Está en la página 1de 4

Tema: ¡Alcanzando la santidad!

Texto: 2 Co. 7: 1

Introducción: Santo del hb. Kadosh (830 veces) y del gr. Hagios” (224 veces) y se
traduce como:
 Apartado” para Su uso exclusivo
 Separado” para Dios o propósitos santos,
 Separado” o “reservado” de lo secular, común, profano o inmundo para “dedicarse” a
Su servicio (devoción),
 Consagrado, sin “mancha”, sin “contaminación”, “limpio”, “puro” (física, moral y
espiritualmente), ser moralmente “intachable”.
 También significa “dedicarse solamente a Dios”: “

Ro. 6: 22 (PDT) Pero ahora, liberados del pecado, se han hecho esclavos de Dios. Como
resultado, se dedican sólo a Dios y eso los llevará a la vida eterna

Josué 24: 15;


1 Reyes 18: 21 y “dedicar” nuestra vida por “completo” a Dios:
2 Corintios 7: 1 “dediquemos nuestra vida por completo a Dios, mostrando el respeto que
le tenemos” (PDT).

Partiendo de esta base analizaremos este tema. Veamos:

I.- ¿Qué juega un papel importante para alcanzar la santidad?

1) La Palabra de Dios (Juan 17: 17, 19; Hechos 20: 32; 1 Pedro 1: 23-25)

Su Palabra juega un papel importante en la santificación del creyente. ¿Por qué?

 Convierte el alma (Salmos 19: 7ª)


 Reprende y corrige (Salmos 119: 98-100; 2 Timoteo 3: 15-18)
 Capacita para hacer frente a la tentación (Mateo 4: 4, 7, 10, 11)
 Nuevo nacimiento (Juan 3: 5)
 Limpia (Juan 15: 3)
 Cambia, regenera (1 Pedro 1: 23)

Analizar el ejemplo del rey Asa: la Palabra de Dios lo llevó a purgar a Judá (reino del sur)
de la idolatría (2 Crónicas 15: 1-8, 16).

¿Qué hacer para que Su Palabra nos santifique?


 Leerla, escudriñarla aplicarla y Practicarla

2) El temor de Dios
(2 Corintios 7: 1;
1 Pedro 1: 15-17)
La Biblia habla de dos clases de temores
(Isaías 8: 13):
1. del hb. “Morah, yaré o pachad” el temor de miedo (Isaías 41: 10; Salmos 27)
2. y del gr. “phobos o phebomai”: y el temor de “reverencia” (reverenciar), “honra”
(honrar al Señor) y “respeto” (respetar) hacia/a Dios, sentir profunda “admiración”
por algo o alguien poderoso (Dios) para respetarlo, honrarlo y reverenciarlo,
“agradar” al Señor
(DHH), “reconocimiento” de Su majestad, “confianza” reverente, (Salmos 2: 11;
128: 1; Proverbios 28: 14; Oseas 3: 5)

¡El que es temeroso de Dios se “abstiene” de pecar”


(Éxodo 20: 20; Génesis 39: 7-9), Odia lo que Dios odia (el pecado), ama lo que Dios ama,
rechaza y se aparta del mal (Proverbios 3: 7; 8: 13; 14: 16; 16: 6).

¡El ser temerosos de Dios no sólo juega un papel importante en la santidad del creyente;
sino que también tiene sus beneficios y bendiciones!

II.- ¿Para qué DEBEMOS alcanzar la santidad?

1) Para ver Sus “maravillas” (Josué 3: 5)

 Maravillas (hb. Palá): milagro, gran milagro, cosa portentosa, señal, prodigio,
cosa sobrenatural fuera de lo común.

 El termino gr. Megaleios/teras que significa algo magnifico, espléndido,


majestuoso, sublime, grandioso, bellísimo, excelente, favorable, grandes cosas,
fenómenos naturales inexplicables (teratología), ocurrencias extraordinarias,
prodigios sobrenaturales, manifestaciones no usuales, incidentes milagrosos que
presagian el futuro más bien que el pasado y actos que son tan raros que hacen
que el observador se maravillen y se espanten, señales (gr. Semeion).

2) Para “servirle” (Salmos 2: 11; 33: 1; 101: 6)

 “Servir (hb. Abad)


Salmos 101: 6 traduce como mi ayudante
(Éxodo 24: 13), mi asistente
(Génesis 39: 4; 1 Reyes 19: 21), siervo personal
(2 Reyes 4: 43), comandante y funcionario
(1 Crónicas 27: 1);
2 Crónicas 17: 19;
Proverbios 29: 12), trabajar en todo sentido, adorar, culto, ministrar.

Hacerlo sin temor reverencial sería drástico y peligroso


(1 Samuel 4: 11;
Levítico 10: 1-3;
Hebreos 12: 28, 29).
Hacer la obra de Dios sin temor reverencial sería drástico y peligroso
(1 Samuel 4: 11; Levítico 10: 1-3; Hebreos 12: 28, 29).

3) Para esperar Su “venida” (1 Tesalonicenses 3: 13; 5: 23; 2 Pedro 3: 11, 12)


4) Para “ver” al Señor (Hebreos 12: 14)
5) Para “obedecer” (1 Pedro 1: 2)
6) Para anunciar las “virtudes” del que nos llamó (1 Pedro 2: 9, 10)

III.- ¿Por qué DEBEMOS alcanzar la santidad?

Porque “conviene” a Su casa para siempre (Salmos 93: 5)


1) Porque somos “libres” del pecado (Romanos 6: 20-22) (PDT)
2) Porque “intercede” por los santos (Romanos 8: 27) (PDT)

3) Porque hemos sido “escogidos” desde antes de la fundación del mundo para ser
santos y sin mancha delante de Dios (Efesios 1: 4; 2 Tesalonicenses 2: 13)

4) Porque es la “voluntad” de Dios: lo que Él quiere (1 Tesalonicenses 4: 3-7)

5) Porque “Dios” es santo (gr. jágios o jágos): cosa terrible, sagrado, consagrado, sin
culpa.

De hecho como hijos suyos que somos (le pertenecemos) y por ello debemos ser
semejantes a Él.

Su voluntad incluida y provista en su plan de salvación para la humanidad es que


lleguemos a ser santos (1ª Pedro 1: 15, 16). (Levítico 11: 44-45; 19: 2: 20: 7, 26)

6) Porque hemos sido “llamados” por Dios a ser santos (1 Pedro 1: 15, 16)
7) Porque el “sacrificio” de Cristo en la cruz nos asegura y garantiza tanto la
justificación como la santificación final (1 Pedro 1: 18, 19;; Hebreos 9: 13-15; 10:
10, 14, 29: 13: 12)

8) Porque sin “santidad” nadie verá al Señor (Hebreos 12: 14)

Para el cristiano alcanzar la santidad no es algo secundario, poco importante o que no tenga
que ver con la salvación, sino que por el contrario es un fruto digno de arrepentimiento y
consecuencia de ser salvo.
Debemos pues perseverar en la tarea de nuestra santificación, esforzarnos y colaborar
(Sinergia) con el Espíritu Santo con ese objetivo siempre en mente.

 Sinergia procede de un vocablo griego synergía, que significa “cooperación”.


El concepto es utilizado para nombrar a la acción de dos o más causas que generan
un efecto superior al que se conseguiría con la suma de los efectos individuales.

Conclusión: después de haber escuchado esta Palabra de bendición terminamos


preguntando: ¿vale la pena alcanzar la santidad que Dios quiere? ¿Caminar y vivir
santamente? ¿Ser santos como Dios? ¿Santificarnos cada día más y más? ¿Estamos
dispuestos? ¿Queremos ser santos? ¿Es posible vivir en santidad en medio de un mundo
perdido, pecaminoso y en tinieblas? (Génesis 4: 25, 26; 6: 8, 9, 22; 7: 1, 5; Hebreos 11: 7; 2
Pedro 2: 5. 7-9)

¡AMÉN QUE SÍ! ¡MANOS ALA OBRA!

También podría gustarte