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CXJIiTlTRA

María Callas
LA VOZ
ANÍBAL EDWARDS, s.j.

A tos cinco años de la muerte de la cantante lírica ¿Por qué secreta alquimia inte-
María Callas, el padre Edwards, profesor de Filosofía rior quedó el género humano gra-
de la Universidad Católica de Chile, comenta el genio de dualmente absorto en la voz,
su voz y de su persona. mientras se alejaba lentamente
de su nacimiento de criatura in-
defensa? Nada hay que conmue-
Entre la luz y las tinieblas, en- guido de la voz. Poco a poco des- va tan eficazmente y tanto, como
tre el cielo, la tierra y los abismos, doblamos nuestras alegrías, la voz humana: para bien y para
está la voz humana. Antes de los nuestras necesidades más ur- mal. Como si el punto de arran-
espacios desenmadejados del gentes, nuestros temores, frus- que más inmediato a toda con-
movimiento histórico universal, traciones, nuestra ternura y dra- moción profunda tuviese en ia
está la voz. Antes, el hombre po- mas en la voz. La súplica, la pre- voz su eje conductor.
día escuchar, quizás, la música gunta, el descubrimiento, toma-
sublime de los cuerpos siderales ron la voz por vehículo. Descubri- La ópera y Nietzsche
en movimiento, o sucumbir al mos atónitos un mundo de pre-
embeleso siniestro del canto de sencia nuevo, más veraz que la La ópera era uno de los espec-
sirenas. Pero lo que faltaba a es- proximidad física o visual - a tra- táculos masivos desde el siglo
te esplendor triste y grandioso, vés de la voz. pasado. Su auge está, probable-
llegó con la voz humana. Desde Luego vino la escritura, la im- mente, vinculado con el ideal pe-
entonces, los demás sonidos prenta, el cine, la televisión. dagógico de difusión popular, im-
ocuparon su lugar de escenario, Nuestro mundo. Pero la voz si- pulsado por la Ilustración. La
paisaje y horizonte, dejando a la gue ahí y su fuego alimenta la fo- ópera atrae al público popular y
voz en el centro de la historia. gata de la historia. De cuando en también la atención del pensar
Hasta tal punto, que el saber más vez, algún poeta se hace oír y re- selecto.
privativo del hombre, de su modo cuerda a su manera, que todos Nietzsche le dedica varias pá-
propio de vivir, ver y realizar -la los grandes gérmenes de la his- ginas, ya en El nacimiento de la
belleza- queda cifrado en una toria surgen del fuego encendido tragedla. Más tarde se quejará
fórmula que es parábola e ima- entre voz y voz. Dostoiewski es- de quienes pasaron por alto su
gen de la voz humana: esplendor lampa su peor maldición sobre.el idea central y sólo creyeron en-
máximo en máxima fragilidad. intelectual que desprecia al pue- contrar en este ensayo, una cla-
Tan adherida está la voz a blo: ese ha renegado antes de su ve hegeliana para aunar sucesos
nuestra existencia diaria, que Dios. Pablo Neruda descubre el aparentemente tan dispares, co-
aun cuando, sin ella, se borraría murmullo sencillo, cotidiano de la mo la novedad de la revolución y
la historia - y seguramente ha- voz: la belleza insustituible de su la novedad de la ópera. A Nietzs-
bríamos muerto de miedo en al- crepitar de todos los días. che le faltan palabras para de-
guna noche de la infancia- no to- Aparte de los poetas, los estu- nostar el gusto plebeyo de la
mamos distancia para admirar su diosos de hoy están demasiado ópera italiana. Quiere ver en ella
prodigio. ocupados. Registran en discos la defensa empecinada de la te-
Todavía hay sabios que en- los sonidos de las ballenas, bus- sis siguiente: "El mal gusto tiene
señan -como los antiguos- la can sus claves. Como los magos su derecho como lo tiene el bue-
maravillosa docilidad de las ma- de antaño, intentan suscitar pre- no, y aun preeminencia sobre él,
nos, la textura desarrollada de sencia por conjuros científicos sí es la gran necesidad, la satis-
sus dedos, sus movimientos arti- -como sí la voz fuese sólo una facción segura y simultáneamen-
culados, imposibles para otros conjunción de sonidos. te un lenguaje universal... el buen
animales. Pero los antiguos vie- Hay algo misterioso en el decir: gusto selecto... nunca ha sido ni
ron lo distintivo humano en las la belleza no se ve; se aprende a es popular! Popular es y perma-
manos y en la voz. ver con la voz, y no sin ella. Tan nece la máscara. Así es como
La historia habría perdido su ti- misterioso, como que lo humano toda esta mascarada se precipita
raje, su fuego estaría apagado, está a la vista, pero no se ve, si en las melodías y cadencias, en
sin el crepitar cotidiano, inextin- no se enseña a ver por la voz. los vuelcos y travesuras del ritmo

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CUI/rURA

en tales óperas!" [Gaya Ciencia] visto a otro artista que pudiera brotaba de su voz, con la natura-
Irrita la sensibilidad musical de rendir tal gama de expresiones, lidad entera de su propia identi-
Nietzsche, el que la música sea Chaliapin. Había unos motivos dad. Con un abandono despreo-
considerada por la multitud sólo que la impulsaban, que (os otros cupado de si, ella se entrega en-
como acompañamiento de la voz mortales no poseen. Si, realmen- tera en su voz. al juego del ins-
[Cf. Carta a Gustav Krug y Wil- te era divina". tante dramático. Tan sin restric-
helm Pindar, 14.1.1861]. Y Visconti: "...la Callas tenía ciones, que reencarna con noble
habilidad de prestar a la simple seriedad la compleja idea brota-
palabra tratello cuatro significa- da del compositor.
M. Callas: La verdad
dos simultáneos. En ella se podía Desde que -por influjo de la
en la música escuchar el amor compasivo de Iglesia- los castrati dejan de
una hermana, la tristeza de su cantar roles femeninos en las
Este mes se cumplen cinco larga separación, la felicidad de óperas, comienzan a adquirir im-
años de la muerte de María Ca- haberle encontrado y el miedo a portancia en el s. XIX las "divas".
llas. Tenemos el hermoso volu- su inminente sacrificio mortal. Pero cuando Maria Callas apare-
men de homenaje Callas, publi- Esta habilidad de infundir signifi- ce en los escenarios, el reperto'
cado en castellano por ia Edito- cado a las palabras, dio vida a Ifi- rio de óperas en cartelera, año i.
rial Pomaire [1979]. La edición en genia y aportó a las escenas en año era exiguo. Cuando deja los
inglés, apareció cuando María que aparecía, la fuerza dramática escenarios, había reencarnado
aún vivía en 1974. John Ardoin y que Gluck había imaginado. In- 47 personajes, rescatando de su
Gerald Fitzgerald no escatimaron
esfuerzos para ofrecer el texto
óptimo, con las mejores fotos dis-
ponibles. El valor intrínseco de
este libro, diagramado con primi-
cias fotográficas y un texto de co-
nocedores reales, va más allá de
una exposición bien documenta-
da. El homenaje agradecido de
sus autores, entrega una imagen
real de María Callas. Este libro
aparte de las pacientes y accesi-
bles explicaciones de Roberto
Escobar, más las facilidades en
discos e información experta de
Juan Muñoz, han contribuido en
algo a clarificar el impacto único
que produce en mí, desde hace
años, la voz de María Callas.

Sin ser un experto operático,


sólo estoy dispuesto a permutar
el silencio necesario para mi tra- Lo distintivo humano en las manos..
bajo, por la voz de Maria Callas.
Es probable que un conocedor cluso sin cantar, cuando la Callas olvido a numerosas óperas.
descubra en esta confesión algo simplemente cruzaba el escena- Dice Monserrat Caballé: "Ma-
asi como la mala estirpe de estas rio desesperada, sabía crear una ría Callas nos abrió una puerta,
líneas. Pero esa circunstancia se intensidad que la hacia ideal para una puerta que nos había estado
trocó para mí en pregunta y pro- interpretar las heroínas clásicas". cerrada. Tras ella dormían no so-
blema. ¿Quién es María Callas, Al recordar el cuadro final de la lamente una gran música, sino
cuya voz llega hasta mi tan indivi- Travista: "Mientras María se grandes ideas de interpretación.
dualizada, tan insustituible? sentaba a la mesa no hizo un Nos ha dado la oportunidad de
Su voz se había tornado en pa- gesto que no se hubiese ensaya- hacer cosas que habrían sido im-
rábola y ejemplo plástico de má- do -la forma de llorar, de llevarse posibles antes de ella...".
xima naturalidad, conjugada a la mano a la frente, la forma de Ella restauró la Norma original
máxima intensidad expresiva. poner la pluma en el tintero... Sin que Bellini había creado para la
Hojeo el libro. Nicola Benois cantar, solamente actuando Pasta y que desde fines del siglo
que trabajó con Viscontí en la es- mientras la orquesta acompaña- pasado se había transformado
cenografía dice: ba su larga pantomima. En el pú- en una pieza clásica, estereotipo.
"La Callas poseía algo inimita- blico hubo gente que lloró al ver a La Callas tiene el timbre y regis-
ble, algo sorprendente, algo que la Callas en esta escena". tro de voz poco convencional de
los demás artistas no poseen, Lo sereno, to bucólico, lo dra- soprano sfogato o "soprano ili-
por más talento que tengan en mático, lo truculento, lo trágico, lo mitada11, capaz de dar las notas
otros aspectos. Solamente he sublime, lo tierno, lo majestuoso, más bajas y las más altas, sin

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perder calidad. Su voz abarca ca- que nunca variaba, la dedicación de Verdi, que se hacen pesados.
si tres octavas. Antes de ella, los de María a su trabajo y al teatro, Hace cien años, el público era di-
anales sólo recuerdan a Giudita y esto siempre se lo ofrecía al pú- ferente... Ahora debemos actuar
Pasta [ 1798-1865], cuya voz se- blico...". de acuerdo con esta nueva ma-
gún Stendhal- produce "un efec- Ella misma explica su óptica in- nera. Hacemos cambios para lle-
to instantáneo e hipnótico en el tuitiva de aproximación a los per- var nuevos éxitos a la ópera aun-
alma del espectador". sonajes. Sin intelectualizarlos, se que siempre conservamos la at-
El libro nos trae el juicio de Zet- los incorpora profundamente; mósfera, la poesía y el misticis-
firelli: "Para mi, y especialmente "Una vez que he leído una parti- mo que hace funcionar al teatro".
en Norma, María era un puente, tura y he decidido que me gusta- María estaba posesa de este
un puente de 150 años. Era la mi- ría cantarla, la estudio acto por arte. Por eso supo todo lo nece-
lagrosa portadora de unos perfu- acto y me pregunto si el persona- sario para hacerlo llegar al públi-
mes que se habían perdido y olvi- je está de acuerdo con la música. co. Pero este enorme esfuerzo
dado. Ella les dio vida y los volvió Consideremos el caso de Ana en la ampliación del repertorio
a crear para nosotros... No creo Bolena, por ejemplo. Donizetti hi- -más la seriedad de su asimila-
que la Pasta hiciese justicia al zo de Ana Bolena un personaje ción de los personajes- era su-
personaje de la forma en que lo muy diferente de la auténtica fi- perior a lo que una voz podía re-
hizo María". gura histórica... Debía atenerme sistir. Elvira de Hidalgo, su maes-
Tenía un sentido arquitectóni- a la música y al libreto. La música tra, dice: "-María abusó de los
co para detectar qué palabra de- en si justifica la versión que Doni- dones que Dios le había concedi-
bía acentuar en una Irase musi- zetti tiene del personaje, por lo do".
tanto el libreto no es lo principal, Pero ¿habría existido la Callas
aunque yo dedique una atención si no hubiese estado posesa por
enorme a las palabras. Intento este arte? ¿habría estado pose-
hallar la verdad en la música. sionada por él, si hubiese dosifi-
Uno debe estudiar la música... tal cado cerebralmente sus ímpe-
como está escrita, sin añadir ni tus? En una época en que la ópe-
quitar nada... Bellini es muy dife- ra marcaba el paso de la conven-
rente de Donizetti y éste de Ros- cional ¡dad estereotipada -apoya-
sini. Si uno se preocupa por el da en la muleta publicitaria de las
compositor y no por su propio "excentricidades" de las divas-
éxito personal, siempre encontra- Maria hace un lugar a este arte
rá un embellecimiento, un trémo- ya tan desdibujado, trayendo al
lo o escala que justifique una ex- siglo veinte su idea concreta,
presión, un sentimiento de felici- desde una máxima proximidad a
dad o de desgracia o una inquie- la concepción de sus creadores.
tud". Traer este legado complejo hasta
La Callas se mimetiza con el el público, entrar en diálogo con
proceso de gestación de la ópera él, desde el fuego frágil y potente
misma. Entiende la conjunción de su voz. Porque la Callas no
musical y dramática de cada ins- canta, si se siente incapaz de do-
...y en la voz minar toda la partitura de su rol.
tante en el desarrollo de un per-
sonaje. Su interpretación de Lady -Otros artistas optan por pe-
cal y cuál silaba exacta en esa
Macbeth patentizó el rico poten- queñas trampas -dice Zeffirelli.
palabra. Ella decía con candidez
cial sicológico vertido por Verdi Ella es demasiado indivisible: no
que Tullio Serafín le enseñó a
en este personaje. Por ejemplo, puede. Sobreviene así el episo-
leer las palabras de un recitativo
en sus cuatro solos: "Vieni! t'af- dio del 2 de enero de 1958, en el
en voz alta, para descubrir sus
fretta", "La luce langue", "El Brin- Teatro de la Opera de Roma.
proporciones dramáticas. Pero
disi" y la escena terrible de so- Dos días antes, ella ha cogido un
. su gracia única estaba en la natu-
nambulismo. Ella recreaba figu- resfriado durante el ensayo en el
ralidad con que conjugaba la mú-
ras de carne y hueso, hechas pa- teatro, que carece de calefac-
sica a sus fines expresivos.
ra emocionar, no sólo para agra- ción. El director insistió en que
Giulini dice, en el libro: "A Ma- actuara. Ella cantó el primer acto,
ría no le importaba repetir una dar.
pero se rehusó a continuar. Ese
cosa cien veces seguidas. Era Recién con la Callas volvió a mismo año vuelve a cantar Ana
una de tas pocas artistas que he hacerse presente al público lo Bolena en La Scala. Es su pri-
conocido para quien la última re- que hay en estas composiciones: mera actuación en Italia luego del
presentación es tan importante lo que es la ópera, en la concep- escándalo de Roma. Por todas
como la primera... Pero con Ma- ción de sus autores. Ella tenía la partes, hasta en el escenario,
ría, la decimoctava representa- capacidad conductora para hacer hay policías. Durante dos esce-
ción era tan importante y tan in- llegar con tuerza persuasiva, la nas, el público reacciona glacial
tensa como la primera. Claro que idea primigenia de los creadores, ante ella, exteriorizando a gritos
algunas noches son más propi- hasta el público: "...hay algunos su aprobación a los demás. En la
cias que otras... pero había algo pasajes en la ópera, incluso en la

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tercera escena, cuando dos la imprenta, pero conocía bien la


guardias prenden a Ana Bolena. chismografía. Diógenes Laercto
ella los empuja violentamente. llegó hasta nosotros, gracias a su
En lugar de dirigir a ellos sus pa- habilidad para ocupar su talento
labras, enfrenta directamente al diletante, con vidas ilustres. Pe-
público: "Giudici? Ad Anna? Giu- ro sólo atinó a dejarlas para la
dici?" Esto ya no era teatro, era la posteridad entre el humo de la
Callas que se defendía. Como si chismografía, que no supo des-
dijera: "Si este es mi juicio, júz- pejar. Prefirió recolectar todo
guenme... ¡pero recuerden que cuanto se decía: al menos ese
soy su reina!" Se sobrepasó dra- mérito es suyo propio.
máticamente, cantando con ar- Este hermoso libro Callas, tie-
dor vehemente. Cuando cayó el ne el mérito de insinuar, con testi-
telón, el público enloqueció. Pie- monios de primera mano, la figu-
ro TOSÍ concluye: "fue una repre- ra real de la diva, olvidada de si,
sentación dentro de otra". Para el en el instante de su interpreta-
segundo acto, el público estaba ción: su esfuerzo por reencarnar
enteramente entregado Al térmi- con todas sus energías creado-
no de la representación, el aplau- María Callas:
ras los roles que interpretó. Trai-
so fue interminable. Cuando Ma- trae la ópera al público, desde el gamos una última cita de Ardoin:
ría salió del Teatro hacia su co- fuego frágil y potente de su voz
"Franco Zeffirelli, que la dirigió
che, que la esperaba, la policía
en cinco producciones, creía que
no sabia qué hacer: la muche- La Scala [1961], durante el canto fue Herbert von Karajan (director
dumbre la vitoreaba; al salir del de "Dei tuoi figli" se hizo oír un te- de orquesta y de escena en sus
teatro, se había corrido la noticia rrible silbido desde la galería. representaciones de Lucía en La
de su triunfo. María continuó hasta llegado el Scala) quien capitalizó esta cuali-
Para el estreno de Medea, en momento en que Medea acusa a dad con mayor éxito. Karajan no
Jasón de: "¡Crudel!" La orquesta intentó dirigir -recuerda Zeffire-
debe seguir esta palabra con dos IIÍ-. Se limitó a disponer todo en
cuerdas fuertes y esperar que la torno a ella. La Callas representó
repita por segunda vez. Pero Ma- la escena de la locura con un fo-
ría dejó de cantar después del co como una bailarina sobre fon-
primero. Se produjo una pausa do negro, y nada más. Karajan
llena de suspenso. María miraba deseaba que todo en ella fuera
con ferocidad al público. Luego música, música total. Era lo me-
cantó su segundo "¡Crudel!" di- jor que se podía hacer con la Ca-
rectamente al público. Cuando llas. Creo que fue el único que
volvió a empezar con las pala- supo comprenderlo...'".
bras "Ho datto tuto a te" -la Ca-
llas levantó su puño a la galería. Se ha dicho de la música que
No se oyeron más protestas. tiene algo de insular, sin retorno y
por lo tanto infructuoso. Se ha in-
Piero TOSÍ recuerda: "La Callas tentado reconocer en esa consta-
nunca fue la mujer caprichosa tación, el hecho de que la vida
que se inventó la prensa. En el -una vez convertida en música-
teatro era un soldado, nunca rehusa retornar al mundo de car-
planteaba problemas ni hacía ne y hueso.
preguntas...". Este decir puede tener alguna
verdad. Existe un rechazo mutuo
La música puede volver entre la vida que entró a la músi-
al mundo ca y la vida filistea. Quizá la figu-
ra distorsionada de la Callas
Entre la voz que es presencia y -que tuvo tanta venta periodísti-
palabra simultáneas, y el cauce c a - sea también parábola y
por donde fluye la historia, ha ejemplo plástico de este rechazo
existido siempre una napa turbia, mutuo. Hasta aquí, Nietzsche
algo así como humo: la chismo- puede haber tenido razón en su
grafía. La claridad arquitectónica implacable crítica al filisteismo.
de la figura que se quiere desta- Pero sin duda es cierto que la
car, depende de la mirada pe- música puede volver al mundo,
netrante, olvidada de si y absorta llegar al pueblo y hasta conmo-
en la presencia, más acá y más verlo y elevarlo... ¡si tan sólo hay
allá de la chismografía inevitable. alguna voz que lo haga!
El occidente joven no conocía ¡Gracias, Maríalu

490 MI r i •••• ii •: < u SEPTIEMBRE 1982

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