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Mejor un Self Solidario antes que uno individualista

Hilder Alberca Velasco


El individualismo es un mal que trasciende fronteras y barreras humanas en lo
contemporáneo. La llegada de la competencia por el mundo laboral, convirtió al cuerpo
humano en una maquina perfecta para la disciplina del yo como síntoma psicológico
atomista. El factor cognoscitivo de las grandes mudanzas de la historia económica, social
y política del mundo se produjo a gran escala a millas de distancias entre mundos. El
contacto entre los hombres, la civilización y cultura será de ideología para ampliar las
formas de ver la vida como una materia de la mayor felicidad, por premios y recompensas.
El individualismo no es un simple hábito en la humanidad, el individualismo es estudiado
como la disciplina perfecta que la colonialidad del saber y del poder como doctrina
dominante para alienar generaciones tras generaciones de manera estructuradas
estructuradoras estructurantes.

La modernidad, con la revolución industrial, y la mega trasformación de las


ciudades en fábricas móviles, la urbanización por las emigraciones son una etapa para no
perderla de vista para reflexionar al sentido actual de nuestros tiempos, bajo la
competencia y las acciones individuales. El individualismo podría ser el mal perfecto
incrustado al cuerpo de la sociedad. Entonces el capitalismo, junto a las mudanzas
geográficas de los territorios, las normas religiosas y morales, podrían ser elementos
cruciales para entender al atomismo individual. Los males psicológicos dados como
valores morales en las sociedades por el premio y el castigo, en la actualidad serían cual
chip recargable dentro de un robot humano. Vivimos en un mundo utilitarista donde el
sentido del self es un corazón que bombea con fervor egoísmo, competencia y destrucción
de lo colectivo a cada segundo de vida. El mundo entero hoy pide a gritos solidaridad,
templanza, pensar en los que están a nuestros costados. Por ello, la urgencia de la
búsqueda de paradigmas más humanitarios debería de ser una meta que todo ser humano
se proponga en reforzar y moldar.

Lo grupal se manifiesta como un paradigma que contrarresta al individualismo en


sus formas cognoscitivas. En tal caso, si hay algo que la sociología clásica dejo bien
marcado, para las próximas generaciones es hacer una crítica a la racionalización
instrumental de las acciones de los colectivos. Hablar de comunitario es como un
antónimo arraigado para reconocer que las sociedades no son campos moleculares unidas
solo por intereses previos. Por ejemplo, mismos los animales necesitan de estar en manada
para cazar o buscar su alimento.

¿Cómo, y para qué la unidad?

En un planeta con más de 76 millones de mentes pensando los males de su entorno,


formular un antídoto único para los atomismos de la sociedad, sería un error ingenuo
poder asegurar. Por eso, que pensar en unidad de grupo, desde lo micro podría convertirse
en un estimulante a tener en cuenta. Las experiencias y las expectativas de como el mundo
de la vida a experimentado a lo largo de su existencia los últimos 2 mil años, hace posible
enunciar que un ente sin otro ente no es ente. Los problemas sociales y sus hechos totales
en lo cultural, y económico abren una luz tan grande cual reflejo de la luna llena en el
cielo para ser vista; no se puede pensar un futuro con expectativas alentadoras si no se
retoma la necesidad de fortalecer los lazos de una cultura más auténtica comunitaria entre
sus habitantes. Por ende, la búsqueda de paradigmas donde el sentido humano en
sinónimo de solidaridad, y reciprocidad mutua son tan esenciales como rezar una oración
religiosa frente a los oídos de ateos, sería muy válida. El self de la sociedad
contemporánea sin actos reestructurantes estructuradores, y sin reflexión sociológica o de
análisis crítica sobre la propia imaginación del self, serán cual viento que no puede ser
visto ni agarrado. Se sabe que la comunicación es aliada para la sociedad en sus relaciones
sociales; pero pareciera que entre el lenguaje y la razón cada vez hay una distancia de lo
correcto y la ética.

Concluyendo, el conocimiento, se convierte cada vez más un campo en gran


disputa entre los que no saben leer y los que sí. Por eso, que no dejemos de seguir
buscando o abriendo caminos para la unidad social, y así negar la idea de que un self en
base al individualismo racionalista sea lo mejor que un self en acción solidaria y más
humano. Por eso es mejor ser outsiders sembrando palmeras en los desiertos, así nunca
cosechemos sus frutos.

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