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Significado de Valores ¿Qué son Valores?

Los valores son aquellos principios, virtudes o cualidades que caracterizan a una persona, una acción o un
objeto que se consideran típicamente positivos o de gran importancia por un grupo social.
Los valores son aquellas cualidades que se destacan en cada individuo y que, a su vez, le impulsan a actuar
de una u otra manera porque forman parte de sus creencias, determinan sus conductas y expresan sus
intereses y sentimientos. En este sentido, los valores definen los pensamientos de las personas y la manera
en cómo desean vivir y compartir sus experiencias con quienes les rodean.
Significado de Valores familiares ¿Qué son Valores familiares?
Los valores familiares son el conjunto de creencias, principios, costumbres, relaciones respetuosas y
demostraciones de afecto que se transmiten por medio de las generaciones.
La familia es la base de toda sociedad. Los primeros valores morales, personales y sociales se
aprenden en el hogar a través de las enseñanzas que los padres les transmiten a sus hijos y que a su vez
fueron enseñados por sus abuelos, hermanos, tíos y demás familiares o seres queridos.
Los valores familiares fortalecen los lazos de unión, respeto y confianza.
Cuidar uno del otro, respetar a las personas mayores, colaborar con las labores del hogar, ser bondadosos
y honestos, hace que las personas actúen como buenos ciudadanos en cada uno de los grupos sociales de
los que forma parte.
Por ejemplo, en la escuela durante las actividades deportivas y culturales, o en la comunidad donde viven,
son espacios donde se reflejan y se ponen en práctica los valores familiares.
En términos generales se entiende que los valores familiares son todos aquellos que se consideran
aceptables ante la sociedad.
Sin embargo, en algunos casos y por diversas razones, existen familias cuyos valores son negativos o malos
ejemplos.
Por ejemplo, en las familias que impera la banalidad, el egocentrismo o el sentido de superioridad, están
enseñando y transmitiendo valores que invitan a las personas a actuar de manera incorrecta en la
sociedad.
Es importante que las familias tengan bien definidos los valores sobre los que se basan, ya que, a su vez,
estos serán transmitidos a sus descendientes.
Tener valores consistentes forma parte de la construcción de la familia, de su unidad y la confianza entre
todos sus integrantes.
Valores éticos y valores morales
Los términos ética y moral tratan, entre otros temas, el concepto de los valores. Aunque en muchos
casos se habla indistintamente de valores éticos y valores morales, estos términos no tienen el mismo
significado.
Los valores éticos son aquellas pautas de comportamiento que buscan regular la conducta de las
personas, tienen un carácter universal y se adquieren durante el desarrollo individual de cada persona.
Por su parte, los valores morales son aquellos transmitidos por la sociedad, de generación en
generación que, en algunos casos, pueden estar determinados por una doctrina religiosa. Además, los
valores morales se pueden modificar a lo largo del tiempo.
¿Cuál es el significado de ética?
La ética es una disciplina de la filosofía que estudia el comportamiento humano y su relación con las
nociones del bien y del mal, los preceptos morales, el deber, la felicidad y el bienestar común. ... Meta
ética: estudia las teorías éticas en sí mismas y analiza los significados atribuidos a las palabras éticas.
¿Dónde surge la ética cristiana?
El fundamento de la ética cristiana se encuentra en la Biblia, en la palabra de Dios recogida por los
apóstoles. Están presentes en los diez mandamientos que le entregó Dios a Moisés en el monte Sinaí,
siendo las bases más importantes para el comportamiento y cumplimiento de la moral religiosa.
¿Qué es la ética para los cristianos?
La ética cristiana radica en la práctica del bien y de las buenas obras, tal como lo manda Jesucristo en el
Evangelio. . Por otra parte, el bien o el buen obrar está presente de modo intrínseco en la persona misma,
que según la enseñanza cristiana fue hecho a imagen y semejanza de Dios.
¿Cuál es la importancia de la ética cristiana?
La ética cristiana juega un papel importante en el individuo y en la colectividad cristiana en general,
además de explicar, describir y proveer las herramientas cognitivas necesarias, encamina al individuo a
impactar e influir la sociedad circundante en general, dado su carácter, naturaleza y fin innato al propósito
Los valores son importantes para una convivencia social armoniosa. Sin los valores como referencia frente
a nuestra forma de actuar individual y hacia los demás, las relaciones humanas se debilitan al no albergar
criterios comunes para la vida en sociedad.
Los valores son características positivas de gran importancia que nos ayudan a ser mejores individual y
socialmente. Se pueden enumerar muchos valores claves para la construcción de una mejor sociedad, pero
siempre se debe tomar en cuenta que todos se encuentran interligados.
Los 10 valores más importantes en la sociedad y sus significados son:
1. Respeto: El respeto es la capacidad de reconocer, apreciar y valorar a los otros teniendo en cuenta que
todos somos válidos. El respeto es un valor que requiere de reciprocidad, lo que implica derechos y
deberes para ambas partes.
El respeto requiere aprender a escuchar a los otros cuidando todas las formas de vida diferentes. Es un
valor importante para la sociedad, ya que genera apoyo y solidaridad en el grupo social.
2. Amor: El amor es uno de los valores fundamentales de la sociedad porque nos empuja a velar por la
felicidad del otro. Las relaciones sociales se basan en los fundamentos de afectividad en las relaciones
interpersonales que se mantienen en forma de amistad.
El amor es un valor que induce el bienestar en los otros, ya que nos esforzamos por agradar y querer a
todos los individuos que componen nuestra sociedad.
3. Libertad: La libertad es un valor que nos ayuda a realizarnos como personas. La libertad individual se
enmarca dentro de lo social. Esta dinámica está íntimamente relacionada con el respeto y la
responsabilidad.
Si una sociedad no tiene la libertad como uno de los valores más importantes, esta se torna represiva y
dictatorial limitando la realización personal y social.
4. Justicia: La justicia es un valor importante porque busca el equilibrio entre el propio bien y el de la
sociedad. La justicia da a cada ciudadano lo que le corresponde para suplir sus necesidades básicas para
que pueda aportar a la sociedad. La justicia implica conjugar la libertad individual, la igualdad y la
interdependencia de cada miembro de una comunidad.
5. Tolerancia: La tolerancia es el valor que concede dignidad, libertad y diversidad en una sociedad,
asumiendo que todos somos diferentes. La tolerancia significa que abrazamos opiniones, estilos de vida y
creencias diferentes a las nuestras para relacionarnos como seres humanos.
6. Equidad: La equidad es tratar a todos por igual, independiente de su clase social, raza, sexo o religión.
La equidad es un valor fundamental para reforzar el respeto a las características particulares de cada
individuo y dar un sentido más profundo a la justicia como derecho fundamental.
7. Paz: La paz es un valor que busca formas superiores de convivencia. Es un ideal que evita la hostilidad
y la violencia que generan conflictos innecesarios. La paz es la base para la armonía consigo mismo y con
los demás para tener una vida serena y tranquila agradeciendo la existencia.
8. Honestidad: La honestidad es un valor social que genera acciones de beneficio común y se refleja en
la congruencia entre lo que se piensa y lo que se hace.
La honestidad propicia un ambiente de confianza si existe la sinceridad para uno y para los demás. La
seguridad y credibilidad que la honestidad genera ayuda a la construcción de una sociedad que valora la
verdad, sin engaños ni trampas.
9. Responsabilidad: La responsabilidad significa asumir las consecuencias de nuestros actos y cumplir
con nuestros compromisos y obligaciones ante los demás.
La responsabilidad como valor nos hace conscientes sobre las implicaciones, los alcances y los aspectos
críticos que conllevan nuestras acciones y decisiones tornando al ciudadano más maduro y más ético.
10. Lealtad: La lealtad es un valor que se relaciona con la formación de carácter. La lealtad es la fidelidad
que se tiene en las acciones y comportamientos individuales y sociales para ser dueños de la propia
voluntad.
La lealtad impulsa a la consecución de objetivos que caracteriza a un emprendedor, por ejemplo. Una
persona leal conserva las amistades y relaciones por los valores que transmite sin conformarse con los
placeres pasajeros.
El origen de la familia
La familia es muy importante para Dios, de hecho, la idea surgió de él. Dios podía habernos creado para
vivir aislados, pero no lo hizo. Nos necesitamos no solo para la continuación de la raza humana sino para
apoyarnos, construir y bendecir el lugar donde Dios nos ha puesto.
“Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los
creó, y los bendijo con estas palabras: «Sean fructíferos y multiplíquense; llenen la tierra y
sométanla; dominen a los peces del mar y a las aves del cielo, y a todos los reptiles que se
arrastran por el suelo»”. (Génesis 1:27-28)
Dios creó al hombre y a la mujer y los bendijo, dándoles una misión compuesta por dos partes. Primero,
multiplicarse, ser fructíferos y llenar la tierra con hijos. Vemos que sin la unidad sexual del hombre y la
mujer no habría continuidad. La segunda parte de la misión consistía en someter la tierra, cuidarla,
cultivarla, y dominar a los animales.
Los seres humanos fuimos creados a la imagen de Dios y tenemos un propósito asignado por él. Somos
llamados a contribuir en el lugar donde estamos. No solo eso, a diferencia de los animales, los humanos
poseemos cuerpo, alma y espíritu lo cual nos da la capacidad de tener una relación de amistad con Dios,
fuente de amor y sabiduría.
2. La unidad en el matrimonio
“Por eso el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su mujer, y los dos se funden en
un solo ser.” (Génesis 2:24)
Todo nuevo matrimonio debe dar prioridad a su unión y vivir de acuerdo a los mandatos de Dios. Aunque
todavía pertenecemos a la familia en la que crecimos, al casarnos pasamos a ser uno con nuestro cónyuge y
formamos una nueva familia. Tomaremos nuestras decisiones juntos delante de Dios y buscaremos su
voluntad para nuestro futuro y bien común.
3. La vida espiritual de la familia
“Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. Incúlcaselas continuamente a tus
hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te
acuestes y cuando te levantes.” (Deuteronomio 6:6-7)
Los padres deben llenar sus corazones y sus mentes con la palabra de Dios para luego enseñarla a sus
hijos. Su ejemplo amoroso y constante viviendo de acuerdo con los mandatos de Dios los inspirará y
bendecirá. La familia que ama a Dios comparte de forma natural lo que Dios hace en su diario vivir y cómo
él interviene en los problemas del día a día.
4. Alabar a Dios juntos
“Tributen al Señor, familias de los pueblos, tributen al Señor la gloria y el poder; tributen
al Señor la gloria que corresponde a su nombre; preséntense ante él con ofrendas, adoren
al Señor en su hermoso santuario.” (1 Crónicas 16:28-29)
Hay un vínculo especial en las familias que adoran a Dios juntas. Es de gran gozo poder ir juntos al templo
a dar gloria a Dios por todas las bendiciones que él nos concede a diario.
La familia que está unida no solo por lazos de sangre sino también en el área espiritual disfrutará de una
relación más profunda y real. Sus miembros estarán unidos en espíritu recibiendo la bendición que Dios
concede a todos los que le sirven.
5. La bendición de los hijos
“Los hijos son una herencia del Señor, los frutos del vientre son una recompensa.” (Salmo
127:3)
Los hijos que Dios nos da son parte de la bendición que él nos concede. No debemos verlos como una
carga económica o una presión sobre nosotros. ¡Todo lo contrario! Tenemos que amarlos y educarlos,
enseñarles a ser buenos ciudadanos y hacerles partícipes de todas las cosas buenas que Dios nos ha dado.
6. Instruir bien a los niños
“Instruye al niño en el camino correcto, y aun en su vejez no lo abandonará.” (Proverbios
22:6)
Los padres deben enseñar valores a sus hijos, cómo comportarse de forma aceptable y respetuosa ante
todos. También es responsabilidad de los padres instruir a sus hijos en la verdad del evangelio, enseñarles
lo que significa amar y seguir a Jesús. Una buena base espiritual les ayudará a enfrentar los retos que la
vida les presente. Todo lo que los niños aprenden durante su niñez los moldeará para el resto de su vida.
Seamos padres responsables que aman e instruyen a sus hijos en el camino del Señor.
7. La obediencia a los padres
“Hijo mío, obedece el mandamiento de tu padre y no abandones la enseñanza de tu madre.”
(Proverbios 6:20)
Los hijos deben obedecer a sus padres. Aquí se refiere a padres y madres que enseñan a sus hijos los
mandamientos de Dios. Los padres que aman a Dios no harán exigencias sin sentido a sus hijos. Según los
hijos crecen y estudian la Palabra de Dios por sí mismos, comienzan a reconocer la sabiduría detrás de los
mandatos de sus padres y la bendición que resulta cuando vivimos una vida de obediencia ante Dios.
8. Bendecir a las otras generaciones
“La corona del anciano son sus nietos; el orgullo de los hijos son sus padres.” (Proverbios
17:6)
La familia debe valorar la aportación de todos sus miembros. Una familia fuerte aprecia a todos los que la
componen sean hijos, nietos, abuelos, primos o tíos. Celebran juntos sus éxitos, se cuidan, se animan y se
ayudan en los momentos de enfermedad o necesidad.
Los abuelos se alegran al ver a sus hijos criar y educar a los nietos con el mismo amor y la misma
dedicación que ellos lo hicieron. Los hijos también aprenden con el tiempo a valorar el esfuerzo y el
sacrificio que hicieron sus padres para criarlos en un ambiente lleno de amor y de estabilidad.
9. Luchar por la unidad
“Y, si una familia está dividida contra sí misma, esa familia no puede mantenerse en pie.”
(Marcos 3:25)
Es muy triste ver familias que solo se hablan para pelear o ni siquiera se hablan. Debemos trabajar
activamente en la unidad familiar, pasar tiempo juntos no solo en casa sino dar paseos, hacer deporte o
disfrutar de tiempos de relax juntos. La familia debe tener metas y sueños comunes y celebrar cuando
estos se consiguen. Glorificamos a Dios cuando nos esforzamos en mantener la paz y la armonía en
nuestra familia.
10. Cuidar y proveer para los nuestros
“El que no provee para los suyos, y sobre todo para los de su propia casa, ha negado la fe y
es peor que un incrédulo.” (1 Timoteo 5:8)
Dentro de la familia debemos cuidar y proveer para los nuestros. Necesitamos estar alerta ante las
necesidades de nuestros familiares y ayudarles a la medida de lo que esté a nuestro alcance. No debemos
cerrar nuestros corazones ante ellos y sus necesidades reales. La base de nuestra fe es el amor
incondicional y sacrificial, ese amor que Dios tuvo por nosotros al enviar a su Hijo Jesús a morir en
nuestro lugar. Nuestro día a día debe reflejar crecimiento en esta área mostrando ese tipo de amor a los
demás, especialmente a nuestros familiares.
11. Actuar con sabiduría
“El hijo sabio alegra a su padre; el hijo necio menosprecia a su madre.” (Proverbios 15:20)
Un hijo sabio traerá gozo al corazón de sus padres. No entrará en conflictos innecesarios con ellos, los
honrará y los bendecirá con sus palabras y acciones. Se aferrará a Dios, la fuente de sabiduría, y tomará
decisiones que le agradan a él y que bendigan a sus padres.
El hijo necio echa de lado las enseñanzas de sus padres y les causa tristeza y dolor, especialmente a la
madre. Necio es quien rechaza la sabiduría que viene de Dios y vive en rebeldía contra él y contra sus
padres.
12. Transmitir el buen camino
“Escuchen, hijos, la corrección de un padre; dispónganse a adquirir inteligencia. Yo les
brindo buenas enseñanzas, así que no abandonen mi instrucción.”(Proverbios 4:1-2)
Los padres deben tomar tiempo para hablar con sus hijos, enseñarles a tomar buenas decisiones y a andar
por el buen camino. A veces esperamos que los hijos se comporten de una manera, pero no nos sentamos a
explicarles lo que esperamos de ellos y por qué les conviene obedecer.
Los hijos por su parte deben escuchar cuando sus padres los corrigen y aprender a tomar decisiones que
les ayuden a crecer como seres humanos. Con el paso de los años recordarán los consejos de sus padres y
estarán agradecidos.
13. El temor al Señor trae bendiciones
“Dichosos todos los que temen al Señor, los que van por sus caminos. Lo que ganes con tus
manos, eso comerás; gozarás de dicha y prosperidad. En el seno de tu hogar, tu esposa será
como vid llena de uvas; alrededor de tu mesa, tus hijos serán como vástagos de olivo. Tales
son las bendiciones de los que temen al Señor.”(Salmo 128:1-4)
Temer al Señor es darle la reverencia y el respeto que él merece. Dios valora y premia que reconozcamos
su señorío sobre nosotros y que vivamos dentro de su voluntad.
Hay bendiciones específicas para el que teme a Dios y obedece sus mandatos. Por ejemplo, el salario por
su trabajo le rendirá y gozará de bienestar. También hay promesa de descendencia, gozo y abundancia.
Uno de los bienes más preciados del hombre es su familia, y una familia que vive en amor y armonía no
tiene comparación.
14. Sobre todo, amor
“(El amor) Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.”(1 Corintios 13:7)
Una familia sin amor no logrará superar los retos que traerá la vida. Los miembros de la familia deben
estar dispuestos a pedir perdón y perdonar, a creer en la bondad y el amor de los otros y a dejar pasar esas
pequeñas manías o rarezas de los demás que a veces nos agobian.
El único amor perfecto es el de Dios. Llenemos nuestras vidas de él dejando que su amor fluya a través de
nosotros y bendiga a toda la familia.
“Y nosotros hemos llegado a saber y creer que Dios nos ama. Dios es amor. El que
permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.” (1 Juan 4:16).

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