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BACHILLER DE TEOLOGIA 1.

TEMA 45: LA VIRTUD DE LA JUSTICIA


45.1) Concepto b’blico y filos—fico de la justicia
45.2) Divisiones de la justicia
45.3) La justicia virtud b‡sica de la convivencia social
45.4) Justicia y doctrina social de la iglesia
45.5) Pecados contra la justicia
45.6) La reparaci—n del mal y la instauraci—n de la justicia como obligaci—n moral

45.1 CONCEPTO BÊBLICO Y FILOSÎFICO DE LA JUSTICIA

CONCEPTO FILOSîFICO Sto. Tom‡s (II-II q 58 a 1) sirviŽndose de Arist—teles,


define la justicia como: "h‡bito segœn el cual uno, con constante y perpetua voluntad,
da a cada cual su derecho ( lo que es suyo )".
-h‡bito operativo bueno (v.) capacita a la voluntad a realizar su acto propio
facilita el poner actos que respeten los derechos de los dem‡s.
-con constante y perpetua voluntad (sujeto de la virtud de la justicia) es propio
de toda virtud y h‡bito ser una disposici—n que incline de un modo firme y permanente
a sus actos. La voluntad se entiende no la potencia, sino el acto voluntario (disposici—
n firme y constante en la voluntad de dar lo justo). No se refiere a una perpetuidad
efectiva o a un acto que dure perpetuamente, sino al objeto, porque implica el prop—
sito de obrar justamente siempre y en toda circunstancia.
-ius suum (lo peculiar de esta virtud) el objeto es el derecho. Lo que se da a otro
porque tiene derecho (natural o adquirido). Lo primero es el derecho (s—lo si existe un
ius puede hablarse de justicia).
-unicuique (a cada uno) s—lo la persona, moral o juridica es sujeto de derechos.
-tribuit dar, hacer, respetar o abstenerse

Propiedades de la justicia:
A) Alteridad: la justicia tiene la funci—n de ordenar al hombre en relaci—n con otros.
(nadie es justo consigo mismo) las relaciones de justicia son siempre bilaterales.
Distinto a las dem‡s virtudes que ordenan en relaci—n con sigo mismo y cuya medida
es interna (mŽdium rationis).
B) Correlativa al derecho en sentido estricto: s—lo cuando el otro tiene un derecho hay
obligaci—n o deber de justicia, (no la limosna; deber moral de dar), de tal modo que
cuando se comete una injusticia hay obligaci—n de restituir.
C) Exige igualdad objetiva en la prestaci—n: dar al otro exactamente aquello a lo cual
tiene derecho. La medida de la justicia es la igualdad (dar tanto cuanto se debe), medida
externa (mŽdium rei) realidad objetiva, la cosa, el derecho. tipos de igualdad:
-igualdad aritmŽtica= el medium rei en sentido estricto. S—lo se realiza en JC
donde se realiza la definici—n de justicia de modo exacto.
-igualdad proporcional dar a cada uno en proporci—n de su situaci—n real
(tratar de modo distinto a los que son distintos). Si se aplica la igualdad aritmŽtica se
cae en una injusticia. Esta igualdad se aplica a la JD, JL, JS.

LA JUSTICIA EN LA SAGRADA ESCRITURA TŽrmino ampliamente


utilizado (unas 200 veces), impregnado siempre de sentido religioso (en el contexto de
las relaciones entre Dios y el hombre y entre los hombres entre si). Desborda el ‡mbito
de la moral y del derecho, pues son consecuencia del valor frontal religioso. La justicia
es constitutivo esencial de la salvaci—n y de la santificaci—n. La alianza es la realidad
clave que da sentido a la justicia, pues Dios se compromete a velar por el pueblo y Žste
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a acomodar su conducta a las exigencias (concretadas por Dios en el AT -teocracia- y


encomendadas a los hombres en el NT) de dicha Alianza.

En el AT su sentido est‡ intr’nsecamente ligado a la Alianza (que hace que la


justicia se mueva en un ‡mbito de fidelidad). Dios es justo, pues es fiel a la Alianza. El
hombre ser‡ justo (don de Dios) en la medida que sea fiel a la Alianza . De ah’ que la
justicia abarque todos los deberes del hombre con Dios y con los dem‡s.
En los evangelios, su sentido est‡ unido a la Nueva Alianza. Mt. encuadra el
concepto de justicia dentro de la terminolog’a del Reino. Es por tanto, un concepto
m‡s amplio que el de las relaciones humanas. Es algo interior que inunda el esp’ritu
para busfines, pues hablan de la relaci—n entre personas. Pero hablan de alterada de
distinta manera (uno puede amarse a s’ mismo, pero no ser justo consigo mismo):
-Caridad: contempla las relaciones de personas en cuanto que est‡n unidas y refuerza
esta uni—n.
-Justicia: en cuanto que son distintas. Estableciendo relaciones de derecho-deber que
refuerza la distinci—n.
-Conexiones: en cuanto que la caridad es forma (sin ella los actos de las dem‡s virtudes
son informes) de las dem‡s virtudes; les da el talante sobrenatural y el motivo. Segœn
Puelles para un cristiano, la caridad es el apoyo subjetivo de la justicia la caridad el
motor que mueve la voluntad de modo constante y habitual a dar a cada uno lo suyo,
para un no cristiano, debe ser suplido por algo, que puede ser la filantrop’a.
Son virtudes cristianas y deben estar siempre unidas. La caridad sin la justicia es una
ridiculizaci—n de la vida cristiana. La justicia sin la caridad deshumaniza (el hombre
tiene derecho a mucho m‡s de lo que manda la justicia). La caridad es lo primero
radicalmente hablando, pero est‡ detr‡s de la justicia.

45.2 DIVISIONES DE LA JUSTICIA

Diversas especies segœn las distintas relaciones humanas:


a) Justicia Conmutativa:
Es la constante y perpetua voluntad de dar a cada uno lo suyo en las relaciones
entre individuos en cuanto tales. Rige la relaci—n entre personas f’sicas o morales,
horizontal. El sujeto tanto de derechos como deberes es el individuo concreto. Aqu’ se
realiza propiamente el concepto de justicia: igualdad aritmŽtica. Se busca directa e
inmediatamente el bien del individuo e indirectamente el bien comœn. La agresi—n
impone siempre el deber de restituir.
b) Justicia Distributiva:
Rige las relaciones (vertical, relatio totus ad partem) del Estado en relaci—n
con los individuos (vela por el derecho que tienen los individuos a participar en los
beneficios de la vida social), en donde el individuo o persona jur’dica es sujeto de
derechos y la autoridad de deberes. La medida es la igualdad proporcional (segœn
necesidad y mŽritos).
c) Justicia Legal:
Rige las relaciones del individuo con respecto a la Autoridad, donde el sujeto de
deberes es el individuo. Mira al bien comœn mediante el cumplimiento de las leyes
justas. Deberes cumplidos segœn igualdad proporcional.

2) JUSTICIA SOCIAL: (No tiene que ver con las anteriores)

Justicia general o legal: S. Tom‡s (II-II q.58 a.5), basado en Arist—teles divide
la justicia en general o legal y particular (general porque se extiende a los actos de
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todas las virtudes orden‡ndolas al bien comœn, o legal en cuanto que coincide con las
leyes positivas o naturales que ordenan los actos humanos al bien comœn.) Recibe el
nombre moderno de JS (aparece el tŽrmino en el s. XIX -utilizado por un soci—logo
italiano- y es aceptado por P’o XI en QA). Se define como la virtud propia que inclina a
los miembros del cuerpo social a dar a la sociedad aquello que le es debido en orden a
procurar el bien comœn. (la J. ordena al otro , en este caso considerado en comœn,
formando parte de una comunidad) cuyo objeto material es ordenar los actos de todas
las virtudes al bien comœn. y objeto formal (exigencias del bien comœn.). CICA: Todo
comportamiento moral del individuo tiene una ordenaci—n necesaria al bien de la
sociedad (porque es social por naturaleza). Tiene como fin inmediato el bien comœn.
Partes subjetivas, potenciales o anejas , de la virtud de la J. (les falta algo):
a) Deberes para con el otro donde no es posible la igualdad en la prestaci—n:
-Virtud de la religi—n: comparte con la justicia la alteridad y deuda, no hay igualdad.
-Virtud de la Piedad: falta la igualdad en la prestaci—n.
b)Relaciones donde no hay deuda o deber (porque no hay derecho) en sentido estricto:
-Virtud Gratuidad; Veracidad; Afabilidad; Liberalidad.car con todas las fuerzas el
Reino. Es una actitud que deriva del cumplimiento de toda la Ley, de llevar a cabo la
voluntad de Dios, que se revela en la Sagrada Escritura.
San Pablo habla de justicia y justificaci—n por la fe en Cristo, por la fidelidad a
la Palabra.
Caracter’stico de san Juan es subrayar el aspecto de la justicia humana como
aceptaci—n de la fe en Jesœs y por tanto, de la adhesi—n a El y a su doctrina: la
justicia nace de la fe y se dirige a la caridad, al amor de Dios y del pr—jimo,
transcendiendo los l’mites minimalistas de la concurrencia de deberes de derechos
jur’dicos, sociales y aœn morales.
La justicia (cuyos contenidos derivan del derecho natural) recibe as’ una
dimensi—n teol—gica necesaria, dando raz—n de porque la injusticia es pecado.

RELACIONES ENTRE JUSTICIA Y CARIDAD: La justicia se encuentra en el


centro de la moral social y la convivencia social. (CA 58) El amor por el hombre se
concreta en la promoci—n de la justicia.
Construir sobre la justicia supone el derecho porque la justicia sigue al derecho.
La justicia va junto a la caridad porque sino no se lograr’a unir a los hombres.
Ante ello se dice que:
1. No hay caridad sin justicia. La caridad tiene caracter de fin la justicia de medio.
2. No hay justicia si falta el amor.
3. El cumplimiento de la justicia es condici—n permanente de la caridad.

El porque darle a cada uno lo suyo es un acto de la voluntad movido siempre por
un motivo de amor -caridad-. Se necesita tener siempre lo objetivo y lo subjetivo para
poder hacer actos de justicia, por eso se dice que no hay justicia si falta el amor.

45.3 LA JUSTICIA VIRTUD B‡SICA DE LA CONVIVENCIA SOCIAL

El hombre es por naturaleza un ser individual y social, que necesita de la


sociedad para alcanzar la perfecci—n (material y espiritual) que lees propia. Para que la
sociedad preste al hombre esta ayuda (servicio en orden al respeto de los valores
morales en la sociedad) es necesaria la virtud de la justicia que, precisamente, regula las
relaciones humanas en la convivencia social, impera a cumplir los propios deberes, a
respetar los derechos ajenos y garantizar los propios.
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Los cristianos a lo largo de la historia (paganismo de los primeros siglos, paz y


cristianizaci—n del siglo IV, renacimiento racionalista, pluralismo actual): obligado
testimonio de fidelidad a valores morales (vida, libertad, igualdad, etc.) en el
comportamiento de la vida social colaborando as’ al bien comœn (Conjunto de
condiciones sociales que hace posible a cada persona e instituci—n conseguir la
perfecci—n que le es propia) en la actualidad el cristiano debe asumir exigencias de
identidad (ser en la realidad lo que se es por definici—n) en los distintos niveles de una
sociedad pluralista:
-Nivel cient’fico tŽcnico: Las ciencias sociales formulan verdades cient’ficas y
deciden unas opciones tŽcnicas como instrumentos de organizaci—n de la vida social.
El rasgo de identidad cristiana estriba en el respeto y reconocimiento de la leg’tima
autonom’a (pluralismo en las opciones tŽcnicas no en la verdad que es una) de las
realidades temporales cuando estas mantienen su obligada referencia al creador y a los
valores morales. GS 36.
-Nivel de las instituciones leyes y normas: Las instituciones necesitan de un
marco legal que las proteja y permita su funcionamiento. Familia: fidelidad a los
valores irrenunciables. Estado: reconocer el poder de origen divino, respecto a las
exigencias de los valores morales (solidaridad y subsidiariedad) como l’mite de dicha
autoridad; obligado servicio al bien comœn. Leyes y normas: obediencia de leyes justas,
cr’tica u oposici—n a leyes injustas (sin referencia a la ley natural, o no promulgada por
la leg’tima autoridad). No se debe confundir legalidad con moralidad.
Campo de las ideas y valores: todo comportamiento, actitud o distancias l—
gicas (guerra, econom’a etc.) tiene referencia obligada a la l—gica Žtica . La Žtica
natural es necesaria, pero no suficiente pues necesita la ayuda de la fe y la gracia. No
ÒŽticasÓ (pol’ticas) que se establecen por consenso.

Caracter’sticas que conforman el actuar cristiano:


a) actitud dialogante; modaliza la relaci—n de la iglesia con el mundo (GS).
b) actitud cr’tica o profŽtica; desde los principios formulados por la doctrina
social de la iglesia realizar juicios y denuncias de situaciones injustas.
c) actitud teologal; desde las virtudes teologales.
la autŽntica liberaci—n tiene dos garant’as el respeto a la justicia y a la verdad del
hombre.

Es un dato de la experiencia que en las sociedades hist—ricas no siempre se


cumplen estas relaciones segœn la justicia. Ante esto es preciso se–alar algunos
principios:
1. El ser por naturaleza es individual y social.
2. La ra’z de los desordenes e injusticias sociales est‡ en el pecado, que
hiere al hombre en su dimensi—n social e individual.
3. En la dimensi—n social despuŽs del pecado el hombre sigue necesitando de
ella pero ocurre que la sociedad no tiene mucha garant’a de dar a cada individuo lo que
necesita para su propia perfecci—n. La sociedad ayuda al hombre con mayor dificultad.
El hombre por el pecado se revela contra Dios (GS 13. 23. 25).

El realismo cristiano se basa en al relaci—n de justicia y pecado original, ve la


vida social integrada por individuos cuya naturaleza esta herida como consecuencia del
pecado original. cuatro cosas al respecto:
1. Nunca habr‡ una sociedad tan depravada cuyas injusticias no se puedan reparar por
reformas GS 25.
2. La justicia se presenta como una tarea moral permanente que requiere esfuerzo.
3. La sociedad puede mejorar apelando a la responsabilidad de las personal.
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4. Se rechaza el pesimismo radical del error luterano, del marxismo (cambio de las
estructuras mediante la revoluci—n), el pelagianismo (niega las consecuencias del
pecado original, se apoya en las solas fuerzas del hombre) y liberalismo (exagerado
optimismo que no admite el pecado).

45.4 JUSTICIA Y DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA

Ante un enfrentamiento entre fidelidad a valores morales irrenunciables en la


vida social y, los nuevos presupuestos nacidos de la ilustraci—n (positivismo social,
consenso social sin principios externos) surgen diversas respuestas (son compatibles;
incompatibles). Finalmente el magisterio corrigi— los excesos en el s. XIX. Le—n XIII
sirviŽndose del esfuerzo de te—logos medievales y modernos, sistematiz— y formul—
una doctrina que orientara la conducta y el compromiso de los cristianos en la vida
social, uy se llam— Doctrina Social de la Iglesia -DSI- (progresivamente se ha ido
formando un corpus doctrinal renovado, que se va articulando en la medida que la
iglesia, a la luz del evangelio, lee los hechos hist—ricos para guiar la conducta en la
sociedad).

Se trata del cuerpo de doctrina magisterial acerca de los problemas de justicia


que aquejan a la sociedad, especialmente a ra’z de la transformaci—n de la econom’a
tras las relaciones industriales y del advenimiento de los estados democr‡ticos. Se
considera como un documento de DSI la enc’clica del Papa Le—n XIII Rerum
Novarum.

En este sentido la DSI entra a formar parte de la virtud de la justicia (de los
contenidos de esta virtud) puesto que es por su naturaleza, no filosof’a sino Teolog’a
moral. En Solicitudo rei socialis (1987) n.41 se define por vez primera la DSI (en
Matear et Magistra era considerada filosof’a cristiana; contenidos de la ley natural). La
DSI no es una tercera v’a entre los dos grandes sistemas ideol—gicos capitalismo y
colectivismo ni siquiera una posible alternativa a otras soluciones, sino que constituye
un gŽnero propio y peculiar (no es una opci—n ideol—gica). No es tampoco una
ideolog’a, sino que es la cuidadosa formulaci—n del resultado de una atenta reflexi—n
sobre las complejas realidades de la vida del hombre en la sociedad y en el contexto
internacional a la luz del evangelio y de la tradici—n eclesial.
Es descrita por tanto, como una reflexi—n a la luz de la fe sobre la vida del
hombre en la sociedad, para interpretar la realidad social que debe servir al hombre en
la plenitud de su vocaci—n y orientar la conducta cristiana.
LG 86 "La DSI es el resultado del encuentro del evangelio con la realidad
social de cada momento hist—rico". Objeto principal: interpretar la realidad social a la
luz de la fe, examinando su conformidad con la condici—n del hombre revelada en el
evangelio. Fin: orientar la conducta cristiana en la vida social, Por tanto, pertenece a la
teolog’a moral (SRS 41).

FUENTES DE LA Doctrina Social de la Iglesia:


1. - La experiencia (realidad social misma)
2. - Evangelio y tradici—n.

Su objeto principal es interpretar esa realidad en su conformidad o diferencia


con el evangelio, con su ense–anza sobre el hombre. Juzgar y orientar la conducta del
cristiano. dar criterios.
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La DSI tiene tres objetivos que delimitan su contenido: 1) recordar los


principios doctrinales -principios de reflexi—n- b‡sicos: (LC 73). 2) atenci—n a la
dignidad de la persona fundamento de los dem‡s principios derechos y deberes. Respeto
de su libertad; principio de subsidiariedad y de solidaridad. -criterios de juicio-
Denunciar situaciones en las que no se vive esos principios; . 3) -directrices de acci—n-
orientar la bœsqueda de soluciones m‡s justas;

45.5 PECADOS CONTRA LA JUSTICIA

1. moral matrimonial y familiar.


-Deberes de justicia de los esposos entre s’: a)contra las relaciones conyugales
sin motivos razonables -falta uso de raz—n, enfermedad contagiosa, mŽtodo abortivo-.
Pecado grave o leve dependiendo de los motivos y consecuencias -infidelidad conyugal
o pecado solitario-. b) contra el respeto a los derechos personales en la vida social y
religiosa. La gravedad depender‡ de la materia no respetada y del grado de ofensa. c)
contra el respeto del derecho a bienes propios: +- deberes para con los hijos; pecado que
atenta contra el derecho a la vida y el cuidado corporal, y contra el derecho a la educaci
—n. +- deberes para con los padres; ayudarles en sus necesidades *cuarto
mandamiento*.

2. Moral pol’tica.
Pecados contra la justicia virtud que ordena los actos de toda virtud al bien
comœn. a) estado; respeto a los valores morales -igualdad y libertad- y dignidad de la
persona para cumplir su fin -bien comœn-, estableciendo medidas legales. b)
ciudadanos; deber moral de cooperar al bien comœn como miembro de esa comunidad -
servicio militar (permite la objeci—n de conciencia ) impuestos cumplir si es ley
tributaria justa, deber de restituir; deber moral del voto-.
A) contra la justicia distributiva; los que gobiernan, como gestores del bien
comœn han de dar a cada ciudadano lo que le corresponde; justo reparto. Son sobre
todo pecados de omisi—n. a) gobernantes: -tiran’a o cualquier forma o abuso de poder
gobernar en provecho propio y oprimiendo, no respetar las leyes democr‡ticas.
-Incumplimiento de los compromisos electorales . -arbitrariedades en el ejercicio del
gobierno, partidismos pol’ticos (prima la ideolog’a), no cumpliendo el principio de
equidad entre todos "acepci—n de personas", hoy "tr‡fico de influencias"; el pecado de
los que, al distribuir las cosas comunes (bienes espirituales y temporales) que deben
adjudicarse por justicia, no atienden a los mŽritos, necesidades o aptitudes de los que
las reciben, sino a la condici—n de la persona u otras razones ajenas. Pecado
opuesto a lo justo y razonable, ocasi—n de grandes injusticias personales. Pecado
grave; admite parvedad de materia. -en el campo jur’dico, promover leyes, reglamentos,
etc. injustas o emitidas en favor de intereses privados. b)sœbditos: -incumplimiento de
leyes justas y compromisos de profesi—n, -abandonar las responsabilidades c’vicas
(voto, ausencia), - no prestar colaboraci—n o rehuir responsabilidades en la
administraci—n pœblica o entidades privadas para el bien comœn, - protestas injustas
(por ideolog’a) contra la administraci—n pœblica, -ocasionar da–o en las instalaciones
pœblicas, -negligencia en exigir las justas reivindicaciones.
B) Contra la justicia conmutativa: el pr—jimo como persona particular
(deberes de justicia; respetar su vida, su cuerpo, su hacienda y su honor). a) deber de
respetar su vida, (valor m‡s fundamental de la persona; es algo sagrado que no es
medible ni manipulable).
C) contra el comienzo de la vida humana: manipulaci—n genŽtica (contra la
dignidad de la persona, su integridad e identidad) -aborto (provocado y directo: querido
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como fin o medio) +procurado y producido; excomuni—n latae sententiae (tambiŽn los
que colaboran de forma activa). Circunstancias eximentes de pena; menor de 18 a–os,
sin culpa desconoce que infringe la ley, por medio grave o grave perjuicio. +procurado
sin conseguirlo; pecado mortal.

D) contra la conservaci—n (s—lo Dios es due–o de la vida, existe un deber de


cuidar y conservar la vida, pecados contra el quinto mandamiento. -homicidio (directo
y voluntario, pecado muy grave) muerte del inocente que se lleva a cabo de un modo
arbitrario e injusto; tambiŽn la de un malhechor sin tener la potestad. -suicidio; rompe
injustamente los lazos de solidaridad y rechaza la soberan’a de Dios. -terrorismo (contra
el respeto a la integridad corporal, pecado grave), -tortura y manipulaci—n ps’quica
(pecados graves contra la dignidad de la persona, son degradantes), huelga de hambre
(l’cita cuando se dan las soluciones),
E) contra el final de la vida: eutanasia (acci—n u omisi—n que por la
naturaleza de los medios -desproporcionados- o intenci—n causa la muerte con el fin
de eliminar el dolor. Es homicidio.

3. Moral econ—mica:
Bienes materiales; toda injusticia en este campo es de suyo pecado mortal, pero
puede ser venial por imperfecci—n del acto o por la parvedad de materia. -robo: acto
de apoderarse de una cosa ajena contra la voluntad razonable de su due–o (excepto en
caso de extrema necesidad). -hurto, sacrilegio.

4. Moral social:
Bienes espirituales. - moral de la comunicaci—n; las relaciones est‡n hechas de
intercambios de todo tipo, Dar a cada uno lo suyo. La verdad es una exigencia
fundamental de la vida social. - mentira (contra el octavo mandamiento) toda expresi—
n conscientemente falsa es un pecado grave (pernicioso cuando lesiona graves intereses
del pr—jimo o induce a cometer mal).
1. Contra el honor y la fama (ref. al que esta ausente). Fama: opini—n que se tiene
comœnmente de una persona, derecho natural a la buena fama. contra la fama;
sospecha temeraria, pecado leve contra la justicia; juicio temerario, asentimiento firme
de la mente sin suficiente fundamento, sobre el pecado o malas intenciones del pr—
jimo; se trata de un pecado grave. Permite parvedad de materia. Difamaci—n,
denigraci—n injusta de la fama del pr—jimo ausente, puede ser directa o indirecta.
pecado grave contra la justicia y la caridad admite parvedad de materia, la gravedad
depende de lo imputado y el da–o causado. deber reparar la fama. puede ser simple
(manifestaci—n sin justa causa de un vicio o defecto oculto del pr—jimo) y murmuraci
—n, si se critican sus defectos pœblicamente. Calumnia, imputar falsamente un delito
no cometido a un sujeto. Susurraci—n, pecado grave. Falso testimonio, pecado mortal.
contra el honor: testimonio social rendido a la dignidad humana. Contumedia, injuria o
insulto; lesi—n del honor causada al pr—jimo en su misma presencia; de suyo es
mortal, puede llegar a ser venial. Exige deber de reparar. Burla, la irrisi—n
normalmente son pecados dŽbiles.

Al honor tiene derecho toda persona. La fama no debe ser manipulada con la
mentira si esto sucede se da la calu–a; obliga a reparar el da–o causado.

45.6 LA REPARACI—N DEL MAL Y LA INSTAURACI—N DE LA JUSTICIA COMO


OBLIGACIONES MORALES
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El derecho lesionado postula la reparaci—n, es decir, restituci—n restablecer


una cosa a su primitivo orden. Se puede definir como una acci—n de justicia
conmutativa (las otras tambiŽn obligan a restaurar) por la que se devuelve lo que
injustamente se tom— o se repara el da–o que injustamente se caus— a otros. Es
necesario In re (de precepto) vel in voto (deseo, obliga de manera absoluta) para los que
hayan quebrantado gravemente un derecho estricto del pr—jimo. La obligaci—n de
restituir es un problema moral grave (necesidad de medio para la salvaci—n, santo
Tom‡s).
Raz—n: en la violaci—n de la justicia la lesi—n no cesa con el acto injusto sino
que permanece su efecto, as’ que el que causa da–o esta obligado a reparar la
permanente iniquidad derivada de su acci—n.
Quien no restituye viola continuamente la justicia y no demuestra sincera
contrici—n.
Esto se explica en la justicia conmutativa porque en ella hay igualdad
aritmŽtica: para restablecer la justicia debe haber igualdad entre da–o y compensaci—n.
La justicia distributiva se mide por la proporci—n y no se viola un derecho inmediato
sino mediato. (no hay obligaci—n de restituir aunque si cierta obligaci—n de reparar;
no hay acuerdo entre los autores)
En la justicia conmutativa hay obligaci—n de restituir cuando se lesiona el
derecho estricto ajeno: a) por un da–o injusto, b) por una injusta detenci—n de la cosa
ajena. Si su acci—n es causa eficaz del da–o y humanamente imputada.

Condiciones para que haya obligaci—n de restituir:


-que se trate de una verdadera injusticia.(en caso de duda cumplir la legislaci—n civil
justa)
-el sujeto debe sentirse afectado y violado en sus derechos.
-injusticia moral y no puramente material.
-en ocasiones, una falta leve, sistem‡ticamente repetida.
-la obligaci—n de restituir vincula gravemente la conciencia cuando la injusticia
cometida es grave; es Òex genere suo graveÓ ; puede ser leve, pues admite parvedad de
materia.

Presupuestos para la restituci—n:


1)bienes materiales: -hurto, retenci—n de lo ajeno con lucro propio. -poseedor de
buena fe, al darse cuenta de su error y conocer al due–o esta obligado a restituir.
-poseedor de mala fe. -poseedor de fe dudosa averiguar la verdad.
La injusta damnificaci—n; se comete una injusticia no por robo, sino porque
conscientemente se hace da–o a una persona. TambiŽn se puede cometer por omisi—n.
Estos pecados var’an segœn la justicia que se lesione: a)justicia conmutativa, de modo
consciente se da–a a una persona hay obligaci—n grave o leve segœn la materia, de
restaurar el da–o causado. b)justicia legislativa, lesionando los derechos del estado con
el agravante de da–ar el bien comœn. c)justicia distributiva, obligaci—n en conciencia
de restituir a quienes hayan conculcado los derechos de los ciudadanos o de entidades
intermedias. -injusta cooperaci—n, para que obligue a restituir, la cooperaci—n ha de
ser; verdadera, eficaz e injusta.

2)bienes personales: en Žstos, cuando son injustamente da–ados, el perjuicio es mayor,


el pecado m‡s grave, la obligaci—n de restituir m‡s urgente y las circunstancia menos
excusantes. -Homicidios, males morales graves, el derecho a la vida es el fundamento
de todos los dem‡s derechos. Restituir a su familia o herederos, Dada la dificultad de
valorar la vida, el juez establece la cantidad a pagar. Para los da–os materiales (heridos,
mutilados, etc.), se sigue el mismo criterio. En los da–os morales (violaci—n, adulterio
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sin consentimiento, etc.) se ve la casu’stica, por lo general, resarcir los males (de salud
o ps’quico) y la reparaci—n de la fama o reputaci—n perdida.
El modo concreto de restituir se ha de ejecutar segœn circunstancias
(directamente al damnificado cuando no existe el riesgo de salir perjudicado, por
intermediario).

Cesaci—n de la obligaci—n de restituir:


Temporal: por falta de medios (manteniendo la intenci—n de restituir), porque se
desconoce al damnificado, ante el peligro de la fama del damnificador.
Para siempre: si el acreedor le perdona la deuda; si se ha perdido la cosa.....

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