Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
a) Realice una lectura detenida, atenta y reflexiva del texto “Lenguaje, Texto,
Movimiento” de Martha Gigena. Describa y analice los alcances del modelo
lingüístico para la Danza. Según la autora, ¿cuándo puede, la danza ser
considerada como lenguaje, texto, o como puro movimiento? ¿qué analogías
propone? ¿en qué autores se referencia principalmente? ¿qué ejemplos da?
¿cómo define al signo artístico?
b) Proceda del mismo modo con el texto “Semiologías p Semióticas p Danzas,
algunas historias” de Montaltto. Realice un cuadro conceptual con las
principales ideas desarrolladas por la autora (¿qué diferencia (a grandes rasgos)
Semiología (Saussure) y Semiótica (Pierce)?. Nombrar principales referentes,
escuelas y perspectivas. ¿Cómo definimos signo? ¿Qué caracteriza y diferencia
el signo lingüístico (diádico) del signo lógico (tríadico)? Luego, responda a la
pregunta: ¿cuáles son los aspectos fundamentales que deberíamos tener en
cuenta para analizar con un enfoque semiótico/semiológico obras de danza?
c) En el marco de las lecturas realizadas y analizadas en clase del texto
Introducción a la Semiótica (Cap. 1 y 2) de Zecchetto, responda a las preguntas:
¿de qué se ocupa la semiótica? y, ¿qué relación podemos establecer entre cultura
y comunicación?. Dé un ejemplo de danza seleccionado libremente con relación
a este enfoque.
Desarrollo
a) Describa y analice los alcances del modelo lingüístico para la Danza.
Utilizar la matriz lingüística como modelo analítico, es posible por la
característica semiológica de las cosas y por el estructuralismo práctico que subyacen
intrínsicamente en esta disciplina. La lingüística (un sistema particular y bastante
distintivo) se constituyó en modelo de análisis para diversos aspectos que no tienen que
ver necesariamente con el lenguaje. Johnatan Culler señala en La poética
estructuralista:
“La idea de que la lingüística ha de ser útil para estudiar otros
fenómenos culturales se basa en dos concepciones fundamentales:
primero, la de que los fenómenos sociales y culturales no son
objetos o acontecimientos simplemente materiales, sino objetos o
acontecimientos con significado y, por lo tanto, signos; y segunda,
la de que no tienen esencia, sino que los define una red de
relaciones, tanto internas como externas”
Esta afirmación plantea las posibilidades de uso del modelo lingüístico en áreas que no
son de su estricta incumbencia. La danza es entonces, susceptible al análisis desde el
modelo lingüístico.
Las concepciones de Saussure (considerado el padre de la lingüística) definieron
en gran parte el camino a seguir por el estudio semiológico y el estructuralismo, y
muchas de estas categorías (y otras que se desprenden de ellas) pueden ser productivas
para el estudio de la danza como un sistema que produce sentido. Roland Barthes
advierte a su vez que el estudio de los modos de otorgar significados (sentidos) solo
puede ser concebido mediante el relevamiento que la lengua hace de ellos, entonces
afirmar que los artefactos culturales pueden tratarse como “lenguajes” es sugerir que
pueden estudiarse provechosamente con términos proporcionados por la lingüística.
Esta última particularidad se refiere a que los objetos que pueden ser estudiados, aún en
su diversidad.
En definitiva, lo que menciona la autora es como lo relacionado con la
lingüística, la semiología y el estructuralismo, es una perspectiva acerca del sentido, y
de las posibilidades de dar cuenta de algo emparentado con él en la danza. Pero al
mismo tiempo advierte que es necesario distinguir a qué llamamos sentido; tener en
cuenta que el pasaje del universo de las señales al universo del sentido no puede ser
comprendido sin abordar la noción de interpretación, fundamentalmente en la figura de
un destinatario humano que toma el significante dado y le adjudica significado (al modo
diádico de De Saussure). La noción de sentido debe ser tenida en cuenta como un
significado puesto en situación, es decir, interpretado por alguien en un contexto dado.
La danza como manifestación artística y cultural está involucrada dentro de estas
condiciones.
Por último, hace también hincapié en la función estética de la danza, necesario
para dar cuenta o reflexionar en lo que concierne al sentido y el significado del mensaje,
ya que podría decirse que es una característica intrínseca de la danza. La función
estética puede estar presente en diversos objetos y procesos, pero se vuelve dominante
en el campo del arte. “el signo artístico es un signo autónomo que adquiere
importancia en sí mismo y no como mediador”. Esto es, que los procedimientos
realizados se vuelven esenciales para la apreciación del sentido, y que de alguna manera
el lenguaje de lo artístico llama la atención sobre su propia construcción.
En resumen, se hace evidente la necesidad de concebir el signo y su carácter
representacional ya no como un elemento para análisis profundo, sino como un objeto
sobre el cual desarrollar hipótesis acerca de los procedimientos de constitución del
sentido. Entonces ya no se trata de lo que un texto (una obra de danza, una secuencia de
movimiento) dice, sino de lo que hace.
¿Cuándo puede, la danza ser considerada como lenguaje, texto, o como puro
movimiento?
La danza no es puro movimiento, porque contiene una sucesión de movimientos
encadenados de cierta forma que adquieren sentido en el todo llamado “danza”.
Es posible considerar a la danza como texto ya que ambos conceptos comparten ciertas
características. Contienen elementos que unidos reflejan una cohesión y que dependen
del todo para que ese conjunto pueda llamarse “danza” o “texto”. Las palabras sueltas u
oraciones aisladas, no componen el texto; deben estar unidad entre sí de un modo que
ese conjunto de palabras y oraciones pueda llamarse “texto”. Lo mismo ocurre con la
danza: El bailarín solo, la música sola, un movimiento o un gesto solos, no pueden
llamarse “danza”, pero estos elementos, unidos y cohesionados con sentido, conforman
la obra.
Por otro lado, el texto, como la danza trasmiten, a través de los signos, sentidos
concretos a los que esos signos se refieren. El texto, así como la danza, tiene una
estructura interna (un comienzo y un final), sin importar el contexto en el que se sitúe la
obra. Por último, la danza, así como el texto, termina de adquirir sentido en relación a
otros textos.
1
Gigena, María Martha. “Danza, lenguaje y texto: algunas perspectivas. Teoría General de la Danza”.
UBA, 2004.
Podemos definir al “signo artístico” como un elemento autónomo que no precisa
de mediador, puesto que remite directamente al significado. El signo artístico
contribuye a descifrar el sentido dentro de un marco textual y significante que refiere al
proceso de codificación y decodificación verbal o visual.
b) Cuadro conceptual con las ideas principales del texto de Montaltto
Texto Montaltto
2
Gigena, María Martha. “Danza, lenguaje y texto: algunas perspectivas. Teoría General de la Danza”.
UBA, 2004.
3
Katz, Helena. “Um, dois, três. Dança é o pensamento do corpo”. Belo Horizonte, Fid, 2005.
Para Pierce, la semiótica es un “campo científico articulado en torno a
reflexiones de carácter lógico-filosófico que tuviera como objeto específico de su
investigación la “semiosis”, es decir, el proceso de significación donde participan “un
signo, su objeto y su interpretante”.5
4
Zecchetto, Victorino. “La danza de los signos. Nociones de semiótica general.” Ediciones Abya- Yala.
2002. Pág. 7
5
Zecchetto, Victorino. “La danza de los signos. Nociones de semiótica general.” Ediciones Abya- Yala.
2002. Pág. 8.
6
Zecchetto, Victorino. “La danza de los signos. Nociones de semiótica general.” Ediciones Abya- Yala.
2002. Pág. 31.
7
Ollora, Natalia y Miguel Corbi, Triana. “El bailarín y su configuración como categoría en una obra de
danza”. ArtsEduca 28, enero 2021 | http://dx.doi.org/10.6035/Artseduca.2020.28.15 | ISSN:2254-0709 |
pp. 210-227 recuperado de file:///C:/Users/Admin/Downloads/Dialnet-
ElBailarinYSuConfiguracionComoCategoriaEnUnaObraDe-7734491.pdf
Para la danza escénica podemos mencionar otros signos, tales como el
maquillaje, el libreto, los gestos, la mímica, el movimiento, la música, el espacio
sonoro, la kinesfera y el baile.