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Guia 2, 3 y 4

Marxismo
Leninismo
III
Anelia Expósito Barreiro
CPE Ing. Civil
GUIA 2:

1- Defina la noción de izquierda como vertiente política. Determine las fuerzas


políticas que la componen.

En política, la izquierda es el sector del espectro político que defiende la igualdad social y
el igualitarismo, frecuentemente en contraposición a las jerarquías entre individuos.El
término «izquierda» se utilizó por primera vez para referirse al republicanismo, el
renacimiento de la democracia durante la Revolución francesa y el liberalismo clásico.
Después comenzó a aplicarse al socialismo, el comunismo, la socialdemocracia y varias
formas de anarquismo. También se asocia a los movimientos por los derechos civiles, el
movimiento contra la guerra y al ecologismo
Izquierda democrático-reformista: La «izquierda democrático-reformista» es la que
propugna que el principal marco de actuación deben ser las elecciones libres (en que no
existe coacción sobre el votante y se presentan los resultados de manera transparente), la
acción parlamentaria y las reformas progresivas y con amplio consenso en amplios
sectores sociales. Es el tipo de izquierda predominante en la mayor parte de los sistemas
democráticos de principios del siglo XXI. Ideológicamente rechaza los sistemas políticos
dictatoriales y marca distancia con cualquier teoría que inspire dicho tipo de sistemas
dictatoriales. Actualmente son las corrientes mayoritarias dentro de la izquierda
democrática-reformista:
Socialdemocracia: Persigue la consecución de la igualdad social dentro de una
democracia liberal. Durante los últimos años, en determinados países se está relacionada
con el Socio liberalismo, como en el caso del laborismo británico.
Eurocomunismo: Se distingue de la socialdemocracia por ser más críticos del sistema
capitalista y por centrarse más en las problemáticas sociales.7 Están relacionadas con el
eco socialismo y defienden el socialismo democrático como sistema político.

2- Defina la derecha como vertiente política. Determine las fuerzas que la componen.
En política, la derecha es el segmento del espectro político que afirma que
determinados órdenes sociales y jerarquías son inevitables o deseables,
apoyándose por lo general sobre la naturaleza humana, el derecho natural, la
economía o la tradición.123456789 Estas jerarquías son vistas por la derecha
como producto natural de la competencia en las economías de mercado o
simplemente como una consecuencia inevitable de las diferencias en la
personalidad de los individuos.
No existe una definición unívoca de derecha aunque dadas un conjunto de
dicotomías como el individualismo frente a colectivismo, confesionalidad frente a
laicismo, propiedad privada frente a propiedad pública de ciertas actividades
económicas, igualdad de oportunidades frente a igualdad de resultados,
tradicionalismo frente a reformismo social, conservadurismo frente a progresismo,
liberalismo frente al comunismo, la derecha se decanta estadísticamente por las
primeras componentes de cada una de ellas en mayor proporción que la izquierda.
Actualmente, el discurso político de la mayor parte de fuerzas de derecha habla
favorablemente de la riqueza a través de la libre competencia.
3- Ejemplifique la vigencia del debate entre derecha e izquierda como vertientes
políticas en la actualidad
Las nociones de izquierda y de derecha conllevan de forma implicita una oposición
en política. Ambos términos nacen en la Francia de 1789, durante el inicio de la
revolución francesa, para posteriormente extenderse a gran parte de los sistemas
políticos del mundo. Las particularidades de esta bipolarización, en líneas
generales, se enfrentan y oponen: Los valores de autoridad,4 identidad nacional,
orden, seguridad, militarismo, tradición, religión, conservadurismo, libertad
económica (derecha política).Los valores de progreso, igualdad jurídica, respeto a
lo nacional e internacional, autóctono, solidaridad, insubordinación, secularismo el
derecho de autodeterminación y la justicia social mediante una economía
planificada (izquierda política).
Los términos izquierda y derecha tienen su origen en la revolución francesa y se
derivan de forma algo accidental de la manera en que se fueron organizando para
discutir los miembros de la primera Asamblea Nacional Constituyente. Quienes
favorecían a la monarquía se sentaron a la derecha del salón. Quienes favorecían
la revolución a la izquierda.
Por otra parte, según el historiador John Broich, el liberalismo como plataforma de
partidos data de la Inglaterra de mediados del siglo XIX, cuando un grupo de
reformistas (en el contexto de un mundo cambiante y de guerras de
independencia) quiso apartarse del bipartidismo de la época y de los postulados de
aquellos que dominaban el debate.
Después de 200 años, la discusión ya no es entre izquierda y derecha. No en los
países con democracias consolidadas. No en las naciones prósperas. En su lugar,
se trata sobre los matices entre tendencias del liberalismo democrático. En
Estados Unidos, por ejemplo, tanto demócratas como republicanos son defensores
de ese ideario, a pesar de tener visiones antagónicas en temas como la
inmigración ilegal, el cambio climático o las políticas tributarias.

4- Explique las características de la extrema derecha actual.

Extrema derecha, derecha radical o ultraderecha son términos utilizados en política


para describir movimientos o partidos políticos que promueven y sostienen posiciones o
discursos nacionalistas y ultraconservadores considerados radicales o extremistas. Estas
posturas radicales corrientemente se vinculan con prácticas antidemocráticas.
Muchos partidos adquieren unas posturas en defensa exacerbada de la identidad nacional
que no abogan por el mantenimiento de las instituciones y las libertades democráticas. n. 1
Otros aceptan las normas democráticas y sus electores, en casos, no asocian a estos
partidos posturas reaccionarias y antidemocráticas
Esta ideología política se masificó a mediados del siglo XX, tras la desaparición de
movimientos radicales que se posicionaban a sí mismos en la llamada «tercera posición»,
como el fascismo y el nazismo, que implementaron prácticas totalitarias. En la actualidad,
varios de los dirigentes de partidos de extrema derecha suelen reivindicar o tener algún
tipo de relación con la ideología de tipo fascista.

5- De las Revoluciones Tecnocientíficas (RCT): definición, origen, etapas y


características. Identifique científicos, paradigmas e hitos dentro de
estas RCT.
La revolución científico- técnica (RCT) que empezó a mediados del siglo
XX es un salto cualitativo en la estructura y dinámica del desarrollo de
las fuerzas productivas, es una reestructuración radical de las bases
técnicas de la producción material que se expresa en la transición
gradual a la producción basada en la automatización integral con la
utilización de los logros más recientes de la ciencia y la técnica. La RCT
es un fenómeno complejo, un largo proceso histórico, al que le son
propias las siguientes peculiaridades; carácter global, internacional, ya
que abarca prácticamente a todo el mundo; carácter universal,
omnímodo, ya que influye en todos las esferas de la vida social; carácter
complejo, puesto que en él se fusionan orgánicamente y se
interaccionan los cambios revolucionarios que se producen en la ciencia
y en la técnica y que antes en la historia, se efectuaban desunidamente.
(1) En las últimas décadas, los avances científico- técnicos dentro de la
práctica de la cardiología han sido enormes. Con el advenimiento de
nuevos métodos de evaluación del paciente, más sensibles y precisos,
como son los estudios de ecocardiografía, cateterismo cardíaco,
estudios de perfusión coronaria y los análisis bioquímicos, el diagnóstico
cardiológico se ha vuelto mucho más certero. (2) Aunado a ello, se han
desarrollado nuevas medidas terapéuticas como la reperfusión
miocárdica mediante trombolisis, angioplastia y la cirugía con colocación
de hemoductos venosos o arteriales al árbol coronario.
Otros avances importantes han sido realizados en el terreno de la
actividad eléctrica del corazón, con el diagnóstico más certero de las
arritmias por medio de los estudios fisiológicos mediante equipos
eléctricos, su tratamiento, ya sea con intervencionismo (ablación
endocárdica), mediante el uso de modernos medicamentos
antiarrítmicos o la utilización de marcapasos, los cuales se usaron en
1958 por primera vez de forma temporal por medio de un generador
externo por Furman y Schwedel y de forma permanente por Parsonnet
en 1962; desde entonces su desarrollo ha sido vertiginoso con la
estimulación bicameral, los marcapasos biológicos, con memoria Holter
y los desfibriladores automáticos. La realización de trasplantes también
ha sido un paso revolucionario dentro de la cardiología, para aquellos
pacientes con insuficiencia cardiaca con muy mala calidad de vida, como
única alternativa para prolongar y mejorar ésta. Incluso algo que otrora
parecería salido de una novela de ciencia ficción pero es realidad: La
terapia génica. Lo anterior dio lugar a la investigación de tratamientos
con células madres para diversas enfermedades y entre ellas las
cardiovasculares. Investigaciones recientes sobre el infarto agudo del
miocardio (IAM) demuestran con claridad su valor terapéutico. El estudio
del proteoma es probablemente, el sistema experimental más adecuado
para conocer células y tejidos, puesto que analiza directamente el
producto final del genoma, produciéndose un fuerte avance en la
proteómica, ciencia que estudia la expresión de proteínas a nivel global
empleando diferentes técnicas de separación como de electroforesis
bidimensional.

6- Exponga las consecuencias de las RCT para la sociedad (económica,


política, social, ambiental y cultural).

7- Valore la relación entre industrialización y desarrollo; información


científica y competencia tecnológica; transferencia tecnológica y
dependencia cultural.

8- Caracterice el papel del Estado en la industrialización e innovación


tecnológica en América Latina. Orígenes y desarrollo.

El análisis de las políticas públicas de innovación tecnológica


implementadas a nivel nacional, provincial y específicamente en los
municipios considerados en este libro (Bahía Blanca, Tandil y La Plata),
permite dilucidar la valoración y el rol ejercido por el Estado en estos
procesos. El enfoque respecto al rol que debe desempeñar el Estado en
los procesos de innovación tecnológica tiene un impacto considerable en
el uso de determinadas herramientas de políticas públicas por sobre
otras, y sus implicancias en materia científico-tecnológica, productiva,
económica, social, política y territorial. Este capítulo analiza las políticas
públicas de innovación tecnológica implementadas en Argentina y en la
Provincia de Buenos Aires entre los años 2004 y 2016. Mediante la
realización de entrevistas a responsables de políticas públicas a nivel
nacional, provincial y municipal, la investigación documental y el análisis
de fuentes primarias referidas a leyes, planes y programas impulsados
por el Estado en este periodo, se elaboró una tipología de políticas
públicas de innovación tecnológica, y una clasificación del rol del Estado
en la innovación.
La elaboración de las tipologías respondió a tres necesidades
particulares de la investigación: a) caracterizar el rol de los gobiernos
locales en los procesos de innovación desarrollados en los municipios
que gestionan, sobre la base de elementos más precisos; b) ordenar y
agrupar las políticas públicas de innovación tecnológica implementadas
a nivel nacional y provincial entre los años 2004-2016, e identificar el tipo
de impacto en las ciudades escogidas; c) definir y catalogar la diversidad
de roles que se le asignan al Estado en los procesos de innovación y
sus implicancias en el desarrollo humano, económico, social y territorial.

Existe una diversidad de enfoques en relación al rol del Estado en la


innovación. Van desde las corrientes de pensamiento que sostienen que
el sector emprendedor privado constituye la pieza clave de la innovación
tecnológica- incluye neoschumpeterianos y liberales- hasta los enfoques
opuestos, vinculados al progresismo y algunas corrientes del
neodesarrollismo que le asignan al Estado un rol central y prioritario para
encauzar los procesos de innovación en una senda de desarrollo
autónomo e inclusivo, que permita superar las desigualdades
estructurales y la dependencia tecnológica de los países periféricos.
Existen también posiciones intermedias: algunas depositan en el Estado
ciertas funciones específicas que el mercado no puede desempeñar (la
formación de capital humano, por ejemplo), otros enfoques, cercanos a
la perspectiva de Mazzucato (2014), señalan que resulta imposible
promover y fortalecer la innovación tecnológica sin la participación activa
del Estado.

9- Explique la relación entre Universidad y ciencia en América Latina.


Hace casi medio siglo, la sociedad tomó conciencia de los alcances de
una revolución impulsada por los avances de la ciencia y la tecnología.
Un fenómeno al que Daniel Bell (1994) denominara como “sociedad
postindustrial” y se lo conoce hoy como “sociedad del conocimiento”, o
“economía del conocimiento”, aludiendo a la repercusión social y
económica de los desarrollos cognitivos. Varios autores señalaron
entonces que, como consecuencia de la transformación emergente, las
instituciones del conocimiento, en particular las universidades, habrían
de pasar a ser las más importantes en la estructura social (Freeman,
1987; Linstone, 1970; Lundvall, 1992; Nelson, 1993; Etzkowitz y
Leydesdorff, 1998). Durante los años posteriores fue posible confirmar
que, efectivamente, muchos cambios radicales e irreversibles acontecen
a un ritmo acelerado. La ciencia ha abierto enormes posibilidades para
el desarrollo de las sociedades en armonía con el ambiente natural,
mientras que la tecnología pasó a ocupar un lugar -si bien no exento de
riesgos- inédito en la vida cotidiana. Su continua mutación pone a
prueba la capacidad de los individuos y la sociedad en su conjunto para
asimilar las posibilidades que se abren.
En la expansión de la producción científica latinoamericana, las
universidades han tenido un papel preponderante. Si bien esas
instituciones son importantes en la investigación y desarrollo en todo el
mundo, en América Latina estas se destacan como actores centrales. En
términos relativos, su peso específico supera ampliamente al de las
universidades en los países industrializados, ya que tres cuartas partes
de los investigadores latinoamericanos están radicados en las
universidades; principalmente en las públicas. Hay que advertir, sin
embargo, que esta preponderancia expresa no solamente una fortaleza,
sino que pone de manifiesto la relativa debilidad de otros actores como
las empresas. Por otra parte, la hegemonía numérica de las
universidades en materia de recursos humanos para la ciencia y la
tecnología no se ve replicada en los recursos que les son asignados
para realizar investigación. Que tal asimetría se deba a cierta debilidad
de las instituciones universitarias en la escena política, o exprese más
bien el menor costo relativo de las líneas de investigación prevalecientes
en las universidades de la región, es algo que merece análisis y sobre lo
se intentará arrojar alguna luz. La mayoría de los investigadores
latinoamericanos se desempeñan en universidades.

10-
En el argot académico general y hasta en el político el tema de la
transición se expresa de distintas maneras. Mientras en el ámbito de las
ciencias naturales, técnicas y exactas se habla de transición de un
estado físico a otro o de unas especies biológicas a otras, de transición
tecnológica y energética, así como de otros procesos de conversión de
un objeto -tangible o no- en otro distinto, en la esfera social se polemiza,
mayormente, acerca de la transición demográfica y generacional, de la
transición económica y, en particular, -entre otras múltiples formas de
cambios en los contextos nacionales e internacionales- de «transición
política», lo que ha sido más recurrente, sobre todo, para explicar lo que
también se ha dado en llamar «transición a la democracia».
Pero la transición a la democracia, desde estas perspectivas, solamente
se aprecia como un proceso de transformación de regímenes
considerados autoritarios como los existentes, en su momento, en
Portugal, España y Grecia, América Latina o la propia Europa del Este y
otros países llamados democráticos. Este proceso tiene el objetivo de
crear o fortalecer, según sea el caso, las estructuras político-
institucionales del sistema político capitalista y no su transformación en
otras distintas. Sin embargo, la transición política también puede ser
asumida como el inicio de una profunda revolución social, un proceso de
cambios que genera -de forma más o menos rápida y radical- la
destrucción de formas de participación, socialización y culturas políticas,
sustentadas en instrumentos capitalistas privados de apropiación
productiva para dar lugar a otras de mayor complejidad y que tienen su
fundamento en un modo de producción distinto. Fue lo que Marx
denominó período de tránsito del capitalismo al comunismo y que Lenin
enfocó -en la mayor parte de su obra escrita- como de tránsito al
socialismo o de construcción socialista2 y que -en el contexto cubano
actual- nos obliga a volver a indagar, cuál fue el derrotero global de ese
tránsito y cómo ellos percibían, dentro de este, la relación Estado-
mercado, lo que tuvo particular relevancia a partir de la obra de Marx,
Crítica del Programa de Gotha. El tema de la transición, sin embargo, no
solo fue tratado por Marx y Lenin en estas dos obras teóricas básicas
estudiadas; además, resultó particularmente profundizado por el propio
líder bolchevique en las nuevas condiciones en que se desarrolló la
Gran Revolución socialista de octubre de 1917. Este fue el contexto a
partir del cual Lenin (1986a) comenzó a enunciar frases lapidarias como:
«entre el socialismo y el capitalismo se extiende un largo período, más o
menos difícil, de transición, de dictadura del proletariado» (p. 273); o, por
ejemplo: «estamos lejos incluso de haber terminado el período de
transición del capitalismo al socialismo» (Lenin, 1986a, p. 281), donde,
por primera vez, se hablaba en forma explícita de un período de
transición del capitalismo al socialismo o, ulteriormente, de la
construcción del socialismo y, por tanto, de un posible nuevo enfoque4
acerca de las etapas potenciales para alcanzar la sociedad comunista.
En este sentido, un lugar importante en el esclarecimiento de estos
criterios -muy vinculados también a las condiciones que harían imposible
el retorno al capitalismo- también puede encontrarse en los trabajos de
Lenin Un saludo a los obreros húngaros (Lenin, 1986d), Una gran
iniciativa (Lenin, 1986e) y Economía y política en la época de la
dictadura del proletariado (Lenin, 1986f) publicados en mayo, julio y
noviembre de 1919, respectivamente, que abordaban las características
de la lucha de clases durante la construcción del socialismo y el papel
del Estado proletario en este.

GUIA 3
1- Relaciones internacionales o estudios internacionales es el estudio
que trata los asuntos extranjeros y de las grandes cuestiones del
sistema internacional en materia política, económica, jurídica y
diplomática: el papel de los Estados, el de las organizaciones
internacionales, el de las organizaciones no gubernamentales (ONG),
y el de las empresas multinacional, y cualquier otro actor
internacional. Una teoría crítica desde la periferia sudamericana, "en
la dimensión del ser, el estudio de las relaciones internacionales
consiste –en sustancia y principal aunque no exclusivamente– en el
estudio de las relaciones de subordinación e insubordinación entre
las distintas Unidades Políticas con Asiento Territorial (UPCAT) que
conforman el escenario internacional y el estudio de las relaciones de
subordinación e insubordinación entre estas y las Unidades Políticas
Sin Asiento Territorial (UPSAT)"1 Mientras que para Marcelo Gullo
"en la dimensión del deber ser, el estudio de las relaciones
internacionales consiste en el estudio del pensamiento y las acciones
posibles para pasar de la confrontación a la solidaridad, es decir, en
el estudio del pensamiento y las acciones posibles, para la
construcción de una comunidad universal organizada de pueblos"2.
Y es justamente en el plano del deber ser, afirma Gullo, "donde el
estudio de las relaciones internacionales encuentra su razón práctica
última, su misión trascendente, su razón metafísica."3

2- Las relaciones internacionales son un campo de estudio de carácter


social, económico, jurídico y político basado en el conocimiento y el
análisis de la convivencia entre los distintos países y sus acciones en
un marco global. La tecnología avanza colabora derribando las
barreras de comunicación con el objetivo de establecer relaciones
entre naciones. Desde un principio las Relaciones Internacionales
han estado conectados a tratados y acuerdos, con el objetivo de evitar
conflictos con las demás personas.
Por otra parte, promueven las políticas de comercio y gestionan un
medio para la importación y exportación de productos, a través de la
definición de los requisitos y limitaciones de los procesos. Esto
genera que un territorio en específico sea la opción para obtener una
mejor calidad de vida, aunque es necesario cumplir con ciertos
requisitos.Las Relaciones Internacionales son necesarias para
controlar el flujo de los bienes e información para la promoción de la
cultura humana, la diversidad de las culturas y conceder
oportunidades para el intercambio de estudiantes.
3- El Mecanismo de Integración Comercial (MIC) se creó en abril de
2004 con el fin de ayudar a los países miembros a superar los déficits
de balanza de pagos que podrían resultar de las medidas de
liberalización del comercio implementadas por otros países. La
región de América Latina y el Caribe observa con interés la idea de
convertirse en un vecindario de puertas abiertas.
Las bondades de la integración comercial, según los expertos,
podrían ser clave para un futuro con crecimiento positivo y
sostenible. Así lo establece un nuevo informe insignia del Banco
Mundial “Mejores Vecinos: Hacia una renovación de la integración
económica en América Latina” el cual analiza el cambio del entorno
mundial y resume las ventajas de convertirse en una región abierta e
integrada comercialmente.
Pero el concepto no es nuevo para la región; existieron y existen cada
vez más iniciativas para fortalecer las economías regionales. De hecho,
antes del año 2000, el país promedio latinoamericano mantenía acuerdos
comerciales preferenciales con cerca de cuatro socios regionales,
mientras que para 2013 esta cifra se elevó a cerca de 10.
Sin embargo, estos no siempre demostraron una gran apertura hacia
una real integración regional.
En el mundo, la mitad de los flujos comerciales ocurren entre socios
regionales. Sin ir más lejos, en la UE15 + (Unión Europea 15
ampliada) y la región de Asia Oriental y el Pacífico, las
exportaciones intrarregionales representaron el 60% y el 50% del
comercio total, respectivamente. En el otro extremo, regiones como
Asia Meridional, África Subsahariana y Oriente Medio y Norte de
África, las exportaciones intrarregionales significaron un escaso 10%
a un 15% del comercio total.
A pesar de los esfuerzos latinoamericanos por integrase
comercialmente, el volumen de las exportaciones intrarregionales en
relación a las exportaciones totales se han mantenido a través de los
años en un promedio del 20%.

4- La ciencia y la tecnología han asumido un papel clave en el


desarrollo de los países y, particularmente, en la creación de
capacidades competitivas en el mercado internacional.
Los indicadores sobre ciencia y tecnología para América Latina
muestran logros modestos, no sólo en comparación con los países
industrializados, sino también respecto de otros países en desarrollo,
como los “Tigres” asiáticos. Ello no significa que la región sea un
continente donde sólo lucen los coyas con vistosos vestidos, los
grandes sombreros mexicanos o sus talentosos escritores y
futbolistas. Ella posee una comunidad científica vasta (aunque con
frecuencia relegada en sus aspiraciones y necesidades) e incipiente
-más no desechables) desarrollos tecnológicos.
En conjunto, la región latinoamericana invertía, en la segunda mitad
de la década pasada, en el orden de los 6.000 millones de dólares
anuales en investigación y desarrollo (I&D) (1), sama equivalente a
alrededor del 0,6% del PBI regional (Organización de Estados
Americanos, 1988). Este porcentaje es algo menos de la mitad del
observado en países asiáticos de industrialización reciente y cuatro
veces menor al promedio de los países industrializados. Con un 8,1%
de la población mundial, América Latina disponía (en cifras para el
comienzo de la década del ochenta) sólo del 4,4% del stock mundial
de ingenieros y científicos, y con el 2,4% del total mundial de estos
profesionales dedicados a tareas de investigación y desarrollo. En
materia de publicaciones científicas, la región daba cuenta del 1,1%
del total y del 2,4% de las solicitudes de patentes presentadas en el
mundo.En el marco de un modelo agroexportador y de sustitución de
importaciones basada en el uso de bienes de capital, licencias y
know-how obtenidos en su mayor parte en el exterior, las políticas
sobre ciencia y tecnología instrumentadas desde los años sesenta en
la región, procuraron -con escaso éxito- articular “sistemas” de
ciencia y tecnología (a veces “creados” por ley) y utilizar el poder de
compra del Estado como palanca del desarrollo tecnológico. Con
frecuencia se supuso, en una concepción lineal del progreso
científico-tecnológico, que a partir de un desarrollo de la ciencia
básica se llegaría, casi automáticamente, al desarrollo endógeno de
tecnologías. Más aún, se consideró a la “ciencia” y la “tecnología”
como susceptibles de un mismo tratamiento, como si fueran
actividades semejantes en cuanto a sus fines, metodologías y
protagonistas.El Estado asumió un papel central como planificador y,
en ocasiones, regulador de la transferencia de tecnología más, como
se ha dicho, no asignó recursos suficientes para una efectiva
concreción de sus planes. La ciencia y la tecnología figuraron de
manera prominente en muchos discursos, pero sólo marginalmente
en los presupuestos oficiales. Dada la escasa repercusión política y
electoral del tema, pocos legisladores se preocuparon alguna vez por
pelear por mejores asignaciones. La poca visibilidad del trabajo
científico-técnico y la escasa consideración social de la
investigación, explican la tranquila aceptación social de esta
situación por décadas.

5- La década neoliberal en América Latina condujo a un giro en la


integración. Antes se la concebía como un instrumento defensa
regional ante el sector externo y ahora, como una vía a la “inserción
en el mundo”. En este contexto, el MERCOSUR se impuso como un
nuevo sistema de integración denominado de “regionalismo abierto”.
Con el acento colocado en la apertura, liberalización, desregulación,
privatización y extranjerización de la economía, el mercado pasó a ser el
centro del proceso integrador (Toklatian, 2012: 10). Además, esto se
tradujo en menores grados de autonomía en el diseño y ejecución de
políticas públicas. Como han destacado Basualdo y Arceo (2006), el
proceso de internalización financiera y extranjerización condicionan al
Estado a través del peso de la deuda externa y permiten a los
organismos multilaterales de crédito tener una posición central en la
elaboración y adopción de la política económica de los países.
El MERCOSUR fue creado a partir del acuerdo alcanzado por los
presidentes José Sarney (Brasil) y Raúl Alfonsín (Argentina) al que
luego se sumarían Uruguay y Paraguay en el año 1991 como un
espacio de acuerdos económicos y de consolidación democrática.
Según Bouzas (2001) la década de 1990, a nivel regional, puede
dividirse en tres etapas. Un primer periodo de transición va de 1991 a
1994 hacia la unión aduanera. Entre los compromisos principales
asumidos por los países signatarios se destacan: la implementación
de un programa de liberalización comercial (reducción de aranceles);
y la adopción de un arancel común; la coordinación de las políticas
macroeconómicas y regionales.
En una economía internacionalizada y basada en el conocimiento, la
innovación se ha convertido en el factor esencial para construir y
desarrollar la competitividad de las empresas, los países y las
regiones en un mundo globalizado. Los países que producen
conocimiento, innovan, y crean nuevas tecnologías, crecen más
vertiginosamente que quienes no lo hacen. Asimismo, la innovación
es resultado de un fenómeno sistémico complejo cuyo protagonista
principal son las empresas, pero que se hace posible o no en la
medida que exista una verdadera red de actores públicos y privados
que generen lo que se ha dado en llamar un “entorno propicio” para
la innovación, es decir, “un sistema de estructuras sociales,
institucionales, organizativas, económicas y territoriales que crean
las condiciones para una generación continua de sinergias”
Más allá de los cambios en las políticas en Ciencia, Tecnología e
Inovación (CTI) y de la introducción de un nuevo modelo orientado
a estimular la demanda de conocimientos e innovación, el
MERCOSUR en particular (y América Latina, en general) es todavía
una región rezagada en materia de modernización tecnológica y de
difusión del conocimiento. En este marco, el actual escenario de
políticas de CTI en la región demuestra que ninguno de los modelos
ha reducido la brecha tecnológica y productiva en relación a los
países desarrollados.

7-- nuestra política exterior ha sido independiente de cualquier ingerencia,


alimentada por los principios revolucionarios de la defensa de nuestra
soberanía y ha sido también creativa y solidaria. No olvidemos que a los
cinco meses de bajar de la Sierra Maestra Fidel Castro viajó a Buenos Aires
para asistir a una reunión del llamado Comité de los 21 de la Organización
de Estados Americanos y propuso que para lograr el desarrollo económico
de América Latina era necesario un financiamiento de 30 000 millones de
dólares en un plazo de diez años mediante financiamiento público, que era
el método empleado por los Estados Unidos en Europa y el Medio Oriente ,
y que podía hacer lo mismo en nuestro continente.
Ese mismo año 1959 en la Asamblea General de las Naciones Unidas Cuba
lanzó la idea de convocar una conferencia de países de Asia, África y
América Latina para celebrarse en la Habana , con el fin de tratar sobre la
estabilización de los producto básicos, la expansión del comercio mundial,
medidas de integración económica regional, reforma agraria,
industrialización, ayuda técnica y fortalecimiento de las instituciones de
crédito internacional. Esa conferencia de los tres continentes hubiera
antecedido a la constitución del Movimiento de Países No Alineados en
1961, a la formación del Grupo de los 77 en 1964 y se hubiera adelantado
en trece años al examen en Naciones Unidas de la Carta de los Derechos
Económicos y Sociales de los Estados, ya que el evento propuesto por
Cuba contemplaba como objetivo central un documento que recogiera los
derechos económicos de los pueblos. Recordemos también que en 1961
Cuba fue el único país latinoamericano que asistió como miembro pleno a
la constitución del Movimiento de Países No Alineados y logró que se
tomara un acuerdo sobre la devolución a Cuba del territorio ocupado por la
Base Naval de Guantánamo, Movimiento que hoy presidimos y que es otra
muestra del prestigio de la Revolución, signo, asimismo, de la prioridad
que se le da a las relaciones con el llamado Tercer Mundo. Todo esto
sucedió cuando la Revolución estaba dando sus primeros pasos, pero ya
nuestra diplomacia acumulaba la experiencia de tener que enfrentar las
intrigas de los enemigos de Cuba. Si refrescamos la memoria tengamos
presente cómo se combatió aquella iniciativa de Fidel en Buenos Aires
calificándola Washington de irrealizable y después, en cuanto a la iniciativa
de la conferencia planteada por Cuba en las Naciones Unidas se presionó a
la mayor parte de los países latinoamericanos para que no concurrieran.
Jefes de Estado o Cancilleres que habían acogido con simpatía la
iniciativa, a los pocos días comunicaban que no podían asistir a la reunión
después de alguna llamada del Departamento de Estado de Washington y
puedo afirmarlo porque fui testigo de esas acciones por estar en la
delegación que recorrió el Continente. Recuerdo que al abandonar una
capital donde nos daban la bienvenida para la idea de Cuba, al llegar a otra
recibíamos la noticia de que lo que nos habían dicho días antes ya no tenía
ningún valor. Como fui testigo del empleo de los fondos de aquel plan de
Kennedy, Alianza para el Progreso -que no estaba destinado al desarrollo
económico de América Latina como la proposición de Fidel en Buenos
Aires sino a proyectos que dejaban intacta las raíces de la situación
existente-, que sirvieron para conseguir votos en una conferencia de la
OEA en Uruguay para separar a Cuba ilegalmente de ese organismo
regional.

8- Diferentes definiciones de cooperación al desarrollo están disponibles en


la literatura existente y ninguna válida para todo tiempo y lugar. Por lo que
es común que cada país enfoque su definición a los intereses en sus
relaciones internacionales en el ámbito bilateral y multilateral con actores
tanto públicos como privados.
En el caso cubano, la cooperación internacional es un componente esencial
de la política exterior de la Revolución y tiene como fundamento los
valores de solidaridad y humanismo que nuestra sociedad defiende. La
misma se realiza sin condicionamientos, con respeto irrestricto a la
soberanía, leyes nacionales, cultura, religión y autodeterminación de los
Estados y se rechaza su utilización como instrumento político de injerencia
en sus asuntos internos.
Es también la cooperación un espacio para el intercambio de conocimientos
y el beneficio mutuo de las naciones en materia económica, de modo que,
dada su relevancia tanto en este aspecto como en el político, desde la
aprobación de los Lineamientos de la Política Económica y Social del
Partido y la Revolución en el 6to. Congreso del Partido, quedó reflejado
este acápite y los principios a seguir para continuar fomentándola en los
próximos años.
Cuba ha ofrecido cooperación a 186 países a lo largo de más de 50 años a
través de acciones en el exterior y en el territorio nacional. Ha resultado
trascendente la cooperación ofrecida en los sectores de la salud, la
educación y el deporte. Se reconocen como las primeras acciones, las
realizadas por las brigadas médicas que asistieron a los pueblos chileno y
argelino a principios de los años 60’.
Los resultados obtenidos en esfuerzos de alfabetización matizan la
cooperación en el sector de la Educación. La alfabetización en Venezuela,
Bolivia, Nicaragua, Mozambique y Angola con la decisiva participación de
profesionales cubanos es una muestra de la cooperación ofrecida en este
sector.
Igualmente ha resultado significativa la participación de los profesionales
del deporte para la elevación del nivel competitivo en más de 100 naciones
en el escenario del deporte mundial.
En el sector de la salud se ha manifestado la cooperación más significativa,
por su carácter humanitario y sustentado en la masiva formación de
recursos humanos realizada por la Revolución.
A partir de 1998 se incrementaron las acciones mediante el Programa
Integral de Salud ofrecido a países centroamericanos afectados por el
huracán Mitch, acciones estas que se han extendido a países de América
Latina, el Caribe, África y Asia.
En este esfuerzo, resulta necesario destacar la actuación de la Brigada
médica Henry Reeve que ha asistido a países afectados por desastres
naturales o emergencias sanitarias, destacándose en el 2015 la presencia en
Guinea Conakry, Liberia y Sierra Leona, países afectados por la epidemia
del virus del Ébola, acción que contribuyó a librar a estas naciones del
África Occidental de esta mortal enfermedad.
Desde el punto de vista económico, en el año 2014 los servicios de salud en
el exterior reportaban alrededor de 8 000 millones de CUC al año y
constituían poco más del 60 % del total de venta de servicios.
Otra muestra de colaboración es la desarrollada en la formación de
profesionales para los países en vía de desarrollo y, en particular, para los
países africanos, de América Latina y del Caribe.

Guía 4:
Sobre la nominación de "socialismo del siglo XXI" existe una polémica que puede llevar
a genealogías históricas que resultan de interés para despejar el asunto de las diversas
"autorías", y las determinaciones de los campos intelectuales y políticos. Sobre las
diversas "autorías" hay indicios que permiten afirmar que existen diversos "foros,
espacios y redes" con carácter de rizoma, que constituyen los nodos-locus de
enunciación político-cultural del ideario sobre el "socialismo del siglo XXI", y que, por
tanto, no existe un foco exclusivo de enunciación del "nuevo socialismo".

Un primer locus de autoría puede atribuírsele sin duda a Alexander V. Buzgalin en el


texto El futuro del socialismo, quién preparó la edición en castellano realizada en Cuba
en 2000, con la finalidad de "estar dirigido a aquellos que aprecian los valores de la
democracia y del socialismo, que buscan vías de renovación de la teoría comunista y
socialista." (Buzgalin, 2000, 7). Resalta del texto la centralidad de la democracia de
bases y la autoconciencia crítica de que las severas restricciones de democracia,
llevaron al traste la experiencia de transición postcapitalista en el campo soviético. Al
referir el actual sistema político cubano a los sistemas políticos que le precedieron —
democracia liberal y dictadura—, no debemos olvidar que este sistema se originó en una
profunda revolución popular, como un poder político de excepción cuya gran tarea
histórica consistía en abolir el orden establecido; no sólo el batistato sino el régimen
liberal burgués, igualmente dependiente y corrompido.

El nuevo orden surgido de la Revolución se definió como un sistema político de


transición a una sociedad socialista y por lo tanto, vinculado a este proyecto, a sus
objetivos y, al modelo de transición al socialismo elegido en cada etapa. Así, el sistema
político de transición debía superar a todos los sistemas precedentes al asegurar la
constitución de un poder popular, la plena soberanía nacional, el desarrollo
socioeconómico y una verdadera democracia.

Pero el sistema político realmente existente tenía que dar cuenta de las condiciones
reales impuestas a su desempeño: en lo interno, a una aguda lucha política y de clase;
y en lo externo, a la sostenida hostilidad de los Estados Unidos y sus políticas de
acciones

2- La política científica es un área de la política pública que se centra en la promoción


de la investigación y el conocimiento científico. Los temas incluyen el financiamiento de
la ciencia, las carreras de los científicos y la traducción de descubrimientos científicos en
innovación tecnológica para promover el desarrollo de productos, la competitividad, el
crecimiento y el desarrollo económico. La política científica se centra en la producción de
conocimientos y el papel de las redes de conocimientos, las colaboraciones y la
compleja distribución de conocimientos especializados, equipos y conocimientos
técnicos. Diseñar procesos y un contexto organizacional para la generación de ideas
innovadoras en ciencia e tecnología, es una preocupación central de la política científica.
La Política Científica se ocupa, por lo tanto, de todo el ámbito de las cuestiones que
involucran a la ciencia. Una gran y compleja red de actores influye en el desarrollo de la
ciencia y la ingeniería, que incluye a los responsables gubernamentales de políticas
científicas, empresas privadas (incluyendo empresas nacionales y multinacionales),
movimientos sociales, medios de comunicación, organizaciones no gubernamentales,
universidades y otras instituciones de investigación. Además, la política científica es cada
vez más internacional, tal como lo definen las operaciones mundiales de empresas e
instituciones de investigación, así como las redes de colaboración de organizaciones no
gubernamentales y la naturaleza de la propia investigación científica.

3- El sistema de la ciencia y la innovación tecnológica en Cuba abarca todas las


ramas del desarrollo socioeconómico y cultural del país, y es nuestro organismo !el
Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente! el rector de la actividad
científico-investigativa del país, y el que define y dirige su Sistema Nacional. En el
plan se reafirman los programas cientificotécnicos como herramientas de
planeamiento que permiten garantizar las investigaciones dedicadas a resolver los
principales intereses sociales, económicos y ambientales del Estado cubano. El
Ministerio financia y gerencia los proyectos de mayor posibilidad de éxito, según su
calidad y su impacto en los ámbitos económico, científico y social que hoy
conforman los 14 Programas Nacionales de Ciencia y Técnica, cuyos objetivos,
alcance y expectativas son, a su vez, sometidos para su aprobación ante el Comité
Ejecutivo del Consejo de Ministros !e incluyen aquellos asuntos de mayor prioridad
y repercusión en la economía y en la sociedad cubanas. Hay numerosos resultados
de sumo interés en otras esferas de la ciencia. Permítanme darles un panorama
sintético de los avances en otras ramas de la ciencia: el trabajo investigativo para
la esfera agropecuaria está estructurado en 5 programas dedicados en especial al
logro de alimentos, tanto para la población como para la masa animal, y al
perfeccionamiento de los diferentes cultivos. La experimentación de tecnologías
para la obtención de alimentos por vías sostenibles y con la utilización de bajas
cantidades de insumos, las líneas dedicadas a la obtención de tecnologías mediante
la biotecnología agrícola de biofertilizantes, bioplaguicidas, vitroplantas, plantas
transgénicas y semillas por vía artificial, lográndose la embriogénesis somática en
diferentes cultivos, entre otras, constituyen prioridades investigativas, al igual que
el desarrollo de nuevas tecnologías de alto rendimiento en los procesos de riego y
drenaje de los diferentes cultivos. En la agroindustria azucarera !rama en la que
nuestro país tiene una larga experiencia! se han obtenido logros importantes
aplicables no sólo en Cuba, sino en otras áreas del mundo tropical. Trabajamos en
el desarrollo de la semilla artificial de caña de azúcar, poniéndose a punto una
tecnología libre de contaminantes, que ya se evalúa en condiciones de campo.
Igualmente, son objetivos de las investigaciones el incremento de la eficiencia en la
zafra, la mecanización de la cosecha con alzadoras y familias de combinadas para el
corte de la caña producidas en Cuba y en el desarrollo de derivados de la industria
azucarera.

6- El sistema político de Cuba ha sido, desde el triunfo desde la Revolución cubana


(enero de 1959) una democracia representativa. Durante casi cincuenta años, Cuba fue
dirigida por Fidel Castro, primero como primer ministro (1959) y luego como presidente del
Consejo de Estado, y del Consejo de Ministros (1976), el máximo órgano ejecutivo,
después sería presidido por su hermano Raúl Castro, en la actualidad por Miguel Díaz
Canel, presidente del Consejo de Estado de Cuba y del Consejo de Ministros desde el 19
de abril de 2018. Es el primer dirigente cubano nacido después de la Revolución Cubana
que ha alcanzado dichos puestos.

Comenzando en el año 1959, las tierras fueron sometidas a dos radicales reformas
agrarias en las que se limitó la tenencia de tierras a tres caballerías por una sola persona
que, según la constitución del 1976, previa autorización estatal, pueden incorporar sus
tierras únicamente a cooperativas de producción agropecuaria o venderlas o permutarlas
al Estado, o a cooperativas y agricultores pequeños y la autogestión de los organismos
2

productivos. Sin embargo, desde la crisis económica provocada por el fin del Consejo de
Ayuda Mutua Económica (CAME), el Gobierno ha promovido una apertura a la inversión
de capital extranjero en condiciones de privilegio frente a la inversión que pudieran hacer
los cubanos. Las inversiones del exterior son permitidas siempre que el capital extranjero
no sea más del 49 % del capital invertido en una industria. es un Estado socialista
presidido por Miguel Díaz Canel, quien es actualmente el jefe de Estado, jefe de Gobierno,
primer secretario del Partido Comunista de Cuba y comandante en jefe (jefe supremo) de
las fuerzas armadas. El Ministerio del Interior es el principal órgano para la seguridad y el
control del estado.

7-- La década de los 60 estuvo matizada por el impulso a las medidas de desarrollo
social en todas las esferas. La campaña de alfabetización, la atención a la educación
general, media y universitaria, fueron antecedentes fundamentales para proyectar
los objetivos en la ciencia.

De manera simultánea a los esfuerzos que se hacían en el sistema educacional


cubano, se fue creando una infraestructura de centros de investigación.

Agustín Lage refiere que con la red educacional, y partiendo de bases


prácticamente inexistentes en la etapa prerrevolucionaria, comenzó a surgir y a
expandirse la red de instituciones de investigación científica hasta llegar a su
composición actual (2007), de 221 centros de investigación, en donde laboran más
de 31 000 personas.5

Se crea en 1962 la Comisión para la Academia de Ciencias de Cuba, se organizan


centros de investigación en diferentes organismos de la economía y los servicios,
incluyendo la Academia de Ciencias. La integración en la Academia de prominentes
investigadores de ciencias sociales, físicas, médicas, técnicas y agrícolas, permitió
alcanzar resultados importantes y organizar instituciones científicas con
prestigiosos intelectuales organizados en institutos como: Botánica, de la Caña de
Azúcar, Geofísica y Astronomía, Geografía, Física Nuclear, Matemática, Cibernética
y Computación, Meteorología, Literatura y Lingüística, Filosofía, Investigación
Técnica Fundamental, Química de los Alimentos, Información Científica, Suelos,
Zoología y el Instituto de Investigación Fundamental de la Agricultura Tropical,
entre otros.

En julio de 1965 se inaugura el Centro Nacional de Investigaciones Científicas


(CENIC),6 con jerarquía nacional y condiciones materiales para la formación de
científicos y promover los grados científicos, para la implementación de
investigaciones en las ciencias naturales, biomédicas, tecnológicas y agropecuarias.
Se organizan de manera sistemática cursos de superación científica de diferentes
niveles y se impulsa la divulgación científica a través de la revista CENIC y
publicaciones en otras revistas nacionales e internacionales. La creación del CENIC
significó el comienzo de la formación científica organizada y con rigor para la
realización de ciencia de alto nivel.

El plan incluía una fuerte formación en ciencias básicas, prioridad en la


experimentación científica, la consagración y la exigencia en la evaluación y
promoción posgraduada. La integración con la Universidad de La Habana fue de un
valor significativo en todo este quehacer y fue decisivo para alcanzar altas metas
en este proceso.
La organización del sistema de grados científicos y la defensa de los primeros
doctorados en ciencias vinculados a temas de interés nacional, unido a la
superación y el trabajo multidisciplinario con instituciones científicas y productivas
del país, permitió un avance incuestionable. En el CENIC se defiende la primera
Tesis de Candidato a Doctor en Ciencias en 1969, presentada por Thalia Harmony
en un tema de neurofisiología en epilepsia experimental, "Características
electrofisiológicas y metabólicas del foco epiléptico". En 1970, se defienden las dos
primeras tesis en el extranjero.

La rigurosa aplicación del reglamento para los grados científicos que implica la
selección de los aspirantes, una alta exigencia en el estudio y el trabajo
experimental, la calificación adecuada, sin repitencias y la organización de los
tribunales y oponencias para el acto oficial de examen final, fue expresión, desde el
inicio, de un salto significativo en la organización de los grados científicos, que
derivó en la legislación nacional para grados científicos y la de categorías de
investigadores que fueron establecidas en el país.

El 2 de diciembre de 1974 se promulgó la Ley número 1281 que estableció el


Sistema Nacional de Grados Científicos y creó la Comisión Nacional de Grados
Científicos.7 A partir del 17 de marzo de 1977, fecha en que la Comisión inició sus
funciones, ha sido hasta el presente la encargada de ejecutar la política nacional
referida a los grados científicos.

Agustín Lage, al referirse a ese proceso expone "a partir de la década de los 70,
miles de jóvenes científicos complementan su formación en el extranjero". Hasta
diciembre del 2000 se habían entregado en el país 5 662 títulos de "Doctor en
Ciencias"

8-- La fortaleza principal del proceso cubano radica, a mi juicio, en que el proyecto
socialista se levanta sobre una armazón nacionalista de raíz popular. No se trata solo del
carisma del liderazgo del 59, sino del arraigo de los fundadores del marxismo cubano en el
ideal martiano, el cual resume una tradición independentista en confrontación, de lucha de
ideas. Historia contradictoria debatida entre independencia y anexión —a la cual hice ya
referencia— que se extiende por todo el siglo XIX desde Varela hasta Martí, y choca con la
frustración nacional de 1898.11 El gran suceso cultural de la Revolución victoriosa tantos
años después fue el del pueblo redescubriéndose como nación. La capacidad del sistema
para retener la estabilidad política, resistir y actuar en las condiciones más adversas radica
precisamente aquí, y no en una concepción unitaria a ultranza. La valorización política de
la unidad no tiene en el caso cubano un origen burocrático, cerrado en el unipartidismo; su
principal razón de ser se vincula a la Nación, y si el unipartidismo le vale, será en tanto
resulte funcional a la Nación.
9-- El sistema político cubano es un organismo complejo y cambiante. Su abordaje en la
ciencia, desde cualquier ángulo, es un asunto nada fácil en el mundo de hoy. Requiere,
como cualquier intención verdaderamente científica, de un gran poder de análisis y de una
alta dosis de objetividad. En esta etapa se produce el proceso de tránsito de la revolución
democrático - popular a la socialista, como parte del cual se integra la vanguardia política
de la Revolución y, en consecuencia, se establece un poder político encargado de dirigir la
transición al socialismo. Indudablemente, los cambios que se producen en el orden
económico en la segunda mitad de 1960, principalmente las nacionalizaciones de agosto a
octubre del 61, y el fortalecimiento del poder de los representantes populares determinan
el inicio de la construcción del socialismo en Cuba desde esa fecha. Durante el período se
produce la integración orgánica de la vanguardia política de la Revolución, se declara
oficialmente el carácter socialista del proceso y se afirma una conciencia política de las
masas a favor de las transformaciones socialistas. Desde el principio en Cuba fue resuelto
el problema fundamental de toda revolución social: el problema del poder político. Este
pasó a manos de una alianza de la clase obrera con las demás clases, grupos y capas
sociales interesadas en la liberación nacional y la justicia social; lo que Lenin llamó
"dictadura democrático-revolucionaria del proletariado y el campesinado".48 En Cuba se
constituyó como una dictadura democrático - revolucionaria de las masas populares: clase
obrera, campesinado trabajador, pequeña burguesía urbana y demás capas interesadas
en la liberación nacional, la justicia y la igualdad social. Como resultado se destruyó la
vieja máquina estatal burguesa (idea expuesta por Marx desde "El 18 brumario de Luis
Bonaparte") hasta el nivel local, lo que no niega la permanencia de determinados
residuos del sistema anterior, principalmente en los órganos jurídicos y económico
administrativos.

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