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Siguiendo a Copy (pág. 47) podemos expresar que el lenguaje puede llegar a
conformar un instrumento sutil, la mayoría de las veces perdemos de vista la
multiplicidad de usos y propósitos a veces no muy claros o encubiertos, dada la
tendencia a simplificar la mirada o no ver más allá de lo que las palabras dicen.
Por ejemplo, cuando luego de hablar un largo rato con alguien pensamos:
“¡tanta charla para decir tan poco!” o “me preguntó ¿cómo estaba?, ¿cómo si
eso le preocupara?”. Se ve claramente que hay una incomprensión de
propósitos, tal vez la pregunta: ¿cómo está?, es más un saludo amistoso que
un pedido de informe médico.
Debemos resaltar que la comunicación de ideas no tiene un único fin, sino
varios, entre los que podemos mencionar:
Despertar un sentimiento, pasión, sensación.
Propiciar o impedir alguna acción.
Colocar una determinada disposición.
Entre otros.
En cuanto a los usos, por fines didácticos, podemos clasificarlos de la siguiente
manera:
INFORMATIVO: pretende la formulación, afirmación o negación de
proposiciones.
EXPRESIVO: el ejemplo típico es la poesía, en donde se expresan sentimientos
del autor que pretende despertar en el lector similares experiencias.
DIRECTIVO: se utiliza para originar o impedir una acción manifiesta. Suelen
ser órdenes y pedidos, ante los cuales podemos estar o no de acuerdo,
situación por la cual nunca afirmamos que son verdaderos o falsos.
Esta división nunca es mecánica sino que en toda comunicación utilizamos los
tres juntos, por ello, decimos que son funciones más bien de tipo mixto.
Figura 2. Funciones del lenguaje
El cuadro anterior refleja las distintas funciones del lenguaje entre ellas
tenemos la referencial: que tiene por objeto informar, la emotiva que busca
expresar sentimientos, sensaciones, etc. La conativa llamada también apelativa
que intenta lograr que el otro sujeto actúe, la fática o de contacto que esta
orientada al canal de comunicación entre el emisor y el receptor, la función
poética o estética que no le interesa tanto lo que se dice sino como se dice para
llevarle al receptor sensaciones de belleza, creatividad, etc., Por último se
encuentra la metalingüística: se centra en el propio código de la lengua la cual y
se utiliza para hablar del propio lenguaje, aclara el mensaje.
La argumentación
Aristóteles
Es posible remontar el origen de la argumentación a los griegos, por el
desarrollo que ellos hicieron de los conceptos de Retórica y Oratoria. La
primera, para Aristotéles, es el arte de la persuasión, del buen decir, poder
comunicar con eficacia y moralidad. Implicaba la relación con el “método
dialéctico” (diálogo) que sirve para razonar sobre asuntos opinables en donde
no hay una sola verdad sino que debemos buscar la mejor de ellas, con motivos
a favor y en contra, comparando los argumentos que la sustentan. El poder de
la retórica entra en juego cuando quienes intentan convencer sobre sus tesis,
deben construir sus argumentos para fortalecer sus posiciones y debilitar al
contrario.
La oratoria es definida como el arte de hablar con elocuencia, la misma se
aplica en todos los procesos comunicativos hablados.
Para algunas personas, argumentar es sólo exponer sus prejuicios bajo una
nueva forma, por eso es muy corriente la idea de que los argumentos son
inútiles, desagradables o conflictivos, lo asimilamos a una discusión verbal,
como sinónimo de disputa. Pero en realidad esta visión no es representativa de
lo que significa en verdad su concepto.
En “Las claves de la argumentación” Anthony Weston dice que “dar un
argumento significa ofrecer un conjunto de razones o pruebas que apoyan a
una conclusión”, a partir de esto vemos que un argumento no es simplemente la
afirmación de ciertas opiniones, o una disputa, sino más bien los enfocamos
como intentos de apoyar ciertas opiniones con razones. Destacamos así el
carácter esencial que poseen los mismos, en contraposición de la visión que los
considera como inútiles.
Esa importancia que puntualizamos radica en que es una manera de tratar de
informarse acerca de qué opiniones son mejores que otras, dado que no
encontraremos puntos de vista idénticos, veremos que algunas conclusiones
pueden apoyarse en buenas razones y otras tendrán un sustento de carácter
mucho más débil. Cotidianamente, desconocemos cuál es cuál, por lo tanto,
tenemos que brindar argumentos a favor de las diferentes conclusiones y luego
valorarlos para considerar cuán fuertes son realmente. Desde este punto de
vista un argumento viene a ser un medio para indagar.
Otro motivo que evidencia su relevancia es que, al momento de arribar a una
conclusión sustentada en razones, la explicamos y defendemos mediante
argumentos. Un buen argumento nunca es una reiteración de conclusiones,
sino más bien una posibilidad óptima de encontrar pruebas y razones, para que
otras personas puedan formarse sus propias opiniones por sí mismas. Por
ejemplo, si tengo una convicción clara acerca del impacto perjudicial que
ejercen las papeleras en el medio ambiente, debo usar argumentos para
explicar cómo llegué a esa conclusión para poder convencer a otros, ofreciendo
las pruebas y razones que a mí me convencieron. Podemos decir de este
modo, que no es un error en absoluto tener opiniones, el error es no tener nada
más.
El debate es un medio para solucionar problemas en el campo político, jurídico,
científico, etc., tiene un efecto enriquecedor por la confrontación de distintos
puntos de vista. Sin duda tienen mayor necesidad de argumentar quienes
ejercen el poder, porque deben justificar los actos que realizan, de esta manera
quien condena, libera o gasta fondos públicos debe explicar sus actos, lo que
conforma a la vez una posibilidad de controlar la administración de la cosa
pública. Tendremos distintos procedimientos de argumentación que conllevan a
distintas clases de resolución, a saber:
FORO JUDICIAL
Es de base adversativa, una acción es presentada ante la corte, hay dos
partes opuestas, y el procedimiento será concluido cuando se emita un
veredicto a favor de una u otra.
CAMPO ARTÍSTICO
La función principal de la argumentación será la clarificación. Por ej.: nos
preguntan sobre una película que vimos explicaremos la significación de
nuestra afirmación más que probar que la misma es correcta, podrán discutir
otros la validez de nuestras interpretaciones. No se pretende establecer lo
correcto o incorrecto del tema debatido.
Argumentar desde la lógica es encadenar proposiciones de tal manera que
algunas de ellas (premisas) le sirven de fundamento a otras (conclusión), por
ejemplo:
Todos los hombres son mortales
Sócrates es hombre
Por lo tanto, Sócrates es mortal
Si aceptamos la verdad de las dos primeras proposiciones aceptaremos la
verdad de la tercera. Lo que justifica la conclusión son las premisas, ellas son
razones que sirven de validación a la conclusión
Figura 4. Esquema de representación de los
elementos de una argumentación
Reglas generales
Luego veremos:
Todo ser vivo nace y muere
Todo el que nazca y muera es mortal
Por lo tanto, todos los seres vivos son mortales
Esto nos hace ver que tomadas aisladamente ninguna proposición es premisa o
conclusión; puede suceder que nos encontremos con la conclusión al principio
del razonamiento y las premisas al final, como observamos en el ejemplo de la
Política de Aristóteles que aparece a continuación:
En una democracia los pobres tienen más poder que los
ricos.
Conclusión
Porque son más
Premisa
Y la voluntad de la mayoría es suprema
Premisa
Si lo reformulamos quedaría:
2
La mayoría de las mujeres de Italia le son fieles a sus esposos
Anabela es de Italia
Por lo tanto, Anabela le es fiel su esposo
Sin duda el primer argumento nos ofrece una mayor certeza que el segundo
debido a que en este último las premisas justificadoras no alcanzan a ser
fiables.
A) Burócrata
B) Empleado del gobierno
C) Servidor público
Las tres palabras poseen un significado literal igual pero el de carácter emotivo
es diferente:
Expresa resentimiento y desaprobación
Expresa neutralidad
Expresa simpatía y aprobación
Queda claro cómo el mismo hecho u objeto puede describirse por palabras con
impactos disimiles. El impacto emotivo puede entrar en relación con las
propiedades que posee a lo que hace alusión y también puede adquirir esta
significación por asociación, no es necesario que se produzca directamente con
el objeto denotado por la palabra.
Video conceptual
La argumentación
Argumentos
En este caso se evidencia que el término “fin” está utilizado de manera distinta
en las premisas del razonamiento.
Síntesis conceptual
Dar un argumento significa ofrecer un conjunto de razones o pruebas que
apoyan a una conclusión, no significa simplemente la afirmación de ciertas
opiniones, sino como intentos de apoyar ciertas opiniones con razones;
tienen un el carácter esencial. Un buen argumento es una posibilidad óptima
de encontrar pruebas y razones, para que otras personas puedan formarse
sus propias opiniones por sí mismas.
Para poder escribir un buen ensayo basado en argumentos debemos usar
razones tanto como medio para indagar, como para explicar y defender las
propias conclusiones. Resulta necesario examinar los argumentos
contrincantes y luego escribir el ensayo mismo con un argumento
defendiendo los puntos de vista propios como argumentos y valorando
críticamente los postulados por la parte contraria.
Reglas generales:
Distinguir entre premisas y conclusión.
Atender a la existencia de las premisas implícitas, llamadas entimemas.
Presentar las ideas en orden natural.
Partir de premisas fiables.
Usar un lenguaje concreto evitando términos abstractos o vagos.
Evitar usar un lenguaje emotivo.
Usar términos consistentes y con un único significado para ellos, con lo que
se evita la falacia de ambigüedad.
NINGÚN S ES P
(S: sujeto y P: predicado)
Llamada universal negativa, la primera clase está excluida de la segunda,
niega que exista una relación de inclusión y lo hace universalmente. “Ningún
político es mentiroso”.
ALGUN S ES P
(S: sujeto y P: predicado)
De tipo particular afirmativa, significa que “al menos uno” entra en la clase, no lo
afirma universalmente sino parcialmente. “Algún político es mentiroso”.
ALGUN S NO ES P
(S: sujeto y P: predicado)
Particular negativa, en ella al menos un miembro está excluido de la clase que
designa el predicado. “Algún político no es mentiroso”.
Distribución
En el caso de la proposición universal afirmativa: todos los diputados son
ciudadanos, se produce la distribución del término S, esto quiere decir que todos
los miembros de la clase que designa S no incluye a todos los miembros que
designa P. Por lo tanto, concluimos que la proposición distribuye un término si
se refiere a todos los miembros de la clase designada por él.
En el caso de la universal negativa se distribuye tanto el sujeto como el
predicado. Por ejemplo: ningún atleta es vegetariano, esto afirma de cada atleta
que no es vegetariano, que son todos los miembros de la clase S, es decir está
distribuida. A la vez afirma que toda la clase de los vegetarianos está excluida
de los atletas, de esta forma distribuye la clase P.
La particular afirmativa como sería “algunos soldados son cobardes” no afirman
nada de la totalidad de los soldados ni de los cobardes, por lo tanto ambas
clases no están excluidas ni incluidas totalmente, por ello no distribuye ni S ni
P.
La proposición particular negativa por ejemplo: algunos caballos no son de
pura raza, en ella vemos que no se dice nada acerca de todos los caballos
sino de algunos, quienes están excluidos de la totalidad de la clase pura raza
(P). Cuando decimos que algo está excluido de una clase hacemos referencia a
la totalidad de ella por lo tanto se distribuye el predicado. Podemos concluir que
la cantidad de una proposición determina que el sujeto esté distribuido o no, las
universales son las encargadas de hacerlo. En cambio la calidad de una
proposición determina que el predicado sea distribuido, quienes lo realizan son
las negativas solamente.
Silogismo categórico
Silogismo categórico
Es un razonamiento deductivo del cual se infiere la conclusión a partir de la
premisa. Posee tres proposiciones categóricas y tres términos de los cuales el
que aparece como predicado de la conclusión se llama término mayor en
cambio el sujeto de la conclusión es el término menor, el restante se denomina
término medio. Las premisas que los contengan adquieren el nombre de mayor
y menor respectivamente.
Observamos que el término mayor y menor aparece en premisas diferentes del
razonamiento. La forma típica de este silogismo es que encontremos la premisa
mayor primero luego la menor y por último la conclusión. Pueden diferir por la
posición de los términos medios, quienes pueden ser sujeto de la premisa
mayor, predicado de la menor, predicado de ambas o sujeto de ambas.
Figura 1
Naturaleza formal
La forma del razonamiento desde el punto de vista de la lógica es su aspecto más
importante. Tanto que la validez del mismo depende de ella, independientemente
del contenido específico.
Todo M es P Todo S es M
Por lo tanto, todo S es P
Este razonamiento es válido en virtud de su forma, por lo tanto otro que tenga la
misma también lo será. Podremos demostrar la incorrección de un silogismo
presentando otro que posea la misma forma pero que de antemano
conozcamos la verdad de sus premisas y la falsedad de su conclusión.
Todos los conejos son veloces
Algunos caballos son veloces
Por lo tanto, algunos caballos son conejos
Modus ponens
Significa “poner”, puesto “P” se sigue “Q”, en este razonamiento se afirma el
antecedente y como conclusión se afirma el consecuente.
Si P entonces Q
P
Por lo tanto Q
Un ejemplo sería:
Si los optimistas tienen más posibilidades de éxito que los pesimistas,
entonces Ud. deberá ser optimista.
Los optimistas tienen más posibilidades de éxito que los pesimistas.
Por lo tanto, deberá ser optimista.
Modus tolens
Viene de “tollere” que significa quitar, en este modo realizamos la negación del
antecedente para poder en la conclusión negando el antecedente.
Silogismo Hipotético
En este caso, la condición para que se evidencie el tipo de razonamiento, es
que el consecuente de una premisa sea el antecedente de la siguiente y que
luego en la conclusión se enlace el primer antecedente con el último
consecuente.
Como vimos en párrafos anteriores, una proposición condicional está
conformada por dos proposiciones componentes, el antecedente (“si”) y el
consecuente (lo que sigue a entonces).
Forma lógica:
Si P entonces Q
Q entonces R
Por lo tanto P entonces R
Ej.:
Si Ud. estudia otras culturas, entonces comprenderá que existe una
diversidad de costumbres humanas.
Si Ud. comprende que existe una diversidad de costumbres humanas,
entonces pone en duda sus propias costumbres.
Si Ud. pone en duda sus propias costumbres, entonces será más tolerante.
Por lo tanto, si Ud. estudia otras culturas, entonces será más tolerante.
Silogismo disyuntivo
También llamado alternativo, este caso no afirma la verdad de una u otra de
sus opciones, sino que al menos una es verdadera o ambas pueden serlo.
Es importante mencionar que el “o “puede tener 2 sentidos:
INCLUSIVO
EXCLUSIVO
P o Q No P
Por lo tanto Q
INCLUSIVO EXCLUSIVO
Aquí nos encontramos con que una de las posibilidades es verdadera pero
no las dos
PoQP
Por lo tanto no Q
Ej.: Sólo Carlos o Roberto pudieron haber sustraído el libro Roberto lo hizo
Por lo tanto, Carlos no lo hizo
Dilema7
Esta es una forma de razonamiento bastante común en lenguaje ordinario, ha
sido heredada a través del tiempo de la mano de la Lógica y la Retórica,
disciplinas que sin duda estaban más entrelazadas y conectadas que en la
actualidad. La última de ellas toma al dilema como un elemento poderoso e
impactante en la persuasión, como arma devastadora en una discusión.
Significa elegir entre dos alternativas que son malas o desagradables, se suele
decir que se está “atrapado entre los cuernos de un dilema” y por ello sea
cual fuera la solución estamos obligados a llegar a una conclusión
desagradable. Pretende arrinconar al contrincante y allí aniquilarlo, por decirlo
de alguna manera adversarial. Su forma lógica:
p o q.
Si p entonces r.
Si q entonces s.
Por lo tanto r o s.
Ej:
Para probar P
Conveniencia de aceptar P
Veamos un caso:
Si fuera así, él tendría los mismos defectos que los creadores de viviendas.
Afirmamos que Dios es imperfecto.
Falacias
Una falacia en sentido general significa toda idea equivocada o creencia falsa; en lógica se la utiliza desde una óptica
más restringida, haciendo alusión a un error de razonamiento, aquí sucede una particularidad, que tiene que ver con
que algunos no son obviamente incorrectos y se usan comúnmente por ser altamente persuasivos (principalmente en
la argumentación jurídica). Su estudio es provechoso y necesario dado que a medida que adquiramos mayor
familiaridad con ellas evitará que seamos engañados por las mismas.
No existe una clasificación que haya sido universalmente aceptada, digamos que ha sido una preocupación
constante establecer una que las contenga todas, asimismo la más adecuada para su estudio es la que distingue en:
formales y no formales.
Las primeras debemos analizarlas en conexión con esquemas de razonamiento válido, ya que son errores
evidenciados desde la lógica. En cambio las no formales no cumplen con las reglas no formales (del contenido y
fiabilidad de las premisas, que ya repasamos en apartados anteriores) son errores de razonamiento en los que
podemos caer por inadvertencia o falta de atención, a la vez ellas se subdividen en falacias de atingencia y
ambigüedad.
Tienen la particularidad que sus premisas carecen de atinencia lógica con respecto a sus conclusiones, son
incapaces de establecer una verdad, utilizadas para estimular emociones como temor, hostilidad, piedad,
entusiasmo, terror, etc. Ellas son:
Este razonamiento es usado para provocar la aceptación de una conclusión cuando fracasan las pruebas o
argumentos racionales, se amenaza con el uso de fuerza o violencia para doblegar a los opositores, es muy común
en política.
Un ejemplo en el ámbito internacional de esta clase es cuando luego de la Segunda Guerra Mundial, Churchill
informa a los demás que el Papa sugería un determinado curso de acción, dicen que Stalin manifestó su desacuerdo
aduciendo: “y cuántas divisiones dice Ud. que tiene el Papa para el combate”.
Circunstancial: refiere a la relación entre la persona y las circunstancias que lo rodean, por ejemplo la réplica del
cazador al que se le acusa por sacrificar animales inofensivos por diversión y él pregunta ¿por qué se alimenta de
carne de ganado inocente? Vemos que no trata de demostrar que es correcto sacrificar vidas de animales para el
placer de los humanos, sino más bien le reprocha a su crítico que no sea vegetariano. Con este argumento atacamos
a la persona que nos discute, acusándola de contradicción entre sus creencias y prácticas. Vale resaltar que a
menudo logran su propósito, ya que son muy persuasivos, también se lo denomina “envenenar la fuente” las razones
de ellos son evidentes.
Fuente: http://es.wikipedia.org/falacias (28/08/2010)
Caricatura de Charles Darwin como un simio, en la revista Hornet. Se puede observar que lo representaban con
características propias de la rama de los simios, como manera de burla a su observación de la evolución del simio al
hombre actual. Evidencia la falacia comentada.
Cabe hacer una excepción en el caso del derecho, ya que allí existe un contexto especial en donde no es falaz: la
Corte de Justicia; con la presencia del principio rector que supone la inocencia de la persona hasta que no se
demuestre su culpabilidad.
Siguiendo en el marco judicial, otro caso sería si una investigación no dio pruebas que la persona X es comunista, es
erróneo concluir que la investigación no aportó conocimiento alguno, al contrario la misma estableció que X no es
comunista.
“Quizá haya alguno entre vosotros que pueda experimentar resentimiento hacia mi al recordar que él mismo, en una
ocasión similar y hasta, quizá, menos grave, rogó suplicó a los jueces con muchas lágrimas y llevó ante el tribunal a
sus hijos, para mover a compasión (…) yo en cambio aunque corra peligro mi vida, no haré nada de eso. El contraste
puede aparecer en su mente, predisponerlo en contra de mi e instarlo a depositar su voto de ira, debido a su disgusto
conmigo por esta causa (…) claro yo soy un hombre, una criatura de carne y sangre, y tengo familia, y tres hijos, ¡oh
atenienses! Uno casi hombre y dos aún pequeños, sin embargo no traeré a ninguno de ellos para que os pida mi
absolución”.
Esta forma de argumentar puede usarse en tono hasta ridículo si vemos el caso, por ej, de un joven que luego de
asesinar brutalmente a sus padres, frente a pruebas abrumadoras que lo comprometían seriamente, hacia un pedido
de piedad al jurado por haber quedado huérfano.
Si la medida provoca cambios y se está en contra, arrojará sospechas de innovaciones arbitrarias y elogiará al “orden
existente”, pronunciarán términos difamatorios, sin intento racional de argumentación; si está a favor de ella hablará
de progreso oponiéndose a los “prejuicios anticuados”. Sobrados ejemplos invaden nuestra historia nacional, muchas
veces imposibilitando el sustento de una oposición fuerte y enraizada en la convicción republicana.
También en técnicas de publicidad y de ventas se suele manifestar la presencia de este llamado al pueblo; allí
producen la asociación del producto con un resultado/ efecto/sensación/situación etc. que alcanzaremos si lo
consumimos; es como si hechizaran sus productos y nos vendieran sueños e ilusiones.
El político en su campaña electoral argumenta que él debe recibir nuestros votos porque “todo el mundo “vota por él,
de igual manera se nos dice cuál marca de automóviles o cigarrillos es la mejor, porque es la que más se vende en el
país. Debemos considerar que la aceptación popular de una actitud no demuestra que sean razonables, ni
verdaderas.
En esta imagen vemos a Adolf Hitler (1889-1945) aclamado por el pueblo alemán, al cual supo convencer luego de la
devastadora derrota de la Primera Guerra Mundial que debía levantarse para reivindicar la nacionalidad; hábilmente
utilizaba técnicas discursivas para instarlo a seguir sus disposiciones. Lo llevarían a la segunda guerra y un saldo
más desfavorable aún que la primera.
11) Accidente
12)
Incurrimos en el toda vez que aplicamos una regla general a un caso particular, cuyas circunstancias hacen
inaplicable la regla. Por ej.: la regla general sostiene que una persona debe pagar sus deudas, puede suceder que la
misma esté en estado de insolvencia y no pueda hacerlo. Lo que es verdad en general puede no serlo
universalmente y sin reservas, porque las circunstancias modifican los casos
Un niño de Palestina sostiene un cartel que dice: «No somos terroristas». No todas las personas que viven en Oriente
Medio son terroristas, presunción extendida a consecuencia de la propaganda estadounidense en la llamada "Guerra
contra el terrorismo”.
La esencia justificativa de las supersticiones se avala mediante este argumento falaz, la imagen nos muestra una
herradura colocada en la puerta de la vivienda con el propósito de atraer la buena suerte.
Significado de causa
Ya advertimos la importancia del conocimiento de las conexiones causales, pero debemos diferenciar las condiciones
necesarias de las suficientes; las primeras son circunstancias que si no están el fenómeno no se produce, por ej.: el
humo es la consecuencia necesaria del fuego.A es necesario para que B se produzca, donde quiera que exista B
ahí existe A. El fuego no puede ocurrir sin que exista humo; tener 18 años es necesario para obtener la licencia de
conducir, es posible aseverar que una condición necesaria puede ocurrir por sí sola ya que hay formas de generar
humo sin fuego.En cambio las segundas son aquellas circunstancias en cuya presencia el fenómeno debeo currir, es
lo justo o lo adecuado para que la otra cosa exista: A no puede ocurrir sin B, no puede suceder sin aquello para lo
que es condición, no puedes tener una licencia sin 18 años.
Es muy frecuente que usemos el término causa tanto como condición suficiente, cuando queremos que se produzca
algo deseable, como necesaria la cual tiene un carácter aún más usual.
Otro sentido que se le puede atribuir es por él, en el caso de una compañía de seguros que envía a investigar un
incendio misterioso. Ella no está interesada en buscar o diferenciar entre condiciones necesarias o suficientes, si
pretende descubrir la acción que marque la diferencia entra la aparición y la no aparición del acontecimiento. Aquí
entra en juego otra distinción: causas remotas y próximas.
La persona fue instado por su mujer para que gane más dinero. Exigencias de ella de tener más
ropa.
Dado que la vecina se compró un valioso tapado.
Pérdida de cosecha en India, ésta última sería la causa más remota del
hecho.
Nunca encontraremos ni lograremos definir una única causa que se ajuste a todos los requerimientos. Puede haber una pluralidad de causas, en el caso de una
muerte puede darse por una ataque al corazón, envenenamiento, bala, accidente, etc., no podemos hacer aquí inferencias que vayan desde los efectos a las
causas, pero especificaciones posteriores (autopsia) aclararan el panorama disminuyendo el número de ellas.
Toda vez que usemos la palabra causa estamos relacionándola con efecto, debido a que están conectados uniformemente: una circunstancia particular causa un
efecto particular, causas similares producen efectos similares.
Las causas que producen ciertos efectos es un caso de ley causal general ya que van siempre acompañadas de tales fenómenos, no es una relación lógica ni
deductiva, sino que debe descubrirse a priori.
El diagrama causa-efecto o también llamado espina de pescado sirve para ayudarnos a graficar las causas del problema que queremos analizar, incluye los
siguientes elementos:
Las causas principales que han originado el problema. Las causas secundarias de cada causa principal.
No se esta dando razones que justifiquen conclusiones, sólo se usa la conclusión para justificarla a sí misma.
Lo que se debería hacer en estos casos, es analizar a la pregunta compleja en sus partes componentes, así cuando
respondamos la parte implícita la explícita es posible que sea diluida simplemente
Por ej: probar que el acusado de asesinato es culpable argumentando que el asesinato es un horrible delito para
despertar horror y desaprobación. Cabe resaltar que puede usarse un lenguaje neutro y frío asimismo caer en este
tipo de error argumental.
Falacias de ambigüedad3
[3] 6 Copi, Irving. Introducción a la lógica. Eudeba, Buenos Aires, 1994. Pág 104 a 113
[4]
Son razonamientos cuya formulación contiene palabras o frases ambiguas; si retomamos las reglas del lenguaje que
vimos paginas atrás, recordaremos que debe utilizarse un único significado para cada término.
Las siguientes están clasificadas según las distintas maneras en que pueden presentarse sus ambigüedades:
El equívoco
–
La mayoría de las palabras tienen más de un significado literal, si distinguimos estos diferentes sentidos
tendremos inconveniente alguno, pero si los usamos dentro del mismo contexto con distintos sentidos, entonc
caemos en el equívoco. El ejemplo tradicional de este tipo de argumentos es:
Aquí se confunden dos sentidos distintos del término “fin”, uno como objetivo y otro como último acontecimien
ambos son legítimos pero lo ilegitimo es confundirlos. Genera que la conclusión no sea deducida de las premisas.
Hay una clase de equívoco que se relaciona con los términos relativos, es decir los que tiene diferentes significad
en contextos distintos. Por ej. la palabra “bueno” se la usa con frecuencia equívocamente, cuando decimos que deb
ser una buena persona porque es un buen matemático.
La anfibología –
Cuando se argumenta con premisas cuyo significado es confuso debido a la manera descuidada en que sus palabra
están combinadas; son premisas peligrosas, raramente las encontramos en discusiones serias; suelen aparecer
epígrafes o títulos de periódicos como el siguiente: “un granjero se saltó la tapa de los sesos después de despedir
afectuosamente de su familia con un revolver”.
Mi padre fue al pueblo de José en su coche (Texto anfibológico) ¿En el coche de quién?
Composición –
Esta falacia se aplica a dos tipos de razonamientos muy vinculados entre si; el primero se define como llevar
razonar falazmente desde las propiedades de las partes de un todo, a las propiedades del todo mismo. Un ejemp
sería: si todas las partes de una maquina determinada son livianas la máquina “como un todo” es liviana. El error
vemos cuando consideramos una máquina muy pesada que puede estar compuesta por partes livianas.
El segundo tipo de razonamiento, procede a partir de las propiedades de los miembros individuales de una colecció
para pasar a las propiedades poseídas por la colección. Equivaldría decir que si un ómnibus gasta más nafta que
automóvil, todos los ómnibus gastan más nafta que los automóviles; lo que se confunde en esta clase es el sentid
distributivo y el sentido colectivo de términos generales.
Ambos cosas aunque son semejantes la diferencia radica en la distinción entre simple colección de elementos y
todo construido a partir de esos elementos. Por ello una mera colección o clases de partes no es máquina; una me
colección de ladrillos no es una pared. Una totalidad (máquina/ pared) tiene sus partes organizadas de cierta mane
definida
División –
Es la inversa de la anterior, se presenta la misma confusión pero la inferencia procede en la dirección opuest
Tenemos dos géneros de falacia de división, el primero consiste en argumentar falazmente que lo que es cierto de
todo, debe serlo también de cada una de las partes. Por ej. si sostenemos que un equipo de futbol es bueno decimo
que cada uno de sus jugadores lo es.
El segundo subtipo consiste en deducir de las propiedades de una colección de elementos las propiedades de l
elementos mismos. Argüir que dado que los estudiantes universitarios estudian Medicina, Derecho, Ingenier
Odontología y Arquitectura, por lo tanto cada uno de ellos o algunos estudian Medicina, Derecho, Ingenierí
Odontología y Arquitectura. Es verdad que colectivamente estudian esas disciplinas, pero es falso que lo haga
distributivamente.
Ambigüedades en publicidad
En Argentina, un famoso shampoo anticaspa tenía por eslogan «Para la caspa». Cuando se lo usaba en televisión, el locutor lo decía de tal modo
que todos se preguntaban si se refería al verbo parar o a la preposición. Se trata de un ejemplo de ambigüedad positiva.
La doble interpretación siempre tendría que remitir a algo bueno para el producto, sin que quede lugar para las dudas.
El extremo opuesto, una ambigüedad negativa: «Televisores Mega. Son lo que tú ves». ¿Qué habrá querido decir el redactor con esta frase?
¿Qué son lo que se ve? ¿Qué no son nada más que eso? ¿Qué son los televisores que ve todo el mundo? ¿Dónde los ven? ¿En sus casas, en los
avisos o en las vidrieras?
El manejo de la ambigüedad es un arte complejo. Si se lo utiliza, es preciso asegurarse de que la ambigüedad vaya en un solo sentido, se la tome como se la tome. Si no,
es aconsejable volver al seguro terreno de lo directo y sencillo.
Falacias formales4
[5] Copi, Irving. Introducción a la lógica. Eudeba, Buenos Aires, 1994. Pág 224 a 231
[6]
Caemos en ellas al tomar la verdad de sus proposiciones como garantía de la validez del razonamiento, son fallas de
sintaxis lógica, su número es extenso, pero tiene en común que si abstraemos su forma lógica es posible una nueva
interpretación con premisas verdaderas y conclusión falsa.
Conclusión absurda.
Me mojo
Falacia de cuatro términos: un silogismo categórico debe contener sólo tres términos, puede
que uno esté usado en dos formas distintas. La conclusión sólo puede justificarse si las premisas muestran la
relación de los términos de la conclusión con el tercer término.
El término medio debe estar distribuido en una premisa al menos, observemos el siguiente caso:
El término medio mamíferos no está distribuido, las premisas deben mostrarnos como los dos términos están
conectados con un tercero
Falacia de premisas excluyentes: cuando son negativas, generan que no sea válido el silogismo.
Para implicar una conclusión afirmativa ambas premisas deben afirmar una inclusión de
clases. La conclusión afirmativa sólo se deduce de premisas afirmativas, si una es negativa la conclusión es
negativa sí o sí.
Para profundizar los conceptos centrales de la lectura, te propongo la siguiente lectura obligatoria sobre "Falacias y
verdades en las justificaciones actuales de los derechos fundamentales".
Fuente: Herrera Daniel Alejandro. (2010). Falacias y verdades en las justificaciones actuales de los derechos
fundamentales. Colombia: Universidad de La Sabana.
Síntesis conceptual
Los argumentos deductivos son los que pretenden que sus premisas ofrezcan fundamentos
concluyentes, la verdad de sus premisas, son prueba suficiente para garantizar la verdad de sus conclusiones, ellas
se encuentran lógicamente implicadas por las premisas.
Argumentos categóricos las proposiciones categóricas son aserciones acerca de clases que
afirman o niegan que una de ellas esté incluida en otra de manera total o parcial. Tenemos cuatro formas típicas:
TODO S ES P
NINGÚN S ES P
ALGÚN S ES P
ALGÚN S NO ES P
Debemos diferenciar calidad de cantidad, la primera hace mención al carácter afirmativo o negativo de la proposición,
y la segunda al hecho de ser “universal” o “particular”.
Modus ponens: Significa “poner”, puesto “P” se sigue “Q”, en este razonamiento se afirma el
antecedente y como conclusión se afirma el consecuente.
Modus tolens: Viene de “tollere” que significa quitar, en este modo realizamos la negación del
antecedente para poder en la conclusión negando el antecedente.
Silogismo hipotético: la condición es que el consecuente de una premisa sea el antecedente de
la siguiente y que luego en la conclusión se enlace el primer antecedente con el último consecuente.
Silogismo disyuntivo: también llamado alternativo, este caso no afirma la verdad de una u otra
de sus opciones, sino que al menos una es verdadera o ambas pueden serlo.
Dilema: significa tener que elegir entre dos alternativas que son malas o desagradables, es un
elemento poderoso e impactante en la persuasión, como arma devastadora en una discusión.
Razonamiento por analogía es muy usado en la vida cotidiana, se encuentra el fundamento por
medio de la experiencia pasada que nos permite discernir el futuro
Significado de causa
Es frecuente que usemos el término causa tanto como condición suficiente como necesaria.
Nunca encontraremos ni lograremos definir una única causa que se ajuste a todos los
requerimientos.
Toda vez que usemos la palabra causa estamos relacionándola con efecto, debido a que
están conectados uniformemente: una circunstancia particular causa un efecto particular.
Las causas que producen ciertos efectos es un caso de ley causal general ya que van siempre
acompañadas de tales fenómenos, no es una relación lógica ni deductiva, sino que debe descubrirse a priori.
Una falacia significa toda idea equivocada o creencia falsa; en lógica se la utiliza, haciendo alusión a un error de
razonamiento. Aquí sucede una particularidad, algunos no son obviamente incorrectos y se usan comúnmente por
ser altamente persuasivos (principalmente en la argumentación jurídica).
No existe una única clasificación la más adecuada para su estudio es la que distingue en:
formales y no formales.
Las primeras deben ser analizadas en conexión con esquemas de razonamiento válido, ya que son errores
evidenciados desde la lógica. En cambio, las no formales, no cumplen con las reglas no formales (del contenido y
fiabilidad de las premisas, que ya repasamos en apartados anteriores) y a la vez se subdividen en falacias de
atingencia y ambigüedad.
Llamado a la piedad
Llamado al pueblo
Apelación la autoridad
Accidente
Accidente inverso
Causa falsa
Petición de principios
Pregunta compleja
Conclusión inatinente
Composición
División
Falacias formales
Falacia existencial
La inducción
Como ya se mencionó, al momento de distinguir el proceso de la deducción del de la inducción, éste tiene que ver
con los razonamientos que no aspiran a mostrar la verdad de sus conclusiones como derivación necesaria de las
premisas, sino que tienen cierta probabilidad.
Con referencia a la misma podemos esbozar que no demuestra como ciertas las leyes a las que conduce sino más
bien como altamente probables. Por ej.: la probabilidad de que si tiramos una moneda al aire salga cara es ½, o
también podemos decir que es altamente probable la teoría de la Darwin en relación al relato de la creación del
Génesis de la Biblia.
La Teoría de la Probabilidad comienza con Blas Pascal y la siguen entre otros Laplace, De Morgan, Keynes, etc.; ella
siempre mide el grado de creencia racional, es el resultado del conocimiento parcial y la ignorancia parcial; si se
conociera el movimiento exacto de los dedos al lanzar la moneda, sumado a la posición inicial, más las dimensión y
distribución del peso de la moneda, podríamos predecir la trayectoria y posición final con toda seguridad. Esto es
imposible porque contamos con información limitada, sólo sabemos que la moneda tiene dos lados, que caerá y que
hay dos posibilidades, cara es una de ellas de ahí surge que tengamos ½ de probabilidad que salga cara.
La probabilidad indica lo fácil que es que algo pase. Se puede usar una línea para representarla
Figura 1. Probabilidad
Podemos decir que la probabilidad de que algo pase está entre imposible y seguro.
Además de usar palabras se pueden usar fracciones o decimales para indicar la probabilidad de que algo pase.
Imposible es cero y seguro es uno.
El razonamiento que acabamos de realizar conforma una teoría a priori de la probabilidad porque lo conseguimos
solo con el conocimiento de condiciones necesarias sin realizar un ensayo o examinar una muestra. Otra visión
toma a la probabilidad como medida de frecuencia relativa para justificar investigaciones estadísticas, como es el
caso de la determinación de la tasa de mortalidad:
Ningún acontecimiento tiene una probabilidad intrínseca sólo puede asignarse probabilidad sobre la base de datos de
que se dispone.
Figura 4. Razonamiento
Razonamiento por analogía
Es muy utilizado en la vida cotidiana, se encuentra el fundamento por medio de la experiencia pasada que nos
permite discernir el futuro. De esta manera si me compré un par de zapatos sé que me darán buen resultado si los
comparo con otros que tuve de la misma marca y la misma tienda. La mayoría de nuestras inferencias las
hacemos por analogía, partiendo de experiencias pasadas en donde comparamos resultados y procesos a partir de
similares condiciones a las actuales. No pretenden ser matemáticamente seguros. Volviendo a la situación
mencionada de los zapatos vemos que podemos hallar tres puntos de analogía, los mismos son:
A través de la presencia de la similaridad de dos cosas, una de ellas tiene una tercera característica de la cual
extraemos la conclusión, que la otra la tendrá también.
La 1° Revolución Industrial, significó la desvalorización del brazo humano por al competencia de las maquinas. De
manera similar, la moderna Revolución Industrial, está destinada a desvalorizar el cerebro humano, al menos en sus
decisiones más simples y rutinarias. Así como el carpintero, el mecánico y la modista hábiles han sobrevivido a la 1°
Revolución, de igual modo el científico y el administrativo hábiles pueden sobrevivir a la 2°.
Por ejemplo aconsejo no enviar camisas a determinada lavandería porque mandé sólo una y volvió arruinada. Así
estoy sacando conclusiones apresuradas, en cambio si doy el mismo ejemplo pero lo justifico relatando cuatro
situaciones iguales y además le agrego testimonios de dos amigos también similares, la proposición tendrá más
fuerza, apuntalada por una mayor cantidad de hechos.
Retomando el ejemplo de los zapatos, tendremos mayores probabilidades si fueran manufacturados por la misma
fábrica, se vendieran al mismo precio, fueran del mismo tipo, los usara para la misma actividad y en las mismas
circunstancias.
Si Juan tiene un auto nuevo que gasta 3 litros de nafta cada 20 km, Pedro puede inferir que su auto nuevo de la
misma fábrica, de igual modelo también tendrá buen rendimiento. Además puede elaborar otros razonamientos,
usando con las mismas premisas pero llegará a distintas conclusiones, a saber:
Notemos lo que sucede si al argumento que venimos analizando le agregamos que: Juan conduce a escasa
velocidad, en cambio Pedro lo hace a más de 80 km (recordemos que a una mayor velocidad tendremos un mayor
consumo de combustible).
Se trata de un requisito fundamental. Debemos explicarla en función de la causalidad, es decir que las analogías que
importan son aquellas que se refieren a circunstancias relacionadas causalmente. Esto hará que los razonamientos
sean altamente probables cuando van de la causa al efecto o del efecto a la causa, lo cual exige el conocimiento de
las conexiones causales, lo cual solo puede llevarse delante de manera empírica.
Si un médico dice que el Sr. X mejorará porque el Sr. Y mejoró, se hizo un análisis de sangre que verificó la
presencia de gérmenes idénticos a los que tienen el Sr. X; es más coherente la analogía que si expresa que el Sr. A,
B y C mejorarán porque son clientes de la misma marca de ropa, tienen igual modelo de auto, la misma cantidad de
hijos, signo de zodiaco en común, etc.
Como es evidente los puntos de semejanza citados carecen de relación con la conclusión en el último ejemplo citado,
lo que no sucede en el primero.
Pablo rompió un espejo y luego perdió la billetera, lo cual fue mala suerte Carlos rompió un espejo y luego se enfermó, lo cual fue
mala suerte
Por lo tanto romper un espejo trae mala suerte.
Si a lo anterior le sumamos un único ejemplo negativo, será suficiente para derribar la ley causal que se pretendía
establecer. Si lo analizamos vemos que apela a tres ejemplos confirmatorios, ante lo cual podríamos decir que ellos
fueron coincidencia y no obedecen a una ley causal. Estas inducciones son muy frecuentes y sugerentes a pesar de
su debilidad mencionada. Debido a que si queremos construir esta clase de argumentos veremos que solo
buscaríamos ejemplos confirmatorios y habría una tendencia a ignorar cualquier ejemplo negativo. Por esta razón las
inducciones por enumeración simple no son todas adecuadas como confirmación de leyes causales.
MODULO 2
M2 P1
Derecho y argumentación
Esta área se ocupa del contenido material de las normas, es decir para describir de forma clara y
coherente las soluciones previstas para los distintos casos que se puedan presentar.
Las teorías más usuales de la argumentación, en este ámbito, suelen desarrollar puntualmente la función
de suministro de criterios para la aplicación del derecho; con la intención de facilitarles la toma de decisión
tendiente a aplicar una norma a un caso. La diferencia que existe entre los procesos que realizan los
órganos aplicadores y el dogmático, es que los primeros resuelven un caso concreto , en cambio el
segundo toma casos abstractos, como sería la determinación de los límites entre el derecho a la vida y la
libertad personal, y cual de ellos debe prevalecer.
Debemos resaltar que nunca esta distinción es del todo tajante ya que, el práctico necesitará recurrir a
criterios brindados por la dogmática, dado que no siempre un tribunal resuelve un caso concreto, puede
situarse por ej. ante la controversia de si una ley es inconstitucional, si así enfrentarse con un caso de los
que trata la dogmática y por otro lado ésta deberá apoyarse en casos concretos de igual manera.
A continuación, te propongo la siguiente lectura obligatoria "Las cargas del juez frente a los desafíos".
“Las razones explicatorias se identifican con los motivos. Ellas están constituidas
por estados mentales que son antecedentes causales de ciertas acciones. El caso
central de razón explicatoria o motivo dado está dado por una combinación de
creencias y deseos (…) las razones justificatorias u objetivas no sirven para
entender por qué se realizó una acción o eventualmente para predecir la ejecución
de una acción, sino para valorarla, para determinar si fue buena o mala desde
distintos puntos de vista.”
La distinción entre estos contextos analizados no es coincidente con la de discurso
descriptivo y prescriptivo, ya que en relación a uno u otro contexto podemos
adoptar una actitud descriptiva o prescriptiva. Por ejemplo, podemos describir
cuáles fueron los móviles que llevaron a un juez a tomar una decisión (como vimos
en el ejemplo anterior), lo que significaría explicar su conducta y también se puede
prescribir determinados cambios para evitar que la ideología del mismo, tenga un
peso excesivo en las decisiones a tomar.
De acuerdo con el relato, el prefecto ha cometido un error de tipo lógico, una falacia, ya que de la
afirmación: Todos los imbéciles son poetas, no se infiere lógicamente: Todos los poetas son imbéciles. A
partir de esta afirmación, el prefecto ha efectuado un argumento lógicamente válido, pero con una premisa
falsa:
Todos los poetas son imbéciles.
El ministro es un poeta.
Por tanto, el ministro es un imbécil.
Ahora estamos, podemos entender mejor la noción de argumento lógico definiéndola así: una
implicación o una argumentación es válida (deductivamente), cuando la conclusión necesariamente es
verdadera si las premisas son verdaderas.
M2 P2
Silogismo judicial
Entre los motivos de insatisfacción mencionados con antelación podemos añadir la
definición de argumento válido deductivamente, que comúnmente encontramos en
todo libro de lógica, referidas a proposiciones que pueden ser verdaderas o falsas.
Lo que sucede es que en el derecho, la moral, etc. los argumentos versan sobre un
tipo de enunciados de los que no es relevante predicar su verdad o falsedad (por ej.
las normas). De ello se derivó el problema sobre si la lógica es aplicable o no a las
normas, ante lo cual Kelsen sostuvo que la misma no lo era; tales reglas son aptas
para el silogismo teórico, basado en un acto de pensamiento, y no al práctico o
normativo, en el que una de las proposiciones esbozadas es una norma.
Siguiendo a Ross una inferencia práctica sería:
Debes mantener tus promesas
Ésta es una de tus promesas
Por lo tanto, debes mantener esta promesa
Como vemos, carece de validez lógica, ya que no es necesario que un sujeto que
establece la regla deba también establecer la aplicación particular de tal regla; no
resulta raro que alguien formule una regla general y evite su aplicación cuando el
mismo se vea afectado. Si A acepta como moralmente obligatoria la regla que se
deben mantener las promesas (todas y en cualquier circunstancia) y acepta como
verdadera la promesa que le hizo a B de acompañarlo al cine, y sin embargo
sostiene que, a pesar de ello, no considera que deba acompañar a B al cine ese
día, su comportamiento resulta irracional. Pero hay que tener en cuenta que la
lógica es una disciplina prescriptiva: no dice como los hombres razonan de hecho,
sino cómo deberían hacerlo.
En la vida cotidiana atribuimos a las inferencias prácticas, la misma validez que las
teóricas. Con todo esto podemos expresar que si la lógica no se aplica al derecho
estamos incurriendo en una confusión de los términos del problema, debemos
desglosarlo en dos preguntas, por un lado:
Síntesis conceptual
La argumentación es la cualidad que mejor describe a un buen abogado, como la
posibilidad para idear y manejar argumentos con habilidad.
Tres campos de lo jurídico en donde se evidencia:
1) Producción de normas jurídicas: lo podemos subdividir en fase pre-
legislativa y legislativa. La primera muestra la existencia de un problema social
cuya solución sea una medida del ámbito legislativo. En ella participan todos los
miembros de la comunidad.
En la segunda, las cuestiones de tipo técnico- jurídico pasan a un primer plano,
existen condicionamientos procedimentales (formales) y argumentativos (del
contenido).
2) Aplicación de las normas jurídicas a la resolución de casos: la actividad
de los jueces, los órganos administrativos o simples particulares. Los primeros son
los encargados de decidir cuál de las partes en conflicto tiene razón y prescribir la
conducta a realizar. Los abogados defienden los derechos e intereses de su cliente
y deben convencer al juez de su razón, apoyado en buenos argumentos.
3) Dogmática jurídica: tiene funciones tales como:
Suministrar criterios para la producción y la aplicación del
derecho.
Determinar normas vigentes.
Ordenar y sistematizar sectores del sistema jurídico.
Nunca esta distinción es del todo tajante ya que, el práctico necesitará recurrir a
criterios brindados por la dogmática y viceversa, cuestión que nos habla de la
interconexión de dichos contextos.
Sistematización
Los ciudadanos argentinos de sexo masculino de 18 años deben hacer el
servicio militar.
La proliferación de las lógicas deónticas genera la dificultad de decidir cual de
los sistemas reconstruye mejor los conceptos normativos y cuales más útil.
Debemos considerar la falta de una base pre analítica para las investigaciones
formales. Generalmente cuando hablamos de obligaciones, permisión o
prohibiciones pensamos en normas morales, pero ellas tomadas como
fundamento pre analítico para construcción de una lógica de normas nos
presenta algunos inconvenientes según Alchourrón y Bulygin. Tales son:
Ausencia de ciencia moral bien constituida.
Dificultad para identificar el objeto de ciencia moral.
Falta de formulación y sistematización en un texto.
Por ello, es evidente resaltar las virtudes de las normas jurídicas con
respecto a las morales, ellas son:
Mayor facilidad para identificarlas, por ser creadas en actos conscientes
de los hombres y registradas en forma escrita (derecho positivo).
Existencia de disciplina científica que se ocupa de la descripción y
sistematización de las mismas.
Carácter científico de la jurisprudencia.
Problemas lógicos y metodológicos (completitud, coherencia,
independencia) de los sistemas normativos han sido analizados
fehacientemente por juristas y filósofos.
Resumiendo
Las ideas de:
Consideraciones metodológicas
La explicación de un concepto es un método por el cual un concepto inexacto
es transformado en uno más exacto, sería una sustitución de uno vago por otro
de carácter riguroso. El que se quiere explicar se llama EXPLICANDUM y el
nuevo que lo va a sustituir: EXPLICATUM.
Etapas del proceso de explicación:
Para todo aspecto del concepto que nos interesa especificar, puede construirse un
explicatum adecuado.
Problemas normativos
Para construir el modelo elegimos un problema normativo debatido en Derecho Civil
argentino, el mismo tiene que ver con la reivindicación de cosas inmuebles contra
terceros poseedores. Cuando una persona que posee un inmueble (su propiedad
no le pertenece) la trasfiere a un tercero. Los autores plantean las siguientes
interrogaciones:
Aclaremos que buena fe tiene que ver con la ignorancia de que el dominio de
inmueble pertenece a un tercero, por ende el conocimiento de tal situación
conforma su polo opuesto o mala fe.
Estas tres circunstancias mencionadas son las propiedades de los elementos del
universo del discurso. Ellas lo dividen por un lado, la clase en los que la propiedad
está presente y la que no. Por ello, el conjunto de propiedades que pueden estar
presentes o ausentes en los elementos del universo mencionado, se denomina
Universo de Propiedades.
Toda propiedad de un universo de propiedades y todo compuesto veritativo-
funcional de tales propiedades define un caso. El conjunto de todos los casos
elementales se llama Universo de Casos. Por consiguiente el conjunto de todos los
casos posibles determina lo que llamamos el ámbito factico del modelo. Debemos
hacer una distinción de los casos elementales que son las propiedades más fuertes
y no son susceptibles de división en otros casos; esto contribuye a que todo
elemento del universo de discurso pertenezca a un caso elemental y no a más de
uno.
Art. 3877, inc. 29: “Compete la reivindicación, cuando la cosa demandada fuere
inmueble... contra el actual poseedor, aunque la hubiese de buena fe por título
oneroso, si la hubo de enajenante de mala fe...”
A partir del análisis de los mismos es posible realizar un gráfico o matriz que
represente el sistema, con los casos elementales posibles del mismo, las normas y
las soluciones inferidas de las mismas. Para una mayor ilustración recurrir al
material bibliográfico obligatorio.
Es oportuno esbozar una serie de definiciones:
Un sistema normativo es incompleto si tiene por lo menos una laguna, aquel
que no posee ninguna es completo.
Por otro lado, es incoherente si figuran dos o más soluciones diferentes e
incompatibles para un caso.
Un sistema reviste el carácter de Redundante si la misma solución figura
más de una vez en la misma línea, además las normas serán independientes si no
hay casos en el cual el sistema sea redundante.
Variaciones de modelo
De las definiciones anteriores podemos concluir que nuestro sistema que hemos
construido y analizado es completo, coherente y redundante, esto último dado que
varios casos están solucionados de la misma manera y por normas distintas.
Si queremos eliminar la redundancia preservando la completitud, debemos tener
precaución porque es posible generar alguna laguna en el sistema: lo que podría,
mitigar este efecto sería reformular las normas para restringir su alcance.
Es importante resaltar la diferencia entre casos de laguna (ausencia de solución) y
de incoherencia (superabundancia de soluciones); muchos autores tienden a
asimilarlos, a veces las consecuencias prácticas de ambas pueden resultar
parecidas, son dos fenómenos diferentes.
Figura 1. Procedimientos
Encontramos autores que estipulan que la posibilidad de solucionar todos los casos
por medio del uso del argumento a contrario, esto tiene carácter injustificado ya
que puede suceder que el mismo argumento no conduzca a soluciones
incompatibles. Sin dudas el resultado dependerá de las normas que elijamos como
premisas del argumento.
Síntesis conceptual
La lógica deóntica se ocupa de los conceptos normativos (permisión,
obligación, prohibición, etc.) y de los usos normativos del lenguaje, utiliza normas
como son “prohibido el paso “o “todo ser humano es libre para expresar su
pensamiento”.
El sistema fundador de la lógica deóntica contemporánea es obra del filósofo
Von Wright quien realiza una interpretación modal de dicho sistema.
En América Latina se destacan los trabajos de los argentinos Carlos
Alchourrón y Eugenio Bulygin en materia de aplicación de la lógica deóntica al
Derecho.
Alchourron y Bulygin proponen el modelo de ciencia sistematizadora, utilizan
la categoría de norma, sistema normativo y sistema jurídico. El derecho es un
sistema normativo de enunciados que son consecuencias lógicas, por ello las
normas correlacionan soluciones con casos.
Desean conectar el derecho con la lógica, para que se desprenda de
postulados axiológicos (el primero) haciendo posible la determinación empírica del
contenido de cierto sistema jurídico. Proponen la determinación de la base del
sistema jurídico y la sistematización por medio de inferencias de consecuencias
lógicas y la reformulación del sistema; poniendo énfasis en las que desarrollan su
noción de sistema jurídico. Luego hay que reemplazar la base original por un
conjunto “más económico” de principios generales, equivalentes a los primeros
enunciados de la base original
Es difícil decidir cuál sistema reconstruye mejor los conceptos normativos y es
más útil.
MODULO 3
Derecho a la vida
Texto bibliográfico: “Tras la justicia, una introducción al Derecho y al razonamiento jurídico” Atienza, Manuel. Cap. 4.
LA PRIMERA
La esboza un auto del juez de vigilancia penitenciaria de Cádiz, tiene que ver
con el carácter sagrado de la vida, tenida en cuenta como un bien del que no es
posible disponer libremente y que es preponderante en relación a cualquier
otro, por ello como expresa Atienza “el derecho a la vida debe prevalecer
siempre frente a cualquier otro derecho con el que entre en conflicto” (Atienza:
2000,89). Este derecho implica además la obligación de conservarla, debido a
que nadie es dueño absoluto de su propia vida, dado que no la crea sino la
recibe.
Cabe agregar que también dos autos de la Audiencia Provincial de Zaragoza,
poseen fundamentos similares al expuesto. Definen a la vida como algo más
que un derecho, es una especie de estado de la persona humana inmanente a
ella misma. Por su status ontológico este derecho es el fundamental se ubica
por sobre los demás, ya que éstos no existirán sin él. Por configurar el origen y
fin de todos ellos. Esta declaración de principios tiene su base justificativa en el
Derecho natural y sus criterios superiores e inmanentes al ser humano.
Encontramos la influencia presente en el espíritu de nuestra Constitución que a
la vez refleja lo expuesto en la Declaración Universal de Derechos Humanos.
OTRA LÍNEA
De argumentación que también postula la prioridad del derecho a la vida frente
a los demás, basa su justificación en términos más bien positivos que
metafísicos como la anterior. Tal como lo muestra el Auto de la Sala segunda
de la Audiencia Provincial de Madrid. A grandes rasgos exponen que cualquier
recluso tiene derecho a la huelga de hambre, lo cual no significa que no pueda
actuarse sobre él. Si su vida corre peligro se debe intervenir para evitar la
muerte del mismo, ya que de otro modo cometería el delito de omisión del
deber de socorro o auxilio al suicidio en comisión por omisión. La razón de esto
es que el bien jurídico protegido 1 , es la solidaridad humana irrenunciable. Por
lo tanto el bien se lesiona de igual manera si el sujeto en peligro pone fin a su
vida voluntariamente. La obligación de actuar y los derechos del huelguista (al
libre desarrollo de la personalidad, a la vida, la libertad ideológica, etc.) son
conciliables. Esto se logra como expone el autor estudiado con el “respeto
1
[1] Son los valores que pretenden tutelar las normas penales: vida propiedad, honor, etc.
absoluto a la manifestación del sujeto de no alimentarse cuando de forma libre
y consciente así lo haya asumido (…) cuando esa situación llegue a poner en
peligro su vida, surgirá la obligación de la administración penitenciaria de
asistirle” (Atienza: 2000,95).
Esta asistencia no tiene que estar relacionada con la obligación de consumir
alimentos por vía bucal, ya que el sujeto prologara su postura rebelde
Posición crítica
Por qué es equivocada la primera solución
La manera más determinante para defender la tesis que la administración está
autorizada a alimentar a los presos por la fuerza, sin considerar su estado de
conciencia, sino sólo el peligro que corre su vida, es apelando al Derecho
Natural. Recordemos que este alude a un conjunto de normas que no han sido
creadas por los legisladores y que son válidas para todos los tiempos y lugares.
El mismo se encuentra en oposición directa con la concepción positivista del
derecho, cuya fuente de legitimación proviene de la emanación de la voluntad
legislativa. Sin embargo, es controvertido invocar al derecho natural entre las
fuentes de nuestro ordenamiento, más allá que es común referirse a los
principios generales del derecho como una alusión a los principios de la primera
postura.
Además según el autor esta invocación resultaría inútil y alcanzaría con
remontarse a los principios del iuspositivismo, presentes en la constitución y en
otros textos legales. Sería necesario demostrar que existe un principio del
derecho natural que establece que el derecho la vida:
Fue uno de los líderes espirituales y politicos más respetados del siglo
XX, luchó en forma pacifica por la independencia de su país de la corona
britanica. Varias veces en su vida recurrió a los ayunos como medio de
presión contra el poder, para detener la violencia, conciliar las partes
beligerantes, llamar la atención de las masas etc. Sin duda los objetivos
que inspiraron su protesta fueron muchos, llegó a considerar el ayuno
como un acto espiritual sinónimo de oración.
En 1948 a los 78 años comenzó un nuevo ayuno para detener el
derramiento de sangre de su pueblo, compuesto por hindúes y
musulmanes. Logró que los líderes de ambas facciones detuvieran la
lucha, dias más tarde fue asesinado por un fanático hindú que se oponía a
la tolerancia religiosa.
Si negamos que una persona pueda tomar decisiones para los casos de
pérdida de consciencia habría que rechazar el testamento vital. Este
documento expresa la voluntad de una persona que no desea ser mantenida
con vida si llegara a verse en una situación de enfermedad terminal, con graves
padecimientos, etc. Persigue con ello que el individuo pueda determinar la
forma en que quiere vivir y también morir.
El autor observa que esta consideración además supone tomar una medida
paternalista injustificada según su juicio, porque se establece para obtener un
bien para una persona sin contar con su aceptación. No pone en duda que haya
casos en donde se justifique este accionar, considera que deben darse para
ello los siguientes supuestos:
Que la medida esté encaminada hacia la consecución del bien objetivo de
una persona o grupo.
Los miembros a quienes se destina la medida no puedan prestar
consentimiento por poseer una incapacidad básica.
Si no estuvieran en esa condición aceptarían la intervención potencial.
M3 P2
Otra forma:
Las premisas son razones que sirven de justificación a la conclusión. Un argumento
no conforma sólo una cadena de proposiciones sino más bien una acción que
efectuamos a través del lenguaje. Ya estudiamos que el mismo tenía diferentes
usos, el de tipo argumentativo significa que las emisiones lingüísticas no
consiguen sus propósitos directamente dado que además debemos producir
razones adicionales; a favor de lo que decimos, mostrar cuáles son importantes, y
por qué, desechar otras que llevarían a una conclusión diferente. No es una tarea
para nada fácil como se infiere.
Todo esto nos hace pensar y realizarnos muchos interrogantes como plantea
Atienza: ¿es posible que un rol tan complejo se resuelva simplemente con un
silogismo? Sumado a si ¿es el método de la lógica el que debe seguir el jurista para
resolver los problemas que le atañen a su orbita?
Luego que determinamos la clase de problema que tenemos deberemos, por ej. si
se trata de uno de interpretación, ver si éste surge por una insuficiencia de
información (la norma aplicable no cubre el caso discutido) o por un exceso de la
misma (la norma es pasible de entenderse de varias maneras incompatibles entre
sí).
Seguidamente necesitaremos construir una hipótesis para solucionarlo, a través de
nuevas premisas. Luego habrá que justificarlas buscando argumentos en favor de
la interpretación. Por último deberemos pasar de las premisas a la conclusión, es
decir justificar internamente la misma.
Con respecto a 1) esta visión no tiene en cuenta que entre una libertad negativa y
un derecho-deber (es aquel cuyo ejercicio es obligatorio como la educación)
existen clases intermedias en la que se podrían incluir al derecho a la vida.
En cuanto a 2) si el ejercicio de un derecho implica un freno a alguna política
pública, esto no puede ser una razón para limitar tal facultad, además habría que
limitar también la libertad de expresión, de manifestación, etc.
El último de los postulados cae, al considerar que las personas privadas de la
libertad tienen los mismos derechos que alguien libre, siempre que éstos sean
compatibles con el cumplimiento de la pena.
Síntesis conceptual
A finales de 1989, presos de los Grupos Antifascistas Primero de Octubre
(GRAPO) declararon huelga de hambre para poder conseguir mejoras en su
situación carcelaria. Se pronunciaron jueces y Audiencias provinciales y evaluaron
si cabía o no autorizar la alimentación forzada.
Arribaron a conclusiones diferentes:
1. Es posible a alimentar a los presos por la fuerza, aún cuando ellos
manifiesten su negativa a hacerlo.
2. Sólo se puede cuando la persona esté inconsciente.
3. No se admiten este tipo de medidas.
Las soluciones judiciales:
Derecho a vivir y obligación de mantener la vida
Derecho y argumentación
Argumentar configura la actividad central de los juristas.
Tres contextos de argumentación: el de la producción de normas, el de la
aplicación de las mismas y el de la dogmática jurídica.
La mayoría de las teorías no se han focalizado en el primero de ellos, quizá
por considerarlo más de índole político que jurídico. Si se concentraron en el
segundo que lleva adelante la resolución de los casos jurídicos. el tercero juega un
papel muy importante.
M3 P3
Significado de razón
Comúnmente utilizamos esta palabra en diferentes sentidos, a través de los
cuales se han conformado distintas reflexiones filosóficas:
Esta clasificación debe ser considerada como clases intervinculadas entre si; un
ejemplo que muestra dicha relación es que los enfoques de las razones para la
acción están condicionados por la concepción que se posea sobre la razón
como capacidad humana.
Sin dudas, a los fines de nuestro abordaje científico, necesitaremos explorar los
conceptos de razón para la acción y razón como remisa de un argumento
práctico.
Immanuel Kant
En su obra principal “Crítica a la razón pura”, analiza en profundidad toda
esta problemática, realiza una indagación trascendental acerca de las
condiciones epistémicas del conocer humano. Esta autor desea
trascender la gnoseología de Hume, y superar su crítica al principio de
3
Son aquellas que agregan nueva información ya que el predicado no esta contenido en el sujeto, son juicios universales y
necesarios.
causalidad. Con este pensador prusiano la Filosofía experimenta un giro
copernicano; postula a la razón como facultad formadora de principios,
distingue dos usos de la misma: uno teórico y otro práctico. Con el
primero de ellos será posible conocer la realidad y generar juicios (se
ocupa del ser). En cambio el siguiente tiene por fin la dirección de la
conducta, configurando imperativos o mandatos (deber ser), a ella le
interesan los principios que mueven el obrar humano para que una
conducta sea considerada moral y racional.
M3 P4
Perspectivas de análisis
La concepción de razón como motivacionalmente práctica nos lleva a la
reflexión de los conceptos de motivo y
acción humana.
Tenemos diversas formas de ver como la razón motiva la acción, generalizando
podremos tener dos sentidos de esta cuestión:
Síntesis conceptual
La Filosofía Jurídica contemporánea ha centrado su mirada en torno a la
idea de deber y su importancia para la acción. Parten de la idea de razón para
la acción, el concepto de razón configura un elemento básico para poder
comprender la relación entre norma y acción.
Significado de razón, diferentes sentidos.
Razón como facultad humana: teórica y práctica.
Las razones para la acción: explicación y justificación.
Las razones como premisas de un argumento: práctico, teórico y como
expresiones lingüísticas.
Teleclase práctica
MODULO 4
La acción
Para discutir el concepto de razón para la acción, debemos desarrollar una tarea
de tipo metalingüística, ya que lo emplearemos para analizar otros conceptos.
Primeramente revisaremos todos los significados con que dicha expresión se utiliza
y luego evaluaremos cuál contribuye mejor para que comprendamos temas como: las
normas, la noción de aceptación de la existencia de un sistema jurídico y la
justificación de decisiones judiciales. Cabe distinguir que no lo es lo mismo usar
que mencionar una expresión, en el primer supuesto su referencia la forman otros
objetos o relaciones que se mencionan bajo ese nombre. En cambio en el
segundo su referencia es la propia palabra que aparece entre comillas.
La acción
Comúnmente esta palabra hace alusión a un determinado resultado o cambio en el mundo, que se lleva a cabo
intencionalmente, por ello intención y resultado son dos elementos integrantes de la misma. Con esto, es evidente
que descartamos todos aquellos cambios que son generados de manera involuntaria.
En cuanto al resultado, suele indicar la realización de un cambio externo al agente, aunque también podremos tener la
posibilidad de resultados internos al mismo, quienes son denominados “actos mentales”. Por ej. la acción de nadar no
es solo un movimiento corporal sino también requiere una actitud psicológica de la persona que lo realiza, vinculada a
tales movimientos. Como expresa Redondo “el aspecto interno es el que permite comprender las manifestaciones
externas, como una determinada acción intencional del individuo (…) toda acción esta compuesta de una intención y un
resultado causalmente vinculados” (Redondo: 1996, pág. 33).
Existen acciones genéricas e individuales, las primeras son un predicado aplicable a distintas situaciones particulares
(ej. nadar), serían como el nombre de una clase de acciones particulares. Estas en cambio son eventos situados en el
espacio y el tiempo que ejemplifican una acción genérica, por ej. Juan está nadando en éste momento y en esta
piscina.
Un mismo hecho individual lo podemos describir de diversas maneras, es decir que podría identificar más de una
acción genérica. De todas maneras es posible que el agente no haya alcanzado con su intención, todas las acciones
genéricas ejemplificadas. Lo que sucede cuando hacemos cosas por error, queremos algo pero realizamos otra cosa
distinta. Ej. alcanzo la sal en la mesa y vuelco el vaso de vino de mi vecino.
Como expone Von Wright que un acto tipo sea intencional es una condición mínima y esencial para identificar
acciones individuales de esa clase. Ya que la falta de intención impide su identificación como tal. Hay que mencionar que la
distinción entre un comportamiento intencional y no intencional no es del todo clara, ante lo cual imputar una acción
seria imputar una intención, aun cuando no esté claramente demostrada.
Tenemos reglas lingüísticas y de conducta que guían la imputación de una acción individual a un determinado agente.
Las de tipo lingüístico definen una palabra a través de otras palabras, delimitando su significado. Primero
necesitaremos definir la noción de acción en general y luego las distintas acciones - tipo que se le adjudican al
agente. Por ejemplo: votar, es siempre relativo a y presupone el conocimiento de las pautas lingüísticas que rigen en
determinada comunidad. Esto es importante dado que no es lo mismo el concepto de acción, a las reglas concretas
que definen las distintas acciones genéricas. Generalmente no son elaboradas por una teoría, sino que se establecen
espontáneamente.
Podemos expresar que:
Hay acciones que son imputables por el solo hecho de la producción de un resultado por parte del agente. Debido a
que se presupone la intención y se torna irrelevante si existe o no. Por ej. la acción de votar, una vez realizada esa
acción se le imputará al sujeto, aun cuando intente demostrar que se equivocó o que deseaba elegir a otro candidato.
Como ya se esbozó anteriormente, las reglas lingüísticas son distintas de las de conducta, estas últimas permiten,
prohíben o impiden determinados comportamientos. Ambas conforman bases para distinguir dos clases de acciones:
normativas y no normativas.
Una acción tiene un resultado normativo cuando da lugar a la creación de una norma o hace aplicable las existentes.
Aquí es importante distinguir el resultado de una consecuencia de una acción; el primero es una parte vinculada
intrínsecamente a la acción, en cambio las consecuencias son efectos de un resultado. Tanto una como otra pueden no ser
empíricos, como en el caso de dar lugar a efectos normativos (creación de nueva norma de conducta o aplicación de
las existentes).
Según Redondo “una norma de conducta es aquella que regula comportamientos estableciendo obligaciones,
prohibiciones o permisiones” (Redondo: 1996, pág. 40). Para que estemos frente a una acción normativa es
fundamental un acto-tipo, es decir un concepto de recorte determinado tramo de comportamiento y lo ubique por un
efecto normativo.
Las acciones individuales pueden poseer diversas propiedades, dadas por la forma en que se llevan a cabo o por los
atributos deónticos que tienen. Por ej. la acción de fumar en determinado lugar tiene la propiedad de estar prohibida.
Lo cual no es ni resultado ni consecuencia de la acción de fumar, en realidad es el resultado de otra acción, la que
prohíbe fumar en ese lugar.
Una acción genérica es normativa, si las reglas semánticas que la conforman las definen por sus efectos normativos.
De igual manera una acción individual tendrá el mismo carácter al ser identificada por sus efectos normativos; lo que
nos interesa son los efectos normativos que pueda tener un comportamiento, ellos se toman como esenciales, son
identificados con su resultado y utilizados para individualizar la acción. No debemos confundir esto con la imputación
de una acción, ya que supone la atribución de la intención al agente, interpretándolo como un hecho propio del
mismo.
“La acción de contraer matrimonio se realiza mediante la firma de un documento ante una autoridad determinada. El
mismo hecho puede describirse como la acción de firmar o la de contraer matrimonio: ¿cuál es la diferencia que hay
entre estas dos acciones?” (Redondo: 1996, pág. 42).
Podemos decir al respecto que en este caso, firmar no es una acción normativa, dado que la aplicación de ciertas
normas es solo una consecuencia posible de ella; no siendo un resultado necesario, en cambio casarse si configura
una acción institucional1 . Esto se debe a que se define por sus efectos normativos, como ya venimos comentando; en
el caso aludido, da lugar a la aplicabilidad de determinadas normas.
[1] Algunos autores denominan a las acciones no normativas y normativas: hechos brutos e institucionales respectivamente.
Es necesario distinguir que las propiedades normativas que forman el resultado del acto de contraer matrimonio, no
las debemos confundir con la calificación deóntica que ellas tengan en determinados momentos (estar permitida,
prohibidas, etc.) porque suponen propiedades de las acciones pero no efectos de ellas.
Concluyendo, como expone Redondo, “toda descripción de una acción particular individualiza como resultado aquello
que se toma como su propiedad esencial (…) en las acciones normativas el resultado es siempre consecuencia de
una acción natural” (Redondo: 1996, pág. 43).
Con todo esto no queremos decir que es necesario multiplicar ontologías, sino que hay que entender que el mismo
comportamiento individual ejemplifica más de una acción genérica.
S E MÁ N T I C O DE CONDUCTA
La dirección de ajuste es una nota clave, que nos servirá para diferenciar el sentido de los deseos y las creencias. En
el caso de los deseos es el mundo el que debe corresponderse, con ellos; sucede a la inversa con las creencias
quienes deben corresponderse con el mundo. Al respecto Redondo afirma “la creencia en p es un estado que tiende a
desaparecer ante la percepción de no p, mientras que el deseo de p tiende a refirmarse” (Redondo: 1996, pág. 47).
Existen estados intencionales que buscan adecuarse a lo que la realidad dispone, si ello no ocurre se pretenderá
modificar dicho estado, por existir algo erróneo en él; hablamos en tal caso de estados con dirección de ajuste mundo-
mente, como vimos el ejemplo mas nombrado será el de las creencias. Con los deseos ocurre lo contrario ya que si la
situación mencionada ocurre, se tenderá a buscar los cambios necesarios en el mundo para que éste se corresponda
con el contenido de dicho estado (deseos ajuste mundomente).
Motivación de la acción
Primeramente hay que intentar precisar la noción de motivo, la cual en general se refiera a los elementos internos de la acción, es decir estado psicológicos relacionados
al actuar de un sujeto que lo podemos identificar como acción o explicarlo teleológicamente.
En el primer sentido el resultado es producto de la intervención del agente y configura la fase final de su acción. En base a esto, se genero un debate sobre cuales son
las actitudes psicológicas del agente, los factores causales necesarios para suscitar el cambio, etc.
Una postura identifica el concepto de motivo con el deseo, quien cumpliría una función activa en la producción del comportamiento.
Otra ve al mismo concepto como conjunto de creencias y deseos que dieron lugar al cambio propiciado por el agente en determinada situación. Esta
visión estipula que toda acción intencional tiene un motivo, ya que son una fase necesaria de ella.
En el segundo sentido mencionado, hallamos una caracterización distinta que los vincula de manera teleológica con la acción. Lo cual entra en contradicción con la postura
anterior, debido a que como no toda acción tendrá una explicación teleológica o intencional (como el caso de una conducta que es un fin en si misma y no representa un
medio para alcanzar otra finalidad), no todas tendrán un motivo.
Resumiendo, la idea de motivo designa estados intencionales internos al sujeto. En momentos refieren al aspecto volitivo, en el que se ubica la fuerza motora de la acción
según Hume, y en otros abarca además el elemento cognoscitivo para que se de el comportamiento. En ambos casos hallamos al motivo vinculado causalmente con su
resultado.
Diferente es la postura en donde representan fines mediatos, los motivos siguen siendo estados internos al individuo pero no a la acción, son independientes de ella y hacen
que se pueda explicar de manera teleológica.
En un sentido más amplio se los suele definir como un conjunto de estados psicológicos del agente independiente de sus acciones, aplicable a todas las actitudes
subjetivas, más allá que configuren o no propósitos de alguna acción.
La primera que analizaremos es la de David Hume que expone que tanto un deseo como creencia son necesarios para la acción. El primero conforma el motor de la
motivación, mientras que las creencias son estados inertes. Como es evidente, este autor realiza una diferenciación clara entre ambos estados. En cuanto a los deseos los
califica de no cognoscitivos, a diferencia de las creencias que sí revisten este carácter. Asumir esta visión condición las posiciones que deban tomarse en cuanto a la clase
de entidades que puedan constituir razones para la acción y cómo explicar la relevancia práctica de los enunciados normativos.
David Hume (Edimburgo,1711-1776) fue un filósofo, economista e historiador escocés y constituye una de las figuras más importantes de la
filosofía occidental y de la Ilustración Escocesa.
Hume cree que todo el conocimiento humano proviene de los sentidos. Nuestras percepciones, pueden dividirse en dos categorías: ideas e impresiones.
Estas últimas se hacen presentes, cuando oímos, vemos, sentimos, etc. En cambio las ideas son impresiones menos vívidas de las
que somos conscientes, cuando reflexionamos sobre alguna de las sensaciones aludidas.
Expone con firmeza que todas nuestras ideas son copias de nuestras impresiones, siendo de esta manera, imposible pensar en nada que no
hayamos advertido anteriormente, a través de nuestros sentidos.
En el otro extremo encontramos teorías que no comparten la visión de Hume. Como la que considera a las creencias condiciones suficientes para la acción, al igual que los
deseos. Como es el caso de Raz para quien las creencias representan el mundo y se dirigen a modificarlo también, por ello tienen una actitud epistémica y práctica. En este
enfoque se identifican creencias que se comportan como los deseos, en donde el sujeto no los quiere abandonar aun cuando la realidad los contradiga. De todas maneras la
acción no pierde su tinte teleológico, ya que siempre la podremos identificar como un comportamiento en pos de lograr un fin. Nagel afirma la existencia de deseos
motivados que serian a los que se llega por medio de una decisión luego de una deliberación.
En cuanto a la posición que admite a las creencias como fuente motivante de la acción, resulta difícil establecer una clasificación ya que entre ellas mismas existe acuerdo
sobre determinas cuestiones y no hay consenso acerca de otros puntos. En términos generales posicionan a las creencias como suficientes para explicar una acción,
aunque agregan que para que ella se produzca necesitarán además un estado intencional con dirección de ajuste mundo-mente, al ser teleológica la acción se pretende
generar un cambio para llegar a la meta.
Filósofo estadounidense, actualmente Profesor de Filosofía y Derecho en la Universidad de Nueva York (NYU).
Sus trabajos se han centrado en filosofía de la mente, filosofía política y ética. Se ha especializado en las diferencias entre la subjetividad y la objetividad,
planteándose la pregunta ¿es posible adquirir un punto de vista puramente objetivo y si no, hasta qué grado de objetividad se
puede llegar?
Recientemente junto con otros filósofos como John Rawls, Ronald Dworkin y Robert Nozick escribió un documento dirigido a la Suprema
Corte de Justicia de Estados Unidos abogando por la permisibilidad legal y moral de la eutanasia.
EL PR I M ER O EL SEG UN D O EL TER C ER O
Se ocupa de distintos géneros de estados internos que pueden ser razones para la acción.
EL PR I M ER O EL SEG UN D O EL TER C ER O
EL PR I M ER O EL SEG UN D O EL TER C ER O
Según Williams para que algo sea razón para la acción tiene que poder motivar, es decir que alguien actúe por ese tipo de entidad. Se observa la vinculación con el
concepto de motivo. Como ya vimos la propuesta de Hume ubica solo a los deseos como los capaces de promover la acción, como único estado intencional motivante. En
contraposición de lo que menciona el primer autor citado en el apartado, para quien las creencias cumplirían ese rol, siendo ellas ser razones por sí mismas.
Tal como presentamos esta polémica la discrepancia radica en el poder motivador de los estados intenciones. En lo que existe acuerdo es que una acción no se produce sin
un estado que apunte a la consecución de un fin. Si bien este es un rasgo típico de los deseos también pueden tenerlo otras actitudes internas.
La posición opuesta a Hume expone que existen hechos externos al agente, que conforman razones para la acción (por poseer capacidad motivante), dicha visión pone en
duda que solo los elementos internos al individuo revistan este carácter.
Como ya mencionamos, Williams se sitúa en contra de la idea de factores externos que puedan constituir razones para la acción, dado que si alguien cree que un hecho
externo lo es, esta motivado por una creencia que configura un hecho interno psicológico.
Otra postura para analizar esta temática es la que enuncia el carácter racionalizador de la acción, como deliberación consciente que modifica el conjunto subjetivo de
motivaciones, a ella se arriba a través de la reflexión.
Si analizamos el enunciado:
Veremos que es de carácter ambiguo, ya que puede expresar que solo X es un factor capaz de motivar la acción o que es el que debería motivarlo si A reflexionara
racionalmente. Claramente hemos pasado de un terreno descriptivo a uno normativo, en este último, las razones son factores que deberían ser tenidos en cuenta por un
sujeto que pretende actuar de manera racional.
Aquí se produce el transito de una razón que explica a otra que justifica, por ello el ser que actúa por medio de una razón escogida racionalmente cree estar justificado
para actuar conforme a la pauta de racionalidad que sigue.
En la primera de las opciones nos preguntaríamos porqué se realiza determinada acción, y en la segunda porqué debería realizarse. Entre ellas encontraremos diferentes
maneras de relación:
Prioridad de la primera sobre la segunda: promueve una reducción del significado de los términos normativos a la proyección de deseos o
creencias individuales y/o compartidas.
Prioridad de los elementos normativos: solo serán razones aquellas que justifiquen la acción, siendo las de tipo explicativo dependientes de las
mismas
Vinculación entre ambas concepciones: las razones para la acción sirven tanto para explicar como para justificar un comportamiento.
Todo lo expresado hasta aquí nos permite resumir que las razones internas siempre aluden a causas mentales y motivos, no debemos confundirlas con las Razones
para la acción, que viene a significar algo objetivo, externo al sujeto. Su función principal es guiar y justificar la acción.
Como se deduce es innegable el carácter ambiguo de ésta concepción por ello, si atribuimos una mayor importancia al concepto justificativo de la acción, necesitaremos
recurrir a las razones externas, diferente lo que sucede con la de tipo explicativa que alude básicamente a los deseos como único factor motivante.
Síntesis conceptual
La acción alude a un determinado resultado o cambio en el mundo, que se lleva a cabo intencionalmente. Intención y resultado son dos elementos
se descartan los cambios generados de manera involuntaria.
El resultado indica la realización de un cambio externo al agente, aunque también puede haber resultados internos al mismo.
Existen acciones genéricas e individuales, las primeras son un predicado aplicable a distintas situaciones particulares (ej. nadar), serían el nombre de
una clase de acciones particulares. Estas en cambio son eventos situados en el espacio y el tiempo que ejemplifican una acción genérica.
Un mismo hecho individual lo podemos describir de diversas maneras, es decir que podría identificar más de una acción genérica.
Que acto tipo sea intencional es una condición mínima y esencial para identificar acciones individuales de esa clase. Ya que la falta de intención impide
su identificación como tal.
Existen reglas lingüísticas y de conducta que guían la imputación de una acción individual a un determinado agente. Las de tipo lingüístico definen una
palabra a través otras palabras, delimitando su significado.
Las de conducta permiten, prohíben o impiden determinados comportamientos. Hay que distinguir dos clases de acciones: normativas y no normativas.
Una acción tiene un resultado normativo cuando da lugar a la creación de una norma o hace aplicable las existentes.
Las acciones individuales pueden poseer diversas propiedades, dadas por la forma en que se llevan a cabo o por los atributos deónticos que tienen.
Una acción genérica es normativa, si las reglas semánticas que la conforman las definen por sus efectos normativos. El mismo
comportamiento individual ejemplifica más de una acción genérica.
Los deseos y creencias son estados intencionales, esto consiste en la capacidad de dirigirse o ser acerca de, objetos y estados de cosas del
mundo. La dirección de ajuste en los deseos es el mundo-mente; sucede a la inversa con las creencias quienes deben corresponderse con el mundo.
Noción de motivo: refiere a los elementos internos de la acción, es decir estados psicológicos relacionados al actuar de un sujeto.
Una postura identifica el concepto de motivo con el deseo. Otra posición toma a dicho concepto, como conjunto de creencias y deseos. En sentido
más amplio se los suele definir como un conjunto de estados psicológicos.
Para Hume tanto un deseo como creencia son necesarios para la acción. El primero conforma el motor de la motivación, mientras que las creencias
son estados inertes.
A los deseos los califica de no cognoscitivos, a diferencia de las creencias que sí revisten este carácter.
Otros ven a las creencias como condiciones suficientes para la acción, al igual que los deseos (Raz).
¿Deseos o creencias?
Hume ubica solo a los deseos como los capaces de promover la acción, como único estado intencional motivante. En contraposición de lo que menciona Williams, para
quien las creencias cumplirían ese rol.
¿Internas o externas?
Porque si alguien cree que un hecho externo lo es, esta motivado por una creencia que configura un hecho interno psicológico.
Los hechos externos para él, poseen relevancia motivación indirecta, porque configuran las razones internas.
Posición sobre el carácter racionalizador de la acción: como deliberación consciente que modifica el conjunto subjetivo de motivaciones.
Se pasa de un terreno descriptivo a uno normativo, de una razón que explica a otra que justifica.
¿Explicativas o justificativas?
Tener en cuenta que las razones internas siempre aluden a causas mentales no debemos confundirlas con las Razones para la acción, que viene a
significar algo objetivo, externo al sujeto.
LECCIÓN 2 de 2
Video conceptual
El significado de una palabra, depende de su uso pero no consiste en él. Sino más bien en las propiedades genéricas que
sirven de criterio para usar la palabra, que identifican su alcance y delimitan la clase de objetos a los cuales refiere.
Como analizamos anteriormente no hay un único significado de Razones para la acción sumado a que los distintos usos hacen
relevantes diferentes propiedades de tal concepto.
Explicación.
Justificación.
Análisis.
El uso descriptivo nos servirá para dar una explicación y el normativo para una justificación.
Explicar y justificar
Ya venimos enunciando la diferencia que existe entre estos dos posicionamientos, en el primero llevamos adelante la acción
de “expresar” y en el otro “dar una razón de porque se hizo algo”.
Esto posee, como bien expresa Redondo, una ambigüedad “proceso – producto”, ya que por un lado designan el ACTO de
expresar las causas y razones del apoyo a la explicación o justificación; y por el otro se refieren al RESULTADO del acto.
2. Las acciones realizadas a través de estas locuciones o la intención-finalidad de ellas: acto ilocucionario.
Esta distinción proviene de la teoría elaborada por John Langshaw Austin (1911-1960), filósofo británico,
probablemente la figura más relevante en lo que se ha dado en llamar filosofía del lenguaje. A él se debe el concepto de
acto de habla.
También los divide en directos: aquellos que expresan directamente la intención o sea coincide el aspecto locutivo e ilocutivo
e indirectos: en donde el fin de la oración es distinto de lo que se expresa.
A su vez las podemos usar para justificar o explicar una acción como seria convencer a un juez sobre determinado punto de
vista.
Cada contexto nos brinda factores relevantes para brindar una explicación o justificación, por eso las mismas pueden variar
según sea el ámbito donde sean generadas. Por ello esto determina su carácter parcial, en el sentido de ser relativos a
un ámbito de interés determinado, porque lo que es relevante en un contexto tal vez no lo será en otro.
La noción de razón-premisa alude, a que los actos de explicar y justificar, se realizan por medio de otras acciones, es necesario
la formulación oral y/ o escrita de los enunciados, como ya vimos.
Otra cuestión importante digna de destacar, es la distinción de la justificación en sentido formal y sustantivo, si bien ambas
revelan la presencia de un conjunto de enunciados, la intención y resultado varían en cada una de ellas.
En la primera las razones son vistas como contenidos que cumplen el rol de premisas que son el fundamento de una
conclusión. Su intención es la articulación correcta de las secuencias de enunciados.
En cambio el sentido sustantivo, la concepción de razón esta fundada en la teoría normativa (religiosa, ética, política, jurídica, etc.)
que se escoja. No necesita formar parte de ningún argumento.
Estas acciones, tal como venimos expresando, poseen una intención y resultado diferentes. En la explicación el propósito es
descriptivo con interés cognoscitivo (hacer inteligible la acción) y su dirección de ajuste es palabra-mundo, ya que debe
adecuarse a la realidad. Por el contrario en la acción justificativa el propósito es evaluativo, con interés práctico (pretende
evaluar la acción) y la dirección de ajuste es a la inversa: mundopalabra, común a los actos directivos.
En el primer caso es necesaria la aceptación de las proposiciones en las que se apoya, a diferencia del segundo caso, al estar
fundado en la permisión o deber de realizar algo lo que se debe aceptar son las pautas normativas.
Por todo esto podemos decir, que explicar y justificar suponen una relación entre razón y acción, por la vinculación de dos
términos:
Uno que sustenta la explicación o justificación (razón para la acción).
De esta manera comprobamos que estas acciones que tratamos, sólo comparten un vocablo porque en cada caso hay
una relación diferente.
La explicación teleológica tiene sus restricciones porque presume la realización de un evento que intenta hacer inteligible. En
un marco de propósitos que el agente cree poder alcanza por medio de ella. Nos muestra una vinculación medio-fin que es una
conexión de tipo causal. La verdad de los enunciados de la explicación dependerá de que los estados intencionales sean los
que el sujeto perseguía al actuar.
El paradigma utilizado generalmente se basa en las disposiciones involuntarias del agente, visto como no responsable de lo
que hace, sus actitudes son adoptadas no conscientemente.
Hemos estudiado que esta actitud significa calificar una acción como debida o permitida. Ahora si tomamos este ejemplo:
Notaremos su ambigüedad:
Como dice Redondo “Aceptar el deber de realizar la acción prevista por la norma, supone aceptar una teoría normativa, por
cual dicha norma es una pauta adecuada de comportamiento”. (Redondo: 1996, pág. 88).
Algo más a tener en cuenta en la justificación en sentido formal y sustantivo, es su aspecto interno. Porque en la primera se
suponen las normas como fundamento del argumento, en cambio en el que sigue se aceptan las pautas que invocan se
adopta un compromiso de coherencia respecto al contenido aceptado.
UN SE NT ID O S UB JET IV O UN S EN T ID O OB JE T IV O
En donde la justificación la da el sujeto sobre la base de normas que acepta como razones para la acción
UN SE NT ID O S UB JET IV O UN S EN T ID O OB JE T IV O
Es independiente la aceptación del individuo para la calificación de las normas como razones para la acción.
No debemos olvidar que cuando afirmamos que algo “es” no se sigue de esto que tal acto este justificado, es decir que “deba
ser”; para esto es necesario reconocer dos tipos de significados el descriptivo y justificativo. Ambos conceptos son
independientes, si los unificamos en la noción de razón para la acción estaríamos negando esa duplicidad e independencia.
Existen otros enunciados que no se refieren a ninguna de estas clases, son los que aluden a hechos externos al individuo,
que no son estados mentales ni normas de conducta.
Por ej.
La razón por la cual Juan fue a visitar a María es que ella estaba enferma.
Este enunciado presupone datos que pueden formar parte de una explicación o de una justificación. Porque si vemos que Juan
quiso ser atento con María: explicamos el propósito de ser atento, además de la creencia que la visita seria un medio para
satisfacer tal objetivo. Esto estaría dentro de la órbita descriptiva.
Por otro lado si pensamos que acto como debía porque es un deber acompañar a los enfermos (norma que establece un
deber) nos centramos en lo justificativo.
Redondo expresa que “cuando existe una práctica de conductas, ya sea que constituyan o no una regla social, se generan
expectativas sobre los comportamientos establecidos” (Redondo: 1996, pág. 95).
Pensemos en el ejemplo de la regla social que exige formar fila para el pago de algún servicio público, por orden de llegada.
Con esto es esperable que al llegar todas las personas se coloquen detrás de la ultima de la fila, y además que quien
esta cobrando atienda a quien está en el primer lugar. Con esto vemos como la práctica existente apoya una generalización.
Figura 3. Fila
Enunciados de razón para una acción futura
Ellos tendrán que ver con la conducta en el caso anterior, que la persona que este primero en la fila sea la razón para ser
atendido. Presuponen normas, deseos o aceptación de normas. Pueden limitarse a informar que un determinado hecho es
una
razón para la acción sin otro fin.
La existencia de reglas de conducta da un valor predictivo al suceder de los estados de cosas. Ser una pauta en si mismo
funciona como base para la justificación de la acción.
Razón para la acción se refiere a un término de una relación, el otro siempre es una acción de tipo intencional. Podemos asumir
diversas clases de vínculo entre razón y acción, una de carácter empírico (explicación) y otra normativa (justificación).
La razón puede aparecer en contextos de explicación y justificación. En los primeros bajo la forma de estados mentales
teleológicos vinculados a la acción, y en el otro como normas o hechos normativos.
La justificación la podemos tomar desde dos planos: uno subjetivo, como acción de un agente quien realiza la acción y uno
objetivo que depende de la teoría lógica o normativa.
Síntesis conceptual
Explicar y justificar: poseen ambigüedad proceso – producto designan el ACTO de expresar las causas y se
refieren al RESULTADO del acto.
La acción de explicar y justificar no son acciones básicas porque se realizan a través de otras.
Cada contexto nos brinda factores relevantes para brindar una explicación o justificación, por eso las mismas
pueden variar en uno u otro.
Justificación en sentido formal y sustantivo: ambas revelan la presencia de un conjunto de enunciados, pero la
intención y resultado varían en cada una de ellas.
En la primera las razones premisas fundamento de una conclusión. Su intención es la articulación correcta de las secuencias
de enunciados.
En cambio el sentido sustantivo, la concepción de razón esta fundada en la teoría normativa (religiosa, ética, política, jurídica,
etc.) que se escoja.
La explicación teleológica tiene sus restricciones porque presume la realización de un evento que intenta hacer
inteligible, muestra la vinculación medio-fin.
En los enunciados justificativos de una acción encontramos tinte descriptivo un aspecto justificativo que califica
la acción como debida o permitida.
Existen enunciados que aluden a hechos externos al individuo, que no son estados mentales ni normas de
conducta. Ellos presuponen datos que pueden formar parte de una explicación o de una justificación.
En los enunciados de razón para una acción futura, la existencia de reglas de conducta da un valor predictivo
al suceder de los estados de cosas.
Razón para la acción se refiere a un término de una relación, el otro siempre es una acción de tipo intencional.
Hay distintos vínculos entre razón y acción, una de carácter empírico (explicación) y otra normativa
(justificación).
Video conceptual
El argumento práctico
En este apartado tomaremos el concepto de razón como premisa de un argumento, conforma los enunciados que se articulan en
la estructura del mismo. Este es el centro de atención principal de la lógica, disciplina que estudia, como hemos visto, las formas
de argumentos validos, y busca distinguir los correctos de los incorrectos.
Así podremos definir un argumento como la secuencia de proposiciones, en donde una se deriva de las demás por medio de la
aplicación de las reglas de inferencia. Debido a ellas la verdad de las premisas garantiza la verdad de la conclusión, y preserva la
verdad del silogismo.
Las estructuras lógicamente válidas son formas correctas de presentar un argumento y justificar una proposición. Los elementos que las componen son entidades lingüísticas. Ante
ello debemos diferenciar que la conclusión de un argumento teórico será un enunciado de contenido teórico, distinto de lo que sucede con el práctico donde es una acción o toma
de decisión quien representa la conclusión (contenido práctico).
EL CRIT ERI O DE LA CO NCL USI Ó N EL CRI T ERI O PRAG M ÁT I CO EL CRI T ERI O TIPO DE REL ACI Ó N
Para comenzar a distinguirlos debemos analizar sus características particulares, entre ellas tenemos que el argumento teórico representa enunciado del
ser, expresa proposiciones con predicado cognoscitivo. En cambio el practico, del deber ser, su contenido es no proposicional y no busca hallar la verdad
ni falsedad de los mismos.
En lo que hace a la conclusión, los teóricos rebelan que es el caso, a diferencia de los otros que responde a que debe hacerse.
Como expresión de hechos normativos, el argumento práctico expresa una proposición, que se basa en hechos morales normativos no reductibles
a hechos empíricos.
EL CRIT ERI O DE LA CO NCL USI Ó N EL CRI T ERI O PRAG M ÁT I CO EL CRI T ERI O TIPO DE REL ACI Ó N
Este afirma que no es posible considerar a los argumentos como teóricos o prácticos en si mismos, sino que tal carácter viene dado por la función que
satisface. Es decir que es relevante la intención de quien desarrollo el argumento y la función que este cumple.
EL CRIT ERI O DE LA CO NCL USI Ó N EL CRI T ERI O PRAG M ÁT I CO EL CRI T ERI O TIPO DE REL ACI Ó N
En esta visión los argumentos prácticos establecen una relación de tipo sustantiva entre los contenidos. Buscan una relación entre determinados estados
de cosas concebidos como medios otros como fines. Estableciendo una relación causal, dando una explicación intencional de la acción. La validez de los
enunciados no se apoya en la relación formal en cuanto a las premisas, lo que si sucede en los teóricos.
Es viable establecer un sentido no lógico de los argumentos prácticos en donde esta relación entre enunciados no es una implicación, sino una conexión empírica-moral y
conceptual, con propósitos explicativos, reconstructivos y éticos normativos.
Un argumento práctico posee un sentido no lógico cuando es propuesto como modelo teórico (de una explicación o reconstrucción) y también como patrón para fundamento de
enunciados concluyentes de deber.
La forma en que se relacionan los procesos psicológicos o verbales de una argumentación con los modelos abstractos varia en cada caso. Si por ej. un juez al fundamentar su
decisión no se adecua a una estructura deductiva, su justificación debe considerarse inválida y descartada como argumento lógico.
Sentido lógico.
Dos restantes conjuntos de enunciados que representan relaciones independientes de las de tipo lógico, susceptibles de establecerse entre argumentos.
Otra cuestión interesante para reflexionar, como plantea la autora del texto, es que “una cosa es el proceso psicológico que culmina con la extracción de la conclusión y otra es el
proceso psicológico que termina con la manifestación externa de la acción” (Redondo: 1996, pág. 116). Según ella ambos son argumentos en sentido psicológico y difieren del
sentido lógico significativamente.
Al respecto encontramos numerosas interpretaciones acerca de la distinción aristotélica entre silogismo deductivo y práctico. Según Von Wright, el último, tiene una estructura en la
que un estado de cosas individual se subsume bajo la regla general de la acción.
La premisa mayor o universal conforma un enunciado de deber, conveniencia o deseabilidad de determinado estado de cosas o acción.
La menor es donde el término universal se indica a una persona concreta o cosa particular.
A través de la aplicación del modelo se lleva a cabo la tarea más importante del jurista, dado que él expone los distintos sectores del sistema jurídico mostrando las consecuencias
que se pueden extraer a partir de un conjunto determinado de normas. Ellos deben resolver los conflictos por medio de decisiones justificadas, y la sentencia debe ser una decisión
fundamentada en las normas generales, debe poder reconstruirse con la estructura de un argumento válido.
La validez de un argumento práctico en este sentido, es la de un argumento deductivo, y requiere la aplicación de cualquiera de las reglas de inferencia admitidas por la lógica.
Las razones premisas que justifican la conclusión pueden ser: proposiciones normativas o normas o enunciados de hecho que describen un estado de cosas o acción. En el primero
de los casos puede ser razón en sentido sustantivo que ya analizamos en apartados anteriores. Solo recordaremos al respecto que razón-premisa y razón sustantiva de acción
presuponen dos sentidos diferentes de justificación.
Ambas conforman dos criterios para evaluar la validez de las inferencias teleológicas que parten de un enunciado deóntico. Según la primera de las mencionadas son válidas las
condiciones causalmente necesarias del estado de cosa propuesto por la premisa mayor. El enunciado de deber está justificado si la realización de esa acción es necesaria para
alcanzar los objetivos.
Quienes la critican proponen la de satisfactoriedad, en la cual se justifican las acciones suficientes para alcanzar un fin, aun cuando no sea necesario. Ya que no se justifica hacer
todo aquello, que si bien es necesario, es imposible de completar para dar lugar a condiciones suficientes de los objetivos propuestos.
A partir de un enunciado de deseo para alcanzar cierto fin, no se sigue la verdad del enunciado que afirma para satisfacer el deber o fin propuesto. Hace falta una premisa
general que presupone la existencia del deseo de efectuar lo necesario para cumplir el deber admitido. Esta premisa es la que suma las lógicas de satisfacción y satisfactoriedad.
Una vez que se admite nuestro argumento se convierte en la estructura deductiva estándar.
La idea de argumento práctico es usada demás como modelo teórico aplicable a diferentes objetos, allí podemos distinguir dos estructuras: una como medio-fin y otra de
carácter comparativo.
El argumento tiene como función mostrarnos los rasgos importantes del objeto a que hace alusión, para poder contribuir a su mejor comprensión. En el de tipo práctico lo referente a
su mayor o menor corrección se juzga en cuanto a su adecuación para poder hacer inteligible o representar lo que pretende captar
El esquema teleológico se utiliza para la explicación de la acción en términos de razones internas al sujeto, para mostrar los fines que pretendía alcanzar. Los estados intencionales
a los que se refieren las premisas son parte de la acción, de la intención o su aspecto interno. Toda acción tiene un motivo en sentido de intención.
En este caso debemos entender al último en términos de necesidad práctica de realizar una acción.
Fuente: von Wright, Georg Henrik. (2008). Inferencia práctica. Praxis Filosófica.
En esta clase, el agente sopesa sus deseos, creencias y razones motivacionales a favor y en contra de la acción a la luz de los principios de conducta. Por ende en el argumento
práctico se produce un balance en el que las razones se evalúan y compran con otras, indicando que se debe hacer en sentido concluyente.
Según este modelo, el argumento no se propone como esquema de inferencia en sentido lógico, ni como modelo teórico, es un procedimiento para justificar el deber o permisión de
realizar una acción. Su implementación se considera justificada como una conducta debida, siendo el contenido de una norma regulativa.
Para la aplicación del modelo debe requerirse la implementación de este tipo en contextos jurídicos, políticos y religiosos. Variando en ellos el criterio para la selección de
razones que entran en evaluación, ya que el peso de las mismas varía según la concepción normativa que se asuma.
La validez se identifica con la corrección material de los contenidos justificables, tema que ya hemos tratado, no puede ser relativa o parcial ya que no tendremos un argumento
válido desde lo jurídico, por ej. y no desde lo moral.
Síntesis conceptual
La conclusión de un argumento teórico será una proposición de contenido teórico y cognoscitivo, representa un enunciado del ser, distinto de lo que sucede con el práctico
donde es una acción o toma de decisión, del deber ser, su contenido es no proposicional y no busca hallar la verdad ni falsedad.
El criterio pragmático considera que dicho carácter viene dado por la función que satisface.
El argumento práctico establece una relación de tipo sustantiva entre los contenidos. Buscan una relación entre determinados estados de cosas concebidos como medios y otros
como fines. Estableciendo una relación causal, dando una explicación intencional de la acción. La validez de los enunciados no se apoya en la relación formal en cuanto a las
premisas, lo que si sucede en los teóricos.
En los argumentos en sentido no lógico la relación entre enunciados no es una implicación, sino una conexión empírica-moral y conceptual, con propósitos explicativos,
reconstructivos y éticos normativos.
La premisa mayor conforma un enunciado de deber, conveniencia o deseabilidad de determinado estado de cosas o acción. La menor es donde el término universal se indica a una
persona concreta o cosa particular. La conclusión enuncia el deber, la intención o la realización de la acción.
A través de la aplicación del modelo se lleva a cabo la tarea más importante del jurista. quien debe resolver los conflictos por medio de decisiones justificadas, y la sentencia debe
ser una decisión fundamentada en las normas generales, debe poder reconstruirse con la estructura de un argumento válido.
Las estructuras de la lógica de satisfacción y de la satisfactoriedad: son dos criterios para evaluar la validez de las inferencias teleológicas que parten de un enunciado deóntico.
Según la primera: son válidas las condiciones causalmente necesarias del estado de cosa propuesto por la premisa mayor. El enunciado de deber está justificado si la
realización de esa acción es necesaria para alcanzar los objetivos.
La de satisfactoriedad, justifica las acciones suficientes para alcanzar un fin, aún cuando no sea necesario
El argumento tiene como función mostrarnos los rasgos importantes del objeto a que hace alusión, para poder contribuir a su mejor comprensión.
Teleclase práctica