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MANUEL A Y A L A MERCADO

RENE PRIETO C H A C O N TARACO


UN LATIFUNDIO
DEL ALTIPLANO
BOLIVIANO
MANUEL AYALA MERCADO

RENE PRIETO CHACON

TARACO
un
latifundio
de!
altiplano
boliviano

Cochabamba-Bolivia
19 7 0
ES PROPIEDAD

Depósito Legal C.06-70

Impreso en Bolivia

Printed in Bolivia

AUSPICIOS D E LA UNIVERSIDAD

MAYOR D E SAN SIMON

UMSS — EDITORIAL UNIVERSITARIA — 197 0


Primera edición. Tirada: 500 ejemplares.
D E D I C A T O R I A

A mi querido hijo Manuchito cuya muer-


te acaecida en el amanecer de su existen-
cia, deja un inmenso vacío y el ejemplo im-
borrable de abnegación y sublime cariño, que
en vida consagró a su adorada madre.

M. A. M.
P R E S E N T A C I O N

TARACO: UN LATIFUNDIO DEL ALTIPLA-


NO BOLIVIANO, es un estudio socio-económico de esa co-
nocida finca, situada en la provincia Ingavi del departamento
de La Paz y que forma parle de la pequeña península del mis-
mo nombre, que se interna en el lago Titicaca.

Al iniciarse el proceso de la Reforma Agraria, existía


un desconocimiento casi total de las condiciones en que se des-
arrollaba la agricultura boliviana. Esto determinó a que el
Servicio Nacional de la Reforma Agraria, creado para la
ejecución de las disposiciones contenidas en el Decreto Ley,
expedido el 2 de agosto de 1953, decidiera realizar estudios
socio-económicos de las fincas ubicadas en diferentes zonas im-
portantes del país, con el propósito de recoger la información
necesaria que permita una rápida y adecuada ejecución de la
Reforma Agraria, lomando como norma un criterio técnico,
económico y administrativo y que haga posible interpretar el
espíritu de la Ley, basándose en hechos reales y de acuerdo
a la disponibilidad de los recursos administrativos del país.

El estudio sobre TARACO, realizado en consonancia


con esa finalidad, no sólo responde a las preguntas exigidas,
sino que üa mucho más lejos al dar a conocer las modalidades
que caracterizan a la agricultura en el Altiplano boliviano,
antes de la promulgación del Decrelo-Ley de la Reforma.

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El Servicio Nacional de Reforma Agraria, proyectó la
realización de varios esludios en las diferentes zonas del te-
rritorio. Empero, sólo pudo efectivizar el de la finca de TA-
RACO, debido a limitaciones de recursos humanos y econó-
micos y, especialmente, a presiones de tipo político que perse-
guían la rápida redistribución de la tierra, aún a riesgo de
apartarse de las prescripciones contenidas en la Ley. Como
consecuencia de las mismas, se dejaron de aplicar algunos cri-
terios técnicos y económicos en el proceso de distribución y con-
solidación de la tierra que, junto a otros factores limitativos
—falla de programas adecuados y eficientes de asistencia
crediticia, técnica y social— impidieron en gran medida una
efectiva complementación de la fase política y social con la
económica, requisito sin el cual no es posible que se cumplan los
objetivos fundamentales de la Reforma Agraria Boliviana.

Este interesante trabajo es el único que existe en Doli-


via con las finalidades arriba anotadas. Fue presentado, por
su indudable mérito, al Segundo Congreso Indigenista Inter-
americano, realizado en la ciudad de La Paz (Agosto de
1954), mereciendo la consideración de algunos Seminarios
sobre Reforma Agraria, efectuados en diferentes países latino-
americanos. Podrá servir, por consiguiente, de obra de consul-
ta para posteriores esludios y, sobre todo, cuando se trate de
evaluar la Reforma Agraria y medir los resultados de este
irreversible hecho histórico.

Los autores de TARACO: UN LATIFUNDIO DEL


ALTIPLANO BOLIVIANO son los distinguidos ingenie-
ros agrónomos: Manuel Ayala Mercado y René Prieto Cha-
cón, que realizaron esludios en la Unbersidad Mayor de San
Simón y también en la Universidad Rural de Río de Janeiro,
donde se titularon en 1951.

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Ayala Mercado lomó parle, como posl-graduado, en el
Seminario Latinoamericano sobre "Problemas de la tierra",
Campiñas (Brasil), ¡953. En 1961 siguió el Curso Latino-
americano de "Mercadeo Agrícola" (Bogotá, Colombia), y
el Curso Intensivo de Capacitación en "Materia de Desarrollo
Económico" (La Paz, Bolivia). En 1962, participó en el
Curso Internacional de "Crédito Agrícola" (Ciudad de Mé-
xico), y en 1969 en el Curso Nacional Corlo de "Comercia-
lización Agrícola" (Instituto Inter americano de la O.E.A. Co-
chabamba, Bolivia).

Su experiencia profesional puede ser valorada a través


de los siguientes importantes cargos:

Comisión de Reforma Agraria: Asesor de la Sub-Co-


misión de Colonización y Técnicas Agropecuarias (1953).

Servicio Nacional de Reforma Agraria: Director del De-


parlamento Técnico (1956).

Junta Nacional de Planeamiento: Jefe de la Sección de


Programación Agrícola (1963).

Dirección Departamental de Agricultura de Cochabam-


ba: Encargado del Departamento de Economía Agrícola y
Comercialización (1968).

Banco Agrícola de Bolivia: Agente Regional de Tarifa


(1966) y de Potosí (1967).

En 1966 el Ing. Manuel Ayala Mercado fue catedrá-


tico titular de Economía y Legislación Agraria en la Univer-
sidad de Tarija (Escuela Práctica de Agricultura), y desde
1968 desempeña la cátedra de Administración Rural en la
Facultad de Agronomía de la Universidad de Cochabamba.
Es autor de las siguientes publicaciones: "Anteproyecto
de Trigo. Junla Nacional de Planeamiento", 1961. "Comercia-

9
lización de producios agropecuarios". Junta Nacional de Pía-
neamienlo, 1961. "Programa de Crédito Agrícola", Junta Na-
cional de Planeamiento, 1961. "Programa de Crédito Agrí-
cola", Junta Nacional de Planeamiento, 1963, y de "Principios
de Administración Rural. Su aplicación a las explotaciones
agropecuarias". Cochabamba, 1968. Editó también: "El Cré-
dito Agrícola y el Plan de Desarrollo Agropecuario de Boli-
tiia". La Paz, 1953, Talleres Gráficos Bolivianos.

El Ing. René Prieto Chacón, realizó como Posl-Cradua-


do el "Curso Latinoamericano sobre Estadísticas Agrícolas
(Quito, Ecuador).

En 1956, el "Curso sobre Reforma Agraria" (México).

Su experiencia profesional ha quedado demostrada en el


desempeño de los siguientes cargos:

Funcionario Técnico de la Subsecretaría de Agricultura.


México, 1956.

Director Nacional Forestal del Ministerio de Agricultu-


ra, 1962.

Jefe del Departamento Cooperativo del Desarrollo de


Comunidades Rurales, 1965.

Jefe del Deparlamento Agropecuario, 1967.

Jefe Técnico del Servicio de Parques y Reforestación


de la H. Municipalidad de La Paz, 1969.

Tiene publicados diversos trabajos en periódicos y revis-


tas.

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Tales son, a grandes rasgos, los bien ganados prestigios
de los Ingenieros Agrónomos Manuel Ayala Mercado y René
Prieto Chacón, autores del presente estudio sobre uno de los
latifundios más extensos del Altiplano y que, dentro de su en-
foque histórico, técnico y económico, constituye una de las
aportaciones más serias en el campo de las realizaciones vincu-
ladas con el proceso de la Reforma Agraria en Bolivia.

TARACO: UN LATIFUNDIO DEL ALTIPLA-


NO BOLIVIANO se lo publica con auspicios de la Uni-
versidad Mayor de San Simón como un reconocimiento y un
estímulo a la valiosa labor desarrollada por dos aventajados
ex-alumnos de la Facultad de Ciencias Agronómicas de Co-
chabamba.

EDUARDO OCAMPO MOSCOSO


Jefe del Departamento de Cultura

Febrero, 1970.

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I N T R O D U C C I O N

La Nacionalización de las Minas y la Reforma


Agraria son los dos grandes pilares sobre los que
se sustenta el programa de desarrollo y diversifi-
cación del gobierno de la Revolución Nacional.

En el caso de la Reforma Agraria, el Decreto-


Ley del 2 de agosto de 1953 y el Decreto Supremo
N 9 3471 de 27 de agosto del mismo año, contienen
las bases jurídicas y los procedimientos a seguir
para poner en práctica la Reforma Agraria. Ade-
más de estos documentos básicos, el Servicio Na-
cional de Reforma Agraria ha preparado algunos
Decretos complementarios basándose en la expe-
riencia obtenida durante los primeros meses de su
funcionamiento y en la necesidad de ampliar o de
definir con mayor rigor el contenido de algunos ar-
tículos que en los documentos básicos de la Refor-
ma quedaron sujetos a una codificación ulterior.

La ejecución de un programa de ámbito nacio-


nal que afecta directamente los intereses de alre-
dor del 90% de la población total del país es una
tarea enorme y preñada de problemas técnicos. Du-
rante los 120 días de que dispuso la Comisión que
elaboró el Decreto-Ley de la Reforma Agraria, re-

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sultaba imposible prever la magnitud y muchos de
los aspectos específicos de tales problemas, puesto
que, el abandono tradicional de la agricultura bo-
liviana tuvo como síntomas no sólo un atraso tec-
nológico notable sino, además, el desconocimien-
to casi absoluto de las condiciones en que se des-
envolvía la misma, tanto en relación con sus as-
pectos puramente técnicos como en sus aspectos
sociales.

En consecuencia, uno de los primeros pasos


que deberían darse para resolver el problema
agrario tendría qUe ser el de lograr, en la medi-
da de lo posible y dada la premura de las cir-
cunstancias, el conocimiento más amplio y pre-
ciso de las condiciones que caracterizan la agri-
cultura boliviana. Con este propósito el Departa-
mento Técnico del Servicio Nacional de Reforma
Agraria sugirió la conveniencia de llevar a cabo
varios estudios socio-económicos en diferentes
zonas representativas del país para disponer de
la información necesaria que permitirá ulterior-
mente acelerar la ejecución de la Reforma agra-
ria tomando como norma un criterio económico,
técnico y administrativo que haga posible interpre-
tar el espíritu de la ley basándose en hechos com-
probados y en la disponibilidad de recursos admi-
nistrativos de la Nación.

La ejecución de estos estudios regionales es


una tarea que absorberá bastante tiempo puesto
que, en la mayor parte de los casos, se carece de
los datos más elementales sobre las zonas estu-
diadas, y los recursos que el Departamento Téc-
nico del Servicio Nacional de Reforma Agraria
puede destinar a estos estudios son bastante li-
mitados ya que simultáneamente es preciso aten-
der la solución de muchos otros problemas.

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Se ha considerado prudente no aplazar la pu-
blicación y difusión de tales estudios hasta que
estén todos concluidos y, así, el Departamento
Técnico del Servicio Nacional de la Reforma
Agraria presenta ahora el estudio efectuado en la
finca "Taraco", que se ha considerado como
representativa de la región influida por el Lago
Titicaca. A medida que se terminen los estudios
hechos en otras zonas del país se darán a la pu-
blicidad para informar a las diferentes reparti-
ciones del Estado, a los técnicos y a la opinión pú-
blica en general sobre parte de las labores des-
empeñadas por el Servicio Nacional de la Refor-
ma Agraria.

El artículo 33 del Decreto Supremo N? 3471


estipula que la petición o denuncia para el caso
de afectación de tierras deberá contener los datos
siguientes:
a) Nombre, apellido y nacionalidad del actor o
actores;

b) Nombre y apellido del demandado o deman-


dados;
c) Nombre o situación de la propiedad;

d) Extensión y superficie aproximada de la pro-


piedad, en la medida usual de la región;

e) Límites, con indicación de los colindantes;

f) Número de colonos y familias que habitan én


el fundo;
g) Nombre del Secretario General del Sindicato
Agrario de la hacienda.

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El artículo 42 del xnismo decreto establece
que, en la audiencia, la «Junta Rural procederá a:

a) Establecer los datos indicados en la petición o


denuncia;

b) Comprobar la lista c o m p l e t a de los colonos o


trabajadores, a g r e g a n d o la de sus hijos mayo-
res de 18 años siendo solteros, y 14 años siendo
casados, así c o m o de l a s viudas con hijos me-
nores que vivan en l a finca;

c) Verificar la superficie cultivada por cuenta del


propietario con especificación de cultivo;

d) Establecer el número y superficie de las par-


celas poseídas por c a d a trabajador;
e) Recibir información s o b r e el número de fun-
dos rústicos que posea el propietario o propie-
tarios demandados y, e n caso de ser factible,
verificar la extensión y clase de terrenos;

f ) Estimar la producción anual de los terrenos


de la hacienda (cosecha ) ;

g) Comprobar el número e l e "sayañeros", arren-


deros, pegujaleros, enfiteutas, etc., así como
el número de asalariados y el monto del sala-
rio medio que perciben;
h) Registrar la clase y cantidad de ganado, tan-
to de hacienda c o m o de cada uno de los colo-
nos;

i) Enumerar en forma circunstanciada las ma-


quinarias, herramientas ¡y demás implementos
de trabajo, sistemas de c i e g o , fertilizantes, se-
millas seleccionadas y t o d o s los datos que fue-

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ran necesarios para la ulterior fijación del ti-
po de propiedad;
j) Verificar la extensión de campos de pastoreo,
naturales y cultivados;

k) Recibir información sobre la forma en que in-


tervienen en la producción agrícola el propie-
tario y sus familiares;

1) Determinar si la propiedad es agrícola, gana-


dera o mixta (agrícola-ganadera) teniendo en
cuenta la importancia de una u otra de estas
actividades en el trabajo de la hacienda.

El estudio verificado en la finca mencionada


trata en primer lugar de dar respuesta a estas
preguntas exigidas por la Ley, pero va más lejos
en algunos casos con el objeto de obtener un pa-
norama más preciso sobre las condiciones de vi-
da y trabajo de la población rural.

En "Taraco" se llevó a cabo, en primer lu-


gar, un levantamiento topográfico de la finca que
incluyó la delimitación de los terrenos de la ha-
cienda, las "sayañas", etc.; se hizo, además, la enu-
meración completa de todos los habitantes del
lugar y se entrevistó a las autoridades sindicales
y a numerosas personas que habían estado rela-
cionadas con la administración de la finca antes
de la Reforma Agraria, con la finalidad de obte-
ner una idea más precisa de las condiciones del
lugar.

En los capítulos siguientes, se presentan los


resultados de este estudio, junto con las recomen-
daciones propuestas por el Departamento Técni-
co para la repartición de las tierras.

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Todos los miembros del Departamento Téc-
nico del Servicio Nacional de la Reforma Agraria
participaron en la elaboración de este trabajo, pe-
ro merece mención especial la labor de los Inge-
nieros Agrónomos Manuel Ayala Mercado y Re-
né Prieto Chacón, a cuyo cargo estuvo el estudio
de "Taraco".
Ji' . - ' • • • • • .
La Paz, agosto 2 de 1954.

Edmundo Flores
Director del Departamento Técnico
y Experto en Reforma Agraria de las NN. UU.
I. E L ALTIPLANO

El altiplano boliviano o meseta andina se ex-


tiende entre las cordilleras Occidental y Oriental
de los Andes. Ocupa aproximadamente una super-
ficie de 15.300.000 hectáreas, de las cuales no están
cultivadas más que unas 33.000,(1) o sea el 0.21%
del total.'

El clima es riguroso y se caracteriza por pre-


sentar entre el día y la noche fuertes variaciones
de temperatura, que se agudizan en el invierno,
marcándose con frecuencia temperaturas meno-
res a cero grados, pero cuya intensidad es atenua-
da por la fuerte irradiación solar(2). El período
de lluvias (octubre-marzo) coincide con el verano

(1) H. G. Dion. La agricultura en el Altiplano. FAO.


Washington. 1950.
(2) Así, por ejemplo, en Belén, situado en la zona norte
bajo la influencia del lago Titicaca, y en Salinas de
Garci-Mendoza, que se encuentra en la zona sur del
Altiplano, se registraron en el año 1951 temperatu-
ras máximas extremas que oscilaron entre 13.5"? —
20.2' y 15.69 — 25.6?, y mínimas extremas entre 13.29
— 1.1' y 11.79 — 2.2.9, respectivamente. Boletín Anual
Meteorológico. Años 1950-1951. La Paz, Ministerio de
Agricultura. ,

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MANUEL AYALA MERCADO RENE f RIETO CHACON
llIft'üilf^íV-"'.'' '.'"-.'•v
y el período de sequía (mayo-julio) con el invier-
no. La irregularidad en l a distribución de las llu-
vias ocasiona en algunos años períodos de sequía
La precipitación m e d i a anual es relativamente ba-
ja y va disminuyendo hacia el oeste y hacia el sur,
registrándose p r o m e d i o s anuales que varían entre
600 mm. (para la z o n a norte) y 176 mm. (para la
zona sur) (3).
Las heladas y e l granizo se presentan en gran
parte del año, en algunos meses con mayor inten-
sidad, en ciertos c a s o s sucediéndose heladas du-
rante treinta días consecutivos. Sin embargo, sólo
las heladas y el granizo que se presentan en los
meses de enero y f e b r e r o tienen marcada influen-
cia sobre la agricultura porque en esa época los
cultivos de grano y d e p a p a se encuentran en ple-
na floración.
Los análisis de l o s suelos del altiplano indican
diferencias en nitrógeno y fósforo y ausencia de
materia orgánica, encontrándose los otros elemen-
tos en cantidades aproximadamente normales. En
general, el suelo es neutro o ligeramente alcalino,
con acumulaciones d e carbonato cálcico a cierta
distancia de la superficie. Algunas tierras de la
región donde más llueve, e n torno al lago Titicaca,
son ligera o m o d e r a d a m e n t e ácidas, según revelan
los análisis de las c a p a s superficiales, y se ha lle-
gado a afirmar que existe escasez de calcio.

La erosión que s e presenta en forma generali-


zada en el altiplano h a sido una de las causas que

(3) En Belén y Salinas d e Garci-Mendoza se registraron


en los años 1950-1951 promedios anuales de 471.6 —
491 m m . y 176 — 219 m m . , respectivamente. Ibid.

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T A R A C O ; UN LATIFUNDIO DEL ALTIPLANO BOLIVIANO

han contribuido principalmente al empobrecimien-


to del suelo. La erosión producida por las aguas
es la que causa mayores daños.

Las heladas, el granizo, los vientos fríos que


con frecuencia soplan en el altiplano y la erosión
del suelo constituyen factores perjudiciales para
el desarrollo de la agricultura, y hacen que las con-
diciones de vida del agricultor se caractericen por
la pobreza y por la lucha constante contra los ele-
mentos.

II. LA PROPIEDAD TARACO

Antecedentes históricos. "Taraco" fue original-


mente el asiento de una
comunidad indígena formada por miembros de la
raza aymara que se dedicaban a la agricultura ca-
racterística de toda la región y gozaban de los be-
neficios que les proporcionaba su ubicación a ori-
llas del lago Titicaca.

Durante la época colonial y más tarde duran-


te las primeras décadas de la Independencia el
aislamiento e inaccesibilidad relativos de Taraco
le permitieron mantener su situación de comuni-
dad independiente. No obstante, a principios del
presente siglo el Presidente Ismael Montes (perío-
do presidencial 1904-1909) visitó la comunidad y
decidió adjudicársela. En primer lugar, adquirió
la propiedad de una vecina de la comunidad de
nombre Felicidad Mantilla. Poco después compró
también las parcelas de tres o cuatro comunarios
que querían abandonar la comunidad a raíz de un
conflicto interno.

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MANUEL AYALA MERCADO RENE f RIETO CHACON

En 1907 un sector del ejército, acantonado en


Guaqui, recibió instrucciones para ocupar la co-
munidad y apresar a todos los comunarios jefes
de familia. Estos fueron conducidos al puerto de
Guaqui y de ahí se les embarcó en vagones de car-
ga con destino a La Paz, donde fueron encerrados
en el Palacio de Gobierno y por sumas exiguas se
les obligó a firmar minutas de transferencia de
sus tierras en favor del Presidente Montes.

A raíz de esta venta forzada se prohibió a los


comunarios que volvieran a sus antiguas tierras,
amenazándoles con ejercer severas represalias en
caso de desobediencia. Más, como resultaba impo-
sible trabajar las tierras deshabitadas, Montes hi-
zo traer indígenas de otras regiones, estableció el
sistema de colonato y de servidumbre personal y
procedió a explotar la finca como propiedad pri-
vada.
El resto de la historia de Taraco refleja en for-
ma muy aproximada lo acontecido en todas las co-
munidades de que fueron despojados los indígenas.
Las tierras de la comunidad se convierten en un
gran latifundio; los comunarios despojados' emi-
gran a la ciudad donde paulatinamente pierden sus
lazos con la tierra convirtiéndose en trabajadores
no calificados de los grupos de más bajo ingreso
en los centros urbanos. Sus descendientes van a la
escuela, aprenden español, a leer y a escribir y ad-
quieren un oficio mejor remunerado. Se consuma
la transición de agricultor a obrero y habitante de
un centro urbano; transición ésta originada en el
despojo, pero, al fin y al cabo, desde el punto de
vista sociológico y económico, transición que re-
presenta un paso adelante en el proceso del des-

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T A R A C O ; UN LATIFUNDIO DEL ALTIPLANO BOLIVIANO

arrollo económico. El agricultor secular que se va-


le de medios primitivos para explotar la tierra y
que vive casi por completo en un régimen de au-
toconsumo y en un nivel tecnológico estacionario
se ve obligado a romper violentamente con sus
formas tradicionales de vida y a asimilar nuevas
formas menos lejanas a las que priman en los paí-
ses industriales con altos niveles de vida.

El lugar de los ex-comunarios es llenado por


los colonos que son llevados a las antiguas tierras
de la comunidad y sometidos a un régimen de tra-
bajo basado en la servidumbre, en el pago de sala-
rios en especies y en otras formas de explotación
bastante conocidas que constituían la norma pre-
ponderante en el agro boliviano. Los colonos reci-
ben pequeñas sayañas y, pese a la alta tasa de mor-
talidad infantil, al cabo de dos generaciones la sa-
yaña resulta insuficiente para sostener a la fami-
lia; el latifundio se encuentra cada vez más super-
poblado y, en consecuencia, el nivel de consumo de
la población campesina muestra una tendencia ha-
cia el nivel de subsistencia.

Mientras tanto, el latifundista o gamonal si-


gue generalmente dos caminos: o se desentiende
por completo de la responsabilidad de administrar
en la mejor forma posible su finca refugiándose en
el ausentismo y exigiendo sólo una renta fija de
quien administra la finca, o bien intenta introducir
algunas innovaciones tecnológicas para aumentar
la productividad y el volumen total de la produc-
ción.
En el primer caso, si la finca es manejada por
un administrador, su renta neta tiende a dismi-

23
MANUEL AYALA MERCADO RENE f RIETO CHACON

nuir, como consecuencia de la disminución de la


fertilidad y el aumento de la población campesi-
na. Si, por el contrario, el terrateniente se aboca
a la responsabilidad de ser administrador e intenta
introducir m e j o r a s técnicas, sucede que pese a sus
esfuerzos sólo p u e d e tener éxito en un número muy
limitado de c a s o s . En efecto, el intento de meca-
nizar la agricultura fracasa generalmente puesto
que la finca dispone de una fuerza de trabajo que
tiende al aumento, y la mecanización difícilmente
puede encajar e n un sistema donde la mano de
obra abunda en e x c e s o , ya que su finalidad por
excelencia es el ahorro de la mano de obra.

El sistema q u e prevaleció tradicionalmente en


el altiplano difiere del sistema de propiedad plena
tal como lo define el Derecho Romano. El latifun-
dista disfruta de u n derecho virtual sobre los actos
y la vida misma d e l colono pero no puede despo-
jarlo de la sayaña, ni expulsarlo de la finca sin vio-
lar un derecho tradicional que le concedía al colo-
no el usufructo d e l a tierra. Puesto que resulta
imposible disminuir la población trabajadora de
una hacienda, es difícil introducir la mecaniza-
ción en una escala apreciable. Esto sin mencionar
que el éxito de la agricultura mecanizada requie-
re cierto grado de desarrollo industrial y la dispo-
nibilidad de obreros mecánicos calificados. El sólo
problema de la obtención de repuestos, lubrican-
tes y combustibles y a es de solución difícil, pues
presupone la disponibilidad de divisas para su im-
portación en todo t i e m p o .
Así, en el m e j o r de los casos, suponiendo bue-
na voluntad y deseos de progreso por parte del la-
tifundista, sólo le q u e d a a éste el recurso de intro-

24
r:
TARACO; UN LATIFUNDIO DEL ALTIPLANO BOLIVIANO

ducir cierto tipo de mejoras que son de difusión


difícil en un sistema como el que primaba en Bo-
livia. El uso de abonos, de semillas mejoradas y
de prácticas agrícolas modernas requiere como
primer paso la existencia de un tipo de agricultor
para quien sean accesibles la educación y la opor-
tunidad de mejorar su nivel de vida y su posición
social. No se puede esclavizar a un campesino, li-
mitar su consumo, negar a sus hijos la posibilidad
de estudiar y de convertirse en ciudadanos útiles,
y esperar que emplee sistemas modernos de cul-
tivo, que se preocupe por mejorar su ganado y
que aumente su productividad.

En conclusión, es imposible mejorar el nivel


técnico y la producción bajo el sistema del lati-
fundio y del colonato. El sistema de castas que si-
túa al indígena campesino en el estrato social más
bajo y le niega toda oportunidad para mejorar
su condición se refleja en las posibilidades de uso
de la tierra y las reduce al mínimo.
En Taraco, una vez efectuado el despojo, los
ex-comunarios se trasladan y establecen en la
ciudad de La Paz; los nuevos colonos llevados a la
finca se mantienen en un estado cultural estático,
y el terrateniente intenta introducir algunas mejo-
ras técnicas sin lograr, como era de esperarse, me-
jorar en forma apreciable el progreso de la agri-
cultura.

Características físicas y naturales. La propiedad


Taraco está si-
tuada a orillas del lago Titicaca en una de las
regiones más elevadas del Altiplano. Su altura me-

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MANUEL A Y A L A MERCADO RENE f RIETO CHACON

dia es de 3855 metros sobre el nivel del mar. Geo-


gráficamente se localiza entre los 161? 25' 15" de la-
titud sur y los 68? 50' 30" de longitud oeste del Me-
ridiano de Greenwich. Políticamente pertenece al
Cantón Taraco, provincia Ingavi, del departamen-
to de La Paz. La finca se encuentra a una distan-
cia aproximada de 100 kilómetros de La Paz, ca-
pital de Bolivia, y a una distancia aproximada de
20 kilómetros de la frontera del Perú. Taraco es
una península que mira a la orilla peruana del
Altiplano.

La superficie total de la propiedad de acuerdo


con el plano levantado en febrero de 1954(4) es de
3.636,36 hectáreas, correspondiendo 1.396,50 hectá-
reas a la zona elevada, no apta para el cultivo,
clasificada como área forestal de acuerdo con lo
establecido por el artículo 147 del Decreto Ley, (5)
y 2.238,86 hectáreas a la planicie que la circunda.
La superficie por estancias es la siguiente:

ESTANCIAS HECTAREAS

San José 239,73


Santa Rosa .. . . <.. 196,28
Ñacoca 483,22
Ñachoca .. .. 943,75
Sapana 690,68
Coacollo .. 1.082,70

TOTAL 3.636,36

(4) Durante la época de lluvias, el nivel del agua sube


en el lago cubriendo parte de los terrenos y disminu-

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TARACO; UN LATIFUNDIO DEL ALTIPLANO BOLIVIANO

La propiedad presenta dos zonas perfecta-


mente diferenciadas. La zona elevada, que corres-
ponde al 38% de la superficie total, se encuentra
en la parte central de la propiedad y se extiende
de Oeste a Este, es accidentada y se halla domina-
da por pequeñas elevaciones con pendientes de
más de 18%. En cambio, la planicie que circunda
la parte elevada y presenta ligeras y pequeñas on-
dulaciones, constituye la zona apta para la agri-
cultura y corresponde a un 62%. Sin embargo, en
las laderas menos pronunciadas de las pequeñas
elevaciones se realizan cultivos en buenas condi-
ciones. En ambas zonas se encuentran tierras ero-
sionadas, particularmente por el agua.

El factor hidrográfico de mayor importancia


es el lago Titicaca, cuyas aguas circundan la ma-
yor parte de la propiedad. Existen, además, pe-
queñas torrenteras que se forman en el período de
lluvias y caen por las laderas de ías elevaciones.

Las condiciones climáticas de esta región son


las generales del Altiplano, con variaciones deter-
minadas por su proximidad al lago. La tempera-
tura ambiental es baja, siendo el promedio de la
media anual registrada en Guaqui y Copacabana

yendo en esta forma la superficie total de la propie-


dad.
(5) Artículo 147. Se declara tierra forestal y de pastoreo,
y se prohibe la destrucción de bosques y pastos, en
todos los terrenos con pendiente mayor al 15%; en los
Yungas y en las regiones de densa población rural
con escasa tierra cultivable, se autoriza su laboreo,
por vía de excepción, en surcos a nivel y terrazas.

27
MANUEL A Y A L A MERCADO RENE f RIETO CHACON

en los años 1950-1951 de 7.1. La precipitación


pluvial es e l e v a d a en r e l a c i ó n con otras del Al-
tiplano. Las m e d i a s a n u a l e s para los años de 1950-
1951 en Guaqui y C o p a c a b a n a dan un promedio de
291.3 -941.5 m m . , r e s p e c t i v a m e n t e ( 6 ) . Las hela-
das y el granizo, c o m o o c u r r e en todo el Altipla-
no, se presentan en g r a n jparte del año, aunque
en esta r e g i ó n c o n m e n o r intensidad debido a la
acción atemperante d e l l a g o . Las heladas se pre-
sentan con m a y o r f r e c u e n c i a en los meses de ma-
yo hasta a g o s t o y a v e c e s septiembre, mientras el
granizo en l o s m e s e s d e o c t u b r e y noviembre has-
ta febrero. S o n p e r j u d i c i a l e s para la agricultura
las que se p r o d u c e n e n e n e r o y febrero. Los vien-
tos dominantes en esta zona s o n los de N.E. y N.O.
que alcanzan una v e l o c i d a d de 2.7 kilómetros por
hora, adquiriendo m a y o r inmensidad y frecuencia
en los meses d e julio, a g o s t o y septiembre.

Suelos. No se hizo un e s t u d i o agrológico completo


para l a d e t e r m i n a c i ó n de la calidad de los
suelos, sino v a r i a s p r u e b a s d e campo, cuyos resul-
tados indican b u e n contenido de potasio, fósforo y
calcio, y e s c a s e z de m a t e r i a o r g á n i c a . La reacción
del suelo de S a p a n a y San J~osé indica suelos se-
miácidos y en N a c o c a , Ñ a c h o c a y Santa Rosa sue-
los semi-alcalinos. E n g e n e r a l , los terrenos de la
propiedad p r e s e n t a n un g r a n porcentaje de arena,
con ligeros m a n c h o n e s d o n d e predomina la arci-
lla. El drenaje e s m a l o y en Jla época de lluvia el
agua inunda g r a n d e s e x t e n s i o n e s .

(&) Ministerio de Agricultura. B o l e t í n Anual Meteoroló-


gico. La P a z . 1950-1951.

28
TARACO; UN LATIFUNDIO DEL ALTIPLANO BOLIVIANO

ESTRUCTURA SOCIAL DE TARACO

Población. Número y distribución. El censo demo-


gráfico incluyó
a toda la población que habitaba en la finca con
antelación al 2 de agosto de 1953, fecha en la que
se firmó el Decreto-Ley de la Reforma Agraria,
omitiendo a las personas o familias que residen
en el pueblo de Taraco y cuya casa-habitación se
halla situada fuera de los linderos de la hacienda.

La población total de la hacienda es de 2.476


personas con un total de 564 jefes de familia, de los
cuales 556 poseen sayañas y 8 carecen de ellas. Es-
tos últimos residen en los hogares de los jefes de
familia que tienen sayañas. Las extensiones en po-
der de los sayañeros son pequeñas, con promedio
de 2.9 hectáreas para toda la finca. Las habitacio-
nes generalmente se encuentran en la sayaña res-
pectiva.

Comúnmente, en cada casa-habitación residen


parientes en primer grado a colaterales, pero se
presentan casos en que los residentes o "arriman-
tes" no tienen relación de sangre con el jefe de
familia.

Ocupación e ingreso. La población se dedica a las


labores agrícolas, a la pes-
ca, y a las industrias rurales. Además, la proximi-
dad con el Perú y la notable diferencia entre los
precios de algunos productos agrícolas subvencio-
nados por el Gobierno de Bolivia, como ocurre con
el café, y las restricciones tan severas a la impor-
tación de productos manufacturados, hacen que

29
MANUEL AYALA MERCADO RENE f RIETO CHACON

resulte muy lucrativo el contrabando, actividad a


la que se dedican muchos de los habitantes de Ta-
raco.

Se destinan anualmente 170 días, con una jor-


nada media de 10 horas diarias, a trabajos agríco-
las en los que participan todos los campesinos.
Aproximadamente 150 días son dedicados a la pes-
ca por agricultores que poseen botes y equipo pri-
mitivo; entre 20 días y un mes se destinan a las
manufacturas y a trabajos que no son agrícolas y,
por último, un total de 59 días se destina a cere-
monias, fiestas religiosas, romerías, etc.

El campesino adulto, ya sea hombre o mujer,


dispone de una educación empírica que le permite
ocuparse indistintamente en todas las actividades
tradicionales. La rudimentaria división del trabajo
parece estar determinada por la disponibilidad de
herramientas y materia prima.

Como se ve, predomina una situación típica de


subocupación o desocupación disfrazada que ha
sido acentuada por la imposibilidad del campesi-
no para obtener otras fuentes y medios de traba-
jo. Durante las épocas de auge en las minas algu-
nos campesinos emigraban estacionalmente en
busca de trabajo sin que ello afectara la produc-
ción.
Debido a la aguda inflación registrada duran-
te los últimos tres años no fue posible llegar a nin-
guna cifra sobre el ingreso anual real en Taraco.
No obstante, en términos de su procedencia puede
estimarse que sólo alrededor del 50% del ingreso
real proviene de actividades agrícolas.

30
TARACO; UN LATIFUNDIO DEL ALTIPLANO BOLIVIANO

El 27% de la tierra de la hacienda está distri-


buida entre los colonos, mientras que el resto, que
comprendía las tierras mejores, eran terrenos de
hacienda. De aquí se deduce que sólo alrededor de
un 25% del ingreso de la hacienda correspondía a
los campesinos. Esta situación cambió completa-
mente después de la distribución de la finca el 11
de abril de 1954.

Clasificación étnica. La población pertenece a la


raza aymara y conserva mu-
chas de sus costumbres y tradiciones. El traje in-
dígena predomina a pesar de que ya puede ser
notada la influencia del vestido europeo.

Edad. La distribución de las edades en Taraco in-


dica que el 38% de la población o sea 427
habitantes, se encuentra entre la clasificación de
10 años o menos. Sólo un 9% de la población está
en el grupo de 15 a 10 años. El 53% de la pobla-
ción, o sea 1.313 personas, se encuentra en el gru-
po de edad de 15 a 55 que es el grupo que debe con-
siderarse económicamente productivo. El índice de
longevidad indica que solamente el 8% de la po-
blación rural llega a la edad de 60 años o más.

La "Histribución por sexos demuestra un ma-


yor porcentaje de hombres en relación con el de
mujeres, correspondiendo 1.294 habitantes al sexo
masculino y -1.128 al femenino.

El crecimiento de la población en Taraco se


encuentra en una etapa progresiva. Los grupos
más cercanos a la base de la pirámide de edades

31
M A N U E L AYALA M E R C A D O RENE f RIETO CHACON

son mayores que los g r u p o s de mayor edad. Sin


embargo, hay una d i s m i n u c i ó n marcada entre el
grupo de 10 años o m á s y el g r u p o de 10 años o me-
nos, lo que indica una alta t a s a de mortalidad in-
fantil; si, c o m o es posible, uno de los efectos in-
mediatos de la r e f o r m a agr-aria será la disminu-
ción de ésta, la tasa anual d e aumento de la pobla-
ción crecerá en f o r m a a p r e c i a b l e . El alejamiento
de la curva normal e s más rmarcado entre el gru-
po de mujeres; quizá no se deba a una tasa más
alta de defunciones entre l o s miembros del sexo
femenino sino a que e n el s i s t e m a que prevalecía
en Taraco antes de l a r e f o r x n a el hombre estaba
más ligado a la tierra que l a mujer. Mientras los
hijos de un " c o l o n o " tenían q u e permanecer en la
hacienda para ayudar a l a s labores agrícolas y
aumentar el contingente de m a n o de obra a dispo-
sición del hacendado, l a m u j e r tenía mayores po-
sibilidades, ya sea de s u m a r s e a la población de
otra hacienda o comunidad o bien de emigrar a
los centros urbanos, p a r t i c u l a r m e n t e a la ciudad
de La Paz para dedicarse al comercio o a activi-
dades domésticas.
La magnitud de la p o b l a c i ó n estudiada es tan
pequeña que las conclusiones a las que se ha lle-
gado en este análisis n o p u e d e n tomarse como re-
presentativas de la población altiplánica. La única
conclusión claramente d e m o s t r a d a se refiere a la
alta tasa de mortalidad i n f a n t i l , que quizá sea aún
más alta en otras regiones d e l altiplano, conside-
rando la relativa bondad de Jas condiciones que
priman en la región e s t u d i a d a .

La tenencia de la tierra y la estructura social.—


Las formas de tenencia de la tierra han sido fac-

32
TARACO; UN LATIFUNDIO DEL ALTIPLANO BOLIVIANO

tores determinantes en la conformación de la es-


tructura social en Taraco. Igual que en todas las
economías preponderantemente agrícolas, la po-
sesión de la tierra ha constituido un elemento no-
table de influencia y poder.

Antes de la reforma agraria, los propietarios


disfrutaban de numerosos privilegios políticos y
económicos y de un poder virtualmente ilimitado
sobre la vida y la propiedad de los trabajadores
del campo. A su vez, los sayañeros con posesión de
tierras gozaban de mayor prestigio e influencia que
los arrimantes que no poseían tierras.

El control de la tierra en la sayaña era ejer-


cido parcialmente por el sayañero, quién en oca-
siones cedía a los arrimantes pequeñas extensio-
nes en aparcería.

A partir del 9 de abril de 1952, la vieja estruc-


tura política, social y económica basada en el
prestigio y poder que tradicionalmente había traí-
do consigo la posesión de grandes extensiones de
tierra cedió su lugar a un nuevo status en donde
el antiguo terrateniente no encajaba. De inmedia-
to se organizaron sindicatos de campesinos y " c o -
mandos" constituidos por todos los trabajadores
de la propiedad.

La determinación del Movimiento Nacionalis-


ta Revolucionario de llevar a cabo la reforma a-
graria debilitó la autoridad de los terratenientes;
mientras los sindicatos y comandos adquirieron un
ascendiente mayor y comenzaron a ejercer su au-
toridad sobre los habitantes de la región, encar-
gándose en muchas ocasiones de tomar decisiones

33
MANUEL AYALA MERCADO RENE f R I E T O CHACON

respecto a la administración de las tierras de ha-


cienda que habían sido abandonadas o que los te-
rratenientes se negaban a cultivar.

El Decreto-Ley del 2 de agosto de 1953 definió


el papel que diversas autoridades locales, regio-
nales y nacionales tendrían en la dirección, pla-
neamiento y ejecución de las resoluciones referen-
tes a la posesión y administración de la tierra.
Pero especificó que mientras la Comisión Nacio-
nal de la Reforma Agraria no legalizara la pose-
sión de la tierra, las sayañas en poder de los colo-
nos pasarían de inmédiato a ser propiedad de és-
tos. De hecho, a partir del 2 de agosto de 1953, el
vacío creado por la ausencia del terrateniente y
por la eliminación de la autoridad tradicional que
éste representaba fue llenado por varios agentes
locáles, regionales y nacionales que de inmediato
asumieron la autoridad que antes había ejercido
el gamonal. Por un lado, los agentes del Ministerio
de Asuntos Campesinos y de la Comisión de la Re-
forma Agraria, comenzaron a dar directivas sobre
la propiedad provisional y el uso que debería ha-
cerse de la tierra. La necesidad de que la produc-
ción agrícola no descendiera vertiginosamente a
raíz de la promulgación del Decreto-Ley hizo que
el Gobierno por intermedio de los funcionarios de
ambas reparticiones pusiera en efecto una vigoro-
sa campaña para aumentar las superficies de cul-
tivo. Las semillas disponibles en las fincas se dis-
tribuyeron entre los campesinos y se dieron ins-
trucciones para que no se dejaran tierras en bar-
becho. Los dirigentes de los sindicatos y de los
comandos contribuyeron a la aplicación de esa
política de emergencia.

34
TARACO; U N LATIFUNDIO DEL ALTIPLANO BOLIVIANO

En esta forma, durante el período que inició


el 9 de abril y que continúa actualmente, la vieja
estructura social fundada en un régimen de cas-
tas en el que los diferentes niveles quedaban cla-
ramente definidos en función de la posesión de ex-
tensiones variables de tierra cedió su lugar a una
estructura social y política enteramente diferente
en la que la posesión de la tierra constituye un de-
recho universal (7) y donde el poder político no es-
tá automáticamente ligado a la posesión de gran-
des extensiones de tierra, sino que depende, en
esencia, del mecanismo constitutivo del partido
que rige los destinos del país.

En el nivel local y regional, los organismos


que gozan desautoridad y poder político son los si-
guientes en orden de importancia: prefectos, al-
caldes, jefes de comando, jefes de sindicato, inten-
dentes y corregidores. La elección a tales puestos
se lleva a cabo por los miembros de la comunidad
o de los sindicatos y es aprobada por los persone-
ros del Partido o del Ministerio de Asuntos Cam-
pesinos.

Los cambios que la Reforma Agraria ha in-


troducido en la vieja estructura social no pueden
precisarse con claridad en un tiempo tan corto.
Sin embargo, es ya evidente que la concesión del
sufragio universal y la dotación de las tierras a
los campesinos que las trabajan, han hecho añicos
el viejo sistema y han creado, en su lugar, una for-
ma de organización social y económica más de-
mocrática y más sensible a los incentivos que per-

(7) Decreto-Ley, artículos 1-10 y 77-91.

35
MANUEL AYALA MERCADO RENE f RIETO CHACON

miten l o g r a r u n r á p i d o r i t m o de desenvolvimiento
económico y d e i g u a l d a d social.

La familia. La f o r m a o t i p o prevaleciente de fami-


lia e n T a r a c o corresponde a la familia
troncal c o n s t i t u i d a p o r descendientes directos (pa-
dres e h i j o s ) , i n c l u y é n d o s e además a los descen-
dientes c o l a t e r a l e s y , e n ocasiones, a los arriman-
tes que t a m b i é n h a b i t a n e n la casa-hogar.
El n ú m e r o m e d i o d e xniembros de una familia
es de 6 p e r s o n a s , q u e c o m p r e n d e n el padre, la ma-
dre y 4 m e n o r e s . L a m a y o r frecuencia en tamaño
correspondió a 54 h o g a r e s , con 6 personas por fa-
milia, aunque e s t a f r e c u e n c i a sólo difiere en 7 fa-
milias r e s p e c t o a l g r u p o de 5 personas.

En el g r u p o d e p e r s o n a s que no poseen tie-


rras, la m a y o r f r e c u e n c i a , también corresponde a
la familia d e 6 m i e m b r o s .
En lo r e f e r e n t e a l n ú m e r o de personas que ha-
bitan en l a s c a s a s c o n s t r u i d a s en las sayañas, el
promedio e s de 10 p e r s o n a s , lo que indica que más
de una f a m i l i a b a s a s u e c o n o m í a en el uso de una
sayaña.

Religión. L a t o t a l i d a d d e l o s habitantes de Taraco


p r a c t i c a l a r e l i g i ó n católica sin que ello
signifique, m á s q u e e n for~ma muy vaga, el cono-
cimiento d e la d o c t r i n a d e Cristo o el cumplimien-
to ortodoxo de l a s p r á c t i c a s de la Iglesia. En las
fiestas r e l i g i o s a s , l o s c a m p e s i n o s gastan en una o
dos noches los a h o r r o s a c u m u l a d o s durante mu-
cho tiempo. E s t a s f i e s t a s s o n numerosas y tienen
a veces h a s t a s e m a n a s d e duración.

36
T A R A C O ; UN LATIFUNDIO DEL ALTIPLANO BOLIVIANO

Educación. Funcionan tres escuelas, todas ellas par-


ticulares, dos diurnas y una nocturna,
que están ubicadas en las estancias Santa Rosa,
Ñacoca y Coacollo. Los padres de familia abonan
al profesor 100 bolivianos mensuales por alumno
y compran los materiales indispensables para la
educación de sus hijos.
El sistema educativo no es satisfactorio. Del
total de población de 901 correspondiente a los 6
a 20 años, solamente asisten con regularidad 125
alumnos, siendo 194 el total de los alumnos inscri-
tos.

De la población en general, el porcentaje de


personas que leen y escriben es bajo. Ninguna de
las mujeres lee o escribe. La escuela funciona des-
de 1928 (Ñacoca), pero por falta de profesores y
otras causas no acusa un rendimiento eficiente en
sus labores.

La casa-habitación. Hay dos tipos de casas: las de


hacienda y las de los colonos.
Las primeras presentan mayor solidez sin ofrecer
confort o comodidad con excepción de la casa de
la estancia San José.

Las casas de los sayañeros en forma general


comprenden una superficie edificada de alrededor
de 100 metros cuadrados. Tienen paredes de tapia-
les, techos de paja y totora, ausencia de cielo-
rasos y ventanas, pisos de barro apisonado, falta
de reboques exteriores e interiores; el número de
habitaciones es de 3, siendo destinadas a uso co-
mún dos habitaciones y una utilizada como depó-
sito. El número promedio de personas por cada

37
M A N U E L AYALA MERCADO RENE f RIETO CHACON

habitación es de 7, que se acomodan en 2 dormito-


rios desprovistos de catres y otros muebles indis-
pensables. Las condiciones sanitarias de la casa-
habitación son pésimas. Un cuarto sirve como dor-
mitorio para personas y animales.

ESTRUCTURA ECONOMICA DE TARACO

Tenencia de la tierra. La propiedad Taraco se ha-


llaba dividida en tierras de
hacienda, sayañas, liguas y millis.

Las tierras de hacienda son de mejor calidad


y gozan de una ubicación que las hace accesibles
a todos los medios de comunicación que posee la
propiedad.

Las sayañas son tierras concedidas a los colo-


nos en calidad de usufructuarios, como pago por
los servicios prestados a la hacienda; tierras so-
bre las que el sayañero construye su vivienda, los
corralones para su ganado y pequeños depósitos
para sus productos. La calidad y extensión de la
sayaña es muy variable dentro de la misma ha-
cienda, así como en las diferentes haciendas.

Las liguas son tierras de compensación al ta-


maño de las sayañas, ya que existen sayañas que
aumentan su superficie con la adición de liguas.
Generalmente están en las partes elevadas y se
caracterizan por ser de menor extensión que las
sayañas, muy pedregosas, inferiores en calidad y
por presentar los efectos de la erosión.

38
TARACO; UN LATIFUNDIO DEL ALTIPLANO BOLIVIANO

Los millis se hallan situados en las orillas del


lago, son superficies inferiores a las sayañas y li-
guas, presentando terrenos húmedos y pedregosos,
susceptibles de inundación en los períodos de llu-
via y donde sólo es posible realizar cultivos ade-
lantados. Los millis a la vez que para fines agríco-
las, sirven de vía de ingreso al totoral (8) que po-
see cada sayañero y que está ubicado en el lago
a continuación del millis.
La distribución de la tierra en Taraco com-
prende hacienda, sayañas, millis» liguas y ahija-
deros, cuyas superficies se indican en el Cuadro I.

Ocupación de la tierra. La forma de trabajo y las


relaciones tradicionales en-
tre el propietario y el campesino establecen las di-
ferentes formas de utilización de tierra. El núme-
ro de días que el campesino trabaja en la ha-
cienda determina la extensión de las tierras que
le son concedidas. Las formas de ocupación de tie-
rras en las sayañas son las siguientes:

Cuarta persona. Es aquella que realiza el trabajo


equivalente a 3 días a la sema-
na como compensación por una determinada ex-
tensión de tierras.

Media persona. Es la que realiza el trabajo equi-


valente a 6 días y tiene como com-
pensación el doble de la extensión de tierra que
posee el colono, considerado como cuarta persona.

(8) Totoral es una región de ribera del lago donde crece


la totora (planta acuática).

39
CUADRO I.

D I S T R I B U C I O N DE TIERRAS EN TARACO

(Superficie en hectáreas)

San José S. Rosa Ñacoca Ñachoca Coacollo Sapana Total %

Sayañas
ocupadas 87.79 84.41 157.51 212.72 244.81 221.36 1.008.60 27.74
Liguas 11.97 13.03 31.00 18.80 20.70 21.20 116.70 3.21
Ahijaderos — . — 4.11 17.10 24.00 12.32 11.10 68.63 1.89
Haciendas
y millis 139.97 93.73 277.61 688.23 804.87 437.02 2.441.43 67.16
l

TOTAL 239.73 195.28 483.22 943.75 1.082.70 690.68 3.635.36 100.Ü0


TARACO; UN LATIFUNDIO DEL ALTIPLANO BOLIVIANO

Persona. Es la que tiene la obligación de realizar


un trabajo equivalente a 12 días por se-
mana obteniendo como compensación el doble en
extensión de tierras que la considerada como me-
dia persona. En este caso, el colono es ayudado
por los miembros de su familia o por arrimantes.

Tamaño de la propiedad. Taraco, en la misma for-


ma que la mayor parte
de las propiedades en el altiplano, presenta va-
riaciones en lo que se refiere a la extensión ocu-
pada por los sayañeros. El promedio de superfi-
cie ocupada por éstos en las respectivas haciendas
es el siguiente:
rv •wfi" "T
. T iww.i
HECTAREAS

San José 2.58


Santa Rosa 3.12
Ñacoca . . 2.54
Ñachoca 3.27
Sapana 2.43
Coacollo 3.60

Como se ve, la extensión media que posee ca-


da sayañero es reducida, y teniendo en cuenta las
condiciones desfavorables del clima y suelo, la
producción de las sayañas no basta para el soste
nimiento de una familia de seis personas. Así que
para complementar su ingreso, los sayañeros de
Taraco se dedican también a la pesca, el artesa-
nado y, en ocasiones, al contrabando.

41
MANUEL AYALA MERCADO RENE f RIETO CHACON

Agricultura. En el altiplano, en forma generaliza-


da, la agricultura es rudimentaria y
depende del arado de madera y el trabajo del cam-
pesino.

La técnica empleada no permite realizar una


preparación adecuada d e los terrenos, ni una ro-
tación de los mismos, q u e haga posible conservar
la fertilidad de la tierra. La escasa utilización de
abonos no evita el agotamiento de los terrenos, lle-
gándose a veces al extremo de obtener sólo la se-
milla empleada. La falta d e semillas seleccionadas
y desconocimiento de l o s medios de combatir la
erosión hace que la productividad sea muy baja.

En Taraco se han hecho intentos de tecnifica-


ción tales como la utilización de maquinaria agrí-
cola, sistemas modernos d e riego, etc. Pero estos
intentos se limitaron a las tierras de hacienda, sin
llegar sus beneficios a las sayañas de los campe-
sinos (excepción hecha d e l sistema de riego).

En la actualidad, sólo queda como saldo de


este intento maquinaria agrícola en desuso y aban-
donada en galpones. El sistema de riego ha esta-
do paralizado desde hace 5 o 6 años. Consiguien-
temente, las sayañas y l o s terrenos de hacienda
trabajados colectivamente mantienen los sistemas
antiguos y rudimentarios d e producción.

Principales cultivos. Para saber qué cultivos tie-


nen m a y o r importancia, se
hicieron en las diferentes haciendas de la propie-
dad levantamientos de parcelas tipo y se determi-
nó el siguiente orden de importancia: cebada, pa-

42
TARACO; UN LATIFUNDIO DEL ALTIPLANO BOLIVIANO

pa, habas, oca, etc., como se puede observar en


el Cuadro II.

CUADRO II

IMPORTANCIA D E LOS CULTIVOS


(en porcientos)

Haciendas Cebada Papa Haba Oca Quinua

Ñacoca-Ñachoca 38.32 14.39 —.— 7.26 5.79


Coacolla 43.39 19.76 1.58 3.34 —.—
Sapana 39.18 15.74 9.79 5.11 2.02
Santa Rosa 40.56 20.80 14.61 8.07 7.03

Rendimientos. De acuerdo con los cálculos realiza-


dos, en base a los informes pro-
porcionados por los campesinos, los rendimientos
aproximados por hectárea para los diferentes pro-
ductos, arrojan los siguientes resultados:

PRODUCTOS KGS. POR HECTAREA

Cebada en grano 690


Papa 7.500
Oca 6.000
Haba 2.500

Estos rendimientos son altos si se comparan


con los de otras regiones del altiplano.

43
MANUEL AYALA MERCADO RENE f RIETO CHACON

Preparación de los t e r r e n o s . Se la realiza en los


meses de febrero y
m a r z o p a r a todos l o s c u l t i v o s . La primera labor de
p r e p a r a c i ó n c o n el a r a d o s e inicia con mucha an-
t e l a c i ó n a la s i e m b r a y c o n s i s t e en una aradura
s u p e r f i c i a l con su r e s p e c t i v a cruza; después se
p r o c e d e al d e s t e r r o n a m i e n t o por métodos manuales
utilizando palas y p i c o t a s . S e deja durante todo el
i n v i e r n o expuesto a la a c c i ó n de las heladas y el
aire. Cuando se a p r o x i m a 1 s . época de siembra se
p r o c e d e a una n u e v a a r a d u r a y al desterronamien-
to, c o m p l e t a n d o a s í l a l a b o r d e preparación del te-
rreno.

S i e m b r a . Se la e f e c t ú a a l v o l e o (cebada en grano,
b e r z a ) y en l í n e a s (papas, ocas, habas).
E n a l g u n o s c a s o s l a c e b a d a s e siembra en líneas.
Se v e r i f i c a en el p e r í o d o de octubre y enero. Una
v e z p r e p a r a d o el t e r r e n o , s e hace la siembra al
v o l e o , d i s t r i b u y e n d o indistint á m e n t e la semilla con
la m a n o y p a s a n d o l u e g o el . s r a d o para cubrir las
s e m i l l a s y f o r m a r l o s s u r c o s _ E n la siembra en lí-
neas, u n a v e z f o r m a d o s los surcos con el arado
se d i s t r i b u y e n las s e m i l l a s a mano, dejando entre
c a d a s e m i l l a una d i s t a n c i a c í i e 25 a 30 cm., para
luego p r o c e d e r a e n t e r r a r las m i s m a s con el arado
cubriendo el surco.
A b o n o s . E l ú n i c o a b o n o q u e s e usa es el guano de
oviiio, utilizado s ó l o para abonar la pa-
pa. L o s a b o n o s v e r d e s y l o s q u í m i c o s son descono-
cidos.

Cantidad de s e m i l l a s . L a c a n t i d a d aproximada de
semilla empleada en los di-
f e r e n t e s cultivos es l a s i g u i e n - f c e :

44
TARACO; UN LATIFUNDIO DEL ALTIPLANO BOLIVIANO

araBTBaiffgM r i'sraaaamw IHTI *v^rgr 11 • iu


PRODUCTOS KGS. POR HECTAREA

Cebada 50
Papa 1.000
Oca 1.000
Haba 150

Cosecha. La cosecha se realiza siguiendo métodos


, antiguos. En el caso de la cebada y el
trigo se utiliza en la cosecha la segadora denomi-
nada llokeña, y en el caso de la papa y la oca, se
utiliza el arado y a veces simplemente la picota.
Rotación de cultivos. La rotación de cultivos que
se efectúa en la propiedad
corresponde al sistema tradicional. La forma de
rotación varía, según se trate de terrenos planos
o de serranía(9).

La forma de recuperación de los elementos


nutritivos de la tierra en el altiplano se denomina
descanso. Su duración abarca uno, dos, tres, y a
veces más años. Esta forma de recuperación des-
pués de la cual se continúa con las rotaciones indi-
cadas se basa en la mayor o menor extensión su-
perficial de los terrenos y en la decisión del cam-
pesino que determina el período de duración del
descanso.

(9) En terrenos planos: primera forma, papa, oca, haba,


cebada, cebada, cebada, descanso, descanso; segun-
da forma, papa, oca, haba, quinua, cebada, descanso,
descanso, descanso; en terrenos de serranía, papa,
cebada, descanso, descanso, descanso.

45
M A N U E L A Y A L A MERCADO RENE f RIETO CHACON

Almacenamiento de productos. Los colonos de Ta-


raco almacenan úni-
camente las semillas que serán utilizadas en la
siembra del píóximo año y los productos destina-
dos al consumo de la familia. Para este propósi-
to, disponen de sus propias viviendas y de peque-
ñas construcciones de barro, de forma cilindrica
o rectangular denominadas Kcairos donde colo-
can los productos (especialmente papa y quinua)
y los cubren con paja y barro. Estas instalaciones
no presentan ni siquiera las mínimas condiciones
técnicas y de higiene que se requieren, para la
adecuada conservación de los productos, lo que
hace que los colonos sufran considerables pérdidas
en la calidad y cantidad de los mismos.

Maquinaria agrícola. Como se dijo antes, hace unos


cinco años que en la propiedad se utilizó maquina-
ria agrícola para realizar los cultivos de hacienda.
Se cuenta, pues, con la maquinaria necesaria y
adecuada para cumpür en forma satisfactoria los
diferentes trabajos que se precisan en la agricul-
tura. Sin e m b a r g o , para la superficie existente, la
maquinaria es excesiva.

- Sistema de riego. Existe un sistema de riego me-


diante varios canales, que abarca
la mayor parte de la propiedad, a excepción de la
Hacienda Sapana. Actualmente este sistema se
halla en desuso debido a que presenta en-easi to-
da su extensión rupturas o agrietamientos en sus
paredes y derrumbes en ciertos lugares; asimis-
mo tiene acumulaciones formadas por el sedimen-
to dejado por las aguas.

46
TARACO; UN LATIFUNDIO DEL ALTIPLANO BOLIVIANO

Industrias. Los ingresos que obtienen los campe-


sinos en la agricultura alcanzan esca-
samente para subvenir las necesidades de su fa-
milia, obligándoles a buscar otros medios de in-
greso. La pesca y las industrias caseras en peque-
ña escala contribuyen a elevar los ingresos fami-
liares.

Las industrias que se practican en Taraco son


las siguientes: quesos, chuño o tunta, hilados, te-
lares, balsas, sortijas de bronce, cueros de toro
(curtido) y chicotes (chuma-chonta). Se da a con-
tinuación una descripción suscinta de algunas de
ellas.

Quesos. El procedimiento en la fabricación de que-


so es simple. Se inicia haciendo hervir la
leche y una vez hervida se la deja enfriar hasta
que quede entibiada. Se pone el cuajo y durante
cinco minutos se la vuelve a hervir para dejarla
enfriar nuevamente. Una vez enfriada se la lleva
a una estera de paja, donde se la sala, y luego se
coloca al molde durante 24 horas.

Chuño o tunta. En forma general, el método utili-


zado consiste en dejar que las pa-
pas se congelen a elevadas alturas y en extraer el
agua haciendo presión con los pies desnudos, de-
jándolas luego que se sequen al sol.
Balsas. Pocos son los colonos que se dedican a la
construcción de las balsas de totora. El
procedimiento es el siguiente: se corta la totora
y se la deja secar. Una vez seca se comienza la
construcción mediante un sistema de prensado,
utilizándose para el efecto pitas de paja. El pre-

47
MANUEL AYALA M E R C A D O RENE f RIETO CHACON

ció de las balsas d e p e n d e del tamaño. Las más


grandes cuestan 14.000 bolivianos y las pequeñas
8.000. El tiempo d e d u r a c i ó n es de 6 meses.

Ganadería. Se ha l o g r a d o el mejoramiento del ga-


nado m e d i a n t e cruzamientos. En ovinos
se ha logrado obtener m e c l i a s sangres de Carridale
y Merino. En p o r c i n o s I>uroc Jersey. En bovinos
sólo existe un e j e m p l a r m a c h o holando-argentino.
Este mejoramiento s ó l o s e ha realizado con gana-
do de hacienda, a p e s a r <le que a los campesinos
se les facilitó ovinos m a c t i o s de raza fina, los cua-
les fueron puestos a p e l e a r antes de la monta con
los machos criollos d á n d o s e el resultado de la eli-
minación de los p r i m e r o s . Además, el cuidado de
estos animales fue d e f i c i e n t e . Desanimados por es-
ta experiencia, los c a m p e s i n o s abandonaron la ten-
tativa de mejoramiento d e su ganado. El ganado
ovino es el más n u m e r o s o ; sin embargo, es nece-
sario señalar que en l a r-egión existe demasiada
concentración de o v i n o s e n relación con la capa-
cidad de sustentación d e l a s tierras de pastoreo.

Actividades forestales. T a r a c o es una de las pro-


p i e d a d e s del altiplano que
posee un buen sistema d e arboledas. Los caminos
internos de la propiedad presentan a los costados
hileras de árboles e s p a c i a d o s de tres a cinco me-
tros entre líneas. La e s p e c i e dominante es la euca-
caliptus globulus. E n a l g u n o s lugares, en las coli-
nas, se encuentran h i l e r a s ele esta especie, y en las
casas de hacienda e x i s t e n x-epartidos alrededor de
ellas teniendo la a p a r i e n c i a , por las distancias en
que se encuentran, d e h a b e r sido viveros abando-
nados. En la Hacienda S a n José, región denomina-

48
TARACO; UN LATIFUNDIO DEL ALTIPLANO BOLIVIANO

da "culata", existe una cortina de árboles. El pla-


neamiento de ésta es muy regular.

La tala efectuada en toda la propiedad Tara-


co alcanza a 1.755 árboles que no poseen brote y
7.407 árboles con brinsales de diferentes alturas.
La tala se ha realizado en árboles que tienen un
diámetro mayor al requerido para estos efectos.

Pesas y medidas. En 1945-46 la Dirección General


de Economía Rural del Minis-
terio de Agricultura, realizó un estudio que reveló
la existencia de 146 medidas diferentes en todo el
territorio nacional.

Con el propósito de lograr la unificación de


medidas, el gobierno ha promulgado leyes decla-
rando ilegal su uso y reconociendo como sistema
único el métrico decimal. Sin embargo, a pesar de
estas disposiciones todavía se encuentra una diver-
sidad de medidas regionales.

En Taraco se utilizan las medidas de peso si-


guientes:

DENOMINACION

Cajón . .. 6 arrobas y 6 libras


Quintal
Carga..

Vías de comunicación. Una red de caminos am-


plios y bien construidos,

49
M A N U E L A Y A L A MERCADO RENE f RIETO CHACON

transitables durante todo el año, une las diferen-


tes haciendas y la propiedad con otros centros po-
blados.

La red de caminos dentro de la propiedad tie-


ne una extensión total de 32,8 kilómetros. Existen
dos caminos principales que podemos llamar NOR-
T E y SUR. El primero nace en el extremo sud-
oeste de la propiedad y recorre las haciendas de
San José, Santa Rosa, Ñacoca, Ñachoca y Sapana,
hasta unirse con el camino al pueblo de Taraco-
La Paz. E l segundo, principiando en el camino
NORTE a la altura de la casa de hacienda de San
José, recorre parte de ésta, la hacienda C'oacollo
y va a terminar en el pueblo de Taraco. A lo largo
de estos caminos principales existen otros secun-
darios interiores. El camino que parte del extre-
mo Noroeste une la hacienda de Santa Rosa con
la de Coacollo y ésta a su vez queda unida por otro
camino a la hacienda Nacoca. Además, existen
otros de menor importancia que unen las diferen-
tes casas de hacienda con la orilla del lago Titi-
caca y otros lugares de la propiedad. Todos los
caminos principales y secundarios interiores, se
hallan bordeados por eucaliptos, pinos y cipreses.

Por medio de los caminos principales y el lago,


la propiedad se comunica con diferentes centros:
La Paz, Taraco, Guaqui, Tiahuanacu, Tambillo,
Laja y poblaciones del Perú como Yunguyo y la
comunidad C'opacabana.

Nivel de vida y hábitos de consumo en Taraco.—


Para investigar el nivel de vida y los hábitos de
consumo de la población de Taraco, se entrevistó

50
TARACO; UN LATIFUNDIO DEL ALTIPLANO BOLIVIANO

personalmente a 60 jefes de familia, que compren-


den alrededor del 30% de la población total, con-
siderando que la familia media esta integrada por
6 personas. En la encuesta se eligió a miembros
representativos de los diferentes sectores sociales,
incluyendo sayañeros, arrimantes y viudas con hi-
jos menores.

Con referencia a la alimentación se reafirmó


la noción de que la economía alimenticia prevale-
ciente es en gran medida de autoconsumo y está
fuertemente influida por las posibilidades produc-
tivas de la región. Solamente son objeto de com-
pra o trueque los productos siguientes: azúcar, sal,
frutas frescas, aceites, grasas, aguardientes, café y
coca. Los demás productos que constituyen la die-
ta son, en orden de importancia decreciente: ceba-
da, oca, papa, haba, quinua y pescado.

El consumo de cebada forma la base de la


dieta y semanalmente se consume un promedio de
1,5 arrobas de 25 libras por familia tipo.

El consumo de papa y oca asciende aproxima-


damente a dos y medio kilos diarios por familia,
sin que se observen variaciones estacionales por-
que tradicionalmente se ha practicado la deshi-
dratación y conservación de ambos productos me-
diante un proceso que ya era conocido por los in-
cas. La papa deshidratada tiene el nombre de chu-
ño o tunta.

El consumo de haba asciende a tres cuartos


de kilo diarios por familia. El haba se consume
en grano y verde.

51
MANUEL AYALA M E R C A J X » — RENE PRIETO CHACON
I

El consumo d e h o r talizas es prácticamente nu-


lo, con excepción d e l a totora, planta lacustre pe-
renne que es c o n s u m i d a sin cocimiento.

El consumo d e c a r n e es bastante reducido (a-


proximadamente 55 k i l o s anuales por familia). Ca-
da familia mata 2 c o r d e r o s por año. El consumo
moderado de carne es compensado por el consumo,
intenso de pescado q u e asciende aproximadamen-
te a medio kilo diario p>or familia. Las variedades
de consumo más f r e c u e n t e s son: la trucha, la bo-
ga, el suchi y el humaaito.

En las ferias r e g i o n a l e s se consumen frutas


frescas tales c o m o p l á t a n o , durazno y pera. Una
porción bastante s u s t a n c i a l del ingreso es absor-
bida por la c o m p r a y c-onsumo de alcohol y coca.

Vestuario. Casi la t o t a l i d a d del vestuario es pro-


ducido p o r la. familia. El material que
se utiliza es la lana o b t e n i d a del ganado que crían.
El hilado se hace manttalmente, igual que los te-
jidos. Los campesinos c o m p r a n zapatos, pero fa-
brican las abarcas d e u s o diario. Los de ingresos
más altos adquieren algmonas prendas de vestir en
los mercados de l a ciu. dad. Generalmente, tales
prendas son usadas d u r s n t e los días festivos.

Mercados y transportes. IE1 pueblo de Taraco es el


«mercado principal de ven-
ta y compra de a r t í c u l o s de primera necesidad,
siendo por su l o c a l i z a c i ó n un mercado obligado
para la propiedad d e Taaraco. Como ya se dijo, la
agricultura que se p r a c t i c a en las sayañas es de1

52
TARACO; UN LATIFUNDIO DEL ALTIPLANO BOLIVIANO

subsistencia y deja apenas un reducido exceden-


te de producción que es vendido o cambiado en el
pueblo. En cambio, la producción de hacienda es
vendida en la ciudad de La Paz. Además de estos
mercados existen otros secundarios: Guaqui, Tia-
huanacu, Tambillo, Laja y comunidad Copani (Pe-
rú).

Transportes. Taraco no tiene ninguna dificultad


con referencia a transportes, ya que
se halla bien comunicada con diferentes pueblos. En
la época de lluvias, el recorrido se hace más difí-
cil por el desmejoramiento en las condiciones de
los caminos. Puede señalarse que en los meses de
diciembre a marzo, estos caminos ofrecen poca
seguridad para transportes. En cambio, las aguas
del lago Titicaca constituyen un medio seguro de
movilidad.

A continuación se insertan los precios pagados


en los diferentes transportes:

Bolivianos

San José -Guaqui en bote, por persona 30


San José - Guaqui 1 quintal de leña 20
Guaqui - La Paz 1 quintal de leña, en FFCC. 20
Taraco - La Paz 1 quintal de leña, en camión 80
Taraco - La Paz por persona, en camión 200
Taraco - La Paz cajón de pescado 100

53
M A N U E L AYALA MERCADO RENE f RIETO CHACON

III. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

Conclusiones.

1. La propiedad Taraco se halla situada en el can-


tón Taraco, provincia Ingavi del departamento
de La Paz. Forma parte de tina pequeña penín-
sula del mismo nombre que se interna al lago
Titicaca y recibe una franca influencia de éste.
Por consiguiente corresponde, de acuerdo al
Decreto-ley de la Reforma Agraria a la Zona
de Altiplano y Puna Sub zona Norte ribereña
del lago Titicaca. ,

2. La propiedad Taraco comprende seis estancias:


San José, Santa Rosa, Ñacoca, Ñachoca, Coaco-
llo y Sapana.

3. La propiedad considerada como una sola uni-


dad tiene una superficie total de 3.636,36 hec-
táreas, de las que 2.246,04 hectáreas son con-
sideradas como económicamente cultivables;
superficie que sobrepasa a las extensiones má-
ximas señaladas por el Decreto-ley de Reforma
Agraria para esta zona (10).

4. Las condiciones climáticas existentes en Tara-


co son las generales del altiplano, con varia-
ciones determinadas por su proximidad al la-
go Titicaca.

( 1 0 ) A r t í c u l o s 12, 13, 15, 16 y 17.

54
TARACO; UN LATIFUNDIO DEL ALTIPLANO BOLIVIANO

5. La propiedad cuenta con una red de caminos


amplios y bien construidos, transitables duran-
te todo el año, que une las diferentes estancias
y la propiedad con otros centros poblados.

6. La población total de Taraco alcanza a 2.476


habitantes, correspondiendo 1.296 al sexo mas-
culino y 1.128 al femenino. Existen 564 jefes de
familia le los cuales 556 poseen sayañas y 8
carecen de ellas.

7. Los habitantes de Taraco, se dedican a la agri-


cultura, que es la principal actividad, a la pes-
ca y a las pequeñas industrias rurales.

8. La forma o tipo de familia corresponde a la fa-


milia troncal constituida por descendientes di-
rectos (padres e hijos). El número medio de
miembros de una familia es de 6 personas, que
comprenden el padre, la madre y 4 menores.

9. La división de las tierras en terrenos de ha-


cienda, sayañas, liguas y millis, es el resulta-
do de la forma de utilización de tierras carac-
terísticas del colonato. Los terrenos de la ha-
cienda son más fértiles y están mejor ubicados
y menos sujetos a riesgos que los de las saya-
ñas, liguas y millis.

10. El colono a cambio de la parcela (sayaña) que


recibe, realiza trabajos agrícolas y presta ser-
vicios domésticos no remunerados en beneficio
del propietario y su familia.

55
MANUEL A Y A L A MERCADO RENE f RIETO CHACON

11. Las f o r m a s d e o c u p a c i ó n de tierras en las sa-


yañas d e n o m i n a d a s cuarta, media persona y
persona, son el resultado de la forma de traba-
jo y de las r e l a c i o n e s tradicionales entre el pro-
pietario y l o s c a m p e s i n o s .

12. El 67,12% d e l total de las tierras arables co-


rresponde a l o s terrenos de hacienda. El
27,74% a las s a y a ñ a s ocupadas por los colonos
abarcando u n a extensión de 1.000,6 hectáreas
que repartidas entre 2.476 personas representa
un p r o m e d i o d e 4.042 m e t r o s cuadrados de tie-
rra arable p o r p e r s o n a .

13. La superficie e n cultivo es de 1.056 hectáreas


en las tierras d e h a c i e n d a y de 1.000.6 en las
tierras o c u p a d a s p o r l o s colonos.

14. El promedio d e s u p e r f i c i e de la sayaña varía


de 2,43 a 3,60 h e c t á r e a s en las diferentes ha-
ciendas.

15. La tierra q u e el c o l o n o r e c i b e , su trabajo y el


de su familia, e l g a n a d o especialmente ovino
que posee e n f o r m a r e d u c i d a y los implementos
rudimentarios c o n que cuenta, constituyen los
recursos b á s i c o s e n su v i d a .

16. La agricultura se d e s a r r o l l a en forma tradicio-


nal y r u d i m e n t a r i a . Se utilizan herramientas
primitivas y l a p r o d u c c i ó n descansa en el tra-
bajo del c o l o n o . N o se t i e n e conocimiento de los
beneficios q u e r e p o r t a l a utilización de semi-

56
T A R A C O ; U N LATIFUNDIO DEL ALTIPLANO BOLIVIANO

lias mejoradas; de fertilizantes; de métodos de


conservación de suelos y de control de plagas
y enfermedades; de una racional rotación de
cultivos, etc.

17. Los principales cultivos en orden de importan-


cia son: cebada, papa, haba, oca y quinua.

18. El uso deficiente de la tierra, determina bajos


rendimientos de las cosechas y una escasa pro-
ducción, que casi en su totalidad se destina a
la subsistencia de la familia.

19. Los colonos" almacenan solamente las semillas


para la siembra de la próxima cosecha y los
productos destinados al consumo de la fami-
lia, en sus propias viviendas y en pequeñas
construcciones de barro, de forma cilindrica o
rectangular, denominadas Kcairos donde co-
locan sus productos (especialmente papa y qui-
nua) y los cubren con paja y barro. La forma
rudimentaria de almacenamiento ocasiona pér-
didas considerables en la calidad y cantidad
de los productos.

20. Los habitantes de Taraco incrementan los es-


casos ingresos que obtienen de la agricultura,
con los provenientes de la pesca, de las peque-
ñas industrias caseras y en algunos casos, del
contrabando.

21. La economía alimenticia prevaleciente es, en


gran medida, de autoconsumo y está fuerte-

57
M A N U E L AYALA MERCADO RENE f RIETO CHACON

mente influida por las posibilidades producti-


vas de la zona.

22. El sistema de riego está en desuso. Los cana-


les presentan rupturas o agrietamientos casi
en toda su extensión y la bomba con la que se
extraía el agua del lago, dejó de funcionar hace
cinco años.

23. Desde hace varios años, el propietario autori-


zó la tala indiscriminada de los árboles exis-
tentes en la finca, sin haber tomado las medi
das aconsejables para su adecuada reposición.

24. La producción de la hacienda tiene como mer-


cado principal la ciudad de La Paz, y la de los
campesinos el pueblo de Taraco y algunos mer-
cados secundarios c o m o Guaqui, Tiahuanacu,
Laja y la comunidad C'opani en el Perú.

25. El escaso desarrollo que el colono ha logrado


en base a sus limitados recursos, sólo le ha per-
mitido —en la mayoría de los casos— producir
los alimentos básicos para su sustento y nunca
ha pensado ni ha tenido posibilidad de produ-
cir mayor cantidad de productos para satisfa-
cer la creciente demanda de la población ur-
bana, porque estuvo marginado y encerrado
dentro de sus antiguas costumbres y métodos
rudimentarios de producción, sin participar de
los adelantos tecnológicos ni de las inquietu-
des y necesidades del país.

58
TARACO; UN LATIFUNDIO DEL ALTIPLANO BOLIVIANO

Recomendaciones. Basándose en los datos recogi-


dos en el estudio anterior, el
Departamento Técnico recomendó que el Servicio
Nacional de la Reforma Agraria, diera los pasos
siguientes para la aplicación de la reforma:

1. La expropiación de la finca Taraco basándose


en el artículo ,42 del Decreto-ley N? 3464.

2. La exclusión de los ex-comunarios y ex-colonos


en la aplicación de la reforma agraria en Ta-'
raco. Tal exclusión se hizo en consideración
a que de acuerdo con el Decreto-ley "el dere-
cho de preferencia de una persona para la do-
tación de tierras en determinada área se funda
en el hecho de residir permanentemente en el
lugar y tener ocupación de agricultor" (Art.
81); en consideración a que el artículo 44 del
Decreto-ley establece la preferencia de dota-
ción a los campesinos residentes del mismo lu-
gar, y en consideración a que, de acuerdo con
el estudio del Departamento Técnico del Servi-
cio Nacional de Reforma Agraria, se comprobó
que en Taraco no existen "tierras excedentes
incultivadas".

3. La confirmación de los derechos de propiedad


y el otorgamiento de títulos a los 556 jefes de
familia que poseen sayañas, tomando como
norma para la distribución la extensión de las
tierras que poseían.

4. El reconocimiento de los derechos de los 118


colonos y arrimantes solteros mayores de 18

59
MANUEL AYALA MERCADO RENE PRIETO CHACON

años, l o s c a s a d o s m a y o r e s de 14 años y las


v i u d a s c o n h i j o s m e n o r - e s que sin poseer tierras
tenían d e r e c h o a e l l a s de acuerdo con el De-
creto-ley .

5. La d o t a c i ó n i n m e d i a t a d e parcelas a dichos co-


lonos t o m a n d o c o m o n o r m a para la determina-
ción d e l á r e a de t a l e s p s r c e l a s la extensión pro-
medio de la sayaña.

6. La a s i g n a c i ó n de l a s "tierras cultivables res-


tantes p a r a f i n e s d e e x p l o t a c i ó n colectiva por
parte d e t o d o s los c a m p e s i n o s dotados de parce-
las i n d i v i d u a l e s e n las ex-haciendas San José.
Santa R o s a , Ñ a c o c a , Ñ a c h o c a , Coacollo y Sapa-
na. L a s u p e r f i c i e d e l a s tierras que se destina-
rán a l a e x p l o t a c i ó n c o l é ctiva abarca el 24% del
total d e l a s a s i g n a c i o n e s familiares.

7. La f i j a c i ó n d e u n a s u p e r f i c i e de 10 hectáreas
para e l á r e a e s c o l a r c o n f o r m e al artículo 82
del D e c r e t o - l e y . L a d e l i m i t a c i ó n de tal super-
ficie s e h i z o e n t o r n o a l a s casas de las hacien-
das S a n J o s é , Ñ a c h o c a y Sapana, con inclusión
de las m i s m a s . L a s c a s a s de hacienda se des-
tinarán a l o c a l e s e s c o l a r e s y a fines relaciona-
dos c o n l a s a c t i v i d a d e s económicas y sociales
de la c o m u n i d a d d e h a c i e n d a .

8. Las c a s a s d e h a c i e n d a & instalaciones anexas


de Santa R o s a , C o a c o l l o , y Ñacoca deben ser
d e c l a r a d a s p r o p i e d a d de la comunidad de ha-
cienda a o b j e t o d e q u e s i r v i e r a n para sede so-
TARACO; UN LATIFUNDIO DEL ALTIPLANO BOLIVIANO

cial, depósito de productos y comercialización


de los mismos, maestranzas y otros fines que
convengan a la comunidad. Ñacoca constitui-
ría la sede de una posta sanitaria.

9. Establecer que las tierras de pastoreo —310


hectáreas— serían de uso común conforme al
artículo 24 del Decreto-ley y artículo 89 del De-
creto Supremo N? 03471, debiendo la comuni-
dad campesina en colaboración con las repar-
ticiones técnicas del gobierno, elaborar las nor-
mas sobre el manejo y uso de dichas tierras.

10. Establecer que las tierras forestales —9.512


hectáreas— serían de uso común y su explota-
ción reglamentada por el Estado de acuerdo
al artículo 146 del Decreto-ley.

11. Establecer que las mejoras agrícolas y la ma-


quinaria serían de uso común y su empleo que-
dará reglamentado por la comunidad campe-
sina en colaboración con las reparticiones téc-
nicas del Estado.

12. Establecer que el ganado perteneciente a la


hacienda pasaría a ser propiedad de la comu-
nidad, de acuerdo con el artículo 149 del De-
creto-ley.

13. Las autoridades directivas y administrativas


de la comunidad serán elegidas entre sus pro-
pios miembros.

61
MANUEL AYALA MERCADO RENE f RIETO CHACON

14. Los campesinos b e n e f i c i a d o s con tierras abo-


narán por ellas su v a l o r e n un plazo máximo
de 25 años según el a r t í c u l o 160 del Decreto-
ley.

15. Las mejoras de la h a c i e n d a serán justiprecia-


das por el Departamento T é c n i c o del Servicio
Nacional de la R e f o r m a A g r a r i a y su pago que-
dará sujeto a r e g l a m e n t a c i ó n posterior, igual
que la maquinaria a g r í c o l a , implementos y el
ganado.

16. Conceder al pueblo de T a r a c o la ampliación de


su radio urbano en 500 m e t r o s a la redonda;
parte de estas tierras s e r á n segregadas de la
estancia Sapana y parte d e l a Hacienda Higua-
gui cuando ésta sea a f e c t a d a .

Simultáneamente, se i n i c i ó l a organización de
la Cooperativa Taraco, con e l pr-opósito de dotarla
de la personalidad jurídica n e c e s a r i a para exten-
derle el título sobre los t e r r e n o s de hacienda so-
brantes, los ahijaderos, las t i e r r a s forestales, los
inmuebles y el ganado que s e r á n explotados en co-
mún.
Actualmente, el D e p a r t a m e n t o Técnico del
Servicio Nacional de la R e f o r m a Agraria está a
punto de terminar el avalúo d e todos los bienes
por los cuales corresponde mdem.nización a la su-
cesión Montes. Así que q u e d e t e r m i n a d o y se lle-
nen los requisitos estipulados p o r el Decreto-ley,
los miembros de la sucesión M o n t e s recibirán bo-
nos de la Reforma Agraria p o r el "valor que les co-
rresponda.

62
TARACO; UN LATIFUNDIO DEL ALTIPLANO BOLIVIANO

BIBLIOGRAFIA

1. Decreto Ley N<? 03464 de Reforma Agraria. La Paz.


1953.

2. Decreto Ley N? 03471 de creación del Servicio Nacio-


nal de Reforma Agraria. La Paz. 1953.

3. DION, H. G. La agricultura en el Altiplano. FAO.


Washington. 1950.

4. MINISTERIO DE AGRICULTURA. Boletín Anual Me-


teorológico. La Paz. 1950-1951.

BiBCÍUTETA ETNC
COCHABAMBA - BOLIVIA

63
LA60 TITICACA

Referencia^: KO^*,^ Ar— fixaki


I c | íientia deíaci» a le* ccbnoo fe la po«un con pcpeJcJ
fierras a bé ccfcrrosttodnocno .
i.cwr> tcfao-xteg»
AGRADECIMIENTO

Los autores agradecen a los técnicos dt

cional de la Reforma Agraria que interviniero

de campo y al Ing. Edmundo Flores, Expei

Agraria de la Administración de Asistencia c

Unidas que contribuyó con valiosas sugerencia

la redacción final de este trabajo.


I N D I C E

Pág.

PRESENTACION . 7

INTRODUCCION 13

I. EL ALTIPLANO 19

II. LA PROPIEDAD TARACO 21

Antecedentes históricos
Características físicas y naturales
Suelos

ESTRUCTURA SOCIAL DE TARACO .. .. 29


Pobladión
Número y distribución
Ocupación e ingreso
clasificación étnica
Edad
La tenencia de la tierra y la estructura
social
La familia
Religión
Educación
La casa-habitación

69
MANUEL AYALA MERCADO RENE PRIETO CHACON

:
- WS í •
F&g

ESTRUCTURA ECONOIVIICA DE TARACO .. 38


Tenencia de la tierra
Ocupación de la tier-xa
Tamaño de la propiedad
Agricultura
Principales cultivos
Rendimientos
Preparación de los "terrenos
Siembra
Abonos
Cantidad de semillas
Cosecha. -
Rotación de cultivos
Almacenamiento de productos
Maquinaria agrícola
Sistema de riego
Industrias
Quesos
Chuño o tunta
Balsas
Ganadería
Actividades forestales
- Pesas y medidas - > -r I
Vías de comunicación
Nivel de vida y hábitos de consumo
Vestuario
Mercados y transportes
Transportes
III. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES 54
Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . 54
Recomendaciones .. . . . . . . 59
T A R A C O : U N LATIFUNDIO DEL ALTIPLANO BOLIVIANO

Bibliografía 63

Anexo 1. (Taraco antes de la dotación de


parcelas) 65

Anexo 2. (Taraco después de la dotación


de' parcelas) 66

Agradecimiento 67

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