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Lectura Bíblica 2 Timoteo 2:1-7 SERIE: OBEDIENCIA & FIDELIDAD

El Pastor Llamado y la Cena del Señor.


Gálatas 1:10 Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los
hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.
Introducción. Estamos ante una realidad igual o tal vez peor que la que vivió Pablo en su vida ministerial,
entre el asombro, la tristeza, el dolor, la ira (sin pecar) y en algún momento la impotencia de aquello que
veían sus ojos, escuchaba sus oídos y sentía su corazón, enseñaba a la iglesia con corazón de pastor y como
Israel, la iglesia en Corinto, en Galacia, en Éfeso, etc… parecía tener los mismos problemas, sin embargo
el siervo no desmayaba y advertía al pueblo de Dios, apártense del pecado, huyan de las pasiones,
arrepiéntanse de todo corazón, vivan para el Señor, agraden a su Salvador… Si alguien, así seamos nosotros
mismos, incluso un ángel del cielo, les predica otro evangelio (una noticia diferente a la del Señor
Jesucristo), si intentan siquiera engañarlos o distorsionar las buenas noticias de salvación, pues traerán
maldición y condenación sobre ellos y los que los escuchen. Que le quede bien claro: ¡No es mi intención
ganarme el favor de la gente, sino predicar el amor y la misericordia de Dios a través de su Hijo Jesucristo
en la Cruz! Si mi objetivo fuera agradar a la gente, no sería un servidor de Cristo.
Una de las enseñanzas mas fuertes y que debe conocer y aprender la Iglesia, es que el pastor llamado por
Dios, debe mantener la predicación basada en la obra del Señor Jesucristo en la cruz y su resurrección, el
eje central de toda la escritura es la persona de Cristo, sin Él no habría salvación, ni esperanza de vida
eterna para nosotros. El momento crucial es la Cena del Señor, allí hay 4 enseñanzas básicas para que el
pueblo no se aparte de la senda de la vida: AQUÍ ESTAN:

Deuteronomio 30:19 A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto
delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu
descendencia.
* Hoy Dios nos ha dado a elegir entre la vida y la muerte, entre bendiciones y maldiciones. Él ha puesto
al cielo y a la tierra como testigos de la decisión que tomemos (Individualmente). ¡Deberíamos ser sabios
y elegir la vida (Jesucristo), para que nosotros y nuestra descendencia podamos vivir, junto al Rey!
Leamos: 1 Corintios 11: 23-26…
1. Una Iglesia que busca la Presencia del Señor. V.23 (El Señorío, la voluntad y la soberanía de Dios).
El Señor se entrego a si mismo por nosotros, Él es: SOBERANO, su voluntad absoluta esta por encima
de la del ser humano (aunque respeta las decisiones que cada persona tome – cada decisión conlleva una
consecuencia) Jesucristo mismo tomo la decisión de dar su vida por nosotros, aunque no tenía ninguna
obligación de hacerlo. Debíamos recibir el castigo de la muerte (condenación eterna – la paga del pecado
– la rebeldía, ser como satanás- es muerte, Romanos 6:23a) ya que habíamos pecado, sin embargo, su
misericordia soberana, su voluntad absoluta de llevar sobre sí, el pecado absurdo que cometimos (y
seguimos cometiendo) nos dio el regalo de la vida eterna sin merecerlo, cuando le aceptamos como Señor
y salvador de nuestras vidas (más la dádiva – el regalo inmerecido – de Dios es vida eterna en Cristo Jesús
Señor nuestro. Romanos 6:23b) El Señor nos amó primero, nos buscó primero, nos halló primero, nos
invita a ponerle en el primer lugar de nuestras vidas.
* Entonces Iglesia, vamos a seguir buscando excusas para poner al Señor en el primer lugar y obedecer a
su palabra o vamos a entregarnos completamente a Él caminando de acuerdo a su voluntad.
Salmos 34:4 Busqué al Señor, y él me escuchó, y me libró de todos mis temores.
Pastor. Martin E. Caicedo C. ICCCVV – Chía – Colombia 2020
2. Una Iglesia que Busca la Santidad. V.24. (Salva - Sellada - Llena del Espirito Santo).
El cuerpo del Señor Jesucristo sufrió de manera indecible, difícil, casi que imposible de describir, ningún
documental, película o narración histórica pueden mostrarnos, el sufrimiento (injustificado) del Señor,
desde la cena (iba a ser traicionado), en el huerto de Getsemaní (dolor por la humanidad), en su arresto
(desamparado por sus discípulos), en su juicio (despreciado por la justicia humana y negado por su mejor
amigo), ante Pilato (rechazado por los gentiles), camino del calvario (sufrido y valeroso). Todo lo hizo por
nuestra santidad.
Isaías 53:4-5 Nos relata como el Señor había de cargar con nuestro dolor y nuestra enfermedad (el pecado),
de ninguna manera nos podíamos acercar a la presencia de Dios (éramos leprosos – llenos de pecado).
Rebeldes sin causa y con un fin tormentoso (por toda la eternidad), mas cada latigazo pago nuestra rebeldía
y su cuerpo soporto nuestra infinita y cruel maldad. Con cada golpe recibido en su cuerpo, cada azote,
cada bofetada y palabra soez, mal intencionada y mentirosa sobre Él, nos permite vivir en paz. “hagan esto
recordándome a mi” Las llagas extendidas por todo su cuerpo y que rompieron sus carnes nos dieron
sanidad (el Señor nos curó plenamente de la enfermedad del pecado y nos dio restauración (santidad)
para la vida eterna. Hebreos 12:14 Hermanos: Traten de vivir en paz con todos, y de obedecer a Dios;
porque si no lo hacen, jamás lo verán cara a cara.
La Invitación del Señor Jesús a través de la Cena, es a desechar el pecado, a buscar la paz con nuestros
hermanos en Cristo y con los no creyentes, a dar testimonio de vida nueva.
3. Una Iglesia que Enseña la Sana Doctrina. V.25. (Unida – resguardada – sostenida).
En la Cruz derramando su sangre… Allí, el Hijo Unigénito de Dios, nos confirma como participantes del
Nuevo Pacto, entre Dios y los hombres. No podíamos acercarnos a Dios por causa del pecado, mucho
menos podíamos pactar con Él, sin embargo, por su impresionante misericordia nos fue dado el privilegio
de ser REDIMIDOS, rescatados, recuperados, comprados por el precio mas alto que nos pudiésemos
imaginar “La Sangre del Hijo de Dios – Dios hecho Hombre” La misma Sangre que nos une alrededor
de la mesa del Señor cada vez que la compartimos y donde Él se encuentra (el Señor esta en medio
nuestro) la Sangre que nos renueva, nos sostiene, nos guarda (al pensar en el precio) de pecar
voluntariamente.
1 Corintios 10:16-17 Cuando bendecimos la copa en la Mesa del Señor, ¿no participamos en la sangre
de Cristo? Y, cuando partimos el pan, ¿no participamos en el cuerpo de Cristo? Aunque somos muchos,
todos comemos de un mismo pan, con lo cual demostramos que somos un solo cuerpo.
4. Una Iglesia que predica el Evangelio a los perdidos. V.26. (Una Iglesia Evangelista)
Los 4 Evangelios son la culminación de la obra del señor en la tierra y prevén, el bautismo del Espíritu
Santo sobre la Iglesia, pero: ¿si la iglesia no evangeliza, seguirá siendo iglesia?, personalmente y de acuerdo
a la escritura creo que no. El Señor Jesús nos dice que, al tomar la Cena, anunciamos el Regreso inminente
por su pueblo, pero si no evangelizamos, si no predicamos, ¿habrá iglesia que tomar cuando el Señor
vuelva? Los que murieron en Cristo predicando y obedeciendo se levantaran primero, luego, nosotros
seremos levantados juntamente con ellos, ¿pero si no tenemos fruto seremos levantados? A la luz de la
escritura debemos perseverar en la oración, en la santidad, en la unidad y en la predicación.
No dejemos que nuestro corazón se enfrié, que nuestro amor por el Señor mengue y nuestro anhelo de
ganar almas para Cristo y el Reino de los cielos desaparezca.
Mateo 24:13 Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.

Pastor. Martin E. Caicedo C. ICCCVV – Chía – Colombia 2020


Pidamos perdón, clamemos por su presencia constante en medio nuestro, por santidad y llenura de su
Espíritu Santo, por aprender, vivir y enseñar la palabra del Señor, por valor para predicar el Evangelio de
arrepentimiento, perdón y salvación a los perdidos.
• Entrega de la cena a la Iglesia.
Oración y ministración: Dile al Señor… Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce
los pensamientos que me inquietan, que me atacan, que me alejan de ti. Muéstrame amado Dios, cualquier
cosa en mí que te pueda ofender y guíame por el camino de la vida eterna. Hoy te confieso mi pecado y
te pido que también perdones los que me son ocultos, sáname, límpiame, lávame. Gracias Señor por tu
perdón.

Tomemos la Cena del Señor: Pueden tomar el Pan recordando su entrega en la Cruz. Pueden tomar la
Copa recordando su sangre derramada para darnos redención. Cantemos al Señor por sus maravillas en
medio de su Iglesia. (PRECIOSA SANGRE)
Llamado 2ª Reunión.
Muchos no comprenden que la libertad temporal que ofrece el mundo, produce condenación eterna. Si
tienes que partir a la presencia de Dios, por más que te laves las manos y te las desinfectes con jabón y con
alcohol. Ese día, en ese momento tendrás que encontrarte con Él y nada lo podrá impedir. Por eso lo
mejor que puedes hacer antes de partir, es permitir que su hijo Jesucristo con su sangre lave tus pecados y
te puedas presentar limpio delante del Padre celestial. Arrepiéntete de tu pecado, recibe a Jesucristo como
Señor y Salvador de tu vida, recibe su perdón e inicia una relación con Él en oración y lectura de la Biblia.
Aférrate, Sujétate a Dios.
(Oración de Decisión de fe). Señor Jesucristo, hoy vengo ante ti y reconozco que soy pecador, me
arrepiento de todo corazón de mis pecados, reconozco que pagaste por mi maldad en la cruz, hoy abro
mi corazón y te pido por fe, que entres a mi vida y seas mi Señor y salvador, te doy gracias por tu perdón
y tu misericordia. En el nombre de tu hijo Jesucristo he orado Padre creyendo. Amen.

Ministración.

Pastor. Martin E. Caicedo C. ICCCVV – Chía – Colombia 2020

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