Los propósitos de Año Nuevo
Clase de español – B2
Los propósitos de Año Nuevo no funcionan.
Te explicamos cómo hacer 12 «micropropósitos» en lugar de uno
Por David G. Allan
Si alguna vez has intentado llevar a cabo un propósito de
Año Nuevo, es probable que para febrero ya lo hayas
dejado. Ese solía ser yo también. Todos los años, con
entusiasmo y optimismo me comprometo a uno o más
objetivos, solo para sentirme como un fracaso cuando no
logré ninguno de ellos antes del 31 de diciembre. En lugar
de renunciar a este hábito de superación personal, decidí
cambiar mi enfoque: dejé de hacer compromisos durante
un año y comencé a hacer «micropropósitos» mensuales.
Un propósito mínimo o micro es cualquier comportamiento
con el que te comprometes durante cuatro semanas. Es
mucho más fácil concentrarse y dedicarse a un objetivo más
corto, y 30 días son suficientes para sentar las bases de un
nuevo hábito saludable. He usado una estrategia de
micropropósitos durante los últimos dos años, y estoy más
satisfecho con los resultados que con cualquiera de mis
intentos de años anteriores.
Para crear tus micropropósitos, puedes comenzar pensando
en 12 hábitos «malos» que te gustaría reducir o abandonar
por completo. Mi plan era aprender algo sobre mí a través
de la abstinencia, y funcionó: dejé el alcohol, los dulces, la
televisión y otras nueve cosas, pero solo una cada mes.
Otro enfoque es pensar en 12 hábitos que deseas agregar a
tu vida. El año pasado decidí agregar una actividad
saludable cada mes esperando que fuera menos
sacrificado y más agradable.
Así es como se desarrolló «mi año», con 12 objetivos
mensuales para que consideres si deseas darle una
oportunidad a este plan de propósitos de Año Nuevo.
Enero: date cuenta de algo nuevo
Con el fin de aumentar mi conciencia general, todos los días
de enero mi objetivo era notar algo nuevo. Mantuve los ojos
abiertos, miré un poco más, noté edificios que no había
visto o tomé una ruta diferente a la normal: pequeñas
formas de evitar el sonambulismo en la vida.
A lo largo del mes, definitivamente me hice más consciente
de mi entorno, encontrando cosas que había pasado por
alto cientos de veces y que nunca había notado. Ninguno
fue profundo, excepto de esa manera que la vida ordinaria
es profunda una vez que te paras a notarlo. Quizás no haya
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nada nuevo bajo el sol, pero eso no significa que sepamos
lo que ya está bajo nuestras narices.
Febrero: poesía
Mi objetivo era leer, escribir o memorizar 28 poemas en el
mes. No conozco ningún beneficio para la salud de leer
poesía, pero hay alguna evidencia del beneficio de
escribirla. Solo creo que estamos más completos con poesía
en nuestras vidas.
Sólo escribí cuatro poemas, leí varios, pero no memoricé
ninguno. Este fue un desafío fácil y encantador, eso me dejó
con ganas de más. Dicho esto, el impacto de este
micropropósito fue pequeño en comparación con la
mayoría de los demás. La poesía es encantadora, pero leerla
y escribirla no cambió mucho sobre mí.
Marzo: dormir
El sueño está vinculado a muchos resultados positivos para
la salud de acuerdo con las investigaciones médicas, muchas
de las cuales recomiendan más de siete horas por noche.
Mi objetivo era dormir ocho horas cada noche, y durante las
primeras dos semanas del mes lo intenté y fracasé. No lo
logré ni una vez. Comenzó a estresarme.
Dormí más de lo que lo hubiera hecho de otra manera
porque prioricé acostarme antes. Pero entre el trabajo, el
entrenamiento para un maratón, la hora de dormir de los
niños y los planes nocturnos, mi vida no era propicia para
ese horario. Pero como estoy inventando las reglas dejé de
dormir.
A mediados de mes, cambié a «escucha activa», que fue
mucho más fructífera. A menudo me sorprendía
escuchando a mis hijos mientras también hacía o pensaba
en otra cosa. En esos momentos me detuve, hice contacto
visual y realmente escuché. Tuve menos éxito con esto en
el trabajo y mientras hablaba con mi esposa. Estas dos
últimas semanas de marzo fueron personalmente
profundas.
Abril: naturaleza
La investigación vincula la exposición a la naturaleza con la
longevidad y la felicidad, por lo que me propuse la
comunión con la naturaleza todos los días. Esto podría
incluir una carrera por un parque o detenerse para abrazar
un árbol (lo que hice al menos una vez). Hice un trabajo
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bastante bueno al ser más consciente de las plantas, el cielo,
el clima, la luna, etc.
Mayo: meditación
Otro superhábito para la salud mental y física. Hice un
esfuerzo por incorporar la meditación de alguna forma –ya
fuera 10 respiraciones, 30 minutos, guiada, formal, dirigida
por mantras– todos los días.
Mi objetivo fue bastante exitoso. Sin querer me salteé un
puñado de días, pero acumulativamente hubo más
meditación de lo que había hecho en años. Y hacia fin de
mes, la meditación me pareció muy útil para estabilizarme
mientras atravesaba una difícil transición laboral.
Junio: escucha activa
Para complementar el cambio de marzo, mi plan para junio
fue el mismo: 8 horas de sueño por la noche y escucha activa
con los niños. No pensé que podría dormir quince días
seguidos, así que mi objetivo era dormir más 15 noches y 15
días sin hacer otra cosa mientras escuchaba.
A finales de junio, conseguí dormir 12 noches de ocho o más
horas de sueño. Y estoy convencido de que dormir más
equivale a más felicidad y bienestar. Solía pensar (y
presumir estúpidamente) que solo necesitaba cinco o seis
horas por noche, pero este mes me enseñó que vale la pena
hacer que dormir sea una prioridad.
La escucha activa no fue la experiencia increíble que hubo
unos meses antes, en gran parte porque no era tan
dedicado. Es simplemente algo que debería hacer con más
frecuencia y de manera más consistente para ser un buen
padre, esposo, amigo y ser humano. Otra buena lección.
Julio: fruta fresca y agua
En mi trabajo, me siento cerca de una pila de dulces. Y eso
combinado con mi debilidad por ellos equivale a un
problema. Entonces, en julio, mi objetivo fue comer una
fruta fresca al menos o porción al día y beber más agua.
Este objetivo fue muy exitoso. Comí mucha más fruta de lo
normal e incluso la usé como un sustituto de la comida
chatarra que hubiera comido.
Agosto: movimiento
En agosto intenté no quedarme sentado durante más de 30
minutos durante las horas que estuviera despierto.
Investigaciones recientes han asociado una serie de malas
condiciones de salud con un estilo de vida sedentario. Y
aunque nadie puede decir definitivamente cuánto nos
sentamos es malo, moverse cada 30 minutos se ha
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convertido en una buena guía. En el trabajo, generalmente
recordaba configurar un temporizador en mi teléfono y al
menos ponerme de pie y estirarme. Evitar sentarse por
largos períodos de tiempo en casa no era un gran problema,
pero los vuelos, los viajes en automóvil y las películas eran
muy difíciles.
A finales de mes, mi tolerancia para estar sentado durante
más de una hora había disminuido. Ahora siento una
tensión o incomodidad cuando me siento demasiado
tiempo y pienso en los descansos de estar sentado como
agradable, no molesto. Eso es progreso.
Septiembre: escritura
Mi compromiso en septiembre fue de 15 minutos de alguna
forma de escritura creativa cada día. Perdí dos días, pero
pude recuperarme. No todos los días era una excelente
escritura, pero se trataba menos de elaborar una prosa
hermosa y profunda que de volver a la costumbre de
escribir diariamente fuera del trabajo.
Octubre: lee una novela
Leer una novela. Eso fue todo. Dado que leía principalmente
no ficción, esta idea parecía bastante novedosa.
Noviembre: gratitud
Mi intención era hacer un gesto diario de gratitud, un
estado emocional con sus propios resultados positivos de
salud, y rápidamente me quedé atrás. En cambio, decidí
(porque, una vez más, invento las reglas) hacer que el
objetivo sea un total de 30 gracias, uno para cada día del
mes, y logré todos.
Algunos ‘gracias’ los debía hace mucho tiempo, algunos
pueden haber parecido extraños para quienes los
recibieron. Un puñado recibió pequeños regalos
acompañando la nota. La mayoría de las notas fueron
escritas a mano.
Diciembre: comer alimentos integrales
En otro intento de combatir los bocadillos poco saludables,
mi objetivo final era convertir mi dieta en una llena de
alimentos integrales no procesados. Zanahorias y
mantequilla de maní en lugar de donas; almendras en lugar
de dulces.
Este fue mi micropropósito menos exitoso. Si bien comí
manzanas y zanahorias en el trabajo y reduje mi consumo
de dulces, también comí muchos alimentos procesados.
https://cnnespanol.cnn.com/2019/12/30/los-propositos-de-ano-nuevo-no-
funcionan-aqui-te-explicamos-como-hacer-12-micropropositos-en-lugar-de-uno/
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❖ Clase de conversación:
Piensa en las siguientes preguntas basándote en fragmentos del artículo.

1. ¿Tienes una lista de propósitos de Año Nuevo? ¿Crees que hacer una lista de propósitos de Año Nuevo
es un método eficaz para lograr tus objetivos? ¿Por qué?
2. Según una investigación solo el 12% de las personas consigue cumplir sus propósitos de Año Nuevo. ¿Por
qué crees que la mayoría de las personas no suelen cumplir con sus objetivos? ¿Piensas que la propuesta
de los «micropropósitos» es una buena alternativa? ¿Por qué?
3. Estas son las típicas promesas que nos solemos hacer cada 1 de enero. ¿Qué propósitos has cumplido en
los últimos años? ¿Cuáles son tus propósitos para el 2021?
✓ Aprender algo nuevo
✓ Perder peso
✓ Pasar más tiempo en familia
✓ Viajar más
✓ Llevar una dieta equilibrada
✓ Hacerse voluntario
✓ Hacer más ejercicio
✓ Ahorrar un poco
4. ¿Hay alguno de los «micropropósitos» que propone el autor que te parece interesante y que te gustaría
implementar? ¿Por qué?
5. ¿Cuáles son tus propósitos para el 2021 para tu clase de español?

❖ Vocabulario:
¿Conoces el significado de las siguientes expresiones? Piensa en un ejemplo de cómo utilizarlas.
pasar por alto saltearse unos días tener/sentir debilidad por
no hay nada nuevo bajo el sol un puñado de quedarse atrás
debajo nuestras narices valer la pena estar convencido de que

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