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R E I N A RE Y E S

LA ESCUELA RURAL
IUE EL URUGUAY NECESITA
(Trabajo que obtuvo el Primer Premio en el Concurso
de Ped agogía del año 1943)

C L A U D IO G A R C IA & Cía. — E d it o r e s
SARANDI 441 __ MISIONES 1359
MONTEVIDEO

%
P A L A B R A S P R E V IA S

A l publicar este trabajo que obtuvo el primer pre­


mio en el concurso de pedagogía del año 1943, lo ha­
cemos conservando el título bajo el cual fue presen­
tado, ya que el tema de concurso era: ‘'La escuela ru­
ral que el Uruguay necesita". Sin embargo por la so­
lución que se busca para ese problema educativo, ale­
jada del concepto corriente de una escuela primaria con
finalidad adaptada a las necesidades de nuestra cam­
paña, seria más adecuado titularlo “ Un plan educacio­
nal para nuestra población rural” .
Como trabajo de concurso adolece de los defectos
que surgieron de la limitación del tiempo para la pre­
sentación, que impidió una prolija revisión y afina­
miento de los conceptos, tomados a veces en forma
demasiado absoluta, y un mayor ahincamiento en al­
gunos de los problemas que estudia. La amplitud con
que fué tratado hizo que no fueran estudiados como
corresponde muchos de los tópicos relacionados con la
escuela; pero, pensamos que el tema rebasaba en su
contenido al enunciado y preferimos, por lo tanto, com­
prender en él a cuestiones de índole diversa que se re­
lacionan íntimamente con la educación del niño campe­
sino . Tiene, no obstante, la unidad que le presta el
concepto de que, en estos momentos en que se lucha
por dar a las democracias un sólido fundamento, hay
que respetar ante todo y sobre todo, los valores huma­
R E I N A R E Y E S

nos y no supeditarlos a condiciones sociales existentes


que, al perpetuarse, constituyen una fuerte barrera a
los ideales democráticos.
La circunstancia de que los problemas económi­
co-socialesr, sean de difícil y lenta solución, no debe im­
pedir la aplicación inmediata de los principios de jus­
ticia, a la trascendente tarea de la educación del niño.
La democracia debe buscar formas de educación que
le sean propias apartándose de las adoptadas anterior-
• • /

mente por la presión de diversos factores.


Pensamos que el plan educacional que propone­
mos al final del trabajo, podría iniciarse inmediatamen­
te, aun adelantándose a la reforma agraria, con la
creación de instituciones de asistencia social que fun­
cionaran adjuntas a todas las escuelas, instituciones
que estarían dirigidas por el Consejo del N iño. Al
mejorar la situación del niño se rompería una de las
trabas a la acción educativa de la escuela primaria.
La erogación que estos establecimientos implicaran, tal
vez en tiempo cercano sería compensada por una dis­
minución en el presupuesto de gastos del Ministerio
de Salud Pública, ahorrando esfuerzos y gastos que,
por llegar a destiempo, no son capaces de evitar una
enorme pérdida de material humano.
No olvidemos que la democracia podrá realizarse
entre los hombres, en la medida en que el hombre se
realice en la democracia.
R e in a R e y e s .
Junio de 1943.
L A C A R T A D EL A T L A N T IC O

1 — Sus respectivos países no buscan el engrandeci­


miento, ni territorial, ni de ninguna otra índole;
2 — N o desean que se realicen modificaciones territo­
riales que no estén de acuerdo con los deseos que
expresen libremente los pueblos interesados;
3 — Respetan el derecho de todos los pueblos a elegir
el régimen de gobierno bajo el cual han de vivir;
y desean
« • que se restituyan
• los derechos soberanos
y la independencia a los pueblos que han sido des­
pojados de dichos derechos por la fuerza;
4 — Con el debido respeto a sus obligaciones existen­
tes, se esforzarán por que todos los estados, sean
grandes o pequeños, victoriosos o vencidos, dis­
fruten del acceso, en igualdad de condiciones, al
comercio y a las materias primas del mundo que
necesitan para su prosperidad económica;
5 — Desean lograr en el campo de la economía la co­
laboración más estrecha entre todas las naciones
con el objeto de conseguir para todos mejoras en
las normas de trabajo, prosperidad económica y
seguridad social;
6 — Después de la destrucción completa de la tiranía
nazista esperan que se establezca una paz que pro­
R E I N A R E Y E S
porcione a todas las naciones los medios de vivir
seguras dentro de sus propias fronteras y que ase­
gure a todos los hombres en todas las tierras.una
vida libre de temor y de necesidad;
7 — Tal paz permitirá a todos los hombres cruzar li­
bremente todos los mares;
8 — Creen que las naciones del mundo, por razones
tanto realistas como espirituales, tendrán que aban­
donar el uso de la fuerza. Ya que no podrá
mantenerse la paz futura si las naciones que ame­
nazan, o puedan amenazar, o 'cometer una agre­
sión fuera de sus fronteras, continúan utilizando
armamentos terrestres, marítimos o aéreos, creen
que hasta que se establezca un sistema más am­
plio y permanente de seguridad general, es esen­
cial desarmar a dichas naciones.. Asimismo, pres­
tarán ayuda y darán aliento a todas aquellas otras
medidas prácticas que puedan aliviar de la pesada
carga de los armamentos a los pueblos que aman
la paz.

F r a n k l i n D . R oosevelt
WINSTON S . CHURCHILL
Sin duda hay leyes en los fenómenos
sociales (aunque habría que estar mu­
cho tiempo explicando en qué sentido) ;
pero decir que, porque hay leyes socia­
les, no se puede reformar la sociedad,
es como decir que, porque hay leyes de
gravitación, resistencia de materiales,
etc-, no se puede reformar la arquitec­
tura.
C arlos V az F erreira
N U E S T R A P O S IC IO N F R E N T E A L T E M A

El problema de la escuela de nuestros campos,


debatido en tantas ocasiones y estudiado por muchos
de los que han conocido la angustiosa vida de nuestra
población rural, se plantea insistentemente en estos m o­
mentos, encerrando, en su enunciado el imperativo de
una urgente solución.
Tal acontece porque en el panorama actual del
mundo civilizado, se percibe el despertar de una anhe­
lante sed de justicia que pide una reforma social efec­
tiva, capaz de dar a todos los hombres la posibilidad -
de vivir su vida con un índice elevado de felicidad.
P or ello nos ha parecido oportuno iniciar nues­
tro trabajo con los postulados de la C A R T A D E L
A T L A N T I C O , ya que ellos son la m ejor promesa pa­
ra los ideales humanos y marcan nuevos rumbos para
la evolución de la Humanidad.
t

El amplio triunfo de los pueblos que defienden


la democracia, ha necesitado y necesita aún para ser
acabada realidad, una enorme fuerza empleada para
la destrucción; pero esta segura victoria, lograda por
energía materializada en armamentos, en tanques y en
aviones, será para el hombre civilizado una triste vic­
toria si no es seguida por una era constructiva, donde
R E I N A R E Y E S
el espíritu humano, analizando a la plena luz de la ra­
zón el determinismo histórico de los acontecimientos,
logre disipar las sombras de esta horrible pesadilla, pa­
ra dar realidad al más hermoso de los sueños: la jus­
ticia social.
Terminada la guerra el hombre ha de cambiar la
orientación de su esfuerzo; ya no podrá ser la máqui­
na destructora el fruto de su acción, sino que, aplicán­
dose a sí mismo, deberá resolver el esencial problema
del hombre para forjar, ante todo y sobre todo, el
hombre humano.
E 11 esta acción reivindicadora es donde podemos
prestar, los que hemos quedado al margen de la muer­
te sin otra razón que la del lugar geográfico de nues­
tro nacimiento, un tributo de doloroso esfuerzo crea­
dor en holocausto a los miles de vidas tronchadas, de­
mostrando así que ningún sacrificio es perdido cuando
está inspirado en el altísimo concepto de la dignidad
humana.
Europa, desolada, devastada, aniquilada, desnu­
trida, 110 puede iniciar ese esfuerzo salvador. América,
por su posición geográfica, ha presenciado con los
ojos abiertos de adolescente asombrado, el drama de
un continente c|iie por su edad parecía haber llegado
a la madurez y que en realidad estaba caduco en su
moral, saturada de egoísmos; América, no ha des­
gastado sus fuerzas y ha templado su energía para de­
fenderse ; a ella le corresponde buscar nuevos cauces
para una organización social más justa. Ella será el

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LA ESCUELA RURAL QUE EL URUGUAY NECESITA

puente tendido entre las formas del pasado y las pers­


pectivas del porvenir.
Para lograr esa finalidad son múltiples los pro­
blemas que debe resolver, todos vinculados entre sí
por recia raigambre. Entre ellos se destaca con carac­
teres propios, el relacionado con la educación del pue­
blo. P or educación se llegará a un “ nuevo orden” no
en base a la dictadura sino a la verdadera democracia,,
vitalizada por un soplo de humanismo integral hecho
de libertad, de comprensión y de justicia.
En nuestro concepto, la escuela tiene la misión de
coadyuvar en la construcción de ese nuevo orden social,
orientando y preparando a las masas populares. Para
ello hemos de hacer realidad una escuela nueva, fer­
mento activo de una sociedad m ejor, que alcance la ge­
neralización necesaria para que pueda dar los espera­
dos frutos de redención social e individual.
Estas ideas, ligeramente esbozadas, son las que
hacen imposible, a nuestro juicio, encarar el tema pro­
puesto en forma independiente de todos los factores
que influyen para la realización de este programa, por­
que el hacerlo sería colocar al Uruguay al margen del
momento actual de la humanidad.
El tema L A E S C U E L A R U R A L Q U E E L
U R U G U A Y N E C E S IT A , implica ya en su enuncia­
do una visión del futuro y no podemos pensar en el
futuro de nuestro país, ni aún en el más próxim o ma­
ñana, con el criterio estático de una lenta evolución
com o la que el Uruguay ha realizado hasta nuestros
días.

— 13 —
R E I N A R E Y E S

Todas las repúblicas americanas están abocadas a


un proceso rápido de evolución, agilitado por mil nue­
vas circunstancias, y no se puede hablar de la escuela
que el Uruguay necesita suponiéndolo alejado de ese
proceso, porque nuestro trabajo perdería muy pronto
toda actualidad e interés. Más aún, como la escuela es
uno de los instrumentos del progreso, hemos de estu­
diarla en relación a los otros medios de acción que
deben complementarse para el logro de tan elevadas fi­
nalidades. .
En ningún momento dejamos de' reconocer las di­
ficultades económicas que existen para solucionar am­
pliamente el problema de la educación; pero creemos
que por la forma en que el tema ha sido propuesto,
no admite ser tratado de acuerdo a las restricciones
económicas existentes.
Frente al enunciado del tema, surgen estas inte­
rrogantes :
l" — ¿Cómo podemos hablar de la escuela rural
que el Uruguay necesita, cuando estamos lejos de te­
ner una escuela urbana que responda a las necesidades
de la hora ?
2" — ¿La escuela, según las características del am­
biente en que funcione, tiene tan distintas finalidades
para la educación, que deba ser por ellas clasificada?
.V-’ ... ¿La clasificación de escuela rural, tan acep­
tada por el hábito corresponde, en nuestro país, a una
realidad escolar intrínseca?
4" —- ¿Hasta un plan educacional para reformar
la vida campesina?

14 —
LA ESCUELA RURAL QUE EL URUGUAY NECESITA

59 ¿Qué alcance tiene el problema de la edu­


cación en el medio rural?
• “

ó 9 — Acordes en la forma de escuela que el U ru­


guay necesita, ¿puede ser realidad en nuestra cam­
paña ?
79 — ¿C óm o completará su educación el niño cam­
pesino que ha cursado el ciclo de enseñanza en la es­
cuela primaria?
Estas interrogantes y otras que nos han sugeri­
do el tema propuesto, serán desarrolladas en capítulos
siguientes del trabajo. Com o adelanto de nuestra posi­
ción ideológica establecemos ya, algunas de las conclu­
siones a que más explícitamente llegarem os:

# La escuela que el Uruguay necesita por sus


finalidades educativas, debe ser la misma cualquiera sea
el lugar en que ella funcione.
9 La diferencia entre escuelas rurales y escue­
las urbanas responde a circunstancias exógenas a la es­
cuela y no a su orientación educativa.
O La reforma de la sociedad rural, no puede
realizarse por la sola obra de la educación, debiendo
cooperar con ella una nueva organización social y eco­
nómica de nuestra campaña.
# El plan de educación rural debe referirse al
niño y al adulto, y es de vital importancia para la
evolución de nuestro país la creación de Centros de
Educación y Asistencia Social, que completen y am­
plifiquen la acción de la escuela primaria.
# La escuela consolidada, funcionando en un
Centro de Educación y Asistencia Social es la escuela
rural que el Uruguay necesita.
# Las pequeñas escuelas que por necesida
locales no puedan consolidarse, tendrán más de un
maestro y estarán vinculadas al Centro de Educación
* *

y Asistencia Social más próximo a objeto de seguir


orientaciones en su labor, recibiendo los beneficios de
¿ste en forma de conferencias, viajes, exposiciones, etc.
que realizadas periódicamente, completen la acción de
la escuela en el adolescente, la mujer y el adulto.
Sólo a condición de implantar la ver­
dadera democracia universal podemos
asegurar la supervivencia de la especie.

H . G. W eu ,s

Las instituciones de educación tienen


que unirse más fielmente al proceso psi­
cológico real en el que se forma el
espíritu (humano, teniendo cada vez más
en cuenta la multiplicidad de los actos
culturales, aptitudes e individualidades.

E duard S pranger '


Existen ya hoy en la base de nuestra
civilización, un cierto número de prin­
cipios que implícita y explícitamente son
comunes a tod os; principios que muy
pocos se atreven a negar abiertamente y
de frente, respecto a la razón, a la cien­
cia, a las ideas y a los sentimientos
que están en la base de la moral demo­
crática.

E. D u r k h k im
.
r*<
»•

*
-
LA ESCUELA QUE EL URUGUAY NECESITA

Podemos afirmar que la humanidad, en toda su


pasada existencia no había enfocado con la universa­
lidad actual los graves problemas que hoy se ve pre­
cisada a resolver. Estos problemas son muy comple­
jos porque su planteamiento ha sido^tan largo com o
su historia y no podemos pretender, por lo mismo, que
ellos tengan una rápida y fácil solución. Esta se hace
aún más difícil por el hecho de que las fuerzas ruti­
narias individuales y sociales frenan de tal manera
al hombre, que destruir esa rutina, aun cuando ella
sea incómoda, exige un esfuerzo que la mayor parte
de los individuos no están capacitados para hacer.
Hasta el presente, en lo económ ico nuestra socie­
dad fue, en el decir de W aldo Frank, cual corteza que
dando un aspecto estable al conjunto, escondía en su
seno un verdadero caos. H oy la corteza se ha despe­
dazado y el caos interior se derramó. Estamos obli­
gados a construir una nueva estructuración social, que
consolide una paz duradera, necesaria para la supervi­
vencia del género humano y ha de comenzarse para
lograrla, por armonizar las fuerzas vitales existentes
en el hombre.
Para realizar esta nueva estructuración social hay
que resolver problemas de orden individual y de orden
R E I N A R E Y E S
colectivo y problemas de orden cultural y de orden eco­
nómico, tan íntimamente interpenetrados que su simple
clasificación resulta artificial en la realidad.
Toda sociedad es la suma de sus componentes con
algo más, que no es precisamente definible por las con­
diciones intrínsecas de los individuos, sino por la ar­
monía que, al realizar esa suma, se pueda lograr. Por
estas razones el progreso de la sociedad, tendrá que
producirse 110 sólo por la superación en línea vertical
de sus componentes, sino por la armonía que con ese
desarrollo se consiga.
Hay que lograr un equilibrio entre el individuo
y la colectividad, permitiendo a éste escapar de las in­
fluencias exteriores por un sentido crítico que lo de­
fienda de ser agente de ideas ajenas, pero en la se­
guridad de que se sentirá unido a sus semejantes por
pensamiento, sentimiento y voluntad.
La conducta verdaderamente social debe ser reali­
zada libremente, 110 por temor ni por coacción, sino
por conciencia y en el convencimiento de que, for­
mando parte de una sociedad democráticamente orga­
nizada, se está capacitado para alcanzar los más altos
valores individuales.
En estos últimos años, dos palabras abstractas han
conseguido dentro de su género, el “ record” de utili­
zación en el lenguaje de los hombres civilizados, y
ellas son Libertad y Democracia. Estas dos palabras
bras están tan estrechamente unidas, ideológicamen­
te que al pronunciar una de ellas ya evocamos la
otra, porque 1111 fundamento de la democracia es la

—20 —
LA ESCUELA RURAL QUE EL URUGUAY NECESITA

libertad de los individuos y la libertad de todos los


individuos sólo puede ser realizada en una democracia.
Com o la libertad de un pueblo depende de la as­
cención armónica de la totalidad de los hombres que
lo componen, aún no se ha logrado una democracia
perfecta y en cambio son perfectas dentro de su gé­
nero las dictaduras y tiranías que ha soportado la hu-
• f

inanidad. Quienes cultivaron la política del atropello,


cultivaron antes en los otros por el miedo, la ignoran­
cia y la fuerza velados por falsos sentimentalismos, el
hábito de la docilidad servil, y ese cultivo pudo rea­
lizarse en breve tiempo.
En cambio la democracia, com o dice W ells “ es un
formidable proyecto de un nuevo orden que todavía
no hemos podido alcanzar y cuyo instrumento de la­
bor es la educación del pueblo. Tiene que aplicarse y
vencer innumerables resistencias dentro del espíritu hu­
mano que, teniendo-por naturaleza un poder de iner­
cia, confunde fácilmente felicidad con comodidad y re­
pite por líneas de menor resistencia las fórmulas de
* • » » •

vida dadas por sus antepasados, que no son adapta-


# • «

bles a las condiciones del mundo moderno” .


El contenido subjetivo de la cultura fundamenta
la democracia, porque el conocimiento, supremo valor
que da superioridad al hombre, lo libera, ya que todo
lo que le es desconocido lo esclaviza. También el co­
nocimiento aplicado a la naturaleza humana da nuevas
orientaciones a la educación.
Este conocimiento científico del hombre, tal com o
» i l < I

aparece hoy en la biología y en la psicología moder-

— 21 —
ñas, da bases científicas a los procedimientos, los mé­
todos y los fines educacionales.
Dilthey nos afirma que un fin para la educación
no hay que buscarlo en la filosofía ni en la ética, sino
en la estructura de la vida anímica misma, que tiene
un carácter teleológico que impulsa a la conservación
y a la perfección del individuo y de la especie.
En el futuro será posible dar a la educación orien­
taciones de validez universal, que hasta el presente no
han sido aceptadas, porque ellas estarán basadas en el
ritmo natural del desarrollo humano.
Dice Spranger: “ Acucia a la juventud de hoy,
tanto a la estudiosa como a la de las clases populares,
un hambre de comprensión de lo humano. Y es bas­
tante comprensible porque nuestra propia cultura ha
de parecer un laberinto a los que en ella van creciendo.
El hilo de Ariadna que guía al través de ella se llama
ciencia del espíritu o psicología’’ .
Un profundo conocimiento psicológico del hom­
bre dará unidad al proceso educativo haciendo que la
educación sea, no sólo la trasmisión de la cultura ma­
terial y espiritual de cada pueblo, sino la labor de in­
tegración del niño a la sociedad humana, lo que exi­
ge a medida que la vida social avanza, condiciones
especiales para realizarse.
También la psicología nos informa sobre la con­
dición de la libertad, principio fundamental de la vida
democrática.
Clemcnecau definía la libertad como la capacidad
para autodisciplinarse y es aguda esta definición por-
LA ESCUELA RURAL QUE EL URUGUAY NECESITA

que la conducta libre tiene dos aspectos: uno es la ex­


presión voluntaria y consciente de nuestras energías
en todas las manifestaciones de la actividad humana
y él otro es el freno impuesto a esa actividad por con­
ciencia de igual derecho a acción en nuestros seme­
jantes. La conducta de libertad, base de la sociedad
ideal hacia la cual queremos encaminarnos exige del
individuo, expresado en términos psicológicos, estar
lo Bastante excitado para defender sus derechos y al
mismo tiempo lo bastante inhibido para no usurpar los
derechos de los otros. Este poder de reglamentarse o
sea la autodisciplina de que nos hablaba Clemenceau,
fundamento de las conductas superiores, sólo puede ser
adquirido en los primeros años de vida, mediante la
educación. Ésta debe realizar dos procesos fundamen­
tales para lograr el perfecto engranaje entre la unidad
personal y la humanidad, permitiendo la superación de
ambas. Esos dos procesos deben desarrollarse paralela­
mente y enriquecerse paralelamente también. El pri­
mero, teniendo por base el egoísm o biológico desen­
vuelve al hombre asegurándole la liberación del me­
dio que le rodea. El segundo, teniendo com o germen
la simpatía vital existente en todo ser humano, lo cul­
tiva com o unidad consciente de la comunidad, indu-
• ciéndole a acciones que respeten y garanticen el dere­
cho de los demás. Esos son dos procesos educativos,
considerados com o fuerzas que tienen Su origen en el
individUio, podrían denominarse fuerza centrífuga y
fuerza centrípeta de la educación. De la armonía lo-
R E I N A R E Y E S

grada por esas dos fuerzas, surgirá la superación del


hombre y de la sociedad.
Hasta el presente la humanidad se ha desenvuelto
existiendo desarmonía entre los intereses personales y
los intereses de grupos más o menos numerosos; la
educación para la conducta libre, en su doble aspecto,
estructurará una sociedad solidaria, más justa y más
feliz. I m

Relacionada con nuestro tema surge esta pregun­


ta : ¿Puede la escuela aportar su acción para que la
conducta de los hombres esté bajo la égida de la li­
bertad? La respuesta es categórica. No sólo lo pue­
de, sino que ella debe crearla bajo el peligro que,
de 110 hacerlo, posiblemente todo esfuerzo posterior a
su acción 110 lo pueda lograr. Sustentando esta aseve­
ración encontramos coincidencia de opiniones en todas
las nuevas escuelas de psicología. Lo afirman también
la pedagogía y la sociología, por la experiencia his­
tórica de la humanidad.
E 11 el momento actual, podemos observar que el
antagonismo de las dos tendencias que desencadenó
la guerra adquirió fuerza, en un proceso preparatorio
que aseguró la diferenciación de esas dos posiciones
diametral mente opuestas y que fué cumplido por edu­
cación. Resulta altamente significativo el hecho de que
la sociedad Montessori, cuyo fundamento era el respe­
to a la personalidad de cada escolar, haya sido disuel­
ta en Alemania primero, y luego en Italia, su país
natal.
Cuando el reflejo innato de libertad de un niño

—24
LA ESCUELA RURAL QUE EL URUGUAY NECESITA

es coartado desde los primeros años por sanciones dis­


ciplinarias que le imponen una conducta de sumisión,
éste muy difícilmente podrá liberarse en el transcurso
de su vida para orientar su acción de acuerdo a su
criterio. Será el hombre sometido, amorfo, fácilmente
utilizado para fines reñidos con el concepto de dig­
nidad humana. En cambio, el niño educado con liber-
• l

tad y para la conducta libre, será el hombre capaz de


defender siempre los derechos que enaltezcan su con­
dición de tal. '
Corresponde mencionar aquí el estudio sobre la
Psicopedagogía de la Sociabilidad del D octor Mira y
López, en el qué ha formulado un decálogo de normas
educativas para la conducta social y que según su ex­
presión es la aplicación de los derechos del hombre,
proclamados hace ya siglos, al campo de la técnica pe­
dagógica social.
P or todo esto creemos fundamental antes de abor­
dar el tema de este trabajo, formular la pregunta.
¿Cuál es la escuela que el Uruguay necesita para po­
der realizar ampliamente su porvenir democrático? Y
aquí cabría un profundo estudio para delinear el per­
fil de una escuela basada en las conquistas más sólidas
de la ciencia pedagógica, siempre acorde con el mara­
villoso progreso de la psicología y la biología, una es­
cuela que cimente la formación de hombres evolucio­
nados y conscientes capaces de una vida social armóni­
ca. Precisamos una escuela primaria activa, racionalis­
ta, animada de un incesante afán de investigación, que
despoje al individuo de egoísmos perjudiciales, que in-

— 25 —
R E I N A R E Y E S

culque la cooperación y no la competencia, una escuela


que, libre de fanatismos religiosos, capacite al niño pa­
ra proceder libremente, que lo integre a la vida social
sin ocasionarle traumatismos psíquicos y cuya exten­
sión sea suficiente para dar igualdad de oportunidades
a todos los niños, acelerando la evolución histórica de
nuestro pueblo por la cultura creada y desenvuelta por
el pensamiento libre.
Una escuela orientadora de nuevas generaciones,
firmes en el sentimiento de libertad y solidaridad hu­
manas, sanas de cuerpo y espíritu y fecundas en el tra­
bajo es la escuela que el Uruguay necesita, porque es
la que necesita América y la Humanidad.
Sobre la trama de su acción educativa que 110
admite diferencias supeditadas a estrechos nacionalis­
mos, ni a las modalidades de vida de las distintas regio­
nes de un país, ambos criterios contrarios al espíritu
auténtico de las democracias, delinearemos sus mo­
dos de acción y las proyecciones sociales que hemos
de darle, cuando realice su función en el medio rural.
Siendo grandes las diferencias entre
los grupos rurales entre sí y entre és­
tos y los grupos urbanos, una escuela
rural (prim aria) de tipo especial, sólo
contribuiría a acentuarlas, transformán­
dose en un sistema cerrado o “en una
escuela de castas’’ fomentando la sepa­
ración entre los habitantes del campo
y la ciudad, en vez de trabajar para
dar a todos — y esa es la función pri­
mordial de la enseñanza primaria — una
educación de base común para las di­
vergencias técnicas, indiferenciada por
«lo tanto e indispensable a la unidad y a
la cohesión.
F ernando de A zevedo

Hay un grado en el que se ofrece la


posesión común de la cultura al pueblo
en forma elemental y para todos igual:
el grado de la formación básica.

E duard S pranger
ESCUELAS RU RALES Y ESCUELAS URBANAS

Si aceptamos en la actualidad una finalidad para la


educación de validez general basada en la psicología,
la biología y la sociología, no podemos admitir escue­
las primarias diferenciadas por su función, dentro de
un país democrático.
La clasificación de escuelas rurales y escuelas ur­
banas es solamente aceptable com o clasificación del me­
dio en que la escuela actúa, no siendo diversos en am­
bas, los fines educacionales que las orientan.
Para evitar el tan difundido error que la clasifi­
cación supone y admitiendo que ella sea conveniente
por las circunstancias que más adelante estudiaremos,
sería preferible enunciarla en forma tal, que el adje­
tivo rural modifique, no al nombre escuela, sino al me­
dio en que desarrolla su labor. Una correcta expresión
podría ser “ Escuela de Comunidad Rural” aunque nos
inclinamos a admitir la conveniencia de denominarla
simplemente Escuela Primaria.
Aún de acuerdo al medio, la clasificación de es­
cuelas en nuestro país no corresp on d e^ la realidad,
porque hay muchas clasificadas como urbanas por es- .
lar situadas en estaciones de ferrocarril o en pequeños
Pueblitos, y cuyos ambientes tienen iguales caracterís-
R E I N A R E *Y E S

ticas que los de las escuelas clasificadas como rurales.


La actual distinción entre escuelas rurales y urbanas
se pone en evidencia ante todo, por los programas que
unas y otras tienen para su labor. Comparándolas, la
primera desigualdad que surge es la referente a la du­
ración del ciclo de enseñanza, limitado para las es­
cuelas rurales a tres años de estudio. La diferencia
de los programas escolares, ya existente en el año
1897, fué aumentada por la reforma de ellos, hecha en
el año 1917, es decir hace 26 años. En estos nuevos
programas se hizo una reducción de los conocimien­
tos teóricos a impartirse y se dió importancia a las
prácticas relacionadas con los diversos trabajos del
campo. La comisión encargada de la reforma decía,
en su informe, que era necesaria la reducción de los
programas en su faz teórica ‘‘a su más simple expre­
sión es decir, a aquello que es absolutamente indis­
pensable para el acertado y legitimo aprovechamiento
de la vida” . Este criterio, como puede comprenderse,
es de enorme elasticidad y basta cambiar de concep­
to sobre lo que puede admitirse como acertado y le- '
gítimo aprovechamiento de la vida, para que esos pro­
gramas sean reducidos a una expresión aún más
simple.
La razón aducida para la reducción propuesta,
fué la de supeditar los beneficios de una instrucción
teórica a Ventajas inmediatas para la vida práctica,
pero hoy, frente a las verdades proclamadas por De-
wey y corrientemente admitidas, no podemos aceptar
esa oposición entre teoría y práctica ya que la concep-

— 30 —
LA ESCUELA RURAL QUE EL URUGUAY NECESITA

ción herbartiana de la “ educación por la instrucción”


la reemplazamos por la “ educación por la acción” .
La reforma de los programas del año 1917, en
lo referente a la faz práctica de los mismos, tiene ven­
tajas indiscutibles y planea lo que hoy consideramos
com o necesidad, no sólo para las escuelas llamadas
rurales sino para todas las escuelas del país. Sin em­
bargo esa parte práctica, tan importante, no pudo rea­
lizarse en forma eficiente por causas que podemos
expresar. Aun cuando los programas teóricos se re­
dujeron (más en su enunciado que en su contenido)
el tiempo para cumplirlos resulta prácticamente ínfi­
m o. L o es tanto más, cuanto que la inasistencia fre­
cuente de los escolares y en muchos casos la pobreza
fisiológica de ellos, hace imposible responder a las exi­
gencias de la inspección que fiscaliza su cumplimien­
to. Esta necesidad' de cumplir el programa teórico,
deslindado de la práctica, tal com o generalmente se
hace y com o también, en general, se exige, obliga al
maestro a dedicar todas las horas de clase, ya de por
sí reducidas, al cumplimiento de un solo aspecto del
programa. Por otra parte, la práctica, tan justiciera­
mente valorada en el concepto de quienes redactaron
los programas, tuvo com o inconveniente para reali­
zarse, la falta de medios económicos para dotar a las
escuelas de un predio de campo necesario para expe-
riencia agraria, de los instrumentos para los cultivos,
de los peones para realizarlos, del taller para la ela­
boración de productos, de la cocina para las clases de
economía doméstica, e tc., etc.
R E I N A R E Y E S
-■ ■ ................. ■— — ■■■■ ■
■ ................................. ....................... ..................................................... ........................................................, — ---------------------- ------------- -------------— — r -

Las circunstancias anotadas, sólo vencidas poi


maestros de excepcionales condiciones en medios fa­
vorables, han alejado la escuela rural de la finalidad
práctica que los programas quisieron asignarle y en
la actualidad, la diferencia intrínseca entre una escue­
la rural y una urbana, radica en la duración del ciclo
de enseñanza y en la limitación de los conocimientos
a impartirse.
Configurada la transformación de nuestra escue­
la hacia una escuela que, a la vez de permitir la libre
actividad en el niño haga conexas la educación, la
enseñanza experimental y la enseñanza práctica con
fines 110 productivos ni de especialización sino educa­
tivos, las escuelas primarias de las ciudades y de los
campos tendrán iguales programas y su ciclo deberá
cumplirse por lo menos en cinco años.
La duración obligatoria de la enseñanza es índi­
ce de avance cultural de un país. No puede fijarse
con criterio único y la limitación de cinco años que
proponemos es de acuerdo a las posibilidades actuales.
Los programas escolares cuyo estudio tiene que
ser hecho con detención, armonizarán teoría y prác­
tica de los conocimientos a impartirse, vinculando el
niño a la Naturaleza y al medio social y evitarán de
todos modos que la escuela primaria tenga un carác­
ter de especialización que transformaría a la escuela
rural en 1111 “ sistema cerrado, una escuela de castas”
contraria a nuestros principios democráticos. Y por
sobre los programas, elemento estático, estará siem­
pre el espíritu del maestro que, con la visión del horn-

— 32 —
%

F p
LA ES CU EL A RURAL Q U E EL URUGUAY N E C E S IT A

bre integral, los adaptará a las circunstancias del alum­


no, de la comunidad y del momento, haciendo de la
actividad escolar un proceso vital.
En uno de los últimos capítulos demostraremos
com o la educación del niño no puede depender del lu­
gar de su nacimiento, ni de las ocupaciones de sus
padres, porque esto reduce todo el valor general de
lo hum ano.
La existencia de una sociedad está basada en cier­
ta unidad en la diversidad de sus m iem bros; si quere­
mos robustecer la sociedad humana, tenemos que cul­
tivar en el niño su condición genérica de hombre por
encima de toda especialización, com o condición indis­
pensable para la vida colectiva racional.
La escuela primaria debe constituir el grado de
formación básica de que habla Spranger.

3 —
Las sociedades son terriblemente ru­
tinarias; la masa siempre, y la más de
las veces la élite, se niegan a aceptar
cualquier innovación.

M . M auss

En las escuelas no existe función


compensatoria del espíritu público. Son
estas instituciones, esencialmente conser­
vadoras, cuya misión consiste en adap­
tar al individuo al orden corriente den­
tro del cual se encuentra, preparándolo
para ese estado de vida.

H. G . W exls

La reflexión es, por excelencia, la


fuerza antagonista a la rutina, y la ru­
tina es el obstáculo para los procesos
necesarios.

E. D u r k h e im
N U E S T R O M E D IO R U R A L

La escuela debe enseñar al niño a v iv ir y a con-


iñ vir. Esta doble finalidad se cumple en función de
valores variables, que deben ser analizados para de­
ducir de su estudio los medios a emplear para lograr
el m áxim o rendimiento educativo.
Esos valores variables, muy relacionados entre
sí, son el medio económ ico social en que la escuela
realiza su labor y las condiciones psicofisiológicas del
sujeto enseñado. Para apreciar en todo su valor esas
variantes, tal com o se dan en nuestro país, debería­
mos analizar las diferencias geográficas de sus diver­
sas regiones, sus medios propios de vida, las condi­
ciones económicas y culturales de sus pobladores, su
realidad social, las posibilidades de progreso que ella
pueda ofrecer, etc. Aun cuando este estudio cabría en
nuestro trabajo, porque todo programa de acción pa­
ra el futuro debe estar basado en la realidad presen­
te, no lo haremos por reconocer gran autoridad a quie­
nes lo han hecho en la faz económico-social o en la
relacionada con el niño de nuestros campos. R ecor­
damos aquí los magníficos estudios de Julio Martí­
nez Lamas, de Vicente Algorta, de Gustavo' Gallinal,
de Roberto Abadie Soriano, de Daniel García Ace-
R E I N A R E Y E S
cedo, de Julio Castro, de Agustín Ferreiro y de otros
más, que nos han hecho conocer la situación de mi­
seria de muchos lugares de nuestra campaña, donde
las viviendas son rústicos ranchos o piezas de latas,
donde la alimentación es escasa y poco conveniente,
donde las reglas higiénicas más elementales son des­
conocidas, donde la tuberculosis y la sífilis hacen ho­
rrendos estragos en el material humano, donde el hom­
bre derrotado y vencido deja pasar la vida sin esfuer­
zo para mejorarla, porque el vivirla constituye ya un
sacrificio agobiante.
Todos los que nos hemos acercado a esa reali­
dad, sabemos de la cantidad de menores dados al de­
lito, aclimatados a una existencia dura y cruda que
los torna ausentes de bondad y alegría, no conocien­
do el calor de un hogar feliz porque hasta la madre
los abandona, cuando surge para ella la posibilidad
de una existencia mejor.
¿Por qué extendernos en bosquejar éstas y to­
das las miserias de nuestra campaña, cuando ellas han
sido pintadas con indiscutible maestría en innumera­
bles relatos, en novelas, en narraciones y en obras
de teatro?
Cabría en cambio aquí, de acuerdo a la índole
pedagógica de este trabajo, hacer el estudio científico
del niño de nuestros campos para establecer sus con­
diciones psíquico-fisiológicas, pero las investigaciones
y las estadísticas a ese respecto son deficientes. No
sabemos de manera precisa cuáles son las enferme-

38
LA ESCUELA RURAL QUE EL URUGUAY NECESITA

dades que los atacan con más frecuencia en las diver­


sas etapas de su crecimiento, cuál es su desarrollo
normal, cuáles son sus condiciones de inteligencia y
rendim iento.
Para fundar en la realidad nuestro trabajo, en­
viamos un cuestionario a maestras de distintas regio­
nes del país con las siguientes preguntas:
l 9— ¿Cuál es la mayor dificultad con que ha lu­
chado o lucha para realizar su tarea?
2°— ¿Q ué condiciones físicas y mentales tienen los
alumnos que concurren a la escuela?
39— ¿ Existe alguna colaboración de parte de los .
familiares de los alumnos?
49— ¿Q ué condiciones reúne su local escolar?
59— ¿Puede V d . cumplir el program a? ¿Qué m o­
dificaciones le haría?
%

Las contestaciones recibidas a estas preguntas,


que estimamos en todo su valor, agradeciendo la co­
laboración que esas maestras han prestado a nuestro
trabajo, permiten afirmar que las condiciones físicas de
los escolares rurales son malas debido a la desnutri­
ción. Esto haría suponer que la encuesta realizada por
el D r. Bauzá hace años, sobre 5000 niños campesinos
y que arrojó un 25 °/o de desnutridos, arrojaría en la
actualidad un porcentaje m ayor.
En cuanto a las condiciones mentales, según datos
deducidos de la experiencia de esas maestras, podría­
mos afirmar que el niño de nuestros campos, cuando
está bien alimentado y no padece taras hereditarias,

— 39 —
R E I N A R E Y E S

tiene un rendimiento intelectual que no difiere en mu­


cho con el del niño de la ciudad. Esto resulta admi­
rable si meditamos en la pobreza de la educación que
el medio le ofrece y en la deficiencia del lenguaje —
instrumento de desarrollo intelectual — que caracte­
riza a los habitantes de nuestra campaña.'
En el medio rural, cuyos valores sociales son de­
ficientes, como lo evidencian todos los estudios más
arriba mencionados y los datos recogidos en nuestra
encuesta, hemos colocado la escuela esperando que ella
sola realice un imposible: lograr el 'mejoramiento hu­
mano exigiendo a quienes viven por penoso esfuerzo,
un esfuerzo más, de orden intelectual, sin modificar ni
disminuir las deficiencias de esa ruda existencia diaria.
Allí en ese medio, donde hasta el maestro que va
con energías y nobles propósitos se ve día a día absor­
bido por penosas circunstancias de vida, donde se sien­
te impotente y falto de estímulo para realizar su mi­
sión, se pretende por intermedio del niño que cursa
tres años de estudio, mejorar el nivel cultural de nues­
tra campaña. •
Este es el absurdo que hasta la fecha hemos plan­
teado, derrochando la energía de miles de maestros
que parten para nuestros campos, sacrificando muchas
veces aspiraciones a su propia felicidad, para ver anu­
lada su acción por 1111 medio en que el hombre vegeta,
alejado de todo avance civilizador. v
Los más sagrados postulados de los derechos del
niño establecen que, por el solo hecho de su existencia,

—40 —
LA ESCUELA RURAL QUE EL URUGUAY NECESITA

la sociedad debe ofrecerle las condiciones de vida nece­


sarias para que pueda cumplir su evolución; y en nues-
tra campaña sólo le ofrecemos tres años de estudios,
en una escuela que, en la imposibilidad de cumplir su
misión con niños desnutridos y mal vestidos, ha tenido
por necesidad que establecer el comedor escolar y re­
currir al reparto de ropas, para asegurar1por lo menos,
la asistencia diaria de sus alumnos a las clases.
La escuela rural que el Uruguay necesita, tal cual
está planteada la situación de nuestra campaña, si por
tal necesidad significamos capacidad para transformar
por educación el ambiente social, no podrá ser deno­
minada escuela porque esa palabra no sería la adecua­
da para designar el com plejo organismo, capaz de rea­
lizar la enorme transformación que nuestra campaña
0
reclama.
La situación actual de los pobladores de nuestro
agro, responde a muchísimos factores en los que pre­
valecen los de orden económico y solamente el cambio
de ellos dará fundamento sólido a la función educado- |

ra. Donde el sistema educativo queda supeditado a las


condiciones de vida de la comunidad, salir de este acón
dicionamiento presenta dificultades muy difíciles de
Vencer.
La educación es provechosa donde existen condi­
ciones sociales buenas y valores individuales acepta­
bles, pero a su vez esas condiciones deben ser perpetua­
das por educación. P or ello, donde el medio es defi­
ciente, la labor de la escuela primaria es de poca efica-

— 41 —
cia estableciéndose así un círculo vicioso. Debemos
transformar ese círculo yicioso en helicoide, cuyo movi­
miento ascendente, logrado por mejoramiento económi­
co y por educación realizada a la par sobre el niño
y el adulto, supere a ambos, llevando a nuestro pue­
blo a una nueva y promisoria etapa de su evolución.
Cualquier proposición para el futuro,
aunque utilice toda la experiencia reco­
gida en el pasado, no debe estar res'rin-
gida por consideraciones de intereses
particulares surgidas de tal experiencia.
En este momento en que la guerra está
aboliendo diferencias de todas clases, es
oportuno utilizar ese conocimiento sin
limitaciones. Un momento revoluciona­
rio en la historia del mundo, es urt
momento para revoluciones, no para re­
miendos.

W . B dveridgi?

El progreso ha sido hasta ahora un


producto secundario de la evolución, ra­
ro e incierto. El hombre tiene la posi­
bilidad de hacer de él, el rasgo princi­
pal de su propia evolución y de guiar
su curso con relación a un fin preme­
ditado.

J. Hvxiky
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E V O L U C IO N E C O N O M IC A Q U E E L U R U G U A Y
Dm E B E R E A L I Z A R

El proceso evolutivo de una nación, es en sí un


fluir de energías manifestadas en múltiples concrecio­
nes materiales, y el estudio de la más próxima etapa
a cumplirse no puede hacerse con prescindencia de su
anterior evolución y de su conveniente proyección ha­
cia el fu tu ro. . -
A sí com o para la ingeniería civil no sería posible
proyectar la desviación de un curso de agua, aceleran­
do su desplazamiento para aprovechar su energía, sin
conocer su caudal, sus fuentes de origen y su curso pos­
terior, no es posible tampoco trazar un plan educacio­
nal, encargado de acelerar la evolución social de un
país hacia nuevas formas de justicia, sin conocer la
realidad evolutiva de esa sociedad y sus necesidades y
posibilidades para el porvenir. Esto explica la impor­
tancia de incluir en un tema de índole educacional al­
gunas consideraciones sobre la evolución económica del
U ruguay. „
El proceso que cumplió nuestro país en sus años
de vida independiente, ha sido realizado con ritmo ace­
lerado en lo que dice relación con las formas de le­
R E I N A R E Y E S

gislación social y constitucional, con sus altas mani­


festaciones culturales, intelectuales y artísticas, con el
aumento de su población, de sus profesionales, etc.
Pero si estudiamos el proceso de su economía, basado
en su producción, podemos comprobar que no guarda
paralelismo con el desarrollo anteriormente mencio­
nado. Esta falta de concordancia entre uno y otro pro­
ceso radica en que el primero acusa su razón geo­
gráfica de ser en la capital y el segundo en la vida de
campaña, y habiendo la primera realizado un amplio
desarrollo sin tener en su seno una actividad industrial
que justifique la concentración de sus habitantes, la se­
gunda, que es la productora de su riqueza, ha perma­
necido en cambio en estado casi estacionario. Este he­
cho configura una situación tan grave, que de prolon­
garse, llevaría al Uruguay a perder su capacidad pa­
ra cumplir su evolución como pueblo independiente.
Este peligro no se ha sentido aún en forma ame­
nazadora porque la ganadería, fuente de su riqueza,
lo ha salvado de hondas crisis económicas por la ele­
vada cotización alcanzada por sus productos en el ex­
tranjero, sobre todo como consecuencia de las dos úl­
timas guerras mundiales.
Resulta de mucho interés mencionar aquí los da­
tos publicados y comentados por el Ingeniero Agróno­
mo Francisco Gómez I laedo, que ponen en evidencia
interesantes aspectos de la repartición de la riqueza ga­
nadera y como ella, con los actuales métodos de ex­
plotación, 110 será capaz en lo sucesivo de mantener la
economía nacional. Prácticamente, nos dice, puede cal-

— 46 —
LA ESCUELA RURAL QUE EL URUGUAY NECESITA

cularse que de cada 100 personas existe un ganadero.


Las 99 restantes buscan sus entradas en la exporta­
ción de las carnes y de las lanas y compran además
111 *4 kilos de carne por persona al año y 2 T /\ ki­
los de lana anualmente también. De las 99 personas
lio ganaderas cada 100 habitantes, 3 solamente consi­
guen trabajo de esa índole y sólo 1 por ciento son
agricultores. Además conviene evidenciar que el
0.01 °/o de la población nacional es propietaria de la
mitad de la riqueza ganadera de nuestro suelo. “ Sin
discusión posible el régimen de pastoreo actual, repre­
senta una fuente reducidísima de trabajo que el ga­
nadero no puede ampliar dentro del régimen corrien­
te, ya que los peones mensuales permanentes, y la ma­
yoría de ellos sin familia, para una estancia de 4 ó
5 mil hectáreas, no pasa de 6, término medio” .
El Uruguay super poblado, no en relación a la
extensión de su suelo, pero sí en relación a su actual
producción, debe buscar para un futuro próxim o la so­
lución del problema que esta situación le plantea, en
la evolución de la ganadería y en el cultivo de su suelo.
La evolución de la ganadería hacia formas intensivas
de producción reportaría de inmediato dos ventajas:
el aumento de sus beneficios por las fórmulas cien­
tíficas de su explotación y el dejar libres para la agri­
cultura y la selvicultura una gran cantidad de tierra
dedicada hoy exclusivamente al pastoreo. Los proble­
mas que la transformación de nuestro agro plantea,
preocupan a estadistas, ganaderos, ingenieros agróno­
mos y economistas y si bien su apreciación no per­

— 47 —
R U I N A R E Y E S
tenece a la índole de este trabajo, queremos señalar
los valores de las posibles soluciones, por la vincula­
ción que tienen con el problema de la educación de
nuestra campaña.
Hay uniformidad de criterio en asignar al Uru­
guay capacidad para superar en gran forma su produc­
ción. Hay conformidad igualmente en explicar el ba­
jo nivel de esta producción por las malas normas del
trabajo rural actual, que deberán modificarse medían­
te un plan racional de organización de la labor agro­
pecuaria. Es asimismo unánime la opinión de que la
chacra, instalada con criterio moderno que permita la
explotación de todos sus renglones de producción, es una
fuente segura de ingresos para aumentar la riqueza del
Uruguay en dos formas coincidentes; disminuyendo la
importación de productos de primera necesidad y au­
mentando en gran escala las exportaciones.
La tendencia a la racionalización de las activida­
des económicas que impera hoy día, es contraria al pre­
dominio de un solo cultivo y es por estas razones que
la chacra moderna abarca varias producciones, asegu­
rando con ello resultados económicos estables, ya que
cuando algunos de sus renglones arrojen .déficits en un
año, será compensado por el superávit que arrojen
otros. La chacra defenderá al Uruguay del impulso
de sistemas económicos foráneos más fuertes que el
nuestro y la prosperidad de este país partirá de sus
posibilidades auténticas.
La escasez de productos alimenticios de primera
necesidad que nuestra población sufre en estos años,

— 48 —
LA ESCUELA RURAL QUE EL URUGUAY NECESITA

ís el dato que refleja en forma evidente, la necesidad


le intensificar el rendimiento de nuestros campos en
>u doble aspecto agrícola y pecuario. Este rendimien-
:o en el futuro no tendrá por base solamente los pro-
íuctos alimenticios consumidos por la población, o ex­
portados después de su elaboración o conservación
por el frío. Los adelantos actuales de la ciencia hacen
prever la existencia de una nueva era de productos
logrados por técnicas modernas, los llamados produc­
tos sintéticos y cuyas materias primas de origen vege­
tal y animal son fáciles de obtener en nuestro país
(caseína, paja, soya, trigo, maíz, resinas, leche, etc.).
El porvenir económ ico del Uruguay, considerado
desde el punto de vista de sus posibilidades endógenas,
se robustece si se estudia su posición geográfica y sus
futuras relaciones comerciales con el resto del mundo1.
De la misma manera com o terminó la época que
la familia producía todo lo necesario para su consumo,
:erminará después de esta guerra el aislamiento eco­
nómico de las. naciones. N o podrán éstas mantener su
economía desde el solo punto de vista de su produc­
ción, sino teniendo en cuenta la coordinación global
de las economías nacionales.
Los modernos medios de comunicación han empe­
queñecido en forma casi fantástica el mundo en que
vivimos y las posibilidades de su engrandecimiento es­
tán supeditadas a la armonía que cada nación pueda
lograr en el conjunto de la humanidad.
Dice el informe de la “ Comisión para estudiar la
organización de la Paz” :
R E I N A R E Y E S
“ El hombre que trabaja sabe que sus ganancias
están supeditadas a las normas de vida de otros paí­
ses; el agricultor tiene que hacer frente al hecho de
que sólo puede vender sus cosechas en un mercado
mundial; el industrial puede ver parada su fábrica por
no serle posible obtener los materiales o mercados ne­
cesarios en otras tierras. Estas y otras muchas cosas
de que depende la felicidad del individuo constituyen
problemas que sólo pueden resolverse internacional­
mente” .
Y más adelante:
“ Para establecer un orden racional que tenga éxi­
to, capaz de impedir la violencia y administrar jus­
ticia entre las naciones, tendrá que realizarse la tarea
más difícil enfrentada por el hombre. Esta labor re­
querirá mucho estudio sobre la estructura y autoridad
del sistema y mucha educación y entrenamiento de las
personas y estados que la hayan aceptado” .
No se producirá más el absurdo espectáculo de
un país que arroje al mar toneladas de café o queme
su superproducción de maíz, al solo efecto de elevar
su costo, mientras en sitio no lejano, esas riquezas
destruidas paliarían el hambre de millares de indi­
viduos.
La post guerra plantea por primera vez la reali­
zación de una sólida estructura económica, basada en
la distribución natural de las zonas de producción y
de consumo. Los grandes países productores, conven­
cidos del error de toda política aislacionista definieron
sus planes en la Carta del Atlántico v a esos mismos

— 50 —
LA ESCUELA RURAL QUE EL URUGUAY NECESITA

principios responden los diversos planes de la post


guerra. ' •
Dice Henry W allace: “ H ay una segunda guerra
mundial, porque no nos dimos cuenta de que la de­
mocracia económica debe combinarse con la democra­
cia política, o si no esta última morirá” .
El plan Beveridge de aplicación interna en Ingla­
terra, busca formas para abatir la pobreza y ha de te­
ner fecundas proyecciones en la vida de otras naciones.
El plan de Lord Keynes, de más extenso alcance,
sometido a estudio de las 32 naciones unidas, tiende a
cambiar los regímenes nacionalistas de estados sobe­
ranos con respectivas barreras aduaneras, por un ré­
gimen que permita la coordinación de los intereses de
los pueblos, regulando la producción y el consumo de
las .materias esenciales para la vida y estableciendo
una “ Cleering U nion” para compensar justicieramen­
te las deudas nacionales.
La Conferencia de Alimentación de “ H ot Springs”
formuló declaraciones sobre la necesidad de propor­
cionar a todos los habitantes de la tierra el alimento
que racionalmente necesitan.
Eric Johnson estructuró un plan tendiente a fo ­
mentar la producción fabril de los países americanos,
asegurando a estos pueblos un aumento en sus inte­
reses . " '
Estas iniciativas y otras que no mencionamos,
ponen en evidencia la importancia que en el momen­
to actual se acuerda a todo lo concerniente a la pro­
ducción y consumo en relación a las necesidades vi­

- 51 -
R E I N A R E Y E S

tales de todos los hombres y de todas las naciones.


Sabemos cuales han sido los resultados de la falta de
cohesión en la acción común. Cada nación ha lucha­
do separadamente y ha buscado para sus productos na­
turales, no los mercados más duraderos y más venta­
josos, sino los más accesibles en el momento de su
necesidad de exportación.
La coordinación económica de los países dará al
mundo una nueva organización, abriendo amplios ho­
rizontes a la civilización. El interés del consumo mun­
dial será armonizado con el interés de las produccio­
nes nacionales. Si los planes de post guerra tienen un
programa de planteo internacional económico de las
materias primas, industrias, comunicaciones, comercio
exterior e inversión y distribución de recursos entre
las naciones, para promover su uso completo y su dis­
tribución equitativa, el plan para el acrecentamiento
■J

de nuestra riqueza agropecuaria no es una posibilidad


sino una necesidad para mantenernos dentro de la eco­
nomía mundial como nación independiente o como es­
tado federado del Nuevo Orden.
El plan de reorganización rural que la post gue­
rra plantea, de acuerdo a las condiciones de nuestro
suelo y a la existencia de mercados extranjeros para
nuestros productos, requiere la solución de infinidad
de cuestiones con él relacionadas.
Las más importantes de ellas serían:
Aprovisionamiento de agua para regularizar por
el riego la producción agrícola;

— 52 —

0
LA ESCUELA RURAL QUE EL URUGUAY NECESITA

Intensificación de población forestal para contri­


buir a un m ejor régimen de lluvias;
Difusión de. la energía eléctrica que lleve al cam­
po las ventajas de la vida m oderna;
Construcción de carreteras y caminos en gran es­
cala ;
Facilidad y abaratamiento de los medios de trans­
porte ;
Creación de núcleos de colonización;
División de la tierra y forma en que podrá ser
adquirida por el pequeño productor;
Facilidades acordadas para la adquisición de se­
millas, animales y útiles de labranza;
Incorporación a nuestra tierra de elementos quí­
micos fertilizantes;
Constitución de Cooperativas que rindan benefi­
cios inmediatos, etc., etc.
Este planteamiento de reconstrucción nacional es
amplísimo y urgente. N o puede postergarse para el
día de la victoria de los países aliados, porque sólo él
es capaz de hacer menos grave el pasaje de la econo­
mía de guerra a la economía de paz, que afectará a
todos los países por la transformación industrial corre­
lativa y por la depresión humana inevitable.
Si deseamos que después de esta guerra, la paz ten­
ga com o fundamento la justicia social y la fraternidad
humana, tenemos que abocarnos a realizaciones prác­
ticas, planeadas en conjunto, capaces de armonizar to­
dos los aspectos de nuestra vida nacional. El Uruguay
no puede constituir una excepción en el acuerdo que

— 53 —
R E I N A R E Y E S

seguirá a la guerra y esto hace necesario el análisis


de la situación nacional desde el punto de vista de
los métodos de producción.
Estos planes de post guerra cuya realización no
podemos aún considerar inminente, ya que son mu­
chísimos los factores que para su cumplimiento deben
actuar, tendrían la virtud de acelerar la evolución de
nuestro medio rural, evolución que en plazo más o
menos largo debe realizarse de acuerdo a las caracte­
rísticas que las condiciones naturales determinan. Pe­
ro, prescindiendo del tiempo en que pueda efectuarse,
hemos de reconocer la necesidad de un plan educacio­
nal correlativo, más en armonía con los ideales de la
democracia, que ofrezca igualdad de oportunidades dan­
do tanto al rico como al pobre, al campesino como al
ciudadano, una preparación integral para todos los fines
de la vida.
Un plan que brinde trabajo y educación a todos
los habitantes del Uruguay, producirá el milagro tan
ansiado de la transformación de nuestros campos.

— 54 —

$
La ausencia de restricciones externas
que nos impiden gozar de los bienes de
la «vida, es algo muy diferente de la li­
bertad de acceso a las cosas buenas.

D ean dE- C anterbury

Los grandes problemas de la huma­


nidad nunca se resolvieron por leyes
generales sino siempre únicamente por
renovación de la actitud del individuo,
*
C. G. J u n o
%

IN C O R P O R A C IO N D E L H O M B R E D E
N U E S T R O S C A M P O S A L A V ID A
COM PLETA

El problema de la libertad del hombre y por lo


tanto el de la democracia está tan entrecruzado con el
problema económico, que no podemos resolver el uno
sin el otro. El ser libre, com o lo hemos indicado, im­
plica el estar capacitado por educación para reprimir y
realizar acciones. Las acciones primordiales para la vi­
da del hombre, son las que dicen relación con la pro­
longación de su existencia, de acuerdo con los princi­
pios dictados por la biología y la higiene.
La vida social actual, imperfecta en sus formas, ha
creado un divorcio entre el derecho del hombre a sa­
tisfacer sus necesidades vitales y su posibilidad para ha­
cerlo. Existe en los hechos, una limitación de su li­
bertad cuya causa radica en las graves dificultades eco­
nómicas que soporta un elevado porcentaje del género
humano.
A sí com o la libertad de un atleta para tirar a la
jabalina a cualquier distancia, en una justa deportiva,
tiene com o limitación la fuerza que posea su brazo pa­
ra lanzarla, así también en la sociedad actual la inten­
sidad con que el hombre puede vivir su vida depende,

— 57 —
R E I N A R E Y E S
dentro de ciertos límites, de la capacidad económica que
posea. Si este poder económico fuera siempre propor­
cional a las condiciones del individuo, la injusticia que
ese hecho parecería suponer no existiría, cumpliéndose
de una manera normal una forma de lucha por la
vida.
La injusticia existe porque las diferencias econó­
micas de los hombres, responden generalmente a orga­
nizaciones sociales deficientes que no acuerdan igual­
dad de oportunidades a todos los individuos que la com­
ponen. Esta desigualdad para desarrollar su propia vi­
da en los primeros años, crea luego desigualdades de
educación y capacitación, y más tarde desigualdades pa­
ra encontrar trabajo de acuerdo a las condiciones perso­
nales y, por lo tanto, para gozar de la libertad de ac­
ceso a la vida completa.
Esta desigualdad de oportunidades es de una evi­
dencia abrumadora cuando comparamos la vida de los
habitantes de Montevideo con la de los habitantes de
campaña. Las terribles restricciones económicas que la
mayoría de estos últimos sufren, perpetúan una muy
grave injusticia social.
La libertad que existe en nuestro país, al no ha­
ber limitaciones externas para el desarrollo individual,
queda en los hechos terriblemente mutilada por las po­
sibilidades económicas para usufructuarla.
La democracia eliminará estas restricciones ya que
como punto fundamental de su programa tiene el de
ofrecer iguales oportunidades a todos los integrantes de
una sociedad. Estando nuestro país orientado por nor-

— 58
LA ESCUELA RURAL QUE EL URUGUAY NECESITA

mas democráticas, debe por imperativo de justicia me­


jorar las condiciones de vida de todos sus habitantes.
El plan de acción que deberá cumplirse com o medida
previa a una m ejor distribución de las riquezas, tiene en
sí dos aspectos: uno dice relación con el n iñ o ; es obra
del presente para el porvenir; el otro, no menos impor­
tante tiene relación con el adulto y es obra del presen­
te para el presente.

P L A N D E A C C IO N F R E N T E A L N I Ñ O

El reconocimiento de los derechos de los que no


están amparados por la fuerza, es el m ejor índice del
grado de civilización de los pueblos. Allí donde los
débiles, el niño, la mujer (la incluimos porque la so­
ciedad la había dejado al margen de su desarrollo),
el viejo, el incapaz, el indio, tenga respetadas sus ne­
cesidades y legislados sus derechos, podemos afirmar
que encontramos un pueblo de cultura avanzada. Mas,
para que tal afirmación sea exacta, debe existir una rea­
lización efectiva, de lo ya legalmente establecido. Las
leyes en sí son ^suficientes. Los derechos que las le­
yes establecen no bastan, si los beneficiados por ellas
no están en condiciones de tener conciencia de sus de­
rechos y no saben por lo tanto ejercitarlos.
Nuestro país, por ejemplo, tiene en la actualidad
un C ódigo del N iño que lo coloca en primera fila, den­
tro de los pueblos de América, pero en realizaciones
prácticas está muy lejos de cumplir todo lo allí legisla­

— 59
R E I N A R E Y E S
do. La obra legislativa existente debe ser completa­
da con una obra práctica de protección al niño, hasta
tanto la cultura lleve a los padres a la comprensión de
los derechos que al hijo le asisten por la sola razón de
su existencia.
¿En qué forma esa obra de protección se realiza
en nuestra campaña? La contestación nos llena de des­
consuelo. Esta protección ha quedado casi exclusivamen­
te librada a la escuela que, por los precarios medios
económicos de que dispone, no ha podido realizarla sino
con enormes restricciones.
La escuela ha tratado de mejorar las condiciones
de vida de los niños campesinos y a este noble propó­
sito responden la Copa de Leche, los Comedores Es­
colares y los repartos de ropa y de calzado realizados
sobre todo, por iniciativas y aportes particulares. Es­
te loable esfuerzo resulta y resultará siempre insigni­
ficante y mal orientado, mientras el Estado 110 tome a
su cargo el dar a todos los niños en forma amplia, lo
que les pertenece por derecho, permitiéndoles así rea­
lizar un proceso armónico en su desarrollo. *
Nuestras ideas modernas, hijas de la democracia,
han sacado de los dominios de la caridad privada a infi­
nidad de modos de obrar que hoy, por justicia, son con­
siderados deber, verdadero deber del Estado, y esa tran­
sición de uno a otro dominio deja su sello en nuevas
instituciones sociales encargadas de ofrecer por justi
cia, la igualdad.
Podríamos así preguntarnos si corresponde a la
escuela lo que dice relación con la faz higiénica y fisio-
\A ESCUELA RURAL QUE EL URUGUAY NECESITA

ógica del desarrollo del niño para conservar y acre


;entar su poder vital. El hecho de que la escuela de
mestros campos haya realizado parte de esa labor jun-
o con la de educación, ha surgido de las necesidades
leí ambiente en que funciona. N o existiendo institu-
ión alguna encargada de velar prácticamente por los
íerechos de todos los niños y al comprobar que ellos 110
>on satisfechos por pobreza e ignorancia de los padres
}ue ven solamente en el h ijo una cosa de su propie­
dad sobre la cual tienen amplios derechos, la Escuela,
[ue es en sí cultura y justicia, no pudo permanecer es­
tática ante esa obra social a realizar y se ha acercado
al niño para ofrecerle alimento y vestido del que care-
:ía injustamente. Esta misión que por sí se ha adju­
dicado, encomiable desde todo punto de vista, deberá
cumplirse en el futuro por el Ministerio de Instrucción
Pública y Previsión Social, por intermedio del Conse­
jo del Niño, que tal com o fue proyectado por ley del
6 de abril de 1934, a fin de llenar ampliamente sus fun­
ciones, comprendía una sección de higiene para aten­
der los problemas de alimentación, vestido, habitación
y desarrollo del niño. Los organismos que responden
a esas finalidades, realizarán su función de protección
al niño en locales adjuntos a la escuela, permitiendo
al maestro orientar el ambiente ético en que realicen
su acción. Se evitarán así, situaciones difíciles creadas
a. éste, en detrimento de su jerarquía, por la ignoran­
cia de los padres que, com o acontece en la actualidad
envían frecuentemente este mensaje u otro an álogo: “ Si
V d . no le da un par de zapatillas a mi hijo, no se lo

\
R E I N A R E Y E S

mandaré a la escuela” , dato obtenido en la encuesta rea­


lizada a maestros rurales.
Los organismos que para cumplir lo legislado por
el Código del Niño se asocien a la escuela, velarán tam­
bién sobre todo lo referente al trabajo de menores.
Sabemos cuánto hay que hacer para librar al niño de
nuestro país, de trabajos desproporcionados a sus fuer­
zas, que el padre exige como contribución a la vida fa­
miliar. El Código del Niño dice en su artículo 223:
“ en los trabajos rurales, ganaderos y agrícolas, los me­
nores de 12 años no podrán ser ocupados durante el
período escolar". El no cumplimiento de tan justicie­
ra disposición perpetúa el hecho tan conocido por to­
do maestro rural, de la inasistencia de los niños a cla­
se por la obligación familiar de trabajar en los cam­
pos. Ningún lugar más adecuado que la escuela para
ejercer contralor sobre el trabajo de' los niños y sobre
sus necesidades de alimentación y de vestido, y por eso
estimamos conveniente que esa función se realice en co­
laboración con la escuela, utilizando la valiosa dedica­
ción del maestro.
La escuela es también un magnífico observatorio
que pone en evidencia las anormalidades físicas y psí­
quicas del niño, que tienen enorme influencia en la vi­
da posterior del adulto, y la acción combinada del mé­
dico, el maestro y la visitadora, que estudien al niño
como un “ todo” , puede salvar las dificultades que ofrez­
ca la evolución de su personalidad y su adaptación social.
La asistencia médica y odontológica escolar, ne­
cesaria para el desarrollo normal del niño, es una im-
%

— 62 —
LA ESCUELA RURAL QUE EL URUGUAY NECESITA

periosa necesidad en el conglomerado rural, así com o


también todo lo relacionado con la higiene mental.
Las clínicas de conducta donde se atiende la hi­
giene mental de los niños — desconocidas aún en nues­
tro país — deben tener una amplia difusión ya que el
análisis de la conducta del niño en el hogar, en la es­
cuela y en la comunidad, da base para realizar la im­
portante obra de adaptación del niño a las normas
de convivencia que la sociedad humana exige. La labor
0

en este sentido es de gran complejidad y su importan­


cia ha sido evidenciada por el psicoanálisis, que ha
comprobado que los hechos más triviales acaecidos en
la infancia, tienen una enorme resonancia psíquica en
la vida posterior del adulto. El pasaje del niño, ser
instintivo, a hombre, ser de tendencias disciplinadas
orientadas y transformadas en valores humanos, es un
proceso que presenta enormes dificultades y que en­
gendra frecuentemente neurosis más o menos prolon­
gadas .
La educación debe integrar al niño a la sociedad,
permitiéndole lograr el mayor éxito de acuerdo a sus
aptitudes y el máxim o de satisfacción, y salvándole
de conflictos y tensiones que afecten su felicidad.
A cambio del alivio que para la escuela signifi­
que la labor de esos organismos encargados de velar
por los derechos del niño y satisfacer sus necesidades
físicas y psíquicas, ella deberá tomar mayor acción en
lo relacionado con su función social. La importancia
de esta misión es .enorme. Si bien es cierto que el ger­
men de la vida social está en la familia, sabemos que
4 4 - . f

— 63 —
R E I N A R E Y E S
ella puede ejercer acciones negativas porque como se
ha señalado, el egoísmo familiar, el sentimiento de su­
perioridad paterna y las condescendencias y preferen­
cias maternales, causan posiciones erróneas en la vida
de comunidad. La escuela deberá muchas veces anular
hábitos sociales nocivos, originados en una mala orga­
nización familiar que, cón absoluto desconocimiento de
la naturaleza física y mental de los niños, ocasiona un
gran número de complejos de inferioridad, verdaderos
obstáculos para la vida en común.
La escuela por tener un campo de acción más am­
plio que el hogar y por ser ajena a las reacciones afec­
tivas de padres e hijos, puede lograr las mejores fi­
nalidades sociales de la educación. La amplitud del
ambiente donde el niño se constituye por vez primera
como integrante de una sociedad libre de los lazos del
hogar, presenta innumerables oportunidades para afian­
zar en el niño el sentimiento de comunidad y para pre­
pararlo para una verdadera democracia. Debemos re­
conocer que esas finalidades son conseguidas más fá­
cilmente, en escuelas que permitan al niño más libertad
de acción que la que gozan nuestros escolares, someti­
dos a disciplinas que coartan la libre expresión de su
personalidad.
La escuela debe dar al niño el sentido de la res­
ponsabilidad. porque el valor del individuo con rela­
ción a sus actos lo torna consciente de sus deberes, y
es el mejor antidoto para esa indiferencia perniciosa
.que en los tiempos de la antigua Grecia, hizo señalar a
los que la poseían como individuos no inofensivos, sino

— 64 —
LA ESCUELA RURAL QUE EL URUGUAY NECESITA

inútiles para la sociedad y que hoy clasificamos com o


despreciables.
La escuela acuerda al niño, junto al sentido de la
responsabilidad, la noción de igualdad de derechos,
afianzando así el sentimiento de justicia y fomentando
su autodisciplina. Generalmente se señala com o venta­
ja de los regímenes totalitarios de gobierno, la exis-
tencia de una mayor disciplina que la lograda en las
democracias. Esto radica en que la disciplina tiene con­
ceptos muy distintos en uno y otro régimen. En los
primeros, este término es sinónimo de sujeción y so­
metimiento incondicionales, y en las segundas, es si­
nónimo de comprensión, porque los individuos se so­
meten a normas sociales porque comprenden sus inne­
gables ventajas. El orden deseable es el que surge de
un juicio interior y no el que se impone al individuo
com o algo externo y arbitrario. La elaboración de es­
ta autodisciplina comprensiva, debe realizarla la es­
cuela .
A l través de las múltiples vivencias sociales que
ella acuerde al niño, irá capacitándolo para vivir su
vida dentro de la comunidad. Todas las iniciativas que
en ella surjan y que requieren la colaboración de los
alumnos (proyectos de estudio, de diversión, realiza­
ción de gobierno escolar, organización de pequeñas co­
operativas, confección de periódicos o boletines, etc.)
todas serán de trascendencia para la misión social de la
escuela,
La raíz de un vegetal, conjuntamente con su fun-
R E I N A R E Y E S

ción fundamental de nutrir a la planta, realiza la de


cambiar las condiciones del medio en que vive, fijan­
do por sus raicillas los terrenos arenosos, disgregando
los compactos, secando los húmedos y descomponiendo
ciertas sustancias minerales por su secreción. Asi la
escuela en medio de nuestros campos, puede ejercer la
función fundamental de educar al niño a la par que
modificar, por su acción directa, el medio en que rea­
liza su labor.

P L A N DE ACCION F R E N T E A L A D U L T O

La evolución del hombre de nuestros campos ha­


cia normas de convivencia social más adelantadas que
las actuales es difícil y depende de factores complejos.
La educación, en su forma más simple, es la tras­
misión de los modos de vida y las normas de cultura
de una sociedad determinada, hecha por las generacio-
• nes adultas a las generaciones jóvenes. En esto radica
el carácter sociológico de la educación, ya que, por
modos distintos a los biológicos, se ofrecen a los jó ­
venes las formas de vida del adulto.
Por el solo hecho de vivir entre sus semejantes,
el hombre está recibiendo una educación sin intención
que ese ambiente le proporciona. Esta educación se ejer­
ce en forma más intensa cuando él integra un número
mayor de complejos sociales: estado, familia, religión,
sociedades de diversas índoles, partidos políticos, gru­
pos profesionales, etc. Esta educación sin intención es
0

— 66 —
LA ESCUELA RURAL QUE EL URUGUAY NECESITA

superada cuando, por agentes educativos constituidos


com o tales, se ofrecen al hombre, no las formas habi­
tuales de vida de un lugar determinado sino que, po­
niendo en evidencia lo humano evolucionado, y las con­
quistas que esa evolución consiguió, se le capacita pa­
ra lograr modos superiores de vida.
Si analizamos las dos formas de educación en la
campaña, vemos que las dos se realizan deficientemen­
te. En general, en la vida de los centros urbanos, el
individuo pertenece a muchas sociedades y de ese com ­
plicado tejido que ellas forman, recoge sin cesar nor­
mas de convivencia alcanzando al mismo tiempo m a­
yor liberación, y creándose en él, la conciencia de lazos
que unen a los hombres. En nuestros campos el des­
arrollo social del individuo es deficiente por la poca
densidad de la población y la falta de esos complejos,
siendo necesario acrecentar en ese ambiente las unida­
des sociales — ya que la población rural está dispersa
y mal organizada— aumentando las intercomunicacio­
nes para conseguir, por ese medio, más contactos so­
ciales que compensen los efectos de la poca densidad
de población.
La falta de esas instituciones es agravada por
no existir fuertes tradiciones familiares que consoliden
la sociedad en base a costumbres perpetuadas dentro
del hogar, por no existir éste como núcleo biológico
en nuestra comunidad rural, y por ser nulas o perni­
ciosas sus influencias externas.
La segunda forma de educación, o sea la realiza­
da por agentes educativos organizados para tal fin,

— 67
R E I N A R E Y E S
podemos afirmar que casi no existe, porque la escuela
cumple su misión frente al niño en el breve período
de tres años, haciendo falta allí núcleos educativos am­
plios para poder sanear ese ambiente en que la pobre­
za y la ignorancia, tejen hondos dramas de dolor, de
vicio y de injusticia.
La estructura de una sociedad rural en que se
pierda el sentido atomístico de sus componentes, ten­
drá que partir de un núcleo germinativo de vida so­
cial y la escuela puede constituir ese núcleo inicial,
siempre que forme parte de un centro educativo más
amplio, que ejerza su acciói^ directamente sobre el
adulto.
Realizar transformaciones dentro de una sociedad
por métodos pacíficos, combatiendo hábitos contraídos
por los hombres en los primeros años de su vida, es
una tarea muy ardua para realizar dadas las caracte­
rísticas de la psiquis humana. Alejar al individuo de su
posición de aislamiento haciéndolo parte armónica de
todo el conglomerado vital de un país sin despojarlo
de sus valores individuales, sólo se puede hacer por
educación, destruyendo las manifestaciones atávicas del
salvaje que hacen del hombre un ser egocéntrico, egoís­
ta y antisocial, para hacer de él un individuo evolucio­
nado, capaz de una convivencia feliz.
La educación del niño y del adulto debe suavizar
y conducir las fuerzas obscuras del subconsciente para
mejorar las manifestaciones sociales de su “ vo” . En el
adulto esto se hace difícil porque debe realizarse.la
más de las veces, en dirección contraria a las tenden-

— 68 — '
LA ESCUELA RURAL QUE EL URUGUAY NECESITA

cias de obediencia pasiva, de indolencia, de comple­


jos de inferioridad, de fanatismos, para ofrecer en canv
bio una libertad activa y responsable. Pero hay un
formidable punto de apoyo para lograr el esfuerzo que
supone abandonar toda rutina y este- punto de apoyo,
puesto en evidencia por la Psicología, es el acrecen­
tamiento del placer individual.
La vida de nuestros campesinos no puede, ser cam­
biada por la sola influencia de la educación y sólo
combinando ésta con ventajas económicas que hagan la
vida del hombre más fácil y más feliz, podrá reali­
zarse la gigantesca obra de redención de la población
de nuestra campaña, logrando al mismo tiempo po­
blarla en forma eficiente.
El habitante de los rancheríos, acosádo por el
hambre es insensible a las ventajas teóricas que pue­
de ofrecerle nuestra cultura actual, si antes no le brin­
damos la vivienda higiénica y la alimentación necesa­
ria para realizar su vida con comodidad.
La desocupación de un alto porcentaje de perso­
nas, en parte por falta de trabajo constante y en par­
te por idiosincrasia racial unida a la impotencia sur­
gida ante los graves obstáculos para vencer que el me­
dio opone, crean en nuestros campos una vida social
mezquina y poco accesible a la cultura.
Esta es la causa del escaso rendimiento efectivo
del maestro en las actuales escuelas rurales y la impo­
sibilidad de conseguir una más fecunda labor educa"
dora por la sola influencia de la escuela.
•En el aspecto higiénico, lo más apremiante de

— 69 —
R E I N A R E Y E S

nuestros campos es el problema de la vivienda. Mien­


tras el hombre viva en míseros ranchos, mal construi­
dos, sin luz ni ventilación, a veces verdaderas cuevas,
mientras se hacine en el inmundo pueblo de ratas, sin
protección contra el frío o contra el calor, su exis­
tencia tendrá algo de animal que no podremos quitarle.
La Comisión Nacional Pro Vivienda Popular, rea­
lizó un estudio en los años 1938-1940 de los núcleos
de población 110 reconocidos oficialmente y dió la ci­
fra de 587 rancheríos con 118.546 habitantes. Los de­
partamentos de Tacuarembó y Cerro Largo acusaron
la existencia de 80 y 64 rancheríos con 16.963 y 15.218
habitantes respectivamente. Si sumamos estas cifras a
las de los ranchos existentes en los alrededores de
las poblaciones rurales de toda la república, compren­
deremos la importancia del problema de la vivienda hi­
giénica.
El plan de edificación de viviendas económicas,
punto inicial de una campaña urgente, se completará
con la asistencia médica para combatir las enfermeda­
des, con la divulgación de prácticas higiénicas, con
campañas contra el alcoholismo, el curanderismo y el
juego — verdaderas plagas— para lograr así la rege­
neración física del hombre rural.
Junto a estas realizaciones se le ofrecerán posibi­
lidades para desarrollar sus energías en trabajo sano
y bien remunerado y las ventajas de leyes de amparo,
de Seguro, de desocupación, de jubilación, de descan­
so semanal, etc. Conjuntamente se le brindará la edu­
cación, que no será precisamente la de las primeras

— 70
LA ESCUELA RURAL QUE EL URUGUAY NECESITA

letras — desde luego necesaria— sino la que lo capa­


cite para entregarse a una vida social más amplia y
más fecunda. Su educación ha de ser práctica, activa,
sencilla y por sobre todo adaptada a las aptitudes per­
sonales .
Para completar esa obra se constituirán asociado-,,
nes con fines diversos, que ofrezcan goces sanos y pla­
ceres inmediatos, único m odo de combatir ese estado
de embotamiento moral que tiene el poder de cerrar
el paso a toda transformación que signifique un cam­
bio brusco en el m odo de vida.
La radiotelefonía y el cinama, si están bien orien­
tados, son instrumentos maravillosos para esa transfor­
mación, porque poseen un contenido em otivo capaz de
ser captado por todos los seres. Estos frutos del des­
envolvimiento mecánico de la civilización actual de­
ben compensar con su acción, la anulación rutinaria
que en las sociedades modernas ocasiona la división
del trabajo, por causa de ese mismo desenvolvimien­
to mecánico. Si la civilización actual se caracteriza por
un dominio del hombre sobre las cosas, hemos de de­
sear que ella se complemente con el dominio del hom­
bre sobre lo humano.
El libro, fuente de información, de estímulo, de
recreo y de reflexión constituye un poderoso medio edu­
cacional. El lenguaje escrito es, a la par que una crea­
ción del hombre, el instrumento que éste emplea para
divulgar su verdad, elaborada por paciente estudio o
sentida por ^intuición maravillosa. El libro es el factor
humanizante más admirable, ya que nos permite vivir

. — 71 —
R E I N A R E Y E S
el estado emocional de un artista, la prolija investi­
gación de un sabio o la vida de los hombres a través
del tiempo y del espacio.. Producto de la cultura hu­
mana es a su vez el más eficiente medio para ampliar
esa cultura y difundirla. De allí la enorme importan­
cia de crear en niños y adultos el hábito de la lectu­
ra y de ofrecer, por medio de bibliotecas bien orienta­
das, todo el material que pueda refinar la sensibilidad
y despertar el amor por la verdad científica, amplian­
do la visión espiritual del hombre y asociándolo a sus
semejantes al través de ideas y sentimientos.'
Todo esto creará en nuestros campos una alegría
sana que, respondiendo a recursos interiores, se mani­
festará en el trabajo, en el deporte, en el juego, en
el canto coral tan ignorado por nuestro pueblo y en ma­
nifestaciones artísticas de diversa índole.
Un mundo en el que prevalezcan las C U A T R O '
LIB E R TA D E S debe tener por base la elevación y la
dignidad del ser humano individual.

—72 -
La obra del mejoramiento de las cla­
ses rurales será sumamente lenta mien­
tras actuemos exclusivamente sobre el
campesino joven o viejo. Educando ai
la mujer habremos triunfado en la mi­
tad del tiempo que en otro modo nos
sería necesario.

T omas A madeo

N o es malo para la mujer tener li­


bertad económica o política, lo que hay
es que esas libertades no bastan para
liberar a la mujer. Lo que hace falta
a la mujer es la aceptación total de
su naturaleza 'femenina. Unicamente
con la aceptación de esa necesidad, lle­
ga la mujer a la libertad.

W a i j )o F rank
E D U C A C IO N D E L A M U JER E N
LA CAM PAÑA

La influencia de la mujer en la cultura de los


pueblos ha dejado de ser discutida. Si bien la mu­
jer no ha volcado en la cultura objetiva, com o estu­
dia Simmel, su contenido íntimo, ya porque sus m o­
dos anteriores de vida no le permitieron hacerlo, o
porque su esencia psíquica es contraria a esas mani­
festaciones, no hay disparidad de criterio en asignar
a la mujer un importantísimo papel en el panorama
cultural de los pueblos.
La influencia femenina en lo elaborado por el ser
humano tendrá en el futuro un más amplio margen
de acción, en virtud de la redención de la mujer, que
la convierta en célula activa del progreso social.
La sociedad debe constituirse com o un organismo,
en el cual todas las partes guarden entre sí equilibrio
armónico y para ello hay que elevar a la par a los
dos elementos que constituyen la dualidad humana. En
este sentido la ascensión cultural de la mujer, no ten­
drá únicamente valor unitario dada su poderosa in­
fluencia en la elevación del h ijo .
La comunidad madre e h ijo que existe en forma
natural durante los primeros años de la vida de éste
R E I N A R E Y E S
y que tiene como razón mínima de ser, la defensa del
organismo débil de todos los peligros que le rodean,
debe continuarse por largo tiempo en forma de protec­
ción espiritual y para que pueda cumplirse es necesa­
rio que la mujer esté capacitada y tenga concepto de
la responsabilidad de su misión.
Para vigilar la salud física y mental de los hi­
jos debe conocer su naturaleza y para orientar sus sen­
timientos e inclinaciones debe tener una posición fir­
me en la vida y así podrá ampliarse el concepto de
su maternidad a la creación de una humanidad me­
jor, cuyas normas de vida aseguren una mayor felici­
dad a un mayor número de hombres.
Si reconocemos a la familia un papel esencial co­
mo institución y como célula social, tenemos que reco­
nocer que es la mujer un núcleo central, y ese núcleo
central tiene un poder vital mayor cuanto más eleva­
da es la educación de la mujer, cualquiera sea la es­
fera social en que ella actúe.
Estas razones explican por qué otro medio de
acción para conseguir el progreso rural tan ansiado,
es el de lograr la capacitación de la mujer para que
pueda cumplir su verdadera misión dentro de la co­
munidad.
En el progreso rural la mujer es, en efecto, el
agente más adecuado para obtener una rápida evolución.
Si observamos su posición actual en la vida de
nuestra sociedad rural, vemos que vive en un círculo
muy difícil de romper. La miseria o la pobreza lleva­
dera, han acomodado su existencia a una vida muy

— 76 —
LA ESCUELA RURAL QUE EL URUGUAY NECESITA

exigua y se mantiene en ella sin buscar otras satisfac­


ciones que las que puede proporcionarle el amor ins­
tintivo hacia los hijos. Esclavizada por costumbres,
creencias y supersticiones, su influencia en el grupo so­
cial es negativa, pero modificando su manera de vivir,
ampliando su horizonte, lograremos un inmenso me­
joramiento en el mundo campesino. La influencia for-
mativa del alma femenina actúa con gran intensidad
en la vida familiar v social.
La mujer es factor invalorable para modificar el
medio rural cuando se anula su incultura y su rutina.
Comprobamos con dolor su indolencia actual, su fal­
ta de habilidad y de tino que manifiesta aún para cui­
dar a sus hijos, y dudamos de que puedan fácilmente
ser cambiadas por una actividad creadora. Pero, ¿qué
encanto ofrece a su trabajo ese mísero rancho, esa
existencia llena de privaciones, donde la enfermedad y
la desnutrición marcan con sellos de dolor a ella y a
sus hijos, donde no puede satisfacer ni lo que dice re­
lación con su innata coquetería, donde no conoce otro
goce que el de un nuevo hijo que debe criar con mu­
chas necesidades? Démosle en cambio, .una vivienda
higiénica y modos más fáciles de vida y pronto cam­
biará. La casa, donde la mujer ha volcado, a través
de las generaciones toda su fuerza creadora, es tam­
bién capaz de sacar del letargo en que duerme a la
mujer campesina, para hacerla activa y eficaz obrera
del mejoramiento social. Dice Sim m el: “ Para la mu­
jer la casa, es un valor y un fin en sí que se parece
a la obra de arte en que halla su importancia cultural

— 77 — H
R E I N A ' R E Y E S
* » • « #

subjetiva en su eficaz acción sobre los partícipes, pero


que, además adquiere un sentido objetivo por su pro­
pia perfección y sus leyes peculiares” .
Al ofrecerle marco adecuado para su acción, con­
juntamente con clases prácticas de economía doméstica,
de puericultura, de avicultura, de agricultura, de jardi­
nería, de apicultura, etc., asociaremos a su don de- in­
tuición y a su germen innato de creadora, la fuer­
za de su capacidad y la haremos poderoso factor del
progreso. Si tal aseveración fuera puesta en duda,
estudíese la obra realizada en ciertos lugares de la
campaña argentina por Tomás Amadeo con sus cursos
temporarios del Hogar Agrícola, en los cuales, a ve­
ces con sólo dos meses de enseñanza especial, se ope­
raban transformaciones inesperadas dentro del hogar.
En la familia rural la mujer ocupa 1111 jugar im­
portantísimo en lo relacionado con la producción de la
chacra. Ilay infinidad de trabajos que son afines a su
naturaleza y que puede realizar, aumentando con su
habilidad los resultados económicos.
Todos los oficios que demandan actividad e inge­
nio, paciencia y resistencia convienen a la mujer y es
por ello que la chacra le ofrece amplio margen de
acción. La mujer gusta llenar la casa de plantas, de
flores, de pájaros, de perros, en cuyo cuidado se apa*
siona y semejándose la explotación de una chacra a
la dirección de su hogar, puede realizar ambas de un
modo amplio satisfaciendo su anhelo de ocupación más
variada. I’ero, para que pueda cumplir de esa manera
su misión, es necesario ofrecerle las comodidades que

— 78 —
LA ESCUELA RURAL QUE EL URUGUAY NECESITA

por pobreza e ignorancia no puede por sí misma lo­


grar y brindarle oportunidades para realizar su capa­
citación.
La creación de cursos para nurses y visitadoras
sociales, abrirán también ancho campo de acción a la
mujer de campaña, consiguiéndose a su vez elemen-
tos indispensables para la comunidad.
En la reconstrucción social del ambiente campe­
sino, la mujer es acreedora del más atento cuidado
educacional; hay que m ejorar sus condiciones ya que,
frente a la vida, tiene, si no los mismos problemas, las
mismas luchas y sinsabores del hombre y las mismas
ansias para realizar sus anhelos. Ella modificará el ho­
gar y es el hogar el que prepara al hombre. Ella de­
fenderá la economía campesina. Ante esas realidades
es apremiante deber buscar normas prácticas para edu­
carla .
La gran capacidad de asociación que
el hombre posee con su facultad de ge­
neralizar y de hablar, hace posible que
aprenda su papel en la comunidad en
vez de haber nacido con él como ocurre
en la abeja y en la hormiga.
m

Ju l iá n H uxley

El hombre no puede ser un mero es­


pecialista sino un hombre realmente fo r­
mado. ^
E duard S pranger „

Hace falta que la educación asegure


entre los ciudadanos una suficiente co­
munidad de ideas y de sentimientos sin
lo cual toda sociedad es imposible.

E. D u r k h e im

Si en países superpoblados donde se


va extinguiendo la diferencia entre lo
rural y lo urbano, la educación funda­
mental (elemental, primaria) es una y
la misma para todos los grupos urba­
nos y rurales, la necesidad de esa edu­
cación general o común es mayor en
los países nuevos aún sin formar, don­
de resalta especialmente la distinción
entre ciudades y el campo.

F ernando de A zevedo
LA ESCU ELA P R IM A R IA NO DEBE TEN ER
F U N C IO N E S P E C IA L IZ A D O R A

La pedagogía en una de sus múltiples relaciones


con la sociología, plantea un trascendente problema pa­
ra la educación del hombre. El éxito actual de la co­
munidad humana depende del grado com o desarrolle
su vida com o organismo biológico coordinando las fun­
ciones de sus componentes que actúan com o células vi­
vas de ese conjunto. Cuanto mayor sea el lazo de unión
entre ellos establecido, cuanto más perfecta su coor­
dinación, nos alejaremos de la vida atomística de la
sociedad, incapaz en el presente de perpetuar uja es­
tado de paz. Este hecho nos induciría a conseguir por
la educación, una diferenciación del hombre com o cé­
lula asociándolo por necesidades vitales a otras célu­
las, para que, pudiendo cumplir a satisfacción sus fun­
ciones, lograra con su esfuerzo el éxito biológico de
la humanidad. Pero el hombre ocupa en la escala de
la vida por él conocida, una posición que le es entera­
mente particular, como lo han demostrado todas las
ciencias. Su constitución física y mental lo capacita
para una evolución no causada solamente por fuerzas
exteriores y ciegas, sino para ser él mismo, el prin­
cipal factor de esa evolución por su voluntad conscien­

— 83 —
te. Por lo tanto no se puede dar como finalidad de
su crecimiento y evolución las necesidades de una co­
munidad que ya existe.
Se plantea así el problema: ¿La educación debe
supeditar el individuo a la sociedad o la sociedad al
individuo?
Este problema, que podría parecer un tanto teó­
rico para el desarrollo del tema de este trabajo, tiene,
a poco que se le considere, valiosísimas proyecciones
prácticas.
¿Cómo resolvemos por educación la antinomia en­
tre los valores individuales y colectivos?
Surge una solución que proclama, al ser analiza­
da, toda su verdad. Se puede y se debe cultivar en
el hombre una vida dual para sí mismo y para la
humanidad y el hacerlo beneficia a ambos.
La vida doble es posible, nos dice Huxley, por
la gran flexibilidad humana. “ El hombre no ha de
vivir plenamente entregado de todo corazón a sí mis­
mo, ni tampoco ha de arrojar su individualidad a
la comunidad como la hormiga o como la abeja” .
En él debe cultivarse primero el hombre integral
con completa visión de la vida, apto para gozar am­
pliamente en todas las manifestaciones de su activi­
dad y luego al especialista que dedicará sólo una par­
te de su tiempo a la función que, como célula social
diferenciada, 1c corresponda realizar función que, cuan­
to mejor se adapte a las condiciones y aptitudes per­
sonales, será fuente de más amplio placer individual y
de mayor progreso colectivo.
LA ESCUELA RURAL QUE EL URUGUAY NECESITA

Se observa que la fuerte industrialización de al­


gunos países ha producido el trabajo en serie, tenien­
do com o fatal consecuencia una paralización en la per­
sonalidad creadora del hom bre.
En la pérdida de la visión total de la vida radica
el carácter fragmentario de nuestra educación con di­
versos modos y formas de enseñanza, acusando esto
mayor gravedad cuando se limita desde la escuela pri­
maria el horizonte de las múltiples actividades hu­
manas con el estrecho criterio de adaptación del ni­
ño al medio en que nace o a la ocupación de sus padres.
T oda especialización es peligrosa cuando canaliza des­
de los primeros años del hombre la totalidad de su
ene'rgía en forma unilateral.
¿C óm o podemos admitir com o ideal que el hom ­
bre que nace en el campo esté destinado a ser célula
productiva agraria y deba prepararse desde niño sólo
para realizar su función com o tal? ¿C óm o podemos
admitir ventajas en una especialización iniciada a tan
corta edad, cerrando horizontes para el despliegue de
más fecundas actividades, en las cuales podrá hallar
a su vez un mayor rendimiento?
Se ha verificado que las vocaciones precoces en
cualquier género de actividad son hechos de excep­
ción. Existe el criterio generalizado de que es casi
imposible que se pueda elegir antes de los 12 ó 14
años la orientación más conveniente a la personali­
dad. Además, cualquiera actividad que deba ser rea­
lizada por el hombra en forma humana y no maquinal,
exige en la actualidad conocimientos científicos que
*
— 85 —
R E I N A R E Y E S
den razón a las prácticas más sencillas y que transfor­
men al artesano inexperto o negligente, en el obrero
creador consciente de su labor. Si admitimos que no
es el bisturí el que hace al cirujano, ni el pincel el
que hace al artista, debemos comprender que no es
el arado quien hace al buen agricultor.
El “ no te metas” que ha servido a un escritor
europeo para caracterizar al espíritu criollo, tiene su
razón en la falta de conocimientos científicos de nues­
tro hombre de campo que le hace supervalorar las
influencias externas, apreciándolas siempre como ma­
yores a todo lo que el hombre pretende realizar.
Por no separar convenientemente los fines de la
educación del aspecto económico de la vida de los
individuos y de los pueblos, se ha supeditado a los fi­
nes formativos del hombre completo, los fines del hom­
bre especializado, sustentándose así una axiología que
asigna a los valores de utilidad una jerarquía de pre­
ferencia sobre los valores espirituales.
En ese error incurrimos cuando queremos hacer
del hombre de nuestros campos un productor agrario
exclusivamente, sin recordar que hasta para llegar a
serlo en forma eficiente para él mismo y para la so­
ciedad, deberá tener una cultura general, es decir, un
modo de sentir, de pensar y de obrar de-acuerdo a la
concepción de vida completa que implica una verda­
dera democracia.
Para que la existencia humana no se reduzca a
una mera vida animal debe el hombre conocer lo que
pasa fuera y dentro de sí mismo, aplicando ese cono-
LA ESCUELA RURAL QUE EL URUGUAY NECESITA

cimiento a su conducta para darle mayor eficiencia.


La división del trabajo, que es la gran realidad
social actual, ha hecho perder la visión del hombre in­
tegral y esto ha resultado pernicioso para la orienta­
ción de la misión educadora, dando a ésta una restrin­
gida función de instrucción y no de formación. Para
armonizar a los hombres dentro de la sociedad actual
— exigiendo por su complejidad la división del traba­
jo — hay que establecer lazos firmes y permanentes en­
tre ellos y esto no se cumple si no se le ofrece, al prin­
cipio de su vida, una cultura general en base a la iden­
tidad de la naturaleza humana que, desarrollando a
la par sentimientos e ideas, sea fuerte barrera al ais­
lamiento, a la lucha y a la dispersión. H ay que culti­
var en- el niño y en el hombre las semejanzas huma­
nas indispensables para la vida colectiva.
A l respecto, dice Dilthey: “ A l presentar la peda­
gogía a la educación un fin general y unitario, contem­
pla por vez primera la extensión total del problema de
la función educadora y de la organización de la ense­
ñanza escolar” .
La escuela primaria no debe cumplir programa es­
pecializado alguno pero es la indicada para orientar
al niño en la búsqueda de las actividades que m ejor
correspondan a sus aptitudes y modalidades. Del co­
nocimiento del alumno, del sondaje biotipológico, sur­
girán las posibilidades de aplicar su actividad donde
pueda lograr mayor éxito. Para que la escuela sea ca­
paz de realizar esa orientación debe practicar la auto-
actividad y en tal sentido la participación e interés del

— 87 -
4

R E I N A R E Y E S
niño en las variadas actividades que la sociedad pue­
da ofrecerle, es siempre provechosa.
La escuela debe descubrir las tendencias individua­
les porque ellas encierran el secreto de las posibilida­
des creadoras del adulto. Estas razones hacen procla­
mar las ventajas de una vinculación del niño a la na­
turaleza, de cuyo estudio el hombre ha derivado to­
dos sus conocimientos científicos y a cuyo contacto
surgen provechosas lecciones para su evolución mental.
En ese sentido las labores agropecuarias así como
otras labores manuales, deben constituir, 110 una ma­
teria a aprender sino colaboradores eficientes para for­
mar hábitos de estudio, un modo de disciplina gene- .
ral, una manera de tomar contacto con la naturaleza
"para, frente a ella, observar y experimentar, obtenien­
do asi los conocimientos necesarios para abandonar la
rutina tan generalizada1 en nuestra campaña.
Las prácticas agrarias que las escuelas realicen
tendrán sólo un interés educativo, permitiendo luego
los cursos posteriores aunar a éste un interés práctico.
La escuela primaria del campo 110' debe tener co­
mo finalidad formar campesinos, como tantas veces se
ha sostenido, sino formar seres preparados para vivir
de acuerdo a su naturaleza. El ciclo posterior de su en­
señanza, será el ciclo de su capacitación y podrá ofre­
cerle los medios para liberarse económicamente.
El ingreso a este ciclo, cuyos lincamientos gene­
rales esbozaremos en el siguiente capítulo, no puede
determinarse con 1111 criterio fijo de acuerdo a la edad
o a los años de estudios primarios, quedando supedi-

—88
LA ESCUELA RURAL QUE EL URUGUAY NECESITA

tado en todos los casos a las condiciones naturales del


nino.
A su vez este ciclo tendrá siempre como fin el
continuar la educación del hombre, haciéndole posee­
dor de una fuente de recursos espirituales que darán
empleo a su energía no simplemente para ganarse la
vida, sino para gozar ampliamente la alegría de vivir.
X
Las crisis decisivas de la vida de los
hombres se hallan siempre, conforme al
ritmo natural del desarrollo, más allá
de la escolaridad primaria.

E duard S pranger

Lo que hace falta es un nuevo prinr


cipio de conjunción, un método prácti­
co de conocimiento y acción que man*
tenga seguras y libres de egoísmo des­
tructor las energías dinámicas de la
juventud. i

W a i ,do Frank

Para que al sueño florido de la ju-


$

ventud no siga la más dolorosa decep­


ción, es preciso que en toda la juventud
resuenen aquellas palabras que parecen
trocar extrañamente la pretensión y la
realización: “ Lo que la vida nos pro­
mete, debemos cumplirlo a la vida” .

E duard S pranger
9

E D U C A C IO N Y C A P A C IT A C IO N D EL
A D O L E S C E N T E C A M P E S IN O

Si se buscan normas educativas en la propia es­


tructura del hombre no se puede separar la educación
en ningún momento, del proceso que éste cumple en
su desarrollo.
Observamos así que hay una época en su vida-
con características propias, que la fisiología y la psi­
cología definen com o crítica y durante la cual, las in­
fluencias del medio sobre la persona tienen una tras­
cendencia mayor que en otra s: la adolescencia.
Generalmente dedicamos sólo nuestra atención a
la educación del niño, procurando ser un hilo conduc­
tor de su vida y en la adolescencia, cuando se hace
más necesario ese eje conductor, dejamos al joven li­
brado a una educación sin intención y aunque él tienda
por sus propios medios a una auto-educación, no siem­
pre ésta acusa valores positivos, por falta de la inteligen­
te comprensión que esa época de su evolución requiere.
La psicología y la fisiología al caracterizar esta
difícil edad han dado suma importancia al problema
educacional del adolescente, pero, recién en la época
actual se tiende a buscar formas de vidas que respon-

— 93 —

R E I N A R E Y E S

dan a sus necesidades y que puedan elevarlo en su


condición de hombre. >•

La misión educativa a esta edad es de corrección


y de orientación. De corrección cuando aparecen defi­
nidas en él tendencias que son frutos de represiones
erróneas, que pueden crear tensiones nerviosas ator­
mentadoras y perjudiciales para la vida en sociedad, y
de orientación, porque en* ese momento surge con nue­
vas fuerzas el impulso vital que da categoría de ser
superior al hombre. Orientándolo es posible liberarlo,
en virtud de su deseo de perfección, de todo lo mez­
quino que la realidad de la vida social actual le ofrece.
Entre la generación adulta y la joven podríamos
decir que se ejerce una mutua presión, cuya fuerza de­
pende de la distancia que separa las generaciones. Re­
sistencia del adulto a ver modificada su vida por la
inexperiencia de la juventud; resistencia del adolescen­
te a aceptar los valores que quiere imponerle el adulto.
Esta última, si es bien encauzada, puede ser fuente
generadora de más puras formas de vida social e in­
dividual. Como la evaporación genera la nube, ella pue­
de, aumentando los frutos de la actividad personal, ele­
var hasta la grandeza de dignidad del hombre.
El descubrimiento de su “ yo” la llama de amor
que le enciende y su ansia de demostrar y probar su
valor, hacen que el adolescente sea tierra adecuada pa­
ra siembras educacionales de fructíferas cosechas.
Desgraciadamente ese acrecentamiento del impulso
vital que se da en el hombre en su primera juventud,
es terriblemente desperdiciado, cuando no anulado, en

—94 —
LA ESCUELA RURAL QUE EL URUGUAY NECESITA

nuestra sociedad rural. El niño sale de la escuela con


escasos rudimentos de cultura y el medio lo asimila a
la rutina de una vida monótona, carente de atractivos
y poco propicia a fecundas iniciativas.
En lo que dice relación al medio natural de vida,
el adolescente encuentra mejores condiciones para su
desenvolvimiento en el campo que en la ciudad. Las
impresiones siempre nuevas de los grandes centros po­
blados, los esfuerzos intelectuales, la vida sedentaria y
la adaptación a una sociedad compleja, crean circuns­
tancias poco aptas para la crisis que atraviesa. El cam­
po, con su aire no contaminado, adecuado a todo ejer­
cicio muscular, donde la actividad puede ser agrada­
ble fuente de producción, es el ambiente ideal para el
adolescente si se le proporciona las relaciones sociales
que esa edad exige y que pueden ofrecerle generosas
satisfacciones. En oposición con esas ventajas, la rea­
lidad nos muestra diferentes oportunidades en uno y
otro medio. En la ciudad, el joven, frente a su pro­
blema sexual, puede evadirse de una sexualidad do­
minante con más facilidad, logrando formas superiores
de vida; en cambio el adolescente campesino, ajeno a
toda sublimación de su energía, pierde las posibilida­
des de un crecimiento espiritual que lo haga capaz de
lograr una felicidad más elevada. Cuando no hay bie­
nes objetivos que llenen el alma, el impulso sexual que­
da sin defensa y se convierte fácilmente en fuerza do­
minadora. En el adolescente rural la formación aními­
ca se cumple, en esa época, en condiciones pobres y
el esfuerzo que la escuela realizó queda casi anulado.

— 95 —
R E I N A R E Y E S

En ese momento de la vida es cuando se hacen


más necesarias las Clínicas de Conducta que estudian
los afectos latentes del educando para realizar una pro­
filaxis mental, suprimiendo sin procedimientos coerci­
tivos, ciertas irregularidades de la conducta, e intere­
sando a la familia en la solución de los problemas que
aparezcan.
Las necesidades sociales e individuales exigen del
adolescente un rendimiento y por ello, junto a su pro­
blema educativo, surge el de su capacitación. Dos pro­
blemas de enorme importancia y los dos descuidados
en nuestra campaña. Educar para abrir al joven nue­
vos horizontes mediante el conocimiento; capacitar para
hacerlo útil a sí mismo y a la sociedad. La solución
a estos problemas no puede hallarse como generalmen­
te se pretende en escuelas granjas o en escuelas ta­
lleres, sino en organizar escuelas y talleres, escuelas y
granjas, que con adecuada extensión de horarios com­
pleten la educación del adolescente.
El armonizar las actividades físicas y psíquicas
del adolescente da admirables resultados. En nuestros
campos no deberían existir dificultades para esto, por­
que las tareas agrícolas ofrecen innumerables ventajas
para esa finalidad.
Estas tareas podrían ofrecerse a todos los jóve­
nes aún a los que ingresen a la enseñanza secundaria,
porque hay <|ue crear una nueva aptitud social para el
trabajo manual y sobre todo para el agrícola. Estas
prácticas serán más eficientes cuando estén basadas en
estudios científicos puesto que, cuanto más se conoce

96
:a e s c u e l a rural QUE EL URUGUAY n e c e s i t a

a naturaleza de las cosas, más posibilidades hay de


.itilizarlas con ventaja. En estas actividades pueden
¡urgir organizaciones extra escolares que realicen una
implia misión social y educativa.
Resulta interesante consignar aquí, que en Ingla-
:erra, para fomentar el fuerte impulso de iniciativa
jue existe en esta edad, se constituyen clubs que con­
gregan a miles de asociados que cambian entre sí co­
rrespondencia para proponer nuevas formas y prácti­
cas de producción, funcionando adjuntos a ellos, labo­
ratorios de experimentación agraria que estudian y ex­
perimentan las observaciones personales que los socios
m vían.
La chacra, con cultivos adaptados a las condiciones
iel suelo y a las necesidades de consumo, con la explo­
tación racional de todos sus renglones, ofrece al joven
múltiples oportunidades de capacitación.
La lechería con las industrias anexas, la jardine­
ría, la agricultura, la apicultura, la cericultura y la avi-
:ultura, constituyen también otras especializaciones pa­
ra el joven campesino. La preparación para plantas in­
dustriales que se crecen en nuestro país, asimismo com o
para las artes y oficios, no deben tampoco ser olvida­
das. N o es posible encerrar a toda la población rural
en un marco fijo de actividades. H ay que dejar abier­
tos los caminos que señalen el talento y la vocación de
cada individuo.
Por razones no educativas sino sociales, a los cin­
co días de asumir Roosevelt por primera vez la pre­
sidencia de los Estados Unidos de N. América, creó

7— J
%

'R E I N A R E Y E S
oportunidades de trabajo a millares de jóvenes en una
institución denominada Cuerpo de Conservación Civil
y esa campaña que fué completada con programas edu­
cacionales, inculcó hábitos de trabajo y de confianza en
sí mismos, a millares de jóvenes que se encontraron
con ánimo necesario para hacer frente a la lucha por
la vida. Cuando en ciertas regiones había demanda de
operarios determinados, se especializaba a los más ap­
tos para esas tareas y se les conseguía el trabajo ne­
cesario. Los demás eran ocupados en construcción de
represas, de caminos y en la limpieza y cuidado de bos­
ques. Se les asignaba treinta dólares al mes, de los cua­
les sólo se les pagaban cinco, enviando el resto a sus
familias. Fué esta una iniciativa de enorme importan­
cia y trascendencia que convirtió un socorro eventual,
en organización permanente del Gobierno.
Las razones que determinan el límite de la fun­
ción educadora de la escuela son sobre todo económicas
y no responden a una realidad intrínseca del desarro­
llo individual como lo prueba la variedad de criterios
adoptados en distintos países para fijar el límite de la
obligatoriedad de la enseñanza. La psicología nos dice
que se hace muy necesaria la educación en la adoles­
cencia, porque definido el “ yo” el individuo encuen­
tra mayores dificultades para adaptarse a las formas
de convivencia que la sociedad actual le exige.
La educación deberá, pues, prolongar el ciclo pri­
mario completándolo con enseñanzas que preparen al
joven para desempeñarse en la vida
Este ciclo estará adaptado a la vida de la re-

—98 •
LA ESCUELA RURAL QUE EL URUGUAY NECESITA

gión en que se cumpla y a las capacidades individua­


les de los educandos. Debe ofrecer, junto a la igualdad
de oportunidades en las distintas zonas del país, la di­
versidad de actividades que permitan al hombre apro­
vechar sus aptitudes personales. Junto a los cursos de
ciencias aplicadas que se dicten y a los de cultura ar­
tística que amplíen el campo emocional del joven esta­
rán las Escuelas Agrarias, cuyos programas y normas,
estudiados con detención, brindarán capacitación al jo ­
ven campesino. Estas Escuelas estrecharán relaciones
entre los hombres del campo, despertarán interés por
la lectura, por las exposiciones y por los concursos,
fomentarán la constitución de sociedades y de coopera­
tivas de producción y de consumo, estimularán la ad­
quisición de máquinas modernas, evitarán las prácti­
cas rutinarias y transformarán el trabajo de nuestros
campos haciéndolo a la par, más agradable y más pro­
ductivo.
En la forma que se estime más conveniente estas
escuelas brindarán remuneración por el trabajo del
joven. ■
El recobro de los valores humanos, la distribución
de la energía humana para aplicarla donde resulte más /
provechosa, protegiéndola de desgastes excesivos y
acrecentándola para permitir su triunfo, son las direc­
trices que deben orientar la educación del adolescente.

— 99 —
■ ■ _____________________________

V
Toda obra de arte verdaderamente dig­
na de ese nombre es el bien más lleno
de sentido y rico de enseñanzas, no so­
lamente por lo que representa en cier­
to modo en su faz puramente intelec­
tual, sino también y sobre todo por la
emoción que produce.

Paul G a u t ie r

El arte logra por medios singulares


una reconciliación entre el principio del
placer y el principio de la realidad.

S ig m u n d F reud

El efecto de la obra de arte sobre el


receptor es similar a su efecto sobre el
creador, sólo que actúa a la inversa.
La obra de arte brinda a los “ impro­
ductivos” la posibilidad de desviar sin
gran esfuerzo los excedentes de exci­
tación.
O tto Rank
--

*
'

0
J
'

*
LA E D U C A C IO N P O R E L A R T E

Aún cuando apreciamos lo difícil del estudio del


arte com o medio educativo por la profundidad y ex­
tensión con que este tema merece ser tratado, no po­
demos dejar de incluir algunas consideraciones gene­
rales sobre él, ya que asignamos al arte una trascen­
dental importancia en lo que se refiere a la educación
del hombre en nuestra campaña.
De acuerdo con los fines individuales y sociales
que hemos asignado a la educación y acordes también
en la necesidad de conocer la esencia- de lo humano pa­
ra poder incorporar al hombre a la civilización actual
y mejorarla, encontramos una forma para lograrlo —
apartándonos del conocimiento científico que requiere
una elaboración intelectual — en la emoción estética.
Ella tiene el poder de elevarnos a las zonas más pu­
ras del espíritu a la vez que hacernos sentir la identi­
dad de otras almas que evidencian modos de querer y
de pensar propios de la naturaleza humana. Pudiendo
actuar el arte con estas dos modalidades al través de
toda la vida del hombre y siendo para éste fuente de
placer ¿no es acaso un poderoso medio educativo?
Cuando asignamos al arte una misión social de tal
importancia, estamos lejos de sostener la tesis de que

— 103 —
R E I N A « R E Y E S
m

el artista debe crear teniendo en cuenta esos fines. La


grandeza de la creación estética radica en que puede
lograr esa finalidad, aún cuando responda únicamente
a una necesidad personal e íntima del creador.
Por su misma esencia una obra de arte es una ma­
nifestación humana acabada, quizás la más depurada
de elementos externos y está por lo tanto en condicio­
nes de brindar un conocimiento verdadero de la emo­
tividad del hombre. En razón de que el artista no
busca para su obra una finalidad social, es que ésta
se cumple en mayor grado. La función social se rea­
liza en base a la comprensión y nada hay que penetre
en lo más ingénito del hombre en forma nítida y cla­
ra, como el arte, poniendo en evidencia valores perso­
nales que permiten comprenderlo en la totalidad de
su ser.
Lo que el hombre crea es parte de él y a veces
parte tan íntima
4
i »
que él mismo desconoce.
|

La idea de conjunto de un cuadro, de una sinfo­


nía, de una creación poética, responde muchas veces a
la estructura anímica misma y el conocimiento de ella
favorece el desenvolvimiento humano. El artista pene­
tra en el inconsciente personal o colectivo para descu­
brir su esencia y lo presenta con tal intensidad y po­
derosa expresión que ayuda al hombre a conocerse
a sí mismo.
El artista expresa sus sentimientos por imágenos
sucesivas, no por deducciones lógicas y poseyendo un
estado de afectividad muy grande manifiesta profun­
damente su “ yo” sin ocultar nada. Se desprende de

— 104 —
LA ESCUELA RURAL QUE EL URUGUAY NECESITA

todos los elementos de inhibición para presentar des­


nuda su identidad humana, llegando, si ha vencido las
dificultades técnicas para realizarlo, a/ la genialidad.
Esquilo, Cervantes, Shakespeare, se han psico-analiza-
do por gracia de su arte y han presentado al través de
símbolos de gran belleza, estados de ánimo que pro­
ducen emociones semejantes en el espectador. Toda
creación artística es la expresión de sentimientos por
medio de formas buscadas para ese fin.
El hombre es conocible en su totalidad, únicamen­
te si se aprecian en conjunto ideas y sentimientos. La
vida es inexpresable ideológicamente, el arte puede ex­
presarla en un todo definido. El artista lo logra cuan­
do ha proyectado hacia el exterior su personalidad, su­
ma de los elementos conscientes e inconscientes que
posee. L o inconsciente se manifiesta m ejor cuando la
creación es más consciente y cuando la forma de belle­
za lo desnuda y lo cubre al mismo tiempo.
El artista posee una sensibilidad delicada, celosa­
mente rica que logra expresarse en un lenguaje uni­
versal, conduciéndonos a la zona de la emotividad hu-
( mana, descubriendo el velo que aparentemente la ocul­
ta y utilizando la palabra, el color, la forma o el soni­
do para señalar la correspondencia íntima entre el hom­
bre y las cosas y entre el hombre y el hombre.
La obra de arte que puede tener o no, origen en un
hecho social es siempre social en su efecto sobre el indi­
viduo y la colectividad. Prolonga el conocimiento hu­
mano en el tiempo y en el espacio acrecentando la soli­
daridad universal.

— 105 — 7
R E I N A R E Y E S
Toda creación artística es armoniosa y su armo­
nía es efectiva y no lógica; tiene unidad a pesar de la
multiplicidad de medios, formas o figuras que emplee,
porque la síntesis es anteriormente realizada por la per­
sonalidad del artista que sólo busca formas de expre­
sión para su unidad interior. El arte debido a la pro­
yección en un plano elevado, de los más grandes deseos
del hombre, es en sí una forma de perfeccionamiento
„ y crea entre el artista y el público una vinculación en
base al insconsciente que encuentra expresión en sím­
bolos concordantes.
En tal sentido todo artista es un educador. Des­
entraña del inconsciente personal o colectivo las ten­
dencias capaces de desprender al individuo del mo­
mento en que vive, para orientarlo en la afirmación
de ideas necesarias para el progreso humano, logran­
do así un equilibrio entre lo que se vive y lo que
se sueña.
El arte, por estas razones, es un medio educativo
espiritual de gran valor, y la comprensión, goce y crea­
ción artística deben estar comprendidas en todo plan
educacional.
Lo que la naturaleza ofrece de bello y lo que el
hombre ha creado, debe acercarse al hombre de nues­
tros campos para llevarlo a vivencias estéticas de enor­
me valor educativo y socializador. Si la emoción es­
tética, en el decir de Ortega y Gasset, desarrolla hor­
monas psíquicas que dan gran vitalidad al espíritu, de­
bemos brindar esas emociones en nuestra campaña por
las formas más accesibles al pueblo: la música y el tea*

— 106 «
LA ESCUELA RURAL QUE EL URUGUAY NECESITA

tro. P or la música, el oyente traduce en imágenes sus


fantasías interiores. El teatro le permite identificarse
con distintas situaciones psicológicas encarnadas por
el actor.
La emoción artística cumple a veces una finalidad
de higiene mental porque consigue una catarsis o des­
fogue que libra a la persona de tensiones nerviosas
que la perturban. Otto Rank nos dice que el arte es un
método curativo practicado por el artista para él mis­
mo y para una serie de compañeros de penas que tie­
nen estructura psíquica semejante.
El arte, cuyas manifestaciones se extienden des­
de los primeros dibujos del hombre de las cavernas
hasta las sinfonías de Beethoven y los dramas de Sha­
kespeare, es una manifestación esencialmente humana
y adquiere a la luz del psicoanálisis un valor trascen­
dental para la educación. El culto por el arte dará al
hombre el sentido de la armonía, alejándolo de la si­
tuación caótica actual y propiciando su unión definiti­
va e integral en un nuevo orden social. Por esto lo in­
cluimos en el plan educacional para nuestra población
rural.

— 107 —
La educación en uso en una sociedad
determinada y considerada en un mo­
mento determinado de evolución, es un
conjunto de prácticas, de modos de
obrar, de costumbres, que constituyen
hechos perfectamente definidos y po­
seen la misma realidad que otros he-
chos sociales.
E. D u r k h e im

La indigencia es uno de los cinco gi­


gantes que traban el camino de la re­
construcción y es en cierta manera el
anás fácil de atacar. Los otros son las
enfermedades, la ignorancia, la desnu­
trición y la holgazanería.

W . B ev Eridge:

Los hombres no necesitan solamente


un número mayor de bienes materiales,
sino también libertad, dirección perso­
nal, posibilidades de crecer y perfec­
cionarse, ocios para experimentar ale­
gría de la vida, cooperación voluntaria
y una menor servidumbre que les sujete
a fines ajenos.
B ertrand R u S S E tL
C O N S ID E R A C I O N E S F I N A L E S

Com o lo hemos estudiado en las páginas anterio­


res, las actuales condiciones de vida de nuestra cam­
paña plantean problemas económicos y culturales que
responden a una causalidad múltiple. Este hecho hace
difícil la reforma de nuestro agro que requiere nece­
sariamente aunar esfuerzos y coordinar planes diver­
sos, que complementan una medida con otra y que,
partiendo de la actual realidad, sean soluciones amplias
y no meros paliativos a males que no pueden ser ex ­
tirpados, sino por un enérgico tratamiento orgánico
social.
De una vez por todas hay que alejarse de solu­
ciones parciales de emergencia, para estructurar un
plan de vastas proyecciones, capaz de reformar nues­
tra vida rural.
Dentro de ese com plejo planeamiento que deberá
ser trazado por personas de distintas especializaciones
y por sociólogos que abarquen los problemas en su
conjunto y en sus relaciones, estará comprendido el
plan de educación para todos los habitantes de nuestra
campaña. N o es posible la cultura si la miseria no
acuerda facilidades para educarse y no es posible U

' . - 111 -
R E I N A R E Y E S
superación económica de los pueblos, si la vida indi­
vidual no está enriquecida por la educación.
Existe en general una tendencia equivocada a iden­
tificar educación con escuela. Seguramente es debido a la
multiplicación de las unidades escolares y a la poca im­
portancia que se acuerda al proceso educativo que se cum­
ple después de la niñez. Esta posición equivocada se
pone de manifiesto cuando se plantea el problema de la
escuela rural, porque en realidad el contenido concep­
tual que se da a ese problema, es mucho más amplio
que el que dice relación con la escuela, queriendo com­
prender en él toda la obra educativa a cumplirse en
nuestra campaña. Esto es evidente ya que hay que con­
quistar para la civilización a toda la población rural.
Hasta la fecha se ha pensado que el organismo ca­
paz de realizar esa misión era la escuela, pero ésta, aun
cuando pretenda ampliar su radio de acción, resulta in­
adecuada para modificar la realidad actual.
Observando lo que es la escuela primaria en la
sociedad rural, comprendemos fácilmente que apena*
modifica en una ínfima parte la acción refleja del me­
dio. Ha escrito Bouglé: “ Opongamos las raras leccio­
nes de la escuela a las incesantes de la vida y a los
profesores propiamente dichos, los preceptores de que
hablaba Helvetius, que son los amigos y las lecturas
y la forma de gobierno bajo la cual se vive, la condi­
ción social a que se pertenece y las condiciones socia­
les del medio, así como todos los azares de la existen­
cia. Entonces se comprenderá que la zona luminosa es

112
LA ESCUELA RURAL QUE EL URUGUAY NECESITA

singularmente más reducida que la zona de la sombra;


esos pequeños focos de acción consciente que son las
escuelas, sólo son luces en la noche y la noche que ci­
ñe no está vacía, y por lo tanto es mucho más inquie­
tante ; no es el silencio y la inmovilidad del desier­
to, sino el estremecimiento del bosque habitado” .

La belleza y la exactitud de esta imagen ponen en


evidencia que la educación rural, en sus vastas proyec­
ciones, no puede ser realizada com o obra exclusiva de
la escuela primaria, por lo cual concebimos la creación
de C E N T R O S D E E D U C A C IO N Y A S I S T E N C IA
S O C IA L , en los cuales funcione la escuela primaria
con la máxima libertad y autonomía.
El Estado, por necesidad de división del traba­
jo , ha creado dentro del país distintos organismos en­
cargados de diversas actividades. Esta división favorece
siempre a las poblaciones urbanas, en las cuales estos
organismos están representados; pero, la comunidad
rural, poco densa, necesita instituciones que realicen
las diversas funciones de esos organismos, logrando
con esa síntesis la extensión de sus ventajas a todos
los habitantes de nuestro suelo.
Los Centros de Educación y Asistencia Social
pueden constituir esa institución, combinando el es­
fuerzo de los distintos organismos del Estado y adap­
tándose a las necesidades de las regiones en que fun­
cionen. Su número y su ubicación dentro de nuestra
campaña, estarán supeditados a la densidad de la po­
blación y a las posibilidades de rápidas comunicacio­
nes por buenos caminos. Serán realizaciones más am-
R E I N A R E Y E S

plias que las denominadas escuelas consolidadas y res­


ponderán a la necesidad de ampliar el radio educativo
escolar hasta el adolescente, la mujer y el adulto, com­
pletando esa acción con la asistencia y defensa social
que el niño rural necesita.
Como ya lo hemos señalado, la educación es una
trasmisión de formas de vida, realizada por las gene­
raciones adultas a las nuevas generaciones, que se cum­
ple en forma de educación no intencionada y por orga­
nismos educacionales destinados a ese fin. En nuestro
medio rural la deficiencia de estos dos modos de tras­
misión es agravada por la necesidad urgente de en­
señar a vivir, no solamente a los niños y a los jóve­
nes, sino al hombre ya formado.
Teniendo la educación ese carácter eminentemente
social comprendemos que el avance de un grupo hacia
formas elevadas de convivencia, sólo puede efectuarse
cambiando las condiciones que el medio ofrece por ins­
tituciones y leyes apropiadas. El plan de acción para
mejorar a nuestros campesinos debe aplicarse a todas
las generaciones.
El pretender combatir las enfermedades con un
programa sanitario exclusivo para los niños, además de
ser irrealizable, implicaría el sacrificio de otras gene­
raciones. De igual manera un programa educacional y
de reforma social, para tener éxito deberá aplicarse
al niño, al adolescente y al adulto.
Por estas razones fundamentadas en la anterior
exposición, contestando al tema propuesto, sostenemos:

— 114 —
L A ESCUELA R U R A L QUE EL U R U G U A Y N E C E S IT A
■'■ ........ - ■...... . ......1" ■ '■ ■»' ” ■ " " 1"" —■■■■'■ ■ '■■' ■■■■!■ .

La Escuela Rural que el Uruguay necesita es una


escuela primaria, no especializada, consolidada en la
medida que el medio lo permita, funcionando en un
Centro de Educación y Asistencia Social que amplíe
la educación del adolescente y del adulto.

En el momento actual existe una imposibilidad de


establecer la distribución de estos centros, porque están
concebidas de acuerdo a las necesidades de evolución
que asignamos al Uruguay en un capítulo anterior, cu­
ya realización corresponde acelerar en la hora actual,
aun cuando en ese sentido sólo existen proyectos dis­
persos que contemplan algunos aspectos de esta urgen­
te transformación.
Las instituciones educativas para realizar obra
eficiente deben guardar armonía con las formas socia­
les que las determinan, para poder modificarlas por su
influencia. Esto crea dificultades para dar estructuras «

fijas a organismos que deben vivir en perpetuo esta­


do de transformación. El plan de creación de Centros
de Educación y Asistencia Social no puede cumplirse
sino en forma gradual y progresiva, reformándose cons­
tantemente por la presión de los hechos sociales y adap­
tándose a las nuevas exigencias creadas por el pro­
greso.
Para comprender esto nos bastarán dos ejemplos
prácticos, uno relacionado con la densidad de pobla­
ción y el otro con su actual indigencia.
* La realización de esos Centros en el momento ac­
tual sería muy limitada en su número, por las dificul-

— 115 —
R E I N A R E Y E S

tades de concentrar la población rural por falta de ca­


minos y de fáciles medios de transporte. Al aumen­
tar la densidad de población como consecuencia de la
reforma de nuestro agro en su aspecto económico y
al extenderse su red vial, aumentarán las posibilidades
de mayores y más numerosas concentraciones.
En el otro aspecto, o sea el relacionado con la in­
digencia de nuestros campesinos, lo programado para
salvar las deficiencias de alimentación, vestido e hi­
giene del niño rural, tendrá que cumplirse actualmente
con un amplio margen de acción, acción que irá por
sí sola limitándose cuando la organización familiar,
debido al progreso agrario que auguramos, proporcio­
ne al niño lo que ahora es incapaz de darle.
Expondremos pues un bosquejo de líneas genera­
les del plan educacional que, a nuestro entender, el
Uruguay necesita.
La forma que le daremos corresponde a un solo
punto de la trayectoria de su evolución, que se cum­
plirái y ampliará a medida que las circunstancias lo per­
mitan y lo exijan.
Este instante de su desarrollo lo tomamos, no muy
próximo a la iniciación de la reforma agraria, ni muy
alejado (le ella. De hacer lo primero, tendríamos que
limitarnos a la creación de escuelas consolidadas, en
igual forma que lo proyectado por el representante na­
cional Adolfo Tejera. De hacer lo segundo, correría­
mos el peligro de 110 prever la infinidad de circunstan­
cias que evidenciará la realidad y que modificarán el
plan en el futuro.
LA ESCUELA RURAL QUE EL URUGUAY NECESITA

Esto nos aleja de un proyecto preciso y definido


pero presenta el mérito de que, siendo un plan de líneas
generales tiene la ductilidad necesaria para adaptarse al
progreso y a las nuevas realidades sociales.
Los Centros de Educación y Asistencia Social ten­
drán que organizarse atendiendo al proceso evolutivo
del hombre y extenderán sus raíces en la vida social
para elaborar allí la más provechosa savia vivificadora.

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