Está en la página 1de 140

BREVIARIOS

del
FONDO DE CULTURA ECONÓMICA

101

CÓMO ESCUCHAR LA MÚSICA


Traducción de
Cómo escuchar la
JESÚS BAL y GAY
~

mUSlca
.
.. "

;\: ',;'
'<,(
, t..; por AARON COPLAND

Introducci6n de
WILLIAM SCHlIMAN

FONDO DE CULTURA ECONÓMICA


MÉXICO
Primera edición en inglés, 1939
Primera edición en español, 1955
Decimotercera reimpresión, 1993
Cuarta edición en inglés, 1988
Segunda edición en español, aumentada,
con base en la cuarta en inglés, 1994
Octava reimpresión, 2006 INTRODUCCIÓN

Copland, Aaron
Cómo escuchar la música / Aaron Copland ; trad. de AL SIMPLE aficionado a la música debe parecerle
Jesús Bal y Gay. - 2' ed. - México: FCE, 1994 extraño un libro "técnico" sobre cómo escuchar la
219 p. ; 17 x 11 cm - (Colee. Breviarios; 101) música. ¿Desde cuándo hay dificultades para escu-
Título original What to Listen for in Music char la música? La música es para gozar de ella.
ISBN 968-1~151-5
¿Por qué tendríamos que aprender o necesitar una
1. Música - Crítica e interpretación 2. Música - Apre- guía sobre cómo escucharla? ¿Y por qué uno de
ciación 1. Bay y Gay,Jesús, tr. 11. Ser III. t nuestros grandes compositores habría de robar
tiempo a la composición para escribir una intro-
LC MT6 C7818 Dewey082.1 B846V.lOl
ducción a la música? La respuesta es sencilla. Es-
cuchar la música es una capacidad que se adquiere
Distribución mundial para lengua española por medio de experiencia y aprendizaje. El cono-
cimiento intensifica el goce.
Sugerencias: editorial@fondodeculturaeconomica.com
www.fondodeculturaeconomica.com
Los músicos están acostumbrados a la prosa de
Te!. (55)5227-4672 Fax (55)5227-4694 los compositores como críticos y como escritores
de doctas tesis sobre puntos técnicos (Berlioz,
~ Empresa certificada ISO 9001: 2000
Schoenberg, Strauss y, más cerca de nosotros,
Título original: What to Listen far in Music
Babbitt, Piston y Persichetti, sólo son algunos de
© 1985, Aaron Copland los muchos nombres que me vienen a la memoria),
© 1988, Introducción, William Schuman Associates, Inc. pero antes de Copland ningún gran compositor
Publicado por McGraw-Hill Book Company, EUA de América había intentado siquiera explicar la técnica de la
ISB~ 0-07-013091-4
composición musical a los lectores legos. En reali-
D. R. © 1955, FONDO DE CULTURA ECONÓMICA dad, este libro es único en su género. El lector no
Carretera Picacho-Ajusco 227; 14200 México, D. F. iniciado puede calcular su importancia imaginan-
do un libro de Rembrandt que se intitulara Cómo
Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta obra -incluido ver la pintura.
el diseño tipográfico y de portada-, sea cual fuere el medio,
electrónico o mecánico, sin el consentimiento por escrito del editor. Para empezar a apreciar Cómo escuchar la músi-
ca, conviene recordarnos quién es el autor del libro.
ISBN 968-16-4151-5 La música de Aaron Copland es reconocida como
parte de nuestra herencia. El sonido especial de
Impreso en México • Printed in Mexico
7
n)
:' ,
8 INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN 9

Copland nos ha enriquecido a todos. Es un sonido Como maestros de composición, los composito-
que no había antes en la música, una expresión tan res, las más de las veces, tienden a imponer sus
personal que ninguno de sus muchos imitadores ha ~;opias opiniones a sus discípulos y a instilar una
logrado absorberlo en forma convincente. Y sin em- adherencia a sus procedimientos técnicos. Copland
bargo, Aaron Copland lleva tanto tiempo siendo es el raro compositor que ayuda a sus estudiantes a
una figura familiar en nuestro panorama musical descubrir sus propios medios de expresarse, en lugar
que ya fácilmente lo pasamos por alto. Sin duda de dominar las técnicas de él, que podrían ser, o no
nos ufanamos de sus realizaciones y nos felicitamos ser, afines a sus talentos particulares. Copland com-
de su presencia, pero ¿tenemos conciencia sufi- bina el conocimiento profundo de la música del
ciente de sus cualidades singulares? ¿Qué hace tan pasado con una comprensión enciclopédica de toda
especial a Copland? Desde luego, todo gran artista la música contemporánea. Y como resultado de su
creador es especial, pero Copland ha creado un extraordinario conocimiento y de su clara filosofía
cuerpo de obras que habla a sus conciudadanos en reflejados en su enfoque a la enseñanza, sus discípu-
términos identificables ... y esta identificación es los componen en toda una variedad de estilos. Sería
una propiedad nacional. Cualquiera que sea la des- difícil imaginar una actitud menos doctrinaria. En
cripción que se haga del arte de Copland, éste evoca esencia, Copland está diciendo que un profesor efi-
una respuesta basada en nuestras experiencias ciente puede tener sus propias y arraigadas convic-
compartidas y nos da un sentido de identificación. ciones y sin embargo sentir la obligación de poner
Pero Cómo escuchar la música es otro ejemplo más a sus discípulos en contacto con doctrinas estéticas
del liderazgo que Copland ha ejercido durante estos y procedimientos técnicos hacia los cuales puede
muchos años. no sentir mayor simpatía, pero que le parecen ne-
Varios de sus colegas, incluido yo mismo, han cesarios para el discípulo. He aquí lo opuesto del
tenido muchas oportunidades de escribir y de hablar autoritarismo: una preocupación por el carácter
acerca de Aaron Copland. y al recordar declaracio- del individuo y no por la imposición de conclusio-
nes anteriores, se repiten las mismas observaciones. nes recibidas a priori.
Para mí, lo principal es mi firme convicción de que Aun sabiendo que Copland es el artista quinta-
él representa los ideales para los artistas que ac- esenciado en una sociedad democrática, a menudo
túan en una sociedad democrática. Los roles de he deseado, sin embargo, que pudiéramos darle un
Copland son muchos y variados: ciudadano, com- título real. En Inglaterra, desde hace tiempo ya se
positor, ejecutante, profesor, conferenciante, miem- referirían a Sir Aaron y le habrían designado com-
positor nacional oficial. Pero los títulos no se avie-
bro de comités, portavoz de su arte y, para que no
nen con la sencillez y el carácter directo de Copland.
olvidemos uno de sus papeles favoritos, director.
Recuerdo que hace más de 25 años me referí a él
Cómo escuchar la música representa a Copland en
como el decano de los compositores norteamerica-
su papel de maestro y nos da una indicación precisa
nos, y esto lo dejó asombrado. Sin embargo, sigue
de su filosofía de la enseñanza.
llevando valerosamente ese título.
10 INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN 11

Si carecemos de una entidad nacional debida- popular también está presente en las obras maestras
mente constituida para conceder títulos honorífi- más complicadas. Y Copland nos ha dado creacio-
cos, en cambio tenemos otro mecanismo que es nes en todos los medios: desde canciones, música de
aún más significativo: el juicio de nuestros colegas. cámara y coros, hasta música para teatro, cine,
Copland ocupa lugar preminente y es objeto de óperas y sinfonías.
nuestro afecto y nuestra estima. Nos encanta poder Con el recordatorio de que Cómo escuchar la
decírselo. Él acepta el reconocimiento de sus cole- música fue escrito por uno de los grandes composi-
gas y del público, con infalible elegancia y buen tores de la historia, vuelva ahora el lector sus pági-
humor. Cuando, hace largo tiempo, le pregunté si nas, sabiendo que es el privilegiado discípulo de un
no estaba aburrido de tantos honores, me dijo: gran maestro. Si el lector analiza el índice, observa-
"¡Bill, subestimas mi capacidad!" rá el gradual desenvolvimiento de un tema compli-
El contenido de Cómo escuchar la música lleva al cado, paso por paso. El libro se basa claramente en
lector desde los más sencillos elementos de la músi- la premisa de que cuanto más se conozca el tema
ca hasta el gradual desenvolvimiento de sus aspectos de la música, más grande será el goce al escuchar-
más complejos. En cierto modo, el libro es análogo la. Y el primer requisito para escuchar la música es
a la música del autor, pues el repertorio de Copland tan obvio que casi parece ridículo mencionarlo, y
va desde las obras más populares y accesibles, hasta sin embargo, a menudo es el único elemento que
la música de cámara de la más destilada y esotérica está ausente: prestar atención y dar a la música el
erudición. esfuerzo concentrado de un oyente activo.
En las obras populares, por ejemplo Primavera Resulta revelador comparar las acciones del pú-
en los Apalaches, Copland nos da una especial blico de teatro con las del público de las sinfonías:
visión musical de un sentimiento reconociblemente en el teatro, el público presta toda su atención a
indígena. En Retrato de Lincoln, el marco musical cada línea del diálogo, sabiendo que si pasa por alto
encarna el texto y da una nueva dimensión a las algún renglón importante no comprenderá la obra:
declaraciones humanas de Lincoln. En estas obras, esta atención instintiva a menudo falta en la sala de
y en composiciones como Rodeo y Billy the Kid, conciertos. Sólo tenemos que escuchar a quienes
Copland transforma materiales folclóricos norte- asisten a un concierto para ver cómo se distraen,
americanos en el arte más refinado, al discernir las hablan, leen o simplemente miran al espacio. Tan
posibilidades de música sencilla que sólo podían sólo un pequeño porcentaje está vitalmente intere-
ser percibidas por un artista de extraordinaria ima- sado en el papel esencial de escuchar activamente.
ginación. Esta falla es grave porque el oyente es esencial para
Al lego casi podría parecerle que el Copland de el proceso de la música; después de todo, la música
estas obras populares y el Copland llamado "serio" consiste en el compositor, el ejecutante y el oyente.
son dos compositores distintos. No es así, pues el y cada uno de estos elementos debe encontrarse
mismo sonido de Copland que imbuye la música presente de la manera más ideal. Esperamos una
12 INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN 13

buena interpretación de una bella obra pero, ¿nos tende estimular, y un plato fuerte aspira a alimen-
acordamos a menudo de que también debe ser bri- tar; el postre pretende ser como una grata refle-
llantemente escuchada? xión, para despedir a los comensales. Si el lector
El destino de una pieza de música, aunque bási- examina los programas de orquestas sinfónicas
camente esté en manos del compositor y de los descubrirá que, en general, este principio abunda,
ejecutantes, también depende de la actitud y de la es decir: la obertura, la sinfonía y el final, relativa-
capacidad de los oyentes. En el sentido más alto, es mente más ligero. A veces, el banquete musical está
el oyente el que dicta la aceptación o rechazo últi- formado exclusivamente por platos fuertes. A veces,
mos de la composición y de los ejecutantes. Los mú- como en los conciertos "populares", casi no hay más
sicos bien saben, por experiencia, que la misma que aperitivos y postres. Pero queda establecido el
música con los mismos ejecutantes puede ser recibi- punto de que la naturaleza de cada pieza de música
da con enormes diferencias por distintos públicos. define su propósito, y la comprensión de este pro-
En otras palabras, la calidad apreciada de la música pósito indica el éxito o fracaso de la composición,
está, claramente, a merced de la calidad real de sus los ejecutantes y los oyentes.
oyentes. Por desgracia para la música, muchos oyen- Nuestros aperitivos y postres musicales no exigen
tes se contentan con meterse en un baño emocional el entendimiento necesario para escuchar música
y limitar su reacción a la música al elemento sensual de gran peso y complicación. Esto en nada disminu-
de sentirse rodeados por sonidos. Pero estos sonidos ye el valor de la música "ligera". Después de todo,
están organizados; los sonidos nos hacen un llama- no existe ningún tipo inaceptable de música: tan
do intelectual así como otro emocional. sólo ejemplos, de muy diversas calidades, desde lo
La aventura de aprender a escuchar la música es bueno hasta lo malo, en cada género. Es importan-
uno de los grandes goces del contacto con este arte. te subrayar estas distinciones en un momento de la
Escuchar es un tema que se puede enseñar, y este historia en que se habla tanto del valor igual de
libro organiza y aclara los enfoques a la materia. todas las clases de música.
Leer este libro sin ayuda no convertirá al lector, La música popular tiene un propósito especial:
súbitamente, en un oyente virtuoso, pero sí podrá entretener mientras exige el menor esfuerzo de
ponerlo en camino. Los esfuerzos que haga el lec- parte del público. Tratar de comparar el valor de la
tor por comprender más lo que está ocurriendo música popular con el de la música llamada seria
serán recompensados, a mil por uno, en el intenso es absurdo. Volviendo a nuestra analogía alimenta-
placer y mayor interés que encontrará. ria, las materias básicas de nuestro alimento no
Desde luego, existe mucha música que no requie- invalidan la "guarnición" que las rodea. Honrar
re una atención especial para gozarla. La música todas las clases de música sin falsas pretensiones
satisface una vasta gama de apetitos, y una com- de comparaciones ilógicas es gozar conforme nues-
paración con un menú bien planeado ilustrará tra naturaleza dicta los diferentes atractivos de di-
nuestro punto. Después de todo, un aperitivo pre- versos esfuerzos. Encontramos placer e inspiración
14 INTRODUCCIÓN

leyendo novelas, poesía y filosofía del carácter más


profundo, mientras al mismo tiempo encontramos
placer relajándonos con una buena revista.
Lo anterior no implica que el equivalente musical NOTA DEL AUTOR PARA LA EDICIÓN
de unos malos alimentos es malo para la salud sino DE 1957
en cambio, que una dieta restringida a una sola es~
pecie de arte resulta limitadora. Este libro debe ayu-
dar a los oyentes que sienten curiosidad por formas CASI han pasado veinte años desde la primera edi-
más complicadas de música. Y no nos equivoque- ción de este libro, en 1939. Es grato, naturalmente,
mos, la gran música ha nacido de grandes esfuerzos saber que sigue siendo útil para los melómanos
de espíritus grandes y dedicados y de oyentes suma- desde entonces, tanto en Estados Unidos como en
mente devotos. El número de personas que escucha
el extranjero.*
~st~ ti~~ de música no es más que un porcentaje Durante las pasadas dos décadas fuimos testigos
ms~glllhcante de aquellos cuyas horas de vigilia de un florecimiento sin precedentes del interés por
estan saturados de sonidos tan omnipresentes todas las formas de música en el mundo entero.
como el aire que respiramos. Tanto la cantidad como la calidad de la música que
En último análisis, el libro de Copland es un libro se escucha ha cambiado, pero, afortunadamente
de propaganda: es un libro escrito por un hombre para el autor, los problemas básicos de "cómo es-
comprometido con la difusión del Evangelio de lo cuchar" siguen siendo los mismos. Por esta razón,
que en días de menor crítica llamábamos "buena sólo fue necesario hacer pequeñas correcciones al
n:úsica". El libro es una invitación, y el lector hará
texto.
bIen en aceptarla. Se han añadido dos nuevos capítulos: uno en
WILLIAM SCHUMAN
torno a la cuestión de cómo se debe escuchar la
Nueva York, 1988 música actual; en el otro consideramos el ámbito
relativamente nuevo de la música para películas y
su relación con el cinéfilo. La primera de esas sec-
ciones requiere una explicación, conforme a lo que
expuse en el prefacio a la primera edición, en el sen-
tido de que la música contemporánea no plantea
problemas especiales de audición en sí misma. Esto
sigue pareciéndome cierto. Sin embargo, es igual-
mente cierto que, después de cincuenta años de la
*Han aparecido traducciones en alemán, italiano, espa-
ñol, sueco, hebreo y persa.

15
16 NOTA DEL AUTOR PARA LA EDICIÓN DE 1957

llamada música moderna, hay miles de melómanos


de buena fe que siguen pensando que suena en
forma diferente. Me pareció que valdría la pena
hacer un esfuerzo adicional para elucidar algunas PREFACIO
facetas del nuevo modo de oír música que no enca-
jan en la panorámica de los demás capítulos. Ambas
secciones nuevas se basan en artículos originalmen- ESTE libro tiene por objeto exponer con la mayor
te preparados para The New York Times Magazine. claridad posible los fundamentos de la audición
Doy las gracias debidas a los directores por permi- inteligente de la música. El "explicar" la música no
tirme reformar parte del material publicado allí. es una tarea fácil, y no puedo hacerme la ilusión de
Al final del libro se encontrará una lista de graba- haberla realizado mejor que los demás. Pero la
ciones de las obras mencionadas en el texto (con al- mayoría de los que escriben sobre la comprensión
gunas adiciones). Para los interesados en otras lec- musical plantean el problema desde el punto de
turas se ha incorporado una pequeña bibliografía, vista del educador o del crítico, mientras que éste
que incluye una lista especial de libros escritos por es el libro de un compositor.
compositores. Esto se hizo con la idea de que los Para el compositor, escuchar la música es una
aficionados a la música conozcan las opiniones de función perfectamente natural y simple. Y así de-
los propios compositores. biera ser para los demás. De haber algo que necesi-
AARON COPLAND te explicación, el compositor cree, naturalmente,
Crotonville, Nueva York puesto que sabe lo que hay en una composición
musical, que nadie con más derecho que él para
decirle al oyente qué es lo que puede sacar de ella.
Ouizá en eso se equivoque el compositor. Ouizá no
pueda ser el artista creador tan objetivo en su modo
de ver la música como lo es el educador. Pero me
parece que vale la pena correr ese riesgo, pues el
compositor tiene en juego algo que es vital para él.
Al ayudar a los demás a oír más inteligentemente la
música, labora por la difusión de la cultura musi-
cal, la cual en definitiva redundará en la mejor
comprensión de sus propias creaciones.
Pero queda en pie el problema de cómo intentar-
lo. ¿Cómo puede el compositor profesional derri-
bar la barrera que hay entre él y el oyente lego?
¿Qué puede decir el compositor para que la música
17
20 PREFACIO

Aun cuando este libro fue escrito originalmente


con destino allego en estas cuestiones, tengo espe-
ranza de que los estudiantes de música puedan
encontrar provecho en su lectura. En su concen- TESTIMONIO DE GRATITUD
tración para perfeccionarse en la determinada
pieza que están estudiando, los típicos estudiantes
de conservatorio tienden a perder de vista la músi- Cómo escuchar la música
ca como un todo. Este libro quizá pueda servir,
especialmente en los últimos capítulos sobre las fue el título de un curso de quince confe-
formas fundamentales, para hacer que cristalicen rencias dadas por el autor en la New
los vagos conocimientos generales que suele ad- School for Social Research de Nueva York
quirir el estudiante. durante los inviernos de 1936 y 1937. El
No se ha encontrado solución al perenne proble- doctor Alvin Johnson, su director, merece
ma de proporcionar ejemplos musicales satisfacto- mi gratitud por haber proporcionado la
rios. Cada pieza de música mencionada en el texto tribuna pública que me estimuló a escri-
está grabada en disco y, por tanto, podrá oírla el bir este libro.
lector. (Unas cuantas excepciones llevan la indi- Las charlas estaban destinadas al pro-
cación de "no hay grabación en el comercio".)* En fano y al estudiante de música, no al
beneficio de una referencia rápida para los lectores músico profesional. Por tanto, el presente
que sepan música, se han impreso en el texto un volumen tiene también un alcance limita-
corto número de ilustraciones musicales. Puede do. Mi propósito no era abarcarlo todo en
que algún día se descubra el método perfecto de una materia que tan fácilmente se dilata,
ilustrar lo que un libro diga sobre música. Hasta sino limitar el examen a lo que me pareció
entonces el pobre lego tendrá que aceptar de buena ser los problemas esenciales de la audi-
fe algunas de mis observaciones. ción.
El manuscrito fue leído por Mr. Elliott
Carter, a quien debo importantes suges-
tiones y críticas amables.

* El número de obras mencionadas por el autor como no


grabadas ha disminuido en estos últimos tiempos. Así, pues,
esa indicación la conservaremos sólo para aquellas obras de
las que, a la hora de entrar en prensa esta traducción, no
tengamos noticia de que hayan sido grabadas. [T.]
1. PRELIMINARES

TODOS los libros que tratan de la comprensión de la


música están de acuerdo en un punto: no se llega a
apreciar mejor este arte sólo con leer un libro que
trate de ese asunto. Si se quiere entender mejor la
música, lo más importante que se puede hacer es
escucharla. Nada puede sustituir al escuchar músi-
ca. Todo lo que tengo que decir en este libro se dice
acerca de una experiencia que el lector sólo podrá
obtener fuera de este libro. Por tanto, el lector
probablemente perderá el tiempo al leerlo, a menos
que haga el propósito firme de oír una mucho
mayor cantidad de música que hasta ahora. Todos
nosotros, profesionales y no profesionales, estamos
tratando constantemente de hacer más profunda
nuestra comprensión de este arte. La lectura de un
libro puede a veces ayudarnos. Pero nada podrá
remplazar la condición principal: escuchar la músi-
ca misma.
Por suerte, las ocasiones de oír música son hoy
mucho más numerosas que nunca. Gracias a la cre-
ciente cantidad de buena música que la radio y el
fonógrafo -sin mencionar el cine y la televisión-
proporcionan, casi cualquiera puede escucharla. En
realidad, como dijo recientemente un amigo mío,
todo el mundo puede hoy día no entender la mú-
sica.
Muchas veces me ha parecido que hay tendencia
a exagerar la dificultad de entender correctamente
la música. Nosotros los músicos encontramos todos
23
24 PRELIMINARES PRELIMINARES 25

los días algún alma sincera que invariablemente, en relaciona con la verdadera comprensión musical,
una forma u otra, nos dice: "Me gusta muchísimo la que es lo que aquí nos importa.
música, pero no entiendo nada de ella." Mis amigos Hay, sin embargo, un mínimo exigible al auditor
dramaturgos y novelistas rara vez oyen a nadie decir inteligente en potencia: que sea capaz de conocer
"no entiendo nada de teatro o de novela". Sin em- una melodía cada vez que la oiga. La sordera musi-
bargo, mucho me temo que esas mismas personas, cal, si es que existe, consistirá en la incapacidad
tan modestas ante la música, tengan exactamente para reconocer una melodía. Quien la padezca es
tanto motivo para serlo ante las demás artes. O, digno de lástima, pero nada se puede hacer por él:
para decirlo de modo más cortés, tengan exacta- es tan inútil para la música como el daltónico lo es
mente tan poco motivo para ser modestas en cuan- para la pintura. * Pero si se tiene la seguridad de
to a su comprensión de la música. Si se tiene algún poder reconocer una melodía dada -no cantar una
sentimiento de inferioridad en lo que se refiere a melodía, sino reconocerla cuando se toque, aun
las propias reacciones musicales, trátese de des- después de algunos minutos y de haberse tocado
echarlo: casi siempre es injustificado. otras diferentes-, entonces es que se tiene la llave
Sea como fuere, no hay razón para que estemos de una comprensión más honda de la música.
alicaídos por lo que toca a nuestras capacidades mu- No basta sólo con oír la música en cada uno de
sicales, mientras no tengamos alguna idea de lo que los momentos en que va existiendo. Hay que poder
significa "ser musical". Hay muchas y extrañas no- relacionar lo que se oye en un momento dado con
ciones populares acerca de eso. Se nos dice siempre, lo que se ha oído en el momento inmediatamente
como prueba irrebatible de que una persona es mu- anterior y con lo que va a venir después. En otras
sical, que "al llegar a casa puede tocar en el piano palabras: la música es un arte que existe en el tiem-
todas las melodías que acaba de oír en el teatro". Ese po. En tal sentido es como la novela, con la diferen-
hecho demuestra sólo una cierta musicalidad de la cia de que es más fácil tener presente lo que sucede
persona en cuestión, pero no indica la clase de sensi- en una novela, porque por una parte se narran en
bilidad musical que aquí se examina. Que un cómico ella hechos concretos y, por otra, uno puede volver
sea buen mimo no quiere decir que sea un actor, y páginas atrás para refrescar su recuerdo. Los "suce-
así sucede también en música: el mimo musical no didos" musicales son por naturaleza más abstractos,
es necesariamente un individuo profundamente de modo que resultan más difíciles de reunir en la
musical. Otro atributo que se encarece siempre que imaginación que los de una novela. Por eso es por lo
se plantea la cuestión de si se es musical es el oído que se hace necesario poder reconocer una melodía.
absoluto. La capacidad de reconocer la nota la cuan- Pues lo que en la música hace las veces de argumen-
do se oye puede ser útil a veces, pero por sí sola no
*William Schuman rebate esta idea. Como resultado de su
prueba que se sea una persona musical. No deberá trabajo práctico con aficionados, sostiene haber conseguido
tomársela más que como indicación de una mu- buenos resultados ayudando a quienes tienen mal oído para
sicalidad fácil, de significación limitada en cuanto se la música a reconocer materiales melódicos.
26 PRELIMINARES

to es, por regla general, la melodía. Generalmente la


melodía es aquello de que trata la pieza. Si no se
puede reconocer una melodía cuando aparece por
primera vez y no se pueden seguir fielmente todas Il. CÓMO ESCUCHAMOS
sus peregrinaciones hasta el final, no comprendo
para qué se ha de seguir escuchando. Eso es darse
cuenta sólo vagamente de la música. Pero el reco- TODOS escuchamos la música según nuestras per-
nocer una melodía quiere decir que se sabe dónde sonales condiciones. Pero para poder analizar más
se está y que se tienen muchas probabilidades de claramente el proceso auditivo completo lo dividire-
saber adónde se va. Es la única condición sine qua mos, por así decirlo, en sus partes constitutivas. En
non para llegar a una comprensión más inteligente cierto sentido, todos escuchamos la música en tres
de la música. planos distintos. A falta de mejor terminología, se
Hay ciertas escuelas que tienden a acentuar el podrían denominar: 1) el plano sensual, 2) el plano
valor que la experiencia práctica de la música tiene expresivo, 3) el plano puramente musical. La única
para el oyente. Y dicen, en efecto: tóquese en el piano ventaja que se saca de desintegrar mecánicamente
con un dedo Old Black loe yeso acercará más a los en esos tres planos hipotéticos el proceso auditivo es
misterios de la música que la lectura de una docena una visión más clara del modo como escuchamos.
de volúmenes. Ningún daño puede hacer, indudable- El modo más sencillo de escuchar la música es
mente, arañar un poco el piano y aun tocarlo media- escuchar por el puro placer que produce el sonido
namente. Pero en cuanto introducción a la música, musical mismo. Ése es el plano sensual. Es el plano
desconfío de ello, aunque no sea más que por los en que oímos la música sin pensar en ella ni exami-
muchos pianistas que se pasan la vida tocando gran- narla en modo alguno. Uno enciende la radio mien-
des obras y, sin embargo, su comprensión de la mú- tras está haciendo cualquier cosa y, distraídamente,
sica es, en general, bastante pobre. En cuanto a los se baña en el sonido. El mero atractivo sonoro de la
divulgadores que comenzaron por pegar a la música música engendra una especie de estado de ánimo
floridas historias y títulos descriptivos y acabaron tonto pero placentero.
por añadir coplas ramplonas a temas de composi- El lector puede estar sentado en su cuarto y leyen-
ciones famosas, su "solución" a los problemas del do este libro. Imagine que suena una nota del piano.
oyente merece el desprecio más absoluto. Esa sola nota es bastante para cambiar inmedia-
Ningún compositor cree que haya atajos para lle- tamente la atmósfera del cuarto, demostrando así
gar a la mejor inteligencia de la música. Lo único que el sonido, elemento de la música, es un agente
que se puede hacer en favor del oyente es señalar poderoso y misterioso del que sería tonto burlarse o
lo que de veras existe en la música misma y explicar hacer poco caso.
razonablemente el cómo y el porqué de la cuestión. Lo sorprendente es que muchos que se conside-
El oyente deberá hacer lo demás. ran aficionados competentes abusan de ese plano
27
28 CÓMO ESCUCHAMOS CÓMO ESCUCHAMOS 29
de la audición musical. Van a los conciertos para tienen por costumbre rehuir toda discusión acerca
perderse. Usan la música como un consuelo o una del lado expresivo de la música. ¿No proclamó el
e.vasión. Entran en un mundo ideal en el que uno no mismo Stravinsky que su música era un "objeto",
tIene que pensar en las realidades de la vida cotidia- una "cosa" con vida propia y sin otro significado
13 a . Por supuesto que tampoco piensan en la música. que su propia existencia puramente musical? Esa
Esta les permite que la abandonen, y ellos se largan actitud intransigente de Stravinsky puede que se
a. un lugar donde soñar, soñando a causa y a propó- deba al hecho de que tanta gente haya tratado de
SIto de la música, pero sin escucharla nunca verda- leer en muchas piezas significados diferentes. Bien
deramente. sabe Dios cuán difícil es precisar lo que quiere decir
S~, e.l ~tractivo del sonido es una fuerza poderosa una pieza de música, precisarlo de una manera ter-
y pnmltI~~, pero no debemos permitirle que usurpe minante, precisarlo, en fin, de modo que todos que-
una porClo~ exagerada de nuestro interés. El plano den satisfechos de nuestra explicación. Mas eso no
sensual es Importante en música, muy importante, debe llevarnos al otro extremo, al de negar a la
pero no constituye todo el asunto. música el derecho a ser "expresiva".
No hay necesidad de más digresiones acerca del Mi parecer es que toda música tiene poder de
plano sensual. Su atracción para todo ser humano expresión, una más, otra menos; siempre hay algún
normal es evidente por sí misma. Pero hay una significado detrás de las notas, y ese significado que
c~s~, que es aguzar nuestra sensibilidad para las hay detrás de las notas constituye, después de todo,
dIstmtas clases de materia sonora que usan diver- lo que dice la pieza, aquello de que trata la pieza.
sos compositores. Porque no todos los composito- Todo este problema se puede plantear muy sencilla-
res usan de una misma manera la materia sonora. mente preguntando: "¿Ouiere decir algo la música?"
No vaya a creerse que el valor de la música está en Mi respuesta a eso será: "Sí." Y "¿Se puede expresar
ra~ó.n directa de su atractivo sonoro, ni que la con palabras lo que dice la música?" Mi respuesta a
mUSlca de sonoridades más deliciosas sea la escrita eso será: "No." En eso está la dificultad.
por el compositor más grande. Si ello fuera así Las almas cándidas no se satisfarán nunca con la
Ra~el sería un creador más grande que Beethoven: respuesta a la segunda de esas preguntas. Necesi-
Lo Importante es que el elemento sonoro varía con tan siempre que la música quiera decir algo, y cuan-
el compositor, que la manera de usarlo éste forma to más concreto sea ese algo, más les gustará. Cuanto
parte integrante de su estilo y hemos de tenerla en más les recuerde la música un tren, una tempestad,
cuenta cu~ndo escuchemos. El lector verá, pues, un entierro o cualquier otro concepto familiar, más
que es valIosa una actitud más consciente, aun en expresiva les parecerá. Esa idea vulgar de lo que
ese plano primario de la audición musical. quiere decir la música --estimulada y sostenida por
El segundo plano en que existe la música es el la usual actitud del comentarista musical- habrá
que llamé plano expresivo. Pero, al pasar a él, nos que reprimirla cuando y dondequiera que se la en-
metemos en plena controversia. Los compositores cuentre. En una ocasión me confesó una dama pusi-
30 CÓMO ESCUCHAMOS CÓMO ESCUCHAMOS 31

lánime s~ sospecha de que debía de haber algún diciendo. Y cualquier músico nos dirá que por eso
grave de~ecto en su comprensión de la música, ya es por lo que Beethoven es el más grande de los dos.
que era Incapaz de asociar ésta con nada preciso. Porque la música que siempre nos dice lo mismo
Por supuesto que eso es poner la cosa al revés. acaba por embotarse pronto necesariamente, pero
Pero continúa en pie la pregunta de ¿qué es -en la música cuyo significado varía un poco en cada
cuanto significado concreto- lo más que el aficio- audición tiene mayores probabilidades de conser-
nado inteligente pueda atribuir a una obra determi- varse viva.
nada? Yo diría que nada más que un concepto Escuche el lector, si puede, los cuarenta y ocho
general. La música expresa, en diversos momentos, temas de las fugas del Clave bien temperado de Bach.
serenidad o exuberancia, pesar o triunfo, furor o Escuche cada tema, uno tras otro. Pronto percibirá
delicia. Expresa cada uno de esos estados de ánimo que cada tema refleja un diferente mundo de senti-
y muchos otros, con una variedad innumerable d~ mientos. Percibirá también pronto que cuanto más
sutiles matices y diferencias. Puede incluso expre- bello le parece un tema, más difícil le resulta encon-
sar alguno para el que no exista palabra adecuada trar palabras que lo describan a su entera satisfac-
en ningún idioma. Yen ese caso los músicos gustan ción. Sí, indudablemente sabrá si es un tema alegre
de decir, casi siempre, que aquello no tiene más o triste, o en otras palabras, será capaz de trazar en
significado que el puramente musical. A veces van su mente un marco de emoción alrededor del tema.
más lejos y dicen que ninguna música tiene más Ahora estudie más de cerca el tema triste. Trate de
significado que el puramente musical. Lo que en especificar exactamente la calidad de su tristeza.
realidad quieren decir es que no se pueden encon- ¿Es una tristeza pesimista o una tristeza resignada,
trar palabras apropiadas para expresar el significa- una tristeza fatal o una tristeza sonriente?
do de la música y que, aunque se pudiera, ellos no Supongamos que el lector tiene suerte y puede
sienten necesidad de encontrarlas. describir en unas cuantas palabras y a su satisfac-
. Pero sea la que fuere la opinión del músico profe- ción el significado exacto del tema escogido. No hay
SIOnal, la mayoría de los novatos en música no garantía de que los demás estén de acuerdo. Ni nece-
dejan de buscar palabras precisas con qué definir sitan estarlo. Lo importante es que cada cual sienta
sus reacciones musicales. Por eso encuentran siem- por sí mismo la específica calidad expresiva de un
pre que Tchaikovsky es más fácil de "entender" que tema o, análogamente, de toda una pieza de música.
Beethoven. En primer lugar, es más fácil pegar una y si es una gran obra de arte, no espere que le diga
palabra significativa a una pieza de Tchaikovsky exactamente lo mismo cada vez que vuelva a ella.
que a una de Beethoven. Mucho más fácil. Además, Por supuesto que ni los temas ni las piezas nece-
por lo que se refiere al compositor ruso, cada vez sitan expresar una sola emoción. Tómese un tema
que volvemos a una pieza suya, casi siempre nos como el primero de la Novena Sinfonía, por ejem-
dice lo mismo, mientras que con Beethoven es a plo. Está indudablemente compuesto por diferentes
menudo toda una gran dificultad señalar lo que está elementos. No dice sólo una cosa. Sin embargo,
CÓMO ESCUCHAMOS 33
32 CÓMO ESCUCHAMOS
Cuando el hombre de la calle escucha "las notas"
cualquiera que lo oiga percibirá una sensación de con un poco de atención, es casi seguro que ha de
energía, una sensación de fuerza. No es una fuerza hacer alguna mención de la melodía. La melodía
que resulta simplemente de lo fuerte que es tocado que él oye o es bonita o no lo es, y generalmente ahí
el tema. Es una fuerza inherente al tema mismo. La deja la cosa. El ritmo será probablemente lo si-
extraordinaria energía y vigor del tema tiene por guiente que le llame la atención, sobre todo si tiene
resultado que el oyente reciba la impresión de que un aire incitante. Pero la armonía y el timbre los
se ha hecho una declaración violenta. Pero no debe- dará por supuestos, eso si llega a pensar siquiera en
mos nunca tratar de reducirlo a "el mazo fatal de la ellos. Yen cuanto a que la música tenga algún gé-
vida", etc. Y ahí es donde comienza la disensión El nero de forma definida, es una idea que no parece
músico, exasperado, dice que aquello no significa
habérsele ocurrido nunca.
otra c~sa que las notas mismas, mientras que el no Es muy importante para todos nosotros que nos
profeSiOnal est~ demasiado impaciente por aga- hagamos lClás sensibles a la música en su plano
rrarse a cualqUier explicación que le dé la ilusión puramente musical. Después de todo, es una mate-
de acercarse al significado de la música. ria verdaderamente musical lo que se está emplean-
~hora, quiz~ sepa mejor el lector lo que quiero do. El auditor inteligente debe estar dispuesto a
deCIr cuando dIgo que la música tiene en verdad un aumentar su percepción de la materia musical y de
significado expresivo, pero que no podemos decir lo que a ésta le ocurre. Debe oír las melodías, los
en unas cuantas palabras lo que sea ese significado. ritmos, las armonías y los timbres de un modo más
El tercer plano en que existe la música es el consciente. Pero sobre todo, a fin de seguir el pen-
plano puramente musical. Además del sonido delei- samiento del compositor, debe saber algo acerca de
toso de.l~ música y el sentimiento expresivo por los principios formales de la música. Escuchar
ella emItIdo, la música existe verdaderamente en todos esos elementos es escuchar en el plano pura-
cuanto las notas mismas y su manipulación. La
mente musical.
mayoría de los oyentes no tienen conciencia sufi- Permítaseme repetir que sólo en obsequio a una
cientemente cl~ra de este tercer plano. Hacer que mayor claridad disocié mecánicamente los tres dis-
se percaten mejor de la música en ese plano será en tintos planos en que escuchamos. En realidad,
gran parte la tarea de este libro. nunca se escucha en este plano o en aquel otro. Lo
Por otro lado, los músicos profesionales piensan que se hace es relacionarlos entre sí y escuchar de
demasiado en las meras notas. A menudo caen en las tres maneras a la vez. Ello no exige ningún es-
el error de a~straerse tanto en sus arpegios y stac- fuerzo mental, ya que se hace instintivamente.
catos, que olVIdan los aspectos más hondos de la mú- Esa correlación instintiva quizá se aclare si la
sica que ejecutan. Pero desde el punto de vista del compararnos con lo que nos sucede cuando vamos al
profano, no es tanto cuestión de vencer malos hábi- teatro. En el teatro nos darnos cuenta de los actores
tos en el plano puramente musical corno de ente- y las actrices, los vestidos y los decorados, los ruidos
rarse mejor de lo que sucede en cuanto a las notas.
34 CÓMO ESCUCHAMOS CÓMO ESCUCHAMOS 35

y los movimientos. Todo eso le da a uno la sensación Lo que el lector debe procurar, pues, es una espe-
de que el teatro es un lugar en el que es agradable cie de audición más activa. Lo mismo si escuchamos
estar y ello constituye el plano sensual de nuestras a Mozart que a Duke Ellington, podremos hacer más
reacciones teatrales. honda nuestra comprensión de la música con sólo
El plano expresivo del teatro se derivará del sen- ser unos oyentes más conscientes y enterados, no
timiento que nos produzca lo que sucede en la esce- alguien que se limita a escuchar, sino alguien que
na. Se nos mueve a lástima, se nos agita o se nos escucha algo.
alegra. Y es ese sentimiento genérico, engendrado
al margen de las determinadas palabras que allí se
dicen, un algo emocional que existe en la escena, lo
que es análogo a la cualidad expresiva de la música.
La trama y su desarrollo equivalen a nuestro
plano puramente musical. El dramaturgo crea y
desarrolla un personaje de la misma manera, exac-
tamente, que el compositor crea y desarrolla un
tema. Y según el mayor o menor grado en que nos
demos cuenta de cómo el artista en cualquiera de
ambos terrenos maneja su material, así seremos
unos auditores más o menos inteligentes.
Con facilidad se echa de ver que el espectador
teatral nunca percibe separadamente ninguno de
esos tres elementos. Los percibe todos al mismo
tiempo. Otro tanto sucede con la audición de la
música. Escuchamos en los tres planos simultánea-
mente y sin pensar.
En un cierto sentido, el oyente ideal está dentro y
fuera de la música al mismo tiempo, la juzga y la
goza, quiere que vaya por un lado y observa que se
va por otro; casi lo mismo que le sucede al compo-
sitor cuando compone, porque, para escribir su
música, el compositor tiene también que estar den-
tro y fuera de su música, ser llevado por ella, pero
también criticarla fríamente. Tanto la creación
como la audición musical implican una actitud que
es subjetiva y objetiva al mismo tiempo.
EL PROCESO CREADOR EN LA MÚSICA 37

Se pregunta: "¿Estoy hoy como para componer?" Y


si está como para componer, compone. Es más o
menos como si se preguntase: "¿Tengo sueño?" Si se
tiene sueño, se va a dormir. Si no se tiene sueño,
III. EL PROCESO CREADOR EN LA se está levantado. Si el compositor no está como
MÚSICA para componer, no compone. Así es de sencilla la
cosa.
Por supuesto que cuando se ha acabado de com-
LA MAYORÍA de la gente quiere saber cómo se hacen poner se tiene la esperanza de que todo el mundo,
las cosas. No obstante, admite francamente sen- incluso uno mismo, reconocerá como inspirado lo
tirse a ciegas cuando se trata de comprender cómo que se ha escrito. Mas ésa es realmente una idea
se hace una pieza de música. Dónde comienza el añadida al final.
compositor, cómo se las arregla para seguir adelan- Alguien me preguntó una vez en una tribuna
te -en realidad, cómo y dónde aprende su oficio-, pública si yo aguardaba la inspiración. Mi respues-
todo eso está envuelto en impenetrables tinieblas. ta fue: "¡Todos los días!" Pero eso no implica en
El compositor es, en una palabra, un hombre miste- modo alguno estarse en una pasiva espera del soplo
rioso para la mayoría de la gente, y el taller del divino. Eso es exactamente lo que diferencia al pro-
compositor una torre de marfil inaccesible. fesional del diletante. El compositor profesional
Una de las primeras cosas que la mayoría de la puede sentarse día tras día y producir algo de músi-
gente quiere que le expliquen con respecto a la com- ca. Unos días será, indudablemente, mejor que
posición es la cuestión de la inspiración. Les es difí- otros; pero el hecho principal es la capacidad para
cil creer que los compositores no se preocupan de componer. La inspiración es a menudo sólo un pro-
esa cuestión como ellos habían supuesto. Allego le ducto derivado.
es siempre difícil comprender cuán natural es com- La segunda cuestión que intriga a la mayoría de la
poner para el compositor. Tiene tendencia a ponerse gente se plantea generalmente así: "¿Escribe usted
en el lugar del compositor y representarse los pro- su música con ayuda del piano?" Es muy corriente la
blemas de éste -incluyendo el de la inspiración- idea de que hay algo vergonzoso en escribir una pie-
desde su punto de vista de profano. Olvida que para za de música con ayuda del piano. Junto con ella
un compositor el componer equivale a realizar una corre la imagen mental de Beethoven componiendo
función natural. Es como comer o dormir. Algo que en medio del campo. Pero piénsese un momento y se
da la casualidad de ser aquello para lo que el com- verá que el escribir lejos del piano no es hoy día un
positor nació, y por eso a los ojos de éste pierde el asunto tan sencillo como en tiempos de Mozart o
carácter de virtud especial. Beethoven. Cuando menos porque la armonía es
Por eso el compositor ante la cuestión de la ins- hoy más compleja que entonces. Pocos composi-
piración no se pregunta: "¿Me siento inspirado?" tores son capaces de escribir toda una composición
36
38 EL PROCESO CREADOR EN LA MÚSICA EL PROCESO CREADOR EN LA MÚSICA 39

sin hacer alguna comprobación en el piano. Stra- tor oye una especie de tambarileo yeso le será sufi-
vinsky, en su autobiografía, I va tan lejos que afirma ciente para ponerse en marcha. Pronto comenzará
que es malo escribir música lejos del piano, pues el a oír por encima de eso un acompañamiento y una
compositor debe estar siempre en contacto con la melodía. Pero la concepción primera fue un mero
matiere sonare. Eso es tomar violentamente la acti- ritmo. También es posible que un diferente tipo de
tud contraria. Pero, en fin, la manera como escribe compositor comience con un tejido de dos o tres
un compositor es asunto personal. El método no melodías oídas simultáneamente. Pero ésa es una
importa. El resultado es lo que cuenta. especie menos frecuente de inspiración temática.
La cuestión realmente importante es: "¿Con qué Todas ésas son diferentes maneras en que puede·
comienza el compositor, cuál es su punto de parti- presentarse al compositor la idea musical.
da?" La respuesta a eso es: todo compositor co- Ahora bien, el compositor tiene la idea. Tiene
mienza con una idea musical, una idea musical, varias en su cuaderno y las examina de la misma
entiéndase bien, no una idea mental, literaria o manera, más o menos, que lo haría el oyente si las
extramusical. Un tema se le ocurre de pronto. (Te- contemplara. Quiere saber lo que tiene. Examina la
ma está empleado como sinónimo de idea musi- línea musical en cuanto belleza puramente formal.
cal.) El compositor parte de su tema; y el tema es un Le gusta ver cómo se eleva y cae, como si fuese un
don del cielo. El compositor no sabe de dónde le dibujo en lugar de una línea musical. Puede incluso
viene, no tiene poder sobre él. Viene casi como la es- tratar de retocarla, exactamente como se podría
critura automática. Por eso el compositor suele hacer al dibujar una línea, de modo que se mejore
tener un cuaderno donde va escribiendo temas la ondulación del contorno melódico.
según se le ocurren. Colecciona ideas musicales. Pero también necesita saber qué significado
No se puede hacer nada tocante a ese elemento de emocional tiene su tema. Si toda música tiene un
la composición. valor expresivo, entonces el compositor debe tener
La idea misma puede venir en varias formas. conciencia de los valores expresivos de su tema.
Puede venir como una melodía, exactamente como Puede que le sea imposible enunciarlo en unas
una simple línea melódica que uno canturrea para cuantas palabras, ¡pero lo siente! Instintivamente
sÍ. O puede venirle al compositor como una melo- sabe si tiene un tema alegre o triste, noble o dia-
día con acompañamiento. Puede que a veces el bólico. Puede que a veces se confunda sobre su
compositor ni llegue a oír una melodía; quizá sim- cualidad exacta. Pero tarde o temprano y probable-
plemente conciba una figura de acompañamiento a mente por instinto decidirá cuál es la naturaleza
la que más tarde probablemente añada una melo- emocional de su tema, ya que eso es con lo que
día. 0, por otra parte, el tema puede tomar la tiene que trabajar.
forma de una idea puramente rítmica. El composi- Recuérdese siempre que un tema, después de
todo, no es más que una sucesión de notas. Con sólo
t Chroniques de ma vie es el título original. [T.] cambiar la dinámica, es decir, con tocarla con fuerza
40 EL PROCESO CREADOR EN LA MÚSICA EL PROCESO CREADOR EN LA MÚSICA 41

y decisión, o con suavidad y timidez, se puede hacer por tanto, más adecuado para un cuarteto de cuer-
que cambie la emoción de una misma sucesión de da? ¿Es un tema lírico cuyo máximo aprovecha-
notas. Con un cambio de armonía se le puede dar miento estará en una canción, o será mejor, dada su
una nueva mordacidad al tema y con un diferente calidad dramática, reservarlo para un tratamiento
tratamiento rítmico unas mismas notas pueden operístico? A veces el compositor tiene ya la mitad
resultar una danza guerrera en vez de una canción de una obra y todavía no sabe para qué medio so-
de cuna. Todo compositor tiene presentes las meta- noro será más conveniente.
morfosis posibles de su sucesión de notas. Primero Hasta aquí vine presuponiendo un compositor
trata de encontrar su naturaleza esencial y, des- abstracto ante un tema abstracto. Pero realmente
pués, qué es lo que se puede hacer con ella, cómo se puedo distinguir en la historia de la música tres
puede cambiar momentáneamente esa naturaleza tipos diversos de compositores, cada uno de los
esencial. cuales concibe la música de una manera un tanto
Es un hecho que la mayoría de los compositores diferente.
saben que cuanto más completo es un tema menos El tipo que más ha inflamado la imaginación
posibilidad hay de verlo bajo varios aspectos. Si el pública es el del compositor de inspiración espon-
tema en su primera forma es bastante largo y bas- tánea; en otras palabras, el tipo Franz Schubert.
tante completo, puede que le sea difícil al compo- Todos los compositores tienen inspiración, por su-
sitor verlo de cualquier otro modo. El tema, en ese puesto, pero los de ese tipo la tienen más espon-
caso, existe ya en su forma definitiva. Ése es el táneamente. La música, sencillamente, brota de
porqué de que la gran música se pueda escribir con ellos. Y no alcanzan a anotarla con la suficiente
temas insignificantes en sí mismos. Se podría muy rapidez. Casi siempre se puede descubrir ese tipo
bien decir que cuanto menos completo y menos de compositor por lo muy prolífico de su produc-
importante es el tema, tantas más probabilidades ción. Schubert, durante ciertos meses, escribió una
hay de que sea apto para recibir nuevas connota- canción por día. Lo mismo hizo Hugo Wolf.
ciones. Algunas de las fugas para órgano más En cierto sentido, los hombres de esa especie
grandes de Bach están construidas con temas que parten no tanto de un tema musical como de una
relativamente no tienen en sí ningún interés. composición completa. Invariablemente trabajan
La idea corriente de que toda música es bella o mejor en las formas pequeñas. Es más fácil impro-
no según lo sea o no el tema es errónea en muchos visar una canción que improvisar una sinfonía. Y no
casos. Ciertamente el compositor no tiene sólo ese es fácil mantenerse inspirado de esa manera espon-
criterio para juzgar su tema. tánea durante mucho tiempo cada vez. El mismo
Después de haber considerado su material temá- Schubert estuvo más afortunado al manejar las for-
tico, el compositor tiene que decidir a qué medio mas pequeñas de la música. El hombre de inspira-
sonoro conviene mejor. ¿Es un tema propio de una ción espontánea es sólo un tipo de compositor, con
sinfonía, o parece de carácter más íntimo, y será, sus propias limitaciones.
42 EL PROCESO CREADOR EN LA MÚSICA EL PROCESO CREADOR EN LA MÚSICA 43

Beethoven simboliza el segundo tipo: el tipo cons- El tipo tradicionalista de compositor parte de un
tructivo, podríamos denominarlo. Ese tipo ilustra patrón más que de un tema. El acto creador en Pa-
mejor que ninguno otro mi teoría del proceso crea- lestrina no es tanto la concepción temática como el
dor en la música, porque en ese caso el compositor tratamiento personal de un patrón perfectamente
sí que parte de un tema musical. En el caso de fijado. Y el mismo Bach, que concibió en su Clave
Beethoven no hay duda de ello, pues tenemos los bien temperado cuarenta y ocho temas de lo más
cuadernos de apuntes en que anotaba los temas. Por variado e inspirado, conocía de antemano el molde
sus cuadernos podemos ver cómo trabajaba sus formal general que iban a llenar. No hay para qué
temas, cómo no los abandonaba sino hasta que los decir que hoy día no vivimos en una época tradi-
había perfeccionado tanto como podía. Beethoven cionalista.
no fue de ningún modo un compositor inspirado en Podríamos añadir, como complemento, un cuar-
el sentido en que lo fue Schubert. Fue de los que to tipo de compositor, el del explorador: hombres
parten de un tema, lo hacen una idea germinativa y como Gesualdo en el siglo XVII, Mussorgsky y Ber-
sobre eso construyen una obra musical, día tras lioz en el XIX, Debussy y Edgar Vares e en el xx. Es
día, laboriosamente. La mayoría de los composi- difícil resumir los métodos de composición usados
tores desde los tiempos de Beethoven pertenecen a por un grupo tan abigarrado. Lo que se puede decir
ese segundo tipo. con seguridad es que su actitud como compositores
Al tercer tipo de creador sólo puedo denominar- es la contraria de la del tipo tradicionalista. Son
lo, a falta de mejor nombre, el tipo tradicionalista. opuestos claramente a las soluciones convencio-
Los hombres como Palestrina y Bach pertenecen a nales de los problemas de la música. En muchos
esa categoría. Ambos son ejemplos de esa especie sentidos su actitud es experimental: buscan aportar
de compositores que han nacido en un cierto pe- nuevas armonías, nuevas sonoridades, nuevos prin-
riodo de la historia musical en que un determinado cipios formales. El tipo del explorador es carac-
estilo está a punto de alcanzar su máximo desarro- terístico del paso del siglo XVI al XVII, y también de
llo. En tales momentos la cuestión es crear música los comienzos del xx, pero es mucho menos patente
en un estilo conocido y aceptado y hacerlo mejor hoy.2
que cualquiera de los que lo hicieron antes. Mas volvamos a nuestro teórico compositor. Lo
tenemos con su idea -su idea musical-, con un
Beethoven y Schubert partieron de una premisa
cierto concepto en cuanto a la naturaleza expresiva
diferente. ¡Ambos tenían serias pretensiones a la
de esa idea, con un sentido de lo que se puede
originalidad! Y después de todo se puede decir que
Schubert creó él solo la forma canción y que la faz
entera de la música cambió después de Beethoven. 2 Experimentos recientes con música producida electrónica-

Pero Bach y Palestrina simplemente hicieron pro- mente, sin embargo, apuntan hacia una nueva especie de com-
positor de formación científica como el tipo pionero de nuestro
gresos sobre lo que se había hecho antes de ellos. tiempo.
44 EL PROCESO CREADOR EN LA MÚSICA EL PROCESO CREADOR EN LA MÚSICA 45

hacer con ella y con una noción preconcebida acer- Viene ahora la tarea más difícil de todas: la sol-
ca de qué medio sonoro le conviene más. Pero aún dadura de todo ese material de modo que consti-
no tiene una pieza. Una idea musical no es lo mismo tuya un todo coherente. En el producto acabado,
que una pieza de música. Es solamente instigación de todo debe estar en su sitio. Es preciso que e! oyente
una pieza de música. El compositor sabe muy bien pueda saber orientarse por la pieza. No deberá
que es necesario algo más para crear la composi- haber posibilidad de que confunda e! tema princi-
ción completa. pal con e! material puente o viceversa. La composi-
Primero que todo, trata de hallar otras ideas que ción debe tener un principio, un medio y un fin, y al
parezcan ir bien con la primera. Pueden ser ideas compositor corresponde hacer que el oyente tenga
de carácter análogo o pueden estar en contraste alguna idea de dónde está en relación con e! princi-
con ella. Esas ideas adicionales no serán, probable- pio, el medio y el fin. Además la cosa toda ha de
mente, tan importantes como la que primero se le manejarse diestramente, de suerte que nadie pueda
ocurrió; tal vez desempeñarán un papel subsidia- decir dónde comenzó la soldadura, dónde cesó la
rio. Sin embargo, parecen francamente necesarias invención espontánea y comenzó el trabajo penoso.
como complemento de la primera. Pero eso aún no Por supuesto que no trato de sugerir que al reunir
es bastante. Hay que encontrar algún camino para sus materiales el compositor comience a la ventura.
pasar de una idea a la siguiente y ello generalmente Por el contrario, todo compositor bien preparado
se consigue por medio de! material llamado de tiene, a modo de mercancías en almacén, determi-
puente. nados moldes estructurales normales en que apo-
Hay todavía otras dos maneras para que e! com- yarse para construir la armazón de sus composi-
positor aumente su material original. Una es e! alar- ciones. Esos moldes formales de que hablo se han
gamiento. Es frecuente que el compositor descubra desarrollado todos gradualmente durante cientos
la necesidad de alargar un determinado tema de de años como producto de los esfuerzos combi-
suerte que su carácter se defina más claramente. nados de innumerables compositores que buscaban
Wagner fue un maestro de! alargamiento. La otra la manera de asegurar la coherencia de sus com-
manera es a la que me refería cuando me imagi- posiciones. Lo que son esas formas y en qué modo
naba al compositor examinando las posibles meta- depende de ellas el compositor lo veremos en capí-
morfosis de su tema. Es el desarrollo del material tulos posteriores.
-de! que tanto se ha escrito- y que constituye una Pero sea la que fuere la forma que el compositor
parte importantísima del trabajo de! compositor. decida adoptar, siempre hay un gran desiderátum:
Todas estas cosas son necesarias para la creación la forma debe tener lo que en mis tiempos de estu-
de una pieza hecha y derecha: la idea germen, la diante solíamos denominar la grande ligne (la gran
adición de otras ideas menores, el alargamiento de línea). Es difícil explicar adecuadamente al profano
las ideas, e! material puente para el enlace de las e! significado de esta frase. Para comprenderla jus-
ideas y e! desarrollo completo de éstas. tamente referida a una pieza de música, hay que
46 EL PROCESO CREADOR EN LA MÚSICA

sentirla. En otras palabras, significa sencillamente


que toda buena pieza de música debe darnos una
sensación de fluidez, una sensación de continuidad
de la primera a la última nota. Ese principio lo IV. LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA
conoce todo estudiante elemental de música, ¡pero MÚSICA
su puesta en práctica ha sido una prueba para las
más grandes mentes musicales! Una gran sinfonía
es un Mississippi hecho por el hombre, a lo largo 1. EL RITMO
del cual, desde el momento de la despedida, nos
deslizamos irresistiblemente hacia un destino pre- LA MÚSICA tiene cuatro elementos esenciales: el
visto mucho antes. La música debe fluir siempre, ritmo, la melodía, la armonía y el timbre. Esos cua-
pues eso es parte de su misma esencia, pero la tro ingredientes constituyen los materiales del com-
creación de esa continuidad y ese fluir -la gran positor. Trabaja con ellos de igual manera que
línea- constituye el alfa y omega de la existencia cualquier otro artesano con los suyos. Desde el
de todo compositor. punto de vista del oyente lego, tienen sólo un valor
limitado, pues ese oyente rara vez se da cuenta de
cualquiera de ellos separadamente. Es su efecto
combinado -la red sonora, aparentemente inex-
tricable, que forman- lo que más importa a los
oyentes.
No obstante, el profano encontrará que es casi
imposible tener un concepto más pleno del con-
tenido musical si no se ahonda hasta cierto punto
en las dificultades y complicaciones del ritmo, la
melodía, la armonía y el timbre. Un conocimiento
completo de esos diferentes elementos pertenece a
las técnicas más profundas del arte. En un libro
como éste no se habrá de dar más información que
la necesaria para ayudar al oyente a comprender
más cabalmente el efecto del conjunto. Pero tam-
bién es necesario que el lector tenga algunos cono-
cimientos acerca del desarrollo histórico de esos
elementos fundamentales, si es que ha de alcanzar
un concepto más justo de la relación existente entre
la música contemporánea y la del pasado.
47
48 LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA
LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA 49
La mayoría de los historiadores están de acuer-
cionario, pues tuvo el efecto de liberar y al mismo
do en que la música, si comenzó de algún modo,
tiempo refrenar la música.
comenzó con la percusión de un ritmo. Un ritmo
Hasta aquel tiempo, mucha de la música de que
puro tiene un efecto tan inmediato y directo sobre
tenemos alguna noticia era música vocal; acom-
nosotros que instintivamente percibimos sus oríge-
pañaba invariablemente a la poesía o la prosa
nes prístinos. Y si tenemos algún motivo para des-
como una modesta asistenta. Desde el tiempo de
confiar de nuestro instinto en esa materia, siempre
los griegos hasta el pleno florecimiento del canto
podremos recurrir a la música de los pueblos. pri-
gregoriano, el ritmo de la música fue el ritmo natu-
mitivos para su comprobación. Hoy, como SIem-
ral, desmaneado del lenguaje hablado en prosa o en
pre, es ésa una música casi exclusivamente rítmi,ca
verso. Nadie, ni entonces ni después, ha podido
y a menudo de una complejidad aso~brosa. N~ ,solo
jamás escribir con alguna exactitud es~ clase de
el testimonio de la música misma, SInO tamblen la
ritmo. Monsieur Jourdain, el protagonIsta de la
estrecha relación que hay entre ciertos moldes for-
comedia de Moliere, se habría asombrado doble-
males con otros rítmicos y los vínculos naturales del
mente de haber sabido no sólo que estaba hablan-
movimiento corporal con los ritmos básicos, cons-
do en prosa, sino que el ritmo de su prosa era de
tituyen una prueba más, si alguna prueba se necesi-
una sutileza tal que desafiaba la transcripción.
tase, de que el ritmo es el primero de los elementos
Los primeros ritmos que se transcribieron con
musicales.
feliz éxito eran de un carácter mucho más regular.
Muchos miles de años habían de pasar antes de
Esa innovación tuvo gradualmente efectos numero-
que el hombre aprendiese a escribir lo~ ritmos qU,e
sos y de largo alcance. Ayudó considerablemente a
primero tocó y luego, en edades postenores, .canto.
independizar de la palabra a la música, suministró
Aún hoy está lejos de ser perfecto nuestro sIstema
música de estructura rítmica propia; hizo posible la
de notación rítmica. Todavía no podemos anotar
reproducción exacta, generación tras generación,
diferencias sutiles, como ésas que añade instintiva-
de los conceptos rítmicos del compositor; y, lo más
mente el ejecutante consumado. Pero nuestro sis-
importante de todo, hizo posible la subsiguiente
tema, con su distribución regular de las unidades
música contrapuntística, o a varias voces, inimagi-
rítmicas en compases separados por las barras de
nable sin unidades métricas medidas. Sería difícil
compás, es suficiente en la mayoría de los casos. .
exagerar el gcnio inventivo de los primeros en des-
Cuando se anotó por primera vez el ritmo musI-
arrollar la notación rítmica. Pero sería tonto no
cal, no se medía distribuyendo uniformemente las
reconocer toda la influencia \imitadora que ejerció
unidades métricas, como se hace ahora. Hasta 1150,
sobre nuestra imaginación rítmica, particularmen-
más o menos, no se comenzó a introducir lenta-
te en ciertas épocas de la historia musical. Cómo
mente en la civilización occidental la "música me-
aconteció eso, pronto lo veremos.
dida", como entonces se le llamó. De dos maneras
A estas alturas puede que el lector se esté pregun-
opuestas se podría considerar ese cambio revolu-
tando qué queremos decir, musicalmente hablando,
50 LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA 51
UNO - dos - tres, o DOS - tres,
con "unidades métricas medidas". Casi todo el uno - uno - dos - TRES

mundo, en alguna época de su vida, tomó parte en IJ


>
J JI I J 1> J I J J -y
>
un desfile. Las pisadas mismas parecen gritar: IZ-
QUIERDO, derecho, IZQUIERDO, derecho; o UNO, El segundo y el tercero son ejemplos de acen-
dos, UNO, dos; o, para decirlo con la terminología tuación irregular o trastocada del compás de 3/4 .
musical más simple: La fascinación e impacto emocional de ritmos
UNO - dos
simples como ésos, cuando se repiten una y otra
UNO - dos I

vez, como a veces se hace con resultado elec-


,1>
J 1 >
JI trizante, es algo que no se puede analizar. Todo lo
más que podemos hacer es reconocer humilde-
Eso es una! unidad métrica medida de 2/4. Se podría mente su efecto poderoso y a menudo hipnótico
seguir marcando por algunos minutos esa misma sobre nosotros y no sentirnos tan superiores a los
unidad métrica, como a veces hacen los niños, y en- salvajes que primero los descubrieron.
tonces tendríamos el patrón rítmico básico de cual- Con todo, tales ritmos simples llevan consigo el
quier marcha. Lo mismo es cierto para la unidad peligro de la monotonía, especialmente si son usa-
métrica básica ternaria: dos por los llamados compositores de música
"artística". Los compositores del siglo XIX, interesa-
UNO - dos - tres dos principalmente por ampliar eUenguaje armó-
11> J J 1 nico de la música, permitieron que se embotase su
sentido del ritmo con una dosis excesiva de acentos
colocados a intervalos regulares. Aun los más gran-
que es compás de 3/4 . Si doblamos el primero de des de ellos están expuestos a esa acusación. Eso es
esos ritmos, tendremos un compás de 4/4, así: UNO- probablemente el origen del concepto del ritmo que
dos-TRES-cuatro. Si se dobla el segundo, tendremos tenían los maestros de música corrientes de la ge-
el compás de 6/4 : UNO-dos-tres-CUATRO-cinco-seis. neración anterior, los cuales enseñaban que la pri-
En esas unidades simples la fuerza -o acento, como mera parte de toda unidad métrica es siempre
le llamamos en música (marcado así: » - cae nor- fuerte.
malmente en el primer golpe o parte de cada com- Pero hay, por supuesto, un concepto de la vida
pás. Pero la nota acentuada no tiene por qué ser ne- rítmica más rico que ése, aun en el caso de los clá-
cesariamente la primera del compás. Como ejemplo, sicos del siglo XIX. Para explicar en qué consiste es
tómese un compás de 3/4 . Es posible acentuar no necesario aclarar la diferencia entre metro y ritmo.
sólo la primera parte, sino también la segunda o la Entendido rectamente, rara vez hay en la música
tercera, así: artística un esquema rítmico que no conste de estos
dos factores: metro y ritmo. El profano, poco fami-
1 En el ejemplo hay realmente dos. [T.] liarizado con la terminología musical, puede evi-
52 LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA 53

tarse cualquier confusión entre los dos si tiene pre- una mano derecha que actúan al mismo tiempo. La
sente una situación análoga en poesía. Cuando es- mano izquierda no hace a menudo, rítmicamente
candimos un verso, estamos midiendo simplemente hablando, más que tocar un acompañamiento en el
sus unidades métricas, exactamente lo mismo que que metro y ritmo coinciden exactamente, mien-
hacemos en música cuando dividimos las notas en tras la derecha se mueve con libertad por dentro y
valores distribuidos regularmente. En ninguno de por fuera de la unidad métrica sin jamás violentar-
ambos casos tenemos el ritmo de la frase. Así, si la. Un ejemplo especialmente bello de eso es el tiem-
recitamos los dos versos siguientes acentuando las po lento del Concerto italiano de Bach. También
pulsaciones regulares del metro, obtendremos: Schumann y Brahms ofrecen ejemplos de un sutil
juego entre el metro y el ritmo.
En médio dél inviérno está templáda Hacia fines del siglo XIX comenzó a romperse la
el água dúlce désta c1ára fuénte. 2 cansada regularidad de las unidades métricas basa-
das en doses y treses y sus múltiplos. En vez de
Leyéndolos así, obtenemos sólo el sentido silábi- escribir un ritmo invariable de UNO-dos, UNO-dos
co, no el sentido rítmico. El ritmo viene solamente o UNO-dos-tres, UNO-das-tres, encontramos que
cuando lo leemos con la entonación debida al sen- Tchaikovsky aventura en el segundo tiempo de su
tido de la frase. Sinfonía patética un ritmo compuesto de esos dos:
Así también en música, cuando acentuamos el UN O-dos- U N O-dos- tres, U N O-dos- U N O-dos- tres.
primer tiempo: UNO-dos-tres, UNO-dos-tres y así O, para decirlo con más exactitud: UNO-dos-TRES-
sucesivamente, como a algunos nos enseñaron cuatro-cinco, UNO-dos-TRES-cuatro-cinco. Sin du-
nuestros maestros, obtenemos sólo el metro. El da que Tchaikovsky, al igual que otros compositores
ritmo verdadero lo obtendremos solamente cuando msos de su tiempo, no hizo sino utilizar las fuentes
acentuemos las notas de acuerdo con el sentido de la canción popular rusa al introducir ese metro
musical de la frase. La diferencia entre música y insólito. Pero cualquiera que sea su procedencia,
poesía está en que en música pueden presentarse al desde entonces nuestros esquemas rítmicos no han
mismo tiempo de manera más patente el sentido vuelto a ser lo que eran.
del metro y el sentido del ritmo. Sin ir más lejos, en El compositor mso, empero, no había dado más
una pieza para piano hay una mano izquierda y que el primer paso. Si bien partió de un ritmo infor-
mal a cinco, no pasó de mantenerlo rigurosamente
2 Con estos versos de la Égloga Segunda de Garcilaso sus-
tituimos los dos de análoga estructura yámbica que, sin
durante todo el tiempo. A Stravinsky habría de co-
declarar su procedencia -Soneto UII de Shakespeare-, cita ITesponder el deducir la inevitable conclusión: escri-
el autor: bir metros cambiantes a cada compás. Semejante
What ís vour súbslance whéreofáre you máde,
procedimiento tiene un poco este aspecto: UNO-dos,
That mdlions ófstrange shádows ón yOll ténd? UNO-dos-tres, UNO-das-tres, UNO-dos, UNO-dos-
[T.] tres-cuatro, UNO-dos-tres, UNO-dos, etc. Ahora,
54 LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA 55

léase eso acompasadamente y tan de prisa como se cuatro negras en que se puede dividir durarán un
pueda: se verá entonces por qué los músicos encon- segundo cada una. En nuestro sistema es usual
traban difícil a Stravinsky cuando era una novedad, reunir las figuras en compases. Cuando en cada
y por qué también mucha gente encontraba descon- compás hay cuatro negras, como es frecuente-
certante la mera audición de esos ritmos nuevos. No mente el caso, se dice que la pieza está en compás
obstante, sin ellos resulta difícil ver cómo habría de cuatro por cuatro. Eso significa, por supuesto,
podido lograr Stravinsky esos efectos rítmicos me- que cuatro negras o su equivalente -dos blancas o
llados y toscos que primero le dieron fama. una redonda- compondrán un compás. Cuando un
Al mismo tiempo una nueva libertad se desarro- compás de cuatro por cuatro se divide en ocho
lló dentro de los confines de un solo compás. Habrá corcheas, la manera normal de distribuir éstas será
que explicar que en nuestro sistema de notación agruparlas de dos en dos: 2-2-2-2.
rítmica se usan las siguientes figuras arbitrarias:
redonda o, blanca J, negra J, corchea
semicorchea o doble corchea ~ , fusa o trip'le
JI ' J J
corchea Jl '
semifusa o cuádruple corchea .-.
En cuanto a duración, una redonda equivaldrá a
dos blancas o cuatro negras u ocho corcheas y así
nn
sucesivamente: Los compositores modernos tuvieron la idea muy
natural de distribuir desigualmente las corcheas en
que se dividen las negras:
o d d
o J J J J
o nnnn 0: 4

El valor temporal de una redonda no es más que


relativo, es decir, que una redonda puede durar dos
segundos o veinte, según que el t empo 3 sea rápido El número de corcheas sigue siendo el mismo,
o lento. Pero en todo caso los valores en que se pero su distribución ya no es 2-2-2-2, sino 3-2-3 o
puede dividir son divisiones estrictas. En otras 2-3-3 o 3-3-2. Prolongando ese principio, no tarda-
palabras, si una redonda dura cuatro segundos, las rán los compositores en ponerse a escribir ritmos

3 Velocidad a que se ejecuta la música. [T.] 4 Véase el ejemplo de Roy Harris, p. 68. [T.]
56 LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA 57

similares fuera de las barras de compás, dando a sus Pero son dos o más ritmos con primeros tiempos que
ritmos este aspecto gráfico: 2-3-3-2-4-3-2-etcétera. no coinciden lo que realmente produce ritmos in-
citantes y fascinadores.
InllTIlmlnl JJJJI No se imagine ni por un momento que tales com-
plejidades permanecieron ignoradas hasta nuestros
Iml n días. Por el contrario, en comparación con los tam-
borileros afTicanos y los percusionistas chinos o
Ése fue otro modo, en otras palabras, de lograr la hindúes y sus ritmos intrincados, nosotros somos
misma independencia rítmica que Stravinsky de- unos meros neófitos. Y para no alejarnos tanto de
dujo de la canción popular rusa, vía Tchaikovsky, casa, una auténtica orquesta cubana de rumba
Mussorgsky y otros. puede enseñarnos algunas cosas en cuanto al uso
La mayoría de los músicos todavía encuentran héctico de los polirritmos. Nuestras orquestas de
más fácil de tocar un ritmo de 6/ 8 que uno de S/8' swing, inspiradas por los días oscuros dd hot jazz,
sobre todo en tempo rápido. Y la mayoría de los también sueltan a veces un torrente de polirritmos
oyentes se sienten más "cómodos" con los ritmos que desafían el análisis.
regulares y consagrados por el tiempo que oyeron En su forma más elemental, se pueden observar
siempre. Pero tanto a los músicos como a los audi- polirritmos en cualquier simple arreglo de jazz.
tores habría que advertirles que el final de los expe- Recuérdese que los polirritmos realmente indepen-
rimentos rítmicos aún no está a la vista. dientes se producen sólo cuando no coinciden los
El paso siguiente ya ha sido dado y es una etapa primeros tiempos. En tales casos un ritmo de dos
aún más compleja del desarrollo rítmico. Se efec- contra tres tendrá este aspecto: 12-3-12-3 ,o, en tér-
tuó por la combinación simultánea de dos o más minos musicales: 121 ·2-1-2

ritmos independientes y vino a dar en lo que se ha


denominado polirritmos .
La primera etapa polirrítmica es muy sencilla y
la utilizaron frecuentemente los compositores
"clásicos". Cuando aprendíamos a tocar dos contra
tres o tres contra cuatro o cinco contra tres, estába- Todo jazz está cimentado en la roca de un ritmo
mos ya tocando polirritmos, con la significativa firme, invariable del bajo. Cuando el jaz.z- era sólo
limitación de que el primer tiempo de un ritmo "ragtime", d ritmo básico era simplemente el com-
siempre coincidía con d primero del otro. En tales pás de una marcha: UNO-dos-TRES-cuatro, UNO-
casos tenemos: dos-TRES-cuatro. Ese mismo ritmo se hizo mucho
Manodcrll-2 11---2 Manodcr.II-2.3 1--2.3
más interesante en el jaz-z- con sólo cambiar de
lugar los acentos, de modo que el ritmo básico se
M~;;;~i;~ll--:-=--2~~31~2=-3 () Mano izq.II~~i.3~4 12 .,-4
58 LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA 59

convirtió en uno-DOS-tres-CUATRO, uno-DOS- Bartók, Milhaud y demás compositores modernos


tres-CUATRO. Los sencillos ciudadanos que tildan no tenían esas limitaciones. En obras como la His-
de "monótono" el ritmo del jazz admiten, sin darse toria del soldado de Stravinsky o los últimos cuar-
cuenta, que todo lo que oyen no es más que ese rit- tetos de cuerda de Bartók abundan los ejemplos de
mo fundamental. Pero encima de éste hay otros ritmos múltiples tratados lógicamente que producen
ritmos y más libres; y su combinación es lo que da combinaciones rítmicas inesperadas y nuevas.
al jazz toda su vitalidad. No quiero decir con eso Puede que algunos de mis lectores más enterados
que toda la música de jazz sea polirrítmica conti- se pregunten por qué en este esbozo del desarrollo
nuamente y en todas las piezas, sino que, en sus rítmico no hice mención de esa fenomenal escuela
mejores momentos, participa de una verdadera de compositores ingleses que florecieron en tiempos
independencia existente entre los diversos ritmos de Shakespeare y escribieron cientos de madrigales
que suenan simultáneamente. El siguiente ejemplo rebosantes de polirritmos ingeniosísimos. Como la
es uno de los más tempranos de esos polirritmos música que compusieron era vocal, su uso del ritmo
usados en el jazz, tomado del Ritmo fascinador tomó ser de la prosodia natural de las palabras. Y
(Fascinating Rhythm)5 -apropiado título- del como cada voz lleva su parte distinta, el resultado es
desaparecido George Gershwin. un inaudito entretejimiento de ritmos independien-
tes. El rasgo que caracteriza el ritmo de los madriga-
listas es la falta de todo sentido de primer tiempo
fuerte. 6 Por eso las generaciones posteriores, menos
sensibles a los ritmos sutiles, acusaron de arrítmica
a la escuela madrigalista. La falta de un primer tiem-
po fuerte común da a la música esta apariencia:
1-2-3-1-2-3-4
1-2-1-2-3-1-2
1-2-3-1-2-1

Su efecto es todo menos primitivo. Y ahí está su


principal diferencia con respecto a los polirritmos

Sólo parcamente podía usar Gershwin ese recurso 6 Como se verá por el esquema que da el autor, primeros

en lo que era un producto comercial. Pero Stravinsky, tiempos fuertes los hay en cada voz. Lo que en realidad se
quiere decir es que no hay ninguna simultaneidad entre los
primeros tiempos de las diversas voces. Véase más adelante
5 Citado con autorización de los editores. Copyright, 12 de la comparación de esta música con los polirritmos moder-
diciembre de 1924, por Harms, Inc. nos. [T.]
60 LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA 61

modernos, cuyo efecto depende de la insistencia en de tener algún criterio sobre eso, aunque sea in-
la superposición de los primeros tiempos. consciente. Pero si bien no podemos definir de
Nadie puede decir a dónde nos llevará esta nueva antemano lo que es una buena melodía, podemos
libertad rítmica. Algunos teóricos han calculado ya ciertamente generalizar acerca de las melodías que
matemáticamente combinaciones rítmicas posibles ya sabemos que son buenas, yeso podrá ayudarnos
que ningún compositor oyó todavía. "Ritmos en el a clarificar las características de la buena escritura
papel" podría llamárseles. melódica.
Se ruega al oyente lego que recuerde que hasta Al escribir música, el compositor está de continuo
los ritmos más complicados han sido pensados aceptando y recha7.ando las melodías que espontá-
para sus oídos. Para gozarlos no necesita analizar- neamente se le ocurren. En ningún otro plano de la
los. Lo único que necesita es entregarse y dejar que composición está tan obligado a confiar en su ins-
el ritmo haga de él lo que quiera. Eso ya se lo per- tinto musical como guía. Y si tiene que trabajar
mite a los ritmos sencillos y comunes. Más tarde, con una melodía, todas las probabilidades son de
cuando escuche más atentamente y no resista en que habrá de adoptar los mismos criterios que
modo alguno al impulso del ritmo, las mayores aplicamos nosotros al juzgarla. ¿Cuáles son algu-
complejidades rítmicas modernas v los sutiles nos de los principios de la buena construcción
entrelazamientos rítmicos de la eSCl;ela madriga- melódica?
lista añadirá, sin duda, un nuevo interés a su audi- Una melodía bella, como una pieza entera de mú-
ción de la música. sica, ha de ser de proporciones satisfactorias. Debe-
rá darnos la impresión de cosa consumada e inevi-
table. Para eso la línea melódica ha de ser en general
2. LA MELODÍA larga y fluida, con altibajos de interés y un momen-
to culminante, comúnmente hacia el fin. Es claro
En el firmamento musical. la melodía sigue inme- que una tal melodía tenderá a moverse entre notas
diatamente en importancia al ritmo. Como un co- diferentes y evitará repeticiones innecesarias. Tam-
mentarista señaló, si la idea del ritmo va unida en bién es importante en la construcción melódica una
nuestra imaginación al movimiento físico, la idea cierta sensibilidad para el fluir del ritmo. Muchas
de la melodía va asociada a la emoción intelectual. bellas melodías se han logrado por medio de un lige-
El efecto de esos dos elementos en nosotros es un ro cambio rítmico. Pero lo más importante de todo
misterio. Hasta ahora no se ha podido analizar por está en que su cualidad expresiva sea tal que pro-
qué una buena melodía tiene el poder de conmo- voque en el oyente una respuesta emocional. Ése es
vernos. Ni siquiera podemos decir con alguna cer- el atributo menos pronosticable de todos y para el
teza qué es lo que constituye una buena melodía. cual no existen reglas. Por lo que toca a la mera
Sin embargo, la mayor parte de la gente cree construcción, toda buena melodía se verá que posee
saber si es bella la melodía que o~·e. Por tanto, debe una armazón que podremos deducir por los puntos
62 LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA 63

esenciales de la línea melódica que queden después basa en esa escala, sino en siete sonidos escogidos
de cercenar las notas "no esenciales". Sólo el músi- entre los doce de la escala cromática, dispuestos en
co profesional es capaz de radiografiar el espinazo el orden siguiente: dos tonos seguidos de un semi-
de una melodía bien construida, pero podemos con- tono más tres tonos seguidos de un semitono. Si el
fiar en que el profano desprovisto de conocimientos lector desea saber cómo suena eso, cante el do-re-
técnicos podrá sentir inconscientemente la falta de mi-fa-sol-la-si-do que le enseñaron en la escuela.
una verdadera columna vertebral melódica. Tal (Quizá ya lo olvidó, pero cuando cantaba mi-fa y si-
análisis mostrará, por lo general, que las melodías, do estaba cantando semitonos.)
al igual que las frases gramaticales, tienen a menu- Esa disposición de siete sonidos se llama la esca-
do en su curso puntos de reposo equivalentes a la la diatónica del modo mayor. Como dentro de la
coma, al punto y coma y a los dos puntos de la escri- octava hay doce sonidos, a partir de cada uno de los
tura. Esos puntos de reposo momentáneos, o caden- cuales se puede formar la misma escala de siete so-
cias, como a veces se les llama, ayudan a hacer más nidos, habrá, desde luego, doce escalas diatónicas
inteligible la línea melódica, ál dividirla en frases del modo mayor, diferentes, pero construidas de
más fácilmente comprensibles. manera semejante. Hay otras doce del modo me-
Desde un punto de vista puramente técnico, todas nor, con lo que entre todas hacen veinticuatro. (En
las melodías existen dentro de los límites de algún la exposición que sigue omitiremos toda otra refe-
sistema escalístico. Una escala no es más que una rencia al modo menor, para mayor claridad.)
cierta disposición de una determinada serie de Como fácil método de referencia, llamemos a los
notas. La investigación ha demostrado que esas "dis- siete sonidos de la escala, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, sin tener
posiciones", llamémoslas así, no son arbitrarias sino en cuenta si la distancia entre cada uno y el si-
que se justifican con hechos físicos. Los construc- guiente es de un tono entero o de medio. Como ya
tores de escalas confiaron en su instinto y los hom- dijimos, esa escala se puede formar a partir de una
bres de ciencia los apoyan ahora con sus cifras de cualquiera de las doce diferentes notas. La clave
las vibraciones relativas por segundo. que da la posición de la escala se encuentra viendo
Hubo cuatro sistemas principales de construc- la posición del sonido 1. Si el sonido 1 es la nota si,
ción de escalas: el oriental, el griego, el eclesiástico entonces se dice que la escala está en la tonalidad
yel moderno. Con miras prácticas podemos decir de si (mayor o menor, según el modo); si es do, en
que la mayoría de los sistemas escalísticos se basan do (mayor o menor). La modulación tiene lugar
en un cierto número de notas escogidas entre un cuando nos trasladamos de una tonalidad a otra.
sonido dado y su octava. En nuestro sistema mo- Así podemos modular de la tonalidad de si mayor a
derno ese trecho de una octava está dividido en la de do mayor y viceversa.
doce intervalos "iguales" llamados semitonos, los Los siete grados de la escala tienen también
cuales en conjunto comprenden la escala cromáti- determinadas relaciones entre sí. Están gobernados
ca. Empero, la mayor parte de nuestra música no se por el primer grado, el sonido 1, conocido como la
64 LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA 65

tónica. Por lo menos en la música anterior al siglo amplia variedad de invención melódica dentro de
xx, todas las melodías tienden a centrarse en la tóni- los límites estrechos de la escala diatónica. Siguen
ca. A pesar de los heroicos esfuerzos para quebran- aquí algunos ejemplos de melodías tomadas de
tar la hegemonía de la tónica, ésta es todavía hoy, diferentes épocas musicales.
aunque menos claramente que antes, el punto cen- En cuanto a pureza de línea y de sentimiento,
tral en torno al cual tienden a agruparse las demás difícilmente se podrá citar nada mejor que lo que
notas. ofrecen las obras corales de Palestrina. Parte de la
El siguiente en cuanto a poder de atracción es el cualidad ultra terrena de muchas melodías de Pales-
quinto grado o dominante, que es como se llama, y trina se debe a su movimiento por grados conjun-
a éste le sigue en importancia el cuarto grado o tos, es decir, por el paso de una nota a la más próxi-
subdominante. El séptimo grado se llama sensible, ma, superior o inferior, de la escala, con excepción
porque muestra una franca atracción por la tónica. de un número mínimo de saltos. Esa disciplina res-
Aquí también esas relaciones aparentemente arbi- tringente, que da a tantas melodías de Palestrina un
trarias son confirmadas por lós datos referentes al aspecto de tersura y serenidad, tiene además la
número de vibraciones. ventaja de hacerlas fáciles de cantar. Obsérvese que
en esta bella melodía del motete para voces blancas
Ave regina coelorum no hay más salto que uno de
Ámbito de la octava
tercera.
~ do
~I --------------------------------1

Escala cromática
do do# re re# mi fa fa# sol sol# la la# si do
1
El sujeto de la Fuga en mi bemol menor de Bach
Escala diatónica
(Clave bien temperado, libro 1) es un ejemplo nota-
do re mi fa sol la si do ble de pensamiento completamente redondeado en
r-- una simple y breve frase musical. Es importante
analizar por qué este tema, consistente en sólo unas
cuantas notas, es tan expresivo. Estructuralmente
Resumamos el sistema escalístico tal como queda se basa en las tres notas esenciales de la escala: los
expuesto, antes de entrar en el examen de su evolu- sonidos 1, 5 y 4, mi bemol, si bemol y la bemol. Hay
ción posterior. algo en la manera como el tema se eleva valiente-
Hasta hace poco, todas las melodías occidentales mente de 1 a 5 y luego, después de girar en torno a
se escribían dentro de este sistema escalístico. Y de- 5, se eleva de nuevo de 1 a 4 para replegarse lenta-
muestra un ingenio asombroso por la parte de los mente sobre 1 -y algo también en el acortamiento
compositores el que hayan sido capaces de una tan del sentido rítmico en la segunda parte de la frase-
66 LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA 67

que crea un sentimiento de tranquila, pero honda No puedo resistir al deseo de citar de memoria
resignación. una tonada de los indios mexicanos, poco conocida,
utilizada por Carlos Chávez en su Sinfonía india. Usa
notas repetidas e intervalos nada convencionales
con un efecto enteramente reconfortante. '
Modcra::.;t:.::o_--_ _
Otro ejemplo, demasiado largo para que lo cite-
mos aquí, de un tipo completamente diferente de -:l
~&'%J--P ~~ ~Ir -
JIJ-JIU
- ~UP I

-- J
melodía de Bach, es la dilatada frase instrumental
del tiempo lento del Concerto italiano, architípica de
una clase de melodía florida que el mismo Bach
11'
trató muchas veces y con maestría consumada.
Sobre un bajo que se repite con regularidad, la me-
lodía alza el vuelo; construida sobre líneas amplias
y nobles, su belleza es más de proporción que de
detalle.
Un ejemplo admirable de pura invención meló-
~J Da!) I-
t~- --.......
j

-----
I J J J J J IS J J

J. U. Ir ~ 11 j Ir lJ ji J ltfi I

dica, citado muchas veces, es el segundo tema del


primer tiempo de la Sinfonía "inconclusa" de Schu- ;¿& 13J§ípffl IfflJ)JIJTIQID,'
bert. Las "reglas" de la construcción melódica no
serán de utilidad para nadie que analice esta frase. A partir de principios del siglo actual, los com-
Tiene un modo curioso de, como si dijéramos, re- positores ampliaron considerablemente su concep-
plegarse sobre sí misma (o, más exactamente, sobre to de lo que constituye una buena melodía. Richard
el sol y el re), lo cual se hace más perceptible cuan- Strauss, prolongando los principios wagnerianos,
do en el sexto compás llega momentáneamente a produjo una línea melódica más libre y sinuosa, de
una nota más alta. A pesar de su gran sencillez, atrevidos saltos y en general más vasto alcance. De-
produce una impresión única y no nos recuerda bussy creó su música a base de un material meló-
ningún otro tema de la literatura musical. dico más huidero y fragmentario. Las melodías de
Stravinsky, en sí mismas, carecen relativamente
de importancia. En las primeras obras están dentro
del estilo de la canción popular rusa y en las últi-
mas imitan modelos clásicos y románticos.
Los verdaderos experimentadores melódicos del
siglo fueron Arnold Schoenberg y sus discípulos.
Son los únicos contemporáneos que escriben melo-
68 LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA 69

días sin centro tonal de ninguna especie. En su lu- posee un don melódico fino y robusto. En la página
gar, prefieren dar iguales derechos a cada uno de los anterior muestro un ejemplo tomado de la melodía
doce sonidos de la escala cromática. Reglas que que toca el violonchelo al final del tiempo lento de su
ellos se imponen a sí mismos les impiden repetir Trío para violín, violonchelo y piano. 7
cualquiera de los doce sonidos mientras no hayan Probablemente el lector comprenderá ahora que
sonado los otros once. Esa escala más amplia, ade- debe ampliar junto con los compositores sus ideas
más de un mayor uso de saltos más y más extensos en cuanto a lo que pueda ser una melodía. No debe
de nota a nota, ha desconcertado, si no exasperado, esperar de todos los compositores una misma clase
a muchos oyentes. Las melodías de Schoenberg de- de melodía. Las melodías de Palestrina siguen con
muestran que cuanto más nos alejamos de la norma más fidelidad los moldes conocidos de su época
ordinaria más voluntad y esfuerzo consciente son que, por ejemplo, las de Carlos María van Weber.
necesarios para asimilar lo que es nuevo y poco Sería tonto esperar que en ambos hubiese una
común. inspiración melódica similar.
El compositor norteamericano Roy Harris escri- Además, los compositores están muy lejos de ser
be melodías en un plano intermedio. Aunque es más todos igualmente dotados como melodistas. Ni se
que probable que pasen por todos los sonidos de la debe evaluar su música según solamente la abun-
escala cromática, sus melodías casi siempre giran dancia de sus dotes melódicas. Sergio Prokofief
en torno a un sonido tomado como centro, lo cual explotó una mina melódica que se diría inagotable
da a su música un sentido tonal más normal. Harris comparada con la de Stravinsky y, sin embargo,
..-, .r:-- pocos serán los que pretendan que Prokofief es el
,. Uf, f itrr~Et I {PO' 6- pTp.f Wclr, creador musical más profundo de los dos.
Cualquiera que sea la calidad de la línea melódi-
mp molto cantando espr. ca, aisladamente considerada, el oyente no deberá
nunca perder de vista su función en una composi-
ción. Hay que seguirla como al hilo conductor que
guía al oyente a través de la pieza, desde el mismísi-
mo comienzo hasta el mismísimo final. Tengamos
presente siempre que al escuchar una pieza de mú-
sica debemos agarrarnos a la línea melódica. Puede
que ésta desaparezca momentáneamente, quitada
por el compositor a fin de que, al reaparecer, su

7 Citado, con autorización de Roy Harris, de New Music


(vol. 9, núm. 3. :lbril de 1936), publicación trimestral de la
New Music Society of California.
70 LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA 71

presencia sea sentida con más fuerza. Pero reapa- ca de que tenemos noticia había consistido en una
recer, es seguro que reaparecerá, pues es imposible, simple línea melódica. Y así es todavía entre los
excepto en casos rarísimos, imaginar una música, pueblos orientales, si bien sus simples melodías se
vieja o nueva, conservadora o moderna, que no ten- combinan a menudo con ritmos complejos de los
ga alguna melodía. instrumentos de percusión. Los compositores anóni-
La mayoría de las melodías van acompañadas de mos que primero hicieron experimentos con los
un material, más o menos elaborado, de interés efectos armónicos estaban destinados a cambiar
secundario. No permitamos que la melodía se su- toda la música posterior a ellos, por lo menos en las
merja bajo ese material acompañante. Separémosla naciones occidentales. No es para extrañarse, pues,
en nuestra mente de todo cuanto la rodea. Tenemos que consideremos el desarrollo del sentido armóni-
que poder oírla. Y al compositor y al intérprete co como uno de los fenómenos más notables de la
corresponde el ayudarnos a oírla asÍ. historia musical.
En cuanto a la capacidad para reconocer una El nacimiento de la armonía se sitúa general-
bella melodía cuando la oímos, o a distinguir entre mente en el siglo IX, pues en los tratados de aquella
una línea trivial y una de inspiración lozana, eso época es cuando por primera vez se le menciona.
solamente nos lo podrá dar una creciente experien- Como era de esperar, las primeras formas de la
cia como oyentes, más la asimilación de cientos de armonía resultan de un crudo primitivismo para
melodías de todas clases. nuestros oídos. Hay tres clases de escritura armóni-
ca primitiva. La más temprana se denominó "orga-
num". Comprenderemos fácilmente en qué consis-
3. LA ARMONÍA te, pues siempre que "armonizamos" una melodía
agregándole por encima o por debajo intervalos de
Comparada con el ritmo y la melodía, la armonía es tercera y sexta, estamos produciendo una especie
el más artificioso de esos tres elementos musicales. de organum. Yeso mismo era la idea del antiguo
Estamos tan habituados a pensar en la música en organum, excepto que la armonización se hacía
términos de armonía, que es probable que olvide- con intervalos de cuarta inferior o quinta superior;
mos cuán reciente es esa innovación, comparada las terceras y las sextas estaban proscritas. Así,
con los demás elementos. El ritmo y la melodía se le pues, el organum es una melodía más ella misma
ocurrieron naturalmente al hombre, pero la armo- repetida simultáneamente a la cuarta inferior o a la
nía brotó gradualmente de lo que fue en parte un quinta superior. Como método de armonización
concepto intelectual, sin duda uno de los conceptos resulta rudimentario y francamente primitivo, en
más originales de la mente humana. particular si imaginamos a toda la música tratada
La armonía, en el sentido que tiene para noso- sólo de esa manera.
tros, era completamente desconocida antes del siglo He aquí un ejemplo de organum:
IX, aproximadamente. Hasta entonces toda la músi-
72 LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA 73

1..
Tu pa-tris sem - pi-ter-nus es fi - li - us Quem ae-the - ra et ter - rae at-que ma-re

.. .. .. .. .. ~
- J J 4J d d .J 1
I~

:
~ 4 -41- 7f
? r ttr- G..-r r I r r I frfr
-. non pre - va _Ient to - tum cap - ta - re
I 1 J
J J J :J J rl ~
-
La segunda de esas formas primitivas no se des-
arrolló sino hasta unos dos o tres siglos más tarde.
t):
= I F E r W r r dE (' 3
Se la llamó "discanto" y se atribuye al ingenio de los
tras los intervalos armónicos se limitaron a las
compositores franceses. En el discanto ya no había
cuartas y las quintas, el efecto producido fue pobre
sólo una melodía acompañada simultánea y parale-
y crudo. Por eso la introducción de las terceras y
lamente por ella misma, a un cierto intervalo de dis-
las sextas, más melifluas, aumentaron inmensa-
tancia, sino dos melodías independientes que se
mente los recursos armónicos. Ese paso se atribuye
movían en direcciones opuestas. Entonces se des-
a los ingleses, los cuales se dice que "armonizaban
cubrió uno de los principios básicos de la buena
en terceras" sus cantos populares mucho antes de
conducción de las voces: cuando la voz superior
que el fabordón 8 hiciese su entrada formal en la
desciende, la inferior asciende, y viceversa. Esa in-
música artística. He aquí un ejemplo de melodía
novación era doblemente ingeniosa, pues entre las
armonizada en fabordón:
voces no se usaban más que las quintas, cuartas y
octavas permitidas originalmente en el organum. En
otras palabras, se observaban las reglas en cuanto a
los intervalos, pero se aplicaban de una mejor ma-
nera. (Para los que no saben lo que es un "intervalo",
diremos que ese término indica la distancia que hay No es mi propósito trazar una perspectiva histó-
entre dos notas. Así, de la nota do a la nota sol hay rica del desarrollo armónico, sino indicar solamente
cinco sonidos, do-re-mi-fa-sol; por tanto, la relación los primeros tanteos de la armonía y subrayar su
entre do y sol se denomina intervalo de quinta.) En naturaleza en constante evolución. Si el lector no
la página siguiente se ofrece un ejemplo de discanto. comprende la armonía como un crecimiento y un
La última forma del contrapunto primitivo se cambio graduales a partir de sus comienzos primi-
denominó "faux-bourdon" (bajo falso) e introdujo tivos, no espere comprender lo que hay en la inno-
los intervalos de tercera y sexta prohibidos hasta vación armónica del siglo xx.
entonces y que habrían de constituir la base de 8 Ésta es la forma que se le ha venido dando tradicional-
todos los desarrollos armónicos posteriores. Mien- mente en castellano al término "faux-bourdon··. [T.1
74 LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA 75

La producción simultánea de varios sonidos en- Ese acorde de siete sonidos, 1-3-5-7-9-11-13, es
gendra los acordes. La armonía, considerada como teóricamente posible, pero, en la práctica, la mayor
una ciencia, es el estudio de esos acordes y sus rela- parte de la música conocida se basa sólo en 1-3-5,
ciones mutuas. El estudio completo de los prin- que es el acorde corriente de tres sonidos conocido
cipios fundamentales de la ciencia armónica le como la tríada -o acorde perfecto-o (Un ver-
lleva más de un año al estudiante de música. No dadero acorde está siempre formado por tres o más
hay que decir que de un breve capítulo como éste el sonidos diferentes; los "acordes" de dos sonidos
oyente lego sólo podrá obtener un ligero barniz in- son demasiado ambiguos para que se los pueda
formativo. Pero algún intento habrá que hacer para considerar como algo más que intervalos.) Aparte
relacionar el elemento armónico con el resto de la de la tríada o acorde perfecto, los demás acordes se
música, sin que se confunda al lector con los deta- denominan como sigue:
lles. Para ello el lector deberá tener alguna idea, por
13
ligera que sea, de cómo están construidos los acor- 11
11
des y cuáles son sus relaciones mutuas; de lo que 9 9 9
significan tonalidad y modulación; de la importan- 7 7 7 7
cia que tiene en la estructura general el esqueleto 5 5 5 5
armónico básico; de la significación relativa de 3 3 3 3

consonancia y disonancia; y, en fin, del derrumba-


miento relativamente reciente de todo el sistema acorde de acorde de acorde de acorde de
séptima novena oncena trecena
armónico tal como se lo conocía en el siglo XIX, y de
algunos intentos, más recientes aún, de reinte-
gración. Esos cuatro acordes sólo gradualmente se abrie-
La teoría armónica se basa en el supuesto de que ron paso bajo el sol de la música, y cada vez fue ne-
todos los acordes están formados por una serie de cesaria una pequeña revolución para que se los acep-
intervalos de tercera, desde la nota más baja hasta tase. Puesto que es la tríada 1-3-5 lo que responde de
la más alta. Tómese, por ejemplo, la nota la como la mayor parte de la música que nos es familiar, con-
sonido base, o fundamental, de un acorde que se va centremos sobre ella nuestra atención. Si se desea
a construir. Formando una serie de terceras sobre saber cómo suena una tríada, cántese "do-mi-sol".
esa fundamental, podremos obtener el acorde la- Ahora cántese "do-mi-sol-do", con el segundo do a
do-mi-sol-si-re-fa. De continuar, no haríamos sino una octava arriba del primero. Eso es también una
repetir las notas que ya están incluidas en este tríada o acorde perfecto, aunque hay cuatro sonidos
acorde. Si en vez de tomar la nota la, tomamos el en el acorde. En otras palabras, nada cambia, por lo
número 1 como símbolo de cualquier fundamental, que hace a la teoría, si se duplica cualquier sonido
obtendremos la siguiente representación de cual- de cualquier acorde cualquier número de veces. En
quier serie de terceras: 1-3-5-7-9-11-13. realidad, la mayor parte de nuestra escritura armó-
76 LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA 77

nica se hace a cuatro voces, duplicando uno de los constituye el factor determinante. Los acordes cons-
sonidos de la tríada. truidos sobre la tónica, la dominante y la subdomi-
Además, los acordes no necesitan mantenerse en nante poseen la misma atracción relativa de unos
su posición fundamental, es decir, con el sonido 1 por otros que la tónica, la dominante y la subdomi-
como sonido base del acorde. Por ejemplo, 1-3-5 se nante consideradas como sonidos solos. De igual
podrá invertir de modo que tengamos el 3 o el 5 manera, basta con encontrar el acorde de la tónica
como nota del bajo de la tríada. En ese caso el para determinar la tonalidad de una serie de acor-
acorde tendrá estos aspectos: des; y, al igual que de los simples sonidos, se dice
que los acordes modulan cuando pasan de una
tonalidad a otra.
o~~ En tanto son acordcs y no sonidos simples, tienen
3~ entre sí una relación más. Si formamos tríadas sobre
los tres primeros grados de la escala, obtendremos:
Lo mismo ocurre con los demás acordes arriba
mencionados. Ahora el lector ya puede comprender
que con la posibilidad de duplicar notas e invertir
acordes -para no mencionar todas las clases de al-
teraciones posibles, demasiado complicadas para
ponerlas aquí- los acordes básicos, aunque pocos Eso nos muestra que los acordes primero y terce-
en número, son susceptibles de grandes variaciones. ro tienen en común los sonidos 3 y 5. Ese factor, que
Hasta aquí hemos estado considerando en abs- acordes de una misma tonalidad o de tonalidades
tracto los acordes. Liguémoslos ahora a los siete diferentes posean algunos sonidos en común, es un
sonidos de una escala determinada, limitándonos motivo para que sintamos con fuerza la relación
siempre a la tríada, en obsequio a la sencillez. Al existente entre los acordes.
tomar la escala de do mayor, por ejemplo, y cons- Baste con este breve resumen de la formación de
truir un acorde 1-3-5 sobre cada grado de ella, los acordes. Veamos ahora cómo se aplican esos
obtenemos nuestra primera serie de acordes, los hechos armónicos.
cuales se relacionan no sólo entre sí, sino también Exactamente lo mismo que un rascacielos tiene
con acordes similares pertenecientes a tonalidades una armazón de acero bajo la cubierta exterior de
que no son la de do mayor. Y éste es el momento de piedra y ladrillo, así toda pieza de música bien
revisar lo dicho acerca de la escala en el apartado hecha tiene una armazón sólida que refuerza la
anterior. Pues todo lo que se afirmó de los siete apariencia exterior de los materiales musicales.
sonidos de la escala diatónica es cierto también de Extraer y analizar ese esqueleto armónico es tarea
los acordes formados sobre esos siete sonidos. En del técnico, pero el oyente de sensibilidad sabrá sin
otras palabras, es la fundamental del acorde lo que duda cuándo hay alguna falla armónica, aun en el
78 LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA 79

caso de que no pueda dar las razones de ello. Quizá lógica propia. Sin eso, probablemente le falte a la
le interese al lector ver cómo se puede aislar en un obra sentido de movimiento. Una armazón armóni-
pequeño ejemplo la armazón armónica de unos ca bien trabada no deberá ser ni demasiado está-
cuantos compases. Tomemos, por ejemplo, los cua- tica ni excesivamente complicada; proporciona una
tro primeros compases de Ach! du lieber Augustin: base estable que se mantiene firme en su sitio, sean
las que sean las complejidades decorativas.
Los principios armónicos arriba bosquejados son,
por supuesto, una versión sumamente simplificada
de los hechos armónicos existentes hasta fines del
siglo pasado. El derrumbamiento del viejo sistema,
ocurrido hacia 1900, no se debió a una repentina
decisión por parte de ciertos revolucionarios de la
música. Toda la historia del desarrollo armónico
nos muestra una imagen en continuo cambio. Muy
lenta, pero inevitablemente, nuestros oídos se han
ido capacitando para la asimilación de acordes cada
vez más complejos y modulaciones a tonalidades
En esos cuatro compases no hay más que dos más lejanas. Casi todas las épocas tienen sus explo-
acordes subyacentes, el 1 Y el V, el de la tónica y el radores de la armonía: en el siglo XVII Claudia
de la dominante. Por supuesto que ahí los acordes Monteverdi y Gesualdo introdujeron acordes que
básicos no se ven tan claramente como en un ejer- escandalizaron a sus contemporáneos de un modo
cicio de armonía. La música sería realmente muy muy semejante a como Mussorgsky y Wagner ha-
insípida si los compositores no pudieran disfrazar, bían de escandalizar a los suyos. Es más, todos ellos
variar y adornar la mera armazón armónica. tuvieron esto en común: que a sus nuevos acordes y
Pero tenga por cierto el lector que los composi- modulaciones llegaron por medio de una ampliación
tores aplican ese mismo principio no sólo a cuatro del concepto de la misma teoría armónica. La razón
compases, sino a los cuatro tiempos de una sin- por la que nuestra época se distinguió en la ex-
fonía. Eso puede que le proporcione algún atisbo perimentación armónica es que la teoría anterior de
del problema en cuestión. En otros tiempos el des- la armonía fue lanzada en su totalidad por la borda,
arrollo armónico de una pieza estaba determinado cuando menos por algún tiempo. Ya no se trataba
de antemano merced a la práctica común. Pero aun de ampliar un viejo sistema sino de crear algo ente-
mucho después de haberse abolido aquellas con- ramente nuevo.
venciones, se conservó en vigor el principio, pues La línea de demarcación se establece en seguida
sea el que fuere el estilo de la música, la estructura después de Wagner. Debussy, Schoenberg y Stra-
subyacente formada por los acordes debe tener su vinsky fueron los principales exploradores de ese
80 LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA 81

territorio armónico que no figuraba en ningún más tarde que ese remanente era un tanto anárqui-
mapa. Wagner, con su cromatismo, había comen- co, y comenzó la construcción de un nuevo sistema
zado a destruir el viejo lenguaje armónico. Ya ex- para e! manejo de esos doce semitonos iguales, que
pliqué que nuestro sistema, tal como se practicó sin llamó sistema dodecafónico o de los doce sonidos.
discusión hasta fines del siglo XIX, admitía la hege- No haré más que mencionarlo, pues su adecuada
monía de una nota principal, la tónica, dentro de la explicación nos llevaría demasiado lejos.
escala, y, por tanto, de una tonalidad principal den- Debussy, si bien, armónicamente hablando, me-
tro de una pieza de música. La modulación a otras nos radical que Schoenberg, precedió a éste en la
tonalidades se consideraba como temporal, sola- iniciación de! derribo del viejo sistema. Debussy,
mente, y ello implicaba de modo inevitable la vuelta uno de los músicos más instintivos que hayan exis-
a la tonalidad de la tónica. Ya que hay doce escalas tido jamás, fue el primer compositor de nuestro
diatónicas diferentes, se puede representar la mo- tiempo que haya osado hacer de su oído el único
dulación como la esfera de un reloj, con el XII como juez de lo que estaba bien armónicamente. En De-
símbolo de la tonalidad de la tónica. Los composi- bussy los analistas encontraron acordes que ya no
tores de los siglos XVII y XVIII no se aventuraron muy se podían explicar según la vieja armonía. Si se le
lejos en sus esquemas modulatorios. Irían desde XII hubiera preguntado a Debussy por qué usó seme-
a I, a XI y vuelta otra vez a XII. Los que les sucedie- jantes acordes, estoy seguro de que habría dado la
ron fueron más audaces, pero todavía siguió siendo única respuesta posible: "¡Porque me gustó así!"
imperativo e! retorno a XII. Pero Wagner fue de tal Como si por fin un compositor tuviese confianza en
manera de una tonalidad a otra, que se comenzó a su oído. Estoy exagerando un poco, pues, al fin y al
perder el sentido de una tonalidad central. Modu- cabo, los compositores nunca esperaron a que los
laba audazmente de XII a VI, a IX, a 11, etc., y no se teóricos les dijesen lo que podían hacer o no hacer.
estaba seguro de cuándo se efectuaría, si se llegaba Porque, al contrario, siempre acaeció de la otra ma-
a efectuar, el regreso a la tonalidad central. nera: que los teóricos explicaron la lógica del pen-
Schoenberg dedujo las consecuencias lógicas de samiento del compositor después de que éste lo
esa ambigüedad armónica y abandonó por comple- había escrito instintivamente.
to el principio de tonalidad. Su tipo de armonía Sea como fuere, lo que Debussy hizo fue barrer
suele denominarse "atonalidad", para distinguirlo de con todas las teorías de la ciencia armónica profe-
la música basada en la tonalidad. 9 Lo que quedaba sadas anteriormente. Su obra inauguró una era de
era la serie de los doce semitonos "iguales" de la es- completa libertad armónica, libertad que ha venido
cala cromática. El mismo Schoenberg encontró años siendo desde entonces e! tropiezo de innumerables
oyentes. Se quejan éstos de que esa nueva música
9 Schoenberg rechazaba el término "atonalidad". No obstan-
esté llena de "disonancias", cuando toda la historia
te, la palabra sigue empleándose, más por conveniencia que por musical anterior demuestra que debe haber siempre
su exactitud. una mezcla razonable de consonancia y disonancia.
82 LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA 83

Esta cuestión de consonancia y disonancia mere- Darius Milhaud con suma eficacia, fue conocido
ce párrafo aparte, si es que hemos de quitar ese como "politonalidad". Un claro ejemplo se encuen-
tropiezo. Como ya se señaló muchas veces, ése es un tra en Corcovado, una de las piezas de Milhaud sobre
problema puramente relativo. Decir que una conso- temas brasileños tituladas Saudades do Brazil, en la
nancia es un acorde de sonido agradable es sim- que la mano derecha toca en re mayor mientras la iz-
plificar demasiado la cuestión. Porque el acorde quierda anda por sol mayor. También en esto, si el
seria más o menos disonante para nosotros según la lector tiende a sentirse molesto con los politonalis-
época en que vivamos, según nuestra experiencia de mos de la música nueva, lo único que se puede hacer
oyentes y según se toque fortissimo en los metales o es aconsejarle que los escuche reiteradamente hasta
se acaricie pianissimo en las cuerdas. De modo que que le resulten tan familiares como la música de
una disonancia es sólo relativa: relativa con respec- Schumann o Chopin. Si lo hace, puede que esa mú-
to a nuestra época y al lugar que ocupa en el con- sica no llegue a gustarle (pues es ocioso añadir que
junto de la pieza. Eso no niega la existencia de la no toda la música poli tonal es buena música), pero
disonancia, como parecen negarla algunos comen- ya no serán las "disonancias" producidas por el cho-
taristas, sino que meramente indica que la mezcla que de las armonías lo que le desagrade.
conveniente de consonancia y disonancia es asunto La revolución armónica de la primera mitad del
que se ha de dejar a la discreción del compositor. Si siglo xx ha llegado definitivamente a su fin. Polito-
toda la música nueva nos parece continua e irreme- nalidad y atonalidad han pasado a formar parte de
diablemente disonante, eso es indicio seguro de que las corrientes musicales en boga. Cabe señalar un
nuestra experiencia de auditores es insuficiente en hecho inesperado: el recrudecimiento del interés, al
cuanto a la música de nuestro tiempo, lo cual en la final de la segunda Guerra Mundial, por el método
mayoria de los casos no deberá extrañarnos habida de los doce tonos de Amold Schoenberg, en especial
cuenta de la poca música nueva que oye el auditor en países como Italia, Francia y Suiza, donde antes
medio, si se la compara con la cantidad que oye de su influencia era escasa o poco importante. Compo-
música de tiempos anteriores. sitores como el italiano Luigi Dallapiccola o el suizo
Otra innovación armónica importante se introdu- Frank Martin no dudaron en extraer implicaciones
jo antes de la primera Guerra Mundial. Al principio tonales del método dodecafónico (doce tonos), su-
se la confundió con la atonalidad, debido a que so- primiendo así parte de su vigor pancromático. Al-
naba revolucionariamente como aquélla. Pero en gunos compositores más jóvenes, seguidores del
realidad era exactamente lo opuesto a la atonalidad, alumno más radical de Schoenberg, Anton Webem,
en cuanto que reafirmaba el principio tonal y aun lo han persistido en escribir una música más rigurosa-
reafirmaba por partida doble. Es decir que, no con- mente atemática y atonal que la del maestro vienés
tenta con una sola tonalidad, introducía la idea de mismo.
hacer sonar simultáneamente dos o más tonalida- A pesar de las innovaciones armónicas, gran
des distintas. Ese procedimiento, usado a veces por parte de la música contemporánea permanece bási-
84 LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA 85

camente diatónica y tonal. Pero no es ya la armonía sona tan "ciega para el sonido" que no pueda distin-
diatónica y tonal del periodo anterior al cambio de guir entre una voz de bajo y una de soprano o -para
siglo. Como muchas revoluciones, ésta ha dejado ponerlo en el plano instrumental- entre una tuba y
su marca en nuestro lenguaje armónico. A resultas un violonchelo. No es cuestión de saber los nom-
de ello, puede decirse que la música escrita en bres de las voces o de los instrumentos, sino senci-
nuestros días con frecuencia se enfoca hacia lo llamente de reconocer por el oído las diferencias
tonal aunque pueda no tener ninguna tonalidad cualitativas de su sonido, cuando, por ejemplo, los
analizable en el sentido antiguo. Esta tendencia oímos detrás de un biombo.
hacia el conservadurismo armónico contribuirá Así pues, todo el mundo tiene por instinto una
seguramente a llenar un vacío entre el compositor buena base para llegar a una comprensión más
contemporáneo y su audiencia. Con la producción cabal de los diferentes aspectos del timbre. Y no
regular de discos fonográficos, radio y "bandas permitamos que esa natural percepción limite
sonoras", y las audaces armonías recientemente nuestro gusto a ciertos timbres favoritos, con exclu-
creadas se han asimilado, gradualmente y en forma sión de todos los demás. Pienso al decir esto en el
natural, al lenguaje musical de nuestros días. hombre que adora el sonido del violín, pero siente
una extremada aversión por cualquier otro instru-
mento. Al contrario, el oyente experimentado debe-
4. EL TIMBRE rá ampliar su estimación hasta incluir en ella toda
especie conocida de timbre. Además, aunque dije
Después del ritmo, la melodía y la armonía, viene el que todos pueden, en líneas generales, distinguir de
timbre o color del sonido. Así como es imposible oír timbres, hay también diferencias sutiles que sólo la
hablar sin oír algún timbre determinado, así tam- experiencia auditiva puede aclarar. El mismo es-
bién la música sólo puede existir según algún deter- tudiante de música tiene al principio dificultad
minado color sonoro. El timbre en música es análo- para distinguir el sonido de un clarinete del de su
go al color en pintura. Es un elemento que fascina hermano el clarinete bajo.
no sólo por sus vastos recursos ya explorados, sino En relación con el timbre, el auditor inteligente
también por sus ilimitadas posibilidades futuras. deberá tener dos objetivos principales: a) aguzar su
El timbre musical es la cualidad del sonido pro- conciencia de los diversos instrumentos y de las
ducido por un determinado agente sonoro. Ésa es diferentes características sonoras de éstos, y b)
una definición formal de algo perfectamente fami- adquirir una mejor percepción de los propósitos
liar para todo el mundo. De igual modo que la ma- expresivos del compositor cuando usa algún instru-
yoría de los mortales conocen la diferencia que hay mento o combinación de instrumentos.
entre el blanco y el verde, así el distinguir las dife- Antes de explorar las cualidades sonoras de los
rencias de timbre es una facultad innata en casi diversos instrumentos habrá que explicar más cabal-
todos nosotros. Cuesta trabajo imaginar una per- mente la actitud del compositor ante las posibilida-
86 LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA 87

des instrumentales, porque es el caso que no todos necesidad de tratar de varias maneras orquestales
los temas musicales nacen envueltos por entero en el mismo tema. En un caso así el compositor es
unos pañales sonoros. Muy a menudo se encuen- como el dramaturgo que tiene que decidir el vesti-
tra el compositor con un tema que igual se puede do de una actriz para una determinada escena. En
tocar en el violín, la flauta, el clarinete, la trompeta la escena aparece la actriz sentada en un banco de
o en media docena de otros instrumentos más. un parque. El dramaturgo pudo haber querido que
¿Qué es, pues, lo que le decide a escoger uno y no esté vestida de tal manera que el espectador sepa,
otro? Una cosa solamente: que aquel instrumento tan pronto como se levante el telón, en qué estado
tiene el timbre con que mejor se expresa el signifi- de ánimo se encuentra. No es un vestido bonito.
cado de su idea. En otras palabras, su elección está precisamente; es un vestido especialmente diseña-
determinada por el valor expresivo de cada instru- do para darnos una determinada impresión de ese
mento. Eso es cierto lo mismo en el caso de un determinado personaje en esa determinada escena.
instrumento aislado que en el de una combinación y así ocurre con el compositor que "viste" un tema
de instrumentos. El compositor que elige un fagot musical. La gama completa de los colores sonoros
y no un oboe también podrá tener que decidir en que están a su disposición es tan rica que sólo un
ciertos casos si su idea musical es más propia de un claro concepto de la emoción que trata de comu-
conjunto de cuerda que de una orquesta completa. nicar puede hacerle decidirse entre un instrumento
y será el sentido expresivo que pretende él comu- y otro o entre un grupo y otro de instrumentos.
nicar lo que le haga decidir en cada caso. La idea de relación inevitable entre un deter-
Por supuesto que hay ocasiones en que el com- minado color y una música determinada es relati-
positor concibe instantáneamente el tema y su ropa- vamente moderna. Es muy probable que los com-
je sonoro. De ello hay ejemplos notables. Uno, fre- positores anteriores a Haendel no hayan tenido un
cuentemente citado, es el solo de flauta al comienzo aguzado sentido del color instrumental. Por lo
de L'apres-midi d'un faune (La siesta de un fauno). menos la mayoría de ellos ni siquiera se molesta-
Ese mismo tema, tocado por cualquier otro instru- ban en aclarar por escrito qué instrumento querían
mento que no fuese la flauta, produciría una emo- para una determinada parte. Por lo visto, para ellos
ción muy diferente. Es imposible imaginar que De- era una cues:ión indiferente que una partitura a
bussy haya concebido primero el tema y después cuatro voces la ejecutaran cuatro instrumentos de
decidiera que lo tocase la flauta. Ambas cosas han madera o cuatro de cuerda. Hoy día los composi-
debido de acaecer simultáneamente. Pero eso no tores insisten en que ciertos instrumentos se utili-
liquida la cuestión. cen como vehículos de ciertas ideas, y han llegado
Pues aun en el caso de temas que se le ocurren al a escribir de un modo tan característico que una
compositor con toda su armadura orquestal, las parte de violín puede resultar intocable en el oboe,
evoluciones musicales posteriores en el curso de aun en el caso de que esa parte se limite a registros
una determinada pieza pueden llevar consigo una semejantes de ambos instrumentos.
88 LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA 89

Solamente de un modo gradual penetraron en la positores no tienen libertad absoluta para elegir los
música los timbres de que puede disponer el com- timbres.
positor. Y esa penetración abarcó tres etapas. Pri- Pero aun así, los de hoy se hallan en mucho mejor
mero hubo que inventar el instrumento. Y puesto posición que sus predecesores. Debido, precisamen-
que los instrumentos, como cualquier otro invento, te, a que los instrumentos son máquinas sujetas a
suelen comenzar bajo una forma rudimentaria, la perfeccionamiento, como cualquiera otra máquina,
segunda etapa la constituyó el perfeccionamiento el compositor contemporáneo disfruta de ventajas,
del instrumento. Y en tercer lugar, los ejecutantes en cuanto al timbre, que Beethoven no tuvo. El
tuvieron que alcanzar gradualmente el dominio compositor de hoy cuenta con materiales nuevos y
técnico del nuevo instrumento. Ésa es la historia perfeccionados con que trabajar y además se apro-
del piano, del violín y de la mayoría de los demás vecha de la experiencia de sus predecesores. Eso es
instrumentos. cierto sobre todo en cuanto al uso que hace de la
Desde luego, todo instrumento, por perfecto que orquesta. No tiene nada de extraño que críticos que
sea, tiene sus limitaciones. Hay limitaciones de ex- se enorgullecen de su severidad para con la música
tensión, de dinámica, de ejecución. Cada instru- contemporánea admitan de buen grado la brillantez
mento puede tocar así de grave, pero no más, así de y la habilidad del compositor moderno en el mane-
agudo, pero no más. El compositor puede desear a jo de la orquesta.
veces que el oboe llegue hasta un semitono más Hoy día el tener sentido de la naturaleza esencial
abajo de lo que llega; pero no hay nada que hacer- de cada instrumento, de cómo hay que utilizarlo
le: ésos son límites prescritos. Así también las limi- para explotar sus características más individuales,
taciones dinámicas; la trompeta, aunque suena es cosa importante para el compositor. A fin de
fuerte en comparación con el violín, no puede sonar mostrar lo que entiendo por usar característica-
más fuerte de lo que lo hace. Los compositores a mente un instrumento, tomaré como ejemplo un
veces se resienten por ese hecho, pero así es y no instrumento perfectamente conocido de todos: el
hay que darle vueltas. piano. Eso mismo es lo que hacen, con respecto a
El compositor también debe tener siempre pre- los demás instrumentos, los tratados de orques-
sentes las dificultades de ejecución. Una idea meló- tación.
dica que parece predestinada a ser cantada por el El piano es un instrumento muy socorrido, "una
clarinete puede resultar que hace uso de un cierto criada para todo", como alguien lo denominó en
grupo de notas que ofrece dificultades insupera- una ocasión. Puede sustituir a una gran variedad de
bles para el clarinetista, debido a ciertas peculiari- diversos instrumentos e incluso a la misma orques-
dades de construcción del instrumento. Esas mis- ta. Pero es también un ser por derecho propio -es
mas notas pueden ser muy fáciles de tocar en el también un piano- y, como tal, tiene propiedades
oboe o en el fagot, pero da la casualidad de que son y características que sólo a él pertenecen. El com-
muy difíciles para el clarinete. Por tanto, los com- positor que explota el piano por lo que hay de esen-
90 LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA 91

cial en su naturaleza será el que lo utilice con el ción de cuerdas que vibran por simpatía y producen
máximo rendimiento. Veamos lo que es esa natura- una conglomeración de sonidos delicada y ater-
leza esencial. ciopelada o brillante y dura, sonidos que se pueden
El piano se puede utilizar de una de estas dos extinguir inmediatamente con aflojar el pedal que
maneras: o como instrumento que vibra o como mueve los apagadores.
instrumento que no vibra. Eso se debe a su cons- Otros compositores más recientes explotaron el
trucción, consistente en una serie de cuerdas, ten- lado no vibrante de la naturaleza esencial del piano.
didas sobre un marco de acero, y un apagador El piano no vibratorio es el piano en que se hace
sobre cada cuerda. Ese apagador es vital para la poco o ningún uso del pedal. Tocándolo así, el
naturaleza del instrumento y está gobernado por el piano produce una sonoridad dura, seca, que tiene
pedal. 10 Si no se toca al pedal, el sonido dura sola- su particular virtud. El gusto del compositor mo-
mente el tiempo que la tecla permanece oprimida derno por los efectos sonoros ásperos y derivados
por el dedo del pianista. Pero si, oprimiendo el de la percusión halló amplia satisfacción en esa
pedal, se levanta el apagador, entonces el sonido se nueva manera de utilizar el piano, que lo convierte
sostiene más tiempo. En ambos casos el sonido en una especie de gran xilófono. En las obras pia-
comienza a perder intensidad a partir del instante nísticas de contemporáneos como Bela Bartók,
en que se produce, pero el pedal reduce un tanto Carlos Chávez o Arthur Honegger se encuentran
esa debilidad y es, de consiguiente, la clave de la excelentes ejemplos de eso. El último de esos com-
buena escritura pianística. positores tiene en su Concertino para piano y orques-
Aunque el piano lo inventó hacia 1711 un tal Cris- ta un atractivo último tiempo que crepita bellamente
tofori, los compositores no supieron hasta mediados con una sonoridad pianística seca, quebradiza.
del siglo XIX cómo aprovechar el pedal de una mane- Lo que afirmé con respecto al piano es válido
ra verdaderamente característica. Chopin, Schu- también para todos los demás instrumentos. Hay
mann y Liszt fueron unos maestros en escritura ciertamente una manera característica de escribir
pianística, porque tuvieron en cuenta plenamente para cada uno de ellos. Los colores sonoros que
las peculiaridades del piano como instrumento que puede producir un instrumento, y que son exclusi-
vibra. Debussy y Ravel en Francia y Scriabin en vamente suyos, son los que el compositor busca.
Rusia continuaron la tradición de Chopin y Liszt
en lo que respecta a la escritura pianística. Todos
ellos tuvieron muy presente el hecho de que el Timbres simples
piano, según un lado de su naturaleza, es una colec-
Ahora estamos en mejor posición para examinar los
10 El autor se refiere aquí al pedal de la derecha. El de la
timbres simples que se hallan en la orquesta sinfóni-
izquierda desempeña otra función, que es la de amortiguar o ca usual. Se toman generalmente como norma los
velar la sonoridad del instrumento. [T.] instrumentos de la orquesta, porque son los que con
92 LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA 93

mayores probabilidades hemos de encontrar en dedos de la mano izquierda, pero no de la manera


cualquier partitura. Después necesitaremos saber usual, sino ligeramente, con lo cual se crea una so-
cómo se mezclan esos timbres simples para formar noridad aflautada de un encanto especial. "Doble,
los de las diversas combinaciones instrumentales. triple y cuádruple cuerda" quiere decir tañer simul-
Los instrumentos de la orquesta se dividen en táneamente dos, tres o cuatro cuerdas, de modo que
cuatro tipos o grupos principales. El primer grupo se obtenga un efecto de acorde. Finalmente, hay el
es, por supuesto, el de la cuerda; el segundo, el de sonido velado y delicado que se obtiene por medio de
las maderas; el tercero es el de los metales y el cuar- la sordina, pequeño adminículo que, colocado sobre
to, la percusión. Cada uno de ellos está formado el puente del instrumento, amortigua la sonoridad.
por un conjunto homogéneo de instrumentos de un Todos esos efectos diversos se pueden obtener
tipo similar. Todos los compositores, al componer, no sólo en el violín, sino también en los demás ins-
tienen muy presentes esos cuatro grupos. trumentos de cuerda.
El grupo de la cuerda, que es el más usado de La viola es un instrumento que se confunde a me-
todos, está formado a su vez por cuatro tipos dife- nudo con el violín, pues no solamente se parece a
rentes de instrumentos de cuerda, que son: el vio- éste en su aspecto exterior, sino que también se ase
lín, la viola, el violonchelo (o chelo, para abreviar) y tañe de la misma manera. Pero un examen atento
y el contrabajo. hará ver que es un instrumento ligeramente más
El instrumento más familiar para el lector es, por grande y pesado que produce un sonido más ponde-
supuesto, el violín. En la escritura orquestal, los roso y grave. No puede cantar notas tan altas como
violines se dividen en dos grupos -denominados las que canta el violín, pero eso lo compensa con
primeros violines y segundos violines-, aunque poder cantar notas más bajas. Hace el papel de con-
comprenden únicamente un solo tipo de instrumen- tralto en relación con el de soprano que hace el vio-
to. De seguro que no hay necesidad de describir lín. Si le falta la leve calidad lírica de éste, posee, por
aquí la cualidad lírica, cantante del violín: nos es otra parte, una sonoridad seriamente expresiva que
sumamente familiar a todos. Pero puede que el lec- se diría llena de emoción.
tor esté menos familiarizado con ciertos efectos El violonchelo es un instrumento más fácil de
especiales que ayudan al instrumento a producir reconocer, ya que el ejecutante lo toca sentado y lo
una gran variedad de timbres. sostiene apoyado firmemente entre las rodillas.
El más importante de ellos es el pizzicato, que con- Hace de barítono y bajo con respecto al contralto,
siste en puntear las cuerdas con los dedos de la mano que es la viola. Su extensión abarca una octava más
derecha, en vez de tañerlas con el arco, lo cual pro- abajo que la viola, pero eso lo paga con no poder
duce un efecto un tanto semejante al de la guitarra. subir tan alto como ella. La calidad sonora del vio-
Nos es también bastante familiar. Menos lo es, en lonchelo la conoce todo el mundo. Pero los compo-
cambio, el efecto de lo que se llaman los armónicos, sitores distinguen en ella tres registros diferentes.
los cuales se producen oprimiendo la cuerda con los En su registro agudo el violonchelo puede ser muy
94 LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA 95

penetrante y patético. Al otro extremo de su exten- son el flautín o piccolo y la flauta en sol. El oboe está
sión, su sonoridad tiene una profundidad serena. emparentado con el corno inglés, el cual, como dice
El registro intermedio, que es el que se usa con más un libro de orquestación, ni es inglés ni corno, pero
frecuencia, produce el sonido que nos es más fami- así se le llama a pesar de todo. El clarinete está
liar: una calidad sonora seria, suave, abaritonada y emparentado con el requinto o clarinete piccolo y el
que casi siempre expresa algo de emoción. clarinete bajo. Y el fagot, con el contrafagot.
El último de la familia de la cuerda, el contraba- Recientemente se ha añadido un nuevo instru-
jo, es el más grande de todos y hay que tocarlo de mento que es en parte una madera, llamado saxo-
pie. A causa de vérsele en las orquestas de jazz, fón. ¡Probablemente el lector tiene noticia de él! Al
adquirió desde hace poco una importancia casi principio se le utilizó sólo parcamente en la orques-
proporcionada a su tamaño. Cuando se empezó a ta sinfónica corriente. Luego, de pronto, la orquesta
utilizar en las orquestas desempeñó un papel muy de jazz comenzó a explotarlo, y ahora se está intro-
servil, no haciendo apenas otra cosa que lo que duciendo de nuevo en el terreno sinfónico para ser
hacía el violonchelo, pero a una octava baja de éste utilizado más ampliamente.
(doblando el bajo, que es como se decía). Eso lo Aun en los momentos en que todos los instru-
hace muy bien. Después los compositores le dieron mentos de la orquesta suenan lo más fuerte que les
a tocar una parte propia en las profundidades de la es posible, el flautín se puede oír, casi siempre, por
orquesta. Casi nunca actúa como instrumento solis- encima de ellos. En el fortissirno posee una sonori-
ta, y el lector comprenderá por qué, si alguna vez dad delgada pero penetrante y brillante y puede
oyó un contrabajo que tratara de cantar una me- dominar sobre cualquier otro instrumento al alcan-
lodía.!! La función propia del contrabajo es sumi- ce de nuestros oídos. Los compositores lo utilizan
nistrar una base firme a toda la estructura que se con cautela. A menudo no hace más que doblar a la
alza sobre él. octava aguda lo que canta la flauta. Pero algunos
El segundo grupo de los instrumentos orques- compositores recientes nos han descubierto que,
tales comprende aquellos que se conocen con la tocado apaciblemente en su registro más suave,
denominación de maderas. Aquí también hay cua- tiene una delgada voz cantante de no pequeño
tro tipos diferentes, si bien en este caso cada tipo encanto.
tiene uno o varios instrumentos estrechamente El timbre de la flauta es bastante bien conocido.
emparentados con el instrumento principal, una Es un timbre blando, frío, fluido, suave como la
especie de primos hermanos de éste. Las cuatro pluma. A causa de su personalidad muy definida es
maderas principales son la flauta, el oboe, el clari- uno de los instrumentos más atractivos de la or-
nete y el fagot. Los "primos hermanos" de la flauta questa. Es sumamente ágil; puede tocar más notas
por segundo que cualquier otro miembro de la fa-
11 El lector podrá oír un contrabajo a solo en Pulcinella de milia de las maderas. El registro familiar para la
Stravinsky y en El teniente Kijé de Prokofief. [T.] mayoría de los oyentes es el agudo. Del más grave
96 LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA 97

se hizo mucho uso en los últimos años, un registro El fagot es uno de los instrumentos que más cosas
sombríamente expresivo, de la manera más par- diferentes puede hacer. En su registro más agudo
ticular. tiene un sonido quejumbroso muy especial. Stra-
El oboe es un instrumento de sonido nasal, com- vinsky hizo un uso excelente de ese timbre en el
pletamente diferente de la flauta en cuanto a sonori- mismísimo comienzo del Sacre du Printemps (Con-
dad. (El oboísta sostiene su instrumento en posición sagración de la Primavera). Por otra parte, el fagot
vertical, en tanto que el flautista sostiene el suyo puede producir en el registro más grave un staccato
horizontalmente.) El oboe es el más expresivo de seco, grotesco, de un efecto que se diría evocador de
los instrumentos de madera, y lo es de una manera algún duende travieso. Y constantemente s~ le est~
muy subjetiva. En comparación con él, la flauta pidiendo que con el mero peso de su sonondad de
parece impersonal. El oboe tiene una cierta calidad mayor resonancia a los bajos, que son opacos. Como
pastoril de la que a menudo hacen buen uso los instrumento socorrido, ciertamente que lo es.
compositores. Más que cualquiera otra madera, el El contrafagot está con él en la misma relación
oboe hay que tocarlo bien para que su limitado que el contrabajo con el violonchelo. Ravello utilizó
ámbito sonoro tenga suficiente variedad. para representar a la bestia en La bella y la b.estl.a de
El corno inglés es una especie de oboe barítono la suite Ma mere rOie (Mamá la Oca). PrInCIpal-
que los oyentes poco experimentados confunden a mente ayuda a suministrar el bajo de la orquesta allí
menudo con el oboe, en cuanto al timbre. Sin em- donde ~ás se necesita, en lo más profundo de la
bargo, posee una calidad quejumbrosa muy suave región grave.
que Wagner explotó plenamente en la introducción El grupo de los metales, al igual de los otros, se
al tercer acto de Tristán e [seo. precia de cuatro tipos principales de instrumentos:
El clarinete tiene un sonido liso, abierto, casi el corno (o trompa), la trompeta, el trombón y la
hueco. Es un instrumento más frío y de sonoridad tuba. (La corneta es tan semejante a la trompeta
más llana que el oboe, pero también más brillante. que no hay para qué mencionarla aquí.) .
Más próximo en calidad a la flauta que al oboe, es El corno, o trompa, es un instrumento que tIene
casi tan ágil como la primera y canta con tanta gra- un sonido amable, redondo; un sonido suave, agra-
cia como ella toda clase de melodías. En su octava dable, casi líquido. Si se toca fuerte, adquiere una
más grave posee un timbre único de un efecto hon- calidad majestuosa, metálica, que es todo lo contra-
damente obsesionante. Su ámbito dinámico es más rio de su sonido suave. Si existe algún sonido más
notable que el de cualquiera otra madera, pues va noble que el de ocho cornos que cantan al unísono y
desde un mero susurro al más brillante fortissimo. fortissimo una melodía yo no lo he oído jamás. Hay
El clarinete bajo apenas se diferencia del clari- otra sonoridad sumamente impresionante que se
nete, a no ser porque su ámbito está una octava puede obtener del como interceptando el sonido ya
más bajo. En su registro más grave tiene una cali- sea con una sordina, ya sea con la mano colocada en
dad espectral que no se olvida fácilmente. el pabellón del instrumento. Si se fuerza entonces el
98 LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA 99

sonido, se produce una sonoridad ahogada, rasposa. tados. (Un ejemplo particularmente feliz es el solo
y si no se fuerza, el mismo procedimiento da un de tuba en la versión orquestal de los Cuadros de
sonido ultraterreno que parece emanar mágicamen- una exposición, de Mussorgsky, hecha por Rave!.)
te de algún lugar lejano. Sin embargo, su función consiste principalmente
La trompeta es ese instrumento brillante, pe- en dar realce al bajo, y como tal, presta un estima-
netrante, imponente que todos conocemos. Es el ble servicio.
apoyo de todos los compositores en los momentos El cuarto grupo de la orquesta está formado por
culminantes. Pero también posee un sonido bello varias clases de instrumentos de percusión. Todo el
cuando se toca suavemente. Al igual que el corno, que asiste a un concierto repara en ese grupo, y
tiene sus sordinas especiales que producen en el quizá demasiado. Con pocas excepciones, esos ins-
forte una sonoridad como de enfado, estridente, trumentos no tienen entonación definida. Por regla
que es indispensable en los momentos dramáticos, general se usan de estas tres maneras: para intensi-
y una voz suave, dulce, aflautada cuando se toca ficar los efectos rítmicos, para realzar dinámica-
piano. Recientemente los trompetistas de jazz han mente el sentido de clímax o para añadir color a los
hecho uso de un gran surtido de sordinas, cada una demás instrumentos. Su eficacia está en razón in-
de las cuales produce una sonoridad completamen- versa del uso que se haga de ellos. En otras pala-
te diferente. Es casi seguro que más adelante algu- bras, cuanto más se economicen y reserven para los
nas de ellas entrarán en la orquesta sinfónica. momentos esenciales, más eficaces serán.
El sonido del trombón se alía por su calidad con En el grupo de las percusiones, la familia más
el del como. Como éste, el trombón posee un soni- imponente es la de los tambores. Todos ellos son
do noble y majestuoso, aún más amplio y redondo instrumentos rítmicos y productores de ruido, de
que el del como. Pero en parte también está cerca varias clases y tamaños, desde el pequeño tom-tom
de la trompeta por su timbre brillante en el fortissi- hasta el corpulento bombo. El único instrumento
mo. Los momentos de grandeza y solemnidad se de esta familia que tiene entonación definida es el
deben a menudo al uso juicioso del grupo de los timbal, de todos conocido, y que suele encontrarse
trombones de la orquesta. por grupos de dos o tres. Se toca con dos baquetas
La tuba es uno de los instrumentos más especta- y su extensión dinámica va desde un rumor espec-
culares de la orquesta, puesto que llena los brazos tral, lejano, hasta una abrumadora sucesión de gol-
del que la toca. No es fácil de manejar. Para tocarla pes sordos. Otros instrumentos productores de
se necesitan en todo caso buenos dientes y grandes ruido, aunque no de la familia de los tambores, son
reservas de aliento. Es una especie de trombón, los platillos, el gongo o tantán, el wood block, el
pero más pesada, con más dignidad y más difícil de triángulo, el látigo y muchos más.
mover. Rara vez se la usa melódicamente, si bien en Otros instrumentos del grupo de las percusiones
los últimos años los compositores han encomenda- proporcionan color más bien que ritmo o ruido.
do temas a su osuna benignidad, con diversos resul- Son, entre otros, la celesta y el glockenspiel, el xiló-
100 LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA 101

fono, el vibráfono y las campanas tubulares. Los rinete (clarinete más cuarteto de cuerda); el trío de
dos primeros producen sonidos débiles y como de flauta, clarinete y fagot. En los últimos años los
campana, de gran valor para el colorista. El xiló- compositores hicieron una cantidad considerable de
fono es, posiblemente, el instrumento más conoci- experimentos -de resultado diverso- con combi-
do de este grupo, y el vibráfono el más reciente. El naciones menos usuales. Uno de los más originales
arpa, la guitarra y la mandolina, instrumentos bien y felices es la orquesta del ballet de Stravinsky Les
conocidos de todos, se catalogan generalmente naces (Las bodas) que comprende cuatro pianos y
como instrumentos de percusión en razón de su trece percusionistas. 12
timbre de cuerdas punteadas. En los últimos años En la música de cámara, la combinación más
se ha usado el piano como parte integral de la usual es el cuarteto de cuerda, compuesto de dos
orquesta. violines, viola y violonchelo. Para el compositor in-
Hay, desde luego, un cierto número de instru- clinado a lo subjetivo, no hay mejor medio de expre-
mentos que no pertenecen a la orquesta, tales como sión que el cuarteto de cuerda. Su timbre mismo
el órgano, el armonio, el acordeón-sin mencionar crea una sensación de intimidad y sentimiento per-
la voz humana-, respecto de los cuales no podemos sonal, cuyo marco mejor es una sala en la que haya
hacer más que enumerarlos. No hay para qué añadir un estrecho contacto con la sonoridad de los ins-
que todos ellos se usan a veces con la orquesta. trumentos. No hay que perder de vista nunca las
limitaciones del medio expresivo; a menudo incu-
rren los compositores en la falta de pretender que
Timbres mixtos el cuarteto de cuerda suene como una pequeña
orquesta. Dentro de su propio marco, el cuarteto es
Una de las ocupaciones más agradables para el un admirable medio de expresión polifónico, con lo
compositor es mezclar esos instrumentos en dife- cual quiero decir que existe en cuanto está forma-
rentes combinaciones. Si bien hay, teóricamente, do por las voces distintas de los cuatro instrumen-
un gran número de combinaciones posibles, los tos. Para escuchar el cuarteto de cuerda tenemos
compositores se limitan comúnmente a aquellos que estar dispuestos a escuchar contrapuntística-
grupos de instrumentos que el uso hizo familiares. mente. Lo que eso significa se aclarará más ade-
Ellos pueden ser agrupaciones de instrumentos que lante, cuando lleguemos al capítulo de la textura
pertenecen a una misma familia, tales como el cuar- musical.
teto de cuerda, o a familias diferentes, como flauta, La orquesta sinfónica es, sin duda, la combina-
violonchelo y arpa. No podemos hacer más que ción instrumental más interesante que hasta ahora
mencionar unas cuantas combinaciones habituales:
el trío formado por el violín, el violonchelo y el 12 Es decir, cuatro pianos más cuatro timbales, xilófono,
piano; el quinteto de viento, combinación de flauta, campanas, tambourin, triángulo, platillos, bombo, dos tam-
oboe, clarinete, fagot y corno; el quinteto con cla- bores y un par de platillos pequeños. [T.]
102 LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA LOS CUATRO ELEMENTOS DE LA MÚSICA 103

hayan desarrollado los compositores. Desde el pun- ción. No hay que decir que un buen director se limi-
to de vista del oyente, es igualmente fascinadora, tará a los ademanes necesarios; de otro modo,
pues contiene en sí todas las combinaciones instru- puede ser de lo más perturbador.
mentales, de una inagotable variedad. Escrito en Norteamérica, un capítulo sobre el
Al escuchar la orquesta, será prudente no olvidar timbre resultaría incompleto si no hiciera mención
los cuatro grupos principales y su importancia rela- de la orquesta de jazz, original contribución nues-
tiva. No dejemos que nos hipnoticen los movimien- tra a los nuevos timbres orquestales. La orquesta de
tos extravagantes del timbalero, por mucho que jazz es una verdadera creación de nuevos efectos
atraigan nuestra atención. No concentremos ésta sonoros, nos gusten o no. La ausencia de la cuerda
exclusivamente en el grupo de la cuerda por la sola y la resultante sujeción a los metales y maderas
razón de que esos músicos se encuentren sentados como instrumentos melódicos son lo que hace que
más cerca de nosotros. Tratemos de librarnos de la orquesta moderna de jazz suene tan diferente de
los malos hábitos que se dan en el auditor de or- una orquesta de vals vienés. Si se escucha atenta-
questa. Lo más importante que podemos hacer al mente una orquesta de jazz, se descubrirá que cier-
escuchar la orquesta, aparte de disfrutar de la pura tos instrumentos proporcionan el fondo rítmico
belleza del sonido mismo, es desembarazar el ma- (piano, banjo, contrabajo y percusión), otros, el
terial melódico principal de los elementos que lo tejido armónico y, por regla general, un instrumen-
rodean y soportan. Generalmente, la línea melódi- to a solo lleva la melodía. La trompeta, el clarinete,
ca pasa de un grupo a otro o de un instrumento a el saxofón y el trombón se usan alternativamente
otro, y habrá que estar siempre alerta si se espera como instrumentos armónicos o melódicos. Lo ver-
poder seguir sus peregrinaciones. El compositor daderamente divertido comienza cuando la melo-
nos ayuda al equilibrar cuidadosamente sus sonori- día se contrapuntea con otra u otras subsidiarias,
dades instrumentales; el director nos ayuda al rea- tendiendo a un enredo de elementos melódicos y
lizar ese equilibrio y ajustar las condiciones indivi- rítmicos que sólo el oído más atento puede des-
duales a la intención del compositor. Pero ninguno hacer. No hay razón para no usar la orquesta de
nos podrá ayudar si no estamos preparados para jazz como instrumento en la práctica de separar los
desenredar el material melódico de la malla sonora diversos elementos musicales. Cuando la orquesta
que lo acompaña. de jaz'Z. alcanza sus mejores momentos, nos plantea
El director, si se le mira como es debido, puede problemas en abundancia.
prestar alguna ayuda para eso. Por lo general, en-
contraremos que pone atención principal en los
instrumentos que llevan la melodía más impor-
tante. Si observamos atentamente lo que hace, po-
dremos adivinar, sin conocimiento previo de la
pieza, dónde deberá estar el centro de nuestra aten-
LA TEXTURA MUSICAL 105

La música parece hacer una pausa momentánea al


concentrar la atención en una sola línea, por lo cual
produce un efecto semejante a un claro en un paisa-
V. LA TEXTURA MUSICAL je. Hay, desde luego, ejemplos de escritura monofó-
nica en sonatas para instrumentos a solo, tales co-
mo la flauta o el violonchelo, de compositores de los
A FIN de comprender mejor qué es lo que se ha de siglos XVIII y xx. A causa de cientos de años de usar-
escuchar en la música, el lego deberá poder distin- se armonías acompañantes, esas obras de una sola
guir, de un modo general, tres clases diferentes de línea sugieren a menudo una armonía implícita,
textura. Hay tres especies de textura musical: la aunque ninguna armonía suene en realidad. Por lo
monofónica, la homofónica y la polifónica. general, la monofonía es la textura más clara de
La música monofónica es, por supuesto, la más todas y no presenta mayores problemas de audi-
simple de todas. Es la música consistente en una ción.
línea melódica que no tiene acompañamiento. La La segunda especie -la textura homofónica- es
música china o hindú es de textura mono fónica. Nin- apenas más difícil de escuchar que la monofonía.
guna armonía, en el sentido que esta palabra tiene Pero también es más importante para nosotros los
para nosotros, acompaña su línea melódica. La línea auditores, a causa de su uso constante en música.
misma, aparte de un acompañamiento de percusión Consiste en una línea melódica principal y un
rítmicamente complicado, es de una extraordinaria acompañamiento de acordes. Mientras la música
finura y sutileza y hace uso de cuartos de tono y se concibió vocal y contrapuntísticamente -esto
otros pequeños intervalos desconocidos de nuestro es, hasta finales del siglo XVI-, la textura homofó-
sistema. No solamente todos los pueblos orientales, nica, en el sentido que tiene para nosotros, era des-
sino también los griegos tuvieron música de textura conocida. La homofonía fue "invento" de los pri-
monofónica. meros compositores de ópera italianos, los cuales
El fruto más hermoso que la monofonía dio en buscaban una manera más directa de comunicar la
nuestra música es el canto gregoriano. Después de emoción dramática y una mayor claridad para el
unos comienzos oscuros dentro de la música ecle- texto literario cantado que las que permitían los
siástica primitiva, su poder expresivo se vio acrecen- métodos contrapuntísticos.
tado grandemente por las generaciones de composi- Lo que sucedió es muy fácil de explicar. Hay dos
tores que trabajaron y trabajaron sobre el mismo maneras de considerar una simple sucesión de
material. Es el mejor ejemplo que tenemos en la acordes. O la consideramos contrapuntísticamente,
música occidental de una línea melódica carente de esto es, que cada una de las voces de un acorde va a
acompañamiento. su nota inmediata en el acorde siguiente, o la consi-
En tiempos más recientes, el empleo de la mono- deramos armónicamente, en cuyo caso no se con-
fonía ha tenido, por lo regular, carácter incidental. serva ninguna idea de voces separadas. La cuestión
104
106 LA TEXTURA MUSICAL LA TEXTURA MUSICAL 107

es que los antecesores de los innovadores italianos No pasó mucho tiempo sin que esos acordes se
del siglo XVII nunca imaginaron sus armonías sino partieran o "figuraran", que es como se dice. Nada
de la primera de esas maneras, como resultado de se cambia esencialmente al figurar o convertir esos
la combinación de voces melódicas separadas. El acordes en arpegios correntíos. Una vez descubier-
paso revolucionario se dio al poner todo el énfasis to, pronto se elaboró este recurso, y desde entonces
en una sola línea y reducir todos los demás elemen- ha venido ejerciendo una extraordinaria fascina-
tos a la condición de meros acordes acompañantes. ción sobre los compositores. El ejemplo anterior, si
He aquí un ejemplo temprano de música homofó- se hacen figurados sus acordes, tendrá el aspecto
nica, tomado de Caccini, y que muestra la "nueva", que se muestra abajo.
más sencilla clase de acompañamiento con acordes. La única textura musical que presenta verdade-
Hace falta tener bastante perspectiva histórica para ros problemas para el oyente es la de la tercera
comprender cuán original había de parecer esto a especie: la textura polifónica. La música escrita
sus primeros oyentes.
"
Iv o cor' di don - na per al - hui soc -
o cor' d'i don - na per al - !rui soc-

jtJ

"
108 LA TEXTURA MUSICAL LA TEXTURA MUSICAL 109

polifónicamente exige mucho de la atención del Éste es un ejemplo de polifonía a tres voces.
oyente, porque se mueve según hebras melódicas Como una miaja de trabajo de laboratorio, el lector
separadas e independientes que, juntas, forman las deberá escuchar cuatro veces esta breve pieza,
armonías. La dificultad nace de que nuestros há- oyendo primero la parte que es siempre más fácil
bitos auditivos se formaron en la música concebida de oír: la parte superior o soprano. Ahora vuelva a
armónicamente, y la música polifónica exige que escuchar, pero esta vez la parte del bajo, que se
escuchemos de una manera más lineal, sin hacer mueve con aplomo, a base de notas repetidas.
caso, hasta cierto punto, de aquellas armonías re- Luego escuche la parte del contralto o voz interme-
sultantes. dia. Esa voz es una especie de melodía figurada y se
Ningún auditor puede permitirse ignorar este distingue de las demás por su movimiento (más
punto, pues es fundamental para llegar a escuchar rápido) a base de semicorcheas. Ahora oiga las tres
la música de una manera más inteligente. Tenemos voces juntas, pero manteniéndolas separadas men-
que recordar siempre que toda la música escrita talmente: el soprano con su melodía sostenida, el
antes del año de 1600, y mucha de la que se escri- contralto con la melodía interior más correntía, y
bió después, era música de textura polifónica, de el bajo con su línea llena de aplomo. Se puede
suerte que cuando escuchamos música de Palestri- hacer un experimento suplementario consistente
na u Orlando de Lasso hemos de escuchar de modo en oír dos voces cada vez: soprano y bajo, contralto
diferente que cuando la escuchamos de Schubert o y soprano, bajo y contralto, antes de oír las tres
Chopin. Eso es cierto no sólo desde el punto de vista voces juntas. (Para los fines de esta investigación se
de su significado emocional, sino también técnica- recomienda el arreglo de Stokowski, disco RCA
mente, porque la música fue concebida de un modo Victor.) 1
en todo diferente. La textura polifónica implica un La realización de este pequeño experimento será
auditor que pueda oír distintas hebras de melodía una cosa de gran valor para el lector. Porque mien-
cantadas por distintas voces, en lugar de oír sola- tras no se pueda oír de este modo toda la música
mente el sonido de todas las voces, tal como pasan polifónica -es decir, como voz contra voz, línea
de un momento al siguiente, que es escuchar verti- contra línea-, no se escuchará como es debido.
calmente. La textura polifónica lleva consigo la cuestión de
Ningún otro punto de este libro necesita más que cuántas voces puede percibir simultáneamente el
éste de ilustración musical directa. No espere el lec- oído humano. En esto las opiniones difieren. Hasta
tor comprenderlo del todo si no escucha una y otra los mismos compositores han atacado a veces la
vez la misma pieza de música y no hace un esfuer- polifonía, sosteniendo que se trata de una idea inte-
zo mental para desenredar las voces entretejidas. lectual -no natural- que se nos ha impuesto. Sea
Tenemos que limitarnos aquí a una sola ilustra- como fuere, creo que se puede sostener con seguri-
ción: el conocido preludio de coral de Bach /eh ruf'
zu Dir, Herr Jesu Christ. 1 Disponible sólo en discos de 78 rpm.
110 LA TEXTURA MUSiCAL LA TEXTURA MUSICAL 111

dad que, si se tiene bastante experiencia como oyen- a varias voces produce armonías que ya no son
te, se puede oír música a dos y tres voces sin convencionales. Esa nueva clase de escritura con-
demasiado esfuerzo mental. El verdadero engorro trapuntística se la llamó a veces contrapunto lineal
comienza cuando la polifonía consiste en cuatro, o "disonante". Desde el punto de vista del auditor,
cinco, seis u ocho voces distintas e independientes. en el contrapunto moderno hay menos peligro de
Pero, por regla general, el compositor nos ayuda a perder el sentido de separación de cada voz, ya que
escuchar polifónicamente, pues rara vez hace que no hay ninguna melif1ua trama armónica a que aco-
canten todas las voces al mismo tiempo. Aun en la gerse. En la reciente escritura contrapuntística las
polifonía a cuatro voces, los compositores se las voces "sobresalen", como si dijéramos, porque lo
arreglan de modo que por lo regular calle una voz que se acentúa es su independencia más bien que
mientras están en actividad las otras. Eso hace con- su unión.
siderablemente más ligera la carga. He aquí un ejemplo del nuevo contrapunto, to-
También hay que decir esto de la música polifó- mado de Hindemith, que es uno de los que mejor
nica: que las repetidas audiciones mantienen mejor practican la moderna textura polifónica: 2
nuestro interés que si se trata de música y textura
homofónica. Aun suponiendo que no se oigan igual-
mente bien todas las diferentes voces, es muy pro-
bable que cuando se vuelva sobre ella habrá algo
-
nuevo que escuchar. Siempre se puede oírla desde
un punto de vista diferente. U &tace.
Pero que se puedan oír o no varias voces al mis-
mo tiempo, eso es ahora simplemente una cuestión
académica, puesto que gran parte de la gran música
universal se escribió basándose en el principio de la
audición polifónica.
-
Además, los compositores contemporáneos han
mostrado una marcada inclinación por renovar el ~I; .-.
interés de la escritura polifónica. Eso se produjo
como parte de la reacción general contra la música
del siglo XIX, que es básicamente de textura homo-
l ~- - ,
fónica. A causa de sentir los nuevos compositores
más simpatía por los ideales estéticos del siglo
XVIII, los compositores nuevos se apoderaron de la
2 Dc Das Mariel1/eben (La vida de María) de Paul Hinde-
textura contrapuntística de aquella época, aunque mith. Se cita con la autorización de Associated :\JIusic Publis-
con esta diferencia: que su escritura independiente hers, Inc.
112 LA TEXTURA MUSICAL LA TEXTURA MUSICAL 113
Recuérdese, pues, que la música de textura poli- fónica. Después se añade en las violas y la mitad de
fónica, ya sea de Bach o de Hindemith, se escucha los violonchelos una nueva melodía. El efecto es
de la misma manera exactamente. sólo en parte contrapuntístico, pues las voces acom-
Por supuesto que no todas las piezas de música pañantes superior e inferior no son apenas otra
corresponden a una sola de esas tres diferentes cosa que un sugestivo recuerdo de la estructura por
clases de textura. En una pieza cualquiera el com- acordes del comienzo. Pero mucho después (hacia
positor puede pasar sin transición de una clase a el final de la segunda cara del disco) se llega a una
otra. Y uno, en cuanto oyente, debe estar en dispo- parte puramente contrapuntística. Entre los pri-
sición de seguir la especie de textura que el composi- meros y segundos violines comienza a tejerse una
tor haya escogido para cada momento. Su elección textura polifónica en torno a un fragmento tomado
no carece en sí misma de significado emocional. Es del un tanto inexpresivo primer tema. Si somos
evidente que una línea melódica sin acompaña- capaces de percibir cómo esa parte contrapuntís-
miento produce mayor impresión de libertad y tica, con su movimiento de semicorcheas, llega
expresión personal directa que una complicada paulatinamente a imponerse a un fortissimo de los
trama de sonidos. La música homofónica, cuyo acordes que habíamos oído al comienzo, nos ha-
efecto tanto depende del fondo armónico, tiene, bremos acercado a la idea que realmente tuvo
por lo general, más atractivo inmediato para el Beethoven cuando concibió el clímax de ese tiem-
oyente que la música polifónica. Pero la música po. Aquí, como siempre, el escuchar atenta e inteli-
polifónica lleva consigo una mayor participación gentemente se recompensará con un contacto más
intelectual. El mero hecho de que tengamos que es- íntimo con el pensamiento del compositor, y no
cuchar de un modo más activo para oír lo que está sólo en el sentido técnico, pues es seguro que cuan-
ocurriendo provoca un mayor esfuerzo intelectual. to más sensibles seamos a la textura musical, tanto
También los compositores, por regla general, hacen más completamente percibiremos el sentido expre-
mayor esfuerzo mental al escribir música polifóni- sivo de la música.
ca. Con la utilización en una sola pieza de las tres Es indudable que el lector alcanzará una com-
clases de textura, se obtiene una mayor variedad de prensión más plena de la textura contrapuntística y
expresión. de su relación con la hamo fónica cuando haya
El "Allegretto" de la Séptima Sinfonía de Beetho- tenido ocasión de examinar el capítulo que trata de
ven proporciona un ejemplo, tan bueno como cual- las formas fundamentales. La discusión de las for-
quier otro, de la utilización de una textura variada en mas fugadas facilitará particularmente la audición
una obra maestra de la música. (Se recomienda el de la textura polifónica.
disco RCA Victor grabado por Toscanini.) El co-
mienzo consiste casi únicamente en acordes, con
sólo una sugestión de frase melódica en la voz supe-
rior. En todo caso, es de textura francamente homo-
LA ESTRUCTURA MUSICAL 115

lo de sonidos inspirados. Entendida como se debe,


la forma no puede ser más que el crecimiento gra-
dual de un organismo vivo a partir de cualquier
VI. LA ESTRUCTURA MUSICAL premisa que el compositor escoja. De esto se sigue
que "la forma de toda auténtica pieza de música es
única". El contenido musical es lo que determina la
CASI todo el mundo distingue con más facilidad las forma.
melodías y los ritmos, y aun las armonías, que el Empero, los compositores no gozan de una inde-
fondo estructural de una pieza de música un tanto pendencia absoluta con respecto a los moldes for-
larga. Por eso es por lo que de aquí en adelante males externos. Por eso el oyente necesita com-
hemos de dar el mayor énfasis a la estructura de la prender esta relación que existe entre la forma
música, pues el lector debe comprender que una de dada, o elegida, y la independencia del compositor
las cosas más importantes que hay que buscar cuan- con respecto a esa forma. En esto se implican,
do se escucha conscientemente es el plan que liga pues, dos cosas: la dependencia y la independencia
toda una composición. La estructura en música no del compositor en relación con las formas musi-
difiere de la estructura en otro arte cualquiera: es, cales históricas. En primer lugar, el lector puede
sencillamente, la organización coherente del mate- preguntar: "¿Qué son esas formas y por qué el com-
rial utilizado por el artista. Pero en la música el positor se ha de molestar poco o mucho por ellas?"
material tiene un carácter fluido y un tanto abstrac- La respuesta a la primera parte de la pregunta es
to; por tanto, la tarea estructuradora es doblemente fácil: El allegro de sonata, la variación, el passaca-
difícil para el compositor, a causa de la naturaleza glia, la fuga son los nombres de algunas de las for-
misma de la música. mas más conocidas. Cada uno de esos moldes
Por lo general, al explicar la forma de la música formales se desarrolló lentamente mediante la ex-
se ha tendido a simplificar demasiado. El método periencia combinada de generaciones de composi-
usual consiste en tomar ciertos moldes formales tores que trabajaron en muchos países diferentes.
bien conocidos y demostrar cómo, en mayor o A los compositores de hoy día tendría que parecer-
menor medida, los compositores escriben sus obras les necedad el descartar toda esa experiencia y
dentro de esos moldes. Sin embargo, un examen comenzar a trabajar a la ventura en cada nueva
detenido de la mayoría de las obras maestras mos- obra. Es natural y nada más -sobre todo porque la
trará que éstas rara vez se amoldan tan limpia- organización del material es tan difícil por su
mente como se supone a las formas expuestas en misma naturaleza- que los compositores, cada vez
los libros de texto. Y la conclusión que inevitable- que comienzan a escribir, tiendan a apoyarse en
mente sacamos es que no basta con dar por senta- esas formas bien probadas. En el fondo de su
do que la estructura en la música es simplemente ánimo, y antes de comenzar a componer, están
cuestión de escoger un molde formal y luego llenar- todos esos moldes musicales usados y conocidos,
114
116 LA ESTRUCTURA MUSICAL LA ESTRUCTURA MUSICAL 117

los cuales obran como apoyo y, a veces, estímulo de da a ser esa coda. Se da el caso también de que esa
su imaginación. determinada coda es de un carácter especialmente
De igual manera el dramaturgo de hoy, a pesar tranquilo y reminiscente. Pero inmediatamente an-
de la variedad de material argumentístico que tiene tes de ella es necesario que se construya un largo
a su disposición, amolda, por lo general, su come- clímax. Entonces el compositor se pone a compo-
dia a la forma de pieza en tres actos. Ésa ha venido ner su clímax. Mas cuando llegue a terminar esa
a ser la habitual, no la pieza en cinco actos. O puede larga parte, puede que se encuentre con que ella
que prefiera la forma de pieza en un cierto número hace superflua aquella conclusión tranquila. En ese
de escenas breves, forma que encontró aceptación caso las exigencias del material desarrollado harán
recientemente; o la de un acto largo sin interrup- que se trastorne el molde formal. Análogamente,
ción. Pero sea lo que fuere lo que él escoja, se supo- Beethoven, a pesar de lo que digan los libros de
ne que parte de una forma dramática generalizada. texto acerca de "los temas en contraste" de la forma
De igual manera el compositor parte cada vez de de primer tiempo,' no tiene temas en contraste en el
una forma musical generalizada y bien conocida. primer tiempo de su Séptima Sinfonía -cuando
A Busoni eso le parecía una debilidad. Escribió menos en el sentido usual- a causa del carácter es-
un folleto para demostrar que el futuro de la músi- pecífico del material temático de que partió.
ca exigía que los compositores se liberasen de su Ténganse presentes, pues, dos cosas. Recuérden-
excesiva dependencia con respecto a las formas se las líneas generales del molde formal y recuér-
preestablecidas. Pero los compositores han seguido dese que el contenido de su propio pensamiento
dependiendo de ellas como en el pasado, y la apari- obliga al compositor a utilizar ese molde formal de
ción de un nuevo molde formal sigue siendo exac- un modo particular y personal, de un modo que per-
tamente tan rara como siempre. tenece solamente a esa determinada pieza que está
Pero sea el que fuere el molde externo que se esco- escribiendo. Esto se aplica principalmente a la mú-
ja, hay ciertos principios estructurales básicos que es sica artística. Las simples canciones populares sue-
preciso observar. En otras palabras, no importa lo len ser de estructura exactamente similar dentro de
que sea nuestro esquema arquitectónico: siempre su pequeño marco. Pero nunca hubo dos sinfonías
tendrá que justificarse psicológicamente por la na- exactamente iguales.
turaleza del material mismo. Y es eso lo que obliga La condición principal de toda forma es la crea-
al compositor a salirse del molde formal dado. ción del sentido de la gran línea ya mencionada en
Tomemos, por ejemplo, el caso del compositor un capítulo anterior. Esa gran línea debe darnos
que está trabajando en una forma que por lo gene- una sensación de dirección y debe hacérsenos sen-
ral presupone que haya de haber una coda, o parte tir que esa dirección es la inevitable. Cualesquiera
conclusiva, al final de su composición. Un día, que sean los medios empleados, el resultado neto
mientras está trabajando con su material, se en-
cuentra con una parte que sabe que estaba destina- I Es decir, forma "allegro de sonata", [T.]
118 LA ESTRUCTURA MUSICAL LA ESTRUCTURA MUSICAL 119

deberá producir en el oyente una sensación satis- A, B,e, etc. Las partes menores se representan habi-
factoria de coherencia producida por la necesidad tualmente por a, b, c, etcétera.
psicológica de las ideas musicales que sirvieron de
punto de partida al compositor. Principios estructurales

Para crear la sensación de equilibrio formal se usa


Diferencias estructurales en música un principio importantísimo. Y es tan
fundamental para nuestro arte que probablemente
Dos maneras hay de considerar la estructura musi- no dejará de usarse, de un modo u otro, mientras se
cal: 1) la forma en relación con la pieza considera- siga escribiendo música. Ese principio es el muy
da como un todo y 2) la forma en relación con las simple de la repetición. La mayor parte de la músi-
diferentes partes menores de la pieza. Las diferen- ca se basa estructuralmente en una amplia inter-
cias formales más amplias se referirán a los tiem- pretación de ese principio. A causa, probablemente,
pos enteros de una sinfonía, una sonata o una de la naturaleza un tanto amorfa de la música, el
suite. Las unidades formales pequeñas compon- uso en ella de la repetición parece estar más justifi-
drán juntas un tiempo entero. cado que en cualquiera de las demás artes. El único
Esas diferencias formales resultarán más claras principio formal que hay que mencionar además de
para el profano si se establece una comparación con ése es el contrario de la repetición, esto es, el de la
la construcción de una novela. Una novela de dimen- no-repetición.
siones normales puede estar dividida en cuatro li- Hablando en general, la música cuya estructura
bros: I, n, III y IV. Eso será análogo a los cuatro vertebral se basa en la repetición se puede dividir en
tiempos de una suite o de una sinfonía. El libro I, a cinco categorías diferentes. La primera es la repe-
su vez, podrá dividirse en cinco capítulos. Análo- tición exacta; la segunda, la repetición por seccio-
gamente, el tiempo I podrá componerse de cinco nes, o simétrica; la tercera, la repetición por medio
partes. Un capítulo contendrá tantos párrafos. En de la variación; la cuarta, la repetición por medio del
música, cada parte se subdividirá también en par- tratamiento fugado; la quinta, la repetición por me-
tes menores (desgraciadamente, no hay término dio del desarrollo. Cada una de esas categorías
para denotar esas unidades menores). Los párrafos (excepto la primera) será tratada por separado más
se componen de oraciones. En música, lo análogo a adelante. Se verá que cada categoría tiene dife-
la oración es la idea musical. Y, por supuesto, la rentes formas típicas que se agrupan bajo el título
palabra es análoga al sonido o nota musical. No hay de una determinada clase de repetición. La repe-
que decir que esta comparación sólo se ha de tomar tición exacta (que es la primera categoría) es de-
en un sentido general. masiado simple para que necesite demostración
Al trazar el esquema de un tiempo aislado es cos- especial. Las demás categorías se dividen según las
tumbre representar las partes grandes po!' las letras siguientes formas típicas:
120 LA ESTRUCTURA MUSICAL LA ESTRUCTURA MUSICAL 121

a. Forma en dos partes (bi- El más elemental es el de la repetición exacta.


naria) que puede representarse por a-a-a-a. etc. Tales sim-
1. Repetición por seccio- b. Forma en tres partes (ter-
ciaria)
ples repeticiones se encontrarán en muchas can-
nes, o simétrica
c. Rondó ciones. en las que una misma música se repite para
d. Disposición libre de las cantar un cierto número de estrofas consecutivas.
partes La primera forma de la variación aparece cuando en
canciones análogas a ésas se alteran ligeramente las
a. Basso ostinato
b. Passacaglia repeticiones. a fin de permitir un mayor ajuste entre
Il. Repetición por varia- { el texto y la música. Esa clase de repetición se puede
c. Chacona
ción
d. Tema de variaciones representar por a-a·-a ..-a· ... etcétera.
a. Fuga Au clair de la tune
IIl. Repetición por trata-
miento fugado { b.
c.
d.
Concerto grosso
Preludio de coral
Motetes y madrigales .tfh 11·tillJ J J J I r j IJrJ Jlj·I2H1
a. Sonata (forma de primer
IV. Repetición por desarrollo (
tiempo)
IJJJJIJ.
Las demás categorías formales fundamentales
son las que se basan en la no-repetición. y las lla-
madas formas "libres".
Antes de lanzarnos a la discusión de esas formas
Ach! du lieber Augustin
típicas de la repetición. es prudente examinar el
principio de repetición aplicado en pequeña escala.
Ello es fácil. pues esos principios reiterativos se
aplican lo mismo a las grandes partes que abarcan
¿~ ! ,. D ~ P 1J J J 1J J J 1ro J J I
todo un tiempo que a las pequeñas unidades que [ID
hay en cada parte. La forma musical se asemeja. por
tanto. a una serie de ruedas dentro de otras ruedas. rD~plroJ JIJJ J 1:1 J
en la que la formación de la rueda más pequeña es
notablemente análoga a la de la más grande. La lliJ
canción popular suele estar construida según líneas J JJ 1 ro J J
similares a una de esas unidades pequeñas y la uti-
lizaremos. siempre que nos sea posible. para ilus-
trar los principios más simples de la repetición.
1 J J J 1J 11
122 LA ESTRUCTURA MUSICAL LA ESTRUCTURA MUSICAL 123

La siguiente forma de repetición es fundamental La mismísima fórmula se puede ver en la músi-


no sólo para muchas canciones populares, sino ca artística. La primera de las piezas para piano
también para la música artística en sus partes más Escenas de niños de Schumann es un buen ejemplo
pequeñas y más grandes. Es la repetición después de pieza breve compuesta de a-b-a, con repetición de
de una digresión. Esa repetición puede ser exacta, la primera a. En la página anterior se muestra la
en cuyo caso se representa por a-b-a, o puede ser línea melódica sin acompañamiento.
variada y, de consiguiente, representada por a-b-a'. La misma fórmula, con ligeros cambios, la po-
Es muy frecuente que la primera a se repita inme- demos encontrar formando parte de una pieza más
diatamente. Parece como si hubiese alguna nece- larga, en la primera página del seherzo de la Sonata
sidad fundamental de grabar en la mente del audi- para piano, Op. 27, Núm. 2 de Beethoven. Aquí, aun
tor la primera frase o parte antes de que venga la la primera a en su repetición inmediata se altera
digresión. La mayoría de los teóricos están de acuer- ligeramente por una cierta dislocación del ritmo; y
do, sin embargo, en que la forma esencial a-b-a no la última repetición se diferencia al final por un
se altera con la repetición de la primera a. (En la sentido cadencial más fuerte. (En música una
música se puede indicar la repetición por medio del "cadencia" quiere decir una frase conclusiva.) En la
signo :11, dando lugar a la fórmula II:a:ll-b-a.) En la página siguiente, el contorno melódico.
página anterior mostramos esa repetición en dos Sería fácil multiplicar los ejemplos de la fórmula
canciones populares, Au clair de la lune y Aeh! du a-b-a con pequeñas variaciones, pero no es mi
lieber Augustin. propósito incluirlo todo. Lo que hay que recordar,

¡,
en cuanto a esas unidades menores, es que cada vez
~(repetlda)
que se expone un tema es muy probable que se
U¡ r r I tt r I r r I f; r I r r repita inmediatamente; que una vez repetido, una
digresión es de precepto, y que después de la digre-
sión hay que contar con una vuelta al primer tema,
lliJ ya sea que se repita exactamente o con variantes.
,. C:;rlJr1r : 1I r F IJ r IJ J I

'i
En capítulos posteriores se demostrará cómo esa
misma fórm:.lla a-b-a es aplicable a la pieza consi-
a tempo derada como un todo, incluso a la forma sonata.

J JI iau I a é±t Ir r I O" r El único otro principio formal básico, el de la no-


repetición, se puede representar por la fórmula a-b-
e-d, etc. Puede ilustrarse en pequeña escala con The
Seeds ofLove, canción popular inglesa, cuyas cuatro
frases son todas diferentes entre sí (p. 125).
Este mismo principio se encontrará en muchos
de los preludios compuestos por Bach y algunos de
124 LA ESTRUCTURA MUSICAL LA ESTRUCTURA MUSICAL 125

ha escrito libremente, pero evitando cualquier repe-


tición de notas o frases. Sobre él hemos de volver en
el capítulo dedicado a las formas libres.

l' [ill
~ ti J) J J I j' ~) I r ~ JI J J I M
Obtener análoga unidad en una pieza que dure
veinte minutos y sin usar forma alguna de repeti-
ción temática no es cosa fácil de lograr. Ésa es,
probablemente, la razón de que el principio de no-
repetición se aplique casi exclusivamente a com-
posiciones breves. El oyente encontrará que se usa
con mucha menos frecuencia que cualquiera de las
formas reiterativas, que son las que ahora habrá
que examinar detalladamente.

eme. if )r~
sus contemporáneos. Un breve ejemplo es el Prelu-
dio en si bemol mayor del Libro 1 del Clave bien
temperado. La unidad está lograda en él por la adop-
ción de un determinado diseño, dentro del cual se
LAS FORMAS FUNDAMENTALES 127

Pero, como ya he señalado, al analizar las formas


no se tienen en cuenta esas repeticiones exactas,
porque no afectan realmente a la traza general de
VII. LAS FORMAS FUNDAMENTALES la música considerada como un todo. Es más, los
intérpretes se atienen a su propio albedrío en cuan-
to a ejecutar o no las repeticiones indicadas.
1. LA FORMA POR SECCIONES En todas las demás formas, una sección B indi-
cará una sección independiente, distinta, en cuanto
Binaria, ternaria, rondó, disposición libre al material musical, de la sección A. Pero en la
de las secciones forma binaria hay una general correspondencia
entre las partes primera y segunda. La A y la B pare-
LA FORMA que el auditor percibe más fácilmente es cen equilibrarse la una con la otra; B suele no ser
la construida por secciones. La separación más o casi otra cosa que una nueva versión de A. Cómo,
menos definida de las partes afines es de pronta exactamente, se realiza esa "nueva versión", es cosa
asimilación. Desde un cierto punto de vista, toda la que varía con cada pieza y en gran parte responde
música puede considerarse en realidad como cons- de la gran variedad que hay dentro de la estructura
truida por secciones, incluso los largos poemas sin- binaria. La sección B está a menudo formada, en
fónicos de un Richard Strauss. Pero en este capítu- cierto modo, por una repetición de A y una especie
lo hemos de limitarnos a las formas típicas que de desarrollo de algunas frases que se hallan en A.
claramente están compuestas de diferentes partes Se podría decir, por tanto, que el principio de des-
combinadas de una cierta manera. arrollo, que luego llegó a ser tan importante, tuvo
ahí su origen. El profano podrá distinguir clara-
mente las dos partes de esa forma, si al escuchar
La forma binaria pone atención en el fuerte sentido cadencial que
hayal final de cada parte.
La más sencilla de ellas es la forma en dos partes, o La forma binaria se utilizó en millares de piezas
binaria, que se representa por A-B. La forma bina- breves para clavicímbalo escritas durante los siglos
ria se usa muy poco hoy día, pero desempeñó un XVII y XVIII. El tipo de suite del siglo XVII comprendía
papel preponderante en la música escrita entre cuatro o cinco o más de tales piezas, que estaban
1650 y 1750. La división en A y B se puede ver dentro de algún tipo de forma de danza. Las danzas
clara~ente en la página impresa, pues el final de la más usualmente incluidas en la suite son la alle-
parte A está casi siempre indicado por la doble mande (alemana), la courante, la zarabanda y la
barra con el signo de repetición. A veces también el giga. Menos frecuentes son la gavota, la bourrée, el
signo de repetición sigue al final de la parte B, y en passepied y elloure. (No hay que confundir este tipo
este caso la fórmula será más exactamente A-A-B-B. temprano de suite con la suite moderna, que no es
126
128 LAS FORMAS FUNDAMENTALES LAS FORMAS FUNDAMENTALES 129

más que una colección de piezas más ligeras por su criterio académico, revisaron para su publicación
carácter que los tiempos de una sonata o una sin- en el siglo XIX las obras de Scarlatti.) Es difícil
fonía.) escoger algunos ejemplos entre tal profusión de ri-
Instamos al lector a que escuche, como ejemplos quezas. Las Sonatas Núm. 413 (en re menor), Núm.
de la forma binaria, las piezas de Fran¡;ois Couperin 104 (en do mayor) y Núm. 338 (en sol menor) de la
o de Domenico Scarlatti. (Recomendamos los dis- edición de Longo figuran entre sus mejores obras.
cos grabados con música de ambos por Wanda El segundo tipo de la forma por secciones es la
Landowska.) Couperin, que vivió de 1668 a 1733, forma ternaria, que se representa por la fórmula
publicó cuatro libros de piezas para clavicímbalo A-B-A. Ya hemos visto cómo la unidad menor de
en los que se contiene alguna de la mejor música una pieza se puede construir según el esquema a-b-
que jamás haya escrito un francés. Esas piezas lle- a. Ahora es necesario examinar ese esquema en su
van a menudo títulos caprichosos, como por ejem- relación con la pieza considerada en su totalidad.
plo, Las barricadas misteriosas, o Mellizos, o El
mosquito. Esta última pieza (Le moucheron) es un
ejemplo excelente de la forma binaria. También lo La forma ternaria
es La commere (La comadre), brillante ejemplo,
además del ingenio y esprit dieciochescos. Algo de En el caso de la forma ternaria, estamos tratando de
la sensualidad de la música francesa de hoy se en- un tipo de construcción que los composit( res usan
cuentra ya en Les langueurs tendres. Couperin creó hoy constantemente. Entre los ejemplos tempranos
un mundo de refinada sensibilidad dentro de esa más claros figuran los minuetos de Haydn y Mozart.
forma en miniatura. En ellos la parte B -titulada, a veces: "tr{o"- está
Domenico Scarlatti (1685-1757) es la réplica ita- en franco contraste con respecto a la parte A. A veces
liana de Couperin. También él compuso cientos de es casi como una piececita independiente limitada
piezas de forma binaria, todas bajo el nombre a ambos lados por la primera parte: minueto-trío-
genérico de sonata, aunque no tienen nada en co- minueto. Cuando la vuelta a la primera parte con-
mún, ni en forma ni en sentimiento, con la sonata sistía en su repetición exacta, los compositores no
de épocas posteriores. La personalidad de Scarlatti se molestaban en escribirla de nuevo, sino que,
se manifiesta poderosamente en todo lo que él simplemente, indicaban "da capo" (quiere decir
escribió. Scarlatti era aficionado a la escritura "desde el comienzo"). Pero cuando esa vuelta tiene
clavicimbalística brillante, suntuosa, en la que hay variantes, la tercera parte hay que escribirla.
grandes saltos y cruces de manos propios de u~ El minueta, y con él la forma ternaria, fue cam-
estilo verdaderamente instrumental. No tuvo miedo biando gradualmente de carácter, aun entre los
de usar armonías que debieron de sorprender por llamados compositores clásicos. El mismo Haydn
su atrevimiento a sus contemporáneos. (Muchas de inició la transformación del minueto, desde una sen-
esas armonías fueron "suavizadas" por los que, con cilla forma de danza hasta lo que finalmente habría
130 LAS FORMAS FUNDAMENTALES LAS FORMAS FUNDAMENTALES 131

de ser el scherzo de Beethoven. En realidad, hay j¡] l\Ienuetto


pocos ejemplos tan buenos de la expansión gradual
de un patrón formal como esta metamorfosis del mi-
nueto en scherzo. El esquema A-B-A continuó siendo
¡@ ~ i
f
B 1re 14 4 4 1~ 44la I nI
el mismo, pero el carácter se transformó por com-

D I J 4 4 I # 4 o I J , :1
pleto. En manos de Beethoven, el minueto gracioso
y digno se convirtió en el scherzo-allegro brusco y ca-
prichoso que tan bien contrasta con el tiempo lento
que le precede.
Una importante alteración de esa forma fue
introducida por el mismo Beethoven y adoptada
por los compositores que le siguieron. En los primi-
tivos minuetos y scherzos era costumbre que hu-
biese una sensación perfecta de conclusión al final
tanto de la primera como de la segunda parte. Pero
en los ejemplos posteriores de esa forma, la parte A
se une a la parte B por medio de un pasaje puente;
y, análogamente, en la vuelta, B se une así a A, con
lo cual se crea una mayor impresión de continui-
dad. Esa tendencia se encontrará en la mayoría de
las formas musicales; los puntos de demarcación
entre las diferentes partes tienden a borrarse ante
la necesidad de dar una mayor impresión de con-
tinuo fluir. Las divisiones claramente marcadas
tienen la ventaja para el oyente de ser más fáciles
de seguir, pero el más elevado desarrollo de la
forma lleva consigo la necesidad de trabajar con
una línea ininterrumpida y más larga.
En la página siguiente se muestra una ilustración
típica del minueto de Haydn, tomada del Cuarteto
de cuerda, Op. 17, Núm. 5. Las divisiones están
claramente marcadas.
Como ejemplo moderno de la forma minueto
puedo recomendar el Minueto de Le tombeau de
Coupenn, de Ravel, una colección de seis piezas para 'W' r ro r I ro rJ r I r r r I r El r I
132 LAS FORMAS FUNDAMENTALES LAS FORMAS FUNDAMENTALES 133

'SI rrr I ,J n r I r r r lE: 1I Ese determinado scherzo, si se tocara lentamen-


te, podría considerársele como un minueto. Pero no
así el scherzo de la Sonata, Op. 27, Núm. 1. A éste el
carácter bcethoveniano, tempestuoso, lo aparta por
, ~I, 1: J' I J J J I J ro J I J J J I J n J I completo del pomposo minueto que dio origen a esa
forma. De haberse escrito una parte B conforme al
tipo usual, de carácter parejo y en contraste con A, se
habría disipado el carácter de la parte A. Es intere-
, ~I, r r r I r U r I FF F I Far I sante ver cómo Beethoven se las arregla para es-
cribir una parte que contraste con la anterior y al
mismo tiempo conserve el carácter febril, hirviente
de la primera parte. La vuelta a A está variada por
una ligera sincopación del ritmo, lo cual sirve para
-;./
acentuar el carácter tormentoso.
A ftacca il J[ennetto La forma ternaria, con ligeras variantes, es la
forma típica genérica de innumerables piezas que
piano, orquestadas más tarde por el propio compo- llevan nombres diversos. Algunos de los más comu-
sitor. Allí está presente la forma típica A-B-A, pero nes son: nocturno, berceuse, reverie, balada, elegía,
con estas diferencias: que la vuelta a la sección A está vals, estudio, capricho, impromptu, intermedio, ma-
formada por una ingeniosa superposición de A sobre zurca, polonesa, etc. Por supuesto que no tienen
B, y que al final se añade una coda primorosamente por qué estar necesariamente en forma ternaria,
elaborada. Pero lo esencial de la forma de minueto pero es muy probable que lo estén. Búsquese siem-
no sufrió allí ningún cambio. pre una parte central, en contraste con las otras
Veamos ahora lo que hizo Beethoven con esa dos, y alguna especie de vuelta a lo del comienzo:
misma forma. Tomemos como ilustración el mismo ésas son las marcas inconfundibles de la forma
scherzo de la Sonata para piano, Op. 27, Núm. 2, ternaria.
cuya primera página hemos analizado en el capítu- La limitación de espacio nos impide señalar más
lo "anterior. Si analizamos el Scherzo en conjunto, de un ejemplo: el Preludio, Núm. 15 en re bemol, de
aquella primera página que resultaba ser II:a:llb-a, Chopin. Es un excelente ejemplo de "adaptación"
valdrá como A de la fórmula grande A-B-A. La parte de la forma A-B-A. Después de una primera parte de
B -el Trío- es, por necesidades de contraste, de carácter reposado y parejo, viene la parte B, que, en
índole más pareja. Es lo que ocurre casi siempre contraste, es más dramática y "amenazadora".
con toda parte central de un scherzo y ello hace más Muestra la tendencia, que después se había de hacer
fácilmente perceptibles las divisiones. La vuelta a más y más frecuente, a buscar la manera de unir la
A es repetición exacta de esa parte. B con la A por medio de algún elemento común a
134 LAS FORMAS FUNDAMENTALES LAS FORMAS FUNDAMENTALES 135

ambas, tal como por ejemplo una figura rítmica o Couperin que en la obra más reciente del nortea-
melódica (en este caso, una nota que se repite). mericano Walter Piston. En los ejemplos primitivos
Tratada así, la parte B parece nacer de la primera -hasta el tiempo de Haydn y Mozart inclusive-la
parte, en vez de ser meramente una parte inde- separación entre las secciones estaba claramente
pendiente que está en contraste con ella y que muy marcada. Pero también aquí la evolución en el uso
bien podríamos imaginar como perteneciente a otra de la forma tendió a destruir las líneas de demar-
pieza cualquiera. La vuelta a A en ese Preludio está cación, hasta el punto de poderse decir verdadera-
muy abreviada. Es como si Chopin le dijese al mente que la cualidad esencial del rondó es la
oyente: "Recuerdas el carácter de la primera parte. creación de una impresión constante de fluidez. Ese
Con volverte a ella durante unos cuantos compases estilo de fácil fluidez es cosa esencial del carácter del
será bastante para darte una impresión de su to- rondó, lo mismo que la música sea vieja o nueva.
talidad, sin tener que molestarnos en tocarla del Una buena ilustración de lo que fue el rondó tem-
principio al fin." Eso es un buen razonamiento psi- prano la tenemos en el último tiempo de la Sonata
cológico para esa determinada pieza y contribuye Núm. 9 en re mayor para piano, de Haydn. (Véanse
tanto a la originalidad como a la concisión del las páginas 136 y 137.)
tratamiento formal. Obsérvese un rasgo muy importante: que cada
vez que vuelve la parte A, aparece variada, lo cual
contribuye a que tenga siempre nuevo interés a
El rondó pesar de las numerosas repeticiones. A partir de esa
época, el rondó contiene invariablemente diferen-
La tercera forma típica importante que se basa en tes versiones de A cada vez que reaparece ésta.
la división por secciones es la del rondó. Es fácil de Ejemplos numerosos de rondó moderno se en-
reducir a la fórmula A-B-A-C-A-D-A, etc. El rasgo contrarán en las obras de Roussel, Milhaud, Hinde-
típico de cualquier rondó es, pues, la vuelta al tema mith, Stravinsky, Schoenberg, etc. El famoso ejem-
principal después de cada digresión. El tema prin- plo de Strauss Las travesuras de Till Eulenspiegel es
cipal es lo importante; el número y longitud de las demasiado complicado para poderlo comprender
digresiones es indiferente. Las digresiones propor- sin un análisis especial.
cionan contraste y equilibrio: ésa es su principal
función. Hay diversos tipos de forma rondó, tanto
lentos como rápidos. Pero el más usual es el que fi- Forma libre por secciones
gura como último tiempo de sonata, ligero, anima-
do y semejante a una canción. El cuarto y último tipo de forma por secciones no
El rondó es una forma musical muy vieja, pero se puede reducir a una fórmula determinada,
que ni con mucho ha perdido su utilidad. Se en- puesto que permite cualquier disposición libre de
cuentran ejemplos de ella lo mismo en la música de las partes, con tal de que éstas formen un todo co-
136 LAS FORMAS FUNDAMENTALES LAS FORMAS FUNDAMENTALES 137

e:LI;!:!1;:;:1::,:I!j;!;!1:;:1:; :1
A Al.........

C:t: I::;~I~;:==;I;:~I~; :I=:I~.


e~I=:w:nY: 1;:,Ic: t1;:1
- -----------------_.-..
-
- -- -_.-.. --------
.- .- .- .. - -- --
-----------------------_._---
,
.--..... _-
.- -- ... -- ---.-
- -- ----_
.. ---.
_--
.. -

áiU::¡1¡!;:¡r: ¡: ;1.11;uI;! ¡r¡!~ ciIWlliíal;!lffm=


C!IZilllilli: ICLI::ifl;~
. .... ! '-"
~:!!lel:l:f:~I;;W

~;;';i; I:I:~ SE REPITE A


138 LAS FORMAS FUNDAMENTALES LAS FORMAS FUNDAMENTALES 139

herente. Cualquier disposición que tenga sentido diferentes que no hay que confundir. El primer
musical será posible, así por ejemplo, A-B-B o A-B- aspecto es el de la variación que se usa como un arti-
C-A o A-B-A-C-A-B-A. La primera es la fórmula de! ficio y de modo puramente incidental; esto es, se
Preludio Núm. 20 en do menor, de Chopin; la últi- puede variar cualquiera de los elementos musicales,
ma es la de la pieza titulada "Asustar" (Fürchten- cualquier armonía, cualquier melodía, cualquier
machen), de las Escenas de niños de Schumann. En ritmo. Asimismo, la variación en cuanto artificio se
esa pieza de Schumann es muy fácil de ver, porque puede aplicar momentáneamente a cualquier forma
cada sección es muy breve y característica. -por secciones, sonata, fugada, etc.-. En realidad,
Un buen ejemplo de disposición libre de varias es un artificio tan fundamental que los compQsitores
secciones usada por un compositor moderno lo recurren a él constantemente y lo aplican casi sin
encontramos en los tiempos primero y segundo de pensar. Pero no hay que descuidar el segundo aspec-
la &tite, Op. 14, de Béla Bartók. to: e! de la variación tal como se usa en las formas de
variación propiamente dichas y en las cuales cons-
tituye e! único y exclusivo principio formal. Este se-
2. LA VARIACIÓN gundo aspecto es el que me propongo tratar aquí.
El principio de la variación musical es muy an-
Basso ostinato, passacaglia, chacona, tiguo. Pertenece al arte tan naturalmente que sería
tema con variaciones difícil imaginar alguna época en que no se haya uti-
lizado. Ya en los días de Palestrina, V aun antes,
Las formas de variación ejemplificarán lo que es de cuando la música vocal era la primera: el principio
esperar que oiga el auditor y lo que es de esperar que de la variación melódica estaba firmemente esta-
no oiga, en cuanto a la forma musical. Es decir blecido en la práctica musical. La misa de los maes-
que sería tonto imaginar que cualquiera que oiga tros del siglo XVI solía estar basada por entero en
por primera vez una forma de variación la oiga con una determinada melodía, la cual se utilizaba con
un cierto grado de exactitud en lo que respecta a variantes en cada una de las diversas partes de la
cada una de las variaciones. Sin embargo, es de obra. Aun cuando el principio de la variación se
considerable valor para él reconocer las líneas gene- aplicó primero me!ódicamente, pronto los virgina-
rales, aunque no pueda seguir en detalle el desarro- listas ingleses lo adaptaron al estilo instrumental,
llo de cada variación. Con un poco de preparación variando la armazón armónica de una manera muy
es relativamente fácil oír las líneas generales de semejante a la que hoy día se sigue. En realidad,
cualquier forma de variación, lo mismo si la obra es esos maestros primitivos ingleses utilizaron tanto
de un compositor clásico como si lo es de un este nuevo artificio, que acabó por hacerse un poco
compositor moderno. fastidioso; más que en un principio formal se con-
Antes de seguir adelante tenemos que advertir al virtió en una mera fórmula. Cualquiera podía coger
lector que la variación musical tiene dos aspectos un tema y escribir sobre él diez variaciones llenas
LAS FORMAS FUNDAMENTALES LAS FORMAS FLJNDA'VIE"IT ALES 143
142
142).2 Aquí también el basso ostinato es una mera
Andante J =96 figura que fácilmente se presta a los picantes cam-
bios de tonalidad de la parte superior.

Ner<1 Ma, ma che di _ co? che


11 Ji I

1'" r ~ ~ ~ ,. ~r- rr' i1pU


I.J.J. J J ,
r'----"f -
I ÚtUl'O ostlnato -
11. u.
di _ CO, Po
I , , pe
',-
• a? Trop-po

ItT
r' I~r f"+ r ¡ r--
3
J 1.- 1 , I .J J
-.....:...- J.
, --f '-'"

11. ...
pie ciol'e Ro-ma 'ai -, mer - ti
I
tuoi'

I ItJ
versiones más sencillas son aquellas en las que el
basso ostinato no es casi otra cosa que una figura
---r ar U i , .. " l,.J Ir r L,..I
r
acompañante, como en la Pastoral para piano de J I J I I , I
Sibelius de la página anterior.'
Otro ejemplo, más reciente, es el Cortege del co-
nocido oratorio de Honegger El rey David (página

De From ¡he Land ora Thollsaud Lakes, de Jan Sibelius.


I
--- I

2 De Le Roi David de Honnl'gcr. Reservados todos los


derechos. Se reproduce con autorización de los editores MM.
I
L..

Se cita con la autorización de The Boston Music (ompany. Foetisch Frercs S. A., Lausana, Suiza.
144 LAS FORMAS FUNDAMENTALES
LAS FORMAS FUNDAMENTALES 145
Obsérvese que una vez que el basso ostinato se Henry Purcell, uno de los más grandes composi-
fija firmemente en nuestra conciencia ya podemos tores que ha tenido Inglaterra, vivió a fines del siglo
hasta cierto punto darlo por supuesto y de ese modo XVII y sintió especial afición por el basso ostinato.
prestar mayor atención al resto del material. Sus obras ofrecen gran cantidad de ejemplos de un
uso sumamente variado de ese procedimiento. En la
11
Largo página anterior mostramos uno tomado de su famo-

~
sa ópera Dido y Eneas, un solo llamado "El lamento
tJ de Dido". El basso ostinato sorprende por su croma-
I
J?P lcgafo tismo y, por tanto, es fácil de recordar, y los acordes
-1 dim.
: que se le superponen tienen un resplandor románti-
~
-- !...---'~
co muy avanzado para la época de Purcel!.
Uno de los mejores ejemplos modernos es el se-

~I!~I "[t:: :Q
dT
gundo número, titulado "El violín del soldado", de
la pantomima de Stravinsky La historia del soldado.
Con ayuda de cuatro notas pizzicato del contrabajo,
el compositor traza un cuadro, a medias lastimero
J y a medias sarcástico, que constituye uno de los
más tempranos y mejores ejemplos de humor de la
may my wrongs ere _ ate,
música moderna. (Félix Petyrek usa eficazmente el
earth
11 1- ~ ~
basso ostinato con fines humorísticos en sus Once
~ piezas para niños [de las cuales no hay grabación].)
li}
~f r r r r
I I 1
El passacaglia
....)
f El passacaglia es el segundo tipo de la forma varia-
ción. Aquí también, al igual que en el basso os tina-
to, toda una composición se asienta sobre un bajo
Muchos bellos ejemplos se podrían entresacar de que se repite. Pero esta vez el bajo que se repite es
la música del siglo XVII. En la página anterior inser- invariablemente una frase melódica, no una mera
tamos uno tomado de una de las últimas obras de figura. Además, como pronto veremos, no se limita
Monteverdi, La coronación de Papea, escrita en a repetir literalmente el basso ostinato, sino que
1642. En este caso el basso ostinato ya no es una admite un tratamiento variado de éste.
mera figura: es una verdadera melodía con todas No se conoce muy bien el origen del passacaglia.
las de la ley. Se dice haber sido una danza lenta en compás de
146 LAS FORMAS FUNDAMENTALES LAS FORMAS FUNDAMENTALES 147

tres por cuatro, originaria de España. 3 Sea como curso más sencillo es trasladar el tema a la voz
fuere, el passacaglia de hoy, igual que el de otros superior o a una intermedia, con lo cual se invierte
tiempos, es siempre de carácter lento y grave y C?r:- su posición natural. Otros recursos ocultan mo-
serva el signo de compás de tres por cuatro ongI- mentáneamente el tema, aunque de seguro que éste
nal. Pero toda relación con la danza, en cuanto tal, ha de estar presente, ya sea en las notas más graves
se ha perdido. de algunas figuras, ya en las de lo que puede pare-
El passacaglia comienza invariablemente con el cer meros acordes acompañantes. 4 El tocar el tema
enunciado o exposición del tema por el bajo, sin al doble o a la mitad de su velocidad normal o el
acompañamiento. Puesto que es ese tema lo que ha combinarlo contrapuntísticamente con nuevo ma-
de constituir los cimientos de todas las variaciones terial temático, son procedimientos legítimos para
que vendrán después, es de capital importancia qu.e obtener nuevas variaciones.
el tema mismo se grabe bien en la mente del audI- Al ligar las diferentes variaciones en un todo
tor. Por tanto, es regla general que durante las coherente es costumbre que se las agrupe según su
primeras variaciones se repita literalmente el tema analogía de diseño. Eso proporciona transiciones
en el bajo, mientras la parte superior inicia mode- más suaves de un tipo de variación al siguiente. El
radamente el avance. efecto acumulativo se ha logrado a menudo, desde
Hablando en términos generales, dos son los ob- el tiempo de Bach, por el sencillo procedimiento de
jetivos del compositor al tratar esta forma. Primero, aumentar en cada compás el número de notas,
que con la adición de cada nueva variación se vea el creándose así, por medio de un movimiento cada
tema como bajo una nueva luz. En otras palabras, vez más rápido, una sensación de clímax. De hecho,
el interés por el basso ostinato que tanto se repite lo una de las principales diferencias que hay entre el
ha de despertar, mantener y aumentar la imagi- uso que hizo Bach de esta forma y el que hicieron
nación creadora del compositor. En segundo lugar, sus predecesores es esa adopción de un movimien-
aparte la belleza de cualquier variación aislada- to cada vez más rápido con el fin de producir clí-
mente considerada, todas ellas han de ir acumulan- max, recurso que desde entonces se ha utilizado
do ímpetu, de modo que la forma en su conjunto reiteradamente y no sólo en el passacaglia.
sea psicológicamente satisfactoria. Este segundo Uno de los ejemplos más grandes de toda la lite-
objetivo ha sido particularmente efectivo desde el ratura musical, y que indefectiblemente se cita
tiempo de Bach. siempre que esta forma está en discusión, es el gran
Después de las primeras variaciones no hay para Passacaglia en do menor para órgano, de Bach. Se
qué seguir repitiendo literalmente el tema. El re- basa en el siguiente tema característico:
3 Según eso, su nombre en castellano sería "pasacalle".
Pero como este término tiene hoy un significado mUSical 4 En tal caso, el tema se encuentra en el bajo, o sea en su
muv diferente, preferimos conservar aquí el nombre en ita- posición natural, salvo que esos acordes acompañantes estén
lia~o, que es lo que también hace el autor. [T.] por encima de un nuevo contrapunto. lT.]
148 LAS FORMAS FUNDAMENTALES LAS FORMAS FUNDAMENTALES 149

,: P'" i J 1f' F Irr 1r r 1r r 1 r_


escribir temas con variaciones. Pero los composi-
J 1j J1J.1 Ji. I tores modernos han escrito passacaglias. Un buen
ejemplo es el del tiempo central del Trío para violín,
violonchelo y piano, de Rave!. Tanto Alban Berg, en
Instamos al oyente lego a que estudie repetida- su ópera Wozzeck, como Anton Webem (Passacaglia
mente la partitura o el disco, o ambos, pues pocas para orquesta, Op. 1) muestran nuevos tratamientos
composiciones recompensarán mejor que ésta el que de esa forma.
se les escuche con atención. Lo primero, es nece-
sario tener bien en la imaginación el tema. Y luego
no olvidar que cada vez que se acaba de tocar el La chacona
tema entero comienza una nueva variación. Eso
puede que cause confusión al principio, cuando, La chacona es el tercer tipo de la forma variación.
como ocurre en las dos primeras variaciones, el di- Está estrechamente emparentada con el passaca-
seño es casi idéntico, a no ser por un realce de las gUa. Las diferencias entre ambos son tan leves, en
armonías expresivas en la segunda. Obsérvese cómo realidad, que hubo en ocasiones gran discusión
en la cuarta variación el movimiento comienza a entre los teóricos sobre si llamar passacaglia o cha-
hacerse más rápido, cambiando las corcheas por cona a una pieza que el compositor había dejado
semicorcheas. Durante las cuatro primeras varia- descuidadamente sin calificativo. El ejemplo clási-
ciones el tema es exactamente el mismo; en la quin- co de esto es el último tiempo de la Cuarta Sinfonía
ta variación lo encontraremos bajo una forma disi- de Brahms. Algunos comentaristas aluden a él
mulada: sus notas constituyen la base de otros como passacaglia y otros como chacona. Y puesto
tantos arpegios ascendentes. En la variación octa- que Brahms lo denominó solamente cuarto tiempo,
va se añade una nueva línea contrapuntística por es probable que la discusión se prolongue larga-
encima de los acordes cuyos respectivos bajos son mente en el futuro.
las notas del tema. En la variación siguiente, el En todo caso, la chacona, como el passacaglia,
tema pasa a la parte del tiple, quedando por debajo fue en sus orígenes, con toda probabilidad, una
de él la línea contrapuntística. Merece especial forma de danza lenta en compás de tres por cuatro.
atención la acumulación de fuerza al final, inmedia- Todavía conserva su carácter majestuoso, grave.
tamente antes de comenzar la fuga. (Es frecuente Pero, a diferencia del passacaglia, no comienza con
que se escriba una fuga como conclusión del pas- un tema en el bajo sin acompañamiento. Por el
sacaglia, pero la fuga no afecta en ningún sentido a contrario, el tema del bajo se oye desde el comienzo
la forma misma.) con armonías acompañantes. Eso quiere decir que al
El passacaglia estuvo un tanto en olvido durante tema del bajo no se le da el papel de exclusiva impor-
el siglo XIX. En esa época los compositores que uti- tancia que tiene en el passacaglia, pues las armonías
lizaron formas de variación parecen haber preferido que lo acompañan también son objeto de variación
150 LASFORMASFGNDAMENTALES LAS FORMAS FGNDAMENTALES 151
en la chacona. De modo que la chacona es una es- de Brahms, que en esta categoría es en la que yo
pecie de pasadera entre el passacagLia y el tema con habré de incluirlo. Desgraciadamente, la falta de
variaciones, como veremos dentro de poco. espacio impide todo análisis detallado. Baste con
He aquí un tema de chacona del gran precursor decir que el tema que más tarde ha de constituir el
de Sach, Dietrich Buxtehude: hasso ostinato se oye por primera vez como ex-
(J : 63) tremo agudo de los acordes con que comienza el
fI 1 ~ trozo, los cuales en muchas ocasiones se conservan
.1- Juntos con el tema. En otras palabras, la chacona,
ItJ "k' I I ~ I "----"
a diferencia del passacaglia, tiene algo así como un
. . .:-- .. ... lt sesgo armónico junto con su hasso ostinato .

-
I.1I. IlI. (pp)

--- El tema con variaciones

El tema con variaciones es la última y la más impor-


tante de las formas de variación. Su fama se ha ex-
tendido allende los dominios de la música pura, un
fI - ---- poco al estilo de lo que ocurrió con la forma fuga, y
se la utilizó para dar título a poemas y novelas.
tJ ...[.-... - r III
¡. El tema que se adopta para someterlo a variación
lo mismo puede ser original del compositor que to-

: --::- - ~ . n- I'. ~ mado de cualquier otra fuente. Por regla general es


sencillo y de carácter franco. Es mejor que sea así,
a fin de que el auditor pueda oírlo en su versión más
simple antes de que comiencen las operaciones que
lo han dt.: variar. Tenga presente el lector que el
... tema con variaciones, como muchas otras formas,
se fue haciendo cada vez más complejo a medida
En este caso, como el lector verá, el tema del que pasó el tiempo. En los primeros ejemplos, el
bajo ya tiene sus armonías acompañantes, de tal tema solía estar en una pequeña forma bipartita o
manera que su exposición suena como si fuese la tripartita cuyas líneas generales se conservaban en
primera variación de un passacaglia. Ahí es donde cada una de las variaciones subsiguientes. Por otra
comienza la confusión.
parte, las diferentes variaciones se ensartaban muy
El gran ejemplo moderno de la forma chacona es flojamente, como si su único principio formal fuese
el tiempo arriba mencionado de la Cuarta Sinfonía un sentido general de equilibrio y contraste.
152 LAS FORMAS FUNDAMENTALES LAS FORMAS FUNDAMENTALES 153

La práctica moderna trastrueca eso. Las líneas mención de cualquier ejemplo en particular podría
generales del tema de que parte el compositor se parecer casi superflua. Sin embargo, aconsejo vehe-
pierden de vista en cada diferente variación, pero mentemente al lector que escuche el primer tiempo
hay un designio claro de construirlas todas dentro de la Sonata para piano en la mayor, de Mozart, que
de una apariencia de unidad estructural. Lo que está en forma de tema con seis variaciones. Obsér-
hemos dicho en este sentido acerca de la forma vese que la traza formal del tema se conserva en
passacaglia -la unión de las diversas partes con la cada una de las seis variaciones. La primera es un
mira de su efecto acumulativo- es más cierto aún buen ejemplo del tipo florido-melódico de variación;
en lo que respecta al tema con variaciones. la cuarta, de cómo se reduce la armonía a su esque-
Hay diferentes tipos de variación que se pueden leto. Un pequeño recurso, caro a los maestros clá-
aplicar virtualmente a cualquier tema. Se pueden dis- sicos, se ejemplifica en la tercera variación, en la que
tinguir con facilidad cinco tipos generales: 1) armó- la armonía se convierte de mayor en menor. Desde el
nico, 2) melódico, 3) rítmico, 4) contrapuntístico y punto de vista del oyente, es importante darse cuen-
5) una combinación de los cuatro tipos anteriores. ta del comienzo de cada nueva variación, de suerte
Ninguna fórmula de los libros de texto podría pre- que la pieza se descomponga en nuestra mente de
ver todas las clases de planes de variación que un manera igual a como estuvo dividida en la mente del
compositor con inventiva puede descubrir. Hasta compositor mientras éste la componía. 5
es difícil ilustrar por medio de alguna pieza las Excelentes ejemplos del siglo xx, pero de una
cinco divisiones que he señalado. Como ilustración, complejidad mucho mayor que las mozartianas,
me pareció mejor escribir el comienzo de cada fór- son los muy citados Études Symphoniques de Schu-
mula típica de variación sobre alguna melodía muy mann y el menos conocido, aunque admirable
conocida, por ejemplo, Ach! du lieber Augustin Tema con variaciones de Gabriel Fauré.
(véase el apéndice I). Un interesante ejemplo moderno, que contiene
Como ya dijimos, esto de ningún modo agota las una ligera variación de la forma de variación misma,
posibilidades de variación casi ilimitadas que hay es el tiempo central del Octeto de Stravinsky. Aquí,
para cualquier tema. La mayoría de los compositores en lugar del esquema usual: A-A'-A"-A"'-A"", etc.,
suelen apegarse bastante al tema básico al comienzo tenemos el plan siguiente: A-A '-A "-A '-A "'-A ""-A '-A. El
de la composición e ir tomándose cada vez más liber- rasgo curioso aquí es que el compositor, después de
tades a medida que avanza la pieza. Es muy frecuen- unas cuantas variaciones, no vuelve al tema pro-
te que justo al final de ella se exponga otra vez el piamente dicho (como en la forma rondó) sino a la
tema en su forma original. Es como si el compositor primera variación del tema.
dijese: "Ven ustedes cuán lejos hemos podido ir; pues Las Variaciones para piano (1930) del autor, ba-
bien, henos aquí de vuelta en el punto de partida." sadas en un tema relativamente breve, trastruecan
La literatura musical se encuentra tan generosa-
5 Regla de oro aplicable a la audición de toda forma musi-
mente provista de temas con variaciones, que la cal. [T.]
154 LAS FORMAS FUNDAMENTALES LAS FORMAS FUNDA;I;1ENTALES 155

el procedimiento usual al poner en segundo lugar fónicamente. Se afirmó allí que el oír polifónica-
la versión más simple del tema y denominar "tema" mente la música implica un oyente que pueda oír
a lo que es, propiamente hablando, una variación simultáneamente varias líneas melódicas. Las voces
primera. La idea fue ofrecer primero al oyente una no tienen por qué ser de igual importancia, pero hay
versión más sorprendente del tema, lo cual parecía que oírlas independientemente. Eso no constituye
más de acuerdo con el carácter generalmente dra- una gran hazaña; cualquier persona medianamente
mático de toda la obra. inteligente puede, con un poco de práctica, oír más
de una melodía a la vez. De todos modos, ello es la
condición sine qua non para oír inteligentemente las
3. LA FORMA FUGADA formas fugadas.
Las cuatro principales formas fugadas son: pri-
Fuga, concerto grosso, preludio de coral, motetes y mera, la fuga propiamente dicha; segunda, el can-
madrigales certa gros so; tercera, el preludio de coral; cuarta,
los motetes y los madrigales. No hay que decir que
El capítulo 1 partió de la premisa de que para apren- la escritura contrapuntística no se limita a esas
der a escuchar inteligentemente era esencial oír la solas formas. Así como hemos visto que el princi-
música repetidas veces y en gran cantidad, y que pio de variación es aplicable a cualquier forma, así
la lectura, por mucho que se lea, no podía remplazar también la textura contrapuntística puede aparecer
a la audición. Lo que allí se escribió es especialmen- sin preparación en casi todas las formas musicales.
te cierto con respecto a las formas fugadas. Si el lec- En otras palabras, esté el lector dispuesto en todo
tor desea realmente oír lo que sucede en esas formas, momento a escuchar polifónicamente.
deberá estar dispuesto a seguirlas una y otra vez. Las Siempre que hay textura polifónica están en uso
formas fugadas, más que cualquier otro molde for- un cierto número de procedimientos contrapuntís-
mal, si el profano las ha de oír plenamente, exigen ticos conocidos. No es que estén invariablemente
repetidas audiciones. presentes, sino que pueden aparecer en cualquier
Todo lo que cae bajo la denominación de forma momento, y por eso el auditor tiene que estar en
fugada participa en algún modo de la naturaleza de guardia. De esos procedimientos, los más sencillos
la fuga. El lector ya sabe, estoy seguro de ello, que, son: la imitación, el canon, la inversión, la aumen-
en cuanto a textura, todas las fugas son polifónicas tación y la disminución. Procedimientos más recón-
o contrapuntísticas (estos dos términos tienen ditos son el cancrizante (movimiento de cangrejo) y
idéntico significado). Por consiguiente, resulta que el cancrizante invertido. Algunos de esos recursos
todas las formas fugadas son de textura polifónica son muy difíciles de distinguir cuando están enre-
o contrapuntística. dados en la trama de la textura contrapuntística.
Al llegar aquí, haría bien el lector en repasar lo Los señalo ahora más por completar esta exposi-
que se dijo en el capítulo V acerca del escuchar poli- ción que porque el lector con un solo ejemplo vaya
156 LAS FORMAS FUNDAMENTALES LAS FORMAS FUNDAMENTALES 157

a aprender a reconocerlos cada vez que aparezcan último tiempo de la Sonata para violín y piano de
(véase el apéndice II). César Franck. Recientemente, Hindemith escribió
La imitación es el procedimiento más simple de cánones en forma de sonatas para dos flautas.
todos. Cualquiera que haya cantado alguna vez en la La inversión no es tan fácil de reconocer. Con-
escuela un round,6 sabrá lo que quiere decir imi- siste en poner patas arriba, como si dijéramos, una
tación. Jugando a una especie de "follow-the-leader" melodía. La melodía invertida se mueve siempre en
musical,7 una voz imita lo que otra hace. Cuando dirección contraria a la que sigue su versión origi-
ese procedimiento se usa incidentalmente en el nal. Es decir, si la original da un salto de octava
curso de una pieza, se le denomina "imitación". Esta hacia arriba, la inversión salta una octava hacia
idea, perfectamente natural, se encuentra lo mismo abajo, y así sucesivamente. Por supuesto que no
en la música muy antigua que en la contemporánea. todas las melodías tienen sentido si se invierten.
La más simple imitación suscita una ilusión de Corresponde al compositor decidir si la inversión
música a varias voces, aunque en realidad no suena de una melodía está o no justificada musicalmente.
más que una melodía. La imitación no tiene por qué La aumentación es fácil de explicar. Aumentar un
partir de la misma nota con que comienza la voz tema es duplicar la duración de las notas, con lo cual
original. En casos así hablamos de imitación "a la hacemos el tema el doble de lento de lo que era ori-
cuarta" superior o "a la segunda" inferior, con lo ginalmente. (La negra se convierte en blanca; la blan-
cual se indica a qué altura en relación con la voz ca, en redonda.) La disminución es lo contrrio de la
original entra la voz que hace la imitación. Paradó- aumentación. Consiste en reducir a la mitad el valor
jicamente, tenemos que escuchar contrapuntística- de las notas, de modo que el tema se mueve con el
mente, aunque sólo se trata de una melodía. doble de rapidez que originalmente. (La redonda se
El canon es simplemente una especie más elabo- convierte en blanca; la blanca, en negra, etcétera.)
rada de imitación, en la cual la imitación se des- Cancrizante, o movimiento de cangrejo, quiere de-
arrolla lógicamente del principio al fin de la pieza. cir, como su nombre indica, que la melodía se lee de
En otras palabras, del canon se puede hablar como atrás a delante. En otras palabras, la-si-do-re se con-
de una verdadera forma, mientras que la imitación vierte en re-do-si-la. Aquí también la aplicación
no es más que un procedimiento. La música del meramente mecánica del procedimiento no siempre
siglo XVIII nos proporciona muchísimos ejemplos; produce resultados musicales. La imitación al can-
de la música del siglo pasado, el más citado es el grejo se encuentra mucho menos frecuentemente
que los otros procedimientos contrapuntísticos, si
6 Canción a varias voces en la que la segunda entra a poco bien la moderna escuela vienesa, con Arnold Schoen-
de haber comenzado la primera y con la misma melodía, y de berg a la cabeza, la usó con liberalidad. Todavía
igual modo la tercera con respecto a la segunda, la cuarta
con respecto a la tercera, y así sucesivamente. [T.]
más intrincada es la imitación cancrizante inverti-
7 Juego en el que todos los participantes van imitando lo da, en la cual el tema está invertido además de leído
que se le antoja hacer al "guía". [T.] hacia atrás.
158 LAS FORMAS FUNDAMENTALES LAS FORMAS FUNDAMENTALES 159

La capacidad de escuchar contrapuntísticamente. la presentación de las voces. a la longitud y a los de-


más la comprensión de los diversos procedimientos. talles interiores. Sus diversas partes no son tan fá-
es todo lo que se necesita como preparación para oír ciles de distinguir como. digamos. las de las formas
fugas inteligentemente. La mayoría de las fugas por secciones. En un libro no técnico como éste es
están escritas a tres o a cuatro voces. Las fugas a imposible la explicación compás por compás que
cinco voces son más raras y todavía más las a dos cada fuga requiere para su completo análisis.
voces. El número de voces. una vez adoptado. se En todo caso. todas las fugas comienzan por lo
mantiene a todo lo largo de la fuga. Pero no todas las que se llama la "exposición". Antes de seguir con el
voces están presentes de continuo en la fuga. pues examen de! resto de la forma. veamos en qué con-
una fuga bien escrita entraña lugares de respiro en siste la exposición de la fuga. Toda fuga. como he
cada línea melódica. De suerte que en una fuga a dicho. comienza por el enunciado del sujeto sin
cuatro voces pocas veces oye el auditor más de tres adornos. Si tomamos como modelo una fuga a cua-
voces a un tiempo. tro voces. el sujeto aparecerá por primera vez en
Pero no importa cuántas voces puedan estar so- una de ellas: tiple. contralto. tenor o bajo. (Por
nando a la vez: siempre hay una que predomina. Así razones de conveniencia. llamémoslas V l. V 2. V 3 Y
como el malabarista que está manejando tres obje- V4') Cualquiera de las cuatro voces puede hacer el
tos atrae nuestra atención sobre el objeto que lanza primer enunciado del sujeto de la fuga. Sea el que
más alto. de igual manera e! compositor atrae nues- fuere el orden seguido. el sujeto se oye en cada una
tra atención sobre una de esas voces por igual in- de las cuatro voces. una tras otra. así:
dependientes. Es el tema. o sujeto. de la fuga lo que
tiene preferencia cada vez que se presenta. El lector VI S ........ .
podrá apreciar. por tanto. cuán importante es acor- V2 S ........ .
darse del sujeto de la fuga. A ello nos ayudan los S ........ .
compositores con exponer invariablemente al co- S ........ .
mienzo de la fuga el sujeto sin acompañamiento. Los
sujetos de las fugas son. por lo generaL más bien o en este otro orden de entrada:
breves -de dos a tres compases- y de carácter
bien definido. (Examine el lector. si le es posible. S ........ .
los famosos cuarenta y ocho temas de fuga usados S ........ .
por Bach en su Clave bien temperado.)
V3 s ........ .
Antes de exponer todo lo que puede ser esquema-
V4 s ........ .
tizado de la fuga considerada como un todo. habrá
que aclarar que las líneas generales de esta forma
(V 2 Y V4 son conocidas más exactamente como
no son tan definidas como las de otros moldes for-
"respuestas" al sujeto. Pero en obsequio a la sen-
males. Cada fuga difiere de las demás en cuanto a
160 LAS FORMAS FUNDAMENTALES LAS FOR,\I1AS FUNDAMENTALES 161

cillez, conservé la indicación de "sujeto" en todas nen una sección de reexposición en la que se repite
las cuatro voces.)8 la exposición, pero con diferente orden de entrada
Por sabido se calla que cuando la segunda voz para las voces.)
entra con el sujeto la primera voz no se detiene. Al La exposición es la única parte de la forma fuga
contrario, continúa para añadir al sujeto principal que está definitivamente fijada. De ahí en adelante
una contramelodía, o contrasujeto, que es como no se puede resumir la forma con precisión. El plan
generalmente se le llama (CS). En esas condiciones, general podría reducirse a una fórmula por el esti-
el plano dice realmente así: lo de ésta: exposición -(reexposición)- episodio 1
-sujeto- episodio 2 -sujeto- episodio 3- su-
VI S ...... CS ..... . jeto- (etc.) -estrecho (para la explicación de este
V2 S ...... CS ..... . término, véase la página siguiente)- cadencia.
V3 S ...... CS ..... . En términos generales, una serie de episodios van
V4 S ...... CS ..... . alternando con enunciados del sujeto, visto éste
cada vez bajo un nuevo aspecto. No hay reglas que
Cada voz, una vez que ha expuesto el sujeto y el determinen el número de episodios ni las repeti-
contrasujeto, queda en libertad de continuar sin res- ciones del tema. El episodio suele estar emparen-
tricciones como una supuesta "voz libre". Con ese re- tado con algún fragmento del sujeto o del contrasu-
lleno, nuestro plano de la exposición está completo: jeto de la fuga. Es raro que esté construido con
materiales totalmente independientes. Su función
VI S ...... CS ...... xxVL. .... xx .................. . principal es divertir nuestra atención del tema de la
V2 s ..... xxCS ...... xxVL. ............. . fuga, como para mejor prepararle a éste la escena
V3 S ...... xxCS ...... VL. ... .
V4 S ...... CS ..... .
de su reaparición. El carácter general del episodio
es, por lo regular, el de una sección puente, de
índole más floja v mellos dialéctico que los desarro-
En algunas fugas no es factible pasar directamen-
llos del sujeto.
te, sin un compás o dos de transición, de una entra-
A pesar de la apariencia de la fórmula anterior,
da de una voz a la siguiente; eso es debido a rela-
en la fuga no hav verdadera repetición, excepto
ciones tonales de orden demasiado técnico para
para el meollo del sujeto mismo y el contrasujeto
exponerlas aquí. Esas transiciones son lo que indi-
que frecuentemente acompaña a cada una de las
can las equis minúsculas. La exposición se conside-
apariciones de aquél. Se nos escapará la mitad de lo
ra terminada cuando cada una de las voces de la
que es la forma fuga, si no comprendemos clara-
fuga ha cantado el tema una vez. (Ciertas fugas tie-
mente que con cada entrélda del sujeto se arroja una
luz diferente sobre el tema mismo. Éste se puede
8 Esa advertencia acerca de las respuestas se rdiere al
primer esquema, evidentemente. En el segundo, las respues- aumentar o inver1ir, combinar consigo mismo o con
tas son V2 y VI' [T.] otros lemas nue\"os, abre\"Íar o alargar, cantar sose-
162 LAS FORMAS FUNDAMENTALES LAS FORMAS FUNDAMENTALES 163

gadamente O con bravura. Cada r:ueva aparición que la fuga es, en esencia, una forma dieciochesca.
suya prueba el ingenio del composItor. En el grue- Eso se puede atribuir en parte a que los composito-
so de la fuga -esto es, lo que hay después de la ex- res del siglo XIX tendieron a abandonar una forma
posición y antes del estrecho- se suele ad?ptar ~n que, indudablemente, se asociaba en sus espíritus
severo plan modula torio, de orden demasiado tec- con el formalismo de una era pasada y también al
nico para examinarlo aquí plenamente. énfasis dado en la época romántica a la libertad de
El estrecho de la fuga es voluntario, pero cuando expresión. Otras razones hubo también, pero ésas
lo hay se encuentra de ordinario inmediatamente bastan.
antes de la cadencia final. Estrech0 9 es el nombre Sin embargo, los compositores recientes han
que se da a una especie de imitación en la que las demostrado un renovado interés por la fuga. Si sus
diversas voces entran tan inmediatamente una tras logros en este terreno justifican o no su rehacer
otra, que producen la impresión de tropezarse. No una forma que el pasado ha hecho de manera tan
todos los sujetos de fuga se prestan por igual a esta consumada, eso solamente el futuro podrá decirlo.
clase de tratamiento, Y ello explica por qué no se En todo caso, no hay nada esencialmente diferente
encuentran estrechos en todas las fugas. Cualquie- en una fuga moderna. Ésta, en lo que respecta a la
ra que sea la naturaleza de la fuga, el final no es forma o al carácter emocional en general, sigue
nunca casual. Por regla general lleva consigo un siendo la fuga de una época disciplinada. El proble-
claro enunciado del sujeto y la insistencia por esta- ma para el oyente es el mismo en ambos casos.
blecer sin lugar a dudas la tonalidad principal de la
fuga. "
La fuga pide que se la escuche con atenclOn y, por El concerto grosso
tanto, no es larga, unas pocas páginas, nada más. Su
carácter no tiene más limitación que la imaginación La segunda de las principales formas fugadas es la
de su creador. Puede ser sombrío o gracioso, pero del concerto grosso. Como todas esas formas fu-
nunca trata de ser ambas cosas en una misma fuga. gadas, también ella es esencialmente una forma
Por lo que se refiere a su carácter general, una fu- anterior al siglo XIX. No la confunda el lector con el
ga dice una cosa y deriva su tónica de la naturaleza concerto, más tardío, escrito para un virtuoso solista
del sujeto mismo. En otras palabras, su alcance emo- acompañado de orquesta. El origen del concerto
cional está limitado por la clase de tema con que se grosso es atribuible a la curiosidad que los composi-
comienza. tores de la segunda mitad del siglo XVII sintieron por
El aspecto riguroso de la fuga desafió durante el efecto que se podía obtener oponiendo entre sí
siglos el ingenio de los composi~ores, y c~)f~:inúa dos gnlpos instrumentales, uno pequeño y otro
desafiándolo. Pero en general se tiene la opmlOn de grande. El grupo pequeño. llamado concertino,
podía formarse con cualquier combinación de ins-
9 Stretto en italiano. [T.) trumentos, a gusto del compositor. Sea el que fuere
164 LAS FORMAS FUNDAMENTALES LAS FORMAS FUNDAMENTALES 165

el grupo instrumental pequeño, la forma se cons- critos a la iglesia ejercitaban su ingenio en hacer pri-
truye en tomo al intercambio dialéctico entre. el con- morosos arreglos de aquellas sencillas melodías. En
certino y el grupo instrumental grande, o tuttl, como un sentido, esos arreglos son variaciones sobre la
se le suele llamar. melodía de un himno. Mencionaré tres de los tipos
El concerto grosso es, pues, una especie de forma más conocidos de tratamiento de esas melodías
fugada instrumental. Está formado generalmente corales.
por tres o más tiempos. Los ejemplos clásicos de El método más simple consiste en conservar in-
esta forma son los de Haendel y Bach. Los ensayos tacta la melodía dada y dar mayor interés a las ar-
de este último dentro de tal forma -conocidos co- monías que la acompañan, ya sea aumentando la
mo los Conciertos de Brandeburgo y de los cuales hay complejidad armónica, va haciendo más intrinca-
seis- usan de un concertino diferente para cada damente polifónicas las' voces acompañantes. Un
uno. Es muy frecuente, al escuchar la textura con- segundo tipo borda sobre el tema mismo, pres-
trapuntística de alguna de esas obras, que te~gamos tando al más pobre diseño melódico una gracia y
la impresión de una salud y vitalidad maraVIllosas. t10ridez insospechadas. El tercer tipo, el más com-
El movimiento interior de las diversas voces revela plicado, es una especie de fuga que se teje alrede-
un natural atlético, como si todas ellas estuviesen dor de la melodía del coral. Así, por ejemplo, un
en excelentes condiciones de funcionamiento. fragmento de la melodía del coral sirve de sujeto de
Durante el siglo XIX, esta forma se vio abandona- fuga; se escribe una exposición de fuga exactamente
da en favor del concerto para solista y orquesta, el como si no fuera a haber coral. y luego, de pronto,
cual se puede considerar con derecho como un mientras la fuga continúa plácidamente, comienzan
vástago del primitivo concerto grosso. Al igual que a oírse, por encima o por debajo de ellas, las prolon-
otras formas del siglo XVIII, el concerto grosso ha go- gadas notas del coral.
zado de un renovado interés por parte de los com- Algunas de las creaciones más hermosas de Bach
positores recientes. Un conocido ejemplo moderno fueron escritas en una u otra de esas formas de pre-
es el Concerto grosso de Emest Bloch. ludio de coral. Su Orgelbiichlein es una colección de
breves preludios de coral que contiene una abun-
dancia inagotable de riquezas musicales ~. que nin-
El preludio de coral gún amante de la música puede permitirse ignorar.
Profundamente emocionantes desde el punto de
El preludio de coral, que es la tercera de las formas vista expresivo, no dejan de ser, al mismo tiempo,
fugadas, tiene una traza menos precisa que el con- una maravilla de ingenio técnico, ejemplo magistral
certo grosso y, por tanto, es más difícil definirlo con de la estrecha unión de la emoción y el pensa-
cierta exactitud. Tuvo su origen en las melodías cora- miento.
les que se cantaron en los templos protestantes a
partir del tiempo de Lutero. Los compositores ads-
166 LAS FORMAS FUNDAMENTALES LAS FORMAS FUNDAMENTALES 167
Motetes y madrigales La época del Renacimiento está repleta de maes-
tros que utilizaron esas formas vocales. Palestrina
La cuarta y última de las formas fugada: es.la de
en Italia, Orlando de Lasso en los Países Bajos, Vic-
los motetes y madrigales. Me apresuro a anadIr q~e
toria en España, Byrd, Wilbye, Morley y Gibbons
el motete o el madrigal no es una forma, propIa-
mente hablando; pero en vista de que se han de es- en Inglaterra son unos cuantos de los nombres
cuchar cada vez más, y definitivamente pertenecen prominentes de una de las eras más notables de la
a las formas contrapuntísticas, su lugar adecuado música. La falta de familiaridad de la mayoría del
es éste. No se puede generalizar en cuanto a su público de conciertos con esa época extraordinaria
forma, pues son composiciones corales que s~ can- es indicio de cuán relativamente estrechos son los
tan sin acompañamiento y en cada caso particular intereses musicales de nuestro tiempo.
su traza formal depende de su letra. . .
Durante los siglos XV, XVI Y XVII se es~nbIer~n
profusión de motetes y m~drigales. La dIferencia 4. LA FORMA SONATA

que hay entre ambos conSIste en que el motet~ es


una composición vocal breve con letr~ ~~cra,. m.len- La sonata como un todo, la forma sonata
tras que el madrigal es una composIclOn simIlar, propiamente dicha, la sinfonía
pero con letra profana. El madrigal es de carácter
menos severo, por lo general. Ambos son formas La forma sonata, para el auditor de hoy, tiene algo
fugadas vocales típicas de la era a,nterior al adve- de la significación que las formas fugadas tuvieron
nimiento de Bach y sus contemporaneos. para los auditores del siglo XVIII. Pues no es exage-
Desde el punto de vista del oyente, es importante rado decir que, a partir de aquellos tiempos, la
distinguir la textura del motete o madrigal. Tampo- forma básica de casi todas las piezas extensas de
co en esto prevalece una regla; los motetes y los. ma- música ha estado ligada de algún modo a la sonata.
drigales pueden ser o bien de estil~ fu~~do, o bien a Es asombrosa la vitalidad de esta forma. Está exac-
base de acordes, o bien una combmaclOn de ambas tamente tan viva hoy como lo estaba en la época de
cosas. No concibo cómo esas formas vocales se pue- su primer desarrollo. La lógica de la forma, tal co-
dan oír inteligentemente sin tener una idea elemen- mo se practicó en los primeros tiempos, más su ma-
tal acerca de sus diferentes texturas. En el motete o leabilidad en manos de los compositores posterio-
madrigal de textura fugada o contrapuntÍ,st~ca, la c~r­ res, explica, sin duda, su continuo dominio sobre la
cunstancia de que las diversas voces melodlCas esten imaginación de los creadores musicales durante los
unidas a la letra resultará de especial u tilidad para últimos ciento cincuenta años por lo menos.
ayudar al auditor a oír el contrapunto con más facili- No se ha de olvidar, por supuesto, que cuando
dad que en las formas puramente instrumentales. 10 hablamos de la forma sonata no estamos exami-
nando solamente la forma que se halla en las piezas
10 C( lo dicho por el autor en la página 59. [T.] llamadas sonatas, pues el significado del término es
168 LAS FORMAS FUNDAMENTALES LAS FORMAS FUNDAMENTALES 169
mucho más amplio que eso. Por ejemplo, toda de una sonata. Así pues, dos cosas hay que tener
sinfonía es una sonata para orquesta; todo cuarteto presentes: 1) la sonata como un todo y 2) la forma
de cuerda es una sonata para cuatro instrumentos de sonata propiamente dicha, llamada a v~ces forma de
cuerda; toda concerto, una sonata para un instru- allegro o de primer tiempo de sonata. Lo de allegro
mento solista y orquesta. También la mayoría de de sonata se refiere al hecho de que casi todos los
las oberturas tienen la forma de un primer tiempo primeros tiempos de las sonatas están en lempo alle-
de sonata. El uso del término sonata está general- gro (es decir, rápido).
mente confinado a composiciones para un instru- Hay todavía otra distinción que hemos de tener
mento solista, con o sin acompañamiento de piano; presente. Cuando vaya el lector a un concierto yen-
pero, como fácilmente se echa de ver, eso no es lo cuentre en el progr~ma una sonata para violín y
bastante amplio para incluir las varias aplicaciones piano de Haendel o Bach, no busque en ella la for-
de lo que, de hecho, es la forma sonata a los dife- ma que estamos examinando aquí. La palabra sona-
rentes vehículos sonoros. ta se usaba entonces en oposición a la palabra can-
Afortunadamente para el oyente lego, la forma tata: sonata era algo para ser sonado o tañido y
sonata en cualquiera de sus muchas manifestacio- cantata, algo para ser cantado. Por lo demás, poco
nes es más accesible, en suma, que algunas de las o nada tiene que ver esa sonata con la posterior del
otras formas que hemos venido estudiando. Eso se tiempo de Mozart y Haydn.
debe a que e! problema que plantea al que escucha La sonata, tal como nosotros la entendemos, se
no es el de atender al detalle en los diversos com- dice ser en gran parte creación de uno de los hijos
pases, como en la fuga, sino el de seguir e! amplio de Bach, Carlos Felipe Manuel Bach. Éste tiene
trazado de grandes secciones. Además, la textura fama de haber sido uno de los primeros composi-
de la sonata no es, por lo general, tan contrapuntís- tores que hicieron experimentos con la nueva for-
tica como la de la fuga. En cuanto textura, la so- ma de sonata, los pel'files clásicos de la cual fueron
nata incluye mucho más: dentro de los dilatados definitivamente establecidos después por Haydn y
límites de la forma sonata entra casi de todo. Mozart. Beethoven puso todo su genio en ampliar
Antes de aventurarnos más lejos, habrá que pre- el concepto que tenía su época de la forma sonata;
venir al lector contra otra confusión posible respec- le siguieron Schumann y Brahms, los cuales, en
to al uso de! término "forma sonata". En realidad, menor gr'ado, también extendieron la significación
se aplica a dos cosas diferentes. En primer lugar, de ese molde formal. En la actualidad, el trata-
hablamos de forma sonata cuando pensamos en una miento de esa forma es tan libre, que, en ciertos
obra entera consistente en tres o cuatro tiempos. casos, casi no se la puede reconocer. A pesar de eso,
Por otra parte, también hablamos de forma sonata siguen, aun hoy, intactos el cascarón .Y mucho de lo
cuando nos referimos a un tipo determinado de es- psicológico que hay en esa forma.
tructura musical que se encuentra generalmente en
el primer tiempo, y a menudo también en el último,
170 LAS FORMAS FUNDAMENTALES LAS FORMAS FUNDAMENTALES 171
La sonata como un todo algún determinado ejemplo. Como ya se dijo, el pri-
mer tiempo de cualquier sonata -y uso esta pala-
La sonata como un todo comprende tres o cuatro bra genéricamente para denotar sinfonías, cuarte-
tiempos diferentes. Hay ejemplos de sonatas en dos tos de cuerda y demás- tiene siempre la forma de
tiempos y, más recientemente, en un solo tiempo; un allegro de sonata. Páginas adelante investigare-
pero son excepcionales. La distinción más evidente mos a fondo esa forma.
entre los tiempos es la de tempo: en la especie de so- El segundo tiempo suele ser tiempo lento, pero
nata en tres tiempos, es rápido-lenta-rápido; en la no hay nada que se pueda llamar forma de tiempo
sonata en cuatro tiempos, es, por lo regular, rápido- lento. Se puede escribir dentro pe alguno de varios
lento-moderadamente rápido-muy rápido. moldes. Por ejemplo, puede ser un tema con va-
La gente, por lo general, desea saber qué es lo que riaciones semejante a los que ya hemos estudiado.
hace que esos tres o cuatro tiempos se pertenezcan O puede ser la versión lenta de la forma rondó -ya
mutuamente. Nadie ha surgido con una respuesta sea un rondó breve, ya un rondó extenso-o Y puede
satisfactoria a esa pregunta. El uso y la costumbre ser algo todavía más sencillo que eso, perteneciente
hacen que esos tiempos parez.can pertenecerse mu- a la forma tripartita ordinaria. Más raramente se
tuamente, pero yo siempre sospeché que se podría parece mucho a la forma de primer tiempo de so-
sustituir el Minueto de la Sinfonía número 98 de nata. Cualquiera de esas formas será de esperar
Haydn por el Minueto de la Sinfonía número 99 para el oyente que escuche el segundo tiempo de
de Haydn, sin que se notase en cualquiera de esas una sonata.
obras ninguna falta seria de cohesión. Particular- El tercer tiempo suele ser un minueto o un scher-
mente en esos ejemplos tempranos de la sonata, los zo. En las primeras obras, de Haydn y Mozart, es
tiempos están ligados entre sí más por necesidades un minueto; más tarde será un scherzo. En cual-
de equilibrio y contraste y por ciertas relaciones to- quiera de ambos casos será la forma tripartita A-B-A
nales que por ninguna conexión intrínseca. Más que hemos examinado al tratar de las formas por
tarde, como veremos en la llamada forma cíclica de secciones. A veces los tiempos segundo y tercero se
la sonata, los compositores trataron de encadenar permutan: en lugar de encontrarse el tiempo lento
sus tiempos por medio de la unidad temática, mien- como segundo y el scherloo como tercero, el scher-
tras que conservaban las características generales loO puede estar como segundo y el tiempo lento como
de los diversos tiempos. tercero.
Consideremos ahora, por un momento, la forma El cuarto tiempo, o finale, como frecuentemente
de cada uno de los diferentes tiempos de la sonata. se le llama, tiene casi siempre o forma de rondó ex-
Nuestras descripciones se han de tomar como ver- tenso o forma de allegro de sonata. Por tanto, es
daderas sólo en general. pues de las afirmaciones solamente el primer tiempo de la sonata el que
que se pueden hacer sobre la forma sonata casi no ofrece una fisonomía completamente nueva para
hay ninguna a la que no se oponga la excepción de nosotros.
LAS FORMAS FUNDAMENTALES 173
172 LAS FORMAS FUNDAMENTALES

Las sonatas en un solo tiempo son por lo general Como puede verse, el A-B-A de la fórmula se
de dos tipos: o se limitan a un tratamiento extenso de llama, en este caso, exposición-desarrollo-recapitu-
la forma de primer tiempo o tratan de incluir los lación o reexposición. En la parte de la exposición
cuatro tiempos dentro de los límites de uno solo. se expone el material temático; en la parte del des-
Las sonatas en dos tiempos son demasiado capri- arrollo ese material temático es tratado de maneras
nuevas e insospechadas; en la recapitulación vuelve
chosas para que podamos catalogarlas.
a oírsele en su forma original.
La parte de la exposición contiene un primer
Forma de allegro o primer tiempo de sonata tema, un segundo tema y un tema conclusivo. I I El
carácter del primer tema es dramático, o "masculi-
Uno de los rasgos más notables de la forma de alle- no", y está siempre en la tonalidad de la tónica; 12 el
gro de sonata es que se pueda reducir tan fácil- carácter del segundo tema es lírico, o "femenino", y
mente a la ordinaria fórmula tripartita: A-B-A. En está siempre en la tonalidad de la dominante; el
todo lo concerniente a sus líneas más generales, no tema conclusivo es menos importante que los dos
difiere de la pequeña sección analizada en el capí- anteriores y está también en la tonalidad de la do-
tulo "La estructura musical", o de las varias clases minante. La sección del desarrollo es "libre", esto es,
de forma tripartita examinadas como Formas por combina libremente los materiales presentados en
Secciones. Pero en este caso es preciso recordar la exposición y añade a veces nuevo material propio.
que cada una de las partes de A-B-A representa En esta sección la música pasa a tonalidades nuevas
extensos trozos de música, cada uno de los cuales y extrañas. I3 La recapitulación o reexposición repite
más o menos literalmente lo que se encontró en la
tiene de cinco a diez minutos de duración.
La explanación convencional de la forma allegro exposición, con la diferencia de que ahora todos los
de sonata es fácil de ver. Explica en su mayor parte temas están en la tonalidad de la tónica.
las formas más tempranas y menos complejas del He ahí lo que son las meras líneas generales de
allegro de sonata. Un simple diagrama mostrará la esa forma. Examinémosla ahora más detenida-
mente y veamos si no podemos generalizar acerca
traza general de esa forma:
de ella de manera que la hagamos más aplicable a
ejemplos concretos de todas las épocas.
Exposición Desarrollo Recapitulación

11 Esta esquemática descripción se propone indicar única-


A : 11 B 11 A I mente la estructura convencional como se acostumbra hacer-

"'--a....--\- b ~c lM ~\
a - b- - e I lo en los libros de texto.
12 Es decir, la tonalidad principal del tiempo. [T.]
13 El calificativo "extrañas" tiene el sentido estricto de "aje-
tónica dominante dominante tonalidades tónica tónica tónica
nas a la tonalidad principal". No se tome, pues, en el sentido
extrañas
de "raras" o "singulares". [T.]
174 LAS FORMAS FUNDAMENTALES LAS FORMAS FUNDAMENTALES 175
Todos los allegros de sonata, cualquiera que sea que en la exposición concurrirán dos elementos
la época a que pertenezcan, conservan la forma tri- opuestos, sin que podamos decir en qué orden exac-
partita de exposición-desarrolla-recapitulación. La tamente habrán de aparecer.
exposición contiene variedad de elementos musi- El último o últimos temas, correspondientes a la
cales. Ésa es su naturaleza esencial, pues si así no e minúscula, constituyen una frase o frases finales.
fuere poco o nada habría que desarrollar. Esos va- Por tanto, pueden ser de cualquier naturaleza que
rios elementos suelen estar divididos en una a mi- lleve a una sensación de conclusión. Eso es impor-
núscula, una b minúscula y una e minúscula que tante, pues el auditorio, si se supone que va a seguir
representan lo que se solía llamar primer tema, inteligentemente el desarrollo, deberá tener idea
segundo tema y tema conclusivo. Digo "se solía lla- clara de en qué lugar se produce el final de la ex-
mar", porque a los nuevos analistas acabó desagra- posición. Si el lector sabe música, siempre podrá
dándoles la manifiesta disparidad que hay entre esa encontrar de un modo mecánico el fin de la exposi-
nomenclatura y la evidencia mostrada por las obras ción de cualquiera de las sonatas v sinfonías clá-
mismas. Es difícil decidir en términos generales qué sicas con buscar la doble barra ¿on el siano de
es exactamente lo que entra en una exposición. No repetición que indica la repetición de rigor en'" toda
obstante, se puede decir con seguridad que los te- la parte. Hoy día los intérpretes siguen su personal
mas se exponen, que hay contraste entre sus carac- criterio en cuanto a repetir o no la exposición. De
teres respectivos y que producen una sensación de modo que una parte del problema de escuchar la
conclusión al final de la sección. Por razones de con- forma de primer tiempo consiste en observar si se
veniencia, no habría inconveniente en llamar a al hace o no esa repetición. Las sonatas y sinfonías
primer tema, siempre y cuando se entendiese bien más modernas no indican repetición alguna, de
que puede consistir en un conglomerado de varios suerte que, aunque sepamos leer música, no nos
temas o fragmentos de tema, de carácter, por lo será fácil encontrar el final de la sección.
general, dramático y afirmativo. Lo mismo se puede Otro elemento importante hay en la exposición.
decir de b, llamado segundo tema, el cual también No se puede pasar con facilidad, sin alguna especie
puede ser en realidad un tema o una serie de temas, de transición de un estado de ánimo fuertemente
aunque de naturaleza más lírica y expresiva que a. dramático a otro líricamente expresivo. Esa transi-
Esa yuxtaposición de dos grupos de temas, uno que ción, o puente, como a menudo se le llama, puede
significa fuerza y agresividad y otro de carácter ser breve y muy elaborada. Pero temáticamente
blando y cantable, es la esencia de la exposición y nunca deberá ser de tanta significación como los
determina el carácter de toda la forma allegro de elementos a y b, pues ello no t;aería sino confusión.
sonata. En la mayoría de los primeros ejemplos de Los compositores, en tales momentos, recurren a
esa forma se sigue más estrictamente la ordenación una especie de figuración musical que tiene impor-
del material en tema primero y tema segundo, pero tancia por su significado funcional más bien que
en los de más tarde sólo podemos estar seguros de por su interés musical intrínseco. Esté, pues, aten-
LAS FORMAS FUNDAMENTALES LAS FORMAS FUNDAMENTALES 177
176
to el lector a la aparición del puente entre a y b Y a se alcanza, al comienzo de la recapitulación, la to-
la posibilidad de un segundo puente entre b y c. nalidad original. Por supuesto que todo eso varía
Es la sección del desarrollo lo que da al allegro de considerablemente según se trate de una forma
sonata su carácter especial. En ninguna otra for~a temprana de allegro de sonata o de una más tardía.
hay una parte especial reserva~a para la extenslOn Así por ejemplo, en época aun tan temprana como
y desarrollo del material tematlco presentado en la de Beethoven, la sección de desarrollo se hizo
una sección previa. Ese rasgo de la forma allegro de mucho más elaborada de lo que era antes. El plan
sonata es lo que tanto ha fascinado a ~odo~ los modula torio se siguió aceptando, aun en los últi-
compositores: la oportunidad de trabajar hbr~­ mos tiempos en que la clásica relación de tónica-
mente con materiales ya expuestos. El lector vera, dominante-dominante entre los temas primero,
pues, que la forma sonata, ent~ndi~a. cOlTectam~n­ segundo y tercero, respectivamente, se rompió por
te es en esencia una forma pSlcolog lca Y dramat!- completo. La tendencia a dar mayor importancia a
c;. No podemos mezclar los dos, o más, elerr:~ntos la sección de desarrollo ha ido en aumento, como
de la exposición, sin que se cree una sensaClOn de ya señalé, de suerte que esa sección se convirtió en
lucha o drama. La parte del desarrollo es lo .que el eje de la forma allegro de sonata y en ella vierte el
pone a prueba la imaginación de todo composItOr. compositor, hasta la última gota, toda la imagi-
Se podría llegar hasta decir que es una de las cosas nación e invención de que es capaz.
principales que separan al ~ompositor de.1 profano. La recapitulación (o reexposición) 14 es, como su
Porque cualquiera puede sIlbar tonadas, p~r.o hay nombre indica, una repetición de la exposición. En
que ser realmente un compositor, con el Of¡~I~ y la el allegro de sonata clásico la repetición es, por lo
técnica de un compositor, para poder escnblr un general. exacta, si bien aun ahí hay tendencia a
desarrollo realmente bello de esas tonadas. omitir lo que no es esencial y a descartar el material
No hay reglas que rijan la sección de desarrollo. ya suficientemente oído. Más tarde, la repetición se
El compositor tiene completa libertad en ~uanto ,a fue haciendo más y más libre, hasta convertirse a
los tipos de desarrollo, en cuanto al mater.IaI tema- veces en un mero fantasma de su ser anterior. No es
tico que decida desarrollar, en cuanto a la mtro~uc­ muy difícil comprender por qué. El allegro de sona-
ción de nuevos materiales y en cuanto a la. longItud ta tuvo su origen en una época en que los compo-
de la sección. Solamente se puede generalIzar .acer- sitores tenían una mentalidad "clásica", esto es,
ca de dos factores: 1) que el desarrollo coml~nza partían de una estructura cuya traza era perfecta-
comúnmente por una repetición parcial del pnmer mente clara, y en ella metían una música bien con-
tema a fin de recordar al oyente cuál fue el punto trolada y de carácter emocional objetivo. Entre el
de p;rtida, y 2) que durante el curso de.1 desarr~ll?
la música modula a lo largo de una sene de tonalI- 14 El autor usa siempre el término "recapitulación". Aña-
dades lejanas, lo cual sirve para preparar la sen- dimos nosotros el de "reexposición", por ser más usual entre
sación de regreso al hogar que se produce cuando los músicos de habla castellana. [T.]
178 LAS FORMAS FUNDAMENTALES
LAS FORMAS FUNDAMENTALES 179
esquema formal A-B-A y la naturaleza del conte- eJt pas de su desarrollo: una introducción antes del
nido musical no había contradicción. Pero con el a. egro y una .coda al final. La introducción es casi
advenimiento de la era romántica la música se hizo sIe~~re de aIre lento, indicación segura de que la
mucho más dramática y psicológica. Era inevitable secclO~ A no ha comenzado aún. Puede consistir en
que el nuevo contenido romántico resultase difícil ;ftel~Iales musi.cales independientes por completo
de contener dentro del marco de un esquema for- .e, a egro que sIgue o puede que contenga una ver-
mal esencialmente clásico. Porque es simplemente SlOn lenta del tema principal de A a f' d .
b' d ' In e contn-
lógico que si el compositor expone su material en la UIr ~ ~r sensación de unidad. La coda no se puede
exposición y lo desarrolla luego de una manera descnbIr tan terminantemente. De Beethoven en
sumamente dramática y psicológica, al final haya adelan.te ha .~esempeñado un preponderante pa el
de llegar realmente a conclusiones diferentes. ¿Qué en la d¡]ataclOn de los límites de esa forma. Su o~e­
sentido tiene pasar por toda la baraúnda y la lucha to e~ crear una sensación de apoteosis: el material
de la sección de desarrollo si es sólo para llevarnos es VISto por última vez y bajo una luz nueva A '
a las mismas conclusiones de que habíamos par- tampo~o hay reglas que rijan el procedimie~to q~:
tido? Por eso parece justificada la tendencia de los tratamIento es a veces tan extenso que convierte ~ la
compositores modernos a abreviar la recapitu- ~~9a en una ~specie de segunda sección de desarro-
lación o a sustituirla con una conclusión nueva. ; aunque sIempre conducente a una sensación de
Una de las equivocaciones más extraordinarias epIlogo y conclusión.
de la música es el caso de Scriabin, el compositor Este resuI?en de la forma allegro de sonata sola-
ruso de dotes asombrosas, fallecido en 1915. El ca- m~~t~ ,tendra valor para el lector si éste lo aplica a la
rácter de su material temático era realmente perso- au IClOn de obras concretas. Como un ejemplo entre
nal, realmente inspirado. Pero Scriabin, que escri- muchos, escogí la Sonata "Waldstein" para .
O 53 d plano,
bió diez sonatas para piano, tuvo la idea fantástica p. " e ~eethoven, y cuyo análisis se encontrará
de intentar ponerle a esa emoción realmente nueva en el apendIce IU. P~ra que un análisis de esta clase
la camisa de fuerza de la vieja forma sonata clási- sea de provec~o, ~era necesario oír la obra una y otra
ca, con recapitulación y todo. Pocos compositores ver MI expenenCIa me ha enseñado que no conozco
modernos cayeron después en ese error. En reali- a ondo una obra mientras no soy capaz de cantár-
dad, se van a veces al extremo opuesto y dan una m~la me?~almente, de volverla a crear, por decirlo
interpretación tan liberal a la palabra sonata que le a~I, en mI Imaginación. No hay mejor modo de apre-
quitan realmente todo significado. De suerte que CIar en ~erdad, l~s diferencias entre el mero es-
hoy día el oyente tiene que estar dispuesto a ver (uema dI.agrama.tJco de una forma y el contacto con
aplicado ese término casi en cualquier sentido. os cambIOs c~leIdoscópicos de un organismo vivo.
Dos importantes adiciones se hicieron a esa for- E~ c~I?o la dIferencia que hay entre leer una des-
ma cuando todavía se encontraba en las primeras cnpclOn de la fisonomía de un ser humano y cono-
cer a un hombre o a una mujer de carne y hueso.
180 LAS FORMAS FUNDAMENTALES
LAS FORMAS FU:-.fDAMENTALES 181
La sinfonía
La mejor orquesta de entonces fue la sostenida
Aunque no constituya una forma independien.te, en Mannheim de 1743 a 1777. Allí los precursores
distinta de la sonata, la condición actual de la SIn- de Haydn y Mozart inventaron muchos rasgos de la
fonía es tal que sería imposible pasarla por alto sin si.nf?nía de más tarde, tales como el crescendo y el
más examen. No nos es posible, en realidad, oír un dlmznuendo orquestales y una mayor flexibilidad
programa orquestal, sea en la sala de conciertos, del tejido orquestal. La textura general fue más ho-
sea por radio, sin que topemos con alguna de las mofónica, sirviéndose del carácter ligero, cantable
sinfonías del repertorio usual. Recordemos, empe- del estilo operístico, más que de la grave manera
ro, que esas obras no ofrecen problemas específicos contrapuntística del concerto grosso.
diferentes de los arriba bosquejados. Fue ésta la base sobre la que Haydn perfeccionó
Al contrario de lo que sería de esperar, la sinfonía gradualmente el estilo sinfónico. No debemos olvi-
tuvo su origen no en formas instrumentales como el dar que algunos de sus logros más importantes en
concerto grosso, sino en la obertura de la primitiva ese terreno fueron creados después de muerto
ópera italiana. La obertura, o sinfonía, como se la Mozart y tras un largo periodo de gestación y ma-
llamaba tal como la perfeccionó Alessandro Scar- durez. La sinfonía la dejó redondeada como forma
latti, constaba de tres partes: rápida-lenta-rápida, artística, capaz de ulterior desarrollo, pero no de
presagiando así los tres tiempos de la sinfonía clási- ma.yor perfección dentro de los límites de su propio
ca. Hacia 1750 la sinfonía acabó por desprenderse estIlo.
de la ópera que le había dado el ser y llevar una vida El camino quedaba abierto para las famosas Nue-
independiente en la sala de conciertos. Karl Nef, en
ve de Beethoven. La sinfonía perdió toda conexión
su Esquema de la historia de la música, describe así
~on sus oríge~es operísticos. La forma se amplió, el
lo sucedido: "Una vez que la sinfonía de teatro fue
amblto emocIOnal se ensanchó, la orquesta piafó y
trasladada a la sala de conciertos, se apoderó del
tronó en forma completamente nueva e inaudit~.
mundo musical una verdadera manía de tocar sin-
Be~t,hoven creó sin ayuda un coloso que sólo él pa-
fonías. Los compositores nunca publicaban menos recIO capaz de domeñar.
de una docena cada vez. Muchos de ellos escribie-
ron cien y aun más; la suma total ascendió a . Porque los compositores del siglo XIX que le suce-
muchos miles. En tales circunstancias, sería vano dieron -Schumann y Mendelssohn- escribieron
intentar descubrir al hombre que haya fundado el u.na si~fonía menos titánica. A mediados del siglo la
nuevo estilo. Fueron muchos los compositores que smfo,ma se encontró en peligro de perder su hege-
colaboraron en el nuevo movimiento; en la primera moma en el terreno orquestal. Aparentemente los
época, italianos, franceses y alemanes." 15 "modernistas" Liszt, Berlioz y Wagner consider;ban
la sinfonía como una "antigualla", a menos de com-
15 Reproducido, con autorización, de Karl ~ef, Esquema de binarla con alguna idea programática o de incor-
la historia de la música, trad. de Carl F. PfattelCher, ColumbIa porarla en esencia al drama musical. Fueron los
University Press, 1935.
"conservadores" como Brahms, Bruckner y Tchai-
LAS FORMAS FUNDAMENTALES LAS FORMAS FUNDAMENTALES 183
182

kovsky quienes defendieron lo que comenzaba a Hasta hace unos cuantos años prevaleció la im-
parecerse mucho a una causa perdida. presión de que los compositores modernos habían
Durante esa época se introdujo una innovación abandonado la forma sinfonía. No hay duda de que
importante en cuanto a la forma sinfónica, a saber, el interés por esa forma se enfrió entre las figuras
la llamada forma cíclica de la sinfonía. César Franck más importantes de los 20 primeros años del pre-
tuvo especial predilección por ese procedimiento. sente siglo. Debussy, Ravel, Schoenberg y Béla
Era un intento de ligar las diversas partes de la Bartók no escribieron sinfonías en sus años madu-
obra por medio de la unificación del material ros. Pero después la cosa cambió. Hoy se están es-
temático. Unas veces es un tema "mote" que se oye cribiendo otra vez sinfonías, a juzgar por las obras de
cuando menos se espera en los diferentes tiempos franceses como Roussel y Honegger, rusos como
de la sinfonía, dando la impresión de un único pen- Miaskovsky (con quince a su crédito), Prokofief y
samiento unificador. Otras veces -y esto es más Shostakovich, ingleses como Bax, Vaughan Williams
exactamente la forma cíclica- todo el material y Walton; norteamericanos como Harris, Sessions y
temático de toda una sinfonía se puede derivar de Piston. 16 No hay que olvidar un hecho más: que aun
solos unos cuantos temas principales que se meta- durante el periodo de su supuesta decadencia, la
morfosean por completo a medida que avanza la forma sinfónica siguió siendo usada por composi-
obra, de suerte que lo presentado primeramente tores tan acérrimos como Mahler y Sibelius. El que
como un sobrio tema de introducción se transfor- justamente ahora comiencen sus obras a encontrar
ma en la melodía principal del scherzo y, análoga- lugar en el repertorio usual de las entidades sinfóni-
mente, en tiempo lento y en finale. cas puede ser indicio de un resurgimiento del interés
El que la forma cíclica no haya tenido mayor por esa forma.
aceptación se debe, probablemente, a que no satis- Mahler y Sibelius han sido más intrépidos que al-
face la necesidad de una lógica musical dentro de gunos de sus sucesores en su tratamiento de la sinfo-
cada uno de los tiempos. Es decir, que la unifica- nía. Mahler trató como un desesperado de hacer la
ción de todo el material temático es sólo un expe- sinfonía más grande de lo que era. Agrandó las di-
diente, más o menos interesante según el ingenio mensiones de la orquesta en proporciones gigantes-
con que lo utilice el compositor; pero la sinfonía cas, aumentó el número de los tiempos, introdujo la
¡todavía hay que escribirla! Los problemas de for- masa coral en la Segunda y la Octava y, en general,
ma y sustancia con que hay que luchar siguen sien- tomó a su cargo el continuar las tradiciones de la
do los mismos y, en comparación con ellos, el deri-
var de una sola fuente todo el material no es más 16 A los compositores citados por el autor hay que añadir
que un detalle. Después de Franck usó la forma el Stravinsky de los últimos años, autor de la Sinfonía de
cíclica su alumno y discípulo Vicent d'Indy, y, más Salmos (1930), la Sin/ónía en do (1940) y la Sin/ónía en tres
recientemente, la utilizó Ernest Bloch en más de tiempos (1945), y el propio Copland, autor de tres sinfonías,
que sepamos. [T.]
una obra.
184 LAS FORMAS FUNDAMENTALES LAS FORMAS FUNDAMENTALES 185
sinfonía beethoveniana. Se le acusó con acritud de pueden columbrar algunos cambios fundamenta-
ser un poseur irremediablemente descarriado en sus les, serán probablemente cambios en la disposición
pretensiones. Pero el poder escoger algunos de los estructural interna de los tiempos aisladamente
diversos tiempos de sus nueve sinfonías, por mi par- considerados. En ese sentido restringido, la forma
te estoy seguro de que su posición será algún día es más libre: los materiales se presentan de una ma-
equivalente a la de Berlioz. Sea como fuere, en su nera menos rigurosa, la separación entre los grupos
obra podemos encontrar el origen de nuevas texturas primero, segundo y conclusivo es mucho menos
contrapuntísticas y nuevos colores orquestales sin clara, si es que existe siquiera; nadie puede prede-
los cuales sería inconcebible la sinfonía moderna. cir la naturaleza de la sección de desarrollo ni la
Sibelius manejó libremente la forma, en especial extensión de la recapitulación, si es que la hay. Por
en sus sinfonías Cuarta y Séptima. Esta última per- eso la sinfonía moderna es más difícil de escuchar
tenece a la rara especie de las sinfonías en un solo que los ejemplos más antiguos de esa forma, más
tiempo. Mucho se ha escrito sobre el magistral des- plenamente digeridos para nosotros.
arrollo dado por Sibelius a la forma sinfónica. Pero Está claro que la sinfonía, y con ella la forma
habría que ver si su desviación de la norma usual no allegro de sonata, todavía no han muerto. A menos
habrá sido tan grande que casi haya roto con el que todos los signos sean engañosos, ambas ten-
modelo del siglo XIX. Tengo la sospecha de que la drán una sana descendencia.
Séptima, a pesar de su nombre, está, en cuanto a for-
ma, más próxima al poema sinfónico que a la sin-
fonía. Sea como fuere, hay que recordar, desde el 5. LAS FOR\1AS LIBRES
punto de vista del oyente lego, que los tiempos de
Sibelius no están construidos convencionalmente y El preludio, el poema sinfónico
dependen del crecimiento orgánico gradual de un
tema que da lugar a otro, más bien que del con- Para tener alguna idea de en qué consiste una forma
traste entre dos temas. En sus mejores momentos, "libre" hemos de saber lo que es una forma rigurosa.
la música parece como si floreciese partiendo a En los cuatro capítulos anteriores se resumieron las
menudo de un comienzo nada prometedor. formas fundamentales pertenecientes a la variedad
Si es posible alguna generalización acerca del rigurosa. Descubrimos que la mera descripción de la
manejo de esa forma por los más nuevos composi- armazón estructural externa de una pieza no encie-
tores, podrá afirmarse que la sinfonía, en cuanto rra la verdadera forma interna de esa pieza; que el
colección de tres o más tiempos distintos, tiene aún compositor usa libremente de todos los moldes for-
una vigencia tan firme como siempre. Sigue sin males, de suerte que se puede decir que depende y al
haber nada inferior o casual en cuanto a la forma. mismo tiempo no depende de ellos.
Ésa es aún la forma en la que el compositor trata Todas las formas que no tienen como punto de re-
de aprehender las grandes emociones. Si es que se ferencia uno de los moldes formales acostumbrados
LAS FORMAS FUNDAMENTALES LAS FORMAS FUNDAMENTALES 187
186

son técnicamente formas "libres". Pero ponemos la una idea extramusical, encuentre demasiado estre-
palabra "libre" entre comillas porque, hablando co~ chos para sus propósitos los patrones estereotipados
propiedad, no hay lo que se llama una forma mUSi- de las formas usuales. A muchos ejemplos nuevos de
cal absolutamente libre. Por muy libre que sea una forma "libre" puede atribuírseles ese origen.
pieza siempre será preciso que tenga sentid~ como Evidentemente es imposible generalizar acerca
forma. Todo eso es obvio; es cierto en cualqUier arte de las formas "libres". Sin embargo se puede decir
y especialmente cierto en la música, en la q~e tan con seguridad que hemos de encontrarlas proba-
fácil es que se pierda la sensación de coherencia. Por blemente en uno de estos dos tipos de composición:
tanto, aun en las llamadas formas libres, ha de haber el preludio y el poema sinfónico.
ciertamente algún plan formal básico, aun cuando
éste puede no tener relación con ninguno de los mol-
des normales que hasta ahora hemos examinado. El preludio
Ciertos tipos de composición parecen avenirse
más naturalmente que otros con formas que son "li- Preludio es un término muy vago que designa una
bres". Así, por ejemplo, las obras vocales suelen en- gran variedad de piezas, generalmente escritas para
trar en esa categoría a causa de la necesidad de se- piano. Como título puede significar casi cualquier
guir la letra. La Misa, por ejemplo, a pesar de ~star cosa, desde una pieza tranquila, melancólica, hasta
predeterminadas las líneas generales. de sus di~~~­ una larga pieza virtuosística y aparatosa. Pero en
sas partes, tiene posibilidades de van edad caSi ih- cuanto forma, encontraremos que pertenece, por lo
mitadas. Un compositor puede escribir un Kyrie general, a la categoría de "libre". Preludio es el
muy breve, mientras que otro lo puede estirar par~ nombre genérico de cualquier pieza de estructura
que dure quince minutos. En general, las compOSi- formal no demasiado precisa. Muchas otras piezas
ciones vocales son más "libres" de forma que las que llevan otros nombres pertenecen a la misma ca-
obras instrumentales. tegoría, piezas llamadas fantasía, elegía, irnprornp-
De las piezas instrumentales, hay más probabili- tu, capricho, aria, estudio y demás. Las piezas tales
dades de que las obras para piano y para orquesta como ésas pueden tener la forma rigurosa A-B-A o
estén en formas "libres" que no la música de cáma- pueden estar tratadas "libremente". Por tanto, el
ra. Eso puede ser debido a que las formas "libres" se oyente tendrá que estar alerta si espera seguir la
utilizan muy frecuentemente en conexión con ideas idea estructural del compositor.
extramusicales, y la música de cámara casi siempre Bach escribió muchísimos preludios (muy a
encaja en la categoría de la llamada "música absolu- menudo seguidos de una fuga como contrapeso),
ta".l7 Es muy natural que, si el compositor parte de muchos de los cuales tienen forma "libre". Ésos son
los que Busoni señaló como ejemplo del camino
17 Sobre el significado de "música absoluta", véase la pági-
que a su juicio debiera seguir la música. En esos
preludios "libres" consiguió Bach una unidad de
na 192. [T.l
LAS FORMAS FUNDAME;-"¡TALES 189
188 LAS FORMAS FUNDAMENTALES
Allcgro
trazo, sea por la adopción de un patrón de carácter
bien definido, sea por una progresión clara de acor-
des que nos llevan del principio al fin de la pieza sin
utilizar ninguna repetición de los materiales temá-
ticos. Frecuentemente se combinan ambos métodos.
Con esos medios crea Bach una sensación de fan-
tasía libre y de resuelta libertad de trazo que sería
imposible de lograr dentro de una forma rigurosa.
Cuando se oyen esas piezas se tiene la convicción de
que Busoni estaba muy en lo cierto al decir que los
futuros problemas en el manejo de la forma musical
van ligados a esa bachiana libertad de forma.
Un ejemplo excelente es el Preludio en si bemol
mayor del Clave bien temperado, Libro 1, de Bach.
Aquí no se trata de temas y de su organización por
secciones. La música comienza como se muestra
en la página siguiente.
Al llegar a medio camino, Bach abandona su dibu-
jo por una serie de acordes resonantes entremezcla-
dos con roulades y pasajes escalísticos. Solamente en ,.
el penúltimo compás hay una referencia al dibujo
del comienzo, y aun allí tampoco hay una verdadera
repetición de notas, sino simplemente de dibujo. El ~udo lograr dentro de los límites de la forma tripar-
único signo externo de un principio unificador en tlta y de la forma aZZegro de sonata. Pero aun des-
una pieza de esa clase es la armazón formada por las pués, dentro ya de este siglo, con el advenimiento de
armonías. Otros ejemplos de especie mucho más Richard Strauss -el cual ciertamente se preocupó
grande los encontraremos en las Fantasías de Bach, en sus grandes obras orquestales de los problemas
por ejemplo, en la Fantasía cromática y Fuga o en la de las formas "libres"- el énfasis sigue estando en
famosa Fantasía y Fuga en sol menor para órgano. el enunciado y pleno desarrollo de los temas.
Particularmente en sus grandes obras para órga- Creo que mucho del renacimiento del interés por
no, Bach crea una sensación extraordinalia de magni- las formas "libres" se puede atribuir a la influencia
ficencia valiéndose de ese tipo más libre de estlUctura. de Debussy. Tenía éste pocos antecedentes en la
Durante la mayor parte del siglo XIX, los compo- música de su tiempo para la manera sumamente
sitores escribieron en forma de fácil identificación. personal con que trabajó las formas pequeñas. Sin
Eso se debió, sin duda, a la gran variedad que se depender de ningún modelo conocido, compuso
190 LAS FOR:'v1AS FUNDAMENTALES
LAS FORMAS FUNDAMENTALES 191
veinticuatro Preludios para piano, cada uno de los Por encima de esa figura misteriosamente evoca-
cuales tiene su propio carácter formal. Cada nuevo dora se oye una melodía espectral y fragmentaria,
Preludio significó inventar una nueva forma, pues típicamente debussiana. Obsérvese que la melodía
la escritura de uno no ayudaba a la creación del no se repite nunca; en lugar de eso, parece surgir
siguiente. No es de extrañar que la producción de espontáneamente a la vida, poco a poco, por una
Debussy haya sido relativamente pequeña. serie de vacilaciones e impulsos secretos, hasta pro-
Exactamente igual que en el caso del dibujo-pa- ducir, delicada pero seguramente, una sensación de
trón de Bach, Debussy usa a veces una menuda fi- consumación. La pieza, ciertamente, tiene unidad,
gura, o motivo, como ayuda para dar uni~ad a la pero los medios unificadores son completamente
pieza. Tomemos, por ejemplo, el preludIO para distintos de los utilizados por los predecesores de
piano titulado Pasos en la rlieve (Des pas s.ur la Debussy.
neige). Aquí el menudo motivo se mantl.cne firme- Desde el tiempo de Debussy la forma ha tendido
mente como fondo a lo largo de toda la pieza. Es un a una libertad cada vez mayor, hasta el punto de
ritmo único de dos notas, la segunda de las cuales presentar ahora serios obstáculos para el auditor
está situada melódicamente un grado por encima profano. Dos cosas hacen fácil de escuchar la músi-
de la primera, así: 18 ca: la melodía clara y la abundancia de repeticiones.
Triste et lent cJ;; 44) La música nueva contiene melodías más bien re-
cónditas y evita las repeticiones. Una tendencia se
ha afirmado opuesta a la repetición: el afán de con-
pp densación. Esa tendencia se la puede ver clarísima-
-=::::. =-===- -=--===-- mente en las Piezas para piano, Op. 19, de Arnold
Schoenberg, obra perteneciente a la época media
_ ~.7 ------- '--'" -...-"3----- ""'--- del compositor. Es tan intensa la emoción en cada
Ce rythme doit avoir la valeur sono:e una de esas piececitas para piano que toda repeti-
d'un fond de paysage triste et glace ción es inconcebible. Hay veces que no se puede
----- ........ , hablar de tema: un ritmo menudo en una pieza, un
solo acorde en otra, son suficientes para apoderar-
• I ~I se del oyente. Cuando hay melodía, ni ésta es fácil
p expresslf et dorloureux de comprender, ni se detiene nunca para volver
sobre lo andado. No es extraño, pues, que los audi-
tores encuentren que Schoenberg es difícil de tra-
gar. En general, yo diría que la mitad de la dificul-
18 Reproducción autorizada por Durand & Cie., París, v tad de los aficionados para entender la llamada
Elkan-Vogel Company, Inc., Filadelfia, prOpletanos del copy- música moderna proviene de no comprender cómo
nght. está compuesta la música.
192 LAS FORMAS FUNDAMENTALES I LAS FORMAS FUNDAMENTALES 193

El poema sinfónico

Una de las razones de nuestra actual libertad de


forma muy bien puede haber sido la creació~ del
i mente famoso por sus Sonatas bíblicas, en las que
se pintan "realistamente" historias bíblicas tales
como la muerte de Goliath por David. El notable
Chant des oiseaux (El canto de los pájaros) de Janne-

I
poema sinfónico. El poema sinfónico 19 susCita la quin es un excelente ejemplo de lo que podía hacer
cuestión de la música de programa, la cual es lo un compositor del siglo XVI en cuanto a imitar las
primero que hay que dilucidar. .' voces de los pájaros por medio de un coro de seres
El lector deberá tener idea clara de la diferencia humanos. El parloteo de las mujeres 22 fue otro de
que hay entre la música de programa, que e.s la I?ú- los temas que ese compositor abordó. De modo que
sica relacionada de algún modo c~n. un~ hlstona ,? el lector verá que la idea no es nueva.
una idea poética, y la llamada muslca absoluta, Pero hasta el siglo XIX los compositores no fueron
que es la que no tiene connot~c~ones extram~­ realmente capaces de describir bien las cosas. La
sicales.2o La idea de usar de la muslca como medIO música se hizo cada vez menos ingenua. Hoy día, si
de describir algo ajeno a ella es perfectament~ na- se quiere reproducir musicalmente una batalla, con-
tural, casi pueril. En realidad es bastante ant.lgua, tando con la orquesta moderna, lo probable es que
pues hasta los compositores del siglo XVI! tuvieron se cree un cuadro realista bastante desagradable.
inclinación a describir cosas musicalmente. 21 ~as En otras palabras, el siglo XIX desarrolló los medios
batallas fueron un tema favorito; también la imita- para una descripción musical más exacta de los
ción de animales gozó de gran favor, aun antes del sucesos extramusicales. Quizás el desarrollo de la
florecimiento de la música instrumental..Ku~nau, ópera haya sido también responsable del interés
un predecesor de Bach y Haendel, se hiZO Justa- que sintieron los músicos por el poder descriptivo
de la música. Tampoco debemos olvidar la influen-
cia del movimiento romántico. Para el compositor
19 "Symphonic, or tone, poem" escribe el autor. Traduci-
romántico no bastaba con escribir una pieza triste;
remos siempre "sinfónico", que es lo tradlCI~nal en castellano,
Decir "poema tonal" es incurrir en ?arbansmo~, por ~uerer necesitaba que supiésemos quién era el que estaba
traducir demasiado literalmente el tone po~m Ingles o el triste y las circunstancias particulares de su tristeza.
"tondichtung" alémán. En bUéna terminologIa cas.tdl~na, lo Por eso es por lo que Tchaikovsky no se contentó
tonal es sólo lo relativo a la tonalidad. y ello nos eVItara tener con escribir una obertura sin título en la que hubie-
que decir, por ejemplo, que una obra de la escuda dode-
se un bello segundo tema, sino que la llamó Romeo
cafónica es "un poema atonal". [T.] .' .
20 En el castellano de nuestra mocedad. salia ~ecIrse y Julieta y de ese modo designó aquel tema como el
"música pura", como también se decía "poesIa pura. Pero motivo del "amor de Romeo por Julieta".
supuesto que, por ejemplo, al alcohol. anhIdr~ se le 1I~,ma Beethoven mismo, como lo atestigua la Sínfonía
"alcohol absoluto", ¿por qué no calificar de absoluta la pastoral, se sintió atraído por la idea de describir en
música sin aguar? [T.] . . .
21 Por el año 600 a.c., va Sakadas descnbIa en el alifo" la
lucha de Apolo con el dragón.IT.] 22 Título original: Le Caquel des f'emmes. [T.]
LAS FORMAS FUNDAMENTALES
LAS FORMAS FUNDAMENTALES 195
194

términos musicales acontecimientos extraños a la ca-poética del fenómeno tal como se refleja en el
música. El suyo fue uno de los primeros ejemplos espíritu del compositor. Eso constituye una forma
de música orquestal descriptiva. Lo que Beethoven más elevada de la música de programa. El balido
inició en su Sexta Sinfonía como obra excepcional, de las ovejas siempre sonará al balido de las ovejas,
lo hizo Berlioz base de toda una carrera. La Sin- pero una nube representada musicalmente deja
fonía fantástica es un ejemplo pasmoso del pro- más en libertad a la imaginación.
greso logrado en el siglo XIX por la habilidad de los Un principio hay que tener muy presente: por
compositores para describir gráficamente no sólo muy ~rogramática o descriptiva que sea la música,
escenas guerreras o pastoriles, sino también cual- ésta SIempre deberá existir solamente en términos
quier otro suceso o idea que decidiesen repre- musicales. No permitamos nunca al compositor
que nos justifique su pieza con la historia en ella
sentar. contenida. Que la protagonista encuentre un fin
Hablando en términos generales, hay dos clases
de música descriptiva. La primera corresponde a la prematuro no es razón suficiente para dar un final
calificación de descripción literal. El compositor lento a la pieza. Ese final lento deberá estar justifi-
desea reproducir el sonido de las campanas en la cado también por el contenido musical. En una pa-
noche. Por tanto, escribe determinados acordes, para labra, el interés de la historia no puede nunca ocu-
orquesta o para piano o para cualquier otro medio par el puesto del interés musical, ni puede nunca
sonoro que esté utilizando, los cuales realmente sue- convertirse en una excusa de los procedimientos
nan como las campanas en la noche. En ese caso musicales. La música ha de ser capaz de mante-
tenemos una cosa real imitada realistamente. Un nerse en pie por sí misma, de suerte que no sea
ejemplo famoso de esa clase de descripción musical cercenado el goce de la persona que la oiga sin
es el pasaje de un poema sinfónico de Strauss, en el conocer el argumento. En otras palabras, el argu-
que el compositor imita balidos de ovejas Y car- mento no debe ser nunca otra cosa que un atracti-
neros.23 La música en ese caso no tiene otra raison vo que se añade. Romeo y Julieta es una de las
mejores piezas de Tchaikovsky, aunque no conoz-
d'erre que la mera imitación. camos cómo se titula. El primer tema es dramático
El otro tipo de música descriptiva es menos literal
y más poético. No se trata de describir una determi- y conmovedor y está bien tejido. Si por casualidad
nada escena o acontecimiento; lo que el compositor sabemos que simboliza la lucha entre las casas
desea es comunicar al oyente ciertas emociones sus- rivales de Montesco y Capuleto, puede que el tema
citadas en él por alguna circunstancia externa. Pue- nos parezca más pertinente, pero al mismo tiempo
den ser las nubes, o el mar, o una feria campesina, eso limi!a su capacidad de herir nuestra imagi-
o un aeroplano; pero el caso es que, en lugar de una nación. Este es el peligro que corre toda música de
imitación literal, tenemos una transcripción músi- programa. Seguramente que, a causa de ello, los
compositores no escriben hoy día tanta música de
programa como se solía a fines del siglo pasado.
23 El autor alude al DO/1 Quijote. n·]
196 LAS FORMAS FUNDAMENTALES
LAS FORMAS FUNDAMENTALES 197
Es bastante sorprendente que una cantidad con-
sus poemas sinfónicos están en formas "libres".
siderable de la música de programa esté escrita en Pero el principio quedaba establecido.
una u otra de las formas fundamentales. Puesto que
Entre 1890 y 1900 escribió Richard Strauss una
el compositor describe alguna cosa, era de esperar serie de poemas sinfónicos que por su libertad y
que la forma fuese necesariamente libre. Pero con audacia asombraron al mundo musical. Eran los he-
frecuencia no es ése el caso. Sobre todo al comien- rederos lógicos de la idea de Liszt, pero en un plano
zo, el poder de la música absoluta y de sus moldes mucho más grande y presuntuoso. El primitivo noe-
formales era demasiado fuerte para que se hiciese ma sinfónico era análogo a un tiempo suelto de 'una
caso omiso de él. Así, la Sinfonía pastoral de Beetho- sinfonía, pero el poema sinfónico straussiano es más
ven es en primer lugar una sinfonía y sólo en senti- bien el equivalente de una sinfonía de cuerpo entero.
do secundario una sinfonía pastoral. Análogamente, A pesar de evidentes debilidades -que pueden afec-
el apasionado drama de Romeo se ajusta con sor- tar con el tiempo su posición actual, aparentemente
prendente facilidad a la forma regular del allegro de sólida dentro del repertorio sinfónico-, esas obras
sonata, con su introducción, primer tema y segun- constituyen notables hazañas. Como representación
do tema, desarrollo y recapitulación. No fue sino pictórica, tienen pocos rivales y como tratamiento
hasta Strauss y Debussy cuando los compositores de las formas libres fueron las primeras en su clase.
tuvieron el valor de abandonar las formas rigurosas Incluso cuando se apoyan en alguna de las formas
en favor de una mayor fidelidad a sus intenciones rigurosas, tales como el rondó (Till Eulenspiegel) o la
programáticas. El comienzo de esa mayor libertad variación (Don Quijote), el manejo de los materiales
fue, por supuesto, la creación del poema sinfónico, es tan poco convencional que constituye en realidad
una de las pocas formas nuevas del siglo XIX. una forma "libre". En Ein Heldenleben (Una vida de
Liszt es considerado generalmente como el crea- héroe) o Also sprach Zarathustra (Así hablaba Zara-
dor del poema sinfónico. Escribió trece, algunos de tustra), cuya forma se puede decir que está cons-
los cuales todavía se ejecutan. Liszt comprendió truida por secciones, el mero tamaño es tan grande
que una idea poética, si había de ser expresada con que hace peligrosamente inestable la composición.
propiedad, no podía confinarse dentro de los lími- Está por ver si la mente humana puede en realidad
tes de las formas rigurosas, ni aun aplicándolas del relacionar entre sí los diversos momentos de una
modo en que lo hizo Berlioz en sus sinfonías pro- forma libre que dura más de cuarenta minutos sin
gramáticas. La solución de Liszt fue el poema sin- interrupción. Como quiera que sea, eso es lo que
fónico en un solo tiempo, con una explicación pre- Strauss pide de nosotros. Para comprender como es
via impresa en la partitura. Su ejemplo lo siguieron debido el contorno formal de una poema sinfónico
otros compositores, especialmente Saint Saens, de Strauss serían necesarias más explicaciones de
César Franck, Paul Dukas, Tchaikovsky, Smetana, las posibles dentro de los límites de este libro.
Balakiref y multitud de músicos menores. No todos El poner al día la idea programática es un asun-
to muy sencillo. Todo lo que se necesita para ello es
198 LAS FORMAS FUNDAMENTALES LAS FORMAS FUNDAMENTALES 199

describir en términos musicales algún fenómeno partidarios, relativamente, a la música de progra-


típicamente moderno, tal como una fábrica o una ma. Hoy días los compositores, o la mavoría de
lancha de carreras aerodinámica. Con eso es bas- ellos, prefieren no mezclar sus categorías; o escri-
tante fácil dar a la vieja idea un especioso aire de ben sin rodeos obras teatrales o escriben música
modernidad. Como ya dije, los nuevos compositores absoluta. Pero nadie puede profetizar si podrá re-
no han escrito mucha música de programa. Hubo crudecerse o no el interés por la música de progra-
excepciones, sin embargo. A Arthur Honegger le ma. Los nuevos instrumentos eléctricos, cuando
correspondió una cantidad considerable de noto- estén suficientemente perfeccionados, abrirán, sin
riedad por su breve pieza orquestal titulada Pacific duda, nuevas posibilidades al poder imitativo de la
2-3-1. El título se refiere a un determinado tipo de música.
locomotora conocido por ese nombre en Europa.
Honegger se aprovechó de cierta analogía que hay
entre el lento arranque de un tren, su gradual
aumento de velocidad, su veloz carrera a través del
espacio, su aminorar la velocidad hasta pararse ... y
la música. El compositor se las arregla muy bien
para dar al oyente la impresión del silbido del vapor
y del chogchog de la máquina y, al mismo tiempo,
escribir una pieza sólidamente construida con me-
lodías y armonías como cualquier otra. Pacific 2-3-1
es un excelente ejemplo de la música de programa
moderna; si no es una gran pieza de música, ello se
debe más bien a la baja calidad de una parte del
material temático que al tratamiento de la idea pro-
gramática misma.
La música de programa, en ese sentido literal,
está aparentemente en decadencia. Honegger escri-
bió una segunda pieza programática titulada Rugby;
Mossolov escribió su Fundición de acero; otros com-
positores utilizaron como materia de descripción
musical campeonatos, pistas de patinar, estaciones
de radio, fábricas Ford, almacenes de a cinco y diez
centavos. Pero, por una parte, la tendencia a ale-
jarse de la música impresionista y, por otra, el im-
pulso hacia el neoclasicismo han dejado con pocos
LA ÓPERA y EL DRAMA MUSICAL 201

Hubo varias razones para el descrédito en que


cayó la ópera. Entre las principales figuraba la cir-
cunstancia de llevar la ópera consigo la "mácula"
VIII. LA ÓPERA y EL DRAMA MUSICAL de Wagner. Durante por lo menos treinta años des-
pués de su muerte, la totalidad del mundo musical
es,tuvo haciendo heroicos esfuerzos por arrojar de
HASTA aquí, la cuestión de escuchar de modo in- sí el terrible impacto de Wagner. Esto no es un
teligente se consideró tan sólo en relación con la baldón para su música. Quiere decir sencillamente
música que corresponde a lo que se denomina mú- que cada generación debe crear su propia música,
sica de concierto. Por extraño que parezca, la músi- yeso era cosa muy difícil de lograr, particularmen-
ca, que es un fin en sí misma, que no tiene conexión te en la ópera, inmediatamente después de Wagner.
con ninguna idea extramusical, no es un fenómeno Además, y aparte por completo el drama musical
natural como parece. Ciertamente, la música no wagneriano, se puede decir en rigor que el público
nació como música de concierto. Sólo después de que rebañegamente se congregaba para oír ópera
un desarrollo histórico que duró siglos fue cuando poco favor le hacía a ésta. Por un lado, acabó aso-
la música escuchada por lo que ella es pudo pare- ciado con lo que a veces se' denominó "público de
cer bastarse a sí misma. barberos", una fauna musical para la que el ver-
Por otra parte, la música teatral es, en compara- dadero arte de la música se suponía que era un
ción, una cosa perfectamente natural. Sus orígenes libro cerrado. Por otro lado, estaba el "público de la
se remontan hasta la música ritual primitiva de la buena sociedad", que convertía la ópera en un
tribu salvaje o el canto religioso del drama sacro lugar de recreo a la moda y la veía solamente bajo
medieval. Aun hoy, la música escrita para acom- su aspecto circense.
pañar un drama, una película o un ballet parece Además, el repertorio que generalmente se re-
explicarse por sí misma. La única forma de música presentaba estaba formado en su mayor parte por
teatral que en todo caso está sujeta a controversia, "lo de siempre", piezas espectaculares pasadas de
y por tanto necesita alguna explicación, es la forma moda, capaces de despertar asombro solamente en
operística. el ánimo de un magnate del cine. ¿Cómo se habría
La ópera es en nuestros días una forma artística podido pensar en inyectarle a esa situación una
de reputación un tanto dudosa. Hablo, naturalmen- ópera nueva escrita en el estilo más moderno de los
te, de la opinión de la élite musical. Pero eso no años veinte, aun cuando esa música nueva, revolu-
siempre fue asÍ. Hubo un tiempo en que a la ópera cionaria, ya estuviese invadiendo las salas de con-
se la consideró como la forma más avanzada de ciertos? Para la élite musical toda música de pre-
todas. Pero luego, hasta hace muy poco, fue usual tensiones serias parecía automáticamente proscrita
entre la élite hablar de la forma operística con una de los teatros de ópera. Si por algún feliz accidente
cierta condescendencia. llegaba una obra nueva a la escena, era más que
200
202 LA ÓPERA y EL DRAMA MUSICAL
LA ÓPERA y EL DRAMA MUSICAL 203
probable que se la encontrase demasiado esotérica
ópera como forma. Estoy seguro de que muchos de
para el auditorio, eso si no se la había ~niquil~d? mis lectores tienen la convicción de que la ópera es
previamente con los artificios del montaje openstl-
una forma estúpida, y por su gusto, y si pueden evi-
ca convencional.
tarlo, jamás van a una representación operística.
Ésas son algunas de las razones de la poca esti-
Veamos lo que se puede decir para demoler ese pre-
ma en que tenían a la ópera, en cuanto forma, las juicio.
personas que tomaban la música e.n ~erio. Per? al- La primera consideración que se ha de hacer, y
rededor de 1924 comenzó un renaCimiento del inte-
en la que nunca se hará demasiado hincapié, es que
rés por la ópera, el cual tuvo su origen en ~Ie~ania. la ópera está atada de pies a cabeza por la conven-
Todas las pequeñas ciudades de Alemama tienen ción. Por supuesto que la ópera no es la única for-
un teatro de ópera. Por aquel tiempo se dijo haber
ma artística que está atada así. El teatro, por ejem-
no menos de diez escenarios de ópera de primera
plo, pretende que la cuarta pared de un aposento
clase y veinte de segunda, que funcionaban durante
está allí y que nosotros, de algún modo milagroso,
la mayor parte del año. No hay que olvidar que en
estamos contemplando escenas de la vida real. Los
Alemania la ópera ocupa el lugar que entre noso-
niños que van por primera vez al teatro se imagi-
tros tienen la comedia musical, el cine y el teatro
nan que todo lo que allí ocurre son sucesos reales;
juntos. Todo buen ciudadano tiene su a~ono sema- pero nosotros, las personas mayores, no tenemos
nal a la ópera, de suerte que era casI un deber
inconveniente en aceptar como real la convención
social para la ópera el renovarse como forma. Ade-
escénica, aunque sabemos muy bien que los acto-
más, los editores de música hicieron mucho para
res no hacen más que fingir. La cuestión es que la
alentar la composición de nuevas obras operísticas.
ópera también tiene sus convenciones, y aun mayo-
Una ópera de verdadero éxito producía grandes utili-
res que el teatro. Será importante para nosotros
dades, tanto a los autores como a los editores. Los comprender hasta qué punto aceptamos la conven-
compositores tenían, pues, mucho estímulo para ción en el teatro, si es que hemos de ceder en nues-
escribir óperas, y los editores para imprimirlas, tra resistencia a aceptar la convención aún mayor
además de la ventaja de un público de posguerra de la ópera.
interesado por meterse en nuevas aventuras operís-
En un sentido, una ópera es simplemente un
ticas fuera del sendero convencional. No tardó drama cantado en vez de un drama hablado. Ésa es
mucho en propagarse el interés a otros países, y la primera convención, completamente en desacuer-
hasta nuestro Metropolitan rindió pleitesía tibia-
do con la realidad. Pero hay más, el drama no se
mente a la nueva ópera con alguna que otra repre- canta continuamente (por lo menos hasta el tiempo
sentación de una obra moderna representativa. de Wagner), sino que se divide en piezas musicales
Si se ha de convencer al lector de que hay alguna
dispuestas y contrastadas con regularidad, lo cual lo
justificación para la vida infundida nuevamente a aleja todavía más de toda conexión con la realidad
la ópera, será necesario que comprenda un poco la que se supone estar describiendo. Además, la histo-
204 LA ÓPERA y EL DRAMA MUSICAL LA ÓPERA y EL DRAMA MUSICAL 205

ria que allí se narra suele ser de una simpleza tal misma contiene casi todos los medios de expresión
que difícilmente podría exagerarse. Nunca nada musical: la orquesta sinfónica, la voz solista, el con-
sensato parece tener lugar en el escenario de ópera. junto vocal, el coro. El carácter de la música puede
Ni la actuación de los cantantes concurre a hacer ser ya serio, ya ligero, o ambas cosas dentro de la
un poco menos tonto el libreto, que es como se le misma obra. La ópera puede contener música de
llama al libro de la ópera. naturaleza sinfónica o "absoluta" y puede ser pura-
Finalmente, está la cuestión del recitativo -esa mente descriptiva y programática. La ópera con-
parte de la ópera que no es ni hablada ni cantada, tiene también ballet, pantomima y drama. Pasa
sino más bien cantada a medias- que va narrando fácilmente de una cosa a otra. En otras palabras, es
el argumento (especialmente en las viejas óperas), casi imposible imaginar algún tipo de arte musical
sin ningún esfuerzo por estimular el interés musi- o teatral que no se sienta en la ópera como en su
cal. Cuando la ópera se canta en un idioma desco- propia casa.
nocido del auditor, como es el caso de la mayoría Pero a eso se añade el fausto espectacular que
de las óperas en los países de habla inglesa, esos sólo la ópera a su modo puede ofrecer. Es teatro en
trozos de recitativo pueden ser sumamente fasti- gran escala: multitud de personas en la escena,
diosos. Esos hechos vienen a demostrar que la magnificencia de las luces, vestidos y decoraciones.
ópera no es una forma realista de arte, y no se debe El compositor al que no atrae semejante medio
exigir que lo sea. En realidad, no hay nadie más muy poco teatralismo tiene en el alma. Pero alguno
molesto que esas personas que en arte solamente tienen la mayoría de los creadores, evidentemente,
pueden comprender el realismo. El no creer nunca pues la ópera ha fascinado a algunos de los com-
nada de lo que vemos, a menos que parezca real, positores más grandes del mundo.
demuestra una mentalidad artística un tanto baja. El problema, al escribir una ópera, es combinar
Debemos estar dispuestos a admitir que las cosas todos esos elementos dispares para que formen un
simbólicas también reflejan realidades y proporcio- todo artístico. Es un problema que no tiene nada de
nan a veces mayor placer estético que las mera- fácil. En,realidad es imposible escoger una ópera y
mente realistas. El teatro de ópera es un buen lugar decir: "¡Esta es la ópera perfecta! Aquí está la solu-
donde poder hallar esos placeres de orden más sim- ción para todos del problema de la forma." En un
bólico. En resumidas cuentas, lo que traté de expre- sentido, el problema no tiene solución, pues es casi
sar es que, para disfrutar de lo que sucede en el imposible igualar y equilibrar los diferentes ele-
teatro de ópera se debe comenzar por aceptar sus mentos de una ópera de tal manera que se logre un
convenciones. todo completamente satisfactorio. La consecuencia
Es sorprendente que todavía algunas personas ha sido, en la práctica, que los compositores desta-
consideren la ópera como una forma muerta. Lo quen un elemento a expensas de otro.
que la hace diferenciarse tanto de las demás formas Eso se aplica particularmente al texto literario
musicales es su condición de incluirlo todo. En sí de la ópera, como el primero de los elementos con
LA ÓPERA y EL DRAMA MUSICAL LA ÓPERA y EL DRAMA MUSICAL 207
206
que trabaja el compositor. Los compositores de creían que había sucedido en el teatro griego. Por
óperas han hecho en la práctica una de estas dos supuesto que lo que lograron fue una cosa comple-
cosas: o dieron a la letra un pape! preponderante y tamente distinta: la creación de una forma nueva
usaron la música sólo como servidora de! drama, o que estaba destinada a inflamar la imaginación de
sacrificaron francamente la letra y la usaron tan artistas y auditorios en las generaciones futuras.
sólo como percha para colgar su música. De suerte El primer gran compositor de óperas fue el ita-
que todo el problema de la ópera se puede reducir liano Claudio Monteverdi. Desgraciadamente rara
a la estrepada de la letra por un lado y de la música vez se dan hoy día sus obras, y, si se representaran,
por el opuesto. Es instructivo el contemplar desde sorprenderían a nuestros actuales aficionados a la
ese punto de vista la historia de la ópera y observar ópera como poco más que piezas de museo. Desde
cómo los compositores, cada uno por sí mismo, el punto de vista ventajoso en que nos encon-
resolvieron ese problema. tramos, el estilo de Monteverdi resulta limitado de
El año de 1600 proporciona un punto de partida recursos: consiste en su mayor parte en lo que lla-
conveniente, pues fue por entonces cuando comen- maremos recitativo. Hoy día consideramos de poco
zó la historia de la ópera. Fue ésta el resultado -por interés el recitativo de una ópera y aguardamos
lo menos así lo dicen los historiadores- de las siempre al aria que le sigue para despabilarnos.
reuniones de ciertos compositores y poetas en el Para nuestro modo de ver, las óperas de Monteverdi
palacio de un tal Conde Bardi, en Florencia. Re- están exentas de arias, de modo que parecen no ser
cuérdese que hasta entonces la música seria había otra cosa que un largo recitativo con alguno que otro
sido casi por entero coral y de naturaleza suma- interludio orquestal. Pero lo muy extraordinario
mente contrapuntística e intrincada. De hecho, la del recitativo de Monteverdi es su carácter. Suena
música había llegado a ser tan contrapuntística, tan absolutamente a cosa verdadera, está sentido de
compleja, que era casi imposible entender una pala- manera asombrosa. A pesar de que aparece casi en
bra de lo que estaban diciendo los cantores. La los mismísimos momentos de nacer la nueva forma
"nueva música" iba a cambiar todo eso. Nótense nadie después de Montever"di fue capaz de pone;
inmediatamente dos cualidades fundamentales de palabras en música de un modo tan sencillo, con-
la ópera en sus mismos comienzos. Primera, la im- movedor y convincente. Al escuchar a Monteverdi
portancia dada a la letra, haciendo que la música es necesario entender el significado de la letra,
narre una historia. Segunda, el aspecto "buena so- pues es mucha la intención que e! compositor pone
ciedad" de la ópera desdc su mismo principio. (Cua- en ella. Lo mismo sucede mucho después en la his-
renta años pasaron antes de que se abriese en toria de la ópera, cuando ciertos compositores vuel-
Venecia el primer teatro público de ópera.) ven al ideal operístico de Monteverdi.
El propósito aparente de los hombres que se La nueva forma artística, que tan felizmente ha-
reunían en casa del Conde Bardi era la restauración bía comenzado, se extendió gradualmente de Italia
del drama griego. Deseaban volver a crear lo que a otros países. Primero pasó de Venecia a Viena y
208 LA ÓPERA y EL DRAMA MCSICAL LA ÓPERA y EL DRAMA MUSICAL 209

de Viena a París, Londres y Hamburgo. Ésos fueron ca toda clase de gorgoritos y perifollos con el único
los grandes centros operísticos por los años de 1700. Propó~ito de exhibir las proezas del intérprete en
Para entonces la ópera ya había virado con respecto cuestlOn.
al prototipo monteverdiano. La letra se volvió me- r L,o que sig~ió era inevitable. Como la ópera se
nos importante cada vez, mientras se ponía todo el habla convertido en una forma artística tan forma-
énfasis en el lado musical de la ópera. La nueva
forma condensó en lo que ahora consideramos
1, lista y antinatural, alguien tenía que surgir como
reformador. La historia de la ópera está salpicada
como arias la emoción despertada por la acción, y de reformadores. Siempre hay alguien que trata de
esas arias se unieron por medio de pasajes de ~acer ~ la ópera más real de lo que fue en la época
recitativo. Pero no hay que confundir esos pasajes mmedlatamente anterior. El campeón de la refor-
con la especie monteverdiana de recitativo; eran ma que quería corregir los abusos de la ópera haen-
recitativos ordinarios, prosaicos, destinados mera- dehana fue, como se sabe, Christoph Willibald von
mente a narrar la historia lo más rápidamente posi- Gluck.
ble, para poder llegar al aria siguiente. El resultado Gluck rr:isn:o había escrito muchísimas óperas
fue una forma de ópera consistente en una colec- en el estIlo ItalIano convencional de su tiempo, antes
ción de arias entremezcladas con recitativos. No d~ asumir ,el papel de reformador, de modo que sa-
había ningún intento de pintar con la música los bia. de que hablaba cuando dijo que la ópera ne-
sucesos que acaecían en la escena. Eso había de ceSitaba que se la purificase. Gluck trató sobre todo
venir después. de hacer más racional la ópera, de que ésta tuviese
El gran compositor de óperas en el siglo XVII fue más sentido. En la vieja ópera, el cantante estaba
Alessandro Scarlatti, padre del clavecinista Dome- por encima de todo y la música era la servidora del
nico, cuyas obras hemos comentado al examinar la cantante; Gluck puso la idea dramática por encima
forma binaria. El modelo de ópera que Scarlatti el de todo y escribió una música que era la servidora de
viejo desarrolló lo enlazamos ahora con las óperas las intenciones del texto literario. Cada acto había
de Haendel que habían de venir después. En este de ser una entidad en sí mismo, no una colección
tipo de ópera el argumento importa poco, el drama fantástica de arias más o menos impresionantes.
es estático y la acción desdeñable. Todo el interés ~endría equilibrio y contraste y una fluidez y con-
se centra en el cantante y la parte vocal, y la ópera se tmUldad que le darían coherencia en cuanto forma
justifica solamente por su atractivo musical. Esa artística. Así, por ejemplo, el ballet no sería un mero
evolución resultó ser peligrosa, pues no pasó mucho divertimiento introducido como tal, sino una parte
tiempo sin que el natural deseo de los cantantes de mtegrante de la idea dramática de la obra.
convertirse en el centro de la escena condujese a Las ideas de Gluck sobre la reforma operística
serios abusos que hasta ahora no han sido de nin- eran Justas. Y lo que es más, fue capaz de incorpo-
gún modo extirpados por completo. La rivalidad radas a obras prácticas. Orreo y Eurídice, Armida,
entre los cantantes llevó a añadir a la línea melódi- Alce.,·tes son los nombres de algunas de sus más fe-
LA ÓPERA y EL DRAMA MUSICAL LA ÓPERA y EL DRAMA MUSICAL 211
210

lices hazañas. En esas óperas creó una especie Una verdadera contribución de Mozart a esta
maciza, impasible, de música, que se ajustaba muy forma fue el flnale operístico. Es un efecto sola-
bien al asunto grandioso de muchas de sus obras. mente posible en la ópera, esa escena final de acto
y concomitante con la impresión de monumenta- en la que todas las principales figuras cantan al
lidad, hay la de una calma extraordinaria, una ~lase mismo tiempo, cada una acerca de una cosa distin-
de belleza tranquila que es única en la mÚSlCa y ta, y concluyen con un resonante fortissimo para
enteramente aparte de las frivolidades del medio satisfacción de todos los interesados. Mozart reali-
operístico de su tiempo. No se han de clasificar zó ese truco típicamente musical de un modo tan
como piezas de museo las obras de Gluck.; son las definitivo y perfecto que todos los que después lo
primeras óperas de las que se puede deClr que el utilizaron -¿y quién no?- son deudores suyos.
tiempo no ha disminuido su efectividad. Debe de ser un efecto fundamental de la escritura
Esto no quiere decir que Gluck haya sido comple- operística, ya que hoy está exactamente tan vivo
tamente afortunado en su reforma. Sus óperas son, como en tiempos de Mozart.
indudablemente, más racionales que las anteriores, También en otro respecto se adelantó Mozart a
pero quedaba mucho por realizar a los q~e habían su época. Él fue el primer compositor que escribió
de venir después. Su reforma no fue mas que re- una comedia con texto en lengua alemana. El rapto
lativa; en muchos casos no hizo otra cosa que poner del serrallo, estrenada en 1782, es el primer hito en
sus propias convenciones en lugar de las que es- el camino que conduce directamente a la futura
taban en curso antes de él. Pero, con todo eso, fue ópera alemana. Estableció el estilo para una larga
un genio de primer orden y consigui.ó establecer un serie de imitadores, entre los cuales se puede con-
ideal de ópera que señalase el camilla a los refor- tar el Wagner de los Meistersinger (Los maestros
madores futuros. cantores).
Mozart, el siguiente nombre grande de la historia Richard Wagner fue el siguiente gran reforma-
operística, no fue, por naturaleza, un reformador. dor de la ópera. Su propósito era, como lo había
Lo que se espera encontrar en Mozart es la perfec- sido el de Gluck, racionalizar la forma operística.
ción, sea el que fuere el medio que escoja para su Imaginaba esta forma como la unión de todas las
obra. Las óperas de Mozart no son excepción, pues artes -que incluían la poesía, el drama, la música
tienen en sí una abundancia de recursos mayor que y las artes escénicas-, en fin, todo lo relacionado
la que se pueda hallar en cualquier ópera anterior a con la ópera espectacular bosquejada al comienzo
ellas. De La flauta mágica se habla a veces como de de este capítulo. Quiso dar nueva dignidad a la
la ópera más perfecta que jamás se h~ya escrito~ S~ forma operística y la llamó drama musical. El drama
asunto se presta muy bien al tratamiento open~tl­ musical iba a diferenciarse de la ópera en dos
ca, por su naturaleza fantástica. Es seria ! cóm~ca respectos importantes. En primer lugar, el número
al mismo tiempo y combina un tesoro de Illventlva musical de rigor habría de abandonarse en favor de
musical con un estilo popular accesible a todos. un fluir musical continuo que siguiese su ininte-
212 LA ÓPERA y EL DRAMA MUSICAL LA ÓPERA y EL DRAMA MUSICAL 213

rrumpido curso del principio a la conclusión del aquella igualdad entre todas las artes que nunca se
acto. La ópera de arias diversas unidas entre sí por cansó de proclamar?" Aquí la respuesta eS,otra vez:
el recitativo se abandonó en aras de un mayor rea- "No." El honrado auditor que presencia una repre-
lismo de la forma dramática. En segundo lugar, se sentación wagneriana saldrá forzosamente con la
introdujo el famoso concepto del leitmotiv. Por impresión de que aquello es más musical que dra-
medio de la asociación de una determinada frase mático. Imagínese un libreto de Wagner con una
musical, o motivo, con cada personaje o idea del música diferente: nadie demostraría el menor inte-
drama musical se aseguraría una mayor cohesión rés por él. Solamente porque es tan extraordinaria
de los elementos musicales. la música, es por lo que Wagner mantiene su domi-
Pero lo más significativo del drama musical wag- nio sobre el público. Lo supremo allí es la música;
neriano es el papel asignado a la orquesta. De ello comparados con ella, los demás elementos del
tuve una muy pronunciada impresión un invierno drama musical son endebles. El profesor Edward
en el Metropolitan, al oír una noche Manan; de Mass- Dent, de Cambridge, expresó exactamente mis sen-
enet, y a la siguiente Die Walküre (La valquiria), ~e timientos con respecto a los méritos extramusicales
Wagner. Con la obra del francés un,? nunca I;'0ma del drama wagneriano. "Muchos disparates se han
atención especial en la orquesta. Esta hacIa un escrito -dice-, algunos ciertamente por el propio
papel en nada diferente al de un grupo de músicos Wagner, sobre la significación filosófica y moral de
de teatro en el foso de la orquesta; pero tan pronto sus óperas." La prueba definitiva del drama musical,
comenzó a sonar la orquesta de Wagner, se tuvo la así como de la ópera, deberá ser el teatro mismo.
impresión de que la Philarmonic Symphony se y es solamente el subyugador dominio de los recur-
había trasladado al Metropolitan. Wagner llevó la sos musicales manifestado por la obra de Wagner lo
orquesta sinfónica al teatro de ópera, de tal mane- que la hace soportable en el teatro.
ra que el interés principal no está a menudo en la Sólo dos o tres contemporáneos pudieron com-
escena, sino en el foso de la orquesta. Con frecuen- petir con Wagner en su propio terreno. Verdi es el
cia hay que escuchar a los cantantes como. ~osa ~o­ principal de ellos. Como Gluck, escribió un gran
lamente secundaria, mientras que la atenclOn prIn- número de óperas italianas convencionales que el
cipal se pone en lo que "dice" la orquesta. Wagner público aclamó desenfrenadamente, pero que en-
fue por naturaleza un sinfonista que aplicó sus contraron poco favor entre los contemporáneos
dotes sinfónicas a la forma de la ópera. admiradores del drama musical. Mas en los últi-
Queda la pregunta: "¿Logró Wagner la realidad mos años ha habido por parte de los conocedores
en el teatro de ópera?" La respuesta tiene que ser: una tendencia a volver a estimar la contribución de
"No." No la logró mejor que Gluck. Una vez más, Verdi. Un tanto purificados, por no decir joroba-
convenciones diferentes reemplazaron a las que es- dos, con la escena estática y "filosófica" del drama
taban en curso en tiempo del compositor. También musical, se encuentran ahora en posición de apre-
podemos preguntar con justicia: "¿Logró Wagner ciar mejor las virtuosísticas dotes teatrales de un
LA ÓPERA y EL DRAMA MUSICAL LA ÓPERA y EL DRAMA MUSICAL 215
214

hombre como Verdi. Sus óperas eran, sin duda, de- espectaculares que se hayan concebido jamás en el
masiado tradicionales, demasiado fáciles y aun a medio operístico.
veces demasiado vulgares; pero conmovían. Verdi La influencia del· Boris ha sido lenta, porque la
fue un hombre nacido para el teatro; la pura efica- obra no se representó en la Europa occidental hasta
cia de obras como Aída, Rigoletto, Traviata asegura el presente siglo. Pero Debussy debió de haber co-
a éstas un puesto permanente en el repertorio ope- nocido su existencia durante las visitas que hizo a
Rusia en su juventud.! En todo caso, la influencia
rístico.
El ejemplo de Wagner influyó un tanto en el pro- de Mussorgsky está patente en la única ópera de De-
pio Verdi al componer sus dos últimas obras, Otello bussy, Pelléas el Mélisande, que es el siguiente gran
y Falstaff, ambas escritas cuando el compositor hito en la historia operística. Dcbussy volvió en
pasaba de los setenta. Desechó el aria operística Pelléas al ideal monteverdiano de la ópera; a las
suelta, utilizó la orquesta de una manera menos in- palabras del drama poético de Maeterlinck se le
genua, concentró su atención más directamente en concedieron todos sus derechos. La música se des-
los elementos dramáticos del enredo. Pero no aban- tinó solamente a servir como de marco a las pala-
donó su instintivo sentido de la escena. Por eso bras, de modo que realzase su poético significado.
esas dos obras -asombrosos ejemplos de las facul- En cuanto a método y sentimiento, la ópera de
tades de un anciano- son en conjunto mejores Debussy fue la antítesis del drama musical wagne-
modelos para la edificación del joven compositor riano. Eso se ve inmediatamente cuando se com-
de óperas que el drama musical -más teórico- de para la gran escena de Tristán con su análoga de
Pelléas. En la ópera de Wagner, cuando los amantes
Wagner.
Mussorgsky y Bizet fueron capaces ambos de se declaran por primera vez su amor, se produce
crear óperas dignas de comparación con las mejores una maravillosa efusión de emociones en términos
de Verdi o Wagner. De los dos, las óperas del ruso de música; pero cuando Pelléas y Mélisande se de-
son las que han tenido descendencia más copiosa. claran por primera vez su amor, se produce un
Boris Godunof fue la primera ópera nacionalista, silencio absoluto. Todo el mundo -cantantes, or-
escrita fuera de Alemania, que haya señalado un questa y compositor- está rendido de emoción.
modo de salir del atolladero wagneriano. El Boris es Esa escena es típica de la ópera entera: es el triun-
operístico en el mejor sentido de la palabra. Su pro- fo de la reticencia. Hay muy pocos pasajes (orte en
tagonista es el coro más bien que el individuo; su Pelléas; toda la obra está bañada por una atmósfera
color está tomado de lo local ruso; la utilización del de misterio y acerbidad. La música de Debussy
material folklórico típicamente ruso da frescura a añadió una nueva dimensión a la piececita de Mae-
su fondo musical. La escena del segundo cuadro
que representa el atrio del Kremlin, con las habita- I En 1881, Y probablemente también en 1882, como músi·
ciones del Zar al fondo y la procesión de la coro- co al servicio de la Sra. von Meck, la célebre amiga y protec·
nación que cruza el escenario, es una de las más tora de Tchaikoysky. IT.] .
216 LA ÓPERA y EL DRAMA MUSICAL LA ÓPERA y EL DRAMA MUSICAL 217

terlinck. No se puede ya seguir imaginando la pieza zeck, de Alban Berg. La ópera de Berg es sorprenden-
separada de la música. te en varios aspectos. Berg, al igual que Debussy,
Quizá se deba precisamente a esa completa iden- tomó una pieza teatral como punto de partida.
tidad de drama y música el que Pelléas et Mélisande Wozzeck es la obra de un dramaturgo precoz del
haya quedado como un caso especial. No propor- siglo XIX, Georg Büchner. En veintiséis escenas
cionó ningún programa nuevo para la producción breves narra Büchner la historia de un pobre dia-
de subsiguientes óperas dentro de la misma tradi- blo de soldado, de lo más bajo de la escala social, el
ción. (Pocos dramas hay tan a propósito para ser cual, sin culpa alguna por su parte, lleva una vida
puestos en música.) Es más, el interés de Pelléas se de infortunio y no deja más que un rastro de infor-
confió en gran parte a aquellos que entienden el tunio tras de sÍ. Es un tema realista con un sentido
francés, pues mucha de la calidad de la obra depen- social; pero, tal como lo trató Berg, se convirtió en
de de la comprensión del texto literario. Como realismo de otro orden. La impresión que sacamos
Pelléas no tuvo casi descendencia, los rectores de la es la de un realismo exaltado, lo que se llama a ve-
opinión musical llegaron a desinteresarse comple- ces realismo expresionista. Todo en esa ópera está
tamente por la forma operística y se volvieron a la extremadamente condensaqo. Las escenas se suce-
sinfonía o el ballet como principales formas mu- den velozmente, relatando cada una algún momen-
sicales. to dramático esencial y unidas y enfocadas todas
Ya se han dado las razones que hubo para la re- ellas por la música intensamente expresiva de Berg.
novación del interés por la ópera hacia el año de Una de las razones de que en los círculos musi-
1924. Todas las óperas escritas desde entonces cales se haya aceptado poco a poco esa original
están en plena reacción contra los ideales wagne- obra es el lenguaje de la música misma. Berg, como
rianos. Los compositores de ópera de hoy están de devoto discípulo de Arnold Schoenberg, utilizó el
acuerdo por lo menos en un punto: la franca acep- sistema armónico atonal de su maestro. Wozzeck
tación de las convenciones de la escena operística. fue la primera ópera atonal que subió a la escena.
Puesto que no hay esperanza posible de hacer Revelador de la fuerza dramática de la música es el
"real" la ópera, han renunciado voluntariamente a hecho de que, a pesar de ser difícil de ejecutar y
todo intento de reforma. Parten valientemente de la casi tan difícil de entender, se haya abierto camino
premisa de que la ópera es una forma no-realista, y tanto en Europa como en América. Debe mencio-
en lugar de deplorar ese hecho están decididos a narse otro rasgo curioso de Wozzeck y de la última
utilizarlo. Tienen la convicción de que la ópera es, obra escrita por Berg antes de su muerte, su segun-
antes que nada, teatro y, como tal, exige un com- da ópera, Lulú. Berg tuvo la idea un tanto extraña
positor que sea capaz de escribir música para la de introducir en el cuerpo de sus óperas formas ri-
escena. gurosas de concierto, tales como el passacaglia y el
Después de Pelléas, la ópera más significativa es, rondó. Esa innovación de la forma operística no
según opinión de la mayoría de los críticos, Woz- tiene más interés que el técnico, pues el público oye
218 LA ÓPERA y EL DRAMA MUSICAL LA ÓPERA y EL DRAMA MUSICAL 219

la obra sin darse cuenta de la presencia de esas for- spielt auf carecía es que la música tiene verdadero
mas subyacentes, lo cual fue exactamente la inten- carácter. Es una cáustica expresión en música del
ción del compositor, según él mismo admitió. Como espíritu alemán de los años veinte, la Alemania des-
cualquier otra ópera, la obra de Berg domina la esce- esperadamente desintegrada y degenerada de la
na en virtud de su fuerza dramática. posguerra, que George Grosz pintó con brutal fran-
Unas pocas óperas modernas se han apoderado queza. No nos engañemos con la trivialidad de
de la imaginación pública a causa de su tratamien- Weill. Es una trivialidad intencionada y significati-
to de algún asunto contemporáneo. La primera de va para el que, como si dijéramos, sabe leer entre
ellas fue Jonny spielt auf de Krenek, 2 que gozó de una líneas y percibir la honda tragedia oculta en su
enorme boga durante algún tiempo. Resultaba muy carácter aparentemente despreocupado.
picante para el público provinciano de Alemania Una manifestación más de la ópera como comen-
que el héroe de una ópera fuese un negro director tario de lo social fue The Consul, del compositor
de una orquesta de ¡azz y que el compositor se atre- italo-estadunidense Gian-Carlo Menotti. Es difícil
viese a meter unas cuantas melodías de ¡az? en su profetizar cuánto durará esa tendencia. Pero a me-
partitura. nos que los compositores sean capaces de univer-
Kurt Weill desarrolló esa tendencia popularista salizar su comentario y presentarlo en términos de
en una serie que hizo época en la Alemania prehi- drama escénico efectivo, ningún bien habrá traído el
tleriana. Su obra más característica de aquel perio- acercarse más la ópera a la vida cotidiana.
do fue la 6pera de tres peniques, con un eficaz libre- Este examen de la ópera moderna estaría incom-
to de Bert Brecht. 3 Weill sustituyó abiertamente las pleto si no hiciéramos mención de uno de los más
arias por "canciones" y la orquesta usual de ópera prolíficos compositores contemporáneos de ópera,
por una seudo-orquesta de ¡azz y escribió una músi- el francés Darius Milhaud. El empeño más ambi-
ca tan ordinaria y trivial que no tardó en andar sil- cioso de Milhaud en ese terreno ha sido su ópera
bándola todo vendedor de periódicos alemán. Pero Cristóbal Colón, una cosa grandiosa y espectacular
lo que da a su obra una distinción de la que Jonny que se ha representado algunas veces en el extran-
jero, pero nunca en este país. Milhaud puede ser
2 lonnv se da tO/1O. En Francia se tradujo este título: 101111y violento y lírico por turno, y ambas cualidades las
mene la d~nse (Imll1y guia la danza). [T.] ha utilizado con buen resultado en El pobre marúle-
3 El autor da el título en inglés: Three Perll1v Opera. El títu-
ra, Esther de Carpentras, Juárez y Maximiliano y otras
lo alemán original es Drei Grosclze/1 Oper IGroschen es la
moneda que vale diez pfennigs), título Jespectivo cuya tra- obras escénicas. Una idea justa de su fuerza dra-
ducción justa -que no literal- variará para caJa país: en mática la podremos tener si escuchamos el trozo de
Francia, L'opéra de qua!' .mus; en España, La ópera de cuatro sus Coéforas titulado Illvocación y del cual hay dis-
cuartos o de Ires al C¡¡arlO), etc. No hay que olvidar que la cos en el comercio. Cantante y coro declaman rÍt-
idea Je Brecht y Weill está tomada de The Beggar's opera (l"a
ópera del I¡¡el/digo), obra de Gav v Pepusch estrenada en
micamente, acompañados por toda una batería de
Londres en 1728. [T.I instrumentos de percusión. El efecto es absoluta-
220 LA ÓPERA y EL DRAMA MUSICAL LA ÓPERA y EL DRAMA MUSICAL 221

mente irresistible y señala nuevas posibilidades, norteamericana esté fuera de los teatros de ópera. 4
aún no sondeadas, para la ópera del futuro. Pero en cualquier caso, estoy seguro de que todavía
Si algunos de mis lectores dudan todavía de la no hemos visto el final de esa forma, ni aquí ni en el
viabilidad de la ópera moderna o de la música tea- extranjero.
tral en general, les ruego que consideren este hecho
definitivo. Tres de las obras que resultaron ser
piedras miliares en el desarrollo de la música nueva
fueron obras destinadas a la escena. El Boris de
Mussorgsky, el Pelléas de Debussy y la Consagración
de la Primavera de Stravinsky, todas han contribuido
al progreso de la música. Muy bien pudiera ser que
el nuevo paso hacia delante se dé en el teatro más
bien que en la sala de conciertos.
Queda todavía la cuestión de la ópera en Norte-
américa o, para ser más exactos, de la ópera nor-
teamericana. Algunos de nuestros escritores han
expuesto, con mucha razón, la teoría de que las pe-
lículas ocupan legítimamente en la escena norte-
americana el puesto de la ópera. Para ellos la ópera
es una manifestación artística típicamente europea
que no se ha de trasplantar a suelo norteamericano.
Pero, desde el punto de vista del compositor, la
ópera no deja de ser una forma fascinante, como
quiera que se mire. Si se la ha de trasplantar con
ciertas probabilidades de éxito, dos cosas tendrán
que ocurrir: que los compositores sean capaces de
encajar el inglés en una línea melódica que no falsee
el ritmo natural de la lengua y que las representa-
ciones operísticas sean más frecuentes de lo que son
hoy en nuestro país. Es un hecho positivo que algu-
nas de las aventuras operísticas más sanas, tales
como Cuatro santos en tres actos, de Thomson y
Stein o La cuna se mecerá, de Marc Blitzstein, llega- 4 Lo sucedido, años después de escrito este libro, con las
ron a la escena sin el apoyo de ninguna organización óperas de Menotti vino a confirmar que el autor no andaba
operística establecida. Quizás el futuro de la ópera descarriado cuando afirmó eso. lT.]
LA MÚSICA CONTEMPORÁNEA 223

muy fáciles de comprender, en tanto que otros


pueden resultar difíciles, o bien, distintas piezas de
un mismo compositor pueden caber en la una o en
IX. LA MÚSICA CONTEMPORÁNEA la otra categoría. En el medio se encuentran muchos
autores contemporáneos, que van desde totalmente
accesibles hasta bastante difíciles.
UNA y otra vez se plantea la pregunta de por qué Colocar toda esta música bajo el marbete de "mo-
tantos melómanos se sienten desorientados cuando derna" resulta una injusticia patente y sólo puede
escuchan la música contemporánea. Parecen acep- producir confusiones. Por tanto, acaso resulte útil
tar con ecuanimidad la idea de que las obras de los poner cierto orden en el aparente caos de las compo-
compositores de la actualidad no se hicieron para siciones contemporáneas, separando a algunos de
ellos. ¿Por qué? Porque, sencillamente, "no la com- sus más destacados exponentes, según su grado re-
prenden". Tal como recientemente dijo un no profe- lativo de dificultad para la comprensión de sus idio-
sional, "demasiados melómanos retroceden cuando mas respectivos:
se les dice que una pieza de música es 'moderna"'. Muy fáciles: Shostakovitch y Jachaturian, Francis
Antes -hasta mediados de los años veinte, poco Poulenc y Erik Satie; en sus primeras obras, Stra-
más o menos- todavía la nueva música de tenden- vinsky y Schoenberg; Virgil Thomson.
cia progresista fue agrupada, indiscriminadamente, Bastante accesibles: Prokofieff, Villa-Lobos, Er-
bajo el marbete "ultramoderna". Aún hoy persiste la nest Bloch, Roy Harris, William Wa!ton, Malipiero,
idea de que lo "clásico" y lo "moderno" representan Britten.
dos estilos musicales irreconciliables, el primero de Considerablemente difíciles: El Stravinsky de sus
los cuales plantea problemas comprensibles, el otro últimas obras, Béla Bartók, Milhaud, Chávez, Wi-
abunda en problemas insolubles. lliam Schuman, Honegger, Hindemith, Walter
Lo primero que debe recordarse es que los artis- Piston.
tas creadores, en general, constituyen un grupo Mlly difíciles: Schoenberg, en las obras de su ma-
serio y profesional: su propósito no es desconcertar durez; Alban Berg, Anton Webern, Varese, Dallapic-
a nadie. Esto, a su vez, presupone de parte del me- cola, Krenek, Roger Sessions y, a veces, Charles Ives.
lómano un criterio abierto, buena voluntad y cierta No es esencial que esté usted de acuerdo con
confianza, a priori, en aquello que va a escuchar. estas apreciaciones comparativas. Simplemente
Los compositores varían enormemente en su ám- pretenden indicar al lector que no toda la música
bito y gama, en temperamento y expresión. Por nueva debe ser considerada como igualmente inac-
ello, la música contemporánea no constituye sólo cesible. La escuela dodecafónica de Schoenberg es
una índole, sino muchas clases distintas de expe- la más peliaguda, aun para los músicos. Para apre-
riencia musical. También debemos tener eso pre- ciar al Stravinsky de sus últimas obras se deben
sente. Algunos compositores de la actualidad son amar el estilo, la precisión, la personalidad; para
222
224 LA MÚSICA CONTEMPORÁNEA LA MÚSICA CONTEMPORÁNEA 225
gustar de Milhaud o de Chávez se precisa una afi- los compositores recientes han adaptado y extendi-
ción a las sonoridades bien sazonadas. Hindemith do nuestros recursos técnicos para sus propios fines
y Pisto n exigen un oído contrapuntístico; Poulenc y de expresión. Estas extensiones de los procedimien-
Thomson, ingenio e inteligencia; Villa-Lobos, la tos habituales necesariamente exigen al auditor la
intuición de lo exuberante y pintoresco. capacidad de prestarse, por instinto o por prepara-
Después, el primer requisito es diferenciar a los ción, a escuchar un idioma no familiar. Por ejem-
compositores, tratando de oír a cada uno por sepa- plo, si usted es de los que rechazan una pieza por-
rado, de acuerdo con lo que cada cual desea comu- que le resulta muy disonante, ello probablemente
nicarnos. ¡Los compositores no son intercambia- indica que su oído está insuficientemente acostum-
bles! Cada uno tiene su propio objetivo, y el auditor brado al vocabulario musical de nuestra época, y
inteligente hará bien en tener presente tal objetivo. necesita más práctica, es decir, más preparación
También debemos tener en cuenta esta clarifi- para escucharla. (Siempre existe la posibilidad de
cación de objetivo cuando distingamos los placeres que haya culpa de parte del compositor, por haber
musicales que pueden derivarse de la música anti- escrito disonancias no inspiradas o simplemente
gua y de la nueva. El melómano no iniciado seguirá caprichosas.)
considerando peculiar la música contemporánea Al seguir una nueva obra, el contenido melódico
mientras persista en tratar de oír la misma clase de -o su ausencia aparente- puede ser causa de con-
sonidos u obtener la misma índole de deleite musi- fusión. El auditor acaso eche de menos la tonada
cal que obtiene de las grandes obras de los maes- que puede tararearse. Es posible que las melodías de
tros del pasado. Esto es esencial. Mi amor a la mú- hoy sean "incantables", especialmente en la escri-
sica de Chopin y de Mozart es tan grande como el tura instrumental, aun cuando sólo se deba ello a
de cualquiera; pero me sirve de poco cuando me que van mucho más allá de las limitaciones de la voz
siento a escribir mi propia música, porque su mun- humana. O acaso se deba a que son excesivamente
do no es el mío, y su idioma musical me es ajeno. tortuosas, o sincopadas, o fragmentarias, para tener
Los principios subyacentes en su música son tan un atractivo inmediato. Éstos son atributos expre-
válidos hoy como lo fueron en su propia época, sivos que, temporalmente, pueden dejar perplejo al
pero con aquellos mismos principios se puede obte- auditor; pero el compositor, dado el ámbito ensan-
ner, y se obtiene, un resultado totalmente distinto. chado de la invención melódica contemporánea, no
Al enfrentarnos a una obra actual de pretensiones puede regresar a la escritura melódica, sencilla, a
serias, debemos comprender, primero, cuál es el veces obvia, de antaño. Si reconocemos talento a un
objetivo del compositor, y luego disponernos a oír compositor, las repetidas audiciones de su obra
una especie de tratamiento distinto del que fue ha- pondrán de manifiesto el atractivo, a largo plazo, de
bitual en el pasado. su línea más intrincada.
Al tratar los elementos y las formas de la música, Finalmente, hay un reproche que se repite más
hemos citado varios ejemplos para mostrar cómo que ningún otro; a saber, que la música de hoy pa-
226 LA MÚSICA CONTEMPORÁNEA LA MÚSICA CONTEMPORÁNEA 227

rece evitar todo sentimiento, que es simplemente siglo XIX fue el siglo romántico por excelencia, de
cerebral e inteligente, no emocionalmente signi- un romanticismo que encontró su expresión más
ficativa. En un breve párrafo no podemos tratar característica en el arte de la música. Ello acaso
adecuadamente este persistente error. Si la obra de explique la continua renuencia del público meló-
un compositor contemporáneo le parece al auditor mano a reconocer que con el nuevo siglo había de
fría e intelectual, el auditor debe preguntarse si no nacer una clase distinta de música. Y sin embargo,
está aplicándole normas de comparación que real- sus colegas en el mundo de la literatura no esperan
mente ya no proceden. La mayoría de los meló- que André Gide o Thomas Mann o T. S. Elio: nos
manos no sabe hasta qué grado se halla bajo el conmuevan con los acentos de Víctor Hugo o de
influjo del enfoque romántico a la música. Nuestros Walter Scott. Entonces, ¿por qué hemos de esperar
públicos han llegado a identificar el romanticismo que Bartók o Sessions canten con la voz de Brahms
musical del siglo XIX con el propio arte de la música. o de Tchaikovsky? Cuando una pieza contempo-
Como el romanticismo constituyó, y aún constituye, ránea le parezca seca y cerebral al lector, cuando
una expresión tan poderosa, suelen olvidar que du- aparentemente exprese poco sentimiento, hay una
rante cientos de años, antes de que floreciera el gran posibilidad de que el lector esté siendo insen-
romanticismo, se escribió gran música. sible al característico idioma musical de su propia
y sucede que una proporción considerable de la época.
música de hoy tiene nexos estéticos más íntimos Ese idioma musical -de ser realmente vital-
con aquella música anterior, que con la de los ro- sin duda incluirá un lado experimental y contro-
mánticos. El camino de los mejores románticos, vertible. Y, ¿por qué no? ¿Por qué ocurre que el
con su calor e ímpetu tan personal y sin inhibicio- típico melómano de nuestra época sea al parecer
nes, no es nuestro camino. Aun aquel segmento de tan renuente a considerar una composición musi-
la música contemporánea que claramente conserva cal como, posiblemente, todo un desafío? Cuando
tonalidades románticas tiene buen cuidado de ex- yo oigo una nueva pieza de música que no com-
presarse más discretamente, sin ninguna exage- prendo, quedo intrigado; deseo entrar en contacto
ración. Y así debe ser, pues es una verdad evidente con ella nuevamente, a la primera oportunidad. Es
que el movimiento romántico ya había llegado a su un desafío; mantiene vivo mi interés en el arte de la
clímax al terminar el siglo pasado, y que nada fres- música. Si después de repetidas audiciones una
co podía sacarse de él. obra no me dice nada, no por ello concluyo que los
La transición del romanticismo a un ideal musi- compositores modernos se encuentran en una con-
cal más objetivo se realizó gradualmente. Como los dición lamentable. Simplemente, concluyo que esa
propios compositores encontraron difícil el rompi- pieza no es para mÍ.
miento, no debemos asombrarnos de que el públi- A pesar de todo, ya he observado, tristemente,
co en general sólo haya aceptado lentamente todo que mi propia reacción no es la típica. La mayoría
aquello que implicaba lo que estaba ocurriendo. El de la gente parece disgustarse por el lado contro-
228 LA MÚSICA CONTEMPORÁNEA LA MÚSICA CONTEMPORÁNEA 229
vertible de la música; no desean ver perturbados de las experiencias más emocionantes que puede
sus viejos hábitos. Se valen de la música como de darnos el arte de la música. La música contempo-
un diván; desean sentirse mecidos por ella, rela- ránea nos habla como ninguna otra música puede
jados y consolados de las tensiones de la vida co- hacerlo. Es la música antigua -la música de Bux-
tidiana. Pero la música seria nunca pretendió ser tehude y de Cherubini-la que debiera parecernos
un soporífero. La música contemporánea, espe- distante y ajena, no la de Milhaud y de William
cialmente, ha sido creada para despertar al audi- Schuman. Pero, ¿no es universal la música? Acaso
tor, no para ponerlo a dormir. Pretende sacudir y el lector pregunte, ¿qué puede decirnos el composi-
.excitar al auditor, conmoverlo, aun dejarlo exhaus- tor vivo que no pueda encontrarse, en términos
to. Pero ¿no es esa clase de estímulo la que se bastante análogos, en la música anterior? Todo
busca en el teatro, o por la que se compra un libro? depende del punto de visión: lo que vemos produce
Entonces, ¿por qué hacer una excepción con la mayores extremos de tensión y distensión, un opti-
música? mismo más vivo, un pesimismo más gris, clímax de
Bien puede ser que la nueva música suene como abandono y de histeria explosiva, variedad colorís-
algo peculiar, por la única razón de que, en el curso tica, sutilezas de luz y sombra, un sentido relajador
de la audición ordinaria, se oye tan poco de ella en del humor, que a veces llega a lo grotesco, texturas
comparación con la cantidad de la música tradi- apretadas, panoramas abiertos, "dolorosos" anhe-
cional que se ejecuta año tras año. Los programas los, una deslumbrante brillantez. Indudablemente,
de radio y de los conciertos, los anuncios de los fa- varios matices y gradaciones de todo ello tienen su
bricante~ de discos y de sus representantes, los equivalente en la música antigua; pero ningún
habituales programas escolares, todos ellos pare- auditor sensitivo podría confundirlos jamás. Habi-
cen convenir, acaso inconscientemente, en la idea tualmente reconocemos el periodo al que pertenece
de que la música "normal" es la música del pasado, una composición en alguna parte esencial de su
la música que ha demostrado su valía. Un cálculo fisonomía. Es lo único y exclusivo de toda auténti-
generoso indica que tan sólo una cuarta parte de la ca expresión artística la- que hace inconcebible toda
música que escuchamos puede ser llamada con- aproximada duplicación en cualquier otro periodo.
temporánea, y tal cálculo se aplica principalmente Ésta es la razón por la cual el melómano que des-
a la música que se oye en los grandes centros musi- deña la música contemporánea está privándose a sí
cales. En tales circunstancias es probable que la mismo del goce de una experiencia estética imposi-
música contemporánea siga pareciendo "peculiar", ble de obtener de otra manera.
a menos que quien la escucha esté dispuesto a La clave de nuestra comprensión de la nueva
hacer el esfuerzo extra necesario para romper la música es: repetidas audiciones. POI- fortuna para
barrera de la no familiaridad. nosotros, la abundancia de los discos de larga dura-
No sentir la necesidad de participar en la expre ción nos facilita enormemente las cosas. Muchos
sión musical de la propia época es cerrarse a una melómanos han atestiguado el hecho de que la in-
230 LA MÚSICA CONTEMPORÁNEA

comprensibilidad gradualmente cede ante la familia-


ridad que sólo pueden darnos repetidas audiciones.
Sea como fuere, no hay modo mejor de averiguar si
la música contemporánea habrá de tener significa- x. LA MÚSICA DE PELÍCULAS
ción para nosotros.

LA M(;SICA de películas constituye un nuevo medio


musical que puede ejercer una fascinación propia.
En realidad, es una nueva forma de música dramá-
tica -relacionada con la ópera, el ballet, la música
incidental para el Leatro- en contradistinción con
la música de concierto, sinfónica o de cámara.
Como forma nueva, abre posibilidades inexplo-
radas para los compositores, y plantea algunas pre-
guntas interesantes al aficionado al cine.
Millones de cinéfilos consideran como algo na-
tural el acompañamiento musical de una película
dramática, hasta un grado injustificado. Cinco mi-
nutos después de terminada la película, no podrían
decir si han oído música o no. Preguntarles si con-
sideran que la música era interesante, o tan sólo
adecuada, o verdaderamente horrible, sería causar-
les un complejo de inferioridad. Pero después, posi-
blemente como auto-proyección, viene la pregunta:
"¿Verdad que no se supone que uno esté escuchan-
do la música? ¿O no se supone que trabaje en el
inconsciente, sin tener que escucharla directamen-
te, como si se estuviera en un concierto?"
Ninguna discusión de la música de una película
llega muy lejos sin que antes se plantee este proble-
ma: ¿Se debe escuchar la partitura de una película?
Si el lector es un músico, no hay problema, porque
lo más probable es que no pueda menos que escu-
char. Para mí, más de una buena película ha sido
arruinada por una partitura deficiente. ¿Ha pasado
231
232 LA MÚSICA DE PELÍCULAS LA MÚSICA DE PELÍCULAS 233
usted por la misma experiencia? ¿Sí? Entonces, sica, el director de la música, el orquestador. .. de
puede felicitarse a sí mismo: usted, definitivamen- hecho, todos los que tienen que ver con la graba-
te, tiene oído musical. ción de la película.
Pero es el espectador medio, tan absorto en la El propósito de esta primera proyección es de-
acción dramática que no se da cuenta de la música cidir cuánta música se necesitará, y dónde deberá
de fondo, el que quiere saber si se está perdiendo entrar. (En la jerga técnica, esto se llama spotting.)
algo. La música depende de su grado de percepción Como ninguna partitura de fondo es continua du-
musical en general. El grado de orientación auditiva rante toda la longitud de una película (ello consti-
es el que determinará el placer que pueda obtenerse tuiría una ópera filmada, forma cinematográfica,
absorbiendo el acompañamiento musical como par- casi no explotada), la partitura consistirá, normal-
te integral de la impresión combinada de la película. mente, en secuencias separadas, cada una de las
Saber más de lo que ocurre en la partitura de cuales durará desde unos cuantos segundos hasta
una película puede ayudar al auditor a obtener más varios minutos. Una secuencia de siete minutos de
placer. Por fortuna, el proceso no es tan complejo duración sería ya excepcional. Pero la partitura,
que no se le pueda bosquejar brevemente. integrada por, quizá, treinta o más de tales secuen-
Al prepararse a componer la música, lo primero cias, puede sumar de cuarenta a noventa minutos
que el compositor debe hacer, desde luego, es ver la de música.
película. Casi todas las partituras musicales se es- Mucha discusión, mucho toma y daca serán ne-
criben después de terminada la película. La única cesarios antes de llegar a las decisiones finales
excepción a esto ocurre cuando el guión pide una respecto al spotting de la película. Es prudente hacer
música realista, es decir, música visualmente can- un uso moderado del poder de la música, ahorrán-
tada o actuada o bailada en la pantalla. En tal caso, dola para los puntos absolutamente esenciales. Un
la música debe componerse antes de fotografiar la buen compositor sabe cómo jugar con los silencios,
escena. Entonces, será grabada, y la escena en cues- sabe que suprimir la música a ratos puede ser más
tión filmada contra la grabación. Así, cuando se ve efectivo que todo sonido que la banda musical
a un actor cantando, actuando, o danzando, tan sólo pueda producir.
está simulando, por lo que al sonido respecta, pues Por otra parte, el productor-director se inclina
la música ya ha sido registrada. más a pensar en la música por su inmediato valor
La primera proyección de la película es para el funcional. A veces, tiene otros motivos: algo que
compositor, habitualmente, un momento solemne. esté mal en una escena, como un trozo mal actua-
Después de todo, tendrá que vivir con ella durante do, como un parlamento realmente malo, como
varias semanas. La solemnidad de la ocasión es una pausa embarazosa; en secreto, espera que ello
realzada por el público exclusivo que ve la película quede compensado por un buen compositor. Se
con él: el productor, el director, el jefe musical del han conocido productores que esperan que una
estudio, el editor de la película, el cortador de mú- película sea salvada por una buena partitura. Pero
234 LA MÚSICA DE PELÍCULAS LA MÚSICA DE PELÍCULAS 235
el compositor no es un mago; sería injusto esperar 3. Servir como una especie de fondo neutro. Ésta
de él que hiciera más que dar mayor potencia, por es realmente la música que se supone que no oÍ-
medio de su música, a los valores dramáticos y mos, de esa clase que sirve para llenar los pasajes
emocionales de la película. vacíos, como las pausas en una conversación. Ésta
Cuando está bien hecha, es indudable que una constituye la tarea más ingrata del compositor.
partitura musical puede ayudar enormemente a Pero a veces, aunque nadie más pueda notarlo,
una película. Se puede demostrar ello como en un obtendrá una satisfacción privada al pensar que
laboratorio, mostrando a un público una escena música de poco valor intrínseco, por medio de una
culminante sin la música, y luego, nuevamente, con buena manipulación profesional, ha dado mayor
banda de sonido. Brevemente enumeraremos así vida y humanidad a una sombra fantasmal proyec-
ciertos modos en que la música sirve a la pantalla: tada en una pantalla. Eso es lo más difícil de hacer,
como puede atestiguar cualquier compositor; este
l. Crea una atmósfera más conveniente de tiempo tipo de música tendrá que entretejerse por debajo
y lugar. No es que todos los compositores de Holly- del diálogo.
wood se preocupen por tal nimiedad. Demasiado a 4. Dar un sentido de continuidad. El editor de pelí-
menudo, sus partituras son intercambiables: un culas sabe mejor que nadie cuánta ayuda puede pres-
drama medieval del siglo XIII y una moderna bata- tarle la música para dar unidad a un medio visual
lla de sexos reciben un tratamiento similar. La rica que, por su naturaleza misma, continuamente está
textura sinfónica de fines del siglo XIX sigue siendo en peligro de desmembrarse. Donde más claramente
la influencia dominante. Pero hay excepciones. Re- se ve esto es en las escenas de montaje, cuando el uso
cientemente, la película de vaqueros ha empezado de una idea musical unificadora puede salvar los
a tener su propia atmósfera musical, generalmente breves pasajes de escenas desconectadas, para que
derivada de la canción folclórica. no resulten caóticas.
2. Subrayar refinamientos psicológicos: los pensa- 5. Sostener la estructura teatral de una escena V
mientos no expresados de un personaje o las repercu- redondearla con un sentido de finalidad. El pri~e'r
siones no vistas de una situación. La música puede ejemplo que se nos ocurre es la música que suena al
influir sobre las emociones del espectador, hacien- final de una película. Ciertos productores alardean
do a veces de contrapunto a lo que ve, con una ima- de la falta de una partitura musical de su película,
gen auditiva que indica lo contrario de las imágenes. pero nunca he visto ni sabido de una película que
Esto no es tan sutil como puede parecer. Un acorde terminara en silencio.
disonante bien colocado puede modificar la actitud
del espectador en mitad de una escena sentimental, Tan sólo hemos analizado la superficie, sin men-
o un pasaje de las maderas, bien colocado, puede cionar siquiera los innumerables ejemplos de músi-
convertir el que parecía un momento solemne en ca utilitaria: bandas callejeras, pero que suenan
digno de carcajadas. fuera de la escena, la danza campesina, la del tiovi-
236 LA MÚSICA DE PELÍCULAS LA MÚSICA DE PELÍCULAS 237

vo, la música del circo, la del café, la de la chica de tas situaciones cinematográficas. Aun frasear a la
alIado que practica en el piano y similares. Todas manera del concierto, lo que normalmente subraya
éstas, y muchas otras, introducidas con una inten- la independencia de las distintas líneas contrapú-n-
ción aparentemente naturalista, sirven para hacer ticas, puede ser toda una distracción si se aplica al
variar sutilmente el interés auditivo de la banda de acompañamiento de la pantalla. En la orquestación
sonido. hay muchas sutilezas de timbre -distinciones que,
Pero volvamos ahora a nuestro hipotético com- se espera, serán escuchadas por su propia cualidad
positor. Habiendo determinado dónde empezarán expresiva en una sala-, que resultan un desperdi-
y terminarán las diferentes secuencias musicales, cio en la banda de sonido.
pasa la película al cortador, quien prepara la llama- Como compensación por estas pérdidas, el com-
da clave. La clave da al compositor una descripción positor tiene otras posibilidades, algunas de ellas
detallada de la acción física de cada secuencia, más v~rdaderos trucos, que no pueden obtenerse, por
la entrada exacta, en tercios de segundos de tal ac- ejemplo, en Carnegie Hall. Por ejemplo, al poner
ción, haciendo así posible para un compositor música a una sección de La heredera, logré sobre-
experimentado escribir toda una partitura sin vol- poner dos orquestas, una encima de otra. Ambas
ver a remitirse siquiera a la película. habían tocado la misma música en momentos dis-
El lego habitualmente cree que la parte más difí- tintos; una orquesta era sólo de cuerdas, la otra era
cil de la tarea de componer para la película se rela- perfectamente normal. Más tarde, ambas fueron
ciona con la "correspondencia" de la música v la combinadas, registrando simultáneamente las ban-
acción. ¿No es ello una camisa de fuerza par~ el das adicionales y produciendo así una textura or-
compositor? La respuesta, por dos razones, es no: en questal sumamente expresiva. Bernard Herrmann,
primer lugar, tener que componer música para uno de los más ingeniosos compositores para la
acompañar a una acción específica constituye una pantalla, pidió (y obtuvo) ocho celestas -inaudita
ayuda, no un obstáculo, ya que la acción misma des- combinación en la Calle 57- para sugerir un trinco
pierta, en un compositor con imaginación teatral, de invierno; el uso hecho por Miklos Rozsa de la
cierta música, en tanto que al escribir música abso- "cámara de eco" -recurso para dar un aura fantas-
luta carece de tal estímulo visual. En segundo lugar, mal a tonalidades normales- fue muy celebrado, v
la correspondencia es, generalmente, cuestión de subsiguientemente utilizado hasta el cansancio. -
adaptaciones menores, pues el tejido musical en Efectos extraños pueden obtenerse haciendo que
general ya habrá sido determinado. traslapen dos bandas musicales, de entrada y de sa-
Para el compositor de música de conciertos, el lida. Como dos trenes que se cruzan, es posible
cambiar al medio del celuloide le tiende ciertas pasar de entrada y de salida dos piezas diferentes.
trampas especiales. Por ejemplo, la invención me- El pOl1y colorado me dio una ocasión de valerme de
lódica, tan apreciada en la sala de conciertos, a esa especialidad cinematográfica. Cuando los en-
veces puede constituir sólo una distracción en cier- sueños de un chico hacen que las gallinas blancas
LA MÚSICA DE PELÍCULAS LA MÚSICA DE PELÍCULAS 239
238

se conviertan en blancos caballos de circo, la ima- tores. Lo que se necesita es una nueva especie, un
gen visual se refleja en una imagen aural, haciendo mezclador de sonido que sea mitad músico y mitad
que la música de las gallinas se transforme, a su ingeniero; y aun entonces siempre será problemáti-
vez, en música de circo, recurso que sólo podía lo- ca la mezcla de diálogo, música y sonidos realistas
grarse por medio del traslape. de todas clases.
Supongamos ahora que la partitura musical ya En vista de estos inconvenientes para el perfecto
está terminada, y lista para registrarse. La sala de sonido de la música, tan sólo es natural que el com-
registro es el lugar de los sueños de cualquier com- positor a menudo tenga esperanzas de lograr hacer
positor. Hollywood ha reunido algunos de los más una suite de concierto a partir de la partitura de la
destacados ejecutantes del país; la música será be- película. Hay una tendencia a creer que las partitu-
llamente tocada, y registrada con una perfección ras de películas no son un material apropiado para
técnica que no se encuentra en ninguna otra partc. música de concierto. La idea es que, apartada de su
A la mayoría de los compositores les gusta invitar justificación visual, tal música resulta insípida.
a sus amigos a la sesión de grabado de las secuen- Personalmente, yo dudo mucho de que pueda
cias importantes. La razón es que ni el compositor establecerse cualquier regla fija que cubra todos los
ni sus amigos volverán a oír, probablemente, la casos. Habrá que juzgar por sus propios méritos
música como en un concierto, pues cuando se com- cada partitura; indudablemente, los temas que
bine con la película, se cambiará la mayor parte de requieran un tipo más continuo de desarrollo musi-
los niveles dinámicos. De otra manera, el producto cal en una atmósfera unificada se prestarán mejor
terminado podría sonar como un concierto con que otros a su readaptación para la sala de concier-
imágenes. Al bajar los niveles dinámicos, algunos tos. Rara vez resulta concebible que la música de
matices, algunas voces internas y sonidos bajos una película pueda extraerse sin mucho retoque.
pueden perderse. Erich Korngold lo expresó bien: Pero si buenas suites, como la Peer Gynt, de Grieg,
"La inmortalidad de un compositor de música de pueden obtenerse a partir de música incidental del
película dura desde la etapa de grabado hasta la siglo XIX, no veo por qué no ha de esperarse que un
sala de sonido." compositor del siglo xx pueda lograrlo a partir de
La sala de sonido es donde todas las bandas, con una partitura de película.
sonidos de cualquier especie, incluso el diálogo, se En cuanto a la partitura, tan sólo es en la sala ci-
insertan en las máquinas para obtener una banda nematográfica donde el compositor, por vez prime-
de sonido definitiva. Por lo que hace a la música, ra, siente todo el efecto de lo que ha realizado, pone
éste es un proceso delicado, pues tan sólo un cabe- a prueba el efecto dramático de sus partes favoritas,
llo separa el "demasiado alto" del "demasiado bajo". aprecia la curiosa importancia o falta de impor-
Los ingenieros de sonido, que manipulan los apa- tancia del detalle, es allí donde acaso desee haber
ratos de control de volumen, no siempre tienen la hecho ciertas cosas de otro modo, y donde se sor-
sensibilidad musical que desearían los composi- prende de que otras partes resulten mejor de lo que
240 LA MÚSICA DE PELÍCULAS

había creído. Pues, en suma, el arte de combinar


las imágenes cinematográficas con sonidos musi-
cales sigue siendo un arte misterioso. Y uno de los
elementos más misteriosos es la reacción del afi- XI. DEL COMPOSITOR AL
cionado al cine: millones estarán escuchando, pero INTÉRPRETE Y DE ÉSTE AL OYENTE
nunca puede saberse cuántos realmente estarán
percibiendo. La próxima vez que vaya usted al cine,
no deje de ponerse del lado del compositor. HASTA aquí, este libro se interesó en su mayor parte
por la música en abstracto. Pero casi toda situación
musical, prácticamente considerada, implica tres
factores distintos: un compositor, un intérprete y
un oyente. Ellos forman un triunvirato, ningún
miembro del cual está completo sin los otros dos.
La música comienza por un compositor, pasa por
un intérprete como medio .Y termina por ti, el oyen-
te. En último análisis, se puede decir que en la
música todo va dirigido a ti, el oyente. Por tanto,
para escuchar inteligentemente tienes que entender
bien no sólo tu papel sino también los del composi-
tor y el intérprete y con qué contribuye cada uno a
la suma total de una experiencia musical.
Comencemos por el compositor, ya que la músi-
ca de nuestra civilización comienza por él. ¿Para
qué, después de todo, escuchamos cuando escu-
chamos a un compositor? No tiene que narrarnos
una historia, como el novelista; no tiene que "copiar"
la naturaleza, como el escultor; su obra no tiene
que desempeñar una función práctica inmediata,
como el d,bujo del arquitecto. ¿Qué es, pues, lo que
nos da? Una sola respuesta me parece posible: se nos
da a sí mismo. La obra de todo artista es, por su-
puesto, una expresión de sí mismo, pero ninguna tan
directa como la del músico creador. Él nos da, sin
relación con "acontecimientos" exteriores, la quin-
taesencia de sí mismo, esa porción que entraña la
241
242 COMPOSITOR, INTÉRPRETE Y OYENTE COMPOSITOR, INTÉRPRETE Y OYENTE 243

expresión más plena y profunda de sí mismo en Quizá se aclare más esta importante cuestión del
cuanto hombre y de su experiencia en cuanto se- estilo musical si la aplicamos a un caso concreto.
mejante nuestro. Tomemos a Beethoven, por ejemplo. Una de las ca-
Recuerde siempre el oyente que cuando escucha racterísticas más evidentes de su estilo es la rudeza.
la creación de un compositor está escuchando a un Beethoven, como hombre, tenía fama de ser un
hombre, a un determinado individuo con su parti- individuo brusco y rudo. En todo caso, por el solo
cular personalidad. Porque el compositor, si ha de testimonio de su música sabemos que es un com-
ser de alguna valía, deberá tener personalidad pro- positor de carácter osado y tosco, una verdadera
pia. La música podrá ser de mayor o menor impor- antítesis de lo suave y lo melifluo. Pero además, ese
tancia, pero en caso de ser significativa siempre re- carácter rudo de Beethoven adoptó diferente expre-
flejará esa personalidad. Ningún compositor puede sión en los diferentes periodos de la vida del com-
poner en su música valores que no posea como positor. La rudeza de la Primera Sinfonía es dife-
hombre. Su carácter podrá estar entreverado de hu- rente de la de la Novena. Es una diferencia de
manas flaquezas -como el de Lully o el de Wagner, épocas. El primer Beethoven era rudo dentro de los
por ejemplo-, pero todo lo que haya de fino en su límites de una manera clásica dieciochesca, mien-
música provendrá de todo lo que haya de fino en tras que el Beethoven maduro experimentó la in-
él en cuanto hombre. fluencia de las tendencias liberadoras del siglo XIX.
Si examinamos más atentamente esta cuestión Por eso es por lo que, al examinar el estilo de un
del carácter individual del compositor, descubrire- compositor, debemos tener en cuenta su personali-
mos que está formado en realidad por dos elemen- dad tal como la refleja la época en que vivió. Hay
tos distintos: la personalidad con que nació el com- tantos estilos como compositores, y cada composi-
positor y el influjo de la época en que vive. Porque, tor importante tiene varios estilos diferentes que
evidentemente, cada compositor vive en una cierta corresponden a las influencias de su tiempo y a la
época y cada época tiene también su carácter. Cual- maduración de su propia personalidad.
quiera que sea la personalidad del compositor, ella Si es esencial para el oyente comprender la cues-
se expresa dentro del marco de su época. Es la reac- tión del estilo musical aplicada a la obra de un com-
ción recíproca entre personalidad y época lo que da positor, aún lo es más para el intérprete. Porque el
por resultado la formación del estilo del compo- intérprete es, musicalmente, una especie de agente
sitor. [.os compositores de personalidades entera- de negocios. Lo que oye el auditor no es tanto el
mente análogas que viviesen en épocas diferentes compositor como el concepto que del compositor
producirán inevitablemente música de estilos di- tiene el intérprete. El contacto del escritor con su
ferentes. Así pues, cuando hablamos del estilo de lector es directo; el cuadro del pintor no necesita
un compositor nos estamos refiriendo al resultado más, para que se vea, que colgarlo bien. Pero la mú-
combinado de un carácter individual y una época sica, al igual que el teatro, es un arte que, para que
determinada. viva, necesita ser reinterpretado. El pobre composi-
244 COMPOSITOR, INTÉRPRETE Y OYE~'HE COMPOSITOR, I"iTl~RPRETE Y OYENTE 245
tor, una vez que ha terminado su composición, tiene crita. Por supuesto que es posible la exageración en
que entregarla a las benignas mercedes de un artista los dos sentidos: apegarse demasiado estrictamente
intérprete, el cual, no hay que olvidarlo nunca, es un a las notas o desviarse demasiado de ellas. Proba-
ser dotado de una naturaleza musical y una perso- blemente se resolvería hasta cierto punto el proble-
nalidad propias. Por tanto, el oyente lego sólo podrá ma si se dispusiera de una manera más exacta de
juzgar cabalmente una interpretación si es capaz de escribir una composición. Pero aun así, todavía
distinguir entre el pensamiento del compositor, quedaría sujeta la música a una multitud de inter-
idealmente hablando, y el grado de fidelidad con pretaciones diferentes.
que el intérprete reproduce ese pensamiento. Porque, después de todo, una composición es un
El papel del intérprete no deja lugar a discusio- organismo. Es una cosa que vive, no una cosa está-
nes. Todos estamos de acuerdo en que el intérprete tica. Por eso es por lo que puede ser vista bajo dife-
existe para servir al compositor, para asimilar y rentes luces y desde diferentes puntos por los diver-
volver a crear el "mensaje" del compositor. La teoría sos intérpretes v aun por un mismo intérprete en
es bastante clara; lo que necesita elucidación es su diferentes momentos. La interpretación es en sumo
aplicación en la práctica. grado una cuestión de énfasis. Cada pieza tiene una
La mayoría de los intérpretes de primer orden cualidad esencial que no debe ser traicionada por
están hoy equipados en cuanto a técnica en un grado la interpretación. Toma esa cualidad de la natura-
más que suficiente para todo lo que se les pueda exi- leza misma de la música, la cual se deriva de la per-
gir. De suerte que, en la mayoría de lo:> caso.s, la sonalidad del propio compositor y de la época en
habilidad técnica se da por descontada. El pnmer que fue escrita. En otras palabras, cada composi-
problema interpretativo real lo plantean las notas ción tiene su propio estilo, al cual debe ser fiel el
mismas. La notación musical, en el estado en que intérprete. Pero cada intérprete tiene también su
hoy se halla, no es una transcripción exacta del pen- personalidad propia, de modo que el estilo de una
samiento del compositor. No puede serlo, porque es pieza lo oímos tal como lo refracta la personalidad
demasiado vaga y permite desviaciones demasiado del intérprete.
amplias en las cuestiones individuales de gusto y La relación entre el ejecutante v la composición
preferencia. A causa de eso, el intérprete est~ siem- que él vuelve a crear es, por tanto, delicada. Cuando
pre ante el problema de qué grado de ftdehdad se el intérprete inyecta a un grado inexcusable su per-
espera de él para con la música escrita. Los compo- sonalidad en una ejecución, surgen los equívocos.
sitores son humanos y se sabe que han incurrido en En estos últimos años, la mera palabra "interpre-
inexactitudes de notación y en omisiones impor- tación" ha caído en descrédito. Desalentados v fas-
tantes. También se sabe que han cambiado de opi- tidiados por las exageraciones v falsificaciones de los
nión en cuanto a sus propias indicaciones de tempo intérpretes a lo "prima donna", un cierto número de
v dinámica. Por tanto, los intérpretes tienen que ha- compositores, con Stravinskv como cabecilla, han
~er uso de su inteligencia musical ante la música es- dicho, en efecto: "No queremos ninguna de esas lla-
246 COMPOSITOR, INTÉRPRETE Y OYENTE COMPOSITOR, INTÉRPRETE Y OYENTE 247

madas interpretaciones de nuestra música; no haga te nada a la música. Sólo después de un rato de ha-
más que tocar las notas; no añadan ni supriman ber estado escuchando es cuando empieza a apode-
nada." Aunque es bien clara la razón de esa admo- rarse de nosotros la sensación de que allí hay un
nición, me parece que representa una actitud nada arte que oculta al arte. Toscanini trata la música
realista por parte de los compositores. Porque no es como si ésta fuese un objeto. La música parece
posible que ningún cumplido intérprete toque una encontrarse al fondo del escenario, donde la po-
pieza de música, ni aun siquiera una frase, sin demos contemplar para deleite nuestro. En torno
añadirle algo de su propia personalidad. Para decir- de ella hay una maravillosa sensación de despego.
lo de otro modo, los intérpretes tendrían que ser Y, sin embargo, es música todo el tiempo, la más
autómatas. Es inevitable que cuando ejecutan mú- apasionada de las artes. Con Toscanini, el énfasis
sica la ejecutan a su manera. Y al hacerlo así no está siempre en la línea, en la estructura como un
tienen por qué falsificar las intenciones del com- todo, nunca en el detalle o en el compás aislado. La
positor; no hacen más que "leer" la música con las música se mueve y vive por sí y para sí, y nos
inflexiones de su propia voz. consideramos afortunados con poder contemplarla
Pero hay más razones, y más profundas, para las vivir de ese modo.
diferencias de interpretación. Es indudable que una Por el otro lado, el director ruso es un romántico
sinfonía de Brahms, interpretada por dos directores por naturaleza. Se mete en cuerpo y alma en la mú-
de primer orden, puede variar efectivamente sin ser sica que interpreta. Hay poco de calculador en él.
infiel a las intenciones de Brahms. Es interesante Tiene el fuego, la pasión, la imaginación dramática
que rumiemos el porqué eso ha de ser cierto. y la sensualidad del verdadero romántico. Para
Tomemos, por ejemplo, dos de los intérpretes Koussevitzky toda obra maestra es un campo de
notables de nuestros días: Arturo Toscanini y Serge batalla en el que él capitanea el gran combate y del
Koussevitzky.\ Son dos personalidades totalmente cual podemos estar seguros que el espíritu humano
diferentes, hombres que piensan diferentemente, surgirá triunfante. Cuando Koussevitzky "está de
que se emocionan de diferente manera con las co- vena", el efecto que produce es irresistible.
sas, cuya filosofía de la vida es diferente. Es de espe- Si esas dos opuestas personalidades aplican sus
rar, pues, que cuando manejen las mismas notas dotes a la misma sinfonía de Brahms, los resultados
sus interpretaciones discrepen considerablemente. tendrán que ser diferentes. Este caso de un com-
El director italiano es un clásico por naturaleza. positor profundamente alemán interpretado por un
Un cierto despego es parte esencial del carácter del ruso y un italiano es típico. Ninguno de los dos
clásico. La primera impresión que nos produce es intérpretes es probable que saque a su orquesta la
curiosa: Toscanini parece no hacerle absolutamen- sonoridad que un alemán reconocería como echt
deutsch. 2 En manos del ruso, la orquesta de Brahms
1 Esta comparación de rasgos de personalidad fue escrita
durante sus años como intérpretes ~ctivos de música sin-
fónica. 2 "Alemán genuino." [T.]
248 COMPOSITOR, INTÉRPRETE Y OYENTE CO:\llPOSITOR, INTÉRPRETE Y OYE~TE 249

resplandecerá con un lustre insospechado, y allle- gil Thomson describió una vez el ovente ideal como
gar al final se habrá extraído hasta la última gota el "la persona que aplaude vigorosamente". Con ese
drama romántico contenido en la sinfonía. En cam- han mol quiso dar a entender, sin duda, que el audi-
bio, con el italiano se acentuará el lado clásico- tor que en realidad se mete en la música es el único
estructural de Brahms y las líneas melódicas serán que tiene importancia para la música o los que ha-
buriladas con el estilo lírico más puro. Como verá cen música.
el lector, en ambos casos se trata simplemente de Entregarnos por completo significa inevitable-
una cuestión de énfasis. Puede ocurrir que ninguno mente una ampliación de nuestro gusto. No basta
de esos hombres encarne nuestro concepto del in- con amar la música solamente en sus aspectos más
térprete perfecto de una sinfonía de Brahms. Pero convencionales. El gusto, al igual que la sensibili-
no es ésa la cuestión. La cuestión es que para es- dad, es hasta cierto punto una cualidad congénita,
cuchar inteligentemente una interpretación hay que pero ambos se pueden desarrollar de modo consi-
poder reconocer qué es, exactamente, lo que el in- derable con una práctica inteligente. Eso quiere
térprete está haciendo con la composición en el decir escuchar música de todas las escuelas y de
momento en que la vuelve a la vida. todas las épocas, vieja y nueva, conservadora y mo-
En otras palabras, hay que percatarse mejor de derna. Quiere decir escuchar sin prejuicios, en el
la parte que tiene el intérprete en la ejecución que mejor sentido del término.
se está oyendo. Para eso son necesarias dos cosas: Toma, lector, tu responsabilidad de oyente. To-
tener como punto de referencia un concepto más o dos nosotros, profesionales y profanos por igual,
menos ideal del estilo propio del compositor en estamos esforzándonos siempre por hacer más pro-
cuestión y poder percibir hasta qué punto el intér- funda nuestra comprensión de este arte. No tienes
prete reproduce ese estilo, dentro de la esfera de su por qué ser una excepción, por modestas que sean
propia personalidad. Por lejos que estemos de al- tus pretensiones como oyente. Y puesto que nues-
canzar ese ideal de la audición, será bien que lo tras reacciones juntas de auditores son lo que más
tengamos presente como objetivo. profundamente influye tanto en el arte de la com-
Al llegar aquí, la importancia del papel que tiene posición como en el de la interpretación, se puede
el oyente en todo este proceso debe resultar evi- afirmar en verdad que el futuro de la música está
dente por sí misma. Los empeños combinados del en nuestras manos.
compositor y el intérprete sólo tienen sentido si se La música sólo puede estar viva realmente si hay
dirigen a un conjunto inteligente de auditores. Eso auditores que estén realmente vivos. Escuchar aten-
revela una responsabilidad por parte del auditor. tamente, escuchar conscientemente, escuchar con
Pero antes de que se pueda entender la música hay toda nuestra inteligencia es lo menos que podernos
que amarla de verdad. Los compositores y los intér- hacer en apoyo de un arte que es una de las glorias
pretes quieren sobre todo auditores que se entre- de la humanidad.
guen plenamente a la música que están oyendo. Vir-
APÉNDICES 251

APÉNDICES b. La melodía V la armonía originales se conservan, pero


la textura se enriquece:

1. FÓRMULAS TÍPICAS DE VARIACIÓN


Ach! du lieber Augustin
TEMA

~I! ~: :'f D: 1: ~ ~ I~ ~ ~ I: :J
ti!: :' t ~: 1: ; ~ 1; ~ : I:.' I
L Variantes armónicas:

a. La melodía se conserva literalmente, pero las armonías


que la acompañan se transforman por completo:

c. Todo vestigio de la melodía se ha perdido. Sólo se con-


serva el esqueleto armónico subyacente (en el caso de
Ach ' du lieber Augustin, los únicos acordes en cuestión
son los de tónica y dominante):

250
252 APÉNDICES APÉNDICES 253

d. El esqueleto armónico se ha variado. Esto ya no es b. El segundo tipo melódico es el opuesto al anterior: hacer
tanto una variación del tema como una variación de los menos floreada la línea melódica origina!, reduciéndola
acordes que acompañan a! tema: a sus notas esenciales más escuetas. En otras palabras,
si el tema original pasa de do a do sostenido y de éste a
re, entonces la línea puede ir directamente de do a re:

2. Val"iantes melódicas:

a. La melodía se ha variado. Su contorno se conserva,


pero la línea es más floreada. Este tipo se basa en el
concepto, fundamental en la música, de que lo mismo
que se va directamente de do a re, se puede ir pasando c. El tema se conserva, pero su posición cambia de la voz
por do sostenido (do-do#-re) sin que se camhie liada superior a la inferior o a una intermedia, o viceversa:
esencial en la línea:

~~:: :'/:I:~:I~ :\~I::d


{I;~ :'/:f;&ful: :-:t:J
254 APÉNDICES APÉNDICES 255

3. Variante rítmica: b. Un segundo sistema, más sutil, consiste en extraer de!


tema original una sola frase y someterla a tratamiento
a. Todos los tipos de variación rítmica se pueden agrupar contrapuntístico. Este tipo es difícil de captar para e!
en una categoría: e! cambio rítmico. Un ejemplo: si e! oyente, a menos que e! origen de! fragmento sea claro
aire de vals en tres por cuatro de Ach! du lieber Augustin desde e! comienzo:
se cambia por un cuatro por cuatro en lempo muy rápi- fI. 11
do, la naturaleza de! tema se transforma por completo:
It) --.

-.r

11 11

rt)
- <J

fI 11
etc.
t) <.1
• • .o. '"' -d-
5. Cualquier combinación de los tipos anteriores.

11. RECURSOS CONTRAPUNTÍSTICOS


4. Variantes contrapuntísticas:
1. Imitación (Bach: Fuga en mi menor. Clave bien tempe-
a. Un tipo sencillo de variación contrapuntística consiste en rado, Libro I)
añadir un nuevo tema al original, destacando e! nuevo
mientras que e! otro se mantiene en segundo término:

etc.
256 APÉNDICES APÉNDICES 257
2. Canon (esquema) (Bach: Erschienen isl der herrliche 5. Disminución (Vaughan-Williams: Sinfonía en Fa menor.
Tag) Scherzo)

11
'. -~ ...
- =-~
7,' __rJ 1--. ------rl--
iJ u u
""' I

:
-------6

-d"-d-cf

El ejemplo 5 se reproduce con autorización de Oxford


University Press, Londres (Agentes norteamericanos:
3. Inversión (Beethoven: Sonata para piano. Op. 110) Cad Fischer, Inc.).

6. Cancrizante (Copland: Passacaglia para piano)

,. ~IIP F' Ir' r' I f' t' I f' f Y Ir' etc.

JJ I I
4. Aumentación (Bach: Fuga en do menor. Clave bien tem-
perado, Libro 11)
258 APÉNDICES APÉNDICES 259
propietarios del copyright. Copyright asignado a Sala- primer elemento. El segundo elemento es bastante
bert & Co., Nueva York. inocente:
7. Cancrizante invertido (Schoenberg: Cuarteto de cuerda
Número I1I)

SERIE DODECAFÓNICA

Nadie seguramente podría sospechar el papel


que desempeñará más tarde en la sección de des-
arrollo. Lo mismo ocurre con el tercer pequeño
fragmento, que es como sigue:
concrizonte' r d ~r &r r#J ij J r J ,J
Q JJ

Los cuatro primeros compases se repiten inme-


III. ANÁLISIS DE LA SONATA OP. 53, diatamente un tono más bajo y sin detenerse se lan-
"WALDSTElN", DE BEETHOVEN zan hacia un calderón sobre la nota sol (compás
13). Ahora, otra vez, vuelve a repetirse todo desde el
Un análisis como el que intentaré aquí nunca podrá principio, pero con la diferencia importante de que
ser satisfactorio, pues nos falta el sonido de las las corcheas repetidas del comienzo están divididas
notas. Procederé a él en el supuesto, posiblemente en semicorcheas (figuradas) y ligeramente cam-
aventurado, de que el lector puede obtener o la par- biadas de tonalidad. Esas repeticiones cumplen el
titura o el disco. propósito importante de fijar firmemente en la con-
Una de las ventajas de utilizar como ejemplo de ciencia del auditor el material temático esencial.
esa forma esta determinada sonata es que hay un Esta vez no hay calderón; la música, por medio de
extremo contraste entre los grupos temáticos pri- una serie de alargamientos, pasa imperceptiblemen-
mero y segundo. Para el lector que piense solamente te a la sección puente (compás 23; para la explica-
en términos melódicos, el primer tema apenas ten- ción del término "puente", véase la página 173). Aquí
drá nada de tema. Está formado por tres diferentes lo que uno encuentra no es melodía, sino pasajes
partes muy pequeñas y crea una atmósfera de in- rápidos escalísticos y arpegios. Aunque no haya-
certidumbre y misterio. Esto se debe al ritmo bási- mos oído nunca esta sonata, sentiremos claramen-
co de corcheas repetidas que podemos considerar te, dada la naturaleza del material, que la pieza ha
260 APÉNDICES APÉNDICES 261

estado trasladándose de un grupo primero a un La sección e, o conclusiva (compás 74), más cor-
grupo segundo de elementos. ta que las otras, tiene más afinidad con e! cantable
¡Y qué brillantemente se realiza en este caso la segundo tema que con el primero, que es de carác-
transición! La música parece aflojar e! paso para ter agitado. Sirve para volver a la sensación de so-
dar comienzo a un segundo tema (compás 35) de siego, acentuando con eso el sentido conclusivo y
carácter completamente opuesto a lo anterior. Los preparando al mismo tiempo e! camino para la nue-
acordes lentos, sostenidos producen una sensación va entrada del primer material a la cabeza de la
de calma y alivio casi religiosos, como de un coral. sección de desarrollo.
Esos acordes sostenidos se repiten inmediatamente Esto es exactamente lo que sucede. La primera
(compás 43) con adición de una floreada línea me- cosa que hace e! compositor es recordarnos dónde
lódica en la parte superior. (Es característico que a comenzó, damos, como si dijéramos, un punto de re-
pesar de tanta repetición, tan usual en toda la ferencia. Apenas hecho esto, ya está Beethoven en
música, rara vez hay repeticiones literales, sino sec- camino. En realidad, esta determinada sección de
ciones que se repiten con variantes.) desarrollo no es ni muy larga ni muy elaborada.
Esa floreada melodía adicional que se teje por Escoge para desarrollarlos solamente los dos frag-
encima de los acordes sostenidos obra como una mentos citados arriba y la sección que decidí de-
"excusa" para volver al carácter más figurado de la nominar b 2 • No se hace ninguna referencia al tema
primera sección de transición (compás 50). Aquí que parece un coral ni al tema conclusivo ni a las
tenemos uno de esos momentos en que el analista corcheas repetidas de! comienzo. Pero hay una
se siente atormentado a lo Tántalo ante diferentes sensación general de movimiento y excitación inter-
interpretaciones posibles de la forma. Evidente- na que penetra la mayor parte de todo el primer
mente, este nuevo pasaje es, una de dos, o una se- tiempo.
gunda parte de b, lo cual uno admite de mala gana, La sección de desarrollo está dividida en dos par-
pues su naturaleza es demasiado diferente de la tes. Primero yuxtapone e! compositor los dos frag-
primera parte de b, o un segundo puente que nos mentos del primer tema arriba citados (compás 92).
lleva a e, lo cual es muy poco probable a causa de Luego concentra su atención en e! primero de los
su índole demasiado elaborada. En esto es en lo dos fragmentos y desarrolla lo que en su origen era
que el compositor tiene suerte: no necesita nunca solamente una frase diminuta, hasta convertirlo en
razonarse a sí mismo la forma que crea, si e! resul- una pequeña parte ligeramente lírica. Esto conduce
tado final es lógico. Pero al pobre de! teórico que directamente al desarrollo del material siguiente,
quiera explicar él la forma no le será muy fácil ha- los primeros compases del pasaje b 2 • Sobre esa
cerlo si no toma una decisión. Así, pues, yo me base la música se desarrolla por medio de marchas
decido por la primera de aquellas hipótesis y pre- armónicas, de tal manera que pasa por muchas to-
fiero considerar ese largo pasaje como una especie nalidades extrañas antes de llegar a la nota sol, la
de b 2 que conduce al tema conclusivo. dominante. Sobre esa dominante (compás 142)
262 APÉNDICES

vuelve Beethoven a la sensación de misterio del mis-


mísimo comienzo, a fin de prepararnos psicológica-
mente para la vuelta del primer tema. Esta nueva
transición es sumamente notable, aunque no sea LISTA DE OBRAS MENCIONADAS
más que por no poderse encontrar nada co~pa~ble
en la música de Haydn o Mozart. El mlstenoso
redoble del bajo y la gradual acumulación de inten- La lista consiste, en gran palte, en las obras citadas
sidad son un rasgo típicamente beethoveniano. como ejemplos en el texto, que hoy se encuentran en
Con una repentina vuelta al pianissimo se inicia discos de larga duración (1957). Se han mencionado
la recapitulación (compás 156). La repetición .es otras grabaciones, marcadas con un asterisco. No se
casi literal en este caso, salvo unos cuantos cambIOs ha hecho ningún intento por recomendar ciertas
de poca importancia, la mayoría de orden tonal. interpretaciones por encima de otras. Para ello exis-
Sigue una coda de dos páginas y media (compás ten varias obras escritas por autores competentes.
249). Después de comenzar casi como la primera
sección de desarrollo, prosigue con un nuevo des-
arrollo de los dos fragmentos usados allí, pero yux- CAPÍTULO n. CÓMO ESCUCHAMOS
tapuestos ahora de una manera un tanto diferente.
Bach- En la obra: Clave bien temperado. Libros 1 y
Esto nos vuelve a conducir, tras dos acordes sos- II (48 temas fugados)
tenidos al tema de coral que ahora adquiere una Beethoven- Sinfonía No. 9 en re menor (primer
expresiÓn nueva por la adición de un nuevo bajo movimiento)
(compás 284). La aparente desgana para abandonar
ese sosiego recién descubierto es rota por una impe-
tuosa carrera hacia el fin. El allegro de sonata está CAPÍTULO nI. EL PROCESO CREADOR DE LA MÚSICA
completo.
Música espontáneamente concebida:
Schubert- Ciclo de canciones: Die Sch6ne Müllerin
o Die Winterreise
Wolf- Canciones con textos de Mbrike, Eichen-
dorff, Goethe

Música cuidadosamente construida:


Beethoven- Sonata para piano en do mayor, Op.
53 ("Waldstein")
"Bartók- Música para cuerdas, percusión y celesta
"Hindemith- Mathis der Maler
263
264 LISTA DE OBRAS MENCIONADAS LISTA DE OBRAS MENCIONADAS 265

Música de estructura tradicional: *Berg- Concierto para violín


Palestrina- Stabat Mater "Schoenberg- El libro de los Jardines Colgantes
Bach- Clave bien temperado, libro 11, preludio en Obras maestras de la música antes de 1750 (orga-
mi bemol mayor. num)
Monteverdi- Madrigales
Música de intención innovadora: Gesualdo- Madrigales
Gesualdo- Madrigales Mussorgsky- Canciones y danzas de la muerte
Berlioz- Haroldo en Italia ("Marcha de los peregri- Debussy- Iberia
nos", "Orgía de los ladrones") Schoenberg- Cinco piezas orquestales
Mussorgsky- Cuadros de una exposición Webem- Cinco movimientos para cuarteto de cuerdas
Debussy- Preludios para piano, libros 1 y 11 Milhaud- Saudades do Brazil (especialmente "Cor-
Vares e- Ionisation covado")
*Dallapiccola- Canti di Prigiona
*Martin- Petite Symphonie Concertante
CAPíTULO IV. Los CUATRO ELEMENTOS Debussy- Siesta de un fauno
Honegger- Concertino para piano
DE LA MÚSICA
Britten- Guía de los jóvenes para la orquesta, Op. 34
Ibert- Concierto para flauta
Bach- Concierto italiano (movimiento lento) Cimarosa- Concierto para oboe
Schumann- Danzas de Davidsbündler, Op. 6, Núm. 10 Nielsen- Concierto para clarinete
Brahms- Interrnezzi, Op. 118, Núm. 4; Op. 119, Vivaldi- Concierto para fagot
Núm. 3 Mozart- Concierto para corno
Tchaikovsky- Sinfonía Núm. 6 ("Patética") (segun- Haydn- Concierto para trompeta
do movimiento) Hindemith- Sonata para trombón
Stravinsky- La consagración de la Primavera (sec- Wagner- Tristán e Isolda, Preludio al Acto 111 (solo
ción última) para como inglés)
Schubert- Sinfonía Núm. 8 en si menor ("Incon- Ravel- Suite de Mamá la Oca (el contrabajo en "La
clusa") bella y la bestia")
Chávez- Sinfonía India Mussorgsky-Ravel- Cuadros de una exposición
Strauss- Las alegres travesuras de Till Eulenspiegel, (solo para tuba)
Op.28 Ravel- Bolero (solos para varios instrumentos)
Wagner- Tristán e Isolda (preludio y liebestod) Percussion Music: Bell, Drum, and Cymbal (Saul
Harris- Trío para violín, chelo y piano Goodman)
Prokofiev- Concierto para violín Núm. 2 en sol First Chair (orquesta de Filadelfia, solos para ma-
menor (segundo movimiento) deras y metales)
266 LISTA DE OBRAS MENCIONADAS LISTA DE OBRAS MENCIONADAS 267

Stan Kenton- A concert of Progressive Jazz D. Scarlatti- Sonatas para el harpsicordio (Ralph
Duke Ellington- Duke Ellington Plays Duke Ellington Kirkpatrick) (Longo, Núms. 104,338,413)

La forma ternaria:
CAPÍTULO V. LA TEXTURA MUSICAL Haydn- Cuarteto para cuerdas, Op. 17, Núm. V
(minueto)
La textura monofónica: Ravel- Le Tombeau de Couperin (minueto)
Canto gregoriano Beethoven- Sonata para piano, Op. 27, Núm.
(scherzo)
Textura homofónica: - - Sonata para piano Op. 27, Núm. 2 (scherzo)
Monteverdi- Il Combattimento di Tancredi e Clo- Chopin- Preludio, Op. 28, Núm. 15
rinda
El rondó:
Textura polifónica: Haydn- Sonata para piano Núm. 9 en re mayor.
*Bach- Ofrenda musical Schubert- Sonata para piano, si bemol mayor, Op.
Hindemith- Das marienleben post. (último movimiento)
Strauss- Las alegres travesuras de Till Eulenspiegel
Textura variada:
Beethoven- Sinfonía Núm. 7 (movimiento allegre- Las formas libres:
tto) Chopin- Preludio, Op. 28, Núm. 20 (A-B-B)
Schumann- "Asustar" (Escenas de niños) (A-B-A-
C-A-B-A)
CAPíTULO VI. LA ESTRUCTURA MUSICAL Bartók- Suite, Op. 14 para piano (movimientos
primero y segundo)
Schumann- Escenas infantiles (Kinderscenen), Op.
15 El basso ostinato:
Beethoven- Sonata para piano, Op. 27, Núm. 2 Honegger- El rey David
(scherzo) Monteverdi- L'Incoronazione di Poppea
Purcell- Dido y Eneas ("Lamento de Dido")
Stravinsky- L'Histoire du Soldat ("Violín del sol-
CAPÍTULO VII. LAS FORMAS FUNDAMENTALES
dado")
La forma binaria:
F. Couperin- Música para harpsicordio (Les Barri- El passacaglia:
cades mystérieuses, Le Moucheron, La Co m mere, Bach- Passacaglia y fuga en do menor (órgano)
Les Jumelles, Les Langueurs tendres) Ravel- Trío en la menor para violín, chelo y piano
268 LISTA DE OBRAS MENCIONADAS LISTA DE OBRAS MENCIONADAS 269

Berg- Wozzeck (comienzo del lado 2) El cancrizante: Copland- Passacaglia (1922) (cuar-
Copland- Passacaglia (1922) ta variación)
Los cancrizantes invertidos: Schoenberg- Cuarteto
La chacona: para cuerdas Núm. '3
Buxtehude- Chaconas para órgano La fuga:
Bach- Chacona en re menor (solo para violín) Bach- Clave bien temperado, libros 1 y II
Brahms- Sinfonía Núm. 4 en mi menor (cuarto
movimiento) El concerto grosso:
Bach- Conciertos de Brandenburgo Núms. 1-6
El tema con variaciones: Handel- Concerto Grosso, Op. 5, Núms. 1-12
Early English Keyboard Music (Byrd- The Carman's Bloch- Concerto Grosso
Whistle) Martinu- Concerto Grosso
Mozart- Sonata para piano Núm. 11 en la mayor,
K. 331 El preludio coral:
Schumann- Estudios sinfónicos, Op. 13 Bach- Preludios corales (Orgelbüchlein)
Fauré- Tema con variaciones en do sostenido
menor, Op. 73 Motetes y madrigales:
Elgar- Variaciones Enigma, Op. 36 Antología sonora- Vol. 2
d'Indy- Variaciones Istar The Triumphs of Oriana
Strauss- Don Quijote Beethoven- Sonara para piano, Op. 53 ("Waldstein")
Stravinsky- Octeto para instrumentos de viento (véase Apéndice 1II)
(movimiento central)
Copland- Variaciones para piano (1930) Las sinfonías:
Haydn- Sinfonía Núm. 102 en la sostenido mayor
Recursos contrapuntísticos: Mozart- Sinfonía Núm. 41 en do mayor (Júpiter)
La imitación: Bach- Clave bien temperado, libro I, Beethoven- Sinfonías Núms. 1-9
fuga en mi bemol menor Schumann- Sinfonía Núm. 4 en re menor (forma
Canon: Franck- Sonata en la mayor para violín y en un movimiento)
piano (último movimiento) Mendelssohn- Sinfonía Núm. 4 en la mayor
La inversión: Beethoven- Sonata para piano, Op. Brahms- Sinfonías Núms. 1-4
110 (final) Tchaikovsky- Sinfonía Núm. 6 en si menor (movi-
La aumentación: Bach- Clave bien temperado, libro miento lento, al final)
II, fuga en do menor Franck-- Sinfonía en re menor (forma cíclica)
La disminución: Vaughan Williams- Sinfonía Núm. 4 Mahler- Sinfonía Núm. 2 en do menor (con coro)
(scherzo)
270 LIST A DE OBRAS MENCIONADAS LISTA DE OBRAS MENCIONADAS 271

Sinfonías contemporáneas: --Falstaff


Sibelius- Sinfonía Núm. 4 en la menor Mussorgsky- Bons Godunof
Prokofiev- Sinfonía Núm. 5 Op. 100 Bizet- Carmen
Roussel- Sinfonía Núm. 3 en sol menor Debussy- Pelléas et Mélisande
Shostakovitch- Sinfonía Núm. 10 en mi menor Berg- Wozzeck
Honegger- Sinfonía Núm. 5 Weill- La ópera de tres centavos
Vaughan Williams - Sinfonía Núm. 4 en fa menor Menotti- El Consul
Harris- Sinfonía Núm. 3 (en un movimiento) Stravinsky- The Rake's Progress
Piston- Sinfonía Núm. 4
Copland- Sinfonía Núm. 3
William Schuman- Sinfonía Núm. 6 (en un movi- CAPÍTULO IX. MÚSICA CONTEMPORÁNEA
miento)
Bach- Clave bien temperado, libro 1, preludio en si Muy fácil:
bemol mayor Poulenc- Le Bal masqué
Bach- Fantasía cromática y fuga en re menor Stravinsky- Petrouchka
- - Fantasía y fuga en sol menor (órgano) Shostakovitch- Sinfonía Núm. 1 en fa mayor, Op. 10
Debussy- Preludios, libro II, (piano) Thomson- Acadian Songs and Dances (tomado de
Louisiana Story J
El poema sinfónico:
Jannequin- Chansons Bastante fácil:
Liszt- Les Préludes Bloch- Schelomo
Saint-Saens- La rueca de Onfalo
Villa-Lobos- Coros Núms. 4-7
Tchaikovsky- Romeo y Julieta
Walton- Concierto para viola
Honegger- Pacific 231
Prokofiev- Suite escita, Op. 20
Ives- The Unanswered Question
Barber- Concierto para chelo

Bastante di,rícil:
CAPÍTULO VIII. LA ÓPERA y EL DRAMA MUSICAL
Bartok- Sonata para dos pianos y percusión
Honegger- Sinfonía Núm. 2 (LiturgiqueJ
Monteverdi- Orfeo
Stravinsky-- Sinfonía en do
Haendel- Julius Caesar
Piston- Sinfonía Núm. 4
Gluck- Orfeo y Eurídice
Mozart- La flauta mágica
Muy diflcil:
Wagner- Los maestros cantores
Verdi- Otelo Schoenberg- Suite, Op. 29 (septeto)
272 LISTA DE OBRAS MENCIONADAS

Webern- Concierto para nueve instrumentos


Vares e- Ionisation
Ives- Sonata Núm. 2 para piano ("Concord, Mass.")
Sessions- Cuarteto para cuerdas Núm. 2
Carter- Cuarteto para cuerdas
BIBLIOGRAFÍA

HISTORIA DE LA MÚSICA

Einstein, Alfred, A short history of music, Alfred A.


Knopf, Inc., Nueva York, 1947.
Nef, Karl, An outline of the history of music, Colum-
bia University Press, Nueva York, 1935.
Parrish, C. y J. F. Ohl, Masterpieces of music before
1750, W. W. Norton & Company, Ine., Nueva
York,1951.
Sachs, Curt, Our musical heritage: A short history of
music, Prentiee Hall, Ine., Nueva York, 1955 (edi-
ción revisada).

ELEMENTOS MUSICALES

Eriekson, Robert, The structure of music, Noonday


Press, Nueva York, 1955.
Liepmann, Klaus, The language of music, The Ro-
nald Press Company, Nueva York, 1953.
Newman, William, Understanding music, Harper &
Brothers, Nueva York, 1953.

MÚSICA CONTEMPORÁNEA

Chase, Gilbert, America·s music, MeGraw-Hill Book


Company, Ine., Nueva York, 1955.
Copland, Aaron, Our new music, MeGraw-Hill Book
Company, Ine., Nueva York, 1941.
273
274 BIBLIOGRAFÍA BIBLIOGRAFÍA 275
Lambert, Constant, Music Ho!, Penguin Books, Lon- Sessions, Roger, Tlze musical experience of composer
dres, 1948. perfarmer, listener, Princeton University Press,
Mellers, Wilfrid, Studies in contemporary music, Princeton, 1950.
Denis Dobson, Ltd., Londres, 1947. Strauss, Richard, Reeolleetions and refleetions,
Reis, Claire, Composers, conduetors, and critics, Ox- Boosey and Hawkes, Londres, 1953.
ford University Press, Nueva York, 1955. Stravinsky, Igor, Autobiagraphy, Simon and Schus-
Stein, Erwin, Orpheus in New Guises, Rockliff Pu- ter, Inc., Nueva York, 1936.
blishing Corporation, Ltd., Londres, 1953. - - - , The poeties af musie, Harvard University
Ulanov, Barry, A history ofjazz, Viking Press, Nue- Press, Cambridge, 1947.
va York, 1952. Thomson, Virgil, The art aljudging music, Alfred A.
Knopf, Inc., Nueva York, 1948.

DE COMPOSITORES

Berlioz, Hector, Memoirs, AlfTed A. Knopf, Inc.,


Nueva York, 1948.
Copland, Aaron, Musie and imagination, Harvard
University Press, Cambridge, 1952.
Debussy, Claude A., Monsieur Croehe, the Dilettante
Ha ter, Lear, Nueva York, 1948.
Hindemith, Paul, A composer's world, Harvard Uni-
versity Press, Cambridge, 1952.
Milhaud, Darius, Notes withaUl musie, Alfred K.
Knopf, Ine., Nueva York, 1953.
Mozart, W. A., The leUers of Mazart and his family,
compilación y traducción de Emily Anderson,
The Macmillan Company, Nueva York, 1938. Una
selección fue publicada por Erick Blom, Penguin,
1956.
Nabokov, Nicolas, Old fnends and new musie, Little,
Brown & Company, Boston, 1951.
Schumann, Robert, On musie and musieians, Pan-
theon Books, Inc., Nueva York, 1946.
Schoenberg, Amold, Style and idea, Philosophical
Library, Inc., Nueva York, 1950.
ÍNDICE ANALÍTICO 277

Conciertos de Brandeburgu, Debussy, Claude, 67, 79, 81,


(Bach), 164 183,189-191,196,215,217
chacona, 120, 149-151 Die Walküre (La valquiria,
Chávez, Carlos, 67, 91, 223 Wagner), 212
ÍNDICE ANALÍTICO Chopin, F. F., 83, 133, 134, Dido y Pomas (Pureell), 145
138 D'Indy, Vincent, 140, 182
compositor, el, 40-43, 241- director, el, 102, 103, 243,
Ach! du lieber Augustin, 78, 133, 140, 179, 181, 193, 243 246-248
121,122,152,250 194, 243, 256, 258, 261, Cristóbal Colón (Milhaud), discanto, 72, 73
acordes, 74-77 262 219 disminución, 157,257
Aída (Verdi), 214 Berg, Alban, 149, 217, 218, Concertino para piano v or- disonancia, 81, 82
Alcestes (Gluck), 209 223 questa (Honegger), 91 Don Quijote (Strauss), 140,
allegro de sonata, 115, 169, Berlioz, Hector, 181, 194 concerto grosso, 120, 163, 164, 197
171-180,260,261 Bizet, Georges, 214 180 Dukas, Paul, 196
Armida (Gluck), 209 Blitzstein, Marc, 220 Concerto grosso (Bloch),
armonía, 70-84 Bloch, Ernest, 164, 182, 223 164 Poin Heldenlehen (Una vida
Así hablnba Zaratustra (Strauss), Bons Godunoj (Mussorgsky), Concerto italiano (Bach), 53, de héroe, Strauss), 197
197 214,215 66 Elementos de la música, 47-
"Asustar" (Escenas de niños, Brahms, Johannes, 53, 140, consonancia, 81, 82 103; armonía, 70-84; me-
Schumann), 138 149, 181, 246-248 contrabajo, 94 lodía, 60-70; ritmo, 47-60;
atonalidad, 68, 217 Breche Bertold, 218 contrafagot, 95, 97 timbre, 84-103
Au clair de la lune, 121, 122 Brillen, Benjamin, 223 contrapunto, 113, 154, 155 Elgar, Edward, 140
aumentación, 157,256 Bruckner, Anton, 181 contrasujeto, 160 Ellington, Duke, 35
Autobiograjía (Stravinsky), 38 Büchner, George, 217 Copland, Aaron, 153,2.37 Poi mosquito ([p Moucheron,
Ave regina coelorum (Palcs- Busoni, Ferruccio, 116, 187, "Corcovado" (Saudades do Couperin), 128
trina),65 188 Brazil, Milhaud), 83 el papel del oyente, 23-35,
Buxtehude, Dietrich, 150 corno francés, 97, 98 248, 249
Bach, J. S., 32, 53, 66, 112, Byrd, William, 140 corno inglés, 96 Poi rey David (Honegger),
123, 147, 158, 164, 165, Cortege (El rey David, Honeg- 142
187,188,255 Caccini, 106 ger), 142 Esquema de la historia de la
Balakiref, 196 cadencia, 123, 161 Couperin, Fram;ois, 128, 135 música (NeO, 180
Bardi, conde, 206 canon, 156, 157,256 Cuarteto de cuerda (Haydn), Esther de Carpen/ras (Mil-
Bar1ók, Béla, 59, 91, 138, canto gregoriano, 49 130, 131 haud),219
223 clarinete, 96 Cuarteto de cuerda (Schoen- estructura musical, 114-125;
basso ostinato, 120, 138, 140- clarinete bajo, 95-97 bcrg), 258 molde formal, 114, 115,
145 clave, 63 Cuatro santos pn trps actos 117; gral1 línea, 117; repe-
Bax, Arnold, 183 Clave bien temperado (Bach), (Thomson), 220 tición, 119-125
Beethoven, L. van, 3D, 31, 31,65, 124, 158, 188,255 Études Symphoniques (Schu-
37,42,117,123,130,132, coda, 116, 117 Dallapicola, Luigi, 83, 223 mann), 153
276
278 ÍNDICE ANALÍTICO ÍNDICE ANALÍTICO 279

exposición, 159-161, 173, 175, formas "libres", 120, 185-199; idea musical. la, 38 lLiS IraveSliras de Till /-"uleil-
259 preludio, 187-192; poema imitación, 155, 1'i6, 25.'i splegel (Strauss), 135, 197
El canto de los pájaros (Chant sinfónico, 192-199 inspiración, la, 36, 37, 40-43 les lallgueuYs lemires (Cou-
des oiseaux, Janncquin), 193 Franck, César, 157, 182, 196 instrumentos de cuerda, 92- petin),128
el proceso creador en la mú- From the Land o( a Thousand 95; de madera, 92, 94-97; l.es ¡¡oces í Las bodas, Stra·
sica, 36-45 Lakes (Sibelius), 142 de metal, 92, 97, 98; de vinskv),101
El rapto del serrallo (Mozart), Fuga en mi bemol menor percusión, 92, 99, 100 Le [o/tl!Jeau de COl/perill (Ra·
211 (Bach),65 intérprete, el, 243-248 vel), 130
"El lamento de Dido" (Pur- fuga, la, 115, 119, 120, 158-163 inversión, 155, 157,256 LiSl:t, Franz, 181, 196, 197
cell), 145 Fundición de acero Mosso- "Invocación" (Las coéjoras, Lulzí (Berg), 217
El parloteo de las mujeres lov),198 Milhaud),219
(Jannequin), 193 Ives, Charles, 223 madrigal. 58, 166, 167
El pobre marinero (Milhaud), Gershwin, George, 58 Mahler, Gustav, 183
219 Gesualdo, 79 Jachaturian, Aram, 223 Malipiero, Francesco, 223
El tema con variaciones, Gibbons, Orlando, 167 Jannequin, Clement, 193 Mal1()// (Massenet), 2 I 2
151-154 Gluck, Ch. W., 209, 210 Jonnv spielt au{ (Krének), Martin, Frank, 83
"El violín del soldado" (La grados de la escala, 63 218,219 Massenet, Jules, 212
historia del soldado, Stra- grado dominante, 64, 78; sub- Jlláre; v Maximiliano (Mil- melodía, 60-70, 252, 253
vinsky), 145 dominante, 64 haud),219 misa, la, 139, 186
escala cromática, 62, 63; dia- gran línea, la, 45, 117, 118 material puente, 44, 45, 130,
tónica, 62 Grieg, 239 Korngold, Erich, 238 161,229
Escenas de niños (Schumann), Grosz, George, 219 Kousscvitzky, Serge, 246, 247 Meislersinger (Los maestros
123,138 guitarra, 100 Kn"nek, Ernst, 218, 223 cal/lores, Wagner), 21 I
estrecho (strel/o), 161, 162 Kuhnau, Johann, 192 Melliz.os (Couperin), 128
Handel, G. F., 164, 192, 208, Mendelssohn, Félix, 18 I
fabordón, 72, 73 209 Las harrieadas misteriosas Menotti, Gian-Carlo, 2 I 9
fagot, 94, 95, 97 Harris, Roy, 68, 69,140,183, (Couperin), 128 movimiento cancrizante (de
FalstafteVerdi), 214 223 La comadre (La eommere, cangrejo), 157,257,258
Fantasía cromática y (uga Haydn, Franz Joseph, 129- Couperin), 128 Miaskovsky, Nicolai Y., 183
(Bach), 188 131,135,140,181 La coronación de Papea (Mon- Milhaud, Darius, 59, 135, 183,
Fantasía y (uga (Bach), 188 Herrrnann, Bernard, 237 teverdi), 144 219,223,224
Fauré, Gabriel, 153 Hindemith, Paul, 112, 135, Las coé!óras (Milhaud), 219 minueto, 130-133
figuras, 54 140, 157,223,224 La cuna se mecerá (Blitzstein), modo mayor, 63; menor, 63
flauta, 94-96 homofonía, 105, 106 220 modulación, 63, 74
flautín, 95 Honegger, Arthur, 91, 142, La flauta mágica (Mozart), monofonía, 104, 105
forma libre por secciones, 143,183,198,223 210 Monteverdi, Claudio, 79, 144,
120,135,138 la música como evasión, 28 207, 208
formas fugadas, 119, 120, leh ruf' zu Dir Herr JeSll Landowska, Wanda, 128 Morley, Thomas, 167
154-167 Christ (Bach), 108 Lasso, Orlando de, 167 Mossolov, Alexandcr Y., 198
280 ÍNDICE ANALÍTICO ÍNDICE ANALÍTICO 281
motetes, 120, 166, 167 Pasos en la nieve (Des pas sur Ritmo fascinador (Gersh- Sinfonía fantástica (Berlioz),
Mozart, Wolfgang A., 3S, 37, la neige, Debussy), 190 win),58 194
135, 140, IS3, 210, 211 Peer Gynt (Grieg), 239 "Ritmos en el papel", 60 Sinfémía "inconclusa" (Schu-
música de cámara, 101, 186 Pelléas et Melisande (Debus- Romeo y lulieta (Tchaikov- bert),66
música de programa, 192 sy), 21S, 216 sky), 193, 19S, 196 Sinfonía india (Chávcz), 67
"música medida", 48 Petyrek, Félix, 145 rondó, 120, 134, 135 Sinfonía Núm. 2 (Mahler), 67
Mussorgsky, Modest, 79, 214, Philhannonic Symphony Or- Roussel, A. C. P., 135 Sinfonía Núm. 4 (Brahms),
215 chestra, 212 Rozsa, Miklos, 237 149
piano, el, 89-91 Rugby (Honegger), 198 Sinfonía Núm. 4 (Sibelius),
Nef, Karl, 180 Piezas para piano, Op. 19 184
(Schoenberg), 191 Sacre du Printemps (Consa- Sinfonía Núm. 7 (Sibelius),
oboe, 94-96 Piston, Walter, 135, 183, 223, gración de la Primavera, 184
octava, 62 224 Stravinsky), 97 Sinfonía Núm. 7 (Beethoven),
Octeto (Stravinsky), 140-lS3 planos del oyente, 27-3S Satie, Erik, 223 112, 117
oído absoluto, 24 platillos, 99 Saudades do Brazil (Mil- Sinfonía Núm. 8 (Mahlcr),
Old Black loe, 26 poema sinfónico, 192-199 haud),83 183
Once piezas para niños (Pe- polifonía, 107-113, IS4, IS5 saxofón, 95 Sinfónía Núm. 9 (Beetho-
tyrek) , 145 polirritmo, 56-60 Scarlatti, Alessandro, 180, ven),31
ópera, 180, 200-221 poli tonalidad, 83 208 Sinfonía pastoral (Beetho-
6pera de tres peniques (Weill), Poulenc, Francis, 223, 224 Scarlatti, Domenico, 128, 129, ven), 193, 196
218 preludio, 18S-191; de coral, 208 Sinfónía patética (Tchaikov-
organum, 71, 72 120,164,16S scherzo, 130, 132, 133, 171 sky), 53
Orgelbüchlein (Bach), 165 Preludio en si bemol (Clave Schocnbcrg, Arnold, 79-81, sonata, 120, 167-185
Orfeo y Eurídice (Gluck), 209 bien temperado, Bach), 83, 157, 183, 191, 217, Sonata Núm. 9 (Haydn), 135
orquesta de jazz, 103 124 223 Sonata para piano en la ma-
Otelo (Verdi), 214 Preludio, Núm. IS, en re be- Schubert, Franz, 41, 66, 140 yor (Mozart), 153
mol (Chopin), 133, 134 Schumann, Roben, 53, 83, Sonata para piano, Op. 27,
Pacific 2-3-1 (Honnegger), procedimientos contrapuntís- 123,140,153,181 Núm. 1 (Beethovcn), LB
198 ticos, 155-160 Schuman, William, 2S, 223 Sonata para piano, Op. 27,
Palestrina, Giovanni, 6S, 69, Prokofief, Serge, 69, 183, 223 Schwanerldreher (Hindemith), Núm. 2 (Beethovcn), 123,
167 Purcell, Henry, 145 140 132
"Pastoral" (From the úmd of Scriabin, Alexander, 178 Sonata para violín y piano
a Thousand Lakes, Sibe- Ravel, Maurice, 149, 183 Sessions, Roger, 183, 223 (Franck), 157
lius), 142 recapitulación del allegro de Shostakovitch, Dimitri, 183, Sonata "Waldstein" (Beetho-
passacaglia, liS, 14S-149, 2S7 sonata, 174, 177, 178 223 ven), 179, 258-262
Passacaglia en do menor recitativo en ópera, 204 Sibelius, lean, 142, 183, 184 Sonatas, Núms 104, 338 Y 413
(Bach), 147 repetición, 119, 120 sinfonía, 180- 185 (Scarlatti), 129
Passacaglia para orquesta Rigoletto (Verdi), 214 Sinfonía en fa menor (Vaug- Sonatas bíblicas (Kuhnau),
Op. 1 (Webern), 149 ritmo, 47-60 han Williams), 257 193
282 ÍNDICE ANALÍTICO

sordera musical, 25 tuba, 98


Stein, 220
Strauss, Richard, 67, 135, 140, Varese, Edgar, 223
194,196 variación, cinco tipos genera-
Stravinsky, Igor, 29, 38, 53, les de, 152; la forma, 120, ÍNDICE
54, 58, 59, 67, 69, 79, 97, 138-154
101, 135, 140, 153,223 Variaciones de lstar (D'Indy),
Suite, Op. 14 (Bartók), 138 140 Introducción . . . . . . . . . . . . . . 7
Variaciones enigmáticas (El- Nota del autor para la edición de 1957. 15
tambores, 99 gar), 140 Prefacio . . . . . . . . 17
Tchaikovsky, Pe ter Ilich, 30, Variaciones para pia/1O (Co- Testimonio de gratitud. 21
53,181,182,193,195 pland),153
Tema cml variaciones (Fau- variante rítmica, 253 1. Preliminares. . . . 23
ré), 153 variantes armónicas, 250, JI. Cómo escuchamos . . . . . . 27
teoría armónica, 74 251; contrapuntísticas, III. El proceso creador en la música . .
textura musical, 104-113; ho- 254, 255; melódicas, 252,
36
IV. Los cuatro elementos de la música. 47
mofónica, 105-107; mono- 253
fónica, 104, 105; polifóni- Vaughan Williams, Ralph, 1. El ritmo . . . 47
ca, 107-112 183,257 2. La melodía . 60
The Carmans Whistle (Byrd), Verdi, Giuseppe, 213, 214 3. La armonía . 70
140 Victoria, Tomás Luis de, 167 4. El timbre .. 84
The Consul (Menotti), 219 Villa-Lobos, Héctor, 223, Timbres simples, 91; Timbres mixtos, 100
The Seeds o{Love, 123 224
Thomson, Virgil, 220, 223, viola, 93 V. La textura musical . . . . . . . . . . . 104
224,248,249 violín, 92, 93 VI. La estructura musical. . . . . . . . . . 114
timbre, 84-103 violonchelo, 93, 94 Diferencias estructurales, 118; Principios
tonalidad, 74, 75 "voz libre", 160 estructurales, 119
tonos, 62, 63, 74, 75 VII. Las formas fundamentales . . . . . . . . 126
Tres variaciones sobre un tema Wagner, Richard, 79, 80, 211-
(Harris), 140 214
1. La forma por secciones . . . . . . . . 126
Toscanini, Arturo nI, 246 Walton, William, 183, 223 La forma binaria, 126; La forma ternaria 129·
Traviata (Verdi), 2 14 Weber, Carlos María von, 69 El rondó, 134; Forma libre por seccione~, 135
Trio (Harris), 69 Webern, Anton, 83, 149, 223 2. La variación . . . . . . . . . . . . . . 138
Trio (Ravel), 149 Weill, Kurt, 218, 219 El basso ostinato, 140; El passacaglia, 145; La
Tristán e [soldo. (Wagner), 215 Wilbye, John, 167 chacona, 149; El tema con variaciones, 151
trombón, 98 Wolf, Hugo, 41
Wosseck (Berg), 149,216,217
3. La forma fugada . . . . . . . . . . . . 154
trompeta, 98
El concerto grosso, 163; El preludio de coral,
164; Motetes y madrigales, 166
283
284 ÍNDICE

4. La forma sonata . . . 167


La sonata como un todo, 170; Forma de alle-
gro o primer tiempo de sonata, 172; La sin-
fonía, 180
5. Las formas libres . . . . . . . . .. 185
El preludio, 187; el poema sinfónico, 192
VIII. La ópera y el drama musical. 200 Este libro se terminó de imprimir y encuader-
IX. La música contemporánea . . . . . . . 222 nar en el mes de marzo de 2006 en Impreso-
X. La música de películas. . . . . . . . . 231 ra y Encuadernadora Progreso, S. A. de C. V.
(IEPSA), Calzo de San Lorenzo, 244; 09830
XI. Del compositor al intérprete y de éste al
México, D. F. Se tiraron 6 800 ejemplares.
oyente. 241
Apéndices.. . ......... . 250
I. Fórmulas típicas de variación. 250
II. Recursos contrapuntísticos 255
UI. Análisis de la Sonata Op. 53, "Wald-
stein", de Beethoven . 258

Lista de obras mencionadas 263


Bibliografía . . . 273
Índice analítico. . . . . . . 275

También podría gustarte