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DIMENSIONES POST PANDEMIA DEL SER HUMANO

SOCIAL:
la pandemia del Coronavirus cada vez suma más cifras de casos contagiados y
personas fallecidas, afectando también a nuestro país. Sus consecuencias han
extrapolado el ámbito sanitario, provocando transformaciones en las relaciones
interpersonales, vida cotidiana y el actuar político y social.

Al principio de la pandemia, y al haber una notable ausencia de una vacuna que


nos garantizara una salvación, la sociedad se vio obligada a tomar medidas de
distanciamientos radicales, que nos cambiaron el estilo de vida drásticamente, en
todos los lugares del mundo las familias, en la educación, en la religión, en todos
los aspectos las personas tomamos precauciones extremas que al igual han
dejado consecuencias alrededor del mundo, mas desempleo, pobreza extrema al
reducirse el empleo, muchas muertes a causa del virus.

La sociedad no estaba preparada para un impacto de esta categoría, desde el


inicio el ser humano se ha enfrentado a diversos cambios, pero mediante la
pandemia ha tenido que diseñar un estilo de vida muy diferente al acostumbrado,
es como si estuviéramos regresando a la era primitiva.

Es de saber que el ser humano a pesar de ser considerado como un ser


incompleto, la situación que vivimos en la actualidad, nos ofrece la oportunidad de
trabajar codo con codo con la comunidad; de igual a igual, con coordinación,
información y transparencia, respeto y compromiso. Con los servicios sociales de
base, cuidadoras formales e informales de ayuda a la dependencia, oficinas de
farmacia, asociaciones, ayuntamientos, residencias y hogares del jubilado, e
incluso con las fuerzas de seguridad y las empresas. Es un momento idóneo para
fortalecer los lazos con la comunidad y potenciar la posición de liderazgo de la AP
en lo que compete a temas relacionados con la salud comunitaria. También es
momento de redefinir el significado de lo que hoy en día es «comunidad»: la
comunidad no son solo las estructuras formales, se palpa en el aire, se vive en las
calles, aflora cuando se necesita. Se organiza de manera espontánea si hace
falta. Improvisa, actúa, sin pensar en protocolos ni se planifica a través de una
cadena de mando. Simplemente, echa mano de dos herramientas básicas, que, a
base de no usarlas, parecían oxidadas: la imaginación y la solidaridad.

La pandemia sin lugar a duda ha colocado ha puesto en tensión a toda la


humanidad, ha exigido el máximo de atención de los diversos gobiernos y también
ha puesto de manifiesto profundas contradicciones en las respuestas políticas y
las capacidades de los sistemas de salud para hacerles frente.

La pandemia también nos ha enfrentado al rechazo hacia aquellas personas que


no buscaron contraer el virus o se han enfrentado a la muerte de algún familiar. En
muchas ocasiones y debido a la alta complejidad del virus la intolerancia es el
mayor factor presente en las personas.

PSICOLOGICO:

En el transcurso de la pandemia, el ser humano he tenido obligatoriamente que


cambiar de chip, cosa que no ha sido del todo fácil, más para aquellas que han
perdido a algún familiar, están en una cama de hospital, o aquellas que
diariamente se enfrentan a riesgo de contraer el virus por sus profesiones.

El nivel psicológico por el que atraviesa la sociedad hoy en día no es del todo
favorable, como se dijo anteriormente la pandemia ha obligado al ser humano a
un aislamiento que nos aleja de seres queridos, de amigos, se pierden empleos y
sobre se enfrenta diariamente a la muerte.

Definitivamente era algo para cual no estábamos preparados en ningún sentido.

Las condiciones que acompañan a una pandemia incluyen distintas fuentes de


estrés para las personas. Los estudios sobre situaciones de estrés y emergencias
permiten resumir las principales variables implicadas en el impacto psicológico
como las siguientes: el miedo a la infección por virus y enfermedades, la
manifestación de sentimientos de frustración y aburrimiento, no poder cubrir las
necesidades básicas y no disponer de información y pautas de actuación claras
(Brooks et al., 2020) o la presencia de problemas de salud mental previos o
problemas económicos (Wang, Zhang, et al., 2020). También el estigma y rechazo
social en el caso de personas infectadas o expuestas a la enfermedad puede ser
un desencadenante de una peor adaptación (Brooks et al., 2020). El grado de
impacto dependerá de varios factores. De acuerdo con el estudio de Sprang y
Silman (2013), la población que ha vivido una cuarentena durante enfermedades
pandémicas es más propensa a presentar trastorno de estrés agudo y de
adaptación y dolor (el 30% con criterios de trastorno de estrés postraumático).

BIOLOGICO:

Más allá de los aspectos microbiológicos y específicamente virológicos, las


principales actividades humanas que han influido en la generación de pandemias y
repercutido en la salud de millones de personas, son la destrucción de
ecosistemas naturales, el tráfico de fauna, la extinción de especies silvestres, el
cambio climático planetario y el proceso de urbanización global

En ese sentido, se encuentra una referencia de China, donde la Comisión


Nacional de Salud de China publicó la notificación de principios rectores de la
intervención de emergencia en crisis psicológicas para la neumonía por la
infección por coronavirus, siendo publicado el 26 de enero de 2020 (49). En donde
notifican que la intervención debe comenzar desde la población de primer nivel e ir
expandiéndose gradualmente. Encontrándose como la población de primer nivel:
A los pacientes diagnosticados con COVID-19 (pacientes hospitalizados con
enfermedad grave o superior) y al personal médico de primera línea. Población de
segundo nivel: A pacientes leves aislados en el hogar (contactos cercanos,
pacientes sospechosos), o pacientes que acudieron al hospital para recibir
tratamiento por fiebre. La población de tercer nivel: A personas relacionadas con
población del primer y segundo nivel, como miembros de la familia, colegas,
amigos, socorristas que participan en la respuesta epidémica, voluntarios, etc. La
población de cuarto nivel: A la población afectada, la población vulnerable y el
público en general afectado por las medidas de prevención. También es
importante resaltar que cualquier intervención debe estar basada previamente en
una exhaustiva evaluación de los probables factores de riesgo que puedan
vincularse al problema, como el historial de salud mental del paciente, duelos
previos, autolesiones o conductas suicidas previas que se hayan presentado en el
paciente o en su familia, así como también su historial de traumas previos, así
como el contexto socioeconómico del paciente

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