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DICCIONARIO DE POLÍTICA

b ajo la direcció n de
N O R BER TO B O B B IO , NICOLA MATTEUCCI
y GIANFRANCO PASQUINO

nueva edición enteramente revisada y ampliada

redactores de la edición en español


JOSÉ ARICÓ, MARTÍ SOLER y JORGE TULA

traducción de
RAÚL CRISAHO, ALFONSO GARCÍA, MIGUEL MARTÍ,
MARIANO MARTÍN y JORGE TULA

siglo
veintiuno
editores
CÁMARA DE DIPUTADOS
grupo editorial
siglo veintiuno
siglo xxi editores, méxico siglo xxi editores, argentina
CERRO DEL AG U A 2 4 8 , ROMERO DE TERREROS, GUATEMALA 4 8 2 4 , C 1 4 2 5 BUP

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IL U S T R A C IÓ N 779

(a través de distribuciones desiguales), más ohedience lo law, en Lawattd philosophy, a car­


allá del cual intervienen redistribuciones ini­ go de S. Hook, Nueva York, New York L'niver-
gualitarias. Ésta es, por lo tanto, menos ini­ sity, 1964; R. Nozick, Anarchy, State, and utopia,
gualitaria que las ideologías que basan la desi­ Nueva York, Basic Books. 1974; A.M. Ükun,
gualdad de tratam iento en la herencia, en el Igualdad y eficiencia: la gran disyuntiva (1975),
color, en la religión o en la riqueza. Buenos Aires, Sudamericana, 1982; F. Oppen-
Naturalmente no hay contradicción en con­ heim, Egalitarian núes of disiributiun, en Elhics.
siderar la meritocracia inigualilaria y justa xc, 1980; R.J. Pennock, Sontos VIII: Eqnality,
al mismo tiempo. También se puede conside­ N'uc\a York, Athertun, 1967; D. Rae, Equalities,
ra r injusta y sin embargo deseable por otras Cambridge. Harvard University Press, 1981; J.
razones: injusta, porque la habilidad de un Rawls, Teoría de la justicia (19711, México, Fon­
individuo depende en parte de factores que do de Cultura Económica. 1979; J.H. Schaar,
no están bajo su control, como la inteligen­ Sonic ways of thinlcing about eqnality, en Philo­
cia innata, la educación o el adiestramiento sophy, polines and society, a cargo de P. Laslett
(por lo menos en ausencia de una cúmplela y W.G. Ruñe imán. Oxford, Blackwell, 1962; M.
i. de oportunidades de instrucción); sin Young, El triunfo de la meritocracia (1962),
embargo es deseable de acuerdo con bases Madrid, Tecnos, 1964.
utilitaristas, ya que los incentivos para una
mayor productividad aumentan el bienestar [FELIX fc. OPI’ENHF.IM]
de lodos.
Este análisis presenta cierta relación con
la cuestión de la justificación de la i. Se ha
afirmado con frecuencia que los hombres son ilustración
iguales, y por lo tanto que el igualitarismo es
justo o el inigualitarismo equitativo porque 1 lA ILUSTRACION. FORMAUF. PENSAR DIFl XDIDA EN EL
los hombres son desiguales. Por ejemplo, un siglo xviit El término i. indica un movimien­
experto en ciencia política considera, en un to de ideas que tu to su origen en el siglo xvu
articulo reciente, "la gran discrepancia entre (o incluso en los siglos precedentes, a partir
los hechos de desigualdad observados y el del xv, según la interpretación de algunos
valor de la i. como un serio compromiso inte­ historiadores), pero que se desarrolló sobre
lectual” (Schaar, 1964). Como si fuera inco­ todo en el siglo xvm, y que precisamente por
herente sostener que los hombres deberían esto se llamó "siglo de las luces”. Este movi­
tener iguales oportunidades a pesar de tener miento se propone desarrollar la lucha de la
inteligencias desiguales, o bien salarios desi­ razón contra la autoridad, o bien la lucha de
guales a pesar de sus necesidades fundamen­ la "luz" contra las "tinieblas". De ahi se deri­
tales iguales. De las generalizaciones empíri­ va el nombre de i., traducción de la palabra
cas no se puede llegar a principios norm ati­ alemana Aufklartmg, que significa esclareci­
vos; la i. y la desigualdad de alguna caracte­ miento. clarificación, dilucidación. La i. es,
rística personal no entrañan la deseabilidad pues, una filosofía militante, de critica a la
del igualitarismo o del in igualitarismo. tradición cultural e institucional; su progra­
ma es la difusión del uso de la razón para diri­
bibliografía. S.I. Benn y R.S. Peters, Social prin­ gir el progreso de la vida en todos sus aspec­
cipies and tlie democralic State, Londres, Alien tos. Esto es, la expresión del proceso de secu­
and Unwin. 1959; 1. Berlín. Eqnality as ideal, en larización de la ciencia política.
Justice and social palicy, a cargo de F.A. Olafsun, Mas allá de esta definición muy general, se
Englcwood Cliffs. Prentice Hall, 1961; W.T. necesita todavía considerar que no se trata
Blackstonc. On lite meaningand justificarían of de un movimiento homogéneo: no se puede ni
lite principie uf eqnality. en Elhics, l.xxxt, 1971: encontrar en ella un sistema de ideas ni una
R.B. Brandt, Social justice. Engleivood Cliffs. escuela; puede decirse que es sobre todo una
Prentice Hall, 1962: C. Frankel, Eqnality uf mentalidad, una actitud cultural y espiritual,
opportunity. en Ethks, L.xxxt. 1971; M. Gins- que no sólo es de los filósofos en sentido
berg, On justice in suciety. llhaca. Cornell l'ni- estricto, sino de gran parte de la sociedad de
versitj Press, 1965; C.B. Monroe, Eqnality and la época, en particular de la burguesía y de
780 11.1 S T R A C IO N

Ion intelectuales, pero también de la sociedad No obstante, con diferencias a veces impor­
mundana en sentido amplio, y hasta de algu­ tantes. también hay una i. alemana, italiana,
nos reyes. Le corresponde, por lo tanto, un española, austríaca, y una i. de los países de
amplio clima de opinión, en el que sin embar­ la Europa oriental.
go se observan, junto a las ideas predominan­ Claro está que a tales complejidades corres­
tes. diversas excepciones y originalidades, ponden historias diversas en cuanto a perio­
tanto ideales como geográficas o cronológi­ dización, asi como a problemática, a relacio­
cas. El término philosophe, con que el ilus­ nes entre los estratos sociales, a intereses eco­
trado se deline a si mismo, indica la figura nómicos, etc. En cada país la i. tiene peculia­
de un vivificador de ideas, de un "educador", ridades propias. Pero aun teniendo en mente
de aquel que en todo se deja guiar por las todo esto, puede intentarse, a título de orien­
luces de la razón y que escribe para ser útil, tación. una periodización muy general, distin­
para dar una contribución al progreso inte­ guiendo una primera generación que madu­
lectual, social y moral, contra cualquier for­ ra las ideas ilustradas en la primera mitad del
ma de tiranía, ya sea intelectual, moral o reli­ siglo xvm, y una segunda lase, que es la de
giosa. El philosophe se deline antes que nada la generación de los "enciclopedistas" en
por su función en la sociedad: quiere llegar a Francia, de Lessing en Alemania, de los teó­
la instauración en el mundo de un nuevo ricos de las reformas juridico-polnicas en Ita­
orden, caracterizado por la felicidad, y por lia. Esta segunda generación es aquella que,
ello quiere que la philosophie esté al alcance particularm ente a partir de los años setenta,
de todos, en contraposición con la filosofía ve gradualmente extinguirse las ilusiones de
antigua. colaboración con el poder, y es en gran parte
Este modo de pensar y de sentir se difun­ por ello que. junto a las doctrinas de la Hu­
dió en muchos países de Europa durante el evetopé(lie. se encuentran ideas igualitarias y
siglo xvm. Tuvo sus prim eras manifestacio­ tesis utopistas.
nes en Inglaterra y en Holanda, pero fue un
movimiento que interesó sobre todo a Fran­ ii racionalismo y NATI KAI.ISMO. La i. es un movi­
cia, donde la decadencia del gobierno abso- miento de escasa originalidad teórica; es prin­
luto oriento la filosofía a la doctrina política cipalmente ecléctico. La ciencia, interpreta­
y social. En este país, entre las clases privile­ da en sentido práctico y utilitarista, es el
giadas, el clero poseía cerca de la quinta par­ núcleo alrededor del cual gravita el pensa­
le del territorio nacional, con una enorme ren­ miento. Para el siglo xvm, la seguridad y la
ta y con exenciones y privilegios sustancia­ confianza en la razón se derivan de la cien­
les, y la nobleza tenía privilegios análogos y cia. Los éxitos de las ciencias experimentales
rentas sumamente considerables, por lo que fomentan la idea de que ese mismo método
la burguesía, cuya cultura y cuya importan­ conduce a un progreso concreto en todos los
cia económica aumentaron hasta el punto de campos de la cultura y de la vida. Por este
convertirla en el verdadero sostén de la socie­ motivo, también el pensamiento político tie­
dad, no pudo dejar de considerarlas como cla­ ne fe en la posibilidad de la felicidad y del pro­
ses de parásitos. En la primera mitad del siglo greso bajo la guia de la razón.
xviii, pues, se publican numerosísimos libros La razón, en efecto, es el órgano típicamen­
y opúsculos de temas directam ente y. aún te ilustrado, que se contrapone a la autoridad
más, indirectamente políticos: obras históri­ y a los prejuicios. Para algunos, proporciona
cas sobre las antiguas instituciones francesas, pocas verdades elementales e indudables, que
o bien sobre la justificación y sobre el fin del tienen el valor de postulados de la ciencia, y
gobierno, obras sobre la constitución ingle­ que se consideran evidentes por si mismos,
sa, informes de viajes a países exóticos que a tal grado que no requieren ninguna demos­
generalmente se comparaban con Francia, tración; estos postulados constituyen el fun­
propuestas de reforma y. en general, obras damento del razonamiento y del crecimiento
de propaganda, con más frecuencia negativas de los conocimientos. Sin embargo, la razón
que positivas. En la segunda mitad del siglo se aplica sobre todo a los datos proporciona­
w iii se difundió ampliamente la discusión dos por los sentidos; la i., en efecto, hace suya
de estos temas e invadió todo género literario. la formula "nihil est in iniellectu quiñi prius
IL U S T R A C IÓ N 7.SI

non fueril in sensn" y. procediendo con el do primitivo, o sea los derechos que le corres­
método analítico racional de las ciencias, ponden a su dignidad de hombre, por el solo
aspira a encontrar verdades indiscutibles o, hecho de ser hombre. Cualquiera que sea la
cuando esto no es posihle, generalizaciones razón por la que el hombre ha pasado a la vida
legítimas que tengan una valide/, metodoló­ civilizada (cuando el estado de naturaleza nu
gica 1'lindada. La explicación está en el hecho se considera como una simple hipótesis o ter­
de que los ilustrados tienen una confianza ili­ mino de comparación meramente racional,
mitada en la razón y se proponen liberar el esto no modifica las conclusiones), la puesta
conocimiento humano de ludo lo que no está a punto de los derechos naturales es impor­
de acuerdo con la razón, sobre todo si pro­ tante, precisamente para establecer los dere­
viene de la tradición y de la historia. Por esto. chos inalienables del hombre, es decir los
Kant le atribuye a la i. el lema "supere ande!". derechos que la sociedad civil está obligada
Este espíritu critico, que se propone some­ a tom ar en cuenta, asi como para dem ostrar
ter lodo el saber al tamiz de la razón, abarca el fundamento racional del estado.
todos los aspectos de la actividad humana. No Utilizando el mismo procedimiento racio­
faltan tampoco las exasperaciones del proce­ nal se habla también de una moral natural y
dimiento analítico racional, que conducen al de una religión natural, en que la referencia
mecanicismo determ inista de un La Mcttric a la naturaleza tiene el mismo significado
o al materialismo del barón de Holbach, cau­ mencionado a proposito del derecho natural.
sados precisamente por la pretensión de apli­ La moral natural se propone, ante todo, ser
car rigurosamente los criterios de la ciencia una moral independiente de la religión, en
a la actividad humana, aun a la sentimental, f unción del hombre mundano, considerado
cosa que se gana las criticas de muchos de los tal como es y no tal como debería ser. De ahí
mismos ilustrados. Los resultados más inte­ se deriva una antropología y una psicología
resantes de este nuevo modo naturalista de ilustradas, destinadas a poner de relieve la
filosofar son las consideraciones de Montes- inevitabilidad de las pasiones y también su
quieu sobre el vinculo existente entre las ins­ bondad, llegando a entenderlas algunas veces
tituciones políticas y las leyes jurídicas, por como la condición indispensable de la reali­
una parte, y el ambiente físico y el clima, por zación de lo sublime, tanto más cuanto más
la otra. fuertes son y cuanto mas están en armonía
También en el campo de la filosofía jurídi­ (véase, por ejemplo, Diderot). Los fundamen­
ca todos están de acuerdo, aunque con diver­ tos de la moral ilustrada son algunos princi­
sas características, en establecer como fun­ pios, también universales, percibidos igual­
damento del derecho a la naturaleza, y se mente por todos los hombres razonables, que
habla de derecho natural o de ley natural, en se reducen a ser principios de tolerancia
que "naturaleza" significa ante lodo lo que moral, ya que se cree que también la moral
no es sobrenatural, y de manera específica la está relacionada con las características de un
esencia del hombre, es decir la razón. Con pueblo y con los aspectos naturalistas del
esto la i. se une a la escuela del derecho natu­ ambiente. De ahí se deriva una moral relati­
ral y cree poder construir un cuerpo de nor­ vista, hedonista, o una moral del sentimien­
mas jurídicas universales e inmutables, que to. pero de cualquier modo una moral utili­
por el momento constituyen el criterio de jui­ tarista.
cio de la legislación vigente, pero que en un También en lo que se refiere a la religión
estado ilustrado m.* transform an al mismo las ideas son muy diferentes entre si. aunque
tiempo en causa eficiente y tina! de la legis­ siempre prevalece un modo de sentir que se
lación misma. Para explicar los principios del opone al misterio como a lo que no está de
derecho natural se recurre, como ya se hahia acuerdo con la razón. De ahí se deriva el
hecho en el siglo xvu, a la naturaleza huma­ rechazo de las religiones reveladas en gene­
na in se, prescindiendo de las modificaciones ral. La religión mas típicamente ilustrada es
que ha introducido en ella la cixilizacion. el deísmo, que reconoce la existencia de un
suponiendo un status naturae anterior a la dios personal y creador del uni\erso. concep­
sociedad civil. \ definiendo los derechos que to al que se llega racionalmente partiendo de
el hombre debe haber tenido desde este esta­ la observación de la armonía que reina en el
782 ILUSTRACION

universo; sin embargo no se admite ningún mo ilustrado no significa simplemente un


otro atributo de Dios, y mucho menos se rechazo o un desinterés por todo lo que ha
admiten los cultos, los ritos, los dogmas, etc. traído la historia sino más bien un rechazo
En una palabra también en este campo se de lo que tiene autoridad por el solo hecho
aceptan los principios que se consideran de ser histórico, una ampliación del tamiz de
comunes a todas las religiones y a todos los la razón a todo lo que desde siglos se acepta­
pueblos y que, desligados de los supuestos ba pasivamente, en conclusión, un rechazo del
trascendentales, resultan de acuerdo con la principio de autoridad.
razón o con la naturaleza. La religión se con­ Paradójicamente, justo el llamado antihis­
vierte en un modo de sentir, en un sentimien­ toricismo ilustrado está en el origen de la nue­
to intimo de comunión con Dios, que se deri­ va historiografía riquísima, que se presenta
va de la adhesión sentimental a la armonía como "crítica", o sea que reexamina las fuen­
de la naturaleza. Es comprensible que la tran­ tes y reconstruye la historia con mente
sición del deísmo al inmanentismo y al pan­ desembarazada de preconceptos políticos y
teísmo sea fácil; sobre todo los ilustrados más culturales, con método "científico", y da lugar
jóvenes identifican frecuentemente la natu­ de esta manera a las grandes obras históri­
raleza con Dios, cuando no proclaman un cas e histórico-politicas del siglo xvm (basta
ateísmo m aterialista. Sin embargo, si el deís­ pensar en las obras de Montesquieu y de Vol-
mo es la religión de muchos ilustrados, se taire, cuyos métodos pueden asumirse como
puede afirmar que casi todos ellos fueron, por típicos intentos de innovaciones respecto de
lo menos en una fase de su vida, deístas. Y la historia-relato de tipo tradicional, el pri­
esta religión natural no sólo pone de mani­ mero por la conexión hecha evidente entre la
fiesto una exigencia de rechazo de lo sobre­ historia y la ciencia de la sociedad que pue­
natural y de oposición a las religiones histó­ de extraerse de ésta; el segundo por la con­
ricas sino también una exigencia de procla­ cepción de la historia como historia de la civi­
mar nuevamente el principio de la tolerancia. lización, como conquista progresiva de cono­
En conclusión, la naturaleza es el funda­ cimientos que es a la vez conquista de arm o­
mento de la ética y de la religión, del mismo nía, felicidad y libertad).
modo que es el centro al que se orienta el Este llamado antihistoricismo constituye
conocimiento y del que proviene el conoci­ por un lado el limite de la i. en la medida que
miento. Así como proporciona las leyes de la significa abstractismo. Los ilustrados no con­
lógica, así también proporciona las leyes de sideran al hombre y a la sociedad como his­
la vida social y unifica todo el orden de las toria sino más bien como razón y naturale­
relaciones y de los fines del hombre. Basán­ za, no los ven como entidades individuales
dose en la naturaleza es como el hombre diri­ sino universales. A pesar de esto se puede ver
ge sus intereses; se da cuenta de que su reali­ en este carácter la fuerza de la i. porque está
zación y su posibilidad de perfeccionamien­ unido con la confianza que el hombre tiene
to provienen de su conocimiento de la natu­ en si mismo y en sus posibilidades, y le da
raleza, lo que significa que también provie­ fuerza para influir profundamente en la cul­
nen de su posibilidad de librarse del dominio tura europea del siglo xviii v para suprim ir
de la naturaleza y de dominarla por sí mis­ doctrinas e instituciones va superadas. En
mo. En esto, el hombre de la i. es el heredero realidad, más que de antihistoricismo se
del hombre del Renacimiento. Si es cierto, debería hablar de una nueva concepción de
pues, que la naturaleza está en el centro de la historia, basada en la experiencia y en el
su interés, también es cierto que ese interés descubrimiento de una relación segura exis­
está en función del hombre y del acrecenta­ tente entre la historia y el conocimiento de
miento de su poder. La i. tiene una confianza la naturaleza, que se vuelve patrimonio cul­
incondicional en la perfectibilidad del hom­ tural común de todos los hombres. El senti­
bre y en su capacidad de progresar hacia una miento de solidaridad entre los pueblos y el
era mejor. Es, por lo tanto, el mismo huma­ cosmopolitismo ilustrados tienen su funda­
nismo el que lleva a la i. a una actitud que se mento en esta concepción.
ha llamado, de una manera no totalmente
apropiada, antihistoricismo. El antihistoricis-
ILUSTRACION 783

m razón e i n s t i t u c i o n e s . La i. le da diversas que en general se puede decir que ninguno de


formas a la tentativa de racionalizar la con­ ellos es propiamente un revolucionario. En
dición del homhre, o bien de hacerla más feliz. el prim er periodo se produce una reflexión
La obra de los ilustrados se concentra alre­ sobre las instituciones que es sobre todo una
dedor de este fin práclico. Por lo cual llevan racionalización de las mismas o una referen­
conscientemente a cabo la idea del progreso, cia a su deber ser o a su naturaleza. Éste es
abandonando la representación de la historia el sentido, por ejemplo, de gran parte de la
como una decadencia continua y gradual, obra de iMontesquieu, que no niega de ningu­
para considerarla más bien como un progre­ na manera la bondad de las instituciones del
sivo e indefinible mejoramiento institucional, anden régitne, sino que explica su íntima
económico, moral, civil, tanto mayor cuanto racionalidad y señala la deontología de su fun­
más decididamente esté guiado por la razón. cionamiento, que consiste precisamente en
Con esto es con lo que el ilustrado pretende asegurar la libertad; el llamado a la garantía
consolidar su libertad de la historia, convir­ de la libertad se traduce en el llamado al res­
tiéndose en su dominador más bien que en su peto de la constitución.
servidor: con esto es con lo que se propone La teoría contractualista, que pretende ser
consolidar su libertad ante las cosas, de las sobre todo un criterio de legitimidad del esta­
cuales se libera ampliando sobre ellas, como do, tiene un significado parecido. Y el moti­
sobre la historia, el dominio que proviene de vo recurrente de la constitución inglesa, basa­
su conocimiento y del convencimiento corres­ da en la idea de la distribución de poderes,
pondiente de que éstas son sólo un elemento más que una propuesta concreta pretende ser
condicionante e inevitable de la actividad una descripción del modo en que un estado
humana. Si por una parte se liberan las cosas monárquico puede asegurar la libertad, o una
humanas del dominio de lo trascendental, por exaltación de la misma libertad, y principal­
la otra se sostiene la decisión de construir mente de la libertad de expresión.
sobre ellas un nuevo mundo, libre y feliz, y La insistencia de los ilustrados en la natu­
para tal fin la razón inspira proyectos de raleza y en el espíritu de las leyes y de las
reformas sociales y económicas, nuevas legis­ constituciones deriva del temor al peligro
laciones, una obra de educación colectiva, de siempre presente ante el despotismo y del cul­
la que se espera una renovación efectiva de to genuino de la libertad civil y política, que
la vida y un acrecentamiento de la felicidad. para ellos significa sin duda que la obligación
La obra ilustrada por excelencia, la Encyclo- está expresada y al mismo tiempo limitada
pédie, utiliza por un lado, como medio, la cri­ por la ley. Montesquieu, Voltaire, Rousseau.
tica universal aplicada a todos los campos, y Diderot, aun en la profunda diversidad de sus
por el otro se propone, como fin, reunir y uni­ doctrinas, creen firmemente en este princi­
ficar en un sistema general los conocimien­ pio. Los temas conectados con una reforma
tos para divulgarlos y trasm itirlos a la pos­ judicial son objeto de atenta reflexión. La cul­
teridad, con la convicción de que el fortaleci­ tura italiana, por lo demás, presta particular
miento de la institución determina también atención al problema jurídico, o bien de la
el acrecentamiento de la virtud y de la felici­ codificación y de la administración de la jus­
dad. El problema de la nueva instrucción es ticia, partiendo del supuesto de que las leyes
enfrentado y debatido directamente, sea racionales pueden y deben escribirse e impo­
como fuere, por los ilustrados en muchos paí­ nerse como leyes positivas y aplicarse rigu­
ses europeos. rosamente en los juicios.
La adhesión a estos conceptos adquiere En cuanto a la forma de gobierno, el ideal
características diversas entre cada uno de los predominante es el del despotismo ilustrado,
ilustrados, y sobre todo entre la prim era y la es decir, del soberano filósofo que es un
segunda generación de los philosuphcs. La auténtico philosophe y que. ilustrado preci­
renovación social, que está implícita en las samente por la razón, fortalecida a su vez por
doctrinas ilustradas, para los philosophes sus conocimientos, promueve las reformas
más viejos es más bien una consecuencia indi­ adecuadas para el establecimiento del bienes­
recta. v su crítica a las instituciones es menos tar y de la felicidad de los súbditos. No por
radical que la de los más jóvenes, a pesar de acaso en muchas voces de la Encyclopédie
7ü4 ILUSTRACION

retorna e! concepto de que la autoridad sobe­ estructuras institucionales, de un ordena­


rana está fundada en el consenso, principio miento social completamente distinto del ac­
observado como válido por cualquier forma tual. Aparecen entonces en algunas obras las
de gobierno. Por esto, muchos se oponen al ideas republicanas, que ciertamente no son
anden régime y a cualquier forma de tiranía ideas características de la i. Del mismo modo,
y cifran su esperanza en los soberanos euro­ surgen el socialismo y el comunismo del siglo
peos que se consideran ilustrados, como Fede­ x v i i i , que dan origen a construcciones utópi­

rico de Prusia y Catalina de Rusia. La actitud cas, semejantes en muchos aspectos a las de
negativa de los ilustrados franceses hacia la los llamados socialistas utópicos del siglo xix.
monarquía se dirige más bien hacia la perso­ Por otra parte se trata de manifestaciones es­
na del monarca que a la institución. porádicas, ya que en general los ilustrados
La misma economía, que los filósofos del no atacan el derecho a la propiedad privada
siglo xviii consideran uno de los principales sino más bien lo defienden. Además, ninguno
instrumentos para la racionalización de la de estos socialistas concibe la posibilidad con­
vida, es juzgada como un medio en manos creta de llevar a cabo una revolución en el
ante todo del soberano. La doctrina económi­ campo político; como todos los demás pltilo-
ca típicamente ilustrada es la fisiocracia, que sophes, rechazan toda acción revolucionaria
se basa en la idea de un orden natural regido porque la consideran como un remedio siem­
por las leyes eternas, al que es racional adap­ pre peor que lo que se pretende sanar. El ideal
tarse. ya que esas leyes, si no se violan, pro­ republicano de estas obras es principalmen­
ducen la máxima prosperidad y armonía. te un ideal literario.
Para los fisiócratas, la legislación positiva También los que lanzan acusaciones violen­
debería favorecer, por lo tanto, la explicación tas al gobierno y demuestran ya una clara
del orden natural, concediendo la máxima conciencia de su propio estrato y de la explo­
libertad económica. Sin embargo, los fisiócra­ tación a que está sometida la burguesía, que
tas no pretenden derrocar la monarquía; por todavía está excluida de la vida pública en
el contrario, la monarquía absoluta es para beneficio de las clases superiores, terminan
ellos aceptable en la medida en que adopten proponiendo rem edios extrem adam ente
una política económica ilustrada. moderados, como, por ejemplo, una educa­
Es comprensible que la filosofía de la i. sea ción adecuada que se destine principalmen­
la filosofía de la burguesía. El burgués es el te a los reyes y que desarrolle su razón a tal
hombre nuevo que lucha por las reformas grado que los lleve a comprender que su inte­
progresistas contra el oscurantismo y contra rés personal es el interés mismo de los sub­
los privilegios de la aristocracia y del clero. ditos. De ahí se deriva una concepción por la
Su filosofía es la f ilosofía de la liberación, de que el verdadero reform ador sigue siendo
un ideal racionalizado intelectualmente pero siempre el soberano y la tarea del pililo-
no socialmente. La libertad de comercio, la sophe sigue siendo una vez más una tarea edu­
abolición de los privilegios y de las inmuni­ cativa, o sea la tentativa de hacerle entender
dades de las otras dos clases, la divulgación al soberano que la política tiránica es una
de la cultura, la revisión del sistema fiscal, mala política. “Tout p o u rle peuple, ríen pal­
etc., son los motivos de la filosofía del siglo le peuple" es la fórmula que retoma la doc­
x v i i i , pero son sobre todo las aspiraciones de trina del despotismo ¡lustrado.
la burguesía. Se puede decir que la i. es la filo­ También el ideal revolucionario puede
sofía del Tercer Estado, mas no la filosofía excluirse de los pensadores que establecen
del pueblo, hacia el que los philosophes mues­ teóricamente sociedades civiles basadas en la
tran mas bien cierta desconfianza v cierto re­ voluntad del pueblo o, mejor dicho, en la
celo, por lo menos mientras se lleva a cabo su voluntad general, término que se refiere a uno
educación. de los conceptos fundamentales del pensa­
miento político de Rousseau, pero que tam­
i\ h a z o s v r e s o v a c i o s s o u a i Solo en la segun­ bién es usado por otros ilustrados (v. Didc-
da generación ilustrada se agudizan las refe­ rot, en el vocablo IJroit naturel de la Encyclo-
rencias a una renovación social radical, la idea ptdie). Se trata de ideas que difícilmente tie­
de una sociedad transformada en sus mismas nen cabida dentro de la i. El pensamiento tipi-
ILUSTRACIÓN 785

trámenle ilustrado debe encontrarse en un V. I.A ILUSTRACIÓN EN F.l. SICiLO XX. PROBLEMAS MISTO-
curpus literario y debe buscarse sobre todo RIOGKAFICOS E INTERPRETATIVOS. Eli nuestro
en el espíritu de la Encyclopédie. Las ideas siglo, v sobre todo a p artir de la segunda gue­
que caracterizan en cambio estas nuevas rra mundial, la i. es entendida en general
construcciones sociales indican más bien que como un pensamiento en continuo progreso
se está abriendo camino gradualmente otro y como una apertura a la praxis concreta del
mudo de sentir, que se está apagando la espe­ hombre. A los ilustrados se les atribuye el des­
ranza puesta en la obra reform adora de los cubrimiento de la razón no como función
déspotas ilustrados (la repartición de Polonia especulativa sino más bien como un conjun­
le asesta un duro golpe a las ilusiones de los to de instrumentos conceptuales operativos.
philosoplies), y que se presenta por- primera Por esto, la Resistencia hace suyos los valo­
vez el ideal del ejercicio de la soberanía pul­ res de la i. y los identifica con sus ideales y
parte del pueblu. con el pensamiento revolucionario capaz de
Las construcciones de sociedades perfectas, transform ar el mundo, v asimismo se los opo­
que abundan sobre todo en la segunda fase ne a las filoso!ias conservadoras de la his­
del movimiento, son racionalizaciones del toria.
concepto de armonía, que la i. aplica a todos La esencia de la i. se encuentra en la alter­
los aspectos de la vida. En este caso, la armo­ nativa, dado que el ilustrado considera que
nía. que es la condición de la felicidad o la feli­ la posibilidad del perfeccionamiento huma­
cidad misma, se traduce frecuentemente en no puede realizarse en el mundo de los hom­
la trasposición del mito del bou sauva^e, usa­ bres y que, en consecuencia, la actividad
do a menudo en el siglo xvm también como humana y el proceso histórico están condicio­
instrum ento de polémica política y antiteo­ nados ante todo por un acto de elección y pue­
lógica. Las tierras que los exploradores des­ den someterse además a una evaluación crí­
cubren, y cuyas características divulgan des­ tica. Su concepción pragmática de la historia,
pués a través de relaciones de viaje que publi­ orientada a encontrar las fuerzas motoras de
can a su regreso, simbolizan el estado natu­ la historia misma, evita de manera tenaz la
ral que la civilización ha corrompido con sus búsqueda, en la metahistoria, de la justifica­
convenciones. El salvaje parece vivir una vida ción de la actividad humana y, por lo tanto,
auténtica y espontánea; el ilustrado sabe que su aceptación pasiva.
el regreso a un estado anterior a la civiliza­ El objeto de la i. es, por el contrario, el
ción es imposible, pero está convencido de dominio de la razón sobre la naturaleza inter­
poderse inspirar en las sociedades primitivas na y externa, y por lo mismo la abolición del
para crear ordenamientos comunitarios que miedo a lo sobrenatural. Por este motivo
le permitan al hombre, cualquiera que sea el la i. es también la filosofía de la ciencia y deja
país en que viva y el grado de civilización en suspenso el juicio sobre todo lo que no
alcanzado, una vida igualmente auténtica y se explica con el criterio del cálculo y de la
espontánea. El llamado antihistoricismo ilus­ utilidad.
trado es también este modo de prescindir de Este rechazo del principio de autoridad
las situaciones concretas de los pueblos. aclara incluso por qué en las últimas décadas
El ideal revolucionario es preparado, por en Francia el término philosophe ha sido asu­
lo tanto, por el clima que la i. contribuye a mido por quienes quieren acentuar la nove­
crear, pero no es un ideal ilustrado. Los phi- dad absoluta, la ausencia de raíces, de una
losoplics no toman parte en la revolución forma particular de creatividad, artística o
francesa, excepción hecha de Condorcet. el critica. El ejemplo más reciente es el de un
más joven de ellos. Sin embargo, es signifi­ grupo de intelectuales que se han definido a
cativo el hecho de que la revolución que nace si mismos como los nouveaux philosophes, los
de ese clima sea una revolución burguesa, y cuales, desconociendo la eficacia de las res­
que la Declaración de los Derechos del Hom­ puestas que ios filósofos precedentes han
bre redactada por la Asamblea Constituyen­ dado a las inquietudes del hombre y a las cri­
te de 1789 sea una expresión del individua­ sis de la sociedad, advierten un estrecho liga-
lismo y de los intereses de la burguesía. men entre filosofía y política, entre saber y
poder, sacan a luz su carácter represivo, y
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sobre esto abren una critica radical a las for­ dental, el dilema que se plantea es si es pre­
mas culturales e institucionales del pasado ciso abandonarlo o bien introducir en él
y del presente, rechazan el marxismo como correctivos que eliminen su tendencia des­
fundamento de su izquierdismo y reivindican tructora y autodestructora. Esta segunda
la autonomía y la libertad de su pensamien­ hipótesis es la que inspira el renacimiento
to sobre temas de nuestro tiempo. ilustrado por parte de la cultura alemana (por
No es difícil explicar y comprender la con­ ejemplo los más jóvenes seguidores de la
dena romántica y sobre todo hegeliana de la escuela de Frankfurt).
i., que hizo que tuviera que pasar mucho tiem­ La insatisfacción ante las lecturas parcia­
po. tras la revolución, para que al movimien­ les y la sensación de que muchos problemas
to de los philosuphes se le dedicara una seria permanecen todavía sin solución para llegar
atención y fuera revaluado. De hecho, es pre­ a una interpretación segura, ha llevado
ciso llegar al umbral de nuestro siglo, cuan­ recientemente a los estudiosos a la búsque­
do la concepción romántica de la historia v da histórica quizá demasiado minuciosa, par­
en general las filosofías de la historia serán ticularmente en las zonas hasta ahora poco
sometidas a critica y puestas en discusión, exploradas, por lo que actualmente se obser­
para que se inicie una historiografía seria de va un notabilísimo reflorecimiento de los
la i. El mérito de ello pertenece a Wilhelm estudios sobre la ilustración.
Dilthey v más tarde a Ernst Cassirer y a Frie-
drich Mcinecke. Después de éstos, la historio­ b i b l io g r a f ía : VI.S. Anderson. Historians and
grafía sobre la edad de las luces se vuelve eightaenth ceniury Europa, 1715-1789, Oxford.
riquísima, y lo es todavía, considerando los Oxford Clarendon Press. 1979: B. Baczko, L 'ino­
estudiosos que muchos nudos quedan aun por pia: immaginazione sacíale e rappresemazione
resolver. Se lian incluso intentado claves utopiche nell’etá dell’illuminismo (1978), Turin,
interpretativas particulares que tienden a dar Einaudi, 1979; G. Benrekassa, Le concentrique
unidad a un movimiento tan variado, en el que el l'exccntrique: margas das humeras, París,
eran comunes los enemigos a vencer, pero no Payot, 1980: E. Cassirer, La filosofía de la ilus­
desde luego las soluciones propuestas. Asi, tración (1932), México. Fondo de Cultura Econó­
partiendo de un análisis sociológico, la i. ha mica. 1943: L.G. Crocker, Uñeta di crisi: nomo
sido identificada tout cauri con el pensamien­ e mondo nal pensiero franease dal settecento
to de la burguesía (por ejemplo, por L. Gold- (1959), Bolonia, II Mulino, 1975: F. Díaz, Filoso­
mann); el estructuralism u intentó su lectura, fía a política nal sal lácenlo francesa, Turin,
y hoy todavía estudiosos en cierto modo vin­ Einaudi. 1962: L. Goldmann, La ilustración y la
culados con el estructuralism o prestan aten­ sociedad actual (1967), Caracas. Monte Avila; B.
ción especial a los problemas lingüísticos de Groethuysen, Filosofía dalla rivoluzione frailea­
los textos ilustrados. se (1956), Milán, 11 Saggiatore. 1967; G. Gusdorí,
El significado problemático y "dialéctico" l.'avéneme nt des Sciences huma ines an siécle des
lo ponen de relieve en cambio los padres de lumiaras, París, Payot, 1973; N. Hampson, Slo­
la escuela de Frunkíurt. M. Horkheimer y ria e cultura dell’illuminisma (1968), Barí, Laici­
T.W. Adorno, quienes, lejos de la armonía bus­ za. 1969; P. Hazard. t.a pansaa européenne au
cada por los philosuphes, consideran al con­ xviii siécle: de Montesquiau á Lessing, París. Boi-
trario que los ilustrados pagaron la adquisi­ vin et Cíe., 1963; M. Horkheimer y T.W. Adorno.
ción de su dominio sobre la naturaleza con Dialéctica dal iluminismo (1947), Buenos Aires,
el precio de la enajenación de la naturaleza Sudamericana; R. Koscllcck, Crítica y crisis del
misma. La relación entre el ilustrado y la mundo hurgues (1959), Madrid, Rialp, 1965: N.
naturaleza ha sido parangonado con la que Merker, L'illuminismo tedesco: ala di Lessing.
hay entre el dictador y los hombres: la cono­ Bari. Laiciza, 1968: R. Pomeau, ¡.'Europa des
ce sólo en tanto puede m anipularla; también lamieres: cosmopolitisma ai imité européenne au
el científico conoce las cosas en tanto puede dixhttiiiéme siécle, París, Stock, 1966: A. Santucci
manipularlas, pero esto implicaría una trans­ (comp.), ¡ntepretazioni dell'illuminismo, Bolonia,
formación de la esencia de las cosas en sim­ II Mulino, 1979: F. Valjavec, Historia de la ilus­
ple sustrato de un dominio total. Por ¡o tan­ tración an Occidente (1961). Madrid, Rialp, 1961;
to, si la i. es un paradigma de la historia occi­ F. Venturi. Settecento riformatora, Turin, Einau-
IM P E R IA L IS M O 787

di. 1969-1979. 3 vols.; F. V e n lu ri, Utopia e rifor­ da respecto a la Alemania nazi, un proyecto
ma nell'illuminismo, T u rm , E in a u d i, 1970. hegemónico más limitado en el área del Medi­
terráneo. Después de 1945 se agotó el proce­
(SAFFO TESTUNI BINETT l] so imperialista de los estados europeos y de!
Japón y se produjo el proceso de descoloni­
zación. pero el fenómeno del i. ha continua­
imperialismo do manifestándose, obviamente bajo formas
diversas, ya sea a través de las relaciones
l.INTRODUCCION. Si los fenómenos que normal­ hegemónicas instauradas entre las dos super-
mente se vinculan con la expresión “i.” —ex­ potencias y los estados de su bloque corres­
pansión violenta por parte de los estados o pondiente, ya sea a través de la política neo-
de sistemas políticos análogos del ámbito colonialista practicada sobre todo por Esta­
territorial de su influencia o de su poder dos Unidos (y en menor escala por las otras
directo y las formas de explotación económi­ potencias capitalistas).
ca en perjuicio de los estados o pueblos some­ De lo dicho se comprende el surgimiento y
tidos que van unidas normalmente a estos fe­ el desarrollo de la amplia temática represen­
nómenos— se han manifestado, con formas tada por las teorías del i., las cuales tienen
y modalidades diversas, en cada época de la esencialmente por objeto el estudio de los
historia, la expresión es en cambio relativa­ fenómenos imperialistas de nuestra época,
mente reciente (B. Semmel considera que se sin excluir en muchos casos la confrontación
fue consolidando a partir de 1870 en la Ingla­ con otras épocas o el intento de elaborar teo­
terra victoriana para designar la política de rías más generales, relativas a los fenómenos
üisraeli, dirigida a reforzar la unidad de los imperialistas de cada época.
estados autónomos del imperio, o sea a crear En las raíces de este hecho existe sin embar­
la imperial federation) y solamente hacia fina­ go, en nuestra upinión, una actitud de criti­
les del siglo xix se inició el estudio sistemá­ ca y de rechazo del i., cada vez más difundi­
tico de dicho conjunto de fenómenos, surgien­ da, incluso en los países imperialistas, en
do entonces las prim eras teorías de! i., dan­ escala mundial (en correspondencia al hecho
do vida a un tipo de análisis que no ha deja­ de que con la expansión imperialista europea
do de desarrollarse cuantitativa y cualitati­ todo el mundo se transforma por primera vez
vamente hasta nuestros días. Esto depende en un sistema interdependiente), y que tiene
evidentemente del hecho de que en los últi­ su fundamento en último término en el hecho
mos decenios del siglo xix (especialmente de que el i. aparece como contradictorio res­
una vez terminados los procesos de unifica­ pecto del principio de la autodeterminación
ción italiana y alemana en 1870) se inició una nacional establecido por la revolución fran­
fase histórica caracterizada por una especial cesa y reafirmado por la revolución soviéti­
intensidad y calidad de los fenómenos impe­ ca. Es en efecto significativo que las teorías
rialistas. En efecto, entre 1870 y el estallido del i. estén en su gran mayoría orientadas des­
de la prim era guerra mundial tuvo lugar la de un punto de vista contrario al i. y la mis­
repartición casi completa de Africa entre los ma expresión "i." haya ido adquiriendo veloz­
estados europeos y la ocupación (con p arti­ mente, después de haber surgido con una con­
cipación del Japón y en menor escala de Esta­ notación positiva, un significado generalmen­
dos Unidos) de amplios territorios de Asia, te negativo —interrum piendo de esta forma
que quedaron subordinados a la influencia una tradición histórica en la que la expresión
europea (China, Persia, imperio otomanoj. "imperio", de la que deriva la de "i.”, tenía
Concluida esta fase, entre 1914 y 194.3 se también un significado positivo, entendiéndo­
desarrolla el i. particularm ente agresivo de se entonces (como puede verse, por ejemplo,
Alemania, que intenta dos veces alcanzar su en el De monarchia de Dante Alighieri) como
hegemonía en Europa; del Japón, que inten­ sinónimo de paz internacional.
ta hacer lo mismo en Asia; de la Italia fascis­ Una vez establecido esto, procederemos a
ta, que ocupa el último territorio indepen­ enum erar los puntos esenciales de las prin­
diente de Africa (Etiopia) e intenta llevar a cipales teoría*, del i., las cuales se pueden cla­
cabo, en una posición de alianza subordina­ sificar en cuatro grupos básicos: las teorías

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