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CAPÍTULO I

CARACTERIZACIÓN DEL CHACO

II.1 El Gran Chaco Americano

La composición florística de los bosques de la tierra permite clasificarlos en grandes regiones florísticas, se
toma la clasificación que se observa en la figura siguiente.
Fig. 1. Regiones florísticas del mundo

El continente sudamericano participa en dos de estas regiones florísticas; en la Neotropical y en la


Subantártica. La Neotropical comprende, junto con la mayor parte de Sudamérica, toda América Central,
incluyendo la península de Baja California. Solamente el extremo sudoccidental de Sudamérica es atribuido a
la Subantártica. En la Neotropical se presenta una variada gama de condiciones climáticas como solo hay
pocas en la tierra. Correspondientemente los bosques se presentan en una multiplicidad casi insuperable.
(Hueck, 1978)

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Fig. 2. América del Sur corresponde a la Región Neotropical.

La palabra “Chaco” tiene varias acepciones, pero la mas difundida y aceptada se mueve en torno a la misma
idea; se considera que es una palabra quichua que significa “tierra de cacerías” o “lugar donde se concentra la
caza” (Furlong, 1995)
Sin embargo Pedro Lozano, en 1733, lo define así: “la etimología de este nombre “Chaco”, indica la multitud
de las naciones que pueblan esta región. En Perú cuando los indios salen a cazar y juntas de varias partes las
vicuñas y guanacos, aquella muchedumbre se llama Chacu, en lengua quichua, que es la general del Perú, y
por ser multitud de naciones las que habitan las tierras referidas, les llamaron semejanza de aquella junta,
“Chacu”, que los españoles han corrompido en Chaco” (Lozano,1941).
La gigantesca región del Chaco, con una extensión de más de 800 mil Km2, está cubierta por el bosque seco
ininterrumpido más grande del continente americano. La región comienza en el norte aproximadamente a la
altura de Santa Cruz de la Sierra en Bolivia y se extiende hacia el sur hasta Mar Chiquita en Argentina, con
una longitud de más de 1500 Km. y un ancho promedio de 750 Km. De la superficie total del chaco le
corresponden aproximadamente 350 000 km2 a la Argentina, 350.000 km2 a Paraguay y 100.000 km2 a
Bolivia. Solo una parte relativamente poco importante avanza hasta Brasil cruzando el río Paraguay. (Hueck,
1978)
La población total del Gran Chaco es de 3.985.000 habitantes, correspondiendo a:
- Chaco argentino:.......... 3.581.500 habitantes (89,9 %),
- Chaco boliviano: ..............277.300 habitantes (6,9 %),
- Chaco paraguayo: ...........126.200 habitantes (3,2 %).

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Coexisten poblaciones aborígenes con descendientes de diversas corrientes migratorias, básicamente
italianos, españoles, ucranianos, alemanes y de otras naciones europeas. La población aborigen, está
calculada en 100.000 personas (aproximadamente 2,5 % de la población total), distribuidas entre los tres
países.
Fig. 3. Las divisiones del Gran Chaco Americano

La región se puede clasificar en el Chaco Occidental en parte extremadamente seco y el Chaco Oriental más
húmedo. Hacia el oeste hay una zona de ancho variable que corresponde a una transición hacia los bosques
ubicados al pie de los Andes. La parte sur del Chaco se transforma gradualmente en una pampa agrícola.
Según Hueck, (1978) el Chaco es en el sentido económico la región boscosa mas importante de Sudamérica.
El Chaco Argentino comprende a las provincias de Salta, Tucumán, Jujuy, Catamarca, Santiago del Estero,
La Rioja, Córdoba, Chaco, Santa Fe y Formosa; el Chaco Paraguayo corresponde a la mitad occidental del
país; en Bolivia al menos el tercio sur del departamento de Santa Cruz y la parte brasileña se encuentra en el
Estado de Mato Grosso.
II.1.1 Características generales de clima y suelo del Chaco
Una característica del Chaco es su topografía completamente plana. Sus sectores bajos en el Chaco oriental
no sobrepasan una altitud de 100 m, a partir del río Paraguay la superficie se eleva lentamente hacia el
noroeste y llega a no más de 350 m cerca del pie de la cordillera. Esta gran planicie se extiende a través de
una amplia hondonada entre el macizo central de Brasil y la cordillera de los Andes. En el despedazado
subsuelo antiguo, que en parte se encuentra bajo el nivel del mar, hay limos y arcillas en variada alternación
con sedimentos marinos terciarios, especialmente yeso y sal. En los niveles mas altos se alternan las capas de
loess limoso o arenoso con arcillas de loess, encima de las cuales hay sedimentaciones fluviales mas recientes
(Rhoemeder, 1943)
La capa superior del suelo es parda y generalmente sin humus. La hojarasca producida por los árboles y
arbustos de hojas pequeñas, se descompone tan velozmente por la influencia de la luz y de la sequía, que no
tiene importancia en la formación del humus. Sin ningún valor para la producción del humus es la sustancia
orgánica formada por las hierbas y pastos.

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Como consecuencia de la gran sequía el suelo se cubre de una gruesa capa de polvo durante los meses poco
lluviosos y durante los pocos meses con lluvia la precipitación puede ocasionalmente conducir a
inundaciones en las hondonadas planas.
Los valores de PH en las capas superiores del suelo están entre 6,8 y 7,2. donde hay suelos salinos a
consecuencia de la fuerte evaporación se alcanzan valores de 7,8 y más.
Las principales características ecológicas del Chaco son:
 Alta variabilidad pluviométrica, en el Chaco Occidental está bajo los 500 mm o apenas excede
ese límite. Ellas se elevan a más de 1000 mm en el Chaco Oriental sobre el río Paraguay y en el
oeste, en las proximidades de la cordillera, se llega a más de 800 mm al pie de los primeros
contrafuertes.
 A ese modelo pluviométrico de alta variabilidad están ligadas inundaciones y sequías, que son
omnipresentes en el Chaco.
 Los ríos que llevan agua todo el año, cruzan el Chaco sin formar valles desenvolviendo una gran
llanura de bancos meandrosos, que en el Bermejo alcanza unos 100 Km. de ancho. Sobre esta
llanura de bancos meandroso, el fenómeno de migración del cauce principal por taponamiento y
captura da origen a grandes unidades inestables donde el fenómeno de inestabilidad no es cíclico
sino errático, como en la subregión del Teuco- Bermejito.
 Temperaturas que en su promedio anual se mueven entre los 18 y 25º C.
 En el Chaco Occidental suelos muy secos, ocasionalmente salinos.
 Debido al reducido número de árboles hay un irrestricto aprovechamiento de la luz, lo cual es un
requisito importante para el crecimiento de la vegetación del suelo y con ello también para la
regeneración de las especies arbóreas más importantes del Chaco.
 Otro rasgo del Chaco es la inflamabilidad generalizada de los ambientes con cierta dotación de
pastizales. Prácticamente todos los pastizales, pajonales, sabanas y parques del Chaco han estado
o están sometidos a incendios.
 La tendencia generalizada a la lignificación del paisaje ya que en el Chaco hay especies arbóreas
y arbustivas con excepcional aptitud como leñosas colonizadoras. La especie mas conocida es
Prosopis ruscifolia, “vinal”, pero hay otras especies con características semejantes que merecen
ser estudiadas.
Del total de las precipitaciones en el Chaco caen a menudo el 80 % y más durante la estación de lluvias, que
dura generalmente desde noviembre hasta abril. Ocasionalmente las precipitaciones descargan hasta 80 mm
de lluvia en un día, el agua escurre superficialmente y a gran velocidad por lo que sólo puede ser aprovechada
en una proporción mínima por la vegetación y además las reservas de agua en el suelo permanecen bajas. Por
el escurrimiento superficial se forman profundos valles de erosión con paredes verticales llamadas barrancas.
Este tipo de precipitaciones fuertes puede producir en la vegetación, por el lavaje en las raíces, más daños
que beneficios. Resalta que en el Chaco Occidental, donde la escasa vegetación no puede ofrecerle protección
al suelo, existe un peligro mucho mayor de erosión que en el Chaco Oriental con sus cuantiosas lluvias,
donde el suelo está mejor protegido por una densa cubierta vegetal.
El agua freática en el Chaco Occidental se encuentra a menudo a una profundidad de 30 m, totalmente fuera
del alcance de una vegetación boscosa.
Las temperaturas del Chaco descienden de norte a sur. Santa Cruz, no lejos del bosque seco del Chaco, tiene
una temperatura anual media de 25º C, las estaciones en el centro del Chaco paraguayo registran valores entre
23 y 24º C. Desde aquí los promedios de la temperatura decrecen rápidamente hacia el sur, Santiago del

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Estero en el noroeste de Argentina tiene 20,6º C; Tucumán en la orilla occidental del Chaco tiene 19º C y
Córdoba justo al otro lado del límite sur del Chaco registra apenas 17º C.
Una particularidad del Chaco son las tempestades de arenas, que con gran regularidad cruzan la región en
agosto y septiembre, en pocas horas aumenta la temperatura en 12-15ºC. Estas tempestades de arenas son
dañinas, no tanto por la velocidad del viento sino porque desecan la tierra, marchitan la vegetación y se llevan
la cubierta del suelo. Otras tormentas conocidas como “pamperos” se deben a las frecuentes e intensivas
irrupciones de masas de aire fríos polares. Súbitas caídas de la temperatura, a menudo acompañadas de lluvia
son la consecuencia.

II.2 Chaco Argentino

Según Cabrera (1976) el Dominio Chaqueño puede dividirse en las siguientes provincias las cuales tiene
afinidad florística y es por esta razón que las reúne en igual dominio:

 Provincia Chaqueña
 Provincia del Espinal
 Provincia de la Prepuna
 Provincia del Monte
 Provincia Pampeana
El Dominio Chaqueño cubre la mayor parte de la República Argentina extendiéndose prácticamente desde el
Atlántico hasta la cordillera y desde el límite con el Paraguay hasta el norte de Chubut. Su vegetación es
polimorfa: bosques xerófilos caducifolios, estepas arbustivas, palmares, sabanas, praderas, estepas, pajonales,
etc. Su clima es variado predominando el de tipo continental, con lluvias moderadas a escasas, inviernos
moderados y verano cálidos.
La Provincia Chaqueña tiene varios sinónimos, los más importantes son:
 Parque Chaqueño (Parodi, 1934 y 1945; Castellanos y Pérez Moreau, 1941; Hauman, 1947;
Ragonese, 1967).
 Bosque Chaqueño (Frenguelli, 1941)
 Provincia Chaqueña ( Castellanos y Pérez Moreau, 1944)
 Región del Chaco (Hueck, 1957).
En la Argentina se extiende por Formosa, Chaco, este de Salta, de Jujuy, de Tucumán y de Catamarca, oeste
de Corrientes, penetrando en el norte de Córdoba y Santa Fé, y llegando hasta la Rioja y San Luis.
El Chaco no es homogéneo, es conveniente para su mayor comprensión dividirlo en regiones. Algunos
autores lo dividen de acuerdo a la cantidad y distribución de las lluvias, como es el caso de Ragonese y otros
de acuerdo a la composición florística como lo hizo Cabrera, de alguna manera estas divisiones coinciden
geográficamente, se toma en este caso la división siguiente:

I- Distrito Chaqueño Oriental (Chaco Húmedo)


II- Distrito Chaqueño Occidental (Chaco Semiárido)
III- Distrito Chaqueño Serrano
IV- Distrito de las Sabanas

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Fig. 4. Chaco Argentino

II. 2.1 - Características del clima


El clima de la provincia chaqueña es variado, predominando el tipo continental con lluvias moderadas a
escasas, inviernos moderados y veranos cálidos, caracterizados por períodos de lluvia y de sequía bien
delimitados (Wissmann, 1980)
Los parámetros de precipitación media anual y de temperatura media anual según Hirschhorn (1986) se
presentan en las figuras siguientes. (mencionado por Giménez, et al, 2003)

Fig.5. Precipitaciones medias en la Fig.6. Temperaturas medias anuales en la


región del Chaco región del Chaco

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El trazado de las isoyetas anuales es aproximadamente regular en la dirección de los meridianos en la región
norte, e irregular en la sur. Las precipitaciones disminuyen gradualmente de Este a Oeste, desde la
confluencia del río Bermejo- Paraguay donde llega a 1300 mm hasta el límite de 800 mm.
El coeficiente de variación de lluvias, también sigue un gradiente NE-SO y el gradiente de disminución
alcanza 1,5 mm/ Km., hacia el occidente (Galmarini, Raffo del Campo, 1964). El mínimo de precipitación se
produce en invierno (15- 150 mm) y el máximo en la estación cálida (250- 450 mm), pero con tendencia a un
doble pico al final de la primavera y verano.
Las zonas hídricas de Thornthwaite, aparecen como franjas longitudinales paralelas a los ríos Paraná y
Paraguay. Comienza con la zona subhúmeda sobre los mencionados ríos, posteriormente la zona subhúmeda
seca (Chaco húmedo); luego la zona semiárida (Chaco Semiárido o Distrito Chaqueño Occidental), para
incrementar en la subhúmeda seca y subhúmeda en áreas reducidas en el distrito Chaqueño Serrano. (Atlas de
suelo de la República Argentina, 1990)
El factor térmico en cambio es aproximadamente perpendicular al hídrico, ya que su fluctuación principal es
en dirección norte- sur (Atlas de suelo e la República Argentina, 1990). La región se caracteriza por tener un
clima cálido con temperaturas máximas absolutas que superan los 45º C y temperaturas mínimas por debajo
de 0º C (Boletta et al, 1989).
El gradiente pluviométrico de E-O y la concentración estival de las precipitaciones, cada vez más acentuadas
hacia el Oeste, determinan la diferenciación cualitativa y genética de los ecosistemas chaqueños. La
concentración estival de las lluvias alcanza un 40 % en el extremo E y supera el 70 % en el O.
La marcada estacionalidad hídrica es la que determina la estrategia de adaptación de la biota y condiciona las
actividades productivas del hombre (Bruniard, 1960)
II.2.2 Caracterización edáfica de la provincia chaqueña
La provincia Chaqueña conforma una porción sustancial de la cuenca del Plata. Topográficamente es parte
integrante de la gran llanura chaco-pampeana, que desde las sierras Pampeanas y Subandinas en el oeste, se
extienden hasta los ríos Paraná, Paraguay, Plata y el océano Atlántico en el este (Morello y Adámoli, 1971).
Geológicamente es una vasta cuenca sedimentaria cubierta en su mayor parte por sedimentos cuaternarios,
terminando al este en la Mesopotamia. La geomorfología general del área indica que el extremo centro-este
se encontraría sobre la zona culminante del Domo Central con suelos de alta productividad y buena riqueza
forestal.
El área está constituida por material aluvial y loéssicos principalmente en el centro y sudoeste del área,
siendo los que presentan mayores problemas de drenaje interno. Los materiales originales son: II aluvial
local, IV Loes aluvial local fósil, III aluvial local fósil, I aluvial general, (Atlas de Suelos de la República
Argentina, 1990). Sobre la base del análisis de tipo de paisajes el territorio se divide en grandes áreas
geomorfológicas. El tipo de paisaje es un complejo de geoformas que sigue un determinado patrón y
representa una variación de suelo dentro de un determinado rango. De acuerdo a Barbona (1977), las grandes
áreas geomorfológicas que caracterizan la región son: 1 y 2.
1. Región geomorfológica fosa paraguayo-paranaense: Corresponde a los valles de los ríos Paraná y
Paraguay, donde predominan los suelos aluviales e hidromórficos
2. Región de influencia del río Bermejo: Superficie de modelado exclusivamente fluvial (llanuras
aluviales y desagües) en la que predominan los altos ondulados con suelo limo-arenosos y lagunas
circulares elípticas profundas y con escasa vegetación palustre.

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Fig. 7. Mapa de suelos de la región del Chaco

Los suelos del Chaco presentan dominios de la fracción media a medianamente fina en su composición
textural. El aumento del déficit hídrico en dirección E-O, está acompañado de condiciones bioclimáticas cada
vez menos favorables para la formación de buenos agregados estructurales en el suelo, suficientemente
estables ante la acción de los agentes exógenos.
A la vez, la pedogénesis cada vez más lenta hacia el Oeste, en esa dirección incremente paulatinamente la
capacidad potencial de las acciones mecánicas de la morfogénesis (hídrica y eólica). Sin embargo, los riesgos
se ven minimizados en condiciones naturales por la casi continua cubierta vegetal del Chaco, que actúa como
pantalla protectora ante las acciones mecánicas de la morfogénesis (Morello y Hortt, 1987).
II.2.3 Relieve
Es uno de los principales factores, que inciden en el desarrollo y génesis del suelo. La zona semiárida se
encuentra entre las cotas de nivel de 90 m al Este y 265 m al Oeste, presentando una llanura suavemente
ondulada, disectada por cauces de ríos y depresiones poco pronunciadas. No obstante su aparente
homogeneidad, propia de toda llanura monótona y desprovista de barreras geográficas significativas, se
esconde una diversidad fisonómica y ecológica.

II.3 Chaco Occidental o Chaco Semiárido

Se extiende por la mitad occidental de Formosa y Chaco, por el extremo noroeste de Santa Fe, casi todo
Santiago del Estero, el este de Salta, el extremo oriental de Jujuy, el este de Tucumán, penetrando en el este
de Catamarca y La Rioja, y el norte de Córdoba.
Abarca una superficie aproximada de 32 millones de hectáreas, es considerada la región más característica
de lo que es el Chaco.
II.3.1 El ambiente del Chaco Semiárido
II.3.1.1 Hidrografía y Relieve
Su pendiente es muy pequeña y se la calcula con un valor promedio del 0,045, es decir que por cada 100 m de
terreno recorrido, su declive es de 4 cm. Esta suave inclinación desciende de oeste a este y de norte a sur.
Todo su borde oeste son cordones montañosos, llamados sierras Subandinas los del noroeste y sierras

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Pampeanas los del suroeste. La pendiente se hace mayor mientras más se acerca a dichas serranías.
La llanura chaqueña presenta numerosos bajos sin salida o áreas de lento escurrimiento de agua, las que
suelen inundarse en las épocas de lluvia y luego, cuando cesa el aporte de agua y debido a la intensa
evaporación, se convierten en extensas áreas salinas. Es decir que al secarse la lluvia en las depresiones poco
profundas se forman frecuentemente acumulaciones muy finas de sal y de yeso, que son frágiles costras
salinas denominadas salitres. Donde el escurrimiento superficial de las aguas es más dificultoso se forman
salitrales, es decir, salinas en las que la costra de sal alcanza algunos milímetros de espesor, que impide el
crecimiento de especies leñosas. Costras aún más gruesas hay en Salinas Grandes y en los salares al sur de
Santiago, donde desaparecen las plantas halófitas, extendiéndose un desierto absoluto de sal sin la más
mínima señal de vegetación.(Hueck, 1978) Karlin et al (1994), destaca la importancia de la presencia de los
ríos en esta gran llanura donde la pendiente regional es tan suave y la carga sedimentaria tan grande, que los
principales ríos como el Pilcomayo, el Bermejo, el Juramento- Salado y el Salí- Dulce, cambian su curso
con frecuencia, formando amplias planicies aluviales. Los ríos menores originados en las principales
serranías, ejercen su modelado en áreas restringidas antes de insumir su agua en la llanura, como es el caso de
los ríos Itiyuro, Dorado, Del valle y otros

Fig. 8. Principales ríos del Chaco Argentino y de la provincia de Santiago del Estero

Estos cuatro grandes ríos del Chaco se ubican al noroeste de la región y se originan en las secas pero
inmensas cuencas de captación de la región andina, a los que luego se agregan las precipitaciones de las
sierras Subandinas. Estos ríos atraviesan la parte central seca, y los tres primeros desembocan en el Paraguay-
Paraná, acompañados por un gran número de arroyos y ríos que se originan en la región del Chaco Oriental o

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Subhúmedo, mientras que el Salí- Dulce vuelca sus aguas en la laguna de Mar Chiquita, en el norte de la
provincia de Córdoba.
Los ríos son hidrológicamente complejos; presentan una tendencia notable a desviarse lateralmente sus
cauces creando meandros, así como a atascarse en sus propios sedimentos, separándose en varios brazos.
(Mencionado por Pastor Arenas, 2003)
La presencia de salinas y bajos salinos es uno de los rasgos preponderantes en el suroeste de la región, donde
además los ríos y arroyos son de menor caudal y debido a la menor superficie de las cuencas y a las bajas
precipitaciones de esta zona sólo traen agua en épocas de lluvia.
Durante las crecientes los ríos salen de su cauce principal y se derraman sobre la llanura, al no poder retomar
debido a los albardones formados en su curso, al no recibir nuevos aportes de agua y por la escasa pendiente
del terreno, estos derrames se evaporan o se infiltran salinizando el suelo y depositando una enorme carga
sedimentaria. Los sedimentos de estos ríos aportan en forma sustancial a la fertilidad de los suelos, en
aquellos lugares donde se depositan. (Karlin et al, 1994)
La constante acción de los ríos, en el pasado y en el presente, es la causa de una gran variabilidad de suelos,
que presentan manchones de fertilidad. El relieve también hace su parte y así, en las zonas más bajas e
inundables donde generalmente se depositan las arcillas, los tenores de salinidad del suelo se elevan,
conforme a un gradiente de concentración de sales, el cual es fácilmente detectable a través de la vegetación
(Nadir, Chafatinos, 1980)
Karlin et all (1994) menciona que no se observa un patrón regular para las napas freáticas. Sin embargo se
puede señalar que cerca de ríos, arroyos, paleocauces o en donde terminan los pedemontes, el agua
subterránea es dulce y se encuentra a relativamente poca profundidad; alejándose de estos entornos, la napa
se va profundizando y/ o salinizando
El mismo autor menciona que la captación de agua de estos ríos y arroyos se realiza mediante represas y
tomas de distintos tipos para riego, industrias o consumo en general de las ciudades, que han hecho disminuir
los caudales normales, en especial el de los ríos Salado y Dulce y otros muchos ríos y arroyos de la parte
suroeste del Chaco, como el río del Valle en Catamarca y algunos ríos de la Rioja y Córdoba. Los dos
grandes, el Bermejo y el Pilcomayo, todavía mantienen en gran parte sus caudales. Las consecuencias ya
empiezan a visualizarse, desde beneficios para ciudades o cultivos, generalmente exóticos, lo que produce
salinización de los suelos y disminución de las aguas subterráneas de la zona mas seca del Chaco. Es decir
que en general, se provoca menor disponibilidad hídrica en la región justamente más seca.
Por lo tanto en el Chaco Semiárido existen varios ambientes con sus respectivas unidades funcionales, entre
los que se destacan:
Ambientes bajo la influencia de los grandes ríos: comprende el río y su área actual de influencia. Este es el
caso de los ríos Pilcomayo, Bermejo, Juramento- Salado y Salí- Dulce con sus áreas aledañas: esteros,
bañados y zonas inundables en función de las crecientes normales.
Ambientes que no se encuentran bajo la influencia de los ríos: son áreas que están muy alejadas de los ríos y
de sus áreas de influencia actuales o pasadas, como el llano del centro- este del Chaco Semiárido. La oferta
del recurso es aquí generalmente uniforme en grandes espacios.
Ambientes que estuvieron en el pasado bajo la influencia de los ríos: existe una gran superficie que presenta
las huellas del paso de los ríos. Presenta zonas “altas” que derivan el agua de lluvia hacia “depresiones”
donde el agua se acumula y/ o hacia profundas “cañadas” donde el agua corre según la pendiente.

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Fig. 9. Vista del río Salado en el Departamento Alberdi- Santiago del Estero

Las cañadas son antiguos cauces de brazos del río por donde el agua corre en las épocas de lluvia secándose
en la época seca. Contiene tramos más bajos donde el agua se puede acumular y permanecer todo el año o
parte del mismo. Estas diversas zonas ofrecen recursos naturales renovables diferentes entre sí, reciben
distintas presiones de uso y por lo tanto presentan estados de degradación diferentes. Mientras mayor ha sido
el tiempo en que el río dejó de afectar el terreno (a mayor distancia del cauce actual) y mientras mayor es la
degradación por presión del uso, el relieve se va suavizando, porque se va rellenando con materiales
aportados de las zonas más altas.
II.3.1.2 El clima de la provincia de Santiago del Estero
El Ing Néstor Ledesma, en una de sus tantas obras se refiere al “clima hídrico” de la provincia de Santiago
del Estero y acentúa que el clima de la provincia se considera semiárido, pero esta semiaridez no es uniforme
en todo el territorio. Desde el punto de vista climático, particularmente bajo la influencia del factor hídrico, el
territorio de la provincia participa de todos los climas del país, a excepción del patagónico.
De cuerdo con la metodología de estudio adoptada, se analiza el clima hídrico bajo tres aspectos: a) volumen
de precipitación, b) Régimen en pluvial, c) Balance hídrico.
Ledesma (1979), indica también que la cantidad de agua que llega al suelo en un año se denomina volumen
de precipitación, y en la provincia como en casi todo el país, las lluvias son mayores al este y disminuyen
progresivamente hacia el oeste. Lo mismo pasa en la provincia, mientras en el departamento Rivadavia, al
sudeste de la provincia, el volumen anual de lluvia es de 800 a 900 mm. y en el este del departamento
Moreno es de 750 mm. en Choya al sudoeste las lluvias apenas alcanzan un promedio de 380 a 400 mm. En
el centro de la provincia alrededor de la ciudad de Santiago del Estero y la zona de riego, los valores
normales son de 550 a 600 mm. Es interesante acotar que este valor representa aproximadamente el promedio
de las lluvias en toda la República Argentina. Los registros de lluvia son muy variables de un año a otro, en la
zona central oscilan entre 1200 mm en años lluviosos y 300 mm en los más secos; esta variabilidad típica de
la región semiárida es uno de los factores que crean la angustia de la inseguridad, por eso fue necesario crear
todo un sistema de diques y canales para asegurar la agricultura de riego.
Este mismo autor manifiesta que el régimen pluvial de la provincia participa de los caracteres de las más
diversas regiones:
 El sudoeste en sus departamentos Rivadavia, Aguirre y Belgrano participa del régimen
pluvial pampeano que alcanza hasta las Sierras de Sumampa.
 El paisaje del sudeste es pampeano, y se caracteriza por el predominio de la vegetación
herbácea, si bien en esta zona ya en el límite de dicha región no es exactamente semejante al centro
de la provincia de Buenos Aires. Las lluvias pampeanas, de la provincia, se concentran alrededor
de dos épocas de mayor precipitación en los meses de noviembre y marzo.

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 En el centro-este, en la parte oriental de los departamentos Moreno y General Taboada, los
caracteres del clima hídrico son una extensión del Chaco húmedo, que a su vez es prolongación del
régimen hídrico de la selva misionera. Las lluvias se concentran en dos épocas de máxima
precipitación, en octubre y abril, siendo menores en verano y muy escasas en invierno. Esta
distribución de las lluvias permite que, tanto en nuestra zona pampeana, como el centro-este, el
suelo permanezca húmedo durante largos períodos y el paisaje presente pastos verdes y tiernos
durante tres de las cuatro estaciones del año.
 Al noroeste en los departamentos Pellegrini, Jiménez, Río Hondo y parte de Banda, Capital y
Guasayán, las precipitaciones se concentran en la estación de verano. Es el régimen de la selva
Tucumano-Boliviana de tipo monzónico con una sola máxima alrededor del solsticio de verano; el
otoño presenta lloviznas y durante el invierno y la primavera la sequedad es normalmente
completa. hacia el sudoeste las lluvias disminuyen notablemente, la provincia participa de la región
del Monte, típica del oeste del país, cuya sequedad se acentúa hasta la provincia de San Juan,
donde llueve menos de 100 mm. anuales.
 Al sur de la provincia penetran las Sierras Centrales con régimen climático propio distinto de
las laderas este y oeste.
Ledesma (1979), también señala que el balance hídrico, es decir la relación entre lluvia caída considerada
factor positivo y la pérdida por evaporación, factor negativo, presenta otro de los caracteres determinantes de
la semiaridez. El centro de la provincia considerado con rígido concepto climático, es por definición, una
región semiárida. Una evaporación potencial media de 1200 mm, lluvias medidas de 600 mm demuestran que
queda un déficit de 600 mm, lo cual es típicamente un balance semiárido. Esta situación es similar en toda la
provincia:
Hacia el sudeste hay períodos del año en que la lluvia supera a la evaporación, en ciertas épocas, hay
exceso de agua y en otras, déficit; por eso se describe a esta zona como semiárida subhúmeda, su déficit
normal es apenas superior a los 100 mm anuales.
En el centro-este la situación es semejante con un déficit algo mayor.
La zona más árida de la provincia está situada en el sudoeste, donde durante todo el año el déficit de
agua es intenso. La topografía ondulada del terreno por la presencia de la Serranía de Guasayán, concentra el
agua en el fondo de los valles, mitigando en parte el efecto de aridez.
Fig. 10. Precipitaciones promedio en la provincia de Santiago del Estero (Fuente: INTA)

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Es interesante tener en cuenta el resumen donde concluye:
 Que las lluvias en nuestra provincia son abundantes al este y disminuyen progresivamente hacia el
oeste;
 El clima hídrico determina varias zonas: al sudeste la región pampeana, al centro-este el Chaco
húmedo; al noroeste, el clima hídrico de la selva Tucumana; al sudoeste la región del Monte, al sur el
clima de las Sierras Centrales. Como consecuencia de ello se deduce que en el centro de la provincia
convergen las diversas zonas climáticas del país, donde necesariamente, pierden sus características
típicas.
 En cuanto al balance hídrico se presentan leves excesos en la zona oriental, que se caracteriza como
subhúmeda, siendo el resto de la provincia deficitario durante todo el año, fenómeno que se acentúa en
el sudoeste.
II.3.1.3 El uso de nuestro clima
El clima, que brinda los elementos fundamentales que posibilitan de vida, particularmente el agua y el calor,
es la herramienta fundamental que permite planificar el desarrollo de las distintas actividades del hombre.
Por ello es importante reconocer cada una de las regiones de la provincia y señalar las actividades más
adecuadas para obtener el máximo beneficio conducente al bienestar de la sociedad humana.
El establecimiento de agricultura sin riego como base económica, no es aconsejable en ninguna zona de
nuestra provincia, por la falta de seguridad de cosecha por la variabilidad. Se cuenta con recursos hídricos
provenientes de los ríos y del agua subterránea que, unidos a las excepcionales condiciones de temperatura y
a la poca frecuencia de factores climáticos adversos, posibilitan el desarrollo de agricultura con seguridad de
cosecha por la posibilidad del riego. El clima de primavera suficientemente caliente permite a Santiago
adelantarse a muchas otras regiones en la producción de valiosos productos agrícolas.
Aprovechar el clima desarrollando con inteligencia las actividades adecuadas al ritmo e intensidad propia de
cada región, contribuye al pleno desarrollo de la economía. (Ledesma, 1979)
II.3.2 Vegetación del Chaco Semiárido
El rasgo mas característico del Chaco son sus bosques, altos densos y más diversificados cuando hay
mayor disponibilidad de agua y mas bajos, abiertos y con menor variedad de especies arbóreas
mientras más seco sea el ambiente. El Chaco es conocido como “el antiguo país del quebracho, esos
gigantes del bosque que requieren más de 150 años para alcanzar la madurez”. Su poca prisa resulta
en una madera dura y muy resistente, quebracho significa “quiebra hacha”. Hoy se encuentran en un
estado de extrema degradación a causa de la intensa deforestación.
Hueck (1978) describió al Chaco como un territorio boscoso, donde dominan los bosques abiertos xerofíticos
y mayormente de hojas pequeñas. Rodales más densos y sombríos se tornan escasos y reaparecen recién
como bosques de transición en el húmedo oriente y en una franja estrecha a la orilla de la cordillera. El
bosque xerofítico se extiende como una monotonía espantosa y chocante por millas y millas a través de una
llanura que durante el verano se deseca totalmente.
De acuerdo a Cabrera, quien describió la vegetación de Argentina en el año 1976, en el Chaco Semiárido las
comunidades arbóreas más importantes desde el punto de vista ecológico y económico son:
• Bosques de “quebracho colorado” y “quebracho blanco”: El quebrachal es la comunidad dominante
desarrollada sobre suelos maduros. Predominan el Schinopsis lorentzii, “quebracho colorado santiagueño”
y el Aspidosperma quebracho blanco, “quebracho blanco”, ambas de gran importancia económica.
Son bosques ralos con alturas de 15-20 m, originalmente eran el tipo de bosques con la mayor distribución en
el Chaco. Su utilización es tan intensiva que hoy no se encuentran superficies de bosques vírgenes, a pesar de
la gran extensión que abarcan.

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Estas comunidades raramente se establecen en lugares salinos, y puede llegar a formarse un débil
enriquecimiento de humus en el suelo de los quebrachales, que tiene la mayor abundancia de follaje. Durante
la sequía invernal se deseca el suelo hasta grandes profundidades y entonces un fino polvo cubre la
vegetación.
El bosque de quebracho ha sido utilizado en todas partes en una forma cercana a la exterminación, no
solamente proporciona madera para la construcción y leña, sino que sigue siendo hoy en día, la base para la
producción de tanino.
Fig. 11. Schinopsis lorentzii, “Quebracho colorado”, en Parque de los Quebrachos- Departamento
Alberdi- Santiago del estero

• Bosques de “quebracho” y “palo santo”: Morello y Toledo distinguen un tipo especial de bosque en el
extremo norte de Argentina; es el bosque de Bulnesia sarmientoi, “palo santo”, en las provincias de
Salta, Chaco y Formosa. Desde aquí se extiende hacia el interior de Paraguay y Bolivia. Su especie
económicamente más importante es Bulnesia sarmientoi, la cual aparece mezclada en el bosque de
quebrachos, son escasos los rodales puros, llamados “palosantales”.
Y Hueck (1978) agrega a estas comunidades la de Algarrobos, con Prosopis alba, Prosopis nigra y otras
especies de Prosopis. Estas comunidades aparecen en los lugares ecológicamente mas desfavorables, ya sea
porque las precipitaciones descienden a un mínimo y los suelos están aún más desecados que en los bosques
de quebracho, o porque tienen una gran concentración de sales o incluso están cubiertos con una costra de sal.
Como el “algarrobo” soporta mucha más sal en el suelo que los demás tipos de bosques, es el que mas se
acerca a los salares que interrumpen en las hondonadas sin desagüe el paisaje del Chaco, como los salares de
Santiago del estero en Argentina. A menudo también aparecen en las proximidades de poblados y ranchos
rodales de Prosopis nigra como vegetación secundaria en reemplazo de los bosques de “quebracho”. (Hueck,
1978)
Las condiciones ecológicas en este tipo de bosques están caracterizadas por precipitaciones
extraordinariamente bajas, que en parte son inferiores a 500 mm.
Las dos especies principales del bosque de Algarrobo son el Prosopis alba y Prosopis nigra ambas con una
altura de 10- 12 m. Se agregan algunas otras especies de Prosopis, en parte arbustivas. Ellas son
imprescindibles para la vida de los pobladores lo cual trajo como consecuencia que no existan en la
actualidad bosques de algarrobo intocados.
En cuanto a las comunidades serales mencionadas por Cabrera (1976), es decir aquellas comunidades que
aún no llegaron a su máximo biológico estable o clímax, son:
 Bosques de Tessaria integrifolia “aliso del río” y Salix humboltiana “sauce criollo”, en las orillas de
los ríos
 Bosquecillos de Acacia aroma “tusca”, en las barrancas bajas de los ríos Juramento y San francisco.

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 Bosques de Enterolobium contortisiliquum “timbó”, en algunos tramos de los Bermejo y Pilcomayo
 Camalotes, formados por Panicum elephantides y Eichornia crassipes ,
 Pajonales de Panicum prionites “paja brava”, en las riberas inundables del río Pilcomayo
 Espartillales, en los suelos bajos próximos a los ríos; están formados por Elionorus tripsacoides, una
gramínea usada como forraje.
 Pajonales de Typha dominguemsis “totora” y Scirpus californiens “junco”, en suelos
permanentemente inundados.
 Sabanas de Pennisetum frutescens “simbol”, donde los suelos se inundan durante la estación de las
lluvias en verano, por poseer capas impermeables a poca profundidad. Entre los pastos dominantes
crecen
 Palmares de Copernicia alba, “palma blanca”, en suelos que sólo se inundan durante los meses de
verano. Según Morello y Saravia (1959) estos palmares poseían primitivamente un estrato herbáceo rico
en gramíneas pero en la actualidad el sobrepastoreo ha destruido este estrato y permitido el desarrollo de
un estrato de arbolitos y arbustos espinosos formado por Prosopis ruscifolia, Geoffroea decorticans,
Prosopis vinalillo, etc.
 Estepas de Heterostachis ritteriana, “jume”, y Allenrolfea vaginata, “jume”, es la comunidad
característica de los suelos muy salobres. La vegetación es una estepa con vegetación de suculentas que
alcanzan los 30 a 80 cm de altura, entre los que quedan grandes espacios de suelo desnudo cubierto de
sal.
 Cardonales: sobre suelos medianamente salinos se desarrollan comunidades de Stetsonia coryne,
cardón”, asociado con Geoffroea decorticans, “chañar”, Mimozyghantus carinatus, “lata”, Suaeda
divaricata, “jume”; además de varios Prosopis y algunas especies de la familia Compuestas.
II.3.3 La Influencia Del Hombre En El Ambiente
En estos bosques secos, que se encuentran en el límite de sus posibilidades de existencia debido a una
precipitación muy baja, toda intervención humana tiene que tener consecuencias doblemente negativas. En
realidad el paisaje del Chaco ha sido alterado a menudo en extensiones tan grandes que actualmente sólo es
posible encontrar rodales intocados en las regiones más apartadas.
Cuando los primeros europeos pusieron un pie en la región encontraron que el Chaco estaba en gran parte
cubierto de bosques cerrados, solamente se podían atravesar con grandes dificultades. Indudablemente que
también la población autóctona no dejó de tener influencia en el bosque. (Hueck, 1978)
La zona recibió el paso del hombre desde hace 10 mil años. Algunos grupos étnicos en emigración se fueron
estableciendo en la región, hasta llegar a constituir nuevas culturas, adaptadas al ambiente chaqueño. A ellos
fueron agregándose, o dejando nuevos aportes culturales, grupos amazónicos de agricultores itinerantes y
pueblos de influencia andina. El espacio chaqueño estuvo ocupado principalmente por culturas trashumantes
de cazadores, pescadores y recolectores, con algunas excepciones de poca importancia situadas en las
márgenes de los pocos ríos que lo surcan. En esas áreas, grupos agricultores utilizaron el agua de los
desbordes provocados por las crecientes como riego esporádico y fertilización para sus cultivos. (Karlin et al,
1994)
El mismo autor menciona que estas culturas nómades utilizaron el fuego como instrumento de caza,
herramienta de combate y para el manejo de los pastizales con el fin de incrementar la disponibilidad de
servidos y guanacos.
Y destaca también que a pesar de lo primitivo de las actividades productivas, había un conocimiento
profundo de los recursos vegetales y animales e incluso en la elaboración de comidas, medicinas utensilios,
etc. Esta actividad productiva no redundaba en una sustancial modificación del paisaje, con la única

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excepción de los efectos del fuego los cuales se traducen en disminución de plantas leñosas y, en forma
concomitante en el aumento de elementos herbáceos, además de las repercusiones indirectas sobre el hábitat
faunístico.
Esto cambió cuando el hombre moderno comprendió el significado económico de las inmensas masas
boscosas del Chaco. El mayor interés radicó en las maderas duras. El “quebracho colorado” es el más
cotizado, le sigue inmediatamente el “quebracho blanco”.
La actividad forestal es fundamental en la región. Existen numerosos establecimientos dedicados a la
producción de postes, durmientes, varillas, leña para combustible. También abundan hornos para la
elaboración de carbón vegetal. (Hueck, 1978)
Hueck (1978), destaca que la gran destrucción del Chaco recién comenzó a fines del siglo IX, contribuyó a
esto la floreciente industria del tanino. Hace más de 50 años se encontraban extensos bosques de
“quebracho”, que hoy han desaparecido, especialmente a lo largo de las líneas de ferrocarril, donde han
aparecido en su reemplazo campos desiertos con cactos, una consecuencia de la explotación indiscriminada
que no han considerado en ningún momento renovar los rodales utilizados. La destrucción ha sido máxima en
los alrededores de Santiago del Estero, donde a menudo casi no es posible ver un árbol en el horizonte e
incluso a veces ni una sola Opuntia arboriforme, sino solamente un ralo matorral espinoso de no mas de 2 m
de altura.
Fig. 12. Efecto del sobrepastoreo en el monte.

De acuerdo a Hueck (1978), a pesar de ser muy seco, en las partes habitadas del Chaco tienen considerables
existencias de ganado vacuno y caprino, es prácticamente el pastoreo en el bosque la única base para la cría
del ganado. Esta práctica se inició durante los primeros tiempos de la colonia, la construcción de las líneas de
ferrocarril y de nuevos caminos favoreció a tal extremo el desarrollo durante el siglo pasado, que el pastoreo
resultó ser para el bosque un peligro no menos importante que la excesiva extracción de madera.
El peligro producido por el ganado es máximo durante la estación seca, desde marzo hasta octubre, cuando
los animales sólo tienen a disposición algunas pocas hierbas; se alimentan entonces de ramillas y ramas
nuevas de las plantas leñosas, a esto se le llama “ramoneo”, produciéndose con ello un daño en los árboles
más grandes. Pero más perjudicial es el ramoneo de los renovales y brotes del mismo año.
Las consecuencias de los daños por pastoreo son menos notorias en el “quebracho blanco” que en el
“quebracho colorado”, y aún menos susceptibles a perjuicios son las especies de “algarrobos”. En las
superficies más recorridas por el ganado en las cercanías a las viviendas, finalmente sólo hay cactos bajos y
pastos resistentes.
En la actualidad el Chaco presenta bosques xerófilos muy deteriorados, con grandes áreas salinizadas, con
explotaciones forestales y pastoriles en decadencia, con escasa explotación, carente de grandes ciudades y
adecuadas vías de comunicación (Karlin et al., 1994).

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La población, en su mayoría rural, vive principalmente de la agricultura y ganadería, extracción de madera y
producción de carbón vegetal. El desarrollo económico del Chaco está estrechamente ligado al uso extensivo
de sus recursos naturales. (Pagina Web de GTZ)
El potencial productivo de la región es muy alto. Sin embargo la realidad muestra que hay serios problemas
de deterioro de los ambientes naturales, particularmente importantes en el Chaco Semiárido donde hay
avanzados procesos de desertificación, que se vinculan directamente con los elevados niveles de pobreza de
la población. (Pagina Web de GTZ)
II.3.4 La Producción Forestal de la región
Los productos forestales primarios incluyen, rollizos, leña como tal, leña para elaborar carbón, postes,
estacones, puntales, rodrigones, tejuelas, varas, varillas y varillones. Dentro de los productos elaborados se
considera el carbón y durmientes. Para obtener la leña para elaborar carbón, se consideró un valor promedio
de 5 toneladas de leña para producir una tonelada de carbón, aunque hay provincias que este valor está
alrededor de 3 toneladas.
En el año 2003 la producción de rollizos se incrementó a nivel país en solo un 5% respecto al año 2002,
correspondiendo a las provincias de Formosa, Jujuy y Santiago del Estero los casos más relevantes. La mayor
parte de las causas se debe a un aumento en la demanda del producto.
Para el resto de los productos se observan incrementos, en postes un 43%, carbón un 30%, el 21% en leña y
90% en durmientes, de acuerdo a informaciones de los Servicios Forestales Provinciales el aumento se debe a
una mayor demanda de madera. Por el contrario en otros productos se registró una disminución del 16%.
En algunas jurisdicciones el hecho que no haya un control estricto de las extracciones de madera, provoca
una subestimación en la producción, lo que lleva a insistir en la necesidad de medidas efectivas, no sólo para
contar con estadísticas confiables para la decisiones políticas futuras, sino también para la preservación y el
manejo sustentable de los bosques nativos.
Considerando las provincias con mayor superficie dentro del Chaco Semiárido, se tomaron las estadísticas
publicadas por la Secretaría de Medio Ambiente de la Nación, para el año 2003.
Tabla 1: Extracción de Productos Forestales Primarios según jurisdicción- Año 2003

Jurisdicción Rollizos Rollizos Leña Leña Postes Otros prod.


m3 tn como tal tn p/ carbón tn tn tn

Total del país 913.562 915.067 1.051.819 1.589.990 77.519 11.335

Catamarca 315 303 7.569 28.510 29 -

Córdoba - - 25.298 30.020 - -

Chaco 365.969 417.932 715.501 1.021.385 34.071 1.889

Formosa 100.311 105.276 12.280 24.100 8.571 -

La Rioja 47 45 19.803 1.490 105 4

Salta 35.599 36.255 21.969 16.385 264 118

Sgo. del Estero 34.580 34.237 21.663 437.725 29.429 5.090

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Fig. 13. Extracción de Productos Forestales Primarios

Tabla 2. Extracción de Productos Elaborados para el país y el Chaco Semiárido

Jurisdicción Carbón Durmientes


tn tn

Total del país 317.998 27.845

Catamarca 5.702 -

Córdoba 6.004 -

Chaco 204.277 26.929

Formosa 4.820 -

La Rioja 1.218 -

Salta 3.277 -

Sgo. del Estero 87.545 916

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Fig. 14. Comparación de Extracción de Productos Elaborados del país y la región del Chaco Semiárido

Considerando que la provincia de Santiago del Estero se encuentra totalmente inmersa en el Chaco Semiárido
se toman las estadísticas del año 2003, sobre extracción de productos por especie, los que se muestran en las
tablas siguientes.

Tabla 3. Extracción de Productos Forestales Primarios por especie- Santiago del Estero. Año 2003

Especie Leña p/ Postes alamb. Rodrigones


Rollizos m3 Rollizos tn Leña tn
forestal carbón tn tn tn

Total 34.580 34.237 21.663 437.725 29.429 5.090

Algarrobo - - 21.663 - - 5.090

Itín - - - 597 -

Queb.blanco 34.580 34.237 437.625 - -

Queb.colorado - 100 28.832 -

Tabla 4 Extracción de Productos Forestales Elaborados por especie- Santiago del estero- Año 2003

Especie Carbón Durmientes


forestal tn tn

Total 87.545 916

Queb.blanco 87.525 -
Queb.colorado 20 916

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II.3.5 Incendios Forestales En El Chaco
Los incendios forestales son un factor ecológico recurrente en gran parte de los biomas de regiones áridas y
semiáridas del mundo (Lorimer, 1991).
Como se mencionó anteriormente los indígenas y los primeros colonizadores emplearon el fuego para aclareo
de tierras con fines agrícolas, de caza, o culturales. En general se puede decir que las principales causas del
fuego en los ecosistemas forestales son la irradiación y la actividad humana en forma accidental o deliberada.
El estudio de la historia del fuego en una región a lo largo del tiempo, permite conocer, interpretar y evaluar
los cambios que se producen en las comunidades vegetales resultando un importante factor ecológico. Los
árboles resistentes al fuego comienzan a convertirse en las especies dominantes del área.
Se denomina Incendio Forestal cualquier fuego que se extiende sin control en terreno forestal afectando
vegetación que no estaba destinada a arder.
En este estudio se utilizan las Estadísticas de Incendios Forestales las cuales son producidas y difundidas por
el Departamento de Estadística Forestal de la Dirección de Recursos Forestales Nativos desde el año 1993.
Las definiciones utilizadas para realizar las estadísticas son las siguientes:
II.3.5.1 Tipo de vegetación
Bosque: es una agrupación de plantas en las que predominan los árboles u otra vegetación leñosa y cuya
cobertura es de al menos el 20% de la superficie.
Bosque nativo: es un bosque que ha evolucionado a partir de organismos que ya estaban en el lugar
(predominio de especies autóctonas).
Bosque cultivado: es una plantación forestal obtenida mediante la implantación de árboles o estacas.
Incendio forestal: cualquier fuego que se extiende sin control en terreno forestal afectando vegetación que
no estaba destinada a arder.
Incendio de pastizal: fuego en un terreno de pastos, en que el combustible principal es hierba, sin importar
altura.
Incendio de arbustal o matorral: fuego en terreno con plantas que se diferencian de las hierbas por sus
tallos persistentes y leñosos, y de los bosques por su poca
altura (hasta 4 metros) y su tendencia a ramificarse desde la base.
II.3.5.2 Motivo del incendio
Negligencia: fuego provocado por descuido. Ejemplo: fogón mal apagado
Intencional: fuego provocado para obtener un beneficio. Ejemplo: quema de bosques para favorecer el
desarrollo de pasturas.
Natural: fuego provocado por las sequías, altas temperaturas, tormentas eléctricas.
Desconocida: fuegos cuya causa es imposible determinar.
Para una mayor organización de la información obtenida se dividió el país en regiones fitogeográficas, tal
como se observa en la siguiente figura, también obtenida de las Estadísticas de Incendios Forestales.

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Fig. 15. Regiones fitogeográficas de Argentina.

Tabla 5. Cantidad Hectáreas afectadas por incendios forestales en el país y en el Parque Chaqueño

Cantidad 1. Hectáreas

Superficie Bosque Bosque Arbustal Pastizal


total nativo
cultivado

Parque Chaqueño 4035 280666,43 113000,06 9456 33775,54 124434,83

Total del país 15182 2260709,34 790396,74 16473,64 1030798,20 423040,75

Tabla 6. Causas de los incendios forestales en el país y en el Parque Chaqueño

Sin
Negligencia Intencional Natural Desconocida
determinar

Parque Chaqueño 0 1041 1035 96 1863

Total del país 0 3816 2414 878 8074

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Fig. 16. Comparación de la superficie afectada por incendios forestales en el país y en el Parque
Chaqueño.

A partir del año 2000 los datos se presentan agrupados en regionales según la regionalización del Plan
Nacional de Manejo del Fuego, la temporada de riesgo varía en cada una de ellas.
En cantidad de incendios ocurridos la regional NOA registró la mayor variabilidad en el año 2002
comparado con el año 2001 (323,86 %).
Si se considera el número total de incendios forestales del año 2002, las regionales NOA (36%) y la
Pampeana (33%) concentran un 69 % de la cantidad de los incendios producidos; le sigue la regional
Patagónica con el 16% mientras que a las regionales NEA , Norte y Centro les corresponde el 15 % restante.
Si se considera la superficie total, del año 2002, la regional Pampeana concentra el 63 %, y las regionales
Patagónica y Centro un 32%; solo un 5% se distribuye entre NEA, NOA y Norte.
En cuanto a las causas que originan los incendios, medido a través de todas las regionales, se encuentra que,
de los provocados por negligencia la regional NOA tiene el mayor porcentaje (37 %), en intencionalidad
también el mayor registro le corresponde a la regional NOA (54 %); en causas naturales es la regional
Pampeana la que tiene el mayor valor (56%) y finalmente en el residual desconocidas el mayor porcentaje es
para la Pampeana con el 41%.

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Fig. 17. Regionalización realizada por el Plan de Manejo del Fuego.

Tabla 7. Estadísticas de superficie de incendios forestales para la Regional Norte.

Cantidad Hectáreas

Superficie Bosque Bosque Arbustal Pastizal


total cultivado
nativo

Porcentaje 100 , 00 % 30,44% 0,53% 1,14% 67,89%

Total 1452 20394.42 6208,081 108.39 233,1 13844.9

Chaco 525 144,974 1,111 0 44,292 99,571

Formosa 64 9687 4 0 14 9669

Santa Fe 815 2544,75 428,77 108,39 172,81 1834,78

Santiago del Estero 48 8017,7 5774,2 0 2 2241,5

Temporada de riesgo de incendios entre los meses de julio a octubre

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Fig. 18. Superficie afectada por incendios forestales en la Regional Norte.

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