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Investigación Efímera Revista

Vol. 6 (7), noviembre 2015, e005


ISSN-L: 2172-5934

La performance autobiográfica. La intimidad como práctica escénica


Josefina Alcázar (Instituto Nacional de Bellas Artes [CITRU], México)

Resumen
Este ensayo analiza la performance como expresión de la era de la intimidad en que vivimos, donde hay una multiplicidad y
heterogeneidad de registros y estrategias de autorrepresentación. En la performance autobiográfica se desdibuja la frontera entre
lo público y lo privado, expresando la transformación de la subjetividad contemporánea, de una búsqueda de lo vivencial y de una
necesidad de publicitar la intimidad. Todo ello a partir de la cotidianidad, de las minucias, no de los grandes sucesos, sino de lo
habitual, de los propios acontecimientos. La performance, o arte acción, es un arte del yo que está enmarcada en este contexto de
revelación de la intimidad; por lo tanto, se emparenta con diversas formas de búsqueda de la identidad y el autoconocimiento, donde
los artistas ponen en escena su propia subjetividad.
Palabras clave: performance, autobiografía, autoconocimiento, cuerpo, intimidad.

Autobiographic Performance. Intimacy as a Stage Practice


Josefina Alcázar (Instituto Nacional de Bellas Artes [CITRU], México)

Abstract
Self-described as “wild maid,” “wild soul,” “a wild wild weed,” Niki de Saint Phalle narrated herself as artistic subject in a concerted
way that stands out in the history of art: as both creatively driven and emotionally renegade and excessive, as both definitively
woman and definitively artist. In this essay I take this special case of self-narration, and the particular power of St. Phalle’s work, as
an opportunity to explore the relationship between.
(auto-)biography and artistic practice. The case of St. Phalle, a radical sculptor, performance artist, writer, and filmmaker, allows us to
understand the exaggerated way in which women artists were until very recently forced to adopt “fierce femininities” to make a place
for themselves as artists. In this way, I suggest that St. Phalle represents a key inspirational force opening the door for second wave
feminism and the feminist art movement. 
Keywords: Performance art, autobiography, self-knowledge, body, intimacy.

La performance autobiográfica desdibuja y fran- hasta que se transforman, desindividualizadas, en


quea la frontera entre lo público y lo privado. En una forma adecuada para la aparición pública. La
general, el género autobiográfico permite a las vida corriente de dichas transformaciones sucede
personas exhibir su intimidad, exteriorizarla: es un en la transposición artística de las experiencias in-
espacio donde lo subjetivo cobra primacía. Los re- dividuales (Arendt, 1974: 74).
cuerdos, los sentimientos, las vivencias y experien-
cias son comunicados a los demás. El individualis- Hoy en día, la infinidad de artilugios tecnológicos
mo es consustancial a la modernidad, de ahí que que permiten transgredir la frontera entre los espa-
en esta etapa se dé el auge de la autobiografía, en cios público y privado cada vez son mayores. La
la que los sujetos hablan de sí mismos, en primera multiplicidad y extrema heterogeneidad de los reg-
persona, y desvelan a los otros sus pensamientos, istros y estrategias de autorrepresentación que ex-
su vida y el contexto que los contiene. No es casual isten actualmente nos habla de una transformación
que Nora Catelli defina nuestra época como la era de la subjetividad contemporánea, de una búsque-
de la intimidad (Catelli, 2006). da de lo vivencial y de una necesidad de publicitar
la intimidad, todo ello a partir de la cotidianidad,
El arte y la literatura han sido los medios para exte- de las minucias, no de los grandes sucesos, ni de
riorizar la intimidad. Las mayores fuerzas de la vida figuras heroicas y célebres, sino de lo habitual,
íntima, las pasiones del corazón, los pensamientos de los propios acontecimientos. Esto se inscribe
de la mente, las delicias de los sentidos llevan, dice dentro de un proceso de afirmación del sujeto
Hannah Arendt, una incierta y oscura existencia contemporáneo. Guy Debord, desde 1967, anun-

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ciaba ya que la sociedad se convertía paulatina- ografía, las confesiones, los testimonios, las me-
mente en una sociedad del espectáculo (Debord, morias desdibujando la frontera entre lo íntimo y lo
1999). Hoy, las redes sociales son una plataforma público, en una exaltación poética del yo.
de exhibición de la intimidad. Hay que exhibirse, Partiendo de su cuerpo los artistas empezaron a re-
visibilizarse, para existir. Vivimos en una sociedad flexionar sobre la identidad del yo. Algunos optaron
expuesta, dice Byung-Chul Han, donde cada suje- por hacer públicas sus preocupaciones privadas,
to es su propio objeto de publicidad. Todo se mide otros usaron su cuerpo como plaza pública para
en su valor de exposición. La sociedad expuesta que en él se expresara una identidad colectiva;
es una sociedad pornográfica. Todo está vuelto otros hicieron de su cuerpo un espacio de resisten-
hacia fuera, descubierto, despojado, desvestido y cia, y muchos vieron en su cuerpo un yo en perma-
expuesto (Han, 2013: 29). nente construcción, un yo múltiple y mutable. Har-
tos de las limitaciones que les imponía su disciplina
Lo íntimo y lo privado cobran cada vez mayor visi- decidieron pasar del espacio representacional del
bilidad. Esta intensificación de lo íntimo en la actu- lienzo al flujo vivo de la presencia.
alidad, esta obsesiva exposición del yo en el espa-
cio público expresa, no solo un cambio más en la Esta expansión del yo, esta reconfiguración de la
historia de la relación entre lo privado y lo público, subjetividad contemporánea se manifiesta clara-
sino que nos habla de la creciente busca de la indi- mente en la performance, en la que lo público y
vidualidad en un mundo masificado. Norbert Elias lo privado están entreverados, lo individual y lo
señala que cuanto más densas son las dependen- social se entrelazan. Por medio de una intensa re-
cias recíprocas que ligan a los individuos, más flexividad fusionan el proceso, el contexto social,
fuerte es la conciencia que estos tienen de su pro- la conciencia y la acción. En la performance se ex-
pia autonomía. Esto nos permite entender, según presan los sujetos marginados por la modernidad,
Elias, ese doble movimiento que lleva simultánea- las identidades excluidas y negadas encuentran
mente a la uniformidad y a la individualización y que una zona de libertad para pronunciarse. El cuerpo
revierte, por un lado, en una mayor privacidad de la cobra protagonismo, ya no es un dato dado, algo
vida, mientras que por el otro no deja indemne nin- exterior. El aparente narcisismo de la época actual
guna interioridad. La sociedad contemporánea no lo que expresa es una preocupación por el cuerpo,
es solamente el factor de uniformidad, ella es tam- que había sido considerado únicamente como un
bién el factor de individualización (Elias, 1991: 20). receptáculo de nuestra alma interior. Hoy se con-
El surgimiento de la esfera privada, donde se perfi- struye el cuerpo como parte de un estilo de vida,
la la naciente subjetividad de lo íntimo, tuvo un pa- como una elección, como una opción y no se deja
pel decisivo en la configuración de la esfera pública como algo dado.
burguesa, lo que promovió la aparición de las for-
mas autobiográficas. De ahí que Habermas afirme Los artistas, en esta aparente egolatría, lo que ha-
que «los “públicos racionantes” del siglo XVIII, cuya cen es establecer una relación entre su yo íntimo y
asociación en ámbitos comunes de conversación el compromiso social; es un yo que conecta la es-
―cafés, clubes, pubs, salones, “casas de refrige- fera privada con el espacio público, un yo proyect-
rio”― diera lugar al concepto mismo de opinión ado a la comunidad, un yo con proyección estética.
pública, no solamente ejercitaban allí un “raciocin- Este entrelazamiento de la introspección y el en-
io político” para poner coto al poder absolutista, tramado social crea nuevos códigos en el lenguaje
sino, de modo indisociable un “raciocinio literario”, del yo. A partir de su cuerpo el artista cuestiona
alimentado por las nuevas formas autobiográficas, y problematiza la identidad, la memoria, las emo-
la novela en primera persona, el género epistolar» ciones y los límites corporales, tanto físicos como
(Habermas, 1981: 91 citado por Arfuch, 2002: 70). emocionales. Pero también ponen en duda el arte,
La performance, o arte acción, es un arte del yo su significado y sus parámetros; debaten si el arte
que está enmarcado en este contexto de revel- debe ser una mercancía; reflexionan sobre la pasiv-
ación de la intimidad; por lo tanto, se emparenta idad de los espectadores; en fin, utilizan su cuerpo
con diversas formas de búsqueda de la identidad para exponer e investigar hábitos, prácticas y cos-
y el autoconocimiento (Alcázar, 2014). El arte de la tumbres rutinarias para hacerlas conscientes y, en
performance es una forma híbrida que nació romp- su caso, transformarlas.
iendo fronteras, donde el artista1 dejó el lienzo y
pasó a la temporalidad, a la presencia, a incorpo- El cuerpo puesto en juego en la performance no es
rarse a un mundo donde emerge una compulsión solo el cuerpo como una realidad última e íntima,
de lo real, lo auténtico, lo vivido, lo experimentado, sino que es un cuerpo que no se puede separar de
lo testimonial y donde los artistas ponen en escena su contexto social y moral. Es un cuerpo simbólico
su propia subjetividad. El arte aparece encarnado que revela temas clave concernientes a la identi-
en sujetos reales que acuden al diario, la autobi- dad y a la política. En la corporeidad está inscrita

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una historia, que puede ser resignificada en el pre- Los creadores de la performance parten de su cu-
sente; pero, también, el cuerpo se puede pensar erpo como soporte de la obra; el cuerpo se con-
en y desde la experiencia vivida en el momento de vierte en la materia prima con la que experimentan,
hacer la acción. De ahí que algunos artistas de la exploran, cuestionan, intervienen y transforman. El
performance recurran a las teorías de la fenome- cuerpo del artista es tanto herramienta como pro-
nología del cuerpo planteadas por pensadores ducto; son creadores y creación al mismo tiempo.
como Dilthey, Gadamer, Husserl, Merleau-Ponty o Al tomar elementos de la vida cotidiana como ma-
Schütz, que les brindan elementos para analizar la terial de su trabajo, exploran la problemática per-
dimensión de lo vivido, de lo gozado, sentido y ex- sonal, política, económica y social. Gloria Picazo
perimentado. dice que «para muchos artistas, la performance ha
sido un medio para explorar la dimensión física del
La performance permite abordar el cuerpo desde cuerpo; por medio de él, podían expresar toda su-
la experiencia y la sensorialidad, permite que el erte de sensaciones, de repudios y aceptaciones, y
cuerpo hable a partir de la percepción, la emo- hacer evidente su papel de compromiso con la so-
ción, la afectividad o el sentimiento. Se puede ciedad. Podríamos hablar de la performance como
decir que la performance abre una nueva forma una de las prácticas artísticas más comprometidas
metodológica y conceptual para entender el cu- con el yo del artista pues, lejos de posibles recur-
erpo experiencial. Al mismo tiempo, la perfor- sos externos, en realidad el protagonista básico es
mance permite ver al cuerpo objetivado: medirlo, el propio artista» (Picazo, 1993: 15).
pesarlo, calcularlo y analizar los límites de su re-
sistencia. Pero en la performance no se entiende En la performance el cuerpo es concebido con una
la vivencia como una simple práctica despojada plataforma, como material de la obra. El cuerpo no
de la reflexividad. Es la experiencia en su dimen- está mediado por el lienzo ni por los materiales de
sión ontológica, de ser en el mundo. En su libro la escultura, sino que se presenta a sí mismo en
Verdad y método, Gadamer señala que «algo se forma transparente ante la audiencia. Josette Féral
convierte en una vivencia en cuanto que no solo señala que «el performer trabaja con su cuerpo
es vivido, sino que el hecho de que lo haya sido como el pintor con la tela. Lo petrifica como mate-
ha tenido algún efecto particular que le confiere ria prima sobre la cual experimenta. Lo inscribe en
un significado duradero» (Gadamer, 2003: 97). el espacio, lo saca de él; lo funde en él y lo disuelve;
lo explora, lo manipula, lo pinta, lo cambia de lugar,
Los artistas de la performance hacen su autobi- lo corta, lo aísla, lo mutila, lo encierra, lo empuja
ografía con el cuerpo y desde el cuerpo. Hablan hasta los límites de la resistencia, del sufrimiento,
de sí mismos y de su entorno; de su historia per- del asco. Su cuerpo es a la vez el instrumento de la
sonal y su historia social; dan testimonio de su experimentación y el objeto que la soporta, sujeto
vida y su contexto. En la performance, algunos y objeto a la vez. Se encuentra en los dos extremos
artistas hacen una investigación introspectiva, del proceso: como reproductor y como producto»
ojo otros analizan cómo actúan e interactúan con su (Féral, 1993: 209).
cuerpo en la vida cotidiana; pero todos van con-
struyendo una autobiografía de su experiencia En esta revolución y transformación de las fron-
vivencial. Entretejen simbólicamente el contex- teras entre lo público y lo privado el feminismo ha
to de la vivencia y de los diferentes papeles que jugado un destacado papel. La oposición entre
asumen en su vida diaria: en la familia, el ocio, el vida privada y pública se construye y desarrolla a
trabajo y en las diversas formas intersubjetivas lo largo de la historia. «El antagonismo entre la es-
en que participan (Diego, 2011). fera íntima y la pública/social [dice Leonor Arfuch]
no es otra cosa que un efecto de discursos: reglas,
Esta exploración del cuerpo y con el cuerpo, constricciones, dispositivos de poder y de control
desde las más variadas perspectivas, no está de reacciones, pulsiones y emociones, que, des-
desligada de la vida sino que forma parte de ella. de la Edad Media en adelante, no han hecho sino
La autorreflexión y el autoconocimiento de sus incrementarse, y donde la figura moderna de auto-
emociones y sensaciones llevan a los artistas de control dispensa de intervenciones exteriores más
la performance a una expansión de la concien- directas» (Arfuch, 2002: 74).
cia. Carl Gustav Jung, fundador de la psicología
analítica, recomendaba a sus pacientes llevar Al reflexionar sobre la idea de que «lo personal es
ojo un diario como un modo muy efectivo de abrir político» el movimiento feminista abrió las puertas a
las puertas del subconsciente (Bou, 1996: 129). la política de la vida. Las feministas se dieron cuen-
Aunque en la performance hay una finalidad es- ta muy pronto de que, para la mujer emancipada,
tética, el autoconocimiento es una parte funda- la cuestión de la identidad era fundamental. Al tra-
mental del proceso. tar de liberarse de la domesticidad del hogar, se

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enfrentaron a un entorno social cerrado para ellas. y la performance les permite un espacio de libertad
Los movimientos feministas innovaron el análisis para expresarla. Giddens señala que «la identidad
político al teorizar sobre las relaciones de poder que de la mujer estaba tan estrechamente definida por
estructuran la familia y la sexualidad. Estas teorías el hogar y la familia que su “salida afuera” las llevó
que vinieron a trastocar y a subvertir la concepción a ámbitos sociales donde las únicas identidades
patriarcal y decimonónica de lo público y lo privado disponibles eran las que les ofrecían estereoti-
se sintetizan en el lema «lo personal es político». pos masculinos» (Giddens, 1997: 273). Para Della
Por un lado, las teorías feministas cuestionaron la Pollock, la performance es un acto promisorio, no
lógica implantada de que lo público era el ámbi- porque prometa un cambio, sino porque atrapa a
to propio de los hombres, y de que lo privado, lo sus participantes ―a menudo por sorpresa― en
doméstico, era el espacio propio de las mujeres. un contrato con múltiples posibilidades: imaginar
Por otro lado, la estructura patriarcal convertía el cómo sería, cómo podría ser, cómo debería ser
hogar en el espacio de sometimiento y de violencia (Pollock, 2005: 2).
contra las mujeres. De ahí que el llamado a ventilar
los problemas personales que padecen las mujeres Holly Prado, poeta y novelista norteamericana, du-
y entenderlos como problemas sociales y políticos rante la década de los sesenta tuvo un destaca-
subvierta y altere las estructuras patriarcales. do papel en el movimiento cultural y feminista de
California. En 1977 escribió una ponencia sobre el
A partir de esta creación de conciencia, las mujeres diario y la autobiografía en la que destacaba la ten-
reconocen que sus problemas no son individuales, sión entre lo público y lo privado; el cuarto íntimo y
sino que son parte de una problemática colectiva el escenario. Prado resalta la importancia de atre-
de las mujeres. La reflexividad ha sido una forma verse a tomar riesgos; pasar de ser la mujer que se
muy útil en este proceso de creación de concien- sobresalta cuando suena el timbre del teléfono a la
cia. La problemática personal y los problemas de mujer que está en el escenario. Arriesgarse implica
la vida cotidiana entran así en la política y en la es- decir todo y ver que cada pequeño detalle, cada
tética. amiga, cada comida, cada error y cada hora son
valiosos. Hay que atreverse a abrir la puerta que
En la medida en que las artistas conscientemente está cerrada y aprender que algunos de los más
incorporaron aspectos autobiográficos como ma- maravillosos momentos de nuestras vidas emergen
teria prima para hacer su arte quedaron alteradas al vencer el miedo.
las dicotomías vida/arte, público/privado e individ-
ual/social. Las artistas también aspiraban a crear Prado hace un llamado a gozar haciendo arte, pero
conciencia en los espectadores, que se vieran re- no un arte para complacer ni un arte adormecedor,
flejados en esa problemática, que la sintieran suya. sino un arte que despierte. Propone transformar la
María Zambrano señala, en relación con la autobi- escritura del diario en arte, en un arte que demues-
ografía y las confesiones, que los curiosos que se tre que se está viva; crear nuevas formas a partir de
acercan para mirar por una puerta entreabierta con los diarios, formas excitantes y reveladoras; sen-
la intención de sorprender secretos ajenos se en- tirse significativas a sí mismas y darle significado
cuentran con algo que los obliga a mirar su propia a la preciosa y vibrante vida que lleve cada una;
conciencia (Zambrano, 2004: 45). hacer arte desde lo pequeño, lo ordinario y lo más
profundo. Hacer arte combinando los sentimientos
Hoy en día, lo personal está en todas partes, es con todo el poder del pensamiento y la conciencia
difícil imaginarnos cuán radicales fueron las ac- (Prado, 1977). Lo importante es que las mujeres se
ciones de las artistas feministas en los años sesen- conozcan a sí mismas, que encuentren su propia
ta. La performance autobiográfica no implica sim- voz y no sigan viéndose únicamente en el espejo
plemente contar historias y anécdotas personales, de la mirada masculina.
sino emplear detalles de la propia vida para ilumi-
nar y explorar algo más universal (Kron, 2006). Sin Cabe destacar el trabajo artístico de las mujeres
embargo, al indagar sobre los orígenes de la auto- artistas, pues el ámbito de la privacidad, el es-
biografía, diversas estudiosas descubren y denun- pacio doméstico, ha sido considerado el espacio
cian que desde el Renacimiento el sujeto autobi- femenino por excelencia, y en la performance las
ográfico ha sido concebido como sujeto masculino. artistas ponen en escena su propia subjetividad. Si
El origen patriarcal de la autobiografía ha provoca- pensamos que el cuerpo es el límite, la frontera en-
do que, cuando las mujeres quieren hacer su au- tre lo público y lo privado, entenderemos por qué
tobiografía, tengan que luchar contra los estereo- desde la década de los setenta las artistas recur-
tipos que la cultura les asigna (Smith, 1999: 96). ren al cuerpo como espacio de resistencia. Lucy
Frente a la narrativa patrilineal de la autobiografía, Lippard, destacada crítica de arte norteamericana,
las mujeres tienen que aprender a descubrir su voz, señala que «el proceso de destrucción de los mitos

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La Congelada de Uva, Mascarilla rejuvenecedora, de la serie «Entre la menopausia y la vejez», 2014.

que rodean la experiencia y la fisiología femenina ola del feminismo que ondea la bandera de que «lo
parece ser uno de los mejores móviles en la reci- personal es político». A partir de la década de los
ente oleada del body art de las artistas feministas» setenta se han dado debates sobre la relación en-
(Lippard, 1976: 138). tre arte y feminismo y cómo este último ha ido ad-
quiriendo diferentes matices y posiciones. Hoy en
En la performance, las mujeres parten de sus cu- día conviven diferentes clases de feminismos: de
erpos y presentan la sexualidad desde su per- la igualdad, de la identidad, de la diferencia, esen-
spectiva. Algunas tocan temas tabúes y recurren a cialista, construccionista, freudiano, antifreudiano
una imaginería vaginal; facetas de la corporalidad y, más recientemente, se habla de ciberfeminismo,
femenina que han sido escondidas y vistas como pornofeminismo, etc. La crisis de la modernidad
algo indecente, sucio y vergonzoso. En la perfor- llevó al movimiento feminista a replantear sus con-
mance, la intimidad se convierte en práctica es- tenidos y estrategias, de donde emerge esta plural-
cénica. Sugiere una forma de praxis corporal que idad de feminismos.
no solo reta la distinción entre experiencia y rep-
resentación sino que también cuestiona la frontera Hay muchas artistas que hacen performance au-
entre arte y teoría social. El arte corporal femenino tobiográfica. Mencionaré el caso de la polémica y
es capaz de trascender la dicotomía interior/exte- controvertida artista mexicana Rocío Boliver, quien
rior y se mueve hacia una más ambigua represent- aborda temas de la intimidad y concentra sus pro-
ación del deseo femenino. puestas estéticas en la crítica a las cargas represiv-
as que viven las mujeres. En 1992, a partir de la lec-
Las primeras luchas feministas exigían que las mu- tura de sus textos pornoeróticos, inició su carrera
jeres pudieran salir del ámbito doméstico y contar como artista de performance, y adoptó el nombre
con los mismos derechos que tenían los hombres: artístico de La Congelada de Uva por una de sus
derechos políticos, civiles, económicos, sociales y primeras performances, en la que se masturbaba
culturales. El caso de los movimientos de las su- con un refresco de ese nombre, cuyo recipiente
fragistas de principios del siglo XX es el más de- tiene forma fálica.
stacado, lo que hoy se conoce como la primera ola
del movimiento feminista. En las décadas de los La sexualidad es para La Congelada la fuente de
años cincuenta y sesenta surge la llamada segunda su estrategia estética. Exhibe su cuerpo desnu-

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La performance autobiográfica. La intimidad como práctica escénica

do de manera explícita y grotesca, como un reto a las mujeres estar eternamente bellas para evitar
a la hipocresía reinante. Su trabajo es agresivo y caer en el ostracismo. Para ello se deben someter
sin concesiones, todo un desafío a una sociedad a una serie de tratamientos y cirugías que oculten
machista y mojigata donde prevalece la simulación los estragos de la edad. Por eso, Rocío Boliver ha
y el fingimiento. Confronta el voyeurismo con un decidido burlarse e ironizar toda esta situación de
exhibicionismo franco y desinhibido que da visibili- hostigamiento contra las mujeres maduras. Como
dad a todas las partes de su cuerpo, pero privilegia es su costumbre, lo hace de manera procaz, e
sus órganos sexuales, a los que siempre pone en irónica, haciendo escarnio de ella misma como
primer plano. Con gestos desafiantes muestra los una forma de enfrentarse a los valores sociales y
senos, la vulva, el ano y las nalgas quitándoles to- la manipulación que ejerce el poder. La fealdad, la
das las capas de significación que las marcan has- enfermedad o la muerte son evadidas y tratan de
ta dejarlas en una carnalidad sin atributos. ocultarse, como si esto no formara parte de la vida
Rocío Boliver dice que las mujeres no conocen su misma.
cuerpo, que le tienen miedo y por eso son incapac-
es de gozar sexualmente, de exigir lo que les da Su planteamiento artístico de provocación consiste
placer. La performance tiene para ella un aspecto en proponer formas para «lucir más joven y alca-
curativo y de autoconocimiento. Nada más alejado nzar la eterna juventud». De ahí que en sus perfor-
de ella que el pudor, el recato, la pasividad, la sum- mances La Congelada se burle de los tratamientos
isión y todos esos «comportamientos propios de para las arrugas, de las cirugías plásticas, de los
una mujercita» que estructuran el arquetipo de la métodos para esconder la papada, para disimular
mujer. Exhibe sus genitales para demostrar que no las canas, de las cremas contra las manchas en
es algo que hay que esconder. la piel y de todo aquello propio de la vejez que es
considerado indigno y vergonzante. En la imagen
La Congelada explora el deseo desde su ser fe- se aprecia una de sus propuestas: «la mascarilla
menino y este simple hecho le proporciona a su rejuvenecedora» que estira la piel.
trabajo un carácter disruptivo. Ella pone en jaque
las maneras de ver el desnudo femenino y la forma La performance no es un arte para producir cosas
de estructurar el deseo. Cuestiona el sistema dom- bellas sino que es un revulsivo contra lo estableci-
inante de representación del hombre que desea do, lo normativo y coercitivo. Rocío Boliver encuen-
y la mujer deseada. Se presenta como una mujer tra en la performance nuevos lenguajes y códigos
activa que busca el placer y no como una mujer para hablar de la menopausia y de la vejez, para
servicial cuya función es que los hombres tengan hablar de su cuerpo aquí y ahora. «Los artistas han
placer. Ella satisface su deseo: se masturba públi- investigado la temporalidad, la contingencia y la in-
camente y lo goza, exhibe sus genitales y parece estabilidad del cuerpo, y han explorado la noción
disfrutarlo enormemente. de que la identidad se “actúa” dentro y más allá de
En su batalla por la visibilidad y como resistencia las fronteras culturales, más que ser una cualidad
ante la normalización del deseo, La Congelada se inherente. Han explorado la noción de conciencia
apropia del término ‘puta’, ofensivo y discrimina- tratando de expresar el yo que es invisible, sin for-
torio, y lo resignifica de manera lúdica, tal como lo ma y liminal. Han tratado los temas del riesgo, el
han hecho comunidades marginales con los térmi- miedo, la muerte, el peligro y la sexualidad en mo-
nos ‘gay’ y ‘queer’. Al apropiarse del término deja mentos en que el cuerpo ha estado más amenaza-
de ser un estigma. Este proceso de resignificación do por estas cosas» (Warr y Jones, 2000: 11).
tiene un fuerte potencial subversivo. La elección La performance toma vestigios de vida, fragmen-
del término ‘puta’ para autodenominarse implica tos, iluminaciones. No conoce reglas ni verdaderos
una alteración radical del sistema de valores mo- límites, es una forma abierta. Un boleto del metro,
rales y éticos2. la nota de la lavandería, un recorte de periódico, los
ingresos y gastos del mes, todo ello cabe y puede
A partir de 2012, La Congelada inició una serie tit- ser el detonador para una acción; no hay ataduras
ulada «Entre la menopausia y la vejez», una serie ni demarcaciones que la constriñan. Lo que antes
de deliberaciones sobre las implicaciones que esta se decía en la confesión ahora se externaliza en la
etapa de la vida tiene sobre las mujeres. Rocío Bo- performance. La performance le da un giro radical
liver tiene hoy 57 años de edad, y la problemática a la práctica autobiográfica.
que la inquieta, la angustia y sobre la que reflex-
iona es muy distinta de la que hacía cuando inició En la performance los artistas exteriorizan su intim-
su carrera en la performance, hace veinte años. idad pero no es una exhibición vacía, sin referencia,
Hoy cuestiona la marginación, discriminación e in- sino que viene de una reflexión estética y política.
fravaloración por motivos de edad, que en el caso No son cuerpos descontextualizados y sin sentido
de las mujeres es aún más grave. La sociedad exige sino que expresan el rechazo a la normatividad co-

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ercitiva e impuesta; expresan la marginación de los CATELLI, Nora (2006). La era de la intimidad, Rosa-
diferentes y la reivindicación del Otro. En la perfor- rio, Beatriz Viterbo Editora.
mance la exteriorización de la intimidad es un ritu-
al, una ceremonia cargada de significados donde DIEGO, Estrella de (2011). No soy yo. Autobiografía,
lo individual contiene lo social. Es una experiencia performance y los nuevos espectadores, Madrid,
transformadora. Siruela.

Josefina Alcázar es doctora en Sociología e in- ELIAS, Norbert (1939) (1991). La sociedad de los
vestigadora del Instituto Nacional de Bellas Artes individuos, Barcelona, Ediciones 62.
de México. Autora de Performance: un arte del yo.
Autobiografía, cuerpo e identidad, Siglo XXI, 2014 y GADAMER, Hans-Georg (2003). Verdad y método,
de La cuarta dimensión del teatro, 1998. Selección Salamanca, Sígueme.
de textos e introducción de El Mexterminator, an-
tropología inversa de un performancero postmex- GIDDENS, Anthony (1997). Modernidad e identidad
icano, de Guillermo Gómez Peña, 2002; coautora del yo, Barcelona, Península.
de Performance y arte-acción en América Latina,
2005. Compiladora de la serie documental de per- HABERMAS, Jürgen (1981). Historia y crítica de la
formance Mujeres en Acción (CD), 2006, y de la se- opinión pública, Gustavo Gili.
rie Performance en México.
HAN, Byung-Chul (2013). La sociedad de la trans-
parencia, Barcelona, Herder.
Notas KRON, Lisa (2006). Well, Nueva York, Theatre Com-
munications Group.
1. A lo largo del texto cuando diga el artista o los artistas me
referiré a las y los artistas. LIPPARD, Lucy (1976). From the center. Feminist
Essays on Women’s Art, Nueva York.
2. El 13 de junio de 2011 se realizó en la Ciudad de México «La
marcha de las putas», donde cientos de mujeres y hombres PICAZO, Gloria (1993). «La performance: de las pri-
exigían un alto al acoso y la violencia contra las mujeres. meras acciones a los multimedia de los ochenta»
En la marcha se leían mantas que decían: «No veas putas en PICAZO, Gloria (Coord.). Estudios sobre perfor-
donde hay mujeres libres», o «¡No significa NO!», o se es- mance, Sevilla, Centro Andaluz de Teatro-Gráficas
cuchaban gritos como «Escucha, baboso, yo elijo a quien Sur.
me cojo». Se exigía el derecho a la libertad sexual y a vivir
libres de estereotipos. En México, de enero de 2009 a junio FÉRAL, Josette (1993). «La performance y los “me-
de 2010, fueron reportados en todo el país 1.728 homicidios dia”: La utilización de la imagen», en PICAZO, Glo-
dolosos de mujeres; la mayoría quedaron en la impunidad. ria (coord.). Estudios sobre performance, Sevilla,
Este movimiento tuvo su origen en Toronto, Canadá, cuan- Centro Andaluz de Teatro.
do, en enero de 2011, un policía aseveró que «las mujeres
deben evitar vestirse como putas para no ser víctimas de la POLLOCK, Della (ed.) (2005). Remembering: Oral
violencia sexual». history performance, Nueva York, Palgrave Macmil-
lan.

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Efímera Revista Vol. 6 (7), noviembre 2015, e005. ISSN-L: 2172-5934 7

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