Está en la página 1de 3

Historia[editar]

Primeros experimentos[editar]

Pioneros de la cristalografía de rayos X. De arriba abajo: William H. Bragg, su hijo William L. Bragg y
Max von Laue.

La idea de que los cristales son una repetición periódica de un grupo de moléculas ya


existía anteriormente a que Wilhelm Conrad Röntgen descubriera los rayos X en 1895.
Aunque las distancias típicas entre los planos de la red cristalina se desconocían, se sabía
que debían ser muy pequeñas comparadas con la longitud de onda de la luz visible. Esto
le dio al físico alemán Max von Laue la idea de utilizar cristales de sulfato de cobre para
determinar si los rayos X se componían de partículas u ondas: dedujo que, si fueran
ondas, deberían generar un patrón de difracción al atravesar los cristales.n. 2 Los
experimentos se realizaron en 1912, con la ayuda de Walter Friedrich y Paul Knipping,
ambos antiguos estudiantes de Röntgen. Estos experimentos confirmaron la presencia de
difracción cristalina, interpretada por von Laue como la extensión a tres dimensiones de
la difracción de Fraunhofer por un enrejado.
Poco después, los británicos William Henry Bragg y William Lawrence Bragg (padre e hijo
respectivamente) reprodujeron el experimento. W.L. Bragg explicó la difracción como la
interferencia de los rayos X reflejados por planos cristalinos paralelos, introduciendo la
descripción conocida desde entonces como la ley de Bragg.1 En 1913, Paul
Ewald demostró que las dos interpretaciones de los resultados publicadas
independientemente por von Laue y Bragg eran equivalentes. 2 Von Laue recibió el premio
Nobel de Física en 1914 por su descubrimiento del fenómeno, y los Bragg recibieron el
mismo premio un año más tarde por su trabajo en las aplicaciones prácticas. n. 33 Hacia el
final de la década, se había logrado determinar las longitudes de onda de los rayos X y la
estructura de varios compuestos inorgánicos simples y se habían establecido las bases
teóricas de la técnica gracias al trabajo de los ya mencionados investigadores, Charles
Galton Darwinn. 4 y Peter Debye, entre otros.

El desarrollo de la técnica: 1920-1960[editar]


El período entre 1920 y 1960 se caracterizó por importantes adelantos metodológicos que
propiciaron el empleo de la difracción de rayos X para analizar estructuras de moléculas
más complejas.
Durante la década de 1920, los avances de la teoría cuántica sirvieron para caracterizar
más precisamente la interacción entre los rayos X y los átomos de los cristales; esto
posibilitó el análisis correcto de la intensidad de la difracción. En la misma época
aparecieron las tablas para determinar la simetría cristalina a partir de la distribución de
reflexiones en el patrón de difracción y se empezaron a usar las series de Fourier para
representar la distribución de electrones en la red cristalina. Los desarrollos en la
representación matemática de la densidad electrónica continuaron hasta la Segunda
Guerra Mundial, facilitando la obtención de las primeras estructuras de moléculas
orgánicas. En 1935, el cristalógrafo británico Arthur Patterson descubrió un truco
matemático para obtener las distancias interatómicas directamente a partir de los datos
experimentales, lo que supuso un importante avance en el análisis de la difracción. 4
Entre las décadas de 1940 y 1960, surgieron otros procedimientos para la determinación
de estructuras, especialmente, métodos heurísticos basados en el proceso de ensayo y
error, que demostraron ser bastante exactos en combinación con restricciones
condicionantes basadas en las propiedades físicas de una estructura correcta, como por
ejemplo, que la densidad electrónica debe ser siempre positiva. En este período la
cristalografía empezó a adquirir importancia en el campo de la química orgánica, proceso
que culminó con la determinación en 1957 de la estructura de la vitamina B12, un proyecto
liderado por Dorothy Hodgkin.4

Avances en cristalografía de macromoléculas: 1960-1980[editar]


El adelanto más trascendente durante las décadas de los 60 y 70 fue el reconocimiento de
la cristalografía de proteínas y de moléculas involucradas en procesos biológicos en
general como área de investigación clave en la biología molecular. El año 1962 marcó un
hito al otorgarse dos premios Nobel por los resultados obtenidos usando métodos
cristalográficos en esta área: el premio Nobel de Química fue concedido a Max
Perutz y John Kendrew por sus estudios cristalográficos de las
proteínas hemoglobina y mioglobina y el premio Nobel de Medicina a Francis Crick, James
Watson y Maurice Wilkins por descubrir que el ADN forma una doble hélice.n. 5 En 1964
Dorothy Hodgkin también obtuvo el premio Nobel de Química por la determinación de
varias estructuras de importancia biológica, como la penicilina y la vitamina B12, entre
otras.6
Un adelanto que facilitó en gran medida el éxito de las técnicas cristalográficas tanto en el
caso de macromoléculas orgánicas con un gran número de átomos como en el de
moléculas de menor tamaño fue el desarrollo de ordenadores digitales; gracias a ellos fue
posible usar programas para medir y analizar fácilmente los datos obtenidos en los
experimentos en vez de realizar los laboriosos cálculos manualmente. 7 Sin embargo, al
final de este período el estudio de proteínas estaba aún limitado por la ausencia de fuentes
de rayos X intensos y el empleo de película fotográfica para medir los patrones de
difracción, lo que requería un largo proceso de revelado y digitalización de las imágenes.n. 6
A consecuencia de estas limitaciones, y a pesar del reconocimiento generalizado del
potencial de la cristalografía para estos experimentos, a finales de la década de 1970
el Banco de Datos de Proteínas solo contaba con unas sesenta entradas.8

También podría gustarte