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Hacia Qué Fines Nos Orientan Los Textos de Autoayuda
Hacia Qué Fines Nos Orientan Los Textos de Autoayuda
orientación de la conducta en distintos te- tre las tecnologías de gobierno y las tec-
rrenos, es preciso señalar que, al referirnos nologías del yo. Este análisis requiere con-
al fenómeno de la autoayuda en este tra- templar la subjetividad como elemento
bajo, aludimos a un tipo de literatura cuya participante en la dinámica del saber y del
aparición se sitúa a finales de los años 70, poder, y requiere distinguir en esta diná-
- con su principal foco de producción en mica las tecnologías que actúan sobre los
Estados Unidos-, que incorpora principal- otros de las tecnologías que actúan sobre
mente la herencia recibida de los discursos uno mismo. Partiendo, pues, de un marco
de las ciencias psicológica y psiquiátrica, teórico netamente foucaultiano, la res-
y cuya exitosa expansión se sostiene desde puesta a la pregunta formulada en este ar-
los años 80 hasta nuestros días. “Hemos tículo incorpora la perspectiva de autores
sido inundados- escribe Ian Hacking- por que han tomado el relevo de Foucault en
manuales que ofrecen técnicas de autosu- el trayecto que recorre nuestro tiempo.
peración. Una genealogía de la ética sería Estas aportaciones nos permiten advertir
un estudio de lo que estas técnicas son re- las conexiones de la construcción del co-
almente y de cómo las usamos sobre nos- nocimiento psicológico y de la constitu-
otros mismos.” (Hacking, 2002, 115). Si ción de la subjetividad con una determi-
reparamos en la principal fuente teórica nada racionalidad política. Es en esta
que nutre estos discursos de autoayuda, la dinámica relacional donde hemos creído
reflexión sobre este fenómeno debe im- conveniente plantear la pregunta que en lo
plicar una crítica al intento de constituir sucesivo trataremos de responder.
una ética del yo a partir de lo que las cien- El orden expositivo en el desarrollo de
cias psicológicas dicen que es el yo. Ello esta respuesta parte del análisis foucaul-
supone al mismo tiempo reconocer la he- tiano que nos permite comprender la sub-
gemonía social que en nuestra época ha al- jetividad como objetivo del poder polí-
canzado “lo psicoterapéutico”, denomi- tico, y continúa elaborando algunas zonas
nación con la que Nikolas Rose (1999) se de contacto entre el discurso psicotera-
refiere al conjunto de prácticas y conoci- péutico y la racionalidad política vigente.
mientos, derivados de las ciencias psico- En estas zonas de contacto situaremos a
lógica y psiquiátrica, que han llegado a los textos de autoayuda como elementos
erigirse en claves comprensivas y organi- adscritos a “lo psicoterapéutico”, y como
zadoras de la vida social hasta el punto de orientados a la misma eficacia de tal con-
que sea posible hablar de psicologiza- junto de conocimientos y prácticas que
ción de la sociedad. funciona como tecnología de gobierno.
Ahora bien, aquí nos proponemos ana- Por último, atenderemos con algún dete-
lizar específicamente el sentido en que se nimiento a un texto de autoayuda -que
orienta la eficacia de estos textos adop- hoy puede considerarse como uno de los
tando como instrumento analítico el con- pioneros y representativos de la ingente
cepto foucaultiano de gobernabilidad, que producción posterior- con objeto de ilus-
permite comprender cómo el sujeto se trar las conclusiones a que conduce nues-
constituye en la superficie de contacto en- tro análisis.
conducta individual. Así, por una parte de los individuos, mientras que el estado
las ciencias “psi” procuran, con las prue- pocas veces gestiona directamente este
bas de inteligencia y personalidad, y con poder con actuaciones propias. El estado
todos los instrumentos de diagnóstico y gobierna, pues, “a distancia” a través de
clasificación que producen, conveniente- las tecnologías que desde esos micro-
mente formulados en registros numéricos, mundos institucionales se organizan y se
el tipo de estadística que necesita el go- ponen en marcha. Así, la versatilidad de
bierno para traducir el pensamiento sub- las ciencias psicológicas, lejos de restar
jetivo a un lenguaje estratégico de fuerzas efectividad al conocimiento que las com-
calculables. Por otra parte, la psicoterapia pone, permite ejercer su dominio en sec-
proporciona el mecanismo de autoinspec- tores tan amplios como diversos de la vida
ción exigible a los sujetos aptos para la social. Esta misma capacidad que el co-
vida en sociedades regidas por los princi- nocimiento experto de la psyque tiene de
pios democráticos de libertad y justicia, al penetrar todos los intersticios sociales, al
mismo tiempo que asegura una interven- mismo tiempo que los del alma, permite
ción constante en lo más recóndito del comprender que las relaciones entre el po-
alma humana. He aquí una de las formas der y la subjetividad no se reducen a la al-
más sofisticadas en que el hombre de- ternativa de reprimir o conceder libertad al
viene, según la expresión de Foucault, individuo, sino que, mediante las prácticas
“animal de confesión”. de esta pericia psicológica, el poder polí-
Es importante advertir que la extensión tico, “estimula la subjetividad” (Rose,
de lo psicoterapéutico no es la de cualquier 1999) en el sentido de promover la au-
ámbito de conocimiento experto a dispo- toinspección y la autoconciencia y de mo-
sición del poder estatal, como lo fueran delar los deseos hacia la maximización de
otros discursos en la historia de las racio- capacidades.
nalidades políticas, pues el tipo de prácti- Los textos de autoayuda son, en este
cas e instituciones que este discurso re- marco de acción estratégica diferida, un
quiere para hacerse efectivo, produce lo elemento de contacto entre los fines de la
que llama Rose una “gubernamentaliza- racionalidad política, el conocimiento ex-
ción del Estado”. Esto quiere decir que la perto de las ciencias psicológicas y las
profusa y extensa red de tecnologías ad- tecnologías del yo. Son producciones tex-
juntas a lo psicoterapéutico ha constituido tuales menores derivadas de los textos es-
sus propias formas de autoridad, de modo tratégicos que el poder gubernamental
que es sobre todo por disposición de los produce en su propagación de la raciona-
innumerables microcentros del poder que lidad política en que se inserta. Dichos
lo psicoterapéutico genera (trabajadores textos estratégicos, -informes de comisio-
sociales, abogados, educadores, padres, nes investigadoras, manifiestos, regula-
policía, investigadores, etc., conformados ción normativa de los ámbitos profesio-
a menudo en asociaciones y alianzas de nales, del ejercicio de las ciencias de la
estatuto diverso) como se producen los salud, de las prestaciones sociales y la be-
programas de actuación sobre la conducta neficencia, etc.- generan a su vez textos
subordinados, como las columnas de opi- del capitalismo, propiciada por las crisis
nión, documentos divulgativos, panfletos energéticas de los 70 (Luchtenbeg y Bruno,
y propagandas diversas, entre los cuales 2006, 1) que dan lugar a nuevas tecnologías
los textos de autoayuda han ido hacién- de producción (p.ej. el desarrollo del capi-
dose un hueco cada vez más autorizado y tal financiero con base informática), oca-
consistente. Ellos conforman un área de siona lo que Foucault caracterizó como un
entrenamiento individual del sujeto en el “aparente repliegue de poder” en las fun-
tipo de habilidades y competencias que la ciones del Estado, que no puede mantener
racionalidad política prescribe y que las los costes sociales y económicos de la pre-
tecnologías emanadas de lo psicoterapéu- sencia que hasta entonces había mantenido.
tico revisan, reformulan y ayudan a com- El Estado habría relajado el ejercicio de
poner. un poder disciplinario que se extiende, con
Con objeto de ubicar el auge de lo psi- formas que progresivamente delegarán en
coterapéutico en sus marcos políticos pre- el individuo el ejercicio de la disciplina,
cisos en el último siglo, y a fin de com- hasta los últimos años de la racionalidad
prender los textos de autoayuda en relación política welfarista, comúnmente conocida
con esos marcos, distinguiremos aquí dos como “Estado del Bienestar”. Esta racio-
racionalidades políticas diferentes. nalidad extendió a todo el orden social una
serie de técnicas disciplinarias encaminadas
3. Textos de autoayuda a garantizar el bienestar general. Con esta
y racionalidad política neoliberal perspectiva, la normalización y la preven-
ción de riesgos son rasgos que identifican
Los autores que intentan comprender el fe- un esquema de poder basado en la integra-
nómeno de los textos de autoayuda en el ción y re-adaptación de los excluidos, y el
contexto de una racionalidad política, y en tipo de disciplina que inculca en el sujeto
conexión con un tipo de tecnologías de go- esta racionalidad es la de un ser social, cu-
bierno (Cruikshank, 1996; Rose, 1998 y yos derechos y obligaciones han sido esta-
1999; Lupton, 1999; Abraham, 1990 y blecidos en un lenguaje de responsabili-
2000; Ampudia de Haro, 2006; McGee, dad y solidaridad colectivas. (Rose, 1999,
2005; Luchtengberg y Bruno, 2006;…) re- 227). Así, el sujeto pasivo de derechos y de-
conocen la superficie de emergencia de beres constitucionales que era el ciudadano
este fenómeno en el cambio de diagrama de del siglo XIX se convierte en sujeto activo
poder que tiene lugar a partir de los años que contribuye a una política saludable
70, período en puede trazarse aproximada- para el conjunto de la sociedad. La seguri-
mente la línea divisoria entre las sociedades dad social o la regulación del bienestar in-
disciplinarias y post-disciplinarias. En di- fantil son productos notorios de esta racio-
cha década se habría producido una trans- nalidad. Pero en la década de los 50 a los 60
formación en el mapa de las relaciones de tiene lugar una transformación importante
poder que modifica significativamente el en estos esquemas, en el sentido de que los
modo de entender las funciones guberna- gobiernos limitan la actuación coercitiva de
mentales. La aparición de una nueva etapa la ley a una serie de actividades intolerables
de los ciudadanos está dirigida hacia el in- Estado de Bienestar. Esta relación apunta
dividuo autónomo, autorregulado. (…) los a una nueva estrategia por parte del Estado
individuos son sus propios policías, ejer- cuya intervención consiste en trazar un
cen el poder sobre ellos mismos como su- tejido entre las conductas antisociales y la
jetos normalizados en pos de sus mejores valoración de sí a través del discurso de la
intereses y de libertad, interesados en la autoestima. Puesto que la baja autoestima
automejora, buscando felicidad y salud.” se relaciona con la desviación, la margi-
(Lupton, 1999, 88) nación y con el perfil psicológico que re-
La identidad personal es, en este presenta socialmente un peligro potencial,
marco, lo que expresa el ensamblaje entre la “provisión” de autoestima puede en-
las elecciones hechas por cada uno. La tenderse como una tecnología para cons-
autodependencia, como un absoluto al que tituir al ciudadano en el ejercicio respon-
dirigir los esfuerzos en un sistema social sable de la ciudadanía y evitar el coste
que ya no se siente obligado a ofrecer ga- que el Estado ha de emplear en medidas
rantías; la conquista del control interno, correctoras una vez que la conducta anti-
como antídoto emocional ante la angustia social se hace efectiva. En esta interpreta-
que produce la inminencia permanente de ción, Abraham se hace eco de los argu-
los cambios; el ocio como dominio de mentos que Barbara Cruikshank (1996)
elección personal por excelencia con que aporta en un ensayo donde aplica a la au-
el ciudadano es llamado a perpetuar la so- toestima conceptos foucaultianos. Según
ciedad de consumo; la flexibilidad profe- esta autora, el movimiento de la autoes-
sional y emocional del sujeto, en conso- tima no deja a la política y al poder tal
nancia con la imprevisión de un como estaban, sino que busca constituir un
“capitalismo flexible” (Richard Sennet, “estado de autoestima”, una nueva política
2000; Luchtenberg y Bruno, 2006), son al- y un nuevo complejo de relaciones socia-
gunos de los rasgos que conforman el con- les: “[el movimiento de la autoestima]
junto de valores (felicidad, autorrealiza- (…) promete repartir una tecnología de
ción, autonomía,…) a los que se debe subjetividad que resolverá problemas so-
aspirar y el tipo de competencias psicoló- ciales, desde el crimen y la pobreza a la
gicas que es necesario entrenar (autorre- desigualdad de género, promoviendo una
gulación, autocontrol, autoestima, aserti- revolución social, no contra el capitalismo,
vidad,…), no como una suerte de lujo o el racismo o la desigualdad, sino contra el
sofisticación en el modelaje que cada cual orden del yo y el modo en que nos gober-
hace de sí mismo, sino como un equipaje namos a nosotros mismos.” (Cruikshank,
indispensable ante la amenaza de exclu- 1996, 231). El efecto que esta tecnología
sión social. persigue en los individuos es el de la pro-
Desde una lectura similar, Tomás ducción de ciertos tipos de “yoes”, pro-
Abraham (2000) habla de “autoestima tu- ducción que, a juicio de Cruikshank,
telada”, en referencia a la relación que se puede entenderse en el sentido que Ian
establece entre el concepto de autoestima Hacking acuña en el concepto de “inven-
y el “achicamiento” o la desaparición del tar personas”1. Este tipo de “yoes” es la
económicas inexploradas. La red de auto- ciona sus engranajes a costa del abandono
ayuda tiene sus propias trampas. (…) del individuo a su suerte y a su capacidad
puede conducir a los trabajadores a un de buscar oportunidades por sí mismo.
nuevo tipo de esclavitud: en un ciclo en El desarrollo de la obra gira en torno a
que el yo no es mejorado sino indefinida los que, desde nuestra lectura, se revelan
y absurdamente sobrecargado”. (McGee, como puntos débiles de la estructura psí-
2005, 12) quica del individuo en contacto con la ra-
cionalidad política emergente. Como los
4. Descubriendo nuestras remedios psicológicos propuestos son in-
“zonas erróneas” dicadores de los puntos conflictivos que
requieren ayuda y tratamiento, un resumen
Con objeto de ilustrar algunos aspectos de de los mismos es suficientemente ilustra-
nuestro análisis, prestaremos atención a un tivo de en qué sentidos se considera nece-
texto de autoayuda. El texto en cuestión es saria la transformación. Siguiendo el con-
el que lleva por título Tus zonas erróneas tenido de la obra, pueden relacionarse al
(Dyer, 1993), publicado por primera vez respecto los siguientes centros de aten-
en 1976 en Estados Unidos, del se han ción:
sucedido las ediciones casi ininterrumpi- 1 Hacerse cargo de uno mismo, con-
damente desde entonces, y del que se han tando sólo con los propios medios,
vendido más de treinta y cinco millones de aptitudes, situación presente y la pro-
ejemplares. Si elegimos este texto es por- pia capacidad de elegir.
que tiene, a nuestro juicio, el mérito de ha- 2. Quererse y aceptarse incondicional-
ber trazado líneas paradigmáticas en la mente: autoestima sin requisitos
conformación del tipo de discurso de au- previos.
toayuda que es objeto de reflexión en este 3. Deslegitimar y liberarse de la nece-
artículo, y porque, contemplado retros- sidad de aprobación: reconocer
pectivamente, presenta una temprana sen- como inútil su rentabilidad psicoló-
sibilidad para captar la situación psicoló- gica.
gica del sujeto ante las primeras avanzadas 4. Desvelar las influencias paralizantes
del neoliberalismo, que se acusan prime- del propio pasado como condicio-
ramente en la sociedad norteamericana. namientos neuróticos.
El texto no sólo inaugura un modelo de 5. Desactivar el poder de las emocio-
práctica privada de los principios de una nes negativas, especialmente la
corriente psicológica- la psicología hu- culpa y la preocupación.
manística- sino que los aplica hábilmente 6. Abrirse a nuevas experiencias, eli-
a los “trastornos” de nuevo cuño que el minando el miedo a lo desconocido
momento social e histórico está gestando y desautorizando la necesidad de
en las personas, y que se resumen en la perfeccionamiento y planificación.
desorientación, la sobrecarga de respon- 7. Promover la indiferencia ante el va-
sabilidades y la indefensión psicológica lor normativo de los convenciona-
ante una maquinaria social que perfec- lismos: eliminar la estructura de
“deberización” que brota de ellos. rar las causas, promoviendo actitudes que
8. Eliminar la demanda psicológica van de la indiferencia a la indolencia, o
de justicia, como una fuente de su- que oscilan entre el escapismo hedonista
frimiento inútil. hacia nuevas experiencias y una suerte de
9. Desarrollar pautas de acción in- estoica aceptación5.
mediata, centrando la intensidad Ilustremos brevemente estas afirma-
vital en el momento presente y eli- ciones. El capítulo 8, titulado “La trampa
minando los aplazamientos de de la justicia” está encabezado por una
comportamientos deseados. nota superior, con pretensiones aforísti-
10. Conseguir la independencia, espe- cas, que dice así: “Si el mundo estuviera
cialmente respecto a las fuentes de tan organizado que todo tuviera que ser
dependencia psicológica. justo, no habría criatura viviente que pu-
11. Eliminar la ira como reacción tí- diera sobrevivir ni un solo día. A los pája-
pica ante el miedo y la frustración. ros se les prohibiría comer gusanos, y ha-
bría que atender a los intereses personales
Una mirada atenta a esta batería de de todos los seres humanos.” (Dyer, 1993,
objetivos sugiere el boceto de un perfil 227). Abordando la cuestión con más de-
psicológico adecuado a las demandas de la talle, continúa el autor: “Estamos condi-
“nueva inseguridad” que representa para cionados a buscar justicia en esta vida; y
el individuo la racionalidad política neo- cuando no lo conseguimos sentimos en-
liberal. Lejos de representar el esquema de fado, ansiedad o frustración. En realidad
un modelo de persona perfeccionado en sería igualmente productivo que buscára-
algún sentido ético o antropológico, estas mos la fuente de la eterna juventud o algún
estrategias están destinadas a conformar otro mito por el estilo. La justicia no
un tipo de sujeto que ya está implícita- existe. Nunca ha existido y jamás existirá.
mente presupuesto en la trama social Simplemente el mundo no ha sido organi-
como condición necesaria de la no exclu- zado de esa manera. Los gorriones comen
sión. Traducido esto mismo al lenguaje gusanos. Eso no es justo para los gusanos.
normativo, podría decirse que el funda- (…) No tienes más que observar la natu-
mento de la libertad de prescribir para uno raleza para observar que no hay justicia en
mismo ciertas normas de conducta y cier- este mundo. (…) Tú puedes ser feliz o
tos principios reguladores de la acción no desgraciado, pero esta elección nada tiene
tiene en este sujeto más apoyo que el de que ver con la falta de justicia que veas a
constituir una reacción adaptativa a una si- tu alrededor. Este no es un punto de vista
tuación dada, respecto de la cual se eli- amargado de la humanidad y del mundo
mina toda opción de hablar en contra. El sino más bien un informe realista sobre lo
sujeto así emancipado no cuestiona las que es el mundo.”6. (Dyer, 1993, 228)
fuentes de su sometimiento más que en Bastan estas declaraciones para estar
términos del desequilibrio emocional que tentados de resumir groseramente la pro-
producen, y, por tanto, toda emancipación puesta con un “cómo sobrevivir en la jun-
se reduce a evitar los efectos sin conside- gla”, imagen que, por otra parte, no anda
lejos del imaginario popular que produce emprender una lucha en pos de algo (la
el orden social neoliberal. Más adelante el justicia) de lo que previamente se ha dicho
autor matiza sus ideas: “La justicia es un que no existe ni existirá jamás. Sea cual
mero concepto casi imposible de aplicar, fuere la noción de justicia que el autor pre-
en especial, en lo que se refiere a tus pro- supone en cada mención que hace del con-
pias opciones de realización y felicidad cepto, resulta evidente que la reflexión so-
personales. Pero muchos de nosotros ten- bre los valores y actitudes morales propios
demos a exigir que la justicia y equidad está subordinada a la adquisición de acti-
sean parte inherente de sus relaciones con tudes psicológicas exteriormente útiles, o
los demás. (…) La exigencia de justicia no dicho en otras palabras: la constitución de
es un comportamiento neurótico. Sólo se un “yo” psicológicamente adaptado al en-
convierte en una zona errónea cuanto te torno social elimina, por inconveniente,
castigas a ti mismo con una emoción ne- toda opción de constitución moral indivi-
gativa al no poder ver la justicia que exi- dualmente libre. Por tanto, el estoicismo
ges. En este caso el comportamiento au- que pudiera vislumbrarse en esta propuesta
tofrustrante no es la exigencia de justicia, no es el propio del cultivo de sí que Fou-
sino la inmovilización que puede generar cault (2005, 2006 y 2009) analizó en su es-
esa realidad sin justicia. (…) La injusticia tudio de los textos antiguos. En aquel cul-
es una constante en la vida, pero con la in- tivo de sí, y en aquella “administración del
finita sabiduría que acabas de adquirir yo”, había algo más que la mera protección
puedes decidirte a luchar contra esa injus- ante el daño emocional, había una regula-
ticia y a negarte a quedar inmovilizado ción de la acción que no confunde la auto-
emocionalmente por ello. Puedes trabajar nomía con docilidad ni con indolencia, sino
para ayudar a extirpar la injusticia y pue- que expresa la soberanía que se ha de ejer-
des decidir que no te dejarás vencer psi- cer sobre los propios actos y actitudes en
cológicamente por ella.” (Dyer, 1993, virtud de una independencia moral que no
228-229). cede ante las contingencias externas.
El argumento subsiguiente declara, Citaremos ahora otro lugar del texto de
pues, que el objeto de tratamiento no es la Dyer, que es parte del capítulo titulado “Ex-
falta de justicia sino el impacto emocional plorando lo desconocido”, en relación con
que ello produce en nosotros. Desde un esa otra tendencia que más arriba hemos
punto de vista psicológico, -y ya que el au- mencionado como “escapismo hedonista”,
tor es psicólogo-, es fácil objetar que en el dando a entender que no se trata de un he-
modo de plantear la determinación a actuar donismo fundamentado en opciones racio-
contra la injusticia parecen banalizarse los nales. Allí declara el autor: “Como eres
componentes emocionales que constituyen una persona adulta sientes que tienes que
la motivación para la acción humana, esto tener una buena razón para hacer las cosas.
es, cabe pensar que difícilmente pueden Esta pasión por las razones evita que te
emprenderse acciones contra la injusticia abras y crezcas. Qué libertad da el saber
desde la indolencia. No se ve, por lo de- que no tienes que justificarte ante nadie, ni
más, qué sentido puede tener para nadie ante ti mismo7, nunca más. Puedes hacer
cualquier cosa que quieras hacer porque lo zones que esgrimen sus entusiastas como
deseas y por ningún otro motivo. Esta ma- prueba de libertad para el individuo. Sin
nera de pensar te abrirá nuevas perspectivas embargo es todo un orden social el que
de experiencia y te ayudará a eliminar el está diciendo más bien qué estamos obli-
miedo a lo desconocido.”(Dyer, 1993,167). gados a ser (o, dicho negativamente, qué
Se expresa aquí, en un tono cierta- se nos exige estar en condiciones de so-
mente condescendiente, lo que aparece portar) desde el momento en que su fun-
como una constante en los textos de auto- cionamiento depende de mecanismos que
ayuda, a saber, una propuesta de autoins- segregan a los individuos en razón de con-
pección, autorregulación y autoevaluación diciones como el infortunio, la pobreza o
de las que debe estar ausente todo intento la enfermedad que por sí solas representan
de justificación moral. Fundamentar la motivos de exclusión.
conducta en razones éticas se considera
poco saludable psicológicamente. Nada 5. Conclusión: autoayuda como
más lejos del antiguo “cuidado de sí” en emancipación fraudulenta
que la relación con uno mismo es el lugar
primordial ante el que se deben rendir Según nuestra lectura de este fenómeno, el
cuentas. No siendo así, las inclinaciones y discurso de autoayuda contribuye en gran
los deseos fácilmente podían esclavizar- medida al objetivo de que el individuo
nos o disponerse a merced de otro, cuyas contemporáneo indague dentro de sí tanto
justificaciones harán las veces de las nues- las causas como los remedios paliativos de
tras. Desde esta perspectiva, el ideal de au- las múltiples quiebras de la estabilidad
tonomía aparece en la autoayuda como socioeconómica y emocional que consti-
una construcción flotante, sin sustento al- tuyen el signo de su tiempo. Paradójica-
guno en decisiones racionales, pero sí sus- mente, la noción de autonomía que arti-
ceptible de adherirse a cualquier otro ra- culan en torno suyo los procedimientos
zonamiento ajeno al nuestro. Se predica autoterapéuticos y “emancipadores” de
aquí una forma de emancipación que estos textos está, permitámonos decir,
suena en principio reconfortante, pero que “contaminada” de heteronomía por do-
pronto revela su inconsistencia lógica y quier, en tanto que las fuentes de la eman-
ética: autonomía sin racionalidad. cipación que aquí se prescriben son en re-
En otro lugar, perteneciente al capítulo alidad modos de subjetivación impuestos
“Rompiendo la barrera de los convencio- por un tipo de racionalidad estatal al que
nalismos” se dice: “Te es permitido no te- se adjunta como instrumento de gobierno
ner dignidad si así lo escoges. Nadie te el aparato psicoterapéutico. Estamos, por
está llevando la cuenta ni nadie te va a cas- tanto, ante la conformación de una “sub-
tigar por no ser algo que otra persona dijo jetividad heterónoma”, tal como sugiere V.
que deberías ser.” (Dyer, 1993, 205). En Papalini en un trabajo que analiza la lite-
efecto, en el orden social neoliberal nadie ratura de autoayuda desde la óptica fou-
en particular nos dice lo que deberíamos caultiana: “El sujeto es llamado a ‘tomar
ser, y esa es precisamente una de las ra- el destino en sus manos’, un destino pre-
NOTAS
1
“Pensamos –escribe Ian Hacking- en muchos buirse a la idea de “administración del yo” que caracte-
tipos de personas como objetos de investigación cientí- riza, según algunos autores, a la función de los textos
fica. A veces para controlarlos, como a las prostitutas, de autoayuda como prácticas o tecnologías de sí mismo
veces para ayudarlos como a potenciales suicidas. (…) (Ampudia de Haro, 2006). La otra anotación se refiere
A veces para cambiarlos por su propio bien y por el bien a las influencias neoestoicas a la luz de las cuales Oes-
público como a los obesos. A veces para admirarlos, treich (2008) analiza las nuevas formas de poder y ad-
comprenderlos, animarlos y quizá imitarlos como a los ministración que producen los estados modernos, así
genios. Pensamos estos tipos de personas como clases como el concepto de disciplina internalizada en el sujeto
determinadas definidas por determinadas propiedades. que deriva históricamente de dichas formas.
Cuanto más sepamos sobre esas propiedades, mejor po- 6
Aunque la reflexión sobre las diversas filiacio-
dremos controlarlos, cambiarlos, ayudarlos o imitarlos. nes e inconsistencias éticas implícitas en los discursos
(…) A veces nuestras ciencias crean tipos de personas de autoayuda merecería un estudio específico, diga-
que en cierto modo no existían antes. Llamo a esto ‘in- mos al menos en este punto que la propuesta de la
ventar personas’. (Hacking,2006, 2) naturaleza como modelo de interacción entre los indi-
2
En opinion de Cruikshank, esta situación puede viduos incurre en lo que la tradición filosófica ha
entenderse como un legado del pensamiento de Toc- denominado, -a partir de los análisis de David Hume -
queville que, -a su juicio-, entendió la democracia , “la falacia naturalista”, que consiste en deducir
como un tipo de sociedad más que como forma de go- enunciados prescriptivos a partir de enunciados des-
bierno. criptivos. En ese orden de extrapolación infundada, el
3
En referencia a Gloria Steinem, autora de un best- autor extrae consideraciones sobre lo que “deben” ser
seller de autoayuda titulado Revolution within: a book of las cosas en el ámbito de la conducta humana a partir
Self-Esteem, 1992, London, Little Brown. de lo que “son” en el orden de interacción de la natu-
4
La oferta de psicoterapia en nuestro país ha em- raleza.
pezado a ser regulada como parte de los servicios de 7
Cursiva nuestra.
salud pública en los últimos años, para ciertos casos y 8
Esta expresión no significa que los discursos psi-
según derivación por parte del médico de familia. Se coterapéuticos o de otro tipo funcionen como una espe-
observa un aumento en la tendencia a solicitar estos ser- cie de “siervos del poder”. Es sabido que desde la
vicios por parte del paciente a través de estos cauces (In- perspectiva foucaultiana la noción de “poder” no se en-
formación proporcionada por la Unidad de Docencia y tiende como dinámica explotador-explotado, o como
Psicoterapia del Hospital Virgen de las Nieves de Gra- forma de violencia instrumental, pues “el poder no es
nada). Sin embargo, la mayor demanda de estos servi- más que un tipo peculiar de relaciones entre individuos”
cios se produce en el sector privado, -por parte de (Foucault, 1990, 138) y “el gobierno de los hombres por
quienes pueden hacer frente al coste económico que re- los hombres supone cierta forma de racionalidad y no de
presentan-, sector en que es posible elegir la orientación violencia instrumental.” (Foucault, 1990,139)
psicológica de los tratamientos y recibir atención en es- 9
El libro de Jennifer Niesslen(2008) titulado Prac-
quemas horarios más flexibles. tically perfect in every way, es una muestra de esta am-
5
Conviene aquí recordar dos anotaciones. Una es bivalencia percibida desde la experiencia del usuario de
la que se refiere a la resonancia estoica que puede atri- textos de autoayuda.