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Para los vertederos tipo tecla de piano la norma SP 290.1325800 (2016) recomienda que se los diseñe
con una relación L0/B0=5 y que B1 = B2 ≥ 2H0, figura 7.18.
Los vertederos tipo “pico de pato” se los calcula como vertederos de pared delgada, recomendándose el
uso de la ecuación de Chugaev (Sandoval, 2013) para la determinación del coeficiente de caudal. Si la curvatu-
ra del labio es muy significativa, se debe tomar en cuenta esta condición porque reduce el caudal de descarga.
Se requieren pilas de aireación cuando el vertedero es de pared delgada; si es que se utiliza el perfil Creager no
son necesarias, pero el volumen de obra es más significativo.
Otro tipo de vertederos que se utilizan en los aliviaderos son los laterales, que se los recomienda en con-
diciones de poco espacio frontal y se les tiene que ubicar pegados a una de las laderas, en las que exista suficien-
te espacio para emplazar una adecuada longitud del labio. Cuando el flujo ingresa a uno de estos vertederos, la
dirección cambia completamente en su canal inmediato de pendiente pronunciada, figura 7.19.
Figura 7.19 Vertedero lateral de la presa Paonia, USA. Fuente: USBR (2017)
Figura 7.20 Vertedero de labio cerrado, presa Monticello, USA. Fuente: NEWS D. (2017)
Figura 7.21 Vertedero de pétalos de margarita, Armenia. Fuente: Twisted Sifter (2012)
Otra forma de obra de control constituye los famosos vertederos de sección cerrada “Morning Glory”,
cuyo labio anular continua en un cono convergente que se dirige hacia un pozo y túnel de descarga, tal como
se puede apreciar en la figura 7.20.
Una forma de aumentar la capacidad de los vertederos de labio cerrado consiste en dar a la cresta la
forma de pétalos de margarita, como se aprecia en la figura 7.21.
Para la selección del tipo de vertedero el (USBR, 2014) considera que se deben tomar en cuenta los
siguientes aspectos:
• Tipo de presa.
• Condiciones topográficas, geológicas y climáticas del sitio.
• Parámetros hidrológicos (caudales a descargar).
• Condiciones sísmicas.
• Método de desvío de los caudales durante el período de construcción.
• Condiciones de seguridad.
• Facilidad de operación.
• Condiciones económicas satisfactorias.
A más de las condiciones hidráulicas del diseño de cada tipo de vertedero, se tienen que analizar las con-
diciones de empate de la estructura de control con el sistema de conducción del flujo hacia aguas abajo, que
puede ser mediante canal, o un túnel de flujo libre o a presión, debiendo considerarse los mismos aspectos que
se los ha descrito en el párrafo anterior.
Si se considera un aliviadero no controlado, como el que se presenta en la figura 7.22, se debe que tomar
en cuenta varios aspectos complementarios, ya que en el existe, después del vertedero: un canal de sección
convergente; un canal de pendiente pronunciada y sección constante; un sistema de disipación de energía me-
diante un tanque USBR; y, un canal de restitución.
Por condiciones topográficas y de diseño hidráulico se puede requerir de más de una pendiente, o de un
canal de pendiente variable, figura 7.6, en el que se pueden presentar pendientes suaves y pronunciadas.
En este caso, se debe tomar en cuenta que los flujos se dividen en subcríticos y supercríticos; los primeros
se presentan en canales con pendientes suaves (i < icr) y los segundos, cuando la pendiente es pronunciada (is >
icr). Otra forma de distinguirles es a través del número de Froude (Fr); si Fr <1 el flujo es subcrítico y si Fr > 1,
supercrítico.
Si el canal inmediato, después del vertedero, tiene una pendiente suave (menor que la crítica), puede
mantener una sección constante o variable. Siempre es conveniente que se reduzca la sección con el fin de
concentrar el flujo y reducir los volúmenes de obra. Es recomendable que la sección transversal se reduzca
gradualmente; sin embargo, en obras pequeñas la reducción puede ser brusca y se forme el resalto hidráulico
antes de la descarga por la rápida.
En cualquiera de los dos casos, el cálculo hidráulico consiste en determinar la curva de remanso y la
posibilidad de que se presente el resalto hidráulico antes del cambio de pendiente en el canal.
Cuando las condiciones de entrada, tras el vertedero, corresponden a un régimen supercrítico existe la
posibilidad de que se formen ondas de choque, más aún si es que se reduce la sección geométrica del canal. Hi-
dráulicamente esta condición corresponde a un flujo no uniforme de canal no prismático. Según Slisskiy (1986)
y Chow (1994) los tirantes en este canal se los puede determinar resolviendo la siguiente ecuación:
Dónde: E1 y E2 son las energías específicas en las dos secciones analizadas, y la pendiente hidráulica i = Q2/K2,
( – Factor de forma).
De acuerdo con los autores citados, la reducción conviene que se la realice con paredes convergentes rectas, con
un ángulo θ, figura 7.23, que se lo obtiene al resolver las siguientes ecuaciones:
(7.12)
(7.13)
(7.14)
Se ha considerado que el canal de entrada es de sección trapecial con taludes m = 0,75 (0,75:1) porque
estará emplazado sobre una arenisca de mediana resistencia. De acuerdo con la tabla 7.1, se recomienda que
la velocidad del flujo sea Vo=1,2 a 1,8 m/s, a partir de lo cual, si es que se toma bo=35 m (más que b = 25 m):
T0=P1+H0=3+2,86 =5,86 m;
A0= 209,5 m2
V0 = 1,25 m/s.
Tirante contraído
El tirante contraído se forma detrás del vertedero Creager. La altura en la parte posterior se lo toma
p2=3 m (igual que p1). Así resulta que, el coeficiente de velocidad y el tirante contraído son:
b3 =18*0,719=12,94 ≈ 13 m
Cuando el flujo se acelera en la rápida se desarrolla la capa límite en un tramo relativamente corto, que
produce un fenómeno de auto-aireación, que origina una masa de agua y aire, que hace que se incremente la
profundidad del flujo respecto a la del flujo no aireado.
Según Slisskiy (1986), la velocidad a la que el flujo inicia el proceso de aireación se determina con la
siguiente ecuación:
(7.16)
Según el mismo autor, la profundidad del flujo de la mezcla agua aire, para flujos con Fr > 5, es igual a:
(7.17)
Para la determinación de la altura de los cajeteros a este valor se le debe adicionar el borde libre.
La presencia de rugosidades en las paredes, la alta velocidad del flujo, las reducciones de la presión por
la forma y otras singularidades son las que originan la formación de burbujas de vacío que, cuando son aca-
rreadas por el flujo hacia las zonas de mayor presión, implosionan y absorben una gran cantidad de energía
del medio, lo que causa el desprendimiento de partículas y la erosión de los materiales adyacentes, tanto de
hormigón o cualquier otro material del que este constituida la rápida.
Los vacíos que se forman por el desprendimiento de las partículas superficiales, en las primeras etapas,
son los que generan zonas de baja presión, que causan la formación de cárcavas y la consiguiente destrucción
de las obras. Como un ejemplo de este proceso, se conoce el percance que ocurrió en febrero del 2017 en la
presa Oroville de California, en el que el aliviadero sufrió daños considerables atribuidos a la cavitación y ero-
sión, figura 7.26.
Para determinar el riesgo del aparecimiento de la cavitación en un punto, existe el Coeficiente de Cavi-
tación σ, que se lo determina con la ecuación:
(7.18)
La forma de combatir los daños que produce la cavitación consiste en incluir aire en el flujo, lo que se
consigue mediante la instalación de aireadores ubicados en la solera de la rápida, como se observa en las figuras
7.27 y 7.33.
De acuerdo con Novak (2001), una rápida requiere de algunos aireadores que se los debe ubicar a una
distancia, en metros, igual a 1 o 2 veces la velocidad media del flujo. Así también, cita a Pinto (1991), que indica
que, para determinar el caudal de aire de un aireador se puede utilizar la siguiente ecuación:
(7.19)
Donde: Cqa y Aa son, respectivamente, el coeficiente de caudal y el área del orificio aireador.