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II EL SEGUNDO MANDAMIENTO DEL MATRIMONIO

COMPROMETERME A NO AMAR A UN SUSTITUTO.

Éxodo 20:4-6. No te hagas ningún ídolo, ni nada que guarda semejanza con
lo que hay arriba en el cielo, ni con lo que hay abajo en la tierra, ni con lo que
hay en las aguas debajo de la tierra. No te inclines delante de ellos ni los
adores. Yo, el Señor tu Dios, soy un Dios celoso. Cuando los padres son
malvados y me odian, yo castigo a sus hijos hasta la tercera y cuarta
generación. Por el contrario, cuando me aman y cumplen mis mandamientos,
les muestro mi amor por mil generaciones.

Dios prohíbe el hacer imágenes de lo que está en el cielo, en la tierra o


debajo del mar. Y prohíbe estrictamente el postrarse ante ellas y adorarlas,
en otras palabras: NO AMES NI ADORES UN SUSTITUTO DE MÍ, porque YO
SOY UN DIOS CELOSO.

El celo de Dios se enciende cuando le damos a alguien lo que le pertenece a


Él.

Ejemplos:

- Cuando le damos a una imagen la fe que le corresponde Dios.

- Cuando pongo mi confianza en una estatua, esa fe que le pertenece a Dios.

- Cuando pongo mi lealtad o fidelidad en algo o en alguien que no es Dios.

Así sucede en el matrimonio, el celo se activa en nuestras vidas cuando nos


damos cuenta que el cónyuge entrega a alguien más lo que nos pertenece:

• ACEPTACIÓN: Aceptar que mi esposa (o) y yo somos diferentes en


TODO; y cuando somos más consecuentes con los errores de otra
persona que con los errores de mi cónyuge, puede surgir el celo.

• ATENCIÓN: Dar atención, buen trato, cuidado a mi esposa (o), a veces


se trata con más amabilidad y cortesía a otras personas que al propio

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cónyuge, es un área donde puede florecer la semilla amarga de los
celos.

• ADMIRACIÓN: Que seamos los primeros en decirles palabras a nuestra


esposa (o) que fortalezcan su alma, acciones que nutran su estima que
tiene de Dios “creación Suya, hechura Suya” a veces somos muy dados
a exaltar las virtudes y atributos de otras personas y esto puede
ocasionar …. celo.

• AMOR: Amar a la esposa (o), en segundo lugar, después de Dios y


antes que a los hijos.

Se han hecho imágenes, estatuas e imágenes que sustituyen a Dios. Todo eso
es imitación de Dios así que en el matrimonio no debemos tener tampoco
sustitutos.

Ama a tu esposa solamente, ama a tu esposo solamente, no debemos buscar


la plenitud en otra relación fuera de nuestro matrimonio, debemos buscar
nuestra plenitud en nuestro matrimonio.

Ejemplos de sustitutos en el matrimonio:

- Mujeres frustradas en su matrimonio que buscan la realización a


través de la vida de sus hijos, queriendo vivir sus vidas.
- Mujeres que buscan en la vanidad (físico, modas etc.), la comida, el
juego, ver novelas etc. Lo que no obtienen de su matrimonio, ser el
número uno después de Dios.
- Hombres que buscan la pornografía como sustituto de amor a la
esposa, están amando un sustituto, porque dirigen su pasión, su
mente, su sexualidad, su fuerza, su tiempo, su cuerpo, hacia
imágenes. Esto es un sustituto y está robando intimidad con su
esposa.
- Hombres que dedican demasiado tiempo a un pasatiempo, ver o
jugar algún deporte, el trabajo, los carros, las mascotas, etc.

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Dios es un Dios celoso y demanda FIDELIDAD en espíritu, alma y cuerpo, y
todo sustituto rompe con la intimidad.

No permitamos sustitutos, no importa lo que sea, no permitamos que nos


robe la intimidad con nuestro cónyuge.

Fidelidad – Lealtad, apego, puntualidad, exactitud en el cumplimiento de


algo.

Celo, su raíz en latín es “ardor”, y su raíz en griego es “hervir”, ¡¡vaya que no


es nada agradable estar ardiendo e hirviendo!! Así son los celos.

Celo = Según el diccionario: “Sospecha y/o inquietud de que la persona


amada haya mudado o mude su cariño, poniéndolo en otra persona”

En Apocalipsis 2:4 y 5 “Pero tengo una cosa contra ti: que ya no tienes el
mismo amor que al principio. Por eso recuerda de dónde has caído, vuélvete a
Dios y haz otra vez lo que hacías al principio. Si no iré a ti y quitaré tu
candelabro de su lugar, a menos que te vuelvas a Dios”

Es imperativo en el matrimonio como en la relación con Dios el AMOR y las


acciones de amor y por amor. Cuando estábamos en el noviazgo en el plan de
la conquista eso es lo que hacíamos, agradar, elogiar, admirar, atender,
aceptar su personalidad, así que es NECESARIO para que florezca el amor en
su plenitud dice Dios “HAZ OTRA VEZ LO QUE HACÍAS AL PRINCIPIO”

El celo sano:

1,- Tiene su origen en un sincero amor y compromiso en la relación


matrimonial basada en Dios.

2.- Un medio a través del cual cuidamos nuestro matrimonio, por el esmero
y atención que ponemos en nuestro matrimonio.

3.- Nos ayuda a lograr una comunicación madura y profunda por el interés
demostrado.

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4.- Motiva a confrontar los riesgos mayores antes de que se conviertan en
grandes problemas.

5.- Protege el matrimonio de las obras del enemigo.

El celo no sano nace de un amor no sano e incluye:

1.- Mentira y engaño

2.- Amenazas

3.- Autolástima

4.- Manipulación

5.- Sentimientos de inferioridad, desconfianza e inseguridad

El objetivo principal es el control, y no la búsqueda de la seguridad en el


matrimonio, y termina alejando a la persona amada y abriéndole puertas a
un sustituto en su vida.

Así que los celos pueden ser buenos o malos, el celo de Dios es aquel que
emana de su amor por nosotros y que lo lleva a cumplir con su pacto y buscar
reciprocidad en la relación, a través de la fidelidad nuestra.

Ese mismo celo debemos sentir por cumplir nuestro pacto matrimonial, un
celo que surge del amor tan grande por nuestro cónyuge, un celo que busca
proteger, cuidad, edificar, mantener, cumplir fortalecer, sustentar.

Las infidelidades se dan como vimos anteriormente por romper con el pacto
de exclusividad, por buscar sustitutos, y en muchas ocasiones generados por
la falta del celo sano del cónyuge que lleva la relación al descuido, a la rutina,
a la frialdad o a la indiferencia, abriendo puertas a la búsqueda de sustitutos.

2da. Corintios 9:2 “pues conozco vuestra buena voluntad, de la cual yo me


glorío entre los de Macedonia, que Acaya está preparada desde el año
pasado; y vuestro celo ha estimulado a la mayoría.

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La nueva versión internacional en la segunda parte del versículo dice “El
entusiasmo (celo sano; cuidado) de ustedes ha servido de estímulo a la
mayoría de ellos.

Qué bendición que de nuestro matrimonio se pudiera decir que “ha


estimulado a la mayoría”, por el cuidado, el trato, la amabilidad y sobre todo
el compromiso que tenemos ambos de amarnos y no sustituirnos.

Orar por estos puntos: Dar amor, atención, aceptación, expresar admiración,
gratitud, tener cuidado de nuestro cónyuge, atenderle, no amar a sustitutos,
estar confiados y seguros en Dios y en nuestro matrimonio y poder ser así
matrimonios que “estimulan a la buenas obras”.

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