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Las Seis Constantes Mitzvot

Mitzvá #3
D-os es Uno

Todos están familiarizados con el Shemá, el principal lema del Judaísmo: “Escucha Israel, el Señor nuestro D-os, el
Señor es Uno” (Deuteronomio 6:4).

El concepto de la “Unicidad” es crucial para poder tener un entendimiento adecuado de D-os. Maimónides escribe
que el nivel más elevado de sabiduría que una persona puede obtener es comprender la unicidad de D-os.

¿Por qué la unicidad de D-os es un tema tan central para nuestra creencia? ¿Por qué debemos decir el Shemá dos
veces al día y aspirar a que sean las últimas palabras que digamos antes de morir? ¿Realmente importa si D-os es
uno y no tres?

APEGO Vs. AUTONOMIA

Antes de la creación del mundo, sólo existía D-os. No había ninguna entidad separada en ninguna forma.

Inclusive después de la creación, todo en el mundo permaneció como parte de D-os.

La única diferencia es que por medio del milagro de la creación, D-os le dió a cada ser humano libre albedrío. Con
esto, tenemos la habilidad especial de pensar por nosotros mismos y actuar de acuerdo a aquellos
pensamientos. Es como si dentro de D-os permanecemos con una cierta autonomía.

Sin embargo seguimos siendo parte de D’os porque es todo lo que hay.

Entonces, ¿cuál fue el propósito de hacernos una entidad separada de D-os?

Rabbi Moshe Jaim Luzzatto (Italia, s. XVIII) explica en su famoso libro “La Senda de los Justos”: El propósito de la
creación es obtener placer. El placer supremo es el apego a D-os. ¿Dónde principalmente se encuentra
manifestado este placer? Se encuentra en el mundo eterno de las almas, donde tenemos una absoluta claridad de la
unicidad de D-os, y reconocemos que estamos totalmente apegados a Él como siempre lo habíamos estado.

La autonomía de este mundo - el libre albedrío - puede desviar a la persona a pensar que existe algo fuera de D-
os. Por lo tanto es un desafío constante y de por vida el poder sobreponernos a esa ilusión - y ver que la única
existencia es D-os; que D-os es uno.

EL MAL NO ES INDEPENDIENTE

La segunda mitzvá constante - No creas en otros dioses - habla sobre el ietzer hará, nuestra inclinación
autodestructiva de alejarnos de D-os. Dijimos que es un error seguir al ietzer hará, porque es una ilusión, una
gratificación temporaria que finalmente no satisface.

Esta mitzvá: “D-os es uno”, es mucho más profunda. Si el ietzer hará existe, debe ser también una parte de D-os. Y
si es parte de D-os, por definición es bueno. Esto nos lleva obviamente a formularnos la pregunta: ¿Cómo puede ser
que el Ietzer hará es algo bueno?

Piensa en un atleta, un saltador en altura de categoría mundial. Cuando el entrenador le levanta la barra, ¿está
tratando de hacerle la vida difícil o está haciendo que el atleta ponga en práctica todo su potencial? Claro que el
entrenador quiere que su atleta tenga éxito! Y si es un buen entrenador, sabe cuándo y cuánto debe alzar la
barra. Claro, el atleta puede fallar en saltar la barra, pero el entrenador sabe que con una concentración adecuada y
esfuerzo, el atleta va a lograrlo.

Ya que el propósito de la creación es ganarnos placer, el propósito del Ietzer hará debe ser posibilitarnos obtener un
placer adicional. Así que inclusive que el Ietzer hará parezca que nos está alejando de D-os, en realidad nos provee
oportunidades para acercarnos a él. El mal te da otra batalla para llegar a la verdad - para que puedas obtener
placer de ese descubrimiento.

Si “el desafío” no existiera, no habría una apreciación especial por hacer lo que es correcto. Por el contrario, sólo
estarías haciendo lo que harías de cualquier forma. Todos los desafíos, todas las molestias están diseñadas
simplemente para sacar lo mejor de ti - no para estorbarte.

Un axioma del pensamiento judío es que D-os nunca te pone un desafío que es demasiado difícil para ti pasarlo.

Aprende a leer los mensajes de la vida adecuadamente. Cuando tu Ietzer hará venga y te diga que peques,
realmente te está diciendo: “Aquí tienes un desafío, vamos a ver si lo puedes sobrepasar”.

EL BIEN Y EL MAL VAN EN LA MISMA DIRECCION

Mal entendemos el mal porque nos lo tomamos seriamente. Pensamos que es una voz independiente. Pero es una
ilusión.

Por ejemplo, que tal si dices: “Me encantaría estudiar Torá hoy, pero tengo un dolor de cabeza que me impide
hacerlo”.

Este es un malentendido de lo que significa: “D-os es uno”. ¿Es el dolor de cabeza una molestia que salió de Marte?
Claro que no! Este dolor de cabeza fue diseñado especialmente para ti, para acercarte más a D-os - no menos que el
rezo, la caridad, o cualquier otra oportunidad de una mitzvá.

Entonces ¿por qué dolor de cabeza? Existen muchos diferentes aspectos que nacen de la misma fuente, con el
mismo propósito. Obviamente existen diferentes piezas para el rompecabezas, diferentes músculos espirituales
deben ser ejercitados. Pero el “bien” y el “mal” tienen el mismo objetivo.

En los tiempos que el Templo de Jerusalem estaba en pié, una persona que salía de una situación difícil - alguien
que estaba enfermo y se mejoró - tenía que traer una “ofrenda de gracias”. Podemos entender que esto era
agradecerle a D-os por recuperarnos, pero ¿no fue D-os el que hizo que nos enfermáramos?

Por eso también estamos agradecidos. Por difícil que parezcan las enfermedades y las malas experiencias, éstas
son de alguna forma lo que la persona necesitaba en el espectro total de su vida. Gracias a ese sufrimiento ella se
hace una persona más fuerte, más sabia, etc.

Nosotros, los seres humanos, tendemos a buscar la forma fácil de encontrar una excusa para “darnos por vencidos”.
Un dolor de cabeza hace más difícil el poder concentrarnos - y creemos que eso nos da una excusa para parar. Pero
realmente ya que todo es una parte del D-os único, es una oportunidad para tomar un nuevo desafío.

Esto se aplica de la misma forma estableciendo metas en la vida. Claro que necesitamos hacer un hito para poder
hacer un progreso significativo. Pero no debemos dejar estos planes solamente en el papel. Deben ser lo
suficientemente flexibles como para poder dejar acoplar nuevos desafíos. Esa es la manera en la cual D-os nos
observa y nos guía. D’os puede cambiar la “temperatura” para asegurarse de que estemos encaminándonos en la
dirección adecuada, pero si los planes están definidos tan claramente que no podemos realizar cambios, esa es una
falta de creencia en el concepto de la unicidad de D-os.

Debemos batallar constantemente con la ilusión de que las fuerzas del bien y del mal están luchando una con la
otra. En realidad, cada ocurrencia en la vida está apuntando a la misma dirección. “El mal” es un desafío que nos
acerca más a D-os – al darnos la oportunidad de tomar la decisión adecuada y ganarnos esa cercanía.

LOS DEMAS TAMBIEN SON NUESTRA RESPONSABILIDAD

El Talmud pregunta: “¿Por qué fue creado Adam solo? Para que toda persona diga: “Todo el mundo fue creado sólo
para mí”.

¿Esto no es un poco egocéntrico?

Por el contrario. Es un reconocimiento de que todo en el mundo - incluyendo las necesidades de cualquier otro ser
humano - fueron creadas para ti. Si alguien necesita ayuda, es parte de tu desafío. Todo en la tierra, incluyendo
todos los problemas, así como la belleza, ofrece una nueva oportunidad. Todo fue hecho a medida por D-os.

Cada experiencia que vives es algo de lo cual debes aprender, en el tiempo que más lo necesitas. Mira alrededor
tuyo y pregúntate: “¿Qué me está diciendo todo esto? ¿Por qué esto es una parte de mi camino hacia la
perfección?”.

Si D-os te está dando muchas responsabilidades al mismo tiempo, entonces tienes que darte cuenta de cuál quiere
que escojas. ¿Cuál es el equilibrio adecuado? El dilema mismo fue enviado por D-os, para ayudarnos a crecer. No
es el resultado de una fuerza opuesta la que se está poniendo en tu camino. No es que hay diferentes aspectos en
la vida y tenemos que aprender a hacer un acuerdo entre uno y otro: “Hubiera querido, pero...”. No existe tal
cosa. Se te fue dado una enorme gama de posibilidades, basadas en tus capacidades y existe una respuesta clara
para ti.

La base es ser objetivamente honesto contigo mismo y no escoger una comodidad física o emocional en contra del
desafío.

Aquí hay un ejemplo: Decimos: “Yo se que debo estudiar Torá y ayudar a otras personas, pero si lo hago, no voy a
poder ganarme la vida”. ¿Estás diciendo que son fuerzas opuestas? Vamos a ponerlo todo en la ecuación: D-os te
ha dado la responsabilidad de mantener una familia; D-os te ha dado la responsabilidad de ayudar a arreglar el
mundo; D-os te ha dado la responsabilidad de conocerLo a través de Su Torá.

Ahora ¿cómo logras todo eso? ¿Qué es lo que quiere D-os que escojas? Y ¿en qué proporción y cuándo? Esas
son tus preguntas.

Decimos el Shemá dos veces al día para repasar el concepto: “D-os es uno”. Eso es porque tenemos que vivir en
esta realidad 24 horas al día - y luchar contra la tentación constante de decir: “Me gustaría estudiar pero estoy
cansado. Me gustaría hacer esta mitzvá, pero no me estoy sintiendo bien”.

“La unicidad de D-os”, demanda que pongamos todo - incluyendo el dolor de cabeza - en la ecuación, y así
trabajemos sobre el acercamiento adecuado. No tengas una doble vida: una para ti y una para la religión, pues la
vida es toda una.

INCLUSIVE LA MUERTE TE PUEDE ACERCAR A D-OS

El Talmud nos cuenta la increíble historia de Rabi Akiva. Hace casi 2000 años, los Romanos trataron de borrar al
Judaísmo y hacer el estudio de Torá ilegal. Rabi Akiva no podía tolerar la idea de abandonar la Torá, así que reunió
a sus discípulos y les enseñó Torá:

Los Romanos arrestaron a Rabi Akiva y lo ejecutaron brutalmente arrancándole la piel de su cuerpo
con peines de acero. Mientras estaba siendo torturado, Rabi Akiva alegremente recitó el Shemá –
“Escucha Israel, el Señor Nuestro D-os, el Señor es Uno”.

Sus estudiantes perplejos le preguntaron: “Rebe, ¿cómo puedes alabar a D-os mientras sufres esta
tortura?!”.

Rabi Akiva replicó: “Toda mi vida pensé que una persona tiene que darle el 100 por ciento a D-
os. Ahora que tengo la oportunidad, con alegría lo hago!”.

¿Rabi Akiva no quería vivir? Ciertamente el morir no es el propósito de la vida! Buscamos acercarnos más a D-os - y
una vez que estás muerto, no puedes lograr nada más. Parece ser que la muerte es un aspecto de la vida que nos
mueve en la dirección contraria. Todo lo demás puede ser visto como un desafío, como una oportunidad, una manera
de acercarnos más a D-os. Excepto la muerte. La muerte detiene el proceso de crecimiento. Sólo llegaste al nivel
que obtuviste durante tu vida - y eso es para la eternidad.

Entonces, si hay algo que la persona no debe querer es la muerte. Esa es la razón por la cual los estudiantes de
Rabi Akiva estaban tan asombrados. Preguntaron: “Rebe, entendemos el poder de morir en nombre de la
santificación del Nombre de D-os. Pero ¿de dónde viene la alegría? No hay más crecimiento para ti!”.

No hay duda de que Rabi Akiva quería vivir, y que apreciaba la vida más de lo que nosotros podríamos
apreciarla. Sin embargo, Rabi Akiva estaba enseñándole a sus estudiantes que inclusive que parezca que la muerte
va en contra de todo el proceso de crecimiento, sacrificar incluso tu proceso de crecimiento por D-os, es en si mismo
el nivel más elevado de crecimiento! ¿Estás dispuesto a dejar todas aquellas oportunidades para acercarte a D-os
simplemente porque es Su voluntad? Esto te acerca hasta donde puedas llegar. Estás realmente moviéndote a una
velocidad impresionante en la dirección correcta.

Cuando alguien nos impide estudiar o crecer cómodamente, estamos tentados a verlo como que procede de otra
fuente – que no viene de D’os. Pero Rabi Akiva nos enseñó una lección: “D-os es Uno”. A pesar de las
circunstancias - inclusive que parezca más difícil estudiar, crecer y estar conscientes – el desafío todavía es una
oportunidad, otro paso para acercarnos más a D-os.

Claro, un dolor de cabeza es distinto que morir, pero filosóficamente es el mismo concepto.
“D-OS ES UNO”, NO HAY NADA QUE TEMER

En el servicio de la tarde de Shabat decimos: “Tú eres Uno, y Tu Nombre es uno y quién es como Tu pueblo
Israel”. Esta plegaria habla sobre el final de los días, cuando el Pueblo Judío estará unido, trabajando en armonía
con una misma meta, y cuando la humanidad reconozca que todo proviene de D-os.

En la vida diaria, a veces estamos confundidos porque un día nos movemos en una dirección y al día siguiente en
otra. Pero ¿qué ocurre cuando vemos el propósito particular de todo? El rezo nos dice que a este estado de
exaltación le llamamos Menujat Shalom - tranquilidad total, paz interna.

Nos enfrentamos sin protección ante diferentes desafíos que no esperábamos. Ahí es cuando empezamos a recoger
los mensajes incorrectos. Pero si sabes la verdad, no vas a temer de ninguna sorpresa. Si sabes que lo que sea
que se te “presenta en el camino” es todo parte del plan Divino, entonces nada se te puede poner en tu camino.

Esta perspectiva trae un profundo sentimiento de seguridad. Si sabes que todo te lo envía D-os para tu bien,
entonces no hay nada que temer.

El Rey Salomón dice que sólo hay una cosa de la cual temer: El olvidarse de la unicidad de D-os.

La plegaria de Shabat también habla sobre Menujat Emet Veemuná - verdadera paz y seguridad. En Shabat, nos
alejamos de nuestros esfuerzos diarios de moldear el mundo - y en lugar de eso dejamos que las cosas fluyan en su
orden natural. Allí es cuando percibimos más intensamente que D-os creó el mundo y que hay un propósito para
todo.

La claridad de que “D-os es uno” nos da esta paz interna siete días a la semana. Claro! Todavía tenemos que
batallar y encontrar la fuerza para hacerlo. Pero al menos no sentimos que estamos luchando contra una fuerza
exterior. Tus esfuerzos nunca pueden ser abandonados porque “las cosas no funcionaron”. No existe tal cosa. Las
dificultades son un nuevo desafío en tu travesía hacia la perfección.

El único posible contratiempo es impuesto por uno mismo al no pensar que los desafíos son enviados por D-os para
guiarnos.

Entonces, ¿por qué la mitzvá de creer que “D-os es uno” es tan importante? Porque en realidad no hay nada
más. D-os es todo.
Biografía del autor:

Rav Noaj Weinberg fue el fundador y director de Aish HaTorah Internacional. Por más de 40 años con sus programas
educacionales atrajo a cientos de miles de

Judíos de vuelta a su herencia

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