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UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL POLITÈCNICA

“ANTONIO JOSÈ DE SUCRE”


VICE-RECTORADO DE BARQUISIMETO
DEPARTAMENTO DE ESTUDIOS BÀSICOS

UN RELATO SOBRE LA LOCURA

Participante:
Jesús A. Petit B.
C.I. Nº V-28.516.387
Asignatura:
Lectura Crítica
Profesora:
Gianfranca Morillo

Barquisimeto, julio de 2021


UN RELATO SOBRE LA LOCURA.

La locura es algo que no solemos concebir como natural del ser humano, al cual siempre
lo asociamos con la lógica y el raciocinio, sin embargo, son muchos los casos de personas
cuerdas que de un momento a otro son consumidos por la locura, lo cual nos lleva a
preguntarnos. ¿Qué se necesita para que alguien caiga en la espiral de la locura? De esto se
trata “El Faro”, película del 2019 dirigida por Robert Eggers, y protagonizada por Robert
Pattinson y Willem Dafoe. La misma trata sobre dos hombres que son enviados a custodiar
un faro por cuatro semanas, semanas en las cuales la cordura de estos puede verse afectada,
debido a diversos factores, como la presión, el aislamiento, o ser las únicas dos personas en
un sitio que se encuentra en medio del océano.
Cabe mencionar, que el director, Robert Eggers, realizó una amplia investigación sobre
mitología, relatos marinos, el cine a inicios del siglo XX e incluso la forma de hablar de las
personas de la época al momento de realizar la película. Por consecuente, la misma tiene una
atención al detalle, no sólo para llevar a los personajes a una situación de incomodidad y
confusión, sino incluso al espectador. De esta forma, la película a través de su composición
de imagen, sonidos, fotografía, e incluso la narrativa, logra que la película pueda tener
diferentes interpretaciones, todas igual de válidas.
Tal es el caso del formato de imagen, Eggers quería lograr una imagen que resultara
cautivadora, pero que además, causara una sensación de claustrofobia en el espectador. De
esta forma, Eggers, tras haber realizado su investigación, decidió utilizar el formato 1:33, no
obstante, los personajes aún se podían sentir con libertad de movimiento, así que la solución
fue usar uno más cerrado, el formato 4:3. En consecuencia, hay una enorme sensación de
encierro e incomodidad durante todo el largometraje. De igual forma, el hecho de que la
película sea totalmente en escala de grises, da aún más la sensación de ser una película
antigua, siendo uno de sus principales atractivos. La escala de grises pudo haber sido un
contra de la obra, pero, el director de fotografía de Eggers supo llevarlo a cabo, haciendo que
la película fuese en una escala de grises bastante oscura, de esta forma, la película tendría el
aspecto de un dibujo hecho sobre un fondo negro.
Sin embargo, la trama de la misma para algunas personas puede resultar bastante lenta,
esto es debido a que, a Eggers le gusta tomarse su tiempo para desarrollar a sus personajes
(de igual forma ocurre en “The Witch”, película del 2015, también dirigida por Eggers). De
esta forma, nos encontramos con el hecho de que el primer punto importante de la película no
ocurre, sino, hasta después de los primero 30 minutos. No en balde, este desarrollo lento de
los personajes es otro punto a favor del filme, ya que ayuda a que el espectador tenga cierto
confusión con la trama, confusión que ha llevado a varias personas a teorizar sobre qué es “El
Faro” exactamente.
En lo que respecta a la trama de El Faro, está libre a interpretaciones, como ya fue
mencionado anteriormente, estas interpretaciones son variadas. Sin embargo, hay algunas que
destacan sobre las otras, las cuales tocan temas sobre la mitología griega, la religión, y, por
supuesto, la psicología.
En lo que atañe a la mitología griega, según el propio Eggers, El Faro puede considerarse
como un encuentro épico entre dos personajes mitológicos que en realidad nunca han tenido
contacto entre sí: Prometeo y Proteo, esto, debido a las actitudes de los dos personajes de la
obra durante el largometraje.
Luri (2001), sostiene que:
“Prometeo representa la conciencia del hombre y su afán de conocimiento e
inmortalidad, y, al mismo tiempo, con un buitre devorador de sus entrañas que simboliza la
razón, y con ella, la imposibilidad de creer en una inmortalidad consciente.”
En relación a esto, tenemos a Ephraim Winslow, interpretado por Robert Pattinson, cuyo
personaje es la representación de Prometeo en la obra. Esto se debe a que Prometeo, en la
mitología, tras haber conseguido el fuego de los dioses para otorgárselo a los humanos, es
torturado por toda la eternidad, con sus entrañas siendo devoradas por un águila, en El Faro,
podemos observar un paralelismo con éste personaje, ya que Ephraim (más tarde, se revela
que su verdadero nombre es Thomas Howard) está constantemente pidiendo el acceso al faro,
el acceso al fuego de los dioses, el acceso al conocimiento. Cuando logra acceder al
conocimiento, tras haber asesinado a Thomas Wake, es castigado por el dios del mar, o los
dioses del olimpo, y condenado a ser devorado por gaviotas.
Por otra parte, tenemos a Thomas Wake, quien podemos considerar la representación de
Proteo. Debido a que ambos personajes se niegan a compartir el conocimiento que poseen, y
además, Proteo es conocido por ser uno de los dioses del mar en la mitología griega, descrito
por Homero como “viejo hombre del mar” en La Odisea, y con la capacidad de ver las
profundidades del mar e incluso predecir el futuro. El personaje de Thomas Wake, además de
negarle el acceso al faro a Thomas Howard durante toda la obra, en un momento de ira, pide
ayuda al dios de los mares, mientras maldice a Howard por haber dicho que no le gustaba su
comida, y durante esa maldición, logra predecir el final de Howard dentro de la obra.
Además, en sus últimos momentos, cambia su apariencia a la de una sirena, y a la de un tritón
(siendo, éste tritón, inspirado por una representación del propio Proteo). Esta forma de
interpretar la película, es la más literal, pero al mismo tiempo, la menos llamativa.
Por el contrario, interpretar la película desde un punto de vista psicológico, resulta ser más
interesante, llegando incluso a la conclusión de que puede tratarse sobre la caída a la locura,
de una persona, por el sentimiento de culpa.
Lacan (1946) justifica:
“La locura es un fenómeno inherente a todo ser humano, propio de la constitución
imaginaria del yo, y por ello, una virtualidad abierta a toda subjetividad”
En referencia a lo anterior, en los primeros 30 minutos de la película, a pesar del lento
desarrollo de los personajes, ya se puede intuir que el personaje de Thomas Howard no está
del todo bien, mentalmente, más tarde descubrimos que es un fugitivo, el cual huye por haber
asesinado (en todo momento lo menciona como un accidente) a su antiguo compañero,
Ephraim Winslow. Esto debido a que, Ephraim, lo molestaba mucho, en palabras del propio
Thomas Howard, todo esto se lo confiesa a Thomas Wake, durante una borrachera, con el
cuál después tiene una discusión, y donde el personaje de Thomas Wake le pregunta cuántos
días han pasado, cuántas semanas han pasado, o si de verdad, Thomas Wake no es producto
de la imaginación de Thomas Howard. Debido a esto, muchas personas comenzaron a
realizar una lectura jungiana de El Faro, analizando cada detalle de la obra, y de esta manera
llegando a una conclusión, Thomas Howard y Thomas Wake, son la misma persona, y,
además, que todos los acontecimientos de la película, es la lucha de Thomas Howard contra
la culpa por haber asesinado a Ephraim Winslow, para finalmente sucumbir, y que su parte
consciente sea consumida por la locura.
Lacan (1946) sostiene:
“El desconocimiento esencial de la locura (…) se revela en la sublevación, merced a la
cual el loco quiere imponer la ley del corazón a lo que se le presenta como el desorden del
mundo, empresa “insensata”, pero no en el sentido de que es una falta de adaptación a la
vida (…) digo más bien, por el hecho de que el sujeto no reconoce en el desorden del mundo
la manifestación misma de sus ser actual, y, porque lo que experimenta como ley de su
corazón no es más que la imagen invertida, tanto como virtual, de ese mismo ser. Lo
desconoce, pues, por partida doble, y precisamente por desdoblar su actualidad y su
virtualidad (…). Su ser se halla, por tanto encerrado en un círculo, salvo en el momento de
romperlo mediante alguna violencia en la que, al asestar su golpe contra lo que se le
presenta como el desorden, se golpea a sí mismo por vía de rebote social”
Con respecto a lo anterior, esta interpretación psicológica, además de mencionar que
ambos Thomas son la misma persona, afirma que Thomas Wake es la parte subconsciente de
Thomas Howard, la cual trata de ayudarlo a superar la culpa que lo lleva torturando desde
hace un tiempo, alegando que no debe pelear con ella, sino aceptarla y dejarla tranquila,
siendo la culpa (y la locura que estas le causaran a Thomas) representada por las gaviotas, en
el momento en el Thomas decide asesinar a la gaviota, su parte subconsciente le advierte que
se acerca una tormenta, esta tormenta no es únicamente la lluvia que impide que los vayan a
buscar después de la cuarta semana, sino el inicio del quiebre de la cordura de Thomas
Howard, la culpa por haber asesinado a su antiguo compañero de trabajo, lo hace delirar y
poco a poco comienza a tener pensamientos más desordenadas, este desorden mental de
Thomas, se puede ver reflejado en la casa del faro, la cual está cada vez más arruinada, a
medida que Thomas cae en la locura.
En consecuencia, llega el momento en el Thomas ya no aguanta más a su parte
subconsciente (Thomas Wake), y además de reprocharle todos los actos de maltrato que ha
sufrido, decide atacar con violencia, esa parte de sí que trata de mantenerlo cuerdo, lo que
Thomas Howard considera un desorden en el mundo, Thomas Wake. Tras asesinar a Wake,
lo último que quedaba de su cordura, Thomas decide entrar al faro, el cual podría
interpretarse como la aceptación de la culpa, pero Thomas al haber estado en un constante
estado de negación durante el filme, no logra superar la realidad, y cae por las escaleras en
espiral, cae a su tormento perpetuo, ya que la locura, ahora representada por gaviotas, lo
consume lentamente, devorando su ser, para siempre.
Para concluir, el faro, a pesar de parecer un filme con una trama sencilla, en realidad tiene
mucho que ofrecer, está abierto a variedad de interpretaciones, donde ninguna está
confirmada en su totalidad, pero a la vez, todas tienen la misma validez, ya que el único que
decide el significado de la película, es el espectador.
REFERENCIAS

Lacan, J. (2008). Acerca de la causalidad psíquica. En: Escritos I (pp. 151-190). México.
Siglo XXI. (Trabajo original 1946)
Luri, G. (2001). Prometeos (Biografía de un mito). Madrid.
Rodríguez, E. J. (2020). La rica mitología que hay detrás de The Lighthouse.
https://www.jotdown.es

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