenidas en cuenta en las decisiones:
<<La utilización del PP en cualquier situación práctica deberá en todo momento ser el reflejo de tradiciones y
contextos culturales más amplios. La razón primordial de esta exigencia es que el conocimiento y los valores
siempre tienen una raíz cultural, lo que se manifiesta en la diversidad de culturas en el plano jurídico y en la
administración pública existentes en Estados y sociedades diferentes. Aunque los Estados adhieran al principio de
precaución como principio común para enfrentar la incertidumbre y los riesgos, es posible que éste se aplique de
manera diferente dentro de los límites de cada cultura>>.[11]
<<La decisión de actuar o de no actuar frente a la situación que acaba de describirse, y a veces ante la demanda
más o menos urgente de una opinión pública inquieta, los responsables políticos deben dar respuestas, lo que no
significa, sin embargo, que siempre deban adoptarse medidas, puesto que la decisión de no actuar puede ser
también una respuesta.
La elección de la respuesta que debe darse en determinada situación es una decisión política, que está en función
del nivel de riesgo “aceptable” para la sociedad que debe soportar el riesgo>>.[12]
Principio de revisión
La ciencia aporta cada día nuevos datos y pueden surgir evidencias para justificar la revisión y modificación de las
medidas y decisiones tomadas. El principio de precaución es entonces flexible y permite la inmediata corrección del
rumbo cuando se entiende que su aplicación está equivocada.
Si bien algunos autores insisten en igualar el principio de precaución con el de prevención, se considera que son
dos conceptos diferenciados y que sostener lo contrario implica ignorar una distinción ya consolidada en el derecho
internacional y nacional del medio ambiente.[14]
La distinción entre los dos principios se puede explicar en el siguiente modo: “Así como el principio de prevención
tiende a evitar un daño futuro pero cierto y mensurable, el principio de precaución introduce una óptica distinta:
apunta a impedir la creación de un riesgo con afectos todavía desconocidos y por lo tanto imprevisible. Opera en un
ámbito signado por la incertidumbre. No debe confundirse este principio con el de prevención. En efecto, la
prevención es una conducta racional frente a un mal que la ciencia puede objetivar y mensurar, o sea, que se
mueve dentro de las certidumbres de la ciencia. La precaución – por el contrario – enfrenta a otra naturaleza de la
incertidumbre: la incertidumbre de los saberes científicos en sí mismos”[15]
El principio de prevención entonces se aplica a los casos en que se dispone de informaciones precisas sobre el
riesgo de actividad o comportamiento. Su objetivo sería una prohibición de repetición (o la adopción de otras
medidas protectoras) de actividades consideradas peligrosas.
El principio de precaución, por su parte, “encuentra aplicación y estaría dirigido para el llamado “riesgo de peligro”;
es decir que su aplicación se daría en las hipótesis de riesgo verosímil que todavía no ha sido integralmente
demostrado ni puede ser cuantificado en su extensión y efectos, debido a su insuficiencia o carácter inconcluso de
los datos científicos disponibles”.[16]
Entonces: <<Deberá emprenderse una evaluación del impacto ambiental, en calidad de instrumento nacional,
respecto de cualquier actividad propuesta que probablemente haya de producir un impacto negativo considerable en
el medio ambiente y que esté sujeta a la decisión de una autoridad nacional competente>>[17].
La Evaluación de Impacto Ambiental representa el modus procedendi para llegar a la aplicación de los principios
mencionados hasta ahora y proceder a la toma de decisiones.
En la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo se ha establecido otro principio fundamental para
poner en práctica las estrategias de desarrollo sostenible: el principio de “quien contamina paga”.
Este principio se basa en la idea de que los costos para prevenir y reparar los daños ambientales deben ser
sufragados por la parte responsable de los daños y no por la comunidad. De acuerdo con el Principio 16: <<Las
autoridades nacionales deberían procurar fomentar la internalización de los costos ambientales y el uso de
instrumentos económicos, teniendo en cuenta el criterio de que el que contamina debe, en principio, cargar con los
costos de la contaminación, teniendo debidamente en cuenta el interés público y sin distorsionar el comercio ni las
inversiones internacionales>>.
El principio de “quien contamina paga” está establecido también por el Tratado constitutivo de la Comunidad
Europea en el artículo 174 (ex art. 130 R), de acuerdo con lo expresado en el Libro Blanco sobre Responsabilidad
Ambiental [18], publicado en febrero de 2000 con el fin de analizar cómo poner en práctica el principio en las
políticas nacionales europeas.
El 21 de abril de 2004, con este sentido fue también aprobada por el Parlamento Europeo y del Consejo la Directiva
2004/35/CE. Esta Directiva tiene la función de traducir los mencionados principios en la práctica, garantizando la
prevención, la reparación de los daños ambientales (agua, suelo, flora, fauna y hábitats naturales), y la atribución de
responsabilidad a aquellos que han causado los daños, eliminando así las diferencias en los regímenes nacionales
de responsabilidad civil.
Les resulta imposible pensar en un desarrollo económico basado en el continuo aumento en la producción de bienes que
también está en armonía con la sostenibilidad del medio ambiente.
El paradigma del decrecimiento tiene sus orígenes en la confluencia de dos áreas principales: la crítica de bio-económica,
representada por un amplio colectivo de economistas como Mauro Bonaiuti (2001) en Italia, Jacques Grinevald (1997)en
Francia, Josè M. Naredo, Joan M. Alier ,Antonio Valero en España, y el de la crítica sobre el desarrollo, con el apoyo en los
últimos años principalmente por Serge Latouche (2007)[19].
La primera línea inicia a partir de un análisis de los fundamentos termodinámicos y biológicos del proceso económico,
desarrollado originalmente por Nicholas Georgescu-Roegen en los setenta, y hace hincapié en los límites que leyes de la
naturaleza imponen al proceso de crecimiento económico.[20]
La segunda línea , parte de la observación de la falta de las políticas de desarrollo en el Sur, y llega a una crítica radical del
concepto de desarrollo, en llave histórica y social.
Estas dos líneas de pensamiento se reunieron hoy en la crítica al desarrollo sostenible aunque vienen sin embargo de
diferentes perspectivas.
Los teóricos del decrecimiento no admiten ningún intento de conciliar el crecimiento y la protección del medio ambiente, y
critican sobre todo el concepto de crecimiento porque la empresa moderna ya no es sostenible.
Las dos líneas de pensamiento individual en el modelo neoliberal la causa principal de la actual crisis del sistema económico
mundial, entendida como una exagerada acumulación de capital que ha producido una enorme cantidad de bienes y ha
causado una variedad de daños ecológicos, sociales, psicológicos, poniendo en duda su propia capacidad de generar
riqueza, y por lo tanto su legitimidad.
Queriendo resumir el pensamiento de los sostenedores de la teoría del decrecimiento , el desarrollo sostenible es un
pleonasmo a nivel de definición y una contradicción a nivel de contenido. Pleonasmo, porque el desarrollo es ya un
“crecimiento autosostenido”1[21], contradicción porque el desarrollo no es sostenible ni durable y por lo tanto ya no son
aplicables a un modelo económico que va a durar en el tiempo.
En marzo de 2010 la Comisión puso en marcha la nueva estrategia europea para poner fin a la crisis y mejorar la economía
social de mercado. La estrategia apunta a fortalecer la política de Europa y la solidaridad entre los Estados miembros y de la
Unión, eligiendo un modelo de economía social de mercado como parte del desarrollo de la UE para la próxima década. Hay
tres prioridades que se presentan: un crecimiento inteligente, crecimiento sostenible y el crecimiento inclusivo, que están
fundamentadas en siete iniciativas emblemáticas:
“Unión por la innovación”, con el fin de mejorar las condiciones generales y el acceso a la financiación para
investigación e innovación y garantizar que las ideas innovadoras se puedan convertir en productos y servicios que
generen crecimiento y empleo.
“Juventud en movimiento”, para mejorar los resultados de los sistemas educativos y facilitar la entrada de los
jóvenes en el mercado de trabajo.
“Una agenda digital para Europa”, con el fin de acelerar el despliegue de internet de alta velocidad y beneficiarse de
un mercado único digital para las familias y empresas.
“Una Europa que utilice eficazmente los recursos”, para ayudar a desligar crecimiento económico y utilización de
recursos, apoyar el cambio hacia una economía con bajas emisiones de carbono, incrementar el uso de fuentes de
energía renovables, modernizar nuestro sector del transporte y promover la eficacia energética.
“Una política industrial para la era de la mundialización”, para mejorar el entorno empresarial, especialmente para
las PYME, y apoyar el desarrollo de una base industrial fuerte y sostenible, capaz de competir a nivel mundial.
“Agenda de nuevas cualificaciones y empleos”, para modernizar los mercados laborales y potenciar la autonomía de
las personas mediante el desarrollo de capacidades a lo largo de su vida con el fin de aumentar la participación
laboral y adecuar mejor la oferta y la demanda de trabajos, en particular mediante la movilidad laboral.
“Plataforma europea contra la pobreza”, para garantizar la cohesión social y territorial de tal forma que los beneficios
del crecimiento y del empleo sean ampliamente compartidos y las personas que sufren de pobreza y exclusión
social pueden vivir dignamente y tomar parte activa en la sociedad.” .
La idea que orienta esta estrategia es el fortalecimiento de la gobernanza europea, través la creación de un paralelo entre las
acciones de los Estados miembros y la Unión en el ámbito de la educación / formación, economía verde y las políticas de
empleo.
La Comisión ha puesto en este programa entonces como objetivo principal la mejora del mercado laboral y el fortalecimiento
de la gobernanza europea como una manera de implementar la política de desarrollo sostenible.
En cualquier estrategia de desarrollo sostenible es crucial mejorar la economía real para aplicar las decisiones de política
ambiental. Dentro de este marco estratégico hay objetivos muy importantes, relacionados sobre todo con el sector de la
energía, considerada el motor de la economía y también como un medio útil para convertir de forma “ecológica” el sistema
económico en crisis.
3. Una energía segura a precios más bajos. La Comisión propone nuevas medidas sobre las comparaciones de
precios, el cambio de suministrador y la facturación que tendrá que ser más clara y trasparente clara y transparente.
4. El liderazgo de Europa en tecnologías de energía y la innovación. Cuatro proyectos se pondrán en marcha en áreas
clave para la competitividad europea: las nuevas tecnologías de redes inteligentes y almacenamiento de
electricidad, la segunda generación de investigación en biocombustibles y la constitución de la asociación "ciudades
inteligentes" para promover la conservación de la energía a nivel local.
5. Fortalecimiento de la política energética europea frente a los terceros países. La UE coordinará la política energética
con terceros países, especialmente en las relaciones con socios clave. Como parte de la Política de Vecindad, la
Comisión propone ampliar y profundizar el Tratado constitutivo de la Comunidad de la Energía a otros países que
quieran participar en el mercado energético de la UE. También se intensificará la una cooperación con África, para
proporcionar energía sostenible a todos los ciudadanos de este continente.
El compromiso de mantener el calentamiento global por debajo de los 2 ° C representa una oportunidad para establecer
nuevas economías con bajas emisiones de carbono y llevar una “nueva revolución industrial”, donde las restricciones
impuestas para preservar el planeta pueden sea el motor de una nueva economía capaz de responder a la crisis actual.
El desarrollo de sistemas de energías renovables y la mejora de la eficiencia energética , de hecho, está convirtiéndose - en
los países industrializados (EE.UU., Alemania, España, Dinamarca), como en los mercados emergentes (China, India y
Brasil) o en los países en desarrollo (Kenia y Angola) – en un factor de conducción de la economía real.
Los datos disponibles sobre las tendencias del empleo a nivel internacional, comunitario y nacional y las proyecciones para el
año 2020, aunque muy diversos y no siempre comparables entre ellos, a causa de las diferentes metodologías, confirman
una tendencia indudable: el crecimiento del empleo en nuevos sectores de la economía ha producido un efecto no sólo de
compensación de medio ambiente, sino también un incremento del empleo que es fundamental para reactivar la economía
mundial.
El UNEP (United Nations Environment Programme)[22], las agencias de la ONU y el Instituto Worldwatch en 2008, han
relevado en sus investigaciones 11 millones de empleos verdes en todo el mundo. En lo que respecta a las energías
renovables, ocupada en 2006, llegando a un nivel global, 2.300.000 de los cuales 300.000 unidades en energía eólica, solar
en 170.000, 600.000 en biocombustibles solar térmica, en 1.200.000.
A nivel europeo, los datos[23] muestran que - en el 2008- el empleo verde ha llegado a 3.400.000 puestos de trabajo,
400.000 unidades en el sector de las energías renovables, 2.100.000 en la movilidad sostenible y 900.000 para la producción
de bienes y servicios de eficiencia energética, especialmente en el sector de la construcción. Más de 5.000.000 de puestos
de trabajo se encuentran también los empleos indirectos relacionados con estos campos. Debe suponerse, por tanto, que
esto no es un hecho aislado, sino de un fenómeno capaz de ofrecer alternativas sólidas para hacer frente a la crisis
económica y ambiental.
Para la viabilidad del crecimiento del empleo, impulsado por el paquete energía-clima, serán determinantes las políticas de
inversión y el establecimiento de un sistema de recompensa eficaz para aquellos que invierten en fuentes alternativas, el
desarrollo de una industria y la capacidad de los empresarios de mejorar sus cadenas de producción utilizando tecnologías
de energía renovable.
También juegan un papel importante los aspectos culturales y de información fundamentales para cambiar los
comportamientos diarios, los procesos de participación en las elecciones, el surgimiento de un nuevo modelo de producción y
consumo en diferentes ámbitos como: el transporte público, la mejora de las características térmicas de los edificios y
equipos para uso civil (electrodomésticos) e industrial.
Además de la energía renovable es necesario también mejorar la eficiencia energética, para producir los mismos bienes y
servicios con menor impacto ambiental y de reflejo reducir los costos para las empresas.
La Agencia Internacional de Energía (AIE)[24] afirma que las medidas de eficiencia energética tienen el papel principal en la
reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en la atmósfera.
Hay la necesidad de promover una estrategia que funcione en los dos aspectos de las energías renovables (eficiencia
energética y ahorro de energía). Entre los sectores que pueden contribuir más a la búsqueda de factores ambientales, los
económicos y sociales la industrias de la construcción son responsable del 40% del consumo de energía, el transporte y la
movilidad sostenible.
Según otras estimaciones (WWF) la eficiencia energética de los edificios podría generar entre 280.000 y 450.000 nuevos
puestos de trabajo para el año 2020 a través del desarrollo de las profesiones relacionadas con las cifras de la construcción
verde, la certificación energética de edificios, el diseño y la producción de materiales de bajo impacto ambiental para el
aislamiento térmico, la realización de los sistemas pasivos de calefacción y refrigeración, así como la integración de los
sistemas tradicionales para el suministro de energía térmica y / o sistemas eléctricos con innovadoras generación de energía
y tecnologías para una mejor gestión de los servicios energéticos.
En el ámbito de la movilidad sostenible, esta tendría que crear un mejor equilibrio entre modos de transporte y fomentar el
desarrollo del transporte público, alimentado por la electricidad verde, y el ferrocarril a expensas de la movilidad actual
basado sobre todo en automóviles y camiones.
Estas son las condiciones para crear un sistema integrado de transporte compatible - que hace uso de vehículos eficientes
que emiten menos CO2, de vehículos híbridos eléctricos, de transporte público urbano, compartir el coche, bicicletas y
ferrocarriles – con en el medio ambiente y con el contexto económico y social considerando también los reflejos positivos en
la creación de puestos de trabajo.
8. Conclusión
El término “desarrollo sostenible”, como se ha dicho, tiene un significado muy amplio. Este término se refiere al conjunto de
cambios en la estructura económica, social, institucional y política de los distintos países del mundo. Es sinónimo de mejora,
de progreso, indica un cambio hacia una situación preferible a la actual, que conduce a una transformación positiva.
Los objetivos de desarrollo sostenible no son sólo cuantitativos sino también cualitativos. Una sociedad que se encuentra en
una fase de desarrollo económico experimenta una serie de cambios: un aumento de la utilidad individual y la mejora o el
mantenimiento de las libertades existentes. Una política de desarrollo sostenible extiende estos objetivos en una dimensión
más amplia del tiempo, garantizando la calidad y la riqueza de la vida a las generaciones futuras.
Con los años este concepto se ha ampliado atrayendo elogios y también críticas, de hecho, para algunos el desarrollo
sostenible es un concepto vacío y contradictorio.
Es difícil definir un “sistema sostenible”, ya que incluye en sí la totalidad de las actividades humanas. Así como los conceptos
de “justicia” o de “libertad”, el “desarrollo sostenible” es un concepto multifacético que se puede definir sólo en un “diálogo”
entre valores.
La definición que se encuentra en el informe Brundtland se acerca más a la mayoría de las políticas estratégicas tomadas en
los años por los varios países hasta ahora.
De este documento han surgido varios principios básicos que representan importantes herramientas estratégicas esenciales
para la búsqueda de intereses económicos, ambientales y sociales.
Aplicar los principios rectores del desarrollo sostenible significa adoptar una estrategia trasparente, predecir los efectos y
analizar los resultados periódicamente.
La Evaluación de Impacto Ambiental y la Evaluación Ambiental Estratégica son las herramientas más importantes de nuestra
sociedad para preservar el medio ambiente y evaluar la actualidad de un proyecto.
El utilizo eficaz de estas herramientas representa una de las cuestiones más espinosas: los procesos de evaluación de hecho
tienen que utilizar todas las informaciones disponibles e incorporar en el procedimiento la participación pública. Además,
evaluar los efectos de una estrategia ambiental teniendo en cuenta también el impacto económico es muy difícil.
En los últimos años, el mundo está experimentando una intensa fase de globalización que está amplificando los efectos de la
crisis financiera y económica.
La Unión Europea está desarrollando una estrategia económica sostenible que busca combinar las exigencias de protección
del medio ambiente y el mercado laboral.
Dentro de este marco estratégico hay objetivos muy importantes, relacionados sobre todo con el sector de la energía,
considerado el motor de la economía y un medio útil para convertir de forma “ecológica” el sistema económico en crisis.
Los datos disponibles sobre las tendencias del empleo a nivel internacional, comunitario y nacional, como hemos visto,
demuestran que hay un crecimiento del empleo en los nuevos sectores de la energía que produce un efecto no sólo de
compensación de medio ambiente, sino también un incremento del empleo que, en este momento de profunda crisis, puede
ser fundamental para reactivar la economía mundial.
El camino adoptado parece ser el más adecuado para satisfacer las necesidades económicas y medio ambientales en los
próximos años y es deseable que todos los otros países del mundo adopten una estrategia parecida a la efectuada en la
Unión Europea.
La forma de concebir y percibir el concepto de desarrollo sostenible ha cambiado mucho a lo largo de los años y esta
tendencia, como hemos intentado demostrar, ha sido muy positiva, cada vez más ha afectado nuestra vida cotidiana y hemos
entendido que el crecimiento económico en el sentido estricto es un concepto utópico y muy lejos de los valores de una
sociedad civil: ahora sabemos que nuestros países no sólo tienen una “deuda económica”, sino también una “deuda
ambiental" con las generaciones futuras.
NOTAS
[*] Este estudio se ha realizado en el marco de las actividades científicas realizadas por el Proyecto de Investigación financiado por el
Ministerio de Económica y Competividad DER 2010-18571 Régimen jurídico de los recursos naturales bajo la dirección del Profesor Dr.
Roberto Galán Vioque.
[1] En 1798, Thomas Malthus publica “An essay of the principle of the population as it affects the future improvement of society”, donde
explicita su famosa "teoría poblacional” en la cual establece que la población en el tiempo tiende a crecer en progresión geométrica, de
modo mucho más rápido que la disponibilidad de alimentos, que crecen en progresión aritmética.
[2] Todos los escritos de Condorcet fueron elementos clave de inspiración en la época del Iluminismo francés, sobre todo sus pensamientos
sobre el progreso humano. Reiteró, en sus trabajos, su fe en la humanidad misma y su capacidad de progreso, a través de una filosofía de
moral aristótelica. A través de la acumulación y el intercambio de conocimientos, estaba convencido que cada hombre podía llegar a la
comprensión de todos los acontecimientos en el mundo natural. El hombre, además, estaba orientado a una “sociedad perfecta” y a la
búsqueda de la unidad entre todas las personas, sin distinción de raza, religión, cultura o sexo.
[3] “La rivolta ideale” A. Oriani, ed. A.Gherardi, 1912,86. No siendo posible traducir literalmente, la interpretación que personalmente he
dado a esta afirmación es la siguiente: a la base de las generaciones hay el sentimiento del amor y este se manifiesta en todos los
comportamientos de los seres humanos, que sacrificando algo, protegen los intereses de sus propios hijos.
[4] Our Common Future: Report of the World Commission on Environment and Development.Chapter 2: "Towards Sustainable
Development".A/42/427.
[5] Documento de Orientación Política, Cumbre Mundial de Líderes Locales y Regionales - 3er Congreso Mundial de CGLU, Ciudad de
México, 17 de noviembre de 2010,pag.8. http://www.fd.ulaval.ca/site//fichier2615.pdf
[6] Las Políticas de la Unión sobre el medio ambiente <<se basa(n) en los principios de precaución y acción preventiva, en el principio de
corrección, como una prioridad en la fuente del daño ambiental y en el principio de “quien contamina paga”>>.En el año 2000 la Comisión
Europea también ha publicado un documento muy importante para perseguir un “cuádruple objetivo”: <<exponer la postura de la
Comisión ante la aplicación del principio de precaución, establecer directrices de la Comisión para su aplicación,elaborar una posición
común sobre cómo evaluar, valorar, gestionar y comunicar los riesgos que la ciencia no puede evaluar todavía plenamente y, por último,
evitar el recurso injustificado al principio de precaución como forma encubierta de proteccionismo (COM 2000 1 final de la Comisión
Sobre el recurso de Comunicación principio de precaución).
[7] Andorno, R.. “Validez del principio de precaución como instrumento jurídico”. En: Romeo Casabona Carlos María (Ed.). Principio de
Precaución Biotecnología y Derecho. Granada: Editorial Comares, 2004,18.
[8] Informe del Grupo de Expertos sobre el Principio Precautorio, 6.3.1, UNESCU,2005.
[9] I.G.E.P.P.,6.3.2,UNESCU,2005.
[10] Comunicación de la Comisión, 2000, 6.3.3.
[11] I.G.E.P.P.,UNESCO, 2005, 42
[12] Comunicación de la Comisión sobre el Principio de Precaución, 5.2.1,2000
[13] Comisión de las Comunidades Europeas, (Com)2000, 66, Final,19.
[14] Martínez Paulina María, Protección Ambiental: el principio precautorio. Ciudad Argentina Ed. 2008,39.
[15] Cafferatta, Néstor A., “Principio precautorio y derecho ambiental”, en LL, año LXVII, n.233, Buenos Aires, 3 de diciembre de 2003,
en Martínez Paulina María, Protección Ambiental, el principio precautorio. Ciudad Argentina Ed. 2008,39.
[16] Leite, José Morato y Ayala, Patryck de Araújo, Direito ambiental na sociedade de risco, segunda ed.,Rio de Janeiro, Forense
Universitaria,2004,59-63, en Martínez Paulina María, “Protección Ambiental, El principio precautorio”. Ciudad Argentina Ed., 2008,41.
[17] Principio 17 Declaración de Rio.
[18] Libro blanco sobre la responsabilidad ambiental. Bruxelles, 9/2/2000 COM(2000) 66.
[19] Los varios textos de Latouche muestran que los principales problemas ambientales y sociales de nuestro tiempo, dependen del
crecimiento. Según este autor, hay la urgencia de una estrategia de decrecimiento, encentrada en la simplicidad,en el sentido del límite y
sobre el tema “8R” (Revaluar,Reconceptualizar,Reestructurar,Relocalizar,Redistribuir,Reducir,Reutilizar y Reciclar).
[20] Georgescu-Roegen explicando su forma de analizar los fenomenos economicos en llave biologica y termodinamica, en “La teorìa
energética del valor económico:un sofisma económico particular”, Trimestre Economico, num. 198 (1983), afirmaba que: “La teoria
economica es en esencia bioeconomìa desde el momento en que atiende a la evolución y a la existencia de la humanidad como especie, y
no sólo como un individuo que busca nada más que la maximización de su utilidad o beneficio personal”.
[21] Refiriéndose a la definición de desarrollo data por Walt W. Rostow en “The stages of economic growth”, 1959, Econ History Review.
[22] UNEP-ILO-ITUC-IOE-Worldwatch Institute “Green jobs Report” 2008.
[23] WWF “Low carbon jobs for Europe “ giugno 2009
[24] AIE“Energy Technology perspectives. Scenari e strategie da oggi al 2050” OECD/IEA, 2008.
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WWF “Low carbon jobs for Europe “ junio 2009.
El medio ambiente ha adquirido una gran importancia en México, sobre todo por la
riqueza de los recursos naturales con los que cuenta, lo cual demanda el
desarrollo de políticas tendientes a la conservación, preservación y uso racional de
estos recursos.
Resulta fundamental recuperar la dimensión ética del medio ambiente, la cual
puede contribuir a construir e impulsar una estrategia de desarrollo sustentable
pertinente y factible que tienda a mejorar las condiciones de vida y el equilibrio
entre el desarrollo y la naturaleza. La ética del medio ambiente aborda esta
dimensión desde diversas perspectivas teóricas que plantean alternativas para
conocer y comprender la complejidad que encierra el medio ambiente, tomando en
cuenta la crisis actual que presenta a nivel planetario.
En este trabajo se desarrollan dos vertientes de la ética del medio ambiente: la
versión antropocéntrica y la biocéntrica.
En ésta se ubican las corrientes que se caracterizan por tomar en cuenta el agudo
deterioro del medio ambiente en función de las consecuencias que tiene en las
condiciones de vida del hombre, y no por los efectos depredadores que ha
experimentado la misma naturaleza, los cuales ponen en riesgo su proceso de
renovación.
Esta ética se califica de antropocéntrica porque la reflexión moral que realiza del
medio ambiente gira en torno al hombre, el cual, desde su perspectiva, requiere de
condiciones ambientales favorables para el logro de su supervivencia, bienestar y
desarrollo.
Para Margarita M. Valdés1 estas corrientes del pensamiento medioambiental no
logran estructurar una teoría ética nueva, porque parten de la teoría ética
tradicional y sólo incorporan la problemática ambiental para derivar planteamientos
y preceptos morales orientados a la conservación y preservación de la naturaleza
como medida necesaria para asegurar la sobrevivencia del hombre. Es por ello
que Tom Regan2 considera que la ética de corte antropocéntrica no es una ética
del medio ambiente, sino una ética para la gestión y el uso del mismo. Esta ética
parte de una cosmovisión, que constituye su fundamento, en la cual encontramos
la siguiente concepción del hombre y de la naturaleza:
Esta perspectiva rompe entonces con la posición de dominio del hombre sobre
la naturaleza basada en una relación jerárquica que sitúa al hombre en la cúspide
y le otorga privilegios. Sus propuestas éticas incluyen el respeto y la consideración
moral para con la naturaleza, no considerando sólo la supervivencia del hombre,
sino tomando en cuenta la totalidad de seres y elementos que integran a la
biosfera.
Esta visión del hombre se fundamenta también en el paradigma holista e
integral de la ciencia; éste ha desplazado al paradigma positivista que planteaba
un mundo atomizado y jerarquizado, el cual cancelaba las posibilidades de
reconocer las interconexiones y vínculos entre los distintos elementos que lo
integran. Este nuevo paradigma le proporciona a la ética ambiental biocéntrica una
visión integral que permite desplazar al hombre como eje del universo y situarlo en
una relación de interdependencia con el resto de las especies y elementos del
hábitat.
CONCLUSIONES
REFERENCIAS
1
Valdés MM. “Introducción al libro” en Valdés MM (comp.), Naturaleza y valor. Una
aproximación a la ética ambiental, Universidad Nacional Autónoma de México,
Instituto de Investigaciones Filosóficas, Fondo de Cultura Económica, México
(2004) 8.
2
Regan T. “¿Se basa en un error la ética ambiental?” en Valdés MM
(comp.), Naturaleza y valor. Una aproximación a la ética ambiental, Universidad
Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Filosóficas, Fondo de
Cultura Económica, México (1992) 120.
3
Aledo A, Galanes LR y Ríos JA. “Éticas para una sociología ambiental” en Aledo
A y Domínguez Gómez JA, Sociología ambiental, Grupo Editorial Universitario,
Granada (2001) 2. Disponible en .
4
Regan T. Op. cit., 135.
5
Aledo A et al. Op. cit., 12.
6
Ibid.,13.
7
Ibid.,15, 16.
8
Guerra MJ. Breve introducción a la ética ecológica, Antonio Machado Libros,
Madrid (2001) 35.
9
Idem.
10
Valdés MM. Op. cit., 9.
11
Aledo A et al. Op. cit., 19.
12
Taylor PW. La ética del respeto a la naturaleza. Cuadernos de Crítica 52.
Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones
Filosóficas, México (2005).
13
Taylor PW. Op. cit., 25.
14
Leopold A. “La ética de la Tierra” en Valdés MM (comp.), Naturaleza y valor.
Una aproximación a la ética ambiental, Universidad Nacional Autónoma de
México, Instituto de Investigaciones Filosóficas, Fondo de Cultura Económica,
México (1949).
15
Taylor PW. Op cit.
16
Naess A. “La crisis del medio ambiente y el movimiento ecológico profundo” en
Valdés MM (comp.), Naturaleza y valor. Una aproximación a la ética ambiental,
Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones
Filosóficas, Fondo de Cultura Económica, México (1989).
17
Valdés MM. Op. cit., 13.
18
Leopold A. Op. cit., 27.
19
Taylor PW. Op. cit., 24.
20
Ibid., 31.
21
Ibid., 12.
22
Ibid., 31.
23
Ibid., 14, 15.
24
Naess A. Op. cit., 215, 216.
25
Ibid., 214.
26
Ibid., 219.
27
Ibid., 220, 221.