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LA CORRIENTE LIBERTADORA DEL NORTE

La Corriente Libertadora del Norte (1810-1826) fue una campaña bélico-militar liderada por el


venezolano Simón Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios, más conocido como Simón Bolívar,
libertador de las Américas. El conflicto comenzó en lo que se conocía como Nueva Granada (Colombia-
Venezuela-Ecuador) y culminó con la independencia de Perú y Bolivia.
Esta campaña incluye numerosas estratagemas de la mano de Simón Bolívar, en la cual se libraron las
famosas Batalla de Boyacá en Colombia, la Batalla de Carabobo en Venezuela y la Batalla de Pichincha
en Ecuador, para luego desembocar en la Independencia de Perú y con ello el fin del yugo de la corona
española.

Antecedentes de la Corriente Libertadora del Norte


En 1810, tras la destitución del virrey Español Vicente Emparan, Venezuela atravesaba varias revueltas
que ponían en peligro la supremacía española.
Para aquellos tiempos, Bolívar ya tomaba acciones para comenzar el movimiento de independencia que
lo llevaría a reclutar a Francisco de Miranda en Londres, quien acababa de dirigir parte de las campañas
de la Revolución Francesa en Europa. En marzo de 1811, un congreso nacional se reunió en Caracas.
Aunque no era un delegado, Bolívar dio su primer discurso en público: «Pongamos la piedra angular de
la libertad americana sin temor. Vacilar es perecer».
La Primera República fue declarada el 5 de julio en Venezuela, convirtiéndose en la primera colonia en
intentar liberarse del imperio español.
Aunque no tenía entrenamiento militar formal y ninguna experiencia en el campo de batalla, Bolívar fue
nombrado Teniente Coronel bajo el mando de Miranda. Participó en su primer compromiso el 19 de julio,
llevando a cabo un asalto al bastión español de Valencia. Sin embargo, las fuerzas rebeldes fueron
repelidas y posteriormente un asedio forzó la capitulación el 19 de agosto, después de grandes pérdidas
en ambos lados.
A raíz de esto, Miranda y Bolívar empiezan a tener diferencias en cuanto al trato de los conspiradores
contrarrevolucionarios. Mientras tanto, en el frente político, los republicanos sufrían la falta de
experiencia del gobierno y en pocos meses el tesoro real, obtenido bajo trifulcas, se gastó en un bloqueo
español que llevó a empeorar la situación económica de la zona.
Bolívar quedó a cargo del puerto republicano más importante, Puerto Cabello en Venezuela, donde se
guardaba un gran número de prisioneros en el fuerte principal, así como un gran acervo de armas y
artillería.
La combinación resultó fatal: un traidor liberó a los prisioneros que se armaban y comenzaron a
bombardear la posición de Bolívar. Él y sus hombres apenas escaparon con sus vidas.
Bolívar se sintió avergonzado por la pérdida y furioso de que Miranda no respondiera las llamadas de
ayuda. Poco después, él y otros oficiales entregaron a Miranda a los españoles. Cuando los españoles
completaron su reconquista del país, Bolívar escapó a Cartagena en Nueva Granada, la cual estaba
inmersa en una cruenta guerra civil.

Batalla de Boyacá (Colombia)


La Batalla de Boyacá ocurrió el 7 de agosto de 1819 cerca de Bogotá, resultando victorioso los
insurgentes sudamericanos sobre las fuerzas españolas. Dicha batalla liberaría a Nueva Granada, hoy
día Colombia.
Un ejército de unos 3.000 hombres, bajo el mando de los generales Simón Bolívar y Francisco de Paula
Santander, sorprendió y derrotó a los españoles en los enfrentamientos preliminares en Gámeza (12 de
julio), Pantano de Vargas (25 de julio) y capturó Tunja el 5 de agosto.
En Boyacá, Santander cortó el avance español cerca de un puente sobre el río Boyacá, mientras que las
tropas de Bolívar atacaron a la fuerza principal a media milla de distancia, haciéndose con unos 1.800
prisioneros y el comandante español.
Bolívar conquistó Bogotá el 10 de agosto y fue aclamado como el libertador de Nueva Granada.
Constituyó un gobierno provisional dejando a Santander como vicepresidente y jefe interino y partió vías
a Angostura en Venezuela, donde anunció su plan para establecer la República de Gran Colombia.
Batalla de Carabobo (Venezuela)
Una de las victorias cruciales para la liberación del territorio suramericano fue la llamada Batalla de
Carabobo (24 de junio de 1821), la cual independizó a Venezuela del control español.
Bajo las indicaciones del gobierno liberal recientemente instalado en España, el general Pablo Morillo
había firmado un armisticio con Simón Bolívar, comandante de las fuerzas revolucionarias en el norte de
Sudamérica, en noviembre de 1820. Posteriormente, los patriotas rompieron los términos del acuerdo
moviendo contra la guarnición realista en el lago Maracaibo.
En Carabobo, Bolívar lideró su ejército numéricamente superior de unos 6.500 efectivos, incluidos
voluntarios de las Islas Británicas, hasta la victoria sobre los españoles, comandados por el general La
Torre. El general José Antonio Páez y sus llaneros y los voluntarios británicos e irlandeses derrotaron al
ejército español mientras la caballería patriótica aplastó su centro.
La victoria patriótica resultante aseguró la independencia de Venezuela, ya que los españoles decidieron
que nunca intentarían controlar la región.
Con los españoles expulsados, Venezuela comenzaría a reformarse tras años de guerras, y a su vez,
Bolívar fundaría la República de Gran Colombia, que incluiría en aquel entonces a Venezuela, Colombia,
Ecuador y Panamá. Posteriormente, esta república se disolvió.
 
Batalla de Pichincha
La capitulación de la batalla de Pichincha
El 24 de mayo de 1822, el ejército rebelde bajo el mando del general Antonio José de Sucre y las fuerzas
españolas encabezadas por Melchor Aymerich, se enfrentaron en las laderas del volcán Pichincha, a la
vista de la ciudad de Quito, Ecuador.
Al norte, Simón Bolívar había liberado el Virreinato de Nueva Granada en 1819, y al sur, José de San
Martín había liberado a Argentina y Chile y se movía hacia el Perú. Los últimos bastiones principales
para las fuerzas realistas en el continente estaban en Perú y alrededor de Quito.
En la noche del 23 de mayo, Sucre ordenó a sus hombres que se trasladaran a Quito. Quería que
tomaran el alto terreno del volcán Pichincha que domina la ciudad, y allí esperar a los primeros rayos de
luz del día para enfrentarse en las empinadas laderas fangosas del volcán.
Las fuerzas de Sucre se habían esparcido durante su marcha, y los españoles fueron capaces de
diezmar a sus principales batallones antes de que la retaguardia alcanzara. Cuando el rebelde batallón
escocés-irlandés Albión aniquiló a una fuerza de élite española, los realistas se vieron obligados a
retirarse.
El 25 de mayo, Sucre entró en Quito y aceptó formalmente la rendición de todas las fuerzas españolas.
Bolívar llegó a mediados de junio a multitudes felices.
La batalla de Pichincha sería el calentamiento final de las fuerzas rebeldes antes de abordar el más
fuerte bastión de los realistas en el continente: Perú. La Batalla de Pichincha consolidó a Sucre como
uno de los principales oficiales rebeldes de la Campaña liderada por Bolívar.

Independencia del Perú: Batalla de Junín y Ayacucho


Batalla de Ayacucho
El 6 de agosto de 1824, Simón Bolívar y Antonio José de Sucre derrotaron al ejército español en el lago
de Junín, en lo alto de las montañas peruanas. Esta victoria preparó el escenario para la Batalla de
Ayacucho, donde otro impresionante triunfo patriota aseguró la libertad para el Perú y toda Sudamérica.

En Junín, Bolívar aprovechó que sus enemigos estaban divididos para tomar ataque, moviendo a cerca
de 9000 hombres.
La caballería argentina de Bolívar llegó al final primero, incitando al general británico William Miller, cuya
caballería pretendía retirarse antes de encender y atacar a la caballería realista. Los patriotas avanzaron
al caer la noche y De Canterac, General en jefe de las fuerzas españolas, retrocedió temeroso de
enfrentarse al ejército patriota en las llanuras.
La Batalla de Ayacucho ocurriría el 9 de diciembre de 1824, siendo una victoria sobre los realistas en el
altiplano cerca de Ayacucho, Perú. Liberó al Perú y aseguró la independencia de las nacientes
repúblicas sudamericanas de España.
Las fuerzas de unos 6.000 hombres, entre ellos venezolanos, colombianos, argentinos y chilenos, así
como peruanos, estaban nuevamente bajo la dirección de Bolívar y Sucre.
Sucre abrió el ataque con una brillante carga de caballería liderada por el atrevido colombiano José
María Córdoba, y en poco tiempo el ejército realista había sido derrotado, con unos 2.000 hombres
muertos.
El virrey español y sus generales fueron hechos prisioneros. Los términos de rendición estipulaban que
todas las fuerzas españolas fueran retiradas de Perú y Charcas (Bolivia).

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