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COMPARTIR JUNTOS

Introducción
La adoración en las reuniones de la iglesia no es solamente un tiempo de encuentro con Dios,
también es un tiempo para compartir con los demás en comunión.

Orar juntos
Cuando nos reunimos con otros cristianos para adorar a Dios, es fácil considerar que esa
reunión es nuestro tiempo personal de adoración y oración, mientras que las otras personas
reunidas con nosotros están teniendo el suyo.
Sin embargo, adorar juntos es en realidad un tiempo en el que toda la familia de Dios eleva
conjuntamente sus alabanzas y sus peticiones al Padre.
Dirigirnos al Padre con cosas en las que estamos todos de acuerdo puede ser una forma
poderosa de mantenernos todavía más cerca los unos de los otros en amor y unidad. Y Dios nos
ha hecho una promesa especial: contestar nuestras oraciones cuando hagamos nuestras
peticiones en unidad.

Aprender juntos
La Biblia es, bajo la guía del Espíritu Santo, un libro abierto. Cualquiera puede leerla y
entenderla. Como mínimo, pueden avanzar hasta un punto. Pero Dios ha escogido a algunos
miembros de su familia para que sean maestros y, de esta forma, todos puedan entender su
verdad de manera adecuada.
Esas personas tienen un don especial de entendimiento, de explicación y de aplicación de la
Palabra de Dios. Por medio de su ministerio, todos los demás podemos crecer más cerca de
Dios y servirle de una forma más efectiva.
Por tanto, es muy útil que escuchemos o leamos sus enseñanzas. Pero también lo es
reunirse en grupos para debatir la visión que cada uno tiene de estas enseñanzas y de la forma
en la que podemos aplicarlas en nuestra iglesia local.

Dar juntos
Una parte de nuestra adoración a Dios es hacer ofrendas en dinero o en especie a aquellos que
trabajan en la iglesia, a tiempo completo, enseñando y tratando de ganar a otros para Jesús.
Asimismo son de gran importancia las ofrendas para otros miembros de la familia de Dios que
estén pasando necesidad.
En algunas iglesias, las colectas de donativos (u ofrendas) se convierten en una parte de la
adoración. En otras, se coloca un recipiente cerca de la puerta en el que se van depositando las
ofrendas. Y algunas personas prefieren darlas directamente a la gente o proyectos de la iglesia
de su elección.
No hay reglas establecidas sobre la cantidad a dar. A muchos cristianos les resulta útil seguir
el modelo del Antiguo Testamento y dan la décima parte de sus ingresos.

Comer juntos
La noche antes de su crucifixión, Jesús comió con sus amigos más cercanos. Durante esa comida
tomó un pan, lo partió en varios pedazos y lo fue pasando a los demás. Después pasó una copa
de vino para que bebieran todos de ella.
Él dijo que esos dos alimentos básicos simbolizaban su cuerpo quebrantado y su sangre
derramada en la cruz, a través de los cuales podemos ser reconciliados con Dios.
Desde entonces, el «partimiento del pan», la «Santa Cena» o «eucaristía» ha sido un
elemento principal en la adoración de los cristianos. Comer del pan y beber el vino, juntos, hace
que recordemos todo lo que Jesús hizo por nosotros. Ese acto físico es un poderoso
recordatorio de nuestra unidad con el Señor.

COMPRUEBE EN LA BIBLIA
Orar juntos: Mateo 18:18–20; Hechos 4:31; 12:6–12
Aprender juntos: Hechos 2:42; 1 Timoteo 4:13
Dar juntos: Malaquías 3:8–12; Hechos 4:32–37; 1 Corintios 16:1, 2
Comer juntos: Mateo 26:26–29; 1 Corintios 11:23–32

POSTDATA
Participar todos juntos también incluye compartir nuestras alegrías y nuestras tristezas con
aquellos que pueden comprender su importancia y que orarán o se regocijarán con nosotros.

PARA PENSAR…
Dios no le dio su nueva vida solo a usted; se la da a todos los que le siguen.

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